Comparte este contenido con tus amigos

La poesía en el desiertoPoetas siguen predicando en el desierto

Los premios de literatura y arte en general tienen sus propias agendas, itinerarios y fantasmas. Dueños, sin duda, de carne y hueso, porque quienes los otorgan pertenecen a este reino. Son diversos, complejos, intangibles, a veces, los factores que intervienen en la decisión de un jurado e inclusive extraliterarios. La subjetividad puede ser un detalle cuando ya se tiene un objetivo de antemano, se considera un modelo, un arquetipo, algo que es deseable. Está plagado el infierno de premios arbitrarios, inútiles y que responden a gustos e intereses, a cegueras diurnas, nocturnas, crepusculares de X jurados. Toda explicación es inútil y la justificación es que no se le puede garantizar el éxito más que a uno. Pueden haber tantas razones, inclusive no pocas verdaderas y hasta aceptables. Es un azar y en el laberinto más de alguien puede perderse y no encontrar la salida. Quien participa de un concurso debe someterse a todo tipo de sorpresas.

Leo de paso una noticia algo marginal, como suele ocurrir con lo concerniente a la poesía:

“El jurado del XXIX Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, que convoca la Diputación de Huelva, ha declarado desierta esta edición”. Es la sexta vez que ello ocurre en 29 ediciones. Se presentaron “133 obras, de las que 109 son de poetas españoles, 21 de procedencia internacional y tres de procedencia no identificada”. El jurado estuvo integrado por Amalia Bautista, Felipe Benítez Reyes, Olvido García Valdés, Joaquín Llansó y Ana Rossetti, que fungió como presidenta, de un lauro que otorga al ganador 12 mil euros y la edición del libro.

La palabra desierto no puede dejar a nadie indiferente, convoca todas las soledades de Góngora y las ausencias fantasmales no escritas. ¿Tantas obras para predicar en el desierto? ¿En España, América Latina, en el habla castellana no se escribe poesía de relevancia o los poetas verdaderos no apuestan a ese premio?

El jurado tiene una tarea: investigar qué sucedió. Por qué la poesía fue a arar al desierto.