~~~~~~~~~~~~~~~ Año XI Cagua, Venezuela Nº 157 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 5 de febrero de 2007 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | “La leyenda negra de las oportunidades literarias”, | Editorial Jorge Gómez Jiménez. | | Taller libre y digital. / Encerrados en un ascensor. / | Breves La novela multimedia. / Las salidas de Romay. / Mensajes | en la pared. / Arquetipos y mitos. / La narrativa | borgiana en seis sesiones. | | Antonio Pérez Carmona: “He cumplido tantos años / que | Material cargo siglos sobre mis espaldas”. / Marialcira Matute y | especial La Librería Mediática en Editorial Letralia. | | Editorial Planeta se alía con Casa de América en un | Noticias nuevo premio. / Dosdoce.com y Grupo Evoluziona presentan | su agregador cultural. / Polonia dedicó una despedida | multitudinaria a Kapuscinski. / Arturo Corcuera recibe | premio del Círculo de Críticos de Arte de Chile. / | Premio Grinzane Cavour para Alberto Manguel. / Anunciado | el veredicto de los premios Casa de las Américas. / | Distribuyen en Santa Clara literatura censurada por el | gobierno cubano. / Monte Ávila premia a autores | inéditos. / Radio Nacional de Venezuela vuelve a emitir | radionovelas clásicas. / Versión de Don Quijote | presentan en Caracas. / Falleció el escritor y académico | Claudio Guillén. / Aitana Alberti presenta en Cuba su | primer libro de narrativa. / República Dominicana otorga | premio nacional a Diógenes Céspedes. / Presentada | traducción al árabe de Final del juego, de Julio | Cortázar. / Juan Manuel de Prada obtiene el premio | Biblioteca Breve. / Rechazan prestar el original del | Cantar de Mío Cid. / Celebrado en Caracas homenaje al | poeta venezolano Elí Galindo. / Declarado desierto el | premio Siglo XXI en su mención narrativa. / Premio Nobel | Orhan Pamuk abandona su país ante amenazas. / Publican | poesía de Vicente Aleixandre en español y árabe. / | Falleció el escritor guatemalteco Franz Galich. / | Realizan en Barcelona el III Encuentro de Novela Negra. | / Isaac Chocrón presentará en Maracay su novela El | vergel. / Salón del Libro 2007 Confex realizarán en | Caracas. / Unión Latina auspicia curso de guión | cinematográfico en Cartagena. | | “¡Santa de greda pura!”, Rolando Gabrielli. / “Las | Artículos y historias trenzadas de Andrés Elías”, Benhur Sánchez | reportajes Suárez. / “El Jesús que secuestraron los emperadores”, | Jorge Majfud. / “La historia de un estilo, biografía de | una escritora”, Anna Diegel. / “El misterio de El | Principito”, Alfonso Galindo Lucas. / “Por las montañas | azules de Jamaica”, Roberto Bennett. | | “Fernando Iwasaki, el escritor que logró el éxito | Entrevistas literario gracias a sus numerosos fracasos amorosos”, | Jorge Queirolo Bravo. | | “La Brevísima relación de la destrucción de las Indias y | Sala de ensayo la leyenda negra americana”, Juan Carlos Hernández | Cuevas. / “El Libro de las crónicas: una épica desde el | orín y el polvo”, John Jairo Junieles. / “Macedonio | Fernández precursor del Don Quijote”, Andrés A. | Ugueruaga. | | Poemas de Ileana Garma. / “De lo que no se puede | Letras hablar”, María de Lourdes Javier Rivera. / Poemas de | Miguel Aguado Miguel. / “Alimentando a El Viento”, María | Celeste Vargas Martínez. / “Una casa en el cielo”, Dolan | Mor. / “La historia de la niña que tomaba fotografías”, | Carlos Wilfredo Trejo. / “Reflexión de una época”, | Rafael Batista Cáceres. / “Historias de mujeres y | ciudades”, Carolina Lozada. / Poemas de Livia Díaz. / | “No tiene por qué enterarse”, Pablo Hernández Pérez. / | Poemas de Karol Arcique Córdova. / “Alicia”, José Ramón | Plens. / Poemas de Amparo Osorio. / “Cardiaca. | Historieta sobre el corazón”, Angélica López Gándara. / | Poemas de Tomás Salas. / “Sueño recurrente en noches de | insomnio”, Adán Echeverría. | | “Susurros de octubre”, Alberto H. Cobo. | El regreso | del caracol | El Carnaval Bolaño. / Malvinas. | El buzón | Alberto Manguel. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||| EDITORIAL ||||||||||||||||||||||||||| === La leyenda negra de las oportunidades literarias ====================== === Jorge Gómez Jiménez =================================================== Dos premios literarios son noticia por estos días en virtud de razones distintas. Uno de ellos por la decepción que constituyó para el jurado encontrarse con medio centenar de obras de las cuales ninguna tenía méritos para ser declarada ganadora; el otro por la abultada dotación y el carácter con el que sus organizadores han empezado a promoverlo. Nos referimos, en el primer caso, al IV Premio Internacional de Narrativa de Siglo XXI Editores (http://www.sigloxxieditores.com.mx) y la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx), que en su categoría de narrativa hubo de ser declarado desierto por un jurado que encontró “aburridísimas” las novelas que se presentaron a concurso. Con absoluta justicia el escritor mexicano Sealtiel Alatriste, parte del comité organizador por la Unam, ha dicho que la decisión del jurado ha contribuido a fortalecer el prestigio del galardón. El segundo caso es el del recién creado Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa, que con sus 200.000 dólares para el ganador del primer lugar se convierte en uno de los mejor dotados en el ámbito de habla hispana, pero nace con el pesado lastre que representan los escándalos, en materia de galardones, protagonizados en el pasado reciente —y no tanto— por el sello Planeta (http://www.editorial.planeta.es), y que han arrojado dudas sobre la integridad literaria de Camilo José Cela, Ricardo Piglia y otras importantes firmas de la literatura hispanoparlante. Parece paradoja, pero la presentación del premio por parte de Miguel Barroso, director general de Casa de América (http://www.casamerica.es), como un evento de transparencia garantizada en el que la importante institución no permitirá “arreglos ni con agentes literarios”, luce como una suerte de disculpa por tales desaguisados. La participación de Casa de América como ente convocante es una garantía de que el veredicto no será amañado, pero la necesidad de gritar tal garantía a los cuatro vientos implica de alguna manera la aceptación de que en el pasado Planeta incurrió en prácticas poco éticas. Los concursos literarios son herramientas ideales para autores que desean dar a conocer su obra. Sin embargo, la mala publicidad que han recibido a causa de problemas como aquellos en los que se ha visto envuelta Planeta, producen temor en el escritor que puja por abrirse camino en el medio editorial, ante la desagradable perspectiva de toparse en una feria internacional a algún reconocido autor firmando ejemplares de una obra sospechosamente parecida a la suya. Los casos no son en realidad tantos como para pensar que se trata de una práctica común, pero se sabe que en una situación así el mercado suele ser implacable y el infortunado escritor cuya obra ha sido plagiada quizás tenga todas las de perder. Tales sospechas, así como las referidas a premios que se otorgan a determinados autores y jurados complacientes para beneficio de las editoriales convocantes, han venido estableciendo durante años el fundamento, alrededor de las oportunidades literarias, de una perniciosa leyenda negra según la cual todo escritor que alcanza el éxito editorial es vil cómplice de una maquinaria a la que sólo se puede acceder a través del engaño y la ausencia de escrúpulos. Un efecto colateral de este supuesto es que, cuando alguien que escribe ve demasiado lejos el éxito, se convence de que no es otra cosa que un autor incomprendido. La crítica, los editores, los colegas y los jurados estarán, supone, en su contra, independientemente de la calidad de su obra, que él juzga de primerísimo nivel. En su absurda paranoia, cree que los concursos, las revistas literarias y hasta los lectores han decidido darle la espalda porque él no pertenece a los altos círculos del “poder literario”, a los que no ha entrado porque, asegura, él es un valiente defensor de su libertad individual. El medio centenar de obras enterradas en el desierto del premio Siglo XXI-Unam constituyen un claro mensaje para el escritor: la trayectoria literaria no es un obsequio para cualquiera que sea capaz de hilar frases de manera más o menos correcta. Es un largo camino que hay que recorrer sin descanso y con la firme convicción de que nunca se escribe suficientemente bien, por lo que el fracaso no tiene otro culpable que uno mismo. Jorge Gómez Jiménez, editor http://www.letralia.com/jgomez ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| Taller libre y digital. Desde esta semana, el libro Taller libre de literatura —respuestas a preguntas de escritores noveles—, de la escritora española Estrella Cardona Gamio, también se puede encontrar a través de Internet en formato digital, como lo serán en el futuro todos los libros que publique el sello CCG Ediciones. El libro, un completo manual que compendia varias respuestas de Cardona Gamio a noveles autores que le han remitido consultas por correo electrónico sobre temas puntuales del oficio literario, puede adquirirse en La Casa del Libro y en la sección de librería de los grandes almacenes españoles El Corte Inglés. http://www.publidisa.com/casadellibro/ficha-public.asp?cod_libro=PUB0020629 http://www.publidisa.com/ebooksECI/ficha-public.asp?cod_libro=PUB0020629 Encerrados en un ascensor. El escritor venezolano Javier Miranda Luque acaba de publicar la obra teatral Capacidad máxima: 4 personas 280 kilogramos, que aparece bajo el sello El Perro y La Rana, del Ministerio de la Cultura de Venezuela, y que puede ser adquirido en las Librerías del Sur (antes Kuai-Mare). Miranda realizó una presentación virtual en su blog Capacidad Máxima el pasado 27 de enero. En la obra, que obtuvo el premio Sacven en el año 2005, el ingeniero Ernesto Zambrano y la señora Pacífica López de Serrano se quedan encerrados en un ascensor, situación con la que el autor desarrolla una breve comedia claustrofóbica y urbana que se vale del humor negro para describir la interacción entre los dos disímiles personajes. http://capacidadmaxima.blogspot.com La novela multimedia. Doménico Chiappe y Andreas Meier han publicado en la red la novela multimedia Tierra de extracción, que se comporta como un laberinto en el que el visitante puede cambiar elementos de lugar, mostrar u ocultar textos, fotos y fragmentos de audio y avanzar en cualquier dirección. Un botón rojo en la parte inferior conduce a un “mapa de navegación” con palabras que a su vez remiten a capítulos, y además hay flechas arriba, abajo y a los lados, para cambiarse de nivel, que no son visibles hasta que acercas el cursor hacia el borde deseado. Para apreciar la obra es preciso disponer del plugin Shockwave (http://www.adobe.com/shockwave/download). Chiappe es autor de la avenida Conversaciones de Madrid (http://www.letralia.com/ciudad/chiappe), en nuestra Ciudad Letralia. http://www.newmedios.com/tierra Las salidas de Romay. El sello español Baile del Sol (http://www.bailedelsol.org) publicó en enero de este año la novela Salidas de emergencia, del escritor cubano Alexis Romay, que ha recibido buenos comentarios por parte de autores como Teresa Dovalpage —finalista del premio Herralde 2006—, Miguel Correa Mujica e Iván Acosta, entre otros. La novela de 332 páginas, que puede ser adquirida en la red a través de la Casa del Libro (http://www.casadellibro.com), narra la historia de Enrique Martín, quien después de trece años de vivir como un “hombre libre” decide regresar a Cuba, abandonando en España a su tercera esposa. Una vez en la isla, intentará acercarse a su hijo, David Martín, mientras éste malvive con su sueldo de profesor de secundaria y es acosado por la policía, que lo tilda de “ciudadano con características”. http://www.alexisromay.com Premios orientales. El pasado 26 de enero fue anunciado el veredicto del Premio Regional de Literatura Mercedes de Pérez Freites 2006, que fue obtenido en su categoría Cuento por el libro X son las muertes, de Rafael Guerra (Nueva Esparta) y en poesía por el poemario En canto a Guanipa, de José Pérez (El Tigre, Anzoátegui). Estos premios son convocados en el estado Anzoátegui, en el oriente de Venezuela, por la Fundación Cultural Unicornio y el Fondo Editorial del Caribe, con el apoyo del Ministerio de la Cultura de Venezuela, el Centro Nacional del Libro y la Alcaldía del Municipio Freites. El jurado de cuento estuvo compuesto por Luis Figuera, Chevige Guayke y Fidel Flores, mientras que en poesía fungieron como jueces los escritores Róger Herrera, Ramón Ordaz y Fidel Flores. Ambos veredictos fueron acordados por unanimidad. Los premios fueron entregados el lunes 29 de enero en el Centro de Convenciones de Cantaura, en el marco de la inauguración de la exposición de artes plásticas “Mensajera de la luz”, de las XXXIX Ferias y Fiestas en honor a la Virgen de Candelaria, patrona de Anzoátegui. Mensajes en la pared. Este jueves 8 de febrero será presentado, en la Librería Monte Ávila Editores del Complejo Cultural Teresa Carreño, en Caracas, y con el auspicio del Ministerio de la Cultura de Venezuela, el libro de cuentos Mensajes en la pared, del narrador, dramaturgo y poeta venezolano Víctor Vegas (Barquisimeto, 1967). El dramaturgo Gustavo Ott pronunciará las palabras de presentación. Entre los relatos incluidos se encuentra “Ella baila sola”, que en 2004 obtuvo el V Concurso de Relatos Cortos “Relatos de Mujer” (Santurtzi, España). La actividad se realizará a partir de las 6:30 de la tarde. http://www.monteavila.gob.ve Arquetipos y mitos. El escritor venezolano José Sánchez Lecuna estará este sábado 10 de febrero, a partir de las 10 de la mañana, dictando una conferencia sobre los arquetipos y mitos en la literatura. Sánchez Lecuna ha publicado la novela El viaje inefable y tiene aún inéditas El ineludible destino y Memorias de la esperanza. En su charla hablará sobre psyché como elemento constitutivo de lo poético, el pathos y el agon, y la relación entre la imagen y la metáfora. La actividad tiene un costo de 15.000 bolívares y se realizará en el Centro de Estudios Junguianos de Caracas, en el apartamento 5 del edificio Manaura, calle Carabobo, en El Rosal. Telfs.: 58 212 9532192 • 3684654 La narrativa borgiana en seis sesiones. Este 19 de febrero se iniciará en el Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar (Celacp), en Lima, el Seminario “La narrativa de Jorge Luis Borges”, a cargo de Moisés Sánchez-Franco, que se desarrollará a lo largo de seis sesiones semanales, cada lunes entre las 7 y las 9 de la noche. El objetivo del curso es estudiar y analizar la obra cuentística del gran escritor argentino, examinando para ello relatos representativos de sus libros más importantes y señalándose los temas principales y las constantes temáticas, ideológicas y simbólicas más recurrentes en sus discursos, así como su interrelación con su contexto y su importancia en el devenir histórico de la literatura argentina y latinoamericana. El seminario tiene un costo de 100 nuevos soles para estudiantes y 120 para el público en general. http://celacp.perucultural.org.pe ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com ||||||||||||||||||||||| MATERIAL ESPECIAL ||||||||||||||||||||||| === Antonio Pérez Carmona ================================================= === “He cumplido tantos años / que cargo siglos sobre mis espaldas” ======= El pasado 4 de diciembre murió en Trujillo, estado del occidente venezolano, el poeta, novelista y ensayista Antonio Pérez Carmona, uno de los intelectuales andinos más destacados, y cuya pluma fue apreciada por retratar el paisaje y la idiosincrasia de su tierra. Sobre él escribió alguna vez Adriano González León: “Juntos nos deslumbramos, en los comienzos de nuestros azares poéticos, con la pintura y la poesía de vanguardia. Pero también teníamos el oído abierto a los aconteceres sociales, a las necesidades de una transformación y a los encantos y aparecidos que bordeaban las noches con serenata y novia prohibida”. Para el autor de País portátil, “muy pocos como él han sabido unir su formación literaria y su trato con los fantasmas. Pérez Carmona ha leído a Eliot y a Eluard y a Vallejo, pero también recoge las palabras radiantes de aquella loca cubierta de flores que aparecía, de pronto, en plena Calle Real”. Ramón Palomares, primer ganador del Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora y nativo también de Escuque, ha afirmado que “Pérez Carmona lleva con su reciedumbre, la confrontación valiente y obstinada de una existencia sostenida con nobleza y poesía. Su obra corre amplia y diversa en poemas, novelas, ensayos y narraciones breves, en busca de su vecindario: pueblos y gentes de su región agreste y nubosa de Trujillo. Quienes hemos compartido con él aquella inmensa casa de magia infantil —nuestro pueblo— lo reconocemos como uno de sus más puros símbolos”. En una reseña al poemario De la nostalgia, Dámaso Ogaz escribió que la poesía de Pérez Carmona es “nacida de su soledad y de los elementos vivenciales como un enfrentamiento a la vida para esculpir el mensaje, nada órfico ni onírico, sino profundamente personal en lo circundante, triturado lentamente por la melancolía y la muerte”. Nacido el 8 de junio de 1933 en el caserío de La Media Luna, en el municipio Escuque (Trujillo), Pérez Carmona estudió en la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve) las carreras de letras y derecho, que abandonó para dedicarse al periodismo. A finales de la década de los 50 comienza a publicar sus poemas en la Revista Nacional de Cultura, ejerciendo el periodismo en Clarín y La Esfera. En esa época colabora activamente con el proceso subversivo de los 60 hasta que viaja a Europa, donde reside un par de años. Realiza cursos de periodismo en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP, http://www.uimp.es), en Santander (España), y viaja regularmente a Portugal, Francia y Marruecos. Desde España publica en periódicos trujillanos y colabora con ensayos literarios para la Revista Nacional de Cultura. En Madrid cultiva estrecha amistad con el cuentista Oscar Guaramato y el poeta español Carlos Oroza. En 1962, con motivo de la inauguración del puente Rafael Urdaneta sobre el Lago de Maracaibo, participa en el concurso del Diario de Occidente con su obra Canto al Lago, que logra el accésit. A su regreso a Venezuela trabaja en las revistas Momento y Élite, en el diario El Universal (http://www.eud.com) y en el Papel Literario del diario El Nacional (http://www.el-nacional.com), así como en periódicos, revistas y emisoras de radio del estado Trujillo. Entre sus obras más importantes resaltan Visión de Trujillo (crónicas, 1971), Los cuicas y sus herederos poéticos (ensayos, 1979), Hombres y tierra mágica (cuento, 1982), De la nostalgia (poesía, 1983), Paula (novela, 1986), Aquel Escuque heroico y florido (crónicas, 1991), Cambises (novela, 1998), La bella niña de ese lugar (novela, 2000), Chávez (crónica, 2003), Viaje por la poesía venezolana y el orbitar universal (ensayo, 2004). Asimismo, destaca la obra poética De la guerra y la ternura, con la cual Pérez Carmona se hizo acreedor de Certamen Mayor de las Artes y las Letras, capítulo literatura, en 2005. Hoy, con la colaboración de su hijo, Lenín Pérez, ofrecemos a los lectores de la Tierra de Letras una sucinta muestra de la obra de este destacado poeta venezolano. *** El violinista A Ramón Pérez, mi padre. No sé qué suave mezcla de árboles y estrellas flotaba en aquel bosque, que hoy, como crótalo de infancia perturba mi memoria. Desconozco ese paisaje de témpanos y vocales navegando a piel de agua, pero no puedo exiliar el reino de relámpagos donde el extraño violinista abría doradas sendas para sepultar la tristeza de la tarde. Aún en este tiempo de horóscopos y viajes de lluvias, sonidos y colores, mis ojos como marchitas pasionarias en las sienes, continúan aferrados tras la marcha nupcial de ese remoto esplendor de pájaros y flores. *** El poeta A Julio Sánchez Vivas (+) Lejano huésped de mi sangre infantil que abrías soñadas rutas en aquel universo de bosques y fragancias. Inclinados aún yacemos sobre la comarca de antaño poblada de abisinias y lirios de la noche, donde tú, amado poeta, desterrabas al demonio. Cuántas vueltas ha dado la rueda y en las piedras y el musgo flotan las notas de un país extraño que nuestros ojos exiliados no pueden contemplar. Oh caballero de ojos aguamarina que nos sumías en el reino de la lluvia, con los príncipes de la belleza, esos que desaparecieron antes de los treinta años, como los jardines en flor, que nos hablabas del viaje sin retorno de Shelley para asistir al aniversario de John Keats, que unías el luto de Novalis, la soledad de Lautréamont y la tristeza de los aedas malditos. Lejano huésped de mi sangre infantil los poetas se atan en la vida y en la muerte. *** Retorno de la imagen En el génesis del invierno conocí tu partida. Fue en el comienzo de los grandes viajes nocturnos cuando las aves eran las portadoras del tiempo. Entonces invoqué: tus promesas, tus besos; los paseos en el parque bajo el sol de noviembre, las largas travesías al fondo de la noche, los retornos felices a los días de mi infancia. A la hora del bosque robaba tu sonrisa cuando los grandes árboles retaban las estrellas. ¿Recuerdas? Era el tiempo de nuestra adolescencia y estábamos signados de inocentes presagios. Ahora la distancia me consume en historias, en cartas empolvadas de relatos antiguos que suelo contemplar a solas con la noche. *** Helen Cuando el sol ha madurado y las esbeltas mujeres están teñidas de oro y los pájaros dejan silbidos de tristeza, entonces, Helen, no me queda otro pensamiento sino en ti. Helen, la joven muerta en el desfile de los primeros vientos del invierno y en el instante en que sobre las altas colinas rezaban los pájaros de [octubre. Helen, capaz de formar con el sol y la lluvia los más bellos dibujos [infantiles, de raptarse las nubes y tender el arco iris sobre el mar. Su manto de nostalgia cubría todos los rincones de la tierra, golpeaba a las parejas de enamorados en los parques, anunciaba suntuosamente las maravillas del sur, erguida, como las aves que cruzan el horizonte y sonríen ante los extraños [cielos. Ahora, Helen, en medio de esta soledad que huele a sangre, no me queda otro pensamiento sino en ti. Pienso tanto. En tu boca de paloma desangrada, en tus ojos que hablaban con profunda timidez, en tu talle de flor adolescente. Pienso tanto, Helen, que quisiera cubrirme con el manto de nuestros [antiguos tiempos. *** Aniversarios He cumplido tantos años que cargo siglos sobre mis espaldas. Me da tristeza recordar estos aniversarios, pues mi corazón en cualquier [momento se paralizará como el de aquel robusto caballo que murió el [verano pasado. He cumplido tantos años, que guardo el esplendor y el ocaso de la vida, la nostalgia y la alegría de este efímero tránsito frente al alba y las [estrellas. Sin embargo tengo a Helen y Alix, testimonios melancólicos adheridos como [costras milenarias. Helen, la pequeña adolescente, muerta cuando llegaban los primeros vientos [del invierno. Alix, el amor que siempre me acompaña aún en las soledades infernales. He cumplido tantos años que sólo me resta guarecerme en las memorias y en las hebras de la infancia, asistiendo en estos aniversarios a mis propios funerales. *** Eterna soledad Sólo los muertos están en la soledad, tristes y olorosos a polvo, en medio de un jardín antiguo cubierto de leyendas. Sólo ellos están escuchando la amarga canción del tiempo mientras en la tierra transcurre amor, nostalgia, ausencia. La lluvia nos trae sus rostros dulces y lejanos, perdidos en la memoria, en la distancia de los días, esos muertos misteriosos que nos rodean: muertos afables, hundidos en el silencio de las cosas. Estamos en la tierra, estamos en el cielo, estamos en el tiempo. Estamos penetrando a cada instante al reino de los muertos. Somos los hombres que echamos una mirada al pasado, allí donde el oleaje escribió bellas historias, allí donde el corazón fue amor, paz; donde únicamente hubo ternura para conquistar al mundo. Ellos fueron nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos. Había resplandor y nostalgia en sus ojos, Los muertos que duermen olorosos a polvo, ocultos en la ciudad de la tristeza. Como homenaje tierno hay una canción hermosa, el réquiem del silencio en nieblas melancólicas, el brindis del insomnio atrapando sus voces, los muertos solitarios olorosos a polvo. === Marialcira Matute y La Librería Mediática en Editorial Letralia ======= Editorial Letralia, el espacio de difusión del libro digital en la Tierra de Letras, acaba de publicar ¿Cómo hacernos amigos de los libros mientras vemos televisión?, un manual de iniciación para jóvenes comunicadores preparado por La Librería Mediática y su productora, la periodista venezolana Marialcira Matute. El libro puede apreciarse en línea entrando a http://www.letralia.com/ed_let/librostv, donde además es posible descargar una versión gratuita en formato PDF (620 Kb). Este es el segundo título de nuestra colección “Infantiles”, después del lanzamiento, en diciembre de 2005, del cuento Regalos del Cielo (http://www.letralia.com/ed_let/regalos), de la escritora venezolana Ana María Ferreira P. Redactado en un estilo claro y fresco, el manual reconoce en los niños y jóvenes de la actualidad la presencia de intereses creativos y de entretenimiento como los videojuegos, la televisión y las actividades sociales, que podrían resultarles más atractivos que el libro, y propone varios caminos para que los pequeños se reencuentren con la lectura a través de aquellos. Diseñado con base en el Método Medios de Comunicación y Lectura (MyL) de Marialcira Matute para docentes, niños y adolescentes, el libro establece un contacto personal con el lector, a quien explica conceptos relacionados con la comunicación, la información, la lectura, el oficio del escritor y la relación que tales asuntos tienen con su vida diaria. La autora desarrolló una investigación de carácter cualitativo durante dos años, entre 1996 y 1997, en la que junto con su equipo se dedicó a observar y valorar el acercamiento y la actitud de los usuarios de los servicios de información —niños, jóvenes y padres— hacia los libros y la lectura, en un mundo invadido por mensajes emitidos por los medios de comunicación. Producto de ese trabajo es el Método MyL, que Matute define como “la sistematización de esas actividades que nos llevaban del libro a los medios de comunicación audiovisuales o de los medios al libro”. Nacida en Madrid en 1962, Matute es productora, locutora y conductora de espacios radiales, televisivos y en Internet, dedicados a la promoción del libro. La serie La Librería Mediática, con la que cumple una extensa labor divulgativa del mundo editorial, ha recibido el Premio Nacional del Libro de Venezuela otorgado por el Centro Nacional del Libro (Cenal, http://www.cenal.gob.ve), en 2003 y 2004; el Premio de La Cámara Venezolana del Libro (Cavelibro, http://www.cavelibro.org), en 2004, el Premio Nacional de Periodismo 2005; el Premio Editorial Planeta de Venezuela, en 2006, y este año acaba de recibir el premio Rafael Ángel García de la ONG venezolana Cecodap. |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Editorial Planeta se alía con Casa de América en un nuevo premio El sello Planeta (http://www.editorial.planeta.es) y la institución Casa de América (http://www.casamerica.es) lanzaron el pasado 19 de enero el Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa, un galardón dotado con 200.000 dólares para el ganador y 50.000 para el finalista. “El problema de la difusión de la literatura es la inexistencia de las redes de distribución continental”, afirmó José Manuel Lara, presidente de Planeta, desde Madrid, en una videoconferencia transmitida simultáneamente en Colombia, Argentina y México. El jurado que evaluará los textos estará integrado por “tres intelectuales” y un representante de las dos entidades que convocan el premio. Los miembros no han sido elegidos todavía, indicó Lara. “Estamos trabajando, buscando gente originaria de distintos países y que su prestigio intelectual esté por encima de su país y que sea su propio editor”, manifestó. Lara reconoció que los galardones cumplen en nuestro tiempo con dos papeles: “Un canal para que escritores jóvenes y no tan jóvenes sepan que sus libros tienen un camino para ser leídos y estudiados”. Agregó que “el premio crea noticias dos veces: se habla del libro en general y se promueve al propio volumen y al autor que ha ganado, con lo cual se convierten en noticia y se facilita su acceso al público en general”. De lo que se trata, aseguró el empresario español, es de concretar la vinculación entre los autores latinoamericanos y España, y viceversa, a través de iniciativas culturales que consiguieran un éxito cultural antes que comercial. “Cuando salió la posibilidad de hacerlo con la Casa de América, una institución que ha demostrado su vocación iberoamericana, nos pareció una gran oportunidad para dejar claro que se trata de un proyecto más de cultura que de empresa”. “No es un premio que busca sólo el éxito comercial o empresarial. Pretende el éxito de difusión de los libros y del propio premio. Si eso, además, tiene un éxito empresarial, mucho mejor porque permitirá adaptar más, crecer más y ser más potentes”, explicó Lara. Al unir esfuerzos con Casa de América, el grupo Planeta fue tras el respaldo intelectual de una institución cultural creada en 1990, bajo el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, cuyo objetivo principal es generar un foro de ideas y debates acerca de temas económicos, políticos, tecnológicos y culturales de Iberoamérica. Desde su origen, el Premio Planeta, convocado en España desde hace más de cinco décadas, ha enfrentado diversas polémicas. En una de las más recientes, en marzo de 2005, Ricardo Piglia, el editor Guillermo Schavelzon y la editorial fueron condenados a pagar una cantidad al escritor Guillermo Nielsen, quien se dijo perjudicado por la manipulación de la edición de 1997 del galardón. En 2006, Juan Marsé y Rosa Regás, quienes fungieron como miembros del jurado del galardón, criticaron la calidad de la novela ganadora —Pasiones romanas, de María de la Pau Janer—, y la escritora Regás fue más allá al señalar directamente que había esperado que “el nivel del Planeta fuera más alto”. Miguel Barroso, director general de Casa de América, señaló que la transparencia del concurso está garantizada porque “jamás comprometeríamos el nombre” de la institución “si las reglas no estuviesen absolutamente claras”. Agregó que “no se valen arreglos ni con agentes literarios... La garantía será el nombre de los jurados que elijamos”, declaró. La convocatoria para el Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa se cierra el próximo 15 de marzo y en su primera edición se contempla que la entrega se haga en Bogotá, Colombia, como Capital Mundial del Libro durante el presente año, el 23 de abril, Día Internacional del Libro y la Lectura. Lara indicó que se aceptarán novelas, relatos cortos o versiones de “no ficción novelada”, siempre y cuando consten de no menos de 200 páginas. Las bases completas del premio se encuentran en nuestra página de anuncios de concursos, http://www.letralia.com/concursos/0703153.htm. Fuentes: AP • Milenio *** Dosdoce.com y Grupo Evoluziona presentan su agregador cultural El pasado 23 de enero fue presentado en Madrid el Agregador Cultural (http://www.agregadorcultural.com), una herramienta de seguimiento de información sobre libros, autores, novedades y, en general, sobre el quehacer editorial del ámbito de habla hispana, creada por Dosdoce.com y el Grupo Evoluziona (http://www.grupoevoluziona.es). El Agregador Cultural es gratuito y ofrece información de más de medio centenar de blogs especializados que habitualmente publican reseñas de libros o elaboran artículos de opinión sobre temas relacionados con el sector del libro. Un agregador de noticias es un programa que recolecta información publicada en diferentes medios digitales sin tener que visitarlos en sus páginas correspondientes. A través de los agregadores de noticias y de las fuentes RSS (siglas que corresponden a Really Simple Syndication) es posible desarrollar un seguimiento de la información contenida en esas páginas al momento de publicarse. Dosdoce.com nació en marzo de 2004 como sitio web especializado en la elaboración de estudios y en la formación de profesionales del sector cultural. En 2005 publicó el estudio “El papel de la comunicación en la promoción del libro” (noviembre). En 2006 publicó tres estudios: “Los retos de las editoriales independientes” (octubre), “El uso de las tecnologías Web 2.0 en entidades culturales” (septiembre) y “Los blogs en la comunicación empresarial” (abril). El Grupo Evoluziona se fundó a principios de 2005 por un equipo de emprendedores españoles con amplia experiencia en el mundo de la empresa e Internet. Siempre ha estado orientado al sector cultural y del ocio, teniendo varias de las páginas literarias más importantes de la red en español. Cuenta con varias comunidades virtuales y webs de servicios diferenciales especializados en el sector cultural, como Grupo Buho.com, PortaldelEscritor.com y otras. Fuente: Dosdoce.com *** Polonia dedicó una despedida multitudinaria a Kapuscinski Centenares de personas, entre familiares, amigos y admiradores del periodista polaco Ryszard Kapuscinski, acudieron el miércoles 24 de enero al funeral del destacado escritor, quien falleció el día anterior en Varsovia a los 74 años de edad, víctima de una grave enfermedad por la que había sido sometido a una complicada operación el sábado 20. La bandera roja y blanca de Polonia cubría el ataúd cerca del altar, donde el cardenal primado Jozef Glemp presidió la misa fúnebre en la iglesia de la Santa Cruz. En una carta leída por un ayudante, el presidente Lech Kaczynski llamó al escritor “un gran polaco, cuya grandeza fue expresada en su amor al mundo, el Tercer Mundo”. Kapuscinski, quien se hizo famoso con sus crónicas de guerra, golpes de estado y revoluciones en África, el Medio Oriente y América Latina, nació el 4 de marzo de 1932 en Pinsk, una ciudad que se encontraba entonces en el este de Polonia y es hoy parte de Bielorrusia. Escritor, periodista y ensayista, se licenció en historia en la Universidad de Varsovia (http://www.uw.edu.pl/en). Considerado uno de los mejores reporteros del mundo, fue miembro de varios consejos editoriales y desde 1962 compaginó sus colaboraciones periodísticas con la actividad literaria. Es autor de 19 libros, de los que se ha vendido cerca de un millón de ejemplares y por los que ha recibido numerosos galardones. Entre sus obras más conocidas se encuentra Ébano, considerada por muchos expertos su mejor libro, en la que a través de varios reportajes describe diferentes países de África. Otras de sus obras son La guerra del fútbol, en la que habla sobre diversos conflictos africanos y latinoamericanos; Viajes con Herodoto o Los cínicos no sirven para este oficio. Fue también un viajero incansable por los rincones más remotos de Rusia, cuya realidad narró en su libro El imperio, en el que relató el derrumbe de la Unión Soviética y cómo vivían sus habitantes, con temor y esperanza. Trabajó como corresponsal de guerra para la agencia de noticias Polish Press desde 1958 hasta 1981, años en los que cubrió cerca de diecisiete revoluciones en una docena de países del Tercer Mundo y donde cosechó un gran éxito gracias a su peculiar estilo. También colaboró con publicaciones como The New York Times (http://www.nytimes.com), Time (http://www.time.com) o el alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung (http://www.faz.net), lo que le valió ser considerado uno de los mejores reporteros del mundo. Nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Silesia (http://english.us.edu.pl) en 1997 y por la Ramon Llull (http://www.url.edu) en 2005, ha obtenido diversos galardones por su creación literaria como el Alfred Jurzykowski (Nueva York, 1994), el Hansischer Goethe (Hamburgo, 1998), o el Imegna (Italia, 2000). Toda su creación, pero también sus ideas sobre la profesión de periodista, que consideraba una misión y una vocación, pero no una fuente de dinero, le mereció muchos premios, entre ellos el premio del Pen Club polaco en 1989 y el Premio Príncipe de Asturias de las Comunicaciones y las Humanidades en 2003. También recibió en mayo de 2006 el V Premio de Periodismo Miguel Gil Moreno, que conceden la editorial Random House Mondadori (http://www.randomhousemondadori.es) y la Fundación Miguel Gil Moreno (http://www.fundacionmiguelgilmoreno.com). En los últimos meses vio mermada su salud hasta el punto de tener dificultades para andar y moverse, pero jamás dejó la máquina de escribir. Fue operado el sábado 20 de enero porque los médicos consideraron que solamente una intervención quirúrgica podía devolverle la salud o, por lo menos, frenar su deterioro. Según fuentes médicas, no se le despertó de la anestesia hasta el lunes 23, porque lo veían demasiado débil. Fuentes: AP • IBLNews *** Arturo Corcuera recibe premio del Círculo de Críticos de Arte de Chile El Círculo de Críticos de Arte de Chile otorgó su premio anual en el Área de Literatura, categoría internacional, a Noé delirante, del poeta peruano Arturo Corcuera. La distinción fue entregada en una ceremonia especial la noche del lunes 8 de enero de 2007 en el Instituto Cultural de Las Condes (http://www.culturallascondes.cl), de Santiago. El conocido escritor chileno Hernán Loyola recibió la distinción en la categoría nacional por su libro Neruda, la biografía literaria. El galardón, que no conlleva recompensa monetaria alguna pero es muy estimado y prestigiado en Chile, valora aquellas obras, programas y acciones culturales que el Círculo considere como más transcendentales a nivel nacional e internacional durante el año transcurrido. En el caso de la literatura sólo se premia una obra chilena y otra extranjera que haya tenido trascendencia en Chile. En la ceremonia de entrega, a la que acudieron personalidades de la cultura y público en general, también se otorgaron distinciones en cine, danza, fotografía, música, ópera y televisión. El presidente del Círculo de Críticos de Arte de Chile, Mario Córdova, saludó y reiteró sus parabienes para con el célebre autor peruano. El ministro consejero de la Embajada de Perú en Chile, diplomático Daniel Roca, invitado especial, recibió en nombre de Arturo Corcuera el diploma respectivo. El ministro consejero anunció que guardará el diploma hasta marzo, cuando el poeta visitará Santiago y se le hará la entrega personalmente. Noé delirante fue publicado por primera vez en 1963. Su reedición de 2006 fue presentada por su autor durante la reciente Feria Internacional del Libro de Santiago, y apareció bajo el sello conjunto de la Universidad Alas Peruanas (UAP, http://www.uap.edu.pe) y el Fondo de Cultura Económica (FCE, http://www.fondodeculturaeconomica.com), con ilustraciones del artista belga Gabriel Lefebvre. Nacido en Puerto Salaverry, Trujillo (Perú), en 1935, Corcuera ha publicado entre otros títulos Primavera triunfante (1964), Las sirenas y las estaciones (1976), Los amantes (1978) y Puente de los suspiros (1982). En 1972 representó al Perú en la Bienal de Poesía de Knokke, Bélgica. En 1974 integró el jurado del concurso Casa de las Américas, y en 1984 presidió la sesión de poesía en el Congreso Mundial de Escritores “La Paz, Esperanza del Planeta”, realizado en Sofía, Bulgaria. Actualmente dirige la revista de poesía Transparencia. Fuente: DePeru *** Premio Grinzane Cavour para Alberto Manguel El escritor argentino Alberto Manguel, “uno de los mejores” ensayistas sobre el libro y la lectura, según subrayó el jurado, recibió este 24 de enero en Italia el premio Grinzane Cavour, por su ensayo Diario de lecturas y por su producción literaria, en la que destacan Una historia de la lectura y Con Borges. En sus fundamentos, el jurado dijo: “¿Qué sería de un gran chef de cocina sin finos gourmets que supieran apreciar su arte? No gran cosa. Lo mismo pasa con un escritor. ¿Qué sería de él sin buenos lectores? Es por esto que este año el jurado Grinzane Cavour quiso honrar y saludar a todos los lectores atribuyéndole el premio de ensayo a uno de los mejores de ellos, Alberto Manguel”. El escritor naturalizado canadiense, que vive en una abadía restaurada en el pueblecito francés de Mondion, próximo a la ciudad de Poitiers, recibió la noticia en Ginebra, donde se encontraba dictando conferencias. El Grinzane Cavour, dotado de 15.000 euros en el nivel internacional y 6.000 euros en el nivel nacional, se concede en las categorías de narrativa italiana y extranjera, traducción, ensayo, jóvenes autores y mejor editor. El propósito de la distinción es aproximar a los jóvenes a la lectura, por lo que las obras finalistas en las categorías de narrativa nacional y extranjera se envían a estudiantes de 17 escuelas, quienes deciden con su voto a los galardonados. Este año la máxima distinción le fue concedida a Nadine Gordimer. Los premios se otorgarán en junio próximo en el castillo de Grinzane Cavour, en el pueblo del mismo nombre, en el norte de Italia. El jurado de críticos