~~~~~~~~~~~~~~~ Año X Cagua, Venezuela Nº 142 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 5 de junio de 2006 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | "Mapamundi de bolsillo de la estafa literaria", Jorge | Editorial Gómez Jiménez. | | El taller de María Celina. / Wedekind. / Búhos eróticos. | Breves / El romántico de Quevedo. / Serafina Altieri. / Medusa | de papel y bytes. / Suscriptor premiado. / El rostro de | Borges. / Las mujeres y sus secretos. / Cadenas y | Montejo. / Edición xilográfica. / Se viene el arte | independiente. | | Sergio Pitol recibe premio Roger Caillois. / Bogotá será | Noticias Capital Mundial del Libro en 2007. / Premio Nacional de | las Letras Españolas para Caballero Bonald. / Disponible | compilación Novísimos con la venezolana Carolina Lozada. | / Antonio Gamoneda obtiene el premio Reina Sofía. / | Asesinado el músico venezolano Tomás Montilla. / Manuel | Llorens gana el premio Paz Castillo. / Recuerdan a | Arturo Úslar Pietri en el centenario de su nacimiento. / | Presentan en Pekín un ensayo sobre Francisco de Miranda. | / Instituto Cervantes y Editorial Planeta promoverán | cultura en español. / Memoria de mis putas tristes será | llevada a la pantalla. / Un éxito la Semana de la Nueva | Narrativa Urbana de Caracas. / Jean-Marc Desgent gana el | premio Sabines/Lapointe. / Historia de la literatura | hispanoamericana aparece en español. / Terminó la Feria | del Libro Infantil y Juvenil de Santiago. / El chileno | Javier Bello obtuvo el premio Juan Ramón Jiménez. / | Premio Casa de América de Narrativa es declarado | desierto. / La ciencia protagoniza la 65ª Feria del | Libro de Madrid. / Nombre de Juan Rulfo es ya una marca | registrada. / José Luandino Vieira rechaza el premio | Camões. / Murieron dos jueces del Premio Nobel de | Literatura. / Ángela Becerra gana por segunda vez el | Latin Literary Award. / Celebrado en Bogotá encuentro de | literatura afrocolombiana. / Publican antología de | narrativa breve puertorriqueña. / Cineasta chileno | realiza documental sobre Gabriela Mistral. / Títeres de | gran formato representan El Principito en Caracas. / | Encuentran en Estados Unidos una grabación perdida de | Neruda. / Taller sobre novelas del petróleo dictarán en | Maracay. / La Feria de La Laguna relaciona al libro y al | cine. / Cinergia distribuirá 110.000 dólares a | realizadores cinematográficos. / Celebrarán congreso | sobre la literatura del Siglo de Oro español. / Un | congreso analizará la literatura peruana y la obra de | Vargas Llosa. / Fomento del libro y la lectura debatirán | en Argentina. / Naciones del Mercosur analizan su | folklore en un congreso. | | "Sobre El cantor de tango, de Tomás Eloy Martínez. | Artículos y Buenos Aires, las líneas de tu mano", John J. Junieles. | reportajes / "Pensar lo impensable -en el pecado", Ricardo Mena | Cuevas. / "La redención del vampiro. Condena y desafío a | la eternidad en Vlad, de Carlos Fuentes", María Inés | Carvajal de Ekman. / "Ars Poétique", Gustavo Adolfo | Becerra. / "La serpiente de tierra caliente", Triunfo | Arciniegas. | | "Fernando Butazzoni: 'La globalización es un término | Entrevistas elegante para hablar de la conquista' ", Aldo Roque | Difilippo. / "Cuando hablan los tambores", Roberto | Bennett. | | "García Lorca: voz, dramatismo y autoctonía en Poema del | Sala de ensayo cante jondo", Armando González. / "Reflexión de dos | paradigmas en la política cultural", Gisela Carlos | Fregoso. / "La reiteración de las rupturas", Rafael | Fauquié. / "Un regreso a las fuentes prerracionales del | hombre: Manuel Machado y 'la consagración del instante' | ", Laura Quadrelli. | | "El piso de la calle Ryden", Blanca Miosi. / Poemas de | Letras María Eugenia Sáez. / "Hamlet 2005", Osvaldo Rubens | Sado. / "Ciudades donde te nombro" (extractos), Lina | Zerón. / "María y José", Severo Insausti. / "La balanza | de hielo" (extractos), Luis Alposta. / "Amor y Prozac", | Luis Miguel Purizaga Vértiz. / Poemas de Susana | Cattaneo. / "Sólo de noche", Elsa Levy. / Dos poemas de | Marcelo Galliano. / "Historia de barbero", Blanca Elena | Paz. / "La venganza de Pushkin", Manuel Lasso. / "El | Señor Caído de Monserrate", July Carolina Jaramillo. / | Poemas de Alejandra Barbery. / "Las hermanas", Sergio | Leibowich. / Poemas de Juan Pablo Roa Delgado. | | Felicitaciones recibidas en nuestro décimo aniversario. | El buzón | Umberto Eco. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/servicios/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/servicios/archivo.htm =========================== CONCURSOS LITERARIOS ========================== Reciba anuncios de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestro exclusivo servicio gratuito. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a: letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com O, si lo prefiere, visite nuestra sección de concursos en el Web: http://www.letralia.com/agenda/concursos === Editorial Mapamundi de bolsillo de la estafa literaria =========== El pasado 22 de mayo, tomando como base información que habíamos recibido por diversas vías, publicamos en nuestra bitácora personal (http://jorgeletralia.blogsome.com) el artículo "Tres casos de estafa con concursos y antologías" (http://jorgeletralia.blogsome.com/2006/05/22), en el que describimos algunas de las prácticas habituales en quienes, tras convocar un concurso literario, pretenden cobrar a los supuestos escritores ganadores una especie de matrícula para incluirlos en una antología. A raíz de la publicación de este artículo recibimos una andanada de denuncias de autores que han sido engañados por algunos de estos personajes. Escritores que, de buena fe, han accedido a participar en "antologías cooperativas" y que, pasado cierto tiempo, se dan cuenta de que han sido timados pues la antología no llega a publicarse, se publica con demora o las ediciones resultantes son deficientes. A continuación les ofrecemos un resumen con las denuncias recibidas. Un material que esperamos sea de utilidad para quienes con honestidad y verdadera vocación literaria empiezan a explorar los diversos caminos que existen para la promoción de su trabajo. Anuncio en PowerPoint La escritora argentina María Mercedes Jiménez nos cuenta cómo desconfió de una editorial que trataba de atraerla para participar en una antología: "No guardé el nombre de la fulana editorial, aunque sí sé que es argentina, y en la que me avisaban que mi cuento había sido seleccionado entre ciento cincuenta para participar en una antología. Me pedían 60 dólares. El correo era una presentación en Power Point de lo más cursi y definitivamente, no me convenció. Pensé: 'Esto me huele a engaño'. Pensé también en escribirle que fuese más cuidadoso con lo que me enviaba, porque usted es la única fuente de información sobre concursos con la que cuento, pero también concluí que era imposible tener un filtro tan exacto que detectara los engaños. Qué bueno que publicó eso. Me reivindica un poco". Al pedirnos mayor cuidado en la información que difundimos, Jiménez se refiere a las bases de un concurso que publicamos en nuestro boletín (http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm) y que terminó siendo un anuncio de Editorial Nuevo Ser, del que ya hablaremos más adelante, hábilmente camuflado. En su momento, y también a través del boletín, alertamos a nuestros suscriptores sobre el engaño. Argentina y España Desde Argentina nos dice, con una buena dosis de ironía, el escritor Oscar Puente: "Amigo Jorge, soy un principiante en esto. Pero, a juzgar por la cantidad de concursos en que resulté finalista, y por ende fui tentado para participar en las consabidas antologías, debo ser muy bueno. Gracias. Si es por mí no me van a sacar ni un peso, euro o lo que sea. Ah, me pasó no sólo aquí en Argentina, sino también en España". El Centro de Estudios Poéticos Luis Álvarez nos recuerda el caso del Centro de Estudios Poéticos, que ha recibido cientos de quejas y hasta originó la creación de (al menos) una página en http://groups.msn.com/Centrodenegociospoeticos/principal.msnw donde se recogen los comentarios de los afectados. Al respecto nos escribe Álvarez: "Yo aparecí en el concurso del Centro de Estudios Poéticos. El siguiente año envié otro poema y la respuesta fue exactamente la misma, quitando el título. No envié nada más. Inclusive el primer resultado lo metí en un currículo, de lo cual me he arrepentido". Entradas para un "evento" La escritora Daniela Laura González agrega otra práctica que ella define como "todavía más pretenciosa": "Nominan gente y 'prometen' dar el ganador en un acto público; llegado el momento, y si has sido nominado, los 'chantas' te llaman y te dicen que por un costo (que puede ir de 20 a 40 pesos) tenés a tu disposición las 2 o 3 entradas, en el mejor de los casos, para participar del evento en el que tenés que estar presente. Claro que, si son más de familia, muy amablemente te ofrecen más entradas a otro precio. Terrible, la última vez que fui timada hace por lo menos 3 o 4 años, me dejó un sabor amargo, pero... de todo se aprende. Pueden nublarnos la ilusión, pero nunca podrán robarnos la imaginación y la palabra". Invertir en ustedes Daniel Gaitán cuenta su experiencia, muy parecida a algunas ya mencionadas en este reporte, y agrega su consejo a los escritores que pudieran ser contactados por una de estas editoriales: "Respecto a esta manga de 'chorros', te comento que a mí me ocurrió ser 'uno de los mejores' y por ese motivo me daban lugar en una antología. He preguntado qué pasaba si no cooperaba y la respuesta fue: si no entrás quedás fuera de concurso. Lógicamente no entré. Me importó muy poco una antología deshonesta. Algunos de mis cuentos ya figuran en seis antologías que me han publicado gratis. Mi mensaje es: no pongan un peso para los 'chorros'; junten el dinero y autoedítense, yo lo hice con La laguna de los muertos / El ciruja y lo fui vendiendo de boca en boca. Si van a invertir, inviertan para ustedes". Argenta Un escritor argentino que pidió mantenerse en el anonimato nos cuenta otro caso: "Muy buena esa nota, Jorge; hay otro caso, de una editorial llamada Argenta, que proponían premios asombrosos (US$ 15.000 antes de la devaluación argentina), pero era la misma farsa de siempre, salvo que cara. Los descarados estos hasta te hacían enviar libros 'para donar a bibliotecas', después ni notificaban de los ganadores". También desde Argentina, la escritora Mónica Sacco no sólo amplía la información relacionada con este caso y con Editorial Nuevo Ser, sino que lanza algunas interesantes ideas sobre las causas de este fenómeno. Escribe Sacco: "Sigo su site desde hace varios años y estoy entre los muchísimos escritores que reciben su newsletter (y lo leen). El cuento del tío de las editoriales es, desgraciadamente, moneda corriente. Inclusive, publican en los diarios más serios del país, supuestas convocatorias a autores noveles. Para ello, vaya una muestrita de la Editorial Argenta-Sarlep, que dos veces al año al menos, publica convocatorias a autores de poesía, narrativa breve y novela a 'prestigioso concurso' o terminología similar. Después de un tiempito de presentadas las obras, el escritor es citado a la editorial, en la que se le informa que su obra ha despertado enorme interés, tiene muchísimo potencial, se le puede dar amplia difusión, te entrevistan con el director de la editorial, cuyo estudio está tapizado de libros (clásicos, modernos y etcéteras), donde, al final de una charla emocionante sobre la obra presentada, inicia el trabajito de inducción. ¿A qué? A pagarse la edición, ¡qué otra cosa! Ojo que esto no termina ahí, porque en cuantito se lee el contrato con la editorial, se descubre que ésta se ocupa únicamente de la impresión de la obra. La parte de distribución (la más importante del negocio editorial), requiere de otro contrato (oneroso, por supuesto), con una distribuidora (Distribuidora Cruz del Sur), que además, tampoco garantiza la promoción: únicamente la hace si se pagan los materiales, léase señaladores, páginas en un catálogo, figuración en el mismo catálogo de la distribuidora... "En fin, todo un magistral cuento del tío, cuyo final es tan previsible como el que narra Umberto Eco en El péndulo de Foucault, cuando habla de los Autores AutoFinanciados (Autori a Proprie Spese), que resulta genial cuando una lee la novela pero dramático cuando se cae en la misma trampa. "Con la Editorial Nuevo Ser tuve el placer de ser citada como seleccionada para una antología (eligieron cinco de mis cuentos), y para participar de la publicación de la misma, debía doblar un valor por página de extensión de cada cuento. Conclusión: les agradecí el haberse molestado en leer mis obras, pero lamentablemente debía participar de concursos cuyo único premio era la publicación porque carecía de los medios económicos para autofinanciarme. Ni siquiera respondieron mi e-mail. "El negocio de las editoriales 'por cuenta de terceros' es floreciente en Argentina. Algunas editoriales son lo suficientemente honestas como para ofrecer 'ediciones de autor a precios adecuados'; no se venden a través de falsos premios y al menos una sabe lo que está comprando: una tirada bonita que terminará regalando a sus amigos y parientes. Obvio que estas editoriales no entran en el circuito comercial importante: tienen sus propias librerías, en las que venden exclusivamente las obras que les encargan. Podría ser peor. "El problema de fondo con todo esto lo constituyen los criterios de las grandes editoriales, que hoy en día se interesan únicamente por el valor comercial de una obra, antes que el literario, además de menospreciar a los autores locales cuando se dedican a géneros que se suponen sólo pueden ser desarrollados por escritores internacionales (mi caso particular: escribo policiales negros. Varias editoriales serias de Argentina han considerado mi trabajo como muy interesante, con calificación literaria de 7 y comercial de 9. Sin embargo, no me publican porque 'no soy una autora conocida' -gracias, por eso trato de publicar-, escribo un género que pertenece a los escritores europeos o yanquis -bueno, ¿no sería hora de inaugurar el sector local de la biblioteca?-- y no tengo un estilo 'latinoamericano' -lo lamento, soy primera generación de inmigrantes italianos y españoles-). "Por otra parte, los premios locales, que aceptan en las convocatorias a autores noveles, terminan premiando a escritores largamente consagrados (de hecho, muchos parecen adjudicados antes de lanzar la convocatoria). No me parece en absoluto criticable premiar a un escritor consagrado por una obra en particular o por toda ella, pero, ¿no es un poquitín injusto invitar a ilustres desconocidos -entre los que me honro contar- para que intenten competir con un nombre reconocido? ¿Quién se molestará en leer esos trabajos, frente a una garantía de buenas ventas como lo son los autores con muchas publicaciones a cuestas? ¿No sería más honesto hacer convocatorias para noveles, con premios más modestos pero con garantía de tenerlos en cuenta a la hora de calificar? En Argentina, hasta ahora, los concursos más resonantes han sido ganados por escritores con trayectoria (sea en letras, o periodística o ensayística). ¿Qué pasa con los que intentan surgir, son buenos, pero no consiguen 'audiencia'? ¿Qué pueden esperar los que no se dedican a escribir el tema literario de moda? "Me despido con una sola reflexión: best-seller no equivale a best-writer". Nuevo Ser Sobre el caso particular de Editorial Nuevo Ser recibimos varias cartas dando cuenta de sus estrategias, que de alguna manera forman un oscuro paradigma de este tipo de prácticas. Teresa Drubé Laumann nos escribe desde Argentina: "Lo de las estafas es tan real como viejo, particularmente aquí, en Argentina. Hace unos seis años, tendría que buscar las cartas ya que las conservo debidamente archivadas para darte la fecha exacta, 'gané' un concurso de cuento corto en la Editorial Nuevo Ser y otro de la Editorial Daga. Ambos me pedían $60 para participar en una antología y no pagué 'un mango', como decimos en mi país y, por supuesto, quedé fuera de concurso. No me trataron de manera descortés ni mucho menos, incluso de Daga se me invitó a una reunión literaria donde se presentó la antología. Asistí, pues justo había ganado un honrosísimo segundo lugar en el Concurso de Cuentos Fantásticos organizado por el CFI (Concejo Federal de Inversiones), Sade (Sociedad Argentina de Escritores), Unesco, Sadaic (Sociedad Argentina de Autores y Compositores), Lapa (Líneas Aéreas Privadas Argentinas), Salas Federales de Cultura, creo que son todos, y tenía que asistir a la entrega de los premios -todo pagado por los organizadores, así como cursillos de perfeccionamiento posteriores-; entonces me dejé caer por allí, junto con mi marido que me acompañó. Pude tener en mis manos, incluso me regalaron ejemplares, de la famosa edición, ordinaria como la peor: cada participante tenía un par de páginas -de acuerdo con lo que pagó- en medio de unos setenta u ochenta escritores más, de la más variada calidad: algunos verdaderamente una lágrima de tan malos. Y, sin embargo, siguen existiendo por la falta de cautela de la gente que no tiene cuidado al momento de participar. Si nos informamos y nadie paga, esto desaparece". La carta de Drubé explica, digamos, el procedimiento común. Pero, ya con varios años en esto, Nuevo Ser ha empezado a afinar estos procedimientos. El más reciente conocido por nosotros es el de haces pasar por otra entidad, como ocurrió con un concurso anunciado por un "centro de jubilados" argentino. Sobre el caso nos alertó en su momento el escritor Vicente Ulive-Schnell, quien participó en el certamen y recibió una carta sin otra identificación que "La Editora" en la que se le conminaba a pagar 80 euros para ser incluido en una antología. "Obvio que no pagaré", explica Ulive-Schnell, "primero porque no tengo la plata y segundo porque mi cuento es suficientemente bueno como para ganar concursos sin pagar absolutamente nada". La carta de "La Editora" sigue, al pie de la letra, los mismos lineamientos hechos tradicionales por Nuevo Ser: "Tenemos el agrado de dirigirnos a Usted con el fin de informarle las novedades referidas a nuestro Certamen Literario Internacional. A este respecto le comunicamos en primer lugar que ya se ha realizado una pre-selección, eligiendo a los 165 autores más meritorios sobre un total de 800 participantes (...). La calidad de los trabajos seleccionados nos permitió decidir la publicación de la antología cooperativa tal y como fuese informado a ustedes en las bases del Certamen. Se tratará de un libro de excelente calidad, con tapas a todo color y encuadernación cosida, laminado mate o brillante, registro en el ISBN, interiores de papel obra 90 gr. (...) Su obra ocupará CUATRO páginas dentro del libro; tratándose como ya se ha dicho, de una edición cooperativa para que ningún autor se quede sin participar en la edición de su obra, hemos fijado un costo de 20 euros por cada página que Ud. publique, en su caso son 80 euros". Y, aunque en la carta que recibió Ulive-Schnell se aduce que la publicación de la "antología cooperativa" había sido informada en las bases del certamen, esto no es cierto. Es, ni más ni menos, otra triquiñuela para cazar incautos. Igualmente, el mismo concurso fue anunciado en otras publicaciones literarias como auspiciado por una "Editorial Rome" -se puede leer aún ese anuncio en http://www.clubdelibros.com/concursorome.htm-, anuncio que sólo difiere del anterior en una cosa: el de "Rome" sí habla de una "antología cooperativa". Es decir: Nuevo Ser envía anuncios firmados por otras entidades, y obvia mención a sus "antologías cooperativas", cuando detecta que el medio al que se dirige evita publicar anuncios con estas características. Es el mismo caso denunciado por Raúl Lilloy, y al que también hicimos referencia en el artículo que publicamos en nuestra bitácora. Lilloy recibió exactamente la misma carta que Ulive-Schnell (firmada, también por "La Editora"), y respondió, parco y preciso: "Me parece que son unos charlatanes. Saludos". Entonces se produjo este intercambio epistolar de frases breves: "La Editora": -Ud. no está obligado a participar. La agresión está demás. Lilloy: -Tendrían que sacarle dinero a otra gente, no a los escritores. "La Editora": -bueno llevale tu "obra de arte" a Hachette a ver si te publican. Nuevo Ser se defiende Una escritora argentina nos escribe solicitándonos información precisa sobre los desafueros cometidos por Nuevo Ser. Nos cuenta su caso, que agrega un punto más: ella participó en una antología de una "Editorial Nubla" hace varios años y jamás recibió los ejemplares a los que creía tener derecho. El director de la editorial era el mismo Gabriel Martín que figura en la actualidad como director de Nuevo Ser. La escritora que nos informa de este caso pide explicaciones sobre su participación en aquella antología y recibe una carta donde Martín explica lo ocurrido en aquel caso en particular: "Sucedió que justamente a fines de 1999, comienzos del 2000, Nubla, como tantas otras empresas, quebró -eran épocas de De la Rúa- y quedaron muchas entregas pendientes de las cuales muchas pudieron hacerse unos meses después, pero entonces quebré personalmente y no sólo perdí el negocio -la librería de Avda Córdoba 1400- sino mi casa y absolutamente todos mis bienes y ya no pude cumplir con ningún compromiso adquirido. Dos años después, en 2002, comencé de nuevo con esta actividad y con el tiempo, así como sucede ahora, me he encontrado con aquellas personas que participaron en proyectos de Nubla, y hemos ido 'pagando deudas'. De modo que, por supuesto, los $150 le serán reconocidos. Por lo cual si desea participar con sus 4 páginas, sólo deberá abonar $90. Éstos, puede abonarlos cuando retire sus libros, dentro de algunos meses". Es decir, la editorial no se compromete a devolver el dinero, sino a "reconocerlo" como un "abono" de la escritora para su participación ulterior en una nueva antología. ¿Dónde está la estafa? Existen diversos niveles de estafa en estos casos. El más leve desde el punto de vista legal es el más grave desde el punto de vista ético: se convoca a un concurso y, en lugar de premiar a los escritores ganadores, se les exige una suma de dinero para que sus textos sean incluidos en un libro. Este libro es anunciado como un producto de altísima calidad y realmente nunca es así. Se incluyen textos sin evaluación alguna, pues sólo es necesario desembolsar la cantidad propuesta y dará igual si lo que se publica es un poema quevediano o una receta para hacer buñuelos. A partir de allí, los estafadores se pasean por toda la gama posible de situaciones. Se ofrece un libro que nunca llega a las manos de los autores participantes, quienes al cabo de un tiempo, por cansancio, dejan de reclamar los ejemplares por los que han pagado. Entidades fraudulentas se desdoblan en la forma de tantas editoriales como sea necesario y difunden las convocatorias de sus concursos con cambios sutiles -evitando, como ya vimos en casos anteriores, mencionar la edición posterior de una "antología cooperativa"- para obtener promoción gratuita de sus bajezas. Cuando los escritores exigen la compensación a la que creen tener derecho, llegan a proferir insultos y agresiones, sin más ni más. Para evitar situaciones molestas, es preciso que se tome conciencia en relación con un aspecto básico de la literatura: cuando son organizados por entidades honestas, los concursos y las antologías no exigen compensación económica a los escritores que participan en ellos. Un consejo que será particularmente útil para los escritores noveles, aquellos que aún son desconocidos y luchan a diario por encontrarse con lo que, en definitiva, es el fin último de un escritor: lectores. Jorge Gómez Jiménez, editor http://www.letralia.com/jgomez === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo qu tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/agenda/concursos Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| El taller de María Celina. La escritora venezolana María Celina Núñez iniciará la próxima semana su Taller de Escritura de Cuentos, que tendrá una duración de tres meses a razón de una sesión semanal, entre 6 de la tarde y 8 de la noche, y un costo de 60.000 bolívares mensuales sin costo de inscripción. Las sesiones se realizarán en Santa Eduvigis (Caracas), a unas cuadras de la estación del Metro de Parque del Este. Núñez es una autora letraliana que ha publicado los libros de cuentos La fumatrice y otros relatos (Editorial Cabos Sueltos, 1999) y Maleza (Editorial Memorias de Altagracia, 2004), así como los libros de crítica Del realismo a la parodia. Marcas para un mapa de la narrativa venezolana de los 90 (Editorial Memorias de Altagracia) y Racionalismo y empirismo en la obra gramatical de Andrés Bello (Universidad Católica Andrés Bello, Escuela de Letras, 1991). Los interesados en el taller deberán contactar con ella a través de su correo electrónico. mariacelina00@cantv.net Wedekind. El I Certamen Día Internacional de Internet, organizado por el portal artístico Sane Society, fue ganado por el grupo musical Wedekind. El concurso buscaba la mejor página web personal de arte, música o literatura. Además de la calidad de la obra en sí, el jurado ha tenido en consideración fundamentalmente la calidad de la página web. Aspectos tan variados como la originalidad, la sensibilidad artística, la riqueza de contenidos o la navegabilidad, han sido los que han determinado que Wedekind sean los ganadores. El premio consiste en una escultura de Casto Solano, realizada especialmente para esta ocasión. Wedekind también se beneficiará de una campaña de marketing online dirigida a más de 9.000 medios de comunicación. http://www.wedekind.at http://www.sanesociety.org Búhos eróticos. El 12 de mayo la Editorial GrupoBúho entregó los premios de su I Certamen Internacional de Poesía Erótica "El Búho Rojo" en la librería-café El Bandido Doblemente Armado, de Madrid (España). La canaria Esther Moreno Ojeda obtuvo el primer premio (300 euros) con el poemario Cuando las gotas caigan sobre mi cuerpo. En el acto se presentó la antología, que puede adquirirse en la misma librería-café o a través de Internet en el sitio de GrupoBúho. En ella han sido incluidos textos de los finalistas, Juan Blanco Pasamontes, Manolo Villaroel, Antonio las Heras Cortés, José Manuel Soriano Degracia, Jaume Tortosa Amor, Carmen Hernández Cobos, Teresa Domingo Catalá, María del Carmen Guzmán Ortega y José Luis García Herrera, así como textos de los cuatro ganadores de accésits: Olga Guadalupe Mella, Javier Muñoz Lirio, Pablo Núñez Núñez y Francisco Manuel Salvatierra García. http://www.editorialgrupobuho.com El romántico de Quevedo. A finales del mes de mayo el Centro Virtual Cervantes puso en línea la antología Aproximación a la poesía amorosa de Quevedo, una recopilación de artículos que muestran cómo se ha interpretado la poesía amorosa de este autor durante el siglo XX y cuál ha sido la historia de su recepción crítica. Preparada por Santiago Fernández Mosquera, la antología recoge los artículos críticos más representativos y paradigmáticos dedicados a esta materia y los ordena en cuatro secciones: visión general; acercamiento a las fuentes clásicas y barrocas; la construcción argumentativa, retórica y conceptista de los poemas; y, para finalizar, tres ejemplos modélicos de comentarios a textos amorosos del poeta. Destacados quevedistas están incluidos: Dámaso Alonso, Green, Pozuelo, Close, Olivares, Smith, Fernández Mosquera, Egido, Schwartz, Roig Miranda, Maurer, Jauralde Pou y Arellano. http://cvc.cervantes.es/obref/quevedo_critica/p_amorosa Serafina Altieri. Tal es el título de la novela que la escritora venezolana Miriam Marinoni acaba de publicar con el sello Ediciones Akal, en España, y que presentó el pasado 28 de mayo en Madrid. Marinoni, quien en 2002 quedó finalista del premio Planeta con su novela Vade retro (Bid Co. Editor, 2005), recibió el apoyo de la agencia literaria Proscritos.com. Serafina Altieri narra la vida de una inmigrante italiana en Montevideo que se ve obligada a salir adelante con su familia cuando su esposo es asesinado y su nieta es detenida por causas políticas. La novela reivindica el trabajo que hacen las mujeres anónimas que son el eje de las familias. Nacida en Montevideo en 1948, tiene la nacionalidad venezolana, es profesora de literatura y lengua castellana (UPEL) y magister en literatura latinoamericana contemporánea (USB). Ha sido guionista para la televisión venezolana, escribiendo para telenovelas de gran audiencia como La dueña, El desprecio o Por estas calles, entre otras. http://www.proscritos.com/serafina_altieri/ Medusa de papel y bytes. Alber Vázquez acaba de publicar la versión digital (un archivo PDF de unos 8 Mb) de su poemario Desencriptación de la medusa, ilustrado por Fernando de la Iglesia, y que el sello Ediciones del 4 de Agosto (http://www.4deagosto.com), dedicado a libros artesanales y de corto tiraje, publicó y presentó este 22 de mayo en la Universidad de La Rioja, en España. La versión digital es una reproducción exacta de su par impreso. Vázquez mantuvo durante algún tiempo el blog Consideraciones para la máquina (http://www.deabruak.com/maquina/index.html) y desde febrero impulsa Ignativs (http://www.ignativs.com), un nuevo blog sobre crítica literaria en la que invita a sus lectores a convertirse en coautores. http://www.deabruak.com/alber/medusa Suscriptor premiado. Ricardo Juan Benítez, escritor argentino, obtuvo con el cuento "Noche de bruma y silencio" el segundo premio en el V Concurso Literario de Cuento y Poesía de la Asociación Arte y Cultura de Merlo, cuyas bases obtuvo Benítez en virtud de estar suscrito a nuestro boletín de concursos (http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm). La ganadora del primer premio fue María Florencia Cazenave Garialde, argentina residente en Sevilla, España, por su cuento "Tres pozos". El tercer premio correspondió a María Elisa Lavagetto por "Las penas de Isaac Felipe Azofeifa". La entrega de premios y antologías se hará el 22 de julio de 2006 a las 7 pm en la Casa de la Cultura de Merlo, Argentina. http://www.arteyculturademerlo.com.ar/concursos.html El rostro de Borges. Hasta el 1 de julio está abierta la exposición fotográfica "Borges, entre los rostros el rostro", organizada por el Centro de Arte Moderno de Madrid. Las fotografías del mayor escritor argentino del siglo XX fueron tomadas por Eduardo Comesaña, Alicia D'Amico, Sara Facio, Julie Méndez Ezcurra, Annemarie Heinrich, Mario Muchnik, Claudio Pérez Míguez, Humberto Rivas, Anatole Saderman y Grete Stern. Además de los retratos borgianos, los visitantes podrán ver, en otra exposición, una colección de libros firmados por el autor de El Aleph, entre los que se encuentran libros dedicados, primeras ediciones firmadas y ejemplares de su biblioteca personal. Las visitas pueden hacerse de martes a sábado entre 11 de la mañana y 2 de la tarde, y de 5 de la tarde a 9 de la noche, y la entrada es gratuita. http://www.centrodeartemoderno.com Las mujeres y sus secretos. El Teatro Experimental Comunitario y la organización Hermanas Mirabal Family Center están invitando a la presentación, en Nueva York, de la obra teatral Secretos de mujeres, de la poeta, narradora y dramaturga dominicana Dinorah Coronado. La autora ha publicado el poemario bilingüe Interioridades/Poetry from my Soul, y los libros Manual de Relaciones Humanas y Madurez Psicológica, Alma de Niños y Bosquilandia I. Participa en la Tertulia de Escritoras Dominicanas en Estados Unidos y en las tertulias "Nosotros Contamos" y "Poetas con Café". Ha sido galardonada por la Biblioteca del Congreso y el Instituto de la Cultura Peruana. La entrada a la obra tiene un valor de 10 dólares y la función será este sábado 10 de junio a las 7 de la noche en 416 E 176 Street, #2th South; Bronx, NY 10457. Teléfono: (718) 901-5100 Cadenas y Montejo. Los poetas venezolanos Rafael Cadenas y Eugenio Montejo ofrecerán este martes 13 a las 6 de la tarde un recital poético en el marco de la programación del centenario del escritor Arturo Úslar Pietri. Cadenas y Montejo estarán acompañados por el cellista William Molina. La actividad, organizada por el PEN de Venezuela cuenta con el patrocinio de las fundaciones Banco Provincial y Centenario AUP, y se realizará en el Auditorio de la Fundación Banco Provincial (piso 2, Avenida Principal de La Castellana cruce con calle El Bosque, Caracas). El auditorio dispone de estacionamiento y vigilancia. http://www.pendevenezuela.org Edición xilográfica. El Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella iniciará próximamente su curso sobre edición y recursos de estampación en xilografía, que será dictado del 20 de junio al 27 de julio por María José Montañés Garnica, responsable del Taller de Grabado FMGEC. Los interesados tendrán oportunidad de inscribirse hasta el 14 de junio. Las sesiones serán los martes (en turno de mañana, de 10 am a 2 pm, y de tarde, de 5 a 9 pm), y los jueves (sólo turno de tarde, de 5 a 9 pm). El curso está orientado a artistas, grabadores y a todo el público en general, con alguna inquietud artística, mayores de 14 años, y tiene un costo de 60 euros. http://www.museodelgrabado.com Se viene el arte independiente. Entre el 28 de septiembre y el 1 de octubre se realizará en el pabellón de La Pipa de la Casa de Campo, la VII Feria de Arte Independiente de Madrid, Faim, actividad que congrega anualmente a miles de personas interesadas en el mundo del arte, compradores de a pie y galeristas. Los artistas plásticos que deseen participar deberán contactar a María Xesús Díaz a través del correo electrónico mariaxdiaz@yahoo.es. http://mariaxdiaz.artelista.com ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Sergio Pitol recibe premio Roger Caillois El escritor mexicano Sergio Pitol recibió a principios de mayo el premio de literatura francés Roger Caillois, creado por el Pen Club y la Casa de América Latina en París, por su novela El arte de la fuga, y por el conjunto de su obra. De 73 años y premio Cervantes 2005, el autor manifestó su satisfacción por el galardón Roger Caillois, otorgado por el Pen Club de Francia y la Casa de América Latina de París para recompensar a autores latinoamericanos, porque "es muy prestigioso". Pitol es el tercer mexicano en recibir el galardón, que antes ha honrado a Carlos Fuentes (2003) y Homero Aridjis (1997). Del personaje que da nombre al galardón, el narrador recordó que "la escritura de Caillois abarca civilizaciones antiquísimas y también ultramodernas". Agregó que Caillois "estudia los sueños, los juegos, los instintos, las piedras, los pulpos, los laberintos y los espejos y coloca todo eso con una plena exactitud para revelar algunos fenómenos oscuros de la sociedad y las personas". Caillois, añadió, vivió durante la Segunda Guerra Mundial en Buenos Aires. Allí se impregnó de la literatura latinoamericana y en particular de algunos de los grandes autores de la época, como Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Juan Rulfo o Juan Carlos Onetti, y a su vuelta a París creó la primera colección de literatura latinoamericana en Francia. De la obra que se le premia ahora en Francia, que describe como "una autobiografía literaria", explicó que "cuando la estaba escribiendo creía que no le iba a interesar más que a los sobrevivientes de ese tiempo", pero que a la vista de su éxito se equivocó, tal vez porque contaba un mundo "más feliz que el de ahora" y porque "la melancolía que lo rodea es muy vital". Se puso a trabajar en ella a comienzos de los años 90, poco después de volver a México tras pasar casi tres décadas en Europa y a lo largo de sus páginas evoca su niñez, su adolescencia -"riquísima y deslumbrante"-, sus amigos, sus lecturas, sus viajes. El escritor estuvo viviendo en París a mediados de los años 70, durante su época de diplomático (llegó a ser embajador en Praga en la década siguiente) cuando ocupaba las funciones de agregado cultural en la legación mexicana. De esa época "lo único que no me gustaba era no tener tiempo para escribir y a veces ni para leer", a causa de la carga de trabajo y de la vida social. Pitol tiene publicados cinco libros en Francia, dos de sus primeras novelas desde hace dos decenios -El desfile del amor y El tañido de una flauta- a los que se han añadido en los dos últimos años El viaje, Domar a la divina garza y el ahora galardonado El arte de la fuga. Además, para este año está prevista la salida de La vida conyugal. El escritor reveló además que está "tratando de escribir una novela histórica", un género que "nunca" ha tocado. Aunque no quiso dar detalles sobre los personajes, dijo en entrevista que la novela está ambientada en el México de la segunda mitad del siglo XIX, tras el Imperio de Maximiliano y Carlota, una pareja que, por cierto, ha nutrido también trabajos literarios como la novela de Fernando del Paso, Noticias del Imperio. Fuentes: AFP, Milenio *** Bogotá será Capital Mundial del Libro en 2007 Bogotá será la primera ciudad latinoamericana en recibir de parte de la Unesco (http://www.unesco.org) el título de "Capital Mundial del Libro 2007". La capital colombiana venció a Ámsterdam, Coimbra, Dublín, Rosario (Argentina) y Viena, todas aspirantes, según la lista de ciudades que estudió la organización. En años anteriores este honor ha correspondido a Madrid (2001), Alejandría (2002), Nueva Delhi (2003), Amberes (2004), Montreal (2005) y Turín (2006). La Unesco tuvo en cuenta para la designación los programas de "fomento a la lectura", la Red de Bibliotecas, la Feria Internacional del Libro, la campaña Libro al Viento, los Clubes de Lectores y los Paraderos de libros ubicados en los parques de la ciudad. Bogotá ostentará esta distinción desde abril de 2007 hasta el mismo mes de 2008. La designación oficial se realizó en el Pabellón de Ciudades Capitales de Corferias, espacio que congregó al sector editorial de América Latina y a representantes de Estados Unidos y de Europa, en el marco de la Feria del Libro de Bogotá, entre el 22 de abril y el 7 de mayo. La directora del Instituto Distrital de Cultura y Turismo (ICDT) de Colombia, Martha Senn, dijo que "la capital colombiana recibió esa distinción en junio de 2005 por la Unesco y que representa un gran compromiso. Este nombramiento hace parte del interés continuo de posicionar a Bogotá como un distrito cultural". Senn anunció además el lanzamiento del programa "Bogotá un libro abierto" (http://www.culturayturismo.gov.co/eventos/libro_abierto.php), para que escritores, artistas, investigadores, académicos y editores expresen sus opiniones en torno al libro y la lectura durante los actos relacionados con la distinción, que se celebrarán de abril del 2007 a igual mes del 2008. Fuentes: IDCT, Noticiero Venevisión *** Premio Nacional de las Letras Españolas para Caballero Bonald El escritor José Manuel Caballero Bonald recibió el pasado 8 de mayo el Premio Nacional de las Letras Españolas, un galardón con el que se reconoce toda una trayectoria dedicada a la literatura y que está considerado como el más importante de este género después del Premio Cervantes. La ministra española de Cultura, Carmen Calvo, presidió en Santander el acto de entrega de los Premios Nacionales de Literatura 2005, que concede su departamento y que en esta edición fueron dedicados a la novelista cántabra Concha Espina, con motivo del 50 aniversario de su muerte. El acto de entrega, que también estuvo presidido por el jefe del Ejecutivo regional, Miguel Ángel Revilla, se realizó en el Paraninfo del Palacio de la Magdalena. Los premios se fallaron a finales de 2005 y reconocen una trayectoria o una obra concreta, publicada el año anterior. Además de una rica trayectoria literaria, Bonald ha sido profesor de literatura en la Universidad de Columbia, director de una editorial y subdirector de una revista literaria. En su discurso de aceptación, el escritor reivindicó la literatura como un "buen sistema para defendernos de todo lo que nos impide ser más libres y más felices". La concesión de este galardón, dijo Caballero Bonald, es "una de las más gratas satisfacciones" que le ha dado su "oficio de escribir" al que, recordó, ha dedicado unos sesenta años. "Al menos puedo alardear de perseverancia", dijo el autor jerezano y agregó que su "palabra escrita", además de reproducir sus ideas estéticas, refleja su "pensamiento moral" y su "manera de intervenir en la historia". También opinó que en un "mundo asediado de violencia y tribulaciones, de guerras inicuas y menosprecios a los derechos humanos" es necesario reivindicar las "soluciones justicieras de la inteligencia y los viejos métodos humanísticos de la razón". Caballero Bonald ejerció de portavoz de los galardonados con los Premios Nacionales de Literatura 2005, sin encontrar otra "justificación" para hablar en su nombre, a no ser que le avale "la devoción y la amistad hacia quienes forman parte de mis predilecciones en los distintos campos de la vida española". El escritor recordó a los fallecidos Alberto Méndez (Premio de Narrativa) y Alberto Miralles (Premio de Literatura Dramática), cuyas respectivas obras Los girasoles ciegos y Metempsícosis son "ejemplos notables" en el terreno de la narrativa y el teatro contemporáneo. Alabó la "hermosa y sabia expresión" del autor de El don de la ignorancia, José Corredor-Matheos (Premio de Poesía); el rigor y la lucidez de José Luis Pardo, Premio de Ensayo por La regla del juego; y la "visión ejemplar" de Santos Juliá (Premio de Historia) por Historia de las dos Españas. También se congratuló de que el Premio a la Obra de un Traductor haya recaído en Francisco Rodríguez Adrados por ser su labor "ciertamente excepcional"; así como de que la Mejor Traducción sea la realizada por Luisa Fernández Garrido con El Kapo, de Aleksandar Tisma. Para Caballero Bonald, con el Premio de Literatura Infantil y Juvenil se ha reafirmado la "condición de maestros" de Antonio Rodríguez Almodóvar, autor de El bosque de los sueños; y celebró que el Premio a la Mejor Labor Editorial haya recaído en Ediciones Sígueme. En sus respectivas intervenciones, tanto la ministra Carmen Calvo como el jefe del Ejecutivo cántabro, Miguel Ángel Revilla, recordaron las figuras de ilustres literatos, "sin los cuales la literatura y las letras españolas no serían lo que son", dijo la ministra durante su intervención. Así, ambos recordaron que en 2006 se celebra el centenario de la muerte de José María de Pereda y que el pasado año se conmemoró el cincuentenario de la desaparición de Concha Espina; y también aludieron a otros escritores cántabros como Marcelino Menéndez Pelayo, Gerardo Diego y Manuel Llano. Especial mención se hizo también de la celebración en 2006 del Año Jubilar Lebaniego, recordando Revilla que el Beato de Liébana fue el "líder ideológico de la Reconquista". Fuentes: Diario de Cádiz, Diario de León, EFE *** Disponible compilación Novísimos con la venezolana Carolina Lozada La versión digital de Novísimos, el libro que reúne los textos ganadores del I Certamen de Relatos Breves de El País Literario, ya está disponible en la web del grupo (http://www.elpaisliterario.com), donde puede ser descargado gratuitamente. Esta edición aparece de forma simultánea con la impresa. Como informáramos en diciembre pasado (http://www.letralia.com/136/1214lozada.htm), el galardón recayó de forma unánime en el cuento "Viejo bar, viejo tango", de la escritora venezolana Carolina Lozada (Mérida, Venezuela, 1975), que encabeza la edición y que se impuso sobre otros quinientos participantes. Este premio es pionero en su género, por la difusión que realiza de aquellos trabajos de autores noveles, algunos de ellos jóvenes creadores, que desde la plataforma de El País Literario, dan a conocer su obra lejos de circuitos editoriales de difícil y complicado acceso. El País Literario es una gestora cultural que tiene como objetivo principal la promoción de los jóvenes creadores, de los escritores noveles, y la difusión de su obra. Está abierto a todo tipo de iniciativas, además de llevar a cabo una gestión integral en el universo de la literatura, como es la promoción de autores, la difusión de su obra, y la comercialización de libros y revistas especializadas en literatura, artes y comunicación. Fuente: El País Literario *** Antonio Gamoneda obtiene el premio Reina Sofía El poeta leonés Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) obtuvo, el pasado 11 de mayo, el XV Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, uno de los galardones más importantes de la poesía en lengua española, que le ha sido concedido por "la huella ética que penetra toda su obra, marcada por una profundidad y una hondura inigualables". Dotado con 42.100 euros y convocado conjuntamente por Patrimonio Nacional (http://www.patrimonionacional.es) y la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es), el Reina Sofía ha correspondido en años anteriores al argentino Juan Gelman, la brasileña Sophia de Mello Breyner y el colombiano Álvaro Mutis. El jurado, que estuvo compuesto por el presidente de Patrimonio Nacional, Yago Pico de Coaña, y por José Saramago, Luis María Anson, Juan Gelman, Josefina Aldecoa, Rosa Regás y Humberto López Morales, entre otros, destacó de Gamoneda, quien es leonés desde los tres años (se trasladó con su madre tras la muerte del padre), su visión del mundo "en la que se puede reconocer la señal explícita de una tradición escondida, profundamente asociada a la tierra y a la construcción de la vivencia". "Desde Descripción de la mentira (1977) hasta Cecilia (2004), el testimonio de energía de pensamiento y de vinculación a las tradiciones españolas ha sido constante, ofreciendo un raro ejemplo de coherencia y de verdad poética", argumentó el jurado que falló este premio. Gamoneda recibió la noticia de su premio el mismo 11 de mayo, en el tren que le trasladaba de León a Madrid, donde esa misma tarde tenía previsto participar en una velada poética en el Palacio Real, en torno al argentino Juan Gelman, el anterior premiado con el Reina Sofía de Poesía. "Me ha pillado por sorpresa. Me lo tomo con serenidad y con agradecimiento. No lo desprecio ni lo menosprecio, para mí es una gratificación, pero no me excito", dijo este poeta, considerado una las voces más íntimas y humildes, retirado de todo tipo de reuniones y saraos literarios. El autor de Arden las pérdidas, cuya profunda obra atraviesa la reflexión en torno a la pérdida, el olvido, al paso del tiempo o la perspectiva de la muerte, dijo que se sentía "halagado porque este premio lo tienen los grandes poetas. Pero yo soy un provinciano, dicho de manera suave, un señor mayor, un viejo al que este premio le pilla con preocupaciones, que no son muy poéticas que digamos porque estoy metido en asuntos de la fundación de la que soy patrono". Gamoneda se encuentra también en este momento enfrascado en la escritura de sus memorias. "Estoy con mis 75 años escribiendo en prosa, alejado de la poesía, de momento, metido en la memoria de mi infancia, que llega hasta los 14 años". Un libro de recuerdos, algunos muy dolorosos, como la muerte del padre, cuando era muy pequeño, su marcha a León, la difícil situación tras perder la guerra, o las dificultades económicas. "Esto es como una cesta de cerezas, una tira de la otra y de forma increíble se van asociando los recuerdos, algunos incluso de los que no eras consciente en absoluto", dice. Para Gamoneda, incrustado por edad en la Generación de los 50 pero alejado de ese sentir literario totalmente, "la poesía no es una salvación pero se le parece. Es una conversión, cuando está fundamentada en el sufrimiento su lectura termina siendo un placer; como, por ejemplo, pasa en las coplas a la muerte del padre de Manrique. Son fruto del sufrimiento pero su lectura se convierte en un placer". El flamante galardonado, que ya es poseedor del Premio Nacional de las Letras, en su rama de Poesía; del Premio Castilla y León de las Letras y del Adonais, entre otros, cree que la poesía es "más dura de roer" que la prosa. "La poesía lleva más tensión, es más fuerte, aunque la poesía también sea memoria", concluye. El premio, que entregará la Reina Sofía en el último trimestre del año, en un acto solemne en el Palacio Real, se completa con una jornada sobre la obra poética del autor premiado, de la que después se hace un ejemplar encuadernado artísticamente que pasa a formar parte de los fondos de la Real Biblioteca de Madrid. Fuentes: Cadena Ser, EFE *** Asesinado el músico venezolano Tomás Montilla El compositor venezolano Tomás Montilla, cuya maestría en la ejecución del cuatro le valió amplio reconocimiento en su país, murió el pasado 12 de mayo en su residencia en Guanare (Portuguesa), tras enfrentarse a un antisocial que había ingresado a la misma para cometer un robo. De origen barinés pero con más de tres décadas de residencia en Portuguesa, Tomás Antonio de Jesús Montilla Araujo era autor de la obra "Del flamenco al joropo" y sentó cátedra nacional e internacionalmente, con su virtuosismo y con su permanente labor de maestro dedicado al fortalecimiento del cuatro y su historia. El compositor había nacido el 17 de marzo de 1941 en el pueblo de Las Calderas de Barinitas y crecido en Altamira de Cáceres (Barinas). Desde los 6 años se interesó por la música y tocó el cuatro por vez primera, y a los 11 años ya había aprendido a tocar mandolina. Tras descubrir la vocación por el sacerdocio, ingresa en el Seminario de Mérida, donde profundiza sus estudios musicales y, además del cuatro, aprende a tocar pianola. Abandona el seminario y se traslada a Caracas, donde culmina el bachillerato mientras se involucra en actividades teatrales, poéticas y musicales. Ingresa en la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (http://www.ucab.edu.ve), pero abandona los estudios tres años después por motivos económicos -pese a obtener algunos ingresos enseñando a tocar el cuatro- y políticos -Montilla era miembro de una célula clandestina del Partido Comunista. Unos años después, graduado de maestro normalista, se casa y regresa a Barinas, donde participa en la fundación del Liceo Cándido Antonio Mesa. Su participación en una huelga de docentes le cuesta el empleo y la residencia, pues es expulsado del estado y, en 1968, llega a Portuguesa para trabajar en el Liceo José Vicente de Unda, en Guanare. Allí funda el Orfeón José Joaquín Burgos, "con el cual recorrimos todo el país hasta que los adecos lograron eliminarlo". En 1978 participa en el XI Festival de la Juventud y los Estudiantes, en La Habana (Cuba). Al regresar recorre Venezuela con un repertorio de música venezolana y en 1981 se presenta en el 41r Festival Mundial del Folclor, en Québec (Canadá), donde obtiene el primer lugar imponiéndose sobre participantes de otros 50 países. Desde ese momento su presencia en festivales internacionales se hizo constante. Recorrió las islas del Caribe y en 1986 hizo una gira por Italia en la que ofreció más de medio centenar de conciertos. Durante una estadía en Venezuela ese mismo año interpretó un joropo para el papa Juan Pablo II. A finales de los 80 y principios de los 90 visitó Brasil, Alemania, Suiza y Austria. En Argentina, contaba, "me destaqué tocando tango". En 1994 participa en recitales en Cuba y al año siguiente en el Segundo Encuentro Nacional de Cultura del Caribe. En 1996 se presenta en la Embajada de Venezuela en Francia y en varias universidades de ese país. A finales de los 90 se desempeñó como concejal en Guanare. Como tal viajó por España ofreciendo conciertos de joropo. Al regresar a Venezuela recorre nuevamente diferentes estados, universidades y ateneos ofreciendo recitales. De su instrumento decía: "El cuatro es la representación de un venezolano. En cada casa hay un cuatro. Los niños lo tocan, también lo rompen, no sólo ellos, igual los adultos pues el cuatro canta, da serenatas, enamora, trabaja y conquista mujeres. El cuatro llena un espacio importante en la vida de cualquier venezolano. Cuando se está fuera de la patria se tiene un cuatro y con él lloramos y recordamos". La muerte del compositor causó honda pena en la comunidad cultural venezolana. En su homenaje se dedicó una jornada musical en la Plaza Bolívar de Guanare, que se inició el mismo día del suceso y se extendió hasta el día siguiente. Igualmente, este 23 de mayo se realizó una jornada de homenaje en Caracas. Fuentes: Aporrea, El Libertario, El Universal (Venezuela), Radio Nacional de Venezuela *** Manuel Llorens gana el premio Paz Castillo El poeta venezolano Manuel Llorens ganó a mediados de mayo el XVI Premio de Poesía "Fernando Paz Castillo", del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.org.ve), dotado con 6 millones de bolívares, por su obra Poema para un lunes bancario, presentada con el seudónimo "Alejandro Musso". El premio será entregado el 30 de julio. El jurado, integrado por María Antonieta Flores, Gabriela Kizer y Luis Alberto León, decidió por unanimidad otorgar el premio a Llorens "considerando la autenticidad de un tono que atrapa la sensibilidad de su época mediante una estética sostenida, aunada al riesgo en el manejo y combinación de las imágenes", según reza el veredicto. La lectura del veredicto estuvo a cargo de Roberto Hernández Montoya y Tulio Monsalve. Caraqueño de 33 años, Llorens es psicólogo clínico. Su trayectoria en la poesía cuenta con un poemario titulado Vaca peligrosa y otras aves migratorias (1999). El autor también es narrador y su cuento "De cuando en cuando un Dios" (http://www.ficcionbreve.org/cuentos/encuando.htm) fue publicado en Ficción Breve Venezolana. En el área de psicología es coautor de tres libros, entre los cuales se encuentra Psicoanálisis y creación literaria: lugar de encuentros (2002). Llorens ha participado en los Talleres de Creación Literaria del Celarg, en las menciones Poesía (1997-1998) y Narrativa (2000-2001). Fuentes: Ficción Breve Venezolana, La Cadena Global, Venezuela Analítica *** Recuerdan a Arturo Úslar Pietri en el centenario de su nacimiento Venezuela recordó a su más eminente intelectual, Arturo Úslar Pietri, al celebrarse este 16 de mayo el primer centenario de su nacimiento, con manifestaciones que incluyeron la inauguración de un centro de estudios en su nombre, la proyección de un documental y varias exposiciones sobre su vida y obra, entre otras actividades. La Universidad Metropolitana de Caracas (http://www.unimet.edu.ve) inauguró la noche del 16 el Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Úslar Pietri, que albergará la biblioteca personal del escritor, con más de 18.000 volúmenes, que donó aún en vida a esa casa privada de estudios. El Centro se dedicará "a la investigación de las cinco áreas que desarrolló Úslar en su vida intelectual: literatura, historia, política y gobernabilidad, economía y petróleo, y educación y comunicación", dijo su director, el escritor Rafael Arráiz. El mismo día, en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.org.ve), fue presentado el documental El hombre que voy siendo, de la cineasta Eliadys Sayalero. Al noreste de Venezuela, en la Isla de Margarita, la Biblioteca Pública Manuel Montaner, de Juangriego (Nueva Esparta) inauguró la Sala Especial Arturo Úslar Pietri, que contiene un cúmulo de libros y obras del escritor, en su mayoría donados por Rafael Augusto Cadenas, escritor que recientemente publicó el libro Vida y obra de Arturo Úslar Pietri, en el que toca los aspectos literario, político, económico y educativo del ilustre venezolano. Cadenas fue el orador de orden de la sesión especial que para ese día pautaron las autoridades de la municipalidad, y que fue presidida por el alcalde José Ramón Díaz. Por su parte, la Fundación Cultural Chacao (http://www.chacao.gov.ve/fundacioncultural) emprendió el miércoles 17 de mayo su programa "Arturo en la Calle", orientado a acercar a los diferentes sectores de la población, y en especial a los jóvenes, a la figura y el pensamiento de este insigne escritor venezolano. El ente colgó pendones con el rostro del escritor, diseñados por el ilustrador Pablo Martínez, a lo largo de la avenida Francisco de Miranda, donde permanecerán seis semanas. Igualmente, el 26 de mayo se inauguró una exposición itinerante sobre su vida y obra, en la Plaza Francia de Altamira (Caracas), donde la Galería Móvil de la fundación dispuso cuatro módulos de dos metros de altura que exhibirán fotografías y textos en torno a la vida y obra del autor de Las lanzas coloradas. El 29, esta exposición inició una gira por diversos espacios públicos, centros comerciales y planteles educativos del Municipio como el Centro San Ignacio, la Escuela Juan de Dios Guanche, el Colegio San Ignacio de Loyola, entre otros. La programación "Arturo en la Calle" culminará el 17 de junio con un evento que tendrá lugar a las 5 de la tarde en la calle Elice de Chacao, el cual contempla el bautizo de dicha calle por parte del alcalde Leopoldo López con el nombre de Úslar Pietri, y un concierto de la reconocida agrupación venezolana Los Amigos Invisibles (http://www.amigosinvisibles.com/espanol/index.php), cuyo nombre es la frase con la que el intelectual empezaba cada emisión de su programa televisivo Valores Humanos. España también se sumó a los homenajes. La editorial Páginas de Espuma, de Madrid, publicó los Cuentos completos de Úslar Pietri, en una edición coordinada por el crítico y escritor venezolano Gustavo Guerrero. Es la primera vez que la obra cuentística del escritor se publica en la península ibérica "tal como los escribió", según explica Guerrero. "No existía en España una edición de cuentos completos", agregó el crítico. "Y tampoco existía una edición establecida de los cuentos. Los que aparecen aquí son tal y como Úslar los escribió. No era un hombre al que le gustara retocar sus textos. Consideraba que todo retoque o toda reescritura eran una traición al hombre que había escrito ese texto. No tuvo esa pulsión de retocar como la tuvo, por ejemplo, Borges". Guerrero agregó que, "desgraciadamente", los editores posteriores de Úslar Pietri sí alteraron algunos de sus textos. "En muchas de las antologías se tomaron libertades como hacer desaparecer las separaciones o un párrafo completo o se cambiaban los venezolanismos", explicó. Cuentos completos, de 592 páginas, abarca todos los libros de cuentos publicados por Úslar Pietri: Barrabás y otros relatos, Red, Treinta