~~~~~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ Edición 88 15 de mayo de 2000 ~~~~~~~~~~~ ================================================ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ================================================ ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras es ~~~~~~~~~~~ una revista literaria que ~~~~~~~~~~~ difunde el trabajo de escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos contemporáneos ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Miembro de la Biblioteca Circular ** http://bc.encomix.es === Sumario =============================================================== | "Austero cumpleaños", Jorge Gómez Jiménez. | Editorial | Se ausentaron durante nuestra ausencia. | Material | especial | Presentados en Madrid primeros cinco títulos de Laguna | Noticias Negra. / Presentada Entresiglos-Entreséculos, antología | de autores latinoamericanos. / Murió el dramaturgo | español Antonio Buero Vallejo. / Ediciones Nuevo Espacio | anunció publicación de libros. / Develado veredicto de | la Bienal del Ateneo de Valencia. / Alfaguara publica | cartas de Julio Cortázar. / Se retira Carmen Balcells. / | Creadas dos nuevas listas de educación para niños y | docentes. / Premio Príncipe de Asturias de Humanidades | para Umberto Eco. / Franklin Gutiérrez gana el Premio | Nacional de Ensayo de República Dominicana. / Crean | lista Verbalia 2.0, cibercomunidad de arte y | pensamiento. / 200 diccionarios en una base de datos | presentará la RAE. / Sociedad Porteña de Psicoanálisis | presenta seminario. / Revelado el veredicto del concurso | Astor Piazzolla. / Realizarán en Canadá exhibición | internacional de poemas póster. | | XIII Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre. / VII | Entre bases Premio de Pintura Ciudad de las Palmas de Gran Canaria. | / Concurso para escoger participantes de la Exposición | Utopía. / VII Bienal Nacional de Novela José Eustasio | Rivera. / Concurso de Poesía Leopoldo Marechal. / Premio | Grandes Viajeros 2000. / VI Concurso Anual de Cuentos | Ambientales Infantiles de El Nacional. / III Concurso de | Dramaturgia Universitaria. / Premio Encuentro de Dos | Mundos. / Concurso Fotográfico XXVI Feria del Libro "Los | lugares de Adán Buenosayres". / Concurso de Cuentos Avon | para Mujeres. / XLIX Premio Planeta 2000. / I Premio | Nacional de Primera Novela Nuevo Milenio. / 55º Concurso | Anual de Cuentos de El Nacional. / Premio Pedro León | Zapata al mejor caricaturista de la prensa venezolana. / | I Premio de Ensayo Antoni Chabret. / Concurso para | escoger a los participantes en la antología cooperativa | Agua en el tercer milenio. / II Certamen Internacional | Pleamar de la Poesía Romántica (In Memoriam de Néstor | Casablanca). / I Convocatoria de Ensayo Teatral Breve. / | Beca Octavio Paz de Poesía 2000-2001. / Bienal de | Crítica e Investigación de las Artes Visuales "Roberto | Guevara". / X Premio de Literatura Latinoamericana y del | Caribe Juan Rulfo 2000. / Concurso Nacional para Jóvenes | Narradores Haroldo Conti. / VI Premio Nezahualcóyotl de | Literatura en Lenguas Indígenas 2000. / II Concurso | Siesta de Poesía 2000. / II Concurso Literario del | Tango. / III Premio Internacional de Cuento A Quien | Corresponda. / I Premio de Novela Manuel Mejía Vallejo. | | Taller para guionistas. / Nueva editorial electrónica. / | Paso de río Jaime, el agraciado. / Esquife. / Los delitos de Morán. | / Nueva de nuevo. / Espacio Tiempo. / Martín Fierro | digital. / Un periódico en blanco. / Deshora presentada. | / Duclós en bytes. / Fragmentos y rituales. | | Librusa. | Literatura | en Internet | "La voz de un gran sentimental", Francisco Arias Solís. | Artículos y / "Lubio Cardozo: la poesía como videncia", Rafael | reportajes Rattia. / "Goldoni vuelve a la Comedia Italiana de | París", Luisa Futoransky. / "Notas para un retorno a | casa", Gladys Ilarregui. | | "Deseo y postergación; una lectura de Colibrí de Severo | Sala de ensayo Sarduy", María Mercedes Andrade. / "El derecho | irrenunciable al ejercicio de la reflexión: Manifiesto | de La Victoria" (en conmemoración del X aniversario de | su Ateneo), Héctor Torres. | | "Los silencios de Leo", Santiago Parres. / "Govinda", | Letras de la Lourdes Rensoli Laliga. / "El escapista", Carlos Oriel | Tierra de Letras Wynter Melo. / Poemas de Agustín Labrada. / "Fortuna", | Alberto Chimal. / Tres relatos de Clara de la Fuente. / | "Cacofonía", Andrés Villaseca. / Dos relatos de Hilario | Feria. / "Árbol del olvido", Jorgelina Guglietti. / "Sin | titular (por cábala nomás)", Matías Gastaldi. / Cuentos | de Marta Catalán. / Poemas de Armando Limón. / Dos | cuentos de Amílcar Adolfo Mendoza Luna. | | Editoriales especializadas en sociología jurídica. / La | El buzón de la casa de los espíritus. / Encuentro poético en Paraguay. | Tierra de Letras / Poema de infancia. | | Francisco Massiani. | Post Scriptum | Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras. / Las casas | Coordenadas de la Tierra de Letras. | | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753/ =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Para suscribirse o desuscribirse de Letralia, envíe el comando correspondiente en un mensaje sin subject a listserv@rediris.es: Para suscribirse: subscribe letralia Para desuscribirse: unsubscribe letralia También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/listas.htm === Editorial ============================================================= Austero cumpleaños A finales del mes de febrero confluyeron diversas circunstancias que nos obligaron a interrumpir temporalmente la circulación de nuestra revista. Ya los lectores sabrán que desde hace casi un año no tenemos línea telefónica; pues bien, hace tres meses perdimos el acceso a Internet y una mudanza inesperada del servidor físico donde reside el dominio Letralia.com hizo desaparecer nuestros archivos. Que ese breve párrafo sirva, entonces, para explicar a tantos lectores los motivos del silencio letraliano. No queremos ahondar en detalles pues los mismos son escabrosos y desesperanzadores; al contrario, queremos recordarles que con esta edición -que debió salir el 15 de mayo y, para no alterar la secuencia de las fechas, lo hemos declarado así en nuestro encabezado- Letralia arriba a su cuarto año de existencia. Durante esta peculiar temporada en el infierno, Letralia recibió, literalmente, cientos de mensajes de amigos de todo el mundo a quienes les preocupó el no hallar, el 6 de marzo, la edición 88. A muchos les manifestamos nuestro agradecimiento en cuanto pudimos; a todos les enviamos en este momento, desde la Tierra de Letras, un cálido abrazo que intenta en algo retribuir la compañía espiritual que nos dispensaron. Aunque aún no se han restablecido del todo los archivos, ya podemos aventurarnos de nuevo en los caminos de la Tierra de Letras. Los escritores que recibieron en su momento el anuncio de que habían sido admitidos en nuestra revista pueden estar tranquilos: salvo por el detalle de las fechas, sus textos serán publicados en los números de edición correspondientes. Este es, pues, un cumpleaños austero. Las circunstancias nos impidieron preparar una edición especial por arribar a nuestro cuarto aniversario, pero creemos con el corazón que no hay nada mejor que celebrar haciendo lo que a uno le gusta. Por el solo gusto de volver a estar con ustedes, Letralia alza una copa y brinda con una edición plena de sustancia como las mejores. Jorge Gómez Jiménez, editor http://www.letralia.com/jgomez === Letralia en el mundo real ============================================= Si prefiere el correo convencional, puede enviarnos libros, revistas, folletos, cartas, material para publicar y cualquier otra cosa que desee, a la dirección siguiente: Jorge Gómez Jiménez Revista Letralia Calle Ayacucho Norte, Nº 41-08, Entre avenidas Pichincha y Bermúdez Galpón de Editorial El Tabloide Cagua 2122, estado Aragua (Venezuela) === Déjenos saber su opinión ============================================== Para nosotros es importante saber qué opinión tiene de nuestro trabajo, pues así nos ayuda a mejorarlo. Siéntase en confianza diciéndonos lo que siente en http://www.letralia.com/encuesta.htm, o por correo electrónico en la dirección info@letralia.com. === Se ausentaron durante nuestra ausencia ================================ Es cierto que muchas cosas ocurrieron estos tres meses en los que, por los motivos que ya todos saben, Letralia se mantuvo dormida. El 22 de febrero cumplió Luis Buñuel 100 años de nacido; el 7 de marzo, Denzil Romero arribó a un año de haber partido. Se celebró en estos meses el Festival Internacional de Teatro de Caracas, se entregaron premios y se rindieron homenajes. Al momento de redactar esta edición pensamos que sería prudente elaborar una especie de registro básico de los hechos importantes que ocurrieron durante las obligadas vacaciones que tomamos. El tiempo, y la eventual extensión que tendría Letralia en ese caso, nos disuadieron de ello. Pero dos venezolanos inauguraron sus ausencias durante la nuestra y eso no quisimos dejar de comentarlo. Los primeros días de marzo murieron los escritores Isaac Pardo y Argenis Rodríguez. Pardo había nacido en Caracas en 1905 y era uno de los autores más respetados de nuestros ámbitos. Entre sus obras destacan Esta tierra de gracia (1955), La ventana de don Silverio (1978), Fuegos bajo el agua (1983), ¡Esa palabra no se dice! (1994) y A la caída de las hojas (1997). Rodríguez, por su parte, nació en 1936 y abrazó el movimiento guerrillero en los sesenta. Dedicó su obra a desmitificar la historia contemporánea de Venezuela, con títulos como Entre las breñas o Escrito con odio, que le granjearon fama de polémico e intransigente. Rodríguez se suicidó en San Juan de los Morros, ciudad desde la que produjo sus últimos textos, unas colaboraciones para el diario La Razón. En la Tierra de Letras lamentamos muchas cosas por estos días, como es de suponer; mas estas son de las que se lamentan en serio. === Noticias ============================================================== *** Presentados en Madrid primeros cinco títulos de Laguna Negra A mediados de marzo fue presentada en Madrid, simultáneamente con una sesión de chat en la red, la editorial Laguna Negra Ediciones, que sale al ruedo con cinco títulos editados y su propio dominio, http://www.lagunanegra.net. Laguna Negra fue creada por la editora Elisa Gracia Fanlo (eligf@arrakis.es), quien mantiene desde 1998 la revista electrónica Dolor y Literatura (http://www.arrakis.es/~luislj/dolory.htm). La editorial ha sido establecida en Zaragoza, pero gran parte de sus actividades son desplegadas a través de Internet. Según su editora, el sello "ofrece un tipo de literatura oscura, visceral, despierta-conciencias, surreal, intimista... no exenta de vitalismo y de rincones abiertos a la ternura, a la blandura, al color, al brillo, a la luz...". Las propuestas presentadas por Laguna Negra no son aptas para el lector pasivo que asume a la literatura como el acto de "escribir bonito". "Buscamos que el lector no se quede indiferente sino que reciba una fuerte impresión, una sacudida que le haga reflexionar", agregó Gracia. Los primeros títulos de Laguna Negra son Realidad imaginaria (cuentos), de Elisa Gracia Fanlio; Rosa de invierno (cuentos y poemas), de Luis Pérez Cámara; Giro sospechoso (cuentos), de Bob T. Morrison; Cuando las marmotas me dijeron adiós, no me hicieron daño (poesía), de Iván Castell, y Cuentos obtusos, de Iván de Paula. *** Presentada Entresiglos-Entreséculos, antología de autores latinoamericanos Publicada por Bianchi Editores (bianched@adinet.com.uy) y Ediçoes Pilar, el 10 de abril fue presentada en Montevideo la antología de autores latinoamericanos Entresiglos-Entreséculos, en el marco del calendario de actividades Montevideo Toda la Vida, que a su vez forma parte de las actividades que Uruguay desarrolla como parte del Año Internacional para la Cultura y la Paz. En el libro participaron autores de Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, España, México, Uruguay, Venezuela y hasta una escritora rusa que vive en México. Como se sabe, Bianchi Editores y Ediçoes Pilar han venido desarrollando diversas ediciones cooperativas, en las que los autores seleccionados por el comité editorial costean, de acuerdo a la extensión de sus textos, la edición final. *** Murió el dramaturgo español Antonio Buero Vallejo Víctima de un infarto cerebral, murió en Madrid el 29 de abril, a los 84 años de edad, el dramaturgo español Antonio Buero Vallejo, uno de los autores de teatro más importantes del siglo XX y ganador, en 1986, del Premio Cervantes de las Letras. Buero Vallejo había nacido en 1916 en Guadalajara (España). Hijo de un capitán del ejército que fuera fusilado por los republicanos en los primeros meses de la guerra civil española, su militancia comunista lo llevó a combatir a Franco al lado de los republicanos. Con el ascenso de Franco al poder, Buero Vallejo es condenado a muerte, pero sería indultado ocho meses más tarde, después de lo cual sería conducido a diversas cárceles durante siete años, al lado de su amigo el poeta Miguel Hernández. Obtuvo, en 1957 y 1958, el Premio Nacional de Teatro; en 1986, el premio Cervantes de las Letras y, en 1996, el Premio Nacional de las Letras de España. En 1971 fue designado miembro de número de la Real Academia Española de la Lengua. Entre sus obras más conocidas se encuentran La doble historia de Valmy, La fundación, Un soñador para un pueblo y la que le granjeó el reconocimiento internacional, Historia de una escalera, estrenada en 1949, año en el que la Alcaldía de Madrid le concede el premio Lope de Vega. *** Ediciones Nuevo Espacio anunció publicación de libros Apenas un mes después de haber sido fundada, Ediciones Nuevo Espacio anunció a finales de abril su primera lista de autores cuyos textos serán publicados en formato tradicional o en disco compacto. Esta lista, y las que se produzcan en lo sucesivo, puede consultarse clasificada por país, género literario u orden alfabético en http://www.editorial-ene.com, donde además se han incluido notas biobibliográficas y fragmentos de las obras admitidas. Los escritores admitidos en esta primera lista fueron el venezolano Luis Felipe Castillo, con su novela Como las olas del mar que hubo; el mexicano Gerardo Cham, con su novela Viaje a los olivos; el peruano Hernán Garrido-Lecca, con su libro de cuentos Benedicto Sabayachi y la mujer stradivarius; el peruano Pedro Granados, con su novela Prepucio Carmesí; el dominicano Luis Tomás Martínez, con su poemario Ropero de un lacónico; el estadounidense Peter A. Neissa, con su novela Under false colors; el estadounidense Arnoldo Carlos Vento, con su ensayo The Ricardo Sánchez reader: critical essays and anthology, y el panameño Carlos Guillermo Wilson, con su colección de cuentos y poemas Los mosquitos de orixá Changó. Nuevo Espacio recibe constantemente material de autores noveles en los géneros de ficción, poesía o ensayo. Los interesados deben enviar sus textos en formato de MS Word o RTF a la dirección electrónica editores@editorial-ene.com con copia a ednuevoespacio@aol.com. *** Develado veredicto de la Bienal del Ateneo de Valencia El 1 de mayo se dio a conocer la decisión del jurado de la Bienal Latinoamericana de Literatura del Ateneo de Valencia (Venezuela), en el marco de la clausura del V Coloquio de Literatura, actividad principal del evento. En narrativa el ganador fue el argentino José Eduardo Machicote, por su libro Sin retorno. Se otorgaron menciones especiales al argentino José Gabriel Ceballos, por Complicaciones intelectuales, y al venezolano Jorge Jesús Rodríguez Gómez, por El sueño de los ciegos. En poesía se concedió el premio a la venezolana Eleonora Requena, por su poemario Mandados. En ensayo el ganador fue el venezolano David Antonio Ruiz Chatain, por La controversia federalismo-centralismo en la prensa venezolana del siglo XIX: 1864-1899. Finalmente, en literatura infantil se seleccionó el libro 21 poemas raritos, del uruguayo Fernando González. *** Alfaguara publica cartas de Julio Cortázar En tres tomos fueron publicadas, a principios del mes de mayo, las cartas que el escritor argentino Julio Cortázar escribiera entre 1937 y 1983. La publicación corrió a cargo de Alfaguara y el trabajo de recopilación fue desarrollado durante una década por la investigadora Aurora Bernárdez. Cartas de Julio Cortázar muestra, entre otras cosas, sus opiniones sobre la situación política de países como Cuba, Nicaragua y Argentina, sus preferencias literarias, sus procedimientos estilísticos, su posición ante el llamado "boom" latinoamericano y temas más personales como el amor y la amistad. *** Se retira Carmen Balcells La agente literaria Carmen Balcells, quien ostenta un merecido prestigio como una de las negociadoras más exitosas del mercado editorial de habla hispana, anunció su retiro a principios de mayo, tras cuatro décadas representando a los autores más reconocidos de nuestra lengua. Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Guillermo Cabrera Infante, Manuel Vázquez Montalbán y Camilo José Cela son sólo algunos de los escritores que resultaron beneficiados de los buenos oficios de la agente, hoy de 70 años de edad. Balcells, quien recibiría el 26 de mayo la Medalla de Oro de Bellas Artes de manos del rey Juan Carlos, decidió hacer el anuncio oficial después del acto, a celebrarse en Valencia. La agencia, sin embargo, continuará funcionando de la mano de Maribel Luque, Carina Pons y Gloria Gutiérrez, discípulas de esta leyenda del mercado editorial. *** Creadas dos nuevas listas de educación para niños y docentes La educadora argentina Graciela Egurza (gegurza@tutopia.com) anunció a principios de este mes la creación de dos nuevas listas de correo, en las cuales tendrán espacio, para impulsar proyectos conjuntos, niños y docentes del mundo de habla hispana. La primera de estas listas es Correrías, desarrollada conjuntamente con un grupo de niños de hasta 13 años de edad que cursan estudios en el Colegio de La Reconquista de Tigre (Provincia de Buenos Aires). La idea de la lista es enseñar a los pequeños a hallar usos prácticos al correo electrónico, más allá de "escribir cartitas a la profe o a los trabajos de los papás o tíos". La lista está abierta para niños de todo el mundo, de menos de 13 años, que deseen compartir intereses comunes. Para suscribirse es necesario enviar un mensaje sin subject a majordomo@intercol.org.ar con las palabras SUSCRIBE CORRERIAS en el cuerpo. La otra lista se llama Maestra y tiene como objetivo propiciar el contacto entre docentes de educación primaria del ámbito de habla hispana que deseen participar en la orientación de la lista Correrías. Los docentes miembros de Maestra desarrollarán, igualmente, habilidades en el aprovechamiento del correo electrónico como herramienta pedagógica. El procedimiento para suscribirse es similar, aunque en el cuerpo se escribirán las palabras SUSCRIBE MAESTRA. Egurza ha desarrollado con anterioridad diversos proyectos similares, sobre los cuales se puede obtener información en su página web, ubicada en http://members.es.tripod.de/graciela_egurza. *** Premio Príncipe de Asturias de Humanidades para Umberto Eco El escritor italiano Umberto Eco obtuvo el premio Príncipe de Asturias en la mención Comunicación y Humanidades, según informó hace unos días el jurado del prestigioso galardón. Los jueces del Príncipe de Asturias destacaron la importancia del intelectual como "un ente motor y animador de las corrientes culturales y humanitarias que hay en este momento". El autor de El nombre de la rosa recibirá 5.000.000 de pesetas y una escultura de Joan Miró. *** Franklin Gutiérrez gana el Premio Nacional de Ensayo de República Dominicana El Premio Nacional de Ensayo de República Dominicana recayó este año sobre el escritor Franklin Gutiérrez, por su obra Enriquillo: radiografía de un héroe galvaniano. Gutiérrez es profesor de literatura en The City University of New York. El autor fue honrado por analizar detenidamente, según los jueces, "las discrepancias entre la versión idealizada de Enriquillo y la semblanza del personaje histórico que puede reconstruirse a partir de otras fuentes y documentos distintos a los consultados por el novelista dominicano Manuel de Jesús Galván". El jurado destacó igualmente que Gutiérrez reveló aspectos desconocidos de Galván, como su "ideología conservadora, españolizante y anexionista", que le llevaron a escribir Enriquillo, "una novela cuyo resultado final es la tergiversación intencional y antojadiza de muchos capítulos de la historia dominicana". Gutiérrez, quien nació en Santo Domingo en 1951, ha publicado teatro, poesía, cuento y ensayo. Algunos de sus libros más conocidos son los poemarios Hojas de octubre, Inriri y Helen, el libro de cuentos Seis historias casi falsas y los ensayos Antología histórica de la poesía dominicana del siglo XX y Aproximaciones acerca de la narrativa de Juan Bosch. *** Crean lista Verbalia 2.0, cibercomunidad de arte y pensamiento Bajo el servidor de eGroups (http://www.egroups.com) acaba de ser creada la lista Verbalia 2.0, una iniciativa de la revista Planeta X (http://www.planetax.com.mx) definida como una cibercomunidad de arte y pensamiento contemporáneos en Internet. Verbalia 2.0 es una lista de noticias, opinión y crítica cuyos suscriptores pueden aprovechar para difundir o conocer acontecimientos u opiniones relacionados con el arte y pensamiento actual. La lista distribuye hasta cinco mensajes por día y su idioma de trabajo es el castellano. La participación en la lista es gratuita y corre bajo moderación, y para suscribirse sólo hace falta enviar un mensaje vacío a la dirección electrónica verbalia-subscribe@egroups.com. *** 200 diccionarios en una base de datos presentará la RAE La Real Academia Española presentará, en otoño, una monumental base de datos alimentada con el contenido de cerca de dos centenares de diccionarios, publicados entre el siglo XV y nuestros días. El proyecto pretende mostrar la evolución de nuestro idioma, y forma parte de los convenios sostenidos entre la academia, el Instituto Cervantes y las empresas Microsoft Corp. y Telefónica de España. En ese marco, la RAE trabaja en el Banco de Datos del Español, que tendrá 250 millones de registros léxicos, el Diccionario Normativo de Dudas y el XXII Diccionario de la RAE, que será presentado el año próximo. *** Sociedad Porteña de Psicoanálisis presenta seminario Entre el 8 de junio y el 6 de julio de 2000 se realizará en Buenos Aires un seminario organizado por la Sociedad Porteña de Psicoanálisis, en el que destacados profesionales del medio disertarán sobre el tema "La transferencia en los casos clínicos freudianos". Las conferencias serán los jueves a las 2:30 de la tarde en la sede de la sociedad, en Lavalle 2762, 1º, Dto. 9, Buenos Aires, y estarán a cargo de los licenciados Laura Lazzari, Claudio Barbará y Pablo Igol. El calendario consiste en las conferencias "Freud y sus histéricas, el inicio de un camino" (Lazzari), "Amor, repetición y deseo del analista" (Lazzari, Barbará e Igol), "Dora: la transferencia y el fracaso" (Igol), "El hombre de los lobos" (Lazzari) y "El hombre de las ratas y el deseo de Freud" (Barbará). Para obtener mayor información o inscribirse en el seminario, visite el sitio de la Sociedad Porteña de Psicoanálisis, en http://www.sinectis.com.ar/u/cbarbara, o telefonee al 54 49610996. *** Revelado el veredicto del concurso Astor Piazzolla El próximo 19 de junio a las 7 de la noche se entregarán, en un acto en el Salón Dorado del Concejo Deliberante de Buenos Aires, los premios del concurso literario Astor Piazzolla, organizado por la fundación homónima que preside en Buenos Aires Laura Escalada de Piazzolla, viuda del artista. Los textos ganadores serán publicados posteriormente por Editorial Vinciguerra. El jurado del concurso estuvo compuesto por Eladia Blázquez, Aída Bortnik, Mónica Ottino y Diana Piazzolla, quienes decidieron conceder el primer premio, dotado por US$4.000, al cuento Porteño, del escritor argentino Juan José Canavesi. El segundo premio (US$2.000) fue concedido al cubano Isidro Luis Estrada, por Bandoneones de La Habana Vieja, mientras que el tercero (US$1.000) recayó sobre la argentina María Neder por Caliente. Los ganadores recibirán además un diploma y la estatuilla Astor de Buenos Aires, diseñada por la escultora Inés López. Se otorgaron además cuatro menciones, cuyos autores recibirán diploma y plaqueta, a los escritores argentinos José Eduardo Amachicote, por Astor Piazzolla juega al ajedrez con la muerte; Horacio Carlos Otegui, por Segundo verano porteño del siglo; Ricardo Fabián Torres Camacho, por Hora cero, y María Teresa Andruette, por Verano porteño. *** Realizarán en Canadá exhibición internacional de poemas póster Entre el 25 y el 29 de septiembre de 2000 se celebrará en St. Thomas University, Fredericton (Canadá), la III Exhibición Internacional de Poemas Póster de Poetas Iberoamericanos Contemporáneos, evento que cuenta con el auspicio del Capítulo de Dallas (Texas, EUA) de la Academia Iberoamericana de Poesía, el Grupo Asociado de Fredericton y el Romance Languages Department de St. Thomas University. Los poetas que aspiren a participar deberán pertenecer a cualquiera de los capítulos de la AIP. Aquellos que no sean socios de la organización están también invitados siempre que hayan publicado al menos tres poemarios. Los trabajos serán seleccionados por un jurado compuesto por poetas, profesores y críticos literarios. Los aspirantes deberán enviar un poema, mecanografiado o impreso en computadora, de una extensión máxima de treinta líneas (incluyendo las líneas en blanco entre estrofas) y firmado al pie con el nombre del autor. En una hoja aparte debe consignarse el nombre y dirección del autor, el título del poema y una breve biobibliografía de no más de 80 palabras. Esta hoja debe incluir también la leyenda "Para la Tercera Exhibición Internacional de Poemas Póster de Poetas Iberoamericanos Contemporáneos 2000. St. Thomas University, Canadá". Los textos deben enviarse antes del 30 de junio de 2000 por correo convencional a la profesora Nela Río: Exhibición Internacional Poemas Póster, St. Thomas University, Fredericton, N.B., Canadá E3B 5G3. No se admitirán textos postulados por correo electrónico. Los poemas seleccionados serán diseñados en forma de póster de acuerdo al formato tradicional de la AIP. Los posters serán exhibidos en los edificios académicos de St. Thomas University, en la Biblioteca de la Universidad y en las bibliotecas públicas, librerías y otros sitios culturales de la comunidad de Fredericton. Los participantes recibirán su correspondiente poema póster, el póster general de la exhibición -en el que se incluirán sus nombres y los títulos de sus trabajos- y un certificado de participación. Para solicitar mayor información sobre este evento, los interesados pueden comunicarse por correo electrónico con la profesora Nela Río (nrio@stthomasu.ca), organizadora del evento, o por fax al número 1 506 4509615. ====================== Envíenos información cultural ====================== Este espacio está destinado principalmente a la divulgación del trabajo de los escritores hispanoamericanos, pero no desdeñamos la difusión de las noticias culturales, que siempre son de interés. Envíenos toda la información que pueda a info@letralia.com. === Entre Bases =========================================================== *** XIII Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre Fundación José Antonio Ramos Sucre MENCIONES: Poesía y ensayo. PARTICIPANTES: Escritores venezolanos o extranjeros residenciados en el país. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; extensión: poesía, mínimo de 50 páginas; ensayo, libre; tema libre; hojas tamaño carta a doble espacio; cuadruplicado; mecanografiado; encuadernado; idioma castellano. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con el currículum vitae, dirección y números de fax y de teléfono del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 30 de mayo de 2000. PREMIACIÓN: Bs. 2.000.000 y publicación. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Boulevard de Sabana Grande, edificio Mecy's, piso 4. Caracas 1050. INFORMACIÓN: Teléfonos 58 2 7619521 al 25. Fax: 58 2 7623897. *** VII Premio de Pintura Ciudad de las Palmas de Gran Canaria Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria MENCIONES: Pintura. PARTICIPANTES: Artistas de cualquier nacionalidad que no hayan recibido el premio anteriormente. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; técnica y temática libres; formato de entre 60 x 50 cm y 116 x 89 cm, en posición horizontal o vertical, incluyendo su enmarque en listón, cuya anchura no sea superior a 3 cm; sólo una obra por autor; las obras no selecciondas podrán ser retiradas después de la apertura de la exposición, en un lugar a determinar, y las admitidas una vez clausurada, dentro de los 30 días siguientes a la finalización de la misma; IDENTIFICACIÓN: Las obras no deberán estar firmadas ni presentar señal alguna que delate su autoría; sobre cerrado con datos del autor, adosado al anverso de la obra con la inscripción "Para el VII Premio de Pintura Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria". JURADO: Será anuncado oportunamente. FECHA TOPE: 31 de mayo de 2000. PREMIACIÓN: Con las obras seleccionadas se celebrará una exposición, en un lugar a determinar por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y con la presencia del autor galardonado, dentro de las fiestas conmemorativas de la Fundación de la Ciudad "San Juan 2000". 1r premio, 500.000 pesetas; dos finalistas, 250.000 pesetas cada uno. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Excmo. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Consejo Municipal de Cultura y Fiestas Populares, c/ León y Castillo 322, planta 4ª, 35007, Las Palmas de Gran Canaria (Casa del Marino). *** Concurso para escoger participantes de la Exposición Utopía International Board on Books for Young People, IBBY MENCIONES: Ilustración de textos para niños y jóvenes. PARTICIPANTES: Ilustradores latinoamericanos residentes en países de América Latina. CONDICIONES DEL MATERIAL: Ilustración de un fragmento del discurso "La soledad de América Latina", pronunciado por Gabriel García Márquez durante la ceremonia de entrega del premio Nobel en Suecia (1982); ilustración dirigida al público infantil; una sola ilustración por artista y sólo en original; técnica y formato libres aunque no debe cubrir un área superior a 50 x 50 cm; el texto de García Márquez puede obtenerse en IBBY Uruguay por los teléfonos y dirección electrónica mencionados más abajo. IDENTIFICACIÓN: Datos del autor. JURADO: Un jurado internacional cuyos integrantes serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 1 de junio de 2000. PREMIACIÓN: Serán escogidas hasta 80 obras para participar en la muestra, que a su vez es parte de las actividades especiales del 27º Congreso Mundial de IBBY, a realizarse en Cartagena entre el 18 y el 22 de septiembre de 2000; se otorgará un primer premio y las menciones que el jurado considere convenientes; el ganador del primer premio asistirá al Congreso de Cartagena con los gastos pagados; la exposición será llevada a todos los países miembros de IBBY. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Solicitar información completa sobre la dirección de recepción, el discurso de García Márquez y otros datos, a IBBY Uruguay, por los números de teléfono 598 4015025 y telefax 598 4026589, o por la dirección de correo electrónico libruras@adinet.com.uy. *** VII Bienal Nacional de Novela José Eustasio Rivera Alcaldía de Neiva / Fundación para la Enseñanza y Promoción de los ficios y las Artes Tierra de Promisión MENCIONES: Novela. PARTICIPANTES: Escritores colombianos residentes en cualquier parte del mundo, y extranjeros residentes en Colombia. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; mecanografiado a doble espacio; tamaño carta; extensión de entre 120 y 250 páginas; cuadruplicado; no premiado anteriormente. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor, así como su bibliografía. JURADO: Mario Escobar Velázquez, Benhur Sánchez Suárez y Adalberto Agudelo Duque. FECHA TOPE: 2 de junio de 2000. PREMIACIÓN: 20 salarios mínimos legales M7cte. y edición de 1.000 ejemplares, de los cuales el autor recibirá 333. Se podrá otorgar hasta tres menciones de honor. VEREDICTO: 1 de septiembre de 2000. ENTREGA: 1 de diciembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Fundación Tierra de Promisión, Séptima Bienal de Novela José Eustasio Rivera, Carrera 6, Nº 4-59, Neiva, Huila, Colombia. *** Concurso de Poesía Leopoldo Marechal Museo Histórico de Buenos Aires "Brigadier General Cornelio de Saavedra" / Fundación Leopoldo Marechal MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Escritores argentinos. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; extensión de hasta 150 líneas; tema "La ciudad de Buenos Aires"; impreso en computadora o mecanografiado a doble espacio; tamaño carta; triplicado. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con el nombre completo del autor, dirección, teléfono (fax y/o correo electrónico si tuviera), tipo y número de documento de identidad. JURADO: Alicia Genovese, Rubén Chihade y Alberto Boco. FECHA TOPE: 5 de junio de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio, $1.000; 2º premio, $500; 3r premio, $300. Se concederán tres menciones especiales cuyos autores recibirán certificados. Las obras ganadoras y las menciones serán incluidas en un libro del cual se imprimirán 1.000 ejemplares, y que será ilustrado por artistas plásticos residentes en el barrio de Saavedra. VEREDICTO: 5 de julio de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Museo Histórico Saavedra. Crisólogo Larralde 6309, Buenos Aires, O en la Fundación Leopoldo Marechal, Casilla de Correo 123, Suc 2B, 1402, Buenos Aires. *** Premio Grandes Viajeros 2000 Ediciones B / Iberia MENCIONES: Crónica de viajes. PARTICIPANTES: Escritores en idioma castellano. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; extensión mínima de 140 páginas; mecanografiado; doble espacio; por una sola cara; IDENTIFICACIÓN: Sobre cerrado con el nombre, dirección y teléfono del autor; declaración firmada en la que se haga constar que la obra no tiene comprometidos los derechos de publicación con ninguna otra editorial y que tampoco se halla pendiente del fallo de otro premio. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 15 de junio de 2000. PREMIACIÓN: US$ 32.000 y una vuelta al mundo o su equivalente en pasajes aéreos (aproximadamente unos US$ 13.000 más). VEREDICTO: Septiembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ediciones B, calle Bailén 84, 08009 Barcelona, España, o cualquiera de las sedes de la editorial en Latinoamérica. *** VI Concurso Anual de Cuentos Ambientales Infantiles de El Nacional Diario El Nacional (Venezuela) MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Estudiantes venezolanos de educación básica (hasta 6º grado). CONDICIONES DEL MATERIAL: Cuento que puede incluir aventura, fantasía, suspenso, humor o drama; tema: una historia en la cual se plantee acciones para el manejo adecuado de la basura, con la finalidad de preservar el ambiente y evitar accidentes y desgracias ambientales; puede estar ambientado en la casa, escuela o comunidad del participante; debe ser un cuento y no una monografía; sólo un cuento por participante; extensión máxima de 100 líneas. IDENTIFICACIÓN: Nombre completo, edad, grado que cursa el participante, nombre de la escuela, dirección completa y teléfono. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 23 de junio de 2000. PREMIACIÓN: 1r lugar: un viaje ecológico para el niño ganador y sus representantes, además de una colección de libros ambientales y un premio sorpresa para la escuela donde estudia. 2º y 3r lugares: una colección de libros ecológicos para los niños ganadores y sus respectivas escuelas. Premio especial a la mejor ilustración que acompañe al cuento, haciendo la salvedad de que deben ser ilustraciones originales y no dibujos copiados. En la categoría "El Pequeño Conservacionista", en la que participan estudiantes de 7 y 8 años de edad, se escogerán los 10 mejores trabajos y a sus creadores se les otorgará un diploma. VEREDICTO: 17 de julio de 2000. ENTREGA: 3 de agosto de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: VI Concurso Anual de Cuentos Ambientales Infantiles de El Nacional. Puente Nuevo a Puerto Escondido, edificio El Nacional, piso 3, Gerencia de Relaciones Institucionales. El Silencio, Caracas, Venezuela. INFORMACIÓN: Teléfonos: 58 2 4083128 / 360. Correo electrónico: enelaula@el-nacional.com. *** III Concurso de Dramaturgia Universitaria Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela MENCIONES: Dramaturgia. PARTICIPANTES: Estudiantes formalmente inscritos en alguna universidad venezolana pública o privada. CONDICIONES DEL MATERIAL: Una o más obras no publicadas, representadas ni premiadas previamente; extensión mayor de 30 cuartillas tamaño carta a doble espacio; triplicado. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 26 de junio de 2000. PREMIACIÓN: Bs. 500.000 y diploma. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela, Ciudad Universitaria, Caracas, DF. También serán recibidos materiales en los núcleos de la UCV en el interior de la república. *** Premio Encuentro de Dos Mundos Asociación Cultural Encuentro de Dos Mundos (Ferney-Voltaire, Francia) MENCIONES: Cuento breve. PARTICIPANTES: Autores noveles de todo el mundo. CONDICIONES DEL MATERIAL: Original e inédito; idioma castellano; extensión máxima de 8 folios; mecanografiados; una sola cara; hasta dos trabajos por concursante; triplicado. IDENTIFICACIÓN: Se enviará el material por correo no certificado en sobre cerrado, sin remitente ni datos personales del concursante; dentro de este sobre habrá otro cerrado con plica o lema en su exterior y datos personales del autor en su interior (nombre completo, dirección postal, teléfono y dirección electrónica). JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 27 de junio de 2000. PREMIACIÓN: 2.000 francos franceses (aproximadamente US$293); diploma y placa. VEREDICTO: Octubre de 2000. ENTREGA: Noviembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Sra. C. de Ory. 15, Avenue du Lignon, 1218 Ginebra, Suiza. INFORMACIÓN: Teléfono: 41 22 7968039. Correo electrónico: ory@bluewin.ch. Web: http://www.multimania.com/encuentr. *** Concurso Fotográfico XXVI Feria del Libro "Los lugares de Adán Buenosayres" Fundación El Libro / Fotomundo MENCIONES: Fotografía. PARTICIPANTES: Fotógrafos argentinos aficionados y profesionales. No podrán participar empleados o familiares directos de los organizadores y auspiciantes. CONDICIONES DEL MATERIAL: Tema relacionado con cualquiera de los temas, circunstancias, personajes o momentos a que se refiere Leopoldo Marechal en la novela Adán Buenosayres; hasta 10 obras por autor; color o blanco y negro; formato de entre 20 x 25 cm y 30 x 40 cm, montado en passe-partout blanco de 40 x 50 cm. IDENTIFICACIÓN: Al dorso de cada obra se consignarán los datos del autor: nombre completo, documento de identidad, titulo de la obra, dirección y teléfono y, de aspirar al Premio Especial Agfa (para lo cual deben realizarse las fotografías con película y papel de esa marca), consignar tal condición poniendo al dorso de la copia la palabra "Agfa". JURADO: Ramiro Larrain (fotógrafo), Raquel Bigio (fotógrafa), María de los Ángeles Marechal (Fundación Leopoldo Marechal), Horacio García (Comisión de Cultura Fundación El Libro) y Silvia Mangialardi (directora de Fotomundo). FECHA TOPE: 30 de junio de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio, cámara digital Agfa E-Photo 780 y kit de productos Agfa; 2º premio, escáner Agfa 1236 y kit de productos Agfa; 3r premio, escáner Agfa 1212p y kit de productos Agfa; premio especial a la mejor foto Agfa, escáner Agfa 1212p y kit de productos Agfa; menciones de honor consistentes en diplomas, a criterio del jurado. Los productos Agfa mencionados en esta lista podrán ser sustituidos por modelos equivalentes que se encuentren en producción al momento de entregarse los premios. VEREDICTO: 7 de julio de 2000. ENTREGA: Agosto de 2000, durante el lanzamiento de la 27ª Feria del Libro. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Concurso Fotográfico 26ª Feria del Libro, Maipu 671, Piso 5, 1006, Buenos Aires. *** Concurso de Cuentos Avon para Mujeres Fundación Avon para la Mujer MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Mujeres del continente americano (no podrán participar las ganadoras de las ediciones de 1998 y 1999). CONDICIONES DEL MATERIAL: Uno o más cuentos inéditos; idioma castellano; no premiados anteriormente; tema libre; extensión de hasta 5 cuartillas; tamaño oficio; doble espacio; mecanografiado o impreso en computadora; cuadruplicado. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 30 de junio de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio: $3.000, diploma y medalla. 2º y 3r premio: diploma y medalla. Se otorgará diplomas para 15 menciones. VEREDICTO: Noviembre de 2000. ENTREGA: Noviembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Fundación Avon para la Mujer. Sra. Mercedes A. M. Lagos. M. Rodríguez 4013 (1644) Victoria. Provincia de Buenos Aires (Argentina). INFORMACIÓN: Teléfonos: 54 47468238 / 8523. Fax: 54 47468525. Correo electrónico: fundacion_avon@avon.com. *** XLIX Premio Planeta 2000 Editorial Planeta MENCIONES: Novela. PARTICIPANTES: Escritores de todo el mundo. No podrán participar obras escritas por autores que anteriormente hayan ganado el premio o que hayan fallecido antes de anunciarse la convocatoria. CONDICIONES DEL MATERIAL: Original; duplicado; idioma castellano; extensión superior a las 200 páginas; tamaño DIN A4 (210 x 297 mm); mecanografiado a doble espacio; una sola cara. IDENTIFICACIÓN: Sobre en cuyo exterior conste que la obra concurre al Premio Planeta. Las obras deberán identificarse con el nombre y apellidos del autor o con seudónimo. En este último caso se deberá incluir un sobre aparte cerrado con el seudónimo del autor y sus datos personales; si se concurre con seudónimo y se pretende que en el caso de ser otorgado el premio o el accésit de finalista la obra sea divulgada bajo seudónimo, esto deberá hacerse constar expresamente en el sobre. JURADO: Siete prestigiosas personalidades de las letras españolas cuyos nombres serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 30 de junio de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio: 50.000.000 de pesetas. Accésit: 12.000.000 de pesetas. VEREDICTO: Octubre de 2000. ENTREGA: DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Editorial Planeta. Calle Còrsega, números 273-279. 08008 Barcelona, España. INFORMACIÓN: Web: http://www.editorial.planeta.es. *** I Premio Nacional de Primera Novela Nuevo Milenio Editorial Nuevo Milenio (Bolivia) MENCIONES: Novela. PARTICIPANTES: Escritores bolivianos que no hayan publicado todavía ninguna novela. CONDICIONES DEL MATERIAL: Original; rigurosamente editado; idioma castellano; no premiado anteriormente; extensión mínima de 100 páginas; tamaño carta (22 líneas por página); mecanografiado; doble espacio; una sola cara; triplicado; deberá acompañarse con un disquete en formato PC o Macintosh para programa MS Word. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos del autor. Se deberá adjuntar declaración firmada aceptando las bases y condiciones del concurso y garantizando que la obra no se halla pendiente de fallo alguno en ningún concurso o evento literario precedente, ni tiene comprometido derecho alguno de publicación. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 30 de junio de 2000. PREMIACIÓN: US$3.000 y publicación. VEREDICTO: Septiembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Editorial Nuevo Milenio, Av. 6 de Agosto, Nº 2730. Edificio Concordia. Dpto. 1102, La Paz, Bolivia. INFORMACIÓN: Teléfono: 59 1 2432670. Fax: 59 1 2432670. Correo electrónico: pazuco@hotmail.com. *** 55º Concurso Anual de Cuentos de El Nacional Diario El Nacional (Venezuela) MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores de todo el mundo. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; cuadruplicado; extensión máxima de 20 cuartillas tamaño carta (25 líneas a doble espacio). IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 3 de julio de 2000. PREMIACIÓN: Bs. 1.000.000 y publicación en la edición aniversaria del diario El Nacional (3 de agosto de 2000). VEREDICTO: 3 de agosto de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Concurso Anual de Cuentos de El Nacional. Puente Nuevo a Puerto Escondido, edificio El Nacional, piso 3, Gerencia de Relaciones Institucionales. El Silencio, Caracas, Venezuela. INFORMACIÓN: Teléfonos: 58 2 4083128 / 360. Correo electrónico: rrii@el-nacional.com. *** Premio Pedro León Zapata al mejor caricaturista de la prensa venezolana Diario El Nacional (Venezuela) MENCIONES: Caricatura. PARTICIPANTES: Caricaturistas cuyos trabajos hayan sido publicados en cualquier periódico o revista de Venezuela. CONDICIONES DEL MATERIAL: Cinco caricaturas publicadas. IDENTIFICACIÓN: Resumen curricular del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 3 de julio de 2000. PREMIACIÓN: Bs. 800.000. ENTREGA: 3 de agosto de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Premio Pedro León Zapata. Puente Nuevo a Puerto Escondido, edificio El Nacional, piso 3, Gerencia de Relaciones Institucionales. El Silencio, Caracas, Venezuela. INFORMACIÓN: Teléfonos: 58 2 4083128 / 360. Correo electrónico: rrii@el-nacional.com. *** I Premio de Ensayo Antoni Chabret Centre d'Estudis del Camp de Morvedre MENCIONES: Ensayo. PARTICIPANTES: Escritores de todo el mundo. CONDICIONES DEL MATERIAL: Ensayo que aborde un tema referente a la comarca del Camp de Morvedre en relación con su historia, cultura popular, patrimonio literario, artístico, arqueológico e industrial, economía, sociología, urbanismo o medio ambiente, tanto desde una dimensión retrospectiva como de prospectiva o propuesta de futuro; debe estar escrito en cualquiera de las lenguas oficiales de la Comunidad Valenciana; extensión de entre 100 y 250 páginas; cada una de 30 líneas de 60 caracteres; quintuplicado. IDENTIFICACIÓN: Sobre cerrado con una identificación o lema en el exterior (que se repetirá en la página inicial del original) y, dentro, un escrito con la identidad del autor, su dirección profesional y particular, y sus teléfonos de contacto. JURADO: El presidente del Centre d'Estudis Camp de Morvedre, un representante de cada una de las entidades patrocinadoras y otras personalidades de reconocida trayectoria intelectual y académica propuestos por la Junta Directiva del Centre d'Estudis. FECHA TOPE: 15 de julio de 2000. PREMIACIÓN: 500.000 pesetas (o su equivalente en euros) y publicación. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Centre d'Estudis Camp de Morvedre. Apartado de Correos 178, 46500 Sagunt, Valencia (España). INFORMACIÓN: Web: http://www.uv.es/~rodrigue/convoca.html. *** Concurso para escoger a los participantes en la antología cooperativa Agua en el tercer milenio Bianchi Editores / Ediçoes Pilar MENCIONES: Poesía, cuento breve y ensayo. PARTICIPANTES: Escritores de todo el mundo. CONDICIONES DEL MATERIAL: Extensión máxima de 30 líneas por página; idioma portugués o español; tema: agua en el tercer milenio; triplicado; doble espacio; una sola cara; IDENTIFICACIÓN: Datos de contacto del autor acompañados de un breve currículum de hasta 10 líneas. JURADO: Equipo editorial de Bianchi Editores y Ediçoes Pilar. FECHA TOPE: 30 de julio de 2000. PREMIACIÓN: Cada autor seleccionado ocupará entre 3 y 10 páginas; será comunicado de su admisión lo antes posible, a fin de que complemente a tiempo su inscripción; la edición se hará en los idiomas originales en que fueron redactados los textos; el libro será coeditado por Bianchi Editores y Ediçoes Pilar en Montevideo (Uruguay) y será distribuido a nivel internacional y presentado en el Festival Cultural Agua en el Tercer Milenio, a realizarse en Caxambu, Minas Gerais, Brasil, entre el 23 y el 26 de noviembre de 2000; cada autor admitido deberá contribuir con US$30 por página; recibirá 3 ejemplares por cada página ocupada y pagada; deberá pagar sus páginas antes del 30 de agosto de 2000. Además, se sorteará, entre los autores admitidos, 3 cupos para hospedarse gratuitamente durante el evento en Casambu; todos los autores recibirán diploma de participación; habrá premios sorpresa durante el festival, a los autores presentes. VEREDICTO: ENTREGA: Los ejemplares de los libros se entregarán a los autores durante el festival; el envío de ejemplares para quien no participe del festival quedará a cargo de cada autor. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Concepción del Uruguay, 1712. Montevideo, Uruguay. INFORMACIÓN: Teléfono-fax: 59 8 26190824. Correo electrónico: bianched@adinet.com.uy. *** II Certamen Internacional Pleamar de la Poesía Romántica (In Memoriam de Néstor Casablanca) Centro Cultural Kemkem / Editorial Kemkem MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; extensión libre; idioma castellano; triplicado; tema romántico; papel oficio o A4. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos y currículum del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 30 de julio de 2000. PREMIACIÓN: Diploma; publicación de una antología de su autoría con un máximo de 50 páginas y 200 ejemplares; además se realizará la antología del certamen con las poesías ganadoras y una selección entre el resto de los participantes. VEREDICTO: 15 de noviembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Centro Cultural Kemkem, Área Certámenes, calle 527, Nº 366, Quequén, 7631, Provincia de Buenos Aires, Argentina. INFORMACIÓN: Web: http://www.necocheanet.com.ar/kemkem. Correo electrónico: bastian2@mixmail.com. *** I Convocatoria de Ensayo Teatral Breve Ediciones Estival MENCIONES: Ensayo. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana o portuguesa. CONDICIONES DEL MATERIAL: Original; inédito; cada participante puede enviar más de un trabajo; idioma español o portugués; género de ensayo en torno a la obra de William Shakespeare; tratamiento estilístico libre; extensión de entre 3 y 45 folios; tamaño carta; una sola cara; duplicado. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos y resumen curricular del autor. Debe anexarse certificación escrita en la que el autor garantiza que los derechos de la obra no están comprometidos. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 31 de julio de 2000. PREMIACIÓN: Publicación de la obra, promoción y difusión del autor o de los autores seleccionados; US$500 que serán repartidos por partes iguales si se selecciona a más de un autor. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Juan Manuel Martins, apartado postal 212, Maracay 2101, Venezuela. También se puede enviar por correo electrónico a la dirección estival@etheron.net, en cuyo caso se enviará el material en formato RTF o Word 97 en un mensaje individual, y los datos personales en un mensaje aparte. INFORMACIÓN: Teléfono-fax: 58 43 532885. Correo electrónico: estival@etheron.net. *** Beca Octavio Paz de Poesía 2000-2001 Fundación Octavio Paz MENCIONES: Poesía y ensayo. PARTICIPANTES: Poetas de habla castellana, catalana o portuguesa; quedan excluidos de la convocatoria los creadores eméritos del Sistema Nacional de Creadores y los miembros del Colegio Nacional de México. CONDICIONES DEL MATERIAL: Postulación consistente en muestras del trabajo publicado del poeta y curriculum vitae. Se podrá proponer un trabajo poético o uno de ensayo crítico de relevancia sobre algún aspecto de la vida y/o la obra poética y crítica de Octavio Paz, o sobre cualquier otro asunto o materia al que Octavio Paz haya dedicado una especial atención crítica. Los estudiantes de posgrado podrán presentar a concurso un proyecto de tesis académica. IDENTIFICACIÓN: Datos del autor. JURADO: Tres personas calificadas designadas por el Consejo Consultivo de la Fundación Octavio Paz. FECHA TOPE: 31 de julio de 2000. PREMIACIÓN: Diploma y US$10.000 pagaderos a razón de US$1.000 mensuales a partir de septiembre de 2000. La Fundación se reservará el derecho de conocer el resultado del trabajo y, en su caso, de recomendar su publicación en el territorio mexicano. Los ganadores de las becas deberán remitir, al quinto mes de haberlas obtenido, un informe del desarrollo de su trabajo, y otro al terminar. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Fundación Octavio Paz. Francisco Sosa 383, Santa Catarina, Coyoacán, D.F. México, 04000. *** Bienal de Crítica e Investigación de las Artes Visuales "Roberto Guevara" Ateneo de Valencia, Carabobo (Venezuela) MENCIONES: Artículos periodísticos, investigación institucional y ensayo crítico. PARTICIPANTES: Escritores nativos y residentes en los países latinoamericanos y del Caribe. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; cuadruplicado; en la categoría de artículos periodísticos concursarán las crónicas, reportajes y entrevistas publicados en los diversos medios de comunicación, impresos o del WWW, de una extensión mínima de 3 cuartillas, publicados a partir del 1/1/98; en investigación institucional concursarán textos producidos para catálogos de exposiciones, textos sobre artistas, y temas de arte, guías de estudio, otras publicaciones de museos, editoriales y fundaciones, publicados a partir del 1/1/98; en ensayo crítico participarán las investigaciones, textos, tesis de grado sobre el tema e inéditas, de un mínimo de 60 páginas. IDENTIFICACIÓN: Sólo se enviarán trabajos firmados con seudónimo en la categoría de ensayo crítico; sobre aparte cerrado con datos del autor. JURADO: Reconocidas figuras del periodismo, la crítica y la investigación del arte de nuestro continente, cuyos nombres serán publicados durante el II Coloquio Internacional de Bienales y Salones de Arte de América del 58º Salón Arturo Michelena, en noviembre de 2000. FECHA TOPE: 1 de agosto de 2000. PREMIACIÓN: Artículo periodístico: US$ 500; investigación institucional: US$ 1.000; ensayo crítico: US$ 1.500; en todos los casos se concederá publicación por el Fondo Editorial Cubagua. VEREDICTO: Noviembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ateneo de Valencia, Av. Bolívar Norte c/c Salom. Valencia, estado Carabobo, Venezuela. O al apartado de correos Nº 1.288. Valencia 2001, Venezuela. En el exterior las embajadas y consulados venezolanos recibirán el material. INFORMACIÓN: http://www.ateneodevalencia.org. *** X Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo 2000 Consejo Nacional para la Cultura y las Artes / Universidad de Guadalajara / Gobierno de Jalisco / Ayuntamiento de Guadalajara / Fondo de Cultura Económica / Grupo Continental / Banco Nacional de Comercio Exterior S.N.C. / Bancomer, S.A. / TELMEX / Grupo Pearson Educación MENCIONES: Poesía, novela, teatro, cuento y ensayo literario. PARTICIPANTES: Escritores originarios de América Latina o el Caribe, de habla hispana, portuguesa, francesa o inglesa; originarios de cualquier otra región de América, de habla hispana; originarios de España o Portugal, de habla hispana o portuguesa. CONDICIONES DEL MATERIAL: Candidatura presentada por una institución cultural o educativa, asociación o grupo de personas interesadas en la literatura (aunque el jurado podrá otorgarlo a un escritor que no haya sido postulado por nadie, si lo considera meritorio); debe anexarse el curriculum vitae del postulado y los documentos justificativos que se consideren necesarios. JURADO: Siete destacados críticos literarios cuyos nombres serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 5 de agosto de 2000. PREMIACIÓN: US$100.000. VEREDICTO: 11 de septiembre de 2000. ENTREGA: Última semana de noviembre de 2000, durante la XIV Feria Internacional del Libro de Guadalajara. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo 2000. Comisión de Premiación. Av. Francia 1747, Colonia Moderna, C.P. 44190, Guadalajara, Jalisco, México. *** Concurso Nacional para Jóvenes Narradores Haroldo Conti Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores de entre 18 y 35 años, de habla hispana y nacidos en Argentina o con 5 años de residencia en ese país. CONDICIONES DEL MATERIAL: Extensión máxima de 15 hojas; tamaño oficio; no premiado anteriormente; tema libre; cuadruplicado; encarpetado; mecanografiado por una sola cara a doble espacio. IDENTIFICACIÓN: En la primera página del cuento debe aparecer el título y el seudónimo del autor; sobre aparte cerrado con, en su cara externa, el título de la obra y el seudónimo del autor, y en la interna, nombre completo, fecha de nacimiento, tipo y número de documento de identidad; teléfono y lugar de residencia. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 14 de agosto de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio: $5.000. 2º premio: $3.000. 3r premio: $1.500. Además se concederán tres menciones de honor y se publicará una antología con todos los trabajos finalistas. VEREDICTO: Noviembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Concurso Nacional Haroldo Conti, Subsecretaría de Cultura Bonaerense, calle 5, Nº 755, La Plata, C.P. 1900, Provincia de Buenos Aires. INFORMACIÓN: Teléfonos: 54 21 219160 / 251100, interno 130, Subsecretaría de Cultura Bonaerense. *** VI Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas 2000 Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México MENCIONES: Poesía, cuento, ensayo y novela. PARTICIPANTES: Escritores indígenas mexicanos. CONDICIONES DEL MATERIAL: Uno o más trabajos literarios bilingües (lengua materna y castellano); inédito; extensión mínima de 50 cuartillas por idioma (mínimo de 100 con la versión bilingüe); poemas o poemarios, cuentos o libros de cuentos, ensayos o libros de ensayos o novelas. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado en cuyo exterior debe consignarse el seudónimo, género en el que participa y grupo indígena al que pertenece, y en su interior el nombre, domicilio, teléfono y copia de identificación. FECHA TOPE: 14 de septiembre de 2000. PREMIACIÓN: 50.000 pesos al mejor trabajo en cualquiera de los géneros. VEREDICTO: 12 de octubre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Dirección General de Culturas Populares, avenida Revolución 1877, 6º piso, C.P. 01000, San Ángel, México, D.F. INFORMACIÓN: Teléfonos: 54 909768 / 69. Fax: 54 909762. Correo electrónico: cplitera@conaculta.gob.mx. *** II Concurso Siesta de Poesía 2000 Sello Editorial Siesta MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Poetas que escriban en español. Quedan excluidos aquellos poetas que ya hayan sido publicados por Siesta o estén en vías de hacerlo. CONDICIONES DEL MATERIAL: Un poema o conjunto de poemas; extensión mínima de 200 versos o líneas; mecanografiado; triplicado; inédito. Se puede presentar en un archivo de Word 6.0 o compatible, si se quiere enviar por correo electrónico. IDENTIFICACIÓN: No se exige el uso de seudónimo; se debe anexar una hoja con el nombre completo del autor, tuipo y número de documento de identidad, fecha de nacimiento, dirección postal, teléfono, fax y dirección electrónica. JURADO: Comité Editorial de Siesta. FECHA TOPE: 21 de octubre de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio: edición de un libro con la obra ganadora. Se podrán otorgar menciones. Tanto el ganador como los finalistas recibirán diez libros de Editorial Siesta. Todos los libros publicados a raíz del concurso serán distribuidos en Argentina y otros países de Hispanoamérica. VEREDICTO: 21 de diciembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Cerviño 4671, 3º C (1425), Ciudad de Buenos Aires, República Argentina. También pueden enviarse por correo electrónico a concursosiesta@hotmail.com. INFORMACIÓN: Correo electrónico: concursosiesta@hotmail.com. *** II Concurso Literario del Tango Comisión Cultural del Noroeste Bonaerense (Concunobo) MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Escritores mayores de 14 años, de habla hispana. Para participar habrá que pagar una inscripción de 10 dólares. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; cuadruplicado; papel Oficio o A4; espacio y medio; tema: el tango, ayer hoy y siempre; extensión de hasta 20 páginas; IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos del autor. JURADO: Será designado por la Dirección de Cultura de José C. Paz. FECHA TOPE: 30 de octubre de 2000. PREMIACIÓN: Tres premios consistentes en publicación de la obra y diploma; tres menciones consistentes en la participación dentro de una antología y diplomas. VEREDICTO: 11 de diciembre de 2000. ENTREGA: 11 de diciembre del 2000 DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Urquiza 4646 José C. Paz, B1665LEX, Buenos Aires, Argentina. INFORMACIÓN: Correo electrónico: ariangel@ariangel.com.ar, ariangel@infovia.com.ar. *** III Premio Internacional de Cuento A Quien Corresponda Revista A Quien Corresponda MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores de todo el mundo. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; tema libre; triplicado; mecanografiado por una sola cara; doble espacio; justificado a la izquierda con márgenes de 2,54 cm; se deberá evitar tabulaciones o títulos para no dificultar el diseño posterior; extensión de entre 8 y 15 páginas; debe incluirse un disquete en formato Word, Word Perfect, RTF, HTML o TXT (la no consignación de este disquete descalificará el trabajo); sólo un trabajo por autor. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado en cuyo exterior irá el nombre del texto y el seudónimo utilizado; adentro se colocará una tarjeta con el título del cuento, nombre del autor, fotografía reciente del mismo, domicilio, nacionalidad, teléfono, correo electrónico y otros datos que puedan ayudar a localizar al participante; además se incluirá una breve ficha bibliográfica. JURADO: Tres escritores de reconocido prestigio cuyos nombres serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 30 de octubre de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio: 2.000 pesos mexicanos o su equivalente en dólares al momento de la premiación. Podrán otorgarse menciones y recomendaciones de publicación. Los trabajos ganadores serán publicados en el número de enero de 2001 de la revista A Quien Corresponda. VEREDICTO: 30 de noviembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Río San Marcos y Río Tamesí 104, Fraccionamiento Zozaya, Ciudad Victoria, Tamaulipas, Código Postal 87070, México. INFORMACIÓN: http://www.angelfire.com/biz6/aquiencorresponda/concursocuento.htm. *** I Premio de Novela Manuel Mejía Vallejo Unión de Escritores de América, Uneda MENCIONES: Novela. PARTICIPANTES: Escritores de América residentes en cualquier parte del mundo. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; novela con cierto sentido del humor o ironía; extensión de entre 200 y 300 cuartillas; triplicado; doble espacio. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 31 de diciembre de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio: US$ 5.000. Finalista: US$ 3.000. ENTREGA: 23 de abril de 2001 en la Biblioteca Piloto de Medellín, Colombia. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Uneda, 252222, Bogotá, Colombia. === Paso de río =========================================================== Taller para guionistas. La Fundación Celarg dictará el taller Teoría y técnica del guión cinematográfico, a cargo de la licenciada Guiomar Velegas Delgado, de la Universidad de las Artes de Cuba y el Instituto Superior de Arte de la Facultad de Arte en los Medios de Comunicación Audiovisual de La Habana. Se dictará entre el 6 y el 9 de junio, de 6 a 8 pm, a un costo de Bs. 50.000. Las inscripciones estarán abiertas desde el lunes 29 de mayo en la Casa de Rómulo Gallegos, en la avenida Luis Roche, Altamira (Caracas). Telfs.: 58 2 2855586 / 2721 / 2990. Nueva editorial electrónica. Estrella y Concha Cardona (ccgedic@ccgediciones.infonegocio.com) dirigen desde España la editorial digital C Cardona Gamio Ediciones, que publica textos en diversos géneros. Hasta ahora han publicado una novela y un libro de cuentos. http://wwwa012.infonegocio.com/410 Jaime, el agraciado. El poeta y pintor Jaime de la Gracia (delagracia@aol.com) ha expuesto lo mejor de su creación en su página personal. "No es / necesario", escribe De la Gracia, "volver a / Ítaka / para cicatrizar / las heridas". http://www.delagracia.de Esquife. Desde Cuba se publica la revista literaria Esquife, una publicación que llega a sus suscriptores a través del correo electrónico y que circula gracias a los auspicios de la Asociación Hermanos Saíz. Esquife publica textos en diversos géneros así como convocatorias de concursos literarios, reseñas de eventos y noticias culturales. http://www.geocities.com/esquife Los delitos de Morán. El escritor cubano Francisco Morán (habanaelegante@pipeline.com), director de la revista La Habana Elegante, recibió en abril la noticia de haber sido el ganador del XIX Premio de Poesía Luis Cernuda, organizado por el Ayuntamiento de Sevilla. Morán, cuyo trabajo al frente de su revista fue comentado por nosotros en nuestra edición 73, se alzó con el premio por su poemario El cuerpo del delito, un homenaje a Cernuda, Cavafis y Casal. Nueva de nuevo. El escritor ecuatoriano Édgar Allan García (garsol@ecuanex.net.ec) vuelve a renovar sus espacios cibernéticos. Anuncia materiales de poesía, narrativa, humor, literatura infantil, mitos y símbolos, ensayo, traducciones de poesía universal, frases de autores famosos (Pound y Miller encabezando la lista), nueva era y enlaces. http://www.inter-dec.com/edgarallan Espacio Tiempo. Ese es el nombre del taller literario que acaba de crear el escritor Bruno Ruiz (zazen01@hotmail.com), dedicado a la participación activa de personas que se dediquen a las letras. El taller funciona a través de dinámicas, discusión en torno a técnicas empleadas por los escritores y el fomento de la creatividad. tallerliterario_espaciotiempo-subscribe@egroups.com Martín Fierro digital. El sitio literario El Ebro, de Mariano Palacios (elebro@nil.fut.es), publicó en febrero pasado una versión digital de Martín Fierro que puede ser revisada por usuarios de cualquier navegador. Un valioso trabajo de digitalización que no debe ser desdeñado. http://www.lanzadera.com/elebro Un periódico en blanco. Así se titula la obra de teatro infantil del escritor español Salvador Enríquez (senriquez@worldonline.es) que fue estrenada el 6 de mayo en el Museo del Ferrocarril de Madrid (Paseo de las Delicias, 61) por la compañía Espacio 3000. Sábados, domingos y días feriados a la 1:00 pm, hasta el 11 de junio. http://www.gratisweb.com/senriquez/teatro.htm Deshora presentada. El 11 de mayo fue presentada en la Universidad de Antioquia la revista de poesía Deshora, desarrollada en el Web por un equipo que reunió a escritores y a profesores de la Facultad de Comunicaciones y Literatura de la mencionada casa de estudios. El objetivo de Deshora es difundir la mejor poesía y literatura mundial al público iberoamericano, según nos explicó por correo electrónico el coordinador de Difusión de la revista, Alejandro Uribe Tirado. http://www.revistadeshora.com.co Duclós en bytes. El poeta y periodista brasileño Nei Duclós (duclos@ruralsp.com.br) acaba de crear un sitio con textos escritos a lo largo de las tres últimas décadas. Poesía, crítica literaria y cinematográfica, artículos, reportajes y trabajos académicos sobre historia son parte de lo que el visitante hallará en el sitio. http://www.consciencia.org/neiduclos Fragmentos y rituales. Andrés Lopera Sánchez (fragmentosyrituales@starmedia.com) publicó simultáneamente, en papel y en bytes, su libro Algunos fragmentos y rituales, que contiene varios textos del autor. Los visitantes podrán leer los materiales y enviarle comentarios a Lopera directamente desde el sitio. http://orbita.starmedia.com/~fragmentosyrituales ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === Literatura en Internet ================================================ Librusa http://www.librusa.com Quienes hemos tenido que lidiar con las fuentes de información literaria en Internet conocemos algunas verdades pasmosas. En principio, hasta hace poco eran insuficientes los sitios donde el amante de la literatura podía mantenerse informado en torno a la actualidad del medio, siendo por años reconocidas las páginas culturales de los diarios españoles como las más nutridas en este sentido. Por otro lado, las entidades privadas o públicas que se lanzan por su cuenta a difundir información sobre sus actividades no siempre incluyen en sus reseñas todos los datos que el editor necesita para brindar a sus lectores una información concreta. Pero de un año para acá las cosas han venido mejorando. Iniciativas como las páginas informativas de Megalibro, Stand@rte e Imaginaria, cada cual a su modo y en su área, han acudido en ayuda de escritores y lectores que desean mantenerse informados. Una de estas iniciativas, que conjuga en sí misma la funcionalidad del correo electrónico, la virtual infinitud de espacio del Web y el mérito de brindar información actual y pertinente, es la agencia de noticias Librusa, que impulsa la editorial estadounidense del mismo nombre. En efecto, el informativo literario de la agencia Librusa puede ser recibida por el interesado suscribiéndose a la lista de distribución en http://www.listbot.com/subscribe/librusa o puede ser visitada en el Web, donde la cantidad de información es aun mayor. Librusa empezó siendo un servicio de noticias que, por 25 dólares al año, dejaba en el buzón del suscriptor un reporte diario de la actualidad literaria internacional. En notas sucintas pero suficientemente explícitas, el equipo dirigido desde Miami por José Carvajal ha hecho crecer su idea: ahora, además de la versión que se distribuye gratuitamente por correo electrónico, Librusa se ha convertido en un sólido sitio en el Web -que declara no sin humildad, por cierto, ser una versión de prueba- con el más variado menú informativo para escritores y lectores de habla hispana. En una nota que publicáramos en nuestra edición 83, indicábamos la que nos parece una de las principales bondades del informativo de Librusa: que no se trata simplemente de recortes de prensa, sino que el equipo de Librusa suele meter baza en las reseñas para incluir datos que no se obtienen en la lectura de fuentes convencionales. Por otro lado, Librusa no desdeña la publicación de informaciones provenientes de organismos, instituciones o particulares que, lamentablemente, no pueden acceder a las mencionadas fuentes convencionales, como los periódicos, las emisoras de radio y las televisoras. Así, se democratiza el concepto de la fuente informativa -procedimiento en el que nosotros mismos hemos creído desde que iniciamos el camino de la Tierra de Letras- favoreciendo por igual a emisores y receptores. Por otro lado, el sitio de Librusa en el Web ofrece también un completo directorio de enlaces que permite acceder a los sitios en el Web de revistas, organizaciones literarias, ferias de libros, editoriales y libros electrónicos, entre otros rubros. También se provee de un registro de las ferias literarias a realizarse durante el año, con fechas, sedes, teléfonos, direcciones de correo electrónico y URLs de los organizadores. Y, para los que quieren probar suerte con sus avances en materia de estilo, Librusa brinda las bases de los concursos literarios vigentes en el ámbito de habla hispana. La última buena noticia de Librusa es que la editorial ha firmado un convenio con El Cid Editor, responsable del sitio E-Libro (http://www.e-libro.net), para encargarse de la publicación de libros electrónicos en los géneros de ficción. Usted puede informarse sobre las condiciones y ventajas de los libros electrónicos de E-Libro y Librusa en http://www.librusa.com/e-libros.htm. El desarrollo alcanzado por esta peculiar agencia de noticias es, con otros hechos coyunturales, un indicativo de la evolución por la que transita el mundo editorial contemporáneo, definitivamente impulsado por la red de redes. === La voz de un gran sentimental Francisco Arias Solís ============== "El humor es el lenguaje que emplean las personas inteligentes para entenderse con sus iguales". Édgar Neville. Neville es, junto a otros autores, el creador de una literatura en la que la evasión, la imaginación y el humor rompen la monotonía del vivir y en la que se nos ofrece una visión optimista y a la vez humanizadora de la vida. Escritores como Édgar Neville, López Rubio y Ruiz Iriarte trabajaron concienzudamente y con éxito basándose en el principio de que una obra ha de dar al público exactamente lo que éste desea, y que lo que quiere es algo que refleje de un modo reconocible el mundo real, pero de un modo que lo haga más atractivo o divertido de lo que realmente es. Édgar Neville nació en Madrid, el 28 de diciembre de 1899; su madre fue María Romrée y Palacios, hija del conde de Romrée y de la condesa de Berlanga del Duero, título éste último que heredó el autor; su padre fue un ingeniero inglés que vino a Madrid a finales del siglo pasado. En el Colegio del Pilar hizo sus primeros amigos. Para el teatro de variedades escribió su primera obra, La Vía Láctea, un vodevil que estrenó La Chelito en El Chantecler de Madrid en el año 1917. El joven Édgar Neville había comenzado la carrera de Derecho pero la interrumpe y se alista en un regimiento de húsares para la guerra de Marruecos. A su regreso a Madrid es presentado en Pombo a Ramón Gómez de la Serna, a quien siempre considerará su maestro, y entra en conexión con las corrientes vanguardistas. Sus amistades eran por entonces Tono, López Rubio, García Lorca, con quien estrecha su amistad a raíz del concurso del cante jondo organizado en 1922 en Granada. Colabora en revistas como Buen Humor, Nuevo Mundo, Aire Libre. En 1925 se casa con Ángeles Rubio Argüelles y Alessandri, de origen malagueño, y en 1926 publica la primera colección de cuentos Eva y Adán. Por esos años ya había ingresado en la carrera diplomática. A partir de 1923 comienza a colaborar en la Revista de Occidente y en La Gaceta Literaria, y su relación con Ortega se hace cada vez más profunda y amistosa. La vida del autor transcurrirá de tertulia en tertulia. En 1928 es destinado como primer secretario a la Embajada española en Washington; en Hollywood y durante sus primeras vacaciones comienza una de las etapas más divertidas de la vida del autor. Formará parte del círculo de amistades de William Randolph Hearst y de Chaplin y allí desarrollará una interesante labor cinematográfica. A comienzos de otoño de 1931 está de nuevo en Madrid y allí se publica su primera novela, Don Clorato de Potasa. Sigue haciendo cine, pero la carrera diplomática le requiere y es enviado al Marruecos francés, donde permanece dos años. Estrena para el teatro Margarita y los hombres. Antes de 1936 viaja de nuevo a Hollywood; durante su estancia reencuentra a la mujer que influirá decisivamente en su vida y en su obra: Conchita Montes. En 1936 Biblioteca Nueva edita una serie de novelas cortas con el título de Música de fondo. Édgar Neville llega a Madrid el 13 de julio de 1936. Durante los primeros años de la guerra permanece, tras una breve estancia en Madrid, en Londres, en Bélgica y ya desde San Juan de la Luz, regresa a España. Colabora en Vértice y en La Ametralladora, revista semanal del humor fundada en 1937 por Mihura, Tono, Álvaro de Laiglesia y Neville. En 1941 reúne varios relatos de guerra con el título de Frente de Madrid. En los años de posguerra el autor se dedica con prioridad al cine. En 1946 y con La familia Mínguez, Neville retrata el mundo grotesco de la burguesía madrileña; el vanguardismo inicial se ha resuelto en un costumbrismo irónico aunque sigue utilizando la desmitificación con fines humorísticos. El éxito llegó con el estreno de El baile. Aquí comienza su etapa como autor de comedias. A partir de ese momento los estrenos teatrales se suceden, Veinte añitos y Marramiau, Tiempos mejores, Rapto y Adelita, Prohibido en otoño, Alta fidelidad, La vida en un hilo. El último estreno teatral de Neville tiene lugar el 31 de mayo de 1963 con una obra titulada La extraña noche de boda. Continúa escribiendo relato corto y colaborando como siempre lo había hecho, en publicaciones periódicas y revistas, pero se dedica fundamentalmente a la poesía, género hasta ahora inexplorado por él mismo. Ángel Caffarena Such edita casi toda la obra poética en las publicaciones de la Librería Anticuaria El Guadalhorce de Málaga. Las constantes poéticas del autor serán sentimiento amoroso con diversos matices y Andalucía. El 23 de abril de 1967, un día de primavera, murió Édgar Neville a causa de un paro cardíaco. Tono y Mingote fueron los amigos que lo rodearon en aquellos momentos. "Cuando yo escribí Tiempos mejores -contaba Neville en 1963-, la única manera con que se podían tratar los temas de actualidad era diciendo que sí, y uno tenía ganas de tratar la actualidad diciendo que no, y por tanto, para tener que castrar mis opiniones prefería dejar los temas de actualidad para más adelante". Las coordenadas teatrales de Édgar Neville fueron el humor, la elegancia, el desenfado y la visión humanizadora. Es uno de los creadores de una literatura en la que la evasión, la imaginación y el humor rompen la monotonía del vivir a través de una visión optimista de la vida. La figura de Édgar Neville se nos presenta rodeada de un halo de elegancia, ingenio, generosidad y tolerancia; el encanto de los felices años, junto con un fino escepticismo y una permanente contradicción, están presentes en su vida y en su obra. Aquel "niño revoltoso que se muerde las uñas...", según unos, aquel "remolino de desconcertantes paradojas", según otros, al final de su vida escribía versos como un joven enamorado porque por encima de todo Édgar Neville fue un "bonvivant" elegante, orondo, algo escéptico, pero sobre todo un gran sentimental. ** Francisco Arias Solís es un autor español que comparte su tiempo entre la literatura y la gestión social. Es muy conocida su actividad al frente de la Asociación Internautas por la Paz (http://www.arrakis.es/~aarias), de afiliación gratuita. aarias@arrakis.es. === Lubio Cardozo: la poesía como videncia Rafael Rattia ============= El poeta Lubio Cardozo está destinado, por una especie de fatum benéfico inscrito en el devenir de las letras hispanoamericanas del siglo XX, a formar parte de los escritores antiguos de habla hispana. Es Cardozo, ciertamente, un extraño caso de la literatura venezolana en particular y de las letras latinoamericanas en general. Nadie discute la excelsa formación clasicista que distingue a este excelente poeta que ya ha alcanzado un cimero lugar entre los mejores estros que conforman la atalaya literaria de nuestro continente hispanohablante. Casi una veintena de poemarios pueden atestiguar mi aserto. No obstante, por si hubiere alguna duda, acaba de salir de la imprenta un hermoso testimonio que ratifica y, una vez más, confirma la elevada condición Voz Poética Mayor que exhibe el escritor; se trata del último poemario de Lubio Cardozo, titulado de modo insustituible: Ver (Ediciones Erato, Mérida, 1999, 64 págs). Este poemario de Monsieur Cardozo se inicia con cinco interrogaciones sobre la metáfora del tiempo y sus inagotables corolarios. En forma de pentálogo también está construida la estructura arquitectónica y formal de este libro; cinco opúsculos o cuadernillos dan cuenta de este último compendio literario que el poeta decidió compartir con sus lectores. ¿Qué quiere decirnos el autor de Ver con esos auténticos chispazos de lucidez iluminadora insertos en forma de paratextos calzados con la firma de filósofos como Hegel, Heidegger, Kant, que rotulan los prolegómenos de algunos de sus poemas? Desde las primeras páginas de este libro ya advertimos la decidida y firme disposición del escritor a decir tanto como sea posible evadiendo magistralmente la farragosidad, el derroche léxico, los ripios lingüísticos y la sobreabundancia semántica. Más bien el discurso lírico que ostenta el hablante dícese en el discreto despojamiento de expresiones retóricas accesorias. La sencillez expresiva, sin caer en la delirante expresividad evidente, pareciera acompañar los versos de los 43 poemas que conforman el libro. Digo sencillez, no-simplicidad. Porque a decir verdad, leer a este poeta es una tarea nada fácil, dada la honda hipercomplejidad temática que caracteriza el abordaje de su universo poético. Lubio Cardozo alcanza, es comprehensivo por la complejidad metódica de su proceder descriptivo. El bardo hace frotar las palabras antitéticas, aparentemente incongruentes, hasta llevarlas a las antípodas del sentido. Los haces de luz que brotan de su acertada composición poética dentro del texto literario son producto inequívoco de su maestría en el dominio de nuestra lengua materna, de las raíces del idioma. Una breve confitura podría ilustrar a modo de ejemplo: "Está frente a mí el ahora, mobile e inmóvil. La necrópolis del ayer subyace, canta o grita Su ya no ser ahora. Los anhelos, la esperanza, lo venidero, En fin el albur del vientre del futuro Sólo, indefectiblemente, engendrará el ahora". (Ahora. pág 13). Obsérvese el juego empalabrante y empalabrador que pone en marcha el poeta para darnos una imagen de la instantaneidad, del hic et nunc latino traslaticio a nuestra visión del presente. Solamente de alguien que eligió desde su parvedad vivir entre las palabras se puede esperar un esplendor dicente tan exhaustivamente polisémico. Que la poesía es un vehículo de conocimiento del mundo y de la vida es un lugar común que no dice mucho, pero que la contemplación celebratoria de la realidad subjetivizada del mundo es un arma auxiliar del poeta vidente, en el más nítido sentido rimbaudiano, es algo más exigente. El escritor, en su titánico y arduo trabajo de lenguaje, va despejando la intrincada telaraña de signos que sirve de materia prima al creador de poesía y nos la da a los lectores renovada y cargada de frescor significativo. No hay una pizca de duda, con este libro clarividente y de abisales resonancias intuitivas, Lubio Cardozo alza orgullosamente su estro al firmamento literario latinoamericano y se coloca a la estatura poética de José Emilio Pacheco, Juan Gelman, Gonzalo Rojas, Juan Sánchez Peláez, sin envidiarle un ápice de metáfora a ninguno de ellos; más bien conviviendo en perfecta armonía al lado -ex aequo- de los antiguos del futuro. ** Rafael Rattia, escritor venezolano nacido en el Delta del Orinoco. Historiador egresado de la Universidad de los Andes. Fue director-fundador del Archivo Histórico del Delta, director de la Biblioteca Pública Central Andrés Eloy Blanco y coordinador de Actividades Literarias del Ateneo Internacional de Fronteras Casa de las Aguas. Ha publicado el poemario La pasión del suicida y dirige Laberintos de Agua, la página literaria semanal del diario Notidiario (Puerto Ordaz). Textos suyos han aparecido en el suplemento literario Verbigracia, el suplemento cultural de Últimas Noticias, El Impulso, Frontera y la revista Ateneo de Los Teques, así como en las revistas electrónicas El Invencionero (http://web.jet.es/enseres), Casi Nada (http://usuarios.iponet.es/casinada) y Sólo Texto (http://solotxt.freeservers.com). rrattia@cantv.net. === Goldoni vuelve a la Comedia Italiana de París Luisa Futoransky === (Nota del editor: Presentamos a continuación una reseña teatral de la periodista argentina Luisa Futoransky, quien aquí se refiere al estreno, a finales del año pasado, de una obra de Carlo Goldoni, a cargo de La Comedia Italiana de París). La Comedia Italiana, única en su género en Francia reinició sus representaciones en París tras una serie de peripecias administrativas, con un clásico mayor de Carlo Goldoni, Las damas puntillosas. Con ellas este teatro singular entrará en el siglo venidero tras más de 25 años de existencia. La Comedia Italiana está ubicada en un pequeño espacio de no más de un centenar de butacas, en pleno corazón de Montparnasse y se halla rodeado de las señales luminosas y publicidades provocadoras de bastantes sex shops que campean por la zona. Allí, en esa antigua comisaría donde Modigliani y los pintores de la mítica Montparnasse de los años 30 terminaban sus madrugadas de borrachera por "disturbios del orden" noche tras noche, Attilio Maggiuli y su elenco, a lo fénix perpetúan con sus máscaras y su ritmo de galope el milagro de recrear en francés la comedia italiana clásica. Para terminar el siglo Maggiulli eligió Las damas puntillosas. Esta obra es la única entre las más de 200 que escribió Goldoni (Venecia, 1707-1793) que tiene la particularidad de exigir en el reparto un arlequín negro y que además, hecho rarísimo en la Comedia del arte, que éste muera trágicamente en escena. Maggiulli decidió montar esta obra para recordar y de alguna manera rendir homenaje a su maestro, el gran director italiano Giorgio Strehler, desaparecido hace dos años. -¿Cuál es la pieza que lamentas no haber puesto en escena? -preguntó Maggiulli en 1995 a Strehler, paseando por el jardín del Luxemburgo, y éste respondió: -Las damas puntillosas -explicando que uno de los problemas principales de la obra residía justamente en formar a un "arlequín joven y de cultura mestiza". Y Strehler no se sentía con derecho a reemplazar a su Arlequín del Piccolo Teatro de Milán, fantástico pero entrado en años por otro más joven. Para Maggiulli el desafío era además de tipo financiero, ya que la pieza requiere la presencia de 15 actores en escena, cosa que el director resolvió empleando nueve artistas que en algunos casos duplican sus prestaciones. Este Goldoni "anti-Goldoni" que opta por criticar en forma sarcástica y ácida su tiempo, presenta mediante cuadros de gran comicidad la avidez de la burguesía veneciana de fines del siglo XVIII y los tráficos a los cuales se dedica para comprar en forma ostentosa e insolente los vestigios de nobleza a la aristocracia "puntillosa". Entre todos los actores que despliegan un verdadero mecanismo de relojería en el precioso ritmo que no decae de la pieza, destacan especialmente la protagonista Rosaura, desempeñada por Helene Lestrade, con su sorprendente dominio de los tonos y registros de la voz y el Arlequín y maestro de baile Guillaume Collignon, tan ágil como musical y comunicativo. No en vano el trabajo de Maggiulli y sus "virtuosos" mereció el elogio, en su época, del escritor italiano Italo Calvino, quien dijo que sus cursos de teatro eran "un acontecimiento en la salud artística del mundo". Otro atractivo es el original y muy rico vestuario de la pieza, que perteneció al filme no menos mítico Casanova de Federico Fellini, y fue regalado a este teatro. Las pelucas y tricornios del Piccolo Teatro de Milán también fueron ofrecidos a la Comedia Italiana de París. A fines de octubre, tras 26 años de existencia, el teatro estuvo a punto de cerrar definitivamente sus puertas por dificultades financieras de tipo impositivo. La Comedia Italiana fue salvado por una campaña de prensa y la decidida actitud de su director, que no dudó en iniciar una huelga de hambre hasta que los poderes públicos cambiaron el estatuto que clasificaba a este pequeño teatro en el mismo nivel impositivo que otros mayores que superan el millar de butacas. ** Luisa Futoransky, escritora argentina que reside en París desde 1981. Ha publicado Son cuentos chinos (Planeta, 1991), sobre su experiencia en Asia, Lunas de miel (Juventud, 1997) y De donde son las palabras, antología poética (Plaza y Janés, 1998), entre otros. luisa.futoransky@wanadoo.fr. === Notas para un retorno a casa Gladys Ilarregui ==================== (Nota del editor: en diciembre de 1999 fue entregado en Buenos Aires el Premio Internacional Jorge Luis Borges, que recayó, en poesía, sobre los escritores argentinos Gladys Ilarregui y Luis Cano y, en narrativa, sobre el venezolano Oscar Marcano y el argentino Santiago Sylvester. Las líneas siguientes son algunas impresiones preparadas, especialmente para Letralia, por Ilarregui). Uno de los periódicos de Buenos Aires dice: "Se hizo entrega del Premio Internacional Jorge Luis Borges, convocado por la Secretaría de Cultura de la Nación y Emecé Editores. El premio contaba con 50.000 dólares en cada rubro y la publicación de la obra seleccionada. Cuatro fueron los participantes que ganaron: en el rubro de cuento Santiago Sylvester (Argentina), Oscar Marcano (Venezuela). En el de poesía: Gladys Ilarregui (Argentina residiendo en USA) y Luis Cano (Argentino)". Y es correcto, en un luminoso día de diciembre, en la Sala Borges de la Biblioteca Nacional, tuvimos oportunidad de recibir un galardón que para todos nosotros, lo sé, representaba un "retorno a casa". Santiago Sylvester había reiniciado el diálogo con la ciudad tras veintidós años de vivir en Madrid. Yo acababa de llegar abriendo las valijas con mis libros bilingües inscritos en la periferia de la literatura hispánica escrita en Estados Unidos, en español, el idioma que resguardamos aquí con memorias de calles y puertas, en el complejo entrecruce de culturas y voces de amigos distantes. Oscar Marcano y Josefina (su esposa) llegaban de Caracas a la tierra de Cortázar, saliendo a la calle del Hotel Castelar (donde una vez se alojara Lorca) para contemplar esas simetrías repletas de cafés y celebraciones y eventos inesperados: se cortó la luz y el agua de varios edificios públicos, incluso en la misma biblioteca, se celebró el día de la Virgen y hubo un cambio de gobierno en el transcurso de esa misma semana. Para Luis Cano, que estaba estrenando una obra de teatro en Córdoba, durante esos días sé que también se puede hablar de un metafórico "volver a casa" en la medida que una escritura reconocida es una manera de permanecer inquieto y persistente en ese lugar desde donde escribe, dirige, o interpreta. En suma, fue reconocer que algunas de las palabras, propuestas, años de páginas se resolvían para todos nosotros de esta manera, y sobre todo ante la celebración del admiradísimo Borges, poeta y cuentista excepcional, el hombre del castellano impecable y abarcador, el amante del amarillo de los tigres. Poco puedo agregar a estas breves notas desde el invierno crudo que nos toca vivir en Washington. Al paraje de nieve intensa, por el que no penetrará un rayo de sol, me queda la amistad de estos tres ganadores. Y claro, entre notas, papeles y recuerdos, estas fotos cuando estuvimos juntos hablando de la vida y la literatura (si cabe el binomio) y los recorridos que ese diálogo tomó de un extremo al otro del continente, por aguas transatlánticas hasta la taza de café de esa ciudad tan lejos, tan poco cerca. Y sin embargo aquí, a la vuelta. Washington D.C. ** Gladys Ilarregui, escritora argentina residenciada en EUA. Ganadora, en 1999, del premio Jorge Luis Borges en la mención Poesía. gladys@iberoamerican.org. === Deseo y postergación; una lectura de Colibrí de Severo Sarduy ========= === María Mercedes Andrade ================================================ Preludio Leo el texto. Esta enunciación, conforme con el "genio" de la lengua [...] no es siempre verdadera. Cuanto más plural es el texto, menos está escrito antes de que yo lo lea: no le someto a una operación predicativa, consecuente con su ser, llamada lectura, y yo no es un sujeto inocente, anterior al texto, que lo use luego como con objeto por desmontar o como un lugar por investir. Ese "yo" que se aproxima al texto es ya una pluralidad de otros textos, de códigos infinitos, o más exactamente perdidos (cuyo origen se pierde). - Roland Barthes, S/Z, pág. 6. ¿Cómo escribir sobre un texto que se resiste abiertamente a la reducción? Me encuentro ante la encrucijada de querer escribir sobre Colibrí, la novela de Severo Sarduy, un texto cuyo eje (si esto es un eje) es el erotismo del lenguaje, la explosión del significado. Me pregunto cómo puedo yo trazar un texto que no traicione justamente aquello que quiere nombrar. ¿Debo tratar de sistematizar el erotismo, y convertir mi escrito en una lección de anatomía (del cuerpo, del texto), para llevar a cabo un ejercicio de autopsia? ¿O debería más bien escribir otro texto, uno que se añada a ese texto original, y que intente más bien re-crear (recrear) miméticamente el texto leído en un ejercicio de imitatio? Me encuentro en esa zona fronteriza, observando el margen tenue que existe entre sucumbir por completo ante el juego lingüístico con el que seduce al lector el texto de Severo Sarduy, y el hábito tentador del discurso analítico, totalizante y acaso monolítico de una crítica ostentosa, que contradiría el propósito mismo de la novela y la reduciría a un significado estable y precario. La cita de Barthes con la cual he iniciado este ensayo abre una alternativa discursiva. Mi lectura no puede ser, de hecho nunca es, un acto pasivo frente a una obra unívoca y acabada, pues el punto de partida, contingente y circunstancial, con el que me aproximo al texto, es mi "yo", con todo su pasado, sus lecturas azarosas y sus expectativas frente a esa entidad que es "la literatura". A partir de este "yo" constituido por otros códigos conformo (informo) un texto, mi texto, ese que leo, y así mismo, el que ahora escribo. Esto significa que lo único que puedo ofrecer es una lectura que surge de la contingencia, lectura acaso arbitraria e indirectamente autobiográfica, que se cruza con la pluralidad de la novela de Sarduy. Por otra parte, Colibrí es uno de aquellos textos plurales a los que se refiere Barthes, cuyo significado no se encuentra en un punto fijo y ubicable, al cual el lector accedería mediante una tarea de arqueología paciente. Por el contrario, Colibrí es la puesta en escena de una multiplicidad vertiginosa que asume cierta(s) forma(s) en un acto de lectura. Me pregunto de qué manera sería posible justificar ante un/a tercer/a lector/a -que en este instante lee mi texto- esta lectura mía, este acto de interpretación que presento a sabiendas de su contingencia. A falta de una justificación contundente, intentaré seducirlo/a con la oportunidad de una perversión impune. Nuevamente acudo a Barthes: ¿Cómo leer la crítica? Una sola posibilidad: puesto que en este caso soy un lector de segundo grado es necesario desplazar mi posición: en lugar de aceptar ser el confidente de ese placer crítico -medio seguro para no lograrlo- puedo, por el contrario, volverme su "voyeur", observo clandestinamente el placer del otro, entro en la perversión; ante mis ojos el comentario se vuelve entonces un texto, una ficción, una envoltura fisurada... (El placer del texto, 30). Le ofrezco a los lectores esta complicidad: participar indirectamente de mi propia construcción del placer, presenciar cómo se articula y desarticula el texto mediante mi acto de lectura y escritura, en resumen, observar cómo elaboro mi ficción. Tocata Colibrí se abre al lector con Colibrí expuesto en un lupanar tropical: "bailaba entre dos espejos, desnudo, detrás del bar [...]