estuvo integrado por personalidades de Italia, Francia, Marruecos, Alemania, Croacia, Suecia y Chile. En “Le Presbytère”, como llama Manguel a su casa, se halla su monumental biblioteca, presidida por la invitación: “Lee lo que quieras”. Para el escritor “a cada uno de nosotros hay un libro que nos espera. En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros”. Así explica Manguel el misterio del amor por los libros que, según dice, no se puede obligar, como tampoco “nadie puede obligarnos a enamorarnos”. Manguel nació en Buenos Aires en 1948, hijo de un diplomático que fue embajador en Israel, por lo que pasó su primera infancia en Tel Aviv y, entre diplomáticos, su primera lengua fue el inglés. Volvió a la Argentina en 1955. Vivió en Italia, Francia, Inglaterra, Tahití y Canadá. En 1985 se hizo ciudadano canadiense. Es autor de los ensayos En el bosque del espejo y Leyendo imágenes; las novelas Noticias del extranjero y Stevenson bajo las palmeras, así como la Guía de lugares imaginarios, en coautoría con Franco Ricci. El escritor ha dedicado sus 57 años al mundo del libro y a los grandes nombres de la literatura, cuya obra ha abierto infinidad de universos en los lectores de todo el mundo. Fuentes: Clarín • La Nación *** Anunciado el veredicto de los premios Casa de las Américas Obras de Argentina, Uruguay y Cuba ganaron los premios literarios Casa de las Américas, que en su edición 2007 fueron entregados en los géneros de novela, ensayo artístico-literario, teatro y literatura testimonial, según anunciaron sus organizadores el pasado jueves 25 de enero tras casi dos semanas de deliberaciones. Un total de 493 obras participaron en el certamen, en el cual también se compitió en literatura brasileña, y se disputaron los premios honoríficos de poesía José Lezama Lima; de narrativa José María Arguedas y de ensayo Ezequiel Martínez Estrada. En Novela, donde compitieron 115 obras, el galardón fue para Mil y una, de la escritora argentina Susana Silvestre (Buenos Aires, 1950), por su “prosa fluida, limpia, graciosa, su estructura inteligente, compleja y lúdica; y por constituir un desafío frente a las tendencias que muestran hoy los grandes consorcios editoriales”, dijo el jurado. Fernando Contreras (Costa Rica), Poli Délano (Chile), Cristina Rivera Garza (México) y Jorge Ángel Pérez (Cuba) fueron los jueces en esta categoría, donde también se otorgó tres menciones para Que el muerto venga en persona, de Ricardo Moura (Argentina), Última esperanza, de Fernando Jerez (Chile) y El amanuense, de Lourdes González (Cuba). Los juegos de la escritura o la (re) escritura de la Historia, del cubano Alberto Abreu (Cárdenas, 1961), obtuvo el premio de ensayo de tema artístico literario, donde concursaron 19 obras. El jurado se integró con Víctor Barrera Enderle (México), Claudia Gilman (Argentina) y Víctor Fowler (Cuba), quienes también seleccionaron para menciones El cosmopolitismo en las letras hispanoamericanas, de Oscar Rivera-Rodas (Bolivia) y Las sagradas letras de Paradiso. Un estudio sobre el hermetismo de José Lezama Lima, de Julieta Leo Almaguer (México). En teatro la obra ganadora fue Heptalogía de Hieronymus Bosch: 6. La paranoia, del argentino Rafael Spregelburd (Buenos Aires, 1970), que se alzó sobre otras 120 obras por “la creación de un universo dramático, original y poético, cruce de comicidad, metaficción y filosofía”, dijo el jurado. Reynaldo Disla (República Dominicana), Jorge Dubatti (Argentina), Ramón Griffero (Chile), Hugo Salcedo (México) y Carlos Celdrán (Cuba) constituyeron el jurado de esta categoría. Oblivion, de la uruguaya Edda Fabbri (Montevideo, 1949), se llevó el premio en literatura testimonial (26 obras), por su “historia de gran valor testimonial y literario que demuestra no sólo un eficiente uso de las técnicas narrativas sino, además, una valiosa sensibilidad que enriquece y sincera el relato”, según el jurado compuesto por Manuel Cabieses (Chile), José Alejandro Castaño Hoyos (Colombia), y Daisy Rubiera (Cuba). En literatura brasileña, donde compitieron 212 obras, las palmas fueron para Um defeito de cor, de Ana María Gonçalves (Minas Gerais, 1970), por ser “una notable novela que se destaca por la elaboración estético-literaria”, según el jurado integrado por João Cezar De Castro Rocha, Ivan Junqueira y Luiz Ruffato. Por séptima ocasión, la Casa de las Américas otorga premios de carácter honorífico a libros relevantes de autores de América Latina o sobre temas latinoamericanos, en los géneros de poesía, narrativa y ensayo. Este año participaron libros publicados en 2005. El premio de poesía José Lezama Lima fue para Cantar de lejanía, de Juan Manuel Roca (Colombia); mientras que el de narrativa José María Arguedas fue para El espejo que tiembla, de Abelardo Castillo (Argentina), y el de ensayo Ezequiel Martínez Estrada fue para La pantalla rota, cien años de cine en Centroamérica, de María Lourdes Cortés (Costa Rica). Fuentes: AP • CubaEncuentro • Télam *** Distribuyen en Santa Clara literatura censurada por el gobierno cubano Miembros de la organización política no gubernamental Partido Liberal de Cuba (PLC, http://www.liberalescubanos.org) distribuyeron literatura censurada por el gobierno en la ciudad de Santa Clara el pasado 25 de enero, como protesta por el encarcelamiento de Yaney Ruiz, uno de sus militantes. La acción se llevó a cabo en el barrio El Caracatey, y durante la misma se entregó a los transeúntes y residentes copias de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el folleto semanal de Plantados por la Libertad y la Democracia en Cuba, y algunos números del diario El Nuevo Herald, de Miami. El delegado en el municipio de Santa Clara del PLC, Yunieski García López, declaró que Ruiz, de 24 años de edad, fue condenado a un año de cárcel por el tribunal penal municipal de Santa Clara “por el delito de peligrosidad social pre-delictiva”, el pasado 23 de enero. “Mientras entregábamos la literatura a los que pasaban, les informábamos de la arbitrariedad cometida contra Yaney, y que él estudiaba en un centro de superación integral para jóvenes. Su único delito ha sido pensar diferente al gobierno”, agregó. García López, quien asistió al juicio de Ruiz, lo calificó como un fraude: “No se tomó en cuenta el hago constar de Hilda Elsa Moya Marrero, directora del Centro de Superación Integral para Jóvenes Gerardo Abreu, donde se certifica que Yaney Ruiz estudia allí y recibe un estipendio mensual de 80 pesos”. En el Código Penal de Cuba, el delito de “peligrosidad penal pre-delictiva” se aplica a los ciudadanos cubanos mayores de 21 años que no estudian ni trabajan. El PLC es presidido por Julia Cecilia Delgado, de La Habana, en calidad de encargada, mientras el presidente Héctor Maseda cumple una condena de veinte años de prisión por oponerse al gobierno de Fidel Castro. Fuentes: Cubanet • PLC *** Monte Ávila premia a autores inéditos La cuarta edición del Concurso Anual para Obras de Autores Inéditos de Monte Ávila Editores Latinoamericana (http://www.monteavila.gob.ve) entregó sus premios el pasado jueves 25 de enero, en la Biblioteca Isaac J. Pardo del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.org.ve), a los ganadores en los géneros de poesía, narrativa y dramaturgia. El evento fue dirigido por la escritora Stefania Mosca, el periodista y director de la revista Imagen, Rubén Wisotzski, y Katherine García, ganadora de la mención dramaturgia por su obra Lorquianas. Mosca, Eloi Yagüe Jarque y Sael Ibáñez designaron como ganadores en narrativa a Mi querido Pablo, novela de Ayarí de la C. y ¿Quieres jugar a Memory?, de Natalia Contramaestre. Escandinavia y otros destinos, de Odette da Silva, y Poesía, de Zulema Cendón, destacaron en la mención poesía, de acuerdo con el veredicto emitido por los jueces William Osuna, Rubén Wisotzski y Sonia Chocrón. Por su parte, Ave de rapiña, de Jesús Benjamín Faría, resultó favorecida en dramaturgia, según la valoración de José Gabriel Núñez, Orlando Rodríguez y Rodolfo Santana. En el género ensayo, los académicos Aura Marina Boadas, Judit Gerendas y Luis Barrera Linares reconocieron a La voz del resentimiento: lenguaje y violencia en Miguel de Unamuno, de Víctor Julio Carreño; y Las estrategias del sujeto, de Álvaro Martín Navarro. En la mención cuento infantil, Silvia Dioverti, Armando José Sequera y Mercedes Franco distinguieron por unanimidad al libro La t alta, de María Elena Beltrán Purica. La convocatoria del IV Concurso Anual para Obras de Autores Inéditos se extendió del 30 de enero al 17 de abril de ese mismo año. Su propósito es contribuir al desarrollo de las letras en Venezuela, así como al descubrimiento de nuevos valores literarios. Además de la publicación de los libros premiados, Monte Ávila Editores entrega a cada uno de los ganadores un millón de bolívares como adelanto sobre los derechos de autor que genere su obra. Fuente: ABN *** Radio Nacional de Venezuela vuelve a emitir radionovelas clásicas El canal Clásico de Radio Nacional de Venezuela (RNV, http://www.rnv.gov.ve) inició el rescate de una vasta colección de obras musicales y registros orales que dan cuenta de los sesenta años de transmisiones de la primera radiodifusora del Estado, para garantizar de esta manera su acceso a las futuras generaciones. La emisora incorporó a su programación dominical la versión radial de la novela Peonía (1890), del escritor venezolano Manuel Vicente Romero García (1861-1917), dramático transmitido por primera vez en esa estación en los años 70. Producto de un ambicioso proyecto que contempla la digitalización de todo el material sonoro en soporte de difícil preservación, contenido en los activos del canal Clásico, se ha logrado llevar a los oyentes, desde el segundo semestre de 2006, piezas de la literatura venezolana adaptadas a la radio (radionovelas), de renombrados autores. Este dramático, de 29 capítulos, es llevado semanalmente a los oyentes del canal en su versión original y con los actores de la época, Enrique Failache, Elvira Montoya, Cesar Castillo López y María Teresa Acosta, además de Jorge Lamas en la narración, con lo que se revive una de las obras representativas del movimiento positivista de la Venezuela de finales del siglo XIX. Igualmente se ha logrado rescatar las óperas de José Ignacio Cabrujas, La Voz de Alemania y Radio y Televisión Italiana, que actualmente pueden ser disfrutadas a través del espacio Ópera Dominical transmitido de 9 a 12 de la noche. Con el firme propósito de preservar todo el material que reposa en los archivos del canal Clásico en cintas magnetofónicas y discos de acetato, en donde se registra la vida política, social y cultural del país, la directiva de RNV puso en marcha el Centro de Digitalización, Restauración y Conservación del Patrimonio Radiofónico. Bajo este proyecto se ha logrado rescatar información de suma importancia para la historia política venezolana, como alocuciones presidenciales, comunicados oficiales o eventos gubernamentales que datan de épocas previas a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y abarcan hasta el gobierno de Carlos Andrés Pérez. La iniciativa comprende también la digitalización de una extensa colección de música académica, folklórica y popular de hace sesenta años. Fuente: RNV *** Versión de Don Quijote presentan en Caracas La Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.org.ve) está presentando, desde el pasado 27 de enero y hasta el 18 de febrero, la obra teatral Las aventuras de don Quijote y Sancho Panza, una versión de Humberto Orsini de la obra cumbre de Miguel de Cervantes. Representada por el Grupo Séptimo Piso y dirigida por Dairo Piñeres e interpretada por ocho actores, la obra está destinada a niños y jóvenes, y constituye la celebración de los doce años en escena de esta agrupación, que a través de este montaje rescata su trabajo de obras para los más pequeños. Alexander Rivera, Rubén Romero, Carlos Díaz, Moisés Berroterán, Yesenia Camacho, Carlos Chacón, Melissa Inojosa y Morris Gerentes dan vida a los personajes del Quijote, desde el Caballero de la Triste Figura hasta Sancho Panza, Dulcinea del Toboso, el titiritero y los galeotes humoristas, envueltos todos en episodios con molinos de vientos y espadachines que cuidan de su honor. Las aventuras de don Quijote y Sancho Panza se presenta los sábados y domingos a las 3:30 de la tarde en la Sala de Teatro 2 de la Casa de Rómulo Gallegos, en Altamira. La entrada general tiene un costo de Bs. 10.000. La Casa de Rómulo Gallegos cuenta con café privado y estacionamiento. Fuente: Celarg *** Falleció el escritor y académico Claudio Guillén El académico y escritor Claudio Guillén murió el domingo 28 de enero a los 82 años de edad, según dieron a conocer fuentes de la Real Academia de la Lengua (http://www.rae.es). El estudioso, hijo del poeta vallisoletano Jorge Guillén y gran especialista en literatura comparada, murió mientras veía una película en su casa de Madrid. Fue sepultado en el Cementerio Civil de la capital española el lunes 29. Guillén nació en París en septiembre de 1924, aunque a los 15 años, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, partió al exilio con rumbo a Estados Unidos del brazo de su padre, poeta de la Generación del 27 que despertó su interés por la literatura. De 1965 a 1976 fue catedrático de literatura comparada en la Universidad de San Diego (http://www.sandiego.edu), y entre 1978 y 1985 lo fue también en Princeton (http://www.princeton.edu) y Harvard (http://www.harvard.edu). Regresó a España en 1982, y ese mismo año fue nombrado catedrático extraordinario de literatura comparada en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB, http://www.uab.es), disciplina que se introducía de su mano en España. En 1999 logró el Premio Nacional de Ensayo por su obra Múltiples moradas, compuesta por siete estudios de la citada especialidad. Desde el 21 de marzo de 2002 era miembro de la Real Academia, institución en la que ocupaba el sillón eme minúscula, que dejó vacante el científico Rafael Alvarado tras su fallecimiento en abril de 2001. El director del Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es), César Antonio Molina, aseguró que, con el fallecimiento de Guillén, “se ha muerto un clásico del ensayo”. La obra del escritor “es respetada y admirada no sólo en España, sino también en los más prestigiosos centros académicos de todo el mundo”, aseguró Molina, quien concluyó afirmando que Guillén “ha sido el gran maestro de la literatura comparada y de la teoría literaria, gracias a su sabiduría y a su perfecto dominio de varios idiomas”. Fuentes: Cadena SER, CNN+ *** Aitana Alberti presenta en Cuba su primer libro de narrativa La escritora española Aitana Alberti, hija del poeta Rafael Alberti (1902-1999), presentó en La Habana su primer libro de narrativa, Inquilinos de la soledad, cuando se ha cumplido el 70º aniversario de la Guerra Civil Española. “Este libro constituye un homenaje a todos los exiliados y es una especie de testimonio familiar, donde se recrea una parte de la historia de España”, afirmó la autora en la presentación, celebrada el lunes 29 de enero en el Centro Cultural “Dulce María Loynaz”, informaron medios locales. El decano de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana (UH, http://www.uh.cu), Rogelio Rodríguez Coronel, dijo al presentar el libro que Inquilinos de soledad transita a través de “sugerentes hilos dramáticos y una hábil estructura narrativa”. Mediante tres relatos de ficción, en los que se entrecruzan personajes reales e imaginarios, Alberti desarrolla la narración sobre la vida de los exiliados españoles desde 1936. La escritora, residente en Cuba, está preparando otros dos libros de prosa, que ha titulado Cuentos persas y Cuentos cubanos. En el acto también se exhibió el documental Litoral: travesía de una revista, que celebra los 80 años de esa publicación literaria española creada en Málaga y considerada como un referente ineludible de la “Generación del 27”, movimiento de poetas españoles al cual perteneció Rafael Alberti. Fuente: El Financiero *** República Dominicana otorga premio nacional a Diógenes Céspedes El escritor Diógenes Céspedes fue seleccionado en forma unánime después de una hora de deliberaciones, el pasado 29 de enero, como ganador del Premio Nacional de Literatura 2007, por el jurado de la premiación que auspician la Fundación Corripio y la Secretaría de Educación. Ensayista, crítico literario, narrador y poeta, Céspedes es el 17º Premio Nacional de Literatura. El premio tiene una dotación de medio millón de pesos y un diploma que serán entregados en una ceremonia especial en el Teatro Nacional, según anunció el secretario de Cultura, licenciado José Rafael Lantigua, quien agregó que este premio representa un homenaje a la trayectoria de muchos años de Céspedes. De inmediato, el presidente de la Fundación, José Luis Corripio Estrada (Pepín), llamó por teléfono al ganador para darle la buena nueva. El jurado estuvo integrado por representantes de las universidades Autónoma de Santo Domingo (UASD, http://www.uasd.edu.do), Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucamaima, http://www.pucmm.edu.do), Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu, http://www.unphu.edu.do), Central del Este (UCE, http://www.uce.edu.do), Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec, http://www.intec.edu.do), Fundación Corripio, y secretarías de Educación y de Cultura. El premio fue instituido por decreto 1053 del Poder Ejecutivo, y comenzó a otorgarse a partir de 1990 cuando fue compartido por el profesor Juan Bosch y el doctor Joaquín Balaguer. Diógenes Céspedes nació en Hato Mayor el 28 de mayo de 1941, se graduó de periodismo en la UASD, donde es ensayista y critico literario y trabaja como profesor desde hace más de una década. En la Université de Franche-Comté en Besançon (http://www.univ-fcomte.fr), de Francia, obtuvo una maestría en literatura, y en la Universidad de París un doctorado en literatura general. En su país ha realizado una importante obra de crítica literaria en periódicos y revistas, así como en una serie de obras en las que muestra su actualización en las teorías y técnicas del análisis literario. Publicó sus primeros poemas en 1960 en un periódico local ya desaparecido. Luego comenzó a escribir cuentos, ensayos y poemas en el suplemento literario del diario El Caribe (http://www.elcaribecdn.com), muchos de los cuales aparecen recogidos en el primero de sus dieciséis libros, Ejercicios II, publicado en 1983. Memorias contra el olvido, su autobiografía literaria, fue publicada en 2001 por Ediciones Librería La Trinitaria, y en declaraciones a un diario local expresó satisfacción por el reconocimiento recibido. El escritor exhortó a los jóvenes a leer, escribir y rechazar la influencia de una cultura consumista de lo superficial, fácil y utilitario. Destacó el legado de Pedro Henríquez Ureña, cuya obra obligó a modificar las bases de este premio para incluir el trabajo de crítica literaria. “Creo que fui el primero en nuestra cultura en destruir la ideología predominante durante más de un siglo, según la cual el crítico literario era un escritor de ficción fracasado”, afirmó. “Mi pasión y amor por la literatura comenzó desde pequeño cuando mi padre me llevaba el periódico El Caribe”, relató Céspedes. “Ahí fue cuando comencé a descubrir que las letras eran todo un mundo, pero en especial me interesé por el campo de la investigación, por el periodismo, del cómo la escritura puede describir lo que acontece fuera”. “Los mejores críticos literarios de la humanidad han sido los poetas”, subrayó, porque son creadores de obras de valor propio. Al opinar sobre el desinterés de muchos jóvenes en las letras, criticó las demandas ideológicas del mercado y la globalización como promotoras del hedonismo, el consumismo, la permisividad y el relativismo. De modo, apuntó, que esa ideología solamente reconoce a los sujetos ligados a ese mercado: es decir, gente “Light”, frívola, de éxito relampagueante y fácil, acumuladora de riquezas fabulosas, pero carentes de humanidad. Por ello, enfatizó, su mensaje a la juventud dominicana es leer mucho, sobre todo a los grandes clásicos de su país y del extranjero, ser enemiga de la posesión de la verdad absoluta y aprender a valorar puntos de vista diferentes. Escribir, además, todos los días, guardar lo escrito y dejarlo dormir tres o seis meses y entonces decidir si lo escrito ha envejecido, es cursi o ridículo o si se podría mejorar, les recomendó. Entre las obras de Diógenes Céspedes se encuentran Escritos críticos (1976), Seis ensayos de poética latinoamericana (1982), Estudios sobre literatura, cultura e ideologías (1983), Ejercicios II (1983), Ideas filosóficas, discurso sindical y mitos cotidianos en Santo Domingo (1984), Lenguaje y poesía en Santo Domingo en el siglo XX (1985), Política de la teoría del lenguaje y la poesía en América Latina en el siglo XX (1994), José Martí en la política y en el amor (1995), Antología del cuento dominicano (1996), La poética de Franklin Mieses Burgos (1997), Contra la ideología racista en Santo Domingo (1998) y Memorias contra el olvido 1947-1995 (2001). Fuentes: El Caribe • El Nacional (República Dominicana) • Prensa Latina *** Presentada traducción al árabe de Final del juego, de Julio Cortázar La reciente traducción al árabe del libro de relatos Final del juego, del escritor argentino Julio Cortázar, realizada por la traductora egipcia Maha Abdul Rauf, fue presentada en la 39ª Feria Internacional del Libro de El Cairo, que se mantuvo abierta al público entre el martes 23 de enero y el domingo 4 de febrero. La traductora, quien trabaja en el servicio árabe de la agencia EFE (http://www.efe.es) en El Cairo, explicó que le ha llevado “cosa de un año” traducir al árabe los dieciocho relatos de Final del juego, libro cuya versión original fue publicada en Argentina en 1956. “Cortázar es un verdadero renovador, hay algo nuevo en cada relato, además de ese ambiente misterioso que sabe imprimir a todo lo que escribe”, relató para explicar su fascinación por el argentino. “Para mí, lo más difícil ha sido trasladar el contenido de cada cuento de forma que el lector árabe lo pueda entender”, relató, y dejó claro que la tarea le resultó fascinante. Rauf ya tradujo en 2002 una colección de artículos periodísticos de Gabriel García Márquez, autor que, junto a Cortázar, aprecia especialmente por lo que han representado para la corriente del “realismo mágico”. Explicó que llegó a desesperarse ante las numerosas dificultades que encontró para publicar esta traducción en Egipto, dado el desinterés por la literatura en español, en relación con otras lenguas. Como ejemplo, explicó que el libro de relatos, ya traducido, “pasó dos años” en el Consejo Supremo de Cultura, organismo que valida las traducciones de literatura extranjera. La colección de relatos de Cortázar cuesta siete libras (equivalentes a un euro) en el mercado egipcio, e inaugura una serie de traducciones que la editorial Ajbar al Yaum, editora de un periódico con el mismo nombre, va a llamar Oriente y Occidente. Rauf ya colabora asiduamente con el suplemento literario de Ajbar al Yaum llamado Ajbar al Adab (Noticias Literarias), donde se ha especializado en la traducción de literatura en español. Actualmente tiene lista otra traducción de la española Adelaida García Morales, de los relatos “El sur” y “Bene”, aunque la obra está “estancada” de nuevo en el Consejo Supremo de Cultura desde hace un año. Fuentes: EFE • Xinhua *** Juan Manuel de Prada obtiene el premio Biblioteca Breve El escritor español Juan Manuel de Prada (Baracaldo, Vizcaya, 1970) se hizo merecedor del premio Biblioteca Breve 2007, que convoca anualmente la editorial Seix Barral (http://www.seix-barral.es) y está dotado con 30.000 euros, por su novela El séptimo velo, según decisión de los jueces Luis Alberto de Cuenca, Manuel Longares, Ángela Vallvey, Pere Gimferrer y Elena Ramírez. La obra, que será publicada a finales de este mes, tiene como protagonista a Julio, a quien le es revelado el secreto familiar oculto durante medio siglo. Obsesionado por este descubrimiento, empezará a desempolvar episodios oscuros de la II Guerra Mundial. Por ello, emprende un viaje por la Francia ocupada, la España convaleciente de la Guerra Civil y la Argentina que sirvió de refugio a notorios nazis, siguiendo los pasos de Jules Tillon, un hombre misterioso que como Julio tuvo que bucear en su pasado para poder seguir viviendo. De Prada pasó su infancia y adolescencia en Zamora. Se licenció en derecho en la Universidad de Salamanca (Usal, http://www.usal.es), pero tuvo siempre una firme vocación literaria. Su primera obra relevante fue Coños (1994), un inusual libro de prosas líricas concebido como un homenaje a Senos, de Gómez de la Serna. Al año siguiente, publicó El silencio del patinador, conjunto de doce relatos breves coincidentes en el uso de la primera persona narrativa y en el cultivo de una prosa barroca y cuidada, muy distante de la de otros autores de su generación. El último de los relatos de este libro, “Gálvez” es el germen de su primera novela, Las máscaras del héroe (1996), donde recrea la bohemia española desde comienzos del siglo XX hasta la guerra civil. Su siguiente obra, La tempestad (1997), de trama detectivesca, recibió el Premio Planeta. Dos de sus obras siguientes, la novela Las esquinas del aire y la colección de ensayos Desgarrados y excéntricos, constituyen también sendos ejercicios de arqueología literaria: en el primero, el protagonista sigue las huellas de la deportista y escritora española Ana María Martínez Sagi; el segundo libro es una colección de biografías de personajes de la bohemia literaria, como Pedro Luis de Gálvez o Armando Buscarini. Su novela La vida invisible (2003) obtuvo el Premio Primavera y el Premio Nacional de Narrativa en 2004. Narra la historia de Alejandro Losada, un joven escritor español a punto de casarse, cuya existencia cambia radicalmente cuando viaja a Chicago y conoce a Elena, una mujer enloquecida tras un desengaño amoroso, y descubre la historia de Fanny, una “pin-up” de los años 50 desaparecida sin dejar rastro. Tras un breve paso por el periódico El Mundo (http://www.elmundo.es), colabora habitualmente con el diario español ABC (http://www.abc.es). Sus artículos en este medio han sido recopilados hasta la fecha en dos libros: Reserva natural (1998) y Animales de compañía (2000). En sus artículos, De Prada expone generalmente un discurso tradicionalista y conservador, y defiende con apasionamiento los puntos de vista de la Iglesia Católica en cuestiones polémicas tales como el aborto, la eutanasia y el matrimonio homosexual. Seix Barral recibió para este concurso 392 obras, en un año en el que habían aumentado los originales procedentes de Latinoamérica. En la temática de las obras presentadas se encontraba tanto novela intimista como novela histórica, especialmente sobre el pasado más reciente. En los originales, se observaba la presencia de novelas cuya trama gira en torno al mundo de la literatura. La escritora gallega Luisa Castro ganó en la pasada edición con la novela La segunda mujer. Fuentes: Europa Press • La Verdad • Wikipedia *** Rechazan prestar el original del Cantar de Mío Cid La Biblioteca Nacional de España (http://www.bne.es) rechazó este 30 de enero prestar el ejemplar original del Cantar de Mío Cid para una exposición en Burgos pues, según la directora de la institución, Rosa Regàs, el ejemplar podría sufrir daños irreparables dado su mal estado. El Cantar de Mío Cid fue escrito a mano hace 800 años por Per Abat y su ejemplar original había sido solicitado para formar parte de la exposición que se celebrará en Burgos de mayo a agosto, en la que se relacionará al Cid Campeador con el Siglo de Oro de la literatura española. “El original apenas se puede tocar, y una exposición a la luz o, incluso, un movimiento de la vitrina donde se guarda, podrían dañarlo de forma irreversible”, ha explicado Regàs, quien sin embargo consideró “factible” la cesión de un facsímil de alta calidad del que también dispone la institución. La solicitud de préstamo fue formulada por el comisario de la exposición y profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM, http://www.ucm.es), José María Díaz Borque, según fuentes del Instituto de la Lengua de Castilla y León (Ilcyl, http://www.ilcyl.com), que organiza la muestra a solicitud de la Diputación Provincial de Burgos (http://www.diputaciondeburgos.es). La exposición, que se inaugurará en mayo próximo en el monasterio de San Agustín de la capital burgalesa, mostrará diversos objetos que relacionan la figura del Cid con el teatro del Siglo de Oro, entre ellos algunos elementos de la escenografía de la época o retratos de los dramaturgos más importantes. Fuente: El País *** Celebrado en Caracas homenaje al poeta venezolano Elí Galindo El pasado martes 30 de enero se celebró, en el salón “Laura Boyer” de la Universidad Nacional Abierta (UNA, http://www.una.edu.ve), en la capitalina urbanización de San Bernardino, un homenaje al poeta venezolano Elí Galindo, fallecido en la capital venezolana el 13 de febrero de 2006. En la actividad el poeta y crítico Manuel Bermúdez esbozó una dilatada semblanza de la trayectoria literaria de Galindo, así como de su personalidad, valorando especialmente los años en que, junto a autores como Caupolicán Ovalles, Luis Camilo Guevara, el Chino Víctor Valera Mora, William Osuna, Enrique Hernández D’Jesús y Luis Sutherland, entre otros, a finales de los años 70, formó parte de la llamada Pandilla de Lautréamont. A continuación, la profesora María del Pilar Puig, directora de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve), se refirió a la relación del poeta Galindo con sus alumnos de esa casa de estudios, y presentó a tres jóvenes que relataron sus personales experiencias con el autor y recitaron algunos de sus poemas. Por último, el rector de la UNA, doctor Manuel Castro Pereira, confirió el botón “Amigos de la Universidad Nacional Abierta” a la viuda de Galindo, la también poeta María Clara Salas (http://www.letralia.com/firmas/salasmariaclara.htm), así como al poeta Manuel Bermúdez y a la profesora María del Pilar Puig. Natural de San Sebastián de los Reyes, Galindo nació el 13 de septiembre de 1947. Colaboró en las más importantes publicaciones periódicas de Venezuela y recibió el Premio Internacional de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo (UC, http://www.uc.edu.ve, 1985), y el Premio Conac de Poesía Francisco Lazo Martí (1987). Trabajó como redactor en la Revista Nacional de Cultura, donde dejó numerosos artículos y notas que reseñan la obra de autores venezolanos. Como miembro del Fondo Editorial Orlando Araujo de la Federación de Asociaciones de Escritores de Venezuela promovió la obra de valores nacionales y coordinó, entre otros, la edición del libro La casa en la poesía venezolana del siglo XX (1993). *** Declarado desierto el premio Siglo XXI en su mención narrativa El pasado 31 de enero fue declarado desierto el Premio Internacional de Narrativa de Siglo XXI Editores (http://www.sigloxxieditores.com.mx) y la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx), por considerar el jurado que ninguna de las obras participantes reunía los méritos para alzarse con un galardón de esta naturaleza. En la categoría Ensayo, en cambio, el jurado compuesto por Paulina Rivero, Héctor Perea y Federico Álvarez no sólo destacaron el trabajo Pensar el ensayo, de la investigadora argentina, naturalizada mexicana, Liliana Weinberg Marchevsky, como digno de ser galardonado, sino encontraron otros textos sobresalientes. Beatriz Espejo, en su carácter de integrante del jurado de la categoría Narrativa, fue contundente al justificar las razones para declararlo desierto: “Es un poco triste, pero... una vez leídas las 55 novelas participantes se llegó a la conclusión de que ninguna reúne los méritos para recibir un galardón de esta importancia”. Agregó que “era aburridísimo leerlas” y que, en su opinión, “no había una sola novela que te atrapara y te permitiera gozar la literatura. No había creación estilística, ni investigaciones serias cuando se trataba de temas históricos ni había nada que realmente se pudiera considerar digno de encomio”. Sealtiel Alatriste, director de Literatura de la Coordinación de Difusión Cultural de la Unam, comentó que fue una decisión difícil de tomar, aunque advirtió que la misma prestigia de alguna manera al galardón y, al mismo tiempo, llama a reflexionar sobre la necesidad de diseñar otras formas de llegar a los lectores. El director de Siglo XXI Editores, Jaime Labastida, informó que próximamente se reunirá el comité organizador del premio para ver qué sucederá con los 20.000 dólares no asignados en esta edición. Sin embargo, anunció que lo más probable es que se regrese este monto a las instituciones convocantes para que se utilice en sus propios planes. Liliana Weinberg, ganadora de la mención Ensayo y quien estuvo presente en el acto, explicó los motivos que la llevaron a escribir la obra ganadora, Pensar el ensayo, y dijo sentirse atraída desde hace muchos años por un género que traduce mucho más que el mero esfuerzo de comunicar contenidos o consignar las ideas de los otros. “El ensayo es a la vez lectura y escritura intensa de una experiencia de vida. Mi texto es un recorrido por el ensayo latinoamericano, pero sobre todo una lectura de los grandes ensayistas europeos y termina dedicado a Octavio Paz y Jorge Luis Borges”. Desde su perspectiva, hace falta mayor reconocimiento a un género verdaderamente “proteico”. “También pienso en el ensayo como éste Prometeo encadenado, castigado por tratar de difundir, ampliar y ser incluyentes los temas, en un espacio público más amplio”, comentó la también investigadora de El Colegio de México (http://www.colmex.mx). Con 25 años de radicar en México, Weinberg es doctora en letras hispánicas por El Colegio de México; investigadora del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos (CCYDEL, http://www.ccydel.unam.mx) de la Unam, miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel III; e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (http://www.amc.unam.mx). Entre otras, ha obtenido la Distinción Universidad para Jóvenes Académicos en el Área de Investigación en Humanidades (1995) y el Premio de Ensayo Literario Hispanoamericano Lya Kostakowsky, que otorga la Fundación Cardoza y Aragón (1997), así como el reconocimiento Catedrático Unam (1997). Además de participar en diversos proyectos auspiciados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt, http://www.conacyt.mx), es autora de tres libros en su especialidad, editora de la obra Ensayo, simbolismo y campo cultural, en prensa, 46 capítulos de libros, 23 artículos y 9 reseñas en el campo de la literatura hispanoamericana. Dirige trabajos de investigación y tesis en los niveles de licenciatura, maestría y doctorado, en su mayoría dedicados al ensayo y la literatura latinoamericana. Ambos galardones, que tienen un monto económico de 20 mil dólares, nacieron bajo el impulso de Siglo XXI Editores, con el apoyo de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS, http://www.uasnet.mx) y El Colegio de Sinaloa (http://www.elcolegiodesinaloa.com) en el caso del galardón de ensayo, y con el de la Unam y El Colegio de Sinaloa en el de narrativa. Fuentes: Milenio • Notimex *** Premio Nobel Orhan Pamuk abandona su país ante amenazas El premio Nobel turco Orhan Pamuk abandonó su país el jueves 1 de febrero “por mucho tiempo”, tras el asesinato, el viernes 19 de enero, del periodista y escritor Hrant Dink, de origen armenio y director del semanario Agos, a manos de un fanático nacionalista de diecisiete años de edad, según informó este viernes el también periodista Fatih Altayly, director de Sabah, el periódico de mayor circulación de Turquía. Altayly dijo que el pasado 1 de febrero “el escritor salió al banco y dijo: ‘No voy a volver en mucho tiempo’ ”. Añadió que el autor de El libro negro se fue luego de su país, en un avión que partía de Turkish Airlines (http://www.thy.com) a las 11:20 de la mañana, rumbo a Estados Unidos. La partida de Pamuk se produce a raíz de que Yasin Hayal, uno de los implicados en el asesinato de Dink, le señalara, durante su detención, que tuviera cuidado. “Pamuk, espabila, que puedes ser el próximo”, habría dicho Hayal. Hayal confesó haber encargado a Ogun Samast, de diecisiete años, que asesinara a Dink. El diario turco Aksam informa que Hayal declaró haber planeado el asesinato de Dink y haberse ocupado de los gastos de la ejecución por quinientas nuevas liras turcas (unos 275 euros), de las que doscientas nuevas liras eran para Samast. El escritor, quien hasta hace unos meses tuvo que afrontar judicialmente querellas y amenazas ultranacionalistas, había cancelado su gira a Alemania, donde iba a ser nombrado doctor honoris causa por la Universidad Libre de Berlín (http://www.fu-berlin.de), por motivos de seguridad. Pamuk no dio detalles que revelen hasta cuándo piensa estar fuera de Estambul, aunque indicó a la prensa local que tiene “algunos compromisos” de conferencias en la Universidad de Columbia (http://www.columbia.edu), donde habitualmente enseña. Fuentes: El País • Libertad Digital *** Publican poesía de Vicente Aleixandre en español y árabe El Instituto Cervantes de Argel (http://argel.cervantes.es) ha publicado una edición bilingüe, en español y en árabe, de la antología Poemas escogidos, del escritor español Vicente Aleixandre (1898-1984). El volumen incluye treintiséis poemas del Premio Nobel de Literatura 1977, compilación realizada por el director del centro argelino, Eduardo Calvo, en la que se muestra las distintas etapas en la obra creativa del autor. La traducción al árabe de esta obra estuvo a cargo de la profesora Saliha Benaissa, de la Universidad de Argel (http://www.univ-alger.dz), y la poeta Nora Malek. Aleixandre, quien fue miembro de la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es) desde 1949, “es un poeta esencial, de una intensidad singular, sostenida a lo largo de toda su obra”, escribe Calvo en el prólogo de la antología. En su opinión, es “el poeta que mejor ha representado la decisiva corriente literaria del 27”. La nueva edición de Poemas escogidos, de 200 páginas, será presentada esta semana en la sede central del Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es) en Madrid, con la participación de los poetas Luis Antonio de Villena, Javier Lostalé, Ramón Mayrata y Eduardo Calvo. Fuente: Europa Press *** Falleció el escritor guatemalteco Franz Galich El destacado escritor y docente guatemalteco Franz Galich Mazariego murió en el Hospital Militar Roberto Dávila Bolaños, de Managua (Nicaragua) el pasado sábado 3 de febrero, a causa de una larga enfermedad, según informaron sus familiares y amigos. La pérdida del literato, quien se sentía “nicaragüense de corazón”, fue lamentada por colegas escritores y por el medio intelectual en general. Luis Rocha, editor del suplemento Nuevo Amanecer Cultural, de El Nuevo Diario (http://www.elnuevodiario.com.ni), expresó que “es una gran pérdida para la literatura”, y no sólo para la nicaragüense, sino también para la literatura en general, pues “como crítico y narrador tuvo excelentes muestras de su oficio”. El escritor libraba, desde hace más de un año, una batalla contra un cáncer de próstata que afectó su salud severamente. Prosista, ensayista y dramaturgo, Galich nació en Amatitlán (Guatemala) en 1951. Cursó estudios en letras en la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac, http://www.usac.edu.gt). En 1980, a raíz de la tensión política de su país, tuvo que exiliarse en Nicaragua, tras salir ileso de un atentado contra su vida ese mismo año. Fue el fundador de la revista El Ángel Pobre, así como ganador del Premio Centroamericano de Novela Rogelio Sinán (Ciudad de Panamá, 1999-2000), por su prestigiosa obra Managua Salsa City ¡Devórame otra vez! Publicó los libros de cuentos Ficcionario inédito (1979) y La princesa de ónix y otros relatos (1989), así como la novela Huracán corazón del cielo (1995). En 2006 apareció su novela Y te diré quien eres (Mariposa traicionera). En Nicaragua fue profesor de literatura en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (Unan, http://www.unan.edu.ni), en la Universidad Centroamericana (UCA, http://www.uca.edu.ni) y en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli, http://www.upoli.edu.ni), así como en la Escuela Nacional de Bellas Artes. El Centro Nicaragüense de Escritores (CNE), que preside Carlos Tünnermann Berhein, publicó un comunicado en el que acuerda “dar su sentido pésame a familiares, amigos, escritores centroamericanos, escritores nicaragüenses y escritores miembros del CNE por esta pérdida irreparable”. En el Cementerio Oriental de Managua, Nicaragua, decenas de familiares y amigos dieron este domingo 4 el último adiós a Franz Galich. “Hace dos meses lo hospitalizamos. Todo ese tiempo permanecimos juntos, hasta ayer, que sufrió una insuficiencia cardíaca, a causa de las radiaciones”, dijo Orieta Martínez de Galich, su viuda. Fuentes: El Nuevo Diario • Prensa Libre *** Realizan en Barcelona el III Encuentro de Novela Negra El escritor sueco Henning Mankell, creador del detective Kurt Wallander, será el gran