~~~~~~~~~~~~~~~ Año XI Cagua, Venezuela Nº 149 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 25 de septiembre de 2006 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | "El bosque", Jorge Gómez Jiménez. | Editorial | Los cincuenta mil de Santillana. / Ganadores del Fausto. | Breves / Del papel a la Web. / También Roberto. / Solares en | Caracas. / Lorca y su vestido. | | Publican antología de ficción breve peruana. / Wilfredo | Noticias Carrizales dictó charla y presentó libros en Rizhao. / | Mario Benedetti dona libros a la Universidad de | Alicante. / Presentan antología de poesía medieval de | Andalucía. / Isabel Allende presentó su última novela en | Plasencia. / Falleció el poeta puertorriqueño Juan Sáez | Burgos. / Muere en Madrid el intelectual cubano Mario | Parajón. / Presentan filmes hispanoamericanos en | Washington. / Inaugurada exposición itinerante sobre | civilización de Caral. / Novela inédita de José Donoso | se negocia con editoriales españolas. / Exigen que a | Frankfurt vayan sólo autores que escriban en catalán. / | Recuerdan a Neruda en los 33 años de su muerte. / | Llevarán al cine novela de Laura Restrepo. / Escritores | latinoamericanos en EUA retratados en un libro. / Un | coloquio enfrenta a los críticos con la crítica. / | Exigen compra de la casa de Vicente Aleixandre. / | Editorial puertorriqueña dictará taller de poesía. / | José Emilio Pacheco y Juan Gelman participarán en | encuentro poético. / Andalucía participará en la FIL | Guadalajara con 75 expertos. | | “El testamento de Alfred Nobel. Reflexiones sobre el | Artículos y Premio Nobel de Literatura”, Lilian Fernández Hall. / | reportajes “El poeta precoz que oyó voces: Gonzalo Rojas. A | propósito de la lectura de ‘Alcohol y sílabas’”, | Bethsabé Ortega. / “Imposible sin poesía”, Germán López | Velásquez. / “Tristeza, que es amor. Alusión a don | Quijote”, Ricardo Martínez-Conde. / “Roberto Matta | Echaurren: un poeta desconocido”, Benedicto González | Vargas. / “Tiempo nublado”, Ricardo A. Halperin. | | “Dos notas sobre poesía”, José Iván Bedoya Madrid. / “La | Sala de ensayo historia ignorada”, Silvia Rodríguez Bravo. / “El estado | (aburrido) actual de cierta ‘filosofía’”, Fernando Buen | Abad Domínguez. | | Tres poemas de Patricia Lorenzo. / “A una madre | Letras biológica”, María Angélica Franco Frías. / “Poemas para | la intimidad de mi destrucción”, Carlos Morreo. / | “Sonata antes del fin”, José Álvaro Cálix Rodríguez. / | “Cuando dices adiós, lo dices como si volvieras”, Oscar | Édgar López. / “Los dulces secretos del abuelo”, Olga | Marina Cortez Barbera. / Poemas de Ulises Varsovia. / | “El escribidor”, Marianela Alegre. / “Huellas”, Elva | Marina Mireles. / “El ataúd”, María Celeste Vargas | Martínez. / Poemas de Hado Navarro. / “Número 360”, Luis | Ricardo García Oyervides. / Poemas de Andrea Naranjo | Merino. / “Siempreviva”, Juan Carlos Hernández Cuevas. / | Poemas de Elena Conchello Mandillo. / “La giganta”, | Miguel Ángel Hernández Acosta. | | Martin Buber. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm === El bosque Jorge Gómez Jiménez ==================================== El mundo, se lamentaba el poeta chileno Gonzalo Rojas hace unos días, se ha dejado cautivar por la imagen, por el tono fácil de una narrativa pobretona y una poesía de segundo orden. Una literatura, en fin, que discurre a través de una situación en la que tanto en España como en Latinoamérica se ha perdido el “desvelo por la palabra” de los grandes como Borges, Huidobro, Vallejo o Neruda. Los lamentos de Rojas fueron pronunciados durante el homenaje que se le celebró al autor en Cornellá, al noreste de España, en ocasión de que el Ayuntamiento local suscribiera, junto con la Fundación de Estudios Iberoamericanos que lleva el nombre del poeta, y con la Fundación Aguas de Barcelona, un convenio mediante el cual se crea el Premio de Poesía Gonzalo Rojas, que estará orientado a autores iberoamericanos noveles. “La gente ya no sabe ni silabear el mundo; se cree que escribir es cualquier cosa, como mandar un fax”, dice el Premio Cervantes 2003, quien agrega que “no puede ser defensor de la poesía de la España contemporánea”. Un grave diagnóstico, sin duda alguna, viniendo de quien viene. La literatura es, como se sabe, un raro espécimen que por un lado requiere del consenso de muchas personas y por el otro subsiste gracias a la subjetividad de cada una; es, pues, un objeto subjetivo. En la actualidad es harto sencillo publicar cualquier barbaridad, lo que unido al carácter subjetivo del objeto literario agrega una nueva dificultad al proceso de crecimiento del escritor. La posteridad termina recordando —o al menos confiamos en que así sea— sólo a quienes pueden agrupar en su obra cierta sustancia de “versos dados”, como definía Marina Tsvietáieva, citada por Eugenio Montejo en artículo reciente, aquellos versos que se imponen a su autor, “guían al conjunto de la composición y en cierta forma la ordenan”. En una entrevista con Le Nouvel Observateur y reproducida este fin de semana por el diario español El País, el semiólogo Umberto Eco recuerda que, al contrario de las predicciones de ciertos sociólogos de mediados del siglo XX, la sociedad contemporánea no se ha opuesto a la letra impresa. “El ordenador e Internet han restablecido la primacía de lo escrito: el hombre-Internet es un hombre gutenbergiano”, dice Eco. El autor de Apocalípticos e integrados también advierte, sin embargo, que la pluralidad de contenidos de Internet puede hacernos un poco idiotas. Recordando a Ireneo Funes, el memorioso borgiano, agrega que “la función de la memoria no es sólo conservar, sino también filtrar”. Internet, dice Eco, es Funes, si el usuario carece del criterio suficiente para ejercer su labor de filtrado. “Si no se es un experto es muy difícil decir si un sitio dedicado, por ejemplo, a los platillos volantes es serio o delirante”. Quizás la espita que ha abierto la facilidad contemporánea para la reproducción de contenidos ha edificado un bosque que tenemos demasiado cerca, pero que además está demasiado tupido. Cuando Gonzalo Rojas publicó La miseria del hombre, las condiciones para hacerse un nombre en la literatura consistían simplemente en el talento. En la actualidad no basta. Nunca como ahora fue tan cierto aquel tópico según el cual hay un escritor debajo de cada piedra, lo que hace necesario armarse de valor para elevarse sobre las copas de los árboles. Jorge Gómez Jiménez, editor http://www.letralia.com/jgomez === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo qu tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| Los cincuenta mil de Santillana. Ediciones Generales del Grupo Santillana acaba de lanzar al mercado su agresiva promoción “3X2” en todos sus títulos de Punto de Lectura. La iniciativa, que abarca a casi todas las librerías de Venezuela, representa una opción inmejorable al momento de elegir buena literatura a un precio sin competencia, porque por sólo 50.000 bolívares ahora es posible adquirir tres títulos. Punto de Lectura es uno de los sellos insignias de las Ediciones Generales del Grupo Santillana, con un catálogo cercano a los 200 textos de excelente calidad y con las firmas más afamadas del panorama literario internacional. http://www.santillana.com.ve Ganadores del Fausto. El escritor argentino —y letraliano— Ricardo Juan Benítez ha obtenido, con su relato “El hombre marrón al fondo de mi casa”, el primer lugar de narrativa en el Primer Concurso de Poesía y Narrativa El Fausto, en el que participó tras leer las bases en nuestro boletín de concursos. Alcides César Dupuy obtuvo con el poema “Retorno” el premio equivalente en la categoría Poesía. El certamen fue convocado en ocasión de celebrarse el quinto aniversario de presencia en la Web del Grupo El Fausto, y los ganadores recibirán un trofeo, un diploma y la edición de una antología digital. http://es.groups.yahoo.com/group/elfausto Del papel a la Web. La Gaceta Literaria de Santa Fe es una publicación trimestral que se publica en Argentina en formato impreso, bajo la coordinación de Jorge Alberto Hernández, Arturo Lomello, Norma Segades-Manias y Jorge Taverna Irigoyen, y fue fundada en 1981 por Luis Di Filippo. En sus páginas hay creación en todos los géneros y se publican textos de autores hispanoamericanos además de la nutrida participación de argentinos. Para ofrecer un muestrario de su trabajo, la Gaceta ahora tiene una edición electrónica en la que se pueden leer las ediciones más recientes. http://gacetaliterariadesantafe.blogspot.com También Roberto. Otro letraliano que ganó un certamen literario cuyas bases recibió en su correo electrónico mediante nuestro boletín de concursos fue el escritor uruguayo Roberto Bennett, cuyo relato “Nunca es tarde” —en el que el mal de Alzheimer funge como fondo de la historia— obtuvo el primer premio en la categoría general del II Concurso de Relatos @Leiva-El Crucero, que convocan desde España la Asociación Cultural Villa de Leiva y la Panadería El Crucero. La categoría de relatos relacionados con Leiva fue ganada por Julio Moreno, con “El precio”. El certamen recibió un total de 150 relatos y los cuentos ganadores se pueden descargar del sitio de la asociación. http://manista.blogs.com/leiva/2006/09/los_relatos_nun.html Solares en Caracas. El escritor mexicano Antonio Solares (Ciudad Juárez, 1945) visitará Venezuela para presentar su última novela, La invasión (Alfaguara, 2006), una historia en torno al 14 de septiembre de 1847, el día en que la bandera de Estados Unidos fue izada en el corazón de la Ciudad de México. La actividad se realizará el próximo martes 26 de septiembre a las 7:30 de la noche, en la Biblioteca del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg). Solares es autor de las novelas Delirum Tremens, Anónimo, Madero, el otro (traducidas al inglés), La noche de Ángeles (Premio Diana Novedades, 1989), Nen, la inútil (Premio Fuentes Mares 1996), Casas de encantamiento (Premio Magda Donato, 1988) y El gran elector, también llevada al teatro y por la que obtuvo el premio a la mejor obra del año otorgado por las tres asociaciones teatrales de México. Actualmente es director de La Revista de la Universidad Nacional Autónoma de México. http://www.celarg.org.ve Lorca y su vestido. Repertorio Español de Nueva York anuncia el estreno mundial en español de Lorca con un vestido verde, de Nilo Cruz, ganador del Premio Pulitzer de Drama y dirigida por René Buch, director artístico de la compañía. La obra se presenta con motivo del septuagésimo aniversario de la muerte de García Lorca desde este jueves 28 de septiembre a las 7 de la noche. Cruz escribió la obra en inglés y fue traducida al español por Cruz y Buch. En la obra se muestra la muerte del poeta y dramaturgo en un escenario surreal en el que el autor de La casa de Bernarda Alba debe enfrentarse con varios aspectos o interpretaciones de sí mismo: Lorca con un vestido verde, Lorca en un traje blanco, Lorca con pantalones bombachos, Lorca como mujer y una bailaora de flamenco que también lo identifica. Los personajes ayudan a Lorca a aceptar lo que ya es inevitable: su transición de la vida a la muerte. Los precios de las entradas oscilan entre 25 y 55 dólares y las mismas se pueden adquirir en el sitio de Repertorio Español. Las funciones serán en español con traducción simultánea al inglés. http://www.repertorio.org ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Publican antología de ficción breve peruana El pasado 1 de septiembre fue presentado en Lima el compendio Breves, brevísimos. Antología de la minificción peruana, un trabajo de la catedrática Giovanna Minardi, catedrática de la Universidad de Palermo (http://www.unipa.it), Italia, publicado bajo el sello Ediciones del Santo Oficio. La presentación del libro se realizó en el Instituto Italiano de Cultura en Lima y contó con palabras de las escritoras Rocío Silva Santisteban y Jorge Coahuila. La selección, que abarca desde el Inca Garcilaso de la Vega hasta los escritores de las más recientes promociones, pretende dibujar un mapa aproximado de la producción minificcional en el Perú, para que el lector pueda ingresar en este campo tan poco conocido en su territorio nacional. Según el prólogo, escrito por Minardi, se trata de “textos escépticos, ambiguos, cáusticos, que utilizan con frecuencia la ironía, la paradoja, el ingenio y la recreación de cierta tradición oral y popular”. Minardi explica que algunos de los textos pueden clasificarse como minicuentos que tienen una estructura lógica y secuencial, aunque no siempre presentan la estructura de los cuentos de extensión convencional y suelen concluir con una broma o con una paradoja, como los de Felipe Buendía, Carlos Eduardo Zavaleta, Jorge Díaz Herrera, Ana María Intili y Armando Arteaga. En un segundo grupo se encuentran microrrelatos que tienen un sentido alegórico y un tono irónico, como los de Isaac Goldemberg y Fernando Iwasaki, que pueden llegar a no tener una historia, sino una parodia de historia (por ejemplo, César Vallejo, Mario Guevara, José Adolph); un aforismo (Julio Ramón Ribeyro, José Beltrán); greguerías (Abraham Valdelomar); una parábola (Alfonso La Torre); o minificciones híbridas que yuxtaponen elementos de minicuentos y microrrelatos. “Todos ellos exigen un lector activo, con sentido del humor; un lector cómplice que haya frecuentado la historia literaria y que conozca más o menos los entresijos del lenguaje”, agrega Minardi. Entre los temas, lo conflictivo de las relaciones humanas y de pareja, el desencanto individual y colectivo, la violencia y las injusticias sociales, el sueño, la literatura”. Además de los escritores ya mencionados, la antología incluye minicuentos de Ricardo Palma, Héctor Velarde, José María Arguedas, Lucía Fox, Carlos Meneses, Antonio Gálvez Ronceros, Luis Loayza, Arturo Corcuera, Antonio Cisneros, Julio Ortega, Elsa Vértiz, Guillermo Niño de Guzmán, Carlos Herrera, Patricia De Souza, Carlos Rengifo, Enrique Tamay y Grecia Cáceres. Fuente: LAWI Noticias *** Wilfredo Carrizales dictó charla y presentó libros en Rizhao El escritor venezolano Wilfredo Carrizales (Cagua, Aragua, 1951) dictó el pasado 8 de septiembre la charla “Poesía, viajes y creación poética” en la ciudad portuaria de Rizhao, a orillas del Mar Amarillo, en un acto al que asistió como invitado especial de la Asociación de Escritores y Poetas de la Provincia de Shandong, en el este de China. La charla se realizó en el Salón de Sesiones de las Residencias para Profesores que posee la Universidad de Pekín (PKU, http://en.pku.edu.cn) en la ciudad de Rizhao. A la charla asistieron poetas y escritores de la provincia, profesores jubilados de la PKU y público interesado en la literatura, la poesía y la cultura universales. Zhao Deming, profesor jubilado de la Facultad de Español de la mencionada casa de estudios, conocido traductor de literatura hispanoamericana y autor de varios libros, presentó a Carrizales y además fungió como moderador y comentarista durante el desarrollo de la charla. El autor venezolano inició su exposición hablando de su experiencia en la creación poética, de la manera cómo se relaciona con el lenguaje para obtener un producto estético y de los objetos, recuerdos y visiones que frecuentan sus poemas. Carrizales ilustró a los presentes en torno a la tradición poética en Venezuela, mencionó a los poetas más importantes de su país y destacó a aquellos que, especialmente, habían escrito prosa poética. También habló de sus numerosos viajes por todo el territorio chino y de qué manera esos itinerarios habían influido notablemente en la escritura de su libro Textos de las estaciones. Zhao Deming, quien tradujo el libro al chino y escribió el prólogo, realizó la presentación de su edición en español y chino, con fotografías del autor, y destacó la belleza de su lenguaje, la manera particular de Carrizales de mirar los paisajes chinos y la lúcida concisión de su estructura. Para finalizar, Carrizales presentó también la versión al chino del catedrático Chang Shiru de su libro de prosa poética La casa que me habita, y se refirió a su génesis y parto amoroso y nostálgico de los textos. *** Mario Benedetti dona libros a la Universidad de Alicante El escritor uruguayo Mario Benedetti ha donado más de 2.000 títulos entre libros, películas y discos compactos de su biblioteca personal, en su casa de Madrid, al Centro de Estudios Iberoamericanos que lleva su nombre (http://www.ua.es/webs/centrobenedetti) en la Universidad de Alicante (UA, http://www.ua.es). Los fondos cuentan con una importantísima colección de libros editados en diversos países latinoamericanos, muchos de ellos ya agotados y casi todos referentes esenciales de la literatura iberoamericana. Poesía, narrativa, ensayo, teatro, pero también obras españolas de ficción, los materiales recibidos revelan las preferencias literarias, musicales y cinematográficas del autor, puesto que una parte de los mismos fueron comprados personalmente por él. Otra parte importante de la colección son donaciones y regalos de escritores y críticos, por lo que hay muchos ejemplares con dedicatorias originales. Benedetti, quien el pasado 14 de septiembre cumplió 86 años, recibió el título de doctor honoris causa por la UA en 1997. Desde entonces su relación con la casa de estudios ha sido muy estrecha. Según Carmen Alemany, directora del Centro Benedetti, “es un honor que una personalidad de la importancia internacional de Mario haya elegido a nuestra institución para que albergue su biblioteca”. Benedetti se trasladó definitivamente a Montevideo tras el fallecimiento de su esposa la primavera pasada. Que su biblioteca española vaya a quedar para siempre en la Universidad de Alicante es, según Carmen Alemany, “una forma de retenerlo en España y de hacer que una parte de sus pertenencias quede en un lugar donde él sabe que van a ser respetadas y se les va a dar un buen uso”. Aunque se prevé que todos los materiales lleguen al Campus antes de finales de septiembre, no se abrirán al público hasta que se haya realizado una exhaustiva labor de catalogación. Fuente: LAWI Noticias *** Presentan antología de poesía medieval de Andalucía El escritor Antonio Castro Díaz (Sevilla, 1947) ha realizado una selección de “lo más granado” de la producción poética realizada en suelo andaluz durante los siglos de la Edad Media en su obra Poesía medieval en Andalucía (Editorial Almuzara), una antología que contiene 55 composiciones de 45 autores diferentes, algunos de ellos anónimos. Castro explicó que para la realización de esta obra ha seleccionado “las piezas poéticas más representativas de cada época y movimiento, atendiendo sobre todo a la calidad literaria de los textos, pero también a su valor documental o anecdótico” e indicó que la obra recoge una selección cronológica de la obra de los autores más importantes. Indicó que se encuentra una nutrida representación de 24 autores de la poesía arábigo-andaluza, entre los que se cuentan Ibn Gabirol, Al-Mutamid o Ibn Quzmán; numerosas piezas de la poesía tradicional desde las jarchas y moaxajas hasta la lírica castellana del villancio; poesía épica desde los pasajes andaluces del Cantar del Mio Cid hasta el romancero en sus diferentes vertientes, y la poesía cancioneril, con una nómina de clásicos de la poesía en castellano desde Alfonso X, Villasandino, Francisco Imperial, Baena, El Marqués de Santillana, Juan de Mena, Garci Sánchez de Badajoz, El Cartujano y otros autores que, aunque son considerados de rango menor, “no dejan de sorprendernos por su viveza y calidad poéticas”. Dada la distancia de tiempo y sensibilidad que nos separa de estos poemas, la antología se acompaña de un rico aparato de comentarios con el fin de propiciar una mejor comprensión de las piezas seleccionadas. Fuentes: Diario Málaga • Librería Mundo Árabe *** Isabel Allende presentó su última novela en Plasencia La escritora chilena Isabel Allende presentó este 18 de septiembre en Plasencia (Cáceres, España) su más reciente novela, Inés del alma mía, centrada en la vida de la placentina Inés de Suárez, compañera del conquistador de Chile Pedro de Valdivia. Plasencia fue el lugar escogido por la escritora para realizar la presentación mundial de su novela, a la que ha dedicado cuatro años de trabajo, pues fue de allí de donde, en el siglo XVI, partió Inés de Suárez tras los pasos de su esposo hacia el Nuevo Mundo, donde conoció a Valdivia y se hizo su amante. “La historia la escriben los machos vencedores, generalmente blancos” por lo que el papel de las mujeres “no figura para nada en la historia”, de la misma manera que quedan acallados “los pobres, los indígenas”, indicó en un encuentro con los medios de comunicación en la localidad. Debido a ello, con el objetivo de estudiar la vida de Inés de Suárez, la autora chilena tuvo que acudir “a las historias y las crónicas de los hombres que convivieron con ella”. Allende apuntó que la idea de indagar sobre la historia de la placentina surgió del hecho de que en los libros de historia de su país la figura de Inés de Suárez aparece descrita “en dos líneas”, en su opinión, “porque no era la esposa legítima de Valdivia”. Inés de Suárez (Plasencia, 1507- Santiago de Chile, 1580) costurera de profesión, viajó a América en busca de su marido, de quien sólo recibió referencias a su muerte. El destino le llevó a conocer al conquistador Pedro de Valdivia con quién formó pareja y al que acompañó en la conquista de Chile. Inés del alma mía hace amplia referencia a esta conquista y a todas las aventuras que vivieron los primeros pobladores occidentales en la región americana en la que hoy se ubica Chile. En sus últimos años, Inés de Suárez se casó con uno de los capitanes de Valdivia que más tarde llegaría a gobernador de la ciudad. Inés de Suárez falleció según las crónicas a los 73 años de edad en la ciudad que fundó, Santiago de Chile. El personaje histórico que protagoniza la obra arribó a América siendo pobre y acabó sus días como una de las mujeres más influyentes de todo Chile, ya que mientras que los españoles “gastaban a manos llenas el oro”, ella dedicaba sus esfuerzos y riquezas a varios negocios. Allende calificó a esta figura de la historia de Chile como una mujer de “gran valor y coraje” que no dudó en defender la ciudad de Santiago “espada en mano”. “Soy Inés Suárez” son las tres palabras que componen la primera frase del libro, que según reconoció hoy es la más importante de cada novela. Esta afirmación situó a la autora dentro de la protagonista, “o a ella dentro de mí”. Isabel Allende confesó sentirse muy cerca de la figura principal de su último trabajo, y que incluso ha experimentado sentimientos similares. “En su caso yo hubiera hecho lo mismo”, acotó. El amor jugó un papel fundamental en el desarrollo de la vida de Inés de Suárez, ya que por amor viajó a América, por amor permaneció allí y por esta misma razón fundó Santiago. También por amor rehizo su vida después de ser traicionada por el conquistador. Entre los proyectos de futuro, Allende dijo que próximamente trabajará sobre la historia de “Lautano”, un niño mapuche que es introducido como espía en el campamento español de Santiago de Chile. Para la escritora, se trata de un niño “brillante” que pasó muchos años de su vida como caballerizo del capitán general Pedro de Valdivia. Según Allende en esos años “aprendió y descubrió todo lo que tenía que saber de los españoles” en lo referente a caballos y armas, lo que posteriormente le permitió escapar y hacer frente a la invasión de los españoles. La presentación en Chile de Inés del alma mía se realizó en Santiago el 22 de agosto. Allí dijo Allende que de su personaje sólo se sabe por los historiadores que encontró agua en el desierto y que salvó a la ciudad de Santiago del primer ataque de los indios, el 11 de septiembre de 1541. Pedro de Valdivia, que se enamoró de ella locamente, nunca la mencionó en sus cartas, puesto que era su “barragana”, su concubina, cuando tenía a su esposa oficial en España. Por ello, el resto de la historia, continuó Allende, tuvo que buscarlo en documentos de la época. “La investigación no fue fácil porque para que ella emergiera había que investigar a los personajes en torno a ella, las circunstancias de la época, porque sobre ella misma había muy poco escrito y ella nunca escribió nada sobre sí misma, tampoco”, agregó la autora de La casa de los espíritus, que tardó cuatro años en escribir esta última novela pero que se entretuvo “muchísimo” haciéndolo, según confesó. La escasez de datos sobre el aspecto físico de su heroína, de la que sólo se conoce una descripción sobre su “larga cabellera castaño rojizo”, permitió a la escritora, quien reside desde 1987 en Estados Unidos, tener más mano libre para recrear a su personaje. Allende comparó a la heroína de su novela con el personaje histórico mexicano de la Malinche, pues ambas comparten la época de la colonización española de América. “Tienen en común que actuaron por amor y tienen en común la inmensa fuerza de carácter”, dijo la escritora, aunque aclaró que las circunstancias de ambas mujeres fueron muy distintas entre sí. La autora dijo además que “Inés de Suárez sigue dando batallas en Chile, que sigue siendo un país pacato”. Citó como ejemplo la decisión de un exclusivo centro comercial de la zona alta de Santiago, donde fue retirado el pendón que promociona su novela porque en la portada aparece una mujer desnuda y podría haber reclamos de las familias que visitan el lugar. “Este es un país muy pacato y seguimos siéndolo. En eso hemos cambiado poco”, observó la escritora, quien no calificó el hecho como un acto de censura, sino como una decisión de los administradores que prefirieron evitar eventuales críticas. Allende aseveró que en Estados Unidos tampoco podrá ser usada la portada original de la novela, porque “si tú pones pezones a la vista, muchas cadenas no lo ponen a la vitrina”. Editado por Sudamericana, el libro de Allende a la fecha de su presentación ya se ubicaba en los primeros lugares de ventas en las librerías chilenas. Allende, quien la semana pasada estuvo como invitada especial en el VI Festival Internacional de Literatura de Berlín (Alemania) hará otra presentación, en octubre, en España. Su idea, según reveló a la prensa chilena, es hacerlo en Plasencia, la ciudad extremeña de donde era oriunda Inés Suárez, con un deseo concreto: “Casi todos los conquistadores tienen estatuas en sus tierras de origen. ¡Ojalá Inés tenga la suya!”, dijo. Fuentes: DPA • EFE • Europa Press • Notimex • Venezuela Analítica *** Falleció el poeta puertorriqueño Juan Sáez Burgos El poeta puertorriqueño Juan Sáez Burgos falleció este 19 de septiembre víctima de un infarto, a la edad de 63 años, en su residencia en Ceiba, donde estuvo acompañado por su esposa, Carmiña. Sáez Burgos, sobrino de la poeta nacional de Puerto Rico, Julia de Burgos, había nacido en Río Piedras el 2 de agosto de 1942. Estudió en la Escuela Secundaria de la Universidad de Puerto Rico (UPR, http://www.upr.edu) y en esa institución también cursó un bachillerato en artes. Estudió derecho en la Universidad de Granada (UGR, http://www.ugr.es), en España. Su amigo y colega Vicente Rodríguez Nietzsche dijo a la prensa que Sáez Burgos había sido “un gran poeta” que había heredado “la sensibilidad de su tía Julia, esa transparencia en el decir poético”, y lo calificó como “uno de los más importantes de nuestra generación”. Sáez Burgos y Rodríguez Nietzsche fueron parte del grupo de universitarios que en 1962 fundaron la revista Guajana, uno de los movimientos literarios más influyentes del país. También formaban parte de la agrupación Wenceslao Serra Deliz, Marina Arzola, Antonio Cabán Vale “El Topo”, Ángela María Dávila, Edwin Reyes y José Manuel Torres Santiago, entre otros. Además de colaborar en Guajana desde joven, también trabajó, junto a José Manuel Torres Santiago, en Lumbre y Prometeo, revistas vinculadas a la Universidad de Puerto Rico. Su poesía fue premiada por el Ateneo Puertorriqueño y el Departamento de Estudios Hispánicos de la UPR. Su poesía ha sido destacada en distintas colecciones. Figura en la antología Hasta el final del fuego. Guajana, 30 años de poesía, de Marcos Reyes Dávila y se recoge en los libros Un hombre para el llanto (1969); Selección de poemas (1976) y La palabra y sus magos (2000). “La característica de su poesía es la velocidad. Sus poemas son muy rápidos y así fue su vida, muy rápida. Todo lo realizó con una velocidad que casi no entendíamos. Su poesía era rápida, corta, sintética, cotidiana”, dijo Rodríguez Nietzsche. Los restos del poeta fueron velados el jueves 21 y viernes 22 de septiembre en la funeraria Ehret en Río Piedras, desde donde fueron trasladados a su morada final en el cementerio María Magdalena de Pazziz en el Viejo San Juan. Fuente: Endi *** Muere en Madrid el intelectual cubano Mario Parajón Considerado uno de los intelectuales cubanos más brillantes de su generación y parte del grupo Orígenes, Mario Parajón murió este miércoles 20 de septiembre en la Clínica Moncloa, en Madrid, a los 77 años de edad. Había sido ingresado de urgencia en la mañana y falleció a las 10 de la noche a causa de una insuficiencia renal aguda. Exiliado en Madrid desde 1971, Parajón había nacido en La Habana en 1929. Se vinculó estrechamente al grupo Orígenes, siendo el más joven de sus integrantes, y participó en sus actividades junto a José Lezama Lima, Gastón Baquero, Eliseo Diego, Cintio Vitier, Fina García Marruz, Lorenzo García Vega, el padre Ángel Gaztelu y otros intelectuales cubanos de la generación de los cincuenta. Desde joven destacó en todo tipo de actividades relacionadas con el teatro. En los años cincuenta estrenó Hamlet y Cándido, de Bernard Shaw, con la Compañía de Teatro de la Universidad de La Habana. Su montaje de El tiempo y los Conway, de W. B. Priestley, con el Grupo Prometeo, obtuvo todos los premios de teatro el año de su estreno, incluido el prestigioso Premio Talía. Entre sus puestas en escena se encuentran El círculo, de Somerset Maugham; Estuve aquí una vez y Esquina peligrosa, de Priestley, y Ensayando, de Jorge Arturo González. En esos años publicó los títulos Magia y realidad del teatro, La técnica teatral de Ibsen y El teatro de O’Neill. Graduado en la Escuela de Periodismo y licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de La Habana (http://www.uh.cu), realizó también estudios en La Sorbonne de París (http://www.paris4.sorbonne.fr) y en la Universidad Complutense de Madrid (http://www.ucm.es), además de trabajar como corresponsal cultural del diario El Mundo (http://www.elmundo.es) durante su primera estancia en Europa. El escritor Carlos Alberto Montaner, en una semblanza de Parajón difundida al conocer su muerte, indicó que en esa época el intelectual “frecuentó los ambientes literarios y filosóficos más prestigiosos. El teatro y la filosofía fueron dos de sus pasiones más intensas”. “Tras el triunfo de la revolución”, continúa Montaner, “regresó a Cuba. Se casó con Annabelle Rodríguez, hija de Carlos Rafael Rodríguez, con la que tuvo dos hijas, pero esos vínculos familiares no le ahorraron contratiempos. Parajón era un católico militante y eso, y sus críticas al régimen, le generaron diversos problemas”. Parajón asumió la dirección de una mesa redonda semanal de carácter cultural en el canal Telemundo y continuó escribiendo sobre teatro y cine para El Mundo. Impartió clases de historia del teatro en la Academia Municipal de Artes Dramáticas y varios cursos sobre literatura y teatro en el Lyceum and Lawn Tennis Club. Posteriormente, ejerció como asesor teatral del Conjunto Dramático Nacional y fue profesor de la Escuela Nacional de Arte. Durante sus últimos años en Cuba se dedicó a la filosofía y a la teología, y fue profesor del Seminario de San Carlos y de otros ámbitos de formación religiosa. En 1971 se exilió en Madrid debido al veto que le impuso el régimen cubano para publicar en Cuba, tanto en la prensa como en editoriales. Su carrera como profesor universitario también se vio truncada por el hecho de ser un intelectual católico. Ya en Madrid impartió cursos de filosofía y teología en la Universidad Pontificia de Comillas (http://www.upcomillas.es) y en la Universidad de El Escorial. En sus primeros años de exilio participó activamente en los seminarios y cursos de Xavier Zubiri y Julián Marías, e impartió conferencias sobre literatura y filosofía en los ciclos de las asociaciones culturales Politeia y Arte y Cultura, así como en el entonces Instituto de Cultura Hispánica. Por su estrecha relación con Marías colaboró en la revista Cuenta y Razón, donde publicó artículos y reseñas literarias. Parajón publicaba también regularmente en el periódico norteamericano Diario de las Américas. Entre los años 1976 y 1977 ganó la Beca de Literatura de la Fundación Cintas, y en 2003 se graduó de doctor en Teología en el Seminario Mayor de Madrid. Hasta su jubilación fue catedrático de enseñanza secundaria de filosofía, ejerciendo en el Instituto de Alcobendas y en el del pueblo madrileño de Chinchón. Entre sus libros publicados en Madrid se encuentran Eugenio Florit y su poesía (Editorial Ínsula, 1977), Cinco escritores y su Madrid (Editorial Prensa Española, premio Mesonero Romanos, 1986), Santa Teresa de Lisieux (Biblioteca de Autores Cristianos, 1987) y las guías turísticas de Segovia, Toledo, y el Monasterio del Paular (Editorial Everest). Además, dirigió la edición de las Obras completas de Jorge Mañach (Editorial Trópico) y realizó ediciones críticas de Pensamientos, de Pascal, y Esto, lo otro y lo de más allá, de Julio Camba. Fue miembro activo del Comité Cubano pro Derechos Humanos, que dirige la doctora Martha Frayde y de la Fundación Hispano-Cubana, donde impartía conferencias regularmente, y participó en el Consejo de Redacción de la Revista Hispano-Cubana. “Su linaje intelectual cubano lo vincularía directamente a figuras como Jorge Mañach, Leví Marrero o Fernando Ortiz. Formaba parte de la ilustración liberal cubana”, concluye Montaner. Fuentes: CubaEncuentro • Diario Las Américas *** Presentan filmes hispanoamericanos en Washington El pasado miércoles 20 de septiembre fue inaugurado el XVII Festival de Cine Latinoamericano de Washington (EUA), que concluirá el próximo 8 de octubre y ofrece producciones latinoamericanas, españolas y portuguesas de 2005 hasta el presente. El festival, en el que se premiará a las mejores películas, así como al mejor actor y actriz, arrancó con proyecciones de las películas Princesas, del director español Fernando León de Aranoa, y O veneno da madrugada, del brasileño Ruy Guerra. “Hay 20 países involucrados y casi 40 películas, con largometrajes, documentales y cortos”, explicó Marcelo Cima, agregado cultural de la Embajada de Argentina en Washington y presidente de la Asociación de los Agregados Culturales Iberoamericanos, que comparte la organización del festival. La elección de las películas estuvo a cargo del American Film Institute (AFI, Instituto Estadounidense del Cine) y de Rosario Carlino, una coordinadora que fue elegida por concurso, a diferencia de otros años. “La calidad ha sido el parámetro de elección. Vimos películas de todos los países y logramos que se representara lo mejor del cine de la región”, señaló Carlino. Por su parte, Murray Horwitz, directora del centro cultural del AFI en Washington, admitió que no hay muchas oportunidades de ver películas de América Latina en la capital estadounidense o en otras partes del país. “A pesar de que hay un mercado muy importante para el cine latinoamericano, y no sólo dentro de la comunidad hispana, es difícil que los directores latinoamericanos tengan la oportunidad de mostrar sus películas en cines comerciales de este país. Es aquí donde el AFI llena ese vacío”, dijo. Otras películas que se presentarán en los próximos días son Tatuado, del director argentino Eduardo Raspo; Se arrienda, del chileno Alberto Fuguet, y Del otro lado, del mexicano Gustavo Loza. Esta última cuenta las historias de tres niños —de México, Cuba y Marruecos— cuyos padres han emigrado para poder ganar más dinero. El tema de la emigración también está presente en otros largometrajes que se presentan en el festival, como Viajeros, de República Dominicana, y Viva Cuba, una coproducción de Cuba, Argentina y Francia. Fuente: BBC *** Inaugurada exposición itinerante sobre civilización de Caral El pasado 21 de septiembre fue inaugurada en la Galería Juan Pardo Heeren, de Lima, la exposición itinerante “La civilización de Caral-Supe: 500 años de identidad cultural en el Perú”, que se mantendrá abierta al público hasta el próximo 15 de octubre. La muestra, que se paseará por las principales ciudades peruanas, es organizada por el Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe (Peacs) con el objetivo de proyectar y difundir los valores culturales y sociales de la civilización más antigua de América, y en su estancia en Lima puede ser visitada de martes a domingo entre 11 de la mañana y 8 de la noche. Mediante esta exposición el público puede acceder a una importante colección arqueológica perteneciente al Arcaico Tardío y diversos recursos museográficos que describen esta cultura antigua desde perspectivas como la formación del Estado, las bases económicas que sustentaron su desarrollo, la importancia del comercio, las actividades artesanales, la forma de organización política y social, las expresiones de su arquitectura y urbanismo, la cosmovisión y aspectos religiosos, los avances alcanzados en la ciencia y tecnología, las técnicas agrarias, conocimientos de medicina y la vida cotidiana. La colección incluye productos marinos y vegetales, instrumentos de piedra y hueso y piezas de textilería y cestería hallados en Caral-Supe, acompañados por réplicas de las principales piezas arqueológicas como las flautas traversas, las cornetas, las estatuillas antropomorfas y el quipu. Además se puede apreciar una gran maqueta de la Ciudad Sagrada de Caral, fotografías y gigantografías. La información se expone en paneles con infografías y textos en castellano e inglés, cuadros comparativos, mapas, fotografías e ilustraciones. Esculturas de cinco personajes de la época y la réplica de una huanca, un gran monolito, permiten además apreciar diversos peinados y vestidos a la usanza de los antiguos caralinos, así como la reconstrucción del rostro de un antiguo poblador que fue sacrificado. Para lograr mayor dinamismo y participación del público visitante de la exposición se ha dispuesto la instalación de un mecanismo electrónico (tableros con botones digitales) que permite a los visitantes escuchar los sonidos que emitieron las flautas traversas de Caral y visualizar mediante el uso de hologramas las diversas iconografías que constituyeron parte importante de la cosmovisión de la sociedad caralina. Los visitantes también pueden