Los mejores libros de la década

La fiesta del Chivo
Mario Vargas Llosa
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La fiesta del Chivo, reseña por Estrella Cardona Gamio

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“La fiesta del Chivo”, de Mario Vargas LlosaEs un libro que no te deja indiferente ya que se ha construido sobre una base real, y yo diría mejor, más que no dejarte indiferente, que no considero sea el calificativo correcto, lo que hace es dejarte espeluznado. Veámoslo si no:

Su introducción es pausada, sinuosa, y se va desenrollando lentamente igual que el mazo de una cuerda; al principio, incluso, parece que divague yendo de unos personajes a otros, de unas situaciones a otras en un baile de recuerdos e imágenes; luego el sueño, o la pesadilla, se concreta, y el lector comienza a sumergirse en él, primero intrigado, después, progresivamente, preso de una fascinación despavorida ante la realidad de una historia que sabemos, a través de sus páginas, verídica.

La persona que recuerda en nuestro obsequio de lectores curiosos es Urania Cabral y este personaje tiene toda la resonancia de una heroína de tragedia griega; paso a paso avanzas con ella por su vida y al principio, distraídos con los flashbacks casi cinematográficos con los que Mario Vargas Llosa nos va guiando página a página, no atinamos a comprender lo que va a sucederle a la niña Urania, hasta que brutalmente el novelista nos da un empujón y comprendemos, otro horror más que añadir a todos los demás que vamos descubriendo paso a paso a medida que avanza la lectura.

Desde el punto de vista de un escritor, el manejo del personaje de Urania, la mujer que vuelve al cabo de los años para, de alguna manera, vengarse, está magníficamente logrado como hilo conductor; Urania y sus recuerdos convierten a La fiesta del Chivo en una novela amena ya que su autor ha tenido la picardía suficiente, a eso se llama oficio, de no cansar abrumándonos con un relato meramente histórico, que lo es, pero no aburre, y aunque todo finalmente transpire sangre y un sadismo que estremece todavía más por cuanto piensas que lo sucedido no es una invención, concluyes admirando otra vez al maestro que ha sabido presentarte una obra redonda a la cual ni le falta ni le sobra nada.

Teniendo presente que la mayoría de los personajes son reales, dice mucho a favor de Vargas Llosa, que la novela no se convierta en un todo rígido, nombres y fechas, sino en algo completamente distinto. Es una crónica novelada que no puede serte nunca indiferente aunque permanezcas ajena a ella como lector@, y cuando llegas al final, desvelados los principales misterios, lo que te asombra es que tanta maldad haya pasado en su momento, de puertas afuera de un país, completamente ignorada por el resto de la humanidad, si exceptuamos a quienes estaban al corriente.

Un país tan hermoso, bajo un maravilloso cielo azul, no se merecía ese gobernante ni la permisividad con que mantuvo su dominio sobre tantas y tantas personas, arrancándoles primero la alegría de vivir y después la misma existencia.

Ignoro si la historia de Urania Cabral es auténtica, es decir, si ella como individualidad existió bajo otro nombre, o si Urania Cabral es el compendio de muchas e infortunadas adolescentes, pero en cualquier caso, es un personaje que no debemos olvidar porque desgraciadamente es universal y su amarga experiencia tiene que sacudir conciencias aletargadas, que para eso muchas veces se escriben novelas.