protagonista del III Encuentro de Novela Negra de Barcelona BCNegra, que se celebra desde este lunes 5 hasta el 10 de febrero y tendrá la vertiente científica de la investigación policial como eje temático, como complemento al Año de la Ciencia que se celebra en esta ciudad española. Mankell recibirá el Premio Pepe Carvalho en reconocimiento a su trayectoria en el ámbito de la novela negra, y celebrará un acto con sus lectores en el Teatre Romea de Barcelona, escenario que no le es ajeno puesto que también es director del Teatro Avenida de Maputo (Mozambique). En el evento participan también escritores como Alicia Giménez Bartlett, el británico Peter James, Francisco González Ledesma, Yasmina Khadra —seudónimo de un oficial del ejército argelino—, la sensación rusa Serguei Lukianenko, la holandesa Saskia Noort, el siciliano Ger Palazzoto y la sueca Maj Sjöwall, entre muchos otros. El programa de actividades del encuentro cuenta con mesas redondas, encuentros con los escritores, espectáculos musicales, un simulacro de cómo recibe la policía las llamadas de crímenes, un juego multimedia y una exposición que girará alrededor de los grandes investigadores de la novela policíaca. Esta muestra, que se celebra desde el pasado viernes hasta el 17 de febrero en la Biblioteca Jaume Fuster, repasa figuras como Sherlock Holmes, Hercules Poirot, Kurt Wallander o Guido Brunetti, y descubrirá las características especiales que han convertido a estos personajes en referentes. El hilo conductor de esta tercera edición de BCNegra es la vertiente científica de la investigación policial, en un momento en que series como CSI están consiguiendo grandes cuotas de audiencia en televisión. Una mesa redonda en la que participará un juez, un forense, un periodista de sucesos, un miembro de la Brigada de Delitos y el jefe de la policía científica de los Mossos d’Esquadra debatirán sobre la posibilidad del crimen perfecto. Fuente: Metro *** Isaac Chocrón presentará en Maracay su novela El vergel El próximo 24 de febrero será bautizada en Maracay (Aragua, Venezuela) la novela El vergel, del escritor venezolano Isaac Chocrón, en un acto organizado por la Agrupación Literaria Pie de Página con el apoyo de la Asociación Civil La Trinidad y la Editorial Letralia, y que tendrá lugar en la Biblioteca Agustín Codazzi del Complejo Cultural Santos Michelena, en la avenida 19 de Abril. Aunque la novela apareció a finales de 2005 bajo el sello Mondadori y fue presentada en su momento en Caracas, Chocrón no había tenido oportunidad hasta ahora de celebrar el bautizo en la ciudad donde nació y en la que vivió hasta los siete años, precisamente en la quinta El Vergel, que da nombre a la obra de corte autobiográfico. En el evento, que se iniciará a las 11 de la mañana, se celebrará un foro con el profesor Francisco Rojas Pozo, especialista en teatro venezolano, el narrador, poeta y ensayista venezolano Manuel Cabesa y el museólogo e investigador del patrimonio cultural Pedro Guillermo Hernández. Posteriormente el propio Chocrón hablará sobre su obra, tras lo cual se procederá al bautizo y a un brindis con los presentes. En El vergel, Chocrón cuenta sus primeros años en Maracay, donde nació en 1930. Sus fieles y abundantes seguidores pueden rastrear en esta historia, contada con el tono de una grata e íntima conversación con el propio Chocrón, los orígenes de esa vocación que ha significado para las letras de Venezuela el acervo de una de las obras dramáticas más importantes. Junto a José Ignacio Cabrujas y Román Chalbaud, Chocrón es un nombre fundamental en el teatro venezolano contemporáneo. Doctor honoris causa de la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve), ha obtenido numerosos reconocimientos a su trayectoria, como el Premio Nacional del Teatro en su primera edición. Entre sus obras teatrales más destacadas se encuentran El quinto infierno (1961), Animales feroces (1963), Asia y el Lejano Oriente (1966), Tric Trac (1967), O.K. (1969), La revolución (1971), La máxima felicidad (1975), Mesopotamia (1980), Simón (1983), Clipper (1967), Solimán el magnífico (1991), Tap dance (1999) y Los navegaos (2006). También, además de El vergel, ha publicado las novelas Pasaje (1954), Se ruega no tocar la carne por razones de higiene (1971), Pájaro de mar por tierra (1973), Rómpase en caso de incendio (1975), Cincuenta vacas gordas (1982), Toda una dama (1988) y Pronombres personales (2002), y los ensayos Tendencias del teatro contemporáneo (1966), Color natural (1968), Maracaibo 180º (1978), Tres fechas claves del teatro venezolano (1979), Sueño y tragedia en el teatro norteamericano (1985), 40x50, cincuenta años de Corimón, cinco fotógrafos (1989) y El teatro de Sam Shepard (1991). *** Salón del Libro 2007 Confex realizarán en Caracas Entre el 24 de febrero y el 4 de marzo se realizará en Caracas el Salón del Libro 2007 Confex (http://www.salondellibro.net), evento que se desarrollará en un pabellón de mil metros cuadrados en el Centro Internacional de Exposiciones de Caracas (Ciec), en el Centro Rental de la Universidad Metropolitana, al este de la capital venezolana. Con el lema “¡Vamos todos a leer!”, la exposición es organizada por Confex International Corporation (http://www.confex-us.com) con el apoyo de la Cámara Venezolana del Libro, Cavelibro (http://www.cavelibro.org), y el Banco del Libro (http://www.bancodellibro.org.ve). El propósito del evento es promover y estimular el crecimiento progresivo que ha registrado el sector editorial nacional. Al salón, en el que se han registrado más de cincuenta expositores, asistirán editores de libros y revistas, distribuidores, libreros, impresores, agentes literarios, diseñadores, escritores, estudiantes, investigadores, casas de estudio, organismos públicos y privados, instituciones culturales y público en general, durante una actividad inigualable en la región capital que persigue convertirse en la vitrina ideal, para la exhibición, difusión y comercialización del libro venezolano. Además se desarrollará un variado programa de actividades culturales para todas las edades, destacándose en especial un pabellón infantil que buscará impulsar y consolidar de forma divertida, el hábito de lectura entre los niños y jóvenes. Igualmente, se estima celebrar un recital de Poesía con la participación de reconocidos poetas locales, toda vez que habrá venta a precios promocionales de los diversos títulos presentados en la exposición. Entre estas actividades destaca el recital de poesía programado para las 6 de la tarde del viernes 2 de marzo de 2007, en el que participarán los escritores Miguel Márquez, William Osuna, Pablo Molina, Julio Valderrey y Gabriel Jiménez Emán. El recital será amenizado por la bolerista Gioconda Parra. Antes de la intervención de cada poeta se mostrara material audiovisual con temas alusivo al evento. Fuente: Salón del Libro *** Unión Latina auspicia curso de guión cinematográfico en Cartagena Hasta el 15 de febrero es posible postularse para participar en el Curso de Escritura de Guión Cinematográfico (http://dcc.unilat.org/DCC/Audiovisuel/Formations/EcritureScenario/indexEs.asp) que dictarán en Cartagena (Colombia), entre el 5 y el 9 de marzo, la Unión Latina (http://www.unilat.org), Proimágenes en Movimiento (http://www.proimagenescolombia.com) y el Festival Internacional de Cine y TV de Cartagena (http://www.festicinecartagena.org). El curso, que el año pasado fue dictado en otros países como Venezuela (enero), Paraguay (mayo) y Bolivia (julio), ha sido programado para quince participantes de entre 21 y 35 años de edad, de los cuales cinco serán colombianos y el resto serán grupos de dos provenientes de Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela. Los aspirantes deberán presentar un expediente que acredite su experiencia, una carta de motivación y un proyecto de guión, entre otros recaudos que deberán ser enviados por correo electrónico (candidatura.dcc@unilat.org). Quienes resulten seleccionados deberán costear el transporte hasta Cartagena. Los organizadores del curso corren con los gastos de formación y de estadía (alojamiento, comida, transporte local y seguro). El curso, que será dictado por el profesor Michel Marx (Francia, 1959), analiza aspectos claves de la creación de guiones cinematográficos, como la estructura narrativa, el tiempo, la adaptación, la relación simbólica entre los creadores ligados por tiempos o lugares disímiles y la presentación final del guión. Las bases completas están disponibles en http://dcc.unilat.org/DCC/Audiovisuel/Formations/EcritureScenario/indexEs.asp. Marx es cuentista, novelista y guionista. Ha sido miembro de jurados internacionales y profesor de guión en el Service Jeunesse de la Ville de Montreuil, Universidad de Cine de Buenos Aires (http://www.ucine.edu.ar), Escuela Internacional de Cine de Cuba, Escuela de Cine de Montevideo, Universidad de Cine de Chile, Escuela Superior Nacional Louis Lumière (http://www.ens-louis-lumiere.fr), entre otros centros de formación. Ha sido coautor y consultor de los largometrajes Les Sensuels, (1991), Les six trouilles bleues (1996), L’Appartement de Gilles Mimouni (1997), Nous avons tant rêvé (1997), Dans la ville vide (1998), Noces d’Été (1999), Allées et Venues (2000), Les Bons Sentiments (2001), Une autre vie (2002) y Tes yeux brillaient (2004). Fuente: Unión Latina ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === ¡Santa de greda pura! Rolando Gabrielli ========================== Yo no quiero recordar a la Violeta muerta, quiero verla entrar por la puerta grande de Chile. Gracias a la vida, Violeta, nos has dado tanto y tanto que nos has dejado sin tu canto. Violeta, si Chile supiera, Chile entero se rindiera a tu canto de paloma herida, que no es de espanto, ni de llanto, sólo naciste para la vida, ay, Violeta querida. Rolando Gabrielli El 5 de febrero, hace 40 años, Violeta Parra, la más grande folclorista de Chile y tal vez de América Latina, se suicidó en su carpa, en Santiago de Chile, de un disparo en la sien derecha. Algunas de sus canciones, como Gracias a la vida y Volver a los 17, son verdaderos himnos en América Latina. Fue la primera latinoamericana que expuso su arte plástico en el Museo del Louvre, Francia. Mujer profunda, como un río torrentoso, se instaló con lo esencial, cantó a lo humano y divino, sin retórica, ni falsas importaciones, con esa profunda sencillez de lo auténtico, aquello que siempre permanece. Amó intensamente, con pasión, a Chile y a la vida. Rescató el folklore nacional perdido en los andamios de la vida y nos dejó más que un puñado de canciones, su enseñanza de lo humilde y sencillo, esas cosas verdaderas que supo recoger en su letra, música y divulgar en su canto de vasija en los caminos de Chile. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me dio dos luceros que, cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco, y en el alto cielo su fondo estrellado y en las multitudes el hombre que yo amo. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado el oído que, en todo su ancho, graba noche y día grillos y canarios; martillos, turbinas, ladridos, chubascos, y la voz tan tierna de mi bien amado. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado el sonido y el abecedario, con él las palabras que pienso y declaro: madre, amigo, hermano, y luz alumbrando la ruta del alma del que estoy amando. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado la marcha de mis pies cansados; con ellos anduve ciudades y charcos, playas y desiertos, montañas y llanos, y la casa tuya, tu calle y tu patio. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me dio el corazón que agita su marco cuando miro el fruto del cerebro humano; cuando miro el bueno tan lejos del malo, cuando miro el fondo de tus ojos claros. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado la risa y me ha dado el llanto. Así yo distingo dicha de quebranto, los dos materiales que forman mi canto, y el canto de ustedes que es el mismo canto y el canto de todos, que es mi propio canto. Gracias a la vida que me ha dado tanto. Violeta Parra Me falta algo Me falta algo, no sé qué es, no sé si lo voy a encontrar, Me falta el aire, me faltan los pies para respirar y caminar, donde tú estés. ¿Ya sabes tú que es? este no es mi tiempo, sé que no es y si parto, tal vez, tal vez sepas quién se fue. El mundo está al revés, yo lo miro debajo de mis pies. Me falta algo, no sé qué es. Ay, guitarra, Ay ayayayyyyyyyy. Cuerda enredadera, guitarra primavera, Violeta cordillera, Violeta tierra, vuelve a nacer mensajera. Rolando Gabrielli La primavera del 72 en el Pedagógico de la Universidad de Chile, esa noche, esperaba a Nicanor Parra en el magno auditorium, sitio de foros, debates, actos políticos, culturales, nicho de amor, desesperaciones, poesía y desencuentros. El país seguía su curso y se respiraba esa atmósfera enrarecida por la confrontación permanente de las ideas, del dulce desencanto y del fruto magro de la intransigencia. En las calles de la Universidad de Chile, en Macul, los terribles plátanos orientales que atacaban sin piedad a los asmáticos como el antipoeta que daba clases allí y se paseaba con su cuaderno de Artefactos. Santiago se me evaporaba de las manos, por arte y magia de la frustración, de un sueño que se enredaba y salía de una chimenea como una enredadera. El más antisolemne de los poetas-antipoetas ingresaba al auditorium con toda la solemnidad del caso, revestido de silencio, tristeza, como suspendido en el tiempo, como estando y no, ese recorrido en solitario que repasa el viento del Sur. Lentos pasos y ya Parra estaba frente a su público, todos estudiantes del Pedagógico. Estaba solo de soledad. Y comenzó a leer Defensa de Violeta Parra con la voz entrecortada, como explicando lo inexplicable, remontándose a todos los ayeres, dejando que el presente no fuera real. El poema explica en verdad muchas cosas y deja en claro la famosa frase “el pago de Chile”, ese reconocimiento que sólo llega postmorten y se da siempre a las figuras excepcionales. Chile es un país fúnebre, de mitos que siempre apuntan a ese reconocimiento postmorten, porque en vida cada quien debe arreglárselas como pueda. Las dos mujeres que son las artistas más destacadas de la historia de Chile, Gabriela Mistral y Violeta Parra, disfrutaron en vida del mismo desdén de Chile y de sus funcionarios públicos administradores de la cultura, de los recursos y promociones del Estado. No son las únicas, pero representan ese generoso y sistemático olvido que se extiende a las sedes diplomáticas chilenas, que durante algunos años fantasearon con la XIV Región destinada a los habitantes de la diáspora, pero de la noche a la mañana inventaron dos regiones más (la XIV y la XV), dejando sin piso al exilio, a los autodesterrados, a los chilenos fuera de Chile. La copia feliz del ninguneo puede ser un verso que se incorpore al himno nacional. Neruda le llamó: ¡Santa de greda pura! Defensa de Violeta Parra Dulce vecina de la verde selva Huésped eterno del abril florido Grande enemiga de la zarzamora Violeta Parra. Jardinera locera costurera Bailarina del agua transparente Árbol lleno de pájaros cantores Violeta Parra. Has recorrido toda la comarca Desenterrando cántaros de greda Y liberando pájaros cautivos Entre las ramas. Preocupada siempre de los otros Cuando no del sobrino de la tía Cuándo vas a acordarte de ti misma Viola piadosa. Tu dolor es un círculo infinito Que no comienza ni termina nunca Pero tú te sobrepones a todo Viola admirable. Cuando se trata de bailar la cueca De tu guitarra no se libra nadie Hasta los muertos salen a bailar Cueca valseada. Cueca de la Batalla de Maipú Cueca del Hundimiento del Angamos Cueca del Terremoto de Chillán Todas las cosas. Ni bandurria ni tenca ni zorzal Ni codorniza libre ni cautiva Tú solamente tú tres veces tú Ave del paraíso terrenal. Charagüilla gaviota de agua dulce Todos los adjetivos se hacen pocos Todos los sustantivos se hacen pocos Para nombrarte. Poesía pintura agricultura Todo lo haces a las mil maravillas Sin el menor esfuerzo Como quien se bebe una copa de vino. Pero los secretarios no te quieren Y te cierran la puerta de tu casa Y te declaran la guerra a muerte Viola doliente. Porque tú no te vistes de payaso Porque tú no te compras ni te vendes Porque hablas la lengua de la tierra Viola chilensis. ¡Porque tú los aclaras en el acto! Cómo van a quererte me pregunto Cuando son unos tristes funcionarios Grises como las piedras del desierto ¿No te parece? En cambio tú Violeta de los Andes Flor de la cordillera de la costa Eres un manantial inagotable De vida humana. Tu corazón se abre cuando quiere Tu voluntad se cierra cuando quiere Y tu salud navega cuando quiere Aguas arriba! Basta que tú los llames por sus nombres Para que los colores y las formas Se levanten y anden como Lázaro En cuerpo y alma. ¡Nadie puede quejarse cuando tú Cantas a media voz o cuando gritas Como si te estuvieran degollando Viola volcánica! Lo que tiene que hacer el auditor Es guardar un silencio religioso Porque tu canto sabe adónde va Perfectamente. Rayos son los que salen de tu voz Hacia los cuatro puntos cardinales Vendimiadora ardiente de ojos negros Violeta Parra. Se te acusa de esto y de lo otro Yo te conozco y digo quién eres ¡Oh corderillo disfrazado de lobo! Violeta Parra. Yo te conozco bien hermana vieja Norte y sur del país atormentado Valparaíso hundido para arriba ¡Isla de Pascua! Sacristana cuyaca de Andacollo Tejedora a palillo y a bolillo Arregladora vieja de angelitos Violeta Parra. Los veteranos del Setenta y nueve Lloran cuando te oyen sollozar En el abismo de la noche oscura ¡Lámpara a sangre! Cocinera niñera lavandera Niña de mano todos los oficios Todos los arreboles del crepúsculo Viola funebris. Yo no sé qué decir en esta hora La cabeza me da vueltas y vueltas Como si hubiera bebido cicuta Hermana mía. Dónde voy a encontrar otra Violeta Aunque recorra campos y ciudades O me quede sentado en el jardín Como un inválido. Para verte mejor cierro los ojos Y retrocedo a los días felices ¿Sabes lo que estoy viendo? Tu delantal estampado de maqui. Tu delantal estampado de maqui ¡Río Cautín! ¡Lautaro! ¡Villa Alegre! ¡Año mil novecientos veintisiete Violeta Parra! Pero yo no confío en las palabras ¿Por qué no te levantas de la tumba A cantar a bailar a navegar En tu guitarra? Cántame una canción inolvidable Una canción que no termine nunca Una canción no más una canción Es lo que pido. Qué te cuesta mujer árbol florido Álzate en cuerpo y alma del sepulcro Y haz estallar las piedras con tu voz Violeta Parra Esto es lo que quería decirte Continúa tejiendo tus alambres Tus ponchos araucanos Tus cantaritos de Quinchamalí Continúa puliendo noche y día Tus toromiros de madera sagrada Sin aflicción sin lágrimas inútiles O si quieres con lágrimas ardientes Y recuerda que eres Un corderillo disfrazado de lobo. Nicanor Parra ** Rolando Gabrielli panglobal@hotmail.com Periodista y escritor chileno residenciado en Panamá. Poeta, narrador y ensayista. Ha obtenido diversos premios y menciones literarias en Chile, México y Panamá. Ex funcionario internacional, corresponsal extranjero en Colombia y Panamá. Ha dirigido y editado diversas publicaciones y artículos suyos han sido publicados en América Latina y Europa. Es el autor de la avenida "Fechado en Panamá", en nuestra Ciudad Letralia (http://www.letralia.com/ciudad/gabrielli). === Las historias trenzadas de Andrés Elías Benhur Sánchez Suárez ==== Sobrecogedores, por decir lo menos, son estos cuentos de Andrés Elías Flórez Brum. Sobrecogedores por cuanto sentimos, al leerlos, el peso duro de la realidad. Y con ellos asistimos al asombro del espíritu, que no acepta esa realidad a pesar del bombardeo incesante de los medios de comunicación, que nos apabullan a diario con noticias de muerte como si nada distinto sucediera en el país. O como si quisieran adormilar la memoria a costa de la repetición cotidiana de la tragedia. Asesinatos, masacres, desplazamientos, explosiones, son el sustento cotidiano de la noticia que, si bien nos mantiene informados, también nos conduce a la saciedad y a la indiferencia. Acostumbrados al espectáculo de la muerte, nos hemos vuelto insensibles, y sólo cuando el dolor se asoma a nuestra puerta comenzamos a ser conscientes de la existencia del conflicto. Entonces despertamos atontados para recibir como apoyo la indiferencia, la misma que hemos exhibido nosotros frente al dolor de los demás. Pero, cosa curiosa, al leer los cuentos de este volumen, que el autor ha titulado Historias trenzadas, se nos rebela el espíritu, como si la literatura tuviera el poder de hacer verídicos, con toda su magnitud, esos hechos que han pasado por los medios como si no los hubiéramos visto, como si hubieran sucedido al otro lado del mundo. Tan dramático panorama es el que se condensa en las páginas de este libro de cuentos. Andrés Elías tiene la virtud de hacer vivir sus personajes en la imaginación del lector. Siempre, a través de su obra cuentística, se ha ubicado en las entrañas de la sociedad para, desde ahí, comenzar la reconstrucción de esas vidas anónimas que se convierten en paradigmas por la contundencia de su trabajo literario. Baste recordar sus otros libros de cuentos publicados, Los perseguidos (1980), con varias ediciones y La obsesión de vivir (1990), para encontrar ese hilo conductor que ha atado su obra a la problemática social. Sus personajes, atrapados en los conflictos sociales que ha padecido la nación a través de su historia, adquieren rostro, se vuelven reconocibles, hacen oír su voz, y cada lector, estoy seguro, recordará aquellos cuya tragedia conoce pero ante cuya presencia sólo atinó a responder con el silencio. No hay nada de extraordinario en ellos, si se tiene en cuenta la tradición trágica de nuestro país, pero esas existencias anónimas se vuelven inolvidables en las manos de su autor. Es la magia de la literatura. El título es bien diciente. Pareciera que Andrés Elías quisiera dejar claro que tejer historias como él lo hace es un oficio de minuciosidad y disciplina, de encontrar conocimientos y descubrir verdades con la paciencia de un relojero que desarma y vuelve a armar el reloj para transformarlo en un objeto nuevo. Además, es bien expresivo el título pues con él nos demuestra de entrada que sus historias recreadas se imbrican, se trenzan unas con otras porque hay una atmósfera común, un fondo similar que las une, como el conflicto social, que hace de telón de fondo para escenificar sus historias. La rueda es simple: el problema social origina el conflicto armado y viceversa, un círculo vicioso que se hace continuo e interminable por el odio y los deseos de venganza que se siembran en el alma de los sobrevivientes, por la amargura y el desplazamiento que, como un manto sin descorrer, agobia de dolor, pobreza y atraso a nuestra patria. Asistimos, entonces, con la lectura de Historias trenzadas, a las secuelas que dejan el conflicto armado y el social en cada una de sus víctimas. No son la descripción de las masacres y de los asesinatos. Apenas se mencionan. Son esas secuelas que pasan desapercibidas en la realidad pero se hacen contundentes en la ficción. El desplazamiento y la soledad, la nostalgia del terruño destruido, los recuerdos que obligan a los personajes a vivir una vida para la cual no están preparados ni mucho menos han deseado como destino para sus familias. Así se ejemplifica con el niño que ha perdido su hogar y su escuela y tiene que desplazarse a una realidad que para él es hostil y traumatizante, como en el cuento Roy está un tanto triste, que da inicio al libro. Este medio escolar lo conoce muy bien Andrés Elías porque ha sido profesor toda la vida, comprometido con la realidad social de sus alumnos y compañeros de docencia. No voy a ofrecer explicaciones sobre las calidades que, según mi criterio, posea cada uno de los cuentos del libro. Pero no puedo resistir la tentación de referirme a algunos de ellos que me ayudan a demostrar lo dicho en párrafos anteriores. Por ejemplo, la locura que puede producir el trauma de ver el hogar destruido, la familia mutilada, en Debajo de la cama. El señor Walter pierde contacto con la realidad después de la toma y destrucción del pueblo. Sólo metiéndose debajo de la cama, desde donde contempló el desastre, vuelve a conectarse con su presente. Vive la obsesión de ser perseguido por la hamaca, la carretilla y la máquina de coser. Terrible secuela que deja la confrontación armada, que ya muchos no saben de dónde proviene ni hacia dónde nos pueda conducir. Es la locura la respuesta ante la insensatez. La Bombosolo es el ejemplo del extrañamiento del lugar de origen, la marginalidad del personaje en una casa adonde la protagonista ha terminado por llegar para ejercer el servicio doméstico. Qué más puede hacer una niña desplazada, que ha visto cómo desaparecen a sus padres, ha sido violada y desterrada y se ve de pronto en la ciudad sin sospechar qué va a pasar con su vida. Reírse, qué más. Este giro insólito que le da Andrés Elías al cuento, y lo hace también partícipe de la locura, no sólo es novedoso desde la creación del personaje, sino muy humano, muy real, desde la perspectiva sicológica de la niña desplazada. Además, también es novedoso que quien lo cuente lo haga con el recurso de la conversación telefónica, cuyas líneas están cruzadas, y sea él (un hombre) un escucha sorpresivo de la chismografía de dos amas de casa que lo acercan al conflicto pero, al mismo tiempo, lo dejan indiferente. Otra realidad de esta confrontación interminable es la existencia de la amenaza, del señalamiento, que pone a la población civil en estado de indefección porque cualquier actor de la guerra puede ser el causante de la desgracia. En varios cuentos se materializa la amenaza, como en el del profesor boleteado, Hoja en blanco, que debe vivir su vida perseguido por el fantasma de la muerte. Pero es en La resistencia donde el autor consigue el mejor clima de zozobra y de miedo que produce una situación semejante. Tal vez sea una premonición del autor, por ser el último cuento del libro, que los amenazados interpongan la resistencia como respuesta a las amenazas y a la intimidación. Porque los protagonistas de esta última historia trenzada se deciden a no abandonar la casa. Y al miedo le anteponen la alegría, que no es otra cosa que apostarle a la esperanza y a la vida. Como estos, así son los demás cuentos del libro, sugerentes y sobrecogedores, pero llenos de lecciones de vida. Se pasean por ellos el exilio y el desplazamiento pero, sobre todo, el amor. Aquí el amor también es impactante pero, al mismo tiempo, un reconocimiento que hace el autor a la condición humana pues tanto víctimas como victimarios son seres humanos que se enamoran, lloran y sienten miedo a pesar de la dureza de la realidad. No son historias de amor feliz, a la usanza del romanticismo, sino humanas, pragmáticas y reales, donde los seres humanos se encuentran para compartir instantes de vida, de felicidad, en medio de la tragedia. Es la existencia de un conflicto interior que se entrecruza, se trenza, con el conflicto de la vida diaria. El lenguaje con que están narrados los cuentos de este libro es un lenguaje cotidiano, justo, como son de cotidianos los personajes y el conflicto. No dejan de pasearse a lo largo de las narraciones algunas imágenes poéticas que describen escenarios o planean sentimientos, de acuerdo al punto de vista del narrador. Pero en general es un lenguaje vertiginoso, fluido, que avanza al ritmo de los acontecimientos y no ofrece mayores dificultades al lector, salvo por algunos vocablos propios de la región Caribe, de donde procede la mayoría de los personajes y de donde es oriundo su autor (Sahagún, Córdoba). Una técnica bastante recurrente a lo largo del libro es la evocación. Los personajes van y vienen del presente al pasado para establecer los nexos necesarios que permitan el desarrollo de la narración. Es la manera como Andrés Elías ha querido verter su conocimiento de la realidad y su experiencia en la narración. Momentos de nostalgia o de recuerdos que se mezclan con el presente narrado, rompen con la linealidad y fragmentan la realidad, técnica muy propia de la narración moderna y posmoderna. Andrés Elías ha logrado con este libro darle una nueva visión al conflicto colombiano. Una forma de rebasar los testimonios que abundan en la bibliografía colombiana de los últimos años. Ha logrado re-crear a través de la literatura esa noticia permanente de la muerte y de la guerra, ha hecho visible en la ficción al ser humano que está detrás de todo conflicto social, económico o político. Pienso que Andrés Elías ha llegado a la madurez narrativa, esa que ha venido forjando a través de los años y ha sido evidente tanto en sus libros de cuentos, ya mencionados, como en sus novelas El visitante (1986) y Este cielo en retratos (1988), las dos con varias ediciones. Además, lo atestiguan los premios literarios obtenidos, las menciones y las antologías donde se han recogido cuentos suyos. ** Benhur Sánchez Suárez bsanchsu@banrep.gov.co Escritor colombiano (Pitalito, Huila, 1946). Ha publicado las novelas: La solterona (1969), El cadáver (1975), A ritmo de hombre (1979), La noche de tu piel (1979), Venga le digo (1981), Memoria de un instante (1986), y Así es la vida, amor mío (1996); los libros de cuentos Los recuerdos sagrados (1973) y Cuentos con la Mona Cha (1997); los libros de ensayo Narrativa e historia (1987), Identidad cultural del Huila en su narrativa (1994) y Esta noche de noviembre (1998). === El Jesús que secuestraron los emperadores Jorge Majfud =========== ¿Quien me presta una escalera para subir al madero, para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno? (Antonio Machado) Hace unos días el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se refirió a Jesús como el más grande socialista de la historia. No me interesa aquí hacer una defensa o un ataque de su persona. Sólo quisiera hacer algunas observaciones sobre una típica reacción que causaron sus palabras por diversas partes del mundo. Tal vez decir que Jesús era socialista es como decir que Tutankamón era egipcio o Séneca era español. No deja de ser una imprecisión semántica. Sin embargo, aquellos que en este tiempo se han acercado a mí con cara de espantados por las palabras del “chico malo”, ¿lo hacían en función de algún razonamiento o simplemente en función de los códigos impuestos por un discurso dominante? En lo personal, siempre me ha incomodado el poder acumulado en un solo hombre. Pero si el señor Chávez es un hombre poderoso en su país, en cambio no es él el responsable del actual orden que rige en el mundo. Para unos pocos, el mejor orden posible. Para la mayoría, la fuente de la violencia física y, sobre todo, moral. Si es un escándalo imaginar a un Jesús socialista, ¿por qué no lo es, entonces, asociarlo y comprometerlo con la cultura y la ética capitalista? Si es un escándalo asociar a Jesús con el eterno rebelde, ¿por qué no lo es, en cambio, asociarlo a los intereses de los sucesivos imperios —exceptuando el más antiguo imperio romano—? Aquellos que no discuten la sacralidad del capitalismo son, en gran número, fervientes seguidores de Jesús. Mejor dicho, de una imagen particular y conveniente de Jesús. En ciertos casos no sólo seguidores de su palabra, sino administradores de su mensaje. Todos, o casi todos, estamos a favor de cierto desarrollo económico. Sin embargo, ¿por qué siempre se confunde justicia social con desarrollo económico? ¿Por qué es tan difundida aquella teología cristiana que considera el éxito económico, la riqueza, como el signo divino de haber sido elegido para entrar al Paraíso, aunque sea por el ojo de una aguja? Tienen razón los conservadores: es una simplificación reducir a Jesús a su dimensión política. Pero esta razón se convierte en manipulación cuando se niega de plano cualquier valor político en su acción, al mismo tiempo que se usa su imagen y se invocan sus valores para justificar una determinada política. Es política negar la política en cualquier iglesia. Es política presumir de neutralidad política. No es neutral un observador que presencia pasivo la tortura o la violación de otra persona. Menos neutral es aquel que ni siquiera quiere mirar y da vuelta la cabeza para rezar. Porque si el que calla otorga, el indiferente legitima. Es política la confirmación de un statu quo que beneficia a una clase social y mantiene sumergidas otras. Es político el sermón que favorece el poder del hombre y mantiene bajo su voluntad y conveniencia a la mujer. Es terriblemente política la sola mención de Jesús o de Mahoma antes, durante y después de justificar una guerra, una matanza, una dictadura, el exterminio de un pueblo o de un solo individuo. Lamentablemente, aunque la política no lo es todo, todo es política. Por lo cual, una de las políticas más hipócritas es afirmar que existe alguna acción social en este mundo que pueda ser apolítica. Podríamos atribuir a los animales esta maravillosa inocencia, si no supiésemos que aun las comunidades de monos y de otros mamíferos están regidas no sólo por un claro negocio de poderes sino, incluso, por una historia que establece categorías y privilegios. Lo cual debería ser suficiente para menguar en algo el orgullo de aquellos opresores que se consideran diferentes a los orangutanes por la sofisticada tecnología de su poder. Hace muchos meses escribimos sobre el factor político en la muerte de Jesús. Que su muerte estuviese contaminada de política no desmerece su valor religioso sino todo lo contrario. Si el hijo de Dios bajó al mundo imperfecto de los hombres y se sumergió en una sociedad concreta, una sociedad oprimida, adquiriendo todas las limitaciones humanas, ¿por qué habría de hacerlo ignorando uno de los factores principales de esa sociedad que era, precisamente, un factor político de resistencia? ¿Por qué Jesús nació en un hogar pobre y de escasa gravitación religiosa? ¿Por qué no nació en el hogar de un rico y culto fariseo? ¿Por qué vivió casi toda su vida en un pueblito periférico, como lo era Nazareth, y no en la capital del imperio romano o en la capital religiosa, Jerusalén? ¿Por qué fue hasta Jerusalén, centro del poder político de entonces, a molestar, a desafiar al poder en nombre de la salvación y la dignidad humana más universal? Como diría un xenófobo de hoy: si no le gustaba el orden de las cosas en el centro del mundo, no debió dirigirse allí a molestar. Recordemos que no fueron los judíos quienes mataron a Jesús sino los romanos. Aquellos romanos que nada tienen que ver con los actuales habitantes de Italia, aparte del nombre. Alguien podría argumentar que los judíos lo condenaron por razones religiosas. No digo que las razones religiosas no existieran, sino que éstas no excluyen otras razones políticas: la case alta judía, como casi todas las clases altas de los pueblos dominados por los imperios ajenos, se encontraba en una relación de privilegio que las conducía a una diplomacia complaciente con el imperio romano. Así también ocurrió en América, en tiempos de la conquista. Los romanos, en cambio, no tenían ninguna razón religiosa para sacarse de encima el problema de aquel rebelde de Nazareth. Sus razones eran, eminentemente, políticas: Jesús representaba una grave amenaza al pacífico orden establecido por el imperio. Ahora, si vamos a discutir las opciones políticas de Jesús, podríamos referirnos a los textos canonizados después del concilio de Nicea, casi trescientos años después de su muerte. El resultado teológico y político de este concilio fundacional podría ser cuestionable. Es decir, si la vida de Jesús se desarrolló en el conflicto contra el poder político de su tiempo, si los escritores de los Evangelios, algo posteriores, sufrieron de persecuciones semejantes, no podemos decir lo mismo de aquellos religiosos que se reunieron en el año 325 por orden de un emperador, Constantino, que buscaba estabilizar y unificar su imperio, sin por ello dejar de lado otros recursos, como el asesinato de sus adversarios políticos. Supongamos que todo esto no importa. Además hay puntos muy discutibles. Tomemos los hechos de los documentos religiosos que nos quedaron a partir de ese momento histórico. ¿Qué vemos allí? El hijo de Dios naciendo en un establo de animales. El hijo de Dios trabajando en la modesta carpintería de su padre. El hijo de Dios rodeado de pobres, de mujeres de mala reputación, de enfermos, de seres marginados de todo tipo. El hijo de Dios expulsando a los mercaderes del templo. El hijo de Dios afirmando que más fácil sería para un camello pasar por el ojo de una aguja que un rico subiese al reino de los cielos (probablemente la voz griega kamel no significaba camello sino una soga enorme que usaban en los puertos para amarrar barcos, pero el error en la traducción no ha alterado la idea de la metáfora). El hijo de Dios cuestionando, negando el pretendido nacionalismo de Dios. El hijo de Dios superando leyes antiguas y crueles, como la pena de muerte a pedradas de una mujer adúltera. El hijo de Dios separando los asuntos del César de los asuntos de su Padre. El hijo de Dios valorando la moneda de una viuda sobre las clásicas donaciones de ricos y famosos. El hijo de Dios condenando el orgullo religioso, la ostentación económica y moral de los hombres. El hijo de Dios entrando en Jerusalén sobre un humilde burro. El hijo de Dios enfrentándose al poder religioso y político, a los fariseos de la Ley y a los infiernos imperiales del momento. El hijo de Dios difamado y humillado, muriendo bajo tortura militar, rodeado de pocos seguidores, mujeres en su mayoría. El hijo de Dios haciendo una incuestionable opción por los pobres, por los débiles y marginados por el poder, por la universalización de la condición humana, tanto en la tierra como en el cielo. Difícil perfil para un capitalista que dedica seis días de la semana a la acumulación de dinero y medio día a lavar su conciencia en la iglesia; que ejercita una extraña compasión (tan diferente a la solidaridad) que consiste en ayudar al mundo imponiéndole sus razones por las buenas o por las malas. Aunque Jesús sea hoy el principal instrumento de los conservadores que se aferran al poder, todavía es difícil sostener que no fuera un revolucionario. Precisamente no murió por haber sido complaciente con el poder político de turno. El poder no mata ni tortura a sus adulones; los premia. Queda para los otros el premio mayor: la dignidad. Y creo que pocas figuras en la historia, si no ninguna otra, enseña más dignidad y compromiso con la humanidad toda que Jesús de Nazareth, a quien un día habrá que descolgar de la cruz. ** Jorge Majfud jmajfud@hotmail.com Escritor uruguayo (Tacuarembó, 1969). Arquitecto graduado en la Universidad de la República del Uruguay (1996). Ha sido profesor en la Universidad Hispanoamericana de Costa Rica y en la Escuela Técnica del Uruguay, donde ha enseñado artes y matemáticas. Enseña literatura latinoamericana en la Universidad de Georgia, Estados Unidos. Ha publicado las novelas Hacia qué patrias del silencio (memorias de un desaparecido) (Graffiti, Montevideo, Uruguay, 1996; Baile del Sol, Tenerife, España, 2001) y La reina de América (Baile del Sol, 2001), el libro de crónicas 9 viajes (Trilce, Montevideo, 2002) y los libros de ensayo Crítica de la pasión pura (Graffiti, 1998; HCR, Virginia, EUA, 1999; Argenta, Buenos Aires, Argentina, 2000) y El tiempo que me tocó vivir (2004). También textos suyos aparecen en Entre siglos-Entre séculos: autores latinoamericanos a fin de siglo (Pilar Ediçoes, Brasilia, Brasil; Bianchi Editores, Montevideo, 1999). Cuentos y artículos suyos han sido publicados en diarios, revistas y selecciones, como La República, El País, La Vanguardia, Rebelión, Resource Center of The Americas, Revista Iberoamericana, Eco Latino, Jornada, Centre des Médias Alternatifs du Québec y otros. Es miembro del Comité Científico de la revista Araucaria de España. Ha colaborado en la redacción de Enciclopedia de Pensamiento Alternativo (Buenos Aires). Sus ensayos y artículos han sido traducidos al inglés, francés, portugués y alemán. En 2001 recibió mención del Premio Casa de las Américas, Cuba, por La reina de América. Obtuvo el Premio Excellence in Research Award in Humanities & Letters, UGA (Estados Unidos, 2006). === La historia de un estilo, biografía de una escritora ================== === Anna Diegel =========================================================== Alfonsina Storni: Mi casa es el mar (Editorial Espasa Calpe, Madrid, 2003), por Tania Pleitez ¿Cómo acercarse de nuevo a la escritora Alfonsina Storni, sobre la cual ya se escribieron varias biografías? Ésta es la tarea de Tania Pleitez en su narrativa, Alfonsina Storni: Mi casa es el mar. La parte más interesante de la biografía de un escritor, dijo Vladimir Nabokov, es la historia de su estilo. Este pensamiento, citado por Tania Pleitez, constituye el hilo conductor en su relato de la vida de Alfonsina Storni. Con el propósito de “presentar y acercar a una poeta argentina de los años veinte al público español del siglo XXI”, Pleitez proporciona al lector una vívida descripción de varios aspectos de la compleja personalidad de Storni, a lo largo de un relato salpicado de anécdotas sobre la vida de la escritora, y de poemas que ilustran su obra. Además, Pleitez nos ofrece