~~~~~~~~~~~~~~~ Año XI Cagua, Venezuela Nº 162 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 16 de abril de 2007 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | “Ha muerto el libro; larga vida al libro”, Jorge Gómez | Editorial Jiménez. | | Romay presenta. / Criminales verdaderos. / Poesía para | Breves los cuadernos. / Analizando discursos. / Lectura a | promover. | | Falleció el ensayista español Sebastián de la Nuez. / | Noticias Recuperada una cuna de madera donde durmió Gabriel | García Márquez. / Gustavo Dudamel dirigirá la Orquesta | Filarmónica de Los Ángeles. / Falleció el escritor | estadounidense Kurt Vonnegut. / Premio Anaya para el | escritor español Martín Casariego. / El poeta Juan | Pomponio culmina en Venezuela gira latinoamericana. / | Libros sin fronteras en la Feria de Buenos Aires. / | “Virtuality” literario presenta la Unam. / Antonio Muñoz | Molina inaugurará el Festival de Literatura de Bruselas. | / Jalisco tendrá la fiesta más grande en honor al libro. | / Antonio Gamoneda iniciará la lectura continuada del | Quijote. / II Semana de la Nueva Narrativa Urbana | celebrarán en Caracas. / Aguascalientes celebrará | jornadas literarias. / Festival de Poesía Ciudad de | Granada reunirá a una veintena de poetas. / Bogotá | celebra su XV Festival de Poesía. / Poetas chilenas se | presentarán en la Feria de Buenos Aires. / Universidad | de Salamanca realizará congreso de novela y cine negro. | / Literatura infantil protagoniza el X Salón del Libro | Iberoamericano. | | “David contra Goliat”, Miguel de Loyola. / “Crónica para | Artículos y la carne moribunda: estos son los discursos que Chile se | reportajes está perdiendo”, Laura García. / “El para qué de la | Historia: Arístides Medina Rubio, una pedagogía del | saber histórico”, María E. DelValle de Villalba. / | “Apuntes desahuciados sobre Andrés Mariño Palacio”, | Valmore Muñoz Arteaga. / “Herederos de Bolívar y | Santander”, Fabio Parra Beltrán. / “Michel Houellebecq | en la concepción de Aldous Huxley”, Andrés A. Ugueruaga. | | “Entrevista a Miguel Ángel Yusta, Mayusta. Coplas a | Entrevistas orillas del Ebro”, Raúl Tristán. | | “La ‘sagrada familia’ en La metamorfosis de Kafka”, | Sala de ensayo Carmen Malarée. / “El boom: bandera literaria de un | continente”, Leonardo Maicán. | | Poemas de Estrella Gomes. / Dos relatos de Yolanda | Letras Ramírez Michel. / Poemas de Radamés Buffa. / Tres | relatos de Musa Ammar Majad. / Poemas de René Dayre | Abella. / “El museo de las vírgenes”, Roberto Lucio | Cáceres. / Poemas de Gloria Gil Romera. / “El | citatorio”, María Margarita Herrera. / “Instantáneas”, | Adán Echeverría. / “El malabarista”, Sergio Llorens. / | “Sueños de Caín frente al espejo”, Gabriel Otero. / “El | hada”, Jéssica de la Portilla Montaño. / Poemas de | Nahuel Alonso. / “Dos hombres”, Odiseo Schloss. / Cinco | textos de Rafael Robles Olivos. / Dos relatos de Yolanda | Montesinos López. | | Guillermo Morón. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||| EDITORIAL ||||||||||||||||||||||||||| === Ha muerto el libro; larga vida al libro Jorge Gómez Jiménez ====== Las herramientas de la modernidad inauguraron la idea de la muerte del libro. La posibilidad de transmitir contenidos sin un soporte físico, así como la facilidad para reproducirlos y modificarlos, deslumbraron a los primeros hombres que entraron en contacto con la nueva realidad, haciéndolos sentenciar al libro, o más concretamente al libro impreso, como un artefacto caduco y costoso. Hoy sabemos que el libro impreso marca la pauta del futuro libro digital. La tecnología tradicional que trajo a nuestras manos el libro como un conjunto de páginas unidas por uno de sus lados ha dejado en nosotros la huella de su experiencia: hasta ahora, la resistencia al libro digital va unida por lo general a la idea de que un libro no es sólo sus páginas, sino también la textura, el olor y —quizás lo más importante— la portabilidad del accesorio. La necesidad de mantener esa experiencia es el elemento determinante para que la realización del libro digital, en lugar de desplazar a la tecnología tradicional, tienda a emularla agregándole nuevas características que terminarán, como jamás lo sospechamos, en crear una nueva tecnología que incluiría todo lo que ya teníamos de la tradicional, pero que además concentraría todo lo que le hacía falta. Si pudiésemos representar un libro como un sistema de coordenadas, la extensión del eje X estaría determinada por el soporte en el que están agrupadas las ideas que componen el libro, mientras que la del eje Y sería indefinida, e incluiría las ideas que produce el libro en la mente de todos sus lectores. El libro es un objeto singular que puede encerrar en sus páginas una vasta multiplicidad de objetos y, además, al mezclarse con la mente de cada lector, el poder de crear otros nuevos. ¿Son los best-sellers contemporáneos los últimos exponentes exitosos de una tecnología que mutará hacia otra con características reforzadas? Es posible que así sea, y que la respuesta concreta aparezca apenas en unos años. Entre tanto, en este Día del Libro dispongámonos a rendirle tributo a este sistema de coordenadas que hace infinitas las ideas de los hombres. Jorge Gómez Jiménez, editor http://www.letralia.com/jgomez ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| Romay presenta. El próximo sábado 21 de abril, a las 7 de la noche, será presentada la novela Salidas de emergencia, del escritor cubano —y letraliano— Alexis Romay y publicada por el sello español Baile del Sol. La presentación, que es auspiciada por el Centro Cultural Cubano de Nueva York, Watchung Booksellers y Gallery Twenty-One, estará a cargo del escritor cubano Fernando Velázquez Medina y tendrá lugar en la mencionada galería, ubicada en 611 McCarter Highway, en Newark (EUA). El espacio es limitado, por lo que los interesados en asistir deberán hacer su reservación al teléfono 973.424.1700. http://www.alexisromay.com Criminales verdaderos. Hotel Kafka acaba de inaugura su curso “True Crime”, dedicado al género negro y policiaco, y que contará con la asesoría de forenses, especialistas en balística y armamento, detectives y criminólogos, para informar a los escritores de las circunstancias reales que rodean un asesinato. El curso, coordinado por Rafael Reig, se desarrollará entre el 23 de abril y el 25 de junio, y contará con guardias civiles, un médico forense, un químico especializado en detección y análisis de ADN y cadenas de custodia, así como una psicóloga forense, un abogado criminalista, un detective y dos de los novelistas más significativos del género negro y policial de España, Juan Madrid y Lorenzo Silva. Los alumnos obtendrán toda la información necesaria de los especialistas para resolver una propuesta de ejercicio al final de curso: la escritura del crimen perfecto. Las sesiones se realizarán los lunes entre 9 y 10:30 de la noche. http://www.hotelkafka.com/cursos/literatura/curso_true_crime.html Poesía para los cuadernos. El Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) invita a las personas interesadas en la creación poética a participar en un taller de poesía de nivel avanzado. Los trabajos producidos en este taller serán publicados en la serie Cuadernos de Taller, editada por el Proyecto para el Fomento del Quehacer Literario. La dirección del taller estará a cargo de la poetisa Etnairis Rivera. Las solicitudes de admisión se recibirán hasta el 11 de mayo de 2007 y la participación será gratuita. http://www.icp.gobierno.pr Analizando discursos. El próximo sábado 12 de mayo se dará inicio, en Buenos Aires (Argentina), al Seminario de Literatura Infantil y Juvenil “Problemas teóricos y metodológicos en el análisis del discurso de textos literarios con destinatario infantil y juvenil”, que desarrollarán, a lo largo de 32 horas cátedra, la licenciada Alicia Origgi y la profesora Lidia Blanco, en el marco de la Maestría en Análisis del Discurso que dirige la licenciada Elvira Arnoux en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Orientado a alumnos de la Maestría en Análisis del Discurso, alumnos y egresados de la carrera de Letras y maestros, bibliotecarios y profesores de lengua y literatura, el seminario abordará temas como los orígenes y desarrollo histórico de la literatura infantil, análisis del discurso narrativo en obras de relevancia aparecidas en el siglo XX y del discurso poético en obras literarias con destinatario infantil. Además, los participantes podrán discutir los temas con escritores y especialistas del área. Las sesiones serán los sábados entre 9 de la mañana y 1 de la tarde. Para inscribirse es preciso telefonear al 4433-5925 de lunes a viernes entre las 12 del día y las 3 de la tarde. Lectura a promover. El Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil (Cepli), dependiente de la Universidad de Castilla La Mancha, está convocando al IV Máster de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil 2007-2009, que será dirigido por el máster Pedro Cerrillo y Santiago Yubero. Entre los objetivos del máster se encuentra propiciar la formación de especialistas y mediadores que trabajan en promoción y animación lectoras mediante el estudio del proceso lector, las habilidades que facilitan la lectura, técnicas, programas y estrategias de animación a la lectura y conocimientos para orientar la selección de lecturas por edades. Igualmente, el máster pretende promover el conocimiento de la literatura infantil y juvenil como un espacio para la creatividad, la tolerancia y el entendimiento. La preinscripción se podrá realizar entre el 15 de mayo y el 30 de julio. http://www.uclm.es/cepli/index.asp?id=93 ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Falleció el ensayista español Sebastián de la Nuez El catedrático de literatura española de la Universidad de La Laguna (http://www.ull.es) Sebastián de la Nuez Caballero, Hijo Adoptivo de Tenerife y uno de los principales y más prestigiosos expertos en el escritor canario Benito Pérez Galdós, murió el sábado 31 de marzo en su residencia del Camino Largo de La Laguna, ciudad donde vivía desde 1952. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1917, De la Nuez estaba casado con Luisa Ayala Benítez y era licenciado en farmacia, pero se hizo conocido por su labor de investigación y docencia en el campo de la literatura, especialmente en la vida y obra de Pérez Galdós, a quien dedicó buena parte de su vasta producción de más de trescientos títulos. Doctorado en filosofía y letras en la especialidad de filología románica con premio extraordinario, fue primero catedrático de lengua y literatura de enseñanzas medias en las localidades de Lorca (Murcia), Santa Cruz de La Palma y Santa Cruz de Tenerife. Accedió a la cátedra universitaria de literatura española de la Universidad de La Laguna en 1973. Posteriormente, en 1977, impartió la docencia de la misma especialidad en la Universidad de Sevilla (http://www.us.es) para regresar a La Laguna entre los años 1978 y 1985. También fue profesor visitante de universidades en Puerto Rico y en el estado norteamericano de California. Estudió y editó a todos los escritores canarios de las vanguardias históricas, como Pedro García Cabrera, Agustín Espinosa y Domingo López Torres, entre otros. Entre sus ensayos más característicos destacan Algunos prosistas de fin de siglo en Canarias (1961), Tomás Morales: su vida, su tiempo y su obra (1956) o Biblioteca y archivo de la Casa Museo Pérez Galdós (1990). En el diario El Día (http://www.eldia.es) fue coordinador del suplemento Archipiélago Atlántico desde 1984, además de pertenecer al jurado del premio Leoncio Rodríguez de Periodismo y de haber sido presidente del jurado del Premio Félix Francisco Casanova. Fue galardonado con el Premio Canarias, concedido por su labor continuada y tenaz por el conocimiento de la literatura canaria, recibió el Viera y Clavijo de Humanidades en 1960 y el Leoncio Rodríguez en 1985 por un artículo sobre el escritor Miguel de Unamuno. Miembro de la Academia Canaria de La Lengua (http://www.academiacanarialengua.org), pertenecía al Instituto de Estudios Canarios (http://www.iecan.es) y al Museo Canario (http://www.elmuseocanario.com), y estaba estrechamente vinculado a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife (http://www.rseapt.org), de la que fue presidente entre 1995 y 2000. Fuente: El Día *** Recuperada una cuna de madera donde durmió Gabriel García Márquez La cuna de madera que Gabriel García Márquez ocupó como bebé ha sido recuperada por los responsables de la reconstrucción de la casa natal del escritor colombiano en Aracataca, según informó el pasado 7 de abril la revista Cambio (http://www.cambio.com.co), de Bogotá. La publicación precisa que la cuna “estaba en manos de un miembro de la familia, que no tuvo inconveniente en regresarlo para que sea puesto en la pequeña habitación donde el novelista pasó los primeros años de su vida”. La cuna fue encontrada la semana pasada por funcionarios del Ministerio de Cultura de Colombia (http://www.mincultura.gov.co), dice Cambio, que no detalla el lugar del hallazgo ni el familiar del escritor que la conservaba. La casa natal de García Márquez en la localidad caribeña de Aracataca es restaurada por iniciativa de la dependencia de Cultura, que asumió la tarea como un homenaje del gobierno al Nobel de Literatura de 1982, quien el pasado 6 de marzo celebró sus 80 años. Según el llamado Proyecto de Reconstrucción de la Casa Natal de Gabriel García Márquez, en el domicilio “se recreará la infancia del insigne escritor colombiano”. Las tareas tendrán como complemento un “montaje museográfico”, que junto al domicilio restaurado darán lugar a la Casa Museo Gabriel García Márquez. Fuente: El Informador *** Gustavo Dudamel dirigirá la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles El director venezolano Gustavo Dudamel, de 26 años, sustituirá a partir de 2009 a Esa-Pekka Salonen al frente de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles (LA Phil, http://www.laphil.com/orchestra/laphilharmonic.cfm), una de las más importantes de Estados Unidos, según informó el pasado 8 de abril su presidenta, Deborah Borda. La noticia fue recibida con aplausos entre los miembros de la orquesta, ya familiarizados con Dudamel después de su debut con esta filarmónica en Estados Unidos, en 2005, en uno de los conciertos al aire libre del Hollywood Bowl. Salonen, finlandés de 48 años, permanecerá al frente de LA Phil hasta la temporada 2008-2009, momento en el que dejará el cargo como director musical para dedicarse a la composición. Dudamel es conocido en el mundo de la música como uno de sus jóvenes prodigios, que en 2004 dirigió por primera vez una orquesta profesional al tomar parte en un concurso que patrocinó la Sinfónica de Bamberg, en Alemania. Su carrera comenzó a los once años como violinista en la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, en Caracas, de donde saltó como director al frente de la Orquesta Estatal Juvenil y posteriormente, a los 17, en la Orquesta Nacional Juvenil, ambas en Venezuela. “Hay muchos directores que son perfectos en su técnica pero que