~~~~~~~~~~~~~~~ Año VIII Cagua, Venezuela Nº 128 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 15 de agosto de 2005 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | "Integridad", Jorge Gómez Jiménez. | Editorial | González-España con el Conde. / Héctor Rosales, | Breves entrevista y poemas. / Zea en el Cervantes. / La cuarta | bata. / Aledaños recopilados. / Los desnudos de Blanco. | / Con micrófono abierto. / Los césares perdidos. / | García Ponce expuesto. / Los abismos de Soto. / | Shii'rain Mmankaa en concierto. / Oratoria en Nueva | York. / Cortázar en Lima. / Formando a los jóvenes | lectores. | | Música de Venezuela y poesía de América presentadas en | Noticias China. / Tomás Segovia gana el XV Premio Juan Rulfo. / | El cubano Miguel Barnet obtiene el premio Trieste en | Italia. / Eugenio Montejo recibió el Premio Octavio Paz. | / Rosa al recibir el premio Gallegos: "Escribir es tomar | partido". / Inauguran en Cúcuta exposición de Ana Berta | López. / Editan en México antología de poesía sonora. / | Filman en Colombia documental sobre Cien años de | soledad. / Literatura latinoamericana tendrá especial | presencia en Fráncfort. / Muere en La Habana el cantante | Ibrahím Ferrer. / Muere en Santiago la compositora Leni | Alexander. / Murió el trovador cubano Noel Nicola. / | Muere el escritor mexicano Severino Salazar. / Clausura | hoy en Caracas el XVI Festival Mundial de la Juventud. / | Ministerio español de Cultura subvenciona emisora | poética. / Fernando Báez dicta charlas sobre memoria e | identidad nacional. / Documentos de Frida Kahlo y Diego | Rivera serán digitalizados. / Restauran importante | misión jesuita en Paraguay. / Falleció el cineasta | boliviano Hugo Roncal. / Inauguran en Argentina | exposición sobre el Quijote. / Constituido el jurado del | premio Julio Cortázar. / Hermenegildo Sábat gana premio | Nuevo Periodismo Cemex. / Unica prepara su III Feria del | Libro. / Ministros de Cultura se reunirán en Caracas. / | Conflictos peruanos serán analizados en un coloquio. / | Realizarán en Chile encuentro escolar de historia local. | / Eduardo Galeano visitará Honduras. / La venezolana | Carmen Ramia dirige el Miami World Theater. / Antonio | Candido de Mello recibe el premio Alfonso Reyes. / | Organizan en Córdoba encuentro sobre cine, arte y | literatura. | | "Dos notas sobre Eugenio Montejo", Leonardo Maicán. / | Artículos y "Plaza de Nadie. El arte del ninguneo, o donde Ulises le | reportajes agradece a cierto cíclope", Alexis Romay. / "Hablando de | poemas. Suicidio con zanahoria rallada", Niddy Calderón | Plaza. / "Marosa di Giorgio (Salto, 1932 - Montevideo, | 2004): la furtiva magia del mundo", Esteban Moore. / | "Esta calle llevará tu nombre", Rafael Ortega. / | "Réquiem por una palabra", Ana María Fuster Lavín. / | "Delirio", Victoria Rhode. / "Saturados de maravillas", | Pablo Gamba. | | "El verbo es hijo único. Entrevista a Lucy Calvo", Frank | Entrevistas Otero Luque. / "Juan Pérez, mención especial en Bienal | de Cofae, cree en optimizar y autorregular los deseos. | "En la fantasía de lo cotidiano están las respuestas a | muchas verdades"", Ángel Díaz. / | | "De saberes y miradas: metaficción y narrativa | Sala de ensayo venezolana contemporánea", Catalina Gaspar Károsy. / | "Poemas y pentagramas. La música popular uruguaya como | vehículo difusor de la poesía", Aldo Roque Difilippo. / | | "De los inconvenientes del escepticismo pertinaz", David | Letras Colina. / "Vitral con pájaros" (extractos), Jorge | Etcheverry. / "Lamento en penumbra", Vanesa Ordovás | García. / "El dilema de un arcángel", Rafael Batista | Cáceres. / "La cacería de Almenara", Roger Vilar. / | "Fisura de boca" (extractos), María Neder. / | "Abecedarios y arañas", Iván Humanés Bespín. / Poemas de | Guillermo Quijano Rueda. / Cuatro textos de Loreto | Sepúlveda. / Poemas de Erasmo Fernández. / "Fatalidad", | Ricardo A. Halperin. / Poemas de Héctor Loza González. / | "Cesáreo Mala Muerte", Francisco Font Acevedo. / Poemas | de Maritza Aguirre. / Tres cuentos de Carmen Garrido | Ortiz. / "El lenguaje inefable" ("La pista blanca" y | otros poemas), Rolando Gabrielli. | | Gaceta Literaria de Santa Fe. | El regreso | del caracol | La casa natal de Tito Salas. | El buzón | Roland Barthes. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/servicios/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/servicios/archivo.htm =========================== CONCURSOS LITERARIOS ========================== Reciba anuncios de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestro exclusivo servicio gratuito. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a: letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com O, si lo prefiere, visite nuestra sección de concursos en el Web: http://www.letralia.com/agenda/concursos === Editorial Integridad ============================================= En ninguna parte dice que un escritor debe ser una persona íntegra. En ninguna parte dice que una persona debe ser íntegra. Pero todos aceptamos que no serlo conlleva al malestar de quienes nos rodean, quizás porque la falta de integridad de unos es el motor de la injusticia que eventualmente nos afecta a todos. Hay una línea muy sutil entre la integridad y la complicidad con el pasado. Lo cierto es que, si somos incapaces de evolucionar con el entorno, no somos íntegros per se, sino simplemente entes inmóviles. Ser íntegro implica sostener con responsabilidad a través del tiempo las verdades que nos constituyen como seres humanos. La reciente entrega del premio Rómulo Gallegos parece no querer despegarse de los ribetes polémicos que alcanzó gracias al enrarecimiento general que, en Venezuela, ha producido el intenso debate político. Unos días antes de la ceremonia de entrega, el escritor cubano Lisandro Otero -un hombre con una vida intelectual impresionante, al margen de consideraciones de otro tipo- atizó discordias remitiendo al diario español El País una breve carta en la que denunciaba una supuesta llamada del embajador de Estados Unidos en Venezuela, Otto Reich, que habría alterado el resultado del premio en su edición de 1987. Según Otero, el escritor venezolano Caupolicán Ovalles le habría llamado el día anterior al anuncio del fallo para felicitarlo, pues el jurado había decidido otorgarle el premio por su novela Temporada de ángeles. El galardón fue, sin embargo, para Los perros del Paraíso, del argentino Abel Posse, y sólo ahora, cuando casi han transcurrido dos décadas del hecho, Otero ha revelado que el supuesto cambio en la decisión fue impulsado por una llamada de Otto Reich, entonces embajador estadounidense en Venezuela, al mismísimo presidente Carlos Andrés Pérez, "expresando su protesta por la concesión del premio a un 'castrista' ". De esta manera tan oblicua, ha creído Otero defender la rectitud del gobierno del presidente actual de Venezuela, Hugo Chávez, por considerar que se adelanta un intento indirecto por desacreditarla por parte de quienes acusan al premio "de estar prejuiciado, de inclinarse por autores de izquierda, de haber abandonado su tradicional imparcialidad". Otero dice que su experiencia personal contradice a quienes aseguran que "el premio siempre fue un modelo de integridad". Dicho de otra manera: según Otero, puede justificarse la comisión de un acto deshonesto con la demostración de que otros, antes, también lo han cometido. Días después de la publicación de esta carta en el mencionado diario español, el profesor Alexis Márquez Rodríguez envió una respuesta pública a Otero. De su lectura trasluce que a ambos los unen lazos de amistad anteriores a 1987, por lo que Márquez Rodríguez no duda en manifestarle su estupor y su tristeza ante lo que, a todas luces, no es otra cosa que una acusación sobre la integridad de quienes fungieron como jueces del premio aquel año y la calidad de la obra ganadora. Márquez Rodríguez fue uno de esos jueces, y ante la evidencia del honor mancillado se ha visto obligado a responder. No falta, sin embargo, a su sentido de la amistad, y deja una brecha para la confianza: "Quiero suponer, en aras de nuestra vieja y fraterna amistad y compañerismo, que has olvidado que yo estuve en el jurado en aquella ocasión, y que de haberlo recordado te hubieses informado conmigo acerca de la veracidad o falsedad de aquellos hechos, antes de hacer pública tu lamentable carta, dando por cierta la injuriosa especie". El texto de su respuesta da minuciosa cuenta de la manera como el jurado decidió otorgar el premio en 1987 a Posse, por supuesto completamente distinta a lo que implican las acusaciones de Otero. La integridad no es, se sabe, moneda común. Márquez Rodríguez estuvo en el pasado reciente al frente de Monte Ávila Editores, el sello del Estado venezolano. De hecho, ha manifestado en alguna ocasión su afecto personal por el presidente de Venezuela. Tales circunstancias no se constituyen en represa para manifestar su actual desacuerdo con el gobierno venezolano -lo hace al final de la misma respuesta a Otero-; así lo que pudiera ser considerado una contradicción en su conducta no es otra cosa que una expresión certera de integridad. Y es que el entorno cambia constantemente, en algunos casos de manera radical, propiciando confusión y desorientación. Cuando esto ocurre, una mirada concienzuda a las verdades que nos constituyen como seres humanos nos brinda la luz necesaria para que marquemos nuestro camino con decisión. En estos casos, aun cuando entremos en aparente contradicción con nuestras acciones del pasado, estaremos siendo íntegros pues mantendremos nuestra relación de compromiso con nuestras verdades interiores. Jorge Gómez Jiménez, editor http://www.letralia.com/jgomez === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo qu tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/agenda/concursos Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| González-España con el Conde. La escritora española Pilar González-España ha sido galardonada con el XXII Premio Carmen Conde de Poesía de Mujeres, convocado por Ediciones Torremozas y patrocinado por El Corte Inglés, según se supo el pasado 7 de julio. González-España, doctora en filología hispánica y en sinología, se alza con el premio con su poemario Transmutaciones. Al concurso se presentaron 421 originales procedentes de España y diversos países europeos y americanos. El premio está dotado con 12.000 euros y la publicación del libro premiado en la Colección Torremozas. http://www.torremozas.com Héctor Rosales, entrevista y poemas. Mientras que, en su más reciente edición, la revista digital Malabia ha publicado una entrevista al escritor uruguayo Héctor Rosales, hecha por Federico Nogara en torno a reflexiones literarias del crítico Ángel Rama y otros autores, la edición de julio de Los Noveles ha incluido una selección de poemas de Rosales, publicados e inéditos, bajo la presentación del poeta y crítico argentino Carlos Barbarito y con el título "Lo subterráneo y Héctor Rosales". http://www.revistamalabia.com.ar/WEB_15/LyC/NOTA_3.HTM http://www.losnoveles.net/poeta9.htm http://www.hrosales.com Zea en el Cervantes. El Centro Virtual Cervantes acaba de publicar un monográfico dedicado al pensador mexicano Leopoldo Zea, uno de los mayores exponentes del pensamiento americanista. El CVC pretende, con la presentación de esta panorámica sobre Zea, no sólo dar cuenta de las efemérides que marcaron su vida, sino ante todo mostrar la evolución de su pensamiento, para favorecer el conocimiento de su obra y acercarlo a la comunidad hispánica. http://cvc.cervantes.es/actcult/zea La cuarta bata. La Bata del Camaleón, la revista literaria producida por El Taller del Poeta Fernando Luis Pérez Poza, acaba de lanzar su cuarta edición, con materiales de Alexander Vórtice, Juan Vidal Fraga, Adriana Serlik, Fanny Garbini, Artur Rockzane, Daniel Vázquez Tasende, Gabriel Impaglione, Cato, Richard Pazos, Bruno Kampel, Brais Ocampo, Marcelo Dos Santos y el mismo Pérez Poza. http://www.eltallerdelpoeta.com Aledaños recopilados. Editorial Premura acaba de lanzar Relatos: Aledaños de la Literatura, una antología con 21 cuentos ya publicados en su revista Aledaños de la Literatura. El libro tiene un costo de 14 euros (más gastos de envío) y una extensión de 145 páginas. Los autores incluidos son Eloy M. Cebrián, Daniel Aguirre, Pablo Nauglin, Tony Domenech, Ana María Belzunegui, Igor Campillo, Mercedes Vieira, Juanma Ruiz Suárez, Victoria Kenty, Francisco Manuel Espinosa, Ikaru, Paco Bescós, María de Juan, Pedro A. Pérez, Jorgelina Esquius, Agustín Vaquero, Silvia Hidalgo, Miquel Barceló, Mar Velasco, Hortensia Buena y Juan Manuel Larumbe. En línea desde 1999, Aledaños es una revista literaria leída por más de 25.000 personas todos los meses y con más de 15.000 personas suscritas a sus boletines por correo electrónico. http://www.premura.com/libros/relatos Los desnudos de Blanco. El artista venezolano José Vicente Blanco, oriundo del estado Aragua, acaba de inaugurar, este viernes 12, su exposición "Cuerpos desnudos y otros ejercicios", en la galería Danielle's Café, en Caracas. La muestra destaca, en 18 obras, la presencia del cuerpo humano, en medio de su tragedia y soledad, plena de significados vitales. Blanco, quien ha ganado entre otros el Premio de Pintura del VI Salón Cámara de Comercio de Maracay (1981) y el 2º Premio del XIII Salón Nacional de Arte de Aragua (1990), tiene estudios de arte puro, mención artes gráficas, en la Escuela de Artes Plásticas "Rafael Monasterios" en Maracay. Restaurant/Galería Danielle's Café Centro Comercial San Ignacio. La Castellana, Caracas Con micrófono abierto. Farandol es el nombre de un ciclo de homenajes literarios que se realiza desde 2004 en Buenos Aires y que, en cada evento, cuenta con un invitado especial para hablar de un escritor previamente seleccionado, luego de lo cual se ofrece micrófono abierto. Se realiza los segundos viernes de cada mes a las 8:30 de la noche en El Garage (Las Bases 160, Haedo sur, Buenos Aires). Los autores invitados para los próximos meses son Gerardo Curiá, en hablará de la poesía bonaerense el 9 de septiembre; Daniel Barroso, sobre poesía social y discurso político en la poesía, el 14 de octubre, y Alberto Ramponelli, sobre lo poético en la narrativa, el 11 de noviembre. Los coordinadores del ciclo son Carlos Dariel, Viviana Abnur y Pablo Strika. http://www.farandol.ya.st Los césares perdidos. Tal es el título del libro del historiador Alfredo Jocelyn-Holt, reciente Premio Municipal de Literatura en Santiago de Chile, sobre el cual el mismo autor estará hablando, el próximo miércoles 17 a las 7 de la noche, en la Casa del Escritor, en una presentación de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech). La presentación estará a cargo de Alejandro Lavquén y Cecilia Palma. Conducirá el acto Eledín Parraguez. http://www.sech.cl/home.htm García Ponce expuesto. Este miércoles 17, a las 8 de la noche, se inaugurará en el Museo del Palacio de Bellas Artes de México la exposición "Trazos y encuentros", que muestra el universo evocativo del escritor mexicano Juan García Ponce. Se incluyen los tesoros personales del autor, en un recorrido por el contexto cultural que rodeó su vida. Manuscritos, correspondencia y fotografías, así como más de 80 obras de pintores mexicanos y extranjeros que conformaron su colección personal. http://www.conaculta.gob.mx/palacio/museo.htm Los abismos de Soto. Este miércoles 17, a las 7:30 de la noche, será presentado en el Auditorio del Centro Cultural Peruano Británico el poemario Palabra sobre los abismos, el tercero en la producción poética de Juan José Soto Bacigalupo. La presentación estará a cargo de los poetas Víctor Coral, Sergio Dextre y Miguel Ildefonso. Al término del evento se servirá un vino de honor para departir con los asistentes. Auditorio del Centro Cultural Peruano Británico Bellavista 531, Miraflores, Lima (Perú) jjsb333@yahoo.com Shii'rain Mmankaa en concierto. Como parte de su gira nacional y enmarcando esta presentación en su aniversario, el Ensamble Shii'rain Mmankaa, que dirigen los jóvenes Orlando Rondón y José Rondón, de Maracay, Aragua (Venezuela), ofrecerá un concierto en el Foyer del Teatro de la Ópera de Maracay este jueves, 18 de agosto, a las 7 de la noche, teniendo como invitado especial al Ensamble Seis por Izquierdo. Teatro de la Ópera de Maracay Av. Miranda, Maracay, Aragua Teléfonos: 58 243 2336043 / 2379009 fundtom@cantv.net Oratoria en Nueva York. El Instituto Dominicano de Periodismo ha anunciado la realización, este fin de semana, de un curso de oratoria coordinado por el doctor Jorge Piña, Nelson Encarnación, Obdulia Guzmán y Gabriel Guzmán. El curso se llevará a cabo entre el 19 y el 21 de agosto y la inscripción oscila entre 20 y 30 dólares. Quienes se inscriban recibirán, entre el material de apoyo, el libro Curso de oratoria: cómo aprender a hablar en público en diez lecciones, por Adriano de la Cruz. Teléfonos: (212) 928-8100 / (212) 928-8485 Cortázar en Lima. El Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar iniciará, el próximo 26 de agosto, el seminario "La narrativa de Julio Cortázar", cuyo expositor será Moisés Sánchez-Franco. Las seis sesiones de que se compone el seminario se realizarán cada viernes entre 7 y 9 de la noche y se prevé cupo limitado a 20 personas. La inscripción cuesta 120 nuevos soles para estudiantes y jubilados y 150 nuevos soles para el público en general. http://celacp.perucultural.org.pe Formando a los jóvenes lectores. El Banco del Libro de Venezuela y la Universidad Autónoma de Barcelona organizan e invitan a participar en el Máster a Distancia en Libros y Literatura para Niños y Jóvenes, que está dirigido a docentes, bibliotecarios, promotores de lectura, editores y todo aquel profesional que desee vincularse al campo de la edición y formación de lectores. El máster se inicia en enero del año próximo, pero la inscripción debe formalizarse antes del 30 de septiembre. El costo del máster será de 2.000 euros para el primer año y de 700 para el segundo. http://www.bancodellibro.org.ve/cursos/master_lij.html ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Música de Venezuela y poesía de América presentadas en China Sendas actividades celebradas en Pekín y Chengdu, en China, llevaron al público de ese país muestras de música venezolana y de poesía americana, el pasado mes de julio, a través de un recital y de un festival de poesía. El 7 de julio se celebró, en el Salón de la Amistad Internacional del Museo de Arte Jintai, de Pekín, y con motivo del 194º aniversario de la Firma del Acta de la Independencia de Venezuela, el Recital de Música Venezolana para Piano y Tres Canciones de Juan Bautista Plaza, que organizado por la Embajada de Venezuela en ese país contó con la participación de la pianista Chen Rusi y la mezzo-soprano Liang Dongxue, ambas pertenecientes al Instituto de Música de China, ubicado en la capital oriental. En la primera parte del recital, Chen Rusi interpretó valses y joropos de Evencio Castellanos, Moisés Moleiro, Juan Vicente Lecuna e Ildefonso Meserón y Aranda. En la segunda parte, Liang Dongxue cantó en español -sin saber hablar este idioma, lo cual fue una sorpresa para el público- tres composiciones del afamado maestro venezolano Juan Bautista Plaza (1898-1965), pertenecientes a su Suite para canto y piano (1932) y basadas en los poemas de Luis Barrios Cruz: "Por estos cuatro caminos", "La sombra salió del monte" y "Palma verde, garza blanca". La embajadora Rocío Maneiro manifestó, en la entrevista concedida esa noche al canal en español de la Televisora Central de China, sentirse "gratamente sorprendida al descubrir que las dos jóvenes chinas lograron penetrar el alma de la música venezolana y conmover los corazones de la audiencia". Al día siguiente de realizado el recital la Televisora Central de China lo retransmitió para los televidentes de América Latina, España y Portugal. Esta es la primera vez que las composiciones del maestro Juan Bautista Plaza se escuchan en China. Debido al éxito del recital, la Embajada de Venezuela comenzó a preparar un programa más amplio para futuras presentaciones que incluyan más canciones y más obras para piano del insigne compositor. Juan Bautista Plaza nació en Caracas el 19 de julio de 1898 y murió en la misma ciudad el 1 de enero de 1965. Fue compositor, pedagogo, organista y musicólogo. Hizo sus primeros estudios musicales en Caracas y en 1923 obtuvo, en la Escuela Pontificia Superior de Música Sacra de Roma, el título de maestro en composición sagrada. Él fue uno de los principales propulsores del movimiento musical venezolano del siglo XX, a través de sus actividades docentes y de investigador de la historia musical de Venezuela. Su producción musical, que abarca unos trescientos títulos, comprende obras para orquesta, obras para piano, música vocal a capella, música de cámara, canto y piano y abundantes composiciones de música sagrada. Por su parte, el I Festival Internacional de Poesía "Ciudad del Siglo", realizado el 8 y 9 de julio en la ciudad de Chengdu, capital de la provincia china de Sichuan, incluyó entre sus participantes a Wilfredo Carrizales (Venezuela), María Lucía Ferreira Verdi (Brasil), Forrest Gander (EUA) y Eliot Weinberger (EUA). Por China estuvieron presentes reconocidos poetas, tales como Xi Chuan, Mang Ke, la poeta Zhai Yongming (anfitriona del evento), Hua Qiu, Li Yawei y Tang Xiaodu y Zhong Ming. El evento fue organizado por el Nuevo Centro Internacional de Exposiciones y el Periódico Nocturno de Chengdu, con la colaboración del semanario Sur, el vespertino Oriente y el bar Cien Noches. Los poetas participaron en charlas y conversaciones con los estudiantes de literatura de la Universidad de Comunicaciones de Chengdu y respondieron preguntas e inquietudes de los mismos. Por la tarde del día 9 los poetas acudieron a la Casa de Paja de Du Fu, famoso poeta de la dinastía Tang (618-907), a rendirle homenaje, leer poemas del antiguo bardo e intercambiar puntos de vista y pareceres acerca de la difusión de la poesía y el problema de la traducción. El encuentro culminó con una velada poética de clausura en el bar Cien Noches, propiedad de la poeta anfitriona Zhai Yongming. Se presentó la antología Poetry Today, con textos de todos los poetas participantes. Luego cada poeta procedió a leer los textos seleccionados para el numeroso público asistente. Weinberger leyó su largo poema "The Stars"; Forrest Gander su "Excerpts from Present Tense"; María Lucía Ferreira Verdi leyó los poemas "Calígrafos" y "Renascimento" y Wilfredo Carrizales, cuatro textos de su último poemario La casa que me habita. Finalmente se presentó una interesante performance a cargo de la poeta Zhang Xiaojing, quien combinó sonidos guturales con música electrónica. Finalmente, la anfitriona, Zhai Yongming, expresó que este primer esfuerzo por reunir poetas chinos y extranjeros en la ciudad de Chengdu, a pesar de las dificultades burocráticas y de otra índole, valió la pena porque se congregaron voces muy diversas de diferentes edades y procedencia que fueron recogidas en la antología Poetry Today, así como en una filmación que se guardará en la biblioteca del bar Cien Noches. Fuente: Embajada de Venezuela en China *** Tomás Segovia gana el XV Premio Juan Rulfo El escritor mexicano de origen español Tomás Segovia (Valencia, España, 1927) fue elegido por votación unánime como el ganador del XV Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, luego de la deliberación del jurado realizada el día 30 de julio en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México. Durante la conferencia de prensa celebrada en Guadalajara el 1 de agosto para anunciar el nombre del ganador, se hizo contacto vía telefónica a la Ciudad de México con Segovia, quien expresó su sorpresa y honor por recibir este premio que lleva el nombre de un personaje a quien conoció en el Centro Nacional de Escritores de la Ciudad de México y cuya obra "lo dejó deslumbrado". "Me conmueve, me da mucho gusto, también me da un poco de miedo", dijo Segovia al ser cuestionado sobre su sentir tras saberse merecedor de este reconocimiento. "Me da un poco de inquietud pensar que ya estoy en la edad en que uno empieza a recibir premios, la verdad es que quisiera recibirlos y estar más joven, pero como eso no tiene remedio, ni modo, qué bueno que me dan premios ahora". Sobre las repercusiones que este premio tendrá en su vida como autor, Segovia manifestó de buen humor que esperaba que "algún nuevo lector me conozca, supongo que también esto hará más fácil que los editores publiquen mis libros. Pero yo también me pregunto qué efecto tendrá este premio en mi obra, aún no lo sé". El acta del jurado, que fue leída por el crítico mexicano Christopher Domínguez, califica a Segovia como un "poeta indispensable y una voz central del humanismo hispanoamericano" cuya voz poética "se cuenta entre las más originales y perseverantes" de la lengua española. Considera también "la riqueza y el rigor de su obra ensayística que, desde hace medio siglo, enriquece e ilumina el problema de las relaciones entre el lenguaje y la sociedad, la poesía y el tiempo". El jurado destacó además la labor de Segovia como "traductor fundamental del pensamiento francés de la segunda mitad del siglo XX, así como de poetas como Nerval, Hugo, Breton y Rilke". Además de Domínguez, el jurado en esta edición estuvo integrado por el británico Steven Boldy; la mexicana Lucía Melgar; el estadounidense Seymour Menton; la chilena Cecilia García-Huidobro, el español Jorge Urrutia y la argentina Matilde Sánchez. En la conferencia de prensa del premio estuvieron presentes Raúl Padilla López y Nubia Macías, presidente y directora general de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara; Emilio González Márquez, presidente municipal de Guadalajara; Raúl Zorrilla, representante de Sari Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta, http://www.conaculta.gob.mx); Martí Soler, representante de Consuelo Sáizar, directora del Fondo de Cultura Económica (FCE, http://www.fce.com.mx); Silvia Álvarez, coordinadora general de Extensión Universitaria y representante del rector José Trinidad Padilla López, y Dulce María Zúñiga, coordinadora del Premio Juan Rulfo. El Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo está dotado con cien mil dólares y se entrega como reconocimiento al conjunto de una obra de creación en cualquier género literario. Los escritores que han recibido este premio son: Nicanor Parra (1991), Juan José Arreola (1992), Eliseo Diego (1993), Julio Ramón Ribeyro (1994), Nélida Piñón (1995), Augusto Monterroso (1996), Juan Marsé (1997), Olga Orozco (1998), Sergio Pitol (1999), Juan Gelman (2000), Juan García Ponce (2001), Cintio Vitier (2002) y Rubem Fonseca (2003) y Juan Goytisolo (2004). Segovia recibirá el Premio Juan Rulfo el 26 de noviembre durante la ceremonia de inauguración de la XIX edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en la que la cultura peruana será la Invitada de Honor. Aún adolescente al llegar a México, Segovia proviene de una familia de republicanos españoles que dejaron su país durante la dictadura franquista. En México estudió filosofía y letras y vivió hasta su madurez, para después combinar estancias en este país y en España. Su primer volumen de poesía, La luz provisional, se publicó en 1950 y desde entonces se presentó como un poeta en diálogo con la tradición europea, línea que mantuvo a lo largo de su obra poética, centrada fundamentalmente en el tema amoroso. Su labor como escritor abarca más de 20 libros y géneros como el ensayo, la crítica, la dramaturgia, la narrativa y, por supuesto, la poesía. Además de sus libros, publicó también en revistas como Diálogos, Plural, Revista Mexicana de Literatura y Vuelta, a través de las cuales mantuvo un vínculo constante con el panorama de las letras mexicanas. Trabajó como profesor universitario en la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx) y en la Universidad de Princeton (http://www.princeton.edu), entre otras instituciones. De él escribió Octavio Paz en 1963: "Es un escritor, para mí, esencial", y agregó que posee una obra "solitaria, pero no aislada, singular y no marginal, constituye una tentativa por rescatar, como totalidad, experiencias que en otros aparecen separadas, vida y reflexión, lo cotidiano y lo extraordinario, el presente y la memoria". Fuente: Prensa FIL *** El cubano Miguel Barnet obtiene el premio Trieste en Italia Miguel Barnet, el escritor cubano vivo más publicado dentro y fuera de la isla, mereció el Premio Internacional Trieste-Poesía 2005, según se supo el pasado 2 de agosto tras el anuncio hecho por el poeta italiano Gaetano Longo, presidente del jurado, que reconoció la vasta obra de Barnet, del cual apareció recientemente en Italia la novela La vida real, publicada por la editorial Einaudi, la más importante de ese país europeo. Conferido anualmente a una personalidad de relevancia mundial por el conjunto de su obra poética, ese lauro -que otorga desde 1999 la Asociación Cultural Anthares- será entregado el próximo 21 de octubre en el centro histórico Tomasseo de Trieste, ciudad del noreste italiano. El galardón incluye premio en metálico, una escultura de plata realizada por la artista triestina Samantha Sila, en cuya base se leen versos de James Joyce, Humberto Saba y Rainer Maria Rilke, y la publicación de una antología del ganador a cargo del sello FPE. Longo agregó que en fecha próxima los lectores italianos disfrutarán la antología poética de Barnet, Juego común, y antes de que finalice el año verá la luz otro volumen del autor: Poeta en la isla, publicado en Cuba bajo el título Actas del final. Por su parte, Barnet manifestó su satisfacción por ese reconocimiento, "algo que me honra porque muy pocas veces, en este planeta lleno de guerras, se le rinde tributo al trabajo poético", resaltó. El también Premio Nacional de Literatura 1994 y vicepresidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba ponderó la labor de los organizadores del premio, "por situar a la poesía en un lugar preminente, en favor de la humanidad". Notable etnólogo y folklorista, Barnet preside desde 1995 la Fundación Fernando Ortiz (http://www.fundacionfernandoortiz.org), dedicada al estudio y promoción de la vida y la obra del finado sabio cubano, mundialmente conocido como el tercer descubridor de la isla. Entre sus más de 10 poemarios publicados en Cuba sobresalen La piedra fina y el pavorreal (1963), Isla de güijes (1964), La sagrada familia (1967), Orikis y otros poemas (1980) y Viendo mi vida pasar (1987). El Premio Internacional Trieste-Poesía ha sido otorgado a figuras como Justo Jorge Padrón (España), Álvaro Mutis (Colombia), Mateja Mateuski (Macedonia), Oliver Friggieri (Malta), Arturo Corcuera (Perú) y Amaadou Lamine Sal (Senegal). La ceremonia de entrega se efectuará durante un festival homónimo que este año extenderá sus jornadas del 17 al 22 de octubre con la participación de destacados poetas italianos. Fuente: Prensa Latina *** Eugenio Montejo recibió el Premio Octavio Paz El venezolano Eugenio Montejo recibió el pasado 2 de agosto el VII Premio Internacional de Poesía y Ensayo Octavio Paz, en una ceremonia a la que asistieron el presidente de México, Vicente Fox, y diversas personalidades del mundo de las letras. Montejo recibió el galardón, dotado con 100.000 dólares, por parte de la Asociación de Amigos de Octavio Paz, presidida por Marie Jo Paz, viuda del escritor mexicano, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1990. "Cuando recibí la noticia vinieron a mi mente tres palabras: honor, alegría y responsabilidad. En primer término se trata de un alto honor porque es un premio que proviene de México, el país de más sembrada tradición cultural en nuestro continente", dijo el escritor venezolano en la ceremonia. Añadió que el premio le ha "proporcionado una innegable alegría que podría compartir con mi familia y con mi país en un tiempo en que los percances de nuestra política y del militarismo autocrático no nos da demasiada alegría". "La tercera palabra es responsabilidad, cuya noción en el dominio de la creación artística y de la postura ética asocio al nombre que lleva este honroso premio", señaló Montejo. "Las tres pueden resumirse en la palabra más hermosa de nuestra lengua: gracias. Gracias a México". Montejo indicó que en distintas épocas los exiliados de muchos países "han encontrado en este país un refugio protector y amable, sería extenso hablar de nuestros vínculos con la literatura de México". Asimismo, consideró un honor haber sido distinguido con el galardón no solo por la importancia del autor de El laberinto de la soledad, sino porque es un premio otorgado entre poetas y escritores con un claro ideal por fomentar el interés por los autores latinoamericanos entre las nuevas generaciones. "Mi admiración temprana por la obra de Paz no es casual, pues tal como había ocurrido con otros escritores y poetas, en nuestro itinerario formativo varios libros suyos habían constituido verdaderos hitos. Recuerdo haber leído varios títulos con lápiz en mano para recordar mi lectura", dijo, y remarcó que la poesía "ejerce una decisiva función pacificadora frente a los males del mundo". Por su parte, el presidente Fox dijo que el premio otorgado a Montejo "es una forma suprema de diálogo al convocar a la sensibilidad y a la inteligencia". Calificó a Octavio Paz como una de las figuras centrales del siglo XX y de las letras universales. "México ha comenzado a ser como Octavio Paz soñó", agregó el mandatario. Según Fox, el poeta y ensayista "quería un México que transitara por vías pacíficas a la democracia, donde hubiera elecciones libres, en donde el ejercicio de gobierno fuera transparente, donde hubiera equilibrio de poderes y los ciudadanos participaran activamente en el quehacer nacional". El jurado indicó en su dictamen que "en estos tiempos cuando todo conspira para aumentar la 'desarmonía' del mundo, el poeta nos recuerda que hay que volver a los dioses profundos y que la música del ser es disonante pero la vida continúa". En el evento, realizado en la Biblioteca de México "José Vasconcelos", Fox estuvo acompañado por Sarí Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; Antonio Deltoro, presidente del jurado, y Eduardo Lizalde, director de la Biblioteca de México. Entre los asistentes se encontraban el arquitecto Teodoro González de León, los escritores Enrique Krauze, Juan Villoro y Emanuel Carballo. Fuentes: EFE, El Universal (México) *** Rosa al recibir el premio Gallegos: "Escribir es tomar partido" El escritor español Isaac Rosa, ganador del XIV Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, por su obra El vano ayer, recibió este 2 de agosto el prestigioso galardón de manos del vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, en ceremonia realizada en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.org.ve), en Caracas. El Rómulo Gallegos, dotado con 100.000 dólares, es uno de los más prestigiosos premios literarios en lengua hispana, y ha sido obtenido en anteriores ediciones por autores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Enrique Vilas-Mata, Roberto Bolaños, Carlos Fuentes o Javier Marías, entre otros. Esta edición del premio ha sido particularmente polémica, ya que opositores al gobierno del presidente Hugo Chávez han acusado al jurado de haber convertido el más famoso galardón literario venezolano en un premio "chavista", y acusaron a Rosa, de 30 años, de ser simpatizante de los gobiernos de Caracas y La Habana. El vicepresidente Rangel también desestimó las críticas y dio la "bienvenida a un debate" sobre el asunto, a la vez que pidió "abrir las puertas a una discusión esclarecedora, y rescatar la memoria a través del autor de El vano ayer". En su discurso, Isaac Rosa dijo sentirse sorprendido por la visión de Caracas desde el cerro Ávila, que corona la ciudad, de la que hay poca representación literaria "al menos para el lector español, para el lector europeo". Agregó que al ver la ciudad desde lo alto pudo "reconocer algo de la 'ciudad enorme, extraordinaria: un valle lleno de concreto y metal' de la que hablaba Adriano González León en País portátil, una de las pocas referencias literarias con que contaba para enfrentarme a esta increíble ciudad". En otra parte de su discurso manifestó que el término de la guerra fría seguramente hizo "mucho daño al compromiso de los autores, cuando los intelectuales hacían bandera, en algunas ocasiones hasta el descrédito". Habló también sobre la vaguedad implícita en el término "literatura comprometida", toda vez que "el escritor en todo momento está comprometido con la representación crítica del mundo, lo quiera o no. Escribir es tomar partido, es participar, es intervenir". Para su valoración por parte de nuestros lectores, hemos publicado íntegro el discurso de Isaac Rosa, al cual se puede acceder en http://www.letralia.com/128/especial01.htm. Fuentes: EFE, Celarg *** Inauguran en Cúcuta exposición de Ana Berta López El pasado 4 de agosto fue inaugurada, en la Galería de Arte "Simón Bolívar" del Consulado de Venezuela en Cúcuta, Colombia, la exposición "Aunque sean tonterías... ¡escríbeme!", de la fotógrafa venezolana Ana Berta López. La muestra, que estará abierta hasta el 2 de septiembre, está compuesta por 19 fotografías de escritores venezolanos y colombianos como Olga Elena Mattei, Elsa Sanguino, Juan Calzadilla, Saúl Gómez, Homero Vivas, Ernesto Román, Jorge Gómez Jiménez, Antonio María Flórez y otros. Cada imagen incluye un texto del autor representado. En la presentación de la exposición, el escritor Octavio Escobar Giraldo -otro de los retratados- calificó como "lo más dulce" de la exposición "su generosidad cartográfica, que registra a uno y otra lado de la frontera los pequeños y grandes accidentes literarios: la urbe satisfecha, con aspiraciones cosmopolitas, y el reducto cerrado, orgulloso y provinciano, que cuelga de las montañas". Ana Berta López nació en Caracas en 1963. En su ciudad natal hizo estudios como actriz en el Taller Luz Columba, de Nelson Ortega, en 1986, y en 1990 cursó el Ciclo Básico de Arte Dramático en el IFAd y el Taller de Elaboración de Libretos para TV con Mariela Romero. Al llegar a San Cristóbal, Táchira, donde reside actualmente, tomó el Taller de Actuación para Cine y TV con Miguel Ponce, en 1998. En teatro hizo la obra Avenida Lecuna, con el grupo Arriba El Telón, en 1989, mientras en televisión se desempeñó en Radio Caracas Televisión como actriz destajista en varios programas tales como Selva María, Señora, Abigail, Mi Amada Beatriz y otros. Desde 1997 ha trabajado como docente independiente de actuación en la Dirección de Cultura y Bellas Artes del Táchira, la Unidad Educativa Bolivariana Páramo de La Laja y el Colegio Don Bosco, entre otros entes. Como fotógrafa su formación ha sido mayormente autodidacta. Hizo el taller "Fotografía y cultura popular" dictado por Mariano Díaz y "Revelado y copiado blanco y negro" con Gustavo Carmona, ambos en la Fototeca del Táchira. Ella y su cámara le han prestado sus servicios a la revista Sujeto Almado, Nadie Nos Edita Editores, Asociación de Escritores del Táchira, Orquesta Sinfónica Simón Bolívar del Táchira, Dirección de Cultura y Bellas Artes del Táchira y otros entes. Esta es la tercera exposición individual de López. La primera fue "Capturando egos", en la Casa Steinvorth (1999) y la segunda "Ojos de miles miradas", en la Fototeca del Táchira (2004). Este año participó además en la exposición colectiva "Creadores del hecho cultural" en la Fototeca del Táchira. "Al paso de los años", explicó López, "una foto, un retrato, siempre es un viaje en el tiempo digno de ser vivido. He querido combinar en esta muestra la palabra escrita con la imagen del autor porque soy una firme creyente de la memoria visual". *** Editan en México antología de poesía sonora La mexicana Radio Educación y la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta, http://www.conaculta.gob.mx) acaban de editar Homo Sonorus, una antología internacional de poesía sonora, la primera que se hace en el mundo, según explicó Lidia Camacho, directora de la emisora, durante la presentación, realizada el pasado 4 de agosto en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. "En Europa sí hay algunos textos que documentan la poesía sonora en diferentes países, pero como antología que reúne a los artistas más connotados en la poesía sonora, este trabajo es el único", agregó Camacho. El editor y curador de esta antología es el ruso Dmitry Bulatov, por lo cual la versión original estaba en ruso e inglés, pero se tradujo al español para que sea conocida no sólo por el público mexicano, sino por el de toda América Latina. La antología está integrada por un grueso volumen de más de 400 páginas que reúne los textos teóricos y las fichas biográficas de los artistas incluidos, así como por cuatro discos compactos en los que se incluye a poetas sonoros de Australia, Austria, Inglaterra, Argentina, Bélgica, Brasil, Hungría, Alemania, España, Italia, Canadá, Holanda, Polonia, Portugal, Rusia, Estados Unidos, Gales, Finlandia, Francia, Suiza y Suecia. La poesía sonora, refiere Camacho, tiene sus deudas con la poesía visual, con las vanguardias que buscaron liberar a la palabra de todo contenido semántico y encontrar nuevas formas de expresión. "En el caso de la poesía sonora esto se hace fundamentalmente a través la palabra, la música, pero también del llanto, el pujido, el grito". Fuente: El Universal (México) *** Filman en Colombia documental sobre Cien años de soledad El afamado cineasta húngaro Peter Gothár (Pécs, Hungría, 1947) se trasladó a Colombia a principios de este mes para identificar las locaciones de un documental especial sobre Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, que rodará para la Televisión del Estado Húngaro y MTV, y que será transmitido en la serie "Grandes Libros" de la BBC. De 26 minutos, el documental será "una especie de gancho para lograr que los jóvenes de Hungría lean más", según explicó el cartagenero Gerardo Nieto, responsable junto con su padre, Víctor Nieto, del Festival de Cine de Cartagena, y quien acompañó al reconocido director húngaro. Se trata, agregó, de "una campaña para motivar la lectura desde la televisión. Por eso encomendaron el proyecto a un director de cine de la trayectoria de Gothár". El cineasta estuvo acompañado también por el venezolano, radicado en Hungría, Francisco Gozón, quien será el director de Fotografía; Géza Détari, productor; y la traductora de los libros al húngaro de García Márquez, Vera Sczeka. El documental contará con la participación de una famosa actriz de Hungría, que leerá apartes de la novela. Las filmaciones se iniciarán el primero de septiembre. "Lo que hicimos fue buscar las locaciones y la identificación de la gente", dijo Nieto, quien aclaró que no se trata de una versión de Cien años de soledad, sino un documental sobre la obra, recreada en los sitios más representativos de Macondo. Fuentes: El Tiempo, IMDB *** Literatura latinoamericana tendrá especial presencia en Fráncfort La literatura latinoamericana y los servicios en línea tendrán un papel relevante en la Feria del Libro de Fráncfort, que se celebrará en octubre próximo con la participación de 6.700 expositores, informaron sus organizadores el pasado 5 de agosto. Indicaron que los pabellones se distribuirán en 12 salas, lo que supondrá un importante esfuerzo físico para su organización, y que además este año tendrá un importante protagonismo virtual, pues la feria ofrecerá un amplio abanico de posibilidades por Internet. Uno de esos mercados internacionales con más "empuje" en Alemania es el de la lengua hispana, lo que se verá reflejado en el tema central del encuentro "Rights Directors Meeting", que se realizará el 18 de octubre, día de la inauguración del evento, en el que expertos del sector editorial de Hispanoamérica y Estados Unidos analizarán problemas y tendencias del ramo. Según los organizadores, el encuentro pretende ofrecer una visión sobre mercados de libros en España y Latinoamérica, así como información sobre el tema del comercio de licencias que posibilitan la publicación de una obra en distintos países del de origen. Además, los participantes debatirán sobre las posibilidades que alberga el mercado de licencias y criterios de decisión para escoger obras a publicar en otros países. Fuente: Diario de Yucatán *** Muere en La Habana el cantante Ibrahím Ferrer El cantante Ibrahím Ferrer, una de las estrellas del Buena Vista Social Club, falleció a los 78 años, el sábado 6 de agosto, en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq) de La Habana, según explicó su nieto Kelman Valdés, quien no quiso ofrecer detalles de la causa de la muerte. Se conoció que Ferrer ingresó al Cimeq con síntomas de gastroenteritis, luego de haber llegado el miércoles de una gira por Europa. Su muerte ocurre después de hacer realidad el que calificara como uno de sus más preciados sueños, que era grabar un disco de boleros. Ferrer nació en 1927 en Santiago de Cuba. Tuvo una larga carrera artística de más de 60 años. Sin embargo, su consagración mundial llegó de la mano del proyecto Buena Vista Social Club, un disco producido por Ry Cooder que obtuvo en 1998 el codiciado premio Grammy, y un filme dirigido por Wim Wenders. A los 12 años quedó huérfano de padre y madre y tuvo que vender dulces en la calle para sobrevivir. Un año después integró su primer grupo musical, Los Jóvenes del Son, con el que amenizaba pequeñas fiestas de barrio, y empezó a cantar con varios conjuntos locales de Santiago de Cuba como Sorpresa, Wilson y Maravilla de Beltrán. En la década de 1950, época de oro para la música cubana, obtuvo su primer éxito con el disco El platanal de Bartola. Entonces formaba parte de la orquesta de Chepin Choven, dirigida por el maestro Electo Rosell (Chepin), el más importante músico de la región oriental en esos momentos. El nombre de Ferrer no figuró en los créditos del disco, razón por la cual se mantuvo en el anonimato. Ya en 1957, el cantante se muda a la capital cubana, donde trabajó con la orquesta Ritmo Oriental, que dirigía Benny Moré. Después volvió con Pacho Alonso, radicado también en La Habana, con un nuevo grupo, Los Bocucos. En esas agrupaciones fue intérprete de guarachas, sones y otros ritmos bailables, pero los directivos de esas orquestas le negaron el acceso al bolero. Luego de la muerte de Alonso, en 1982, Los Bocucos, sin su gran figura, perdieron popularidad. No obstante, Ferrer, un tanto desilusionado con la música, permaneció en la agrupación hasta su jubilación en 1991 y, desde esa fecha, se ganó la vida limpiando zapatos y recibiendo una modesta pensión de jubilación. En 1997, el músico cubano Juan de Marcos González y el productor Ry Cooder lo animaron a participar en la grabación de Buena Vista Social Club. Fue con este álbum que logró ser reconocido en los cinco continentes junto a sus contemporáneos Rubén González, Omara Portuondo, Compay Segundo, Eliades Ochoa, Barbarito Torres y Guajiro Mirabal. Con su disco Buenos hermanos, Ferrer ganó un Grammy en 2004. Ibrahím Ferrer fue esencialmente un sonero pero durante los últimos años había incursionado en otros ritmos. En su último disco Mi sueño, a bolero songbook, interpretó boleros como "Perfidia" o "Quiéreme mucho". El velatorio del artista tuvo lugar el domingo 8 de agosto, cuando centenares de personas, entre amigos, familiares, artistas, funcionarios y admiradores, acudieron al cementerio "Cristóbal Colón", de La Habana, a rendirle tributo póstumo entonando "Mil congojas", uno de los boleros popularizados por la voz de Ferrer. Sobre el panteón donde reposa el artista, fueron depositadas numerosas ofrendas florales, una de ellas enviada por el presidente cubano, Fidel Castro. "Hemos perdido a un gran valor de la cultura cubana. Era un artista extraordinario, amigo entrañable, mi hermano increíble", declaró el pianista Chucho Valdés. El cantante José Loyola dijo de Ferrer que "tenía un lirismo melódico muy singular, con una afinación perfecta, extraordinaria, un estilo muy original y propio. Es difícil abstraerse de las influencias, pero los grandes logran hacer eso". Por su parte, el compositor cubano Juan de Marcos señaló que "era tremendo improvisando, sobrepasó los límites de su generación". Fuentes: ABN, BBC, EFE, La Razón (Ecuador) *** Muere en Santiago la compositora Leni Alexander El pasado domingo 7 de agosto falleció en la capital de Chile la compositora germano-chilena Leni Alexander (Breslau, 1924), reconocida por haber incorporado a la música chilena las tendencias más avanzadas de la europea. Alexander fue sepultada en el Cementerio Israelita de Santiago el lunes 8. Según Luis Merino, director del Centro de Extensión Artística de la Universidad de Chile, "algunas claves para aproximarse a Leni Alexander son las que desarrolló a través del sistema de enseñanza musical Montesori, cuyo diploma recibió en 1942. Desde el punto de vista de la historia de la música chilena, pertenece a un importante grupo de compositores que empezaron a mostrar sus creaciones entre 1948 y 1950: un período de maduración, de apertura y de pluralismo de nuevas tendencias. Entre ellos están Juan Amenábar, Gustavo Becerra, Carlos Botto, Darwin Vargas y Federico Heinlein". Elene Alexander Pollak residió en Hamburgo hasta 1939, desde donde emigró con su familia a Chile. Entre 1949 y 1953 estudió con el compositor Fré Focke, quien mostró a los creadores musicales chilenos el potencial del dodecafonismo. "Lo interesante es que después, con una beca del gobierno francés, Leni estudió con dos figuras muy importantes: Rene Leibowitz y Olivier Messiaen. También se contactó con figuras como Pierre Boulez, Bruno Maderna y Luciano Berio", enfatiza Merino. Hay coincidencia absoluta en recalcar que Leni Alexander fue una figura que siempre estuvo buscando nuevos caminos, tanto en su propia creación como en lo que respecta a la música de raíz chilena. "Leni aportó con mucha generosidad esta visión contemporánea. En Nueva York, en 1959, recibió el encargo de una obra para orquesta de Dimitri Mitropoulos (Time and consumation). Realizó además estudios de música electrónica y entre 1963 y 1968 presentó música contemporánea en emisiones radiofónicas, para la que escribió muchas piezas. Igualmente en composiciones para radioteatros". En su catálogo, la gran mayoría de sus obras es instrumental. También escribió la Cantata de la muerte a la mañana, única obra de un compositor de Centro y Suramérica presentada en el Concurso