hombres y sus sombras, Pasos y pasajeros y Los ganadores. El libro, que se presentó la noche del 16 de mayo en la Casa de América de Madrid, se distribuirá también en Latinoamérica, aunque en pequeñas cantidades, debido a su elevado precio: 29 euros (unos 37 dólares). Nacido en Caracas el 16 de mayo de 1906 e hijo del militar Arturo Úslar Santamaría y Helena Pietri Paúl, su infancia transcurrió durante la dictadura del general Juan Vicente Gómez (1857-1935), que duró 27 años. De procedencia humilde, vivió buena parte de su niñez en Cagua y Maracay (estado Aragua). Realizó sus estudios primarios de 1913 a 1924 en el colegio Francés de Caracas y en la Escuela Federal de Varones de Maracay. Cursó bachillerato en la Escuela Federal Felipe Guevara Rojas de Los Teques (Estado Miranda). Paralelamente, inició a los 14 años su carrera literaria, escribiendo en algunos periódicos aragüeños. Se doctoró en Ciencias Políticas en la Universidad Central de Caracas en 1929. Allí conoce a personajes como Rafael Caldera, Raúl Leoni, Rómulo Betancourt y Jóvito Villalba, con quienes formó parte de la llamada Generación del 28, movimiento estudiantil que emprendió una resistencia contra el régimen dictatorial de Gómez. En esa época, influido por la literatura de vanguardia de la época, fundó con Nelson Himiob, Gonzalo Carnevalli, Miguel Otero Silva, Fernando Paz Castillo y Pedro Sotillo la revista Válvulas y publicó su primera obra, Barrabás y otros relatos (1928), con la que da un fuerte impulso a la renovación de la narrativa venezolana. Tras terminar sus estudios viajó a seis países europeos y cinco de Oriente Medio, donde pasó buena parte de su juventud. En esa etapa viajera conoció al cubano Alejo Carpentier y al guatemalteco Miguel Ángel Asturias, además de tomar contacto con las corrientes surrealistas y las nuevas técnicas narrativas, lo que le sirvió para escribir su gran obra, Las lanzas coloradas, que publica en Madrid en 1931, a los 25 años. De vuelta a Venezuela, en 1934, estudia derecho y economía, trabaja como docente y participa activamente en la política venezolana. Entre 1946 y 1950 es desterrado por el régimen de Isaías Medina Angarita, lo que aprovecha para ejercer como profesor de literatura hispanoamericana en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Entre 1939 y 1941 se desempeña como ministro de Educación. Más tarde será designado secretario de la Presidencia de la República (1941-1943 y 1944-1945), ministro de Hacienda (1943) y ministro de Relaciones Interiores (1945), además de ser senador de 1959 a 1973. En 1963 fue candidato independiente a la Presidencia y consiguió el 16 por ciento de los votos. Vinculado toda la vida al periodismo, desde 1946 escribió ininterrumpidamente "Pizarrón", una columna semanal que se publicaba en 26 periódicos de lengua española sobre temas de actualidad. Durante años mantuvo en diversas televisoras venezolanas su programa divulgativo Valores humanos, en los que divulgó la vida de numerosos personajes que dejaron una profunda huella en la historia y cultura universal, convirtiéndose en el primer intelectual venezolano que utilizó la televisión como medio difusor de cultura. De 1969 a 1974 fue director del diario El Nacional (http://www.el-nacional.com), de Caracas, y durante esta época (1973) el Ministerio de Información y Turismo de España le concede el premio "Miguel de Cervantes" de periodismo. Fue embajador ante la Unesco (http://www.unesco.org) en la década de los 70, miembro del Consejo Ejecutivo de ese organismo y su vicepresidente para América Latina y el Caribe entre 1978 y 1980. Considerado uno de los más lúcidos representantes del pensamiento hispanoamericano, Úslar se convirtió en la conciencia crítica del régimen venezolano. Fue uno de los primeros en reclamar la renuncia del presidente Carlos Andrés Pérez, suspendido finalmente de su cargo en mayo de 1993 al ser procesado por presunta malversación de fondos. A pesar de que pronosticara los fallidos golpes de Estado del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992, no se libró de ser calificado, por ello, de "mentor intelectual" de la segunda asonada, lo que rechazó enérgicamente. Autor en todos los géneros literarios, en su vasta producción literaria destacan títulos como El camino a El Dorado (1940), La isla de Robinson (1981), Godos, insurgentes y visionarios (1986) y La visita en el tiempo (1990), novela sobre don Juan de Austria que recibió sucesivamente los premios Príncipe de Asturias (1990) y Rómulo Gallegos (1991). Como hispanista destacó su obra en dos volúmenes Iberoamérica, una comunidad (1989), en la que interviene como escritor y, además, como coordinador de cuarenta especialistas de todo el mundo, a instancias del Instituto de Cooperación Iberoamericana. Úslar Pietri estuvo casado desde 1939 con Isabel Braun, fallecida en 1996. De sus dos hijos, Arturo (1940) y Federico (1944), sólo sobrevive éste. Fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura 1993 por la Academia Venezolana de la Lengua y otras ocho instituciones locales, y en 1995 fue finalista del Premio Cervantes. Tras su muerte, su obra ha seguido publicándose y, entre otras recopilaciones, en 2004 se editó en España La lluvia, una selección de doce relatos. Fuentes: EFE, El Universal (Venezuela), EnOriente, Venezuela Analítica, Wikipedia *** Presentan en Pekín un ensayo sobre Francisco de Miranda Con motivo del Año Mirandino, la Embajada de Venezuela en China (http://www.venezuela.org.cn/indexes.htm) presentó, el día miércoles 17 de mayo a las 5 de la tarde, el ensayo Francisco de Miranda: la construcción política de una patria continental, de la doctora Carmen Bohórquez, reconocida especialista de la vida y obra del Precursor de la Independencia americana y Presidenta de la Comisión Presidencial para la Celebración del Año Mirandino. El ensayo originalmente forma parte de la tesis de doctorado Francisco de Miranda y el proceso de constitución de una identidad americana, de la doctora Bohórquez, defendida en la Universidad París III-Sorbonne Nouvelle en 1996 y publicada dos años después por L'Harmattan, París. La Embajada de Venezuela en China decidió, previa autorización de la autora, hacer una edición especial bilingüe (español-chino), con ilustraciones a color y cronología e iconografía de Miranda, en un formato de tapa dura y desplegable, a la manera de ciertos libros chinos antiguos. El traductor del libro al chino fue el profesor Zhao Deming, famoso traductor de literatura latinoamericana. La presentación de Francisco de Miranda: la construcción política de una patria continental, estuvo a cargo de la embajadora Rocío Maneiro, quien resaltó la importancia universal del pensamiento de Francisco de Miranda y su vida como luchador por la libertad en diversos escenarios mundiales de su época. En un mensaje que envió la doctora Bohórquez desde Caracas, leído durante la presentación del libro, expresa su agradecimiento por la publicación y agrega que "es necesario impregnarnos de la fuerza de las ideas de Miranda para consolidar esta lucha inacabada por la libertad y la unidad de nuestra América, de nuestra patria americana. Que además haya sido publicado por nuestra Embajada en China es un gran honor personal, pero dice más de ustedes en tanto es una manera de continuar el esfuerzo diplomático de Miranda de hacer conocer en el mundo entero la causa de Nuestra América y de ir consolidando apoyos en su lucha por la libertad. Y es también un reconocimiento al pueblo de China, a su largo camino y a sus luchas por construir y defender, de las influencias occidentales, su cultura, sus valores, su forma de ser en el mundo. Por todo ello, gracias, mil gracias". Un numeroso público conformado por los embajadores de los países latinoamericanos y los agregados culturales, funcionarios de los ministerios de Cultura, Educación y Relaciones Exteriores de China, estudiantes universitarios chinos de lengua española, periodistas de diversos medios de comunicación y los venezolanos residentes en Pekín, se dio cita en el acto de presentación del libro. A cada asistente se le obsequió un ejemplar del libro y un afiche especial conmemorativo del Año Mirandino, diseñados por el artista gráfico venezolano Pedro Holder. Fuente: Embajada de Venezuela en China *** Instituto Cervantes y Editorial Planeta promoverán cultura en español El Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es) y el Grupo Planeta (http://www.planeta.es) promocionarán la cultura en español en el mundo en virtud de un convenio que el pasado 18 de mayo en Barcelona firmaron César Antonio Molina, director del Cervantes, y José Manuel Lara, presidente de Planeta. El acuerdo tiene como objetivo regular el marco de cooperación "para la realización de actividades conjuntas relacionadas con los fines de ambas instituciones". Molina afirmó que "el apoyo de las empresas privadas y de nuestras industrias culturales es esencial para difundir el español en el mundo, y por esta razón el Instituto Cervantes quiere ir de la mano con ellas en ese objetivo común". Lara definió el acuerdo de "preocupación estratégica" y afirmó que la lengua es un "patrimonio cultural y económico" de España. El Instituto Cervantes, que está presente en 56 ciudades de 37 países, promueve el uso de la lengua española y divulga la cultura de los países hispanohablantes. Planeta, por su parte, es el primer grupo editorial en lengua hispana, se dedica además a la producción de contenidos culturales, de información, formación y entretenimiento, según un comunicado del grupo editorial. Fuentes: La Voz de Galicia, Europa Press *** Memoria de mis putas tristes será llevada a la pantalla La más reciente novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez, Memoria de mis putas tristes, que cuenta la historia de un anciano que se enamora de una prostituta adolescente, será llevada al cine en una coproducción mexicano-danesa que se filmará en Cuba el año próximo, según informó el pasado 22 de mayo la publicación especializada Screen Internacional (http://www.screendaily.com). El guión ha sido escrito por el francés Jean Claude Carriere (Languedoc-Roussillon, 1933), habitual colaborador de Luis Buñuel, y será dirigida por el danés Henning Carlsen (Aalborg, 1927). Sin embargo, los responsables del filme todavía no han dado a conocer a los actores que intervendrán en el largometraje. Carlsen, conocido sobre todo en los 60 y los 70 por filmes como Sult (Hambre), basado en la novela homónima del Nobel noruego Knut Hamsun, contará además con asesoría del propio García Márquez, quien mantiene una amistad de años con Carriere. Según la productora mexicana Mandala Films, responsable del proyecto, "el mismo García Márquez decidió quién será el director de la película, y así como que se filmara en Cuba por los vínculos que tiene con este país, aunque la historia puede ocurrir en cualquier lugar". El Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) participará en la producción de la cinta. Fuentes: CPN Radio, El País, Prensa Latina *** Un éxito la Semana de la Nueva Narrativa Urbana de Caracas La Semana de la Nueva Narrativa, evento organizado por Ana Teresa Torres y Héctor Torres bajo los auspicios del PEN de Venezuela (http://www.pendevenezuela.org) y la Fundación Chacao (http://www.chacao.gov.ve/fundacionchacao/), se desarrolló exitosamente entre el 22 y el 26 de mayo y concluyó con la presentación del libro De la urbe para el orbe, que reúne los quince cuentos que participaron en la actividad. Así, el lunes 22 se realizó la lectura de "Virginia y tú", relato de Jesús Nieves Montero; "(abs)tracto bilingüe", de Javier Miranda-Luque, y "Los invencibles", de Rodrigo Blanco Calderón. Los autores fueron presentados por Antonio López Ortega. El martes 23 le tocó el turno a "Las de la loza", de Adriana Villanueva; "Aguas perdidas, aguas encontradas", de Roberto Martínez Bachrich, y "Experta en extravíos", de Krina Ver, con presentación de Michaelle Ascencio. El miércoles 24 fueron leídos "El round del ascensor", de Fedosy Santaella; "Ulan Bator", de Pedro Enrique Rodríguez, y "Cinamon Roll", de María Ángeles Octavio, presentados por Eduardo Liendo. El jueves 25 se presentaron "Amalia", de Jorge Gómez Jiménez; "Litio", de Iria Puyosa, y "Camila y los seres de la noche", de Carlos Villarino, presentados por José Napoleón Oropeza. Finalmente, el viernes 26 fueron leídos "Un ángel y un demonio", de Enza García Arreaza, "Restauración", de Salvador Fleján, y "Esa regadera que era tu risa", de Héctor Torres, presentados por José Pulido. El mismo viernes al terminar las lecturas fue bautizado el libro De la urbe para el orbe, editado por el sello Alfadil (http://www.alfagrupo.com) y con prólogo del escritor Luis Barrera Linares, quien pronunció unas palabras a manera de presentación. "Los escritores venezolanos que aquí muestran sus primeras incursiones", dijo Barrera Linares, "ofrecen una muestra más que evidente de estar escribiendo para otros y no para sí mismos. Y lo digo porque es precisamente lo que han logrado conmigo. Una vez que recibí el original con todos los textos y el encargo de un posible prólogo, me asumí como lector desprejuiciado y libre a ver qué ocurría. Y ocurrió justamente ese acto mágico de saberse tomado en cuenta por los autores y autoras". El prologuista agregó que "la generación emergente viene a llenar definitivamente algunos de nuestros lugares vacíos, sin que ello implique una ruptura con el pasado de nuestra narrativa pero, eso sí, con posibilidades ciertas de pasar a ser narradores latinoamericanos (y dejar de ser sólo narradores venezolanos, como lo hemos sido hasta ahora el resto)". Fuente: PEN de Venezuela *** Jean-Marc Desgent gana el premio Sabines/Lapointe El escritor quebequense Jean-Marc Desgent (1951) obtuvo este 25 de mayo el IV Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines/Gatien Lapointe por su trayectoria literaria, que encierra una obra "donde los verbos ser y estar se desgarran entre sí", según palabras del también poeta Vicente Quirarte, quien formó parte del jurado de este galardón junto con Alí Chumacero y Hugo Gutiérrez Vega. Desgent, autor entre otros libros de Lo que soy ante nadie y Los cuatro estados del sol, fue seleccionado de una terna en la que también estaban sus colegas Nicole Brossard y Yonalde Villemaire. Dotado con 50 mil pesos y la edición de un CD con la obra poética del ganador leída en francés y español por el propio autor, el premio Sabines/Lapointe es patrocinado por el Seminario de Cultura Mexicana (http://www.culturamexicana.org.mx), el Fondo de Cultura Económica (http://www.fondodeculturaeconomica.com), la Sociedad General de Escritores de México (Sogem, http://www.sogem.org.mx) y la editorial quebequense Écrits des Forges (http://www.ecritsdesforges.com). Se trata de un intercambio cultural para fomentar y difundir la tradición poética de México y Canadá, por lo que el galardón se entrega un año a un escritor mexicano y al siguiente a uno canadiense, explicó Luis Estrada, director del Seminario de Cultura. Por su parte, Quirarte se refirió al universo poético de Jean-Marc Desgent, de quien se han traducido al español los dos libros mencionados, y dijo que su poesía es descarnada y autocrítica, por lo que nada escapa a su implacable percepción. "Aunque en varios instantes sus palabras cuestionan el discurso poético", agregó, "la suya no es una poesía sobre la poesía, sino una afortunada mezcla entre la lucidez y la pasión, un frenesí por mantenerse a flote a través de una escritura de múltiples registros: el poema en prosa, el poema extenso, y el texto ceñido y aliado de la intensidad". Fuente: El Universal (México) *** Historia de la literatura hispanoamericana aparece en español La renombrada Historia de la literatura hispanoamericana publicada en inglés en 1996 por la Universidad de Cambridge (http://www.cam.ac.uk) acaba de salir en español, en una edición actualizada y supervisada por los catedráticos Roberto González Echevarría y Enrique Pupo-Walker. Considerada la obra más completa sobre el tema, esta monografía, que se presentó el pasado 24 de mayo en la Casa de América de Madrid (http://www.casamerica.es), cubre toda la literatura en lengua española del continente americano desde los tiempos coloniales hasta el presente. El estudio está dividido en dos volúmenes -que abarcan desde 1492 hasta el Modernismo, el primero de ellos, y todo el siglo XX, el segundo- y rompe con muchos de los esquemas tradicionales de la historiografía de la literatura hispanoamericana, abordada hasta fechas no muy lejanas como un apéndice de la literatura española. Durante la presentación de la obra, González Echevarría subrayó que la literatura escrita en Hispanoamérica se caracteriza por su inercia a moverse entre dos mundos, el europeo y el americano, con unas aportaciones muy relevantes, tanto temáticas como en el uso del lenguaje. La obra aborda el fenómeno de forma global, sin una división concreta por países, a partir de la aportación de más de cuarenta especialistas, a los que en su día se les encomendó que aportaran una visión crítica de los periodos, movimientos y autores, ordenados por una secuencia cronológica. De hecho, como recordó González Echevarría, "a cada colaborador se le pidió que fuese innovador a la hora de acercarse a su campo", lo que se pone de manifiesto, sobre todo, en el primer volumen "con una forma nueva de abordar el periodo colonial desde una orientación interdisciplinar". A esos principios se aplican, entre otros, en ese primer tomo, Rolena Adorno con el capítulo "Culturas en contacto: Mesoamérica, los Andes y la tradición escrita europea", Josefina Ludmer con "El género gauchesco", o el propio Pupo-Walker con "La narrativa breve en Hispanoamérica (1835-1915)". La misma perspectiva, añadió González Echevarría, se sigue en el segundo volumen, que abarca autores y obras desde Azul, de Rubén Darío, hasta Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; La tía Julia y el escribidor, de Mario Vargas Llosa -donde las radionovelas ocupan un lugar importante-, o la obra de Severo Sarduy, marcada por la música afrocubana. En el tomo dedicado al siglo XX escriben especialistas como Hugo Verani con "La vanguardia y sus implicaciones", René Prieto con "La literatura del indigenismo", Sylvia Molloy con "La narrativa autobiográfica", o Daniel Balderston con "El relato breve hispanoamericano en el siglo XX". La obra, que aparece bajo el sello de Gredos, cuenta con un destacado apéndice bibliográfico a cargo del especialista Hensley C. Woodbridge. Fuentes: EFE, El Universal (Venezuela) *** Terminó la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Santiago Desde el pasado 24 de mayo y hasta ayer, 4 de junio, se desarrolló en el Parque Bustamante de Santiago de Chile la XX Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, que según el presidente de la Cámara Chilena del Libro (http://www.camlibro.cl), Fernando Castillo, se vio afectada por la incidencia de protestas estudiantiles. Si bien durante los siete días del evento el número de visitas igualó a la versión anterior, la feria se vio afectada por las movilizaciones de estudiantes secundarios. "En la semana el tema del movimiento estudiantil evidentemente fue un tema que redujo una importante cantidad de público que pudiera asistir a la feria, sobre todo niños en las visitas guiadas", dijo Castillo. El presidente de la Cámara del Libro añadió que "aunque existía la voluntad, y fueron muchos, pero otros no pudieron ir porque los papás no se atrevían a dar permiso a sus hijos pequeños para que fueran con su profesor a un lugar que, de alguna manera, quedaba a tres, cuatro cuadras de donde es el epicentro de las manifestaciones en la Plaza Italia". Con una entrada de 500 pesos, la muestra ofreció, en un espacio de 3.000 m2, los últimos estrenos y los clásicos de la literatura para niños y adolescentes, distribuidos a lo largo de unos 50 módulos editoriales y librerías con más de cien mil títulos. El evento contó con los auspicios de la Cámara Chilena del Libro, la Corporación Cultural de Providencia y la Municipalidad de Providencia. Durante su desarrollo, los niños y jóvenes pudieron escuchar cuentos, participar en concursos, realizar visitas guiadas, asistir a espectáculos, obras teatrales, títeres, payasos y magos, además de participar en juegos simultáneos de ajedrez. Asimismo, y por primera vez, la Feria celebró el Día del Profesor el día 27 de mayo, con una programación especialmente dedicada a ellos. En esta versión se contó con la presencia de autores nacionales e internacionales, como las argentinas Graciela Montes y Silvia Shujer, especialistas en literatura infantil, además de Fernanda Heredia de Ecuador, escritora, ilustradora y diseñadora gráfica. Entre otros títulos, fueron presentados Flecha Verde y otros cuentos, de Vittorio Di Girólamo; Amigo se escribe con H, de la ecuatoriana Fernanda Heredia; La isla de los prodigios, del dramaturgo Jorge Díaz; e Historias de un primer fin de semana, de la argentina Silvia Shujer. Fuentes: Foto Borghal, Radio Cooperativa *** El chileno Javier Bello obtuvo el premio Juan Ramón Jiménez El escritor y poeta chileno Javier Bello fue el ganador, con su obra Letrero de albergue, del XXVI Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, organizado por la Diputación Provincial de Huelva (http://www.diphuelva.es), España, según se conoció tras la lectura del veredicto en un acto en el Monasterio de Santa Clara de Moguer. El presidente del jurado y director del Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es), César Antonio Molina, explicó que la obra fue considerada "arriesgada e imaginativa", algo "difícil de conseguir actualmente en la literatura, ya que emplea un lenguaje muy rico, vital y fuerte, aportando grandes imágenes compulsivas que pueden rozar incluso el surrealismo". Además, Molina aseguró que "en nuestro idioma es muy importante arriesgarse" y calificó el poemario de "discurso dramático que hace mantener en tensión al lector a través del diálogo interior del poeta con el paisaje, alejándose así de las soluciones fáciles". El acto de entrega, que contempla un premio de 12 mil euros, se realizó el 25 de mayo, coincidiendo con el 50º aniversario de la concesión del Nobel de Literatura a Juan Ramón Jiménez. Eugenio Javier Bello Chauriye (http://www.literanauta.uchile.cl/bello.htm), nacido el 25 de octubre de 1972, es licenciado en humanidades con mención en lengua y literatura hispánica, por la Universidad de Chile (http://www.uchile.cl). Es además doctor en literatura española moderna y contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid (http://www.ucm.es) y obtuvo la beca para la Creación Poética Joven de la Fundación Pablo Neruda (http://www.fundacionneruda.org), en 1992. Ha recibido el primer premio (compartido) de poesía en los Juegos Florales Gabriela Mistral (1994), por el poemario La rosa del mundo, y un accésit en el VIII Premio Jaime Gil de Biedma, en Segovia, España (1998), por el poemario Las jaulas. Ha publicado La noche venenosa (poemas), Cuadernos de movilización, La huella del olvido (sonetos), La rosa del mundo (poemas), Jaula sin mí (poemas) y Hojas de Zenobia. El presidente de la Diputación, José Cejudo, destacó la elevada participación en esta edición, con 432 ejemplares presentados de los que se han preseleccionado 400, el doble respecto al año pasado. Según Cejudo el éxito de participación, con obras procedentes de América y España, se debe al trabajo que se viene realizando para promocionar la obra del poeta en el exterior dentro del "trienio juanramoniano". El jurado de la XXVI edición del Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez ha estado compuesto, además de César Antonio Molina, por Juana Castro, Diego Jesús Jiménez, Alexandra Domínguez y José Antonio Moreno, todos ellos ganadores del premio a lo largo de estos veintiséis años. Fuentes: EFE, Fundación Juan Ramón Jiménez, Huelva Información, La Segunda *** Premio Casa de América de Narrativa es declarado desierto El jurado del Premio Casa de América de Narrativa 2006 ha decidido declarar desierto este galardón en su séptima edición, informó en Madrid la Casa de América (http://www.casamerica.es) en un comunicado emitido el pasado 25 de mayo. Entre tanto, la mención poesía correspondió al chileno Oscar Hahn por su poemario En un abrir y cerrar de ojos. El premio, dotado con 6.000 euros y la publicación de la obra en la colección Nueva Biblioteca de Lengua de Trapo, ha servido para "impulsar la carrera literaria de autores prometedores", y ha tratado de primar "siempre la calidad literaria más allá de criterios exclusivamente comerciales", añade la nota. El jurado de narrativa ha estado conformado por el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince y los españoles Eduardo Becerra, José Huerta, Luis Magrinyá e Imma Turbau. En anteriores ediciones resultaron premiadas obras como Basura, de Abad Faciolince; La familia fortuna, del argentino Tulio Stella; Noctámbulos, de la española Cristina Cerrada, y La traición de Borges, del chileno Marcelo Simonetti. Casa de América afirma que la decisión de declarar desierto el premio "no implica interrupción alguna en el esfuerzo" que esta institución y la editorial realizan para mantener el certamen, "convocar a los narradores hispanoamericanos y estimular la creación en todo el ámbito de la lengua española". Por su parte, se informó que la obra de Hahn que ganó la mención poesía competía con otros 427 manuscritos. El escritor español José Manuel Caballero Bonald presidió el jurado, integrado por periodistas y escritores de España, entre ellos Imma Turbau, directora del Ateneo Americano de la Casa de América de Madrid. Hahn, miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua y correspondiente de la Real Española, nació en Iquique (Chile) en 1938, pero desde 1974 reside en Estados Unidos, donde se doctoró en filosofía por la Universidad de Maryland (http://www.umd.edu) y fue catedrático de literatura hispanoamericana en la Universidad de Iowa (http://www.uiowa.edu). Como poeta, Hahn ha publicado Esta rosa negra (1961), Suma poética (1965), Agua final (1967), Arte de morir (1977), Mal de amor (1981), Imágenes nucleares (1983), Flor de enamorados (1987), Estrellas fijas en un cielo blanco (1989), Versos robados (1995) y Apariciones profanas (2002). Dentro de su producción también se encuentran los ensayos El cuento fantástico hispanoamericano en el siglo XIX (1976), Texto sobre texto (1984), Fundadores del cuento fantástico hispanoamericano (1998), Vicente Huidobro o el atentado celeste (1998) y Magias de la escritura (2001). Fuentes: EFE, El Mostrador *** La ciencia protagoniza la 65ª Feria del Libro de Madrid El pasado 26 de mayo, en el Parque del Retiro, en Madrid, fue inaugurada por la Reina Sofía la 65ª Feria del Libro de Madrid (http://www.ferialibromadrid.com), evento patrocinado por el Ayuntamiento de Madrid (http://www.munimadrid.es), RTVE (http://www.rtve.es), Caja Madrid (http://www.cajamadrid.es) y Telefónica Movistar (http://www.movistar.es), y que se desarrollará hasta el próximo lunes 11 de junio, con 346 casetas y 355 expositores, de los cuales 116 son libreros y 182 editores. Acompañada de la ministra española de Cultura, Carmen Calvo, del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y de los responsables del evento, Purificación Prieto (presidenta) y Teodoro Sacristán, la Reina Sofía adquirió, para la Biblioteca del Palacio de la Zarzuela, un ejemplar del Diccionario panhispánico de dudas, de la Real Academia de la Lengua (http://www.rae.es), y una edición de 2000 del libro Las horas de Carlos V, cuyo original data del siglo XV, aunque se le dedicó más tarde a él, que nació en 1500. La protagonista de esta edición de la feria es la ciencia, en virtud de que este año se celebra el centenario de la concesión del Nobel a Santiago Ramón y Cajal. La conferencia inaugural, el 29 de mayo, fue pronunciada por el historiador de la ciencia y académico de la lengua José Manuel Sánchez Ron. Además, reconocidos científicos como Juan Luis Arsuaga, José Luis Sanz, Antonio Rosas, Miguel Ángel Lario, Juan Pérez Mercader y José Luis Fernández participan en el programa "Conversando con científicos". La mitología de los dinosaurios, la evolución humana, arte y ciencia, los enigmas del universo y el lenguaje de las nuevas tecnologías son algunos de los temas sobre los que se debate en los diferentes pabellones. En el Infantil, titulado "Leer la Ciencia", se intenta establecer un acercamiento de los más jóvenes hacia todas estas cuestiones. Los escritores participan en debates, mesas redondas, conferencias y presentaciones de libros, que se celebran en los pabellones de la Fundación Círculo de Lectores, Martín Gaite, Universidades Públicas y el Infantil. Mario Vargas Llosa, José Saramago, Arturo Pérez-Reverte, Suso de Toro, Sami Nair, Rosa Montero, Francisco Nieva, Luis Mateo Díez, Santiago Roncagliolo, Lorenzo Silva, Julio Llamazares y Fernando Savater figuran entre los escritores que participan en las actividades. Algunos de ellos, y una larga lista de autores más, han estado firmando ejemplares de sus libros. Por segundo año consecutivo la feria será también una buena plataforma para fomentar el intercambio cultural entre comunidades autónomas, y si el año pasado Cataluña fue la invitada, este año es la cultura gallega la que recibe tal honor, para lo cual la Xunta de Galicia ha organizado presentaciones de libros y revistas y espectáculos para niños y adultos. Por segundo año, las universidades públicas madrileñas tienen su propio pabellón con múltiples actividades, destinadas muchas de ellas a los jóvenes. El viernes 26 de mayo se desarrolló una mesa redonda en la que participaron los rectores de estos seis centros de enseñanza. La feria acogió además la entrega, el pasado 1 de junio, del Premio Libro del Año 2005, que el Gremio de Libreros de Madrid ha decidido otorgar a la novela Suite francesa, de Irene Némirovsky, y que recogió Dense Epstein, hija de la autora. Ayer, 4 de junio, los visitantes de la feria presenciaron manifestaciones de jóvenes que protestaban por su derecho a la vivienda, y que se acercaron hasta el Retiro después de burlar a las autoridades a fin de trasponer los alrededores de la Puerta del Sol, donde se realizaba originalmente la protesta. En una caseta en la que estaba firmando su último libro, el historiador Ian Gibson contemplaba sonriente la escena, que se desarrolló de manera pacífica, con consignas tales como "Queremos un pisito, como el Principito" y "Presupuestos militares para viviendas sociales". Fuentes: CNN+, El Mundo (España), Feria del Libro de Madrid, La República *** Nombre de Juan Rulfo es ya una marca registrada El vocero de la familia y Fundación Rulfo, Pau Montagud, confirmó que el pasado martes 26 de mayo los herederos del escritor jalisciense lograron consignar el nombre literario de su padre como una marca registrada ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (Impi, http://www.impi.gob.mx), lo que significa que ahora tienen "un arma legal" para restringir cualquier uso que se quiera hacer de dicho nombre. Luego de que los Rulfo hicieran público su deseo de retirar el nombre del escritor del Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, que se entrega en el marco de la Feria del Libro de Guadalajara (http://www.fil.com.mx), porque desde su punto de vista "no se estaba haciendo un buen uso del mismo", los herederos del autor de Pedro Páramo decidieron convertir en marca registrada este nombre. Sobre si está en pie la intención de la familia de proceder legalmente en contra de los organizadores del premio, que fue convocado en febrero, para que le quiten el nombre de Rulfo, Montagud dijo que "podríamos demandar, pero no lo hemos hecho, aunque efectivamente el registro es una arma legal". El portavoz de la familia Rulfo dejó claro que "la familia insiste en que se retire el nombre, esa es una decisión irrevocable, no hay ninguna negociación o diálogo, es una decisión tomada y no hay vuelta atrás". La reacción de la asociación civil que entrega el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo ha sido emitir un comunicado donde señala que "continúa sus trabajos", y agrega que la medida de registrar el nombre del escritor "no afecta de ninguna manera la convocatoria al premio, que se lanzó el pasado mes de febrero, ni tampoco compromete el proceso de selección del ganador o la entrega, prevista para noviembre de este año". El argumento de la asociación es que este premio "no es ni un producto ni un servicio, y menos aún tiene fin comercial alguno, al tiempo que no es usado en forma de marca o signo distintivo alguno, sino para denominar el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe, apartándose en consecuencia de los derechos que la Ley de la Propiedad Industrial le confiere al titular de una marca registrada. Agrega que el premio no es sino un reconocimiento que desde hace 15 años se rinde a autores de América Latina, España y Portugal. Dotado con 100.000 dólares, este galardón se ha consolidado "como un premio a la excelencia literaria, sin obligaciones políticas ni tendencias, y ha tenido como resultado de su labor la edificación de una sólida memoria de lo mejor de nuestra literatura iberoamericana contemporánea, significativamente ligada con la figura de Juan Rulfo", y que por lo mismo "honra así no sólo el nombre, sino también la obra de este autor de pertenencia universal". Sin embargo, el presidente de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem, http://www.sogem.org.mx) y abogado especialista en derechos de autor, Víctor Hugo Rascón Banda asegura que la FIL "no va a poder usar el nombre de Rulfo porque no se justifica el destino, la ley no permite que se use la marca registrada sin el consentimiento de quien la registró". Esta acción, explica, pone fin a la polémica. "A partir de este momento la familia tiene todo el derecho de entablar una demanda jurídica contra quien use el nombre, aun lo tenía antes porque es un derecho civil, los herederos pueden proteger este derecho moral". Mencionó el caso de los nombres de Pedro Infante, Cantinflas y Tin-Tán, que están registrados y nadie puede usarlos, ni siquiera crear un premio que lleve tales nombres. De acuerdo con Rascón Banda, este registro del nombre de Rulfo como marca es una respuesta jurídica al debate moral que se había generado entre la FIL y la familia del escritor jalisciense. "Era un debate ético y bastante penoso, Sogem siempre ha defendido la tesis de la familia, yo creo que el abogado Gabriel Larrea (representante legal de la familia Rulfo), que es uno de los más prestigiosos en derecho autoral, encontró la forma para acabar con esta discusión". Fuentes: Criterios, El Universal (México), FIL-Guadalajara *** José Luandino Vieira rechaza el premio Camões El escritor angoleño José Luandino Vieira (Vila Nova de Ourém, Portugal, 1935) se convirtió este 26 de mayo en el segundo hombre de letras de su país en rechazar el importante galardón internacional portugués Premio Camões, por un valor de 100.000 euros. Preguntado por la prensa, Vieira expresó que rechazaba el mayor premio literario de la lengua portuguesa por cuestiones personales e intimas. El novelista vive como un franciscano y completamente sin nada material en un pequeño cuarto donde realiza todas sus actividades. Según el escultor José Rodrigues, su gran amigo, Vieira "vive completamente despojado de bienes materiales y tocando la pobreza". Rodrigues dijo que Vieira vive desde hace una década en un convento cerca de la localidad lusa de Vila Nova de Cerveira, aunque "no es un ermitaño", porque tiene allí a su enamorada, aclaró. "Luandino tiene su mundo, muy propio y por eso esta reacción no me sorprende. La única cosa que me sorprendería es que él dejase de escribir, pero tengo la seguridad de que eso no sucederá", agregó Rodrigues. Desde que le fue otorgado el Premio Camoes, Luandino Vieira dejó de atender las llamadas a su móvil y Rodrigues cree que sólo tiene el aparato para "protestar contra esos teléfonos". Aunque es natural de Portugal, Vieira se considera de Angola porque tuvo que emigrar a la ex colonia de África cuando apenas era un niño, y participó en el movimiento de liberación nacional de ese territorio. A causa de su militancia en favor de la independencia de Angola, fue encarcelado en 1959 y 1961 por la policía política del régimen autoritario portugués de Antonio de Oliveira Salazar, y fue condenado a 14 años de prisión. Vieira, que pasó ocho años en un campo de concentración del que fue liberado en 1972, es autor de novelas y relatos cortos, entre los que destacan Luanda (1963), A vida verdadeira de Domingos Xavier (1974), Velhas estórias (1974), Vidas novas (1975) y Joao Vencio: os seus amores (1979). En la actualidad prepara la segunda novela de su trilogía De rios velhos e guerrilheiros, cuya primera entrega, O livro dos rios, saldrá a la venta este mismo año. Esta es igualmente la segunda ocasión en que Vieira rechaza una premiación, pues en mayo de 1965 declinó un galardón de la Sociedad Portuguesa de Escritores, que le otorgó el Gran Premio de Novela de ese año por su libro Luanda. Una portavoz del Ministerio de Cultura de Portugal (http://www.min-cultura.pt) dijo que discutirán con la entidad homóloga de Brasil (http://www.minc.gov.br) para determinar lo que se hará con ese dinero. Los gobiernos de Portugal y Brasil son los que patrocinan, a partes iguales, el montante del premio, instituido en 1988. "No existe ninguna cláusula en el reglamento del premio que prevea esta circunstancia", agregó la portavoz, pese a que en 1994 el premio también fue rechazado por el poeta angoleño Herberto Helder, quien expresó que no merecía tal distinción. En la nómina de premiados con el Camões figuran los literatos portugueses Miguel Torga, José Saramago, Sophia de Mello Breyner, Eugénio de Andrade y Agustina Bessa-Luís, así como los autores brasileños Joao Cabral de Melo Neto, Jorge Amado, Rubem Fonseca y Lygia Fagundes Telles. Fuentes: EFE, Prensa Latina *** Murieron dos jueces del Premio Nobel de Literatura Lars Gyllensten y Östen Sjöstrand, dos de los 18 integrantes del jurado para elegir al Premio Nobel de Literatura (http://www.nobelprize.org), fallecieron en días recientes, según informó el pasado 29 de mayo la Academia Sueca en Estocolmo. Sjöstrand, quien murió el 13 de mayo, era un periodista especializado en cultura y escritor de 80 años, quien desde hacía 30 pertenecía a la Academia. El jueves 25, por su parte, murió Gyllensten a los 84 años en el hospital Karolinksa, donde estaba internado a causa de una grave enfermedad. Mientras que Sjöstrand era uno de los miembros anónimos del jurado, Gyllensten, quien se incorporó al tribunal en 1966, fue secretario permanente y portavoz desde 1977 hasta 1986. Después, en 1989, abandonó la Academia junto con su colega Kerstin Ekman, escritora de 72 años, como protesta contra el silencio ante la persecución que sufrió el literato indio-británico Salman Rushdie por parte de los fundamentalistas islámicos. Desde entonces, Gyllensten no había participado en las decisiones sobre el Premio Nobel. Sin embargo, tuvo que mantener su nombramiento debido a los estatutos vigentes desde 1786, los cuales obligan a conservar el título de miembro de la Academia de por vida. Según anunció el secretario permanente de la Academia, Horace Engdahl, hasta el 21 de septiembre no se debatirá sobre los nombramientos de los dos nuevos jueces. No obstante, señaló que no se sabe cuándo se tomará la decisión. En Estocolmo parece seguro que esto no sucederá antes de que se conceda el Nobel de Literatura de este año, a principios de octubre. El fallecimiento de los sinodales Gyllensten y Sjöstrand ha reavivado los comentarios negativos sobre las personas que deciden quién es el mejor escritor del año, ya que debido a su avanzada edad no resulta tan extraño que suceda este tipo de eventos. La composición de la Academia, además, es blanco de opiniones severas, por la escasa representación femenina que, se piensa, debería ser más nutrida. Actualmente, la media de edad de los 16 jurados con vida es de 72 años, y sólo cuatro de ellos son mujeres. Fuente: DPA *** Ángela Becerra gana por segunda vez el Latin Literary Award La novela El penúltimo sueño, de la colombiana Ángela Becerra, ha sido galardonada con el Latin Literary Award 2006 en el apartado de "Mejor Novela Romántica", siendo esta la segunda vez que la autora recibe esta distinción, considerada en América como los Grammy literarios, pues su primera novela, De los amores negados, ya la obtuvo en 2004. Los Latin Literary Award son otorgados por la comunidad latina de Estados Unidos en el marco de la feria Book Expo America (http://www.bookexpoamerica.com), realizada este año en Washington DC y que está considerada la segunda feria más importante del mundo, después de Frankfurt. En anteriores ediciones el premio ha recaído en escritores de la talla de Vargas Llosa, Carlos Fuentes o Manolo Valdés, entre otros. Con este galardón, ya son tres los que suma la novela de Becerra, ya que además del Latin Literary Award ha obtenido antes el Azorín de Novela 2005 y el premio a Mejor Libro Colombiano de Ficción 2005. Además, a apenas un año de su lanzamiento, está siendo traducido a 10 idiomas y lleva más de 100.000 ejemplares vendidos. El galardón es auspiciado por la Latino Literary Now, fundación sin ánimo de lucro que promueve la excelencia literaria dentro de la comunidad latina de Estados Unidos, en sociedad c la Book Expo America. En este evento se premia a los autores y editores de cualquier nacionalidad que hayan publicado el año anterior libros en español o en inglés de temas hispanos y cuyos títulos estén al alcance del público norteamericano a través de los canales de la red general de distribución de libros en los Estados Unidos. Fuente: Europa Press *** Celebrado en Bogotá encuentro de literatura afrocolombiana Entre el 31 de mayo y el 2 de junio se celebró en la Biblioteca Nacional de Colombia (http://www.bibliotecanacional.gov.co), con el auspicio del Ministerio de Cultura de ese país (http://www.mincultura.gov.co) y el Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá (http://www.culturayturismo.gov.co), el Encuentro "Las Estrellas son Negras", en el que participaron escritores afrocolombianos provenientes de diversas regiones del país. Las actividades del evento, que se desarrollaron con entrada libre para todos los interesados, buscaban presentar un panorama de la actividad literaria en los géneros de crónica, ensayo, poesía, dramaturgia, cuento y novela, de autores afrocolombianos residentes en San Andrés, Cali, Popayán, Medellín, Quibdó, Cartagena y Bogotá. A través de conversatorios y conferencias, los escritores y comentaristas invitados profundizaron en perfiles y análisis críticos sobre autores, obras y contextos históricos que inciden en el ejercicio literario. Uno de los aspectos más relevantes que se trataron fue el impacto que la literatura afro ha tenido en la cultura colombiana, lo que se discutió en un panel sobre las perspectivas y desarrollo de la literatura afro contemporánea. El encuentro se realizó en homenaje al novelista y poeta Arnoldo Palacios (Cértegui, Chocó, 1924), autor entre otras obras, de la novela Las estrellas son negras, publicada originalmente en 1949, una de las obras colombianas más destacadas de mediados del siglo XX y considerada clásica de la literatura afro del país. Palacios actualmente reside en Francia. En el evento participaron autores de la talla de Rubén Darío Álvarez, cronista del diario El Universal de Cartagena (http://www.eluniversal.com.co); William Mina, ensayista y profesor de la Universidad del Cauca en Popayán (http://www.ucauca.edu.co); Alfredo Vanín Tello, investigador y narrador, de Cali; Wagner Mosquera, periodista y fundador de la revista Afro, de Medellín; Eugenio Perea, fabulador; Octavio Panesso, compositor, de Quibdó, y el profesor Cesar Rivas Lara de la Universidad Tecnológica del Chocó (http://www.utch.edu.co). Por Bogotá participaron el poeta Francisco Amín; Judith Torres Pasión, realizadora de guiones para televisión; Julio Eduardo Álvarez, cuentista; el crítico cultural Alberto Angola; Sayly Duque Palacios, historiadora; Alexander Cifuentes, antropólogo, profesor de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas (http://www.udistrital.edu.co); Bárbara Arcila Valdés, ilustradora de libros de poesía; y Cristóbal Valdelamar, comentarista literario. Como invitado especial asistió el poeta Juan Manuel Roca, quien dictó una conferencia sobre el gran poeta afro antillano Aimé Cesaire y su influencia en la poesía de la diáspora africana en América. La agenda del encuentro también incluyó conferencias sobre el desarrollo de la producción literaria y la industria editorial, a través de las cuales se discutió sobre los procesos editoriales contemporáneos, el estímulo a la formación de empresas culturales o creativas autónomas y diversos mecanismos institucionales y estatales de apoyo a las iniciativas de creación y de formación de industrias orientadas a la promoción de la cultura. Fuente: Ministerio de Cultura de Colombia *** Publican antología de narrativa breve puertorriqueña El Colectivo Literario El Sótano 00931 (http://www.elsotano00931.com) publicó la semana pasada la antología Edición mínima, una selección de las piezas breves más destacadas en la literatura contemporánea en Puerto Rico, según se informó mediante un comunicado. El volumen, de 112 páginas, está organizado en dos secciones. La primera reúne trabajos poéticos de Alberto Martínez Márquez, Amarilis Tavárez, Ángel Darío Carrero, Carlos Vázquez, Edgar Ramírez Mella, Elidio La Torre, Federico Irrizarry, Irizelma Robles, Janette Becerra, David Capiello, Juan Manuel González, Julio César Pol, Kattia Chico, Mairym Cruz Bernal, Mario Bigai, Néstor Rodríguez, Nicole Delgado y Rafael Acevedo. La segunda parte del texto está dedicada a la narrativa y la integran 14 autores y 22 piezas. Ana María Fuster, Antonio Aguado Charneco, Carlos Esteban Cana, Hugo Ríos, Sonia Gaia, José "Pepe" Liboy, Mayra Santos, David Caleb, Francisco Font, John Torres, Jorge Rodríguez, Wilkins Román, Alejo Sandoval y Braulio de la Barra son los escritores incluidos. "Consagrado en antologías realizadas por Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo, este género que hoy goza de gran popularidad en la blogosfera tiene su origen en la anécdota y el aforismo, y ha sido cultivado con éxito por escritores de la talla de Augusto Monterroso, Juan José Arreola y Guillermo Cabrera Infante, entre muchos otros", agrega el comunicado. Edición mínima, que es el fruto de una colaboración del colectivo que dirige el escritor y economista Julio César Pol con Publicaciones Gaviota de Norberto González, es la segunda edición especial de El Sótano 00931. La primera, Ciudad Paria, un análisis poético de los espacios urbanos y metropolitanos en el Puerto Rico actual, fue realizada en versión cibernética en 2004, y dio paso a un programa especial de la serie televisiva En la punta de la lengua en 2005. Fuente: El Sótano 00931 *** Cineasta chileno realiza documental sobre Gabriela Mistral El cineasta chileno Luis Vera ha rescatado para el séptimo arte a su compatriota Gabriela Mistral, en Gabriela de Elqui, Mistral del mundo... el misterio de una cigarra, un documental que contiene la memoria y proyecta hacia el futuro la obra y pensamiento de la premio Nobel de Literatura 1945. "Yo termino con el estereotipo del denominativo de Gabriela Mistral poeta infantil, autora de rondas infantiles y maestra de escuelas para convertirla en lo que realmente es, una poeta completa y una gran prosista", afirmó el cineasta. El documental de 87 minutos, que se estrenó el 2 de junio en Santiago y en el puerto de Valparaíso, y que el 28 de junio será presentado en Roma y Gijón, muestra, además de la obra literaria, a "la escritora y maestra no sólo de escuela, sino también de importantes universidades extranjeras, y revela aspectos más desconocidos de la poeta", aseguró el director. Vera agregó que su documental "tiene que ver con la Gabriela madre, amante, luchadora social y pensadora", aspectos que, según el cineasta, "están recorridos con el respeto y la altura que requiere una gran mujer". El documental es la última parte de una trilogía cinematográfica de Vera a los tres personajes más universales de Chile, y que incluye dos producciones anteriores sobre la folclorista Violeta Parra (Viola Chilensis) y el poeta Pablo Neruda (Neruda, el hombre y su obra). Según el director de la obra, Mistral es "una desconocida para su país", estereotipada "como una mujer un poco arisca, opaca y casi amargada", por lo que en su documental hace un giro de 180 grados a esa imagen, de acuerdo con los testimonios y escenarios recorridos. "Mi gran aporte en el documental es haberme acercado a aquellos caminos, aquellos aspectos que no se habían tocado de la verdadera Mistral, es decir aquella mujer que en los años 20 tuvo la visión de revisar los aspectos más conflictivos de la sociedad chilena", afirmó Vera. "Chile y la relación con los niños, su infancia, la educación, con la mujer, las madres y con los pueblos originarios, todo eso, Gabriela lo pone en temas de discusión por eso es marginada y excluida del país", agregó el cineasta, autor también de la galardonada Bastardos en el Paraíso, sobre la vida de los inmigrantes chilenos en Suecia. Los principales escenarios del documental son los que Gabriela habitó y creó en Chile desde su natal valle del Elqui, a 560 kilómetros al noreste de Santiago, hasta otros lugares en el resto del mundo, como México, Italia, España, Portugal, Estados Unidos, Brasil y Argentina, que también marcaron la obra y destino de la escritora. "Este hecho me permitió, además de conocer y recorrer los escenarios de la poeta, obtener el testimonio de familiares, amigos y otros grandes artistas y personajes vivos y que tuvieron una estrecha relación con Mistral", explicó. Entre estos testimonios destacan su gran e íntima amiga y albacea estadounidense Doris Dana, quien acompañó a Mistral hasta el día de su muerte en Estados Unidos (abril de 1957), además de las poetas Dolores Castro de México y María Luisa Asparciani de Italia y el escritor chileno Volodia Teitelboim, subrayó. Fuente: EFE *** Títeres de gran formato representan El Principito en Caracas Desde el pasado 3 de junio se puede presenciar en la Sala de Teatro 1 de la Casa de Rómulo Gallegos, sede del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (http://www.celarg.org.ve), en Caracas, la obra El Principito, que basada en el clásico de Antoine de Saint-Exupéry es interpretada por títeres de gran formato de la agrupación AGO Teatro. La obra, que se presenta los sábados y domingos a las 3 de la tarde, tiene como objetivo conmemorar los 60 años de la publicación francesa de El Principito. El guión es de Carlos Torres y la dirección de José Rafael Briceño, bajo el concepto escénico de Virginia Aponte. El montaje cuenta además con diez temas musicales originales cantados en vivo y una fidelidad al texto original sin precedentes. Como cada año, la pieza infantil de AGO Teatro se realiza a beneficio de la Fundación Medatia, un colectivo que, gracias a la experiencia teatral, ha beneficiado a más de ocho mil niños y jóvenes de Venezuela a través de sus talleres de educación no formal. El Principito se presentará hasta el 9 de julio y el valor de la entrada es de 8.000 bolívares. La Casa Rómulo Gallegos cuenta con estacionamiento propio, vigilancia y café. Fuente: Celarg *** Encuentran en Estados Unidos una grabación perdida de Neruda Una grabación del poeta chileno Pablo Neruda recitando su obra, que se perdió hace 40 años en Estados Unidos, fue hallada y se mostrará finalmente en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID, http://www.iadb.org) en Washington el próximo 6 de junio. La grabación del ganador del premio Nobel data de junio de 1966, cuando el entonces presidente del BID, el también chileno Felipe Herrera, invitó a Neruda, un férreo militante comunista, a una noche de poesía en el banco, dijo el curador del Centro Cultural de BID, Félix Angel. Después de ese día, nada se supo sobre el destino de la cinta que registró el evento, agregó. "Descubrimos que un funcionario retirado había encontrado la cinta y la había guardado. Entonces, cuando hace poco se mudó, la encontró, nos avisó y la pudimos recuperar", dijo Angel, quien agregó que, al revisar la cinta, ésta se hallaba en perfecto estado. Neruda aparece declamando poemas de una de sus obras más famosas, Veinte poemas de amor y una canción desesperada, y otros como Oda a los calcetines y Amor americano. "Son poemas muy famosos que hablan de amor, de sus hermanos, de América y de Machu Picchu", dijo Angel. "Ahora estamos celebrando 40 años de este recital". Curiosamente, será la primera vez que Neruda se podrá escuchar en la sede del banco, ya que la ceremonia de 1966 se transfirió a última hora al hotel Mayflower, también en Washington, porque varios cubanos anticastristas criticaron el hecho de que un poeta comunista fuera invitado a hablar en el BID. "Será un desagravio al poeta, ya que no se pudo presentar en el BID. Le haremos un poco de justicia ahora", agregó Angel. Con la grabación también serán mostradas imágenes de la casa del poeta en Isla Negra, en Chile. Fuente: Reuters *** Taller sobre novelas del petróleo dictarán en Maracay A partir de este miércoles 7 de junio, la profesora Julia Elena Rial dictará en la Biblioteca Augusto Padrón, de Maracay, Aragua (Venezuela) el taller "Tres novelas del petróleo", una actividad organizada por la Agrupación Literaria Pie de Página y que cuenta con el auspicio de la Alcaldía de Maracay y el Servicio Autónomo de Cultura del Municipio Girardot. En el taller, cuya participación es gratuita, la profesora Rial analizará las novelas Morir en el golfo (México, 1988), de Héctor Aguilar Carmín; La novia oscura (Colombia, 1999), de Laura Restrepo, y Territorio Wajmapú: Patagonia secreta (Argentina, 2004), de Martha Perotto. La actividad se desarrollará todos los miércoles de este mes entre 5 de la tarde y 7 de la noche y se entregará certificado. La Biblioteca Augusto Padrón queda en el edificio del Concejo Municipal de Maracay, en la avenida Las Delicias. Julia Elena Rial es profesora de castellano y literatura (Universidad de Buenos Aires, http://www.uba.ar), especialista en historia de las ideas (Universidad de Chile, http://www.uchile.cl) y en literatura latinoamericana (Universidad Pedagógica Experimental de Maracay, http://www.upel.edu.ve). Ha publicado los ensayos Las masacres; ortodoxia histórica, heterodoxia literaria (2000; Premio de Ensayo Miguel Ramón Utrera 1998), Constelaciones del petróleo (2002) y El ensayo: identidad, memoria y olvido (Premio de Ensayo Augusto Padrón 2005), entre otros. Además es colaboradora de las revistas Hispanista (http://www.hispanista.com.br) y Letralia (http://www.letralia.com) y ha dictado talleres y conferencias sobre narrativa del petróleo y el ensayo en Latinoamérica. *** La Feria de La Laguna relaciona al libro y al cine La VI Feria del Libro de La Laguna, en Tenerife, que presenta este año 19 stands bajo el lema "El libro y el cine", unirá estos dos mundos entre los días 9 y 18 de junio, con un intenso programa de actos en la Plaza del Adelantado. Esta iniciativa es organizada por la Concejalía de Cultura, con la colaboración del Cabildo de Tenerife y la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Gobierno de Canarias. Como en cada edición, se ha invitado a varios conferenciantes que, entre los días 12 y 16 de junio, a las 8 de la noche, protagonizarán disertaciones y mesas redondas en torno al tema central de la feria. Este año, el ciclo de conferencias está coordinado por el cineasta Josep Vilageliú. Los actos comienzan este viernes 9 de junio con un concierto de inauguración a las 11 de la mañana, que ofrecerá la Orquesta de Cámara de Tenerife. Asimismo, y como es ya tradicional, el Festival de Títeres se inaugura con el grupo Teatrapa y la obra Cristóbal el colón, a las 5 de la tarde. El sábado 10, el colectivo Cilsa pondrá la animación infantil en la plaza para dar paso, a las 12 del día, al Festival de Bandas con la actuación de la Dixieland Misisipi. A las 5 de la tarde, dentro del Festival de Títeres, el grupo Tal Cual Troupe pondrá en escena El traje nuevo del Emperador. La sesión de Conciertos a Media Tarde se inaugura con la actuación del grupo Ghandara. El domingo 11, a las 11 de la mañana, habrá una animación infantil en la plaza con el colectivo Cilsa y, a las 12, dentro del Festival de Bandas, actuará la Fanfarria Granadera. A las 5 de la tarde el Festival de Títeres presentará en la plaza del Adelantado a Teatro dei Fauni y su obra El bosque de la maleta, y a las 7 de la noche, habrá una nueva sesión de Conciertos a Media Tarde con el Cuarteto Capriccio. El lunes 12, a las 5 de la tarde, el grupo Entretíteres ofrecerá en el Festival de Títeres su obra Confabulando fábulas. A las 7 de la noche, Benito Cabrera protagonizará una nueva sesión de Conciertos a Media Tarde. El ciclo de conferencias lo inaugura el arquitecto y experto en cine Jorge Gorostiza, con la conferencia "De Trevélez a Calle Mayor, 50 años después", que abordará el clásico de Bardem que ahora cumple medio siglo, a las 8 de la noche en la Ermita de San Miguel. El martes 13, una nueva sesión del Festival de Títeres incluye al grupo Clara del Rustre con la obra Historia de la voz, a las 5 de la tarde. A las 7 de la noche, en los Conciertos a Media Tarde, estará el Cuarteto Capriccio. A las 8 de la noche, en la Ermita de San Miguel, el director del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, Claudio Utrera, impartirá una nueva conferencia bajo el título Blow Up: la realidad revelada. El miércoles 14, a las 5 de la tarde, el Festival de Títeres lo protagoniza el grupo Juglar Teatro con la obra Aventuras de Tío Conejo y Tío Lobo, a la que seguirá, en torno a las 7 de la noche, un nuevo capítulo de Conciertos a Media Tarde con las voces de Unum Cor. A las 8 de la noche, en la Ermita de San Miguel, Jesús Robles Ruiz, propietario de la librería y editorial de cine Ocho y Medio dirigirá su charla-coloquio "La edición de libros de cine", en la que podrá participar activamente el público. El jueves 15, la jornada comienza con Troysteatro y su cita habitual de Teatro en la Plaza, con diversos