El aprendizaje del misterio en Por los tiempos de Clemente Colling,
de Felisberto Hernández • Marta Spagnuolo
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Felisberto HernándezUna cautela generalizada evita llamar “novela” a Por los tiempos de Clemente Colling, y elige usar la calificación de “relato”, término ciertamente anodino. Un ejemplo: en una buena edición de obras de Felisberto Hernández titulada Novelas y cuentos,1 José Pedro Díaz —que la anota con indiscutible autoridad—, al referirse a PTCC, ECP y TdlM vacila: “Las novelas —mejor debieran llamarse, quizá, relatos— de Felisberto Hernández...’’. Dubitación cuya causa no explica, pero que de hecho proviene del “fundamento autobiográfico” que halla en estas tres obras de “pendiente memorialista”, a las que por fin llama “relatos extensos” y “relatos de evocación”, desacordando así con el título del volumen.

A mi juicio, Por los tiempos de Clemente Colling es una novela breve; no una nouvelle o novela corta —generalmente caracterizada por su concentración en un acontecimiento y una fábula claramente delineada—,2 sino breve en el sentido de la mera extensión, pero con unidad interna suficiente para constituir una novela. Por tal razón se deja leer de manera independiente, aunque sólo adquiere plena significación si se la considera como parte de una novela más extensa de la que participa también El caballo perdido. Ambas partes tomadas como una totalidad constituyen una novela lírica, del tipo de las “formativas”, “de educación”, o “de aprendizaje”.3

Llamo novela lírica a aquella concentrada en la experiencia subjetiva del personaje —frecuentemente un narrador en primera persona— que se revela mientras refleja el mundo de su percepción, organizándolo de una manera original en una textura de imágenes que trasciende el movimiento causal o temporal de la narrativa.4 En algunas, como en PTCC y ECP, la impresión de que el autor se identifica con el narrador innominado es tan fuerte, que es difícil leerlas sin sentir que se está leyendo un relato autobiográfico. En cuanto a su tipo, con las calificaciones empleadas me refiero al bildungsroman, que presenta el héroe en proceso de desarrollo al cabo del cual alcanza otro estado, por lo general el de madurez.

 

 


  1. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1985. A esta edición corresponden las citas de las obras de Felisberto.
  2. Cfr. Kayser, Wolfgang, Interpretación y análisis de la obra literaria, Madrid, Gredos,1958, pp. 117, 278, 279.
  3. En el marco de las obras de Felisberto, PTCC y ECP integran una suite de textos tonal y temáticamente vinculados, que nombro aquí por orden de publicación, sin que ello descarte que un estudio profundo de sus vinculaciones pudiera asignarles un orden diverso, discutir mi inclusión de algunos y hasta incluir otros que se me escapen: Por los tiempos de Clemente Colling (1942); El caballo perdido (1943); Tierras de la memoria (primeros fragmentos en 1944 y completa en 1963, edición póstuma); Nadie encendía las lámparas; El balcón; Mi primer concierto; El comedor oscuro; El corazón verde (1947); Mi primera maestra (1950); La casa nueva (1959), y el inconcluso Diario del sinvergüenza (1974). Todos ellos son percibidos como obra de un mismo narrador, que el lector tiende a identificar con el autor.
  4. Cfr. Freedman, Ralph, La novela lírica. Hermann Hesse, André Gide y Virginia Woolf, Barcelona, Barral Editores, 1972.