¿Cómo hacernos amigos de los libros
mientras vemos televisión?
• Marialcira Matute
Los libros son como pequeñas cajas de regalo: no sabemos lo que contienen hasta que los abrimosSéptima parte
Lo que se dice y se piensa de los libros
Comparte este contenido con tus amigos

Quizás todavía tengas alguna duda, pero seguro que cuando empieces a practicar todo lo que aquí te he propuesto, cambiarás tu forma de pensar acerca de los libros. Bueno, no se te ocurra hacerlo todo el mismo día. Es imposible. Te volverías loco. Esto es para disfrutarlo poco a poco, como cuando te regalan una caja de galletas y las vas disfrutando una a una, y te las vas comiendo de a poquito cuando llegas del colegio, o cuando te vas a acostar, o cuando lees un libro que te gusta, o cuando vas a ver televisión. Si te comes todas las galletas de un solo golpe, además de que se te van a acabar rapidito, lo que te puede dar es un dolor de barriga. Si lees un libro de un tirón te vas a marear, y si ves televisión 10 horas seguidas, te va a doler la cabeza.

Si haces las cosas poco a poco y las compartes, las vas a disfrutar más. Así es este libro, y casi todos los libros, para disfrutarlos de a poquito. Y para compartirlos con los demás. No guardes para ti lo que te regalan los libros, será más lindo que lo comentes con otros.

Ya te había mencionado que muchas personas piensan que los libros son un gran fastidio, y que quienes leen son una especie de bobos a quienes no les gusta hablar con la gente, ni ir al parque o a la playa. Pero sabes que no es así, a medida que te sientas más amigo de los libros, comprenderás que esto es totalmente falso.

El acostumbrarse a leer y disfrutar las palabras escritas nos ayuda a conocernos mejor, a ser más felices y a aprender cosas que en ocasiones hacen más felices a los demás. Los libros son como pequeñas cajas de regalo, muy bien envueltas. No sabemos lo que contienen hasta que los abrimos y comenzamos a explorarlos, a aventurarnos a jugar con sus palabras.

Y son cajas de regalo muy especiales, pues cuando ya te hayas acostumbrado a leer y te atrevas a escribir tus cosas, las cosas que inventes o quieras comunicar, te darás cuenta de que, como te he dicho, contienen algo de magia, un motor para la imaginación.

En muchas ocasiones, un libro que te guste, que leas varias veces porque te agrade de verdad, se convertirá en un amigo que te acompañe, que te haga pensar o sonreír. O ponerte triste para después alegrarte nuevamente.

Verás lo bonito que es escribir o recibir una carta o un correo electrónico. No importa que estés lejos o cerca de la persona a quien escribas. Vas a ver que muchas cosas se pueden expresar mejor en una carta que personalmente. Y la carta se puede guardar y releer cuando uno quiere. Es como si uno tuviera, cerca de uno y para siempre, un pedacito del corazón de la persona que le escribe.

Bien, ya te hablé mucho de los libros, que como habrás comprendido, son mis amigos y espero que comiencen desde ya a ser los tuyos.

He visto nacer en mucha gente una lucecita de curiosidad cuando les regalo un libroHe visto nacer, en muchos niños que conozco y quiero mucho, en jóvenes y en adultos, una lucecita de curiosidad cuando les regalo un libro, cuando se los leo, cuando les empiezo a explicar cuánta felicidad hay en cada página, cuánta magia en cada palabra. Esa lucecita yo sé que ha nacido en tus ojitos, al leer algunas partes de este libro que te han gustado.

Sé que de repente, has interrumpido en algún momento la lectura y has salido corriendo a pedir ayuda para empezar a jugar con las palabras como te he propuesto que lo hagas. O has querido comentar con otros lo que has ido aprendiendo aquí.

Para que te quedes pensando, y haciéndote muchas más preguntas desde ahora mismo, te voy a referir en palabras sencillas dos cositas que escribieron unas personas en unos libros para gente grande, son libros que leí y me gustaron.

Aunque son libros para adultos, como sólo te refiero un pedacito, vas a poder entender lo que leí en ellos. Los libros para adultos son más largos y complicados que los libros para niños. Por eso es mucho mejor comenzar acostumbrándose primero a los libros para niños, que son más sencillos, más cortos, y muchos de ellos tienen dibujos tan bonitos.

Fíjate que aunque lo estoy copiando, te digo que las cosas que quiero que leas y están copiadas más adelante no las escribí yo. Eso se llama referir a un autor y no es malo, siempre que lo adviertas a los lectores y digas en cuál libro estaba escrito.