Internacional de la Sociedad Italiana de Música Contemporánea, en 1960. Por encargo del Ministerio de Cultura de Francia, en 1985 compuso Aulicio. Sobre este título, la compositora aclaró que el texto correspondía a la forma en que uno de sus hijos (Bastian Bodenhofer), cuando tenía miedo, en vez de decir "auxilio" decía "aulicio". La obra fue estrenada por la Orquesta Sinfónica de Chile en julio de 1996. "Curiosamente, no dejó discípulos, sino lecciones en este constante explorar. Un legado que ha permanecido en todos los compositores jóvenes de Chile", señala Merino. Fuente: El Mercurio *** Murió el trovador cubano Noel Nicola Noel Nicola, uno de los creadores de la Nueva Trova cubana, murió la noche del domingo 7 de agosto, a los 58 años, víctima del cáncer. Junto con Silvio Rodríguez y Pablo Milanés renovó la tradición sonora isleña, cuya influencia se hizo sentir en toda América Latina. Nicola falleció un día después que Ibrahím Ferrer, mítica voz del son. Nicola y Ferrer -éste de 78 años- fueron velados en la misma funeraria capitalina, donde se acercaron los más importantes creadores y artistas isleños. Nacido en La Habana el 7 de octubre de 1946, en el seno de una familia de músicos, creó sus primeras composiciones en la adolescencia. En 1968, Nicola presentó por primera vez sus canciones junto a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en la Casa de las Américas (http://www.casadelasamericas.com), dando inicio a la Nueva Trova, que con sus temáticas rebeldes y su poética capturó la atención de sus contemporáneos. Miles de jóvenes, a lo largo y ancho de América Latina, hicieron suyos temas como Por la vida juntos, Para una imaginaria María del Carmen, Son oscuro, Es más, te perdono y otros que reflejaban las inquietudes existenciales, sociales y políticas de una generación. A finales de la década de los 60 también se incorporó al legendario Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográfica bajo la dirección de Leo Brouwer, y que fue una escuela para sus participantes. Fuentes: AP, ABN *** Muere el escritor mexicano Severino Salazar El escritor Severino Salazar falleció la madrugada del domingo 7 de agosto en Ciudad de México, víctima de un cáncer fulminante que lo tuvo gravemente enfermo en las tres últimas semanas, según informó su hermana, Eloísa Salazar. El narrador de 58 años, ganador en 1984 del Premio Juan Rulfo para Primera Novela con su libro Donde deben de estar las catedrales, era considerado el escritor contemporáneo más importante de su natal Zacatecas. Salazar trabajaba en el departamento de literatura de la Universidad Autónoma de Azcapotzalco, institución en la cual era profesor e investigador. Su más reciente libro fue El imperio de las flores, novela en la que ya está presente una reflexión acerca de la enfermedad del cáncer. El escritor dejó, además, una novela inédita. Salazar estudió la licenciatura en letras inglesas en la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx) y en Gales; era profesor titular de tiempo completo en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM, http://www.uam.mx). Otros de sus libros son El mundo es un lugar extraño (1989), Desiertos intactos (1990), Tres noveletas de amor imposible, Las aguas derramadas y Cuentos de Navidad, entre otros. Parte de su trabajo cuentístico ha sido traducido al inglés, francés e italiano. Críticos literarios coincidían en que "aunque desde hace muchos años reside en la ciudad de México, su obra recupera, cual fino trazo de bisturí, los aromas, luces y fantasmas del interior de la República". Soltero y sin hijos, Salazar vivía en Ciudad de México desde hace cuatro décadas, aproximadamente, pero alternaba su estancia con Zacatecas; en algunas etapas residió fuera del país. En el último año, recordó su hermana, estuvo en Portugal y España. El cuerpo del escritor fue velado desde el mismo domingo 7 en una funeraria donde estuvieron sus familiares y algunos escritores y amigos, y fue cremado el lunes 8. Fuentes: El Universal (México), La Jornada *** Clausura hoy en Caracas el XVI Festival Mundial de la Juventud Inaugurado el pasado 8 de agosto, hoy se realizará en Caracas la ceremonia de clausura del XVI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, evento que ha reunido a más de 17.000 jóvenes de 144 países, entre los que se encontraron Palestina, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Perú, Portugal, Brasil y Suiza. El acto inaugural contó con la presencia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías; el vicepresidente de la República, José Vicente Rangel; el gobernador del estado Miranda, Diosdado Cabello, y otras personalidades del Ejecutivo Nacional. El festival es completamente financiado por el gobierno venezolano, mediante un crédito especial, solicitado al Congreso, de 18 millardos de bolívares. Durante ocho días, los jóvenes provenientes de diferentes países participaron de diversas actividades de discusión y participación política e ideológica, acompañados por las expresiones culturales de cada nación asistente al evento. Las disertaciones y talleres se realizaron en la Universidad Bolivariana de Venezuela, el Círculo Militar de Caracas, el Teatro Teresa Carreño y las salas de conferencia del Parque Central, entre otras locaciones. Estas actividades culturales estuvieron abiertas al público en general, mientras que para los debates se dio prioridad a los delegados inscritos. Además se celebraron actividades en el interior del país. Una de las últimas actividades fue el "Tribunal Antiimperialista", que se realizó este fin de semana en el Poliedro de Caracas, y que consistió en la imitación de un proceso judicial "a todo lo que significan las políticas intervencionistas, imperialistas", según explicó el diputado oficialista Darío Vivas. Fuentes: El Universal (Venezuela), Gobierno en Línea *** Ministerio español de Cultura subvenciona emisora poética La Fundación Cultural Miguel Hernández (http://www.miguelhernandezvirtual.com) ha recibido una subvención de 18.600 euros del Ministerio de Cultura de España (MCU, http://www.mcu.es) para la puesta en marcha de Radiopoesía (http://www.radiopoesia.com), una emisora temática de poesía a través de Internet que se pondrá en marcha el 30 de octubre -aniversario del nacimiento de Miguel Hernández-, informaron fuentes de la entidad el pasado 9 de agosto. El objetivo de esta nueva emisora es facilitar el acceso a la poesía "de forma interactiva, dinámica y entretenida", una iniciativa que, además, se centrará en la promoción de la vida y obra del poeta alicantino Miguel Hernández. Entre las secciones previstas en esta primera fase del proyecto figuran un foro, entrevistas, concursos y archivos sonoros, además de un apartado donde los nuevos poetas podrán leer o enviar sus textos para difundir sus obras por todo el mundo. Además, Radiopoesía contará con la sección "Mundo Hernandiano", en la que se ofrecerán noticias actualizadas de todas las actividades que sobre el poeta oriolano se realicen a nivel mundial. Igualmente, podrán escucharse poemas de Hernández recitados por autores como el portugués José Saramago o cantantes como el español Joan Manuel Serrat, así como canciones y obras de teatro del poeta. El director de la Fundación Miguel Hernández, Juan José Sánchez Balaguer, explicó que Radiopoesía responde al deseo de la "difusión máxima de la figura de Miguel Hernández", y que surgió de la idea de que la radio podía ser más efectiva que Internet para difundir la obra de este poeta, pues "la palabra es el mejor medio para entenderse", señaló Sánchez. Este ambicioso proyecto, comentó el director de la Fundación, "se dirigirá mucho a Hispanoamérica", pues la organización ya ha mantenido contactos con diferentes medios de comunicación de Cuba, Miami o Argentina, como la emisora TL de la ciudad de Rosario, para difundir la obra de Miguel Hernández. La Fundación ya había realizado un programa de radio junto con esta emisora argentina, y fue entonces cuando pensaron que la creación de un medio temático de poesía "tenía futuro". Los programas se emitirán a través de Internet pues, según Sánchez, es un medio que "permite llegar a todo el mundo", y añadió que están manteniendo contactos con diversas entidades culturales para ampliar el proyecto, que no saben si derivará "en muchas cosas más". Se trata, afirmó el director de la Fundación, de una iniciativa "muy participativa" que intentará, desde el primer momento, acercarse a los "nuevos poetas", para que puedan dar a conocer su obra. La emisora "estará abierta a la iniciativa de fundaciones o casas museos" que deseen difundir en sus programas la obra de otros poetas. El equipo que integra Radiopoesía está formado por 37 historiadores y filólogos, principalmente, y no descartan que, una vez el proyecto esté totalmente asentado, colaboren otras personalidades de la cultura académica. La Fundación Miguel Hernández ha desarrollado numerosas actividades durante los últimos dos años, como un taller de empleo, donde cerca de cuarenta personas se dedican a catalogar y digitalizar fondos para realizar una biblioteca virtual del poeta. Otras de sus iniciativas son los cursos didácticos para escolares, así como las diversas colaboraciones que han establecido con el Instituto Cervantes en Manila y en Moscú. Fuentes: EFE, Terra Actualidad *** Fernando Báez dicta charlas sobre memoria e identidad nacional El destacado escritor venezolano Fernando Báez se encuentra en Caracas invitado por Fundapatrimonio-Alcaldía de Caracas para dictar una serie de charlas cuyo tema es "Memoria Histórica e Identidad Nacional", según informaron fuentes oficiales. Nacido en San Félix (Ciudad Guayana, estado Bolívar) y pedagogo de profesión, Báez tiene un postgrado en bibliotecología y en esa área es considerado una autoridad a nivel mundial. Su libro Historia universal de la destrucción de libros, publicado en 2004, se convirtió en un éxito de ventas que lo catapultó como un reconocido ensayista, según la consideración de críticos de talla internacional. Lo mismo ha ocurrido con su más reciente libro de ensayos La destrucción cultural de Irak, prologado por Noam Chomsky, lingüista y uno de los más consecuentes críticos de la política imperialista estadounidense. La erudición de Báez en torno al tema bibliográfico le ha permitido desenvolverse como conferencista en varias ciudades del mundo como Oxford, Cambridge, Qatar, El Cairo, Kuwait, Paris, Madrid, Berlín, Barcelona, Bogotá, Río de Janeiro, Buenos Aires y Caracas, entre otras urbes. Textos de Báez pueden leerse en Letralia, el más reciente de los cuales es el ensayo "Borges y el pensamiento", publicado el 1 de noviembre de 1999 en nuestra edición 81 (http://www.letralia.com/81/en01-081.htm). La primera conferencia se llevó a cabo el pasado jueves 11 en la Casa de Campo Guzmán Blanco, localizada en Antímano. La segunda presentación se escenificará hoy lunes 15 de agosto a las 5:30 de la tarde en el Centro de Arte La Estancia y la última el 18 de agosto a las 5 de la tarde en la Casona Anauco Arriba, en San Bernardino. El objetivo principal de estas ponencias es lograr que los ciudadanos se identifiquen con el patrimonio cultural de Venezuela mediante el desarrollo de la conciencia colectiva en función del conocimiento y mantenimiento de los espacios históricos y socioculturales, explicaron los organizadores. Fuente: ABN *** Documentos de Frida Kahlo y Diego Rivera serán digitalizados Una colección de más de 26.000 documentos de los artistas mexicanos Frida Kahlo (1907-1954) y Diego Rivera (1886-1957) serán restaurados, clasificados y digitalizados en un proyecto que se desarrollará hasta junio de 2007, según informó Isabel Grañén, presidenta de la organización Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (Adabi, http://www.adabi.org.mx) y una de las responsables del proyecto. Grañén explicó que los documentos "recogen toda la esencia íntima y personal de la pareja de pintores mexicanos que no sólo hicieron escuela sino también conciencia política en su país". Cuando se completen los trabajos, será posible consultar, a través de Internet, cartas, libros, revistas y notas de prensa "que muestran el lado humano" de dos de las más grandes figuras del arte contemporáneo mexicano. "Se trata de contribuir al enriquecimiento de la memoria colectiva y de poner a estos documentos inéditos a salvo del robo y la destrucción", dijo Grañén. Añadió que cuando los investigadores y el público en general puedan consultar por computadora tales documentos "se encontrarán con muchas sorpresas" sobre la vida personal, académica y artística de Frida Kahlo y Diego Rivera, a quienes unió el amor y la vocación por la pintura. Se estima que el proyecto de efectuar un inventario descriptivo y digitalizar los documentos tendrá un costo de unos 188.000 dólares, de los cuales una tercera parte será aportada por el magnate mexicano Alfredo Harp Helú. En el plan participan el fideicomiso que administra una casa convertida en museo que perteneció a Frida Kahlo en el sector capitalino de Coyoacán (conocida como "Casa Azul"), y otro creado por Diego Rivera, la estatal Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx), la Adabi y otras entidades. Diego Rivera donó al fideicomiso, constituido el 16 de agosto de 1955, su museo y el de Kahlo, y le cedió "todos los derechos de su obra plástica o literaria". El famoso muralista también solicitó en esa ocasión que los archivos con sus documentos y los de su esposa "no se abrieran sino varios años después de su muerte". Fuentes: EFE, El Tiempo *** Restauran importante misión jesuita en Paraguay La restauración y conservación de la Misión de los Jesuitas de Trinidad, a unos 400 kilómetros al sur de Asunción (Paraguay), se acomete por primera vez con un plan multidisciplinario, que incluye trabajos arqueológicos y antropológicos y que se desarrolla desde principios del pasado mes de julio. La coordinadora del proyecto, Ana Rosa Lluis O'Hara, explicó que la restauración, cuyo costo ascenderá a 100.000 dólares, se centra en el sector de las "casas de los indios" porque en anteriores trabajos se ocuparon principalmente de los restos de la imponente iglesia mayor del recinto. Otras novedades respecto a anteriores intervenciones en Trinidad, Patrimonio Histórico mundial de la Unesco desde 1993, es que las labores actuales son multidisciplinares, con especialistas en restauración, arqueología, en laboratorio de "biodeterioro", conservación lítica, estructuras y geotecnia, y documentación. Los trabajos en Trinidad se extenderán hasta finales de este año, destacó Lluis O'Hara, quien afirmó que el objetivo es que sea sustentable con la participación de la población local en las tareas de conservación y el fomento del lugar como destino turístico. La Misión de Trinidad fue elegida para desarrollar el proyecto como uno de los 100 sitios en peligro de destrucción del World Monuments Fund (WMF, http://www.wmf.org) para el bienio 2004-2006. Las anteriores labores de conservación en la Misión de Trinidad se remontan a principios de la década de 1990, cuando se trabajó en su recuperación, principalmente de la iglesia, con fondos de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aeci, http://www.aeci.es). Fuentes: EFE, Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María *** Falleció el cineasta boliviano Hugo Roncal El actor, dramaturgo y director de cine boliviano Hugo Roncal Antezana murió el pasado 12 de agosto en La Paz (Bolivia), a la edad de 82 años. El cineasta, que había sido galardonado el 26 de julio por el gobierno de su país con la Medalla al Mérito Cultural, dirigió más de un centenar de documentales y mediometrajes, entre otros, y escribió varias obras de teatro. Sus restos fueron velados en el Salón Velatorio María Inmaculada de la zona de Achumani. Nacido en Cochabamba, Roncal fue alumno libre, entre 1941 y 1943, de la Escuela Nacional de Bellas Artes, bajo la dirección de Cecilio Guzmán de Rojas. También en 1943 fue alumno de la Escuela Nacional de Arte Escénico, dependiente del Ministerio de Educación y Cultura de Bolivia (http://www.minedu.gov.bo), y en 1970 asistió a un curso de crítica cinematográfica, dirigido por Luis Espinal Camps, entre otros cursos de capacitación en las artes. Ya en la vida práctica, fue parte del elenco de las compañías de teatro "Raúl Salmón", "Carlos Cervantes", "Wenceslao Monrroy", "Centenario" y "Lucho Espinoza", así como de la española "Gonzalo Gobelay", entre otras. Su capacidad creativa se hizo evidente en la época del 60 cuando presentó una de sus obras más importantes: El mundo que soñamos. En ella, Roncal plasmó la historia de la fabricación de un títere, contada desde el punto de vista del papel periódico. En sus más de 45 años de actividad cinematográfica, participó y colaboró en diferentes largometrajes como Mina Alaska, de Jorge Ruiz, y Ukamau, de Jorge Sanjinés, además de Volver, La rata de América, Crimen sin olvido, Patria linda y El sátiro, todas obras y aportes importantes a la cinematografía boliviana. Además, fue uno de los impulsores de la creación del canal 7 TVB. Desempeñó el cargo de director del Departamento de Cine, dependiente del canal estatal. Según el director Paolo Agazzi, Roncal fue "un hombre múltiple en el cine boliviano, ya que fue actor y director. Sus clases en los talleres de cine de la Universidad Mayor de San Andrés (Umsa, http://www.umsanet.edu.bo) eran siempre enriquecedoras. Su muerte me sorprendió mucho, ya que hace un mes fue premiado por su labor cinematográfica". La actriz Maritza Wilde, por su parte, destacó su aporte al desarrollo actoral boliviano, que calificó como fundamental. "No sólo trabajó como actor, sino que elaboró varios guiones de teatro a lo largo de su vida. Fue un hombre ecuánime y agradable, y trabajar con él, como siempre se difundió por las personas que desarrollaron su talento con Roncal, siempre fue agradable. Además, se encuentra su aporte a la televisión nacional. Fue en el Canal 7, el estatal, donde destacaron sus ideas innovadoras". Entrevistado en 2003, Roncal definió el cine de esta manera: "Es un pasión de locos, de enamorados, es como el poeta que siente la necesidad de transmitir un sentimiento profundo sin esperar recompensa, el cineasta es igual; ahora se hace cine para ganar premios, reconocimiento, antes se hacía por amor, sin esperar premios". Fuentes: La Razón (Bolivia), La Prensa (Bolivia), Ministerio de Desarrollo Económico de Bolivia *** Inauguran en Argentina exposición sobre el Quijote El próximo jueves 18 de agosto se inaugura en la Pontificia Universidad Católica Argentina "Santa María de los Buenos Aires" (UCA, http://www2.uca.edu.ar), la exposición "Tras las huellas del ingenioso hidalgo", que reúne dibujos en tinta, grabados y litografías de veintidós artistas argentinos, así como 35 ediciones antiguas e internacionales de la obra de Cervantes. La exposición está enmarcada en las VIII Jornadas Internacionales de Literatura Española Medieval y Homenaje al Quijote, que se llevarán a cabo los días 17, 18 y 19 de agosto en el Campus Universitario de Puerto Madero (Buenos Aires). Las ediciones que verán los asistentes a la exposición proceden de la propia UCA y de la Biblioteca Popular de Azul, que cuenta con una de las colecciones más completas que existen en Argentina sobre esta materia. La exposición permanecerá en el Pabellón de Bellas Artes de la Universidad Católica Argentina hasta el próximo 4 de septiembre. "Cada uno de los artistas agrupados en esta singular exposición aporta su visión particular de don Quijote", explicó Cecilia Cavanagh, comisaria de la muestra. "Y de ese modo hallamos a un Alonso Quijano torturado, soñador o divertido en función del lápiz que lo haya plasmado", agregó. La muestra se abre con una acuarela de Guillermo Roux, que retrata al Quijote extraviado en libros, con los personajes de esos mismos libros rodeando al voraz lector de novelas de caballería. Las variadas lecturas del personaje cervantino continúan con las situaciones hilarantes dibujadas por Alicia Carletti, la marioneta de largos bigotes que escenifica Diana Dowek o el trazo tupido y generoso de Aníbal Cedrón, que se decanta por un Quijote mucho más ensimismado y melancólico. Por su parte, Carlos Benítez combina diversas situaciones de las andanzas del hidalgo, mientras que Jorge Álvaro prefiere ubicarlo en un escenario casi mágico. Muchas de las obras presentadas fueron encargadas especialmente para un libro en homenaje al Quijote, mediante el cual se convocó a los artistas a crear nuevas imágenes del célebre personaje de Miguel de Cervantes. Entre ellas se encuentran, también, las tradicionales ilustraciones de Carlos Alonso para la edición de la obra que publicó Emecé en 1957 y las que hizo Roberto Páez para la que editó Eudeba en 1965. "Lo cierto es que no ha sido fácil poner en marcha la muestra porque en un principio pensábamos que quizá resultaría demasiado local, pero hemos contado con el apoyo de la universidad y de la Consejería de Cultura de la Embajada de España en Argentina", dijo Cavanagh. "Además, la universalidad del Quijote está sobradamente reconocida porque todos hemos leído alguna vez algún fragmento de la obra o, por lo menos, nos podemos hacer una idea aproximada del significado de lo quijotesco", reconoció. Este año, en el que se cumple el cuarto centenario de la publicación de la obra cervantina y en el que, en consecuencia, proliferan los actos vinculados al Quijote, Cavanagh indicó que ha sido "todo un desafío" sacar adelante la muestra por el miedo que le producía la posibilidad de saturar al espectador. "No obstante, los dibujos recopilados tienen una calidad indiscutible y ofrecen visiones renovadas de un personaje que uno nunca se cansa de contemplar", matizó. Fuentes: EFE, La Nación, UCA *** Constituido el jurado del premio Julio Cortázar Los escritores, Miguel Mejides, Laidi Fernández de Juan y Rogelio Riverón, integran el jurado que tiene la responsabilidad de otorgar el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, en su cuarta edición, según se supo el pasado 2 de agosto. El veredicto será dada a conocer durante un acto que se celebrará en el Salón de los Espejos del Palacio del Segundo Cabo (sede del Instituto Cubano del Libro), a las 4 de la tarde del viernes 26 de agosto, fecha del natalicio del célebre escritor argentino. Para esta edición se recibieron 390 obras pertenecientes a autores hispanohablantes de 21 países de Latinoamérica y también de otras regiones, particularmente Europa. Los países más representados son Cuba (224), Argentina (83), España (22), México (13) y Colombia (11). La creación de este concurso fue iniciativa de la escritora, traductora y editora lituana Ugnés Karvelis. Su presidente de honor es Miguel Barnet y está auspiciado por el Instituto Cubano del Libro, la Casa de las Américas y la Fundación ALIA. Fuente: La Ventana *** Hermenegildo Sábat gana premio Nuevo Periodismo Cemex El periodista y artista plástico rioplatense Hermenegildo Sábat fue declarado ganador del Premio Nuevo Periodismo Cemex+FNPI en la modalidad de homenaje, según se pudo conocer a principios de este mes. Sábat recibirá el premio en una ceremonia que se celebrará en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, México, el próximo martes 30. Según el Consejo Rector del Premio, esta elección busca destacar y poner como ejemplo ante todos los periodistas de América Latina la extensa trayectoria de quien recorrió en su natal Montevideo los más variados oficios periodísticos, para luego consagrarse en Buenos Aires al ejercicio del periodismo de opinión, a través de una de las artes más tradicionales y representativas de la prensa, la caricatura política. Desde 1973, los dibujos de Sábat aparecen todas las mañanas en la sección política del diario Clarín (http://www.clarin.com.ar). También han sido publicados en los principales periódicos y revistas de América y Europa, entre ellos, The New York Times (http://www.nytimes.com), L'Express (http://www.lexpress.fr) y Libération (http://www.liberation.fr). La ceremonia de entrega será encabezada por Gabriel García Márquez, presidente de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI, http://www.nuevoperiodismo.org) y Lorenzo H. Zambrano, presidente del Consejo y director general de Cemex (http://www.cemex.com). La periodista mexicana Alma Guillermoprieto, integrante del Consejo Rector, dijo que Hermenegildo "Menchi" Sábat "es un hombre excepcional, con una personalidad llena de humor e inteligencia, modesto, consagrado a su trabajo, con una conducta intachable frente al poder y una brillante carrera de 57 años, desde que publicó su primer dibujo en Montevideo". Su vida ha trascurrido entre Uruguay, donde nació el 23 de junio de 1933 y donde trabajó como reportero, fotógrafo, diagramador y dibujante, hasta que le ofrecieron en 1966 ser secretario general de redacción del diario El País (http://www.diarioelpais.com), y posteriormente Argentina, donde colaboró con Editora Abril, las revistas Primera Plana y Crisis, el diario La Opinión y finalmente Clarín, desde abril de 1973. Dirigió y publicó la revista Sección Áurea. Además ha enseñado por varias décadas pintura y dibujo en su Fundación de Artes Visuales y otras instituciones. Su obra artística y periodística ha sido presentada en exposiciones retrospectivas y recogida en libros que reflejan sus convicciones y sus pasiones, como Seré breve, Siempre dije que este tipo no me gusta, Jazz a la carte y Abstemios abstenerse, entre otros. "La motivación principal es, o debería ser, generar situaciones visuales que tornen las palabras superfluas", ha dicho Sábat para explicar su trabajo, en el cual, además de la política, son recurrentes los temas musicales, pictóricos y culturales. En el Metro de Buenos Aires se exhibe un mural con sus dibujos de Gardel, Pichuco y Discépolo. Así como ha dibujado con ironía y valentía -sin palabras- los principales personajes de las distintas coyunturas de la historia argentina desde los años sesenta, ha dedicado libros monográficos y entrañables a artistas como Toulouse-Lautrec o Bix Beiderbecke. Sábat ha recibido varias distinciones nacionales e internacionales, entre las que se cuentan el premio María Moors Cabot en 1988 por sus dibujos en la época de la dictadura, el título de Ciudadano Ilustre de Buenos Aires y la nominación como Personalidad Emérita de la Cultura Argentina en 1996, el Premio Figari y el doctorado Honoris Causa de la Universidad de la República en Uruguay en 2003. El Premio Nuevo Periodismo Cemex+FNPI fue instituido como una alianza entre la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y Cemex para promover la calidad del periodismo en los países de América Latina y el Caribe. El premio en la modalidad de homenaje está dotado con 30 mil dólares como estímulo económico, gracias al patrocinio de Cemex. Esta es la cuarta ocasión en que se otorga este galardón. La primera vez tal honor recayó en el periodista mexicano Julio Scherer, cofundador de la revista Proceso (http://www.proceso.com.mx) y reportero y editor durante más de cincuenta años. En la segunda edición fue premiado el colombiano José Salgar, quien durante setenta años ocupó todas las posiciones posibles en la redacción de El Espectador (http://www.elespectador.com). El año pasado fue distinguido el brasileño Clóvis Rossi, de Folha de Sao Paulo (http://www.folha.uol.com.br/folha), con más de cuarenta años de experiencia narrando las coyunturas del mundo para Latinoamérica. Fuente: FNPI *** Unica prepara su III Feria del Libro Del lunes 26 de septiembre al sábado 1 de octubre se realizará en la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica, http://www.unica.edu.ve), en Maracaibo (Venezuela), la III Feria del Libro Unica, con la participación de diversas editoriales regionales, nacionales e internacionales. Según Adriana Morán Sarmiento, coordinadora del evento, la universidad se suma, por tercer año consecutivo, a la red de ferias de libro que se realizan en Venezuela, "con el objetivo de difundir la literatura, promocionar a los escritores regionales y nacionales y poner el libro en manos de todos, dando mayor participación a las editoriales universitarias". Morán agregó que durante una semana se realizarán actividades que van de lo literario a lo musical, tomando en cuenta, incluso, a los más pequeños. Para ello, serán utilizados los espacios de la propia universidad. Para el rector Ángel Lombardi, la realización de este tercer encuentro literario se concibe como la celebración de la literatura que este año rinde homenaje al cuarto centenario de El Quijote y al 50º aniversario del Grupo Poético Literario Apocalipsis. El escritor Ednodio Quintero será el homenajeado este año, por lo que se estará presentando su más reciente novela Mariana y los comanches (Editorial Candaya, España). Entre los escritores venezolanos que participarán en la feria, se encuentran Adriano González León, Inés Quintero, Francisco Javier Pérez, Miguel Ángel Campos, César Chirinos, Antonio López Ortega, Milton Quero y otros. El Cine Club Unica, junto a la Cinemateca Nacional, el Cine Club Luz y Fundacine organizan el Taller de Dirección de Cine que dictará el cineasta merideño Alberto Arvelo (Una vida y dos mandados, Una casa con vista al mar). Dexy Linares, coordinadora del Cine Club, aseguró que además habrá programación para cinéfilos durante los seis días, de 10 de la mañana a 8 de la noche. Las noches musicales estarán amenizadas por las agrupaciones Pomarrosa, el Ensamble Sonoro de Atenógenes Urribarrí, los Gaiteros del BCV, Beatlemanía, Stigma. La Sombra, Bárbara y Maneco, la Estudiantina Unica y un concierto sinfónico del director Franklin Pire. Varias exposiciones de arte, talleres para niños y adultos y la expoventa de libros se harán posible en los espacios de la III Feria del Libro Unica, distribuida en los pabellones: Editoriales y Libreros, Pequeños Lectores, Colombia, y el Pabellón Artesanal. Fuente: Unica *** Ministros de Cultura se reunirán en Caracas Representantes de 33 países participarán en el XIV Foro de Ministros y Encargados de Políticas Culturales de América Latina y el Caribe, que se celebrará en Caracas del 27 al 29 de septiembre. La agenda de esta reunión contempla como temas principales las estrategias de integración cultural de América Latina y el Caribe, así como el apoyo a la aprobación de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales. La temática de este encuentro internacional fue aprobada durante la primera reunión preparatoria de la Secretaría Pro Tempore, realizada recientemente en el Consejo Nacional de la Cultura (Conac, http://www.conac.gov.ve), ocasión en la cual se produjo la transferencia oficial de la presidencia del foro por parte de la República de Ecuador a la República Bolivariana de Venezuela. En esa oportunidad, el ministro venezolano de Cultura, Francisco Sesto Novás, expresó su deseo de que este evento se convierta en un encuentro exitoso en el que las autoridades de la cultura puedan dialogar y discutir con sinceridad los problemas de la región, así como la integración y los cambios que se están dando en estos países. "Vamos a lograr el foro más auténtico, sencillo, profundo y útil", enfatizó el titular de Cultura. Entre otros puntos de la agenda fue presentado el Portal de la Cultura de América Latina y el Caribe (http://www.lacult.org). Además, se aprobó incluir la discusión del fortalecimiento de esta cita internacional, agregar a un representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, http://www.unesco.org) como miembro del foro y se definió el listado de los invitados especiales. Fuente: ABN *** Conflictos peruanos serán analizados en un coloquio Entre finales de septiembre y mediados de octubre se realizará en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM, http://www.unmsm.edu.pe), en Lima (Perú), el Coloquio Nacional Interdisciplinario "Discursos del conflicto: entre el canon y la profanación", en homenaje al centenario de Tarmap pacha huaray. La actividad, que se desarrollará el 28 y 30 de septiembre y del 2 al 14 de octubre, ha sido concebida como foro de encuentro de las distintas disciplinas de las humanidades y las ciencias sociales, y se propone abordar uno de los escenarios de la cultura que dan cuenta de los profundos conflictos que se viven en el Perú. En 1905, en la Universidad de San Marcos, un joven de la aristocracia limeña sostiene su tesis Carácter de la literatura del Perú independiente; en el mes de mayo de ese mismo año y tanto en Lima como en casi todas las modestas ciudades del país, la naciente clase obrera celebra la primera pascua roja en la que se produce un fenómeno de apropiación de uso de la letra por sectores populares. Lo relevante y revelador es la aparición de Tarmap pacha huaray en el interior del país. El texto llama la atención por la forma como se reivindica la cultura indígena, se esboza una historia posible y se documenta la vigencia de la literatura quechua. Asimismo, se agrega la publicación por parte de un sector vinculado a las instituciones conservadoras, del Vocabulario políglota incaico, que registra cuatro variantes del quechua y una del aimara, y que además supone un proyecto de castellanización. El encuentro analizará estos y otros temas relacionados. Dirigido a investigadores, críticos literarios, educadores, científicos sociales, profesores de secundaria y publico en general, así como alumnos de universidades, el coloquio discurrirá a través de una agenda compuesta por Carácter de la literatura del Perú independiente, Tarmap pacha Huaraz, Vocabulario políglota incaico y la celebración de la pascua roja. Los interesados en participar deberán enviar sus ponencias antes del 15 de septiembre. Las inscripciones se procesarán hasta el 12 de octubre y tendrán un costo de 60 nuevos soles para ponentes, 40 para asistentes y público en general y 20 para estudiantes. Para obtener mayor información sobre el evento, es preciso escribir a guaca@unmsm.edu.pe. Fuente: UNMSM *** Realizarán en Chile encuentro escolar de historia local El próximo 30 de septiembre y 1 de octubre se realizará en Carahue (Chile) la Cumbre Regional Escolar de Historia Local "Relatos de La Frontera", que tendrá como escenarios la Casa de la Cultura de Carahue (Manuel Montt 295, teléfono 651873, culturacarahue@yahoo.es) y el Hogar Estudiantil del Complejo Educacional Claudio Arrau (Manuel Montt 297, teléfono 651378). El evento es una de las actividades que desarrollan docentes y estudiantes de la zona para analizar su historia local, y que ha involucrado encuentros, seminarios y talleres diversos. La zona de La Frontera abarca un territorio que durante la conquista se mantuvo como nación independiente de España, y que geográficamente tiene cierta correspondencia con lo que actualmente se conoce como La Araucanía. Dado que la zona vivió un proceso histórico distinto al del resto de Chile, los organizadores consideran indispensable que esta historia territorial sea conocida por las nuevas generaciones y difundidas al resto de la población regional, como una forma de potenciar un desarrollo regional y local propios, con una identidad reconocible en otras áreas de Chile y del exterior. El evento está basado en un trabajo que se está desarrollando a través del Taller de Recuperación de Historia Local "Memorias del Río Imperial", que congrega unidades educativas insertas en esta cuenca de las comunas de Carahue y Saavedra, y que busca articular experiencias, desarrollar y sistematizar esta actividad educativa con el fin de propiciar la participación en la Cumbre Nacional de Historia Social y Popular que la ONG Ekosol de Valparaíso está organizando para el mes de octubre del presente año. En la actividad participarán alumnos y alumnas de 5º a 8º año básico de escuelas de La Frontera, a través de equipos representativos, cada uno de ellos conformado por cinco escolares y dos adultos (docentes, monitores, padres y/o madres). El tema de la cumbre será libre, aunque enmarcado en los acontecimientos históricos ocurridos en el territorio. La forma de presentación también será libre, esperando que se congreguen exposiciones digitales, fotográficas, de maquetas u otras que den cuenta de la metodología utilizada, del proceso vivido y de los aprendizajes logrados. La actividad también propiciará el intercambio de experiencias y aprendizajes entre los participantes. El evento es organizado por el Centro de Formación Humana para el Desarrollo Local ForHum y la Casa de la Cultura de Carahue; cuenta con la colaboración del Departamento de Educación Municipal de Carahue, la Municipalidad de Saavedra, el Hogar Estudiantil del Complejo Educacional Claudio Arrau y el programa Araucanía Tierra Viva, y es patrocinado por la Secretaría Regional de Educación. Para obtener mayor información es preciso escribir a Juan Carlos Vásquez (jvasquezmercado@yahoo.es), del Centro de Formación Humana para el Desarrollo Local Forum, o a Ramón Melipillán Mancilla (culturacarahue@yahoo.es), de la Casa de la Cultura de Carahue. Fuente: ForHum *** Eduardo Galeano visitará Honduras El escritor uruguayo Eduardo Galeano visitará Honduras en octubre próximo, invitado por la Universidad Pedagógica General Francisco Morazán. Rigoberto Paredes, funcionario de ese centro de estudios superiores en la capital hondureña, dijo que Galeano será homenajeado por su aporte a la literatura universal. Agregó que el autor de Las venas abiertas de América Latina llegará a Honduras el 1 de octubre y permanecerá en el país hasta el día 9 de ese mismo mes. Durante su estancia en el país centroamericano, Galeano visitará San Pedro Sula, norte, la segunda ciudad hondureña más importante, donde compartirá con catedráticos y alumnos del centro regional de la Universidad Pedagógica, lo mismo que con intelectuales hondureños y otros invitados. Posteriormente se trasladará a Copán Ruinas para conocer el parque arqueológico maya, uno de los sitios turísticos de mayor atracción que tiene Honduras. Paredes indicó además que, para conmemorar los 50 años de la Universidad Pedagógica, en 2006 se tiene previsto la visita al país del escritor portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura 1990. Saramago recibió la invitación para venir a Honduras durante su reciente visita a El Salvador, en el marco de una gira por Latinoamérica. Fuente: EFE *** La venezolana Carmen Ramia dirige el Miami World Theater Entre el 7 y el 16 de octubre se realizará el festival Miami World Theater (MWTF, http://www.miamiworldtheater.org), evento en el que participarán obras de Australia, Canadá, España, Estados Unidos, Francia y Venezuela, y que será organizado por integrantes del equipo que ha desarrollado durante más de treinta años el reconocido Festival Internacional de Teatro de Caracas. La dimensión de este evento excederá el contexto local y dará "visibilidad mundial a Miami", según George Neary, el director de la Oficina de Turismo Cultural del condado Miami-Dade. "Convertir a Miami en la sede del segundo festival de teatro más importante del mundo" es la meta de Carmen Ramia, directora del MWTF, quien cree que los proyectos difíciles son los mejores. Ramia informó en rueda de prensa realizada el pasado 11 de agosto que el festival nace en la ciudad estadounidense de Miami Beach como un evento anual y tras una sugerencia del magnate venezolano de las comunicaciones Gustavo Cisneros, uno de los patrocinantes. "Fue Gustavo Cisneros quien me dijo que un festival de esta naturaleza debía pensar muy seriamente en moverlo también a una ciudad como Miami", dijo Ramia refiriéndose al evento teatral venezolano que ella dirige y organiza. "Miami fue el sueño desde siete años atrás. Una vez inauguremos no tendremos sino festivales grandiosos", comentó Ramia. La primera edición del MWTF se celebrará en teatros como el Jackie Gleason Theater y el Byron Carlyle Theater, y en espacios abiertos como Lummus Park, donde la compañía francesa Groupe F traerá Un poco más de luz, o Lincoln Road, con la magia aérea del grupo australiano Strange Fruit. Después de observar con detenimiento el desarrollo económico de la ciudad y la disposición de sus funcionarios de convertirla en un polo cultural muy importante, Ramia y su equipo tomaron la decisión de organizar el festival en el sur del estado de Florida. Resaltó lo adecuado que es que este festival se celebre en Miami Beach, debido a la "inmigración muy variada que da una riqueza multicultural muy particular a la ciudad", a lo que se agrega su elevada afluencia de turistas. La compañía canadiense Les Deux Mondes presentará The Tale of Taeeka, una obra sobre un tema tabú: la violencia hacia la infancia; la compañía francesa vanguardista Theatre Tatto desarrolla una propuesta llena de sorpresas escénicas sobre el tema de la cocina; el Grupo Teatral de Caracas participará con Los hombres de América, del dramaturgo Fausto Verdial. España mostrará el espectáculo que dio a conocer fuera de ese país al bailarín de flamenco Rafael Amargo, Un poeta en Nueva York, inspirado en la obra del poeta español Federico García Lorca; y la compañía estadounidense del bailarín Joe Goode hará una llamativa síntesis de danza y teatro. Serán cinco shows callejeros, siete compañías, 18 obras en escena, 100 artistas, miles de espectadores y un presupuesto de un millón de dólares. Eva Ibanche, directora ejecutiva y artística del festival, explicó que las obras son de fácil comprensión para el público hispano porque en su mayoría son eventos multimedia. "Me cuidé de que estas producciones no tuvieran una dificultad de lenguaje. En esta edición no se verá un teatro de texto que haga necesario una traducción simultánea, sino obras de fácil comprensión para la mayoría del público", precisó. Resaltó que el festival combina los valores estéticos de la danza, el teatro de sala y de calle para hacer de éste un "nuevo polo de desarrollo y disfrute en una ciudad en evolución trepidante". Ramia, por otro lado, aclaró que este evento es independiente del Festival Internacional de Teatro de Caracas, galardonado con el León de Plata de Venecia, que en su próxima edición rendirá un homenaje a Alemania. "Son dos festivales totalmente distintos", aseguró. Fuentes: EFE, El Nuevo Herald *** Antonio Candido de Mello recibe el premio Alfonso Reyes El brasileño Antonio Candido de Mello (1918) fue galardonado con el premio internacional Alfonso Reyes, de México, que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inba, http://www.cnca.gob.mx/cnca/buena/inba) de la nación azteca a la vida y obra de escritores importantes, tal como se conoció el pasado 5 de agosto. El premio, con una dotación de $60.000 y una historia ya de tres décadas, será entregado en el marco de la XV Feria Internacional del Libro de Monterrey (http://fil.mty.itesm.mx/2005), el próximo 8 de octubre. Es entregado por el Instituto Nacional de Bellas Artes de México la Sociedad Alfonsina Internacional, el Consejo para la Cultura de Nuevo León, Siglo XXI Editores, el Instituto Tecnológico de Monterrey y la Universidad Autónoma de Nuevo León. Candido de Mello es poco conocido en el mundo de habla castellana, pero su obra en portugués supera la treintena de títulos. Sus libros han sido traducidos a diversos idiomas, aunque en español sólo se conocen Introducción a la literatura de Brasil, Ensayos y comentarios y Estruendo y liberación. Ensayos críticos. El premio, dice, tiene gran significado para él, porque Alfonso Reyes es "uno de los hombres más importantes para el pensamiento crítico de América Latina", y por las cualidades de los anteriores ganadores. Entre ellos se cuentan Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, André Malraux, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Adolfo Bioy Casares, Juan José Arreola, Miguel León-Portilla, Harold Bloom y José Emilio Pacheco. El autor es doctor en ciencias sociales por la Universidad de Sao Paulo. También es profesor emérito de la Facultad de Ciencias y Letras de Assis, y ha ejercido en las universidades de París y Yale. A propósito del premio, Candido de Mello llama la atención sobre la "asimetría" de la difusión de las literaturas latinoamericana y brasileña, aunque ambas se proyectan de modo independiente hacia Europa y Estados Unidos. Fuentes: El Nuevo Herald, La Jornada *** Organizan en Córdoba encuentro sobre cine, arte y literatura La Diputación de Córdoba (España) presentó el pasado 9 de agosto la programación del VIII Encuentro Literario Cine, Arte y Literatura, que se celebrará entre el 26 y 28 de octubre en la loalidad de Pozoblanco, con el objetivo de afianzarse como un foro de debate abierto sobre la relación del cine y la literatura, en palabras del diputado de Cultura, Serafín Pedraza. La principal novedad con que contará este evento con respecto a la edición anterior, será la presencia del arte entre los temas programados, subrayando así el valor de la pintura y los personajes que han sido retratados en el cine. Las mesas redondas, coloquios y entrevistas que completan el encuentro discurrirán en las jornadas de mañana y tarde, a excepción del último día, en que sólo serán por la mañana. Pedraza quiso destacar durante la presentación de la programación la calidad y los nombres de los participantes durante los tres días, que engloba a importantes directores de talla nacional como Luis García Berlanga, "nombre absolutamente clave en nuestro cine ya que, junto a Juan Antonio Bardem, marcaron la evolución fílmica en los años 50". También sobresalen cineastas como Jaime Chávarri, José Luis Borau, Carlos Saura, Montxo Armendáriz y Manuel Gutiérrez Aragón, importante este año por su reciente reconocimiento con el Premio Nacional de Cinematografía y por la vinculación del encuentro literario al Quijote. Una de las premisas que se han querido seguir en este foro es "no copiar" el nombre de los participantes con relación a la VII edición, para evitar "que sea un calco". El responsable del área de Cultura de la Diputación manifestó que la experiencia del año pasado "fue muy satisfactoria", reforzada con la publicación de las actas debido a su "increíble riqueza". Pedraza confía que esta serie de conferencias y coloquios sea un "foro de debate vivo en el que se hable de todo lo referente al cine", introduciendo nuevos elementos valorativos. Por su parte, el coordinador del encuentro, Antonio Rodríguez, consideró interesante la introducción en el formato de "personajes que ostentan la condición de pintor en el cine", reflejando "su estrecha relación". El evento, que contará con la dirección académica de Manuel Torres, dispondrá de dos créditos de libre configuración por parte de la Universidad de Córdoba (UCO, http://www.uco.es). Fuente: Diario Córdoba ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === Dos notas sobre Eugenio Montejo Leonardo Maicán ================== *** El tiempo: materia poética en la obra de Eugenio Montejo El tiempo es la imagen móvil de lo eterno. Platón Hay poetas para quienes la literatura no es sino reflejo, casi milimétrico, de la sociedad y el tiempo que les ha tocado vivir. En cambio, hay poetas cuya escritura no conoce de límites ni de tiempos, pues su única preocupación es la interpretación del hombre, de la esencia con que afirma su propia trascendencia. Eugenio Montejo pertenece al rebaño de estos últimos. Poesía que pone de relieve los sentimientos y misterios del hombre y, a partir de allí, la relación de éste con el universo que lo circunscribe: la naturaleza, el tiempo. En buena parte de la obra del poeta caraqueño se rompe con la horizontalidad del tiempo. Veamos los cuatro primeros versos de la segunda estrofa del poema "Retornos", perteneciente a su libro Muerte y memoria (1972): "Todas las formas del paisaje / pasarán del negro al verde / y otra vez del verde al negro, / según las vueltas de la rueda..." (p. 45). El paisaje, eterno compañero del tiempo, es susceptible de variar de acuerdo a la mirada del otro. En el poema que nos ocupa, pasa del negro al verde, y viceversa. Pero puede abarcar otros matices, que aunque no se encuentran de manera literal dentro del texto, puede hallarse por intermedio de una lectura capaz de roer la osamenta estructural del poema. Pues el paisaje encierra en su naturaleza todas las formas y colores posibles. La rueda, en el texto señalado, simboliza el tiempo, el indetenible girar de los instantes concatenados. El galopar que hace al viento, velado de misterio. Galopar del tiempo que palpa las piedras del camino. Este camino no es otro que la vida del hombre, y que nos conduce hacia adelante (futuro) o bien hacia atrás (pasado, retorno). Vemos entonces que la voz vuelve y desaparece en el tiempo, ya sea en sueños o cabalgando en el recuerdo. En el mismo libro (Muerte y memoria) hay un poema titulado "Regreso". Antes que nada, llama la atención la sinonimia presente entre retorno y regreso. Semánticamente, ambos vocablos nos remiten a un tiempo o lugar que precede al "ahora", a un volver. Esta recurrencia de participar del pasado por parte de Eugenio Montejo, nos lleva a creer que para el poeta caraqueño el pasado, lejos de ser un estado temporal inerte, estático, es por el contrario un universo vivo, espacio de múltiples e infinitas posibilidades. Veamos las dos primeras estrofas de "Regreso": Un instante la silla ha regresado a su lejano árbol con sus verdes tatuajes ya secos Sus pájaros están dispersos, muertos, y la manada del rugoso cuero yace plegada bajo las tachuelas (p. 44). Mero juego imaginario, evidentemente; juego en el que una típica silla de cuero y madera se traslada a sus orígenes, a la génesis de sus elementos primarios: el árbol (madera), el animal (cuero). Árbol y animal que han sido sacrificados por la civilización para dar "vida" a un utensilio de invaluable valor para el hombre, desde tiempos remotos. Vida (la de la silla) que nace a partir de la muerte del árbol y sus habitantes: los pájaros. Esta historia construida por y desde la tradicional silla, recrea incluso el ocio del hombre mismo, tal como se manifiesta en las últimas dos estrofas del poema: Ya no hay más que silencio nivelado bajo la sombra de un follaje extinto donde se curte todo su misterio fiel a sus tablas, sólo da reposo cuando de tarde la hemos recostado a la pared, ahogando una memoria de días que crecieron como un árbol y la vida tronchó por cosa muerta, claveteada con viejos pensamientos (p. 44). Por un lado, el silencio producto de la "decapitación" del árbol de donde proviene la silla; sombra que ya no es sombra, pues ésta sólo existe en el recuerdo, en la retrogradación del tiempo. Por el otro lado, vale decir que la silla es