se dejan llevar por el ego en lugar de la música. Con Dudamel, no hay artificios ni ego”, ha dicho la violonchelista Gloria Lum, entre los muchos miembros de LA Phil que han expresado su apoyo al nuevo director musical. Dudamel, conocido ya por su pelo rizado, largo y agitado, ha firmado con la orquesta un contrato de cinco años que comienza en la temporada 2009-2010. Salonen ocupó este puesto desde 1992 y bajo su batuta la Filarmónica estrenó en 2003 su última sede permanente con diseño del arquitecto Frank Gehry: el Auditorio Walt Disney. Aunque la juventud de Dudamel es motivo de preocupación en algunos círculos musicales, la Filarmónica de Los Ángeles cuenta con una larga tradición en este sentido después de contratar a Zubin Mehta en 1962 para este mismo puesto cuando sólo tenía 26 años. La figura de Dudamel aumenta la importancia de la presencia hispana en las principales organizaciones musicales de una ciudad que cuenta con el español Plácido Domingo al frente de la Ópera de Los Ángeles. Fuente: EFE *** Falleció el escritor estadounidense Kurt Vonnegut El escritor estadounidense Kurt Vonnegut, autor de obras como Slaughterhouse-Five (Matadero cinco), considerada una de las más destacadas novelas antibélicas del siglo XX, falleció en Nueva York este miércoles 11 de abril, a los 84 años. Conocido también por Cat’s Cradle y God Bless you, Mr. Rosewater, murió tras sufrir daños cerebrales hace unas semanas como consecuencia de una caída, según informó su esposa, la fotógrafa Jill Krementz. Autor de catorce novelas, además de numerosos relatos de ciencia ficción, ensayos y otras obras, Vonnegut se hizo famoso por su estilo satírico, su crítica social y su humor negro. Considerado un icono de la contracultura en la sociedad de Estados Unidos, cuyo estilo de vida criticó insistentemente en sus libros, fue particularmente admirado por los estudiantes universitarios de las décadas de los años 60 y 70, cuando escribió gran parte de su obra. Su experiencia en el asedio y el bombardeo aliado de la ciudad alemana de Dresde durante la segunda guerra mundial, en la que fue capturado por los nazis, fue la base de Matadero cinco, publicada en 1969. Esa novela, en la que mezclaba la realidad y la ciencia ficción para mostrar una visión crítica, no exenta de humor, de la sociedad y en particular de la crueldad bélica, le dio notoriedad y se convirtió en uno de los libros más simbólicos del pacifismo. Su constante crítica social, con tendencia a la sátira y al humor negro y el empleo de técnicas vanguardistas y elementos fantásticos fueron las claves en las que cimentó su prestigio como autor. Vonnegut, que se definía a sí mismo como un escéptico religioso y un librepensador humanista, había nacido en 1922 en Indianápolis, ciudad que había declarado el 2007 como el año del escritor. Fuente: EFE *** Premio Anaya para el escritor español Martín Casariego Martín Casariego (Madrid, 1962) obtuvo este 12 de abril el IV Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil con su obra El camino de Ulectra, una novela de aventuras futurista, seleccionada entre un centenar de originales. El galardón, dotado con 30.000 euros por Anaya (http://www.anaya.es) y Ámbito Cultural de El Corte Inglés (http://www.ambitocultural.es), fue dado a conocer en Granada y entregado al escritor madrileño en el Salón de Plenos del Ayuntamiento por Fernando Marías, triunfador en la convocatoria de 2005. El ganador se alzó en 1997 con el Ateneo de Sevilla por La hija del coronel, su obra más conocida, pero también es guionista y autor de varios relatos dirigidos a niños y jóvenes. Por el camino de Ulectra cuenta las aventuras de Miguel y Glaster, dos jóvenes de quince años que tienen la misión de recuperar la capacidad de lectura, que los humanos perdieron en la “antigüedad”, allá por 2065. En el mundo de 2314, los seres humanos están programados para morir a los 75 años y, aunque no pueden leer, tienen implantados en el cerebro unos chips que les dotan de amplios conocimientos. Son engendrados en probetas y cada uno tiene un único padre o madre. En esta sociedad futurista, el fenómeno del amor es controlado por una píldora que permite, a quien la toma, vivir una apasionada pero intrascendente aventura de una semana, ya que otro chip protege de los sobresaltos del corazón. Pese a ello, Glaster está locamente enamorada de Miguel. Tras la muerte de sus padres en extrañas circunstancias, ambos deciden seguir la misión en la que aquéllos trabajaban y viajar a los confines del Universo, hasta Ulectra, donde está el gobierno del mundo —el Gran Ordenador—, para salvar a la humanidad de su analfabetismo y recuperar la lectura y, a través de ella, la libertad. “Es una historia de aventuras algo disparatada, con mucho humor, pero por debajo hay un tema más serio, que es la importancia de la lectura”, explicó el autor en rueda de prensa. Afirmó, además, que escribir una historia para jóvenes es “tan fácil o tan difícil” como hacerlo para adultos. No obstante, el tono es “más desenfadado”. A su juicio, el truco es que el propio escritor se divierta: “El único aliciente que tengo para empezar y terminar una novela es que me esté gustando a mí”. En su opinión, la frontera entre libros para jóvenes y para adultos es “permeable”. “No sabría decir si El principito (de Antoine de Saint-Exupéry) es infantil, juvenil o para mayores como yo”, argumentó. “Como escritor, mi gran aspiración cuando escribo una novela juvenil es que pueda gustar a gente de mi edad”. Casariego lamentó que la literatura infantil y juvenil esté “bajo sospecha”, porque algunos consideran que es “más fácil o peor. Pero hay de todo, como en la de adultos”. En ese aspecto, dijo que las historias para niños y jóvenes pueden “crear o destruir lectores. Si no te gusta lo que has leído hasta los 16 años, ¿por qué seguir leyendo?”. De ahí la “gran responsabilidad” que soportan los autores de este género. Sobre el trasfondo serio de su obra, admitió estar “preocupado” por los bajos índices de lectura, ya que los libros son “una puerta a muchas habitaciones” y un mundo sin ellos “sería muy triste”. Sin embargo, reconoció, a veces tiene la tentación de pensar: “Si la gente no quiere leer, ellos se lo pierden”. El representante de Anaya, Antonio Ventura, explicó que el jurado valoró en el texto de Casariego su capacidad para “crear un universo de ficción literaria” y hacer de una novela juvenil “una obra literaria”. “A partir de la página veinte, lo fascinante no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta”, dijo. El premio se dedica a obras infantiles y juveniles en años alternos. En esta edición se premiaba una novela juvenil. Fuente: Ideal Digital *** El poeta Juan Pomponio culmina en Venezuela gira latinoamericana Como parte de su gira poética “Huellas de fuego” y con la organización de la Agrupación Literaria Pie de Página y de la revista literaria Letralia, Tierra de Letras, este jueves 12 de abril el escritor y artista plástico argentino Juan Pomponio presentó un recital en el que interactuó con escritores y lectores venezolanos en la Biblioteca Agustín Codazzi, ubicada en el Complejo Cultural Santos Michelena, en Maracay (Aragua). Venezuela es el último destino de la gira de Pomponio, quien ha recorrido el continente viajando en buses y otros medios de transporte. Así ha compartido su poesía con quienes le han recibido en Chile, Perú, Ecuador y Colombia. A Venezuela arribó a mediados de marzo y ya había presentado antes su poesía en diversas actividades en las ciudades de Mérida y San Cristóbal. Nacido en Berasátegui en 1966, Pomponio es diseñador gráfico y docente de educación media. Ha publicado el poemario Salvaje (2003), que recibió la Divisa Honorífica Nacional otorgada por el Instituto Literario “Horacio Rega Molina”, de La Plata. Textos suyos han aparecido en diversas antologías, así como en Letralia. Entre sus reconocimientos se cuenta el haber sido declarado “Ciudadano Ilustre” de Berazategui por el Consejo Deliberante de la ciudad, en virtud de su trayectoria, en 1997. Ha obtenido además el primer premio en el Certamen Literario de Poesía “Almafuerte 1997” (La Boca, Buenos Aires); el 2º premio de Poesía en idioma español del Segundo Certamen Nacional de Poesía y Cuentos: Premio “C.O.M.I.T.E.S 1999”, el Tercer Premio Nacional de Poesía en el XXX Concurso Nacional Literario “Dante Alessandri 1997” y otros. *** Libros sin fronteras en la Feria de Buenos Aires Entre el 16 de abril y el 7 de mayo se realizará la 33ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (http://www.el-libro.com.ar), que bajo el lema “Libros sin fronteras” es hoy por hoy la muestra más importante de Latinoamérica y destacado referente a nivel mundial, que convoca a más de un millón de asistentes. Si bien la apertura al público será el próximo jueves 19 de abril a las 2 de la tarde en el Predio Ferial de Buenos Aires (La Rural), desde el 16 comienzan congresos, jornadas y encuentros para profesionales ligados al mundo del libro como bibliotecarios, editores, distribuidores, docentes de todos los niveles, escritores e investigadores. Las Jornadas Internacionales de Educación se realizarán del 16 al 18 de abril y su tema será “Diversidad: punto de partida”. Será un encuentro de educadores de todos los niveles, organizado con conferencias magistrales de disertantes argentinos y extranjeros y paneles. Habrá ateneos y talleres-laboratorio para posibilitar la participación interactiva de los asistentes. Las Jornadas de Profesionales del Libro tendrán lugar desde el 16 al 19 de abril y serán un punto de encuentro de la industria editorial de habla hispana y de todo el mundo. Editores, libreros, bibliotecarios, distribuidores y educadores de todo el mundo, participarán de esta oportunidad de negocios, con la mayor oferta de títulos nacionales y del exterior y con los precios más competitivos del mercado. El II Congreso Iberoamericano de Bibliotecología se desarrolla desde el pasado sábado 14 y se extenderá hasta mañana martes 17. Este congreso abordará el tema “Bibliotecas y nuevas lecturas en el espacio digital”, y su organización es compartida por la Fundación El Libro y la Asociación de Bibliotecarios Graduados de la Argentina (Abgra, http://www.abgra.org.ar). En el evento participarán con la presentación de ponencias, y con debates y conferencias, bibliotecarios especializados en lengua española. La pregunta que atravesará este congreso será “¿Cuál es el rol de los bibliotecarios cuando los usuarios de las bibliotecas pueden obtener información desde cualquier lugar y en cualquier momento, mediante los servicios diseñados en base a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)?”. Y también “¿Qué implica adecuarse a este cambio de rol de la biblioteca?” A partir del 19 de abril, la feria se abrirá al público en general y contará con más de 1.700 actividades: mesas redondas, conferencias, diálogos abiertos, debates, presentaciones de libros, recitales de poesía, narraciones, espectáculos, videoconferencias, y actividades para niños y jóvenes. La entrada tiene un costo de $5 de lunes a jueves, y de $7,50 los viernes, sábados, domingos y feriados. Los menores de 12 años acompañados por un mayor podrán entrar sin pagar entrada. Igualmente, de lunes a viernes (con excepción del 1 de mayo) podrán entrar gratuitamente jubilados, pensionados, estudiantes universitarios y docentes, presentando su comprobante o carnet, y delegaciones educativas con inscripción previa. El sábado 28 de abril, entre las 9 de la noche y las 2 de la madrugada del domingo 29, la entrada será libre y gratuita con motivo de “La Noche de la Ciudad en la Feria del Libro”. El lema “Libros sin fronteras” plantea que el libro es vehículo y puente entre culturas, por encima de las diversidades raciales, geográficas y políticas; y puede superar las barreras idiomáticas por la traducción. En la escena internacional marcada por las migraciones, las asimetrías sociales y las desconfianzas étnicas, el libro tiene un papel civilizador y pacificador. Fuentes: Educ.ar • Fundación El Libro *** “Virtuality” literario presenta la Unam Hasta este 16 de abril es posible inscribirse en el Virtuality Literario Caza de Letras (http://www.cazadeletras.unam.mx), un concurso en tiempo real que se desarrollará entre el 11 de mayo y el 6 de julio, y que ha sido planteado en un formato que recuerda al de los reality shows televisivos pero adaptado a la red. El evento es auspiciado por la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx). El ganador de este particular certamen obtendrá 50.000 pesos y la publicación de sus trabajos en la revista universitaria Punto de partida. Podrán participar escritores de 20 a 35 años, mexicanos o extranjeros residentes en México, de los cuales doce serán seleccionados por un comité para “convivir” durante ocho semanas a través de blogs integrados al portal del concurso. Los autores trabajarán en línea con tres escritores anfitriones, Alberto Chimal, Álvaro Enrigue y Mónica Lavín, quienes, a manera de taller, les plantearán retos de escritura en distintos géneros literarios. Para inscribirse es preciso llenar la ficha de registro (http://www.cazadeletras.unam.mx/casting/registro.html). El jurado estará conformado por estos anfitriones, que deberán nominar semanalmente a dos o más huéspedes, según el desempeño de cada uno, para salir del concurso. Con la misma periodicidad, uno o más de estos nominados será expulsado con base en la decisión del jurado y los votos de los lectores. El público podrá comentar a cada huésped su trabajo y podrá votar a favor de su concursante favorito e influir en el resultado de las eliminatorias. “Se trata de un concurso en tiempo real que pretende alejarse de los convencionalismos que caracterizan a los certámenes tradicionales”, explicó Sealtiel Alatriste, director de Literatura de la Unam y responsable del proyecto. “Nos interesa hacer de esto algo alegre, realmente lúdico, sacar a la literatura de la solemnidad en la que a veces la encasillamos”. Alatriste, quien anunció que ya se proyecta otra edición del concurso para el segundo semestre del año, consideró necesario dar cauce a los nuevos talentos que no encuentran oportunidades en los concursos literarios tradicionales, que generalmente ganan los escritores con cierta trayectoria. Bajo seudónimo, los participantes —que se darán a conocer el 4 de mayo— contarán con un blog donde se archivará su desempeño y se constatará su nivel de popularidad, que será medido por la votación de los cibernautas. “Escribir es un trabajo de resistencia ante la crítica, de saber construir a partir de ella, y eso me parece una gimnasia para la imaginación y la destreza narrativa”, indicó Lavín sobre el concurso, que califica como formativo, intenso y “adrenalínico”. Valoró también la retroalimentación que ofrece el certamen, ya que los escritores eliminados podrán conocer sus fallas literarias. Por su parte, Chimal consideró que el Virtuality es una especie de taller donde los lectores podrán también decidir las expulsiones que tendrán lugar periódicamente a lo largo del concurso. Fuente: Caza de Letras • Noticias de Oaxaca *** Antonio Muñoz