~~~~~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ Edición 85 17 de enero de 2000 ~~~~~~~~~~~ ================================================ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ================================================ ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras es ~~~~~~~~~~~ una revista literaria que ~~~~~~~~~~~ difunde el trabajo de escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos contemporáneos ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Miembro de la Biblioteca Circular ** http://bc.encomix.es === Sumario =============================================================== | "El año que supusimos", Jorge Gómez Jiménez. | Editorial | 2000: el futuro presente y Linternas, de Odette Alonso, | Material dos nuevos títulos en la Editorial Letralia. | especial | Parientes de Lorca pugnan por recuperar manuscrito. / | Noticias Odette Alonso gana el Premio de Poesía Nicolás Guillén. | / Celebrado en Argentina el Festival de Poesía de | Rosario. / Efraim Otero Ruiz gana el I Concurso de | Tanatocuentos. / Falleció el poeta dominicano Manuel | Rueda. / Neruda, más vigente que nunca. / Sociedad | General de Autores y Editores lanza portal musical en | castellano. / Dentro de tres años estará listo el | Diccionario Panhispánico de Dudas. / Reeditan | recopilación de artículos de prensa de Leopoldo Alas | Clarín. / "Gracias a la vida", la mejor del siglo. / | Charlie Brown, cesante por enfermedad. / Jornal de | Poesia presentará poesía en castellano. / Ministerio de | Cultura de España otorga beca a Carlos Cañas-Dinarte. / | Premio Nadal para Lorenzo Silva y José Carlos Somoza. / | Realizarán en Cuba encuentro de revistas culturales | iberoamericanas. | | Premio Unesco 2001 de Literatura Infantil y Juvenil. / | Entre bases XLV Concurso de Cuentos Gabriel Miró. / 1r Certamen | Literario "La Comprensión Internacional". / XIII | Certamen Poético Blas Infante 1999. / Bienal | Latinoamericana de Ensayo "Enrique Bernardo Núñez". / | Premio Nacional de Poesía para Niñas y Niños Narciso | Mendoza. / Bienal Latinoamericana de Literatura para | Niños "Canta Pirulero". / Bienal Latinoamericana de | Literatura "José Rafael Pocaterra". / II Concurso de | Relatos El Melocotón Mecánico. / Concurso de Cuentos | Ciudad de Elda. / I Concurso de Novela Breve para | Novelistas Inéditos Alejo Carpentier. / Premio de Poesía | Fernando Paz Castillo. / I Concurso Internacional de | Cuentos Breves. / IV Concurso de Ensayos Gigamesh. / II | Premio de Novela Taurina Hoteles Tryp. / II Premio | Literario Fundación Joselito. / XVII Premio Carmen Conde | de Poesía Escrita por Mujeres. / VI Premio | Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Norma | Fundalectura 2001. / X Premio Domingo Santos. / XIII | Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre. / Premio | Grandes Viajeros 2000. / Bienal de Crítica e | Investigación de las Artes Visuales "Roberto Guevara". | | Gallinas venezolanas se enamoran. / Baudelaire en | Paso de río Caracas. / Babab y su 0. / Nuevos cursos. / El Verbo de | Crespo. / Entre espinas y hojas secas. / Eros en el | correo. | | Ciberletras. | Literatura | en Internet | "El vicepresidente de la república y la Constitución", | Artículos y Pablo Mendieta Paz. / "José Asunción Silva, un | reportajes diplomático en Caracas", Dixon Moya. | | "Aportes para una reflexión responsable sobre la | Sala de ensayo problemática social de los jóvenes nicaragüenses", Juan | Bautista Ramos. | | "Cuando tengamos sesenta y cuatro", Omar Fuentes. / | Letras de la Textos de Ana Plenasio. / "En noches como ésta", Evelyn | Tierra de Letras Aixalà Pozas. / "Soles rojos", Carmen Alida Méndez. / | "Dulce iniciación", Alberto Sánchez Danza. / "Partes | mínimas", Esteban Moore. / "Una historia de amantes", | Carlos Millán. / Poemas de Arturo Quetzalcoatl Torres | Herrera. / "El león, el zorro y las cabras (fábula)", | Marta Juárez. / Poemas de Luz Aceituno. / Tres relatos | de Guillermo González Ruiz. / "De súplicas y | naufragios", Estela Iglesias. / "Libro de cabecera", | René Rodríguez Soriano. / Dos poemas de Ivanóskar Silén | Acevedo. | | Sobre dificultades e incomprensión. / Poeta a los 14. / | El buzón de la El factor fama. | Tierra de Letras | Silda Cordoliani. | Post Scriptum | Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras. / Las casas | Coordenadas de la Tierra de Letras. | | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753/ =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Para suscribirse o desuscribirse de Letralia, envíe el comando correspondiente en un mensaje sin subject a listserv@rediris.es: Para suscribirse: subscribe letralia Para desuscribirse: unsubscribe letralia También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/listas.htm === Editorial ============================================================= El año que supusimos La inteligencia del hombre pareciera tener dos niveles: uno metódico, que ha permitido todos los logros tecnológicos desde la invención del hacha hasta la ingeniería genética, y uno sucedáneo, florido, especulativo, que se encarga de suplir con suposiciones lo que la razón no llega a comprender. Éste suele ocupar el lugar de aquél cuando se carece de evidencias físicas que permitan obtener la explicación racional de las cosas. De ese segundo género de inteligencia se nutre el aliento milenarista que estamos transitando, y que ha puesto a media humanidad a celebrar la llegada del año 2000 como si se tratara de la entrada a una época demasiado diferente de las anteriores. Estar en un año redondo, en un año en el que confluyen tres ceros, realmente es una circunstancia derivada de la necesaria cuenta de los días, un efecto natural del establecimiento, hace cerca de mil quinientos años, de un sistema de medición del tiempo que, al ser creado por la autoridad eclesiástica cristiana, tomó como punto de partida la fecha en que se supone nació Jesucristo. Así que no debería ser el año 2000 un verdadero hito histórico. Ni siquiera ha terminado el siglo XX, y no por razones matemáticas, como supone mucha gente, sino por el hecho histórico de que cuando se creó nuestro calendario no se concebía la existencia de un número que, como el 0, indicara la carencia de cantidades. Los curiosos podrán averiguar más al respecto en http://teleline.terra.es/personal/rod.diaz/2001.htm, gracias a Rodrigo Díaz López -quien redactó el artículo- y a nuestro amigo Remo Fernández, quien nos alertó sobre tal URL. Pero algo sí es cierto, y es que quienes nacimos en el efervescente y estruendoso siglo XX, aún inconcluso, estuvimos bombardeados por la concepción de que en el año 2000 todo, desde los más enrevesados caprichos culinarios hasta los viajes en el tiempo, sería posible gracias a la tecnología. Así fuimos forjando un hito basados en algo que dimos en llamar ciencia ficción. Nos equivocamos en muchas cosas, pues ni el año próximo HAL será desconectada -ni siquiera será construida- ni sabemos lo suficiente acerca de aquel oscuro tema del genoma humano. Lo que sí pudimos hacer fue construir una sólida cultura alrededor de un género creativo que cada año se renovó a sí mismo, y que nos brindó brillantes ficciones como el 1984 de Orwell o el mundo feliz de Huxley. Hoy, Letralia presenta un pequeño homenaje a este año cuyas bondades estuvimos suponiendo durante tanto tiempo. El libro colectivo 2000: el futuro presente estará disponible para su lectura cuando usted pase sobre estas líneas, y podrá verlo, como habíamos anunciado en nuestras ediciones anteriores, en http://www.letralia.com/ed_let/2000. Por lo demás, permítannos desearles una vez más nuestros mejores parabienes. Desde esta Venezuela que se reconstruye sin descanso a través del dolor, la Tierra de Letras les invita a aprestarse con nuevos bríos a enfrentar el futuro, desde el presente. Jorge Gómez Jiménez, editor http://www.letralia.com/jgomez === Letralia en el mundo real ============================================= Si prefiere el correo convencional, puede enviarnos libros, revistas, folletos, cartas, material para publicar y cualquier otra cosa que desee, a la dirección siguiente: Jorge Gómez Jiménez Revista Letralia Calle Ayacucho Norte, Nº 41-08, Entre avenidas Pichincha y Bermúdez Galpón de Editorial El Tabloide Cagua 2122, estado Aragua (Venezuela) === Déjenos saber su opinión ============================================== Para nosotros es importante saber qué opinión tiene de nuestro trabajo, pues así nos ayuda a mejorarlo. Siéntase en confianza diciéndonos lo que siente en http://www.letralia.com/encuesta.htm, o por correo electrónico en la dirección info@letralia.com. === 2000: el futuro presente y Linternas, de Odette Alonso, =============== === dos nuevos títulos en la Editorial Letralia =========================== La Editorial Letralia, el proyecto de nuestra revista en el que publicamos ediciones digitales de libros escritos por autores hispanoamericanos contemporáneos, inicia el año 2000 con dos nuevos títulos. En esta ocasión se trata del anunciado libro colectivo 2000: el futuro presente, con textos de 15 autores, y del poemario Linternas, de la escritora cubana Odette Alonso. Como habíamos informado en ediciones anteriores, 2000: el futuro presente es una antología de textos del género de ciencia ficción. El libro, que sólo puede ser leído en formato digital en la Editorial Letralia, está dividido en tres partes: "Crónicas marcianas", la sección de narrativa, "Ovejas electrónicas", poesía, y "Los mnemónicos", ensayo. "Crónicas marcianas" incluye diez textos, en los que usted podrá apreciar la pluma de Eduardo Busacca, Ángel Campos Martín-Mora, Édgar Allan García, Jorge Gómez Jiménez, Ricardo Iribarren Borges, Eduardo Márceles Daconte, Fernando Morales, Mario Palou, Fabián Piñeyro, Lourdes Rensoli Laliga, Adrián Rodríguez Solórzano y Mauricio Ventanas. En "Ovejas electrónicas" hemos incluido poemas de María Ester Fernández y Ketty Alejandrina Lis, y en "Los mnemónicos" se puede leer material ensayístico de Benedicto González Vargas, Dixon Moya y Paula Ruggeri. 2000: el futuro presente puede ser leído en: http://www.letralia.com/ed_let/2000 El otro libro que presentamos en esta oportunidad es el poemario Linternas, de la escritora cubana Odette Alonso, reciente ganadora del II Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén. Linternas es un conjunto de once poemas en los que es posible captar un interesante trabajo de imágenes y metáforas por parte de la autora. El poemario de Alonso ha sido ilustrado con fotografías de obras de Pablo Picasso, Carlo Carrà, Giorgio De'Chirico, John Marin, Henri Matisse, Stuart Davis, Marcel Duchamp, Georges Rouault, Egon Schiele, Max Beckmann y Marc Chagall. El libro fue publicado en 1998 por el sello neoyorquino La Candelaria, en formato de plaquette. Esa edición impresa del poemario que hoy presentamos en la Editorial Letralia fue diseñada e ilustrada por Adriana Corral Hernández, licenciada en Comunicación Gráfica por la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Unam. Odette Alonso es poeta y narradora, licenciada en Filología por la Universidad de Oriente, Cuba. Sus libros de poesía Enigma de la sed (1989), Historias para el desayuno (1989) y Palabra del que vuelve (1996) fueron publicados en Cuba. Ha sido incluida en varias antologías y ha obtenido varios premios literarios, entre ellos el XXVI Premio de Poesía Punto de Partida de la Unam y una mención en el concurso de la revista Plural, ambos en 1993. Poemas suyos han sido incluidos en revistas electrónicas. Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Unión de Mujeres Escritoras de las Antillas. Linternas puede ser visitado desde ya en: http://www.letralia.com/ed_let/linternas === Noticias ============================================================== *** Parientes de Lorca pugnan por recuperar manuscrito Después de que el manuscrito de Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, fuera retirado a último momento de la subasta de Christie's en la que sería vendido, los familiares del gran poeta español se han dedicado a reclamar la propiedad del manuscrito. El manuscrito había sido presentado a la casa subastadora por Manuela Saavedra de Aldama, hija de un militar español y residente en México, quien lo recibió en 1995 tras una larga historia de vaivenes en la que el documento estuvo a punto de perderse en más de una ocasión. Ahora, los Lorca tratan de recuperar el manuscrito iniciando un proceso en tribunales londinenses. Sin embargo, problemas en la documentación causados por errores de los abogados de la familia terminaron por empujar al original un paso más hacia Christie's. La casa subastadora, sin embargo, tuvo que retirarlo finalmente de la subasta a causa de la indefinición de la titularidad. *** Odette Alonso gana el Premio de Poesía Nicolás Guillén La escritora cubana Odette Alonso, cuyo poemario Linternas acaba de ser publicado por la Editorial Letralia, fue la favorecida por los jueces del II Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén, tras largas deliberaciones entre el 8 y el 10 de diciembre de 1999. La autora recibirá 20.000 pesos mexicanos y una obra de arte, y su libro será publicado, recibiendo el diez por ciento de una edición de mil ejemplares. Alonso, quien reside en México desde 1992, ganó el premio por su poemario Onírica, última función. La autora es miembro del consejo editorial de la revista de arte Nao -de la que habláramos en Letralia 80- y trabaja como editora en la Subdirección de Publicaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal mexicano. El jurado se reunió en la Casa Internacional del Escritor, en Bacalar, para evaluar la poesía de medio centenar de autores de Venezuela, Colombia, Panamá, Cuba, Costa Rica, México, Nicaragua, Honduras, Guatemala, República Dominicana, Belice y Puerto Rico. En el veredicto, los jueces dijeron que el poemario ganador tiene "una voz fuerte, concentrada, sin mayores desviaciones de tono y discurso, el poemario se teje de afuera hacia adentro, telaraña concéntrica de marcado acento existencial, donde germina la poesía directa". Fue entregada también una mención honorífica al libro Botín de poeta, del escritor Yoel Mesa Falcón, casualmente compatriota de la ganadora y también establecido en México, donde trabaja como corrector de pruebas para la revista National Geografic. También se otorgaron menciones a La urdimbre del silencio, del dominicano Norberto James; Estación de las sombras, del cubano Carlos Zamora; Poemas, del cubano Alfredo Alonso, y La blancura imantada, del mexicano Níger Madrigal. El Premio Internacional de Poesía "Nicolás Guillén" fue creado en 1997 con el fin de aglutinar a los poetas de la cuenca caribeña de habla española en torno a un concurso literario, cuya sede es el estado mexicano de Quintana Roo y lleva el nombre de Nicolás Guillén por tratarse de una de las figuras literarias de mayor trascendencia en la región, que abordó en su lírica a fondo la cultura del Caribe. *** Celebrado en Argentina el Festival de Poesía de Rosario Fue celebrado, en noviembre del año pasado, el VII Festival Latinoamericano de Poesía de Rosario, actividad organizada por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe, a cargo de Florencia Lo Celso, y por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario, coordinada por Stella Maris Ardel, Sergio Cioacchini y Pablo Solomonoff. Durante tres días, los escritores participaron de mesas de lectura y paneles en los que se difundió la obra de los autores latinoamericanos y se debatieron temas de interés relacionados con la literatura. Entre los invitados internacionales estuvieron Gonzalo Rojas (Chile), Alfonso Romano de Sant'Anna (Brasil), Jean Portante (luxemburgués, poeta y traductor), Satoko Tamura (Japón, traductora y poeta) y Edda Piaggio (Uruguay). Por Argentina participaron Horacio Castillo, Cristina Domenech, María del Carmen Colombo, Liliana Lukin, Rogelio Pizzi, Ricardo Costa, Julio Leite, Alejandro Acosta, Leopoldo Castilla, Mercedes Roffé, Delfina Muschietti y Antonio Moro, entre otros. El evento brindó especial atención a los poetas de la ciudad auspiciante y de zonas circunvecinas, como Carlos Vladimirsky (Santa Fe), Beatriz Vignoli, Graciela Ballestero, Sonia Scarabelli, Andrea Ocampo, Alberto Lagunas, Adrián Bussolini, Clara Rebotaro y Horacio Aige (Rosario), Belkis Larcher (Coronda) y Miguel A. Steeman (Arroyo Seco). *** Efraim Otero Ruiz gana el I Concurso de Tanatocuentos El escritor colombiano Efraim Otero Ruiz ganó el I Concurso de Tanatocuentos organizado por la revista Adiós, editada en Madrid por la Empresa Mixta de Servicios Funerarios. Otero obtuvo el galardón por su cuento "Alas de hueso", haciéndose acreedor de un viaje a Bali (Indonesia) para dos personas. Los jueces Luis Carandell, Alfredo Amestoy, Pepe Heredia, Carlos Santos, Gabino Abánades y Nieves Concostrina, se reunieron el 13 de diciembre para decidir el nombre del ganador, de entre 387 cuentos enviados por autores españoles, suecos, belgas, franceses, estadounidenses y de casi todos los países latinoamericanos. La excelente calidad de muchos de los textos impulsó al jurado a otorgar un segundo y tercer premio, contentivos de 50.000 y 25.000 pesetas. Los ganadores fueron los españoles José Manuel Luengo Pérez, por "El sueño en estado puro", y Joaquim Díaz i Bols, por "Fundamentación de la metafísica de la exclusión". Los dos premios adicionales se mantendrán en las próximas convocatorias de este concurso. Los tres cuentos ganadores, así como doce finalistas designados por el jurado, serán publicados este mes en un número especial de la revista Adiós. *** Falleció el poeta dominicano Manuel Rueda El escritor, músico y dramaturgo dominicano Manuel Rueda, tres veces Premio Nacional de Poesía en su país, falleció el 20 de diciembre en una clínica de Santo Domingo, a los 78 años, tras haber librado una larga lucha contra la diabetes. Rueda fundó en los años 80 el Pluralismo, movimiento literario de su país que se inspiró en el creacionismo de Huidobro. El escritor era uno de los más reconocidos poetas y narradores de República Dominicana en este siglo y dirigía el suplemento cultural Isla Abierta, del periódico Hoy. El autor había recibido también el Premio de Música Orrego de Carvallo, en Chile, y el de poesía Don Eduardo León Jimenes por su libro Metamorfosis de Makandal. Entre sus obras más importantes se encuentran El rey Clinejas, Papeles de Sara y otros relatos, Bienvenida y la noche, Con el tambor de las Islas -Pluralemas y Por los mares de las damas. *** Neruda, más vigente que nunca La popularidad del poeta chileno Pablo Neruda recala con mayor intensidad conforme pasan los años. El pasado mes de diciembre, una novela del autor fue reeditada en Barcelona y, en su tierra natal, el disco Marinero en tierra: tributo a Neruda obtuvo un disco de oro al superar las 15.000 ventas. El habitante y su esperanza, novela breve que Neruda escribiera por encargo, narra las aventuras de un bandido y es quizás la obra menos conocida del poeta. Apareció en 1926 bajo el sello Editorial Nacimiento y ahora fue incluida en el libro Por las costas del mundo, en el que además se pueden leer diversas vivencias del autor en la época en que fuera funcionario diplomático. Por su parte, el disco con el que Neruda acaba de convertirse en una superestrella de la industria discográfica fue producido por Warner Music y la Fundación Pablo Neruda, y, como ya hemos comentado en otras ediciones de Letralia, incluye las voces de Miguel Bosé, Andrés Calamaro, Joaquín Sabina, Alejandro Sanz, Presuntos Implicados, el vocalista Fer, de Maná, y otros artistas de renombre internacional. El disco también ha sido un éxito en los otros países donde ha sido presentado: Colombia, Brasil, Uruguay, Argentina y México. Este mes será lanzado en España y, en febrero, en Estados Unidos. *** Sociedad General de Autores y Editores lanza portal musical en castellano Como un esfuerzo para respaldar su trabajo en defensa de los derechos de los creadores españoles, la Sociedad General de Autores y Editores (http://www.sgae.es) publicó el 30 de diciembre su Portal Latino (http://www.portalatino.com), el mayor sitio web cultural en la lengua de Cervantes. Portal Latino tiene una infraestructura tal que los autores interesados podrán registrar electrónicamente sus obras, publicar partituras o escuchar composiciones, además de acceder a una enorme base de datos y una estación de radio con el Archivo Audiovisual Iberoamericano. El sitio dispondrá también de una ingente base de datos en la que el usuario podrá localizar información sobre todos los apartados del mundo musical, y se espera que en poco tiempo remonte la cuesta de las 75.000 visitas diarias. La variedad de los servicios es otro de los fuertes de Portal Latino, cuyos visitantes podrán adquirir discos o contactar personalidades importantes a nivel artístico profesional. Además, los autores asociados de la SGAE contarán con espacio gratuito para la publicación de sus propias páginas web. *** Dentro de tres años estará listo el Diccionario Panhispánico de Dudas Este mes empezó el trabajo de los investigadores que producirán, dentro de tres años, el Diccionario Panhispánico de Dudas, un esfuerzo de la Real Academia Española (http://www.rae.es) inspirado en las 150 consultas que en promedio recibe diariamente la institución por correo electrónico. Víctor García de la Concha, director de la academia, informó que una versión digital podría estar disponible antes de la versión impresa, para seguir en concordancia con el aliento electrónico de la obra. También en la misma línea, el diccionario intentará enfrentarse a la penetración del inglés en nuestra lengua, fenómeno que ha tenido un crecimiento desmesurado al iniciarse el proceso de masificación de Internet, cuyos usuarios angloparlantes hacen mayoría. El diccionario será elaborado en colaboración estrecha con las academias de los países americanos de habla hispana y con los grandes medios de comunicación del mismo ámbito. En este sentido, García de la Concha adelantó reuniones con los medios en su viaje realizado en septiembre, por Chile, Argentina, Colombia, Venezuela y México, y el próximo mes de febrero irá a Perú, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Uruguay. A mediados de año visitará las academias centroamericanas. El director de la RAE explicó también que esta iniciativa tendrá como objetivo defender al idioma "donde está el poder: en los grandes medios de comunicación y en los grandes circuitos tecnológicos. De nada sirve hacer una edición preciosa del diccionario si luego no circula". *** Reeditan recopilación de artículos de prensa de Leopoldo Alas Clarín En 1901, pocos meses después de morir Leopoldo Alas Clarín, el editor madrileño Antonio R. López publicó Siglo pasado, una recopilación de artículos de prensa del autor español. Ahora, la editorial Llibros del Pexe, de Asturias, ha decidido reeditar el libro, en una edición crítica de José Luis García Martín. Siglo pasado reúne la obra periodística de los últimos años de Clarín, con materiales escogidos por el autor. La reedición contemporánea está respaldada por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educación y Ciencia. La nueva edición de este libro incluye algunos artículos de la época, de corte similar a los que su autor escogió en su momento. Los materiales habían sido publicados en revistas como Madrid Cómico, La Ilustración Ibérica y Miscelánea. También recientemente, la editorial Lengua de Trapo anunció la recuperación de Las vírgenes locas, un pionero cadáver exquisito en el que participara Clarín y que fuera publicada en 1886 por Madrid Cómico. La novela está compuesta por textos de doce autores distintos, entre los cuales también se encuentran José Ortega Munilla, padre de Ortega y Gasset, Vital Aza, Pedro Bofil, José Estremera, Fügel (seudónimo de un autor desconocido), Eduardo de Palacio, Jacinto Octavio Picón, Manuel Ramos Carrión, Enrique Segovia, Rocaberti y Luis Taboada. *** "Gracias a la vida", la mejor del siglo Un jurado de críticos y musicólogos convocados por la Municipalidad de Santiago de Chile decidió, a principios de este mes, declarar "Gracias a la vida", la canción de Violeta Parra escrita en 1965, como la mejor del siglo XX en nuestro idioma. A raíz de la distinción, la Fundación Violeta Parra ha iniciado un trabajo discográfico, con la producción de Alfonso Carbone, en el que se reúnen 26 canciones de la cantautora chilena, quien se suicidó en 1967. La reedición de estos temas es especialmente importante ya que, a la muerte de Parra, su obra se ha convertido en un icono cultural difícil de conseguir y disfrutar por las nuevas generaciones. Violeta Parra nació en San Carlos, Ñuble, en 1917, y su obra destacó por ser contestataria y por denunciar las graves realidades de la sociedad latinoamericana. Alberto Cortez, Mercedes Sosa, Elis Regina, Vicente Fernández, Joan Báez y Raffaella Carrà son algunos de los intérpretes que en algún momento han grabado sus temas. "La carta", "El albertío", "Mazúrquica modérnica", "Miren cómo sonríen", "Run run se fue pa'l norte", "Qué dirá el Santo Padre" y "Volver a los 17" son algunas de las composiciones más importantes de Violeta Parra. *** Charlie Brown, cesante por enfermedad La internacionalmente reconocida tira cómica Peanuts, cuyos personajes Charlie Brown y Snoopy gozan de alta popularidad en públicos de todas las edades, fue publicada por última vez el pasado 3 de enero. Charlie, sus amigos y su perspicaz perro acaban de quedar cesantes, ya que el creador de tales caracteres, Charles Schulz, está imposibilitado de seguir trabajando. Schulz, de 77 años, tiene cáncer de colon, según le fue diagnosticado recientemente, y quiere dedicarse por entero al cuidado de sus organismo. En los últimos cincuenta años, Peanuts nunca había dejado de aparecer en la prensa internacional: había sido publicada por primera vez en octubre de 1950, y hoy en día se imprime con 2.600 periódicos de todo el mundo, en 75 países y 21 idiomas, además de tener una versión para televisión. La última aparición de Peanuts mostraba a Snoopy encaramado, como siempre, sobre su pequeña casa. Armado con una máquina de escribir, encabezaba una nota de Schulz: "Queridos amigos: He tenido la suerte de dibujar a Charlie Brown y sus amigos durante casi 50 años. Con ello he colmado mi ambición infantil. Desgraciadamente, ya no puedo mantener el compromiso de trabajo que exige una tira cómica diaria; por tanto, anuncio mi jubilación. Durante años he agradecido la lealtad de nuestros editores y el apoyo y el cariño maravillosos que me han mostrado los seguidores de la tira cómica. Charlie Brown, Snoopy, Linus, Lucy... cómo podría olvidarlos jamás...". *** Jornal de Poesia presentará poesía en castellano La revista brasileña Jornal de Poesia (http://www.secrel.com.br/jpoesia/poesia.html) publicará una edición especial con textos de poetas hispanoamericanos, que permitirá darles a éstos una difusión más amplia de su trabajo y brindará a los lectores brasileños una visión de la literatura contemporánea en nuestro idioma. Floriano Martins (floriano@secrel.com.br) anunció que este trabajo incluirá traducciones de los poemas al idioma portugués, así como las opiniones de los poetas en torno a una pequeña encuesta de la revista. Estas son las tres preguntas que está haciendo Jornal de Poesia: 1. ¿Cuáles son sus afinidades estéticas con otros poetas hispanoamericanos? 2. ¿Qué contribuciones esenciales existen en la poesía de su país, que deberían tener repercusión y reconocimiento internacional? 3. ¿Qué impide que se mantengan relaciones más estrechas entre los diversos países que conforman Hispanoamérica? Para participar en esta edición especial, usted deberá enviar sus respuestas junto con cinco poemas, datos biobibliográficos y, de ser posible, una fotografía. Este material podrá enviarse a la dirección de Martins o por correo convencional -en cuyo caso deberán almacenarse en un disquete- a Jornal de Poesia, Caixa Postal 52924, Ag. Aldeota, Fortaleza, CE 60151-970, Brasil. *** Ministerio de Cultura de España otorga beca a Carlos Cañas-Dinarte El investigador histórico salvadoreño Carlos Cañas-Dinarte (ccdinarte@latinmail.com) se hizo acreedor a la única beca de hispanista que el Ministerio de Cultura de España otorgó a la comunidad intelectual de El Salvador para el corriente año. Recordamos que Letralia ha publicado textos de este autor en diversas ediciones. Cañas-Dinarte, de 28 años de edad, permanecerá en la capital española entre los meses de marzo y mayo, tiempo en el que ahondará en su investigación histórico-literaria sobre las relaciones de Rubén Darío con El Salvador, puesto que muchos manuscritos y cartas del poeta se encuentran almacenados aún en la Universidad Complutense y en la Biblioteca Nacional de Madrid. Nacido en la ciudad de San Salvador el 20 de mayo de 1971, Cañas-Dinarte realizó sus estudios de profesorado y licenciatura en Letras en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), el centro jesuita de estudios superiores de la capital salvadoreña. Desde 1985 ha sido galardonado con premios nacionales y latinoamericanos en ensayo histórico, oratoria, poesía y cuento. En 1999 fue nombrado Gran Maestre del Ensayo, al haber obtenido tres premios únicos en los Juegos Florales de Panchimalco. El autor es, además, miembro de número de la Academia Salvadoreña de la Historia y del Seminario Permanente de Investigaciones Históricas, y en la actualidad labora como jefe del Departamento de Comunicaciones y Archivo de El Diario de Hoy. *** Premio Nadal para Lorenzo Silva y José Carlos Somoza Fue publicado a principios de este mes el veredicto del 56º Premio Nadal de Novela, que favoreció en esta ocasión al escritor español Lorenzo Silva, de 33 años, autor de la novela policial El alquimista impaciente. Silva había sido finalista de este premio en 1997 con La flaqueza del bolchevique. El alquimista impaciente es la continuación de El lejano país de los estanques (1998). Silva mantiene la pareja de guardias civiles de la primera novela, y ahonda en la vida de la víctima más que en las circunstancias específicas del crimen. Silva declaró a la prensa española que le gusta apoyarse en la realidad. "Para mí eso no es un límite sino un auténtico trampolín para contar historias que puedan interesar a los lectores". Por su parte, José Carlos Somoza fue declarado finalista del premio por Dafne desvanecida, novela en la que se narra la pérdida y recuperación de la memoria por parte de un escritor. Somoza nació en La Habana en 1959 y ha obtenido los premios La Sonrisa Vertical (1996), por Silencio de Blanca, y Café Gijón (1998), por La ventana pintada. Somoza es siquiatra y dijo que su profesión le ayudó en su carrera literaria, en la que descolla como guionista y dramaturgo. Silva recibirá tres millones de pesetas y Somoza, uno. El jurado estuvo compuesto por Germán Gullón, Josefina Aldecoa, Ana María Matute, Antoni Vilanova y el editor de Ediciones Destino, Andreu Teixidor. *** Realizarán en Cuba encuentro de revistas culturales iberoamericanas Entre el 7 y el 9 de febrero de 2000 se realizará en La Habana el II Encuentro Iberoamericano de Revistas Culturales, iniciativa emprendida por la revista de la Casa de las Américas con el objetivo de abordar aspectos prácticos relacionados con la edición de revistas. Los editores participantes podrán presentar intervenciones breves, de hasta cinco minutos, concentrándose el grueso del esfuerzo en las discusiones. Las mesas tendrán, como temas, las estrategias editoriales, perfiles temáticos, relaciones editor-colaborador, empleo de medios electrónicos, problemas económicos, distribución, integración regional y otros, que estarán determinados por el carácter o la especialización de las revistas representadas en el foro. Por otra parte, un aspecto especial del encuentro será la posibilidad de intercambiar experiencias entre los editores cubanos y los de los países participantes. Para mayor información sobre esta actividad, usted puede comunicarse con la Casa de las Américas en los teléfonos 53 7 552706 al 09 o en el telefax: 53 7 334554 / 327272. También podrán remitir mensajes a la dirección electrónica revista@casa.cult.cu. ====================== Envíenos información cultural ====================== Este espacio está destinado principalmente a la divulgación del trabajo de los escritores hispanoamericanos, pero no desdeñamos la difusión de las noticias culturales, que siempre son de interés. Envíenos toda la información que pueda a info@letralia.com. === Entre Bases =========================================================== *** Premio Unesco 2001 de Literatura Infantil y Juvenil Unesco MENCIONES: Publicaciones infantiles y juveniles. PARTICIPANTES: Autores de obras para niños y jóvenes, en dos categorías: libros para niños de hasta 12 años y libros para jóvenes de 13 a 18 años. CONDICIONES DEL MATERIAL: Obras publicadas en 1998 y 1999, que representen los principios e ideales de tolerancia y paz; novelas, volúmenes de cuentos o cuentos ilustrados; máximo, un libro por categoría; triplicado. IDENTIFICACIÓN: Datos del autor; resumen en inglés o francés. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 31 de enero de 2000. PREMIACIÓN: US$ 8.000. ENTREGA: 2001, durante la Feria Infantil de Bologna, Italia. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Sedes de las comisiones nacionales de la Unesco en cada país. Las direcciones de estas comisiones pueden hallarse en http://www.unesco.org/general/spa/partners/listecn.html. *** XLV Concurso de Cuentos Gabriel Miró Caja de Ahorros del Mediterráneo MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; número ilimitado de cuentos por participante; extensión máxima de 8 folios de 30 líneas y 70 caracteres por línea; mecanografiado; doble espacio; una sola cara; grapados por el margen izquierdo; triplicado. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo o lema; sobre aparte cerrado con los datos del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 31 de enero de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio, 500.000 pesetas; 2º premio, 250.000 pesetas. VEREDICTO: Entre mayo y junio de 2000. ENTREGA: 30 días después de la publicación del veredicto. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Concurso de Cuentos Gabriel Miró. Obras Sociales de la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Calle San Fernando, 40. 03001 Alicante, España. *** 1r Certamen Literario "La Comprensión Internacional" Rotary Club Campana (Argentina) MENCIONES: Ensayo. PARTICIPANTES: Argentinos mayores de 18 años. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; tema relacionado con la comprensión internacional, que puede o no ceñirse a cualquiera de estas ideas: ¿es posible la comprensión internacional o es sólo una utopía?, ¿cuáles son los medios para lograrla con éxito?, ¿qué papel juegan los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales? y el ciudadano común como factor promotor de la comprensión internacional; un trabajo por participante; extensión máxima de 1.600 palabras o 5 páginas; mecanografiado o elaborado en computadora; a doble espacio; una sola cara; triplicado; IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con el seudónimo y título de la obra inscritos en su exterior, y en su interior los datos personales (nombre, dirección, teléfono o fax, correo electrónico y ciudad). JURADO: Un integrante del Rotary Club Campana y dos personas de la ciudad de Campana relacionadas con la actividad literaria; sus nombres serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 1 de febrero de 2000. PREMIACIÓN: 1r y 2º premio: trofeos. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Rotary Club Campana, Certamen Literario "La Comprensión Internacional". Casilla de Correo Nº 65 (2804), Campana. O en Luis Costa 984, casa D, Campana. *** XIII Certamen Poético Blas Infante 1999 Centro Andaluz Blas Infante MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Poetas españoles en idioma castellano o catalán. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inéditos; no premiados anteriormente; apartado A: idioma castellano, tema libre; apartado B: idioma castellano, tema "Blas Infante o lo andaluz en general"; apartado C: idioma castellano o catalán, tema libre, participantes menores de 18 años; apartado D, idioma catalán, tema libre, participantes menores de 18 años; hasta dos obras por autor en cada apartado (aunque ningún autor podrá obtener más de un premio, otorgándose, de darse el caso, el premio a la obra decidida por el jurado); extensión de entre 14 y 100 versos; triplicado; mecanografiado a doble espacio por una sola cara; tamaño folio. IDENTIFICACIÓN: Los trabajos serán presentados sin firma, aunque deberán indicar el apartado del certamen por el que optan; sobre aparte cerrado con nombre, dirección, teléfono, fotocopia del DNI y el apartado por el que opta. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 5 de febrero de 2000. PREMIACIÓN: Apartado A, 50.000 pesetas; apartado B, 75.000 pesetas (con accésit de 25.000 pesetas), apartado C, 25.000 pesetas, y apartado D, 50.000 pesetas. VEREDICTO: 19 de febrero de 2000. ENTREGA: 26 de febrero de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Centro Andaluz Blas Infante del Baix Llobregat, calle Gerdera s/n, Centro Cívico de Sant Ildefons, 08940 Cornellá de Llobregat, Barcelona, España. INFORMACIÓN: Teléfono: 34 93 3753853. *** Bienal Latinoamericana de Ensayo "Enrique Bernardo Núñez" Ateneo de Valencia, Carabobo (Venezuela) MENCIONES: Ensayo histórico. PARTICIPANTES: Escritores nativos y residentes en los países latinoamericanos y del Caribe. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; cuadruplicado; extensión máxima de 200 cuartillas; mecanografiadas a doble espacio. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor. JURADO: Reconocidas figuras de la literatura latinoamericana, cuyos nombres serán publicados durante el V Congreso de Literatura "José Rafael Pocaterra", en abril de 2000. FECHA TOPE: 28 de febrero de 2000. PREMIACIÓN: US$ 1.500 y publicación por el Fondo Editorial Cubagua. VEREDICTO: Abril de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ateneo de Valencia, Av. Bolívar Norte c/c Salom. Valencia, estado Carabobo, Venezuela. O al apartado de correos Nº 1.288. Valencia 2001, Venezuela. INFORMACIÓN: http://www.ateneodevalencia.org. *** Premio Nacional de Poesía para Niñas y Niños Narciso Mendoza Alfaguara Infantil / Casa de la Cultura de Cuautla, Morelos (México) MENCIONES: Poesía dedicada a niñas y niños. PARTICIPANTES: Escritores residentes en México (mexicanos o extranjeros). CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; triplicado; papel tamaño carta; mecanografiado a doble espacio; extensión de entre 20 y 80 folios; tema libre. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo y sobre aparte cerrado con la identificación del autor, domicilio y teléfono. JURADO: Destacadas personalidades del mundo de las letras cuyos nombres serán anunciados una vez cerrado el concurso. FECHA TOPE: 28 de febrero de 2000. PREMIACIÓN: 30.000 pesos mexicanos (equivalente a un poco mas de US$ 3.000). VEREDICTO: Antes del 19 de abril de 2000. El veredicto se difundirá en los diarios locales y el ganador será informado directamente. ENTREGA: 1 de mayo de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Casa de la Cultura de Cuautla, bajos del ex convento de San Diego, 62740 Cuautla, Morelos, México. INFORMACIÓN: http://www.geocities.com/Paris/Cabaret/1168/convocatoria.html. *** Bienal Latinoamericana de Literatura para Niños "Canta Pirulero" Ateneo de Valencia, Carabobo (Venezuela) MENCIONES: Poesía para niños. PARTICIPANTES: Escritores nativos y residentes en los países latinoamericanos y del Caribe. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; cuadruplicado; extensión máxima de 50 cuartillas; mecanografiadas a doble espacio. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor. JURADO: Reconocidas figuras de la literatura latinoamericana, cuyos nombres serán publicados durante el V Congreso de Literatura "José Rafael Pocaterra", en abril de 2000. FECHA TOPE: 28 de febrero de 2000. PREMIACIÓN: US$ 1.500 y publicación por el Fondo Editorial Cubagua. VEREDICTO: Abril de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ateneo de Valencia, Av. Bolívar Norte c/c Salom. Valencia, estado Carabobo, Venezuela. O al apartado de correos Nº 1.288. Valencia 2001, Venezuela. INFORMACIÓN: http://www.ateneodevalencia.org. *** Bienal Latinoamericana de Literatura "José Rafael Pocaterra" Ateneo de Valencia, Carabobo (Venezuela) MENCIONES: Cuento y poesía. PARTICIPANTES: Escritores nativos y residentes en los países latinoamericanos y del Caribe. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; cuadruplicado; extensión máxima: poesía, un poemario de entre 30 y 100 cuartillas, cuento, un libro de cuentos de hasta 200 cuartillas; mecanografiadas a doble espacio. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor. JURADO: Reconocidas figuras de la literatura latinoamericana, cuyos nombres serán publicados durante el V Congreso de Literatura "José Rafael Pocaterra", en abril de 2000. FECHA TOPE: 28 de febrero de 2000. PREMIACIÓN: US$ 2.000 y publicación por el Fondo Editorial Cubagua. VEREDICTO: Abril de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ateneo de Valencia, Av. Bolívar Norte c/c Salom. Valencia, estado Carabobo, Venezuela. O al apartado de correos Nº 1.288. Valencia 2001, Venezuela. INFORMACIÓN: http://www.ateneodevalencia.org. *** II Concurso de Relatos El Melocotón Mecánico Fanzine El Melocotón Mecánico MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores españoles. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; género fantástico, de ciencia ficción o de terror; número ilimitado de obras por participante; duplicado; tamaño A4, mecanografiado y de ser posible acompañado con un disquete con el texto en formato Word o Ascii; extensión de hasta 25 páginas; doble espacio. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con el nombre, documento de identidad, edad, dirección, teléfono y dirección electrónica; en la parte externa del sobre deben figurar el título de la obra y el seudónimo. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 1 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: Se escogerán 3 finalistas, de los cuales se nombrará un ganador, quien recibirá 35.000 pesetas y trofeo, o bien 50.000 pesetas. En caso de declararse desierto, los finalistas recibirán 10.000 pesetas cada uno. Además, los textos de los tres finalistas serán publicados en alguno de los números de El Melocotón Mecánico hasta la primavera de 2001. VEREDICTO: Volumen 8 de El Melocotón Mecánico (primavera de 2000). DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: II Concurso de Relatos EMM. Fanzine El Melocotón Mecánico. calle Dr. Pareja Yebenes, 4, 3ª A, 18012, Granada, España. *** Concurso de Cuentos Ciudad de Elda Ayuntamiento de Elda MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; no premiado anteriormente; tema libre; extensión de entre 8 y 10 folios; mecanografiado; doble espacio; una sola cara; triplicado; hasta dos cuentos por autor. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado en cuyo exterior se hará constar el seudónimo, y en el interior el nombre, DNI o pasaporte, dirección y teléfono del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 4 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: 250.000 pesetas; accésit de 100.000 pesetas; ambos menos impuestos. Se nombrarán 30 finalistas. VEREDICTO: Primera quincena de mayo de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Casa Municipal de Cultura, calle Príncipe de Asturias, 40 03600 Elda, Alicante (España). *** I Concurso de Novela Breve para Novelistas Inéditos Alejo Carpentier Centro de Estudios Alejo Carpentier MENCIONES: Novela breve. PARTICIPANTES: Escritores colombianos, residentes o no en Colombia. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; triplicado; tamaño carta; doble espacio; tema libre; extensión de entre 80 y 130 páginas. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos biobibliográficos del autor. JURADO: Gloria Rincón Cubides, Philip Potdevin y Germán Gaviria Álvarez. FECHA TOPE: 10 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: Medalla Alejo Carpentier más la primera edición, impreso por la Universidad Central de Colombia, en la cantidad de 500 ejemplares, de los cuales se entregarán 150 al autor, 50 para publicidad y el resto para la comercialización de la Universidad Central, liquidándole al autor un 10% sobre la venta de los mismos. VEREDICTO: Será anunciado durante acto público el 24 de abril de 2000, en la Sala Fundadores de la Universidad Central, en Santafé de Bogotá, y en la página web http://www.philippotdevin.arts.co. ENTREGA: 28 de junio de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Apartado 251019, Santafé de Bogotá, Colombia. INFORMACIÓN: Web: http://www.philippotdevin.arts.co. Correo electrónico: opusmagna@openway.com.co. *** Premio de Poesía Fernando Paz Castillo Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Escritores venezolanos de hasta 35 años de edad, cumplidos antes del 2 de noviembre de 1999. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; no comprometido para su publicación; no premiado previamente; cuadruplicado; mecanografiado a doble espacio; papel tamaño carta; extensión de entre 30 y 80 cuartillas. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con dirección, teléfono, fotografía y fotocopia de la cédula de identidad venezolana. JURADO: Tres miembros designados por el Consejo Directivo de la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, cuyos nombres serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 30 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: Bs. 500.000 y publicación. VEREDICTO: 10 de junio de 2000. ENTREGA: 16 de junio de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Casa de Rómulo Gallegos, avenida Luis Roche, Altamira. Apartado postal 69132, Caracas, Venezuela. INFORMACIÓN: http://zeus.ivic.ve/celarg. *** I Concurso Internacional de Cuentos Breves Pilar Ediçoes / Bianchi Editores MENCIONES: Cuento breve. PARTICIPANTES: CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano o portugués; extensión de hasta 2.000 palabras o 10.000 caracteres; mecanografiado; tamaño carta; triplicado; tema libre; inscripción a un costo de US$ 15.00, por el cual el participante recibirá posteriormente un ejemplar del libro a publicarse; cada participante podrá inscribir más de un cuento; la inscripción podrá efectuarse mediante giro postal, telegráfico, cheque o en efectivo a Roberto Bianchi. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con nombre, dirección, correo electrónico, telefax, profesión, número de documento de identidad y datos biográficos del autor; este sobre deberá llevar en su cara externa el seudónimo y el título de la obra; en el caso de participar con más de un cuento, cada trabajo debe incluir un seudónimo distinto y un costo de inscripción individual. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 30 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: Los 3 primeros trabajos serán publicados en un libro cooperativo, en su idioma original y traducidos al otro idioma; las 7 menciones especiales serán publicadas en su idioma original; además, diploma honorífico y 20 ejemplares del libro para los autores de los 3 primeros premios; 10 libros para los autores de las menciones. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Roberto Bianchi, Concepción del Uruguay, Nº 1712; Montevideo, Uruguay. INFORMACIÓN: Teléfono-fax: 59 8 26190824. Correo electrónico: bianched@adinet.com.uy, pilaredi@adinet.com.uy. *** IV Concurso de Ensayos Gigamesh Librería Gigamesh MENCIONES: Ensayo. PARTICIPANTES: Articulistas de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; ensayo que exprese la opinión o análisis de un tema, obra o conjunto de obras del género fantástico, de ciencia ficción o del terror; extensión de entre 5 y 25 folios; hasta 30 líneas por página a 12 puntos; duplicado. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos del autor. JURADO: Alejo Cuervo, Albert Sol y Julián Díez, que actuará como secretario sin voto. FECHA TOPE: 1 de abril de 2000. PREMIACIÓN: 50.000 pesetas; en caso de declararse desierto, se otorgará un segundo premio de 25.000 pesetas. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Librería Gigamesh. Concurso de Ensayo. Ronda de San Pedro 53. 08010 Barcelona, España. *** II Premio de Novela Taurina Hoteles Tryp Hoteles Tryp MENCIONES: Novela. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; tema taurino; idioma castellano; extensión de entre 150 y 250 folios; mecanografiado; doble espacio; una sola cara; hasta 30 líneas por folio; no premiado anteriormente; triplicado. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con nombre, dirección y teléfono del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 1 de abril de 2000. PREMIACIÓN: 2.000.000 de pesetas y publicación y comercialización a cargo de Espasa Calpe. Se podrá declarar un finalista con derecho a publicación. VEREDICTO: Durante la Feria de San Isidro de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Hoteles Tryp (II Premio de Novela Taurina). Calle Mauricio Legendre, 16. 28046-Madrid, España. INFORMACIÓN: tryp@trypnet.com. *** II Premio Literario Fundación Joselito Fundación Taurina José Miguel Arroyo, Joselito MENCIONES: Novela o ensayo. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; tema relacionado con la tauromaquia; idioma castellano; extensión mínima de 150 folios; mecanografiado; 12 puntos; doble espacio; una sola cara; no premiado anteriormente; triplicado. IDENTIFICACIÓN: Nombre, NIF, dirección, teléfono, fotocopia del DNI y datos biográficos del autor; se admitirán materiales identificados con seudónimo o lema, en cuyo caso se incluirá sobre aparte cerrado en el que se incluyan los datos mencionados. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 1 de abril de 2000. PREMIACIÓN: 6.000.000 de pesetas (menos impuestos) como anticipo por derechos de autor. VEREDICTO: Mayo de 2000. ENTREGA: Aula Cultural Taurina de la plaza de Toros de las Ventas en mayo de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Fundación Joselito (Plaza de Toros de Las Ventas, calle Alcalá 237, 28028 Madrid, España INFORMACIÓN: Web: http://www.teindico.com/premiofundacionjoselito. Telf.: 34 91 7264800. Fax: 34 91 3611607. *** XVII Premio Carmen Conde de Poesía Escrita por Mujeres Ediciones Torremozas MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Escritoras de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Libro inédito; no premiado anteriormente; tema y forma libres; extensión de entre 600 y 800 versos; triplicado; folios mecanografiados a doble espacio; una sola cara; numerado y encuadernado. IDENTIFICACIÓN: Nombre de la autora o seudónimo; en el primer caso deberá incluirse en cada ejemplar el nombre, dirección, teléfono y datos biográficos de la autora; en el segundo, deberá incluirse en cada ejemplar el seudónimo y se anexará un sobre cerrado contentivo de los datos mencionados. JURADO: Serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 15 de abril de 2000. PREMIACIÓN: 500.000 pesetas y publicación en la colección Torremozas de Poesía de Mujeres. VEREDICTO: Mayo de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ediciones Torremozas, apartado 19.032, 28080 Madrid Premio Carmen Conde. *** VI Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Norma Fundalectura 2001 Grupo Editorial Norma / Fundación para el Fomento de la Lectura Fundalectura (Colombia) MENCIONES: Narrativa infantil (para niños de 6 a 10 años). PARTICIPANTES: Escritores de los países latinoamericanos. CONDICIONES DEL MATERIAL: Libro de cuentos o novela; inédito; idioma castellano o portugués (en el caso de que el autor sea brasileño); no participante de ediciones anteriores del concurso ni presentado previamente a consideración de una editorial; tema libre; extensión de entre 25 y 80 páginas; tamaño carta; triplicado; mecanografiado a doble espacio con letra de 12 puntos; sin ilustraciones; los autores cubanos podrán enviar sólo una copia de su trabajo; los autores brasileños deberán enviar una copia en portugués. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos y hoja de vida del autor. JURADO: 3 destacados autores, investigadores o críticos de literatura infantil, un representante del Grupo Editorial Norma y un representante de Fundalectura, cuyos nombres serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 30 de abril de 2000. PREMIACIÓN: US$ 10.000 y publicación de la obra, así como participación, con gastos pagados, en un congreso, seminario o evento nacional e internacional de interés para el área de la literatura. Podrá entregarse también un accésit a la mejor obra de autor inédito, consistente en US$ 2.000 y la publicación de la obra. Los ganadores cederán al Grupo Editorial Norma sus derechos de publicación en castellano por 5 años. ENTREGA: Durante la 14ª Feria Internacional del Libro de Bogotá, en 2001. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Fundalectura, Premio Literario Norma-Fundalectura, avenida (calle) 40, Nº 16-46, Bogotá, Colombia. INFORMACIÓN: Teléfono: 57 1 3201511. Fax: 57 1 2877071. Correo electrónico: fundalec@impsat.net.co. Web: http://www.fundalectura.org.co. *** X Premio Domingo Santos HispaCon 2000 MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. No podrán participar los organizadores de HispaCon 2000 ni sus familiares. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; género de ciencia ficción, fantasía y terror; no premiado anteriormente; número ilimitado de cuentos por autor (aunque cada cuento debe presentarse en un sobre individual); extensión de hasta 20 páginas; doble espacio; 12 puntos; triplicado; de ser posible, acompañado con un disquete con el cuento en formato .RTF. IDENTIFICACIÓN: Lema; sobre aparte cerrado con el título del cuento, nombre, DNI, dirección y teléfono del autor. JURADO: Juan Miguel Aguilera, Elia Barceló, César Mallorquí, Rafael Marín y Domingo Santos. Existirá un comite de preselección compuesto por Marisa Cuesta, Marta Fernández, Sergio Iglesias, Rodolfo Martínez y Jesús Rodríguez. FECHA TOPE: 1 de mayo de 2000. PREMIACIÓN: 150.000 pesetas. Se podrá entregar un accésit de 50.000 pesetas. En caso de empate el premio se repartirá equitativamente entre los ganadores. Los textos del ganador y de los finalistas serán publicados en la memoria de HispaCon 2000. VEREDICTO: Durante HispaCon 2000. ENTREGA: Durante HispaCon 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: X Concurso de Relatos Domingo Santos. Rodolfo Martínez. Calle Celestino Junquera 22, 1ª Izda. 33201 Gijón, España. *** XIII Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre Fundación José Antonio Ramos Sucre MENCIONES: Poesía y ensayo. PARTICIPANTES: Escritores venezolanos o extranjeros residenciados en el país. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; extensión: poesía, mínimo de 50 páginas; ensayo, libre; tema libre; hojas tamaño carta a doble espacio; cuadruplicado; mecanografiado; encuadernado; idioma castellano. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con el currículum vitae, dirección y números de fax y de teléfono del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 30 de mayo de 2000. PREMIACIÓN: Bs. 2.000.000 y publicación. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Boulevard de Sabana Grande, edificio Mecy's, piso 4. Caracas 1050. INFORMACIÓN: Teléfonos 58 2 7619521 al 25. Fax: 58 2 7623897. *** Premio Grandes Viajeros 2000 Ediciones B / Iberia MENCIONES: Crónica de viajes. PARTICIPANTES: Escritores en idioma castellano. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; extensión mínima de 140 páginas; mecanografiado; doble espacio; por una sola cara; IDENTIFICACIÓN: Sobre cerrado con el nombre, dirección y teléfono del autor; declaración firmada en la que se haga constar que la obra no tiene comprometidos los derechos de publicación con ninguna otra editorial y que tampoco se halla pendiente del fallo de otro premio. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 15 de junio de 2000. PREMIACIÓN: US$ 32.000 y una vuelta al mundo o su equivalente en pasajes aéreos (aproximadamente unos US$ 13.000 más). VEREDICTO: Septiembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Oficinas de Ediciones B Latinoamérica. *** Bienal de Crítica e Investigación de las Artes Visuales "Roberto Guevara" Ateneo de Valencia, Carabobo (Venezuela) MENCIONES: Artículos periodísticos, investigación institucional y ensayo crítico. PARTICIPANTES: Escritores nativos y residentes en los países latinoamericanos y del Caribe. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; cuadruplicado; en la categoría de artículos periodísticos concursarán las crónicas, reportajes y entrevistas publicados en los diversos medios de comunicación, impresos o del WWW, de una extensión mínima de 3 cuartillas, publicados a partir del 1/1/98; en investigación institucional concursarán textos producidos para catálogos de exposiciones, textos sobre artistas, y temas de arte, guías de estudio, otras publicaciones de museos, editoriales y fundaciones, publicados a partir del 1/1/98; en ensayo crítico participarán las investigaciones, textos, tesis de grado sobre el tema e inéditas, de un mínimo de 60 páginas. IDENTIFICACIÓN: Sólo se enviarán trabajos firmados con seudónimo en la categoría de ensayo crítico; sobre aparte cerrado con datos del autor. JURADO: Reconocidas figuras del periodismo, la crítica y la investigación del arte de nuestro continente, cuyos nombres serán publicados durante el II Coloquio Internacional de Bienales y Salones de Arte de América del 58º Salón Arturo Michelena, en noviembre de 2000. FECHA TOPE: 1 de agosto de 2000. PREMIACIÓN: Artículo periodístico: US$ 500; investigación institucional: US$ 1.000; ensayo crítico: US$ 1.500; en todos los casos se concederá publicación por el Fondo Editorial Cubagua. VEREDICTO: Noviembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ateneo de Valencia, Av. Bolívar Norte c/c Salom. Valencia, estado Carabobo, Venezuela. O al apartado de correos Nº 1.288. Valencia 2001, Venezuela. En el exterior las embajadas y consulados venezolanos recibirán el material. INFORMACIÓN: http://www.ateneodevalencia.org. === Paso de río =========================================================== Gallinas venezolanas se enamoran. El cuento La triste historia de Finia, una gallina enamorada, de Gabriel Jiménez Emán, es una de las novedades que trae a sus lectores la cuarta edición de Nueva Ficción Breve Venezolana, que editan desde La Victoria los escritores Héctor Torres y Lennis Rojas. Hay también unos exquisitos relatos de Milagros Socorro, Julio Jáuregui, Mariano Nava, Leonardo Maicán y Alberto Jiménez Ure. http://www.letralia.com/ficcionbreve Baudelaire en Caracas. El museo Alejandro Otero, en el marco de la actividad "Quince miradas al siglo XX", dictará una serie de charlas en torno a la figura de Charles Baudelaire, con Rafael Castillo Zapata en el podio. Se trata de cuatro conferencias a dictarse el 20 y 27 de enero y el 3 y 10 de febrero, sobre temas como el malestar en la cultura, los paraísos artificiales, la poética de la pintura y el heroísmo de la decadencia. Todo por Bs. 10.000 en el Centro de Documentación Alejandro Otero. Complejo Cultural La Rinconada,Caracas. Telf.: 58 2 6820941 Babab y su 0. Acaba de aparecer el número 0 de la revista Babab, dedicada a temas culturales. Esta edición incluye entrevistas a Juan Goytisolo y William Layton; material poético y narrativo; artículos sobre otras disciplinas artísticas y noticias del medio. http://www.babab.com Nuevos cursos. La Escuela de Letras anunció la apertura de un nuevo curso de creación literaria. Pueden participar todos aquellos escritores que por diversos motivos no tienen manera de seguir los cursos presenciales de tres años que se dictan en la sede física de la institución, en Madrid. Once enunciados repartidos en tres niveles conforman este curso, cuyo plazo de matrícula está abierto hasta el 19 de enero y su fecha de inicio es el 21, a un costo de 38.000 pesetas. http://www.escuela-interlet.com El Verbo de Crespo. La revista brasileña Verbo acaba de publicar, en reciente edición, una entrevista al escritor venezolano Luis Alberto Crespo. Floriano Martins es el encargado de hacer las preguntas. http://www.sagres.com.br/verbo Entre espinas y hojas secas. Tal es el título de un pequeño poemario de la escritora chilena Luz Aceituno, cuyos versos por cierto nos honran en esta edición. Aceituno ha publicado una versión digital de este libro, contentivo de diez poemas. http://www.imperios.com/luz Eros en el correo. Brisas es el nombre de una nueva lista de distribución que promete llevar hasta los buzones de sus suscriptores una buena ración de poesía romántica y erótica, de autores consagrados y contemporáneos, entre el lunes y el viernes de cada semana. Además, los mensajes incluyen enlaces a sitios donde hay aun más poesía. Para recibir el material sólo envíe un mensaje vacío a brisas-subscribe@egroups.com o visitar la página de la lista y llenar el formulario correspondiente. http://www.egroups.com/list/brisas ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === Literatura en Internet ================================================ Ciberletras http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras Rara vez se puede calificar de excelente una publicación electrónica que apenas acaba de publicar su primer número. Generalmente, las revistas que aparecen en Internet despliegan su existencia como organismos vivos: sus primeras ediciones sirven para prefigurar una personalidad que irá madurando con el tiempo. Un equipo de docentes e investigadores literarios latinoamericanos repartidos por el mundo se ha unido, recientemente, para lanzar la que estamos seguros será reconocida en un futuro cercano como una de las más importantes revistas electrónicas en castellano. Desde agosto pasado circula Ciberletras, una publicación orientada al estudio de las literaturas de España e Hispanoamérica que subvierte la tendencia descrita en el párrafo anterior. El equipo editorial de Ciberletras está encabezado por Cristina Arambel-Guiñazú (guinazu@alpha.lehman.cuny.edu), de Lehman College, CUNY, y Susana Haydu (susana.haydu@yale.edu), de Yale University. Ambas están acompañadas por un comité asesor en el que participan Rolena Adorno, de Yale University; Ana María Barrenechea, de la Universidad de Buenos Aires; Manuel Durán, de Yale University, y Margo Glantz, de la Universidad Nacional Autónoma de México. En su primera edición, Ciberletras estuvo dedicada a Jorge Luis Borges, reuniendo un nada despreciable contingente de articulistas y ensayistas que desmenuzaron la figura del escritor argentino desde todas las perspectivas posibles. El lector podrá encontrar aquí entrevistas con personalidades que conocieron de cerca a Borges, análisis de sus libros y de varios de sus cuentos e impresiones sobre la relación del escritor con sus colegas, entre otros textos. Algunos de los artículos presentados están en inglés. Los trabajos publicados en Ciberletras son de un alto nivel profesional que declara un cuidadoso trabajo de selección y edición. Como en otras publicaciones de similares características, esta revista presenta un diseño sumamente sobrio, sin mayores elementos gráficos que pudieran distraer la atención sobre el contenido. Para este mes está anunciado el segundo número de Ciberletras. A tal efecto, la revista hizo un llamado a los escritores de habla hispana para que presentaran ensayos sobre el aliento milenarista de estos tiempos, antes del 30 de noviembre. Suponemos que las condiciones de publicación se mantendrán para los próximos números: los interesados deben presentar artículos de rigor académico, inéditos y originales y con una extensión de entre 12 y 15 páginas, además de que requieren la recomendación de dos de los editores de la publicación. Los artículos deben enviarse en dos ejemplares impresos y uno en disquete, en formato HTML, y acompañarse de un resumen de hasta cien palabras. El envío debe hacerse por correo convencional a Cristina Guiñazú (Department of Languages and Literatures, Lehman College, CUNY; 250 Bedford Park Boulevard West; Bronx, NY 10468) o a Susana Haydu (Department of Spanish and Portuguese, Yale University; 82-90 Wall Street; New Haven, CT 06520). === El vicepresidente de la república y la Constitución =================== === Pablo Mendieta Paz ==================================================== Es posible que mucho se haya escrito o especulado acerca de la real función que les cabe a los vicepresidentes de los países latinoamericanos; no obstante, permítaseme insistir sobre el tema, pues considero de vital importancia precisar el escenario en donde, de acuerdo con las diversas constituciones, debe desenvolverse este magistrado. Para ello, tomaré como modelo de este trabajo el caso boliviano, muy similar por cierto a lo que sobre el particular exponen las legislaciones de la región. Al momento de ejercer el ciudadano el acto del sufragio, se somete, por una parte, a un deber de orden jurídico, y hace uso, por otra, del derecho político fundamental: el de elegir a quienes en representación de esa voluntad popular constituirán los poderes del Estado. Ambas cualidades del sufragio, esto es como obligación y como facultad, convergen en un ideal eminentemente social, pues como bien anotan Hauriou y Duguit, "no se ejercitan en interés común del elector, sino de la comunidad estatal"; para ir al encuentro, en último término, del bienestar público. Sin embargo, para la obtención de tal bienestar público es preponderante que el pueblo concurra a las urnas con pleno dominio de distinción de las funciones o actividades del Estado, así como de las atribuciones y competencias que atañen a tal o cual funcionario por elegir. Aquí es donde surge un serio problema cuando se trata de votar por el vicepresidente. En efecto, la ciudadanía, poco instruida por las autoridades electorales e incluso por los propios partidos políticos (no ejercen una función orientadora de la opinión pública), intuitivamente interpreta que el candidato a ese cargo personalizará lo que su título realmente sugiere, esto es, se convertirá -como claramente observa M. E. Dinock- en el vicepresidente efectivo que coordine el ramo administrativo de acuerdo con las normas de acción y las orientaciones que se establezcan en consulta con el presidente. Empero, en la legislación boliviana la verdad es muy distinta: el vicepresidente no toma parte en el Poder Ejecutivo; quienes lo ejercen son únicamente el presidente junto con los ministros de Estado (CPE, artículo 85º). Nos recuerda la historia que solamente en la Constitución Bolivariana de 1826 figuraba el vicepresidente como integrante del Poder Ejecutivo, conjuntamente con el presidente y tres ministros de Estado. Tal mandato vicepresidencial -en cuanto a hacer tercio en el Ejecutivo- fue suprimido en la ley fundamental de 1831 y se mantuvo esa postura en las sucesivas constituciones, limitándose el ejercicio de dicho poder al presidente y a tres ministros de Estado. La constitución de 1938 estableció finalmente el texto que la norma fundamental en vigencia mantiene: "El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la República conjuntamente con los Ministros de Estado". Cabe entonces preguntarse: ¿cuáles son, en definitiva, las atribuciones del vicepresidente? Si no pertenece al Ejecutivo, ¿es de su competencia el conocer y resolver asuntos tocantes a ese poder del Estado, o tiene que ver más bien su investidura con actos propios de los otros poderes? Independientemente de las atribuciones que le confiere la Constitución como presidente nato del Congreso Nacional (artículo 53º), el artículo 93º dispone que el vicepresidente de la República sólo ejerce el Poder Ejecutivo en caso de impedimento o ausencia temporal del presidente, o en caso de que la presidencia de la República quedara vacante. Esto quiere decir que si tales acontecimientos no ocurrieran durante los cinco años de gobierno, el vicepresidente no tiene la facultad de intervenir en el ámbito del Ejecutivo. Consiguientemente, el ejercicio de este poder por el vicepresidente en coyunturas distintas a las previstas en el citado artículo 93º resulta, a todas luces, inconstitucional. Es innegable que la aspiración de todo elector al ejercer su derecho de voto es la de que quien resultara nombrado como segundo conductor del gobierno asuma un compromiso y autoridad mayores dentro del marco específico y privativo del Poder Ejecutivo; pues, como dice F. Morstein Marx, "dada la magnitud del Estado moderno el presidente no puede consagrar sus esfuerzos solamente a coordinar los servicios. Su tiempo se halla tomado por otros deberes esenciales; entonces corresponde al vicepresidente arrogarse mayor responsabilidad y cierta autoridad para regular tales servicios". Para el ciudadano, indudablemente debe ser ésta la tarea esencial que la Constitución Política del Estado imponga al vicepresidente. Y en esa dirección debiera reformarse la norma fundamental. Hasta tanto, y en adhesión al postulado de que toda administración gubernamental debe insoslayablemente ejecutar y hacer cumplir las leyes, no queda otro camino que acatar los dictados de nuestra imperfecta Carta Magna y, tal como lo establece el artículo 94º, situar al vicepresidente en su verdadero puesto: la presidencia del Senado. ** Pablo Mendieta, músico y abogado boliviano (1955). Reside en La Paz. Tiene estudios en el Conservatorio Nacional de Música y especialización en Dirección de Coros con el maestro parisino Alain Charron, y estudió derecho en la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz. Ha publicado artículos de derecho financiero y derecho constitucional y el libro Actualidad jurídico-financiera en Bolivia (1996). mendipaz@hotmail.com. === José Asunción Silva, un diplomático en Caracas Dixon Moya ======== En 1996 se cumplieron cien años de la última noche de un hombre amante de las sombras, del olor de las cosas viejas y las "músicas" aladas. José Asunción Silva, poeta por vocación, comerciante de profesión y diplomático de ocasión, a quien la historia no tiene derecho de juzgar porque, como dijo otro escritor, "el suicidio es el riesgo profesional del poeta", aunque exista la versión del asesinato, menos romántica pero nunca descartable. En este breve texto haremos referencia al período en que Silva se constituyó como diplomático. Puede tomarse como el homenaje que desde nuestra carrera se rinde a quien no sólo sirvió al Estado colombiano como funcionario sino, ante todo, como creador literario. El barrio de la Candelaria, en Bogotá, parece un espacio robado al tiempo, con calles estrechas que conservan nombres largos y significativos donde la modernidad circula con dificultad. Allí está la actual sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, otrora casona que albergó los amores de Simón Bolívar y Manuelita. Al caminar por esta casa de altos techos y tapetes rojos se siente crujir la historia bajo las pisadas y se piensa que hace cien años, a pocos metros de allí, un joven barbudo se quitaba el peso de su corta e incomprensible vida, el mismo que había visto naufragar el amor, la fortuna y sus mejores páginas literarias. A finales del siglo XIX, Colombia avanzaba con paso lento hacia la modernidad y se vivía un clima de conflicto político que desembocó en el triunfo de la llamada "Regeneración", coalición de liberales independientes y conservadores que, bajo la guía de Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, organizó una nueva constitución basada en el centralismo y la influencia eclesiástica. Sin embargo, este reordenamiento no acalló a quienes consideraban que el régimen era autoritario y dedicado a la persecución de los opositores, estos críticos fueron los liberales radicales y sus diferencias con los nacionalistas originaron las guerras civiles que saludaron el inicio del siglo XX en nuestro país. En 1894 gobernaba Miguel Antonio Caro, vicepresidente que asumió el poder ante la renuncia de Núñez. Caro no ocultaba su interés en convencer a José Asunción Silva para que ingresara al cuerpo diplomático. Hace cien años no existía la carrera diplomática, era una actividad que como muchas otras se desarrollaba de manera empírica con actuaciones individuales descollantes o mediocres. Los cargos públicos eran monopolio de una clase, la tradicional oligarquía, fundamentada en la propiedad rural, y ocasionalmente eran nombrados miembros de la naciente y pujante burguesía comercial como el joven Silva. El poeta, gracias a sus probados méritos como escritor, era una figura reconocida de la sociedad bogotana, y pese a su vinculación efímera con el partido liberal radical, gozaba de prestigio ante el gobierno nacional. Políticamente no tuvo una inclinación, aunque profesó admiración por el general Rafael Uribe Uribe y, como se aprecia en el poema "Al pie de la estatua", era un convencido de las ideas bolivarianas. Aunque su situación política no era fácil por su vinculación con los radicales, la económica era más difícil y se le brindaba la oportunidad de conocer nuevas tierras, menos provincianas y pacatas que esa aldea grande llamada Bogotá. Así que, venciendo escrúpulos, Silva decide aceptar la Secretaría de la Legación colombiana en Venezuela, nombramiento que el vicepresidente Caro y el ministro de Relaciones Exteriores, Marco Fidel Suárez, firmaron según el decreto 464 de 1894. El 12 de agosto abordaba el tren para Honda y el 20 de agosto arribó a Cartagena, en donde fue recibido con elogios y festejos, allí visitó al presidente Núñez quien redactó una carta recomendando a Silva y dirigida al general José del Carmen Villa, la que a la postre no surtiría gran efecto porque, como describe Enrique Santos Molano, "Villa y Silva coincidieron en la antipatía más cordial". Al llegar a Caracas el 11 de septiembre de 1894, fue agasajado por la prensa más por su condición intelectual que diplomática. "Aquí me han recibido como no merezco; no sé cómo hacer para devolver atenciones y bondades y fiestas. El país va bien, rebosa de oro, tiene el sentimiento del arte y adora la buena literatura. En Bogotá hay muchos que creen lo contrario en lo referente a los dos últimos párrafos; pues bien, están equivocados". Como se observa aunque para la época no existieran elementos perturbadores como las migraciones ilegales, la subversión o el narcotráfico, ya germinaban elementos de discordia que para un diplomático significa multiplicar su trabajo y dedicación. De acuerdo con la investigación de Santos, la labor de Silva como funcionario fue abrumadora. Ante la ineficiencia e incapacidad del ministro plenipotenciario Villa, el secretario Silva despachaba los asuntos de la legación de 8:00 am a 5:00 pm. Entre sus gestiones se destaca la solicitud al gobernador de Santander con el fin de prolongar la línea telegráfica en Colombia hasta encontrarse con la de San Antonio en Venezuela, lo que comunicaría telegráficamente a Bogotá con Caracas. Sin embargo, las tensas -por no decir desagradables- relaciones con su inmediato superior contribuyeron a que Silva decidiera regresar a Bogotá, aparentemente por un corto período de vacaciones, pasando por la dolorosa experiencia de ver hundir el vapor Amérique que lo traía de regreso y que se llevó parte de su obra literaria. Luego del naufragio del Amérique, Silva visitó en Cartagena al jefe rebelde Uribe Uribe, detenido en esa ciudad, a quien le prometió que gestionaría en Bogotá su libertad o su traslado a la capital. De regreso en Bogotá, a Silva no parecía interesarle reintegrarse a su empleo de secretario en la Legación de Colombia en Caracas. Dos ocupaciones lo colmaban: la reconstrucción de la novela Amor, que junto con sus Cuentos negros había desaparecido, y la experimentación de una fórmula química para colorear piedras. Santos Molano dice que esta era la época en que Silva entraba y salía del palacio presidencial como de su casa (p. 811). El 20 de diciembre se le concedió la patente de invención número 705, según la cual podía fabricar, usar y vender "piedra coloreada, mármol artificial y granito artificial preparados por el procedimiento de su invención, por el término de veinte años". Al parecer Silva tuvo inconvenientes políticos por su designación diplomática, ya que aunque no era radical convencido, los miembros de aquel partido lo acusaban de haberse vendido a la Regeneración por un puesto. Esta actitud hostil se intensificó luego de componer el poema en homenaje al Libertador por encargo del embajador de Venezuela, doctor y general Marco Antonio Silva Gandolphi, aunque al poeta no le gustaba escribir por encargo. Uno de los apartes del poema dice: "No, no le cantes en las horas buenas en que, unido a los vítores triunfales, vibró en su oído el son de las cadenas, que rompió, de los tiempos coloniales: cántalo en las derrotas". Se diría que García Márquez recogió la invitación en El general en su laberinto. Ante las enemistades que potencialmente eran peligrosas y ya que no podía regresar a Caracas pues había roto con el general José del Carmen Villa, a quien "remedaba" y era objeto de sus burlas, Caro decide nombrarlo como cónsul general de Colombia en Guatemala, según el decreto número 519 del 8 de noviembre de 1895, con una asignación mensual de 200 pesos. La muerte, aceptada por muchos como suicidio y denunciada por otros como asesinato, le impidió tomar posesión del que sería el segundo cargo de un diplomático colombiano que estuvo durante breve pero provechoso tiempo en Caracas. Se dice que Silva se hizo pintar sobre la piel el lugar exacto del corazón por parte de un galeno, para no errar su última determinación, si hacemos caso de la leyenda. Era difícil fracasar, teniendo en cuenta que su mano estaba acostumbrada a mantenerse firme cuando disparaba versos sobre el papel. Bogotá-Puerto Ordaz Referencias Santos Molano, Enrique. El corazón del poeta. Nuevo Rumbo Editores. Bogotá, 1992. ** Dixon Moya, diplomático colombiano aficionado a la literatura. Trabaja en el consulado de Colombia en Puerto Ordaz (Venezuela) y ha publicado artículos en revistas de su país. dixonm@hotmail.com. === Aportes para una reflexión responsable sobre la problemática social === === de los jóvenes nicaragüenses Juan Bautista Ramos ================= Tratar de abordar la problemática social de los jóvenes bajo un enfoque integral resulta un desafío harto difícil, pues en ella confluyen todos y cada uno de los sujetos que gestan y conforman el sistema político, cultural, estructural y funcional de la sociedad. La temática es amplia y controversial, pues habría que determinar el impacto y rol que cada sujeto social juega en el desarrollo y/o deterioro de los jóvenes, su incidencia directa e indirecta en su modus vivendi y su proyección de vida. Por tanto, el tema se torna difuso y complejo, ya que involucra posiciones e intereses de clases, lo que, obviamente, tropezaría con posiciones conflictivas y polarizadas de atribución y causalidad, posiciones autojustificadas del accionar emprendido en pro o en contra de los jóvenes. Para hablar de la problemática social de los jóvenes, es indispensable saber antes qué implica su desarrollo social, lo que conlleva a referirse a conceptos tales como equidad social, creación de oportunidades educativas, laborales y de esparcimiento, sostenibilidad social de los grupos más deprimidos de la sociedad, generación y acumulación de valores individuales y sociales, fomento de capacidades académicas y laborales, consolidación de redes institucionales, en fin, mejoramiento de las condiciones y opciones de vida de los jóvenes sin distingo ni discriminación social, lo cual se perfila como una utopía si se considera que Nicaragua es el país centroamericano con el menor índice de desarrollo humano (IDH=54,7), ocupando, para 1998, según el PNUD, la posición 126 entre 174 países, ya que un poco más del 58% de la población es pobre (43,8% sobrevive con menos de US$ 1,00 diario). Por otra parte, no se puede enfocar la problemática de los jóvenes sino inmersa en los procesos de globalización y de economía de mercado, ya que estos procesos derivan que la pobreza no sólo persista sino también aumente, lo que inevitablemente trae emparejada una marginación de las grandes mayorías, principalmente, en los países del Tercer Mundo y los que se consideran en vías de desarrollo. Alrededor de medio millón de nicaragüenses (un poco más de la cuarta parte de la población económica activa [PEA]) se encuentra en desempleo manifiesto, correspondiendo cerca de un 21% al desempleo juvenil (vale señalar que en el dato anterior no se incluyen otras formas encubiertas de desempleo). Es decir, referirse al desarrollo social de los jóvenes implica, también, resolverles los problemas inherentes a la condición de pobreza que sufre la mayoría de la población: educación, salud, marginación social y política, precariedad económica y social, pérdida de valores y autoestima; más aun si se considera que los jóvenes representan más de la cuarta parte de la fuerza laboral en Nicaragua. Es necesario que los entes sociales, económicos y gubernamentales dejen de encontrar cómodamente razones externas que justifiquen los fracasos sociales de sus estrategias de desarrollo, y reflexionen hasta qué punto están induciendo a las grandes mayorías de la población, y, por ende, a los jóvenes, a mayor pobreza y sin mayores perspectivas. Tienen que encarar seriamente que sus políticas en la sociedad deben tener un efecto directo para resolver el problema de la pobreza y no verlo como un producto derivado de razones humanitarias. Por otro lado, vicios sociales como oportunismo, falta de escrúpulos, hipocresía, servilismo, lacayismo, individualismo, devienen, hoy por hoy, en atributos y cualidades personales garantes de desarrollo y bienestar social y económico. A ello habría que agregar premisas sociales que, en nombre de la modernidad, se soslayan paradigmas funcionales de la sociedad: 1. ...que la inmunidad e impunidad social se logra a través del poder económico y político (o su adhesión incondicional a él). 2. ...que las promesas y esperanzas de bienestar social son sólo "ofertas humanitarias" de las clases dominantes para garantizar su permanencia en el poder con el aval iluso de las grandes mayorías: los desposeídos y marginados. 3. ...que la religión, sea cual sea su forma de expresión, lejos de ser gestora y promotora de valores individuales y sociales, no es más que un instrumento mediatizador social que induce a las mayorías (léase: a los pobres) a resignaciones estoicas frente a condiciones infrahumanas de vida, bajo el aliciente celestial de un paraíso donde se mitigue su sufrimiento terrenal. 4. ...que la conciencia social ha dejado de ser un valor inherente a la condición de humano para convertirse en un valor agregado de intercambio mercantil acorde a los intereses de las clases hegemónicas. 5. ...que el orden y justicia social es desigual y favoritista, cuya asimetría se concentra a favor de las minorías para preservar y garantizar sus derechos a la gran propiedad y riqueza privada, y desfavorece a las mayorías, pues en ellos recae todo el peso y rigor de la aplicación de las leyes, sirviendo de chivos expiatorios para tratar de "demostrar" que el sistema social funciona. 6. ...que cualquier medida de ajuste económico que se dicte para "equilibrar" y/o "corregir" la balanza presupuestaria estatal sólo tiene incidencia en las clases pobres y marginales, son éstos quienes cargan con todo el peso inflacionario del costo de la vida por estar en el último escalón del ciclo mercantil (consumidores finales), lo que se evidencia en su incapacidad de poder costearse una canasta familiar básica (el 63,5% de trabajadores con trabajo perciben salarios equivalentes a menos del valor de la mitad de una canasta básica de 53 productos) y, ni aun gastando todos sus escuálidos ingresos, no logran satisfacer sus necesidades mínimas de subsistencia digna. 7. ...que la poca inversión social a favor de una educación estable y de una seguridad social es necesaria para conservar una sociedad marginalizadora que garantice el flujo de mano de obra barata para la consolidación de las riquezas en una minoría pudiente y adinerada. Vale constatar que aproximadamente el 67% de jóvenes de 15 a 25 años, o sea, en edad escolar, no accede a un centro de estudio (46,7% corresponden a educación secundaria y 20,3% a educación universitaria). Es este contexto desalentador y antagónico que conforma el entorno en el que crecen y se forman socialmente los jóvenes, una generación que pierde sus valores e interés para promover una sociedad equitativa y solidaria, para asumir un rol protagónico e histórico que le permita construir un nuevo orden social desprovisto de antivalores, seudodemocracia y corrupción, pues el mismo (el entorno) conspira contra su adecuada inserción social. O sea, no se puede abordar la problemática social de los jóvenes nicaragüenses divorciada de un sistema social en crisis, de una democracia "partidista" decadente con una estructura económica-social que promueve el círculo de reproducción de la pobreza entre los jóvenes, pues no les posibilita la conservación y/o adquisición de valores que les permitan su autodesarrollo; es decir, lograr aptitudes y actitudes que les capaciten para ser personas que, en medio de una situación de riesgo y crisis, puedan construir su vida de manera digna y humana, siendo capaces de sostener una sociedad justa y equitativa. Actualmente, para los jóvenes la moral se ha convertido en un elenco de enunciados banales, pues la perspectiva de una vida de trabajo y sacrificio no satisface, con la misma eficacia de antaño, la esperanza de un bienestar social futuro. Incluso, para muchos, el estudio ha perdido su prestigio y magnetismo como elemento de conversión y progreso social. Es decir, son mayormente los jóvenes pobres quienes enfrentan la disyuntiva entre educación y la necesidad de trabajar, cayendo en una búsqueda, infructuosa y frustante, de bienestar social, desaliento que provoca la asunción de formas y vías diversas de adquisición de ingresos monetarios, aun fuera del mercado laboral, en un intento de satisfacer sus necesidades humanas, lo que, en la mayoría de los casos, no es posible dentro del núcleo familiar y el sistema social los excluye de toda perspectiva de logro. Y no es a través de programas asistenciales que se va a resolver y detener el deterioro humano y social de la juventud nicaragüense, aunque esto no niega su importancia como alternativa paliativa y remedial a corto plazo, pero cuyos efectos no son permanentes, ni estables, ni sostenibles. El primer paso para reducir el riesgo y la crisis social de los jóvenes nicaragüenses (y que no requiere de inversión financiera alguna) es comenzar a respetarlos y valorarlos; que dejen de ser un simple argumento estético y político en manos de las clases pudientes y en el poder, que los utiliza desde una perspectiva de clientelismo político eficaz para impulsar campañas proselitistas partidistas para asegurar y afianzar su avanzada política. Deben dejar de ser parte del panfleto hiperrealista mercantil que los asume como protagonistas de todos los mitos sociales creados y deificados por el mercado del capital, donde se presume que "todos son iguales", pero que, en la realidad, es el sistema el que determina y elige, dentro de su arquetipo, a quienes están en condiciones y disposición de perpetuar su modelo de cultura estratificada, cuyos límites se definen en los prejuicios sociales y raciales, sexuales y morales, económicos y políticos. La realidad impone que los jóvenes dejen de ser marginados y calificados como "neófitos" incapaces de asumir responsabilidades, de no tener un sentido de existencia y percepción del mundo que les rodea. Hay que tomar en cuenta su visión y expectativas de futuro, reconocer y validar sus valores y formas de vida, pues para ellos están llenos de realidad y sentido. Se requiere asumir el compromiso de buscar un punto de equilibrio para que adultos y jóvenes puedan crecer y vivir en armonía, cada quien con sus paradigmas de vida pero con igualdad de desarrollo y oportunidad de coexistencia real y no demagógica. Es decir, todo joven debe ser capaz de apropiarse de su destino y analizar críticamente su realidad, pero teniendo la seguridad de que cuenta con opciones sociales para afrontar cualquier adversidad. Debe ser capaz de proponer soluciones para su propia vida, lo que implica la necesidad urgente y crucial de mejorar y elevar la calidad de los sistemas educativos, que la educación no se valore por la cantidad de sus egresados, sino por la calidad de los mismos, pero existiendo una eficiente capacidad social y académica para la captación y retención de los educandos. Esto, a su vez, conlleva la necesidad imperiosa de crear pautas para mejorar la situación económica de los hogares y constituir opciones de seguridad y esparcimiento social. La solución de la problemática juvenil en Nicaragua no es simple ni nada fácil, pues implica la elaboración de estrategias sociales y económicas viables e inteligentes, que involucren a todos los agentes sociales, políticos, económicos, religiosos y gubernamentales del país en un esfuerzo conjunto y una honesta disposición de trabajar, con la suficiente visión progresiva, a favor de los jóvenes. Estrategias coherentes con nuestra realidad e idiosincrasia y no traídas ni prefabricadas en el exterior, ni concebidas bajo contextos extraños, ajenos y antihistóricos a nuestra juventud. La solución, por tanto, requiere de una plataforma política, social y económica que se fundamente y proyecte bajo dos ejes de acción determinantes: reducción de la pobreza y creación de oportunidades, lo cual requiere fortalecer y mejorar los procesos de integración laboral y tecnológica para las grandes mayorías y, sobre todo, para los jóvenes. Pero es imprescindible impactar no sólo en el espacio económico de la población de menores recursos, sino también en las dimensiones sociales y políticas de la pobreza, requiriendo de una renovación, reestructuración y cambio de mentalidad política y social del gobierno hacia sus principales gobernados: las grandes mayorías (los pobres), que son, fundamentalmente, quienes garantizan su estadía en el poder al haberles otorgado un voto de confianza y esperanza en sus promesas de cambiar y mejorar las condiciones de vida y bienestar social de la sociedad en general y no sólo para una élite en particular. Resolver la problemática juvenil y, por ende, luchar contra la pobreza y por la equidad social, puede implicar 7 tareas estratégicas principales: 1. Desarrollar un dinamismo económico capaz de generar ocupaciones laborales de buena calidad, tanto en condiciones de trabajo como en remuneración. 