un instrumento a través del cual el hombre, sentado, pone de manifiesto el ocio, estado que comunica al ser humano con lo sagrado y lo mundano. Momento propicio para el desbordamiento de la memoria. Así, gozar del ocio, es respirar el tiempo con arte y raciocinio. En Partitura de la cigarra, uno de los libros más representativos de la obra montejiana, el juego temporal, o más bien, de anacronía, es evidente. Pero no es una anacronía en el sentido literal de confusión temporal. De ninguna manera. En el mencionado libro, al igual que en el resto de su obra, el poeta, inteligentemente, desliza su conciencia a través del permeable terreno de la temporalidad; como quien mira a través de un cristal y palpa con sus manos la vida o muerte que allí palpita. El tiempo es relativo, afirmó Albert Einstein. En tal sentido, qué más da vivir en presente o pasado (pareciera decirnos Montejo), si en todo caso la literatura, y más exactamente la poesía, es la tierra de los encuentros posibles. Y más aun: a partir de lo que plantea el autor, el lector es capaz de hacer una reflexión profunda, filosófica, acerca de su compromiso como ser individual en cuanto a su tiempo actual (presente), que inevitablemente lo conlleva a una serie de interrogantes acerca de su futuro, tanto en lo individual como en lo colectivo. En el poema "Adiós a mi padre" (Partitura de la cigarra), Montejo reincide, como ya se abordó, el juego temporal: Mi padre muerto iba delante y detrás junio, de verde ubérrimo, y la geórgica lluvia venida de tan lejos. Al paso de su sombra los refrenados carruajes nos seguían (p. 26). Canto al padre que ha cruzado el umbral que nos separa del reino de la muerte. En estas líneas es notable que la vuelta al pasado está revestida de una aureola de nostalgia, que no sólo se conforma con nombrar al padre, sino que abarca y señala lugares o emblemas del pueblo: "Mi padre hablaba del camino, / de cafetales con piel de adormidera / que a un simple roce ya era calles y torres" (p. 26). Calle, sitio por donde rueda la vida, el tiempo; torre, lugar desde donde se le mira. Caminos, cafetales, todo ello intrínsecamente unido a la historia oral, acaso más trascendental que la escrita, pues al contrario de ésta, aquélla se transmite desde las raíces mismas del alma. Montejo parece asirse de tales raíces, y se remonta hasta más allá de la desembocadura del río de la vida: Hablaba dormido, con voz inubicable, una voz rápida de cuando era muy joven y yo no había nacido... (p. 26). Hablar dormido es hablar con la conciencia de los dioses, ya sea en sueños o desde la muerte. Voz inubicable que crece y se multiplica como la savia de los primeros años, aquellos que forjaron la vida a la voz (no nacida aún) que ahora nombra. En definitiva, se podría decir que Eugenio Montejo es un poeta que escribe sin "camisas de fuerza". Para este autor venezolano, el tiempo es una cosa viva, asible, que al igual que el viento puede parecer sereno unas veces, con un norte definido; otras veces puede embestir la brújula de nuestros sentidos, y arrastrarnos de la mano al tiempo donde realmente nace el poema; haciéndonos sentir que somos partícipes de su aventura. Referencias - Montejo, E. (1996). Antología. Editorial Monte Ávila Latinoamericana. Caracas. - (1999). Partitura de la cigarra. Editorial Pretextos. Caracas. *** Tiempo y espacio de una partitura para una poética Sobre la cigarra y el bosque "Partitura de la cigarra", extenso poema que da nombre al libro de Montejo (Pretextos, 1999) es el canto de la naturaleza misma, canto a través del cual el poeta expresa los sentimientos del hombre, sus nostalgias, sueños y ambiciones. Tomando como epicentro la vida y muerte de la cigarra (o chicharra, como también se le conoce), Montejo aborda una de las grandes frustraciones del hombre, en todas las épocas: la aparente inaprehensibilidad del tiempo. Y si decimos aparente es porque sólo a través de la poesía somos capaces de romper las fronteras inefables que nos sujetan al tiempo. En "Partitura de la cigarra", el poeta lo logra de manera magistral: "El tiempo que intercambia la presencia y la ausencia, / el canto verde y el silencio de ceniza, / el tiempo con los ojos secos de la cigarra / variando sin variar, noches y días / ¿Ha de borrarse todo en los caminos?". He aquí un tiempo circular, perfecto. Tiempo en el que frases y palabras que denotan oposición, representan el comienzo y el final, la serpiente mítica que se muerde la cola, la muerte y el renacer. Así, la vida no sería vida si no existiera su contraparte: la muerte. Presencia y ausencia, canto verde y canto de cenizas, noches y días...; el empleo de éstos y otros opuestos le confiere al poema -y al tiempo- una bruma de continuidad, de sutil movimiento de rueda, pues el tiempo es uno y todos los tiempos, fundidos y vueltos a fundir en la mirada del poeta: La maga maestra del bosque muda su tiempo verde en tiempo blanco, pero el grito es idéntico desde hace milenios, se ausenta y retorna, no cambia. Cual ave fénix, la cigarra renace de sus cenizas, año tras año, durante la estación de lluvia. Es entonces cuando el bosque reverdece con sus primeros cantos. Tiempo, poesía, música y renacimiento; elementos que se retroalimentan, formando un círculo infinito en el que el bosque -esa otredad que nos desborda- es reino mágico y purificador; y la cigarra, reina y sierva de aquel país de árboles que una vez habitamos, y que simboliza (la chicharra) la voz de una naturaleza herida por la mano destructora del hombre. Voz que es silbo y primavera tropical. Canto que traspasa el silencio de los tiempos que conoce de soles y de lunas. La cigarra busca a través de su música no sólo la trascendencia y supervivencia de su propio ser, sino la del bosque mismo: morada, refugio, hogar y fortaleza desde donde nos descifra los códigos secretos de la naturaleza. Pero parece haber allí cierta contradicción, pues a pesar de que la cigarra canta para demostrarnos su eterna -y frágil- existencia, el canto mismo lleva consigo el signo de la muerte: murió reventado como la chicharra, dice un conocido refrán. Este ejemplo lo ilustra como un sol: Lo que escuché de la cigarra, lo que me dijo con su grito una vez, con su silencio, lo que sigue diciéndome a lo lejos, hoy que su cuerpo se quemó de música. En "Partitura de la cigarra", el lector percibe una especie de coro órfico que lo conecta con la espiritualidad áurica que es esencia del universo y del hombre; partitura cósmica y terrena a la vez. Poesía es ante todo oído y ritmo. En tal sentido, el poema que nos ocupa es en sí una gran metáfora donde la musicalidad penetra (a veces en forma de silencios o de murmullos íntimos, casi inaudibles) a través de los poros heráldicos de la poesía. El efecto resulta revelador: descubrimos que, al contrario de la concepción genesiaca sobre nuestro origen, el ser humano está hecho de palabras (desde siempre y para siempre). "El hombre es un ser de palabras", dice Octavio Paz. Somos, por extensión, máscara y circo de ruidos, sonidos, melodías, lloros, susurros, oleajes, trinos, gritos, truenos, carcajadas, lamentos, silencios, canto de cigarra... He aquí algunas imágenes donde la musicalidad es encantamiento y color de los sentidos: "Lo que su grito fue grabado entre las cosas"; "la nieve sónica cayendo en densas capas"; "cigarra asida de su grito / ella y su sombra / ella y sus sonidos..."; "Cada nota vibrando se fragmenta / se oye siempre una cigarra y una cosa" . Ese canto de muerte y renacimiento de la cigarra no tendría sentido sin la presencia del paisaje. La voz poética, que desnuda su mirada desde la naturaleza, o, en todo caso, desde el paisaje, pone de relieve las formas y colores que, junto al sonido, dan esplendor y pertinencia al poema. Si el sonido, en todas sus manifestaciones, es la representación física y espiritual del tiempo (el tic-tac de un reloj, el latido imperceptible del cosmos en el silencio de la noche...), el paisaje lo es del espacio (el verde paradisíaco de la arboleda, su desnudez de mujer amada, la luz de la terredad...). Tiempo y espacio, binomio sagrado que conjuga la creación humana y la divina. Binomio donde el poeta, demiurgo y partero de sí mismo, funda territorios de fuego purificador. Más que el lugar que ocupamos, el espacio es aquello que nos ocupa. Y el paisaje de "Partitura de la cigarra" nos invade con su eco de colores y emociones hasta crecer en nosotros con la certidumbre lírica e interminable de la cigarra; sus árboles, sus nubes, sus ríos y montañas, sus blancos y sus verdes; la tierra: Está cantando en el fondo del bosque, en el bosque secreto que cada quien lleva consigo como una sombra, desde que nace, está cantando en un árbol, ella y el eco que la fija en el viento. Tiempo y espacio enmarcado por un lugar (el bosque) y una vida-muerte (la de la cigarra). Espejo en el que la memoria es un espejismo distorsionador de la mirada. Esto no quiere decir, de ninguna manera, que espacio y tiempo sean conceptos marcados por el rechazo mutuo. Muy por el contrario: el uno no podría existir sin el otro. Pero Montejo no sólo se conforma con mostrarnos la relación intrínseca (dualidad) entre time and space. El poeta nos muestra otras realidades, más humanas y por tanto, herederas de una oposición radical, irreconciliable. Verbigracia: la dualidad bosque/ciudad. Ambos transcurren en tiempos diferentes. El reloj del bosque (selva, campo) parece marcar el tiempo con desgana, como si no quisiera, y el minutero es entonces una flecha embriagadora que cruza los aires con timidez y lentitud milenarias, como temiendo herir la apacibilidad del día, el verde vegetal y el silencio que lo respira. Tiempo señalado por el ciclo de las estaciones, el murmullo precámbrico de los ríos, el movimiento azul de los astros. Su fino oído degusta con placer de ninfa cada palpitar levísimo de sus brotes fraganciosos. Más próximo al canto erótico-sensual de la sirena que del barroquismo místico de Vivaldi, su música gravita como un puerto anclado en el arrobo de las emociones. En este tiempo de la naturaleza la vida no tiene edad; en ella se podría morir eternamente. Por el contrario, el tiempo de la ciudad está marcado por la aceleración de los sentidos. Tiempo que ha desterrado a Cronos a un prostíbulo sin héroes donde el verbo amar es odiado en un eterno pluscuamperfecto sin posibilidad de retorno; lugar en el que él, Cronos, es puro pretérito de nostalgias: "Está alumbrando ahora desde una estrella, lejos, / está dormida fuera de su música, / soñando que podemos cantar lo que cantaba, / ella y su verde silencio compacto, / ella y el grito que inventa su quimera, / lo que canta en nosotros desde su ceniza". Es un tiempo suicida por naturaleza. Y más aun: homicida. Reloj negador del hombre y del bosque, su minutero es una espada ciega manchada de sangre, de savia vegetal: "Busqué la cigarra con un hacha". Es el tiempo de la ciudad alterando la tranquilidad del bosque, mutilando sus vértebras. Así, la ciudad representa la violencia; el bosque la armonía, el equilibrio. Una es gris como la espada de Herodes, el otro es verde como la fertilidad. Concreto y madera. Metal y hueso. TNT y ADN. Nueva York y Amazonia. Olvido y memoria. Con respecto al bosque, la ciudad es un ente violador, instrumento del hombre para exterminar nuestra casa primigenia: el campo. Esto representa un contrasentido, pues la muerte del bosque es un atentado contra el hombre mismo. Eugenio Montejo es consciente de esta paradoja histórica, de la que la humanidad acaso comienza a tener cierta noción a partir de la primera revolución industrial, si no antes. Por todo esto, "Partitura de la cigarra" es el canto del bosque que, mutilado y enfermo, se niega a morir; de allí su renovación cíclica a través de la cigarra. En tal sentido, la selva representa la casa violada, el hogar saqueado, mil veces saqueado y vuelto a saquear. Último rincón del mundo donde el fuego aún no ha sido robado por Prometeo. Bosque, lugar donde la poesía es color y es música; dolor, parto, entrega. Orgasmo y grito de la naturaleza. Partitura secreta que sólo el alma de la cigarra es capaz de descifrar. ** Leonardo Maicán lmaican@letralia.zzn.com Escritor venezolano (Maracay, Aragua, 1967). Primer premio en el Concurso Literario Interliceísta "Sergio Medina" (Maracay, 1992); mención especial en el Concurso Semana de la Juventud (La Victoria, 1995); mención honorífica en la I Bienal Interuniversitaria de Literatura "Simón Rodríguez" (Valencia, 2001). Cuentos suyos han aparecido en antologías, diarios y revistas del estado Aragua. Publicó el libro de cuentos Duelo de ases (La Liebre Libre, Maracay, 1995). Actualmente cursa estudios de lengua y literatura en el Instituto Universitario Pedagógico de Maracay. === Plaza de Nadie ======================================================== === El arte del ninguneo, o donde Ulises le agradece a cierto cíclope ===== === Alexis Romay ========================================================== En su boletín de junio de 2005, la editorial puertorriqueña Plaza Mayor, en un texto titulado "La experiencia y la fe" se refiere a la calidad de las obras ganadoras de su premio de novela en los siguientes términos: "(...) las novelas (...) del fallecido Gregorio Ortega (uno de los más reconocidos y publicados autores cubanos) y (...) de Lorenzo Lunar (a quien la crítica internacional considera 'una de las voces esenciales del neopolicial latinoamericano') pudieron haber obtenido el máximo galardón en cualesquiera de los concursos convocados en la isla o fuera de ella". Para describir a los finalistas, añaden: "(...) los muy destacados narradores (...) Oneyda González, Miguel Terry Valdespino, la muy joven Agnieska Hernández y el veterano F. Mond, en la primera edición; y el muy premiado en Europa Antonio Álvarez Gil, el reconocido Alberto Garrido, el joven narrador y poeta Osmany Eduardo, y el desconocido Alexis Romay, en la segunda edición". Aprovecho aquí para felicitar, con todo el swing del mundo y de todo corazón, a estos nueve compatriotas. Y, ya que estamos, le mando un beso a mi tía querida -ella sabe de quién hablo-, que vive en La Habana y no tiene teléfono. Y habrá de resultar obvio: escribo esta réplica en respuesta al gratuito adjetivo que antecede a mi desconocido nombre. Amigos lectores: mi nombre es Alexis Romay. Por experiencia propia, regreso a "La experiencia y la fe". En dicha nota editorial, los redactores lamentan las circunstancias que han llevado a que su tercera convocatoria al premio de novela sólo haya recibido 39 obras concursantes. No se explican el motivo de tal recaída. Cito: "¿Las causas? Nadie podría precisarlas". Los lectores que no me conocen, merecen conocer que de mi estatus de finalista a dicho premio de novela me enteré por un comunicado de prensa, que leí, entre brincos, en la página web de la entidad organizadora del concurso. También merecen conocer que jamás recibí ninguna notificación oficial del veredicto. Jamás recibí un correo electrónico de parte de dicha institución. Jamás recibí de ellos una llamada telefónica. Jamás me enviaron un sobre postal. De hecho, desde que se hizo público el fallo del premio he intentado, en múltiples ocasiones y sin éxito, obtener alguna respuesta acerca de mi novela. La comunicación por parte de la editorial ha sido nula. ¿Las causas? Yo no podría precisarlas. A cada uno de esos 39 esperanzados, a cualquier novelista cubano, a ese prójimo mío en cualquier parte del mundo, le traigo una noticia: puede suceder que su manuscrito sea seleccionado finalista en un concurso literario; puede suceder que la editorial que convoque al premio, por iniciativa propia, no se ponga en contacto con usted; puede suceder, incluso, que la editorial nunca responda sus llamadas telefónicas o su correspondencia; puede suceder que un día cualquiera, casi nueve meses después de fallado el premio, los redactores del boletín de dicha editorial lo califiquen a usted de "desconocido". En esa otra caverna de las ideas que fue la inhóspita cueva de Polifemo, ante la pregunta del cíclope respecto a su identidad -y en un ardid que luego habría de salvarle la vida-, el bueno de Ulises respondió que su nombre era Nadie. En medio de esta corta pero inexplicable Odisea literaria, quiero identificarme con el vencedor del sitio de Troya, el esposo de la bella Penélope, el ilustre exiliado de Ithaca, y decir a los redactores del boletín de la editorial antes mentada que Nadie, de una vez y por todas, les agradece. ** Alexis Romay aromay@comcast.net Escritor cubano residente en Nueva Jersey. Fue escritor residente en Hawthornden Castle, International Retreat for Writers. Es autor de Ciudad de invertebrados (Pureplay Press, 2004). Publica artículos en los diarios digitales Encuentro en la red, La Nueva Cuba y Cuba Nuestra. === Hablando de poemas. Suicidio con zanahoria rallada ==================== === Niddy Calderón Plaza ================================================== El primer suicidio es único. Así lo anuncia Miyó Vestrini desde la ironía y desatino de un frustrado intento de suicidio. La voz de la poeta venezolana (de origen francés) que nos dejara cuatro libros de poesía y uno de relatos, se asoma en este poema dejándonos ser observadores de su canto a la muerte. A la muerte como refugio, como salvación, como cambio nada más. Julio Miranda en el prólogo de Todos los poemas (Monte Ávila, 1994), antología que recoge toda la producción poética de Miyó, nos dice sobre este poema: "Se nos notifica que ya la hablante cometió algún intento frustrado, médicamente castigado, como se registra, con escalofriante ¿frialdad?, en 'Zanahoria rallada' " (p. 15). El castigo del juicio duele más que el castigo del médico o la enfermera: "Te pasan un tubo por la nariz, / con fuerza, / para que duela". Los pequeños sadismos casi siempre se callan y pueden pasarse por normales, pero aparecen muy estéticos en ciertos poemas. El pequeño sadismo del tubo se acrecienta al convertirse en amargura, duele en el cuerpo y en el sentir de la poeta. La creación artística es una forma de hablar, el suicido también lo es. El suicidio habla del descontento, el desatino, la incomprensión, la soledad. El suicida trata de decir que tal vez la muerte sea más bella, más fácil o "la única salida / o que lo haces / para-joder-a-tu-marido-y-a tu-familia". Al no lograr el objeto de la muerte, Miyó nos permite mirar, a través de su mirada al transformar la experiencia en poesía. La ironía pesa en el poema, frente la indolencia de quienes miran el tubo transparente "por el que desfila tu última cena. / Apuestan si son fideos o arroz chino. / El médico de guardia se muestra intransigente: es zanahoria rallada. / Asco, dice la enfermera bembona". La pequeña venganza de Miyó frente a la apuesta descarada, tal vez sea este poema, hermoso y mordaz, como seguramente no lo serán nunca el médico ni la enfermera. La anécdota del día después al intento, se hace vívida y locuaz en el poema. La angustia de sentirse sin lugar. Los poemas también pueden poner a latir el pensamiento, sin que ello sea su fin: "La gente no se ocupa de la muerte por exceso de amor. / Cosas de niños, / dicen / como si los niños se suicidaran a diario". La poeta parece reclamar, así, que la sumisión en la jornada de la vida no nos deje tiempo para filosofar o para sentir al otro. Tenías razón, Miyó, la muerte no es cosa de niños, es cosa de todos y cada vez se nos hace más cotidiana, la conciencia crece y nos acerca cada vez más a la muerte como parte de nosotros, como si todo fuera un gran sueño y la muerte el despertar o viceversa, no lo sabremos hasta llegar. Zanahoria rallada El primer suicidio es único. Siempre te preguntan si fue un accidente o un firme propósito de morir. Te pasan un tubo por la nariz, con fuerza, para que duela y aprendas a no molestar al prójimo. Cuando comienzas a explicar que la-muerte-era-la-única-salida o que lo haces para-joder-a-tu-marido-y-a-tu-familia, ya te han dado la espalda y están mirando el tubo transparente por el que desfila tu última cena. Apuestan si son fideos o arroz chino. El médico de guardia se muestra intransigente: es zanahoria rallada. Asco, dice la enfermera bembona. Me despacharon furiosos, porque ninguno ganó la apuesta. El suero bajó aprisa y en diez minutos, ya estaba de vuelta a casa. No hubo espacio dónde llorar, ni tiempo para sentir frío y temor. La gente no se ocupa de la muerte por exceso de amor. Cosas de niños, como si los niños se suicidaran a diario. Busqué a Hammett en la página precisa: nunca diré nada sobre tu vida en ningún libro, si puedo evitarlo. Miyó Vestrini. Todos los poemas (1994) ** Niddy Calderón Plaza mieles07@yahoo.es Docente y escritora venezolana (Valencia, 1977). Licenciada en educación, mención artes plásticas, por la Universidad de Carabobo (UC, http://www.uc.edu.ve), tesista de la maestría en literatura venezolana del Área de Estudios de Postgrados de la mencionada casa de estudios y con varios cursos de mejoramiento profesional. Se ha desempeñado como docente en las facultades de Ingeniería, Educación y de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo. Desde el 2003 labora como docente del Programa Cátedra Abierta (Artes Plásticas) de la Secretaría de Educación del Gobierno Bolivariano de Carabobo. Ha sido promotora cultural y coordinadora de actividades literarias y artísticas. Ha dirigido talleres de poesía en la Fundación La Letra Voladora, la Universidad Arturo Michelena y la Secretaría de Educación del Gobierno Bolivariano de Carabobo. Ha participado en talleres de creación poética, en la Dirección de Cultura de la UC con Carlos Osorio (1993) y Reynaldo Pérez Só (1996); en el Ateneo de Valencia con María Antonieta Flores (1997-98) y en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.org.ve) con Lázaro Álvarez y Arturo Gutiérrez (1998-1999). Textos suyos han sido publicados en las revistas La Tuna de Oro y Poesía, de la UC, así como en la antología Voces nuevas (1998-99) del Celarg. Ha publicado el poemario Sonata con animales (Dirección de Cultura de la UC, 2002), con el que obtuvo el Premio Nacional del X Concurso Literario Pedro Buznego, en Maracay. Su poemario Poemas (Una risa que se ríe de mí) obtuvo mención de honor en el 1r. Concurso Interuniversitario de Literatura Simón Rodríguez, del Colegio Universitario de Administración y Mercadeo (Cuam, http://www.cuam.tec.ve), así como el premio del Concurso Mayor de las Letras y las Artes del Consejo Nacional de la Cultura (Conac, 2004). === Marosa di Giorgio (Salto, 1932 - Montevideo, 2004): =================== === la furtiva magia del mundo Esteban Moore ========================= En la década de los setenta, uno de los integrantes, no recuerdo cuál, de la mesa que compartíamos los lunes por la tarde en el café Las Palmas, nos comentó que había adquirido en la Librería Hernández (1) un ejemplar de Los papeles salvajes (2) de Marosa di Giorgio. El volumen de tapas anaranjadas luego circularía de mano en mano, y, en más de una ocasión, alguno de los que allí nos reuníamos leyó sus poemas en voz alta. De aquella época me ha quedado grabado en la memoria: "Cuando llueve mucho los ángeles se alinean en el jardín como pequeños druidas, juntan un poco las puntas rosadas (los caballos al verlos, huyen despavoridos...)" (3). En 1991, durante el transcurso de Tráfico Poético, un encuentro uruguayo-argentino de poetas organizado en Montevideo por Horacio Verzi (revista Graffiti) y Luis Bravo (Ediciones de Uno), tuve la oportunidad de escuchar a Marosa leer sus textos en La Cumparsita, un café-bar cercano a la Facultad de Humanidades y Ciencias del Uruguay. Su voz, como el temblor remoto de un trueno lejano, atravesó el local; de su boca las palabras salían imantadas en busca del aire, danzando al compás de un ritmo que es la propia música de nuestra lengua, introduciendo en la tibia noche montevideana "visiones, terrores, alucinaciones, en un mundo donde las condicionantes reales pasan definitivamente a un segundo plano". Logrando "...En la conjunción de lo feérico y lo fantástico [...] un cruce que a nuestro entender es el que le calza más ajustadamente: lo maravilloso negro. En esa subcategoría del género -donde transitan sin ataduras lo horrible, lo exótico-erótico y lo sobrenatural- las figuras mitológicas (el Diablo, Dios, los ángeles, las santas) no son fantásticas por sí mismas sino porque encarnan, con plenitud pagana, lo salvaje y sus instintos. En lo maravilloso negro de Di Giorgio lo 'monstruoso' representa, o pone en juego, la dicotomía del inconsciente, haciendo real el deseo oculto (inefable), activándose así una poderosa carga de horror y atracción simultáneas" (4). El corpus poético de Di Giorgio es el territorio donde se dan cita y se funden en una voz singular los mundos de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, Lewis Carroll, el folklore y los mitos populares europeos, Edgar A. Poe, Dylan Thomas, Horacio Quiroga y Delmira Agustini. Respecto de ésta última, Amir Hamed señala que: "Si Delmira tiene hambre de leones o buitres, Marosa juega a repartir la voracidad en un ambiente de cultura, como la cocina. Es la madre o la abuela que han guisado, lo que es decir, es una Delmira la que hizo la primera cocción" (5). Marosa di Giorgio nació en la zona agraria de Salto, y vivió en dicha ciudad hasta que en 1978 se trasladó a Montevideo, donde falleció el 17 de agosto de 2004. La zona chacarera de Salto en donde la medida del tiempo tenía una directa relación con las cosechas y la parición del ganado, es el escenario en el que inscribe sus textos, producto de una poética visceral, plena de animismo que vitaliza y humaniza ese paisaje. Su mirada, nacida de "ojos soñadores de maravillas", como los de Alicia, difiere de la de sus contemporáneos; su voz se corresponde con la de Lewis Carroll en el poema del prólogo de Alicia a través del espejo: "no tocaré con el aliento de la tristeza la delicia de nuestro cuento de hadas" (6). Esta mirada y el deseo de habitar eternamente el universo de la inocencia, la que nunca se permitirá perder, la guían en un proceso de resemantización de ese paisaje agreste y salvaje. Ella lo poblará de brujas, lobos, cipreses, magníficas flores que irisadas adoptan colores casi fantásticos, ángeles, druidas, gallinas que ponen huevos de un oro intenso, liebres de ojos granates, lechuzas con sobretodos oscuros, hongos confitados, cirios danzantes, vegetales animados, diablos ocultos, ángeles que todavía conservan un resto de eternidad, figuras beatíficas, monjas y unicornios sagrados, entre otras cosas. Los nombres de sus personajes: el joven Van, las doncellas Beryl y Aralda y el señor Yeats, aluden indirectamente al folklore de lejanos pueblos germánicos, al cristianismo de raíces paganas de los primeros celtas. En una entrevista confiesa: "Yo era un testigo, las cosas pasaban, yo las miraba en profundidad, con una atención extrema y dolorosa [...] las cosas siguen saliendo, vuelven, se van, vuelven, ¿por qué las voy a desechar?" -se preguntaba. Esta actitud que asume no es la de una simple observadora; ella nombra los hechos cotidianos, los objetos y las cosas, y lo hace de modo tal que éstos cobran ante nuestros ojos una nueva perspectiva: "Las flores de zapallo corren por el aire y por la tierra como una enredadera de bengalas; mi madre las siega, las pone en el cesto; de pronto, se estremece, se queda inmóvil; pero huye hacia la casa; y pronto un aroma a óleo y a almuerzo recorre la casa. Estoy sentada en el comedor, trazo mis deberes -tendré que cruzar el campo, que ir a la escuela-, los platitos y las tacitas se alinean como calaveras de niñas recién nacidas. Surge un diablo; se para a mi lado. Mi madre -desde allá- nota que hay algo extraño entre las paredes; acude; él se oculta; ella va hacia el jardín, dice algo para disimular; luego se arriesga: -Creo que aquéllos están otra vez; hoy vi uno en el zapallar". Este universo familiar, cuyo centro es una chacra de Salto, donde la furtiva magia del mundo tiene una presencia real, no es un lugar seguro, se halla en constante peligro. Sobrevivirá, parece susurrarnos al oído Marosa di Giorgio, en tanto la ambición del hombre no se obstine en secularizar lo absoluto y sobrenatural. Poema X (de Magnolia) Este melón es una rosa, este perfuma como una rosa, adentro debe tener un ángel con el corazón y la cintura siempre en llamas. Este es un santo, vuelve de oro y de perfume todo lo que toca; posee todas las virtudes, ningún defecto, Yo le rezo, después lo voy a festejar en un poema. ahora, sólo digo lo que él es: un relámpago, un perfume, el hijo varón de las rosas. Notas 1. El viejo local de la avenida Corrientes 1580. 2. Los papeles salvajes, Arce, Montevideo, 1971. 3. Poema Nº 4 de Magnolia, Los papeles salvajes, Arca, Montevideo, 1971. 4. Luis Bravo, Cuadernos de Marcha (año XII, Nº 129, julio 1997). 5. Amir Hamed, Uruguay a través de su poesía, Siglo XX, Editorial Graffiti, Montevideo, 1996. 6. The Annotated Alice, Lewis Carroll, ed. Martin Gardner, Penguin, 1965. ** Esteban Moore estebanmoore@ciudad.com.ar Poeta, traductor y periodista argentino (Buenos Aires, 1952). Ha publicado los poemarios La noche en llamas (1982), Providencia terrenal (1983), Con Bogey en Casablanca (1987), Poemas 1982-1987 (1988), Tiempos que van (1994), Partes mínimas (1999) e Instantáneas de fin de siglo (Montevideo, Uruguay, 1999) y Partes mínimas y otros poemas (Mar del Plata, 1999). Ha dado a conocer traducciones de Charles Bukowsky, Raymond Carver, Lawrence Ferlinghetti, Allen Ginsberg, Gregory Corso, Gary Snyder, Bill Berkson, Anne Waldman, Andrei Codrescu y Seamus Heaney, entre otros. En 1996, la Unesco publicó sus traducciones de Lawrence Ferlinghetti, América desierta y otros poemas (Ediciones Graffiti/Unesco, Montevideo). En 1990 realizó un proyecto de traducción en la escuela de poesía The Jack Kerouac School of Disembodied Poetics, fundada por Allen Ginsberg. Ha participado de diversos festivales en su país, en Rosario y Buenos Aires, en los de Montevideo (1993) y Medellín (1995). Colabora con publicaciones de su país y del extranjero. Su obra ha sido parcialmente traducida al inglés, italiano, alemán y portugués e incluida en diversas antologías. === Esta calle llevará tu nombre Rafael Ortega ======================= Todos sabemos que las ciudades crean sus monstruos y los abandonan al olvido, pero también es cierto que cuando las calles adoptan a esos seres proscritos, los arrullan por las noches para que no mueran de pena. Con el tiempo, el hijo se hace fuerte y astuto, algunas veces vulnerable y sentimental, pero dueño de una sabiduría que sólo la maestra vida es capaz de transmitir a sus alumnos. Muchos estudiantes han sido graduados por la maestra vida, pero en nuestra ciudad destacaba una alumna: Zoraida García, como la más brillante. En un desfile de feria por la avenida Bolívar de Maracay, por los años ochenta, tuve la oportunidad de conocerla. Yo era un adolescente y acababa de salir del bachillerato, pero jamás había visto -ni de lejos- a un poeta. La primera impresión que causó ante mis ojos bastó para comprender su entrega por el arte, pues a pesar de que estaba rodeada de indigentes, seres envilecidos por el licor, su figura emergía entre la podredumbre como una flor en medio del fango. La recuerdo como una mujer delgada, de porte elegante, que se expresaba con una voz armoniosa y una dicción muy limpia. Era exquisito verla empinarse la botella y devolverla con gracia a sus compañeros. Seguidamente, cuando pasó frente a la mesa de un artesano que conversaba conmigo, tomó unos collares de caña y los escondió entre sus pantaletas. Se paró frente a él y lo retó a que se los sacara. El artesano dejó que se marchara y no le quedó otra que celebrar la travesura entre risas. Describir o definir a Zoraida García no es tarea fácil, escribió Agustina Ramos, y estoy totalmente de acuerdo. Por su parte, Eleazar Marín la define como un ventarrón público que, de manos a una botella, deambulaba sobre su miseria (...) como palabra irreverente, como locura impuesta por las desgracias del amor, como ojos y lengua acusadora, sonoridad y desparpajo que algunas veces causaba constricción y la mayor de ellas cariño. Después de aquel encuentro, volví a verla en cualquier paraje, a veces sola, a veces acompañada, pero jamás tuve la osadía de acercármele aunque sea para extenderle mi mano y decirle: ¡Salud, poeta, algún día esta calle llevará su nombre! Luego de unos meses me enteré de su muerte. A pocos días del trágico incidente, Eleazar Marín escribió: "No sé si el hombre que disparó contra las ruinas de Zoraida García, con o sin órdenes superiores, y los superiores mismos, puedan tener sosiego después de haber asesinado la voz irreductible y rebelde del amor caído en desgracia". Años más tarde de la desaparición de Zoraida tuve la oportunidad de leer el poemario Lejos de la jaula, gracias a la amabilidad de Héctor Bello, quien me lo prestó para fotocopiarlo. En este libro destaca el epílogo que escribió el poeta Alberto Hernández, donde sentencia: "La muerte la ronda y la saluda, pero intenta espantarla de un salivazo para salvar el temblor ante la poesía. Y lo hace". De allí deduzco que un personaje así difícilmente podrá desaparecer de la memoria de una ciudad que adora a sus hijos y los protege del olvido. Por eso, en cualquier momento alzaré una botella y con el poder que otorga la poesía bautizaré esta calle con el nombre de Zoraida García. A propósito de Zoraida... Nació en Maracay, en el año 1956. Contrajo matrimonio siendo muy joven y a los 16 años trajo al mundo a su primer hijo. De esa unión nacieron dos niños, quienes vivían junto a la pareja en el barrio La Democracia. Luego de unos años, se separó de su esposo y comenzó a incursionar en el teatro. En 1973, a los 18 años, entró en el Teatro Universitario, con la pieza Un hombre es un hombre, de Bertold Bretch, versión de José Ignacio Cabrujas. En 1975 trabajó en la pieza de Carlos Fuentes El tuerto es rey y en El martillo de Ramón Lameda. De sus primeros años en el teatro se le recuerda como una muchacha sencilla, afable, de buen trato, siempre dispuesta a conversar, con una gran capacidad para amar e incapaz de hacerle daño a alguien. Quienes tuvieron la oportunidad de compartir con ella en las tablas aseguran que poseía una excelente memoria, se aprendía los textos muy rápido. En una ocasión, Zoraida confesó a un amigo que soñaba con tener una casa ordenada, limpia, arregladita; cocinar, contar con un esposo, una vida cotidiana como cualquier mujer. Entre sus autores favoritos destacaban César Vallejo, Charles Baudelaire y Arthur Rimbaud. Poesía vivencial, cotidiana. A partir de junio de 1981 padeció una grave crisis mental. Comenzó a llevar una vida desordenada e irreverente. Aún dentro de su enfermedad, Zoraida vivía la poesía. Escribía sus textos en cuadernos, en hojas que dejaba en cualquier parte o las vendía a los transeúntes. Colaboraba con las páginas literarias de periódicos aragüeños y fue fundadora de las revistas Lanzallamas y La Quijotada, además escribió muchos textos en la revista Umbra y publicó una selección de poemas en Cuadernos del Fondo de la Casa, número 1, en 1982. Cabe destacar que desarrolló un trabajo de calidad, de buena presentación y pudo concretar parte de su creación poética, que a pesar de ser muy breve, fue consistente. En una oportunidad, su amiga Agustina Ramos la llevó a vivir a su apartamento. Allí la poeta llevaba una vida tranquila, doméstica. Escribía, participaba en actividades literarias. Agustina hizo lo posible por ayudarla en su enfermedad. Consultó a algunos psiquiatras y los diagnósticos eran negativos. Requería de un largo tratamiento que no daba seguridad de total recuperación. Inclusive, los médicos sugirieron llevarla a Cuba "a ver" si allá la curaban. Tampoco daban seguridad en este caso. Un día dejó el apartamento y volvió a la calle. Su vida transcurrió en medio de la pobreza extrema, presa de la locura. En esta etapa, Zoraida tenía muchos problemas con la policía, la detuvieron varias veces por su irreverencia y por la violencia que había crecido dentro de ella. Esa agresividad que la llevaba a golpear a los funcionarios cuando éstos le llamaban la atención por alguna de sus "travesuras". Su libro Lejos de la jaula fue una edición producto del afecto de amigos y allegados. En la madrugada del 10 de julio de 1987, Zoraida García murió trágicamente en un oscuro incidente acaecido en el Museo Aeronáutico de Maracay. En 1995, la Secretaría de Cultura del estado Aragua publicó el poemario Sólo los enemigos. Por las razones ya conocidas, gran parte del trabajo poético de Zoraida García quedó disperso, más de la mitad perdido. *** Poemas de Zoraida García *** Cerbatana Para poder brindarte una sonrisa bajé del cielo y aún así encuentro tu rostro destilando hiedras (***) Estabas allí, como todos los días, frente al ventanal, como si tal, con tu frente amplia, y esta vez con tu vestido rojo, tus cejas pobladas y esos ojos soñadores enmarcando una mirada extraña. El ir y venir rutinario, mis noches insomnes, y el beso de todos los días... Aquella vez, después del tiempo, un andar de siluetas tal vez trasnochado y mi paso cansado por las avenidas, eras más que un bohemio. (Tomados de Lejos de la jaula) *** Elegía Escuela de Aviadores Pilotos del Ejército "Oid este testimonio" La hora de la sempiterna ha aparecido. Opacamente en el horizonte sobre una estrella cabalgando en la noche con el solo objeto de saludarnos. Así me permita su majestad El señor emperador de estos demonios. En rituales si es que los señores me permiten agregar unas cuantas palabras a mi osadía que con benevolencia del señor no se ha convertido en osamenta. Tengo que deciros Que nuestros ojos son extraños en relación con diferidas visiones. *** Enemigo II Sólo los enemigos Ocupan El Santuario altamente contaminado La señora carcomida llena de pus los llama los alaba. son gonococos que la cuidan para alejar a la limpidez de una flor sin espinas A las que tiene horror. Señora carcomida apadruñas alimentas tanto a uno como a otro la flojedad y así pregonas que sirves, que ayudas, que eres buena, que son buenos. Que ofendes y maltratas a los que defiende el justo. ¿Hasta cuándo apañas Señora carcomida? Y tú el que se pretende le das la mano Siempre a su lado de lado de lado. Oye tú la voz la de siempre la anterior. (Tomados de Sólo los enemigos) *** III Los perfiles de la tierra remojados. Los cánticos y atalayas de los pobres desahuciados vecinos; El lloriqueo de dos inocentes blancas palomas. El can muerto debajo de mi poltrona preferida. El conjuro de mi madre a mi destino. He ido dejando el sexo abandonado por los caminos como lastre de insípido horizonte, sin sentir el contacto de un rostro velludo Y la erección que da constancia de una preñez en desamparo. (Tomado de separata en honor a Zoraida García en La Honda y El Pájaro). ** Rafael Ortega rafaelortega@letralia.zzn.com Escritor venezolano (Maracay, Aragua, 1969). Es técnico superior universitario en publicidad. Ha sido jurado en concursos literarios del estado Aragua. Textos suyos han sido publicados en revistas y periódicos venezolanos, así como en las antologías Narrativa aragüeña en Tierra de Letras (Senderos Literarios, 1997), Narrativa de Aragua (Secretaría de Cultura del Estado Aragua, 1997) y Muestra de minificción aragüeña (Secretaría de Cultura del Estado Aragua, 2001). En 2002 publicó su libro de cuentos La última sutileza del diablo. === Réquiem por una palabra Ana María Fuster Lavín =================== ...Acepto otras muertes: la muerte peregrina la muerte sangre, éter, vida la muerte viene, previene, reviene y se viene, la muerte me seduce, la beso, me acaricia, nos amamos... y nos reinventamos hasta la muerte. Estaba terminando de escribir la última estrofa de mi poema Nocturno para una sombra, sentía mis palabras desangrándose poco a poco, quedando sin letras, y me faltaba el aire, una muerte más después de un parto apalabrado. Quizás es la razón por la que siempre retraso el final de mis escritos como si sospechara de algo temible por acontecer. Como si, al concluir cada cuento, cada poema, muriera una y otra vez desprovista de otra historia o de un verso. ¿Será que los escritores venimos al mundo con una cantidad determinada de historias o de poesía? ¿Son estas las páginas de ese calendario individual? Así la muerte es una de mis mayores y fieles acompañantes, a quien le dedico gran parte de mis escritos, de mis pesadillas y hasta de mis sueños. Somos tantos los fieles amantes de la muerte... Hay amantes tiernos, amantes obsesivos y hasta perversos, amantes platónicos, amantes intelectuales. Somos tantos quienes nos dejamos seducir por Thánatos -hijo de Nix (la Noche) y hermano gemelo del Sueño-, siempre acompañado de una mariposa como símbolo de la vida futura. ¿Representará esta criatura alada la palabra, que nos bendice y nos hace eternos? Quizás ese es el misterio anhelado por tantos escritores que vivimos fascinados de su esencia. Una esencia que aparece y desaparece en las noches, en los silencios y provoca la creación de nuevas realidades y sensaciones. Personajes insospechados, sombras de la noche, se le aparecen a los escritores, pintores, músicos para rendirle tributo a ese trance del sueño eterno. Notas suaves, notas fuertes, notas sublimes que señalan el final de una vida forman parte del repertorio musical de muchos de los grandes compositores. Es un réquiem, una misa de difuntos. Ante el llamado a la música para los muertos han sido cautivados genios de todas las épocas y géneros, por citar los réquiem de Gabriel Fauré, de Giuseppe Verdi, de Johannes Brahms y, por supuesto, Wolfgang Amadeus Mozart. Sean por encargo, miedo o conceptos religiosos, estas misas para los difuntos son un verdadero banquete sensorial. Y es que esta música para quienes llegan a los brazos de la muerte no es necesariamente triste o lúgubre. Tal como la maravillosa instrumentación de cuerda y viento del Réquiem del maestro austríaco (Mozart) cargado de una solemne pero calmada tristeza, de quien no siente miedo a la muerte, sino transmitirnos la esperanza en un mundo mejor. Después de todo Thánatos nos trae bellas sorpresas a pesar de todas las contrariedades que sufrimos. ¿Vivir o morir? "Yo, igual que algunos jueces, y la mayoría de las personas que aman la vida y la libertad, pienso que vivir es un derecho, pero no una obligación" (del Testamento de Ramón Sampedro). La vida no es fácil, nadie nos dijo que tenía que serlo, pero es que morir tampoco es fácil. La ley no nos permite morir cuando nos venga en gana, entonces muchos hacemos magia con la palabra para crear tantas muertes como la imaginación permita. ¿Suena descabellado? ¿Y si cada persona tuviese una necesidad consciente de morir? ¿Y si una de las metas de la vida fuera la muerte? Esas interrogantes navegaron en los escritos del propio Sigmund Freud. El psiquiatra austríaco planteó la posibilidad de que la muerte se plantee en la psiquis, como la liberación de los conflictos que trastornan nuestros pensamientos. Demasiado racional quizás para los artistas y soñadores, pero sucede que vivimos la muerte de muchas etapas de la vida, y morir puede ser la posibilidad de volver a nacer, o de alcanzar un estado de paz ansiada. Volvamos a la palabra. Los escritores necesitamos muertes trágicas, terribles, sangrientas, o dulces, pacíficas, liberadoras. Desde una epidemia sin precedentes que extermina más del 70% de la población estadounidense (The stand, Stephen King) hasta las historias de muertes románticas, llenas del néctar flemático y sangriento tuberculoso de tantas muertes románticas, el encuentro con Thánatos tanto de los personajes como de los propios autores. Así todas las formas del sueño eterno pueden ser insospechadas o como la Crónica de una muerte anunciada, sucede que una sombra oscura nos persigue de escrito en escrito. "La muerte. En el transcurso de la vida se piensa muchas veces en que un día, tras años, meses, semanas y días preparatorios, llegaremos a nuestro turno al umbral de la muerte. Es la ley fatal, aceptada y prevista; tanto, que solemos dejarnos llevar placenteramente por la imaginación de ese momento, supremo entre todos, en que lanzamos el último suspiro" (fragmento, "El hombre muerto" de Cuentos de amor, de locura y de muerte). Así entre muchos adictos a la palabra, Horacio Quiroga, perseguido tanto en sangre como en tinta por el espectro mortuorio, vivió rodeado del espectro de la fatalidad. Entre cada suspiro de adversidad suicidios de su padre, su esposa, dos de sus hijos, hasta mató por accidente a un buen amigo, finalmente enfermo de cáncer, Quiroga se suicida, y cada palabra de creación pudo crear historias y técnicas de redacción creativa que nos impactan, obras que lo ungen de eternidad más allá de la muerte. Y es que no hay literatura al margen de la muerte. "La muerte es un espejo que refleja las vanas gesticulaciones de la vida. [...] Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida...". Estas palabras de Octavio Paz golpean el espejo de un escritor inédito, que envía un correo electrónico a todos sus amigos, para que su palabra no muera en un archivo de su computadora, o en una libreta en una gaveta cualquiera o en el baúl del carro de la novia que lo dejó, y no sabe si suicidarse, beber hasta quedar dormido, o tan sólo escribir para redimirse. Aún así quiero soñarte, quizás morirte o parirte entre mis sábanas como una sombra desvanecida en el nocturno de un poema y seguir mi camino entre miradas, sombras y palabras. Terminé de escribir mi poema, y mi ensayo, llegó el final. Deshidratada de letras continúo el camino. Arranco una página más del calendario de mi vida; avanzo al sueño eterno, mirando con cautela a todos lados, no hay nadie; sólo los silencios de la noche, las sombras de decenas de historias y poemas terminados. Mientras haya palabra, habrá vida eterna... ** Ana María Fuster Lavín amfuster@prtc.net Escritora puertorriqueña (San Juan, 1967). Graduada en estudios hispánicos en la Universidad de Puerto Rico, con una segunda especialización en música. Es editora de libros y correctora legal para el Tribunal Supremo de Puerto Rico. Además ha escrito y editado literatura infantil para Santillana, Alfaguara Infantil y Tri-Lin Integrated Services (Texas, EUA). Textos suyos han sido publicados en el semanario Claridad (del cual es columnista de la sección literaria de Trasmano) y en las revistas Novum, de la Universidad de Guadalajara, y Taller Literario, Revista Interamericana, Zurde y Sótano 00931, de Puerto Rico, así como en las revistas digitales Desde el límite (http://www.geocities.com/marcas1pr/Desde_ellimite.html), En la orilla (http://www.enlaorilla.net), Letras Salvajes (http://www.geocities.com/letrassalvajes), Borinquen Literario (http://literatura.can.com), Cuento.com y El Confesionario (http://www.elconfesionario.net), entre otras. Ha sido incluida en las antologías Cuentogotas 3 (Uruguay, Ed. Bianchi, 2003), Entresiglos 2 (Uruguay, Ed. Bianchi, 2003), Círculo de Poesía (Uruguay, Ed. Bianchi, 2003) y Nueva poesía Hispanoamericana (Lord Byron Editores, 2004). Su primer libro de cuentos para adultos, titulado Verdades caprichosas (First Book Publishing, 2002) ganó una mención honorífica por el Instituto de Literatura Puertorriqueña (2003). También ha publicado el libro de cuentos Réquiem (Ed. Isla Negra, 2005) y los poemarios El libro de las sombras (Ed. Isla Negra, 2005) y Anónimos y clandestinos, y ha obtenido diversos premios en ensayo, cuento y poesía. Sus cuentos "Y su nombre era Caridad" y "Mi último desayuno" han sido traducidos al portugués, con fines académicos, para la Universidad de Sao Paulo, Brasil. Además ha participado en talleres y lecturas de poesía como en Grado Zero, Cultura Viva y (De)Generaciones, y en bares y plazas públicas. === Delirio Victoria Rhode =========================================== En una de las muchas entrevistas que ofreció Roberto Bolaño, luego de obtener los prestigiosos premios Herralde y Rómulo Gallegos por su influyente novela Los detectives salvajes (en esta ocasión a Daniel Swinburn, del diario El Mercurio), dice: "En cualquier caso, la presión temática siempre ha ido a la par con la presión de la estructura. De hecho, cuando imagino un cuento o una novela o una pieza teatral, lo que sea, menos tal vez un poema, el primer escollo, el primer problema a resolver es el de la estructura, es decir, el envoltorio. A fin de cuentas, lo que se cuenta siempre es una variación de lo que el hombre se viene contando a sí mismo desde hace miles de años. Lo que cambia, lo que permite que el árbol, si aceptamos darle esa figura a la experiencia literaria, se mantenga vivo y no se seque es la estructura, nunca el argumento". Quizá también fue esta una de las premisas que tuvo en consideración, al momento de escribir su novela Delirio, la narradora colombina Laura Restrepo, con la cual ganó, el año pasado, la séptima edición del premio Alfaguara de novela. Aunque, desde luego, sería injusto decir que todo el atractivo de Delirio se resume en su estructura, abstracción que un lector convencional tal vez no pueda apreciar de manera consciente, pero sí, al menos, sentir. Otros dos recursos que contribuyen a que la novela de Restrepo atrape, que el lector se sienta involucrado y arropado con lo que se relata, son, en primer lugar, su estilo narrativo, esa "oralidad" que nos remite a la sensación de estar deslizándonos a lo largo y ancho de un prolongado tobogán de agua mientras avanzamos en la historia, que salta de la voz de uno de los personajes a la voz de un narrador omnisciente para volver, casi de inmediato, a la voz de un personaje cualquiera; y, en segundo lugar, la cuidada construcción de los perfiles de los personajes, cargados de sensibilidad y variados de matices. El argumento de Delirio, si se quiere, es bastante sencillo: Aguilar, luego de ausentarse de su casa durante cuatro días -en un viaje de negocio- encuentra a Agustina, su esposa, completamente enloquecida, en el fondo de una habitación de un hotel cinco estrellas. A partir de allí Aguilar comienza una búsqueda que lo llevará a distintos parajes, internos y externos, intangibles (hechos de recuerdos) y físicos que le permitan averiguar qué ocurrió durante su ausencia para que la mujer que ama haya caído en semejante estado de enajenación. De este modo el lector irá descubriendo, junto a Aguilar, los dolorosos secretos que rodean a Agustina, o acaso sería más ajustado decir, los dolorosos secretos que rodean a la familia de Agustina. A través de su narración fragmentada (o fragmentaria), de la historia de los Londoño-Portulinus, Laura Restrepo revisa una época -y sobre todo las convicciones de una clase social- particular de la sociedad colombiana, esa en la que estuvo a merced del poderoso y temible cartel de Medellín y, de su jefe omnívoro, Pablo Escobar Gaviria. No sólo por el terror que conseguían transmitir los atentados con los coche-bombas, sino incluso por la corrupción que estaba ligada a la avalancha de miles de dólares que el negocio del narcotráfico producía o produce. Esa doble moral de algunas familias pudientes que se vieron obligadas a mentirse a sí mismas, y a los otros, para mantener su status y demás prebendas sociales. Sin embargo, Delirio es también una hermosa historia de amor. O acaso debamos decir: es primordialmente una hermosa historia de amor. El enorme amor que siente Aguilar por Agustina que lo llevará a atravesar barreras que ni él mismo se suponía preparado para transgredir. Su constancia le devuelve, al final, quizá un poco del aliento perdido, pero definitivamente no lo pone a salvo de la dulce locura que significa amar a Agustina. Delirio es, incluso, un testimonio plausible de cómo escribir una novela conmovedora y, a la vez, con suficiente dosis de humor, sin dejar fuera los ruidos que hacen de nuestra época una sinfonía del horror. ** Rhode, Victoria vrhode@hotmail.com Escritora y dramaturga venezolana (Barquisimeto, 1970). Ingeniero de sistemas. Entre 2001 y 2002 fue colaboradora regular de las páginas de opinión del diario El Nacional (http://www.el-nacional.com). En la actualidad colabora para el diario El Impulso (http://www.elimpulso.com) de Barquisimeto y el Centro de Estudios Literarios y de Arte de Castilla y León (http://www.editorialcelya.com) de España. === Saturados de maravillas Pablo Gamba ============================== El oficio del asombro está en franca decadencia. Ni Al Qaeda nos hace creer en la cercanía del Apocalipsis, como lo hubiera hecho un vulgar eclipse hacia el año 1.000. Los últimos exploradores de lo desconocido orbitan hoy monótonamente en oxidadas estaciones espaciales. Más que un extravío en el cosmos, la falta de rating les amenaza: que la gente se olvide de ellos y los deje morir como fantasmas con cuerpo pero sin gravedad. Pero la era del bostezo puede ser tiempo para una intrepidez de nuevo tipo. Así lo entienden las argentinas Graciela Montes y Ema Wolf, autoras de El turno del escriba, la novela ganadora del Premio Alfaguara 2005. Siete siglos después de que Marco Polo colocara lo maravilloso en las fronteras del mundo, los viajes del veneciano son el tema de esta obra que no cuenta ese cuento sino la historia de esa historia. En contraste con los partos de la recalentada imaginación del veneciano, el lector hallará en estas páginas una minuciosa y exacta descripción de la ciudad de Génova en el momento de su apogeo comercial, y en vez de hacerle sonreír con distanciada ternura ante aquello que hoy sólo puede maravillar por defecto -es decir, por falta de entrenamiento en el deporte de leer-, Montes y Wolf le descubren el velo de lo que en estos tiempos interesa saber: no que la novela sea la construcción de un mundo, como repite el lugar común de la crítica, sino cómo funciona el artificio que nos engancha a ese arte de mentir que es la narrativa. Ni siquiera esto, sin embargo, es nuevo en estos días. No faltarán, entonces, académicos que sientan en El turno del escriba el tufo de la vulgarización. "El viejo truco de los que quieren hacernos creer que ya se saben todos los trucos viejos", dirán, haciéndole la cruz, por comercial, al Premio Alfaguara. Pero ese prurito es bateable: el filósofo Walter Benjamin ha defendido el manoseo como método de aprendizaje en la era de la reproducción mecánica. Meta la mano, pues, y vacílese el solfeo sin creer en la guaracha. Es el espíritu de la posmodernidad. ** Pablo Gamba pablogamba@hotmail.com Periodista y licenciado en letras (Caracas, 1967). Egresado de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción de la revista Folios, de Monte Ávila Editores. Ha publicado críticas en El Nacional, El Universal, Venezuela Analítica y el semanario La Brújula, del Conac, entre otros medios. http://www.angelfire.com/rebellion/pablogamba. |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||| === El verbo es hijo único ================================================ === Entrevista a Lucy Calvo Frank Otero Luque ======================== Es la tarde del lunes 31 de enero de 2005. Mi esposa, Roxana de la Jara, y yo, estamos en nuestra casa, en Surco, Lima, Perú, y tenemos una invitada de lujo: la poeta Lucy Calvo, quien nos visita desde Valparaíso, Chile, el lugar donde reside desde hace muchos años. Luego de haber conversado largamente sobre diversos temas mundanos y literarios, empezamos la entrevista formal sin mayor preámbulo: -¿En qué se distingue un poeta del resto de los mortales? -En que todos los mortales son de carne y hueso; pero el poeta es de carne y sueño. -¿Desde cuándo eres poeta? -Desde siempre. No es una elección; es algo inherente al ser humano que ha recibido el don. -¿Es tu don a la vez una condena? -Sería una condena si me dañara, pero a mí me bendijo y me hizo crecer. -¿Cuáles son los ingredientes de un buen poeta? -Que vaya más allá con la palabra. Que sea un comunicador auténtico. -¿Qué es un "comunicador auténtico" para ti? -Uno no estereotipado; tampoco un fabricante de letras. Un comunicador auténtico es aquél que entrega la palabra sin distorsión, y que se entrega a sí mismo en la palabra. Por ejemplo, en mi caso, es a través de la poesía cuando yo soy más yo. -¿A qué poetas admiras? -A Tagore, Whitman, Vallejo, Mistral, Neruda, Lihn, Teillier y otros. -¿Quiénes serían esos "otros"? -Entre los peruanos contemporáneos, a Romualdo, Gladys María Pratz, González Vigil, Banca Varela, Elvira Ordoñez y Cocuera. Y entre los chilenos, a Sara Vial, Ennio Moltedo, Alfonso Larrahona y Juan Cameron. Valparaíso es un semillero de poetas. Estos son los principales nombres que se me vienen a la mente. -¿Qué tienen ellos en común? -Que me hacen sentir y me hacen pensar. Lo que dicen está bien dicho y es cierto, pero con un sentido y una armonía especiales. -¿Existirá un poeta insensible? -No. -¿Qué diferencia hallas entre la poesía hindú, la americana y la latinoamericana? -La hindú tiene la profundidad doliente de su entorno y modus vivendi; la sabiduría que le da su raíz. Si me refiero a Whitman, su palabra es grande, así de definitoria: grande. Su palabra nació madura desde siempre. Y los latinoamericanos y españoles me iniciaron en la poesía. Son los que más me marcaron porque empecé declamando desde muy niña. Soy hija de una muy buena declamadora. -¿Recuerdas el primer poema que aprendiste de memoria? -A los cuatro años, declamaba completo "Reír llorando", de Juan de Dios Peza, y a los seis años ya estaba en un escenario recitando un repertorio de más o menos diez poemas, de distintos poetas latinoamericanos y españoles. Más adelante me desempeñé bastante bien con el "Romancero Gitano" de Lorca, e interpretando a Machado, Ochaíta y Pemán, entre otros. -Si tuvieses que quedarte con uno de ellos, ¿quién sería? -No podría elegir. -¿Cuál es tu poema favorito? -Tengo muchos. -¿Podrías nombrar algunos? -¿Cómo nombrarte los de Tagore, si algunos ni siquiera tienen nombre? -¿Y de los tuyos propios? -Todos son mis hijos y asumo su gestación, nacimiento y crianza. No todos los hijos salen bellos y brillantes; no obstante, los he parido yo y así los amo. -¿Cuáles son los principales temas que abordas en tu poesía? -Al principio, mi poesía fue introspectiva, casi como explicándome a mí misma por qué la hacía. Luego, el amor, la familia, el dolor y las situaciones por las que se pasa en la vida, y todo el bello entorno que Dios nos ha regalado para ver, apreciar, inclusive hasta para criticar. Hoy mi poesía es más razonada, a veces incursiona en lo filosófico, y es más profunda porque ahora tengo más años y he vivido más. -¿Consideras que el poeta tiene una responsabilidad social? -Sí. Como te dije anteriormente, un buen poeta debe ser un comunicador auténtico. Es decir, un comunicador del alma. Y, para ello, debe tener paternidad responsable, porque quien está consciente de su don y ama su oficio, cuida; no destroza. Una misma palabra puede dar vida o matar. -¿Qué me comentas sobre la métrica y la rima? -Es la base de los clásicos. Hoy no tienen la vigencia de antes, pero es innegable la armonía y la musicalidad que le dan al poema. Ayudan a marcar la intencionalidad. -¿De qué manera? -Antiguamente, el poema era para ser declamado y, gracias a la métrica y la rima, el intérprete llevaba por su voz al oyente a nacer o morir. Actualmente es distinto. La declamación está cuasi obsoleta y hasta el verbo utilizado es distinto. Ya no hay frenos ni sofismas, de modo que, ¿cómo rimar en medio de la crudeza de lo que muchas veces se expresa? No obstante, el poema sin rima puede ser bellamente libre. -¿Crees realmente que la declamación está obsoleta? -No para mí. Pero sí para la mayoría de los poetas contemporáneos. -¿Qué sucedió en el camino? ¿Perdimos algo al renunciar a la métrica y la rima? -No. Sólo se fue cambiando. Como el mundo. -¿La música y la danza son hermanas de sangre? ¿Cuál sería la de la poesía? -En el principio fue El Verbo, y el Verbo es hijo único. -¿Sería la narrativa un pariente menor de la poesía? -No veo por qué: está hecha de palabras. -¿Cuándo sueles inspirarte? -En cualquier momento. Todos los momentos son buenos. -¿Corriges mucho? -Sí. -¿Cómo sabes que un poema está "redondo"? -Me lo dice él mismo. -¿Sueles cambiar un poema que ya ha sido publicado? -Hasta ahora no lo he hecho. -¿Tendrías algún reparo en hacerlo? -No, si creyera que gana con el cambio. -¿Amas a Chile tanto como al Perú? -Soy una peruana que ama mucho a Chile. Allí vivo desde hace 16 años. Tengo dos hijos peruanos y tres nietos chilenos. -¿Cuál sería la fórmula para que la juventud se acerque a la poesía? -Enseñarle a serenarse para que pueda leer en su interior. ** Frank Otero Luque oteroluque_edita@infonegocio.net.pe Escritor y fotógrafo peruano (Lima, 1959). Vivió en Estados Unidos y en Venezuela. Preside la asociación sin fines de lucro Manos, dedicada a promover la cultura, el turismo y la producción artesanal. Integra el taller de escritores que dirige Cronwell Jara en la Casa Museo José Carlos Mariátegui, pertenece al movimiento "Martes Poéticos", al Consejo Internacional de las Artes (Inter Art), y a la Asociación Latinoamericana de Poetas (Asolapo). Fue alumno del fotógrafo Rómulo Luján (2002) y como tal participó en la muestra colectiva XX Exposición de Arte, en el Museo de Arte de Lima. Fue miembro del jurado calificador del I Concurso Fotográfico "Palpa Querida" (2003), organizado por Manos. Ha publicado el libro de cuentos El Señor de Palpa (Milla Batres, 2003). === Juan Pérez, mención especial en Bienal de Cofae, ====================== === cree en optimizar y autorregular los deseos =========================== === "En la fantasía de lo cotidiano ======================================= === están las respuestas a muchas verdades" Ángel Díaz =============== Cuenta uno de los tres ganadores de la mención especial de la II Bienal de Literatura Infantil de Cofae, Juan Pérez, que su historia El sombrero del mago, no es producto de inspiración alguna. Por el contrario, transitó por un proceso investigativo para lograr acertadamente una ficción que -cual realismo mágico-, se hace verdad si el lector se agracia de esa avidez. "En ella hay un imán secreto, una especie de estructura de hierro que permite el enganche", maduró Pérez, un TSU en electrónica, convertido en profesor de dramaturgia. Y todo gracias a su pasión por el teatro. Al igual que él, Miguel Otero Silva cursó estudios de ingeniería que no concluyó e Isaac Chocrón contó con estudios en ciencias económicas. "Siempre quise ser ebanista y mi padre dijo que ¡no!, porque la escuela donde estudiaríamos debía ser la técnica. De hecho, él quería que yo fuera médico porque para aquél entonces eso era un estatus", recalcó pensando que llegará un momento en el que él sólo se dedicará a escribir, sin importarle lo que cueste. Pero por ahora prevé aflorar en sus seis estudiantes ese ímpetu por el teatro, para que éstos logren -bien venturosamente-, trazar autorías valederas. De la misma manera, Juan nos comentó que su conocimiento en literatura proviene de los talleres sobre la temática, todos alicientes personales que le seguirán permitiendo "llueva, truene o relampaguee", trasladarse desde el estado Anzoátegui (donde vive) a las clases en Caracas, en la actualidad con el docente Rodolfo Santana. "Con él tuvimos una conversación de dónde salen las ideas del que escribe y del que hace teatro", comentó Pérez al recordar a un autor italiano, de nombre Gianni Rodari, que, en su compendio sobre la "gramática de la fantasía", da a conocer lo mejor del "arte de inventar", en este caso cuentos. "Mi vida personal está llena de ilusiones", añadió con base en la realidad necesaria para corresponderse. Pero el entusiasmo fue más allá ya que esto minó de herramientas técnicas a Juan. "Me apropié sanamente de las ideas de Rodari. Por ello cuando camino por la calle siempre me pregunto: ¿qué pasaría si..?", respuesta que usted la consigue en la historia de este sombrero verde, color -por cierto-, asociado, desde la psicología, a la tonalidad de la esperanza. Para consentir al relato del El sombrero del mago, los fantásticos pensamientos del autor necesitaron de la ayuda de sus sobrinos (Dennisse León y Juan José), también de su hijo que hoy anda con el cuento debajo del brazo (para arriba y para abajo) -cual diplomado-, disfrutando del galardón; además de varios allegados que le permitieron finalizar esta historia abierta. "Te cuento que duré varios meses sin poder terminar el relato porque no conseguía cómo redondearlo. Se me ocurrió preguntarle a ellos: ¿qué le pedirían a un sombrero mágico? La respuesta ágil coincidió: ¡Queremos tener un propio sombrero!, para todos los días poderle pedir deseos". Nos quiso adelantar sobre el serafín desenlace que bajo su óptica busca multiplicarse en cada uno de los lectores, aunque le preocupe que "el cuento no debe caer en la moraleja, sino enseñar una escala de valores". -En algún momento del cuento dice que "los magos se subirán a los árboles para volcar sus sombreros y dejar salir todos los deseos guardados". Ahora, ya fuera de la historia, ¿será que nos inundaremos? -Quizás nos inundaremos sólo de deseos buenos (risas). El mensaje de volcar todos los sombreros es un futuro que uno proyecta. Las religiones hablan de ello, los políticos los prometen y todos los esperamos. Uno quiere ser feliz en el futuro. Aunque hay bastantes niños con deseos reprimidos. -Escogí una cita de El sombrero: "Sólo tu imaginación es el límite". Haciendo un contraste entre niños y adultos, ¿ésta es infinita para ambos? -¡Claro que es infinita! La función de la escuela primaria en los niños es "tomarlos por los pies para ponerlos en el piso", es de alguna manera domesticar su fantasía. El problema es cuando los fija demasiado y les coarta la imaginación. De hecho a los niños de quinto y sexto grado una maestra les dice que hagan una casa y todos dibujan la misma estructura. Es un esquema mental, amoldado a un patrón. Esto puede en su adolescencia chocar con el entorno en el cual se desenvuelven. Incluso a nivel de las gerencias hay técnicas que se basan en el dejar crear, mejor conocido como el torbellino de ideas. Como dice la niña de la historia, todas las cosas hablan, lo que quiere decir que todo tiene algo que contar. -Alguien infirió que en el común de las historias infantiles sólo se pueden pedir tres deseos por aquello de los genios, aunque usted al inicio sólo le concede un deseo a la protagonista; ¿no tendrá esto una respuesta psicosocial?, ¿cuál es su visión? -En este caso, cuando se habla de un solo deseo es para ir acumulándolos para cuando termine "la guerra" de la cual hablo en la historia. La idea era poner al lector a pensar bien en ese deseo. Uno solo podría llevarte a querer mucho dinero, sin medir las consecuencias. Por ello con un segundo, resuelves si te equivocaste en el primero y así con el que queda. -En El sombrero del mago, ¿habla implícitamente del derecho a compartir?, ¿el niño no debe asumir nada como suyo? -Es compartir por aquello de que las cosas son del que las necesita. Cuando se es adulto se pierde esa facultad. Tenemos que luchar contra aquello que dice que mientras más tengo más soy. Por ello, hay una parte de la historia donde humanizo a los objetos. La igualdad debe estar en función de quien necesite los objetos. -En algún momento del relato, ¿sugiere que hay gente que olvida lo verdaderamente significativo? ¿Dónde está? -Hay personas que dejan pasar las oportunidades, porque no vislumbran más allá de sus propios problemas. La respuesta está en la realización de uno mismo. Recuerdo que me gané un premio de teatro. El galardón eran tres mil bolívares, algo irrisorio. Pero había un hecho más allá de lo metálico. Esto colinda con la idea de que para muchos actores lo más importante es un aplauso. -"A nadie se le ocurre pedirle tristezas a la vida", cita en otro extremo de El sombrero del mago. Y si hago de esto una pregunta, ¿qué me diría? -Sí, aunque haya gente que se las pida. Hay seres humanos que se regodean en sus tristezas, aunque en profundidad lo que estén pidiendo sea afecto. Esto es una manipulación de alguna manera. Una forma de escape es ignorar la tristeza. Es conseguir el ánimo en el sombrero mágico que a todos nos pertenece. -Otro mensaje paralelo de su historia es el materialismo cuando señala que los adultos piden como deseo dinero, casas y joyas. -Yo hice una encuesta con adultos. Tengo un sombrero pequeñito de cartón y les preguntaba qué le pedirían a éste. Ellos respondieron: un ropero con mucha ropa, miles de pares de zapatos, un carro BMW, es decir, todo material. Aunque generalmente algunos artistas y músicos sí querían otras cosas interesantes, por aquello de la niñez reprimida. Vivir solos en una isla, fue una respuesta. -Si la magia vive eternamente en cada uno de nosotros, ¿dónde quedará la realidad? ¿Es creer en la verdad verdadera? -¡Esto sí que está difícil! (risas). Uno vive en un eterno choque con la realidad y si no estás preparado te atropellarás. Pero tampoco puedes andar soñando permanentemente. Hay como un acuerdo, un límite, una delgada línea roja que asemeja una cuerda floja donde si te vas para este lado te caes, pero si te vas para este otro, también. De los dos lados es peligroso. Es cuestión de saber acomodar las dos cosas, tanta cantidad de fantasía como se pueda, tanta realidad como se deba. -Fuera de El sombrero del mago, ¿qué le pediría usted al sombrero verde mágico del cual nos habla? -Le pediría que me regalara muchas ideas, aunque ya me las esté cumpliendo porque tengo una buena cantidad de proyectos para escribir. Más bien, me faltará vida para concebirlos. Escribir es el sombrero, y el sacar de él una idea y materializarla como un cuento, eso satisface mucho. -El yo querer tanto, el que usted quiera y el que los niños quieran, ¿será contraproducente? -No, absolutamente, porque siempre habrá otra persona que quiera algo contrario a lo que tú quieres y tienes que sentarte a hablarlo. La sociedad se autorregula y optimiza los deseos. Si dos niños quieren el mismo color amarillo en la escuela tendrán que llegar al acuerdo de quién va a pintar primero. -¿Cree usted en el final o en el comienzo de su historia? -Debo creer en ambas, porque de lo contrario me saldría un adefesio. Cuando uno se plantea escribir algo lo que hace es sacarse los demonios, las angustias y las inquietudes que uno pueda tener. El comienzo de El sombrero del mago es una esperanza que tiene cada quien. La protagonista (una niña) en principio no cree en el sombrero que se consigue, le cuesta tonarlo porque el sombrero puede ser algo que a veces nos da miedo asumirlo. El final es una solución abierta. Busco la fantasía a lo cotidiano porque es allí donde están las respuestas a muchas verdades. La constancia de un hombre dedicado al teatro Juan Pérez, nació en Acarigua, estado Portuguesa. Aunque se desempeña en el área electrónica, participó como miembro fundador y escritor de la mayoría de las obras representadas por el Grupo Cultural Fanep, y fue director del Movimiento Cultural Ezequiel Zamora. Ha participado en talleres de introducción a la dramaturgia dirigido por Daniel Martínez Dambolena (Uruguay), con Rodolfo Santana, Pedro Monge Rafuls y Luis Galván de la Escuela de Teatro "Teófilo Leal". Fue miembro del jurado del Concurso Nacional de Literatura La Abeja Obrera homenaje a Efraín Cuevas y coordinador del Encuentro de Nuevos Escritores de Portuguesa. Como productor teatral y escritor tiene larga trayectoria con las obras: El Mesías que vino del Infierno, Mi amigo Superman, La condena de Lucullus, Se llamarán hombres, que recibió la mención de honor del premio Fundarte de Dramaturgia 2003 de la Alcaldía de Caracas; El vaquero de vidrio, galardonada por unanimidad con el premio Bienal de Dramaturgia de la Universidad Central de Venezuela en 1987; Diles que no me maten, Nuestra Reina de Corazones, Querido Niño Jesús, publicada por Urua Editorial en el libro Semillero de Dramaturgos México-Venezuela en diciembre de 2004, bajo la dirección del venezolano Tomás Jurado y el mexicano Hugo Salcedo; entre otras. Su pluma hoy prepara varias piezas teatrales como: Pajarito en grama, Pájaro picón-picón, Que el Diablo me lleve, una recreación libre y moderna de Florentino y el Diablo, obra de Alberto Arvelo Torrealba; entre otras. Tiene varios ensayos, entre ellos El arte de decir las cosas, disertaciones a favor del uso de la técnica en la creación literaria. ** Ángel Díaz angel_diaz20022002@yahoo.es Periodista y locutor venezolano (estado Miranda, 1976). Egresado de la Universidad Central de Venezuela (2000) y con postgrado en comunicación periodística, institucional y empresarial en la Universidad Complutense de Madrid (España). Ha colaborado como periodista freelance para importantes revistas y medios de comunicación venezolanos como los diarios El Mundo (http://www.elmundo.com.ve) y Vea (http://www.diariovea.com.ve), en secciones culturales y de interés gastronómico. Durante sus estudios de postgrado realizó prácticas profesionales, durante dos años, en Sobremesa (http://www.sobremesa.es), la primera revista española para gourmets, y desarrolló un proyecto de estudio morfológico en prensa comparada en la Embajada de Venezuela en España, investigación que formaría parte de su trabajo de grado sobre comunicación política, El golpe mediático al presidente Hugo Chávez durante sucesos de abril de 2002. Ha ejercido como docente en cátedras sobre publicidad y mercadeo. En la actualidad trabaja para la Fundación Gumersindo Torres (http://www.cofae.edu.ve), en la configuración de la imagen corporativa e identidad institucional, desarrollando además campañas creativas en pro de la cultura organizacional. Allí desarrolla el periodismo cultural en las bienales de literatura infantil, además de otros eventos institucionales. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === De saberes y miradas: ================================================= === metaficción y narrativa venezolana contemporánea ====================== === Catalina Gaspar Károsy ================================================ Escribir un ensayo sobre la narrativa venezolana contemporánea es hoy, en nuestro medio, una empresa no por sugestiva menos ardua. Tal vez porque el ejercicio reflexivo que nos acompaña es inevitable, y la conciencia de lo irresuelto una certeza. No me es posible pensar actualmente en literatura al margen del profundo proceso autorreflexivo que acompaña nuestra cultura, disociarme de la certidumbre de la existencia de un ámbito descalificador que hoy rodea entre nosotros a la literatura frente a lo que se ha denominado lo "extraliterario", descalificación que se extiende a los estudios literarios, a la crítica, a la lectura misma y, en general, a la creación estética. Identificada con un ejercicio de poder, con el reino del discurso privilegiado, y situada como una práctica cultural que ha de ser descentralizada y descanonizada, la pérdida de legitimidad de la literatura se produce a menudo en contraposición a otras prácticas culturales que sí se legitiman. Ello involucra, para nosotros, una lectura dicotómica del mundo ejercida desde un principio de autoridad que soslaya las diferencias y se expresa en principios de valorización y desvalorización. Tampoco pude disociarme de los textos críticos y de las perspectivas desde las cuales leemos entre nosotros la narrativa venezolana contemporánea. Recordé textos memorables: los de Víctor Bravo, Raúl Bueno Chávez, Carlos Pacheco, Douglas Bohórquez, Alberto Carucci, José Napoleón Oropeza, José Balza, Luis Barrera Linares, Armando Navarro, Ángel Rama, Julio Ortega, Judith Gerendas, Alexis Márquez Rodríguez, Rafael Di Prisco, Javier Lasarte, Carmen Bustillo, Antonio López Ortega, Juan Liscano, Juan Carlos Santaella, Luz Marina Rivas, Gabriel Jiménez Emán, Osvaldo Larrazábal, Julio Miranda, son algunos de ellos. Y junto a éstos, otros cuyas ideas permanecían gravitando, retumbando, incomodando: la conjunción de propuestas disímiles en visiones homogeneizadoras que privilegian sólo algunas de ellas y soslayan otras, o que califican dramáticamente a un periodo -siempre arbitraria demarcación- como literatura del "vacío" unas veces; narrativa volcada a la "experimentación formal" otras, o bien como literatura a "espaldas de la historia". También aquellas caracterizaciones en torno a toda una década narrativa -en particular la del ochenta- como incapaz de formular sentidos y de cumplir con las costumbres, gustos y expectativas del lector, o aquellas que lamentan -y reclaman- nuestra incapacidad de producir una "narrativa edificante", o las que siempre dicotómicamente establecen una demarcación de carácter valorativo entre lo que llaman una narrativa de contenido social, "de cara a la realidad venezolana", y una literatura "evasiva", "incomunicada", "experimentalista". Estas perspectivas -tanto las relativas a la práctica literaria en general, como las caracterizaciones de la literatura venezolana- demandan ser contrastadas con el clima cultural de nuestra contemporaneidad. Estamos aparentemente inmersos en el fecundo debate de nuestra cultura contemporánea, que frente al árbol logocéntrico de la cultura occidental supera el sistema dicotómico que lo ha regido, dispuestos a hacer tabla rasa de los cánones, de los privilegios de poder desde los cuales se enuncian los discursos que asumimos como "verdad", "realidad", "historia", "sujeto"; prestos a abrir espacio a lo que emerge, a lo que es diferente, y a atender el latido singular y el impulso plural de las múltiples subjetividades que colman la escena de lo social. Entendemos la identidad como un profundo proceso autorreflexivo y reconocemos la constitución de sujetos alternos, heterogéneos y descentrados; nos sabemos híbridos y problematizados, hemos desnaturalizado nuestra experiencia de lo estético y estamos abiertos a la pluralidad de estéticas y saberes. Nuestra época se signa por el agotamiento de los tradicionales contenidos de realidad, y por su comprensión del carácter narrativo de la historia y la consciencia de la imposibilidad de hacer coincidir el mapa con el territorio, lo representado y la representación; nos sabemos prisioneros en el tejido del lenguaje y hechos de la esencial narratividad de nuestra cultura; nos hallamos, en fin, en procura de nuevos paradigmas, miradas y saberes. Y, sin embargo, nuestro ejercicio intelectual, cognoscitivo, parecería encontrase aún prisionero de un acercamiento autoritario y dicotómico. Afortunadamente, a pesar de ello, nuestra literatura profundiza el espacio narrativo como ámbito del despliegue de la intertextualidad, cuya praxis se articula en las diferencias y las disonancias, en la enfatización del ser de la literatura que Luis Miguel Isava (1989:48-49) enunciara como la exploración de su propia contingencia histórica y la reformulación de aquello que la anima: un espacio altamente problemático, cuyo estatuto se refunda constantemente para refutarse. Precisa entonces de una crítica y de unos estudios humanísticos que no la encasillen en lo "literario" versus lo "extraliterario", cuando su ser es exceder cualquier presunción para tejerse y destejerse, en tanto texto -tejido- con el tejido de la cultura. No es posible entonces, desde las propuestas que funda la literatura, descentrar lo literario, a menos que incurramos en una de las paradojas de la modernidad, ya que estas formas culturales que solemos llamar literatura soy hoy ellas mismas descentradas y productivamente descentradoras. Nuestra perspectiva es que el cambio de paradigmas crítico-literarios que signa nuestra época no puede ejercerse invocando la pérdida de privilegio de la literatura cuando es ella la que reformula permanentemente su propio canon y desde su textura finisecular se proclama ajena a los cánones, no sólo a los que le achacamos sino, fundamentalmente, a aquéllos con los que la leemos y la constituimos como literatura. Y en tanto discutimos la preeminencia de un discurso sobre otro, homologando desde ciertos raseros a disímiles discursos, a menudo en torno a la ambigua -y peligrosa- noción de "eficacia", y sin atender a la particularidad de cada práctica discursiva, ya en la década del ochenta textos como los de Luis Britto García, Denzil Romero, Salvador Garmendia, José Napoleón Oropeza, José Balza, Milagros Mata Gil, Antonio López Ortega, Laura Antillano, Ángel Gustavo Infante, Gabriel Jiménez Emán, Wilfredo Machado, Victoria de Stéfano, entrecruzan ficción y ensayo, la propia escritura y la de otros, el ejercicio de vida, el de la lectura y el de la escritura, la memoria personal y la memoria histórica, el habla marginal y la poesía, la reflexión teórica y el lirismo; estetizan la experiencia cotidiana, generan alteridades de lo real, hibridan géneros y códigos. Es, entonces, nuestra mirada la que domestica, canoniza, legitima, excluye, soslaya, para acallar las voces plurales de todo texto, la que homogeneiza las diferencias, la que dirime lo plural en la interpretación hegemónica y autoritaria. Así, en el cambio de paradigmas teórico-críticos de nuestro fin de siglo, son tal vez, más que la literatura, nuestras nociones canónicas de lo literario las que deben ser desplazadas, porque cualquiera que sea la perspectiva que adoptemos para su estudio, plantear aparentemente desde el anticanon, y desde la antiautoridad el "desplazamiento de lo literario" supone justamente una noción canónica de la literatura, que la concibe como una estructura cerrada sobre sí misma, cuya delimitación, correspondiente al enunciado "lo literario" podría, gracias a un reductor esencialismo, ser posible. Si algo puede decirse de la literatura venezolana de las últimas décadas es que ella reformula el status de lo literario y también el de la lectura. Por ello su estudio podría invertir el lugar de la mirada, más que plantearnos su "imposibilidad" sustentada en que no complace las expectativas y gustos del lector, podríamos, desde las propuestas metaficcionales que nos brinda nuestra literatura, darle una alta valoración a lo opuesto: ella descentra nuestros cánones de lectura porque más que apelar a un compañero de ruta, a un lector cómplice, exige no sólo su participación sino también su responsabilidad en la generación de la significación, en la activación del complejísimo proceso intertextual que constituye, como sabemos, una de las características fundamentales de nuestra cultura contemporánea. Y en tanto se afirma el desplazamiento de lo literario por formas culturales no literarias, textos como Abrapalabra, de Luis Britto García, crean un entramado de discursos sociales "extraliterarios", urden el escenario no sólo de la intertextualidad y la polifonía discursiva sino también de la transdisciplinariedad, afirmando, en términos de Beverly (1993), la literatura como zona de contacto, en un universo que en el umbral de la década del ochenta nos muestra metaficcionalmente nuestro rostro: el de los discursos -los lenguajes, los códigos, los sujetos, los cuerpos sociales- que aspiran a la totalidad y apuestan a todas las utopías: las del amor, la revolución, el poder, la historia; las metafísicas, las existenciales, las estéticas, desde la fragmentación y la hibridez que conforman un universo discursivo de partículas disgregadas que caóticamente se dirigen a la entropía final. Como Inventando los días, de Carlos Noguera, El único lugar posible, de Salvador Garmendia, El bosque de los elegidos, de José Napoleón Oropeza, Cartas de relación, de Antonio López Ortega, La noche llama a la noche, de Victoria de Stéfano, estos textos son, significativamente, propuestas metaficcionales que replantean la mimesis, discuten el espacio de la representación, exploran las alteridades de lo real, y hacen de la memoria un tejido procesal. En ellos, el despliegue del discurso muestra su espesor, su materialidad, su lirismo, su despojamiento, y juega su propia capacidad de crear un entramado que disuelva las fronteras entre literatura y vida. Nuestra textura finisecular es aquí la expresión de ámbitos íntimos y colectivos que encuentran en texturas discursivas no canonizadas espacios propicios para el relato, que aspiran, desde la ficción, como plantea Memorias de una antigua primavera, de Milagros Mata Gil, a "la supervivencia de la realidad", sólo posible en la ficción, o enuncian en Cartas de relación, de Antonio López Ortega, "Es hora de nombrar el mundo, me digo". Pero, "¿por dónde empezar", porque "jamás podremos hacer nuestro el mundo que pisamos" y por ello "huiré como prófugo que, prefiriendo la palabra a una soga, quedó colgado en la vasta interrogante de la mañana". Es entonces la palabra la que hace de la escritura la posibilidad de mirar la propia existencia y la de los otros como relato, y de explorar la difícil intimidad del sujeto, que es ficción, historia, testimonio, en los órdenes en que se juega su relación con lo otro y el otro, en su capacidad de ser carta mayúscula y minúscula del mudo: confiar en la palabra poética como relación, como entramado. Confiar, como Perfume de gardenia, de Laura Antillano, y El bosque de los elegidos, de José Napoleón Oropeza, en el yo del sujeto que se torna otro al convocar el lenguaje. En estos relatos la escritura no es un esfuerzo de creación "edificante", es un proceso abierto, exploratorio. Perfume de gardenia trama la subjetividad en la memoria familiar y en la histórica: es escritura amorosa, diario íntimo, slogan, graffiti, canción, documento, metatexto. La construcción del sujeto se aleja del yo que narra su sucesivo acontecer para ser identidades proliferantes instaladas en las grietas del tiempo, que desde la sensorial intimidad instalan lo privado en el espacio de lo que también es público, en el plural texto de la cultura. Porque más que la apropiación totalizadora de lo real que nos signó, la literatura de estas décadas explora las otras formas, no canónicas, de lo real, las de la subjetividad, la memoria, la cotidianeidad, lo doméstico, lo fantástico, el humor, las situaciones límites, la otra historia, y ello no la torna solidaria de la incomunicación, de la intrascendencia, de la negatividad, de la imposibilidad, del vacío, términos que parecerían siempre prestos a ser endilgados a nuestra literatura. Pero ella no renuncia al saber, sólo que este saber se sabe deudor de los pliegues, de los intersticios desde los cuales López Ortega escribe ficción que es testimonio, confesión, recuento, poesía y epístola, o Laura Antillano urde los saberes hechos de error y de nostalgia, o José Napoleón Oropeza traza el itinerario del espacio poético de un bosque donde poblar los sentidos, cuyo relato es búsqueda y extravío, un recorrido lírico que narra el trayecto de la imagen, del vértigo, de la locura, de la música, del cuerpo: espacios de lo marginal que fotografían la naturaleza incierta y poética del mundo de la que nacen las múltiples pulsiones del deseo. Los textos narrativos de Ángel Gustavo Infante, César Chirinos, Milagros Mata Gil, Luis Barrera Linares, Orlando Chirinos, Gabriel Jiménez Emán y Juan Calzadilla Arreaza elaboran, algunos de ellos en estructuras de mosaico y de visiones que José Napoleón Oropeza caracterizó como caleidoscópicas (1999), propuestas intertextuales desde lo fragmentario y lo singular. Son textos de memoria, de historia, de testimonio, y también propuestas metaficcionales en torno al poder de la escritura y a la escritura del poder. Deslegitiman las voces autoritarias, y desde los márgenes, desde las voces que hoy algunos llaman del "subalterno", desde el habla de barrio, de la rumba, del bolero, del bar; con humor, crudeza y poesía, trazan otras cartografías y otras racionalidades en también otros códigos, desde una mirada ajena, es verdad, a la narrativa "edificante", a los alegatos y alecciones, que crea en otro nivel, no subsidiario. Para nosotros, la narrativa venezolana contemporánea desafía saberes y prácticas, trastoca el lugar de la enunciación y de la lectura de los relatos que nos conforman, urde imaginarios otros. Sin estridencias, y trascendiendo la trampa de las dicotomías representación/antirepresentación, comunicación/incomunicación, social/existencial, teje el universo finisecular y en él, sin embargo, es primaria, original, como si nombrara, desde una profunda decantación, por primera vez, o como si, en palabras de Noguera, inventara los días, sin renunciar, en aras de la postmodernidad, a la validación del esplendor de su práctica cultural. Y tal vez entonces el problema consista en la mirada, en leer de otro modo, en renunciar, por fin, a hacer de la literatura un objeto al que demandamos todas las confirmaciones a nuestras disímiles certidumbres -o incertidumbres-, o al que desde una mirada canónica, en aras de lo anticanónico, desplazamos para ignorarlo. Quizás la respuesta resida en el ejercicio múltiple que esta literatura propone al lector en el cuerpo de su hibridez, en la apelación a la intimidad, a la memoria, a la urdimbre de otra historia, desde la primera materialidad del lenguaje sólo reconocible en un espesor que contradice saberes y miradas. Porque nuestra narrativa parece proponernos, metaficcionalmente, el desplazamiento de la mirada. Así, también la llamada ficción "histórica" resemantiza aconteceres y personajes, y subvierte anticanónicamente, no sólo los modelos, documentos y hechos históricos sino, fundamentalmente, la mirada que los construye. Esta mirada es en extremo sugestiva en La tragedia del Generalísimo de Denzil Romero que, aparentemente regodeada en la detallista reconstrucción fiel de cada una de las etapas de la vida del personaje, deconstruye la fidelidad histórica al instalar en ella la corrosiva mirada postmoderna. En La tragedia del Generalísimo, la parodia, la carnavalización, la intertextualidad, urden una imaginería que postula no sólo una contrahistoria sino también una poética de ficción, realidad e historia. Así, el referente para la supuesta reconstrucción histórica del personaje de Miranda es otra ficción: el lienzo de Miranda en La Carraca. Cada una de las partes del cuerpo del prócer es exhaustivamente descrita sólo para tejer el cuerpo otro, el del relato: dibujar un lienzo que dialoga, intercepta, recubre, desdibuja, el de Michelena. El relato deconstruye su propia representación y su fidelidad referencial, realidad y ficción se muestran por igual como tramado de ficciones con el que la voz narrativa descentra nuestros imaginarios y urde, una vez más, una imaginería para la historia: para la ficción. Y no por obra y gracia del desdeñado afán experimentalista que también se achacó en bloque a nuestra narrativa del ochenta -y también a la del setenta-, como si fuese posible disociar la experimentación de la producción de significación, como si se tratara de un fútil juego estructural y lingüístico que nos colocara a espaldas de la certera significación, de la inefable historia, de la posibilidad de representar, de lo que canónicamente entendemos como el deber ser de la literatura. "Experimentación" que curiosamente apreciamos en otras literaturas una vez que ellas han sido legitimadas, pero despreciamos en la nuestra, como si una extraña culpa nos persiguiese. Y se trata es justamente de que aquello que transgrede, lo que irrumpe y abre otros horizontes de sentidos en nuestro universo, es lo que rebasa nuestro horizonte de expectativas. Sólo una mirada domesticada, canónica, previsible, nos pide que atendamos a lo que esperamos, se pregunta siempre por el gran logro, por la gran novela, por la inefable unidad que nos nuclee a todos en un mismo proyecto que nos catapulte en la posibilidad de ofrecernos contundentemente -homogeneizadamente- en el universo literario, institucional, académico. Pero nuestra literatura se ha ido escribiendo desde otras orillas: no quiere colmar las expectativas del lector, de la institución, de la academia, de los medios, no aspira a brindarse como práctica discursiva que satisfaga un acto de lectura previsible. Paradójicamente, desde los mismos espacios que desplazan la literatura en aras de otras producciones culturales, desde la misma mirada que se concibe capaz de señalar "lo nuevo" y lo que "vale", se elaboran discursos canónicos, discursos de poder, que no resisten los desplazamientos, que se mueven en el recorte nítido entre lo que es literatura y lo que no lo es, que parecerían ajenos a la producción literaria que ha desplazado -siempre- nuestra cultura. Asumimos como propias, con total naturalidad, afirmaciones que deslindan lo literario de lo extraliterario, al tiempo que le pedimos a la literatura respuestas a las preguntas -tantas veces homogeneizadoras y canónicas- que lejos de ella formulamos al estilo de quiénes somos, qué decimos, cómo nos reconocemos. Mientras tanto, la literatura se piensa a sí misma ajena a la literariedad, reformula incesantemente sus propios cánones, todo lo extraliterario le pertenece, explora otros códigos lingüísticos, otros modos discursivos, otras construcciones narrativas, y justamente por no ser legitimadora y canónica, renuncia a privilegiar el nivel del significado y cuestiona también al lenguaje mismo. Busca desde lo privado lo público, las voces plurales, divergentes, los registros múltiples del habla, de la mirada, de los espacios en que el sujeto se construye, que desplazan también la voz autoritaria, la fragmentan y dispersan para acoger la voz descentrada de ficción y realidad. Trato, en fin, de decir, que más que legitimar nuestras preguntas y otorgarnos respuestas, más que dibujarnos para esclarecer y dotar de significación nuestros referentes, la narrativa contemporánea explora otros niveles de sentido y con ello nos ofrece un acto difícil, que irrumpe -afortunadamente- en nuestro horizonte de expectativas y en esa relación con la alteridad que es el lector, hace de la realidad, literatura, y de la literatura, formas de realidad. Ella nos pide que no convirtamos nuestro acercamiento a la literatura en una actividad autoritaria y canonizadora, que proclama la descentralización de lo literario sin reconocer que ella se encuentra, justamente, en los márgenes, en la periferia, y tal vez por eso la desconocemos, porque nos dibuja otros rostros, sujetos y racionalidades que nos figuran como alteridades, que no responden a lo que creemos ser y conocer sino que sugieren otros saberes, otros despliegues de la significación. Y ello es, en definitiva, lo que nos urge: tramar, cada día, la siempre cambiante constelación de sentidos que nos constituye. Bibliografía citada - Beverly, John (1993). Against Literature. Minneapolis. University of Minnesota Press. - Isava, Luis Miguel (1998). "La herejía de las refutaciones: reflexiones en torno a la noción de crítica como articulación de los discursos filosófico y literario" Estudios. Revista de Investigaciones Literarias y Culturales (Caracas). Año 6, Nº 11; pp. 35-50. - Oropeza, José Napoleón (1999). "Los ojos de un pez: tendencias y nombres en la novela venezolana de finales de siglo" (inédito). ** Catalina Gaspar Károsy catalinagaspar@cantv.net Docente e investigadora venezolana. Licenciada en Letras magna cum laude 1r lugar en la promoción de 1980 de la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve). Tiene además una maestría en literatura latinoamericana por la Universidad Simón Bolívar (USB, http://www.usb.ve, 1987-1989) y un doctorado en letras, del que se graduó con honores y fue también 1r lugar en su promoción, en la misma casa de estudios (1995). Realizó una investigación postdoctoral en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM, http://www.uam.es), Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana (2000-2001). Ejerció la Cátedra de Literatura en la Escuela de Artes de la UCV (1980-2003). Jubilada desde 2003, permanece en la UCV como docente investigadora. Coordina el Taller de Ensayo Literario 2004-05 del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.org.ve). Su investigación Metaficción latinoamericana finisecular fue avalada por el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela (CDCH/UCV, http://www.cdch-ucv.org.ve). Desde 1998 es investigadora activa del programa Sistema de Promoción del Investigador (SPI), del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit). Ha recibido, entre otros reconocimientos, la Orden José María Vargas (1999), el Premio Municipal de Literatura, mención Investigación Literaria, y el Premio Literario Fundarte, mención Ensayo Literario. Dirigió la revista Escritos en Artes, Estética y Cultura, de la Escuela de Artes de la UCV. Ha publicado La lucidez poética. Autorreflexividad y poética en la obra de Roa Bastos, Cortázar, Borges y Meneses (Fundarte, Cuadernos de Difusión, Nº 187, 1992), El universo en la palabra. Lectura estético-ideológica de Abrapalabra de Luis Britto García (Academia Nacional de la Historia, Colección Estudios, Monografías y Ensayos, Nº 171, 1996), Escritura y metaficción (Ediciones La Casa de Bello, Nº 59; Caracas, 1996), así como diversos ensayos en compilaciones críticas y revistas académicas. Ha participado con ponencias en congresos nacionales e internacionales. Integró el jurado del Premio Literario Fundarte, mención Ensayo Literario; del Premio Municipal de Literatura, mención Ensayo Literario; de la Bienal Internacional José Rafael Pocaterra, mención Narrativa; del Concurso de Cuentos de El Nacional (http://www.el-nacional.com), y del Concurso Anual de Autores Venezolanos Inéditos 2005, en la categoría de ensayo. === Poemas y pentagramas ================================================== === La música popular uruguaya como vehículo difusor de la poesía ========= === Aldo Roque Difilippo ================================================== La poesía, en su forma ortodoxa de llegar al público, parecería, según algunas expresiones, viene cayendo en desuso. Además de los problemas económicos de las editoriales, esa expresión es más que relativa, a la luz del sinnúmero de publicaciones en formato de revistas, desplegables o plaquetas literarias, que difunden la creación de los nuevos poetas, o aquellos que no ingresan al círculo, siempre reducido, de las editoriales. En Uruguay, desde su génesis como nación, la poesía ocupó su papel difusor de los devenires del hombre y su tiempo. Trovadores a la vieja usanza de los medievales, recorrían la campaña, guitarra en mano, entonando los primeros poemas que pretendían exaltar el ser nacional, y tener al tanto al incipiente público de los avatares políticos o revolucionarios. Bartolomé Hidalgo (1788-1823), padre de los poetas tradicionalistas orientales, sobresale con sus cielitos, alentando al gauchaje en la lucha independentista. Esa impronta dejada por Hidalgo superó los parámetros de la lucha revolucionaria, llegando incluso a nuestros días, y limando esa frontera entre los "poetas mayores" y los populares. Los ejemplos sobran a este respecto, ya que el mismo Hidalgo fue recreado por Alfredo Zitarrosa, un poeta con la capacidad de convertirse en "mayor" y que prefirió musicalizar sus textos para llegar al público. A su vez, otros poetas que no transitan el nativismo, en cierta medida se denuncian sucesores de Hidalgo al optar por diferentes caminos además del libro para "conquistar" nuevos públicos. Serafín J. García, y Fernán Silva Valdés, por referirnos a poetas de neto corte gauchesco, hasta Líber Falco, Idea Vilariño, Mario Benedetti o Mauricio Rosencof, han sido, y siguen siendo llevados al pentagrama. Es decir, el "consumo" de poesía mediante su musicalización no es novedoso en Uruguay. Dos motivaciones fundamentales inspiran este trabajo: la estrecha relación entre la poesía y la música; y las vías alternativas por la que el público accede a ella. Lejos queda la afirmación que sentencia la muerte de la poesía. Muy por el contrario, el público contemporáneo "consume", en una medida significativamente mayor sonetos, rimas y cuartetas, de poetas populares de los cuales la crítica literaria debería ocuparse en profundidad. Evidentemente que la relación entre poesía y su musicalización radica en la sonoridad implícita del texto, más allá de la ajustada rima a la que pudiera haberla ceñido el poeta, está también en esas palabras, que a decir de Julio Cortázar tienen cierto color, y una sonoridad especial, que las hace atractivas. Por otro lado, en este tiempo donde predominan los medios masivos de comunicación, y donde indefectiblemente todo lo relativo a las expresiones artísticas pasa por ellos, el público accede a la poesía por diferentes vías. Popularmente se divide a los poetas en "mayores" y "menores", de acuerdo a su opción por la palabra escrita, o por los que las musicalizan. Mundialmente conocida es la conjunción entre un "poeta mayor" como Antonio Machado y uno "menor" como Joan Manuel Serrat, o la dupla que realizaran Jaime Roos al musicalizar los poemas de Mauricio Rosencof en el disco La Margarita. La pregunta sería: ¿cuál es la diferencia entre un poeta "mayor", y poetas como Silvio Rodríguez, Alberto Cortés, o Alfredo Zitarrosa..? Los poetas cantores Poemas para ser leídos, o para ser cantados, que en algunos casos fueron ajustados al tiempo musical por parte del propio autor, como en El Sur también existe (de Mario Benedetti y el catalán