~~~~~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ Edición 69 3 de mayo de 1999 ~~~~~~~~~~~ ================================================ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA ~~~~~~~~~~~ Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ ================================================ ~~~~~~~~~~~ http://www.americadelsur.com/letralia ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras es ~~~~~~~~~~~ una revista literaria que ~~~~~~~~~~~ difunde el trabajo de escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos contemporáneos ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a letralia@rediris.es ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Miembro de la Biblioteca Circular ** http://bc.encomix.es === Sumario =============================================================== | "Ocho millones", Jorge Gómez Jiménez. | Editorial | Gobierno español entregará 500 millones de pesetas a la | Noticias RAE. / Tres tristes tigres para los setenta de Cabrera | Infante. / Manuel Vicent recibió el premio Alfaguara. / | Monte Ávila seleccionó once títulos de autores noveles. | / Presentada en Quito antología poética de Efraín Jara | Idrovo. / Alfaguara publica tres libros de Mario Vargas | Llosa. / Premio Rogelio Sinán es entregado a Miguel | Huezo Mixco. / Programa editorial mexicano publica diez | títulos. / Cierran bibliotecas en Venezuela. / Carlos | Cruz-Diez expone en La Habana. / Murió Maria Àngels | Anglada. / Tres miembros de excepción ingresaron al | Instituto Caro y Cuervo. / Hierro al recibir el | Cervantes: el Quijote se ha fundido con la humanidad. / | Casa de las Américas celebró su 40º aniversario con | música. / Cantantes hispanos realizan concierto en Miami | a beneficio de damnificados colombianos. / Murió el | artista venezolano Juan Loyola. / Creado foro de | discusión sobre Jorge Luis Borges. / Comienza el rodaje | del filme Borges. / Vargas Llosa gana el premio Ortega y | Gasset. / Venezolanismos al Drae. | | Primer Concurso de Cuentos Interactivos. / II Bienal de | Entre bases Literatura Juan Beroes. / II Concurso Literario Anual | Arístides Rojas. / 4º Concurso Nacional e Internacional | em Língua Portuguesa de Contos e Poesias "Poeta Nuno | Álvaro Pereira". / IV Premio Anual de Novela Fernando | Lara 1999. / Premio Nacional de Cuentos de Brujas y | Brujos "Criaturas de la Noche". / Bienal de Literatura | Augusto Padrón. / XLVIII Premio Anual de Novela Planeta. | / Concurso de Cuentos Juan Rulfo 1999. / V Certamen de | Narrativa Corta "Villa de Pasaia" 1999. / IV Premio de | Narrativa Vida y Salud. / I Concurso de Tanatocuentos. / | Bienal Municipal de Literatura Ciudad de la Juventud | 2000. / V Festival Internacional de Video Erótico "La | Paradoja Erótica". | | Boom. / mpp2. / Invitación. / Resúmenes mudados. / Tres | Paso de río poemas de Bou. / Nueva publicación valenciana. / | Pedrafort en su dominio. / Becas para escribir. / Mover | un dedo. | | Deabruak. | Literatura | en Internet | "La pluma rebelde de Espejo", Michael Vicuña Botto. / | Artículos y "Vivimos tiempos de cambio", Manuel Sueiro Santamaría. / | reportajes "La gaya ciencia", José Luis Vega. | | "The Mixquiahuala Letters: la mujer chicana en busca de | Sala de su identidad", Natalia Menéndez Rodríguez. | ensayo | "¿Qué recuerdas? (entre memorias)", Daniel Murillo | Letras de la Licea. / Dos relatos de Jorge L. de la Paz. / | Tierra de Letras "Perdónalos", Ivanóskar Silén-Acevedo. / "Un bosque | instantáneo para John Miranda", Rodolfo García Quiroga. | / "La parca, enfrente" (extractos), Luisa Futoransky. / | "'Corriéndosealfondoquehaylugaaar...': Interno 56", | Gustavo Raimondo. / "Suspiros del ornitorrinco dormido", | Luis Vásquez Coronel. / "El reverso de Edipo", Rafael | Grillo Hernández. / "Antología de las fases de la luna", | Marc Sil. / "Una mirada en el espejo", José Miguel | Pallarés. | | Una cuestión de tamaño. / Información sobre Girondo. / | El buzón de la El arte de analizar ingenios. | Tierra de Letras | Félix Montes. | Post Scriptum Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras. / Las casas | Coordenadas de la Tierra de Letras. | | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753/ =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Para suscribirse o desuscribirse de Letralia, envíe el comando correspondiente en un mensaje sin subject a listserv@rediris.es: Para suscribirse: subscribe letralia Para desuscribirse: unsubscribe letralia También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.americadelsur.com/letralia/listas.htm === Editorial ============================================================= Ocho millones Los contrastes a los que estamos sumidos en los países latinoamericanos son realmente aberrantes. El comentario se debe a que el 23 de abril, Día del Idioma, se conoció que dieciocho bibliotecas del estado venezolano de Cojedes han de cerrar en los próximos días a causa de problemas presupuestarios. Cuando se habla de problemas presupuestarios, uno piensa que los gastos a que obliga mantener las dieciocho bibliotecas estarían consumiendo el tesoro estatal cojedeño. Pero el cierre de estos centros de documentación, a los que acuden los estudiantes de la región para complementar con contenidos lo que reciben en la educación formal, se debe a que es necesario "ahorrar" los nimios ocho millones de bolívares que anualmente se asignan para ellas. Es entonces cuando el sorprendido lector puede hacer ciertas consideraciones: un automóvil de lujo, como los que usan muchos funcionarios gubernamentales en los estados venezolanos, cuestan más de diez millones de bolívares; cualquier trabajador venezolano debe desembolsar entre trece y veinte millones de bolívares para comprar una vivienda (habría que imaginar cuánto cuestan las remodelaciones que anualmente hacen a sus residencias muchos de los honorables funcionarios venezolanos). ¿Cómo se pueden negar ocho millones de bolívares a una red regional de bibliotecas? La situación de las bibliotecas de la provincia venezolana es un grave indicador del grado de subdesarrollo en que se encuentra nuestro país. En Cagua, la pequeña ciudad industrial desde la que se produce Letralia, existen dos bibliotecas públicas, pero el horario de atención al público no es el más adecuado -somos de la opinión de que una biblioteca debe abrir desde las primeras horas de la mañana hasta tarde en la noche, pero es que soñamos demasiado- y realmente el volumen de material útil, independientemente de la cantidad de libros que haya entre ambas, no es muy halagador, por lo que generalmente los estudiantes cagüeños terminan yendo a Maracay o a La Victoria, ciudades que cuentan con mejores centros de información. A otros temas menos molestos: en nuestra edición 68 publicamos erróneamente la información sobre la I Bienal Internacional de Literatura Infantil de Quito, Ecuador. Lamentablemente los datos nos llegaron con una equivocación que luego fue gentilmente rectificada a través del correo electrónico por Martín Virdis (mvirdi@mecon.ar), del equipo que organizó la justa. Virdis nos aclaró que la ganadora de la bienal se llama realmente Mariana Furiasse, siendo Justina únicamente el seudónimo con el que presentó su libro, el cual se titula Candela. En nuestra edición gráfica corregimos estos datos en su momento, y cumplimos ahora en hacerlo en nuestra edición de sólo texto. Por otro lado, debemos pedir disculpas a los escritores que durante el mes de abril nos han enviado sus textos. El equipo evaluador ya ha tomado la mayor parte de las decisiones que estaban pendientes, pero cierta buena noticia que estamos preparando para nuestra próxima edición nos ha mantenido alejados del correo electrónico en las últimas semanas, por lo que les rogamos un poco (más) de paciencia. Jorge Gómez Jiménez, editor http://members.tripod.com/~jorgegj === Noticias ============================================================== *** Gobierno español entregará 500 millones de pesetas a la RAE Durante un almuerzo con los miembros de la Real Academia Española, el pasado 15 de abril, el presidente del gobierno español, José María Aznar, anunció que concederá a la institución un aporte de 500 millones de pesetas para contribuir con su actividad. Aznar calificó la labor de la RAE como "el principal activo del español y el bien más importante que tenemos en España", por lo que conservarlo y perfeccionarlo sería una de las tareas más importantes para los españoles. "Hoy he venido a demostrar ese apoyo a trabajos que son trascendentales para la unidad de nuestra lengua y para su proyección en el próximo siglo", agregó. Al presidente del gobierno español lo acompañaron, durante el almuerzo, el director de la institución, Víctor García de la Concha, el secretario Domingo Ynduráin; el ex director Fernando Lázaro Carreter, y varios académicos, entre los cuales estuvieron Camilo José Cela, Antonio Buero Vallejo, Julián Marías, Francisco Ayala, Luis Goytisolo, Mario Vargas Llosa, Juan Luis Cebrián, Ana María Matute, Claudio Rodríguez, Emilio Lledó, Antonio Mingote y Luis María Anson. *** Tres tristes tigres para los setenta de Cabrera Infante El pasado jueves 15 de abril fue presentada en España una edición conmemorativa de la novela Tres tristes tigres, del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, que con motivo de arribar a sus setenta años de vida publicó el sello Seix Barral. En el acto estuvieron Carmen Balcells, agente del escritor, Pere Gimferrer, Germán Puig, Marta Pessarrodona, Valentí Puig y Luis Gasca, entre otros. Tres tristes tigres obtuvo en 1964 el premio Biblioteca Breve, pero su publicación se convirtió en un calvario para escritor y editores. La primera edición pudo aparecer sólo tres años después, ya que la censura intervino el texto original. Según Cabrera Infante, "la censura impuso 22 cortes de todo tipo: por ejemplo, uno de los personajes estudiaba en una academia militar y pasó a estudiar en una academia, sin más... Al monólogo final de una mujer desquiciada le faltan 15 o 16 líneas. El tono del mismo era muy antirreligioso y, tras la indicación del censor, la obra acaba con una rotunda frase que, por otra parte, celebré: 'Ya no se puede más'". La novela desapareció de las estanterías en 1968, tras unas declaraciones del escritor en contra de Fidel Castro; en 1970 reapareció, pero fue hasta 1989 cuando apareció la primera edición íntegra. Sin embargo, debido a problemas con el responsable de la editorial, la novela gozó de distribución comercial sin tropiezos a partir de 1997, cuando Cabrera Infante ganó el premio Cervantes. *** Manuel Vicent recibió el premio Alfaguara Como "una novela que analiza hasta qué punto el amor de una mujer es capaz de rescatar a un náufrago y devolverlo a la orilla", definió Manuel Vicent su obra Son de mar, que recibió el 20 de abril el premio Alfaguara de novela en su segunda edición. El presidente del Grupo Santillana, Jesús de Polanco, entregó a Vicent 175.000 dólares y una escultura de Martín Chirino. En el acto estuvieron Mariano Rajoy, ministro de Educación y Cultura de España, Isabel de Polanco, directora general del Grupo Santillana, y el escritor colombiano Gabriel García Márquez, además de una nutrida concurrencia de editores, escritores, cineastas, periodistas y artistas. De Polanco dijo que Son de mar "es una historia contemporánea de amor y misterio enmarcada en el mundo sensual y mágico del Mediterráneo, como ha señalado el jurado, que ha hecho una síntesis de la obra total de Vicent como escritor y como periodista". El escritor, nacido en Villavieja en 1936, destacó el papel del Mar Mediterráneo en la novela. "Está en todas partes, lo llevamos dentro porque representa un espacio que nos acompaña", dijo Vicent, agregando que "es un mar convulso y tiene una energía de sangre capaz de teñir de sangre todos los Atlánticos. No hay más que ver lo que está ocurriendo ahora". Columnista habitual del diario español El País, Vicent dijo no hacer distinciones entre una novela y un artículo de prensa. "El periodismo es el gran género literario del siglo XX del mismo modo que la novela lo fue en el XIX, el ensayo en el XVIII, el teatro en el XVII o la poesía en el XVI. Nuestro siglo no podría entenderse sin el periodismo". El escritor dijo haber escrito "una novela de amor, no tanto de misterio, sino de ahogados que salen del fondo del mar y regresan a los brazos del amante". Reflexionó sobre lo que subyace en la historia: "El protagonista de la novela es un ahogado que vuelve después de diez años a la orilla del mismo mar que se lo tragó, hecho que también puede suceder en cualquier esquina sobre el asfalto de la ciudad. El mito del naufragio y del regreso se reproduce continuamente. Ese compañero del colegio que perdemos al terminar los estudios y que un día recuperamos después de muchos años convertido en un señor desconocido, tal vez un anciano, que nos sonríe desde otra mesa del restaurante; la pareja que se separa, los amantes que se distancian después de una larga pasión y vuelven a encontrarse con el tiempo en el vestíbulo de un cine, entre las estanterías de un supermercado tirando de un carrito con otro ser al lado, cualquiera de esos personajes podría ser protagonista de esta novela. Hay muchas formas de naufragar y de volver". *** Monte Ávila seleccionó once títulos de autores noveles Monte Ávila Editores dio a conocer el 20 de abril el veredicto de su convocatoria para autores noveles. Después de la revisión que el jurado hizo de los materiales que se presentaron, fueron seleccionados tres poemarios, cinco libros de narrativa y tres de ensayo. Los títulos seleccionados fueron, en poesía, Y otros átomos eternos, de Sandra Timaure, Amagos, de Gabriela Kizer, y Las ruedas, de Christian Díaz-Yepes; en narrativa, Mariela, una noche, de Luis Medina, Muerto de risa, de Rafael García, El atador de cabos, de Omar Mesones, Casi un juego, de Jesús Nieves y César Velásquez, y El sueño de los ciegos, de Jorge Rodríguez Gómez; y en ensayo, Educación y revolución en Simón Rodríguez, de Carlos H. Jorge; A la sombra del alma. Doña Bárbara en el quehacer venezolano, de Adriana Bracho, y La variedad del caos, de Carlos Sandoval. Esta es la primera edición del Concurso para la Selección de Obras de Autores Inéditos, una fórmula de Monte Ávila para estimular el ejercicio de la literatura y la actividad de los escritores inéditos en Venezuela, país cuyos autores no escapan a las dificultades naturales de publicar un título con un sello prestigioso. *** Presentada en Quito antología poética de Efraín Jara Idrovo Lo más importante de la obra poética producida entre 1945 y 1998 por Efraín Jara Idrovo, uno de los escritores ecuatorianos más importantes de este siglo, fue presentada el 21 de abril en la Universidad Andina Simón Bolívar, en Quito, en una antología publicada bajo el título El mundo de las evidencias. El libro brinda al lector, en sus 454 páginas, una visión de la poesía modernista, postmodernista y vanguardista del escritor. Fue editado por la mencionada casa de estudios y la editorial Libresa, e incluye un estudio introductorio de María Augusta Vintimilla. El autor era uno de los representantes de la generación cuencana de Elan, en la que compartió filas literarias con otros escritores de la talla de Eugenio Moreno Heredia, Jacinto Cordero Espinoza, Teodoro Vanegas Andrade y Hugo Salazar Tamariz, entre otros. Fue redactor del periódico humorístico La Escoba y su poema "Sollozo por Pedro Jara" marcó un hito en la historia poética de Ecuador. La poesía de Jara Idrovo tiende hacia los temas existenciales, con abundancia de reflexiones sobre el tiempo, la muerte, la soledad y la restitución del carácter sagrado de la existencia humana, temas enmarcados en la relación entre el yo y el entorno. *** Alfaguara publica tres libros de Mario Vargas Llosa La editorial Alfaguara presentó el 20 de abril la reedición de las novelas Conversación en la catedral y La casa verde, del escritor Mario Vargas Llosa, así como una recopilación de sus cuentos, en un acto en la Casa de América de Madrid, en el marco del 35º aniversario de la casa editora. En la presentación participaron Juan Cruz, Juan González, directivos de Santillana, la escritora Rosa Regás y el director de programas de la Casa de América, Íñigo Ramírez de Haro. Vargas Llosa hizo alusión a sus maestros literarios -Sartre, Faulkner y Flaubert, entre otros-, en una disertación durante la cual recordó a Balzac: "Hay que intentar competir con el Código Penal, hacer libros cuyo peso pueda matar a un hombre; tocar la realidad de igual a igual", dijo en relación a lo extenso de sus novelas. El autor se definió a sí mismo como un autor extenso antes que intenso, dada su afición por intentar, en un mismo texto, diversos temas, estilos y recursos literarios. Dijo que su primera novela, La ciudad y los perros, le valió un lugar en el llamado boom latinoamericano, con ayuda del editor Carlos Barral. "Sin su ayuda", dijo, "no hubiera sido lo que he sido. En el 68 no se conocía nada de Latinoamérica. El boom llegó en gran parte gracias a Barral. Le gustó aquella novela nueva, ambiciosa, y la introdujo en España. Los críticos fueron muy generosos. Algunos, claro, para meterse de paso con sus enemigos españoles: 'Mira qué bien escribe él y tú qué malo eres". Aportando no pocas notas de humor a su intervención, el escritor peruano recordó un episodio ocurrido cuando ganó la primera edición del premio Rómulo Gallegos, concedido en Caracas. "Los del jurado y yo fuimos a casa de Gallegos, que entonces era ya muy viejito. Cuando salió a saludarnos, nos sorprendió mucho que estuviera tan tieso, como enfadado. Siguió así durante un rato muy largo, hasta que uno del comité hizo un aparte con él. Cuchichearon un poco, y cuando el tipo del jurado volvió nos explicó lo que le pasaba: 'El viejito no entiende por qué, si lleva su nombre, no le han dado a él el premio'". *** Premio Rogelio Sinán es entregado a Miguel Huezo Mixco El poeta Miguel Huezo Mixco, nacido en El Salvador en 1955, obtuvo en Panamá el premio Rogelio Sinán, consistente en 4.000 dólares y un diploma de reconocimiento, por su poemario Comarcas. El galardón, entregado el viernes 23 de abril en el Teatro Nacional de Ciudad de Panamá, es el más importante de los que se entregan en Centroamérica, y es convocado por la Universidad Tecnológica de Panamá. El jurado, compuesto por los poetas panameños José Guillermo Ross-Zanet y José Franco y el mexicano Hugo Gutiérrez Vega, calificó de indudables los méritos del libro de Huezo Mixco. Para Gutiérrez Vega, director del suplemento cultural del diario La Jornada, se trata de "un verdadero aporte a la poesía en lengua española". El también poeta Julio Jaramillo Levi, organizador del concurso, declaró que los jueces coincidieron unánimemente en otorgar el premio al escritor salvadoreño. Comarcas contiene una serie de poemas de viaje en los que se representan escenarios del Caribe y la Nicaragua de principios de siglo. El autor declaró que el libro es "un intento por reconstruir a través del mito una parte de la extraordinaria historia de esa cuenca cultural que va del puerto de Veracruz a Centroamérica". Huezo Mixco, quien reside en San Salvador, ha publicado trabajos en diversas publicaciones prestigiosas de su país, así como en Casa de las Américas (Cuba) y la extinta Vuelta, editada por el Nobel mexicano Octavio Paz. Actualmente escribe una columna en el diario californiano La Opinión y dirige la editorial del Consejo de Cultura y el Arte de El Salvador. *** Programa editorial mexicano publica diez títulos El programa editorial Literatura Mexicana Contemporánea ¿Ya Leissste?, organizado por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE), acaba de publicar su segundo grupo de obras, que fueron presentadas el 23 de abril en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes de México. Se trata de 10 libros en ediciones de 20.000 ejemplares cada uno, enmarcados en los géneros de poesía, ensayo, narrativa y teatro, que se venden a un costo económico: 10 pesos. Fueron publicados, en narrativa, Hijos del águila, de Gerardo de la Torre; El de ayer es él, de Salvador Castañeda; Recomenzar, de Silvia Molina; El silencio de los pequeños secretos, de Eugenio Aguirre, y De ausencia, de María Luisa Mendoza; el ensayo Breve arbitrario de la literatura mexicana, de Adolfo Castañón; los poemarios Estaba escrito, de Jaime Augusto Shelley, y Poemas encendidos, de Sergio Mondragón; y, en dramaturgia, Escenario del crimen, de Víctor Hugo Rascón Banda, y Dos obras de teatro, de Willebaldo López. Entre los participantes en el acto hicieron acto de presencia María Luisa Mendoza, Silvia Molina, Sergio Mondragón y Jaime Augusto Shelley, entre otros, quienes firmaron ejemplares de sus libros al público. Jesús Salazar Toledano, subdirector de Prestaciones Económicas del ente oficial, dijo que el programa no tiene un objetivo comercial, sino que pretende procurar parcialmente el financiamiento para donar libros a pensionados, jubilados y profesionales de la educación. Por su parte, Eugenio Aguirre, coordinador editorial y titular del área de literatura de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), dijo que entre los objetivos del programa está proporcionar a los maestros mexicanos un libro al mes, simultáneamente con la entrega de su salario. El programa recibe aportes de la Unesco, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el ISSSTE. Los planes incluyen 40 títulos más, que completarán, con los 20 ya publicados, 1.200.000 ejemplares. Entre los autores que aparecerán en la colección se encuentran ya confirmados Sabina Berman, Ángeles González Gamio, Eduardo Lizalde, Carlos Monsiváis, Carlos Montemayor, Sergio Pitol, Elena Poniatowska y Gabriel Zaid. *** Cierran bibliotecas en Venezuela La opinión pública venezolana ha demostrado preocupación ante el inminente cierre de dieciocho bibliotecas públicas del estado Cojedes por problemas presupuestarios. La decisión ha sido tomada por una comisión reestructuradora que, además, pretende sustituir el personal especializado que labora en las bibliotecas por personal docente, sin preparación. Las bibliotecas serán cerradas con la finalidad de redirigir poco más de ocho millones de bolívares que constituyen su exiguo presupuesto. Tras esta medida, en el estado Cojedes quedará funcionando únicamente la Biblioteca Pública Central. Entre los planes de la comisión estaría transferir la administración de las bibliotecas a los respectivos concejos municipales. En Venezuela, las bibliotecas públicas establecidas en los estados son dependencias de los gobiernos regionales, sin conexión presupuestaria con la Biblioteca Nacional de Venezuela. Es por esto que la BNV está imposibilitada de actuar en este caso, pues apenas están facultados para interceder ante el gobierno de Cojedes, aunque sin poder tomar decisión alguna. Las dieciocho bibliotecas del estado Cojedes atienden anualmente casi doscientos mil usuarios, y se consulta aproximadamente unos cuatrocientos mil títulos. Otro estado venezolano con problemas similares es Delta Amacuro. *** Carlos Cruz-Diez expone en La Habana Con su habitual propuesta en la que el movimiento y el color sirven de vehículo para expresar los sentimientos del ser humano, el artista venezolano Carlos Cruz-Diez, uno de los más destacados exponentes del arte cinético en el mundo, inauguró en La Habana el pasado 23 de abril su exposición El rojo, el verde y el azul, entre la luz y las tinieblas. Además, el artista donó a la capital cubana su escultura Inducción cromática para La Habana, develada el sábado 24 entre las calles de Zapata y G, como parte de las actividades conmemorativas del cuadragésimo aniversario de Casa de las Américas. La escultura está formada por tres arcos de círculos de hormigón armado, recubiertos de cerámica roja, blanca y azul. Cruz-Diez, de 76 años, explicó la idea de su obra: "Cuando se fija la mirada por un tiempo sobre un plano rojo, ésta se guarda en la retina pero de color verde, para luego transformarse en amarillo. Si lo primero que ves es el azul, también se deriva y así muchas combinaciones más, por lo que la obra vive en el movimiento de las personas". *** Murió Maria Àngels Anglada El viernes 23 de abril murió en Figueres, Girona (España) la escritora catalana Maria Àngels Anglada, a los 69 años. La autora de Les closes cayó víctima del cáncer, apenas una semana después de revisar la versión definitiva de Nit de 1911, su último libro de cuentos, que será publicado próximamente bajo el sello de Empúries. Características de su obra eran la atracción hacia el mundo clásico y una extrema sensibilidad, expresada en su vasta obra de poeta, ensayista, traductora y crítica literaria. Muy celosa de la calidad literaria, llegó a eliminar uno de los cuentos de Nit de 1911 hace sólo unos días, considerándolo poco meritorio, según declaraciones de Ernest Folch, editor de Empúries. Obtuvo su primer reconocimiento a los 15 años de edad en Vic, su ciudad natal, con una glosa dedicada al poeta Jacint Verdaguer, una de sus más tempranas influencias. Anglada sentía también una profunda admiración por el mundo helenístico, la poesía italiana de los años veinte, los versos del Auden y los poetas de la escuela mallorquina. Obtuvo en 1978 el premio Josep Pla con su primera novela, Les closes, y en 1986 el Premio de la Crítica por Sandalies d'escuma. Además de una antología poética traducida al portugués y al inglés, Anglada había publicado los libros Quadern d'Aram, Artemisia, Navidad y L'agent del rei, entre otros. En 1994 publicó su novela El violín de Auschwitz, que fue bien acogida por la crítica y en la que describía el holocausto judío desde la óptica de un lutier y un violinista. *** Tres miembros de excepción ingresaron al Instituto Caro y Cuervo El filósofo colombiano Danilo Cruz, el escritor mexicano Carlos Fuentes y el presidente del Grupo Santillana, el español Jesús de Polanco, ingresaron al Instituto Caro y Cuervo, de Colombia. El acto de ingreso se realizó el 23 de abril en la hacienda Yerbabuena, sede de la institución, situada a 30 kilómetros de la capital colombiana, y asistieron, entre otros, el escritor Gabriel García Márquez y el presidente Andrés Pastrana. El presidente de la institución, Ignacio Chaves, exaltó la trayectoria de los nuevos miembros: "En realidad, Danilo Cruz, Carlos Fuentes y Jesús de Polanco pertenecen al Caro y Cuervo desde todos los tiempos por la labor que realizan en favor de la cultura y del idioma en sus diversas áreas". En su intervención, Chaves destacó el papel de Cruz en el pensamiento crítico hispanoamericano, declarando que "ha desempeñado en Colombia el papel que tuvieron en España filósofos como Miguel de Unamuno o José Ortega y Gasset". Sobre De Polanco dijo que es "uno de aquellos seres que honran la condición de ser humanos". Terminó diciendo que "con Fuentes celebramos el rito de la felicidad lingüística". Al agradecer su ingreso al Caro y Cuervo, Jesús de Polanco destacó la importancia de la institución ante "los duros avatares históricos que ha vivido Colombia en las últimas décadas". El mexicano Carlos Fuentes dijo que era "un inmenso honor estar en el centro de la cultura de Colombia", y resaltó el papel de la narrativa como respuesta a "clamores de civilizaciones enteras". Agregó que "la literatura es la identidad que adquiere la palabra y la palabra es nuestra primera identidad". El colombiano Danilo Cruz confesó haber sentido siempre fascinación por el Caro y Cuervo, e hizo referencia al trabajo que en favor de la cultura desarrollaron los lingüistas Rufino José Cuervo y Miguel Antonio Caro. *** Hierro al recibir el Cervantes: el Quijote se ha fundido con la humanidad El poeta español José Hierro recibió el 23 de abril, en Alcalá de Henares, el premio Cervantes, en un acto concurrido por varios escritores, como Antonio Buero Vallejo, Félix Grande y Luis Carandell, entre otros, así como Mariano Rajoy, ministro de Educación y Cultura, Alberto Ruiz Gallardón, presidente de la Comunidad de Madrid, y Víctor García de la Concha, director de la RAE. Don Juan Carlos, rey de España, dijo al entregar el galardón que los hispanoparlantes debemos a Hierro poemas inolvidables. "Con su obra", dijo, "toda ella puro testimonio, José Hierro nos congrega a todos, por encima de ideologías, en una poesía hecha con palabras que saben a pan y a vino, que suena como música en la que late el ritmo de muchos corazones". El rey entregó a Hierro 15 millones de pesetas que constituyen la dotación del premio Cervantes. Durante su intervención, el poeta -quien se definió como "esporádico escudero de los caballeros de la locura"- dijo que el Quijote era una "obra colectiva, natural, antigua y fuera del tiempo". Hierro leyó un texto propio sobre Cervantes y el Quijote, como se acostumbra en la Universidad de Alcalá de Henares cada 23 de abril. Según el poeta, la novela de Cervantes es "una figura familiar, ennoblecida y añejada que ha cortado el cordón umbilical que le unía a su autor y se ha fundido con la humanidad". Dijo que el Quijote es un ser de carne y hueso y no un arquetipo para páginas eruditas, útil para nombrar complejos. El discurso de Hierro, que duró cerca de media hora, emparentó en una pesquisa literaria a Cervantes/Quijote, Unamuno y Azorín. "Para Unamuno, Don Quijote es el padre de Cervantes, a quien creó para poder ser creado, por aquello de que todos somos hijos de nuestras obras. Para Azorín, a El Quijote lo escribió la posteridad, lo que le convierte en hijo de padre desconocido. Cervantes no está seguro acerca de su parentesco con el Hidalgo manchego: ¿padre?, ¿padrastro? Ni siquiera está seguro de su apellido". Hierro había estado hasta mediados de abril en un hospital de Canarias, donde ingresó a causa de una bronquitis crónica, y dejó el reposo en Madrid un día antes de la entrega del premio. En el acto lo acompañó su nieta Hortensia, de seis años de edad. *** Casa de las Américas celebró su 40º aniversario con música El cuadragésimo aniversario de Casa de las Américas, una de las instituciones culturales más importantes de Hispanoamérica, fue celebrado el 24 de abril con el concierto Casa Viva, donde participaron unos veinte cantautores y trovadores de fama internacional, convocados por Silvio Rodríguez y por la institución. Entre los participantes estuvieron Isabel y Ángel Parra, de Chile, Daniel Viglietti, de Uruguay, Bárbara Dane, de Estados Unidos, y Luis Eduardo Aute, Caco Senante y Joaquín Sabina, de España, entre otros. De Cuba intervinieron Carlos Varela, Sergio Vitier, Gerardo Alfonso, Polito Ibáñez, Noel Nicola, Vicente y Santiago Feliú, Liuba María Hevia, Augusto Blanca, Anabel López, Sara González y Ernán López Nussa. Rodríguez declaró que la