personajes relacionados con el cine que protagonizan la obra ¡Acción!, a las 12. A las 5 de la tarde, los más pequeños tienen una nueva cita con los títeres con el grupo Cuentos con Encanto, que presentará la obra Lilith y la zanahoria. Dos horas después, el grupo de percusión Adhargoma protagoniza los Conciertos a Media Tarde. A las 8 de la noche, la directora de cine Chus Gutiérrez impartirá una nueva conferencia en la Ermita de San Miguel sobre su experiencia como guionista y directora y sobre cómo el cine escrito se lleva al celuloide. El viernes 16, de nuevo estarán en la Plaza del Adelantado los actores de Troysteatro con la obra ¡Acción!, a las 12, y a las 5 de la tarde el Festival de Títeres está protagonizado por el grupo Cuentos con Encanto con la obra El último dragón. A las 7 de la noche, el Cuarteto Ébano protagoniza los Conciertos a Media Tarde. A las 8 de la noche, se clausura en la Ermita de San Miguel el ciclo de conferencias con la disertación impartida por el escritor y crítico de cine Jesús Palacios, que, bajo el título Me gustó más el libro... dijo la cabra, intentará desmontar "algunos tópicos y topicazos sobre cine y literatura". El último fin de semana de la Feria comienza el sábado 17, a las 11 de la mañana, con una nueva animación a cargo del colectivo Cilsa, seguida, a las 12, de una nueva función de Teatro en la Plaza a cargo de Troysteatro y su proyecto ¡Acción! Asimismo, a la 1 de la tarde, el Festival de Bandas tiene como protagonista a la Banda de Garachico. Ya por la tarde, a las 5, está programada una nueva función del Festival de Títeres en el que el grupo Arte Fusión pondrá en escena la obra Despertando sueños. Las actividades concluyen con la actuación de Kike Perdomo Cuartet, dentro de los Conciertos a Media Tarde. La Feria se clausura el domingo 18, en una jornada que comienza a las 11 de la mañana con una última animación infantil a cargo del colectivo Cilsa, seguida de la obra ¡Acción! de Troysteatro, que tendrá lugar a las 12. La Orquesta de Cámara de Tenerife pondrá el broche final a esta edición de la feria a la 1 de la tarde. Fuente: Ayuntamiento de La Laguna *** Cinergia distribuirá 110.000 dólares a realizadores cinematográficos Hasta el 14 de julio está abierta la Convocatoria 2006 del Fondo de Fomento al Audiovisual de Centroamérica y Cuba, Cinergia (http://www.cinergia.org), en la que realizadores, productores y guionistas centroamericanos y cubanos pueden presentar sus proyectos para optar por apoyo financiero de la organización. Cinergia distribuirá 110.000 dólares en las categorías Desarrollo de proyectos, Desarrollo de guión, Producción de cortometrajes de ficción, Producción de documental, Producción Ópera Prima de ficción, Financiamiento de Postproducción y Financiamiento de Distribución, además de dos becas para las carreras de Licenciatura en Cine y Televisión y Licenciatura en Animación digital, impartidas en la Universidad Veritas (http://www.uveritas.ac.cr) de Costa Rica. Este año, Cinergia decidió dedicar una sección exclusiva a la producción de documentales, mientras que las categorías de desarrollo de guión, producción de cortometrajes y producción de "ópera prima" recibirán sólo proyectos de ficción. Desarrollo de proyectos, postproducción y distribución continúan abiertas a ambos géneros. Esta decisión se tomó a partir de sugerencias efectuadas por el Comité de Selección de 2005 y por los mismos participantes. La directora panameña, Pituka Ortega, cuyo documental Los puños de una nación fue premiado el año pasado, opina que Cinergia "es esencial para que el oficio de los cineastas de la región se tome en serio y pase de ser cine guerrillero a cine profesional. Además es importante que empecemos a contar nuestras historias. Es más que importante, es un asunto de la supervivencia de nuestra identidad". En 2005, Cinergia recibió más de 100 proyectos de los cuales 15 recibieron apoyo financiero. Para inscribir sus proyectos, los realizadores de Centroamérica y de Cuba podrán acudir a cualquiera de las sedes de recepción de sus respectivos países. Cinergia nació en 2004 con el fin de estimular el desarrollo del audiovisual regional y fortalecer las relaciones de coproducción entre los países participantes. Actualmente, es la única alternativa de financiamiento dedicada a patrocinar exclusivamente el cine y video de la región. Fuente: Cinergia *** Celebrarán congreso sobre la literatura del Siglo de Oro español Entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre se realizará en la Facultad de Humanidades y Ciencias (http://www.fhuc.unl.edu.ar) de la Universidad Nacional del Litoral (http://www.unl.edu.ar), en Santa Fe (Argentina), el Sexto Congreso Internacional "Letras del Siglo de Oro Español" (http://www.fhuc.unl.edu.ar/siglodeoro), evento organizado por las cátedras de Literatura Española y avalado por el Departamento de Letras de la mencionada casa de estudios. El objetivo del encuentro es la continuación de un intercambio académico iniciado entre investigadores argentinos y extranjeros en la Universidad Nacional de Cuyo (http://www.uncu.edu.ar) en los años 1989, 1991 y 1995 y continuado en las universidades de Buenos Aires (1997, http://www.uba.ar), Mar del Plata (2000, http://www.mdp.edu.ar) y Comahue (2003, http://www.uncoma.edu.ar). El evento está abierto a investigadores de la literatura española áurea así como a aquellos trabajos sobre literaturas coloniales, el teatro novohispano, estudios históricos y lingüísticos y otras disciplinas relacionadas con las áreas geoculturales del hispanismo. Se prevé la presentación de trabajos en comisión así como sesiones plenarias, mesas redondas, paneles y reuniones de investigadores. Los resúmenes deberán enviarse antes del 31 de julio junto con una ficha de inscripción. Tanto la información requerida para participar como la ficha de inscripción pueden ser solicitadas a la dirección de correo electrónico siglodeoro@fhuc.unl.edu.ar. El costo de inscripción oscila entre los $20 y los $90. Fuente: Universidad Nacional del Litoral *** Un congreso analizará la literatura peruana y la obra de Vargas Llosa Entre el 1 y el 4 de noviembre se realizará en el Museo de la Civilización (http://www.mcq.org) y en la Universidad Laval (http://www.ulaval.ca), en Québec (Canadá), el Congreso Internacional sobre Literatura Peruana "Perú en el espejo de Vargas Llosa: Historiando las historias de un escritor trasatlántico", en el que se pretende establecer un acercamiento con la nación latinoamericana y con su literatura, además de analizar la obra de Mario Vargas Llosa. El congreso aceptará perspectivas teóricas e interdisciplinarias aplicadas tanto a la obra de Vargas Llosa como a la de otros autores peruanos de cualquier época, que se presentarán mediante ponencias en español, inglés o francés. Tras la realización del congreso, un consejo de redacción seleccionará las presentaciones que, en su conjunto, conformarán el volumen Québec 2006: Perú en el espejo de Vargas Llosa. Los textos deberán respetar las normas de la Modern Language Association (MLA, http://www.mla.org) y someterse a consideración al término del congreso. La inscripción tendrá un costo de 50 dólares canadienses (profesores) y 30 dólares canadienses (estudiantes). Hasta el 1 de agosto se admitirán los resúmenes, que no deberán exceder las 250 palabras y habrán de ser enviadas al profesor Javier Vargas de Luna (javier.vargas@lit.ulaval.ca) o a la profesora Emilia Deffis (emilia.deffis@lit.ulaval.ca). Fuente: Universidad Laval *** Fomento del libro y la lectura debatirán en Argentina Ema Wolf, Diana Bellesi, Luisa Valenzuela, Orlando Barone, María Seoane, Patricia Suárez, Marcelo Birmajer, los narradores chilenos Poli Délano y Diego Muñoz Valenzuela, el poeta mexicano Marco Antonio Campos y la bibliotecóloga francesa Bernadette Seibel son algunos de los intelectuales que debatirán en Resistencia (Argentina) del 16 al 19 de agosto, convocados por la Fundación Mempo Giardinelli (http://www.fundamgiardinelli.org.ar). La edición número 11 del Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura se enfocará en la lectura literaria, y para eso la fundación ha convocado nuevamente a destacados intelectuales a debatir sobre los géneros literarios y la promoción de la lectura, según explica un comunicado de la organización. "En una época de híbridos y de formatos en transformación, el 11º Foro se propone una discusión sobre los géneros clásicos, la intimidad de su génesis, sus posibilidades pedagógicas, versión infantil y juvenil de cada uno, su potencial para contagiar la pasión por leer", continúa el comunicado. Ema Wolf, ganadora del último Premio Alfaguara de Novela por su obra El turno del escriba, será la encargada de abrir el encuentro con una conferencia magistral sobre los géneros en la literatura infantil y juvenil, una exploración de las tendencias contemporáneas en relación con el fomento lector. A su vez, la celebrada escritora Luisa Valenzuela cerrará el foro con una disertación sobre "El género y los géneros", acerca de los prejuicios que se asocian con determinados formatos y temas literarios. Una mesa abordará los géneros del periodismo y en especial sobre libros, su potencial para el fomento lector y las estrategias para el aula. Participarán, como todos los años, periodistas de los principales medios del país: Silvina Friera, de Página 12 (http://www.pagina12.com.ar); María Seoane, del diario Clarín (http://www.clarin.com) y la revista Caras y Caretas; Mónica Ambort, de la revista Umbrales, de Córdoba; Osvaldo Quiroga, del Canal 7 (http://www.canal7argentina.com.ar), y Orlando Barone, del diario La Nación (http://www.lanacion.com.ar), Radio Continental (http://www.continental.com.ar) y la revista Debate (http://www.revistadebate.com.ar). Igualmente, y en el marco del hermanamiento que la fundación firmara en 2002 con la Corporación de Escritores de Chile, una delegación de 12 escritores chilenos participará con ponencias, talleres y lecturas: los narradores Diego Muñoz Valenzuela, Poli Délano, Pía Barros, Lilian Elphik, Fernando Jerez, Virginia Vidal y Jaime Valdivieso, entre otros, quienes asistirán con el auspicio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (http://www.consejodelacultura.cl) de ese país. Cada noche la comunidad disfrutará de espectáculos gratuitos en el Complejo Cultural Provincial Guido Miranda (http://www.chaco.gov.ar/GuidoMiranda). El día de la inauguración se cerrará con un espectáculo sorpresa, cortesía de la Campaña Nacional de Lectura. El jueves tendrá lugar la Gala de la Literatura Chilena, en la que los escritores de ese país leerán textos conformando un panorama de su literatura. El viernes se realizará la tradicional Tertulia de los Foros, oportunidad irrepetible de escuchar a los autores invitados leyendo fragmentos de sus propias obras. Ya han confirmado su presencia, además, el laureado novelista peruano Alfredo Pita (residente en París y ganador del Premio Las dos Orillas 2002), el gran poeta mexicano Marco Antonio Campos, y el poeta y dramaturgo español Fernando Operé. También ha sido invitada la popular escritora británica Geraldine Mcaughrean, especialista en cuentos para niños y autora de los libros Sobre el profundo mar azul (Emecé, 1998), Una idea como una casa (Alfaguara, 2004) y Peter Pan in Scarlet (próximo a salir en Santillana), ampliamente premiada y aclamada por la crítica europea y norteamericana. Asimismo, el Instituto Camões (http://www.instituto-camoes.pt) de Portugal ha comprometido el envío de un especialista en fomento de la lectura. Asimismo, la doctora Silvina Gvirtz (Universidad de San Andrés, http://www.udesa.edu.ar), Oscar Rassori (red Aulas sin Fronteras, http://www.aulassinfronteras.org.ar), Mariano Medina (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil, Cedilij, Córdoba, http://www.cedilijweb.com.ar) y especialistas del Ministerio de Educación de Argentina (http://www.me.gov.ar) y el Plan Nacional de Lectura de ese país conformarán un panorama de experiencias contemporáneas. Como el año pasado, están avanzadas las tratativas para la realización de capítulos paralelos del foro en las ciudades de Corrientes y Reconquista. Asimismo, este año se multiplicarán las visitas de los autores invitados a las escuelas del Gran Resistencia, y volverán a realizarse talleres y clases abiertas sobre temas específicos durante las mañanas: escritura creativa de cuentos y de poesía, bibliotecología, experiencias institucionales de fomento lector, talleres de estrategia de lectura, de historia, de literatura infantil y juvenil, de lectura de medios y hasta de escritura de guión televisivo. Los dictantes serán, entre otros, las narradoras Patricia Suárez (Premio Clarín de Novela 2003), Inés Garland (Premio de Cuento Avon 2004), Luisa Futoransky, las infaltables amigas del Foro Angélica Gorodischer y Graciela Bialet, y la licenciada María Luisa Miretti (de la Maestría en Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Nacional de Rosario, http://www.unr.edu.ar) así como casi todos los poetas y narradores chilenos invitados. El 11º Foro reúne a más de 40 intelectuales de Argentina y el mundo, invitados a convivir durante cuatro días en una fiesta de las letras que cuenta con los auspicios del Ministerio de Educación, la Campaña Nacional de Lectura y la Secretaría de Cultura de Argentina (http://www.cultura.gov.ar). El evento será precedido por entregas de libros gratuitos, y lecturas de las Abuelas Cuentacuentos de la Fundación Mempo Giardinelli, en las plazas de la ciudad. La asistencia al foro será libre y gratuita. Sólo aquellas personas interesadas en obtener certificados de asistencia y aprobación, deben inscribirse en la sede de la fundación, ubicada en José María Paz 355, de 5:30 a 8:30 pm, de lunes a viernes. Fuente: Fundación Mempo Giardinelli *** Naciones del Mercosur analizan su folklore en un congreso Entre el 14 y el 17 de noviembre se realizarán conjuntamente en Buenos Aires (Argentina) el XII Congreso Latinoamericano de Folklore del Mercosur y las XVI Jornadas Nacionales de Folklore de Argentina, eventos que tendrán como sede el Área de Folklore del Instituto Universitario Nacional del Arte (Iuna, http://www.iuna.edu.ar). Como eje temático central se ha pautado "Folklore y educación como símbolo de identidad nacional", en una actividad que tendrá como objetivos profundizar la reflexión en torno al rol del folklore en el contexto social actual, generar un renovado espacio de interacción y análisis de los avances y resultados de la investigación folklórica, producir un espacio de intercambio en torno a las producciones artísticas inspiradas en el folklore y analizar las políticas culturales y educativas vinculadas con el folklore y propiciar las propuestas tendientes a priorizarlas. Además se contemplan otros ejes temáticos, como folklore y metodología, folklore y medios de comunicación, folklore y fundamentalismo, folklore y narrativa, folklore e investigaciones regionales, folklore, arte y estética y folklore y movimientos populares. Los aspirantes a participar deberán presentar hasta un máximo de dos trabajos inéditos, cada uno de los cuales deberá ir precedido de un resumen escrito de hasta 200 palabras. El mismo será remitido a la Comisión Organizadora antes del 14 de octubre, indicando el eje temático al que corresponde el trabajo. La extensión de los trabajos, incluidas notas y bibliografía, será de 12 páginas tamaño A4. El formato de archivo completado será el Microsoft Word 6.0 (DOS o Windows), en disquetes de 3.5" (HD). La Comisión Organizadora también recibirá hasta el 14 de octubre propuestas para realizar mesas redondas, simposios y otras actividades académicas sobre temas no contemplados en los ejes temáticos. Para participar o solicitar mayor información es preciso comunicarse con el Área de Folklore del Iuna, en Sánchez de Loria 443/7 (1173) Capital Federal (Argentina), a cargo del profesor Antonio R. Barceló, por los teléfonos-fax (011) 4956-0075/0168, Int. 218/220 o por los correos electrónicos confolk@hotmail.com o confolk@uolsinectis.com.ar. El horario de atención será de lunes a viernes entre 10 am y 8 pm. Fuente: Iuna ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === Sobre El cantor de tango, de Tomás Eloy Martínez ====================== === Buenos Aires, las líneas de tu mano John J. Junieles ============= El moreno Amargura desenfarda el bandoneón y en el pasto verde se destrenza el tango, negro ritmo de carnaza sensual y angurrienta. Roberto Arlt, Los lanzallamas No vivimos en una ciudad, realmente vivimos en un barrio, a veces sólo en una calle. El resto es ese Territorio Apache del que hablan los vecinos: "no vayas, por allá asustan". Mientras, los mapas repiten como espejos a las ciudades, pero ya sabemos que hay cosas que los espejos no reflejan. Bruno Cadogan, el personaje de El cantor de tango, llega a Buenos Aires armado de mitos y referencias, dispuesto a descubrir un misterio. Estudiante de doctorado, Bruno escribe una tesis doctoral sobre Borges, y le han dicho que hay un cantor mejor que Gardel en Buenos Aires; al llegar encuentra una ciudad más allá, invisible y simultánea, que late fuera de las cartas turísticas. El sabueso académico estudia el tango original, tal como Borges consideraba que debía ser el tango, no el tango pervertido después, por la inmigración que nos besa, como decía el notario de Funes, sino el tango anterior a los salones de París. Esos tangos antiguos que se gestaron, según algunos investigadores, de manera especial en ambientes castrenses, en los últimos cincuenta años del siglo XIX. Canciones de soldadesca que referenciaban prostíbulos ambulantes que acompañaban a las tropas. Entonces los músicos pobres practicaban con bandoneones invisibles. Gracias al apoyo de una universidad, Cadogan se instala en la capital argentina para dar con un cantante del que no existe grabación alguna, que se presenta imprevistamente y canta en lugares como Parque Jazz, un barrio laberíntico, o a la entrada de los mataderos de Buenos Aires, o en los subterráneos de debajo del obelisco de la ciudad, o en la entrada de una autopista, y el cantor no sabe muy bien ni por qué razones elige estos lugares, ni para qué. El estudiante percibe que sí hay un mapa secreto de la ciudad que el cantor está trazando, intenta encontrar ese mapa secreto durante todo el tiempo. Mejor no contar más, estos son los umbrales del misterio que encierra el libro. "La novela comenzó por un sueño. Quería contar la historia de Buenos Aires como si la ciudad fuera un laberinto en el tiempo. Quería mostrar una ciudad hecha de mutaciones, que a cada hora es diferente, que desconcierta". explicó T. E. Martínez al diario El Tiempo, de Colombia: "En Londres, soñé con un cantor de tango, al que quería oír porque me decían que era prodigioso, mejor que Gardel, y al que no podía hallar porque era imposible. Y se me ocurrió Martel, que no tiene grabaciones de su voz, hay que oírlo en vivo y es imposible retenerlo. Se me ocurrió que la búsqueda de ese cantor por Buenos Aires permitía un relato de la ciudad". ¿Quién es Julio Martel?, ese misterio escurridizo y errante que menosprecia las grabaciones y sólo canta tangos remotos. Uno reconoce en Martel la comunidad vital que comparten los cultores primitivos del blues, del jazz, de la música de acordeón (o vallenato), de la cumbia, de la música llanera, de los corridos mexicanos, del son caribeño; y tantas otras formas musicales de nuestra América. Esta novela sería un buen modelo para aquel que quiera emprender una épica singular que espera su doliente, rastrear a Francisco El Hombre, el mito fundacional de la música de acordeón en el Caribe del norte colombiano. ¿Por qué un narrador extranjero en El cantor de tango?, Martínez dice: "Quería contar cosas de Buenos Aires que me impresionan de veras. Si las contara con la mirada de alguien que la conoce, mostrar sorpresa por los cafés y librerías sería un lugar común. El extranjero lo ve todo con ojos asombrados, permite narrar la ciudad aun en los lugares convencionales como librerías y cafés". Buenos Aires, desde el Modernismo, se convirtió en una ciudad literaria. Contribuyó a ello una pléyade de poetas y novelistas (Arlt, Cortázar, Mallea, Puig) que estilísticamente concluyen en la armónica totalidad borgiana; una ciudad letrada que ha encontrado en las novelas de Martínez una continuidad notable. La ciudad mostrándose como un laberinto de nostalgias y presentes que se desdobla y redobla en infinitas tramas, donde el espíritu del tango pesa sobre las conciencias: banda sonora del mito urbano. La ciudad como laberinto, pero laberinto en tiempo porteño, que es una forma extraña, digamos, diferente, de remar en el tiempo. A medida que la historia crece, los personajes se ven devorados por las efervescencias de una ciudad, de un país asomado al abismo. En ese sentido, Malena Martínez comenta sobre ese estudiante curioso que llega a la ciudad: "En suma, la realidad le es tan inaprehensible y su cimiento intelectual se tambalea de tal modo que en algún momento llega a temer (claro, siguiendo la lógica de la literatura fantástica) que la ciudad entera llegue a desaparecer y después nada sea como había sido antes". El autor piensa en su espejo de tinta y confiesa en otra entrevista: "El cantor de tango es una especie de reflexión gigantesca sobre Buenos Aires. Gigantesca digo por la variedad de temas, en el momento en que Buenos Aires está en estado de mutación; una ninfa que se va a convertir en mariposa o una larva que se va a convertir en ninfa. Es el tránsito desde una ciudad con una clase de vida próspera y segura de sí, a la violencia y a la inseguridad que se engendra a finales del año 2001, cuando las calles estaban ocupadas por cientos de miles de ahorristas que han perdido su dinero por el fin de la conversión o paridad del peso a dólar". Sobre los impulsos primitivos, agazapados en el inconsciente, el autor nos dice: "Como en El cantor de tango, mi última novela, todas ellas provienen de sueños. Debe ser la respuesta a una especie de sueño infantil que yo tenía, en el cual me acostara; y a la mañana siguiente, me encontrara que el mejor de los poemas que voy a escribir en mi vida, ya estuviera escrito al lado de mi cama, y lo encontrase y sólo me hiciera falta leerlo. Tal vez como consecuencia de ese acto de pereza mental, ahora sueño lo que tengo que escribir al día siguiente". Ariel Schettini, de Radar, en Página 12 de Argentina, resume su experiencia leída: "Su prosa es de una elegancia nítida como pocas (o ninguna) en la narrativa local: sin esfuerzos ni estridencias, es capaz de contar una historia como quien entrega su relato para ser vivido, y no leído... Su sentido de la narración justa, exacta, aventurera y, al mismo tiempo, alegórica, que hace que cada salida de su obra pueda ser esperada como una "revelación" de algo que casi todos sabemos... Algunas páginas memorables: el recorrido del personaje por el Parque Chas tiene el sentido de la narración del paisaje urbano que quedará en los anales de la mejor literatura y algunos micro relatos que cuentan la historia argentina son de una eficacia insuperable". En una comunidad literaria virtual, alguien sin identificación nos dice: "Es una novela finamente entretejida. Un cantor de tango deífico, misterioso y nunca grabado, sirve como excusa maravillosa para vincular historias bonarenses de muy alto calibre. Desaparecidos, torturados, bibliotecarios sorprendentes, barrios laberínticos, argentinos, muchos argentinos y cada uno con su historia, se vinculan a través de viejos tangos, canciones elípticas y herméticas, que de improviso se escuchan en los sitios descubiertos o imaginados por Borges". Esta novela, no sé por qué, me hace recordar el clima de El Péndulo de Foucault, de Umberto Eco. Ambas son novelas de búsqueda (un posible Cortázar diría: para buscarte te he encontrado, Martel). En la novela de Eco el material desborda la historia, y hostiga en información, todo eso sin que deje de ser una gran novela. Martínez, por su lado, ha vigilado los excesos, aplica economía verbal, eso que enseña tan bien el periodismo, y sustituye los delirios verbales por elecciones anecdóticas. Además, hay equilibrio de la información musical, y se minimizan, hasta lo sensato, los "hábitos literarios" que rodean la tipología de Cadogan, el buscador de tesoros. El olvido, que todo lo destruye, no alcanza a callar el coro de creyentes que habla por Martel, y que escucha Bruno asombrado (hasta las piedras encuentran quien las escuche, si alguien siente el llamado de su música). La música popular es una planta aérea de savias imprecisas, apela a la vida y sus cauces; para los que viven esa música, la nostalgia es a veces la única noticia que queda del paraíso, y qué mejor que un tango para celebrar la despedida de lo que no quiere irse. Todo eso también lo sabía Cortázar, quien también buscó su fantasma en El perseguidor. Los mapas reales de las ciudades imaginarias están dibujados en las líneas de nuestras manos, con materiales de quimera, de "sueñera y barro". Eso parece decirnos Tomás Eloy Martínez, quien con esta novela se convierte en un Cavafis de Buenos Aires, pues se sirve hábilmente (sutilmente) de lo local para retratar el universo de la condición humana de un pueblo. Cadogan y Martel esperan silbando en las páginas de este libro, después de cuya lectura el lector irá al cuarto de San Alejo, y resucitará todos sus discos de vinilo, mientras silba pedazos de canciones que creía que había olvidado. Bitácora del autor Tomás Eloy Martínez. Recibió en 2002 el premio Alfaguara de novela por El vuelo de la reina. Su novela Santa Evita (1995; Alfaguara, 2003) es, junto con La novela de Perón (1985), un título ya clásico de la literatura argentina. Estas dos obras han sido traducidas a treinta y seis lenguas. Ha escrito también las novelas Sagrado (1968) y La mano del amo (1991; Alfaguara, 2003), los relatos de Lugar común la muerte (1979) y La pasión según Trelew (1974), los ensayos de El sueño argentino (1999) y Réquiem por un país perdido (2003), y los textos de Episodios argentinos. Diciembre y después (2002). También es colaborador habitual de La Nación de Buenos Aires, El País de Madrid y The New York Times. Dirige el Programa de Estudios Latinoamericanos de la Rutgers University, en Nueva Jersey, donde es profesor distinguido y escritor residente. ** John J. Junieles johnjairojunieles@yahoo.com Escritor colombiano (Sincé, Sucre, 1970). Es periodista, guionista e investigador de temas literarios. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Cartagena, y cursos de Periodismo en la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Ha publicado Hombres solos en la fila del cine (novela); El temblor del kamikaze (cuentos), Canciones de un barrio en la frontera (poesía), Temeré por mí al final de estas líneas (prosa poética) y Papeles para iniciar el fuego (poesía). Nominado al Premio Rolex Mentor de Suiza (2003), Premio Nacional de Literatura Ciudad de Bogotá (2002) y ganador de la Beca Nacional de Novela del Ministerio de Cultura (2002). Textos y reflexiones suyos pueden leerse en su weblog (http://johnjairojunieles.blogspot.com) o en su página web (http://espanol.geocities.com/johnjairojunieles/John_Junieles.htm). === Pensar lo impensable -en el pecado Ricardo Mena Cuevas =========== Los quehaceres de mi profesión, la abogacía, me obligan a menudo a no tener el tiempo suficiente para pensar al menos con suficiencia en lo que siempre me ha gustado pensar con detenimiento, aunque sea en movimiento; no cabe duda de que yo no soy un peripatético, aunque lo que diga pueda parecer tan posiblemente patético como estos versos de Shakespeare cuando se lamentaba en su Soneto CXI: Y aun así mi naturaleza está subyugada Por su trabajo, como la mano del tintorero. Apénate de mí, pues, y pide que yo pueda renovarme, Apénate de mí, pues, querido amigo, y te aseguro, Que incluso tu pena es suficiente para curarme. Es evidente que nada es patético en este soneto y que el mismo expresa una gran humanidad latente, siempre digna de respeto, excepto para el arte de las caricaturas vikingas de reciente noticia en los medios -que sólo persiguen el fin sin tener a los medios en cuenta. Sea como fuere, no hay duda de que el soneto es un cauce expresivo para mostrar grandes y profundas ideas fruto del hambre, del dolor o del amor a la rubia cerveza y al purpúreo vino, y que Shakespeare es tan genial en esto como cada uno de nosotros que formamos lo que se conoce como el hombre común, el ciudadano sano y medio (y que otros aristócratas como Poe u Ortega malversaron llamándolo "masa"). Me refiero a que existe en el Arte del Hombre una continua necesidad de mostrarse tal cual es ante eso que muchos llaman el vacío, la Idea, Dios o Alá o Yahvé o el Eterno Retorno. Y si fuera cierto que muchos se preguntan ahora a qué quiero llegar con todo esto, le diría que se apenaran de mí y me dejaran un poco de su paciencia para expresarle mis pensamientos sobre ese tema tan impensable como es la paradoja del pecado y el arrepentimiento -que sólo el que se humilla y reconoce que es imperfecto renace más perfecto. Definir el pecado puede que sea un pecado en sí de soberbia o presunción, así que dejaré su definición, su concepto exacto, al movimiento producido en la cabeza de cada lector con el que Hobbes definía al pensamiento; como también existe un movimiento en el corazón al que llamamos sentimiento que tan bien conoció Pascal y también Hobbes, apelo al corazón de cada uno de los lectores para que lea los versos de Shakespeare y analice cuál es el mensaje al cual quiere llegar cuando el bardo dice "que incluso tu pena es suficiente para curarme". Para mí no existe duda filosófica de que el Hombre nace enfermo y está enfermo; mas es una enfermedad que se puede curar cada día y que, de hecho, se cura yendo al psicólogo o al cura de la parroquia, aunque en este último caso sin tener que pagar lo que se consideraría en otros tiempos como un fraude si no fuera por Freud. El misterio de lo que significa ese verso final anotado de Shakespeare es, en mi opinión, una cosa y una sola cosa nada más -es una confesión. Expresa una fe inconfesable, por personalísima, ante nosotros, extraños desconocidos mas conocidamente hermanados por la Creación. Ese último verso nos comunica un pálpito de un corazón que "tiene sus razones que la razón no entiende" -curarse para seguir sintiendo. La conciencia, lo que Locke definía como influenciada continuamente por las sensaciones y la experiencia diaria, la mía, me confirmaba en este pensamiento impensable mientras esperaba a que el desayuno me quitara de mi ayuno, así que para matar el hambre me alimenté de estos pensamientos lentos y densos: que sólo cuando nos humillamos mostramos ese humillo a quemado que simboliza el Fénix -renacemos de nuestras cenizas, revitalizamos el polvo del cual estamos hechos, aunque estemos "hechos polvo" cuando lo soltamos al viento. Sin duda, hay algo escondido en nosotros, dentro, que se revela contra nosotros mismos; la razón científica de la psicología lo llama conciencia del Ego frente al Alter Ego, Stevenson lo llamó mucho antes el doctor Jeckyll y Mr. Hyde y mucho antes que todos ellos se llamó pecado original, una original idea que iba al origen del problema del Hombre -que necesita de una revolución diaria de humildad contra el orgullo. Pues lo pequeño vence a lo grande en su forma y fondo, mientras lo grande se agranda tanto que pierde su contorno, su forma, se hace amorfo y monstruoso como el Cthulhu de Lovecraft. En el fondo, es de perogrullo, es una tautología, es de sentido común decir que todos los ciudadanos somos iguales y tenemos los mismos derechos; no hemos tenido que esperar a que se implantara la democracia para saberlo. Shakespeare se contentaba incluso con nuestra pena para curarse. La mayoría se contenta con saber que es su destino -ser saludablemente imperfectos y pequeños. ** Ricardo Mena Cuevas ricardomenacuevas@hotmail.com Escritor español (Málaga, 1975). Abogado de profesión. === La redención del vampiro ============================================== === Condena y desafío a la eternidad en Vlad, de Carlos Fuentes =========== === María Inés Carvajal de Ekman ========================================== "Con nosotros fabrica ángeles la muerte y nos pone alas donde teníamos brazos suaves como garras de cuervo" (Jim Morrison, 1998:101) El miedo es una de las fuerzas más poderosas que mueven a la existencia humana, y la experiencia del temor a lo desconocido se encuentra profundamente arraigada en la cultura universal. El temor impele al hombre hacia la vida, hacia la voluntad de la creación, a pesar de que a veces no haya esperanza de redención más allá de las fronteras de lo cognoscible. Albert Einstein señala que La experiencia más hermosa que se tiene a nuestro alcance es el misterio. Es la emoción fundamental que está en la cuna del verdadero arte y de la verdadera ciencia. El que no la conozca y no pueda admirarse, asombrarse ni maravillarse de ella, está como muerto y tiene los ojos nublados (1954) (1). En la experiencia del miedo, la figura del vampiro, con sus evocaciones de una pagana espiritualidad, irresistible erotismo de sangre caliente y gélida potestad, ocupa un lugar central. La mítica y trashumante figura del vampiro sigue apareciendo y actualizándose a lo largo de los siglos en Occidente y Oriente. Su inmortalidad que habita la muerte alimentándose de la vida, inconcebible desde la experiencia cartesiana del tiempo y el espacio, inadmisible desde la teleología cristiana, ilustra la angustia existencial del sujeto moderno, receloso ya de las promesas eternas y encadenado al miedo sin expectativas, al limbo de lo misterioso. Junto con demonios, fantasmas, brujas y zombies, los vampiros han sido en Occidente las manifestaciones de ese miedo por lo que escapa a la naturaleza de lo conocido, y el hombre ha conjurado su malignidad desde su conciencia efímera, desde su carne vulnerable, acudiendo a su contrapartida sobrenatural suprema: Dios, y su cohorte de ángeles, santos y almas redimidas. A pesar de que la modernidad nos arroja a un mundo desolado, donde la voluntad racional, filosófica o instrumental nos echa en cara el abandono divino, los seres humanos seguimos acudiendo a ese espacio subconsciente colectivo donde han habitado desde siempre los seres que en nuestra obsesión por lo concreto tachamos de imaginarios, como si nuestras más siniestras fobias y nuestros más soterrados deseos no hiciesen sino aguardar un poco, en el cuarto de los cacharros, para aparecer de pronto, convocados por la fatalidad, al terreno de la soberbia realidad. El ideario vampírico, mostrado con paroxismo por crónicas modernas y postmodernas que lo han desplazado desde los mitos latentes comunes a toda civilización humana, hasta las páginas, el arte y el celuloide, se ha mantenido con más o menos regularidad a lo largo de algo más de cuatro siglos de modernidad: de origen balcánico, fueron sujetos mortales, ahora en un estado eterno entre la vida y la muerte -de ahí que se les llame los no-muertos-; se alimentan exclusivamente de sangre fresca; su mordida, si no arrebata la vida con la sangre, convierte a la víctima humana en vampiro; necesitan dormir en suelo natal, aunque sea transportado; tienen una cualidad zoomórfica que puede transformarlos en criaturas de la noche; son repelidos por la luz solar, signos cristianos o ajo, y pueden ser destruidos por una estaca de madera ferozmente clavada en el corazón. Si bien el arquetipo del vampiro se ha flexibilizado obedeciendo a la fascinación que su figura ha despertado en la humanidad, los mencionados constituyen sus signos más recurrentes, acompañados de una atmósfera metafísica de terrible abandono, soledad y crueldad, que sugiere la inmortalidad como maldición, y que los obliga a irrumpir en los territorios de la cotidianidad humana para saciar su caprichosa sed de vida y muerte. En el terreno de las letras, una de las más recientes actualizaciones del mito del vampiro nos viene de Carlos Fuentes, escritor cuya ambivalente nacionalidad mexicana y universal ha operado como marca indiscutible en su poética narrativa: la vida y la muerte como coordenadas del tiempo; la muerte imperturbable al final del camino, al mejor estilo heideggeriano. Su extensa y laureada obra narrativa se compone de novelas y relatos en los que los personajes se debaten entre el pasado familiar, la herencia y los ausentes, y la tensión ante el futuro, la angustia o la esperanza por lo desconocido que se aproxima. En su volumen de relatos titulado Inquieta compañía (2004), Fuentes ensaya diversas tentativas para responder a una pregunta fundamental: "¿Es vida este breve paso, esta premura entre la cuna y la tumba?" (2004:233), suerte de lexía del texto entero. Cinco cuentos -El amante del teatro, La gata de mi madre, La buena compañía, La bella durmiente, Calixto Brand- y una novela corta -Vlad-, narraciones solidarias temática y estructuralmente entre sí, lo componen. Todas las narraciones se contextualizan en México, a partir de la segunda mitad del siglo XX, a excepción de El amante del teatro, ubicada en Londres. El tema del extranjero es constante: sus protagonistas detentan la condición del origen foráneo, lo que los caracteriza como atípicos, preparando la imaginación del lector para los oscuros acontecimientos que le serán narrados. Vlad se inicia en el universo de los abogados, personajes clásicos en el mito del pacto con el demonio, donde las almas se negocian y se canjean como bienes. A Ives Navarro su extraño jefe le ha encomendado la tarea de hallar en la ciudad una casa peculiar para un amigo venido de tierras balcánicas. La fatalidad del relato, que Zurinaga, el jefe, llama una "feliz coincidencia" (2004: 222), se desencadena cuando Asunción, esposa de Navarro y trabajadora en el área de bienes raíces, se convierte en responsable de la ubicación de la casa. Del entorno laboral de Navarro, el relato se desplaza hacia su hogar, donde una pasión contenida durante las horas matutinas se despierta entre Navarro y su mujer en la alcoba nupcial durante la noche. Navarro y Asunción tienen un hogar bien compuesto, tal como la normalidad moderna exige: una familia nuclear de una hija de diez años, una buena posición económica... con excepción de la pérdida de Didier, un hijo ahogado en las playas de Acapulco, cuyo cuerpo jamás pudo ser recuperado. Corresponde este evento a la matriz fundamental del dasein narrativo: Vlad, un vampiro ancestral que vive con su hija Minea -también de diez años- y su siniestro sirviente jorobado, es convocado por el dolor de la pérdida de Didier no superado por Asunción, y se instala en el ámbito de la cotidianidad mexicana para derrumbar la estructura familiar de Navarro. El relato, de teratológica atmósfera, culmina con la incógnita del destino del narrador, el mismo Navarro: su esposa e hija se han unido ya a la tribu de Vlad, y la posibilidad de seducción o renuncia de Navarro a la vida eterna queda en el aire. Vladimir Radu, el vampiro de Fuentes, detenta todos los signos del imaginario vampiresco occidental supracitados: históricamente conocido como Vlad, el empalador, es una combinación entre el sombrío, casi viscoso aspecto físico del Conde Orlock, del Nosferatu de F. W. Murnau (1922), y la habilidad de palabra, seductora, de sentencias oscuras y largas intermitencias, del Drácula de Bram Stoker (1897). A pesar de que desde el principio todo demuestra su obvia condición vampiresca, el enigma permanece hábilmente oculto por el relato en primera persona de Navarro, junto a quien el lector va descubriendo la fatalidad que signa a su familia. No obstante, a pesar de su herencia arquetípica, el vampiro de Fuentes es un vampiro distinto: la concepción de la vida y la muerte que subyace a su muy interesante tesis sobre la condición inacabada del mundo y de Dios, postulan una versión otra de la ya tradicional tragedia de la eternidad. Fuentes parece dar una vuelta de tuerca a la condición de no-muerto que comparten Vlad y Minea, y que ofrecen tentadoramente a Asunción y Magdalena, su hija; ser un no-muerto significa a su vez ser un no-vivo, razón por la cual la muerte como finitud puede ser conjurada. Asunción y Magdalena, por artificio de sangre, pueden escapar al destino de Didier, renunciando a la sentencia de muerte que ha signado su naturaleza humana. Ese anhelo desmesurado de vida, manifiesto subrepticiamente en la voraz lubricidad de Asunción, la llevará a pactar con Vlad para que Magdalena acceda a la inmortalidad. La eternidad como promesa, como tentación y no como tragedia en el relato, se manifiesta en el abandono del dualismo psico-físico enraizado en Occidente, donde el cuerpo es cárcel de un alma en estado de ascenso, y en la asunción del erotismo como afirmación de un yo que no renuncia a su corporeidad, volviendo a un monismo psico-físico fundamental para la perpetuación del sujeto telúrico. En este sentido, el erotismo aniquilador del otro, que convierte a los amantes en víctima y victimario, y la noción del muerto-vivo que subyace al vampiro de Fuentes, serán los núcleos de sentido a partir de los cuales intentaremos evidenciar su originalidad con respecto a las concepciones del mal, la muerte y el monstruo que han privado en la narración vampiresca popular. Deseo, poder, deseo: erotismo y aniquilación Los espectros de Polidori y Stoker, clásicas figuras, reafirman la costumbre vampiresca de no entrar a la vida humana sin ser invitados, lo que constituye un innegable simbolismo sexual limitado a la constreñida expresión erótica de sus respectivos contextos -temprano y tardío siglo XIX europeo. El vampiro, de lascivia desenfrenada, habita un no lugar y un no tiempo que diluye las fronteras entre lo normal y lo extraordinario. Así, la expresión erótica del vampiro traspasa los límites de la relación sexual convencional y deviene en perversión. No importa cuán abominable puedan parecer los actos del vampiro mirados a la luz de los interdictos sociales y religiosos; ellos seducen desde la potencia liberadora que los sostiene en oposición a las leyes morales y civiles que atenazan la conducta humana en su intento por homogeneizarla y así controlarla: lo terrible en el ejercicio del mal es el auto-reconocimiento que en sus actos mira el hombre, la belleza de la serpiente genésica que se desliza complaciente por el tronco del albedrío y la razón humana. El hombre, acostumbrado a la naturaleza externa y extraña del mal, no cae en cuenta de que la seducción comienza en su misma propensión a la libertad y al goce: la privación fundadora de religiones y civilizaciones es la misma que engendra el pecado, el miedo y el enloquecido anhelo babélico de divinidad. Siguiendo a Nietzsche, el mal en la modernidad ya no se presenta como ajeno a lo humano, sino más bien como su proyección externa, como algo que es constitutivo al hombre. La verdad terrible que late en la tentación es lo ominoso freudiano, que se desembaraza de su ocultamiento atávico y queda revelado en la expresión de la voluntad. El cuerpo humano, liberado a su expresión genuina, no silenciado por imposición moral alguna, enuncia en humores, flagelos y extravagancias el espesor de su libertad: Si el imaginario del vampiro nos enfrenta al horror y al vértigo de la muerte, también nos enfrenta al horror y al vértigo que la sexualidad y el erotismo entrañan (pues toda socialización presupone una regulación de estas dos fuerzas): al deseo y destrucción del otro (según Bataille, erotismo y muerte coinciden), y a la perversión como demonismo de la sexualidad (Bravo, 1999:83). El erotismo, como encarnación del mal en el cuerpo humano, se opone a la concepción órfica, platónica y más tarde cristiana de un alma trascendente que el cuerpo aprisiona, y cuya libertad sólo es alcanzable en la renuncia de las apetencias carnales. En los intercambios de fluidos entre el vampiro y su víctima-amante, se gesta una de las transacciones más antiguas de la humanidad con la divinidad: la sangre de los sacrificios primitivos simboliza el perdón de los dioses; beber la sangre del enemigo es asumir su valor o poderío. En la posesión sexual la apropiación es ontológicamente antropofágica: se desea lo que se quiere para sí; el rito sexual, como los sacrificios primigenios, persigue una apropiación que es afirmación del yo, del poder que se tiene sobre los demás, sea éste ejercido con o sin crueldad, y que al mismo tiempo es inmolación del otro en virtud de su voluntad seducida: "Sólo la fuerza sostiene al poder y el poder exige la fuerza de la crueldad" (2004:264), revela Vlad, el vampiro. El Eros freudiano, conjunto de instintos y pulsiones de vida -de auto conservación, de la libido, del yo, del principio del placer- detentado por el vampiro, se enfrenta al Thánatos de la víctima, que ofrece su cuello, su sexo y su alma -relación asimétrica de abismales dimensiones- en la entrega vampírica y sexual. La mujer, el otro por excelencia en las relaciones de poder en Occidente, ha sufrido en su cuerpo el castigo edénico: es el cuerpo de la reproducción, pero es a su vez el cuerpo de la tentación, de los fluidos, de la perdición del hombre. Asunción, la mujer que en la desmesura erótica condena a su marido a adorarla cayendo a su vez en la tentación de Vlad, revela su naturaleza perversa al doblegarse al vampiro: "Gozo con Vlad. Es un hombre que conoce instantáneamente todas las debilidades de una mujer..." (2004:281). El acto sexual revela, en este sentido, una de las formas que el vampiro utiliza para el ejercicio de su poder sobre los hombres: "El amor siempre es generoso, no se deja vencer porque lo impulsa el deseo de poseer plena y al mismo tiempo infinitamente, y como esto no es posible, convertimos la insatisfacción misma en el acicate del deseo y lo engalanamos" (2004:269). Navarro, mortal común, resignado a la finitud de la escatología cristiana, resulta insuficiente para complacer las necesidades físicas y espirituales de su mujer, quien aspira además, en virtud de la promesa del vampiro, la eternidad de su hija Magdalena: "Magdalena no va a morir (...). El niño murió. La niña no va a morir nunca. No volveré a pasar esa pena, nunca" (2004:279). Pero la seducción de Vlad no sólo es ejercida en la relación sexual, pues el vampiro, como una de las figuras de la caída, es una tentación de transgresión no limitada a lo erótico. Vlad nunca obliga a Navarro o a Zurinaga: los persuade, manipulándolos con extrañas peticiones y comentarios, movilizando sus intelectos y sus voluntades para que cooperen con él sin esperanza de reciprocidad: "Algo me impidió hablar, una sensación de inutilidad creciente, de ausencia de libertad (...) el dominio del puro azar, el reino sin albedrío" (2004:245). Vlad habla a un Tú que puede ser un personaje o el lector; su seducción transgrede tiempo y espacio, los límites mismo del texto, pues Fuentes recupera para su personaje la voz y la fuerza originaria del mito. En todo caso, el mal que el vampiro encarna, la potencia de su atracción, implica la posesión de la voluntad del otro, de su víctima, pues el mal, una vez internalizado, es la "irrupción de otro que se instala en el lugar del yo para aniquilarlo" (Bravo, 1993:101). El vampiro afirma su trascendencia, su yo, en los límites del otro que es aniquilado. El yo, vampiro, sólo es en función de la imagen del otro. Cuando la conciencia de sí mismo del yo está todavía inmersa en el ser de la vida, arguye Hegel, excluye de sí misma todo lo diferente. El sujeto otro se le aparece como un objeto. Si bien esta cosificación es recíproca en términos humanos, la seducción vampírica anula la posibilidad de que las conciencias del vampiro y su víctima se relacionen entre sí como simples objetos; la conciencia de sí de la víctima, una vez anulada, se entrega como objeto a los deseos de su victimario. La voluntad humana que discurre en la tensión entre la vida y la muerte, entre Eros y Thánatos, se anula en la unívoca voluntad del vampiro, y es por esto que la solución final del relato de Fuentes respecto al destino de Navarro resulta irrelevante, pues el mal ya ha sido internalizado y ha aniquilado su yo: ...mientras yo luchaba con todas mis fuerzas, a pesar de todo, consciente de todo, sabedor de que mi fuerza vital ya estaba enterrada en una tumba, que yo mismo viviría siempre, donde quiera que fuera, en la tumba del vampiro, y que por más que afirmara mi voluntad de vida, estaba condenado a muerte porque viviría con el conocimiento de lo que viví para que la negra tribu de Vlad no muriera (2004:286-287). Entre la vida y la muerte "El hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza" (Friedrich Nietzsche, 1985:6) Lacan señala que el inconsciente, locus del sentido, está estructurado como un lenguaje. El sujeto humano crea discursivamente las respuestas a las inquietudes de su existencia. De este modo, el vampiro representa en ese discurso la avidez y fascinación humana por lo divino: la trascendencia, la inmutabilidad y el poder ejercido sobre los mortales. Ontológicamente limitado por la existencia, el hombre adivina la posibilidad de resolución de sus enigmas más allá de ésta, en una condición de divinidad anhelada desde las dudas terrenales. Es posible vislumbrar al menos dos vertientes fundamentales de esa aspiración divina: una que podríamos llamar la vertiente del Bien, encaminada hacia el progreso humano simbolizado en un alma que asciende por sus acciones en vida, que se merece la redención y la eternidad deseando habitar junto a Dios; y la otra, la vertiente del Mal, donde una apetencia desmesurada por los placeres carnales conspira para atar al hombre a la existencia, a no querer abandonarla, y aspirar a una eternidad terrena a pesar de Dios -¿o precisamente por él?-, un Dios confinado a su cielo como un testigo mudo, impotente ante el albedrío humano. Ambas vertientes obedecen a su vez a una división binaria en las formas que el ser humano ha utilizado en un intento por explicarse a sí mismo en cuanto a la creencia en un alma, pneuma insuflado por los dioses para dar voluntad, vida espiritual e intelectiva al cuerpo inerte. La forma más difundida es el dualismo psico-físico, definida por Morató y Martínez como Una de las concepciones o creencias más antiguas de la humanidad, que está en la base de las creencias religiosas y que probablemente tenga su origen, por una parte, en la extrañeza ante fenómenos como los sueños y, por otra parte, ante el hecho de que los llamados estados mentales, fundamentalmente subjetivos, no se pueden tratar de la misma manera que los cuerpos, ya que carecen de peso, volumen, color, extensión, etc. (1998:74). Esta tesis, que sostiene importantes sistemas de pensamiento como el orfismo, el platonismo y la religión cristiana, supone una preeminencia del alma como algo que es posible entender sin el cuerpo, mientras que éste sin aquélla se considera solamente un cadáver, un autómata, un no-vivo. Esta separación entre cuerpo y mente o cuerpo y alma supone la posibilidad de una vida más allá de la corrupción corporal, que según las creencias podría sostener la esperanza de una vida espiritual eterna en un Hades, en el reino de los cielos, e incluso en la misma tierra tras la metempsicosis o transmigración de las almas en reencarnaciones sucesivas. La otra forma de concebir la relación entre el cuerpo y la mente humana es el monismo psico-físico, cuyo representante más ilustre es Aristóteles. La teoría hilemórfica aristotélica parte de la premisa de que el alma es la forma del hombre, y por tanto no puede subsistir independientemente del cuerpo, no puede ser inmortal. Durante el medioevo, el cristianismo en Occidente utilizó la concepción dualista de alma/cuerpo a favor de la sujeción de los hombres a una vida libre de pecados -con privaciones de todo tipo- en el anhelo de merecer una vida eterna junto al Señor. Huelga decir que las cotizadas bulas papales resolvían las contradicciones entre esperanza, fe y vida pecadora, en tanto el hombre estuviera confiado en la intercesión de la Iglesia para el perdón de sus faltas. Sin embargo, superado el teocentrismo en los albores renacentistas, las inquietudes con respecto al destino del hombre después de la muerte y la posibilidad de salvación en la eternidad volvieron a surgir, y a pesar de que la concepción hilemórfica no fue la conclusión para esa angustia moderna, fue inevitable la amarga conjetura de un alma atada al cuerpo y de la muerte como vacío. "El hombre (...) parece no soportar el "vacío espantoso" del morir, y avanza por la vida en la ceguera de su propia muerte" (Bravo, 1999:80). La muerte se define negativamente como el final de la vida, suponiendo una previa concepción de ésta como actividad interna en los cuerpos biológicos. A pesar de ser un camino ineludible, de ser tantas veces meditada, pintada, esculpida, la muerte no se deja conocer por el hombre, quien la dibuja como esqueleto de perturbadora sonrisa, acompañado siempre de su lúgubre hoz. Desde el temor y la ignorancia, se constituye como el otro extremo de lo conocido, de lo seguro: en sus pliegues se alojan todas las incógnitas, todos los monstruos, todas las angustias. El vampiro, así como otras corporeizaciones terribles de la muerte, simboliza una extraterritorialidad engendrada en la carencia de vida y en el apetito desmedido por una existencia terrenal, no tolerada por los comunes mortales. Es por esto que las creencias y mitos funerarios cumplen en las sociedades una función vital: aseguran el descanso de los difuntos queridos, pero a su vez pretenden evitar su retorno, aun de los más amados, dado que una vez que se han transpuesto las fronteras de la vida, los difuntos dejan de ser aquéllos que amamos, para convertirse en no-vivos -los celtas enterraban a sus muertos mirando a tierra, para que no pudieran regresar-; son rituales de exclusión social, porque el cuerpo sin vida inquieta al alma humana: es la evidencia de un destino que nos aguarda, es mirar en la muerte ajena la muerte propia. Víctor Bravo explica que Frente a la escala que hace de la condición humana un ansia de trascendencia en su ascenso a lo divino, el vampiro nos muestra también un camino de trascendencia, pero invertido: camino no hacia la angelación por descorporeización y la pureza, sino hacia el horror y la mancha, en la manifestación más extrema y abismal de lo corporal: el cadáver, y el cadáver viviente como la manifestación, en el límite de lo imposible, de lo monstruoso (1999:86). Kant, Freud y Wittgenstein coinciden en la imposibilidad de concebir nuestra propia muerte, pues la muerte no es un evento de la vida: no se vive la propia muerte. Ya los epicúreos decían desde los tiempos antiguos: "Cuando la muerte es, nosotros no somos; cuando somos, la muerte no es" (1998:36). La muerte entonces, se perfila más allá de lo humano, de las leyes, de los interdictos morales, y la aspiración a una vida eterna, engendrada en el miedo a la no-vida, es considerada desde las religiones cristianas como sacrilegio, como manifestación del mal. De allí se desprenden las figuras de acuerdos o canjes sobrenaturales como el pacto con el diablo, las misas negras, los aquelarres, la tentación de la mordida vampírica. En esta creencia ayudaron indudablemente los conceptos desarrollados por el cristianismo que, basados en la idea neoplatónica de la vida después de la muerte, fomentaron la idea de la corrupción del cuerpo y la supervivencia del alma hasta el día del Juicio Final, teniendo la posibilidad de acceder a este estado sólo aquéllos que murieran arrepentidos de sus pecados y que hubieran recibido los últimos sacramentos. Con esta fórmula, todos aquellos que no fueran enterrados en tierra consagrada -como suicidas y excomulgados- y los que no hubieran recibido la extremaunción, podrían convertirse en vampiros u otros tipos de espectros corpóreos. La eternidad, exclusivo privilegio divino -Dios es ipsum esse subsistens, ser subsistente en quien no se da distinción entre esencia y existencia-, en un cuerpo corruptible se considera profanación, pues el hombre debe esperar, en la fatalidad de su finitud corpórea, la promesa de un alma inmortal. Todo aquel, como el vampiro, que se atreva a anhelar algo más, es expulsado de esa promesa, y su alma condenada a vagar interminablemente, a pagar sin descanso por su soberbia. Desde esta perspectiva, el relato vampírico tradicional no escapa a esa concepción dualista psico-física cristiana, y es por esto que pese a poseer el secreto de la permanencia telúrica, ese carácter propio de aquellas cosas que se hallan fuera del tiempo y del espacio, el vampiro sufre la maldición de la eternidad y considera su existencia como Zurinaga, el vampiro en ruinas de Fuentes: "un largo desfile de cadáveres" (2004:217). Es por esto también que el Lestat de Ann Rice reclama en su entrevista: "¿No comprendes que cada uno de nosotros lo abandonaría todo por tener vida humana?" (1996:178). Se cumple así el designio de la escatología cristiana, y el vampiro, quien aspiraba a ser como Dios, acaba arrepentido, víctima de su arrogante deseo. A pesar de que Zurinaga, el jefe de Navarro, sigue el patrón, por así decirlo, del vampiro tradicional, la figura de Vlad rompe los parámetros sobre la vida y la muerte definidos por la tradición judeocristiana. La tentación vampírica de una vida eterna opera durante todo el texto, sin que veamos un peligro de caída más allá de la traición del vampiro. La atemporalidad, la trascendencia no deja de mostrarse como ventaja, como oportunidad: Ya ve usted, mi querido Yves Navarro. La ventaja de vivir mucho es que se aprende más de lo que la situación autoriza (...). Usted desciende de una gran familia, yo asciendo de una desconocida tribu. Usted ha olvidado lo que sabían sus antepasados. Yo he decidido aprender lo que ignoraban los míos (2004:218-219). El dolor de la pérdida de su hijo Didier, el temor constante de la muerte que está allí, aguardando, y la fascinación del escape al tiempo aniquilador, conducen a Asunción a pactar con Vlad el destino de su hija Magdalena. Su incapacidad para superar la pérdida, en contraste con la aparente resignación de Navarro, se desprende de la ausencia del cadáver del niño ahogado, evidencia de su nueva condición de no-vivo que permitiría su exclusión social mediante el rito funerario: No lo volvimos a ver. El mar no lo devolvió nunca. Su ausencia es por ello doble. No poseemos, Asunción y yo, el recuerdo, por terrible que sea, de un cadáver. Didier se disolvió en el océano y no puedo escuchar el estallido de una gran ola sin pensar que una parte de mi hijo, convertido en sal y espuma, regresa a nosotros, circulando sin cesar como un navegante fantasma, de océano en océano. (...) Esa ausencia que es una presencia. Ese silencio que clama a voces. Ese retrato para siempre fijado en la niñez... (225-226). Asunción entrega su existencia y la de Magdalena a Vlad y Minea, para que éstos puedan concederles la eternidad. Navarro, quien ingenuamente aspira a la recuperación de su familia, intenta hacerla comprender su error con razones atadas al pensamiento cristiano y a la misma lógica racional, pero ella desoye tales razones pues ya el discurso que opera en su conciencia es otro, ya sea éste logrado a través de la seducción ejercida por Vlad, ya sea a partir del pacto de eternidad que se ha transado. El texto, pues, en el triunfo de un vampiro que no muere viviendo, sino que vive en la muerte, revierte la lógica cristiana que ha sostenido el relato vampiresco durante siglos. Éste es un vampiro que ha renunciado a toda finalidad trascendente, que regenera su cuerpo a placer; podríamos decir incluso que es un vampiro nietzscheano en el sentido de que ha superado la condena del tiempo y ha alcanzado el pensamiento del eterno retorno. Quizá la razón que sustenta esta inversión axiológica con respecto al relato tradicional la encontremos en la tesis enunciada por el mismo Vlad sobre la condición inacabada de Dios. Dios es concebido por Vlad en oposición a su ente inverso: si el Dios que conocemos es omnipotente e inmutable, ¿cómo se explica la presencia del mal, el albedrío humano, en un mundo creado por él? Los niños en su posibilidad de crecer y de convertirse en sujetos que ejercerán un libre albedrío, constituyen la prueba fehaciente de que el mundo, lejos de estar predestinado hacia un final trascendente, donde el demonio será expulsado y las almas serán juzgadas, avanza sobre sí mismo, como una cinta de Möebius, interminablemente: Un niño es como un pequeño Dios inacabado (...). El abismo de Dios es su conciencia de ser aún inacabado. Si Dios acabase, su creación acabaría con él. El mundo no podría ser el simple legado de un dios muerto, (...) un círculo de cadáveres, un montón de cenizas... No, el mundo debe ser la obra interminable de un Dios inacabado. (...) Los niños son la parte inacabada de Dios. Dios necesita el secreto vigor de los niños para seguir existiendo (2004:251). El vampiro, que ha transpuesto el pórtico de la muerte y que se mueve caprichoso entre los vivos y los muertos, se reconoce a sí mismo, manifestación del mal absoluto, como parte de la obra de un Dios que engendra el mal para que él mismo, el supremo Bien, pueda seguir existiendo: El secreto del mundo es que está inacabado. Quizá, como el vampiro, Dios es un ser nocturno y misterioso que no acaba de manifestarse o de entenderse a sí mismo y por eso nos necesita. Vivir para que Dios no muera. Cumplir viviendo la obra inacabada de un Dios anhelante. (2004:285) Esta revelación, sólo alcanzable en la vida de ultratumba, se acerca a la iluminación de Zaratustra, en el capítulo titulado De la visión y el enigma (1980:270): un pastor atenazado por una serpiente debe morder su cabeza para poder liberarse. Esta alegoría simboliza la liberación tanto de la opresión de un tiempo que está en función de un sentido -el trascendente lineal judeocristiano-, como de la opresión de un tiempo circular que produce hastío; y la decisión de morder la serpiente representa la voluntad de afrontar valientemente lo vital, que equivaldría de algún modo a conjurar la muerte. La palingenesia vampírica, así como su presencia fuera del tiempo humano, no se consideraría ya como hastío, como deseo de muerte ante su imposibilidad. La eternidad deviene en posibilidad de experimentación, de conocimiento, y de elección: "Sí, usted sabe que no es lo mismo ser dueño de la propia muerte que ser víctima de una fuerza ajena" (2004:220). Siguiendo a Nietzsche, la repetición de lo mismo, la vida eterna, es equivalente a afirmar que no se repite, pues en la repetición lo mismo ya no sería lo mismo. Cada vida del vampiro, aunque en sucesión, correspondería a una nueva experiencia: cada instante es único, pero eterno, ya que en él se encuentra todo el sentido de la existencia. Ya no anhela, como el vampiro de Stoker o de Rice, la finitud, porque no cree en ella. No cree en un Juicio Final, no cree en un Dios que pueda prescindir de él. Por eso Vlad, al culminar la exposición su tesis a Navarro, exclama enigmáticamente: "Usted vive la vida. Yo la codicio" (2004:283). *** Entre los límites de la normalidad, del mundo conocido, el hombre intenta satisfacer con ciencia, filosofía y arte las dudas que su episteme le impone. Cada respuesta alcanzada, que engendra secretamente infinidad de nuevas preguntas, le impele a alejarse cada vez más del círculo protector del mundo concreto; cada agudeza lo acerca, como Ícaro a su sol, a las fronteras de lo no cognoscible. El pensamiento mítico, luego las religiones, intentan casi siempre mantenernos entre unos ciertos límites, necesarios para no perdernos en el enigma; cuando transgredimos esos límites sobreviene un más allá que puede ser iluminación creadora, arrebato místico, o simplemente locura. El imaginario del vampiro occidental, como un intento de dar respuesta al misterio de la muerte, es una secreta condena desde la teleología cristiana a la pretensión de eternidad -delito babélico- y al apetito carnal desmedido -que bien pudiera ser el mismo delito edénico- del hombre moderno, indiferente a la ira de Dios. El vampiro de Fuentes revierte esta tradición postulando una concepción de Dios, de eternidad y de vida que abandona la idea de trascendencia por completo, que aspira a los bienes terrenos y nada más, sereno en la garantía de un Dios que le necesita para subsistir, y que por tanto, no puede destruirle o castigarle. En Vlad la vida se define afirmándose en sí misma, y no en oposición a la muerte. El Dios de Vlad no se opone a su existencia vampírica: lo considera quizá una curiosidad dentro del mundo de los mortales, un primus inter pares, nada más; es un Dios inacabado que se completa en su sombra, un demiurgo complacido que se sienta a expiar la oscura naturaleza humana, anhelante. 