Joan Manuel Serrat), o la musicalización posterior que el dúo Los Olimareños realizó de Hombrada de Serafín J. García; entre otros. Esa impronta dejada por Bartolomé Hidalgo pautó la posterior creación y la difusión de poetas, tales como Fernán Silva Valdés, Serafín J. García, Víctor Lima, Rubén Lena, entre otros. Bartolomé Hidalgo con sus gestas patrióticas, Serafín J. García inmerso en la poesía gauchesca de corte social, Mario Benedetti y sus temáticas sociales y con aristas de crítica política, entre otros; todos apuntando a llegar al mayor número posible de lectores, o de oídos donde dejar el mensaje de sus versos. Poetas musicales Dentro del folklore uruguayo, que a partir de la década del '60 se autodefinió como "canto popular", la poesía giró en torno a los temas más cercanos al hombre. Historias como la de Pueblito Zequeira, de Tabaré Etcheverry. Letras que podrían catalogarse en un juicio apresurado como sencillas, reflejando las vicisitudes de sus habitantes. Figuras, a estas alturas míticas, se erigieron en esa década: Víctor Lima, Aníbal Sampayo, Tabaré Etcheverry, Alfredo Zitarrosa, Rubén Lena, Osiris Rodríguez Castillo, entre otros, surgieron al espectro musical y poético reflejando el sentir de la sociedad uruguaya. Con la reincorporación democrática del país, el retorno de estos tótemes significó una muestra palpable de la idolatría profesada por el público a sus poetas. Los Olimareños, a su regreso al país en 1985, cantaron ante 50.000 personas en el Estadio Centenario de Montevideo, en una lluviosa noche. Algo que en principio podría catalogarse como la necesidad de expresión ante tantos años de libertades censuradas, pero que ante el coro del público con el nítido recuerdo de las letras de las canciones, es una pauta más que fehaciente de la necesidad de una poética propia que establece un diálogo entre el autor, el intérprete, y el público. Zitarrosa, canto mayor Alfredo Zitarrosa (1936-1989), es el cantor más importante que ha dado el folklore uruguayo, admirado y discutido como todos los personajes que sobresalen del común. "Nací el 10 de marzo del '36", dijo alguna vez, "fecha de la cual no tengo recuerdos, al contrario de lo que decía Vallejo en algún verso sobre su muerte física". Reflejando su casi irónico modo de ver las situaciones que conforman el vivir, y que reflejó en una estructura poético-musical particularísima, y monolítica desde sus primeros discos. "Zitarrosa siempre fue, para mí, un ser hamletiano", afirma Washington Benavides, opinión que compartimos ante las declaraciones del cantor: "No me tolero el goce a menos que lo sienta legítimo, a menos que sea bajo el sol y a la luz de la verdad". Crítico despiadado de su obra y de su tiempo: "si alguien conoce el secreto / supongo que me dirá / por qué donde falta el pan / siempre sobran los decretos" ("Milonga más triste"). Creando su poética sobre esas bases, evidenciándose la dureza de la autocrítica que lo convirtió en un cantor exigente con su trabajo, y un fino poeta donde muchas veces la rima está en la entonación más que en la métrica de los versos. Todas estas características influyeron, e influyen aún hoy en cantores y autores, que encuentran en él la fuente de inspiración, el mojón casi obligado. Incluso El Cuarteto de Nos (grupo musical que cultiva el rock, que nada tiene que ver con el folklore uruguayo), en su disco Otra Navidad en las trincheras dedica su trabajo a Alfredo Zitarrosa, e incluye un tema: "Zitarrosa en el cielo". Resulta un lugar común decir que las milongas ocuparon un espacio importantísimo en la discografía y la creación de Zitarrosa. Así como también los temas relacionados con los amores contrariados, los desencuentros, y las pasiones imposibles. Temáticas cuasi obsesivas del poeta y del cantor, ya desde su primer disco Canta Zitarrosa (1966), evidenciando esa veta que explorará a lo largo de toda su carrera discográfica, hasta su último trabajo, compartido con Héctor Numa Moraes (Sobre pájaros y almas). Al igual que el amor. Zitarrosa aborda el amor desde la veta más íntima del ser, abandonando ese carácter casi telúrico y cursi que otros poetas han adoptado, o harto repetido como el de los malos boleros, donde la pasión amorosa se impregna de la sangre en una copa rota, o las traiciones rubricadas con la muerte. El amor es más intimista, más humano. Desprovisto de toda esa tragedia melodramática que atraviesa casi todas las expresiones musicales, con sus idas y venidas, con sus consabidas ausencias y nostalgias. "Si te vas, / quiero verte partir, / saber que te has ido; / sin adioses el amar y el morir / nunca son olvido" ("Si te vas"). "Stefanie", una de sus composiciones más conocidas y celebradas, "es una canción de amor", expresa Zitarrosa, "pero alude al hecho mismo de que la prostitución, en el mundo capitalista es, en todo caso, nada menos que el resultado de la explotación del hombre por el hombre, no obstante es una canción de amor, al ser humano, no a la prostituta, a aquella mujer con la que uno pudo o no tener una relación sexual, pero sí una relación de afecto, nacida a partir del reconocimiento de que se trata de un ser humano que también es capaz de amor". Los pájaros, una temática casi inusual para un cantor popular, son una recurrencia desde las primeras composiciones de Zitarrosa, hasta ese último trabajo que resultó de edición póstuma, marcando desde la carátula misma esa temática alada que persiguió al autor por toda su creación. Más propio para un autor musical de raíz folclórica hubiera sido hablar de caballos, las desgastadas imágenes de taperas semiderruidas, o los duelos criollos cuasi borgeanos que pretenden limpiar el honor del personaje y que reflejan una realidad prehistórica. Aunque tampoco esquivó las temáticas tradicionalistas, o de corte histórico, Zitarrosa opta por otro camino. "La próxima canción la cantará el pueblo", expresó alguna vez, "si cree que está bien. Nosotros los cantores tenemos que cantar lo que el pueblo siente". Sus pájaros están presentes quizá por ese espíritu libertario (como era común decir en la época pre y pos dictadura), por ese amor hacia el pensamiento sin rejas, que lo llevó a un exilio que lo desgarró. Otro elemento extraño, si se quiere, y que se le sumó al ya muy personal atuendo del cantor (riguroso traje negro, corbata, y cabellos engominados precediendo a los guitarristas en una actitud gardeliana), es su composición "Milonga por Beethoven". Sin dudas un caso extraño en el cancionero nacional, y posiblemente la única composición con base netamente popular, donde se le rinde tributo a un compositor de la denominada "música culta": "poco supo del buen amor / buscó compañera y halló / sólo alguna flor, / rococó. / Tuvo la bandera y honor / sólo su sordera lo amó". Música y texto compuesto a la par, consiguiendo, según Washington Benavides "insólitas rimas" con irregularidades en la métrica del texto que se acopla con los tonos que la música le va dando. "En este grupo se inscriben la mayoría de las zambas iniciales que compuso Zitarrosa", agrega Benavides. "Pero en este mismo grupo aparecen obras definitivas, como 'El violín de Becho', donde el poeta recurre a los pareados para componer un inolvidable retrato poético del músico amigo, con imágenes que estarán entre los mejores logros de la canción y la poesía uruguaya". "Nosotros los cantores tenemos que cantar lo que el pueblo siente y nos equivocamos muy a menudo, especialmente cuando nos sentimos la vanguardia", expresó Zitarrosa refiriéndose al canto como intérprete de la realidad, "la vanguardia es la clase obrera. No somos creadores, somos recreadores de lo que la gente siente y piensa, prendiendo el fuego, arreglando un zapato o creyendo en Dios sin razones suficientes, pero hasta por necesidad de sentirse un hombre entre los hombres". Y ese pueblo, el 17 de enero de 1989, cuando el poeta y el cantor pasaba a ser recuerdo, "llevaban tu muerte allá adelante" parafraseando a José "Pepe" Guerra, "sin más señas que el dolor que los unía. Cosa seria". En las paredes se leyó "El violín de Becho está llorando y nosotros también", por esas manos anónimas hacia quien iba destinada la poesía y la pasión de Zitarrosa. "No llores, canta", fue otra de las frases repetidas en los muros montevideanos, o un sugestivo "hasta luego Alfredo", entre flores y guitarras. Viglietti, un cantor para leer Daniel Viglietti (Montevideo, 1939) se nutre del folklore tradicional, asumiendo una propuesta académica, como pocos, pero no exento de la sensibilidad popular. Algo que lo convierte en una extraña y atractiva mezcla de poeta depurado y cantor popular. Algo que incluso ha llevado a algunos críticos a comparar su propuesta musical y poética con la impuesta al tango por Astor Piazzolla, o como lo afirma Elbio Rodríguez Barilari: "Después de Gardel (Viglietti), sigue siendo el músico uruguayo más conocido por el mundo". Con una marcada posición política de izquierda, reflejada en sus textos. Si bien la ideología política de Viglietti puede o no ser compartida, la estructura de sus textos lleva al reconocimiento, ante la belleza poética-musical. Inclusive las composiciones "panfletarias" como "El Chueco Maciel" o "A desalambrar", tienen la belleza rotunda de texto y música que aplasta cualquier argumento de sus detractores. "Te contaré una historia / amarga o más. / Te la canto por eso / y que caray. / Era Van-Dig la aldea / allá en Vietnam. / Era, digo, una escuela, / no digo más. / Vinieron por el aire, / vuelo mortal. / Quedó sólo un cuaderno, / no digo más" ("Dinh-Hung, Juglar"). Contemporáneo al nacimiento del "canto popular" y sus cultores más destacados, a diferencia de ellos, Viglietti fue tomando diferentes elementos hasta conformar un estilo para nada convencional para los cánones folclóricos en su sentido más ortodoxo. "A fines del '60 es todo un guitarrista", agrega Rodríguez Barilari. "Lo recuerdo siendo todavía un niño, en un concierto del Centro de Protección de Chóferes haciendo Milán, Sor, Bach, Villa Lobos...". En su última visita a Mercedes, en una rueda informal entre amigos, tras su concierto, nos contó de sus primeros años de guitarrista junto a su padre, haciendo tangos en las fonoplateas radiales. Todo ello confluye en su propuesta musical y poética, convirtiéndolo en un cantor para leer. A diferencia de sus contemporáneos, las letras de Viglietti se develan en la intimidad de la lectura, en tanto sobre el escenario, el ritmo de música y texto permiten otra lectura a profundizar al leer el texto. Quizá por ello su producción no es para nada profusa, aunque sus discos son vendidos por miles. "Soy lento", nos dijo ante la casi exigencia sobre una producción discográfica mayor (el trabajo anterior a Esdrújulo -1993-, es A dos voces, junto a Mario Benedetti, grabado entre 1985 y 1987). Una lentitud influenciada quizá por la meticulosidad de sus textos. Esdrújulo es el más claro reflejo de esa conjunción entre el guitarrista y el poeta, donde confluyen la música antigua y la milonga, sus fuentes, que por evolución, o nuevas premisas, le han llevado a virar en algo la estructura de sus poemas. Nos encontramos con un Viglietti menos directo, donde la sutileza juega un papel preponderante en la seducción del público. Un trabajo rotundo en conjunto, con temas tales como "Canción para armar" de una sutileza tal que ni por asomo se acerca al golpe bajo al abordar un tema tan atroz como la tortura: "...la cabeza bajo el agua / como un pez de branquia rota / te recorre hasta la infancia / te encapucha la alegría / no esperaba esto que espero / de codos bajo la noche / en el día lastimado / nadie sabe qué le espera". Esa confluencia entre las diferentes tendencias musicales que conviven en la creación de Viglietti y los estilos más tradicionales de este suelo, se reflejan en "La llamarada", por ejemplo, cuando el poeta canta "El sueldo de un pión carrero / nunca se debe aumentar, / pa que valore el dinero / y no aprenda a malgastar. / Los piones, dijo el dotor, / no son hombres delicaos, / a ellos no le hace el dolor / porque están acostumbraos"; con una base rítmica poco tradicionalista para el lenguaje utilizado. "La canción de Trilce" (su hija), es un exponente de la fusión de un texto, si se quiere pueril, con una musicalidad difícilmente igualable: "tan chiquí / tan chiquita que es la tierra / si la mi / si la miran desde el sol / tan chiquí / tan chiquita que es la infancia / cuando vi / cuando vino se escapó". Algo que en otros autores se trasunta en una conjunción entre un texto sencillo y una base rítmica de corte tradicional, y que en Viglietti se colma de timbres musicales emparentados con la sonoridad del idioma y su métrica. Rubén Lena, el color oriental Cuando Rubén Lena (1925-1995) compuso "La Uñera" no podía imaginarse que se convertiría en el inicio del renacimiento de la música popular uruguaya. En esos años, la difusión del folklore se circunscribía a las composiciones argentinas (Atahualpa Yupanqui, Los Fronterizos, Los Chalchaleros). Rubén Lena, uno de los iniciadores de la música popular uruguaya en su estructura actual, conocía las composiciones del salteño Víctor Lima y "los tres o cuatro tonos que sabía de la guitarra". Ello sumado a una especial sensibilidad poética, sirvió como activador de la creación de uno de los más prolíficos autores uruguayos, que si bien se ciñe a las estructuras del criollismo, no se ató a ella, componiendo incluso temas carnavaleros, sones y serraneras. Su viaje a Venezuela en 1959 por motivos de su profesión de maestro, fue otro detonante: "yo había llegado a Venezuela y traía la intención de hacer canciones, porque a nosotros, como país, nos faltaba una identidad en ese aspecto, que se me había revelado sintiendo cantar a los compañeros de estudios de 21 países latinoamericanos durante ese año de convivencia". Cuando por una radio escuchó a Los Olimareños cantar "La Uñera" tuvo esa convicción: "no había casi canciones y había que hacerlas, no había por lo tanto un público para eso que no había sido hecho, y había que crearlo. Los cantores estaban con sus gargantas jóvenes, vehículos de expresión de dos excelentes personas en formación. La cuestión era poner en movimiento los sueños", explicaría dos décadas después. Posteriormente Lena sería la siquis que Los Olimareños plasmarían en las grabaciones, una tercera voz no audible que dio estilo y personalidad al dúo. Nacieron así temas que hoy resultan imprescindibles al realizar un racconto del canto popular, como "La Ariscona", "De Cojinillo", "Noche noche", y el que se convertiría en un himno popular: "A don José". En Lena el criollismo y la tradición se redimensionan, se expanden como la simpleza del hombre de campo, no exento de sabiduría. La poética de Lena no escapa a los devenires más simples del ser humano, y las angustias más universales. "Mis canciones tienen versos de valor universal y definitivo, para siempre, pero el valor de esos versos no lo es. Son ocasionales. Claro está, tiene un valor afectivo que cuenta, y mucho para mí...", dijo alguna vez con su particular modestia. La simpleza en "El niño enfermo", acosado por la fiebre y la tos: "Las pobres puertas no quieren / dejar al viento pasar... / Y en la alta noche una madre / oye al niño delirar. / -Los caballos, los caballos / me miran de la pared; / tienen los labios resecos / mamita que tienen sed...". O letras cargadas de ironía, como "Boca de Tormenta": "Cosa fiera que sería / sentir a un cantor cantar / cantar montao a caballo / rodeao de perros cantar. / Cantar con la lanza al brazo / calzoncillo y chiripá / bigote amarillo de humo / de tanto y tanto pitar, / con china en las ancas / y que supiera montar, y que terminao el canto / bajo un aplauso cerrao / se desarmara el caballo / por ser de cartón pintao". Poética que pasa por "El cuello de botella" del hombre común con sus problemas y sueños: "El cuello de botella / el corredor del diablo / viene abriendo la noche / como en exhibición / el cuello de botella / en toda circunstancia / es como el fin de mes...". Espejo de la sociedad En el canto popular uruguayo, e implícitamente la poesía, confluyen en esa mezcla: el criollismo, la murga, las nuevas tendencias musicales y poéticas (Jaime Roos se define como un rockero que fusiona diferentes ritmos "a la uruguaya"); y por supuesto el tango, que es toda una mezcla en sí mismo. El reflejo socio-cultural-político confluye en esta propuesta poética, en una lista que resulta en exceso extensa, y que abarcaría a todos, o casi todos sus exponentes. Desde Alfredo Zitarrosa con su canto netamente oriental que metamorfosea el idioma, pasando por Daniel Viglietti y las metamorfosis y fusiones entre el idioma y la música, que se repite en Jaime Roos, y con un sentido "más paisano" se refleja también en Rubén Lena, Aníbal Sampayo y tantos otros. Por otro lado, y en lo estrictamente poético, efectuar una reseña de autores resultaría por demás acotada ante la vastedad de poemas para ser cantados, lo que popularmente se denominan canciones. Estas canciones, despreciadas por parte de los críticos literarios, han sido dejadas de lado junto a esos poetas muchas veces intuitivos, y otras tantas actuando a sabiendas, buscando llegar a un público más vasto. En virtud de todo esto preferimos mostrar tres patas de una mesa que desde ya decimos se presentará renga ante la profusión de grabaciones y textos. Parafraseando a Rubén Lena, habrá que escribir esas críticas que valoricen a estos autores, los definan (con todo lo subjetivo que tienen las críticas), y a la vez nos identifiquen. Evidentemente que hablar de poesía musical uruguaya y no hacer mención al tango, el candombe y la murga, es un olvido más que notorio, pero entendemos que son tendencias que no reflejan al Uruguay en su conjunto. La murga, nítida expresión cultural uruguaya, herencia española que satiriza la actualidad, nacida de los estratos sociales económicamente más humildes, en la actualidad se presenta dividida entre Montevideo y el resto del país. Notoriamente diferenciada en su propuesta escénica y de textos. En las murgas del mal llamado interior (la pregunta sería si Montevideo está en el exterior uruguayo), la calidad de sus textos difiere de las capitalinas, así como las formas de interpretación y planteamiento escénico. El candombe, por influencia de la raza negra es un exponente más bien de la capital, dándose sólo algunas muestras en pocos departamentos del país. El tango, debido a diferentes razones, tiende a convertirse en una expresión musical étnica, más que en el espejo de una cultura. Refleja una sociedad anterior, dibuja una realidad, que si bien en algunos textos denota actualidad, en nada expresa los devenires del ser humano de las ciudades uruguayas, y sus personajes son más bien un híbrido porteño-montevideano. Además, fueron escasos, y hasta tímidos los intentos del canto popular de sumar al tango a los ritmos interpretativos. Aplacadas las pasiones políticas, tras que el país se reincorporó a la vida democrática, el canto popular fue dejando de lado ese perfil de protesta y ganó en diversidad temática y musical. Esa ruptura llevó a las nuevas generaciones a abordar diferentes temas de corte social, algo que hasta entonces estaba reservado al criollismo, irrumpiendo Jaime Roos con "Los Olímpicos" planteando la problemática de aquellos que partieron en busca de otros horizontes económicos. El poeta norteamericano Ezra Pound decía que la poesía estaba más cerca de la música que de la literatura, por las correspondencias de sonoridad entre ambas. Trabajo más que arduo será pues, decodificar a estos autores que, por pequeñeces o mezquindades, a lo largo de la historia han sido relegados y menospreciados, cuando son ellos los que verdaderamente llevan la belleza de la poesía a todos los seres sin distingos. ** Aldo Roque Difilippo aldodifilippo@adinet.com.uy Periodista y escritor uruguayo (Mercedes, 1966). Ha publicado el libro de cuentos Verdades a medias (dos tomos, coautor con Wilson Armas) y una serie de investigaciones literarias e históricas en el suplemento Lecturas de los Domingos del diario La República, y en la revista Posdata (Montevideo). Desde 1991 trabaja como corresponsal en Soriano para el diario La República de Montevideo. ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** De los inconvenientes del escepticismo pertinaz David Colina *** Vitral con pájaros (extractos) Jorge Etcheverry *** Lamento en penumbra Vanesa Ordovás García *** El dilema de un arcángel Rafael Batista Cáceres *** La cacería de Almenara Roger Vilar *** Fisura de boca (extractos) María Neder *** Dos relatos Iván Humanés Bespín *** Poemas Guillermo Quijano Rueda *** Cuatro textos Loreto Sepúlveda *** Poemas Erasmo Fernández *** Fatalidad Ricardo A. Halperin *** Poemas Héctor Loza González *** Cesáreo Mala Muerte Francisco Font Acevedo *** Poemas Maritza Aguirre *** Tres cuentos Carmen Garrido Ortiz *** El lenguaje inefable (La pista blanca y otros poemas) Rolando Gabrielli === De los inconvenientes del escepticismo pertinaz David Colina ===== (Nota del editor: hace pocas semanas se anunció el veredicto del concurso Iniciantes 2005, organizado por la Coordinación de Literatura de la Gobernación del Estado Táchira, en Venezuela. El ganador del primer premio es el escritor David Colina, un abogado tachirense que ha destacado en el ámbito de las letras, en el cual fue introducido por su abuelo, el poeta José Isaac Colina. El cuento que presentamos a continuación, con el que Colina se adjudicó el primer premio en el certamen mencionado, fue positivamente evaluado por los miembros del jurado, los escritores Inés Ruiz, Eduardo Viloria y Betsimar Sepúlveda). Por aquellos días un hombre podía traer con facilidad al Demonio a su presencia, es decir, invocarlo, aunque el término en sí había caído en desuso y, por qué no decirlo, en cierto descrédito. ¿Qué ocurría? ¿Por qué habían cambiado los antiguos métodos? El Enemigo Malo se encontraba reflexionando en una oportunidad sobre la naturaleza del rol desempeñado por él en el Cosmos y concluyó que su propuesta podía ser considerada una vía alternativa de algo que no se apuró a definir. Se sabía dueño de muchas verdades tangibles y verificables. Era hermoso y tenía lo que se conoce comúnmente como buen gusto. Muchos le amaban y le agradecían sus favores y su deferencia. Entonces, ¿eran necesarios los formalismos, para, a fin de cuentas, tratar asuntos terrenales? En modo alguno era Dios, que si lo fuera bien sabría darse su puesto. En consecuencia declaró el final de la vigencia de la Clavicula Salomonis, del Gran Grimorio y de otros grimorios no tan grandes pero por igual útiles para las impetraciones demoníacas. "Tales composiciones en verso rimado y con métrica, son anacrónicas ante la inmensa popularidad y conveniencia del verso libre", decía en parte la Resolución redactada al efecto por sus amanuenses. Dirigirse al Diablo, por tanto, de modo respetuoso y amable era suficiente. El aumento de la demanda determinó el establecimiento de algunas reglas: en caso de no obtener una respuesta inmediata se pedía esperar, pues no constaba en ninguna escritura o libro sagrado de alguna de las grandes religiones que el diablo tuviese el don de la ubicuidad. Existía el derecho de no acudir nunca y, luego de los tiempos primeros de entusiasmo, se creó una comisión que revisaba los caracteres fundamentales de las solicitudes y desechaba las que consideraba frívolas, poco serias o fruto apenas de la curiosidad. Por último, podía Lucifer responder por delegación, ocasión en la cual el subalterno, Asmodeo, Legión o ángel caído nada célebre, presentaba el respectivo documento autenticado. Existiendo tan favorables condiciones Miguel invocó al demonio, para que le aliviase de la presión arterial alta que le aquejaba y, de una vez, para librarse de un enemigo, rivalidad originada en una vieja rencilla de amor. Eligió como sitio su cuarto y la hora, quince minutos pasada la media noche, luego de la partida de un amigo que le visitaba siempre en las ocasiones más inoportunas. La habitación de Miguel era pequeña y los muebles estaban distribuidos de manera inapropiada, creando en conjunto una sensación de opresión poco cónsona con una hipotéticamente espectacular entrada demoníaca acompañada de humo, fuego y olores nauseabundos. La cama estaba particularmente mal colocada en el centro de la habitación así que la empujó hasta la pared. En el nuevo espacio libre estaban algunas medias llenas de polvo cuyas parejas había echado a la basura hacía mucho tiempo y una libreta escolar que no recordaba haber visto nunca, pero que decía en su exterior, en letra grande que parecía la suya, "INFORME". Apartó todo esto a un lado con los pies y se sentó en la cama. Durante un rato no demasiado largo solo miró algún punto indefinido en la pared. Ante la ausencia de formalismos no tenía la menor idea de qué hacer. La puerta se abrió y entró un demonio que no tenía particular aspecto de serlo. Miguel no se sorprendió. Es decir, le asustó, como es lógico, la idea de la presencia infernal y, en cierta manera, le asombró el aspecto vulgar del visitante (pantalón marrón, camisa a rayas, rostro regordete y nada más para recordar) pero, desde su actual manera de considerar las cosas, se hubiese sobresaltado más de ver a su madre o a su hermano franquear la puerta. El demonio le miró. -Hola -dijo Miguel. -Hola -dijo el demonio-. Soy Arioch, demonio de la venganza convenida. -Ok -dijo Miguel. El demonio colocó sobre la cama un montón de papeles atados con ligas de hule rojas. Algunos, según se veía, habían sido mojados y se habían secado, adquiriendo una deformidad característica. El conjunto olía de manera repulsiva. Miguel consideró poco prudente revisarlos y no los tocó, aunque tal vez, pensaría un rato después y luego de comprobar el lamentable estado de sus sábanas, hubiese sido mejor tomarlos, darles una mirada distraída y colocarlos en el piso. El demonio sonrió. Miguel se sintió confiado de pronto, con esa confianza que estamos seguros de haber experimentado en la primera oportunidad que hablamos con un amigo entrañable. -Ahí están los documentos -dijo-. Como verás, todo es legal y conforme a derecho. -Claro. -No tengo ningún apuro, pero, por favor, dime de qué se trata. -Ah, sí. -... -Claro, sí, mi presión arterial. Sube y sube. He adquirido hábitos sanos de vida. Esas cosas, mucho ejercicio, poca sal, disminución del estrés. Me aburren esas cosas. Y la tensión se mantiene arriba. Ahora mismo está alta. Mi cara se calienta, mis manos se calientan, me zumban los oídos. -¿Has ido al médico? -Sí. Lo de siempre. -Pastillas. -Cada vez más. Una tras otra. -¿Tienes algo contra las pastillas? -No me gustan. A uno le duele la cabeza y toma una pastilla. No puede dormir: pastilla. Estás deprimido, tu vida es un asco: pastillas. A ese paso uno necesitará pastillas para todo. Es decir, una vez está bien, pero no es así. Te acostumbras, hasta te agrada. Es sencillo que toda la responsabilidad la asuma una pastilla. -¡Ja! ¿Cómo puede ser responsable una pastilla? -Pues la pastilla asume el lugar de la conciencia, por tanto la responsabilidad de los actos se traslada a la pastilla. Uno no es moralmente imputable. -Hablas tonterías, pero me diviertes. Ahora vas a decirme que son las pastillas las que van al infierno. ¿Te imaginas eso? Es una soberana tontería; en el fuego del infierno se tuestan las almas, no los productos farmacéuticos. -Por favor. -¿Qué? -No vengas con eso. El alma no existe. -¿Que no existe? -No. -¿Qué ofreces, entonces, para nuestra transacción? -¿Qué te interesa? -Tu casa está llena de porquerías, te seré sincero. Tienes mal gusto y poco dinero. No me interesa nada que tengas aquí, en las gavetas o en el clóset. Solo quiero tu alma. -No hay problema. Cuenta con un buen negocio -dijo Miguel y rió. -No termino de entender. -Pensaba estafarte. Verás. El alma no existe. No puede haber comercio sobre ella. Se supone que me otorgarás algunos favores a cambio de mi alma inmortal. Tendrás la amabilidad de esperar hasta que yo muera. Pero al momento de mi muerte te llevarás la sorpresa de no encontrar nada para cargarte, ni un poco de aire o un poco de polvo porque lo que llamas alma son algunas reacciones químicas que la ciencia ya identificó hace rato. Ahora, te lo digo, el alma no existe. No se puede hablar ahora de timo porque te lo estoy diciendo, no obtendrás de mí nada que valga la pena, al menos en los términos que deseas. Pero si insistes en que existe el alma y por ella me darás algo a cambio, pues sigamos adelante. Soy un hombre práctico. Si existiera el alma, si estuviera seguro de la continuidad ultraterrena de la existencia, no sería tan tonto como para cambiar una eternidad de dicha y de divina contemplación, sea ésta lo que sea, por una efímera felicidad material, por un montón de porquerías. -Me dirás que el infierno tampoco existe. -Claro, debe existir, como sitio del cual vienes, porque de algún lado debes venir. -Ah, entonces el diablo existe pero no existe el alma. Sigue. -Claro. Una vez alguien dijo más o menos esto: que la gente no crea en la existencia de Dios lo entiendo; pero que no crea en el demonio, eso sí que no me entra en la cabeza. De algún lado tiene que venir tanto mal que vemos en todos lados. -Y lo que se llama bien, ¿de dónde viene? -¿Bien? ¡Ah, sí! De la casualidad. Del azar. Verás, la gente tiene motivaciones en extremo egoístas. Por ejemplo, en una mañana fría tú quieres tomar un baño tibio. Si esto implica la muerte de una hermosa niña o de una niña fea, digamos para que no me acuses de pedófilo... -No me pasó por la mente en ningún momento esa acusación. -En fin, implica la muerte de alguien que no tiene mayores razones que justifiquen su muerte. ¿Qué hace uno entonces? La mente subconsciente hace todos los esfuerzos necesarios para que no te enteres del hecho: ruidos misteriosos en las casas muy espaciosas, fútbol, cancioncitas románticas cantadas a media voz. Un gran trabajo. Pero al final te enteras, interrumpes tu baño y abres el grifo del agua fría. Sales a la calle, con frío y mal humor. Al día siguiente es igual, porque un hombre debe salir bañado y afeitado a la calle. Es su naturaleza. El día y sus afanes te mantienen ocupado, no piensas demasiado en el asunto y si piensas, te ríes un poco o lo comentas con algunos amigos a la hora del almuerzo o cuando caminas por un sitio tranquilo, inventando chistes a costa del asunto. Así pasan algunos meses. Pero una mañana, una mañana cualquiera, abres el grifo del agua caliente, chorros de agua y vapor caen y sabes que por ahí en el mundo está el llanto desconsolado de un ser inocente que muere y la inútil actividad de los que le aman. Muere, pues, así, simple y terrible. O simple nada más. Todos se llenan de miedo, las cosas no son como parecen, como que la muerte no tuvo sentido. Los grandes valores no quedaron demostrados. De allí a que el hombre normal se sienta solo y desamparado, no hay gran trecho. Entonces ocurre. Un magnate contempla la escena, transmitida en cadena nacional. El magnate, un tipo inteligente y dueño del mejor corazón que pudieron encontrar sus médicos, entiende todo de inmediato y presiente una caída sensible en las ventas. Al instante llama a su secretaria, quien lo contacta de inmediato con su administrador general. "¿Cuánto dinero tenemos para caridad? ¡NO BASTA!". Al rato existe una nueva fundación, miles de niños son salvados. Una estatua se erige en memoria del ser que sufrió para que los demás no lo hicieran. Y aunque una estatua puede ser presa fácil de las deyecciones de los vagos y de los borrachos, se la juzga monumento inmejorable y de gran valor artístico, por lo que los padres llevan a sus hijos los domingos a verla, compran helados y estampas y regresan a casa con el corazón contento y la conciencia limpia. ¿Qué más grande bien se pudo lograr? -¿Qué ocurrió en tu cuento, al final, con los baños tibios? -Ah, claro. Que todos pudieron tomarlos cuantas veces quisieron. -Un final demasiado simple. No resistes la tentación de moralizar. Pero volvamos a lo nuestro. Querías que viniese por tu problema de tensión alta. ¿Sólo eso? -Eso y otra cosa. Una vez me enamoré. Mucho. Suele ocurrir. Uno no sabe cuando pasa. A los amigos se asegura lo contrario, que apenas es sexo y luego, adiós. Pero uno se enamora y tiene su novia. Ella era rubia y pequeña. Muy linda y me quería. Se llamaba Isabel. A los seis meses nos dejamos. Es decir, ella me dejó por un tipo que tenía una camioneta. Yo pensaba que el tipo tenía cara de idiota, de débil mental, pero luego pensé que esa apreciación no era del todo objetiva. Lo dejé así. El tipo dejó a Isabel luego de un tiempo. Un día lo conocí en una licorería y me trajo hasta la casa. Luego lo veía en todos lados, pasaba muy rápido en la camioneta y saludaba. Un día lo encontré almorzando en un restaurante y hablamos mucho rato. Al tipo le gustaba el fútbol. -Por favor, no vengas con otro cuento moralizante y largo. -Es gran cosa el fútbol. Decidí, entonces, no dejarme llevar por el rencor, pues con eso sólo lograría dejar de apreciar y disfrutar lo que pudiera tener de bueno la amistad con el tipo. Salimos con unas mujeres. Es increíble la cantidad de muchachas hermosas que conocía en los barrios pobres. La amistad iba bien. Me contó su vida. Nada del otro mundo. Así pasaron los momentos del entusiasmo. Entonces noté que el tipo no se bañaba muy seguido ni con demasiado cuidado. Olía bastante mal, una mezcla repugnante de olores corporales. -Eres muy delicado. -No lo soy, es decir, no muy delicado. Pero el tipo era realmente una letrina. ¿Has imaginado alguna vez que la mierda pueda sudar? Me daba asco pensar en las mujeres que se acostaban con él. Isabel era una puerca. Quise rehuir su compañía, pero, creo, el tipo me había tomado mucho cariño. Me buscaba y bebíamos por toda la ciudad. Agarraba mi cerveza -siempre tomábamos cerveza- y me hacía a un lado, buscando un aire menos inmundo. No sé si el tipo se dio cuenta y decidió molestarme o sólo lo hizo porque sí, pero comenzó a acercarse a mí y a abrazarme diciendo que era yo su gran amigo y cosas así. El olor ya era bastante. Y ahora venía este tipo y me abrazaba, sobre todo en lugares públicos y con mucha gente. Me incomodaba mucho. La gente comentaba cosas y reía. Le dije que no me abrazara más. Dijo que no lo iba a hacer más. A los días volvía a abrazarme. Entonces noté que el tipo comenzaba a repetir todas las historias que me contaba. Gran parte de sus peroratas versaban sobre sus hazañas sexuales, sus grandes borracheras y negocios con ganado o terrenos en los cuales siempre ganaba enormes cantidades de dinero gracias a su inteligencia y falta de escrúpulos. En las nuevas versiones de sus cuentos todo estaba magnificado: en vez de una mujer llevaba tres a un hotel -una menor de edad, por cierto, era una de las tres-; en vez de beber una noche y un día había bebido un mes en la playa, apenas haciendo pausas para dormir, comer e ir al baño; en vez de dejar sin comisión a un socio, lo había abandonado sin dinero y completamente borracho en un bar perdido en el llano. Luego volvió con los abrazos. Alguien que pasaba en un auto nos gritó, riendo, "maricas". Entonces golpeé al tipo y el tipo me golpeó y yo me fui en un taxi. Y al otro día el tipo estaba buscándome de nuevo. -¿Y qué con eso? -Que me di cuenta de que odiaba al tipo con todas mis fuerzas, lo odiaba demasiado. El odio me llenaba el cuerpo (si existiera el alma, también la hubiera llenado) -agregó Miguel riendo-. Y apenas bastaba con que algo me lo recordase, así fuera de manera casual y entonces mi presión arterial se disparaba. Ahora sé que ese odio realmente me va a matar. Por ende, el tipo tiene que morir para que yo siga vivo. -¿Eso es lo otro? -Sí. -Está bien. Será fácil. Siempre es fácil. -Este... -¿Quieres saber qué voy a hacer con tu problema de hipertensión? -Claro. -Te traigo unas pastillas. ¿Te las vas a tomar? -Pero ¿Me curo, así, definitivamente? -Sí. -Dame pues. Arioch le entregó tres pastillas pequeñas y amarillas. Miguel las metió en su boca y salió un momento de la habitación. "Voy por agua", dijo. Regresó sorprendido por la hora. El demonio hizo un gesto de despedida. Miguel lo miró molesto. -No quedamos en nada con lo del tipo -dijo. -Bueno, mañana al mediodía. El tipo va a almorzar siempre en el mismo sitio. -No sé si siempre, pero le gusta mucho ir al Tercio. -Va siempre. Nos vemos al frente al mediodía. -Otra cosa... -dijo Miguel. -¿Sí? Dime. -Pues te vas y no me vas a decir nada. Pensé que un demonio tendría una conversación más interesante, que me diría grandes secretos, cosas terribles, no sé, al menos cosas interesantes... No sé... -¿Cómo querías que lo hiciera si no parabas de hablar? -preguntó Arioch y se fue rápidamente del lugar. - o - Miguel llegó, como era su costumbre, media hora antes al lugar señalado. Se paró en la esquina, frente al restaurante y con la calzada de por medio. Se distrajo mirando la gente que pasaba. "Era un juego que había ideado cuando niño", dijo luego Miguel, "yo veía a la gente a la cara e intentaba adivinar cómo eran ellos y qué les preocupaba o les alegraba, según la expresión que llevasen. Cuando estuve en el liceo me sentí decepcionado, pues al menos tres de mis amigos me comentaron que jugaban a lo mismo en su infancia". A las doce el tipo no llegó; a las doce y cuarto-doce y veinte la camioneta se estacionó a unos metros del Tercio. Miguel se ocultó tras de un vehículo y observó. El tipo se bajó del automóvil y Arioch apareció corriendo desde la otra esquina. El tipo comenzó a caminar hacia la entrada y en el momento en que se disponía a subir las tres gradas del acceso, Arioch (que no se había cambiado de ropa) llamó al tipo por su nombre y lo agarró por el hombro. El tipo se soltó y lo miró molesto. Arioch volvió a tomarlo, esta vez por el antebrazo. El tipo forcejeó pero era evidente que sus fuerzas no se comparaban con las del demonio, quien con la otra mano lo obligó a mirarlo de frente. El incidente llamó la atención de los circunstantes, quienes comenzaron a agruparse alrededor. Miguel aprovechó para acercarse. El demonio bajó la cabeza hasta que su boca estuvo junto al oído del tipo y musitó algunas palabras. Las piernas del hombre se doblaron y cayó al piso, arrastrando consigo a Arioch. El hombre intentó arrastrarse, llorando y escupiendo baba. El demonio sacó de su pantalón un cuchillo y lo clavó en el vientre del tipo. La gente retrocedió varios pasos. Miguel vio manar la sangre y vio o creyó ver, porque no tenía control de sus sentidos, cómo se sucedieron puñaladas en manos, orejas, sexo, tráquea, hipófisis. Arioch se puso entonces de pie y con la mano derecha sacó, también del pantalón, una cola negra que hizo girar en el aire con habilidad de music hall mientras danzaba alrededor del tipo agonizante. Miguel corrió hacia cualquier lado entre vapores que palpitaban. De repente se oyó un grito poderoso: "ESTA NOCHE EN EL MISMO SITIO". - o - -Aquí estoy -dijo Arioch, entrando a la habitación. -Ajá. -Bueno, ¿qué te pareció todo? -Estuvo... bien. -Como no me diste detalles procedí según mi gusto. -Estuvo bien. -¿Cómo te cayó la medicina? -Bien. Es que uno se enferma y se acostumbra y luego ni se acuerda cómo era sentirse bien. -Estuve pensando en nuestro negocio y quiero hacerte un regalo. Junta las manos con los dedos entrelazados, pero deja extendidos los índices. -¿Así? -Sí. Separa ahora lo más que puedas los índices y espera unos segundos. Una chispa saltó en el vacío ubicado entre ambos dedos y acto seguido la sustituyó una llama que se extendió límpida. Miguel, asustado, separó las manos y la llama desapareció. El demonio rió. -También te traje esto -dijo el demonio entregando a Miguel una bolsa de tela-, son cigarros, de muy buena calidad. Disfrútalos. -Es que no fumo. -Ah, pues el truco te servirá para sorprender en las fiestas. No, pues, luego vengo y te enseño algunas cosas más, para que te ganes la vida sin tener que hacer gran esfuerzo. -Otra cosa... -Dime. -¿Por qué bailabas alrededor del tipo? -¿Que por qué lo hacía? ¿No estaba claro? Tengo que revisar eso... Pues era para que todos se dieran cuenta que me iba a llevar su alma al infierno. Un poco de publicidad, pudiera decirse. -... -¿Sí? -¿De verdad te llevaste su alma al infierno? -¿Ahora crees? -preguntó Arioch y se fue, prometiendo volver apenas encontrase un tiempo libre. Miguel recordó que no había preguntado al demonio qué había dicho al oído del tipo. Se hizo el firme propósito de hacerlo la próxima vez que lo viera. ** David Colina dagercol@gmail.com Escritor venezolano (San Cristóbal, Táchira, 1973). Abogado graduado en la Universidad Católica del Táchira (1995), trabaja en la Contraloría Municipal de San Cristóbal desde 1997. Ha publicado trabajos en el periódico estudiantil Fuerza y Avance y en la revista literaria Sujeto Almado, así como los sitios Ficticia (http://www.ficticia.com) y Predicado (http://www.predicado.com). Es miembro fundador del Taller Literario Libélula y fue jurado en la parte literaria del Concurso La Voz del Torbes (Táriba). Con su cuento "De los inconvenientes del escepticismo pertinaz" obtuvo el primer premio del concurso Iniciantes 2005, convocado por la Gobernación del Estado Táchira. === Vitral con pájaros (extractos) Jorge Etcheverry ================== (Nota del editor: Vitral con pájaros es, como dice su autor en la breve introducción, una recopilación de sus "poemas regalones", un mosaico compuesto por poemas de diversa procedencia, temática, factura y época. Publicado en 2002, es uno de los primeros títulos de la colección "Poesía para la Libertad" emprendida por la Editorial Poetas Antiimperialistas de América [http://www.poetas.com]. De él hemos extraído algunos poemas que aluden a la poesía y a sus oficiantes). *** Metáfora Nos aplasta con su vientre las cabezas se nos coge de los pies y humedece nuestras grietas Caminamos cuando Él ríe allá arriba sin dejarnos ser imagineros y las moscas del sudor se descuelgan entre el pecho y la camisa Ofrecemos al sol esta mejilla El aire vibra finge charcos en las carreteras o se funde, inmóvil Dejamos descansar al inquieto saltimbanqui que nos ocupa los sesos No se puede dormir y se camina esperando la noche con el alma sedienta y se hacen esperar los grandes temas que surgen finalmente cuando la noche despliega las violáceas alas al sentir en el costado el profundo tajo del crepúsculo Momento tal en que nos salta de los hombros la pereza y de esto nos hacemos solidarios sin haber enarbolado espadas que, en efecto, no han sido empuñadas Más aún, pues no hay asesinato porque estamos ante un grupo de metáforas El hecho es que cae la noche no, no cae pues ella no es ella, en verdad no pájaro, no doncella alada para que pudiera caer desde lo alto *** Surrealismo y cereales Me dijo que se había chantado que ya no escribía En su país de origen vivía al tres y al cuatro era el prototipo del poeta vanguardista Todavía anda de negro aunque no se nota mucho entre tanto cabro joven gótico Sé que tiene su buen departamento y que ha ido juntado unas platitas Su mujer tiene una regia pega en el gobierno todos sus amigos exilados se han establecido "Ya no puedo escribir, Jorge" me dijo "¿Cómo puede uno explorar el inconsciente, practicar la escritura automática si come cereales con leche si no puede dormirse?" *** Contrato editorial El autor recibirá 10 copias gratis y los derechos de autor hasta un monto equivalente al 10% del precio de venta al por menor por cada volumen que se venda No podrá entregar el libro mencionado en el contrato para ser publicado total o parcialmente sin contar con la autorización expresa del editor firmante por un año a partir de la fecha de publicación Al levantarse en la mañana el autor deberá pararse cara al sol y hacer tres reverencias mientras recita en alta voz el nombre del editor firmante. *** La esencia de la poesía (No está dedicado a Hölderlin) A veces cuando salgo a caminar el día está un poco nublado las picadas están muertas y aquí estamos con un hoyo en el tiempo Y de repente un animal con carne hecha de memoria ensueños, el paso del tiempo te muestra sus garras La bestia nos mira desaparece a lo largo de la calle y no hay mujeres a quienes mirar amigos con quienes conversar ni tenemos cambio para llamar por teléfono Y uno que no cree en Dios y se está poniendo viejo y a todo el mundo le pasan cosas pero no a ti A lo mejor entonces te sientas por ahí a tomarte un café y a escribir acerca de las partes vacías de las mujeres que no estaban del animal y sus garras del vacío La vida sigue su curso Uno parado en la vereda Eso es poesía Y a lo mejor ni siquiera te publican *** La poesía como pega Este trabajo enorme ambiguo sin valor Como trabajar en una firma que fuera todo el mundo Tratando de condensar el universo en una estrofa reflejarlo en un objeto y a la vez guardar el paso con la corriente de la realidad No es fácil Me pregunto por qué gano tan poco Pero me consuelo pensando que el trabajo de Cristo era mucho más importante y más difícil y que lo crucificaron *** Idea para un concurso Ya no estoy para la lírica la concisión del haikú está fuera de mi alcance He tratado un par de veces pero me salen como chistes malos No importa No hay que abandonar las esperanzas Mandé lo mejor de mi trabajo a un concurso en España Por supuesto no me saqué nada Pero este año no compré el Poetry Markets que lista los certámenes poéticos en los países de habla inglesa ya que estoy yo mismo llamando a un concurso cuyo tema reúne una característica esencial humana las preocupaciones ambientales y el Reino animal tan a mal traer: La vida sexual del elefante marino *** Antipoema para restarse a beneficio Hace un frío del diablo Yo nunca aprendí a manejar No me he sentido muy bien últimamente (no puedo tomar trago) Me carga este tipo de comida Los poetas que leen son todos pésimos Conozco a todos los músicos Me sé sus canciones de memoria Si Dios les mandó este desastre natural ¿Quién soy yo para aliviar su sufrimiento? ** Jorge Etcheverry jorgee@magma.ca Escritor chileno (Santiago de Chile). Doctor en literatura y traductor. Ex miembro del Grupo América y la Escuela de Santiago, agrupaciones poéticas de los sesenta. En Canadá desde 1975, ha publicado The Escape Artist / El evacionista (Canadá, 1981), La calle (Santiago, 1986), Tánger (Santiago 1990; versión inglesa, Canadá, 1997), A vuelo de pájaro (Canadá, 1998) y Vitral con pájaros (Ottawa, 2002), además de la novela De chácharas y largavistas (Canadá, 1993) y Northern Cronopios, antología de narradores chilenos en Canadá (Canadá, 1993). Ha publicado prosa, poesía y crítica en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, Cuba y España. En 2000 ganó el concurso de nouvelles de Escritores.cl con "El diario de Pancracio Fernández". === Lamento en penumbra Vanesa Ordovás García ======================== En las desesperadas noches, mi amada, sueño contigo. A veces, con los ojos despiertos y la mente dormida. A veces, con la mente despierta y los ojos dormidos. Así es que no descanso, que te veo a todas horas, aunque más realza la penumbra el resplandor cegador de tu silueta, cuya intensidad borra irremediablemente sus contornos, y, de este modo, con tanto tiempo que ha que no te veo, dudo si esta silueta tuya había de ser frágil y delicada o bien sinuosa y mullida. Pero... ¡qué más me da! Solamente el recuerdo de aquellos tus labios de jugosa milgrana avivan la llama en mi corazón, y siento el crúor recorrerme las venas con ardor incontrolable. ¡Oh, dulce azahar de terciopelo! ¡Cuán remotos y cuán próximos me parecen aquellos tiempos en que las suaves sombras arbóreas guardaban con cautela nuestros ignotos encuentros, en que la tenue claridad febea de la luna nos guiaba en nuestros secretos actos! Amada, ¿sientes lo mismo que yo? ¿Sufres del mismo deleite? ¿Gozas del mismo pesar? Quiera el cielo que, como almas gemelas que fuimos, se alíen de igual suerte nuestros sentires, a pesar de los largos años que nos separan, a pesar de los gruesos muros que nos desunen. Cálida fue conmigo la piel de tus fríos dedos al rozarme los míos por vez postrera. Con garfas despiadadas te desgarró tu padre de mi seno, con viperinos verbos maldijo tu madre a aquélla que me engendró. Lóbrega quedó mi alcoba, y tan solitaria como su dueño. El dolor rasgó mi nombre, la fama quebró mi honor, perdí en la memoria toda noción de cuanto había sido, y sólo tú y tu sabor de miel almendrada sobrevivieron a mi hecatombe. Ahora vivo sin vivir, y sé que la muerte en modo alguno aliviarme puede. Pero dime, fragua de amor: ¿es cierto que te hicieron casar? No creas que quiero creerlo. Descreer lo que oigo, lo intento, aunque no puedo. Hablan las gentes sobre un varón compasivo y generoso, aunque a la vez temible y fiero. Y también he escuchado cómo en su vida se ha enlazado con tantas mujeres y cómo tus progenitores pusieron tu destino en la misma senda. Y dime de nuevo, que no deseo cansarte, mas necesito saberlo: ¿eres feliz? Pero entiéndeme bien: ¿lo eres con él? Mucho temo tu respuesta, pues, cualquiera que sea su forma, me abrirá con crueldad insaciable de puñal una grave herida de profundidad insondable. Si afirmativa fuera, mil fuegos de rabia y celos me prenderían el ánima, que pensar no podría en tu entrega a voluntad y gustosa a quien no fuera mi persona. Y aunque, como cristiano que soy, sonreír debiera y descansar tranquilo al saberte dichosa, sin desear ni por un segundo que te acecharan las sombras del desespero que a mí, espíritu errante del purgatorio, con su cruento látigo me subyugan, en el infierno mis eternos días en muerte vivir prefiriera, que en soledad tan penoso quebranto doblemente penoso se torna. Y si -la respuesta tuya, digo- negativa fuera, los surcos que las lágrimas cavarían en tu ajado rostro me destriparían las entrañas, y se me deshilacharía el alma en plegarias y rezos a tu Señor para que te liberara de tan mortíferas ataduras. ¡Ay, rocío suave del amanecer! Vetustas son ya mis heridas y, sin embargo, amargamente supuran. Sólo sienten perecedera cura cuando en imagen se me representa el calor acaramelado de tu hálito, el siseo trémulo de tus susurros, el amoroso mimo de tus manos. Quisiera compartir contigo una última complicidad nocturna para despedirme, si los hados ciertamente disponen que ya nunca habremos de estar juntos, que ni adiós decirte pude, y no creo que merecedor sea de tan inhumana porfía. ¡Oh, Dios mío! ¿Tan grande es mi agravio que no te conformas con privarme del sentido de mi existencia, sino que además te apropias de él? Errático deambula mi futuro mientras