Molina inaugurará el Festival de Literatura de Bruselas El escritor español Antonio Muñoz Molina inaugurará el próximo 19 de abril, en Bruselas (Bélgica), el Festival Internacional de Literatura Passa Porta (http://www.passaporta.be), en el que autores belgas y extranjeros analizarán las distintas sociedades, culturas y opiniones “desde otra perspectiva”. En el evento, que lleva por lema Del Otro Lado y que se prolongará hasta el domingo 22, participarán asimismo los poetas Andrés Sánchez Robayna y Vicente Valero, quienes ofrecerán un recital y una aproximación a la poesía española contemporánea. Molina será el invitado de honor de un festival de “decidida vocación multilingüe y multicultural”, organizado conjuntamente por el Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es) y Passa Porta, una librería internacional creada en 2004. El acto animará a “mirar más allá de nuestras fronteras, de las próximas o de las lejanas, las reales o las imaginarias; a situarnos en el lugar ‘del otro’ ”, señalaron los organizadores. La inauguración tendrá lugar el 19 de abril a las 6 de la tarde en la librería Passa Porta, mientras que la participación de Sánchez Robayna y Vicente Valero se producirá el día 22 a las 10 de la mañana en el Thêatre de la Monnaie. El Instituto Cervantes celebra en 2007 el décimo aniversario de su implantación en la capital belga, colaborando con diversas entidades de la misma, públicas y privadas, para la promoción y difusión de la cultura en español. Fuente: EFE *** Jalisco tendrá la fiesta más grande en honor al libro En Jalisco, el próximo 23 de abril, Día Mundial del Libro, habrá un maratón de lectura en voz alta de Cien años de soledad; la presentación oficial para México de la nueva edición conmemorativa de esta novela que cumple 40 años desde su primera publicación; y una fiesta con música colombiana, todo como parte de la celebración más grande que se realizará en México en torno a Gabriel García Márquez y al libro. En la conferencia de prensa realizada el pasado 10 de abril en las instalaciones de la Feria Internacional del Libro (FIL, http://www.fil.com.mx) de Guadalajara, Marisol Schulz, directora de Alfaguara (http://www.alfaguara.com), aseguró que Jalisco realizará la celebración más importante en México para el libro, así como para Gabriel García Márquez y Cien años de soledad. En el acto estuvieron presentes también María Elena Ramos, directora general de Fomento y Difusión de la Secretaría de Cultura; Román Villa, director de Difusión Cultural del Ayuntamiento de Guadalajara, y Nubia Macías, directora general de la FIL. Durante la conferencia se informó que el maratón de lectura comenzará a las 9 de la mañana en todos los municipios. Las personas que quieran participar en la lectura de Guadalajara, que será hasta las 6 de la tarde en la Rambla Cataluña, pueden inscribirse en la página de la FIL o mediante el teléfono 3810-0331 (extensión 932), así como a través del correo electrónico protocolo@fil.com.mx. A las 6 de la tarde del 23 de abril, Grupo Santillana (http://www.gruposantillana.com) y la FIL realizarán la presentación oficial para México de la edición conmemorativa de Cien años de soledad, preparada por la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale, http://www.asale.org). En esta presentación, que será moderada por el periodista Pablo Boullosa, participarán los escritores Jorge Volpi, Gonzalo Celorio, Eliseo Alberto y Elena Poniatowska. Al final de la presentación el público podrá participar en un brindis y un concierto de música colombiana, ofrecidos por la Oficina de Visitantes y Convenciones de Guadalajara (OFVC). Todos los lectores que participen en el maratón recibirán un ejemplar de la edición especial de Cien años de soledad, realizada por Santillana. Esta edición, según dijo Marisol Schulz, es “impecable y la definitiva que Gabo quiso entregar a las siguientes generaciones”. Incluye prólogos de los escritores Álvaro Mutis, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Víctor García de la Concha y Claudia Guillén. La directora de Alfaguara destacó la inclusión del árbol genealógico con los 69 personajes y las 6 generaciones de los Buendía, así como el glosario de términos realizado por la Academia Colombiana de la Lengua. Nubia Macías, directora de la FIL, dijo que la lectura en voz alta será transmitida en vivo desde la Rambla Cataluña por la Red Radio UdeG, estación que abrirá su señal para todo el país. Destacó la importancia de la participación de toda la sociedad en este tipo de eventos e informó que habrá un ejemplar de Cien años de soledad en Braille para los invidentes que quieran unirse al festejo. A lo largo de la jornada de lectura las editoriales Conaculta, Conexión Gráfica, Arlequín, Universitaria, Grupo Editorial Tomo, Mantis, Petra Ediciones, Siglo XXI, Tusquets y la dirección de publicaciones de la Secretaría de Cultura; así como de las librerías Porrúa, Gandhi, Cristal, Jardín de Senderos, José Luis Martínez del FCE, Universitaria, Gonvill, y la revista Reverso instalarán mesas de venta de libros y entregarán una rosa a quienes compren un libro, cortesía del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (Cucba, http://www.cucba.udg.mx). El Día Mundial del Libro es una celebración creada por la Unesco en 1995, que en la actualidad se festeja en más de ochenta países. Esta es la sexta ocasión en que se convoca a la lectura en voz alta; las ediciones anteriores fueron dedicadas a Juan José Arreola, Julio Cortázar, Pablo Neruda, Julio Verne y Jorge Luis Borges. El año pasado esta actividad reunió en Guadalajara a 193 lectores y más de dos mil personas acudieron a escucharlos. Fuente: FIL *** Antonio Gamoneda iniciará la lectura continuada del Quijote La voz del poeta Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931), último premio Cervantes, será la primera de las más de 2.000 que, por decimoprimer año consecutivo, completarán la lectura continuada de El Quijote. Será a la seis de la tarde del próximo 23 de abril, día del libro y aniversario de la muerte de Cervantes y Shakespeare, en el Círculo de Bellas Artes (CBA, http://www.circulobellasartes.com) de Madrid. “En un lugar de la Mancha...”, leerá Gamoneda poco después de recibir de manos del Rey en Alcalá de Henares el diploma y la medalla que le acreditan como ganador del premio mayor de las letras españolas. Aunque podría producirse cambios de última hora en su agenda, se cuenta con que la voz del presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se sume a esta lectura que es ya una tradición dentro de la Semana del Libro y “la gran fiesta de la lectura”, según la definió Juan Barja, director del CBA. Otra de las lectoras será la ministra de Cultura, Carmen Calvo. La lectura continua tendrá lugar en el Salón de Columnas del CBA desde el lunes 23 hasta la tarde del miércoles 25. Se intercalará, por tercer año, con intervenciones de “personas libro” que han memorizado pasajes de la obra. Una iniciativa que este año se abre a idiomas como el aimará, quechua, guaraní, búlgaro o rumano, además del catalán, gallego y vasco. Habrá dramatizaciones de algunos pasajes a cargo de actores de la Real Escuela de Arte Dramático (Resad, http://www.resad.es) y de reclusas que forman parte del grupo de teatro del Centro Penitenciario de Aranjuez. Se sucederán también las conexiones por videoconferencia con embajadas y sedes del Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es) en distintos rincones del planeta, centros penitenciarios o instituciones como la Presidencia de La Rioja. La “fiesta de la lectura” incluirá este año un encuentro de Antonio Gamoneda con estudiantes en el teatro Fernando de Rojas y en colaboración con La Noche de los Libros (http://www.lanochedeloslibros.com) de la Comunidad de Madrid (http://www.madrid.org). Se recordará a William Shakespeare, fallecido también el 23 de abril, a través de un ciclo de cine con una decena de grandes títulos basados en su obra, desde Ricardo III a Julio César, pasando por El mercader de Venecia. Habrá también lecturas dramatizadas de El rey Lear y Sueño de una noche de verano. Se estrenará, además, un Premio Internacional de Ensayo creado y amparado por el CBA y la editorial Antonio Machado, un galardón abierto a cualquier idioma y al que se han presentado casi 80 originales y que se fallará el día 25. No faltará el arte, con una exposición de uno de los últimos grandes surrealistas, el chileno Roberto Matta, que realizó dos series de grabados dedicados a El Quijote: “Don Qui” y “Qui d’Eux”, que se mostrarán junto a los escritos “cervantinos” de Matta, redactados en el característico argot del artista. Fuente: Ideal Digital *** II Semana de la Nueva Narrativa Urbana celebrarán en Caracas Entre el 23 y el 27 de abril se celebrará en el Centro Cultural Chacao, en Caracas, la II Semana de la Nueva Narrativa Urbana, evento que organiza el Pen de Venezuela (http://www.pendevenezuela.org) con el apoyo de la Fundación Chacao (http://www.chacao.gov.ve/fundacioncultural), y en el que se ofrece al público una oportunidad para hacer contacto con las nuevas voces de la narrativa urbana venezolana. La actividad se iniciará el lunes 23, cuando Judit Gerendas presente a los escritores Álvaro Pérez Capiello, Víctor Vegas y Gisela Kozak. El martes 24, Antonieta Madrid hará lo propio con Ricardo Waale, José Tomás Angola y Carlos Ávila. Les siguen Mario Morenza, Marianne Díaz y Eduado Cobos, quienes leerán sus relatos el miércoles 25 tras ser presentados por Federico Vegas. El jueves 26, Oscar Marcano presentará a Carolina Rodríguez, Rafael Victorino Muñoz y Miguel Hidalgo. La última sesión será el viernes 27, cuando Ángel Gustavo Infante presente a Arnoldo Rosas, Leopoldo Tablante y Ana García Julio. Cada noche, a partir de las 7, estos escritores estarán leyendo sus creaciones al público que asista al Centro Cultural Chacao. El evento estará coordinado por los escritores Ana Teresa Torres y Héctor Torres y es de entrada gratuita. *** Aguascalientes celebrará jornadas literarias Entre el martes 24 y el viernes 27 de abril se realizarán en Aguascalientes, en el marco de la Feria Nacional de San Marcos 2007, las “Jornadas Aguascalientes: Ciudad de Poesía”, evento con el que se festejará las cuatro décadas del Premio de Poesía Aguascalientes, y que se iniciará a las 8 de la noche con una velada poética en la que Óscar Santos y Juan Carlos Quiroz presentarán el poemario Fogata con tres piedras, de Efraín Bartolomé. El miércoles 25 a las 6 de la tarde, Juan Pablo de Ávila y Juan Manuel Rodríguez coordinarán la lectura de textos de los participantes en los talleres de poesía del Centro de Investigación y Estudios Literarios de Aguascalientes “Fraguas” (Ciela Fraguas, http://cielafraguas.blogspot.com). A las 7 de la noche se realizará la mesa redonda “Poesía brasileña: otro aliento de América Latina”, moderada por Claudia Santa-Ana y en la que participarán Regina Crespo (Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, Unam, http://www.unam.mx), Rodolfo Mata (Instituto de Investigaciones Filológicas de la Unam, http://www.filologicas.unam.mx), Eduardo Langagne (Fundación para las Letras Mexicanas, http://www.fundacionletrasmexicanas.org). A las 8:30, Edilberto Aldán y Fabián Muñoz coordinarán las mesas de lectura de poesía en las que participarán los poetas Óscar Oliva (ganador del Premio de Poesía Aguascalientes 1971 con Estado de sitio), Hugo Gutiérrez Vega (1976 con Cuando el placer termine), Coral Bracho (1981 con El ser que va a morir), José Luis Rivas (1986 con La transparencia del deseo), José Javier Villarreal (1987 con Mar del Norte), Salvador Gallardo Topete, Francisco Martínez Farfán, Rubén Chávez Ruiz Esparza, Liliana Ramírez y Elena de Casas. El jueves 26 a las 5 de la tarde, Juan Pablo de Ávila moderará la lectura de textos de los participantes en los talleres de poesía del Ciela. A las 6 se realizará la presentación editorial de los poemarios La santa, de José Javier Villarreal, y Ante un cálido norte, de José Luis Rivas, ambos publicados por el Fondo de Cultura Económica (FCE, http://www.fce.com.mx). A las 7 de la noche se celebrarán las mesas de lectura de poesía con Efraín Bartolomé (ganador del Premio de Poesía Aguascalientes 1984 con Música solar), Jorge Esquinca (1990 con El cardo en la voz), Eduardo Langagne (1994 con Cantos para una exposición), Malva Flores (1999 con Casa nómada), Jorge Fernández Granados (2000 con Los hábitos de la ceniza), Sofía Ramírez, Eduardo López, Ricardo Esquer, Arlette Luévano y Rodrigo Romo. La actividad será moderada por Germán Castro y Arturo Villalobos y precederá a la conferencia magistral “40 años de poesía”, que pronunciará a las 8:30 el poeta Hugo Gutiérrez Vega presentado por Claudia Santa-Ana. El viernes 27 a las 7 de la noche, el Teatro Morelos servirá de escenario para la ceremonia de entrega del XL Premio de Poesía Aguascalientes, que este año ha correspondido a Mario Bojórquez por su obra El deseo postergado, según el veredicto concertado por Víctor Sandoval, Eduardo Langagne y Dana Gelinas. La entrada a todas las actividades, la mayoría de las cuales tendrá como sede el Ciela Fraguas (I. Allende 238, Centro Histórico), será gratuita. Durante las jornadas se realizará la venta de libros de poesía con la participación de la Librería La Torre de Lulio, Alforja, Desierto/VerdeHalago, Librería La Letra, Tienda Educal, UNAM, Calamus, El Tucán de Virginia, Tierra Adentro, DosFilos, Filo de Agua e ICA, entre otras, y serán presentadas las instalaciones artísticas de José Fonseca y Elva Garman. Para solicitar mayor información es preciso llamar al teléfono (449) 915 8819. *** Festival de Poesía Ciudad de Granada reunirá a una veintena de poetas Más de veinte poetas de once nacionalidades, principalmente de Europa, América y Oriente Medio, participarán en el IV Festival Internacional de Poesía Ciudad de Granada (FIPCG, http://www.festivaldepoesiadegranada.com), que incluirá un concierto de Enrique Morente y un ciclo sobre Blanca Varela, ganadora del III Premio García Lorca. Este festival, que se desarrollará entre el 24 de abril y el 10 de mayo, incluirá asimismo en su programación la actuación de la cantante Christina Rosenvinge, y acogerá en su acto de clausura la entrega del Premio García Lorca, que recogerá el hijo de Varela en nombre de la poetisa peruana. El escritor argentino Juan Gelman será el encargado de inaugurar el evento, en una ceremonia que tendrá lugar en la Huerta de San Vicente, residencia de verano del poeta Federico García Lorca. El concejal de Cultura, Juan García Montero, manifestó durante una rueda de prensa celebrada la semana pasada, en la que participaron sus directores y algunos de los patrocinadores, que también se ha acordado que los poetas participantes visiten la Alhambra y emitan su voto a favor de su candidatura como una de las siete Nuevas Maravillas del Mundo. Además de la entrega del Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada-Federico García Lorca, se organizará un ciclo sobre la peruana Blanca Varela y se presentará la antología poética que el Ayuntamiento ha publicado de la obra de la poetisa con motivo de