1. Ver referencia electrónica. Bibliografía de Carlos Fuentes: - FUENTES, Carlos (2004). Inquieta compañía. México DF: Alfaguara. Sobre Carlos Fuentes: - ANADÓN, J. (1983). Entrevista a Carlos Fuentes. Revista Iberoamericana, XLIX, 123-124. - DÁVILA, Luis (1981). 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Ha participado en calidad de ponente en diversos eventos literarios y educativos de carácter nacional e internacional: Jornadas de Literatura del IILGPF, seminarios de los Postgrados Integrados de Literatura UCV-ULA-USB, bienales de Literatura Mariano Picón Salas, ENDIL XXI y XXIV, simposios de investigadores de la literatura venezolana y XXVI Simposio Internacional de Literatura "Presente y futuro de la literatura hispanoamericana" (Chile). Es profesora de la asignatura Taller de Literatura en la Facultad de Arte y Diseño Gráfico (ULA), y de las asignaturas Filosofía de la Educación y Epistemología del Programa de Profesionalización Docente (ULA). === Ars Poétique Gustavo Adolfo Becerra ============================== "A pesar de que la televisión es teórica y técnicamente factible, comercialmente la considero un imposible. No veo a la gente sentada en la sala mirando una imagen en una caja cuadrada". Lee De Forest, inventor del tubo catódico, 1926 Dejo de hablar en aquellas palabras que conozco (y, a ratos, me reconocen). Huelo a Palma del Pacífico Norte y a Identidad. ¡Nada tan hermoso como esas bromelias y las guarias moradas! Mi Dios -me digo-, ¿existe el Mundo? (El Mundo aún no está escrito). Sueño Patrias de Violines y Trombones, pero me dejo enamorar por el agua que fluye y la trivialidad rasante de los cóndores. Pequeños cervatillos comen en mi mano. Hay Movimiento de Tierra en el Sub-suelo de las convicciones profundas (crisis de fe, recriminaciones), en los Rituales de lo Habitual, en la Cotidianidad de los Párpados. Cree -pienso- en las Bienales del Humo, en el desengrasante para autos, en los Modelos de Intervención de la Palabra Ciudadanía, en las Mejillas de la Muchacha acostumbrada a las Manzanas y que sueña con vivir en Caracas, en el Ordenamiento Territorial de las ciudades por Orden Temático, en las Películas "pay per view", en las Cremas para Tratamientos Reductivos con formas de leones, en los Congresos Internacionales de Dueñas de Casa para el Diseño de Políticas Públicas en Materias económicas, en la vulnerabilidad de la democracia Jeffersoniana y en el Agua Potable como forma sustentable de la Vida y de la Atmósfera, en la Conformación de los Estados Federales para la optimización en la toma de decisiones, en la Micro-computación y en el Ala de la Avispa que quiere decir el nombre que Calla, en la Nomenclatura del Bosque y en los Diez Días de Vuelo negro posteriores a la Muerte de los Murciélagos, en los Liderazgos Positivos y los Imaginarios Sociales, en el Eliminador de Manchas y sus Provincias, en el Desinfectante de Palomas y Metales Pesados, en el Volumen Racional de las Radioemisoras en Taxis y Locomoción Colectiva, en la Misa de 11, en el Momento de Consagración de la Frecuencia Modulada y el Viento de los Moscardones G8, en la Consagración de los Áspero en los Tres Niveles de Tus Suavidades, en el temor que infunden los Pétalos de Rosa, en la sobriedad de la Moldura y en la Partición de los Panes. Si estás mirando (y leyendo-te), si estás en ese ahí de siempre, tenemos tiempo de des-hacer el tiempo. El Riesgo siempre ha sido Otro: los asientos traseros de los vehículos, los Predios perdidos en la Memoria, la Civilización de los Deseos (Gramáticas de las Sensaciones y las Explicaciones Formales). En verdad, escribo contra la Muerte. Caturla, Chávez, Ginastera en el mismo piano que Villalobos. Instalo una pequeña escenografía: agua hasta la mitad del piso y velas flotantes (que enciendo) sobre la Sala de Estar. Juro que nunca antes nadie había inundado sus propias pertenencias. Menos aun el único CD de Gaetano Donizetti (W. H. Auden (The Age of Anxiety) prefería a Bellini: "En mi Olimpo privado, la persona que dice no gustar de Bellini ha tenido el buen gusto de no nacer". Al poco rato, flotan algunos libros. Todo comienza a moverse en una forma extraña, pero azul. De esos azules nunca podremos desprendernos. Estos son los Primeros Desplazamientos. En la misma medida que el agua aumenta su caudal, aumenta mi silencio: esa forma orante de contar sucesos y de recoger semillas. Toda el Agua del Mundo en una de tus Manos. La arcilla re-educa a los Relojes. Ante el Riesgo de la Evidencia, en la tensión de Puente y Logaritmo, reconoce en mis ojos tus Paisajes. Se pierden las distancias. Un alguien acumula en bodegas las Primeras Explicaciones de las Existencias Inusuales. Tengo fe en esta Apariencia de Espejo (que me refleja). Casualmente tengo a mano una lapicera de tinta: los muebles pierden pie ante la inminencia y la debacle. Cree en la Gestión Pública y sus horizontes de Fierro forjado, en el Código de Barras y sus pequeñas Vidrieras, en Números Terminados en consonante pero que no constituyen delitos municipales, en la National Association of Realtors, en la Orientación del Color y la quemadura del jade, en el brillo del pez que me brilla, en el depósito en el cual caen las miradas para no regresar, en la soberbia del olvido sobre pájaros abandonados, en la fricción de los Cuerpos en Reposo, en la Ranura del Depósito a Plazo, en el Mejoramiento de las Condiciones de Vida de los funcionarios de Palacio, en las blogalias temáticas y en las Comunidades electrónicas, en las Redes Invisibles de la Materia (cuando se muda de casa) y en el Ejercicio Contable de las Relaciones Afectivas, en la Barra Metálica de los Poderes Anti-Robos, en la Visión edilicia de la Plaza y el Ornato. El Agua nunca se detendrá. Toda la fugacidad en ese ir inexorable. El Tiempo arrastrado (como si fuera tirado por Caballos). Cree en las Figuras Animadas de la Experiencia, en la Medición Decimal del Saludo, en el "formidable antaño" de la tradición lírica, en los apósitos de los Hospitales, en la Tradición Oral de las leyendas bribrí y cabécar, en la Región Inguinal de los Sufrimientos, en su propia Acumulación de Miedos y Condensaciones. "Hello, this is Capricorniana. Please, leave your message". Cree en la Resistencia de los Movimientos Civiles frente al neoliberalismo, en la Paz como forma de Santidad, en el Álbum Biográfico de la Palabra Mustio, en la Nevera como Proceso de Conservación, en la Cadena de Frío de los Muertos de Hambre (criogénesis) y en las Aves de Corral, en el Buen Oír de sus Retazos domésticos y en su forma de orientarse por las estrellas, en la Empobrecida Voluntad de las Esferas y en los Tratamientos Faciales de Ultrasonido. Cree en la Grúa de los Helicópteros, en las Arañas de las Iglesias de Madera, en las Estatuas que se cubrirán de Musgo. Cree en el Pañuelo y en la Semilla del Sombrero, en las Cajuelas Mágicas de los Sin-piernas, en el Hábito de comerse las Uñas y rascarse la cabeza. Cree en la Solemnidad del Estadio y en la Agitación de las Moscas sobre el Baldío, en la Incineración de las Cuerdas Vocales y en el último Viaje por Caño Negro. Cree en la Posición de las Ventanas (a la hora del crepúsculo), en las Exactitudes de las Premoniciones (a la hora de las posibilidades), en el Reloj Pulsera y en la Cinta electrónica, en los Tatuajes en la piel realizados con Henna vegetal, en las Mejillas de la Mujer nunca-besada, en los Árboles de Camposantos y Sanatorios. Cree en el Grito del Cerdo a orillas del Brasero, en el Gemido de los Aullantes en medio de la Horca, en el Cadalso Oscuro donde perdimos Peso. I. Continuidad de la especie humana sobre el planeta, como señal ineludible por todo lo respirado. II. Mantención de los procesos ecológicos básicos y de la diversidad biológica, en un tejerse para siempre, más allá de las ideologías. ¿Beberás agua de mis ríos? III. Estabilidad o disminución de las poblaciones humanas, para que no falte el pan sobre la mesa. IV. Provisión de las necesidades básicas de todos los seres humanos. "La intolerancia más peligrosa es precisamente aquella que surge en ausencia de cualquier doctrina, como resultado de pulsiones elementales. Por eso, no puede ser criticada y mantenida a raya con argumentos racionales" (Umberto Eco). V. Satisfacción de las necesidades no materiales de todos los seres humanos, los genomas mínimos sobre la Mesa de Cirugía. VI. Disminución significativa de las tasas de uso de recursos no renovables y de las tasas de producción de desechos no re-usables o in-tratables. Si estoy dormido en la Cueva de Chu-Ku-Tien entra despacio. Hace siglos que el mundo dejó de pertenecernos. La Era de la Glaciación no es una discoteca, ni el nombre de un Grupo Rock. Sopla el viento donde quiere. Y me dejo ir por sus vegetales. VII. Aumento de la seguridad sobre tasas estables/sustentables de uso de recursos naturales. Se suele presentar el panteón de las divinidades umbandistas, como organizado en 6 "líneas": línea de Oxalá / línea de Iemanjá / línea de Oriente / línea de Oxôssé / línea de Ogum / línea Africana. "El cuerpo humano es la expresión externa del alma" (Teilhard de Chardin). VIII. Concentración en calidad (información durabilidad) en el contenido de los bienes y servicios más que en cantidad de recursos. Hace más de una década que hemos partido. Lo sabemos más por el Humo de Nostalgias, que por los sitios donde levantamos precipicios. Veo el nacimiento de una Estrella. Nada es tan importante como estas ganas de ser raíz. IX. Redistribución global de los medios de producción. Nadie es completamente bueno. Recuerdo una Estación de Ferrocarriles en Limón, los viejos trabajadores del banano cargando trailers y el movimiento de la esperanza por debajo de la tierra, como si se tratara de un enorme gusano. X. Reducción del consumo material per cápita en partes del mundo desarrollado. Según Jacques Monod, al azar corresponde el papel de explorar necesidades y alternativas varias: El mensaje genético no tiene sentido salvo que sirva para traducir. La máquina de traducción de la célula moderna necesita alrededor de ciento cincuenta constituyentes macromoleculares que ellos mismos están codificados en el DNA. El código no puede ser traducido más que por los productos de traducción. Es la nueva versión del omne vivum ex ovo. XI. Devolución del poder e incremento de la autodependencia dentro de las escalas y organizaciones más pequeñas. "La libertad", escribe Jean Paul Sartre, "se revela en la angustia", en complejas construcciones de silencio y culpa. XII. Satisfacción de las necesidades humanas en formas que impliquen un mínimo de recursos y de producción de desechos" (1). Cree en los nuevos soportes digitales (que logran multiplicarse a sí mismos), en la vehiculización de la Memoria (como el tráfico palpable de dos vidas en una), en la Gráfica que inspira a los Monasterios (donde van a morir los elefantes barbudos), en el Organigrama de las Estaciones climáticas y sus repetidos actos heroicos que mezclan lluvia y trueno, en el comportamiento de los Clubes deportivos, en la Ley que Nubla la sopa de la Viuda. Cree en los 88 sueños del Dry Martín y en mis oleajes, en la Blandura de los Ebrios por Barniz de Mascar que aún no dominan el Uso de la Espátula, en la Gestación de la Lluvia sobre las Montañas cuyas sombras se derretirán, en la Humildad que ensalza, en la Proporción Botánica de los Besos (hurtados), en la Rebelión de los Segmentos que suelen acumular cubos sobre la diáspora, en la Literatura Comparada y en la Oda a Da Vinci, en el Código Secreto de las Tribus camíticas, en las Sociedades de los Hermanos Menores, en el sobresalto de la Gacela ante el hocico cercano del tigre. Cree en la desnudez que mira por el Visor, en el carro que se marcha sin dejar huella, en la milpa que amasaron los campesinos como si fuera el Pan de la Esperanza, en los Cuatro Puntos Cardinales de la Tecnología, en la Red del Tiempo de la cual dependen sus Cuatro estaciones. Tengo visiones y fiebre. Desconfío de las Magnitudes espacio-temporales. Sobre el Nudo de los Fractales, comienzan a nacer las comunidades biológicas. Pronto vendrán los Métodos de Selección Natural, el parto vaginal, las purísimas mieles de la promesa, lo esencial de la "conducta protectora", la Celebración de la espuma sobre la Playa abandonada, el cuerpo como un atardecer, eso es. En este Proceso de Aclimatación Social me desnudo porque me sé Invisible. Documentos desclasificados. Mis estructuras innatas en este soporte de lenguaje, en esa árida condición de signo (Hoffmeyer). Pedimos Hospedaje en los únicos sitios Web que no han sido bombardeados. La ciudad está en ruinas. No hay funcionamiento de semáforos. Creo que pasaremos esta eternidad sobre estas Maderas, trabajando en la secuenciación del Genoma Humano. Mi Dios, todo es Luz en el Valle. Cantan algunos pájaros (que no logro distinguir). He acumulado edades que nunca tuve sólo por el roce con los Universos Paralelos. La verdad es que se me hace tarde. 1. Elizalde, Antonio, tomado de Stephen Dovers, Sustainability: definition, clarification and contexts, en "Development", 1989, 2/3. Citado por: Schatan, Jacobo (editor), "Crecimiento o desarrollo: un debate sobre la sustentabilidad de los modelos económicos", Ed. Fundación Friedrich Ebert- CEPAUR, Santiago de Chile, 1993, 2ª edición. ** Gustavo Adolfo Becerra gustavoadolfo_becerra@yahoo.com Escritor y cineasta chileno (1947). Ha sido director general de la Gran Gala sobre Neruda realizada en el Teatro Nacional de Costa Rica, jurado del X Festival Internacional de Cine de Costa Rica, agregado cultural de Chile para Centroamérica, encargado de Comunicaciones del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) de Chile, asesor del ministro de Agricultura, director de la Casa de la Cultural "Anáhuac" del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y coordinador ejecutivo de la Vicaría Esperanza Joven, en el Arzobispado de Santiago. Ha trabajado como director, director de arte y guionista en las películas y videos Dance of Hope, Mis amados valles, Concierto en Montegrande, AIDS, Lo que queda del Paraíso, Música ríos y calles y Con Neruda en el corazón. === La serpiente de tierra caliente Triunfo Arciniegas =============== Hace dos días hice una araña de alambre dulce para la obra. Gasté toda la tarde y casi me saco un ojo. Le inventé patas a la tapa de una olla y, con parte de mi colección de botones, unos ojos de cangrejo: un pequeño botón rojo sobre un botón amarillo, bien grande, para cada ojo. En los ensayos de esta mañana se nos presentó una emergencia porque se partió uno de los botones rojos. Los niños gritaron que necesitaban un veterinario. Uno de ellos, con su traje de monstruo, corrió a otro salón por la pistola de silicona. De inmediato la conectó al hilo de la electricidad y con aire profesional le pegó el pedacito de botón al ojo de la araña. Nunca habíamos visto un doctor tan mal vestido. En ese momento no sabíamos si la araña perdería el ojo o requería gafas. La araña tuerta, por supuesto, es la semilla de otra historia. Hace tres días terminé la serpiente. Es la tercera o cuarta serpiente que nos acompaña en los ensayos. La primera fue un lazo anaranjado, uno de esos que usan los niños para saltar en las clases de educación física y en los recreos. La imaginé como una serpiente rara, marginada y algo loca, debido a su color. En la siguiente sesión usé una de mis sábanas. La amarramos con cuerdas para darle cuerpo de serpiente. Por último, descolgué de mi casa una cortina roja, la enrollé y le pegué anillos de cinta aislante azul, amarilla y negra. En realidad, es el mismo trapo que en otras obras me ha servido de alfombra para el rey, de puerta del infierno, de capa de vampiro. Le hice los ojos con botones: un botón negro sobre un botón beige para cada ojo. Le acomodé la boca con hilo y aguja y le inserté el cabo de colores de una cuchara a manera de lengua. Se ve muy graciosa. Es delgada, de unos tres metros, y sirve para saltar, pasar el río, halar y enrollar, los juegos que dan cierre a la obra. La serpiente en realidad fue la cuarta o quinta idea. Primero quise montar una obra de diablos traviesos en busca de aventuras, luego pensé en un par de brujas, madre e hija, pues en el grupo tenemos dos niñas, preciosas, por cierto. También pensamos en unos monstruos. Teníamos los personajes pero no la historia. Se nos atravesó un conejo, porque uno de los niños tiene un conejo que quiso venderme. Fuimos todos a verlo a su casa. Con cualquier pretexto hemos visitado varias casas y nos ha ido de maravilla: nos dan jugo o café con leche y arepa o nos regalan cilantro. El otro día hubo cilantro para todas mis dulcineas. Para qué rosas cuando el cilantro se puede echar a la olla. Los niños me enseñaron la manera de matar un conejo y hasta me trajeron un libro con ilustraciones para que me empapara del tema. También me explicaron la receta del conejo frito. Ese mismo día me vendieron un conejo en otra casa, muerto y despellejado, listo para la olla. Lo repartí en mi cumpleaños. El primer conejo de mi cocina, y quedamos con ganas. El conejo de la obra se transformaba en niño. O mejor, un niño, hechizado por una de las brujas, se convertía en conejo. De una caja grande saltaba el niño o el conejo, según el caso. O desde atrás de un archivador. En fin, la idea no cuajó, y no sólo porque, según los niños, el conejo se orina a cada rato. No sé de dónde apareció la primera araña de alambre, un amasijo con vagos ojos. No sé si ya tenía la forma o se la dimos en clase. Los niños la aplastaron en un instante. Sin asombrarme, me horrorizó tanta violencia. Les dejé como tarea escribir una historia sobre la araña de alambre. Estaba revisando las historias, una semana después, cuando apareció la cuerda anaranjada, y la obra poco a poco tomó forma. La obra trata de una terrible serpiente de tierra caliente que asusta de muerte a las niñas en el primer acto y luego se vuelve amiga y cómplice, pero la araña de alambre saltó a la escena por arte de magia, y a los monstruos, por supuesto, también les correspondió su parte. Poco o nada se desperdicia en estos ejercicios de imaginación. Teníamos esa serpiente terrible y no sabíamos cómo hacerla amiga: la obra cojeaba. La solución fueron los tres monstruos. La serpiente se enfrenta a los monstruos y así se gana el cariño de los pequeños. ¿Y el conejo? Seguramente saltará a la siguiente obra. Los monstruos usan corbatas, pelucas y máscaras. Esta mañana surgió un juego con los sacos. Uno de los monstruos se lo ató a la cintura, de manera que parecía tener cuatro brazos. Aprovechando la feliz idea, rellenamos de trapos los brazos falsos, que funcionan gracias a las cuerdas casi invisibles amarradas a las muñecas del monstruo, y aseguramos el saco a su cintura con una corbata. Les inventé un baile. Me encanta verlos bailar mi coreografía de aprendiz. Uno de ellos, el dueño del conejo y fugaz veterinario, es muy hábil, pero los otros dos son bastante lentos. Niños campesinos, al fin y al cabo, torpes y algo bruscos, pero con una ternura infinita. La profesora, que no es calva, nos prestó las pelucas y la caja de maquillaje. Se ven tan espantosos los monstruos que los niños más pequeños de la escuela quedan al borde del llanto. Después del baile, los monstruos descubren su rostro para que los pequeños entiendan que se trata de otros niños y porque la máscara perjudica la expresión y la voz. Sin consultarme, las dos niñas cambiaron las sombrillas por abanicos, hojas de cuaderno plegadas, pintadas con témpera, y en la base, rozando los dedos, una rosita blanca recién cortada. Me parece bien porque con su perpetuo movimiento dan la sensación de calor que requiere la obra. El abanico, por otra parte, hace innecesaria la flor que Julieta despellejaba en los primeros ensayos. Poco o nada se desperdicia: la flor se pegó al abanico por obra y gracia de los dioses del teatro. Me preocupaba el volumen de su voz, pero ya lo hacen mejor que algunos niños. En expresividad diría que los superan a todos. Nos vemos los jueves pero, debido a la inminencia del estreno, he dedicado la semana al grupo, abandonando por el momento las otras escuelas donde también hago talleres de literatura y algo de teatro. Voy feliz a verlos cada mañana. He recuperado el entusiasmo. Después de mi peor año en el magisterio por razones que es preferible olvidar, y cuando quiero concluir esta etapa de mi vida, he vuelto al delicioso cuento del teatro, como en los años noventa, y de nuevo saboreo su antigua y siempre novedosa magia, su calor, su encanto, su fascinación. Ver a estos niños embelesados con una araña de alambre, los mismos que aplastaron a la primera, verlos pelear con los monstruos sin lastimarse, verlos bailar, verlos pasar una y otra vez toda la obra sin cansarse es una de las bendiciones de la vida, un regalo del oficio. El grupo de teatro pertenece a la vereda El Naranjo, a unos siete kilómetros por la vía a Cúcuta, pero nos presentamos mañana en la vereda de Chíchira, a unos ocho kilómetros de Pamplona, por la vía a Málaga. Es el estreno mundial de La serpiente de tierra caliente. Luego, con los aires de abril, iremos a otras escuelas de Pamplona. Así pues, El Naranjo sale de gira. Pamplona, 30 de marzo de 2006 ** Triunfo Arciniegas triunfoarciniegas@yahoo.com Escritor nacido en Málaga (Colombia) y residente en Monteadentro, en las afueras de Pamplona. Ha publicado El cadáver de sol, En concierto, La silla que perdió una pata y otras historias, El león que escribía cartas de amor, La media perdida, La lagartija y el sol, Los casibandidos que casi roban el sol, La pluma más bonita, Serafín es un diablo, El Superburro y otros héroes, El vampiro y otras visitas y las obras de teatro El pirata de la pata de palo, La vaca de Octavio, La araña sube al monte, Lucy es pecosa, Después de la lluvia y Mambrú se fue a la guerra. Con Las batallas de Rosalino obtuvo el VII Premio Enka de Literatura Infantil, con Caperucita Roja y otras historias el premio Comfamiliar del Atlántico, con La muchacha de Transilvania y otras historias de amor el Premio Nacional de Literatura de Colcultura y con Torcuato es un león viejo el Premio Nacional de Dramaturgia. |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === Fernando Butazzoni ==================================================== === "La globalización es un término elegante ============================== === para hablar de la conquista" Aldo Roque Difilippo ================ El escritor y periodista Fernando Butazzoni expresó la necesidad de que Uruguay cuente con "políticas culturales muy claras" que permitan la difusión del libro incentivando a los autores nacionales y la industria editorial. En su último libro, Alabanzas de los reinos imaginarios, Fernando Butazzoni presenta un ensayo sobre la vida y la obra de Isidore-Lucien Ducasse, el Conde de Lautréamont. Éste es el decimotercer libro editado por Butazzoni, entre cuyos anteriores títulos se destacan El tigre y la nieve (1986), La noche en que Gardel lloró en mi alcoba (1996), Príncipe de la muerte (1997) y Seregni - Rosencof. Mano a mano (2002). *** -¿Uruguay tiene identidad nacional propia? ¿Hay claves que nos identifiquen como nación? -Hay claves. Es una identidad que se ha ido construyendo de distintas maneras, pero creo que hay algunas claves que nos identifican como nación y que están en riesgo. Hay una manera de entender la relación con el mundo, por ejemplo, que es uruguaya. Hay una escala de las cosas, de las ciudades, de los emprendimientos productivos, del arte, de las carreteras, que es uruguaya. Hay un acervo histórico que indiscutiblemente es uruguayo, o es oriental digamos. Ahora creo que todo eso, como otros muchos países, está en riesgo. -Porque nos está llevando la avalancha de la globalización. -La globalización no existe. Existe un proceso donde hay globalizadores y globalizados. Nosotros estamos en el territorio de los globalizados. Creo que la globalización es un término elegante para hablar de la conquista. Hay un proceso de conquista mundial que entre otras cosas pasa por desarmar las claves culturales de un país. Bueno, eso es lo que pasa en Uruguay. Pero creo que hay que reafirmar esas claves: las claves de la convivencia democrática, las claves de una manera de entender el relacionamiento entre la gente, que son incanjeables; son absolutamente uruguayas. -En esta sociedad donde pesa tanto lo económico, ¿qué papel juega la literatura? -Creo que es importante todo lo que de alguna manera se plante frente a una sociedad absolutamente materialista y frívola, como es la sociedad contemporánea, construida en el Uruguay sobre todo durante y después de la dictadura. Es importante la música, la pintura, el periodismo; y la literatura tiene un papel muy importante que cumplir. Primero como preservadora de la memoria y de las claves de la identidad. Segundo como recreadora de un país posible dentro de un mundo posible. Las grandes utopías siempre fueron de alguna manera diseñadas o bosquejadas por escrito. La Divina Comedia, por ejemplo no podría ser otra cosa que un texto. El Manifiesto Comunista no podría ser otra cosa que un texto. En todos los ámbitos de la escritura creo que hay una función muy importante, que es recrear. Es decir, repensar y reformular; mostrar posibles horizontes, preservar la memoria. Esa es una tarea que hay que hacerla entre todos. La literatura de un país no se hace con los tres o cuatro escritores más importantes, más famosos o más exitosos. Es un edificio que si uno lo mira está lleno de ladrillitos. Alguno brillará un poco más que otro. Pero si uno mira en su conjunto son ladrillitos puestos uno arriba del otro, y en esos ladrillitos hay de todo. Hay escritores que les fue mejor, otros que les fue peor. Unos que tuvieron un gran éxito en vida y después desaparecieron olvidados, otros que nadie los conoció en vida y terminaron consagrándose después de muertos. Entonces lo importante es tratar de aportar un ladrillito en el edificio. -Pero muchas veces ese mensaje no llega al público, porque por las reglas que impone el mercado, el libro no llega al público por un tema económico. ¿Cómo sortear eso? -La manera de sortearlo es teniendo políticas culturales muy claras. En el Uruguay los libros nacionales son mucho más caros que los libros importados. Por lo tanto la industria del libro, y pongo esto entre comillas, aquello que sostiene económicamente la publicación de libros, se ve en permanente desventaja con aquellos libros que vienen del extranjero. Un ejemplo muy concreto, la edición del Quijote por los cuatrocientos años de su primera publicación. Es una edición que hizo una editorial muy importante para todo el mundo de habla hispana, con precios irrisorios, que inundó las librerías y que retaceó la difusión, divulgación y venta de muchos libros nacionales. Ese libro entró sin ningún tipo de trabas aduaneras, arancelarias, ni de impuestos. Es, entre otras cosas, un producto fabricado en Europa, y tenemos que sacarnos con peine fino ese problema. Acá no podemos seguir permitiendo que entren libros europeos, comprados a granel en un contenedor a trescientos dólares la tonelada; y después los ves en las góndolas, en las bateas de las librerías, y la industria nacional pena, las editoriales nacionales están siempre por fundirse, tienen que poner los libros caros, los autores no pueden publicar porque los editores no se arriesgan porque tienen miedo que si les va mal se funden. Ahí lo que tiene que haber son políticas nacionales. Políticas del Ministerio, y del gobierno, que den prioridad a los autores nacionales, a los libros nacionales, y a las imprentas nacionales. -¿Una suerte de subsidio? -No. No es un subsidio, porque en definitiva si vos incentivas la producción de libros nacionales, y la venta de autores nacionales, seguramente los precios van a bajar. En el Uruguay si vos editas tres mil ejemplares de un libro, ese libro da ganancias. Abundantes ganancias. Lo que tenés que conseguir es tres mil lectores. Tenés que contribuir a incentivar la lectura, contribuir a incentivar la edición, contribuir a que en las librerías haya un espacio importante destinado a los autores uruguayos, y que no queden en la última góndola. Son medidas administrativas que se pueden tomar perfectamente. Como se tomó con el cine, por ejemplo. La intendencia de Montevideo dijo, en Montevideo películas que no sean latinoamericanas pagan tanto impuesto. ¿Y qué problema hay? ** Aldo Roque Difilippo aldodifilippo@adinet.com.uy Periodista y escritor uruguayo (Mercedes, 1966). Ha publicado el libro de cuentos Verdades a medias (dos tomos, coautor con Wilson Armas) y una serie de investigaciones literarias e históricas en el suplemento Lecturas de los Domingos del diario La República, y en la revista Posdata (Montevideo). Desde 1991 trabaja como corresponsal en Soriano para el diario La República de Montevideo. === Cuando hablan los tambores Roberto Bennett ======================= Intentar definir a Tony Évora, musicólogo, percusionista, destacado dibujante, grabador, diseñador gráfico, profesor de arte y caribeño universal, resulta una tarea ardua. Este cubano polifacético, nacido en La Habana hace 62 años, licenciado en bellas artes, pionero del arte gráfico en su país, ex director artístico del Instituto Cubano del Libro y peregrino por Europa desde 1968, vive hoy en España dedicado al grabado, la enseñanza y la investigación sobre la música popular del Caribe. Amable, cálido y locuaz, su habla no ha perdido ni el calor y ni el ritmo típico de su tierra natal, a pesar de los 32 años que lleva viviendo lejos de Cuba. Cuando se le pregunta sobre las influencias africanas y europeas en los ritmos del Caribe, Évora abre sus expresivos ojos con admiración apasionada y bombardea al interlocutor con su erudición, aportando datos, fechas, citas y hasta canturrea ejemplos de habaneras, sones, mambos, rumbas, guarachas, boleros o chachachás, golpeteando hábilmente con sus dedos gruesos sobre cualquier superficie de madera que tenga a mano. Indudablemente, lleva el ritmo muy dentro de su corazón y en la sangre antillana que corre por sus venas. Según cuenta, comenzó sus amoríos con la música a los once años de edad, en el Instituto Edison de La Habana. Primero tocando las cacerolas de su madre, luego cualquier objeto de madera a su alcance hasta que por fin logró sentir el parche de cuero bajo las palmas de sus manos. Uno de los temas que más interés despiertan en nuestro entrevistado es la influencia que han tenido y tienen aún hoy las religiones en la música de las Antillas. Según nos explica, penetrar en la historia de la música afrocubana no es tarea fácil. Por lo general, la música de los negros ha sido poco estudiada. Existen impresiones y relatos de siglos anteriores donde se trataron algunos aspectos sociales pero nunca se ocuparon de la transcripción de esas músicas y mucho menos de su análisis. En ese sentido, Évora en su libro Orígenes de la música cubana (publicado en 1997 por Alianza Editorial, Madrid), insiste en su deuda personal con la vasta obra investigativa de Fernando Ortiz, quien indagó con rigor durante casi 60 años sobre la realidad económica, social y musical de la nación cubana. Para él, al clasificar los distintos aportes en grandes grupos es necesario distinguir la presencia de las cuatro etnias africanas principales: la de ascendencia dajome, la lucumí, la carabalí y la de conga. -En Cuba -nos dice Évora- todavía sobreviven caracteres bien marcados de música arará o dajome, pero por supuesto la mejor conservada es la religiosa de los negros yoruba, sin olvidar la música carabalí ni la bantú o conga, generalizada en sus bailes. Como sucede en Brasil y Haití, en Cuba están vivas las creencias, magia y cantos de los diversos pueblos africanos. Ya lo advierte Fernando Ortiz: "Si en un lugar hubo negros, allí hubo música, tambor, canturreo y danza...". Los ritos africanos, confundidos en liturgias cantadas y bailadas, aún se practican en Cuba con bastante pureza... -agrega con una extraña sonrisa de complicidad. Es a través de la música que el negro canaliza su emotividad, excitada por el goce o el dolor. Y como la música abarca toda su vida social, no es de extrañar que sea la forma más ordinaria de exteriorización de sus sensaciones y sentimientos. Es indudable que bajo la piel de chivo del tambor se esconden las tragedias humanas, así como también muchos secretos sobre los orígenes de la música cubana. -En el negro africano -declara Évora- predomina su extraordinaria memoria y el pensamiento emocional, momentáneo y explosivo a veces. Sin embargo, su emoción suele evaporarse tan rápidamente como surgió. La obra musical de los negros nace del encuentro de varios individuos que la conciben colectivamente. Mientras el solista se desgañita recordando alabanzas a los grandes del pasado o el recuerdo de las victorias de su tribu, el ritmo de los tambores pulsa el tiempo presente y futuro. Si el canto inmoviliza la acción en el pasado, gracias a la alquimia del movimiento, el ritmo la impulsa hacia el porvenir... -y a continuación Tony Évora ilustra su explicación con el tamborileo de sus dedos sobre el escritorio. Aceptando el carácter politeísta de las diversas regiones africanas y la práctica de la polinimia (por la cual los dioses o santos recibieron diversos nombres), facilitando así la incorporación de divinidades de otros panteones, encontramos que la misión asignada a los tambores para invocar a los dioses exigía diversos toques para cada divinidad. Y Évora nos continúa explicando: -Este importante aspecto lo encontramos en el culto a los loá en el vudú haitiano y a los orichas en los cultos yorubas de Cuba y Brasil. En cuanto a la cultura bantú, existe un estrecho paralelo entre los cabildos congos de Cuba y los reisados congos de Brasil, y también con los antiguos candombes uruguayos. Para nuestro entrevistado, el sincretismo religioso se ha impuesto en diversos grados y aunque la mayoría de los cultos presentan características cristianas, no son siempre en reconocimiento de Dios o de un santo cristiano. En el contexto afrocubano, no caben deidades en tormento y sin triunfos. La crucifixión de Jesús, por ejemplo, no desempeña un papel preponderante, sino que su simbolismo es transmitido a la persona de Olofi y Olodumare, supremos dioses en el panteón yoruba. A menudo, como resultado de un acomodo socio-histórico-cultural, el santo católico impuesto por los amos blancos fue asimilado a la personalidad y atributos de una divinidad africana, aunque es importante señalar que la equivalencia de santos y divinidades no es en modo alguno uniforme en el continente americano. -Como es sabido -explica Évora-, las religiones del África occidental son de naturaleza animista y entrañan la existencia de un panteón de deidades mayores y menores, a cada una de las cuales se le rinde culto con ceremonias, ofrendas, cantos y toques de tambor específicos. Entre los rasgos más evidentemente africanos que se conservan todavía en dichas ceremonias está el uso ritual de la sangre (sacrificios de animales), ritos de iniciación, danzas con coreografía y mímica altamente simbólica, la personificación de los orichas mediante la posesión del espíritu, así como ofrendas de alimentos y objetos adecuados a los dioses. Los cultos afrocubanos más importantes son el yoruba o lucumí (Regla de Ocha o santería), el kimbisa o mayombe (Regla de Palo Monte) y la sociedad secreta abakuá, que combina algunas creencias y prácticas incorporadas de los otros cultos y a cuyos miembros se les denomina vulgarmente ñáñigos. Para entender la complejidad de dichas creencias, según Évora, es necesario tener en cuenta que en África la religión está íntimamente concebida como un concepto de familia, que comprende el conjunto de vivos y muertos surgidos de un ancestro común. A estos ancestros se les atribuye el control sobre determinadas fuerzas de la naturaleza, la posibilidad de realizar ciertas actividades extraordinarias o ejercer el conocimiento de las propiedades curativas de las plantas. Estos espíritus con poderes especiales fueron identificados como orichas. El oricha no puede hacerse perceptible a los seres humanos sino tomando posesión de uno de ellos. El candidato a la posesión (elegido por el propio oricha) suele ser uno de sus descendientes. Tras el largo proceso de sincretización con el catolicismo, al conjunto de creencias se le conocerá popularmente como santería, término establecido por los negros yoruba pero cuyo verdadero nombre es la Regla de Ocha. -Cuando los caracoles "hablaban" allá en África (su mensaje se descifra a partir del número de caracoles que caigan boca arriba al ser lanzados varias veces), penetrando sueños y aclarando dudas sobre el porvenir, la muerte o el amor, las cosas tenían principio y final -aclara muy serio-, pero luego llegaron los traficantes de esclavos y con ellos el caos. Sin embargo, en su mundo de creencias y esperanzas, los orichas siguieron lanzando los caracoles sobre tableros americanos y continuaron descifrando las viejas interrogantes, aunque de nuevas maneras. -Entre los colonizadores españoles, portugueses, franceses e ingleses hubo notables diferencias éticas y actitudes sociales, destinadas a consecuencias de largo alcance. Una de ellas -explica Évora- fue la mayor tolerancia de los católicos de la península ibérica en relación a cultos y festividades netamente africanas. Estoy convencido de que el negro no se convirtió al catolicismo por la violencia sino en virtud de su gran caudal supersticioso y así ha logrado equilibrar sus propias creencias animistas con el catolicismo popular, manteniéndolos en armonía. Orientándose por la simple semejanza o la descripción de sus hazañas, los negros fundían ingenuamente las figuras de sus antepasados divinizados con el panteón de la Iglesia Católica y así, al ritmo de los tambores, la figura de San Lázaro se confundía con la de Babalú-Ayé, la de Aggayú-Solá con la de San Cristóbal, la de Changó con Santa Bárbara... y de esta forma todo un largo desfile de sincretizaciones que se mezclan en los ritos de la santería. Como la música y la danza son parte integral del ritual santero, en las fiestas de santería se ejecutan cantos, toques y bailes en honor a los orichas, elementos importantísimos del folclor musical cubano. En las ceremonias de mayor significación, cuenta Tony Évora en su libro, se tocan los tres tambores batá (equivalentes a los tambores parlantes africanos llamados dundún). Estos formidables tambores constituyen la orquesta del templo yoruba y su función es establecer comunicación con los orichas. Debido a que en su interior radica una deidad o secreto llamado añá, los batá son objeto de ritos especiales, antes de iniciarse la ceremonia de santería. -El tambor yuka de los bantú (provenientes del Congo) constituye uno de los instrumentos africanos más primitivos que aún sobreviven -aclara Évora. Mucho tiempo después, según nos relata este experto musicólogo y percusionista, el tambor se convertiría en la base rítmica de las congas callejeras o carnavalescas. Paralela a la música que diversos grupos religiosos africanos practicaban en sus cabildos, se fueron formando en el siglo XIX otro tipo de congregaciones secretas, llamadas abakuá. Dichas congregaciones, nos explica Évora, proliferaron en zonas portuarias de las provincias de La Habana y Matanzas, y reconstruyeron aspectos que ya prevalecían en su cultura original. Como los masones, los abakuá poseen ramas, están clasificados por grados y consideran sagrado el número siete, investido de un valor mítico. Sus sociedades se convirtieron en fuertes asociaciones entre los estibadores de los muelles, así como también entre los obreros de las fábricas de tabaco y mataderos. Trabajadores que ocupaban una posición social de prestigio dentro de los barrios urbanos. Vale aclarar que a una secta abakuá sólo pueden pertenecer los hombres. -El baile de una fiesta abakuá -nos dice Évora- se centra en la actuación de varios diablitos o íremes (cada uno representa un ser sobrenatural que viene a la tierra a comprobar la fe de sus miembros y la corrección en el seguimiento de la liturgia abakuá) y esas altas figuras enmascaradas, con su colorida vestimenta y enérgicas danzas se han convertido posiblemente en lo más atractivo que ha logrado preservarse del folclor afrocubano. Y como broche final, ya en su despedida, Tony Évora nos informa que está ultimando la segunda parte de su libro Orígenes de la música cubana (que cubrirá desde 1940 hasta el año 2000) y otro libro sobre el bolero. Luego enciende su pipa, me estrecha la mano y cita un pensamiento de su admirado Fernando Ortiz: "La historia de Cuba está en el humo de su tabaco y en el dulzor de su azúcar, como también está en el sandungueo de su música". ** Roberto Bennett rbennettuy@yahoo.es Escritor uruguayo (Montevideo, 1948). Estudió comunicación de masas y marketing en la Universidad de California (1970-73). Trabajó en periódicos, radio y televisión en EUA. En 1973 gana una beca a un seminario de comunicaciones internacionales en Yugoslavia y posteriormente se establece en Palma de Mallorca. Allí publica su libro de cuentos Lo que arrastra el río y otras historias (Soler, 1986). Luego publica dos libros sobre mamíferos marinos: Delfines y ballenas, los reyes del mar (1989), en coautoría con el doctor David C. Taylor, y Animales marinos (1990), ambos traducidos al inglés y al italiano. Se establece en Chicago, participando del 1r. Encuentro de Escritores Latinoamericanos celebrado en esa ciudad, publicando cuentos en periódicos y revistas en castellano de EUA. En 1994 publica en Uruguay su segundo libro de cuentos El último verano (Editorial Graffiti). En 1996 se establece en Madrid y continúa colaborando con periódicos y revistas de España y América. A partir del año 2000, luego de 30 años de viajes por el mundo, vuelve a residir en Montevideo, donde escribe su primera novela. En 2003 se incluyen dos cuentos suyos en la antología Mundo poético, tomo I de poesía y narrativa (Editorial Nuevo Ser, Buenos Aires). ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === García Lorca: voz, dramatismo y autoctonía en Poema del cante jondo === === Armando González ====================================================== Entre las obras y colecciones poéticas más conocidas de Federico García Lorca, la más representativa en el ámbito de lo autóctono y legítimo del cante andaluz viene a ser el Poema del cante jondo, compuesto en su totalidad en 1921 pero no publicado hasta 1931. En esta obra se distingue la voz penetrante del duende de Andalucía. El objetivo de este trabajo es puntualizar cómo el Poema del cante jondo constituye la voz dramática de lo autóctono y de lo propiamente andaluz. Oportunamente se explicarán algunos de los poemas de esta colección desde perspectivas folclóricas e históricas, principalmente, a través de comparaciones relacionadas a tradiciones y estilos de la época. Paralelamente, se comentarán las imágenes que esta colección conjura a través de disquisiciones de sus versos. Igualmente, se indicará la manera en que García Lorca introduce su propio estilo y acento trágico sin apartarse de los elementos genuinos que comprenden su poesía. Los versos de la obra poética Poema del cante jondo representan el cante que preferirá naturalmente García Lorca. Por eso, podemos precisar que esta colección es una interpretación personal de ese cante. El cante flamenco, dijo García Lorca, es una degeneración del canto gitano. Por otro lado, el "cante jondo" es el verdadero canto gitano, porque es profundo, sincero y legítimo, no se ha desvirtuado de sus orígenes por la sensiblería (De la Guardia, 160). En esta colección de poemas notamos que no son simplemente coplas conocidas las que escribe el poeta de poco más de veinte años, sino la emoción íntima producida por esas coplas. En "Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz llamado 'Cante Jondo' ", García Lorca nos ofrece su definición del cante: Se da el nombre de "cante jondo" a un grupo de canciones andaluzas, cuyo tipo genuino y perfecto es la siguiriya gitana, de las que derivan otras canciones aún conservadas por el pueblo como los polos, martinetes, carceleras y soleares. Las coplas llamadas malagueñas, granadinas, rondeñas, peteneras, etc., no pueden considerarse más que como consecuencia de las antes citadas, y tanto por su arquitectura como por su ritmo, difieren de las otras. Éstas son las llamadas flamencas (García-Posada, Prosa I: 208). Nótese la diferenciación que el poeta hace entre el "cante jondo" y el flamenco, el cual es posterior. Fuera de su definición técnica, el "cante jondo" es también la reverberación recóndita de la canción popular que le llega al poeta desde el fondo de las entrañas de las tierras de Andalucía. Estos poemas son el cante asimilado y vertido con una estilización personal en el tema, y sin atenerse a los ritmos peculiares de otras coplas. En sus conferencias sobre el cante, García Lorca nos indica que su objetivo no es el de imitar las palabras del cantaor como ya se había hecho en la poesía de muchos otros, sino crear en la mente de quien oye los poemas una imagen. El poeta quiere ilustrar las raíces primitivas de angustia y dolor, y seguir la canción imaginativamente, desde la primera nota hasta que la voz del cantaor se deshace y desaparece (Gibson, 108). Ya queda indicado que los versos del Poema del cante jondo fueron iniciados en 1921, pero no publicados en forma de libro hasta 10 años después. García Lorca acostumbraba a no dar a las casas editoriales sus composiciones una vez redactadas, lo que motivaba una demora a veces perjudicial para el poeta. Pero a pesar de los retrasos, una noche de verano, el poeta y un grupo de artistas y escritores del Centro Artístico de Granada se reunieron en una fiesta. Este grupo quería defender el "cante jondo", al parecer, de una decadencia inevitable, y de la desvirtuación que le amenazaba en los tablaos madrileños, distantes y ajenos al típico tabladillo. En esa fiesta granadina tuvo su origen el poemario de García Lorca, libro que es resonancia e interpretación conmovida del "cante jondo". García Lorca no fue el primero ni el único andaluz quien defendía y promovía lo autóctono en el "cante jondo" como paradigma de lo legítimamente andaluz. Otro renombrado poeta de ese tiempo, Manuel Machado, también se dedicaba al cultivo de coplas de este estilo. Machado utilizó un lenguaje coloquial, con raíces en el modernismo y en el folclorismo, al que elevó a la categoría de poesía sin adjetivos. Encontramos en la poesía de Manual Machado el uso de un lenguaje coloquial que se acentúa en las obras El mal poema, de 1909, y en Canciones y dedicatorias, de 1915, en donde hace patente su apego a Andalucía y a su cante, algo que también hizo patente en su Cante hondo, de 1912, y que profundizará después en otra obra titulada Sevilla y otros poemas, de 1920. Pero algunos estudiosos de las obras de Manuel Machado indican que éste no logró captar el "duende" en sus versos: A pesar de ser hijo de un gran folclorista andaluz, y de haber intimado con los gitanos durante sus días universitarios sevillanos, Manuel no logra captar en sus versos el "duende", o sea, el verdadero espíritu del cante hondo: por lo menos, no de la misma manera que lo hará pocos años más tarde Federico García Lorca (Dobrian, 190). Entremos ahora a los poemas lorquianos para profundizar la originalidad de éstos. En el poema "La soleá" encontramos: Vestida con mantos negros piensa que el mundo es chiquito y el corazón es inmenso. Vestida con mantos negros. Piensa que el suspiro tierno y el grito, desaparecen en la corriente del viento. Vestida con mantos negros. Se dejó el balcón abierto y al alba por el balcón desembocó todo el cielo ¡Ay yayayayay, que vestida con mantos negros! (García-Posada, Obras I: 312). Como podemos percibir, la forma del terceto se mantiene, pero no el sentido ni el ritmo de la copla; he aquí un rasgo distintivo en la poesía lorquiana. El tema se ha elevado y el sentimiento se ha hecho más denso; es más, palpamos una tristeza desesperanzada que podemos asociar con el poema mismo. Esta "soleá" lorquiana se ha convertido en poesía de jerarquía intelectual, pues la metáfora se ha renovado y se ha personificado. La repetición del verso "Vestida con mantos negros" exhorta reiteradamente el leitmotiv lorquiano de la muerte, y son los versos "Se dejó el balcón abierto / y al alba por el balcón / desembocó todo el cielo" una manifestación de ese leitmotiv. Igualmente, esta noción coincide con comentarios en "Juego y teoría del duende", en donde el mismo García Lorca expresa lo siguiente: En todos los países la muerte es un fin. Llega y se corren las cortinas. En España no. En España se levantan. Muchas gentes viven allí entre muros hasta el día en que mueren y las sacan al sol. Un muerto en España está más vivo como muerto que en ningún sitio en el mundo: hiere su perfil como el filo de una navaja barbera (García-Posada, Prosa I: 334). Por otro lado, encontramos otra variación en "Poema de la saeta". La "saeta" es la copla más tradicional y estremecedora de las que se cantan en Andalucía. En Semana Santa las procesiones avanzan por las calles de las ciudades andaluzas, con los pasos de talladas imágenes religiosas, escoltados por los nazarenos encapuchados. En este desfile, resuenan las "saetas" como voces ardientes de una fe amalgamada de tradición. En la "saeta" lorquiana se incorporan el espíritu del ambiente que rodea las procesiones, para dar de él una interpretación dramática y genuina. Para ilustrar un poco más esta idea, veamos su poema "Arqueros": Los arqueros oscuros a Sevilla se acercan. Guadalquivir abierto. Anchos sombreros grises, largas capas lentas. ¡Ay, Guadalquivir! Vienen de los remotos países de la pena. Guadalquivir abierto. Y van a un laberinto, Amor, cristal y piedra. ¡Ay, Guadalquivir! (García-Posada, Obras I: 318). La originalidad en este poema proviene de la forma en que García Lorca dibuja con sus versos, una procesión armada y nebulosa, lejana y triste, que se aproxima con su canción lamentable a las márgenes del gran río andaluz. En vez de concentrar su vigor poético en el dolor, siguiendo su tendencia innovadora el poeta se inclina más hacia la descripción de la escena procesional. Igualmente en el poema "Saeta" el poeta nos expone a un dramatismo acentuado: Cristo moreno pasa de lirio de Judea a clavel de España. ¡Mirarlo por dónde viene! De España. Cielo limpio y oscuro, tierra tostada, y causes donde corre muy lenta el agua. Cristo moreno, con las guedejas quemadas, los pómulos salientes y las pupilas blancas. ¡Mirarlo por dónde va! (García-Posada, Obras I: 323). En este caso, García Lorca elabora una metáfora del culto con la imagen tallada de una cofradía. He también aquí un elemento claramente innovador; un "Cristo moreno". El dramatismo se acentúa cuando se oye el "¡Mirarlo por dónde viene!", exclamación desgarradora que hace eco en las calles de Andalucía. Este mismo dramatismo se intensifica cuando la procesión se detiene para que la copla se imponga, nítida a depositar su ofrenda a los pies de la imagen. Igualmente, encontramos una poesía icónica, que capta la escena religiosa y que dibuja a través de una serie de breves y puros versos la devoción de los feligreses. También es interesante notar que en esta marcha tradicional, los pasos de la procesión avanzan en múltiples callejones sinuosos, seguidos por enmascarados penitentes acompañados del redoblar de tambores. Veamos ahora el poema "Paso": Virgen con miriñaque, virgen de la Soledad, abierta como un inmenso tulipán. En un barco de luces vas por la alta marea de la ciudad, entre saetas turbias y estrellas de cristal. Virgen con miriñaque tú vas por el río de la calle, ¡hasta el mar! (García-Posada, Obras I: 322). Otra vez encontramos una poesía pictórica, descriptiva, en donde el poeta logra dibujar las imágenes de estos pasos. Versos como "por la alta marea / de la ciudad" constituyen una metáfora elegante de la muchedumbre con velas en las manos, cuya luz parece "estrellas de cristal". Además de tratar las tradiciones y lo autóctono, García Lorca no olvida a los verdaderos protagonistas de las coplas. Entre los cantaores más famosos y destacados encontramos a Silverio Franconetti (1829-1889), cantaor español de origen italiano quien es una de las figuras más importantes de la edad de oro del flamenco. El otro es Juan Breva (1844-1918), de quien García Lorca dijo que tenía "cuerpo de gigante y voz de niña". Breva fue el primer intérprete que logró llevar el cante al teatro, igualmente dirigió y estableció cafés en donde actuaron los mejores intérpretes de su época. He aquí el poema "Juan Breva" dedicado por el poeta a este cantaor: Juan Breva tenía cuerpo de gigante y voz de niña. Nada como su trino Era la misma Pena cantando detrás de una sonrisa. Evoca los limonares de Málaga la dormida, y hay en su llanto dejos de sal marina. Como Homero cantó ciego. Su voz tenía, algo de mar sin luz y naranja exprimida. (García-Posada, Obras I: 343). García Lorca estaba consciente de que los cantaores eran la encarnación del cante mismo. Por esta razón, quizás, al referirse a Juan Breva, el poeta emplea atinadamente una antítesis al decir en el poema que "Era la misma Pena cantando detrás de una sonrisa". ¿Y es que acaso no es el "cante jondo" una antítesis en sí? García Lorca no lo pudo haber dicho mejor en estos versos descriptivos. Por eso, con esta breve representación personifica su cante, alegre por sus notas, pero triste por su pena y angustia. Igualmente, es relevante y fascinante señalar la correspondencia entre los protagonistas del "cante jondo" ya mencionados y algunos de los atributos que ciertos críticos y autores atribuyen a García Lorca. Arturo Ramoneda al referirse al poeta y al incluir comentarios de otros célebres poetas en su Antología poética de la Generación del 27 declara lo siguiente: Todos los que lo conocieron y trataron coinciden, sin excepción, en su fascinante personalidad. En el teatro y en el silencio, en la multitud y en el decoro, era un multiplicador de la hermosura (177). El gran poeta Pablo Neruda declararía: Nunca vi un tipo con tanta magia en las manos, nunca tuve un hermano más alegre. Reía, cantaba, musicaba, saltaba, inventaba, chisporroteaba (177). Y el gran autor de la poesía pura y miembro de la generación del 27, Vicente Aleixandre, diría: Noble Federico de la tristeza, al hombre de soledad y de pasión que en el vértigo de su vida de triunfo difícilmente podía adivinarse. Su corazón no era ciertamente alegre. Era capaz de toda la alegría del Universo; pero su sima profunda, como la de todo gran poeta, no era la de la alegría (177-178). Podemos acertar que el "cante jondo" emerge de la pena y de la alegría, del ambiente turbio del tablado cantante, con olor a vino, con el instante tenebroso del conjuro, con el contoneo sensual del baile; de ahí emergen los motivos que componen la arquitectura interior de la creación genuina del cante. Pero García Lorca lo expresa artísticamente en un poema titulado "La guitarra", enigma que afina y perfecciona líricamente: Empieza el llanto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto de la guitarra. Es inútil callarla. Es imposible callarla. Llora monótona como llora el agua, como llora el viento sobre la nevada. Es imposible callarla. Llora por cosas lejanas. Arena del Sur caliente que pide camelias blancas. Llora flecha sin blanco, la tarde sin mañana, y el primer pájaro muerto sobre la rama. ¡Oh guitarra! Corazón malherido por cinco espadas. (García-Posada, Obras I: 299) Este poema no podría encajar mejor en este tema; versos como "Empieza el llanto" no son más que una metáfora de la pena y del dramatismo del "cante jondo". De la misma manera otros versos como "Es inútil callarla", y "Es imposible callarla" reiteran espléndidamente la idea de que el "cante jondo" está siempre vivo, es la voz del poeta, la voz de la guitarra y la voz de Andalucía consolidadas en la voz de la poesía autóctona. Igualmente, constituye el detalle de la voz un elemento genuino, ya que en este caso el poeta no hace de un personaje el representante de esa voz, sino que lo hace de una guitarra. También palpamos que el tono dramático del poema va infaliblemente adherido al tema de la muerte. Para Arturo Ramoneda el conjunto de símbolos y la calidad sonora de sus versos conducen a la pena y a la muerte: "La guitarra" pertenece al "Poema de la siguiriya gitana" (la seguidilla y la soleá, con un ritmo más marcado, son los cantares gitanos por excelencia). Con unos símbolos precisos y con una admirable economía de medios, el poeta concreta en el sonido de la guitarra dos grandes temas de su canto elegíaco: la insatisfacción del deseo y la muerte (186). Por otro lado, al referirnos a la última estrofa del poema, podemos señalar que las "cinco espadas" representan una distinguida metáfora de los cinco dedos del guitarrista, dedos que dejan las cuerdas vibrando al final de una canción: ¡Oh guitarra! Corazón malherido por cinco espadas. Además del acento genuino, y de lo autóctono y dramático ya discutido encontramos en el Poema del cante jondo otros elementos poéticos no menos importantes y que vienen a ser una constante en la poesía lorquiana. La muerte, el puñal, y el jinete, constituyen elementos primordiales en su lírica. La muerte sobre todo se desarrolla con caudal de varios afluentes, y es uno de los temas fundamentales de esta obra. En el poema "Sorpresa" García Lorca acentúa esta idea: Muerto se quedó en la calle con un puñal en el pecho No lo conocía nadie. ¡Cómo temblaba el farol! Madre ¡Cómo temblaba el farolito de la calle! Era madrugada. Nadie pudo asomarse a sus ojos abiertos al duro aire. Que muerto se quedó en la calle que con un puñal en el pecho y que no lo conocía nadie (García-Posada, Obras I: 311). El desenvolvimiento de este elemento trágico se intensificará aun más en la colección de Romancero gitano, pero es en el Poema del cante jondo en donde la voz de Andalucía encarna el espíritu autóctono y dramático en la expresión del cante. Es esa voz la que el poeta oye íntimamente y expresa con originalidad. Obras citadas - DOBRIAN, Walter A. García Lorca: su Poema del Cante jondo y Romancero gitano analizados. Madrid: Editorial Alpuerto, 2002. -. Poesía Española: Maestros del Modernismo. Madrid: Editorial Alpuerto, 1996. - GARCíA-POSADA, Miguel. F. García Lorca Poesía, 1. Obras I. Madrid: Akal Editor, 1982. -. F. García Lorca Prosa, 1. Obras VI. Madrid: Akal Editor, 1982. - GIBSON, Ian. Federico García Lorca: a Life. New York: Pantheon Books, 1989. -. Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca. Barcelona: Plaza & Janés Editores, S.A., 1998. - GUARDIA, Alfredo de la. García Lorca. Persona y Creación. Buenos Aires: Sur, 1941. - RAMONEDA, Arturo. Antología poética de la Generación del 27. Madrid: Editorial Castalia, 1990. ** Armando González agaddress@hotmail.com Profesor e investigador venezolano (Nueva Esparta). Reside en Estados Unidos. Graduado en University of Iowa (http://www.uiowa.edu) con un doctorado en letras. Ha desempeñado cargos como catedrático en Minnesota State Colleges and Universities (http://www.mnscu.edu), Yale University (http://www.yale.edu), y en University of Iowa, entre otras. Ha publicado artículos y textos de crítica literaria así como otros relacionados con la tecnología y la enseñanza. Ha servido como editor asistente de la revista literaria Torre de Papel y colabora como consejero y examinador de textos para Yale University Press (http://www.yale.edu/yup). === Reflexión de dos paradigmas en la política cultural =================== === Gisela Carlos Fregoso ================================================= Se ha mencionado ya la importancia que tiene el desarrollo de la cultura: su valor, su promoción y fomento tienen el mismo peso que la política y la economía en un país. Para que una comunidad obtenga un desarrollo, el portador de ese crecimiento es el hombre mismo, lo cual nos obliga a prestar más atención a todos los componentes que son ejes transformadores y representativos de los individuos en sí: los culturales. La cultura no debe ser un privilegio de las élites o de unos cuantos grupos de poder, debe estar al alcance de todos el conocer otras formas de cotidianidad y perspectivas de la vida ciertamente, pero de igual manera, todos deben tener el mismo derecho a ejercerla y participar en la formación del universo simbólico que genera y modifica nuestra identidad. La democratización de la cultura propone dar difusión a otras cosmovisiones que se manifiestan en nuestro entorno a través del arte; el enfoque de la democratización consiste en la divulgación de la producción de obras artísticas, evaluadas, contempladas y apreciadas desde un rango jerárquico, para que lleguen a través de su expansión, a las clases populares, y entendemos por clases populares como el conjunto de individuos que sufren la apropiación desigual del capital cultural y económico en una sociedad. No podemos afirmar que la llamada "democratización de la cultura" no ha servido de nada: no; en tiempos del peronismo (para concretar) aprovechó la industria de la comunicación abierta para difundir los bienes culturales, entre otros de sus logros. La democratización hace uso del aparato estatal para difundir la cultura, se apoya en la declaración de la Unesco, la cual afirma que el derecho a la cultura está dentro de los derechos generales del hombre (Art. 27). Para todo aquel que tenía el poder adquisitivo, le fue más fácil asistir a museos con visitas guiadas, conciertos a precios bajos, exposiciones en diferentes partes del país (1), generando tal vez, en la conciencia de los espectadores, conocimientos acumulativos a manera de inventario cultural. Claro que esto permitió dar un gran paso: la descentralización de las expresiones artísticas que generaron movimientos civiles en diferentes partes del país, teniendo a la mano los sucesos culturales; y eso no es todo, el enfoque de la democratización se basa en la óptica del manejo de los llamados Mass Media: la televisión y la radio cooperan para que el proyecto de este paradigma se lleve a cabo. La raíz de esta propuesta deviene de la privatización de la cultura, en donde la construcción del universo simbólico corre a cargo de empresas específicas que manejan sus productos acorde al mercado; resultado: hay que difundir la cultura a todos los sectores, hasta al popular para que conozcan y consuman el arte. Y así, encontramos El Quijote en los puestos de revistas, discos de Mozart en los llamados supermercados, estaciones de radio con música clásica, en suma, el patrimonio cultural al alcance de todos. Este paradigma es moldeado desde un punto de vista hegemónico ya que los encargados de decidir qué es lo que circulará como calidad artística está bajo la decisión del Estado y las empresas del sector privado que auspician el arte, e incluso las propuestas artísticas creativas provienen de grupos con preparación académica escolarizada, que de una manera u otra, no resienten tanto las desigualdades en una sociedad. Las diferencias entre la población siguen presentes en la práctica de este enfoque, ya que la población se vuelve solamente receptora, sin oportunidad de obtener reconocimiento por parte de otros grupos; aquí es importante plantear la pregunta ¿cómo quiero ser visto por los otros? Las expresiones artísticas permiten el heterorreconocimiento en una sociedad, ya que al hacer pública una obra de arte, el creador también colabora a formar el mundo simbólico de los otros sugiriendo las diferencias que lo hacen único y, por qué no, el reconocimiento de su obra lo coloca dentro del rango de la clase dominante, como sujeto activo, en cambio, desde un nivel meramente contemplativo, se le permite a la clase popular observar las revelaciones artísticas que el Estado y sector privado consideran conveniente dar a conocer manteniéndola al margen de este heterorreconocimiento. Los programas que ofrece este tipo de política persiguen igualar el acceso a los servicios y el disfrute de los bienes de la alta cultura. Si bien este arquetipo permitió la descentralización y la difusión, es cierto que la valoración que se hace de las obras artísticas es unidimensional sin incluir la cultura popular, aunque gracias a la divulgación que se goza dentro de este paradigma, es posible atacar los efectos de la desigualdad en lo que a apropiación del capital cultural respecta, sin embargo, como hemos dicho, la producción de conceptos simbólicos en la que nos desarrollamos como individuos sigue siendo dispar. La democracia cultural es definida por Néstor García Canclini como una cultura de participación. Este paradigma es planteado como una política en donde puede convivir la diversidad, ya que a cada cultura se le reconoce como autónoma e igual a sus adeptos. Es relevante señalar que el enfoque de este paradigma no plantea la pluralidad sino la diversidad, esto es: una política que sugiera la existencia de múltiples culturas a pesar de sus diferencias, y en donde cada identidad promueva cómo quiere ser reconocido, creando de una forma autónoma su propio universo simbólico. Las instituciones que están al frente de esta política son en su origen independientes al Estado, operan como circuitos privados pero generando y difundiendo sus propios programas que la sociedad necesita. Canclini asevera que no hay una cultura legítima, sino culturas dominantes, por lo tanto toda cultura es merecedora de ser difundida, máxime si ésta representa a un vasto grupo de la sociedad, como la cultura popular, por ejemplo. Uno de los rasgos positivos que presenta esta política cultural es que posee cierto dinamismo para ser aplicado en la sociedad: las acciones culturales que realiza están generándose continuamente en varios espacios de la sociedad, de manera que penetren en la vida cotidiana de la gente. El enfoque que le da la democracia cultural en lo que a sus instituciones se refiere, apunta hacia una cultura menos retórica y contemplativa, dejando espacio a la participación, la organización y la adquisición de conocimientos y nuevos gustos; las iniciativas que se pueden desplegar en este arquetipo abarca a todo un abanico de grupos que componen una sociedad, en donde sus programas pueden tener acción en los rubros de la política, la recreación y el esparcimiento. El enfoque de esta política persigue que las instituciones de movimientos civiles sean autónomas, pero de igual manera, el Estado se deslinda, como política pública, de aportar al impulso cultural de diversos grupos, ya que éstos remanifiestan desde un eje independiente: los estatutos y la normatividad que presentan los programas ofrecidos por la democracia cultural los delimitan el conjunto de individuos que pertenecen a un gremio en específico: grupos religiosos, movimientos juveniles, corporaciones educativas, etc. Una de las ventajas más relevantes que ofrece la democracia cultural es que permite la participación de grupos en áreas en donde siempre fueron excluidos, teniendo así una colaboración activa y por consecuencia dinámica dentro de la democracia de un país. A pesar de las cualidades que presenta, hay algunas premisas que todavía están sujetas a debate. Al idealizar a los grupos o sectores que ejercen resistencia a la clase dominante, se les ve como entes independientes y no como parte de todo un proceso llamado cultura. Estos grupos no logran solidificar propuestas ya que su participación se concentra en ejercer resistencia a la dominación, dejando de lado la formulación de políticas alternativas. Esto me lleva a preguntarme si será necesario replantear una nueva política de conciencia, en donde el objetivo apunte a la participación de la población y no solamente en la previsión de los errores de antaño. Pienso que no se puede eludir el camino que se ha hecho en materia de política cultural, pero también es necesario reconstruir nuevas bases en donde no sólo esté la reorganización del material simbólico, sino, por qué no, la nueva creación del mismo. La cultura debe tener un fin mediato y uno inmediato, es decir, debe servir a todos los individuos para una mejor convivencia y una aminoración de desigualdades. No es posible seguir generando paradigmas que ofrezcan cultura a la sociedad, así llegue a todos los estratos y clases sociales, y dejen al receptor como agente pasivo. La cultura es dinámica porque la sociedad lo es también, entonces, todos deberíamos de participar en el rumbo que se le quiere dar, para poder producirla, ejercerla y claro, disfrutarla. 1. La exposición "Instrumentos de tortura del pasado" en el Centro Cultural El Refugio, fue todo un éxito en la ciudad de Guadalajara, Jalisco; visitó diversas ciudades del país suscitando a veces morbo, a veces asombro y pocas veces reflexión. ** Gisela Carlos Fregoso giselacarlos@hotmail.com Poeta y narradora mexicana (Mascota, Jalisco, 1979). Cursó sus estudios básicos en la ciudad de Tepic, Nayarit. Ha participado en diferentes grupos de danza contemporánea y clásica desde los cinco años, en los que se destaca su participación en La bella durmiente y Don Quijote en la Escuela de Iniciación Artística de Nayarit. Desde 1998 radica en Guadalajara, Jalisco, donde retomó la danza uniéndose al Taller de Danza Contemporánea Le Class, de Miguel Sánchez. Es licenciada en letras hispánicas por la Universidad de Guadalajara (UdG, http://www.udg.mx). Actualmente ejerce la docencia de tiempo completo en la Universidad de Veracruz (UV, http://www.uv.mx), nivel medio superior. Textos suyos han sido publicados en el suplemento cultural El Tapatío, del periódico Informador. Es autora del libro de texto Literatura I para nivel medio superior. Es miembro del consejo editorial de la revista de creación cultural Papalotzi (Beca Pacmic 2005). === La reiteración de las rupturas Rafael Fauquié ==================== En su libro La institución imaginaria de la sociedad (1), Cornelius Castoriadis dice que "toda vida social tiene algo que expresar". Y que "la historia es imposible e inconcebible fuera de la imaginación...". O sea: la historia de una nación, los itinerarios que ella ha ido construyendo en el tiempo, están muy relacionados con ciertas imágenes que esa nación proyecta de sí misma; con los dibujos o representaciones en los que se define y se muestra. Siempre según Castoriadis, esas imágenes, esos dibujos suelen identificarse con algunas instituciones-símbolos en las que encarnan la organización y la legalidad social, emblemas de eso que Castoriadis llama la "racionalidad" colectiva. Una sociedad que no cree en sus instituciones fundamentales, que desconfía de ellas y las contempla con permanente indiferencia o burlesco escepticismo es una sociedad desorientada, confusa ante su pasado y su presente, recelosa de sus huellas dentro del tiempo. Venezuela pareciera ser un país incrédulo ante todo cuanto pueda representarla institucionalmente. De alguna manera, y prosigo con los razonamientos de Castoriadis, los venezolanos nunca pareciéramos haber actuado "racionalmente" ante nuestras principales construcciones colectivas. Somos una nación de centros desdibujados, de asideros ausentes. Nos arropan muy pocas tradiciones. Sentimos tal vez que, como nación, nos movemos y nos hemos movido siempre al margen de las referencias, más allá de las hilvanaciones, lejos de las consolidaciones, fuera de los espacios tallados por una tradición. En Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe (2) Octavio Paz comenta que lo marginal o lo "excéntrico" fue una imagen por siempre asociada a lo hispanoamericano. Hubo, dice Paz, dos excentricidades que acompañaron la formación misma de nuestro continente. Primero, fue la propia excentricidad española dentro del mundo occidental. España había ido haciéndose diferente de otras naciones europeas. El Renacimiento español, impregnado de la fe religiosa de la Contrarreforma; heredero de una convivencia de muchos siglos entre las tres grandes religiones monoteístas: la cristiana, la musulmana y la judía, las tres culturas del libro, como las llamó Borges, fue un proceso distinto al de esa naciente modernidad que comenzaba a imponerse en otras regiones de Europa. Y estaba luego, además, la propia peculiaridad de lo hispanoamericano al interior del orbe hispánico. Durante los siglos coloniales, dice Paz, se extremaron en los espacios americanos las formas y ritos que llegaban desde España. Lo que de España venía a América, aquí se transformaba, se distorsionaba, se exageraba. Al regresar a la Península, lo americano español volvía ya convertido en "indiano": algo insólito, algo extraño. Doble rareza, pues, que, desde un principio, pareció irnos colocando a los hispanoamericanos dentro de los más remotos confines del espacio occidental; algo que, en el caso venezolano, lució acentuarse aun más en razón de ciertas peculiaridades del itinerario de nuestro país. Durante los tres siglos del tiempo colonial, Venezuela fue una muy remota provincia al interior de la inmensa vastedad del imperio español. Su marginalidad, tanto territorial como administrativa, pareció favorecer muy tempranos sentimientos de independencia en la región frente a los controles impuestos por la lejana administración imperial. Una cosa era lo que decían las disposiciones que llegaban desde Madrid y otra, muy diferente, lo que imponía nuestra realidad. Los edictos reales solían desobedecerse a través de un curioso ritual: el funcionario local colocaba sobre su cabeza el pergamino en el que estaba escrita la orden real y, públicamente, proclamaba: "Prometo obedecer, pero no puedo cumplir". Se acataban las formas y se ignoraban las instrucciones. Generalizadas desobediencias fueron imponiéndose desde siempre por entre ese inmenso amasijo de leyes y ordenanzas que nos llegaban desde España. Una visión comenzó a extenderse en Venezuela: la ley casi nunca existe para ser cumplida. Percepción que, además, pareció convivir desde muy temprano con otra: la ley, la norma, la disposición puede ser absurda, disparatada, irreal. También resultó ser siempre muy irregular la memoria venezolana. Los recuerdos aparecían y desaparecían en medio de un paisaje de incesantes olvidos. Construcciones y memorias fueron siempre muy endebles entre nosotros; muy frágiles las creaciones, muy poco perdurables los recuerdos. "Nadie recuerda". O "todo estaba como hace cuatrocientos años", escribe Enrique Bernardo Núñez en Cubagua. Algo semejante a lo que había dicho Oviedo y Baños doscientos años atrás: que su propósito al escribir la Historia de la conquista y población de la provincia de Venezuela no había sido otro que el de "sacar de las cenizas del olvido" la memoria de los principales fundadores de la región. Recordar, rescatar, superar desmemorias, corregir la fragilidad de los recuerdos: signos desde siempre presentes en ciertos esfuerzos de la cultura venezolana. Ya el comienzo mismo de la historia nacional pareció entrañar un primer olvido: la memoria del mundo indígena. En el siglo XVI, tras la lucha de la Conquista, la presencia del universo prehispánico pareció desvanecerse con muchísima rapidez. Pero tampoco parecieron muy firmes, al menos en un principio, muchas de las creaciones impuestas por los españoles a lo largo de sus arduas aventuras. Todavía a finales de ese siglo XVI, fray Pedro de Aguado describe lacónicamente la situación general de la región: "Este es el origen o principio que tuvo la Gobernación de Venezuela, el cual (...) nunca ha sido muy feliz, porque con estar en ella pobladas seis ciudades que son: Coro, Borburata, La Valencia, Barquisimeto, El Tocuyo, Trujillo y otros dos pueblos que ahora nuevamente se han poblado en la Provincia de Caracas, no son bastantes los quintos que el Rey tiene allí para pagar los oficiales que administran y gobiernan aquella tierra espiritual y temporalmente". Cierto imaginario de fugacidad e inconclusión pareció adherirse a los primeros tiempos de la vida venezolana. La Nueva Cádiz, por ejemplo, la primera ciudad del país, desapareció rápidamente cuando las perlas comenzaron a escasear alrededor de la isla de Cubagua. Adriano González León utiliza como epígrafe de País portátil la referencia que hace José de Oviedo y Baños a las numerosas vicisitudes de la fundación de la ciudad de Trujillo: "Fue tan desgraciada esta ciudad en sus principios, que sin hallar sus pobladores lugar que les agradase para su existencia, anduvo muchos años, como ciudad portátil, experimentando mil mudanzas...". La ciudad de Carora, fundada en el año de 1569, fue, luego, refundada en 1571. La ciudad de Barinas, fundada inicialmente en 1577 con el nombre de Altamira de Cáceres, no llegó a establecerse en el lugar que hoy ocupa sino a mediados del siglo XVIII. Mérida fue trasladada a otro lugar poco tiempo después de fundada y luego mudada definitivamente a su emplazamiento actual. A más de veinte años de haber nacido la ciudad de Coro, Rembolt, el gobernador alemán de los Welsers, propone olvidarla y fundar una nueva ciudad en otro lugar. Nueva Segovia de Barquisimeto cambió de sitio cuatro veces. La actual Cumaná mudó varias veces de lugar y de nombre en el transcurso de sus primeros años de existencia. El que estaba llamado a ser el principal puerto de Venezuela, Caraballeda, fue abandonado poco después de haber sido fundado, a causa de desavenencias entre sus vecinos y el gobernador. Pocos años después sería fundada La Guaira, muy cerca de donde había estado la abandonada Caraballeda. El territorio que hoy conforma lo que es nuestro país no definió su forma definitiva sino a fines del siglo XVIII, apenas unas pocas décadas antes de que comenzase el proceso emancipador de España. Repetiré aquí algo que escribí hace unos años (3): "Incluso jurídicamente, la Provincia de Venezuela luce errática, provisional. No será sino hasta finales del siglo XVIII cuando se creen las distintas instancias administrativas que darán a la región un perfil propio. Hasta la instalación de la Real Audiencia de Caracas, en 1786, la región ha dependido unas veces de la Audiencia de Santo Domingo y otras de la de Santa Fe de Bogotá. Geográficamente, las distintas regiones que componen el territorio de lo que hoy es Venezuela se articularon y desarticularon sobre mapas siempre provisionales, frecuentemente confusos. Las varias provincias que componían el territorio de la actual Venezuela fueron decretándose a lo largo de varias épocas; prácticamente durante casi tres siglos. En 1525 se creó la provincia de La Margarita y Trinidad, en 1528 se decretó la provincia de Venezuela -luego conocida, también, como provincia de Caracas-, en 1568 fue el turno de la de Cumaná o la Nueva Andalucía, ese mismo año de 1568 nació la provincia de Guayana, en 1622 la de Mérida (posteriormente Provincia de Maracaibo) y en 1786 la Provincia de Barinas". Pero en medio de la fragilidad de las construcciones, pareciera haber predominado en el recuerdo colectivo venezolano la intensa fuerza de ciertas perdurables imágenes. Poder de la imagen que dibujaba la realidad, fuerza de ciertos mitos expresándose más allá de las creaciones humanas. Carlos Fuentes ha comentado que "el mito ilustra históricamente el paso del silencio 'mutus' a la palabra 'mythos' ". El mito, la imagen mítica, es la voz y el signo encargados de dibujar las primeras percepciones colectivas y de instaurar duraderas comprensiones en sociedades y culturas. Desde nuestro más remoto pasado parecieran alcanzarnos hoy visiones que los venezolanos presentimos desde siempre presentes en los entretelones de nuestro tiempo. Visiones como, por ejemplo, la de una siempre invasora naturaleza; fuerza indomable de paisajes que se imponían sobre gestos y comportamientos humanos. Recuerdo un ensayo de Arturo Úslar Pietri titulado "De la selva a la vanguardia", en el que Úslar distingue, en la estética del cinetismo, una expresión de viejísimas relaciones entre seres humanos y naturaleza. En nuestro país, dice Úslar, el "espacio natural no ha sido nunca un mero telón de fondo ... sino una condición fundamental de su ser, y un personaje predominante y múltiple de su aventura existencial". El paisaje venezolano, activo, agresivamente invasor, pareciera haber generado en los hombres respuestas de una particular intensidad. Los signos más llamativos de lo venezolano suelen aludirlo: llanos, selvas, la gran sabana y sus colosales tepuyes, las muy vastas costas, las altísimas cordilleras... En la exuberante belleza de lo natural han existido siempre genuinas identificaciones entre el venezolano y Venezuela. Quizá por esto haya sido Rómulo Gallegos el más significativo de nuestros novelistas: más que ningún otro, él supo dar a nuestro paisaje toda su importancia protagonista. En sus novelas incorporó la fuerza inmensa de una naturaleza entrometida que se relacionaba o se sobreponía a las acciones y voluntades humanas. Esa peculiar relación hombre-naturaleza pareciera haber llegado a expresarse de muy diversas formas; por ejemplo, en ciertas preeminencias estéticas. Como sugiere Balza en D: "Venezuela es visual y nada mejor que su coherencia óptica para demostrarlo. Mientras ciencia y literatura apenas son esbozadas ... la investigación de la forma y el color maduró entre nosotros". Es una idea interesante que pudiera, quizá, explicar la mayor importancia que ha tenido en Venezuela la expresión plástica por sobre la literaria: la mirada más que la palabra y el color más que la voz. Trascendencia, por ejemplo, de hallazgos estéticos como el del ya mencionado cinetismo o el de las interpretaciones visuales de la luminosidad de los paisajes venezolanos. Intensidad de una luz que todo lo invade, y que el pintor Armando Reverón supo, en un momento determinado de su creación, en su "época blanca", convertir en centro de sus búsquedas. Dibujo de la luz como rabiosa y violenta blancura que llegaba a borrar todas las formas y a desvanecer todas las imágenes. La original relación entre el venezolano y el paisaje no cesa de aparecer, también, en esa peculiar construcción que es Caracas. Muy por encima de sus confusiones y de sus siempre proliferantes edificaciones, lo más familiar para todo caraqueño es el paisaje que rodea a su ciudad: el majestuoso Ávila, siempre llamativo desde casi todos los espacios. En Caracas la naturaleza logra imponerse al cemento y a las siempre congestionadas autopistas. El verdor de la montaña lo penetra todo. Es el emblema más significativo de la ciudad: una montaña. No iglesia ni casa ni monumento humano alguno, sino un inmenso cerro que nada tiene que ver con las construcciones humanas. De hecho, éstas parecieran relacionarse muy poco con una Caracas que, fundada hace más de cuatrocientos años, pudiera haber empezado a existir hace apenas pocas décadas. Nada o casi nada dentro de Caracas testimonia su historia. Es la naturaleza, la inmutable belleza de su circundante geografía, la que dibuja su peculiaridad. Icono máximo de lo caraqueño, el Ávila aparece frecuentemente en novelas que aluden a la ciudad: "Gradualmente entendí que la ciudad lejana se resumía para él en el hermoso cerro, que éste significaba todo lo vivido y lo ausente", dice Balza en Percusión. Algo muy parecido a lo que había escrito décadas antes Meneses en El falso cuaderno de Narciso Espejo: "Hasta la frente majestuosa de una montaña en cuyos lomos se alzan las casas de la ciudad donde nací. Una ciudad de luz que se llama Caracas". Otros imaginarios muy remotos dentro del tiempo venezolano evocan amplísimas y vacías superficies que ocultan en su interior inmensas riquezas perseguidas por férreas individualidades. De un lado, escondidos tesoros al alcance de quienes los pudiesen encontrar; del otro, el rostro torvo de aquéllos que los buscaban. Riqueza y violento individualismo. Inestabilidad y violencia en un mundo en el que la riqueza y el poder parecieron ser siempre fugaces, huidizos. Esos imaginarios acompañaron el momento de la Conquista durante las primeras expediciones que buscaban el mítico El Dorado; y acompañaron, tres siglos más tarde, algunos de los signos impuestos por las secuelas de la Guerra de Independencia: caudillos militares que, al igual que los conquistadores, fueron, también, solitarios todopoderosos, guiados por sus ambiciones, y rodeados de violencia y anarquía. Signos una y otra vez reiterados: individualismo, poder, violencia, vacío, inconsistencia, impredecibilidad. No deja de ser significativo que la memoria más dignificada en toda la historia venezolana; de hecho: nuestra única memoria dignificada, sea la de la gesta emancipadora. Idolatría hacia un acto que fue desolación pura. Veneración frente a diez años de inmensa destrucción. Devoción ante un recuerdo frente al cual palidecen y se olvidan cinco siglos de tiempo vivo y creador. A esos diez años de guerra convertidos en fetiche de todas las referencias y de todas las miradas patrióticas, nuestro recuerdo oficial rinde único culto. Y en Bolívar, adorado icono máximo, los venezolanos aprendemos a venerar, sobre todo, al guerrero. Nuestro mayor héroe es, también, nuestro mayor deshacedor. Un soñador y, a la vez, un destructor en cuyas visiones e ideales los venezolanos aprendemos a mitificar lo nuevo y a deificar el comienzo de tiempos siempre construidos sobre las cenizas del pasado. Con Bolívar y la Independencia se inicia una interminable convicción venezolana: la de que para iniciar algo es preciso destruir lo que ya existía antes. Deshilvanado itinerario de restas y no de sumas. Derrotero colectivo percibido a través de una cultura de la violencia y del olvido que contempla el paso del tiempo como un inacabable vaivén de desolaciones y reinicios. Destruir para construir y olvidar para recomenzar: en nuestro itinerario nacional los venezolanos hemos aprendido a venerar el cambio, a idolatrar el renacimiento. Nos hemos acostumbrado a creer, a esperar y a confiar mucho más en las voluntariosas iniciativas de algunos iluminados personajes, generalmente percibidos por encima, muy por encima de la tradición y de la ley, que en nuestras construcciones colectivas. Identificamos nuestras huellas mucho más con los deslumbrantes ademanes de algún carismático demagogo que con sólidas hilvanaciones de todos los venezolanos construyendo juntos el tiempo. Creemos que logros, aciertos y conquistas afortunadas, si llegan, deberán hacerlo desde fuera de las fronteras de la tradición, al margen de lo consolidado, lejos de lo establecido. Somos un país de rupturas más que de normas, de excepciones más que de cánones, de alteraciones más que de tradiciones. Pareciéramos haber apostado siempre al recomienzo continuo y al reinicio interminable de propósitos y sueños. Hemos entrado ya al siglo XXI y Venezuela continúa obsesionada por atrapar renacimientos, por acosar novedades, por inventar resurrecciones. Nuestro actual gobierno mira el pasado reciente como algo que es necesario olvidar e impone sobre él un nuevo olvido oficial. Tras el derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, y hasta finales del siglo XX, Venezuela conoció una firme estabilidad en lo político y una gran bonanza en lo económico. Por más de cuatro décadas los venezolanos vivimos la alternabilidad democrática, un genuino respeto hacia la voluntad popular expresada a través del voto; pero, también, se nos hicieron familiares muchos vicios de la práctica política: clientelismo partidista, corrupción en la administración pública... Desde febrero del año 1983, tras el tristemente célebre "Viernes negro", cuando nuestra moneda nacional perdió su vieja paridad cambiaria con el dólar, otra Venezuela comenzó a asomar. El país vio cómo se hacían realidad temores y desconfianzas presentidas desde mucho tiempo atrás. La gran riqueza petrolera no fue capaz de impedir que los venezolanos comenzásemos a vivir flagelos hasta entonces desconocidos entre nosotros: devaluación de la moneda, inflación... Más de una década después, el país conocería otros trastornos, esta vez políticos. Un creciente debilitamiento de los partidos tradicionales y el rechazo del venezolano común hacia esos partidos que, por más de cuarenta años, encarnaron la solidez de nuestro sistema democrático, dio paso a un irreal deseo popular por ver nacer una democracia sin partidos, auspiciosa de algún jefe único capaz de transformar -¡una vez más!- el rumbo del país. El año de 1998, un nuevo gobierno democráticamente electo, el del teniente coronel Hugo Chávez, insistió en reiniciar la historia venezolana a través de su proyecto de una "pacífica revolución bolivariana" que había de iniciarse con el extraño, muy extraño, extrañísimo ritual de cambiarle el nombre al país. Era el símbolo de la absoluta novedad, del total reinicio, del máximo renacimiento: un nombre nuevo para Venezuela. Acto deslumbrante de un primer paso colosal hacia el país necesario que debía ser reinventado. Lo paradójico fue que Venezuela pareció, en muchos sentidos, volver a ser la nación de mucho tiempo atrás: anterior a sus cuarenta años de democracia, anterior, incluso, al siglo XX. Con Chávez regresaron los gestos caudillescos más primarios. Regresó la versión del carismático guerrero capaz de enfrentar y resolver él solo todos los problemas nacionales y capaz de satisfacer él solo todas las expectativas populares. En su libro Regreso de tres mundos (4), Mariano Picón Salas se sirve del ejemplo bíblico de Caín y Abel para ilustrar dos opuestas percepciones de los seres humanos ante su entorno. La habitabilidad hecha de memorias cercanas y tradiciones comprensibles, de comportamientos articulados y referencias claras y continuas, formarían parte de la ubicación y la experiencia de Abel. La desorientación dentro de lo inexplorado, la errancia en medio de lo azariento, la confusión por entre interminables aventuras sin conclusión, serían la ubicación y la experiencia de Caín. Si Abel percibe apoyo y confianza en el lugar que lo rodea; Caín está familiarizado sólo con la hostilidad, la fugacidad y el albur. De Abel es la tibieza de la casa; de Caín, los siempre confusos horizontes. Abel es el constructor de su morada y en ella permanece, siempre protagonista y actor de su entorno. Caín es el morador de la intemperie, el habitante del desarraigo. Suya es la incertidumbre frente a las aventuras sin destino. Sus pasos reinician, una y otra vez, los arduos recorridos por entre lugares donde no logra avizorar meta alguna. La imagen de Abel pareciera resultarnos extraña a los venezolanos, quienes, de muchos modos, hemos identificado nuestras miradas y movimientos más bien con el riesgoso desenfado y la tortuosa desenvoltura de Caín. Nos resulta muy difícil a la mayoría de los venezolanos ser genuinamente Abeles. Rasgo que, por lo demás, compartimos en gran medida con otros muchos pueblos de Latinoamérica; pero que, en nuestro caso, pareciera adquirir un carácter más intenso. Caín y un interminable laberinto serían dos imágenes ilustrativas de la forma como los venezolanos nos vemos y de la manera como distinguimos nuestros itinerarios. Pero Caín, más allá de la imagen bíblica del primer homicida y victimario de su propio hermano, podría percibirse, de acuerdo al dibujo propuesto por Picón Salas, como un aventurero inconforme con su realidad, un siempre insatisfecho buscador de nuevos destinos. Abel, por su parte, resultaría un conformista habitante de sus espacios y un heredero natural de su tradición. Las miradas de Caín, dirigidas hacia vastos y lejanos horizontes, se opondrían pero, a la vez, se complementarían al sustentador arraigo de Abel. Hoy más que nunca, los venezolanos necesitamos reconstruir la relación con nuestro propio tiempo: percibir más habitabilidad en él, menos hostilidad en sus itinerarios. Contemplar a nuestra historia como un lugar hospitalario en donde la lenta construcción y la amplitud de las memorias sean parte de la hechura de un destino. En suma: ser un poco más abeles y un poco menos caínes. Por sobre tantos imaginarios que expresan ruptura, individualismo, aventura, azar y violencia, los venezolanos necesitamos rescatar otros que expresen construcción, solidez y continuidad de una tradición. Menos rupturas, menos recomienzos, menos incomunicación dentro de nuestra historia; tal vez la única posibilidad de acción colectiva que lograría extraernos de ese laberinto en el que hemos permanecido por demasiado tiempo; escapar a sus gravitaciones de desaliento y afianzarnos sobre nuevos itinerarios guiados por propósitos de consolidación, hilvanación y consistencia. El tan poco conocido y tan caricaturizado universo colonial fue mucho más que sopor de misa y de siesta al que lo condenaron nuestros recuerdos oficiales. Fue, también, mucho más que esa larguísima sucesión de rufianerías, bajezas y excesos con que lo dibujó Herrera Luque. Fue, sobre todo, una época de consolidación, un tiempo creado por una sociedad que nacía e iba descubriéndose y formándose. Tiempo de calladas construcciones a manos de gentes que llegaban de lejos y que se instalaban para siempre en los nuevos lugares. Nuestro siglo XIX es, aparte de la Independencia, recuerdo que opaca todo lo demás, mucho más que sólo esa constante evocación de los muy distintos caudillos que gobernaron el país en medio del más grosero nepotismo. Es, también, mucho más que la larga sucesión de guerras y alzamientos y revoluciones y rebeliones que asolaron el país. Porque junto a tantas guerras y caudillos, existió otra Venezuela: una nación empeñada en la búsqueda de un igualitarismo social, un país impulsado por genuinas convicciones democráticas y por anhelos necesarios de justicia colectiva. Y ya en la segunda mitad del siglo XX, durante los cuarenta años de democracia, el pueblo venezolano fue, también, construyendo, haciendo. Hubo en esos años errores y excesos; pero hubo, también, la consolidación de una vida en común. Fueron años que nos acostumbraron para siempre a los venezolanos que cualquier forma de convivencia en nuestro país no podría ser sino democrática. Y fueron, también, los años que nos enseñaron a creer en una sociedad civil que se fortalecía, que no deseaba regresar al pasado pero que sentía que necesitaba apoyarse en ese pasado. La sociedad civil, ésa que existe desde siglos atrás, ésa que pareció importar muy poco para las memorias oficiales, ésa que se forjó a la sombra del tiempo colonial y protagonizó y padeció la sangrienta violencia de la Independencia, ésa que vivió bajo un siglo XIX plagado de caudillos y guerras y más caudillos y más guerras, ésa que llega al siglo XX y vive los cambios del país petrolero, ésa que junto a los nuevos partidos políticos creyó en ideales de democracia, ésa que se fue apartando de esos partidos cuando comenzaron a fallarle, ésa que se encuentra ahora confusa y dividida en medio de la confusión y la división nacional... En ella encarna cierta esencial continuidad de las cosas en Venezuela, en el tiempo venezolano. Encarna una tradición que sería el contrapeso imprescindible y necesario para la trasnochada imagen del individualismo mesiánico como el único posible hacedor de la historia nacional. Notas 1. Madrid, Tusquets editores, 1983. 2. Barcelona, Seix Barral, 1982. 3. El silencio, el ruido, la memoria, Caracas, Alfadil Ediciones, 1991. 4. En: Obras selectas, Caracas-Madrid, Ed. Edime, 1962. ** Rafael Fauquié rafabes@cantv.net Ensayista y poeta venezolano (Caracas, 1954). Licenciado en letras por la Universidad Católica Andrés Bello (1977), postgrado en sociología de la Literatura en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París (1979) y doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Central de Venezuela (1984). Entre 1979 y 1985 dirigió los seminarios de literatura venezolana en la Universidad Católica Andrés Bello. Desde 1980 es profesor del Departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Simón Bolívar, institución de la que es profesor titular y en donde ejerció entre 1989 y 1993 el cargo de director de Extensión Universitaria. Ha publicado Espacio disperso (Caracas, Academia Nacional de la Historia, col. El Libro Menor, 1983), Rómulo Gallegos: la realidad, la ficción, el símbolo (Caracas, Academia Nacional de la Historia, col. Estudios, Monografías, Ensayos, 1985), De la sombra el verso (poesía, Caracas, Epsilon Libros, 1985), El silencio, el ruido, la memoria (Caracas, Alfadil, col. Trópicos, 1991; Premio Conac de Ensayo "Mariano Picón Salas", 1992), La voz en el espejo (Caracas, Alfadil, col. Trópicos, 1993), La mirada, la palabra (Caracas, Academia Nacional de la Historia, col. El Libro Menor, 1994), Espiral de tiempo (Caracas, Fundarte-Equinoccio, 1996), Arrogante último esplendor (Caracas, Equinoccio, 1998), Puentes y voces (Caracas, Sentido, 1999), y El azar de las lecturas (Caracas, Galac, 2001). === Un regreso a las fuentes prerracionales del hombre: =================== === Manuel Machado y "la consagración del instante" ======================= === Laura Quadrelli ======================================================= Distantes son ya los tiempos de las cosmovisiones homogéneas que, fundadas sobre los cimientos de la Iglesia, establecían los modelos de verdad y los valores que mediaban en el actuar de los hombres. Durante siglos, la religión católica, imponiéndose sobre las religiones paganas, representó la racionalidad del orden político y social, en el cielo y en la tierra. Cada reforma en el orden religioso implica una modificación de carácter secular; una desacralización del mundo se inicia sin que esto signifique una anulación de lo sagrado, sino más bien una resignificación del carácter que se les da a las cosas. Los tiempos "modernos" se van a presentar como un todo fragmentado donde se hace difícil establecer los criterios de racionalidad de esa totalidad. El conocimiento de la idea de un Dios es experimentado personalmente y la fe se orientará hacia una conciencia individual. El espíritu del hombre moderno, escindido y desgarrado, descubre el poder de su yo interior, de su propio pensamiento con el que pretende suplantar la pérdida de sus certezas. Muchas son las criaturas atormentadas por un conflicto desalentador de la propia creencia y, naturalmente, de fe. Esta crisis profunda, manifestada claramente hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX, desde Nietzsche en adelante, pasando por Weber y Pareto (1), expresó la pérdida de todo valor trascendente que se llevó consigo también la trascendencia de la razón. La metafísica occidental entra en crisis, una crisis de realidad y de racionalidad que enunció su manifiesta intensidad en el derrumbe de una estructura sustentada por siglos. La ostensible irracionalidad del mundo y la falta de certidumbres se hicieron frecuentes en las argumentaciones de la época y señalaron las restricciones de los postulados científicos, pues la misma supremacía del espíritu científico que la caracteriza es anuncio de su inmediata decadencia (2). Es evidente que la propuesta de explicar científicamente los orígenes y el lugar del hombre en el universo rápidamente producirá un vacío que se verá traducido, en la obra de muchos escritores, en una solitaria y angustiosa búsqueda hacia el interior del mismo hombre y, en muchos casos, en un pasado "incontaminado" que se les presenta como un manantial inagotable de motivos y creencias donde cultivar sus espíritus. Esta crisis profunda asociada a una constante exploración por construir un espacio libre donde re-insertar la poesía, conducirá a algunos poetas a refugiarse en la ensoñación de su mundo interior. La abulia invadirá los espíritus sensibles quienes rechazan la "realidad" de su tiempo y buscan alternativas vitales, sociales y estéticas hallando en Nietzsche -junto a Kierkegaard- al gran maestro de energía y apasionado defensor de la individualidad. Que vuestro amor a la vida sea amor a vuestras más altas esperanzas; y que vuestra más alta esperanza sea el más alto pensamiento de la vida (3). Manuel Machado, poeta inmerso en la turbulencia de los cambios finiseculares, hereda los dogmas paternos de las demostraciones de los orígenes no divinos del hombre y de sus análisis antropológicos del mito y de la sociedad (4). Pero semejante instrucción no lo llevó a contribuir aun más con la explicación científica del hombre, sino a condensar, en sus iniciales trabajos, las consecuencias emocionales de lo ya asimilado. La segunda sección de su primer poemario -hondamente simbolista y misteriosa- es "Estatuas de sombra" (5), pero sugestivamente, el poema con el que Machado franquea la vena profunda hacia las virtuales y fugaces imágenes del pasado es "Eleusis" (6), título en clave que alude, en clara correspondencia con los misterios iniciáticos eleusinos, a sus inaugurales experiencias de poeta. Tanto el nombre dado al apartado como a varios de los poemas contenidos en el mismo, constituyen una especie de hermetismo aun para el lector actual, evidenciando cómo el poeta, análogamente al carácter esotérico original de los ritos antiguos, también obstaculiza toda sugerencia que pueda develar el enigma esencial, al tiempo que desafía a su lector. En "Eleusis", Manuel Machado recrea simbólicamente la esfera propicia para un iniciado en los saberes recónditos, místicos y teosóficos, tan calificados en el arte y en las letras finiseculares como conjunto heterogéneo de enseñanzas arcanas que constituía más un síntoma de la pérdida de toda referencia y, consecuentemente, una aspiración inconcreta hacia otra realidad, que a una verdadera respuesta a la desorientación provocada por la modernidad. Este renovado interés por los misterios arcanos, como una expresión más de la atracción general que el romanticismo desencadenó hacia todo tipo de saberes esotéricos y ritos de trascendencia, paganos o cristianos, había tenido un largo cultivo durante todo el siglo XIX, especialmente manifestado en sus últimas décadas. No cabe duda de que la máxima referencia fue "la llamada de los misterios eleusinos" que Friedrich Nietzsche hacía en un párrafo muy significativo de El nacimiento de la tragedia de 1872: El barro más noble, el mármol más precioso son aquí amasados y tallados, el ser humano, y a los golpes de cincel del artista dionisiaco de los mundos resuena la llamada de los misterios eleusinos: "¿Os postráis, millones? ¿Presientes tú al creador; oh mundo?" (7). Como respuesta a tal convocatoria el poeta, en estado de semitrance, da apertura a su primer poema y a su nueva experiencia regresando directamente al origen por los sombríos caminos del tiempo. Se escinde y logra que su alma inicie el simbólico peregrinaje sin descanso (8) hacia las más primitivas de las civilizaciones, a la fuente prerracional del hombre y de la cultura a través de los negros e indefinidos bosques del sueño: Se perdió en las vagas selvas de un ensueño, y sólo de espaldas la vi desde lejos... Como una caricia dorada, el cabello, tendido, sus hombros cubría. Y al verlo, siguiola mi alma y fuese muy lejos, dejándome solo, no sé si dormido o despierto (9). En este preliminar ensueño retrospectivo el poeta -"servidor dionisiaco", diría Nietzsche- observa cómo su alma es arrastrada en pos de "la bella apariencia", de la fugaz visión de la furtiva diosa (10). Ella también va a contramano del tiempo, desandando edades y siglos haciéndolo transitar, en sólo un abrir y cerrar de ojos, por la Edad Media, por la Grecia clásica, por los imperios orientales y los tiempos prehistóricos donde intenta alcanzar el instante irrepetible en su anhelo de fusión con esa imagen ideal en una permanente oscilación entre la angustia y el deseo de trascenderse. Pasamos... Mi alma tras ella corriendo, dejándome solo, no sé si dormido o despierto (p. 137, v.19-22). Sugestiva y misteriosa visión hipnótica de una figura femenina; tal vez se trate de Deméter en busca de Perséfone, el poeta no la nombra ni la describe, sólo nos la sugiere a partir de sus dorados cabellos que cubren parte de su etéreo cuerpo, sólo captura en sus versos la vaga e instantánea visión de una cultura pasada que el lector debe elucidar. Y ya hacia el final de la simbólica y fugaz peregrinación de su alma, la velada visión del Enigma humano se pierde en el oscuro caos primordial, origen de todas las cosas, donde no le es permitido ingresar. Luego, de regreso a su tiempo, nos deja las últimas imágenes de un ayer experimentado, testigo dormido sobre "tumbas enormes", símbolo de fragmentos y escombros de religiones muertas. Oro y negras piedras, y muros inmensos, y tumbas enormes -sepulcro de un pueblo que mira hacia Oriente con sus ojos muertos (p. 137, v. 31-36). Como rasgo propio del simbolismo, y aplicado en particular a esta sección del poemario, el poeta prescinde de nombrar directamente a sus personajes, solamente nos entrega como clave inicial el título para descifrar la incógnita de su creación. Machado prepara de este modo ambientes favorables de gran sugestión, pueden ser impenetrables -como en "Eleusis"- o de misterio y encantamiento -como en su poema "Wagner" (11)-, pero siempre a través del ensueño y encaminados a vivificar solamente el lapso de tiempo único e irrepetible de un pasado remoto previamente seleccionado. Su composición siempre sugiere el instante exacto sin "mostrar", incita y busca el efecto de máxima detención del ánimo (12). Persigue fascinado a sus "estatuas de sombra", y a medida que experimenta íntimamente reconstruye con palabras ese instante arcano. El mismo procedimiento utilizado en "Eleusis" para plasmar el momento culmine e irrepetible en que logra ver a la diosa en la simbólica y fugaz peregrinación de su alma, es aplicado también por Machado para precisar la "hora solemne y vaga", "el momento precioso" de liberación trazado en su soneto "Wagner" (13). Composición visiblemente iluminada por el pensamiento nietzscheano del renacer del espíritu dionisiaco, y la consideración de la música como parte del alma dionisiaca, puesto que los nuevos criterios estéticos e ideológicos de excitación y desmesura son, una vez más, claramente ilustrados por las palabras de Nietzsche en Más allá del Bien y del Mal: Quizá lo más singular que Wagner ha creado será siempre inaccesible e incomprensible para toda la raza latina; la figura de Sigfrido, de este hombre muy libre, demasiado libre, demasiado rudo, alegre y sano, demasiado anticatólico para que guste a los pueblos que se glorian de una civilización antigua y decrépita. Podrá significar un pecado contra el romanticismo este Sigfrido antilatino, pero ya expió Wagner su pecado, cuando en su ancianidad -quizá por gusto, quizá por política- comenzó con su habitual vehemencia religiosa a predicar su peregrinación a Roma (sic) (14). Tanto en uno como en otro poema, el poeta busca la "exaltación del instante" que involucre al lector en una imprecisa resonancia espiritual. Si en "Eleusis" comparte su anhelo de búsqueda de un profundo aprendizaje a través del peregrinaje onírico, en "Wagner", su exploración va más allá, pues su voluntad se centra en lograr la perfecta armonía entre música y palabra, entre ánimo y poesía en el eje espiritual de la humanidad. Para lograrlo, Manuel Machado se sustenta nuevamente en un pasado legendario valiéndose, en este caso, de los sucesos fantásticos en los imprecisos bosques donde habitan gnomos y gigantes, hombres y dioses. Un reloj que no sé dónde está da la una -corazón de la noche-, hora solemne y vaga en que la luz penúltima de la Tierra se apaga, para dejar la luz última, que es la Luna (15). Nuevamente aparecen las sombras y el ensueño, nuevamente la vaguedad dirigida hacia "la hora" consagrada de la leyenda, pero esta vez su mirada se detiene en el fecundo arte del ciclo wagneriano (16). Experiencia vital figurada en unos versos de gran flexibilidad rítmica interior que encubren conflictos aún sin resolver (17). A lo largo de toda la sección "Estatuas de sombra", Machado se nutre de un pasado mítico; se vale tanto de la diosa Deméter como de Sigfrido, de distintas figuras estéticas y de sucesos legendarios o rituales primitivos que, a partir de su innovación, resultan plenamente cargados de significados e eminentemente simbolistas: el mito es la materia con la que construye el símbolo. En su primera composición, el poeta traza un peregrinaje simbólico emulando el regreso primordial, un descenso hacia lo más hondo y secreto de sí mismo que comporta la pérdida de la conciencia y de todo condicionamiento o circunstancia humana -histórica, cultural, social o sentimental- a través de un anulador ensueño, viaje de desposesión que transfigura la propia esencia del sujeto antes de fundirla con lo Uno absoluto. En "Wagner" -extasiado bajo los efectos de la música- logra exteriorizar su deseo de renacer y de redimir al mundo. Machado construye, en su personal versión, un significado mucho más profundo que el de una simple "estampa parnasiana" como se ha venido sosteniendo (18), pues conforme al imaginario finisecular, el hecho de aludir a una princesa encantada -o una bella durmiente (19)- inmediatamente se simbolizaba el alma del poeta en una situación de profunda crisis, de esperanza y expectativas frente a su posible redención. Es la hora del príncipe que marcha peregrino a sacar del encanto la encantada princesa, mientras forjan escudo mágico a la alta empresa el gnomo de los sueños y el hada del destino (p. 145, v. 8-12). Mientras a lo largo de todo el poema "Eleusis" se mantiene latente y sin posible resolución la ambivalencia en la atracción que ejerce sobre el sujeto lírico esa "figura" sugestiva, cautivadora y potencial transformadora hacia un nuevo estado, en "Wagner" el conflicto planteado pareciera ser resuelto a través de la precisión del instante en que el sujeto logra concebir, a partir del encuentro entre Brunilda y Sigfrido, un despertar simbólico de toda la humanidad. El silencio y la sombra se abrazan: han cesado el cantar de la fuente y el suspirar del viento. ............................................................. Las ondinas y náyades despiertan. Ha llegado el momento precioso en que el héroe del cuento mata al dragón que guarda la puesta del castillo (p. 145, v. 13-16). En ninguno de los dos poemas -pese a los títulos- el sujeto o la "cosa" volverán a ser nombrados. Este permanente juego de "hacer ver sin mostrar", de no explicitar, produce el efecto de ahondar aun más en la gran incógnita humana planteada en sus "estatuas de sombra", símbolo y pretexto donde el poeta moderno proyecta su actual desgarro y la confusión espiritual propia del hombre sin fe. La atracción que ejerce esta renovada embriaguez mítica es utilizada por Manuel Machado como un símbolo homogéneo del artista frente a la inseguridad perturbadora y a la fugaz disolución en el vacío que produce el arte moderno, pero supone también el riesgo de una vía de perfección que conduce hacia el abismo donde lo divino y lo demoníaco, el amor y la muerte, Dionisos y Apolo, la percepción y la destrucción del yo, la música y la poesía, tiene unos dominios y límites comunes que hay que afrontar como franco portal hacia las emociones de lo desconocido. Resulta evidente que el poeta está persuadido de que debe experimentar para luego "traducir" el misterio del instante y de todo aquello que carece de nombre; que debe expresar con términos racionales lo que la mirada percibe más allá de la comprensión; que debe ser capaz de fijar el instante y el acto íntimo que está en el origen de todas las cosas; que debe conferirle a la poesía el poder de consagrar con el verbo sólo el instante que comprenda todo el arte. Porque en su poesía se debe cumplir la instantaneidad reveladora de la que habla Octavio Paz (20), cuando afirma que la poesía consagra el instante y convierte el transcurrir histórico en paradigma constituyendo "una tentativa del verbo por encarnar en la vida". Entonces el arte se convierte en experiencia intuitiva donde el hombre se olvida de sí mismo, no se piensa como individuo, pues su cometido es convertirse en puro sujeto del conocimiento, fuera de la voluntad, de la pasión y del tiempo, penetrando, aunque sea por un instante, en lo esencial y permanente. Y así lo confirman los versos del propio poeta: "Van los presentimientos / junto a las intenciones... / Todo lo que hay de sueños / de otra vida perdido, / lo que pasó o vendrá. / Vagas curvas de ensueños; / lo que casi no ha sido... / lo que tal vez será..." (21). Notas 1. Max Weber fue uno de los fundadores de la sociología moderna; sus primeros trabajos estaban relacionados a la sociología industrial, pero son más conocidos los últimos trabajos sobre sociología de la religión y sociología del gobierno. Ver su ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Traducción: José Chávez Martínez, 9ª edición, 1991. Premia Editora S.A., México, Vol. I, pp. 1-206. La "Ley de Pareto", establecida por el economista y sociólogo italiano Vilfredo Pareto, sostiene que la desigualdad como tal es un hecho inevitable en cualquier sociedad, y que si bien la economía no debe tener en cuenta la moralidad, pues cualquiera que sustente una medida concreta debería contemplar no sólo las consecuencias económicas, sino también las morales, políticas y religiosas. 