La primera cosa la leí en un libro llamado Domingo de Ramos (Ediciones Vintage) que escribió un autor de Estados Unidos llamado Kurt Vonnegut. Él dice que como escribir significa poner en papel las cosas más íntimas y a veces las más bonitas que un ser humano guarda dentro de sí, quienes no leen se pierden de compartir cada una de esas cosas que escribieron las personas más inteligentes de todas las épocas.

La segunda cosa que leí y quiero compartir contigo, la escribió un autor colombiano que ha ganado muchos premios y cuyos libros te van a gustar mucho cuando seas grande, porque son muy hermosos, creativos y llenos de ingenio. Él es un mago con las palabras. Se trata de Gabriel García Márquez. Como esto lo voy a copiar con las mismas palabras que usó el autor en su libro Cómo se cuenta un cuento (Editorial Norma) entonces las voy a copiar entre comillas y así voy llegando al final de este libro para que te quedes en compañía de estos pensamientos.

“Lo que más me importa en este mundo es el proceso de creación. ¿Qué clase de misterio es ese que hace que el simple deseo de contar historias se convierta en una pasión, que un ser humano sea capaz de morir por ella, morir de hambre, frío o lo que sea, con tal de hacer una cosa que no se puede tocar y que, al fin y al cabo, si bien se mira, no sirve para nada?”.

Eso dice el escritor, pero ya hemos visto que esta cosa que no se puede tocar que es la creación con las palabras, parece que sirve para mucho. Sirvió para que nos conociéramos. Para proponerte cosas. Piensa mucho en eso. Prueba a hacer todas esas cosas. Yo seré feliz si algún día me entero de que por lo menos tú te hiciste amigo de los libros.

Quiero también compartir contigo una frase de un libro infantil, que a lo mejor tú leíste, es el cuento El cerdito que amaba el ballet (Monte Ávila Editores Latinoamericana) de la escritora cubana Cheli Lima, que dice así:

“Si tus sueños te parecen posibles, no te rindas. Pero si tus sueños te parecen imposibles, mucho menos te rindas. Hay que ser valiente y perseverante”.

Sé valiente: atrévete a viajar del cine a la radio, a la televisión, a los librosSé tú también valiente, atrévete a viajar del cine a la radio, a la televisión, a los libros, de libro en libro. Empieza a leer hasta que te fastidies y salta a otro libro, luego regresa al que no habías terminado, viaja por sus portadas, por sus hojas internas, pasa una tarde en la biblioteca y elige muchos libros, revísalos todos a la vez, o revisa uno solo con detalle.

En los libros encontrarás cosas lindas, que hablan sobre culturas que conoces y sobre culturas que no conoces, y que descubrirás, como en esta poesía de Gustavo Pereira, un escritor venezolano que no cesa de asombrarse con lo hermoso que descubre en el idioma de nuestros hermanos indígenas y escribe poesías como esta, “Sobre salvajes”, de la que te refiero un pedacito: “Los pemones de la Gran Sabana llaman al rocío Chiriké-Yeetakuú, que significa Saliva de las Estrellas; a las lágrimas Enú-Parupué, que quiere decir Guarapo de los Ojos y al corazón Yewán-Enapué, semilla del vientre. Los waraos del delta del Orinoco dicen mejokoji (el sol del pecho) para nombrar el alma. Para decir amigo dicen Ma-Jokaraisa: mi otro corazón. Y para decir olvidar dicen Emonikitane, que quiere decir perdonar...”.

Cuántas cosas están en los libros. Cuántos libros diferentes se han escrito y se siguen escribiendo. La magia está en que de vez en cuando, más veces de las que tú crees, uno de esos libros se diferenciará de entre los otros y no te dejará soltarlo hasta que lo termines. Y así te pasará con muchos libros. Y de ellos viajarás a las películas, a la televisión, a la radio, a otros libros y así, en un camino que estás empezando y que es largo, largo, sin fin. Interminable.

Como la felicidad de haber escrito este libro para ti, de haber intentado que te hagas amigo de los libros mientras ves televisión, o vas al cine, o juegas en la computadora. Como la felicidad que nos hace sentir Aquiles Nazoa, el escritor más sencillo y más dulce de Venezuela, que escribió una oración a la cultura, a la creatividad, que ojalá algún día quieras leer completa y que termina así: “...creo en la amistad como el invento más bello del hombre; creo en los poderes creadores del pueblo, creo en la poesía, y en fin, creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama”.