~~~~~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ Edición 5 15 de julio de 1996 ~~~~~~~~~~~ =========================================== ~~~~~~~~~~~ LETRALIA ~~~~~~~~~~~ Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ =========================================== ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ una revista literaria dedicada a ~~~~~~~~~~~ divulgar el trabajo intelectual ~~~~~~~~~~~ de los escritores latinoamerica- ~~~~~~~~~~~ nos dentro y fuera de Internet. ~~~~~~~~~~~ Agradecemos comentarios, críti- ~~~~~~~~~~~ cas o contribuciones literarias ~~~~~~~~~~~ ~ a Jorge.gomez@caracas.bbs.ve. ~~~~~~~~~~~ ~~~ ***** ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Contenido de la edición 5, 15 de julio de 1996 ======================== ** Editorial ** Red de Letras. Jorge Gómez Jiménez. ** Noticias culturales ** Creando con la ciudad como materia prima. / Curso de guionismo cinematográfico. / Reinventando a Venezuela. / Bienal de Literatura Miguel Ramón Utrera. / I Bienal de Poesía Universitaria Teófilo Tortolero. / Concurso Regional de Literatura Alarico Gómez, en Monagas. / Concurso de ensayo de Caracas YV BBS. / IV Bienal de Escritura de Escuque. ** Literatura en Internet ** Literatura argentina en el Web ** Las letras de la Tierra de Letras ** Relatos de Mirco Ferri. / Prosa y poesía de Miguel Rodríguez Vergara. / Híbridos de Fredy Ramón Pacheco. ** Notas del editor ** Cómo enviar material a Letralia, Tierra de Letras. / Las casas de la Tierra de Letras. === Suscríbase a Letralia, Tierra de Letras =============================== Para suscribirse envíe un mensaje a Listserv@rediris.es con el Subject en blanco y el siguiente comando en el cuerpo: SUBSCRIBE LETRALIA === Editorial ============================================================= Red de Letras En los escasos dos meses y medio de vida de la Tierra de Letras, hemos constatado que existe una actividad febril en torno a la literatura, y al hecho cultural en general, en los intrincados recovecos de la red. Constantemente aparecen en Internet nuevos frentes desde los cuales los escritores del continente hacen gala de sus esfuerzos por modificar la faz de la gran telaraña contando con las letras como su única arma. Cinco ediciones han salido de Letralia, Tierra de Letras. En el transcurso de estos dos meses y medio hemos recibido el llamado para la interacción con varias revistas del mundo. "En este país, donde ahora vivo, edito una revista de crítica y cultura", nos escribió, acerca de su revista "Piel de Leopardo", Jorje A. Lagos (Jaln@interlink.com.ar) en un mensaje de correo electrónico que ya cumplió los dos meses. Ya se han establecido los primeros lazos para generar intercambio entre la Piel y la Tierra. "Textos, Creación y Crítica", revista literaria que circula desde la Universidad de Carolina del Sur, también se ha puesto en contacto con nosotros mediante su codirectora, Graciela Tissera (Tisserag@cofc.edu). "Melibea", revista de cultura hispana, nos ha ubicado también a través del correo electrónico para unir puntos comunes: "el interés en apoyar la cultura en la lengua que hablamos a ambos lados del Atlántico". "Melibea", que no se limita a la literatura sino que engloba todos los ámbitos de la cultura, puede ser contactada a través de Melibea@abaforum.es. También el periódico de opinión universitaria "La Cuestión", entre cuyas páginas hemos encontrado a valiosos ensayistas, y que es distribuido por su editor, Eloy Cano Castro (Ecc@conicit.ve), nos ha brindado el honor de visitarnos personalmente para establecer el nexo. Desde España hemos recibido el saludo de parte de la publicación "El Milano", en la persona de Fernando Bueno (Fbueno@mail.ddnet.es), quien nos acota que aunque su revista no es muy literaria, "dispone de artículos de opinión, al tiempo que hacemos un comentario de un libro cada mes. Básicamente pretendemos simplemente hacer reflexionar a los lectores sobre temas cotidianos pero que pueden tener una gran importancia para cada individuo". Igualmente se ha planteado el intercambio. Finalmente, agradecemos también el llamado que nos ha hecho "Venezuelan Literature and Arts Journal" (VLAJ), que desde Hamline University, en Saint Paul, Minnesota, EUA, y a través de su editora y fundadora, Rossi Irausquin-Johnson (Vlaj@seq.hamline.edu), nos invita "a usted y a sus colegas a colaborar con trabajos para la revista. Recibimos reseñas de libros, entrevistas, biografías de escritores