la concesión de ese importante galardón. Entre los autores que participarán en el ciclo se encuentran Nuno Júdice (Portugal), Ana Blandiana (Rumanía), Shlomo Avayou (Israel), Norberto Salinas (Costa Rica), Juan Carlos Orihuela (Bolivia), Antonio José Ponte (Cuba), Eduardo Chirinos (Perú), Edgar O’Hara (Perú), Waldo Leyva (Cuba) y José María Memet (Chile). La poesía también se difundirá durante esos días por el resto de la provincia que, gracias al patrocinio de la Diputación de Granada, contará con recitales de poemas en Fuente Vaqueros, Santa Fe, Peligros, Pinos Puente o Loja. Fuentes: EFE • FIPCG *** Bogotá celebra su XV Festival de Poesía Entre el 29 de abril y el 5 de mayo se celebrará en la capital colombiana la XV edición del Festival de Poesía de Bogotá (http://www.poesiabogota.org), que reunirá a más de cuarenta poetas de veinte países de Latinoamérica y el mundo, quienes entre sus actividades tendrán recorridos por escuelas, cárceles, universidades y bibliotecas. El evento, patrocinado por la revista de poesía Ulrika (http://www.poesiabogota.org/f2005/rulrika.php) tiene como propósito resaltar el legado de los poetas y de la poesía centroamericana, así como homenajear al poeta y académico colombiano Juan Gustavo Cobo Borda. Participarán autores de Argentina, Austria, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Italia, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Suiza, Uruguay, Venezuela y Colombia. En la ceremonia de inauguración se presentará una selección de poemas de Cobo Borda, y participarán invitados de la talla de los argentinos Mercedes Roffé, Marcos Silber y Jorge Ariel Madrazo; los bolivianos Marcelo Arduz Ruiz y Martha Gartier, el chileno Marcelo Rioseco, el ecuatoriano Edwin Madrid, los mexicanos Margarito Cuéllar y Telma Nava, los peruanos Luis La Hoz y Enrique Sánchez Hernani, los uruguayos Washington Benavides y Rafael Courtoise, y el venezolano Adriano González León. Por Centroamérica y el Caribe asistirán los costarricenses Oswaldo Sauma y José María Zonta, los cubanos Pablo Armando Fernández, Gabriela Castellanos y Alberto Rodríguez Tosca; los guatemaltecos Carlos López y Francisco Morales Santos, los hondureños Rigoberto Paredes y José Luis Quesada, el nicaragüense Francisco Ruiz Udiel y el panameño Pedro Rivera. Además asistirán el austríaco Wolfgang Ratz, los españoles Guadalupe Grande, Luis Miguel Madrid y Fernando de Villena, el estadounidense Arnold Craig, el italiano Carlo Bordini y el suizo Vince Fasciani. Jotamario Arbeláez, Antonio María Flórez y Mauricio Contreras, ganadores del Premio de Poesía Ciudad de Bogotá, también estarán en el evento. Se prevé que para el 1 de mayo, los poetas lean sus obras en cárceles bogotanas masculinas y femeninas, el 2 de mayo estarán en diez colegios populares de la capital colombiana, el 3 en universidades y el día 5 en cuatro bibliotecas públicas. Fuente: Telesur *** Poetas chilenas se presentarán en la Feria de Buenos Aires Una delegación de trece poetas chilenas se presentará el próximo 1 de mayo a las 8 de la noche en la 33ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (http://www.el-libro.com.ar), en un recital que bajo el título “Tras la senda de Gabriela” se celebrará en la sala Javier Villafañe del recinto La Rural. Las embajadoras chilenas de la poesía Astrid Fugellie, Paz Molina, Ana María Vieira, Cristina Larco, María León Bascur, Ingrid Huet, Blanca del Río, Ximena Troncoso, Tatiana Olavaria, Jacqueline Lagos, María de la Luz Ortega, Albertina Mansilla y Patricia Pinchón, leerán sus creaciones en homenaje a la laureada poeta Gabriela Mistral (1889-1957), ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1945. El objetivo principal de este recital es la difusión de la poesía femenina chilena actual, una muestra diversa temática y generacionalmente que se presenta como una interesante visión del mundo, donde el poema y su lenguaje son fuente importante del desarrollo intelectual. En el marco del cincuentenario de la muerte de Mistral, las poetas tienen proyectadas diversas actividades a las que se sumarán más autoras en reconocimiento a su espíritu americanista. El recital está incluido entre las actividades oficiales convocadas por la Fundación El Libro (http://www.el-libro.com.ar) y está patrocinado por la Sociedad de Escritores de Chile (Sech, http://www.sech.cl), a instancias del programa radial Carretera Cultural. Las poetas partirán rumbo a la capital argentina el lunes 30 de abril, se presentarán el 1 de mayo y participarán de las actividades dedicadas a Chile el 3 de mayo. Fuente: Sech *** Universidad de Salamanca realizará congreso de novela y cine negro La Universidad de Salamanca (http://www.usal.es) celebrará, entre el 8 y el 11 de mayo, el III Congreso de Novela y Cine Negro. El congreso estará específicamente dedicado a los protagonistas criminales en la literatura negra y acogerá a escritores, directores de cine, estudiosos, libreros y aficionados a lo negro-criminal. Entre los autores que asistirán al congreso se encuentran Juan Madrid, Enrique Urbizu, Amir Valle, Jesús Palacios, Carles Quílez, Pepe Colubi, George Tyras, Rosa Pellicer, Manuel González de la Aleja, Emilio Frechilla, Javier García Rodríguez, Miguel Orós, Esther Álvarez y Paco Camarasa. A las intervenciones de los participantes se sumarán mesas redondas, proyecciones de películas y coloquios con el público en los que podrán participar los alumnos de la Universidad de Salamanca, que obtendrán tres créditos de libre elección con su asistencia. El congreso, cuyas sesiones se desarrollarán en la sede de la Filmoteca de Castilla y León en Salamanca, albergará también la presentación del Informe confidencial; la figura del detective en el género negro, publicación editada por Difácil el pasado año que recoge las conclusiones del segundo encuentro negro-criminal celebrado en Salamanca en mayo de 2006. Organizado por Álex Martín Escribá y Javier Sánchez Zapatero, el evento llega a su tercera edición “después del éxito de las dos primeras ediciones” con la asistencia de escritores, directores de cine, estudiosos, libreros y aficionados a lo negro-criminal y con el objetivo de consolidarse “entre los grandes festivales del género”. Fuentes: EFE • Europa Press *** Literatura infantil protagoniza el X Salón del Libro Iberoamericano El X Salón del Libro Iberoamericano (http://www.literastur.es), que se celebrará entre el 9 y el 14 de mayo en la ciudad asturiana de Gijón (norte de España), reunirá a cerca de un centenar de editoriales de España, Portugal y América Latina, en una edición especial dedicada a la literatura infantil. Los autores españoles Andreu Martín y Nativel Preciado, y el peruano Santiago Roncagliolo, han confirmado su presencia, junto a la venezolana Laura Antillano y la argentina Eugenia Almeida, según un avance de la programación difundido por el director del evento, el escritor chileno Luis Sepúlveda. La organización del salón ha decidido celebrar su décimo aniversario con un homenaje a la literatura infantil, y para ello ha programado mesas redondas y encuentros de autores y editores con público en edad escolar y una temática que vincula este tipo de literatura con el cine. Este año se falla el premio de novela Las dos orillas, que se convoca con carácter bienal, y el jurado deberá seleccionar la mejor obra entre un total de 381 originales, en su mayoría de autores argentinos y españoles. Otras 93 obras fueron presentadas al premio de poesía “Alonso de Ercilla”, también mayoritariamente de poetas argentinos y españoles, aunque con una notable presencia de otros países latinos. Igualmente, se celebrará el II Encuentro Internacional de Editores Independientes, que debatirán sobre la coyuntura de las pequeñas y medianas editoriales en un mercado liderado por las multinacionales de la comunicación. El ciclo “Tres noches de poesía”, que se desarrollará bajo el lema “Una mirada sonora a la palabra”, se celebrará en la colegiata de San Juan Bautista y el Centro de Cultura Antiguo Instituto Jovellanos, y dedicará la jornada de clausura a poetas asturianos. Una compañía italiana representará todas las mañanas en el Teatro Jovellanos la adaptación del cuento “Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar”, de la que es autor el director del certamen. Fuente: EFE ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === David contra Goliat Miguel de Loyola ============================= El Café Platónico, ubicado en el interior de la estación del Metro Tobalaba, en Santiago de Chile, y conocido en el sector como Platónico propiamente a secas, ha sido condenado a muerte. Metro S.A. le ha cortado el contrato de arrendamiento. Por eso hoy día está a la espera de la orden de desalojo proveniente del tribunal. Pero tampoco quiere salir huyendo, no tiene nada que esconder, nada que ocultar. Por el contrario, sabe la injusticia que hay detrás y por eso ha optado por esperar de pie el tiro de gracia, a fin de que el proceso culmine a la luz pública. Sucede que, movido por hambre de justicia, el Platónico ha dado pelea, tratando de defender su derecho a la vida aun a costa de perderla, aunque su enemigo cuente con poder para hacerlo mil pedazos. No quiere irse sin antes denunciar su caso a los más altos tribunales, como lo son sin duda los de la conciencia, ya que los otros, más temprano que tarde, se manejan con influencias. Ocurre que, durante el proceso, nadie de la oficina de administración de los locales supo darle una razón transparente para aceptar su condena y largarse. Sólo oyó evasivas a media voz, los clásicos clichés de “necesidades de la empresa” que no conforman ni convencen, resuenan todavía como martillazos arteros en su cabeza. Comprende, sólo fueron pretextos para encubrir intereses oscuros, cocinados por detrás, al interior de oficinas públicas atestadas de dudosos personajes nominados a dedo por la amistocracia imperante. Desde la llegada de los funcionarios de la Concertación a la administración de los locales, comenzó la política de constante hostigamiento, primero con un cambio radical de las condiciones del contrato de arriendo, el cual de carácter indefinido pasó a vencimiento plazo fijo, además de un alza del canon capaz de aturdir a cualquiera. Luego, para desconcertarlo todavía más, vino la persecución y el cuestionamiento absurdo del rubro o giro comercial del Platónico, inmovilizándolo, impidiéndole de esa manera renovarse al no contar desde entonces con un contrato que le brindara suficiente garantía y confianza para arriesgarse a llegar más lejos, como lo exige toda empresa para competir en el mundo actual. Ahora comprende, lo venían arrinconando para matarlo. “No queremos el rubro Alimentos”, le dijeron, “nos preocupa mejorar la Imagen Corporativa de Metro S.A.”, insistieron, “vamos a erradicar todos los negocios de comida”, le advirtió un Alto Funcionario. Pero de pronto, de manera sorpresiva y contrariamente a lo predicado por dicho Alto Funcionario, surge en la misma estación Tobalaba un local de la cadena Castaño. Y de pronto, como una bofetada en pleno rostro se anuncia la posible construcción en esa misma estación de un Patio de Comida. Y de pronto, como un rayo, aparece la cadena Savory instalada en esas mismas galerías. Y claro, se comprenderá, el viejo Platónico allí mismo viendo todo esto se impresiona. El legendario Platónico allí en esa misma estación siendo testigo ocular de la falta de coherencia en el hacer y el pensar, de la falta de transparencia y respeto a la verdad, a la justicia en buenas cuentas, se altera. Y el solitario Platónico allí mismo acusado y condenado a muerte por vender lo mismo, después de haber sido pionero en la ruta, primero en arrendar un local con esos mismos fines 20 años antes, no sólo se desilusiona, enloquece, siente el cuchillo de la traición en el pecho, el frío del metal ante la falta de lealtad hiela su alma. En el fondo de su corazón abrigaba la esperanza de una invitación a participar también en los cambios de la estación Tobalaba, a formar parte del nuevo proyecto, como arrendatario más antiguo, desde luego, como último sobreviviente de aquellos aventureros que se instalaron por primera vez en una estación desolada (1986), por donde entonces no circulaban tantas almas como en la actualidad. ¡Qué esperanzas de esa soñada Justicia Social capaz de prodigar felicidad a los desposeídos del Poder! Porque Platónico no se ha enriquecido en estos 20 años para comprar influencias, como lo consiguen las grandes cadenas comerciales, impersonales y gélidas, sin rostros visibles pero efectivas para pactar al más alto nivel sus intereses. O a lo mejor el Alto Funcionario puede haberse figurado al Platónico rico, apoltronado en un sofá con un puro enterrado en la boca, de seguro con una billetera más forrada que la suya y por eso no ha tenido escrúpulos para dar la orden de expulsión, despojando así de cuajo al Platónico de sus activos y pasivos. Porque para cualquier entendido en asuntos de negocio resulta obvio que no podrá llevarse la clientela a otro lugar, ni tampoco los muebles, porque éstos en cualquier otro espacio no pueden encajar. Todo será pérdida. Escombros, en buenas cuentas. ¿“Basura” un local que prodiga trabajo a cinco personas (familias), cuyos destinos, por cierto, también deben ir a parar al mismo tacho de los desperdicios? ¿Resulta lógico, admisible, en un país donde escasean siempre las fuentes de trabajo? Tenían el deber moral de ofrecerle otra alternativa a quien fuera durante tantos años un arrendatario que nunca dio problemas. Por eso el Platónico proyecta ahora un rostro desencantado, después de comprender que todo no es más que un fraude cuando se reparten los puestos de poder, tal vez no se puede lucir de otro modo. Pero como tiene el espíritu fuerte del hombre libre, y mientras permanezca vivo en el corazón de muchos de los cientos de trabajadores del sector que lo conocieron, haciéndolo parte de su rutina en el tráfago de la vida diaria, resistirá. Sí, porque Platónico es también un hombre, un hombre todavía capaz de salir a la calle a defender su libertad, como la defendió ayer, como la defendió tantas veces en dictadura, y tendrá que seguirlo haciendo ahora, porque los acontecimientos lo han convencido de que aquí se siguen cometiendo abusos de poder que dan cuenta de la urgente necesidad de salir a pelear otra vez por la justicia y la libertad. ** Miguel de Loyola deloyola@hotmail.com Escritor chileno (San Javier, región del Maule). Realizó estudios universitarios en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde se tituló de profesor de estado con mención en castellano en 1981, y obtuvo en 1994 el grado de magister en letras con mención en literatura. En esa misma casa de estudios obtuvo sus primeros premios literarios entre 1978 y 1981. Participó en el Taller Literario de Roque Esteban Scarpa y Alfonso Calderón, y más adelante en el de José Donoso. En 1981 obtuvo un primer lugar compartido en el concurso literario de la revista La Bicicleta. Ha publicado el libro de cuentos Bienvenido sea el día (edición del autor) y la novela Despedida de soltero (Lom Ediciones). Es secretario de redacción de la