un retrato panorámico de la época en la que vivió la escritora, desde el principio del siglo XX hasta el fin de los años 30, y de las circunstancias que formaron su carácter. En ambos aspectos de esta descripción, lo psicológico y lo sociológico, Tania Pleitez no pierde de vista el mayor propósito de su biografía: trazar la evolución artística del estilo de una escritora a través del tiempo. La personalidad multifacética de Alfonsina Storni ha suscitado una variedad de interpretaciones y leyendas, que destacan uno u otro aspecto de su vida. Alfonsina Storni fue madre soltera y defendió calurosamente los derechos civiles femeninos como el derecho al divorcio o a la educación, en el mundo machista y conservador de su época. Por esto Storni se convirtió, después de su muerte, en un icono del feminismo, como las escritoras Virginia Woolf o Sylvia Plath en otros países. También, como estas dos escritoras, se inmortalizó Storni por su dramático suicidio, dando luz al mito de una poeta maldita abrumada por una angustia universal. De hecho, las causas efectivas de la lúcida decisión de Storni de suicidarse fueron el cansancio y el dolor físico causados por años de una enfermedad grave, el cáncer. El mayor oficio de Alfonsina Storni fue una búsqueda artística en prosa, teatro y especialmente poesía, para expresar las ideas innovadoras o los sentimientos de frustración que la habitaban. Desgraciadamente, el gran público la recuerda más que nada como la “poeta del amor” de su primera etapa literaria, influida por Rubén Darío, cuyo estilo a veces cursi estaba de moda cuando Storni empezó a escribir. En realidad, como lo muestra Tania Pleitez, Alfonsina Storni, en su último período de creación literaria, se convirtió en una poeta compleja, de estilo original y sofisticado, y que dejó una huella indeleble en la literatura argentina y mundial. En su biografía, Tania Pleitez se empeña en disipar preconcepciones y malentendidos, y señala los factores que alimentaron el desarrollo artístico de Alfonsina Storni. De entrada, Pleitez comenta la diferencia entre dos fotografías de la escritora, una de su juventud (con “aire retraído y dulce”) y otra de veinticinco años más tarde, que expresa un carácter decidido y una lucidez irónica. Pleitez traza un retrato dinámico de la evolución de la personalidad de la escritora. La constante de esta personalidad fue un espíritu siempre vivo y comunicativo, hasta alegre al principio de su vida, así como independiente y orgulloso. Sin embargo, a lo largo de los años, creció en Alfonsina Storni el sentido de frustración ante las injusticias sociales, y particularmente las injusticias cometidas contra las mujeres. Más tarde, cuando padeció de cáncer, su pesimismo se intensificó. Storni experimentó un gradual desencanto con la vida que la condujo a la depresión, y más tarde al suicidio. Una infancia penosa y pobre, una juventud laboriosa, una vida sentimental agitada, un difícil camino profesional para ganarse la vida y para lograrse como escritora, y al final una enfermedad grave, estos fueron los factores que contribuyeron al gradual desánimo de Alfonsina Storni, a pesar del amor que le dedicaba a su hijo, un sentimiento que la sostuvo durante toda su vida adulta. Tania Pleitez muestra, a través de “momentos de vida” escogidos, la lenta desintegración de la salud psíquica de la escritora con el paso corrosivo del tiempo. Si la personalidad de Alfonsina Storni evolucionó a lo largo de sus 46 años, el medio ambiente en que vivía quedó bastante estático. La Argentina de aquel tiempo, el principio del siglo XX, era un país conservador, dominado por el machismo y por su aliada, la religión católica, que pretendía mantener a las mujeres en su función doméstica. Alfonsina Storni no solamente proclamó su ateísmo, sino también luchó, en sus poemas, sus ensayos y sus obras teatrales, por el derecho de las mujeres a la independencia económica, política y sexual, reclamando la igualdad con los hombres. Tania Pleitez pinta un cuadro de la sociedad argentina que rodeaba a la escritora: las personalidades literarias que la despreciaron y las pocas que la apoyaron, las mujeres sumisas que censuraban su atrevimiento y las que la admiraban, las peripecias políticas y económicas del país, las distracciones de moda, ponencias teatrales, tertulias de escritores y tango. Ante este fondo social de Buenos Aires a principios de siglo, Alfonsina Storni se destaca como una precursora de ideas modernas. La tensión entre aquella sociedad conservadora y estática de Argentina y la naturaleza idealista e inquieta de Alfonsina Storni es lo que la convierte en una artista. El grito de la mujer que, al principio de su carrera, escribía “para no morir” se transforma, gradualmente, en una voz cada vez más segura y controlada. El estilo de Alfonsina Storni evoluciona desde un modelo convencional fácil de entender hacia una forma más original, para, al final de su vida y después del comienzo de su enfermedad, orientarse hacia una poesía de carácter personal y hermético. En estos últimos poemas, que Storni misma describe como “antisonetos”, la poeta rompe la sintaxis, usa metáforas raras y se deja llevar por libres asociaciones al estilo surrealista. (Tania Pleitez subraya el hecho de que, a pesar de los cambios que se produjeron en la forma de la poesía de Storni, el contenido de su obra literaria, desde el principio, siempre fue innovador.) Pleitez ilustra la evolución del estilo de Alfonsina Storni con numerosos ejemplos de su obra, relacionándolos con los acontecimientos de su vida y con el contexto social en que vivía. La descripción de la evolución del estilo de Storni es la más importante contribución hecha por Tania Pleitez a las numerosas biografías de la escritora. Con su foco particular, Pleitez ilumina una faceta crucial de la vida de Alfonsina Storni, y de este modo, desmiente la opinión de Jorge Luis Borges (que, incidentemente, fue uno de los más feroces detractores de Alfonsina Storni), quien decía que las biografías no son nada más que ejercicios de la minucia, muchas de ellas consistiendo exclusivamente de cambios de domicilio. La biografía de Tania Pleitez, al contrario, demuestra que los cambios de domicilio, como todas las mínimas peripecias de la vida, son la materia prima en la génesis de una artista. ** Anna Diegel mwadie66@iafrica.com Crítica, políglota y traductora suiza (Nyon, 1939). Reside en Durban, Sudáfrica. Ha publicado traducciones técnicas y la traducción inglesa de la novela de Mireya Robles, Hagiografía de Narcisa la bella (Hagiography of Narcisa the Beautiful), Readers International, Londres, 1996. Realiza trabajos en literatura comparada. Ha enseñado alemán y español. === El misterio de El Principito (1) Alfonso Galindo Lucas =========== Este es mi segundo comentario destinado a desvelar al lector el contenido de lo que está leyendo. No quiero decir con eso que vaya a contar el final de la película ni que desaconseje la lectura completa de la obra, como hice con el Quijote. Si bien los comentarios existentes de El Quijote suelen ser de gran calidad, acerca de El Principito se han escrito verdaderos infundios, se han hecho series de dibujos animados, anuncios de corporaciones financieras y todo tipo de material espúreo. Aunque la mayor parte de este material produce náusea, se salvan de la crítica algunas manifestaciones, como esa joya del cómic que debemos al dibujante italiano, Hugo Pratt, creador de Corto Maltés (2). El Principito, que quede claro, hay que leerlo; todo el mundo “debe” leerlo. En primer lugar, porque es corto y senu contrario este era uno de los argumentos que eximían a las personas normales de leer El Quijote. En segundo lugar y sobre todo, porque es agradable y de esto trataré más adelante. En tercer lugar, porque después de leer este comentario, usted tiene la clave para comprender la obra mejor que otros profanos. Veamos primero algunos antecedentes importantes. La calle donde nació Antoine de Saint-Exupéry, en Lyon, en 1900, lleva su nombre. También se ha bautizado con el nombre de este escritor el asteroide #2578 del cinturón situado entre Marte y Júpiter. En Francia, se le venera, además de por sus méritos literarios, por ostentar la categoría de héroe de guerra. Este dato es importante, junto con el hecho de que recibió una educación católica en Suiza, estudió Bellas Artes y fue muy amigo del abad de su pueblo. También sabemos que conoció a Hemingway y a Leon Werth, a quien dedica Le petit prince, escrito en 1943. Según apunta Le Gall, esta dedicatoria no es una mera casualidad: “A Leon Werth cuando era un niño”. En la época de la ocupación alemana y el régimen colaboracionista, los niños, especialmente los judíos, padecían más que nadie las absurdas convenciones de los adultos, como el principito en su viaje interplanetario. Con su noble voluntad de ayudar al prójimo, se enfrenta a la explotación, al desprecio, al mal trato e incluso a la ejecución sumaria, pero encuentra en la cálida mano del aviador, del mismo modo que, en su libro, la tiende el autor a los niños, en general y, en especial, a los de su época. Antoine se ganó el sustento como aviador comercial, pero en la II Guerra Mundial tuvo que prestar servicio como piloto de guerra y, en 1944, el deber le reclamó la vida. Su última novela, Ciudadela, se publicó ya en 1948. Los restos de su avión fueron localizados en 2000 y rescatados en 2003. “Sain-Ex” (es el título de la película, protagonizada por Bernard Giraudoux) hizo otras cosas, como inventar el goniógrafo (3) o trabajar para el mundo del cine, pero tengo la impresión de que si no fuese por su carrera literaria, la calle Antoine de Saint-Exupéry llevaría hoy el nombre de otro héroe de guerra (4). Después de la Guerra y de forma creciente, El Principito fue obteniendo un éxito más que merecido. A partir de entonces y hasta hoy, la literatura infantil desterró el formato estético de los libros de aventuras y los fascinantes grabados del tipo “Libro de la selva” o “Mago de Oz”, que nutrieron la imaginación infantil de Antoine, fueron radicalmente sustituidos por acuarelas tipo parvulario. Hoy toda la literatura infantil está íntimamente ligada al dibujo naïf y con ello se pretende seguir un presunto cambio de tendencia estética. Pero esto es un grave error, El Principito es una obra única, que sí mantiene un equilibrio básico entre lo dibujado y lo escrito. De todos modos, la cuestión estética no es la que más me preocupa, sino el contenido. La inmensa mayoría de los análisis que se han publicado acerca del contenido de El Principito adolecen de una curiosidad morbosa por la vida privada del autor, una defensa de los propios valores de quien escribe cada comentario y/o una exaltación desmesurada de la capacidad de meditación filosófica del autor o el misterio de la obra. A mi entender, los comentaristas se desentienden con frecuencia de la verdadera circunstancia que impulsó al autor a ejecutar su obra y cuál era la idea exacta que pretendía transmitir. Para mí no es ningún misterio dicho mensaje; como veremos a continuación, todo está bastante claro, es genuino, fresco, incorruptible... y eso es lo que califica a una obra como genial. Voy a desmantelar primero algunas de las hipótesis más llamativas que circulan en los medios literarios y luego compendiaré el significado verdadero de la obra. 1. Para muchos, El Principito es una obra poética escrita en prosa. Desde luego, el aspecto estético era considerado primordial para el autor. La belleza de la obra tal vez se pueda considerar poética. Según Juan Arias (2002), el poeta es el que sabe expresar el sentido oculto de las cosas, pero no es ese el caso de este pequeño libro; su mérito es saber contar una experiencia y expresar lo que se sintió al vivirla. El problema es que, debido en gran parte a determinados comentarios del libro, el sentido de lo que en él se expresa permanece oculto a la mayoría. 2. Como ocurre con todos los libros importantes, siempre hay quien defiende que la obra encierra un significado oculto que aún no nos ha sido desvelado. La interpretación que yo voy a exponer aquí es algo que me resulta evidente de la lectura del libro, pero ¿es posible que Saint-Exupéry disimulase intencionadamente lo que nos quería decir? Tal vez sí, porque la presión religiosa en su entorno estaba bastante presente. 3. La obra en cuestión sería una defensa sobreentendida de los valores cristianos. Esta es una de las patrañas que circulan por Internet y otros medios. Aparentemente, lo único que justificaría este punto de vista es la educación católica del autor y su amistad con el clero. Lo más religioso que se puede encontrar en el libro es una vaga referencia a las almas, si aceptamos que éstas se puedan identificar con las estrellas. Este recurso, por cierto, nunca ha sido utilizado por la teología ni la tradición cristiana. También existe una mención favorable de la liturgia, cuando pone de manifiesto el buen recuerdo de una misa, pero se hace desde una perspectiva costumbrista, no religiosa. Es muy importante tener presente que la narración no discurre por terrenos sobrenaturales, sino por el cosmos y por los sentimientos humanos; que no venga el idealismo de nuevo a querer retratarse con el Principito. 4. Se trata de un relato que esconde un tratado filosófico acerca de la importancia de las cosas. A mi entender, no es para tanto. Su filosofía, si es que puede definirse, es una visión vitalista del mundo. Poco filósofos consagrados sostendrían esta apuesta por lo infantil como medida de sabiduría, salvo tal vez Nietzsche. Recordemos que el vitalismo de Friederich Nietzsche es ante todo un argumento anti-cristiano. También nos puede recordar a Sartre y su náusea, pero sobre todo a la injustamente olvidada afición del sabio Jean Paul por los movimientos populares, los problemas sociales y el activismo. En El Principito, sin que llegue a existir un planteamiento político, se ejerce una crítica social, mediante el artificio de “los mayores”. 5. Es una obra para niños y jóvenes cuyo principal logro es de tipo didáctico. Aunque la obra contiene algunas enseñanzas morales y algunas preguntas magistralmente formuladas, su objetivo principal no es instruir, sino comunicar un sentimiento. Al mismo tiempo y tal vez sin que el autor tuviese tamaña pretensión, el libro nos enseña, en el fondo, cómo hay que escribir y sobre qué temas hay que tratar; sobre las cosas importantes. En definitiva, ¿cuál es el mensaje? Si hacemos un repaso del texto, el aviador, que es al mismo tiempo narrador y protagonista, no es otro que Antoine de Saint-Exupéry. La historia (no la narración) comienza cuando tiene una avería de motor en medio del desierto. En mi opinión, este episodio ocurrió de verdad, seis años antes de que se escribiese la obra, a despecho de quienes aseguran que esta fue la única novela de Antoine que no incluía elementos autobiográficos (5). El protagonista del libro se parece extraordinariamente al propio autor, puesto que es aviador, le habría gustado ser dibujante o pintor (6) y sus padres le orientaron hacia una profesión digna. Ambos lamentan cómo los adultos se dedican a entrometerse en los sueños de los niños. El hecho de que el narrador (y protagonista) hable en primera persona y no dé ningún nombre para sí, indica la elipsis del propio nombre del autor. Sostiene mi hipótesis una pista que deja, tal vez intencionadamente, situando el momento de la narración justo 6 años después del momento en que comienza el percance y la historia de su amistad con El Principito, es decir, seis años después de volver a nacer. Se percata de que, en este planteamiento, ha vuelto a cumplir la edad que entonces deseó tener. Recordando el suceso, empieza a escribir que, en aquél momento, también evocó la época en que tenía seis años y por eso el libro comienza con aquella frase. El narrador asegura que aquello sucedió de verdad. Aunque este indicio es claramente literario, puede constituir una pista de que el relato estuviera basado en la realidad, aunque se nos quisiera presentar como ficción. En el percance en torno al que gira la historia, ante la probabilidad de una muerte cercana, el aviador no aprovecha ningún momento para conocerse a sí mismo o a su dios o para reconciliarse con su subconsciente, sino que le da rienda suelta a éste, simplemente se desespera y encuentra que su propia naturaleza, su recóndita psicología, termina por solucionarle el problema. Con escasas reservas de agua y en mitad del desierto, se comprende en grave peligro y, en vez de encomendarse a los santos, los profetas, los dioses, los demonios, el yin o el yan, el párroco o el abad, invoca las “historias vividas” en su niñez. Tal es la soledad y el miedo de aquella situación; tal su sensación de desamparo ante la inminencia de la muerte, que su mente le sorprende con una regresión a la infancia: dicho de otro modo, el Principito es el propio autor, quien se ve enfrentado a sí mismo, en la época en que era feliz y un contratiempo de ocho días le habría parecido poco urgente, comparado con asuntos más importantes de su mundo, como las rosas y las puestas de sol. Esta actitud instintiva pudo ser, al cabo de ocho días, lo que salvaría la vida al piloto y, de paso, lo consagró como artista. Por lo tanto, el Principito, el aviador, el narrador y el autor son una misma persona. El mensaje, lejos de ser un fragmento más del decadente y reiterativo misterio religioso, es una nueva de salvación mediante el análisis infantil de las situaciones criticas, al margen de convencionalismos ceremoniosos, aprendidos a la fuerza, falsos e indicativos de una sociedad demasiado adulta (valga como ejemplo la parábola del astrónomo turco descubridor y su atuendo). Desde su historia, el autor nos recomienda que busquemos la belleza en las acuarelas de paisajes, las estrellas y las rosas. Eso mantuvo con calma y con vida al accidentado durante el tiempo que necesitó; le permitió no desesperar, no entregarse a la fatalidad antes de la hora. Incluso, al final del relato, cuando el Principito muere simbólicamente para volver a su mundo, es evidente que la muerte del niño coincide exactamente con el momento en que el aviador encuentra agua (7) y consigue solucionar sus problemas técnicos. Ante esta circunstancia y estos visos de seguridad, vuelve a ser un adulto; el niño muere y la historia se acaba; sólo queda el mal sabor de la experiencia. En el comienzo de la segunda gran contienda, su huida a Estados Unidos, entonces país neutral, le animó a iniciar una carrera de cineasta; estuvo a salvo e ilusionado durante un tiempo. Pero monsieur Saint-Exupéry no pudo evitar hacerse mayor y, en vuelo de conocimiento, convertirse en un desdichado héroe de guerra. Notas 1. De nuevo, mi más sincero agradecimiento por los comentarios y aportaciones de Sylvain Le Gall. 2. El cómic se llama Saint-Exupéry: el último vuelo y narra los últimos minutos de la vida del escritor al despegar del aeródromo de Borgo antes de estrellarse en el Mediterráneo. 3. A pesar de ello, Saint-Exupéry era un pésimo aviador y además detestaba los entonces modernos sistemas de navegación. 4. Como señala Le Gall, aunque no hubiese escrito Le Petit Prince, la crítica literaria le considera ya un escritor reconocido entre los literatos por haber publicado ya esa pequeña joya que es Vol de Nuit (1931). Desde la muerte del autor, los manuales escolares de historia de la literatura, los famosos Lagarde & Michard, alaban los dotes estilísticos del escritor y curiosamente a El Principito apenas lo dedican algunas líneas. Otra obra que parece destacar de la obra de Saint-Ex como escritor es Terre des Hommes (1938). 5. En el lado contrario, otros creen descubrir en la rosa temperamental del pequeño planeta B612 la viva imagen de la esposa del autor, lo cual añade un atractivo biográfico a ésta, de nombre Consuelo Suncin Sandoval de Gómez, quien también fue una figura relevante en el mundo del arte y la literatura, hasta su muerte en 1979. 6. La profunda admiración del escritor por su contemporáneo, el ilustrador y escritor de literatura infantil, Jean de Brunoff, el padre de Babar, se confirma con el dibujo de la boa y, en general, con el parecido que tienen sendos estilos de ilustraciones. 7. Es aceptable una interpretación simbólica del providencial pozo, de cuya agua, el protagonista afirma que sacia la sed de alma. Tal vez, lo que el aviador encontró en realidad fue una forma de arreglar la avería de su avión. ** Alfonso Galindo Lucas autorentrevista@andaluciajunta.es Director y productor de Entelequia, Revista Interdisciplinar (http://www.eumed.net/entelequia). Docente e investigador de la Universidad de Cádiz (UCA, http://www.uca.es). === Por las montañas azules de Jamaica Roberto Bennett =============== La ciudad de Port Antonio, ubicada en la costa Norte de la isla de Jamaica, fue fundada por un gobernador español, que bautizó a sus dos bahías colindantes con los nombres de sus hijos, Antonio y Francisco. Para llegar allí desde la capital, Kingston, se debe atravesar la isla de sur a norte, circulando por una angosta, sinuosa, mal señalizada y sumamente peligrosa carretera de montaña. Esta dificultad ha contenido el progreso turístico de Port Antonio, a diferencia de Montego Bay, que posee su propio aeropuerto internacional. La carretera pasa por Stony Hill, pequeña población situada casi en el centro del país, toca la costa norte en Annotto Bay, luego tuerce en dirección este, bordea Hope Bay y finalmente llega a Port Antonio. Este hermoso puerto posee una muy interesante historia que se remonta a la época de los piratas. En tiempos más recientes también fue refugio predilecto de personajes tales como el actor Erroll Flynn (que compró allí una hacienda y una isla) y el millonario Garfield Weston (propietario de la tienda Fortnum & Mason de Londres). Incluso la vecina cala de Frenchman’s Cove fue escenario de la película Cocktail, con Tom Cruise como su estrella principal. En las aguas de intenso color turquesa de la cercana Blue Lagoon (Laguna Azul) se filmó la película del mismo nombre, con la actriz Brooke Shields. Y un poco más adelante se filmó La Isla del Tesoro. A pesar de su aspecto algo somnoliento, la fama a Port Antonio le viene de antaño. Allí se instaló en 1871 el capitán norteamericano Lorenzo Dow Baker, el cual procedió a comprar grandes extensiones de tierra de cultivo. Su primer cargamento de cocos y bananas fue vendido en el puerto de Boston, en los EEUU, obteniendo una cuantiosa suma por ello, y este hecho dio comienzo a la época de oro de Port Antonio, comercialmente hablando. Alentado por el éxito en la venta de los productos de sus plantaciones bananeras, sus cafetales y la caña de azúcar, Dow Baker fundó la Boston Fruit Company, que luego de varias fusiones pasó a conocerse como la United Fruit Company, de triste recuerdo para muchos países latinoamericanos y del Caribe. Recorriendo la costa e internándose en los valles y la selva montañosa, colorida por su abundancia de flores y plantas tropicales, sus aves y mariposas, sus buganvillas salvajes y frondosos helechos, regados por frecuentes chaparrones, se puede disfrutar de cascadas tales como la de Scatter o la caída de agua de Somerset, sobre el río Daniels; y vivir la excitante aventura de bajar una docena de kilómetros sobre una balsa de bambú por el río Grande, hasta llegar a su desembocadura en el mar Caribe. Todos estos atractivos ecoturísticos son impresionantes, pero a mí me interesaba conocer la región donde habitan los Maroons, ese grupo humano tan diferente de la norma en Jamaica, gente que a través de los siglos se ha mimetizado con las espectaculares Montañas Azules. Y hacia allí nos dirigimos con mi compañero de viaje para esta ocasión, Dudley “Tal” Stokes, más conocido por ser el personaje principal en el cual se basó la película Cool Runnings (Jamaica sobre cero) y que ahora está asociado con la agencia de promoción comercial de la isla. Subiendo por una carretera de tierra y pedregullo, que no está en muy buen estado, trepando de norte a sur las laderas de las famosas montañas, cuna del exclusivo café que lleva esa denominación que le distingue, se llega al pequeño poblado de Moore Town. Nombre pomposo para unos míseros ranchos de madera, lata y paja, situado a las orillas del río Grande. Hogar de los famosos Maroons, nombre que lleva con orgullo esta agrupación de ex esclavos que habitan desde hace cuatro siglos la cordillera. El nombre de Maroon viene del español y es una deformación de la palabra cimarrón (por el animal doméstico que se escapa y se vuelve silvestre). Estos ex esclavos sobrevivieron gracias a su picardía, tenacidad, eximio conocimiento del terreno y su maestría en el arte de la guerra de guerrillas, de la caza y del camuflaje. Cuenta la leyenda que en 1655, cuando la corona española debió abandonar la isla de Jamaica ante el empuje de las fuerzas inglesas, al emprender la retirada, fueron liberando esclavos que pronto huyeron en busca de la seguridad que les ofrecían las agrestes Montañas Azules, cadena de escarpados picos cubiertos de niebla y frondosa vegetación. Allí encontraron refugio y se establecieron, viviendo en total libertad. Cuando los británicos fueron en busca de ellos, éstos demostraron poseer una increíble astucia e incalculable valor, organizándose en grupos guerrilleros que hostigaban y atacaban a los ingleses, infringiéndoles numerosas bajas y sorprendiéndoles con sus atrevidas tácticas. Tanto fue así que los soldados de Su Majestad tuvieron que aprender a recorrer los peligrosos senderos montañosos, montados de a dos en sus caballos, con un soldado mirando hacia delante y el otro hacia atrás, espalda con espalda, para defenderse de los ataques sorpresa de los fieros Maroons. Tan grande fue el esfuerzo material y humano para la corona británica, que ésta finalmente decidió concederles la libertad, a pesar de que mantenían al resto de la población negra de la isla bajo el cruel e infame sistema de esclavitud. Una excepción que se ganaron los Maroons en base a coraje e indudable destreza guerrera. Lamentablemente, esa temprana libertad, conseguida a sangre y fuego, no concedió a los Maroons una prosperidad acorde a sus deseos y expectativas. Más bien quedaron aislados y anclados en su pasado. Cuando ahora se les visita, impresiona su pobreza, su precariedad existencial y la evidente falta de oportunidades que tienen los habitantes de estas tierras para salir de su ostracismo montañés. Los demás ciudadanos de la isla les respetan y hablan de los Maroons con admiración pero no se mezclan ni asocian con ellos. Son dos pueblos separados por su pasado, con historias y tradiciones diferentes. Uno lucha por desarrollarse y prosperar en el mundo moderno, el otro no sabe muy bien cuál debe ser su papel en la Jamaica independiente. El pueblo Maroon intenta aprovechar el auge del turismo que llega a la isla pero realmente tiene muy poco con qué competir. Los villorrios de Scott’s Hall y Charles Town ofrecen intricados senderos selváticos para caminantes, bordeando barrancos, acantilados y pedregosos riachuelos de montaña, unas míseras casuchas donde hospedarse y rincones repletos de historias de guerra y victorias heroicas, que lamentablemente son desconocidas por la mayoría de los turistas. Otro lugar que vale la pena visitar es Seaman’s Valley, donde el capitán Quao de los Maroons emboscó y mató a 200 marinos ingleses procedentes de un buque de guerra anclado en la bahía. Por estos motivos, sus pobladores construyeron un pequeño museo con algunas escasas reliquias de su feroz lucha por la libertad. Allí, estos seres humanos simpáticos y hospitalarios, se desviven por explicar con lujo de detalles todas las leyendas que se tejen alrededor de sus jefes más gloriosos: Kojo (se pronuncia Cudjoe), la reina Nanny y el capitán Quao. Y en toscos paneles, despliegan dibujos caseros de los combates y breves explicaciones de las tácticas y las armas utilizadas. Por todo ello, resulta imposible no compartir el entusiasmo que despliega esta gente amable y afectuosa con los escasos visitantes que llegan hasta aquel primitivo y recóndito museo. Precisamente estaba oyendo con atención la explicación que ofrecía mi guía, una señora cincuentona de tez negra retinta, muy sonriente y mofletuda, que lucía una falda de múltiples colores, haciendo juego con su blusa, sus collares y su pañuelo anudado en la cabeza, cuando de repente observo la reproducción de un documento fechado en 1739, en el cual se otorgaba la libertad a los habitantes de estas montañas. Fijo mi vista, veo la firma del coronel encargado de concretar el tratado de paz y pego un respingo. Luego le señalo con mi dedo índice aquel nombre que me causara tanta sorpresa y mi guía estalla en una sonora risotada, procediendo inmediatamente a convocar a los demás Maroons presentes en aquella sala. Lo que allí vieron les causó enorme gracia. El documento de paz estaba firmado por el coronel Robert Bennett, o sea mi mismo nombre y apellido. Aquella coincidencia causó risas y aplausos entre mis anfitriones, que inmediatamente comenzaron a elucidar si esto no era algo marcado por el destino, e ipso facto fui invitado a conocer al Coronel o jefe de esa población. Título honorífico y que no implica haber cursado una carrera militar. Este hombre anciano, de extrema delgadez, humilde pero de una dignidad y serenidad impactante, intercambió conmigo unas cordiales palabras de bienvenida e inmediatamente me invitó a compartir su cena. A comer con ellos de sus mismas ollas los ingredientes indescifrables que componen su dieta habitual y beber su licor de frutas del monte, un brebaje exquisito pero muy potente por su elevada graduación alcohólica. Era este un homenaje auténtico a quien ellos veían como un descendiente directo del coronel que les había concedido la libertad. Hecho, en mi opinión, muy dudoso y de difícil comprobación, ya que mi antepasado directo fue un emigrante inglés llegado desde el condado de Hereford al Uruguay en 1863. Esta generosidad, proveniente de gente que vive en la más absoluta pobreza, me emocionó y, para retribuirles en parte, después de la cena y mientras disfrutábamos con el tronar de los tambores y las danzas tradicionales de estos orgullosos herederos de ancestrales guerreros africanos, intenté ayudarles a mejorar su oferta de artesanías, brindando algunas ideas para embellecer sus productos. Básicamente, los Maroons fabrican rústicas canastas de mimbre, muñequitas de fibra o semillas, recipientes de calabazas, tambores tradicionales de bambú y también procuran vender frutos secos, hierbas del monte, aceites y especies, aprovechando todos los productos naturales de la exuberante vegetación tropical que les rodea. Más tarde, entre trago y trago de licor, el Coronel me contó algo de la apasionante historia de su pueblo indómito. Me habló del sonido del abeng (antiguo instrumento de viento fabricado de un cuerno de vaca), que permitía transmitir las noticias entre los poblados, adelantando los detalles de cualquier tropa invasora, su armamento o la dirección en que avanzaba. Y a la vez, su sonido causaba auténtico pavor entre la soldadesca británica, temerosa de las sangrientas emboscadas a las cuales les sometían los indómitos Maroons. El viejo Coronel era un maestro narrando historias, porque según dijo, sólo les queda la palabra como último recurso íntimo, esa tradición oral que actúa como vínculo con el pasado glorioso, como una conjunción mágica de los sueños y las realidades. Él me explicó que la llegada de los colonos blancos para poblar estas fértiles tierras y establecer allí sus plantaciones de caña de azúcar, bananos y cafetales, fue obligando a los Maroons a replegarse más y más hacia las alturas, donde fundaron pueblos en los lugares más brumosos, agrestes y aislados de la isla. Tal fue el caso de Nanny Town, bautizada así en honor a su mayor heroína, de quien se decía que poseía poderes mágicos. Dicha población finalmente fue arrasada por las tropas coloniales del Reino Unido en 1734, pero según cuentan los Maroons, aún está habitada por los espíritus de sus muertos en ese ataque. Ellos juran que los fantasmas de sus guerreros, mujeres, ancianos y niños aún pululan por las ruinas. Nanny fue oficialmente reconocida como primer prócer femenino por el gobierno de Jamaica en el año 1975. Dice la leyenda que la reina Nanny era indomable y que no estaba dispuesta a firmar acuerdos con los ingleses, a diferencia del otro jefe Maroon, de nombre Kojo, mucho más pragmático, aunque igualmente autocrático y que solía imponer entre su gente una disciplina de hierro. A la muerte de Nanny, le sucedió el capitán Quao, otro carismático guerrero pero con una visión más política que su antecesora. El acuerdo de paz firmado por Kojo en 1739 puso punto final a la guerra, y en el mismo los ingleses les reconocieron a los Maroons el derecho a ser libres y les concedieron la propiedad de 500 acres de tierra y todo el ganado que en ella pastase. A cambio, éstos debían cesar sus ataques y robos de armas, víveres y esclavos en las plantaciones de la región. Además, en dicho tratado se comprometían a defender la isla y al gobierno británico, ante posibles invasiones francesas desde Haití o españolas desde la vecina isla de Cuba. Los Maroons eran tribales antes que nacionalistas y aún hoy perdura esa diferencia entre sus descendientes. Viven en lo que podría denominarse una reserva, como los indios norteamericanos, y sufren muchos de sus mismos problemas, tales como el consumo excesivo de alcohol, la droga y la falta de oportunidades laborales. También se ven afectados por la mala calidad de su sistema de salud y escasa educación. La mayoría de ellos habita en míseras viviendas, semiocultas en valles secretos, escondidos entre las brumas de las montañas. Para colmo, a menudo son fotografiados por turistas como si fuesen una rareza de la naturaleza. Nadie parece ser consciente de la desolación de este pueblo... Cuando abandoné la costa norte de la isla y emprendí viaje nuevamente rumbo a Kingston, tomé la firme decisión de contar la historia de esta gente noble y sencilla, que habita tan cerca de los lujosos hoteles, hermosas mansiones y modernos clubes náuticos de Port Antonio y que sin embargo, no puede disfrutar en alguna medida de esa opulencia y bienestar. No encontré rencor ni amargura entre los Maroons, más bien una callada resignación. Por ellos me propuse relatar esta historia, que no se parece en nada a la imagen vibrante y multicolor que tienen los extranjeros que visitan esa tierra luminosa y alegre, orgullosa y turbulenta, que es Jamaica, descubierta por Cristóbal Colón en 1494 y que ha visto nacer al calypso, el reggae y a Bob Marley y sus rastafaris, pero que también clama por un reconocimiento como nación en vías de desarrollo, más allá de los consabidos tópicos folklórico-musicales. ** Roberto Bennett rbennettuy@yahoo.es Escritor uruguayo (Montevideo, 1948). Estudió comunicación de masas y marketing en la Universidad de California (1970-73). Trabajó en periódicos, radio y televisión en EUA. En 1973 gana una beca a un seminario de comunicaciones internacionales en Yugoslavia y posteriormente se establece en Palma de Mallorca. Allí publica su libro de cuentos Lo que arrastra el río y otras historias (Soler, 1986). Luego publica dos libros sobre mamíferos marinos: Delfines y ballenas, los reyes del mar (1989), en coautoría con el doctor David C. Taylor, y Animales marinos (1990), ambos traducidos al inglés y al italiano. Se establece en Chicago, participando del 1r. Encuentro de Escritores Latinoamericanos celebrado en esa ciudad, publicando cuentos en periódicos y revistas en castellano de EUA. En 1994 publica en Uruguay su segundo libro de cuentos El último verano (Editorial Graffiti). En 1996 se establece en Madrid y continúa colaborando con periódicos y revistas de España y América. A partir del año 2000, luego de 30 años de viajes por el mundo, vuelve a residir en Montevideo, donde escribe su primera novela. En 2003 se incluyen dos cuentos suyos en la antología Mundo poético, tomo I de poesía y narrativa (Editorial Nuevo Ser, Buenos Aires). |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === Fernando Iwasaki, el escritor que logró el éxito literario ============ === gracias a sus numerosos fracasos amorosos Jorge Queirolo Bravo === La literatura peruana contemporánea se ha destacado por la buena calidad de sus libros y gracias a ello acumula una enorme cantidad de éxitos en el mundo entero. ¿A quién, que guste de la lectura, no le suenan nombres como Alfredo Bryce Echenique, Mario Vargas Llosa, Jaime Bayly, Alonso Cueto, Santiago Roncagliolo y otros? Entre la nueva generación hay uno que destaca en especial y que es especialmente creativo. Se trata de Fernando Iwasaki Cauti, que además de ser un historiador notable, tuvo la tremenda osadía y valentía de publicar un libro que relata detalladamente sus fracasos amorosos, el cual fue un sonado éxito comercial. Tuve la oportunidad de conversar con Fernando y así pude indagar acerca de sus puntos de vista y posturas, tanto personales como sobre la perspectiva de la literatura peruana y latinoamericana. Esto fue lo que me dijo. JQB: ¿Cómo fue que se te ocurrió darle ese nombre al libro? ¿Quisiste contradecir al arcipreste de Hita? ¿Algún enojo con él? FIC: En general soy un fetichista de los títulos. Muchos libros míos tienen un título lúdico. Por ejemplo tengo un libro sobre fútbol que se titula El sentimiento trágico de la liga. Tengo otro que se llama Helarte de amar. Y como existe un libro de “Buen amor”, pues eso consiente que exista otro de “Mal amor”. JQB: No solamente juegas con los títulos. Creo que también lo haces con las palabras en los textos. ¿Es así? FIC: Siempre he pensado que los juegos de palabras también lo son de pensamientos. Uno juega no sólo con lo significante sino con los significados. Y eso es algo que aprendí leyendo a Guillermo Cabrera Infante. JQB: ¿Podría decirse que Guillermo Cabrera Infante es en cierta forma un referente dentro de tu obra literaria? FIC: Sí. Creo que los maestros literarios nunca son necesariamente de tu propio país. Considero que le debo más a Borges, Cortázar y Cabrera Infante antes que a cualquier otro escritor peruano. Y por supuesto a Stendhal. Esta novela es muy stendhaliana. JQB: Entre los peruanos, ¿existe alguno al que admires en particular? FIC: Sí, a Mario Vargas Llosa. Sobre todo a Mario Vargas Llosa, quien me parece algo más que un escritor. A Bryce Echenique y a Ribeiro los admiro mucho, pero creo que Vargas Llosa es un punto aparte. JQB: ¿Tanto fracaso amoroso es producto de experiencias propias? FIC: En esta novela sí y podría haber contado muchas más, porque creo que en materia amorosa el éxito es relativo cuando no discutible. Cuando un hombre presume de mucho éxito con las mujeres, habría que preguntarle a esas féminas si recuerdan a ese individuo como un éxito en sus vidas, como un momento memorable en sus existencias. JQB: Supongo que también tuviste historias de amor exitosas. FIC: Tuve tres y con la tercera me casé. JQB: ¿Se puede hacer tantas peripecias como las que narras en el libro para conseguir éxito en el amor? FIC: Creo que me he quedado corto. La gente hace muchas más cosas, pero no quiere admitirlo ni recordarlo. Lo más rocambolesco que he hecho para conquistar a una mujer es tocar guitarra en misa. JQB: ¿Cómo fue eso? Cuéntame un poco. FIC: Me enamoré de una chica que era muy religiosa. Trataba de aprovechar todos los momentos posibles para estar junto a ella. Lo que más me gustaba era darle la paz. Por darle la paz habría sido capaz de ir hasta tres veces al día a misa. Lo que fuera. JQB: ¿Y resultó algo con ella? FIC: Nada. Ella continúa siendo monja, lo que quiere decir que reafirmé su vocación. JQB: ¿Siendo historiador, no es Neguijón una crítica velada, pero severa, a la Iglesia Católica y sus acciones a través del tiempo? FIC: Sí, claro. Pero tanto a la Iglesia como corporación, es decir, creo que mucha gente que se autodenomina creyente o practicante no son ni una cosa ni la otra. O son más creyentes que practicantes. JQB: ¿No le temes a la crítica de los sectores conservadores, que especialmente en el Perú son muy fuertes y poderosos? FIC: Desde hace muchos años que me critican y no solamente en el Perú, sino en España. Aunque a veces me ha criticado más la gente que se supone que piensa como yo. Y siempre es mejor la crítica a la unanimidad. JQB: ¿La beata Luisa Melgarejo, no es, en cierta forma, una representación del poder maquiavélico y maligno de la Iglesia Católica sobre sus fieles? FIC: Ella existió realmente y fue procesada por la Inquisición de Lima. Por lo tanto, ella más bien encarna a quienes deseaban vivir la fe fuera de la vigilancia de la Iglesia Católica. La misma creencia en el “Neguijón” implicaba un deseo de interpretar el mundo sin las anteojeras de las sagradas escrituras. JQB: ¿Y qué le hicieron a la beata Melgarejo? FIC: En 1620 fue condenada en un auto de fe y desde entonces llevó una vida más bien discreta y protegida por los jesuitas a quienes dejó su fortuna. Era una mujer rica. JQB: ¿Seguirá siendo el “Siglo de Oro Español” el tema para otra novela tuya? FIC: No, por el momento no. Ahora me interesa el siglo XIX para hacer una crítica de los nacionalismos. JQB: ¿En qué sentido quieres criticar los nacionalismos? FIC: Me gustaría hacer una caricatura de los nacionalismos y para eso prefiero trabajar sobre el siglo XIX, que es una etapa de caudillos militares, golpes de estado y dictaduras rocambolescas, de las que nadie habla, como si todas esas lacras hubieran desaparecido para siempre. JQB: ¿Te refieres al espectro latinoamericano en general? FIC: Sí. JQB: ¿El tema histórico seguirá entonces primando en tu obra? Te lo pregunto porque incluso en el Libro del mal amor existen muchos elementos que se relacionan con la historia. FIC: Sería imposible no utilizar literariamente la historia después de haberle dedicado tantos años de mi vida, ya sea estudiándola o investigándola. JQB: ¿Te consideras más historiador o novelista? FIC: Novelista. Más escritor que novelista. Un escritor puede escribir ensayo, cuento, novela, etcétera. Incluso un escritor puede escribir historia. JQB: ¿Qué fue lo que te llevó a ser escritor? FIC: La lectura. Uno antes de ser escritor tiene que ser lector. No sería escritor si no hubiera leído mucho previamente. Sin la lectura no me habría sentido seducido para escribir. JQB: Alguna vez dijiste que una imagen vale más que mil palabras. Según eso, ¿no sería mejor hacer fotonovelas? FIC: Dije eso porque en la novela aparecen reproducciones de las herramientas de los sacamuelas. Basta ver una imagen escaneada de aquellas tenazas y escoplos, para imaginarse cómo serían trasteando en nuestra dentadura. JQB: ¿Te aterra mucho la idea de sentarte en el sillón de un dentista? FIC: No me hace feliz. Existen muchos lugares en los que me gustaría estar antes que en la consulta del dentista, con todo mi respeto para esa extraordinaria profesión. JQB: Como escritor, ¿cuál es tu imagen de la literatura chilena? FIC: Considero que la literatura chilena tiene figuras muy importantes. Entre los desaparecidos están José Donoso, Juan Emar y Roberto Bolaño. Luego tienes a Jorge Edwards, Carlos Franz, Arturo Fontaine, Gonzalo Contreras, Alberto Fuguet, Andrea Maturana, Alejandra Costamagna, Rafael Gumucio, Pablo Illanes y Pedro Lemebel, cuyos libros he disfrutado. Estoy recordando también a Carlos Tromben y a Jaime Collyer. Los libros de crónicas de Joaquín Edwars Bello y Augusto D’Halmar también son parte de esta enumeración. ** Jorge Queirolo Bravo jqueirolo@yahoo.com Editor, escritor y periodista ecuatoriano (Guayaquil, 1963). Reside en Chile. Ha publicado varios libros, así como artículos periodísticos y entrevistas. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === La Brevísima relación de la destrucción de las Indias ================= === y la leyenda negra americana Juan Carlos Hernández Cuevas ======== In memóriam de la profesora Zoila M. Cuevas Paralizábal La leyenda negra en torno a fray Bartolomé de Las Casas continúa siendo un tema de interés en el campo académico hispánico. En general, con excepción de algunos criterios respetables, la interpretación de esta leyenda involucra opiniones equívocas o superficiales. André Saint-Lu indica que la figura histórica de Las Casas “ha sido y sigue siendo tantas veces identificada, para bien y para mal, a través de la única Brevísima relación de la destrucción de las Indias [1552], publicada en vida del autor y propagada por el mundo entero” (Las Casas, Historia de las Indias 1: IX). En 1542, subraya Lewis Hanke, fray Bartolomé presentó a la Corte su obra con el propósito de persuadirla a decretar la abolición del sistema de encomiendas. “Sin embargo, la acerba denuncia que hacía Las Casas del trato que daban los españoles a los indios, provocó océanos de palabras que inundaron el siglo XVI y las centurias siguientes, hasta nuestro tiempo, inclusive” (63). Ramón Menéndez Pidal advierte que antes de la invención de la leyenda negra enfocada en el padre Las Casas, existía una leyenda negra antiespañola, nacida en el momento mismo de la expansión dominadora de España, desde las conquistas de los reyes de Aragón en Sicilia y Cerdeña. Explica que existió en Italia una leyenda particularmente anticatalana, y que durante el siglo XV se les acusa de ser avaros, de mala fe en los tratos, de raza impura y marranos circuncisos. A causa de la supremacía de Castilla, la leyenda alemana substituye a la italiana con ocasión de la guerra de Esmalcalda y el predominio de españoles en el ejército de Carlos V. El sentimiento de la época, expresado en canciones populares, tacha a los españoles de orgullosos, ladrones, fornicarios corrompidos, desleales y alevosos. Además, en la España de Felipe II se produjeron libros difamatorios que contienen el tema de la crueldad. La Inquisición es denunciada por el fugitivo Reginaldus Gonsalius Montanus en su Sanctae Inquisitionis Hispanicae artes aliquot detectae, publicado en Heidelberg en 1567; posteriormente surge la denuncia de Antonio Pérez. En Venecia, el milanés Girólamo Benzoni, basándose en la Historia de Gómara, publica Historia del Mondo Nuovo (1565). La obra de Benzoni es traducida al latín en 1578, al francés y holandés en 1579. Simultáneamente los libros de fray Bartolomé de Las Casas, incluyendo la Brevísima, estaban en manos de los ingleses y franceses. Ésta se traduce al latín y holandés en 1578, y al francés en 1579 (El padre Las Casas y la leyenda negra 9-10). El origen de la leyenda negra americana se remonta a una ingeniosa maniobra de sectores del colonialismo español, cuyos intereses económicos, políticos y sociales fueron afectados por la intensa propugnación indigenista de Las Casas. Ante la efectividad de los argumentos presentados en la Brevísima relación de la destrucción de las Indias en 1542, los encomenderos deciden infamar a su autor. André Saint-Lu comenta que este es un “año de intensas actividades lascasianas en el terreno político, que desembocaron, como es sabido, en la gran reforma de Las Leyes Nuevas” (Iñigo 1: 123). Isacio Pérez Fernández confirma que los encomenderos organizaron un plan deformador de la imagen y obra del dominico con la intención de estigmatizarlo, y se le acusa de generar una doctrina de odio dirigida hacia los españoles. Así principia una tradición obscura en torno al padre Las Casas, y cuya invención se debe también a la intromisión de un ala del poder eclesiástico que apoya ideológicamente a los conquistadores-encomenderos. En 1547, el padre Juan Rogel lo declara aborrecedor de españoles; el erudito Juan Ginés de Sepúlveda participa en una premeditada campaña que involucra al franciscano fray Toribio de Benavente alias Motolinía, encargado de dirigir ataques directos en una controversial e intrigante carta dirigida al emperador Carlos V (i). La campaña acrecentó su influencia con la aparición en México de los Tratados lascasianos (1552) (ii). Entre ellos, la Brevísima fue el arma ideológica preferida por Europa para realizar ataques político-religiosos contra España. Los ingleses, franceses, alemanes, italianos y flamencos, entre otros, aprovechan el texto, y organizan una exitosa conflagración antiespañola que, al paso del tiempo, contribuyó a perpetuar la deformada reputación del padre Bartolomé, y a imputarle una leyenda sombría (14-23). El uso propagandístico de la Brevísima comprendió un respetable número de ediciones europeas: Desde la Unión de Utrech, 1579, en que las siete Provincias Unidas abrazan el protestantismo, en guerra con España, hasta el final de la guerra de Treinta años con la paz de Westfalia, 1648, en que España reconoce la independencia de Holanda, se hicieron en estos siete decenios treinta y tres ediciones, por lo menos [...]”. (Menéndez, P. Las Casas y Vitoria, y otros temas de los siglos XVI y XVII 37) En el siglo XIX fue utilizada de nuevo, con el fin de incitar la guerra entre los Estados Unidos de América y España. La efectividad de los argumentos presentados en la Brevísima relación revela una estrategia de lucha única en su género. En ella, el “licenciado en leyes” (Menéndez, El padre Las Casas 1), denuncia: “todas las violencias, opresiones, tiranías, matanzas, robos y destruiciones, estragos, despoblaciones, angustias y calamidades susodichas, en todas las partes donde hay cristianos de las Indias” (Tratados 1: 195). Lewis Hanke afirma que la obra “consagra a Las Casas como un polemista, y no como historiador” (65). Sin embargo, es pertinente mencionar que el contexto de la Brevísima está sustentado, tal y como corroboran Menéndez Pidal y Hanke, por una realidad inherente a la invasión española de América. Esta sangrienta descripción de la conquista realizada por los españoles, traducida a las principales lenguas europeas e ilustrada con horrendos grabados, sirvió, donde quiera que hubo propagandistas antiespañoles, como arma preferida de combate. De inmediato surgieron personas que rechazaron las estadísticas de Las Casas ya que él declaraba que alrededor de quince o veinte millones habían perecido [...] (Hanke 63). El libro de Las Casas provocó una discusión histórica en la “escuela de Salamanca, con Melchor Cano, Domingo de Soto y Francisco Vitoria, a mediados del siglo XVI, [haciendo] pasar la discusión del plano humanitario al plano jurídico del ‘derecho de gentes’ ” (Fernández Retamar 96). En esta ocasión, declara Ángel Lozada, el religioso “por primera y única vez en la historia de una nación (España) puso a discusión en la plaza pública la justificación jurídica de una guerra llevada a cabo en las Indias” (Las Casas, Obras completas 9: 12). A raíz de infatigables esfuerzos, Las Casas logró reunir los testimonios necesarios para apoyar sus alegatos y estructurar oportunamente la Brevísima y otros escritos. Este hecho es recreado por Motolinía, quien a pesar de su ironía epistolar, y ser uno de sus detractores, termina por contradecirse: “Las Casas recibía ‘gran multitud de cartas mensajeras’ de todas las Indias, contándole ‘males, agravios e injusticias’ hechas a los indígenas y rogándole que procurase ante los reyes y el Consejo el remedio” (Menéndez, P. Las Casas y Vitoria 60). Relaciones de la Nueva España (terminada en 1585), de Motolinía, corrobora irremediablemente las denuncias del dominico: Hase visto por experiencia en muchos y muchas veces, los españoles que con estos indios han sido crueles, morir malas muertes y arrebatadas, tanto que se trae ya por refrán: “el que con los indios es cruel, Dios lo será con él”, y no quiero contar crueldades, aunque sé muchas, de ellas vistas y de ellas oídas [...] (133). En el siglo XX, se acusa a Las Casas de haber publicado un texto de “pasión patológica” (Bataillón 306), y se le califica de escritor hiperbólico (Menéndez, El padre Las Casas 100). Dadas las opiniones anteriores, es conveniente recordar que el fraile-escritor sólo describe actos y hechos reales aunados a las guerras de conquista americana, con la intención de establecer la ilegitimidad de ésta (Iñigo 1: 118-119). Los criterios más reaccionarios enfrentan su propia contradicción, pues no pueden omitir que la Brevísima es el recuento de “atrocidades cometidas por Pedrarias de Ávila, por Hernán Cortés, por Nuño de Guzmán, por Pedro de Alvarado, y demás [...]” (Menéndez, El Padre 143). No obstante a los ataques académicos, el argumento lascasiano es irrefutable, pues en éste prevalece la realidad genocida de la conquista del Nuevo Mundo: “Nadie hoy en día defendería las estadísticas suministradas por Las Casas, pero pocos pueden negar que hubo gran parte de verdad en los principales cargos que formuló” (Hanke 64). Pese a ésta y otras opiniones académicas, existen estudios demográficos que han calculado el número de pobladores indígenas. Henry F. Dobyns presenta cálculos de la población de Norte y Sur América; indica cifras que oscilan entre los 90.000.000 y 112.000.000. La Escuela de Berkeley, integrada por Carl Sauer, Sherburne F. Cook y Woodrow Borah, después de examinar archivos de iglesias y gobierno, listas de tributos, actas baptismales y matrimoniales, capacidad de producción agrícola, etc., concluye que la población precolombina en México central fue de 25.000.000, y 8.000.000 en La Española. Con un promedio total de 100.000.000 de habitantes en el Mundo Nuevo (Stannard 267). Como hemos referido, durante varios siglos, la Brevísima destrucción ha sido un instrumento ideológico eficaz para proseguir el resentimiento antihispano, y responsabilizar a fray Bartolomé de “una leyenda absurda y trágica que procede de reminiscencias de lo pasado [...]” (Juderías 21). Hasta hace unas décadas, Fernando Ortiz articula una brillante y honesta defensa que exime a Las Casas: ¿Qué culpa tuvo él de aquella? Ni tan leyenda que no puedan adverarse sus horrores con numerables y fehacientes testimonios, ajenos a los de Las Casas, hasta con las mismas Reales Cédulas y otros documentos oficiales; ni tan negra que la real infamia de su negrura sea exclusiva de la conquista española de América y no se extienda a otras empresas similares de subyugación de pueblos, realizadas con notorias semejanzas por gentes de igual o diferente época, latitud, color, religión y cultura. (Bartolomé de Las Casas XVIII). Asimismo, desde la segunda mitad del siglo XVIII, se difunde la idea de un Las Casas negrero. Conforme a Pérez Fernández, esta segunda calumnia se le atribuye al filósofo Corneille De Pauw, quien en su Recherches philosophiques sur les Américains, ou Mémoires intéressants pour servir a l’histoire de l’espéce humaine [1768], vitupera y acusa a Las Casas de iniciar el tráfico de esclavos africanos en América. Este libro tuvo un enorme éxito en Europa, y sus distintas ediciones contribuyeron a propagar hasta el siglo XX una visión abominable del dominico (33-39). En la actualidad, Fernández Retamar desmiente a De Pauw: Si a Las Casas se le puede llamar “Apóstol de los indios”, también fue “Apóstol de los negros”. La historia reta a sus enemigos a que presenten unos textos en favor de los negros esclavos, su explotación en América y su cruel tratamiento en todas partes, que sean más tempranos, vivos y concluyentes que los escritos con ese propósito por Bartolomé de Las Casas [...] (108). Cabe anotar que, y aunque la Historia de las Indias de Las Casas fue publicada en su totalidad hasta 1845-1846, el dominico denunció en vida las incursiones esclavistas de los portugueses en África: Porque como ven los negros que los portugueses tanta ansia tienen por esclavos, por codicia de lo que por ellos les dan, como también carezcan de fe y temor de Dios, cuantos pueden robar y cautivar como quiera que sea, y sus mismos deudos no perdonan, y así no es otra cosa sino aprobarles sus tiranías y maldades y guerras injustas, que por estos unos a otros hacen (3: 146). Debemos reiterar que fray Bartolomé desarrolló una conciencia paulatina con respecto al caso indígena y la ilegitimidad de la esclavitud de africanos negros. Sin embargo y a pesar de su intensa actividad y visión política, cometió graves errores estratégicos, pues permitió que se le convirtiera en el chivo expiatorio de obscuros intereses colonialistas (Historia 3: 370-371). Pero supo enmendar sus fallos, y asume plena responsabilidad por sus actos: Deste aviso que dio el clérigo, no poco después se halló arrepiso, juzgándose culpado por inadvertente, porque como después vido y averiguó, según parecerá, ser tan injusto el captiverio de los negros como el de los indios, no fue discreto remedio el que se aconsejó que se trujesen negros para que se libertasen los indios, aunque él suponía que eran justamente captivos, aunque no estuvo cierto que la ignorancia que en esto tuvo y buena voluntad lo excusase delante el juicio divino (Historia de las Indias 3: 474). La invención de la leyenda negra lascasiana fue y es aún una respuesta reaccionaria efectiva ante el proselitismo de Las Casas. Además, y no obstante a todas las maniobras políticas y criterios que pretenden desvirtuar la relevancia del dominico, su obra y ejemplo prevalecen como un símbolo universal de justicia. Es obvio, afirma Fernández Retamar, que “sólo a un ignorante, a un malvado o a un insensato, se le ocurriría acusar a Las Casas de encomendero o esclavista, de antindio o antinegro. Las Casas no nació Las Casas: se hizo Las Casas, como le ocurre a todo el mundo [...]” (108). Bibliografía • BATAILLON, Marcel, y André SAINT-LU. Trad. Javier Alfaya y Bárbara McShane. El padre Las Casas y la defensa de los indios. Barcelona: Ariel, 1976. • BENAVENTE, Fray Toribio de. Relaciones de la Nueva España. Londres 1848. México: Unam, 1964. • FERNÁNDEZ RETAMAR, Roberto. Calibán: contra la leyenda negra. Barcelona: Universidad de Lleida, 1995. • HANKE, Lewis. 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Las Casas y Vitoria con otros temas de los siglos XVI y XVII. Madrid: Espasa-Calpe, 1966. • ORTIZ, Fernando. Introducción. Historia de la esclavitud de los indios en el Nuevo Mundo. Por José Antonio Saco. París, 1875. Habana: Cultural, 1932. VII-LX. • PÉREZ FERNÁNDEZ, Isacio. Bartolomé de Las Casas: ¿contra los negros? Revisión de una leyenda. Madrid: Mundo Negro; México: Esquila, 1991. • STANNARD, David E. American Holocaust. Columbus and the Conquest of the New World. New York, Oxford: Oxford, University Press, 1992. Notas 1. “Fray Toribio Motolinía, en su carta de 1555 a Carlos V, describe a Las Casas en viaje llevando consigo dos o tres docenas de indios cargados con equipajes, cuya mayor parte eran escrituras contra españoles, vagueando fuera de su monasterio en busca de bullicios y desasosiegos, siempre escribiendo procesos o vidas ajenas, buscando los males y delitos que por esta tierra habían cometido los españoles [...]” (Menéndez, El p. Las Casas y Vitoria 60). 2. En los Tratados, asigna “veinte razones por las cuales prueba no deberse dar los indios a los españoles en encomienda ni en feudo ni en vasallaje ni de otra manera alguna [...]” (2: 643). ** Juan Carlos Hernández Cuevas juancarlos_59@hotmail.com Investigador. PhD en estudios hispánicos (literatura latinoamericana) por The University of British Columbia (Vancouver, Canadá), máster de artes por Pórtland State University (Portland, Oregon, EUA), licenciado en artes y letras (Portland) y minor en estudios africanos (Portland). Tiene también una diplomatura en educación primaria por la Escuela Nacional de Maestros de Ciudad de México. Ha publicado "México" en Max Aub en el laberinto del siglo XX (Ed. Juan María Calles; Valencia, España, 2003) y "Los cuentos mexicanos de Max Aub" en Actas del Congreso Internacional Max Aub: testigo del siglo XX (2003). Becario de la Fundación Max Aub (Segorbe, Valencia, España; 2000-2001), ha trabajado como instructor de español para Emporia State University (Kansas, EUA, 2002-2004). === El Libro de las crónicas: una épica desde el orín y el polvo ========== === John Jairo Junieles =================================================== Jorge García Usta (Colombia, 1960-2005), nieto de un inmigrante de origen sirio. En su obra poética se cuentan los libros Noticias desde otra orilla (1985), Libro de las crónicas (1989), El reino errante (poemas de la migración y el mundo árabes) (1991), Monteadentro (1992 y 1997), La tribu interior (1995) y Noticias de un animal antiguo (2001). Más información en el link: http://www.arquitrave.com/htmls/Jorge_Usta_web.htm. Nunca he pretendido que el verano fuese el paraíso, o que esas vírgenes fueran virginales; en sus bandejas de madera están los frutos de mi conocimiento, radiante de morbo, y te ofrecen esto, en sus ojos de almendras marinas maduras, los pechos de arcilla brillando como lingotes en un horno. Derek Walcott El Libro de las crónicas, del escritor del caribe colombiano Jorge García Usta, es un texto que responde a una inusual manera de acercarse a las vivencias de un pueblo, de su forma de pensar y de concebir el mundo, a través de una mirada a esos seres que han dejado huella en el transcurrir del tiempo. Se denota en forma clara el trabajo intelectual para eternizar las circunstancias a partir de los hechos y personajes que forman parte del conocimiento público. El nombre del libro es una diciente invitación a un viaje que se realiza a partir del punto de vista de un hombre que conoce de primera mano acerca de lo que escribe, y en donde la observación y la manera de percibir lo que le rodea son claramente expresadas dándole a las formas ese tinte único que brinda la seguridad de un conocimiento vivencial. La herencia, el amor, los sentidos homenajes, las influencias literarias, la gloria y la soledad, son algunos de los temas que se integran en el Libro de las crónicas, elementos que se logran unificar en el amplio contexto de la vida. El texto es un llamado a la remembranza, que pasa de ese estatismo en un tiempo ido al dinamismo de un presente que se rehace a sí mismo mediante la convicción de su permanencia. En “Crónica de Claudia Cardinale”, por ejemplo, se hace una semblanza de esta actriz y de su belleza inmortalizada por sus películas. Pero más adelante el poeta asume una nueva posición temporal con respecto a ella, lo que le permite no quedarse en ese tiempo inmortalizado sino avanzar en el recorrido que a partir de allí continúa: Ahora, cuando el tiempo exterminó la menta de los milagros, es ya una señora con su pecho en uso de buen retiro, exhibido en una playa de arena exclusiva donde magnates y otras ruindades pagan las atenciones del sol italiano y toma el sol, aislada de tumultos y periódicos incesantes, tocada apenas por el salitre selecto que pule sus huesos jubilados y tres pecas de fábula que jamás vimos sus adoradores de barrio. Claramente se detalla el trascender en el poema. Lo importante no es ese momento cumbre de la belleza de la actriz en sus películas, sino ese transcurrir que se da después. Queda, obviamente, el recuerdo, pero es un recuerdo que se viene a confrontar con el presente que la ronda. Esto le da vida al poema porque cumple con su objetivo: retratar la inmanencia propia del ser humano. De igual forma, el hecho de mencionar al barrio acerca a la actriz italiana al mundo primario del autor y de los demás adoradores, que pueden ser sus propios amigos o un anónimo adorador de otras tierras que, en últimas, viene a ser la misma. Este trabajo se asemeja mucho al realizado en “Letanía sobre la gloria o la miseria de Kid Pambelé”, en donde leemos: En una tierra alimentada por los festines de olvido pocos habrán de recordar la noche grande de negro: su esbelto coraje remando por mares blancos y hostiles, sus proverbios de canícula para hacernos palenques personales en esos diez años de gloria o miseria donde su sudor cayó siempre como lluvia continental. Porque siempre estuvo solo. (...) Y más adelante: No era nadie como todos los negros que se llaman Kid pelean, tocan bongó, se enamoran y mueren cuando el destino estatuario volvió al infierno previsible y el negro se quedó más solo entre las interminables compañías de la gloria. La gloria y la miseria son evocadas en la vida de un hombre que representa un icono nacional. Pero a la vez el poema es un anuncio o advertencia acerca de las paradojas de la vida. García Usta no se queda en el hecho puntual sino que va más allá a través de una mirada en lo posible objetiva a los avatares de la existencia. En el poema se nota su preocupación por los detalles relacionados con la vida del personaje escogido, los cuales son pasados a través del filtro de lo perdurable. La soledad es tomada como un elemento en el que indefectiblemente van a confluir las hazañas de su héroe, convirtiéndose así en eje gravitatorio de una vida que giró alrededor de la fama. Esa soledad es la que inunda este poema y lo convierte en himno y condena a la ilusoria perdurabilidad de la gloria para el ser humano, porque más allá de las páginas de los periódicos o el recuerdo de algunos, la verdadera gloria es la que necesita el alma del hombre cuando está solo, frente a frente, mirándose interiormente en el espejo inefable de su propio juicio. El poeta no se olvida de las raíces, del pasado que perdura en el presente de la vida y que se manifiesta en la herencia no sólo genética sino cultural de un pueblo. En este sentido podemos acercarnos a la poesía “Primer borrador para un reportaje de la cumbia”, en el cual esta danza adquiere un carácter emblemático de la tradición popular y sus manifestaciones propias: Cruzó la largura de mar océana en inmensas galeras castellanas donde la quejadumbre de los negros se amontonaba como himno originario. Lo propio pero a la vez lo asimilado como herencia viva toman aquí su puesto, porque no es únicamente la cumbia acerca de la cual se habla, sino del pensamiento y forma de vida de un pueblo. Esa quejadumbre de los negros trajo consigo una forma de pensar que sirvió como base y semilla a un pueblo que ha crecido con el transcurrir de los siglos y que ha legado una memoria imborrable. La memoria de los siglos es la memoria de cada hombre anidada en el recuerdo consciente o inconsciente de un pasado que no puede negar. Por eso la cumbia, como danza tradicional venida de África, viene a hablarnos de esa cuna lejana que García Usta poetiza y acerca con su tradicional modo de hilar el tiempo con base en la permanencia de lo ancestral. El carácter autóctono de su poesía consigue traspasar los linderos de esa costa atlántica en la que se formó. Pero a través de su trabajo se puede ver que el lugar de la creación —su alma misma—, ha sido tocado de diversas formas por protagonistas cumbres de tendencias particulares, como lo es el caso de los artistas. Por esta razón algunos de los poemas de su Libro de las crónicas están dirigidos a cantores como Alejo Durán y Joan Manuel Serrat, al poeta Miguel Hernández, a escritores de la talla de Juan Rulfo y Fernando Pessoa o a pintores como Paul Gauguin. Se denota su preocupación por exaltar la labor creadora de esos que, como él, retratan de diversas formas la cultura de los pueblos. Su carácter intimista junto con la cabida que brinda al aspecto anecdótico mostrado de forma estética, hacen que estos poemas se conviertan en profundos y sentidos homenajes a los hombres del mundo, porque en cada ser existe algún legado traspasado por la posibilidad dada por los sentidos. En la “Crónica de Joan Manuel Serrat” encontramos: Cuando el cielo sea nuestro otra vez Serrat ha de cantar mejor. En sus cejas, hombres de Cataluña llevan unas brasas breves casi inocentes que recuerdan tanto a las músicas de asalto. Cada uno tiene su Lucía y goza una esquina de amigos cuando llega el invierno pintado de azul. Mientras que en “Crónica de Gauguin” se lee: Porque él conoció las ansias de ese mar que hace de un hombre, por siempre, un ángel endeudado, o alienta el dios solidario que silba por las noches los rencores de las islas. Nos encontramos frente al reconocimiento de la universalidad del arte, reflejada a través de las palabras con las que García Usta hace recordar la necesidad de volver a lo básico, a lo primigenio, que viene a ser lo esencial. En el primero de los dos ejemplos vemos que los hombres acerca de los cuales se refiere Serrat pueden ser cualquier hombre, mientras que en el segundo nos encontramos frente al conocimiento que se da por formar parte de ese entorno vital que únicamente es enseñado por el diario vivir. El poeta inmortaliza a los hombres que, a su vez, inmortalizan a otros hombres y, a la vez, él mismo se inmortaliza, porque el discurrir poético tiene la inmensa capacidad de recoger las huellas de los hombres que en definitiva son uno y son todos. Existe un vínculo con el ser humano en cada una de las palabras de sus poemas, por ejemplo, el cantar vincula al hombre con su anhelo de eternizar, la amistad vincula con la confianza, el invierno con el recogimiento, el mar con lo misterioso y el silbo en las noches acerca a lo terreno y a lo divino. Por esta razón no pasa desapercibida ninguna palabra de sus poemas, ya que se entiende la necesidad de cada una como un llamado a las cosas que ellas representan en relación con el vínculo universal de sus significados. García Usta maneja una especial plasticidad con las palabras, lo cual nos lleva a encontrarnos con imágenes que se nos aparecen de súbito sin la menor dilación pero con una justa presencia. Es decir, el poeta se asienta en el límite de lo exacto para no ser superficial pero, a la vez, para no empalagar al lector. Veamos “Señal para Paul Klee”: Como si la noche fuera una mandarina herida y la mañana, en la mañana, el proceso de grandes hirvientes goterones de leche y todo espesándose en una geometría periódica y usted recibe la saliva de la tarde (y acecha) pensando en la filosofía del borde de una camisa. Como se ve, el juego con los sentidos atrae al lector y le permite introducirse en el poema con la convicción del sentimiento traído a colación por el escritor. Los colores, los sabores y las texturas se contrastan de súbito para dar paso a una imagen que se apercibe en la imaginación. Esta convicción de lo artístico frente al lector hace que llegue la plenitud buscada por el poeta, ya sea para compartir sus percepciones o para intentar descubrir ese más allá de una realidad ya conocida. Y es que esa filosofía del borde de una camisa de la que escribe, nos habla de la necesidad de un devenir a lo presente, donde lo sustancial es el develamiento de un instante preciso que une ese presente con el constante raudal de la memoria. En el Libro de las crónicas, Jorge García Usta logra hacer, a través de sus 32 poemas, un recorrido por esos ambientes que se tornan familiares al ser humano, ya sea por vivencia directa o por influjo de las historias narradas. El mismo escritor se convierte en un cantor del pueblo, en una especie de juglar que se acerca a contar sus historias al ritmo dictado por la vida. Estas historias invocan el nombre de aquellos que han traspasado los linderos del anonimato pero que no por eso dejan de representar en su interior el sentir de otros seres tan humanos como ellos. Podría decirse que García Usta muestra a los personajes de sus poemas tal y como son, sin ambages ni maquillaje, y vistos a través de la luz de una realidad primaria que rodea al hombre, descubriendo en lo cotidiano del ser humano la profundidad que los ronda en lo íntimo. ** John Jairo Junieles johnjairojunieles@yahoo.com Escritor colombiano (Sincé, Sucre, 1970). Es periodista, guionista e investigador de temas literarios. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Cartagena, y cursos de Periodismo en la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Ha publicado Hombres solos en la fila del cine (novela); El temblor del kamikaze (cuentos), Canciones de un barrio en la frontera (poesía), Temeré por mí al final de estas líneas (prosa poética) y Papeles para iniciar el fuego (poesía). Nominado al Premio Rolex Mentor de Suiza (2003), Premio Nacional de Literatura Ciudad de Bogotá (2002) y ganador de la Beca Nacional de Novela del Ministerio de Cultura (2002). Textos y reflexiones suyos pueden leerse en su weblog (http://johnjairojunieles.blogspot.com) o en su página web (http://espanol.geocities.com/johnjairojunieles/John_Junieles.htm). === Macedonio Fernández precursor del Don Quijote ========================= === Andrés A. Ugueruaga =================================================== Prólogo Este ensayo bien podría haber sido uno de los juegos preferidos de Henri Bergson al referirse a la Duración o para explicar que hay un cambio pero no un cambio de un cambio de cosas; de Jorge Luis Borges con sus ocurrentes y grandiosas temáticas e incluso al mismo Macedonio Fernández en su “No todo es vigilia para los ojos abiertos”. El autor de este modesto ensayo piensa que en el mismo se coligen dos homenajes: uno, tan devoto y excéntrico respecto a la obra de Cervantes; y otro, como un ferviente tributo a la obra del primer metafísico argentino. Que se trata en esencia de dos clásicos y no de uno ya que, en términos de J. M. Coetzee, ambos pudieron superar las peores barbaries, pues siempre hay gente que acude a ellos. El objetivo de este ensayo es además el de omitir las cronologías. La literatura como idea jamás se somete a aquéllas, a no ser para contar con un registro histórico y organizativo de tres milenios de constante producción. Cabe acotar que esta nota pretende una elucidación estrictamente literal y por otro, la elucidación temporal. Así conviene hacer una apreciación ya que es otro tipo de tiempo el que aquí se refiere. La Duración, explicó Bergson, no se trata de la simple sucesión de instantes sino, más bien el progreso continuo del pasado que roe el futuro. En el cual se es capaz de reflexionar sobre un objeto, un libro en este caso y de ampliarlo hasta el infinito; El Museo de la Novela de la Eterna es esencialmente de esta naturaleza. Ya que uno no es sino el creador del pasado, recordando el titulo que figura en el Quijote, en el “Suplemento de Virgilio Polibio, en la invención de antigüedades”. Por otra parte, entiendo que relacionar dos obras no es enfatizar sobre ambas por más que uno así lo desee, entiendo más bien que es la excusa para marcar la enorme distancia entre una y otra. I Son varias las acepciones con las que contamos acerca del Quijote. La presente exposición no excluye las ya realizadas sino más bien intenta echar luz a un nuevo atisbo, más cuando uno revisa la obra de Macedonio, el precursor de Cortázar, Borges, Marechal y tantos otros. Pero es curioso que un escritor prácticamente anónimo (cuando sí muy bien reconocido), que ha escrito escasamente, e incluso ha sido reacio a publicar, resulte ser junto a Amadís de Gaula el precursor del Quijote; ese libro universal y principal pieza de la literatura del habla hispana. Es verdad que el Quijote se ha vuelto loco de tanto leer libros de caballerías. Y que este libro, escrito por el morisco Cide Hamete Benengeli, sea reverenciado mediante sonetos de personajes famosos de la época al Caballero de la Triste Figura y a Sancho. Pero también es cierto que su mismo autor no es quien direcciona esta novela sino que es don Quijote quien la actúa. Ya en el prologo, Cervantes nos asegura que el Quijote no tiene autores y que se trata de un libro que acota todos los libros, como un hipotético catalogo: “Vengamos ahora a la citación de los autores que otros libros tienen, que en vuestro os faltan. El remedio que esto tiene es muy fácil, porque no habéis de hacer otra cosa que buscar un libro que los acote a todos de la A a la Z, como vos decís”. Justamente ese es el “Museo de la Novela de la Eterna”, el compendio de obras pretéritas como futuras. La obra del argentino se contenta con dirigir su obra hacia el todo, pero que siempre será una multitud de libros en potencia. Cervantes en cambio recurre a una historia potencialmente capaz de ser narrada. En el capítulo XXI afirma: “Y allí no faltará quien ponga en escrito las hazañas de vuestra merced para perpetua memoria: de las malas mías no digo nada, pues no han de salir de los límites escuderiles”. Y más adelante: “Y podrá ser que el sabio que escribiese mi historia deslindase de tal manera mi parentela y descendencia”. Y ese sabio que por entonces, tal vez no habría escrito ese libro aún, es el morisco Cide Hamete Benengeli. Sepamos así que el Quijote no solamente precede sino también sobrepasa al autor de la obra. Luigi Pirandello escribe en el prólogo de Seis personajes en busca de un autor preguntándose: “¿Qué autor podrá decir alguna vez cómo y por qué nace un personaje en su fantasía?”. Hay quienes sienten la necesidad de plasmar figuras situadas dentro de un marco universal. Son personajes que saben vivir por su cuenta, corriendo por el mundo en busca de un corazón. Leonardo Castellani dijo que el destino existe y está hecho de algo tan real como las leyes de la naturaleza y que después de hechas se volvieron necesarias, al igual que el destino de la literatura. Los dos son semejantes en sí mismos. En un suplemento dominical, Juan José Saer habló de que el Quijote fue un melancólico que decidió medirse con el mundo; Sterne lo vio como un espíritu amable de fragante humor; Emile Cioran lo vio como un loco, que con él nació nuestra decadencia. Graham Green, en cambio, en “Monseñor Quijote”, lo define como un hombre sin antepasados. Con éste hay ciertas razones para discurrir... La idea eterna del Quijote como tal merece no obstante una infinita lista de argumentaciones. Y lo eterno es no obstante la imperecedera conjugación entre la abundancia y la repetición. Si ambas existen es porque lo hacen desde lo eterno. Tal compendio es eterno, innumerable y encuentra entonces sus raíces en la novela de Macedonio Fernández. La Novela (con mayúscula) es una morada hostil para cualquier individualidad. Los personajes son en realidad más de los que son nombrados y aguardan en la vigencia un drama que iría a llegar: los personajes macedonianos de la Novela no tienen conciencia cabal de que son personajes; lo eterno hace que no logren tener conciencia de sí mismos. La Novela renuncia por tanto a toda novedad, si bien ocurren cosas pero no hay secuencia alguna con la cual contar. La literatura es aquí un espacio ideal ya que no se atiene ni al espacio ni al tiempo y es ahistórica en esencia. Es que la literatura en su totalidad está hecha de muchas cosas excepto de orden y de cronologías. Por eso el Quijote es el simiente tardío de las novelas de Caballería, pero también es el hijo prodigio de un libro del siglo XX... Friedrich Nietzsche, inspirado probablemente por el mito de las cavernas de Platón, en alguno de sus tantos libros dijo que al principio, cuando todo era oscuridad, los seres no se distinguían unos de otros, que recién en la luz los seres comenzaron a individualizarse. A esta segunda instancia pertenece el Don Quijote; sus aventuras en tanto solitario individuo así lo aducen. Entonces, situar primero la Novela de Macedonio y después al Quijote omitiendo el orden cronológico, significaría figurar mediante ambos la historia novelada de los hombres; significaría también simplificar la comprensión de algo que sucede sin orden aparente, que esperamos que suceda pero que ya sucedió, que está ocurriendo pero en otro estrato. El Quijote ilustra la conciencia en medio de la fantasmagoría de la locura, arrojada al mundo, engañada por un velo inherente al mundo mismo, al igual que Hamlet. La gracia está en que proponen algo y no concluyen nada, tal como diría el barbero. El Museo de la Novela de la Eterna aloja en cambio una multiplicidad de personajes morando por el libro, ensanchada por la multitud de temas y de prólogos, todo en estado potencial. Su mérito reside en una regla demasiado sabia como para procurar ahondar respecto a las novelas anteriores. Su evolución como tal siempre tiende a lo anterior, incluso anterior al Quijote mismo. La obra de Macedonio no parece haber olvidado que en la literatura nada desaparece. Ni mucho menos nos dice de su pasado o de su futuro: más bien lo contiene. Cuando Borges escribió que cada escritor crea a sus precursores, significa que todo se hace y se destina para el pasado pero también para un futuro, por tanto todo lo que se crea es irreal o mejor dicho: el depositario final de todo lo que se hace es irreal, ya que nada se conoce al respecto. La problemática de esta condición se ilustra en una novela en potencia y en una novela que alguien iría a escribir. En parentesco con Henri Bergson ambas nos ilustran que a nada nos lleva el proceso creador sino a lo que ya existe, por más irreal que esto parezca. Por eso es que cuando, en el primer tomo, alguien iría a escribir la historia del Quijote, en el segundo, en cambio, cuando la historia no ha terminado aún, ya aparece el El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, en donde el Quijote habla sobre el Quijote y Sancho, escandalizado, se da cuenta de que es él uno de los personajes de la historia. En cambio la Novela se halla en el génesis mismo del mundo, en la pluralidad; como pluralidad de interpretaciones y de libros despertó el Quijote como individualidad. Es que los libros realmente representativos no corresponden jamás a su época. El Fausto de Goethe, por ejemplo, escrito en el siglo XVIII, bien podría haber sido escrito unos siglos antes, cuando la alquimia se encontraba en pleno auge. Así como cualquier libro de Kafka o Dostoievsky bien podrían haber sido escritos inclusive en nuestros días. En ellos hay un corrimiento temporal que hace que sus obras aún nos parezcan más significativas y misteriosas. Que ni el tiempo ni las filípicas de Nabokov clasificadas por él como “literatura chapucera y deshilvanada” en modo alguno pueden perjudicar. II En el capítulo XV del primer tomo, tras asegurarle don Quijote a Sancho que él estaba metido en el cuento, hay un fragmento para rememorar: “¿Purgatorio le llamas, Sancho?; mejor hicieras en llamarle infierno y aun peor, si hay otra cosa que lo sea. Quien ha infierno, respondió Sancho, nulla es redentio, según he oído decir”. Nulla redentio significa que quien está en el infierno nunca sale de él. Maurice Blanchot aseguró que es infinito todo lugar que ignora la línea recta y por tanto no tiene salidas. Es el mismo lugar en que se situó Holderlin, al cual se refirió como un lugar vasto como toda Asia, ya que como en toda fantasía, en el sueño o en la magia, también hay un espacio puramente literario, que como en el infierno, no hay salidas, ya que además se ignora que uno está justo allí. El ignorarlo es su primera condición. Ya que un libro lleva irremediablemente a otro así como las asociaciones de libros, de ideas, no logran jamás un conocimiento acabado. Del espacio al cual nos referimos se halla en una idea y en un ensueño, accesibles a terceros gracias al testimonio. Las dos obras que nos embargan finalmente son el ensueño y la realidad, ambas se justifican y complementan recíprocamente. Cervantes, en sus días de encierro, probablemente habrá imaginado, habrá caído en el ensueño de un libro que iría a escribirse recién siglos después por alguien que vivió en el barrio del Once. Quien pregonaba que la realidad no desmiente el sueño; que lo que uno soñó no adelanta en nada la escena esperada y que el rastro de lo real es inhallable, en un siglo tan convulsionado y fascinado por el psicoanálisis. Y por la certeza de que toda acción, en especial la artística, se parece al soñar. Ese espacio programado por Macedonio posee las mismas cualidades. La Novela es los espacios como placeres inefables de la enumeración de personajes, prólogos, obras en potencia. En que el demonio del coleccionismo flota constantemente en denotaciones de vagabundeo, dispersión y diáspora. En Espèce D’Espaces, Georges Perec habla sobre el nacimiento de los espacios y del origen de los seres, argumentando que el rectángulo de una página puede ser el lugar para engendrar una cama. (En algún estrato de lo humano estará El Museo de la Novela de la Eterna creándolo todo incluso a sus precursores, incluso las páginas del Quijote.) Para Alonso Quijano, en cambio, la locura y la realidad siempre fueron un hecho imposible de omitir. En El Quijote sabe plasmar el incesante desorden en el que se hallan su amada, el cura y el barbero, todos ellos son el alma como todo lo es. Es que Miguel de Cervantes creía en el futuro y en un yo, Macedonio Fernández no. III En la historia como en el tiempo hay una interrelación que se renueva constantemente más allá de la voluntad. Novalis, tal vez, al escribir “El mundo se vuelve sueño y el sueño se vuelve mundo”, trae aparejado a La vida es sueño, muy anterior a Novalis. Por tanto, una sentencia siempre dimensiona y justifica a la otra. Otra teoría que justifica lo dicho es esa acerca del viejo libro chino llamado Tao Te King: que dice que el Tao, el Camino, creó el Te, la Virtud, y el conocimiento de la Virtud creó el King, o sea el Libro, y gracias al Libro existe el Tao. Tao Te King, por tanto, representa al mundo y a sus partes. En una idea, desarrollada en dos, tres o en muchos más libros en épocas diferentes, es razonable entonces que su representación se modifique, reproduzca, reinterprete e incluso vuelva a crear o, al menos, terminar de crear aquella primera manifestación. En el principio está el fin, podría ser la frase adecuada, recordando a T. S. Elliot. Es lo que la lógica enseña, que si A por tanto B; si B por tanto A. El tiempo, como argumentó alguna vez Maurice Blanchot, transmuta los acontecimientos y las impresiones la lejanía del recuerdo. Sigmund Freud, comprueba esto en Recuerdos encubridores. En él descubre ciertas particularidades de la relación temporal entre los recuerdos encubridores y el contenido por él encubierto. Los recuerdos atrasadores corresponden a años posteriores de lo que se cree. Los recuerdos encubridores se deben sólo a las vivencias anteriores. El tesoro literario y su recuerdo nos engañan, por tanto el Quijote fue escrito no sólo antes que muchas obras y de que Macedonio haya realizado su Novela, sino que esta última inició nuevamente la obra de Cervantes. Hay una proposición primera en la Novela: “AL QUE QUIERA ESCRIBIR ESTA NOVELA”, escribe Macedonio. A lo cual en el Quijote se figura: “Los que más se han dado a la lectura son los pajes; unos le toman si otros le dejan, estos le embisten y aquellos le piden”. Por otra parte: “Pero no he podido ya contravenir a la orden de la naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante, así, ¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo, y lleno de pensamientos varios y nunca imaginado de otro alguno, bien como se engendró en una cárcel (...)