venezolanos, así como también trabajos de un máximo de diez páginas". Reciban todos ellos nuestro agradecimiento por poner sus ojos en el desarrollo de los acontecimientos en la Tierra de Letras. Letralia colaborará entusiasta con todos. El editor. === Noticias culturales =================================================== *** Creando con la ciudad como materia prima "La ciudad como escenario y materia prima para la creación artística" es el foro que este jueves 18 de julio presentará Espacios Unión en el auditorio de la Torre Grupo Unión, en Caracas. Definido como "un encuentro para reflexionar sobre las relaciones entre el creador y la ciudad", el foro está enmarcado por la exposición "Atmósferas urbanas". Participarán como ponentes: Alejandro Balico ("Relaciones hipotéticas"), Eugenio Espinoza ("Vida urbana y pintura rupestre"), Federico Fernández ("El archivo urbano"), Carlos Gómez ("Posibles Caracas"), Blanca Strepponi ("Nuestra naturaleza es mental") y Zuleiva Vivas ("La ciudad expuesta"). Fungirá como presentador Tulio Hernández. La participación es gratuita. El foro inicia a las 4:00 pm del jueves 18 de julio en el auditorio de la Torre Grupo Unión, mezzanina A, en la avenida Universidad, esquina El Chorro, Caracas, D.F., Venezuela. *** Escribiendo para el cine El Instituto de Creatividad y Comunicación, en conjunción con el Conac, invitan al curso "¿Cómo escribir las películas que la gente quiere ver?", con el profesor Jordi Gasull, máster en Cine y TV (Ucla), profesor de guionismo en la Universidad de Navarra y guionista de cuatro largometrajes. El curso ofrece a quienes se integren, los enfoques de Hollywood y el cine-arte europeo, así como la presentación del documental "Mitos y leyendas" y guiones en español de tres películas, como material de apoyo. El costo es de Bs. 70.000 y hay cupo limitado. El curso se estará desarrollando entre el 18 y el 20 de julio de manera intensiva (27 horas) en la Torre La Primera, piso 15, avenida Francisco de Miranda, Campo Alegre, Caracas, D.F., Venezuela. También habrá, sobre el mismo tema, una conferencia (entrada gratuita) en la Cinemateca Nacional, el 17 de julio a las 6:00 pm. Toda la actividad es patrocinada por la Embajada de España, Fundayacucho y el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía. Más información en el Icrea por los teléfonos 58 2 2847877 / 2840955 / 2840512. Fax: 58 2 2864787. *** Reinventando a Venezuela Reinventemos a Venezuela es el sugestivo nombre de un proyecto que tiene por finalidad manifestar diversas salidas a las crisis venezolana. El 29 y 30 de julio, en el marco de este proyecto y entre las 8:30 am y las 5:30 pm, la Sala A del Ateneo de Caracas será escenario para el seminario "La cultura de la violencia y sus antídotos". Participarán personalidades de la cultura y la opinión pública general venezolana, como Gustavo Linares Benzo, Marta Colomina, Alfonso Molina, Tulio Hernández, Elio Gómez Grillo y Manuel Caballero, entre muchos otros. El costo del seminario es de 5.000 bolívares para el público y 3.500 para estudiantes y ateneístas. Mayor información por el teléfono 58 2 5734600, extensión 57-58. *** Bienal de Literatura Miguel Ramón Utrera Continúa en período de recepción de obras la Bienal de Literatura Miguel Ramón Utrera. La fecha tope es el 6 de septiembre. Las bases pueden conseguirse en la edición 3 de Letralia. *** Poesía universitaria Todavía hay tiempo de que los estudiantes, profesores, empleados y obreros de las universidades nacionales envíen sus libros inéditos de poesía a la I Bienal de Poesía Universitaria Teófilo Tortolero, cuya fecha tope para la recepción de material es el 9 de septiembre de 1996. Las bases salieron en la edición 4 de Letralia y, si usted desea más información puede llamar a los teléfonos 58 41 421555 / 421113. *** Concurso regional de literatura auspician desde Monagas También continúa vigente el Concurso Regional de Literatura Alarico Gómez, auspiciado por el Instituto de la Cultura del estado Monagas. Las bases fueron publicadas igualmente en nuestra edición 3. La fecha tope: 25 de septiembre. *** Un concurso en línea El concurso de ensayo de Caracas YV BBS, cuyas bases fueron publicadas en nuestra edición 4, continúa en período de recepción de material hasta el 1 de noviembre de 1996. Consiste en elaborar un ensayo sobre el tema "Las comunicaciones dentro de veinte años". Más información en Caracas YV BBS por el teléfono 58 2 5776145 o al buscapersonas 