revista literaria Proa y miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile. También es editor de Ensayo y Crítica Literaria de Letrasdechile.cl. === Crónica para la carne moribunda: ====================================== === estos son los discursos que Chile se está perdiendo =================== === Laura García ========================================================== La historia es así Todo comenzó cuando se me ocurrió que quería hacer algo diferente para publicar en el espacio que la Agrupación Chilena de Blogs (http://www.achib.cl) me ha invitado amablemente a llevar en su web. Para esto, busqué entrevistar a un polémico sociólogo y periodista chileno, nacionalmente reconocido. Además de esta faceta, digámoslo así, más visible, este tipo resultó ser un escritor sorprendente. Si bien ya era reconocido en Chile por libros de no-ficción, cono El Chile que no queremos, y Diccionario histérico de Chile, Fernando Villegas publicó en 2005 una novela, titulada Discursos de la carne, bajo el seudónimo de Alexander Tolush y por el sello Alfaguara. Lo del seudónimo fue una decisión dirigida principalmente a proteger el libro de las críticas imparciales que surgirían, por ser él, el autor detrás de la obra. Sin embargo, Chile no estaba preparado para leer a un autor de nombre ruso, absolutamente desconocido. La crítica negó la existencia del libro al no criticarlo, ignorándolo casi por completo, y esto generó un bajo perfil. Los lectores, por lo tanto, no se vieron fuertemente motivados a buscar el libro. El autor intentó salvarlo comercialmente reconociendo su nombre real detrás del seudónimo, nombre, que como ya dije, es muy famoso en Chile. Aun así, no fue suficiente. Yo, pecando de curiosa, me aventuré a leer el libro del cual Villegas me habló, en la entrevista que le hice, con nostalgia y un dejo de dolor. Pude concluir varias cosas tras su lectura cuidadosa; entre otras, que la existencia de este libro me confirma la estrechez mental de la crítica en general, puesto que, seamos sinceros, la crítica es parte importante en el proceso de “consumo”, como tal, de libros, buenos y malos. Los lectores, en muchas ocasiones, se acercan a las librerías en busca de libros que fueron mencionados por la crítica en diarios y revistas, es decir, la crítica contribuye con la primera puntada, de ahí a que el libro sea de gusto de quien lo lee, queda una delgada línea que atraviesa cada individuo por sí mismo. Con Discursos de la carne ocurrió algo sumamente irónico. Su autor, antes de que fuese publicada, la hizo leer, en Europa, de algunas autoridades en letras, entre las que se cuenta Lucyna Falkiewicz-Wille, licenciada en filosofía y filología, doctora en letras, catedrática de la Universidad Rzeszów, Polonia, quien sólo tuvo elogios para el libro. No es mi intención abrir debates, pero: ¿es justo negar la calidad literaria intrínseca de un libro, únicamente porque éste está escrito por un autor no tan conocido, o un autor que no está dentro de las élites nacionales, sino que está desenmarcado de éstas por una opción personal? ¿Está la crítica seleccionando su material para reseñas y artículos guiados solamente por criterios comerciales, por frivolidades y prejuicios y no por la calidad literaria? Es muy posible que la respuesta a este par de preguntas sea respectivamente no y sí. Dejo este tema a juicio de quienes leen esta página. Aquí presenté la historia detrás de un libro obviado. A continuación su reseña, escrita por alguien que no lee bajo ningún criterio en particular, más que por el placer de leer. Y que no critica guiada bajo prejuicios, sino por la honestidad de la calidad literaria propia de la obra. El libro es así Discursos delirantes Después de un fallido intento de golpe y en un viejo avión Ylushin se trasladan, de vuelta a Moscú, el presidente ruso Mijail Gorbachov y su jefe de seguridad, coronel de ejército Efim Geller, acompañados de otros altos mandos y miembros del gobierno ruso. El pollo grasiento con papas fritas que les dieron en el avión les ha caído muy mal a todos, especialmente al coronel Geller, quien se ha intoxicado; se está pudriendo por dentro prácticamente y el dolor lo castiga con alucinaciones. La carne moribunda ha tomado la palabra y la realidad se ha deformado en un juego de ficciones y delirios. Uno tras otro llegan los recuerdos, hilados en una serie de relatos en los que Geller repasa entre la burla y la ironía y con un finísimo humor negro, su desaforada vida: entre otras cosas, ha sido violado de niño por un viejo pederasta, ha violado a su primera esposa, aun cuando se amaban profundamente, la denunció como traidora y la entregó a las autoridades rusas. Repasa cómo cada mujer que llegó a su vida, bajo circunstancias tan simples como marcadoras, barrió en su corazón y le hizo vivir muchos tipos de desenfreno. Aquí el sexo no da placer, sino que es una actividad enfermiza en la búsqueda de un absoluto casi perverso. Geller es, además, un genial escritor, incomprendido, rechazado por editores y editoriales, andando con su libro más ambicioso bajo el brazo y con una esperanza siempre puesta en él, que pronto se desvanece. De repente la historia da otro giro y ya Geller no delira con mujeres, sino con hombres. Ha sido poseído por algunos y ha amado con obsesión a un travesti. No deja de escribir. Ni de llevar su obra más ambiciosa bajo el brazo. El ritmo cascada de esta novela está marcado principalmente por un juego literario en donde las imágenes sufren una ligera transformación, cada cierto tanto —en capítulos que son distinguidos con letra cursiva— y en donde ya no es de Geller de quien se habla, sino de otro tipo muy parecido a él, quien también parece pudrirse agonizando en un hospital, mientras recuerda un libro que ha escrito, sobre Gorbachov, sobre un tal coronel Geller, sobre una tal URSS. Un tipo confuso, pero clave dentro de la obra. Estamos, sin duda, frente a una novela oscura. Una novela túnel. Los relatos confluyen y explotan. Una situación se mimetiza con otra que aparece capítulos más adelante, en otros escenarios, con otros personajes. Pero es la oscuridad de esta obra la que proporciona, irónicamente, reflejos de otras cosas: una temática muy novedosa dentro de lo que se ha escrito en los últimos años en Chile, cuidadosamente trabajada. Una estructura narrativa fuerte, que se semeja muchísimo a una partida de ajedrez, ya que Discursos de la carne es un juego en donde las piezas han sido movidas con maestría. Un juego en donde el fin es arrebatar el aliento, por completo, a quien lo lee atentamente. Pero ante todo, esta es una novela que despliega genialidad, inteligencia y exquisito atrevimiento. Se salta de la lujuria a la más absoluta miseria espiritual, sin puntos medios. Del dolor insoportable a la risa desternillante. Cada personaje es visto con una constante burla, que se hace cada vez más infinitamente necesaria. Aquí se unen pasajes que recrean vejaciones a mujeres y hombres, cruentas muertes, dolor, miseria, alegrías eufóricas, sexo despiadado, descritos con una pasmosa precisión de relojero y con lenguaje amplio y acertadísimo. Aquí no se admiten susceptibilidades y a pesar de que vagan entre párrafos Gorbachov, Chernobyl, la URSS, el socialismo y el comunismo, esta no es una novela política y está muy lejos de serlo. Estos discursos merecen lectores que tengan la oportunidad de amar y odiar al desgarrador Geller. Que tengan la oportunidad de hastiarse, solidarizar o compadecerse de la figura “ese” que escribe a Geller, sí, ese “otro ser” que se atreve a entrometerse, a desenmascararse y a disfrazarse al mismo tiempo entre las letras cursivas. Es la carne moribunda que hace su discurso: y reclama ser atendida. ** Laura García laura.lalita@gmail.com Escritora colombiana (Cartago, Valle del Cauca, 1985). Cursa estudios de dramaturgia en Santiago de Chile, donde reside desde 2003. Mantiene en línea el blog sobre artes y literatura Club de Artes y Letras El ClarLet (http://clar-let.blogspot.com). Es columnista del sitio web de la Agrupación Chilena de Blogs (http://www.achib.cl), en donde publica la columna “Asterisco”. === El para qué de la Historia: =========================================== === Arístides Medina Rubio, una pedagogía del saber histórico ============= === María E. DelValle de Villalba ========================================= “La Historia es como un río en el cual no podemos bañarnos dos veces en las mismas aguas”. Herodoto En este aciago camino de enseñar e investigar en Historia, es refrescante encontrarse con las líneas punzantes y retadoras de Arístides Medina Rubio. En especial en un área donde solemos toparnos con mentes planas, discursos obvios y letras anestésicas. La Historia es una de esas ciencias de las que todo el mundo cree que sabe, en la que pueden entramarse discursos sin concierto alguno y formar mentalidades moldeables a los intereses de turno. Los textos de historia suelen volverse muletas para los incapacitados para la reflexión y los discursos se repiten como un credo sordo para aprobar un curso sin impacto en la vida personal de los estudiantes. Otros artículos y diversas investigaciones hacen reduccionismo de la ciencia histórica, limitándola a crónicas vacías y recuentos dignos de cualquier pregunta de ¿Quién quiere ser millonario? Frente a esta realidad, no han sido pocas las voces que se han levantado, de noveles y veteranos historiadores tratando de devolver a la ciencia histórica su rol determinante en la formación de mentalidades e identidad nacional. Medina Rubio (2000) reclama lo que él define como la descalificación y el desprecio hacia los contenidos de Historia (1) y me gustaría detenerme en el primero de los calificativos usados por Medina Rubio: la descalificación. La Historia como materia de estudio no tiene la fortuna de contar con la entusiasta acogida de los estudiantes, no son pocos los que la ven como aburrida, innecesaria y anodina. Esta misma matriz de opinión se consolida en la educación superior cuando el estudiante vuelve como en una noria a encontrarse con docentes sin actualización, con conciencias adormecidas que calcan repetidamente sus propuestas año tras año. Cabría entonces preguntarnos: ¿por qué es descalificada la Historia? ¿Quién la califica? ¿Qué la califica? ¿Qué le da verosimilitud? Para no hablar de veracidad, que sería objeto de otro ensayo. Esa ciencia de los hombres en el tiempo, que Bloch (1999) presentaba en su Escuela de los Annales (2), ¿no tiene calificación? ¿O será que tristemente se ha hecho de la historia la ciencia de lo inútil donde relatamos el pasado, lo describimos prolijamente, en el mejor de los casos, pero el discurso se queda anclado en el pasado como una mala hierba, sin empalmar con el presente? La calificación de la Historia la da su razón de ser: conciencia de los pueblos, maestra de las nuevas generaciones, memoria y recuerdo que se imbrican en el ser nacional. Más le valdría a muchos seudohistoriadores cambiar de oficio a uno que haga menos daño, uno en el que algo tan vital no se involucre y donde aquellos que cuentan con auténtica vocación de hormigas reconstruyan la memoria del pasado para comprender, entonces, el presente. Medina Rubio (2005), define la historia que queremos (3) como la Historia Matria, la historia del espacio afectivo más próximo donde el individuo nace, vive y muere. Esta Historia, además de ser una nueva aproximación al hecho histórico como tal, responde a la necesidad de una Historia pertinente, una Historia con arraigo en los hechos locales. La Historia que hoy impartimos es la emisión repetida de una analogía paralizante, la Historia es lo que ya pasó y aquello con respecto a lo cual no tengo ninguna influencia. El énfasis, denunciado por Medina, en la cronología de hechos y nombres, la presentación de los hechos históricos como desarticulados y sin vinculación unos de otros, la división en etapas de un solo devenir, convergen en una mezcla anémica de reflexión. La Historia Matria, además de ser una Historia que hay que empezar por escribir, no la construyen individualidades, desde posturas de soberbias gárgolas, sino los propios colectivos, que reconocen los fundamentos de su identidad comunitaria. Cada grupo humano tiene su Historia, está se dibuja y redibuja en un ejercicio dialéctico, dejando ver como marca de agua en su estructura y proceso la Historia nacional. La Historia eurocéntrica, determinada y supeditada a los esquemas occidentales, debe en esta nueva reflexión histórica quedar sólo como referente de un esfuerzo investigativo germinado dentro de unos paradigmas específicos, pero el objetivo es ahora escribir las Historias no escritas, que hablen en esta ocasión los perdedores, aquellas colectividades marginadas del discurso histórico tradicional. Desprecio es el otro sustantivo al que alude Medina Rubio al reportar la opinión del estudiante con respecto a la Historia como asignatura. Desprecio (4) (2005) es definido como: no estimar, tener en poco, desdeñar, tratar con desdén, indiferencia. La pregunta es cómo puede no serle indiferente a un estudiante, o al ciudadano común, un discurso descafeinado, una relatoría del pasado, de un pasado que pareciera ser de otros, que no me define ni me interpreta. Si a esto le añadimos lo que Medina Rubio (2000) califica como (5) profesores que, en general, no asumen una actitud frontal de defensa hacia la cátedra y sus implicaciones, se nos presenta un escenario para nada alentador. Estos profesores en muchos casos no reciben las herramientas necesarias para hacer de la práctica histórica lo que esperamos que sea. Algunos de ellos ni siquiera son especialistas, a veces son profesores integradores que por diferentes coyunturas terminan administrando cursos para los cuales no fueron formados en primera instancia; otros son profesores de ciencias sociales en general y no dominan las categorías y constructos de análisis necesarios para administrar correctamente los contenidos, y en el último caso tenemos historiadores formados en la investigación y dentro de una epistemología específica y que tal vez no dominen la didáctica de la ciencia para poder comunicar los conocimientos a los estudiantes y generar en ellos unos nuevos. A esto le añade el especialista el nuevo componente que a la Historia se le conmina a cumplir: la llamada función investigación-acción (6) (2000), un profesor-historiador-investigador que tiene necesariamente que vincularse en lo que él denomina una relación horizontal, en la cual el investigador-participante se vincula con el protagonista del hecho historiado. Un profesor-historiador-investigador que reconoce su papel activo en la construcción de las pequeñas historias que conjugadas todas encapsulan la Historia nacional. Pero también despierta el adormecido sentido de protagonismo en las colectividades que a través de los textos se nos presentan como anónimos e innecesarios, con poco o ningún peso en el desenlace de los acontecimientos. Además, apuntala Medina que en el currículo y en la carga horaria destinada a los contenidos de Historia, la misma se encuentra en minusvalía (7); apenas se contempla para los temas de historia menos