. Las luces de unas farolas envueltas en celofán lo rodeaban de una aureola naranja; los espejos simétricos multiplicaban, al este y al oeste, escrupulosos y verosímiles, el ondulante cuerpo central" (13). Este "cuerpo central", Colibrí, es el cuerpo deseado, a la vez el personaje principal y texto, que se multiplica en espejos, se escapa interminablemente en el reflejo. Colibrí, como acto escritural, parte de una identificación entre el cuerpo y el texto: de la misma forma que en otras novelas de Sarduy (De donde son los cantantes, Cobra), en Colibrí cuerpo y texto son concebidos como un conjunto de signos que delata su artificialidad, un laberinto de significantes que se rehusan a denotar un único significado y que se pierden en la multiplicidad infinita de la connotación. Así, Sarduy escribe que al cuerpo de Colibrí lo cubrían, desde el cuello hasta los tobillos y las muñecas, glifos feroces: espolones, colmillos, picos y pezuñas, ojos desorbitados y concéntricos, testículos hinchados, sexos sangrantes colgando de una boca abierta. Desde el pecho y los brazos, desde los muslos y las rodillas, miraban acusadoras y amenazantes a la intrusa cientos de pupilas irritadas; máscaras monstruosas abrían sus fauces de caninos limados. Como el chino de la charada, o como un legible diagrama para la práctica urgente de la brujería, todo el cuerpo del perseguido se convirtió en un laberinto de ponzoñas y plumas cifradas (68). El cuerpo de Colibrí, "laberinto de plumas", "diagrama legible", es una saturación de signos superpuestos, un texto mutable que Sarduy nos invita a descifrar. Colibrí no es un cuerpo "natural", no es la "realidad", sino que es representación pura, dibujo, tatuaje. De manera simétrica Colibrí (ahora en cursiva) es también un cuerpo, el corpus, la obra. El cuerpo de Colibrí no es otra cosa que su escritura, en la medida en que la descripción de Sarduy presenta cada uno de sus rasgos, traza sus cejas, su pelo rubio, su tatuaje impresionante, como un signo elaborado tras el cual no se oculta ninguna realidad trascendente. Lo mismo sucede con Colibrí como texto, como novela, ya que el cuerpo del texto es idéntico a su escritura. La estrategia de Sarduy consiste en hacerle ver al lector que no existe una realidad, una naturaleza que se encuentre más allá de la escritura y de la creación simbólica, o para decirlo de otra manera, Sarduy muestra hasta qué punto todo cuerpo es tatuaje. A la vez que el lector descubre la artificialidad del cuerpo de Colibrí, se revela también la artificialidad de Colibrí: en un acto de extrañamiento, Sarduy aparta al lector del mundo de ficción que ha creado, y le recuerda que la ilusión de realidad en el texto es producto de un acto de escritura, y que no hay ningún referente externo y ajeno al lenguaje que sirva de sustento a la ficción. De esta manera Sarduy le niega al lector la posibilidad de una lectura "naturalista" e inocente que confunda a los personajes con personas, a los espacios que son descritos en el papel con la realidad. Por eso, después de narrar las aventuras de Colibrí en las montañas alpinas, el narrador de la novela interpela a su lector: ¿Cómo no se ha dado cuenta? ¿Cómo ha podido creer que ese decorado vacío, sin espesor ni soporte, era la realidad? ¿Cómo ha dejado pasar, sin despertarse, las garrafales chapucerías de los esbirros coreógrafos: el visible tatuaje del cabrero, los tropicales bejucos en el puente, la indigente pintura del lago, el exceso de helechos, y sobre todo, lo picúo de ese paisaje alpestre? (112). Sarduy traza y borra su ficción, haciendo imposible creer en ese mundo representado que aparece ahora como un escenario mediocre, un truco de utilería barata sobre una página escrita. Aparece entonces, la aporía mordaz que Sarduy parece padecer y disfrutar: esa "utilería barata" no es otra cosa que la literatura, de la cual, en su propia escritura, Sarduy también es cómplice. Si hay un motor de la acción, y a la vez un elemento que guíe la lectura de Colibrí, este sería el deseo de posesión, lo que Derrida en That dangerous supplement llama "la presencia deseada" (141). Colibrí juega con el deseo de posesión en por lo menos tres niveles: la novela gira en torno al deseo del cuerpo de Colibrí por parte de los demás personajes (los homosexuales mutantes y travestidos que lo persiguen por innumerables escenarios cambiantes, a quienes el narrador llama "las ballenas"), el deseo de posesión del significado del texto, del desenlace de la trama narrativa, por parte de los lectores, y por último, el deseo de poseer la realidad a través del lenguaje y de la escritura. En todos estos niveles, la estrategia de Sarduy es la de la postergación, el desengaño que se convierte a la vez en motor de la trama y de la lectura. Colibrí no satisface jamás el deseo, no lleva a sus lectores hacia el clímax, el orgasmo, el desenlace, sino que por el contrario, subvierte por completo la posibilidad de esa consumación, y sitúa el placer de la lectura en el juego del lenguaje, en la sensualidad que no se resuelve, la posesión que siempre se niega. Es precisamente en esta sensualidad que posterga la satisfacción donde surge el placer de la lectura. A partir del párrafo inicial, en el cual se sitúa a los lectores dentro de una historia identificable, dentro de un escenario ubicable y un lenguaje narrativo conocido que le crean al lector la ilusión de hallarse en el terreno seguro de la ficción, la trama se convierte en una negación persistente de aquella simplificación de la lectura, un cuestionamiento de los mecanismos con los cuales "el autor" construye una ficción, y de la manera complacida y complaciente como el lector se acerca al texto. Sarduy prepara el terreno que pretende destruir: ya desde el principio presenta a su personaje no en medio de espejos, sino de "espejos verosímiles", espejos que repiten la realidad como una apariencia, o acaso, espejos que "parecen" espejos, y que son sólo, como dirá Sarduy más adelante, parte de un escenario de teatro que descubre al lector su artificio, espejos en el juego de la representación, copias de otra copia. El texto de Sarduy es un texto perverso que crea en sus lectores la ilusión de una realidad y luego la niega, sólo para retomarla después. La frustración de la expectativa se convierte en el impulso que arrastra a la lectura, de la misma manera en que la frustración de las decrépitas "ballenas" que desean a Colibrí, las conduce a una búsqueda infructuosa a través de escenarios imposibles. "Textos de goce", dice Barthes, "El placer en pedazos; la lengua en pedazos; la cultura en pedazos. Los textos de goce son perversos en tanto están fuera de toda finalidad imaginable -incluso la finalidad del placer" (El placer del texto, 83). Fuga "Qué se hizo Colibrí? No lo sé. Nadie lo vio" (24). El deseo es el motor de la acción de Colibrí justamente porque Colibrí escapa, Colibrí se fuga de su escenario tropical donde su cuerpo pertenece a "las ballenas" que lo codician. Colibrí es literalmente un significante móvil, imposible de fijar, perseguido, por el lector y las "ballenas", a lo largo de toda la novela. La fuga del personaje es además la fuga de la univocidad de la narración, pues a partir de este momento el autor se encargará de recordarnos que, al igual que los perseguidores de Colibrí, cada vez que hayamos creído encontrar la seguridad de la ficción, nos encontraremos tan sólo con un juego de espejos, un juego de representaciones que repiten una apariencia de realidad, pero que a la vez ostentan descaradamente su "inautenticidad". Sin embargo, si el centro de la novela es el deseo, éste es un centro problemático: el "cuerpo central", como he dicho arriba, es sólo un juego vacío de representaciones, es, en breve, la ausencia. Si Colibrí es el motor del deseo, es porque es aquello que es imposible de poseer, aquello que siempre habrá escapado de antemano, el placer siempre prometido y postergado. Como señala Jacques Derrida, para la dinámica del deseo, la ausencia es el elemento indispensable: "sin la posibilidad de différance el deseo de presencia como tal no existiría. Ello significa que este deseo lleva en sí mismo el destino de no ser satisfecho. La différance produce lo que prohibe, hace posible justamente aquello que hace imposible" (mi traducción) (143). En esa medida, para que el deseo continúe siendo deseo, debe estar irremediablemente ligado al fracaso, pues la identidad final con el objeto deseado no es otra cosa que la anulación del desear. El problema de la ausencia está entonces ligado a la escritura de manera indisoluble, pues toda escritura está por siempre atravesada por una carencia. La palabra no puede ser otra cosa que la ausencia de aquello sobre lo cual se escribe o se habla. En toda escritura, en todo significante, aparece, dolorosamente, la huella de un significado que necesariamente debe estar ausente en cualquier acto de representación. Toda representación intenta ser, y a la vez no es nunca, lo representado. Sarduy es consciente de que toda estructura se agita sobre el vacío, en la medida en que toda representación remite a algo que no se puede poseer. He mencionado primero el carácter negativo de la suplementariedad, de la representación, en tanto que reemplaza aquello que no está presente (como el maquillaje de Colibrí reemplaza su cuerpo, como la mención permanente de su nombre en boca de las ballenas reemplaza su ausencia, como el texto reemplaza el cuerpo deseado y el lenguaje la realidad). Sin embargo, en Colibrí esta comprensión no queda reducida a una instancia de lucidez trágica. Por el contrario, la escritura, como suplemento, para continuar con Derrida, tiene un doble carácter: El suplemento se añade, es un exceso, una plenitud que enriquece otra plenitud, la medida más plena de la presencia. Añade y acumula presencia. Es por eso que arte, technè, imagen, representación, convención, etc., surgen como suplementos a la naturaleza [...]. Pero el suplemento suplementa. Añade sólo para remplazar. Interviene o se insinúa a sí mismo en-lugar-de; si llena, es como si llenara un vacío... (145) (mi traducción). Parte fundamental de la escritura es por tanto este aspecto inverso: la representación colma, embellece, se deleita en aquello que representa. El maquillaje, el disfraz, el escenario y el juego de palabras, añaden a lo representado. Antes que caer en el silencio tras la comprensión de la imposibilidad de apropiarse del objeto a través de la escritura, o de la imposibilidad de identificación con el cuerpo deseado, Sarduy se inclina hacia el exceso, la saturación del acto de representar como la forma de lograr esa apropiación en la representación misma. Representar, entonces, se convierte en un acto en el vacío, un juego en el límite, donde si bien es imposible satisfacer el deseo de presencia, es posible aún el placer de ese deseo, el placer de la búsqueda por medio de la representación. El cuerpo ausente es por eso el cuerpo maquillado hasta el exceso, el cuerpo que ostenta su carácter representacional, texto saturado y autoparódico que se ríe de su propia pulsión hacia la narración. La novela de Sarduy es la risa, la grieta del abismo. Coda ¿Quién es Colibrí? ¿Qué es Colibrí? Imposible una respuesta definitiva. En el juego múltiple de ausencias superpuestas, Colibrí (Colibrí) equiparación entre cuerpo y texto, es ante todo la impenetrabilidad, la negación de esa satisfacción unívoca de un deseo, de la consumación definitiva. Tanto el cuerpo como el texto se deleitan en su erotismo que elude la posesión. Colibrí es un pastiche de maquillajes y tatuajes, Colibrí es el maquillaje, el artificio que sólo delata a un cuerpo ausente, o acaso un cuerpo presente en el exceso. El texto, a su vez texto de ese exceso, es una colección de escenas unidas por una narración que se cuestiona a sí misma permanentemente, una superposición de escenarios conscientemente artificiales. Así, nos dice el narrador de Colibrí que "no hay, por supuesto, la menor puerta en el muro, ni mirilla o falla en el fresco, ni nada que nos permita pasar detrás de la representación" (25). No existe nada más allá de la representación, es siempre imposible capturar a Colibrí. Pero por otra parte, la representación existe, y con ella el placer de la postergación infinita que repite y niega su promesa. Al final de la novela, Colibrí ha ocupado el lugar de sus perseguidores, por una metamorfosis inexplicable se ha convertido en uno de ellos. Sarduy termina allí, justo donde se inicia un nuevo ciclo, en el límite donde habrá de surgir una nueva cadena de deseos. Bibliografía - Barthes, Roland. El placer del texto. Siglo Veintiuno Editores (México, 1989). - S/Z. Siglo Veintiuno Editores (México, 1980). - Derrida, Jacques. Of Grammatology. The John Hopkins University Press (Baltimore, 1976). - Sarduy, Severo. Colibrí. Editorial Argos Vergara (Barcelona, 1984). ** María Mercedes Andrade, escritora colombiana. Tiene una maestría en literatura latinoamericana de la State University de Nueva York en Stony Brook. Es candidata al doctorado en literatura comparada en la misma universidad. Ha publicado algunos cuentos en Colombia, y próximamente será publicado un ensayo suyo sobre las novelas del "Bogotazo". ricardarias@hotmail.com. === El derecho irrenunciable al ejercicio de la reflexión ================= === Manifiesto de La Victoria ============================================= === (en conmemoración del X aniversario de su Ateneo) Héctor Torres == (Nota del editor: en marzo de 2000, un grupo de artistas de la ciudad venezolana de La Victoria llevó a cabo una enérgica protesta en contra de la desatención del gobierno local. Completamente desnudos, se treparon sobre la azotea del Ateneo de La Victoria, institución que por esas fechas arribaba a sus diez años y que ha marcado pauta en el escenario de la gestión cultural de provincia en Venezuela. La protesta surtió sus efectos: hoy, los artistas de la ciudad venezolana están a un paso de conquistar importantes espacios en la dirección de la gestión cultural de la localidad. En ocasión de expresar nuestra admiración hacia tales desarmados soldados del intelecto y la mente creadora, Letralia publica el manifiesto que acompañó a la acción de calle, una verdadera pieza del género, escrita por Héctor Torres, en la que se llama a la reflexión, por igual, a artistas, dirigentes políticos y miembros de la comunidad). Desde La Victoria, escenario de importantes episodios de nuestra vida republicana, despertamos al llamado de un espíritu de hondas tradiciones humanísticas e intelectuales, avergonzados de habernos sumido, cuando más se ha requerido de ideas, en el más cómodo y vergonzoso silencio. Viene a ser el décimo aniversario de una institución que simboliza la irrupción de una generación que ensayó nuevos espacios de acción dentro de la actividad artística de la ciudad, la excusa perfecta para una conmemoración que avive esa voz crítica que el país requiere con urgencia. Las sociedades tienen definidos sus roles: el arte explora mundos posibles, los gobernantes se nutren de ellos para buscar la felicidad de sus habitantes. Pero estos últimos, ocupados en sus rebatiñas, han omitido sus funciones. Y así como hoy denunciamos el olvido de los políticos, reconocemos también nuestro estancamiento, nuestra inercia, nuestra complicidad en este lamentable estado de cosas; el sector cultura se ha visto groseramente infiltrado por esa terrible práctica de lo perecedero, de lo desechable, de la banalización de la vida y de las discusiones; hasta en las revistas de arte ya dejó de hablarse de arte: se promociona vulgar y descaradamente, en la mejor tradición politiquera, figuras de dudosa trayectoria, con frívolo afán de celebridad. Se busca, en la audiencia y en la negociación bellaca, lo que debe conseguirse en la lucha y en la transparencia. El sector-adorno está callado: no habla por temor a perder las migajas de los festines palaciegos. Es por eso que invitamos a los artistas, gerentes culturales y demás cultores, a hacer uso del sano (y ya perdido) ejercicio de la autorreflexión, a rectificar y redefinir nuestro papel para con la comunidad, a proponer caminos en este mar de oportunismos y neomesianismos en que el país está ineluctablemente viendo frustradas sus esperanzas; ese rol de ofrecerle a la comunidad el soberano privilegio de la inteligencia, de la capacidad de soñar, de la creación como honda parábola del más puro sentido de la libertad... Queremos que la sociedad entienda su historia como una reserva intacta que debe preservar, y a la cual acudir en momentos como estos, que la cultura es lo que le impide retroceder en sus alcances como civilización. Somos, por definición, un sector comprometido con el desarrollo de nuestras comunidades; somos, por definición, un sector escéptico de propuestas facilistas y banales. Por eso rechazamos cualquier adhesión partidista, rechazamos el mesianismo, el populismo, rechazamos las formas dogmáticas con que quiere reducirse la magnitud de nuestros complejos problemas. Exigimos, en cambio, que se nos escuche en nuestras peticiones, que las élites del poder abran su entendimiento a la verdadera democratización de las relaciones con la comunidad, y eso incluye la debida consulta en las decisiones que nos afectan: en las políticas que se elaboran para este sector, en la designación de las autoridades que ejecutan nuestros presupuestos, en la dignificación de las condiciones de trabajo de ese inmenso talento que debe arrastrar el estigma de ser "de cultura", como si no fuésemos parte integrante de la vida diaria. Notamos con preocupación que el desdén con que las autoridades nos miran ha logrado alcanzar al corazón de la comunidad misma, que no entiende que un pintor o un escritor es de mayor trascendencia en su vida cotidiana que un político de oficio. Hacemos uso, por tanto, de nuestros derechos irrenunciables: del derecho a disentir, a cuestionar, a refutar con propiedad y sólida argumentación, de nuestro derecho a reprochar el descarado oportunismo de una clase política, su odiosa cultura de lo inmediato, su arrogancia en el ejercicio del poder, su miopía y su incapacidad manifiesta de interpretar las necesidades reales del colectivo. Ya no hay izquierdas ni derechas, sólo palabras huecas colman la escena. Es por eso que ejerceremos nuestro derecho a ofrecer propuestas a una comunidad cada vez más carente de ideales, de esperanzas, de mundos posibles. Porque en estos momentos en que se agudizan los conflictos que arrastramos a lo largo de nuestra historia contemporánea, debemos ofrecernos el tiempo de repensar la sociedad que queremos tener. No se solucionan las cosas sólo desde el confort del voto. Debemos tener la sensatez de acallar la gritería que domina el escenario, de cortar con la noción que se impuso de que el alarido y la prostitución de los valores es más útil que la razón; porque las verdaderas transformaciones del hombre vienen del espíritu. Y ese espíritu se forja con la silenciosa constructora de la cultura de los pueblos, que es su educación. No podemos entonces acostumbrarnos a lo mediocre, a la desesperanza de esa triste herencia que nos ha hecho sentir eternos ciudadanos de tercera. Debemos entender que es este y no otro el tiempo de los verdaderos cambios, que no hay nada que esperar, que no hay transformación que no parta de las más íntimas convicciones. Responderemos a la indiferencia y la arbitrariedad gubernamental despertando de la pasividad, irrumpiendo desde nuestro largo sueño, cohesionando al sector para que piense en la comunidad, no para que la divierta. Invitamos, entonces, a las comunidades artísticas del país a levantar su voz para demostrar que, además de llenar planillas para suplicar subsidios, tenemos cosas que decir. Porque no debemos sucumbir ante el poder del desencanto, pero tampoco debemos caer en la trampa de la delirante euforia de la falsa "belleza" que maquilla miserias, sino llorar la sincera belleza de la miseria, ayudar a esa belleza triste que quiere convertirse en belleza luminosa. Venezuela está en una importante transición de su convulsionada vida social. Vivimos tiempos de cambios, pero de cambios reales; tiempos donde el último reducto de lo humano, el último refugio del hombre, cuando definitivamente se asquee de la rapiña, del rapto y del crimen, de la vocinglería chabacana, de la vulgaridad imperante que se manifiesta desfachatada en todos los órdenes de la vida diaria, será ese universo que bulle en las letras, en las tablas, en los colores y las formas que prefiguran el paraíso perdido al que -siquiera en la dimensión de lo posible- aún podemos aspirar. Porque el hombre, ese hombre que es a una vez cordero y lobo de sí mismo, aún puede aspirar a ejercer su verdadera condición de hombre. Artistas de Venezuela, comencemos la jornada. ** Héctor Torres, narrador y compositor venezolano residente en La Victoria. Ha publicado los libros de cuentos Trazos de asombro y olvido (Fondo Editorial Senderos Literarios, La Victoria, 1996) y Episodios suprimidos del manuscrito G (Ediciones Baile del Sol, Tenerife, 1999), y aparece en la antología Narrativa aragüeña en Tierra de Letras (Senderos Literarios, 1997). Ganador, en 1998, del primer premio en los concursos Semana de la Juventud y Poeta Pedro Buznego. Ha dictado talleres literarios para Senderos Literarios y la Alcaldía de La Victoria. Actualmente es coordinador de la Fundación Laberinto de Letras y dirige los sitios El Laberinto de Letras (http://www.el-cid.org.ve/letras) y Nueva Ficción Breve Venezolana (http://www.letralia.com/ficcionbreve). hectorres@mypad.com. === Letras de la Tierra de Letras ========================================= *** "Los silencios de Leo", Santiago Parres *** "Govinda", Lourdes Rensoli Laliga *** "El escapista", Carlos Oriel Wynter Melo *** Poemas de Agustín Labrada *** "Fortuna", Alberto Chimal *** Tres relatos de Clara de la Fuente *** "Cacofonía", Andrés Villaseca *** Dos relatos de Hilario Feria *** "Árbol del olvido", Jorgelina Guglietti *** "Sin titular (por cábala nomás)", Matías Gastaldi *** Cuentos de Marta Catalán *** Poemas de Armando Limón *** Dos cuentos de Amílcar Adolfo Mendoza Luna === Los silencios de Leo Santiago Parres ============================= Todos creían saber cómo era Leo. Bastaba resumirles en una frase su actitud para que asintieran, como versados en esos entresijos del pensamiento o solidarios con un ser inferior. Imagino que mi rostro no podía disimular el desagrado por dar explicaciones, y solía dar por zanjado el tema con una sucinta explicación acerca de la conducta de Leonardo. Ni siquiera yo podía saber qué se cocía en su cabeza. Ni Maite, pobre, que a veces tomaba su mano sin saber si aceptaría su caricia o iría a guarecerse a cualquier rincón. Ni nuestros padres, que simulaban ante los extraños tener ese conocimiento de Leo que nos estaba vetado; creo que todos en casa interpretábamos el mismo papel. A los psicólogos les gustaba universalizar acerca de lo leído en los libros. Nos daban ánimos y aseguraban que Leo también necesitaba amor, una familia; sobre todo, comprensión. Entonces me tentaba la idea de invitarlos a pasar una semana con él, a preguntarse por qué en ocasiones nos miraba fijamente y otras nos evitaba sin más. Sólo pretendía que vieran lo que significa la convivencia con un ser que no necesita de la comunicación. Ya resultó extraño siendo un bebé, pero el deseo de conocer su comportamiento se tornó acuciante cuando empezó a andar, cuando podía esquivar las caricias y por ello provocar los enfados más absurdos. Al crecer se evidenció la monotonía de sus hábitos. No tardamos en saber que sería difícil escuchar alguna palabra de su boca, cuando no imposible, aun siendo sus cuerdas vocales perfectamente válidas. Siendo ya adolescente, Leo salió una tarde conmigo. Aunque sería más correcto decir que salió detrás de mí. Caminó a mi lado, y por un momento ideé dirigirme a un lugar distinto del previsto; a un centro comercial, a un cine, a cualquier sitio en el que no tuviera que dar siquiera breves explicaciones. Pero supuse que Leonardo sabía que estaba citado, porque con él sólo cabían especulaciones. Al llegar a la terraza lo presenté, y todos le dirigieron un saludo. Quién más, quién menos, todos sabían algo acerca de mi hermano, y no les molestó que no contestara ni con un leve gesto. Le tendí una silla, porque probablemente se habría quedado observándonos desde lo alto. Se sentó, yo lo hice a su lado, y todos procuraron conversar con normalidad. Pedí un refresco para él, y cuando nos sirvieron se lo puse en la mano procurando no llamar la atención. Para mi sorpresa se lo bebió tranquilamente; o tal vez nerviosamente, quién podía saberlo. Tan pronto miraba al que hablaba como se perdía a lo lejos, abismado en alguna persona o algún coche que circulara por la calle, o bien observando la mesa y los objetos que en ella iban cambiando de posición. Le interesaba de un modo especial el mechero, cada vez que se encendía un pitillo, y creo que Marcelo se abstuvo de fumar por evitar ser estudiado. Mis amigos se comportaron y nadie intentó hacerle hablar; ni siquiera Carmen, que siempre creía tener soluciones para todo y algo interesante que decir. Me despedí antes de lo acostumbrado y nadie hizo preguntas. Incluso la despedida pareció normal. Lo cierto es que tenía una curiosidad tan grande como lo había sido mi desazón porque alguno se incomodara. No fue vana mi sospecha; Leo se introdujo de inmediato en la habitación. Al rato busqué la hoja en que suponía habría escrito. En ella figuraban seis números: 2.739, 812, 1.566, 308, 2.141 y 1.253. A mí me correspondía el último. Carmen había pronunciado 2.739 palabras; Joaquín, 812; el siguiente número era el total de palabras articuladas por Roberto; el 308 correspondía a Marcelo, que siempre intervenía lo justo cuando había chicas; el penúltimo número era el de Pilar. Como siempre, había empezado por su izquierda, y él no contaba o se apuntaba un cero que no hacía falta transcribir. Hizo lo mismo que acostumbraba cuando en casa teníamos visita, cuando había muchos interlocutores, e ignoro qué criterio seguía cuando, en ocasiones como cumpleaños u otras celebraciones, era frecuente que la gente se dispersara por las habitaciones. Tal vez ahí interrumpía el recuento y lo retomaba cuando podía. Cómo saberlo, quién podría contar continuamente las palabras que varias personas pronuncian, y al tiempo permanecer atento a la conversación. Con frecuencia observaba como un atalayero. Nadie sabía con certeza cómo aprendió a contar. Hicimos muchas conjeturas, pero, puesto que nadie le enseñó directamente, pensamos que había memorizado los símbolos numéricos mirando las páginas de algún libro o revista, o que los había aprendido con una rapidez de la que sólo él era capaz en algún programa infantil de televisión. A veces lo dejábamos solo en casa, porque pese a su peculiaridad, nunca había intentado una locura. A Leo había que dejarle espacio; que anduviera de un lado para otro sin tregua, como buscando algo, o bien que se arrinconara durante horas, emitiendo algún sonido monocorde o agazapado con la mirada fija en el suelo. Los expertos (y desde entonces no puedo evitar sonreír cuando oigo esta palabra) no lograron más emoción que nosotros; es decir, nada. Recurrieron a todo tipo de artimañas y juegos estúpidos hasta darse cuenta de lo que nosotros supimos siempre. Pero había que agarrarse a algo y lo siguieron intentando. A veces he creído que Leo se reía de todos nosotros, de todos ellos, de nuestra posición desventajosa. Cuando mi madre se veía cerca de la depresión (emoción frecuente en ella), se sentaba al piano, el único lujo de que disponíamos por tradición y herencia, un piano vertical que a diario mantenía lustroso. Empezaba con notas tristes, y, complacida de su propio talento, iba sacando partituras más alegres, composiciones más complicadas. Maite y yo intentamos aprender, pero vernos tan distantes de su habilidad nos desanimaba, aunque fuéramos capaces de tocar un par de alegres canciones que no exigían ningún virtuosismo. La veíamos hacer, y también Leo, cuando le venía bien. Tanto nosotros como sus amistades la alentábamos para que se dedicara a ello más en serio, y siempre aducía que no daba la talla o que tenía ocupaciones más importantes o perentorias. Maite y yo tuvimos que hacernos cargo del negocio familiar al morir nuestra madre. Había querido resistirme al dictado de mi intuición, pero todo apuntaba a que mamá sería incapaz de soportar la pérdida de nuestro padre, que vivió tres meses más de lo pronosticado por los doctores. Así quiso ella marchar tras el que había sido su único soporte. Sabíamos muy poco de aquella papelería de luces tristes. Habíamos intentado convencer a mis padres para que realizaran una pequeña reforma. Pensábamos que no haría falta una excesiva inversión para darle un poco de color, algo de vida a aquella tienda vieja y gris. Quizás por su apariencia casi luctuosa, y por tener la competencia a pocos metros, nunca estuvo muy concurrida, pese a estar ubicada cerca de un colegio. Estudiamos cuentas y papeles, alimentamos jaquecas a las que se sumaba la preocupación por Leo, quien, como era predecible, no manifestó ningún sentimiento por la pérdida. Descubrimos de qué modo milagroso había sobrevivido el negocio. Lo ganado con las ventas, casi exclusivamente de material escolar, se había utilizado para mantenernos y financiar nuestra educación. Habíamos acudido a colegios caros donde ni siquiera habíamos puesto el empeño por agradecerlo. Darnos cuenta de lo que habían padecido en silencio nos dolió todavía más. Supimos por qué no teníamos una tienda luminosa ni un coche grande ni un vídeo, por lo que en alguna ocasión habíamos protestado, ya que todos nuestros compañeros tenían. Empero, tuvimos regalos cada Navidad y cumpleaños; también Leo, aun cuando lo más probable era que no se enterase de lo que era suyo y lo que no. Escarbamos en los papeles que nuestros padres tenían bajo llave: facturas de psicólogos que no habían obtenido el menor logro, recibos que nunca habíamos visto de nuestros colegios, cartas de proveedores instándoles a la premura en los pagos... Maite lloró al comprobar que no teníamos una salida definida. Deudas, nuestras carreras inacabadas, un hermano del que ocuparse, una papelería que apenas se sostenía. Empezamos a formular amargas predicciones, y tuve que aguantar las lágrimas con cierto esfuerzo, abrazado a ella. Nos giramos al presentir que Leonardo nos miraba desde el umbral. Pero era como si nos mirase un perro o hubiera algún objeto más en la habitación; incapaz de hacer un gesto dirigido a alguien, de llorar o sonreír, de enarcar las cejas, de suspirar. Hacía mucho tiempo que mi hermana no me abrazaba; años, unos cuantos años. Permanecimos así unos momentos, ella sollozando y yo sin encontrar palabras de consuelo, ambos preguntándonos a qué nos podríamos aferrar. Cuando salimos de la habitación Leo estaba de pie, junto al piano, pasando un paño por las teclas, suavemente, como lo hacía mamá, sin emitir más sonido que el leve roce con las teclas. Al vernos aparecer se sentó frente a él e hizo sonar unas notas. Conocíamos aquella cadencia: eran las mismas notas con que mamá empezaba a calentar los dedos. Impávidos, estuvimos observando, no sé cuántos minutos. Al cabo, los dedos de nuestro hermano se paseaban velozmente por las teclas blancas y negras, por todas las octavas, haciendo sonar las complejas composiciones que nos gustaba escuchar. Sobre el piano no había partitura alguna, y ninguna nota rompió la unidad de la música magnífica. Al terminar, se fue hasta un rincón y quedó con la vista fija en el suelo. Marzo-abril de 1998 ** Santiago Parres, escritor español (1968). Ha ganado cuatro concursos y ha quedado finalista en otros tres entre 1998 y 1999. yparres@teleline.es. === Govinda Lourdes Rensoli Laliga =================================== I Languidece Radhika. Caídos sus adornos, sus ojos se marchitan sin vislumbrar el rostro del amado que danza en la floresta. Los recuerdos de su historia de amor sólo provocan el insomnio más largo. Krishna, a lo lejos, lleva en su semblante los rayos de la luna, que ilumina, aun en la soledad y el abandono, las mejillas de Radha. II -Mi amiga más querida, ya no existen ni fuerza ni alegría. Él se burla de mí. Nada le importa que he dejado mi casa, mis parientes, olvidado mi honor, al escuchar un día el mágico sonido de su flauta. Soy una hoja de hierba entre sus manos, soy el agua que baña sus miembros adorables, soy el loto que brota de su frente, ¿qué harías por mí, pastora, compañera, para que regresara? III -Señor Krishna, me postro ante tu eterna majestad, ante el sol de los tres mundos, dígnate oírme, dios de nueve máscaras, Radhika se consume, su mirada no brilla, su rostro palidece. Inspira compasión a quien consigue traspasar su puerta cerrada a todas horas, porque el mundo se resume en tu nombre donde la oscuridad cae vencida. Devuélvele la luz con tu presencia mientras no sea demasiado tarde. IV -Radhika, la de senos que se rozan, la de amplias caderas como bimbas, la que lleva en sus labios el sabor del amrita y en la piel el del soma, mírame aquí, a tus plantas, bríndame el néctar que en tu boca nace. Mi amor es infinito, con mil rostros, puede multiplicarse sin dejar de ser uno. Vivo dentro de ti, surgí a tu sombra y moriré contigo. No existiría yo sin ti, perfecta figura de la maya, juntos hemos pasado siete veces por el reino del cambio antes de reencontrarnos en el bosque donde me diste toda tu hermosura en forma corporal. Yo soy la clave de misterios y enigmas, y tu nombre es uno de mis pasos. -¿Por qué has dado tu amor, Señor del loto, a las demás pastoras? ¿quizás me has despreciado para llevarme al reino de la muerte donde Kala confunde pensamientos y gestos? No tengo más aliento que tu música, más alegría que el giro de tu danza. Sin duda alguna falta terrible he cometido en vidas anteriores que ahora pago sufriendo al verte entre los brazos de las gopis burlándote de mí. V -Radhika, mi elegida entre las bellas, tus ojos no me engañan, la dulce languidez que te recorre es mi propio reflejo, mi apariencia mortal está contigo como siempre lo ha estado mi ser último. Abandónate a mí. ¿A qué le temes, si juntos perpetuamos la creación y damos a cada criatura su energía y su tiempo? -Haz de mí lo que quieras, tú, bienaventurado, divinidad eterna resumida en la sílaba Om. Mi pecho es el cristal que multiplica la luz que de ti emana como yo misma soy una