58 2 6091822 clave 32916. *** Tres géneros participan en la IV Bienal de Escritura de Escuque El Ateneo de Escuque invita a los escritores venezolanos residenciados dentro o fuera de Venezuela, así como a los extranjeros establecidos dentro del país, a participar en la IV Bienal de Escritura 1996, que premiará este año los géneros de poesía, crónica histórica y ensayo. La fecha tope para la recepción de los materiales es el 30 de noviembre de 1996. Para el género ensayo participarán únicamente los estudiantes hasta el tercer nivel nativos del estado Trujillo o que estén actualmente cursando estudios en esa entidad federal. Los trabajos en esta mención deben tener una extensión que supere las treinta cuartillas a doble espacio, serán firmados con nombre propio e incluirán datos personales y constancia de estudio, además de la documentación que certifique ser nativos de Trujillo, para quienes estudien fuera de esta entidad. El tema del ensayo será "Realidad actual y posibilidades de desarrollo de Escuque: económica, cultural y turística". El género poesía requiere de un poemario con extensión mínima de cuarenta cuartillas a doble espacio y el tema es libre. El género crónica histórica deberá constar de un trabajo de noventa cuartillas como mínimo, a doble espacio, sobre el tema "El Liberalismo en la región de los Andes venezolanos". Para los tres géneros, el material deberá ser entregado en original y tres copias. Los géneros poesía y crónica histórica deberán ser firmados con seudónimo, entregando en sobre aparte los datos personales del autor. La premiación constará de cien mil bolívares, diploma y publicación, para poesía; doscientos mil bolívares, diploma y publicación, para el género crónica histórica, y una beca mensual de cinco mil bolívares (de un año de duración), diploma y publicación, para el género ensayo. El Ateneo de Escuque se reserva el derecho de publicación de las obras presentadas por un lapso de hasta dos años. El jurado estará compuesto por Ana Enriqueta Terán, Juan Calzadilla y Francisco Pérez Perdomo, para poesía; Guillermo Morón, Elías Pino Iturrieta y Silvio Villegas, para crónica histórica; y Juan B. Rivero, Francisco Prada B. y Roberto Barrios, para ensayo. El veredicto se dará a conocer la primera quincena de enero de 1997 y los premios serán entregadas durante la segunda quincena del mismo mes. Si desea participar en este concurso, envíe su material a la siguiente dirección: Ateneo de Escuque, calle Miranda Nº 10, Escuque, estado Trujillo, Venezuela. Teléfonos: 58 71 950175 / 312020. ====================== Envíenos información cultural ====================== Este espacio está destinado principalmente a la divulgación del trabajo de los escritores latinoamericanos, pero no desdeñamos la difusión de las noticias culturales, que siempre son de interés. Contáctenos a nuestras direcciones y envíenos toda la información que pueda. === Literatura en Internet ================================================ Literatura argentina en el Web http://lenti.med.umn.edu/~ernesto/Literatura.html Ernesto Resnik mantiene la página "Literatura argentina contemporánea", un complejo enredijo de enlaces a otros sitios de literatura en Internet y de críticas, biografías y obras de los grandes escritores sureños del momento. La literatura argentina ha dado al mundo algunas de las mejores obras. Escritores como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Roberto Arlt, Ernesto Sábato, Manuel Puig y una larga lista de argentinos, han creado, para deleite de los lectores de todo el mundo, una literatura con muchos puntos de vista y un hilo conductor que permanece a través del estilo. Este rincón del Web, extenso por demás, incluye pequeños bosquejos biográficos, cuentos, poemas y fragmentos de novelas y ensayos que han servido como material de exportación cultural de esa nación sureña. La sección de crítica es también muy completa y, como el resto del material, es actualizada constantemente. En nuestra última revisión encontramos críticas a "Borges, esplendor y derrota", de María Esther Vásquez; "En viaje", de Adolfo Bioy Casares, y a "Santa Evita", de Tomás Eloy Martínez (dos artículos de Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes), entre otros, todos libros de reciente aparición. Igualmente, la página tiene una serie de enlaces a noticias sobre el quehacer literario y la actuación de los escritores argentinos en el resto del mundo. También se puede acceder desde ella