actividad, que se celebró en G y Malecón, en La Habana, no se regiría por un programa determinado. "Cada cual va a hacer lo que considere", dijo antes del concierto. Recordó que la trova es una tradición cubana que "existe a su forma y con su propio lenguaje", y que la misma es inmune al tiempo, en contraposición de adjetivos como nova y novísima. Bárbara Dane, estadounidense que participó en el Encuentro especial de la Canción Protesta, en 1967, dijo que Casa de las Américas es una institución que "emana vitalidad, y yo confío en que siga haciéndolo; también creí que debía cantar Dueños de la guerra, una canción de Bob Dylan escrita hace 35 años, y que tristemente parece aludir a la situación actual en Yugoslavia". Recordó que en los sesenta había sido vetada en su país por expresar opiniones contra la guerra de Vietnam y el racismo, por lo que la invitación que se le hiciera para intervenir en el encuentro estuvo revestida de una importancia singular para ella. "Pasé de la ruptura con mi medio natural a la aceptación y el apoyo de los nuevos amigos que conocí en Cuba. Con su colaboración visité España, donde dábamos conciertos clandestinos, Inglaterra, México e Italia, nación que me calificó como La voz de la otra América. Algo así me propuse al venir aquí en el 67: que se entendiera que una cosa era el pueblo y otra el gobierno norteamericano". Luis Eduardo Aute narró que a mediados de los 70 un amigo suyo, quien viajaba frecuentemente a Cuba, le proporcionó música de Silvio Rodríguez y otros exponentes de la Nueva Trova, a la vez que llevaba sus casetes a los cubanos. Dijo también que, pese a que la música de las más recientes promociones cubanas no llega a España con la suficiente regularidad, con el tiempo ha ido conociendo a nuevos intérpretes. "Este concierto me ha permitido percatarme mejor del gran talento que poseen, de su libertad creativa y de la sensibilidad que tienen ante lo que musicalmente ocurre en el mundo. De nuevo Casa me actualiza con lo más fresco no sólo de Cuba, sino de otros países latinoamericanos". *** Cantantes hispanos realizan concierto en Miami a beneficio de damnificados colombianos Cerca de medio centenar de cantantes hispanos participaron, el sábado 24 de abril, en el concierto Fénix, actividad realizada en Miami para reunir fondos de ayuda para los damnificados del terremoto del eje cafetero. Según Andrés Piccione, portavoz del concierto, Miami fue escogida "porque en esta ciudad hay un verdadero sentimiento de latinoamericanismo, todas las comunidades se están uniendo para ayudar al pueblo colombiano y así, mañana puede ser con Venezuela o Argentina". El evento contó con la presencia de Nora de Pastrana, primera dama de Colombia, en representación de la Presidencia de este país, de donde emanó la idea. Con los fondos recaudados se contribuirá con la reconstrucción de Armenia -donde se echarán las bases del llamado barrio Ciudadela Miami- y Pereira. El concierto fue producido por Estefan Enterprises. Presentado por el pelotero colombiano Edgar Rentería, la animadora Sofía Vergara y la actriz Amparo Grisales, el concierto contó con la participación de los colombianos Shakira, Carlos Vives, Charlie Zaa y Claudia de Colombia; los cubanos Jon Secada, Willy Chirino y Albita Rodríguez; el mexicano Cristian Castro, y la cantante venezolana María Rivas, entre otros. *** Murió el artista venezolano Juan Loyola El artista venezolano Juan Loyola, ganador del Salón Arturo Michelena (1983) en la mención de arte no convencional, y del premio especial del jurado de la VII Edición del Festival Internacional de Cine Super 8 y Video en Bruselas (1990), falleció el mediodía del martes 27 de abril a causa de dolencias cardíacas. Armado de una proverbial obsesión por la bandera venezolana como objeto de arte, Juan Loyola solía realizar performances en los que el amarillo, el azul y el rojo se enarbolaban en permanente protesta ante la indiferencia de las personas. Loyola protagonizó en los 80 diversos encontronazos con la policía. Uno de los más conocidos fue inclusive recogido en la prensa de aquellos años, cuando se tiñó el cabello con los colores de la bandera venezolana y unos policías lo golpearon por irrespeto a los símbolos patrios. Igualmente, llegó en una oportunidad a cubrir su cuerpo con el tricolor venezolano frente al Palacio de Justicia, usando para ello óleo y acrílicos. En 1983, cuando ganó el salón Michelena, paseó previamente su obra por las calles de Caracas. Se trataba de una enorme moneda venezolana, el bolívar, con la que caminó por varios sitios de la capital venezolana. Ese mismo año participó extraoficialmente en la Bienal de Sao Paulo, donde derramó pigmentos amarillos, azules y rojos sobre documentos del Fondo Monetario Internacional, como un acto de protesta contra la política financiera de ese ente y la aceptación sumisa de sus mandamientos por parte de los gobiernos latinoamericanos. También extraoficialmente, participó en 1984 en la Bienal de Venecia. En una de sus últimas entrevistas, concedida en 1998, anunció que su estado de salud era delicado. Su corazón funcionaba sólo en un 28% de su capacidad y estaba consciente de que el fin se acercaba. "Pero no estoy triste, ni amargado, ni desamparado. No tengo rabia ni odio. Siempre viví en emergencia. Renuncié a las galerías, a los museos, a los críticos y a todo ese circo, sólo por la palabra libertad, aunque esa libertad me costara más de la mitad de mi corazón". Afirmaba haber cultivado el arte del performance como respuesta natural a la actitud generalmente intransigente de "esas personas que tienen cuotas de poder dentro del arte", según dijo. "Yo no soy un artista que ha llegado al performance porque lo haya decidido así, porque me da nota; yo llegué al performance porque me empujaron a la calle". *** Creado foro de discusión sobre Jorge Luis Borges La Asociación Borgesiana de Buenos Aires es una institución dedicada al estudio de la obra de Jorge Luis Borges, y por supuesto está preparando una serie de actividades especiales para conmemorar el centenario del nacimiento del escritor. Luis Alberto Melograno Lecuna (laml@puebloblanco.edu.ar) es el moderador del Foro Borgesiano, lista de correo creada recientemente en el marco de esas actividades con la finalidad de comentar aspectos de la obra de Borges e informar de los planes de la asociación. El foro es comoderado además por la licenciada Graciela Caplan, incansable docente argentina que tiene entre sus muchos logros la creación de la lista InfoEdu, y por Alejandro Vaccaro, presidente de la asociación, biógrafo del escritor y secretario de Redacción de la revista Proa. Para suscribirse a la lista, el interesado deberá enviar un mensaje sin subject a majordomo@filo.uba.ar, escribiendo en el cuerpo únicamente las palabras SUBSCRIBE BORGESIANA. *** Comienza el rodaje del filme Borges El cineasta argentino Tristán Bauer iniciará este mes el rodaje de su película Borges, en la que se recreará la vida del escritor con base en textos autobiográficos, poemas y narraciones, en el marco de los homenajes que se celebrarán este año al cumplirse el centenario de su nacimiento. La película, que será rodada en Buenos Aires, Boston y Ginebra, es una coproducción entre la Universidad Nacional General San Martín y el Canal Plus de España, y Jorge Luis Borges será representado por el actor Walter Santa Ana. Bauer tiene en su haber películas como Después de la tormenta (1990), galardonada con el premio a la Mejor Ópera Prima en el Festival Internacional de San Sebastián y el Colón de Oro en el Festival Iberoamericano de Huelva, además de ocho premios Cóndor de Plata; el documental Cortázar (1994), que recibió el premio del Comité de Cineastas de América Latina y una mención especial en el Festival de Cine de La Habana; y Evita, la tumba sin paz (1996). *** Vargas Llosa gana el premio Ortega y Gasset Mario Vargas Llosa recibió el 30 de abril el premio Ortega y Gasset de periodismo, por un artículo en contra de la prensa sensacionalista que, según el jurado, era "un ejemplo de ética periodística y política". En su artículo, el autor peruano dice que "el periodismo sensacionalista es la perversa hijastra de la cultura de la libertad, por lo que no puede ser restringida sin infligir una herida a la libertad". Creado en 1983, el Premio Ortega y Gasset -uno de los más prestigiosos de España en el periodismo- es patrocinado por el diario El País. El artículo de Vargas Llosa critica la posición de varios medios informativos británicos luego de que Ron Davies, funcionario galés, renunciara en noviembre tras haber sido asaltado en una zona de Londres frecuentada por homosexuales. El premio también fue concedido al fotógrafo español Enric Marti, de The Associated Press, por una imagen de un funeral en Kosovo; a Miguel Frau Rovira, de la agencia Efe, por un reportaje sobre la muerte del ex líder camboyano Pol Pot, y al grupo de periodistas de El País que trabajan en el centro informativo de la Unión Europea en Bruselas. *** Venezolanismos al Drae La Academia Venezolana de la Lengua presentará este mes a la Real Academia Española 1.497 venezolanismos, aspirantes a ser incorporados a la edición del año 2000 del diccionario de esa institución. La selección de los venezolanismos que se presentarán este mes en la RAE ha resultado de un largo proceso para determinar cuáles palabras de uso corriente en Venezuela son realmente venezolanismos y no simples localismos. El lingüista Luis Quiroga Torrealba explicó que durante este proceso se realiza una encuesta por todo el país. "Si esas palabras son corrientemente utilizadas en un mínimo de 15 estados, las proponemos a la Real Academia para que sean incorporadas en el DRAE", declaró Quiroga, quien preside la Comisión de Lexicografía de la Academia Venezolana de la Lengua. El mismo proceso se ha venido realizando en los otros diecinueve países en los que la RAE tiene representación. La Academia determinará cuáles de esas palabras serán incorporadas al diccionario, con el criterio de que las mismas deben ser de uso generalizado en cada región. Los venezolanismos que serán propuestos provienen, en muchos casos, de jergas particulares pertenecientes a grupos sociales definidos, que han logrado extender sus respectivos vocabularios al entorno social del venezolano. Es así como del submundo delictivo podrían llegar al Drae palabras como choro y malandro (delincuente), encanar (apresar) o caleta (el que almacena objetos robados; por extensión, egoísta); de la jerga financiera se propondrán tarjetahabiente (titular de una tarjeta de crédito) y aperturar (abrir una cuenta en un banco); de la juvenil serán propuestas arrocero (el que acostumbra ir a fiestas sin que lo inviten), burda (en demasía), chamo (muchacho, camarada), jeva (mujer, novia) y ladilla (molesto, engorroso) y de la periodística, tubazo (noticia exclusiva). Alexis Márquez Rodríguez, destacado estudioso de la lengua, comentó que el beisbol ha incorporado varios vocablos al habla del venezolano. "Palabras y otras expresiones propias de ese deporte se usan hoy en todos los ámbitos de la cultura: la literatura, la política, la religión, el derecho. Estar en tres y dos, quechar, pichar, botar la pelota, bola de humo, hit y muchas expresiones como 'me agarraron fuera de base' son frecuentes en el lenguaje común". ====================== Envíenos información cultural ====================== Este espacio está destinado principalmente a la divulgación del trabajo de los escritores hispanoamericanos, pero no desdeñamos la difusión de las noticias culturales, que siempre son de interés. Envíenos toda la información que pueda a letralia@rediris.es. === Entre Bases =========================================================== *** Primer Concurso de Cuentos Interactivos Fundación Centro de Información Digital del estado Aragua (Venezuela) / Fundación Laberinto de Letras / Letralia, Tierra de Letras MENCIONES: Cuento y diseño HTML. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Cuento en formato HTML; categoría diseño básico: páginas cuyos archivos componentes (HTML, gráficos, sonido) no excedan en total los 25 Kb y puedan ser visualizados con las versiones 2.x de Microsoft Internet Explorer y Netscape Navigator, y con la 2.12 de Opera, y no incluir elementos de lenguajes de programación tales como CGI, Java o JavaScript; categoría diseño avanzado: páginas cuyos archivos componentes no excedan en total los 200 Kb, no se imponen límites en cuanto a los visualizadores que puedan interpretar el contenido y se pueden incluir elementos de programación. Los materiales deberán ser previamente comprimidos en formato ZIP y enviados en un archivo anexo a un mensaje de correo electrónico a la dirección indicada. Los límites de 25 y 200 Kb de ambas categorías se refieren a la totalidad de los archivos antes de ser comprimidos en el formato ZIP. Todos los trabajos que se presenten a participar serán publicados, durante tres meses a partir de la fecha de cierre del plazo de recepción, en la página del CID (http://www.el-cid.org.ve). IDENTIFICACIÓN: Datos personales del autor: nombre completo, dirección, teléfono, nacionalidad, dirección electrónica y categoría en la cual participa. Esta identificación deberá incluirse en el cuento y en el mensaje de correo electrónico con el que se envíe. JURADO: Tres reconocidos editores en Internet de distintas nacionalidades, cuyos nombres serán anunciados en el momento de publicarse el veredicto. FECHA TOPE: 15 de mayo de 1999. PREMIACIÓN: Se premiará a los trabajos que en cada categoría logren la mejor conjunción de los recursos tecnológicos y literarios. Los trabajos ganadores serán publicados en reconocidas editoriales digitales y sus autores recibirán por correo ordinario un diploma que acredite la premiación. La organización se compromete a difundir el veredicto ampliamente en diversos medios impresos y electrónicos. VEREDICTO: 30 de mayo de 1999. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: letras@el-cid.org.ve / letralia@rediris.es. INFORMACIÓN: http://www.el-cid.org.ve/letras / http://www.americadelsur.com/letralia. *** II Bienal de Literatura Juan Beroes Universidad de Los Andes / Gobierno del estado Táchira MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Poetas de lengua castellana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; legajo o plaquette de 10 cuartillas que pueden contener uno o varios poemas; triplicado; mecanografiado por una sola cara. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos completos de identidad y domicilio del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 31 de mayo de 1999. PREMIACIÓN: Diploma, Bs. 300.000 (aproximadamente US$500) y publicación en la memoria del evento. Se considerará la posibilidad de otorgar menciones especiales. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Cita Poética. Bienal de Literatura Juan Beroes. Apartado Postal 150. San Cristóbal 50001, estado Táchira, Venezuela. INFORMACIÓN: moraleja@telcel.net.ve. *** II Concurso Literario Anual Arístides Rojas Contraloría General de la República de Venezuela MENCIONES: Novela, cuento, poesía y ensayo. PARTICIPANTES: Escritores venezolanos y extranjeros residentes en el país. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; no comprometido con editorial alguna; extensión mínima: novela, 150 cuartillas; libro de poesía, 50 cuartillas; libro de cuentos, 100 cuartillas; libro de ensayo(s), 100 cuartillas; papel Bond tamaño carta; mecanografiado a doble espacio por una sola cara; cuadruplicado. IDENTIFICACIÓN: Sobre manila cerrado identificado con seudónimo; contendrá un sobre aparte cerrado con el nombre, apellido, cédula de identidad, dirección y teléfono del autor. JURADO: Novela: Alexis Márquez Rodríguez, Antonieta Madrid y Guillermo Morón. Libro de poesía: Néstor Francia, Rafael Arráiz Lucca y Patricia Guzmán. Libro de cuentos: Salvador Garmendia, José Pulido y María Antonieta Flores. Libro de ensayo(s): Germán Carrera Damas, Karl Krispin y Enrique Viloria Vera. FECHA TOPE: 31 de mayo de 1999. PREMIACIÓN: Premio único para cada modalidad consistente en Bs. 800.000, diploma y publicación. Se podrá otorgar menciones especiales consistentes en diploma y posible publicación según recomendación del jurado. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Contraloría General de la República, Concurso Literario, Atención Fundacea. Edificio Fondo Común, piso 9, avenida Andrés Bello, sector Guaicaipuro, Caracas, D.F., Venezuela. INFORMACIÓN: Teléfonos 58 2 5083476 / 85. *** 4º Concurso Nacional e Internacional em Língua Portuguesa de Contos e Poesias "Poeta Nuno Álvaro Pereira" Editora Valença, S.A. MENCIONES: Cuento y poesía. PARTICIPANTES: Escritores de habla portuguesa. CONDICIONES DEL MATERIAL: Original e inédito; tema libre; hasta tres trabajos por categoría; extensión: cuento, hasta 5 páginas; poesía, hasta 2 páginas; duplicado; a doble espacio por una sola cara; IDENTIFICACIÓN: Nombre, documento de identidad, profesión, dirección y teléfono del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 31 de mayo de 1999. PREMIACIÓN: Los trabajos seleccionados serán publicados en régimen de coedición financiera y editorial en el Nº 4 de Pérgula Literária. También serán publicados en forma de libro con contrato asignado por Editora Valença. Los libros serán lanzados solemnemente en 1999 en la ciudad de Río de Janeiro. Se premiarán los cinco mejores trabajos en cada categoría. El primer lugar de cada una recibirá el trofeo "Poeta Nuno Álvaro Pereira", otorgado por la Academia Valenciana de Letras. Además, los cinco primeros lugares de cada categoría recibirán medallas honoríficas. Se otorgará una Mención de Honor y una Mención de Honor Especial. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Caixa Postal 24.272, Cep: 20.522-970, Tijuca, Rio de Janeiro RJ, Brasil. INFORMACIÓN: Teléfonos 55 021 2689119 / 5758465. Correo electrónico: goinmac@ruralrj.com.br. *** IV Premio Anual de Novela Fernando Lara 1999 Editorial Planeta MENCIONES: Novela. PARTICIPANTES: Escritores de lengua castellana de cualquier nacionalidad. CONDICIONES DEL MATERIAL: Novela original e inédita; idioma castellano; extensión superior a las 200 páginas en formato DIN A-4 (210x297 mm); mecanografiadas a doble espacio, por una sola cara; duplicado. IDENTIFICACIÓN: Nombre y apellidos del autor; en el caso de que desee firmar con seudónimo, deberá incluir los datos personales en sobre aparte y cerrado. El sobre que contenga todo el material deberá incluir una indicación de que participa en el premio y una certificación firmada por el autor, aceptando expresamente las bases del concurso y garantizando que los derechos de publicación de la obra presentada no están comprometidos ni la novela participa en otro certamen pendiente de resolución. En las obras que se presenten con seudónimo, podrá con éste suscribirse la certificación, pero bajo la plica correspondiente, el autor, firmando con su propio nombre y apellidos, se hará explícitamente responsable de la exactitud de las afirmaciones contenidas en la certificación a que se alude. En el caso de faltar este requisito, aun después de abierta la plica, no podrá ser premiada la novela. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 1 de junio de 1999. PREMIACIÓN: 20.000.000 de pesetas. La novela ganadora será publicada bajo condiciones establecidas por Editorial Planeta. VEREDICTO: Septiembre de 1999. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Editorial Planeta, calle de Córcega, números 273-279, 08008 Barcelona, España. INFORMACIÓN: http://www.editorial.planeta.es/esp/premios/pl32.htm. *** Premio Nacional de Cuentos de Brujas y Brujos "Criaturas de la Noche" Instituto Coahuilense de Cultura MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores mexicanos. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; lengua castellana; cuadruplicado; extensión de entre 5 y 15 cuartillas; doble espacio, mecanografiado o impreso en computadora; papel tamaño carta (27 líneas de 80 caracteres cada una) por una sola cara; no premiado anteriormente ni participando en otros concursos. No podrán participar funcionarios del gobierno de Coahuila. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con el nombre, dirección y teléfono del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 1 de junio de 1999. PREMIACIÓN: No fue anunciada. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Premio Criaturas de la Noche, Juárez e Hidalgo s/n, CP 25000. Saltillo Coahuila. INFORMACIÓN: Teléfonos: 52 01 84 144280 / 142245, Ext. 14. Correo electrónico: icocult@mesa.net, con copia a desiertomodo@usa.net. Web: http://www.geocities.com/Area51/hollow/7243. *** Bienal de Literatura Augusto Padrón Alcaldía del Municipio Girardot del estado Aragua (Maracay, Venezuela) MENCIONES: Cuento y poesía. PARTICIPANTES: Escritores venezolanos o extranjeros residentes en el país. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; no comprometido con ninguna editorial; no premiado previamente. Poesía: poemario con extensión mayor de 30 cuartillas. Cuento: libro de cuentos con extensión mayor de 40 cuartillas. Papel tamaño carta, mecanografiado o impreso por una sola cara, de un máximo de 25 líneas por página. Cuatro ejemplares. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo o lema; sobre aparte cerrado con nombre, dirección y teléfono, con el título del cuento y el seudónimo en el exterior. JURADO: Poesía: María Antonieta Flores, Jesús Sanoja Hernández y William Osuna. Cuento: Harry Almela, Luis Barrera Linares y José Napoleón Oropeza. FECHA TOPE: 18 de junio de 1999. PREMIACIÓN: Ambas menciones recibirán Bs. 600.000, diploma y publicación de la obra, además de 50 ejemplares para el autor. VEREDICTO: 28 de julio de 1999. ENTREGA: Entre octubre y diciembre de 1999. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Bienal de Literatura Augusto Padrón, Dirección de Cultura, Alcaldía del Municipio Girardot, Biblioteca Municipal Augusto Padrón, Palacio Municipal, planta baja, avenida Las Delicias. Maracay, estado Aragua. INFORMACIÓN: Teléfono-fax: 58 43 337421. *** XLVIII Premio Anual de Novela Planeta Editorial Planeta MENCIONES: Novela. PARTICIPANTES: Escritores en lengua castellana, cualquiera que sea su nacionalidad. No podrán participar quienes ya hayan recibido el premio ni quienes hayan fallecido antes de publicarse la convocatoria. CONDICIONES DEL MATERIAL: Novela original e inédita; idioma castellano; extensión superior a las 200 páginas en formato DIN A-4 (210x297 mm); mecanografiadas a doble espacio, por una sola cara; duplicado. IDENTIFICACIÓN: Nombre y apellidos del autor; en el caso de que desee firmar con seudónimo, deberá incluir los datos personales en sobre aparte y cerrado. El sobre que contenga todo el material deberá incluir una indicación de que participa en el premio y una certificación firmada por el autor, aceptando expresamente las bases del concurso y garantizando que los derechos de publicación de la obra presentada no están comprometidos ni la novela participa en otro certamen pendiente de resolución. En las obras que se presenten con seudónimo, podrá con éste suscribirse la certificación, pero bajo la plica correspondiente, el autor, firmando con su propio nombre y apellidos, se hará explícitamente responsable de la exactitud de las afirmaciones contenidas en la certificación a que se alude. En el caso de faltar este requisito, aun después de abierta la plica, no podrá ser premiada la novela. JURADO: 7 prestigiosas personalidades de las letras españolas, bajo la presidencia de José Manuel Lara Hernández. FECHA TOPE: 30 de junio de 1999. PREMIACIÓN: 50.000.000 de pesetas al primer lugar; 12.000.000 de pesetas a la novela finalista. Las novelas ganadoras serán publicadas bajo condiciones establecidas por Editorial Planeta. VEREDICTO: 15 de octubre de 1999. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Editorial Planeta, calle de Córcega, números 273-279, 08008 Barcelona, España. INFORMACIÓN: http://www.editorial.planeta.es/esp/premios/pl22.htm. *** Concurso de Cuentos Juan Rulfo 1999 Radio Francia Internacional MENCIONES: Cuentos. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Original e inédito; lengua española; extensión máxima de 20 páginas de 22 líneas cada una, mecanografiadas a doble espacio y por un solo lado; cada autor podrá participar sólo con un cuento. Se deberá especificar si se participa en uno de los premios especiales. Los premios especiales son: Premio Unión Latina a relatos de autores inéditos; Premio Le Monde Diplomatique a cuentos que manifiesten una preocupación social; Premio Feria del Disco a cuentos sobre música; Premio Monte Ávila Editores a cuentos para niños; Premio Salón del Libro Iberoamericano a relatos de latinoamericanos que resalten la importancia del libro y la lectura, y Premio Semana Negra a cuentos policiales. Además se disputará el Premio Agence Vu de Fotografía, para series fotográficas de 5 a 10 fotos, tema libre, en blanco y negro o en color, de un máximo de 30 x 40 cm; cada foto debe incluir el nombre del fotógrafo y se debe añadir en una hoja separada un texto descriptivo, el lugar, la fecha de la toma y los datos personales del artista. Se aceptan diapositivas. IDENTIFICACIÓN: Nombre, apellidos, teléfono, dirección y datos biográficos del autor. JURADO: Silvia Baron-Supervielle (Argentina), Jorge Edwards (Chile), Luis Sepúlveda (Chile), Marcelo Leonart (Chile), Juan Manuel Roca (Colombia), Emilio Sánchez Ortiz (España), Aline Schulmann (Francia), Claude Fell (Francia), Mercedes Iturbe (México), Juan Villoro (México), Paco Ignacio Taibó II (México), Julio Ortega (Perú), Fernando Aínsa (Uruguay) y Alexis Márquez Rodríguez (Venezuela). El jurado del certamen de fotografía estará constituido por profesionales de la Agence Vu. FECHA TOPE: 15 de septiembre de 1999. PREMIACIÓN: 30.000 francos (Radio Francia Internacional); 20.000 francos (Instituto Cervantes, París); 15.000 francos (Centro Cultural de México); 15.000 francos (Casa de América Latina); 15.000 francos (Le Monde Diplomatique, Francia); 15.000 francos (El Espectador, Colombia); 10.000 francos (Feria del Disco, Chile); 10.000 francos (Unión Latina, París); 5.000 francos (Monte Ávila Editores, Venezuela); viaje y estadía durante la Semana Negra en Gijón, España, en julio de 2000 (Semana Negra); viaje y estadía durante el Salón del Libro Iberoamericano en Gijón, mayo de 2000 (Salón del Libro Iberoamericano de Gijón, España); e ilustración del libro con los cuentos premiados (Agence Vu, de fotografía). VEREDICTO: 13 de diciembre de 1999. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Radio Francia Internacional, Servicio de Lengua Española, Concurso de Cuentos Juan Rulfo, 1 16 Avenue du Président Kennedy, París Cedex 16, Francia. INFORMACIÓN: Teléfono: 33 01 42301212. Telefax: 33 O1 42304759 / 75786. Correo electrónico: service.amerique.latine@rfi.fr. *** V Certamen de Narrativa Corta "Villa de Pasaia" 1999 Asociación Trintxer Kulturala MENCIONES: Narrativa corta. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana o vasca mayores de 14 años de edad. CONDICIONES DEL MATERIAL: Original e inédito; no premiado previamente; extensión máxima: 10 folios; mecanografiado a doble espacio por una sola cara; triplicado. IDENTIFICACIÓN: Título del cuento en su portada; en sobre aparte cerrado, título del cuento; nombre, edad, dirección y teléfono del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 30 de septiembre de 1999. PREMIACIÓN: En ambas menciones se entregará un 1r premio de 80.000 pesetas y un 2º de 40.000, además de diploma de certificado para el tercer lugar. Los cuentos ganadores serán editados por la Editorial Birmingham Edit. VEREDICTO: Diciembre de 1999. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Trintxer Kulturala, apartado de correos 35; 20110, Trintxerpe (Guipúzcoa). *** IV Premio de Narrativa Vida y Salud Escuela Universitaria de Enfermería de la Universidad de Alicante MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores de lengua castellana o valenciana y estudiantes y profesionales de enfermería. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano o valenciano; extensión entre 3 y 10 folios; mecanografiados a doble espacio en formato DIN A-4 por una sola cara; temática relacionada con aspectos que se deriven de estilos de vida saludable, relativa a situaciones reales o ficticias de salud-enfermedad o vinculadas con el mantenimiento y cuidado del medio ambiente; cuadruplicado. IDENTIFICACIÓN: Sin firma; sobre aparte cerrado con el nombre, teléfono y breve currículum del autor, además del título del cuento y especificación de si el autor es profesional o estudiante de enfermería. JURADO: Personalidades relevantes en los campos de los cuidados de salud y la narrativa. FECHA TOPE: 30 de septiembre de 1999. PREMIACIÓN: Categoría absoluta, 100.000 pesetas y placa; categoría estudiantes y profesionales de enfermería, 25.000 pesetas y placa. Los cuentos premiados y los finalistas serán publicados en la revista Cultura de los Cuidados. VEREDICTO: Primera quincena de diciembre de 1999. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: IV Premio "Vida y Salud" de Narrativa. Universidad de Alicante. E.U. de Enfermería. Campus de San Vicente del Raspeig. A.C. 99. E-03080 Alicante, España. INFORMACIÓN: rgalao@teleline.es. *** I Concurso de Tanatocuentos Revista Adiós MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; temática referida a algún aspecto de los ritos funerarios; extensión de entre 3 y 10 folios de 30 líneas y 60 espacios cada uno; quintuplicado. IDENTIFICACIÓN: Nombre, apellidos, dirección completa y teléfono del autor, además de una declaración cediendo los derechos de publicación. JURADO: Miembros de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid, de la Revista Adiós, de la empresa patrocinadora Viajes Nobel y personas de reconocido prestigio en el mundo del arte y la literatura. FECHA TOPE: 1 de octubre de 1999. PREMIACIÓN: Viaje para dos personas a Bali, que incluye billete de avión en clase turista con Garuda Indonesia, alojamiento por 5 noches en el hotel Sol Meliá en régimen de alojamiento y desayuno, traslado y asistencia en español, seguro y bolsa de viaje; además, se publicará el cuento ganador y una selección hecha por el jurado en una edición extraordinaria de la revista. VEREDICTO: Noviembre de 1999. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Revista Adiós. Primer Concurso de Tanatocuentos. Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid, S.A. Salvador de Madariaga, 11 28027 Madrid, España. INFORMACIÓN: Web: http://www.emsf.es/revista.htm. Correo electrónico: jpozo@tader.es. Teléfono: 34 1 5108272 / 71. Fax: 34 1 5108286. *** Bienal Municipal de Literatura Ciudad de la Juventud 2000 Alcaldía del municipio José Félix Ribas del estado Aragua (La Victoria, Venezuela). MENCIONES: Mención Narrativa Rafael Briceño Ortega; Mención Dramaturgia Julio Páez; Mención Narrativa Joven Miguel Villasana. PARTICIPANTES: Escritores venezolanos y extranjeros residenciados en Venezuela. La mención Narrativa Joven está reservada a escritores de hasta 20 años de edad, residenciados en los municipios que formaron parte del extinto distrito Ricaurte del estado Aragua. CONDICIONES DEL MATERIAL: Original e inédito; cuadruplicado; papel tamaño carta a doble espacio por una sola cara; no premiado anteriormente. No se aceptará más de un trabajo por mención. Extensión mínima: narrativa, libro de cuentos de más de 30 cuartillas; dramaturgia, obra de teatro de más de 25 cuartillas; narrativa joven, grupo de cuentos de más de 10 páginas. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos del autor. Los participantes de la mención Narrativa Joven deberán incluir el nombre de la institución donde cursan estudios y el sobre debe mostrar la leyenda "Bienal de Literatura Ciudad de la Juventud, mención Narrativa Joven Miguel Villasana". JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 1 de octubre de 1999 para las menciones Narrativa y Dramaturgia; 1 de diciembre de 1999 para la mención Narrativa Joven. PREMIACIÓN: Bs. 500.000 y la edición de la obra, para las menciones Narrativa y Dramaturgia; Bs. 120.000 y diploma en la mención Narrativa Joven. Podrá entregarse hasta dos menciones especiales en cada categoría. VEREDICTO: Febrero de 2000. ENTREGA: Marzo de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ateneo de La Victoria, avenida Francisco de Loreto c/c Dr. Carías. La Victoria, estado Aragua, Venezuela. INFORMACIÓN: Telefax: 58 44 224953. *** V Festival Internacional de Video Erótico "La Paradoja Erótica" Universidad del Claustro de Sor Juana MENCIONES: Video erótico en categorías video-clip y ficción. PARTICIPANTES: Realizadores mexicanos. CONDICIONES DEL MATERIAL: Video-clips de entre 2 y 5 minutos de duración; videos de ficción de duración abierta; formato Hi-8, U-matic (3/4) o Betacam, en todos los casos acompañado de una copia en VHS; ficha de inscripción y ficha de depósito de pago. La inscripción tiene un costo de 250 pesos mexicanos, a ser depositados en la cuenta 0181687506 del Banco Bilbao Vizcaya a nombre de V Festival Internacional de Video Erótico. IDENTIFICACIÓN: Tanto los videocasetes como sus estuches deberán ser etiquetados correctamente con el nombre y teléfono del responsable; título de la obra, categoría en la que concursa, duración, lugar y año de realización. Los videos seleccionados serán exhibidos entre el lunes 6 y el jueves 9 de diciembre de 1999 en la Cineteca Nacional. JURADO: Un grupo de erotólogos y profesionales de la comunicación audiovisual. FECHA TOPE: 5 de noviembre de 1999. Quienes deseen llevar sus videos personalmente deberán hacerlo sólo el jueves 4 y el viernes 5 de noviembre de 1999 entre las 10 am y las 5 pm. PREMIACIÓN: Cada categoría recibirá un primer premio de $25.000; segundo, $15.000; tercero, $10.000. Los premios serán entregados en moneda nacional o su equivalente en dólares americanos. ENTREGA: 10 de diciembre de 1999. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: V Festival Internacional de Video Erótico, Universidad del Claustro de Sor Juana, Izazaga 92, Centro Histórico. C:P: 06080. México, D.F. INFORMACIÓN: Teléfonos 52 5 7095420 / 3952, extensiones 112, 128 y 134. Correo electrónico: cuch@df1.telmex.net.mx. === Paso de río =========================================================== Boom. La Universidad Andina Simón Bolívar, de Bolivia, invita al curso abierto de narrativa latinoamericana "El boom y sus alrededores", que durará dos días y en el que se leerán y analizarán materiales de Borges, Rulfo, Borges, Rulfo, Roa Bastos, Vargas Llosa, Cortázar, García Márquez, Benedetti e Isabel Allende, además del proceso derivado, el post-boom, y se escucharán conferencias de Luis H. Antezana, Moira Bailey, Gustavo Soto, Dora Cajías, Rubén Vargas, Juan Carlos Orihuela, Raquel Montenegro, Jaime Iturri e Isabel Bastos. Se realizará en la sede central de la UASB en Sucre. Puede solicitar informes a la coordinadora del curso, licenciada María Teresa Lema: Universidad Andina Simón Bolívar, casilla 545, Sucre, Bolivia. Correo electrónico: tere@uasb.edu.bo. mpp2. En la sección Literatura en Internet de nuestra edición 52 comentamos el sitio Móvil Perpetuo, una creación de Pedro Díaz del Castillo (pdiazc@arrakis.es). Recientemente, Díaz anunció que su sitio acababa de cambiar de URL. Le auguramos éxito en su nueva ubicación. http://arte.mundivia.es/mpp2. Invitación. Matilde Selva (msl777@teleline.es) está invitando a lectores y escritores de Hispanoamérica a conocer su sitio en el Web. http://www.teleline.es/personal/msl777 Resúmenes mudados. Los resúmenes de Infoedu-Resumen acaban de cambiar de sitio a causa de falta de espacio en su vieja dirección. El anuncio lo hizo José Vilches (jvilches@arrakis.es), quien dijo que ahora estos interesantes y útiles materiales podrán ser apreciados en: http://www.xtec.es/~jvilches Tres poemas de Bou. Antonio Bou (antonio7@coqui.net), quien dice no haber publicado poesía desde 1994, aparece en Ciberayllu con tres nuevas creaciones acompañadas de ilustración propia. http://www.andes.missouri.edu/andes/literatura/ab_trespoemas.html Nueva publicación valenciana. Desde Valencia, España, Joan Razola (jrazpi@colon.net) anuncia la aparición del primer número de Hort@ Virtuart, con materiales sobre ecología, feminismo, teatro, cine, música, exposiciones, noticias y otros temas. http://meliana.8m.com Pedrafort en su dominio. La librería virtual Pedrafort, que asegura incrementar sus existencias en más de cien títulos al día, aparece ahora en su propio dominio. http://www.pedrafort.com Becas para escribir. Ya ha sido abierto el plazo de recepción de solicitudes para optar a las becas de poesía y ensayo que ofrece la Fundación Octavo Paz. Hay tiempo hasta el 15 de junio y toda la información se puede leer en la página de la institución. http://www.fundacionpaz.org.mx Mover un dedo. Los lamentables hechos que se están suscitando en Yugoslavia a raíz de los bombardeos de la Otan han originado la campaña Mueve un dedo por Kosovo, que recolecta recursos para auxiliar a quienes están viviendo amargos momentos. http://fractal.es/kosovo ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.zzn.com. === Literatura en Internet ================================================ Deabruak http://www.euskalnet.net/deabruak La gente suele decir que Internet enloquece a la gente. Ahora bien, hay locuras y locuras: más de un político latinoamericano ha sido tildado de loco, y quizás con razón, pero loco también era don Alonso Quijano y medio milenio después de sus andanzas todavía estamos soñando con molinos en las praderas de nuestras vidas. Una locura que celebramos es la de Deabruak, una singular editorial que distribuye sus libros bajo la modalidad de shareware. Esto es, usted pide el libro, recibe un ejemplar impreso por correo convencional, y lo paga sólo si llena sus expectativas, además de que el precio es realmente simbólico. "Estamos en esto por el puro placer de hacerlo. Nuestro vicio es la literatura, es lo único que nos interesa y por eso tratamos de hacértela llegar con los medios a nuestro alcance", dicen los quijotes de Deabruak en la presentación de su idea. "No nos interesan los canales ordinarios de distribución literaria, sobre todo porque nosotros no encajamos en ellos. No entendemos la actividad de escritor como un negocio. Se es escritor porque a uno no le queda más remedio". Deabruak es un proyecto nada ortodoxo, pero creemos -y, lo confesamos, esperamos- que tendrá éxito. Para el momento de escribir esta nota, Deabruak tiene tres títulos publicados y ya han anunciado un cuarto. Siendo como es una idea surgida de las enfebrecidas mentes de un grupo de escritores, esta "editorial shareware" es un vehículo para satisfacer las esperanzas de los escritores que no han podido o no han querido acceder a los mecanismos corrientes del sistema editorial. "Estamos hartos", dicen en la presentación, "de ver a escritores abandonar su trabajo sumidos en la desidia y el abandono más vergonzante. Y es que al final, un autor, después de mucho pelear con los papeles en blanco y de que sistemáticamente le devuelvan los libros las editoriales, termina convenciéndose a sí mismo de que no ha nacido para esto. Y nosotros no estamos dispuestos a aceptar el abandono de los nuestros". Ahora bien, veamos el aspecto práctico, cómo obtener los libros. Deabruak tiene un formulario mediante el cual usted puede solicitar uno o más libros y sentarse a esperarlos en su casa. Pero esto sólo es en España. Por las limitaciones lógicas que impone el correo convencional, la modalidad shareware no funciona aún para todo el mundo, pero la editorial no se da por vencida, en el entendido de que España es apenas un rincón del globo. Es así como desde abril es posible adquirir los libros mediante una suscripción anual, a un costo bajísimo que, por lo demás, le dará a usted la posibilidad de recibir cualquier cosa que Deabruak publique en un año. Esto puede ser desalentador para quienes vivimos fuera de España, pero nuestra sugerencia muy particular es que visite el sitio de Deabruak y tome su decisión, pues creemos que vale la pena. Si es usted escritor se estará preguntando cómo podrá acceder a esta maravilla. En principio, tome aliento y considere seriamente la calidad del libro que pretende poner a consideración de Deabruak, pues ésta afirma ser "una editorial que sólo publica material escrito directamente con las tripas". Cualquier material que carezca de la calidad suficiente será rechazado inmediatamente. Puede enviar textos en castellano o en inglés, aunque se dará prioridad a la lengua de Cervantes, y pueden inscribirse en cualquier género, aunque por el momento la editorial mantiene sólo dos colecciones, narrativa y poesía. Los libros de narrativa deben medir cerca de quince mil palabras y los poemarios deben incluir un mínimo de treinta poemas. Además, el texto debe llegar debidamente corregido: si contiene muchos errores ortográficos o gramaticales, será rechazado. Es lógico. Dice Deabruak: "Si quieres publicar en serio, trabaja duro. Nadie lo va a hacer por ti". Por otro lado, si su libro es admitido Deabruak imprimirá mil ejemplares, por lo que usted no tendrá que pagar nada. Usted conserva sus derechos sobre la obra, recibe depósito legal y cierta cantidad de ejemplares es enviada a la Biblioteca Nacional de España, además de que la editorial le enviará veinticinco ejemplares. Lo que Deabruak recaude de los primeros quinientos ejemplares vendidos será para financiar el proyecto, pero usted recibirá un interesante 50% de las ventas a partir del ejemplar 501. Todas estas condiciones le serán enviadas previamente en un documento que usted deberá firmar y regresar por correo convencional. Si tiene alguna duda después de visitar el sitio, puede escribir por correo electrónico a deabruak@euskalnet.net. Deabruak dará preferencia a lo que ellos llaman literatura insana: "Nos encantaría bombardear el mundo con literatura políticamente incorrecta. Por eso, el objetivo prioritario, por encima de la venta (la cual es importante también, no lo negamos, porque nos permite publicar nuevos títulos), está el esfuerzo de promoción y difusión. Nos comprometemos a hacer llegar tu libro a todas las personas que creemos deben leerlo". Al final del texto de presentación, Deabruak nos increpa: "Ahora llámanos locos si quieres. Nos da lo mismo. Nosotros seguimos hacia adelante". Nos permitimos, desde la Tierra de Letras, llamar locos a estos modernos quijotes. Pero bravo por su locura. === La pluma rebelde de Espejo Michael Vicuña Botto ================== Llegado de Cajamarca, don Luis Espejo contrajo matrimonio en la ciudad de Quito con la señora María Catalina Aldaz y Larrancair, hija de una esclava a quien libertara y diera su apellido el español Antonio Aldaz. Como producto de este matrimonio nacieron cuatro hijos: María, Eugenio (21 de febrero de 1747), Juan Pablo y María Manuela. La vida colonial, al nacer Espejo, presenta caracteres de una crisis general. El pueblo, como nunca, se siente estrangulado, agobiado por la gran cantidad de impuestos y exacciones que con voracidad reclaman las arcas reales. Las comunidades religiosas se constituyen, económicamente, en una clase privilegiada, en especial los jesuitas que han acaparado grandes extensiones de tierras a lo largo del territorio de la Real Audiencia. Supremacía que les costó la expulsión de América en el año de 1767. La niñez de Espejo transcurre bajo la severa vigilancia de su padre, quien es administrador y cirujano del hospital de la misericordia, lugar preferido de aquél y donde aprende y pone a prueba el temple singular de su alma. Allí se satura de experiencia humana; allí aprende a amar a la humanidad. Espejo estudia en la Escuela de los Dominicos, luego ingresa al Colegio de San Fernando, el que tiene una facultad universitaria a cargo de los mismos dominicos. En el año de 1765 termina sus estudios, y el 22 de junio de 1767, al cumplir los veinte años, obtiene el título de doctor en Medicina, juramentándose en el mes de noviembre de 1772. Su primera obra Nuevo Luciano de Quito (al parecer fueron cinco los ejemplares manuscritos) glosa un sermón pronunciado por el cura Sancho de Escobar, y a través de sus dos personajes dialogantes, el doctor Luis Mera, ex jesuita ambateño y el doctor Miguel Murillo y Loma, médico quiteño, Espejo expone el drama de la cultura colonial, lo mismo que censura el plan de estudios de los jesuitas, lleno de un culteranismo y una teología tipo escolástica, de igual modo critica la oratoria cristiana y las costumbres y usos de la época. Al año siguiente (1780) escribe otro libro con el nombre de aquel historiador romano Marco Porcio Catón, el que lo firma con un seudónimo de Moisés Blancardo. En esta obra, Espejo critica con audacia general a su Nuevo Luciano. Ante semejante actitud, sus enemigos, creen que alguien, valiente y talentoso, ha salido por sus fueros. Mientras tanto Espejo se regocija con su obra, puesto que su crítica es minuciosa y detallista, insultante y severa. Claro está que a quien insulta es a sí mismo. El Nuevo Luciano provocó una reacción que se ve luego en las iras del padre Juan Aráuz y Mesías, teólogo de la Universidad de Santo Tomás de Aquino, el que, en una oración fúnebre, llama envidioso a Espejo. Esto enardece y exaspera a Espejo, y es cuando escribe su Ciencia Blancardina para defenderse y para fulminar. Su escenario es Miraflores de Ambato. En el año 1781, en coplas manuscritas, escribe las décimas tituladas Retrato de golilla, que son unos versos en los cuales satiriza despiadadamente al monarca español Carlos III, el autor de la expulsión de los jesuitas, y al que le da el apodo de "rey de barajas". También critica duramente a don José Gálvez, Marqués de la Sonora y Ministro universal de las Indias; en cambio alienta el levantamiento de los indios del Cuzco y a su protagonista Tupac Amaru. Esta obra tuvo cierto sabor afrancesado, ya que Espejo gustaba de la lengua de Voltaire. Producto de dos plagas epidémicas que soportó Quito, surge en Espejo su admirable libro Reflexiones, donde confirma su saber sobre la medicina. Después de sufrir destierros a Bogotá y grandes persecuciones, regresa a Quito y pone en circulación su periódico llamado Primicias de la Cultura de Quito (1792), el que se editó en la imprenta de don Raimundo Salazar. A grandes rasgos, éste es nuestro Eugenio Espejo, el que corporalmente se apagó un 27 de diciembre de 1795, pero que aún existe en cada uno de los ecuatorianos que luchan por la libertad. ** Michael Vicuña Botto, docente y escritor ecuatoriano nacido en Babahoyo en 1944. Licenciado en Filosofía por la Universidad de Guayaquil. Ha desempeñado diversos cargos en la administración educativa de su país. Actualmente es rector encargado del Colegio Nacional "Profesor Eduardo Flores Torres". gvicuna@yahoo.com. === Vivimos tiempos de cambio Manuel Sueiro Santamaría =============== Esta es una frase que siempre ha sido válida; es, de hecho, una frase redundante (los cambios SON el tiempo). Pero creo que actualmente es especialmente válida: en una forma u otra, está en boca de cada vez más gente y, probablemente, lo estará cada vez más (los cambios se aceleran y la sensación de cambio se intensifica). Que la realidad es cambiante es algo tan evidente que no merece mayor argumentación, es algo acerca de lo cual el hombre ha dicho mucho desde hace miles de años. Y, sin embargo, a lo largo de la historia humana, un esfuerzo continuado por ponernos en contacto con lo trascendente, estable, permanente, sólido (los "valores eternos"...) nos ha ido alejando de esa evidencia. La validez de esta última frase no es algo tan evidente, precisamente por la eficacia del esfuerzo mencionado. Los hispanohablantes gozamos de una posición privilegiada para aprovechar los frutos que puede producir la concienciación de esta idea: la herencia cultural impresa en nuestro idioma ha sufrido con especial intensidad la acción "trascendente" (herencia que cristaliza en lemas del tipo "limpia, brilla y da esplendor") y, por otra parte, nuestra realidad social resulta con frecuencia penosa. ¿De qué estoy escribiendo? Del anquilosamiento de nuestro idioma, de la necesidad de generar recursos expresivos que nos permitan expresar mejor nuestra realidad y ponernos a la altura de las exigencias que otras comunidades lingüísticas están generando actualmente. Que el castellano es una lengua anticuada y necesitada de una renovación de sus recursos expresivos es una idea que probablemente será combatida desde el búnker de los eternos. No hagamos caso de las sirenas. Sigamos nuestro viaje. ** Manuel Sueiro Santamaría, pintor y escritor español nacido en Barcelona en 1958. Docente de la Universidad Autónoma de Bellaterra en el área de matemáticas. Reside actualmente en Frankfurt (Alemania), donde estudia Romanística y Filosofía y escribe relatos cortos. msueiro@stud.uni-frankfurt.de. === La gaya ciencia José Luis Vega =================================== Ha poco tiempo, en una librería del Viejo San Juan, me topé con una traducción al inglés de La gaya ciencia, de Nietzsche. Dar con la versión inglesa -la primera, según creo- era ya una novedad. El título -demasiado machadiano en español, ¿recuerdan lo del gay trinar?- en inglés sonaba deslumbrante: The gay science. La sorpresa se confirmó al percatarme de que el libro estaba entre otros cuyas portadas mostraban fotos de efebos desnudos, manuales de autoestima gay y estudios de queer literature. El hallazgo del libro de Nietzsche en tan pensada compañía trajo a mi mente las palabras que Guillermo Cabrera Infante dice que dijo Virgilio Piñera, para explicar su aversión por los amantes educados: "Los hombres de verdad no leen libros. La literatura es mariconería y para maricón, yo". En efecto, parecería que la industria editorial gay ha hecho realidad el sueño de Virgilio, y no el romano. Hasta hace poco Wilde, Lorca, Gide, Wittgenstein... interesaban por geniales, no por homosexuales; como Quevedo, Cervantes o García Márquez interesan por lo mismo, quiero decir por sabios, no por feos, mancos, cegatos o heterosexuales, en caso de que lo sean, lo que me importa poco. Hoy, sin embargo, se escribe con el cuerpo, me dirá alguna conversa. La escritura es deseo, replicará otro devoto. Tales slogans no son del todo falsos. Yo, por lo menos, escribo con la mano derecha, agente del cuerpo y del deseo, -pues con ella cojo lo que pueda-, pero agente también de la inteligencia y de la historia -que por supuesto ya casi me han convencido de que no existe- y de las ideologías, aunque primero me la corto (la mano) que convertirla en pergeñadora de propagandas, a sabiendas. Y hablando de cortar, antes se decía -si era macho el hablante- primero me lo corto que permitir tal cosa. La intención -siempre metafórica, excepto en un cuento de René Marqués donde es literalmente simbólica- revela la posibilidad cultural y vital de anteponer un principio, un valor, una idea al deseo. Una suerte de ascetismo machista en el cual la virtud -o el prejuicio, que a veces se parecen tanto- reclamaba sus fueros ante el falocentrismo imperante. Antecedentes literarios los hay porque a veces el folk culture y la alta cultura no andan muy despistadas la una de la otra. Decía que los antecedentes existen en los caballeros castos que armados de platónicas espadas estaban siempre dispuestos a cortárselo antes que faltarle a su dama o su dios, que para el caso era lo mismo. Ahora que los viejos moldes patriarcales cambian; y la cultura, antes falocrática deviene culocrática, el capitalismo -que no tiene sexo- amasa millones con el tema del género, y no del gramatical. El capital (y su gemelo el poder) determinan lo que es políticamente correcto o incorrecto. Cuando los revolucionarios cubanos, al amparo del marxismo organizaron aquel operativo moral conocido como la Noche de las Tres Pes contra las prostitutas, los proxenetas y los pederastas de La Habana, a muchos les pareció justo y necesario. Que algunos artistas y escritores hubiesen caído en la redada fue algo lamentable, pero después de todo ellos se lo buscaron por andar escribiendo con el cuerpo y no con una pluma, aunque de ganso fuera. (Ahora que las piedras fundamentales de nuestra sociedad -Pedro Roselló y Pedro Toledo- han hecho lo propio en las calles de Santurce, a muchos también les parece realmente justo y necesario. [A las locas de la calle San Juan nadie l@s defiende, esas son las hijas de Bitola, que se defendía sola.]). Ironía de ironías en este mundo transexual, transcaribeño, transgenérico. Yo, pobre lector, que admiro el genio de Dalí y aprecio de corazón algunos poemas de Lorca, no pude, hace unos días, resistir la tentación -porque la lectura es también deseo- de comprar un libro de un tal Ian Gibson titulado Lorca-Dalí. El amor que no pudo ser. El libro cumplió la promesa del título: un novelón de amor (travestido de investigación) donde lo más interesante resultan ser algunas fotos de Lorca calzado con zapatillas de ballet en una playa. Que el novelón aparezca bajo el sello de Plaza y Janés no es extraño, como tampoco que Siglo XXI publique una serie de fascículos escritos por Paul Strather que se titulan, según el caso, Descartes en 90 minutos, Platón en 90 minutos, Wittgenstein en 90 minutos, etc., dedicados a demostrar, a la brevedad posible, que algunos de los grandes filósofos de la humanidad también eran homosexuales. ¿Y qué? El poder es el poder. Si pensar críticamente la revolución durante los años del stalinismo cultural era incurrir en política incorrección; hoy escribir estas divertidas anotaciones al rescoldo postcolonial de la industria cultural gay puede implicar el ostracismo literario de un autor. Que no es poco poder casi convertir a Nietzsche en un precursor de los queer studies. Por tanto, que cada cual escriba (o lea) como le guste. Con la pija o con la pluma, con el colon o con el corazón. Pero no olvidar (y excúseseme el sentencioso final) que la escritura, si no es respiración, es basura, aunque se escriba a favor de pobres o de los homosexuales de la tierra. ** José Luis Vega, poeta puertorriqueño nacido en 1948. Es profesor universitario y director de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española. jlvega@prtc.net. === The Mixquiahuala Letters: la mujer chicana en busca de su identidad === === Natalia Menéndez Rodríguez ============================================ A caballo entre la cultura hispanoamericana y la sajona está la cultura chicana. Su literatura constituye un claro ejemplo de sus preocupaciones, problemas e inquietudes. Para explorar los conflictos de identidad de mujer chicana he elegido la novela de Ana Castillo The Mixquiahuala letters, una novela con una estructura realmente original que refleja el sentir de las mujeres de su cultura. Ana Castillo ha estructurado esta novela de tal modo que ha de ser el lector el que elija su propio camino. La novela está compuesta por cuarenta cartas numeradas. Sin embargo, la autora ha decidido presentar tres posibles opciones, la primera para el lector "conformist", la segunda para el "cynic" y la tercera para el "quixotic". En la primera opción el lector conformista se encontrará con un total de 29 cartas empezando en la carta número 2 y finalizando en la carta 34. En la segunda opción el lector leerá un total de 32 cartas, empezando en la 3 y terminando en la 38, mientras que el lector que decida aventurarse a leer la opción última tendrá que leer 34 cartas, desde la número 2 y finalizando con la 1. Esto supone que en ninguna de las tres opciones leeremos la obra completa. El hecho de que la autora ofrezca estas tres opciones hace que el lector pueda ser partícipe de la historia a través de su propia subjetividad. Será el propio lector el que escoja el camino que desee seguir en su interpretación del texto (Quintana, 1996: 91). Para Yvonne Yarbo-Bejarano a través de esta estructura de diversas alternativas Ana Castillo propone tres finales distintos de acuerdo con las tres actitudes antes mencionadas. De este modo el lector conformista, que terminará su lectura en la carta número 34, se encontrará con que Teresa, la protagonista, asume la tradicional idea de la familia a través de su intención de irse a vivir con su hijo Vittorio y su marido junto a sus padres a Cuernavaca. Lo que parecía un viaje subversivo en busca de la propia determinación de la mujer para librarse de los fuertes lazos de la sociedad patriarcal terminaría con una decisión conformista por parte de Teresa asumiendo ese rol socialmente impuesto de madre y esposa. Por otro lado la lectura del cínico que termina en la carta número 38 representaría para Yarbo-Bejarano la confirmación de la traición de la mujer para con la mujer a través de la imagen que ofrece una Alicia traidora en esa carta en la que Teresa comenta que su amiga ha estado viviendo con su novio, Vicente das Mortes. La última visión, la del "quixotic", ofrece una posibilidad mucho más esperanzadora. La carta número uno deja una puerta abierta a una nueva lucha por sus ideales por medio de la preparación de un posible nuevo viaje por el territorio mexicano (The American review, vol. 20, Nº 1: 65). Teresa muestra con su relato un discurso femenino fragmentado, con continuos movimientos en el tiempo de la narración. La fragmentación parte ya del hecho de que Ana Castillo nos presente su obra con tres posibles lecturas. Como ya habíamos visto, si seguimos una de esas tres posibilidades, no leeremos todas las cartas que forman la novela completa, por lo que la obra aparecerá para nosotros fragmentada. Por otro lado la autora ha elegido el género epistolar, género que favorece la fragmentación del texto. Antes de iniciar la novela Ana Castillo nos explica que para aquellos lectores que lo deseen todas las cartas podrán ser leídas como piezas narrativas independientes, con lo que no sólo aparece el texto fragmentado, sino que trata de presentarlo como inconexo. El uso del modelo epistolar favorecería a la combinación de distintos géneros literarios como la narración y la poesía, aunque según mi punto de vista la autora mantiene un tono poético a lo largo de toda la novela. La propia Ana Castillo habla acerca de la génesis de su novela, cuando la autora contaba veintitrés años de edad. La idea de presentar la narración con tres alternativas de lectura entraba dentro de sus planes desde el comienzo. La constatación de que otro autor, Julio Cortázar, había hecho algo similar con anterioridad en su obra Rayuela, fue lo que le impulsó a incluir una dedicatoria al escritor: To the master of the game, ante la seguridad de que tarde o temprano se le iba a relacionar con esta obra (Saeta, E: A Melus interview: Ana Castillo. Melus, vol. 22, Nr 3, fall 1997). Las cuarenta cartas son escritas por una mujer de origen chicano afincada en Estados Unidos, Teresa, a su amiga Alicia, a la que conoció en México. Las cartas no siguen un orden cronológico aunque muchas de ellas continúen con lo escrito en la anterior. A través de la lectura de estas cartas vemos cómo se define la posición de estas dos mujeres que rompiendo al mismo tiempo con su pasado, con su vida rutinaria y con los cánones sociales, se aventuran a realizar un viaje por México, donde tendrán diversas experiencias. Búsqueda de la identidad como chicana La mujer de origen chicano se encuentra en una situación de múltiple discriminación. Su origen chicano la hará permanecer en un plano secundario y marginal en la sociedad norteamericana. Al tratarse de una mujer de origen también americano, nunca estará totalmente integrada en la sociedad latina, es decir, en los países latinoamericanos; aunque se trate de su país de origen, será vista como "norteamericana". Por último la mujer como tal ha de sufrir discriminación por su sexo dentro de sociedades patriarcales. La mujer chicana permanece en su estado "apátrida" y lucha por encontrar su propia identidad. Por otro lado, nuestras protagonistas sufren discriminación cuando rompen los cánones establecidos, entre ellos el matrimonio, es decir, permanecen solteras o terminan sus relaciones con el divorcio. La situación de la mujer de origen chicano es bastante difícil. Su vida está marcada por la colonización, la del español, después la del anglo y finalmente por el hombre de su propia etnia. La mujer chicana tiene su vida socialmente determinada a ser esposa y madre. El acceso a la educación está muy restringido, aunque la situación haya mejorado en los últimos años. Gloria Anzaldúa, en su obra Borderlands. La Frontera, considera que la mujer de su cultura sólo tenía tres salidas posibles: ser monja, ama de casa o prostituta. Actualmente la educación universitaria es otra posibilidad, pero a la que todavía muy pocas mujeres pueden acceder. La mujer chicana no puede romper lo establecido, es decir, debe renunciar a sí misma en favor del hombre, y llegar virgen al matrimonio (Anzaldúa, G.: 1987: 17). Teresa decide abandonar los Estados Unidos tras fracasar en su matrimonio. Viaja a México, cuna de sus antepasados, en un deseo por encontrar su identidad, por un lado su identidad como chicana y por otro lado su identidad como mujer. Esta búsqueda la llevará por el territorio mexicano. Sin embargo, bajo mi punto de vista, tampoco en México encontrará el lugar que le corresponde. Teresa explica a lo largo de la novela cómo su condición cultural ha sido determinante dentro de la sociedad