palabra de tus sagrados sutras. Los trinos del kokila, los elefantes ebrios por el mada acompañan la fiesta de Ananga, las abejas fecundan los azokas. Todo revive, el mundo se renueva por el fulgor de Hari, confundido con el cuerpo de Radha. (Del poemario inédito Libro de los ritos, 1994). ** Lourdes Rensoli Laliga, escritora cubana (La Habana, 1952). Estudió filosofía hispánica y se especializó en literatura medieval española y en historia de la filosofía. Fue profesora de esta última materia en la Universidad de La Habana y profesora invitada en la Universidad de Leipzig y en la Gottfried Wilhelm Leibniz Gesellschaft de Hannover. Ganó 2 veces el Premio Nacional de la Crítica Literaria en Cuba con trabajos sobre la relación entre filosofía y poesía en Goethe y en José Lezama Lima. Ha publicado los poemarios Calenda del mes frío, Júpiter ante el pararrayos y la antología Con pétalos de rosa en mi garganta, numerosos libros sobre filosofía moderna y antologías de historia de la filosofía, así como artículos en libros colectivos y en revistas de España, Cuba, Colombia, México, Alemania y la URSS. palou@netrox.net. === El escapista Carlos Oriel Wynter Melo ============================ (Nota del editor: En 1999 la Universidad Tecnológica de Panamá publicó, en su Colección Libros Marginales, el libro de cuentos El escapista, de Wynter Melo, un pequeño compendio de 32 páginas a través de las cuales pueden leerse cuatro relatos cuyos personajes bordean los límites del tedio. El libro, del que publicamos el cuento principal, había obtenido en 1998 el Premio Nacional de Cuento José María Sánchez, convocado por la mencionada casa de estudios). Conocí a Vitorio Casagrande en una cantina. Sí, bebiéndose litros y litros de alcohol. Aunque rodeado de mujeres, se veía harto. Abordaba una, conversaban y, después de mirarla y remirarla, después de no encontrar algo buscado con insistencia, la despedía. Regresaba a las botellas. Si volvía a armarse de ganas, tomaba a una mujer diferente y repetía el procedimiento. Nada. Luego me aseguraría su esperanza de ser sorprendido. La sorpresa era muy importante para él; como en aquella cantina, la perseguía en cada cosa. Al final de la noche, se fue renqueando; para mí sólo era un borracho más. No supe de su fama hasta que asistí a su espectáculo. Fue una presentación sublime. Vitorio ataviado de negro, se metía en una caja del mismo tono. Silencio y todo el asunto, sólo la figura de su asistente, vestida de hada madrina, mantenía el lugar vivo. Luego quitar la caja negra descubriendo una caja negra de menor tamaño, quitar la nueva caja y que pasara lo mismo, y de nuevo, como en las muñequitas rusas donde una esconde siempre otra, hasta que se llegó a una cajetilla como para cerillos. Y ¿dónde estaba Vitorio si antes de que lo guardaran se revisó el suelo y se mostró el interior de la caja? El público soltó un ¡aaahh! de admiración. El hada madrina mantenía la caja de cerillos a la vista de todos. La lanzó al suelo. Surgió una llamarada como con chispas y humo. Vitorio apareció, vestido de blanco y con una sonrisa vacía. Es decir, yo sentí su sonrisa vacía, como la noche de las botellas y las mujeres, tan de hastío. En ese tiempo yo tenía un hambre de revelación metafísica, que a todo le ponía significado. Percibí el acto de Vitorio como un viaje. Los misterios, como las cajas de la presentación, son negros. El detalle laberíntico, tipo muñequita rusa, me pareció simbólico. Tanto me agradaron esas imágenes que decidí meterme a su camerino y conocerlo, decirle que yo compartía su visión y que agradecía su forma hermosa de comunicarla. Me deslicé entre la gente, como yendo a los baños, crucé un pasillo y llegué a la puerta. Me miraban las letras doradas: "Vitorio Casagrande. Escapista". Al principio me decepcionó: yo hablaba mientras él fingía bostezos y se limaba las uñas. Le parecí un frívolo buscador de autógrafos. Le dije que su acto era impresionante. Y me dijo que no si lo había visto la semana pasada. Le dije que el show era trascendente y contestó: "Comercio, hijo, comercio, cuando se repite para que la gente se lo aprenda el asunto es comercio". Pero me prestó atención cuando le hablé de lo alegórico. "...Usted viste de negro al principio, con las tinieblas de la ignorancia, se lanza a un dédalo de misterios, el mundo tal vez, su búsqueda llega a la ansiada profundidad, que resulta ser la nadidad, entonces lo toca la gracia, la que usted de manera concordante representó con un hada madrina, y con ella, por medio de ella, ocurre la iluminación: reaparece pero vestido de luz, de blanco, de sabiduría". Durante mi explicación se había recostado en el asiento. Me miraba desde ahí con una ligera sonrisa. Exclamó: "Tenemos un filósofo entre nosotros, ¡aleluya!, invitémosle un trago". Nos fuimos a un prostíbulo cualquiera. Nos sentamos en la barra y despues de pedir dos whiskys, me soltó más o menos estas cosas: "¿Así que te gustó mi acto?", asentí con la cabeza, "pero si te he dicho que es comercio: ya no hay sorpresa y la gente perezosa, la que quiere las vainas masticadas, lo compra. Por supuesto, no me refiero a ti, filósofo: tú le diste un giro que te asombró. ¿Cómo era lo que me decías del negro y los misterios y el hada madrina..? Si es verdad que no era la idea del acto decirte todo eso, también lo es que a veces se meten ese tipo de cosas, deseos, fantasmas, como duendes. Yo había soñado con un hada madrina que, no me lo vas a creer, me tocaba con su varita mágica y me llevaba a lugares increíbles. Después de eso, preparé mi acto y salió lo que tú interpretaste. Y me ha pasado varias veces, tantas que he perdido la cuenta. Trato de cambiar el acto lo más pronto posible y de que tenga algo de mí, íntimo. Me entristece el tedio, ver a la gente pasmada con lo mismo. ¿Me creerías que prefiero cuando no entienden, cuando se quedan, como con algunos actos nuevos, tan desconcertados que el agrado no les llega hasta después? Es que eso es vivir, eso es vida. Yo tengo que arrancársela a los callejones, al fondo de un vaso, a las putas, y se la sirvo a mi público en bandeja de plata, en la comodidad de sus asientos, espantando el fastidio: ¡qué más quieren! ¡Hay tanto tedio en la calle, hombre, tanto tedio..!". Mientras él pedía otra bebida, un vodka ("ya me cansó el whisky de mierda este"), yo le hablo de las metáforas: cosas que representan otras cosas. "Encuentras diferentes significados a la vida por medio de las metáforas. ¿Sabes lo que significa eso, hombre? No más tedio; vi-da-nue-va-ca-da-ma-ña-na". Él niega con la cabeza, con energía: "Yo he probado todas las metáforas. Yo soy un "metaforeador". Y te voy a decir algo, son finitas, tarde o temprano te encuentras con el tedio, el todo poderoso tedio, la-vi-da-li-mi-ta-da". Y eso discutimos el resto de la noche, en un bar, en un restaurante, finalmente en la acera. Nos fuimos a dormir. Algunos días después volví a colarme en su camerino. Se alegró mucho de verme: "¡Filósofo!", gritó, "siéntate, hombre, siéntate. Tienes que salvarme: dime algo nuevo, interpreta mis presentaciones. Ahora sí estoy aburrido, aburrido en serio. ¿Crees que en Europa o en Oceanía o en Australia haya sorpresas para mí? Si te has dado cuenta, no se me ha ocurrido ningún espectáculo: sigo con lo de la caja negra, la cajita negra y el hada madrina. y ¿sabes qué es lo más doloroso?, que a la gente le gusta cada vez más. Algunos son los mismos, cada noche. ¿Puedes concebir semejante estupidez? Ya saben lo que viene: cuando entro en la caja, acompañan el redoble del tambor; cuando el hada lanza la cajetilla, ya tienen los ojos cubiertos. ¡Hazme el favor, filósofo..! Pero, ¿sabes dónde empieza el problema? En mí. El problema medular, filósofo, es que yo estoy vacío, no encuentro inspiración en la calle ni en las putas, nada me llena. Esto es grave, filósofo, muy grave...". -Cálmate, hombre -le digo-. Esto no es más que una crisis y la crisis es la antesala del cambio. Se quedó viéndome. Apareció su ligera sonrisa. -Me gusta eso, filósofo, me gusta. Fíjate que tiene mucho que ver con algo que me ha pasado: sigo soñando con el hada madrina. Sí, cada noche aparece y me toca con su varita mágica, me transforma. Yo tengo muchas ganas de que sea más que un sueño, de que una mañana mientras me afeito o tomo el desayuno, aparezca el hada, pero de carne y hueso, con poderes reales, y me lleve lejos de este eterno hastío. ¿Qué interpretación le das a mi sueño, filósofo? ¿Qué metáfora le encuentras? Se me ocurrieron varios significados al estilo de Jung. Pero él sólo se alegraba con uno: un cambio en su vida estaba a punto de ocurrir. Dwé de ver a Casagrande durante varios meses. Noté que me evitaba y supuse que me había sumado a la rutina que desecha. Me molestó y hasta me dolió: me había encariñado con el hombre y creí que él se había encariñado conmigo. Dejé de buscarlo pero lo que sí me digné hacer, fue verlo de lejos. Por un tiempo siguió como siempre: en todo tipo de cantinas y alternando con cualquier persona; persiguiendo la borrachera y a las prostitutas más raras. Durante el trabajo, variaba lo más posible sus presentaciones. Después fue otro. Se le veía poco pero con una sonrisa enorme, andaba desaliñado y distraído. Estaba yo en algún bar cuando escuché su voz: -¡Filósofo, qué gusto me da verte! ¿Sabes que te he estado buscando? Lo miré con indiferencia. -Vamos, hombre, no me mires así. Entre tú y yo no caben esas miradas: nosotros entendemos. ¿Te acuerdas de las metáforas? ¡Cómo no las vas a recordar! Pues ellas son las únicas que caben ahora. Esos ojos que chispean son para los que ignoran. Le dije que estaba bien, que yo entendía y que soltara lo que tenía que decir. Se acercó para adoptar tono de confidencia. Me susurró algo. Desconcertado, pregunté: "¿Que vas a hacer qué?". Y me soltó el más increíble plan que he escuchado en mi vida. Me dije, pero no le dije, que estaba loco: que había llegado a su delirium tremens (ya era tiempo con lo que tomaba). Le dejé seguir por un rato y lo abandoné a la siguiente copa. Dejamos de vernos nuevamente. Una vez que estuve a punto de entrar en su camerino, lo escuché mandando a todo y a todos a la mierda. La asistente temblaba en la entrada. El administrador del teatro trataba de calmarlo, pero con cuidado, porque de vez en vez volaban botellas de vodka, de whisky, de ginebra. Yo retrocedí, convencido de lo inoportuno de la visita. Un tiempo después, aparecieron carteles anunciando el último acto de Vitorio. El escapista tenía pensado retirarse de la vida pública por razones desconocidas. También se decía que el acto sería único en la historia de la magia. La curiosidad se extendió como pólvora. No me asombró la noticia. Hasta me produjo alivio. Vitorio cargaba una frustración del tamaño del mundo y no podía seguir así. Era mejor que descansara. El pobre quería cambiar su acto y nada le venía a la cabeza; daba su mano derecha por irse a otro lugar, ver nuevas cosas, y se revolcaba en los mismos sitios, como queriendo sacarles nuevos rostros a fuerza de recorrerlos. Si no fuera por sus sueños, si no fuera por esa locura inminente que le daba luz, quién sabe qué sería de él. Llegó el día de la presentación. Aseguré mi lugar en primera fila. Salieron él y su ayudante. Saludaron entre aplausos. Vitorio vestía un frac blanco y lo iluminaba una sonrisa de oreja a oreja. Me guiñó el ojo. Yo estaba tan impresionado con el ambiente que sonreí con todas mis ganas. Lo primero que hicieron fue descubrir la caja, ahora elegantemente pintada y con una serie de dibujos escarchados, un unicornio, me pareció ver algunos ángeles. Luego, después de que Vitorio efectuó pases que parecieron rezos, su ayudante lo encadenó: tres cadenas, cuatro candados. Él ponía tal cara de aflicción, que parecía estar representando algo, comunicando al público algún tipo de sufrimiento. Vitorio se metió en la caja. La ayudante quedó sola. Música de fondo y descubrir cajas más pequeñas, con rítmicos y estudiados movimientos. Cada caja destapada tenía unicornios pintados. En la última caja, mientras redoblaban los tambores, se encontró un pequeño avión de papel, de papel dorado. El pequeño avión se perdía entre los dedos del hada madrina. Lo lanzó. Todos miramos con ojos de sorpresa cómo la nave, aun con zigzagueante vuelo, se elevaba a las alturas del teatro y se perdía en lo oscuro de la marquesina. La gente aplaudió, aplaudieron mucho. Luego esperar la reaparición. ¿Y Vitorio? ¿Dónde está Vitorio? Pero hombre, ¿cuándo va a aparecer el escapista? Hasta la ayudante estaba desconcertada. Vitorio no apareció. Ay Vitorio, ¿qué es eso de escaparse para siempre? Como debes suponer todavía algunos no cierran la boca, esperan pacientes en sus butacas que alguien vaya a explicarles; esos perezosos que lo quieren todo masticado. ¿Cómo iba tu plan? ¿Eso de soñar pero no dormir? ¿Eso de traerte al hada, a la verdadera, a esa que le pedirías Oceanía, Europa y Australia? ¿Cómo iba? La verdad es que sigo sin creerlo del todo, pero como la gota de agua horada la roca, no lo descarto. Espero, sin mucha ilusión, una postal de París, Roma o Sydney. ¿Un avioncito de papel? ¡Qué metáfora, hombre, hermosa metáfora! ** Carlos Oriel Wynter Melo, escritor panameño nacido en Ciudad de Panamá (1971). Ingeniero industrial egresado del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (México), es profesor de la Universidad Interamericana (Panamá) y labora en el Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá. Ha participado en talleres literarios en Guadalajara y Panamá. Antologado en Hasta el sol de mañana (Fundación Cultural Signos, Panamá, 1998), de Enrique Jaramillo levi, también ha publicado cuentos en la revista Maga (Panamá), en el periódico El Occidental y en la revista Trashumancia (Guadalajara). En 1998 su libro El escapista ganó el Premio Nacional de Cuento José María Sánchez, auspiciado por la UTP. cwynter@usa.net. === Poemas Agustín Labrada =========================================== *** Inventarme en el vacío En la balanza, otros ojos definirán mi luz y mi tiniebla. Mi propia nobleza fue la espada enemiga y navegué muy solo, sin poder elegir el arpa o el Infierno. Qué denso es el camino de dos caras. Si mentí, fue para inventarme en el vacío. Si viajé sin llegar a la muerte, fue para mí un misterio. Vengo desde un pozo adivinando el mundo entre la incertidumbre, mientras un viejo siglo cruza ante ese juez más sabio que es el tiempo. *** El rastro de los ángeles ¿Quién tiene el as de oro?, ¿quién la ruta precisa donde darán las buenas noches sin que la barra el humo? Todo fluye hacia un fin y crea la nueva ausencia. No podemos asir nuestra fortuna, traducir santo y seña en múltiples reinados si hasta vencer nos deja un gesto ocre. ¿Adónde voy tras el rastro de los ángeles? ¿De qué vale fundar una cabaña, una familia y una oración que pronto olvidaremos? Ahí se asienta la fe como arca de polen, sucesión de escenas insondables, rescatadas un día por el vino. Entonces la libertad se vuelve barco, una extraña ciudad con otra llave, Odiseo hacia una mujer de niebla. Entonces la libertad es un jardín para romper su grito contra el muro. *** Nunca contemples tan triste la barranca, confundirías sus afiladas rocas con ávidas mujeres. *** Larga es la senda y pocos los minutos para extasiarse apenas con el cisne que derrumba el ocaso. *** Nada heredé más que un poco de niebla y el rojo deseo de subir tras el himno a las eternidades. *** Réquiem por Rubén Darío De los montes del cielo bajan las golondrinas hasta el valle sonoro de tu azul Nicaragua, donde los cisnes lloran un sendero de agua y los ángeles tienden sus músicas divinas. El sombrero de rosas bajo el viejo laurel enciende mil estrellas y un perfume fragante, que tejieron tu vida, la vida de un errante, sostenida en tu tumba como cáliz de miel. Tú le legaste al viento y al mar toda la gloria, los cantos más sagrados, las sagradas historias, que evocaban tu idioma, tu brillante verdad. Que cimbren en la tarde celeste los violines, el fulgor de vitrales, los dorados jardines, y no te vayas solo con tanta soledad. ** Agustín Labrada, escritor cubano nacido en Holguín (1964). Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, autor de los poemarios La soledad se hizo relámpago (1987) y Viajero del asombro (1991), así como de la antología de poesía amorosa cubana Jugando a juegos prohibidos (1992) y el libro de periodismo cultural Palabra de la frontera (1995). Se desempeña como periodista en el diario mexicano ¡Por Esto! de Quintana Roo. asere28@prodigy.net.mx. === Fortuna Alberto Chimal =========================================== Sucedió cuando Negora, el gran mago, era todavía muy joven, aunque ya poderoso. Vivía en Lalepse, en el sur, y todos lo respetaban, porque sabían de sus facultades y porque no era difícil, para nadie, advertir que lo esperaba un alto destino. Ahora bien, un día llegó a la casa del mago un muchacho, que le dijo: -Tú, que sin duda serás ilustre como pocos, tú tienes el poder de saber lo que vendrá. Dime qué me espera, qué será de mí, porque mañana dejo Lalepse y me voy a buscar fortuna por el mundo. Primero, el mago se negó: -Si sales a buscarla -dijo-, de seguro la encontrarás. Pero el muchacho insistió: le habló a Negora de la incertidumbre en la que vive la gente del mundo; de las causas y efectos que nos abruman a casi todos; del azar que condena, eventualmente, hasta al más dichoso. Él era pobre, le dijo, y no tenía otra fuerza que la de sus manos y su entendimiento. De él nada podía decirse con seguridad. Deseaba mucho, deseaba riquezas, deferencias, potestades, amor, pero no sabía si las tendría. Tal vez no. ¿Era injusto que lo supiera de una vez? ¿Era injusto que ya, antes de sufrir acaso grandes dolores, supiera si sus afanes serían recompensados? Tanto dijo, y con tal sinceridad, que Negora se conmovió, y se vio reflejado en el muchacho, y así llegó a pensar en sí mismo: en qué hubiera sido de su vida sin el Poder, sin las facultades que tenía desde su nacimiento. Descubrió que, tal vez, también hubiera querido saber. Tal vez también hubiera hecho esa pregunta, a algún mago, si se hubiera visto forzado a enfrentar la vida como todos los hombres. Y así, a pesar de que nunca había intentado la invocación del futuro, y a pesar de que todos sus maestros le habían aconsejado no intentarla, Negora aceptó. Y pronunció un conjuro. Y extendió las manos, y ante ellas, en el aire, apareció una ventana: una lámina de cristal purísimo, brillante, tras de la cual no estaba la casa del mago, sus muebles modestos, sus libros, sino otra cosa: una visión. -Acércate -dijo Negora. El muchacho se acercó. Y retrocedió, lleno de espanto, al ver que maldeciría al mago, y lo odiaría, y le desearía el mal hasta con su último aliento. Y que en verdad no le faltaba mucho, porque al anochecer, en una esquina, lo iban a matar. Sí. Sería un ladrón, que le hundiría un puñal en el pecho, y se lo hundiría otra vez, y no haría caso de sus dolores ni de su muerte, y al final no hallaría en sus ropas dinero ni cosa alguna de valor. Y también maldeciría. Luego, el cuerpo sería arrojado a una fosa común. Luego, sería devorado por gusanos, por perros sin dueño... Ninguno habló por un momento. Después, el muchacho, que ya sentía el odio previsto, que no deseaba sino jamás haber sabido del mago Negora, jamás haberle pedido nada, jamás haberse sometido al horror de saber su futuro, le dijo, para no desperdiciar el tiempo que le quedaba: -Maldito seas. Y Negora, que también había visto todo, comprendió lo que tenía que hacer. Y sin hablar, sin hacer un gesto, sólo con el pensamiento y la voluntad, hizo desaparecer la ventana mágica y puso en el muchacho un hechizo: una invocación de olvido. Después de un momento, lo oyó decir: -Tú, que sin duda serás ilustre como pocos, tú tienes el poder de saber lo que vendrá. Y luego se negó, con todas sus fuerzas, a aceptar lo que el muchacho le pedía. No hizo caso de sus palabras persuasivas, de sus razonamientos ni, más tarde, de su ira, que fue grande y amarga. Al cabo, el muchacho dijo: -Maldito seas, mago, porque eres un desalmado, y ya olvidaste los días en los que fuiste como los otros hombres -y, sin más, se marchó. Negora no lo detuvo. Pasó el resto de la tarde, y en verdad la noche entera, sentado ante un grueso libro de hechicería, tan concentrado como le era posible en la lectura. ** Alberto Chimal, narrador mexicano nacido en Toluca (1970). Ha publicado, entre otros, los libros de cuentos Vecinos de la Tierra (1996), El rey bajo el árbol florido (1997, premio nacional de cuento Nezahualcóyotl) y Gente del mundo (1998), que fue considerado por la crìtica mexicana uno de los 20 mejores libros de narrativa publicados en su año. Además ha publicado teatro: la obra para niños El secreto de Gorco (1997), ganadora del premio de dramaturgia para niños de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil y representada en varias ciudades del país, y el libro de piezas cortas Canovacci (1998). Su cuento Se ha perdido una niña obtuvo el Premio Nacional de Cuento Benemérito de América. Su trabajo ha aparecido antologado en las colecciones Cuentistas de tierra adentro III (Lazlo Moussong, 1997), Apocalipsis (Agustín Cadena, 1998) y Bestiario contemporáneo (Juan Manuel Gómez, 1999). albertochimal@yahoo.com. === Tres relatos Clara de la Fuente ================================== *** Dvorak Maldito pasaje, no me quiere salir y el examen es dentro de una semana. En qué estaría pensando Dvorak cuando compuso estas terceras endemoniadamente difíciles, aunque hay que reconocer que también son endemoniadamente hermosas, dramáticas. Todo para complicarnos la vida a los cellistas, para hacernos pasar horas de horas encerrados en una sala dale que dale repitiendo. Tengo el cuello tenso de tanto repetir, por qué será que se me juntan todos los problemas en el cuello, como si unas manos silenciosas me fueran haciendo marañas de nudos. Relájate, suéltate, deja descansar tu cuerpo sobre el cello, me ha venido repitiendo Sigfrid desde hace años, pero claro, antes no me las tenía que apañar con Dvorak precisamente, tan grandioso, da la sensación de que esa mañana se levantó con aires de emperador a componer el concierto, aunque quién te dice que fue una mañana, pudo ser una noche, y en todo caso, muchas noches o mañanas, o noches y mañanas, días y días de febril exaltación sobre la tinta en el papel, tratando de ordenar el alboroto interno, ayudándose con el piano, rompiendo mil hojas, otro intento... Apuesto que ese pasaje de las terceras no se le ocurrió a la primera... Antonin, Antonin, debiste dejar ese otro pasaje donde cada nota era simple y fácil de tocar, y así ahora yo podría bajar a los parques del campus en vez de estar aquí encerrada dale que dale. Hace un día de primavera tibio, azul, sin una sola nube en el cielo, y el perfume de la flor de la pluma de la enredadera, que ya está que entra, por la ventana abierta de la sala en que estoy, me tiene mareada. Hace rato que me está tentando para que baje a los jardines a correr y a respirar el nacimiento de la tierra, el sol pálido en la nuca... mmm... Ya. Se acabó, no más, total un recreo me va a hacer bien, no saco nada con seguir repitiendo si cada vez sueno peor. Dvorak, toda la culpa es de Dvorak. Además yo no sé cómo uno se puede concentrar en estas salas si a un lado atruena un piano y al otro una flauta traversa... Ese tiene que ser Wilson, nadie toca la flauta de esa manera, como si quisiera echar abajo el castillo de piedra que nos cobija. Wilson sin duda. Inconfundible. Quédense ustedes atronando, lo que es yo, bajo a los parques. Mi sala, amplia, de madera, huele a flor de la pluma en primavera y verano, y a parafina y humedad en invierno. Me gustan ambos olores. El olor de la parafina, que se extiende por todo el departamento de música, es cálido, arrobador, primitivo sistema que tenemos para no congelarnos, pero a mí me gusta. Las estufas repartidas a mi paso mientras camino por los pasillos en invierno, semejan luciérnagas generosas de luz y calor. Pero ahora es la flor de la pluma la que me embriaga los sentidos y no me deja seguir repitiendo estas condenadas terceras. Así es que san se acabó, al diablo con Dvorak. No te vayas a enojar, ¿eh, Antonin?, si tú sabes que adoro tu concierto, pero hoy día es más fuerte la primavera, yo no tengo la culpa de que a todo se le haya ocurrido florecer y llenar el aire de fragancias. Antes de ir a los jardines de atrás parece que quiero un café, tanto repetir me dio sueño. En el quiosco del patio central mejor, así aprovecho de mirar un poco. En primavera parece que los humanos la acompañamos en esa manía por brotar que le da y nos cambia el brillo de los ojos, de la piel, el ritmo con que nos movemos. Los sentidos se despercuden y se alborotan. Me gusta sentarme a mirar, especialmente a esos hombres-potrillos guapos y alegres. Qué flojera y qué delicia este sol en la cara. Ojalá que nadie se acerque a molestarme. Nadie conocido a la vista. ¡Uf..! Allá tenía que estar la leche agria. A cerrar los ojos mejor será, no va a ser esta vieja latera la que me embarre el panorama. Tengo clases con ella mañana, qué aburrimiento, pero ahora mejor me concentro en el aroma que trae la brisa, sutil, violento, nuevamente frágil, huidizo, de los ciruelos en flor. Nata, nata en pétalos esparcida por el patio, sembrando quién sabe qué sueños. Hola, Dani, me asustaste. Sí, flojeando, está delicioso este sol, me aburrí de estudiar el concierto, no me salen las malditas terceras, ¿cómo vas tú..? Sí, son difíciles. Mañana tenemos clases con Sigfrid, la última antes del examen, qué horror. ¿A qué clase vas a ahora? Ah, con la leche agria. Allá está, ¿la viste? Yo tengo mañana clases con ella y no me he dignado a hacer el trabajo todavía. Chao, te llamo a la tarde. Me quedaría aquí todo el día. Buen café. Ahora, al pasto fresco de atrás. Ay, no, no puede ser, ahí viene Aiol, qué hago... Ya, déjate de esconderte, Beatriz, de una buena vez, aunque te tiemblen las rodillas, hasta cuándo, enfréntalo, además viene solo, con ese aire triste y distraído que no se lo quita nadie. Todavía no te ha visto, tienes tiempo de huir, cobarde. No, no lo haré. Si sigo caminando derecho me lo topo... Ay, ya te vio. Contrólate Beatriz, tú puedes, actúa natural. Hola. Sí, definitivamente no es un día para pasarse encerrado en una sala. ¿Adónde?, al parque de atrás. Bueno, vamos. Ay, me siento desfallecer, no puedo creer que quiera acompañarme, por qué será que Aiol me alborota hasta la coordinación de los sentidos. Qué hombre tan bello, ya tendré tiempo de mirarlo a mis anchas. No sé ni lo que me habla, parece que me está contando de su examen de flauta. Lo acaba de dar, le fue bien. Siempre le va bien. Él es flautista, pero dulce, no como Wilson que toca la traversa como si estuviera amplificada para concierto rock. Aiol toca como los dioses, como si la música entre sus dedos fuera su amante predilecta. Telemann, Vivaldi, Quantz, Hottettere, Haendel, Bach, Danican Philidor, compositores íntimos, la llamada "música de los afectos", no como Dvorak, fogoso, exterior, volcánico, al menos en su concierto para cello. ¡Ah!, al fin tendidos en el pasto, vigilados por la sombra de un enorme pino de ramas tristes. Aiol frente a mí, su cuerpo extendido a lo largo, apoyado sobre su cadera izquierda, a una distancia que raya el límite de la intimidad. Beatriz, contrólate, calma. Es demasiado bello para ser cierto. Aiol. Tan bello como tu nombre. Tu rostro no es lindo, es viril, de una hermosura de otro siglo, de otro mundo. Puedo ver y sumergirme en la blancura de tu piel, mientras te incito a hablar, para poder contemplarte a mis anchas. Habla, habla silencioso Aiol. Desde las salas justo arriba de nosotros, bajan las notas mezcladas de dos pianos que tocan Chopin y Beethoven, un clarinete que repite escalas una y otra vez y la flauta de Wilson que los tapa a todos, cómo toca ese condenado de fuerte. Miro tus labios pequeños y gruesos, con la comisura derecha apenas caída, qué aire sensual le da ese detalle en el dibujo, y son rojos, rojo frutal irresistible, como si los tuvieras pintados, como una gota de sangre derramada en la marmórea pureza de tu rostro. Se me ocurre que son la puerta secreta, irresistible, de un claustro. Miramos los queltehues a algunos metros de distancia, al sol. Son curiosos estos pájaros que ponen sus huevos sin nido alguno, en el mismo pasto y los empollan como las gallinas. Se aburren de repente y se elevan en sus largas patas para dar unos paseos cortos, perezosos. A momentos lanzan esos graznidos que me parecen horribles, que según cuenta la leyenda, significan anuncio de lluvia o pedido de lluvia. Pero con este día radiante, nones, ninguna posibilidad de aguacero. Cae sobre nosotros una lluvia de fragancias y esencias, primando la violencia de la flor de la pluma, secundada por el olor del azahar que me enloquece. Aiol aspira hondo. ¡Mmm!, ¿sientes?, claro que siento, cómo no voy a sentir si los olores me tienen aturdida, y tú aquí a mi lado desordenándome las ideas. Tu cuerpo es largo, espigado, de carnes enjutas y fibrosas y lo manejas como si cada movimiento de tus miembros se fuera a volar, a esfumar. Cuando caminas, tus pasos parecen pisar el vacío. Pómulos salientes, mentón corto y burlón, ojos negros que son los que le dan ese aire dolido y triste a tu rostro. De párpados exageradamente amplios y de forma caída, y oscuros, qué negros son, Aiol, y junto a tu pelo azabache y brillante, que te cubre media oreja, hacen un contraste extraño e irreal con el carmín de tus labios y la transparencia de tu piel. Sabes que te miro y de pronto te imagino como la imagen de la muerte, pero no, no te asustes, una imagen hermosa, llena de fuerza, la muerte como semilla de vida, a punto, a punto, como el final del invierno que ya presiente la primavera. Eso eres, Aiol, el doncel de la muerte que viene a entregar vida. No me mires así, por favor no lo hagas, con esa dulzura que no logro soportar entera, que me desarma, con esos ojos volcados al silencio que me buscan desde siempre interrogantes. Aiol, ¿cómo osas provocar tal descalabro? No debo estar a tu lado, somos de tiempos distintos y hay un hálito infranqueable de tiempo-espacio que nos desordena el encuentro que ambos ansiamos. Dvorak, Dvorak, debo volver al concierto, a esas terceras que no logro dominar, para la clase de mañana martes. Beatriz, reacciona, no es posible que este hombre de dulcísima ausencia esté a tu lado, sube de una vez a tu sala a estudiar. Aaaah, la brisa fresca desordena tu pelo, revuelve el mío, acaricia mis mejillas y quiero imaginar que son tus dedos largos sobre mi pelo y mi rostro. No sé por qué nunca he podido identificar tu olor, Aiol, todas las personas tienen un olor inconfundible y el tuyo no quiere revelárseme, es un misterio, pero no sé de qué me extraño tanto si todo en ti es un misterio. Tal vez siempre he querido mantenerlo de esa forma. Dvorak, Dvorak, estoy atrasada, ¡aaaj!, detesto llegar atrasada, con tal de que Sigfrid no me pida el tercer movimiento primero, todo bien, así tengo tiempo de calentar los dedos, porque de otra manera adiós con ese condenado pasaje de las terceras. Me asomo por la ventanilla de la sala, Sigfrid en el piano arreglando partituras, yo apretada y transpirando de nervios, me duele el hombro, tensión, tensión, pura tensión. Hola, Sigfrid, perdón por la hora, es que el tráfico, tú sabes. Ya, rápido no más, para sacarle el jugo a esta última clase, contesta con su cara amarga y mal genio. Vamos a empezar con el último, poco antes del primer pasaje de las terceras, ¿te parece? ¡Aaah!, justo, típico. No, claro que no me parece, cómo me va a parecer. Pero mejor me quedo bien callada y me hago la que me lo sé de arriba a abajo. Sigfrid chapurreando compases en el piano antes de mi entrada... Cierra los ojos, Beatriz, eso... Cierra los ojos y sumérgete en la música. No, no en Aiol, tarada, en la música, la música, en los bosques de Bohemia de Dvorak. Ahí viene tu entrada, atenta... Ya. Aiol, Aiol, revélame tu fragancia oculta, Dvorak, ya vienen las terceras, Aiol, Dvorak, Aiol... Bien, Beatriz, están muy bien esas terceras, se nota que las estudiaste. Ahora vamos al inicio, de un tirón los tres movimientos, como si estuvieras en examen, ¿ok?, me dice esbozando una de sus contadas sonrisas. ¡Funcionó, funcionó!, Aiol, la primavera, el parque, la flor de la pluma, sus labios, Dvorak, juro no maldecir tu música