a una serie de instituciones que hacen vida cultural dentro y fuera de Argentina, siempre relacionada con los escritores sureños. Y hasta un ranking de ventas con el reporte de los libros más vendidos en Buenos Aires. Los recopiladores del material existente en esta página son Ernesto Resnik (ernesto@gene.med.umn.edu), Eduardo Tabacman (tabacman@bdl.fr) y Elena Achával (achaval@math.umn.edu). Un excelente medio para conocer sobre la literatura argentina, sumamente rica en tendencias. === Relatos de Mirco Ferri ================================================ (Nota del editor: empecinado en el tratamiento intimista de sus vivencias, Mirco Ferri, venezolano, nos entrega en esta edición de Letralia su visión de dos obsesiones principales: la frontera entre ciertos estados demenciales y la cordura, y el retorno al hogar). ¿Demencia? Me asomo a la ventana y lo veo. Ahí está. Hoy, con la camisa a cuadros (¡la camisa a cuadros otra vez!), asomándose fugazmente, quizás viéndome verlo. Ahora sigue con su extraño ritual: se pasa las manos sobre la cabeza, gesticula exageradamente, toma su inseparable paño y se lo pasa por todo el cuerpo. Aún no he podido entender cuánto tiene de loco y cuánto de cuerdo. A veces, pienso que está riéndose de mí, que su accionar tiene la única finalidad de hacerme conjeturar el motivo de su comportamiento. Pero no. No puede ser. A menos que el de la mente extraviada sea yo, y todos los que contemplamos su cotidiano espectáculo. Pienso que todos tenemos algo de voyeuristas, aunque tal vez lo hago para justificarme. Lo cierto es que mi vecino de enfrente ha logrado desafiar mi imaginación, ya que todos los días me asomo a verlo, siendo rara la vez que me defraude su actuación. Pasó una vez que el vecino desapareció por algunos días, y entonces pensé que se lo habían llevado. Puedo decir que llegué a extrañarlo. Pero al poco tiempo apareció, con su misma desconcertante actitud. Muchas dudas me embargan: ¿de qué vive?, ¿quién cuida de él?, pero lo cierto es que el vecino vive únicamente acompañado por sus alucinaciones, o por lo menos eso parece. Quizás algún día logre descubrir el misterio que rodea a mi extraño personaje. Por ahora, deberé contentarme con imaginar su vida, y con observar, cual mirón, sus extrañas evoluciones. === Retorno Hace algún tiempo decidí pasear por mi primer vecindario. A pesar de estar situado en un sitio bastante céntrico, no había tenido la oportunidad de volver a él, aunque la nostalgia me solicitaba esta visita desde mucho atrás. Este reencuentro se me antojaba como rejuvenecedor, como si tuviera la extraña virtud de devolver el tiempo y regresarme a mi infancia. A medida que me acercaba, sentía que me embargaba una especie de ansia. Era algo así como el regreso al hogar, un hogar que fue bondadoso con nosotros y el cual abandonamos irreflexivamente, en pos de experiencias nuevas, sin tomar en cuenta lo que se dejaba atrás. Por supuesto que no esperaba encontrar ninguna cara conocida, ya que mi ausencia se prolongaba por más de veinte años; pero sí anhelaba renovar el contacto con las calles y casas que de alguna manera se habían alojado en mi memoria y contribuyeron a formar mi modo de ser, algo nostálgico y retraído. Ya llegaba: en la esquina, un grupo de muchachos estaban reunidos en un extraño conciliábulo. Están jugando metras, pensé, ya que eso era lo que yo podría estar haciendo, a su edad y en esa actitud. Pues no, pequé de inocente: los muchachitos estaban muy ocupados sorbiendo los vapores emanados de un pote de pegamento, y ni siquiera se molestaron en ocultar su actividad. Yo, por mi parte, cambié de acera, sin querer darle mucha importancia al asunto. Ese detalle no empañaría mi retorno a la infancia. Apurando el paso, me acercaba al edificio en donde había vivido: en mi memoria era alto, imponente, casi podría decir que señorial, rodeado de amables quinticas que le servían de marco y resaltaban su grandeza. Duro fue el encontronazo con la realidad: el edificio, que realmente contaba con escasos cinco pisos, estaba en el peor estado de abandono, y las casas que lo circundaban se habían convertido en talleres mecánicos o en comercios de la más variada índole. Las pocas personas que deambulaban por la calle no me recordaban a aquellas que habitaban mis recuerdos; de alguna manera parecía gente venida a menos, que indolentemente mostraba su indigencia. No hace falta decir que ya la desilusión me había tomado, pero decidí