?”. Así Cervantes tiene la premonición de algún párrafo de Macedonio, quien escribe: DEDICATORIA A MI PERSONAJE LA ETERNA El ímpetu máximo de la altruística, de la piedad sin ningún elemento vicioso confuso o demencial en el acto de abnegación y acudimiento lo he conocido en la Eterna: nada de lo que recuerda la historia o publica o comenta la crónica prepara para comprenderle ímpetu de su Acto de Piedad, fulmínea y total. Fragmento que inesperadamente influye en el Quijote en las palabras del cabrero: Pero dejemos esto aparte, que es un laberinto de muy dificultosa salida, sino volvamos a la preeminencia de las armas contra las letras (...). Que lleva a Macedonio a decir: —O habrás hecho ruido para despertarme y no quedarte sin nuestra conversación. —Cierto que tengo una gran conversación, ahora, pero sé andar en puntas de pie y así ando siempre por el mundo, porque el que tiene amor no busca los oídos del mundo. “Antes es el revés”, dice sabiamente el Quijote, “que como el número de tantos es infinito, infinitos son los que han gustado de tal historia, y algunos han puesto falta en la memoria del autor”. A lo que se responde en la Novela acerca de los que se olvidaron del autor: “Aparecen sin pasado: ante una felicidad que no se soñó para esperarla como imposible, y para sentirla más real, cortaron su pasado, los hicieron sueños, vínculos, familias, recuerdos, olvidaron”. Y así sucesivamente. Para finalizar, se le dice precursor a alguien que inicia un camino, una manera de concebir el mundo, pero sin lugar a dudas es precursor quien abarca completamente a los demás, pues lo que llamamos inicio es sino totalidad. Atribuciones mismas del origen. Lo que se inició con aquella gran novela hace ya cuatro siglos, Macedonio Fernández la multiplicó en su Novela a don Quijote, a Sancho, a Dulcinea y a todas sus situaciones, al punto de tender a ser todas las novelas. En definitiva, La Novela es la precursora de todas, incluso de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. ** Andrés A. Ugueruaga andresugueruaga@hotmail.com Escritor argentino (Santa Fe, 1973). Textos suyos han aparecido en el diario El Litoral (http://www.ellitoral.com.ar), y ha colaborado con páginas como Monografias.com. La mayoría de su producción permanece inédita. ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Poemas Ileana Garma *** De lo que no se puede hablar María de Lourdes Javier Rivera *** Poemas Miguel Aguado Miguel *** Alimentando a El Viento María Celeste Vargas Martínez *** Una casa en el cielo Dolan Mor *** La historia de la niña que tomaba fotografías Carlos Wilfredo Trejo *** Reflexión de una época Rafael Batista Cáceres *** Historias de mujeres y ciudades Carolina Lozada *** Poemas Livia Díaz *** No tiene por qué enterarse Pablo Hernández Pérez *** Poemas Karol Arcique Córdova *** Alicia José Ramón Plens *** Poemas Amparo Osorio *** Cardiaca. Historieta sobre el corazón Angélica López Gándara *** Poemas Tomás Salas *** Sueño recurrente en noches de insomnio Adán Echeverría === Poemas Ileana Garma ============================================== *** Ejercicio o plegaria para encontrar la sombra (De cómo ni el sargazo nos aleja del reloj) Nunca del todo y del todo sustituible No hay grandilocuencia para mis verdades efímeras Sé que rompo la hoja y no me levanto levantarse es apenas el recuerdo de la sangre Hay muros donde el rostro se expande hasta la ausencia crecen las manos siempre hacia abajo siempre hacia la parte más oscura de la lluvia Ileana Tleana Ileana Garma te buscan te busco te buscamos Hay en las bocas de la luz el muladar de tu sombra no le creemos sé que miras detrás y un reloj te carcome Te desdibujas en los resquicios de la piel como una leyenda procreada por naufragios La arena se arena con los poros el agua sube por tus piernas hasta llenarse de marismas de la concepción malsana del sudor Has pronunciado lumbre He pronunciado carne Vamos a romper la falsedad la verdad el todo La esfera del desencuentro crece en tus orillas es el polvo la inutilidad de los pájaros apisonados en la piel es la vejez cansada de encontrarse en los charcos de presagiar la resignación No voy a hablar de hechizos la plegaria es mi nombre es la linde que divide la conducta de esta brasa de este brazo que encalla en la injuria del mar en mantarrayas violeta que crecen en el espejo espejo alimentado de rincones mi nombre es reconocerse adherido a la palabra en la travesía de palparse a través de la noche *** Para hundirme en la sangre hasta hacerla convincente A través del sobornable abismo de la piel que tiende a confundirse conmigo con la luz creíble detrás del viento no hay más que un camino probable dispuesto al azar por desaliento o rutina donde el pesado olor a migraña o lluvia por venir se extiende hasta mi franca turbación como una planta llenándose de sitios aceptables para el insecto Un poco de muerte Se endurece la sal sobre mis párpados como una mentira razonable la costumbre ¿O es que volvemos a la metamorfosis de la brasa sin haber cambiado de languidez esqueleto opaco? Volvemos a la noche flanqueada por el hierro que se estrecha sobre el intento de soñar y es aquí donde la piel se retira a su mismo espiral de mugre y le creemos con un poco de rencor con el desinterés apropiado para cerrar los ojos *** Cuando para mí cuando comprendo cuando quiero café cuando me digo acabaste pero sólo es de noche pero edificios de tijeras y la calle haciéndose piras en el costado entre las macetas o sentirme carne rastrojo rastro para el llanto Cuando pasa esto me pregunto ¿En verdad? ¿Seré Eva? ¿En verdad eres Adán? y me sabes árbol y me sabes manzana y me caminas mordida de serpiente y me recorres savia y me diluyes tiempo de computadora o pesadilla o hacia atrás o hacia mí o esa historia que nadie ha escrito esa historia que escribieron de nosotros de la luz nunca luz sólo parpado en plena decisión de corroernos Entonces no hay entonces La Jornada o litografías de frío o litografías de mi ancianidad de mi vela derretida entonces tu peso que pesa tu pesadumbre tu paciencia inexistente entonces amanecemos terciopelo y hay una regadera y todo esto cuando digo ¿De verdad? y todo esto cuando digo Te quiero *** Porque hay departamento o tres pisos o azotea Porque nos cansa faminar porque el cigarro nos devuelve aliento porque nos volvemos adictos a la cafeinotristeza y beberé de ti y beberás de mí Ya no nos gustan los espejos Aparecerán fábulas aparecerá un gemidiscurso donde alguien llora pero prefiero gritar Iré debajo de los pies a formar mis raíces y hay centro también mañana [camaroja pero tazanoicamente nos perdidecimos instante y me voy quedando silencio casi verde Casi seco arado A veces no te llamo y me buscas vozlactante a veces te busco y me respondes vozmurciélagomuro tranvía dos direcciones y nos veremos otracintura tranvías dos discreciones y nos daremos un beso y nos daremos un cetro para gobernarnos el uno al otro *** No hay puerta de escape Sólo cama Parece que hay jueves que soy calles violeta que se desbordan dices que vendrás mientras decido ser escalera incandescente Parece que hay rumores del alba en que derrotas derrotas a la ausencia y le quitas el nombre Porque aprenderé padre a ser incesto de lluvia tejado y maullido porque aprenderé a llenar de tarde mi cara muchacha y con lentes porque aprenderé a dejar las costillas en el ahogo a llenar los senos de madrugada Ya no mentiré los pliegues me fascinan hermano padre hijo vengan sentir el peso de mi boca arder y presente y presentir que no habrá puerta de escape sólo cuero cabelludo sólo morderás mi nombre y la entrepierna y entre un tal vez y demasiado domingo triste te diré esto necesitaba esto necesitaba para no caer en la trampa del calzado y silencio sólo razón en la oscuridad y detrás del rojo a través de tu piel oscura que palpita Negrodía negramano negraconvicción de combate de cerrar los dientes sobre el pecho o viento sin cortina de cerrar la ausencia de palpar el grito negrodía nubegorda tierra de sábana y semen negraconvicción de amarte de comerte en mi sigilo en las esquinas ya no habrá deseo porque nací Tleana Garma porque nací demasiado Ángel roja demasiado para ti *** No nos salvaremos Claro que habrá tiempo para que las rodillas cicatricen para que la vehemencia se vaya o se cierre el parque Claro que lloraré pero es igual que nadar o ver televisión en el insomnio o caer en el hastío de los huesos pesados y ya sin planchar tu ropa sin pronosticar la furia en los alrededores del comedor Claro que viviré quitándome luz o llena de aliento vivir de vida sin vida de vidas para vivir para tener una mascota o mojar los pies en la lluvia Claro que volverás o sólo el vértigo de pausas y de cosmos con el pánico el sexo que se fuga en las fogatas Sólo fuego Y podremos utilizarnos de nuevo a riesgo de hundirme para siempre a riesgo de enmohecer la sábana de volverme eléctrica Claro que el labio se cansa o el omóplato te espera Te necesito con desgano y voracidad Claro que vendrás nos perderemos ** Ileana Garma segundo_eva@yahoo.com.mx Escritora mexicana (Mérida, Yucatán, 1985). Colaboró en la revista estudiantil El Callejón de La Pazcuala. Condujo el programa Umbral hacia la expresión en la estación 102.3 FM Radio Ecológica. Participó en el taller de creación literaria del Instituto de la Juventud de Yucatán y desde 2004 asistió al taller mensual que impartía Rafael Ramírez Heredia. Asistió al VI Encuentro Internacional de Escritores del Caribe 2004 y al II Encuentro de Poetas en Chiapas 2005. Asistió al Módulo 1 y 2 de salas de lectura dirigido por el Instituto de Cultura de Yucatán (http://www.culturayucatan.com). Cursó el diplomado de Cultura, Protocolo y Periodismo, organizado por el Centro Cultural Santillana, en conjunto con el gobierno del Estado de Yucatán, a través del Instituto de Cultura de Yucatán. Forma parte de la Catarsis Literaria El Drenaje S.O y del Centro Yucateco de Escritores. Ha colaborado en la revista Navegaciones Zur, en el suplemento Arena del diario Excelsior (http://www.nuevoexcelsior.com.mx) y en diversas revistas y suplementos de su país. Fue becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, en creación literaria. Ganadora de la mención de honor en el Premio Estatal de Poesía “Jorge Lara” y el Primer Lugar en el mismo premio, 2004 y 2005, respectivamente. Ganadora del primer lugar en el Premio Estatal de Poesía “José Díaz Bolio”. Realizó las portadillas interiores y portada del libro Xenanko del escritor Adán Echeverría. En enero de 2006 se publicó su libro inaugural Itinerario del agonizante. Actualmente colabora en el Departamento de Programas Educativos en las Oficinas Centrales D.F. del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe, http://www.conafe.edu.mx) y es becaria de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem, http://www.sogem.org.mx) para cursar el Diplomado en Creación Literaria. === De lo que no se puede hablar María de Lourdes Javier Rivera ====== (Nota del editor: la escritora puertorriqueña María de Lourdes mantiene inédito su libro de cuentos De lo que no se puede hablar, que gira en torno a la historia de desamor de los personajes Olivia y Tomás. Hoy presentamos a nuestros lectores una selección de esos textos). *** El último baile Olivia salió al pasillo convencida que nunca se volverían a ver. “Aquí terminó todo”, pensó mientras reajustaba la cartera sobre su hombro. Ya había proclamado como “última” otras ocasiones pero esta vez era distinta. Ella lo sabía. Ese día fue diferente. Olivia se había demorado unos minutos. Quiso hacerlo esperar aunque sabía que a él no le importaría. Cuando llegó vio que le había dejado la puerta abierta y entró como autómata hacia el dormitorio. Por primera vez no hubo alcohol ni nada que sirviese como preámbulo. Sólo estaban ellos dos. Comenzaron el mismo ritual de siempre. Se desvistieron entre risas. La recostó sobre la almohada y acarició tiernamente su frente. Ella se amarró a su cuello. En ese momento algo se quebrantó. Cerró los ojos y trató fútilmente de borrar sus pensamientos. Cuando terminaron ella permaneció en silencio. Tomás continuaba con la misma naturalidad de siempre. Fumaban mientras conversaban sobre alguna tontería. Olivia sonreía pero sus ojos se concentraban en las cenizas que iba dejando cada vez que inhalaba. Él estaba ensimismado en alguna anécdota cuando se dio cuenta que dentro de poco tenía que ir al trabajo. Decidieron bajar juntos. —Si quieres espérame afuera en lo que busco mis cosas. Ella asintió. Apagó su cigarrillo y vio el último destello de fuego aniquilarse en el cenicero. Esperando en el pasillo recordó aquella primera noche con Tomás. Fue un desastre. “La primera vez que uno tiene sexo con alguien siempre es la peor”, dijo él en su defensa. “La mejor es la última”. Siempre se había preguntado cómo había llegado a semejante conclusión. Un año después contemplaba la posibilidad de que fuera verdad. Mientras él cerraba la puerta, Olivia se asomó por la ventana. Nunca se había percatado, pero detrás de ese edificio había un basurero. “¿Viste qué pocilga?”, dijo Tomás con las llaves en mano. Ella se quedó observando el panorama. Entre la basura se asomaban los esqueletos oxidados de algún edificio. —Creo que es la primera vez que veo tanta basura en España —comentó. —Es igual que en todos los lugares del mundo, Olivia. Sólo que quizás en nuestros países la basura no está tan bien escondida. Ella esbozó una media sonrisa. “Quizás”, le contestó. Volvió a mirar por la ventana. “Visualmente está genial”, dijo absorta por las luces y sombras que estaba viendo. “Me encantaría tomar una fotografía”. Tomás la miró y dijo cariñosamente: “Tú eres la artista. La próxima vez trae tu cámara”. Le soltó una guiñada y comenzó a bajar las escaleras. Ella se demoró un instante más. “Sí... la próxima vez”. *** Intermezzo intermezzo: 1. (voz it.) m. mús. Composición musical instrumental interpretada al comienzo o en el entreacto de una ópera, antes de levantar el telón. 2. Composición musical breve e independiente. 3. Ópera cómica en un solo acto que se representaba en los entreactos de una ópera seria, en el siglo xviii. Y de repente... ¡paf! No se veía nada pero Tomás entendió exactamente lo que había pasado. Ella estaba acorralada en la pared, trató de brincar sobre su cuerpo y ¡paf! Sólo se veía una leve sombra pero sabía que Olivia estaba desnuda sobre el suelo. —¿Estás bien? —Sólo a mí se me ocurre una anormalidad como ésta. Tomás se rió un poco: “Es una forma original de empezar el día...”. —“Sí, seguramente”, dijo mientras se levantaba. Siempre fue así. En algún momento le entraba la desesperación de salir corriendo. Todavía estaba oscuro. Serían las 5... 6... de la madrugada. Esta tipa está loca, pensó. —¿Huyes de nuevo? —No estoy huyendo... Prefiero dormir en mi cama. Mejor para los dos, ¿no? Pausó un momento en lo que se ponía los pantalones. —Además, continuó, ¿qué diferencia hace si me quedo o no? —La diferencia entre dormir tranquilamente o despertar con un golpe... Afortunadamente era oscuro pero Tomás sabía muy bien que lo mandaba a la mierda con sus ojos, con esos enormes ojos que parecían absorber el mundo entero cuando los abría. —¡Puñeta! ¡No encuentro mi blusa! —Espera que prendo la luz. Olivia se movía desesperadamente por el cuarto. —Olvídalo. Total, si me pongo el abrigo no se nota. Me la das después. —Que esperes un momento y te ayudo. Sí... está loca, pensó mientras ponía su mano debajo de la almohada. —Aquí está —extendió la mano para dársela y vio que ya se había cubierto con el abrigo. Olivia tomó la blusa y la escondió en su cartera. Él se quedó observando cómo ella trataba de acomodar las cosas en el pequeño espacio. Siempre llevaba consigo un hacinamiento de porquerías: papeles, pinta labios, lápices, bolígrafos, recibos viejos, llaves y a veces hasta libros. Ahora se le sumaba una pequeña blusa al contenido de esa tumultuosa cartera. —Te acompañaría hasta la puerta pero... —No te preocupes. Sabes que conmigo no tienes que ponerte con esas cortesías. —Ya sé que no te importa, pero no es sólo por ti. —Da igual, chico. Quédate durmiendo. Nos vemos luego. —Bueno, pues, qué descanses. —Igual. Tomás la sintió recorriendo el pasillo. Al rato escuchó la puerta. Meneó un poco la cabeza. Es artista, no podía ser de otra manera. Se volvió a reír de la escena y trató de dormir en esa cama ahora impregnada del perfume frutoso que siempre permanecía cuando Olivia ya no estaba. *** Sonata en mi mayor para escuchar mientras se lee Rayuela “Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico”. Horacio Oliveira Rayuela (capítulo 1), de Julio Cortázar Primer movimiento —Tengo muchas ganas de verte. Olivia sostuvo el teléfono en silencio. Ya había escuchado aquellas palabras muchas veces y estaba demasiado consciente de que carecían de significado. —¿Y? —le preguntó irritada. —Que quiero verte —repitió. —¿Y para qué? —Para vernos, hablar... me haces falta. Olivia rodó los ojos. Ahí mismo sintió un deseo incontenible de mandarlo a la mierda. Sabía muy bien que él realmente no quería verla. Comenzó a mirar su habitación sin saber cómo responder. Al lado de la almohada descansaba el libro que la acompañaba fielmente todas las noches. Fue entonces cuando se le ocurrió una manera de nivelar el juego. —¿Quieres verme? —Sí. —Bueno, dejémoslo al azar. Yo no voy a acordar contigo ninguna cita. Búscame. Te doy un mes. Si me encuentras casualmente por esta ciudad... seré tuya una última vez. Al otro lado no se escuchaba nada. Finalmente Tomás dijo: “¿Un mes?”. —Sí, suficiente tiempo. Un mes. Después de eso no me vuelvas a buscar. —Bueno... si así quieres, pues te encontraré. —Suerte —dijo Olivia y enganchó el teléfono aguantándose las ganas de reír. Segundo movimiento Tomás estaba en una barra con unos amigos. Conversaban sobre alguna película, o algún libro, en realidad ni él mismo lo sabía. Sus ojos brincaban de un lado al otro. —¿Estás buscando a alguien? —le preguntó un amigo. —No... no... estoy sólo pensando... Pero él sabía muy bien que sí buscaba a alguien. Miraba constantemente a la puerta esperando que Olivia irrumpiera en su espacio. Quería verla... tocarla... se llenó de tanto deseo que no podía casi contenerse. Esta ciudad no es tan grande. Tendré que verla en algún momento... sería imposible. Tercer movimiento: scherzo 34/7 Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy di- Viernes por la noche. Todo el mundo está afuera. Termino mi bujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez cigarrillo y me coloco en la cama. No tenía ganas de salir. Prefiero tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para quedarme leyendo este libro, mi libro, mi fiel amante. Paso las deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que páginas y me deleito con estas palabras. Hermoso. Acomodo la deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca lámpara para que ilumine mejor el recorrido que van haciendo elegida entre todas, con soberana libertad, elegida por mí para mis ojos. Y en toda esta comodidad no puedo evitar pensar en ti. dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco ¿Estarás buscándome? Me divierte la idea pero dudo que seas tan comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por pendejo. Quizás lo eres. Quizás no te conozco lo suficiente. Tus debajo de la que mi mano te dibuja. palabras comienzan a retumbar por mi mente. Realmente nunca Me miras, de cerca me miras, cada vez más cerca y entonces nos hablamos. Tú ibas por tu lado y yo por el mío. Las instancias jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se dieron desde el cuerpo. Tus manos deslizándose por las se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se mías. Tu boca rozando la mía. Eso fue todo. Quizás te quise... pero miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan eso fue hace mucho tiempo. Ahora ya no queda nada. Sólo tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas recuerdos fugaces de tu piel. Tu piel morena. Tu piel dura. Tu piel la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire suavemente acariciando la mía. Fue eso y nada más. Una música pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces cacofónica creada frágilmente entre dos cuerpos. Tú y yo en el mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la silencio de noches como ésta. Tú y yo rechazando por un profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos momento la vida y la soledad. Tú y yo en una terriblemente la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de efímera coincidencia. Nosotros, un colectivo que nunca existió. fragancia oscura. Y si nos mordiéramos el dolor es dulce, y si nos Un tácito desencuentro. Sí, quizás te quise... pero el tiempo ha ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, borrado todo sentimiento y sólo me quedo con vestigios de tus esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo huellas en mis sábanas, las mismas sábanas que ahora cobijan mi sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una cuerpo cansado. El tiempo pasó velozmente. Yo me quedo sola, luna en el agua. buscándote entre estas palabras de Cortázar. Encontrándote, perdiéndote, diluyéndome en la historia que leo. Voy reviviendo el pasado que se convierte en verbo presente, demasiado presente en mi carne. Cuarto movimiento Jugamos esta rayuela atrofiada. Jugamos sabiendo que nadie ganará. Jugamos sabiendo que ninguno de los dos está realmente jugando. Jugamos, como siempre, jugamos... La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas. Voy por las calles buscándote como el tonto que bien sabes que soy. Imagino tu silueta por todas partes tu silueta de mujer pequeña. Olivia, te veo en todos los rostros pero no te encuentro. Una parte de mí quiere que me encuentres. Camino por las calles sintiendo que la ciudad me observa. Pero sé muy bien que aunque lo intentaras no me encontrarías. Nunca te volveré a ver. ...y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo... lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia... se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta del zapato. No te encontraré No me estarás buscando. ...la piedrita tenía que pasar por el ojo del culo, metida a patadas por la punta del zapato, y de la Tierra al Cielo las casillas estarían abiertas, el laberinto se desplegaría como una cuerda de reloj rota haciendo saltar en mil pedazos el tiempo de los empleados, y por los mocos y el semen... se entraría al camino que llevaba al Kibbutz del deseo, no ya subir al Cielo (subir, palabra hipócrita, cielo, flatus vocis), sino caminar con pasos de hombre por una tierra de hombres hacia el kibbutz allá lejos pero en el mismo plano, como el Cielo estaba en el mismo plano que la Tierra en la acera roñosa de los juegos, y un día quizá se entraría en el mundo donde decir Cielo no sería un repasador manchado de grasa, y un día alguien vería la verdadera figura del mundo, patterns as pretty as can be, y tal vez, empujando la piedra, acabaría por entrar en el kibbutz. ¿Y si de repente abro una puerta o giro por una esquina y apareces tú? ¿Y si cierro los ojos y al abrirlos me encuentro con tu sonrisa? ¿Y si ocurre lo implausible? ¿Y si reviertes mi cinismo? ¿Y si lograras desafiar esta ciudad? La magia, Tomás, ¿dónde está la magia? Los días van pasando. El tiempo se derrite con el calor que arropa a esta ciudad. Una leve brisa como un aliento seco revuelca algunos papeles que alguien tiró por la calle. Los transeúntes desfilan ante mis ojos. Ya ni me fijo. Todos son iguales. No sé dónde estarás. No sé lo que harás. Los músicos empacan sus instrumentos y se van sin saber cuándo volverán a tocar juntos. Sólo quedan los ecos de aquellas sonatas que retumbaban por las paredes. Sombras, sólo sombras. Sombras que se esconden y que nunca volveremos a ver con claridad. Me quedo con los recuerdos y con unas palabras enterradas en algún libro que reviven tu presencia inscrita ya en mi piel. *** Quasi una fantasía Olivia apareció de repente con un conjunto de lencería negro. Se fue deslizando sobre el cuerpo de Tomás hasta llegar a sus labios. Lo besó apasionadamente. Se quitó su ropa interior y la tiró de un lado. Tomás la aguantó por la cintura. Se arrimó a sus pechos acariciando con su lengua uno de sus pezones, cuando ella lo interrumpió: —¿Por qué sigues soñando conmigo? Tomás rodó los ojos: —Pero, ¿es posible que interrumpas el momento hasta cuando te estoy soñando? —Lo siento, pero me parece un poco jodido que después de tanto tiempo sigas metiéndome en tus sueños. —No, no... Olivia, no. Éste es mi sueño. No tienes derecho a dañar mi fantasía. —En serio, mijo. ¿Y esa ropa interior? No puedes por lo menos imaginarme con algo más decente. —Véte a pelear conmigo a tu cabeza y déjame en paz. —Si es tu sueño, entonces puedes callarme sin ningún problema. Tomás la miró de reojo. —No sé por qué pero estoy empezando a creer que eso es imposible —dijo casi resignado. —No me has contestado la pregunta. La recostó sobre la cama y le besó el cuello. Ella lo apartó, aguantando su cabeza para mirarle a los ojos. —Dime por qué... Tomás abrió los ojos y ante él se iba enfocando el paisaje caótico habitual. Maldita sea, pensó para sí tratando de registrar bien lo que había soñado. En eso se abrió la puerta. “¿Te desperté, cariño?”. Tomás giró su rostro hacia ella. “No, tuve un mal sueño, eso es todo”. Ella se metió en la cama y lo abrazó. “Pobrecito”, suspiró mientras se acercaba a sus labios para besarlo. “Te quiero mucho, Tomás”, dijo con los ojos cerrados. “Yo también”, respondió sosteniéndola entre sus brazos. Cerró los ojos y trató de retomar la escena donde se había quedado. ** María de Lourdes Javier Rivera bealprlibre@yahoo.com Escritora puertorriqueña (San Juan, 1981). Estudiante de doctorado en historia del arte en la Universidad de Salamanca (Usal, http://www.usal.es, España). Su producción permanece inédita. === Poemas Miguel Aguado Miguel ====================================== *** El riachuelo Nazco en la cima cubierto por nieve, cada mañana respiro pureza, lento desciendo por llano relieve, surco basaltos de dura aspereza. Frígidas luces alumbran al día, cubren mis carnes enaguas heladas, nutren mis huesos su triste agonía, ceban mis lomos pequeñas cascadas. Piedras y riscos impiden mi paso, fuerzas reúno, de golpe me lanzo, vetas y rocas araño y arraso, cuna fabrico, mis pies abonanzo. Cambio mi enagua a color esperanza, surco laderas de la alta montaña, hábil y presto camina mi andanza, granos de roca mi pie desentraña. Bruscas pendientes encuentro a mi paso, caigo de bruces, guijarros arranco, pido socorro, mas nadie hace caso, rampas me impulsan llegar al barranco. Piedras y lodos y arenas arrastro, sueltas las aguas devastan do fluyen, liar imposible, las aguas yo lastro: cruel caminar; sus caprichos refluyen. Rasa pradera viveza apacigua, ímpetu calma, sosiega mis saltos, golpes de piedras mi seno amortigua, laso, con cantos la orilla peralto. Tramos extensos divago con calma, nubes y cielo refleja mi espejo, mide su altura orgullosa la palma, crece en mis bordes alegre festejo. Torres sepultan sus vértices altos, tiempo en mi seno la marcha volteo, bajo los puentes su bóveda exalto, sopla el tornado, los cuerpos bandeo. Dentro mis aguas las guapas se bañan. pródigo mimo los cuerpos preciosos, todas se placen, y todas se apañan, todas disfrutan momentos valiosos. Vida rebulle por do me deslizo, crecen las plantas lozanas y airosas, tiernas raíces rebusca el erizo, liba la abeja su miel de las rosas, árboles verdes adornan mi orilla, niños alegres caminan al vado, sobre sus troncos escala la ardilla, pace de noche el caballo trabado. Aves cantoras alegran mis huellas, zarzas camuflan los nidos construidos, ramas esbeltas cobijan a aquéllas, cánticos lanzan al aire ceñidos. Cálido agosto, sequía padezco. Suda el labriego su mies cosechando. Nada escatimo, cuanto he les ofrezco. Marchan, sudor en el baño dejando. Ciervos simpáticos beben mis aguas, cada alborada buen día desean, huyen medrosos, se acercan piraguas, vuelven graciosos, tranquilos pasean. Urbe grandiosa cordial atravieso, muros de piedra a mi paso relamo, gentes acuden por ver mi embeleso. Llego a la vega, riqueza derramo. Llego a la mar con caudal abundante, pierdo dulzura, salitre incremento, sueños olvido de mi ir adelante, ricos países regué soñoliento, de amplias veredas dormí a la sombra, rudas pendientes bajé acelerado, llanos enormes sembré de una alfombra, todo, sí a todo un adiós apenado. *** El soneto Los sonetos, en sí, son un poema. Catorce endecasílabos contienen concisas las ideas, que provienen del desarrollo entero de su tema. La lógica demanda de un dilema, la gramática y métrica intervienen, las rimas de los léxicos se obtienen, cadencia dan las tildes al problema. Mi idea está completa en los cuartetos, debo cuidar la forma con esmero, antes de terminar con los tercetos. Pensamiento brillante hallar espero, colofón que precisan los sonetos, y firmar cual andante caballero. Señal de buen agüero: Fin del soneto. Añado el estrambote. Por favor, perdonadme, Don Quijote. *** R.I.P. Flores, rosas y más rosas lozanas sobre mi féretro posaron, muchas rojas, rojo encendido de mis luchas. Sus aromas perforan las ventanas Flores, rosas, más rosas ya marchitas a mi tumba trajeron y dejaron. Sobre el frío granito abandonaron. Ya traerán más en futuras citas. Flores, rosas y más flores chafadas del camposanto ensucian el terreno, el viento las arrastra a campo ajeno. Flores y almas quedaron olvidadas. Sepultura quebrada, abandonada, ni una flor, ni una rosa, ni memoria. Un joven escribir pretende historia, lee mi gracia en piedra desgastada. Traen el primer año una corona, aportan el segundo enorme ramo, al quinto vienen, se van como gamo, después... alguna vez... una persona... *** Clausura Sor Clarisa hila en rueca y precisa su muñeca. Oye misa y no peca su sonrisa dulce mueca. Ni un momento sale fuera del convento. Cuando muera, halla asiento en terrera. *** El circo Hermosos pinares lugares frondosos. Donosos juglares, cantares graciosos. Danzantes se aúpan, instantes ocupan, infantes se agrupan. *** Hojas secas Suave brisa. Hoja seca baila aprisa; se reseca. Viento avisa, todo ahueca, a do pisa lo hipoteca. Hojas muertas yacen yertas, Vegetales se aprovechan, brotes echan recentales. ** Miguel Aguado Miguel m_aguado2000@yahoo.es Escritor español (Estepar, Burgos, 1934). Su obra permanece mayoritariamente inédita. === Alimentando a El Viento María Celeste Vargas Martínez ============ —Grrrrr —un sonido hueco y profundo se dejó escuchar. Y sin más, nuevamente se volvió a oír ese extraño Grrrr que rompió el silencio de la noche. Era una noche fría, lluviosa como todas las noches de julio. Tan fría que los perros tenían flojera de ladrar. —No puede ser... Creo que voy a morir de hambre esta noche. Cada vez es más difícil conseguir comida —era la voz de un hombre regordete, de cabello negro, cejas prominentes y una ancha nariz. Sin pensarlo más, aquel hombre se puso su deshilachado chaleco, una mochila a cuadros azules en los hombros y salió de ese pequeño cuarto que le servía de habitación. Caminó por varios pasadizos, bajó algunas escaleras y después de un momento ya estaba frente a una mesa. Pero no era una mesa común: era una enorme mesa de madera con un mantel rojo. Era tan grande que el hombre, aun parado, apenas si llegaba debajo de un cuarto de una de las patas. El hombre sacó de su mochila un clip que en uno de los extremos tenía atada una soga, bueno, en realidad era un pedazo de estambre, pero a él le servía bastante bien. Arrojó el clip sobre la mesa, éste quedó enganchado en el mantel y poco a poco el hombrecito fue subiendo por la soga. Después de un momento ya estaba en la cima. Dio unos cuantos pasos y pronto encontró lo que buscaba: un enorme plato con dos galletas de chocolate. Corrió hacia él y como pudo guardó las galletas en su mochila para después regresar a su casa. No sin antes sacar de su bolsa un largo popote, el cual podía encoger y estirar cuando fuera necesario, introducirlo a una taza con leche tibia, sorber, y guardar un poco de ese blanco líquido en un botecito que también llevaba en su mochila. Al terminar, bajó de la mesa y regresó a su hogar rápidamente, pues ya se escuchaban tras de sí los fuertes pasos del dueño de la casa y por lo tanto, el dueño de aquellas galletas. Al llegar a su casa, sacó de su mochila las galletas y la leche y se dispuso a cenar. En realidad no le gustaban mucho las galletas de chocolate, sus preferidas eran las de fresa, pero en esa ocasión sólo había de ese sabor. Después de cenar, Felipe, que era el nombre de ese pequeño hombre, se dirigió al húmedo techo de la casa donde un hoyo le servía de mirador en las noches estrelladas. Le encantaba mirar las estrellas, aunque en los últimos años en la ciudad ya no se veían tantas luces en el cielo. Había llegado a esa casa hacía ya muchos, pero muchos años. Y aunque al principio había pensado vivir en el jardín, cerca de un enorme pino, al final se decidió por el interior de la vivienda, entre las paredes. Él era muy friolento y si se quedaba en el exterior sus pies podían congelarse. Poco a poco consiguió los materiales necesarios para darle forma a su hogar: con un pedazo de madera y cuatro clavos hizo su mesa, con una tapa de un frasco y unos palillos su silla, con un tabique y pedazos de tela la cama, las cobijas; y con un calcetín, de uno de los niños de la primera familia que vivió en la casa, hizo una suave almohada; aunque también con trozos de tela, que recogía de uno y otro lado, hacía su ropa. Así le fue dando forma a su casita, la cual barría todas las mañanas con una escoba que había hecho con un palo de paleta y ramas de un pino. Todo era fácil de conseguir para Felipe excepto la comida, ya que siempre esperaba a que los dueños de la casa salieran a la calle o simplemente se alejaran de la cocina. Todos los días tomaba su mochila, donde llevaba las herramientas necesarias para hacer sus labores: una soga, un popote, un cuchillo, un frasco para guardar la leche, una escalera de estambre y muchos objetos más que necesitaba para trepar a los muebles y poder tomar la comida que le gustaba. Así, a veces cogía un trozo de pollo en salsa verde, un cachito de albóndiga con rica salsa de chipotle, un fideo con crema, un cuadrito de jamón con catsup, y lo que más les gustaba: un hongo relleno de queso. Por las noches, sólo tomaba un poco de leche y una o dos galletas, de preferencia de fresa o de animalito. Pero eso sí, siempre tomaba trozos de fruta, no había día en que no comiera fruta: uvas, capulines, sandía, mango, fresa, durazno, papaya, melón, zarzamora... todo. Felipe siempre decía: “Un día sin comer fruta, es como una noche sin estrellas: aburrida, sin color y larguísima”. Sin embargo, cada día los dueños de la casa se daban cuenta de que algo raro estaba pasando y a veces encontraban una albóndiga incompleta, que la señora tenía que tirar a la basura porque pensaba que los ratones la mordían; un melón con un hoyo, o un durazno al que le faltaba un pedazo. Lo que más les extrañaba era la falta de galletas. Esas galletas que ellos ya no se comían y que dejaban en la mesa sobre los mismos platos de la cena, que para sorpresa de ellos nunca amanecían en su lugar. Al principio pensaron que eran los ratones los que se llevaban la comida, pero después de colocar ratoneras en todos los rincones y no caer ninguno, se dieron por vencidos. Sin embargo, una noche un grito invadió el vecindario: “¡Aaaaaaaay!”