2. Impulsar ofertas financieras flexibles, sostenibles y coherentes con la realidad socioeconómica del país, que contribuyan a la creación de capacidades locales para la generación de empleos y autoempleos, incremento de la producción y la productividad, mejoramiento de las redes de comercialización interna, innovación tecnológica y conservación de los recursos naturales renovables. Es decir, definir estrategias de financiamiento que fortalezcan el mercado interno y brinden mejores posibilidades de inversión local para los sectores más desposeídos, sin que impliquen una inducción a niveles de mayor pobreza ni se constituyan en deudas impagables que quiebren a los deudores. 3. Promover una equitativa distribución y acceso de la educación, en todos sus niveles (primaria, secundaria, técnica, universitaria), para todos los jóvenes sin distingo ni discriminación del nivel socioeconómico que provenga. 4. Rediseñar las estrategias y políticas del sistema educativo nacional, a fin de contribuir a la retención de los jóvenes en las aulas de estudio, sin descuidar ni deteriorar la calidad de la educación ni su vinculación al trabajo, acorde al avance tecnológico mundial y a la realidad socioeconómica del país, de manera que propicie que todos los jóvenes tengan igualdad de oportunidades, tanto de desarrollo social como de inserción laboral, procurando desmitificar la tesis del capital de que los pobres sólo están aptos para engrosar las filas laborales del comercio, los servicios y la manufactura. 5. Impulsar programas asistenciales que beneficien a los jóvenes de los estratos más pobres y contribuyan a paliar su condición de marginalidad social. A la vez, les permitan recuperar la confianza, credibilidad y esperanza social de su capacidad creativa para la búsqueda de soluciones que propicien el logro paulatino de un bienestar y equidad social. 6. Impulsar proyectos de desarrollo personal y de esparcimiento social para los jóvenes, que coadyuven a la formación de su personalidad, hábitos y valores; asimismo, fortalezcan su capacidad individual y social para contrarrestar las constantes amenazas de deterioro y descomposición social a las que se ven expuestos y amenazados. 7. Promover campañas educativas que proporcionen a los jóvenes conocimientos y elementos de juicio para discernir sobre las problemáticas estructurales y coyunturales de la sociedad nicaragüense, y desarrollen en ellos habilidades de vida para afrontar con sensatez las distorsiones y mitos de vida que el mercado capitalista promueve y los medios de comunicación refuerzan. Para concluir, este escrito no es una reflexión concluyente en torno a la problemática social de los jóvenes nicaragüenses. Trata de ilustrar, responsable pero no exhaustivamente, premisas que motiven la búsqueda de incidencias de otros factores y de soluciones integrales a la misma, no bajo una visión utópica cortoplacista, menos bajo una calificación de mal social terminal incurable. Es un aporte e invitación a la continuidad incesante de una lucha por alcanzar que los jóvenes crezcan y se desarrollen bajo condiciones de vida dignas y humanas que respeten su integridad individual y social. Algunos indicadores útiles sobre la juventud nicaragüense Población Nicaragua 1999: 4.973.578 habitantes Menores de 15 años: 44,6% Jóvenes de 15 a 24 años: 20,9% Total menores 25 años: 65,5% Edad mediana: 17 años Indice de masculinidad juvenil (de 15 a 24 años): 102,9 Densidad nacional población: 35,8 hab/Km² Densidad de población menor de 15 años: 16 por Km² Densidad de población joven de 15 a 24 años: 7,5 por Km² Densidad de población menor de 25 años: 23,4 por Km² Promedio nacional de personas por vivienda: 6 hab/viv Promedio de menores de 15 años por vivienda: 2,7 por viv. Promedio de jóvenes de 15 a 24 años por vivienda: 1,3 por viv. Promedio de menores de 25 años por vivienda: 3,9 por viv. Indicadores sobre educación: Tasa de población en edad escolar: 53,5% Población en edad escolar matriculada: Primaria: 73,4% Media: 41,5% Superior: 13,5% Coeficiente global de escolaridad: 50,4% Indicadores sobre desarrollo: PIB per cápita: US$ 468,10 Índice de desarrollo humano: 54,7 Ranking de desarrollo humano: 126 de 174 países Ranking de desarrollo tecnológico: 53 de 59 países Límite nacional de pobreza: 58% Población por debajo del límite de pobreza: 43,8% Salario real nacional promedio: US$ 112 Costo promedio de la canasta básica: US$ 139 Índice de desempleo: Nacional: 25,3% Juvenil: 20,9% Indicadores demográficos: Población nacional de mujeres: 2.549.719 Mujeres de 15 a 19 años: 11% Mujeres de 20 a 24 años: 9,2% Tasa de fecundidad: Menores de 15 años: 10% De 15 a 19 años: 11,1% De 20 a 24 años: 27,5% Menores de 25 años: 48,6% Embarazos esperados (-25 años): 13,3% Nacimientos esperados (-25 años): 11,8% Fuentes Banco Central de Nicaragua Celade OPS-Minsa Inec ** Juan Bautista Ramos, educador nicaragüense. Trabaja en el área de informática de la Universidad Centroamericana y está organizando la Fundación Solidaridad Juvenil. jurari@ns.uca.edu.ni. === Letras de la Tierra de Letras ========================================= *** "Cuando tengamos sesenta y cuatro", Omar Fuentes *** Textos de Ana Plenasio *** "En noches como ésta", Evelyn Aixalà Pozas *** "Soles rojos", Carmen Alida Méndez *** "Dulce iniciación", Alberto Sánchez Danza *** "Partes mínimas", Esteban Moore *** "Una historia de amantes", Carlos Millán *** Poemas de Arturo Quetzalcoatl Torres Herrera *** "El león, el zorro y las cabras (fábula)", Marta Juárez *** Poemas de Luz Aceituno *** Tres relatos de Guillermo González Ruiz *** "De súplicas y naufragios", Estela Iglesias *** "Libro de cabecera", René Rodríguez Soriano *** Dos poemas de Ivanóskar Silén Acevedo === Cuando tengamos sesenta y cuatro Omar Fuentes ==================== Salmón Tostao entró nervioso al ascensor y peleó, como pudo, un espacio entre las sardinas humanas que lo ocupaban. Bajo el brazo llevaba el nuevo LP de Los Beatles, Lonely Hearts Club Band, y temía que en el apretujamiento le fueran a desgraciar semejante joya. Sus resoplidos hicieron volverse molesto al espécimen que le tocó delante. Éste tenía el ceño corrugado y la misma catadura del tío Lucas de Los locos Addams. Sin dejar de asaetearlo con la mirada, se desplazó hacia la izquierda para evitar que su cogote desguarnecido siguiera siendo blanco de los resuellos de mula de su inesperado vecino. El cajón metálico, colmado de batas de médico y angustias mal disimuladas, reinició su tantálica rutina. La ascensorista era una catira que no estaba nada mal. Sentada sobre una alta silla, Salmón pudo vacilarse sus muslos por un instante cuando el ascensor se detuvo en el primer piso. El tío Lucas se movió para alcanzar la salida y le dejó libre el panorama. "¡Qué tremendos bates para alguien que se la pasa todo el día escondido en un bicho como éste!", pensó. "Debería ir a exhibirlas todos los días en Sabana Grande". De pronto le vino la imagen de Marilyn parada sobre el respiradero del metro. ¡Qué desperdicio! Ahora aquel festín de voluptuosidad no era más que un amasijo de recuerdos y misterio atrapado en una luctuosa caja de madera. Empezó a sentirse disminuido y la respiración se le hizo dificultosa. Experimentó la necesidad urgente de estirar los brazos pero, obviamente, no pudo hacerlo. Cuando el ascensor volvió a abrirse en el segundo nivel, tuvo el impulso de salir disparado. Se contuvo y sólo él sabe cuánto esfuerzo le costó. Tenía que llegar lo más pronto posible al noveno. Allí de seguro lo estaría esperando su pana Alfredo. Le debía una disculpa por haber dudado lo del asunto de Lennon en el aeropuerto... "Es cierto que la letra en inglés no es una traducción literal del original, pero la similitud en la mayoría de los versos es innegable. Además, el leitmotiv es exactamente el mismo: sesenta y cuatro años". Un par de meses más y ambos serían mayores de edad, lo que de alguna manera supondría un vuelco en sus vidas. "Cuando se cumplen los dieciocho, las pavas lo consideran a uno de manera diferente, o sea, con otra intención. Se puede entrar tranquilo y sin nervios a ver las películas censura C en los cines decentes. En las discotecas te venden cerveza sin ningún rollo. Ya no tienes que andar jalándole a los pures para que te dejen llegar tarde a tu gajo... ¿Te acuerdas de la vez en que nos echamos tremenda pea en Macuto con el par de gringas? Después no nos dejaron entrar al Sheraton a rematar la faena. No quedó más remedio que hacerlo a la orilla de la playa con ese tremendo zancudero. ¡Qué enchave..! ¿Y la noche en que fuimos a ver el reestreno de Lolita y llegaron los tombos pidiendo cédula? Nos rodaron en la patrulla y pasamos la noche con ese poco de malandros. El loco del Gustavo se metió solo a aquel infame remedo de baño en el retén. Hedía peor que un muladar. El muy bolsa se puso a evocar, mientras meaba, las turgencias de Sue Lyon. ¡Qué bolas tiene! De vaina no lo violaron aquel albino mofletudo que se parecía a Gasparín y el gigantón al que le decían Ratón Miguelito. Lo agarraron con las manos en la masa y le dijeron que si él quería ellos lo podían a ayudar a desahogarse. Imagínate: ¿con qué cara se presenta uno a revelarle a este mundo de creyentes que Gasparín y el primogénito de Walt Disney son un par de sádicos? Gracias a Dios los tombos llegaron justo a tiempo. Lo salvó la campana... Y todo ese vainero por no tener dieciocho años. ¡Qué increíble, mi broder!". Las puertas volvieron a abrirse y entró una enfermera con cara de yonofuí. Salmón la miró y ésta le devolvió una sonrisa. Ya se habían visto antes, aunque jamás habían intercambiado palabra alguna. Era posible que mucha gente de la clínica lo conociera de vista. Hacía más de un mes que venía a diario. A eso de las dos y media llegaba y se iba un poco después de las seis. Además, hablando con objetividad, Salmón no hubiera podido trabajar como agente secreto. Era imposible que pasara inadvertido. Para empezar, lo delataban esos pantalones tubito que nunca nadie supo cómo se los metía. Le daban un aspecto de zancudo recién almorzado. Luego, aquel festival de arabescos, lunares y rayas de preso en la pinta. Salmón debe haber sido el primero en atreverse a salir a la calle vestido como el hijo de Jimi Hendrix. Encima, por si alguna duda quedaba de que los sesentas ya habían arrebatado, aquella pelambre hirsuta. Un nido de avestruz después de una ventolera se hubiera quedado pendejo... En fin, que aquél que no lo recordara sería porque no se lo había cruzado jamás en su camino. El tablero marcó el número cuatro y del aparato se bajaron varios médicos. Todos primorosamente arrebujados en unas batas impecables. Parecían lavadas por el mismísimo Caballero de la Blancura de Ajax. "¡Uff, qué alivio!", susurró. "Menos blanco en esta jaula". Al menos ahora habría un poco de espacio para mover brazos y piernas. Un pelo más y le da la calambrina. No soportaba ningún tipo de encierro desde la vez en que se refugió en el baño para que su viejo no lo fuñera. El pure acababa de recibir un citatorio de la dirección del liceo en el que le informaban que su hijo estaba cojeando en los estudios. No era muy comprensivo en este aspecto así que montó en arrechera pura. Salmón, a la vista de aquel entrecejo contraído como un acordeón, salió disparado a refugiarse en el baño. Le pasó el seguro a la puerta y después el piazo e' bicho se quedó atascado. Tuvieron que llamar a un cerrajero y estuvo preso por más de tres horas en aquel espacio tan pequeño y alienante. Todo allí era blanco. Las baldosas, el lavamanos, la poceta, el bidé, la papelera, las cortinas que protegían de la regadera, el papel toillette, la lamparita que pendía del techo, los paños para secarse, el plafón y hasta el piso y el jabón Camay, que su mamá siempre prefirió porque era el jabón de las estrellas. Todo blanco. Todo, menos los papeles untados con el amigable marrón del pupú familiar. Derramó, entonces, todo el contenido de la papelera. A esa nada popular mezcla colórica se aferró con esperanza y agradecimiento el resto del tiempo que estuvo encerrado. Nunca le había gustado el marrón, es verdad, pero entonces le pareció un matiz maravilloso. ¡Era injusto que los grandes pintores y diseñadores de alta costura lo desdeñaran! En cambio, el blanco era subrepticiamente sádico. Tanto así, que era la base excluyente del decorado de las cámaras de tortura de la policía política de Italia y de la Alemania Federal. Allí pasarían largas temporadas algunos de los miembros de las célebres Brigadas Rojas y de la furibunda Baader Meinhoff. Se llegó a decir que sus miembros más aplomados, después de varios días de reclusión, gritaban pidiendo cacao para que los sacaran de allí. Salmón superó la prueba con dignidad militar pero quedó marcado para siempre: en lo sucesivo su color favorito sería el marrón. (Éste, por cierto, no le sentaba, dada la pigmentación de su piel. Una sombra proyectada sobre la oscuridad, o algo parecido). A veces llevaba blusas, pantalones y zapatos en las tonalidades más sombrías del marrón. Cierta vez, cuando él y Alfredo estudiaban el tercer año de bachillerato, irrumpió al salón de clases más marrón que el tabaco de Fidel. Llevaba una camisa decorada con peces que parecían atunes o salmones. Un mamadorcito de gallo con voz de estropicio anunció su llegada desde el fondo del aula: "Ladies and gentelmen, this is... Salmón Tostao"... Claro que con el tiempo moderó un poco aquella fijación cromática e introdujo en sus perchas algunos amarillos soflamados y otros colores (aunque siempre emparentados con las gamas del pardusco y del cobre). En el quinto piso entraron dos tipos. Un leve murmullo de las féminas a bordo previno a Salmón de que algo escapaba a su atención. Entre la sensación claustrofóbica que le producía aquel artilugio y la ansiedad de llegar adonde estaba Alfredito, había estado más ensimismado que una valla. Generalmente subía los nueve pisos usando las escaleras, pero ahora debía llegar lo menos agitado. Tenía que darle la noticia a su pana con la mayor cautela. Alfredo no estaba recuperado del todo si bien la junta médica que ventilaba su caso opinaba que había acusado una discreta mejoría en los últimos días... El más joven de los recién llegados chisteó en relación a la lentitud con la que se movía el ascensor y todos celebraron la ocurrencia con risitas de aprobación. Fue entonces cuando Salmón se dio cuenta de quiénes eran aquellos dos personajes. Eran José Fernández y su hermano Ricky Ferd, los popularísimos Friends. Eran los animadores del programa El clan del ritmo, mismos que habían catapultado carreras como las de Trini Moros y Francis, la sirenita que canta y baila. Salmón palmoteó suavemente el hombro al mayor de los Friends. "Seguro que ya escucharon esta maravilla", les lanzó mostrando el álbum del grupo de Liverpool. "Seguro", respondió Ricky sin vacilar, "¡es una nota!". "Pues se van a quedar locos cuando se enteren de algo relacionado con este disco. Es una cosa que tiene que ver con un artista que todavía no es conocido pero que muy pronto lo va a ser". Las palabras sonaron como una promoción leída por un locutor de radionovelas. Se notaba a leguas la parcialidad. A pesar de ello, José Fernández extrajo una tarjeta del bolsillo de su camisa y la extendió decididamente. "Llámanos a Ricky o a mí, mañana por la mañana", dijo y salió seguido de su hermano pues ya habían llegado al sexto piso. Alfredito no lo iba a creer. ¡Los propios Friends! ¡Tremenda bronca si todo este asunto se hacía del conocimiento público! "¡Y pensar que me cansé de hacerle mofas..! Pero, ¿cómo iba yo a saber que era cierto? Se trataba de una situación arrastrada por los pelos a más no poder. Si bien es cierto que John Lennon pasó por el aeropuerto de Maiquetía hace algunos meses, también lo es el que sólo lo hizo en una breve escala. Apenas si le daría tiempo para mear un piche chorrito en el baño donde dicen que se metió. Nadie sabía que pasaría por allí. Ni siquiera los periodistas más mosca. Además, ¿qué carajos estaba haciendo Alfredito allí, precisamente ese día, o mejor dicho, esa noche? Según él, sus viejos fueron a despedir a unos amigos recién casados que se iban de luna de miel, lo que no tiene, por supuesto, mucho de extraordinario. Pero sí que lo tiene el que él estuviera acompañándolos. Por lo demás, ¿qué hacía el broder con sus versos y partituras encima, cuando esos bichos no salen nunca del escritorio de su cuarto? El año pasado, en el bonche de mi cumpleaños, le pedí que se trajera unos poemitas suyos para leérselos a una jevita que me estaba parando de frente. El tipo me dio corte violento de patas. Me dijo que no era un motivo suficientemente altruista. ¡Qué bolas tiene! No hay un motivo más altruista que una tremenda jeva. Si no, pregúntenle a Ladislao Platnik o a Reinaldito Carrera, que sí saben lo importante que es levantarse un hembrón". El ascensor tuvo una turbulencia y por un momento Salmón pensó que se iban a quedar trancados. Atrapados y sin aire. "¡Como en un ataúd colectivo, coño! ¿Por qué no subí por las escaleras? Me hubiera tardado más pero habría llegado sin novedad. Por andar de atorao, como siempre". Sin embargo, el tablero marcó el número siete y las puertas se desplegaron. "¡Gracias, Dios mío! Permíteme llegar sano y salvo donde Alfredito. Yo sé que se va alegrar burda. Prometo no volver a burlarme de lo que me diga un pana". Respiró con alivio y se atrevió a sonreír. La imagen vino clara a su mente; como si hubiese sido testigo ocular. "Ya me imagino al intelectual de los Beatles pujando en ese recinto odorífico donde unos a otros se miran la verga con disimulo. La mía es subdesarrollada, a juzgar por mis propios estudios comparativos. Siempre trato de que nadie me vea. En cambio Alfredo es un peso completo. Ése sí. Seguro que se le paró al lado a John y se puso de pantallero. Bueno, quién sabe. A lo mejor la emoción de estar al lado de uno de Los Beatles lo puso como el propio pajúo. La verdad es que cuando me lo contó no me refirió nada al respecto. Lo que sí supe de su boca es que el tipo tiene una cara de bolsa que confunde a cualquiera. Confunde, porque es el personaje más arrecho de la música desde Elvis para acá. Claro que Paul McCartney tiene lo suyo, pero McCartney es otra cosa. Debe ser intimidante estar parado al lado de un gigante de la música y, sin más, decirle que uno también es compositor y encima entregarle letra y música de una canción que uno escribió. Hay que ser bien atrinca. Yo no me hubiera atrevido". La ascensorista descruzó los piernones desembuchando el rojo que llevaba agazapado en lo más intimo de su minifalda. Salmón respingó. Un despabilamiento le sobrevino e incluso sintió que el miedo comenzaba a disolverse. Ya estaban en el octavo. Uno más y listo. Sólo él sabía que aquello había sido un sacrificio en serio. Una especie de tortura. No tan grande como la infligida a los rebeldes de las Brigadas Rojas, pero una tortura al fin. (Una torturita que se es capaz de sufrir estoicamente por un hermano). "En todo caso, ¿cuántas veces se ha sacrificado Alfredito por mí? Más de una. Como aquella en que el grandullón de Moco Sueco la quiso emprender en mi contra. Nada más ni nada menos que uno de los jefes de la patota del Este. El más bravo, dicen. Como tal, no iba a permitir que se pusiera en duda su superioridad. Con la chaqueta empapada y las gotas chorreándole por esa barba de beduino, se bajó de la moto. Era martes de carnaval. Lo recuerdo clarito. '¿Quién coño fue el chistoso?', inquirió con voz asesina. Su mirada se paseó de izquierda a derecha buscando descubrir al culpable entre el grupito sentado sobre la verja. Todos teníamos bombitas de agua en las manos y una tremenda urgencia de ser magos para desaparecerlas. Estábamos chorreados. Nadie se hubiera atrevido a mojarlo pero el tipo dobló hacia la avenida justo en el momento en que las jevas de La Santísima Trinidad llegaban a la esquina. El Gustavo fue el que tiró el bombazo. Y, ahora que lo pienso mejor, creo que sí lo hizo adrede porque a él le gusta meterse en vainas sin ton ni son. La verdad es que no sé cuál es el turuleque, pero así es. Y lo más bravo es que nunca termina de pasarle nada. Siempre sale ileso. Como ese día cuando el troglodita de Moco Sueco se enamoró de mí. Si no es por mi panita me desguazan en el sitio. '¿Tú eres al que le dicen Salmón Tostao, no? Tú fuiste el que me mojó', sentenció. No atiné a responder ni pío. Estaba como palo de gallinero. Recuerdo que el tipo me agarró por la chemi se y de repente sentí que estaba guindando sin ser piñata. Cerré los ojos para esperar el primer trancazo cuando oí la voz de Alfredo. 'Él no fue: fui yo', dijo valientemente. Pobre Alfredo, la cara le quedó igualita a la de Quasimodo. Sin embargo resistió la embestida como todo un campeón... de otoño. Sonny Liston después de la pelea con Cassius Clay". Estaba intentando sonreírse de nuevo cuando se encendió la lucecita que le daba vida al número mágico. Salió presuroso, importándole bien poco las sugerencias de Carreño. Inhaló de un solo tirón todo el aire del pasillo. Miró por enésima vez, y con mayor orgullo ahora, la portada del long play donde John, Paul, George y Ringo, asisten como fantoches a su propio entierro. Freud piensa en sexos melenudos. Chaplin, en plagios. El Che, en unas movidas vacaciones en Bolivia o Angola. Lucy en el cielo con diamantes. Con una pequeña ayuda de mis amigos. Cuando tengamos sesenta y cuatro... "Sexagenarios nos vamos a cagar de la risa, Alfredo". Avanzó rápidamente por el largo corredor. La habitación de su pana era la última. "Los últimos serán los primeros. ¿Los primeros en qué?, me pregunto. A los gringos no les gusta ser los últimos. Ni siquiera ser los segundos. A los perdedores no los recuerda ni su madre. En las olimpíadas, por ejemplo, toda la admiración y los máximos honores son para los medallistas de oro. Debieron haberlo puesto en la primera habitación del pasillo. Mi pana será un plusmarquista pero a mí esta recta final me escoñeta". De la última puerta a la derecha salió agitada una enfermera. Le pasó por un lado acelerando el paso para no darle chance de abordarla. Entonces, el corazón se le encabritó y arrancó a galopar. En un movimiento desesperado, su mano arrancó torpemente el LP de debajo de la axila. El disco de acetato se deslizó fuera de la carátula forrada en celofán. Cayó y rodó unos centímetros y comenzó a girar sobre sí mismo hasta quedarse quieto a ras del piso. Al levantarlo, comprobó que se había rayado. Desde el interior de la habitación emergió el sonido rencoroso de una súplica. Un bisbiseo, una pena derramándose. Salmón Tostao, de regreso a su casa, imaginó multitudinarios aplausos y los agradeció en nombre de su pana. Sostuvo en alto el álbum un buen rato, cual si se tratase de un trofeo, y luego le prendió candela. John Lennon no tendría otra oportunidad de conocer poetas en baños públicos y Alfredito no sabría lo que se siente tener sesenta y cuatro. ** Omar Fuentes, abogado, médico y locutor venezolano (1953). Edita en Maracay la revista Medicina hoy. medihoy@hotmail.com. === Textos Ana Plenasio ============================================== Suelo ascender así, desnuda, sin restos de ropa ni de carne, suelo embriagarme de altura desde un recodo de tu talle. Y mi grito arriba estalla, abajo tu torrente acalla, simbiosis perfecta: yo-tu alma. *** Mis miedos Estoy parada. Tanteando mis dudas empedradas. Rígidas, frías, me han fundado paisajes. Han invadido la integridad de los espacios. Se han incrustado en el vacío de mis manos. Y continúan rastreando, buscando el último claro. Yo estoy parada custodiando mis temores, gritando incógnitas que quieren ser certezas. Yo y mis ojos hambrientos, inmóviles, inútilmente ciegos, abandonados en el hueco de esta noche. *** Existo Lloran mis ojos sobre la nada y el literal vacío está chorreando el fluido amargo de esas lágrimas. Observo el hueco de las manos sosteniendo una carencia total que me mantiene, me subsiste. Un abandono cruel que me domina realzando este reinado de imposibles. Y comprendo ahora que soy sólo ese llanto y que vibro y pervivo por su esencia y palpito feliz de estar llorando por entender que entre la nada yo existo. *** Posible Podríamos ser el universo, el paradigma perfecto de la gloria. Podríamos ser el tiempo, sin principio ni final en las historias. Podríamos ser el núcleo mismo del ámbito celestial o de lo eterno. Podríamos ser dos átomos confundidos en el fuego del infierno. Podríamos ser... podríamos, aunque además... podríamos no amarnos. *** Corazón-arte Lijar la caparazón añeja y arrugada, lijarla hasta borrar la última aspereza. Con paño esterilizado frotar las profundidades. Lustrarlo, sacar de él destellos. Trasladarlo hasta el centro de la plaza de artesanos, con gran cuidado, colocarlo en el ángulo frontal de la piedra original de las expectativas, sentarse a su lado con la mansedumbre de aquellos que han logrado llenar los huecos de las apetencias absurdas y aguardar, aguardar a que un bohemio, el más loco se conmueva y me toque al observarlo. *** Como si ajeno Como una larga noche disuelta por la niebla, como pretender de un llanto la explicación del silencio, como gastar la mirada en un hueco impenetrable, como olvidar el punto donde se puso el primer pie para inaugurar el paso. Como ayer, en un suspiro, cuando cruel o indiferente, supe así como si ajeno, de la agonía del amor. *** El otro Señor Serrano Él estaba sentado, mirándola a ella como nunca la miraba. Ella leía el Señor Serrano de Giardinelli. Él, en su sillón hamaca, encendió otro cigarrillo y especialmente la miraba. Ella iba en la parte en que "su vida no le parecía otra cosa más que una constante pérdida de tiempo". Él, con el humo, dibujó dos senos perfectos, dos hombros, y una cintura muy, muy angosta delante del torso groseramente deforme de ella. "Todo lo que había hecho era igual a cero. Nada de nada". Leía ella. Él seguía dibujándola con humo: dos hermosas piernas jóvenes, cruzadas sensualmente. Ella: "...sabía que sólo a él le correspondían las culpas, quizás por no haber...". Él la veía desde el vaho de un pasado, desde ese montón de años perdidos, desde cuando sus vidas eran promesas, proyectos y esperanzas que fueron disolviéndose en el humo. "Y podía soportarlo perfectamente, mucho mejor que a esa pertinaz, intolerable soledad que parecía envolverlo como a una telaraña". Seguía leyendo: "...a veces recapitulaba su vida, como si hubiera sido una película que se pudiera rebobinar". Él terminó su vigésimo cigarrillo sin dejar de mirarla. Pelo sepia, chato, sin vida. Rostro gris, sin expresión y arrugas-arrugas, muchas arrugas como surcos en el polvo áspero pero, ni una sola huella de alegrías. Ella llegaba a la página que, en sueños, un agresivamente más joven Señor Serrano se había gritado a sí mismo que era un pobre tipo. Él tomó una nueva etiqueta de su bolsillo, sin quitar la vista de ella, buscó con la uña la punta de la cinta de celofán, tiró suavemente, en círculo, siguió buscando con la yema del dedo y encontró el doblez del papel metalizado, metió nuevamente su uña, rompió la entrada, o salida, del paquete para poner en libertad a los cigarrillos, sacó uno, lo encendió y continuó desafiando su resignación o su valor con las figuras del humo. Ella leyó: "Entonces dejaría boquiabierto a más de uno, saldría en los diarios, sería famoso y discutido". Él la formó amamantando a un niño. Ese dibujo se renovó a consecuencia de la atmósfera, hizo unas variaciones con increíbles curvas y creó otro niño jugando por el parque, y otro, y otro, y unos padres riéndose felices y... y cosas que jamás tuvieron. "Entonces, pensó que, quizá, había llegado el momento". Decidió que el peso del hastío y la soledad era demasiado peso para un solo cuerpo. Lentamente, sin dejar de mirarla, metió la mano en el bolsillo: los cigarrillos, el encendedor. Después, metió la mano en el otro bolsillo: el revólver, las dos balas, el humo. Mucho, mucho... mucho humo. ** Ana Plenasio, escritora argentina nacida en Paraná, Entre Ríos (1951), y residente en Río Cuarto. Ha realizado exposiciones de pintura y cerámica y trabajado en vestuario e iluminación de teatro. Ha publicado el poemario Osadía de vivir (1998) y ha participado en las ediciones colectivas Versos con versados (1996), A tiempo (1997), Crisoles (1998) y Libre de condición (1999). Integra un taller de extensión de la Universidad Nacional de Río Cuarto, en el que se publica la revista semestral Con Tiempo y Sobra, donde ha publicado sus textos y desempeña labores de diagramación y difusión. cplenasio@eco.unrc.edu.ar. === En noches como ésta Evelyn Aixalà Pozas ========================== Quizá tienen razón cuando introducen el amor en los libros. Quizá no puede vivir en otra parte. W. Faulkner -Te extraña que una mujer de mi edad esté sola en un lugar como éste. ¿Cuántos años dirías que tengo: treinta y cinco, cuarenta..? No te atreves a decirlo. Crees que me ofenderías. Eres de los que piensan que es de mal gusto calcular la edad de una mujer. Te da miedo equivocarte y molestarme. No me importa, de veras, sé que el tiempo pasa y que ya no soy una jovencita. Te lo diré yo, así te libero del compromiso. Tengo cincuenta años. ¡No pongas esa cara! Seguramente pienses que no los aparento, pero es porque no me estás mirando a los ojos. Ellos nunca engañan. Nos desnudan sin pudor. Si los miras bien, verás que éstos han sufrido. No me asusta envejecer, arrugarme, encanecer... es una angustia inútil. Lo que me hace sentir desamparada y frágil es advertir cuántas cosas he perdido por el camino. La vida es un perpetuo destierro. Somos cigüeñas que emigran y nunca vuelven al mismo nido, por más que les gustaría. Uno a veces pierde de vista lo que ha sido, pero nunca lo olvida. Olvidar... ¿quién puede hacerlo? Yo aún puedo verme jugando a rayuela en el callejón de enfrente de casa con mi pelo cortado a lo Napoleón y mis piernecitas enclenques y magulladas. Me podía pasar horas y horas lanzando la piedra y saltando o apoyada en la puerta del cobertizo viendo cómo mi abuelo ordeñaba. El tiempo no apremiaba. ¡Quién volviese a aquellos años de despreocupación! Decía un viejo profesor mío que en cada momento de nuestras vidas está presente nuestra infancia y nuestra muerte... ¿Por qué me miras tan asombrado? Dime si me equivoco; ahora te estás preguntando: ¿qué la habrá traído hasta aquí, un desamor, tal vez una disputa pasional o tan sólo un aburrido enfrentamiento matrimonial? ¿Estará esperando a alguien o su único propósito esta noche será encontrar a una persona