nunca más, Antonin, lo juro. Tal vez tu olor, Aiol, esté escondido en la esencia más honda de la música, quién sabe, quién quiere saberlo realmente. *** Bach No me cabe duda de que la Daniela nos cree unos degenerados. Tratamos de convencerla con Oliveira y no paraba de reírse y de decir que nos habíamos terminado de volver locos y que no éramos más que unos depravados sexuales. Y es que claro, la experiencia no era para llegar y llevarla a terreno antes de pensarlo dos veces, pero justamente si yo lo pensaba dos veces no me iba a atrever, así es que decidí ni siquiera pensarlo una, por si las moscas. La idea diabólica y fascinante fue de Oliveira, una tarde algo calurosa luego de una clase con Sigfrid y todos sus polluelos cellistas, para discutir una nueva modalidad de estudio. Bajamos al patio central por costumbre y rito, Daniela y yo compramos un café para despabilarnos de las ideas innovadoras de Sigfrid y Oliveira pidió su eterna agüita de hierbas. Nos sentamos bajo un castaño buscando la sombra y mirando el desfile de gente por el patio. El tedio de fin de año se hacía notar en los rostros, ansiosos por salir de una vez por todas de clases, irse al campo, a la playa, a estirar los cuerpos bajo el sol, al aire costero, sureño o nortino, según el caso. Las ganas de vacaciones están que revientan. Comentamos esta nueva idea de Sigfrid de hacer música de cámara no sólo con otros instrumentistas sino también entre nosotros los cellistas, juntarnos de acuerdo a nuestro nivel, en este caso Daniela, Oliveira y yo, buscar piezas cortas y fáciles arregladas para tres cellos y reunirnos a tocar, sólo como ejercicio, para ir soltándonos. A partir de marzo del próximo año se implementa el sistema. La Daniela se ríe, encuentra que Sigfrid ya no sabe qué inventar, pero hay que reconocerle al viejo que cuando está de ánimo se preocupa de armarnos "panoramas" variados. Habrá que investigar la biblioteca de música. Ahí viene Fidel, es el alma del campus, el loco pacífico de pelo y barbas luengas. Siempre con un libro bajo el brazo, hablando en español, latín, griego, inglés (pero de Gran Bretaña), y vaya a saber uno qué pila de dialectos aprendidos en sus permanentes viajes por el mundo, según sea su estado anímico. De los casi treinta años que lleva dando vueltas por el campus, su segundo hogar, se le conoce sólo un desvarío peligroso, una mañana en que llegó algo exaltado y daba alaridos en el patio central, encaramado arriba de un banco, alegando que Dios no sé qué cosa. Pero luego de ese exabrupto, nunca más, ahora simplemente se limita a pasear, leer, hablar y pensar en voz alta, conversar con los estudiantes y de vez en cuando tirar sutilmente pesadeces al aire, pero que van bien dirigidas, generalmente a las mujeres novatas, las de primer año, que todavía no han oído hablar de tan importante personaje y lo miran entre desconcertadas y furiosas. Es un tipo sabio y erudito, pero que de tanto estudiar simplemente se le enredó el tejido de ideas. Cuando vuelve de sus viajes en verano o en invierno, da gusto escucharlo contar sus aventuras y anécdotas. Junto a los parques, hay que reconocer que Fidel es una de las atracciones de este campus. Ahora se lo oye contar sobre Cuba y la prostitución, con un café en sus manos y rodeado de un séquito que nunca falla. Estamos tranquilamente en estas divagaciones cuando a la Daniela se le ocurre contar un sueño que tuvo con Cornelio. Cornelio es su violoncello, así como Enriqueta es el de Oliveira y Cósimo es el mío. Soñé que Cornelio estaba herido y cuando yo lo tomaba, estaba sangrando, le salía sangre de la madera. Fue espantoso, como si se tratara de una persona, me desperté angustiada, llorando y fui a verlo, lo saqué de la funda, por si acaso. Es que finalmente estos condenados instrumentos pasan a ser personas, ya no son los instrumentos con que estudiamos, son Cornelio, Enriqueta, Cósimo y así, cuando nos saludamos, la pregunta viene a ser ¿cómo están? (Oliveira y Enriqueta, o Daniela y Cornelio), es de a dos la cosa, nada de cuentos. De repente los instrumentos se hacen re amigos entre ellos, aunque no siempre. Cornelio y Cósimo son bien amigos, pero la Enriqueta se mantiene algo más al margen, será que cómo es mujer entre dos hombres, se hace la rogada. A ver si ahora que vamos a tocar juntos los seis se distienden los ánimos de camaradería. No es lo mismo entre sus dueños que son como hermanos. Oliveira llegó de Brasil hace apenas tres años y su encantador acento y personalidad relajada le ganaron rápidamente la amistad de cuanta persona se le puso por delante. Traía costumbres curiosas, tomando en cuenta que provenía de un país no demasiado austero en lo que a placeres atañe. A él no lo sacaban del jugo de frutas naturales o de las aguas de hierbas, mientras sus amigos saboreaban tónicos más excitantes como la dicha del café o el vino, especialmente si ambos eran compartidos con buena conversa. Es por eso mismo que nos pilló de sorpresa su propuesta, luego que la Dani contara su curioso sueño y éste generara una acalorada discusión. Uno que se pasa ocho horas diarias o más con estos instrumentos, entre el estudio solitario, las clases y los conciertos... Debiéramos darles más utilidades. ¿Más utilidades?, ¿cómo cuales? Bueno, los tres hablamos de Cósimo, Cornelio y Enriqueta como nuestros amantes, ¿no? Claro. ¿Qué tal si de veras los transformáramos en nuestros amantes? Yo digo llevado al plano sexual. Las dos con Daniela pegamos un respingo. ¡¿Cómo?! Bueno, es que he estado pensando en una pregunta que me hizo un amigo el otro día. Vio una película en la que el protagonista, que era músico, afirmaba que los cellistas, como tocaban sentados y abrazando su instrumento con las piernas, tenían sendos orgasmos producto de las vibraciones. Me preguntó si era cierto, pero yo le dije que todavía no he tenido ni uno solo, aunque tampoco me he preocupado de tenerlo y creo que uno de estos días voy a hacer la prueba, pero tocando desnudo, ahora que hace calor. Daniela prorrumpió en una carcajada y yo la seguí, pero como Oliveira hablaba bien en serio, seguimos escuchándolo. Me imagino un orgasmo tocando una suite de Bach, por ejemplo, sería una fusión magnífica, la unión entre la energía sexual de mi cuerpo y la energía espiritual de la música de Bach. ¡Oliveira!, eres un degenerado, además elegir al pobre de Bach para algo así... No, pero escuchen, justamente Bach, por la pureza de su música. El orgasmo sexual es de alguna forma lo mismo que Bach o tal vez lo opuesto, que finalmente viene a ser lo mismo dependiendo de cómo se lo mire. Y no me vengan con remilgos, que no les creo que no jueguen al "solitario" en la intimidad, y qué más ritual que producir esa descarga energética a través de las vibraciones de Bach, casi como si uno estuviera haciendo el amor con el propio Juan Sebastian, la fusión pasado-presente, vida y muerte, sexualidad y espiritualidad, ¡fantástico! Además al desnudo, la madera en la piel, Bach en el violoncello, Dios en Bach... ¡Oigan!, no me digan que no es fantástico. La Dani miraba a Oliveira con ojos desorbitados, creyendo que había perdido el juicio y yo por un momento pensé lo mismo, pero cuando se enredó con las filosofías orientales y el tantrismo, sin nunca dejar de lado a Bach, comencé a entusiasmarme de veras. La discusión duró más de tres horas y Oliveira me fue convenciendo hasta que acordamos llevar a cabo la experiencia "mística", como la llamamos, sin lograr matricular a la Daniela, menos todavía cuando se nos ocurrió hacerlo juntos. Total ni a Oliveira ni a mi nos importaba ver al otro desnudo. La idea iba agarrando vuelo. Ya está, buscábamos unos arreglos para dos cellos de Bach en la biblioteca, de esa forma tocando juntos, además nos hacíamos el amor entre los dos, simbólicamente claro está, alcanzando en lo posible el orgasmo al "unísono", aunque eso iba a ser difícil, pero ya el hecho de juntar, acoplar las partes musicales... Como Oliveira me alborotaba cualquier cosa menos las hormonas y lo mismo le sucedía a él, no había peligro alguno de desviarnos en un arranque de entusiasmo, del objetivo inicial. Ese fin de semana era perfecto y en casa de Oliveira, porque sus padres acababan de partir a Brasil, su hermana se alojaba en casa de su novio y la empleada estaba de vacaciones. Teníamos el lugar completamente para nosotros. Genial. La Daniela no nos creía capaz de hacer algo así. ¡Ja!, ya veremos si se atreven a empelotarse, una es la teoría, pero ya los quiero ver a la hora de los "qué hubos". Además es una indecencia, par de degenerados. Oye, Dani, si esto va a ser una experiencia única... Sí, claro, después le cuentan a Sigfrid, a ver qué opina, no vaya a ser que le interese agregarla a nuestro programa de estudios. El sábado 7 de diciembre a las 7:00 de la tarde partí con Cósimo a la casa de Oliveira. Según él había que prepararse un buen rato antes, para que el ritual surtiera el mayor efecto posible. Me sentía nerviosa como para examen de cello, ya no estaba tan segura de mi total desinhibición frente a Oli, en cambio él estaba como de fiesta, aunque con cierto aire de gravedad. La sala de música, amplia y cálida, aguardaba. Desenfundé a Cósimo y lo puse junto a Enriqueta que estaba lista. Oli había comprado frutas de todo tipo como parte importante de la ceremonia. Piñas, plátanos, mangos, chirimoyas, fresas, frambuesas y uvas de tres clases. Las lavamos y repartimos con esmero de artistas, en unas fuentes de vidrio azul. Oliveira se reía. Parece que se me pasó la mano, ¿no?, compré fruta como para un regimiento. Sacamos las fuentes a la terraza y nos instalamos bajo el parrón, invadido y trepado por el jazmín de jujuy. La fragancia era tan fuerte y penetrante, que me tomó un momento afirmar el estómago y acomodar los sentidos. La tarde comenzaba lentamente a caer y se estaba muy bien ahí en el jardín, saboreando la frescura de la piña, la uva rosada, que parecía almíbar, la sensualidad de las fresas mezcladas con el perfume del mango, que me hacía sentir tres sabores distintos. Oli, si te digo, esta fruta sabe a tres cosas distintas, a mango, un gusto entre suave y perfumado, a eucaliptus y a no sé qué fruto ácido. Es increíble y lo más raro es que no sé si me vuelven loca, o me cargan. Lo que pasa, Bea, es que no estás acostumbrada a este sabor. Es cierto que es fuerte, pero es una delicia. Entre los sabores y perfumes de las frutas, más el jazmín que se metía hasta por las orejas, me estaba mareando. Oye, Oliveira, ¿no estás mareado con tanto olor? Sí, pero esa es justamente la idea, dejarse impregnar por los olores y sabores, para que corran por la sangre los jugos frutales del éxtasis... Ya, éxtasis, se está oscureciendo, mejor será que vayamos a tocar de una vez, antes que me arrepienta con tanto preámbulo. Además ya no aguanto el jazmín, me tiene con náuseas. Ya va, calma. ¿Te estudiaste bien tus partes? Sí, son fáciles. Eso es bueno, así no nos desconcentramos en lo técnico. En la cocina, Oli puso a hervir el agua para una infusión de manzanilla que "había" que tomar. ¡Ah, no!, aquí sí que no cuentes conmigo, porque no soporto la manzanilla, ni a palos me la tomo, ¿oíste? ni a palos. Mejor dame un poco de ese vino que está ahí encima... Pero, ¡¿tú te volviste loca, Beatriz?!, alcohol por ningún motivo, hay que estar completamente purificados. Ya, tómate esta agüita. Oli, no soporto el olor... Bueno, ¡te tapas la nariz y ya! Por suerte en ese momento se fue al baño y aproveché de tirar la infusión y de beberme media botella de vino para infundirme todo el valor que ya me estaba flaqueando. ¿Te la tomaste? Mmm, sí, una delicia. Qué bueno. Puse los inciensos en la sala de música, hay que dejar que se impregne unos minutos. ¿Incienso? Uf, tengo la panza revuelta de tanto olor. Sí, pero este es un incienso especial, ya verás. Tengo un aceite de esencia de rosas para untarnos el cuerpo, antes de comenzar. Tú estás chiflado, pero en fin, ya me embarqué en esto, yo no sé quién me manda. Mientras me saco la ropa en el baño, noto que el vino no está haciendo el efecto esperado, porque gorgorea en mi interior fermentando la fruta, pero me hago la fuerte y abro la puerta de la sala como si nada, donde me recibe una humareda de sahumerio y Oliveira, que ya se pasea desnudo, ultimando detalles. Baja un poco más las luces y quedamos en una penumbra justa, que alcanza para distinguir las partituras y nuestros cuerpos, aunque con la humareda cuesta ver bien cada nota. Nos miramos disimuladamente y por un momento nos baja una tentación de risa espantosa. No es feo el cuerpo de Oli, algo delgado y blancuzco, pero tiene unas nalgas bien formadas. Oye, Oli, qué lindo poto tienes... ¡Ya, Bea!, concéntrate. Toma, úntate con aceite. El solo olor me produce una arcada, pero me la aguanto, a pesar de que la chicha fermentada en mi estómago comienza a hacer estragos. Embadurnada de pies a cabeza me siento y tomo entre mis piernas a Cósimo. Comienza la música, señores. Bach. Sonamos fluidos, repitiendo la pieza una y otra vez hasta aprenderla de memoria y poder tocarla a ojos cerrados. Vamos entrando a un estado interior, poco a poco, olvidándonos de nosotros mismos, entregados. Intento concentrarme en las vibraciones, que ciertamente se sienten deliciosas, van trepando por mi cuerpo y se desparraman en descargas eléctricas que suben por mi vientre y por mi espalda, pero no me dura demasiado el placer que apenas comienza, porque me desconcentra de pronto el cambio en la respiración de Oliveira, las mareas del incienso, el fragor espeso del aceite de rosas, el vino que tuve la mala idea de tomar, el jazmín en el recuerdo y una arcada que me hace salir corriendo al baño, sin que Oli apenas se entere, porque mientras yo devuelvo una ensalada de fruta completa macerada en vino, puedo oír desde la taza del baño, el éxtasis final de mi amigo, fundiéndose con la música de Bach. *** Paganini Apenas nos saludó, evidentemente nerviosa, cuando la encontramos en el pasillo de la escuela una semana después del episodio. Y no era para menos, luego de que la altiva Ligia protagonizara el numerito que daría que hablar por un buen tiempo dentro del ambiente musical. La noticia alcanzó hasta la página cultural de algunos diarios y al verla venir de frente ese lunes por la tarde, no pude evitar sentir un cierto placer al notar que sus inconfundibles tacones por el pasillo temblequeaban . Hola, Ligia, ¿repuesta ya? La Daniela me pega una mirada recriminatoria. Lo correcto hubiera sido obviar el tema, pero vamos, era irresistible, no podía pedirme tanto. Em... Sí, claro. Oigan chicas, Sigfrid me dijo que les avisara que no va a poder hacerles la clase de hoy porque tiene ensayo con la orquesta, pero se las recupera el viernes. Dice que lo llamen para acordar el horario. Sí, sí, claro, Ligia, mírate ante nosotras toda nerviosa, levantando el mentón aun más que de costumbre, mirándonos de arriba a abajo sin poder fijar la vista en nuestros ojos por más de medio segundo. Yo no entiendo cómo Sigfrid se pudo casar contigo, de veras que no lo entiendo, aunque si lo pienso con detención, son el uno para el otro, pero por lo menos Sigfrid no es cínico, tiene un rostro franco, abierto, que demuestra sin tapujos lo amargo que es, en cambio tú siempre con esa risita eléctrica y tonta y la simpatía excesivamente forzada que culmina, muy a tu pesar, en una mueca de desagrado. Ligia, Ligia, de pensar en esa vieja escena de celos que me armaste, se me abre la sonrisa. ¿Cómo no ibas a entender que todas las alumnas se enamoran de sus profesores por muy Sigfrid que sean?, porque no ibas a creer que una adolescente soñadora te iba a robar a tu maridito, ¿o sí?, ¿cómo es la cosa, no eras tan segura de ti misma? Mientras nos daba el recado de Sigfrid, no pude evitar recordar la escena de celos que más he gozado en mi vida y mientras venía a sumarse esa memoria a una situación de por sí embarazosa para ella, la sonrisa irónica que se me arrancó le dio de bofetadas en el rostro, así es que terminó por irse con esos pasitos cortos y apurados de sus zapatos de tacón filudo, que a todos ponían los nervios de punta. Era una gran maestra, tanto de piano como de música de cámara, eso era indiscutible, además de ser una buena pianista a nivel mundial, pero nadie la quería demasiado como persona. La Dani la había bautizado muy asertivamente como la "arpía", apodo que acuné al vuelo. Qué mala eres, Beatriz, pobre, me dio pena, ¿cómo le preguntas si ya está repuesta, desgraciada? Vamos, Dani, qué tiene de malo, a mi me sonó como una pregunta muy bien intencionada, ¿a ti no? Nos reímos y en vista de que no hay clases, bajamos a tomarnos un café. Aunque hace frío, sentadas en el patio reconstruimos la deliciosa anécdota. Ese viernes, como era tradición, hacíamos hora para el concierto de la noche en el teatro Baquedano. El programa no me era demasiado atractivo, el primer concierto para violín de Paganini, los 24 caprichos y una partita de Bach. Menos mal que terminaba bien con Bach, porque al menos a mí, Paganini me parecía una mera gimnasia de dedos. Pero la curiosidad nos había picado a todos, porque el violinista, un ruso radicado en Italia, era joven, guapo y virtuoso, según decían y confirmaban las recientes entrevistas con fotografías publicadas en los diarios. Nos juntamos dos horas antes en la casa de Nicanor, que trasmitía, para variar, con las nuevas versiones adquiridas del Beethoven para violín. La Dani y Romeo pololeaban en el jardín debajo de un aromo, ajenos a la exaltación de Nicanor, que no dejaba ni oír la música de tanta exclamación y efusividad. Miren, miren, ¿se fijaron la técnica de arco en ese pasaje?, ¡es increíble..! Dos minutos después... ¡Oooh, y ese staccatto que hace, insuperable! Oli y Mauricio lo hacían callar luego de cada interrupción, con lo que terminaron de aburrirme porque no dejaban escuchar un solo compás en silencio. Me asomé a la terraza tratando de sumarme a una de esas insólitas e incomprensibles conversaciones que sostenían los Pitonisos, como los llamábamos cada vez que estaban juntos, y que nadie más que ellos comprendían por lo absurdo de los diálogos, que no lograban coherencia alguna. Tal vez por eso mismo me entretenían tanto. Romeo tenía una capacidad para imitar ruidos y voces de todo tipo, asombrosa, acompañados de una personalidad suave y a la vez sumamente histriónica. Fue mientras imitaba a un búho y discursos de algunos políticos, que de pronto me invadió. Así, sin aviso alguno, con un desparpajo que nunca he logrado entender. Un estado de felicidad completamente irracional y violento, causado por una ráfaga de brisa que me trajo nítido y concentrado el perfume del aromo, grande y florido, como un sol de invierno de calor alegre. Era tan fuerte la emoción que provocó la dulzura tibia de la fragancia, que no creí soportar adentro ese terremoto por mucho rato. Pero estuvo ahí tintineándome varios minutos, mientras se sucedían esas oleadas amarillas y las risas que celebraban las gracias del Pitoniso. La tarde iba cayendo con lentitud, hermosa, algo fría, pero de cielo revuelto y despeinado, arrebolándonos los ánimos y las ganas. El Beethoven acompañando desde el interior de la casa. Bellísimo concierto, secretamente desgarrado. El pobre Nicanor trataba de explicarlo en su emoción. Nica, deja que se explique solo, tú cállate un rato. Ya, cabros, mejor nos vamos, estamos en la hora. Sigfrid y la arpía, ¿irán? Sí, a mi Sigfrid me dijo que iba, por suerte, así nos puede colar y no pagamos. Okey, movámonos entonces, ¡ya Nica, apaga eso de una vez! ¡Ahhhh!, pero díganme que no es un prodigio, no hay mejor violinista que Perlman. Nicanor cambiaba de "mejor violinista" una vez al mes, así es que nadie le prestaba demasiada atención a sus declaraciones, que en un comienzo producían acaloradas discusiones y polémicas entre los demás músicos, por la radicalidad de sus afirmaciones. El teatro estaba que hervía de gente y nos costó dar con Sigfrid que se paseaba con cara de fiesta quién sabe por qué, acompañado de Ligia, que tenía puesta una sonrisa forzada algo menos desabrida que otras veces. Pasamos de colados no sólo sus alumnos, sino además toda una tropa de músicos de la escuela, acompañados de amigos, tías, tíos, mamás, abuelos, novios y demases. Pero como Sigfrid andaba de buen talante, había que sacarle todas las ventajas a ese anormal estado en que se encontraba. Se armó un revuelo de gallinero, pero logramos ubicarnos en platea alta, adelante. Pude divisar, muy instalados en platea baja, a Simón y Aiol que conversaban muertos de la risa. Sigfrid y Ligia cerca de ellos, muy bien ubicados. Por todos lados se veían caras conocidas, hacía mucho que no se veía el teatro tan efervescente. La orquesta afina, se apagan las luces y hace su entrada fatal, Serghei Krilov, con violín en mano. Yo creo que hubiera bastado eso y ya. No era necesario que tocara una sola nota para causar sensación. Las respiraciones se contienen y se produce una sola masa de aplausos, seguidos por un silencio de monasterio. La Dani me pega una mirada que indica que está a punto de desfallecer de amor por el ruso. El ruso, que en realidad parece la estampa perfecta de un italiano, atrevido e ingenuo a la vez. El pelo le cae hasta los hombros, marrón, lacio y respira de su cuerpo el encanto de quien se sabe adorado. Paganini, entre sus manos, adquiere todo el sentido que nunca le había encontrado. El italiano es sin duda un virtuoso, pero además de las acrobacias de dedos, hay algo más en él, mucho más que mero tecnicismo, y eso no escapa a nadie dentro de la audiencia. Es perfecto técnicamente, tiene un gran sonido, pastoso, profundo y tenso en el aire, pero además posee en igual grado, o mayor, una musicalidad exquisita. A esas características hay que sumarles su rostro y cuerpo de galán de cine y el desplante escénico donde no deja de moverse acompañando la música. Tengo de pronto la extraña sensación de que es el violín el que lo ejecuta a él y no él al violín. Me olvido dónde estoy y caigo en el hechizo en que está todo el teatro, enfocando la vista en un solo punto al medio del escenario. Último movimiento, electrizante, aplausos de huracán y gritos femeninos como de festival "Woodstock". Ya se siente en la atmósfera la histeria colectiva. Serghei Krilov debe salir siete veces a escena, a recibir la efusividad del público que no cesa, hasta que él definitivamente decide no volver a asomar la nariz. Intermedio. Bajamos al hall central comentando, pero las palabras atarantadas de Nicanor, que por supuesto ya ha encontrado un nuevo ídolo, nos dejan callados a todos. La Dani no disimula ante Romeo su entusiasmo y yo estoy sin habla, igual de embobada. Mirando alrededor, nos reímos al comprobar que no hay mujer que no esté con los ojos desorbitados y los cuerpos respirando lujuria. Para grata sorpresa, aparecen mozos por todos lados ofreciendo vino navegado y quesos. El vino vuela en tres minutos, pero no sé de dónde reaparece una y otra vez. Los hombres de cualquier edad que están con sus parejas, no logran disimular su cara de amenazados y de asombro a la vez, mientras que el género femenino no intenta siquiera esconder los arrebatos de pasión que ha despertado el ruso-italiano. Hay en cada mirada un asomo de gula y deseo, porque Serghei Krilov es sin duda uno de esos tipos que se hacen imposibles de mirar, sin imaginárselos al instante, en cueros. La fantasía por la que apuesto es que no hubo mujer en el teatro que no lo vio tocando Paganini desnudo. Estábamos todas algo abochornadas, por decirlo con un mínimo de sutileza, pero poco a poco el vino fue encendiendo los comentarios hasta de las más estiradas y correctas. Las mujeres mayorcitas corrían al baño, me tienta imaginar a qué, pero el hecho es que volvían con los moños sueltos, dejando respirar las melenas sobre los hombros y por la gama de perfumes caros y estridentes que se arremolinaron en el hall, no cabe duda de que habían aumentado las dosis del llamado afrodisíaco. Nos juntamos con Sigfrid a comentar, como era la tradición, y la pobre de Ligia no sabía cómo disimular su ahora natural y asombrosamente hermosa sonrisa. Le temblaban las comisuras y parecían destilar sensualidad. Por primera vez la encontré atractiva. Así, atrapada por las delicias de las fantasías, apenas abrió la boca para beber vino, transportada a otro mundo, ajeno al del hall central donde se apelotonaba la gente y confundía sus perfumes y sudores. La Dani me pegó un codazo para que lo notara y no pude dejar de sonreírme. Se la veía extraña y demasiado silenciosa. Mientras tanto yo divagaba en los estertores vaporinos del vino caliente, que llevaba con calma hasta mis labios, a sorbos cortos, reteniéndolo un buen rato entre mi lengua y el paladar antes de darle la entrada. Trataba de reconocer la fragancia de los sabores. Canela, clavo de olor, cáscara de naranja, semilla de cardamomo, algo de vainilla tal vez, un vino no muy bueno, pero bien cocinado y dulce que pasaba como una delicia para los sentidos. Mientras el afortunado brebaje se me subía a la cabeza en toda su aromática sensualidad, mi mente vagaba en quimeras irreproducibles por escrito, hasta que por suerte la Daniela me sacó del ensueño, con un ataque de risa y la confesión de que se sentía completamente borracha. Aiol y Simón derrochaban una alegría altamente sospechosa también, dándose vueltas y conversando con medio mundo, incluyendo los besos en el cuello de Simón que me tomaron desprevenida, alborotándome más aun la epidermis. El timbre anuncia el final del intermedio, y la gente corre a sus asientos, ante la amenaza de que alguien quiera quitárselos para lograr una mejor ubicación. Todos tenemos curiosidad por saber cómo resulta el italiano con Bach, pero quedan primero los 24 caprichos para violín solo. Una locura completa, asombroso, no equivoca una sola nota. Los gritos ya parecen algo burdos, pero... Qué tanto, a gritar se ha dicho. Bach. Ahora Bach. Cierra los ojos, se concentra, cambia su actitud desafiante de acróbata de circo y se recoge con todo el respeto que se merece Bach. Su semblante adquiere una belleza distinta y aun más intensa. La partita número dos. Ya al segundo movimiento me dejo invadir y desbordar de lágrimas. La piel me tiembla y, por algún motivo, vuelve en el recuerdo el olor tibio y reconfortante del aromo, pero mientras estoy en ese estado de recogimiento sucede algo asombroso... Alguien va subiendo... Sí, alguien va subiendo por las escaleras laterales hacia el escenario... Y baila, va bailando con la música. Serghei no se ha dado cuenta, pero... No, no puede ser, es el vino que se me subió a la corona, pero la Daniela reacciona y me confirma, ¡es Ligia! Y el resto del grupo y luego del teatro comienza a murmurar por lo bajo sin entender qué diantres pasa. ¡Qué hace Ligia arriba del escenario, bailando! Comienza a acercarse con pasos de bailarina hacia Serghei Krilov, que al parecer ya ha notado una presencia extraña, la mira de reojo pero sigue concentrado en el tercer movimiento de la partita, la "Courante". Ligia se le aproxima peligrosamente con el rostro, que ahora, a la luz, se le nota claramente arrebatado y con la misma sonrisa enigmática y como atontada que le viéramos durante el intermedio. Fue Mauricio el que con su sentido práctico concluyó con que "se volvió loca", pero nadie podía esperar algo así de la práctica y sensata Ligia, era desconcertante. ¿Y dónde diablos estaba Sigfrid que no la bajaba de arriba del escenario? Lo buscamos en su asiento, abajo, y estaba vacío, hasta que lo divisamos hablando con uno de los acomodadores que ya subía "disimuladamente" a sacar del ridículo a esa pobre mujer. Era de esperarse que Sigfrid no iba a subir delante de todo un público que los conocía bien. Era demasiado bochornoso. El hombre subió por las mismas escaleras que había usado Ligia, y se acercó con precaución hacia ella. Tomándola de un brazo con suavidad para ver cómo reaccionaba, la bajó en tres segundos al ver que no oponía resistencia y se dejaba llevar, siguiendo su danza autista y fascinante, con una sonrisa demente. El público, retenía el aliento sin entender qué estaba sucediendo realmente. Serghei, al ver que se iba, hizo un gesto dulce de despedida con el mentón. Finalizado el concierto, el alud de aplausos y vítores aumentados por la ayuda del alcohol, bajamos a enterarnos de lo acontecido. La gente toda se dividía en los comentarios hacia el italiano y hacia la chiflada que había trepado a bailarle, no sin un cierto dejo de envidia en las mujeres. Sigfrid no se veía por ningún lado, con toda razón, pero Aiol y Simón tenían las noticias frescas. Se armó un círculo entre la gente de la escuela que conocía a la "parejita". Efectivamente le vino como un ataque de locura y se la llevaron de emergencia. Nadie podía creerlo, y se sucedían las exclamaciones de incredulidad y asombro con algunas risas y sonrisas, porque mal que mal, la situación era tragicómica. Salimos de ahí, luego de que ya nadie sabía más y nos fuimos a tomar algo al bar del lado porque habían demasiadas emociones qué comentar. Nos dieron las tres de la mañana en la cháchara. Era viernes, maldita sea, habría que esperar hasta el lunes a las clases con Sigfrid, para tratar de enterarse con delicadeza de las novedades. No podíamos llamarlo. No a él. Nadie se hubiera atrevido. El teléfono sonó a las nueve de la mañana del sábado, mientras yo aún disfrutaba del sopor del entresueño. Era Nicanor, tan exaltado que me asustó y terminó de despertar de una patada. ¡Qué pasó, qué pasó! El diario, sale todo en el diario, anda a comprarlo, sale una nota en la sección cultural. ¡Ah, no!, no me aguanto, me lo lees por teléfono. Bueno, bueno, espera que lo busco, ¿eh? Esa misma mañana, algunas horas después, pude confirmar yo misma las palabras que me leyó mi amigo, provocándome carcajadas de entre asombro y gusto. "La pasión y la adrenalina que despertó ayer viernes 3 de agosto el joven violinista ruso, nacionalizado italiano, Serghei Krilov, igualó, y a momentos sobrepasó, el entusiasmo demostrado en cualquier concierto rock de algún artista de renombre, donde adolescentes gritan eufóricos, con ataques de histeria y se desmayan. El inigualable virtuosismo del músico, fue acompañado sin duda de un gran carisma arriba del escenario, lo que provocó una efervescencia pocas veces vista en los teatros de nuestro país. La cúspide de la noche fue alcanzada con un suceso sorpresivo y alarmante en primeras instancias, que luego fue confirmado como un acceso de locura momentánea de quien se precipitara inesperadamente desde la platea hasta arriba del escenario, bailando y moviéndose al ritmo y al son de las notas de Bach. La protagonista de tan curioso fenómeno fue la renombrada pianista y profesora la PUCDC, Ligia Bertoni, quien fue asistida sin ningún tipo de resistencia y llevada a un centro donde se la trató sin mayores contratiempos. Ligia, quien dice no acordarse de nada, se encuentra ya completamente fuera de peligro y en estado psicológico normal". La noticia voló dentro de ciertos círculos, y se comentó durante meses. El lunes siguiente Sigfrid llegó a hacer sus clases de cello como diciendo "aquí no ha pasado nada", aunque con evidente cara de pollo degollado, y no me atreví a hacerle ningún comentario hasta que él me preguntó, al final de la clase, qué tal me había parecido el violinista. Al parecer no tan bueno como a Ligia, le respondí. Uf, ya era demasiado tarde para tragarme ese impulso. Pero, contrario a mis augurios, Sigfrid sonrió algo confundido. Le pregunté si Ligia estaba bien y él, cediendo a un destello de duda, me contó lo que había sucedido. Un estado extrañísimo y pasajero de desvarío que al parecer se gatilló por una serie de circunstancias, pero que no debería repetirse, según los médicos que la vieron. Ahora estaba bien, y no tenía memoria de lo ocurrido, pero no se atrevía a salir de su casa todavía, luego del escándalo. Me enterneció el relato, como excusándose, que me refirió Sigfrid. Yo creí, cuando la vi pararse de su asiento en el teatro, que iba al baño, o algo así, y no le presté atención hasta que la vi subiéndose al escenario y ya era demasiado tarde... Nos reímos. Yo bien medida, tratando de hacerme la comprensiva, aunque por adentro los demonios me hacían cosquillas para que soltara de una vez la carcajada que tenía atorada. Sólo meses después del "escándalo", como le pusimos exageradamente a este "suceso", se nos ocurrió con la Dani la idea de que Ligia