norteamericana. Su color de piel y su nombre hacen que no acabe de asimilarse completamente dentro de la sociedad de los Estados Unidos. El pueblo chicano debe parte de su discriminación dentro del sistema estadounidense a su humilde condición económica. A pesar de la pluralidad de culturas que convergen dentro de Estados Unidos, nos encontramos con que dentro de estas minorías los chicanos constituyen el grupo económicamente más pobre. En la carta número 19, Teresa habla acerca de sus orígenes latinos y de lo que esto supuso en su infancia en Estados Unidos, "donde su color de piel y su condición humilde la había sometido a atrocidades" (I thought of the city i'd been brought up in, where dark skin and a humble background had subjected me to atrocities. P. 62. L. 19). Pero en su viaje descubrirá que las cosas no son mejores en la tierra de sus antepasados. Ambas han sido educadas en Estados Unidos, y a pesar de que sus orígenes sean latinos, su comportamiento sigue las costumbres más liberales de la sociedad que conocen. Por este motivo tampoco en México serán aceptadas por la sociedad, una sociedad donde las mujeres con su nivel cultural, su forma de vestir y su actitud no serán bien vistas. La falta de auto-identidad que manifiesta el pueblo chicano se debería, según Portes y Truelove, a su gran diversidad. Los grupos que responden al término "chicano" no forman una unidad, sino que muestran dentro de él una gran variedad (Portes, A. y Truelove, C. 1988: 31). La mayor parte de los chicanos son de procedencia mexicana, seguidos en número por la población procedente de Puerto Rico, sin embargo Estados Unidos cuenta con un elevado número de habitantes de origen cubano, colombiano, etc. Teresa y Alicia se deciden a emprender un viaje por México, dejando en Estados Unidos a su marido y compañero respectivamente. Con esta huida de la vida rutinaria y la búsqueda de su identidad como mujeres y como latinas, ambas rompen los esquemas creados para las mujeres, aparecen ante el mundo como transgresoras de los cánones socialmente establecidos: What was our transgression? We travelled alone. P. 59. L. 19. (¿Cuál era nuestra trasgresión? Viajábamos solas). Realizan su viaje por México viviendo diversas experiencias. El hecho de que viajen solas pone de manifiesto el clima de libertad que la sociedad americana les ha inculcado, pero que no es considerado de igual modo dentro de la cultura hispana. Teresa y Alicia no sólo viajan solas, sino que además abandonan a sus respectivas parejas. Por este hecho sufrirán el rechazo de su familia y amigos, quienes consideran que las "malas esposas" son malas personas. Con esto Teresa muestra una clara visión de las diferencias existentes entre ambas culturas, la norteamericana y la mexicana, especialmente en lo que al papel de la mujer se refiere. Teresa parece querer denunciar esa arraigada sociedad patriarcal hispana donde la mujer es un mero objeto para el hombre, como luego veremos, donde no puede alzar su voz y permanece alejada de la educación. Esa sociedad que permanece fiel a sus principios de dominación del hombre frente a la subordinación de la mujer y que se niega a progresar hacia unas ideas más liberales e igualitarias. A lo largo de todo el viaje y a través de los diversos encuentros con hombres Teresa va a ser consciente de que su actitud y aspecto americano va a ser malinterpretado dentro de la cultura mexicana: I anticipated something disagreeable had already been arranged for us. I regretted my casual willingness earlier to drink and smoke, became aware of the low cut blouse I wore, realised that we had been staying in a house full of single men. What else could these two conservative, middle-age types deduce? P. 89. L. 25. (Adiviné que algo desagradable había sido preparado para nosotras. Me arrepentí de mi espontánea disposición inicial a beber y fumar, me percaté de la corta blusa que llevaba, me di cuenta de que habíamos estado en una casa llena de hombres solteros. ¿Qué otra cosa podían deducir aquellos dos tipos conservadores de mediana edad?). Es evidente el contraste que existe entre Teresa, una mujer criada en su entorno americano, aunque no por ello satisfecha, y su familia. Aquí aparece el choque generacional entre los padres y tíos, inmigrantes afincados en Estados Unidos, y los hijos de éstos, los cuales han nacido en Estados Unidos pero han vivido sus relaciones familiares dentro de un entorno hispano. Teresa explica de este modo a su amiga Alicia los prejuicios de sus familiares acerca de la mujer y el matrimonio: Don't be surprised at how scandalised my relatives will react to know you've never been married. (Jilted would be more understandable than never having been married). P. 15. L1. (No te sorprendas de lo escandalizados que mis familiares reaccionarán al saber que nunca has estado casada [abandonada sería más comprensible que nunca haber estado casada]). La mezcla de ambas culturas sólo logra la confusión de Teresa, la imposibilidad de crearse una identidad propia. Por su parte Alicia cuenta con antepasados de origen español. Su abuela había sido una andaluza medio gitana, pero sus padres habían intentando borrar de sus vidas la influencia de la cultura hispana, en un intento por integrarse dentro de la sociedad americana. Ana Castillo plantea aquí el hecho de que algunos inmigrantes de origen hispano renieguen de sus orígenes tratando de convertirse en estadounidenses, para ser considerados como blancos, algo que está relacionado con la percepción personal más que con la raza. El hecho de que sus padres luchen por ideales que les son ajenos aparece presentando con ironía cuando ambas se cuestionan los beneficios de esta decisión. Teresa viaja a la tierra que sus padres abandonaron para ir en busca de unas condiciones de vida mejores. En la carta número veintiséis Teresa narra su compromiso con un hombre latino, Sergio, con quien espera casarse cuando solucione su divorcio con su actual marido. Teresa contrasta entonces la realidad de México a través su experiencia y la de su madre: I thought of my mother, thousands of miles and a country away. She must've been thinking of me too, fantasizing how I would celebrate that night with my millionaire fiancé in the Yucatán, how fate had been so much kinder to me in her country than it had been to her, the irony that her prodigy could go to her homeland and be readily received by those who shunned so many of their own so that they left their beloved nation to find refuge elsewhere. P. 93. L. 26. (Pensé en mi madre, a miles de millas y en un país lejano. Ella debía estar pensando en mí también, fantaseando sobre cómo celebraría yo aquella noche con mi prometido millonario en el Yucatán, sobre cómo el destino había sido mucho más benévolo conmigo en su país de lo que lo había sido con ella, sobre la ironía de que su hija pudiese ir a su país de origen y ser inmediatamente recibida por aquellos que rechazaron a tantos de los suyos de modo que dejasen su adorada nación para buscar refugio en otro sitio). Sin embargo Teresa es consciente de que ésta no es la realidad. En su búsqueda por hallar una identidad ha descubierto que México tampoco es el lugar que le corresponde. La influencia de la cultura hispana se puede ver en Teresa en varios puntos. En primer lugar el tema de la religión es muy importante. La religión basada en la superstición en contraste con el escepticismo de Alicia aparece claramente representada en el episodio en el que ambas pasan la noche con Ponce y sus amigos. También su educación religiosa podría haber influido en su concepción de la institución del matrimonio, como luego veremos. Por otro lado tenemos el uso del idioma castellano como reflejo de su educación hispana. Generalmente las familias de inmigrantes hispanos que se instalaban en Estados Unidos mantenían la lengua castellana al menos durante la primera generación. Los hijos de estos inmigrantes, sin embargo, eran educados en escuelas norteamericanas, por lo que fuera de sus hogares era habitual que hablasen inglés. Desde mi punto de vista resulta bastante extraño que Ana Castillo a la hora de presentar a su personaje principal, Teresa, utilice tan pocos términos en castellano, sobre todo me sorprende que en la carta en la que ella reza el Padre Nuestro lo haga en inglés y no en español, ya que considero bastante probable que esta oración fuera aprendida en el hogar a través de sus padres o la figura de la abuela, más que en alguna institución estadounidense. El uso de la lengua española es bastante escaso, por lo que podría considerarse que se trata de un hecho bastante significativo. Su asimilación a la cultura americana está reflejada en la aceptación casi total de la lengua de Estados Unidos. Según mi punto de vista la realidad personal de la autora se traspasa aquí a su protagonista, la cual utiliza términos españoles solamente cuando se refiere a expresiones dichas por otras personas hispanas, pero que no las utiliza ella misma para comunicarse. Los términos castellanos que aparecen en la novela corresponden a nombres de comidas como tortilla, hongos de maíz, nachos, etc. Expresiones que, como he dicho, Teresa oye decir a otras personas en México, como: Oye, chula. ¡Caliente! o ¡Qué jodienda! En dos ocasiones Teresa nos recita en un primer caso un verso y en otro una nana, pero a continuación nos da la traducción al inglés, por lo que parece una novela dirigida a unos lectores más bien americanos. ¡Oh juventud! ¡Divino tesoro! My mother quotes from a favourite poem. Oh, youth! Divine treasure! P. 68. L. 21. Este niño no tiene cuna. Su papá es carpintero. Él le hará una (This child has no cradle. His father is a carpenter. He will make him one). P. 25. L. 4. A lo largo de la obra vemos términos españoles para designar relaciones familiares: tío, tía, hermana... En la primera carta vemos expresiones como "Y tráeme una para mí y el niño, hija", que son puestas en boca de sus familiares inmigrantes, los cuales sí utilizan la lengua castellana. Con ello se muestra una vez más el contraste entre los inmigrantes y sus hijos, esta vez a través de su uso de la lengua de su país de origen. Búsqueda de la identidad como mujer Ambas mujeres luchan por unos ideales que no son comprendidos por los que las rodean. Han roto las reglas supuestamente correctas del comportamiento femenino, la figura estereotipada de la mujer creada por el hombre: I was marked by something good or evil, but that would never leave me. P. 22. L. 3. (Estaba marcada por algo bueno o malo, pero que nunca me abandonaría). A lo largo de todas las cartas Teresa nos muestra cómo en varias ocasiones se ha armado de valor, se ha hecho oír, ha tomado por propia determinación la decisión de acabar con todo abandonando a su marido: Monday, while Melvin and Libra were getting that old horse, I packed my duffel bag with jeans, books, and poems and moved on my own. P. 35. L. 9. (El lunes, cuando Melvin y Libra estaban haciéndose con aquel viejo caballo, hice mi maleta con jeans, libros y poemas y me largué yo sola). Sin embargo nos vamos a encontrar con que Teresa en varias ocasiones cree haber fracasado, por lo que abandonará su viaje para volver junto a su marido, sintiendo entonces un sentimiento de culpa por haber abandonado sus ideales, por haber traicionado sus propias convicciones y haber vuelto a aceptar los cánones impuestos. Se define entonces a sí misma como una desertora en esa búsqueda de la libertad y propia determinación de la mujer. Es aquí donde Teresa presenta claramente con estas palabras Woman's quest for freedom and self determination, lo que la ha impulsado a realizar ese viaje y cuál es el objetivo de su búsqueda. A lo largo de toda la obra nos encontramos con una denuncia hacia la situación de la mujer en las sociedades patriarcales, hacia la violación de los derechos de las mujeres y de lo que la institución del matrimonio supone para ellas. En la carta número treinta y dos Teresa denuncia la situación de la mujer en otros países, como en Arabia, donde la circuncisión femenina aún es practicada para que las jóvenes no cometan actos que "pudiesen deshonrar a su familia". En la sociedad latinoamericana a través del matrimonio la mujer pierde por completo su identidad propia. A partir de ese momento es su marido el que asume todo el poder. Si hasta aquel momento la mujer había tenido pocas oportunidades para hacerse oír dentro de su sociedad, después de casarse la mujer debe permanecer en silencio para siempre. Entre otras cosas la mujer chicana cesa de tener compañía femenina. Sin embargo Teresa no acepta esta situación de silencio que la sociedad hispana impone. Encontramos una clara diferenciación entre la concepción que Alicia tiene del matrimonio y la que tiene Teresa. Por su parte Alicia no sólo no se plantea casarse, sino que le parece sorprendente que alguien pueda desear semejante condición, como vemos por ejemplo en la carta número nueve, donde califica al matrimonio como "slavery" (esclavitud) (P. 32). A Teresa, sin embargo, el matrimonio parece importante. Ella se ha casado, y ha fracasado en ese matrimonio. En Estados Unidos ha fracasado sentimentalmente, y con frecuencia denuncia su descontento con respecto a las relaciones que allí se establecen entre hombres y mujeres, "enredadas por la mentira". En muchas ocasiones va a referirse a esa relación infructuosa, pero con ello lo que hará será mostrar su descontento hacia el hombre al que estuvo unida, a la situación en sí, pero no a la institución del matrimonio. Esto lo vemos en el hecho de que aún no se ha divorciado de su primer marido cuando acepta casarse de nuevo con Sergio. Lo que sí podemos observar es que en Teresa ha habido un cambio de mentalidad con respecto a este tema. Para ella el matrimonio ha perdido el romanticismo, la parte destinada al amor, y se ha creado una idea mucho más materialista: What did love have to do with the order of things? A woman didn't marry for love in that part of the world. She married out of necessity. In the modern U.S., I married a poor man out of love. Poverty had won out and separated us. P. 62. L. 19. (¿Qué tenía que ver el amor con el orden de las cosas? Una mujer no se casaba por amor en aquella parte del mundo. Se casaba por necesidad. En los modernos Estados Unidos yo me había casado con un hombre pobre por amor. La pobreza había ganado y nos había separado). Teresa y Alicia se unen en hermandad, rompiendo las leyes sociales establecidas. Ambas mantienen una relación de amistad muy estrecha. El hecho de ser mujeres hace que exista un vínculo especial entre ellas. Teresa lo define del siguiente modo: ...uterine comprehension. In sisterhood. In solidarity. P. 18. L. 3. (...comprensión uterina. En hermandad. En solidaridad). En otro momento Teresa se refiere a la relación existente entre ellas como Our "love affair" (P. 46-7. L. 16). Con este viaje ambas mujeres se unen por un objetivo común. En la carta número siete Teresa cuenta cómo en una ocasión esa unión entre mujeres va a llevarlas a formar una alianza de amistad con otra mujer más en su misma situación. Sin embargo una vez más Teresa manifiesta su sentimiento de fracaso y su decisión de regresar al lado de su marido. El peso de la sociedad va a ser demasiado fuerte e influyente para ellas: She was enthusiastic about all our suggestions because for the first time in her life she had a choice, expressed an opinion and was able to decide what she wanted to do on a Saturday night. What we could not offer my sister was acceptance into society, her raison d'être. At the end of the summer, she went back to her husband. I packed a duffel bag with jeans, poems, and a few books, and went to follow mine too. P. 28. L. 7. (Estaba entusiasmada con todas nuestras sugerencias porque, por primera vez en su vida, tenía la posibilidad de elegir, expresaba una opinión y era capaz de decidir lo que quería hacer un sábado por la noche. Lo que no le pudimos ofrecer a mi hermana fue aceptación en la sociedad. Al final del verano ella volvió con su marido. Yo hice la maleta con jeans, poemas y algunos libros y me fui a seguir al mío también). Más adelante Teresa vuelve sobre el mismo tema, mostrándonos sus miedos hacia el poder de los hombres, a los cuales describe a través de una imagen simbólica, la imagen fálica de la serpiente, una serpiente que aparece como dominadora de sus propios sentimientos: There were three of us then, remember? You me the childhood friend from back home Whose husband called every morning at 7.00 a.m. Hating that she left "to find herself" as was the order of the day We were obsessed With visions of snakes that threatened To wind themselves around our yearning hearts... p. 38. L. 10. (Éramos tres, ¿recuerdas? Tú, yo, la amiga de la infancia cuyo marido llamaba todas las mañanas a las 7.00 lleno de odio porque ella se marchó "a encontrarse a sí misma" como era la orden del día. Estábamos obsesionadas con visiones de serpientes que amenazaban con enredarse en nuestros corazones ansiosos...). El objetivo del viaje es la búsqueda de la propia identidad. Al mismo tiempo vemos cómo ambas mujeres, cuya voz ha sido enmudecida dentro de la sociedad en la que viven, expresan sus sentimientos a través del arte. Alicia lo hace a través de la pintura, Teresa por medio de la poesía. A través del arte y la poesía, las dos mujeres alzan su voz, demuestran sus sentimientos, lo que la sociedad no les ha permitido hacer. At a pier, I read poems and passages of books aloud while you painted and commented that the lake seemed immense enough to take us as far as China. P. 29. L.7. (En el embarcadero yo leía poemas y pasajes de libros en voz alta mientras tú pintabas y comentabas que el lago parecía lo suficientemente inmenso como para llevarnos hasta China). Teresa y Alicia muestran su fuerte determinación a la hora de tomar sus propias decisiones, lo cual sorprende a los hombres en ocasiones. Ambas mujeres tratan de demostrarse a sí mismas y a los demás que la mujer puede ser independiente y es capaz de llevar a cabo sus propios proyectos y vivir su vida sin tener un hombre a su lado. Lo que en principio era una estancia de dos meses en México para realizar un curso sobre cultura hispana, se convierte en una huida de una realidad hostil y una búsqueda de su propio "yo" después de conocer a Alicia. Durante su viaje por México Teresa y Alicia experimentan diversos encuentros con el sexo opuesto que nos van a ofrecer una clara visión de la perspectiva masculina con respecto a la mujer. En casi todos los encuentros entre las protagonistas y estos hombres, ellos tratarán de llevar la situación por medio de diferentes estratagemas, hacia un fin último y común, que es tener una relación sexual con ellas. He wanted me to stay so that we could be together always. His father would find employment for me, if that was what I wanted. He loved me. He had a right to spend a night with me. I told him to forget it. P. 52. L. 16. (Él quería que yo me quedase para que estuviésemos juntos siempre. Su padre me encontraría un empleo, si eso era lo que yo quería. Él me amaba. Tenía derecho a pasar la noche conmigo. Le dije que lo olvidase). A lo largo de la novela nos encontramos con numerosos ejemplos similares, hechos de los que ambas mujeres son conscientes: What was an hour of general discussion if it meant he'd have his way ultimately? P. 74. L. 22. (¿Qué era una hora de discusión general si esto significaba que iba a conseguir finalmente su propósito?). Para Alvina Quintana (Quintana, 1996: 90) el género epistolar le ofrece a Ana Castillo "flexibility" para contrastar el modo en el que las mujeres son vistas en México y en Estados Unidos. Quintana menciona la carta veintidós, en la que Ponce, un ingeniero de Veracruz, le pregunta si ella es una mujer liberal, una "liberal woman", acerca de lo que ella comenta: In that country, the term "liberated woman" meant something other than we had strived for back in the United States. In this case it simply meant a woman who would sleep nondiscriminately with any man who came along. P. 73. L. 22. (En aquel país el término "mujer liberada" significaba algo distinto que en Estados Unidos. En este caso describía simplemente a una mujer que se acostaría indiscriminadamente con cualquier hombre que se encontrase). En esta ocasión Teresa manifiesta su propia determinación y su libertad a la hora de escoger y tomar sus propias decisiones: "What you perceive as "liberal" is my independence to choose what I do, with whom, and when. Moreover, it also means that I may choose not to do it, with anyone, ever. P. 73. L. 22. (Lo que tú percibes como "liberal" es mi independencia para elegir lo que hago, con quién y cuándo. Lo que es más, también significa que puedo elegir no hacerlo con nadie nunca). Son muchas las ocasiones en las que Ana Castillo trata de presentar las ideas estereotipadas que existen acerca de la mujer. Mujer que la tradición mexicana considera pasiva y sumisa. En la carta número treinta y dos Teresa describe la imagen estereotipada que los hombres tienen de la mujer, una imagen que no concuerda con su propia realidad, con su imagen o con la de Alicia: You weren't the desirable, soft, uncomplicated, maternal/child, buxom, ever-enduring lap and embrace, blonde, vivacious, cherry red puckered-lipped, plastic starlet of Hollywood movies, the saintly madonna, any image, illusion, delusion, hallucination, glossy, celluloid reproduction, stereotype, cliched man's definition of what a woman is and has to be. Therefore, you would not be loved. P. 113. L. 32. (Tú no eras la deseable, suave, poco complicada, maternal/infantil, rolliza, regazo y abrazo siempre dispuesto, rubia, vivaz, con fruncidos labios de rojo cereza, una estrella de plástico de las películas de Hollywood, la santa madonna, cualquier imagen, ilusión, desilusión, alucinación, brillante, reproducción en celuloide, estereotipo, definición preconcebida que el hombre tiene de lo que una mujer es y debe ser. Por lo tanto, tú no serías amada). Como había señalado anteriormente Teresa muestra en su narración una de las características más señaladas del discurso femenino que es la fragmentación, la discontinuidad temporal, los continuos movimientos en el tiempo de la narración. Esta fragmentación se ve en el orden que sigue en el relato de los hechos, y en el uso del género epistolar. Como ya habíamos visto, si seguimos una de esas tres posibilidades de lectura que Ana Castillo nos presenta, no leeremos todas las cartas que forman la novela completa, por lo que la obra aparecerá para nosotros fragmentada. Por otro lado la autora ha elegido el género epistolar, el cual constituye un género fragmentario. La fragmentación se acentúa con el hecho de que todas las cartas, como sugiere la autora, puedan ser leídas como piezas narrativas independientes. La propia Teresa habla también de la fragmentación de su propia personalidad, de su propio "yo" femenino. Así se nos muestra la fragmentación de la mujer chicana. En la carta número treinta y dos habla de sí misma, en tercera persona, de este modo: She begins the methodic process of gathering the pieces of that woman, like jagged pieces of a broken china vase, and glues them together, patiently, as neatly as she is able. P. 112. L. 32. (Ella comienza el metódico proceso de recoger los fragmentos de aquella mujer, como dentadas piezas de un roto jarrón de porcelana china, y las pega, con paciencia, tan hábilmente como le es posible). El elemento simbólico y mítico de la figura femenina aparece reflejado en la carta número veinte, en la que Teresa menciona a la diosa azteca Coatlicue, cuando con una rama dibuja en la arena: She drew a snake. S. She draws another snake. S. Two snakes. She was obsessed with snakes. The snake woman, Coatlicue. P. 66. L. 20. (Ella didujó una serpiente. S. Dibujó otra serpiente. S. Dos serpientes. Estaba obsesionada con las serpientes. La mujer serpiente, Coatlicue). Según la leyenda Coatlicue fue una piadosa viuda y madre de una tribu de indios que fue fecundada por una bola de plumas que le cayó encima mientras rezaba en el templo. De este encuentro nació Huitzlopochtli, dios de la guerra. Tras la noticia del nuevo embarazo de su madre, los hijos de Coatlicue, considerándolo un insulto para su raza, se dispusieron a asesinar a su madre. Tras dar muerte a Coatlicue los asesinos fueron derrotados por su nuevo hermano, Huitzlopochtli. Otra autora chicana, Gloria Anzaldúa, retoma también este mito en su obra Borderlands. La Frontera. En el cuarto capítulo de esta obra, que ella titula "La herencia de Coatlicue", Gloria Anzaldúa explica su visión de esta figura mítica. Para ella Coatlicue es la montaña, la Madre Tierra, la diosa del nacimiento y de la muerte. La autora considera que Coatlicue representa la contradicción, la figura en la que todas los símbolos de la religión de los aztecas estarían integrados: vida y muerte, cielo e infierno, la belleza y el horror, el águila y la serpiente. Coatlicue es una mujer marcada, una mujer traicionada por su cuerpo. La autora insiste en la idea de que Coatlicue representa la dualidad (Alzandúa, 1997: 41-50). La novela de Ana Castillo está marcada por esa dualidad, una dualidad entre lo hispano y lo norteamericano, entre la mujer y el hombre, entre la generación de los inmigrantes y la de los hijos de éstos. Como había adelantado, considero que la búsqueda de identidad ha quedado inconclusa. Sus expectativas no se verán cumplidas. Teresa dice en la carta número uno: Alicia, I don't know why so many of our ideals were stamped out like cigarette butts when we believed in them so furiously. Perhaps we were not furious enough. P. 16. L. 1. (Alicia, no sé por qué tantos de nuestros ideales fueron apagados como colillas de cigarrillos cuando creíamos en ellos tan furiosamente. Quizás no fuimos lo suficientemente furiosas). De este modo la novela queda abierta a diversas interpretaciones. Cada lector habrá terminado de leer la novela en una carta diferente, bien en la cuarenta o en la treinta y ocho. La interpretación subjetiva dará lugar a muy diversas visiones de la obra. En la última carta, carta que el lector conformista no tendría ocasión de leer, Teresa nos muestra su intención de cambiar la situación entre el hombre y la mujer del único modo que parece posible, que es educando a su hijo Vittorio según sus propios ideales. Teresa dice en esa última carta: Next to you went a man you tried to teach all the things I had just told you Vittorio must learn if he was to grow up to be a decent companion to a woman. P. 130. L. 40. (Junto a ti iba un hombre al que intentaste enseñar todas las cosas que acababa de contarte que Vittorio debía aprender si iba a crecer para ser un compañero decente de una mujer). De este modo, según mi punto de vista, para aquellos que percibiendo el clima de resignación final no parecen quedarse satisfechos, una puerta queda abierta para el futuro de la mujer chicana. Un posible y futuro viaje a México podría ser la respuesta a todas las incógnitas de identidad de las dos mujeres protagonistas como representantes de la mujer de origen hispana en Estados Unidos. Bibliografía Anzaldúa, G.: Borderlands. La Frontera. The New Mestiza. San Francisco: Aunt lute books. 1987. Castillo, A.: The Mixquiahuala letters. Arizona: Bilingual Press. 1989. Cortina, J. y Moncada, A. (eds.): Hispanos en los Estados Unidos. Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica. 1988. Saeta, E.: A Melus interview: Ana Castillo. Melus, vol. 22, Nr 3, fall 1997. Spence, L.: México y Perú. Mitos y leyendas. Madrid: M.E. Editores. 1995. Villanueva, T. (ed.): Chicanos. Antología histórica y literaria. México: Fondo de Cultura Económica. 1980. Quintana, A.: Home girls. Chicana literary voices. Philadelphia: Temple University Press. 