que escuche y no haga preguntas estúpidas? Te diré que lo más probable es que sea un poco de todo esto, pero sobre todo la culpa la tiene una pipa, sí, tal y como lo oyes. Soy prisionera del recuerdo, una víctima más de ese eterno verdugo de batallas breves y mortales. Yo me pierdo en sus galerías con facilidad. El futuro me resulta desesperanzador. Todo lo interesante que puede ofrecerme son veladas como la de hoy, nada más. La nostalgia me atrapa en noches frías y tristes como ésta. No soporto la lluvia menuda que cae igual que polvo y te cala hasta los huesos, ni el crujido de las hojas secas mientras caminas, me recuerda esos cuentos de infancia de cementerios y espíritus que imploran en la noche. Mi madre me los leía y yo lloraba desconsolada. Me entristecía, como me entristece este lugar: las melancólicas notas del bajo, la voz quebrada de la negra, y este olor ¿lo notas? Es tabaco de pipa, de malta, es inconfundible. Nunca sé si es el recuerdo quien me atrapa o soy yo quien lo persigue. ¿Te apetece escuchar mi historia? ¿Ese tímido gesto significa que sí? Bien... Cuando conocí a Fabio fumaba en pipa y me observaba desde detrás de una tupida nube de humo de olor dulzón que desdibujaba su rostro. Expulsaba el humo lentamente, manteniendo la mirada fija, como si estuviese pensando algo decisivo para todos nosotros e incluso para la humanidad, me imagino a Freud clavando los ojos con la misma intensidad sobre sus pacientes. Creí que era una estrategia de conquista muy meditada, ya sabes, fumar en pipa da ese aire de intelectualidad y misterio. Seguramente yo misma me tendí la trampa donde más tarde caería atrapada. No sabes de qué trampa hablo, pero si permaneces ahí, pronto lo descubrirás. Han pasado más de veinticinco años desde aquella noche de otoño. También lloviznaba. Llegué tarde. Mis amigas me esperaban acompañadas por un par de chicos en apariencia algo mayores que nosotras. Cuando me senté, desenvolviéndome con un falso aire de seguridad, Fabio dejó escapar una sonrisa socarrona. Me molestó esa mirada pretenciosa. Noté que la sangre me subía a los mofletes y me invadió un sentimiento de repulsión y fascinación a un mismo tiempo. Yo tenía entonces veinticuatro años y sufría. Padecía un anhelo insoportable e indefinible, un vacío que sólo me permitía llorar en soledad y fingir en presencia de los demás. Esperaba ansiosa a alguien. No sospeché que la esperanza casi siempre precede al desencanto. Ahora que lo sé, ya no espero. No quiero volver a imaginar que algo me pertenece. La posesión es nuestro peor enemigo, nos vuelve obsesivos y egoístas, y nos hace sufrir. Sin duda el tiempo enseña si no a evitar los errores sí, al menos, a reconocerlos cuando llegan. Y diría que enseña algo mucho más importante, que lo más amado y deseado siempre es infinitamente efímero. Aunque dure cien años, siempre nos parecerá que ha sido un relámpago. -Es la primera vez que viene a este bar, ¿no es así? Me acordaría de su cara, si de algo puedo presumir es de memoria. Yo vengo todos los días a esta parroquia y siempre rezo en la misma mesa, al lado de la ventana. Se preguntará por qué. La respuesta es muy simple: una mujer, detrás de cada obsesión siempre hay una mujer. Desde aquí veo la entrada del club de jazz y a ella cuando llega. No sé por qué la espío. Me excita imaginármela seduciendo a otros como me sedujo a mí, haciendo que fuma, apurando la copa en un par de sorbos, marcando el ritmo de la música con los pies... Precisamente nos conocimos en ese club de jazz. Me fascinó esa candidez que trataba de disimular sin éxito, esa salvaje inocencia, ¿sabe de qué le hablo? Entonces yo era otro. Daba clases de historia en un instituto público y militaba encarnizadamente en la izquierda. Proclamaba un mundo más libre y más justo, y míreme donde estoy, conduciendo un podrido autobús turístico, una Torre de Babel donde nadie se entiende y a nadie le importa que así sea. Si le digo la verdad, a mí tampoco. Soy un esclavo resignado, lo reconozco, dejo pasar los días. Los sueños no me han conducido a ningún lugar, más bien me han anclado en este letargo. La noche que la conocí, yo había salido de copas con Carlos, un compañero del partido. Fue él quien las invitó a sentarse con nosotros, a Ángela y a sus dos amigas. ¿Quiere que se la describa? Me encantaría, aunque antes quiero que sepa que tal vez todo lo que le explique no sea más que el recuerdo traicionado por los propios recuerdos. Lo primero que vi fueron sus ojos glaucos de pupilas serenas bajo unas pestañas sencillamente impresionantes, largas y espesas. Presentí que sus ojos podían conducirme hasta la muerte. Dejaba caer los párpados con una mezcla de natural inocencia y estudiada provocación que perdían al más cauto. ¡Una mirada tan limpia! Luego, con el tiempo, se volvió dura, impenetrable, recelosa... Bajar la mirada es signo de desconfianza. Usted me está mirando de soslayo, claro, no me conoce y no se fía de mí. Seguramente yo también desconfiaría de un fulano que se pasa los días espiando a su ex mujer, pero créame, soy inofensivo. Recuerdo que aquella noche de la que le hablo empezó a cargarse el ambiente de humo y aproveché para invitarla a salir. Nos sentamos en un banco de la plaza. Había dejado de llover. Yo tenía unas ganas locas de darle la mano pero no me atreví ni a rozarla. La acompañé a casa y me invitó a subir. Me sentí victorioso, puede imaginarse. Por más que quería no podía borrar la sonrisa bobalicona de mis labios. De repente, mi osadía me traicionó. Le dije: ¿sabes que tengo ganas de darte un beso? Y ella respondió lacónica: yo no. Quise evaporarme, imagínese la plancha. Apuré el café de un solo sorbo. El pulso me temblaba y el rostro me ardía. Me fui derrotado como un toro después del encierro. Pensé que ya no sabía seducir y lo que era aun peor, que estaba patéticamente convencido de lo contrario, de que no había quien se resistiese a mis encantos. Me sentí absurdo y pretencioso. Sin embargo, no quise aceptar la derrota tan pronto, mi ego estaba dolido pero es muy pertinaz, de modo que le dejé mi número de teléfono. Cada vez que sonaba, deseaba que fuese ella, pero nunca llamó. Nos encontramos un par de días más tarde en el tren. ¿El destino? Me gusta creerlo así. -Le dije que no me apetecía besarle. Era mentira, pero creí que no debía ceder tan pronto. Me provocó placer ver cómo se borraba de su rostro esa presumida sonrisa de triunfo. Me sentí poderosa aunque sólo fue un instante. Luego me inquietó la idea de no volver a verlo jamás. Me dejó su número de teléfono pero nunca logré localizarlo. Coincidimos en el tren un par de días más tarde. Nunca le confesé lo de las repetidas llamadas. No podía saber que no había dejado de pensar en él. Traté de disimular mi alegría por un encuentro tan azaroso y a la vez tan esperado, pero debió de ser en vano ya que sin duda mis ojos me delataban. Tengo un recuerdo tan bello de aquellos primeros meses en que todo nos sorprendía del otro. Pero las cosas se deterioran tan pronto... y ya nunca nada vuelve a ser lo mismo. No hacen falta grandes traiciones para que todo se despedace, es suficiente un movimiento en falso. ¿Sabes? Yo era virgen antes de conocer a Fabio. ¿Te sorprende? Sin duda te sorprende. Nunca supe si el no haber cedido hasta entonces fue una cuestión de decoro que provenía de una educación de raíz cristiana, si es que yo tenía una idea demasiado platónica del amor que me impedía concebir el sexo como mero placer, lo cual en realidad viene a ser lo mismo que lo anterior, o si sencillamente hasta aquel momento las circunstancias me habían sido adversas y los candidatos no habían estado a la altura. Lo cierto es que hasta que llegó Fabio, reprimí mis fervientes deseos una y otra vez y, sin embargo, me acosté con él apenas hacía una semana que nos conocíamos. Juraría que lo decidí el mismo día que le vi y no me preguntes por qué ya que no hay respuesta. La primera vez, que yo esperaba como el más dulce de los placeres, no fue tan deliciosa. La ansiedad y el azoramiento me mantenían clavada en el catre, rígida, apretando las piernas, contrayendo los músculos y conteniendo la respiración cada vez más agitada. Fabio no se desalentaba pero yo me resistía muerta de miedo mientras él trataba de calmar mis sofocos con caricias. Fue una larga lucha entre su porfía y mi recato. Por suerte, mis fuerzas desfallecieron y perdí el combate. Aun así, lo recuerdo con ternura quizás porque no puedo separar aquella vez de todas las posteriores, o quizás porque no fue tan desastroso como lo sentí entonces. El sexo nos unió más de lo que nunca hubiese imaginado. Con el tiempo fui descubriendo que las alianzas que se urden bajo las sábanas son mucho más poderosas que las que nacen de la sensatez. Disfrutaba fantaseando nuevos juegos y, sobre todo, gozaba provocando situaciones morbosas en público en las que él era mi más fiel cómplice. Nos divertía escandalizar a los pobres pudorosos que se echaban las manos a la cabeza aturdidos. Se creó un vínculo que nos permitía anticiparnos a los pensamientos del otro. Recuerdo que la primera vez que pensé que le quería, le miré fijamente. Él tenía los ojos cerrados. Parece increíble pero sin abrirlos, dijo: yo también. Si hubiese tenido la posibilidad de matar al tiempo justo en aquel instante, lo habría hecho. Me miras como si quisieras que nunca olvidase esa mirada, dijo Fabio. No sabía, ni él tampoco, que llegaría un día en que nada de todo eso podría recuperarse. No comprendo cómo ni cuándo nos perdimos. No advertí el ocaso. Cuando abrí los ojos ya era de noche, una noche terriblemente oscura. Sin embargo ahora, desde la distancia, creo que el primer aviso fue el maldito ramo de rosas. Adoraba esa flor tanto como ahora la detesto. Es altiva y traicionera. Nos deslumbra con su belleza para luego clavarnos las espinas cuando queremos tomarla. La nota que acompañaba al ramo era: todo lo que pudiera decir no serían más que palabras. No estaba firmada. Aquella tarde yo había discutido con mi padre, algo frecuente entre nosotros, e interpreté que ese ramo, como otras muchas veces, era su forma de disculparse. Fabio llegó a casa sonriente. Me molestó porque estábamos ya demasiado lejos el uno del otro para contagiarnos los sentimientos. Percibí la triste verdad: nos estábamos desenamorando. Fabio miró las rosas y murmuró que eran preciosas. Asentí con un leve movimiento de cabeza. ¿Nada más?, preguntó. Entonces comprendí que era él quien las había enviado. Mis ojos se humedecieron. Sentí un vacío tan grande como el que produce la muerte de alguien querido. En realidad algo querido se estaba muriendo. -No entendí por qué sus ojos se llenaron de lágrimas y no se lo pregunté. Hablar sólo conseguía empeorar todo. Su mirada se volvió insoportable, incluso odiosa. A veces hubiese deseado arrancarle los ojos. Aquellos meses recuerdo meterme en la cama todos los días con la misma pregunta y reprimir el impulso de hacerla por temor. ¿Me seguía queriendo? No osé pronunciar esas tres palabras que seguían zumbando en mi cabeza cada noche como una mosca encerrada en un cuarto sin salida. Me daba cuenta de cómo todo se iba pudriendo pero no sabía qué lo gangrenaba ni si había un remedio y, en tal caso, cuál era. Fue Ángela quien, como si leyese mi pensamiento, me desafió una noche con la pregunta. Me enfurecí y espeté un discurso acerca de lo innecesarias que son las palabras para hablar de sentimientos, precisamente yo que había soñado con aquella pregunta un sinfín de noches. En lugar de decirle la verdad, de decirle: te quiero tanto que sería capaz de matarte, dije: ¿qué necesidad hay de preguntar eso? Ángela no soportaba mis evasivas. ¿Me quieres?, insistió. El tono de su voz era áspero. Recuerdo que le dije: ¿Te vas a sentir más tranquila si te digo que sí? Me miró con odio y salió del cuarto sin hacer ruido. No regresó en toda la noche. ¿Lo entiende? No se daba cuenta de que las palabras mienten, son imprecisas y embaucadoras, no aciertan ni a mostrarnos un reflejo mínimamente fiel de la realidad. ¿Sabía que Heráclito decidió dejar de hablar para no mentir? Ella hubiese preferido morir antes que callar, no soportaba el silencio excepto cuando lo aprovechaba para recriminarme algo. Traté de arreglarlo con un ramo de rosas. ¡Qué estúpido fui! Añadí una nota que decía: todo lo que pudiera decirte no serían más que palabras. Estúpido por segunda vez. Regresé a casa esperando una sonrisa indulgente y encontré esa mirada sombría. Amigo mío, es inútil esperar, hágame caso, no aguarde nunca o sólo encontrará desengaños. Decía mi abuela que el que siembra recoge, pero yo debí sembrar semillas del diablo porque no recojo más que fracasos. Si uno pudiese prescindir del sol y la lluvia para reunir buenas cosechas... -¿No pensabas cuando adolescente que el amor era un estado inagotable de embriaguez? Yo sí. Nunca imaginé que estuviese más cerca del dolor y la destrucción que de la felicidad. Quién me hubiese dicho que pone al descubierto nuestros más mezquinos sentimientos. Quise a Fabio tanto como le odié. Quizás si le hubiese querido menos, si la razón nos hubiese dominado en ciertos momentos de locura, si... ¿pero quién puede poner freno al desenfreno? Su presencia me dolía porque era el reflejo de la desesperanza, de lo que nunca poseería. No soportaba que me apartase de él, que decidiese sentarse en la otra esquina del sofá, que prefiriese venir a la cama media hora más tarde, que no me permitiese participar en sus lecturas, que se encendiese si yo le observaba apoyada en el quicio de la puerta como si violase su intimidad. Su necesitada soledad se convirtió en una carga insufrible para mí. No sabía qué hacer con mi libertad cuando él me alejaba. Aún hoy muchas noches sueño que vivo encerrada en la penumbra de una celda. Veo sombras que no puedo definir, sombras de gente que no dice nada. Su silencio es insoportable. Es absurdo pero casi siempre preferimos las palabras que no dicen nada al silencio. Yo soy la primera que no lo puedo sufrir, me incomoda. Olvidamos que es más fácil decir lo que no se siente que callar lo que se siente, y es así como Fabio y yo acabamos por reprocharnos tanto lo que decíamos como lo que no decíamos, sobre todo lo segundo. Nos husmeábamos como las fieras. Nos molestaba la presencia del otro y todo lo que hacía nos parecía una provocación. Nos fuimos deslizando por un túnel sin salida en el que vislumbrábamos un ápice de luz que nunca logramos alcanzar. Siempre retrocedes, aunque tienes la ilusión de caminar hacia adelante. ¿No has vivido esta angustia? La distancia acaba siendo insalvable. Desconfías y prefieres inventar antes que escuchar los motivos del otro. Fabio llegaba tarde a casa y me decía que había estado paseando. Estaba convencida de que me mentía. Lo suponía en la cama con otra. Entonces aún no podía imaginar quién era esa mujer. Los celos me mataban. Sufría su ausencia como un castigo. Recuerdo que una tarde fuimos a ver una exposición de Magritte. Una francesita se paró justo a nuestro lado y miró a Fabio con descaro. Era realmente bella. Tiene unos ojos que matan, dijo él. Los míos, en cambio, se habían aguado. No puedes imaginar lo vulgar, fea y vieja que me sentí. En el resto de la tarde no volví a dirigirle la palabra. -A veces la odiaba tanto que deseaba destruirla, como aquella tarde en el museo. Un año antes, Ángela habría mirado a esa chica y asentido a mi piropo con una sonrisa, quizás hasta me hubiese propuesto invitarla a dormir con nosotros con ese tono de provocación que nunca se sabía si era en serio o en broma. Sin embargo aquel día se enojó y me castigó con el silencio. A mí también me atacaban los celos, pero yo nunca lo oculté. Recuerdo que al principio me gustaba que otros tratasen de poseerla con la mirada. Sentía que en lugar de poner en peligro nuestra relación, se tendía un puente de complicidad que hacía nuestro vínculo más sólido. Era tan seductora que se giraban para mirarla. Más tarde empezaron a molestarme incluso las sonrisas cándidas si iban dirigidas a ella y para colmo las capturaba al vuelo con orgullo. Se despertaban en mí instintos asesinos pero lo único que hacía era arremeter contra Ángela como si tuviese la culpa de ser bella y deseable. No podía controlar mi furia. En cambio, ella adoptaba ese aire de ofendida que se empeñaba en negar si se lo mostrabas. Me resultaba patética. ¿Qué hay de malo en aceptar que se sienten celos? No es tan lamentable. Es humano, ¿o no está de acuerdo conmigo? Ángela no podía admitir ni una sola de sus miserias. Si se las descubría, me miraba con esos ojos terribles exhalados desde no sé qué vacío doloroso. Una mirada que se hacía más intensa y desgarradora cuanto más lejos de mí estaba. -¿Quieres que siga? Me parece que aún no te he contado nuestro viaje a la Alhambra. Lo emprendimos para resarcirnos del daño que nos estábamos haciendo. Puedes suponer que no sirvió de nada. Ya no había vuelta atrás. Recuerdo cómo iba creciendo mi irritación a medida que avanzaba la visita. Fabio quería verlo todo cuanto antes. Su impaciencia me crispaba. Caminaba raudo, esquivando a los visitantes sin miramientos; empujando y propinando codazos a diestro y siniestro sin dejar de blasfemar. Sus ojos cada vez desprendían más odio. Me detuve en la sala de los Abencerrajes. Habrían sido suficientes cinco minutos para contemplarla, pero alargué ese instante sólo para fastidiarle. Quizás en el fondo esperaba estar equivocada y que admirase conmigo esa maravilla. ¿Piensas estar aquí hasta que se desplome?, preguntó airado. Una vez más le odié, pero contuve mi cólera. Mientras comíamos, en la mesa de enfrente, había una pareja de ancianos. Debían tener más de setenta años. Él la miraba con tal dulzura que no pude apartar mis ojos de ellos. ¿Deben estar aún enamorados?, pregunté. A veces el miedo a la soledad nos ata, contestó Fabio. No los estaba mirando. Nadie que hubiese visto esas miradas habría afirmado tal cosa. ¿Desenamorarse es sólo cuestión de tiempo?, insistí, ¿es eso lo que nos ha pasado a nosotros? Su evasiva fue demasiado evidente: No hablaba de nosotros, dijo esquivando mis ojos como si le quemasen. Espeté una sonrisa tan cínica que incluso me hirió a mí. Deja de engañarte, le dije, este fin de semana no ha sido más que un intento fallido de ocultar lo obvio. Nos hemos perdido, Fabio, y lo único que nos mantiene vivos y en cierto modo nos consuela es hacernos daño. Ya no sé quién eres y lo que es aun peor, empiezo a dudar de quién soy yo. Al principio trató de escudarse en el tiempo diciendo que todo lo asesina, que si las risas se hielan, las ilusiones mueren porque no soportan la carga de la realidad... se ponía tan poético en estas situaciones. Le miraba incrédula y eso le hizo exasperarse hasta explotar: Tú tampoco eres la Ángela que conocí, ni siquiera su sombra. Es cierto, le dije, esta sólo es la Ángela que ha sobrevivido a ti. No se lo dije para culparle, sólo constataba algo tan evidente como que uno es lo que las circunstancias le hacen ser. Ambos éramos la obra del otro y eso nadie en su sano juicio lo negaría. Tú eres la suma de tus recuerdos y esos recuerdos no pueden desligarse de quienes los compartieron contigo. Durante años nuestras vidas se redujeron a oírnos respirar y procurarnos aire. Cuando se agotó, empezamos a ahogarnos. Fabio no lo entendió, creyó que trataba de cargarle todo el peso de nuestro fracaso. Entonces afloró el rencor y utilizó esa táctica tan cretina de hurgar en la inmundicia. Quiso rescatar recuerdos que demostrasen mi cobardía y mi falta de honestidad para aceptar mi parte de culpa en nuestra desdicha. ¡Santa Ángela!, exclamó. Me negué a escucharle, no por el dolor que pudiese causarme recordar, sino porque no quería que matase lo único que nos quedaba: la memoria de lo que habíamos sido juntos. -Nunca quiso aceptar sus miserias. Me quería hacer creer que admiraba a aquellos viejos y en realidad sentía envidia. Ella sabía que nosotros nunca seríamos ellos y eso la hacía sentirse la mujer más desdichada del mundo. Ángela soñaba con la bobada del amor eterno y ya lo dijo aquel filósofo, el amor es eterno sólo por un instante. Odiaba la felicidad ajena, pero le dolía tanto admitirlo. La seguí con la mirada mientras se alejaba. Caminaba cabizbaja y derrotada, arrastrando los pies y balanceando sus enjutos brazos como péndulos. Reanudé el paso y la seguí a cierta distancia. Me recordaba el alma que baja resignada al infierno sin entender por qué la condenan. Me enfurecía tanto estoicismo. Ojalá me hubiese abofeteado hasta romperme la cara. Deseaba que hiciese algo en lugar de huir resentida. Por mi cabeza pasaron ideas realmente horrendas. Fantaseé deshacerme de ella de todas las maneras posibles. Me parecía la única forma de sacarla para siempre de mi cabeza. No sufra, sólo cometo crímenes con la mente, en acto no soy capaz ni de aplastar una mosca. Apresuré el paso hasta atraparla. Cogí su mano. La mantenía rígida para recordarme que no había perdonado mi falta de sensibilidad. Siempre me tachó de insensible. Sus ojos fingían no advertir mi presencia. Su mirada era lánguida, tan impenetrable como la de una estatua. Traté de hacerla reír, pero no atisbé ni una vaga sonrisa en su afligido rostro. Ángela fue incapaz de salir del calabozo. Ya no había nada que pudiese rescatarla, o quizás debería decir rescatarnos. Es así, amigo mío, todo se ofusca en un instante. Uno se enrosca sin darse cuenta y no deja de girar sobre su propio eje. De repente, no hay un solo día en que no se desencadene la tormenta de reproches e insultos. Cuanto más crueles sean los agravios, mejor. Nos provocaba placer enojar al otro. Salpicaba el espejo del baño cada vez que me lavaba los dientes sólo para disgustarla, no tiraba de la cisterna cuando orinaba porque sabía que eso la enfurecía sobremanera, incluso me tiraba pedos en la cama. Me divertía hacerlo en invierno porque Ángela dormía cobijada bajo las mantas. La sentía apartar la ropa precipitadamente y decir en voz baja: te odio. A mí se me escapaba una maliciosa sonrisa que contenía para que no sospechase que estaba despierto. Ella era aun más arpía y lo que le causaba mayor goce era invitar a mis padres a cenar y comportarse como la perfecta esposa, complaciente y risueña, haciéndome participar en su comedia. Después de la victoria llegaba siempre la convicción de lo absurdo que había sido ganar esa batalla si no podíamos compartir la gloria. Si bien cada vez nos odiábamos más, también es cierto que después volvíamos a querernos con delirio. Eran pequeñas treguas entre guerra y guerra que nunca supimos por qué llegaban ni quién de los dos las instauraba, pero que aceptábamos agotados de tanta contienda cada vez más feroz. Duraba poco la calma. Pronto abandonábamos el charquito del entendimiento para lanzarnos de nuevo al mar de la hostilidad. ¿Se está aburriendo? Me alegro de que no se aburra, si es así, dígamelo, prometo no enojarme. Se me seca la boca de tanta charla. Voy a pedir algo de beber. ¿Quiere otra copa y así me acompaña? Yo le invito. ¿Cómo dice? No, claro que no fue la primera mujer con la que estuve. Yo tenía veintisiete años cuando la conocí, ¿cómo pretende que fuese la primera? Ya me había acostado con muchas, aunque casi nunca por amor. -¿Te he hablado alguna vez de Milena? La primera vez que me enfrenté a esos ojos negros y melancólicos fue en una fotografía. La segunda, en este mismo club de jazz diez años más tarde. Aquella noche, cuando traspasé la puerta de este lugar, tuve el presentimiento de que algo importante iba a suceder. La tristeza me invadió y no supe por qué. Milena estaba sentada en aquella mesa, la de la esquina, iluminada por la tenue luz de la tulipa. Se giró y nos miró como si estuviese esperando nuestra llegada. Sus ojos atravesaban; apresaban como un torbellino. Nunca he visto unos ojos tan hipnotizadores como aquellos. Permanecimos de pie junto a su mesa largo rato. Ellos hablaban con fervor y yo los miraba sin oír sus palabras, sumisa en mis tristes pensamientos. Me sentía sola, sin nada a lo que aferrarme, como una extranjera en su propia ciudad. No pude soportar la presencia tan próxima de Milena. Sentí que ella estaba más cerca de Fabio en aquel instante que yo, y que quizás siempre lo hubiese estado. Me excusé y me fui a sentar en otra mesa. Los oía reír. Fabio parecía contento. Cuando regresó a mi lado mantuve el silencio esperando que él lo rompiese. Tal vez esperaba oír, Milena sólo es pasado. Esperar... ésa ha sido mi perdición. Fabio tan sólo sentenció: es increíble cómo nada escapa al paso de los años. ¿Qué quería decir con eso? Debí mirarlo con más amargura que nunca. No podía desprenderme de la mirada de Milena. No he podido borrarla nunca más. Cuando me desperté al día siguiente Fabio ya no estaba en casa y sobre el tocador había un papel con la dirección de un hotel y el número de una habitación. Me vestí enloquecida. Todo lo que deseaba era pillarlos in fraganti. ¿Para qué? No lo sabía. No me detuve a pensarlo. ¿La mataría a ella, lo mataría a él, me suicidaría para que sintiesen remordimientos el resto de sus días, montaría una escena de celos en medio del pasillo del hotel hasta que reuniese a nuestro alrededor a todos los huéspedes? Mi locura no me permitía pensar. -Como le iba diciendo, Ángela no fue la primera mujer con la que estuve y tampoco la primera de la que me enamoré. ¿Quiere saber quién fue la primera? Su nombre era Milena, una bellísima mujer húngara que conocí en la universidad. Tenía el cabello castaño y espeso y los ojos negros como ópalos y de mirada infinita, daban vértigo, se lo juro. Milena fue el primer adiós que me partió por dentro. ¿Qué pasó? Veo que usted es muy impaciente, pero está bien, le responderé. Pasó que la pasión y el odio acabaron por consumirnos, como siempre sucede en estos casos. Milena me llamaba desde Hungría de madrugada llorando y suplicándome que le dijera quién era la otra. Yo no entendía nada, la amaba, le juro que hasta que conocí a Ángela nunca le fui infiel, y no por falta de ocasiones, de eso puede estar seguro. No sé por qué con Ángela fue diferente, quizás porque la primera vez que la vi sus ojos pudieron más que todas mis razones y mis endebles compromisos. Me costó enamorarme de Ángela, como todo aquello que se hace por segunda vez. No me hizo falta decírselo a Milena, lo descubrió ella sola. No me pregunte cómo, las mujeres son muy perspicaces. En el fondo, somos mucho más ingenuos que ellas. Son astutas como las raposas. Créame si le digo que dentro de cada mujer hay una puta en potencia. Si quieren, pueden manejarnos a su antojo y además hacernos creer que somos nosotros quienes dominamos el juego. Repase la historia y verá si no es cierto lo que le digo, los siglos están plagados de mujeres inteligentes que dominaron el mundo. Lo peor es que nos creemos que somos nosotros los emperadores. Sigamos por donde íbamos. Milena aterrizó en Barcelona un par de meses más tarde. Dormía con Ángela cuando llamó para advertirme de su llegada. Ángela me miró y antes de que yo pudiese decir nada, balbució: no te preocupes, no tengo miedo. Ya ve, confiaba en mí a pies juntillas. Eso me dio el valor para enfrentarme a Milena que me esperaba sentada en el café leyendo un libro distraídamente. Seguía siendo bellísima, pero sus ojos herían de nostalgia y desprendían destellos de rencor. Me entristeció sentirla tan extraña. No trató de reconquistarme. Esperaba que desplegase todas sus artimañas para poder recordarla fuerte y astuta, como la conocí, pero apenas habló. Sonreía tratando de disimular su pena. Olvidaba que yo la conocía demasiado bien y no podía engañarme. Yo sabía que aquella no sería la última vez que vería a Milena, y así fue. Me la encontré diez años más tarde en ese mismo club de jazz. ¿Cree que Ángela estará flirteando con otro? Yo estoy convencido de que sí. Adora ser la reina de la fiesta. Pero no pasará de ahí y no piense que se lo digo porque soy de esos prepotentes que creen que después de ellos sólo está Dios, pero conozco a Ángela y sé que huye de esa clase de sentimientos. Relaciones como la nuestra le dejan a uno sin ánimos para embarcarse de nuevo. Ya he vuelto a perder el hilo, no deje que me desvíe. Le hablaba de mi encuentro con Milena. Me alegré muchísimo de verla. Nos quedamos perplejos. No era para menos, diez años son muchos años. Empezamos a hablar atropelladamente y a rememorar batallitas como un par de viejos que evocan sus maravillosos años de adolescencia. Tu mujer nos mira, murmuró con un vestigio de malicia, creo que está celosa. No hay motivo, contesté. ¿Por qué no me besas en los labios, entonces?, aunque sólo sea por los viejos tiempos. Reconozco que me cazó desprevenido y no pude más que sonreír como un necio. -A medida que el taxi se acercaba al hotel mi corazón latía más rápido. Ni siquiera esperé el ascensor. Subí veloz por las escaleras. Cuando llegué frente a la puerta y mis nudillos estaban a punto de golpear, oí las risas. Las lágrimas asomaron a mis ojos. No pude hacerlo. Regresé a casa caminando, apartando siluetas que se precipitaban sobre mí. Las risas de Fabio y Milena me perseguían. Bebí mucho aquella noche pensando que en el alcohol encontraría consuelo. No podía dejar de pensar que aquel encuentro en el club de jazz no había sido fortuito, que Milena y Fabio se habían encontrado cientos de veces a mis espaldas, que había sido su amante desde siempre. ¿Cómo podía haber estado tan ciega? Busqué el móvil desesperada por todos los rincones de casa y le envié un mensaje, un pensamiento de Nietzsche que él me había repetido cientos de veces: "En el amor siempre hay locura. ¿Nos queda en la locura un ápice de razón? Yo no la distingo". No podía dejar de llorar con la misma ansiedad de un niño al que han castigado injustamente. Quería morirme. Me perseguía la idea del suicidio pero no sabía cómo ejecutarlo sin sentir dolor. Te juro que lo habría hecho si él no hubiese llegado a tiempo. Pensarás que sólo es una excusa para justificar mi falta de valor. No lo creas, cuando uno se vuelve loco no sabe lo que es capaz de hacer y yo estaba al borde de la locura. Te he asustado, ¿eh?, le dije a Fabio cuando abrió la puerta del salón. Siento haber estropeado la fiesta, ¿he sido demasiado impertinente? Discúlpame ante Milena cuando os volváis a encontrar. Fabio me observaba impasible. Ni siquiera desmintió mis acusaciones. ¿Para qué desmentir lo evidente? Sin duda venía de hacer el amor con Milena. Quizás