localizar por sí mismos el lugar exacto (indicado en la maqueta interactiva) donde los arqueólogos recuperaron las piezas arqueológicas más significativas de la colección. Fuente: LAWI Noticias *** Novela inédita de José Donoso se negocia con editoriales españolas La agente literaria Carmen Balcells se encuentra negociando con diferentes editoriales españolas la venta de los derechos de autor de una novela que el fallecido escritor chileno José Donoso no llegó a editar, según informó el diario La Tercera (http://www.tercera.cl) el pasado 22 de septiembre. Según el diario, la publicación de esa novela se enmarca en los actos de homenaje a Donoso, de cuya muerte de cumplirán diez años el próximo 7 de diciembre. La novela por editar no llevaría título y sería uno de los pocos materiales íntegros de una amplia obra inédita que dejó Donoso al morir. Entre ellas un esbozo de teleserie que le fue encargada por Televisa, proyecto que fracasó. Fuente: La Tercera *** Exigen que a Frankfurt vayan sólo autores que escriban en catalán La Coordinadora de Asociaciones por la Lengua Catalana (CAL) inició este 23 de septiembre una campaña para reclamar que la delegación que acuda a la Feria del Libro de Frankfurt de 2007 (http://www.frankfurt-book-fair.com), donde la cultura catalana será la invitada, esté formada únicamente por autores en catalán, y se excluya a los escritores catalanes que producen su obra en castellano. El portavoz de la CAL, David Vila, argumentó en una rueda de prensa que la literatura catalana es aquella “concebida y escrita en la lengua propia de los países catalanes” y por ello ha pedido a la Generalitat que la delegación que acuda a la feria, y que será la más importante del sector, esté compuesta únicamente por autores que escriben en catalán. Vila ha recalcado que “convidar a los autores en lengua castellana residentes en el Principado es un engaño, ya que estos autores ya están representados por otra cultura: la española”. En este sentido ha subrayado que “si el gobierno de la Generalitat considera como literatura catalana aquella escrita dentro de los límites del Principado, también ha de convidar a la escrita en cualquiera de las otras 300 lenguas que se hablan, ya que en caso contrario las está discriminando”. Asimismo, añade que en caso de que para la invitación se tenga en cuenta la literatura escrita en las lenguas oficiales, la Generalitat debería “convidar también, junto a la española, a la francesa, ya que es la lengua oficial en la Cataluña Norte (sur de Francia), territorio explícitamente convidado por los organizadores de la Feria”. Para Vila, la decisión de incluir autores en castellano en el certamen de Frankfurt es una “decisión política” y “respondería por un lado a una falta de voluntad normalizadora” y también “a querer presentar la literatura catalana como supeditada a la literatura española”. El portavoz añadió que habrá que esperar a la presentación por parte de la Consellería de Cultura de la Generalitat del programa general definitivo que se llevará a la Feria, el próximo mes de octubre, antes de “decidir si es necesario tomar otras medidas de presión desde la sociedad civil”. Fuente: La Vanguardia *** Recuerdan a Neruda en los 33 años de su muerte Con recitales de poesía, exposiciones fotográficas y el documental Conocer a Neruda se conmemoraron este 23 de septiembre, en Chile, los 33 años de la muerte del poeta y Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda. Las actividades tienen como escenario las tres casas-museos del poeta situadas en Santiago, en la costeña localidad de Isla Negra y en el puerto de Valparaíso. En La Chascona, en Santiago, fue inaugurada el sábado la exposición fotográfica “Nerudamado”, testimonio de la amistad entre el poeta chileno y el escritor brasileño Jorge Amado, muestra que fue cedida para la ocasión por el Centro de Estudios Brasileños. En tanto, en La Sebastiana, la casa del escritor en el puerto de Valparaíso, a 120 kilómetros al noroeste de Santiago, se programó un recital de poesía, a cargo de los poetas Sergio Muñoz e Ismael Gavilán, y en el que participan más de una docena de jóvenes. En la casa-museo de Isla Negra, residencia permanente del poeta, se exhibirá por primera vez en Chile el documental Conocer a Neruda, biografía audiovisual dirigida por el cineasta chileno Hugo Arévalo, con la voz y presencia del escritor y militante comunista. En el filme, que estuvo desaparecido durante 20 años, aparece Neruda visitando lugares de Chile en donde pasó diversos momentos de su vida. El documental, que termina con parte del discurso que Neruda hizo en diciembre de 1972 en el Estadio Nacional de Santiago, al regresar a Chile después de obtener el Nobel, fue finalizado en julio de 1973 y participó en los festivales de Melbourne y de Berlín un mes después, poco antes del golpe de Estado que el 11 de septiembre de ese mismo año derrocó el gobierno del socialista Salvador Allende, en el que Neruda fue embajador en Francia. En Isla Negra también se inauguró la exposición fotográfica “Funeral vigilado”, que muestra las difíciles condiciones en que fue enterrado el Premio Nobel de Literatura, a pocos días del golpe dirigido por el ex dictador Augusto Pinochet (1973-1990). Pablo Neruda nació en la localidad sureña de Parral el 12 de julio de 1904 y murió de cáncer el 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe militar. Su casa de Isla Negra fue allanada por los militares, lo que agravó su condición y debió ser trasladado de urgencia a una clínica de Santiago donde se enteró de los saqueos a sus casas y de la muerte de varios de sus amigos. Fuente: EFE *** Llevarán al cine novela de Laura Restrepo El director uruguayo Adrián Caetano (Montevideo, 1969) prepara la adaptación cinematográfica de Leopardo al sol, de la escritora colombiana Laura Restrepo, según anunció este 23 de septiembre durante el 54º Festival Internacional de Cine de San Sebastián. “La idea es que el rodaje sea en Colombia y empezar a rodar en marzo”, anticipó Caetano antes de presentar su película Crónica de una fuga dentro de la sección Zabaltegi, la segunda en importancia del certamen que se celebra en la capital guipuzcoana vasca hasta el próximo sábado 30. La cinta basada en la obra de Restrepo, que narra el enfrentamiento de dos familias de contrabandistas, será “un policial latino” que se financiará “supuestamente mediante una coproducción franco-americana”, añadió el cineasta, que explicó que aún está trabajando en el guión y no ha definido el reparto. Este será el siguiente filme de Caetano tras Crónica de una fuga, que concursó por la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes y ha supuesto uno de los mayores éxitos en la carrera de este cineasta, que ha desarrollado toda su carrera en Argentina y tiene en su haber Un oso rojo (2002) y Bolivia (2001). Fuente: EFE *** Escritores latinoamericanos en EUA retratados en un libro Recientemente fue presentado el libro Caleidoscopio 2, inmigrantes en la mira, que forma parte de la colección “Desde la gente” del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, de Buenos Aires, en el que se ofrece un paneo por la comunidad latinoamericana en Estados Unidos, con los sentimientos, las angustias, las aspiraciones, los logros y la resistencia cotidiana de quienes, desafiando fronteras geográficas y culturales, buscan un espacio de justicia para sus seres queridos y para sí mismos. El libro, que está disponible para la venta en LatBook (http://www.latbook.com), incluye una selección de textos de narrativa (Marjorie Agosín, Isaac Goldemberg, Eduardo González Viaña, Rose Mary Salum, Vivianne Schnitzer, Miguel Angel Zapata), de poemas (Gioconda Belli, Edith Dimo, Liliana Valenzuela), de notas periodísticas (Alberto Avilés Serés, Pilar Marrero) de autores latinoamericanos residentes en distintos puntos de Estados Unidos, y de entrevistas a quienes han jugado un rol protagónico en las luchas de los inmigrantes en los últimos meses y que se mantienen activos y firmes en sus esfuerzos (Jesse Díaz y Yécica García). En su prólogo, Alicia Kozameh observa que los autores y entrevistados que contribuyeron en el libro, latinoamericanos por origen familiar o por nacimiento pero que residen en EUA, llevan el afecto por Latinoamérica “hondamente burbujeante, transportado por dolorosas raíces que siguen creciendo hacia adentro”. “Nuestras mentes y nuestras emociones está bifurcadas y, en aparente paradoja, tejen esa trenza hecha de las distintas formas del extrañamiento con el aquí y con el allá, sea uno o el otro el lugar de nuestros pensamientos”, agrega Kozameh. La prologuista y entrevistadora afirma que “cada hispano en Estados Unidos tiene una experiencia particular, y los que han cruzado la frontera y viven en los campos, en los pueblos y en las ciudades sin documentos que respalden su trabajo, su vida cotidiana, su supervivencia, su libertad de salir del país y de entrar en él, persisten en una forma traumática de existencia que aparece cada día como más compleja y con menos instancias de solución. La lucha por obtener derechos que corresponden tan sólo por el hecho de estar vivo los ha ubicado en un lugar de visibilidad que se ha extendido, en los últimos meses, más allá de todas las fronteras”. Kozameh concluye afirmando que en el libro “se perciben con absoluta claridad el dolor, el desgarramiento, la necesidad de alimentar y cultivar, ejercer, la cultura en la que se ha crecido, la decisión de ser parte del mundo propio a toda costa y al margen de cualquier obstáculo o esfuerzo, y se capta rápidamente la fuerza vital con que los seres humanos somos capaces de arriesgar lo que poseemos en función de lograr lo que nos corresponde por naturaleza”. Nacida en Rosario (Argentina) en 1953, Alicia Kozameh estudió filosofía y letras en las universidades de Rosario (UNR, http://www.unr.edu.ar) y Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar). Fue prisionera política de la dictadura militar en Argentina y en 1980 se exilió en California, de donde pasó a México. Durante ese período escribió la novela El séptimo sueño y, a su regreso del exilio, publicó Pasos bajo el agua (1987). Durante su estadía en Buenos Aires escribió el guión cinematográfico basado en la novela. Al capítulo “Carta a Aubervilliers” de este libro le fue otorgado el premio Crisis en 1986. Reside desde 1988 en Los Angeles, donde terminó la novela Patas de avestruz. Fue fundadora y directora de la revista literaria Monóculo. Ha publicado numerosos cuentos y artículos en diversos medios de Argentina, América y Europa. Sus obras han sido traducidas al inglés y al alemán. *** Un coloquio enfrenta a los críticos con la crítica El coloquio “Críticos frente a la crítica”, una revisión de la situación actual de la crítica literaria en Venezuela organizada por el Círculo de Escritores de Venezuela, tendrá lugar el jueves 28 de septiembre, a las 6 de la tarde en el Auditorio de la Fundación Banco Provincial, en la avenida Eugenio Mendoza de La Castellana (Caracas). Se trata de un diálogo con los asistentes, con entrada gratuita, en el cual el público podrá participar e interactuar con los especialistas Helena Sassone, Laura Febres, Roberto Lovera de Sola y Carlos Pacheco. Sassone, miembro fundadora del Círculo de Críticos de Teatro de Venezuela (Critven), es poeta, narradora, ensayista, dramaturga, y periodista, egresada de la Universidad Complutense de Madrid (UCM, http://www.ucm.es). Ha publicado los libros Influencia del barroco en la literatura actual (1972), La semiología aplicada al teatro (1978) y Danza desde el espejo (1995). Formó parte del grupo Sardio, y durante años se desempeñó como colaboradora de los principales medios del país. Febres, ensayista e investigadora, licenciada en Letras de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab, http://www.ucab.edu.ve, 1977); tiene una maestría en literatura latinoamericana por la Universidad Simón Bolívar (USB, http://www.usb.ve, 1987) y es profesora de la Universidad Metropolitana (Unimet, http://www.unimet.edu.ve). Autora de Perspectivas críticas sobre la obra de Teresa de la Parra (1991), Pedro Henríquez Ureña, crítico de América (1989) y Presencia crítica de Mario Briceño Iragorry (1997). En 1984 obtuvo una mención honorífica en el concurso “Pedro Henríquez Ureña”, organizado por la Organización de Estados Americanos (OEA, http://www.oas.org/main/spanish). Lovera de Sola es ensayista, crítico, biógrafo y bibliógrafo, licenciado en letras (UCAB, 1966). Autor, entre otros trabajos, de Quince años de vida venezolana a través de la obra de sus escritores (1978); Bibliografía de la crítica literaria venezolana 1847-1977 (1982) y La obra histórica y literaria de Guillermo Morón (1994). Pacheco es crítico e investigador en narrativa. Licenciado en filosofía y letras por la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (http://www.javeriana.edu.co, 1972), tiene además una maestría en estudios latinoamericanos por la Universidad de Liverpool (http://www.liv.ac.uk, 1979) y un doctorado del King’s College de la Universidad de Londres (http://www.lon.ac.uk, 1989). Premio de Investigación Andrés Bello de la USB (1982), es autor de Narrativa de la dictadura y crítica literaria (1986) y La patria y el parricidio, estudios y ensayos críticos sobre la historia y la escritura en la narrativa venezolana (2001), además de coautor de la compilación El cuento y sus alrededores (1993 y 1997). *** Exigen compra de la casa de Vicente Aleixandre La Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre ha convocado una concentración el próximo sábado 30 para exigir a las administraciones la compra de la casa del poeta. La comisión técnica formada por representantes de las tres administraciones (Cultura, Comunidad y Ayuntamiento) niega que en la resolución de este conflicto se esté actuando con la “pasividad y desidia” denunciada por la asociación y la familia, y prometen una respuesta para antes de finalizar el mes. Esta comisión, integrada por el subsecretario de Cultura, Antonio Hidalgo; el director general del Libro, Rogelio Blanco; director general de Archivos, Museos y Bibliotecas de la CAM, Álvaro Ballarín; el consejero de Cultura y Deportes de la CAM, Santiago Fisas; la Concejala de las Artes del Ayuntamiento, Alicia Moreno; y el director general de Patrimonio Histórico, Juan José Echevarría; ya se reunió con los representantes de la familia del Premio Nobel antes de verano y prometió una respuesta en septiembre. El Ayuntamiento ha hecho un estudio de valoración sobre precio público de la casa de la madrileña calle de Velintonia 3 y 5 (en la actualidad calle de Vicente Aleixandre 3 y 5), para presentar una oferta de compra. De no llegar a un acuerdo sobre el precio estipulado, los herederos de Aleixandre se plantean vender el inmueble a un particular, ya que han recibido diferentes ofertas. La Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre apoya la compra de la casa por parte de las tres administraciones para convertirla en sede de la futura fundación del poeta y Casa de la Poesía. El 28 de marzo de 2005 la asociación ya convocó una concentración frente a la casa de Aleixandre, a la que acudieron reconocidos personajes de la cultura. La asociación también remitió un escrito al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al que el director del Gabinete de la Presidencia contestó diciendo que la Dirección General del Libro había tomado la iniciativa de “perfilar una solución definitiva” con dicha comisión. “A día de hoy no hemos recibido ninguna noticia al respecto. Todo han sido promesas y palabras vacías de unos y de otros”, señaló en declaraciones el portavoz de la asociación, Alejandro Sanz, quien anunció que de no recibir una respuesta no dudarán en ir “de puerta en puerta” ante el Ministerio, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. La asociación tampoco descarta remitir una carta a la Academia Sueca “para saber cómo tratan aquí a los Premios Nobel”, al Defensor del Pueblo o, incluso, a la Casa Real. “Nos fuerza, a quienes sabemos lo que representa Velintonia 3 en la historia de la literatura y de la poesía, a seguir luchando con todo nuestro empeño y nuestro amor por Vicente y por lo que representa”, destacó. “Vamos a seguir dando la nota, subiendo el tono, porque esta situación es inaguantable, una tomadura de pelo”, aseveró Sanz. El último contacto que con esta comisión tuvieron los herederos de Aleixandre, encabezados por Amaya, la sobrina de Aleixandre, fue antes de verano, después de solucionar el problema con los otros herederos y desalojar al inquilino que la habitaba. Prometieron una respuesta en septiembre que todavía no ha llegado. “Veo un poco de olvido y echo en falta una reunión en serio”, destacó Amaya Aleixandre. Amaya, que estará presente en la concentración del día 30 en la que se leerá un manifiesto, subrayó que esperará este mes para obtener una respuesta de la comisión, “pero no podemos estar mucho tiempo sin buscar otros compradores”, precisó, reseñando que la familia está dispuesta a ofrecer distintas formas de pago a la administración para facilitar su adquisición. El chalet ya está tasado a “un precio razonado acorde con el mercado” —la casa, situada cerca de la Ciudad Universitaria posee tres plantas de 200 metros cuadrados cada una más un jardín—, aunque no quiso dar cifras exactas. La Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre inició en marzo de 1995 una campaña de protesta, encabezada por José Luis Cano, para denunciar “el incomprensible y lamentable abandono institucional” que padecía el histórico inmueble de Velintonia 3 desde la muerte del poeta. En dicha campaña se recogieron las firmas de prestigiosos intelectuales, poetas y amigos del Nobel, entre los que se encontraban Carlos Bousoño, Leopoldo de Luis, José Hierro, Claudio Rodríguez, Antonio Colinas, Fernando Lázaro Carreter, Francisco Brines, Francisco Nieva, Javier Marías y muchos otros. También se unieron a esta iniciativa diversas y prestigiosas instituciones culturales y fundaciones como el Centro Cultural Generación del 27, la Fundación Federico García Lorca, la Fundación Gerardo Diego, el Ateneo de Madrid, la Real Academia Española, la Asociación de Hispanistas Italianos, la Fundación Cultural Miguel Hernández o el Instituto Cervantes. Fuente: EFE *** Editorial puertorriqueña dictará taller de poesía La editorial Terranova Editores (http://www.terranovaeditores.com), de Puerto Rico, dictará a partir del miércoles 4 de octubre el taller “(Des)pedazos de poesía”, a cargo de la poeta y performera Yara Liceaga, actividad que se extenderá por ocho semanas en las nuevas instalaciones del sello en el local V del Cuartel de Ballajá, ubicado en la calle Norzagaray Final, en el Viejo San Juan. Liceaga indica que “con el uso del Internet las posibilidades de creación son infinitas. La intromisión de los visuales, la música, el texto, la imagen en movimiento —todo ocurriendo al mismo tiempo— transforma el ojo del poeta”. El taller ha sido concebido como una experiencia plural y multimediática, como un reto a los sentidos que se evocan a través de la palabra. Con una duración de dieciséis horas, el taller se concentrará en el uso de diferentes medios de comunicación como entes provocadores de la palabra poética. Se crearán intercambios entre palabra y música, cine, arte, arquitectura, publicidad, performance e Internet. Al concluir, los talleristas tendrán una noche de performance en las instalaciones de la editorial. Con una amplia experiencia en talleres de poesía para niños y adultos tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos, Liceaga se ha destacado como facilitadora en Boston, colaborando en el proyecto de la University of Massachusetts Amherst (UMASS, http://umass.edu), el William Joiner Center (http://www.joinercenter.umb.edu) y el Hispanic Writers Week, mejorando las destrezas de escritura de los estudiantes latinos de la ciudad y aportando a desarrollar sus sensibilidades. En Puerto Rico ofrece talleres para el mejoramiento de las destrezas comunicativas y pedagógicas de los maestros, en colaboración con la Librería Betances. Además, es columnista en el semanario Claridad y colabora con Corte Directo como coordinadora de producción del programa Lexikon, para WIPR, Canal 6. Elidio La Torre, profesor de creación literaria y editor de Terranova Editores, indicó que “con el inicio de esta nueva etapa pretendemos reforzar nuestra editorial como una entidad comprometida con la cultura y sus manifestaciones en diferentes espacios”. Agregó que el sello se ha destacado por la publicación de poesía de escritores noveles, así como “por el rescate de los clásicos olvidados, y nos es natural abrir un espacio creativo para aquellos con inclinaciones estéticas diversas, pero interesados en aprender el oficio de la escritura”. El costo del taller es de $175.00, que incluye los materiales que han de ser utilizados. Para más información, comunicarse al 787 7914794, 6688441 y 6688071, con la coordinadora Ana Ivelisse Feliciano. Fuente: Terranova Editores *** José Emilio Pacheco y Juan Gelman participarán en encuentro poético Entre el 17 y el 22 de octubre se realizará en México, D. F., y Morelia (Michoacán), el Encuentro de Poetas del Mundo Latino, que contará entre sus asistentes con el poeta mexicano José Emilio Pacheco y el argentino Juan Gelman, entre otros. Las lecturas comenzarán en Ciudad de México el día 18 de octubre, en la Casa Universitaria del Libro, bajo organización de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx). Los poetas partirán al día siguiente a Morelia, donde ofrecerán lecturas en el Teatro Ocampo, El Conservatorio de las Rosas, y Pátzcuaro. Además de Pacheco y Gelman, participarán Ledo Ivo (Brasil), Luuk Gruwez (Bélgica), Miguel Ángel Zapata (Perú), Lila Calderón (Chile), Coral Bracho (México), Alexis Gómez Rosa (República Dominicana), María Baranda (México), Stefaan van den Bremt (Bélgica), Armando Romero (Colombia), Gloria Gervitz (México), Nancy Morejón (Cuba), Daisy Zamora (Nicaragua), Luis Muñoz (España), José María Memet (Chile), Sergio Mondragón (México), Hugo Gutiérrez Vega (México), Juan Manuel Roca (Colombia), Luis Bravo (Uruguay), María Negroni (Argentina), Francisca Noguerol (España), Jesús García Sánchez (España), Efraín Bartolomé (México) y Jorge Esquinca (México), entre otros. Fuente: LAWI Noticias *** Andalucía participará en la FIL Guadalajara con 75 expertos La Consejería de Cultura de Andalucía ha organizado, en colaboración con otras entidades andaluzas, la participación de 75 expertos, intelectuales e investigadores de la comunidad autónoma en el programa académico de la XX Feria Internacional del Libro de Guadalajara (http://www.fil.com.mx). Este evento, que se celebrará del 25 de noviembre al 3 de diciembre, es el más importante del libro en español y tendrá en esta edición a Andalucía como invitada de honor. La Universidad de Guadalajara (http://www.udg.mx) reúne anualmente, con ocasión de la celebración de su Feria Internacional del Libro, a destacados especialistas nacionales y extranjeros en torno a una veintena de seminarios o encuentros sobre distintos temas de actualidad. Estos actos, a los que suelen asistir en cada edición unas 12.000 personas, se constituyen así en importantes foros internacionales de reflexión y análisis. El ex presidente del gobierno español, Felipe González, el científico y conservacionista Jesús Casas Grandes, el juez Emilio Calatayud, el sociólogo Manuel Pérez Yruela, el catedrático de derecho constitucional Javier Pérez Royo o el pintor Juan José Fernández Lacomba serán algunos de los ponentes de estas conferencias, coloquios, mesas redondas o talleres. Estos foros abordan distintas temáticas como la política, la educación, la comunicación, las lenguas, la empresa, los espacios protegidos o la literatura contemporánea. Algunos tienen ya una dilatada trayectoria, como es el caso del Encuentro Internacional de Ciencias Sociales, que este año celebra su vigésima edición, y que inaugurará Felipe González con una conferencia sobre cultura y paz. El catedrático de historia del derecho Bartolomé Clavero, el profesor de antropología social de la Universidad de Granada (http://www.ugr.es) y experto en indigenismo Gunther Díetz y Javier Pérez Royo participan también en este XX Encuentro Internacional de Ciencias Sociales, un espacio para el análisis de las coyunturas actuales en las áreas de la sociología, la historia, la economía y la antropología. Otro de los encuentros de mayor arraigo en la feria es el Coloquio de Estudios de la Cultura, en el que intervendrán, entre otros, el viceconsejero de Cultura de la Junta, José María Rodríguez, la antropóloga Cristina Cruces, el rector de la Universidad Internacional de Andalucía (http://www.unia.es), Juan Manuel Suárez Japón, el economista José Sánchez Maldonado o Manuel Pérez Yruela, director del Instituto de Estudios Sociológicos de Andalucía (http://www.iesaa.csic.es/es/index.php). También cabe destacar la participación de especialistas andaluces en el X Encuentro Internacional de Juristas, que abordará las reformas constitucionales y penales; en el X Seminario Internacional de Comunicación y Sociedad, dedicado al debate sobre la influencia de los medios en la sociedad del siglo XXI, o en el IX Encuentro de Historia Comparada, que versará sobre “La Nueva Galicia y Andalucía: Una historia compartida”. El XVI Seminario sobre la Enseñanza de Lenguas Extranjeras se centrará este año en la lengua y cultura andaluza, con la participación, entre otros, de los filólogos Antonio Narbona y Rafael Cano y del director general de Ordenación y Evaluación Educativa de la Junta, Casto Sánchez. La directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM, http://www.juntadeandalucia.es/iam), Soledad Ruiz, será asimismo la encargada de pronunciar la conferencia inaugural del VI Encuentro de Género con el título de “Transición democrática y políticas de igualdad en Andalucía”. Este seminario contará también con la asistencia de Amparo Rubiales y de la investigadora de temas de género Ana Rubio. La FIL acogerá asimismo un diálogo entre filósofos andaluces y mexicanos; la IX edición del Panel de Negocios Internacionales, que reúne a empresarios y directivos de instituciones públicas y privadas; el II Congreso Nacional sobre Literatura Española Contemporánea o el I Encuentro sobre Gestión de Espacios Naturales Protegidos, que estará dedicado a “El agua en Doñana”. Asimismo, el IV Foro de Cultura y Naturaleza, que tratará sobre “El agua y la cultura”, organizará distintas mesas redondas como “El agua y su valor hedónico”, donde intervendrá la directora de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca, o “El agua en la expresión artística”, con el pintor Juan José Fernández Lacomba. Este programa académico servirá igualmente de marco para el acto de homenaje al filósofo Adolfo Sánchez Vázquez, una de las figuras intelectuales más importantes de España y México del siglo XX. Fuente: Prensa FIL ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === El testamento de Alfred Nobel ========================================= === Reflexiones sobre el Premio Nobel de Literatura ======================= === Lilian Fernández Hall ================================================= Terminado el verano en Suecia —y ya pasadas las elecciones—, la rutina cae como un manto gris sobre la vida cotidiana de la mayoría de los suecos, que ven llegar al otoño con una resignada melancolía, preparándose para resistir el semestre más duro del año: el invierno. Seis meses de frío, nieve y oscuridad que derrumban al más valiente. Pero ni las elecciones ni el frío provocan tantos titulares en los periódicos de todo el mundo como el anuncio, por parte de la Academia Sueca, del ganador del Premio Nobel de Literatura. Especulaciones, expectativas y, la mayoría de las veces, desilusiones. Tampoco faltan las críticas, comentarios e interpretaciones de todo tipo sobre la elección del año. Como Jorge Luis Borges, con su genial ironía, decía: lo que más sobresale de una lista de premiados son sus omisiones. Muchos se preguntan año tras año: ¿por qué tantas expectativas todos los años por saber a quién se le otorga el Premio Nobel de Literatura? ¿Cuál es la importancia de recibir este premio? Además, claro está, del atractivo de recibir 1,3 millones de dólares, multiplicar las ventas de una manera vertiginosa y ser traducidos a los más remotos idiomas. ¿Por qué, a pesar de ser continuamente criticado como elitista, caprichoso e ilegítimo, posee tanto prestigio? Hasta ahora, con la excepción de Jean Paul Sartre en 1964, nadie lo ha rechazado (muchos años después, Sartre se arrepintió y solicitó recibir la suma correspondiente al premio, pero le fue negada). La idea de un premio que estimulara la creación, la investigación y todo tipo de actividad que contribuyera al desarrollo de la humanidad (1) fue concebida por el inventor y empresario sueco Alfred Nobel. La vida de Nobel es una historia apasionante, que merece un capítulo aparte. En su testamento, Nobel dejó sentadas las bases de cuáles serían los criterios para el otorgamiento de los premios, entre ellos el de literatura. Cómo se interpretan esos criterios ha sido en su inicio, y es aún hoy día, objeto de debate y estudio. Desde su primera edición, en el año 1900, ha sido la Academia Sueca la encargada de designar al ganador anual del Premio Nobel de Literatura, siguiendo las indicaciones y el espíritu soñado por Alfred Nobel a principios del siglo antepasado. Mucho se ha buceado en el testamento de Nobel, estudiosos han seguido los criterios de selección de la Academia y analizado su ideología a través de los años. Pero una cosa es cierta: muy pocas instituciones en el mundo, en el campo de las letras, realizan una tarea tan vasta y profunda como la Academia Sueca. ¿Que la decisión es siempre polémica? Sería extraño si no lo fuera. Todo premio literario es, en sí, caprichoso y arbitrario. ¿Quién puede erigirse en juez en el ámbito de la creación? ¿Pero por qué justamente un premio ideado por un inventor y empresario como Alfred Nobel, sin conocimientos específicos en el campo de la literatura, resultó el galardón literario más codiciado? Otro de los misterios de este país misterioso, que dejó a su propio August Strindberg morir sin el Nobel y premió, en cambio, a Verner von Heidestam. ¿Alguien que lo haya leído? El proceso de selección o cómo se cocina el Nobel La Academia Sueca, a la cual suelen atribuirse misteriosos y ocultos métodos de trabajo, tiene por el contrario, unas rutinas muy claras con respecto al proceso de nominación de los candidatos. En principio, ya a partir del día después de que el premio se ha hecho público en octubre, puede iniciarse el proceso de nominación de los candidatos del año siguiente. El grupo que tiene posibilidades de nominar es selecto, pero creciente: los mismos miembros de la Academia, escritores que anteriormente hayan sido galardonados con el Premio Nobel de Literatura, profesores universitarios de literatura o lenguas de cualquier universidad o instituto superior de cualquier parte del mundo y presidentes de las respectivas organizaciones que agrupan a los escritores de un país. Una advertencia para quienes no puedan evitar caer en la tentación: nadie puede nominarse a sí mismo. Las propuestas deben llegar a conocimiento de la Academia a más tardar el 1º de febrero y tienen por supuesto más peso si se acompañan de una motivación. Todas las nominaciones registradas en la Academia son estrictamente confidenciales, y ése no es un problema: nada les gusta más a los académicos suecos que callar. Normalmente suelen llegar a la Academia unas 350 propuestas por año. Muchas mencionan al mismo candidato, por lo cual la cantidad de nombres suele reducirse a unos 200. Cuando la lista está aprobada, a fines de febrero, pasa a ser revisada por el Comité del Nobel, de enorme influencia en el proceso de selección. El Comité del Nobel es un grupo pequeño, selecto y poderoso: 4 o 5 miembros de la Academia, elegidos por un período de tres años, con rotación. Tienen la tarea de componer la nómina de candidatos, realizar investigaciones, familiarizarse con los autores que tengan reales posibilidades de obtener el premio y, finalmente, son los que presentan las recomendaciones a la totalidad de los miembros de la Academia. Es el Comité del Nobel el que realiza la eliminación más severa de nombres: por no alcanzar la calidad exigida para recibir el premio o por responder las nominaciones a motivos no literarios (políticos, étnicos, religiosos, de género, etc). Cuando esta primera eliminación está lista, se inicia el proceso de selección más profundo. Para su ayuda cuentan los miembros del Comité del Nobel con grupos de asesores: expertos que redactan recensiones, comentarios e inclusive pueden realizar traducciones de prueba en el caso de que el idioma original no sea accesible para los académicos y no existan traducciones ya publicadas. El resultado del trabajo del comité suele presentarse en la Academia en la sesión del mes de abril y para entonces la lista está compuesta de unos 15 o 20 nombres. Esta lista es sometida a discusión y finalmente se adopta como oficial, con eventuales modificaciones, en el mes de mayo. Nuevamente es el Comité quien tiene la tarea de seguir profundizando la obra de los “elegidos” (muchos de ellos reaparecen año tras año, lo cual simplifica la tarea, puesto que sólo se revisa la aparición eventual de nuevas obras) y decidir finalmente cuáles cinco autores o autoras integrarán la lista definitiva de candidatos a presentarse en la sesión de junio, la llamada “lista corta” de donde saldrá el flamante Premio Nobel. El verano de los académicos Y llegamos al verano y al período de más intensidad para los académicos, quienes deberán durante estos meses profundizar los textos de los autores “finalistas” y llegar a una decisión. Luego de una reunión de discusión e intercambio de opiniones, llega la reunión de octubre, en la cual ya debe haber madurado la decisión individual de cada miembro. Es aquí cuando se lleva a cabo la votación. El candidato que finalmente será galardonado con el Premio Nobel de Literatura debe obtener más de la mitad de los votos de los miembros de la Academia para ser reconocido. El proceso ha llegado a término y se anuncia oficialmente a fines de octubre en una solemne y muy ensayada conferencia de prensa, donde el secretario vitalicio de la Academia, en la actualidad el escritor y ensayista Horace Engdahl, da a conocer el nombre del galardonado y la motivación del premio. Dicha motivación se lee a continuación en sueco, en inglés, en francés, en alemán y en ruso. ¿Por qué no en español? Por la sencilla razón de que Horace Engdahl no sabe español. Pero que Engdahl no sepa español no perjudica en nada las posibilidades de los autores de habla hispana de recibir el premio. En varias entrevistas ha declarado Engdahl la “enormemente fuerte tradición cultural de la literatura de habla hispana” (2). Sin embargo, el último autor de habla hispana premiado fue el mexicano Octavio Paz, quien se hizo acreedor al premio en 1990, hace ya 16 años. Esto quizás aumente las posibilidades del eterno aspirante de las letras hispanoamericanas, el peruano Mario Vargas Llosa. Que su nombre haya figurado varias veces en la “lista corta” es meritorio, el mismo Engdahl ha declarado que en muy contadas ocasiones se ha premiado a un autor que figure por primera vez en dicha lista. Y sin embargo, todas son especulaciones. Los académicos han sorprendido y shockeado al público más de una vez. Cuando se esperaba una mujer, han premiado año tras año a un hombre; cuando se esperaba a un representante de algún grupo idiomático “menor”, la elección ha caído en un representante políticamente “incorrecto”, como ser el galardonado el año pasado: Harold Pinter: hombre, blanco, anglosajón. Pero los académicos se sacuden las críticas y reafirman el sentido de su “misión” y el espíritu del testamento de Alfred Nobel: premiar la calidad literaria. Mucho más no se suele saber, los miembros de la Academia Sueca parecen ser insobornables: callan de manera consecuente ante la prensa. No dan casi entrevistas y, en las pocas que dan, nunca revelan más del proceso que lo que ya se sabe. Jamás hacen comentarios sobre nombres concretos y reafirman, obstinadamente, el criterio de calidad literaria como punto central de la decisión, tomando distancia de la opinión de los “expertos” de distinta índole, que ya exigen una mujer, un autor del Tercer Mundo, un representante de una minoría idiomática, etc. El mundo es ancho y ajeno Si consideramos solamente a los escritores que han recibido el Premio Nobel desde 1950 hasta el año pasado (55 personas), observamos que sólo un autor del mundo árabe ha sido galardonado: Naguib Mahfuz en 1988 (egipcio, recientemente fallecido). Sólo tres representantes del mundo asiático: dos japoneses (Yasunari Kawabata en 1968 y Kenzaburo Oe en 1994) y un chino residente en París (Gao Xingjiang en 2000). Tres africanos, dos de los cuales están claramente insertados en la cultura occidental (Nadine Gordimer en 1991 y J. M. Coetzee en 2003) y el nigeriano Wole Soyinka. Entre los latinoamericanos contamos cuatro: el guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967), el chileno Pablo Neruda (1971), el colombiano Gabriel García Márquez (1982) y el mexicano Octavio Paz (1990). De 55 escritores galardonados, contamos 51 hombres y 5 mujeres (en 1966 lo compartieron Samuel Agnon, Israel y Nelly Sachs, Alemania/Suecia), lo que significa una representación del 0,89% de mujeres entre los premiados. Las cuatro mujeres que recibieron el premio en forma individual fueron galardonadas todas en las décadas del noventa y en lo que va del presente siglo: Gordimer en 1991, Toni Morrison (EEUU) en 1993, Wislawa Szymborska (Polonia) en 1996 y Elfriede Jelinek (Austria) en 2004. Sabemos muy bien que la literatura poco tiene que ver con la estadística, pero las cifras son, de todas maneras, un indicador de la época. En su momento, Alfred Nobel apuntó que el premio no debía tener en cuenta la nacionalidad del galardonado, pero es difícil saber hoy día, en un mundo global, cuánto pesan los paradigmas de la época y qué corpus literario se considera que ha “servido a la humanidad de la mejor manera”, como se indica en el testamento de Nobel. Una reflexión, en todo caso, para todos aquellos escritores que este mes no recibirán el Nobel (y que probablemente no les importe demasiado): también Tolstoy, Ibsen, Proust, Kafka, Joyce y Borges se le escaparon a la Academia Sueca. No es tan mala compañía. Notas: 1. En las palabras de Alfred Nobel: “gjort mänskligheten den största nytta” (“quien sirviera a la humanidad de la mejor manera posible”, mi traducción). Fragmento del testamento de Alfred Nobel, citado en: Espmark, Kjell. Litteraturpriset. Hundra år med Nobels uppdrag. Stockholm, Norstedts, 2001, p. 8. 