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“Ronda Marsé”, edición de Ana Rodríguez FisherRonda Marsé: 78 voces celebran al maestro

He aquí un hombre que espera cualquier autobús en cualquier parada,
rumiando cualquier cosa.

Juan Marsé. Autorretrato (I)

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Que se retrate con sus palabras, que se vea en el espejo y se desconozca. Que se nombre con el perfil de uno de sus personajes. Que ande y desande en sus treces. Que deletree su aliento o se deshaga de las páginas olvidadas, si es que hay alguna escondida en un gabinete. Que sea Juan Marsé no lo desdice nadie. Nadie lo agrega a la lista de la fiesta suspendida. Es Juan Marsé, prolífico, despeinado, serio en la fotografía, anudado a la mirada que sigue siendo aún en la oscuridad de la noche. Un tomo de 530 páginas no es cualquier cosa si se trata de un libro de estudio sobre la obra de un escritor que acaba de hacerse del Premio Cervantes y que ha estado presente en todos los instantes de una generación de la cual ha salido airoso en estos 50 años de presencia metido en los libros, que no descansa de hacerlos él, inventarlos, escribirlos, soñarlos. Que no se queda quieto, que sigue “pertrechado para irse al infierno en cualquier momento”, como ha dicho en su Autorretrato (II).

Ana Rodríguez Fisher recogió los 78 textos que hacen posible este monumento de palabras para celebrar al escritor de los títulos La muchacha de las bragas de oro (1978), Un día volveré (1982), El amante bilingüe (1990) y El embrujo de Shanghai (1994), entre otras novelas. Pero también los cuentos, los ensayos, las duermevelas y los insomnios.

 

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El ambicioso tomo contiene el prólogo “Impulso y nostalgia, o breve historia de este libro”, de Rodríguez Fischer, quien para darle cuerpo al libro lo dividió en varios aspectos que tocan la vida de este importante fabulador barcelonés: “Semblanza humana y literaria de Juan Marsé”, donde destacan los trabajos de Ernesto Ayala-Dip: “Juan Marsé”; Luis García Montero: “Si te dicen que Marsé”; Antonio Muñoz Molina: “Un día volverá”; Francisco Umbral: “Juan Marsé, realismo con fe”; Manuel Vásquez Montalbán: “La memoria de Juan Marsé”; Enrique Vila-Matas: “Un pirata del Caribe”, entre otros. Acerca de los títulos: Encerrado con un solo juguete, escriben Ángel Marsá y Santos Fontela. En el espacio Últimas tardes con Teresa se mueven, entre otros, Guillermo Díaz Plaja, Lluis Izquierdo, Arturo Pérez-Reverte, Carmen Riera, Mario Vargas Llosa, entre otros. En La oscura historia de la prima Montse están José María Carandell, José Domingo, Miguel García Posada, José-Carlos Mianer y Gustavo Martín Garzo. En Si te dicen que caí: José Manuel Caballero Bonald, Rafael Conte, Rafael Chirbes, Gregorio Morán, Dionisio Ridruejo y Esther Seligson... No deja lugar este trabajo para el descuido. Siguen los títulos y los autores hasta cubrir los 78 escaños de una biblioteca innúmera, disímil, plural sinfónica, prolíficamente hermosa.

 

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Dejemos al desgaire algunas opiniones. La compiladora Ana Rodríguez Fischer escribió: “Este libro nació de un impulso y también de la nostalgia. El impulso no requiere mucha explicación. Es lo que es: estímulo, móvil, deseo o fuerza espiritual que mueve a obrar y hacer algo. Por definición, es de naturaleza tempestuosa, pero aquel impulso mío era también algo atormentado...”. Y se alarga la estudiosa de Marsé, para dejarnos con los escritores que viajaron por la obra de este autor español de Cataluña, de quien Vargas Llosa dijo: “Cuando un personaje se levanta de la horizontal y quieta realidad literaria y anula la conciencia del lector y la reemplaza con la suya y le contagia su espíritu y se consuma esa posesión mágica entre un hombre y un fantasma, el novelista es un verdadero creador y su libro una auténtica novela”. Opinión que resume la calidad técnica y psicológica de Juan Marsé cuando escribe o elabora una historia.

Otra opinión que redondea la presencia exitosa de Marsé en el mundo de las letras españolas, es la de José María Carandell: “Cuando parecía casi imposible que Juan Marsé superara la más perfecta de las novelas que se han escrito en Cataluña en los últimos diez años, Últimas tardes con Teresa, Marsé mismo dobla y redobla la perfección de aquélla con La oscura historia de la prima Montse, en la que nos entrega, con una gama muy variada de estilos y de puntos de vista, la misma y asombrosa cualidad de lo vivo, de lo gozosamente viviente”.

Un ajustado texto para un ajustado tomo enciclopédico donde el gran autor catalán es homenajeado por importantes escritores, sean novelistas, cuentistas, ensayistas y hasta sociólogos que se pasearon por la vida personal de quien hoy ha sido inmortalizado en esta ronda que la gente de la editorial Candaya (Barcelona, 2008) lanzó al mundo con gran acierto.

En aquella esquina, que usted también ve, querido lector, está Juan Marsé, a la espera de un autobús que lo llevará a cualquier parte mientras habla bajito y muy serio.

Que se retrate con sus palabras. Que se trace con mano firme la fábula y el dibujo de su mirada. Este Juan Marsé, de frente o de perfil, de lado y hasta sentado frente al tiempo, continúa su largo peregrinar sin bajar la guardia. He allí el maestro.