no era tan grave pero entonces me pareció imperdonable. Me sentía tan humillada. -No le expliqué nada, dijese lo que dijese no me habría creído. Ángela ya había decidido cuál era la verdad. Era cierto que venía de ver a Milena. Se preguntará cómo fui tan majadero de dejar la dirección del hotel sobre el tocador. Apostaría a que fue mi inconsciente quien decidió por mí. En realidad yo quería herir a Ángela y sabía que mi encuentro con Milena la situaba al borde del abismo. La seguía queriendo, mucho más de lo que nunca llegué a querer a Milena, pero ya nada nos ayudaría a sobrevivir así que solo restaba hacerle daño y soportar el que ella me pudiese hacer, no con resignación sino con placer. No me acosté con Milena, créame. No le diré que no lo desease, le mentiría como un bellaco, pero ella no quiso, me dijo que eso sólo conseguiría complicar aun más mi cabeza. Seguramente ya no me deseaba y no se atrevió a decírmelo. Eso acabó de aplastar mi ego. Ya no era el Fabio que un día creyó que podía conseguir lo que se propusiese. Me sentí más derrotado que Aquiles. Todo yo era un inmenso talón. Quizás hubiese acabado arrastrando a Milena hasta la cama aunque sólo hubiese sido en recuerdo de los viejos tiempos, pero entonces recibí el mensaje de Ángela en el móvil. Me asusté. Salí frenético del hotel sin atinar siquiera a vestirme la chaqueta. Nunca en mi vida fui un conductor tan imprudente como aquel día, se lo aseguro, creí que no llegaría con vida. Cuando abrí la puerta, casi temblando, la encontré borracha y patética. Supe que había llegado el momento de separarnos. Siquiera me quedaban fuerzas para herirla y si de algo he huido siempre como de la peste, es de la indiferencia. He pensado y escrito mucho acerca del amor, pero de la teoría ya hablaremos otro día, si quiere. Sólo le diré que estoy convencido de que sólo los sentimientos serenos sobreviven. Aquellos que nacen de las entrañas están condenados a destruir. Ellos en sí mismos son inmortales pero devastan todo cuanto se les acerca. El amor que siento hacia Ángela sigue vivo, aunque no es más que la idea de un recuerdo que me persigue y me mata y me da vida a la vez. -Dos meses más tarde nos dimos encuentro en este lugar. Llegué tarde y él fumaba en pipa, como la primera vez. Sin embargo, estaba tan diferente, tan apagado. Sus ojos reflejaban desesperanza y hastío. Hoy encontré su pipa en el cajón, por eso estoy aquí. Siempre hay algo que nos lanza de bruces contra el recuerdo. Te contaba que nos volvimos a ver. Me acerqué tratando de parecer segura, como si su presencia no me perturbase. Me miró y sonrió. Había vuelto a descubrir mi mentira. Sabes que odio esa mirada, dije. Hay tantas cosas que odias de mí, contestó. Tenía razón. ¿Volveremos a vernos?, pregunté. Recordé entonces un poema que reza así: líbranos señor de reencontrarnos años después con nuestros grandes amores. ¿De qué sirve rogar tal insensatez? Nuestros grandes amores siempre nos acompañan y no hay día que no los reencontremos. ¿Nos vamos? No soporto más este lugar, la nostalgia hay que tomarla siempre en pequeñas dosis y por hoy es suficiente. ¿Te apetece acompañarme? No me gusta estar sola en noches como ésta. -Mírela, ya sale, ¿no le parece hermosa? No soporto verla salir del brazo de otro. Lo sé, es algo que podría evitar, pero admito que gozo sufriendo y sobre todo viendo que cada noche es uno diferente, eso demuestra que no ha vuelto a enamorarse. Estaría dispuesto a todo por despertarme una mañana más y descubrir sus ojos en mi cama. Quizás estemos condenados a vivir sin amor. ¿Le parezco un sentimental? Seguramente los años me han hecho así. Decía Milena que siempre queda la posibilidad de que la vida pueda volver a serlo todo. Yo, a veces, miro en el fondo del baúl y lo encuentro vacío, ni siquiera permanece la esperanza. Otros días creo que sí, que la vida aún puede serlo todo y me digo: Fabio, no eres tan viejo, aunque a veces sientas que arrastras un siglo a tus espaldas. Me da tanta pereza volver a ser feliz. ¡Felicidad..!, qué palabra tan fugaz, se escurre entre los dedos como gota de lluvia, como el humo de esta pipa, como un sueño. -No te gires. Fabio me espía desde el bar de la esquina. Todos los sábados está sentado en la misma mesa. Estoy segura de que sabe que lo sé. ¿Te preguntas si te estoy utilizando de cebo para ponerle celoso? No lo sé, es posible. Algún día esto se acabará, tenlo por seguro. ¿No me crees? Un día no muy lejano dejaremos de venir y todo se habrá acabado. Nos iremos olvidando y pasaremos a ser un vago recuerdo el uno para el otro. -Se acabó. Se lo digo en serio, no se ría. Nunca más la espiaré. Dejaré de venir a este bar y hurgar en el recuerdo, trataré de buscar otras distracciones, tal vez me haga socio de algún club, en esos sitios se hacen muchas amistades. Estar ocupado es el mejor antídoto contra la melancolía, se lo digo yo. Lo tengo decidido, viajaré, jugaré al tenis, haré una vida normal, aburrida pero sana. Borre esa sonrisa socarrona, me está poniendo nervioso. Ya lo verá, nunca más pisaré este bar, puede usted estar seguro. (...) -Le extraña que una mujer de mi edad cene sola en este local tan moderno, ¿acaso me equivoco? ¿Qué edad diría que tengo? No se atreve a disparar por si acaso me ofende. Yo misma se lo diré, tengo cincuenta y dos años. ¿Le parece que no los aparento? Le agradezco el cumplido, de veras. ¿Quiere saber qué he venido a hacer? Este lugar me trae muchos recuerdos, demasiados, y yo no sé vivir sin recordar. Lo he intentado muchas veces, pero soy una reincidente sin remedio. Sin recuerdos, siento que he perdido todo lo que soy, que tan sólo me queda este cuerpo que cada vez es más diferente del que fue. Ya no es tan sabroso como era, y lo sé. Yo fui muy feliz, o al menos creí serlo. Si me hace compañía en esta noche de lluvia, prometo contarle mi historia con todo lujo de detalles y le aseguro que no se aburrirá. -¿Había estado alguna otra vez en este bar? No, me acordaría, rara vez me falla la memoria, tal vez sea lo único que de momento el tiempo me ha permitido conservar íntegro. Llevo muchos años viniendo cada noche a este bar y sentándome en la misma mesa, es un ritual como el de las viejas que van a misa y ya tienen su palco reservado por acuerdo tácito de toda la comunidad. ¿Le molesta que fume pipa? Se lo agradezco. Como le contaba, vengo siempre a este bar. Soy puntual como un reloj. En ese local de enfrente, donde ahora está ese restaurante tan moderno, hubo un magnífico club de jazz y allí conocí a Ángela, la mujer que más he querido y odiado... ** Evelyn Aixalà Pozas, periodista española nacida en Barcelona (1974). En 2000 inicia estudios para el doctorado en literatura comparada. eaixala@mixmail.com. === Soles rojos Carmen Alida Méndez ================================== (Nota del editor: La obra de la escritora venezolana Carmen Alida Méndez permanece inserta como una pequeña piedra en las masas carbónicas de lo inédito. Méndez es dueña de una sutil variedad de metáforas en las que descolla la transitabilidad del alma cual un espacio geográfico. Soles rojos es el título provisorio de este pequeño conjunto). Me condenan por la llama que habita mi alma no me rindo acaricio la espera === Ven deja tus temores en el pórtico nos espera el oráculo confluencia de los astros tu tiempo mi tiempo se encontrarán el día de los soles rojos Veo que tus manos descubren la redondez de mi cuerpo al encender la llama === Me quedo en el umbral sin descubrirte ni acompañar tu soledad espero espero el tránsito de las sombras que preceden a la luz de este callado deseo === Enciendes un cigarrillo gravitas su humo y se desliza marca un espiral donde se mezclan olores nuestros cuerpos en suspenso se rozan en un instante en un segundo y todo se desdibuja por la rendija de la ventana === Entumecida mi piel se mina de emociones al roce se debilita la coraza por las grietas emana un aroma a tierra húmeda en el difícil juego del cortejo la vida me obliga y dejo el aislamiento sueño de nuevo === En lo profundo de tus cuencas reinvento mi vida acorto la distancia en aroma de menta descubro el sueño del despierto abro el camino soy el cauce de tus aguas donde germina la semilla a destiempo y permito un alfabeto de estrellas cuando oigo tus palabras me reconozco en lo profundo de tus cuencas === La noche conjura la neblina con olor de azahares y sándalo es el delirio que estremece mi cuerpo habitado de recuerdos dejo que penetres en mi sueño y lo blanco deja de ser una mancha para dar paso a tu tacto === Hoy develo el deseo en tu voz eco en fuga del murmullo en mis ojos tu silueta se hace memoria y me encadeno al roce de tu boca === a Ron Paraguán Eres agua que se hace espejo ahí se escapa tu alma en busca del camino entre mentiras y conjuros germina el deseo donde el sueño es soberano como el tañido de las campanas al acariciarlas el viento === Abre puertas y ventanas enciende las velas y coloca el incienso haré un conjuro profanaré tu morada y desaparecerá la distancia y dejarás de girar como anillos de Saturno y serás piel escarchada salobre hundida en mi pecho === Este corazón se agita frente a ti sigue adelante con paso lento da la cara se resiste ante la avasallante llama y se niega a que lo habites en un duelo de cuerpos === Alguien viene con la piel curtida de soles y la tez surcada de tiempos invade el espacio mojando la tierra y se marcha por lo sinuoso del camino ** Carmen Alida Méndez, escritora venezolana residenciada en Maracay. Realiza actividades relacionadas con la ecología y trabaja en el área de los bienes raíces. carmenalida@letralia.zzn.com. === Dulce iniciación Alberto Sánchez Danza =========================== Desde la ventana veía las afueras del pueblucho. Los cerros, la tierra reseca, los espinillos, ese sol candente en medio del azul inmenso, ese brillo enceguecedor, que parecía haberse acostumbrado a la ausencia de nubes. Hacía tiempo que su tío la llevaba al boliche. Decía que era para no dejarla en casa sola. Ella no entendía, tampoco le importaba, no se detenía a buscar explicaciones. Pasaba las horas en silencio, allí, parada, a pocos pasos de su tío, observando a los parroquianos hablar y tomar sus vinos. A veces una partida de naipes se convertía en centro de atención de los presentes. Las discusiones, los envites, las pullas de los vencedores, llenaban el lugar de gritos y alharaca. Lucía, desde su distante rincón, muchas veces dejaba escapar una sonrisa cuando sentía que la inundaba el paisaje que se movía ante sus ojos: sobre el piso de cemento crudo, entre las paredes de adobe ajado, bailaban los rostros morenos, las barajas, las camisas raídas y anémicas, los vasos de vino, las alpargatas deshilachadas, todo en medio de esa alegría inconsistente y fatalista que suele producir la bebida. Mirando a esa gente, y espiando, de a ratos, el pequeño mundo por la ventana Lucía se sentía bien, no se podía decir que fuera feliz, nadie se puede identificar con algo que no conoce. Como ya era costumbre, a eso de las cuatro de la tarde, cuando el sol de Santiago hacía hervir la espesa y acolchada capa de polvo del camino, ellos salían. No eran de extrañar las admoniciones de último momento: -¡Laváte la cara! Acomodáte la ropa... Ya só una mujercita. Ella obedecía, no sentía aversión por su tío, tampoco se podía decir que lo quisiera, pero en cierta manera lo comprendía. Especialmente, desde que había escuchado el orgullo con que contó, en una de sus charlas de boliche, que él descendía de un cacique Toba, el gran "Mischinqui" que había sido dueño y señor de todas esas tierras. En dos oportunidades lo escuchó recitar en Quichua, parado, erguido como nunca, entonó la jerigonza incomprensible con un sentimiento y una autoridad que nunca le había visto. Se daba cuenta de que su tío tomaba más de lo debido, pero casi todos los hombres por allí lo hacían, presentía que debía haber un motivo, pero en ese momento no alcanzaba a descifrarlo. A su tía sí que no le gustaba que él fuera al boliche, y menos que se gastara las monedas destinadas a los gastos del almacén. Amelia, su tía, trabajaba como cocinera en un hotel de Las Termas, ahí nomás, cruzando el río. Se iba antes del mediodía y no volvía hasta casi medianoche. Las pocas veces que se detenía a hablar con ella eran para criticar a su tío, para quejarse de lo duro de la vida, o lo malo que había sido el "Diosito" con ella, no dándole hijos. Una sola vez la había llevado al trabajo con ella. Lucía pasó la mañana en el parque del hotel. Se sentó en el césped y no se cansaba de pasar la mano por su frescura, hasta llegó a apoyar la cara sobre el verde, para sentir la humedad en sus mejillas. En el otro Santiago del Estero, del otro lado del río, donde ella vivía, no existía el pasto, ni los jardines, el agua era muy difícil. Por la tarde salió a pasear un rato con su tía. Lucía conoció la ciudad, vio automóviles modernos, edificios, gente bien vestida, calles asfaltadas, tiendas. Veía todo tan distinto, incluso al suburbio en que había pasado su lejana infancia. Se deslumbró, no le alcanzaban los ojos para abarcar ese mundo fantástico. Abrumó a su tía con preguntas: -¿Por qué es tan diferente acá, al otro lado del río donde vivimos nosotros? -Porque esto es una ciudad turística, no ves esa gente... -Tienen linda ropa... -Porque tienen plata. Y nosotros, aunque yo trabaje doce horas por día, con el calambre de tu tío nunca vamos a ir a ningún lado. -¿Por qué son casi todos viejitos? -Vienen a las termas porque se creen que el agua de acá los va a volver jóvenes... -Parece que no se vuelven. Su tía la miró y le dedicó una de las poquísimas sonrisas que le había brindado en los tres años que llevaban viviendo juntas. Lucía en cierta manera ya se había acostumbrado a la indiferencia de su tía. Aunque desde la última gran pelea con Alfredo, ella cada vez estaba menos tiempo en casa. Fue una noche, ella había llegado más tarde que de costumbre: -¡Te dije que no quiero que vengas a mi trabajo! -gritó no bien entró por la puerta. Alfredo depositó el vaso sobre la mesa y dirigió una mirada absurda a su mujer. -¡Me escuchaste, borracho de mierda..! -Amelia, yo sólo... -Sí, ya sé, querías unas monedas para seguir chupando. -No grites tanto... a ver si no tengo que fajarte todavía -contestó tratando de erguirse, el mareo lo obligó a tomarse de la mesa. Lucía, debajo de las sábanas, quería no escuchar pero era imposible. -¡Una sola vez en la vida me pusiste la mano encima! -dijo su tía con un odio feroz-. Si me volvés a tocar... ¡Te juro que te mato! Aunque tenga que esperar. Te vas a despertar de la siesta para morir... Alfredo se sentó de golpe: -¿Serías capaz, Amelia..? ¿Me clavarías un cuchillo por la espalda? -¡Ni lo dudes..! Lucía no podía comprender que su tía, sin darse cuenta, había partido su vida en dos y se quedó en la parte agradable: el hotel, la amabilidad, los turistas, la comodidad, sus compañeros de trabajo, el sentirse alguien. La otra parte: el marido borracho, la pocilga en que dormía y la hija de su hermana la perdida, lentamente iba desapareciendo de su mente. Ese día su tío la apuró más que de costumbre para ir al boliche. La llevó de un brazo hasta el mostrador, la retuvo junto a él: -¿Qué tal, don Braulio? El hombre que atendía el boliche giró su corpulento cuerpo. Tenía esa edad indefinida de la gente del interior, entre treinta y cincuenta años, pelo canoso, grueso bigote y barba de varios días. Los carnosos brazos acompañaron a las manazas para apoyarse sobre el mostrador en un gesto cansino. Lucía abrió los ojos, impresionada por las enormes, casi desproporcionadas, extremidades. Sintió temor a esos dedos rollizos, a ese dorso velludo, a la ancha cinta negra en el extremo de las uñas. -¿Qué pasa, Alfredo? -contestó el bolichero desde su intimidante metro ochenta. -¿Podrá ser un par de vinitos hoy..? Mañana sin falta le pago. -No leíste el cartel -contestó señalando el trozo de pizarra detrás de él: "Hoy no se fía, mañana tampoco". -Es que estoy haciendo una changa de pintura en unos departamentos de Las Termas, y justo hoy no vino el encargado. Eso da mucha sed... Don Braulio iba a contestar con una negativa cuando reparó en Lucía. -¿Está linda la nena, no..? -acotó rápidamente el tío. Lucía soportó el peso de esa mirada, bajó los ojos pero la sintió, todo el recorrido, desde su cara hasta las piernas y otra vez al rostro. No era la primera vez que la miraban así, ya lo había hecho algún que otro vecino, hasta en los ojos de su tío había visto ese brillo especial. -Es la hija de la hermana de mi señora. La Tere, ¿Se acuerda..? La que se fue a Buenos Aires. Cuando la dejó con nosotros tenía diez años. Mandó un par de cartas, pero ya hace tres años y no apareció más. -Está bien, Alfredo, métale por hoy -sentenció el patrón. Buscó con la mirada al muchacho que servía las bebidas en las cuatro mesas que había en un costado del boliche-. ¡Terencio, servílo a..! -complementó los gritos con una seña-. ¡Después arregla conmigo! Lucía veía pasar los días, todos iguales: calor, mañanas de colegio, silencio, tardes de boliche, tedio, miradas de don Braulio, borracheras de su tío, discusiones, noches interminables. Había empezado a creer la profecía de la Ramona, la vecina de enfrente. Ella siempre repetía la misma explicación para los males que reinaban por esos pagos: -La culpa la tiene ese sol brutal, que no nos deja mirar hacia arriba, por eso Dios se olvidó de nosotros... Volvió a las averiguaciones sobre su madre. En los primeros tiempos había preguntado por ella. Siempre le contestaban que un día de éstos iba a volver. El día tardó mucho en llegar y ella dejó de preguntar. Ahora, muchas noches salía del rancho y se quedaba mirando el horizonte, soñaba con otra cosa, con ciudades, con otra vida. La mayoría de las veces, la misma pregunta precedía a las lágrimas: -¿Dónde estás, mamá... dónde? Esa tarde su tío estaba tomando más que de costumbre, a ella eso la ponía contenta, quería decir que se irían antes de allí. Pero esta vez el patrón llamó a su tío. Discutieron unas palabras en el mostrador, la señalaron varias veces. Lucía comenzó a ponerse nerviosa. Su tío la llamó. Ella demoró, se quedó junto a la ventana como si no lo hubiera escuchado. -¡Lucía, vení para acá! El grito gangoso y alcohólico la asustó, la obligó a cerrar los ojos. Lentamente, con paso tímido, caminó hasta el mostrador. -Entrá -dijo su tío señalando la cortina que conducía al interior del boliche-. Entrá que vas a ayudar a don Braulio. Hacé lo que él te diga, yo espero acá afuera... ¡Vamos, y calladita, eh! Lucía corrió apenas la cortina y entró en el lúgubre depósito. -Vení, linda, que don Braulio no te va a hacer nada. Sentáte acá -dijo señalando la bolsa de azúcar contigua a la que él estaba sentado. Lucía, sin poder contener los temblores, se sentó. El calor y los nervios la asfixiaban. -No llores. No seas bobita -colocó una de sus carnosas manos sobre la frágil rodilla-. Yo te puedo dar muchas cosas. ¿Qué te gusta, caramelos, chocolate, algún vestidito..? Le cayeron algunas lágrimas cuando sintió las manos dentro de su bombacha, después todo fue más violento. Muy rápido, algo de dolor, una sensación extraña, un segundo en el que por sobre el jadeante hombro de don Braulio, fijo su mirada en un pequeño rayo de luz que se filtraba por un agujero de las ardientes chapas del techo, corrió su cabeza unos centímetros a la izquierda hasta que sintió el sol en sus ojos. Todo terminó abruptamente, se acomodó la ropa y ya estaba corriendo otra vez la cortina para salir de allí. Sólo quería llegar rápido a casa, quería lavarse, además de eso que le chorreaba por las piernas, tenía los brazos y la espalda pegajosos de la transpirada refriega sobre la bolsa de azúcar. Su tío no se animó a mirarla, y menos a hacer algún comentario. Caminaba con la cabeza baja y se diría que llevaba sin ganas la damajuana en la mano izquierda. A Lucía se le caían las lágrimas sin saber muy bien por qué. Espantaba espasmódicamente las moscas que acudían al dulce de su espalda, sus brazos y sus piernas. Ya casi no veía a su tía, incluso le había parecido que algunas noches no había vuelto a dormir en el rancho. Una tarde en que ella llegó temprano del hotel, mientras lavaba ropa en la pileta de afuera, la llamó y le preguntó, de bastante mala manera: -¿Sabés de dónde saca para comprar tanto vino..? -ni siquiera la miró. Lucía sólo bajó la cabeza, no se animó a contarle. -¿Está robando el hijo de puta éste..? Me dijeron que te lleva mucho al boliche del Braulio. ¿Qué pasa..? Amelia seguía hablando sin mirarla, con los labios fruncidos de odio. Fregaba la ropa con furia. A Lucía le costó reconocerla, la sentía como una extraña. Se mantuvo en el doloroso silencio. -¡Andáte! Vos sos igual que él... Su tío vivió algunas semanas en un estado lamentable, y ella tuvo que pasar varias veces más detrás de la cortina. Se fue acostumbrando. Pronto se dio cuenta de que había cosas que a don Braulio le encantaban, primero le daban un poco de asco pero un día descubrió que quizás: -No quiero más golosinas, ni ropa, yo... -Dale, vení... -pidió don Braulio ansioso-. ¡Dale, vení, cómo el otro día! -Es qué... Yo -contestó ella sin acercársele. -¿Qué querés ahora? -preguntó don Braulio excitado-. ¿No te doy siempre lo que querés, cuando te portas bien? Lucía dudó, pero finalmente las palabras brotaron de sus labios. -Usted sabe, mi mamá... Tengo que ir a Buenos Aires, tengo que encontrarla. -¿Y..? -preguntó don Braulio, con una sonrisa, presintiendo lo que seguiría. -Necesito plata... Cayó la primera ficha de dominó, cada una fue derribando a la que le seguía en la larga cadena, lenta, matemática, inexorablemente. ** Alberto Sánchez Danza, escritor argentino residente en Buenos Aires. Autor de dos novelas y tres libros de cuentos, obtuvo el segundo premio en el concurso Desde la Gente 98 y el segundo premio en el concurso Grupo Editorial Sur. betonov@pinos.com. === Partes mínimas Esteban Moore ===================================== (Nota del editor: A continuación presentamos extractos del libro Partes mínimas, del bonaerense Esteban Moore. Traductor de poetas de la talla de Charles Bukowski y Allen Ginsberg, Moore fue invitado en 1990 a la Jack Kerouac School for Disembodied Poetics, en Boulder [EUA] dirigida por Ginsberg). *** Not things but minds los glaciares en la lejana patagonia impulsan/ el tamaño -de su acumulado volumen/ recreando bajo la magnitud de sus formas/ una música de aguas *** Confondant la nuit et le jour la naturaleza de las ciudades/ que despliegan en la planicie desolada -sus abanicos circulares/ no será nunca correspondida/ de la vibración íntima que irradia del fuego -esta ceniza calcinada *** Piedra como tú esta enlodada piedra de metal/ del tamaño -de una ciruela del Alto Valle- que comparte con la roca gris y los arbustos secos/ las arenas de este territorio a tus ojos en la distancia tendido/ no recuerda sus orígenes -sin embargo cuando tu boca pronuncia la palabra "meteoro", fulgirá ella de la fosa profunda de la voz/ constelaciones numerosas *** The pebble/ is a perfect creature ese canto rodado que se desplaza lento en el repetido ciclo de las aguas/ podrá exponer en la palma de una mano/ el mudo resplandor de una apariencia/ al tacto inseguro de tus dedos -una estructura única *** Like a thunderbolt he falls la onda de aire cálido/ que flota el cielo del pequeño valle/ sostiene al halcón en magnífico planeo de alas abiertas/ y de él -el ojo atento/ que mide la distancia que separa la presa elegida de sus garras/ ojo certero que dirige preciso/ los relámpagos del instinto *** All is emptiness la curvada línea de fuego/ el rastro de este cometa que -con trazos de luz explosiva, ilumina el oscuro plano cóncavo del firmamento describe la cadena encendida de su recorrido/ huella instantánea que al consumirse elude toda referencia orbital *** Del estado más sereno a un costado de la autopista -miramos la extendida llanura arada/ el tramado orden mecánico de esos surcos químicamente limpios de la apretada asfixia de yuyales y maleza/ en cuya cima las hojas de los primeros brotes/ traspasan con firmeza la capa -del blanco rocío escarchado *** De manera que de sólo ver el siseo lejano de las aguas que desciende las altas cumbres/ despierta a las codornices que con agilidad y repentina gracia sacuden su plumaje/ aletean en el nido/ esas aves que no han visto nunca/ del deshielo la desatada furia de los torrentes/ observan de la luz el brillo distinto/ reconocen en ella -señales- secretos designios *** Brillante eternidad el impulso que recorre oscuros canales licuificados/ ardientes esponjas magmáticas -recibe en la latencia de cada uno de sus crepúsculos -fluctuantes destellos eléctricos/ voluntad -que el ojo no podrá percibir, mucho menos cuantificar en el espejado campo de la memoria/ ese impulso, su refracción digo: ondula giros centrífugos (derrama la virtud de su latido) *** Ciego discurso humano pudiera -quién/ de esa serpiente que se desliza sobre la tierra seca/ reluciente en un espejismo de sol/ evocar trazos -movimientos en el polvo el contenido ritmo de su vaivén/ los rasguidos de una piel -desatándose en el aire ** Esteban Moore, escritor argentino nacido en Buenos Aires (1952). Ha publicado los poemarios La noche en llamas (1982), Providencia terrenal (1983), Con bogey en casablanca (1987), Poemas 1982-1987 (1988), Tiempos que van (1994), Partes mínimas (1999) e Instantáneas de fin de siglo (1999). Ha traducido al castellano a Charles Bukowski, Raymond Carver, Lawrence Ferlinghetti, Allen Ginsberg, Seamus Heaney, John Montague y Thomas Kinsella. Ha participado de los festivales de Medellín, Rosario, Buenos Aires y Montevideo. eekmoore@mail.interserver.com.ar. === Una historia de amantes Carlos Millán ============================ Lo que más me gusta de Laura es que grita, y no es que grita en todo momento, sino que lo hace cuando en verdad le gusta, por supuesto que reparte arañazos y mordiscos, pero eso lo yo disfrutaría más si no dejara marcas. Nunca había engañado a mi esposa, pero luego de tres años de un maravilloso matrimonio comienza a cansar el consumir la misma carne en la misma salsa. Eso sí, mi esposa Vanesa es preciosa y muy abnegada, pero sobre todo es muy inteligente y casi siempre está estudiando, a decir verdad eso es lo que más me impresionó cuando la conocí, lo único que me molesta es que para ella el sexo no tiene el mismo nivel de importancia que para mí, la sensación que me da es que prefiere leer un buen libro que recibir un buen polvazo. Mi trabajo me exige viajes frecuentes, a veces duran dos días, otras dos semanas, lo bueno es que da tiempo de que cicatricen las "heridas de guerra" que mi ardiente amiga me infringe. Al contrario de lo que mucha gente piensa, no veo a Laura en mis viajes, la veo cuando estoy en la ciudad, casi siempre antes de viajar, ¿por qué? simplemente tiene sus ventajas. Primero le digo a Vanesa que salgo de la ciudad dos días antes de lo que realmente lo hago (en verdad de donde no salgo es de la habitación de Laura), segundo las marcas se curan mejor con reposo. Entre los estudios de Vanesa y mis frecuentes viajes no tenemos tiempo para pensar en niños, así que a veces tengo el tiempo y el dinero para divertirme... y ahora compañía. Tengo seis meses encontrándome con Laura. Cuando la conocí prácticamente me abrumó con su belleza, alegría y ausencia de vergüenzas, era abierta, franca, perversa, no gustaba de ataduras ni compromisos y comencé a frecuentarla, era maravilloso, justo lo que necesitaba, sobre todo después de la primera vez que lo hicimos. ¿Saben cómo me sentía al hacer el amor en el baño de damas de un lujoso restaurante? Mientras intentaba concentrarme en sus encantos rápidamente, con la misma velocidad con la que se hace algo ilegal, empezó a gemir y gritar. Inmediatamente le tapé la boca y le pedí que se callara, que nos iban a escuchar. Para mi sorpresa me preguntó que cuál era el problema, porque, que ella supiera, no habíamos pagado, y que si por tirar nos expulsaban, y por tanto nos daban la comida gratis, ¿qué más podíamos pedir? Inmediatamente me sujetó ambas manos y comenzó a subir y bajar conmigo adentro, viéndome fijamente a la cara y gimiendo lo suficientemente fuerte como para que todo el mundo se enterara, ¡y sin pestañear! No recuerdo haber llegado tan salvajemente en mi vida, así como tampoco recuerdo la cara del mesonero cuando nos trajo la cuenta, debe ser que no le vi la cara a nadie desde que salí del baño. Según Laura todo el mundo nos sonreía, la gente que atendía aquel lugar era súper amable, y que debíamos regresar. Yo para mis adentros dije: "¡Nunca jamás!". Después de ese día sabía que valía la pena, pero para evitar problemas de indiscreción preferí liberar al monstruo en un sitio donde se pudiera controlar. Realmente deseaba que todo saliera bien, el sexo con Vanesa pasó a un segundo nivel, esperaba que eso la complaciera, pues ya no le interrumpía sus lecturas tan frecuentemente, y casi ni se fijaba en las tenues marcas recién cicatrizadas. Lo que sí subestimé fue su inteligencia. ¡Que ironía!, lo que más me gustaba de ella me causaría problemas. Traten de imaginar lo siguiente, estaba con Laura en el aeropuerto (supuestamente tenía dos días que había salido de la ciudad) esperando el vuelo que me llevaría, cuando en medio del restaurante, repentinamente, me topo ni más ni menos que con Laura. Allí estábamos los tres, Vanesa, Laura y yo, en el momento y en el lugar menos indicado, frente a frente y desconcertados. Sinceramente no sabía qué hacer en ese momento, si hubiera existido un hueco sin fondo en el suelo, me hubiera lanzado sin pensarlo, pero las grandes ideas aparecen de pronto salvándote alguna que otra vez. Con una fingida alegría acompañada de una no tan fingida sorpresa, expliqué que el trabajo que realizaría había sido aplazado hasta nuevo aviso y quería darle una sorpresa a Vanesa, ¡ah! y le presenté a Laura como una amiga que por casualidad encontré a la llegada al aeropuerto. Cuando le iba a preguntar a Vanesa qué hacía ella en el aeropuerto, mi ya casi colapsado sistema nervioso terminó de colapsar cuando mi esposa, con una gran sonrisa, le extendió la mano a Laura asegurándole que "yo le había hablado mucho de ella". Como si lo reviviera todo en cámara lenta recuerdo haber abierto mis desorbitados ojos mientras veía a Laura caer en la trampa. ¿Oh, sí? Preguntó Laura extendiendo su mano y sonriéndome picaronamente. Más