2. Cf. Luis Diez Del Corral, "La tragedia griega según Nietzsche", en La función del mito clásico en la literatura contemporánea. Editorial Gredos, S.A., Madrid, 1954, p. 189. 3. Friedrich Nietzsche, "Primera parte: la guerra y los guerreros", en Así hablaba Zaratustra. Ediciones Siglo Veinte, Buenos Aires, 1979, p. 35. 4. Ver el trabajo de J. G. Brotherston, "Manuel Machado y Álvarez and Positivism", Bulletin of Hispanic Studies (Liverpool), XLI, núm. 4, 223-229. Antonio Machado y Álvarez padre, abogado y antropólogo, fue uno de los pocos intelectuales del siglo XIX español en adherir al desarrollo científico en el extranjero y sostuvo su urgente aplicación en la sociedad española inclinando su postura hacia un determinismo científico intransigente. 5. Su primer trabajo fue publicado bajo el nombre de Alma, pero durante algún tiempo llevó el título provisional del apartado: "Estatuas de sombra". 6. "Eleusis" hace referencia a los Misterios Mayores griegos celebrados en el santuario de Deméter situado en la ciudad homónima que se hallaba próxima a Atenas. Estos ritos dionisiacos eran célebres en la Grecia clásica, y de todos los rituales religiosos éste era el de más importancia y renombre; así como Delfos era considerado el centro político y adivinatorio de Grecia, Eleusis era su centro religioso y místico. 7. Friedrich Nietzsche, El nacimiento de la tragedia. Alianza Editorial, S.A., Buenos Aires, 1995, p. 45. 8. Dentro del "catolicismo cultural" de Machado, el peregrinaje a "Eleusis" guarda similitud con el enunciado por Rubén Darío en "Divagación". Ver Poesías completas, Editorial Claridad, Buenos Aires, 1987, Vol. II. 9. Manuel Machado, "Eleusis", en Alma Caprichos El mal poema. Editorial Castalia, S.A., Madrid, 2000, pp. 137-38. 10. Deméter y Perséfone, Ceres y Proserpina para los romanos, son las diosas gemelas percibidas como madre e hija, representaban para los pueblos de la antigüedad los poderes de la naturaleza, su transformación y emergencia cíclica. Los Misterios de Eleusis, o Misterios Mayores que celebraban estas diosas, eran ritos de pasaje destinados a personas adultas que proporcionaron un espacio sagrado para vivenciar nuevos estados de conciencia y una percepción de la vida que surge de la muerte. 11. En "Wagner" Machado recrea los instantes más significativos del acto segundo de Sigfrido, tercera obra de la tetralogía El anillo de los Nibelungos. En este acto el héroe mata a Fafner, un gigante convertido en dragón, clavándole la espada en el pecho, y en el tercer acto, accederá a la liberación de la encantada princesa del verso 6. 12. Cf. Rafael Alarcón Sierra, Entre el Modernismo y la Modernidad: La poesía de Manuel Machado (Alma y Caprichos). Edición: Diputación de Sevilla, 1999, pp. 312-314. 13. "Wagner" es el séptimo poema incluido en "Estatuas de sombra", Op., Cit., p. 145. vv.2 y 13. Recuérdese que la atracción hacia el compositor alemán también se le debe a Friedrich Nietzsche, quien consideró que en su música se personificaría en un principio el milagro de la metafísica de Schopenhauer y la renovación de la vida espiritual alemana. Al romper con Wagner afirmará que las objeciones a sus músicas son filosóficas y no estéticas. 14. Friedrich Nietzsche, "Capítulo VIII. Pueblos y patrias", § 256, Más allá del Bien y del Mal, Editorial Alba, España, 1996, pp. 156-157. 15. "Wagner", Op. cit., p. 145, vv. 1-4. 16. Es indudable que Manuel Machado sigue la huella de innumerables artistas finiseculares entre los que se cuentan escritores, poetas y pintores, quienes también determinaron situaciones legendarias escogiendo y recreando sólo momentos simbólicos propuestos por la opera Siegfried de Richard Wagner. 17. Manuel Machado dispone para su soneto alejandrino una rima consonante -ABBA CDDC EFG EFG-, de manera que la alternancia entre hemistiquios trocaicos y dactílicos conservan un perfecto equilibrio: "Un reloj / que no sé // dónde está / da la una"; "el silencio y la sombra // se abrazan: / han cesado". Además de cerrar todas las estrofas con un verso trocaico puro, los tercetos también guardan la misma estructura. Es evidente que Machado intenta romper con la estructura canónica del soneto introduciendo en el "moderno" una cierta flexibilidad que da como resultado un vínculo imperceptible entre los dos hemistiquios que nunca llega a romper. En la unidad rítmica del verso alejandrino logra también una gran intensificación sobre el ambiente mágico del poema. 18. Cf. Guillian Gayton, "El soneto Wagner" en Manuel Machado y los poetas simbolistas franceses, Bello, Valencia, 1975, p. 76: "El soneto 'Wagner' es otra poesía que tendría mejor cabida en la sección 'Museo', porque también es un pasaje de descripción parnasiana". 19. Manuel Machado contaba con modelos muy difundidos por los poetas del período como "La Bella Durmiente" de Francisco Villaespesa: "...con la rueca a los pies olvidada, / duerme y sueña mi Bella Durmiente..."; o la "Sonatina" de Rubén Darío: "¡Pobre princesa de los ojos azules! / Está presa en sus oros, está presa en sus tules, / en la jaula de mármol del palacio real...". 20. Cf. Octavio Paz, "La consagración del instante", en El arco y la lira. Fondo de Cultura Económica, México, 1996, pp. 185-197. 21. M. Machado, "Fantasía de Puck", Op. cit., Pág. 144. Bibliografía - ALARCÓN SIERRA, Rafael, (1999). Entre el modernismo y la modernidad: la poesía de Manuel Machado (Alma y Caprichos). Edición: Diputación de Sevilla, Área de Cultura y Deportes. España. - BROTHERSTON, Gordon, (1976). Manuel Machado. Versión española de Nuño Aguirre de Cárcer, Taurus Ediciones, S.A., Madrid. - DIEZ DEL CORRAL, Luis (1957). La función del mito clásico en la literatura contemporánea. Editorial Gredos, S.A., Madrid. - HEGEL, George W., Estética. Introducción, Traducción, estudio, prólogos y notas de Alfredo Llanos, Ediciones Siglo Veinte, Argentina, 1983. - LAPESA, Rafael (1975- 1976). "Sobre algunos símbolos en la poesía de Machado", en Cuadernos Hispanoamericanos, CII, Nº 304-307. - MACHADO, Manuel (1967). Alma. Apolo. Estudio y edición de Alfredo Carballo Picazo, Editores Alcalá, Madrid. - (2000) Alma, Caprichos, El mal poema. Editorial Castalia, S.A., España. Edición, introducción y notas de Rafael Alarcón Sierra. - NIETZSCHE, Friedrich (1998). El nacimiento de la tragedia, Alianza Editorial, S.A., traducción Andrés Sánchez Pascual, Buenos Aires-Madrid. - (1996). Más allá del Bien y del Mal, Editorial Alba, S.A., España. - (1979). Así hablaba Zaratustra. Ediciones Siglo Veinte, Buenos Aires. - PAZ, Octavio, (1996). "La consagración del instante", en El arco y la lira. Fondo de Cultura Económica, México, pp. 185-197. ** Laura Quadrelli tatiana4@infovia.com.ar Docente, investigadora y escritora argentina (Córdoba, 1950). Es Licenciada en Letras y JTP en las cátedras de literatura española I y II en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, sede Trelew. ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** El piso de la calle Ryden Blanca Miosi *** Poemas María Eugenia Sáez *** Hamlet 2005 Osvaldo Rubens Sado *** Ciudades donde te nombro (extractos) Lina Zerón *** María y José Severo Insausti *** La balanza de hielo (extractos) Luis Alposta *** Amor y Prozac Luis Miguel Purizaga Vértiz *** Poemas Susana Cattaneo *** Sólo de noche Elsa Levy *** Dos poemas Marcelo Galliano *** Historia de barbero Blanca Elena Paz *** La venganza de Pushkin Manuel Lasso *** El Señor Caído de Monserrate July Carolina Jaramillo *** Poemas Alejandra Barbery *** Las hermanas Sergio Leibowich *** Poemas Juan Pablo Roa Delgado === El piso de la calle Ryden Blanca Miosi =========================== Subo por las estrechas escaleras que crujen como si estuvieran a punto de quebrarse bajo el impacto de mis pisadas. Cinco pisos arriba, el pequeño edificio no tiene ascensor. Visto de afuera luce extraño, fuera de lugar, cubierto casi todo el tiempo por la sombra de los dos altos edificios que lo flanquean. La primera vez que lo vi, entre los dos titanes de concreto y vidrio, me invadió un profundo sentimiento de permanencia. Parecía pertenecer a otra época y haber llegado por los desvaríos del destino al lugar equivocado. Calle Ryden Nº 450. El aviso del diario indicaba que allí encontraría justo lo que buscaba. Un lugar donde vivir. La vieja de abajo, igual que desde hace tres días, sale a mi encuentro. Creo que debe acechar mi paso, parece ser la única del viejo inmueble que vive allí, además de mí, claro. O por lo menos, la única a la que veo. Los crujidos de la madera le sirven de alerta. -Buenas tardes, joven. El clima está cambiando, ¿verdad? -Buenas tardes, señora Victoria -quiero pasar sin darle pie a mayor comentario, pero es imposible. -Así que usted escribe. ¿Dónde puedo comprar un libro suyo? -pregunta mirándome con unos ojos agudos e inquisitivos. -Aún no he publicado nada -¿cómo se enteraría?, me pregunto. -¡Ah..!, ¿le conté que el piso que usted ocupa perteneció a una mujer que tuvo cinco maridos? -Sí. Ayer, y anteayer también -respondo sin cortesía. -Sí... ella era muy bella, se llamaba Clarisa, nunca tuvo hijos, dicen que tenía fama de mujer fatal -dice sin darse por aludida. ¿A qué le llamaría ella una mujer fatal? Caigo bajo los envolventes efluvios de la curiosidad, cediendo ante los deseos de la gente que, como aquella anciana, quería contarme algo interesante, al enterarse de que yo escribo. Felizmente no me narraba su vida, no lo hubiera soportado. Me gusta escribir ficción, no realidades, tenemos demasiadas. -¿Mujer fatal? -inquiero, esperando una respuesta que satisfaga mi curiosidad. -Sí, de aquellas que son inolvidables, de las que los hombres se enamoran y caen rendidos a sus pies, de las que son capaces de hacer que se cometan asesinatos por ellas... -la mujer deja descolgada la última frase, esperando mi reacción. -¿La que vivía arriba era de ese tipo de mujer? -pregunto, ya compenetrado en la conversación. -Sí. Por supuesto -contesta ella imperturbable, como si dijera los buenos días-. Pero... ¿no desea tomar una taza de té? Podría contarle muchas cosas de Clarisa. Y del porqué ese piso es tan difícil de arrendar. -¿No será porque está demasiado arriba? -comento sonriendo-. Gracias, pero en otra oportunidad tal vez, deseo revisar unos documentos. -No tardaremos más de unos minutos... Creo que le interesará. -Está bien -acepto a regañadientes. En realidad no me interesa demasiado lo que la vieja quiera contarme, no creo en fantasmas, ni astrólogos, ni videntes, si es que se trata de eso, como sospecho. -Adelante, está usted en su casa. Tome asiento, por favor -me invita ceremoniosa la vieja Victoria. Su casa es tal como ella, llena de adornos hasta el tope en los estantes, la mesa de centro, la consola, y casi todo. Los muebles tienen manteles tejidos a crochet en el respaldar y en los brazos. -Gracias -respondo mientras me siento tratando de no mover los tapetes tejidos. El piso está cubierto por una gastada alfombra que conoció mejores días, y en las paredes en lugar de cuadros hay litografías enmarcadas, que parecen haber pertenecido a calendarios. La ventana está cerrada, pero se escucha el ruido del tráfico, pese a su cubierta de grueso cortinaje. -¿Le gustan las galletas de chocolate? -pregunta Victoria, mientras trae consigo una bandeja con un antiquísimo juego de té de porcelana blanca con paisajes azules y bordes dorados. En el fondo de la bandeja, otro tapete de crochet. Un plato rebosante de galletas de chocolate me acelera el pulso. Son mis preferidas. Qué casualidad. -Me encantan. -Pero dejemos esta vieja sala y pasemos a mi lugar preferido, aquí hay demasiado ruido -pasa delante de mí y se encamina a un pasillo, empuja la puerta con la bandeja y me hace pasar a un pequeño salón decorado de manera muy diferente del primero, las ventanas siempre cubiertas con gruesas cortinas de crespón rojo a los lados, dejando en el centro una tela más suave de color crema. Me siento en un mullido sillón del mismo tono, y observo que el piso tiene una alfombra de seda persa. -Clarisa Morrison. Así se llamaba. Un buen día desapareció y nunca supimos más de ella. Desde entonces este edificio goza de una relativa calma, porque antes, la música y las fiestas estaban a la orden del día -la vieja Victoria se repantiga en el sofá y entrecierra los ojos-. Su último marido fue un pianista, era un hombre muy celoso, y claro, como ella de santa no tenía nada, creo que su romance terminó en tragedia. -¿Cómo supone usted eso? -Desaparecieron. Ya se lo dije -indica ella mientras deglute una galleta. Me quedo callado. Creo que fue un error haber aceptado el té. De pronto, observo en una de las paredes un cuadro idéntico al que tengo en mi piso. -Ella era Clarisa -dice la vieja-. ¿Verdad que era bella? -¿Cómo es que usted tiene un..? -Porque lo recogí de la basura y lo mandé a enmarcar. Sé que hay uno igual, arriba. Se la tomó su segundo esposo, era fotógrafo. Yo aprecio la belleza, no me va a negar que luce imponente en esa pared. -No, por supuesto -digo, preguntándome qué diablos hago yo ahí. -Cuando desapareció seguía igual de hermosa. El tiempo fue benevolente con ella. A Clarisa le gustaba hacer sesiones de espiritismo arriba, y no era muy devota de Dios. -Yo no creo en nada de eso. -Yo tampoco. -¿Cuánto tiempo hace que desapareció? -Hace 30 años. Así que si ella aún vive, debería tener por lo menos 70 años. -O sea, fue retratada a los 19, más o menos... -digo por decir algo. -Sí, porque la casaron a los 15, y su primer marido murió a los seis meses, dejándola bien acomodada. Era un hombre maduro con mucho dinero, creo que fue un arreglo económico el que sus padres hicieron. El fotógrafo le duró vivo seis años, fue el que la retrató. Luego vino el escritor, con quien duró más tiempo, pero no se llevaban muy bien porque a ella le gustaba la vida social y él era casi un ermitaño. Lo único que la ataba a él era usted sabe... eso. -¿Qué? -intuyo lo que ella no desea nombrar, pero me hago el tonto. -Dicen que él era muy bien dotado, y a ella le gustaba... Usted me comprende muy bien -me aclara Victoria-. Pero un día le dio un infarto y salió de este edificio con los pies por delante -la mujer cuenta con los dedos como recordando-. El cuarto marido fue un profesor universitario, se conocieron en una reunión para recoger fondos, él era un poco mayor, creo que le llevaba 15 años, y cuando todos pensábamos que por fin ella había sentado cabeza, él murió a los dos años. Salió una noche después de haber tomado y condujo su coche con tan mala suerte que murió incrustado en un poste. Fue un acontecimiento muy extraño. -¿Por qué? -pregunto picado por la curiosidad. -Él no acostumbraba tomar. Era abstemio. -Ah. Comprendo -digo tratando de llenar el silencio. -Toda la gente que se ha mudado al piso de arriba se va rápido. Dicen que el lugar es muy pesado, y como se alquila amoblado, no hay forma de cambiar el ambiente. -Dígame, señora Victoria, ¿cómo sabe usted tanto de Clarisa Morrison? -Fui su mejor amiga y confidente. Pero ha pasado tanto tiempo que creo que ya no hay secretos que guardar -respondió pensativa. -Creo que debo retirarme, muchas gracias por las galletas, estuvieron exquisitas. -Puede llevar unas cuantas, yo las hago a diario -dijo ella, entregándome el plato con las galletas. -No, gracias... -Espere -se alejó en dirección a la cocina y regresó con un envase plástico con tapa, estaba lleno de galletas-. Me ofenderé si no se las lleva. Termino de subir el último tramo de escaleras antes de quedarme sin aliento y abro la puerta con cierta dificultad, el taper me estorba. Finalmente, he llegado. Dejo el envase en la cocina y paseo mis ojos por la casa. Ciertamente, parece más grande que la de la vieja Victoria, debe ser por contener menos adornos y muebles. La persona que lo decoró, si era Clarisa Morrison como decía la mujer, debió tener muy buen gusto, todo allí indicaba elegancia. Me paro frente al retrato de Clarisa. Desde el primer día me pareció una mujer muy atractiva, y ahora que sé su historia, o parte de ella, esa sensación se acentúa. La foto es en tono sepia, pero casi puedo verla en los colores reales, adivino su abundante cabellera pese a estar recogida en un elaborado peinado alto, dejando al descubierto sus hombros redondeados. El escote del vestido cae profundo hacia delante, donde los senos se juntan, y puedo casi imaginar sus senos, lozanos y turgentes. Clarisa tiene una mirada lejana, pero sus ojos reflejan fuerza de carácter, tiene la nariz fina y labios sensuales. Parecía contener una sonrisa mientras le tomaban la foto. ¿El segundo esposo, dijo Victoria? Empiezo a pensar en Clarisa no como un retrato de una mujer desconocida, sino como en alguien familiar. Después de todo, estoy enterado de ciertos asuntos que van más allá de las conversaciones triviales. De modo que ella estuvo casada con un escritor. Y según la vieja, era el que más había amado. La miro y pienso que no sería difícil enamorarse de aquella mujer con locura. Me la imagino desnuda y el fuego del deseo empieza a quemar mis entrañas. Vivir en aquel piso tocando los objetos que fueron suyos, y dormir en la misma cama con dosel donde hizo el amor infinidad de veces con distintos maridos, le da connotaciones de aventura surrealista a mi estancia en el lugar. No puedo evitar sentir deseos de correr a verla de cuando en cuando, y ya no deseo salir de la casa. Pero debo hacerlo, si estoy en la ciudad es porque debo hacer un recorrido varias veces postergado. Quiero que algún editor publique mi novela. La mejor novela de todos los tiempos. Aunque después de hacerles un pequeño resumen no parece despertarles mayor interés. Me pregunto, ¿cómo es posible? ¿A quién podría dejar de atraer el título: Un muerto en la nevera? -Mi amor... quiero que nunca me dejes... -escucho junto a mi oído. Me revuelvo en la cama y siento su cuerpo tibio junto al mío, estoy desnudo y mis manos recorren su cuerpo como si conocieran de memoria cada uno de sus rincones. -Clarisa, te amo, te amé desde el primer día... No te dejaré jamás... -susurro sobre su boca, besando los labios que me subyugaron desde que los vi. Es la segunda semana que hago el amor con Clarisa. Trato de permanecer fuera del piso el menor tiempo posible. Ya no es importante si algún editor no desea publicar mi libro, o si me miran con una sonrisa demasiado comprensiva. Lo único que deseo es volver a casa y estar con Clarisa. La gente se comporta conmigo últimamente de manera extraña, me miran como si estuviera enfermo, pero me siento mejor que nunca, pienso que nunca fui un hombre tan feliz, y tan deseado. Sé que es una locura, pero estoy enamorado de Clarisa, y aunque sólo pueda verla y sentirla por las noches en mi cama, me conformo con eso. Hago el amor con ella dos, tres veces cada noche, y sé que ella está satisfecha, lo sé porque me lo dice constantemente. No como, ni duermo, y durante el día camino como un sonámbulo. Casi por inercia termino de visitar las últimas compañías editoras de mi lista. Mi Un muerto en la nevera reposa en espera de una aprobación o un rechazo en cada una de ellas. Pero ya no me interesa, yo sólo deseo regresar donde Clarisa, ella es como una droga, no puedo vivir sin sus besos, sin las palabras que murmura y que me turban cuando hacemos el amor. Espero con ansias la noche porque sé que ella no faltará a la cita. Una vez más voy por las escaleras carcomidas hasta el quinto piso. La vieja Victoria últimamente no sale muy seguido y lo prefiero. Sé que me mira con aquellos ojos siniestros y se guarda lo que piensa. Yo sé que ella sabe lo que sucede allá arriba. Hoy por última vez, regreso de mi recorrido, he terminado de entregar la última copia de mi manuscrito. Estoy satisfecho porque no tendré que salir más. La vieja me da el encuentro y me mira con su sempiterna sonrisa. -Señor Vincenzo -le escucho decir como si la voz proviniera de lejos-. Hace días que trato de hablar con usted, pero casi no le siento llegar. -Buenas tardes, señora Victoria -digo brevemente. No deseo retardarme. -La última vez que conversamos me olvidé decirle algo. ¿No desea pasar a tomar el té? -No esta vez. Muchas gracias -digo casi con brusquedad. Esa mujer se estaba interponiendo en mis deseos. -Bien, entonces se lo diré aquí. Clarisa... ¿la recuerda? Ella me prometió que tendría seis maridos. Y que el último jamás se separaría de ella. Creí que sería bueno que lo supiera, por si... deseaba escribir acerca de eso... -termina diciendo la vieja. Y cierra la puerta. Su mirada encierra más de lo que dicen sus palabras, por un momento quiero preguntarle qué más sabe de mi amada Clarisa, si ella sigue siendo su confidente, si sabe lo que está sucediendo allá arriba, si sabe que yo... estoy loco por su amiga. Retrocedo unos escalones y toco su puerta. De pronto quiero saberlo todo, la vieja Victoria debía estar enterada de los pormenores de la vida íntima de Clarisa, y yo ansío que me cuente más de ella. La puerta permanece cerrada. Gasto mis flacos nudillos golpeando y la sangre corre por mis muñecas, pienso que me estoy volviendo loco. ¿Qué, no es ésta la casa de Victoria? ¿Dónde diablos se ha metido? Bajo hasta el sótano donde el conserje, un viejo con un mameluco desgastado que tiene todo nublado por el humo del cigarrillo. -¿Usted sabe cómo puedo hablar con la señora Victoria? -pregunto. -¿La vieja Victoria? -repitió extrañado. -Sí. La del primer piso. -Ella murió hace diez años. Su piso está desocupado desde entonces. -¿Cómo? Pero yo... estuve allí hace unas semanas, siempre me interceptaba en la escalera, me invitó a tomar té y me dio unas galletas de chocolate... -¿Y también le contó que en el quinto piso vivía una mujer llamada Clarisa Morrison? -preguntó el hombre con una sonrisa. -Sí -digo, sabiéndome burlado. -No sé qué sucede con la gente. No es usted la primera persona que viene con ese cuento. -No es un cuento, yo le juro que... -dejo de hablar. Sé que es inútil, ese hombre no sabe nada, ni nunca sabrá nada. Doy media vuelta y subo hacia el quinto piso, sé que me espera Clarisa y no faltará a la cita. ** Blanca Miosi blancamiosi@yahoo.es Escritora peruana. Reside en Venezuela desde 1979. Posee un taller de alta costura. Es autora de la novela El pacto (Athena Press, Londres, 2005) y de las novelas inéditas La búsqueda; Dos caminos, un destino; La hija de Hitler; El cóndor de la pluma dorada; La última portada y Dimitri Galunov, así como de un libro de cuentos. === Poemas María Eugenia Sáez ======================================== *** A Rowena Hill I Bella Roweena poeta andina labrada como un cuéncano de los Andes en la garganta Déjate hacer pico exalto déjate hacer tropical pirineo caliza de mariposas Huirás a las blancas escamas de los dedos del orbe como una oración inacabada II Lo innombrable es sachervalt miel del Shiva/Shakti sempinterno hiel Yo, Roweena, quise su cuerpo, con el mío oradado hoy de smog y de stress por la baby sitter y de grasa de junk food en mis caderas inapetentes, no apetecibles entre el tráfico y las luces de autopista que enciende de extremo a extremo la lluvia con su lengua plateada, parada en la parada de autobús Yo te honro. III Ash en tu abrazo fluye el monzón sobre ese monte que te recuerda como oración de almendro lácteo no florecido mis muslos tensos guardan el son de una ponencia de una lección que preparabas en la oficina y yo aireaba templada raga en esa oreja tan afeitada (hirsuto susto) que tú explicaste "no soy británico" y así fue de la física y la teoría. Eran los meses del 2001 cuando mezclaba tu piel de fango con el relámpago de tu camisa de profesor y me curaba de una sequía de dos mil años. Mi lengua andaba surco imposible desde tu axila hasta tu ombligo de pelo azul y el mediodía era un silencio que te encendía y distraído en mí me hundías. Había un Vrindaban que a veces guarda nuestro vaivén. Y el uno azul y el otro gualda fluían del punto de confluencia Yamuna y Ganges. Pasaban parques adulterinos pasaban ríos de la autopista y los moteles y los quejidos pasan palabras por mi desidia "En ti estar quiero" que me dijiste como el Yamuna llena de brazos voy anegada (1). IV Señor-D Tiene sus propias leyes No se rinde Se ríe de nuestros planes, de nuestras filosofías, de nuestros planes La frente de un ingeniero despirituado se vuelve surcos, rayas del aire -diez, para ser exactos- y él lo sospecha. Con una mirada al techo, ella es la antena del amoroso envite que [sobrevuela mientras él planea en vano. Descuelga el teléfono y mira a la mesa de trabajo extenderse hacia la ventana Disparado del puño de la manga con un ademán cetrero vuela su deseo al de [ella hacia el giro nocturno y estelar donde los labios sellan un resplandor y allí el de él se amansa Él: el cuello blanco de la camisa sobre la piel oscura del cuello Ella: una mirada y la tela es alas que se cuelgan de un alambre, de una [ventana Una mesa redonda donde las rodillas se adivinan, se tensan, se esparcen, [ocultas Una mesa redonda como un colchón de plumas donde él y ella anidan Un nudo sinfín de pedazos del día, llamadas por teléfono al amanecer, [silencios al caer el sol, imágenes que hacen cáscara y crecen [protegidas por él por ella. Sri Ashok. La voz que se siente en la espalda y sube vértebra a vértebra hasta la [nuca. La tela del color de los ojos, del pelo, del labial, de los aretes. El folleto sobre Pune que acompañó un almuerzo y no se discutió. Chistes para distraer, chistes para ahuyentar el amoroso envite que sobrevuela. Mañana tengo una entrevista, esta tarde saldré temprano y trabajaré en mi [libro para Y yo en el verano comenzaré el proyecto y en cinco años lo habré acabado [para Para cuando me jubile entre tus piernas, entre tus brazos, en el vaivén y [en la sacudida de tu pelvis -la ropa colgada de una antena, sin electricidad ni muebles ni nada [escrito- tus labios posados sobre mi nuca, desovando, tus manos abiertas al vuelo de los senos tu ápice de vuelta del universo mío, hasta que perdamos las vocales El deseo se ríe de nuestros planes, de nuestras filosofías. No se rinde. Tiene sus propias leyes. D-Sire It knows its laws It does not surrender It laughs at our plans, our philosophies, our plans The forehead of a dispirited engineer belies the furrows her desire [plowed, as he suspected She glances at the opened ceiling at the satellite bowl towards which he projects in vain Phone in hand he stares at the desk and watches it extend towards the window Launched from the cuff of his sleeve, as if by a falconeer, his [desire flies to hers toward the darkest of gyres where she holds her breath and holds her [spark and there his is tamed He: the shirt's white collar on the neck's dark skin She: just a glance, and her clothes become wings that hang from a [beam, from a compass A round table where knees are only guessed, where they tense and [spread, hidden A round table as a feather mattress where he and she can nest An endless knot, made up of early morning phone calls, of ends of [days, images that become shell and grow nurtured by him by her. A voice the spine can feel, one that climbs up each vertebrae until [it holds the nape. The cloth with the color of the eyes, of the hair, of the lipstick, [of the loops in her ears. The brochure about Pune, opened or closed, that accompanied one lunch [and remained undiscussed. Gossip to distract, jokes to scare away the loving charge that [hovers. Tomorrow I have an interview, this afternoon I will leave early and [work on my book, so And I will start the apartment this summer, and in five years it will [be finished so So that I will retire between your legs, between your arms, within [the sway and shake of your pelvis Your lips on my nape, spawning, your hands spread to the flight of my [breasts Your apex returning from that universe mine, until we lose the vowels Desire laughs at our plans, at our philosophies, at our plans It does not surrender It knows its laws. 1. One blue one yellow they flowed on and on from the confluence point All in your embrace summer and all seasons having your monsoons over the mound where you are known like a prayer, "the left one", the one that blossomed like a milky [almond tree. Noticed how while you prepare the lesson, I place my hips between your [thighs, my hands around your temples, my thighs over your hips, and I inhale the warm [breeze of other oceans? In our months of 1999, my soil was lightened beneath your cloudy brow. I [healed. I learned to mince the earthy skin under the white shirt of lightning, the spark, the man on the steps of the university. Place a sigh on your shaven lobe, I'll trace a path in the black hair [from your armpit to the center. And may you furrow my waist, palm my shoulder; the noon of silence will [come tongue in tongue. Like a river you, distracted as I sway in tune. Like a cloud when your [weight sinks me in in me. Letting go of parks, of cornered looks and hurried lips, of freeways [that rumble away. You muttered "I want to be in you". My soul rests soaked in your [embrace. *** No voy a escribir nada No voy a escribir nada. Mi hija se quebró un dientito. En el amanecer azul tras la cesárea, el Hada Azul de Pinocho me pregunta "Mrs. Mayer, do you want your baby?" La morfina bate alas de distancia y le digo "Yes, I want my baby, yes indeed I want my baby, give me my baby please, [Blue Fairy, beautiful blue and gold and pale unreal girl, my baby, [give her to me". Y ahora tiene quince años y es como el Hada y se quebró un dientito. Queda el mal poema que le di a Elena de la Cruz, embarazada, sin esposo, [sin miedo, yo la temerosa: "Relámpagos azules de tus ojos alumbran las mejillas de tu aurora el sol sale audaz sobre tu frente alumbra el arco iris de tu boca sonriente llueve Teresa lluvia dorada encantadora" Les digo que no hagan ruido y sin batir de alas me asomo a la penumbra azul de la televisión. Está viendo Pinocho. Ríe. ** María Eugenia Sáez mayerfmt@aol.com Escritora y editora venezolana (Maracaibo, 1955). Reside en Alhambra (Los Angeles, EUA), donde edita el quincenario Avance. Es historiadora por la Universidad Central de Venezuela y doctora en literatura de los Siglos de Oro por la University of Southern California (Los Angeles). Ha sido profesora universitaria en la UCV y en California. Tiene inédito su libro Don Quijote de Indias, así como diversos relatos de ficción y poemas. === Hamlet 2005 Osvaldo Rubens Sado ================================== Las seis y diez de la tarde de un martes de agosto de 2005, en Corrientes y Montevideo en el Bar La Paz, que tiene una estructura antigua donde se siente y se huele el olor del cuero de las sillas viejas pero muy bien cuidadas: es el alma del tango el que habita este lugar de Buenos Aires, vetusto. Arriba, allá a la izquierda hay un gran podio donde, entre el '30 y el '50, estaba la orquesta; hoy está vacío pero resplandeciente por el barniz marino que lo lustra con el espíritu ancho del Río de la Plata. Hamlet está sentado en una silla frente a una mesa junto a un ventanal que da a la calle Corrientes. Le gusta estar aquí porque, a veces, llega un viejo con un bandoneón, sube al podio y toca tangos que a Hamlet le parecen tristes y dulces. Entra Laertes, malhumorado y furioso. -¿Dónde está mi hermana Ofelia? La creía muerta pero no es así. -La puse a trabajar de prostituta fina desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde. En unos momentos estará aquí. Tiene un éxito formidable. -Pero, ¿cómo te atreviste a convertirla en puta? -Laertes, por favor, no seas idiota. Es un oficio tan decente como cualquier otro, aunque un poco más peligroso, pero mucho más lucrativo. El consejo principal es que no se deje tocar si el hombre no tiene un preservativo puesto. No trabaja con mujeres porque no le gustan. Lo de su suicidio fue una representación magnífica que hicimos. -Eres un canalla. -¡Por favor! Ella se queda con el setenta por ciento de lo que cobra, trescientos dólares la hora, porque Ofelia es bellísima y bien puede darse ese lujo, y yo me quedo con el treinta, pero pago el departamento lujoso en que trabaja, repongo las bebidas, pago las expensas y los servicios, en fin no gano nada y ella se hace de un capital. -Pero, ¿no estabas enamorado de ella? -Por supuesto. ¿Qué tiene que ver su trabajo, perfectamente honesto, con el amor que nos une? En ese momento entra Ofelia resplandeciente. -Hola. Mis dos amores. ¿Cómo está mi enamorado? -dice con picardía mirando a Hamlet. -Ansioso. -¿Y tú, Laertes, a quien hace tiempo que no veía? -Éste -aclara Hamlet- es un asesino a sueldo y estaba trabajando en Roma y París. Ahora viene porque lo contrataron para matarme. Laertes palidece y no comprende cómo el otro está enterado de su misión. Hamlet lanza una carcajada, toma a Ofelia por el brazo, mientras amorosamente le acaricia el trasero, y le dice a Laertes: -Vamos con Ofelia al Hotel por horas que está en Tres Sargentos, a la vuelta de la avenida Córdoba. Tú, espéranos en mi suite del Alvear Palace Hotel. Le entrega la tarjeta magnética que abre la puerta. -¿Por qué no te vas con ella a ese hotel, Alvear Palace? -¿Crees que puedo mostrar allí a mi novia como meretriz? Ella vive en el Alvear un piso más abajo para que no se produzcan comentarios mal intencionados. Tardaremos unas cuatro horas. Puedes leer o mirar televisión o pasar las películas que elijas; el hotel te las dará. Diles que estás conmigo. Los amantes se van abrazados; toman un taxi. *** Laertes, furioso, se pasea por la enorme suite del hotel y mira a cada rato su reloj que no parece adelantar ni un segundo. Cinco horas después aparece la pareja radiante: van al baño y se bañan juntos en una enorme bañera junto a la cual hay una primorosa mesa pequeña y baja. Hamlet esconde algo debajo de un diario que está sobre ella. Ríen a carcajadas; no les importa que Laertes los esté mirando pero cuando éste saca un puñal de su ropa amplia, Hamlet toma la pistola de nueve milímetros que estaba apoyada sobre la mesa bajo el diario y, con un disparo certero (es un gran tirador), hace saltar el puñal de la mano de Laertes. La pistola tiene silenciador. -Laertes, no comiences con juegos idiotas, porque ya me pones de mal humor -le dice Hamlet molesto. El hermano de Ofelia se masajea la mano que sangra un poco por el rasguño y dice: -En esto no hay nada claro. -Al contrario, Laertes -replica Ofelia-, todo está clarísimo. Laertes los mira como si estuvieran locos aunque el falo erecto de Hamlet dice a las claras que se trata de otro tema. El hermano se va al gran living. Los amantes terminan sus juegos y se visten con parsimonia. Ya en el living, Hamlet sirve bebidas para los tres y las entrega, primero a Ofelia, luego al hermano y se queda con la suya. -No creas, Hamlet, que por haberte librado de ésta quedarás con vida. Cuando a mí me ordenan realizar una tarea por la paga que estipulo, siempre la realizo. Claudio, tu tío, el que mató a tu padre, ahora me ordena que te liquide porque tú lo quieres matar. Te busqué en Copenhague y no pude hallarte hasta que en el Hotel Radisson SAS Royal, de cinco estrellas, que está en Hammerichsgade 1 Dk 1611 en la ciudad, donde siempre te hospedas cuando estás allá, me dijeron que podría encontrarte aquí hoy a la hora señalada y en el Bar La Paz. ¿Me esperabas? -Por supuesto, Laertes. No conoces nada de la verdadera historia. ¿Se la contamos, Ofelia? -Sí, porque de lo contrario Laertes nos molestará hasta hartarnos. -Pero... -Calma, Laertes -dice Hamlet con tranquilidad-, las cosas sucedieron así. Mi madre, Gertrudis, tiene amantes por toda Eurasia: en París; en Colonia y Berlín en Alemania; en Roma, en Praga, en Varsovia, en San Petersburgo, en Moscú, en fin a qué seguir. Le gustan los hombres de todas las razas. -¿Es que el Rey no lo sabía? -Sí, y sufría mucho. La cosa se puso muy fea una noche cuando él había abandonado el castillo durante una tormenta terrible, y tuvo que regresar sin que nadie lo escuchara, y nos encontró a Gertrudis, su mujer, y a mí, en lo mejor de un formidable acto pasional porque esa mujer en la cama es lo más frenético, audaz y excelso que puedas imaginar. -Pero el Rey... -exclamó Laertes horrorizado tomando su cabeza y casi llorando. -Mi padre, Laertes, padecía de eyaculación precoz, lo que ponía furiosa a mi madre que debía terminar masturbándose locamente. -¿Y tu padre, maldito Hamlet, no quiso matarte? -Por supuesto; en ese mismo instante, pero como tú, infortunado Laertes, es de los que prefieren las técnicas y las armas antiguas, cuchillos, dagas, espadas y espadines, venenos, en fin toda esa sarta de estupideces. Lo desarmé con un puntapié espléndido y una trompada en los genitales que lo desmayó. -Entonces, mi querido hermanito Laertes -dijo Ofelia con voz dulce-, Hamlet habló con su tío Claudio y prepararon una hermosa conspiración. -Ya lo sé: Claudio mató al Rey. -No, estúpido -gritó Hamlet-; al Rey lo maté yo: con una maza, igual a la de Heracles (Hércules, por si no lo recuerdas), le reventé la cabeza y arrojé el cadáver desde la torre más alta del castillo. Además arrojé al enano Yorik quien se suicidaba por amor a su rey y estaba junto a él, en la torre. Doble suicidio: ¡qué romántico! -Eres un criminal, Hamlet. -Mira quién lo dice -exclamó escandalizada Ofelia-, ¿a cuántos has matado tú, Laertes mío? -Es mi oficio. -No volvamos a hablar de oficios -se inquietó Hamlet que piensa en la prostitución de su "amada"-. El plan era que Claudio, mi tío, atestiguara ante la policía danesa que mi padre se había suicidado porque estaba en conocimiento de que mi madre le era infiel. Cosa, claro está, que sabía toda la población de Dinamarca. Luego yo sería coronado Rey y le daría una importantísima recompensa al sinvergüenza de Claudio, jugador compulsivo que perdió su fortuna y quien, además, siguiendo las viejas tradiciones, envenenaría a Gertrudis la cual, apenada y deprimida por la muerte de su esposo se suicidaría. Te aclaro que necesitaba que sucediera de esa forma para que no se tornara molesta. -Ya veo, Hamlet, a dónde llevó la jugada: el pícaro Claudio, en lugar de matarla, se casó con Gertrudis y se convirtió en rey de Dinamarca. ¿Y ahora qué? -Ahora, hermanito mío -dijo con tranquilidad Ofelia-, esperamos que la mundialmente conocida asesina rusa Zakolenovaia, aunque nadie la ha visto jamás, y el extraordinario danés Asmund, quien ha matado a más personajes que los que tiene la historia dinamarquesa, terminen con Gertrudis y Claudio, cosa que sucederá hoy en el castillo de los tórtolos. En ese momento suena el teléfono. Hamlet toma el auricular y escucha. Le hablan en código, por si rastrean la llamada, en la que le comunican que los animalitos que estaban enfermos en los corrales del castillo sanaban bien. Y pronunciaron la palabra celta Benniget. -Ofelia, todo salió perfecto. Más aun, nuestros contratados se enfrentaron con Polonio, tu padre y el de Laertes, quien quiso defender a la pareja real y también lo mataron, y, como en ese instante llegaba mi gran amigo Horacio, decidieron que también era conveniente terminar con él para no dejar testigos vivos. Se llevaron todas las joyas que les habíamos dejado, las peores por supuesto. Las buenas, Laertes, antes de que lo preguntes, están a buen resguardo. En el castillo sólo quedan cadáveres. -Después -dijo irónico Laertes-, mi hermanita Ofelia desposará a Hamlet y devendrá la reina de Dinamarca y yo tendré asegurado mi futuro y podré abandonar mi profesión de asesino. ¡Estupendo, muchachos! Siempre te creí un estúpido, Hamlet, pero veo que me equivoqué. -Y de qué manera, Laertes, porque tú no nos sirves para nada y eres un inútil asesino. Laertes presintió la bronca enajenante de Hamlet y quiso alejarse, pero se enfrentó con su hermana quien, con la pistola con silenciador, que había traído del baño, le abrió un pequeño agujero en la frente, el cual, por detrás, destrozó el occipital y desparramó más de la mitad del cerebro de Laertes, estampándolo en las paredes, cosa que ocurre con la balas de punta hueca. Enseguida Hamlet, con sus manos que acababa de enguantar, extrajo otra pistola con silenciador que tenía en su espalda sostenida por el cinturón, la puso en la mano derecha de Laertes, quien era diestro y disparó varios tiros contra las paredes que estaban detrás del lugar desde el que había disparado su novia. De inmediato destrozaron la habitación, como si hubieran corrido entre los muebles, a varios de los cuales tumbaron desgarrando los tapizados con el cuchillo que había traído Laertes. Destrozaron la cerradura de la puerta; Hamlet se desnudó y se metió en la gran bañera. Salió chorreando agua y corrió por todo el piso de la gran suite como si hubiera estado huyendo. Aprovecharon la extraordinaria puntería que tenía Ofelia quien, de niña arrojaba flechas hacia donde cualquiera quisiera y que, después, se convirtió en excepcional tiradora con pistola de nueve milímetros. Ella, desde unos cuatro metros apuntó, aparentemente, al pecho de Hamlet, con el arma de su hermano y la bala pasó a través de la piel del costado izquierdo del tórax produciendo una herida en sedal a través de toda la piel que para nada comprometía al príncipe, pero que sangraba profusamente, por lo que Hamlet nuevamente corrió por la habitación derramando su sangre por todas partes. Luego Ofelia se desnudó y apenas cubrió parcialmente su cuerpo con un toallón que dejaba los senos al descubierto. Caminaron hasta la gran chimenea que había en el salón y extrajeron un ladrillo térmico detrás del cual habían practicado un buen agujero donde colocaron los silenciadores. Sellaron el ladrillo con una pasta especial e invisible. Enseguida llamaron a la policía del hotel y a la Policía Federal. La actuación frente a los policías fue espectacular. Mostraron los antecedentes de Laertes que habían obtenido de las policías de Francia, de Italia y de Inglaterra, con lo que la muerte del cadáver quedó terminada. Ofelia llorosa contó que en Dinamarca habían asesinado a su padre, quien, muy por el contrario de lo que sucedía con Laertes, era una bellísima persona. Ante la lógica pregunta de por qué tenían un arma con ellos, una nueve milímetros que cargaba diecisiete balas de punta hueca, ambos se dirigieron al cajón de uno de los muebles removidos y extrajeron una bolsa de terciopelo en cuyo interior había joyas que valuaron en cuatrocientos mil euros y ¡por Dios!, que cualquier idiota podía ver que eran joyas de extraordinaria calidad. No hubo más preguntas. El hotel ofreció de inmediato otra suite puesto que en ésta la policía debería efectuar sus trabajos de investigación. Ante la mirada atenta de los detectives, que no eran tontos, Hamlet fue sacando cada una de sus pertenencias y las colocó en sus magníficas valijas. Cuando el detective Gómez Cornejo, de la Federal, preguntó dónde estaban las ropas de Ofelia, ella, ruborizada, dijo que su departamento estaba un piso más abajo por lo cual no sería necesario revisarlo. Pero Hamlet, hábil simulador, le dijo a Ofelia que entregara a Gómez Cornejo la tarjeta electrónica con que abría su habitación. (Sabía de sobra que, si no lo hacía así, el inspector se haría abrir la habitación con la llave maestra del hotel) El inspector mandó tres detectives al departamento de la joven y le preguntó si quería estar presente durante el procedimiento. Ofelia, nada tonta y siempre ruborizada, dijo que sólo bajaría para cambiarse de ropa. Se cubrió los hermosos senos con una pañoleta. Esa noche cenaron con tranquilidad y una tristeza tan bien simulada que quienes se hallaban a su alrededor se mostraban compungidos y algunas damas derramaron lágrimas reales. Luego los novios se despidieron y entraron en la suite de Ofelia, que ya había sido revisada por la policía. Se abrazaron, se besaron con pasión y Ofelia con un tono muy calmo de voz preguntó: -Dime, hijo de puta, ¿me pusiste a trabajar de ramera fina y me hiciste fotografiar permanentemente por tus detectives para desprestigiarme después? Porque ese cuento de que me haría un bonito capital es una mentira infantil. Me despreciarías y quedarías solo como rey de Dinamarca para realizar todas tus actuaciones geniales con las mejores putas y los más divinos gays del mundo. ¿O creías que no sé que eres de los que tienen sexo tanto con las mujeres como con los hombres? Así que, señor Hamlet, el gran sinvergüenza de Copenhague, fifty and fifty, cincuenta y cincuenta, según lo pactado, y nos casaremos te guste o no. Tú haces la vida que quieras y yo la mía. De vez en cuando te permitiré penetrar mi maravillosa vagina. Hamlet, absolutamente sorprendido, pensó rápido: "Si la arrojo por el balcón diré que se suicidó apenada y deprimida por la muerte del padre y que nada pude hacer para detenerla". No se dio cuenta de que Ofelia había enganchado un grueso instrumento curvo muy fuerte desde el cinturón de Hamlet al suyo. Las manos de la divina y hermosísima Ofelia eran las de la más hábil carterista y pungista de Copenhague y toda Europa, habilidad totalmente desconocida en el mundo, que utilizaba sólo para divertirse. Nada de lo que ella hacía sobre el cuerpo ajeno era sentido por el robado. -Cuidado con lo que haces, hijo de puta, porque conmigo no juega ningún Hamlet, mi muy adorado Hamlet. Cuando el príncipe la insultó y la tomó con sus fortísimos brazos para arrojarla por la ventana, Ofelia comenzó a reír. Él la arrojó violentamente y ella lo arrastró en su caída. Mientras caían del décimo piso ella reía cada vez más fuerte. Y Hamlet gritaba desesperado: -¡Mi reino! ¡Pierdo mi reino! Un millón de Ofelias y de euros por mi... La sentencia del príncipe no acabó porque el asfalto suprimió las últimas palabras. Hamlet cometió un error: no se había dado cuenta de que Ofelia estaba loca pero no era tonta. El trono de Dinamarca quedó vacante por un corto tiempo. ** Osvaldo Rubens Sado ors72@arnet.com.ar Escritor y médico argentino (Carapachay, Provincia de Buenos Aires). Graduado de médico en 1959 en la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar). Ha publicado cuentos en el suplemento literario de La Gaceta de Tucumán (1966), la novela Por la tala y la quema. Olarión (2004), el libro de cuentos La riolita en el mosaico (Editorial Pasco, 2004) y el poemario Uranio enriquecido y el amor (2005), sobre la guerra de Irak. === Ciudades donde te nombro (extractos) Lina Zerón ================== Que Virgilio y Dante me lleven con ellos a la muerte a ese quinto infierno donde se toca nadie, donde ni besar puedo tus más deliciosos pecados hambre soy, sed, deseo, angustia celestial zumbido de campanas de lujuria todo está tan neón, tan cristal, tan fundido plástico en forma de cuerpo. Deja quitarme el olor a tarde, a smog a sosiego. Borrar la conjura de los años en un siroco de locura desflorar sombras de auroras mientras duermo abrazada al vacío que forma de tu cuerpo la ausencia donde estoy sin piel, sin voz, sin esqueleto en medio de tu fuego... Por eso me niego a acompañar a Dante y Virgilio al quinto infierno para no complacer a la muerte cuando te hayas ido de esta ciudad prostituida de vivos muertos. === Un hombre desnudo en mi mente es como una cita con los sueños, el abrir de un abanico de deseos una fiesta de oro y fuego, en las tinieblas de la luna. Un hombre moreno desnudo en mi cama es como un océano hermosamente libre, un barco deslizándose hacia un rojo horizonte, una canción de olas y gaviotas, un eco multiplicador de caricias. Un hombre moreno, joven y desnudo sobre mi cuerpo es poseer corcel y jinete al mismo tiempo en esta ciudad de eterna primavera. === Voy a comerme esta ciudad con olor a mango a níspero, a limón, a coco. Llevaré en el bolsillo de mi camisa esta ciudad olorosa a jazmines y gardenias a flor de clima caliente, a fruto de clima frío, a brisa de dulce lluvia a marea templada. Toda esta ciudad me sabe a ti agua de mis mares, hombre creado con lo mejor de esta tierra, mezcla de humedad y fuego, de tierra y sal, de agua y desierto de bellas aves y salvajes felinos y en esta ciudad tu olor animal persigo cada noche, guerrera sin reposo ni tregua te busca en esta ciudad que me incita a la batalla definitiva, la de amarnos a destiempo. === Ven amor, ahoguémonos entre las aguas del río de esta ciudad con rostro de postal, aquí esconden el brillo de la palabra tras un libro, no hay cometas de sonrisas en los rostros con el canto de la niebla matutina traficaron el saludo se tragaron del brillo de los ojos. Ven amor, perdámonos entre sus galerías rehagamos la poesía entre los lienzos, yo dormiré con Van Gogh en el antiguo tren amaré sus campos de trigo siempre despeinados aquel amanecer detrás del color intenso de su iglesia y el cuchillo con el que mutiló su cuerpo esconderé. Vamos amor, la Torre de acero decoremos con poemas te regalaré las luces que ciñen su cintura cada noche los tres mil escalones para llegar a la cumbre y la vista del Río donde en su lecho duermen tantos cadáveres de juglares y desesperados amantes. Caminemos por esta ciudad boutique amor por la isleta donde cada piedra y cada muro, guarda en su alma una historia distinta, donde cada café alojó en su vientre a un poeta y el canto de los pájaros de trapo. Ven amor, tomemos un buen vino esta vez yo lo escojo, las pulsaciones de tu vientre mediré la lluvia de tu anhelante cuerpo beberé y nuestra simiente dejaremos en esta ciudad Luz. ** Lina Zerón linajes-editores@att.net.mx Escritora mexicana (1959). Licenciada en relaciones internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México. Periodista cultural de El Financiero, El Excélsior y la sección cultural del Suplemento La Jornada. Editora de la revista de poesía Entre Amigos (http://www.entreamigos.com.mx) y directora general de Linajes Editores. Su poesía ha sido traducida al francés, alemán, inglés, sueco, italiano, portugués, servio y esloveno. Fue galardonada con la presea "La mujer del año 2002" en su municipio, Tlalnepantla, por su trayectoria poética y actividad cultural. Ha recibido, entre otros premios, el segundo lugar 2002 en Melilla (España) por su poemario Vino rojo y el Premio Ciudad de Barcelona 2003 por el mejor poema de amor, "Dime cómo". Su poesía aparece en antologías de Estados Unidos, Uruguay, Italia, Francia, Suecia, Canadá, Perú, Cuba, Rumania, Turquía, Puerto Rico, Brasil, Eslovenia y México. Imparte talleres de poesía y cuento a los niños de las comunidades mixtecas. Ha publicado los poemarios Espiral de fuego, Rosas negras para un ataúd sin cuerpo, Moradas mariposas, Vino rojo y Un cielo que crece en el fondo de tus ojos, entre otros. Coordina el Comité Internacional del Encuentro de Mujeres Poetas en el País de las Nubes y el Festival Internacional de Poesía de La Habana (Cuba). === María y José Severo Insausti ===================================== La puñalada no duró mucho tiempo, y, de haberlo mirado a los ojos, su brazo se hubiese detenido en la carrera. En realidad, nunca le había mirado a los ojos. Tuvo que apartar la cara para no salpicarse de sangre. -¡María!, ¡María! -Mi amor... ¿Qué pasa..? ¿Qué hora es? -contestó María, medio soñolienta y algo sobresaltada. -¡Otra vez, María, sucedió de nuevo! María miró los números brillantes del reloj despertador, en la penumbra de la habitación. El frío de la madrugada se colaba a través de la ventana abierta de par en par. -Mi amor, cierra la ventana, que me estoy helando. Él sudaba profusamente, pero María no podía ver el miedo calado en su rostro, ni supo del escalofrío que le recorría todo el cuerpo. Le volvió a pedir: -¡José, cierra la ventana, por favor! Él se paró a cerrar y regresó a la cama. -¡Otra vez, María! Sucedió de nuevo... ¡Lo maté y no pude ver sus ojos! -Mi amor, es una pesadilla... ven aquí, no pasa nada. Ella extendió un brazo debajo del cuello de él y lo atrajo hacia sí; él la abrazó: la tibieza de su cuerpo lo tranquilizaba. -Duérmete, mi amor, ya pasó. La apretó fuertemente y se quedó pensativo. No quería dormir por no entrar en aquel sueño recurrente, pero el cansancio lo venció, hasta que despertó otra vez, sobresaltado. Ahora María se incorporó resueltamente y prendió la lamparita de noche. -¡Ay, José, me tienes preocupada! José seguía sudando, tremendamente excitado y nervioso. -Te voy a preparar un tilo, mi amor... -No, no me hace falta. -¡Mira cómo estás!, recuéstate, que ya te lo traigo. Él se había sentado en la cama; ella lo tomó de nuevo, suavemente, con esa forma que tienen las mujeres cuando, aun con una leve presión de sus dedos, parecieran ser capaces de mover el mundo, y lo llevó hasta la almohada, le acarició la frente y subió la cobija. -María, te amo. -Lo sé, mi amor, yo también te amo. Se inclinó sobre él derramando los grandes y suaves senos sobre su pecho, y lo besó en los labios. -No soportaría que otro... -¡Qué dices, mi amor! -incorporándose ahora un poco y mirándolo amorosamente, con fingida sorpresa. -Nada, mi amor, perdóname, no sé lo que digo... -Tranquilízate, te voy a preparar el tilo. Esta escena en la habitación, con unas u otras variantes, ya había sucedido antes y continuó repitiéndose por varios días. Entonces, cuando María iba a prepararle el tilo, el té o un "caldito" que tenía guardado en la nevera: -Eso debe estar malo... esa nevera de mierda no cierra bien... -Está bueno José, yo le puse la silla contra la puerta... José se levantaba, volvía a abrir la ventana y se asomaba a la calle, apenas alumbrada por un farol que había escapado, milagrosamente, a las piedras de los muchachos, o a los tiros de práctica de los malandros. Alguna vez se escuchaba un disparo a lo lejos, o gritos, o el rugir de un motor, o risas, o alguna mujer llorando. Todo eso era normal en la noche del barrio. -José, cierra la ventana, que te vas a resfriar. Él cerraba y venía a la cama. -Ven acá, María... Y la tumbaba, y le hacía el amor, a pesar de que María tenía ya cuatro meses en estado, y se quedaba dormido, sin pesadillas, hasta el amanecer, en que tenía que levantarse para poder estar a las 7 am en el trabajo. María y José iban a tener su primer hijo. En estos días habían estado buscando un rancho, pues la pieza en que vivían alquilados no tenía espacio suficiente para poner la cuna y las cosas del niño; a los pies de la cama, tenían ya una canastilla con algunas cosas, pero le faltaban muchas todavía. Conversaban de que mientras tanto podría dormir con ellos en la cama, pero después... de que había que ver por el futuro... y de todas esas cosas de las que hablan las parejas de recién casados. José trabajaba de albañil con un italiano, desde hacía seis años, y María estaba sin trabajo, así que conseguir un rancho se estaba poniendo difícil. Los sábados hacían mercado y el martes ya casi no había nada; para colmo, un mes atrás asaltaron a José subiendo al cerro. Eso pasaba siempre. En las escaleras se apostaban los malandros; todos los conocían, pero nadie se atrevía a denunciarlos. Una vez el señor Pedro denunció a uno que le había robado: para nada. La policía lo vino a buscar, pero a la semana lo soltaron. Después, a un hijo del señor Pedro lo mataron y él tuvo que irse del barrio. Con los malandros no se puede. A veces se matan entre ellos mismos, o se enfrentan con la policía... lo malo es que, en esas balaceras, a menudo mueren inocentes. Pero, denunciarlos, ¡qué va!, eso nadie lo hace. Bueno, ese día le tocó a José. Le quitaron todo el sueldo, y corrió con suerte que le dejaron los zapatos y le permitieron irse. Y eso que José los conocía, pero, ¡qué va..! Estaban drogados; cuando están así, no conocen a nadie. A los días, los vio. -¡Ese pana! -le gritaron. -¡Coño, me jodieron! -les reclamaba. -¿Cuál es el rollo, frend? -le preguntaban ahora con gesticulaciones, chapuceando el castellano y el inglés. -¡Nada, nada!, ¡no hay rollo! -¡Eso!, ¡Andamos en la vía! José no podía seguir reclamándoles, debía darlo por olvidado. Al fin, no lo habían cortado, lo dejaron tranquilo. Esa era como una cuota que había que pagar por vivir en el barrio... A lo mejor pasa un año y no te hacen nada, pero un día te toca... Ese día le tocó a José y quedó mal, eso todavía lo venía arrastrando: pidió prestado aquí y allá... un fiado en la bodega... una deuda que no se pudo pagar... En los barrios la vida es dura, aparte de los malandros y