1996. Yarbo-Bejarano, Y.: The multiple subject in the writing of Ana Castillo. The American Review, vol. 20, Nº. 1, pages 65-72. ** Natalia Menéndez Rodríguez, escritora española nacida en 1973 en Avilés, Asturias. Es licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Oviedo, donde cursa actualmente un doctorado. Se dedica a la enseñanza del idioma inglés. uov01618@correo.uniovi.es. === Letras de la Tierra de Letras ========================================= *** "¿Qué recuerdas? (entre memorias)", Daniel Murillo Licea. *** Dos relatos de Jorge L. de la Paz. *** "Perdónalos", Ivanóskar Silén-Acevedo. *** "Un bosque instantáneo para John Miranda", Rodolfo García Quiroga. *** "La parca, enfrente" (extractos), Luisa Futoransky. *** "'Corriéndosealfondoquehaylugaaar...': Interno 56", Gustavo Raimondo. *** "Suspiros del ornitorrinco dormido", Luis Vásquez Coronel. *** "El reverso de Edipo", Rafael Grillo Hernández. *** "Antología de las fases de la luna", Marc Sil. *** "Una mirada en el espejo", José Miguel Pallarés. === ¿Qué recuerdas? (entre memorias) Daniel Murillo Licea ============ ¿Qué recuerdas? Debes recordar el brillo de los cigarrillos en la oscuridad. Sí, eso debes recordar ahora, en este mismo instante. La lucecilla roja bailando en la negrura que nos rodeaba. Las dos brasitas encendidas que veías y el ruido de la lluvia, resbalando por las paredes del cuartucho y golpeando el camino empedrado allá afuera. La realidad era la lluvia, la oscuridad y las luces de los cigarros, hasta que esta realidad se rompió con el duro material con que estaba hecha la voz del Mentolátum; la recuerdas, ¿no? Profunda, gruesa, como no queriendo salir. Y el Mentolátum perdido en la oscuridad, identificable sólo por la luciérnaga roja que bailaba de pronto. La primera impresión al oír su voz era la de estar escuchando un trueno, y aunque estábamos bajo la furia de un torrencial, su voz te sobresaltó. Yo sí recuerdo lo que dijo. Algo así como "Qué cabrón el general, ¿no?". Y yo sentí tu sobresalto al escuchar el "cabrón". Posiblemente recuerdas que susurré un "sí" y tú diste colofón silencioso a la conversación. Preferimos callar porque la situación no era nada cómoda, como tampoco lo era estar encerrados en el cuartucho maloliente lleno de huacales y paja, de suelo frío y corrientes de aire que se colaban entre nuestras ropas. Recuerda el silencio en el que nos hundimos después, y el tamborilear de los dedos del Mentolátum sobre su rodilla, o tus dientes castañeteando incontrolablemente, acompañando al último fulgor de los cigarrillos que nos había proporcionado el sargento. Buen tipo, aun con su ruda manera de ser y su brutalidad. ¿Te acuerdas lo que dijo? "Ai les van estos cigarritos, siquiera pá'que no pasen la noche en blanco. Y ora verá, padrecito, que usté también va a fumar, nomás pá'calmar los nervios. Total, con un Padrenuestro ni quien se fije, ¿no, mi curita?". O algo así, porque nunca me he podido aprender nada de memoria. Ni los versículos que nos dejaba usted cuando nos daba catecismo en la iglesia. Nos hacía repetir a coro no sé cuántas cosas y yo nomás movía la boca. A lo mejor usted nunca se dio cuenta, a lo mejor sí, pero nunca dijo nada. Y ahora que me acuerdo, ¿por qué le estoy hablando de usted, si ya lo tuteaba? Fue desde que nos agarró ese general con su bola de arrastrados y nos amarraron y nos trajeron aquí, que empecé a agarrar confiancita y le empecé a hablar de tú. Creo que por primera vez sí se aplica lo que nos decías en la iglesia. "Todos los hombres son iguales ante Dios". Aquí sí. Tras estos muros sí. ¿Y recuerdas cómo nos atraparon? Corriste a la iglesia a recoger tu Biblia cuando el Mentolátum y yo vimos al general y sus hombres llegando por la calzada; sabíamos que no podíamos dejarte solo con ellos y corrimos tras de ti. Eres muy necio. Tal vez nadie te lo dijo, pero es verdad. Mientras el Mentolátum y yo te gritábamos que ya venían los soldados, tú sólo rezabas, hincado, viendo la figura crucificada en el altar. Y agarrabas tu Biblia mientras te jalábamos a la puerta del templo y tú te resistías entre locos ademanes y frases benditas. ¿Te acuerdas que entraron, disparando al aire, que el Mentolátum y yo nos escondimos tras las bancas de madera, que el general era un coloso de piedra que sonreía con dientes de granito, que el sargento, apenado, bajó su arma y que tú, con Biblia en mano, arremetiste contra ellos usando la única arma a tu alcance, las palabras "herejía" y "excomunión"? Y luego te callaste, sólo por un segundo, al ver al general que sacaba su arma lentamente, mientras tus palabras acortaban la distancia entre su dedo y el gatillo; recuerda que el general alzó su pistola, convirtiéndose en un cañón gigantesco, apuntándote, y tú esgrimías palabras inútiles, aprendidas y recitadas todas las tardes, en las clases de catecismo a las que nunca puse un minuto de atención, mientras el dedo en el gatillo se movía poco a poco y tú creías que al fin alcanzarías la gloria que pregonabas, desconociéndola por completo, convirtiéndote en un versículo más, encajonado en el libro de tapas rojas, gruesas, que aferrabas con los dedos crispados al ver que el general, tu verdugo, alzaba el arma, dejando escuchar el trueno que rebotó con el eco embravecido de tu templo, haciendo que el proyectil pasara a escasos centímetros de tu cabeza, dirigido directamente a la silueta crucificada sobre el altar que explotó en miles de astillas silenciosas, impotentes, y que por último reclamó tu silencio. Sé que lo recuerdas, como recuerdas la oscuridad en que nos suminos cuando los cigarrillos nos quemaban los dedos y no queríamos apagarlos, como si su diminuta luz nos anclara en este mundo. Y luego el silencio y el tamborileo de los dedos del Mentolátum, adentro. Y afuera, la lluvia, brincando por las piedras. Sé que te acuerdas del estado de semivigilia en el que entramos los tres. Era imposible dormir, aunque el cuerpo lo reclamara, así que te dedicaste a murmurar tus frases, las mismas que arrojaste al general, las mismas que habías repetido en mi presencia un millón de veces antes. Las mismas que fueron acalladas por la gruesa voz del Mentolátum ("Pinche cura de mierda") y que una vez más reclamaron tu silencio. No volviste a pronunciar palabra durante toda la noche, pese a mis comentarios que intentaban consolarte, en parte porque sabía de tu desasosiego cuando el general te arrancó de cuajo el camino a la gloria, y en parte porque yo también necesitaba un consuelo. Y las imprecaciones del Mentolátum, reducido a una voz con existencia propia, y la lluvia, y el ruido de mis pensamientos, que a fin de cuentas eran los que no dejaban entregarme al sueño; ¿lo recuerdas, en este instante? A lo mejor sí, o a lo mejor sólo invento tus recuerdos porque es en lo único que puedo entretenerme: yo ya repasé e inventé los míos durante toda la noche que estuvimos encerrados. Es más, tú amenazas con ser un invento y yo, un recuerdo. ¿Y el Mentolátum? Una voz en la oscuridad. La ronca voz que por momentos alcanzaba tonos de locura, desvariando entre canciones y algún pinche o cabrón o carajo suelto. Y yo, una memoria perdida entre corrientes de aire frío, un nombre que no es el mío y unos recuerdos que tampoco me pertenecen y que tal vez no pertenezcan a nadie. ¿Cuál fue la última imagen que se grabó en tu mente? ¿La del sargento llegando al amanecer, con la vista baja y gritando sus órdenes incongruentes? ¿La del general con su sonrisa de granito que no dejaba de verte? ¿La persona del Mentolátum mentando madres y escupiendo al soldado que se le pusiera enfrente? ¿Mi imagen y mis ojos hundidos y mi tez demacrada? ¿El sol, la tierra, los árboles o los gallos que cantaban? ¿O tal vez quedó impreso en tu memoria el disparo en la iglesia, el disparo sobre el crucificado, y tu miedo al saber que en este momento estás solo, que nadie puede ayudarte? ¿O sería la duda que te asaltó como si hubieras recibido un disparo en el pecho, la duda de que tu vida sacerdotal había sido inútil? Temías la respuesta, por eso fue que caíste de rodillas sobre el polvo, por eso fue que lloraste y arrancaste la cruz que siempre llevabas colgada al cuello; por eso fue que el general sonrió con más soltura y los soldados te levantaron entre gritos de "Cállese, los hombres no lloran, viejo marica". ¿Te acuerdas de todo eso? Yo lo hago por ti, espero que el Mentolátum esté recogiendo mis recuerdos ahora, para no sentirme tan solo. Es mi turno de caminar hacia el paredón. ** Daniel Murillo Licea, escritor mexicano nacido en 1967. Reside en Cuernavaca, Morelos, y desarrolla proyectos de investigación, a través de historia oral y proyectos editoriales, para el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA). Textos suyos han aparecido en diversas revistas mexicanas, como Perspectiva Universitaria, de la UAEM, y Umbrales, de Nuevo Laredo, entre otras. Su cuento "Karach" fue incluido en la Antología de narradores y poetas jóvenes de Morelos, compilada por Socorro Venegas y Juan Pablo Picazo. En 1995 publicó el libro de cuentos Entre memorias, y tiene dos poemarios inéditos: Ausencias y desencuentros y Oritia, sirena. dmurillo@cenca.imta.mx. === Dos relatos Jorge L. de la Paz =================================== *** Encuentros No es fácil de entender; lo sé. Miro allí donde está esa que no es ella, tras los arbustos y flores que Tata sembró con sus manos de puros milagros, desde ayer, desde siempre. Yo aquí, aunque sabe que no es aquél, sino otro que no quiero ser. Me incita su risa pícara, bordada de luz infantil. Mira como solo ella es capaz; diciendo con sus verdes pupilas lo que no saben sus labios y pide su piel sedienta bañada en rocío de pubertad. Es otro fin de semana más, respirando el aire oxigenado sin trazas de smog urbano, recorriendo con alas de sueños el onírico mundo legado a nosotros. No, no es fácil de entender, lo sé. Por eso guardo en el silencio estas citas furtivas robadas al espacio, escabullidas del almanaque. Tata me llama a tomar su café, ese aguado y rebosado de cariño. Esta Tata siempre igual, contando algo nuevo, modificando a su antojo los cuentos de ayer e hilvanando los de hoy. Siempre igual, quejándose de alguien, ora de mi tío Raúl, ora de Lucrecia la vecina; siempre igual, dándose en cada hijo hasta quedar en los bisnietos. Va y viene hasta decirme susurrando en mis oídos lo que no quiere que mi hermano se entere, pero que sabe le diré. Así, siempre igual. Esa mi viejita surcada de arrugas, que no sabe decirme nieto, sino mi'jo. Se va el domingo. Me despido en secreto buscándola entre los arbustos. Aparento estar distraído descubriendo las nuevas rosas que la vieja sembró en la primavera. Sé de todas sus tretas y maldades para sorprenderme en este mar de perfume abigarrado y colores encantados. Aparece tras de mí, siento su aura recorrer la mía. Repite su risa; me envuelve en ella. Ahora, corre al lecho donde los niños llegan a hombres tras una brisa de vida. Se yergue cual Afrodita nupcial, pisa la hierba seca, anda lenta y su desnudez vuelve a desflorar mi inocencia. El sexo palpita y el olor de las flores del Mar Pacífico tiñe las ansias de amarla sin conjugar el verbo en pretérito. Tata me encuentra y, sin más, cómplice de la aventura, desliza palabras que conozco como un verso: -Todavía parece mentira que el fuego se las haya llevado. ¡Eran tan buenas vecinas! ¿Te acuerdas cómo te mimaba Laura? Hijo, hay cosas que pasan y no se pueden evitar... Es el destino... Beso a mi vieja para terminar la visita usual, parecida a tantas otras y distinta a la vez. -Bueno, voy caminando... -¿Cuándo vienes otra vez, mi'jo? -El fin de semana, vieja, sin falta te doy una vuelta. A la cita no faltaré. Es difícil de entender, pero ni aún las canas ni mi hija quinceañera logran deshechizar este tiempo apresado entre esos arbustos y flores, donde soy ese que quiero ser y Laura la musa que supo amar a un niño. No, no lo digan. Yo sé que es difícil de entender. Cuba, 1991. *** Flores Elsa las mira de nuevo. Son tan hermosas -murmura mientras las palpa suavemente-, nadie más que él las merece. Ha esperado este día por años. La noche anterior fue un gran fastidio. Solo ha fingido dormir en espera del nuevo día. Nunca antes añoró un amanecer con tanta vehemencia. Ahora, el reloj sobre la pared indica que sólo faltan unas pocas horas para que el sueño de niña se haga realidad. Espera, cuenta los minutos como una novia presta a ir al altar. No le ha importado el precio, ni siquiera cuánto tuvo que caminar para obtenerlas. Otra persona le hubiese dado algunas artificiales, pero para él deben ser tan frescas y naturales como el agua de un arroyo virgen; puras e inmaculadas como la Caridad del Cobre; perfumadas como el aroma del mar en primavera. Al mediodía, las rocía de nuevo por vigésima vez desde la salida del sol. Acerca su rostro, cierra los ojos, aspira el perfume que exhalan tratando de preservar la esencia dentro de su ser. Si algún transeúnte ocasional mirara tras la ventana, pensaría que el alcohol domina sus sentidos. Tal es el estado de éxtasis que genera en su entorno. Pero no, Elsa es sólo una mujer enamorada. Y no de cualquier hombre. Ella está enamorada de él, el único, el genial, el que ha encumbrado un lugar más allá del alcance humano. Dos horas antes comienza a maquillarse. No quiere que nadie ocupe su lugar. Va cubriendo sus prematuras arrugas, tomando especial cuidado en disimular las patas de gallina que le roban encanto a sus treinta años. Por último, con habilidad de profesional, pinta sus labios de un rosa mate. El espejo refleja una imagen que le deja complacida. Es la perfecta novia llena de ansias y rubor, de mejillas sonrojadas y palpitante corazón. Ya está lista. Sólo queda ir en su búsqueda. Desde su puesto escucha el abigarrado murmullo de la muchedumbre. Hay muchas personas a su alrededor, pero de todos ella es la escogida. Los observa y sonríe con la malicia de una chicuela picarona. Lo conoce desde hace mucho. Era muy joven, casi una infante. Su padre la solía llevar a la plaza donde todos admiraban su elocuencia, el juego magistral de palabras con las que vibraba su audiencia en un delirio de exclamaciones y aplausos. Desde el primer instante quedó prendada cual hechizo de un maléfico brujo vudú; embrujada por su elegante porte rematado en completo uniforme verde olivo; de su barba, su negra barba y su estatura colosal por encima de todos; de su voz fuerte y convincente. No, no podría existir otro hombre como este dios griego nacido por ventura en el Caribe. Desde entonces, sólo él moró en su pecho, y en cada rincón de su existencia. Las paredes de su habitación no llevaban afiches de los Mustangs o Elvis como los de sus compañeras de clase, sino de su ídolo. Debajo de su almohada, su foto la acompañaba en sus viajes por el mundo de Alicia. Antes de dormir, religiosamente besaba su imagen y con la yema de sus dedos lo acariciaba como si arrullara a un bebé. Siempre solícita a cada uno de sus pedidos, orgullosa de cumplir las tareas de primera prioridad. Nunca dudó. Con voluntad férrea cumplió cada una de ellas. Tanto como su padre, que un día no regresó de un país lejano; o de su madre que sirvió de cobayo para uno de sus experimentos médicos. ¿Qué menos podía ella hacer? Y ahora, por fin, la ocasión anhelada por tanto tiempo. "¡Ya viene, ya viene, ya está aquí!", repiten a su alrededor con entusiasmo febril. Ella también puede distinguirlo. A unos escasos metros de distancia, la gallarda figura se yergue sobre el jeep militar. Con la mano derecha hace el saludo militar, mientras la diestra se agita a ambos lados diciendo adiós. La multitud vocifera su nombre una y otra vez. Todos parecen estar poseídos por un magnetismo delirante. "Ahora es mi oportunidad", se dice a sí misma cuando el jeep ya casi alcanza su codiciado puesto. Toma el ramillete, y, sin pensarlo más, se arroja hacia él. Una cadena humana le cierra el paso. Con agilidad felina rompe el cerco. Ya está a punto de entregar su más preciada prueba de amor, cuando el estruendo de varios disparos llega de distintas direcciones. Elsa clava sus ojos en él mientras sus piernas se doblegan tomadas por la muerte. El eco de los disparos resuena en el aire, los pétalos se mezclan con la sangre vertida sobre la acera y sus labios pierden el color rosa mate de hace sólo unos segundos. La TV y la radio oficial repiten una y otra vez las últimas noticias: "Una agente del enemigo, una traidora vil, trató de asesinar a nuestro Gran Líder esta tarde. Gracias al apoyo decidido del pueblo, fue fulminada en el momento, abortando los planes del imperialismo una vez más". "¡Viva nuestro máximo líder!". "¡Socialismo o muerte!". Portland, Oregon, julio de 1995. ** Jorge L. de la Paz, cuentista cubano nacido en La Habana el 3 de marzo de 1959. Hizo estudios de Ingeniería Industrial y es licenciado en Historia. Ha recibido premios en varios concursos literarios en Cuba. Actualmente reside en Portland, Oregon (EUA) y se desempeña como consejero vocacional por Portland Community College. jdelasan@aol.com. === Perdónalos Ivanóskar Silén-Acevedo =============================== Ha muerto la luz en la ceniza de la tarde y ha muerto el amor en las paredes del moho. El hombre pide un café y piensa en su vida oscurecida por la borra del cielo. Es la misma voz de siempre que se levanta oculta en el espejo. Es la voz queda, monótona, rasgada que dice: perdona este día, Señor, y perdona también esta oscuridad y este viento de otoño. Perdona a los que hablan de mí fabulosamente, a los que me traicionan día tras día, tras año, tras siglos, ocupando mi lugar, y mi palabra, junto a los peces, a los que me calumnian fugaz, secreta, vulgarmente, en los cuartos cerrados, en los teléfonos sucios, en los baños contaminados. Perdona a la Medusa promiscua en los pasillos del Hades. Perdona a Helena arrugada, canosa, en la Plaza de Armas, y a las muñecas de loza, pobrecitas de sí, sin rostro, sin uñas, sin pisadas. Perdona a los que me envidian este anónimo, los que roban la fama tuya en el poeta, los que te espían desde el amigo en mí, y dicen ser como Tú eres, y nunca han sido y se alimentan de moscas y alacranes y cangrejos, y arañas y ratas. ¡Tantas alimañas para forjar el alma! Perdona a los conferenciantes del diezmo, a los que no me saludan para sentirse superior al poeta. A los que no te publican para sentirse superiores a los ángeles. A los que no contestan enclenquemente tus misivas, mis epístolas, tus papiros mis esquelas, tus anuncios: el correo electrónico de tu muerte. ¡El suicidio es la ternura de los dioses! Perdona esta vida tan sola que me diste. Estos amigos que no tengo y perdona también tu vida tan irreal a veces, tan incierta siempre. Perdona mi camisilla sucia y mi costilla blanca, no se venden en las casas de empeño. Perdona el miedo de ser yo, el miedo de tus besos como un Cálao amarillo y negro. Oscuro como los canarios que sueñan en las tapias y amarillos como los ojos de las madres. Perdona a los sueños de la Tercera Dimensión por brindarme tantos insomnios, tantas angustias, tantas carcajadas. Perdona cuando me río de noche por los sueños y cuando me río despierto de los sueños. Perdona a la muerte, ¡tan terrible!, por darme tantos versos y perdona a la vida, jorobada de espejos, por obsequiarme tantas muertes. ¡La ternura es la belleza de los locos! Perdona este poema por ser tan fofo, e idiota y presumido. Perdónalo por los odios que levantará y porque no sabe lo que dice y porque desatará crisálidamente todas las lenguas que te leen en mi sed, en mis versos y que anateman contra Ti el tiempo de la sombra de esta agua (ruiseñores ahorcados + ruiseñores con alambres de púas -rusios de tiza y de ceniza-) en la sombra de tu Ley detrás de las pisadas infames esas mariposas del corazón enamorado. Perdona al pintor, jorobado, casi-Cristo-feto-como-yo, arruinado en las pinturas que no trajo del Hades. Perdona a los cien que callaron cuando tacharon mi nombre (a los culpables y a los inocentes). A la Antimusa de la envidia, perdónala también, ¡qué carajo! (si las palomas que beben de mi sangre) y los idiotas beben en mis telas ocultas, en mis huesos, en mis huellas, en mis deseos. Perdona los falsos "curadores" (polichinelas del falo de Cristo) que no pueden clavar ni ser clavados en su propia cruz. Perdona también al ensayista (que los ensayistas escupen), perdona tu gula, tu anorexia, tu lombriz, tu oruga, perdona lo que dice él con tanta belleza, perdona que lo ame, así, y me burle de él en las letrinas del templo como si fuera Hegel cualquiera, un Platón, o el mismo Nietzsche. Perdona las uñas que se come, lo esencial que defeca, y que se masturbe, martes, hermenéuticamente, con una soga do yace a la puerta del viento como si fueras Tú mismo colgado de las astillas del tiempo: pisando las rosas, amores que dejas magdalenamente porque no sabía (Sísifo chorrera arriba, escalera de escape abajo, este sueño, este incendio, este aerolito de ser), no sabía, no sé, que la vida pudiera ser de este tamaño. No me juzgues, Señor, en mis amigos, tan blanquitos, tan riquitos, tan honrados, que te oran como monjes de cristal, como brujas de vidrio, como arena de Novia, colados, sodomizados, antes de tiempo, antes de ahora, antes de nunca (do el viento arrojaba gris, los sueños, en los portales de las casas). No importa que ellos escondan mis poemas debajo de tu sexo y debajo de tus hostias. No importa todavía que oculten mis ensayos filosóficos en los sartenes del templo. Ni importa que claven tus cuentos pornográficamente en la pared del río del bautisterio donde Garcilaso de la Berga calmó su sed de aristocracia. Todo es inútil, Señor, todo es la fiebre y me lavo la cara en un sartén. Todo es esta agua agria de Loco que les doy estultamente a tus amigos, a tus locas, a tus lesbianas, este pan, a tus esquizos, este vino, a tus presos, a tus juanes, para que enloquezcan este sueño de otoño. Esta felicidad, esta mañana que me diste estrepitosamente ivana, en las esquinas de Brooklyn, do está prohibido orinar y defecar hostias, ruiseñores, fetos ivanos, fetos inútiles, fetos de Cristos, do está mi cuerpo partido en esta mesa, partido en estos versos en mi memoria de Ti, en tu voz de mí cuando dices: ¡tomad, comed esta es mi mirra! *** Perdónalos, Señor, porque ellos son todavía los que edifican el exilio como Hades, que ellos son los que construyen el sarcófago en esta mañana de otoño. En esta tarde judía de viento donde luzco mi abrigo largo, mi abrigo Artaud, y mi abrigo loco. Perdona este poema que ellos leerán impúdicos, contemporáneamente, leerán indiferentes en una tarde cualquiera, y lo leerán, así, paranoicamente, entre una sombra larga y una sombra corta de serafines cojos, porteñamente Te leerán más allá del Sur, más allá de las esquinas rosas donde Borges orina en el callejón de los conventos. Perdona los peces de mi alma, Señor, y perdona los nautas que he hundido en el mar de este poema y los perros de piedra que aúllan como luna del mar que he quemado de azul en el corazón de las promiscuas. Perdona esta taza de café que se ha podrido de amor sobre tu mesa. Perdona por no ser el poeta que me diste, ni este lírico, ni este símil de mí, ni esta ternura y ni esta ira de madre enamorada en los balcones donde corren tus toros. Perdona aun, que entre Tú y yo, cuando estemos ausentes el uno del otro, mi revólver, como una carta, como una rosa de amor, como un destino te señale con mi dedo de Caín. ¡Perdóname, Señor, abelmente en este poema que se pudre de amor, en este suicidio que no ha podido acontecer jamás en la muerte de Dios que el espejo porta ivanamente contra el cielo..! ¡Ten piedad de mí, Señor, no te acuerdes de mí, no te suicides otra vez contra mi muerte! 21 de octubre de 1998 1 de febrero de 1999 Nueva York ** Ivanóskar Silén-Acevedo, poeta puertorriqueño nacido en 1944. Ha publicado los poemarios Los poemas de Filí-Melé, El miedo del Pantócrata y La poesía como libertá, los ensayos El llanto de las ninfómanas, Nietzsche o la dama de las ratas, La rebelión y Los ciudadanos de la Morgue, las novelas La biografía, La casa de Ulimar y Las muñecas de la calle del Cristo y el libro de cuentos Los narcisos negros. Muestras de sus textos se pueden leer en http://www.dmz-pr.com/ivansilen. ivanelsa@aol.com. === Un bosque instantáneo para John Miranda Rodolfo García Quiroga === Cuando John Miranda regresaba a casa a las seis de la tarde de su trabajo en la proveeduría de Sam Glen, sacaba alguna caja de alimentos congelados del freezer y calentaba su contenido en el microondas. Mientras comía medallones de pollo o bocadillos de espinaca con papas fritas aprovechaba para ver un poco de televisión. Le gustaba escuchar un noticiero local de Arizona y tal vez mirar distraídamente alguna película de acción. Vivía solo desde hacía cinco años en su propiedad a dos millas de Coopper Creek y no veía que hubiera algún programa mejor al alcance de la mano. John iba a cumplir sesenta años ese verano y esa noticia no le agradaba. Tampoco le gustaban mucho los domingos, porque no tenía que ir a lo de Sam y nunca había aprendido a disfrutar del tiempo libre. Hacía largas temporadas que las misas del padre Mendoza en la desportillada capilla de Coopper Creek no le contaban entre sus asistentes. A veces el sheriff Tony Romero lo invitaba a jugar a los bolos un rato en el local nuevo que habían abierto unos chicos entusiastas de Texas en Main Street. Tony Romero era un buen compañero de salidas. Hablaba poco y cuando lo hacía nunca tocaba asuntos personales. Su mujer lo había abandonado por un artista chiflado de Nueva York el mismo día en que lo reeligieron por segunda vez sheriff del pueblo y Tony no parecía sentirse demasiado afligido por la separación. Ese viernes de mediados de julio John Miranda llegó especialmente agotado. El calor era terrible por esos días y los clientes lo fastidiaron bastante. Sam había tenido que viajar a Phoenix y él quedó a cargo del establecimiento. La señora Hernández se quejó del sabor del aceite de oliva que venía comprando desde hacía seis meses atrás, Jack Larsen quiso que le devolvieran los doscientos dólares que había pagado el fin de semana anterior por una carpa de nylón para cinco personas porque decía que el material era de pésima calidad y una pareja de insoportables universitarios del este insistieron en revolver las góndolas buscando inútilmente un plano de carreteras del estado de Colorado. Cuando entró en la casa agradeció la frescura de su interior. Fue hasta el contestador automático y verificó que tampoco hoy había ningún mensaje esperándole. Decidió prescindir por una vez de los alimentos congelados y directamente sacó de la heladera una lata de cerveza negra bien helada. Tenía tanta sed y calor que el apetito había quedado relegado a un segundo lugar. Se bebió la lata entera allí mismo, y cuando la terminó la arrojó hacia el cesto de la basura como si estuviera en medio de un partido de basquetbol. Acertó y otro par de latas emigraron con él hacia el sillón del living. Se las merecía después de aquel día espantoso. Tomó el control remoto y encendió el televisor. Decidió que la atractiva periodista de bonitos ojos verdes no tenía nada particularmente interesante para decirle acerca de lo ocurrido ese día en Arizona y pasó sin más trámite a un canal de películas antes de que terminara el noticiero. Unos soldados corrían disparando sus ametralladors y gritando entre las abigarradas selvas de Vietnam, pero eso ya lo había visto. Larry King comentaba algo acerca de un escándalo en Washington, pero Washington estaba muy lejos. La cerveza era una delicia. Abrió la tercera lata y se dijo que era hora de justificarse a sí mismo los treinta dólares mensuales que pagaba por el servicio de cable. Tenía un fuerte dolor de cabeza y quería algo mejor que una aspirina para superarlo. Quería algo que lo distrajese en serio. Apretó una vez más el botón de canales del control remoto. Una mujer de pelo negro y mirada franca le contaba a la cámara acerca de la forma en que había cambiado su vida desde que decidió comprar el nuevo y sorprendente producto de Gene Biotechnology Corporation. A John le gustó enseguida la mirada de esa mujer: le hizo acordar a la de su propia esposa María. La mirada de la mujer que había sido su esposa. Un poco desafiante, un poco inquieta, un poco seductora. La cámara hizo un primer plano de esa mirada envuelta en una sonrisa de grandes dientes blancos. La mujer caminaba ahora por un estrecho sendero que serpenteaba en medio de un paradisíaco bosque de abetos, pinos, eucaliptos y cipreses. Inhalaba profunda y suavemente el aroma delicado que emanaría de aquel bosque de ensueño. Una amplia camisa blanca de lienzo permitía apenas entrever formas que se insinuaban generosas. -¿A quién no le han contado alguna vez historias del bosque? Ahora usted puede tener su propio bosque y hacer realidad sus mejores sueños -decía la mujer vestida de blanco, como si se tratara de un hada moderna de la televisión. Luego venían los testimonios de siempre. Un granjero afirmaba que gracias al revolucionario producto de Gene Biotechnology Corporation había concretado el anhelo de forestar su propiedad. Un barbudo militante ecologista, veterano de muchas causas perdidas, sostenía que el gobierno debería prestar mayor atención a las fantásticas posibilidades que se abrían para fortalecer las plazas y parques urbanos de toda la nación. Como remate, una negra gorda de Florida chillaba frente a un magnífico ciprés, con cara un poco desencajada: -¡Es increíble! ¡Es increíble! La cámara volvía a la mujer que, cómodamente sentada debajo de una glorieta señorial y portando un aristocrático sombrero blanco de alas anchas que resaltaba la finura de su cuello de bailarina de ballet, aclaraba que bastaban siete días como promedio para que se desarrollara el nutrido bosque artificial que la rodeaba. Las recientes investigaciones en el campo de las tecnologías biogenéticas permitían terminar con los largos años de espera para contar con un bosque propio. Las acciones de Gene Biotechnology habían experimentado un alza sin precedentes en Wall Street luego del lanzamiento público del espectacular producto. ¿Una semana, decía? John Miranda se dijo que, por cierto, no era mucho esperar para tener un bosque. Recordó el momento en el que su hija Melissa le anunció sorpresivamente que se mudaba a Maine con su novio. -¿Que hay allá que nosotros no tengamos acá? -quiso saber él ante la brusca noticia. -Hay bosque, papá. Estoy cansada del desierto -le dijo Melissa, mientras terminaba de meter su ropa en una llamativa maleta de lona amarilla comprada con sus magros ingresos cuidando chicos ajenos. -Pero los Miranda hemos vivido por cuatro generaciones en esta parte de Arizona -había replicado él, procurando darle a su voz la misma dignidad serena con la que solía repetir eso su padre. Una dignidad vieja que venía de la época de las minas y de la ley del más fuerte. La misma dignidad que había tratado de darle a esa declaración de principios cuando después de la sorpresiva boda en Tucson, sin noviazgo previo, su indignado suegro le exigió desde Jalisco que hiciera volver a su hija María a México porque él no soportaba que ella viviera entre gringos junto a un desconocido. Y cuando él fue al banco acompañado por Sam Glen y por María para pedir el crédito hipotecario que necesitaba, le había explicado lo mismo al gerente atónito, porque pocos eran los que querían comprar en las soledades de Coopper Creek. Y cuando al fin añadió con el dinero del crédito a los siete acres de Arizona que había heredado de su padre los tres acres de la finca vecina de William Wooler, se creyó también en la obligación de repetirlo. Y entonces el viejo William Wooler tomó su dinero de la mesa, como si hubiera sufrido un insulto, y le contestó que por él podía quedarse con todo el maldito Coopper Creek y con todo su maldito desierto. Lo que dijo sobre los Miranda y Arizona no le había servido de nada con su hija Melissa, que siguió metiendo su ropa en la maleta de lona amarilla. Como tampoco le sirvió seis años antes para retener a María que quería una vida mejor junto al mar en algún sitio de California. Ambas lo habían dejado. Ambas habían decidido olvidarlo. Y la culpa la tenía en gran parte ese desierto, ese interminable, persistente, gigantesco, demoledor, omnipresente desierto seco de Arizona que él llevaba en la sangre y que amaba y que odiaba con igual fervor que el de sus antepasados los Miranda. -No importa que tan poco llueva en el lugar donde usted vive -comentaba ahora con aire doctoral un aplomado científico de laboratorio-. La estructura molecular de nuestros árboles ha sido modificada para que puedan retener el agua durante decenas de años. ¡El riego no es un problema para nuestros bosques instantáneos! ¡Y las raíces están diseñadas para extenderse al ras de la tierra, a prueba de los terrenos más duros! ¡Nuestros bosques nacen en la meseta con la misma facilidad con que lo hacen en la arena! ¡Bosques instantáneos! John Miranda va hasta la heladera y toma otra lata de esa cerveza negra tan apetecible. La mujer de la mirada que se parece a la de María dice que si uno llama ya mismo puede tener un descuento del diez por ciento sobre el precio de compra. Melissa tal vez quiso decir otras cosas. Tal vez quiso hablar de una vida más plena escurriéndose entre sus días. Pero simplemente dijo, mientras sus pertenencias desaparecían para siempre en medio de ese bolso de lona amarilla de quince dólares: -Quiero otra vida, una vida con bosques, papá. Estoy cansada del desierto. John Miranda va hasta el teléfono y disca el número que aparece titilantemente en pantalla en caracteres enormes. Lo atiende una voz seductora como los