seguir adelante. En algún lugar encontraría algo que no hubiera cambiado, que justificaría mi excursión. Decidí dirigirme al final de la calle, en donde seguramente seguiría estando la mansión de la hacienda que era antiguamente el vecindario. Esa casa, que por lo inaccesible y majestuosa nos hacía soñar a los pequeños con cuentos de capa y espada o de aparecidos, que a pesar de estar vedada para nosotros sintió alguna vez las incursiones de nuestra pandilla por sus prados, buscando los mangos que generosamente brindaban sus añejas matas, tendría el don de retrotraerme a mi infancia, cosa que ya se me estaba volviendo algo así como una obsesión. La antigua construcción coronaba una pequeña colina, sembrada de césped que los jardineros mantenían el mejor estado de verdor; un sencillo letrero clavado en una estaca anunciaba el nombre de la estancia. Todos estos detalles estaban presentes en mi memoria, y quería confrontarlos con la realidad. Llegué, al fin. Aunque lo mejor sería no haberlo hecho. Un monstruoso conjunto de edificios usurpaba el lugar que antaño había sido de la casa. La colina había sido arrasada, y del jardín no quedaba la más remota traza. El afán urbanista y la búsqueda incesante del lucro se encargaron de destruir el entorno de mi infancia. A partir de ese momento, tomé una decisión. De ahora en adelante, efectuaré estos paseos utilizando los jirones de recuerdos que están desparramados por mi memoria, sin salir de casa. Será menos doloroso. ** Mirco Ferri, de ascendencia italiana, reside en Caracas y es consultor en Informática. Mirco@eldish.lat.net === Prosa y poesía de Miguel Rodríguez Vergara ============================ (Nota del editor: Miguel Rodríguez Vergara vive en pos de la explicación de Dios y las grandes motivaciones de los hechos humanos. Letralia ofrece hoy a los habitantes de la Tierra de Letras estas dos pequeñas muestras de su prosa y de su poesía). Los ojos del espejo Allí están otra vez esos ojos expresivos, esos ojos desorbitados color de sangre acusándome, cual juez a su rehén. Son los mismos, puedo descubrirlo en su expresión de odio y lástima a la vez. Ellos recorren mi cuerpo como clíper en el mar. Se quedan fijos, viéndome, reprochando con odio toda mi existencia. Vuelven a moverse en forma saltona y desequilibrada. De pronto se clavan en mí, como si fueran cuchillos atravesando cada átomo de mi cuerpo. En ellos veo nostalgia y arrepentimiento. Tratan de decirme algo y a la vez siento que no quieren. Lloran, se hinchan de dolor y me contagian su sentimiento. Veo sus lágrimas correr cual torrente sin parar. De pronto cobran valor y me dicen: "Hazlo; debes hacerlo". Cierro mis manos, me siento en el piso y oigo el latido de mi corazón que salta de tal manera como si quisiera salir de mí. Dejo descansar mis párpados y nombro la palabra "¡Dios!", y luego me lo reprocho. Abro mis ojos y vuelvo a ver aquellos, que pertenecen a un cuerpo que ahora suda, tiembla y delira de emociones confundidas, miro hacia otra parte para tratar de disimularlos y luego vuelvo a ver al lugar donde estaban y los consigo nuevamente, viéndome profundamente como si estuvieran pidiendo mi alma. Ellos me castigan, me atormentan con su mirada fija. Pero ahora no sólo veo éstos, sino también una boca con una sonrisa burlona y picaresca. Ella me dice: -Tú eres el culpable, y por lo tanto debes hacerlo. Anda, hazlo, será fácil. Bajo mi cara. Seco el sudor de mi frente y froto mis ojos cansados y llenos de oscuridad. Suspiro y me quedo dormido. Veo en mis sueños todas mis frustraciones. Lo que no pude tener, que en este sueño eran las nubes que en lo más alto se iban con la brisa y yo viéndolas, lloraba por no poderlas alcanzar. Sentí mi odio hacia los demás, que era una culebra enrollada triturando mi cuerpo, tratando de morder mi cara. Veía todo lo que obtuve con trampas, que eran sombras que me perseguían incansablemente. Me vi niño, adolescente, anciano, todas las etapas de mi vida una a una rápidamente. De pronto veo un anciano de túnica negra, ojos profundos y sus brazos abiertos acercándose como si lo trajera la brisa; rápidamente llega a mí y me dice: -Bienvenido. Bienvenido a lo que realmente eres. Sombra, sombra de oscuridad. Bienvenido a la nada, ¡miserable! De pronto, sobresaltado, me despierto. Abro mis ojos y están los mismos verdugos acusadores viéndome fijamente, pero esta vez veo en ellos tristeza, resignación e infinita melancolía. De pronto cambian, tiemblan, lloran