la falta de servicios, sobre todo, el agua, que cuando llega hay que andarla recogiendo en baldes, en ollas, en latas, en lo que sea que se tenga a la mano, hay que estar pendiente, cuando llueve, de que el cerro no se venga y caiga sobre la casa, de que el agua no se meta, de que el viento no se lleve los zinc... Los que trabajan deben levantarse de madrugada para tomar el jeep a tiempo, llegar a la parada, tomar el otro autobús, llegar al metro, y después al trabajo, casi siempre un poco tarde y escuchar el regaño del patrón. Todo esto parece poca cosa, pero vivirlo día tras día es algo muy diferente de contarlo, y si a ello se le suma la falta de dinero, el estar buscando para completar el pasaje... sólo eso, el pasaje... y al llegar a la casa, a ver qué es lo que queda, que cómo aguantamos hasta el viernes... una arepa con mantequilla... espagueti con sardinas... eso, quienes llevan una vida normal, como José y María. Ella era muy agradable y colaboradora. En los barrios no se puede vivir en aislamiento, lo cotidiano es la vecindad, casi una familiaridad con todos, y María siempre estaba dispuesta a ayudar en todo y era muy apreciada, por eso también encontraba mucha ayuda con los vecinos. Por allí, la gente estaba muy pendiente de ella, por la barriga, por ser primeriza y porque la conocían casi desde que era una niña; y apreciaban también a su mamá, que había llegado al barrio hacía muchos años con María y la había sacado adelante sola, sin que nadie hubiese tenido que decir nada de ella, pues no se le había conocido marido ni aventuras. Ahora, la señora estaba un poco dolida con su hija pues, cuando se casó, como José no quiso vivir en la casa y había preferido alquilar una habitación unas calles más arriba, y María lo siguió sin poner ningún reparo, ella pensaba que la hija era algo desagradecida. Como siempre, había quienes le daban la razón a la señora y quienes sostenían que la muchacha hizo bien, porque la mujer debe seguir a su marido a donde quiera que vaya. En estas y otras cuestiones de similar interés se entretenían las gentes del barrio. Ahora bien, fuera del tema de su madre y para decir la verdad, María viviría mucho mejor si aquella amabilidad suya y aquella forma cariñosa de ser, se las hubiese demostrado también al portugués del abasto, que desde hacía tiempo la "atacaba". Ya andaba detrás de ella desde antes de casarse, pues María era una muchacha muy bonita y con un muy hermoso cuerpo. Después de la boda, y más cuando se le comenzó a notar el embarazo, el portugués la miraba con rabia, casi no le hablaba; pero ahora, renovado en sus esperanzas por pensar que al tener el muchacho la necesidad la obligaría, y pensando también que, después de parir, ella volvería a tener el cuerpo tan perfecto y tan deseado, en ocasiones, cuando ella iba a comprar, se le mostraba adolorido, herido, frustrado, como tratando de hacerle ver que le había hecho daño porque él la quería de verdad y ella había despreciado al gran amor de su vida. A María, que, a pesar de sus muchas cualidades, no era una santa, y era coqueta, no le desagradaba del todo verlo así y, en ocasiones, casi lo disfrutaba. Muchas veces, a propósito, al ir a comprar, llevaba batas muy escotadas y muy cortas y cuando él le decía algo, ella fingía no haber oído para después preguntar: ¿cómo dijo?, denotando gran interés o curiosidad en lo que el hombre había dicho. El portugués, que andaba en los cuarenta y no tenía duda de que algún día aquella muchacha de diecinueve años sería suya, se mostraba generoso con la mercancía y con sus sentimientos. -¡Que yo te daría lo que tú quisieras! - ¿Lo que yo quiera? -con una sonrisa pícara, que disimulaba mirando hacia otra parte. -Sí, mi amor -desenfrenado- tú sabes que conmigo... -¡Ay, señor... no empiece con sus cosas! -poniéndose seria. -¡Yo sí sabría cómo hacerte feliz y tenerte como una reina! -Mi esposo me hace feliz -ahora, tajante y resuelta. El portugués cedía, contrariado, se ponía serio. -Ustedes las mujeres no conocen la vida... después vienen los lamentos, no saben quién las quiere de verdad. -¿Tiene mandarinas? -le preguntaba a propósito, para sacarlo del tema y aumentar su desesperación. -Está bien, no te voy a decir nada más... ¡Sí! ¡Sí hay mandarinas..! ¿Cuánto quieres? -mostrando enfado en la voz y cierta resignación, mezcla que ella entendía muy bien y sabía que lo tenía como a un perro, comiendo de su mano. -Es que no tengo mucha plata... ¿A cómo son? -ahora con voz dulzona, irresistible para el portugués. "Yo te espero en la bajadita, no te preocupes, que algún día caerás", pensaba él. -No te preocupes, chica, ya te dije que te lleves lo que quieras... ¿Tienes una lista? -Sí -María sacaba un papelito del bolsillo y se lo daba. -Ya te lo voy a dar todo... -Usted es muy bueno, le agradezco mucho, pero yo se lo pago... José pidió una plata... -Ya no me hables de José... ¿Quieres..? ¿No ves que me duele?, ¿no sabes que te quiero? Ahora se sentía con mucho poder, con la lista en la mano. ¡Él era el que la cuidaba, el que la alimentaba, tenía derecho! Tales eran sus pensamientos. -¡Señor..! -seca, como poniendo un alto. -Está bien, María, ¡no digo más! Él buscaba aquí y allá, e iba poniendo todo en bolsas, ella lo miraba disimuladamente y pensaba: "Este viejo no está tan mal, y tiene real... pero seguro que es hediondo... él cree que va a tener algo conmigo... bueno, que lo crea, ¡total..!, mientras me fíe la compra...". -Aquí está todo -sacándola de sus pensamientos-. Ya sabes, lo que necesites... -¡Muchas gracias, hasta luego! María se marchaba con sus bolsas y con ese movimiento de caderas que lo enloquecían. Él se veía sobre aquellas nalgas, sobre aquel cuerpo desnudo... Muchas veces se iba adentro, a masturbarse. José no se preguntaba el porqué siempre había comida en la casa con el poco dinero que él llevaba, no tenía motivos para extrañarse ni para pensar o imaginarse siquiera que hubiese algo raro, y mucho menos con relación a María; y no le quedaba, tampoco, tiempo para ello entre las madrugaderas, irse medio dormido, el trabajo todo el día, llegar, una cerveza con los amigos, acostarse... y aquel sueño que últimamente lo atormentaba. José, que no le debía nada a ninguno, de buen mozo y con buen porte, trabajador desde jovencito y aficionado a jugar béisbol en los ratos libres, poseía un cuerpo moreno, musculoso y bien formado, que se robaba las miradas y los suspiros de algunas que sentían gran envidia de María por haberlo conquistado, y esa envidia aumentaba al ver que le daban todo fiado en la bodega, mientras que a ellas el portugués siempre les estaba cobrando. Y como ya es sabido, de la envidia viene el chisme y del chisme vienen las desgracias. Lo que algunas decían por ahí, sin fundamento, pues no había habido nada entre María y el portugués, no tardó en llegar a los oídos de José. -¿Qué te pasa, mi amor, que estás tan callado? José, pensativo, miraba la barriga de su mujer, que andaría por el sexto mes. -¿Qué tienes -insistía-, problemas en el trabajo? -¡Coño!, ¡que están hablando paja por ahí..! -gritaba, descargándose. Ella sabía de lo que se trataba. Una amiga íntima -que todas las mujeres tienen una, sin saber que en un momento dado se puede convertir en su peor enemiga- se lo había dicho: "Chama, están hablando de que tienes algo con el portugués del abasto... Yo creo que fue la gorda de allá abajo, que está todo el día en la puerta o en la ventana, mirando lo que pasa". María le confesaba a su amiga que no había pasado nada, pero que sí, que el portugués estaba enamorado de ella, pero que eso no era su culpa, que ella se iba a aprovechar de eso porque lo necesitaba, que no iba a pasar hambre, que lo que ganaba José no alcanzaba, que ella ya había perdido su trabajo cuando se casó, porque el patrón de la fábrica también quería algo con ella y que ella podía haber controlado la situación, tenerlo engañado y así no perder su trabajo, pues cuando estuviese embarazada no la podría botar, pero se lo había dicho a José y éste había ido allá a formar un problema. La amiga la apoyaba en todo -¿cuándo no? Le decía que le sacase todo lo que pudiese, que el portugués tenía bastante real, que a ella podía contarle y desahogarse, que ella la quería mucho y que siempre la iba a ayudar. Pero, en realidad, no le explicaba como la apoyaría, pues también ella estaba sin trabajo y pasaba todo el día en su casa pendiente de los hombres que iban y venían, de los que tenían tiempo sin aparecerse por el barrio, de escuchar música, de quién estaba o no preñada, de quién le había montado cachos a quién, de las telenovelas, en fin de todas esas cosas de las que están pendientes las mujeres que no tienen oficio. María le enseñó una cadenita con un corazón, que el portugués le había regalado. La había aceptado -le dijo- para no despreciarlo y porque no le fuese a quitar el fiado, y porque era de oro, pero la tenía escondida y no se la había enseñado a José para evitar problemas. Ahora, sentados en la cama, él la miraba con dudas; ella estaba a punto de llorar. En realidad, no lo había traicionado; se conocían desde hacía varios años, él había sido su primer novio y había tenido su virginidad, después se dejaron, ella conoció a otro muchacho, se le entregó, pero no pasó nada más; el otro muchacho tenía su novia y se casó. Ella volvió con José y desde entonces no se habían separado, lo otro no lo consideraba una traición, pues en aquellos días ellos habían terminado. -¡Y tú crees lo que dicen porque no confías en mí! -¡Si ese carajo te toca, lo voy a matar! -¡Mi amor, todo es mentira! -¡Pero tú le gustas a ese coño de madre! -¡Mírame! -María se agarraba la barriga-. ¿A quién le voy a gustar con esto? -Eso no importa... ¡A ese hijo de puta lo voy a joder! -José comenzaba a ponerse furioso, ella ya estaba llorando. -¿Qué vas a hacer? -entre sollozos-. ¿No te importa este hijo?, ¿quieres ir preso..? ¡Por nada, porque no ha pasado nada, te lo juro, mi amor! -ahora se había acercado a él, le apretaba la cara entre las manos y lo besaba. Él se calmó un poco, se separó y se echó sobre la cama. -¿Por qué siempre te está dando fiado? -Porque yo le digo que tú le vas a pagar... Además, él me aprecia porque conoce a mi mamá desde siempre... ¿Es culpa mía? Ahora ella se había sentado en la cama y lloraba desconsoladamente; él se condolió y la atrajo suavemente hacia él. -Ya, mi amor, ya, perdóname... ¡no llores! -Es que tú estás pensando cosas que no son, tú sabes que no te he traicionado... -Está bien ven acá... déjame oírte la barriga. -Prométeme que no vas a hacer nada... ¡que no vas a ir a donde ese señor! José se quedaba callado en sus pensamientos. -¡Papi, prométemelo! -Está bien, mamita, pero voy a pedir un préstamo en el trabajo y le pago a ese tipo, y no le pidas más fiado. José seguía teniendo los sueños, la gente seguía hablando, las cosas iban mal. El préstamo no se lo habían dado pues, según su patrón, el negocio no marchaba bien. El portugués seguía atacando a María. No le importaba que anduviese con aquella barriga de siete meses, igual le gustaba; le seguía regalando cosas, fiando las compras, y las conversaciones habían cambiado de tono. -Si José se entera, te puede hasta matar... -¿Y por qué se va a enterar, si eso es algo entre tú y yo? María había pasado a la parte de atrás del abasto, al depósito, a escoger unas frutas más frescas, que todavía estaban en las cajas, él le acarició la mejilla, ella se dejaba. -¡Chico, no respetas la barriga! -¡Claro que sí, mi amor, yo no quiero hacerte nada, sólo quiero estar contigo en la cama... mirarte... ten esa confianza conmigo... ¡además, te tengo una sorpresa! -¡Yo mejor me voy, estás demasiado descarado! -¿Por qué, mamita? -el portugués ya no tenía ningún tipo de freno. Abrió una gaveta de una cómoda que había allí en el depósito y sacó un estuche rojo que le entregaba. -¡No, yo no quiero eso! -¡Ábrelo, es para ti! María aceptó abrirlo y quedó deslumbrada por el brillo del oro. Estaba segura de que aquel brazalete era algo que José no le podría dar nunca en la vida. -Póntelo... ¡Mira qué bonito te queda! -No lo quiero... ¡Esto debe valer mucho..! -Más vales tú, mi amor... Acéptalo -ahora se le acercó y le dio un beso en los labios. María se apartó y se quitó el brazalete. -¿No lo quieres? -Sí -le contestó ella mirándolo directamente a los ojos-, pero no me lo puedo llevar puesto. Habían dejado de buscar el rancho y se habían, casi, abandonado a la idea de seguir viviendo allí, en aquella pequeña habitación. María había pensado algunas veces, sin decírselo, en volver a casa de su mamá, y la detenía, cuando pensaba en ello, el temor a los chismes, a lo que diría la gente, y que seguramente se burlarían de ella por haber fracasado en su matrimonio. José había cambiado desde que descubrió la cadenita con el corazón; por más que ella le había jurado que se la había ganado en una rifa. Él maldijo y juró que iba a matar al portugués, pero luego se calmó. El brazalete no estaba allí, María se lo había dado a guardar a su amiga íntima, por sí acaso. Se sentía triste y decepcionada; hacía muchos días ya que José no la tocaba. A ella tampoco le provocaba mucho, pero necesitaba que él se le acercase. Estaba muy sensible en esos días, cuando iba al abasto -ahora a escondidas, porque José se lo había prohibido-, el portugués siempre tenía una palabra cariñosa, y ella ya no era completamente renuente a sus avances. Antes, José venía del trabajo, se tomaba una o dos cervezas y se iba a la casa; esto, cuando no lo hacía directamente, sin pasar por el bar; ahora se quedaba allí más tiempo, hablando con los amigos, oyendo la rockola o hablando con "La China", que era la muchacha que despachaba las cervezas y que, por haberse acostado ya con la mayoría de los hombres que iban por allí y con otros que no iban, era respetada por todos, pues le conocía a cada uno sus secretos y debilidades y, muchas veces, no terminaba siendo ya compañera de cama, sino paño de lágrimas de sus lamentos. En el barrio, cuando alguna muchacha era alocada o se sabía que andaba acostándose por ahí con los muchachos, las mujeres decían: "Esa va a terminar como La China". Cuando José llegaba a la casa, después de pasar por el bar, casi no comía, o no pedía comida, María estaba en silencio. Se acostaban, los dos estaban diferentes y tristes; de vez en cuando, José seguía teniendo los sueños: se levantaba, iba a la ventana. Ahora, María se quedaba en la cama. Un día, José venía del trabajo a media tarde. Ese día le habían encomendado a todos una tarea en el trabajo, y que cuando la terminasen se podían ir. La amiga íntima de María se lo encontró casualmente en la calle y lo invitó a su casa. Hacía calor, pasaron a la salita y, cuando ella vino a traerle una cerveza, ya se había quitado los pantalones y se había puesto una franela liviana, bajo la que se veían las formas de sus senos, sin sostén, y unos shorts que le quedaban muy ajustados. -Si quieres quítate la camisa, chico, mira como estás sudado. -Es verdad... Si tienes otra cerveza... Ella la fue a buscar, tongoneándose, mientras él se ponía cómodo. -Tengo el nuevo de salsa... -Bueno, ¡ponlo ahí..! La música empezó a sonar mientras los dos tomaban. Ella empezó a hablar de su amiga, del embarazo, del muchacho, de lo que hablaban por ahí... -Eso es pura paja... ¡la gente es mierda! -decía él. -Eso es verdad... ¡Tú sabes que ella es mi amiga! -y se sentaba provocativamente frente a él. -¿Y eso qué, mamita? -contestó él, que ya había adivinado lo que ella pretendía por otras posturas y palabras. Puso la cerveza en la mesita, se le echó encima en el sofá y la besó, mientras la acariciaba. Ella trataba de hacerse la difícil sin oponer demasiada resistencia, hasta que tomó la iniciativa y comenzó a meter mano entre sus piernas. -Si lo quieres te lo doy... ¡Vamos al cuarto! -le dijo, mientras le subía la franela y lamía, como un perro, sus pezones. La muchacha vivía en una casa cercana con su mamá y un hermano pequeño. Al papá lo habían matado unos meses atrás y la mamá trabajaba. A esa hora, le faltaban como dos para llegar del trabajo; el hermanito estaba jugando en casa de unos amigos. En el ardor del sexo, ella perdió la lealtad hacia su amiga. Deseosa de quedarse con aquel hombre ajeno, le contó todos los pormenores que María le había venido confiando, incluyendo el beso y el brazalete, que buscó en una gaveta en donde tenía sus cosas, para mostrárselo. José se vistió y salió de allí lleno de ira, en dirección a su casa; llevaba el brazalete aferrado entre su mano, como prueba. La muchacha se quedó en su cuarto, llorando, llena de miedo. Cuando pudo reponerse y darse cuenta de lo que había hecho, salió como loca a alertar a algunos vecinos. María no estaba en la casa. José, enceguecido por el odio, se dirigió hasta el abasto; desde la entrada, a través de la cortina que daba al interior, la vio junto al portugués. Tomó un cuchillo de cortar queso que había en el mostrador y, apartando la cortina, encontró al portugués de espaldas, abrazándola. Ella lo miró con ojos de terror. Al grito de ella, el portugués se apartó justo en el instante en que venía la puñalada, y así, el cuchillo se enterró en la barriga de María y en el cuerpo de la criatura. María cayó al piso en un charco de sangre, dando gritos ahogados; el portugués se asomó a la ventana del depósito gritando ¡asesino, asesino! José se quedó petrificado, no sabía que hacer en aquel instante de locura. Dejó caer el cuchillo ensangrentado y salió corriendo. Afuera, ya venían dos policías hacia el sitio, alertados por los gritos del hombre y otros vecinos. Le dieron la voz de alto y no se detuvo. Dispararon. José cayó muerto. Cuando María salió de la clínica privada, ya el portugués lo tenía todo preparado. Ella corrió hacia él y se le abrazó. No era para menos: durante los últimos tres meses, él la había estado cuidando, corrió con todos los gastos. Había vendido el abasto en el barrio, en donde unos amigos de José lo habían amenazado de muerte, y compró una casa en una urbanización. Ahora María había cambiado de vida, una que nunca había soñado; pero no podía olvidar el amor de José. A veces, en las noches, se despertaba en medio de una pesadilla. Soñaba que estaba durmiendo junto a José y él se levantaba gritando: -¡María!, ¡María!, ¡lo maté, y no pude ver sus ojos! El portugués dormía a su lado, a pierna suelta, roncaba sin saber su destino. ** Severo Insausti severoinsausti@hotmail.com Escritor venezolano (Paredes, Orense, España; 1950). Reside en Venezuela desde 1961. Ha publicado el poemario El cantar de las tentaciones (2005) y tiene inéditos varios libros de poesía y prosa. === La balanza de hielo (extractos) Luis Alposta ===================== (Nota del editor: en marzo de 1991 se realizó el concurso de poesía promovido por la Conserjería Cultural de la Embajada de la República Islámica de Irán en Argentina, en el que se propuso como tema principal "La justicia entre los hombres". Más de 200 poetas participaron en dicho encuentro, otorgándosele el segundo premio al poeta Luis Alposta, autor de La balanza de hielo. Esta obra ha sido traducida al persa y publicada en la revista Informe Cultural / 91, editada por dicha Conserjería). *** El hilo Delante de esa ventana donde oculta la oscuridad su roma indiferencia el hilo pende, sin atar la vigilia a los silencios. *** Giros La música gira en los abismos y produce choque de témpanos en los astros. Los ángeles dejan sus ropas de llamas sobre la pendiente del talud. Las palomas comediantes se abaten sobre un pilar caoba que soporta un domo de esmeraldas. La monstruosidad viola los gestos descorporizados de la miseria. La bárbara multitud evoluciona bajo los árboles despojados. El pueblo sigue siendo la humillación antigua con penas realzadas en su séquito. La cobardía que nos vuelve gentiles nos ordena divertirnos. La música gira en los abismos y produce choque de témpanos en los astros. *** Hubo un día Los mutilados y los despreciados abrieron las ventanas festejando sus alegrías. Pudieron reír sobre los libros bailando en el espacio en que las mariposas dejan huellas. Ellos están a salvo sobre la recta del horizonte. Bajo los símbolos de otros símbolos, los que conservan sus brazos tienen los pies llagados. Y así, como el pecho de frente es el único lastimado, así, el que salvó sus ojos atraerá a los cuervos. *** Las culpas En oscuros repliegues se retraen las culpas, en forma sigilosa, rozándonos apenas, ocultándose, moviéndose. Son ese gris tumulto en despliegue incesante, y a pesar del silencio yo sé que están allí. Siguen husmeando, igual que ayer. Aguzando sus dientes, como siempre, y esperando. *** De espaldas al pecho ...se abren corredores angostos como filosos ríos. Se levantan paredes que ocultan paredes. Se cierran puertas que dan a otras puertas. Se habitan desiertos en oasis demolidos. Se viaja sobre rieles en cruz. De espaldas al pecho los náufragos se aferran a las olas y repican campanas en llamas. *** El tótem No puedes ver al otro en el centro de tu mano no puedes contemplarlo verídico necesitando aceptarlo descuidadamente entre los que no creías que te iban a dar muerte. Los que odias no se convierten en esa música que te duerme no puedes volverte contra todos no puedes quedarte en la playa con el perfil de espaldas. muy desprolijamente y el odio no te podría devolver nunca una sola mirada pero prefieres no insistir no agradecer tu noche o tu mañana no agradecer estar aquí parado odiando todavía a los que odias. Has construido un tótem con la mano extendida y es una garra. *** Después de la lluvia El sudor de la tarde se desliza por las ventanas y ya no hay agua sobre la urdimbre de las hojas. No quisiera hallar la metáfora. Y en los silencios y en las estridencias, en oboes, en chelos y violines espero el eco certero y apacible. El día se ha concretado en otros días y uno tras otro, en su continuidad, van tamizando el sol y la tierra menuda como si fuese harina. Renovado el pensamiento en su luz de cada mañana, enrojece y se agranda como un embrión. La ventana está alegre por un rosal del cual pende entero el día, como una campana. No es el silencio de las espadas enmohecidas; tampoco el de la lanza que no encuentra un pecho. Es el latido del corazón. Es la torre. Es su silencioso reloj, imperturbable destejedor de horas. Creo que es el espíritu del triunfo en la batalla. *** Muerte de un viejo general Ni una sola pregunta entrando en la boca del crepúsculo, como un murmullo de medallas buscando el pecho, el hueso, el contenido, para manchar las manos, la debilidad, la torpeza. Murió para todo, para todos, a todo silencio, con sus humildes laberintos de otoño celeste. *** Oración fúnebre para el abuelo de la ballena Despiértese, anciano, despierte: en la tierra hay un lobo; un lobo con agua dibujado, que no pelea como usted por la vida. Despiértese, anciano, despierte. Despiértese, anciano, despierte: la luna acaricia al lobo; lo muerde y lo hunde en el aire celeste, con el diente pequeño de un gato educado. Despiértese, anciano, despierte. Despiértese, anciano, despierte. Ha regresado ya el lobo. Se va el sol y a su hermana acaricia, quien se queda, y a la que el lobo deja en su corazón. Despiértese, anciano, despierte. *** Introspección Entrégase a la indiferencia de lo opaco Mírase de cerca la máscara Movilízase en lo que se mantiene en los caparazones en los cúmulos en los primeros estigmas heredados en las lisuras replegadas cuando vuela y no llega a lamerse el rostro Se disgrega el sonido Inútil cercanía para verse por dentro. *** Soliloquio Apenas unos milímetros en mi espíritu veo mi mensurable pequeñez. Estoy en el extremo del péndulo. Fácil me es comprender el origen del movimiento, el comienzo de la idea. ¿Puedo entonces volverme indiferente? A imagen de mi mismo he moldeado mi propia conciencia. Sé que nadie me escucha. Y mientras el eco de mi voz se acople al péndulo, insistiré. ** Luis Alposta luisalposta@fibertel.com.ar Médico y escritor argentino (Buenos Aires, 1937). Miembro de número de la Academia Porteña del Lunfardo y académico titular de la Academia Nacional del Tango. Ha publicado Los bailes del internado (1977, traducido al japonés), Trece historias a muerte (1982), Antología del soneto lunfardo (1978), Geografía íntima de Villa Urquiza (1981), Acerca del dinero (1984), Todo Rivero (1985), Con un cacho de nada (1986), El lunfardo y el tango en la medicina (1986, con prólogo del doctor Luis F. Leloir), Definitiva Buenos Aires (1986, coautor), El tango en Japón (1987), Villa Urquiza; sus orígenes (1989), Entelequias (1994), La balanza de hielo (1981, traducido al persa), Lorca en lunfardo (1986), La culpa en Martín Fierro (1988) y Otro él (2000). Sus poemas (algunos traducidos al francés, inglés e italiano) figuran en numerosas antologías, habiendo sido, muchos de ellos, musicalizados y grabados por Edmundo Rivero, Rosita Quiroga, Osvaldo Pugliese, Daniel Melingo y Juan Carlos Tata Cedrón, entre otros. === Amor y Prozac Luis Miguel Purizaga Vértiz ======================== Ya no recordaba muy bien su rostro; el tiempo había hecho bien su trabajo, pero aun así, guardaba un buen recuerdo de ella y de esa desolación que le vino cuando todo terminó. Volvió a leer la carta; sí, no se equivocaba, era su letra, la recordaba bien, le pareció increíble recordar a la perfección su letra y no su rostro, tal vez era porque en aquella época sus palabras eran preciosas, tenían la suficiente carga emotiva como para hacerlo suspirar o adorarla más de lo que ya la adoraba. Muchas veces las cartas escritas en aquella época lo habían reanimado o lo habían impulsado a planear grandes proyectos para un futuro juntos, un futuro perfecto de felicidad total, que sólo los tendría a ellos como protagonistas. Volviendo a revisar la carta, no había lugar a dudas: esa era su letra, menuda y medio torcida, las "a" que parecían "o", y esos errores ortográficos a los que ya estaba acostumbrado, no cabía duda: era una carta suya dirigida a él, era fácil descubrir esa manera tan suya de escribir, y sin quererlo comenzó a rememorar todos aquellos años en la universidad, los planes para el futuro, la idea del matrimonio, idea que a ella la emocionaba mucho, por cierto, y todas aquellas salidas, hermosas y llenas de felicidad. Recordando todo esto no pudo ocultar una sonrisa, ella siempre lo hacia reír en ese entonces, ¿seguiría con el mismo buen humor?, escucharla decir sus ocurrencias era una delicia, era imposible no reírse con ella... Pero, regresando a lo de la carta... Tenía fecha del día anterior, y provenía de aquel pueblito en el que ella soñaba vivir con su futura familia. "Lo logró", pensó, "qué bien que haya podido cumplir uno de sus sueños"; y sin querer comenzó a rememorar sus proyectos con ella: que la casa será así y tendrá un balcón aquí, que la casa del perro puede ir acá; y luego un largo beso y una sonrisa finalizaban la conversación. "Qué tiempos aquellos", pensó "todo era tan perfecto", los recuerdos no dejaban de tomarlo por sorpresa; cada vez que lo intentaba, más cosas volvían a su mente y eso lo alegraba pero a la vez lo ponía melancólico. Extrañaba los momentos vividos con ella. A los cuarenta y tantos años ya había olvidado por completo aquellas ideas locas de juventud. Los amores. Ese amor. Ella. Su recuerdo. -Basta de esto, no me pondré así hoy día -pero ya no lo podía evitar; comenzó a recordar el fin, la culminación de todas sus expectativas y las de ella. Recordó esa noche, los pasos acompasados de ambos y el sonido de éstos contra el concreto, su cabeza agachada mirando el suelo, la voz entrecortada de ella, la sorpresa de él, la inútil manera en que pedía una explicación, y ella negando todo, respondiendo a todo con un "no lo entenderías"; luego las miradas frías de ambos, los días siguientes en los que ya no compartían carpeta en la universidad, los amigos comunes que se solidarizaban con ella y que ya no le hablaban de la misma manera (sabe Dios por qué), y la depresión del infierno que le vino como al tercer día -porque el efecto de esa vaina es retardado, no tomas conciencia de lo fregado que estás hasta que lo comienzas a palpar in situ, o sea yendo a los lugares donde pasaron momentos juntos, pensaba-, cuando la veía reír como si nada hubiera pasado; y él con esa cara tan inexpresiva de siempre, esa cara de dureza impostada que ella conocía bien y que sabía era sólo eso: una impostura; y que por dentro estaba que se quería morir, porque, sí, me arruinaste la vida y ahora me mandas esta carta preguntando por mí, por mi salud, que si estoy bien, que si ya no me dan ataques, que si estoy tomando mis medicinas, que si me tratan bien aquí, que la vida es una sola y que no hay que desperdiciarla, que debes sobreponerte a lo que ocurrió como yo lo hice; como si ella hubiera mostrado sufrimiento, como si ella hubiera intentado tres veces matarse, como si ella no hubiera podido rehacer su vida después de eso. Ella, ¡qué iba a saber lo que había pasado él en esos últimos diez años!, que no habían sido más que un cúmulo de fracasos y más fracasos, intentando olvidarla, intentando zafarse de esos recuerdos, intentando menospreciarla, odiarla, detestarla, buscarle un defecto, odiar ese defecto (porque hasta sus defectos le parecían divinos), recordarla como una cualquiera, una..., pero ¡no!; no podía pensar eso, ¡no!..., sólo quería quitarse esa idea que siempre venía a su cabeza pero que no podía fijarla: su rostro ya casi no lo recordaba... ni modo... el tiempo había hecho bien su trabajo...; comenzó a serenarse, soltó la carta, la cual resbaló hasta sus rodillas y de allí al suelo. Todo se inició de nuevo y empezó a entrar en ese estado en el que entraba siempre para olvidar el dolor. Las medicinas que le había traído el enfermero comenzaron a surtir efecto: le daba la bienvenida a una nueva cura de sueño... Se levantó después de tres días, se sentía muy reconfortado, y como nuevo, encontró una carta en el suelo. ¡Era de ella!, ¡después de todo este tiempo no lo había olvidado!, la fecha era del día anterior, y provenía del pueblo aquel, en el que ella le había comentado, deseaba vivir en el futuro. Reconocía su letra: esas "a" que parecían "o", y las palabras medio torcidas que le hicieron recordar la universidad y los planes de un futuro juntos. Le pareció increíble recordar a la perfección su letra y no su rostro, tal vez era porque en aquella época sus palabras eran preciosas, tenían la suficiente carga emotiva como para hacerlo suspirar o adorarla más de lo que ya la adoraba... Dentro de unas horas el enfermero volvería a traer sus medicinas... ** Luis Miguel Purizaga Vértiz bibliodebabel@yahoo.com Escritor peruano (Lima, 1983). Estudiante de derecho y ciencia política en la Universidad de San Martín de Porres (USMP, http://www.usmp.edu.pe). Su obra ha obtenido una destacada participación en algunos concursos locales. Ha asistido a diversos talleres de narrativa del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú (CCPUCP, http://cultural.pucp.edu.pe). Mantiene una página personal en http://www.bibliotkdebabel.blogspot.com. === Poemas Susana Cattaneo =========================================== ...a la pequeña de pestañas blancas y amor en sus ojos de almendra... Cae en la playa la tarde que soy herida de faros y gaviotas nocturnas. Un follaje de arena pasea mi cuerpo escanciado por la brisa que lo cubre. Cómo no recordar las noches en el muelle. Las carreras invencibles entre luna y agua. El camino plata sobre ondulaciones perfectas. Recordar árboles vestidos de milagro. Sí; cae en la tarde la playa que soy, mi pequeña de pies blancos. ¿Dónde llevaste tu alegría de calandrias? Juego acertijos desde aquel aciago día. Apuesto: tus ojos me besan en este instante azul. Mira, hay una floración de ángeles en la mitad del cielo. En la otra, una dulce jauría de amapolas. Ya la noche es mayor y danza misterios sobre el mar. Ha caído en la espuma la playa, la tarde que soy. === *** Esta noche... me visto de ruinas. Trepan sobre mí sombras de pétalos morados. Un enamorado dios vierte cántaros de cielo sobre la cruz ceniza de mis ojos. Esta noche hay estrellas para recordar mi triunfo sobre el ocre. Golpea mi desdicha el herrumbrado acorde de un salmo de piedra. Esta noche plegarias adornan mi frente. Espejos de brumas despiertan al Origen. Esta noche, sí. Cinco estaciones refulgen y todo se transforma. En la lumbre preñada de luciérnagas un unicornio señala el camino hacia el Último Portal. === Estoy triste, amor, porque callan los pájaros. La música que nos unía ha callado. Y nuestras voces. El sol me cubre en esta tarde y no me da esperanza. La angustia se nutre en mi aciaga intemperie y hay gaviotas degolladas en la arena. Se han ido, esos pájaros, tal vez junto al deseo. Un jirón de mi vida resplandece en cruces opacas que sellarán mi carne. No más noches inmortales; no más magia. Ahora la oscuridad, amor, porque ya no nos amamos. === *** La mujer que fui Mi nombre entra a una lágrima Yo te vi en mediodías ardidos de verano cobijada en el frescor de sombras y de ramas. Te vi tejiendo anillos con la felicidad mientras cerrabas pactos de infinito. Con la boca dulce, te vi, llena de verdes. Danzabas sueños hechos de paisajes. Eras colibrí que libaba en el amanecer más hermoso. Bebías palabras, escribías poemas. Te nacieron libros -¿recuerdas los años? Te llenabas de pupilas tatuadas de cielo. Yo te vi sentada junto a la alegría; correr en grandes círculos jugando al mundo. Regalabas frases; perseguías insectos invisibles. El día te estallaba de luz perfumada de voces. Ella -la pequeña de pestañas blancas y mirada como almendras-, olisqueaba el aire, la vida, el pasto. Las otras volaban, rodeaban tus libros, picoteaban arroz. Te vi rodeada de amor en tardes que partían. Te vi en invierno, cálida y feliz. Recogías en otoño hojas escarlata y admirabas su belleza. Te sentías plena con los brotes de septiembre y con lluvias de octubre bordabas la dicha. Te vi plácida entre árboles junto a la eternidad. Sí; yo te vi. Eras mucho, mucho más que esta pobre mujer que hoy esconde sus ojos. Mucho más que esta tristeza. === Alguien horada el mundo en el borde rectangulado de cemento adornado con flores de plástico y jarrones. Allí, donde se ocultan humos fragantes y bailan tus cenizas la danza de mi angustia. Alguien horada el mundo visitando tu viaje extasiada de sueños perpetuos, aquí, donde estás como si no hubieras muerto. Donde el rostro de los ángeles besa tu perfil blanco de praderas y vida. Quizás fui yo la que vino a pronunciar lo impronunciable pensando tu muerte libre de árboles quemados y mariposas ciegas. O vine a buscar gorriones abatidos, volcanes melancólicos que te marquen de carbón. O llegué, acaso, para sobrevivir el rostro del invierno, llorar, perdida, tu frío de penumbra, y en el contorno perfecto de tu forma confundirme, quedarme para siempre. ** Susana Cattaneo susanacattaneo@ciudad.com.ar Psicóloga y escritora argentina. En el ámbito literario tiene 18 libros editados, entre los que se cuentan algunos de poesía, otros de poesía en prosa y uno de cuentos. Ha tenido destacada participación en diversos concursos nacionales e internacionales. Recibió la Faja Nacional de Honor de la Asociación de Escritores Argentinos (AEA, 2000) con el libro La mirada en otro cielo. Obtuvo el tercer premio del certamen anual de poesía de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con el libro Palomas de la soledad (2005). Dirige la revista Extranjera a la intemperie y sus obras fueron parcialmente traducidas al inglés, francés y portugués. Coordina ciclos literarios y talleres. Tiene en prensa el libro Niña subterránea, de poesía en prosa. === Sólo de noche Elsa Levy ========================================== Esta noche más que ninguna otra está consciente de su soledad. Ha ido, por insistencia de su prima Lucía, a vivir una corta temporada en la cabaña frente al lago de Pátzcuaro. Lucía pensó que la paz que despide el sitio llenaría a su prima de tranquilidad y el aislamiento le ayudaría a llevar con exactitud su nueva dieta. Las palabras del doctor, dichas en la última cita, aún palpitan en su interior como un anuncio luminoso: su peso ha llegado a 153 kilos, su presión arterial está muy alta, así como el nivel de glucosa; debe adelgazar a como dé lugar, de otra manera no podré hacerme responsable de su salud. Consulte a un nutriólogo. ¡Cómo si no hubiera visitado a ninguno! En el transcurso de su vida ha perdido la suma de los nutriólogos a los que ha acudido y de las dietas que ha llevado; todo en vano. Siempre fue una niña gordita, una joven rechoncha, y ahora, una mujer descaradamente obesa. Del mismo modo ha perdido la cuenta de las ocasiones en que fingió no haber escuchado las risas de sus compañeros de escuela, burlándose de su figura, ya fuera en el gimnasio o en los festejos anuales. Pocas veces lo recuerda, porque quiere olvidarlo, la ilusión que le embargó cuando asistió al primer baile de su vida. Su madre intervino amorosamente en la selección del vestido que necesitó hacer una costurera porque en los almacenes no había la talla para ella. Sólo su primo menor, a regañadientes y después de un pellizco de su mamá, la sacó a bailar. Todos, sin discreción, cuchicheaban y reían al verla: el vaporoso vestido de color de rosa le hacía parecer a la ballerina hipopótamo de la película Fantasía, de Walt Disney. También quiere olvidar las ocasiones en las que lloró por un amor no correspondido. Ha borrado de su memoria las veces que se ha enamorado: de un compañero de clases, de un maestro, de un primo, hasta del nuevo curita o del tendero de la esquina. Nunca sus labios han sido besados, ni su cuerpo acariciado. Nunca un varón ha estado a su disposición. Sólo en sus sueños lleva la iniciativa. Disfruta del amor y del sexo con el hombre que ha idealizado. Tal vez por eso duerme tanto. Hoy, a sus cuarenta y cinco años, se ha propuesto dejar de ser gorda. Su mayor anhelo es ser delgada, que los hombres se fijen en ella y, sin darle rodeos, que le hagan el amor. Trajo a la cabaña sólo los alimentos estrictos que le permite la dieta. Lejos de tiendas, mercados, neverías y pastelerías, no tendrá tentaciones que ayuden a su claudicación. Los primeros días fueron de novedad, de descubrir los alrededores, de leer, de preparar los alimentos para su dieta, de observar los estantes y libreros que llenan la casa, repletos de adornos y juguetes de los dos pequeños hijos de su prima. Ella no tuvo hermanos ni sobrinos a quienes mirar durante sus juegos, así que se entretiene repasando cada uno de los atractivos juguetes. Han transcurrido dos semanas, la báscula sólo marca un kilo menos y la depresión comienza a hacer de las suyas. La soledad llena sus espacios. Al inicio de esa noche ha salido a la terraza vecina del jardín interior de la cabaña; un extraño calor llena su cuerpo, un deseo inmenso de compañía masculina le embarga. Se recuesta en un diván, por instantes observa las estrellas chispeando en la opacidad del firmamento. La luminosidad de la luna llena proporciona sombras fantásticas a los árboles y permite mirar con claridad a corta distancia. El aroma y los sonidos de la noche apremian sus deseos. Con lentitud comienza a acariciarse sobre la ropa. Cierra los ojos. Al cabo de unos minutos una percepción de ser observada le hace abrirlos bruscamente. Con avidez busca en la penumbra. No encuentra nada. El calor de su cuerpo aumenta. Sin prisa se quita su ropa hasta quedar desnuda, grande, blanda y expectante. Buscando frescura, deja la terraza y va al centro del jardín y se tiende de espaldas sobre la hierba. Estira los brazos con voluptuosidad, suspira y dirige sus manos a sus senos enormes que se derraman sobre sus costados. Cierra de nuevo los ojos, relajada, inmersa en sus sensaciones. Una vez más esa impresión de ser vista. Abre los ojos. Gira la cabeza a la derecha. Es cuando lo ve. Se mantiene inmóvil por segundos, entrecierra los ojos para agudizar la mirada. Sí, ahí está sólo a un metro de ella, apenas sobresaliendo entre la hierba. Se incorpora. ¡No lo puede creer! Es un hombrecito de escasos quince centímetros vestido de explorador, con sombrero texano, binoculares, mochila, pistola al cinto y un látigo en una de sus manos. Observa que él, utilizando los gemelos mira hacia arriba, fija su mirada en su rostro. Lo toma entre sus manos. Él permanece inmóvil. Lo coloca de pie en la palma de su mano, lo revisa milímetro a milímetro. Es perfecto, se dice: el hombre que tantas veces ha soñado pero diminuto. No consigue dejar de mirarlo y admirarlo. Una idea aparece: nunca ha visto a un hombre desnudo, sólo en las láminas de los libros escolares de sexualidad humana. Se arrodilla. Lo coloca frente a ella y, con las puntas de sus uñas comienza a quitarle la ropa hasta dejarlo desnudo como ella lo está. El hombrecito no pronuncia palabra alguna, no trata de huir, permanece preso de su voluntad. Con delicadeza, lo vuelve a poner sobre la palma de su mano izquierda, ahora acostado de espaldas. Lo acerca para verlo mejor; con la yema del dedo índice comienza a acariciarlo: primero su cabello, lacio y castaño, luego su rostro varonil, su dedo va bajando hasta llegar al bajo vientre. ¡Ahí están! Se sorprende: un falo y dos testículos minúsculos sobresaliendo entre la fronda oscura del vello púbico. Con delicadeza frota el pequeño vástago que con rapidez se erecta. Llena de ansiedad, se recuesta sobre la hierba y lo coloca en el valle entre sus senos. Cierra los ojos, y se concentra en los pasos y movimientos liliputienses que recorren su cuerpo. Primero lo siente escalar su cuello y subir hasta su rostro, sus labios pulposos registran a esa pequeña boca que se prende de ellos, recorriéndolos, chupándolos fragmento a fragmento. Suspira profundo y el aire que exhala hace caer al hombrecito de nuevo sobre su pecho; éste se incorpora e inspecciona senos y pezones, en ellos se detiene largamente rodeándolos, abrazándolos, lamiéndolos. La sensibilidad y fantasía femenina magnifican las sensaciones. Ahora siente los pasitos bajar por su esternón hasta llegar al vientre, lo explora deteniéndose en el ombligo que semeja un cráter lunar, introduce sus dos manos en la hondonada y, en movimientos circulares, le acaricia lento provocándole goces inéditos que corren hasta sus genitales. Él continúa su recorrido. Utiliza sus uñas y se desliza de su vientre abultado y llega hasta la maleza del triángulo de su pubis. Ahí, palpa sus vellos, aspira su olor y busca entre el follaje su cañada bermeja, en ella, el clítoris semeja un enorme rubí piramidal. El hombrecito, con la mano extendida, lo frota rítmicamente, desprendiéndole sensaciones que le hacen gemir, suspirar y acelerar la respiración. Él prosigue su labor sin descansar. Cuando la vasta pelvis comienza a ondular, a subir, a bajar, él se prende de sus largos vellos para no caer. Ella abre las piernas. Está a punto de la culminación. En un rápido movimiento acerca su mano hasta el responsable de su placer. Lo toma, lo encierra entre sus dedos y lo dirige a la entrada de su caverna inviolada. El hombrecito no hace nada para defenderse. Cuando está a punto de sumergirlo en el abismo de su oquedad, le sobreviene el orgasmo, su cuerpo se tensa y se produce la explosión de sus células, de su sangre, que le hace perder el control, involuntariamente abre sus dedos y el hombrecito resbala por su costado y cae sobre el césped. Ella permanece ahí, imponente, jadeando con los ojos cerrados y su mente concentrada en el epicentro del placer que dulcemente se va extinguiendo. Poco a poco va recobrando su ritmo cardiaco, su respiración se aquieta, las imágenes vuelven a su realidad. De súbito se incorpora, y busca alrededor. Se agacha, gatea escudriñando entre la hierba. Sus enormes nalgas alumbradas por la luna semejan dos dunas móviles divididas por una cuenca oscura. Recapacita y regresa a mirar, no hay vestigios de la ropa que le quitó al hombrecito. Desespera, quiere encontrarlo, comprobar que lo que vivió fue real, cuidarlo, mantenerlo con ella, él la aceptó como es, él le ayudó a llegar a la culminación y estuvo preso de su voluntad. Vuelve sobre la hierba. Después de mucho buscar sus esfuerzos tienen éxito: un diminuto sombrero texano aparece ante sus ojos; ansiosa lo recoge. Oprime el objeto contra su pecho y entra en la casa. Con fervor lo revisa buscando huellas de su dueño. Capta que en el forro tiene escritas dos palabras: Indiana Jones. Instintivamente sus ojos buscan sobre los estantes de los juguetes. Descubre un explorador vestido con ropa apropiada, binoculares, mochila, pistola al cinto y un látigo en su mano derecha. Sólo falta algo. Se acerca y, sonriendo emocionada, coloca el sombrero en su cabeza. ** Elsa Levy elsalevy@jal1.telmex.net.mx Escritora mexicana (Colima). Obtuvo la licenciatura en psicología; diplomados en cultura jalisciense, crítica y fantasía de la literatura hacia el tercer milenio, e historia de Jalisco en el arte; además, posgrado en creación y crítica literaria por la Sociedad General de Escritores de México (Sogem, http://www.sogem.org.mx), y Curso Superior de Pensamiento Latinoamericano, Casa de las Américas (La Habana, Cuba, http://www.casa.cult.cu). Pertenece al PEN Club Internacional, a la Asociación de Literatura Femenina Hispánica y a la Asociación Escritores de Jalisco. Ha publicado los libros El vuelo de la iguana (cuentos, 1991), con el que obtuvo el Premio Colima ese mismo año, Bajo la piel (cuentos eróticos, 1994, 1997, 2005), Pre-textos de inverecundia (cuentos, 1995), Los cuentos de Tati (cuentos, 1995), Otras sombras de la luz (cuentos, 1996), Tinta fresca (cuentos, 1996), Entonces, la Crisálida (noveleta, 1997), La cabaña de El Moro (noveleta, 1998), De amores (cuentos, 2000), El misterio de la casa de citas en el barrio galante y otros cuentos (2003) y fue compiladora de Erótica, 43 narradores en Jalisco (1997) y Amatoria, el cuento amoroso en Jalisco (2005). Además, ha publicado los libros de ensayo El erotismo en la escritura femenina mexicana (1994), El machismo, orígenes, causas y perspectivas (1995), Enamoramiento, desde el mundo fragmentado de María Antonieta Rivas Mercado (ponencia presentada en el Congreso de Escritoras Hispanas, George Washington University, 1998), Erotismo y aforismos en cinco de las narraciones femeninas contenidas en Erótica. Antología del cuento erótico en Jalisco (ponencia presentada en el Congreso Internacional de Literatura Femenina Hispánica, Querétaro, 1999) y Un recorrido por la obra de Laura Esquivel (2000), y ha sido incluida en los libros colectivos De tanto contar (1993), Poesía peregrina (1994), De acá y del más allá (1995), Nombrario (1995), Los siete pecados capitales (1997), La mentira (1998), Criaturas de la noche (Nº 2 y 3, 1998 y 1999), El suicidio (1999), El secuestro (2000), Nuestra voz (2001), El voyeurismo (2002), Mariposas, mujeres sin capullo (Brasil, 2002), Curimí, cuentos infantiles (Brasil), La prostitución (2004) y Perversitudes (2005). Ha ganado el Concurso Nacional de Cuento "Criaturas de la noche" (Saltillo Coahuila, 1999) y el Premio Nacional de cuento "Juegos Florales de Lagos de Moreno" (2005), entre otros. Sus cuentos han sido publicados en revistas y periódicos nacionales de México. === Dos poemas Marcelo Galliano ====================================== *** Lo que no fue Lo mejor entre nos es lo no dicho, lo por hacer, lo ausente, lo no hecho, cada palabra que salió del pecho y no encontró respuesta ni entredicho. La más hermosa luna: la no vista, el mejor sentimiento: el no sentido, el recuerdo más dulce es el olvido, la historia más querida: la imprevista Y las caricias más inolvidables son las que dibujadas en el aire atiné yo a emitir cada verano, esas que disfrutabas casi siempre, por ignorar, casi por inconsciente, por no saberlas dadas por mis manos. *** A esa mujer que ríe A Mariela M. Tan sólo una sonrisa de Mariela podría enjugar por completo toda lágrima mía, y esparcir por la tierra como semillas nuevas el aroma a jazmines que sus labios conllevan. Cada risa que vierte es fiesta de campanas que oscilan sus badajos al nacer la mañana dibujando sonidos que perdidos al vuelo se mecen como alondra que va escrutando el cielo. ¿No has observado, acaso, cuando en las tardes ríe y no queda, en el aire, ángel que no la mire, no escuchaste siquiera los murmullos silentes que impone -con su gesto- al paso de la gente? ¿Jamás has percibido en las calles desiertas el eco delicado de sus risas alertas, la canción que susurra como el viento en las ramas cuando sus labios vuelcan su risa edulcorada? ¡No dejes de reírte, sirena de agua dulce, que el río necesita la boca que lo endulce, que a la noche serena, opaca, casi inerte, le hace falta tu mueca que, rauda, la despierte! ¿Qué haremos, si no ríes, los torpes que en la vida paseamos nuestra angustia por todos nuestros días a qué dios malherido cansado e indulgente llevaremos la causa de nuestra pobre frente? Ríete que la lluvia te pide que te rías para que pronto entibies las gotas que tan frías se deslizan enfermas -por los cristales rotos- mendigas de esperanza. ¡Sonríeles un poco! Dame la medicina de tus dientes de nieve y el licor de tu boca -¡que afuera llueve y llueve!-, que si esta noche el mundo se despluma a pedazos yo pensaré en tu risa -me sentiré en tus brazos- Si la luna se fuga, si se van las estrellas, si la tierra se abre y los cielos destellan, si la mar se evapora cuando nazca la aurora, se marchitan las rosas al pasar de las horas, no me dejes sediento al morir -sin tu risa- hiéreme con tu boca, pégame con un brisa, invádeme las sienes, apuñálame el pecho -igual, de tanto amarte, ya lo tengo deshecho- Siémbrame un horizonte de risas duraderas, que pueda, en cada paso, yo ver la primavera que me empape de formas, aromas y colores y frutos de las ramas de vívidos sabores. Pido risa de ovarios, de senos y de huesos cual carnal travesura de arcángeles traviesos; quiero risa de entraña, de pasión, de mirada, de prisa, -¡a manotazo, a pura bocanada!- Exijo tu sonrisa porque lo puede todo: armarme un nuevo cielo, rescatarme del lodo, resucitar la encina, florecer el cerezo, reverdecer la grama, cosechar en exceso. Si la ciudad dormida, y mustia, y casi vana, agoniza algún día tras mi triste ventana, y la gris esperanza de una dura congoja se va desvaneciendo -cuando se caen las hojas-, gatilla con tu lengua la inmensa carcajada que le cambie su cauce a lánguidas miradas, que emane un aura nueva y en veredas perdidas esparza la sal blanca de renovada vida. Deja explotar los campos tan henchidos de trigo y mis ojos de dicha. (Tu risa está conmigo, me charla, me seduce, flota por las palmeras baña de miel mi sombra -¡bendita colmenera!