del 5% del total de las horas que se destinan a la totalidad de los contenidos. Todo lo antes descrito, la visión con la que se abordan los contenidos históricos y la apatía con la que los docentes la administran, derivan en una ciencia mutilada, minusválida y estéril de la que no puede sorprendernos se piense prescindir sin cargo alguno de conciencia. Otro elemento importante que destaca Medina es la especificidad de los niveles en los cuales se administran los contenidos históricos. No es lo mismo, afirma (8), enseñar en la primera etapa de educación básica (primero, segundo y tercer grado) que en la Educación Media Diversificada. Sin embargo, según los estudios que actualmente realizo sobre el análisis del discurso de los textos de Historia de Venezuela, los contenidos se abordan subestimando las capacidades intelectuales de los estudiantes sin aprovechar las competencias mentales que según su nivel pueden desarrollar. Los textos se nos presentan como catecismos en los que se repiten ideologías camufladas y donde el alumno no es incluido en el discurso. Por otra parte, el tratamiento que se hace de su persona a través de las interacciones discursivas y a través de las actividades sugeridas se quedan en los más elementales procesos mentales, superficiales y sin demanda alguna de análisis ni reflexión. El docente, continúa Medina (2000) (9), acepta el programa como una camisa de fuerza, pero una que se ha colocado a voluntad, muchas veces por comodidad. El texto lo dice “todo” y las clases las administra el texto, con todas las consecuencias buenas o malas que implique la construcción temática que se presente en él. El docente no sólo se coloca esta armadura de pensamiento sino también se la coloca a los estudiantes coartando a sabiendas o no la capacidad de criticismo y reflexión de sus estudiantes. De esta manera, las palabras de Giroux (1997) (10) cobran hoy más que nunca resonancia: la educación sirve a menudo, muy a menudo, para silenciar más que para capacitar, si los discursos pedagógicos contenidos en los textos, apuntalados en la retórica del docente, se presentan ante el estudiante como relatos únicos que se repiten como letanías año tras año, ¿de qué forma pueden éstos capacitar al estudiante para un proceso reflexivo y retrospectivo desde el pasado y hasta el presente? La práctica educativa en Historia, denuncia Medina, puede convertirse en una forma de poder donde se legitiman unas acciones y por antinomia se condenan otras, donde se relata a favor o en contra de diferentes parcialidades y tales discursos no son cuestionados, el alumno aletarga su capacidad para decidir porque tal no es requerida. No decide porque no hay nada que decidir, los hechos están allí, y sólo hay que aprenderlos memorísticamente, repetirlos y aceptarlos como dogmas de realidades instituidas. Tragedia de las jóvenes mentes, renuncian sin saberlo a la capacidad de decidir, de disentir, de increpar, asumen que no es su papel, que la Historia está allí para venerarla pero no para hacerla suya. La Historia, que es esa manera de acercarnos al pasado, Medina Rubio (11), pero que es también el pasado mismo, un pasado que nos dibuja y nos define, se vuelve una fotografía congelada en un tiempo ajeno a lo que somos y por la que no nos sentimos interpretados. La denuncia de estos desmanes y despropósitos lejos de dinamizar y cuestionar las actuales prácticas docentes parecen haberse quedado en las esferas teóricas de quienes por el devenir de sus propias historias ya no están en el aula, es así como no corrigen en el estado de cosas. Las producciones de Medina Rubio nacen de un maestro con preocupación genuina, un maestro que sigue en el aula y que desde ella intenta resucitar la vocación de aquellos con la tiza en las manos. Tiene que haber una vacuna para semejante inmunodeficiencia que ataca las conciencias patrias de muchos que comunican conocimientos pero no enseñan, repiten contenidos pero no los valoran como proceso. Esta enfermedad ha dejado sin respuesta preguntas ontológicas: qué es la Historia; axiológicas: ¿cuál es su intencionalidad?; pragmáticas: ¿para qué sirve? Sin respuestas a preguntas tan medulares no es de extrañar que se entumezcan las conciencias y las capacidades intelectuales. Es que la enseñanza no es empresa fácil, mucho más si la hemos convertido en ese potaje sin sabor que engullimos sin alternativa, más aun no es fácil la enseñanza de la Historia, no lo es asumiéndola como el reto que ella encuba. Por ello es necesario que los profesores de aula, autores de libros, docentes universitarios y alumnos se den cuenta de lo que Medina Rubio (2000) (12) tomó conciencia hace mucho: • Que cuando enseñamos debemos tener conciencia de la edad de los educandos. • Que la Historia no puede percibirse anclada en el pasado. • No debe percibirse dividida y desarticulada. • Debe tener una intencionalidad vinculada a las realidades locales, comunales y nacionales. • Las estrategias usadas deben ser pertinentes, que involucren al estudiante, evitando las clases magistrales e inductivas. • No privilegiar la memorización de fechas, nombres y lugares importantes, descubrir el proceso y los significantes imbricados en ellos. • No sólo dar relevancia a los personajes del pasado, sino destacar los héroes locales, los héroes enterrados por la historia oficial, sobre todo destacar el papel de los colectivos como héroes encapsulados, hacedores de sus propias historias. Estos elementos nocivos deben ser erradicados definitivamente, promoviendo cambios epistemológicos, evolucionando paradigmas oxidados para rescatar esa historia, cambiante, dinámica, dialéctica, esa que no puede ser secuestrada en las líneas de un texto, que es como el río del que habla Herodoto, en ella es imposible bañarse dos veces. Esa Historia, tronco vital de todas las demás ciencias sociales, tiene para Medina Rubio, vida de adolescente, que se pregunta, se cuestiona, se confunde, se satura, cambia cada día, a su propio ritmo. Nuestro papel es tratar de interpretarla libremente, sin gríngolas epistemológicas, sin esposas ideológicas, con democracia intelectual, sin recetas vitalicias, abiertos a lo nuevo, a lo viejo, a lo extraño, a lo opuesto, a la diatriba, al debate continuo, a la duda, a la pregunta y a la respuesta. Terminaré estas breves reflexiones con las palabras de Paulo Freire (1999) (13) que dibujan el obrar de Medina Rubio: “Una de las condiciones necesarias para convertirnos en intelectuales que no temen al cambio es la percepción y la aceptación de que no hay vida en la inmovilidad. De que si soy, de verdad, social y políticamente responsable, no puedo acomodarme a las estructuras injustas de la sociedad. No puedo, traicionando la vida, bendecirlas” (p. 98). Notas 1. Medina Rubio, A. “La formación de los profesores de historia”. En: Revista de teoría y didáctica de las Ciencias Sociales, Nº 5. 2000. Caracas. 2. Bloch, M. Apología de la historia y el oficio de historiador. Universidad Santa María, 1999. Caracas. 3. Medina R., A. Manual de historia local. Ediciones de la Biblioteca Nacional, 2005. Caracas. 4. DRAE. Diccionario de la Real Academia de la Lengua. 2005. 5. Medina Rubio, A. “La formación de los profesores de historia”. En: Revista de teoría y didáctica de las Ciencias Sociales, Nº 5. 2000. Caracas. 6. Medina Rubio, A. Manual de historia local. 2005. Caracas. 7. Medina Rubio, A. “La formación de los profesores de historia”. En: Revista de teoría y didáctica de las Ciencias Sociales, Nº 5. 2000. Caracas. 8. Ibidem. Pág. 67. 9. Ibidem. Pág. 68. 10. Giroux, H. Cruzando límites. Paidós Educador. 1997. España. 11. Medina Rubio, A. Historia regional y local. Casa Nacional de las Letras. 2002. Caracas. 12. Medina Rubio, A. Los manuales escolares. Editorial Trópicos. 2000. Caracas. 13. Freire, P. La educación como práctica de la libertad. 46ª edición. 1999. Siglo XXI de España Editores. Madrid. Bibliografía • BLOCH, M. Apología de la historia y el oficio de historiador. Universidad Santa María, 1999. Caracas. • DRAE. Diccionario de la Real Academia de Lengua. 2005. Caracas. • FREIRE, P. La educación como práctica de la libertad. 46ª edición. 1999. Siglo XXI de España Editores. Madrid. • GIROUX, H. Cruzando límites. Paidós Educador. 1997. España. • MEDINA RUBIO, A. Historia regional y Local. Casa Nacional de las Letras. 2002. Caracas. —. Manual de historia local. Ediciones de la Biblioteca Nacional, 2005. Caracas. —. “La formación de los profesores de historia”. En: Revista de teoría y didáctica de las Ciencias Sociales, Nº 5. 2000. Caracas. —. Los manuales escolares. Editorial Trópicos. 2000. Caracas. ** María E. del Valle de Villalba manedelvalle@hotmail.com Docente venezolana (Caracas, 1970). Graduada de profesora en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel, http://www.upel.edu.ve; 1992), con especialización en historia económica y social de Venezuela en la Universidad Santa María (http://www.usm.edu.ve), con maestría en historia económica y social de Venezuela, tesis con mención publicación y summa cum laude. Cursa estudios doctorales en el Instituto Pedagógico de Caracas (http://150.187.142.39). Es coordinadora del Núcleo de Investigaciones Geohistóricas Lisandro Alvarado, cuenta con un proyecto en desarrollo financiado por la Upel y con participación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM, http://www.ucm.es). Ponente regular en eventos nacionales, adscrita a la línea de investigación, ciencias del lenguaje y con dos años de investigación en el área de análisis del discurso. Profesora ordinaria de la Upel. === Apuntes desahuciados sobre Andrés Mariño Palacio ====================== === Valmore Muñoz Arteaga ================================================= Con especial afecto a Rosalinda Mariño y toda la gente de Libroria Introducción Apuntaba Mariano Picón Salas que Venezuela ingresaba a la modernidad luego de la muerte de Gómez. De este tipo de afirmación está plagada la historia nacional. Más allá de reconocer o desconocerlas, lo que en definitiva sí se debe reconocer es que con la generación del 28, Venezuela se abre paso hacia la modernidad literaria. Una modernidad que comienza a fundarse desde las obras de poetas fundamentales como Ismael Urdaneta, Salustio González Rincones y José Antonio Ramos Sucre. Las contradicciones del Modernismo permitieron una búsqueda hacia la universalización de las propuestas literarias y culturales, a la creación de un nuevo lenguaje en el cual se pudiera fomentar una confluencia dinámica de disertaciones y discursos que, a su vez, impulsara nuevas concepciones del mundo y más frescas dimensiones estéticas. En este tránsito llegamos a la década del 20, fundamental para entender los nuevos derroteros del hombre no sólo en Venezuela sino en el mundo. Una década en la cual se abren los caminos hacia la creación de un proceso vigoroso de búsqueda de la reafirmación de la sensibilidad como piedra de tranca a las consecuencias nefastas de la I Guerra Mundial. No es casual entonces que en esta década se redactara el manifiesto Somos, como una reafirmación de lo que se pretende alcanzar, y que apareciera la revista Válvula como la significación de esa apertura a la vanguardia y a la universalidad. Surgen las figuras más notables de la incipiente narrativa urbana con Guillermo Meneses a la cabeza. Surge una nueva visión sobre el hecho literario y su efecto social en las magníficas obras de Miguel Otero Silva, Ramón Díaz Sánchez y Arturo Úslar Pietri. Sin embargo, el paso definitivo hacia la construcción de un puente cósmico hacia la otra orilla de la dimensión universal y moderna se alcanzaría con el (in)surgimiento del grupo Contrapunto liderado —desde todo punto de vista— por el zuliano Andrés Mariño Palacio. Contrapunto aparece en 1946. Dos años después aparecerá el primer número de una revista que llevará el nombre de la agrupación. El nombre del grupo y la revista guardaba, según Pausides González Silva, un doble significado: “Era una palabra subsidiaria de la situación política y social venezolana que aludía al firme propósito de enfrentar críticamente la situación cultural del país [...]. Contrapunto se trazó la meta de subvertir el discurso político, social y cultural, en la búsqueda de valores más firmes y verdaderos”. Subvertir no sólo el discurso político, social y cultural de Venezuela sino ya el del hombre sin fronteras que podía trazarse sin complejos desde la literatura. La II Guerra Mundial obligó de alguna manera a replantearse todos los conceptos humanos y de convivencia, y para ello debía emprenderse una búsqueda —otra más— en el interior del hombre, así lo entendieron de sus experiencias personales e intelectuales. Contrapunto es sin duda una invitación a la lectura de Aldous Huxley, el escritor más importante y más influyente en las ideas de los miembros del grupo, en especial de Mariño Palacio: “Leyendo a Huxley me reconcilio con la vida”, escribiría en 1948. Y es que la formación intelectual de Mariño Palacio tiene como columna vertebral la de los maestros de la literatura de la angustia, aquellos que forjaron su pensamiento y su obra desde el vientre del desarraigo producido por la crisis que cristalizó en las dos grandes guerras. Una angustia que parte de la decadencia cultural de la cual habló Spengler y que tuvo en las novelas de Hesse, Mann, Lawrence, Joyce, Hemingway y la generación perdida y el mismo Huxley, a sus más fervientes propagadores. Esa es la literatura que fomentará el espíritu desgarrado de Mariño Palacio. Esa será la literatura que guiará el espíritu esparcido en Los alegres desahuciados, El límite del hastío y Batalla hacia la aurora. Mariño Palacio y la crisis del pensamiento “La nuestra es esencialmente una época trágica, así que nos negamos a tomarla por lo trágico. El cataclismo se ha producido, estamos entre las ruinas, comenzamos a construir hábitats diminutos, a tener nuevas esperanzas insignificantes. Un trabajo no poco agobiante: no hay un camino suave hacia el futuro, pero le buscamos las vueltas o nos abrimos paso entre los obstáculos. Hay que seguir viviendo a pesar de todos los firmamentos que se hayan desplomado”. Así comienza El amante de Lady Chatterley, de David Herbert Lawrence. Un vitalismo que hallaremos en muchas líneas de Mariño Palacio. Un vitalismo en el cual se escuda para no dejarse arrastrar por la desidia y el atraso, por la mediocridad y la ignorancia activa que ha sido la base sobre la cual se ha sostenido Venezuela y América Latina. Mariño Palacio ve con cierta amargura y no poca ironía, cómo Venezuela transita su tiempo sin una obra universalmente trascendente más allá de las peripecias petroleras. Una sociedad laxa, absurda sin un sentido claro de lo que significa el desarrollo y el progreso. Una sociedad sorda, ciega, casi acéfala, que vive de espaldas a la solidificación de un proyecto de país sensato y coherente: “Nadie quiere entender a nadie: unos a otros nos tapamos los oídos para no escucharnos. Hay que hablar muy alto para que nos escuchen; debemos tener el oído alerta para las voces verdaderas”. Sólo que las voces verdaderas estaban ocultas tras las comodidades del poder y, de vez