en círculo cerrado caminan mis pasos. Desearía yo empuñar la implacable espada de mi venganza y blandirla a los cuatro vientos para herir con su terrible trueno a todos cuantos interponerse osaron, a los de repugnantes lenguas, a los de viles conciencias, a los de sangrientas manos. Sobre ellos recaería la más perniciosa de las desgracias, que, por su condición humana, el respeto por otra vía imponer no se les puede. Mas aprieto el puño y flota la brisa, bramo mi duelo y no saco ni aliento, me abalanzo contra tu excelsa morada y en el vacío me desvanezco. Invocar he intentado el sostén de mis semejantes, pero ellos, que han olvidado el tormento que los remueve, sollozan impasibles ante el mal ajeno. Cuéntame, mansa cordera: ¿han pasado horas, días o años? Me he extraviado en esta bochornosa bruma que ciega mi percepción del tiempo. Si tú te escapases, si tú quisieras y lograras hallarme, guiarías por seguro cauce las arremolinadas aguas de mi río. Mas tal vez significaría esto para ti un fin funesto, ¡y entonces me revolvería como gato rabioso enredado en ovillo de espinos! El tañer de las campanas me abruma, fresca lluvia de abril. Repican en mi cerebro y me aturde su metálico eco. Su golpeteo incisivo me trae a la mente tu cautiverio y mi entierro. Ahora, fiel esposa ataviada de negro, tus cobrizos cabellos ya no reflejan la luz del sol, confinados como están en su ceñida toca. Las yemas de tus dedos recorren cuentas perpetuamente. Tu voz resuena únicamente al elevar a tu Señor los sagrados cánticos. Y mi lamento sólo se escucha entre las lápidas de los muertos. ** Vanessa Ordovás García ordovas@av-traducciones.com Traductora y escritora española (Vilanova i la Geltrú, 1975). Licenciada en traducción e interpretación. http://www.av-traducciones.com. === El dilema de un arcángel Rafael Batista Cáceres ================== I te juro que no entiendo para qué movemos los falsos presagios de melancolías... por qué arrancamos las costras pasadas de añejas horas extendidas... Te digo, que no hay castigo, para quien no grita, juntando anhelos de rebeldías; ni para aquel que restañe, pidiendo plegarias, y rasgando las banderas de meras hipocresías. Parece que juntamos, y no entiendo por qué, pesares de antiguas cofradías... y gritamos las mismas tonterías con voces aguadas de liridas. Paso dos veces por la misma calle, silbando el duelo de mis alegrías, Y recojo la gota rota en que, incauto, sepulto todas mis rebeldías. II Parece que entrases Con la llave escondida. Pareciera que hablases Con verbosidad de lirida. Parece que callases Con una risa constreñida; Y tal cual estás, pareces Un jardín, con una flor En estigma. III Sabes tú lo que es aprobar esta circunstancia forjada de hechos. Percatarme de tu imagen con una venda puesta. Proponer esta indecisa voluntad contra todo lo que no existe. Cuando declinas esa, esta, aquella polémica, diseminando respuestas, esparciendo parentelas, rehusando esta tosca apariencia que guarda tu recato; improvisando percances, intentando solapar la espera. Ya no veo, ni espero pues mi condición de proletario reduce Este confuso léxico A un excéntrico Monólogo interior. IV Te supongo ya emparejada con una risa que cuelga de tu rostro. Y pareciese que así engendrases, de en medio de tu cabeza, un lirio blanco. Mis ojos se avergüenzan Pues te creo desnuda. Qué dulce, esta prolongación de mi niñez, en donde lo veo todo traslúcido. Y me pregunto si debo extraviarme en estos jeroglíficos que posees. Creo hurgar, y ni siquiera tengo una lupa que me devuelva esperanza. Te digo que, a veces, hueles a instinto y quiero sepultarte en el mío. Pero, a veces, una renuncia parece la apología de la horizontalidad en que nos encontramos. Y pienso en fusilar mis deseos, disputando los flancos. Y pareciera que me desmayo cuando una sentencia me hace abrir una arruga ya olvidada. Pero te digo que lo arranco de tajo, con esa cotidiana fuerza que nos surge a veces. Y pienso que al hacerlo destilo una sensación, y dos veces me repito tu nombre. V Me pregunto, y dirijo dos veces la mirada, para salvarme del olvido humano. No quiero morir cuando cierren un libro mío. Quiero estar allí, intacto en la mente, asido como enredadera. Quisiera orillarme en los recuerdos, y, tal vez, despalabrarme sin lamentos. Quisiera estar allí donde las horas son un nido lleno de aves, un cubil atestado de una camada donde nada sobra. Allí, metido, desarticulado sin esqueleto que me sostenga. Mirarme desde adentro, sólo para quedarme, sí, pero perenne en el pensamiento. VI Veo dos veces ese recuerdo enterrado en el fondo del silencio colgado de la boca como una palabra. Me supongo la vida recostada a tu espalda. Qué dificultad más grande la de materializar las ideas. Asimismo imagino tu palabra. Encendida en un párrafo escrito. Qué más debo esperar para sentir esa profusión por las ideas, desbarajando los recuerdos de antiguos soliloquios. ** Rafael Batista Cáceres lexraf@hotmail.com Escritor panameño (Panamá, 1974). Licenciado en derecho y ciencias políticas por la Universidad de Panamá (1999). Ha participado en diversos cursos relacionados con su carrera y otros intereses. === La cacería de Almenara Roger Vilar =============================== Necesariamente algo no tiene que ocurrir para que lo recordemos. ¿Todo pasado no es acaso una suposición? Sufrí el calor y la decadencia de La Habana, crucé las llanuras inmensas y secas de Camagüey, y llegué a Holguín. La ciudad había quedado sin un solo automóvil. Unos caballos macilentos tiraban de carretones donde gente chorreando sudor se trasladaba. A veces los caballos morían de hambre y el cielo se llenaba de buitres. Estuve encerrado dos o tres días en el cuarto de mi abuelo Emiliano. En la penumbra, mirando sus viejos relojes de péndulo, recordé las historias que me hizo de niño. Inolvidables, llenas de brujas, de duendes, de demonios, de locos poseídos, y de muertos escapados de las tumbas que él aseguraba ver con la mayor naturalidad del mundo. Quizás fue hidromante, pues algunas veces me habló de sus adivinaciones mirando la corriente de los ríos o vasos de agua. Realmente me inició en esa magia peculiar de creer que el mundo es algo más de lo que vemos. Y ahora yo había vuelto a intentar recuperar esas historias que él trajo de Galicia, y que se expandieron junto con otros inmigrantes en los campos que rodean la ciudad donde nací. Salí al amanecer hacia Sao Arriba. A esa hora el polvo estaba silencioso y las pequeñas casas vecinas cerradas. No quería saludar a los que cuando eran niños jugaron conmigo; hombres ahora, dos décadas de hambre que yo no pasé les habían dado un aspecto de ancianos, o de dementes que se acercan a ver esa cosa tan rara que somos las personas bien alimentadas. Pronto estuve en pleno campo, el camino tenía esa apariencia de ceniza aplanada que conocía desde mi niñez. Separadas por mayales, o por hileras de cactus lechosos, las casitas, con techo de hojas de palma, se alzaban sobre una tierra rojiza. Algunas puertas empezaban a abrirse con chirrido de bisagras oxidadas. De adentro salía olor a café, a oscuridad, y unas voces que me daban los buenos días. "Buenos días", contestaba yo, sin saber a quién saludaba, y continuaba. Vi una casa de madera podrida, sin techo, muchas de las tablas habían caído. Supuse que allí seguían viviendo mis primas. Una de ellas nació con un retraso mental severo y babeaba todo el tiempo; otra no podía realizar más que trabajos manuales. Tuvo varios hijos y nunca se supo la identidad de los padres. La tercera, la menor, pudo estudiar una licenciatura en pedagogía, pero en el país se acabaron los medios de transporte y la mandaron a su casa con goce de un sueldo (ridículo y simbólico por lo escaso), pues no había manera de que llegara desde el campo a la guardería donde trabajaba. Recordé cómo corríamos y jugábamos en los callejones que rodean mi casa. Hacía más de veinte años que no las veía. La tristeza me llenó. Hubiera querido llegar a aquella casa y saludar, pero temía ver a mi propia sangre corriendo dentro de espantajos y de guiñapos. Seguí caminando. No me cruzaba con nadie a pesar de que ya eran las diez de la mañana y los campesinos se levantan temprano a labrar las tierras y cuidar los animales. Y entonces me di cuenta de algo insólito. En todo el campo no había nada cultivado, ni se oían chillidos de puercos, ruidos de gallinas, de vacas o de ovejas. Sobre grandes extensiones de tierra seca sólo se levantaban palmas o maniguas silvestres. Algunos esqueletos de animales domésticos estaban apilados junto a una piedra. Sobresalía la gran cabeza de un toro con sus astas puntiagudas. Pero eran viejos, pues ni siquiera los buitres los visitaban. ¿De qué vivía aquella gente? ¿Había gente? Sí. Desde el interior de sus casas me habían dado los buenos días, aunque nunca le vi la cara a ninguno. Llegué frente a las tierras que fueron de la familia Vilariño. El sol del mediodía me hacía sudar. Mi camisa estaba empapada. Tenía sed, el polvo cubría mi cara, mis antebrazos, mis manos. Me senté en una piedra. En la mochila llevaba una diminuta cámara de video portátil para grabar a la gente contando leyendas. Hasta ahora no encontraba nada de eso, pero la prendí para tener una constancia del ruido del viento arrastrando el polvo, de la tierra moribunda, de las maniguas espinosas y de las palmas altísimas y mudas. A través del lente vi que un hombre se acercaba en una bicicleta. Era rubio y flaco, tenía ese color dorado cenizo de los altares viejos propio de las pieles expuestas durante años y años al sol tropical. El pelo quemado por tanto calor caía en mechones sudorosos sobre sus ojos azules. "Hola, primo. ¿Qué haces por acá?". Reconocí por la voz a mi primo Pepito. Según las últimas cartas de mi madre seguía siendo un solterón a sus cincuenta años. "Pues... aquí, ya ves", le dije. Una respuesta típica de los que son sorprendidos por alguien a quien no tienen nada qué decirle. Pero no, qué equivocado estaba. ¿Acaso no había venido en busca de los rastros de mis antepasados en Cuba? ¿Quién mejor que Pepito Alganeira, descendiente de gallegos como yo? Me levanté de la piedra y lo abracé. Apestaba a sudor rancio. "Oye, me está matando la sed". "Vamos al pozo de los Vilariño, porque ya estás muy lejos de cualquier casa". Se desmontó de la bicicleta, la llevó de la mano, y cruzó el mayal que limitaba la propiedad. Su camisa era viejísima, casi transparente por el uso, los hilos amarillos que componían la tela se hubieran podido contar. También sus costillas, tan flaco estaba. Sentí compasión por mi primo y dejé de grabarlo. Guardé la cámara. Poco a poco la hierba reseca se fue convirtiendo en arbustos, luego aparecieron los árboles, el frescor me inundó. Llegamos a un brocal cuadrado, hecho de piedras toscas, pegadas entre sí con cal quizás a finales del siglo XIX o principios del XX. Nunca amé tanto al agua como en ese momento. Como era muy clara penetré con la vista hasta tres o cuatro metros. Se veían troncos cubiertos de limo que desplegaban sus manos como las de un viejo que siempre ha vivido sumergido. Nadaban peces grises con espinas en la boca. ¿Cómo habrían llegado hasta allí? ¿Nadando por los ríos subterráneos o alguien los había echado? "¿No vas a tomar agua?", me preguntó Pepito Alganeira. Puse los labios en el agua, estaba fría, deliciosa. Sorbí mucha, probablemente un litro. Él también bebió. Emprendimos el retorno al camino. "¿Y los Vilariño?", le pregunté. "Se fueron o se murieron. La casa se cayó". "¿Se fueron a Estados Unidos?". "Creo que sí. Casi todos se han ido por aquí o se han muerto". Iba a preguntarle por qué él no se había ido también, pero sentí vergüenza. Mi primo seguía apegado a la tierra que escogieron nuestros ancestros, moriría o viviría con ella, yo en cambio me había ido a México. A pesar de su extrema pobreza se comportaba con dignidad. Apenas uno llegaba a Cuba todos pedían algo, desde un dólar, veinte, un chicle, un caramelo, ropa usada, pero él no hablaba de sus carencias y se veía que tenía muchas. "¿A dónde vas?", me preguntó mientras montaba nuevamente en su bicicleta. "Vine a grabar tradiciones de Galicia, alguna leyenda, alguna magia, ya sabes, todo aquello que nos contaba el abuelo. Quiero escribir un libro. Siento nostalgia, nadie habla de nosotros". "Ah, ve a casa de Meiga Menciñeiro, creo que es la vieja que más sabe de eso". "¿Y tú? ¿Por qué no empiezo mi documental contigo. Te has pasado la vida entre ellos, desciendes de ellos, debes de saber mucho". "Ahora no, ando trabajando, soy inspector escolar. Adiós". Pedaleó en su bicicleta y empezó a alejarse. "¿Cómo llegó a casa de Meiga Menciñeiro?". "Después de cruzar el río coge por un trillo al lado de un farallón". Quise preguntar más, pero ya estaba distante, pedaleaba con toda la furia de sus escasas fuerzas. "Inspector escolar", murmuré, ¿pero quien irá a las escuelas? Él mismo me dijo que casi todas las familias se fueron. Además, yo no había visto ni un solo centro escolar en todo el camino. El agua me había reanimado, tenía un sabor ligeramente salobre, o mineral, alguna sustancia de lo más profundo de la tierra deliciosa al paladar. Caminé con más ahínco, decidido a entrevistar a Meiga Menciñeiro. Llegué a un recodo donde la tierra se hacía un poco pantanosa y había huellas de herraduras de caballo. Era un sitio penumbroso debido a la sombra de enormes cedros. A partir de ahí, recordé, comenzaba la zona El Almirante, fundada por mi tatarabuelo materno. Era su hacienda. Hoy sólo queda el nombre. Abundan los árboles y las hileras de palmas reales a lo largo del camino. Caía la tarde. Miré las palmas, tan altas, el árbol más alto de Cuba, con sus troncos grises, perfectamente cilíndricos, y allá arriba, como nostálgicas por estar tan lejos de la tierra y batidas constantemente por el viento, las pencas verdes en forma de penacho. Sólo se oía el ruido de pájaros invisibles. Los grillos empezaban a sonar. Seres diminutos se deslizaban entre los matorrales a uno y otro lado. Ratones de campo, lagartijas, algún perro jíbaro, supuse, pues no hay ningún animal grande ni peligroso en la isla. El río que mencionó Pepito Alganeira no aparecía por ningún lado. Lo conocía, en algún momento de mi infancia lo había cruzado, pero ahora no podía precisar si me faltaba mucho o poco para llegar. Esa calma que acompaña al atardecer campesino, bañada de un sol puro, de un aire fresco, de miles de sonidos de animalitos que despiertan entre las hierbas, de lechuzas y murciélagos que abren los ojos para empezar su vida de vuelos silenciosos, de serpientes constrictoras, "majás", que se desenrollan... Toda esa diminuta algarabía me rodeaba, me llenaba de una lasitud, de deseos de no seguir adelante. Además pronto sería noche cerrada. Debía hallar un lugar donde refugiarme hasta el próximo amanecer. Creí ver entre dos palmas, casi tapada por una enredadera que caía del techo, una puerta. Me aproximé, estaba a unos dos metros, y me dije que la vista me había engañado. Allí no había ni siquiera los restos de una casa. Pasé de largo, pero desde el fondo del camino me alcanzaba la noche. Retrocedí. Oía mis pasos levantando leves nubes de polvo, chocando con guijarros. Volví a ver la puerta, exactamente entre las dos palmas, bajo la enredadera, incluso, una parte del techo de guano sobresalía. ¿Sería otra? ¿Sería la misma? La puerta se había esfumado otra vez. Metí las manos entre las enredaderas y al revolverlas surgió el cuadrado perfecto con marcos de madera podrida. Me llegó un olor a colchón húmedo, a ropas viejas, a zapatos agobiados de musgo y limo. Entré a la penumbra. Era una choza cuadrada, al parecer nadie vivía allí. Había una cama de hierro, un colchón roto y un baúl de madera. Según mi abuelo a los trastos les gusta dormir todo el día entre la ropa mullida que se guarda en los arcones y de noche salen a divertirse. Desde entonces abrí todos los arcones en busca de esos duendes, y no resistí la tentación de abrir el que tenía frente a mí. Sólo camisas viejas y sucias. Cerré el arcón, y decidí pasar la noche allí. ¿Pero con qué me alumbraría? Si prendía el foco de mi cámara al día siguiente no tendría pilas para grabar nada. Dormiría a oscuras. Me acosté sobre el colchón. Ahora el techo, sostenido por cujes, mostraba su entramado de finas hojas de palma, telas de arañas, murciélagos que colgaban de sus patas en gran cantidad, agujeros por los que entraba una llama naranja y sin calor: último aliento del día que se iba poniendo gris hasta desaparecer. Los murciélagos desprendían sus patitas y volaban hacia fuera. Conjeturé que al día siguiente Meiga Menciñeiro me invitaría a desayunar, y con esa esperanza me dormí. Me despertó un ruido suave. Aún no amanecía. Era como si estrujaran ropa, o la doblaran y la volvieran a acomodar. Luego sonó un trapo pegándole a la pared. Prendí la luz de la cámara, la moví con lentitud, con miedo de ver algo inusitado. El arcón estaba abierto y la ropa desparramada en el suelo. Quise pensar en un golpe de viento, pero eran maderas muy pesadas, se necesitaban dos manos fuertes para abrirlo. Algo se movió afuera. Primero parecieron pasos, luego saltos de rana. Me obligué a pensar que algún campesino quería hacerme una broma pesada. ¿Cuál campesino? En varios kilómetros a la redonda no vivía nadie. ¿Y si esa era la casa de alguien y su dueño había regresado durante la madrugada? Sentí un fuerte golpe en la cabeza. Casi pierdo el aliento y la cámara cayó al suelo. Me habían arrojado un objeto. Mi pie tropezó contra él y lo lanzó sin querer ante la cámara: un zapato viejo. "¡Oiga, oiga, no se enoje, no se ponga bravo! ¡Ya me voy de su casa!", grité. Hubo una risa, pero no de una garganta humana. Una vez más recordé las explicaciones de mi abuelo. Durante la noche "se ponen a trastear". Aquello parecía un trasto. Me agaché y tomé mi cámara, a pesar del miedo sabía que si lograba filmar sería un acontecimiento mundial. Pero la luz sólo me mostró una choza vacía. Del arcón voló un cinto y me pegó en la cara, de una esquina saltó un zapato viejo y casi me arranca la frente. Seguía la risa. El trasto estaba enfurecido o quizás sólo se divertía. Huí de la casucha. Se levantaban las piedras y me pegaban en todo el cuerpo. Decían los viejos que a estos seres se les puede hablar y llegar a ciertos acuerdos con ellos. "Soy Jorge Alganeira. Te pido perdón. Siempre me han gustado los trastos". Cesó la lluvia de piedras. Volví a escuchar el canto de los grillos. Debía seguir hablándole. Hacerme su amigo. "¿Y tú cómo te llamas?". "Soy el trasto Guranza". Para definir su voz es necesario imaginar a un sapo al que le han instalado cuerdas vocales humanas, pero su lengua sigue siendo babosa, larga y retráctil. "Ya me voy, Guranza, pasaré el resto de la noche en el campo, no quiero quitarte la cama". "No duermo en la cama, duermo en el baúl". "Bueno, pero de todas maneras me voy, debo llegar a la casa de Meiga Menciñeiro". Oí unos pasos en la hierba, las estrellas que podía ver desde mi posición se opacaron. Era una silueta encapuchada, totalmente negra, no se le veía ni un rasgo, no rebasaba en altura mi pecho. Habló con su voz de sapo amaestrado. "No puedes ir a la casa de Meiga Menciñeiro. No hay comunicación entre el mundo sobrenatural y el natural, a menos que la propia Meiga lo quiera, pero como no te conoce nunca lo querrá". "¿Y qué hago entonces?". No hubo respuesta. Se alejaron unos pasos blandos. El ruido se apagaba. Tal vez Guranza iba hacia algún lugar lejano. Hacía mucho frío y volví a acostarme dentro de la choza. Si ya había comprobado que no sólo eran ciertas las leyendas sobre los trastos, sino que éstos hablaban, ¿no debía regresar a la ciudad y luego a México? ¿Ir en busca de Meiga Menciñeiro no era demasiado peligroso? ¿Acaso imposible? ¿Qué probabilidades tenía de llegar? Debía de irme en ese mismo instante. Pero no me fui. Me emocionaba una y otra vez al saber que había hablado con un trasto de verdad. Era algo maravilloso. Inusitado. Decidí proseguir la búsqueda de Meiga Menciñeiro. Pepito Alganeira nunca dijo que estaba muerta. Pero, y él... ¿estaría vivo? ¿No era demasiado absurdo que hablara de su trabajo de inspector escolar cuando no había ninguna escuela en varias leguas a la redonda? Claro, Guranza, al decir "mundo sobrenatural", pudo haberse referido al mundo de la hechicería en el que seguro vivía Meiga y no a la muerte, me dije para tranquilizarme. Busqué acomodo en el viejo colchón e intenté calmar mi ansiedad. Ya casi respiraba pausadamente cuando escuché unos ruidos. Provenían del arcón. Alguien bostezaba adentro, o quizás muchos bostezaban adentro, pues los tonos y timbres eran más de quince por lo menos. De aquel espacio tan chico empezaron a salir figuras deformes que reían a carcajadas. Corrieron hacia el camino y bajo el resplandor lunar bailaron cogidos de las manos y cantaban: "Somos los cachivaches, baches, baches, baches hacemos en los caminos los cachivaches". Sacaron unas palas y unos picos de sus ropas, cavaron y cavaron. La tierra saltaba en todas direcciones. Entonces prendí mi cámara, si se me había escapado el trasto, no dejaría de grabar a estos duendes cachivaches, pero en cuanto los enfoqué se dieron cuenta y me lanzaron una de sus palas. Destrozó la cámara de video y me hizo una herida en el hombro. Los cachivaches dejaron de bailar y corrieron hacia mí con sus picos y palas en alto. Si huía por el camino me alcanzarían en pocas zancadas, así que me metí entre la manigua y los matorrales. Aquello era un lodazal inmenso que las plantas ocultaban. Chapoteando y dando brincos avancé sin un rumbo definido. Sentía las palas y los picos rompiendo ramas detrás de mí. Intenté hablarles. "Amigos, amigos, no me hagan nada, no tengo malas intenciones. Hace un rato hablé con Guranza, él no me dañó". "Sí tienes malas intenciones, sí las tienes, nos querías grabar para vender la película, eres un merolico de baja estofa". Sus voces me parecieron de cotorras agripadas y con ronquera. "¡Merolico de baja estofa!", volvieron a gritarme y se enlazaron de las manos para bailar y cantar. "Merolico de baja estofa, tofa; tofa en los baches te darán los cachivaches". Esto me permitió adelantar entre los matorrales y el fango. Sentía mi rostro rajado por las espinas y mis manos excoriadas. Pensé que se quedarían danzando, pero no, pronto volvieron a la persecución. Las palas y picos volaban sobre mi pelo cuando ellos las esgrimían. Ya casi no podía respirar, tropecé y caí de bruces sobre el suelo pantanoso. Me tapé la cabeza en un acto reflejo de defensa. Pero no sentí ningún golpe, las voces dejaron de amenazar. Unos pájaros piaron. Levanté los ojos y vi que el sol naranja empezaba a salir. Detrás de mí había un montón de cachivaches viejos: sillas rotas, escobas, mesas carcomidas, tablas de planchar, picos y palas. Me había salvado el amanecer, al parecer el sol transformaba a estas criaturas en cachivaches normales, inmóviles e inofensivos. Con pocas fuerzas dejé atrás aquellas cosas y chapoteé hacía donde veía que la maleza era menos tupida. El aire de la aurora me refrescaba la cara y me secaba la sangre. Estaba hambriento y tenía sed. El encuentro con mi primo Pepito Alganeira me parecía tan lejano como si hubieran transcurrido meses. Empecé a temer que yo nunca podría salir de aquella desolación. Quizás mi abuelo conocía formas de vivir sin peligro entre aquellos seres, pero nunca me las transmitió. Contó historias sobre ellos, yo las tomé como cuentos infantiles y no indagué cómo uno se protege de un cachivache. Ahora el suelo era firme, en lugar de manigua había hierbas bajas, vi un camino. Ignoraba si era el mismo u otro. Estaba indeciso sobre el rumbo a tomar cuando me di cuenta de que una vieja harapienta, apoyada en una vara rugosa como de dos metros de largo, avanzaba lentamente. Al pasar frente a mí me pidió ayuda. Aquello retrasaría aun más mi encuentro con Meiga Menciñeiro, pero no podía negarle la misericordia a una anciana. Me dio un saco que cargaba en su espalda, estaba lleno de ropa andrajosa y pestilente. Adapté mis pasos a su lentitud. Llevaba un pañuelo gris atado a la cabeza, de abajo de él salían desordenadas las crenchas canosas que le llegaban hasta la cintura, llenas de zarzas, de hojas secas, de musgos, de cagadas de pájaros y hasta de insectos muertos, como si hubiera dormido por muchos días en medio de los montes. Una raída capa la cubría desde los hombros hasta los pies. Usaba un vestido que quizás fue verde, pero ahora, entre remiendos de otros colores y mugre, era casi imposible distinguir su color. Andaba descalza y los dedos de sus pies eran grandes, de uñas gruesas y largas, negras como cascos de caballo. En realidad sus callos eran más fuertes que cualquier suela de zapato. Sus ojos eran azules y los labios se sumían en unas encías sin dientes. Cada paso iba precedido por un golpe de vara en el suelo. Arriba se escuchaba un graznido y un cuervo negro descendía planeando para luego volver a subir. Dio tres golpes fuertes, se levantaron nubes de polvo y el ave se posó en el extremo superior de su vara. La anciana se volvió hacia mí. "¿Qué haces por aquí, Jorge Alganeira?", no atiné qué responderle. El hecho de que supiera mi nombre me dejó como a un niño que cree haber preparado muy bien su escondite pero la madre lo ha estado observando todo el tiempo. "Son lugares peligrosos, Alganeira. Están llenos de trastos, cachivaches y andrajos. Si no fuera por mí esos que llevas en el saco ya te hubieran arrancado los brazos y las piernas". El cuervo abandonó el bastón y nos sobrevoló a ambos. Sus círculos, sus graznidos, la visión fugaz de sus alas negras y sus garras apretando el aire, tenían el poder de hacerme sentir que había cruzado alguna frontera dentro de mi propio país, un límite que no estaba marcado en ningún mapa. "¿Cómo sabe que soy Jorge Alganeira?". "Me lo dijo Pepito Alganeira hace unos momentos". Y esto me extrañó más, pues no había la más remota posibilidad de que en aquel lugar hubiera niños o escuelas. El cuervo se nos había adelantado mucho, ahora doblaba por un recodo del camino y unos algarrobos taparon su negro aletear. "Estoy buscando la casa de Meiga Menciñeiro". "Meiga Menciñeiro no tiene casa, y a la vez todo es su casa". "Cómo lo sabe". "Yo soy Meiga Menciñeiro". "Ahhh...". "Me dijo Pepito Alganeira que querías preguntarme cosas de Galicia". "Sí", le dije titubeando, pues de pronto me pareció desconsiderado someter a un interrogatorio a aquella anciana paupérrima. Meiga continuó caminando, sin volver a tocar el tema. El camino empezaba a estrecharse, las ceibas, los algarrobos, los júcaros, las palmas, las zarzas y las enredaderas nos cercaban dejándonos tan sólo un flaco sendero por el que caminábamos en fila india. Volví a escuchar el graznido del cuervo, muy alto en el cielo ahora. El trillo concluyó en un refugio bajo una gran laja de piedra que sobresalía de un farallón. Allí había una cama con un colchón viejo, un horno de carbón, algunas ollas, un baúl, y unos garabatos de los que usaban los campesinos para sacar hierbas malas y matorrales de la tierra. Por una escalera de hierro se descendía a un sepulcro cavado en el suelo rocoso. En el fondo había un ataúd. El recinto olía a musgos y a plantas trepadoras, a flores y a carbón. Algunos tizones humeaban. El cuervo entró volando y se poso en el bastón de Meiga Menciñeiro. "Tira el saco de los andrajos donde quieras", me dijo. Lo lancé hacia lo más profundo de la cueva, pero no se quedó quieto. De adentro salieron abrigos viejos, medias rotas, zapatos descosidos, camisas, calzoncillos. Todos parchados, pero todos vivos. Las arrugas adoptaban formas de narices, los botones de ojos, las rasgaduras de bocas y orejas. Brincaban y bailaban. "Babau, Rial, Eira, Eiriz, Esmorede, Barral, Rodil, Carballosa, quietos todos, a dormir, andrajos", les ordenó la anciana y los andrajos cayeron al suelo respirando tranquilamente. "Y usted", dijo mirándome fijamente, "baje a ese ataúd y descanse". "No quiero descansar", le dije. "Vine a buscarla a usted, a que me contara las tradiciones que quedan de los gallegos en esta isla". "¿No recuerda que ya hablamos? ¿Que ya le conté todo?". "No, no recuerdo nada". "Da lo mismo, señor Alganeira, baje a su ataúd y ciérrelo bien, pronto oscurecerá y por este camino pasa Almenara cuando sale de cacería". "Almenara, Almenara... ¿Quién es Almenara?". "Veo que no recuerda nada, pero usted pasará por un gran sufrimiento si ella lo ve. Baje al ataúd". Me quedé estupefacto, la anciana en su chochez me confundía con otra persona. No quise contradecirla, sus confusiones eran propias de la senectud. Le hablé con dulzura. "Déjeme estar sentado un rato aquí". Se encogió de hombros y caminó hacia los garabatos. "Vamos, vamos, es hora de comer", les susurró y los palos, con puntas como anzuelos filosos, comenzaron a brincar, salieron a la maleza y arrancaron hierbas. Daba ternura ver a Meiga pastoreando a los garabatos, que se llamaban Barcala, Queirón, Vilar y Quemaidelos. Sin embargo, en mi mente se repetía el nombre de Almenara. Almenara... Almenara... Y venía el vago recuerdo de un beso en unos labios y una lengua ardiente, o quizás el deseo de besar una boca tan jugosa y tibia. ¿De quién fue aquella boca y por qué estaba en mi mente? "Por varias cosas". Me sorprendió el regreso de Meiga Menciñeiro. "Es lo que siempre has deseado, algo no tiene que ocurrir para que lo recordemos". "¿Sólo por eso?". "No, por muchas cosas más, pero no las diré. Vas a esperar el paso de Almenara, por lo tanto no viene a cuenta que te diga nada". La vieja me dio la espalda, colocó a los garabatos junto a la pared, con un movimiento de la mano inmovilizó a los andrajos, y luego caminó respirando con trabajo hacia su vieja cama. Se acostó boca arriba, extendió la vara entre su barbilla y sus pies, y sobre ella cruzó las manos. El cuervo voló hasta su cabellera canosa y escondió la cabeza. Al rato ambos roncaban. El sol terminó de ponerse y vi un amasijo de sombras, de oscuridades y de brillos en la manigua y en las palmas. Una luna en cuarto creciente les daba un terrible aspecto de abandono. No se puede contemplar una palma real por largo rato sin sentir una gran tristeza y entender que es el símbolo más solitario de una isla, aislada, sola. Si en Cuba el día es luminoso hasta casi cegarnos, la noche nos potencia la mirada y parece que entre las malezas vuelven a relampaguear los miles de indios asesinados por españoles que aplicaron un exterminio casi total. A los quejidos de sus antiguos espíritus se unen los gritos de los nuevos espíritus, los que vinieron con los campesinos de Islas Canarias, de Asturias, de Galicia. Las almas sin aliento que se mueven entre las malezas, los perros jíbaros, sus aullidos. Y los escuché, lejos todavía. Ladrando con furia. Con esa esencia que tienen los depredadores que únicamente se relaciona con morder, destrozar, deglutir, gozar la sangre sin que los perturbe ninguna ética, ningún razonamiento. Es ahí donde matar no es pecado, porque entre los canes no hay palabras y no puedan designar el mal o el bien. No hablaban, sólo venían avanzando y aullando por el trillo que conduce al refugio de Meiga Menciñeiro. Se escuchó el galope de un caballo, gritos de una mujer que azuzaba a la jauría. Los picaba con odio, con ferocidad, con espuma hirviente en la sangre. Corrí hasta la cama de Meiga Menciñeiro, intenté despertarla, pero ni ella ni el cuervo respondían a los más rudos empujones. Me volví a los andrajos, les imploré ayuda. No movieron siquiera un hilo. Reflejaban la ruina de todas las cosas, la caída de las esperanzas, del auxilio, de la piedad. Todo eso convertido en abrigos, camisas, pantalones... Sucios, desgarrados, remendados. Los ladridos entraron como flechas en mis oídos, los cascos hacían temblar la tierra. "Barcala, Queirón, ayúdenme...", musité a los garabatos, y mis manos se aferraron a ellos: palos secos y muertos. Ya estaba frente a mí el caballo. Cargaba una enorme llama roja de la que salían dos pies con garras negras y una voz de mujer enfurecida. "Todas las noches salgo del infierno a cazarte, Alganeira, y por fin te encuentro". Sobre mi rostro se precipitaban los colmillos y las encías sangrantes de los perros. "¡No lo toquen!", gritó la mujer. Se retiraron hasta la entrada de la cueva. Las llamas seguían ardiendo sobre el caballo, tocaban las rocas más altas, pero el animal no se quemaba. Algunas lenguas de fuego empezaron a parecerse a cabellos entre rubios y rojizos agitados por el viento de la noche. Distinguí ojos de mujer de iris rojo, algo así como tizones encajados en la carne, bajo pestañas delicadas, la nariz recta, y unos labios rojos como las rosas, sensuales, amarrados por una malla hecha de púas que hacía que cada vez que ella hablaba sangraran, pero volvían a sanarse. "¿Pensaste que Almenara nunca te daría caza, Jorge Alganeira? Esta noche me darás los abrazos, los besos, las caricias, todo lo que me prometiste y no me pagaste". Almenara. Ahora sí creía haberla conocido, no se trataba de la vaga sensación del atardecer. Pero complacerla carbonizaría mi carne, desgarraría mis labios. Ella era una llama infernal que me pedía amor. Debía huir, pasé por entre las patas del caballo, subí a lo alto del farallón y me lance al cauce de un río. Podría haberme matado, pero era de aguas profundas, y después de la inmersión volví a subir a la superficie. Escupí sobre la corriente. Corría el agua bajo la luna en raudales y remolinos que parecían trenzas y peinetas plateadas de mujer. Me arrastraba río abajo, era difícil mantenerme flotando. Oí un borboteo de agua hirviendo. Seguramente Almenara cabalgaba sobre el río. No quise mirar hacía atrás, su aspecto no me daba miedo, pero si me provocaba la sensación de un juguete que uno amó mucho, jugo con él hasta en los sueños, y luego lo tiró en cualquier rincón. Nos da miedo mirar ese juguete. En él queda sedimentada una parte de nuestro ser, o más bien lo que fuimos y ya no somos. Nosotros mismos somos el extraño que nos llama. El extraño tiene la fuerza que le dimos y a esa fuerza le tememos, no hay valor para dialogar con ella. Así me pasaba con Almenara. Me provocó la sensación de la mujer que alguna vez uno tiró en un rincón, pero que no tenemos fuerzas para mirar, porque las promesas de amor que se le hicieron continúan adheridas a su cuerpo, enterradas en su mente, lacerantes en sus ojos, y podrían explotarnos en pedazos. El río entró en una zona turbulenta, en ambas orillas se levantaban altas rocas y farallones coronados de bosques y de manigua. Los remolinos me enviaban al fondo, abría mis ojos bajo el agua y sólo estaba rodeado por las tinieblas líquidas, donde no podía verme ni una mano y sentía el temor al infinito. Volvía a hacer otro esfuerzo y salía a la superficie. Seguía el borboteo de agua hirviente y el chapoteo de perros corriendo. Después de una curva el torrente se amansó en una ancha laguna. Dependía de mis brazos para seguir huyendo. Se acercaban a mí. El caballo coceó mi espalda, casi me rompe la espina dorsal. Me detuve y empecé a volverme. Sabía que al ver a Almenara me sobrecogería esa tristeza que emana de las cosas que hemos abandonado, y que no es más que nuestros propios ojos mirándonos desde otro lugar del tiempo. El caballo se encabritó. El reflejo de Almenara en el río semejaba un amanecer líquido, estigmatizado por rojos sangrientos, naranjas filosos, amarillos que se volvían contra mis ojos desde un resplandor que nada tenía que ver con la plenitud del conocimiento, sino con la nostalgia y el miedo. Los perros corrían sobre la flor de fluidos pétalos sacando sus lenguas de baba hirviente. Me rodeó la jauría. Almenara habló desde las llamas. "Cada noche tengo que salir de cacería en busca de tus besos. Esa es mi condena en el mundo de los muertos. Besa mi boca y así podré descansar". Continuaba saliendo lumbre de su cuerpo, el caballo respiraba humo y éste se expandió como una niebla sofocante. Sólo me permitía ver el rostro de Almenara. Ahora más nítido, muy bello. El agua empezaba a calentarse. Quizás pronto me cocinaría en aquella olla gigantesca y luminosa. ¿De que hablaba Almenara? ¿Alguna vez tuve una relación de amor con ella? Tal vez, si no no me provocaría ese malestar de conciencia. Los perros me lamían, el humo me impedía ver sus cuerpos. Salían los hocicos negros proyectando lenguas rojas, como si fueran pájaros que pueden sostenerse por sí mismos en el aire. "Perdóname por haberte abandonado, pero no puedo besarte, moriría incendiado", le grité a Almenara. El viento de la madrugada empezó a soplar, las llamas se avivaron en su cuerpo. Saltó del caballo. Vi su rostro rodeado de serpientes de fuego acercarse a mí. "Te lo ruego, bésame", y sus labios se desgarraron contra la malla espinosa que los cubría. La sangre cayó sobre mis ojos y me sumergí prefiriendo morir ahogado a morir quemado. El fondo del río era fangoso. Aquella oscuridad líquida destelló cuando Almenara se hundió en ella y sus llamas no se apagaron. Escapé a la superficie, pero una de sus manos acertó a asirme por el tobillo. Hubo ruido de burbujas de piel estallando en el agua. El día tocaba ya las copas de los árboles con débiles luces. Los perros amarillos se hundieron. El caballo se encabritó y comenzó a sumergirse mientras gritaba: "¡No salgas, Almenara! ¡Ya llega el día!". Nadé hasta la ribera y me tiré sobre la arena negruzca. En mi tobillo habían quedado las marcas de los dedos de Almenara. Estaban en carne viva y me ardían. Pero el dolor se mezclaba con una somnolencia y un cansancio enormes. Venían a mi mente sentimientos que había experimentado, pero no sabía hacia quién. Me veía cerrando una puerta y detrás de mí, sin cama, tirada en un colchón, una mujer a la que se le desbarataba la vida, pero que por cansancio o soberbia, o demasiada tristeza, no me pedía que me quedara. Únicamente decía que se sentía enferma, que la desnudara y le revisara su cuerpo. Yo me dije que aunque se estuviera muriendo me iría y no tendría ninguna compasión. Cerré la puerta de un golpe y la dejé atrás pensando que me había convertido en un hombre nuevo con el corazón de hierro. Pero los corazones de hierro se oxidan y se desmoronan. Así de disperso, así de dividido en granos, granos frágiles ante cualquier golpe de viento, así me sentía. Mis sentimientos de culpa por haber abandonado a una mujer que me amaba estaban conectados de alguna manera con Almenara. Dios mío, qué terrible su destino: tener que cabalgar cada noche en busca del beso de despedida que el hombre que la abandonó no le dio o ella no se lo pidió. Pensé en regresar al refugio de Meiga Menciñeiro, pero aquel óxido hecho polvo en que me había convertido, no tenía temperancia para hacer cosas prudentes. Me metí al río, nadé hasta el lugar en que se habían hundido los perros, el caballo y Almenara, y me sumergí. Además de fango, el fondo estaba lleno de troncos y ramas de árboles podridos, que le daba el aspecto de un bosque decrépito, momificado, lleno de malos pensamientos. Una mancha oscura signaba el paso a otro mundo. Nadé a través de ella. Me rodeaba la penumbra y millones de partículas. Larvas cuya existencia tan leve jamás perturba nuestra imaginación. Limos semejantes a los velos de las mujeres que pierden el rostro. Peces del color del fango con los ojos enfermos. Allí había una pila de huesos. Huesos de perros, de un caballo y de una mujer calcinada a medias y con una malla de alambres cortantes y mohosos sobre la boca. Me empezaba a faltar la respiración, tomé una de las manos de la mujer y subí a la superficie. Ahora, bajo la luz del sol, los lugares y los rumbos mostraban su sonrisa. Entré a la manigua y sentí el roce de la savia ardiendo dentro de las hojas, sudando los olores a menta, a albahacas, a romerillos, a setas ocultas, a flores que yo aún no había nombrado. Fui dándole la vuelta al gran peñasco, las abejas salvajes bullían en las oquedades. Con el silbido de los insectos se mezclaba la débil respiración de los murciélagos. Iniciaban su ocaso somnoliento ahora que el mundo despertaba. Detrás de una gran ceiba encontré el trillo a casa de Meiga Menciñeiro. Varios andrajos recogían flores a la vera del sendero, me miraron con sus ojos de botones rotos. Los garabatos hurgaban en la tierra, de cuando en cuando encontraban unos sapos grandes y negros y los echaban en una jaula. Entré al refugio de Meiga, ni ella, ni su vara, ni su cuervo estaban. Vi sobre el horno de leña un cántaro de agua y unos trozos de pan reseco y desayuné. Tenía mucho sueño. Bajé por la escalera hasta el ataúd que Meiga me había brindado. Su interior era mullido, suave. Contemplé los huesos mondos de la mano, muchas partes estaban ennegrecidas y carbonizadas, sobre todo en lo que alguna vez fue la punta de los dedos. Sin duda, aquella mujer había muerto entre las llamas, escuchando las explosiones de su piel y su sangre. Pensé en un suicidio. Al verse abandonada por el hombre que amaba se prendió fuego, y como los que deciden la hora de su muerte no pueden entrar al reino de los cielos estaba condenada a aquella cacería noche tras noche. Puse la mano reseca sobre mi pecho, tratando de buscar en la imaginación la carne y la piel que alguna vez la cubrió. Eran bellas, manos muy bellas. Su dueña debió ser de gran hermosura. Sin embargo yo no recordaba nada de mi vida junto a Almenara, no había años almacenados en mi memoria. Todo era un edificio de suposiciones que yo empezaba a vivir como mi verdadero pasado. ¿Hay algo verdadero? ¿Todo pasado no es acaso una suposición? ¿Una búsqueda en la imaginación de las causas de los hechos? Sólo suponemos las causas, pero no hay nada que nos demuestre que las cosas ocurrieron por los motivos que imaginamos. Me dormí y soñé con un hombre anciano, de largas barbas canosas, llevaba un cayado en las manos, estaba sobre una colina y frente a él se extendía un valle de huesos humanos secos. El hombre extendió los brazos, apuntó con el cayado hacia el Oriente y convocó a las fuerzas espirituales. Lo mismo hizo con el Occidente, el Norte y el Sur. Fluía una tormenta desde los cuatro puntos cardinales, los huesos se cubrieron de polvo, y se levantó un ejército cuya carne era la misma del desierto. Sólo una mano quedó separada de los cuerpos. Era como un trozo de barro amarillo articulado, de yemas rugosas que me acariciaban el pecho. La piel áspera y caliente intentaba tocar con delicadeza, como si estuviera consciente de su falta de capacidades para la ternura. En el dedo anular tenía un anillo de compromiso. Yo portaba uno similar. La mano me lo tocó, hizo tintinear los dos círculos de oro. Escuché ruido de saludos y de felicitaciones, aplausos, una voz sacerdotal que proclama una unión para siempre entre un hombre y una mujer. "Per saecula saecolorum". Repetía el sacerdote, tan alto que abrí los ojos y contemplé la mano que seguía acariciando mi pecho. Ahora no tenía la carne del desierto, sólo huesos, pellejos resecos, uñas negras. Conservaba el anillo de compromiso. No me produjo repulsión. Continué disfrutando las caricias de aquellos huesos. En la superficie de la tierra la luz empezaba a extinguirse. Entró volando un cuervo y luego vi pasar la forma harapienta de Meiga Menciñeiro. Desde un punto donde nada tiene forma y no hay esperanzas de que exista nunca la más leve silueta, surgió el clamor de una jauría. La mano que me acariciaba se inquietó, ahora me arañaba, me sacó sangre. La retiré de mi pecho, pero se retorcía como una serpiente. Creció el clamor de los perros, también se escuchaba el galope de un caballo. La mano intentó irse a las paredes de la fosa: no la solté. Una mujer furiosa azuzaba con latigazos a sus perros. La mano cadavérica tenía una fuerza inusitada, logró asirse a la pared. Ascendía y me arrastraba. Así llegué a la superficie. Tenía ante mí a Meiga Menciñeiro. Seria. Muy seria. Sus andrajos deambulaban por la cueva con unos palos en las manos. Los garabatos cavaban trincheras. "Las andrajos y los garabatos intentarán impedir que te vayas con Almenara, pero quizás sólo lo logren una noche o dos, Jorge Alganeira. La única manera que tienes de librarte de la cacería de Almenara es destruyendo el anillo de matrimonio que ella tiene en el dedo anular. Esta es tu única oportunidad, tienes su mano, destrúyelo, toma esta hacha". Tomé con esperanzas el arma, pero cuando volví los ojos para descargar el golpe vi que ya no era un amasijo de huesos y pellejos, tenía carne, tenía piel, los dedos eran bellos, suaves, delicados. No pude descargar el golpe sobre el anillo, cortar uno de esos miembros equivalía a desollarme poco a poco con el filo del hacha. "¡Rómpelo! ¡Almenara ya encontró tu rastro, te perseguirá a donde quiera que vayas. ¡Rompe su anillo o rompe el tuyo". "¿Mi anillo? Yo nunca he tenido un anillo de matrimonio", pero miré uno de mis dedos y ahí estaba el aro. Traté de sacarlo. La mano de Almenara, liberada, empezó a llamear. No salía mi anillo. Los gritos de la cazadora retumbaban. La mano llameante se levantó en el aire y me señaló a mí con un dedo de fuego. "Cortaré el anillo en mi dedo, no importa que me arranque un miembro". Pero ahora tampoco pude descargar el hacha, no por miedo al dolor, sino por la nostalgia que me daba la joya. Sin ella era posible que Almenara me perdiera el rastro para siempre. "Unidos para siempre", repitió el sacerdote. ¿Cómo iba a borrar el único camino que tenía Almenara para llegar a mí? Solté el hacha y me quedé a los pies de Meiga Menciñeiro. "Usted cuídeme", le dije. "No puedo, un poder mágico te une a ella. Tú eres el único que puede romper el hechizo". "Si, arrancándome una parte de mi carne y de mi sangre, pues el anillo no quiere salir del dedo". "Así es". La mano de Almenara volaba en el refugio, veía yo cómo su piel rosa sufría igual que una espalda blanca puesta bajo el sol y la sal de los mares. Cuántos deseos de besarla. La perseguí, iba hacia fuera, salió, pero una hilera de andrajos y de garabatos, formados como un ejército nazi, me detuvo. Intenté trasponerlos pero sus fuerzas eran superiores a las mías. "¡Babau, Rial, Eira, Eiriz, Esmorede, Barral, Rodil, Carballosa, ya está ahí! ¡Barcala, Queirón, Vilar, Quemaidelos, garabatos, pinchen el hocico de los perros!", gritó Meiga Menciñeiro. Levanté la cabeza y vi a la jauría famélica, desde lo alto un fuego alumbraba sus ojos, dándoles la apariencia de metales al rojo vivo, sus patas quedaban en la oscuridad como demonios sin forma. Un gran caballo cargado de llamas se encabritó. Almenara había regresado, y con un gesto de fuego invocó a su mano la cual volvió a insertarse en el muñón sangrante. Los garabatos rechazaban a los perros hincándoles sus codos, sus dedos, y sus pies hechos de astillas filosas. Almenara volvía a pedirme el beso del descanso eterno. Otra vez sus labios se desgarraban contra la malla de acero. Me lancé hacia el caballo dispuesto a dárselo, pero cuando estaba a unos milímetros de su boca sólo vi los dientes podridos de una calavera. Sentí que me tomaban por los brazos, por la cintura, y me halaban. Los andrajos me habían sacado de la cercanía de las llamas. Me pusieron en el rincón más alejado del refugio. Veía al caballo piafar y a la mujer bellísima quemándose. Cualquiera que hubiera sido la causa por la cual yo la abandoné los resultados fueron diabólicos. Jamás tendría descanso ni redención a no ser que besara los inmundos dientes y ardiera junto con ella. Reducidos a cenizas el viento nos reintegraría al todo. Corrí hacia el caballo, fijos los ojos en el pelo rojo de Almenara. Sus labios sonreían tras la malla de púas de acero. Otra vez unas manos blandas, con textura de remiendo, me sujetaron por los brazos y me impidieron avanzar. Los garabatos habían hecho retroceder a los perros y pinchaban la panza del corcel. Cinco andrajos soplaban para avivar las llamas. Almenara gritó y emprendió la huida. Los andrajos me soltaron. Oí sus telas viejas desmadejarse en el suelo. Yo también caí. Los albores del día asomaban tras los árboles. Me sentía con la debilidad y los dolores musculares de quien ha pasado una larga noche de insomnio. Me ardían los ojos y pensaba que había abierto las puertas de una tristeza que jamás me abandonaría. Meiga Menciñeiro me contemplaba sentada en un taburete. "Sólo vine aquí", le dije, "...en busca de algo más sencillo, leyendas de Galicia parecidas a las que me contó mi abuelo". "Te trajo tu ignorancia. Una ignorancia es anterior a una sabiduría. Cuando adquirimos la sabiduría ya hemos cometido la ignorancia que la precede, entonces tal conocimiento no nos sirve de nada", contestó la vieja. "O sea... ¿Saber que quiero destruirme junto con Almenara no me sirve?". "No, con ese conocimiento sólo has aumentado el peso de tus sufrimientos". "¿Pero qué es ella? ¿Es una leyenda o es alguien que realmente estuvo ligado a mí?". "Una leyenda es el anzuelo dorado de una fuerza superior a nosotros, lo lanza hermoso para que piquemos, luego nos arrastra, nos saca del agua en la que nadábamos, y esa fuerza nos muestra que nuestro pequeño charco era más ficticio que aquello que llamábamos leyenda". "Entonces Almenara siempre me persiguió". "Si, Almenara, siempre te persiguió. Sólo que no sabía dónde estabas. Lanzaba y lanzaba el anzuelo de las leyendas hermosas hasta que picaste y te encontró". "¿Y ahora qué hago?". "Vete, huye, regresa al lugar donde vivías". "No. Quisiera saber más de esa mujer". "Sólo añadirías lingotes de plomo a tu pesar. Te dije que cuando adquirimos la sabiduría ya hemos cometido la ignorancia que la precede, entonces tal conocimiento no nos sirve de nada". Me quedé callado, viendo al sol subir tras las palmas. Comenzaba el calor, el bullir de insectos, de hormigas y de mosquitos que trabajaban para hacerle la vida difícil a los seres de sangre caliente. "Debes irte ahora mismo, los andrajos te llevaran hasta el trasto Guranza, él te dejará en el camino que conduce a la ciudad, allí tú sabrás retornar al lugar donde vivías". "Vivía en el extranjero". "Pues allí debes retornar", sentenció Meiga Menciñeiro. "Me iré, sí, me iré, pero en algún momento tuve la esperanza de que usted me enseñaría cosas ocultas". "Nadie, hijo", contestó Meiga con dulzura y tristeza, "...nadie puede enseñar nada a nadie". Golpeó con su gran cayado la tierra y los andrajos Eira y Esmorede me tomaron por los brazos. Sus dedos zurcidos me llevaron fuera de la cueva. Miré el trillo que me trajo hasta allí. La hierba reseca por las pisadas, el vaho de vapor que subía de los arbustos, los cientos de mariposas revoloteando, el escozor de las cortezas de los árboles ante el furioso sol, el sudor de los gajos y