Poética del reflejo • Varios autores
Evangelios apócrifos

Comparte este contenido con tus amigos
“I wanna hold your hand”, de Trent Taylor

Mi espíritu vagaba en el caos del mundo
entre sótanos que temblaban
cuartos atónitos de sudor
y fracturadas tinas

Llegaste

Soy endeble como un puente olvidado
se resecan los gritos
se agrieta la voz
conozco tu respiración
como se conoce un tropiezo

Tú estás en mí

Rueda mi odio debajo del sol
me dejo intoxicar por letreros

Regreso una y otra vez
para sujetarme a los tranvías
a las piernas
al gusano de la infancia

Odio el tiempo que se posa en las lámparas
en los dientes
en la lluvia de gente civilizada

Una y otra vez caigo en tus pasos
como se cae en el recuerdo
de la propia tumba

Me estrello contra pedazos de palomas
contra racimos de lunas
contra ratas que me visten el nombre

Y vivo en la crueldad de tus labios
metidos en mi ombligo

La crueldad de tu boca como una flor de sangre

Amor
               amor
desgarra el esqueleto de mi llanto
separa mis latidos
bébelos por la noche
penetra en la anciana que me cruza

corazón
esclavízate
en mí
para que mi espíritu vuelva a vagar
en el caos del mundo

 


 

Yo te tomé del río
todavía sin dientes todavía
   una balada cursi que nos aprendimos de memoria
que corría por los pasillos del hotel
mientras tú dibujabas palmeras en mi espalda
en mi sangre y más abajo y más

Yo me incliné para escribir sobre la arena
guárdate las monedas y el odio
esos paseos que terminaban de golpe
ese regresarme a casa llorosa
vestida de plagas de mosquitos de plagas contra
el cesto sin tu ropa sucia

Amor
de esto se trata
            Tú y
yo me quedo aquí en medio del río
con los brazos como aquella tarde
crepusculizados
                porque no alcanzábamos a tener dientes
  no alcanzábamos

Luego se juntaron todas las noches
los vestidos bien planchados en el ropero
el ritual de cenar frente al televisor
que poco a poco terminó en rincones
rincón oscuro    habitación inversa
porque alguien prefería dormir temprano

a mí no me importa que haya una guerra afuera
¿por qué has llegado tarde?
a mí qué me importan esos chicos encajuelados
¿dónde están mis brazos?
a mí qué me importa si tienes que abrir los siete mares
te llamaré moisés porque te tomé al miedo

Mira ese pelícano no ha podido llevarse nada
mira esos primogénitos todavía no pueden dormir
mira ese cuadro estamos tan felices
Amor
de esto se trata
            Tú y
yo te voy a cantar todas las noches
y mi voz te colocará en una cesta pequeñita
en un río suave          en mi vientre

 


 

En el principio fue tu mano
y tu mano me llevaba por interminables jardines
por una ciudad infinita de estatuas y palomas

En un principio nuestro espíritu vagaba
entre las bancas de los parques

y dijiste   se hace tarde    despierta
      las tinieblas se unieron a la luz

me dejaste en un jardín de rostros
de flores asustadas

yo esperaba tu mano de nuevo tu camisa a rayas
el autobús que tomaríamos al caer la tarde

En el principio esos autobuses lentos
la credencial de estudiante los boletos que se deshacían
bajo la ansiedad de mis manos

Yo observaba una fase de la ciudad desde la última ventanilla
con la coleta    las calcetas blancas    los lentes
yo era la chica de la última ventanilla al atardecer

Y dijiste   mejor te vas ahora    no quiero volver a verte
porque necesitabas separar las aguas de arriba con las aguas de abajo

yo quería tatuarme una fase de la ciudad en la espalda
y beberme todas las bancas que colgaban de mis ojos

esas sucias palomas que no le tenían miedo
a nuestras manos al pan a los autobuses que rodeaban los parques
que ensuciaban la tarde lentamente

Así quedaron terminados los cielos y la tierra
y ni el canto de los automóviles a deshoras llegará a borrarnos

días que todavía llueven del recuerdo de tu mano
aves que aún se posan en una raya de tu camisa
flores asustadas que no pueden dormir

                                                  que no me dejan
                                                                  dormir