en cuando, aparecían sólo para no perder esa concepción farandulera del intelectual criollo. Es por ello que esas voces verdaderas las encontrará Mariño Palacio en las inmensas páginas de Huxley o Mann, en Hesse o Caldwell, en Proust o Lawrence. En una literatura desgarrada por los fantasmas, por los temores, a veces irracionales, del hombre moderno. Una literatura plena de pesadillas y angustias que describen el extravío de la sensibilidad en una época de transgresiones sistemáticas. Cuando nos habla de uno de sus libros de cabecera, El lobo estepario, de Hermann Hesse, lo hace en estos términos: “El lobo estepario es la más exacta verificación contemporánea del drama de los hombres no comprometidos y sin facultad de comprender que no pueden adaptarse a los vagos y estériles mecanismos prácticos de la existencia social de nuestro tiempo. Que no encuentran en esa vida común de todos los días el incentivo suficiente, ni la razón cabal, para esperar con deleite cada aurora y marchar esperanzados al encuentro de cada crepúsculo”. Mariño Palacio era y se sabía un lobo estepario. Un rechazado, un atormentado por edificar una obra intelectual con pies de plomo en un país sin consistencia de ningún tipo. En un país frágil, casi sin sentido. Un país al cual se le exigía memoria cuando lo que no tenía (ni tiene) es cerebro. Eso avivaba su amargura arrogante y juvenil, ya que los lobos esteparios nunca se imponen; “siempre irán por las oscuras callejuelas del universo con un pesado fardo de dudas sobre sus solas espaldas, con una dimensión de más pesando sobre su humana condición”. El mundo intelectual y cultural de la posguerra matizó su pensamiento en una verdadera y fructífera cultura del pesimismo, en una visión controversialmente desesperanzada de la civilización occidental, de los valores que la inspiraban y del tipo de sociedad que ella misma había generado tras largos años de tradiciones y bosquejos culturales acomodaticios. El lobo estepario es un libro diabólico y confesionario en el cual Hesse manifiesta su propio caos anímico. Hesse no advertía para la literatura otra función más que la de revelar el propio conflicto humano y el de la época con un superlativo grado de honestidad. Harry Haller aunará en sí todas las discordancias, desde la bestialidad hasta la santidad; se busca con angustia, sin poder redimirse de sí mismo ni a través de sí mismo. Pero no solamente será Hesse quien galvanice el espíritu avasallado de Mariño Palacio. También recurrirá a la obra de Marcel Proust, en la cual hallará un bosquejo de una evocación de un mundo aristocrático y refinado irremediablemente perdido. Otro sin lugar a dudas es James Joyce, sobre todo el Joyce de Retrato de un artista adolescente, en el cual trata de forjar cómo un hombre puede llegar a hacerse un gran hombre por medio del arte. Traemos a colación dos breves ensayos de Mariño Palacio. Ensayos escritos entre 1947 y 1949. Uno de ellos lleva por título Los caminos de la angustia; en él afirma de una manera absolutamente convencida que los caminos del arte son los mismos caminos de la angustia. El escritor, así como el artista en general, es un maldito, entre otras cosas, por no poder hacer nada. Por intentar construir una obra sobre las ruinas de lo que se va siendo y que a la larga terminará siendo devorada por el banquete del olvido. En otro ensayo titulado André Gide y la crisis del pensamiento moderno, Mariño Palacio reflexiona, a través del pensamiento de Gide, la situación del artista frente al desborde materialista por el cual atravesaba el mundo moderno. Una de las primeras cosas que resaltan de la personalidad de Gide es la lealtad moral de éste para consigo mismo. Para Mariño Palacio, Gide nunca jugó a partir de intereses colectivos fugaces como suele ocurrir con los intelectuales caribeños de su tiempo, quizás un poco entumecidos por el calor y la algarabía de las masas alucinadas y alucinantes, asfixiadas por tanta utopía banal y populismo enfermizo. Más adelante escribe: “En él [Gide] hay y ha habido siempre esa extraña curiosidad de los grandes combatientes que los lleva en un momento dado a identificar sus verdades propias y eternas con verdades circunstanciales e inmediatas. La teoría humanista, que es tan evidente en un escritor como Gide, se resentía en esas circunstancias, y de allí nacía esa suerte como de desequilibrio que más tarde se convertía en un camino directo hacia su verdad total, eterna, mejor dicho”. Esto es justamente lo que hace, según Mariño Palacio, que Gide perdurara coherente y devastador ante su tiempo y ante las generaciones. Valora, a través de Gide, al intelectual que cree en el hombre y en la cultura, en los valores estéticos y en la felicidad. Insiste en la calidad moral del intelectual, ya que ella le permitirá elaborar un mundo nuevo y templado “que nacerá indiscutiblemente de todo este descontrolador clima de pugnas materialistas que en esta actualidad del siglo XX se están disputando al mundo”. La voluntad del intelectual, del escritor, del artista, debe ser férrea, la obra y la personalidad del intelectual moderno ha de ser tan sólida que no permita ser arrastrado por las frivolidades del momento, mucho menos utilizar al arte, la escritura, para adquirir vacuos beneficios personales. Por ello su mirada apuntó hacia otras latitudes, hacia otras realidades que no eran muy diferentes a nuestras realidades. Mariño Palacio entendió que la crisis era, más allá de querellas políticas o económicas, un asunto eminentemente metafísico y ontológico. En el fondo, las realidades señaladas en esas novelas europeas y norteamericanas que tanto adoró también describían el drama del hombre venezolano y sobre ellas reflexionó en su corta vida intelectual. Literatura y erotismo Venezuela no tiene tradición sólida en el marco de la literatura erótica. A pesar de algunos inútiles, pero respetables esfuerzos, no existe una línea discursiva sobre este infravalorado género. Rescatable y digna de reconocimiento es la novela La esposa del Dr. Thorne, de Denzil Romero, quien obtuvo en 1988 el Premio Internacional La Sonrisa Vertical, quizás la más importante, por no decir, la única novela verdaderamente erótica escrita en Venezuela. Sin embargo, considero que si alguien pudo haber desarrollado el tema del erotismo de una manera incandescente y sublime ese pudo haber sido Andrés Mariño Palacio. Aunque su obra no es concebida con la intención de ser erótica, en ella hay interesantes e importantes reflejos de una conciencia clara acerca del género. Escribe Mario Vargas Llosa: “No hay gran literatura erótica, lo que hay es erotismo en grandes obras literarias. Una literatura especializada en erotismo y que no integre lo erótico dentro de un contexto vital es una literatura muy pobre. Un texto literario es más rico en la medida en que integra más niveles de experiencia. Si dentro de ese contexto el erotismo juega un papel primordial, se puede hablar verdaderamente de literatura erótica”. La obra de Mariño Palacio no está centrada en el tema erótico, aunque éste juegue un papel de importancia. En la narrativa de Mariño Palacio podemos encontrar diversos temas que aborda con la maestría propia de una joven revelación. Dentro de esos temas está el que nos reúne en este momento, sin embargo concebido como experiencia vital que no está divorciada de otros hechos cotidianos. El erotismo de Mariño Palacio nos recuerda en gran medida al erotismo abordado por Lawrence, naturalmente una de sus más recurrentes lecturas. Mariño Palacio se asume, al igual que Lawrence, como un místico de la vida que tenía una religión de la salud física y moral. El sexo es asumido como una extensión de lo intelectual, como una proyección del hombre trasgresor en busca de establecer un nuevo orden. Una visión del sexo a veces grotesca y terrible: “Sentía que la corriente sexual le llevaba entre sus manos agarrotadas, y cuando creía eyacular, en lugar de semen, sólo salía de su sexo una ráfaga de cenizas que el viento desparramaba y fijaba en el cielo nocturno convertidas en blancas estrellas” (Los alegres desahuciados), a veces poéticamente hermosa y sublime: “La acosa un extraño desenfreno y corre al cuarto a desnudarse; de pronto se detiene, toma un poco de crema de una caja cuadrada y riega el monte oscuro de sus axilas. Sonríe. Cae de espaldas sobre el lecho y mira hacia el cielorraso. Está desnuda. El sudor le dibuja pétalos en el vientre y se divierte borrándolos con roces violentos de sus manos” (El camarada del atardecer). La sexualidad en Mariño Palacio es reveladora y obstaculizante al mismo tiempo. Es un conducto por el cual se crea una identidad vital, una muestra de la existencia humana. A través del sexo puede dibujar lo mismo que el placer, la soledad, la angustia, el dolor, la tiranía. Tensión y éxtasis al servicio del intelecto. Los personajes de sus narraciones son terriblemente sexuales, algunos asumen el rol de personajes tradicionalmente vinculados con lo erótico y lo sexual como es el caso del vampiro en Abigaíl Pulgar. El camarada del atardecer es, sin lugar a dudas, uno de sus mejores cuentos, además de ser una de las narraciones más importantes dentro del pobre repertorio erótico venezolano. El cuento está centrado en la revelación de lo erótico, de la sexualidad desde la soledad. El placer carnal se descubre a través de un recuerdo. El ardor de una mujer, Natalia, puesto en evidencia por medio de un calor asfixiante. Majestuosamente el ritmo del deseo marca el ritmo del relato. El recuerdo se vuelve vehículo para el despertar del placer: “Recordaba que había visto bañándose a lo lejos, más allá de donde las olas se emparejan —casi en el límite del horizonte—, a un hombre de trusa blanca que —sin motivo de fuerza— la había intrigado, magnetizado. Durante toda la mañana alimentó la llama morbosa de seguirle con la mirada. (Su trusa blanca era una llama en contraste con su epidermis de yodo). Él pareció no darse cuenta. ¿O acaso fingía? Natalia, entonces, se colocó sobre la arena en posturas obscenas, iguales a esas que aparecen en las revistas pornográficas, ciñóse más el traje y mostró la carne dorada en opulenta pose de lujuria...”. Luego, en la soledad de su casa, el recuerdo vuelve para poseerla: “De nuevo piensa en el extraño sujeto que conociera en la playa y torpemente comprende que sólo desea que venga a tomarla en ese instante. Sus dos cuerpos, bañados en sudor, se unirían. Sería como la babosa fornicación de dos moluscos. Él le daría algún beso lascivo en la punta de sus senos y quizás chuparía una ácida gota de sudor”. El deseo se hace irrefrenable, nada puede detenerlo, se vuelve vida y despierta a la mujer ante la muerte de lo cotidiano. A modo de conclusión Las páginas que Andrés Mariño Palacio entregó a la literatura venezolana las creó contando apenas 20 años. Sin embargo, se dejan entrever en sus líneas una madurez y una visión de la vida y el mundo no muy común a esa edad. Si de algo se supone que carece la juventud es de pesimismo, por lo menos un pesimismo conducido de manera creativa. Más allá de ese pesimismo, Mariño Palacio construyó una obra que, aunque breve, representa parte de la cúspide de la modernidad literaria en Venezuela. Apunta Rafael Castillo Zapata: “La modernidad, a lo largo de todo su problemático despliegue, ha estado marcada sucesivamente por esos momentos cruciales en los que la crisis de las estructuras y los sistemas de comprensión y valoración de la realidad se tambalean con efectos traumáticos. Momentos en los que el individuo ve amenazadas su integridad subjetiva, su identidad y su supervivencia y, en consecuencia, tiene que desarrollar complejas y refinadas estrategias para salir del laberinto o soportarlo. Particularmente, los períodos y los estados de transición, individuales y colectivos, se han visto determinados por este sentimiento generalizado de una experiencia apocalíptica del mundo”. En tal sentido la obra de Andrés Mariño Palacio representa una de las ventanas abiertas hacia la modernidad literaria en el país. Y más allá del mero hecho literario, su vida es un embase existencial de esa modernidad. Su vida, su obra y su pensamiento no son más que la muestra fehaciente de esa modernidad. De esa angustia por buscar una identidad en medio de un mundo que le resultaba desfavorable. Mariño Palacio buscó su identidad en sus infinitas lecturas, en cada personaje, sólo que al encontrarse se desdibujaba del plano real. Se extraviaba como consecuencia de una crisis del pensamiento y de la sensibilidad. Fue demasiado humano en un mundo en donde lo humano era fácilmente sacrificable en aras de establecer una cosificación de la persona. Se extraviaba en una Venezuela extraviada, perdida entre las fauces de la renta petrolera, el populismo, la ignorancia, la vulgaridad más repulsiva, la gritería, la masificación de la idiotez, el silencio cómplice. Sus modelos ideales (Huxley, Hesse, Mann, Lawrence, Gide) lo acercaron a la esencia de esa humanidad perdida, alejándolo para siempre del vacío cotidiano, de la realidad que nos obligan a vivir las buenas costumbres para salvar las apariencias. La obra de Mariño Palacio se presenta como una de las más personales en toda la historia de la literatura venezolana. Una de las más reflexivas, en donde el protagonista siempre fue él mismo, su yo proyectado a través de cada personaje como si fuera ese reflejo que desnuda otros mundos frente al espejo. Fue consciente de su tiempo y de su hora, y mientras más consciente más se reafirmaba en sí mismo: “Yo soy yo y adonde vaya mi yo es mi yo”. ** Valmore Muñoz Arteaga vajomar@cantv.net Docente y escritor venezolano (Maracaibo, 1973). Profesor de literatura en la Universidad Católica Cecilio Acosta y en el Colegio Alemán de Maracaibo. Ha publicado Epistolario: Mario Briceño-Iragorry-Mariano Picón Salas, Mario Briceño-Iragorry desde la vigilia y otros ensayos, Bajo la caligrafía de la noche y La memoria de la noche. === Herederos de Bolívar y Santander Fabio Parra Beltrán ============= Al final de las guerras son célebres las ejecuciones análogas a la de Saddam Hussein, recibiendo los asesinos trato de héroes. Mark David Chapman mató a tiros a un hombre el 8 de diciembre de 1980 y aún permanece detenido: le dio fin a la vida del líder del cuarteto de Liverpool. Fue condenado a 20 años de prisión; no obstante, por la gravedad del delito y su poca rehabilitación no se le ha concedido la libertad. Chapman amó tanto a su dios John Lennon que encontró motivos para cometer el crimen. Pero la historia del resto del mundo y la de América Latina son muy distintas. En Colombia la generación de la Independencia, famosa por haberle brindado la libertad a un pueblo, si libertad es cambiar de imperio dominante, pasando del español al inglés y de éste al norteamericano, cometió sangrientos crímenes: a los 35 años Simón Bolívar había dado la orden de asesinar a 800 prisioneros españoles; Francisco de Paula Santander en la batalla de Boyacá le dio fin a la vida de quienes se rendían, en nombre de la libertad y la democracia. Para honrarlos por tan valerosas gestas punibles, varios monumentos, inclusive la plaza y el principal