Merced de umbral • Wilfredo Carrizales
XXI

Tuerzo la lámpara y no se tuerce la candela. Acerco un ojo y quedo tuerto. Me echo el aceite y poco a poco me curo. Mecha hay para rato y pabilo y papel retorcido por la mala escritura. ¿Quién me ampara entre tanta oscuridad?

La lámpara sube hasta el techo y me hace tragar la mucosidad. Torcido me sobo el pecho; arrodillado me da por rezar.

Tengo cordeles en los dedos; contorsión en la lumbar. Por una pajuela pondría mis manos en acción. ¡Que se me quemen las mucosas! Necesito antorchas de a dos. Si giran las agujas, los hilos entrarán por su tensión.