2. “Nobelpriset i litteratur- en västerländsk konspiration?” en: Tidningen Svensk Bokhandel nr. 10, 24 de mayo de 2006, pp. 22-31. ** Lilian Fernández Hall lilian.fernandez@yahoo.com Docente e investigadora argentina residente en Estocolmo, Suecia. Egresada de la carrera de Letras de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Colabora en varias publicaciones, impresas y digitales, de Europa y de América Latina. Corresponsal en Suecia de El Diario de Hoy (http://www.elsalvador.com), de El Salvador. Coordinadora de círculos de lectura en español en Suecia. === El poeta precoz que oyó voces: Gonzalo Rojas ========================== === A propósito de la lectura de “Alcohol y sílabas” Bethsabé Ortega = ¿Qué se busca en el análisis literario, mi Dios: la luz terrible de la ciencia o la luz de la poesía? ¿Qué se busca, qué se halla, qué es eso: metapoética? ¿Quién es? ¿El poeta con sus palabras, su exorcismo, su tedio, su ausencia, su desesperación, su conjuro, su locura, su éxtasis, su visión, su experiencia, su intuición? ¿O es acaso el crítico literario, con su lectura vuelta un riguroso ejercicio, su vínculo con la resonancia, su interpretación que capta el poema y lo usa, su oscuro deseo de ser poeta, su memoria implacable, su capacidad de memorización, su organización de la literatura, métodos y sus metodologías, sus herramientas interdisciplinarias, su poder de legitimización? Pregunto yo a cualquier instancia divina. Ya me he perdido buscando la respuesta entre críticos y poetas. Parece entonces que no hay nada para mí. Para mí es el silencio frente a esto que no puedo comprender: ¿Cómo desgranar el poema en sus ínfimas sílabas como si se tratara de una granada roja? Cómo aproximarse al fingidor, si su primer verso encabalgado desarma; me explico: “La primer palabra es ábreme, vengo / del frío dame la escritura”. Lo que aprendí en la escuela me enseñó a distinguir: aquí hay un actor poético “yo” que habla por la palabra (me encanta hablar de la palabra) y... pero... ¿Qué es eso? ¿Quién viene a ordenarme que le abra? Es un aviso, no para mí (simple y mortal lector), es para el poseedor de la escritura. ¿Y quién es él? ¿Quién?... Propongo que le demos el caso a Vladimir Propp, que él investigue, que él nos diga, que vuelva a hacer una morfología de la palabra y de la poesía, que se olvide de los cuentos infantiles y del folklore, que esto nos reclama con urgencia. Que nos diga quién es el gran poseedor de esto que nos arde. Así explico cómo Gonzalo oyó voces, fue más precoz que Rimbaud a su edad. Así este énfasis, así su frenesí se revela: llega hasta el escalón sonámbulo, así inferimos una escalera y nos vamos al símbolo: la progresión hacia el saber, la ascensión hacia el conocimiento. Pero Gonzalo llega a la escalera sonámbulo, viciado por un desorden del sueño y que lo levanta, lo manipula y le ordena: “Lázaro, levántate y anda, pídele que te abra la puerta a la escritura”. Gonzalo está al borde del abismo. Así la muerte. Así van veintiséis. Así. Así no cabe el conocimiento, fallé. No importa el conocimiento, importa el tiempo y sobre el tiempo la materia (emerge entonces de mi supuesta negación, la afirmación del conocimiento) el tiempo es palpable, traslúcido. Y navega por el aire: es una planta trepadora y al mismo tiempo su parásito, y Gonzalo ya no es lo que es, es otro el que lo posee. Encontramos, entonces, el gran mito del poeta esclavo de la palabra, el loco en su delirio, el endemoniado a lo Blake, el alumbrado a lo Santa Teresa, el paria borracho con el silabario en la mano con que enseñó a leer a los mineros, todo en un gran resonar de voces. Este animal en que se ha convertido y que ahora es, ¿qué es? Yo he vuelto a la semántica del animal para definirme, pero ¿y Gonzalo, quién es cuando es animal? No contesta: ¡celebra!, celebra que lo animal dé para una sintaxis (aunque sea la peor). Y lo que se precipita después, me parece que es un Gonzalo detrás de un Borges, debajo de la escalera, maltratándolo por dejarse engañar por Daneri, de pronto la visión del Aleph: viéndolo todo por anticipado, en el marco sin espejo, el amor y el vértigo lo simultáneo de estar en otras partes. Están juntos por leerse y releerse, con la misma bandera en sus barcos, a punto del naufragio, han bebido de los mismos venenos, pero tienen distintas respuestas: lo ha vivido el uno y el otro lo ha leído en las marcas del tigre. Innegable la resonancia literaria. ¿O será que son la misma cosa, que la misma naturaleza los circunda y que yo sólo veo (ciega como soy) un tema ocupado por el imaginario colectivo, más animal y más instintivo? Son ambos parte de un mismo cuerpo, el de la palabra, el de la poesía repartidos en estrellas de hermosura, en partículas fugaces de eternidad visible. Finalmente el poema se cierra con una pregunta. ¿Qué es? ¿Quién mueve el péndulo divino? ¿Es mi animal poseso o ha sido siempre así? ¿Soy Gonzalo en la mácula de mi locura o todo es un sueño donde estalla de por sí el mundo? Hay una fractura en el mundo que lo parte en dos: uno de vino y beodos y otro comprendido por sílabas. Hay una rotura Rojas, él es el medio, el canal mismo. Emigra, se transmuta en lo humano y no cabe y es animal por así decirlo, porque tampoco es, es otro. Aclárale, Dios, porque yo no puedo. Algo roto en este mundo literario y yo me muero en esto, oh Dios, en esta tregua que no comprendo, en este ir y venir entre ellos: por más interpretaciones, por más semiótica, hermenéutica, preceptiva, por más estéticas y manifiestos, por la sociocrítica... sigo condenada a callar por el peso de la primera palabra. Yo hago una oración. Lector, únete a mí, la respuesta no es de este mundo. ** Bethsabé Ortega estigia27@hotmail.com Poeta y ensayista mexicana (Guadalajara). Ha participado en diversos encuentros de creadores literarios y académicos. Además de aparecer periódicamente en revistas literarias nacionales y periódicos, ha sido antologada en Figuración de instantes (Altexto, 2003), Voces vivas de Jalisco (Secretaria de Cultura, 2004) y Voces líquidas a veces varias (Perú, 2005). Editó la revista Spiral, entorno a las artes (2003 - 2004). Coordinadora de Difusión en la Oficialía Mayor de Cultura Tonalá. También se ha distinguido por su labor en promoción y difusión cultural en el área literaria. === Imposible sin poesía Germán López Velásquez ====================== Vociferada la sentencia de muerte le cortaron la cabeza. Lo tenían arrodillado. El cuchillo iba y venía de la mano del fanático. La capucha negra, erotizada en la faena sangrienta, enérgica, levantó del pelo la máscara horrorizada. Ni una gota más de sangre. Toda yacía en el suelo. Desollado, sin más terrorismo, había quedado. 54 segundos fue todo. Después, un macabro silencio. Si los humanos supiéramos el final el suicidio se multiplicaría. ¡Es tan duro vivir! Una suerte de vértigo y desdicha arropa la piel. La muerte campea. La vida es un abalorio. Nada está seguro. Cada despertar es un asombro, una simple expectativa, una pálida esperanza. Nacemos para participar en el juego. Algunos salen del laberinto, la mayoría se pierde. Ese es el origen de la filosofía. Un tratar de sobrevivir en el laberinto, en el abalorio. Cada cual saca sus cartas, las que cree. La mayoría de las veces la mentira sustenta la vida. La mentira por supuesto convertida en una filosofía para resistir. Insistimos, nos ilusionamos, soñamos de nuevo, abrazamos alguna fe, creemos en algo mejor mientras el juego avanza y los años pasan y los caminos del laberinto se hacen más confusos. Cada despertar es un reto, abrir los ojos en la mañana es un asombro, un batirse en la pesadilla. La existencia, entonces, se problematiza más. El futuro de la especie humana. El ideal de felicidad. El conjunto de la vida. La propuesta de cada filosofía. Y es que no da para más. Estados Unidos gobernado por un vaquero saqueador de pueblos. La ONU no tiene hasta el momento ningún cartel fijado de “SE BUSCA”. No hay recompensa tampoco. Está pues la ONU violando la tradición cuando de atrapar criminales del oeste se trata. Ni un solo poblado del mundo tiene fijado el aviso. Hay pues una total impunidad. Lo triste es que lo acompañan otros maleantes de la peligrosidad del inglés Blair. Los vaqueros hacen lo que les viene en gana. Intervinieron Afganistán y pusieron un alguacil. Los talibanes perdieron el poder. Ben Laden exacerbó su odio contra occidente. Los ataques contra Oklahoma y las torres son parte de una larga sucesión de agresiones mutuas. Destruyeron, después, al histórico Irak, que convirtieron en un verdadero mierdero. Están aliados con los sionistas y le echan ráfagas a los palestinos. Ahora mismo están tiroteando al Líbano. Desafían a los ayatholas de Irán. Insultan a Siria. Quieren el petróleo del África Subsahariana. Acusan a todo el mundo de terrorista. Nadie puede contenerlos. Encienden odios. Corea del Norte prepara bombas nucleares. El radicalismo islámico, igualmente macabro, invita a borrar del mapa a Israel. La expresión “Guerra Santa” traduce la estupidez. El pueblo norteamericano siente miedo por lo que hace su vaquero. El pueblo judío también. Todos tienen miedo. Todos tenemos miedo. No da para más. Imágenes de mutilados, de niños muertos, de ancianos sollozantes, de familias que huyen con cuatro mudas, de seres con hambre, arrebatados, desplazados. El terror está al rojo vivo. Las amenazas son diarias. Los insultos. Las balaceras en el oeste. Los atentados contra la inerme población civil. El irrespeto de todo. Hoy nada más, los radicales de Alá prepararon un plan para estallar veinte aviones de pasajeros, entre Inglaterra y Estados Unidos. ¡Qué horror, Alá; qué horror, Dios; qué horror, Buda! Ustedes no deben ser tan malos. Nada, absolutamente nada, justifica tanta maldad. Cuando se le rinde culto a la muerte, la poesía está sepultada. Ya olvidamos que al finalizar el siglo XX, Australia y Japón regalaron al mundo fe y esperanza, simbolizadas en millones de luces artificiales, de estrellitas de todos los colores, vistas por la televisión del mundo. ¡Qué espectáculo! Fue un testimonio, la anunciación de un nuevo día, pero, fallido. El siglo XXI no es halagüeño. El horizonte es turbio, muy turbio. Cuál derecho internacional humanitario, cuáles derechos humanos, cuál Organización de las Naciones Unidas, cuál Corte Internacional de la Haya, cuál Corte Penal contra genocidas y criminales de guerra. Cuál coexistencia pacífica. Qué tal el silencio cómplice del juez español Baltasar Garzón, el hombre que quiere “un mundo sin miedo”. Qué tal la cobardía de Kofi Annan lamiéndole el culo a los vaqueros. Se le olvidó que nació en un poblado de Ghana, en África, y que obtuvo el Premio Nobel de Paz. Si tuviera algo de ética renunciaría a la ONU. Acaban de masacrar en Qaná, Líbano, a 37 niños, y se hace el pendejo. Igual el juez Baltasar Garzón, ese oportunista. Literalmente fueron enterrados vivos. El edificio fue hundido por la explosión. Más de mil muertos y cientos de refugiados y desplazados, la mayoría civiles, y el mundo sigue en su cómoda estancia como la muerte misma. La férula imperialista exacerba los ánimos mientras la burguesía juega póquer en áridos salones donde se renuncia a la palabra. El caos puede organizarse desde la poesía, pero ella lo ignora. Cómo recuerdo a Goethe: “Nada sé mejor, para los domingos y días de fiesta, que una conversación sobre guerra y llamamiento a las armas; mientras que allá abajo, bien lejos, en Turquía, los pueblos mutuamente se degüellan, aquí estamos sentaditos a la ventana, apurando una copita, y contemplamos las abigarradas naves deslizándose río abajo; por la tarde regresamos alegres a la casa y bendecimos la paz y los pacíficos tiempos”. Si seguimos en este laberinto no sobreviviremos. El planeta es frágil pero los vaqueros creen que no. Ellos piensan que la bolita es eterna, que la especie es eterna, que el hombre es Dios. Cómo sufro, cómo salen de mí lágrimas. Siempre he creído en la salvación del hombre, en la reivindicación de los sueños y las esperanzas. Hoy, lo dudo. Un mundo donde cada país tiene bombas atómicas, la avidez del capitalismo superó todo cinismo, la desnutrición sigue matando a los niños y la sed del cuerno africano a nadie le importan, es una renunciación, una ignominia, un permanecer en pecado. Es la muerte por imposición. El dolor. El exterminio. El cansancio absoluto. Es un vivir por vivir. Qué decirle a los niños del Líbano. Cómo mirar a los ancianos de ese país que vivieron ya el desangre en los años ochenta y tenían nuevas ilusiones. Qué enseñarle a las juventudes iraquíes que todo han perdido. Cómo esperanzar a las víctimas de atentados en Estados Unidos y Europa, si crecen los odios, los fanatismos religiosos y los asaltos de vaqueros. Si Dios existe con toda seguridad debe de estar pasando una de sus mayores crisis. Soy solidario. Cómo no serlo en momentos de tanta confusión. Quisiera invitarlo a un tinto. En Colombia, es imposible acabar con las guerrillas por la vía militar. Rusia no ha podido exterminar a los chechenios. Israel no podrá con Hezbollah. Estados Unidos menos con los sunnitas de Irak o las milicias revolucionarias y fundamentalistas de Irán. Tampoco con los separatistas islámicos de Cachemira, en la India. Sólo hay una opción para terminar con tanto disparate: LA POESÍA. La poesía es fundacional. Un cerebro relleno de jabón cree que la poesía es una estrofa, un verso. Tamaña mentira. Es lo mismo que afirmar que la literatura son los libros o esas grandes bibliotecas llenas de tomos amarillos, apolillados. ¡Jamás! La literatura es una fiesta, es vida, es entrar en un universo absolutamente encantado aunque nos ponga en cuestión. Los libros no son más que medios para llegar a ella. Esa fiesta está escondida en las palabras, en los textos, en las metáforas, en el espíritu de la línea. Si la literatura fuera un grueso libro amarillento habría excesiva fiesta. Pero no. Esa fiesta no la hacen, no la convidan, sino ciertos espíritus, que cabalgan con perfección el lomo de las palabras. La poesía es un diálogo, un ser humano, una quebrada, una luna que sonríe, un beso, un niño que arrastra su juguete, una nueva flor descubierta en la mañana, unos ojos con intensa luz, la denuncia de la injusticia. Poesía es no matar al prójimo, no robar petróleo, no acribillar la risa, no engañar, no mutilar. Nada más lejano de la poesía que un vaquero a caballo, maloliente, haciendo polvaredas, saqueando y soltando balas. La poesía es un encuentro entre los hombres, sin armas y sin trampas. Es un juego limpio sin minas quiebra pies. Es devolverle la vida a los negros marroquíes que llegan exhaustos y casi yertos a las playas azules de España. Es no contaminar el medio ambiente. Es la vida. Nadie resistiría estar aquí sin la poesía. Ella es un escudo, un yelmo, una mirada distinta. Es el abrazo del aire, el respiro del viento, el eco eterno de las olas que nos recuerda que el alma existe y la tranquilidad existe y la literatura como fiesta existe. Nada, pues, más distante de la poesía, que la fealdad de las bombas genocidas, los francotiradores, los lamentos de muerte, el llanto desesperado de los niños, los ajusticiamientos y las súplicas de una madre que levanta sus manos al cielo pidiendo la presencia urgente de Cristo. Abundan fieras con apariencia humana. Peor aun, no llegan a esa condición. Fieras como el tigre matan para sobrevivir, estos monstruos matan por matar. Son capaces de sacarle los ojos a una golondrina, a una golondrina que sólo canta, ríe y vuela. Cómo se recogen en el crepúsculo. Momento de intensa algarabía. Momento de gran emoción. No queda, pues, más alternativa que sentarnos a dialogar, a conciliar las diferencias, a rescatarnos de la muerte, a vivir en poesía. ¿Cómo, entonces, defendernos? ¿Cómo blindarnos de feroces arremetidas? ¿Cómo superar la humillación? Imposible sin poesía. Poesía para los pobres, para los niños asustados, para los desplazados, para los excluidos de todo, para los refugiados, para los que han soportado en sus almas la explosión de todo, para los mutilados, para los desterrados. ¿Para quién más? ¡Ah! Para los vaqueros y los sectarios de cualquier oficio. Puede que algún día decidan volver al reino de los cielos. ** Germán López Velásquez revistamefisto@hotmail.com Escritor, periodista, abogado y profesor universitario colombiano (Pereira, Risaralda, 1959). Fundó en 1984 la revista Mefisto de arte y literatura latinoamericana, de cuya dirección continúa encargado. Ha publicado los libros Muera el Quijote, Violaciones y Con Aurora en La Habana. Miembro de la Academia Hispanoamericana de Letras, de la Sociedad Bolivariana de Colombia y de la Academia de Historia de Colombia. Conferencista de amplia trayectoria en su país. Ha recibido diversos premios literarios tanto en Colombia como en Brasil, Francia y Estados Unidos. === Tristeza, que es amor ================================================= === Alusión a don Quijote Ricardo Martínez-Conde ===================== A fe que le viene bien el nombre: el caballero de la triste figura. ¿Has reparado, amigo lector, que una vez, sólo una vez, se asocia la sonrisa a su rostro en toda la extensión del texto? Y, para ello, ¡en qué malhadada situación! ¡Qué ofensa a su arrojo! ¡Qué desprecio a su valentía! Hasta el punto que, acaso, no estaría de más recordarle al autor que no descuide y atienda bien a su función, pues es bien sabido que “el cálamo puede ser más cruel que la espada”. Es difícil aceptar la tesis literaria de Nabokov culpando al libro de Cervantes de ser un trágico (casi esperpéntico) dramón, un error en el concepto de tragedia. Los bienes del libro, literarios o no, son, a mi entender, mayores que sus males. Es cierto, no obstante, que, en lo que hace a la figura del digno caballero, pocas son las atribuciones de alegría que se le otorgan. Es más; ¡tantas veces, a lo largo del texto, la gracia y la risa vendrán derivadas de la burla! Por no traer aquí a colación las reiteradas citas acerca de su humor reseco, del “humor estraño” de don Quijote. Hay dos situaciones significativas en el libro donde se alude al gozo como estado de ánimo del buen aventurero, pero aun esas resultan, o bien efímeras, o bien sólo alusivas, a modo de anécdota que, a la postre, devienen casi en un paradigma de la frustración. La primera es cuando don Quijote sale de su casa por vez primera en busca de aventuras, a fin de dar cumplimiento a su ferviente voluntad de ser un caballero andante: “...una mañana, antes del día, que era uno de los calurosos del mes de julio, se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante, puesta su mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza y por la puerta falsa de un corral salió al campo con grandísimo contento y alborozo de ver con cuánta facilidad había dado principio a su buen deseo”. Pero he aquí que el contento pronto se frustró; resultó bien corto y efímero, pues, al poco, “apenas se vio en el campo, le asaltó un pensamiento terrible, y tal que por poco le hiciera dejar la comenzada empresa; y fue que le vino a la memoria que no era armado caballero...”. Qué exigua alegría después de haber tenido la humildad, o haber decidido, salir por la puerta menos noble del corral. La segunda ocasión es cuando el autor da cuenta del peso que, en el ánimo del caballero, tiene la fuerza del amor. O, por mejor decir, la idea del amor: “¡Oh, cómo se holgó nuestro buen caballero cuando hubo hecho este discurso —el del maravilloso imaginario de sus aventuras— y más cuando halló a quién dar nombre de su dama”. Ella era “una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado...”. Pero he aquí que pronto asoma un nuevo velo de tristeza: “...aunque, según se entiende, ella jamás lo supo ni le dio cata de ello”. Qué decir de cómo don Quijote la invocaba: “Acorredme, señora mía, en esta primera afrenta que a este vuestro avasallado pecho...”. O bien: “¡Oh, señora de la hermosura, esfuerzo y vigor del debilitado corazón mío!”. Escasa satisfacción, sin embargo, habrían de obtener los deseos de su corazón romántico y apasionado en el conjunto de esta larga historia. Antes al contrario, el tema de su amor, ay, más ha de ser motivo en este libro de burla y escarnio que no de merecida consideración. Así pues, el grave hidalgo, el caballero de gesto serio y aun ceremonioso, pocas satisfacciones personales ha de obtener a lo largo del texto; escasos han de ser sus gozos en toda su intensa vida en procura de aventuras. Y de ventura. Como queda dicho, sólo en una ocasión Cervantes hace asomar la sonrisa a su rostro, pero también ahí el final resulta desolador en el arquetipo de la ficción. (Y no se trata aquí de hacer un retrato del agraviado sicológico. Pero bien es verdad que pronto el libro invita a adentrarse con pasión en la historia, y, siendo así, todo buen lector se implica, toma partido, al tiempo que le da vida a sus protagonistas. En tal sentido, ese amargo regusto de un corazón romántico agredido, del fracaso de una voluntad —si bien adornada en la ficción— soslayada una y otra vez sin el bien de la alegría, resulta cuando menos un fruto exiguo y frustrante con su punto de especial melancolía). El suceso de la alusión a la sonrisa tiene lugar cuando, en su camino, don Quijote y Sancho se topan con un carretero que transporta leones en sus jaulas. Viendo en tal circunstancia el caballero motivo de notable lucha, se dirige al carretero —que le advierte, asustado, del peligro— que abra la jaula a fin de poder librar sin par batalla con el animal. Al tiempo minimiza, en un gesto de arrojo y desafío, la recomendación del carretero y la fiereza del animal: “A lo que dijo don Quijote, sonriéndose un poco: —¿Leoncitos a mí? ¿A mí leoncitos y a tales horas?”. Esgrime una sonrisa, pero es de incitación a la pelea. Pretende ridiculizar el supuesto poder de su enemigo. Su objetivo es librar combate abierto desafiando el peligro, sea éste el que fuere. Todo sea en favor de memorable aventura. Mas al fin —otra vez en esta vieja historia— es él quien ha de resultar ridiculizado. El caballero ignora las súplicas e imprecaciones de que abandone la idea de enfrentarse a leones hambrientos; se dice que las fieras tenían tal expresión amenazante que era como “para poner espanto a la misma temeridad”. Para él, sin embargo, tal gesto sería un acicate más a fin de decidirse a librar un glorificable enfrentamiento. Sancho, que ahora sí ve cerca el fin de su amo —y el suyo propio— le ruega que desista, a la vez que ante el carretero defiende a su amo diciendo que no es loco, sino atrevido; pero todo da igual. La jaula de los leones, al fin, se abre. León y caballero están solos, frente a frente. (Repare el lector en la plástica y dramática situación) Y dice el libro: “Hasta aquí llegó el extremo de su jamás vista locura. Pero el generoso león, más comedido que arrogante, no haciendo caso de niñerías ni de bravatas, después de haber mirado a una y otra parte, como se ha dicho, volvió las espaldas y enseñó sus traseras partes a don Quijote, y con gran flema y remanso se volvió a echar en la jaula”. Y así concluye este pasaje de la mayor desesperanza, de una tenue deshonra. Sobre todo por lo significativo-simbólico hacia la figura del señor aventurero. ¿Por qué Cervantes infringe, con la pluma, una derrota tal a su personaje?, sobre todo considerando la presentación previa a la lucha, idónea para quien pretende librar singular pelea con un animal que “pareció de grandeza extraordinaria y de espantable y fea catadura”. Incluso por la forma de presentar la contienda como un inefable enfrentamiento: “Lo primero que hizo —el león— fue revolverse en la jaula donde venía echado y tender la garra y desperezarse todo; abrió luego la boca y bostezó muy despacio, y con casi dos palmos de lengua que sacó fuera se despolvoreó los ojos y se lavó el rostro. Hecho esto, sacó la cabeza fuera de la jaula y miró a todas partes con los ojos hechos brasas, vista y ademán para poner espanto a la misma temeridad. Sólo don Quijote lo miraba atentamente, deseando que saltase ya del carro y viniese con él a las manos, entre las cuales pensaba hacerle pedazos”. En lo que sigue, pues, se instala un inexcusable velo de melancolía, de desilusión lectora, pues semeja que sea el propio autor quien no cree en la grandeza imaginaria de su héroe. Le degrada aprovechándose de su sentido de la aventura. Y el lector, ante tal desenlace, sonríe, pero sonríe de tristeza. “Sólo podemos sobreponernos a la infelicidad mientras se juegue”, escribió Canetti. El libro de Cervantes se podría decir que tiene, al fin, mucho de juego. Tal es lo que se obtiene al alterar el sentido de la realidad mediante la ficción. Juego de la ficción, juego de la imaginación. Pero, al fin, teniendo como protagonista a un hombre y sus nobles ideales —al que pronto hemos dado vida en nuestro corazón—, todo resulta ser una realidad significativa para el héroe, y de ahí el sinsabor de tan amarga derrota, que lo es sobre todo del orgullo. También para quien ha vivido el libro como lector. (Recuérdese aquella esperanzada invitación: no quemes los libros, arde en ellos). El mohín seco y el gesto grave de don Quijote bien podrían tener su origen físico. El libro casi comienza con una receta de cocina, pero se sabe que él era “de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro”. No daba, pues, en lo externo, una imagen de rubicunda alegría. Sin embargo tiene fundamento el gesto serio del valeroso caballero si reparamos en el objeto de su preocupación, en la noble osadía de su empeño: la de “desfacer entuertos”. En ello se comprenden la lucha por la justicia y aun la exaltación del amor, actitudes que viven próximas a la melancolía. No tuvo tiempo el autor de atender la advertencia de Flaubert (“cuidado con la tristeza, es un vicio”) pues hay un mucho de ello en el libro. Un libro donde hay risa (derivada, por lo común, de chanza, burla o ridículo) y lamento, pero donde escasea la inteligencia de la sonrisa; incluso podríamos decir de la delicadeza de la ironía. Al fin, yo pienso, amigo lector, que, en el fondo, este libro es un libro de amor. (“Quien no conozca el amor jamás conocerá qué es la tristeza”). Amor a la justicia —a la defensa de las causas justas— y amor a la idea del amor. Por eso el Quijote es y será un símbolo imperecedero en la historia de la literatura; así perdurará en el corazón de quien leyere. Y si en algo deriva en tristeza (“el entristecido caballero”, le llama Bloom) tal vez sea por aquello a lo que otro escritor, el sobrio Machado, poetizó un día: “Tristeza, que es amor”. ** Ricardo Martínez-Conde csbgfrf@cesga.es Escritor español (Sanxenxo, 1949). Cursó los estudios de filosofía y letras y el doctorado en la Universidad Complutense de Madrid (http://www.ucm.es). Textos suyos han aparecido en la Revista de Occidente, el Boletín Galego de Literatura y las revistas Clarín, Claves y Extramundi. Además ha sido colaborador en diversos periódicos. Ha publicado los poemarios en gallego Lento esvaece o tempo (Milladoiro, 1990), Orballo nas camelias (Sotelo Blanco, 1993), O silencio das árbores (Espiral Maior, 1995), A núa lentitude (Follas Novas, 2001) y Compostela, vella memoria (3C3, 2003); y, en castellano, Los argumentos de la tarde (A.G., 1991), Sombras del agua (Endymión, 1993), Evoë (Calambur, 1997) y Los días sin nombre (Calima, 2000, premio Benasque de Poesía). En prosa ha publicado, en gallego, Os simbolos de Galicia (Cª Cultura, 1993) y Debullar (Galaxia, 1998) y, en castellano, Cuentas del tiempo (Pre-textos, 1994), La figura del Rey según Quevedo (Una lectura de la "Política de Dios") Ed. Endymión-Mº Cultura, Madrid, 1996, Alusión al paisaje (Calima, 2002). Ha recibido diploma de honor en el Concurso Internacional de Relatos Breves "Jorge Luis Borges" (California, 1992) y el premio Reimóndez Portela de Xornalismo (A Estrada, 1997). === Roberto Matta Echaurren: un poeta desconocido ========================= === Benedicto González Vargas ============================================= Hace pocos días atrás, en su edición 206 del 18 de agosto pasado (1), Gonzalo Contreras a través de la Revista de Libros de El Mercurio (http://www.emol.com) presentó al público chileno una primicia de impacto mundial: a fin de año aparecerá un nuevo tomo de la antología Poesía chilena desclasificada, y en ella aparecerá una serie de poemas de nuestro muy universal Roberto Matta (http://es.wikipedia.org/wiki/Roberto_Matta). Pintor notable, que hizo casi toda su carrera plástica y su fama en Europa, Chile siempre lo vio a la distancia y sólo en contadas ocasiones tuvimos la oportunidad de tenerlo cerca. Felizmente, tras el retorno de la democracia, en el año 1990, se le concedió el Premio Nacional de Arte, algo que su fama universal reclamaba demasiado en nuestra conciencia nacional y era menester resolver pronto, puesto que nuestros premios nacionales, sólo pueden otorgarse en vida. Dicen los que saben —y yo lo repito de ellos— que los escritores chilenos conocían la poesía de Matta, pero no la tomaban en serio, seguramente porque el propio pintor no se consideraba a sí mismo como un poeta, pese a que alguna vez publicó unos versos suyos en italiano y francés, en revista de escasa circulación. Hombre de ideas claras y de verbo recio, no ocultó intereses y posturas políticas en sus versos, Contreras —el autor del artículo que comento—, recuerda los siguientes, escrito en Francia cuando en nuestra América las dictaduras militares eran casi el único paisaje político existente: “Recado para los militares latinoamericanos, degenerados generales que por lo general generan puras degeneraciones” Imposible decirlo de manera más franca y directa. Impresionante en su sencillez, poderoso y notable ejemplo de aliteración y denuncia. Cuesta creer que hasta hoy permanezca inédito. Hay quienes vinculan su expresión a una poesía más telúrica y folclórica, de potente raigambre popular entroncada con la tradición y a la altura de Víctor Jara, Patricio Manns o Violeta Parra. Sin embargo, producto de su escandalosa creatividad va inventando no sólo imágenes (no debemos olvidar que es gran pintor), sino también nuevas palabras (2). Si hemos de creer en la historia de Matta debemos estar ciertos de que no tuvo afanes literarios, que no buscó convertirse en poeta y que, por lo tanto, sus versos son reflejo honesto y sincero de su intimidad, pero una detención consciente en ellos no puede menos que obligar a cualquier antologador e investigador de la literatura a integrarlo con honores a la enorme galería de lo mejor de nuestras letras. Refinado artista de vanguardias que es capaz de alzar el vuelo de la creatividad desde el alma popular de su Patria. Quienes amamos el arte y especialmente el arte de la palabra, esta magia que evoca, convoca y provoca, esta suerte de vicio impune, como más de alguien lo ha motejado por ahí, no podemos menos que agradecer a aquellos que nos han regalado estos versos que la vida quiso esconder por allí. Nos han devuelto a un ilustre poeta chileno desconocido. A un notable artista al que vimos siempre entre pinceles en las alturas del Olimpo surrealista pero que, ignorábamos, también ascendía a esas alturas por el camino de las plumas y los folios de papel. Eduardo Carrasco (3) ha conservado para el patrimonio histórico y cultural (no sólo de Chile, sino que del mundo) varias de sus creaciones literarias en versos originales de su puño y letra. Los Oráculos de Pan pan pan fueron escritos a mediados de los 80 y coinciden con la serie de Quijotes de su obra. Porque nos parece necesario destacar esta faceta desconocida del gran artista y porque nos parece justo agregar a su nombre ya no sólo el adjetivo de gran pintor, sino que además el de gran poeta, agradecemos a todos los que han hecho posible conocer esta obra. De sus extraordinarios poemas, estos versos notables: Los oráculos de Pan pan pan El tiempo no pasa para un reloj. Para un reloj, el tiempo no pasa. Desengañar la lengua es desatarla. Con la imaginación del fuego en el corazón humano los encuentros se transforman en descubrimientos. Sistemanar bien en las manos de cada día normándose en hornos donde el yo se hace pan. Pan: escojo decir Pan porque encierra el aplauso al ruiseñor rocío y la mejor vidriera con el ritmo de las naturalezas. Los hombres aman a las mujeres porque se parecen al mar. Angelicante ciencia, cueva de abrazos donde el entendimiento entenderá que es científico el caballo que abrocha claveles entre los hombres en vez de alfombras y murmullos entre las estrellas. Desterrarse en un entierro. Lo irracional es racional porque ambiciona ambas ambiciones. Para mudar las cosas y dar crédito a tu trabajo de hacerte una mejorada posada sin estrechez no basta cambiar tu histórica luz interior, centro de extranjeras amenazas: debes andar sin comillas, en la simplicidad de todos, como si fueras un punto. Están viviendo un neolítico en el que se va descubriendo nuestra naturaleza como un terremoto que se ha roto la lengua. La naturaleza nos parece que no se parece a lo real que se aparece en lo que oímos de la vida, y esta crisis hecatomba diluvios y alrededor todo se metamorfea en todo. Arte es inventarse con las propias palabras aunque esto parezca una grosería entre calmados calmadosos. Contra su calma: el imprevisto. Que el amor propio ame el carácter y la persona del ser amado y no sólo su desnudez bajando las escaleras desvestida de reina y rodeada de retratos de familia. El alma es una olla donde se cuecen los alimentos de nuestro entusiasmo y con éste crece abrazado y entregado el corazón. Para que este corazón no desate nieves sino un sol templado y un laurel de hojas en el alma de la olla del alma como en el hoyo de la guitarra debe nacer la música que venza los infiernos Así, el puchero que el alma cocina será sabrosa luz. Vivir para aumentarnos, para aumentar nuestro humanismo hasta que sea crónico. Notas 1. Lamentablemente para nosotros, El Mercurio sólo muestra en su página web las últimas siete ediciones de su diario. Para acceder al archivo de números anteriores, hay que ser suscriptor del diario. 2. Dice Gonzalo Contreras que el vocablo “angelicante” es creación suya. 3. Ex integrante del grupo Quilapayún. ** Benedicto González Vargas rector@univirne.cl Profesor y escritor chileno (Padre Hurtado, 1965). Ha publicado El ermitaño (Editorial Café Con Leche, 2000) e Índigo, los niños de la Nueva Era (Ediciones de la Univirne, 2002). También participó en el libro 2000, el futuro presente (Editorial Letralia, 1999), con un ensayo sobre ciencia ficción. Actualmente cursa un Magister en Educación en la Universidad Diego Portales e imparte clases de literatura en los colegios Alexander Fleming y San Marcos, de Santiago de Chile. Desde 2001 es miembro de la Sociedad de Escritores de Chile. Mantiene un blog sobre literatura en http://www.atinachile.cl/blog/10092. === Tiempo nublado Ricardo A. Halperin =============================== Dicen que con los años vienen el escepticismo y las ideas conservadoras (además de los kilos y de la calvicie...). Hay alguna evidencia en ese sentido y seguramente no habrá quien pensará que este comentario la fortalece aun más. Si fuese así, me permito responder que el escepticismo es una actitud con méritos no despreciables. En cuanto a las ideas conservadoras, nada más lejos de la intención de esta nota, por el contrario la tesis que se plantea es que hay mucho en nuestra cultura que no merece conservarse... Pero parece prematuro escribir a la defensiva, cuando las ideas principales aún permanecen escondidas. Vayamos a las cosas. Es imposible dejar de notar que la cultura moderna exhibe una tendencia muy generalizada a la búsqueda de ideas simples, de filosofías (perdón por el mal uso de la palabra) totalizadoras, un recurrir demasiado frecuente a los lugares comunes, una tendencia a lo fácil en las expresiones artísticas, en suma, una creciente dependencia en el mínimo común denominador, que abarata el pensamiento y plantea un serio potencial de decadencia. A la edad de la razón la ha sucedido el tiempo del simplismo. Esto se observa en diversos campos; en esta nota me voy a referir brevemente al arte, el periodismo, y la política, pero seguramente otros querrán añadir a esta lista. Esta pereza intelectual no es un fenómeno limitado a un solo país, o una desviación circunstancial de tendencias de largo plazo más auspiciosas. No, parece ser una tendencia mundial afirmada y en buena medida irresistible. De continuar así, en el futuro algún pensador independiente entre nuestros hijos o nuestros nietos podrá recordar con añoranza la era de mediocridad que nosotros, sus ancestros, pudimos vivir... No quiero que se me acuse de ignorar el tremendo progreso tecnológico que nuestro tiempo ha conocido y presumiblemente seguirá conociendo. El avance científico aparece estar encaminado en una curva exponencial cuyos milagros se develan casi a diario. Pero si el campo científico es testigo de progresos admirables, la otra “cultura”, la cultura social, no sólo no avanza sino que evidencia preocupantes signos de atrofia o de retroceso. En el campo del arte la televisión ha permitido a grandes masas un grado de acceso a sus expresiones que hubiese sido inimaginable hace apenas un siglo. ¿Pero, es la cacofonía música? ¿Es la procacidad, ingenio? ¿Es el humor chabacano e infantil, gracioso? La búsqueda de la máxima audiencia define los estándares estéticos a niveles muy bajos, pero la consecuencia es que estas expresiones “artísticas” están contribuyendo a conformar los gustos y la manera de pensar de grandes mayorías, con consecuencias sociales y políticas que no hemos considerado con la seriedad que merecen. Alguno quizás argumentará que la masificación de las expresiones culturales necesariamente nos lleva a un deterioro de calidad. Implícitamente este razonamiento sugiere que la cultura con mayúsculas era un dominio exclusivo de las elites y que la masificación es la razón principal del deterioro que hoy observamos. Sin embargo el orden de causalidad no es obvio, si bien el gusto popular es un determinante de las tendencias culturales también los creadores actúan sobre el público y modifican los gustos y preferencias. La educación podría también ayudar a elevar los estándares. Podría, pero... ¿Qué ocurre que en general los intelectuales y los artistas han perdido esa capacidad de liderazgo positivo que alguna vez fue su dominio? ¿Será que los incentivos comerciales tienen una influencia excesiva en la dirección que toma la creación artística (y, si fuese así, qué hacer al respecto)? ¿O acaso este análisis es excesivamente pesimista, y no es capaz de reconocer los méritos artísticos y los nuevos elementos creadores que se están dando en los diversos campos del arte? El periodismo presenta un panorama menos claro. Por un lado, en el campo de la palabra escrita encontramos todos los días expresiones de pensamiento crítico y análisis inteligentes, aunque a veces debamos escarbar entre la basura que los circunda para llegar a ellos. Inquieta, sin embargo, que las nuevas generaciones demuestren una creciente indiferencia al periodismo escrito y al análisis serio y recurran cada vez más a la televisión y al “blog”, muchas veces sesgado y emocional en su contenido y no sujeto a escrutinio crítico, como fuente de información. La televisión en particular crece en importancia como fuente de información (pero también de indoctrinamiento subliminal en las normas socialmente aceptadas) de las grandes masas. En ese medio, la idea inteligente aparece con demasiada poca frecuencia y el análisis crítico generalmente brilla por su ausencia. Puede argumentarse que el medio no se presta, si es así el “mundo feliz” de Huxley no debería catalogarse como obra de ficción sino como un inquietante llamado de alerta a un futuro posible no demasiado lejano. Llegamos a la política, que no ha podido abstraerse del contexto cultural en el que le toca desarrollarse. ¿Cuántos lectores pueden mencionar inmediatamente, sin exprimirse mucho la cabeza en la búsqueda, los nombres de dos o tres estadistas que hayan recientemente planteado con claridad los dilemas que nuestra generación enfrenta y esbozado una estrategia clara y coherente para encararlos? No creo que muchos. Pienso que con mucha más facilidad podríamos identificar decenas o cientos de figuras importantes que han hecho sus fortunas políticas sobre la base de explotar los lugares comunes, los prejuicios y las ideas fáciles, sumados a una total desaprensión por el respeto al oponente y por el nivel del diálogo. Como en el caso del arte y del periodismo, la ley del mínimo común denominador es lo que define las plataformas de gobierno. El resultado es que los problemas más difíciles no se resuelven, se “patean” al futuro. Tal el caso del calentamiento global, del deterioro del medio ambiente, de los crecientes choques y tensiones provocadas por las corrientes inmigratorias, de la reaparición de la religión como factor de discordia y de guerra y de las consecuencias económicas y sociales de tendencias demográficas (mayor expectativa de vida y menor tasa de natalidad) que difícilmente se revertirán en el mediano plazo. Creo que el dicho atribuido a Kant, “Lampé necesita un Dios”, esconde tras su soberbia un algo de verdad, pero que se aplica no sólo al hombre común sino también al intelectual; el pan y el circo no alcanzan y todos compartimos la necesidad de una visión positiva que aliente el diario quehacer y le dé sentido. En la conformación de esa visión, el quehacer intelectual debería jugar un papel fundamental. Las religiones tradicionales entendieron esta necesidad, el comunismo como religión de la razón también. Muerto Dios y luego el comunismo, el hombre moderno no puede conformarse con la apología del sexo como deporte y la crónica policial en colores que la televisión nuestra de cada día nos da. El sorprendente “renacimiento” de Dios y el auge de visiones religiosas extremas, como es el caso de una corriente importante del Islam y de la “derecha religiosa” norteamericana, que parecen haberse acentuado luego de la implosión del comunismo como alternativa ideológica, podrían de alguna manera reflejar la insatisfacción de numerosos sectores de la población ante el vacío del horizonte cultural y la ausencia de valores claros en el mundo moderno. ¿Es esa la única elección posible: el fanatismo religioso o un mundo lobotomizado? Dicen que con los años viene el escepticismo; quizás estos conceptos –que no son originales ni mucho menos nuevos— sean sólo refunfuños ante una realidad cambiante cuyo sentido se nos escapa. Puede ser, aunque no lo creo: pienso por el contrario que quienes recordamos que no está lejana en el tiempo una era de la razón, nutrida de confianza en el progreso, deberíamos intentar rescatar su legado y plantearle a nuestros hijos una alternativa más positiva a esta realidad que hoy ofrece el mundo. Lo difícil es empezar. ** Ricardo A. Halperin rhalperin2@comcast.net Escritor y docente argentino (Buenos Aires, 1940). Actualmente reside en las afueras de Washington (EUA). Se educó en la capital de su país y en Córdoba, y completó estudios de postgrado en la Universidad de Columbia (EUA). Fue profesor de economía en la Universidad de Buenos Aires (1968-1973). En 1976 se incorporó al Banco Mundial, en la ciudad de Washington, DC, donde desempeñó diversos puestos gerenciales hasta jubilarse en 2001. Ha publicado numerosos trabajos sobre temas económicos. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === Dos notas sobre poesía José Iván Bedoya Madrid =================== *** De la poesía Es indiscutible la existencia y el rango que ocupa y ha ocupado el poetizar en la vida del hombre en todas sus épocas; sin embargo, es puesto en duda el lugar que el texto poético debe ocupar en el actual momento histórico. Poetizar es propio del hombre y el texto poético, por lo tanto, no debe temer por su existencia ya que es la vida misma de este hombre la que lo alimenta. El que para muchos ya “no exista la poesía” es más bien un indicio evidente del malestar que se percibe en el seno mismo de la cultura y que se extiende al mismo “quehacer” poético propiciado por los medios de comunicación. Se dice, por ejemplo, que “no se le presta la misma atención que cuando la educación giraba de manera primordial alrededor de los estudios clásicos y literarios”. Creo que este juicio no debe afectar la existencia misma de la poesía que es válida en sí y por sí misma aquí y en cualquier parte. Claro está que como actividad histórica y como producto textual que emplea signos como materia prima, ha debido pasar y está pasando por diversas transformaciones en relación con las épocas en que ha surgido y con los hombres concretos que la han creado. Como es de esperar de todo desarrollo histórico, el resultado es positivo y enriquecedor para la esencia de la poesía misma. Podemos pensar, como ejemplo de esto, lo que ocurrió en la escena colombiana con la introducción de la nuevas formas modernistas a principios de siglo y los movimientos nacionalistas que se han originado bajo la fecunda influencia de las grandes figuras de la poesía. Sobre el poetizar se han hecho diversas reflexiones en la historia. Poetizar o crear poéticamente implica y exige concentrar las fuerzas interiores cuando se trata de conjurar la realidad como es la presentida por nuestros sueños. La concentración, que para Rilke es la condición misma del hacer poético y de la captación de la belleza en formas definidas, conlleva un método de “colimador” (según la expresión de J. M. Pleynet del grupo Tel Quel), es decir, de orientar la mirada hacia un sector o nivel definido de la realidad compleja. En efecto, cuando miramos en perspectiva tratando de superar el afán cotidiano y la preocupación utilitaria al manipular lo real, se abre una dimensión nueva del mundo (de lo mirado y de su contorno) que se hace transparencia en la palabra poética. Por eso ser poeta es, fundamentalmente, crear. La creación literaria es una obra edificada sobre la obra del mundo siempre presente como lo real ya dado, horizonte de todas nuestras experiencias y posibilidades. La poesía, como forma de enfocar lo real, como conjuración del presente para que revele su secreto (desde Aristóteles hasta Heidegger), se relaciona de una manera específica con la reflexión filosófica. Para algunos, incluso, la experiencia poética, lo mismo que la dramática, están en un plano de similitud con la experiencia filosófica. Nietzsche, por ejemplo, veía que con la tragedia era como los griegos habían llegado a lo más profundo en su identificación con los valores vitales que serían los únicos que él finalmente reconocería. El mismo hacer poético es considerado en general por los filósofos como una forma de eternización de la vida: la comunicación de hecho entre un mundo extraño, antiguo, y nosotros, nuestro mundo. En general, toda literatura es la eternización de la experiencia concreta o íntima del hombre. S. Beckett ha vuelto a hablar de experiencia dramática como experiencia metafísica: un íntimo contacto con entidades que influyen decisivamente en cada hombre y que son de su misma esencia: la muerte, la desesperación, la incomunicabilidad... (En Los Indomables, por ejemplo, uno de los personajes llega a definirse por el silencio, el que el autor mismo le da un valor metafísico: “cuando deje de hablar hablaré de mí mismo”). Un texto poético no es un simple juego de palabras —ya lo ha advertido Heidegger— sino, por el contrario, es el lenguaje cifrado, cuyos símbolos revelan un contenido trascendental en relación con el nivel de la vida afrontado. Lo poético es la dimensión de la vida en que podemos arribar y asumir la profundidad misma de lo real, que en el contacto rutinario sólo se muestra en su ser útil, en su ser para otra cosa, o sea, en su inesencialidad. Comparto en parte esta visión actual de la poesía. El fenómeno poético que aparece ante todo en su forma material, las palabras, es un deseo manifiesto o no, de captar una intuición o una visión momentánea de una armonía escondida en la naturaleza. Para el filósofo griego, el poeta copia e imita la naturaleza y se inspira en ella (Aristóteles) y su resultado es, por tanto, una obra de arte. El poeta trata de comunicar su íntima experiencia metafísica a los hombres con quienes convive. Le habla a su pueblo de un modo especial. Es mediador entre una realidad, que es develada sólo a unos pocos, y los hombres, que no han tenido o aún pueden desdeñar esa experiencia. De ahí que la misión del poeta, aunque escondida, sea tan importante: mantiene la fe de los otros en el valor más secreto y a la vez más olvidado de la misteriosa realidad. Les recuerda continuamente con su palabra que en el lado opuesto de esa misteriosa realidad que él se esfuerza por comunicarles está la dimensión cotidiana de la misma, pero que ésta por ser más utilizada o manejada no es la más real. La Poesía (Dichtung, literatura) abarca todo lo artístico que hay en el hombre. Éste, por el hecho de ser una conciencia, es capaz de dichten, de poetizar. Es algo sólo propio de él, porque es el modo como acontece la verdad en la obra de arte, es decir, es la manera como el desvelamiento de la verdad ocurre en el seno de la misma obra. De ahí que la poesía (Poesie) sea el modo como sucede la verdad en la obra de arte literario. La poesía, entonces, es un modo particular que tiene el hombre que actúa como artista para acercarse al misterio en el sentido de lo indescifrable. El poeta dispone ya del lenguaje, producto cultural de un pueblo. Este lo condiciona en su dichten. En dos artículos, Hölderlin y la esencia de la poesía y El origen de la obra de arte, expone Heidegger estas ideas que es conveniente revisar como una profundización seria aunque desabrida y pesada para quienes prefieren más lo literario que lo filosófico. Pero hagamos la pregunta que puede surgir cuando leemos un análisis como el que propone Heidegger: ¿por qué se puede decir que la poesía trata de ponernos en contacto con una verdad o mejor con una captación de algo verdadero? Por qué se puede poner la poesía al mismo nivel de la filosofía? Muchas veces podemos suponer que el poeta se encuentra en una relación con la realidad de un modo muy peculiar: es una relación onírica, casi irracional. Se cree que el poeta sólo trabaja con ilusiones, las que envuelve también con palabras cuya significación se hace difícil, gratuita, debida aparentemente a la casualidad, y por lo tanto no debe tener el mismo crédito para todos cuantos las leen. Pero recordemos que Aristóteles, sin ser poeta (declarado oficialmente como tal) muestra y teoriza lo que es el contenido o lo que pretende ser, desde el punto de vista del racionalismo griego, la obra de arte (imitación de lo real) que para Platón sólo era “sombra de una sombra”. Para Aristóteles, la poesía está entre la filosofía y la historia. Es más bien un término medio ya que es más filosófica que la historia. (Muchas veces se ha partido sólo de intuiciones para explicar lo poético, pero es la única manera de llegar a definirlo porque es inabarcable dada su sutil apariencialidad o carácter fenoménico). Baste este sondeo para afirmar que muchos filósofos han reflexionado sobre la poesía. Es decir, han creído que la filosofía tiene mucho que ver con la literatura. Algo en lo que también insiste Heidegger es en lo referente a la poesía como fundamentación. El poeta instaura lo permanente. Lleva a su concreción lo que él cree que se debe conservar o guardar como lo más sagrado porque sus textos son “signos de los dioses” con los que el pueblo duerme más seguro. El poeta, en su intuición, en su experiencia intuitiva de una situación en la que él capta la armonía de su ser íntimo con la naturaleza, siente la necesidad de plasmar esta intuición poética por medio de la palabra, del verso, de la obra dramática. Acude al lenguaje cotidiano, producto de una historia o desarrollo del habla. Es, por tanto, heredero de una tradición estética, la que se actualiza por medio de él, escenificando desde un ángulo nuevo, la belleza eterna sumida en la euritmia del universo. Por medio pues, de esta “realización” de lo poético en la palabra y por la palabra, el poeta conserva y transmite a los otros unos signos que él ha presentido y les ha dado un nuevo sentido. *** De la poesía II La poesía, es ocioso decirlo, tiene muchas acepciones. Se puede decir que a lo largo de la historia de la literatura, cada autor ha tenido su propio modo de enfocarla. Pero hay algo que salta a la vista: desde Aristóteles a Heidegger, pasando por Hegel y Schelling, se ha querido ver la poesía en relación con la filosofía. Algunos han pretendido decir que la experiencia poética o dramática está casi, por no decir, en igual plano, que la experiencia metafísica. Nietzsche veía en la tragedia lo más profundo a que habían llegado los griegos en su identificación con los valores vitales que eran los únicos que él reconocía. La misma literatura era la eternización de la vida: la comunicación que se podía establecer entre un mundo antiguo y nosotros. Con S. Beckett se ha vuelto a hablar de experiencia dramática como experiencia metafísica: un íntimo contacto con entidades que influyen decisivamente en el hombre o que son de su misma esencia como son la muerte, la desesperación, la incomunicabilidad, etc. Quiero decir, al nombrar aquí a Nietzsche y a Beckett, que lo poético no es un simple juego de palabras, como también lo advirtió Heidegger, sino que nos lleva a un plano muy profundo de lo real. (En Les Indomables de Beckett uno de los personajes llega a definirse por el silencio al que el autor le da un valor metafísico: “Cuando deje de hablar, hablaré de mí mismo”). El fenómeno poético que aparece ante nosotros primero que todo en su forma material, las palabras, es ante todo un deseo manifiesto de captar una intuición o una visión momentánea de una armonía escondida en la naturaleza. Alguien decía que el poeta copia la naturaleza y se inspira en ella por analogía a una obra de arte. El poeta trata de comunicar su íntima experiencia metafísica a los hombres (a su pueblo): es un mediador entre una realidad, que es develada sólo a unos pocos, y los otros hombres que no tienen esa experiencia. De aquí que la misión del poeta, aunque escondida, sea tan importante: mantiene la fe de los otros en los grandes valores, les recuerda siempre que al lado de la misteriosa realidad que él les comunica, está su misma realidad, la que viven todos los días, pero no por esto es ésta la más real. La Poesía (Dichtung, literatura) abarca todo lo artístico que hay en el hombre. Este, por el hecho de ser una conciencia, es capaz de poetizar (dichten). Es algo muy propio de él, porque es el modo como acontece la verdad en la obra de arte, es decir, es la manera como el develamiento de la verdad ocurre en el seno de la misma obra. (De ahí que la poesía, Poesie, es el modo como sucede la verdad en la obra de arte literario). Por eso la poesía es un modo muy particular que tiene el poeta de acercarse al misterio, en el sentido de lo indescifrable. El poeta ya dispone del lenguaje que es el producto cultural de un pueblo, que lo condiciona en su dichten. En los dos articulos de Heidegger: Hölderlin y la esencia de la poesía y El origen de la obra de arte están bien expuestas estas ideas. ¿Por qué se puede decir que la poesía trata de ponernos en contacto con una verdad, con una captación de algo verdadero? ¿Por qué se puede poner la poesía al mismo nivel que la filosofía? Se plantea esta pregunta porque a veces se tiene la concepción de que el poeta se encuentra en una relación con la realidad pero como en la dimensión del sueño. Se cree que el poeta sólo trabaja con ilusiones, las que envuelve con las palabras, y al que por lo tanto no debe dársele ningún crédito. Aristóteles, no siendo poeta, nos dio el contenido o lo que pretende ser el artista literario. Plantea que la poesía está entre la filosofía y la historia. Es un término medio: es más filosófica que la historia. (Se ha partido de la intuición para explicar lo poético, pero es la única manera de llegar a definirlo, porque es inabarcable dada su sutil apariencialidad, su fenomenicidad). Muchos filósofos han reflexionado sobre la poesía, es decir, no han creído que la filosofía no tenga nada que ver con la literatura. Otra cuestión en la que también insiste Heidegger y que hay que reconocerle en este punto es la de la poesía como fundamentación. El poeta instaura lo permanente: lleva a su concreción lo que él cree que se debe conservar o guardar como lo más sagrado, porque enfrenta los “signos de los dioses” con los cuales el pueblo se va a sentir más seguro. Precisamente, el poeta en su intuición, en su experiencia intuitiva de una situación en la que él experimenta la armonía de su ser íntimo con la naturaleza, desea o siente la necesidad de concretizar su experiencia poética en la palabra. Acude al lenguaje cotidiano, producto de una historia cultural, es decir, hereda toda una cultura. Por medio de esa “realización” de lo poético en y por medio de la palabra, el poeta conserva y transmite a los otros unos “signos” que él ha presentido. Max Bense, en su libro Estética —en el que analiza algunos puntos importantes de la estética contemporánea—, acude a Heidegger, Kafka, Hegel y aun a Aristóteles para analizar algunos factores de lo estético en nuestros días. En la evolución que de lo poético, nosotros somos espectadores, vemos cómo se va tendiendo a aquello que proclamaba Nietzsche: la experiencia metafísica. Aun el liberarse de todo un formalismo que se había admitido tradicionalmente, demuestra un deseo de llegar a lo más esencial que se debe tener en cuenta en lo poético: como intento de asir lo que parece inasible. (Hay una unidad muy profunda entre Poesía y Filosofía porque ambas tratan de abrirle al hombre la puerta al reino de la metafísica). Algunos filósofos han intentado profundizar en lo poético. Se ha de tener en cuenta que lo fundamental es que el poeta nos pone en contacto con una realidad inasible por otros medios, misteriosa. Es decir, trata de comprender la poesía más desde su fondo mismo: llegar a lo esencial del fenómeno poético y dejar el estudio de las formas y elaboraciones lingüísticas a los eruditos o críticos literarios. Debemos ir más allá de las meras formalizaciones teóricas: no podemos tener unos conceptos rígidos sobre algo tan variable y heteróclito como es la literatura en su forma. La teoría literaria es la reunión de todas las reglas y nociones formales que se deben tener en cuenta antes de llegar a afrontar una obra literaria. Saber por ejemplo, que Macbeth es una obra dramática y no épica, aunque pueda tener, no obstante, elementos líricos o épicos. Encerraría el conocimiento de los géneros literarios, todas las clases de rima métrica, el lenguaje como condicionante de la literatura. Es decir, lo teórico que se necesita para comprender o crear una obra literaria. En la historia literaria se trata de llegar a comprender el desarrollo o evolución de las formas y elementos de la obra literaria: cómo se han ido concretizando todos los elementos de que hoy disponemos en el transcurso del tiempo, en determinadas épocas y regiones. ** Iván Bedoya Madrid jbedma@hotmail.com Investigador colombiano (Medellín, 1949). Licenciado en filosofía y letras por la Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín) y magíster en investigación socioeducativa por la Universidad de Antioquia (Medellín), donde además es profesor titular en la Facultad de Educación. Autor del ensayo Pedagogía: ¿Enseñar a pensar? (Bogotá, Ecoe, 2005) y de la reseña crítica "Comenio. Pampedia", publicada en Educación y pedagogía (Medellín, Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia; 1992/93), así como de Epistemología y pedagogía, en colaboración con M. Gómez (Bogotá, Ecoé, 2004) y de "El saber pedagógico y las condiciones de enseñanza de las ciencias", incluido en Cuatro ensayos sobre pedagogía y saber (Medellín, Lealon, 1986). === La historia ignorada Silvia Rodríguez Bravo ====================== No todo está dicho. Aún falta que lo ganado en 206 años aproximadamente sea asimilado y enseñado en las aulas de todos los colegios para obtener mentes sanas, respetuosas y conocedoras de la historia ignorada, que se ha mantenido oculta hasta el momento. Las razones de este ocultamiento, lo más probable, se debió a que el reconocimiento y validación se les otorgaba solamente a los que usaban la fuerza para obtener dominio y respeto dentro de la sociedad. No se puede pensar ni decir que la historia de las mujeres es un tema obsoleto, pasado de moda y que nada sirve para los tiempos actuales; si fuera así entonces estarían obsoletas las clases de historia en cualquier colegio, la filosofía ya no debería preocuparse por conocer y estudiar a Platón con su mito de la caverna, como también se debería restar importancia al dualismo cartesiano, en el que R. Descartes dividió los entes en res cogitans, el alma como sustancia pensante que no tiene extensión y en res extensa, la materia pensante. Esta visión marca la tradición del pensamiento hasta hoy. Para qué vamos a mencionar a Friedrich Nietzsche, ni los estudios vertidos sobre su asesinato de dios y otros temas. La Historia de las Mujeres no se debe confundir con feminismo, movimiento loable que ha aportado la descentralización de los valores humanos, como también el reconocimiento del Otro. No porque sea Historia de las Mujeres significa Feminismo, si fuera así a la Historia del Hombre tendríamos que relacionarla con el Machismo. La Historia de las Mujeres no pasa por un tema de moda, no pertenece a la farándula, es una realidad que tiene un contexto histórico importante y no debidamente valorizado ni reconocido por la sociedad. Como pienso que el párrafo anterior desmotivó al lector varón, me dirijo a ti mi Querida Lectora Virtual, para decirte que las primeras filósofas de Grecia fueron: Aspasia, Teano, Perictione e Hipatia de Alejandría. En aquella época las mujeres vivían completamente discriminadas; esta segregación era avalada por la opinión pública que difundía Aristóteles sobre la inferioridad del sexo femenino. Cansada de la situación (los esclavos también se cansaron de su esclavitud, pero ese es otro tema), la astrónoma Aglaonice de Tesalia, autora de tratados y profesora de ciencias naturales, protagonizó una de las primeras rebeliones femeninas. Además en los siglos V y IV a.c. en Atenas tuvo lugar un pequeño movimiento de emancipación femenina, el cual quedó escrito en Medea, de Eurípides, y en La República, de Platón. Por el momento nos remitiremos a la filósofa Aspasia, quien formó parte de los círculos intelectuales y políticos, siendo una experta en retórica. Sus textos de ginecología y obstetricia fueron de gran importancia hasta el surgimiento de la obra de Trótula en el siglo XI. Se casó con el famoso ateniense orador y político Pericles, a quien le escribía los discursos, enseñándole también a hablar y desenvolverse en público. Fue maestra de Platón y Sócrates. Platón la menciona en sus Diálogos, pero quedó oculta por su condición, ya que la inteligencia no era apreciada como una virtud en la mujer. Como si fuera poco, fue procesada y juzgada por impiedad y libertinaje, pero gracias a la intervención de Pericles fue absuelta. Al morir su esposo a causa de una epidemia, Aspasia contrae nuevas nupcias y su rastro se pierde en la historia. Se le atribuyen los epitafios de Mexenen y Tucídides. Como se puede apreciar es una biografía corta, pues las propias mujeres tenían que forjarse las circunstancias para desarrollarse como sujetos individuales y, cuando tenían formado un pequeño espacio propio, eran acusadas de cualquier delito. Para la filósofa Teano la vida no fue muy diferente, el matrimonio con el filósofo y matemático Pitágoras le aseguró el acceso a estudios y conocimientos que le permitieron escribir tratados sobre los poliedros regulares (que tienen varias caras, ángulos poliedros) y una obra donde formuló teorías sobre la proporción. Además en “Sobre la Piedad” hace una profunda reflexión sobre los números de acuerdo a la concepción. Después de la muerte de Pitágoras dirige a la comunidad, a pesar de que la escuela estaba destruida a causa de una rebelión que existió contra el gobierno de Trotona. Con la ayuda de sus dos hijas difundió los conocimientos filosóficos y matemáticos por Grecia y Egipto. Desafortunadamente, nosotras, pequeñas mortales, aún no tenemos acceso a los contenidos de las obras mencionadas. Prometo que he buscado y buscado pero no he podido dar con el contenido, por el momento nos deberemos conformar con estas pequeñas pinceladas, hasta que un alma gentil y generosa nos permita entrar a las páginas de nuestras ancestrales amigas. De Perictioni, sólo se conserva un fragmento del libro titulado “Sobre la Sabiduría”, en el que habla sobre las ciencias. Debe ser interesante sumergirse por unos momentos en el pensamiento de estas mujeres, las cuales tenían un pensar puro, ingenuo, no contaminado como el que nosotras hoy en día poseemos. Pero el habitat en el que vivían no me atrae, demasiado frío y crueldad, volver a esa época sólo pasa por un acto romántico. Ahora leeremos la historia de una importante mujer, quien fue víctima de uno de los peores atentados contra la sophia (sabiduría). Hablo de Hipatia de Alejandría. Nacida en el año 370 d.C. en Alejandría, ciudad de Egipto, creció en el culto ambiente alejandrino, donde otras científicas como las alquimistas María “la hebrea” y Cleopatra habían dejado su marca. De la madre de Hipatia no se tienen antecedentes, así que esta anónima mujer estuvo casada con Teón de Alejandría, ilustre matemático y filósofo, fue maestro de Hipatia, convirtiéndola en una gran mujer de ciencia y filosofía, algo inusual para la época, ya que las mujeres estaban destinadas solamente al hogar. Teón tenía a cargo el museo, lugar dedicado a la investigación y enseñanza, esta institución había sido fundada por Tolomeo, emperador que sucedió a Alejandro Magno, fundador de la ciudad de Alejandría. El museo tenía más de cien profesores y alumnos que asistían periódicamente; Hipatia estudió aquí, y aunque viajó a Italia y Atenas para recibir cursos de filosofía, se formó como científica en el museo, permaneciendo en él hasta su cruel muerte. El historiador del siglo V, Sócrates Escolástico, se refiere a ella diciendo “la belleza, inteligencia y talento de esta gran mujer fueron legendarios, superó a su padre en todos los campos del saber, especialmente en la observación de los astros”. Enseñó e investigó durante veinte años matemáticas, geometría, astronomía, lógica, filosofía y mecánica. Fue oficialmente nombrada para explicar las doctrinas de Platón y Aristóteles, además enseñó geometría, astronomía y álgebra. Diseñó el astrolabio plano, que se usaba para medir la posición de las estrellas, planetas y sol. Escribió aproximadamente 44 libros e inventó aparatos como el idómetro, el destilador de agua y el planisferio. Estudiantes de Europa, Asia y África acudían a sus enseñanzas sobre la aritmética de Diofanto. Su casa se vio convertida en un auténtico centro intelectual. Dejemos que nuevamente Sócrates Escolástico la describa: “Consiguió un grado tal de cultura que superó con mucho a todos los filósofos contemporáneos. Heredera de la escuela neoplatónica de Plotinio, explicaba todas las ciencias filosóficas a quien lo deseara. Con este motivo, quien deseaba pensar filosóficamente iba desde cualquier lugar hasta donde ella se encontraba, pero a más de saber filosofía era también una incansable trabajadora de las ciencias matemáticas”. Fue heredera de un conocimiento que pocas veces se vio tan engrandecido, pero los cristianos identificaban este conocimiento con el paganismo, por lo que quemaron y destruyeron todos los templos y centros griegos, obligando a las personas a convertirse al cristianismo, y quien no se convertía era asesinado. Hipatia se negó varias veces a convertirse como también a renunciar al conocimiento griego, a la filosofía y a la ciencia. Fue en la cuaresma de marzo del año 415 que monjes encapuchados y vestidos de negro la sacaron de su carruaje y la arrastraron de los cabellos hasta dentro de una iglesia. Bajo el liderazgo de San Cirilo y su mano derecha Pedro el Lector, la desnudaron y allí frente al altar y el crucifijo le arrancaron la carne de sus huesos con pedazos de ostras afiladas. Después la despedazaron, arrojando finalmente el cuerpo mutilado a las llamas. De este cruel asesinato en nombre de dios, Sócrates Escolástico escribe: “Todos los hombres la reverenciaban y admiraban por la singular modestia de su mente. Por lo cual había gran rencor y envidia en su contra y porque conversaba a menudo con Orestes y se contaba entre sus familiares, la gente la acusó de ser la causa de que Orestes y el obispo no se habían hecho amigos. Para decirlo en pocas palabras, algunos atolondrados, impetuosos y violentos cuyo capitán y guía era Pedro, un lector de esa iglesia, vieron a esa mujer cuando regresaba a su casa desde algún lado, la arrancaron de su carruaje, la arrastraron a la iglesia llamada Cesárea, la dejaron totalmente desnuda, le tasajearon la piel y las carnes con caracoles afilados, hasta que el aliento dejó su cuerpo, descuartizan su cuerpo, llevan los pedazos a un lugar llamado Cinaron y los queman hasta convertirlos en cenizas”. Orestes informó del asesinato y solicitó a Roma que se iniciara una investigación, pero luego renunció a su puesto y huyó de Alejandría. La investigación se posponía por falta de testigos y más tarde San Cyrilo fue canonizado y elevado a la categoría de santo. Duele enterarse que por un afán de dominio y fanatismo religioso, mueran personas de gran inteligencia, que han aportado al desarrollo y evolución del pensamiento y de la ciencia. Con el asesinato de Hipatia en manos de los cristianos, se termina la enseñanza platónica en Alejandría y en todo el Imperio Romano, pero no mataron solamente a una persona, mataron a la primera matemática y filósofa mujer de la historia, y a la más notable intelectual de su época. Hipatia pagó con su vida el amor a la sabiduría y a las ciencias, al no someter sus principios a una fe que no respondía a sus ideales y conocimientos, además vivió en un mundo en el que las mujeres no podían hablar en las asambleas ni en los lugares de culto destinados exclusivamente a los hombres. Aun así trasgredió las normas para entregar su gran aporte a la sociedad. ** Silvia Rodríguez Bravo smrb@endesa.cl Poeta chilena. Reside en Talca. Ha publicado Entre la poesía y yo (1993), Versóvulos (1998) y Profeta de Bares (2002). Participa activamente en un grupo de poetas de su ciudad. === El estado (aburrido) actual de cierta “filosofía” ===================== === Fernando Buen Abad Domínguez ========================================== “Cuando se lee a los filósofos burgueses de los últimos cien años, es difícil decidir qué es peor: la aridez del contenido o la manera intolerablemente pretenciosa con la que se expresan. El contenido es vano y trivial, tan superficial como un crucigrama, aún así, hacen los más amplios aspavientos, pavoneándose y ridiculizando el pensamiento de los grandes filósofos del pasado, con la más pasmosa insolencia”. Alan Woods. ¿Qué es la filosofía?: La filosofía (1) es un trabajo (también) Todos saben que la Filosofía es un amor (2). Pero ¿de qué clase (3)? ¡Cuidado! hay “amores que matan”. Pocas cosas son más sabrosas, divertidas y (a veces) movilizadoras como echarse, frecuentemente, con amigos o no tanto, una buena filosofada. Acaso en las sobremesas o las asambleas, mientras se viaja, antes de dormir, en una cantina, en un café... Filosofar al fragor de las relaciones sociales para entender, para entenderse, para explicar y explicarse, para avanzar, para interrogar y especialmente para inaugurar pensamientos, para organizarnos mejor, para mejorar los debates, abrir brechas, para recuperar nuestro desarrollo, para pegar saltos cualitativos y tomar (ganar) conciencia. Y, ojalá, para entrar en acción. Y aunque hay quienes hablan de “muchas filosofías”, acaso sólo se trate de ese filosofar practicado por la humanidad bajo acechanzas y expresiones múltiples de época, clase social y conflicto humano... con extensión, profundidad e intereses diversos y, no pocas veces, en conflicto; un filosofar cambiante siempre con muchas derivaciones que, no todas y no siempre, ayudan a salir del bache. Señoras y señores, Filosofar además de ser, a veces, motor de para la acción, implica elegir, también. Elegir es una forma activa de filosofar. Actuar, bien puede ser, expresión concreta de lo filosofado. Buen lío. 13 recomendaciones (provisionales y temerarias) para filosofar a estas horas 1. Eludir toda solución extraterrestre. 2. Eludir toda filosofía deprimente. Eludir toda idea que nos defina como “inútiles”, “solitarios”, “incapaces”, “malos” o “explotadores” por “naturaleza”. Eludir todo “empirismo a-crítico”. 3. Eludir toda exageración de los “poderes” humanos y toda atribución de “poderes” a cualquier objeto, natural o artificial. Combatir el “misticismo lógico”. 4. Asegurarse de que la lengua esté conectada con el pensamiento y con el corazón, sin individualismos. 5. Asegurarse de que el pensamiento sirva para construir caminos para todos. 6. Asegurarse de que lo filosofado nunca será definitivo, que siempre será mejorable y que eso sale mejor en colectivo. 7. Asegurarse de que debatir no es lo mismo que pelear. 8. Asegurarse de que uno siempre filosofa para organizarse mejor y no para desorganizarse, por lo tanto eludir todo lo que desorganiza. 9. Asegurarse de que lo filosofado no esconda, niegue, sepulte ni ayude a negar, sepultar o esconder el filosofar de otros. De lo que se trata es de mejorarlos. 10. Asegurase de filosofar sin rendir pleitesía a dogmas, sectas ni burocracias. 11. Asegurarse de filosofar para cambiar al mundo, no para hermosearlo, no para contemplarlo. 12. Combatir toda propiedad privada del pensamiento. Filosofar con sentido del humor. 13. Asegurarse un filosofar que nos lleve a la acción, a la acción revolucionaria. Filosofar es muy importante pero más importante es filosofar correctamente. No creamos que el mundo cambiará sólo porque nos guste filosofar (producir filosofía), hace falta más que eso: hace falta que ese filosofar tenga base y búsqueda de la verdad, que ese filosofar incluya ideas movilizadoras, que no nos detenga y que sí, a cambio, nos dé fuerzas para pensar, con otros, qué medios y modos nos hacen falta para organizarnos y superar lo que nos oprime, aliena, explota y amarga la existencia (4). Por sí sola ninguna “filosofía” cambiará al mundo. Es necesario darle vida y que tenga vida bajo la energía misma de la energía colectiva. Y es tan importante esto de filosofar correctamente porque tiene que ver con nuestros pensamientos y nuestras conductas, porque tiene que ver con qué ideales y que realidades, incluso confrontadas, nos impulsan a la acción organizada, profunda y permanente. “Filosofar” no es cosa reservada a genios o a especialistas, todos filosofamos aunque no nos demos cuenta... el chiste es, insistamos, filosofar para la acción, no para el miedo, no para la soledad, no para silencio... filosofar para la transformación (no mesiánica) del mundo y si entre todos. Uno bien puede construir su filosofar sin sectarismos, sin burocracias y sin “académicos” aburridos. Suele ser que eso que muchos académicos llaman “filosofía” es en realidad su teoría (o debate) sobre o contra alguien o sobre la filosofía de otros... también suele ser que se hace pasar por “filosofía” cierto oficio de historiador del pensamiento y no faltan los taxidermistas de las ideas, los etiquetadores y los enciclopedistas ilustrados... vaya uno a saber. Pero lo que en realidad necesitamos, es decir, la parte sabrosa que uno aprecia y goza del filosofar, está en otra parte y esa parte bien pueden ser las fábricas, los campos, las calles... donde ocurre la vida real, concreta, donde se la estudia y se la vive al mismo tiempo. Filosofía con sentido del humor y sentido del amor para algo tangible y útil, por ejemplo, hacernos conscientes de los problemas y solidarios con las soluciones. Filosofar pues, para entender e intervenir en el ascenso individual y colectivo de la humanidad, para que se pertenezca a sí, que trabaje para sí, que estudie y produzca tecnología, vivienda, educación, salud, artes... poesía para sí. Sin amos, sin explotación, sin alienación. Nos hace falta mucho filosofar en ascenso, creativo, lúdico y comprometido en manos de los actores del cambio histórico más hondo... de la revolución permanente. Sin pedirle permiso a ninguna academia y sin pedirle permiso a ninguna “vaca sagrada”. Filosofía con método crítico, autocrítico, incluyente y revolucionario, que cambie la vida y que transforme al mundo. Sabroso. ¿No? Filosofar no debe servirnos sólo para explicar o contemplar “¿No es el primer deber del que busca la verdad dirigirse directamente a la verdad sin mirar a diestra o siniestra?”