Bertoni, enamorada perdida de Serghei Krilov, viera como única posibilidad, para estar cerca del muso, inventar un desvarío pasajero. Total, era sabido que no tenía un pelo de tonta, pero tampoco le faltaba el sentido del ridículo, aunque debo confesar que bastó considerar la sola posibilidad de algo así, para que me encabronara el ánimo nuevamente, aguándome la constante fuente de risas y de burlas, que me había regalado por un buen tiempo. ** Clara de la Fuente nació en un seno familiar de literatos (padre y madre escritores), con una sólida vocación por la literatura y las letras desde temprana edad. Su formación sin embargo, estuvo enfocada en la música. Estudió la carrera de Interpretación musical mención Violoncello, en la Universidad Católica de Chile. Paralelamente ha asistido a diversos talleres de creación literaria. Escribe cuento y poesía desde los quince años. nicolelafourcade@hotmail.com. === Cacofonía Andrés Villaseca ======================================= Voces que llegan directo a ninguna parte, mientras las estrellas se disparan escupos con pistolas de juguete. Oigo la cadencia de tus pasos acercándose al horizonte espacial para ver cómo nos precipitamos en un vaso de sangre de toro. Y me pisas con tu música, violando mi nariz con un mañana que no puede ser porque ya te lamiste el bigote blanco y líquido que echó a andar la máquina del amor al motel y del motel al adiós, mientras asteroides caen sobre las moscas que tocan las tripas de gato que sujetan mi corazón al estanque del water. Tú huyes al futuro y hay algo en el cielo que baja a buscarme, entre quejidos, para ver que no estoy listo y he perdido el camino silencioso. Un maldito jazzista improvisa con las piedras pómez de la cocina. Sin dejar de zumbar llegaron los caballos, sin saber qué los golpeó, se empujan para estar en la lista de amigos de los que viajan lejos al pararse cerca de las leyendas. Me balanceo por las alcantarillas, en nubes de agua servida en copas de oro. Sicóticos esquizofrénicos chillan a mi mamá, que quiere darme la papa, para ser grande, como los enanos del circo, que dicen ¡Oh! por turnos, codificados en tubos sellados al vacío, para no perturbar los chillidos de los que escuchan a Michael Jackson en cuartos cerrados. Explosiones de gordos gigantes de caras purulentas, machacadas por los martillos pensantes de Sodoma y las brillantes dentaduras confusas de Gomorra, cubriendo a aquellos que salvaron el pellejo por tener pelos en la planta de la vida, lo que los matará, de cualquier modo, mientras duerman libres de ataduras. Adiós, torpe muchacho, recorre tus sesos desparramados en palitos de fósforos mojados de luz, que se apaga lentamente. ** Andrés Villaseca, escritor chileno. Cursa estudios de arquitectura. steeld2@yahoo.com. === Dos relatos Hilario Feria ======================================== *** Vendedora de albores Cuesta arriba pude verle pasar cada mañana. La tierra ha recogido las endebles huellas de su andanza, pues el roce de sus plantas con el suelo pudo denegrear al camino. Traía su tardo, pero preciso, andar desde el primer respiro de la madrugada. Responsable de refrescar con agua corriente el somnoliento rostro del alba y de hacer continuar la vida sin retraso, se levantaba de su lecho mucho antes que los gallos, obligando al rubio astro a desmarañarse de su trasnochado sueño. Andaba -como el tiempo mismo- sin edad y sin prisa. Siempre constante. Las perennes cenizas de sus cabellos inmutables como los apretados surcos de su faz, sin límite como los largos días de su vida, como sus incansables pasos ofrendados a la madre tierra. Peregrina de un pueblo peregrino. Último ejemplar de la raza que se extingue arrasado su linaje por la evolutiva incursión del hibridismo. La senil presencia de su figura trillada de pesares, de sus arrugadas manos, de sus pies encallecidos, de su acompasado andar por el sendero preñado de milpas y mala hierba con destino a la ciudad, se ha quedado atrás. Se ha olvidado. Ya no la he visto pasar con su carga de hierbas curativas y de olor, ceñido el "mecapal" a su rugosa frente. El toronjil, el magüey rojo, el matalí, la albahaca y la hierbabuena se quedaron con sus raíces en la tierra. Ya no ha pasado la vieja campesina con su olor a pachulí y a maíz nuevo. Hoy, la empinada cuesta se hizo llano y el sol se quedó dormido. Los gallos no cantaron y el rostro del alba se ha quedado agrio y lagañoso. *** El secreto de Onésimo -¡Onésimo... Onésimo! ¿Dónde estás, hijueputa..? ¡No ves que está soplando el "norte" y te va a caer el pinche aguacero! Ciertamente sopla el viento sarandeando los árboles del terreno, pero no es el viento del norte. María, en esa manera extrema de proteger a su hijo, siempre incurre en mentiras piadosas. Y, la verdad, es que Onésimo está roncando como mico de noche debajo del catre. Los histéricos gritos de su madre le golpean sus tímpanos y salta como chapulín el pobre niño -desorbitados los ojos- con el llanto a flor de labios listo a defenderse. Se revuelve en el lecho de barro. María entonces descuelga la ropa ajena de las lías y hace montañas sobre el catre de enequén y patas de cabra. Onésimo se sacude el overol y restrega sus ojitos llorosos. -¡Aquí toy, mami..! Cuatro abriles apenas, palabras imitadas y frases cortas, pero entendibles y compartidas con su madre. Onésimo sabe que tiene que lavar los fierros de planchar, pero sin mojarse porque su madre "lo chinga". Él lo sabe. Todos los días a esa hora se alza los bajos del overol y camina sobre los ladrillos del patio sin bajar los huaraches al lodo. Hasta el pozo. María le ha dejado en el brocal la ceniza y el zacate para quitarles el sebo y dejarlos brillantes como espejos. Mientras ella enciende el anafe que deja escapar el humo por las brandas del jahuacte. La brasa tiene que ser roja para que se calienten los fierros. La ropa es mucha y hay que entregarla porque los señores no pueden esperar y los centavos hacen falta. En tanto el niño se ocupa de su trabajo, María le observa desde la cocina. Le cuida mucho. Todas las noches cuando sólo la débil flama del candil espanta a la oscuridad, la madre acaricia tiernamente la espaldita desnuda de su hijo. El niño ya se da a entender y le ha dicho cuándo va a llover y cuándo no. Le ha despertado entrada la noche para ir a recoger las frutas que caen del zapote para ganarle a los vecinos. Le ha convencido de salir, alguna tarde, al parque del pueblo con la certeza de que alguien les invitara a la función de cine... y así sucede. Hasta adivinó cuando su tío Bernardino se cercenó la mano izquierda con el "güinche" en un barco camaronero, cuando regresaba al puerto. -Vamos, Malía, que Belnaldino te está llamando. ¡Llévale lopa limpia polque está lleno de sangle! -¡Jesús me valga, Onésimo, que me vuelves loca..! Todo ocurría de aquella manera. Y no era normal. En la mente de María surcaba velozmente toda clase de pensamientos desde el momento que se dio cuenta de la conducta y adivinaciones de su hijo, atribuyéndole el fenómeno a cuantas divinidades asomaban a su recuerdo y sapiencia. Así pues, primero pensó en alguna posesión maligna, hechicería o embrujo. Después declinó sobre la posibilidad de algún poder o don divino, de la misma manera que se "achaca" al apetito de la luna la aparición del labio leporino. Aquella tarde, María entrega la ropa mientras dejara a Onésimo con su quehacer en el brocal del pozo. El niño, después de terminar con su trabajo, se va hasta el fondo del solar -aprovechando la ausencia de su madre- con el propósito infantil de recoger los zapotes que cayeran del árbol. De regreso a la casucha, la mujer no encuentra a su hijo y el anafe levanta lenguas de fuego de la brasa roja sin fierros. Sale al patio y la sorpresa le estrangula el habla lloroso y sin overol, Onésimo se sacude tendido en la batea de la vecina, quien se dio cuenta de que en la espaldita del niño -desde el hombro hasta la cintura- se dibujaba un extraño cordoncito de carne en forma de cometa. -¡No... no, doña Carmela... ¿por qué desnudó al niño? María gritando como loca le arrebató el niño a su vecina para cubrirlo con su vestido. -Onésimo se cayó al lodo... -se defendió la mujer- y como ya le conozco, quise lavarlo antes de que volviera para que no le fuera a pegar... ¿¡pero!? Todos los vecinos supieron lo del cometa de Onésimo, quien desde entonces no se levantó más de su catre. Dejó de comer desde aquella tarde y sus ojitos llorosos fueron perdiendo el brillo y la luz ante la consternación dolorosa de su madre. María se ve más vieja de lo que es. Hoy como ayer sigue lavando y planchando ajeno, sólo que ya nadie le avisa que debe meter la ropa para que no le caiga al aguacero y nadie le adelantó la noticia de la muerte de su hermano Bernardino allá en altamar; porque Onésimo se fue con su secreto para siempre. ** Hilario Feria, escritor mexicano nacido en Villahermosa, Tabasco (1957) En 1984 integra el taller literario que dirige Ramón De La Mora Bueno. Es egresado de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT). En 1986 obtiene el primer lugar estatal de cuento en el concurso que convocan el CREA y el Instituto de Cultura de Tabasco; en el mismo año recibe el Premio de la Juventud 1986 por creación literaria. En 1989 es publicado su primer libro titulado Trozos de leña. Actualmente tiene un libro inédito de cuentos y el poemario Collage contra un espíritu astillado. Es fundador de la Sociedad de Escritores "Letras y voces de Tabasco AC". hifepe@starmedia.com. === Árbol del olvido Jorgelina Guglietti ============================= (Nota del editor: En 1999 la revista literaria bilingüe publicó una selección de poemas de Jorgelina Guglietti, extraídos de su libro, aún inédito, Árbol del olvido. Hoy la Tierra de Letras muestra algunos de esos textos). *** 22 Marcó el aire con sus dedos / y ella asintió / oscuros juegos para largas noches radiantes ultrajes / al amanecer / cuando la luz agota el resplandor del mediodía Ahogás el polvo en la garganta y es la sed quién vuelve / siempre / a pedir por tu sangre. *** 33 Maldita he aprendido a jugar con los demonios quemamos almas en los patios desperdiciamos vidas celebramos funerales en mi cuerpo / tantos / que ya no recuerdo... ¿cómo contar las buenas intenciones? ahogadas de risa los domingos en familia. *** 38 a Adriana Giacobbe Proscripta está la memoria de los labios muertos de muerte / sin coronas / colores impíos actos aprendidos elecciones no tomadas cedidas al temor a la decisión / que alguien más tomará / alguien a quién agradecer y culpar el inútil ofrecimiento la asfixiante vanidad de creer / poder / tomar la vida con sus manos. *** 52 Donde hay de vos hay de mí donde hay tu aire hay mi aire donde hay tu sangre hay mi sangre y vino y gloria y ausencia / de presencias que perdimos / los dos / bajo la impávida calma de la memoria. *** 66 Si no fui aquello que debería haber sido / es / porque errar es mi mayor deleite mi gran virtud mi gozo y el tuyo. *** 72 a Paula Ceraldi Los ojos del paraíso se acercaron al alma mía nos encontramos en la cocina / buscábamos libros / que explicarán por qué penaban tanto las penas por qué nos reíamos hasta las lágrimas por qué deseábamos dejar clavada la vida en el paladar de los que amamos las voces volvían a la cocina los muertos que nunca habían muerto hablaban por su boca y por la mía el cansancio no pudo agotar la lengua repetimos las historias de las manos saciamos corazones y siestas contamos cubiertos / doblamos manteles planchábamos servilletas a la orilla del viento nos rendíamos con la tarde / buscábamos álamos para contar estrellas / jamás nos preocupó lo que sería tanto como lo que había sido nunca hubo un Dios en quien confiar la piedad era para otros cristos / mas cristianos un té caliente calmó los dolores del cuerpo cuando el alma saltó vestida en llamas sobre la mesa comprendimos el silencio / pero nunca las recetas / ya no habría otra función el domingo el día nos dejó / al borde del abismo / *** 82 Abandonamos la tarde / brillantes / resplandecientes de dolor El viento llevó los cuerpos que nos acompañaban lejos de las palabras. *** 88 El humo golpea tus anteojos y en las paredes del bar juegan las imágenes / lo que dejás ver / lo que ocultás / y alrededor humo y bocas y alardes y gritos y soledad y deseo y cuentos / que nadie dirá / Movimientos lentos caminan vértigos y cada cual atiende su juego. *** 95 El espanto saltó sobre la mesa aturdido como la primera vez no quedan rastros de las repeticiones de las palabras de sus manos ni aliento en su cuerpo mudo de gritos solo de ausencias danzar en la fiebre del hastío con zapatos nuevos diluvia / siempre diluvia / los días del sol el cuerpo detrás del alma / asediado / cantos fuera de la voz mecen rondas vespertinas / los ayunos y el adiós / cada día / La gloria llegará y tocará otros cuerpos / ígneos / tal vez más piadosos tal vez más malditos Inofensivos cuentos cada tarde / se tejen en tus ojos he venido al sur por el desierto y las respuestas cambiaron y cambiarán con las horas / los secretos serán los mismos / tan parecidos a los que fuimos ahora somos tan distintos. *** 101 La palabra olvidó su voz en el desierto / cierto de tu ausencia Inmensa es la soledad imposibles son los encuentros que igual sucedieron. *** 107 El olor de la piel recuperó el goce de tu cuerpo lamiendo la alegría de las equivocaciones posibles libre de los actos heroicos / de los héroes vacuos / los miedos andan sueltos y llevás lilas los recuerdos y sedientas las manos deseando tomar el deseo del deseo / inevitable / mágico / Animal que pace en el tiempo de las historias perdidas en la inmensidad del delirio / y la fiesta / de haber encontrado tus ojos en los míos Saltarás / radiante / con la vida en llamas al abismo de tus sueños. *** 110 El espejo señaló la hora de las manos los reflejos giraban alrededor / fuegos / rondan las horas de la siesta la sed busca la sombra de los árboles más brillantes los pies desnudos sobre el banco las páginas revueltas de los libros contra el pecho / prolongar / detener / asir / la calma aquel lugar perdido en la ostentación de la memoria. *** 125 Cansancio de mí bajo la calma de los vértigos / afuera / la casa de los tormentos muros pálidos desgranan rosas en las sombras / feroz es, la imagen del silencio / Sucia entre los limpios / blanca / en la hora más oscura esperaré el asalto de los instintos de los que asesinan vidas en tu aliento Dar la sangre sabiendo que te irás antes de partir / a otros brazos / sostener el aire refregado en los pulmones buscando cada intersección del deseo asir / violar la imaginación y el placer de ver girar locos los ojos en tus dedos las alegrías se han ido por los pasillos hay otros ecos en el hastío. *** 134 Al altar de tu pecho me remito al que esconde la pasión irreverente exhibiendo su dolor sin pudor sin un solo gesto que pueda amparar la duda a la eterna luz capaz de cegar con absoluta certeza la claridad del día a tus ojos que guardan en cada una de sus miradas el mar desesperado y fugaz de mi alma. *** 144 a Nélida Etcheverry Vago en el viento vago en las penas de mis ojos y en las voces de otras bocas que murmuran sobre los actos de este cuerpo Vago cada noche entre los sueños de tus sueños en el influjo infinito de la luz buscando las sombras vago en los cuerpos de los libros al respirar sus implacables letras vago en la hondura y la impotencia de los actos fortuitos e irreparables que rondan las voces al desatar certezas vago sin la protección de Dios que me niega su presencia vago quieta / a la deriva agolpando vidas y muertes continuas vago en el deseo pugnaz de destruir / la inercia / ** Jorgelina Guglietti, escritora y diseñadora gráfica argentina nacida en Buenos Aires (1968). Graduada en la Universidad de Buenos Aires en 1990, donde dio clases hasta 1995. Reside en la provincia de Neuquén, en la Patagonia, y algunos textos suyos fueron publicados en 1999 por la revista literaria bilingüe The Refined Savage, de Indiana, EUA. jguglietti@infovia.com.ar. === Sin titular (por cábala nomás) Matías Gastaldi =================== Desde el momento en que tuvo uso de razón, Colbert Klein había juntado unas cuantas leyes para vivir su vida. Aclaración número uno, su nombre era Pablo García, pero dentro del ambiente artístico en que solía manejarse, se hace llamar Colbert Klein, por el perfume y los calzoncillos. Sonaba mucho más interesante que el nombre que figuraba en el DNI. En su catálogo de leyes había incorporado en los últimos días una que le había cambiado el panorama de las cosas y su visión del mundo. No sabía muy bien dónde la había leído ni si la había escuchado por la radio: "Los padres cargaron con el peso de tener que cambiar el mundo, los jóvenes de hoy sufren porque saben que el mundo no va a cambiar". A veces le producía una sensación muy extraña. Por un lado se sentía un poquito como la mierda. Pero por otro lado sabía que eso no podía ser cierto, y que iba a hacer lo imposible por "vivir bien" (así, entre comillas). Dos palabras que podían resumir su micromundo. Una película buena en el cine cada tanto, algunas dosis de amor-sexo y escuchar radio hasta altas horas de la noche. Su trabajo en la fotocopiadora estaba fuera de su micromundo. Como ya había aprendido a hacer las cosas automáticamente, mientras la luz va y viene bajo los libros, se dedica a pensar qué va a hacer cuando el negocio lo deje partir. Había aprendido a no dormirse en el trabajo. En realidad escarmentó definitivamente cuando se durmió parado frente a una fotocopiadora con el dedo en el botón verde y sacó 147 copias de la pagina 33 y 34 de un libro de sociología de un tal Collins. Por eso lo suspendieron. Para no olvidarse de esa situación, empapeló todo el dormitorio con Collins y su palabrerío. También es cierto que mucho no le gustaba el empapelado de florcitas y disfrutó mucho socializando su pared, que desde ese momento lucía muy culta. En sí, surtía el mismo efecto que una biblioteca llena de libros. Cada uno que entra a la habitación dice: "Uy, qué copado", y Colbert dice que le gustó mucho leer ese libro. En realidad no lee mucho, salvo alguna que otra historieta y los chistes de las tapas de atrás. En algún momento era un buen lector. Pero comenzó a aborrecer a los libros cuando entró a fotocopiar. Nunca pensó que podría llegar a pasarle eso. Pero después del primer mes de laburo, y de pasar 10 horas con hojas y más hojas en las manos, le daba un poco de asco abrir un libro para leerlo. Era más que eso. Las letras ya no tenían significado, sólo eran cosas inútiles destinadas a ser mutiladas, violadas, y mil veces clonadas a 0,05 la simple faz. El diario ni siquiera lo compraba. Todos los días siempre aparece algún cliente con algún matutino bajo el brazo, y él, prolijamente, en escasos segundos usurpa la contratapa con una hábil y certera fotocopiada. Luego de su tan odiada acción, guarda el papel en su bolsillo para luego leerlo en su sillón preferido, en su departamento. Luego de reírse gratuitamente, el ritual termina apilando la hoja sobre la del día anterior, en un rincón, sobre una pila que tendría que ser vista de abajo por cualquiera de los enanos de Blancanieves. A pesar de su decaída cultura literaria, de alguna manera, por razones de fuerza mayor, se involucró más que todo por sentimientos con algunos cuentos. No fue una situación muy buscada que digamos. Todo fue dándose por alguna de esas casualidades que el mundo hacia llamar destino o suerte, según de qué lado caiga la moneda. Hace unos meses atrás, no algunos pocos como para decir tantos, no escasos como para decir pocos, Pablo-Colbert trataba de matar algunos minutos de su trabajo, haciendo bollitos con los números que la gente arranca del bicho rojo para ser atendida, cuando una chica de unos 23 años (¿por qué pensó eso primero?, ¿por qué no pensó morocha, de estatura media?) se apoyó en el mostrador y dijo: "Necesito rápido unas fotocopias". "¿Qué tan rápido?", dijo él. "Antes de las 19:30", dijo ella. Y el reloj decía: "Joven argentino que laburas en esta fotocopiadora, si no querés fallarle a esta muchacha que tienes frente a ti, apura el tranco que son las 19 y 20 pasadas". Colbert-Pablo no dudó ni un segundo. Se sentía como el héroe de alguna película de la que depende la heroína. Película en la que no puede fallar, por el bien de ellos, por el bien del mundo. En la primer hoja pudo leer lo que parecía el titulo de lo que estaba a punto de fotocopiar, y su calidad de héroe en proceso le indicó que tenia que corregirla: "Acá te equivocaste, visionario se escribe con S". Cuando cayó nuevamente al mundo, la chica de 23 años más o menos le dijo: "No, es vicionario, es un tipo que, en vez de preocuparse por su futuro, se entrega a todos los vicios conocidos y por conocer y muere de una sobredosis, después de enterarse que tiene sida. Es un cuento, y lo voy a presentar en un concurso. Para eso son las fotocopias". Así fue como él le pidió de sacarle una fotocopia para leerlo, y ella no tuvo problema. En una de las hojas anotó su teléfono, para que le dijera qué le había parecido, luego de leerlo. Bajo el número escribió Gricel y le dijo, ese es mi nombre, y a él le gustó. El nombre y lo demás. Ella preguntó por su nombre, él le dijo Colbert, ella se sorprendió, y le preguntó si era de acá, porque no tenia ningún acento. "El perfume no sé", dijo, "yo si", y después le aclaró lo del nombre artístico. Ella se fue y la copia del cuento quedó en las manos de él, también se quedó con su número, y con un estudiante que quería unas copias de un libro de Collins, "Sociedad antisocial". "Para mañana a la mañana lo necesito", aclaró y él no tuvo otra que quedarse después de hora para terminarlo. Y ahí fue cuando se durmió parado en la 33 y 34. No hubiera pasado nada, pero el dueño, que en su puta vida aparecía por el local, esa noche, por algún impulso "prostituto" apareció, y lo despertó a los golpes a eso de las nueve menos diez, cuando ya había llegado a la copia número 147. Lo suspendió por tres días y trajo a laburar al sobrino. Colbert volvió esa noche caminando a su departamento, maldiciendo a las máquinas por ser tan silenciosas, y con muchas ganas de disfrutar, o de abominar el cuento que había fotocopiado. Después de comer algo, prendió la radio y devoró el cuento dos veces seguidas, y le gustó. Eran las doce y media de la noche y pensó que seria muy tarde para llamar a Gricel y lo dejó para el día siguiente. Se acostó boca arriba, como siempre, y escuchó el programa de radio que seguía hace mucho tiempo: "Criaturas de la noche", donde cualquiera puede llamar y decir lo que piensa. En ese momento, Sergio y Silvia, los locutores, hablaban acerca de los sentimientos en la actualidad, y la muerte del romanticismo... Pero Colbert durmió pensando en Gricel, y en el vicionario. Aunque mucho más en Gricel. Despertó una sola vez, y la causa fue una pesadilla. Era de día, y él llamaba al número que la chica de 23, Gricel, le había dado. Del otro lado atendía alguien que decía: "Hospital, buenos días". Él preguntaba por Gricel, y la mujer le decía que ella había muerto de una sobredosis, y de sida, todo junto. Ahí él despertó, miró el reloj, y se relajó al darse cuenta de que todo era una pesadilla. Al otro día, un sábado radiante de sol, despertó no tan sobresaltado como la noche anterior, pero más o menos pintaba la misma situación. El primer pensamiento que cruzó por su cabeza fue el nombre Gricel, tardó en relacionarlo con aquella chica morocha, de estatura media y ojos negros, de 23 años (¿por qué pensó eso primero?). Y por eso tardó en reaccionar. Cuento = Chica = Teléfono, la fórmula no podía fallar. Dudó al momento de marcar... ¿y si del otro lado lo saludaban diciendo "Hospital"? Eso sería muy trágico. Pensó que era estúpido realmente y marcó el 553-8920 y esperó. Atendió una mujer grande, él preguntó por Gricel y luego de unos segundos pudo reconocer la voz de atrás del mostrador. Hablaron dos o tres boludeces para rellenar el llamado, él la invitó a tomar un café, para hablar del cuento, y ella lo invitó a una reunión que hace con un grupo, un café literario o algo así. Él acepto, y allí se vieron por segunda vez. La tercera vez que se vieron se besaron. Fue una acción mutua, en realidad chocaron en el medio. Ella quería, él quería. A la quinta ella dormía en su departamento. Y así sucesivamente. Hoy estaba sentado en su sillón haciendo algunas cosas habituales. Escuchaba "Criaturas de la noche" y leía el último cuento de Gricel. "Sigo sin entenderte", una historia de dos personas que discuten todo el día por estupideces, hasta que descubren que se aman. Lo terminó, pero había estado mucho mejor el anterior. Y considerando que el anterior era peor que el anterior. La cadena era detestable. La cosa iba de mal en peor. Había una cosa que le preocupaba. Cómo decírselo. Tenia que pensar alguna manera que no hiera su orgullo, sus sentimientos. Aunque el orgullo era lo que más le preocupaba. Era capaz de reaccionar muy mal, especialmente cuando le tocaban algo suyo. Como aquella vez que le dijo lo de la salsa. "Está muy picante" o muy no sé qué. Y ella arrancó mal. Esa noche terminó comiendo una mandarina en la cama y escupiendo las semillas por la ventana. De los fideos y la salsa no tuvo más noticias. En realidad la cosa fue mucho más allá. Él cometió el gran error de decir que su mamá preparaba una salsa más rica, pero lo había dicho en broma, y ella lo tomó como una verdadera ofensa. Después se enteró a dónde habían ido a parar los fideos. Los perros del barrio agradecidos. Fue una de las pocas veces que comieron fideos con salsa. Así de temperamental era Gricel. Luego de que la tormenta pasó y de que, como se dice generalmente, las aguas se calmaron, Colbert espero un momento no muy significativo para comentarle el asunto sobre los cuentos. Estaban viendo una de esas películas en uno de esos cines, donde la película es buena, pero el cine deja mucho que desear. Eso pasaba por no ir a los cines del centro... aunque en el centro también hay de esos cines, aunque haya más de esas películas. El asunto fue que estaban disfrutando de la película, y mientras el protagonista miraba por una ventana a su hija jugar en el patio con un muñeco rojo, él dejó de mirar la pantalla y le dijo: "Estás escribiendo peor que antes". Ella lo miró, y le dijo: "Déjame ver la película, después lo hablamos". Colbert no pudo concentrarse en la pantalla hasta que los títulos finales aparecieron. Lo único que pudo leer fue Tecnicolor o algo así al final, estuvo pensando todo el tiempo en si había metido la pata en algún lugar del que no podía sacarla. Quizás tendría que haber simulado un poco, y tendría que haber puesto los sentimientos frente al espíritu de critica y decirle... tus cuentos están buenos... pero no podía. Y no pudo. A la salida del cine vieron a dos o tres personas conocidas. Cruzaron alguna palabra de cordialidad. Y salieron caminando dejando atrás el bullicio de la salida del cine, doblando en una esquina, y perdiéndose en una plaza. No se decían ni una palabra. "Te enojaste por lo que te dije". Colbert no tuvo otro remedio más que arrancar, estaba carcomido por dentro y tenía que decir todo lo que pensaba. "Para nada, porque me voy a enojar", de repente el mundo se desinfló y Colbert fue un alivio. "Ya me había dado cuenta -siguió ella con su confesión-, pero seguía escribiendo así por que pensé que a vos te gustaba". Hubo un silencio. Y Colbert replicó. "Si, pero en el caso de que algún día publiques algo, yo no te voy a poder comprar todos los libros...". Caminaron un rato más, hasta el departamento de Colbert que estaba un poco más desordenado que de costumbre. Mientras apilaban una cosa por acá, y otra por allá. Gricel se preguntaba qué cosas podría escribir... y criticaba su principio de fracaso a que no tenia buenas ideas, y no a que no supiera cómo construir una oración. "Ahí está el punto", fue la respuesta de Colbert, y festejó por dentro porque al fin le había dicho lo que tenía que decir. Y ningún terremoto abrió la tierra y se lo tragó. Cuáles fueron los sueños que siguieron a aquel suceso ni Colbert los recuerda, ni Gricel pensando con mucha fuerza puede relatarlos. Despertaron al otro día uno junto al otro, él del lado izquierdo, ella del derecho, como acostumbraban. Ella dijo "buen día", él dijo "tengo una idea", y a ella le sorprendió, no el hecho de que tenga una idea, sino el hecho de que a esa hora de la mañana tenga la lucidez suficiente como para decir una palabra. Generalmente no era así. Podía pasar una hora hasta que él pudiera decir una palabra. Siempre era de hacer las primeras cosas del día en silencio, Gricel nunca supo si era porque se levantaba pensativo o porque solamente se había despertado su cuerpo y su cerebro o su alma seguía dormida en algún rincón del mundo de Morfeo. Después de decir "tengo una idea" hubo un minuto de silencio en el que ninguno dijo nada. Y Gricel pensó que la había perdido, pero no dijo nada porque entre las neurosis de Colbert estaba el hacerse el muy enojado cuando le interrumpían esos silencios mañaneros. Después de la pausa vino el descargo. "Podés escribir la forma en que nos conocimos, podés hacer un cuento con eso, ¿qué te parece?". "¿Y qué voy a escribir?", dijo ella, a la que era muy difícil meterle una idea en la cabeza. "El primer día en la fotocopiadora, aquella vez que fuimos al café literario, pensá, hay muchas cosas". Aquel día que fueron al café literario, no era un buen día para el común de la gente. Sobre la ciudad caía una garúa un tanto pesada, de esas que daban para el apodo de algún gil. Por eso de jode, jode, pero no moja. El lugar se llamaba "El Rincón". No era muy grande, pero de pinta acogedor. Colbert se acordó de alguien que decía "Mmm, si pinta acogedor, yo me hago el forro y entro despacito...", y se rió con ganas, mientras Gricel le preguntaba por qué se reía, y él le dijo que después le iba a decir. Apenas entraron, un grupo de unas cinco personas dejaron lo que estaban haciendo y miraron hacia la puerta. Y Colbert se sintió el forastero que entra al bar del pueblo. Luego de unos interminables tres segundos, siguieron en lo suyo. Se dio cuenta de que "ese" era el grupo literato, y seguramente ahora estarían hablando por lo bajo sobre él. "Uy, vino con el tipo ese", "¿Estás seguro de que es ese?", estará diciendo la minita del rincón. Y otras cosas propias de esos momentos. Cruzaron todo el bar, esquivando mesas y sillas, mozo con bandeja incluido, y ella se encargó de la presentación. "¿Por qué Colbert?". Fue la primera pregunta. Y la correspondiente respuesta fue algo así como que antes frecuentaba un grupo musical, en realidad se juntaban a tocar, pero nunca llegaron a nada. Siempre fueron un grupo de garaje, porque nunca salieron de ahí. Tenían planeado llamarse "La banda de los nombres extraños", o algo así. Y él eligió Colbert Klein por que solía usar los dos. Perfume y calzoncillos. En cambio había uno que se hacia llamar Mango Moulinex, era el cantante, mientras que uno de los bateristas se llamaba Epson Packard. Así numeró uno a uno a todos los integrantes de aquel grupo, ante la sonrisa general. Esa fue una buena manera de entrar al grupo, pensó, al menos para ganarse la simpatía de todos. Aunque uno no había esbozado sonrisa alguna durante todo el relato. Y Colbert se había dado cuenta de esa situación. "Todo muy lindo, todo muy lindo, pero acá falta algo". Al fin, el sujeto-de-la-punta-de-la-mesa del cual el no se acordaba el nombre habló. "¿Se acuerdan lo que impusimos como test para que cualquier persona ajena entre al grupo?". Colbert buscó con la mirada a Gricel, y en ella encontró la respuesta. No era nada del otro mundo, era algo simple. A pesar de eso, Gricel habló antes que todos. "Creo que primero habría que preguntarle si quiere entrar", ella le devolvió la mirada, y recibió un sí como respuesta. "Muy bien. La prueba consiste en recitar un poema cortito que nos guste, que sea tuyo y que se te ocurra en este momento". Silencio. Era una pelotudez, pero era una situación limite. Se levantó de su silla, y pensó. "Podría estar en cualquier lugar, pero estoy acá. Podría estar en mi cuarto, Forrado con el maldito Collins, Que seguro lo han odiado también. Pero estoy acá. Pensando en decirles algo interesante, como pueda, aunque me sienta como la mierda". Aplausos cerrados. Sintió dentro de él un alivio que lo llevó a sentarse de nuevo. Y a relajarse. "Un poco rústico al final, pero estuvo