las hojas, la somnolencia de las palmas. Constituían un bálsamo que se derramó entre mis neuronas. Los andrajos me empujaron, di los primeros pasos. Muy hondo dentro de mí sabía que no quería marcharme, pero ya no tenía fuerzas para hacer mi voluntad. O tal vez no era voluntad, sino la inercia de un amor que nunca existió en mí, pero cuyo rescoldo ajeno me había cautivado. Las consecuencias que vivía junto a Almenara, ¿qué las causó? ¿Por qué me contagié de la lepra de un amor que nunca tuve cerca ni recuerdo haber tocado? Ya nadie podía contestarme. El trillo se había convertido en camino y ni siquiera intenté sacar alguna palabra de las bocas de trapo de Eira y Esmorede, cuyos ojos de botones de abrigo estaban mal cosidos y puestos al revés. Me dejaron con Guranza. Pensé que el trasto me llevaría cerca de algún poblado. Pero me invitó a que descansara en la vieja cama de hierro. Era evidente que a Guranza no le gustaba hacer nada de día. Bajo la luz lo vi mejor. Un gran sapo bípedo, vestido con un hábito negro de fraile. La capucha protegía del sol sus ojos somnolientos. Me senté en la cama y él se metió otra vez al baúl. Al rato roncaba. Miré hacia el fondo de la choza. Estaba lleno de sillas rotas y mesas desvencijadas. Los cachivaches que cobraban vida en las tinieblas y perseguían a los forasteros como yo. Era un riesgo esperar la noche allí. No creo que Guranza me hubiera podido proteger de los cachivaches. Tomé el camino polvoriento hacia donde yo suponía que estaban las casas que vi al llegar a la zona. Miraba el anillo en mi mano, no creía poder escapar de Almenara. El círculo de oro la llevaría hasta mí aunque me escondiera en el fin del mundo. Intenté quitármelo, pero fue inútil. No podía recordar por qué lo llevaba ni cómo me lo habían puesto, pues era evidente que no correspondía al grosor de mi dedo. Quizás lo fundieron sobre mi miembro con algún método que evitaba la quemadura de la carne. Eso era tonto. Una experiencia tal tenía que haber quedado en mi memoria. Me inquietaban estos pensamientos. Me quitaban el sosiego. Es cierto que antes de aquel viaje mi vida era monótona. Vivía en un celibato sentimental, pues no sentía el menor enternecimiento por las mujeres con las que tenía sexo. Era aburrida mi aridez, pero por lo menos tranquila. La primera casa estuvo a mi vista. Iba a anochecer. Debía pedir refugio. Era de viejas tablas de palma. Conservaba ese color gris que tienen estos árboles en el tronco reforzado por el polvillo de líquenes azules y hongos que no sabía clasificar. De su interior brotaba el ruido de un metal deslizándose sobre una piedra. Grité. "¡Señor, señora! ¡Oigan! ¡Déjenme entrar! ¡Ábranme la puerta!". Así me desgañité varios minutos. Llegué a pensar que allí no vivía nadie. Pero me desmentía el ruido del metal sobre la piedra. Empujé la puerta y entré a una pequeña sala oscura. Olía a polvo dormido, ese que ya no conoce las voces de los niños y ha olvidado la risa hogareña. Un candil de petróleo arrojaba una luz amarilla y tímida. Tras ella crecía el ruido del metal pasando sobre una piedra. Molesto como un mosquito de acero dentro de una arteria, agobiante como los minutos que preceden a una ejecución. Caminé hasta que la llama del candil casi me quema. La cabeza canosa quedó bajo mi barbilla. Alzó la cara. No supe si la barba estaba hecha de cañones blancos muy tupidos o su piel estaba erizada de huesitos finos como agujas. Tenía los ojos hundidos entre miles de arrugas. "¿Me deja quedarme en su casa?", le pregunté. Cesó el ruido del metal deslizándose sobre la piedra. El viejo colocó su machete en el suelo. "Quédese", me dijo. Volvió el rostro hacia su machete. Al parecer escrutaba una y otra vez la franja brillante del filo. "¿Algún día podré cortar un cabello en el aire con este machete?", se preguntó. Un golpe de viento abrió la puerta de par en par y apagó el candil. "Ahora ya no podré ver el cabello ni cortarlo", se quejó el viejo. "No, pero podría cortar mi dedo anular izquierdo, es más grueso y tal vez lo encuentre en la oscuridad". "Buena idea", contestó el viejo y escuché como alzaba el instrumento. Zumbó cerca de mi cara. Luego detrás de mí. "Oiga, oiga, espere. Espere a que yo me le acerque, y por el tacto podrá encontrar el dedo que le digo", le dije, pero los machetazos seguían en la oscuridad. Lo mismo pegaban contra la madera que contra la tierra, luego fueron ascendiendo hasta que el zumbido se escuchó cerca del techo. ¿En qué se habría subido el viejo aquel? Me senté en el suelo y toque una roca muy porosa. Era blanda. Seguí palpando. Parecía la barba pedregosa del viejo. Luego encontré su cuello. Estaba rebanado. Nunca pensé que se iba a suicidar. Metí mi dedo anular izquierdo en su boca y me lo trozó con sus dientes. Cerró fuertemente las mandíbulas. Luego se puso tieso. El resto del cadáver cayó a la tierra y el machete se clavó a mi lado. Mi muñón sangraba, era como si en el lugar donde estuvo el dedo tuviera una muela podrida y doliente. Dormí en aquella choza. Al despertar decidí marcharme, no fuera a ser que me encontraran allí y me acusaran de haber asesinado al viejo. La sangre se había coagulado en mi muñón. Volví a pasar frente a las casas con puertas entrecerradas. Estaban llenas de "buenos días" y de "holas", pero nunca vi a quienes los decían. Entré al cuarto de mi abuelo para despedirme de él. Tal vez la aglomeración de objetos que fueron suyos provocaba el pensamiento de que su espíritu continuaba allí. Al salir a la calle con mis maletas noté que me sentía como una botella de vino vacía. No había ninguna ofrenda a los dioses dentro de mí. Me circulaba en todas las venas un aire estéril, donde ni siquiera un murmullo podía escucharse. Así crucé el mar, viajé por el cielo, vi las nubes bajo mis pies, surqué el humo ponzoñoso que cubre y envenena a la Ciudad de México, entré a mi cuarto. El cobertor de la cama estaba muy frío. Las cortinas no dejaban pasar el atardecer. Me rodeaba un aire color neblina. Tiré la maleta y me acosté. Comencé a pensar en Almenara, en que aquella noche, cuando el anillo le diera santo y seña sólo encontraría la cabeza apestosa de un viejo. Me sentí ruin. ¿Cómo dejarle a una mujer bella el anillo de matrimonio adentro de un espantajo? Deseaba que hubiera otro tiempo, otras circunstancias, en las que yo me encontrara con Almenara y pudiera darle la joya acompañada de besos y caricias. Imaginé que vivíamos juntos y que ella no estaba condenada a aquella terrible cacería nocturna ni yo debía huir para evitar la muerte. Así me dormí. Cerca del amanecer me despertó un golpe en el pecho, la respiración era trabajosa, me dolían todas mis entrañas. Supe que Almenara había encontrado la cabeza hedionda y lloraba mi ausencia. Al amanecer volví a dormirme. Cada noche el golpe en el pecho y la certeza del llanto de Almenara me despiertan. A veces he planeado cruzar el mar y otra vez entrar a la isla. Pero nunca lo hago. Al contrario, cada vez me muevo menos, apenas salgo de casa. Siento que todas las paredes se enfrían más y más, también el piso, el agua, las sábanas, las puertas de los armarios, mis manos, mis pies, el pecho. La piel que me cubre es como escarcha, cualquier día podría morir congelado y ser un fantasma de hielo que se eleva en busca de un fantasma de fuego. ** Róger Vilar fernands47@hotmail.com Escritor cubano (Holguín, 1968). Reside en México. Licenciado en educación artística por el Instituto Superior Pedagógico E. J. Varona (La Habana). Tiene además un diplomado en creación literaria por la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México. Ha publicado los libros de cuentos Corceles en la pradera (Holguín, 1986) y Aguas de la noche (Holguín, 1987), ambos editados por el Ministerio de Cultura de Cuba, y La era del dragón (Edamex, 1998). Cuentos suyos aparecen en las antologías Los últimos serán los primeros (1993) y Anuario de narrativa 1994 (1994), ambas de la Editorial Letras Cubanas. Ha publicado material ensayístico en revistas y medios mexicanos. En 2004 fue finalista del premio internacional de cuento "Almafuerte", convocado por la editorial argentina Bellvigraf, con "Asterius", por lo que este cuento apareció en la antología Escritores hispanoamericanos en el mundo. En México ha trabajado como reportero, guionista y asesor de producción y ha ocupado cargos gerenciales en medios de comunicación. === Fisura de boca (extractos) María Neder =========================== (Nota del editor: los textos que presentamos a continuación forman parte del libro Fisura de boca, de la escritora argentina María Neder, publicado por Alción Editora en 2003. De este poemario ha dicho Marcos Silber: "vale como torrente de agua fresca y nutritiva contribución en estos tiempos de arribismos extravagantes y pretenciosas mediocridades"). *** Body and soul Construirte / montar cada palabra sobre el falo de ti misma hembra macho brutal espada poesía voz / sonido en el aire explosión quebrándome los huesos aquí me tenés, renga, viciosa lamiéndote y desaforada por escribir / darte en el centro con este lápiz con la palabra -siempre la misma sed- derramarme en oídos de otra lengua seguir en la respiración alucinada sin hallar el lugar donde el pie se apoye exhausta yo mujer mi hacedora ¡si pudiera! *** Llamarán por mi nombre No hay sueño incesante mi vida hay la sucesión de vacíos coronados de palabras y andar el tiempo / un tiempo abierto como esta mano hacia arriba tiempo desnudo de números y agujas desnudo tiempo intacto de leña encendida se desmorona ante los pies desnudos sobre piedras mojadas a pesar de la sequía o el viento no hay incesante mi vida ni sueño ni anhelos guardados dentro de la bolsa apenas es un punto colocado en el centro de vacíos coronados y andar. *** Fisura de boca En el espejo hay una cebra. Subir el volumen de su pelaje y ojos de luna. Enunciarla. Una voz en celo. Una cebra en espejo amanece por cada línea oscura invitadora. Ir/yendo hacia los lugares peligrosos subir una zona real e insegura por lo tanto. En celo. Humedecer los gritos -no deberíamos tener tantos nombres- y decir esta hambruna envuelta en trapos de red es el hambre de mí. Ponerse al revés la camisa y las costuras de mis pieles a la intemperie. Lamerme la cara a la cebra en ascenso salvaje salida del marco del espejo y lamerme los huecos otra vez -no deberíamos tener tantos nombres. La cebra se despega de citas furtivas. El tren no para en todas las estaciones. Las ventanillas espejan escondites de furia. Muchos demorados escondites. Es la caída de todos los templos ante los ojos de luna de mi cebra en celo. ¿Se equivocan menos las manos? Qué abajo el suelo y las baldosas, sí cuatro líneas era cuando las pisaba, se han convertido en figuras geométricas ideales. El diccionario no le sirve a nadie, ella es tímida y difícilmente domesticable sabe que está en peligro de extinción hay que subir el volumen de un bramido fuego orgasmo vuelo pequeña muerte sentir el temblor la otra parte escapada por el tejido abierto. *** Medianoche de agosto en Buenos Aires Se acurruca la voz de esa mujer como el gato menos solo que el solo violín colgado de una torre. Un remolino de dientes. No es la soledad es un rayo y neblina de cuerpo y plaza. Una multitud de ausentes es hoy. Esa mujer y otras plazas. Mientras las desfiguradas presencias ovillaron y otra vez ovillaron (porque ayer se repite, es hoy y ayer y no se sale). El remolino de dientes no puede pronunciar los nombres. Encenderán ahora las ropas viejas los fragmentos de trapo y a calcinar palabras. Encenderán los hilitos del títere dormido y a calcinar los pelos las uñas el miedo. Arde el sol en oriente y aquí es la hora de ronda sin agujas. Ronda de temblores de frío y dientes apretados -aunque amanezca otra vez- Sus dedos se escapan de las manos, son dedos para un violín que espera sanar los intentos intentar el vuelo de la última paloma desde el río. Es el sitio irreversible un aleph de pentagrama sin espejos. La cuerda pulsada suena fa y se repite y no llega (¿se sostiene o bemoliza?) el rayo avanza igual que la órbita implacable. *** La música suena diferente en la ciudad (uno) Jueves en atardecer de Buenos Aires. Notorius, este café de solos con auriculares, al frente la plaza alfombrada de azul de jacarandá. El muchacho ofrece noneto de Ron Carter casi música de cámara y un piccolo contrabajo riega fresquísimamente un campo abierto a cellos/cielo cielito lindo (no es posible). Una virtualidad perenne deforma las formas de colores de la línea que une el mapa de mi cuerpo con la nadadora del abismo. Cada uno en su música elegida, un onanismo auditivo un orgasmo seco. Se fuma se bebe una excusa en cada mesa. El tiempo es un enjambre de relojes vacíos. El oído anula desarma todo paisaje las figuras el errático paso y un amanecer en aquel valle para nada encantado. *** Sentimental journey ¡Qué grises y sucias y opacas y pegajosas y húmedas son las ciudades bellas! atestadas de olores y niños solos y caras desorbitadas y árboles moribundos. ¿Qué vestigio aroma día grito hambre me atrapa en esta gran urbe que te tiene y llama preguntando por mi nombre cada noche? Y yo regreso ¿hasta cuándo? y miro el ancla edificada por tu cuerpo tus labios para tanto sauce naciente entre mis piernas. *** La música suena diferente en la ciudad (dos) Nueva/mente esta noche acomodo leños y suenan como clic con Joe Pass y cercana yo al hogar ¿Cómo seré mañana dentro de un par de horas? ¿Recordaré la tempestad impulso de preparar mi próximo viaje? ¿Justifico repeticiones tam-tam y toc-toc en una piedra hueca? El deseo de comunicarme ¿es abrazo al mismo lugar, o es la palabra el fetiche objeto que implanta esta mediación extraña? Un vértigo libera entonces la lectura oral oído de las bocas en el punto desarmado: este fuego el lugar donde nadie dice alguien suena crepita es sonido como esta cópula o color trazado en un papel sobre la mesa entonces no recorrer los meandros del lenguaje sino retomar. ¿Y qué será de Joe Pass esta guitarra cuando amanezca? ¿Cuál sonido el fuego? ¿Cuál mi mano despierta, cuál mi sueño? ¿Cuál la palabra elegida en la quebradura del silencio? *** A Esto no es para entender cerrá los ojos no preguntes plumas de polvo acerado siempre llovieron esto es así: te metés por la quebradura avanzá por ahí como puedas vos seguí / los alaridos detienen se inflan en el aire como las heridas inmundas aturden el paso no preguntes / está lleno de huesos despedazados no pienses no vayas a mirar la sangre de tu pantalón vos seguí / hay un callejón y por ahí los chicos se pelean bailan cocaína los ojos de esos chicos disparan flechas de hierro a quien se detiene frente a una muchacha de aire esquivá los cuerpos no te asustes no sospeches que veinte pasos adelante será otra cosa, no, no pienses. *** B el niño ha sentido por el oscurísimo hueco un hilo penetrante una baba cala y hueso resuena el dolor, lo ha sentido, es un niño sin cuerpo sexo pelos sin uñas rostro entre las manos las ropas quebradas (no hay manera de inventar costuras) anhelo -¿o qué?- de voces perdidas (¿Coser años, trenes, escuelas?) el niño flotante, inerme (la mirada de los ángeles) baldíamente (y la ciudad crece). *** Su majestad (Mar del Plata ¿?) Buscaste mi paraguas. Sin tiempo corriste varias calles para encontrar aquel paraguas. Era de seda tabaco italiano y te gustaba. Pensabas que alguien lo llevaría riendo como nosotros hace diez años. ** María Neder marianeder@merlo-sl.com.ar Escritora argentina (Buenos Aires). Ha publicado los libros de cuentos Contra corazón (1993) y Entre los huecos (1994), y los poemarios Cuando octubre (1997) y Fisura de boca (Alción Editora, 2003). Fundadora y presidente de Puerto Almendro, Asociación Civil sin Fines de Lucro Por un Libro para Todos. Dirige la publicación gratuita La Idea Fija, revista de literatura y arte de edición trimestral en papel, con distribución en Argentina y Uruguay. Parte de su obra ha sido traducida al inglés y al italiano. En diciembre de 2004 su programa radial Puerto Almendro, el único de emisión diaria en Argentina, ganó el premio Gaviota de Oro al mejor programa cultural literario del país. === Abecedarios y arañas Iván Humanés Bespín ========================= A J.C. Prefiero recoger palabras del suelo que cortarle la pata a una araña y enviársela al Ministro de Defensa metida en un sobre. Es loable esta segunda tarea, sin duda, pero pertenece más bien a un tipo subversivo, sin escrúpulos, o a un idólatra de Cortázar, no a mí. Y aunque yo muero por Cortázar, prefiero coleccionar palabras, letras y dichos. Aquí una A, allí han dejado caer una Z, una W en la papelera, pues allá que voy. Quizás lo que más problemas den es almacenarlas en casa, porque las guardas en los cajones, bien ordenaditas, y te vas a la cama convencido del trabajo y por la mañana te las encuentras emparejándose unas con otras. Y cuando menos te lo esperas, ya tienes a la palabra PAZ atemorizada, a GUERRA en la sopa, ACCIÓN HUMANITARIA bajo el edredón y en cualquier rincón del sueño, PREVENTIVA (esta palabra es cabezona por antonomasia) en el bidet, taponando la salida de aguas de la lavadora, en la nevera. Y ahí es donde está el reto, en ordenarlas. Sólo es cuestión de explicarles que se mezclan mal, que no quieren decir lo que creen decir y que deben olvidar de su cabecita de palabras locas esos significados impuestos. Y es cuestión de sentarlas en unas sillitas especiales y enseñarles en una pizarra todo sobre la guerra, la paz y la libertad. Entonces sí, se ordenan como tienen que ordenarse, con el sentido exacto, y ya es el momento de enviarlas otra vez a la calle, a que corran por la boca de la gente, a que pisen parques y comercios y asociaciones. Y si rozan a algún político ¡bienvenido sea! Si no, hay que abrir un sobre, convencerlas de que el viaje será corto, nada pesado, y remitirlas al Ministerio. Con pata o sin pata de araña, eso va a gustos. ** Iván Humanés Bespín ivah@telepolis.com Escritor, licenciado en derecho y asesor jurídico español (1976). Reside en Cornellá (Barcelona). Ha sido ganador del XVI Premio de Narraciones Cortas Ciudad de Jerez (2003) y del XIII Premio de Narraciones Cortas El Fungible (Alcobendas, 2003). Además ha sido ganador, accésit, mención especial y finalista en otros certámenes literarios. Ha colaborado en diversas revistas literarias y textos suyos han aparecido en publicaciones colectivas. === Poemas Guillermo Quijano Rueda =================================== 1. Pena capital Desde que inventaron los relojes, todos marchamos aprisa, con la fatiga al hombro; esos engendros del demonio sometieron el espíritu al oprobio, lo encarcelaron, como la sanguijuela aprisiona la piel joven de la rosa. Quien dio vida a estos autómatas voraces, los hizo dominantes, ministros de la impaciencia: cinco minutos para levantarse, siete para vestirse, diez para hacer el amor y tres para deshacerlo poro a poro; uno más para acallar el silencio de la despedida. Pido la pena capital para tan ruines esclavistas. ¡Que caigan las cadenas que nos atan a su tiempo! ¡Que quiebren sus manos para que la libertad vuelva a surcar los aires con alas de mariposas nuevas! 2. Resurrección La Patria no quiere levantarse, parece sonámbula, incierta, trémula, alicorada. Voy a pedir que la despierten para que grite, libere sus angustias, cante de nuevo, asee su cuerpo y reinicie su camino. ¡Que abra su vientre y sepulte a los cobardes que anegan los campos, con caudales de inocencia! ¡Que se levante la Patria y pinte en cada cielo, un sol verde de sueños e ideales! 3. De madrugada Un anciano sin nombre me saluda en las mañanas cuando el sol no se ha levantado. Nunca hemos ido más allá de ese rito que inicia la jornada; sin embargo me conoce como el arco iris conoce sus colores y la noche, la duda y las estrellas. Lo conozco también: Su sonrisa es cáliz sereno, antorcha ardiente; su rostro es un recuerdo que desde siempre vive y es plegaria que canta con la vida. Sus lentos pasos anuncian mil caminos recorridos; Sus manos, geografía del viento, de madrugadas, de ocasos. Este anciano, girasol en la tarde, es barco de regreso hacia su puerto, estandarte que anuncia la grandeza, ave con piel de porcelana que entona con la aurora una plegaria, proclamando que ha cumplido su misión de errante peregrino. 4. Invierno Esta ciudad de cielos rotos es una gris nostalgia, famélico recuerdo, estación vacía de silencios, lágrima del cielo, aldea de sudores frescos, una dama cansada de disfrazar siluetas, de ocultar su piel ceniza bajo esquivos oropeles de amargura. 5. Pesadilla Soy isla. Esta tierra que intenta congelarme la habita una camada de víboras eléctricas. Oteo el horizonte y sólo alcanzo a divisar jaurías de hienas y coyotes. Soy isla. No aguanto más tanto veneno cerca, quiero despertar de esta pesadilla. Un ejército de niños mutilados levanta su sonrisa tierna... el fuego los abrasa; Quienes aman los campos, intentan esconderse llevando en sus manos la semilla y se convierten en fantasmas de un odeón siniestro. Soy isla y también mi silencio tiene miedo; Están cerca las víboras, se aproximan, anillan mi cuerpo. Intento despertar, pero no duermo, no es un sueño, seco mis lágrimas... ¿Podré dormir ahora, en sueños blancos? 6. Balada en tinta oscura Alguien bajo las sombras dispara En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu. Un torrente esquivo se evade de la herida y quiere ascender en holocausto. La vida muere prematura... No hay instantes de tregua, nadie se inmuta. Ante tantos chalecos antibalas nos apuntan a la frente, somos blanco perfecto de una guerra donde no se sabe por qué disparan, por qué ni por quién morimos. Avanzamos con la lápida a la espalda porque alguien bajo las sombras nos apunta en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu. 7. Generosidad Siete días de veinticinco horas arropado Con esta manta gris que no quiere liberarme. Siete días que son setenta que son setenta veces siete, siete días eternos. Bendigo un rayo de sol que tuvo que viajar ciento cincuenta mil millones de kilómetros para derribar la puerta de mi casa, aparecer altivo frente a mí fecundando los brazos de este vals de primavera. 8. Plegaria de escarchas y cenizas Nerón en esta esquina no es un audaz pirómano, es un bombero. Él rescata su manguera del pavimento, mientras Aurora canta un bolero de cándida ponzoña. Nerón en esta esquina observa mientras Roma, París y Bogotá se incendian en la misma hoguera; nadie escucha su desértico lamento, es un lamento errante, un jocoso panfleto colocado frente al templo donde la miseria clama, llora, gime. Nerón en esta esquina huele sus cenizas, sus ojos palidecen, su voz oscura no ladra... a él también lo silenció la noche. 9. Salmo I ¡Benditas sean las palabras que salen de mis bolsillos húmedos! Benditas ellas que deambulan por los poros de mi alma y deciden tomar vuelo como libélulas en ronda lujuriosa. Benditas sean todas: Las que cantan, las que liberan sus cuerdas subyugantes las que redimen en la cruz una protesta, las que empinan sus ramas buscando nuevos soles las que miran febriles cenizas de guerra, las que son oración, proclama, testamento las que callan al injusto. Benditas sean las palabras que salen de mis bolsillos húmedos como fuente serena, como río caudaloso, o mar embravecido. ¡Benditas sean siempre... mis palabras! 10. Salmo El poema más largo lo está escribiendo Dios y aún no lo termina. El hombre es sólo un verso escrito con Mayúsculas que el Supremo trazó con sabias esperanzas. Ese verso tenía alas, levantó vuelo majestuoso, tenía ritmo, cadencia... era libre. Se recreó con el paisaje conquistando el sublime auditorio universal. Un día... ese verso se creyó poema, se tornó altivo, soberbio, egoísta, profanó el horizonte, ignoró al Poeta, se envolvió con la mortaja pluma sangre que ultraja, maldice y asesina El Poema más largo lo está escribiendo Dios y aún no lo termina. Ojalá el Poeta, en una mañana de depresión y tedio, no decida eliminarlo del poema, ...definitivamente. 11. Navegante Quiero Tener la llave que abra los sueños para orondo pasearme sin prisa, por los muros extendidos de las estrellas. Quiero evadirme de la honda algarabía que parte en cubos imposibles el silencio de los pájaros. Soy un náufrago en busca de orillas, una cometa que viaja desplumando la espesura del espacio; Quiero un puerto de llana geografía, sin abismos y sin vértigo para poder escuchar el ritmo de mis zapatos sin tener que doblar la rodilla ni someter al azar de un par de dados, mis vegetales sueños. 12. Conjugación de la justicia Tiempo presente Yo cojeo, Tú cojeas. Ella se arrodilla, se vende, se prostituye Nosotros soportamos con impaciencia Vosotros no os inquietáis Ellos amordazan la vida, la torturan... reciben los aplausos. 13. Conjugación de Justicia. Futuro Canto del iluso Yo exijo, Tú, protestas, Ella proclama el bien, conquista la magia del respeto administra sus bondades. Nosotros plantamos los paisajes donde ella se recrea. Vosotros empuñáis la espada del juicio recto. Ellos se tragan sus mañas, vomitan sus miserias se evaden como alimañas ofuscadas por el rayo fulminante, de la verdad. ** Guillermo Quijano Rueda guiquijano@hotmail.com Poeta colombiano (Zapatoca). Miembro fundador del Grupo Poético Esperanza y Arena. Ha publicado Luces y sombras, Arco iris de esperanza, Huellas de pálido silencio, Paco Cachetes (poesía para niños), La danza de los fantasmas (poesía para niños) y La herencia de Toñita Perales (novela para niños). Dirige la revista de poesía Lingua y los Talleres de Creación Magia de la Palabra. === Cuatro textos Loreto Sepúlveda =================================== *** Mujeres de agua Se caracterizan por su dinámica y fluidez, nada detiene su curso hasta llegar al mar, son transparentes y calmas en la superficie, en tanto en el fondo, son profundas y llenas de torbellinos. Su fuerza es generadora de una energía extraordinaria, que da vida a otros seres vivientes resultando vitales por excelencia. Con la misma pasión su envoltura mojada descarga su júbilo o dolor a través de olas gigantescas que estallan en espuma para luego llegar serenas, casi rendidas en la arena. Poseedoras de una dimensión infinita como así de una particular inteligencia que las lleva a buscar caminos, dejando a su paso una estepa de verdor. Por su condición acuosa, se vierten y toman todas las formas imaginables, contenedoras de los elementos de supervivencia fundamentales. Sensibles a los cambios, que las hace mostrarse en tres estados, uno de ellos es la solidez de sus propósitos, lo intangible de sus emociones y la corriente líquida de sus pasiones. Mujeres de agua, torrentes de vida. *** Mujeres de madera Conocidas también como "mascaronas de proa" inmortalizadas por el gran Pablo Neruda, son aquellas mujeres dotadas de grandes atributos físicos y de una belleza particular, pero más allá de esa imagen mitológica, está la calidad de sus maderos que las hacen resistentes al temporal y el sol. Se ubican en la proa de los barcos y van abriendo surco en el mar, solitarias, fuertes y erguidas, con la mirada fija en el horizonte despidiéndose del crepúsculo cada tarde y amaneciendo con un collar de estrellas a la hora de la alborada. La mujer tiene la cualidad de asumir sus responsabilidades en calidad de misión, es decir, cumplirlas a cabalidad desplegando toda su creatividad, esfuerzo y firmeza; de allí la fortaleza interna de mantenerse entera, sin claudicar, ante la adversidad o los aciertos hasta lograr sus máximos propósitos. Detrás de cada mujer hay una mascarona cruzando el mar, un capitán a quien amar y un sueño por alcanzar. Innumerables serán las travesías, como misiones a realizar; la calidad de sus maderos nos hablarán de la nobleza, la pasión y amor por la vida que cohabita en cada mujer de verdad. *** Mujeres de arena Construidas por un sinfín de partículas de grava, las mujeres de arena habitan desnudas al sol, sensuales y atractivas seduciendo a los que suelen caminar por la playa a la hora del crepúsculo. Están allí. Permanecen siempre en espera del amor que partió y prometió volver. A menudo se les ve deambular en plena alborada, por la ribera envueltas en espuma y coral luciendo irresistiblemente hermosas. Inconsistentes; a su lado es imposible construir proyectos de vida, desmoronables; en un instante pueden ser una fortaleza y luego un solo cúmulo de algo que fue. Sus insignificantes partículas constituyen un todo atrayente con forma de mujer. De existencia efímera, el suave oleaje del mar o la brisa leve de un atardecer, puede dejar su figura totalmente esparcida sobre la superficie de la tierra. Mujeres de arena: bocetos inconclusos. No todas las obras se terminan, quedan algunas suspendidas como éstas, en que los trazos no alcanzaron a unirse estrechamente. Su presencia es vital, forman parte de esta gran diversidad. Para ellas siempre habrá un mar que entre furia y calma las abrazará cada noche. *** Mujeres de montaña Capturan la dureza de los materiales volcánicos transformándose en roca inerte con una solidez irrevocable; de apariencia rugosa y maciza como los imperios, inflexibles. Sólo aquellos de espíritu perseverantes logran romper su espesura, para arrancar de ella sus metales preciosos y están los aventureros que se arrojan a trepar la escarpada en su afán de conquista, luego se alejan dejándolas en completa soledad. No resulta ajeno ver que imponen poder por su imagen de rudeza, inflexibilidad y firmeza, así las "mujeres de montaña" se hacen a la vida, a pulso de rigor y endurecimiento, en ambientes inhóspitos, fríos, en donde el viento desgarra toda posibilidad de vida a aquellas especies que no sean perennes. Es la geografía y el clima los que determinan el paisaje y con ello las características de todo ser viviente sobre la tierra, así también en el ser humano será la célula familiar y social la que determinará su perfil personal con capacidades propias y debilidades por superar. De esta manera se logra entender como existen mujeres que sobreviven a la dura adversidad con extraordinaria dignidad y entereza y al igual que las montañas posan sobre la tierra imponentes, fuertes, empinadas allá en lo alto del cielo y cerca del sol. ** Loreto Sepúlveda B. losepulv@mail.udec.cl Escritora chilena (Chillán, 1961). Es secretaria ejecutiva en el Decanato de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción (http://www.udec.cl). Ha publicado Girasoles para ti (2002) y es columnista del diario La Discusión, de Chillán, y del Boletín Interamericano de Contabilidad, de la Asociación Interamericana de Contabilidad AIC (Miami, EUA). === Poemas Erasmo Fernández ========================================== *** Ah poeta Confundido con un pequeño dios, mago, soñador; el poeta es un armazón humano como sus semejantes, todas las carencias le pertenecen, disfruta menos de la vid en las celebraciones de abundancia. Es imán para lo adverso y sólo puede aderezar su canto con la virtud, los astros y los elementos. Le piden perlas y se zambulle para extraer maravillas, milagros también quieren, amor le exigen -qué descaro- la vida le piden a cambio de nada. *** Naufragio en el sueño El logro más preciado por el cual tanto luché se quedó rezagado en el naufragio de un sueño. Al principio creí tener todo a mi alcance, palpé sus contornos, disfruté aquí, allá, de sus dones. Sin obstáculo marchaba; firme, Sin carencia alguna, parecía que todo estaba consumado. Próximo al puerto, otra realidad esperaba por mí después de aquella travesía. Al despertar frente al ocaso quedé con los brazos extendidos, extrañado ante el desengaño. *** El poeta errante La anécdota es ubicua, está ambientada al descampado en época de invierno. ¿Quién detiene al nubarrón, el pedazo de rayo, el retumbar del trueno? Borrosa de embriaguez la luna es ahuyentada por el afán de un perro, por el indigente insomnio. La noche tiene dueño: el bien y el mal; que en fusión espejean el mismo gentilicio bajo la oscuridad. No tendrá escapatoria el trashumante, el aguacero caerá sobre él sin mengua; con frío, enchumbado estará si no busca un alero, un café bien caliente y un cigarro. Pero todo es quimera, juego mental del réprobo, porque estará condenado al martirio y nada ni nadie podrá remediarlo. *** Estación del agua Antes y después del próximo milenio -en la estación del agua-, recojo mis andanzas en un pensar retrospectivo. Escribo la palabra infancia y me veo jugando bajo un aguacero, en los ojos del primer amor, en la primera piedra de comprender el mundo. Todo es banal bajo la tormenta si no se acata el juego de la fantasía. Un siglo no basta para inventariar tanta derrota acumulada, así sea la hora de ordenar o medir, la distancia de lo recorrido. *** Réquiem a Luis Daniel José Alberto Antonio Lluvioso amanecer éste, con pájaros trinando en las ramas llorosas. Hay silencio en la barriada, en esta vivienda, los niños aún duermen, con el gotear sobre objetos oxidados como algunos recuerdos. Una vieja mujer trastea sin ton ni son para sentir la vida. Un joven poeta sueña y muere desde hoy para siempre. *** Tus manos Quiero escribir sobre tus manos. Tus manos son... y ahora la lluvia. Hay mucha alharaca en las calles, en las busetas, en los medios de comunicación. Por todas partes sale el eco de la serpiente hablada del lugar común. Tus manos son... De aquí no salgo. El agua corre tibia por mi cara, tus manos son, ah, ahora las recuerdo: ¡cuán suaves eran! *** Una tarde Como vieja fotografía guindada en el cuarto, recuerdo aquella tarde. Para entonces embriagaba su ocaso, su archipiélago fucsia y la requebrada brisa. Las casas de paja, de tejas; presentan a personas íngrimas bajo la cortina de una llovizna. En ellos nunca pasa el tiempo, todo es siempre como la eternidad. Ahora es tarde de este lado del patio; lo percibo por esta brisa humedecida, por las voces quedas, por esto, por aquello, lo otro. *** Canción lejana En la sombra de aquel árbol No comprendo el porqué esta canción bobalicona me trae nostalgia. Será porque recuerdo un camino rural con gente de un caserío humilde, tan callados que sólo cantan en la faena con olor a ensalmos y a yerbajos. Allí los pájaros, los árboles, el río; los animales de cría y silvestres los alegra la lluvia. *** Rescate en el barrio abajo Cuántas lamentaciones trajo la tempestad, el aluvión arrasó lo que encontró a su paso, por calles, barriadas y sembradíos anduvo, antes de llegar al reservorio (Lago de Tacarigua) envolvió enseres, animales, y almas. Desde aquí se puede ver la torrentera. La belleza del paisaje con la cabeza baja, dice no haber culpables, el molino del tiempo vació sus baldes y anegó las partes más llanas, cuarteó la tierra. Los periódicos reseñan tanto daño, el afectado recicla lo no desaparecido. ¿Pero qué, un milagro? Un potrillo tal centauro con la mitad aferrada a la orilla garrapatea por salvar la otra parte de su cuerpo que las aguas reclaman y la gente del barrio le ofrece sus manos para ponerlo a salvo: todos van y vienen, los niños bulliciosos celebran, hombres y mujeres afanados: todo un acontecimiento. *** Deshojado albor Cada poema un pájaro que huye Álvaro Mutis He dado varias vueltas y no he podido encontrarlos, no sé su paradero, mucho menos su futuro inmediato. Salí tras sus pasos en cuanto desaparecieron, nadie los ha visto -por aquí no han pasado- me contesta un amigo. Varias vueltas le he dado a la noria del día y sólo cansancio me ha legado. Por calles, plazas, garitos; por el mercado también anduve y nada. A dónde andarán los muy ingratos, tanto cuidarlos del intruso, del barranco y la lluvia. Esos poemas decidieron irse, emigrar como aves de paso. *** El viñedo de las maravillas a Le Comte Blue A falta del buen mango, guayabas y el mamón, buenas son las pesguas: frutillas adulzadas sin mucha codicia, su cosecha es de invierno. Cuando la hambruna ataca al caminante, lo saca del trance; va hacia el árbol -viñedo urbano- detrás de las lozas y al desprender los gajos: tinto vino es lo que sus labios prueban. Su jugo serviría de tinta Para escribir poemas sencillos. Así el poeta bramaría de gusto en el desierto de asfalto y bautizado por los rayos solares, nadaría a placer en la báquica piscina. *** Papel al fin El pedazo de papel donde transcribía un poema me lo arrebató de las manos el viento. Salió en volandas, mateando por encima de las cercas. Mientras busco; anda por allá, en la otra esquina: a veces se detiene y, haciéndose el gracioso, espera a que me acerque para darse a la fuga. Está bien, vete, cumple tu papel de higienizar. *** Fuera la tristeza Como si pescara una virosis, me quiere dar tristeza. Ahora no, estoy leyendo a Nuno Júdice, ando por parajes berracos y vienes tú a importunarme con tu bajón estresante. Sé que es una treta de los sentimientos (ahora cuando llueve) para ablandarme el ánimo. Por eso canto entre ruinas "la balada del alucinado", mientras Rut mastica mi sexo. *** Joven al fin Como alma llevada por el viento pasó mi juventud por la vida. Siempre anduve a la carrera como si me esperaran, como si me persiguieran. Soñaba ser rey del mundo, el más eficaz a la hora de dar una idea o dar en la diana en cualquier certamen por difícil que fuera. No tuve tiempo para rectificar, enmendar errores; todo se iba como nube soplada por la brisa. Al despertar de la inmadura edad; de aquella primavera sólo quedó tristeza, un peso inusual se había acumulado hasta que el azogue develó la amarga verdad: el joven que fui no era el del espejo, aquel se había esfumado a toda prisa para jamás volver por esta tierra. *** Puño y letra a Melitón Salazar No termino nunca de escribir poesía, siempre recomienzo. Poesía en ti poesía en mí, futuras generaciones también estarán a la expectativa. No escribo para el comentarista, doctor en letras, para el crítico, ni al magnate de literatura. Escribo para la mujer, el hombre; para las personas; no al título tributario de la pedantería. Poesía de emergencia, poesía para la humanidad; amor, belleza y muerte la consagran. Poetizar es la consigna poesía como pan de la vida. ** Erasmo Fernández erasmofernandez@letralia.zzn.com Poeta venezolano (Chivacoa, Yaracuy, 1948). Gran parte de su obra se encuentra publicada en periódicos y revistas literarias del país. Es coautor, junto a Jaime Betancourt y Zoraida García, del primer número de los Cuadernos del fondo de la casa. Reside en Maracay (Aragua) y es editor de la revista La Honda y el Pájaro. Ha publicado los poemarios Esperas y la ausencia (1992) y Caminatas (2002), ambos con la Editorial La Liebre Libre (Maracay). === Fatalidad Ricardo A. Halperin ==================================== Cuando Karen se fue de la reunión, su retirada pasó desapercibida. Karen sentía que en los últimos tiempos su capacidad para volverse invisible ante los ojos de los otros había aumentado notablemente; era una sensación deprimente. Con frecuencia culpaba a sus amistades por no prestarle atención, pero en otras ocasiones reconocía -un poco a regañadientes- que ella era la principal responsable de sus soledades. Sin embargo, aun en aquellos raros momentos tendía a derivar la responsabilidad de su conducta hacia la educación estricta que había recibido. Las expectativas anticuadas y el trato severo de sus padres la habían empujado a buscar refugio en un matrimonio prematuro, encaminado a un fracaso previsible. Pocas veces iba más allá de estos análisis, a pesar de los muchos años de diván intercambiando silencios con su sicoanalista. Ahora, con cuarenta años pesando sobre sus hombros, Karen se rehusaba a pensar en el futuro. La mañana siguiente encontró a Karen cumpliendo con sus deberes dominicales, que incluían el rutinario almuerzo con sus padres. Luego de misa, sus padres reunían a toda la familia alrededor de la mesa, pues esa era la costumbre. Antes de llegar a la casa, Karen ya podía imaginar el encuentro: el beso obligado sobre la mejilla fría de su madre, el semblante severo de su padre, la mirada evasiva de su hermana... Luego vendrían los largos silencios alrededor de la larga mesa, entre paredes grises desde las que los ojos tristes de un Cristo sufriente, cortesía de El Greco, observaban el gesto sonriente del Generalísimo condecorando a Papá, quizás por algún servicio importante prestado a la Patria o, a lo mejor, simplemente por ser como era. Previsiblemente, el padre de Karen era juez y había ganado fama de duro por sus fallos en apoyo del orden y de las fuerzas encargadas de defenderlo. El divorcio de Karen y su decisión de vivir una vida independiente, libre de tradiciones y de iglesia, habían enfriado la relación con sus padres y estos almuerzos dominicales, junto con los ineludibles cumpleaños y los aniversarios de los padres, eran las únicas ocasiones en que padres e hija se enfrentaban con sus silenciosos y mutuos reproches. Años después de aquel almuerzo (¿o habrían transcurrido sólo algunas horas?), Karen caminaba por las calles tibias del atardecer en Barcelona cuando pasó frente a un bar. Por impulso entró. Desde la tele, una periodista que se parecía un poco a ella cuando era más joven comentaba un ataque terrorista ocurrido ese mismo día. Karen conocía del hecho, pues ya Papá lo había comentado al almuerzo. "Necesitamos una mano mucho más dura para lidiar con estos asesinos", había dicho él. "Antes esto no habría podido ocurrir". No le había prestado atención entonces, pero ahora frente a las imágenes crueles creyó reconocer el lugar del hecho, se trataba de un hotel en Palma en el que había estado mucho tiempo atrás con aquel esposo hoy casi olvidado. Karen no era de hablar con extraños, pero el drama televisado y el recuerdo de su paso por el lugar la impulsaron al comentario. El barman resultó contar con un oído paciente y un aire con algo de atractivo, aunque Karen sólo llegó a esta conclusión muchas horas después. Desde la tele, la periodista comentaba que el atentado parecía dirigido a un juez que estaba pasando el fin de semana en la isla, aunque los muertos incluían un número de turistas extranjeros. Aparentemente, decía el comentario, se suponía que la bomba podía ser responsabilidad de un pequeño grupo disidente dentro del movimiento "Terra Liure" que se negaba a aceptar la decisión tomada en 1991 de abandonar la lucha armada, pero era evidente que poco se sabía en cierto y que el comentario era, más que todo, especulación. Previsiblemente, la periodista aventuraba sobre posibles vinculaciones con los separatistas vascos. Dos whiskys después, Karen abandonó el lugar. Dos o tres noches pasaron y Karen regresó al bar. Esta vez hizo un esfuerzo por mantenerse sobria y ante la ausencia de clientes tuvo oportunidad de continuar su charla con el barman, que a poco insistió en utilizar el catalán, aunque su español era tan bueno como el de cualquiera. Poco antes le había comentado que su apodo era Joe, y Karen no pudo menos que destacarle la ironía de usar un sobrenombre en inglés pero insistir en el uso de la lengua de la región. Karen era nativa de Barcelona, de manera que no tenía problemas en el manejo de la lengua, pero era indiferente a su uso. Para ella era simplemente un recuerdo compartido por pocos, bonito, musical y seguramente destinado a morir. Joe, por el contrario, tenía ideas muy definidas al respecto y sentía que el uso del español entre catalanes era una negación de su propia identidad. En las semanas siguientes Karen continuó regresando al local a diferentes horas y, previsiblemente, entabló una relación más estrecha con Joe. Éste era fanático del fútbol y, algo poco usual para una mujer, ella era también una adicta con buenos conocimientos del tema, uno de los pocos legados positivos del marido pasado. El fútbol les brindó conversación, y un importante partido nocturno le dio a Joe la oportunidad de invitarla a su casa para verlo juntos por televisión. "Real apesta este año", comentó Karen. "Vi jugar al equipo femenino de Estados Unidos frente a China hace un par de años y las mujeres jugaban mejor que éstos. Eso que la mayoría no era profesionales. No entonces, por lo menos". "Sí, claro", respondió Joe con ironía, "recuerdo a esa polla quitándose la camiseta para lucir el corpiño y mostrarnos lo macho que era". Para entonces la relación ya los había llevado al dormitorio y aunque el sexo no era espectacular, para Karen era la primera oportunidad en mucho tiempo junto a un hombre. Se aferró a Joe con desesperación y comenzó a visitar el bar regularmente. Él cumplía con sus obligaciones sexuales con eficiencia, no totalmente exenta de ternura, y ella se sentía satisfecha con esto. No hablaban demasiado, no esas conversaciones serias entre parejas que alumbran los aspectos básicos de la personalidad. Conversaban sobre fútbol y Karen le contaba sobre su vida y su familia, no todo claro está, y Joe la escuchaba con atención y algo que ella percibía como simpatía. Él, en cambio, le contaba poco sobre sí, había quedado huérfano a los doce años como consecuencia de un accidente, y había sido criado por un tío que consideró que era su deber hacerlo y así se lo hizo saber. Pasó brevemente por un ring y ahí su nombre, José Luis, quedó metamorfoseado para siempre a Joe Lewis, lo que sorprendentemente parecía no importarle, quizás porque sugería que había sido mejor boxeador que lo que proclamaban los resultados... Había cambiado de trabajo con frecuencia y parecía no tener grandes ambiciones. No hablaba de sus amigos y Karen supuso que eran pocos. Tampoco le comentó sobre su vida afectiva antes de conocerla, obviamente había tenido otras relaciones antes pero el amor parecía haber tenido poco impacto en su vida. La ausencia de libros en la casa sugería que leía poco, excepción hecha, claro está, de las revistas deportivas, pero su mesa de luz ostentaba una copia gastada de Sentido común, de Thomas Paine, una pequeña inconsistencia en la que Karen no osó hurgar. Una pregunta casual le abrió a Karen una pequeña ventana por la que atisbar algo de la personalidad de Joe. Fue cuando le preguntó qué lo llevó a irse a la casa de su tío. "Me insultó", respondió Joe, y para él esa fue respuesta suficiente. En alguna oportunidad Karen pareció advertir un aire furtivo en su comportamiento. Esto la alarmó, ya que supuso que se debía a que mantenía relaciones con alguna otra mujer y los celos irrumpieron en la relación. A veces Karen le revisaba los bolsillos; estaba fascinada por su forma de escribir, tenía letra prolija, de escolar, sus caracteres eran redondos y parecían pretender elevarse de la línea y decoraba sus íes con pequeños circulitos. Lo que Joe escribía, por el contrario, era consistentemente aburrido: cuestiones del bar, listas de compras, números de teléfono que resultaban corresponder a algún negocio... En fin, nada que sugiriese una relación con otra. Una vez Karen decidió seguirlo y creyó detectar que caminaba con cautela, como si presintiese su presencia. Le resultó difícil esconderse y finalmente lo perdió de vista. No se animó a repetir la experiencia, temía que si Joe la veía la relación no podría sobrevivir. Los celos, sin embargo, no desaparecieron, y con el tiempo ensombrecieron la relación y las visitas de Joe se volvieron menos frecuentes. Karen supuso que se había aburrido de ella. Una noche, cuando ya hacía cuatro que no se veían, Karen llegó al bar a eso de la once de la noche, cuando normalmente estaba abierto. Sin embargo, en esa oportunidad, las persianas de metal estaban bajas y el cartelito de "Cerrado" confirmaba lo evidente. Golpeó a la puerta sin ningún resultado cuando algo la llevó a reparar en un papelito arrugado a sus pies. Cuando lo recogió vio una dirección conocida escrita a lápiz. Corrió hasta el departamento de Joe y golpeó la puerta con fuerza hasta que la alharaca llevó al vecino a asomarse. "Se fue", le dijo con mal humor y la despidió con un portazo. Confundida, Karen emprendió la caminata de regreso a su casa para encontrarse a medio camino con el rostro de su padre mirándola desde las pantallas encendidas en un negocio de venta de televisores. Horrorizada, Karen se detuvo a observar el relato mudo de un nuevo incidente terrorista, mientras nerviosamente rompía en pedacitos un papel arrugado con la dirección de sus padres escrita a lápiz. Si alguno se hubiese detenido a recoger los pedacitos, quizás habría podido ver alguna que otra letra i con un pequeño circulito cubriéndola como sombrero... ** Ricardo A. Halperin rhalperin2@comcast.net Escritor y docente argentino (Buenos Aires, 1940). Actualmente reside en las afueras de Washington (EUA). Se educó en la capital de su país y en Córdoba, y completó estudios de postgrado en la Universidad de Columbia (EUA). Fue profesor de economía en la Universidad de Buenos Aires (1968-1973). En 1976 se incorporó al Banco Mundial, en la ciudad de Washington, DC, donde desempeñó diversos puestos gerenciales hasta jubilarse en 2001. Ha publicado numerosos trabajos sobre temas económicos. === Poemas Héctor Loza González ====================================== *** Intento poético #88 Mis ojos encuentran su derrota, sucumben ante letras que, con eterno arte, estremecen el alma cuando nadie lo nota. Mis ojos encuentran su derrota, pues te veo naufragar entre líneas, fantasmal imagen que, a distancia, se presenta disuelta y diluida como un lunar de sal entre las aguas. Mis ojos encuentran su derrota, el vaivén de tu ausencia los subyuga. olvidaste las huellas de tu cuerpo, olvidaste la incauta insistencia del recuerdo, me dejaste en la piel esa ironía, esa burla fina que a veces fue mía, que siempre ha sido tuya. Mis ojos encuentran su derrota, llueve sobre los versos de Neruda, llueve también, afuera, bajo la luna, llueve desde mis adentros y una lágrima brota... *** Se me ocurre Eres mi primer trazo, mi obra maestra... Dulce amante dormida, se me ocurre mirarte con el morbo preciso, tocarte suavemente con los ojos, acariciarte con mis pupilas encendidas, inquietarte, sólo un poco, con el deseo suficiente para dibujarte en el rostro el bosquejo más perverso de tu sensual sonrisa. Se me ocurre mirarte para amarte de nuevo, con apuro y sin prisa. Se me ocurren tantas cosas, y entre tanto estos versos, intentos opacos de tenues destellos, garabatos nerviosos, suicidas, tambaleantes, pero honestos... Tú, descubierta a contraluz. Yo, oculto en claroscuros. Y las sombras de nuestros cuerpos descansan aún inquietas sobre los muros de esta habitación blanca, inundada casi en silencio, inundada en un tiempo casi mudo. Y a lo lejos, ya se oyen los ecos de una noche de melódicos susurros. Batalla lunar: seducción de los amantes, ficticias gravedades, toqueteos, parpadeos, disparates, riñas intermitentes que buscan, insistentemente, un resquicio, una oquedad, para recomenzar. Y a lo