. Marx. Es que es imposible comprender cualquier cosa sin ideas y método filosófico dinámico que nos aproxime sucesiva y permanentemente a la vida, a la naturaleza, al universo, a la materia... a lo que compartimos con millones de seres humanos con expresiones a veces contradictorias, a veces odiosas y otras veces asombrosas. Filosofar sobre el movimiento incesante y magnífico del macro-universo y el micro-universo. La filosofía es también trabajo para el pensamiento, de la razón, según ciertos principios (y fines) generales, con la obligación de interrogar tales principios y a qué necesidades e intereses concretos responden. “La naturaleza existe independientemente de toda filosofía; es la base sobre la que crecieron y se desarrollaron los hombres, que son también, de suyo, productos naturales; fuera de la naturaleza y de los hombres, no existe nada, y los seres superiores que nuestra imaginación religiosa ha forjado no son más que otros tantos reflejos fantásticos de nuestro propio ser”. F. Engels. Hay quienes creen que no requieren de filosofar para vivir, que pueden ir por la vida sin una filosofía con que tramitar su con¬cepción del mundo, pero la práctica demuestra lo contrario. La humanidad filosofa incluso sin conciencia de hacerlo. Suele imperar el “sen¬tido común”, que no es otra cosa que el sentido de la ideología dominante. Las ideas dominantes son las de la clase dominante. Y tal dominación de la clase dominante se sirve de cuanto recurso se ponga a modo para expandir y afianzar sus valores de clase... especialmente contra la clase trabajadora que es su antagónico principal y es la clase llamada a producir su autosuperación dialéctica tan pronto logre ser dueña de su fuerza y consciente de su capacidad transformadora del mundo. Pero los filósofos son también personas que habitan el mundo al igual que todos, que reciben las ideas, filosofías, políticas y prejuicios dominantes, y que tienen ente ellos responsabilidades concretas, como todos nosotros. Incluso por razones económicas no despreciables. ¿Y qué deciden hacer ante las calamidades, las ideas hegemónicas y la barbarie imperante? ¿Se avergüenzan, los acongoja la degradación humana, se disponen a luchar contra la opresión en todas sus formas? No siempre y no muchos. Es imposible conquistar formas mejores de organización humana plena, digna, sin alienación, sin explotación... si carecemos de ideas justas y consensuadas en beneficio de todos. Es imposible intentar mejorías o cambios profundos en nuestras vidas, colectivas y particulares, mejorías en un mundo más exigente a cada minuto, sin un conjunto de conocimientos e ideas ordenados que nos ayuden a reconocer qué hacemos bien, qué hacemos mal, qué urge corregir y qué urge conservar. Incluso, sin filosofar, es imposible reconocer qué ideas equivocadas conviene cambiar, cómo saber qué tan equivocadas son, en qué partes sí y dónde no y con qué ideas nuevas hemos de sustituir las que ya no corresponden a nuestro modo de ser y pensar actual. Es imposible vivir sin filosofar, es imposible filosofar siempre de la misma manera y es indispensable mantener nuestra producción filosófica vigorosa y creativa. Filosofar debe servirnos como una ciencia para transformar el mundo, en el sentido de la tesis XI de Marx. Debería ser una práctica cotidiana del pensar y el hacer libres. Filosofar debería servirnos (sin utilitarismos) para poner (proponer) orden, crear orden nuevo consensuado... incluso para organizarse (ordenarse), para terminar con el conjunto de los atrasos y las calamidades históricas más odiosas. Filosofar debería servirnos para crear proyectos de vida nueva, mejor, con justicia, respeto a las diferencias y poesía en la vida práctica. Filosofar como trabajo científico “El poder de la ciencia reside en su capacidad de generalizar a partir de observaciones y hacer predicciones, su capacidad de desarrollar la teoría estudiando los procesos en funcionamiento y después utilizar esa teoría como una guía para la acción” (5). Uno puede filosofar de maneras muy diversas y según el método que elige. Uno a veces elige y no sabe qué eligió, elige por imitación, por inducción o por asimilación. Unas veces elegimos conscientemente y otras no. Hay generaciones enteras de “filósofos” que recorren el mundo sin saber que hay opciones, ideas distintas, pensamientos divergentes y en debate. Hay también filósofos que no encuentran empleo para su “ciencia” y andan errantes sometidos a los jaloneos del mercado (6). Hay quienes filosofan por hobby, los hay que filosofan por curiosidad, también hay quienes filosofan con disciplina y compromiso esporádicamente... y, desde luego, hay quienes filosofan como militancia ejemplar a la que entregan lo mejor de sí, su talento íntegro y la vida misma. Y no piden licencia para pensar y actuar, con la filosofía y para la filosofía. No necesariamente están en las escuelas o las universidades y se impulsan con la fuerza de la verdad para cambiar al mundo. Hacen de la filosofía una herramienta de lucha diaria. Esos son los indispensables. En contraste, hay “filósofos” que se encargan de callar o esconder el pensamiento, las diferencias y las controversias. Hay “filósofos” que de plano niegan todo menos lo suyo. Las universidades suelen estar infestadas por especímenes de esos y hay, como en todo, excepciones de honra. Pero en las “alma mater” también hay grandes trabajadores de la filosofía. Estudiosos permanentes que enseñan y aprenden los medios y los modos de producir pensamientos que, bajo cierto orden y sistema, son búsqueda apasionada de la verdad. Trabajadores de la filosofía que, a como pueden, se agencian libros, artículos, revistas... acuden a reuniones, congresos y debates para actualizase y superar conocimientos y acciones, propias o ajenas. Trabajadores que se empeñan en producir filosofía, profunda y ancha, al alcance de todos y para que la usen todos. Hay trabajadores de la filosofía que por su calidad humana y su militancia en la teoría y la práctica son verdaderos revolucionarios necesarios en el filosofar contemporáneo. Y justamente en ellos se descarga, con frecuencia perversa, la ira de los burócratas, los sectarios y los “académicos” de la filosofía. Que los hay, los hay... y muchos. Andan amos y dueños de oficinas, secretarias, teléfonos y expedientes... andan a vuelo raso entre favores y/o entre sábanas con sus séquitos de lacayos trepadores, en jauría de presupuestos, a la caza de becas o cargos. Andan agachaditos y silenciosos tras las togas de los “patrones” en espera de un sueldito, de un punto, una publicación o una cita en el libro de alguien, a como dé lugar y a cualquier costo. Mercenarios de las cátedras que ensalivan con erudición circense los atrios y los ábsides donde colocan sus palabras fetiche, su logos tomista, kantiano... inmaculado y transustanciado. No pocos estudiantes de filosofía, y no pocos profesores, son victimados (contra su voluntad) bajo modalidades de extorsión y chantaje muy refinados y “civilizados”: Trabajan gratis. Y es preciso aclarar que es contra su voluntad porque, inaceptablemente, hay quienes se inmolan con placer masoquista de genero cuasi inexpugnable. En el mejor de los casos quienes no son bendecidos por alguna mano celestial desde los cargos dirigentes más altos, están condenados a un sistema de besamanos piramidal y escarpado, por unos cuantos pesos, y de donde se puede resbalar y caer al primer intento de rebeldía. Mandan las “vacas sagradas” y sus mugidos son palabra inequívoca. Es una historia que se repite por todas partes. Vendrá el día en que esos trabajadores de la filosofía, sometidos a extorsiones y miserias sin fin, tomarán la voz y gritarán verdades calladas larga y amargamente. Por ahora muchos sufren, también, el castigo de la falta de conciencia sobre su propia fuerza, como trabajadores, y la no poca desconfianza que genera su desorganización, también. ¿Tendrán conciencia de su grado de alienación? ¿Eligieron esto? Trabajadores de la filosofía con la vida hecha añicos bajo el martillo de las contradicciones más odiosas. Trabajadores victimados por el manoseo de sus necesidades más elementales. Sometidos a sobredosis de humillación que envenena cada día las fuerzas y las esperanzas. Gota a gota. Como si una fiebre negra avanzara contra los días que nos quedan por vivir y nosotros nada pudiéramos hacer mientras soportamos el secuestro de la alegría, el secuestro de las libertades más urgentes y el secuestro del pensamiento todo. Basta con recorrer los pasillos de algunas universidades públicas o privadas, mirar los apuntes, los pizarrones y las bibliotecas, para obtener el santoral teórico y las formas de inquisición académica. Basta con ver los rostros y los resultados. Basta con mirar los coches y los excusados. Basta con mirar las nóminas y las encíclicas. Los trabajadores de la filosofía con coberturas médicas mínimas, viviendas precarias, rentas altas, comen mal, apenas pagan el teléfono, la luz, el gas, la escuela de los hijos... un librito cada tanto y listo. Los meses se alargan y se acortan al ritmo de las deudas. Heidegger no sirve a la hora de comprar leche o pan. Tampoco el “círculo de Viena”, ni el “giro lingüístico”, las teorías no se mezclan con la realidad y luchar por lo mínimo indispensable, luchar como trabajadores por la dignidad del trabajador de la filosofía “está mal visto”, “queda mal”... desluce el affaire filosófico, el aura mística del saber en sus formas lógicas más puras, tan puras que de tan puras se hacen etéreas y alcanzan al ser absoluto en una imaginería plena de malabares y equilibrismos silogísticos frecuentemente inútiles, oscuros, odiosos e inexpugnables. Y hay que tragárselos para pasar los exámenes... para cobrar los sueldos. Vaya si hay filósofos amargados. Nada está perdido. Casi imperceptiblemente andan, poco a poco, acarreándose las fuerzas necesarias para juntarlas en el punto enigmático y agraciado donde lo cuantitativo pega un salto y se cambia todo (7). Muchos profesores y estudiantes de filosofía trabajadores en sus sentidos mejores, del pensamiento y la acción, van y vienen convencidos de que ya se acerca la hora. Hay datos concretos, movilizaciones, acuerdos y conquistas concretas. Unas más secretas que las demás, pero todas a tiempo con la hora de la hora... o sea la hora de los grandes cambios. Y no andan estos camaradas desnudos de ideas. Andan con sus propuestas y sus debates resistiendo y expandiendo tácticas y estrategias para que, más temprano que tarde, sin esperar a que les den permiso, los trabadores de todo el mundo se unan, como se debe, de una vez por todas. Bajo la filosofía de todos, la unidad de todos los explotados (8), la huelga general, por ejemplo. “La vida enseña”. “La idea del desarrollo, de la evolución, ha penetrado actualmente casi en su integri¬dad en la conciencia social, pero no a través de la filosofía de Hegel, sino por otros caminos. Sin embargo, esta idea, tal como la formularon Marx y Engels, arrancando de Hegel, es mucho más vasta, más rica de contenido que la teoría de la evolución al uso. Es un desarrollo que parece repetir las etapas ya recorridas, pero de otro modo, sobre una base más alta (la ‘negación de la negación’); un desarrollo que no dis¬curre en línea recta, sino en espiral, por decirlo así; un desarrollo a saltos, a través de catástrofes y de revoluciones, que son otras tantas ‘interrupciones en el proceso gradual’, otras tantas transformaciones de la cantidad en calidad; impulsos internos del desarrollo originados por la contradicción, por el choque de las diversas fuerzas y tendencias que actúan sobre un determinado cuerpo o en los límites de un fenóme¬no en concreto, o en el seno de una sociedad dada; interdependencia e íntima e inse¬parable concatenación de todos los aspectos de cada fenómeno (con la particulari¬dad de que la historia pone constantemente de manifiesto aspectos nuevos), conca¬tenación que ofrece un proceso único y mundial del movimiento, con sus leyes; tales son algunos rasgos de la dialéctica, doctrina del desarrollo mucho más compleja y rica que la teoría corriente”. Lenin, Carlos Marx. Por cierto, uno puede imaginar qué sería de este mundo si las “categorías” más valiosas del pensamiento, es decir, si los conceptos y generalizaciones más valiosas de la humanidad, fuesen enseñadas en las escuelas y las universidades, por ejemplo: el respeto a la dignidad humana a toda costa, la solidaridad para luchar contra toda alienación, la abolición de la propiedad privada, el castigo a toda explotación y usura... si esos fuesen los valores dominantes con que miles de profesores en todas las escuelas y desde los primeros años, acompañaran sus enseñanzas matemáticas, cívicas, sociales, biológicas... la cosa pintaría muy diferente. Un puede imaginar así la importancia de la filosofía en las aulas diariamente. Es un ejemplo simple pero es un ejemplo. ¿Consumatum est (9)? ¿Ha muerto la filosofía? ¿Cómo murió, de qué murió..? ¿La mató alguien? Unos dicen que murió, otros dicen que no (10). Aunque hay quienes disfrutan fabricando calumnias y tergiversaciones contra la filosofía y hay enterradores oficiales del pensamiento, es importante mantener presente que la filosofía “debe ser hecha por todos”. ¿Acaso este es el fin de la historia, su finalidad? ¿Acaso este era el fin programado? ¿El nacimiento del “pensamiento único”... bajo el manto del “Consenso de Washington”? ¿El pensamiento único como mortaja de la filosofía? Decretar la muerte de la filosofía implica decretar la inutilidad del pensamiento. Pero, nadie se confunda, las tendencias generales del capitalismo reflejan sus ideas reaccionarias en todo lo que tocan. Por eso se expresan en la ciencia y en las teorías reaccionarias de cualquier índole. La ideología burguesa atraviesa una crisis cuya derivación general avanza hacia el idealismo, el misticismo y la superstición cada día más cincos (11). ¿No será esta la hora de que nos organicemos para combatir semejante tendencia y desfachatez? Pero esta vez la filosofía burguesa en su crisis necesita devaluar el pensamiento y suponer que con eso suprime de sus funciones e intuiciones más rebeldes. ¿Para qué pensar? si ya está todo dicho, si está todo resuelto... pensará el burgués. ¿Para qué pensar? si esto “es lo que siempre quisimos”, si esta realidad que nos rodea es “lo mejor que se puede querer y alcanzar”. ¿Para qué pensar? si tenemos las guerras rentables, muerte de millones de personas, destrucción paulatina de las fuerzas productivas y devastación de civilización misma. Si tenemos el fascismo actualizado en la Casa Blanca, los campos de concentración en aviones y galpones clandestinos por todo el mundo. ¿Para qué pensar? si tenemos los mass media, las baratijas de la farándula globalizada, la paz universal de los sepulcros, la tortura y el saqueo pertinaz de materias primas y mano de obra explotada hasta la ignominia. ¿En qué hay que pensar? Si todo se ha logrado. Las fuerzas productivas estancadas, el campo está arruinado hay pobreza y desempleo. ¿Para qué pensar? ¿Para quién? Si una economía planificada de tipo socialista puede movilizar las fuerzas productivas de todo el mundo, es decir, las fuerzas productivas de las ideas y los actos para trabajar en tierra fértil, industria, ciencia y tecnología con potencial creativo para transformar la sociedad. ¡Mejor ni pensarlo! Pensaron, y piensan, los filósofos burgueses que para eso les pagan y muy bien. Y habrá que luchar contra sus ideas y contra ellos (12)... por cierto, filosofar también implica lucha. La lucha de clases y la lucha de las ideas. La filosofía que no queremos “En los años recientes, la crisis de la ideología burguesa se ha expresado entre otras cosas, por un desplazamiento general hacia el idealismo, el misticismo y la superstición” (13). Allan Woods. No sabemos cómo debe ser, milimétricamente, la filosofía en el futuro, pero sí sabemos que es inexcusable primero destruir, superar al capitalismo, de inmediato, para eso es necesario un filosofar actualizado que nos asombre y movilice para siempre. Por cierto, sabemos cómo no queremos que sea la filosofía. Por ejemplo: No queremos un filosofar exclusivo de recintos para iluminados (o ilustrados déspotas) empeñados en ostentar la propiedad privada del conocimiento, sus instituciones y financiamientos. No queremos un filosofar como escapatoria ni como flagelo. No queremos filósofos explotados, aislados en mazmorras académicas o en sepulturas de silencio forzado. No queremos filosofar en la explotación, la miseria y la muerte para siempre. Resignados y mansos. No queremos filosofías simplistas ni palabrería de ocasión. No queremos gurus, santurrones ni medicuchos de almas. No queremos verdades sublimes iluminadas con el fulgor de una lógica prístina y bajo los efluvios de la contemplación mística que hermosea al capitalismo con “enciclopedias de la inutilidad”. No queremos más circos de silogismos acróbatas. No más esnobismo de palabrería autocomplaciente. No más filósofos “asesores” de señores ministros, señores presidentes, señores gerentes... no más fauna servil dadora de ideas para maquillar el saqueo y la barbarie. No más “investigaciones” y “tesis” complacientes o por encargo para lisonjear amigos y enemigos bajo promesa de canonjías y prebendas. No más conferencias para llenar las nóminas y santiguar al jefe. No más congresos para el torneo degenerado de los halagos, el tráfico de influencias, el gasto frívolo, el turismo sexual y las cornamentas. No más coloquios, encuentros, simposio... para la vanidad de los enanos con “publicaciones” incontables en el circo de salivas que serán suministradas a estudiantes rehenes de burócratas. No más filósofos pastores de almas, empeñados en conducir rebaños a la tumba rentable de sus templos. No más sacrifico de inocentes en las hogueras del fanatismo posmoderno que levanta catedrales de ipsofacto según las temperaturas políticas de la zona. Y salen en la tele. No más filosofía de auto ayuda, no más redentores a salivazos. No más pornografía eclesiástica con remates transterrenales. No más filosofías de hippies tardíos. No más filosofías de rebeldes renegados. No más moralina de insurrectos arrepentidos. No queremos filósofos de la resignación, la mansedumbre y el servilismo. Ni en las aulas ni en las calles. No queremos más filosofía sin “efecto mariposa”. Como lo entendemos nosotros. No queremos más filosofía decorativa, libresca y sectaria. No queremos más filósofos inútiles profesionales de la amargura y la frustración. No queremos más filósofos apologistas de sí con un sentido de autopromoción descontrolado. No queremos más filósofos de la memoria y de diccionario especializado. No queremos más filósofos del streap tease existencialista en la aulas. No queremos más filósofos de la desorganización y del derrotismo. No más filósofos posmodernos, neoliberales y neo lebreles. No más filósofos costumbristas o conservadores acostumbrados sólo a conservar sus sueldos. No más filósofos ensalivando papeles de burócrata en palestras de vanidades serviles. No más filósofos de espaldas a las luchas sociales y a los movimientos revolucionarios desde abajo. No más filósofos de espaldas a los estudiantes, a los campesinos y a los obreros. No más filósofos de espaldas a las mejores luchas revolucionarias de sus pares. No más de lo mismo. El objeto del deseo “La humanidad saltará del reino de la necesidad al reino de la libertad”. F. Engels. La verdad que apasionadamente ha de buscar la filosofía no es una colección de tesis dogmáticas fijas que, una vez encontradas, sólo haya que aprenderse de memoria. El proceso mismo del conocer, por sí no tiene sentido sin un compromiso absoluto con la verdad y hacia la transformación definitiva de la sociedad. Insistamos si es preciso. De nada sirve filosofar si se pretende encontrar una verdad absoluta, un punto en que ya no permita avanzar, un punto que frene el desarrollo. De nada sirven las ideas que nos hacen cruzar los brazos para contemplar la verdad absoluta. La filosofía no puede tener ni admitir una final, un punto de llegada definitivo: la perfección. La filosofía que requerimos ha de ser obra de un proceso de fases transitorias en desarrollo infinito como es el desarrollo de la sociedad humana, desde lo inferior a lo superior. Proceso que cumpla con todas las fases necesarias que la engendren y caduquen hasta alcanzar condiciones nuevas y superiores. “Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relacio¬nes de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propo¬ne siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las co¬sas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan, o por lo menos se están gestando las condiciones materiales para su realización” . Marx, prefacio de la Contribución a la Critica de la Economía Política. Necesitamos una filosofía con bases firmes donde pararnos sin sentirnos carne de cañón ni ratas de laboratorio, una filosofía sin dogmas prefabricados... sin conclusiones prefabricadas. Una filosofía que nos ayude a pensar con libertad el mundo que nos rodea y el mundo que quisiéramos a cambio. Una filosofía que nos ayude a mejorar nuestras ideas y nuestras acciones, una filosofía de la praxis para el espíritu y para la panza, para la humanidad toda, para recuperar su desarrollo todos y entre todos... sería bueno. ¿No? Necesitamos una filosofía que poco a poco ceda el paso a fases más altas permanentemente gracias a la dialéctica misma que atraviesa todo. La burguesía, los Estados absolutos congruentes con ella. Esta filosofía que invocamos no admite lo “definitivo, absoluto, consagrado; en todo pone de relieve lo que tiene de perecedero, y no deja en pie más que el proceso ininterrumpido del devenir y del perecer, un ascenso sin fin de lo inferior a lo superior, cuyo mero reflejo en el cerebro pensante es esta misma filosofía. Cierto es que tiene también un lado conservador, en cuanto que reconoce la legitimidad de determinadas fases sociales y de conocimiento, para su época y bajo sus circunstancias; pero nada más. El conservadurismo de este modo de concebir es relativo; su carácter revolucionario es absoluto, es lo único absoluto que deja en pie”. La filosofía que invocamos es una filosofía de la praxis, de la acción. “En los años recientes, la crisis de la ideología burguesa se ha expresado, entre otras cosas, por un desplazamiento general hacia el idealismo, el misticismo y la superstición”. Allan Woods. Todo problema laboral de los filósofos es un problema político y un problema filosófico (también) No aceptaremos por filosofía eso enmarañado, oscuro e inaccesible que algunos exhiben como presa de sectas. La filosofía es un trabajo determinado por las mismas condiciones generales y alienantes que determinan el estado actual del trabajo. La producción filosófica es cara e inabordable con el salario común de un investigador o un docente. Los filósofos han de reconocerse como trabajadores científicos sometidos a reglas de alienación, abuso y explotación. Las mismas reglas que someten mundialmente a los trabajadores para que la riqueza que producen sea ajena y sirva para esclavizarlos más. Los filósofos no son inmunes a la miseria, también son victimados por el capitalismo y sometidos al manoseo indecente de sus necesidades más elementales. Los filósofos son trabajadores que también producen y piensan de una manera determinada por su realidad de clase. Es relativamente falso que no exista, en Latinoamérica, una “política” en materia de filosofía porque existe una política de exclusión y desigualdad. A eso se debe la disminución de los salarios y de los recursos reales destinados a investigación y desarrollo. A eso se debe el deterioro de las condiciones generales para el desempeño del trabajo filosófico. Los filósofos complacientes tienen de todo. No es que haya falta de ideas para la investigación filosófica en temas medulares de las sociedades y los individuos, lo que hay es una administración degenerada que dilapida los recursos que son escasos y al mismo tiempo malversados. Ejemplos hay y muy claros en la adjudicación de becas y proyectos, el recorte selectivo de las asignaciones para investigación y el retraso irritante para su cobro. La burocracia se ha adueñado de todo y el campo de la filosofía no es una excepción. Nada en materia de producción y desarrollo filosófico en México puede ser analizado al margen del contexto mundial: está detenido el desarrollo de las fuerzas productivas desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Hace 60 años la investigación filosófica vive, agudizada, la contradicción de tener que producir ciencia filosófica (es decir, entre otras cosas, solución de problemas) en un sistema económico, que no sólo no invierte para el desarrollo digno de todos sino que sus gastos mayores son gastos para la destrucción de sus fuerzas más valiosas: la naturaleza y el trabajo. En términos generales la investigación filosófica sufre las mismas calamidades mundiales impuestas por las privatizaciones indiscriminadas y la monopolización (14) globalizada (15). Al rezago en materia de investigación filosófica, que se verifica en países centrales tanto como en países coloniales o semicoloniales, se agrega el imperio odioso de los sectarismos burocráticos, los clientelismos y los sistemas de premio-castigo según los intereses que halaguen u ofendan a quien autoriza presupuestos. La investigación filosófica vive desde finales de la Segunda Guerra Mundial una crisis ética, económica y política basada en la infiltración ideológica del capitalismo en los espacios morales más sensibles, la danza de los millones para crear un espejismo de desarrollo que destruye el trabajo, que crea servidumbre al imperio bélico (16) y la ilusión de la humanidad alcanzará, una parte de ella, una mejor calidad de vida expresada, no exclusivamente, en su duración. Investigar en filosofía es un trabajo caro que exige muchos recursos. Cada vez son menos los investigadores que, por su cuenta, pueden abordar un objeto de estudio y dedicarle tiempo y fondos suficientes para encontrar descripciones, hipótesis y tesis pertinentes al Estado y sentido de sus búsquedas. Y problemas no faltan. Y cada día son menos porque hay un “mercado” de la investigación que crece e impone reglas de adaptación permanente al más fuerte. Proliferan las sectas que imponen proyectos de investigación complacientes, mediocres y empirocriticistas. Fabrican “investigaciones” ad hoc, con mano de obra acrítica y barata. Con excepciones relativas. Bajo regímenes “legales” diversos, se modelan, con impunidad casi total, estrategias de baja intensidad para sacar de circulación ideas y teorías incómodas, movimientos y denuncias peligrosas y especialmente vinculaciones de la filosofía con la transformación efectiva de las calamidades sociales. No se estudia cómo crear y enriquecer la tarea de la crítica. No se estudia el cuadro completo de las catástrofes socioculturales producidas por la devastación de la naturaleza y los seres humanos. Sí se financian proyectos de investigación atomistas, relativistas, utilitaristas, solipsistas... que sirven para ganar apoyo político en burocracias y empresas de turno o moda, donde participan los fundamentalismos, las teorías neo-religiosas (17), el tráfico de influencias, la seducción de estudiantes para la prostitución laboral en un mercadeo de cerebros, inteligencias y creatividades... mientras, en no pocas bibliotecas, persiste la desaparición de autores , secuestrados para siempre en las mazmorras de la censura más reaccionaria. ¿Quién audita? Más de un episodio bochornoso exhibe sin pudor el estado de la miseria filosófica, aunque algunos investigadores obtengan menciones y títulos brillantes. Algunas universidades y no pocos grupos empresariales premian con cargos a los más dóciles y reprimen las luchas más avanzadas de los trabajadores de la investigación filosófica dispuestos a transformar el mundo. No debería ser necesario recordar que la filosofía es una reserva extraordinaria de conocimientos acumulados por la humanidad. Y que es indecente ocultar, tergiversar o perseguir esos conocimientos para beneficio privado de quien posee fábricas o universidades. Tenemos que reconocer el hecho de que los intereses de clase han introducido falsificaciones especialmente en las ciencias sociales y las “humanidades”. Y no se quedan afuera las “ciencias duras”. Frenan el desarrollo del pensamiento libre, imponen “escuelas” a cada paso, vulgares y contradictorias, cuyo fin no excluye imponer un “pensamiento único” ciego y sordo. El mercado de la investigación filosófica se transformó en un medio para oprimir conciencias. Canceló la formación de personas independientes. La ideología dominante es la ideología de la clase dominante incluso en las universidades o centros de investigación donde extiende sus tentáculos paradigmáticos: valores y representaciones, objetos, hábitos de consumo, ademanes y modales, sentido común, indumentarias y giros léxicos, fetichismos... Se trata de operaciones basadas en la degeneración de muchas organizaciones científicas o universitarias, que cancelan toda vinculación con los intereses y las necesidades elementales de las sociedades como si fuese pensable invocar a la ciencia sin participar de las mejores luchas sociales. Es cierto que existen casos honrosos por excepcionales. La poca, excepcional y escasa investigación y producción filosófica en países colonizados o semicoloniales posee márgenes de maniobra sepultados (y sepultables) bajo el peso de la indiferencia cuando no de la competencia. La investigación filosófica es un trabajo altamente especializado y de prioridad estratégica que define incluso el ser mismo de la sociedad. Quien produce investigación filosófica desempeña un trabajo determinado, no siempre favorablemente, por un conjunto de factores, propios y ajenos, inseparables de los paradigmas políticos, económicos, culturales predominantes en cada época. El trabajo del investigador en filosofía no sólo no está al margen de la realidad concreta que lo envuelve y define sino que está en tensión crítica con ella y con todos los factores generales o particulares de la alienación que aquejan históricamente al trabajo humano. Consideramos que la investigación filosófica debe ejercer fundamentalmente: 1. Libertad relativa y determinada por la problemática mundial y local. 2. Crítica dialéctica, concreta y plural. 3. Integralidad pluridisciplinaria. 4. Diversidad igualitaria. 5. Intervención co-responsable y transformadora. Hay que poner sobre la mesa todos los elementos para analizar qué pasa con la filosofía hoy, con la docencia y la investigación, ante esa pauta mercantil que se ha interpuesto quehacer teórico práctico del filósofo. Hay que interrogar todo: la dignidad de la disciplina y el derecho a su autonomía relativa ante las crisis sociales. Hay que poner bajo la lupa de la crítica la idea de que la filosofía debe “modernizarse” para “responder” mejor a los “retos y desafíos” que le plantea la “sociedad del conocimiento”. Es decir la sociedad de mercado. Filosofía para la competitividad económica en el mercado que trata de subordinarlo todo al éxito del pensamiento único. La filosofía tiene un lugar histórico y contradictorio en la sociedad. Representa, no cabe duda, uno de los componentes necesarios para componer el tipo de sociedad y verdad colectiva que domina en un tiempo concreto. La filosofía no es sede del conocimiento por antonomasia sino un modo de producción de ideas sistematizadas para alcanzar la “verdad” en colectivo. Pero la historia de la filosofía demuestra que el pensamiento humano se encuentra dividido por convicciones contrapuestas en relación directa con la contraposición de clases sociales y que el pensamiento no puede ser indiferente a este hecho. He aquí que contamos con el materialismo dialéctico El materialismo dialéctico es la filosofía del presente y del futuro. He aquí un método para filosofar y para intervenir prácticamente, o sea en acción consciente, en la naturaleza, la sociedad y el desarrollo humano: el materialismo dialéctico. Método para filosofar activamente sobre las leyes del movimiento más generales en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano. Ideas científicas bajo un método revolucionario de transformación de la realidad que posibilita el análisis y la reflexión sobre los hechos más diversos y sobre los acontecimientos relacionados con la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano. El materialismo dialéctico como herramienta para un filosofar, sabroso y movilizador, aparece en la actualidad como un método perfectible por exigencia propia que, además de facilitarnos el trabajo de entender crítica y coherentemente el pasado, permite comprender el presente a escala mundial y además, esto es una de sus fuerzas más poderosas, permite elaborar pronósticos críticos, adelantar hipótesis sobre el futuro sin determinismos, sin fatalismos. Es una herramienta magnífica para poner en claro cuánto depende el futuro de nuestra capacidad de acción organizada y revolucionaria. Como ningún otro método. Contamos con el materialismo dialéctico como praxis, que en sí comporta la exigencia de su propia crítica y desarrollo, que implica también, elección crítica de método, praxis y desarrollo del método. No es un método cerrado, no es un método intocable y esa es una de sus riquezas y rigores. Es en el “campo” de la filosofía donde se concitan los nervios teórico-metodológicos de muchas ciencias o disciplinas que no le temen al “rigor” científico, que entienden por “rigor” la búsqueda infatigable y colectiva de la verdad, que no acepta ideas monolíticas, que no tiene santuarios a la “forma” lógica por la “forma” misma, que no dota a la razón de poder demiúrgico y que no rinde pleitesía a ninguna entidad o voluntad extraterrestre. Pero rigor implica rigor ético, también. No sólo rigor con las “formas” lógicas, con los razonamientos abstractos, con los datos aislados. Rigor implica exigencia al máximo del entendimiento y de la responsabilidad que produce entender los hechos, responsabilidad que invariablemente nos conduce a la práctica a la acción y en rigor, si se es coherente, intervenir rigurosamente. Si pudiésemos ofrecernos el materialismo dialéctico como herramienta de nuestro trabajo cotidiano como parte de la clase trabajadora, como trabajadores de la filosofía, hacia un programa socialista, daríamos un paso decisivo en la lucha por la transformación social. Nos daríamos la oportunidad de combatir toda indiferencia contra el pensamiento y el sentimiento de los trabajadores. Podríamos romper muchos aislamientos y hacer más poderosas y confiables nuestras ideas, que deben tener por base lo que piensan los trabajadores más insurrectos, más avanzados, cuáles son sus simpatías y su estado de ánimo. Ahí el materialismo dialéctico es una herramienta de trabajo concreto y práctico, ahí está su fuerza mejor y es imprescindible adaptar el método a las condiciones concretas de los trabajadores sin abandonar los principios más rigurosos del materialismo dialéctico. Haríamos filosofía de verdad. Contamos con materialismo dialéctico para forjar confianza en nuestras ideas, no porque haya que aprenderlas de los libros sino porque habrá que madurarlas desde nuestras luchas, ayudados, si se ponen a modo, por los aportes teóricos y prácticos más aventajados que sean capaces de caminar codo a codo y no como “gurúes” ni mesías. El materialismo dialéctico es un método dúctil y adaptable a problemas muy diversos, es una combinación de ideas muy precisas y rigurosas con aplicaciones muy accesibles y participativas. Todos pueden colaborar a su desarrollo bajo condiciones muy diversas según las exigencias de la hora. Es el método de la revolución socialista que la ayuda a ser victoriosa, no un estorbo formal que se adapta sólo a sus “presupuestos” abstractos. Debemos probarlo. He aquí que contamos con el materialismo dialéctico para la toma de conciencia como trabajadores de la filosofía en el seno de organizaciones donde tenemos depositadas nuestras mejores esperanzas y esfuerzos. Ese es nuestro mejor territorio, crisol magnífico, no los “laboratorios” de saliva silogística, no los pasillos donde se besa la mano de las “vacas sagradas”, no los anaqueles de las bibliotecas. Si hay algo que une a la humanidad, a lo largo de su historia, son nuestras luchas constantes para liberarnos de las opresiones y tomar control sobre nuestras vidas, la lucha para ser libres en el sentido concreto y colectivo de la palabra. Para contribuir a perfeccionar esa lucha el materialismo dialéctico se presenta como una herramienta no acabada, capaz de permitir, y exigir, su perfeccionamiento paulatino, probado y provisional siempre. Como ningún otro. Método que no opera fuera de la realidad, método para la superación del capitalismo decrépito y la construcción del socialismo en manos de los trabajadores (incluidos los trabajadores de la filosofía) por sus propias manos, como parte de su hacer y de su hacerse a sí mismos, como logro de los trabajadores que posibilitarán un desarrollo mucho mayor de la cien¬cia, la cultura, la educación... que harán avanzar a la humanidad mucho más rápida¬mente. Y eso nos urge. ¿Tomamos un cafecito? Notas 1. filosofía. En la primera acepción del Diccionario de la Lengua Española (http://www.rae.es) se define limitadamente: (Del lat. philosophia, y éste del gr. f???s?f?a). 1. f. Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano. 2. La palabra “filosofía” proviene de las raíces griegas: philos (amor) y sofos (sabiduría). Colegimos que filosofía significa “Amor a la sabiduría”: http://etimologias.dechile.net/?filosofi.a. 3. “Algunos filósofos están preparados para hacer frente a grandes novedades de la cultura, y otros no. Los primeros intentan mantenerse al día con algunas disciplinas, mientras que los segundos prefieren refugiarse en el pasado. Siempre ha ocurrido así, y es presumible que así seguirá ocurriendo. Lo que importa es la calidad de los innovadores y las oportunidades que tengan para investigar libremente. En la Revolución Científica (y Filosófica) del siglo XVII participaron solamente unas 200 personas, entre ellas Galileo, Descartes, Kepler, Harvey, Gilbert, Boyle, y sus discípulos. Los filósofos puros que vinieron después, en particular Berkeley, Hume y Kant, fueron contrarrevolucionarios, puesto que volvieron a poner al sujeto cognoscente en el centro. Es triste constatar que, salvo excepciones (como Aristóteles y Descartes), los filósofos han ido contra el progreso”. 