pinos aromáticos de un bosque encantado. -Vivo en Arizona -dice él como si eso pudiera explicar todo. Y añade, con la voz un poco más clara:- Quiero dos cajas. Dos cajas. -Trescientos veinte dólares gracias al descuento por llamada inmediata -dice la animada voz joven que lo felicita por ser uno de los primeros en responder a la oferta. Y John le entrega a la lejana voz del bosque encantado los datos de su tarjeta de crédito. El paquete llegó dos días después. Se lo entregaron en lo de Sam, porque sabían que lo iban a encontrar allí. Y cuando John Miranda volvió a su casa ese día, no entró para sacar comida congelada del freezer ni para mirar el noticiero de las seis y cuarto en su televisor de veintiún pulgadas de control remoto. Abrió las cajas y comenzó a correr por sus diez acres de desierto de Arizona, esparciendo al viento juguetón de la tarde el placer recién descubierto de sus cincuenta y nueve años, hasta que todas las innumerables semillitas instantáneas salieron de la caja liberando su energía mágica por doquier. Esa vez John Miranda se acostó sin mirar televisión, soñando historias de duendes. A los tres días nerviosos plantines empezaron a crecer por toda la finca de John Miranda. Parecían un montón de polluelos verdes extraviados. A la semana, con puntualidad científica, el bosque era una súbita realidad. Los árboles habían alcanzado una altura de unos cincuenta pies como promedio. Las raíces se extendían por el suelo, lamiendo la áspera superficie, apareándose como fértiles animales ansiosos de descendencia. Las ramas se elevaban clamorosas hacia el cielo, reclamando su derecho a vivir en medio de la sequía inmemorial. Había algo de lujurioso en aquella floresta nacida de dos cajas de cartón. Por aquí y por allá surgían brotes nuevos, anunciando un brioso desarrollo vital que todavía no culminaba. John Miranda escuchó con atención algunos prometedores sonidos nuevos. Lejanísimos pájaros que nunca había soñado con ver establecidos allí se mudaban a Coopper Creek al amparo de aquel virginal y repentino espacio verde. Sam Glen y Tony Romero le pidieron permiso para visitar su bosque, todavía un poco escépticos. No podían dar crédito a lo que John Miranda les contaba. Habían oído muchas historias por la televisión durante su vida y habían sido decepcionados muchas veces. Cuando cerraron la proveeduría, John Miranda los hizo subir a los dos en su camioneta Ford e invitó también al padre Mendoza. Quería que bendijese aquel bosque remitido por encomienda. Iban apretujados, ansiosos y expectantes en la cabina de la camioneta. -Nunca he visto personalmente un bosque así antes -se sinceró el sheriff Tony Romero. -Yo casi ni recuerdo uno -confirmó el sacerdote-. La última vez fue cuando todavía estaba en el seminario. He pasado mucho tiempo viviendo en este lugar. Y un poco más tarde, mientras el padre Mendoza paseaba su incensario incrédulo frente a los árboles del bosque instantáneo nacido en el páramo de John Miranda, los tres amigos lloraron de emoción como niños que eran todavía en el fondo de sus corazones áridos. Luego John Miranda entró a la casa y llamó por teléfono a Melissa. Lo atendió la querida voz de su hija grabada en un contestador perdido en la belleza brava de los lagos de Maine. Belleza brava que por años no había querido devolverle ni siquiera por teléfono la gracia de esa voz. -Ahora tenemos bosque en Coopper Creek, Melissa. Toma el primer avión que encuentres. Quiero que lo veas. A la mañana siguiente a eso de las cinco, un minuto antes de que sonara el despertador, lo sacó del sueño la voz preocupada de Tony Romero. -Hay un problema, John. Roy Kelman acaba de llamarme. -¿Qué pasa, Tony? -Mira hacia la carretera y podrás verlo tú mismo. John Miranda mira por la ventana del living y ve varios autos detenidos frente a su propiedad. Son algunos turistas de ésos que suelen pasar por allí y también hay algún vecino. Discuten acaloradamente entre ellos. Miran los pinos y cipreses instantáneos que han empezado a crecer en medio de la cinta del asfalto y amenazan con interrumpir el tránsito para siempre. John toma el teléfono y llama a los vendedores del bosque instantáneo. Recuerda perfectamente el número, porque es un número que lo ha hecho feliz. Gene Biotechnology es una compañía eficiente. Antes de que transcurrieran dos horas de la llamada de John Miranda, se presentó Jim Kearton, un ingeniero experto en biogenética. Lo acompañaba una caravana de cinco camiones, tripulados por una escuadrilla de personal especializado en desmonte forestal. Kearton miró con cara de sapiencia la carretera y el asfalto, que ya empezaba a ser parte del bosque. -Hay que neutralizarlo -dijo con cuidado acento de Boston-. Esto puede ser grave para la compañía. Un desastre, para ser más precisos. -¡Madre de Dios! -gritó desesperado Tony Romero al escucharlo-, ¿no tiene otra solución? ¿no puede salvar el bosque? -Me temo que hay una ley que usted debe hacer cumplir, sheriff -le replicó el especialista, con la cara helada. Sacó el celular de su cinturón y marcó un número. -Procedan con equipo de emergencia. Solución final. John Miranda lo contempló como si fuera un monstruo surgido de la peor de sus pesadillas. Kearton le mantuvo la mirada. Estaba relativamente acostumbrado a tener ciertos problemas de aquel tipo con los clientes. La gente era muy exigente con ellos. -No se preocupe. Se lo compensará, señor Miranda. Tengo instrucciones precisas al respecto. Los obreros empezaron a descender con sus salvajes motosierras ya encendidas cortando en mil desgarrados pedazos la paz de la mañana. Era un secreto a voces entre ellos que se les pagaba un plus por concluir las tareas antes del tiempo convencionalmente previsto. Gene Biotechnology es una empresa eficiente y quiere reparar rápido sus errores: las demandas judiciales son desagradablemente costosas. Tres horas después el bosque instantáneo de John Miranda no era más que un recuerdo en la apacible calma de Arizona. El esqueleto de algunos troncos cortados, un sospechoso olor químico a tomates podridos y el aserrín de los árboles moribundos eran la única huella visible de su fugaz existencia. John Miranda está sentado en el sillón del living de su casa. Es la primera vez que falta a su trabajo en muchos años. Sam Glen llamó para decirle que no vaya, que tiene franco toda la semana si quiere. Tony Romero acaba de irse, después de haber insultado a Kearton con la seguridad que le dan su cargo de sheriff y su popularidad en Coopper Creek. John Miranda tiene ante sus ojos, acaso sin ver, el cheque por cinco mil dólares que Kearton le ha entregado después de hacerle firmar un montón de papeles en letra chica. El teléfono suena y suena y suena, como si fuera la risotada atroz de un ogro de los bosques secretos de Maine, y quién sabe cuánto tiempo hace que ha estado sonando así. Pero John Miranda no lo atiende. ** Rodolfo García Quiroga, abogado y escritor argentino nacido en 1967 en General Madariaga (Buenos Aires). Graduado en 1990 en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Es autor de la novela de ficción histórica Los amores de Sarah Beckett, inédita, y de varios relatos. roquiroga@yahoo.com. === La parca, enfrente (extractos) Luisa Futoransky ================== (Nota del editor: La parca, enfrente, es un poemario de Luisa Futoransky publicado en su Argentina natal en 1995, y como opinión personalísima sólo atinamos a hacer cabalgar sobre él un adjetivo: delicioso. Fue publicado en Buenos Aires por Libros de Tierra Firme en su colección Todos Bailan. La portada, que hemos reproducido en nuestra edición en el Web, es de Rubén y Marina Naranjo sobre el collage "Montecristo se fuga nuevamente", de Enrique Aguirrezabala. Disfruten los lectores de la Tierra de Letras de algunos de los mejores poemas incluidos en este libro). *** El hueso pelado de Sintra El parque era en subida, el calor a rajatabla. Nuestra emoción parecía tan profunda y sincera como el verde de las plantas. Un fotógrafo arrancaba a una pareja lusitana la mirada y las encías de la boda. Hubiera preferido habérmelo soñado si un papel obtenido con sales de plata no calificara el perjurio de insolente, malvado y permanente. En Sintra hay muertos. *** Dos de copas Adelante el cáliz de perseguir viento detrás el sotobosque de tarascas y sarmientos de cicuta. En un claro -capricho del destino- la bandeja con dos copas de elíxires ambarinos esta noche sin querellas por las ruinas de Pompeya. *** Montbazillac Aunque descorches añejeces ambarinas con tu incomparable sonrisa y amargo perfil presumo que salvo dentro de mí, no estás en el aire de ninguna parte. Aniquilada por el eje de la discordia y este hachazo final te agito, remoto en la bola de agua, cristal y copos de nieve oh escama de sirena sin corona delicado, violento berretín perdido en la última burbuja de navidad que es noel *** Tenaza qué me queda de las falsas la verdadera ruptura nada salvo este nudo de mercurio y de congoja estas perdidas ganas de morir de borrarte borrándome de mí oh vos *** Mema de memo cosas para hacer en otra vida antes de que me olvide como en ésta darle una patada en el culo a más de cuatro ir a un concierto de rock tan fumada revolear un gato por la cola patear tachos de basura en la madrugada bailando puro trompo borrachita de amor *** Receta de cocina Antonin Artaud escribía al editor de una revista: La literatura propiamente dicha me interesa poco, pero si de casualidad juzga apropiado publicar el poema, le ruego que me envíe las pruebas pues me importa mucho cambiar dos o tres palabras. El secreto del trabajo de escritor reside, más allá del genio, la felicidad o la locura, en el cambiar hasta el suspiro final del texto las dos o tres palabras que por no ser exactas, sobran, distraen o importunan. *** Cantilena de la bruja rusa Coman de mi mano palabritas pero no dejen de ser salvajes radiantes y precisas. Coman de mi mano palabritas. *** Chalecito en Villa Devoto ¿Por qué papá dejaría al alcance de mi mano hacia comienzos de mi pubertad, un revólver? Por las tardes, cuando sola, en vez de hacer los deberes, yo me entretenía haciendo girar el tambor y gatillando. Las balas estaban aparte. Un fuerte instinto vital me impide aún unir la realidad con el terrible deseo. *** Padecimientos A la hora precisa en que el día se vuelve coágulo nocturno despiertan los meridianos de gaza de los hospitales con su abanico de colores que va del verde seco y desamparado al borravino, al rosa linfático de miedo. Un cortejo de gusanos y alacranes de jeringas y ojos de muñecas desorbitados arrastra y contorsiona la plenitud de muertes capitales. ** Luisa Futoransky, escritora argentina que reside en París desde 1981. Su obra publicada más reciente es De donde son las palabras, antología poética, Plaza y Janés, España, 1998. Lfutoran@pratique.fr. === "Corriéndosealfondoquehaylugaaar..." ================================== === Interno 56 Gustavo Raimondo ====================================== Era agosto, y el intenso frío de la mañana laceraba la piel con su puñal de hielo. Nazareno, tiritando, había llegado al trabajo con el tiempo justo para marcar su tarjeta laboral, saludar a sus compañeros, revisar su planilla de recorridos, tomar un pocillo de café como único desayuno y partir. Esa ceremonia era el preludio al rutinario recorrido que realizaba día tras día, desde hacía once años, a bordo del interno cincuenta y seis de la línea doce de colectivos urbanos. En el trayecto al playón, su vejiga le anunció que si no pasaba primero por el baño, el recorrido por la ciudad se convertiría en una insoportable tortura. Presuroso, se dirigió al sector de vestuarios, ubicado a un costado de la cabina de tráfico. Casi al llegar notó que sobre la puerta de entrada del vestuario de hombres pendía un largo andamio de gruesa madera, sostenido de sus vértices por cuatro sogas deshilachadas y, sobre él, un único operario de overol con brocha en mano dispuesto a comenzar a pintar. En el instante en que Nazareno pasó por debajo del andamio, escuchó un leve chasquido. No tuvo tiempo de reaccionar. El grueso tablón se le vino encima, y con él, el pintor que cayó como un yunque sobre su humanidad. Pasado el susto inicial, y luego de ser socorridos por sus compañeros, descubrieron que ninguno de los dos había sufrido lesiones de consideración. Al operario le dolía un poco la pierna y el brazo derecho, pero se incorporó sin ayuda y no denunció otra dolencia. Nazareno, por su parte, sólo presentaba un chichón en su cabeza. "Nacieron de nuevo", dijo el jefe de tráfico sin ocultar su asombro, y dirigiéndose a Nazareno, preguntó: "¿Estás en condiciones de hacer el recorrido?". Nazareno tenía una vasta experiencia en golpes y caídas. En su Corrientes natal, se subía a diario a la copa de los árboles en busca de nidos de cotorras para destruirlos -en esa zona, la cotorra verde es plaga. Se mueve en bandadas azotando los sembradíos de maíz y los frutales-. Sus padres lo comparaban con el gato Félix, por sus siete vidas, y su maestra de primaria, con un carnero, porque tenía la cabeza dura como piedra. "No fue nada. Déme unos minutos para ir al baño y salgo de recorrida", le respondió a su jefe. Al rato partió a bordo de su colectivo, el interno cincuenta y seis, rumbo a la primer parada de sección. Dio un vistazo a su reloj de pulsera: marcaba las siete, el segundero comenzaba su segmentado derrotero hasta el próximo descanso. A metros de llegar, reconoció las caras de siempre; las de los pasajeros que día a día, puntual y mansamente, lo esperaban formando una ordenada fila detrás del poste de parada. Arrimó el colectivo al cordón y saludó con cortesía a doña Elvira, una anciana que cuidaba enfermos en el sanatorio Lavalle. "Buenos días, mijito", respondió ella, mientras trataba de introducir las monedas en la máquina expendedora de boletos. Subió el señor de traje marrón y maletín negro, con el diario doblado bajo el brazo y su inalterable cara de póker. No saludó, nunca lo hacía, retiró su boleto y se sentó en el mismo asiento de siempre, el cuarto de la fila de asientos individuales empezando por el frente; dos lugares detrás de doña Elvira, que siempre elige el primero detrás del chofer. El cadete de Casa Tía que vivía con los auriculares de su walkman metidos a presión en sus orejas como si estuvieran soldados, no estaba en su puesto habitual; alguien se le había adelantado. Nazareno no lo había visto nunca; era un hombre bajito, levemente encorvado, rechoncho, de unos cuarenta años, pelo desordenado. Su overol azul gastado y ajustado mostraba a las claras que databa de varios años atrás, cuando todavía la grasa no se había acumulado en su vientre. "A la cabecera", dijo el hombre y se detuvo frente a la expendedora esperando que Nazareno marcara el destino en la botonera digital. -Se confundió, señor. Acabo de salir de cabecera; voy a la terminal en Barracas. Con bajar y caminar hacia atrás unas pocas cuadras, llega a la cabecera de Pacífico -dijo mirándolo por el gran espejo biselado ubicado sobre su cabeza. -No importa, me da igual -respondió el hombrecito sin moverse de su sitio. Nazareno presionó la tecla correspondiente y el sujeto retiró el boleto luego de introducir dos monedas de un peso. Caminó despacio hasta el fondo y se sentó en el medio de la última hilera de asientos que ocupa todo el ancho del vehículo. Nazareno lo siguió con la vista. Sólo desvió su mirada cuando el hombre comenzó a observarlo a través del gran espejo. La luz del semáforo había cambiado a verde y el último pasajero esperaba frente a la máquina expendedora. Mientras arrancaba en dirección a la próxima parada, preguntó: -¿Cómo siempre, pibe? El cadete, que lo observaba por el espejo con la mirada ausente y la música desbordándole por los auriculares, hizo un ademán de aprobación, extrajo el boleto y se sentó en el último asiento doble, del lado de la ventanilla. Cuatro cuadras era la distancia que los separaba de la próxima parada. El tránsito endemoniado de la mañana provocó que Nazareno pusiera todos los sentidos en alerta y se concentrara en mantener una armoniosa conducción. Al llegar, vio a través del parabrisas empañado las desdibujadas siluetas de las personas que esperaban en fila, en perfecta formación detrás del poste de parada. Notó algo familiar en aquellas figuras. Desempañó el vidrio con una franela y pudo ver con claridad una realidad que lo estremeció. "Pero...", balbuceó al identificar aquellas caras. "...No puede ser", concluyó diciendo, mientras frenaba bruscamente orillando el cordón de la calzada. Sin abrir la puerta, levantó la vista hacia el gran espejo y advirtió lo imposible. Alarmado, casi con los ojos desorbitados y el corazón queriéndosele escapar por la boca, accionó el freno de mano, se levantó de un salto y giró hasta quedar parado de cara al pasillo, frente a veinte asientos vacíos. "¡Puta madre!", dijo. Y lo dijo fuerte, casi gritando. Caminó hasta el fondo del pasillo, revisando entre los asientos, con la infantil esperanza de encontrarlos agachados detrás de los respaldos. De tener éxito, no haría como en sus días de infancia en Corrientes cuando, jugando a la escondida, descubría a alguien y gritaba para que todos oyeran la entonada sentencia de rigor: ¡PIEDRA LIBRE PARAAA FULANO QUE ESTÁ ESCONDIDO DETRÁAAS DEL ÁRBOOOL! No, no haría eso; ya estaba grande para el juego de la escondida. Pensó que al primer pasajero que descubriera, sea cual fuere, lo levantaría agarrándolo de los pelos y lo echaría a patadas en el culo de su colectivo. Eso haría. Sin embargo, para su sorpresa, por más que buscó, revisó y miró, no encontró a nadie. En aquel espacio enlatado no había otra alma más que la suya. "Todas las ventanillas están cerradas; las puertas también. ¿Cómo carajo hicieron para salir?", se preguntó. Dos golpes secos, distantes, como en sordina, lo hicieron reaccionar. Venían de la puerta de ascenso de pasajeros. Fue hacia adelante, se ubicó a desgano en su asiento y abrió. Un latigazo le recorrió la espalda, desde la nuca hasta los testículos, cuando vio a doña Elvira, la primera de la fila, mirándolo desde la vereda mojada, con el monederito en una mano y la bolsa de los mandados en la otra. "¿Y, mijito? ¿Qué pasaba que no nos abrías? ¿Querés que nos congelemos acá afuera?", protestó la anciana, disparando las preguntas una tras otra sin esperar respuesta. Nazareno, aturdido, balbuceó: "¡Suba!". Y subieron todos, en el mismo orden que en la primer parada, sacando cada cual su boleto y sentándose en los mismos lugares. Hasta repitió la conversación que tuvo con el petiso de overol azul, salvo un ligero cambio, porque ahora estaban a unas ocho cuadras de la cabecera, y le sugirió que se cruzara a la mano contraria y tomara el interno que venía de Barracas. Cerró la puerta, despachó al pibe del walkman y levantó la vista hacia el gran espejo biselado; examinó cada detalle, cada nueva situación y cada movimiento... "Todas las ventanillas cerradas. Las puertas de ascenso y descenso también. ¿Cómo mierda hicieron?", se volvió a preguntar. ...Hasta dar con el pequeño hombre del fondo, que era el único que le devolvía la mirada; era penetrante, dura, y no parpadeaba. Lo veía tan tieso que creyó estar ante una figura de cera. No pudo sostenerle la mirada; en esa pulseada ocular, el otro había ganado. Así que no tuvo más remedio que prestar atención al tránsito, destrabar el freno de mano, poner primera y arrancar rumbo a la próxima parada, ubicada justo frente a la parroquia de la Sagrada Eucaristía. De a ratos, cuando el tránsito torpe y desordenado se lo permitía, espiaba por el espejo para cerciorarse de que todo estaba en orden. Fue en una de esas ocasiones cuando advirtió un movimiento sospechoso detrás de doña Elvira: era el señor de traje marrón que comenzaba a abrir la ventanilla correspondiente a su asiento. Nazareno, de rápidos reflejos, pisó con fuerza el pedal de freno sin medir consecuencias. El pesado colectivo se detuvo casi al instante, acompañado por un fuerte soplido de aire comprimido que escapó de las entrañas del fatigado sistema de frenado. La inercia hizo que todos los pasajeros -y Nazareno- fueran lanzados hacia adelante y regresaran a su posición en un vaivén brusco, pero a la vez acompasado. El único que no se ajustó a ese homogéneo movimiento fue el sujeto del fondo, que sin poder aferrarse a nada, cayó sentado en el piso, y como si le hubieran colocado rueditas en el traste, se deslizó velozmente por el pasillo hasta quedar atorado entre la cuarta y quinta fila de asientos dobles. Afuera todo era caos. La intempestiva maniobra de Nazareno provocó la ira colectiva. Su pesado transporte quedó detenido en el medio de la avenida Santa Fe, justo en el cruce con la calle Darregueyra, taponando a todos y generando un embotellamiento descomunal. Los bocinazos, las maldiciones y el viento frío se colaron por la única ventanilla abierta. Nazareno, ajeno a todo y con un único objetivo en mente, se levantó de un salto, dio dos pasos... -¡Qué hace! -le gritó al tipo de traje, que lo miraba perplejo. ...Y en un solo movimiento manoteó la empuñadura de la ventanilla... -¡Nada! ¿Se volvió loco? -protestó el hombre mirándolo con desconfianza, manteniendo aferrando el maletín contra su pecho. ...Cerrándola violentamente y asegurándose de que quedara bien trabada. -¡Aquí los únicos locos son ustedes..! Y me quieren volver loco a mí -dijo con la cara roja de ira. Todos lo miraban aterrados. Y el petiso de overol azul, que a duras penas pudo levantarse, intentó sin éxito abrir la puerta de descenso. -¡Usted se me sienta en el fondo, donde le corresponde, y espera a que yo llegue a la parada! -le ordenó ni bien descubrió la maniobra evasiva, y dirigiéndose a los demás:- De aquí nadie se baja antes, ¿estamos de acuerdo? Varios automovilistas habían bajado de sus coches y, rodeando al colectivo, amenazaron a los gritos con romperle todos los vidrios si no lo sacaban "ya mismo" del lugar... Nazareno parecía estar ajeno a todo lo que ocurría en el exterior, como si su universo estuviera contenido por las cuatro paredes metálicas del Mercedes Benz 1114. Pero esa última amenaza, la de romperle todos los vidrios, la escuchó como en sordina, algo así como una voz que venía de su interior. No podía permitir que rompieran lo único que impedía la fuga en masa de los pasajeros, así que fue a su asiento, se inclinó levemente hacia el volante, lo atenazó con sus manos y, todavía con la palanca de cambios en punto muerto, dio una atronadora acelerada a fondo en señal de intimidación que sonó como el rugido de un león hambriento. ...Una amenaza que acabó en el instante en que Nazareno acompañó el rugido con una seña con la mano, ordenando que se hicieran a un lado o "los paso por encima". No hizo falta otra señal; todos comprendieron por igual y se metieron dentro de sus cálidos autos en espera de un milagro. Y, como un acto divino y milagroso surgido de las entrañas de la cercana iglesia, frente al colectivo quedó un resquicio, un eslabón ausente en aquella cadena de autos. Y por allí pasó Nazareno, la vista al frente, fija en el horizonte cercano que se avizoraba: el poste de la próxima parada, frente a la iglesia, a pocos metros de la calle Uriarte. Casi sin levantar la cabeza, espió por el espejo, comprobando que no faltaba nadie y que todas las ventanillas estaban cerradas. Por primera vez sonrió. Y lo hizo saboreando el dulce triunfo. Triunfo que se convirtió en amarga derrota cuando, a escasos metros de llegar a la parada, reconoció a través del parabrisas empañado la figura inconfundible de doña Elvira, la primera de la fila. Sin detener la marcha, levantó la vista hacia el espejo, que mostraba, como pintado en acuarela, el interior del coche vacío, las ventanillas cerradas, las puertas también... Torció un poco el volante a la derecha, y con la trompa apuntando a la parada, tuvo el deseo de acelerar a fondo y aplastarlos a los cuatro, para terminar de una vez y para siempre con esa pesadilla de aparecidos: "...Nada por aquí, nada por allá... y ¡voilà!: emergen de la nada los cuatro conejos en fila detrás de una gran vara mágica, semejante a un poste de parada". Aunque no era creyente, se conmovió al ver la cantidad de gente que salía por la puerta principal de la iglesia: gente que se mezcló con ellos, los cuatro de la fila. Gente que no tenía ninguna relación con aquellos infames idiotas que esperaban alineados, de uno en fondo, su llegada... Desvió su marcha hacia la izquierda, apuntando al tercer carril. ...Que no fue llegada ni partida ni nada, porque lo vieron seguir de largo como una locomotora sin control. Porque no paró; no, qué iba a parar. "A ver a quién joden ahora. ¡Cáguense de frío ahí abajo, pelotudos!". Siguió por la avenida Santa Fe al ritmo del tránsito, por el carril del medio y bien alejado de la vereda. Al pasar por la tercer parada, miró de reojo y los vio: los cuatro en línea, pechos con espalda, y doña Elvira, la primera de la fila. La escena se repitió en todas las paradas, menos en la terminal, cosa que a Nazareno sorprendió. El encargado de tráfico lo siguió con la vista desde su oficina vidriada hasta el fondo de la playa de maniobras, donde finalmente se detuvo. Al bajar del último escalón, Nazareno lo vio venir trotando a su encuentro. -¿Te pasó algo? -su voz sonaba agitada-. Llegaste con treinta y cinco minutos de adelanto. No respondió. "Para qué... me va a tomar por loco" -pensó. -¡Che! ¿Estás bien? -insistió el encargado cuando Nazareno comenzaba a alejarse en dirección a la calle. -No. Me voy a mi casa -respondió sin detenerse. La última cosa que puede hacer un colectivero es tomar un taxi. No hay una regla escrita, pero sí un código tácito que todos respetan y cumplen con devoción: "Jamás subirse al carro del enemigo". Nazareno se impuso una tregua. Vio la pequeña luz roja del cartel de libre detrás del parabrisas y no dudó; levantó su brazo hasta dejarlo horizontal al suelo, perpendicular a su cuerpo, diametralmente opuesto a la entrada de la terminal, en donde sus compañeros azorados, veían cómo Nazareno cometía -ante sus propias narices, abofeteando su honor y el de todos los ancestros colectiveros- el infame acto de subirse al carro del enemigo. No podía arriesgarse a subir a ningún colectivo -aunque fuera de otra línea- y repetir una experiencia que casi lo lleva a la locura. "Voy a Honduras y Thames. Tome por donde quiera, menos por la avenida Santa Fe", le dijo al taxista, que lo miraba por el espejo con recelo, un poco confundido, sin llegar a entender qué hacía un colectivero vestido con uniforme de servicio en su taxi. Él también tenía un código, y sin darse cuenta, o tal vez dándose cuenta, pero necesitado de recaudar algo de plata que pudiera convertirse en pan para sus hijos, lo levantó. A las pocas cuadras, quiso amenizar el viaje imponiendo algún tema: "Está fría la mañana, ¿no?". -Sí. Otra vez reinó el silencio. El taxista lo miró de reojo por el espejo y advirtió la preocupación dibujada en su cara. -¿Le pasó algo con el colectivo? Nazareno no estaba con ánimo de psicoanalizarse, y menos con un taxista. -Mirá, hermano, hoy tuve un día de mierda. Por favor, no hagas preguntas. Desde ese instante, reinó la paz. Una paz que necesitaba como el aire que respiraba. A pocas cuadras de llegar -y sin saberlo, porque en su vida no había leído otra cosa que no fuera la revista El Tony-, elaboró mentalmente un pensamiento que preocupó a Esteban Espósito (personaje creado por Abelardo Castillo. "El que tiene sed") en un oscuro bar de Buenos Aires. Pensamiento que se ajustaba a lo que le estaba ocurriendo: "Lo inesperado produce dos efectos. O al menos dos. Lo inesperado es el fundamento de lo cómico; ahí está uno de los efectos. El otro efecto es el miedo. Yo siento que esto carece de gracia; yo tengo miedo". Él lo planteó de un modo más simple: "Qué curioso. Ante la sorpresa de lo inesperado, casi se me escapa una carcajada. Después no me causó gracia el asunto y finalmente sentí miedo. Aún siento miedo". El simple hecho de bajar del taxi, entrar a su casa y quedarse en la entrada de la cocina -de pie frente a su esposa que, desde el otro extremo, mesa de por medio y mate amargo en la mano, lo miraba perpleja sin decir palabra, como esperando que él aclarara el motivo de su temprano regreso-, fue una empresa que le demandó un gran esfuerzo. Estaba abatido, confundido, sin rumbo, como el caminante que pierde el punto de referencia en el horizonte. Y se le notaba en la cara. -Qué te pasa, Nazareno -preguntó la esposa. -No sé. Bueno, si sé, pero no sé si es cierto. La mujer escuchó esa especie de trabalenguas siseante con piadosa calma. Se le acercó despacio, sin rozar el aire, con la liviandad de un ángel. En actitud maternal le acarició las mejillas y lo fue envolviendo en un suave abrazo. Nazareno se sintió contenido. Gozando de una inmensa calma, cerró sus ojos y experimentó la dulce sensación de estar dentro del seno materno, buceando libre entre líquidos vitales, rodeado de suaves paredes de placenta... ...Hasta que los abrió y se encontró sentado frente al volante de su interno cincuenta y seis, respirando el aire frío, rodeado de paredes de metal y ventanillas de vidrio. Dio un vistazo a su reloj de pulsera: marcaba las siete, el segundero había concluido su segmentado derrotero cayendo un lugar. A metros de llegar, reconoció las caras de siempre; las de los pasajeros que día a día, puntual y mansamente, lo esperaban formando una ordenada fila detrás del poste de parada. ** Gustavo Raimondo, escritor argentino nacido en 1957. Cultiva el género fantástico y de ciencia ficción. Ha publicado la novela La furia de los dioses (1995) y el libro de cuentos En el umbral del tiempo (1996). Textos suyos pueden leerse en los sitios El Golem, Virtualangel y Axxon, en Internet. En 1998 ganó el III Concurso Latinoamericano de Narrativa del Grupo Editor Sur por su cuento "La ilusión de Dante". raimondo@movi.com.ar. === Suspiros del ornitorrinco dormido Luis Vásquez Coronel =========== *** 1. Exhala la rosa, de sus pétalos modelados, esencia ennegrecida, desliz a lo desfondado. Ondas de su alma que me evaden, que resbalan, que agitan mi vida, me escurren en oscilaciones oscurecidas y en oscilaciones de calma. *** 2. Pecíolos ajados discurren hasta mí; pita el soplo en sus alrededores, estremeciéndolos. Porfío escapando por espectros endeblemente arbolados, que con desencanto tachonean sus garfios en el ambiente. Desde el fondo, desde donde se desenreda la fonación incesante de la alameda esqueleto, en la superficie se amontona el desfallecimiento de una estación. *** 3. La vía se agita de conmoción esclarecida por luminosidades, con tanta diafanidad que desnuda al viento. Al intimarme con ese lugar de fulguración, aflora el miedo y los hilos de