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“Geografía urbana”, de Milton Quero ArévaloGeografía urbana

I

Me instalo en un poema de este libro —Geografía urbana— de Milton Quero Arévalo. Me quedo un buen rato en el cuerpo de este espacio verbal para decir de este libro del ganador del primer Concurso de Novela “Adriano González León”. Leo lentamente “Palabras en desuso” para empezar con el calor de Maracaibo en boca de un loco que ambula por sus calles.

Las ciudades, así como albergan vivos y muertos, llevan con orgullo la demencia. No hay ciudad sin un extraviado. No hay ciudad donde no navegue un sujeto que mastique palabras viejas, palabras perdidas en el mapa de la lengua.

“Suelen llamarme el loco de la avenida Bella Vista / porque en el medio de la nada grito mi nombre a los postes / a los árboles y a los bancos de las plazas”. Sin nombre propio que pronunciar, el hombre que así habla es el mismo que guarda silencio ante el atardecer. Es el mismo que diagnostica con sabiduría la lucidez de sus palabras.

Ante el abandono, la discrepancia entre la pérdida y el alcance de algunos sonidos, el sujeto de este poema encara la nostalgia, el luto por la muerte de una voz que antes colgaba orgullosa de la lengua de los hablantes. “Ahora que te empeñas en dejarme / veo cómo así desaparezco. / Olvidado como la palabra guachimán / que ya nadie parece pronunciar”. La muerte de una palabra es también la muerte de quien la usaba. La muerte del usuario anuncia el funeral de la palabra abandonada.

 

II

El poema irrumpe en medio de la esperanza de quien emergía sonora. Retorna a la calle, a la piel de las calles, al pulso de la ciudad, a las enfermedades inocentes de la cotidianidad. “Espero que vuelvas a actualizar mi nombre de deseo / mas tú me embriagas de desuso. / Por las tardes, siempre espero un milagro de la lengua / Ayer tomé un libro de gramática, para recordar lo que fue / tu nombre con el mío”.

Entonces la palabra adquiere cuerpo entre la chatarra y el desperdicio. Entre los nombres que se quedaron en el rostro del pasado. El del autor es motivo para asentar que la muerte es la misma de quien deja a un lado una voz, un instante. “Milton: (arcaísmo) Palabra en desuso, accidente de la lengua; antiguamente, deseo”.

¿Está en desuso también el nombre de quien no nos nombra?