4. La declaración de los científicos: Restaurar la integridad de la ciencia. A principios del año pasado, 62 científicos de Estados Unidos, alarmados por la naturaleza, amplitud y alcance de los ataques a la ciencia, circularon y publicaron la declaración conjunta Restaurar la integridad de la ciencia al proceso político. Condenaron aspectos claves de los ataques a las ciencias y pidieron parar inmediatamente “la distorsión del conocimiento científico por fines políticos partidarios”. Hasta la fecha, unas 6.000 personas de todos los campos científicos han firmado la declaración: 48 premios Nóbel, 62 ganadores de la Medalla de Ciencias, 135 miembros de la Academia Nacional de Ciencias e incluso asesores científicos de varios ex presidentes republicanos. Para apoyar la declaración, la Unión de Científicos Preocupados (UCS, siglas en inglés) publicó un informe detallado. La UCS se dio cuenta de la naturaleza sistemática y extensa de los ataques en todas las esferas de política oficial cuando contrató a un experimentado periodista para examinar y verificar unas acusaciones. El informe saca a la luz muchísimos casos de “enorme indiferencia al estudio científico... censura y distorsión del análisis científico y manipulación del proceso científico... [y] distorsión del conocimiento científico”. También, ofrece “nuevas pruebas del uso de criterios políticos para seleccionar a miembros de grupos de asesoría científica”. Los científicos se han visto obligados a aceptar los intereses de las corporaciones y un proyecto cristiano fundamentalista... Como se vio en Kansas, la naturaleza misma de la ciencia está en tela de juicio: ¿aceptaremos “explicaciones naturales” o narrativa bíblica? ¿El método científico de basarnos en la realidad o basarnos en preceptos metafísicos y dogma religioso? El debate evoca los tiempos de Galileo, cuando a los científicos los torturaron y los asesinaron por llegar a verdades opuestas a la doctrina de la iglesia... Muchas veces, cuando los resultados han entrado en conflicto con metas políticas, la administración ha manipulado el proceso de llegar a conclusiones científicas. Hace esto colocando en puestos oficiales o en comités científicos de asesoría a personas sin calificaciones profesionales o que tienen un conflicto de intereses evidente; disolviendo los comités de asesoría existentes; haciendo censura y suprimiendo los informes de científicos del gobierno mismo; o simplemente negándose a buscar asesoría científica independiente. Otras administraciones han llevado a cabo este tipo de prácticas en alguna ocasión, pero no de una forma tan sistemática ni tan amplia. Lo que es más, al abogar por políticas que no son sólidas científicamente, a veces la administración ha tergiversado el conocimiento científico y ha engañado a la opinión pública sobre las implicaciones de sus políticas... En varias esferas de política, la administración ha minado la calidad y la independencia del sistema de asesoría científica y la moral del excelente personal científico que tiene a su disposición. http://www.ucsusa.org. 5. “Crisis de la cosmología”. Harry Nielsen. 10 de enero de 2006. http://www.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=2441. 6. La Jornada: Jueves 31 de marzo de 2005. Carolina Gómez Mena: Desde la década de los 90 ha crecido la fuga de cerebros, revela estudio de la OIT. Científicos y universitarios de países pobres emigran al primer mundo. Esta movilidad frena el avance tecnológico de estos estados y crea “círculos viciosos”. Releva que 47% de los extranjeros que logran un doctorado en EU se queda allá. Datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que la cantidad de científicos e ingenieros que han abandonado sus países de origen hacia naciones industrializadas en busca de mejores opciones de trabajo, de ascenso y de remuneración, equivale a cerca de un tercio del número de los que se quedan en sus países de origen, lo cual provoca una merma importante del capital humano para estos rubros, el cual es “indispensable para la productividad y el crecimiento económico” de las naciones pobres. En su estudio En busca de un compromiso equitativo para los trabajadores migrantes en la economía globalizada, la OIT plantea que por lo menos hay “400 mil científicos e ingenieros de naciones en desarrollo” que trabajan en actividades de investigación y desarrollo en las naciones del primer mundo, y 1,2 millones siguen laborando en su país. En el apartado “Emigración de personas calificadas: fuga de cerebros”, este organismo internacional expone que desde principios de la década de los 90 la movilidad de trabajadores muy calificados está aumentando de manera constante, ante la creciente demanda mundial de especialistas, del avance de la globalización y del espectacular desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación. Advierte que la fuga de cerebros no sólo puede frenar el avance tecnológico de un país en ciertas circunstancias y dependiendo de la magnitud, sino que también puede “engendrar círculos viciosos”, por ejemplo, en la atención de aspectos tan importantes como la salud, y cita que la emigración de médicos y enfermeras africanos está “menoscabando el nivel de la atención de salud” en ese continente, justo en el momento en que es más acuciante la necesidad de disponer de esa atención en razón del avance del VIH/sida. Subraya que en Ghana y en Jamaica los médicos formados en el propio país que trabajan en el exterior “son más numerosos que los que siguen ejerciendo en su país”. En el análisis también se sostiene que la migración de estudiantes es un fenómeno precursor de la fuga de cerebros, y alude que según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a principios del actual milenio poco más de “1,5 millones de estudiantes extranjeros cursaban estudios superiores en los estados miembros, y que de ellos más de la mitad eran procedentes de países ajenos a la OCDE, de este total casi medio millón estaba en Estados Unidos, un cuarto de millón en el Reino Unido y en Alemania alrededor de 200 mil”. Tras acotar que una proporción importante de los estudiantes acaba siendo inmigrante permanente, alude que aproximadamente “47 por ciento de las personas nacidas en el extranjero que completan un doctorado en Estados Unidos se quedan en este país”. Aspectos positivos. Pero la OIT destaca que cuando el éxodo tiene retorno se “desencadenan diversas fuerzas que pueden promover el crecimiento económico por un efecto de retroacción, pues los migrantes al regresar traen sus calificaciones y su experiencia laboral del extranjero impulsando con ello el aumento de la productividad”. De igual forma, refiere que “por sí sola la perspectiva de conseguir ingresos más altos gracias a la migración puede incitar a invertir más de lo previsto en educación, tanto pública como privada”, pero ello realmente depende de las condiciones de cada país. Al citar que también las naciones desarrolladas “promueven la inmigración de profesionales mediante mecanismos de contratación y sistemas de selección que facilitan su entrada”, y que esos sistemas de selección consiguen “atraer a los más brillantes y competentes de los países en desarrollo”, la OIT señala que en el decenio pasado las personas que habían inmigrado a Estados Unidos procedentes de países en desarrollo tenían en promedio un nivel de educación “dos veces superior al de sus compatriotas que seguían viviendo en su país”, un ejemplo de ello lo fueron los jamaicanos, ya que a principios de esta década había “3,7 veces más jamaicanos de nivel universitario en Estados Unidos que en su propio país”. http://www.jornada.unam.mx/2005/mar05/050331/a02n1cie.php. 7. La jornada de huelga general que se ha llevado a cabo el 8 de noviembre en los institutos de todo el Estado ha sido un rotundo éxito. A pesar de la actitud boicoteadora de juntas directivas reaccionarias de decenas de institutos y del escandaloso silencio mediático en el que varios medios de comunicación han sumergido a la huelga, el 98% de los estudiantes hemos secundado la huelga general en los institutos públicos. Se han celebrado más de 40 manifestaciones en todo el Estado. Las más importantes se han dado en Barcelona, con 15.000 estudiantes; en Madrid, con más de 12.000 estudiantes; en Sevilla, con 2.500; en Valencia y en Cádiz, con 2.000; en Tarragona, con 1.200 estudiantes; en Salamanca, con 1.000 estudiantes... Además se han sucedido decenas de manifestaciones y concentraciones en ciudades de todo el Estado con cientos de estudiantes: Málaga, Iruña, Palma de Mallorca, Gijón... y así hasta más de 40 ciudades y pueblos. Madrid, a 8 de noviembre de 2005. http://militante.org.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=275& Itemid=145. 8. “Los estudiantes hemos luchado ante cada ataque que la burguesía pretende imponer en la educación, lo demostraron las luchas de 1968, de la década de los ochentas, y más reciente la huelga de la Unam 1999-2000; los estudiantes no somos una clase social, el movimiento estudiantil lucha por la defensa de la educación pública, gratuita, científica y de calidad y a su vez debe servir para fortalecer e impulsar el movimiento de los trabajadores, pues éstos son los que son los destinados a transformar la sociedad... Por la construcción de una organización estudiantil a nivel nacional, que sea estable, democrática, combativa y con carácter de clase.... Que un porcentaje de dinero que se destina al pago de la deuda externa y al Ipab (Fobaproa) sea invertido en la educación. 10% del Producto Interno Bruto a la educación. Participación directa de los estudiantes, padres de familia, profesores y trabajadores en la toma de decisiones al interior de las escuelas y universidades. Eliminación de los exámenes de selección en todos los niveles escolares. No a las cuotas y por el aumento de matrícula. Un puesto digno al terminar los estudios. Nacionalización de la banca, la tierra y las grandes compañías, sin indemnización y puestas bajo control obrero, como única posibilidad de llevar a cabo una campaña de creación de nuevos puestos escolares, escuelas infantiles, de educación básica, media y superior para satisfacer las necesidades básicas. ¡En este 2006 no basta con votar, es necesario organizarnos y luchar! ¡Este 2006 ni un voto al PRI, ni un voto al PAN, por un programa socialista! http://militante.org.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=29& Itemid=37. 9. Son las palabras de Jesucristo en la cruz poco antes de morir. Se suele traducir por “Todo se ha cumplido”. http://inicia.es/de/aforismos/aforismos_2_religion.htm. 10. “Mario Bunge: la filosofía no ha muerto, pero está gravemente enferma”: Revista electrónica Tendencias. http://www.tendencias21.net/Mario-Bunge -la-filosofia-no-ha-muerto,-pero-esta-gravemente-enferma_a150.html. 11. Los filósofos burgueses modernos se imaginan que han liquidado la vieja filosofía (o metafísica, como suelen llamarla desdeñosamente), pero su victoria imaginaria es como la de aquel sastrecillo valiente de los hermanos Grimm, quien mató a siete de un golpe. Las siete víctimas del sastrecillo fueron de hecho, moscas, no hombres. Nuestros filósofos modernos son, para usar una expresión alemana, simples flohknackers (“aplasta pulgas”; hasta donde sé, parece que es un término acuñado por Lenin, refiriéndose a un papanatas profesor universitario en materialismo y empirocriticismo. N. del T.). Actualmente se han reducido a atrincherarse en la retaguardia, peleando con una táctica desesperada, la cual consiste en la disolución total de la filosofía, reduciéndola enteramente a la semántica (estudio del significado de las palabras). Mientras las reglas formales fueran obedecidas, el contenido podría ser tan absurdo como se quisiese. El hecho de que a todo este jaleo, este fraude y todo este juego de palabras pueda dársele el nombre de filosofía es, a todas luces, una prueba de qué tanto ha decaído el pensamiento burgués moderno. Para el intelectual burgués, la única realidad sólo consiste en las palabras. Para él, realmente sucede que “en el principio fue la Palabra y la Palabra fue con Dios y la Palabra era Dios”. Allan Woods: Prólogo a la edición mexicana de Razón y revolución. http://argentina.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=1454. 12. “Pero para liquidar una filosofía no basta, pura y simplemente, con proclamar que es falsa. Y una obra tan gigantesca como era la filosofía hegeliana, que había ejercido una influencia tan enorme sobre el desarrollo espiritual de la nación, no se eliminaba por el solo hecho de hacer caso omiso de ella. Había que ‘suprimirla’ en el sentido que ella misma emplea; es decir, destruir críticamente su forma, pero salvando el nuevo contenido logrado por ella”. F. Engels. 13. Prólogo a la edición mexicana de Razón y revolución. http://argentina.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=1454. 14. Universidad Nacional del Litoral: Alternativa al monopolio. Los científicos que impulsan la organización de la Public Library of Science sostienen que se trata, fundamentalmente, de un repositorio público que pretende evitar cualquier tipo de monopolio sobre la información científica —ya sea de una revista, de un cartel de revistas, de una asociación científica o gubernamental— y que en consecuencia intenta garantizar que no se incurra en censura o abuso de poder. Luego de aclarar que no se espera que las propias revistas financien el costo de la digitalización de su material impreso, el artículo termina sosteniendo que en 10 años, la habilidad de hacer ciencia habrá sido enormemente enriquecida, y todos nos maravillaremos al pensar cómo fue posible hacer ciencia sin tales archivos... ya que la posibilidad de disponer de toda la literatura científica en un formato común estimula el desarrollo de alternativas más sofisticadas de empleo de la información. Finalmente, y como desarrollo operativo para consolidar la alternativa ante el poder editorial vigente, los científicos rebeldes —entre los que se incluyen muchos Premios Nobel— invitan a que, a partir de septiembre de 2001, los científicos envíen sus artículos y compren suscripciones únicamente a aquellas publicaciones que hayan garantizado la liberación irrestricta de los derechos de todos los reportes de resultados científicos originales, publicados dentro de los seis meses de la fecha de su publicación. Puede parecer una puja o discusión meramente comunicacional, centrada sobre la tenencia y administración informativa, pero en el fondo constituye un debate sobre el poder y su proyección en un mundo signado por el conocimiento, pero también, paradójicamente, jalonado por la injusticia, la pobreza, el hambre y la exclusión. http://www.unl.edu.ar/artcyt/280401.htm. 15. Científicos contra el ataque bushista a la ciencia... El gobierno de Bush está en una ofensiva contra la ciencia y no es una exageración decir que la Tierra corre peligro. Miremos el calentamiento global: el impacto de esto puede ser catastrófico para el planeta, con inundaciones de costas y una drástica escasez de agua potable para miles de millones de personas. Sin embargo, el gobierno de Bush suprime y distorsiona la evidencia científica sobre su naturaleza y sus causas porque no ve más allá de las ganancias a corto plazo de la industria energética. El gobierno de Bush está redefiniendo especies de peces, fauna y flora para afirmar que las especies en peligro de extinción han mejorado y que no hay que protegerlas. Los científicos del ambiente y biólogos gubernamentales que publican o apoyan investigaciones que protegen la ecología, contra los intereses corporativos, sufren represalias. Por otra parte, la moral tradicional y el proyecto de “fe” fascista-cristiano fomentados por Bush están delimitando el alcance de la investigación científica. Por ejemplo, la investigación de células tronco ofrece la posibilidad de curar enfermedades degenerativas y mortales como Alzheimer y Parkinson. Sin embargo, Bush eliminó los fondos destinados a dicha investigación por la doctrina cristiana fundamentalista de que un embrión, la fuente de células tronco, es una vida humana completa. En cuanto al sida y el VIH, bloquean los estudios de prevención que mencionan palabras como “relaciones sexuales anales”, lo que podría llevar a un genocidio debido a la propagación epidémica del sida y VIH en África y otras partes del mundo. En varias ocasiones, los bushistas han impuesto ideas fundamentalistas cristianas en las páginas web de organismos oficiales de salud, ante oposición científica. Por ejemplo, en la página web del Instituto Nacional de Cáncer se publicó que el aborto puede causar cáncer del seno, lo que no es cierto. La afirmación suscitó grandes protestas de parte de científicos y del público y, a la larga, el instituto se vio obligado a quitarla. La administración de Bush excluye de importantes grupos oficiales de asesoría científica a investigadores que no están de acuerdo con sus políticas. La afiliación política está reemplazando la trayectoria científica como criterio para obtener un puesto oficial en las ciencias. Los fundamentalistas cristianos están infiltrando cada vez más los equipos científicos que supervisan asuntos de salud reproductiva, donde fomentan el proyecto teocrático a expensas de la salud de la mujer. La industria tiene representantes en los equipos científicos que asesoran al gobierno sobre temas como el nivel de plomo aceptable en las pinturas comerciales y el impacto ambiental de la minería de tajo abierto... http://rwor.org/a/005/cientificos-contra-ataque-bushista-s.htm. 16. Barcelona. Un total de 2.050 científicos han firmado un manifiesto contra la militarización de la investigación científica española y que solicita al gobierno que los recursos destinados a investigación y desarrollo militar se transfieran a programas de I+D con finalidades sociales y civiles. El manifiesto, impulsado por la Fundación por la Paz, la Federación Española de Ingenieros sin Fronteras y más de 40 ONGs y diversos colectivos de todo el país, reclama al gobierno un cambio de orientación y que se dé prioridad a la investigación civil, según ha anunciado la campaña “Por la Paz: Basta de investigación militar”, que se encarga de la recogida de firmas. Las mismas fuentes han destacado que el número de científicos objetores a la investigación militar se ha duplicado en un año, “lo que pone de manifiesto el gran malestar existente entre la comunidad científica por la situación en la que se encuentra la investigación en España”. Los firmantes, que trabajan en 43 universidades, 38 de ellas españolas, en 18 centros e institutos de investigación y en tres departamentos de I+D de empresas privadas, se han comprometido además a no participar en ninguna investigación de carácter armamentística o militar. España, el que más invierte tras EEUU. Según la OCDE, España es el segundo Estado desarrollado que más invierte en I+D militar, sólo superado por EEUU, y, además, desde 1995 la investigación con fines militares se ha incrementado en un 475%. También asegura que en el año 2004 el gobierno dedicará el 32% del presupuesto público para I+D a programas militares, y esta inversión supone tres veces más que el gasto dedicado a programas de financiación de I+D para universitarios y centros públicos de investigación. Entre los 1.047 nuevos científicos que están en contra de la investigación militar figuran Santiago Dexeus, director del Institut Dexeus y de la cátedra de Investigación en Obstetricia y Ginecología de la UAB; Eudald Carbonell, catedrático de Prehistoria de la URL y director del programa de Atapuerca; y Angel Pellicer, catedrático del Departamento de Patología y del New York University Cancer Institute. También se han sumado Manuel Guzmán, profesor de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid; Pedro Arrojo, doctor en Ciencias Físicas por la Universidad de Zaragoza y director de la Fundación Nueva Cultura del Agua. Entre el primer grupo de firmantes que el año pasado se posicionaron en contra de la investigación militar destacaron Carles Solá, catedrático de Ingeniería Química; Josep Egozcue, catedrático de Biología Celular, Xavier Rubert de Ventós, catedrático de Estética; y Jordi Camí, catedrático de Farmacología. También está en contra de la investigación militar Federico Mayor Zaragoza, bioquímico y ex director general de la Unesco, que fue el primer firmante del manifiesto. http://www.elmundo.es/elmundo/2004/02/18/ciencia/1077107850.html. 17. Chau Darwin: Julio Algañaraz (artículo publicado originalmente en el diario Clarín). Roma. Corresponsal. Aunque parezca increíble, y lo es, el gran científico inglés y su teoría de la evolución de las especies, considerada una de las bases de la ciencia, han sido expulsados de las aulas italianas. Sin aviso ni explicaciones, el Ministerio de la Instrucción Pública quitó la enseñanza del evolucionismo y de la figura e importancia de Charles Darwin del plan de estudios para los alumnos de 13 y 14 años. Los adolescentes recibirán lecciones sobre la historia humana de acuerdo a la única teoría considerada “correcta” por los ultramontanos: la historia bíblica de la Creación. “No lo puedo creer, estamos dando un salto hacia atrás impresionante”, afirma desconsolado el profesor Renato Dulbecco, premio Nobel de Medicina. Lo mismo dice Rita Levi Montalcini, otro premio Nobel de Medicina italiano, que con científicos de la talla de la astrofísica Margherita Hack, el genetista Bruno Dallapiccola y otros, publicaron una protesta en los medios de comunicación. La decisión de cancelar la teoría de la evolución de Darwin de las escuelas medias es “estúpida y antihistórica”, afirma Dallapiccola. http://www.clarin.com/diario/2004/04/28/i-02301.htm. ** Fernando Buen Abad Domínguez fbuenabad@universidadabierta.edu.mx Artista, cineasta e investigador mexicano (Ciudad de México, 1956). Es doctor en filosofía, master en filosofía política, licenciado en ciencias de la comunicación y director de cine egresado de la Universidad de Nueva York. Desempeña el cargo de vicerrector de la Universidad Abierta de México (http://www.universidadabierta.edu.mx), casa de estudios de cuyo Instituto de Investigaciones sobre la Imagen es además director. Es docente de grado y postgrado en materias de semiótica, cine, producción audiovisual, periodismo, radio, lingüística, comunicación profesional integral, técnicas en comunicación, comunicación internacional en universidades en México, Argentina y Estados Unidos. Ha sido colaborador editorialista de diversos diarios y suplementos culturales en América Latina. Como artista plástico (collage) ha participado en más de 40 exposiciones individuales y colectivas. Dirige desde hace 12 años el Laboratorio de Escritura Creativa en México y Argentina. Ha publicado 17 libros (obra literaria, individual y colectiva) en México y Argentina. Ha sido Jefe del Departamento de Programas Culturales en XEIPN (canal de televisión del Instituto Politécnico Nacional) en México, DF. Ha escrito y dirigido 19 trabajos audiovisuales y cinematográficos en México, Houston, Nueva York y Argentina. y es miembro de diversas organizaciones artísticas y de investigación. En la web de la Universidad Abierta de México (http://www.universidadabierta.edu.mx) ha publicado los libros Filosofía de la comunicación (2001), Filosofía de la imagen (2003) y Imagen, filosofía y creación (2004). ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Tres poemas Patricia Lorenzo *** A una madre biológica María Angélica Franco Frías *** Poemas para la intimidad de mi destrucción Carlos Morreo *** Sonata antes del fin José Álvaro Cálix Rodríguez *** Cuando dices adiós, lo dices como si volvieras Oscar Édgar López *** Los dulces secretos del abuelo Olga Marina Cortez Barbera *** Poemas Ulises Varsovia *** El escribidor Marianela Alegre *** Huellas Elva Marina Mireles *** El ataúd María Celeste Vargas Martínez *** Poemas Hado Navarro *** Número 360 Luis Ricardo García Oyervides *** Poemas Andrea Naranjo Merino *** Siempreviva Juan Carlos Hernández Cuevas *** Poemas Elena Conchello Mandillo *** La giganta Miguel Ángel Hernández Acosta === Tres poemas Patricia Lorenzo ===================================== *** “Si muero antes de despertar...” Color, sueño, muerte, transparencia, una música continua, una espera, una imagen insólita, una cara, los recuerdos de voces, de poemas, casas, olores, caídas, laberintos, pasos que se acercan y se alejan, la estructura del miedo, de sus muecas, el temblor del deseo, la violencia y ese dolor... No puedo abrir los ojos. Si pudiera, te vería riendo, calavera. *** Sin título I Oh ángel de equívocos mensajes, puente a tierras frías, ave mordaz en sueños y abordajes, faro gris, entrecortada herida, rechaza, niega, olvida esa misión absurda y peligrosa: mostrarme que la vida es sólo una apariencia dolorosa. *** Sin título II Vuela la tarde a esconderse en algún lado. Tomo conciencia del frío, del trabajo que no quiero hacer. Tomo nota de este invierno aburrido que se alarga, y del extraño silencio de los niños en otra parte de la casa. De un timbre apagado, de fragmentos de una conversación, de una frenada en la calle, de las manos en el agua helada. Los sentimientos que hibernan en mi corazón ¿renacerán acaso en la primavera? Mientras tanto escucho atentamente lo que la radio calla. ** Patricia Lorenzo patricia.lorenzo@gmail.com Docente y poeta argentina (Mercedes, provincia de Buenos Aires, 1957). Profesora y licenciada en letras. Trabaja como profesora y como escritora freelance en las revistas Médico Moderno y RM (México, DF), en las que ha publicado artículos y ediciones monográficas de arte y cultura. Un poema suyo fue incluido en la plaquette Poemas VIII (El Convivio Humanista de México, 1994). === A una madre biológica María Angélica Franco Frías ================ “Imagínate en un bote sobre un río, con árboles de mandarina y cielos [de mermelada. Alguien te llama, tú respondes muy despacio, una chica con ojos de [calidoscopio. Flores de celofán de amarillo y verde, como torres sobre tu cabeza. Busca a la chica con el sol en sus ojos y ella se ha ido”. Unos cuantos años antes de ser concebida, John Lennon describió la idea plasmada en el dibujo de su pequeño hijo Julian que coincide con la idea que tengo de ti, mi madre biológica, flotando en el cielo con diamantes, como Lucy en la canción. Desde muy temprana edad supe que partiste de por aquí para brindarme esta vida que conozco, la existencia plena que deseaste para tu retoño no nacido aún, aunque nos costara separarnos irremediablemente. En verdad, nunca he sentido del todo tu ausencia; eres parte de lo que soy. Sé tus nombres y apellido; con sólo mirarme al espejo, revives instantáneamente. Tengo tu cabello y tus gustos, por encima de lo dicho por un reconocido vidente peruano, alegando que las cualidades que poseo son estricta herencia de un progenitor tan elusivo como capturar la silueta visible de elfos o duendes. Soy descendiente directa de una legítima Hija de las Flores. Apenas me preparaba para soplar la velita del primer cumpleaños cuando acabó la Guerra en Vietnam, por la que muchos jóvenes como tú protestaron sin temor a los bolillos portados por la Fuerza Pública. Crecí sin escuchar nunca a Nino Bravo ni a Crosby, Stills and Nash, así como a otros participantes de los “Tres días de Paz, Música... y Amor” de Woodstock; al Club del Clan, menos. En vez de gustarme las letras escritas por Bob-Padre (y eso que en primaria fue obligatorio aprenderme la letra de “Blowing in the wind”), suspiré por Jacob Dylan con sus espectaculares ojos azules y su grupo The Wallflowers. Su cover de “Heroes”, musicalizó un fallido intento de revivir al monstruoso Godzilla. Mamá Luz María, así siempre te he llamado. Me llena de terror el sólo pensar que cuando vaya a tener mi propio hijo, pueda enfermar de lo mismo que tú padeciste, más que la perspectiva de que alguien pueda destrozarme el espíritu como a ti te lo destrozaron. Fui prematura por acelerada, créeme, no por tu delicada salud al momento del parto. No estuviste sola, pese a que en ese crucial instante tu clan seguramente ignoraba cuál era tu paradero. A tu lado tuviste a un amigo y a las amigas que nos acompañaron desde que pisaste esta tierra ajena a una oriunda de la ciudad musical del país. Cómo quisiera darle gracias al estrecho círculo de seres que nos hablaban en la lengua de Shakespeare, Charlotte Brönte, Mick Jagger y Jim Morrison; por apoyarte en tu decisión, por secar tus copiosas lágrimas. Me gestaste en otro barrio lleno de casonas como en el que todavía vivo. Desde el vientre me enamoré de la Arquitectura Republicana y Colonial, por tus recorridos dentro del Centro Amurallado. Siento un dolor casi físico cuando el progreso destruye alguna de esas veneradas reliquias de incalculable valor histórico, con frialdad inhumana. El día en que nos separamos, cuarenta y ocho horas de lluvia ininterrumpida se unieron a tu dolor; luego, al salir el sol, me dejó arropada por el calor de la familia que me estaba esperando. Al hablar de ellos, de la que ha sido y es vitaliciamente mi mamá, sólo logro adueñarme de las palabras de Louisa May Alcott, autora del primer libro de cientos de páginas que leí en la infancia: “Las personas felices no tienen historia”. Presiento que donde estás, también eres feliz. Tu alma está tranquila, tienes la satisfacción de haber hecho lo correcto. Pusiste por encima de todo el bienestar que vislumbrabas como realidad en el futuro no tan lejano para tu bebé. He tratado de recorrer tus pasos y tu presencia luminosa me ha acompañado en situaciones difíciles, como las que tuve que enfrentar durante la época en que, al igual que tú, estuve lejos del nido. Incluso durante aquélla, me topé por casualidad con amables extraños con tu mismo apellido, que dejaron su risueña impronta en mi memoria. Por ti soy un poco gringa, muy indígena, algo bogotana y accidentalmente cartagenera. Ha sido una lástima que en la ciudad en que nos dimos el hasta siempre, no quedan vestigios documentales de nuestra breve convivencia. Toca conformarme con los exiguos recuerdos bastante borrosos escuchados de labios de mi abuela, los que conserva mi mamá y el testimonio de la trabajadora social que nos asistió. Ésta última aduce no acordarse de cosas que yo misma le rememoré, salvo que eras muy joven para tener un hijo, que tu cabellera era larga, tan larga como el traje que llevabas al entrar por primera vez a su oficina, porque no sabías del todo qué hacer; necesitabas que te orientaran. El mundo se te hacía añicos. Creo que ella todavía guarda ciertos secretos, en cumplimiento del celoso deber de confidencialidad que demandan asuntos tan peliagudos, propios del ejercicio de su profesión de la que hoy disfruta de un activo status de jubilada. Soñé contigo una vez y te vi. Tan joven... ¡Lucíamos tan semejantes! Vestías una falda rosada y la camisa de flores de colores bordadas, que volvieron a usarse ahora. No entendí por qué portabas un bolso de mano elaborado con piel de cocodrilo. Te asumo defensora de los derechos de los animales, sin duda, en contra del uso de pieles en aras de ser catalogado falazmente como “fashionista”, por factores netamente económicos. Despierta, tu imagen me inquieta. Tuve que esperar a que se cumpliera el plazo exigido por las leyes que debí aprender en V año de la carrera, para intentar saber más de ti. Hasta la fecha, he logrado esclarecer a duras penas este enigma, yo que soy un enigma en mi misma. Ese no saber a qué enfermedades se es propensa, mata de incertidumbre. La creencia infantil de haber sido encontrada dentro del cáliz de una rosa como Pulgarcita, no me convenció. Sin sapos, topos o golondrinas, quisiera creer que aparecí como Palas Atenea, para complacer a la afición mitológica adquirida al devorar la Enciclopedia de Historia del Arte Salvat. Claro está que la historia real y mi corta estatura no hacen parte de ningún relato fantástico. Ciertas aspirantes a Hermanastras Feas y Brujas Malvadas del Este han querido empañar tu recuerdo, afirmando con propiedad que nunca fui tuya, sino producto de alguna otra aventura de juventud del cristiano más próximo y mal parqueado. Sin necesidad de arrojarles una casa encima, su maledicencia cayó por su propio peso. Lejos de Kansas, un benévolo Mago nos concedió estar más cerca de lo imaginado, unidas perennemente. ¡Cómo me parezco a ti! Si nos colocásemos juntas, podrían decir que somos hermanas y Sarita, mi dulce amiga bailarina de diecisiete años, afirmaría fácilmente con gran credibilidad ser tu nieta; si de seguir tu ejemplo, hubiera optado por la maternidad cuando las prioridades de una mujer que da sus primeros pasos por el sendero de la adultez, debieran ser estudiar, los pretendientes y hacer castillos en el aire. Quiero que estés tranquila, mamá, ya soy una persona hecha y derecha. Admito tener más errores que aciertos, soy impaciente y escéptica, tan incrédula que alguien me apoda “Santo Tomás de Aquino”. No todo es malo tampoco, al final del día, al quitarme el disfraz de Comedia del Arte bajo el que asisto a los juzgados, sin terminar de acostumbrarme a ser llamada “doctora”; me quedan ganas de sonreír a los míos al llegar al hogar. Sin más compañía que la malcriada gata Felicity, sentada delante del computador escribo y pienso en ti. Tengo presente que un pariente lejano y putativo en común, fue dueño de una de las bibliotecas más grandes de Colombia. Me enviaste a una casa llena de libros y discos de música clásica, de los cuales subsisten sólo un ejemplar de una novela de Galsworthy y la banda sonora de West Side Story. Evoco a otros que comparten tu apellido, como el ministro en ciernes de gran nariz y el buen mozo autor de la radiografía del escándalo en Foncolpuertos, del que Cucho Covo no vivió para ver su desenlace. Mi otra mamá me apoya incondicionalmente, anhela verme realizada. Sabe que no soy una moniconga que espera pescar un marido para no tener que volver a arriesgarse a romperse una uña. Quizás aguardo algo diferente. Los misterios de combinar la genética con el azar me han dotado de una vocación sanguínea, adoptiva y obtenida por ósmosis. El querido Tío “Albe”, quien en realidad es mi primo en segundo grado, en 1980 me otorgó un espacio en su libro Imágenes- Anamorfosis, debajo de las fotos de Marlon Brando y Martin Sheen en Apocalypse Now. A partir de allí escribo y escribiendo espero hallar más pistas sobre tu destino. El mío torció su rumbo con un itinerario inesperado; hago votos porque éste resulte fructuoso para ambas. Entrañable y omnipresente mamá, quisiera si llego a averiguar qué fue o ha sido de tu suerte, hacerte saber que estoy bien. Después de años, tropiezos, de sentarme en aulas de diversas almas máter, dominar mediana y aceptablemente dos idiomas diferentes al castellano, renunciando a tiempo a “trabajos deletéreos” que me dejaron el corazón tan contrito como al mayor de los sobrinos del hombro para llorar en el que descansé siendo adolescente. Él, arrepentido de haber sudado sangre en vano en el pasado, ya lleva kilómetros de ventaja en la esquiva trayectoria que conduce a ser un autor publicado y leído. Teniendo en cuenta todo eso, me reconozco afortunada, afortunada de ser tu primogénita; tal vez tu única hija. Si estás viva, espero el día en el que podamos compartir con mi mamá, miles de anécdotas que no vivenciaste de cerca, al calor de un te con limón —sin crema ni leche—, un café descafeinado o una chicha de maíz, según tus preferencias; hasta que las tres riamos en una sola carcajada. No obstante, si alguien me dijera el lugar exacto de reposo de tus restos, ubicaría el nicho o túmulo para ir a honrar tu memoria, pese a no ser amiga de visitar a los muertos sino de rendir tributo a su paso por este mundo. Ten la certeza de mis infinitas gratitud y amor filial, porque sin la valentía de tu sacrificio, no escribiría las palabras que de un modo u otro sé que llegarán hasta ti. ** María Angélica Franco Frías mfrancofrias@yahoo.es Abogada colombiana (Cartagena, Bolívar, 1974). Su producción permanece inédita. Mantiene una bitácora personal en http://mariafrancofrias.blogspot.com. === Poemas para la intimidad de mi destrucción Carlos Morreo ========= *** De la residencia Es la residencia la que te apremia, la que te enlaza a un despertar, y la que te canta con primitivos y contundentes amores. Debiera desfilar una vez más con estrellas, con mis hermanas echadas a la leña; con la memoria deslumbrada por la página. Y así, dotado de trozos inaplicables, enjutos y meridionales, debiera entregarme al dolor del aquí. Pero no ha sido fácil desarmar el paso de la corriente, ni armar el errar. He debido trabajar el temblor austral, espantar cautelosamente a las llamaradas y a las cadenciosas capturas. Cada paso mancilló a la cumbre, al eclipse del origen y al beso del hallazgo. De la misma entraña aflora la sede que me ata al punto. Cada paso, por fortuna, ha sido el fiel errar. No fue mi ciudad la más brava, la más profunda, sino mi infinita buhonería. *** Poema para la intimidad de mi destrucción Mi destrucción. Es el encuentro el que ha sido débil, circunstancial, de arquitectura abolida, algo hueco como para dejarnos húmedos y materiales al fondo. Del domingo pasamos a la articulación de la otredad. Y es el domingo una extensión de árboles o de tinta cotidiana. Este, el frente que enfrentamos, el hecho de espejos. Pequeñas murallas, pequeñas trampas, pequeñas piedras en la garganta. El que ha sido el camino no es el camino. (Como buscar un domicilio recorrido por angustias.) Lo que ha sido del camino: reconquista, voz, flores para mi padre, biblioteca, y otras colmenas; es todavía la lejanía. Mercado de trampa, fortuna de expatriado, es allí donde me vence el latido de mi muchedumbre: hay batalla salvo adentro-adentro; esta lejanía es mercader de la petrificación. Agua de la vértebra —sangre del costado del corazón y de la causa— te seguimos germinando: la lejanía es toda vía. Mi destrucción o la ya herida incoherencia; alero de conjugaciones, de reinos y de caderas. Volvamos a la ciudad, armemos los castillos de dátiles, cerquemos aquella sustancia. También hay tallos errantes que maduran al girar el mundo. Ahondan los linajes en la semilla. *** Parece la vida La vida parece acogió esta artimaña que es darte de mis manos la claridad y nombrarte con ella claramente. Comprendo, de modo justo y cabal, que hay algo inusitadamente vivo, vivísimo, en este andar que nos desangra cotidianamente; aunque marchemos de costado, y sea sólo eso. Aunque me forje en las orillas, y sea únicamente eso. No obstante lanzaré las astillas luego de haber intentado armar con ellas el final que daba al inicio. Voy hacia la hendidura arisca aunque vayas hacia la traba más dulce, indiscutiblemente. O quizás allá ya andábamos. Es el Acullá de Punzas. Es la Estancia de Puntas. La vida lava las ruinas que nos han ido apresando, si bien cada día manchamos el revés. “Ha sido enfático el encubrimiento del ser”, tú lo has dicho. El aguijón que no sólo es cláusula. Levantaré el coraje si sacas la hebra de la valentía. Cruzaría la orilla si la pudiera nombrar. Aguijón blandísimo que parece la vida: ¡ánimo! *** Ciudad Caracas, asentamiento inextinguible, te sacaría de mí si pudiera. No hay nunca que me separe de ti. Aunque ellos no sean la luz. Habito tu melancolía tropical, tu pena gris y verde, nuestra incrustación tórrida de lo perenne. Permanezco en tu circunstancia de muerto pesado. Tu ir y venir ha sido mi ir y venir. ** Carlos Morreo cmorreo@unimelb.edu.au Escritor venezolano (Moscú, Rusia, 1977). Licenciado en filosofía y ciencias políticas, trabaja como tutor de lengua castellana en la Universidad de Melbourne (http://www.unimelb.edu.au), Australia, y