. —¿Qué pasa, Lola? —dijo un hombre que había entrado corriendo a la cocina. —¡Mira! ¡¿Qué es eso que está sobre la mesa?! —preguntó la mujer aterrada. Su esposo se inclinó sobre la mesa, pues desde donde estaba no alcanzaba a ver nada. Y su sorpresa fue enorme al ver sobre el mantel una pequeña botita hecha de cuero que se había quedado pegada sobre unas gotas de miel. El hombre tomó la bota y la observó con curiosidad: ¿a quién podría pertenecer algo tan pequeño? Media hora después el hombre continuaba viendo la pequeñísima bota. Por la noche no pudo dormir. A pesar de que sus ojos estaban cansados y deseaban cerrarse ya, el sueño se había ido de su lado. A la mañana siguiente, sacó la botita del alhajero de su esposa y la continuó viendo por un largo rato. Mientras tanto, Felipe daba vueltas alrededor de su mesa pensado en lo que debía hacer para recuperar su bota: ése era el único par que tenía. Pensó en que tal vez debía hacerse unas nuevas de tela, pero se dio cuenta de que no era tan resistente como el cuero. Y no podía hacerse unas de cuero porque el que tenía lo había usado para hacerse un reconfortante sillón en el que se quedaba dormido por las tardes después de comer. —¡La dejaré aquí sobre la mesa! —dijo el hombre, decidido, a su esposa—. Creo que pertenece a alguien y si la quiere vendrá a buscarla. Vigilaré toda la noche. No me moveré de aquí —continuó. La mujer no dijo nada, pues sabía que a su esposo a veces se le ocurrían cosas extrañas. Cosas que siempre hacía y al final quedaba desilusionado por el resultado. Sin decir más, la señora se fue a dormir y dejó a su marido escondido dentro de la alacena, desde donde podía ver, por un hoyo que tenía la puerta, la mesa de la cocina. Poco después, las luces de la casa se apagaron. Felipe tomó una linterna que él mismo había hecho y se dirigió a la cocina. Bajó las escaleras y atravesó los seis pasadizos que lo llevaban hasta ahí. Al llegar a la cocina miró hacia todos lados y no vio a nadie. De pronto, el hombre dentro de la alacena se quedó inmóvil, no podía creer lo que sus ojos veían: un pequeñísimo hombre escalaba el mantel de su mesa. Felipe vio sobre un plato de cristal amarillo su bota. Se alegró, pues todo el día había tenido mucho frío en su pequeño pie, y sus largos y grandes dedos ya estaban acalambrados de tanto sentir el piso helado. Pero cuando Felipe estaba a punto de tomar la bota y ponérsela, el hombre salió de la alacena y de un salto se colocó al lado de la mesa. Felipe quedó paralizado... del miedo su cuerpo no respondía. Quería gritar y correr, pero sus pies estaban como pegados a la mesa. Era la primera vez que un ser humano lo veía. La primera vez que tenía a unos cuantos centímetros el rostro de una persona. —¿Quién eres tú? —preguntó el hombre. No hubo respuesta. Felipe no dijo nada. —¿De dónde saliste?... La bota es tuya, ¿verdad?... ¿Tú eres el que se lleva la comida? —continuó preguntando. Hubo un silencio. Ni Felipe ni ese hombre se atrevían a decir palabra alguna. Después de unos minutos, Felipe pudo sentarse sobre el plato, tomó su bota y con calma se la puso mientras tranquilo hablaba. —Vivo desde hace mucho tiempo en esta casa. Llegué mucho antes que tú. Han pasado cuatro familias por aquí, todas con niños traviesos que siempre me jugaban bromas. Vivo arriba de tu recámara, ahí construí mi casa. Soy Felipe, pero tú puedes llamarme El Viento. Eso fue lo que dijiste la primera vez que te diste cuenta de la falta de algunas galletas sobre tu plato: “El viento se las llevó”. Ése soy yo —señaló Felipe. Toda la noche Felipe, o El Viento, como lo llamó a partir de ese momento el dueño de la casa, platicaron sobre ellos. El hombre escuchó maravillado las historias que Felipe le contó y después de esa noche se hicieron grandes amigos. Tanto, que cuando los dos estaban aburridos, se sentaban en el jardín a platicar de las historias que el mundo escondía. A partir de ese día a Felipe nunca le faltó comida, pues su nuevo y único amigo siempre le dejaba sobre la mesa un pequeño plato, que él mismo le había hecho, lleno de los más ricos platillos y las más frescas frutas. “Alimentando a El Viento” pertenece a una serie de cuentos para niños sobre hadas y duendes titulada Pies pequeños, grandes dedos. ** María Celeste Vargas Martínez tete_c27@yahoo.com.mx Escritora y periodista mexicana (1976). Textos suyos han aparecido en la revista Visión Universitaria (México, 2006). Es autora de dos libros sobre historia de la animación y uno de cuentos para niños, ambos en proceso editorial. === Una casa en el cielo Dolan Mor =================================== es peligroso asomar la cabeza por la ventanilla de un tren André Breton (Viaje a Tinchebray) *** 1 Una casa perfecta construida en la niebla su terreno clavado en el cielo de Francia una casa de finas paredes como piedras de hielo pero cálidas Una casa colgada de una estepa en el aire o en medio de los árboles de un bosque blanco ajeno a la vista del hombre invisible entre nubes La columna frontal hacia un techo de vidrio calada por la lluvia que dibuje en el marco de la puerta sus bordes sus clavijas metálicas de un oro refinado Una puerta redonda sin llaves que conduzca sin alas al jardín después de un desayuno jugoso de domingo o hacia la habitación contigua que hay arriba en peldaños subiendo la escalera de mármol que nos lleve en sus giros a alguna habitación sin muebles Allá arriba Un jardín invisible con rosas en la entrada. *** 2 Si paseo a través del cuarto o la cocina no encontrarán mis ojos equipos electrónicos Ni coches ni ascensores ni parking ni mercados Detrás de las ventanas no habrán gasolineras ni bares ni avenidas porque allí todo es puro ni la maldad del hombre ni la ciencia se asoman El olor a pescado que invade las neveras de los pisos de lujo pasará a nominarse bosque de buganvillas. *** 3 Pero aquí entre las nubes de este bosque amarillo de maizales sin vida a orillas de este tren que viaja a Tinchebray pasan raudos aviones y alumbran los satélites con luz artificial al débil corazón de un viajero que sueña cambiar el universo. *** 4 No ves tranquilidad donde quiera que poses tu mirada de pájaro Estanques de agua seca es la noche en el cielo árboles negros ramas de fuego un sol sin luz y un letrero francés talado por el viento. *** 5 ¿Dónde puedo volar que se desprenda puro un poema en la hoja unos versos que brillen como el rostro plateado de la escarcha en mi mano? *** 6 Ni en los valles de Europa ni en galaxias ni en mares se construyen palacios de esa felicidad que habla la religión de Roma o Palestina Ni en hoteles ni en selvas ni en desiertos de África ni en los templos budistas frutos de lo moderno que el hombre idealiza en su afán sin medida tras la oscura ilusión que el viento desvanece detrás de las ventanas. *** 7 “Una casa invisible construida en el aire parecida a este tren cuando cierro los ojos y atraviesa maizales...” ...Pero se oye la música que un viajero ha encendido en un mueble de cedro bajo el mismo vagón donde viajo en silencio Una música antigua que me trae a la memoria vanas contradicciones de la filosofía material / posmoderna que define la vida del siglo XXI. *** 8 A la luz de la música veo cómo mi cuerpo se transforma en un pájaro que inmóvil se desplaza de París hacia Freud Un pájaro que duerme en un tren y que sueña que es un bello cadáver con un viejo perfume de cerveza en el pico. *** 9 En el viento de enero de mi mente enfermiza bajo un sol digital de pájaro o de hombre yo no sé dividir la causa de el efecto La mansión de agua cálida a la orilla de un lago cubierto de maizales con paredes de hielo se derrumba se apaga al igual que la música que sale de este tren destino a Tinchebray como se oye la escena de un film largo y silente que la Historia repite a la luz de un gramófono mientras la humanidad sueña y ciega en su afán descansa con la noche. *** 10 El fuego de la niebla dora en gris los cristales Miro por la ventana cómo pasa sin rostro la enferma humanidad “Vuelo desde París un domingo de invierno a una ciudad sin nombre... Contamina la luz con basuras y objetos y fábricas de hierro” El cielo es un escombro dormido sobre Europa “A lo mejor la lluvia resucite lo muerto que brilla en la memoria como el bello cadáver que duerme en el jardín bajo la rosa pálida de la podrida escarcha” (pienso mientras estrujo la cerveza en mis labios) y veo en la ventana que tal vez algún día Quién sabe si se puede levantar el proyecto de un terreno ideal clavado en el anhelo Construir esa casa en el cielo de Francia desde otra geografía Aunque ya para entonces no haya tren ni quimeras ni existan estos versos que acaban porque asomo mi cabeza mortal por la gris ventanilla. París - Tinchebray, enero 2006 El poema “Una casa en el cielo” obtuvo un accésit en el Premio Internacional Antonio Machado del Tren 2006 (España). ** Dolan Mor dolanmor@yahoo.es Poeta y narrador cubano (1968). Licenciado en literatura y español. Pertenece a la Asociación de Escritores Aragoneses. Autor de los libros El plagio de Bosternag (2004), Las historias de Jonathan Cover (2005) y Seda para tu cuello (2006). Su poemario Nabokov’s Butterflies recibió en 2006 el Premio de Poesía de la Delegación del Gobierno en Aragón. Desde el año 1999 vive exiliado en España. === La historia de la niña que tomaba fotografías ========================= === Carlos Wilfredo Trejo ================================================= Lo que tienes aquí es la historia de una niña a la que le gusta mirar a su madre mientras hace el amor con sus novios. Es la historia de una niña pervertida a la que le gusta hacer cosas pervertidas. Seguramente no has conocido ninguna niña como la de mi historia, pero que no la conozcas no significa que no exista. Su mami solía decirle “las niñas que obedecen a su mami son buenas niñas”. A la niña de mi historia le gusta ser buena. Por eso siempre se escondía bajo la cama, o en un ropero, o tras la puerta del baño de alguna habitación de motel. A esta niña le gusta ver a su mami mientras los hombres la chocan con fuerza en la pelvis. Le gusta escuchar cómo grita, como se jala los cabellos y como les muerde la boca igual que una perra rabiosa. Pero sobre todo le gusta ver cuando varios hombres la hacen gritar durante toda la noche. Esta niña es la heroína de mi historia. Ella no recuerda haber tenido nunca un hogar estable. Siempre había estado viajando. Para ella era raro pasar más de una noche en el mismo lugar, tanto que había llegado a acostumbrarse a dormir en los asientos de un camión, o en un trailer, o en la parte trasera de una pick up. También estaba acostumbrada a comer en los restaurantes a la orilla de la carretera, que es donde mami conseguía sus novios. Pero no es aquí donde comienza mi historia. Esta historia comienza con mami comprándole una cámara de fotos a la niña y llevándola al zoológico para enseñarle a utilizarla. Mientras la niña se ponía la cámara en el rostro, y disparaba por aquí y por allá, mami le contaba que hacía muchos años las cámaras eran unas enormes cajas de madera muy difíciles de cargar. Adentro llevaban un trozo de metal untado con emulsión llamada gelatina. Ahí se capturaba la imagen. Mami le contaba que era difícil revelar esas placas, que los fotógrafos siempre tenían los dedos manchados de químicos, y que no era raro que se intoxicaran en los cuartos de revelado. Eran otros tiempos para la fotografía. A la niña le gustaba su pequeña cámara de plástico. Ahora no recuerda en dónde quedaron las fotos de esa tarde. Ni su cámara. A partir de entonces ha tenido muchas. Tres días después del zoológico, mami trajo al primero de sus novios. Nunca lo olvidaría. Era un negro enorme que seguramente pesaba ciento treinta kilos. Tenía la cosa más grande del mundo entre las piernas. Machacó a mami. Cinco veces. La niña se terminó cuatro rollos, escondida detrás de las puertas del ropero. La música a todo volumen ocultó el sonido del obturador. A la mañana siguiente fueron a revelar las fotos. Mami no dejó que las mirara. Y nunca supo qué pasó con ellas, claro, hasta tiempo después. La niña miró los dedos del chico del laboratorio, pero no estaban manchados. Estos eran otros tiempos para la fotografía. Después de revelarlas se fueron a comer quesadillas. A la niña de esta historia también le gusta comer antojitos. Mami era muy buena para conseguir novios. Algunas veces eran jóvenes, otras viejos. Algunos delgados y otros gordos. Pero siempre regresaba al cuarto con uno de ellos, o varios. Y la niña se dedicaba a tomarles fotos a todos. La niña pronto aprendió a distinguir entre un rollo de negativos y otro de positivos. Entre un proceso C-41 y uno de E-6. También aprendió a utilizar las velocidades y la sensibilidad de la película. Con el tiempo, sus fotos eran las de una verdadera profesional. Hasta llegó a comprarse un lente con estabilizador de imagen. De una u otra manera, Mami siempre tenía dinero. Algunos de los novios tenían sus cosas grandes, otros pequeñas, otros regular. Algunos la tenían torcida, otros desproporcionada. Antes de cumplir once años, la niña de esta historia ya los había visto de todas las formas y de todos los tamaños. Ella pensaba que así era la vida. El tiempo pasaba y su madre no se estaba haciendo más joven. Un buen día, mientras visitaban la capital, mami conoció a un hombre muy importante, de esos que sólo van a fiestas en casas grandes y que llegan en autos largos y oliendo a perfume. Este hombre era viejo, el más viejo de todos los que la niña hubiera visto jamás. Tenía la piel como el cartón en donde ponen los huevos del supermercado. Esa noche, en la fiesta, la niña, como siempre, se escondió en el ropero. Llevaba su pequeña cámara digital, silenciosa como las serpientes cuando se arrastran por la hierba. Se metió entre los abrigos y esperó. Estaba a punto de quedarse dormida cuando un golpe en la puerta la despertó. Era mami. Llevaba en una mano un vaso a medio llenar y en la otra iba colgada del cuello del anciano. La niña se puso el ocular de la cámara en el ojo, y luego esperó. Mami se dedicó a acariciarle su cosa al anciano. Luego se la llevó a la boca, como tantas veces la había visto hacerlo. La niña tomaba fotos. Luego mami dejó que el anciano se metiera entre sus piernas, y comenzó a gritar como tantas veces lo había hecho. Mami giró su cabeza y miró directamente a los ojos de la niña, luego sonrió. Esa fue la última vez que la niña vio la sonrisa de mami. Después de unos minutos, después que el anciano se había descargado dentro de la panza de mami, entraron cuatro hombres. Todos grandes y vestidos de negro. La niña se tapó la boca para no gritar, como tantas veces le habían dicho que hiciera. A la niña de esta historia le gusta ser buena. Los hombres amarraron a mami a la cama mientras el anciano se colocaba unos guantes de hule. El anciano no se molestó en vestirse. A los hombres de negro eso no parecía molestarles. Mami quiso gritar, pero ellos le cubrieron la boca. La niña quiso ayudarla, pero nunca salió del armario, como tantas veces le habían dicho. El anciano comenzó a cortar el cuerpo de mami con una navaja. Le gritaba que era una puta, que mujeres como ella no debían existir. Le decía que él iba a terminar con todas las de su clase. La niña tomaba fotos, una tras otra. Jamás dejó de hacerlo. Cuando mami tenía el rostro lleno de sangre, el anciano la roció con un líquido transparente que comenzó a quemarle la piel. Todo el cuarto olía a milanesas. Mami no gritó. No podía hacerlo. La niña de esta historia tampoco gritó. Ni tampoco vomitó. Cuando quería hacerlo se tapaba la boca, tal y como mami le había enseñado. Mami sobrevivió, pero nunca más pudo conseguir novios de la manera que solía hacerlo. Mami estuvo mucho tiempo con la cara vendada. Durante todo ese tiempo, la niña siguió tomando fotografías. Esta vez era de los doctores haciéndolo con las enfermeras, o de los pacientes haciéndolo con las enfermeras, o de las enfermeras haciéndolo con otras enfermeras. Vaya que la niña tenía talento para este tipo de fotos. Durante ese tiempo, la niña se hizo amiga del hombre que imprimía las fotografías. A pesar de que no hablaban nunca de la manera en que ella había conseguido las imágenes, a ninguno de los dos les hacía falta un tema de conversación para estar juntos. Y así, la niña comenzó a guardar copias de las fotos que tomaba. Sólo de las mejores. No pasó mucho tiempo para que se hicieran novios. Así fue como ella supo lo que era una hoja de contacto, y un proceso de revelado híbrido, y los megapixeles de una foto digital, y de lo que era la corrección de colores desde el original. También supo que se podía imprimir las fotografías en diferentes tamaños, y virar los colores a sepia o convertir las imágenes al blanco y negro. Desde luego, la calidad de su trabajo cambió. Mami salió del hospital después de un mes, con el rostro cubierto por una máscara de plástico y sin un centavo en el bolsillo. Mami no sabía hacer nada diferente a conseguir novios. Estaba desesperada. Así que recurrió a la única opción que le quedaba. La niña de esta historia conoció a su primer hombre a los trece años. Originalmente la niña había pensado que eso iba a sentirse bien. A mami parecía gustarle tanto. Pero no fue así. A ella le dolió como si le metieran el puño de Dios. El tipo no le tuvo compasión. Ella gritaba que se estuviera en paz, que la dejara, que ya no siguiera lastimándola. Pero el hombre nunca hizo caso. La tomó con fuerza de la cintura y la atacó sin piedad. Al final, la niña sangraba de en medio de las piernas. Y mami lloraba. La niña no pudo ponerse en pie por quince días. Durante todo ese tiempo mami nunca dejó de culparse. Una tarde, mientras la niña miraba la televisión, apareció en la pantalla una de sus fotografías. La reconoció porque en ella estaban los hombres de negro, el anciano de apariencia importante y en medio de ellos mami. La niña no supo lo que decían las personas en la tele, aunque por sus rostros supuso que decían cosas muy importantes. La niña sólo tenía su atención en una cosa; en que todos en el país miraban su fotografía. Tú también has de haberla visto. Apareció en todas partes. Una semana completa estuvo en la atención de la gente. No se hablaba de otra cosa. Los noticieros comenzaban y terminaban con lo mismo; las fotografías de la niña. Pero déjame continuar. La foto del hombre viejo salía en todos los programas. Las imágenes del hombre escapando comenzaron a ser habituales. Ella prefería ver las caricaturas. Lo último que supo es que el hombre había desaparecido del país. Luego todos lo olvidaron. Después la niña vio otra de sus fotos en la televisión. Esta vez se trataba de un escritor. Al menos eso decían. La imagen de mami debajo del hombre. La semana siguiente vio otra más, ahora era la de un hombre negro que trabajaba para algo de las naciones y que tenía a mami entre las piernas. Luego otra foto, y después otra, y después otra. Fueron muchas. La niña miraba las fotos y le gustaba esa sensación de saberse famosa aunque nadie supiera su nombre. Pero nadie la buscaba a ella. No señor. La gente de la televisión se preguntaba por la mujer que salía en todas las imágenes. Por esa mujer que parecía salida de la nada porque nadie sabía quién era. Seguro lo recuerdas. Pero mami se pasaba las tardes llorando. De vez en cuando se quitaba la máscara y se miraba el rostro chamuscado, y seguía llorando. La niña no encontraba manera de ayudarla. Si mami llegaba a mirar alguna de sus fotografías en la televisión, apretaba los puños y decía “se lo merece”. La niña prefería mirar las caricaturas. Un día mami ya no salió del baño. La niña se dio cuenta hasta que quiso hacer pipí. Tocaba y tocaba la puerta pero nadie le abría. Y se hizo a la mitad del pasillo. Los hombres de rojo abrieron la puerta con un hacha y encontraron a mami tirada en el suelo, con los ojos en blanco y la boca llena de pastillas. Toda la habitación olía a rata vieja. La niña no lloró. Dijo que mami ya lo había hecho por las dos. Y luego se fue a vivir con su novio. Ahora la niña ya no es niña, ha crecido y se ha convertido en mamá. En mi mamá. Y ahora soy yo quien se esconde bajo la cama, o en un ropero, o tras la puerta del baño de alguna habitación de motel. Soy yo quien ha tomado las fotografías. Tus fotografías. ** Carlos Wilfredo Trejo sol32_99@yahoo.com Escritor mexicano (México, D.F., 1977). Trabaja como encargado de compras en una compañía fotográfica. Su obra permanece inédita. === Reflexión de una época Rafael Batista Cáceres ==================== I Con un gesto sentencioso Reanimas, persistente, Un litigio casi inverosímil Con mi lengua. Me tributas trascendencia, Y cada sonido, Ya no sonido, Ya no sentimiento, Ya no sugestión Me invita a simbolizar Con ademanes largos Las palabras. II Parecemos símbolos, Cicatrices, manchas, Restos antropomórficos, Que a veces sin Léxico, Le donamos más Nombre, a nuestros Seudónimos cotidianos. III ¿qué perspectiva puede nacer De algún origen Humano? De esta dicotomía sempiterna En que el ser humano Sólo es, en virtud De su sexo, Una cópula genital. IV Transitamos la calle con dos ojos proscriptos; una boca extraditada; dos oídos vilipendiados; unas manos deportadas; y aún así nos piden libertad de expresión poética. V Impreciso sería pedirle A cuanto insurgente poeta Nazca, que para Sublevar su lengua, deba pagarle diezmos a doctrinarias sectas monacales. VI Recopilo soliloquios dentro de esta bohemia estructura humana. Renovando cada letra, Dislocando cada idea, Por un mero conflicto conyugal. VII ¿Qué hace con esta despacio? Ámbito limitado, donde El monólogo es la Única lucha fraticida, Y en donde lo único asequible Es mi propia carátula Impenitente. VIII Entre infligir e infringir Me hablas, y diferencio. Me infliges , y quedo absorto Por tu castigo. Me infringes y quedo absorto Por tu osadía. IX Me dices alquimista; Y si pudiera cambiar, Tu risa en barro, Tu voz en lluvia, Y tus hebras en fuego, Ya no me dirías Alquimista sino Alfarero. X Me aludes, y en este Obsoleto altercado De identidades Me allanas con la Fuerza genésica De tu lengua vituperada, Y la ternura profética De una pitonisa. XI Tienes una risa Esotérica, esa misma, La que escarnece Arremetiendo. La mía es de eremita Y vagabundo, Trovador impenitente, Ésta, la que se Esboza Excusándose. XII No sé si me parezco A mi linaje. Esa estirpe vernacular Y errátil. A veces me siento escrutado desde mi esperma advenediza hasta mi geriátrica pubertad de dos décadas. XIII La juventud, tribu nómada En sus inicios, Escudriña hasta el triste Nicho en que ha de Lamer Los restos de la Vida. XIV La Botella que tiras desata La embriaguez que mendigo. XV Escribo, y por delante, Tu báculo manifiesto Hiere la ya aprendida Lección. XVI Esta circunstancia bilateral En que abocados nos vemos, Con los rostros absueltos Por exegetas empedernidos. Aquí abrumado, con La desesperación acometiendo, Resultas ser el mejor epílogo de Todo mi contexto. XVII Hago de ti un acápite De recuerdos, Un prólogo de divergencias, Un exordio de aventuras, Saturando De toda mi inconstancia Este absurdo epílogo. XVIII ¿Cómo? Que sea acróbata Me pides lo obvio Sabes lo que es acoplar Mis inconstancias Adjudicándote mis temores, Admitiendo mis defectos, Adscribiendo toda mi propia Debilidad, Amedrentando mi libre albedrío, Para eso, pídeme Ser poeta. XIX Esta lengua sacrílega En la que la herejía No supera más La impenitencia Terrenal, En donde supedito Mis devaneos A tu indeleble huella. XX Me aferro a esta espera Con un dolor adyacente Uno, que se aferra En el costado. Supurando añejos Recuerdos. Tomando con albergue Ese exiguo cuarto En donde la soledad, Es sólo un mueble Cambiado de lugar. XXI No menoscabo Esta furia inveterada, Esta rabia hipotética, En donde lo único Incólume, Es esta sed continua y Relegada. XXII Debo introducir esta Rabia caduca, Cubriéndome la cara y Franqueando la vida, En donde este amor Traducido en vidrio, Trocado en carne, y acusado de hereje blasfema lo perdurable con risa burlona. ** Rafael Batista Cáceres lexraf@hotmail.com Escritor panameño (Panamá, 1974). Licenciado en derecho y ciencias políticas por la Universidad de Panamá (1999). Ha participado en diversos cursos relacionados con su carrera y otros intereses. === Historias de mujeres y ciudades Carolina Lozada ================== (Nota del editor: Historias de mujeres y ciudades es el título de un libro de relatos con el que la escritora venezolana Caroina Lozada [Valera, Trujillo, 1974] obtuvo mención publicación en el I Certamen de Narrativa “Salvador Garmendia”, en 2006. Hoy ofrecemos a nuestros lectores tres de los cuentos que componen el libro. *** Cabellos de libélulas Una mujer de piernas, de cabeza, de espaldas, de corazón. Una mujer de sombrero, de intuiciones, de sonrisas, camina por la calle, por la vida, por mis noches tejidas. Una mujer me espía desde el árbol, desde el balcón, desde la persiana a medio cerrar. Yo finjo no verla para permitir que me vigile mientras pienso en ella, en su talle, en su inconformidad, en su cabellera rota y en su corazón remendado. Ella observa atenta mis pasos, mi botella a medio vaciar, mi espalda recostada a la pared y mi mirada perdida en la nebulosa nocturna. Yo voy al baño, para permitir que ella se arregle el vestido que ha arrugado en su incomoda posición de espía, para dejar que retoque el carmín de su sonrisa y suelte las libélulas nocturnas que se han agolpado en su cabellera. Al cerrar mi cremallera oigo sus pasos ahogados en la sala de espera y siento el olor de sus axilas lampiñas despedirse de sus soledades aéreas. Al volver a la sala, ella se esconde tras la cortina de flores azules y estrellas enojadas. Yo recojo del aire sus libélulas incandescentes mientras ella descuida la punta de sus zapatos tejidos que se asoman altaneros y caprichosos desde la cortina corrida por el vuelo de las estrellas enojadas. Sola y desarmada, sin telón que cubra sus habitaciones, closets y gavetas, la mujer me mira desde su posición descubierta, yo me acerco y observo su rostro de laberintos y rayuelas. Ella me ve con sus ojos de luna eclipsada. Inmediatamente comprendo que me es imposible no ofrecerle una sonrisa de rehén enamorado de su captora. Ella cierra los ojos, suspira y levanta la cabeza, ofreciéndome el espectáculo de su rostro desenmascarado. Yo miro más allá de su rostro, su cuerpo, especialmente su cuerpo telúrico, colmado de volcanes y erupciones a punto de estallar en un gran vómito de mariposas embriagadas. Miro los senos que se esconden detrás de su vestido dulce y oscuro, husmeo los recovecos de sus caderas y piernas que se ofrecen velados por la tela celosa plegada sobre su piel, negándome la transparencia del desnudo. Al acercarme noto que gime como gata de jazmín, al tomar su cintura las libélulas comienzan a irrumpir por el balcón y reventar en colores la noche. Ella abre los ojos y sonríe mientras que desde su cabellera surgen libélulas floridas y estaciones vencidas que enceguecen momentáneamente mi mirada sobre sus labios. Tumbados sobre el sofá, en el centro de la sala, en mitad del silencio, en medio del revuelo de los insectos, nos acariciamos y entregamos al viejo juego de los amantes, justo en el centro, como un ritual mágico, en el centro de mi casa, en el centro de la sala, en el centro de su cuerpo. Afuera se oyen ruidos de aquelarre, las brujas acostumbran reunirse a orillas del río para danzar, embriagarse y conjurar corazones. Suelo oírlas desde mi balcón y a veces he llegado a intuir el sabor de su piel bajo la luna trasnochada. Esta noche cuando tengo entre mis brazos a la mujer cabellos de libélulas, el aquelarre ha sido más violento y escandaloso y al levantarme con la intención de cerrar la ventana del balcón, un millón de insectos floridos y risas hechizadas irrumpen, haciéndome perder el equilibrio. Todas revolotean alrededor de mi niña dormida, cuando trato de levantarme para echarlas de mi casa y de su cuerpo, la veo pararse desnuda y sonriente para escapar con sus piernas y cabellos de libélulas hacía el río, a reunirse con sus compañeras, en el aquelarre molesto por su ausencia. Ella escapa con sus pies descalzos y sus senos silvestres, perseguida por la nube de luces, dejándome la casa oscura y silente. Entretanto me siento en el balcón, despechado, a oírlas reírse de mí, de los hombres, de sus falos, de sus leyes. Ahora recuerdo que ella dejó su vestido y zapatos tejidos, al ir a buscarlos descubro que se lo han comido las polillas, igual como se están comiendo, en este momento, mi corazón. *** Historias vecinas Si la angustia no tuviera tantos meses, si pudiera huir de esta ciudad. Fito Páez y Joaquín Sabina. Acto I: Un hombre camina por la calle, salió a respirar un poco de aire, luego de estar resolviendo problemas matemáticos durante toda la tarde. Hace frío y el comercio está cerrando sus puertas. Se detiene al frente de una tienda de antigüedades y ve una cajita de música con una bailarina girando en el centro, inmediatamente piensa en su madre. Su madre alta y esbelta, frustrada bailarina. Entra al lugar y compra la vieja caja de música, le da cuerda y mientras ve el monótono movimiento de la bailarina, recuerda la alegría y vitalidad de su madre antes que la locura hiciera estragos en ella y la llevara al suicidio. El hombre siente un escalofrío y sale de la tienda. Acto II: Una mujer llega a su apartamento, luego de trabajar todo el día, abre la nevera y no encuentra más que el vacío de las bolsas desordenadas. Sale a buscar una pizza y unas cervezas. En su recorrido pasa al lado de un hombre que está parado afuera de un bazar de antigüedades. Entra a la pizzería que está al frente y ordena una pizza con mucho queso y aceitunas, se sienta a esperar su pedido y desde la ventana observa al hombre en la tienda darle cuerda a la cajita de música. La algarabía de unos comensales eufóricos por el triunfo de su equipo de fútbol le distraen la mirada. Y cuando vuelve la vista a la tienda, ya el hombre ha salido. Acto III: Una vieja miserable sentada en la acera pide limosna a todo aquel que pasa a su lado. Bendice a los que le dan una moneda y maldice a aquellos que pasan con indiferencia. Un hombre se le acerca, la mira, sin lástima, sin interés, sin piedad, y saca del bolsillo de su gabán una gastada caja de música, se la entrega a la vieja que lo mira extrañada. Sobre sus manos toscas y maltratadas, la bailarina comienza a girar pausadamente. La anciana sonríe ante la elegante pose de la muñequita. Acto IV: El servicio de la mesa ocho está listo, dice el cajero. Un joven con sonrisa McDonald’s se acerca a la mesa donde está la mujer esperando su pedido, la mujer paga y sale a la calle. Llega al edificio, llama al reumático ascensor y éste como siempre no funciona. Maldice y sube las escaleras, abre apresuradamente la puerta, el teléfono está reventándose. No llega a tiempo para responder, sólo puede oír el mensaje dejado en la contestadora: Hola amor, quiero verte, necesitamos hablar. Prometo no volver a golpearte. Estoy abajo del edificio, asómate al balcón. Descuelga el teléfono, abre la caja de la pizza y la lata de cerveza, algunas aceitunas ruedan por el piso mientras la mujer camina sigilosa hacia el balcón y se asoma furtivamente para evitar que la vea el hombre del jeep verde. El hombre que fuma neuróticamente y observa distraído a un hombre de gabán beige que pasa a su lado y se introduce en el edificio del frente. Acto V: El matemático sube seis pisos y llega a su apartamento. La gota de agua que sale de una de las llaves dañadas ha inundado el caótico lugar. Su escritorio está invadido por fórmulas inconclusas. Desde el espejo lo observa la fotografía rota y remendada de una mujer. Invadido por la inundación se recoge en el sillón y pone el mismo disco de siempre. Se sienta al frente de la fotografía y recuerda la alegre tarde en que la tomó, fue en un parque y ella estaba vestida de azul. Pero también recuerda la tarde que lo abandonó, argumentando que estaba harta de la precariedad en que vivían y de su improductivo y abstracto pensamiento matemático. Desde ese día no volvió a pagar las cuentas, que se reproducen desconsideradamente, esparcidas por todo el lugar. Ahora toma una pistolita de agua y dispara contra la fotografía. Acto VI: La mujer se había quedado dormida frente al televisor, el ruido impertinente de una bocina furiosa la despertó abruptamente. Sabía que era él. Cerró la puerta con llave, asustada por el estado demencial del hombre. Abajo, el hombre discutía con el conserje para que lo dejara subir. El conserje se vio obligado a llamar a la policía. Ésta llegó dispuesta a llevárselo por perturbaciones del orden público. Aterrada, la mujer se arrinconó en su cuarto. Acto VII: Obsesionado por la idea de otra dimensión, el matemático tomó su cuaderno de notas, dibujó un moebius y escribió: Estoy convencido de que el otro lado existe. Se asomó al balcón, sonrió, tomó aire y se lanzó. En su habitación la música siguió sonando y la gota de agua cayendo. Acto VIII: Cuando los policías se disponían a meter al hombre esposado a la patrulla, vieron estremecidos un cuerpo en caída libre desde un sexto piso. Inmediatamente se produjo el tumulto público. Las fuerzas de seguridad trataron de despejar el lugar de curiosos. La mujer baja corriendo las escaleras, mira con ojos de desprecio al hombre apresado. Luego se acerca al cuerpo sin vida y reconoce al hombre de la cajita de música. Se aleja perturbada. La patrulla pasa a su lado y el hombre del asiento trasero la mira con ojos suplicantes de perdón. Ella pasa invisible entre los curiosos, se mete en su apartamento. Se aproxima a la nevera, saca una cerveza, la destapa y se asoma al balcón. Labios de charol Las trenzas y el vestido de colegiala delataban sus catorce años recién cumplidos, pero su desplante y actitud provocativa insinuaban su mordaz precocidad. Dos veces al día pasaba por la calle de mi zapatería, una de ida y otra de vuelta del colegio. Yo la esperaba con mis manos temblorosas y mi sonrisa enajenada. Ella sabía que me enloquecía su porte desgarbado, puente entre la infancia y la adultez. Se paraba al frente y al ver mi torpeza ante su presencia, pegaba sus labios a la vidriera dejándome un beso empañado con olor a cuadernos de señorita y a notas reprobadas. Pasó el tiempo, el negocio empezó a andar mal, los precios de la gasolina y de la vida aumentaron desmesuradamente. La ciudad se llenó de protestas, luego vino el Caracazo y la furia masificada sólo me dejó la vidriera rota sin sus besos marcados y los zapatos de colegiala regados por el piso, sin su otro par. Cerré la zapatería y envejecí. Creo que ella también creció. Pero a pesar de las cataratas y la angustia de la vejez sin pensión, aún no consigo olvidar sus labios de charol. ** Carolina Lozada natalia_linacero@hotmail.com Escritora venezolana (Valera, Trujillo, 1974). Licenciada en letras mención lengua y literatura hispanoamericana y venezolana (Universidad de Los Andes, ULA, http://www.ula.ve, Mérida). Ganadora del I Certamen de Relatos Breves “El País Literario” (Madrid, 2005) y del Certamen de Narrativa “Oswaldo Trejo”, convocado por el Instituto Merideño de Cultura (Mérida). Mención de honor en el II Concurso de Narrativa “Antonio Márquez Salas” de la Asociación de Escritores de Mérida (Mérida, 2005). Mención publicación en el I Certamen de Narrativa “Salvador Garmendia” (Caracas, 2006). Ha realizado trabajos de investigación literaria para la ULA. Correctora de estilo en diarios regionales. Actualmente forma parte del taller de narrativa del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.org.ve), impartido por el profesor Luis Barrera Linares. === Poemas Livia Díaz ================================================ *** Tres corazones tiene nuestra tierra Tres corazones tiene nuestra tierra uno, su capital, adonde el ave, el río y la molienda. Otro de la risa y del jolgorio, la música y la fiesta. Y uno más, que trabaja y que construye; que fabrica y que tallan nuestras manos. Reto del Totonacapan. Columna vertical del comunero. Oscura carne, hermosa lengua. Hierba y raíz. Pendón, eslabón y túnel. Hoy, que soy de fuego y carbón, te escribo: Vainilla palabras que salen de mis manos. Las que humildemente, y en silencio, se apalabraran con tu cuerpo verde y frágil; fuerte y eterno. Es en ti, que el sentido de las cosas crece sobre la Sierra Papanteca. Año con año, te nos regalas y te nos brindas; esmerilando el futuro de los campesinos, de los productores y de nuestros pueblos. Con esos tres corazones con que te amamos canto. Eres el pájaro que al sol, sentado en una rama de Chaca, ve crecer sin permiso y hacia el cielo. Lánguida, sin prisa. Donándonos tu sangre negra, tu sangre tierra dulce, y olorosa, de amor. (Este poema obtuvo el 2º lugar en el Recital Poético de la Expo-Feria Regional de la Vainilla 2006). *** Álex arco iris Álex azul rojo Álex. Amarillo ámbar reluce Álex en el cuello negro de labor blanca. Verdea Álex mi Álex violeta de tarde gris. *** Reflexiones Madrugada, aquí es invierno arde mi casa. Como la prisa que llevo adentro sin darme cuenta: Sueño la cama, el hogar lleno, olor a tiempo. Sales del alma, brotas del borde de mis recuerdos. Mis pechos crecen y mis pezones como un lamento besan tu boca, pálida henchida a su tormento. Bebemos leche, profunda, amarga como los dulces. Salgo contigo, sales conmigo saldamos juntos. Extensa y honda como la noche suspira el alma. Y me amaneces si me recuerdas azul profundo como arco iris, que pinta y pone color al mundo sin un reproche. ** Livia Díaz lapoesianosevende@hotmail.com Periodista, poeta y promotora de lectura mexicana (México, DF, 1965). Radica en Poza Rica, Veracruz. Expositora en la Sociedad Argentina de Escritores (Sade), Gualeguaychú (2001) y en la Casa de Teatro de Santo Domingo, República Dominicana (2003) con los murales “La poesía no se vende”. Ha participado en encuentros de escritores en Hermosillo, Zamora, Huajuapán de León, Tuxtla Gutiérrez y Papantla. Cofundadora de la Red Nacional de Periodistas y de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género. Integrante del Parlamento Hispanoamericano de Escritores, el Movimiento Internacional de Metapoesía y el Movimiento de Omnipoesía. Cocreadora del portal de artistas hispanoamericano Microclim (http://communities.msn.es/Microclim). Textos suyos han sido incluidos en las antologías Voces sin fronteras (Éditions Alondras, Montreal, Canadá, 2006) y Voces metapoéticas (Ediciones MIM, compilador Joel Almonó, Masachusets, EUA, 2004), así como en revistas y periódicos regionales; revistas virtuales y portales de literatura. Ganadora del primer lugar en los Juegos Florales de Papantla “Corpus Christie”, 2002 y mención honorífica en el Concurso de Poesía Romántica Pleamar (Argentina, 2001). Mantiene una bitácora personal en http://www.blogia.com/lapoesianosevende. === No tiene por qué enterarse Pablo Hernández Pérez ================= –Alfred no tiene por qué enterarse. Le ruego me escuche un minuto más antes de tomar una decisión precipitada. Yo amaba a mi marido. Es cierto que Alfred tenía dificultades para decir la verdad, y que aquello le metió en algunos problemas, pero no era un mal esposo, se lo aseguro. Si le hubiese conocido al principio comprendería todo y ahora yo podría servirle una taza de café y saldar esta situación de la manera más civilizada posible. Pero deje al menos que le explique. Ya me lo había advertido mi madre el día de la boda. “No te cases con ese tipo, querida”, me dijo. Pero yo no le hice caso y me fui a vivir con él a un modesto apartamento. Al principio todo fue bien. Yo servía mesas a media jornada en una cafetería, y él encontró trabajo en un establecimiento de venta de ordenadores. Me dijo que le iban a pagar muy bien y que pronto podríamos cambiarnos a un apartamento más grande. Yo estaba muy entusiasmada con eso. Cuando llevábamos cuatro meses casados me llamó una amiga y me dijo que había visto a Alfred en compañía de dos mujeres muy llamativas. Yo no la creí, claro. Luego una mujer telefoneó a casa y preguntó por mi marido. Alfred estaba trabajando, así que le llamé a la tienda para explicarle lo ocurrido. Uno de los empleados cogió el teléfono y me reveló que Alfred ya no trabajaba allí. “La empresa no va a presentar denuncia por el robo, pero será mejor que su marido cambie de hábitos, señorita”, dijo. Yo me dije que aquello debía ser un error, que mi Alfred jamás haría una cosa así. Si no me había comunicado nada habría sido para no preocuparme, por supuesto. Así pensé yo que era mi marido. Por la noche, al llegar a casa, dejó el maletín en la mesa y vino a la cocina a darme un beso. Siempre lo hacía, pero hasta aquella noche no noté el aroma de mujer en su cuello. Yo confiaba en mi marido, así que no le di importancia. Le dije que había llamado a la tienda, pero antes de continuar él admitió haber dejado el puesto, alegando un malentendido con sus jefes. Yo le creí, como siempre. Al día siguiente se levantó temprano explicando que tenía una entrevista muy importante. Le hice unos huevos fritos para desayunar y después se marchó. A media tarde me encontraba yo sirviendo en la cafetería y él se presentó allí con una larga sonrisa. “He encontrado un trabajo mejor, cariño”, me dijo. “Estaré un tanto ocupado por las noches, pero me pagarán muy bien”. Me sentía feliz, pero me pareció un poco enigmático todo aquello. Alfred compró algunos trajes aquella semana, algunos de ellos muy caros. Dijo que era una especie de relaciones públicas y que iba a colaborar con una gran compañía. Un día, cuando registraba un bolsillo de su pantalón antes de meterlo en la lavadora, encontré la tarjeta promocional de un club. En el anverso había algunos teléfonos junto con varios nombres de mujer. Le pregunté de dónde la había sacado y me contestó que era una broma de un amigo. ¿Por qué no iba a ser cierto?, me dije. Pero deje que le explique más, por favor. Una vez me dijo que debía viajar fuera de la ciudad para atender a unos clientes importantes. Dijo que sólo sería un día y que por la mañana estaría de regreso. Por la noche le llamé a su teléfono móvil y me sorprendió mucho que contestara una mujer. Dijo que era una compañera, pero a mí me pareció que estaba algo bebida. Prometió hacerle saber a Alfred que había llamado y colgó. Por la mañana, antes de que él regresara, encontré una nota en el buzón. Alguien había escrito la cifra 10.000 con tinta roja. Cuando Alfred llegó a casa le conté lo sucedido y me dijo que no me preocupara, que con toda seguridad sería de algún vecino molesto por algo. Pero a la semana siguiente, al regresar de la cafetería, le encontré haciendo las maletas; me dijo que nos marchábamos, que había encontrado un apartamento más grande y más barato. Yo estaba todavía preocupada por la nota, pero él reía mientras recogía algunas cosas más. “Tendrás que dejar tu trabajo de camarera”, dijo. “Además, estoy ganando mucho dinero en este nuevo trabajo”. Tres horas después nos habíamos trasladado a la otra punta de la ciudad. Escúcheme. Un lunes, mientras ordenaba un armario en el cuarto de los trastos, hallé una caja de zapatos en el último estante. Como me parecía que yo no la había dejado allí