lejos, en la noche, ya se oye el bostezo del mundo, Inquebrantable paz. Imposible es negar que las palabras se lamentan al tratar, inútilmente, de describir tu palpitante belleza. Sería mentir, si no dijera que la frágil desnudez de tus pies ligeros, asomándose entre las sábanas, al borde de la cama, son mi mejor poema. Se me ocurre respirar tu calma, besarte el alma mientras tus labios aún tiemblan. Se me ocurren tantas cosas, deleitantemente inciertas, pero sucede que no estás despierta. Se me ocurre soñarte mientras duermes, y probar de tu cuerpo un suspiro de vida. Dulce amante dormida, Un paisaje sombrío se posa en el fondo azulado de tu espalda, Matices prohibidos invaden el nocturno lienzo de tu piel. Y a mí sólo se me ocurre mirarte mientras se desmorona el día. Y así, a distancia, hurgar en tus curiosidades, entre tus pechos malva y tus muslos púrpura, mientras capturo en la cuna de tu vientre el menguante reflejo de la Luna. Y a mí sólo se me ocurre Mirarte, descubrirte como por primera vez, y sentir que el amor es el arte de cada anochecer. Eres mi primer trazo, mi obra maestra... *** Bleu A Mónica, la voz en mis silencios. Azul, ese aventurado parpadeo de la noche, que circunnavega, desnuda y da vida a las sombras, propagando desvelos, ese suspiro insomne... Azul, la caricia que llega al puerto de una espalda, el naufragio y la isla, todo se funde en un solo canto, que esconde la agonía, el temblor de unas manos, descubriendo una playa en donde anclar los sueños... Adiós a las amarras, las brújulas, los mapas; los astros sonríen, colgándose del cielo, titilan un verso que marca, sin quererlo, el rumbo inesperado de esta pasión tan líquida, destino al descubierto; dos peces se entrelazan en sonámbulo vuelo... Azul, el color de esa noche que siempre llega... Azul, el color de los poemas para decir te amo, sin siquiera decirlo, así, azul, como el silencio placentero en el que dos cuerpos son la noche misma, y siendo ellos mismos se desvanecen lánguidos, se sumergen en el letargo irremediable del ensueño y esperan amorosamente a que amanezca... *** Sleepwalk En esta insomne brevedad nocturna, alienada a mi lamento está tu risa; la sutil ironía, el desencuentro, la tan ligera burla aunada a ese espasmo recurrente que dejan siempre las pasiones breves, las caricias llanas y las palabras burdas... Es esta obstinación triste y perenne que llega siempre a su hora justa, cual fiel letanía que va y viene, se desvela o madruga; es esta fantasía dulce y tenue, que no permite el desengaño, nunca... Soy yo en las fauces de tu noche, esa salivacíon, bestial y oculta, del bello y complaciente monstruo al que llamamos sexo, ante el cual buscamos, obstinadamente, que el amor sucumba... Fatal, letal, mortal, como si un beso o un verso nos golpeara de lleno en la nuca... Y sólo queda ese rumor espeso, que se lleva consigo la densa lluvia; tu nombre y mi nombre, el de ambos, nuestro adagio rodando lento por la calle sucia. *** Truco o treta El predecible final persiste, el final que planeamos, el que el mundo temía, es el de ayer y el de siempre, es el arcano del tarot quien sonríe y miente, es nuestra muerte, esquivando a la vida, es esta taza de café a las siete, dulceamargo, meditante y silente, es ese azúcar de las nubes rasas, que espolvorea parsimoniosamente mi presente... Son mis ojos haciéndole el amor al diario, el amor de a diario, al diario del amor, son mis manos recortando tu nombre de la nota roja, mis manos haciéndote la autopsia, descubriéndote muerta, nota roja, negra rosa, rosa roja, negra nota, son mis ojos teniendo un orgasmo, un éxtasis necrófilo, oculto e indecente, es tu foto, la de tu última sonrisa, esa que busqué tanto, en los estantes, las repisas y los armarios... Te tengo, más de lo que ayer creía, te tengo, y ahora puedes ser quien yo quería, puedes ser mi amante, mi madre, mi hermana, mi tía, puedo ser culpable o pecar de hipocresía, decir, tal vez, que no te conocía, o decir también que te odie hasta las lágrimas, que te ame sin mentiras... ¿Tú... tú qué dirías? Dirías acaso que fui el loco poeta que te mandaba flores casi todos los días, Tulipanes, gardenias, girasoles, Tonterías, odas, canciones, perfumes, joyería..? ¿Qué me dirías, en este justo instante, si pudieras entrar por esa puerta, que tus pasos hicieran eco en este café sin nadie, dejando atrás el teatro y las caretas, atrás todo, atrás tus pelucas y tus vestidos caros, si pudieras entrar por esa puerta, y vinieras con tu rostro desmaquillado a morderme una oreja o a reírte de mi peinado, a rodear mi cuello con tus brazos y aliviarme el semblante con la caricia de tus labios?... ¿Que me dirías..? Ya lo sé, lo sabes, nos amamos... -Ces't fini -Ces't la vie Y nos vamos... Nos vamos porque nunca es tarde, ni tampoco temprano, es la hora de todos y de nadie, la de los relojes y los gallos, de los borrachos y los amantes... Nos vamos, ya nos vamos, no sin antes dejar como propina en una servilleta la letra de un tango y en el cenicero la chispa de un amor de marquesina... Nos vamos, ya nos vamos, porque, a esta hora, en la que me regalas tu vívida sonrisa, la noticia de tu muerte ya habrá invadido todos los diarios, porque una nube rasa va pasando y todo está en su sitio exacto, las rimas, la brisa, la prisa y nuestra risa, porque tu mano es el espejo de mi mano, porque este es el final de siempre, el de ayer, el final que inventamos... ** Héctor Loza González doppler156@hotmail.com Escritor mexicano (Mexicali, Baja California, 1984). Cursa la Licenciatura en Docencia del Idioma Inglés en la Facultad de Idiomas de la Universidad Autónoma de Baja California, carrera en la que ya ha empezado a desarrollarse profesionalmente. === Cesáreo Mala Muerte Francisco Font Acevedo ======================= El Viejo decía que yo la había matado, pero no era verdad. Yo no tengo la culpa de haber nacido de trece libras con cuatro onzas. Si hubiera sabido lo que me esperaba en la vida, no me hubiera importado morir en el parto junto con mi madre. Pero no fue así, las cosas nunca ocurren como uno quisiera. Al menos mi madre tuvo mejor suerte. A ella el Viejo la enterró entre lágrimas y flores, mientras que a mí me nombró Cesáreo por haber jodido el parto, literalmente. Para colmo de males, crecí con un hermano, tres años mayor que yo, con quien no tenía ninguna afinidad. Era enclenque y zángano, un sumiso de nación. Hacía los quehaceres de la casa sin protestar y el Viejo nunca lo tocó. Conmigo fue todo lo contrario, por alguna razón siempre me tuvo roña. Bastaba con que yo hiciera la más mínima tontería (o que el Viejo creyera que yo la había hecho) para que éste me azotara con lo primero que tuviera a mano. Era una costumbre suya, una de sus malas mañas. Cuando crecí lo supe: a falta de mi madre, me pegaba a mí. Pero todo tiene su final y a los quince años me harté. El Viejo no se dio cuenta de que los años pasan y en uno de sus arranques de violencia quiso golpearme con un palo de escoba. Ya yo no estaba para aguantarle mierda, así que lo amenacé con un bate de béisbol. El Viejo no me hizo caso, me golpeó con el palo en la espalda, y entonces yo le rompí la boca con todos sus dientes de un batazo... es increíble la sangre que mana de una boca hecha cantos. Al Viejo se lo llevaron al Centro Médico. En cuanto salió de intensivo, se querelló con la policía. Ese mismo día me encerraron en un reformatorio. Si algo le tengo que agradecer a mi padre fue que sin querer me había entrenado para resistir golpes, una destreza necesaria para mi futura carrera profesional. Seis años encerrado en un reformatorio es mucho tiempo, pasan muchas cosas, ves demasiado. Para sobrevivir tienes que volverte duro, si no, te joden hasta rajarte el culo y el alma. Lo importante era mantenerse uno ocupado y eso hice. Durante el tiempo que estuve allí me dediqué a ejercitarme y a los veintiuno mi cuerpo tenía la forma de un hombre-montaña: seis pies con cuatro pulgadas de recia musculatura. Era fanático de la lucha libre, siempre lo fui desde niño y, por mi experiencia dentro del reformatorio, sabía que podía ganarle a cualquiera. Me convencí que en cuanto saliera de aquel antro de violencia, me convertiría en luchador profesional. La yerba mala, aunque tarde, sí muere. Cuando salí del reformatorio, al Viejo ya se lo había tragado la tierra. Un ataque al corazón. Me imagino la indigestión que habrá causado a los gusanos. Con mi hermano no podía contar. Es cierto que en las primeras semanas me hospedó en su estudio (un chiquero a dos cuadras de la Plaza de la Convalecencia de Río Piedras), pero fue tajante en que debía irme en cuanto encontrara un trabajo. No había cambiado gran cosa en seis años. Había seguido su destino de gusano, y ahora trabajaba de bibliotecario en una escuela. Le encantaba leer y mataba las noches escribiendo. Nunca le conocí mujer en las semanas que estuve conviviendo con él. A lo mejor con el tiempo se haya metido a maricón, pero no estoy seguro. Un maricón tiene que atreverse a sacrificar el culo, y mi hermano es incapaz de cualquier forma de heroísmo. Siempre quiso ser invisible. No sé por qué. Trabajé un año de gondolero en un supermercado de Hato Rey. Era un trabajo miserable como tantos otros, pero me daba para sobrevivir. Vivía solo. En ese tiempo tuve pocas mujeres, ninguna duraba más de dos citas conmigo. No las culpo. Yo tenía y tengo un problema severo de halitosis. Comencé a frecuentar un gimnasio en Canteras donde sabía que practicaban algunos luchadores profesionales. Traté de impresionarlos y terminé con una muñeca rota. Tienes cuerpo, me dijo uno de los luchadores, pero te falta técnica. Sigue practicando. Luego de que me quitaran el yeso, seguí yendo al gimnasio a diario. Allí me pulí y aprendí todos los trucos del oficio. Decidí hacerme luchador rudo. Los rudos son más excitantes y gozan de toda la atención de la fanaticada aunque sea para recibir sus insultos. Siempre he creído que los del bando técnico son unos aburridos con fama de justicieros. Me dejé el pelo largo como un neandertal y adopté el nombre de Mala Muerte. Tropical Sport Promotion, la principal productora de lucha libre del país, no me dio la oportunidad, así que me incorporé a Pakokike Wrestling Group, una compañía de poca monta, con luchadores de tercera y cuarta categoría. Hacíamos carteleras cada dos semanas por los barrios rurales de Carolina, Trujillo Alto, Gurabo y Juncos. Llegamos a hacer giras a otros pueblos de la isla, pero muy pocas veces; la paga era tan poca que no valía la pena. Los fanáticos de esos lugares prefieren las carteleras de Tropical aunque tengan que pagar por la entrada. La lucha de Pakokike se hacía en un cuadrilátero al aire libre, casi siempre ante un público formado por borrachos y curiosos sin nada mejor que hacer. Eran unos verdaderos hijos de puta. Si quedaban complacidos con el espectáculo, tiraban frituras y latas de cerveza al cuadrilátero. Si no les gustaba lo que veían, entonces te tiraban con botellas. No había pelea mía en que no me enfrascara en una guerra de insultos con dos o tres de aquellos cabrones. Era divertido. En seis años de carrera como luchador mi récord ha sido casi impecable. He perdido más de cien peleas. Perder una pelea es diez veces más difícil que ganarla. Hay que ser más convincente; si no, el público te abuchea y no quiere volver a verte el pelo. Un buen perdedor, un perdedor digno, tiene que dar la talla, amenazar convincentemente con ganar la contienda, hacer trucos ilegales para ganarse el odio del público, y en el momento propicio dejarse vencer sin que se note. Un mal golpe, una caída inesperada y se fastidia el resultado del combate. Existe un código de honor entre los luchadores. No se debe lastimar de más, ni incapacitar al contrincante. Casi todos tienen familias que mantener y nadie quiere quitarle las habichuelas a otro colega. Los accidentes ocurren, claro está, y se perdonan. Pero cuando se sospecha que el ataque ha sido vicioso y deliberado, el luchador se convierte en persona non grata. En todos estos años de carrera, gané sólo cinco peleas. Las cinco veces fueron errores de cálculo que mandaron a mis contrincantes al hospital. A Tony Finger y a Real Kill les rompí sendas costillas; a Calypso Man le fracturé la tibia; a Ciclón Montes le desgarré la oreja derecha; y al Perro de Canteras, la última víctima de mis torpezas, le disloqué un hombro con tal fuerza que ya no podrá volver a la lucha. Tienes mucho cuerpo, pero pobre técnica, me dijo el promotor de Pakokike al despedirme. No podré volver a la lucha en buen tiempo, pero me consuela saber que mi hermano está peor que yo. Se pasa metido en un pub bebiendo a morir y todavía vive solo en el mismo chiquero de Río Piedras. No sé cómo se las arregla sin mujer. A mí las putas me permiten hacerles de todo menos besarlas. No las culpo. En cuanto ahorre suficiente dinero, voy a operarme las amígdalas. ** Francisco Font Acevedo ffontacevedo@yahoo.com Escritor puertorriqueño. Ha publicado el libro de cuentos Caleidoscopio (Isla Negra Editores, 2004). El texto "Cesáreo Mala Muerte" pertenece a un segundo libro en preparación. Ocasionalmente, colabora con artículos en la prensa escrita de su país. === Poemas Maritza Aguirre =========================================== *** Nota para Ana lanzada en una piedra ...con mi raíz cerca de la tuya para que nuestras copas juntas mecieran con el aire. Ana, esta noche lo leí. No me puedo dormir. Te alerto. No te muevas hoy. No vayas a ningún lugar. Es un libro maldito. Con razón tu abuela lo escondía tan alto. Dice que saldremos de la casa y que no regresaremos. Que nunca más volveremos a encontrarnos. Que no escucharás el silbido desde mi balcón. Que no colgaremos más toallas de colores para llamar los novios desde la ventana. Y que puede suceder en un instante. Tu casa aparece en un extremo de la hoja. La mía en el otro. El resto es una maraña de tierras y agua, no media nuestra calle con baches. Quizá si recortamos el papel y unimos los bordes podamos evitarlo, pero entonces los nombres quedan al revés, chocando las cabezas y eso puede ser peor, son campos visuales opuestos. En un país lejano veremos nuestros cuerpos, diferentes. Yo te reconoceré enseguida y silbaré con fuerza, pero tú no escucharás. Desplegaré en una plaza la toalla de colores y tú no la verás. Te tiraré una caja de recuerdos con las flores secas de la noche del [viernes con los aspavientos de tu madre en el patio con los besos de Manuel. Y ni siquiera recordarás que Manuel fue el amor. Busca el segundo tomo. Encuentra el maldito libro. Ahí deben estar las soluciones. Siempre las hay. Tengo miedo Ana. Hoy vamos a quedarnos quietecitas. No salgas aunque tu madre te lo pida. Vamos a agarrarnos bien a estos balcones. *** Pido tu cabeza Para el acomodo en hombros de la mía pido tu cabeza a Antipas pero no fría servida en la bandeja sino al retozo tendida en mi cintura. *** Quién iba a creer Cuando lo escuchamos, nos reímos porque ¿quién iba a creer aquel absurdo? no era más que un guijarro, un lunar, un soplido una siesta de todos los sentidos. Cuando lo leímos, nos reímos porque ¿quién iba a creer aquel absurdo? no era más que el vuelo de un escritor muy fértil un susto de muchacha, una agujeta. Cuando empezamos a vivirlo, nos reímos porque ¿quién iba a creer aquel absurdo? no era más que un mazo golpeando las cabezas un grillo alojado en el oído, el hincón de una abeja en la esperanza. Cuando empezamos a morirlo, nos reímos porque ¿quién iba a creer aquel absurdo? no era más que un hierro quemando las entrañas un rasgón de tiras de vagina, un incesto tardío, un tiro sin la gracia de la muerte. Cuando nos mataron, nos reímos porque ¿quién iba a creer aquel absurdo? no era más que un temblor sin piedad en los cuerpos un nular de alas, un talar de troncos, un silencio de pájaros. Cuando las imágenes salieron, nos reímos porque ¿quién iba a creer aquel absurdo? *** Amiga insustancial Amiga en la extensión de la caligrafía más gótica -no en el concepto- tan llena de arbotantes y arcos seccionados elevada en beatitud de rosetones. Muerta en la magnitud circunstancial del contenido -no en la rigurosidad textual de la palabra. Insustancial inmaculando la gelitud concreta en que defecas. Con tanto cielo que pudimos pintarle a esos pájaros pudriéndose en tu sombra comiéndote los párpados. No dejaste una gota de agua del Leteo te quedaste lerda, cuesco en fruto seco distante al sur que raja. Yo que te traje un cofre piramidal con la calima una duna, el ocre del desierto en la pupila para que huellaras y me dejas sólo el modo el exótico modo de decir que te den por todo lo muerto que vas dejando a tu costado. *** Los amigos son raras especies Hay amigos mariposas. Nos regalan el placer de los colores pero son breves no saben de raíces ni de rayos y se pierden en las flores. Hay amigos trasgos. Aparecen sorpresivamente iluminando los rincones de la estancia y se van dejándonos las ganas todavía. Hay amigos dinosaurios. Son aquellos que pactaron con sangre guardar nuestros amores en secreto y ahora lo ríen con otros dinosaurios delante de nuestros hijos. Hay amigos troncos. Permanecen en el mismo lugar donde nacieron nos reciben colmándonos de frutos y de sombras y nos hacen llorar al despedirnos. Hay amigos puentes. Esos jamás pierden el norte nos van señalando teléfonos, ciudades aparecen en las fechas señaladas y enternecen. Hay amigos lluvia. Llegan en las sequías prolongadas a prodigar nuestras tierras a devolver el verde a las montañas y estremecen. Hay amigos quimera. Les guardamos por años la blandura y un día al voltearlos al mirarle los ojos descubrimos que un extraño los habita y lastiman. Hay amigos estrella. Se alzan en las noches más oscuras para darnos su luz y la esperanza. Hay amigos concha. Que buscan la humedad de nuestra ola y les damos el mar y los corales. Hay amigos brujas. Que en su afán por descoser espasmos nos llevan en sus vuelos por pecados celestes y nos hilvanan los sueños todavía. Hoy con sólo la presencia de uno de estos brujas bastaría. *** Cirugía No me esculpa la nariz perfecta que empañe la fealdad que me distingue limítese a restaurar las piezas siendo más fiel que lo imposible. No haga pinzas que apuntalen descensos no cercene el poniente no me ampute locura no silicone en los pechos no succione con lipos mis derrames no me corte la burla en los ojos no reduzca la abertura de la risa no me aumente los labios que ya saben bastante de palabras obscenas. Esta mujer ya fue primavera y hoy transita en paz por los otoños. *** París no me conoce París no me conoce no ha pisado un hierro de su torre en mi osamenta no conduce mis ruinas ni Corbusier se asombra de mi mano de esta mano con alas que una vez flotó el cuerpo. Madrid me sabe poco no me ha abierto el escote no ha dejado resquicio por donde asome un volar no me aguarda en cibeles no aconcava al cincel. ¡La Habana! La Habana es un monstruo que carga con mis huesos. La Habana me arde me encaja en cubierta me alza en dos brazos colosos me juega imposibles me tiende cipriones. Yo raspé el malecón de madrugada le exprimí el cielo hasta sacar la aurora. La Habana es un fuego de cuatro pulmones. Me aguarda en los muros en los adoquines. La Habana me lava la risa me estruja la sal me condena a la vida. La Habana me asiste me guarda una ola... tengo que pasar a recogerla. *** Problemas generacionales Ha pasado mi tiempo frente a la caja tonta ordeñándole la vacuna inteligencia mientras a mi hijo le pasa todo su tiempo frente a una caja inteligente ordeñándole el tonto vacunamente. *** Isla Llegó por un costado de la noche. Le pareció que era una isla hermosa sin madre que le zurciera la pena. La alzó en una mano y le acomodó la montaña le peinó las palmas le puso un sol y una nubecita clara le cosió la ola. "¡Qué desvalida está!" pensó y se la guardó. Ahora la isla siempre lo delata por el solecito que le salta en la camisa. *** No, Don Anselmo No, Don Anselmo. Recurro al cansino principio del marxismo: en la esencia del ser radica el tema. No importa qué cuna lo vio nacer a usted ni en qué remota isla, por hermosa. No reinicie la ruta conocida ni vuelva a ver en América, Las Indias. No equivoque. Mi nombre no es asere no es santa ni gallega. Es agua clara. Ser de mi isla no entraña ajustar su isla a mi cintura. Desande usted camino. Marche al barranco. Y entréguele a su madre mis respetos. ** Maritza Aguirre maritza2099@terra.es Escritora cubano-española (1949). Es además arquitecta, escultora y poeta. Reside en Estados Unidos. === Tres cuentos Carmen Garrido Ortiz ================================ *** Momento (mi bar de noche) Salen los brazos de las chaquetas que los guardan siempre a eso de las dos. Media hora más tarde, llegan las primeras carcajadas de unos chistes que hacen gracia. Y mire usted que son malos los chistes de madrugada. De fondo, se oye el sempiterno quejío, o una música de jazz, Miles Davis, creo. De decorado, Norma Jean, Hepburn (Audrey), Manhattan, la 54. Tres pinturas de un expresionismo agresivo que nadie compra. Exposición permanente de un pintor "muy logrado". De atrezzo, las diez mesas, las sillas cómodas, respaldo forrado, cervicales agradecen. De tramoyistas, el barman -un personaje gótico vestido de negro infame-, los dos camareros y el dueño -un tipo de aires nuevos, ni din ni don. De actores, pibes de comedia bufa, un donjuán de bajos vuelos, las chicas rubias del vaquero bajo, los chicos altos del pinchado pelo, tres tristes tigres, la falsa rica, el rico bueno, el grupo de los que buscan, la solitaria in crescendo, la china de las mil rosas, el guapo, la buena y el feo. Todo un tango en una esquina. Y que comience ya el juego. En el principio, fue la cerveza. La rubia para sembrar. "Yo, de campo". "No, detesto el baile. Soy tímido". "¿Esquina Plaza de Cebada? Lo conozco". "Un mal tipo. Aunque a mí no me gusta juzgar". "De delantero. Del Barça". "Seré polvo, mas polvo enamorado". "Somos tres, conmigo". "¿La echas de menos?". Hora tercia (ya van tres). Gintonics. Mucho hielo. "Pasear por el camino que va a la estación. De chico, quería ser maquinista, ¿sabes?". "Mi cumpleaños es en mayo, el 21. Pero no me felicites... No soy de los que cuentan las llamadas". "Estuve en un desfile. No era como los de París, pero casi". "Vendía caballos de poco trapío y ella tenía una tienda. Los conozco porque eran vecinos de mi madre. Vaya tela de familia". "No me gusta lo que hago. Pero intento ponerle pasión. Será que soy un optimista. Botella medio llena, siempre". "No. No lo conozco. Me puedes dejar Bestiario? O una selva de Quiroga". "No me importa vivir solo. Me gusta observar y callar". "Me encantan los trenes. Y la velocidad. Y compartirlos con alguien. Qué triste es la soledad. Me da alergia también. Como a ti". Las dos en punto. Hace calor: los ventiladores son de mentira. Cócteles de la casa: margaritas, caipirinhas. Especialidad: el melquite. "Y no cumplir ilusiones te va haciendo viejo. No como tú, que eres tan joven. Y tan bonita. Y que tienes toda la vida por delante". "¿Tengo la mano temblando? Es que... hace tiempo que no me miraban así, tan tierna...". "Yo he cumplido mi sueño. Y eso que soy bajita, pero gano mucho de lejos". "Yo sólo digo lo que pienso. Que no es justo que se separen, los hijos ya son mayores". "Me gusta como te reafirmas. Tan clara, tan meridiana. Siempre me gustaste, aun cuando regañabas con el jefe, toda derecha, sin sutilezas". "Yo sólo oigo a Veloso, de fondo, cuando hago el amor. ¡Pero no lo escucho!". "A veces escribo, sueltos. Me siento en el parque y veo, veo pasar la vida. Y la cuento. ¿De ti? Claro que escribí un relato. Se llamaba 'La niña de la alforja' ". "Pero eres comprometido... Aunque pienso mucho en ti, lo admito. Aunque mañana me arrepienta". Seis en punto. Mi bar cierra. Café con hielo, agua tibia, hora eterna, quiebra el cielo. Los cincuenta bien cumplidos y los veintitantos bellos van por dos aceras distintas, se acompañan, no hay deseo. Él siente haber entonado su eterno fado de penas. Ella siente que perdió la madrugada y hoy hay fiesta... ¿con quién queda? La arribista del yo, mí, me anda sola calle arriba. Se aburrió de tanta moda el guapo listo. La deja. Se dice, se cuenta, se rumorea... habla al oído de quien la escuche, quien sea. Mientras, él le mira el cuello y, curioso, cuenta piedras. El ennoviado y sin miedos se detienen y se miran en un escaparate. Sólo se rozan y se agarran de las manos. Las dudas las dejaron en el vaso del Cardhu, solo, a medio beber. Mientras tanto, los demás... un tímido y una tierna; un honesto y una franca; una culta y un librero; el escritor platónico y el amor que deja de serlo... andan, por las esquinas, enredaditos en besos. *** Gabán verde He subido todas las prendas de invierno al desván, menos el gabán verde de cuero. Lo colgué en el armario. Pero no me gustó el sitio. Y ya es verano. Un verano como debe serlo: tradicional y presuntuoso. No me digas que el verano no lo es... Se presenta arrollador, con su bochorno, su siesta. Es mi gabán observador de nimios detalles. Me gusta porque me dijiste que parecía Mata-Hari con él y porque tuviste la osadía de subirme sus solapas el primer día que te vi. El día en que te plantaste la sonrisa de los hoyuelos. El día en que decidí disfrutarla porque sabía que nunca la iba a besar. Tú, tan tuyo. Yo, tan mía. Debajo de ese cuero he tiritado cuando me contabas un cuento en la escalera vacía del "alma mater", que es tu mater y mi madrasta. A piola, te saltas las clases por media tostada y café solo. Tan solo estaba el café, por propia definición, que siempre lo he abandonado en la esquina, junto al valor de la soledad: un euro. Así que yo debo ser rica. Encima del abrigo verde me enseñaste tantos ritos. Posición india para escuchar al sabio, que hilaba historias sin final bonito. No fuera a ilusionarme. No fueras a ilusionarte con la palabra "posibilidad". Eres Aracne, flaco. "Escríbeme", me decías. Y la pregunta ya iba a mi boca: "¿Sobre tu espalda?". Dentro de los bolsillos he dejado la entrada de "Million Dolar", la servilleta del Cairel, la barra de labios roja (la de la suerte), una estampita del convento perdido, el foulard de marzo y los mecheros de Camel que me regalabas. Y las gafas de sol que tanto te miraban para ahora recordarte. He abrochado los botones, he anudado el cinturón. Limpié los bajos del barro, quité el polvo del cuello. Lo limpié y lo pasé por el romero que crece bajo mi casa. Lleva dentro el cuentecito de abril. Ahora ya sabes, flaco, por qué te lo mando por correo urgente. PD.- Cuídalo. Y en septiembre lo requiero, que ya habrá más primaveras. *** Monólogo de escritor Cuando era joven tenía la firme convicción de que las ideas que inspiraban mis escritos debían vivir cerca del mar. El océano como gran fuente de inspiración; el calor obsceno como tortura sistemática del cerebro derretido (pero incendiario); las noches frescas con sus vinos, mujeres y pachangas, cajas de Pandora en las que yo, veinteañero, buceaba para escoger virtuosas ideas que luego machacaría en mis escritos. Camus tuvo algo que ver con eso y con mi obstinado apego a lo salado. Desde que El extranjero entró en mi vida, yo quise sentir aquel indecente "no pasar nada" que parecían tener las ciudades de arena y ventiladores en las que viví. Una época que resultó desquiciante y absurda; mis libros y yo vagando a lo largo del Paraná en busca de las ideas. Me instalaba en el salitre y esperaba el llegar de aquellas musas que se reían de mí en cada esquina del periplo. Pero las musas no inspiraban la idea primigenia, así que todo se volvía profundamente angustioso. Demoledora era la verdad que se cernía sobre mí y de la que huía: no podía ejercer lo que consideraba mi profesión y mi pasión. A quien me preguntaba, yo le respondía: "Soy escritor". Me sentía ufano de lo que era, una joven promesa, o más bien de lo que podía llegar a ser, uno de los mejores, aunque de facto, yo ejerciera de simple mirón de los segundos de la vida. Odiaba mentir sobre mí mismo, sobre todo en aquel año de mis veinte en el que me había propuesto ser honesto y ecuánime. Deseaba abandonar las falsedades: gritar sobre algún malecón que yo, que me preciaba de serlo, sólo tenía la ambición, el deseo, la apremiante necesidad de ser escritor, pero que no podía escribir una sola línea porque no ocurría "nada", ni un ápice de sangre corría en mi interior. Mis anzuelos habían muerto. El tedio más absoluto hizo que odiara el mundo que me rodeaba, un mundo cariacontecido con mis deseos que no me mostraba ni una sola de sus caras más extravagantes para poder inspirarme en ellas. O tal vez, lo que yo buscaba no estaba en el mundo sino en mi interior, en una de esas simas profundas de mi cerebro, aquellas de donde nacían los sueños dalinianos de media tarde. Como decía el protagonista en Calígula, "el mundo se había vuelto insoportable tal y como estaba hecho y necesitaba la luna, o la felicidad, o la inmortalidad o algo que fuera demente, quizá, pero que no fuera de aquel mundo". Cualquier alta idea sería el milagro. Cada tarde de aquellos dos años en que vagué por lugares desconocidos de horizontes marinos, me tendía sobre la cama a viajar sobre los bordes de mi desgracia. Dios, Dios, que no había cosa peor en la vida que anhelar fervientemente algo y no poder tenerlo. Alternaba el vino fresco de la damajuana con algún par de oraciones, hecho que me revolvía las entrañas y me hacía sentir más infantil aun. El peor infierno era el de la nada más absoluta, aquél en el que las ilusiones se iban apagando para dar paso al hastío más total. En mi habitación, la dueña de la pensión me había dejado por toda compañía un curioso pájaro, propio del lugar, y que era bastante gracioso. La cucujada se paseaba a sus anchas sobre el cuartucho y, cuando alguna vez la quise atrapar, adoptó una actitud desafiante y burlesca: extendía su cola, hinchaba el buche y lanzaba un silbido insufrible que obligaba a olvidar al estúpido animalito que sólo deseaba ser visto. También yo, como aquel pequeño pavo real, deseaba ser visto y oído. Me di cuenta de ello el día en que le escribí una larga carta a la familia. Una epístola en la que destacaba las virtudes de mi primera obra, el frenesí de actividad en que me hallaba envuelto y las esperanzas que albergaba acerca de la posibilidad de encontrar pronto editor. Cinco pliegues de mentiras que envolví cuidadosamente y que eché al correo quedándome incomprensiblemente, más vacío, aun, de lo que estaba. Y es que por la por la ranura del buzón se había colado, sin darme cuenta, mi "ópera prima": un relato salpicado por las falsedades de un chiquillo y sus ambiciones estrafalarias. Yo era el primero y obtuso protagonista de la novelita corta que viajaría para Europa. El segundón de la misma y, sin embargo, el personaje más redondo, permanecía de pie mirando fijamente la carta que yacía en el fondo del correo. La gloria de los poetas, la inmortalidad de los clásicos eran los sueños de aquél que desechó tantas ideas rutinarias porque le habían parecido demasiado triviales para un elogio, una alabanza o un premio. Cierto es que no sabía hacer otra cosa excepto escribir, pero antes de buscar ideas en otros mundos me decidí a buscarlas en mí mismo. Y empecé, aquella misma noche, por escribir otra carta de cinco pliegues, un "J'acuse" completo contra mi propio orgullo, una revelación plena de lo que yo era y una aceptación total de la cucujada que llevaba dentro. Abandoné el mar y su sal, inspiradores de ajenos escritores y publiqué Ufano, la primera novela, la contraposición de dos cartas: la que envié a Europa y la que me dirigí aquella noche del buzón. Acertadamente, no obtuvo ningún premio. Ahora que ya me colecciono a mí mismo y pierdo la cuenta del número de libros, siguen sin venir las ideas perfectas, las de alto copete para altos honores. Nacen mis ideas de lo cotidiano, de las hagiografías, del escrutinio de lo ajeno, de los dolores y las ganancias. Sólo plasmo esto. Las grandes musas las dejo vírgenes para los que se parecieron a mí alguna vez. Y por si vuelvo a sentir, aún a mis años, alguna ambición, tengo dos hermosas cucujadas que viven en el palomar. ** Carmen Garrido Ortiz guzmendo_1923@hotmail.com Escritora y periodista española (Córdoba, 1978). Ha trabajado en ABC Córdoba (http://cordoba.abc.es) y en Diario de Córdoba (http://www.diariocordoba.com). Colabora en El Parche Digital (http://www.elparchedigital.com) y, en la actualidad, prepara su tesis doctoral sobre el surrealismo en España. === El lenguaje inefable ================================================== === (La pista blanca y otros poemas) Rolando Gabrielli =============== La poesía es pólvora mojada en medio de un lenguaje contaminado, que se desmantela antes de tocar tierra. Los sentidos cargados en el poema y su lenguaje, son cáscara, ceniza, polvo, y sólo el gusano prospera. La poesía es el cadáver exquisito proclamado por los surrealistas, pero yace a la intemperie, no como reina subyugada por la palabra, inefable dama, sino chasqueada por los dedos de un mesonero, empujada detrás del atril con vergüenza y miedo. No anida, no vuela, no sueña, no nada, y no dejan que el poema se sueñe así mismo en su pobre performance de tía solterona, quinceañera desdentada, gitana sin amuleto. ¿La poesía escribe su epitafio? No hay tal suicidio, ni corroboración y menos consentimiento. La poesía es casi un acto de fe, ni siquiera una vocación tardía o el soplo azucarado de un domingo bajo los frondosos robles o los ingenuos, melancólicos sauces llorones. De cualquier manera, la poesía subyace y yace bajo palabra, convicta de su olvido. Y bajo la lápida del mercado, aún respira. Ha superado la horca, la guillotina, la bala en la sien, la anestesia del tiempo, cloroformos burocráticos estatales, el infinito menosprecio privado y esta actual indolencia editorial, enfermedad terminal del mercado. El mundo está en crisis, no la poesía. La culpa no la tiene la huella, sino quien la ignora o confunde, deja de percibir un camino. Forma sobre la forma, el poema es la nueva retórica, botón de una sola rosa, la que reinventa cada lectura. ¿La poesía muere en su cuna o tiene tradición en el futuro? Es un espejo al revés. *** Un paréntesis en Nueva York (Nueva York, (es un paréntesis) crucificada en sus rascacielos, partida en plena gloria, derrumbada en sus Torres Gemelas, tan llena de libertad, busca, siendo Babel, salir de su monólogo. Recurre a la literatura, a un gran puñado de escritores, para romper el cerco de hierro, la auto asfixia, esa página amarilla muda, insomne. La Gran Manzana, en estos tiempos huérfanos de poesía, de literatura real, convocó a más de 100 escritores de 43 países, en su Festival Voces del Mundo. El PEN American Center organizó la fiesta literaria para abrir el diálogo entre Estados Unidos y el mundo. Más de dos décadas de de silencio en el corazón del mundo. Un esfuerzo notable, una idea válida, admirable en medio del olvido, porque se había borrado NY a la literatura universal. Se reunieron bajo una pista dorada de temor. Hubo Babel dentro de la Babel, no se vieron poetas, brillaron por su ausencia. Es sorprendente este paréntesis sin poetas, un hecho insólito de marginalidad suprema, la secreta vocación provinciana de Nueva York. La poesía que Lorca, Whitman, Lihn, Neruda, Cardenal, tocaron en profunda cuerda las hondas aguas del Hudson, las aceradas calles invernales y sus primaveras que no sabían qué hacer con tanta belleza muerta en Manhattan. Augusto Roa Bastos, que acaba de dar un paso al frente silencioso, advertía: Estamos caminando sobre la cornisa de una casa muy alta y no sabemos cuántos metros de profundidad tiene el abismo. Podemos resbalar en cualquier momento. ¿La poesía cae de los rascacielos? ¿O sube por las escaleras de servicio? Ciega aúlla en un sótano, y el Alcalde decreta un minuto de silencio por las víctimas de la palabra. No es una censura, sino un acto de fe. La moda está en creer, tragarse una rueda de carreta, el Caballo de Troya y soñar con el mito bajo de las sábanas. Se sienten millones de remos al mismo tiempo, el gesto mudo de la paciencia, avanza más lejos la noche que el día. La más global, se siente sola, la ciudad de los cien idiomas, como la poesía, yace en una banca del Central Park, dándole comida a las palomas que se saben un símbolo de la paz vencida por la memoria. Muchos nombres en NY, pero faltaron muchos más: Eliot Weinberger y Salman Rushdie, el premio Nobel de Literatura Wole Soyinka, Paul Auster, Chico Buarque, Paco Ignacio Taibo II, Svetlana Alexievich, reportera y escritora, Ryszard Kapuscinski, no se esconde abril, Elena Poniatowska, Margaret Atwood, Eliot Weinberger, Michael Ondaatje, Antonio Muñoz Molina, Bernard Henri Levy, Rubem Fonseca, Laura Restrepo. Un gran elenco y parloteo babélico, muchos temas individuales, un congreso de voces también aisladas, en un mundo fragmentado, polarizado, dormido, anestesiado, secuestrado en su silencio, aterrorizado de sus mentiras, paseado por el limbo universal.) *** N. York Nueva York, los edificios crecen bajo la sombra de otros edificios. La ciudad es una espiral no duerme, dicen, somnolientas sombras del atardecer y más. La noche ya nos devuelve su cara y le sonrío a esta virgen puta santa. Con su velo de diosa cae el alba, los escalones fríos que llevan sus tacos y la veo correr en el Central Park, loca, le digo, no dejes tu cintura al viento, boca abajo sopla, arriba el techo vuela estrellas, un, dos, tres, cuatro pasos resuenan, los días que no vuelven, vuelan, la ciudad cruza la acera, un helado, el frío no inmoviliza las palabras, la ciudad es de risa, un cuerpo inmóvil de cera, abrázame, en el violeta la pared devora el graffiti. Es el turno, la hora sin emergencia, no me pidas un epitafio, ahora quiero bailar. *** KGB Bar Este poema es confidencial, la huella blanca de Liberia se recuesta en la noche, aquí en la 4ª Calle del este 85, en Nueva York y un oso duerme detrás de la Barra de KGB Bar. Lo delata la respiración blanca, un profundo sueño de invierno lejano. Dan un whisky en la roca, dos vodkas y tres margaritas, Glenn y Lincoln Bennet, close la puerta roja en el 85, es nuestra seguridad. Denise debiera estar en Odessa, descifrando el mensaje de este poema. Johnny, Jennifer, Kim, que todos beban gratis, esta fría guerra ha terminado. Nueva York es una magnífica plaza de razas, bancaria por excelencia, madrina de la Bolsa global, sitio de negocios, el Arte, para un reencuentro de los dos idiomas vecinos: castellano e inglés. Un corredor natural para el Verbo común. No vayamos tan lejos, si estamos aquí, al lado. *** ¿Cuántos filos tiene el poema? Se vuela el poema en el cementerio urbano de la ciudad. El alba es el alba, en poesía no hay antes ni después. Es reflejo de neón, sueño de víbora, la palabra se arrastra en su paraíso perdido, inútil y no es posible reciclar su escombro. La lengua se aturde y el poema es el acto y supremo elogio a lo inefable, lo que se nombra porque no existe. El poema Es también lo que Es, y nace de la Noche de la Noche, hijo de todas las oscuridades, en su secreto afán de Ser. Después de todo, su principal razón. Siempre es nuevo, no se parece ni a sí mismo. Pero también es pasado. El futuro es lo que le espera realmente si es verdadero. El Verbo no es prisión eterna de su espada. ¿Cuántos filos tiene un poema? ¿O es hacha? ¿Un poema se poda a sí mismo, T. S.? El tiempo es nómada y el poema su vasallo. ¿Dónde crece el viento, se reafirma el poema? ¿Tiene la raíz del aire? ¿Tiene la raíz de la raíz o de la palabra? La palabra tiene su casa matriz en el poema. Allí se enseñorean, rebuznan, cantan. Estos poemas me nombran y son memoria de sus propias palabras. Tienen rótula, coyunturas, piel, pequeñas sandalias que se niegan a entrar al Infierno. Un poema es la superficie del carozo de su fruto. El poema no tiene corazón, porque debe latir por todas partes. Se sabe escrito por la yema de los dedos. Nunca niega lo que es, ni su reflejo y menos lo que no dice. La poesía es un estado de muchas cosas repentinas, acumuladas, sorprendentes, obsesivamente, registradas y rumiadas. Todo está en gestación frente al poema, latente. No hay gracia, sino un panal lleno de palabras. La poesía carga sus dados y juega. Si el poema es redondo como un cuadrado, gana el lector. La X del poema nunca se despeja. El poema siempre interroga. Hilo suspendido en el Verbo, lenguaje de relucientes opacas monedas, madera húmeda, la red se atrapa a sí misma, en la palabra que la convierte en mariposa. Blake, Mallarmé, T. S., Neruda, Huidobro, Paz, Celán, Lezama Lima, Panero, Borges, Trakl, Quevedo, Parra, Vallejo, Rilke, Char, Donne, Villón, Cavafis, Rimbaud, Baudelaire, Verlaine, Bécquer, Pound, Mistral, Pizarnik, De Rokha, Rojas, Cardenal, el abanico produce un calor intenso y se funde, llamas, la poesía no tiene un solo ojo, Delfos, todo oráculo debe usar lentes con varios espejos retrovisores, porque el pasado no es vano pasar. Todos estos poetas hicieron algo nuevo para mí y seguramente en la manga otros flotan con sus palabras queridas, revolotean detrás del río, sobre la hamaca que me mece esta mañana, en los días más oscuros vividos, en las luminosas noches, su poesía trabaja hondamente, construye la invisible huella en la señal intangible de lo que siempre permanece. Todas las páginas no son iguales. Esta es mi pista. *** La pista blanca Mi mano no encuentra sus dedos, el compás de tus dedos, mejor ni hablar, muñeca ciega, La música es mi debilidad (me debilitan los boleros) Mañana triste en el diván de madame Soledad, un tango, el café no reúne el sueño. El día es una pista de hielo, resplandece en el giro que dan tus ojos, Mis pies responden a tus pasos, inmóviles, blancos, santos varones. Un camino es la sombra y el paso, su huella, no sabe y continúa. La pista de hielo es blanca y me mira lívida de miedo, desconoce el movimiento de tus piernas, mis guías eruditas en el hielo. La sangre se calentará en segundos, el día no está de humor, un gris que no saluda a nadie, la pista quiere soñar que está en movimiento. *** Oh, amor Mírame a los ojos, bestia amorosa, mi doble. No renuncies, acaríciame fiel animal, en el dolor compartido, la distancia se borra. Ponte en cuatro, en fálica oración. *** Seda Seda, Soy yo, el gusano, vísteme. *** Quijote Yo te he visto, lo sé, enjuto, soñador, loco, loco. Ah, ya sé, en algún lugar de La Mancha. *** La ruina, T.S. La ruina es la misma, T. S., como podar un gran poema, revivir una lengua muerta, perder algo sin que en verdad existiera. El albañil puede soldar paredes, pero dejar abierta la noche. El poema es una esfera pálida, bajo la azul angustiosa espera, un circuito cerrado de estrellas muertas. Todo caballo sin jinete sueña la libertad, La estatua no corrige el futuro, Piel muerta, ojo tuerto, cemento inservible. Un poema, T. S., produce una nueva madera, Es río bajo un puente donde fluye y por mí dará un paso cada día y en la piedra siento que resuena. Una tierra no es baldía, aunque uno muera. *** De rodillas De rodillas al altar, la poesía, Amor, cuerpos en cruz, Ámame verbo en la feroz escalera de los sexos. Un gusano se queda con tu piel, otro horada tu marzo fecundo y ese soy yo, La sombra del hueco que arroja la luz. Vela, enciende tu noche. *** La sin par Tú eres la sin par, mi folletín del atardecer, Musa soleada en el rojo espejo. Te recuerdo en una taberna y sólo se ve nieve, Una nube imaginaria de una Catedral que asciende. Qué esperas ángel para volar, soy el agua adivinada en el bautizo de tu mano. Un búho que arroja sus ojos, en el pozo de un hilo sin punta, que crece en la noche del poema. *** Por qué nombras las cosas Por qué nombras las cosas que no existen. No preguntes, no preguntes. Sal y agua, mi estatua si nombre, La erigen tus palabras en mi garganta. No mires, no mires. El paisaje prefiere ignorar las bisagras negras que abren la noche, amarillo, gris, azul, el alba. Abre un paréntesis sobre la almohada. No digas, no digas. Las palabras traerán más palabras. *** Poesía Poesía, no inventes, no digas, no nada, la palabra, mi putita traviesa, robo tu fuego, diosa, abro tus piernas, risa de sol, húmedo trece tu roja ascensión. Señora, desciende ahora, sobre mí tu marzo en el 41 de la fecha. *** María Gelman García Ay, María Gelman García, qué hermoso nombre, la luz que renueva la mancha, María, juntemos las noches, las que aún faltan por nombrarte. ** Rolando Gabrielli panglobal@hotmail.com Periodista y escritor chileno residenciado en Panamá. Poeta, narrador y ensayista. Ha obtenido diversos premios y menciones literarias en Chile, México y Panamá. Ex funcionario internacional, corresponsal extranjero en Colombia y Panamá. Ha dirigido y editado diversas publicaciones y artículos suyos han sido publicados en América Latina y Europa. ||||||||||||||||||||||| EL REGRESO DEL CARACOL |||||||||||||||||||||| === Gaceta Literaria de Santa Fe ========================================== Revista literaria Santa Fe (Argentina), otoño de 2005 Registro de Propiedad Intelectual: Nº 317121 24 páginas Llega a nuestras manos la edición de otoño de 2005 de la Gaceta Literaria de Santa Fe, una publicación trimestral coordinada por Jorge Alberto Hernández, Arturo Lomello, Norma Segades-Manias y Jorge Taverna Irigoyen y fundada por Luis Di Filippo, y de la cual ya hablamos en nuestra edición 123 (http://www.letralia.com/123/caracol01.htm). Esta edición viene encabezada por el artículo editorial "Acerca de los premios literarios", que se enfoca en el trabajo solitario y anónimo de los autores de provincia y de sus particulares dificultades para acceder a los medios de publicación, a causa de las cuales "es lógico que el creador se aferre a los premios literarios como estímulo a su desvalido quehacer, pero también como promesa de acceso a la publicación". El artículo valora el papel de aliciente de los premios literarios y aboga por que el autor participe en los mismos sólo al estar "convencido de la transparencia de la organización y confiado en la ecuanimidad de los jurados". En sus secciones de creación han incluido los relatos "Las puertas del cielo", de Marta Ortiz; "Aquellas lluvias lejanas", de Jorge Isaías; "Los verdugos", de Ángel Balzarino; "Tucumán", de Sonia Catela; "La amante del capitán", de José Gabriel Ceballos; "Nos.", de, español Julián Gustems; "Manzanas de caramelo", de Irma Verolín; "Navidades", de Alfredo di Bernado; "Leer las piedras", de Luisa Futoransky; "La cremería", de Patricia Severín, y "Compañía", de Patricia Suárez. Además, esta edición trae poemas de los argentinos Oscar Agú, César Actis Brú, Roberto Malatesta, César Bisso, Graciela Maturo, Rubén Vedovaldi, Ernesto Costa Perazzo, Sergio Rigazio, María Teresa Andruetto, Hugo Mujica, Sonia Rabinovich, Esteban González, Máximo Simpson y Ana Emilia Lahitte, así como los latinoamericanos Carolina Escobar Santi (Guatemala), Sylvia Riestra (Uruguay), Alex Pausides (Cuba), Helena Ramos (Nicaragua), Mario Rubén Álvarez (Paraguay) y Nicole Cecilia Delgado (Puerto Rico). Igualmente, se incluye un homenaje a Juana de Ibarbourou con varias de sus maravillosas creaciones y una reseña biográfica. Por su parte, los artículos y ensayos de esta edición son "Un calificado congreso de la lengua", de Jorge Alberto Hernández; "Hiperdiccionario", de Arturo Lomello; "Ernesto Cardenal: sobre Dios, el hombre y la palabra", de María Teresa Rearte Basla; "Guayasamín en 'Vasija de barro': el pintor de la ira, la ternura y los Andes ecuatorianos", de Olga Zamboni; "Sin SOS hasta SDM es HDP", de Rogelio Ramos Signes; "Leoncio Gianello" y "Una escuela indefensa", de Manuel Bande; un especial sobre el periodista y escritor Raúl Galán (1913-1963) con sendos artículos de Rodolfo Alonso y Nicasia Baunaly, y la sección "Notas de París", con un trabajo de Irma Bignon acerca del pensador libanés Amin Maalouf, así como varias reseñas editoriales. Las imágenes que acompañan a los artículos y materiales de creación pertenecen a Antonio Berni, como una forma de homenaje por el centenario de su nacimiento. Para suscribirse a esta publicación, que tiene veinticinco años publicándose, basta con enviar un pago de $20 (correspondiente a un año de suscripción) a Manuel Bande, en San Jerónimo 4404 (3000 - Santa Fe). Bande puede ser contactado vía telefónica por el 0342 4527723. |||||||||||||||||||||||||||||| EL BUZÓN ||||||||||||||||||||||||||||| === La casa natal de Tito Salas =========================================== 5 de agosto de 2005 Buen día: Me es muy grato dirigirme a usted como sobrino de Tito Salas, y ya mayorcito de edad (83 años), para informarle que me agradó mucho leer en la edición 64 de su revista (http://www.letralia.com/64/notic074.htm#noti04) lo del reacondicionamiento del Toboso, casa del pintor en Petare. Tengo entendido que varias nietas del pintor están al frente del asunto, y espero que la restauración se lleve a efecto. Leí también en el mismo articulo que Tito Salas nació en Caracas, en la casa de mi abuelo, don José Antonio Salas, ubicado entre las esquinas de Pedrera y Gorda, Nº 60, hoy en día avenida Baralt. Sin embargo, en esa casa nací yo; la casa natal de Tito Salas está ubicada en Antímano, calle Real Nº 13, que por cierto yo la habité durante muchos años, y en donde mi hermana también nació. Espero que la información que le estoy enviando haya sido de alguna utilidad para aclarar el caso. Muy cordialmente, José Antonio Salas Wulff joseasalasw@yahoo.es ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| "...el lenguaje literario fundado sobre la palabra social nunca se libera de la virtud descriptiva que lo limita, ya que la universalidad de una lengua -en el estado actual de la sociedad-, es un hecho auditivo, de ninguna manera un hecho de elocución". Roland Barthes, El grado cero de la escritura (1953). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. Si lo prefiere, puede recibirlas por correo electrónico escribiendo un mensaje a info@letralia.com, con la palabra "Condiciones" en el subject, o simplemente dando un doble click de ratón en el enlace siguiente: mailto:info@letralia.com?subject=Condiciones. ########################################################################### El alojamiento de nuestra página web en http://www.letralia.com es cortesía de Abracaadabra Network (http://www.abracaadabra.net) Letralia, Tierra de Letras, es una producción de JGJ Binaria (http://www.letralia.com/binaria) y circula para el mundo de habla hispana desde Cagua, Venezuela ########################################################################### Atentos: nuestra próxima edición circula el lunes 5 de septiembre de 2005