en la Filmoteca de Melbourne (http://www.melbournefilmoteca.org). Lee la historia-de-ser de Heidegger para detentar una maestría en filosofía. Fue cofundador de la ya difunta revista caraqueña de literatura regenerada, Cero (1997/99). Recientemente colaboró en The South Project (http://www.southproject.org), una iniciativa de diálogo cultural y político Sur-Sur. === Sonata antes del fin José Álvaro Cálix Rodríguez ================= La ventana del cafetín estaba empañada por la llovizna. El coro de voces de los parroquianos se le desoía cada vez más, a intervalos que iban en paralelo con sus ganas de pasar inadvertido; y no había ya cuartilla que no hubiese leído en el periódico que pidió prestado en la barra. Por la calle iban y venían rostros cabizbajos, evadiendo la mirada al cielo, sorprendidos por la repentina caída de agua. Sorbió un poco del café, sin azúcar, enfriado por las dilatadas pausas que él tomaba entre trago y trago. Nadie parecía identificarlo, tampoco él reconoció a nadie. Lo único que le sugería un aire familiar era la copia de un Chagall —“La caída de Ícaro”—, que seguía colgado junto a la puerta. Como solía pasarle antes, hundió la mirada en el óleo, pleno de éxtasis ante el desplome del alado, en medio de la expectación de la multitud. El trajín de la ciudad también le resultaba extraño, al menos era muy distinto un par de lustros atrás, desde el tiempo en que tuvo que marcharse. Advirtió que ya no estaba, al frente del cafetín, el pequeño hotel en el que solía quedarse cuando venía a esta ciudad. Habían demolido la casa antigua para construir una sucursal bancaria. Recordaba que más de alguna vez el dueño del hospedaje, amigo y compañero de tertulias, le permitió usar el sótano para reunirse con otros disidentes. Se preguntó, con una inquietud muy cercana a la morbosidad, qué estaría haciendo a esa hora, apenas una semana atrás... “Probablemente, regresando al pabellón”, se dijo, imaginando la custodia de los gendarmes, después de la jornada en la granja. Aunque no podía explicárselo, aún extrañaba la rutina del encierro, y la libertad se le revelaba como un rayo deslumbrante que le impedía apreciar la forma y esencia de los objetos. Supuso que rehacer su vida no iba a ser un bocado fácil, atando cabos de aquí a allá, quizás muy afanado en juntar las piezas enmohecidas de un rompecabezas. No daba signos de estar afligido, ni tampoco parecía contento; más allá de los extremos, asumía impávido lo que se le figuraba como un viaje a la tiniebla del pasado. Quizás por eso es que lucía retraído, más allá del vaivén cotidiano, libre de apuros, sin esperar nada sorprendente. En rigor, estaba ahí para cumplir con la visita que le prometió a ella, en la carta que envió unas semanas antes de quedar libre. ¿Llegaría ella..? Si bien no denotaba pesimismo, por ningún lado afloraba ansiedad. ¿Le habrá(n) llegado la(s) carta(s)?, ¿Viviría todavía en el mismo sitio..? o simplemente: ¿estaría aún con vida..? No le era ajeno entender que flotaban en el aire muchos presupuestos de los que pendía la consumación de la cita, por lo que la razón no le daba suficientes argumentos para mantener una esperanza muy viva. Rehusó también a la posibilidad de cerciorarse por otros medios sobre el paradero de ella. Apenas se aseguró de que el café todavía estuviera allí. Volvió a observar tras la ventana. La lluvia amainaba, con lo que la gente empezaba a circular con más afluencia por la calle. Agradeció en su interior el gesto del mesero de limpiar los cristales. Tres niños pequeños se le aparecieron en la acera de enfrente, donde antes estaba el hotel. Al punto distinguió a una dama junto a los chicos, acompañada por un hombre de edad mediana y porte adusto. Ella volteó hacia el Café con la certeza de saber que él estaba adentro, aunque no pudiera distinguirlo. Quedó viendo hacia la ventana con una mirada... ambigua, entre satisfecha por haber cumplido a su manera la palabra, entre impotente y resignada por no poder explicar sus motivos. Él se acercó a la ventana, aguzó la vista a través de sus lentes. No sintió nada, es decir ninguna de las sensaciones que por tanto tiempo imaginó que le sobrevendrían si la volviese a ver. Y a pesar de desconocer —no tendría por qué ni cómo saberlo— lo de los hijos y el marido, cayó en la cuenta de que era algo absolutamente normal. “Así es la vida”, se dijo para sí. Retornó a su mesa una vez que la escena se esfumó. Terminó su café, y de pronto experimentó una sed punzante, pero declinó a la idea de pedirle agua al mesero. Pagó la cuenta y salió del lugar, sin olvidar el ramo de crisantemos que traía por si acaso. Alcanzó la Plaza Mayor, se entretuvo en la fuente unos segundos y luego buscó la vieja avenida ribeteada de acacias. Se dirigía al margen norte de la ciudad, buscando la terminal de autobuses. Compró el boleto de regreso, aunque tendría que esperar casi una hora antes de la salida. Afuera, en la esquina de una de las calles de acceso a la terminal, un hombre, con talante extranjero, ejecutaba viejos tangos al son de un acordeón. Se sumó al puñado de personas que hicieron rueda al músico, consciente de que con esa distracción alejaba la idea, tenue, pero no por ello inocua, de querer deambular por la ciudad a ver si por casualidad se topaba con ella. El cielo se despejaba de a poco, pronto estaría oscureciendo. —Una mano le palmeó la espalda. Agitado, se volvió. —¡Caramba, hombre!, te dábamos por muerto —le dijo alguien a quien no identificó de momento, pese a que el sujeto lo miraba con notable familiaridad—. ¡Soy Marcos!, ex compañero de viejas luchas... Entupidas luchas, ¿no? No contestó de inmediato; se sintió fulminado. Hubiera querido decirle traidor. Tenía la certeza de que él fue uno de sus delatores. —Lo que perdimos por andar jugando a la política “contracorriente” —insistió el hombre, que no salía de la perplejidad al verlo—. Yo tuve que sentar cabeza. Me salí del bando, monté un negocio y... veme ahora... ni la sombra de aquel mozalbete tonto... Soy “Don Marcos”, inversionista en bienes raíces y distribuidor de licores importados... A tus órdenes... —Ya veo. —Y a ti... ¿qué te pasó..? Ésos del Partido no amagan... sé que te cogió la Guardia... pensé que te habían hecho picadillo... —Casi... —Ahora que lo pienso... escuche la otra vez que iban a dar amnistía a unos presos... ¿Tú estabas en la colada?... —Tal vez... —¿Qué piensas hacer ahora..? —Ya veremos. —Bueno... me alegro de saludarte —apresuró la despedida, al ver que el visitante no cambiaba la cara de pocos amigos. Avanzó un par de pasos, distanciándose, pero al recordar algo, se dio vuelta, y con un tono más alto de voz, apuntilló—: ¡Ah..!, supongo que ya te habrás enterado... sí, ella se casó con un funcionario municipal... No la sé ver, pero créeme, está bien... no le falta nada... Lo vio alejarse sonriente, a pasos saltarines, con expresión campante, enfundado en un gabán negro y columpiando un diminuto maletín. Hubiera querido mostrarle un poco más de enfado, pero lo único que le despertaba aquel tipo era un profundo desdén. “Qué extraña es la libertad”, pensó, “que ligera y desinhibida”, pero sospechaba que muy fugaz, tan pronto como se la llenaba de rutina. Subió al autobús, desperezado, aún con el eco de los tangos grabado en sus oídos. Tomó su asiento, en la primera fila, y descorrió la cortina para llevarse la última impresión de aquella ciudad, a la que no tendría de ahora en adelante ningún motivo para regresar. Una jovencita que venía subiendo se sentó por un momento en el asiento de atrás, sin que lo advirtiera el ex convicto. Con disimulo deslizó junto a él una pequeña caja de cartón lacrada. La muchacha salió como había entrado, satisfecha de haber cumplido con el encargo. Él estaba pensativo, con el mentón apoyado en la mano, viendo hacia la ventanilla y entretejiendo imágenes de lejana data; pero al voltear sin motivo, descubrió el paquete a su lado. Con asombro vio su nombre en el mismo, precedido por un “Gracias” en letra agrandada. Sin aspavientos abrió la caja. Algo así como una docena de cartas, abiertas todas, escritas de su puño y letra, estaban ordenadas por orden cronológico, durante los últimos diez años. En su asombro, no tuvo tiempo de averiguar quién se las había llevado hasta allí. Al escudriñar a su alrededor no encontró ningún indicio, y no intentó más. Volviendo los ojos a las cartas, se convenció de que ella las había recibido y hasta leído, pero que jamás contestó ninguna. El autobús comenzó a salir de la terminal. Pocos pasajeros viajaban esa tarde; el asiento contiguo a él iba vacío, incidente que no le disgustó en absoluto, más bien levantó el descansabrazos que los separaba para sentirse a sus anchas. Desprevenido, la miró a ella parada en el andén, sin compañía, agitando la mano para decir adiós. Él hizo lo mismo, sin sobresaltos, tratando de borrar hasta el más leve asomo de reproche. El bus se alejó. Llegaría cerca de la medianoche, por lo que supuso que tendría tiempo para darle vueltas a los incidentes de esa tarde. Para evitarse alguna molestia, decidió de antemano renunciar a la posibilidad de releer las cartas que de tiempo en tiempo había escrito. “No vale la pena”, masculló. Ya en camino, abrió la ventana, y con presteza lanzó el ramo de crisantemos a la campiña que bordeaba la carretera. Cerró los ojos y tendió infinitos puentes hacia un rumbo inédito. ** José Álvaro Cálix Rodríguez valaroclaxi-americo@yahoo.com Escritor hondureño (San Pedro Sula, 1970). Es investigador social y analista político. Relatos suyos han sido publicados en periódicos literarios de su país y en el sitio argentino EnCapítulos.com. A finales de 2006 publicará su primer libro, una colección de veintiún cuentos. === Cuando dices adiós, =================================================== === lo dices como si volvieras Oscar Édgar López ===================== I. Está bajo las cobijas la tonta promesa de calzar zapatos deportivos y la sobriedad del aullido de un perro muerto a las dos de la mañana, mientras pensaba en matrimonio, carne con pimienta, señoritas tetonas escotadas. II. Sin remedio estarás lejos, con el ojo izquierdo ceñido a una calle angosta donde la despedida me colgó de los muros como un chicle, como un cartel de luchas. No podré pedirte que vayas pensando el nombre para un hijo imposible con cuerpo de coneja de felpa, calcetín pequeño, la foto de alguien cuando gateaba. A los tres pasos del hasta luego sentiré ganas de llorar, y tres veranos serán los mismos que pase en un lugar imaginario en el que sólo puedan estar las palabras que no hablaste y extraño. III. Cuando te vayas el desayuno será peor que morder la banqueta. Cuando me dejes, la estúpida ocurrencia de tu regreso me hará fallecer largo, brotaré los frutos que sembraste para ser un árbol callado y tuyo. IV. Ignora las entradas de mi cariño clausurado preparándose para no hacer nada como hago yo que en ella soy un matasellos sin carta. Busca un agasaje rápido, niega manos añejas, apuntada en primera plana desconoce la pasión si faltan palomitas de maíz y cerveza. Ningún actor hará de villano mientras muerdo su oreja. y avanzo. V. Qué puerco, qué perro, qué puto despedirse. decir adiós, morderse el labio para burlar a las cucarachas dormidas en la garganta. Qué puerco no ensalivarse y jalar hasta el delirio, con el semen del fracaso sanar la ausencia del tacto húmedo. No ver jamás al que se aleja para sentir que a donde vamos estará esperándonos y dirá: es tarde, creí que no vendrías. Qué puto el que ha jugado y se esconde para golpear la pared hasta sangrar su derrota. Después, hechos unos pendejos, por propia mano suicida, al descubrir que se ha largado aflojar el lacrimal a lo enfermo, sin manos que detengan nada, que un tazón guarde ese llanto para que la melancolía y la nostalgia beban de él como mascotas de un amor que ha pasado. Qué perro pasar por la carnicería del alma sin atrapar un hueso de la delgada espera. ** Oscar Édgar López tripas_pulp@yahoo.com.mx Escritor mexicano (Zacatecas, 1984). Ha publicado los libros Seis palabras para un mundo deshabitado (poesía) y Ella ama lo puerco que soy (cuento). Colaborador de las revistas independientes y suplementos culturales El Subterráneo, Barca de Palabras, La Soldadura y Acento. Mantiene la bitácora personal http://ultravomitocoagulado.blogcindario.com. === Los dulces secretos del abuelo Olga Marina Cortez Barbera ======== Cuando vamos de visita, mi curiosidad me lleva al cuarto de mis abuelos. Como siempre ando tras las huellas de la magia y el misterio, abuelo sale a mi encuentro para contarme sus aventuras. Ese cuarto es una caja de sorpresas. Está lleno con las cosas que él trajo de sus largos viajes: desde una lupa que sirve para mirarle el ombligo a las libélulas, hasta una armónica que, en vez de melodías, le saca carcajadas al viento. Con tantos adornos parece una quincalla. Huele a naftalina, a colonia y a libros viejos. Es una mezcla rara que a mí me gusta. Aunque las puertas de la ventana siempre están abiertas, el olor flota entre las paredes y se apodera de los rincones. Los beso y les digo que mis padres están afuera. Abuela termina de alisar los pliegues de las almohadas, y abuelo, como siempre, abre una gaveta. Revisa y revisa, mientras yo me impaciento, pero después me premia con una deliciosa golosina. A mí me fascina el dulce, y a él también, tanto como le gusta hablar de sus aventuras. Entre ricos bombones o tabletas de chocolate, me pide que las guarde en secreto para que nada les quite su encanto. En el calor de su habitación o entre el aroma de flores del corredor, usa una voz misteriosa para comenzar. Abuelo dice que la memoria le está fallando y que por eso necesita su viejo sombrero de copa. Lo toma de un estante y mete su mano en él. En vez de conejos tiernos y pañuelos anudados, saca como por encanto sus coloridos recuerdos. Su primer amor fue una ninfa que conoció cuando pescaba en el mar. Le atrajeron las ondas de sus cabellos dorados y su sonrisa de perlas finas. Se enamoraron a primera vista, y como no hablaban el mismo idioma, se juraron amor eterno entre señas y susurros. Ella quiso huir con él. Las ninfas no deben abandonar su hogar de aguas profundas. Cuando el Rey Neptuno se enteró, de inmediato la castigó. Ahora está encerrada en la caracola rosada que descansa sobre la mesa de noche. Abuelo dice que si la pego a mi oreja y pongo suficiente atención, además del rumor de las olas, puedo oírla cantar. Cuando abuela se enteró, después de escuchar detrás de la puerta, apareció con las cejas juntas y las manos en las caderas. Creo que se disgustó, o le dio un ataque de celos, porque sólo le oímos decir: —Manuel Felipe... Manuel Felipe... —mientras movía la cabeza como diciendo que no. Abuelo la miró a los ojos y le regaló una de sus amplias sonrisas. En uno de sus fantásticos viajes conoció al Gran Houdini, un escapista famoso al que todos querían ver. Encerrado en grandes baúles, o atado en camisas de fuerza, él usaba su magia para escapar de candados y nudos. Después de una fila infinita, abuelo compró su boleto. Y con él en la mano, entró muy contento al teatro. El salón estaba tan lleno que ni la brisa podía pasar. Cuando Houdini apareció en escena, el murmullo se derramó. Y cuando comenzó el acto, todos hicieron silencio. Mientras el escapista era atado de la cabeza a los pies, al público sorprendido se le escapaba el aliento. Colgado como un murciélago y dentro de un tanque de agua, pudo salir victorioso en menos de diez suspiros. Los “¡Bravo!” y los aplausos fueron tan gigantescos, que todos pudieron sentir cómo temblaba el teatro. En esa buena ocasión, Houdini pidió que otro hiciera lo mismo. Abuelo, que era atrevido y le gustaban los retos, corrió hacia el escenario mientras se le ocurría una idea. Comenzó a tomar aire, a tomar aire y a tomar más aire. Los pulmones se les volvieron tan anchos como los de un elefante. Después de que fue amarrado, sintió que era una salchicha a punto de reventar. Nadie se dio cuenta. Sólo le dieron treinta segundos. Abuelo expulsó el aire y, una vez desinflado, se deslizó fácilmente entre mecates y aplausos. Salió muy bien de la prueba. El escapista, satisfecho, lo invitó a su camerino. Allí, como dos grandes amigos, conversaron largamente, mientras disfrutaban de un exquisito té de La India. Al despedirse, Houdini le regaló su sombrero y los mecates de la actuación. Ahora cuelga de éstos una gruesa hamaca de colores. A mi abuela Claudia la conoció cuando él daba un concierto de piano en casa de los Colmenares. Era tan hermosa y delicada, que él creyó que era un ángel que había bajado del cielo. Dijo que cuando abuela lo escuchó, ella sonrió y lo sacó de su error: —Yo no vengo de allí, mi buen señor. Vivo en un pueblo cercano. El abuelo toca varios instrumentos musicales. Por eso puede convertirse en un hombre orquesta, como cuando cantaba serenatas a la abuela bajo el titilar de las estrellas. En esas ocasiones, las ventanas se encendían y los familiares pedían sus canciones favoritas. Al final, todos terminaban contentos y el abuelo muy cansado, pero también muy feliz. En un rincón del cuarto abuelo tiene un cofre antiguo. Él dice que allí hay mapas de piratas y botellas con mensajes de náufragos perdidos. La llave está extraviada. Me prometió que cuando ésta aparezca, nos iremos a una isla y desenterraremos un tesoro. El otro día hizo un mapa para mí. Con él debía encontrar mi regalo de cumpleaños: un lindo jardín de mariposas. Sin esperar un instante, comencé a buscarlo. En cada sitio marcado, esperaba una chuchería: un caramelo, una chupeta, una galleta, un bombón. Al final, con dulces en los bolsillos y las manos manchadas de tierra, lo encontré medio oculto entre unas matas de lirios. Encerrado en un cilindro de madera está mi jardín con cientos de mariposas. Es un caleidoscopio que, al darle vueltas, muestra alas de múltiples colores. El abuelo dice que se lo compró a un sultán que, en vez de mirar por las ventanas del tren, se entretenía con él. A mi abuelo no le fue fácil convencerlo, pero al final el sultán se rindió. Mientras yo me divertía jugando con mi regalo, abuelo aprovechaba para pellizcar mis golosinas. A los dos nos gustan los dulces, ya lo dije. Los chocolates son nuestros preferidos. A veces, mientras los devoro, él sólo toma un pedacito. Creo que le gusta conservar su buena figura. En una oportunidad, que los comió demasiado, engordó tanto como un balón. ¿Cuándo? En su último viaje, cuando atravesó el océano Pacífico. El cielo oscureció y se desató una fuerte tormenta. Las olas se hicieron muy altas y el barco se bamboleaba. El mástil parecía que se quería partir y los marineros no sabían qué hacer. Abuelo y el capitán, temiendo lo peor, decidieron unir sus esfuerzos. Los asustados pasajeros fueron guiados a las balsas que, una vez llenas, se alejaban lentamente. Después de que la tripulación quedó acomodada y a salvo, notaron que había espacio sólo para uno más. Abuelo miró a lo lejos y le pareció que veía una isla. No se equivocó. Se lanzó al agua y le dio la oportunidad al capitán. No podía permitir que el buen hombre se hundiera en el mar. Joven y soltero, a mi abuelo no lo esperaba ni siquiera una mascota; al capitán, su esposa y ocho hijos que mantener. Una vez en las aguas, usó sus fuerzas para llegar a la playa. Sostenido a una tabla, nadó y nadó muchas horas sin descansar. Y cuando llegó la noche y las energías se le acabaron, flotó como una boya perdida en medio de la nada. Al amanecer, muerto de hambre y de sed, vio que se aproximaba una tortuga gigante. Haciendo un último esfuerzo, subió a ella y se durmió. Cuando despertó, se encontró reposando sobre la arena más blanca que hubiera visto. El agua del mar era muy clara y no había nadie alrededor. Estaba, según supo después, en una de las Islas Fiji, que quedan, según creo, al otro lado del mundo. Tres días más tarde, cansado de comer pescado crudo y tomar agua de coco, vio que unas cajas flotaban entre las olas. Una vez que las alcanzó y las acomodó sobre la arena, se sintió contento cuando comprobó que no se habían dañado. —Tal vez contienen alimentos —pensó. No pudo haber sido mejor. Contenían lo que más le gustaba: chocolates de todos los tipos y de distintas partes del mundo. Los guardó debajo de unas palmeras para que los rayos del sol no los derritieran. Esperaba permanecer en la isla el tiempo suficiente para acabar con el último. Comía, comía y comía, cada vez que le provocaba. El olor del chocolate era tan rico, que las aves comenzaron a acercarse. Abuelo les lanzaba trocitos y ellas, muy contentas, se los llevaban en el pico. El chocolate le dio tanta energía que pudo construir un castillo de bambú. Abuelo asegura que existe todavía, y que desde sus terrazas la luna se ve más cerca y las estrellas brillan más. Por sus ventanas se cuela la brisa fresca y el suave rugido del mar. Allí dejó una colección de corales que algún día irá a buscar. Cuando se convenció de que nadie lo rescataría, quiso construir una balsa para regresar. No hubo necesidad. Mientras trabajaba en la playa, algo llamó su atención: el extraño canto de unos hombres sobre canoas delgadas. Abuelo gritó y les hizo señas. Los hombres lo vieron y no dudaron en acercarse. Eran los nativos de una isla próxima, de pieles bronceadas y vestidos con sulú, unas faldas estampadas de fascinantes colores. Su lenguaje era extraño, pero abuelo pudo entender que podía ir con ellos. Le dejaron en puerto seguro y, ya en casa, habló mucho tiempo sobre su naufragio, hasta que se casó con abuela y se dedicó a educar a sus hijos. El abuelo no es de sangre corriente, menos de sangre azul. Dice que de tanto comer chocolates, por su cuerpo corre ahora un río meloso y marrón. A veces, cuando lo veo dormido, quiero pincharlo con un alfiler. Tal vez brote de su piel una fina fuente de chocolate. Pero si lo hago, pongo al descubierto uno de sus secretos, y yo prometí no hacerlo sobre el libro de las juramentos. Anoche, no sé por qué, dejó de hablar y se asomó a la ventana. Él miraba hacia el cielo y yo jugaba con las castañuelas, esas que cantan solas para que no se acerquen las tristezas. Cuando me cansé le pregunté: —Abuelo, ¿por qué cuentas estrellas? —No cuento estrellas... sólo cuento recuerdos —contestó. Entonces se alejó de la ventana, tomó de nuevo su gastado sombrero de copa y, como en un acto de magia, sacó dos deliciosos bombones. Nos los comimos en silencio, sonriendo con picardía, para compartir otra vez el dulce secreto de una nueva aventura. ** Olga Marina Cortez Barbera olgacortezb@hotmail.com Escritora venezolana. Economista egresada de la Universidad Central de Venezuela (http://www.ucv.ve). Participó en el taller “Literatura Infantil” de Monte Ávila Editores (http://www.monteavila.com.ve) bajo la dirección del escritor José Armando Sequera. Colaboradora literaria en la sección Cuentos de los extintos sitios argentinos Basseteros.com.ar y Mundobasseteros.com.ar. Textos suyos han aparecido en la publicación digital Los Hermanos Chang (http://www.hermanoschang.blogspot.com) y en el diario El Universal (http://www.eud.com). Tiene publicada la serie de relatos El origen de los cuentos (Editorial Volumen, 2002). === Poemas Ulises Varsovia =========================================== *** Madre prostituta Amamanta a tus cachorros de hiel, y de ira y rencor y blasfemias, madre prostituta inclinada sobre tu prole en acción de gemir, secas ya tus fláccidas vertientes, amamántalas de leche negra, de odio intrínseco y sed de venganza, para que nunca olviden lo que son, de qué matriz proceden sus rostros, y hacia qué destino van sus pasos. Dótalos de abrojos y de espinas, aliméntalos de resistencias, inyéctales tus noches sufridas, la copa de la intemperie en rigor, la mano del puñal homicida. Para que tenga sentido el dolor, para que una lámpara arda por ti, para que nadie mancille tu cuerpo. *** Gritos de auxilio Ensordecedores gritos de auxilio de una voz idéntica a mi voz, de una garganta filial a la mía llamando desde el precipicio, recabando mi ayuda fraterna. Hermano o hijo de mis entrañas atado al borde de la hondonada, nada puede por ti mi amor filial, nada puede por ti mi desgarro de padre o amantísimo hermano estirando sus brazos hacia ti. En el tiempo seguirás gritando, y seguiré escuchándote, transido de un dolor como ningún dolor, de una angustia de hermano sufriente, de hermano de mi misma sangre. *** Azar Numerosísimamente inclinado sobre los dados del azar, sobre los huesos del destino, sobre la lectura de cartas, solitario en casa y fuera también, midiendo el parecer de los hados. A nadie como a mis gitanos reunidos bajo su tienda, atizando el fuego nómade con la varita del arúspice, o semidormidos plegando y desplegando los fértiles labios, volátiles en el entresueño, a nadie como a mis híbridos ofreciéndose de puerta en puerta, leyendo la palma de la mano a sabihondos académicos, a doctores del saber, hundidos en su pobre ignorancia ilustrada, cavando como topos bajo tierra. Inclinado, pues, con mi lechuza sobre el arrugado planisferio, o, mejor, sobre el planetario, tomándole el pulso a los astros, leyendo su inequívoca ciencia. Y después, claro, los reproches: el hilo demasiado tenso, la circunvalación tardía, el hígado apenas visible, o que los dados cargados, que los huesos un revoltijo, y que el azar, en final de cuentas, puro azar, nigromancia perfecta. *** A obscuras Tal como quedarse a obscuras en mitad del largo camino, acuciado por el prurito de llegar, de alcanzar el final, de abrir los ojos en el alba. Sí, la lámpara de barro, el curioso chisporroteo de su pabilo húmedo, cuando inmersos en la lectura de las claves ontológicas, y todos los perros ladrándonos. Como hay alguien expresamente obstruyendo las celosías, clausurándonos el tránsito al hórreo, a la luz, al trigo, a las espigas bruñidas. Y esta persistente ansiedad, este cosquilleo en los dígitos, este escozor en las pupilas. *** Silencio Quien recuerde calle y reniegue, quien recuerde desmienta y maldiga, emborrone, desvirtúe, tache, cuestione, raye, borre y olvide. No haya para ti perdón ni tregua, ni atenuante, ni piedad, ni lástima: recaiga la culpa sobre tus actos, un dedo te acuse y palidezcas. Quien recuerde niegue y desoriente, obscurezca, mienta, encubra, y con tal peso salga y camine, y cumpla sus días en la tierra. ** Ulises Varsovia rommel.krieger@unisg.ch Escritor chileno (Valparaíso, 1949). Es docente de español en la Universidad de St. Gallen (Suiza). Ha publicado más de veinte títulos de poesía desde 1974, en forma artesanal, y sus poemas han aparecido en más de sesenta revistas literarias de Latinoamérica y Europa, en español y en otros idiomas. Textos suyos pueden leerse en su página personal, http://varsovia.tripod.cl. === El escribidor Marianela Alegre =================================== Finalmente la luna se había desplomado. La pareja y el niño contemplaban la que aún se aferraba al cielo. Una nube de polvo los envolvía, les entraba por los poros, les secaba la boca e irritaba sus ojos desdibujándoles el paisaje a su alrededor y los contornos del satélite, que ahora, solo en el cielo, se había vuelto más imponente, más atemorizante. En el silencio desolador de aquella oscurecida mañana se preguntaron cuánto tardaría en caerse aquél también. El escribidor había culminado su trabajo del día. Cuidadosamente lo guardó en un disquete; intranquilo aún, realizó una nueva copia que guardó junto a la anterior en su caja de seguridad. Agregó también una copia impresa. Antes de cerrarla miró con disimulo a su alrededor. Sus ojos recorrieron la habitación con desconfianza. Luego se sentó al escritorio para apuntar en su cuaderno de notas: “Año 15 D. de S1., decimotercer día. Las dos lunas: cuento”. Después se echó hacia atrás en la silla, sus vértebras crujieron una tras otra desde la mitad de la espalda hasta el cuello, siempre endurecido. Lo movió con dificultad dejando caer la cabeza sobre uno y otro hombro alternativamente, lo rotó hasta sentirse mareado, entonces se detuvo con brusquedad con los ojos cerrados. Cuando los abrió, las sombras que guardan la noche habían ganado el patio que podía contemplarse a través del ventanal que tenía a sus espaldas. Giró la silla esperando la venida de la oscuridad. La vio devorar la hiedra que cubría la pared del fondo, el pasto gris, el oscurecido bombeador de agua de motor tembloroso, las baldosas negras y la hamaca, como hecha de sombras, para siempre detenerse unos segundos frente al ventanal antes de estrellarse contra el vidrio y quedarse allí, empujándolo. La cambiante figura de la hiedra recortándose en la oscuridad, perceptible sólo por sus movimientos de anguila, lo inquietó una vez más. Dejó la noche luchando por colarse en la habitación, cerró la puerta de su estudio, le echó llave, colocó el candado al gran cerrojo exterior y caminó lentamente por la galería que lo conducía al sector de la casa donde residía. Se había hecho tarde, estaba solo y cenó inmerso en ese mundo en el que convivía con sus personajes, un universo bullicioso y sobrepoblado donde podía caminar sin esa inquietud que le inspiraba hacerlo en su mundo real, como si ese espacio y ese tiempo tangibles fuesen extraños y desconocidos; no como aquel otro que él creaba día a día para sus personajes, ese era un lugar familiar, donde nada imprevisto podía suceder porque conocía cada rincón, a cada habitante y sus gestos, sus reacciones, sus miserias y temores. Él caminaba por sus calles sonriente, distendido, ignorado por los residentes que, aunque lo sabían un intruso, se habían acostumbrado a su presencia, las recorría una y otra vez, incluso en sueños. Tan vasta era aquella tierra, siempre nueva, que cuanto más la andaba, menos sabía de ella, como con Clara. Es que Clara era infinita. Entonces la pareja de ancianos y el niño comenzaron a descender de la montaña, por el camino se sorprendieron de no encontrar otras personas. Abajo la ciudad ya no existía, su lugar lo ocupaban las aguas marrones del río que parecía haberse fundido con el mar. El escribidor se incorporó en la cama, tomó un grabador que guardaba en el cajón de la mesa de luz y describió las imágenes que tenía en su mente lo más fielmente que le fue posible entre las nubes del despertar, luego, continuó con su sueño manso. Desayunó junto a Clara en silencio, se despidió con un beso, también en silencio. Caminó la galería hasta su estudio viendo a ambos lados los caminos de la montaña que los ancianos y el niño no se atrevían a continuar andando. El estudio estaba oscurecido por la mañana aún en penumbras y el escribidor encendió las luces y la computadora, dos horas después el niño y los ancianos seguían camino, pero no hacia el que había sido su hogar, habían elegido descender por la ladera opuesta. El escribidor sentía los dedos entumecidos por el frío y decidió encender el hogar, mientras atizaba el fuego se entretuvo en contemplar como la hiedra ganaba terrero afuera. Desde arriba, utilizando lo que había sido el soporte para una parra, reptaba creciendo velozmente, cada tanto dejaba caer una rama al suelo, que crecía hasta casi rozarlo para detenerse allí, sabiendo que no podía continuar. Aquellos brazos iban adueñándose del patio, sus hojas degeneradas tenían un tamaño desmesurado para su especie y el morado con que las había teñido el otoño ensangrentaba la luz del día. La voz de Clara viajó por la galería, se coló por debajo de la puerta y le entibió la oreja con aliento a comida casera, percibió el aroma del estofado y su amplio estómago se quejó por el abandono de la extendida mañana de trabajo. Los niños alborotaban la cocina con sus pequeñas voces, sus pequeñas manos y sus pequeños pies. Clara reía, Clara siempre reía y cuando todo hacía suponer que había perdido el control sobre la situación, ella imponía un orden dulce, con sus pequeñas manos, su pequeña voz y sus pequeños pies. Los ancianos se sentían débiles por el esfuerzo que les imponía la marcha y el peso que les imponían sus pensamientos. El niño parecía no darse cuenta de la situación, corría señalando aquí y allá, saltando sobre las rocas que hallaba a su paso, bebiendo de cada hilo de agua que resbalaba por la ladera. Al tercer día, el anciano se sintió demasiado viejo y demasiado desesperanzado para continuar, se sentó desparramado en el piso polvoriento, con los brazos colgándole a los lados, los dedos hundidos en el talco sucio que cubría el camino. —Sigan ustedes, luego vendrán por mí, cuando encuentren a los demás. Entonces cerró los ojos. Cuando los abrió, la anciana y el niño caminaban lentamente de la mano, la anciana parecía haberse empequeñecido un poco, el niño parecía haber crecido un poco. El atardecer llenó el estudio de fantasmas azules que deambulaban apoyándose de a ratos sobre las paredes o el techo, para quedarse allí inmóviles, como pintados. Luego, quizás aburridos, cambiaban de sitio, lo repetían una y otra vez, mientras la oscuridad que todo lo iba tragando quedó sólo interrumpida por la luz que despedía la pantalla. La anciana y el niño habían llegado al valle o lo que debía serlo. Un desierto de polvo suelto los recibió con un abrazo cálido y áspero. No habían hallado a ningún ser humano en su camino y ante ellos lo único vivo era el viento. Otra vez el olor de Clara se coló en el estudio; era un aroma a lilas, a talco de lilas, a agua de lilas. Esa noche el escribidor jadeó entre encajes lilas para dormirse luego entre húmedos suspiros, mientras la anciana y el niño se abrazaban para dormir, para no temer, en la seca soledad de la tierra vacía. El sol entró por debajo de la puerta, por la ventana sin persianas, por entre las blancas pestañas de los ojos del escribidor, le perforó los párpados, ahuyentó a los fantasmas azules y también calentó las cabezas del niño y de la anciana hasta desesperarlos. El escribidor, aún con los ojos cerrados giró, giró, giró su dolorido cuello para un lado, para el otro, y con sus manos sobre el teclado dibujó con palabras suaves un oasis para ellos. Dibujó una casa, y un jardín, y frutos, y agua clara, y aroma a lilas; y dotó al niño para escribir su historia. Después la anciana se fue haciendo de tierra hasta que se integró con ella, mientras el niño, siempre niño, escribía en silencio, sin dejar de vigilar la luna que crecía, crecía. Escribía de la luna que cayó, del anciano que se quedó en la montaña esperando, y de la vieja que se había vuelto de tierra. Y de otros seres escribía, de seres medio inventados medio recordados, de rostros amigables. Y de una mujer clara de pies pequeños, manos pequeñas y voz pequeña, que lo esperaba de día y lo entibiaba de noche. De la luna en el cielo no escribía. Un tronar seco los sorprendió, los sacudió, sacándolos un momento del asiento y del teclado. Sabían que se encontraban solos, no podía ser de otra manera, nadie tenía acceso al estudio, ni los niños, ni siquiera Clara. Ellos pertenecían a la casa, la casa que habían levantado para ellos. A los demás les creaban universos donde vivir serenos, sin el temor del que espera. Cada noche resguardaban sus vidas en la caja fuerte. Se preguntaban si no deberían hacer lo mismo con Clara y los niños, pero los amaban, se sabían amados y eran egoístas. De ellos dependía el mantenerse cuerdos mientras esperaban. La tierra tembló haciendo crujir los vidrios, no quisieron mirar hacia atrás, no querían ver el cielo oscurecido, la segunda luna también se caería, el niño lo sabía, el escribidor también lo sabía. ** Marianela Alegre lacher_alegre@infovia.com.ar Escritora argentina (1968). Es contadora pública de profesión. === Huellas Elva Marina Mireles ====================================== I Surcando oscuros mares en su fuerte navío, en medio de las olas que la tormenta agita; ordena y vocifera, increpa al fuerte viento, y a la profunda noche que armada de relámpagos y cañones de fuego le ataca sin piedad. II Su grito penetrante recorre aquel navío maldiciendo mil veces a su suerte, a la noche, y al marino que invoca una plegaria. III Y perdido en la noche el rumbo de su viaje, escruta el cielo inmenso sin encontrar la estrella que esconden las tinieblas y entre gritos y golpes y el olor de la muerte, arroja sus tesoros al fondo del abismo como ofrenda a la noche y a los mares sombríos. IV Y ve pasar la muerte cargada de marinos. ¿Hacia qué mundo vas, intrépido corsario? Estás solo y rendido en tu nave enlutada; ya no maldices. ¡Callas! V Y sin curso, a la deriva, ve pasar sus recuerdos y se pierde en la nada. ya no hay viento, ni olas, ni tormenta; sólo muerte y silencio... VI Y llegaste cargado de nostalgia, de aventuras. Y pisaste la arena de otras playas, de mis playas. Ya estás aquí, no añores nada, que este cielo que contemplas te esperaba. Y esta tierra, te ofrece generosa su belleza salvaje. VII Y en círculos de tiempo, te quedaste con tus sueños para no regresar. Aquí tienes tu vida. Aquí tienes tus hijos. Aquí tienes tus huellas. VIII Ya no hay nave, ni tesoros, ni aventuras, sólo tiempo y recuerdos... IX ¡Dos siglos..! tal vez más... y aquí estoy; y escucho entre las olas el murmullo del tiempo. ¿O es acaso tu alma que le susurra al viento? ¿O el rumor de tus pasos en la arena? X Aquí estás, perdido entre un laberinto de corales que emergen sorprendentes; con tus recuerdos y tu soledad. XI Ya tu voz no suena amenazante, ya sólo dejas huellas en el tiempo. En la noche que abraza tu arena y tus corales. XII Tus huellas en el tiempo aguardan en la arena; en tanto que se alejan los rugientes cañones del galeote perdido y la tarde se roba tu celeste mirada que buscaba con ansias la estrella de otro cielo. XIII Tus huellas en el tiempo, aros encadenados a la orilla del mar, que con pesar suspiran cuando escuchan, el grito de las olas al romperse en las rocas. XIV Esos gritos... Esas voces... Ese rumor que danza entre las sombras; son tus hijos, tu simiente. XV Son las voces de tus hijos dejadas al viento, como ecos entretejidos con hilos invisibles que en las ondas del tiempo se acercan y se alejan. XVI Aquí estamos, siempre mirando al mar; siempre dejando huellas en la arena. XVII Y vagando solitario en la noche perdida, te persigue el graznido de las aves nocturnas, te persiguen las voces y los rostros de ayer y con sus fuertes garras te aprisionan las sombras. XVIII Te entregaste a un eterno olvidar, sin lucha; te quedaste en la sombra, sepultando tu alma tras muros de silencio y soledad. XIX Tus ojos... siempre mirando al mar. Tus pies... siempre dejando huellas en la arena. XX Quedaste encadenado por el tiempo, en esta playa erizada de rocas; contemplando el embrujo de ese tapiz viviente que emerge ante tus ojos. XXI Mezcla de la embriaguez de los rubios marinos, de la sonrisa de nativos felices y el aliento oscuro del esclavo. XXII Son sus errantes huellas en el tiempo, aros encadenados a la orilla del mar. XXIII Y hoy... te