mis huesos. Oculto en una mata colmada de oscuridad y teñida con decisión, la luminiscencia es el aliciente de la descomposición. *** 4. El camino inhalado desde la floresta, el gemido estampídico de hojas, el murmurio de toda la montaña, el aliento aterido del río, el filo de la fisonomía del cerro, el grito del hacha sobre el tallo, la onda turquesa que se afina y que cuelga de los cielos, colmados de inconsistencia ondulan en lo intenso. Fluyen las púas y se esferan contundentemente, cuellos cuadriculadamente inflados, colas incendiándose oscilan quemándose desde atrás; la cara en declive, el lomo en alto y sus patas afilándose, una iguana baja transversalmente. Silueta reptilínea, el cocodrilo de pie: un mapa atónito. ** Luis Vásquez Coronel, abogado y poeta peruano nacido en Chimbote en 1973. Trabaja como restaurador de piezas precolombinas en el Departamento de Arqueología del Instituto Nacional de Cultura. Ha publicado algunos trabajos en el diario La Industria de Chimbote. wfb@mixmail.com. === El reverso de Edipo Rafael Grillo Hernández ====================== Yo soy un asesino, y esta es mi confesión. No la escribo porque tenga muchas ganas de hacerlo sino porque me obligan, me han dicho que lo haga y punto, quieren que escriba con la mayor exactitud posible qué hice, cómo lo hice, por qué lo hice, y otras cosas que caben en un etcétera, por eso digo que es una confesión, o sea una colección de etcéteras que explican un crimen, porque yo cometí un crimen, es eso lo que me convierte en un asesino. Y empiezo declarándome como tal porque no quiero andar con rodeos, ni con misterios; después de todo, no veo nada extraordinario ni enigmático en lo que hice; claro que eso se lo debo a muchas personas que en estos últimos días se han encargado de hacerme entender, y de veras que ya no creo me resulte difícil explicarme, y entonces, ¿por qué darle vueltas al asunto? En definitiva, esto no es un cuento policíaco sino una confesión, y yo soy un asesino y no un escritor, y punto. ¿Por qué cometí el crimen? Prefiero empezar por ahí porque me parece que eso es lo que más les importa a todos, incluso a los que va dirigido este escrito; así, como ya conocen, en alguna medida, qué pasó, podrían, si lo desean, leerse el principio y, si no les interesa nada más, lo dejan y punto. Tengo una razón muy personal además, el porqué me resulta lo verdaderamente interesante. Yo cometí el crimen, ¿no es verdad? Entonces, todo lo otro lo conozco demasiado bien, lo viví personalmente, mientras que el porqué recién ahora lo sé, gracias a la amabilidad de los señores psicólogos y psiquiatras que se exprimieron las sienes, y exprimieron las mías, para llegar al meollo del asunto y... punto. Me estoy extendiendo demasiado y me rogaron ser conciso. Según ellos, y debo especificar aquí que no me queda más remedio que tomarles prestadas sus palabras y conclusiones para explicar el origen de esta tragedia (así le llamaban), el origen debe localizarse en los primeros años de mi vida, de los cuales apenas me acuerdo, excepto de dos o tres cosillas que ellos, con gran habilidad, debo decirlo, me hicieron recordar: primero, que yo quería mucho a mi mamá y lloraba cuando ella me dejaba solo; segundo, que a veces mi papá se me antojaba, sobre todo cuando iba de uniforme, un ser enorme, y me aterraba cuando me regañaba o castigaba; y tercero, que teniendo apenas cinco años, o seis quizás, deseé matarlo por primera vez; el hecho en cuestión me resulta algo difuso, yo hice algo malo, no sé muy bien qué (son tantas las cosas que no deben hacer los niños), y él empezó a regañarme furioso y a prometerme algún castigo seguramente terrible; yo, asustado, le vomité encima, de su uniforme especifícamente, y él me zarandeó violentamente, me gritó algo, y me pegó... o no me pegó y sólo me sacudió, no podría afirmarlo con seguridad, sí creo recordar que deseé que desapareciera, no exactamente que se muriera (no debía saber entonces qué era la muerte), que desapareciera como las palomas de los magos, que le pasara como a mi abuelo o a mi hermano menor que, de pronto, ya no estuvieron más. Este fue el despertar, creen ellos, de mis "deseos homicidas", algo con lo cual no estuve de acuerdo al principio porque yo no maté a mi... bueno, si están enterados de lo que pasó en definitiva pueden imaginarse la causa de mi desconcierto inicial. Pero lo cierto es que ellos lograron, con una paciencia admirable, extraer de mi memoria otros hechos que les permitieron rastrear, mientras yo parloteaba como una cotorra en el diván, "la evolución y desarrollo de mis impulsos homicidas". Les conté a los señores psiquiatras cómo volví a tener deseos de matar a mi padre cuando amagó romperme los juguetes acusándome de haberle extraviado un no sé qué que utilizaba para no sé qué, y yo, les aseguro, ni sabía que esa cosa existía; cómo él me reprochaba a menudo que mis calificaciones en la escuela podían haber sido más altas (el máximo, quería decir), y en ese momento yo pensaba que debía irse para la guerra como Mambrú, el de la canción; también lo deseaba cuando me prohibía utilizar ropa a la moda por considerarla extravagante, o cuando me obligaba a cortarme el cabello (hasta una vez él mismo me lo cortó, me hizo un pelado desastroso, yo ni quería ir así a la escuela, y él decía, orgulloso de sí mismo: "Ahora sí te asemejas a un hombrecito, y no como antes que lucías pájaro"), claro que yo siempre, luego de imaginarme, a veces hasta con lujo de detalles su muerte y entierro, sentía culpa y me recriminaba por esos malos pensamientos. A ellos les dije también, y a este dato le dieron mucha importancia, que yo sentía lástima por mi mamá, más que resentimiento, cuando ella le daba la razón a él, en mi contra, pues suponía debía sentir tanto miedo como yo de contrariarlo. Otros sucesos de mi vida completaron mi "historial psicopatológico", o sea el cuadro de mis traumas mentales (o así fue como lo entendí), donde se podía encontrar el "complejo de Edipo clásico", "froidiano" (¿?), "no resuelto", con la consiguiente y esperada "agresividad reprimida", que se manifestaba mediante "desplazamientos", en "actos hostiles" contra objetos, animales y personas. Ejemplos de tales actos fueron considerados: - La muerte de mi perro, o como ellos lo nombraron: "mi primer asesinato", o sea el primer acto criminal generado por mi "latente pasión homicida", aunque en este punto yo me defendí alegando que le lancé la pelota de béisbol a mi perro porque huía de mí con mi media favorita en la boca, y que no quería matarlo, sino sólo que se detuviera para arrancarle la media y no me la destrozara. - Los dos o tres pajaritos, o que sé yo cuántos, pero en todo caso pocos (nunca fui de los mejores tiradores), que derribé con mi tirapiedras, por supuesto que me defendí también de esta acusación haciéndoles ver que matar pájaros era uno de los pasatiempos de los muchachos de mi barrio, y, que yo supiera, ninguno había matado a su... a ninguna persona. - Sobre los pajaritos, también les confesé que un día sentí lástima de uno que había derribado, y caído en tierra, lo vi estremecerse algunos segundos antes de morir. Acordamos en ese instante mis amigos del barrio y yo..., y me gustaría aclarar que siempre he tenido amigos, tanto en el barrio, como en la escuela primaria, y en la secundaria, y desearía que fuera así en el preuniversitario, aunque no sé si después de lo que ha pasado pueda seguir en la escuela, probablemente no, y lo lamentaría, me gusta estudiar y he sido buen alumno (he obtenido buenas calificaciones sería mejor decir), sobre todo en las asignaturas de letras, porque tengo excelente ortografía (debe ser a causa de que leo mucho, y de todo: libros, periódicos, el diccionario), y hasta me conozco muchas palabras raras que asombran a mi maestra, ella dice que tengo "estilo" para escribir, que "si no fuera por mi mal genio podría llegar a ser escritor", y lo dice con razón porque cuando me provocan yo... y punto, no divago más, regreso a la concreta, al tema quiero decir, pues mis amigos y yo decidimos... antes de esto lo que yo quería decir era que me resulta extraño cómo he podido tener amigos y nunca me hayan rechazado, o no se hayan percatado de esos "impulsos criminales inconscientes" míos, hasta una vez tuve novia, aunque fueron unos días nada más (las mujeres son muy extrañas, excepto mi mamá, creo). Terminando con lo de mis amistades, yo pienso que puede suceder que ellos también posean esos "deseos homicidas" pero no se les han manifestado como me ocurrió a mí. Regresando al pajarito: abrimos un huequito en la tierra, lo enterramos, y punto. De este acontecimiento los psicólogos sacaron la conclusión de que el pajarito era yo, "simbólicamente", claro, y que el "entierro simbólico" explicaba mi posterior intento suicida. Aquello me pareció tan bello, interesante, y lo decían con tanta convicción, que no tuve más remedio que darles la razón en todos sus argumentos, y punto, no protesté más. - Le prestaron especial atención al hecho de que, accidentalmente, hubiera tumbado, con el cabo de la escoba, el portarretrato con la foto del matrimonio de mis padres que estaba sobre el televisor. Estuvieron de acuerdo todos ellos, y a estas alturas ya me habían convencido, con suficientes argumentos, de su sabiduría, de que aquello no había sido una casualidad sino que era "la manifestación de un deseo inconsciente que había burlado las defensas del yo". - Donde me dejaron realmente perplejo fue con la explicación que ofrecieron al piñazo que le di en la cara a un muchacho en la secundaria. Ocurrió que él estaba llorando, lo habían estado molestando como sucedía a menudo, lo habían golpeado, y estaba llorando en una esquina del patio, me acerqué a él, sentí pena por él, quise consolarlo, pero me empujó, y entonces lo desprecié, lo odié, y le pegué con todas mis fuerzas, hasta deseé sacarle los ojos, lo pensé, pero no llegué a hacerlo ni nada por el estilo. Brillante explicación proporcionaron a ese acto: lo que me sucedió fue que "se activó un mecanismo de defensa de identificación con el agresor", primeramente me "identifiqué inconscientemente" con él, y eso me hizo sentir débil y miserable pero, al rechazarme, se "rompió esa identificación y la trasladé hacia mi padre, me identifiqué entonces con él, y actué como él se portaría con los débiles y miserables", por eso le pegué, y punto. Esto pasó sólo unos pocos días antes del crimen, y, consideran ellos, demuestra claramente "que en mi interior ya estaba todo dispuesto para que se produjera el crimen". Creo que por qué cometí el asesinato ya ha sido explicado, para mayor claridad voy a hacer uso nuevamente de las palabras de los psiquiatras, ellos refieren que cometí el crimen "bajo un estado alterado de conciencia, generado en un individuo de sistema nervioso hipersensible, con un desarrollo anormal de la personalidad, y desencadenado por una situación traumática", o sea que soy un "perturbado mental", porque si fuera una persona normal yo no hubiera matado a mi madre, todo el mundo quiere a su madre, hasta yo, pero nadie la mata, y yo lo hice, y punto. Hasta ahora no había dicho que mi crimen consistió en matar a mi madre, y si lo había callado, no era por mantener ninguna intriga: estoy consciente de que esto no es un relato de misterio, y, por demás, los que van a leer estas líneas saben muy bien que la persona que maté era mi madre, sólo que si lo hubiera hecho antes quizás hubiera perdido el hilo, o sea, la lógica de lo que contaba, y empezado a hablar de algo que sólo ahora creo llegado su turno: qué hice, cómo lo hice. No lo evito más, llegó la hora..., y punto. El día del crimen pudo haber sido como otro cualquiera. Salí de la escuela y me dirigí directo para la casa. Cuando llegué, ella, mi madre, estaba llorando, mucho, con sollozos hondos y lágrimas que le inundaban la cara, no soportaba verla llorar, se volvía fea, vieja y triste. Él no estaba, siempre se marchaba cuando discutían, si hubiera estado allí me habría atemorizado, colérico era imponente: gritaba, agitaba las manos, caminaba de un lado a otro, amenazaba con partir y no regresar más. Como no estaba, en vez de miedo, sentí odio, un odio intenso que su ausencia convertía en un desafío interior. Me arrimé a mi madre, sentía mucha lástima por ella, hasta ese momento todo había sucedido como en otro día cualquiera en mi casa, hubiera querido abrazarla, mimarla, acurrucarme en sus brazos como un bebé, sólo intenté besarla, y entonces hizo como el niño de la escuela, me rechazó, y me gritó: "Fue por tu culpa otra vez, se enteró de que tú..." , y siguió hablando pero yo no escuché más, no quería escuchar más, no podía escuchar más, estaba atolondrado, como si un enjambre de abejas zumbara alrededor de mi cabeza, y la tuviera cubierta con una malla densa que me protegiera de sus picadas, y, a través de esa malla la veía a ella, escupiendo palabras venenosas como aguijones de abejas. Caminé hasta la cocina, despacio, debo haberlo hecho como los robots de las películas, el cuchillo estaba a la vista, el cuchillo grande y afilado de cortar las carnes, lo tomé sin saber qué iba a hacer con él, lo supe después cuando, de nuevo al lado de ella, la miré a través de la malla que cubría mis ojos, y mientras las abejas seguían zumbando sin piedad, saqué el cuchillo que ocultaba en la mano tras la espalda y lo hundí en su vientre, una, dos, tres veces, o que sé yo cuántas, pocas en todo caso, pero suficientes. La vi caer y estremecerse unos segundos antes de morir. Debía haber mucha sangre, en el suelo, en el cuerpo de ella, en mis manos, pero no le presté mucha atención, no me impresionaba como la de las películas. Dejé caer el cuchillo y me incliné hacia ella, sentía lástima por ella, después los psicólogos me preguntaron si sentí amor por ella en ese momento, pero no lo sé; sí recuerdo que, en aquel instante, pensé que había sido él, y no yo, quien la había matado, y un dolor muy grande se me clavó en el pecho, como si una piedra me hubiera pegado duro, justamente bajo mi tetilla, ¿ese dolor era el amor? ¿Es el amor? No lo sé, subí las escaleras corriendo, y ya en la azotea seguí corriendo aun cuando dejé de sentir piso bajo mis pies. Eso fue todo, quizás me disgregué un poco, podía haber dicho: maté a mi mamá y me tiré de la azotea y punto. Pero he querido contarlo todo, supongo que sea porque ahora sí puedo hacerlo, tengo una imagen tan nítida de los acontecimientos de ese día, demasiado, hasta la caída: volando lejos, fuera, por primera vez, del nido de mis padres, y el impacto en el suelo, simplemente como cuando la luz se apaga en la noche, y la oscuridad me adormece, y me duermo, y punto. No me morí, tuve tanta suerte, o no la tuve, no sé. Me pregunto si eso es bueno o malo, pero me cuesta trabajo responderlo, no creo que sea fácil, tampoco lo fue aclararle a ellos si había deseado matarme cuando me lancé de la azotea, o si sólo quise huir, les dije que tuve deseos de morir pero ahora dudo, quizás no, o quizás fueran las dos cosas a la vez, no sé si eso será posible, quizás ellos puedan saberlo mejor que yo, de lo que sí estoy completamente seguro es de que no he vuelto a sentir deseos de morirme, es posible hasta que ahora me sienta alegre, es una alegría rara, no como las de antes, no creo que sea tampoco esa felicidad de que hablan los adultos, imagino que nadie pueda sentirse feliz después de haber matado a su madre, por muy "psicópata" o "perturbado mental" que sea. De todos modos, no estoy triste por no haberme muerto, y gracias a eso, y a la amabilidad de los señores psicólogos y psiquiatras que, generosamente, y con enorme paciencia, me han ayudado a entenderlo todo, puedo escribir esto, y poner en orden mi cabeza, comprender, sobre todo, por qué, si siempre deseé matar a mi padre, terminé matando a mi madre, dicen que en ese momento me "identifiqué" con él, que "actué transformado" en él, y eso me alivia de culpas, de responsabilidad por lo que hice, me dicen también que lo hice por amor, y sé que ellos, que lo saben todo y son muy sinceros, no lo dicen para consolarme. El hecho de que le encajara el cuchillo en el vientre a mi madre tiene, me aseguran, un significado sexual, eso me desconcierta un poco, lo confieso, no era nada de eso lo que consideraba yo sexo, o lo que me hacían ver las películas y los libros, pero yo no conozco mucho de sexo, lo reconozco, y ellos sí deben saber; dicen que intenté matarme para reunirme con ella en el más allá, puede ser verdad, aunque nunca me creí de veras eso del ciclo, y de que allí están los muertos, tampoco me parece que lo creyeran mis padres, cuando digo esto algunas personas se escandalizan, y afirman que, si no quise matarme por "arrepentimiento" o "salvación espiritual", constituyo una "persona potencialmente muy peligrosa para la sociedad", pero de esto no estoy seguro, probablemente exageran. Me imagino que debo preguntarlo. No lo sé. Ellos sí deben saber, y punto. ** Rafael Grillo Hernández, escritor cubano nacido el 6 de noviembre de 1970. Es licenciado en Psicología con 3 postgrados. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Educación de Cuba en 1984 (cuento) y 1986 (poesía). Reside en La Habana. === Antología de las fases de la luna Marc Sil ======================= *** Presente ausencia ¿Qué es lo que dejan los cuerpos al marcharse, esa presencia ausente que se percibe en los pasillos? El eco de las conversaciones y la risa no se extingue del todo en las paredes Y una vela difusa como ocaso templado ilumina con su luz permanente los espacios vacíos. *** Sin alas vuelas ...sin alas vuela... (Soledades I, 638). Sin alas vuelas sueño delicado por un aire tan azul que te acaricia con los colores de céfiros y risas. Eres la flor cariñosa de un instante abierta en un desierto, luminosa, de yacente y oscura soledad. Me arropas con pétalos sonoros que la brisa vuela de jardines, caprichosa, que nunca existirán. *** Soneto Una alondra creó tu pensamiento, invisible en un bosque de ficciones, ave imposible alada de ilusiones que volaba en mi sueño y en el viento. Si espiraba con música el aliento, soplo de cielo o aria o escalones, por el aire la alzaban sus canciones, ascendiendo quimera y firmamento. No vuela por la noche ni la altura piando embeleso escanciando utopía, ave que reme con pluma más pura. Trance en el céfiro, grata agonía, no hay ala ni aura ni brisa o ventura que sople suave tan suave blancura. *** Noche cuarta Lucerna tiene cisnes y puentes y glaciares que aguardaban azules lejanos tu llegada, Lucerna tiene un lago y montes apagados y relojes que marcan un tiempo inexistente. Por los prados cuidados y edificios dormidos y planetas que brillan en un cielo ficticio, por los trenes parados, por aviones sin alas, por los parques perfectos el amor acechaba. Eras quien entraba sin zapatos por mi alma, quien vagaba conmigo en casinos sin nadie, eras un espejo y unos ojos abiertos. Eras quien saltaba junto al Rin en la hierba, quien reía canciones bajo el Geiser de plata, eras quien lloraba por El Cambio en Lucerna. *** Noche quinta Ahora que te quiero, ahora que te quiero todavía, ahora que te espero, ahora, amada mía, burbuja de deseo, melodía real como soñada que bailas fantasía en el vacío, amada, amada, amada, jardín de luz sombrío, tangible como estatua de rocío, quisiera que el olvido, sicario de la muerte vaporoso, tu ser tan conocido, me hiciese nebuloso vacío, borrado, neblinoso. Quisiera así olvidarte, quisiera así poder desconocerte, quisiera así velarte, poder desvanecerte, para poder volver a conocerte. *** Noche tercera No debemos volver a los lugares en que fuimos felices hace tiempo. Los jardines se agostaron para siempre; sólo quedan hojas secas de recuerdos. *** Selección de espejismos sonoros *** Platón II Si tres dimensiones parece que tenemos y nuestra sombra sólo dos, ¿no seremos acaso sombra de otras sombras de más compactos cuerpos, más dimensionales, sombras a su vez? *** Extraño Extraño a veces a mí mismo me siento nada de lo mío reconozco como propio y ajena incluso mi mente me parece. ¿Quién entonces lejano me siente, quién ausente ausente me siente cuando soy un extranjero en mi cerebro? *** Espejismos sonoros Espejismos sonoros, espejismos de afecto, un frente de espejismos llega a nuestros pueblos. Amarás quimeras, quimeras te amarán, melodías ficticias los aires volarán. Cambian tu pasado, levantan sentimientos, presiones metafísicas perturban tus deseos. Amarás quimeras, quimeras te amarán, melodías ficticias los aires volarán. *** Nombre Ha sido tu nombre pronunciado y el eco permanece en el vacío. Alguna vez sus vibraciones cesarán y cesará con ellas tu existencia. Pero será de nuevo articulado el vocablo que te nombra y te contiene, y de la nada tu esencia brotará como efímero brillo que se agota. Eres un verbo que retorna, del olvido a la conciencia transitoria, como anáfora infinita volverás y volverás también a disiparte. *** Die Kunst der Fuge Ni cuerdas de clave, ni cuerdas de violín, ni teclados, ni flautas cantarán tus contrapuntos. Hay cuerdas que aguardan detrás de la niebla hambrientas de fugas y ansiosas de vibrar materia para un Cosmos y espacio para un Tiempo. Arpas en silencio o anillos en calma o marinas que esperan partituras o viento, del soplo musical de tus cánones y fugas las cuerdas sonarán distintos Universos. *** Romance del perseguido (Homenaje a Federico García Lorca) Grillo, grillo, grillo, grillo, rana, rana, rana, rana. En esta noche de perros ay, madre, si me dan caza. Sombra, sombra, sombra, sombra, escopetas en tu espalda, cuchilladas en tu pecho y dedos en tu garganta. Cielo, cielo, cielo, cielo, ramas, ramas, ramas, ramas. En esta noche inclemente ay, madre, si me dan caza. Perros, perros, perros, perros me devoran las entrañas para colgar mi esqueleto encima de la muralla. Y la luna me persigue con sus cuernos y sus garras, en esta noche implacable, ay, madre, si me dan caza. Solo, solo, solo, solo, solo, solo en la montaña, compañero de la muerte que desnuda ya te abraza. Látigos de zarzamora maromas de telaraña en esta noche acechante, ay, madre, que ya me alcanzan. Negro, negro, negro, negro, te persiguen tus pisadas y tu sombra se te antoja un jinete en una jaca. Grillo, grillo, grillo, grillo, rana, rana, rana, rana, en esta noche acosante ay, madre que ya me alcanzan ** Marc Sil, escritor español radicado en Barcelona. Ha escrito tres poemarios ("Las fases de la luna", "Espejismos sonoros" y "Nubes viajeras"), varios relatos y algo de dramaturgia. Su material se conserva mayoritariamente inédito, aunque se puede leer algo de él en Badosa EP (http://www.badosa.com). jredondo@lander.es. === Una mirada en el espejo José Miguel Pallarés ===================== Cuando hay fuego en mí yo aún sigo frío. Cuando tengo el rostro de tu amor, no puedes verme. A todo doy sólo aquello que me dan. Con el tiempo puedo tenerlo todo, pero no puedo quedarme nada. Neil Gaiman Primero sólo hubo oscuridad. Inmediatamente advino la conciencia y supe con certeza que yo no era como los otros. Sobre el vidrio limpio el ácido nítrico, la potasa y agua destilada, mi hacedor mezcló el nitrato de plata con el elixir a tan alto precio comprado. Un precio alto. Luego un dolor punzante que me recorrió en un prolongado espasmo mientras el metal se oxidaba.. Y tuve noción plena y definitiva de mi existencia. Después fue la luz y enseguida pude ver el rostro de mi creador, Maese Giacomo, sonriendo orgulloso de su arte. Parece ayer y ya está acabando el milenio. Por la ventana el olor a salitre y humedad penetraba acogiendo mi alumbramiento mientras una luz glauca, la luz del amanecer, la luz de la muerte, presenciaba mi nacimiento filtrándose en el desordenado taller en que nací. Maese Giacomo abrió las ventanas más rebeldes, hinchadas por la humedad, para que hubiera más luz, se contempló en mi superficie y se felicitó por un trabajo bien hecho. Él no era un mero artesano, era un creador obsesionado por la perfección de un verdadero artista. Su trabajo no es como ahora, donde trabajar resulta humillante, alienante, estúpido, frío, sin una pizca de creatividad sino una labor de creador, de artista, de Dios. Para él nunca resultó importante el dinero -aunque le gustase vivir bien- pese a lo que sus enemigos hayan escrito sobre su desmedida avaricia. En cambio sí son ciertas sus relaciones con el Diablo. Su alma a cambio del secreto. El viejo trato. Quid pro quo. Eso fue en aquellos tiempos en que el Maligno debía ganarse con esfuerzo y argucias su salario, su ración de almas. Ahora en cambio los hombres se la regalan a cambio de nada. Una donación absurda y consentida. En estos tiempos el alma parece ser un estorbo del que resulta conveniente desprenderse con angustiosa y despreocupada rapidez. Él me creó en 1662, cuando la Serenísima llevaba ya diecisiete años embarcada en la guerra de Candía, mientras las góndolas surcaban los canales de Venecia y el Dux, prepotente, amenazaba el arte de mi hacedor para mantener los privilegios del gremio e industrializar el secreto de los espejos en beneficio exclusivo de la República de Venecia. Aunque todo eso lo supe después, escuchando las conversaciones, cotejando susurros, reflexionando las palabras dichas al azar. Y he de decir que me creó para sí (no en vano había pagado un alto precio). Jamás pensó en conceder el privilegio de la posesión de mi sustancia, del milagro que había forjado en mí, a cualquier rica barragana de algún rico mercader como regalo por favores carnales. Fui su mejor obra, aunque no la última, pero esos trabajos eran encargos meramente alimenticios en los que ponía en ellos su arte pero no aquellos de sus secretos más recónditos. Me creó sólo para su disfrute aunque no con fines altruistas (como supe después) aunque ciertamente yo rompí el molde. Soy único en el universo. Por ello estoy orgulloso. Por mí. Por él. Tal vez más adelante Maese Giacomo intuyese la posibilidad de utilizar sus saberes oscuros en alumbrar el nacimiento de otros como yo, mis hermanos con el fin de asegurarse la eternidad y jugársela al Diablo. Pero debería haber sabido que las obras maestras rompemos los moldes, somos irrepetibles. Sí, los moldes se rompen y él fue mi molde. También debería saberlo. Pero los hombres suelen olvidar lo que les aterra en lugar de hacerle frente. En la habitación de mis primeros años puedo todavía recordar las campanas al alba, las luces tan variadas que el Mediterráneo ha concedido a Venecia recorriéndome y la sensualidad musical de los cantos y conversaciones de los gondoleros surcando las aguas tranquilas del gran canal, en una de cuyas casas habitaba mi, creo que puedo llamarlo así, padre. Recuerdo las lecciones, su inalterable tesón, su empeño, incluso su cariño. Usaba sus mejores instrumentos de persuasión con ese acento tan soñador. He conocido muchos hombres a lo largo de los siglos, muchas historias que son la misma porque el hombre es un ser tan torpe que se limita a reproducir la misma obra una y otra vez sin sacar de ella ni siquiera una pizca de provecho o enseñanza alguna, pero lo que nunca ha sido igual radica en la magia de la voz, el italiano es música, poesía, arte. Venecia es el sueño irracional convertido en materia, demasiado frágil para mi gusto. La ciudad sobre el agua que la bautiza a diario y que tras tantos años me parece un milagro. El recuerdo de mi infancia. El último jirón que me une a la realidad. Mi yo más profundo. Mi última identidad. La luz es mi esencia pues no puedo existir sin ella, pero en mi alma han quedado guardadas ad eternum las cenas lujosas que presencié, los chismes de las matronas, las picardías de los criados, los sordos rumores sobre la guerra, los engaños de los mercaderes. Todos hablaban libremente en mi presencia, todos en mí se miraban. Maese Giacomo me había enseñado bien. En las fiestas figuraba en el salón principal y todos pasaban horas contemplándose en mí porque no veían sus figuras sino sus secretos. Mi creador me había adiestrado bien en leer sus deseos. No veían lo que eran sino lo que les hubiera gustado ver. Se veían como querían verse. Yo disfrazaba la arruga de la cortesana entrada en años, poblaba de dignidad el rostro de avariciosos usureros, eliminaba feas cicatrices de guerra de los veteranos mutilados o aligeraba la incipiente barriga de un gigoló que se marchitaba y perdía sus encantos pues el otoño acechaba su vida. Todo lo aprendía y practicaba en silencio. Y mi padre y señor aguardaba pacientemente a que yo estuviese preparado y hubiese madurado lo suficiente. Aunque no supe realmente cuáles eran sus verdaderos propósitos hasta un tiempo después cuando ya nada importaba pues todo era polvo. Esos son los retazos que conforman mi breve y efímera infancia. De la huida tan sólo recuerdo el nerviosismo, la oscuridad que cantaban las aguas de Venecia en la huida nocturna (yo me encontraba embalado y protegido, pues entonces se desconocía mi verdadero poder) huyendo de la ira de la Iglesia, de la codicia del Dux. El dolor por abandonar la Serenísima resultó tan traumático como la pérdida de un brazo, pero más vale perder un miembro que el cuerpo entero. Mi creador no se adaptó a la lujosa vida en Francia. La jaula de oro curvó su espalda, sus músculos se volvieron torpes y las bolsas que rodeaban sus ojos se hicieron más y más grandes. El rey le había destinado buenas estancias y generosas dádivas. A cambio Maese Giacomo sólo le proporcionó migajas, espejos de calidad mediocre pero que a los franceses les encantaban. Maese Giacomo, pese a lo que la historia diga, nunca reveló el secreto de los espejos venecianos. El día de difuntos de 1665 tres hombres de armas penetraron en la casa de mi creador amparándose en esas horas ambiguas en que el hogar todavía no está dispuesto para la cena caliente y los recuerdos junto a la chimenea, pero su llamada ha vaciado las calles y caminos. Se miraron en mí y supe que venían a matarlo. No recelaron de mi presencia. Yo sólo era un espejo de calidad. Una prueba de la traición. Todavía era un niño inconsciente de mis habilidades. Maniataron al ama y a los dos criados. Sostuvieron una dura pugna con Doménico, el fiel espadachín sordomudo a quien mi amo había confiado su seguridad, hasta que una estocada le atravesó el corazón y esperaron la llegada del "traidor". Me debatí prisionero en el cristal. Tarea tan inútil como el tratar de mejorar a los hombres. Lo cosieron a puñaladas y le cortaron la garganta. Entonces, sin saber cómo, su imagen fue capturada por mí y me transformé en su doble, un doble perfecto aunque invertido. No era carne. No era cristal. Sólo el Diablo puede saber de qué sustancia estoy impregnado. Me guardaré mucho de recordarle que existo. Libre del cristal no tardé en impedir que los asesinos mandados por el