de odio y se desorbitan. Y yo desesperadamente trato de controlarme. -¡Dios! -grito. Me sereno y me enfrento a ellos acercándome lentamente y observándolos fijamente, ya sin miedo, sin temor, sin nerviosismo llego a ver su iris color de noche y en ellos diviso la minúscula imagen de un cuerpo que yace desnudo en el suelo frente a un espejo y el eco de una voz ya apagada que dice: -Gracias, querido arsénico. === La pequeña duda Sueño despierto en mi peregrinar perpetuo, navego en los mundos de lo ideal y el materialismo, rasgo mi alma por mi conciencia, majestuosa diosa que me encadena. Miro al horizonte, volteo a mi pasado sin que los lados se den cuenta. Camino por mi cuerpo y busco el resultado. Consigo mi postración febril en la espera de mi sino. Analizo mis sueños, sólo símbolos oníricos. Sigue la constante. Creo en Dios y creo en mi conciencia, ¿cuál de los dos primero? Dios creador de mi conciencia o mi conciencia creadora de él. Cierro mi imaginación y me busco. Casi no me hallo. Sólo veo mi cuerpo envuelto en un aura hecha por las ideas que se adhieren a mí llenándome de manchas visibles a todos. Indago, analizo y pienso; doy vueltas en el mismo sitio. Sigue la úlcera de la duda impregnada en las paredes de mi mente. Ella me pregunta: ¿Hay que creer en Dios por temor o por amor? ¿Quién ama a Dios? ¿Quién es Dios? ¿Seré yo mismo, por casualidad? ¿O será alguien que quiso que sea? ¿Quiénes son los dementes? ¿Quiénes temen a su conciencia? ¿Quiénes la queman? Filosofar no es un arte, es una agonía. Levanto mi frente; abro bien mis ojos en la oscuridad y prosigo con mi condena, seguir viviendo. ** Miguel Rodríguez Vergara, escritor venezolano radicado en Cagua, estado Aragua, Venezuela. === Híbridos de Fredy Ramón Pacheco ======================================= (Nota del editor: ha llegado a la Tierra de Letras un escritor muy peculiar, Fredy Ramón Pacheco, quien conjuga la poesía, la narrativa, el ensayo y el combate intelectual. Los escritos incluidos aquí hablan por él). No temas, es simple insomnio... El color del aceite, la turbulencia de mis manos reteniendo la ginebra en compás de espera, haciendo esfuerzos para encontrar las ansias de ayer, la textura del vientre y mi respuesta inmediata a cualquier locura del pensamiento. Mirar desde la ventana a través de las rejas recordatorias del compromiso. Un enjambre de luceros nebulosos que también permanecen ahí, a esa hora de la madrugada de septiembre nueve años consecutivos. Me sorprendes. Casi amanece, no te dice nada la aurora. Hace varios meses contemplo ese mismo amanecer, y tu duermes plácidamente la fantasía del hogar. Recuerdo a Marelein. Ebrios desesperados tempestad de amantes en la playa. El placer, sin embargo, frustrante, inhibido, sin poesía. Doloroso más bien. Regresas a la habitación: "Te espero", dices como dijiste anoche. No llego. Lo sabes. Sólo duermes y eres feliz. Este dolor envuelve, regado en la cuenca de mis manos paraliza mi tristeza unos segundos. Tú continúas tranquila. Sueñas. No tengo otra salida. Me atas a esas rejas casi imperceptibles pero ciertas de la ventana este amanecer, esperando la siguiente noche. Los pigmentos aceitosos humedecen la piel dejando huellas eternas en el lienzo incoherente y desnudo; soporte de todas las angustias recopiladas, codificadas en orden regresivo, deteriorándose en tenues pinceladas. De este calvario asomado al espejo sólo tienes el desecho que utiliza la realidad cada día. De todos modos no hubiera dormido en paz en otros brazos. En ellos había ventanas con rejas y luceros que amanecerían conmigo despiertos añorando reposar después de la vida. Otra vez lo intentamos. En el deseo de besarte desaparecen los vestigios de locura que quedaban; los volúmenes yertos en la cama se tornaron fríos nuevamente. Dieron paso al tiempo tuyo y mío, ese que no sacrificamos nunca, lo único que nos pertenece cercano, después de mirarnos cansados de hastío todos esos años agonizando. Regresamos al sueño y a la ventana. Los pasos de un transeúnte del destino arrastran la melancolía; despejan las sombras de la noche que volverá con los mismos pasos de siempre, decantados, mimetizando las baldosas para ocultarse, quedarse diseminados sobre la tierra; no subir las escaleras, no abrir la puerta que lo clavará tras las rejas. Tú seguirás dormida. No temas, es simple insomnio... El lucero y el transeúnte son sonámbulos. Me divierto viéndolos pasar distantes, ajenos a mi sonrisa. === Carta