bueno, espontáneo, y bueno. Contamos con tu colaboración para el libro en común", dijo Luciano, así se llamaba el de la punta de la mesa. El libro en común no era otra cosa más que un libro que escribían entre todos. Cada uno escribía una página, y así hasta el final. "Pero yo no sé escribir...", dijo él buscando la aprobación de Gricel, y haciendo de alguna manera una advertencia a la platea. "Eso es lo de menos", dijo el de la derecha de Luciano. "Yo tampoco sé, así que le digo la idea a ella, y así puedo ver mis ideas en un papel". Él era Natalio, y no era ningún homenaje a Sui Generis, se llamaba así. Y ella era Natalia. Hechos el uno para el otro. Al menos desde el nombre. "¿Eso no te parece algo bueno para escribir?". Ambos seguían en la cama, buscando organizar de alguna manera los recuerdos para escribir algo interesante, algo efectivo. Así Gricel se puso manos a la obra, escribiendo un poco acá, un poco allá, en papeles de distinto tipo, en las horas de descanso, en las horas de cursada, en el baño. En fin, en todos lados. La posibilidad del reconocimiento era un concurso organizado por una revista literaria. No era una de las más prestigiosas, pero todo valía, para darse a conocer un poco. El premio consistía en la no despreciable suma de 500 pesos, cosa que no venia mal para el bolsillo de cualquier estudiante que se precie como tal. La revista se llamaba "El pasillo", no guardaba ninguna relación con un libro, pero haciendo alguna asociación libre uno podría pensar en "El túnel" de Sábato, o algo así. Una vez que el cuento tuvo la palabra fin en la hoja número 9, le quedaba la siempre complicada tarea de ponerle un titulo al cuento. Situación que para Gricel era una tortura, ya que siempre le costaba unas cuantas neuronas agotadas y muertas por el cansancio. Pero últimamente Colbert venia colaborando en esa parte, así que todo se le hacia mucho más fácil. Y así fue como salieron las cosas, fáciles. Gricel pidió ayuda, y el Romeo después de la gripe puso sus neuronas a laburar. Después de una ronda de mates, y justo cuando la yerba pedía ¡por favor! Los ojos de él se iluminaron. "¿Tenés el título?". Mientras tomaba el último mate, asintió con la cabeza y ella sonrió, los títulos siempre eran ingeniosos, y no había discusión. "¿Cuál es?". Ella se salía de la vaina por saberlo, así que estiró el mate hasta lo más que pudo. "Collins en la pared", dijo, y se quedó expectante en espera de una respuesta. "¿No te gustó?". Siempre estaba presente el temor a la reprobación. "Me encantó". Se levantó de su silla y lo besó. Días después presentó el cuento en la revista, a la espera de un resultado satisfactorio. Obviamente lo presentó el último día, y a una hora de que cierre el plazo, para no perder la costumbre. En realidad siempre era así. Nunca tenía que hacer las cosas con tiempo. Si no lo hacía sobre el límite del filo de lo insufrible, no se sentía realizada. Durante la semana que duró la selección, siguió intentando empezar alguna historia, pero sin resultado. Estaba esperando que "esa" gente de la revista diera el maldito resultado. El lunes a la mañana, Gricel fue al puesto de revistas y compró la última edición de "El pasillo" y fue directamente a la fotocopiadora donde estaba Colbert trabajando. Se apoyó en la barra, lo llamó y abrió la revista en el lugar donde estaba la lista de los ganadores. Ella tenía una sonrisa en la cara y lo miró, sin abandonarla. "¡Ganaste!". Ya estaba saltando de alegría, hasta que ella habló. "Hubiera sido un mejor final, pero perdí, ni siquiera una mención, pero ¿qué le vamos a hacer?". La sonrisa era demasiado irónica. Y él, que siempre tenía un as en la manga, la consoló. "No es la forma en que escribís, pasa que a nadie le importa nuestra historia, solamente a nosotros". De un momento a otro la seriedad marcó fuego su cara. Y la respuesta no tardó en llegar. "Me parece que perdí porque el título que le puse fue una porquería, le faltó mucha fuerza". No pudo aguantar la risa, se subió a la barra y lo besó. Le dijo un adiós de película vieja, mientras se perdía en la esquina más cercana, cantando una canción en inglés de la cual no sabía la letra. Y pensando en el próximo cuento que iba a escribir. Estaba tratando de recordar un sueño que había tenido esos días, y que le gustaría volver a soñar, al menos para ir pensando en algún título para ponerle. ** Matías Gastaldi, escritor argentino nacido en Buenos Aires (1977). Reside desde 1991 en la provincia de Neuquén. Cursa actualmente la carrera de comunicación social. matiasgb@hotmail.com. === Cuentos Marta Catalán ============================================ *** Vida sedentaria Ha llegado el momento, sí, te das cuenta de que realmente ha llegado. Te levantas de tu cómodo sofá y te diriges a la puerta porque ese glorioso instante de cambio se acerca y tú no quieres perdértelo. Tanto tiempo como habías pasado sentado sin saber qué demonios le faltaba a tu vida, y ahora por fin se presenta ante tus narices de improviso, sin avisar. Arrastras pesadamente un pie tras otro, gordos y perezosos tras demasiado tiempo sin hacer nada. Para que resuenen huecos chocando contra el suelo de madera. Además hace un calor asfixiante, y gotitas de sudor chorrean frente abajo y espalda arriba. El ventilador de cuando en cuando se digna a soplar una brizna, y te alivia unos segundos. Luego recuerdas tu meta y prosigues la incesable marcha: ¡tienes que conseguirlo, no puedes dejarlo pasar! Tu barriga se bambolea maciza al ritmo de los pasos, y esos pelos que la pueblan te hacen cosquillas con el roce de la camisa de lino. Te restriegas con la mano la nariz, que pegajosa ya no atiende a olores. Levantas la vista y ves por lo que te habías levantado, ya que en tan largo trayecto olvidaras tu meta en un par de ocasiones. Te espera ansioso tu premio, ese cambio celestial que será como comprar una parcelita en el cielo, justo junto a la mansión de Dios. Sacas la lengua de la reseca boca y humedeces la comisura de unos labios harinosos. Te llama a ti, solo a ti. ¡De pronto tus cálculos no te fallan, estiras la mano y ya lo tienes!, ¡es tuyo!, ¡sólo tuyo! ¡Qué gloria sentirlo! Tiras levemente y la puerta del congelador se abre, allí está un helado de tres gustos esperándote. Lo coges y a toda carrerilla vuelves al sofá para seguir con el zapping. *** Medicina Aún no le había salido ninguna arruguilla por la comisura del ojo (común y vulgarmente tratadas de patas de gallo), sus dientes seguían todos en su sitio, el pelo continuaba tan negro como siempre. Había pasado un año más, otro tal vez para echar en el montón y sólo reconocerlo por ser de nuestra propiedad. Se levantó aquel día pensando que por mucho que fuera su cumpleaños no se sentía ni siquiera un poco diferente del vecino de al lado que adoraba tocar la batería a altas horas de la mañana, ni del de seguridad que velaba por la puerta principal y le saludaba con un guiño cada vez que pasaba. Con los párpados entrepegados y palpando la pared a causa del tremendo resacón de la noche anterior alcanzó a llegar hasta el baño. Abrió el grifo de agua fría y con un estremecedor grito se metió bajo él. Se vistió luego a toda prisa y se puso la bata, para no perder tiempo más tarde. Salió al pasillo sin saber muy bien la diferencia entre aquel día con cualquier otro del año. Los tacones resonaban en el helador suelo. -A ver, usted, guapita... ¿Se puede saber a dónde va con tacones a estas horas? Miró el reloj, eran las ocho o las nueve de la mañana. -A... a clase, digo yo, ¿no? -aturdida miraba el reloj otra vez no fuera a ser que se repitiera aquella escenita cuando en mitad de la madrugada se encaminó a la facultad pensando que llegaba tarde a clase. -¿Y usted a qué va a clase.. -dejó un poco la respuesta en el aire, mientras ella pensaba la respuesta-, ¿a estudiar o a ligar..? Los tacones son para las putas. -Mira, tú si quieres ir a clase en chándal, nadie te lo prohibe, pero a mí no me sale de las narices sacarme los zapatos porque al señor no le gusten. -Lo que me molesta es el ruido, y esa es mi función. -¿Velar por el silencio o simplemente por la virginidad de cada uno de nosotros? -dijo y siguió de largo mientras el otro seguía refunfuñando. Aquel era un día como cualquier otro, con sus estreptococos y sus páncreas inflamados. *** El infierno No habían dejado de llover cuchillos en toda la tarde, pero ahora lo que caían eran machetes de afilados costados que rasgaban mi eterna faz de niña. Sangraban a borbotones mis heridas, mientras él y yo metíamos los dedos en las llagas y las hacíamos más grandes. De mis ojos manaban enormes lagrimones de acero, como los filos que descendían del cielo para matar mi alma. Fue terrible, se oía el metal desgarrar mi piel, como si de un filete se tratara: "ras, ras", mientras yo miraba para lo alto, incurriendo a un Dios que estaba muy atareado con otras cosas. Y le gritaba que por favor me ayudase, que me iba a morir. Yo le oía, a lo lejos, reírse como a borbotones, como si sus carcajadas estuvieran sumergidas en un estanque de densas aguas. Se reía, diciéndome que yo misma me las tendría que arreglar. Pedí entonces clemencia al infierno, pero cuál fue mi sorpresa que me topé con el puesto de demonio vacante: "Se busca hombre sin edad determinada que sepa encender fósforos". Entendí entonces que allí sólo se dedicaban a calentar la Tierra, o a quemarla, para que nosotros nos achichárrasemos vivos, para que nuestros cuerpos chamuscados oliesen hasta en lo más recóndito de la realidad que creamos y pudiera otro ser decir que de tan malos que fuimos nos incineraban como castigo. Mientras que esto no sucediese seguirían hojas punzantes matándome la cabeza. ** Marta Catalán, escritora gallega residenciada en Vigo. quijota2@yahoo.com. === Poemas Armando Limón ============================================= *** Un día de estos i Por la mañana ojos y archivo abiertos estiran los músculos disponiéndose a la tensión del siguiente capítulo. Bajo doméstica lluvia artificial reinvento mapa y brújula fieles a mi resolución, luego pinto con pan y café la angustia de la digestión. Salgo al multitudinario río de latidos andantes; con presunta esperanza propongo, dudo, me retracto; forzado decido los vericuetos de cuerpo y alma comerciales caídos en azaroso regateo. Rescato alguna chispa heroica de entre bellas minucias del inconsciente colectivo, para seguir tiñendo después de la sobremesa palabras que retejan en mi voz recientes hechos callejeros de irrepetibles certezas dislocadas del instante. Logrado un día de estos después del pan y la leche, acudo a la hoja en blanco para que dé fe de erratas. ii Realizada la vocación del día; la sombra vespertina engulle voraz la luz del ocaso, tiende su tupida falda sobre las últimas perspectivas. La noche domina todo conato de reflejo, la pupila se ensancha ávida de apariciones, mis ojos tantean a ciegas la ubicación de los perfiles diluidos en su doble cero. El itinerario de la memoria no registra escrúpulos, nuevo miedo se me instala a sus anchas, ambigua serenidad retumba en la entraña, se despinta el "según" del cristal y el color con que se mira, las referencias de domesticación se esfuman, aterra paladear esta libertad inédita, el superego se me restablece con close-ups, en umbría, la osamenta del vacío es otra que en descubierto reflejo, las siluetas se ufanan de vestir la piel de la noche, por un momento el anonimato de la ignorancia se revela en sólida ilegibilidad, reconozco que no sabía la palma de mi mano, inútil imaginar auroras en esta hoja en negro, el reloj manotea con minutero relativo transitando de carátulas blanco circular hacia diluidas máscaras negro esférico, tres, dos, una dimensiones se estrangulan en este descomunal borrón de luz, la plenitud de esa nada me enmudece con su volumen de cerrada sombra. Las flores disparan su angustia de alma al pulmón de los señores nocturnos, resaltados aromas juguetean por entre los tejidos de ásperos rumores. Nuestras almas a carne sujetas a huesos para ceniza dispuestos, simpatizan en aco(s)tada estadía. El búho abandona sus alas a la gravitación lóbrega que vulnerabiliza el trofeo en tiniebla enterrado. Homogénea espesura de carencia luminosa refuerza el menester de lo ausentado. El bien y el mal se indefinen con pulcra inexactitud, finos ruidos en bruto resaltan desde irresolutos fondos, atezada atmósfera contrahace mis autoengaños, demacrados prejuicios pierden su equivoco marco, la consistencia pura de este eclipse total excita los lados oscuros de mis lunas; sospecho pavesas en este arcano. *** Venerafraseando ¡Cuántas cosas, limas, umbrales, atlas, copas, clavos, nos sirven como tácitos esclavos, ciegas y extrañamente sigilosas! *** Caer en la cuenta Agucé el tímpano lo dispuse para cualquier temblor y atendí el silencio que ofrecía su transparente velo al leve cuerpo del chasquido que merodeaba por el Caos: páginas respiratorias, jadeos de pulmones oxigenantes, bocanadas abrumadoras, cadena de atmósferas vitales, plena convulsión, con calambres, con retortijones, con bufidos bajo una sien luminosa, colmada presión en lo alto y ese ronronear implícito del aire a través del cuerpo, y de un neumático reflejo. Pero en mi sangre corrían mis ancestros por todo el laberinto venoso: lagos, ríos, charcos hacia el ponto; el sapo clamaba con el extremo de su potencia y el olor a mar le caía de perlas y los lotos ni se inmutaban con la noche de croares cruzados; y su negrura gritada entre el grave concierto servía de coraza al te quiero de algunos amantes entre la maleza: riberas lodosas, barro hervidero de latidos microfónicos, elasticidad y ternura entreverada entre el verdor, selva dentro de selva, sensación de feracidad. El paisaje ofreció por todos lados la opción veraz para flotar y seguir nadando en todo humor marino con liquidez total. *** Paraíso mío A Santiago Cuenca Poblet El paraíso me soñó: hoy trato de obligarlo a recordar la desnudez en que nos gozábamos cuando el tiempo no tocaba aún las risas de nuestro juego. Yo tomaba la mano del placer que desde sus laboriosas entrañas abiertamente me ofrecía el sabor de ámbitos vírgenes en intimidad de tesoro vivo y nos besábamos sin dejar que el Árbol nos perturbara. Pero allá: en la fábula anónima de las caricias se fue escribiendo la alegría y la tristeza de otros jugadores que como yo, probaron su dulzura y como ellos, fui feliz en el estremecimiento espontáneo de cada instante fugaz que construye eternidades. El paraíso no quiso recordarme; recurrí al sueño que guardaba las migajas de su evasión en que corría sin ropaje ni vergüenza con la piel de mujer sin culpa ni ruptura; y yo la seguía con miradas tensas, de las que sacudieron a Adán y la acariciaron a Ella. Fue el génesis del paraíso perdido con que los padres nos heredaron la broma de una manzana en boca de áspid; fue Dios llorando nuestra caída dispuesto a seguirnos apasionadamente hasta el fin de los desconocidos tiempos abrazado a la cruz de injusticia en que se sobrepasa la muerte. Ahora violentaré al paraíso para que me reconozca en los sueños de mi vida de todos los días y evoque la vereda por la que salgamos a encontrarnos y nos hallemos... en todas las cosas. *** Sombras de infancia Imberbe aún, descubrí al hombre en los puños de otros niños jugando a matar en mi cara la inocencia con que se entra en el reino de los cielos. Hice íntima amistad con el miedo, zancadilla encontraron los pasos con que intenté caminos; perseguido me sueño y acosado por aquella pandilla de desalmadores. Todavía duele aquel inmerecido escarnio, el filo de la guillotina brilla, el pánico cunde entre mis empeños, la velocidad letal cae a plomo sobre mi conato de supervivencia. Decapitados propósitos irresolutos desde aquella infancia fallida configuran el rompecabezas donde suturo repetidamente las continuas amputaciones, que padece mi fuerza pueril. ** Gustavo Armando Limón Álvarez, escritor mexicano (1950). Estudió matemáticas en la Universidad Nacional Autónoma de México y teología en la Universidad Iberoamericana. Ha publicado algunos poemas en la revista Pluma del Ganso de la ciudad de México. avoar@prodigy.net.mx. === Dos cuentos Amílcar Adolfo Mendoza Luna ========================== *** Sala de espera En ese momento lo único que parecía tener algún movimiento eran unas pequeñas gotas de lluvia que perezosamente se deslizaban sobre la ventana. El reloj aún no se atrevía a dar las doce. Sabiendo que el ángel de la muerte podría equivocarse, ¿no es peligroso estar en un hospital a la medianoche por alguien que no nos importa? Le desagradaban los hospitales. Su madre murió mientras le daba a luz. Ahora no tenía otra cosa que muchos años a cuestas y un viejo microbús. Todas sus relaciones eran superficiales y al precio convenido. También una botella de cerveza es buena compañía. Así como a los muertos no se les desentierra, conviene olvidar ciertas cosas para continuar viviendo o intentar vivir y la cerveza ayuda mucho. Por culpa de ese irresponsable no tenían derecho a quitarle el micro. Si no hubiera aceptado a Robert no tendría problemas, pero ¿qué se podía hacer si era el hijo del jefe del sindicato? Yo le decía que no metiera la mano a las germitas, al toque te cuadran. En el pasadizo no había un sólo rostro amigable, sólo encontró su rostro reflejado en la ventana salpicada de lluvia. Y no le gustó. Robert tenía más suerte con la carne fresca que él a la misma edad, incluso tuvo que dejar a su conviviente cuando ésta sospechó que hizo abortar a una colegiala. Si era territorio pisado por Atila, ¿qué lo llevó a María Jesús? ¿Alguna secreta revancha? Ella necesitaba dinero y él no estaba seguro de lo que necesitaba. Cuando Robert lo supo, le felicitó e incluso recomendó qué hacer. Tío, yo te lo digo por si acaso necesitas acordarte. Con esa frase consiguió lo que quería. Esa noche, falló. Mi error fue que no lo paré a tiempo. Aún recuerdo lo que le hacía a la chivola. Ella era una rica tramposa, pero Robert era un enfermo. ¿A cuántas no las pasó por el blando..?, alguna vez algo tenía que pasar, y justo fue con las terrucas. Estábamos en el Parque Universitario y suben esas dos con su cara de yo no fui, pude ver por el espejo que la policía nos seguía, "alguna coima", pensé; intrigado, volteo y me fijo en el brillo de la pistola que tenía una de ellas en su mochila. Y Robert se acerca a afanarlas. Cuando la policía llegó, ellas dispararon contra todos y el que llevó ventaja en el reparto fue Robert. Como se desesperaron ni me dijeron que arrancara y la policía las desarmó. Ahora estoy aquí, con el micro lleno de balas y en la comisaría, Valentín Lafock quiere botarme y Robert está frío. Caminó sin atender a nada, se sentó en la única banca del pasadizo y cerró los ojos. El ángel de la muerte pasó. El sueño contenido le cayó encima y lo último que vio es que no era medianoche aún. Sintió en la oscuridad que caía en algo parecido a un precipicio. Debía salir del hospital y encontrarse con María Jesús. Con Robert fuera del mapa, poco importa el que dirán. Cuando abrió los ojos estaba sobre una cama, viendo unos aparatos sin sentido que le impedían moverse. Vio entrar al cuarto un doctor, a María Jesús, ¿qué hace aquí..? y ¡a Robert! Las cosas habían dado un vuelco extraño. Y antes que el sopor le ganara de nuevo pensó si al ángel de la muerte o a cupido les importaba siquiera un poco el amor de verdad. -¿Cuándo fue, doctor? -No hace mucho. Justo a medianoche. -Es una pena. ¿No, María Jesús? -Quisiera saber si puede hacerse algo, doctor. -Me temo que el estado de coma en que se encuentra no tiene solución. ¿Tiene familia o alguien responsable que quiera mantenerlo con vida? -Sólo a mí. ¿Podría dejarme tiempo para pensarlo? -Está en su derecho. Fuera del hospital, Robert explicó a María Jesús cómo cerca del Parque Universitario subieron dos jovencitas con pinta de universitarias, que al verse perseguidas por la policía se pusieron nerviosas y a una de ellas se le escapó un tiro. -¡Qué horror! -Ya pasó. Robert le dio un beso ligero en la nuca, casi como un soplo, como antes lo hacía. Viendo cómo ella permanecía quieta, con voz prometedora susurró pellizcando su cintura: "Vámonos". Ella, fingiendo preocupación, le dijo si acaso no será posible él pueda sentir algo. Robert con voz triunfante respondió que eso no era importante y le pellizcó la cintura de nuevo. Entonces, con toda la prisa que el deseo puede dar, María Jesús aceptó extraviarse con Robert por las agripadas aceras. *** Si acaso la tenacidad no basta "Comete usted un error al contar conmigo". ¿Quién podría hablar así? Dios y el fracasado. E.M. Cioran, Del inconveniente de haber nacido. Escuchen, hijos míos, estas aladas palabras. No las dejen escapar y elévense con ellas sobre este marchito lupanar que no sirve más que para morir, matar o renunciar a vivir. No soy profeta, maestro de la Ley ni rey con corona; pero, ¿desde cuándo solamente los poderosos pueden hablar? No me pregunten quién soy todavía. No es importante. Sí lo es la historia que les contaré. Escuchen con la misma atención que el pescador emplea para vigilar sus redes en el mar avaro. En el país de Us todos felicitaban a Job, el hombre que enfrentó el dolor y la desventura sin maldecir a Dios. Un año pasó y recibió la sabiduría necesaria para olvidar y dejar a los muertos en paz. Pero esa mañana, la lepra volvió. ¿Fue un sueño la justicia de Dios? Me temo que no es lo que los hombres creemos. Acaso mi vida es como una barca atrapada por la tormenta que cesa y aparece de nuevo con renovada furia. Sólo tú conoces la razón de esta nueva prueba. ¿No soy tu hijo fiel? No quiero pedirte más explicaciones, acaso sólo sean amables ficciones que duran tanto como un sueño. Borra mi existencia, para que no haya más noticia de tu desgraciado siervo. Mis días los has contado mucho tiempo atrás y pronto, sin haber vivido, tornaré a la sombra y nunca podrás remediar el daño hecho. ¿Qué explicación podré obtener antes que este cuerpo, que será despreciado por los gusanos, se encuentre con el polvo de donde provino? ¿Por qué me diste esperanzas de justicia?, ¿soy una broma?, ¿quiénes ríen contigo? Sospecho que la vida de los hombres es un juguete en las manos de un niño distraído. Mi esperanza agoniza y aunque me resisto a dejarla morir, siento que muere conmigo. Éstas, amigos, fueron las palabras del buen Job en la segunda y más terrible prueba. Todo le fue arrebatado nuevamente, incluso las ganas de vivir. Muchas lunas pasaron y su tormento creció, sus amigos oraron por él, pero esta vez no le hablaron. ¿qué palabra, en qué idioma serviría para darle algún consuelo? Una mañana de verano la lepra empezó a disminuir. En la noche no quedó rastro alguno. Esa era la señal. Largas horas de vigilia empezaron a cerrar los ojos de Job cuando una voz extraña lo llamó. No parecía ser la voz del Señor. La noche era totalmente oscura y sin luna, la voz parecía provenir de la misma tierra. Aquí estoy, mi Dios. Una voz estremeció la noche con una gran risa: Yo no soy tu dios. Háblame, si eres nacido de mujer, ¿quién eres tú, que de una forma tan infame te burlas de un anciano? La risa violenta invadió la noche nuevamente. Job decidió volver a casa. Me decepcionas, Job de Us, ¿creíste ganar el juego? La noche se volvió más fría. En el país de Us sólo dos personas despreciaban el confortable lecho. Dime quién eres, ¿quién te envió a perturbar el poco descanso que puedo gozar? Mi paciencia no es la misma que antes, cuando era más joven, cuando la salida del sol no me asustaba y me entregaba al sueño reparador todas las noches con la esperanza de abrir los ojos al día siguiente. Responde primero y sabrás mi procedencia. ¿En verdad te satisface el cuento de la creación y del inmenso poder de Dios de arrancarte la cabeza?; si tienes miedo de vivir, ¿por qué no maldecir al culpable de tu ruina y morir?, ¿cómo sabes si lo que te espera es mejor o peor... o si nada te espera? ¿No sabes que eres el resultado de nuestra travesura? ¿No sabes nada de la apuesta? ¡Necio impertinente, pozo de víboras!, ¿no provienes, por ventura, de la semilla de un escorpión incrustada en el vientre de tu madre? A todas tus provocaciones, responderé que intento confiar en Él, porque confío en que me aliviará y restituirá entre los felices. Y aunque no lo hiciera, sólo tengo miedo de bajar al cobijo de la madre tierra sin ninguna respuesta. ¡Oh, mil veces cobarde Job de Us! Siendo desafiado de esta manera, yo, Baal, me descubro ante tu rostro para decirte el secreto que se esconde detrás de tus padecimientos y los de cualquier mortal. Nunca antes algún hombre estuvo tan cerca como tú de la sabiduría. Ustedes son parte de un juego, un campo de batalla donde se enfrentan furiosos ejércitos. ¿Quieres saber lo mejor de todo? Ningún ejército es dañado, sólo ustedes. Destruimos esperanzas, violamos virtudes, echamos sal sobre los escombros de los sueños... me olvidaba del escorpión. Yo soy hijo de mí mismo, como tú. Ya no eres Job de Us, el hombre, eres un actor rebelde en escena. Yo soy tan siervo de Dios como antes, sólo mis funciones han variado. Ahora, todo depende de tu palabra. Es tu turno de jugar a ser Dios, porque todos los hombres tienen el poder de dominar a la naturaleza y ser dioses de sus destinos. Te juro que otras generaciones más iluminadas que esta ejecutarán mis palabras una a una. ¿Sabes cuál es la más alta traición del hombre? Traicionarse a si mismo. Renunciar a su yo, relegarse, convertirse en un ser humilde, no cobrar por el favor otorgado, creer en las ideas que otros propugnan en beneficio de todos sin darse cuenta de la realidad. Lo que no ves no existe, lo que no te da fuerza te debilita, sin placer nada importa... ¡Basta!, eres Baal, el ángel caído, pero sobre todas las cosas eres el astuto mentiroso, el fabricante de engaños. Tú sedujiste a Eva con falsas promesas. ¿Qué te importa decir la verdad? ¡Qué ciego eres, Job de Us! Soy el ángel caído, mi alegría de dar se agotó dando, mi virtud se cansó de sí por ser tan abundante. Quien está siempre dando se envilece más que quien recibe, a quien reparte se le encallecen las manos y el corazón. Soy un mentiroso, ¿pero sólo soy un mentiroso?, ¿acaso la verdad no es más destructora? También soy eterno y puedo destruir a costa de pura virtud. Puedo enflaquecer la conciencia, desgastar los razonamientos y convertir a nobles corazones en monstruos implacables con sólo arrojarlos en la ciénaga de la virtud, ¿y me acusas de ser mentiroso? No me conoces, pero yo te conozco. Puedo abolir tu existencia y también puedo eliminar tu sufrimiento. Jamás se ha ofrecido algo semejante. Podrás escapar de la furia de los ejércitos. La vida ya no será más una arpía, ¿o prefieres la lepra? Entonces ya no seré tan generoso. ¡Demonio insensato!, ¿qué oferta generosa me das?, ¿la muerte o la lepra? Eres astuto y paciente, juegas con la debilidad de mi carne porque confías derrotar mi voluntad a través de ella. Mi valor ha menguado, no ha desaparecido. Quiero una explicación, no un acertijo. ¿Sabes que puedo sentarme aquí y esperar que enloquezcas?, la apuesta sólo me prohíbe tocar tu vida. Si me pides que te ofrezca una amable muerte, nadie perderá. ¡Otra mentira! Yo habré muerto. Nuevamente del choque de los ejércitos un inocente será víctima. Una nueva y potente risa estremeció la tierra, rápidos relámpagos besaron la tierra. Job vio tal despliegue de fuerza sin cambiar su ánimo. De pronto, la tormenta cesó. ¡Maldito seas! Esta noche he venido a ostentar mi poder y tú que no eres más que alimento de gusanos has obtenido noticias que te han sido vedadas. Tengo las manos vacías. Tú deberías estar en mi lugar. No soy tan astuto como piensas. Regresa a donde has venido y regrésame mi lepra. Renuncio a toda explicación. Sólo me expongo a tus burlas. Si tengo que padecer, lo haré con dignidad. Para ti es fácil renunciar a toda explicación ahora. Crees que no la obtendrás. Te equivocas. Te ofrecí el nuevo fruto del árbol de la vida y lo rechazaste. Prefieres una cómoda ignorancia. Pero he descubierto una nueva plaga, el escepticismo. Sólo tengo que esperar que madure en unas cuantas generaciones. No soy el único con quien lucharás, Baal. Mi progenie no acaba conmigo. No necesito pelear yo, sólo tengo que enfrentarte a tu sombra. Luchar no es fácil. Siempre estoy al acecho y nunca sabes lo que quiero de ti. Si te refugias en la virtud, pronto haré que mates por defenderla. Si escoges el vicio directamente, no perderás tiempo. Me llevaré la lepra, pero te dejo la incertidumbre. Tú la elegiste. El juego acabó para ti. Una vez que el maligno se retiró, el sol rasgó la ominosa noche. La última gran prueba terminó. Varios años después, el buen Job de Us murió en compañía de su numerosa familia, en medio del amor de todos. Al morir, fue a encontrarse con Dios y buscar en Él todas las respuestas que yo le ofrecí y que ahora vacilo en darles. No las necesitan. ** Amílcar Adolfo Mendoza Luna, abogado peruano (1970). Graduado de la Pontificia Universidad Católica de Lima. amilcaraml@hotmail.com. === El buzón de la Tierra de Letras ======================================= *** Editoriales especializadas en sociología jurídica 24 de febrero de 2000 Queridos amigos: He visitado su muy interesante revista. Soy escritor, principalmente ensayista, y espero seguir visitando su página y que éste sea el comienzo de una bella amistad. Quisiera saber si es posible obtener información de editoriales que publiquen sociología jurídica en Venezuela. Un cordial saludo, Eduardo Balestena (baleste@copetel.com.ar) *** La casa de los espíritus 13 de mayo de 2000 Estimado señor Gómez: Soy una estudiante de comunicaciones y español en Cambridge. Necesito cuanta informacion haya sobre el libro La casa de los espíritus, de Isabel Allende, ya que estoy haciendo un trabajo sobre ello. Le estaría muy agradecida si pudiera ayudarme con esto o indicarme una buena página web donde encontrar la información necesaria. Gracias de antemano, Maryama Kadaoui (maryama@travel-in-london.com) *** Encuentro poético en Paraguay 15 de mayo de 2000 Caros señores: ¿Tienen ustedes informaciones con respecto al primer Encuentro Internacional de Poesía, en Asunción, Paraguay (junio)? Si las tienen, les agradeceré que me las envíen. Gracias de un amigo de Brasil, André Damázio (boturati@yahoo.com) http://www.geocities.com/boturati *** Poema de infancia 17 de mayo de 2000 Soy una maestra en Estados Unidos. Necesito su ayuda para encontrar un poema que aprendí cuando niña en Venezuela y ahora quiero enseñar a mis estudiantes. Dice algo como esto: "Es puerta de luz un libro abierto, / entra por ella, niño, / y de seguro que para ti en el futuro...". Les agradecería que me facilitaran el poema completo y el nombre del autor. Muchas gracias. Sume1012@aol.com === Post Scriptum ========================================================= "El libro, chico, es una gran cosa. Tú estás solo con él y llegas a todos lados. Gozas un puyero, sientes cosas maravillosas. Con un libro puedes irte a Estocolmo y enamorarte de una mujer bella. Puedes darte el lujo de dejarla o que el gusto se lo dé ella. Puedes hacer tantas, pero tantas cosas con un libro. Y en cambio, míranos, hemos optado por la flojera mental". Francisco Massiani, "Francisco Massiani goleador", entrevista con Rubén Wisotzki (20/2/2000). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviar algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede obtenerlas en el Web visitando la página http://www.letralia.com/publicar.htm. Si lo prefiere, puede recibirlas por correo electrónico escribiendo un mensaje a info@letralia.com, con la palabra "Condiciones" en el subject, o simplemente dando un doble click de ratón en el enlace siguiente: mailto:info@letralia.com?subject=Condiciones. === Las casas de la Tierra de Letras ====================================== Si usted no está suscrito a Letralia, o lo está pero le falta algún número, puede conseguir las ediciones en los siguientes sitios, a donde llegan simultáneamente con su aparición. Sitio de Letralia http://www.letralia.com/archivo.htm Página informativa http://www.rediris.es/list/info/letralia.html Tulane University, http://www.tulane.edu/~latinlib/letralia (sólo Nueva Orleans, EUA ediciones de texto hasta la del 16/9/96). DC BBS BBS del Decanato de Ciencias de la Universidad Centro Occidental "Lisandro Alvarado". Barquisimeto, Lara, Venezuela. Telnet a obelisco.ucla.edu.ve o a 150.186.96.4. 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