-) Por tu risa: los astros, las lunas y las rosas, el gusano de seda, las acacias frondosas, los pistilos en celo, la tierra y el rocío, quintaesencia de todo, y hasta el lamento mío. Yo sé que cada cosa de lo mucho que existe lleva en su alma la risa que alguna vez le diste, y sé que la energía de todo el que se mueve. vive porque tus labios sólo así es que lo quieren. Bendice mi tormenta con recuerdos jocosos, morirme no es tan grave si recuerdo tus ojos brillando como perlas cada vez que te ríes -partir no será triste, ya tengo quien me guíe- Pues si me toca un día marcharme eternamente muy poco en las valijas cargaré. Solamente, de todo lo que habita nuestra tierra cansada, me llevaré tu risa. Del resto: casi nada. ** Marcelo Galliano gallianomarcelo@hotmail.com Poeta, ensayista, guitarrista y periodista argentino (Buenos Aires, 1971). Como instrumentista ha grabado cuatro discos, fue ganador de un Premio Gardel y ha tocado en diversas salas importantes, convirtiéndose en 1997 en el guitarrista más joven de la historia en estrenar un concierto en la Sala Grande del Teatro Colón. Como escritor y periodista ha sido columnista de diversos medios, y ha recibido distinciones como la del Certamen Juan L. Ortiz y el Diploma de Honor de la Editorial Argenta. Ha conducido seis ciclos radiales en Radio Nacional, Radio Clásica y Radio Amadeus. === Historia de barbero Blanca Elena Paz ============================= (Nota del editor: incluido en su libro Onir: cuentos [Editorial La Hoguera; Santa Cruz, Bolivia, 2002], el relato "Historia de barbero", de la escritora boliviana Blanca Elena Paz, fue llevado a la pantalla en un cortometraje por el cineasta Jorge Arturo Lora con la actuación de Agustín Saavedra [Barbero], Arturo Lora [Agapito], Joaquín Suárez [Hijo opa] y 80 extras. Hoy lo tenemos en la Tierra de Letras gracias a una gentileza de su autora). Hasta la Virgen lleva sombrero en el camino hacia la gruta. Va de pie en las parihuelas; sobre el tablero recubierto por satén celeste. Tras ella: la tambora, un par de platillos, dos flautas, y las columnas de fieles que repiten al unísono el "ora pro nobis". Un hombre ha descendido del colectivo que pasa por allí diariamente alrededor de la media tarde. A lo lejos, aún distingue los colores en la vestimenta de los rezagados que se apresuran. El pueblo está desierto y en silencio. Por momentos, el viento levanta la tierra liviana y caliente. Acarrea, entre tumbos, las ramas secas que él mismo arrancó de los arbustos. Algunas casas, originalmente blancas, rodean la plaza. Otras se distribuyen en varias cuadras a la redonda, orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. Como esperando al recién llegado, la puerta de la peluquería permanece abierta. -Claro que hay gente aquí; pase, don Agapito. ¡Lo veo y no lo creo! ¿Le asombra que lo reconozca? ¡Cómo olvidarlo después de todo lo que pasó! ¡Siéntese, cuántos años! Se ve usted algo cansado. Debe de ser por el recorrido en un vehículo incómodo. No... ¿para qué? No valía la pena venir en alguno de los de su propiedad por lo pésimo que es el camino. ¿Acepta un guarapo? No puedo ofrecerle nada más, ni siquiera una soda porque las pulperías están cerradas. Todos se han ido hasta la nueva gruta. En rogativas por la lluvia, como ya se sabe. Regresarán a las siete, para que no los castigue tanto el sol. -Así ha de ser, don Agapito. Ningún punto de comparación entre este pueblo y los países que usted ha recorrido representando al gobierno. Sí, tiene razón, hay pocos cambios por estos trechos. Recién aumentaron cuatro hileras de ladrillos en la barda de la iglesia. Claro que robaron; fue el año pasado. Treparon por ahí unos pícaros que iban de paso. Se llevaron los candeleros de plata y la corona de "Nuestra Señora". -Alegró mi tarde con su llegada. Sí, también yo creo que iba siendo hora de su regreso definitivo. -Los años no se ven en usted, pero con todo respeto: "está mal rasurado". Es así: las máquinas eléctricas no sirven. Yo sé que a usted le gusta el afeitado al estilo criollo. Por nada más le voy a regalar un trabajo impecable. Pero venga, siéntese en esta butaca y póngase cómodo. Gracias por sus palabras; el mérito no es sólo mío. El oficio me lo dieron los franciscanos y la experiencia... el montón de años que pasé trabajando aquí y en el exilio. -¿Está bien así? El ayudante no puede saludarlo. Es mi hijo Pedro, el más chico. Nació ciego y sordomudo. Fue por la enfermedad de su madre cuando estaba encinta. Estoy de acuerdo con usted: "la vida es amarga". -Aunque no crea, don Agapito; siempre estuve seguro de su regreso y fíjese, ¡aquí está! Sí, señor, la memoria es débil. Le creo cuando dice que se le han ido borrando muchas cosas importantes. Ojalá conmigo hubiera ocurrido lo mismo, pero no fue así. -El otro cambio en el pueblo es el cementerio nuevo, sólo para los niños. ¡Tantos angelitos! El camposanto antiguo quedó chico por las malas rachas del vómito y la diarrea. ¿Caminos? Ya los vio. Frutas y verduras, cuando no las achicharra la sequía antes de la cosecha, se pudren en espera de los camiones para llevarlas de aquí. La época de lluvias es la peor; por el jabón que se forma con tanta agua y arcilla. -Es muy buena su intención de poner aquí una tejería. ¿Así que vino a echar un vistazo antes de hablar con sus hijos y los proyectistas? Disculpe que lo haga sentir como atado de brazos y piernas al sillón empotrado. Es el modelo de la bata. La estoy estrenando en usted. ¿Parece un preso? ¡Ya me hizo reír! -Seguramente a los demás también les podría interesar su propuesta de inversión. Lamentablemente no lo vieron cuando usted llegó. La navaja todavía no está a punto. Voy a sacarle un buen filo con la correa, aquí a su lado; mientras conversamos. -No, no desconfíe de mi vista ni de mis manos. Estoy viejo pero las conservo bien. Mi hijo dice que tengo un pulso como de cirujano. ¿Cuál? Rosendo. Desde la ciudad nos asiste económicamente a su hermano y a mí. Lo hice estudiar para dentista. Con privaciones, don Agapito, con privaciones. Sólo cortando barbas y cabellos, y claro... con lo que me dieron por hombrear los cajones de pescado en El Callao. Lejos de la tierra, es verdad; pero con la idea fija de volver. -Vamos a reclinar un poco la butaca, para facilitar mi trabajo. ¿De viudo?, llevo dos años. No he querido irme a la ciudad como Rosendo me propone. No he aceptado hasta el día de hoy, por esperarlo a usted, Agapito. -¿Para qué? ¿Todavía no se dio cuenta? Esta correa no está de buen temple como para afilar cuchillas. La vamos a tensar. ¿Olvidó acaso que unos cuantos y yo no lo apoyamos en su posición política? ¿No recuerda lo que entonces inventó para acusarnos de complotar contra el gobierno? Había epidemia de rubéola. Eso sí no lo olvida porque hasta usted enfermó. -Falta poco, Agapito. Vamos a probar el filo cerca de las patillas. De nada sirvieron las declaraciones hechas a mi favor por Monseñor Manresa y los otros curas que me criaron. Para evitar represalias, hijos y esposas tuvieron que huir con nosotros. Mi mujer estaba embarazada y se contagió del mal, monte adentro. -Ya me parecía que no estaba bien afilada. ¿A ver en el mentón? El ejército nos rastreó durante varios días. Sabíamos que tiraban a matar. Mientras cruzábamos los curiches sumergidos hasta el coto, escuchábamos el latido de los perros. -¿Siempre transpira así, Agapito? Lucía, mi hija, fue la primera víctima. Entre convulsiones la consumió la fiebre. Para sepultarla cavamos a machete limpio. Y continuamos abriendo sendas; hasta salir a la frontera. -¿Le volvió la memoria, Agapito? ¿Se acuerda de mi puerca de raza? Su lechigada, por lo general, era de diez chanchitos. Me la había regalado mister Thompson, esa vez que fui hasta su estancia para curarle un uñero. El bigote sobra, lo vamos a recortar antes de rasurarlo. Usted mandó que secaran a mi padre al cepo, mientras yo estaba de huida. No sólo ordenó que se llevaran la puerca y los lechones sino también mi material de peluquería y la máquina de coser en la que trabajaba mi mujer. -No grite, ¿para qué? Nadie va a venir en su auxilio. Sólo hemos quedado tres personas en el centro del pueblo: usted amarrado, Pedro, que no se da cuenta de nada, y yo prestándole un servicio. Junté todas las toallas. Son regalos de mi hijo. ¡Ya, cállese carajo! Bien sabe para qué las voy a necesitar. -Pasé años imaginando este momento. ¡Ojalá estuviera aquí mi compadre Néstor! Meses después de salir del monte se volvió sordo, dicen que a causa del paludismo. -Allá, entre las espinas, no hay médicos, Agapito. No hay vacunas, sueros y a veces ni siquiera hiel de jochi. Tampoco en el monte hay muñecas. Mi hija las pedía en su delirio. No voy a dejar rastros, se lo aseguro. -¿Cómo dice? No mienta ya, deje de lloriquear ahora que hemos recapitulado juntos la verdadera historia. ¡Qué olor insoportable! Bueno, sus pantalones no me importan y no pienso usar más el sillón después de limpiarlo. También puede vomitar todo lo que tenga, Agapito. Orine, berree, y si tiene con qué hacerlo, ¡arrepiéntase! -Éste es el filo que necesito en la navaja. ** Blanca Elena Paz blancaelenapaz@yahoo.es Escritora boliviana (Santa Cruz, 1953). Es médica veterinaria zootecnista y docente universitaria. Ha sido directora ejecutiva de la Casa Municipal de Cultura "Raúl Otero Reiche" de su ciudad natal. Escribe cuento, poesía, ensayo y artículo científico. Ha recibido diversos premios y distinciones por su aporte a la cultura y a la educación. Ha representado la literatura boliviana internacionalmente en varias ocasiones, entre ellas el II Congreso del Foro Interamericano de Coeducación y Cultura de Paz (Santiago de Chile, 2004) y la Feria Internacional del Libro en Miami (2002). Su cuento "Historia de Barbero", incluido en su libro Onir (Editorial La Hoguera, Santa Cruz, 2002), fue llevado a la pantalla en un cortometraje. Además ha publicado el libro de cuentos Teorema (Editorial Litera Viva, Santa Cruz, 1995) y textos suyos han aparecido en diversas antologías. === La venganza de Pushkin Manuel Lasso ============================== La mayor calamidad que le puede suceder a un escritor es perder la vida siendo aún muy joven, y no poder continuar con su creación literaria. Así le sucedió a John Keats, quien, sin quererlo ni desearlo, murió tosiendo, agobiado por la tisis al igual que La Dama de las Camelias, y a Christopher Marlowe, quien falleció apuñalado, en medio de un penetrante olor a cerveza, durante una violenta y veloz bronca de salón. Por dicha razón siempre me ha conmovido la historia de Aleksander Pushkin. Innumerables veces he meditado sobre su muerte prematura e invariablemente he llegado a la misma conclusión. No se le permitió seguir viviendo para concluir su obra artística. Se sabe que el barón Georges d'Anthes, un erotómano, exiliado, al servicio del ejército ruso imperial, como lo hizo Rodolfo Boulanger, el acaudalado amante de Madame Bovary, se obsesionó con la idea de seducir a la esposa de Pushkin. La asedió por largo tiempo con sus emanaciones de agua florida, sus poses militares y sus versos de Ronsard. Luego de conseguirlo afrentó más al poeta insultándolo de la peor manera y no dejó otra alternativa que la reparación de la injuria con un duelo a muerte. Puedo imaginarme lo que habría pasado por la atormentada mente de Pushkin durante esos momentos. Estoy convencido de que le habría deleitado mucho quitarle la vida a su contrincante; pero el ofensor terminó eliminándolo a él. Y Pushkin falleció, a los 38 años de edad, después de varios días de agonía, tras recibir un balazo en el abdomen. Murió infeliz y frustrado al no poder castigar a su rival, a quien sólo hirió levemente. Cuando vi el chaleco negro, con su hilera de botoncitos brillantes, que llevaba puesto al ser herido por d'Anthes, el sofá castaño sobre el que lo recostaron ya inconsciente y con la frente sudorosa y fría, el antiguo reloj de números romanos cuyas manecillas se detuvieron en el momento de su muerte y el sketch a carbón que le hizo Fiodor Bruni una vez que ya estaba acomodado dentro de su ataúd, me pareció ver la imagen de un hermano caído, víctima de una gran injusticia. Entonces comprendí que debió de haberse llevado con él un gran sentimiento de frustración al no poder vengar la ofensa que la lujuriosa obsesión de d'Anthes había ocasionado en contra de su persona. En ese momento pude intuir lo que Pushkin sentía. Fue como si su dolor personal se hubiese transferido a mi mente; como si su espíritu se hubiese posesionado gradualmente de mí. Todo sucedió lenta y pausadamente. Primero sentí el gran deseo de conocer su obra. Fueron muchos los días que pasé en la biblioteca leyendo Eugene Onegin, Boris Godunov y sus innumerables cuentos y poemas. Luego me interesé por su vida; leí sus biografías, vi los retratos al óleo que le hicieron cuando residía en Moscú y me enteré de todo lo que le había ocurrido. Entonces vino la indignación inmensa, como si lo que le había pasado a él me hubiese acontecido a mí. Ahora tengo sus emociones, sus celos, sus pensamientos y sus inclinaciones. Tengo también su odio, que a primera vista parecería ser inexplicable; pero siento un inmenso desprecio por el barón d'Anthes. Si lo pudiese ver me acordaría del chaleco negro de Pushkin y le vaciaría en el pecho todas las balas de mi revólver de bolsillo antes de que él se diese cuenta; pero un caballero no puede actuar de ese modo y más bien tiene que hallar la solución de sus conflictos en la magnanimidad de un duelo. Por esa razón lo busco. Si yo hubiese estado en San Petersburgo después de su fallecimiento hubiese intentado lograr lo que Pushkin no pudo. Hubiese rastreado al barón d'Anthes por toda la ciudad hasta encontrarlo y retarlo. No tengo la menor duda de que lo habría hallado en alguna reunión de la gran sociedad rusa, en algún salón de baile lleno de candelabros y de mucamos con bandejas de plata repletas de copas. En medio de las damas de la aristocracia y de las parejas que pasaban bailando, me hubiese acercado a él; hubiese hecho todo lo posible por aproximarme a su oído y le hubiese susurrado, con la mayor calma posible, el peor de los insultos. Entonces el barón d'Anthes, completamente ruborizado, con el cuello cerrado de su casaca militar y sus charreteras doradas, me habría abofeteado haciendo salpicar el champagne burbujeante de mi copa y habría caído en la trampa. Nos habríamos llevado las manos a las armas. Se hubiese producido una gran conmoción y las damas con sus vestidos de seda se habrían llevado los pañuelitos perfumados a las bocas soltando exclamaciones de angustia. Yo muy ofendido le habría dicho al barón que eso no se podía quedar así, que tendríamos que arreglarlo en un duelo. Con mi guante blanco le habría golpeado el rostro. Estoy convencido de que el lascivo injuriador habría parpadeado; habría empalidecido y no habría cabido en sí de furia. Me habría mirado con sus ojos azules llenos de un odio incontenible. Pero no habríamos salido de esa reunión sin asegurarnos uno al otro que en pocas horas nos volveríamos a encontrar para batirnos. A continuación, yo habría ido al encuentro de Natalya Nicolayevna Goncharova, la esposa de Pushkin, hermosísima mujer aunque adolescente todavía, que habría estado pálida y aterrada entre los demás invitados, mirándome llorosa sin poder comprender lo que estaba ocurriendo. Tal vez me la hubiese imaginado en los brazos de d'Anthes y una amargura me habría hecho temblar un labio. Haciéndole una profunda reverencia le hubiese dado mis más sinceros parabienes y me hubiese despedido. Ella habría quedado mirándome desconcertada como si hiciese esfuerzos por reconocer a alguien. La habría dejado murmurando suavemente: "¿Aleksander..? ¿Aleksander..?". Me habría ido muy contento al ver que mi plan estaría funcionando tal como lo había concebido desde un principio y muy feliz al saber que mis intenciones estaban muy próximas a cumplirse. Luego me habría dirigido a la casa de mi padrino. Tras percibir en su habitación el fuerte olor a bálsamo de eucalipto y a otros linimentos lo hubiese despertado con un candelero en la mano y lo hubiese sacado de la cama, soñoliento, con su cabellera canosa y desordenada. Le habría contado acerca de lo sucedido y le habría suplicado que se encargase de los detalles de la consumación de la ceremonia. Como era su costumbre se habría colocado los espejuelos brillantes y mirándome fijamente por encima de ellos, bostezando, me habría preguntado por la clase de duelo que me gustaría pelear. "Un duelo a muerte...", le habría replicado con excitación. "A pie firme y disparando a voluntad... A veinticinco pasos...". "¡Ese es el más peligroso..!", me habría respondido él abriendo los ojos con gran preocupación. "Lo pueden matar...". "Hágalo así, mi querido amigo. Pushkin no lo hubiera preferido de otra manera. Además, perder la vida hoy en día no tiene mucha importancia". Me habría retirado a mi domicilio muy contento. Después de beber una copa de brandy me hubiese sentado a leer, bajo la luz amarillenta de un candelabro, mi capítulo favorito de La guerra y la paz y lo hubiese leído con el mayor gusto, con el placer de quien sabe que va a morir, porque no hay nada que pueda dar mayor satisfacción que el saber que se va a cumplir con una misión aunque en su ejecución se tenga que llegar al sacrificio máximo. Tras dar el vistazo final a la página que estaba leyendo, habría mirado al antiguo reloj de la sala y hubiese escuchado por primera vez su estrepitoso tic-tac. Me hubiese erguido y me habría desperezado empezando a sentir, a pesar del cansancio de quien no ha dormido, el peso de la responsabilidad de tener que cumplir con una misión irrevocable. Luego de refrescarme con el agua fría de un lavatorio me hubiese vestido con mi pantalón crema recién entregado por el sastre y mi camisa blanca con chorreras. Me habría mirado en el gran espejo de mi cómoda con mis ojos pardos y penetrantes y hubiese pasado mis dedos sobre las patillas negras y abundantes de mi rostro pálido. Sin demora hubiese metido la mano entre mis cabellos, varias veces, hasta desordenarlos más. Me habría colocado mi gabán pardo oscuro, y mi sombrero de copa negro. Con mi bastón de marfil de la India bajo el brazo habría salido de mi vivienda entonando el fragmento de una aria muy conocida: "Una furtiva lagrima... negli occhi suoi spuntò...". Habría tomado un coche de cuatro caballos de esos que recorren las calles de San Petersburgo de día y de noche y una vez dentro, al ver los asientos de cuero, me preguntaría con obsesión si en uno de esos vehículos no habrían viajado abrazados Natalya y el barón d'Anthes en una escapada romántica. La señora Pushkin con su vestido de seda y la cabeza apoyada sobre el hombro de él. A las cinco de la madrugada, bajo el latigueo persistente y las exclamaciones del cochero, proseguiría mi viaje hacia el lugar del encuentro. Llegaría temprano muy feliz de poder realizar lo que me había prometido a mí mismo y lo que sé que le habría gustado a Pushkin. En el lugar convenido me habría encontrado con mi padrino quien ya habría colocado sobre una mesa un antiguo estuche de forro verde con dos pistolas de duelo. Casi sin ser notados, mi rival, o mejor dicho el rival de Aleksander Pushkin, habría arribado con su padrino y muy serios se habrían abocado a discutir los detalles de la ceremonia. Como ya se había acordado sería un duelo a pie firme y disparando a voluntad. Mientras se deliberaba sobre los pormenores del ritual me habría gustado dar unos pasos para desperezarme y hacer desvanecer el cansancio que se siente cuando no se ha dormido durante toda la noche. Mirando a la arboleda de la lejanía, habría percibido el olor de los cedros, como quien trata de gozar del placer causado por el paisaje antes de dar inicio a la tragedia. En ese instante me habría puesto a pensar en Natalya Nikolayevna Goncharova. Su rostro precioso y la perfección de sus cejas y de sus pestañas; sus ojos negros mirándome fijamente como si quisiera preguntarme algo o pedirme algo y sus labios suculentos; el escote de su pecho mostrando sus generosos senos tras su vestido rosado con numerosos listones. Qué admirable y apetecible la habría encontrado. Qué fresca y tierna. Tan perfecta y tan joven con un rostro pequeño y redondo como el de una adolescente. Un poco cargada de espaldas tal vez, solamente un poco; pero magnífica en todo lo demás. Tan admirable que habría hecho pecar de pensamiento y obra a cualquiera. Es tan deslumbrante, tan fuerte de carácter, que domina a todos en la corte. Los varones la rodean y escuchan lo que Natalya tiene que decir como si sus palabras proviniesen de un gran personaje. Sus deseos son órdenes. Lo que pide se cumple. No necesita látigos ni fustas. Le basta con extender su mano para que se la besen y cincuenta varones a su alrededor caen en una rodilla, casi al mismo tiempo, listos a hacerlo. Ese es su poder. Qué mujer tan bella en todo. En su sonrisa y en sus ademanes; en su manera de hablar y en su forma de mirarme que me hace desearla inmediatamente y me cautiva poderosamente. Con sus mejillas tersas y sonrosadas y sus dos aretes de diamantes. Cuando se aparece, vestida de negro y enjoyada, mirando con la inmensa fuerza de su personalidad, todos se arrodillan delante de ella, desde un simple oficial de caballería hasta el zar en persona, para confesarle su sumisión. En ese momento se encuentran bajo el poder de su voluntad. Podría tener mil amantes a la vez si lo quisiese y los haría pelear entre ellos, uno contra el otro, como a soldaditos de juguete. Por esa razón Pushkin perdió la cabeza tan pronto la vio. Cualquiera se deslumbraría con una mujer así. Por lo menos a mí me atrae tanto que si no me contengo y si no me refreno creo que hasta podría enamorarme de ella y pronto estaría pensando en su imagen de día y de noche. Si alguien se atreviese a hablarle se apoderarían de mí unos celos irremediables y una ira incontrolable e instintivamente mi mano buscaría la empuñadura de mi revólver. Es algo animal. Algo primigenio y salvaje. Es simplemente así. Luego tendría que batirme a duelo con Aleksander Pushkin para ver quién se quedaría con ella; lo cual no es mi intención ni lo será nunca. Dios aparte estas ideas de mi mente. Pero sin lugar a dudas una hermosura así le habría garantizado a su esposo una muerte segura desde el momento en que la conoció y la cortejó. Es necesario admitir que ya en estos momentos Pushkin se ha apoderado con tanta intensidad de mi mente que hasta tengo los mismos sentimientos y los mismos apasionamientos... Ah, Natalya, Natalya... hermosísima Natalya Goncharova... En ese punto mi padrino me interrumpiría para decirme que ya todo estaba listo. Muy parsimoniosamente me quitaría el gabán y se lo entregaría a un sirviente que estaría por ahí cerca. Me quedaría con mi chaleco dorado y me recogería hacia arriba las mangas de mi camisa blanca como el cirujano que se alista para hacer una amputación en el campo de batalla. Mirando fríamente a mi contrincante me acercaría a la mesa y empuñaría una de las pistolas. Levantaría mi arma y la balancearía hasta llegar a dominar su pesadez. Observaría el brillo metálico de su cañón y palparía la aspereza de su empuñadura curva de nogal. Sería una pistola antigua con rasguñaduras y marcas; obviamente usada cientos de veces. Me asombraría al pensar en las vidas que habrían sido segadas con ella en desafíos anteriores. Mi adversario, el erotómano, también se despojaría de su chaqueta militar azul verdosa con charreteras. Recién me daría cuenta de que es un individuo alto, gallardo y enérgico; bastante apuesto, con un bigotillo rubio que le tiembla cada vez que habla y una cabellera abundante. Es un inmenso soldado. Se quedaría con su camisa blanca de mangas largas. Pondría su arma delante de su pecho apuntando al cielo y me miraría con desprecio. Nunca he visto a nadie mirarme con tanto odio; pero ojalá sepa que esos sentimientos son recíprocos. Porque cada vez que lo veo la ira y los celos me dominan de modo inevitable. Son más poderosos que yo. Nunca he sentido un odio tan grande por otro ser como el que siento ahora. Es tan intenso que por momentos parecería ser exquisito. Tal vez sea porque me hace recordar a Álvaro Mesía, el villano semental de La Regenta. Un mediocre que en otros aspectos de la vida no pudo brillar. Un enamorador que sedujo a una mujer casada simplemente por satisfacer sus bajos instintos, por entretenerse o por darse gusto en hacer una conquista para sobajear su vanidad sin importarle los sufrimientos que podría causar al cónyuge, a la familia o a la mujer misma. El juez nos ordenaría colocarnos de espaldas. Nosotros lo haríamos así y nos quedaríamos mirando en direcciones opuestas. En ese momento yo le diría: "¿Barón d'Anthes? Supongo que ya sabrá que he venido a vengar a Pushkin". Mirando hacia el otro lado él habría mantenido un grave silencio; aunque yo sabría que su bigotillo rubio le estaría temblando. "¿Me ha escuchado barón d'Anthes?", le preguntaría suavemente. "Sí. Le he escuchado". "Supongo que todavía estará interesado en Natalya, ¿verdad?". Él continuaría manteniéndose callado. Yo volvería a indagar: "Supongo que le gustaría saber si todavía es virgen. ¿No es así?". En ese instante, probablemente para evitar que nos volteásemos y disparásemos a quemarropa uno contra el otro, el juez nos daría la señal y empezaríamos a caminar los veinticinco pasos señalados, lo que yo haría con mucha serenidad. Al dar el último me detendría y me daría media vuelta. Me concentraría en sostener firmemente la pistola colocándola en línea con el pecho blanco de mi adversario. Él estaría con un pie delante colocando su cuerpo en diagonal apuntándome con la suya. Me temblaría un poco la mano; para mi sorpresa sólo sería ligeramente. Y es que esta mano que alguna vez empuñó la pluma para escribir Voces del silencio y Tremebundas, aprieta hoy un arma tratando de vengar una afrenta. Dispararíamos casi al unísono. Vería humo alrededor de mi pistola y sentiría inmediatamente un dolor agudo muy cerca del hombro que me quitaría el aliento y me impediría tomar aire. Sería un ardor muy intenso que habría paralizado mi brazo en la posición de apuntar. Y en medio del humo y del olor a pólvora vería al enorme cuerpo de mi rival, al inmenso soldado lujurioso, cayendo lentamente de rodillas con la cabeza gacha y una gran mancha de sangre en el pecho; luego lo vería desplomarse sobre el suelo. Ahora dígame, barón d'Anthes, ¿de qué le sirven sus besos apasionados, sus miradas tiernas, sus palabras seductoras, su admirable incontinencia, su inmensa e irreprimible concupiscencia? ¿Puede ahora desear a la bellísima Natalya Goncharova con esa bala en el pecho? ¿Puede? ¿Tiene todavía ganas de unirse carnalmente con Natalya, la adolescente de las mejillas sonrosadas, para comprobar que todavía es virgen? Increíblemente, aunque débil, yo tendría todavía fuerzas suficientes para permanecer de pie y para dar un paso y luego otro, bamboleándome, como si una debilidad inmensa se hubiese apoderado de todo mi cuerpo mientras que mil ideas pasaban por mi mente. Asustado vería correr a mi padrino hacia mí, pálido, con sus patillas blancas y con el sombrero de copa todavía puesto, con la bufanda cubriéndole el mentón, llamándome por mi nombre y preguntándome si estaba bien. Mientras tanto yo vería al padrino de mi rival con su capa negra arrodillado en el suelo moviéndole la quijada al caído y dándole palmaditas en el rostro a alguien que ya no le podría responder. Sentiría un miedo inexplicable. Se me nublaría la vista a pesar de mis esfuerzos por permanecer despierto y por mantenerme de pie. No podría respirar. La sangre se acumularía dentro de mi pecho. Me ahogaría. Yo le diría al derribado: "¡Dispénseme, d'Anthes..! Se lo ruego... No fue mi intención". Mi brazo descendería y yo dejaría caer la pistola sobre la tierra. "¡Levántese d'Anthes..! Perdóneme por lo que le he hecho... ¿De dónde salió este odio? ¿Quién inició este rumor? ¿Quién dio comienzo a esta trama..? ¡Antitramador..! ¿Dónde está el antitramador..? Que venga aquí, al campo de honor, a desenredar lo que el tramador cruelmente ha enmarañado... ¿Quién? ¿Quién odia a quién..? ¡Antitramador..!". Trataría de dar otro paso más hacia mi contrincante para pedirle que me absolviera. Mi padrino asustado me abrazaría haciendo esfuerzos por sostenerme. Yo continuaría: "Baron d'Anthes, déme su clemencia... Se lo suplico...". Me temblaría la cara. Mis piernas perderían fuerzas. Ya no podría caminar. Estaría horrorizado. Habría una gran debilidad. Un zumbido enorme. En ese instante vería al frente mío a Natalya Goncharova, llorando, abrazándome y pidiéndome que no me muriese: "Aleksander... Perdóname... No te mueras, mi amor... No fue mi culpa... Nunca hubo nada entre d'Anthes y yo... ¿No te das cuenta?". Y ella me besaría el pecho, la frente, las manos, humedeciéndome con sus lágrimas. Con gran dificultad y con voz de moribundo, yo trataría de hacerle entender levantando el tono de mi voz: "No soy Aleksander... ¡madame..! No soy Pushkin". No obstante ella, sollozante, con su hermoso rostro sonrosado, fuera de sí, sin poder comprenderme, continuaría besándome en los labios y en las manos. Con mis últimas fuerzas, con voz casi apagada, le volvería a rectificar: "Madame... No soy Pushkin...". Pero ella no me haría caso. Más bien continuaría diciéndome: "No fue mi culpa, mi amor... No fue mi culpa... No te vayas... Aleksander... ¡No me dejes!". En ese punto tendría mi última visión. Vería el rostro risueño de Aleksander Pushkin, con una sonrisa serena, casi imperceptible; pero con una expresión de satisfacción. Lo vería feliz y contento. Entonces la vista se me oscurecería por completo y yo caería al suelo con un sonido seco. Mis brazos y piernas se aflojarían y se acomodarían sobre el terreno. Mis ojos permanecerían abiertos; pero ya no podrían ver nada nunca más. Calmándose, ella se erguiría y se limpiaría una lágrima con un dedo. Se pondría muy seria y diría: "En todo caso, ¿de quién es la culpa? Yo puedo actuar como mi voluntad lo mande. ¿Por qué tendría que pedirte perdón?". ** Manuel Lasso prvasq131195@aol.com Novelista y dramaturgo peruano. Estudió literatura en el City College de la ciudad de Nueva York, donde fue ganador de los Juegos Florales en la categoría de narración. Ha publicado en revistas y periódicos de Hispanoamérica, España y Francia. Es autor de las novelas Mare Tenebrosum, Las memorias del Almirante y Cenando con Klaus. Es también autor del drama en dos actos Bifásicus. === El Señor Caído de Monserrate July Carolina Jaramillo ============= Ahí estaba Don Martín, recostándose fatigado por el ajetreo y los maltratos del camino. Tratando de recoger su sombrero y acomodándose la ruana. Mirando en el suelo las tortas de plátano maduro que Marielita le había empacado para el viaje... Y su tierrita allá en el llano, sin tanto cerro como en la capital, que hasta ahora venía a conocer. Era un día como tantos, pero para Don Martín se trataba de agradecerle a Dios por los beneficios recibidos. Era una cuestión de cumplimiento. Cuando salió de Villavicencio, con la firme decisión de cumplir su promesa al Señor Caído de Monserrate, por haber curado a Marielita, no se imaginaba que muchos obstáculos se le presentarían para hacer respetar la palabra empeñada. Mientras el bus se ponía en marcha, Don Martín se despedía de Marielita por la ventana, no eran muchas las veces que esta escena se repetía, ya que Don Martín casi nunca la dejaba sola. Su viaje no fue muy placentero, pues de compañero le tocó un muchacho que parecía poseído por el demonio y que además escuchaba una música diabólica, en unos audífonos a todo volumen, que hasta Don Martín podía escuchar perfectamente. Sin hablar de los tres retenes que se encontraron en la carretera, dos de la guerrilla y uno del ejército, las tres requisas y la hora y media en la que se recalentó el motor del bus. Afortunadamente Marielita le había empacado bastante comida para el viaje, con lo que pudo sobrellevar la espera. Cuando por fin llegaron al terminal de Bogotá, Don Martín sintió que el corazón se le iba a salir por la emoción y por los nervios. Recordó entonces a Doña Magola, su vecina y amiga de Marielita, que además había viajado varias veces a la capital y que tenía ya experiencia en cuestión de viajes, ella le recomendó que tenía que disimular los nervios para no parecer forastero, y evitar así que lo embaucaran, que no hablara con extraños ni les recibiera comida durante el viaje. Eran las tres de la madrugada y Don Martín esperaba pacientemente sentado en una silla del terminal, envuelto en su ruana, esperando a que amaneciera. Hacía bastante frío, pero afortunadamente esa noche no llovió y tampoco al día siguiente. A las siete de la mañana, Don Martín ya estaba preparado para su peregrinación al cerro. Estaba tan entusiasmado que se le quitó el hambre, lo acompañaban su fe y la convicción de que, por fin después de mucho tiempo, cumpliría su promesa al Señor Caído de Monserrate. Abordó el bus que lo llevaría, era el único pasajero cuando empezó el recorrido, pero a medida que avanzaba, el número de ocupantes aumentaba vertiginosamente. Nunca había visto tanta gente amontonada en un lugar tan estrecho. Le fue difícil salir del bus, y una cuadra después el conductor por fin hizo la parada, luego de mucho renegar y maldecir. Como promesa es promesa y Don Martín siempre cumplía lo que prometía, tenía que subir caminando, pero antes se detuvo a mirar en los puestos de recuerdos para escoger algo que llevarle a Marielita. Apenas estaba llegando la gente, y entre el olor de la fritanga, los escapularios y las voces de los vendedores dando ofertas, Don Martín encontró lo que quería, una botellita de vidrio con el Señor Caído adentro, grabados cafés en resina y adecuada para usarse como lamparita. No era tan grande como la de Doña Magola, pero era el regalo perfecto para Marielita, ya que siempre habían agradecido al Señor Caído su milagrosa recuperación. Una vez comprado el preciado regalo, Don Martín emprendió la tarea de ascender caminando al tan famoso y reconocido Cerro de Monserrate. Se quitó la ruana porque ya estaba haciendo sol y apuró el paso, pues el recorrido era de mínimo dos horas, y debía volver ese mismo día a Villavicencio. Por el camino se fue encontrando gente, aunque muy poca, incluso algunos haciendo deporte, porque era muy temprano todavía. Mientras subía, alcanzó a ver un grupo de muchachos sentados al borde del camino, y pensó en lo bueno que era que los jóvenes tuvieran fe hoy en día. Sólo le faltaban quince minutos de recorrido cuando lo alcanzaron los jóvenes creyentes; Don Martín, ingenuo, creyó que le harían compañía. De repente, un golpe seco en el cuello lo detuvo, mientras caía al suelo, sin perder el sentido por fortuna, después de varios golpes y una requisa más, los bandoleros se fueron. Y ahí quedó Don Martín, recostándose a descansar, por el ajetreo y los maltratos del camino. Tratando de recoger su sombrero y acomodándose la ruana que se le había caído. Con una mano en el cuello y en la otra lo único que le dejaron, la botellita del Señor Caído de Monserrate que servía de lamparita, miraba en el suelo las tortas de plátano maduro que le había empacado Marielita para el viaje, y esperando que pasara alguien que lo socorriera. Mientras se preguntaba si estaría escrito en algún lugar del mundo que jamás conocería el Cerro de Monserrate para cumplir su promesa. ** July Carolina Jaramillo crismudi@hotmail.com Escritora y docente colombiana (Bogotá, 1981). === Poemas Alejandra Barbery ========================================= *** 03/03/03 3:00 para siempre, acaso eterno? Hasta que la muerte nos separe. o todo lo contrario. Hasta que la vida nos separe. nuestras vidas, la necesidad, la velocidad. sino la muerte. En primera persona. Sí sí Inevitable El final. El vuelo de una bruja. La palabra: HOY con rojo y en mayúsculas, TACHADA. Es fugaz, El vuelo. Un deseo Un conjuro Un recuerdo. La fantasía, Un tesoro, Mío. Una música. Un poco de letras. Un roce. El mundo. Un plegarse de muslos. Coqueteo infinito. La carne. La culpa. El diablo muerto Adentro. Es el espejo, Cotidiano, Omnipresente Un tiempo. Sin tiempo, ésta locura: demarcar momentos. === siempre, es la noche es la intención la voluntad de escribir. El Deseo Los deseos. Lo que no se da; "Lo nuestro". Las cosas ocultas, En el día, también Un ave Siempre Una forma Una vida Evidencia Evidente Experiencia? La ansiedad El miedo La alegría Un jajajá Un jejejé Sin esperar Sin escena. Sin sangre. ** Alejandra Barbery brujadelaire2002@yahoo.es Poeta boliviana (Santa Cruz, 1973). Estudió derecho y ejerció el periodismo para el suplemento Espectáculos del diario El Nuevo Día y Policiales (Seguridad) para La Razón. Fue columnista de Sección 100, suplemento de análisis y de opinión del diario El Deber, y miembro del consejo editor de la Revista Jurídica del Colegio de Abogados de Santa Cruz (2000-2002). Como activista cultural ha participado en diversos grupos, como Caraspas y Grupo Arte, entre otros. Poemas suyos han sido expuestos en muestras poéticas como Expoética (1996) y otras. Integra la antología Poesía joven, editada por la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA, http://www.upsa.edu.bo) y la Casa Municipal de Cultura Raúl Otero Reiche (Santa Cruz, 1998). Recibió el primer premio en el Concurso de Lírica UPSA (1994) y publicó el poemario Tres al hilo (Editorial La Hoguera, Santa Cruz, 2003). === Las hermanas Sergio Leibowich ==================================== Lamentablemente, casi no tengo ningún recuerdo de mis primeros años de vida ya que la mayoría de ellos se han ido diluyendo de a poco, dejándome sólo algo así como dos imágenes sin movimiento que llevo guardadas en mi memoria. Allí veo dolorosamente a mi madre, casi siempre recostada en su cama o sentada en su sillón favorito del patio de nuestra casa, tratando de no movilizarse demasiado, por su enfermedad. La recuerdo con su sonrisa triste, recibiéndome cada tarde al llegar de la escuela, con sus brazos siempre dispuestos y en donde me sentía tibiamente protegida. La otra imagen que llevo conmigo es la de mi padre, a quien recuerdo regresando a última hora, y a quien yo esperaba siempre para darme el ansiado beso que marcaba el final del día. Esas imágenes son todo lo que conservo, como un tesoro, de mis primeros años de vida. Del resto de toda aquella época sólo conozco algunas partes que reconstruí a partir de los relatos que de ella solía hacer mi padre. Siempre contaba que, como la mayoría de los inmigrantes que llegaron de Europa, él y mi madre lo hicieron prácticamente sin nada, pero cargados con la expectativa de encontrar en América lo que en su tierra les había sido negado. Decía que, como tantos otros, habían arribado a Buenos Aires apenas casados y demasiado jóvenes para comenzar una nueva vida. A menudo recordaba que el puerto de su ciudad natal fue en esos días escenario de cientos de historias parecidas y distintas a la vez, todas ellas repletas de promesas de reencuentros en futuros inciertos sin sospechar que, casi sin excepciones, algunos de ellos nunca volverían a verse otra vez. Recordaba lo duro que habían resultado los primeros días en los que llegaron a Buenos Aires. Me habló del llanto nocturno de mi madre, que extrañaba a mi abuela; de la angustia de él mismo que trataba de hacer pie en un territorio desconocido mientras sentía cómo todo parecía hundirse bajo sus pies. Me decía que no sólo estaban totalmente aturdidos por el desarraigo, el desconocimiento del idioma y las costumbres, sino que además todo empeoró al sumarse la pobreza. Que si bien el dinero alcanzaba para lo mínimo indispensable, nunca fue lo suficientemente abundante como para afrontar los gastos de la enfermedad de mi madre, que iba agravándose paulatinamente con el paso del tiempo. Según lo que relataba, al principio, y con la intención de mantener el contacto con sus respectivas familias, despacharon cartas hacia Europa al menos una vez a la semana. Pero con el transcurso de los meses, y al no recibir respuesta alguna, éstas se fueron espaciando cada vez más, hasta que finalmente se interrumpieron. Decía que había sido así porque en algún momento, inevitablemente, llegaron a la dolorosa conclusión de que ya no existía nadie con vida que pudiera recibir o transmitirles alguna noticia desde el otro lado del mar. Puedo imaginar el desgarro que debió producirles y que posiblemente colaboró para agravar el estado de salud de mi madre, cuyo débil corazón enfermó aun más, a raíz de la pena. Es posible que precisamente de esos días provenga esa imagen de ella postrada, que tengo grabada permanentemente en mi memoria. Y supongo que debe haber sido algo casi imposible de sobrellevar la idea del horrible sufrimiento que debieron de haber tenido que padecer todos sus seres queridos y aun así seguir adelante con sus vidas. No fue de extrañar, entonces, la terrible conmoción que dice sufrieron cuando, una vez terminada la guerra, llegó un día hasta sus manos una publicación que daba cuenta de la búsqueda de familiares por parte de algunos de los sobrevivientes. Y que, entre ellos, pudieron ubicar el nombre de mi tía Elena (la hermana menor de mi madre), su marido y su hijo. Solía contarme que en ese momento el desconcierto inicial fue tan grande que ni siquiera tenían idea de por dónde comenzar, qué hacer o dónde ir. Superado el momento, surgió entonces el problema de encontrar el modo de reunir el dinero necesario para rescatarlos del infierno del que hablaban las noticias, para traerlos lo más rápidamente posible a América. Siempre evocaba que en esos días se lo pasaron especulando con decenas de probables historias, y que todas ellas coincidían en el hecho de que había que hacer algo y lo más pronto posible. La prioridad decía que había que traerlos a esta tierra para que pudieran recomenzar una nueva vida dejando atrás todos los probables horrores sufridos. A medida que los días fueron pasando y las cartas de Europa comenzaron a llegar, se fueron enterando de que la tía Elena y los suyos eran los únicos de la familia que habían logrado sobrevivir al Holocausto. En cada envío detallaban la suerte que había corrido cada uno de los integrantes de la familia. Contaban acerca de los campos, violaciones y otros horrores más de cuyos detalles nunca pude enterarme ya que mi padre se negó a repetirlos luego de que las cartas fueron leídas. Siempre me aseguró que se hicieron entonces todos los sacrificios posibles, incluso hasta el racionamiento de nuestros alimentos, para poder juntar el dinero necesario para pagar los tres pasajes de barco. Finalmente, después de un tiempo y con la ayuda de algunos paisanos (que se solidarizaron con lo que nos estaba sucediendo), se logró reunir la suma de dinero que posibilitaría el reencuentro. En cuanto a mi madre, me relataba que pareció revivir durante todos esos eternos meses de espera. Que se despertaba y dormía siempre con el mismo y dulce pensamiento que le devolvió una energía que no sentía desde hacía meses. Incluso notó que la confirmación de la muerte del resto de su familia le resultó menos dolorosa, sabiendo que al menos una de sus hermanas estaría nuevamente a su lado y que, todos juntos, comenzarían a sanar de a poco parte de las heridas. Sé que los días se hicieron interminables y que el barco llegó finalmente dos días después de lo que había sido previsto. También que sólo mi padre fue quien acudió a recibirlos al puerto a raíz del reposo que debía guardar mi madre. Curiosamente, no me quedó ningún tipo de información de cómo es que fue posible ubicarlos en medio de la multitud que supongo bajó del barco. Pero lo que sí en cambio me describió fue el momento de la llegada de tía Elena y los suyos a nuestra casa. Recordaba que ese día mi madre se levantó de la cama desde muy temprano a pesar de los consejos del médico. Como consecuencia del atraso en la llegada del barco ya habían pasado dos noches sin que hubiera podido descansar, excitada por el reencuentro. De ese momento mi padre decía aún poder escuchar el grito desgarrante de mi madre que llenó todos los rincones de la casa y que resumía al mismo tiempo el más profundo dolor y la más inmensa alegría. Aferrada todo el tiempo a su hermana e incapaz de lograr soltarse de ella, mamá fue conociendo entre lágrimas a su cuñado Miguel y a su pequeño sobrino. Mi padre, tan emocionado como en aquel lejano día de la despedida en el puerto en su ciudad natal, dijo que fue quien primero lo notó pero que no dijo nada. Evocaba que fue mi madre quien al día siguiente, y ya más tranquila, hizo el comentario. "Elena no es la misma", dijo apesadumbrada y sin volver nunca más a hablar del tema. Según mi padre, los ojos de mi tía Elena miraban distinto, como si navegaran sin brújula en un mar desconocido y en el cual se dejaba llevar libremente por las mareas. A papá en ese momento le llamó la atención que, contrastando con la reacción de mi madre, la emoción de tía Elena duró muy poco: inexplicablemente, pasó de inmediato a preocuparse por si hubiera extraviado alguna de sus pertenencias durante el viaje hasta casa. Fría y extrañamente distante, mi padre recordaba que los siguientes días mostraron a una tía Elena más preocupada por instalarse y conseguir trabajo para su marido, que en juntarse con su hermana para recuperar el tiempo perdido. Y que si bien ambas continuaron viéndose regularmente, mi madre jamás sintió que había recuperado realmente a su hermana sino a una desconocida que había usurpado su apariencia y sus recuerdos. Cuando, un año más tarde, en los días en que el corazón de mi madre decidió no seguir dando batalla, sólo mi padre y yo estábamos a su lado como siempre, cuidando de ella. Desde aquellos días comienzo a tener mis propios recuerdos. Me veo a mí misma, sentada a su lado cuidando sus últimos sueños y a mi madre que, en su última noche, abrió de pronto sus ojos sorprendiéndome al secar mis lágrimas. "No llores...", me dijo más preocupada por mí que por ella misma. A la mañana siguiente sólo deliraba pronunciando frases confusas que aludían a la guerra, como si de pronto hubiera regresado a ella. Y cuando comenzó a pronunciar el nombre de Elena llamándola una y otra vez, mi padre me ordenó ir por ella. Corrí llorosa las tres cuadras que separaban su casa de la nuestra y al llegar golpeé con desesperación la puerta de calle. Me abrió tía Elena, quien una vez enterada del estado de mamá se aprestó para acompañarme. Y en ese momento entonces sucedió lo que fue incomprensible para mí, inexplicable: mi tía comenzó lentamente a cambiarse la ropa que llevaba puesta para vestirse con otra más elegante, tal como si tuviera que irse de paseo. Al mismo tiempo, mi tío se afeitaba cuidadosamente, supongo que para aparecer presentable en el evento. Creí enloquecer. Pero papá me había pedido que no volviera sin ellos. Cuando por fin llegamos, mamá ya había fallecido y yo no había podido estar junto a ella. Después del entierro, jamás quise volver a hablar con tía Elena. Solo recién unos cuantos años después pude comprender lo que la guerra es capaz de hacer en las personas y comenzar a perdonar. ** Sergio Leibowich edsu@arnet.com.ar Escritor argentino (Buenos Aires, 1963). Abogado y mediador graduado en la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar). Actualmente dedicado a la actividad empresarial y la docencia. Sus trabajos han sido publicados en distintas páginas digitales de España y ha colaborado con material para el libro Los rostros y las tramas, de Editorial Dunken, en Argentina. Ha publicado textos en revistas como Minotauro Digital (http://www.minotaurodigital.net) y Margen Cero (http://www.margencero.com). === Poemas Juan Pablo Roa Delgado ==================================== *** El deseo, espejo renovado del sediento El verano es un día sin término donde sólo acontece lo blanco y blanco el abismo cruza al fondo del paisaje en alta mar, lo hondo, el allí insaciable que no llena la palabra cenital, la pérdida, el [invierno, la casa, el amor de los santos en eterna primavera incendiada, el desorden, la ubre genital que no da tregua al disipado. Escucha, sigue el camino tu línea de aire por encima de los montes, del bosque, no pierdas la tarde, huye del hielo, de la infancia castigada, del vacío lejano cuando buscas. El deseo, el dolor, el espejo renovado del sediento dilata la sombra, la [casa, la tarde interior poseída por el agua de la carne, de la niebla. Corre, huye lejos, lejos de ti, de tu hambre ladrona paridora de vacíos. Calla, todo es inútil pero no lo creas que la tarde, la furia es primavera y muerte, todo es inútil pero no lo creas antes de ver tu sangre en sueños, en las albercas del agua que se va cuando traes los recuerdos a la lumbre. Conoces el teclado de la tarde pero sigues buscando a tu ahogado [entrañable, sin olas, lejos del vaivén de un agosto sin verano que también se llevó a [tu padre, en las brasas, el oxígeno quemado y tú que vuelves borracho a buscar a tu [hermano, quemado por una vida mal consumida en afectos duraderos, pero él ya no es [casa y en ti la ausencia multiplica los espejos heredados, perdidos en tu [apuesta, en tus palabras al viento, de cara a la blancura por llegar al hambre. Huye de la santidad imposible, renuncia a la familia después de la [infancia; estás solo con tu hambre paridora, la plenitud escondida en la niebla; con ella llenas sin término el poso de lo nunca habido más que en sueños. Pero la plenitud es vacío, es el verano blanco donde sólo acontece lo [blanco y blanco el abismo cruza al fondo del paisaje de alta mar, el teclado de la [tarde cruza lo hondo al fondo del oleaje, en el vacío lejano cuando buscas la [casa, la dilatada sombra de la casa, el poso de lo nunca habido más que en sueños. Buscas en la tarde, preguntas por el ahogado consumido en mil afectos, [preguntas, buscas a tu padre, preguntas por su invitación a la boda de su hija, tu hermana adoptiva en el clangor de la casa perdida. *** Jardín de las delicias La imagen es precisa. Ella plancha tarde en horas de la madrugada mientras [él le llena la cabeza de recuerdos, de músicas extrañas. Le cuenta [su vida como si viniera de otra geografía. Ella elogia su desnudez [al lado de la plancha. Cada vez demora más el paso del calor sobre [la ropa: quiere que la noche no termine. Pero él le llena la cabeza de recuerdos, de músicas extrañas. Su vida, su [desnudez, sus palabras. Todo pende de un hilo delicado, y, sin [embargo, a la hora del amor, nada parece más fuerte que sus [palabras. La plancha, su desnudez, sus gestos. *** Todo es vida de esplendor para el olvido I Subes por las ramas del verano hasta la música. Es el 15 de agosto que te [habla de tambores, que te anuncia una luz aun más blanca que el [verano India independiente se asoma a la oscura leche de la madrugada y hasta su [fiesta desciende la escarcha de viejas maderas conocidas: lo que escuchas es el bálsamo de la ciudad sin noche adonde vamos, el [silencio que nombra una especie de derrota sin testigos. Subes por la música del verano a buscar la nostalgia sin deseo del que [huye, y la ebriedad festiva del tiempo en que las palabras eran la [noche. Aún se anuncian las voces de un 15 de agosto hoy festivo en el aire del [verano que todo lo consume; cifras, cálculos pendientes del árbol que somos a la deriva de la sangre [bailan una música cíngara que recuerda a la misteriosa hembra del [basalto. Subes con el viento de la infancia hasta la soledad de los helechos, hasta [la tierra negra y húmeda del monte en que aprendiste a conciliar la [suavidad del musgo con la máscara. Pero ahora los cuerpos de la noche te acompañan y una canción de abrazos y [piscinas visitadas se abre paso en tus palabras: sólo la noche permanece en una ecuación semejante al deseo y es allí donde [corres por el verde del jardín en una extraña competencia sin [balones. En la córnea fijas para siempre el movimiento de los urapanes y el silencio [del bosque sin memoria donde persiste la memoria de tu padre. Subes al recuerdo con la marea tardía del verano en busca de la piedra [solitaria del silencio y desde allí dibujas el arbusto a la vera del riachuelo que fuiste cuando [niño, un arbusto entre piedras y estanques donde aún flotan viejas [preguntas sin respuesta. Es la tela de araña que te engendra, que te protege de la sorpresa de las [aguas, es el resplandor que ilumina la liturgia de los carnavales, [la llama del verano que todo lo consume. Lejos de la lluvia el tigre noctámbulo del tiempo revivido te protege, te [permite observar la danza luctuosa de la flor estéril sin memoria, y [el acorde festivo de un agosto en que el elefante blanco de la India [mugió con sus palabras de país enorme al lado de la lluvia. II Llega la estación de la sequía y lejos del agua, de su sorpresa que todo lo [aniquila, escuchas al tigre noctámbulo del tiempo que revives. Allí asaltas la entraña del silencio, la lenta corrosión del tiempo en tus [afectos en busca de la premonición inversa del que fuiste. Saltas por una estrecha seda de recuerdos y tocas una luz aun más blanca [que la Vía Láctea en su esplendor. Lejos de la estación de las lloviznas, lejos de la región donde reside la [elevada región de los nevados, buscas arder como el espíritu [elemental del fuego; allí revives el retablo de urapanes y sonrisas familiares entre el verde de [las hojas y en esa improvisada selva imitas el ojo escrutador del [caimán sobre las aguas. Sólo así encuentras las palabras escuchadas, los gestos de parientes que [resume nuestra mano, y la lenta corrosión sin tiempo que te [convierte en la última leyenda de la casa. III Tus palabras hablan de un país enorme de comarcas que perecen y vuelven de [su nube del mosto de un riachuelo que alimenta la flor de la memoria. Así la danza que suma los días transcurridos al pan de la memoria, al ritmo [que convoca las aguas de tu río; así el tigre de Bengala y su vigilia vespertina, así las bailarinas del Punjab y sus tambores que invocan a las formas del [letargo, así il dolce far niente de un verano en que hablas con la novia luctuosa [del poema. Y el agua transparente será por fin la noche, la geodesia donde penden viejas sombras visitadas. *** El incendio total que el árbol presidía Para Alejandro Gómez-Franco Yo fui el guardián de la sustancia para la resurrección José Lezama Lima I Voces de nuevo incendiadas se dilatan bajo el único duelo de la tarde. Más [allá de la calma, de la luz sobre la luz, una mano de sangre [conocida te saluda. Recuerdas: bajo el cielo la misma claridad de octubre. Saltas árbol adentro lejos de las sombras del día. Savia adentro de la [savia todas las voces recuerdan la canción opulenta de tu padre; saltas en el torrente de historias conocidas aun antes de nacer, en medio [de felinos y árboles que se abrazan con la mano entre las manos; saltas desde la raíz de la aorta, desde el tronco de tus meses sin más [saludo que un adiós en medio de las aguas. Recuerdas: otoño tras otoño te has convertido en una larga sucesión de [despedidas. Voces de nuevo atravesadas por la luz te devuelven al verano donde el mar [se dilata bajo el único duelo de la tarde, cuando las sombras del [único árbol nos dejan huérfanos de tiempo. Hechos libres, el árbol [nos ignora desde lo más azul de los abismos. II ¿En qué reflejo escapas de tu carne? ¿Bajo qué azul persigues esa sangre [que disipa las sombras? Ya lo sabes: hechos libres el árbol nos [ignora desde lo más alto del azul. Otoño tras otoño te has convertido en una mano que despide. Ahora todo [sucede en sueños, en paisajes que alguna vez llevaron hacia paisajes [más felices. Llega la estación de la nieve y tu palabra regresa al verano, lejos del [extranjero vestido a la moda de una capital en ruinas. Nunca abandonaste la orilla del verano: su piscina elemental de accidentes [vegetales sigue siendo tu extensión más lejana del silencio, donde [aprendiste a seguir al viento y lo que trae dentro. Sigues aún en la [claridad de las olas, el pie sostenido en el elemento mineral de la [orilla, la mejilla hinchada por el agua del estanque. ¿Qué agua devuelve tu reflejo, lejos de la carne y la fogata, en medio de [una arena inmune a la canción del plenilunio? III No la carne ni la fogata en medio de la arena, sino el lento aleteo de las [voces de nuevo recordadas: el incendio de palabras que el niño [escucha al borde de las aguas recuerda al verano como una estación [invencible en su luz. En sus ídolos de fuego al final de la tarde, [bajo la sombra suspendida del muchacho al borde de las aguas, una [mano te saluda desde la intimidad de la neblina. Ahora que las voces brotan de un olvidado incendio de palabras, vuelves con [tu cuerpo sobre el fondo invisible de la noche: el pie sostenido [encima del elemento mineral de la orilla, la mejilla hinchada por el [espejo del estanque. Regresas al cuerpo del oleaje ya sin barcas: sólo la brazada limpia del [extranjero, desnudo en su gesto de viajero. No la carne ni la fiesta, sino el atento pastoreo de tus manos, el [repetirse insistente de ademanes de tu padre al fin ausente, cuando [las sombras del único árbol nos dejan libres al fin de la infancia. [Hechos libres, el árbol nos ignora con la vastedad del abismo de las [aguas. IV Voz que clama la sombra de la sangre, tú que nos ignoras con la vastedad [del azul, dime en qué corrientes prohibidas de la carne está el [deseo que nos mueve. ¿Dónde la risa extranjera que nos guía con paso [firme como quien sube antiguas escaleras? Voz parsimoniosa y lejana del tranvía, tú que me enseñaste otros dioses, [otras ciudades más brillantes que la madre, estrecha el árbol a mis [manos, dame la corteza que crece bajo el concierto de la lluvia, que [atrae en la misma rama al vuelo y al felino. V Despides los cristales de la noche desde otra orilla con el cuerpo en el [fondo de la noche: la memoria arde por el recuerdo del río, de las [voces de nuevo visitadas. Vuelves por una respuesta, pero eres cuerpo ausente, respuesta centelleante [de las aguas oscuras al borde de una antigua brazada mineral. Pero [ya lo sabes: son los cuerpos cansados que siguen pidiendo agua en lugar de cuerpos y [manos repetidas en el gesto; es el otoño que empieza a preparar sus instrumentos, el aire fresco de las [lluvias, la fatigada brisa sobre los pedruscos de la calle, es la infancia poblada de árboles y felinos a lo largo de una noche [apaciguada, sin navíos, sin despedidas, lejos de los cantos [luctuosos del invierno. ** Juan Pablo Roa Delgado roadelgado@gmail.com Escritor colomboitaliano (Bogotá, 1967). Estudió letras en Bogotá (1997-1992) y se especializó en lengua y literatura portuguesas en la Universidad de Lisboa (http://www.ul.pt), Portugal (1994). Ha publicado dos libros de poesía: Ícaro (1989) y Canción para la espera (1993); varios de sus poemas han sido editados en las revistas Realidad Aparte (New York, EUA, 1994), Ulrika (Bogotá, Colombia, 1999) Mississippi Review (Hattiesburg, EUA, 2000), Barcelona 080 (Barcelona, España, 2001) y Armas y Letras (Nuevo León, México, 2001). En 1995 recibió la primera mención de honor en las XXXI Justas Literarias Ciudad de Reinosa, Cantabria (España), organizadas por la Casa de la Cultura "Sánchez Díaz", por su poema intitulado En octubre mueren los poetas. Fue editor de la revista de poesía Ulrika (Bogotá, 1999-2000). Además de desempeñarse como traductor del italiano y del portugués al castellano, ha publicado reseñas críticas en las revistas literarias El Malpensante (Bogotá, http://www.elmalpensante.com), y Quimera (Barcelona, España). Es fundador y director de la revista de poesía Animal Sospechoso (http://www.animalsospechoso.com). En 1996 se hizo ciudadano italiano y desde 2000 reside en Barcelona. En 2004 quedó como finalista del Premio Gabriel Celaya de poesía, por su poemario inédito El basilisco. Mantiene un blog personal en http://roadelgado.blogspot.com. |||||||||||||||||||||||||||||| EL BUZÓN ||||||||||||||||||||||||||||| === Felicitaciones recibidas en nuestro décimo aniversario ================ Estimado Jorge Gómez, Quiero felicitarte por los diez años de Letralia, a mi entender uno de los mejores portales de literatura hispana en Internet. Lamento no poder estar físicamente en el restaurante China One para celebrar con ustedes y tener también un marcalibros con el logo de Letralia y un CD con las 141 ediciones publicadas hasta ahora, además de los libros digitales que se regalarán. Pero si estaré contigo en espíritu celebrando los primeros 10 años de Letralia y el verdadero hito cultural que esto significa. Saludos cordiales desde Peñaflor, Chile Ernesto Langer Moreno Editor www.escritores.cl === ¡Muchas felicidades y por muchos años más de éxitos literarios, tanto para Letralia como para ti, amigo Jorge! Un fuerte abrazo Roberto Bennett === Estimado Jorge: Mis felicitaciones por estos diez años de Letralia y que sean muchos más. Un fuerte abrazo, Luis Raúl Calvo === Atención Jorge: Mis felicitaciones por esta década persistente y hermosa de Letralia. Una tierra de letras y diría que un tejido literario y fraterno que nos enaltece. Gracias por tus desvelos. Manuel Orestes Nieto === Hermanazo: Mis sinceras palabras de felicitaciones en este aniversario letraliano, junto con los mejores augurios para la próxima década... Acá en San Cristóbal todos atentos a la revista. Fraternales saludos, Jaddin J. Vivas Cuy === Sin duda que es un orgullo el desarrollo de Letralia, tanto para su creador, tanto para quienes hemos tenido el honor de participar en ella. Es también, un logro de importantísima magnitud para la literatura de habla hispana, especialmente, para quienes pertenecemos al continente americano. Mis más sinceras felicitaciones para Letralia como proyecto, y a ti, Jorge, como creador, y mi agradecimiento por permitirme ser una pequeña parte de esta historia. Un fuerte abrazo Issa Marcela Martínez Llongueras === Felicitaciones por los diez años de una publicación virtual de un nivel extraordinario. Me siento orgulloso de tener textos en ese sitio. Un abrazo. Julio Parissi === ¡Felicitaciones! Ojalá dure mucho y sea eterna. ¡Mucha suerte! Un beso, Chantal Enright === Amigo Jorge Gómez Jiménez: Reciba usted mi congratulación más cariñosa y plena de admiración por los 10 años de Letralia. Sin duda que estos 10 años, con su empuje y dedicación, se convertirán en 10 prolíficos años más, por lo que me felicito de ser uno de las firmas de tan excepcional publicación. Un abrazo y nuevamente un millón de felicitaciones, Dr. Pablo Mendieta Paz La Paz, Bolivia === Estimado Jorge: Mis sinceras felicitaciones por está década cumplida por Letralia en Internet. Un tiempo de reafirmación para nuestra América, una ventana literaria necesaria en el habla hispana. Cordialmente, Rolando Gabrielli http://rolandogabrielli.blogspot.com === Apreciado Jorge: Mil felicitaciones y mil abrazos por estos diez años de solidaridad y de trabajo literario. En este universo infinito de las palabras me felicito por pertenecer a Letralia, fruto de tus esfuerzos y de tu generosidad sin límites. Recibe un abrazo fraternal: Benhur Sánchez Suárez === Felicidades, Jorge. Sé que tu esfuerzo cotidiano por compartir con nosotros no es nada fácil. Menos cuando no se cuentan con los recursos necesarios para hacer más de lo que con las uñas has podido lograr. Reconozco tu esfuerzo y dedicación, un trabajo de vocación que quizás solamente tú, has tenido la valentía y el empeño de llevar adelante. Que Dios te bendiga, amigo, y que de alguna manera te compensa ahora o en mediano plazo. Abrazos desde Panamá, Marcos Wever === Estimado Jorge: Desde esta recién nacida revista de narrativa, queremos enviarte nuestra más sincera felicitación por el décimo aniversario de Letralia. Sabemos lo que cuesta sacar adelante un solo número de una revista, por lo que los 141 puestos en línea por Letralia nos parecen casi una hazaña. Enhorabuena, y que lleguéis a los veinte años tan con buena salud literaria como la que disfrutáis en la actualidad. Un fuerte abrazo. Carlos Manzano Editor http://www.revistanarrativas.com === Estimado Jorge: Quiero compartir el beneplácito y expresarte las más cálidas felicitaciones con motivo de haber sido calificada Letralia como finalista en la categoría Cultura para los premios Stockholm Challenge 2006 y por cumplir Letralia diez jubilosos y fructíferos años de tarea en pro del quehacer literario. Por ello, para ti y todo el equipo que integra Letralia, mis felicitaciones y mi cordial y afectuoso saludo. Ángel Balzarino Argentina http://www.rafaela.com/balzarino === Estimado Jorge, no sabes cómo me enorgullece saber que he sido uno de los mil cincuenta y dos colaboradores de un proyecto que se ha venido fortaleciendo, no sólo con el tiempo, ante todo con la palabra. Por eso, te remito un abrazo. Saludos, Dixon Moya === Querido Jorge: ¡Diez años! Mis felicitaciones por este esfuerzo extraordinario que se debe a tu constancia. Letralia marcó el camino, desde muy temprano. Un abrazo fraternal, Domingo Martínez Castilla, Editor Ciberayllu, publicación sobre humanidades y cultura http://www.ciberayllu.org/ http://www.andes.missouri.edu/andes/Ciberayllu.shtml === Estimado Jorge: Abriendo hoy la página de Letralia encuentro que están de aniversario, de mantel largo, como se dice en el Perú; y aunque hay distancia y el sólo contacto electrónico es nuestro encuentro común, es alentador saber que el tiempo pasa para bien. Saludos y felicitaciones de este lejano lector. Letralia es una de las pocas páginas electrónicas que nos permiten una rápida y eficaz mirada a la actualidad literaria latinoamericana, algo que no se debe descuidar. Alfredo Herrera Flores Arequipa, Perú === Sólo un comentario de felicitación, Letralia es un alivio, una caricia, una lucecita para los que amamos la escritura, una puerta abierta, de todos modos, siempre hay que ir evolucionando por el camino, mejorando lo que sabemos, se puede mejorar, esto es el general para todos, es para el ser humano... la evolución no se detiene nunca... Claudia García Rivas ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| "Nadie escribe sinceramente una novela si no es para cuestionarse a sí mismo". Umberto Eco, entrevista en la revista Señales (1990). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. 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