desde Montreal a un hermano en Suramérica Aquí hermano en esta urbe descomunal y concreta a la temperatura en que hasta el alma se congela disfrazado de invierno refugiando la tórrida sonrisa apretando los maxilares escondiendo la lengua cansado de gritar carajos sin que nadie me entienda En mi estancia glacial copio imágenes que perciben mis ojos las imágenes que percibe mi cuerpo veo la mirada triste de un latinoamericano... y la copio veo su hambre... y me duele. Siento el abrazo afectivo de Ulises de Amaru de Beatriz y lo copio Después siento la muerte en sus brazos y vivo Después dejo el espacio humano y muero ¿Sabe, hermano..? Aquí los latinos también tienen sueños vanos... ¿Recuerda a Bolívar? "Prisionero de su grandeza" murió solo. Le prestaron una camisa para que no muriera desnudo el pensamiento ¿Recuerda el palacio de la Moneda? ¿recuerda al compañero Allende? Solo infinitamente solo defendiendo la paz a punta de metralleta. Y los socialistas oprimiendo las sienes del compañero Allende. Pero aquí hermano todos son bolivarianos todos son allendistas todos se dicen de izquierda. ¿Sabe, Poeta? Aquí está enquistado el affaire de la caridad burguesa. Lo llaman "ayuda" y lo lamento hermano escribir este fonema sin posibilidad poética. Pero es mercado de mercachifles que hasta con el alma de los immigrantes hermanos comercian. Y... los cholitos y los pastusos y los centroamericanos, amazónicos colores de voces tiernas. Néctar dulce de la América eterna. Hermano... cómo lloran mis ojos al verlos cabizbajos bailando afrodisíacos pasos en los subsuelos sandungueando merengues adormecidos por el silencio engañando las cuecas. Usted no lo va a creer hermano usted que hace del arte visual un experimento imagínese en un lienzo, una musa de infinitos surcos en la comisura de los labios cantando huainos. Y un auditorio de cuervos con sus maletines de opio llenos de mentiras llenos. ¿Los pastores? No crea que son como el flaco Jacinto o el negro Raymundo desgarbados y enjutos arriando ovejas macilentas. No hermano éstos son gordos y rozagantes finos gourmets sentados a la humilde mesa de sus fieles ovejas apipándose de pupusas frijoles sebiche y tamales. Poeta... aquí no hay perros muertos de hambre como los yusos de la comadre Teresa, esos guinos que lo miran a uno como hermanos en democracia desde las puertas del restaurante. Nada de eso Tener vida de perro aquí es verdadera vida mientras tenga la cadena puesta Acunaditos altivos respingados elegantes con sus abrigos multicolores en brazos de su mejor amigo el hombre De la cultura le digo hermano... hay más culturientos que poemas hay mil francotiradores fusilando a Neruda y a Vallejo Eructan sus conciencias atragantándose de miedos anclados en el pasado rumiando versos pendejos. === Sonrisa en tres tiempos Transformamos la sonrisa en mercadería. La más sutil de las expresiones del hombre se vuelve espectáculo de circo. Es el pase de entrada a la gran fiesta; mecanismo bien aceitado engaña las funciones biliares. Pantalla refractaria permite ver desde las glándulas suprarrenales la tragedia humana. Ejercicio altamente especializado para el éxito de la demagogia. Delicada alternativa del amor frustrado. Movimiento incondicionado de los músculos faciales. Mutación de la risa. Miedo evidente; frase entrecortada. ¡Miedo! Inventada por Séneca; lapidario monótono murmullo entre labios filtra luz a la osamenta del calvario. Allí comienza a divisarse el interior del ser. Por ese resquicio se escapa el vaho tibio de la razón, o el frío, seco, mortuorio del alma. Fisura tímida que alimenta el sarcasmo en fib-back de pupilas escrutadoras inconscientes y vacías. El hombre, vestido de payaso, la nívea sonrisa dibujada alrededor de la boca, colocó su cara frente a nosotros detrás de una cámara; el flash número cincuenta mil en las manos del niño. A través de un visor la mueca mercantil del intruso estaba muy lejos de parecer sonrisa. "No tenemos dinero". El hombre disfrazado de payaso se quitó el sombrerín, los tirantes, los grandes zapatos; lavó la nívea sonrisa y se dispuso a contar el producto de cuarenta mil novecientos noventa y nueve fotos. Lanzó los billetes al aire, eufórico llenó de risa la habitación. Termina la función vespertina. Desesperados los hombrecitos vestidos de payasos venden el último globo. A la salida del pueblo un desierto invadido de grises deja escuchar una alharaca de voces festivas. Ditirambos fosforescentes irrumpen