de una vez Laura me preguntó si mi esposa no sospechaba nada, y yo le respondía que ella lo sabía todo, pero que estaba bien porque así le dejaba estudiar en paz y que quizás algún día nos reuniríamos los tres a pasarla bien. Por supuesto que lo decía irónicamente, pero parece que a Laura le gustó la idea y me creyó capaz de hacerlo. Antes de que las cosas se pusieran mucho peor, si eso era posible, me despedí rápidamente de Laura y arrastrando a Vanesa a la salida me dio un vuelco el corazón al escuchar a mi esposa "prometiéndole" que se volverían a ver, siendo respondida por un "cuando quieras". De más está decir que el camino a casa fue excesivamente incómodo, yo dando mil explicaciones del aplazo de mi trabajo y Vanesa contemplando el paisaje sin decir palabra. Realmente yo no quería preguntar qué diablos hacía Vanesa en el aeropuerto, seguro estaba despidiendo a alguna amiga, pero temía que confirmara mis sospechas de haber sido descubierto por algún soplón y ella estuviera corroborando la historia. Al llegar a casa fingí una llamada a la oficina, acto seguido empaqué de nuevo mis cosas explicando que tenía otro trabajo "urgente", cosa bastante inusual en mi negocio, y desaparecí. La semana de trabajo me dio bastante tiempo para reflexionar, no hice ninguna llamada a ninguna de las dos, me sentía como un escolar que no hace la tarea y sabe que lo castigarán al regresar a clases. Era la ansiedad de saber que todo está perdido. Sin Vanesa yo no era nadie, ella era mi seguridad, mi estabilidad, era todo el refugio que uno espera luego del regreso de una gran batalla, era mi consuelo y soporte. Nada de eso me podía ofrecer Laura, ella ponía la pasión, lo salvaje, lo nuevo, lo alocado, pero no más, ella no pertenecía a nadie, ella era la amiga, la que se le dice un "hasta luego" y ya. Nunca me preocupó la posibilidad de perder a Vanesa, hasta ese momento. ¿Qué haría?, ¿qué le diría yo al regresar? Al transcurrir la semana mi trabajo realmente no estaba terminado, pero ante la posibilidad de perder a mi esposa, ya nada me importaba, así que sin ningún aviso regresé a casa. Compré un ramo de flores, rosas blancas, las preferidas de Vanesa y a media mañana me aparecí en casa. Al entrar, escuché la ducha, y me alegró la idea de conversar con ella desnuda y mojada, no sé por qué, pero la idea me hacía sentir menos nervioso. Seguro que terminábamos en la cama y felices, deseaba realmente que así fuera. Ya casi en la habitación la escuché en la ducha. Lo que nunca esperé es que estuviera también en la cama. Evidentemente otra persona que no era Vanesa estaba duchándose, y Vanesa reía desde la cama, secándose el pelo después de una reciente ducha. ¡Estaba con otro!, ¡la muy zorra me engañaba en mi propia casa! ¿Cómo nunca se me ocurrió?, ¿cómo pude ser tan ciego?, ¿sería por eso no le interesaba tanto el sexo conmigo?, ¿cómo demonios estuve tan, pero tan ciego? Mi corazón se quebró, quién podría culparla, yo hacía lo mismo, ¡pero era diferente!, ¿o no? Lo cierto es que quedé petrificado, observando sin ser observado lo emocionada que estaba mi infiel esposa, lo mucho que reía, pocas veces la vi tan alegre. No sé que esperaba, tal vez un rayo que me fulminara, o desintegrarme sin dejar rastro o simplemente morirme. La bofetada que me hizo reaccionar llegó a continuación. La ducha se apagó y una hermosa rubia salió del cuarto de baño, Laura, desnuda, estaba más bella que nunca. Mi barbilla cayó al igual que el ramo, simplemente no lo podía creer, Laura y Vanesa eran... eran... ¡amantes! No llevaban sino unos días, según Vanesa unos hermosos días en el cual pasó de la ira, decepción y desesperación hasta el autodescubrimiento, la pasión y la alegría. Definitivamente Laura seguía siendo promotora de grandes cambios, y por primera vez en mi vida Vanesa llegó a sorprenderme. En cuanto a mí, no puedo pedir más, muchas veces comparto mi pasión con mis dos chicas, ambas se convirtieron en grandes amigas y se ven a menudo, bueno, sería más acertado decir que "nos vemos" más a menudo. De alguna manera el hecho de que mi esposa se reconociera bisexual despertó su sexualidad a un nivel sin precedente, y de seguro que lo aprovecho, no me importa no ser el que despierta toda su pasión, lo que más me gusta es ser uno de los que se la bebe, al lado de Laura. ¿Puedo pedir más? Sin embargo debo confesar que existe un detalle que me incomoda. Laura tiene un amigo, lo hemos visto varias veces, y según sus comentarios creo que también siente atracción por los hombres. A veces me mira de una manera diferente, íntima, pero no es eso lo que me incomoda. Lo que en verdad me incomoda es el hecho de que sus miradas están comenzando a gustarme. ** Carlos Millán, educador venezolano (1969). Es profesor de física en el Núcleo de Anzoátegui de la Universidad de Oriente. millancarlos@cantv.net. === Poemas Arturo Quetzalcoatl Torres Herrera ======================== *** Tu calvario Soy tu calvario, no es necesario que lo digas, cargas la cruz de todas mis locuras, mis palabras son espinas que lastiman y sangran tu paciencia, he besado y traicionado muchas veces también he negado tu nombre en madrugadas de alcohol y de lujuria, te has caído y levantado por mi culpa y has bebido de mis labios el cáliz del dolor y la desdicha. Soy tu calvario y no lo niego yo clavé tus manos con mi ego, yo herí tu costado con mi lengua yo gané tus vestidos jugando a los dados en tu cama, y me embriagué bebiéndome el aura que en las mañanas siempre te envolvía. Ahora no me queda más que arrepentirme y adorarte como un Judas, atando a mi cuello las cuerdas de tu desamor mal disimulado, y morir colgado del árbol de la desventura, ahogándome con el vinagre que me dejan en la garganta los recuerdos de tu piel desnuda flagelada por el látigo de mis caricias falsas. Solo te pido que no finjas amor que no perdones por costumbre, te juro que no he hecho nada para merecer tal sacrificio, bájate ya de esa cruz te aseguro que no ha de llevarte al paraíso, Yo soy tu Calvario y tu Semana Santa pero irremediablemente te devolveré la vida el próximo domingo... *** Canto a Pinochet Hay heridas que no cierran con el tiempo General y muertos que ni se mueren ni se olvidan; no salga de noche General porque los ojos de sus muertos son estrellas que vigilan desde el cielo y también son vitalicias. Usted piensa que ha vencido sólo porque el tiempo lo ha traído hasta este día, pero no salga a la calle General porque en Chile las paredes nunca olvidan y hay un nombre en cada esquina y una foto en cada poste y cantos y consignas que entonan las madres que nunca más vieron a sus hijos, las mujeres que no volvieron a besar al compañero, y hasta los niños que aún no entienden la palabra vitalicio. No beba de este vino tan chileno General porque lleva el color de la sangre que usted ha derramado, sabe a lágrimas y a Patria eso que usted no ha conocido. En esta tierra no sólo hay generales también hay Mujeres y Hombres verdaderos así que no se muera General porque en Chile está cercano el día de la Patria Liberada y queremos que usted también la viva y la salude desde su silla vitalicia, esa que quemaremos en Santiago. Hay heridas que no cierran con el tiempo General y muertos que ni se mueren ni se olvidan. No salga de día General ni se le ocurra asomar su vitalicia frente porque hay un Sol que todavía brilla sobre Chile y no se asuste General pero se llama Salvador Allende. *** La blasfemia y otros mitos Vengo cada tarde hasta el altar de tu cuerpo, discretamente me quito la ropa y con habilidad de tintorero la doblo y acomodo junto a la tuya; tú casi siempre me esperas desnuda (¿o te desnudas mientras me esperas?) cuando no es así la ceremonia de amarnos empieza con la caída de tu falda (tu sostén es la tercera llamada). Me gusta hacer una pequeña confesión antes de sorber el cáliz de tu sexo (húmedo y caliente), así, pues, te digo cosas de amantes como: "hueles a estación de tren sin regreso" "me he masturbado mil veces en tu honor" "no soy digno de que te vengas conmigo, pero una caricia tuya bastará para intentarlo"; después de vaciar mi conciencia (sin cumplir penitencia alguna) me hundo y me pierdo en nuestro Rito, en esa sabrosa combinación de carne y vino que nos hemos inventado; en donde tú y yo somos todos los extremos, el círculo y el triángulo, la risa y el llanto, la Blasfemia y otros Mitos. *** Matutina (12 de octubre) Largo es el día del amor, mañanas mojadas con sudor y suspiros, los amantes furtivos se incorporan y se incendian nuevamente en el fuego matutino, es mejor un poco de muerte antes del olvido. El amor a la patria amanece sin novedad, en los cuarteles y las comisarías despiertan los hombres y mujeres que dejaron de ver el sol desde las calles, ven la luz a través de los barrotes de sus celdas y las cadenas arrastrándose se vuelven himno y las banderas en los patios recién barridos se vuelven toda la patria que les tocará este día. Largo es el día del amor ocupado en tu recuerdo, me imagino enredado en ti, compañera tan de pronto amanecida, sueño que me ahogas con tu aliento; en estas mañanas en que el aire sabe a canela del puerto que descargan los marinos, mi memoria sólo tiene espacio libre para el aroma de tu cuerpo, ese olor a yerba fresca que dejaste olvidado y que de tanto respirarlo se me vuelve abismo. El amor de las madres es el mismo de todas las mañanas, se mueven en las calles con los monederos y los estómagos vacíos, los ojos llenos de esperanza y la convicción de ser las piedras en donde se apoyará el mundo del futuro, ¿qué las impulsa a luchar contra molinos? Quijotescas mujeres de mi tierra son ustedes el crisol en el que el pueblo forja su destino. *** Matutina II Largo es el día del amor, los obreros van armando un mundo de máquinas y ruidos, canto elemental del hombre en nuestro siglo, los campesinos siembran odas: a la tierra, al maíz, al fruto del cultivo, el poeta escribe y vive en todos y en ninguno, su batalla cotidiana es inflamar los corazones sus armas son las palabras y los signos. Largo es el día del amor, a los niños el amanecer les pone alas, algunos vuelan alegres, otros maltratados por el hambre ya no vuelan, sólo van flotando como el humo, pero todos unidos en el alba reciben al sol que ya levanta, ha regresado la promesa de la vida, cada día en cada niño germina la semilla de una nueva raza. Amanece otra vez, largo es el día del amor, ya lo he dicho. *** Ninfa Te rescaté de uno de mis sueños, te puse un nombre y te traje al mundo real, al de los despiertos. Te llevo en el bolsillo de mi camisa como paquete de cigarrillos y como a ellos, te saco para calmar mis nervios cada vez que mis manos no saben qué tocar o dónde posarse; te miro y te remiro hasta que me calmo. Me gustan tus gestos, tus movimientos de gata preñada y tu risa que espanta los malos pensamientos, por eso te pongo en el buró cada noche y repito tu nombre Ninfa, Ninfa, Ninfa... hasta que me duermo y te vuelvo a encontrar en mis sueños. ** Arturo Quetzalcoatl Torres Herrera, escritor mexicano nacido en Durango (1962) y residente en Puebla. Desde 1979 ha participado en grupos musicales de folklore latinoamericano, canto de protesta y nuevo canto, así como en los círculos de poesía estatales. Ha publicado ediciones artesanales de sus poemarios La blasfemia y otros mitos y Mariposario, que difunde en lecturas, programas radiales y talleres poéticos. torresa@vw.com.mx. === El león, el zorro y las cabras (fábula) Marta Juárez ============= En el país de la selva imperaba la ley del más fuerte, por eso en ella reinaba el León. Carente de virtudes morales, huraño y perezoso, basaba su poder en la fuerza de sus poderosos músculos, en sus potentes garras y en sus feroces bramidos. Todo ello le servía para tener el control (cuando tronaba, a todo el mundo hacía estremecer). Por eso el alimento le era vital, no sólo para su cuerpo, sino, básicamente, para sostener su reinado sobre el resto de los mortales de la selva, cosa que cada día se le hacía más difícil, dado que los animales más lúcidos poco a poco iban descubriendo sus mañas y ya no eran presas tan fáciles de caer en sus garras. Así cada vez le iban quedando menos animalitos con que procurarse el sustento, lo cual hacía que fuera nada fácil mantenerse en el trono. Entre esos estaban las cándidas cabras. Un día caminaba por los montes un Zorro hambriento, relamiéndose los bigotes por unas cabras que a unos pasos veía inocentes jugar. Las cabras eran fáciles de capturar, porque eran tontas y tenían un despiste y curiosidad natural, pero se necesitaba fuerza y velocidad para no dejarlas escapar, cualidades que el Zorro, apesadumbrado reconoció, no tenía. En esas tristes cavilaciones se encontraba, cuando a lo lejos divisó al León, que aburrido entre las matas esperaba inútilmente que las cabras se acercasen a una distancia donde él pudiera propinar su zarpazo fatal. El Zorro distinguió su aburrimiento viéndolo contar las moscas que le revoloteaban por la nariz, entonces los ojos se le iluminaron, inspirado tal vez por los silbidos de su panza, se le aguzó la imaginación y puso en marcha su astucia ponderable. Cauteloso se fue acercando al León. -Hola, amigo León... Pobre, ¡qué aburrido se lo ve! -dijo, tratando de que su voz sonara solidaria. -¡Y ya lo ves, estoy aquí desde temprano, esperando que esas cabras estúpidas se acercan hasta aquí! -grunó el León. -Bueno, a mí no me va mejor con ellas... ¡Las tengo cerca pero no tengo la fuerza ni la velocidad que usted tiene..! Por eso, amigo, creo que tengo la solución para el problema de los dos! -dijo el Zorro, mientras se le iba arrimando cauteloso. -¿Solución al problema de los dos? ¿Qué estás diciendo, Zorro estúpido? -espetó con un bramido el León, y ya se encrespó y preparó las garras para propinar un escarmiento al insolente, pero se detuvo, pensó un instante, pensó en su hambre, pensó en el aburrimiento que tenía. ¿Qué pierdo con escuchar a este insensato? -se dijo para dentro-. ¡Bueno, habla, que te escucho! -dijo, mientras cazaba al aire una mosca y se la engullía. -Es fácil, muy fácil, don León -respondió el Zorro, tratando de que su voz sonara convincente. Mire, usted se queda quietito y atento aquí mismo mientras yo me ocupo de llamar la atención de las cabras, y las voy atrayendo hacia usted, y cuando vea que las tiene a su alcance, ¡zas, ahí le da el salto y listo..! ¿Qué le parece la idea? El León pensó un instante y creyó que no perdía nada con intentarlo, y le dijo: -Sólo una cosa más, Zorro, ¿qué pretendes a cambio? -Pero, ¡cómo pregunta eso..! No quiero nada más que lo mismo que usted quiere. ¡Alimento, y el honor de comer de su misma mesa! -muy ufano contestó el Zorro. -¡De acuerdo, trato hecho..! -dijo el León y, con un apretón de garras, formalizaron la alianza. Entonces el Zorro comenzó a desplegar sus habilidades. Se ubicó a una distancia donde pudieran verlo las cabras y ahí mismo empezó a dar saltos el bandido, saltos y más saltos y volteretas al aire, se trepaba hasta un arbolito y se dejaba caer colgando la cabeza a tierra mientras lanzaba su grito chillón, y siguió así hasta llamar la atención de las cabras que curiosas comenzaron a acercarse... Ahí el Zorro arremetió con todo su repertorio, arreció con sus cabriolas mientras calculadamente se acercaba cada vez un poco más a los matorrales donde escondido aguardaba el León. Las cabras inocentes, cada vez más intrigadas, aleladas iban siguiendo los jugueteos del pillo. El León, mientras tanto -sin dar crédito a la astucia que comprobaba tenía su compinche-, tensó sus músculos y concentró su atención al máximo, esperando atento el momento infalible. Cuando tuvo a su alcance una hermosa cabra y supo que no podía fallar, dio el salto y de un zarpazo la cazó y comenzó su faena. Contento el Zorro dio un aullido de victoria y quiso sumarse al festín; el León, con un gruñido que heló la sangre, le tiró un zarpazo que lo dejó quieto. Sólo cuando se hubo saciado a más no poder, le dejó unas sobras miserables que humillado se dispuso a comer. Moraleja: "Cuando las cabras no se distraigan con las piruetas de los Zorros, dejarán de ser el alimento que sostiene el poder de los Leones". Tartagal (Salta), octubre de 1999 ** Marta Juárez, antropóloga y escritora argentina nacida en Tucumán. Ha publicado material poético en el libro Trópico femenino, el suplemento cultural del diario El Tribuno y en el periódico literario Horizontes de Cultura, así como en otras publicaciones. Tiene una especial inclinación al estudio de las leyendas y creencias populares, y tiene en preparación la novela Kwichaj, igual somos mujeres, sobre una aborigen wichí-mataca. marta-juarez@salta-server.com.ar. === Poemas Luz Aceituno ============================================== *** Los versos más tristes Podrías haber escrito los versos más tristes esa noche esa tarde ese día sin embargo no lo hiciste te bastaron letras melosas superficialmente tristes pero nunca llegaste al punto en que tu poesía carcomiera tus entrañas succionara tu sangre o vomitara dolor. Podrías haber escrito los versos más tristes esa noche esa tarde ese día sin embargo no lo hiciste te bastó abrazar a Matilde pero nunca llegaste al punto en que tus letras la mataran la desgarraran o la convirtieran en mártir. Podrías haber escrito los versos más tristes esa noche esa tarde ese día sin embargo nunca en tu vida lo hiciste. *** No todas queremos ser reinas No todas queremos ser reinas ni escribir correctos poemas con buena métrica con estudiada técnica ni adoptar versos insípidos en vez de parirlos con dolor. Yo no quiero ser como tú ni escribir como tú ni llorar como tú quiero gemir los verbos vomitar los adjetivos defecar los sustantivos sudar los adverbios sangrar cada letra hasta quedar literalmente anémica y muerta. *** El beso de la muerte En mis labios tienes el veneno que necesitas para suicidarte. Bésame y te contagiaré mis pocas ganas de vivir. *** El ritual de la ira Reprimo la rabia que siento aparentemente impasible estoy sin embargo, podría llegar a matarte si visitas mi mente lo descubrirás. ¡Bienvenido a mi reino! quebrantado por el desengaño que siento gratuitamente obtendrás mi ira prueba de mi sutil venganza personal. Primero te encontrarás con una fiera cuyas garras vapulearán tu piel desgarrando tu cuerpo indefenso mientras el miedo es tu único acompañante. Luego los cuervos precederán el ritual uno devorará tus ojos lentamente mientras otro te arrancará la lengua privándote de dos de tus sentidos. Posteriormente le tocará el turno a la serpiente que se alimentará de tu sangre extendiendo por tu organismo débil el flagelo inherente al veneno. Finalmente tu cuerpo estará totalmente paralizado no podrás verme, tampoco hablarme únicamente te quedará oírme mas el silencio será mi venganza. ** Luz Aceituno, escritora chilena nacida en Santiago (1974). Ha publicado, en forma electrónica, el libro Entre espinas y hojas secas (http://www.imperios.com/luz/entre) y textos suyos han sido publicados en las revistas Escáner Cultural (http://www.artelatino.com/escaner), El Vertedero (http://elverte.vr9.com), Islote Surrealista (http://www.geocities.com/Paris/Rue/7159/index.htm) y otras. Ha iniciado sin terminar estudios de decoración de interiores, cine, sicología y periodismo. Dirige el proyecto cultural País Cultural (http://www.artelatino.com/pais), administra el anillo de literatura alternativa Suburbio Literaria (http://www.artelatino.com/suburbio), y edita la revista Literat@ (http://www.artelatino.com/editorial), además de trabajar con otros proyectos culturales en la red. luz@directo.cl. === Tres relatos Guillermo González Ruiz ============================= *** Coincidencias Un poco de reojo y, en medio de dos féminas, vio su cara retratada en una revista barata: Sensacionales de las Luchas, o algo así. Sin pensarlo la compró y se puso a leerla: era él, los mismos ojos, el lunar en forma de media luna en la mejilla derecha, el mismo gesto como de meditación. Le dio mucha risa, sobre todo al ver las aventuras erótico-deportivas en que lo había metido el argumentista. No se lo contó a nadie, quizá por pena. Tiempo después, en el mismo puesto de revistas se volvió a encontrar, esta vez en fotografías, ahora en Casos de Alarma. Era él, y era el personaje central, no había duda, se podía ver como en un espejo... La historia era tan truculenta como se podía esperar y culminaba con su propio asesinato. Esta vez no le dio risa, le dio miedo, pero tampoco se lo contó a nadie. La revista relataba parte de su pasado, era desconcertante, hablaba de asuntos muy personales y que nunca había comentado con nadie. Después, el relato pormenorizado de lo que le esperaba en el futuro inmediato. Lo leyó una y otra vez sin entender ni un poco de nada. Le producía una mezcla de asombro y terror a partes iguales, pidió otra cuba. La trama era simple: Conocería a una mujer de pocos encantos aunque de aspecto muy sensual, casada y con marido celoso. Como toda buena esposa, siempre fiel y esperándolo. Hasta una noche que llegó oliendo a algo perfectamente femenino y ajeno, primero lo negó, luego se hizo el ofendido, empezó por gritarle y acabó golpeándola, no muy fuerte, es cierto, pero fue la primera vez y ella decidió que sería la última. Abandonó el hogar temerosa pero resuelta, no permitiría que se repitiera aquello, así tuviera que vivir sola, aunque salió con la esperanza de encontrar a alguien que. Se conocerían cuando él saliera de una cantina, se verían intensamente, una sonrisa, unas palabras, después la confidencia de las comunes penas, la fusión de soledades, el consuelo mutuo, y... lo que tendría que seguir forzosamente de manera natural, horizontal y satisfactoria. Las noches de placer que dos o tres veces por semana prolongaban hasta casi el amanecer en ese motel de medio pelo. Hasta que una madrugada llega el marido rompiendo la puerta, los acribilla a balazos y después se suicida. Eso era todo, se vio a sí mismo tirado sobre la cama en una posición desagradable y obscena, con los ojos semicerrados sin ver a nadie ni a nada, pidió otra cuba. Recordó la revista de las luchas, le afloró una sonrisa que desapareció muy rápido al recordar las coincidencias. Masticó un diente de ajo casi sin notarlo, se comió un taco de barbacoa y dio un largo trago a su bebida. Al terminar con la cuba, cuando los hielos chocaron con sus dientes decidió que no había nada que temer, que sólo se trataba de una gigantesca y muy curiosa coincidencia, no podía ser otra cosa. Pidió la cuenta y volteó a ver a sus vecinos, pero nadie pareció mirarlo, casi todos reían, hablaban fuerte y cada quien andaba en lo suyo, la visión lo reconfortó. Salió a la luz de la tarde, volteó a la izquierda y sus ojos se encontraron con los de una mujer un poco desaliñada, aunque de aspecto muy sensual... *** La violación Sus papás me acusan de haberla violado, pero no es cierto; no la violé. Lo que hice fue salvarle la vida... nadie parece entenderlo. Ella no dice ni si ni no, sólo me ve y suspira, igual que yo al mirarla. Eso es lo que más nos acusa. Pero nadie toma en cuenta que las tradiciones no siempre son simples cuentos para niños, que algunas veces tienen importancias que no comprendemos, sobre todo cuando se trata de la menor de tres hijos, la única mujer, y a punto de cumplir los dieciocho. Es que ella me lo contó todo, y yo le creí; no pude hacer otra cosa. Me dijo acercando su boca deliciosa a mi oído: -Si llego vírgen a mi próximo cumpleaños, las fuerzas de lo oscuro me tienen destinada al sacrificio, como doncella en Creta, directo al Minotauro... -y yo le creí... y ella estuvo de acuerdo... es más, en este momento no sabría decir muy bien quién tomó la iniciativa... pero en todo caso, la intención de ambos fue que salvara la vida. Claro que ahora ya no es posible comprobar nada, ya no se puede cumplir la profecía, pero, que tal si ella no me dice nada, o yo no le creo, que tal si lo de las fuerzas de lo oscuro fuera cierto y ella ahora, en vez de prepararse para su fiesta de cumpleaños, estuviera a las puertas de la muerte... ...Era asunto de creer o no creer... una de esas pequeñas cosas que le cambian la vida a uno... *** Uno de caballeros andantes Lo tenía totalmente cautivado, no solamente con esa cara en la que resplandecían la virtud y la inocencia, sino también por el modo en que ella lo miraba, con esos ojos más profundos que el mar, o sea que estaban absolutamente enamorados. Sin embargo no todo podía ser felicidad, él no daba pie con bola y fue a la bella a la que achacaron su extraño comportamiento, la acusaron de hechicería y el castigo era la hoguera. Él, en pleno juicio, lanzó su guante a los pies del juez y pidió defenderla en la Prueba de Dios, en una lucha a muerte con el campeón que el jurado eligiera. El Ser Supremo decidiría con la victoria de alguno de ellos el triunfo de la verdad y la justicia. Si su paladín triunfaba salvaría la vida, pero sólo para ir al calabozo por el resto de sus días; si perdía, sería quemada viva. Por otro lado, si ambos caballeros morían, también iría a la hoguera. Además, si alguno de los contendientes lastimaba al caballo del otro, le sería confiscada su hacienda y se le confinaría al calabozo por un término de siete años; a ella de por vida. Y si por designio del Eterno, resultaba herido el caballo del campeón del jurado, los amantes irían a parar a la hoguera. Estas, entre otras más estrictas, eran las leyes de Caballería y nadie bien nacido podría dejar de acatarlas. Por lo que, como se podía juzgar, esta vez la virtud, la verdad y la justicia tenían muy pocas oportunidades de éxito. Ya por iniciarse la justa, cuando las fanfarrias llamaban a la lucha en el campo del honor, ella volteó a ver a sus jueces en una muda, pero elocuente y conmovedora súplica de piedad; sólo encontró miradas plenas de fanatismo, rencor y prepotencia. Supo que no tendría salvación. Así que, con un profundo suspiro, se sacó un amuleto del seno, cerró los ojos... y convirtió a todo el jurado en piojos, al contendiente de su paladín en chinche; su héroe y ella misma se transformaron en palomas y salieron volando en busca de algún país un poco más civilizado. ** Guillermo González Ruiz, escritor mexicano residente en Ciudad de México. Es diseñador mecánico y su obra literaria permanece inédita. ggoru@mpsnet.com.mx. === De súplicas y naufragios Estela Iglesias ========================= (Nota del editor: Publicamos un adelanto del poemario De súplicas y naufragios, de la escritora argentina Estela Iglesias. El libro aparecerá en Argentina en marzo de 2000). *** Ruge... ruge La calesita ruge en su silencio y nos reímos en un banco tan grande como el silencio de ella. ¿Y entonces? ¿Qué será de la calesita cuando comience a girar lenta, atestada de edades y otras edades; sentadas a un costado observando a las que agita con su palma de madera? ¿Qué? Quizás nos molestemos y nos vayamos a casa. O simplemente la insultemos. *** Lo que queda Qué días felices cuando me pregunto para quién respiro. Que la vida sea un juego que se falsea como las manos transpiradas donde resbalan los saludos Donde el amanecer es sólo una ventana del pintor que ya no pinta porque el color le devoró el habla y finge una mueca de asombro y es el mismo amanecer donde el preso agota sus ojos la vida se falsea en un maldito mecanismo oxidado por lágrimas de alguien que ya no aguanta todavía, algunos tienen esa osadía de nacer a la misma hora en que otros abandonan. *** Acto primero Vivir muriendo aunque sea un ensayo. Revolucionar aunque sea un instante. la fractura la sensación caer en su lógica sería suicidar al llanto. En un mundo al revés el murciélago muere de pie. *** Bastón Cansado es como estar olvidado ¿qué pregunta alarga el día si nos detenemos en un terreno baldío? La mujer de polleras negras guarda sus gatos entre las medias porque han conspirado con su tiempo dulce jesucristo en pose tremenda teme que la mujer le dé la espalda en un baldío. *** Dominó Y al fin aprendió a contar La asfixia de sostenerme el desorden de la caída el tumulto de los abrazos el grito del adiós el tarareo del fracaso la esperanza de la risa el tarareo del fracaso. *** Fuga El tiempo es un envase de leche recién ordeñada apenas vencida. *** Menú Que seamos dos elefantes en celo, mordiéndonos. El café de la siete de la mañana de los domingos, la música clásica con ventanas cerradas Desde la cama hasta el otro domingo sucios, con comida encargada de vez en cuando a la televisión le gritamos requiems de polkas Te propongo lamer los derechos con cuchara de lengua y sentir que somos algo impredecible que somos una excusa que se confiesa en el baño tirar de la cadena y enamorarse. *** Trabalenguas de existencia Madres de masas; enorme teta donde nos balanceamos hasta la muerte. Frenéticos cachorros mordiendo la ubre porque la sangre nos da el color de nuestros ojos, morir bajo la protectora sombra de la madre. *** El testigo pide perdón ¿Cuánto cuesta el crimen de la soledad? tengo un cuchillo suicidando las ganas Te lo pregunto Si nos cortamos las venas hay un mar ¿Será el éxodo del pez hacia la jaula? *** Naturaleza muerta Las aldeas duermen tu invierno de palabras que tiritando se colgaron, se los ve desprotegidos, animales rompiendo la vagina, esa calma de naturaleza muerta que tiembla. Un abismo de flan explica el cielo del pequeño hombre. Como tiene que pasar para que la vida pase el puerto se hunde detrás tuyo al borde de tu sombra, bostezar lobos buscando luna entonces, "el universo es paranoico si el mundo es redondo" frase de tren dentro de la uña. Boca de lobo en protesta a no ser redonda, la sombra del reloj en el esqueleto. *** Formulario del después Al acariciar un vidrio siento la disciplina de cuidar las manos esto es el infierno que se entristece al pasar el tiempo en la repisa siempre habrá fotos que rompieron el cristal el gesto de la voz los labios en el purgatorio de los recién nacidos sin embargo, de la ausencia del que se juega a todo o nada aprende el tonto la sabiduría de la mentira, ¿quién quiere cenar a la luz de las velas? Sin embargo el destino nos asombra. Está el sujeto que pase la vida en su jardín de hielo y entre tantas inundaciones aprenderá a nadar. Esta silla vive preparándose para mi muerte solo en la abundancia, las hojas de otoño son pequeñas palomas Comprendo tal vez una censura del hastío, demonios cansados de bostezar hambre en las esquinas ¿quieren calmarse? ** Estela Iglesias, escritora argentina nacida