me subí a una silla y la bajé hasta la mesa. En su interior encontré un cuchillo envuelto en un pañuelo teñido de sangre. Me preocupé terriblemente. Me disponía a dejarlo todo tal y como estaba cuando él entró a la habitación y me sorprendió. “Mi auto chocó con un ciervo durante el último viaje”, dijo. “Una de las patas quedó trabada en la barra de protección y tuve que utilizar ese cuchillo para sacarla”. Yo le creí. Por la noche volvió a marcharse de viaje y esta vez dijo que tardaría una semana en volver. Por la mañana, mientras pasaba la aspiradora debajo de la alfombra, encontré una baldosa rota en el suelo. Me agaché para comprobar el daño y observé que debajo de ella había un hueco. Logré apartarla y encontré varios fardos de billetes. También hallé un revólver dentro de una bolsa de plástico. Me quedé paralizada. Entonces comencé a sospechar que mi marido estaba ocultándome algo. Así que cuando regresó a casa el viernes le dije: “Tenemos que hablar, cariño”. Pero él debió sospechar que había encontrado su escondite y se puso furioso. Comenzó a insultarme y dijo un montón de cosas desagradables acerca de mi atracción por el fisgoneo. Así que por primera vez le vi furioso de verdad. ¿Sabe lo que hizo? Corrió la alfombra, sacó el revólver y me encañonó con él mientras seguía faltándome y empezaba a abofetearme la cara. Creí que iba a matarme, pero entonces alguien golpeó la puerta y Alfred guardó el arma en el pantalón y corrió hasta la escalera de incendios. Quien fuera que llamaba debió percatarse de esto, porque los golpes cesaron de pronto y oí un ruido de pasos rápidos en el pasillo. Yo cogí el dinero del hueco del suelo y me marché de allí diez minutos después. No le volví a ver. Bueno, a excepción de en la prensa, claro. Un tiempo después me enteré que Alfred se había metido en política, y empecé a escuchar su nombre en los medios de comunicación. Entonces me encontré a una antigua compañera de la cafetería donde trabajaba y me dijo que un tipo había estado preguntando por mí. Me asusté muchísimo al escuchar aquello, por supuesto. El año pasado Alfred se presentó a las elecciones para la alcaldía de la ciudad y salió elegido. Yo cambié de nombre, como ya sabe, y me mudé a este lugar. Pero ya veo que no ha servido de gran cosa. Esta mañana le vi a usted en su auto. Hacía como si mirara a otra parte, pero yo sé que me vigilaba. No sé cómo me ha encontrado, ni cuánto le paga mi marido, pero le aseguro que no tiene por qué hacerlo. En la otra habitación tengo un bolso lleno de dinero. Podríamos llegar a un acuerdo si lo desea. Y ahora se lo pido por favor..., ¿quiere hacer el favor de bajar el arma y aceptar una taza de café? Se nota que es usted un hombre solitario. Yo también estoy sola, y no tengo muchas ocasiones de hablar con la gente. Si usted quisiera podría pasar aquí la noche y juntos podríamos encontrar una solución a este problema. Tal vez podría llamar a Alfred y decirle que todo está arreglado ya. Mañana podemos tomar el tren de las cinco e irnos muy lejos de aquí. Nunca me han gustado los hombres con trabajos raros, pero sé que usted podría cambiar de empleo e iniciar una nueva vida. Alfred no tiene por qué enterarse. ** Pablo Hernández Pérez inane3000@hotmail.com Escritor español (Valencia, 1978). Su cuento “La cita de Laura” ganó el concurso Expresa Relatos 2003 (Marmolejo, Jaén) y fue publicado en una revista local junto a los ganadores de años anteriores. === Poemas Karol Arcique Córdova ===================================== *** La lluvia y la flor El último pétalo cayó, ya la flor dejo de ser flor. Ahí sólo queda el fruto que crece, se expande, y desborda la semilla se desploma a la tierra fértil o estéril, se arraiga a ella en raíz, corteza, hoja y de nuevo flor. Entre tiempo y tiempo, la lluvia se desliza para apagar la sed de la tierra y penetrar entre la savia y la corteza. Sólo ella, la lluvia, es capaz de perpetuar lo que la flor inició. *** No apta para cardiacos Confieso que no me faltan los arrebatos, esos de madrugadas en camas extrañas, ni me sobran los silencios que se van acumulando como el polvo en la ventana. Suelo abrir los ojos al amanecer, aún sin haber dormido y no los cierro al ocaso; también tiemblo ante lo incierto y aún así no evito aventarme, como caída libre a mar abierto. Si me preguntas qué me gusta más, te diré que un café, un orgasmo un atardecer, un viaje sin planificar y la sonrisa de mi hija. Hay mañanas que no soporto la luz del día y hay noches que quisiera volverme brisa. Soy inconsistente, inofensiva, imprecisa, como la montaña rusa derivo entre el ras del suelo y la cima. Si aun así te animas, de antemano te aviso que una vez arriba no vale bajarse. *** Demora Dime ¿Cuántas veces la caída es necesaria para saber que ha sido suficiente? ¿A dónde se fue aquella melodía embriagante? Se llevó una a una las horas y la imagen grabada en una vidriera de esta ciudad extraña; de matices grises y aromas densos, desbordante de rostros diluidos, desbordante de ausencia Dime ¿Cuál es el tiempo exacto para olvidar? Y dejar de mirar con ansias ese mar que cada vez demora sus olas y con ellas la sombra de lo que no es o la esperanza de lo que puede ser. ** Karol Arcique Córdova karcique@hotmail.com Escritora mexicana (San Francisco de Campeche, Campeche, 1979). Bióloga, ha trabajado en proyectos de investigación sobre ecología en fauna silvestre. Actualmente colabora con la Universidad Autónoma de Campeche (http://www.uacam.mx) en la edición del Atlas de ordenamiento territorial y ecológico del municipio de Campeche. Mantiene inéditos los poemarios Evocaciones silvestres y Génesis de un verbo. === Alicia José Ramón Plens ========================================== Abrí la puerta del coche, me senté, coloqué con cuidado las llaves de casa en la guantera, me acoplé el cinturón de seguridad; con delicadeza me puse las gafas de sol, escogí un Cd de los Rolling Stones. Empezó a sonar “Angie” y arranqué el vehículo. Me encontraba gratamente nervioso, placenteramente inquieto, una feliz nostalgia atrapaba con rabia mi alma. ¿Qué aspecto tendría Alicia después de 30 años? Ella fue el amor adolescente. Empezamos a salir en el año 1975, apenas teníamos 16 años, yo estaba en COU y ella estudiaba secretariado en la academia Cots. Todas las tardes la esperaba enfrente de la academia, miraba con frecuencia mi reloj empujando con fuerza las manecillas para que marcaran las ocho. Estos minutos de espera provocaban en mí una tierna excitación. Cuando por fin salía, nos cogíamos suavemente de la mano y andábamos rambla arriba, apenas nos dirigíamos palabra, no eran necesarias, ella era yo, yo era ella, nuestro interior se convertía en un alboroto desordenado de sentimientos, a medida que íbamos llegando al final de la rambla nuestros pasos se volvían más presurosos, el verde banco de madera de la Plaza de San Lorenzo nos estaba esperando; allí nos sentábamos y nos besábamos, sólo nos besábamos, eran besos derrochadores, besos que hablaban, que escudriñaban con avidez los recovecos del amor, besos que lloraban porque no eran capaces de llevarnos más allá, eran otros tiempos. De vez en cuando alguna vecina de la plaza nos recriminaba ásperamente nuestra nítida actitud amorosa. Alas 10 de la noche la dejaba en su casa. Y yo, exultante, me iba a la mía esperando con ansiedad la llegada del día siguiente. Recuerdo especialmente una noche en la falda del castillo, Alicia tenía reclinada su cabeza en mi hombro, una espléndida y cómplice luna alumbraba lo justo para vernos sin ser observados, entonces, no sin cierta inquietud, desplacé lentamente mi mano hasta posarla con suavidad sobre sus pequeños pechos, pasados unos segundos me atreví a liberarlos de su sujetador rosa; tiernamente acaricié aquellas tetas menudas y firmes. Fueron apenas unos minutos que se han prolongado en mi interior hasta el día de hoy. Los días iban pasando y todo marchaba bien. Acabé COU y me matriculé en económicas, para ello me tuve que desplazar a estudiar a Barcelona; en aquellos tiempos, en Lérida, no existía dicha facultad. Y fue entonces cuando se acabó. Al principio nos carteábamos a menudo, pero al cabo de poco tiempo dejé de contestar a sus cartas; el bullicioso ajetreo de la gran ciudad, los tripis, las anfetaminas, las lujuriosas noches en los “Enfants Terribles”, me envolvieron en una vertiginosa espiral de experiencias nuevas que me hicieron olvidar de Alicia. Y, ahora, después de tantos años, la volvería a ver. El día anterior me llamaron por teléfono, era ella, al principio me quedé sorprendido, después me sentí como un niño. Me contó que estaba en Alicante, lugar donde yo residía hacía ya 20 años, que me había localizado a través de mi hermana. Después de cruzarnos algunas frases sin sentido, en realidad sólo quería oír su voz, quedamos en vernos al día siguiente en la terraza de la cafetería 1890. Aparqué el coche, “Angie” seguía alimentando mi añoranza divina. Me acerqué a la cafetería, y allí la reconocí; estaba sentada en una mesa, su frágil cuerpo y su expresión sencilla habían sorteado con éxito el paso de los años. Pasé por delante de ella; no se percató de mi presencia, yo llevaba puestas las gafas de sol y, sin duda, el paso del tiempo y mi desordenada vida me habían envejecido. Así que no me reconoció. Opté por sentarme en la mesa de al lado, pedí un café; mientras lo tomaba la observaba con disimulo; ella miraba nerviosa a un lado y a otro, delante y detrás, pero no me localizaba. De pronto pedí la cuenta, pagué el café, me levanté y con paso raudo me encaminé hacia el coche. Puse de nuevo a los Stones, pero esta vez no me hablaba la sutil “Angie”, Mick Jagger escupía con fuerza que no podía conseguir satisfacción. Mi móvil sonaba una y otra vez, era ella. Lo desconecté. Era el amor adolescente, y así quise que siguiera siendo. ** José Ramón Plens jrplens.flexiplan@eulen.com Escritor español (Lérida, 1956). Trabaja en el área de recursos humanos. Relatos suyos han aparecido en publicaciones impresas y en línea. === Poemas Amparo Osorio ============================================= *** Derrumbe Se acumulan los días, los años la erosión de la vida nos echa encima su balandra y vamos hacia el despeñadero. Pasa la sombra... pasa y mira y vuelve a acomodarse. Una luz de farol bordea la penumbra. Es la ciudad: me digo. La sombra se adelanta no quiere compartir mis pensamientos pero lee la esquina, los escombros los pasos solitarios y el eco de esos pasos mucho antes que sorprendan a mi cuerpo. El funerario pájaro del tiempo aletea en el aire. Las ruinas del amor se precipitan. Quiero cerrar los ojos. Quiero que sólo el viento pase y nos lea el poema de la errancia, que nos diga al oído sobre la honda pena que hoy irrumpe en el alma del saxo. que el viento, SÓLO EL VIENTO... *** Igual muere la huella El viento esculpe rostros y tú que vigilas la hierba desconoces ahora los indicios de toda eternidad. Fuera de ti no hay raíces posibles. ¿Cómo nombrarte sin que crezca la muerte? *** Resurrección Caminaré de nuevo. Levantaré las ruinas de mi casa y las ruinas de mi corazón. Me vestiré de alas y de soles de presencias amadas. Hallaré en otros labios aguas para mi sed y en otros ojos prolongaré caminos. Yo signada de viento desafiando conjuros... CEÑIRÉ NUEVAMENTE MI RELÁMPAGO. *** Inventario Nada fue tuyo. Sólo imaginaste una casa y la luna. El fuego vacilante de la llama. La mensajera noche alta en la soledad de tus estrellas La sombra perfecta y fiel dictando el paso de las constelaciones. La música del agua... Ahora lo sabes. Palidecen las manos. Miras el tiempo de tu cuerpo, el tiempo de los ríos, el tiempo de las ruinas. Basta que quisieras dormir sin pronunciar la última palabra. Que sólo desearas ya no mirar y desatar los brazos. Sólo eso bastaría... PERO NO SABES CÓMO. *** Estación profética Crepúsculos ajenos destinos vanos presentes irreales ¡Desperdicio! Nada pueden mis ojos cambiar. Ni las palabras dichas o calladas ni el rostro de la muerte inventariado en los pliegues de la sombra. Olvidos. Cientos de olvidos y húmedas crisálidas —guardianas de las tumbas— avanzan a pesar de mi sollozo. Se cumplen los relojes con su cuota de espanto. ** Amparo Osorio amparoiosorio@yahoo.es Poeta colombiana (Bogotá, 1951). Ha publicado los libros de poesía Huracanes de sueños (1983); Gota ebria (Ediciones Embalaje, 1987); Territorio de máscaras (Hojas Sueltas, 1990); Migración de la ceniza (Editorial Magisterio, 1998); Antología esencial (Colección Los Conjurados, 2001) y Memoria absuelta (Universidad Nacional de Colombia, http://www.unal.edu.co, 2004). Es editora de la revista Común Presencia y coordinadora editorial de la colección internacional de literatura Los Conjurados. Varios de sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, italiano, portugués, húngaro, alemán, ruso, sueco y rumano. Obtuvo la primera mención del concurso Plural de México (1989) y la beca nacional de poesía del Ministerio de Cultura (http://www.mincultura.gov.co, 1994). Ha representado a su país en varios encuentros internacionales de literatura, entre los que destacan Argentina, Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador, Puerto Rico y México. === Cardiaca ============================================================== === Historieta sobre el corazón Angélica López Gándara =============== Era un pequeño vaso cuando hizo su primera contracción. Eran los principios de un embrión. Un saquito pulsante a las tres semanas de gestación. Sí, a los veintiún días dio su primer latido, y a los cuarenta días se oyeron sus primeros sonidos a través del aparato llamado fetone. ¡Ruf, ruf, ruf! Aquéllos eran los balbuceos del rudimento cardiaco; ciento cincuenta veces por minuto. Luego creció y fue expulsado a los nueve meses de la cavidad uterina. Le llamaron Corazón Humano y sus latidos disminuyeron casi a la mitad, setenta y dos por minuto. En algunos casos su último latido se daba a los noventa años de edad, o más. De él dicen los libros médicos que es un músculo hueco que funciona como bomba sanguínea. Día a día, sin descanso, lleva y trae a todo el cuerpo cinco litros de sangre por minuto. Se le han hecho autopsias, radiografías, ecocardiogramas, fotografías y dibujos. Por eso en el esquema anatómico normal se ve que el corazón viene a la izquierda del tórax. Aunque se han dado casos en que su posición es derecha y le denominan dextrocardia. La mitad derecha se colorea en azul; es la sangre sin oxigenar que es recogida de todo el cuerpo a través de las venas cavas que entran en la aurícula derecha. De rojo, la otra mitad, la sangre oxigenada que viene de los pulmones y llega a todo el organismo por medio de la arteria aorta que sale del ventrículo izquierdo. Ya sabemos; la izquierda se tiñe de rojo y la derecha de azul. También aquí. Una víscera hueca de la que los textos literarios aseguran que es como ninguna, pues este órgano siente, sufre, se estremece, se aprieta, se alborota se enamora, odia y es feliz. Puede ser también Un corazón sencillo como la novela de Flaubert. El músculo cardiaco de constitución de piedra, de hierro, de mármol, de cristal o de madera. Corazón de pollo o de león, como el de Ricardo. Y don Quijote, un Corazón soñador, es quien le pregunta a Sancho Panza: ¿De qué lloras corazón de mantequillas? ¿Quién te persigue o quién te acosa ánimo de ratón casero o qué te falta, menesteroso en la mitad de las entrañas de la abundancia? Porque hay que recordar los Proverbios 17.22: El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos. Pinta con un adjetivo el corazón y pintaras de cuerpo entero a cualquiera. Setenta y dos latidos por minuto. A veces con el ritmo perdido, y será una arritmia y le prescribirán antiarrítmicos. A veces acelerado y eso será taquicardia. Diminuyó el paso y le diagnosticaron bradicardia. ¿Persistió a cuarenta por minuto? Entonces le pondrán atropina. ¿Y si no?, le colocarán un marcapasos transitorio y después uno definitivo, tal vez el que se nombra de tres cámaras y de muchos pesos y se quedará pobre. Pobre pero con las pilas puestas marcando bien el paso: lup, dup, lup, dup... la onomatopeya del pálpito; de la sístole y la diástole, que es lo mismo que decir la contracción y la relajación de las dos aurículas y los dos ventrículos. Corazón que no ve, corazón que no siente, o que no se quiebra. Tengo el corazón roto. ¡Ay! que dolor. Te lo entregué y me lo regresas hecho pedazos. Te duele porque tienes angina de pecho. Dolor opresivo retroesternal, que se irradia a hombro izquierdo y cuello con sudor y angustia. Ecocardiograma, prueba de esfuerzo, cateterismo de las arterias coronarias. Tal vez hay que operar y poner puentes coronarios (un by-pass) o un stent, es decir una malla o férula en las arterias coronarias. No fume, no tome alcohol, no consuma colesterol, baje de peso, camine todos los días, no tenga emociones fuertes. ¡No viva! El electrocardiograma hecho de puras ondas eléctricas PQRST, desniveles de las ondas S-T y enzimas cardiacas elevadas. No entiendo nada. Doctor, ¿que no le sabe explicar a un corazón infartado? Corazón de arterias tapadas que no nutren el músculo-bomba. Corazón insuficiente, le daremos digital. Disminuya la dosis porque ya se intoxicó y vomitó y el electrocardiograma se alteró. Corazón grande o con cardiomegalia: en algunos casos el transplante es la única solución. Pero éste no es insuficiente aunque esté crecido, es grande por su capacidad de amar. Claro está, que los amores después de los cincuenta no deberían contraponerse sino complementarse. Corazón de sinvergüenza que se cree muy suficiente para amar. Corazón de quinceañero dice el médico; poco ingenio y demasiado halago. ¡Ah! misterioso corazón. Tan aburrido que a veces pareciera el de la ballena gris a cinco latidos por minuto. Pero qué emoción cuando te veo, mi corazón casi se siente a quinientos latidos por minuto, como el del colibrí cuando descansa. Sin ti muero. No podré vivir si me dejas. Mitos, puros mitos. ¿Dónde estás, corazón?, no oigo tu palpitar. Ya no se oye porque hasta aquí llegó, hasta la línea isoeléctrica, línea recta sin ondas. Cayó en paro cardiaco. Rápido, rápido, vamos a darle maniobras de reanimación cardiopulmonar: masaje, respiración artificial, tres apachurrones en el pecho y un soplido en la boca. Hay que administrarle adrenalina y bicarbonato, hay que aplicarle cardioversión con electroshock. Ya pasó media hora. Las pupilas se han dilatado. Las pupilas en midriasis. Ya no responden a la luz, señal de muerte cerebral. Piel lívida y fría, señal de muerte total. ¡Paren todo esfuerzo! no hagan nada más. El hombre debe saber quitar las manos cuando Dios ya puso las de Él. Ni modo, calló para siempre. Hicimos lo que se pudo, se nos fue. Adiós, hasta luego. Que Dios te reciba en su Santo seno, ¿o no? Bueno, tal vez hasta nos veamos pronto. Dicen que: somos nada. ¿Somos nada? ** Angélica López Gándara lopgan@yahoo.com Escritora mexicana (Francisco I. Madero, Durango). Reside en Torreón (Coahuila). Es médico general y ha asistido a múltiples cursos y talleres sobre literatura. Es colaboradora regular en la revista Siglo Nuevo y tiene inéditos los libros Palabravejera y otros relatos y Nueve ensayos rápidos. === Poemas Tomás Salas =============================================== *** A un amigo Saber que está aquí no mitiga un ápice la sinrazón del mundo ni quita un gramo de dolor a este montón de tiempo; pero tenerte cerca me hace llevadero este trance. (Sobre todo ahora, cuando estoy en la última etapa de mi vida y sé que moriré en los próximos 100 años.) *** Juan Ramón Jiménez Has creído, maestro, en la ficción de que a cada cosa corresponde su palabra. Has creído que la lengua sea un fidedigno mapa del mundo: platónica falacia. En un nunca acabar de barajar vocablos has buscado la Forma Pura tras la nada. Tu vida toda ha sido bregar en esa brecha de ver a la Esfinge del silencio derrotada. La tuya ha sido una lucha sin principio, ni fin, ni tregua, ni esperanza. Álora, mayo MMVI (L aniversario de la concesión del Premio Nóbel) *** Digo tú (I) Digo tú y es como si el tiempo no fuese un río de lava ardiente que me arrastra hasta el silencio, sino eterna vuelta a la evidencia de que existes. Digo amor y es como si fuese real ese ardor de la punta de mis dedos que quema cuanto toco, que derrite el hielo de la muerte en un instante. Digo muerte y quedo como mudo. Digo mundo y dejo la palabra taladrada por túneles sin fondo. Digo fondo y dejo que se callen todos los pájaros del mundo. *** Digo tú (II) Digo tú y es como si el tiempo digo amor y es como si fuese digo muerte y quedo como mudo digo mudo y dejo la palabra taladrada por túneles sin fondo digo fondo y dejo que se callen a un tiempo los pájaros del mundo. *** Esperanza Como el náufrago metódico que contase las olas que faltan para morir... Luis Rosales Aunque vivir es ir perdiendo todo lo que amamos, me aferro a la esperanza como el náufrago que mirase otra vez el horizonte, apenas ya en un hálito de vida, y cerrase sus cansados ojos y buscase la luz, ahora, dentro de sí mismo. *** Oración de las minucias Tú que has creado Todo de la Nada y riges las órbitas de los astros con tu mano celeste y compones las notas del canto de los pájaros, cómo puedes ocuparte de lo que a mí me ocupa, pequeñas minucias que no sé si te alcanzan. Que mi hijo apruebe la pendiente. Que este lunar no sea nada malo. Que mi padre sane de su infarto y vuelva a casa. Que no me suban mucho la hipoteca. Que el trabajo no falte (ni tampoco sobre). ¡Cuántas cosas pequeñas para alguien tan grande! Perdona, Señor, nuestras minucias como también nosotros perdonamos al amigo que no llama a la hora de la siesta o al que cuenta por enésima vez su mili o al que narra sus achaques con profusión de datos clínicos. Todos son tu Imagen viva; y se merecen el perdón, pero no sé por qué tuviste que hacerlos tan latosos. Tú, Señor, que tienes el copyright de este extraño invento con alma, no te olvides de que las minucias son para nosotros lo que más importa, aunque parezcan, a tu grandeza, un poco impertinentes. Son el pobre barro del que está hecha esta vasija; y Tú, el autor de la ocurrencia, algo tendrás que ver en este asunto. *** Perdido Que sólo sé que no sé nada es obvio y ya se sabe. Pero hay algo peor que me pasa y que no sé por qué me pasa: aún no sé quién soy. *** Ajedrez A la memoria de mi amigo Miguel Bootello El pensamiento, aunque parezca hielo, tuerca, mecanismo sin sangre, guarda su pequeña alma de pájaro afeminado, su fondo de latido sin fondo; y llora como un lirio cortado cuando roza con un peón extraviado o recibe el jaque mate irremediable. *** María Señora de los humildes, Corazón repleto de silencios sabios, Torre de los olvidados, Arca de los silenciosos, Espejo de la paciencia, Misterio de la ternura, Sabor del pan caliente, Olor a leche materna, blanda Mano encallecida, Voz dulce del susurro, oriéntanos en este mundo lleno de símbolos falsos, llévanos de tu mano como a niños perdidos, acógenos en tu gigante corazón materno. *** Álora Castillo y muertos: el pasado pesa sobre nuestros huesos centenarios como una losa: años, romances, lanzas herrumbrosas, viejos papiros y fotos color sepia, tantas palabras perdidas y encontradas en cualquier rincón de una memoria con forma de empinada callejuela. Cercadas por la nueva luz que acecha, cada piedra antigua tiene la dureza entrañable de la carne que siente como el tiempo la arrastra. Andamos por tus calles empedradas y oímos el ceceo de tu gente y aprendemos para siempre la lección de saber mirar la vida con el suave desdén de un señorito arruinado y con la sabia calma que tienen los olivos. ** Tomás Salas salastomascompendium@hotmail.com Poeta español (Álora, Málaga, 1960). Doctor en filología hispánica en la Universidad de Málaga (UMA, http://www.uma.es). Profesor de lengua. Autor del libro Ortega y Gasset, teórico de la novela (2001) y de distintos trabajos de investigación sobre temas literarios, sociohistóricos o religiosos, en revistas como Analecta Malacitana (http://www.anmal.uma.es), Espéculo (http://www.ucm.es/info/especulo), Lemir (http://parnaseo.uv.es/Lemir.htm), El Pasajero http://www.elpasajero.com), Abel Martín (http://www.abelmartin.com), Alfa (http://aafi.filosofia.net/ALFA/alfa.htm), Adamar (http://www.adamar.org), Liberlect (http://www.liberlect.com) y Robador de Europa (http://www.robadordeeuropa.uma.es). Colaborador habitual en medios como Diario Sur, La Opinión, Diócesis y Guadalhorce Hoy. Como poeta está prácticamente inédito. Ha participado en algunos congresos de investigación literaria, histórica y religiosa; entre ellos, en tres ediciones de “Católicos y vida pública” de la Universidad San Pablo-CEU (http://www.uspceu.com). === Sueño recurrente en noches de insomnio Adán Echeverría =========== El sueño se enredó a ese tatuaje de tu rostro que me realizaron en el brazo izquierdo la noche que nos graduamos. De la imagen escapó un aliento apenas audible en donde reconocí tu voz. Me reclamaba el abandono. Traté de ignorarlo pero picaba los ojos y los labios para que prestara atención. Miré la rabia descomponer las formas de la efigie que te representaba, y reconocí aquellos días, los pleitos y la huida apresurada, dejando atrás los nubarrones del cielo que no ha vuelto a escampar. Se agitaban los minutos mientras el desesperante escupir palabras del tatuaje se extendía por las venas, como lamento sombrío, taladrando tímpanos. Dijo que debí seguir el rastro de tus lágrimas rumbo a la estación de autobuses cuando escapabas. Sin embargo, dejé que partieras dibujando esa estela de amargura. Huías de la sangre de esos días inmersa en mi prisión, cuando mi voz alcanzaba estridencias de un lenguaje soez, y tu piel se deshacía entre perdones y piedades bajo el grillete de los golpes. No nos lográbamos comunicar ni siquiera en los gemidos en que deshacíamos las horas. El rostro dibujado en la piel, afirma que sentías la agonía en la garganta al asfixiarte con mis manos (tus ojos en blanco, los músculos rígidos) y confiesa tener la certeza de que disfrutabas el dolor en las mordidas que propinaba a tus mejillas cuando el deseo me apretaba a tu vientre como rémora, sorbiéndote el anhelo de pertenecernos. Porque me pertenecías. Nos habíamos entregado el alma aquella noche de graduación en que quedaste plasmada para siempre en mi piel. ¡Tienes que recordar esa noche! No alcanzamos un cuarto decente y tuvimos que pagar seiscientos pesos por algo parecido a una casa de vecindad; la pieza tenía dos habitaciones, cuatro camas, una cocineta y hasta refri. ¡Cómo nos divertimos probando todos sus rincones! Todas las sábanas quedaron manchadas con la sangre que no terminaba de coagular en mi brazo, y tú bebiendo, ora mi sangre, ora el vino tinto. Era tanta la felicidad, que contemplarte fue suficiente para que renacieran en mí los deseos de poseerte con la violencia usual con que a veces me servía de tu sexo. Ahora, al sentir el paso del viento, fluyen de tus oídos gotas de ácido por el parásito que ha sido mi recuerdo. No tengo claro en la memoria toda la violencia que imprimí a tu cuerpo aquella noche, pero el verte la mañana siguiente en la cama de aquel hospital fue conmovedor. Tomé tu mano, y estoy seguro de que pude haber llorado de no ser porque adelantaste tu voz con un: no te preocupes, los dos perdimos el control. El fantasma de tu rostro estira la piel y la tintura cuenta que todas las madrugadas mi sombra es la nostalgia que convertida en maremoto arrastra silencios como antílopes ahogándose al cruzar un río infestado de caimanes. Yo era esa fiera delineando sus ojos de cuervo en tu mirada. Era la martilleante voz que ahora me tortura y me cuenta que caminas sin zapatos sobre el salado beso de las anémonas, con el sargazo prendido a tus tobillos en la soledad de aquella playa donde te has exiliado para vivir los días, náufraga de mí. Donde al nacer la mañana, recoges migajas que el sol deposita en los granos de arena, entre piedras pómez, espulgando con dedos fríos la tranquilidad de tu conciencia. Tranquilidad que me has arrebatado. Te miro, en estas pesadillas, construyendo murallas que detengan el embestir marino de mi aroma que intenta devorar los resquicios de inocencia que quieres conservar ahí, lejos, escondida. Ese aroma mío que se transforma en calamar, estira los brazos, rodea el cuello, la cintura, apretando, apretando hasta el orgasmo. Después vuelve la voz de ese tatuaje, la calma retorna, se desvanece tu presencia y todo es brisa helada, y tirito por la ausencia de tu calor. Dentro de esta oscura habitación, todos los murmullos son tu voz, todas las luces arrastran tu mirada de negro cielo: ese negro látigo, las negras ropas con que cubrías parte de tu cuerpo, y dejabas admirar la luna de tus pezones. Ahora esos eclipses son los que marcan su enigma de clavículas mojadas por la lluvia ácida de mi lejanía. Tu rostro estilizado ha dicho que te desnudas en azoteas, atrapando en cántaros el agua con que al bañarte recreas mis manos, tallando y tallando para consumir la angustia. Dejas entrar los dedos, aprietas los muslos sobre el halo de mi voz que desde mis soledades te llega en cada remolino de aire. Pero te vuelves niebla, vapor de agua que sube y multiplica nubarrones, las mismas nubes que no me abandonan desde tu partida, la misma lluvia repitiéndose incesante, golpe que golpe sobre el asfalto de mis pesadillas. Y tú, desde donde estés, ayudas a precipitar esas flechas húmedas que hieren mi orgullo de verme abandonado, en el olvido, arrastrado a ser lo que ahora soy: ¡en lo que me has convertido! Con cada lágrima caes de la agitación, ese no poder contestar el porqué me permitiste tanto, tantas heridas, tanto dolor acumulado en cicatrices. Tu rostro permanece furioso en mi brazo y afirma que en la hamaca te visitan duendes, desordenadas filas de faunos sedientos de probarte. Imaginan encontrar ternura en tu mirada. Esa mirada de hiena hambrienta que me regalabas, ¿dónde ha quedado?, ¿escondida entre la niebla de tu abandono, en el exilio?; ¿acaso tratas de purificarte en esa playa? Y sé que lo has intentado, estoy seguro: has arrastrado los antebrazos sobre la superficie de otros pechos ásperos, cuerpos ardientes incapaces de perderse la oportunidad de poblar tu historia. Pero siempre te quedas dormida por el fastidio de escuchar palabras hechas, facilismos del amor y los jadeos monótonos, sin emoción que te arañe las sombras de la espalda, el increíble trébol que forman tus omóplatos. Por eso continúas anhelando el opio de mi canto, el rencor de mi boca sobre tu cuello, la espina de mi lengua, y dejas al sueño de mis labios mordisquear el amarillo de tus dedos. El tatuaje siguió gritando esa madrugada como tantas otras desde que te supe lejos. Expandió el dardo de su lengua para atrapar mis ojos y ver el desesperante recorrido de tus piernas entre los dedos de otro. Mientras yo trato de consolarme arriba del sexo de otras hembras, o tal vez (ya nada parece tener importancia) estirando los miembros endurecidos de aquellos mariquitas necesitados de afecto, que no me aburro de gigolear cuando me levantan por las avenidas inundadas por la permanente lluvia a que me sometes. Permanezco encerrado en el rincón de mi covacha, preso en la soberbia, mirando tus ojos que continúan recorriendo las paredes de esta habitación abandonada, triste y rebosante de cinismo. Por eso introduje el filo de la navaja en la piel: para arrancarme el tatuaje y tus recuerdos. Para dejar de soñarte. Mas el rostro de tinta movía los labios en el bla bla bla de siempre. Puse en la palma de la mano ese pedazo de carne con tu rostro desfigurado, enrojecido por la sangre aún sin coagular. Lo acerqué a mis labios y le recordé mis infidelidades, los insultos y humillaciones que provoqué a tu sentimiento. Le hablé de cada golpe a tus heridas, aun sobre las cicatrices, y de la risa que me causaba tu pena por ese martirio en el que, ahora lo comprendo, sólo yo creía que disfrutabas. Era la burla bailando sobre el pensamiento que, con ternura, intentabas regalarle a mi vida. Cerré los sentidos arrastrado por el desenfreno de tenerlo todo, de sentirme dueño del mundo, dueño de tu carne, de tu vida: —Su piel es costra de mi piel, que se desprenderá con el mar y las ráfagas de viento —alcancé a decir, mientras vi su mirada vidriosa opacarse, clausurando el día. El orgullo se comió a pedazos el despertar que teníamos bajo sábanas y los restos de historia en los amaneceres. Fue cuando comprendí las noches. Comí el pedazo de carne ensangrentada que palpitaba en la mano. Una brisa tenue trajo (de nuevo) tus ojos grises hasta mi habitación. Empujé el cuerpo desnudo de la hembra sin nombre que tenía encima. Te miré, por última vez, sentada con la cabeza recargada en las rodillas; dejabas al manso mar hurgarte los dedos. Quise acercarme pero descubrí que a tu cintura la rodeaban otros brazos. Aviento el periódico con la nota social que me anunció tu matrimonio. Miro junto a mí el cadáver de esa ramera a la que le faltan pedazos de carne en la mejilla y los pechos, y me doy cuenta de que afuera ha dejado de llover. ** Adán Echeverría adanizante@yahoo.com.mx Escritor mexicano (Mérida, Yucatán, 1975). Escribe poesía y cuento. Biólogo con Maestría en Producción Animal Tropical por la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady, http://www.uady.mx). Integrante del Centro Yucateco de Escritores, A.C., de cuya revista Navegaciones Zur es editor. Ha publicado los poemarios El ropero del suicida (Editorial Dante, 2002), Delirios de hombre ave (Ediciones de la UADY, 2004) y Xenankó (Ediciones Zur-PACMYC, 2005). Participa en los libros colectivos Litoral del relámpago: imágenes y ficciones (Ediciones Zur, 2003), Venturas, nubes y estridencias (ICY-INJUVY, 2003) y Los mejores poemas mexicanos; edición 2005 (Fundación para las letras mexicanas y Joaquín Mortiz-Editorial Planeta, 2005). Textos suyos han aparecido en las revistas Abisal (Instituto Quintanarroense de Cultura), Luna zeta (Oaxaca), Acequias (Universidad Iberoamericana de Torreón, Coahuila), Tierra Adentro (Conaculta), Alforja de Poesía (Universidad Autónoma Metropolitana, UAM), El Universo del Búho (Instituto René Avilés Fabila), Molino de Letras (Texcoco, estado de México), Fandango (Oaxaca) y SIC y Los Otros Errores (Distrito Federal), así como en el suplemento Arena del periódico Excélsior (Distrito Federal) y en las revistas digitales Prometeo Digital (http://www.prometeodigital.org), Proyecto Sherezade (http://home.cc.umanitoba.ca/~fernand4), Ficticia (http://www.ficticia.com) y El Otro Mensual (EOM, http://www.eldigoras.com/eom/umbral.htm). Coordinó el taller de creación literaria del Injuvy (2003-2004) y el Taller Literario Grietas (2004-2005), participa en el taller del CYE y coordina la Catarsis Literaria El Drenaje. Ha obtenido diversos reconocimientos en su país, como el primer Certamen de Poesía Joven Jorge Lara (2002) y el Premio Nacional de Poesía Rosario Castellanos, donde obtuvo el segundo lugar. ||||||||||||||||||||||| EL REGRESO DEL CARACOL |||||||||||||||||||||| === Susurros de octubre Alberto H. Cobo ============================== Poesía La Liebre Libre Editores Maracay, mayo de 2006 ISBN: 980-6536-10-x 46 páginas En mayo del año pasado apareció, bajo el sello La Liebre Libre, Susurros de octubre, el primer poemario del escritor venezolano Alberto H. Cobo (Maracay, 1980). Signados por una dramática perspectiva de la oscuridad, los cuarenta poemas que componen este libro se valen de la brevedad —los textos están dispuestos, en su mayoría, por conjuntos de cuatro o cinco versos—, así como de los márgenes irregulares, para transmitir al lector la sensación de estar leyendo, justamente, susurros. Incluso al describir estados de trance, euforia y embriaguez, no deja el autor de aplicarle crisoles oscuros a sus poemas. Ya desde el primero se enfrenta a la locura nocturna: “Me llama la noche, / me llena; / me atrae a un sinfín de personas / desconocidas, / locas y sedientas, / lúgubres”. El poeta se ilustra paseando “descalzo por las sombras” y regresando a su quehacer literario, acosado porque “la claridad del día quema los pasos” (poema 9), y observa, por otro lado, cómo su ansiedad es atravesada por olores que “sentencian mis palabras, / borran mi memoria” (poema 15), o cómo su memoria fija con mayor fuerza las voces cuando “los tragos traen el delirio / rodeado de sonidos familiares” (poema 21). La relación del autor con la palabra, otro de los temas en los que suele internarse Cobo incluso en su narrativa, aparece aquí en forma de una reverencia que, en algunos casos, llega a ser dolorosa. En el poema 3 declara que “El sonido de los libros me trastorna, / sólo la voz del poeta alivia el malestar”, pero tres poemas más adelante “el silencio de las hojas ensordece”, conflicto que se manifiesta una vez más en el poema 20 —que da título al libro— cuando, torturado por el terrible delirio de su oficio, advierte: “impaciente oculto las palabras, / me hago silencio”. Cuando el verso se le escabulle, el poeta manifiesta su impotencia: “inconsciente abandono el espacio, / regreso vacío de las sombras” (poema 30). Gran parte del libro está inspirada en la eterna musa femenina, que se escurre del dominio sensual del poeta dejándolo por lo general como un simple espectador que define al cuerpo amado como “el equilibrio perfecto / entre la muerte / y mis andanzas” (poema 5), o como una “mezcla letal de claridad / y sombras” (poema 7). Dudosa tabla de salvación que repele la soledad pero, a la vez, la libertad, el sudor de la mujer sacia la sed del poeta, lo que lo hace “vulnerable al licor de su piel” y, por lo mismo, lo fuerza tristemente a rebelarse: “golpeado, retorno / donde las sombras esperan, / la lejanía” (poema 36). Cuando el poeta huye de la luz, de la alegría indiscriminada de la gente, aparece de forma más patente esa oscuridad que mencionábamos al principio: “Me emboscan las luces; / quedo ciego por un momento, / al recuperar la visión / descubro que sólo eran fábulas de mi memoria” (poema 26). El pesimismo, dice Cobo, “fracciona las horas, / las convierte en siglos” (poema 23). La brevedad de los poemas de Susurros de octubre no es otra cosa que una señal de respeto del autor ante el verbo sustancioso, una cicatriz infligida por el tiempo, catalizador ineludible de la madurez: “El calendario marca los días / no deja salida alguna, / el tiempo acorta las palabras” (poema 11). Así, Cobo esgrime en tres líneas su arte poética, también breve: “Limpio las impurezas de las palabras; / convierto sus sonidos / en alertas de la brevedad” (poema 32). Ganador en 2004 de una mención especial en poesía en el Concurso Literario Interliceísta “Sergio Medina”, en Maracay, Cobo ha participado en el I Encuentro de Jóvenes Escritores de la Universidad de Carabobo (Valencia, Carabobo) y en el I Encuentro de Jóvenes Escritores 2004 (Santa Ana de Coro, Falcón), entre otras actividades literarias. Textos suyos han aparecido en diversos medios impresos y digitales. En Letralia es posible apreciar parte de su obra en nuestras ediciones 125 y 150 (http://www.letralia.com/firmas/hcoboalberto.htm). |||||||||||||||||||||||||||||| EL BUZÓN ||||||||||||||||||||||||||||| === El Carnaval Bolaño ==================================================== 29 de enero de 2007 Buen día: Actualmente desarrollo dos proyectos: la ejecución (investigación, creación y edición) de la novela histórica Quince, basada en los asesinatos y posterior incineración de 15 campesinos en el sector de Lonquén (a 40 minutos de Santiago), durante la dictadura de Pinochet. También organizo, junto a 5 poetas más, un carnaval literario para celebrar a Roberto Bolaño. Necesitamos urgentemente contactarnos con Antoni García Porta para invitarle a esta celebración a la obra y figura de Roberto Bolaño, la primera en Chile. Hemos intentado en varias instancias conseguir su correo electrónico o teléfono, sin suerte. Por favor ayúdennos, amigos de Letralia. Un abrazo y gracias, Nibaldo Cáceres nibaldoacero@gmail.com === Malvinas ============================================================== 29 de enero de 2007 Estimados amigos: Encontré Letralia.com y, como estoy buscando material para editar un libro sobre los 25 años de Malvinas, pensé que podrían ayudarme. Lo que necesito son portadas de diarios y revistas argentinas y extranjeras de aquella época, que reflejaron el conflicto. ¿Saben de alguien que haya coleccionado este tipo de material y esté dispuesto a facilitarlo? Soy periodista y, actualmente, colaborador de la revista mensual DEF, de Taeda Editora, que publicará el libro. Les agradecería cualquier dato al respecto. Lauro Noro lauronoro@yahoo.com.ar ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “El amor por la lectura es algo que se aprende pero no se enseña. De la misma forma que nadie puede obligarnos a enamorarnos, nadie puede obligarnos a amar un libro. Son cosas que ocurren por razones misteriosas, pero de lo que sí estoy convencido es que a cada uno de nosotros hay un libro que nos espera. En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros”. Alberto Manguel, en “Leer será en el futuro un acto de rebeldía”, entrevista para el diario español El País con la periodista María Luisa Blanco (13 de enero de 2007). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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