la noche y se confunden los que ya yacen polvorientos con las estertóreas risas del que espera en el umbral de la vida. Recordé aquellos instantes en las colinas de Tatemulco... Ella era la novia... Frente a ella aparece el manto gris azulado de la tarde. Las abejas extirpan el último pistilo ansiosas por regresar. Ella suspira, inhalando somnolencias circundantes y el humo espeso del cigarrillo entorchado entre los dedos. Intenta mirarse con una sonrisa compasiva, pero es imposible eludir la tragedia de soledad de esos diez años. Casi desde el mismo instante, cuando él dijo adiós, un arado comenzó a surcar su piel. "No hay poemas nuevos...", quiso preguntar como para recordar los pasos luminosos a través de las montañas escarpadas, en busca de sueños. La frase no tenía el suficiente énfasis, quizá porque vinieron a su mente los fantasmas que la aterrorizaron en esa aventura. Silvino trajo otra cerveza, terminó la música y continuamos en silencio un par de horas; sólo las manos hablando diálogos a veces conocidos; los labios se buscaban para herirse. Tatemulco comenzaba a oscurecerse. Las cayenas esperaban cálidas caricias de ella. Miró la niebla y cortó una vez más el flujo sensual como si despertara de la cotidiana pesadilla. Debía remontar las colinas esa tarde; se lo prometió a William Centella antes de morir. Deseaba retener un segundo el beso de rutina, pero ya estaban sus caderas asfixiando el gris contra la puerta. Mis manos apenas retornaban de la exquisita experiencia, aún embebidas en una especie de turbación giraron hacia mí buscando respuesta. "Se fue... tenía que irse", les respondí y comencé a imaginar volúmenes al final, mas allá de la noche. A la sombra del viejo cují, las cayenas depositadas por Rebeca prolongaban su existencia hasta la tarde del día siguiente, cuando ella taconeando con furia el empedrado, pasaba frente a las oficinas de su padre, rumbo a las colinas de Tatemulco para depositar otro manojo recién cortado; aún sangrante. Los desvalidos enterradores hacían sepulcral silencio esos instantes lóbregos llenos de oraciones interrumpidas por el gimoteo de la novia. Se detenía el tiempo; el cují dejaba paso libre a la brisa y los colibríes podían libar el néctar con asombrosa tranquilidad. Cada tarde, la inmovilidad circundante era mas pétrea. Cada día el toc-toc en la Calle Real era más acompasado. El jefe civil de Tatemulco era ya un retrato tras la ventana hasta que se descorría el crepúsculo y bajaba la novia de las colinas con una expresión de alegría en sus contornos sensuales. Un amor equinoccial Quizás embriagado siempre Ella era la novia Yo escribía los versos El tren de San Petersburgo Las alondras en la plaza Los senderos de Tatemulco Alimentaban los recuerdos. Bajo el cují de la colina Descifrábamos el misterio De este amor sin sentido Antipoético Sin equilibrio Era abstracto el silencio Ella extraña en el silencio Sólo quedó la risa escatológica Del amor en tres tiempos De impecables olvidos. ** Fredy Ramón Pacheco. Pintor y poeta nacido en La Grita, estado Táchira, Venezuela. Ha sido publicado por el periódico universitario Letras, el Papel Literario del diario El Impulso y la revista Ardi. Publicó el poemario "Versos exentos de desfiguraciones" y está a punto de publicar su revista "Lenguaviva" y su novela "A falta de guerras buenas son masacres", con prólogo de Douglas Bravo. Actualmente en Montreal, se define como refugiado político. Pacheco@odyssee.net. =========================================================================== "Una obra es siempre una totalidad que engloba múltiples significados siempre enlazándose, siempre anudándose, gracias a un lenguaje que apunta a fijar una particularidad y al mismo tiempo a las significaciones generales de una época en materia de estética". José Napoleón Oropeza, "Para fijar un rostro", 1984. === Cómo colaborar con Letralia, Tierra de Letras ========================= Si tiene algún escrito que quiere compartir con los lectores de Letralia, envíelo a Jorge.Gomez@caracas.bbs.ve acompañado de una nota autobiográfica de dos o tres líneas. No olvide incluir su nombre completo, la ciudad desde donde escribe y, si la tiene, su dirección electrónica. Usted puede enviar escritos de amigos que no tengan acceso a la red, siempre que la acompañe de los datos mencionados referentes al autor. No revisaremos materiales que no vengan debidamente identificados. 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