en Buenos Aires (1970). Fundó y dirigió la revista de arte y filosofía Fusión. Ha escrito poesía, novela y teatro. Realizó trabajos de poesía-dibujo con los pintores Pedro Gaeta, Alejandro Bielisky y Dante Ginevra, de los cuales surgió el libro inédito Muda. Dicta talleres literarios. jflores@larazon.com.ar. === Libro de cabecera René Rodríguez Soriano ========================= *** Tribulaciones de Ulises Tejes y destejes mis órganos, mis sienes y mis sueños. Me reflejo en el espejo de tu espera. Me muero. Resucito en todas las muertes que ya he muerto entre tus muertes presentidas. Voy hacia ti por caminos que conducen a tus sendas, no me encuentro. Doy conmigo, perdido. Me deshilo, implorando ante la indiferencia de Teseo. Herido Minotauro, desangrado. Ando y desando por la noche cada día que me tejes y me inventas en mil argucias. Soy nada, navegando en el turbulento todo de tu entrega. Te invento, te dibujo y te recreo en todas las tonalidades de mis ansias. ¿Qué piensan tus adentros cuando te vas y me voy por esos ríos sordos de la madrugada? ¿Qué fraguan, en sus momentos, mientras vadeo las lelas corrientes de esa espera cecina y penitente de los días? Arde atrás Troya, amor. Las llamas queman mis huellas y no huyo, voy hacia ti porque sé que, sentada, quizá mirando la ventana que yo ansío, tu espera es una llama que arde más aun. *** Ventana al infinito -Me gusta tu suavidad. Me pierdo en tus ojos cuando lo dices, mientras me animo a descorrer las cortinas y miro. Miro por la ventana que diseñas en mis adentros y puedo ver que la ciudad, desde esta altura, se deja ver tierna y tímida a la vez. Danza una ballerina en un balcón colonial mientras riela una flauta suave. Goico pinta una acuarela seca por El Paseo de los Frailes. Viene otra música de afuera, tal vez cante algún radio por los descampados o en los indescifrables silencios del monumento del bocón de Montesinos. El vino tiene otro sabor, sabe a tus labios y a todas las palabras que no dice tu lengua. Enciendo un cigarrillo y junto al humo siento tus manos dibujando los contornos de mi cara. Llueve afuera, llueve torrencial la noche sin licencia y hace tanto que ya no soy yo ni estoy en mí, en esta noche larga desde que te sé tan cerca, clavel de luz. *** Purple Haze Púrpura, brillante, la pared se extiende y se distiende. Las espirales del sonido aparecen, desaparecen. Subes y bajas. Jadeas y sigues flotando en ese miasma cálido. Te miras y no te miras. Amarillo infinito cae a cántaros y el cielo púrpura se torna sobre ti sinuoso y atrayente. Te atrapa. Te suelta. Te aferras a él con toda la fuerza que te late en los sentidos. Vuelas, te remontas lejos y cerca de lo inasible. No hay mar ni sol, sólo constelaciones de vaivenes, aguas que se fusionan y se confunden en las aguas del deseo y la pared. La pared se ladea, viene hacia ti purpurando de azul en sus más calmos oleajes y ella, ella se aferra a ti para empezar de nuevo y una vez más miles y miles de vaivenes. La caja no tiene bordes, ángulos ni lados. Es del tamaño de la nada. *** Cerca de lo lejos Para papá "Yo sé que por alguna causa que no conozco estás de viaje, un océano más poderoso que la noche te lleva entre sus manos, como una flor dispersa". José Carlos Becerra. Hay un tambor que ya no tañe. Hay una puerta abierta al nunca más, girando sobre unos goznes sordos, mudos y desolados. Hay un silencio armónico y profundo. Y, en El Gajo del Mulo, esta mañana, una bandada de gallinas se quedó esperando su ración de vida. Hay un hueco muy hondo en las horas de este último lunes de julio. Un vacío solemne y melodioso que no todos perciben, pero sienten. Un arpegio de luz que ya no cesa y un sable entra en reposo en la espesura de la aurora. Hay mucha luz, retroalimentándose, y un oficioso silencio en el dormido lecho donde jamás despertarán, quietas y frías, las idas aguas del arroyo Palero. Ya no más. Puede ser que los caireles, la salva de 21 cañonazos ni fatuos y maculados trapos fementidos (todos los fastos de la patria, en mayúsculas), ni se den por enterados. Total, a pocos nos importa poco ya cierta alharaca. Sé que en la otra patria, esa que no se exhibe ni se vende, están tocando gloria los prohombres, alzando una bandera limpia noble, sin cuarteles estancos, sin mentiras. Sucede que papá se cansó de tanto gris y tanto absurdo, que se marchó tranquilo y sin temores. Se marchó, como vino, dulce y fresco, con su más plácida sonrisa de domingo, a sembrar su ternura en otros valles. Yo lo sé, no me cabe la menor duda, le acompañan tantos buenos amigos y a tan buen paso, como siempre lo hizo. Firme y seguro, con la misma firme pedagogía con la que me enseñó a mirar y a cuidar los pasos recentinos de becerritos y polluelos, y a trotar sobre el caballo "melao", por estos mismos valles que ahora deja. Sucede que hoy, sin vida, papá entró a la vida por su puerta más ancha para enseñarnos con su ejemplo, la más noble lección de su existencia: embarcó esta mañana sin sonajas, sin grandes comitivas, dejándonos la paz que fue su norte. Y ahora está más cerca porque sé que me escucha cuando yo así lo quiera y cuando quiera; porque sé que me mira y me mima, con la más transparente y dulce de sus miradas. Y que, ahora, más que nunca, puedo hablarle sin velos, sobre todo y de todos los que él quiere, sin excusas. Y es que papá se ha ido, tan tranquilo y callado, como anduvo las tardes, a lomo de su mula mansa, repartiendo simiente y agua clara, estrechando distancias, deshaciendo fronteras a mano llena. Pero no es que se ha ido, está más cerca (apenas en el otro valle, más relajado y quizás cabalgando, otra vez, sobrio y sereno sobre su mula mansa y fiel). Él sólo se cansó de este cansancio sin remedio. Y, sólo por un rato, se ha ido a dormir para volver con más amor y bríos, para no dejarnos solos otras veces. *** Coja canción de soledades Sonaba un piano quizás allende el bar. La mar, supongo, arrastra en oleadas sueños y desvaríos. Azul, la melodía gris, perdida en las ondulaciones de la noche. La noche de Silvio, adentro. Cantaba el dedo su canción bajita, y dolida y oscura, la noche retorcía su melena afuera. ¿Qué se puede auscultar en la distancia? Duelen los recuerdos y las palabras salen lentas, como ahogadas por un vino metafísico que se traga el sopor del verano. Adonde el agua, confín de nubes, despacha sus presagios. Transposición de tonos. Sopapo de corcheas y semifusas. Suena una guitarra, creo que dijo, en lontananza, pulsando lenidades de sus ojos (los de ella) cuando las manos se encontraron y hubo un calor remoto que no remitía a la estación ni al clima, sedosidad de la ternura. Acaso una trompeta encrespaba, acelerando las pulsaciones de la noche. Los relojes, cifrando y descifrando la temporalidad de una sonrisa helada, el latido de un dedo. Sonaba un corno francés cuando dijo que sonaba un piano o una guitarra, cantaba Silvio, tal vez en el recuerdo y ella se miraba en sus ojos (los de él), mientras se arreglaba las medias. Sonaba una canción adentro, de eso no hay dudas, mientras afuera la gente se adueñaba de la noche y había que partir, abandonar el bar. *** Bastón de soledades Ella vino quedito hacia mis brazos y se posó en mi pecho como una mariposa herida. Yo la acuné con celo, lleno de turbación y miedo. No quería despertar su sueño y que volara. No sé si la esperaba, pero me hacía tanta falta que, ahora que volvió -o ha venido- ando de tumbo en tumbo por los rincones del día. *** Pulsar los rieles Para mamá "No es que no vuelva porque me he olvidado. Es que perdí el camino de regreso, mamá". Joan Manuel Serrat. No he querido regresar jamás. Salí una tarde de llovizna por la ventana más angosta, había clausurado todas las puertas, las esclusas y el carnet con toda la fisura de mi ideología de estudiante inverosímil. Dejé en algún cajón abandonadas mis excusas, manifiestos y descaros (las declaraciones amorosas tardías las tiré cuidadosamente sobre el techo de alguna casa demolida ya); las rigolas advenedizas de las mañanas de junio han regado mil geranios descoloridos y las mariposas amarillas vuelan aires de otros sueños, puede ser que las canciones ronden sordas por los rincones de las madrugadas turbias... Queda alguna basurita absurda en el iris izquierdo, algún recuerdo remolón del verde y sus secuaces o de la muchacha triste que intentó descifrar conmigo los presagios de la tarde y sus misterios, el enigma de las peras y las pomarrosas; alguna esquina de sábado intocado, pero las lilas del parque nunca han vuelto a florecer sobre la complicidad de las ranas. Es tan cuadrado el círculo de este tapiz sin fondo que describí al bajar, clausurando estampidas, amores y manías, que el caballito loco me tumbó en un portón, llevándose al galope sembrados y aguaceros; nadie vino conmigo, ni siquiera las fresas que robé en el camino, ni el perro que aullaba frente a la bellonera, coartada del recuerdo. Pero hay estancos varados en parajes tan míos que no podrán hojearme pacatos o fisgones: Jato y Olegario conocen más que todos los urbanistas las corrientes subterráneas del parque y sus alrededores; Chuple Pendanga, Moncito y Levanta María tenían peñones y callaos escondidos en lugares que nadie podrá encontrar hoy día; el primer cigarrillo a escondidas en lo más encumbrado de El Gajo dejó de ser una osadía y las hazañas de los legionarios pasaron a ser caduca historia oral de los más quedados sobrevivientes; las antenas parabólicas y los automóviles de alta cilindrada violentaron los secretos y leyendas mejor guardados del valle. Traje conmigo, eso sí, algunos sonidos que no vendo ni permuto: Las mañanitas mejicanas, el sonido de Broadway, algunos acordes de Aldo Rizardi y su acordeón y la programación completa de El gran show de las dos, con todo y eco... Si algún día regreso, quiero hacerlo con los ojos audaces de una muchacha despeinada y locuaz; andar sin tino, a riendas sueltas, sobre la yaragua florecida; beber jengibre de aguinaldos; robar rosas y carolinas en las lluvias de mayo; llorar y rabiar por los pinchazos de las vacunas del viejo Francés; viajar con desmesura por los vericuetos de las historias sobremesa de Manuelico o chapotear en la Piscina y el Salto o el Charco de los Patos. Realmente. No sé si quiera regresar, las trampas del olvido han puesto tanta distancia que ya los atabales y las patronales no me pertenecen, tampoco sé quién, finalmente, se quedó con mi ejemplar amado de Caminos que suben. En fin, no se regresa nunca con la misma llovizna ni están los mismos cántaros en las mismas cañerías. *** Caja con pistachos Miro hacia afuera que es adentro y ella mira muy hondo, se le desbandan los colores por el cuello mientras entra mil veces y vuelve y saca los palitos chinos de chofán. Llovía la ciudad toda su oscura pena de viento, adentro. Afuera, ella encendía su quinto cigarrillo. Él la miraba con los ojos mojados de luz, con una sed de paz naufragándole en las ansias, intentando perderse y encontrarse muchas veces. Ella no decía nada nada. Apagaba el cigarrillo y se pasaba la mano por el pelo. Finaliza la canción y se apagan las luces. Hace calor en el cine y desde adentro lo miro que me mira con cierto disimulo. Sonrío y le brindo goma de mascar. Aura no vino. No quiso ver la película. Él se hace un poco el húngaro. Quiere cruzar el charco. Da un paso. En el bar, ella toma piña colada, fuma su quinto cigarrillo y el merengue, al fondo, rememora otros tiempos. Me pierdo en la bruma de mis pensamientos y sus ojos. Sus ojos me perforan la calma y la paciencia. Enciende uno tras otro cigarrillo. Fumo cada vez que él lo hace, siempre me enciende el cigarrillo. Cuánto fuma. Fuma mucho, o fumamos, estoy tan raro, tan nervioso que no se me ocurre otra cosa que fumar, fumar y fumar como loco. Hablábamos del ciclo de cine, en tanto, afuera del bar, la lluvia descosía todos los pliegues de la noche. Llovía sin fondo, mucha lluvia. Torrencial, la noche se nos agigantaba en las manos. La ciudad vibraba como un trasatlántico a punto de zarpar. Yo no decía nada, no encontraba qué ni cómo. Él, ni se diga. Se le deshacían las manos entre las manos. No sabía qué hacer con ellas y hablaba, hablaba tantas cosas que ya ni recuerdo. Tenía un aura tan potente y embrujante que me perdía en su velo. No sabía qué hacer ni qué decir y hablaba, hablaba, creo que sin sentido. Me mira hondo. Lo miro y veo sus ojos tiernos y siento que su mirada dulce me quema el cuello. Se le llenan de colores los ojos y las manos y me lanza una flor tan fragante y colorida que la noche se deshace. No sé si llueve afuera. La música de adentro ya no la pauta nadie. Nadie queda en el bar y la ciudad mojada nos regala la más húmeda sonrisa. Caminamos por los charcos de la noche como ranas, capoteando como niños, entrelazadas las manos, abrazados hasta que la noche dure y vuelva la noche y todas las noches crujientes, crocantitas, saladas y tibias. *** Manga de viento Tengo en alguna libreta vieja textos viejos de estudiante; tengo un violincito en desuso, una acuarela sucia y sorda, fotos amarillas, alguna carta de amor que nunca envié; canciones olvidadas y alguna flor tiesa en un libro de Cortázar. Tengo añejos los recuerdos y las penas, tengo en mis manos la certeza, como el agua juguetona que ahora lame tus pezones, de que esta noche, antes de que cante el gallo, las veces que fuere, yo también recorreré los mismos caminos del agua una y otras veces, palmo a palmo. *** Bobos tanteos I El asunto es el siguiente: -Cantando como loca, alegre y despavorida, baja y desaparece por las cañerías el agua dulce que ha recorrido, frutal y danzarina, tu cuerpo, melón jugoso, isla serena, donde atracan, a toda vela y en llamas, mis deseos. Yo no sé por qué o por designios de quién nos encontramos en la vía. -Sé que de negro vendrás a llenar de luz las avenidas de mis carnes, sé que, una y mil veces más, bajel sin velas, encallaré a dormirme en las arenas de tu playa. Vine hacia ella con todo el desarraigo en mi camisa. -Cantando como loca, sé que de negro vendrás esta noche, alegre y despavorida, a llenar de luz las avenidas de mis ojos, sé que, una y mil veces más, baja y desaparece por las cañerías, el agua dulce que ha recorrido, frutal y danzarina, tu cuerpo, melón jugoso, isla serena donde atracan, a toda vela y en llamas, mis deseos. Nadie buscaba a nadie y sin embargo, en alguna veta de sus ojos vislumbré una ventana y la nombré. -Sé que de negro, tu cuerpo, melón jugoso, isla serena, frutal y danzarina, donde atracan, a toda vela y en llamas, mis deseos, vendrá esta noche a llenar de luz las avenidas de mis carnes, sé que, una y mil veces más, cantando como loca, alegre y despavorida, bajel sin velas, encallaré a dormirme en las arenas de tu playa. Era una noche loca, sin gobierno. *** Bobos tanteos II Para Quihauitl El asunto es el siguiente: -Supongamos que ocurriera así: -Insomne, la madrugada se posó en mi ventana, gris, parca y desolada. Iba de incógnito en mis adentros, solo sin rumbo y sin aliento, era y no era yo mismo entre mis fuerzas, capitán de la nao en desgobierno. Un dios azteca quizás o algún behique taíno o caribe lanzó un conjuro hacia uno y otro lado del espejo. -No hay dudas que le sienta el negro e irradia luz y desafía a las bestias y a los renacuajos si tan sólo amenaza con calzarse la chaqueta. Bebo el cafe a sorbitos y a sorbitos la vislumbro, me deslumbran sus ojos perdidos entre la miel y el trigo o el rafagazo plata que enlaza su cintura y me distrae. Sin duda voy hacia ella todo kiwi y zarzamora, me derrito en la acera, casi tiemblo. -Danzando en una nube se que vendrá esta tarde, poblada de sonajas, huaraches y resguardos. Tal vez en un principio resulte un simple asomo y parezca perdida llovizna o cabañuela. Tal vez no traiga truenos ni aspavientos sonoros, sólo vendrá danzando, dulce, melosa y pródiga a poblar con su savia mi torpe agricultura. Yo no esperaba un mail esa mañana, tal vez una llovizna. -Absorto en mis sorbitos del café que se enfría miro al canario en la chaqueta y me interno sin linterna en el fin de semana. Sé que el lunes vendrá. Ya no habrá otro apagón. Voy a matar a Borges en el espejo. *** Clea la única Son como niños, duermen, nos retozan adentro, te dice mientras martilla duro en la pared y cuelga el cuadro aquel de las hormigas que le regalaste para pascuas. La miras y no te cansas de mirar su cuello. El mismo brillo en tus ojos, la luz que irradia su piel te llena y reaviva. Pero está rara, piensas, desde hace algunos días, desde que llegaron a la casa, la notas lejana, lejana, casi ausente. Tienes que soltarlos, dejarlos que sean ellos y correteen sin trabas, le dices y te dices. Te miras las manos encallecidas y vas a decir algo... A veces se ponen tiesos, ácidos y turbios -te interrumpe. Suena el teléfono y raudo te acercas a contestar, aún alcanzas a escucharla, inventan ladridos, lamen... Niños al fin, le dices, no saben qué hacer, continúas diciendo cuando Paco, sorprendido en la otra punta, te pregunta que de qué diablos estás hablando y te quedas corto, un poco bobo y vuelves y, entonces, le dices que hablas con ella. No crees que puedan ir esta tarde al concierto. La mudanza, sabes, esto es un desastre, no aparece nada y, aunque tenías meses organizándolo todo, fichando y sellando cada paquete, ahora nadie sabe dónde está nada. Que lo llamarás más tarde, besos para Leslie, que no olvide los espaguetis con albahaca prometidos, tan pronto encontremos el cabo de este bollo iremos para que nos salde la deuda o el hambre, no importa, Paco, te dejo. Te metes en el cuarto donde Borges hace el amor con Juana la Loca y Antonio Gala y los Goytisolo hacen de las suyas con unos versos de Sarduy que andan por ahí, tirados por el suelo todos los libros, las revistas y los anaqueles sucios y vacíos, además de cientos y cientos de anacrónicos larga duración con Joan Baez, Elton John, Ginamaría, Cortez, Mizrab, Corea, mudos y sordos, es una especie de día después del juicio final o las elecciones y, realmente, no sabes qué hacer, la impotencia te ahoga y la llamas, le gritas y le preguntas, a sabiendas de que no tendrás respuestas, sobre los ebanistas, electricistas, fontaneros y, ya casi, la rabia está por hacerse presente y entra ella y te enterneces, lo olvidas todo y ves que los libros y los discos, en armoniosa conjunción, conforman un ambiente que invita a la paz y... no controlan sus emociones, las uñas, los juguetes, los estropean un poco, sólo un poco le dices, son niños y, mientras recoge y limpia tu adorado Huerta y lo coloca en el tramo de siempre, junto a la Transa Poética, los Poemínimos, la Poesía Completa, vuelve a la carga y te dice, casi al oído, dulces y niños que, sientes que te recorren hormigas o gusanitos juguetones por las arterias y la sangre caliente canta una canción tan loca y desaforada que las aurículas y los ventrículos de tu corazón van como una Harley por la nueva avenida, la nueva casa comienza a lucir sus más lúcidos colores y, la oyes, la sientes, y vives lo que ahora te está diciendo: de tanto en tanto, precisan ir al parque, hacer sus cosas. Y te la quedas mirando desde la superficie hasta lo más profundo de sus ojos y sabes que los nubarrones ya se han ido y no sabes si Paco o Leslie, o el concierto de esta tarde, si vale la pena o es una pena que ahora estés tratando de pensar en otra cosa que no sea desconectar el teléfono y ya. *** Pasta del recuerdo Gira la tarde gris rodando sobre su eje acéfalo. Se dilata el rocío en las paredes del vaso. No es vino ya este vino y una gaviota trisca el cielo con sus alas de aguja. -Hoy en el reloj de mi ventana salió el sol... Él, pensativo y callado, se internó en la noche y no hay lindero en ningún rincón del tiempo y la distancia que pueda dar razón de él desde anoche. -Llueve y el agua cae sobre las hojas del árbol... La radio canta y canta y en los mentideros de la calle oigo todos los decires que se traga la tarde, bufa la música y sus sonidos. Ella empuja y afila el estilete de su pensamiento por los meandros de la tarde. Se palpa la cara, lenta, suavemente, sobre el párpado izquierdo. Bizquea. Sorbe un sorbito apenas del vino o el licor que apura calladamente, queda. Otea el horizonte y las gaviotas, aquella que dibuja riscos y picachos en el cercano cielo, lo busca a él y se pierde en las aceras del silencio y el tedio. -Llueve, y la gente se esconde en un portal... Él, orillando silencios, duerme en los extravíos de su ausencia (la de él). Ausente y taciturno, pierde la brújula, el astrolabio y los cruces de rieles, ido, perdido, ensimismado. -Nadie que me diga si vives aún... La tarde parda, plena de augurios, se mece, pedalea en el fangal de la nada que se enseñorea sobre ella. La tarde desfallece y se adormece en deshojadas ramas, la tarde gris que gira sobre ningún eje mientras ella piensa y apura, lenta, lentamente, su vino o licor de menta sin espíritu sin ganas, mientras la radio canta una canción dolida y dolorosa. -Yesterday all my troubles... Él se fue ayer y el tiempo hace olas que empujan los recuerdos por los canales de la noche que se crece y se enseñorea en sus pensamientos (los de ella) que se duele y se ahoga en el vino o las penas. ** René Rodríguez Soriano, escritor dominicano nacido en Constanza (1950). Ha ganado el Premio Nacional de Cuentos Casa de Teatro (1996) y el Premio Nacional de Cuentos José Ramón López (1997). Egresado de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, trabaja como publicista y docente en esa área. En poesía ha publicado los libros Raíces con dos comienzos y un final (1977-1981), Textos destetados a destiempo con sabor de tiempo y de canción (1979), Canciones rosa para una niña gris metal (1983) y Muestra gratis (1986), y, en narrativa, Todos los juegos el juego (1986), No les guardo rencor, papá (1989), Su nombre, Julia (1991), La radio y otros boleros (1996) y El diablo sabe por diablo (1998). También ha publicado, en colaboración con Ramón Tejada Holguín, los libros de cuentos Probablemente es virgen, todavía (1993) y Y así llegaste tú... (1994) y el de ensayos Blasfemia angelical (1995). renerodrigues@onebox.com. === Dos poemas Ivanóskar Silén Acevedo =============================== *** La muerte... Polvo de estrella arruinado soy, total ingrato, como astro que no sufre por mí suspendido en el abismo. Do arrastro el esqueleto y bailo con él, lo empujo a la apariencia del espejo, y río con lui la calavera nuestra, oscura, anticipada. ¿Quién se burla? ¿Quién mueca? ¿Qué Dios en mí gime? ¿Qué noche intensa se adelanta si yo no sé quién soy en los espejos? Llueve entre los pinos hadas que empuñan los cuchillos. Hadas que mondan ojos como si fueran aceitunas. Hadas y más fati que mondan penes mientras bailo al abismo suspendido y alguien, fatal, se burla de ti en los espejos. II En media noche, es medio cuerpo, es medio sueño, media luna de luz, medio amor de cruz de Dios que en el taxi escribe criminalmente el sonido de los fetos en las cunas. Son los ángeles que cruzan Broadway, como motas de polvo blanco, o maquillaje de alguna niña desvirgada que ve visiones, día de fiesta ve, aterrorizada en los besos tiernos de la madre. El horror ha salido de fiesta y llueve: galeotes en llamas, sin grilletes, sin fe, sin barquichuelos, sin hembras de hebras, que pongan sus senos de mirra en sus bocas... mientras clavan, frenéticos, en las venas las noches de polvo de las niñas maquilladas. III Infinitas noches de "Padre nuestro"... que son como agujas quebradas de Dios, tecatamente, en la alegría de los místicos de mierda, oscuros, a la deriva de la sangre: saliva blanca y polvo blanco que encienden luz a la oscuridad de sus almas. Es el infierno que barcarola de ojos azules, culipandeando, astillada, mira el mar del hades y mira el viento del gehena. La hembra negra, cuchillo al cinto, mirra de puta, mata y orgasma a los ángeles oscuros de la mierda. Es la liturgia de la carne azul, café tinto, réquiem de Dios, culipandeando, la niña negra de la mirra orgasma y mata... IV Es la presencia deliciosa de la muerte, los encajes franceses de la carne que trafica el bacanal, el sida, de esas calles infinitas, tibias, en Río, en Bogotá, en Italia: oscuras estatuas húmedas do el semen corre de los labios cual hostia de Dios, fiebre de Dios, de esas negras culonas que alimentan la luna en los tejados. Alguien ríe y se revuelca en las camas del sueño y los monjes grises, deshilados, lúgubres, entredichos, rezan palabras muertas. Góndolas apolilladas cruzan el arco de la muerte y los amantes contemplan la bóveda del hades: el Ángel de la muerte, celoso, observa los orgasmos. 6 de septiembre de 1999 Nueva York *** Los orgasmos prohibidos... ¿Por qué sufres ante la belleza mía? ¿Por qué me codicias? ¿Qué extraño secreto arrastra tu mano? ¿Por qué, tú, si pudo ser cualquiera? ¡Oh, oscura ensoñación de Pan cuando tus dedos me tocan, me rebuscan, me orgasman! ¡Qué placer de rosa la de tu rosa abierta! ¡Qué avispero en tu erizo cuando tu ropa cae y tu alma vuela! ¿Quién es este demiurgo? ¿Cómo se llama cuando me vengo y cuando me vengo quién soy? ¡Oh, azarosa yo de la dicha y de la muerte! ¿Por qué sufres de la belleza mía? ¿Por qué me desmayo en tu carimbo? ¡Clávame, oh, tú, Pan; suéñame, tú, junto a las Furias! II ¡Oh, Pan, amigo mío! ¿Por qué me enciendes en la dicha de tu espiga? ¡Qué impúdico sentido de Dios hay en tus labios! ¿Por qué, tú, si pudo ser cualquiera? ¿Qué delito celebro en ti? ¿Qué carne de tu cuerpo hallo en mi carne repartida? Déjame ser tu alfiletero chorreando agua ahora que salgo de la ducha, ahora que me exhibo en los espejos. ¡Oh, vanidad de la muerte! ¡Oh, intento fugaz de repetirme para ti en los orgasmos! ¿A dónde huye este cuerpo atravesado? ¿Esta vulva partida por tu lengua? Dominus vobiscum. ¡Oh, bendito asesino de mi dicha! 20 de septiembre de 1999 Nueva York ** Ivanóskar Silén-Acevedo, poeta puertorriqueño nacido en 1944. Ha publicado los poemarios Los poemas de Filí-Melé, El miedo del Pantócrata y La poesía como libertá, los ensayos El llanto de las ninfómanas, Nietzsche o la dama de las ratas, La rebelión y Los ciudadanos de la Morgue, las novelas La biografía, La casa de Ulimar y Las muñecas de la calle del Cristo y el libro de cuentos Los narcisos negros. Muestras de sus textos se pueden leer en http://www.geocities.com/soho/village/1948. ivanelsa@aol.com. === El buzón de la Tierra de Letras ======================================= *** Sobre dificultades e incomprensión 25 de diciembre de 1999 Estimado amigo: Asiduamente he venido leyendo Letralia, y me siento muy complacido de poder decirle que ustedes vienen haciendo una extraordinaria labor. Yo conozco las dificultades que una actividad como ésa proporciona, cuando, como es el caso de ustedes, se quiere hacer bien, y además debe hacerse con poca ayuda. Por ello el trabajo que realizan es aun más encomiable. Quiero decirles, además, que en Monte Ávila estamos a sus órdenes para cualquier colaboración que podamos darles. Allí también trabajamos con dificultades, especialmente por la incomprensión de muchos que tienen la posibilidad de ayudarnos, pero no les interesa. En fin, sigan ustedes adelante en esa hermosa labor, y tengan la seguridad de que, a la larga, el país entero se los reconocerá. Les deseo a todos ustedes muchos éxitos en el año 2000, mucha paz y prosperidad, que nos permitan prepararnos bien para la entrada en el siglo XXI y en el Segundo Milenio, el 1 de enero de 2001. Cordialmente, Alexis Márquez Rodríguez (maelca@telcel.net.ve) Presidente de Monte Ávila Editores (http://www.monteavila.com) *** Poeta a los 14 29 de diciembre de 1999 Mi nombre es Saraí Herrera Rojas; estoy muy interesada en aprender todo lo relacionado con la poesía, mi único problema es que tengo 14 años y todo lo que escribo, son pocas las personas que me creen que realmente lo escribí yo. Pero me gustaría aprender mucho más de lo que sé y quisiera saber si hay algún chat o una dirección en que me puedan ayudar. Saraí Herrera Rojas (zoka@latinmail.com) L: En Letralia cuentas con toda la información que te brinda nuestra sección didáctica, Cómo se aprende a escribir. Puedes visitarla cuando lo desees, en http://www.letralia.com/aprender. *** El factor fama 29 de diciembre de 1999 Estimada Letralia: He conseguido, en la edición 44 de Letralia, una reseña al trabajo de Habriel Halevi y Mercedes Odina, El factor fama. Éste es, para mí, capital en el trabajo de tesis que emprendo ahora en la Universidad Católica Andrés Bello, en Venezuela. Mucho sabría agradecer si pudiesen orientarme en cómo contactar a cualquiera de los dos autores, ya que me es necesario solicitarles bibliografía o referencias al respecto. Agradecida de antemano, Alejandra Cabrera (hegomez@cantv.net) === Post Scriptum ========================================================= "La historia en sí no es lo que me interesa del cuento. Cuando una historia me interesa es porque esa historia está revelando algo que está detrás del lector. Me refiero a algo de la condición humana que no está a simple vista". Silda Cordoliani (1999). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviar algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede obtenerlas en el Web visitando la página http://www.letralia.com/publicar.htm. Si lo prefiere, puede recibirlas por correo electrónico escribiendo un mensaje a info@letralia.com, con la palabra "Condiciones" en el subject, o simplemente dando un doble click de ratón en el enlace siguiente: mailto:info@letralia.com?subject=Condiciones. === Las casas de la Tierra de Letras ====================================== Si usted no está suscrito a Letralia, o lo está pero le falta algún número, puede conseguir las ediciones en los siguientes sitios, a donde llegan simultáneamente con su aparición. Sitio de Letralia http://www.letralia.com/archivo.htm Página informativa http://www.rediris.es/list/info/letralia.html Tulane University, http://www.tulane.edu/~latinlib/letralia (sólo Nueva Orleans, EUA ediciones de texto hasta la del 16/9/96). DC BBS BBS del Decanato de Ciencias de la Universidad Centro Occidental "Lisandro Alvarado". Barquisimeto, Lara, Venezuela. Telnet a obelisco.ucla.edu.ve o a 150.186.96.4. Login: bbs Sendanet BBS ftp://ftp2.sendanet.es/ftp/letralia. España. SSDA Boletines electrónicos argentinos adscritos al Sistema de Soporte de Distribución de Archivos, a donde Letralia es subida por Horacio Massimino (dodo@mail.cano.com.ar). 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