Dux pudiesen contar su gesta. Pero Maese Giacomo murió y de repente estuve otra vez encerrado en mi cárcel particular. Volví a ser un espejo. No tenía padre y había perdido la inocencia, esa flor que sólo crece una vez. El taller fue saqueado con fiereza como si Maese Giacomo hubiese sido un criminal. Mi posesión se convirtió en fuente de polémica hasta que llegó una nota firmada por Colbert, el gran hombre, el bastión y cerebro de Francia escondido hábilmente en un rincón para que el rey Luis brillara en plenitud, reclamando mi pertenencia para los aposentos reales. Pero, afortunadamente, no fue tal mi destino. Estaba escrito que no gozaría de una estancia en la suntuosa y revencial corte de Versalles, que no languidecería en el gran palacio y el famoso parque una vez que me hubiera cansado de contemplar el rostro de las cortesanas que periódicamente calentaban la cama del monarca, de disfrutar de los diseños de Le Vau y le Nôtre y las decoraciones de Lebrun, Coysevox y Girardon. Mi hogar durante aquellos años fue la indócil París. Ardini (el jesuita excomulgado por sus tratos con el Maligno) y, el avaro pero lúcido Colbert, tesorero modelo, ministro de Interior en la sombra, diseñador de la planificación económica y fiscal, fueron mis amigos unas veces, mis maestros otras y mis amos casi siempre pues por aquel entonces estaba en mi naturaleza que yo sólo existía para servir. Ardini, el jesuita oscuro, nunca me reveló su verdadero nombre ni las razones de su huida de su Roma natal. Podría decir muchas cosas de él, que fue el sustituto de mi padre, que fue mi amo, pero quizá sería lo más apropiado decir que fue mi maestro en el mundanal y cochambroso basurero que los hombres llaman vida. Ardini tenía poderes, podía comunicarse conmigo, enseñarme según su conveniencia y servir así a Colbert. Ardini, su jefe de espías particular en París, me reveló que desde la caída de Fouquet todos los colaboradores del monarca aprendieron a mantenerse en una discreta penumbra quizá para la mayor gloria personal de un rey obsesionado por mandar y borrar la inferioridad de la realeza durante su minoridad o más probablemente por mantener el equilibrio de sus cabezas sobre sus cuellos. Ardini me enseñó a hablar, a dejar de ser un espejo para transformarme en cualquier ser que se hubiera reflejado en mí, a pensar y sobre todo a leer en la mente de cualquier persona que fijase sus ojos sobre mí, salvo él, a quien nunca pude penetrar ni quise traicionar. Eran sus logros por pactar con Satanás. Mi papel como espía se convirtió en básico. Interrogaba con precisión, sustituía a personas y a veces mataba. Ardini me arrancó el pánico a la destrucción haciéndome así imprevisible. Me reveló que las armas convencionales jamás podrían destruirme. Colbert lo consideró un error pero yo nunca les traicioné probablemente porque el mundo de la alta política jamás logró interesarme, no conseguía entender su propósito. Mantuve algunas discusiones con el propio Colbert quien me enseñó mucho sobre economía y finanzas, ambos nos respetábamos. ¿A cuántos hombres maté? ¿En cuántas traiciones estúpidas intervine? Llegó el momento en que me abandoné por completo, perdí la noción de mí mismo. Supe entonces que yo no era malvado. No disfrutaba con ello. Me revolqué durante mucho tiempo en las cloacas del poder. Tal vez había sido creado para servir pero lo cierto es que mi adolescente ensoñación no me permitía vislumbrar que no me consideraban más que a un mueble caro. Trabajé duro y las lecciones no fueron fáciles. Mis cristales se llenaron de sangre. Como me forzaban iba descubriendo mis límites. Así Ardini y yo descubrimos que no podía entrar en una iglesia, que el agua bendita me producía llagas y, sobre todo, que no podía escapar del espejo durante más de seis horas consecutivas. Era un esclavo pero no me daba cuenta. Mi poder era superior y sin embargo me doblegaba ante ellos porque aún no había descubierto que la esclavitud es, ante todo, una actitud mental. Domina las mentes y reinarás en la Tierra. Pero lo que realmente produjo la semilla del cambio en mi interior se produjo a partir del año 1681. Ardini, conocedor de los bajos fondos, se enfrentaba a un problema de orden público: el asesino de los ajos. Un hombre se dedicaba a violar y torturar prostitutas y otras mujeres en los bajos fondos de París. Pero París no reaccionaba porque en aquel momento las "dragonadas" se encontraban en su máximo apogeo. Y el pueblo parisino ha sido, es y será un pueblo amante de la política. Ya desde Richelieu los protestantes franceses adictos al calvinismo (hugonotes) lo habían tenido difícil. Luis XIV realizó una política de conversión al catolicismo que fracasó totalmente. Louvois, un mediocre con ganas de medrar, le propuso el sistema de alojar a los soldados en las casas de los hugonotes. Había una tensión en el ambiente que se podía palpar. La violencia se desataba a menudo y en aquel momento los protestantes todavía no habían optado por la emigración hacia territorios hermanos. ¿A quién le importaba un asesino de rameras y mujeres de baja condición social? A Ardini. Su madre fue puta. Una puta degollada por un cliente insatisfecho. Un cliente poderoso que jamás fue juzgado. En medio de aquella vorágine encontró tiempo para que me dedicara al asunto. Tras haber adoptado la identidad de un preboste hugonote y desentrañar personas y lugares clave, merecía un descanso de varios días. En lugar de eso, Ardini casi imploró mi ayuda y así descubrimos que podía leer también en los ojos de los muertos. Bastaba que abriera sus párpados y filtrara mi ser para destripar sus secretos. Jean Pierre de la Croix. ¿Cuánto tiempo estuve buscando entre multitudes enfrentadas y maniobras de soldados a aquel hombre astuto y desalmado? Lo que les hacía a aquellas mujeres, su crueldad sin límites y la impunidad en que se movía no me movieron a la piedad. Finalmente encontré la mente que me dio una clave, el rostro de la hermana muerta del asesino, un rostro que él había amado hasta el incesto. No fue difícil adoptar su voz, su apariencia y dejarme ver para que él me encontrara. No tuvo una muerte agradable, Ardini me espoleaba y yo obedecía. Nunca antes habíamos trabajado juntos. Finalmente le arranqué el corazón y adopté la forma de Ardini, me transformé en su gemelo. Una tos al final del callejón nos devolvió a la realidad tras la borrachera de sangre y vísceras arrancadas. Una mujer desarreglada tosía. Lo había visto todo. Ardini me ordenó eliminar a la testigo. La mujer tendría unos veinticinco años. Pese a ello aún conservaba gran parte de los dientes y del pelo. Los piojos que habitaban su cuero cabelludo eran abundantes pero todavía se la podía considerar una mujer atractiva según los cánones de la época. Estaba preñada de cinco o seis meses. Leí en su mente que a pesar de la tisis, la sífilis y el embarazo quería vivir. Podría vivir todavía tres o cuatro años más. Ella era consciente de eso. Y también sabía que había presenciado algo que no debía. Pero pese a todo quería vivir, consumir su tiempo. Esa manera desesperada de aferrarse a la vida provocó en mí una sacudida desconocida hasta aquel momento. En ese momento comencé a interrogarme sobre el valor de una vida, humana o no. La suya, la mía. Y tuve miedo. Miedo a morir. Miedo a matarla. Porque si amas la vida no puedes efectuar concesiones. La maté, claro. No me había hecho nada. Pero Ardini chillaba. Fui rápido y piadoso. Pero extinguí, sin derecho alguno, sus ganas de vivir. Y me odié por ello. Luego dentro de mi espejo me pregunté por mi propia longevidad, por la situación de mi ser en el mundo, el sentido de la existencia, de la inteligencia. Me hice preguntas para las que todavía no he encontrado respuesta. Sólo soy un espejo raro que sobrevive más allá de sus coetáneos. En ese momento me inicié en la edad adulta. ¿Quién era? Sin raza, sin amigos, sin congéneres, ¿cuál era mi destino? ¿Habría para mí un cielo y un infierno? Un desapacible día de otoño Ardini se quedó toda la mañana levantado. Me extrañó dado que era ave nocturna. Tosía sangre. -Muchacho, me muero. Satanás reclama mi alma. -¿Puedo hacer algo? -No lo sé. Mi conocimiento sobre tu naturaleza es fragmentario pero dudo que el de los cuernos te permita romper nuestro contrato. Hay algo que debo contarte, pero sal de ahí y ayúdame a tumbarme en la cama. Adopté la forma de un criado de su confianza e hice lo que me pedía. Recuerdo aquella conversación con la precisión de quien ha sido condenado a no olvidar, a guardar las palabras que le hieren. -Tu hacedor... No te creó por amor. Su obsesión era la muerte. Quería vivir más. Se sentía envejecer y quiso engañar a la siniestra señora por mucho tiempo. Por eso te crió tan delicadamente, pensaba sustituirte, matar tu débil personalidad y ser él un ser de cristal. Tú debías morir en su lugar y él podría eludir durante mucho tiempo el destino que nos aguarda a todos. -No te creo. Maese Giacomo me quería como a un hijo. Yo era su obra. -No quieres creerme. Muchacho, ¿no has aprendido nada sobre nosotros los hombres? Egoístas, vanidosos, traidores -escupió más sangre-. Somos decepcionantes. -Si me creó el diablo, ¿por qué no soy malvado? -Abre el cajón de la derecha y hazte con esas cartas de recomendación. Desaparece. Mucha gente te buscará para usar de tus poderes. Yo te he protegido, he tapado cuanto he podido el conocimiento de tu existencia. Cuando muera, muchos locos se lanzarán sobre ti. Debes huir sin correr. Ser más inteligente. No dejar pistas. -¿Cómo? -Te he enseñado mucho sobre espionaje. Usa esos conocimientos. Tienes una gran ventaja sobre ellos. Puedes esperar toda una eternidad. -¿Qué haré ahora? -Debes encontrar tus propias ideas, ser dueño y señor de tu destino. Puedes hacerlo mucho mejor que cualquier hombre porque no estás atado por nuestra bajezas. Mírate -volvió a toser-, eres lo imposible y nada puede detenerte. No seas esclavo. -¿Qué haré ahora? -repetí de nuevo. -Encontrar tu propio destino. Estoy seguro de que podrás hallar un lugar bajo el sol, más allá de los hombres, de Dios y del Diablo. Si no lo intentas jamás podrás encontrar la paz. Fue en aquel instante cuando decidí que debía tener un nombre propio y tras muchas vacilaciones opté por llamarme Adán, el primero de mi especie. Por aquel entonces todavía albergaba esperanzas de localizar algún congénere. Todavía quedaban maestros que conservaban las arcanas tradiciones del secreto de los espejos. Pero ahora estoy solo y esa esperanza ha muerto, pues esos hombres únicos e irrepetibles cubrieron sus ciclos hace siglos y el tiempo barrió de ellos hasta su memoria. Polvo al polvo. Unas cosas perviven y otras mueren. El arte de fabricar góndolas, de pulirlas, de armar y ensamblar con el infinito amor de siempre sus más de 300 piezas ha permanecido en secreto, perviviendo en el seno de unas pocas familias venecianas. Pero el secreto de los espejos vino de oriente y encerraba poder. Las fuerzas vivas lo destruyeron ya que no pudieron moldearlo a su capricho. El poder es cobarde y celoso. Cuando me instalé en el Levante español ya había asumido que tal vez podría encontrar mi lugar en el mundo pero que éste no podría compartirlo con nadie de mi propia especie. Tras un continuo vagabundear el Mediterráneo terminó por ser la opción más natural. Necesitaba su luz inigualable para vivir. Porque yo me alimento de luz. Sentada esa premisa elemental decidí que debía ser alguien, formar parte de algo. Necesitaba una familia así que elegí como comprador a la familia Pons de Urbieta y me integré en sus vidas. Las noticias del exterior procuraba eliminarlas. A veces venían alegrías, la revolución de los desheredados en París, a veces las tristezas, su degeneración y el terror de Robespierre, y otras dolorosas hasta el extremo, como la anexión de la República de Venecia por Napoleón. Mi estancia entre ellos duró casi cien años. El recuerdo de esos días, como el buen vino, mejora con el tiempo. Generaciones vividas intensamente apegado al ciclo de la tierra, al transcurso de las estaciones, impregnado por el efímero pero intenso sentimiento que la breve vida humana desprendía. Aquello me confortaba. Madres e hijas, bodas y entierros. A cada generación yo ayudaba (en la sombra) y entregaba mi corazón. Sus penas eran mis penas. Nadie me enseñó tanto sobre el valor del cariño. Mi aprendizaje espiritual se completó allí, en la menuda historia de seres anónimos que zozobraban en sus vidas ajenas a la historia. Cariño y odio. Allí aprendí que van de la mano. Entre ellos aprendí a considerar el valor de una vida humana. Tal fue mi encardinamiento entre "mi" familia, mi dolor por sus muertes, mi alegría por sus celebraciones que aparté el mundo a un lado. Tan sólo retazos menudos llegaban hasta la mansión, coqueta, alegre, venida a menos, pero perfumada por naranjos y elíxir de mandarinas. Lo que necesitaba era la luz, y además podía respirar el aroma a salitre, de mar, "mi" mar, y disfrutar del constante ir y venir de las olas entre los chillidos de las gaviotas. Yo sólo era un espejo consecuente surgido por accidente, con poderes que ignoraba y repleto de miedos. En medio de la enorme Inés, Lucas, Luis, Laura, Eduardo, Clara, Saulo, Ruth, María, Carmen, Jonás, Joan el mudo, Pere Joan el jorobado y tantos otros engendré sentimientos y aprendí que los sentimientos son lo único realmente importante. Nada valen el poder y la gloria ante la amistad o el amor. Por eso sólo las más mezquinas gentes de cada sociedad ejercen el poder, son los excrementos virulentos de cada época que ignoran los sentimientos, porque los sentimientos te llevan al clímax de la felicidad o las desdichas, pero te hieren y duelen como nada en el mundo. Pero sin ellos, ¿para qué existir? El amor duele, la amistad se clava como un aguijón. ¡Qué segura es la vida sin ellas!, pero qué vacía, estúpida, aburrida y triste queda. Pero aunque yo me encerrase en mis cosas pasaron cosas de las que yo apenas tuve eco, tan sólo las noticias de España me importaban levemente: los cien mil hijos de San Luis terminaron el trienio constitucional, pese a todo acabó por ceder el trono Fernando VII, pues la muerte no parece respetar a nadie (pero qué me importaba a mí eso cuando la pequeña y querida Marieta moría al dar a luz), las guerras carlistas desangraron el país, llegó la desamortización de Mendizábal, tan rápido como vino se fue Amadeo de Saboya, tampoco duró mucho la Primera República. Pero de España yo recordaré otras cosas más íntimas: el panadero tiznado por la harina que enseñaba a hablar a un loro y cantó obscenidades a media docena de "mis" hermanas, el rebufo ácido de la droguería de don Matías y mis largas noches en la inmensa biblioteca de la casa. Ese es mi equipaje. En plena agonía de la dictadura militar de Primo de Rivera el dolor por tanta muerte en la familia Pons de Urbieta por un virulento brote de cólera me despertó una añoranza sin límites. Tenía que volver a París. Joan marchó allí a estudiar para ser escritor y culminar sus estudios y yo lo acompañé para sumergirme de lleno en la vida bohemia. Mi ciclo de irresponsabilidad comenzaba, eso creía yo. Venían problemas. Enormes problemas. Nuestra vida en París tuvo su lado alegre. Locura. Desenfreno. Creatividad sin límite. Drogas. Mujeres fatales. Joan pronto abandonó sus estudios y se dedicó a la literatura. No tenía talento. Lo intentó en la pintura. Le faltó una pizca de suerte. Después llegaron las drogas. Y eran caras. Por aquel entonces compartíamos un pequeño y polvoriento apartamento con Ninette, una chica francesa de cuello de cisne y pelo negro. Siempre fumando. Era corista. El truco era sencillo, ella atraía a los incautos extranjeros, se acostaba con ellos, los narcotizaba y Joan les despojaba de todo salvo del pasaporte. A la policía no le importaba siempre que le dieran su parte y se tratase de extranjeros. Unos verdaderos patriotas. Pasaban horas enteras en la cama, drogados, incapaces de moverse. Era entonces cuando yo tomaba su forma y paseaba a mis anchas por París, hacía contactos y escribía buenos relatos. Joan siempre estaba diciendo que sólo escribía bien cuando estaba borracho. Pero él dormía babeando y era yo quien escribía relatos en cualquier idioma que luego se vendían en el extranjero o se publicaban desinteresadamente en revistas que no duraban más de seis o siete números pero proporcionaban un aire de perdedor que encantaba a los incautos. Además eso proporcionaba una tapadera perfecta para su estancia delictiva en París. A veces Ninette se tenía que acostar con algún gendarme o pasarle unas cuantas dosis. Pero nada más. Nunca hubo problemas por eso. La policía siempre es sobornable y previsible. Un día llegó la rusa. Una dama madura de alto rango. Rica. Hermosa pese a su edad. Se hacía acompañar por un ridículo perrito que continuamente estornudaba. Se acostó con decenas de hombres, mientras fueran guapos y jóvenes no parecía importar nada más. La amiga de Joan por aquel entonces había cogido el tren para visitar a su madre. Reconozco que aquella mujer sabía disfrutar del sexo, pero mi interior me gritaba que las cosas andaban muy mal. Antes de que el misterio se hubiera desvelado desapareció. Su propósito no era otro que la venganza: un contagio sistemático. Se trataba de una molestísima variante de la sífilis. Los médicos sentenciaron impotentes que venía de oriente. Magro consuelo para los jóvenes infectados. Expulsaban pus por el pene. Joan dejó de tener suerte con las mujeres. Era un drogadicto sin talento. Sólo yo le salvaba de la locura y adoptaba su forma para salir por ahí e impedir que todos adivinaran la verdad: que estaba acabado. La magia de París se había esfumado, la bohemia agonizaba. Nubarrones negros se cernían sobre Europa aunque nadie quisiera verlo. Hitler subió al poder. El Duce gobernaba Italia. Si vis pacem para bellum... Ya había fracasado una vez. Las noches de tabernas y borracheras parecían espantar un fantasma que ganaba cada cuerpo ante los ojos ciegos de los gobernantes europeos. Joan empezó a vender cosas. Me pareció bien. Necesitaba el dinero puesto que el tratamiento exigía atenciones médicas cuantiosas y hacía tiempo que no se comunicaba con su familia, cansada de tanta extravagancia. Un día un extraño judío, enjuto, de nariz prominente y vestiduras negras entró junto con Joan en el apartamento y me examinó. Dentro de mí algo gritaba alerta. Irrumpí en su mente, pude leer: "El secreto de la vida eterna a mi alcance, ¡por fin!". Quise reaccionar pero roció mi refulgente superficie con un polvo blanco y murmuró unas palabras. Por primera vez en mi azarosa existencia quedé inerme, dormido. No supe más de los Pons de Urbieta. Permanecí dormido largo tiempo. Antes de despertar me traspasó un olor a carne quemada. Un hombre metódico se afeitaba mirándose en mí. En cuanto hube recuperado mis poderes empecé por penetrar en su mente. Estábamos en el invierno de 1943. Aquel hombre era Rudolf Höss y dirigía el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Allí acabó mi confianza en la raza humana. Yo he visto cosas que os harían vomitar. No son documentales asépticos o montajes salvajes, snuff movies las llaman, sino genocidio en masa, polacos, judíos, gitanos, rusos y tantos otros. Al principio apenas tenía fuerza, el tormento al que me había sometido aquel judío me debilitó mucho pero me permitió descubrir que podía ser "polizón" en los ojos de cualquiera que dirigiera una mirada hacia mí. Yo he visto cómo un germano gordo y maloliente clavaba un palo de un metro y veinte centímetros en el suelo y como los niños andaban de puntillas intentando sobrepasarlo porque sabían que si no les esperaba la cámara de gas. Montado en Rudolf Höss pude ver dignidad a raudales en aquellos polacos de la resistencia que cuando iban a ser fusilados por el sistema convencional del tiro en la nuca miraron a sus verdugos y les pidieron, como soldados que eran, mirar de frente a la muerte y sentir cómo aquellos cobardes se acojonaban por el valor de razas inferiores. Se me ha quedado grabado el proceso de marcar a los presos, las torturas, el engaño para meterlos en las cámaras de gas para dejar que el cyklon B produjera la muerte por asfixia a centenares de inocentes. He contemplado las listas de la feroz rapiña a que sometían a los prisioneros antes y después de matarlos. Cómo penetraban en las cámaras para arrancarles los dientes de oro, y cortarles el cuero cabelludo para venderlo para la construcción de sayas. También ví cómo cuando alcanzaban el grado del musulmán (no más de 35 kilos) muchos presos se lanzaban contra las vallas electrificadas felices de morir para acabar con aquella agonía. Pasé de ojos en ojos como "polizón" a muchos verdugos, a algunos prisioneros para ver sus literas (8 o 9 dormían en cada una), las listas de objetos saqueados que superaron los ciento setenta y ocho millones de marcos de aquel entonces, la selección de presos aptos para trabajar en los mismos andenes del tren por la que todos los médicos pugnaban porque recibían raciones extra y cigarrillos al tiempo que se convertían en dioses capaces de impartir la vida y muerte de sus semejantes. Vi eso y mucho más. Pude ver la muerte de Suss, el judío que me había adquirido y aniquilado durante mucho tiempo. Pero no me quedé quieto, insuflé fuerzas a los más capacitados y se creó un movimiento de resistencia. Se robaba comida y se tomaban datos, se organizaban fugas (el fracaso era la horca) y se tomaban fotografías. Los vientos de la guerra cambiaron. Intentaron ocultar las pruebas del genocidio. Pero más de cuatro millones de muertos no resultan fáciles de esconder. A las tres de la tarde los soviéticos entraron en Auschwitz y en Birkenau. Era el 27 de enero de 1945. Con mis poderes recuperados permanecí todavía por allí un tiempo como espejo del mariscal Koniev primero y luego de otros. Recurrí al viejo truco que me enseñara Maese Giacomo de mostrarles de ellos mismos sólo cómo querían verse, no cómo eran en realidad. Permanecí allí para ver las ejecuciones. Sobre todo la muerte del comandante Höss, quien mostró arrepentimiento pero bastante menos valor que aquellos a quienes masacró. Desengañado de todo decidí tomar el control de mi propia vida. Recordaba rostros de otras épocas y me convertía en ellos durante mis seis horas de libertad. Hice negocios con el extraperlo en el Berlín de los 50. Fui un buen espía durante la guerra fría -nadie conseguía mejores informaciones que yo- vendiendo información a los dos bandos. Pero el juego era aburrido y me escapé. Volví a Venecia en 1959 porque Venecia era mi alma, mi ser. Necesitaba mamar el aire del Adriático. Venecia era como yo, alguien con más pasado que futuro. Mi refugio después de la tormenta. No me he aferrado a nadie. Los desastres de la ex Yugoslavia y la impunidad con la que se mueven sus responsables no han empeorado mi visión del hombre. Yo ya he visto cuanto necesitaba ver. No me sorprenden los cambios climáticos o las continuas hambrunas en el Tercer Mundo ante la indiferencia generalizada de los países occidentales. Siempre fue así. Hoy es el primer domingo de septiembre y podré disfrutar con la regata en el Gran Canal, animando a los diferentes gondoleros en su carrera a ninguna parte. Visito a menudo a los monjes armenios de San Lazzaro degli Armeni. Respiro más a gusto. Sigue intacta y conserva una biblioteca que me da la paz. He perdonado a todos los hombres, buenos y malos, simplemente he llegado a la conclusión de que debo vivir al margen de ellos para evitar ser desgraciado. Venecia me ayuda a ello pero está pagando su precio. El sueño se hunde -las acque alte son más frecuentes- y probablemente yo con ella. Este año otra señal: ardió La Fenice, un teatro de acústica incomparable. Con él muere algo más que la música, muere esa parte de Dios Apolo que llevamos dentro. Permanezco de espaldas al complejo de Porto Marghera. También aquí el hombre mata al medio ambiente. La industria y el turismo masivo están matando a Venecia. Se trata de una constante en la vida humana. Es incapaz de convivir con la naturaleza, sólo sabe destruir. Ya me he acostumbrado. Venecia. Paseo por sus calles, almuerzo en el café Florián, acompaño a los turistas en el vaporeto, permanezco horas enteras en la Plaza de San Marcos condenado a no poder entrar en una iglesia consagrada por ser un espejo producto de la brujería. Al final sólo queda la belleza, efímera pero suficiente. No necesito más. Soy dueño de varias casas, de varias identidades, de recuerdos que abarcan cientos de vidas. Aquí me quedaré, contemplando cómo lentamente se va degradando todo, muriendo poco a poco conforme contemplas que aquello que más amas desaparece, se convierte en polvo y tiene, como único destino, el olvido. Me considero como un caracol con su casa a cuestas pero yo puedo salir de ella. Disfruto de mis seis horas de libertad bebiéndome la luz del Adriático a tragos. Paladeo la incomparable hermosura de Venecia bañada por el sol sin que ese placer me haya aburrido hasta ahora. Me conformo con lo que tengo y lo que soy. Soy Adán. El espejo. Sin raza ni especie. Sólo Adán. Me creó el Diablo como moneda de cambio para conseguir un alma, pero no es mi dueño. Dios me tolera. No soy propiedad ni de uno ni de otro. Lo hermoso se desvanece de prisa, eso es lo que le da valor. Pero yo fui preparado para durar y puedo saborear todo eso pues fui fabricado sin fecha de caducidad. Soy libre, no tengo patria y si permanezco en Venecia es por mi voluntad. Es mi lugar. Un sueño absurdo. Soy lo imposible. Soy Adán. El espejo. Rindo tributo a la luz aunque sea hijo del Diablo. Pertenezco a la belleza. ** José Miguel Pallarés, escritor español nacido en Zaragoza en 1966. Es licenciado en Derecho y tiene una vasta trayectoria en el cómic y la literatura. Su trabajo en el cómic ha sido reseñado en el Diccionario de uso de la historieta española (1873-1996) de Jesús Cuadrado. Ha producido el álbum 6 postdatas a un tiempo y realiza trabajos para Planeta-De Agostini, S.A., y Dude. Sus textos han aparecido en revistas de la talla de BEM, Gigamesh, Empresarios y BarZelona Cómics, entre otras. jompal@arrakis.es. === El buzón de la Tierra de Letras ======================================= *** Una cuestión de tamaño 21 de abril de 1999 Hola: Quisiera preguntarles si saben cuál es el tamaño de letra normalmente usado en los premios literarios, la cantidad de renglones por página y el ancho de los mismos. Si me pueden ayudar con esta información, me van a dar una mano. Muy agradecido, Rolando Fridman (rfridman@hotmail.com) L: Aunque esto puede variar según las bases particulares del concurso en el que desea participar, generalmente se exige que los textos sean impresos en hojas tamaño carta (muchos concursos, en cambio, piden formato DIN A-4), en Times New Roman, a 12 puntos. En cuanto a la cantidad de renglones y los caracteres por renglón, es algo más variable, aunque lo que hemos visto más comúnmente es que pidan veinticinco renglones por página, de 70 caracteres cada uno. *** Información sobre Girondo 26 de abril de 1999 Soy estudiante en literatura y quisiera una explicación sobre el poema de Oliverio Girondo sacado de Espantapájaros que empieza por "Amor, todo era amor...". Si ustedes pueden ayudarme les agradezco desde ya responderme por correo electrónico. Marie (padel@wanadoo.fr) *** El arte de analizar ingenios 29 de abril de 1999 A quien corresponda: Hace tiempo que estoy interesado en leer un libro que se llama El arte de analizar ingenios, cuyo autor parece ser Jesús Duarte de San Juan. ¿Me pueden decir, de estar editado, en qué editorial está? Les agradeceré la información que me puedan enviar. Gracias, Luis Ethan (lethan@studio-uno.com.mx) === Post Scriptum ========================================================= "El escritor que describe el mundo exterior tiene delante de sí la naturaleza circunstante, que es la materia de sus cuadros; pero el que describe estados y situaciones del mundo interior, tiene que sumergirse en el abismo de la conciencia, bajar hasta la raíz del espíritu, si así puede decirse, a sorprender los ocultos resortes del sentimiento, y asomarse al fondo del alma, como al teatro donde aparecen, luchan y estallan las pasiones hasta producir esos fenómenos morales que a veces asombran y aterrorizan". Félix Montes, crítica a Confidencias de Psiquis, de Manuel Díaz Rodríguez (1896). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviar algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede obtenerlas en el Web visitando la página http://www.americadelsur.com/letralia/publicar.htm. Si lo prefiere, puede recibirlas por correo electrónico escribiendo un mensaje a letralia@rediris.es, con la palabra "Condiciones" en el subject, o simplemente dando un doble click de ratón en el enlace siguiente: mailto:letralia@rediris.es?subject=Condiciones. === Las casas de la Tierra de Letras ====================================== Si usted no está suscrito a Letralia, o lo está pero le falta algún número, puede conseguir las ediciones en los siguientes sitios, a donde llegan simultáneamente con su aparición. Sitio de Letralia http://www.americadelsur.com/letralia/archivo.htm Página informativa http://www.rediris.es/list/info/letralia.html Tulane University, http://www.tulane.edu/~latinlib/letralia (sólo Nueva Orleans, EUA ediciones de texto hasta la del 16/9/96). DC BBS BBS del Decanato de Ciencias de la Universidad Centro Occidental "Lisandro Alvarado". Barquisimeto, Lara, Venezuela. Telnet a obelisco.ucla.edu.ve o a 150.186.96.4. Login: bbs Sendanet BBS ftp://ftp2.sendanet.es/ftp/letralia. España. SSDA Boletines electrónicos argentinos adscritos al Sistema de Soporte de Distribución de Archivos, a donde Letralia es subida por Horacio Massimino (dodo@mail.cano.com.ar). Si usted ha subido las ediciones a algún otro sitio dentro o fuera de Internet, por favor háganoslo saber para incluirlo en esta lista. ########################################################################### La edición en texto ASCII de Letralia circula en forma de lista de correo como un servicio de la Red Académica e Investigativa Española (RedIRIS, http://www.rediris.es) a la Comunidad Hispanoamericana de Internet. El alojamiento de nuestra página web en http://www.americadelsur.com/letralia es cortesía del Grupo DelUruguay.Com (http://deluruguay.com) y Ciudades Virtuales Latinoamericanas (http://www.civila.com) Letralia, Tierra de Letras, es una producción de JGJ Binaria (http://members.xoom.com/jorgegj/binaria.htm) Letralia forma parte de la Biblioteca Circular dirigida por Javier Espada (http://bc.encomix.es). ########################################################################### Atentos: nuestra próxima edición circula el lunes 17 de mayo de 1999