fuiste, tú también, tras quimeras lejanas e imposibles, en esa noche que ahogó tu voz, que se robó tu mirada serena y atrapó el rumor de tus pasos silenciosos, que se perdieron en la lejana noche. XXIV Ya no estás... Ya la rueda del tiempo aprisiona tus sueños, ya vas tras las errantes huellas a la orilla del mar. XXV Déjame oír ese silencio espeso. Ese silencio... que te ronda, que te abraza, y que se fue contigo a la orilla del mar. XXVI Déjame mirar tus huellas en la arena. Déjame sentir tus sueños para hacerlos míos, y seguir esa ruta de añoradas quimeras que buscaste con ansias. XXVII Déjame encontrar tus recuerdos, tu cielo, tu estrella perdida, tu pesada nostalgia. XXVIII Mientras el círculo que encierra, que atormenta, que aprisiona los pasos de tus hijos; se desliza en el tiempo para iniciar su ronda. XXIX Y buscando la ruta de tus sueños, me atraparon las redes, tejidas por el viento; me golpearon las olas, contra la roca dura. XXX Y cabalgando en ellas, me topé con tu estrella perdida y con tu negra noche. Y oí tu voz. Y sentí tus huellas en la arena para seguir tras ellas en el tiempo. ** Elva Marina Mireles marinamireles@yahoo.com Escritora venezolana. Reside en Miami, Florida (EUA). Licenciada en educación mención lengua y literatura, graduada en la Universidad de Carabobo. Ha publicado artículos en la revista electrónica Espéculo (http://www.ucm.es/info/especulo), de la Universidad Complutense de Madrid. === El ataúd María Celeste Vargas Martínez =========================== El cielo ha amanecido más despejado que otros días. Apenas son las siete y ya hay gente en la calle. Algunos caminan deprisa, mientras otros, tranquilos, con las manos en las bolsas, la cabeza gacha y los hombros caídos, recorren las calles empedradas. Los perros buscan, con la nariz completamente pegada al piso, algo de comer en las esquinas. Hoy es un buen día. Es temprano. Ahí vienen los hombres asomando por la calle principal. Había pensado que quizá sus ojos estarían tristes, que vendrían cabizbajos por el dolor ajeno. Pero creo que ya están acostumbrados a estos momentos. Es más, pienso que vienen bromeando. Pronto todo acabará... todo acabará. No sé por queé a veces sientes que la vida se te va, que poco a poco se te escapa de las manos. Y entonces tratas de sujetarla, de asirla con fuerza contra tu pecho. Y sientes los recuerdos agolpados en la garganta y tratas de dejarlos ahí, de impedir que escurran por tus ojos, sin darte cuenta que no son los recuerdos los que escapan sino la vida misma que en pequeñas gotas se evapora del cuerpo y desaparece. Se te va la vida. Se te va mientras tú sigues sentado en la cama, mientras lamentas tus fracasos, mientras dejas que el pasado dirija tu vida o mientras sólo te sumerges en el trabajo. Tocan a la puerta. Son ellos. Su semblante ha cambiado, ya se han puesto de luto también. Entran en silencio y observan el gran cajón que yace en medio de la sala. Parece que les sorprende que en la casa no haya nadie más, y parecen aun más sorprendidos por la caja. ¿A quién puede enterrar una mujer solitaria? Sin perder más tiempo levantan el féretro y a pasos lentos nos encaminamos a la calle. Los peatones se detienen. La mujer de la tienda deja de barrer mientras quita su rebozo para descubrir su negra cabellera. El hombre que reparte leche en su mula orilla su carreta para dejar pasar el féretro. La mujer del suéter negro, con su canasta de pan y su puñado de niños que siempre la sigue, detiene su labor, y los niños callan sus gritos. El joven que siempre está a medio dormir en las escaleras de la iglesia se pone de pie y se quita el sombrero. Todos observan... Todos susurran. Seguramente se hacen la misma pregunta que los cargadores. ¿A quién puede enterrar una mujer que llegó hace más de un año al pueblo, a quien nunca se le vio hablar con nadie, que nunca se le conoció hombre alguno? Pobres cargadores, nunca pensaron soportar un muerto tan pesado. Mandé hacer un ataúd especial para semejante peso. Al principio no deseaban hacerlo, el hombre de la funeraria decía que era demasiado grande, pero insistí en que lo necesitaba de ese tamaño. Era necesario y lo convencí. Lo disuadí también para contratar a diez hombres que cargaran el féretro. Son demasiados, dijo, pero al ver el cajón terminado se dio cuenta de que eran las manos necesarias para un trabajo de ese tipo. Aún el sol no sale, y ya gruesas gotas resbalan de la frente de esos hombres. Sólo unos metros más y estaremos en el cementerio. Los hombres, cansados, dejan el ataúd sobre el pasto lleno de rocío. El aroma a tierra mojada aún se percibe en el cementerio. No hay aroma más rico, más renovante que ése. Pido un momento a solas. Los hombres se alejan unos metros y observan hacia la puerta del pequeño cementerio esperando que el sacerdote entre en cualquier momento. Pero no entra y nunca lo hará, al menos para este entierro. A veces, es mejor olvidar, y matar, y enterrar, y no volver a exhumar esos recuerdos que hieren, que sangran, que impiden vivir. Esos recuerdos que nunca podrán cambiar, que nunca podrán ser diferentes porque pertenecen a otra vida que ya tuvo su tiempo y su lugar. Hoy, aquí, he decidido que será el último día en que la vida se me escape por los ojos. Hoy, aquí, con ese ataúd se va todo, hasta la curiosidad de los enterradores por saber qué tiene adentro: nunca habían enterrado a un muerto tan pesado. Hoy he enterrado todos los recuerdos. Todas las lágrimas que día a día han ido secando este cuerpo que un tiempo fue bello, ágil y fresco. Todas las horas regaladas al tiempo, donde no se hizo nada, donde cada segundo fue desperdiciado, fue tirado y olvidado. Todas las imágenes que llegaban en cualquier momento, que cegaban los ojos impidiendo ver la luz de cada día. Todo ha muerto. Poco a poco comienzan a arrojar la tierra. A cada palada siento mis hombros más ligeros. A cada palada siento que ese pesado muerto se va bajando lentamente de mí, hasta quedar bajo tierra. Siento mi cuerpo más ligero, mis brazos pueden alzarse al viento sin ninguna dificultad, y mis piernas son tan livianas que seguramente podré apresurar el paso y caminar sin titubeo. La tierra cubre ya todo el ataúd. Ahora puedo respirar sin dificultad. El aire es tan puro, tan fresco, que puedo sentir cómo entra a mis pulmones y recorre todo mi cuerpo. Hay tanta paz. La última palada y un gran ramo de rosas, rojas y blancas, le dicen adiós a ese pesado muerto que por muchos años me estuvo persiguiendo. ** María Celeste Vargas Martínez tete_c27@yahoo.com.mx Escritora y periodista mexicana (1976). Textos suyos han aparecido en la revista Visión Universitaria (México, 2006). Es autora de dos libros sobre historia de la animación y uno de cuentos para niños, ambos en proceso editorial. === Poemas Hado Navarro ============================================== *** Masas forenses Quería deponer mi muerte jugando a desvivir mi diario y a trasmigrar hacia las ausencias, jugando a jugar hasta que los silencios encantados me nombraran sólo mediante un porqué. pero me existo como un mito, creando cadáveres de la nada y añoro los instantes en que aún no vivía. *** Orgasmo fantasma La noche cerrada por las sombras chinas. Soy agonizado por mi primer palabra. ¿Para qué tanto aniñar mi veneno si soy sólo un círculo de una maldición maldecida por otra sucesivamente siéndome el único portador de la plaga, adicto sin haber probado nunca? Perpetuamente se funda mi hundimiento. Aquí está el plan maestro de mi suicidio. Me aparecen cosas. *** Ovillo ilimitado Mi caída se cae sobre mí y me deshago a escala huérfana. ¿Por qué no puedo ser nada fuera del círculo vicioso de mi adicción a lo que nunca existe? Moriría todas las veces así: Dios miente y soy, mi barrilete está en el infinito y desde mi sueño negro lo remonto. Sólo lo absurdo intentando lo absurdo. ** Hado Navarro hadonavarro@yahoo.com.ar Escritor argentino (Buenos Aires, 1981). Textos suyos han aparecido en la revista Voces, aunque su obra permanece mayoritariamente inédita. === Número 360 Luis Ricardo García Oyervides ========================= El asesino silente se escurre tras su siguiente víctima. Esta será su tercera en la noche. La primera fue una anciana, el joven asesino cubierto por una elegante capa que a la sombra de la noche parece negra le invitó cortésmente a la solitaria dama sentarse a su lado en el parque. Se presentaron y rápidamente intimaron y compartieron secretos y confidencias. La hermosa velada a la luz de la luna acabó con un fino corte alrededor del cuello, una línea casi invisible y el trazo de un pequeño número en su nuca: “360”. Así mantenía el caballero la cuenta de los días en su interminable faena nocturna. “Este es un día para celebrar. ¡Esta noche es año nuevo!”, se dijo a sí mismo mientras acomodaba el cuerpo de su segunda víctima a su gusto, un despistado heladero que por casualidad conoció en la plaza. Se llamaba Raúl Hernán, tenía dos hermosas hijas y en su cartera un borroso retrato de su amada, lo único que quedó de ella después de aquel incendio en el hospital. “Ah, sí. Te me habías escapado esa vez con tu pequeña en brazos. ¡Qué bueno que nos volvemos a ver!”, dijo mientras le pellizcaba el cachete en gesto de amistad y sonreía. “La tercera de la noche”, se dijo mientras seguía a una mujer a su casa. Ésta tenía que ser especial, ya que casi sería año nuevo. El caballero gustaba siempre en estas fechas de brindar por un feliz año con una copa fresca de la sangre de una hermosa dama y este año no sería la excepción. El galante joven logró introducirse en la casa de su víctima sin ser visto ni oído. Pronto se encontró justo en frente de ella, cubierto por un manto de sombras en la esquina de su habitación. Dio dos ligeros pasos hacia la cama de ella y se inclinó para poder verle sus ojos iluminados sólo por la pálida luz de la luna colándose por entre las ventanas. Pero al mirarla de cerca dio un sobresalto. “¡Fernanda!”, gritó su nombre. “¡Jacques!”, respondió la doncella en su lecho sobresaltada por el inesperado encuentro. Ella y él se quedaron inmóviles bajo la tenue luz de la madrugada. Sin emitir sonido alguno se hablaron entre sí sólo con sus miradas. Se saludaron cálidamente, como dos amigos de toda la vida, se contaron cómo les había ido en la vida y qué habían estado haciendo. Trataron de evitar aquel tema, pero les fue imposible. Recordaron aquella noche siete años antes en la que él la vio en brazos de otro hombre. Al día siguiente encontraron al galante caballero en una tina ensangrentada brindando por un feliz año con la sangre del desafortunado intruso. El malentendido no fue aclarado nunca y ni ella ni él se volvieron a ver jamás. “Aquél día, mujer”, balbuceó el caballero, pero la dama lo interrumpió, “No, todo fue un error. Él y yo no éramos nada, yo tan solo...”. Pero no pudo terminar. “No tienes qué hacerlo”. Ella suplicó. Al día siguiente encontraron al joven tendido en el suelo empapado de sangre con las muñecas cortadas de lado a lado. Sostenía todavía entre sus dedos una copa a medias con un extraño pero delicioso vino tinto. ** Luis Ricardo García Oyervides defnith@gmail.com Escritor mexicano (Mérida, Yucatán; 1989). Es estudiante. === Poemas Andrea Naranjo Merino ===================================== *** Futuro II Partiré a las montañas, el invierno detendrá mi vida y por un instante seré la cumbre instalada al final del hielo. Retornaré con los árboles de cristal al final de cada diciembre, ¡nieve el delirio! de los cantos que permanecerán, cuando la noche sea la única que defina los caminos. Lloraré de nuevo al girasol olvidado a veces por el tiempo, el agua escasa y la garganta ya seca y sin palabras. Olvidaré los versos escritos, me habré mudado por fin a la dimensión que me pertenece. (inédito) *** El hombre del ocaso Sangraba su alma y atornillado a la vida se aferraba al cemento de la calle. En una esquina parpadeó por última vez y susurró al viento El Poema de los Dones. La sombra lo envolvía y los rostros ya difusos en su memoria, se tornaban grises y amarillos como el amarillo tigre de la infancia. El hombre de la esquina lloró para siempre por todas las voces, ahora, abaleadas también por el silencio. (inédito) *** Girasol de humo Volveré, a esa ciudad de humo que se esconde en mi cabeza sin soñar otra vez esta mentira de sangre dibujada desde el cielo... ¡Cómo lloran los ángeles! porque todo se deshace porque al insinuar la muerte se parten los delirios y el girasol en llanto deja su reloj sin arena. (inédito) *** Verde Un árbol se sostuvo conservando intactas sus hojas. Se silencian las campanas y en la iglesia ¡todos! me recuerdan verde. (inédito) *** Parálisis Las horas se agrandaron por un instante se pensó que el tiempo iba a estallar y tendría alguien que inventarlo todo de nuevo. Se contuvo la respiración el aire sostuvo su mirada fijamente al azar y al no-viento. Alguien caminó soñaba las flores perdidas y el mar lo tenía ya seco en su memoria. Le sonrió al hielo del alma mirándose por dentro y siguió en silencio señalándose desde el cielo. (Publicado en la revista Arena, diario Excelsior, México, enero de 2006). *** Futuro Cambiaré de piel para no recordarme pero tendré como siempre el alma compartida. Me mudaré a las montañas donde los peces olvidarán el agua y los animales que vuelan detendrán su libertad. Llevaré por dentro el vacío de una caverna que comienza a gestarse y el rugido de la vida que me llama a veces por mi nombre. (Publicado en la revista Arena, diario Excelsior, México, enero de 2006). *** Ruina Qué otra ruina pudiera tener el alma sino las alas quebradas de un ángel. Otro ensueño perdido en la penumbra. Otra máscara titereando la vida. (inédito) ** Andrea Naranjo Merino andreanaranjo50@hotmail.com Escritora colombiana (Cali, 1974). Es abogada, egresada de la Universidad de San Buenaventura (http://www.usb.edu.co), de Cali. Reside en Estados Unidos, donde trabaja como instructora de español en James Madison University (http://www.jmu.edu). Textos suyos han aparecido en el diario El País (http://elpais-cali.terra.com.co) y en su magazín dominical La Gaceta, diarios El Tiempo (http://www.eltiempo.com) y Occidente (http://www.diariooccidente.com.co), y en las revistas Magazín Dominical del diario El Espectador (http://www.elespectador.com), En Contacto y Arena, del diario Excelsior (México), así como en la revista Nexus, de creación propia. Textos suyos han aparecido en los libros I Concurso de Crónicas, Cuentos y Poesía para Autores Inéditos (Editorial Gestores del Cambio, 1993) y Universos (Ediciones Embalaje del Museo Rayo, 1996, 1997, 1998 y 2000). Ha publicado el libro Espejismo (Ediciones Embalaje Museo Rayo, 1997). === Siempreviva Juan Carlos Hernández Cuevas ========================= La sombra retorcida de La Peineta miró a la Ivette cruzar por última ocasión las aguas secas del río Turia. El antiquísimo cauce, recto como una silenciosa sierpe muerta, ofrecía una vez más aquel raro espejismo capaz de provocar la ira de Shango que desde todos los ángulos continuaba buscando a Oya mientras observaba a sus hijos resguardándose del bochorno de julio que podría acarrear, según el pronóstico del tiempo, una tronada horrenda. Al ver su Rolex falsificado, la Ivette sonrió satisfecha, pues las cosas marchaban bien. El cuerpo recién duchado en el club Habana, prefirió adentrarse en El Palleter, cuya penumbra lo resguardó inmediatamente del paroxismo callejero, exacerbado éste por la luminosidad y los efectos de la resaca colectiva provocada por el partido de fútbol ocurrido la noche anterior. Una hora más tarde, durante su acostumbrada ruta hacia el Grau, y cuando el entorno volvía a intensificarse, deseó satisfacer con churros y chocolate espeso el apetito súbito. No obstante y para ahorrar unos cuantos euros más, se abstuvo y optó por encaminarse hacia el aséptico mercado del Cabañal. Un lugar mágico donde la heterogénea clientela, después de dar un vistazo al DNI adquirido el año anterior, se mostraba perversamente complaciente. El eco de la habitual monserga de entrevistadores y entrevistados se confundía al unísono entre gritos, empujones, palabrotas y miradas de perros amariconados que denotaban profundo asco a los olores de pescado, marisco, y hacia los sanguinolentas terneras enganchadas junto a cabezas de cerdo adornadas con luengos collares de butifarra, chorizo y morcilla. Las voces provenientes de televisores y radios continuaron dispersándose entre los corredores de la nave, invadidos por enormes carros de la compra que se detenían una y otra vez ante los gritos insistentes de carniceros, pescaderas, polleras y verduleros encargados de cautivar a las interminables filas de gente del barrio: —No sabemos si en la España contemporánea estamos capacitados para enfrentar el modelo social multicultural... —Los chicos extranjeros toman el tren de Cercanías para pasar la tarde entre el lujo de avenidas y escaparates. Más tarde, regresan a la miseria de sus barriadas, resentidos con la sociedad que les ha abierto las puertas. Encuentran al padre fatigado y a la madre añorando la lejana patria. —Tenemos la obligación de crear las condiciones laborales adecuadas para integrar socialmente al inmigrante. Es imperativo un diálogo entre el gobierno y empresarios. El Partido... —No, no estamos en contra de la migración. Sólo que los queremos con papeles, regularizados. Así fuimos nosotros a trabajar al norte de Europa... En cada visita, la Ivette encontraba una maledicencia que sólo las propinas de verdura fresca, fruta y morralla lograban paliar. Sin embargo, las bodegas perfumadas por fantasmas de la huerta atraían asimismo la inesperada presencia de sus ancestros, resguardados bajo alargadas hojas verdes de inmensos palmerales enraizados en el vientre de la cálida y húmeda arcilla nigeriana. ¡Qué fácil era opinar con argumentos que rezuman ignorancia! ¿Y los efectos del colonialismo europeo? Les habían arrebatado todo —menos el espíritu—, pensaba Ivette al cambiarse una y otra vez las impecables bragas de algodón peinado. Al mismo tiempo su memoria reproducía automáticamente la imagen de una casa lejana, enorme y abstracta, cuyos muros ensangrentados se resisten aún a la imposición de estilos de vida y lenguajes ajenos. El ritmo catártico de tambores derretía el espeso sudor asido a los rostros impregnados con aromas de vid rancia, chorizo, ajoaceite, tabaco y montones de carajillos. Al abandonar la última bodega, sonrió una vez más al imaginar a su camello, montado con ambas jorobas sobre el retrete de cualquier hotel, desovando impresionantes caramelos marroquíes. Por fortuna, reflexionó, cuento todavía con Carmencita, en cuyo establecimiento de Las Arenas solía descansar el cuerpo fatigado que emanaba aromas de la sabana mezclados con olor de gasóleo y polvo del ensanche. La firmeza natural de sus extremidades estaba aunada a un pico de oro que aseguraba los escasos y constantes ingresos que acostumbraba guardar cautelosamente dentro del forro de un canuto de piel de cordero. Con la sonrisa a flor de labio, Carmencita se encargaba de cocinar “la compra” con la sapiencia tradicional del mejor gastrónomo gaditano. —El secreto está en la sal, murmuraba, rozando ligeramente con sus labios la oreja de Ivette. El café acompañado por el generoso brandy centenario las vigorizó para alternar esa noche con algunos marineros que engalanarían —a diferencia de las anteriores— la mesa con botellas de escocés, bourbon, champán; cigalas frescas y rojos que adornarían además el arroz a banda del día siguiente. Todo dependía de ella, parecían decirle las espantosas muecas de Carmencita que acostumbraba bendecirla guiñando el ojo izquierdo y contorsionándose con un lenguaje ininteligible. —¡Lo importante era vivir el momento! —chillábanse unos con otros, cansados –vociferaban halagüeños— de las mujerzuelas del puerto y los puticlubes. La Ivette llegó hace quince años y, siendo casi una niña, entró por Elche, escondida en un camión que la recogió en el mismo sitio donde pereció ahogado Amílcar Barca. Tuvo suerte —le dijeron los comensales— de haberse colado antes de la gran oleada de inmigrantes de Europa oriental y Sudamérica. Para los españoles —explicaba un hombre con acento quebrantado— la presencia de africanos era casi normal. Las bromas escatológicas en torno a moros y paisas reflejan consciente e inconscientemente el reencuentro con una parte muy íntima del ser hispano. Lo llevan en la sangre, comentó la Carmencita, quien desde el primer momento que vio a Ivette, decidió adoptarla, como si fuera el hijo que los continuos abortos le habían denegado. Un mediodía, Kaduna entró a la fonda de la cual nunca se iría voluntariamente. Después de comer y haber cambiado su nombre —dizque tan difícil de pronunciar— madre e hija se fueron al cine. Las calles de Valencia le parecieron magníficas. Se enamoró de sus monumentos: la plaza de la Virgen, la catedral, el Miguelete, las Torres de los Serranos, de Quart. Solía frecuentar la vía del Marqués de Turia y el barrio de Ruzafa. Aprendió que los señores maduros y hasta los viejos no escatiman el dinero o reputación ante la carne joven y prieta. Las viejas jamonas sentían celos horribles que las condenaban a dietas ridículas y al rezo consuetudinario ante la Mare de Déu y el brazo de San Vicente Mártir. Hoy en día, los pasillos de la catedral de Valencia y el Santo Cáliz continúan resguardando a señoras que en absoluto silencio y sin conocerse comulgan el bochorno respectivo. El propietario de una de las maquilas ilegales donde Kaduna trabajó, le propuso fugarse juntos. Quedaron de verse en la Renfe, y huyeron a Madrid. Durante el trayecto se apalabraron: él sería el viudo valenciano y ella el ama de llaves. Situación que les convino ante el qué dirán, pues en una ciudad como Madrid, la presencia de servidumbre africana no causaría sospecha en torno a la relación anómala. El soliloquio del voluptuoso carcamal evocaba escenas arrancadas de Moratín o Galdós. Al fin y al cabo —aseveraba el improvisado y tardío don Juan— ¡para tres o cuatro días que tenemos! Cerraba los ojos para regresar y adentrarse en la Valencia de 1950. ¡Era Leonor!, aquella dama fina, rica; la jovencita con cintura de avispa y espléndidos tobillos aterciopelados que motivaron el haber engendrado a los cuatro hijos causantes de las estrías y adiposidades contenidas por la enorme faja acostumbrada ahora a los resistentes bancos de iglesia. Todo el ardor otoñal menguó en algunos meses de placer unilateral que precipitaron al antiguo patrón al borde de la locura y la muerte. Sin haberlo imaginado, el hijo pródigo terminaría sus días internado en Las Hermanitas de La Malvarrosa. Doña Tobillos y sus hijos, deseosos de poseer la cuantiosa herencia de dinero negro producto del arduo trabajo de andaluzas y murcianas, no escatimaron recursos para confinar al Don Juan Tenorio. La Ivette sólo se quedó con el pasaje de clase turista a Valencia, y cien mil pesetas que le ayudaron a contentarse con la Carmencita. La gaditana fue bella en su juventud. Poseía un donaire que hacía de ella una mujer muy maja y hasta apetecible entre los comensales más jóvenes e inexpertos que, gracias al efecto del alcohol y las prolongadas travesías, toleraban en un estado semiconsciente la flacidez de la carne agraciada por el paliqueo sin ton ni son. Que si te gusta la feria de Cocentaina o prefieres la de Xàtiva. Esa es más guay. ¡Pero cariño! Los bocadillos de cepia, calamar, el blanco y negro... La paella sólo de verdura, pollo y conejo; arroz a la marinera, arroz negro. ¿La fidegua? ¡Estos chipirones son una maravilla! Los días de quincena, sólo los más íntimos, compartían en los lavabos uno o dos gramos de cocaína que contribuían a engrandecer la unidad aparente de la tertulia. Era plena madrugada cuando la Ivette alardeó —ya un poco embriagada y en un español perfecto—, despatarrada, sujetando con ambas manos su flor ante los disímiles rostros curtidos por la sal fría y el bourbon: —Algún día seré el amo de un precioso chalet en Cádiz, frente al mar. Carcajadas mudas, hirientes; borrachas de envidia, lujuria e impotencia revolotearon en la oquedad de los pensamientos y sonrisas de aquellos ángeles rebelados que en unos instantes transformaron las llamas en rescoldos lánguidos, los cuales fueron sofocados por el hálito del amanecer. Ambas miradas, petrificadas por la ausencia del alma, parecían admirar embelesadas el oleaje azul y diáfano del Mediterráneo. Cerca de las Columnas de Hércules y del lugar por donde incursionaron los fenicios, las encontró una patera repleta de jóvenes marroquíes que, a pesar de la hipotermia y el desagradable incidente, continuaban coqueteando con las pasajeras subsaharianas. A primera vista y a causa del resplandor que prosiguió a la inesperada tempestad de truenos acompañados por relámpagos, Ivette y la Carmencita daban la impresión de ser dos hermosos atunes decorados con moños de alga. El tiempo de los charnegos había quedado muy atrás. Se perdía para siempre entre los chistes que se cuentan del Grau a La Malvarrosa. ** Juan Carlos Hernández Cuevas juancarlos_59@hotmail.com Investigador. PhD en estudios hispánicos (literatura latinoamericana) por The University of British Columbia (Vancouver, Canadá), máster de artes por Pórtland State University (Portland, Oregon, EUA), licenciado en artes y letras (Portland) y minor en estudios africanos (Portland). Tiene también una diplomatura en educación primaria por la Escuela Nacional de Maestros de Ciudad de México. Ha publicado "México" en Max Aub en el laberinto del siglo XX (Ed. Juan María Calles; Valencia, España, 2003) y "Los cuentos mexicanos de Max Aub" en Actas del Congreso Internacional Max Aub: testigo del siglo XX (2003). Becario de la Fundación Max Aub (Segorbe, Valencia, España; 2000-2001), ha trabajado como instructor de español para Emporia State University (Kansas, EUA, 2002-2004). === Poemas Elena Conchello Mandillo ================================== *** Amarte es difícil Amarte es difícil, porque no reduzco ningún paso ni las flores escritas en verano. Nada es que te nombra ni nadie la sombra que te olvida. === Si el amor querías un cuenco de sobras te han dado si no era amor, era una sonrisa cien golpes y una mirada de rencor te han equivocado. Era muerte cierta pena de morirse pero ahora de seguro has errado ni amor, ni sonrisa, ni muerte. Es querencia demostrar la sonrisa en una patena de cuerpos extraños que se aman y de vez en cuando con sutileza mueren de pena. === Quedo con la muleta a tres cuartos de hora de impactar contra el suelo a veces puede ser ventana calle o piedra, hoy será el mismísimo plano que nos da la ubicación de los ángulos. Pacto con la médica: —Depresión con desorientación acentuada. —Juicio clínico, cualquiera que sea DSM-4. —Probabilidad de recaídas, todas. Excepto, si llama a mi puerta una hermosa joven con melena pelirroja. —Contraindicaciones de la terapia, aumento de la irritabilidad conyugal e inapetencia reiterada por las noches. Conclusiones después de la entrevista previa este hombre carece de amistades lo suficientemente estables de un empleo próspero y una madre ausente. Por lo tanto se le asigna la visita de todas aquellas sirenas que su urgencia aplacó ante la muerte ahora es todo oídos y un poco de espalda para retirarse del cuerpo que la genética engendró con su ADN. ** Elena Conchello Mandillo elconchello@wanadoo.es Escritora española (Madrid, 1982). Cursa estudios de psicología en la Universidad Complutense de Madrid. Textos suyos han sido leídos en Radio Nacional de España (RNE). Asiste a un taller de Poesía de la Escuela Grupo Cero, en cuya página de poesía, GrupoCero, han publicado muestras de su obra. === La giganta Miguel Ángel Hernández Acosta ========================= Atrapamos a la giganta hace una semana. Desde entonces mi vida ha sido una desesperación total: he lacerado mi cuerpo, lastimado mi alma y la angustia me ha llevado a una muerte que nunca esperé. El pueblo ya la tenía en la mira, sabíamos que recién había parido y que solía llegar a la costa por las tardes. Supongo que ella nunca se dio cuenta de nuestra ínfima presencia. Así que una tarde, después que amamantó a su crío y se quedaron dormidos, salimos a darles caza. La carne del crío resultó blanda y fácil de cocinar, tenía un sabor dulce y nos proveyó de alimento por tres días. Matarlo fue sencillo y de sus huesos hicimos algunas balsas. Su cráneo, sin embargo, tuvimos que desecharlo al no hallarle utilidad alguna. Creo que la madre supo de inmediato qué le había sucedido a su hijo, pues durante varios días lloró generando arroyuelos que iban a parar al mar. De vez en cuando se convulsionaba y trataba de romper las amarras con las que estaba atada, pero los buenos oficios de nuestros cirqueros que la ataron y clavaron en nuestra plaza principal, le impidieron poner en peligro siquiera una de las vidas de nuestros habitantes. Creo que nadie sabía con certeza qué haríamos con ella, pues aunque habíamos planeado matarla y así calmar el hambre de nuestro pueblo, jamás pensamos en los inconvenientes que nos acarrearía la magnitud de su cuerpo. Pensábamos que si salábamos su carne podríamos aprovecharla toda, sin embargo, una vez que la vimos amarrada e indefensa, y comprendimos la dimensión de su tamaño, supimos que hiciéramos lo que hiciéramos terminaríamos por desperdiciar una buena parte de su cuerpo. Además, las vísceras y lo que éstas contenían provocarían seguramente infecciones o epidemias entre nosotros. Es increíble la cantidad de podredumbre que un cuerpo tiene dentro de sí. Por eso, después de una asamblea, decidimos aprovechar la leche que contenían sus senos maternales mientras acordábamos la mejor manera de acabar con ella y con nuestra hambruna. Petra y yo fuimos los elegidos para extraer toda la leche que aquellos montículos contenían. La labor no vislumbraba ningún riesgo, sólo teníamos que escalar hasta llegar a su pecho y posteriormente colocarle unos gigantes tiraleches que Erasto había fabricado. Tal vez ella intentaría impedirlo, pero sabíamos que cualquier intento de su parte sería inútil. De esta forma, al segundo día después de su captura, Petra y yo subimos a aquel cuerpo para cumplir con nuestro cometido. Sin embargo, una vez arriba, nos dimos cuenta que el ropón que llevaba la giganta le ajustaba de tal manera que era necesario romperlo para que sus senos quedaran libres. Tardamos varias horas en cortar aquella tela tan gruesa para nuestras tijeras, sin embargo, la esperanza de sacar el mayor provecho de nuestra caza hizo que nadie escatimara un solo gramo de esfuerzo. Una vez desnuda, supongo que a consecuencia de la corriente marina y de la brisa que bañaba el ambiente, los vellos de la giganta se erizaron convirtiéndose en peligrosas navajas para quienes estuvieron cerca. Leomar se quedó sin un ojo, Marbella quedó empalada a la altura del muslo de la giganta, y Efrén murió al ser atravesado a la altura del pecho. Petra y yo, sólo sufrimos algunas rasgaduras en nuestras vestimentas, pues lo que en una mujer normal serían vellos casi inexistentes en los senos, en la giganta resultaron puñales. Sus pezones, por cierto, adquirieron una textura rocosa que daba la impresión de un pequeño montículo de arena clara. Creo que ese fue el primer instante en que mi alma sintió un ligero sismo. Yo estaba junto al pezón izquierdo y mi pecho desnudo rozó aquel montículo canela que me hizo estremecer. Sentí cómo un líquido blancuzco resbalaba por mis piernas. Sabía que Petra no se daría cuenta así que, excitado como nunca antes, froté mi cuerpo contra aquel montículo y fingí una caída incluso ridícula. Petra rió. Con trabajos jaló el tiraleche que tenía bajo su custodia y lo colocó en el seno de la giganta. Yo busqué la posición exacta para quedar oculto a la vista de Petra y entonces comencé a acariciar aquel pezón rugoso que se convertiría en mi obsesión. Froté mi cuerpo completo en él, sin embargo, cosas de la mente, en ese instante ya no sentía la excitación de momentos atrás, sería quizá porque me era imposible imaginar que aquella pequeña montaña de piel morena donde me restregaba era un seno de mujer. En un esfuerzo inútil, acaricié con las dos manos el enorme pezón, pero aquel primer orgasmo experimentado segundos antes, me fue imposible repetirlo. Así que angustiado por las sensaciones que tenía y horrorizado porque alguien desde el suelo me hubiera descubierto decidí hacer la labor para la cual me habían asignado. Algunas horas después, una vez vaciados los senos de la giganta, Petra y yo descendimos de su cuerpo entre porras del pueblo. Aquella noche fui a mi casa y recreé la sensación del pezón de la giganta al tocar mi piel, al tiempo que extraía de mí toda la excitación contenida. Nunca antes había conseguido tantas erecciones como aquella noche. Al día siguiente peleé por ser nuevamente designado para extraer la leche de la giganta, pero no lo conseguí, así que llegada la noche decidí subir por mi cuenta y disfrutar una vez más de esa carne que por su tamaño me estaba vedada. Busqué las escaleras que utilizábamos para escalar por la giganta, pero nunca las encontré. Supuse que de esa forma el líder evitaba que alguien fuera por su iniciativa y tratara de obtener más beneficios que el resto de los habitantes. De pronto tuve la idea de utilizar su vellos erizados como escalones, pero en cuanto puse el pie sobre uno de ellos, su filo hizo sangrar la planta de mi pie. Excitado por el peligro que representaba dicha aventura, intenté subir al cuerpo por los dedos de las manos o aferrándome a los tobillos, utilizando las grietas en la piel de la giganta para escalar aquel cuerpo, pero no lo conseguí. Posteriormente, fui hasta el sexo de aquella enorme mujer e intenté trepar ayudado por su vello púbico, pero un olor a mar exageradamente penetrante me impidió llevar a cabo mis planes. Sin embargo, una vez ahí, aferrándome a aquellos rulos castaños solté la rienda a mis fantasías, pero cuando comencé a frotar mi pecho contra ese bosque íntimo de la giganta, vi cómo mi cuerpo sangraba debido a esos largos cuchillos de pelo que desollaban casi al contacto. Herido, regresé a mi casa e intenté vaciarme nuevamente, pero la imagen que un día antes me había servido de afrodisíaco, hoy sólo me daba la impresión de una colina, como las que tantas ocasiones había visto. Creo que no habrá que alargar el relato describiendo mis vanos intentos por llegar al cuerpo de la giganta y saciarme. Quizá sólo habrá que hacer un recuento de las piernas laceradas con los cabellos de la giganta cuando intenté subir a su cara, de los brazos sangrantes cuando una vez que había alcanzado subir más allá de su nuca un movimiento de la giganta me hizo caer al suelo, o explicar la sinrazón que me hizo prometerle a la giganta desatarla si me permitía alejarme de la isla junto con ella y cada noche saciarme frotando mi cuerpo en sus pezones. Sí, yo sé qué no debí hacerlo, pero mi mente para entonces no podía hilvanar un solo pensamiento lógico. Así que la sexta noche, después de que supe que habían decidido dar muerte a la giganta, me escabullí en medio de la noche y penetré en esa cueva que era el oído de la giganta. Le dije mi nombre y le expresé todo lo que por ella sentía. Vilmente la engañé al decirle que estaba enamorado, que sabía que nuestro amor jamás se realizaría si a ella la mataban, si ella se quedaba en esa isla. Le solté incluso algunos tequieros y le hice la promesa de romper sus amarras. Por respuesta sólo obtuve un ligero suspiro que interpreté como una afirmación. Así que corrí hasta mi casa y regresé con un hacha. Golpeé cada una de las cuerdas que mantenían preso aquel objeto de mis deseos y cansado y sudando poco a poco desaté aquellos pezones y el cuerpo que me habían convertido en un loco. Cuando la giganta pudo moverse, me tomó en sus manos y me llevó hasta su boca y cuando esperaba al fin rozar siquiera sus labios carnosos, abrió sus fauces y me aprisionó detrás de sus dientes. Una oleada de saliva putrefacta me rodeó al instante y entre movimientos bruscos escuché como la giganta resoplaba al tiempo que destrozaba mi pueblo. De vez en cuando enseñaba los dientes y yo podía ver a través de ellos cómo la gente corría entre sus pies vanamente, tratando de evitar la muerte. Una vez saciado su coraje, la giganta abrió la boca y tomándome por el estómago me mostró todos los destrozos que había ocasionado. No pude evitar sentir rencor contra mí, mas la promesa de que en un futuro sentiría otra vez aquella excitación que me había conducido a donde estaba, me hizo olvidarme de todo. La giganta me frotó violenta contra su cuerpo, contra aquellos pezones que lucían como un volcán extinto, por su pubis que me descarnaban al contacto, por esa espesura que destilaba un olor a sirenas muertas. Pude apreciar que la giganta lloraba, que gruñía intentando sacar un poco de su coraje, y fue en uno de esos arrebatos cuando apretó su mano y estrujó mi cuerpo hasta romperlo. Luego me arrojó en la playa, mientras se alejaba por el oscuro mar. Entre sombras observé cómo se balanceaban sus senos. La vi perderse poco a poco en la negra marea y sentí un líquido que resbalaba por mi entrepierna. Ahora, sonriendo satisfecho, sólo espero que pronto venga a recogerme la bendita muerte. ** Miguel Ángel Hernández Acosta mangelacosta@yahoo.com.mx Escritor mexicano (Pachuca, Hidalgo). Trabaja en la Universidad Nacional Autónoma de México (http://www.unam.mx). Textos suyos han aparecido en las publicaciones Emeequis, Ruidos, Ficticia (http://www.ficticia.com), Letras Locas y en el diario La Razón (http://www.diariolarazon.com.mx). Un relato suyo fue incluido en Fábulas, fobias y filias (Proyecto Editorial Alethéia, México, 2000). ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “He aquí el eterno origen del arte: que a un ser humano se le pone delante una forma, y a través de él quiere convertirse en obra. Dicha forma no es creación de su alma, sino un fenómeno que surge en ella y de ella reclama la fuerza operante”. Martin Buber, “Yo y tú” (1923). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. Si lo prefiere, puede recibirlas por correo electrónico escribiendo un mensaje a info@letralia.com, con la palabra "Condiciones" en el subject, o simplemente dando un doble click de ratón en el enlace siguiente: mailto:info@letralia.com?subject=Condiciones. ########################################################################### El alojamiento de nuestra página web en http://www.letralia.com es cortesía de Abracaadabra Network (http://www.abracaadabra.net) Letralia, Tierra de Letras, es una producción de JGJ Binaria (http://www.letralia.com/binaria) y circula para el mundo de habla hispana desde Cagua, Venezuela ########################################################################### Atentos: nuestra próxima edición circula el lunes 2 de octubre de 2006