parque de Bogotá, llevan el nombre del primer presidente del país, y la escuela donde se preparan los oficiales de policía recuerda al general Santander. Dos siglos después un hombre ha confesado haber asesinado a 336 personas con lista en mano —pueden ser más—; confesó haber planeado algunas de estas ejecuciones con miembros de las fuerzas militares y altos funcionarios del Estado. El hombre es un importante ganadero de la costa atlántica que hasta hace menos de 4 meses disponía de protección militar y se movía por el país como cualquier ciudadano con los recursos para hacerlo, sólo que a él lo manteníamos con los impuestos los ciudadanos de bien, dentro del proceso de paz con los paramilitares. El jefe paramilitar Salvatore Mancuso está confesando sus delitos dentro del proceso de Justicia y Paz que han negociado las Autodefensas Unidas de Colombia con el gobierno nacional, con la tranquilidad de quien obtendrá como máximo 8 años de prisión en el peor de los casos. Mancuso, Jorge 40, Ernesto Báez y los demás miembros de la cúpula de los paramilitares han cometido espeluznantes crímenes de lesa humanidad en venganza por los abusos de los que han sido objeto de parte de las guerrillas, en nombre de la economía de sus patrocinadores y de sus propias finanzas. Están cumpliendo con uno de los requisitos que el propio gobierno puso para el proceso de paz: la confesión de los delitos cometidos. Lo que no esperaban algunos funcionarios del gobierno es que lo fueran a realizar tan francamente, sin ambages, y personajes como el ministro del Interior y de Justicia Carlos Holguín sienten pavor ante las revelaciones, como el que teme ser delatado, y tildó a Mancuso de mentiroso. Un hombre violó y asesinó sistemáticamente a 172 niños; la Fiscalía al computar el total de la condena de los casos en los que ya ha sido condenado computarizó un total de 1.853 años y 9 días. Sin embargo, Luis Alfredo Garavito, gracias a las laxas leyes nacionales, a la figura de unificación de penas, fue condenado a 23 años y no pagará más de 15 de prisión. Mark David Chapman cometió el error de acabar con la vida del más grande exponente del rock inglés en suelo norteamericano; si lo hubiese hecho en Cartagena, Bogotá o Gachetá gozaría de libertad hace mucho tiempo, gracias al trato preferencial que reciben los herederos de Bolívar y Santander por las leyes risibles hechas a la medida de la impunidad para un país de ángeles en el que los legisladores parecen no entender que esta guerra eterna, la principal herencia que recibimos al nacer, no terminará premiando a quienes a sangre y fuego imponen su poder y abren la puerta para que cualquiera delinca con la tranquilidad de saber que la justicia es para los de ruana y para los pendejos. ** Fabio Parra Beltrán fabio_parbelt@hotmail.com Escritor colombiano (Gachetá, 1981). Es abogado de profesión. Ha escrito columnas de opinión para los diarios El Tiempo (http://www.eltiempo.com), El Comercio (Quito, Ecuador; http://elcomercio.terra.com.ec) y ocasionalmente para la versión digital de la revista Semana (http://www.semana.com) y la red de noticias de los países no alineados Voltaire Network (http://www.voltairenet.org), entre otros. Actualmente se desempeña como asesor en procesos de contratación pública internacional y prepara su primera obra literaria. Más información del autor en sus bitácoras, http://fabioparra.blogspot.com y http://80giros.blogspot.com. === Michel Houellebecq en la concepción de Aldous Huxley ================== === Andrés A. Ugueruaga =================================================== Si en Un mundo feliz, por esas casualidades, a Huxley se le hubiese ocurrido desarrollar un personaje escritor, disconforme, abiertamente sarcástico y sin embargo, adaptado al sistema fordista, y, debido a sus cualidades, este personaje bien que podría ser elevado a semidiós, podría ser una especie de oráculo, o ser ascendido a una especie de mandatario por encima de esos eternos enfánts. O caso contrario, podría, por qué no, ser desterrado a una isla llena de salvajes andrajosos, de costumbres primitivas; o llevándonos aun mas por nuestra imaginación ser un mártir, un rebelde incurable y díscolo para con el sistema fordista para ser finalmente condenado a muerte por este sistema. Las posibilidades serían infinitas. Sin embargo la respuesta es unívoca, tiene nombre y apellido y es evidentemente fácil de discernirlo. Es que ya no es ninguna novedad que la literatura de fin de siglo y principio de éste ha dado un vuelco interesante desde que Michel Houellebecq irrumpió en escena. Portador del genio de Céline, de Georges Perec y de tantos otros, supo insuflar aire fresco en el campo de las letras. En 1994 hizo su aparición con Ampliación del campo de batalla. Nuestro autor pensó al respecto: “Definitivamente, me decía, no hay duda de que en nuestra sociedad el sexo representa un segundo sistema de diferenciación, con completa independencia del dinero; y se comporta como un sistema de diferenciación tan implacable, al menos, como éste. Por otra parte, los efectos de ambos sistemas son estrictamente equivalentes. Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalismo sexual produce fenómenos de empobrecimiento absoluto. Algunos hacen el amor todos los días; otros cinco o seis veces en su vida, o nunca. Algunos hacen el amor con docenas de mujeres; otros con ninguna. Es lo que se llama la ‘ley del mercado’. En un sistema económico que prohíbe el despido libre, cada cual consigue, más o menos, encontrar su hueco. En un sistema sexual que prohíbe el adulterio, cada cual se las arregla, más o menos, para encontrar su compañero de cama. En un sistema económico perfectamente liberal, algunos acumulan considerables fortunas; otros se hunden en el paro y la miseria”. Houellebecq en esta obra pone a la vista de todos que el dinero y el sexo producen injustas diferencias, en que el liberalismo en ambas índoles están determinadas para los ganadores y los caídos. Y en que el campo de acción es por siempre restringido, arduo de cambiar. Pues, de toda una crisis de vivencias, de toda una generación sin metas personales, hay una especie de actualización del legado existencialista de un Camus especialmente sardónico, pero pasado por el tamiz de una literatura yuppie del descontento. Allí donde las novelas para la Generación X suelen ofrecer una descripción demasiado simplista de la realidad urbana y de sus consecuencias... Cuatro años más tarde, siendo el máximo fenómeno editorial, editó Las partículas elementales, donde ataca y parodia a los que participaron en el Mayo Francés. En el 2005, La posibilidad de una isla, la cual nos hace pensar en una frase de Campanella, el cual aseguraba que “la ciudad del Sol” se trataba de un lugar imaginario con personajes imaginarios. Houellebecq en este libro es un reformador imposible, en una utopía de un clon que vive, que sobrevive a Daniel, un cómico, varios años después con el nombre de Daniel24, narrando así el paralelismo de dos historias en épocas distintas. Es un tema realmente fronterizo entre lo metafísico y lo técnico, donde se concatenan sus capítulos y sus libros, como momentos de un mismo proceso. No hay lugar a producir nada nuevo. Hay una organización de espacios a partir de lo técnico. En que las formas espirituales del pasado ya no tienen nada que ver con producir nada nuevo. Debido a su formación, Houellebecq nos hace recordar a Huxley: conocedor medular de los avances de la psicología, de la psicolingüística, de las matemáticas, la neuroanatomía y neurofisiología, además de cuantiosos argumentos sociológicos. Todos éstos parecen ser cómplices de sus novelas. Como dijo Tahourdin, un crítico, en la alternancia entre ternura y su exacerbada amargura vemos a Céline. En sus detalladas y minuciosas descripciones nos hace recordar a la objetividad de Pérez. Las virtudes de aquellos tres se conjugan en Houellebecq. Sus obras son como las sociedades modernas, siempre ambiguamente fronterizas entre la muerte y la felicidad, entre la dicha y el absurdo. Afirmar así que sus novelas son el fiel reflejo de estas civilizaciones requiere alguna fundamentación. El paso del tiempo, el envejecimiento de los personajes es sopesado por los avances tecnológicos de la sociedad. El sistema que todo lo provee es vivido y respetado como una religión propia (como afirmó el gran teólogo brasilero Frei Beto) y en que los bancos son como catedrales. La anestesia de los pueblos es llevada a cabo mediante el sexo y la liberación del sexo, las ofertas de una juventud eterna, la obsesión por el cuerpo, la libertad a partir del individualismo, el consumo de drogas, la hibridación de creencias propiamente religiosas... ante cualquier caso, el materialismo es el que allí, como aquí, siempre impera. En las paginas de Houellebecq las imágenes en nada se parecen por ejemplo a las de Hemingway, sino que están como cristalizadas, empalidecidas, casi sin vida y que sobresalen casi por delante de la verdad. El dolor, el deseo y el placer abundan y redundan por doquier. De allí que los personajes de Houellebecq (al igual que los de Beckett, a los cuales sólo les está permitido hablar) hablan solamente de sus vivencias sexuales, que tan recurrentemente aparecen, para volver una vez más a la tristeza, como un punto muerto de esa carera que lleva a ningún lugar. Es, si se quiere, la tendencia a retornar al antiguo deseo o necesidad de la creación. Sería muy curioso que en sus libros aparezca narrado algún nacimiento. Los actos sexuales, indecorosamente descritos, a nada llevan, no cumplen ninguna función sino la de generar más acción aun. Que como un estado antiguo, inicial, que ellos han abandonado una vez, aspira a regresar por todos los rodeos de la evolución: el autor nos describe un mundo sin dudas muy actual. Gianni Vattimo pensó: “El hombre puede despedirse de su subjetividad entendida como inmortalidad del alma, y reconocer que el yo es más bien un haz de muchas almas, mortales, precisamente porque la existencia en la técnica avanzada no se caracteriza ya por el peligro continuo ni la consiguiente vivencia”. Los instintos ya no encuentran realmente viabilidad. El soma provisto en Un mundo feliz es suplantado aquí, sin embargo, y multiplicado por cuestiones más sofisticadas, pero jamás el sometimiento de vacío y angustia encuentran respuesta. Éstas, de cualquier modo, son el único rezago que colegimos como humano. A lo largo de estas grandiosas novelas, en que el individualismo, principal premisa de libertad, es no obstante la principal condición de la aturdida soledad de los personajes manufacturados por Michel Houellebecq. En ese mundo feliz, lo punitivo avanza muy discretamente entre los personajes y probablemente entre nosotros: es el desvío de lo esencial. Que la sociedad no quiere que uno sea lo que realmente es, uno mismo... Sus personajes, a pesar del goce que experimentan, no son soberanos, no, jamás lo serán, del contexto en donde habitan. No por lo que saben, sino por lo que ignoran, parecen intuir estar en un lugar en el que ya no hay salidas, más allá que hay búsquedas, ya sea mediante el estudio, mediante diversas formas de vida, en que el sentido y el resultado son más o menos semejantes. La palabra “orgasmo”, que tantas veces figura, es de la misma madera de la que está hecho Godot, ambos son lo que nunca llega. Desde otro punto de vista, son habitantes de los no-lugares. Habitan lugares de paso que la civilización occidental ha convertido. Houellebecq nos lo explica indirectamente en Partículas elementales, habla de que un depresivo puede ser un enamorado, pero que un depresivo sea por ejemplo un patriota, es imposible que exista. La depresión por miles de razones siempre está por delante del concepto patria. Todos somos algo extranjeros. El consumo lo es todo y el consumo es tan sólo una posibilidad de satisfacción garantizada, instantánea pero fugaz. El retiro de ese mundo es occidentalmente impensado. Pero el efecto pesimista y amargo no sólo consta de situaciones de vacío y perplejidad que allí se pueden contabilizar. Tal vez el recurso mas sutil es, gracias a su notable formación, que siempre se encuentra una explicación científica a cada aparente milagro: “No sabía exactamente que estaba viviendo la experiencia concreta de la libertad”, dice; “en cualquier caso era horrible, y tras esos diez minutos nunca volverá a ser del todo la misma. Muchos años más tarde, Michel propuso una breve teoría de la libertad humanas basada en las analogías con la conducta del helio superfluido. Los intercambios de electrones entre neuronas y las sinapsis dentro del cerebro (...); sin embargo el gran número de neuronas, por anulación estadística de las diferencias elementales, hace que el comportamiento humano (...) esté tan rigurosamente determinado como cualquier otro sistema natural. No obstante, en ciertas circunstancias extremadamente raras (los cristianos hablan de la intervención de la gracia) una nueva onda de coherencia que surge y se propaga por el cerebro (...) regido por un sistema completamente distinto de los osciladores armónicos (...) que hemos de llamar acto libre”. Recordando a algún crítico, la realidad instituida por sus libros insinúan que las pesadillas de Kafka ya se hicieron realidad sin que nadie se haya percatado. Así como nadie se percató de que en los mismos libros de Houellebecq también hay pesadillas ampliándose, mudas, silenciosamente implícitas que ni el mismísimo Houellebecq seguramente intuyó, que ni el autor de La metamorfosis ha sospechado. Pues a Houellebecq no le ha sido dado el don de la premonición, sino el de reflejar el más crudo y desnudo presente. Los temas que nadie quiere tocar, la indiferencia, lo bajo y abyecto, la frustración y la falta de amor. Digamos que todo acto de amor, de esperanza, es anulado por el espacio de lo posible en sus tres novelas, en las cuales pregonan la libre expresión de los deseos, los masajes conductistas y la libertad sexual. Como decía Levinas, primero era el yo-tú, y después pasó a ser yo-otro, el otro como un absoluto desconocido. Uno de los principales ejes de alineación en sus novelas es el creciente extrañamiento respecto al otro. La obsesión por el cuerpo reemplaza al otro, al igual que el sexo compulsivo... A su manera Houellebecq suele jugar al alter-ego ya sea en tiempos simultáneos o discordes. Tal hecho me hace pensar que ratifica más aun la conciencia de que cada yo es hijo de los tiempos adversos. Que presagia inexorablemente una tragedia que va por (fuera de) la historia. Esta y tantas otras condiciones gracias al humor y a lo estético, es posible sobrellevar todo este desconcierto en el que no hay ninguna iluminación posible. En definitiva, las predicciones apalabradas por escritores de otras épocas, son hoy el espejo que refleja el contenido de los libros de nuestro autor. Su utopía, si es que hay alguna en sus libros, puede ser la posibilidad de una isla, si recordamos el último de sus títulos... Entonces, así como se procrea un mundo absolutamente materialista, en que la paz y el placer de vivir dependen de los corpúsculos de Krause de un hombre solo. La metáfora que más ilustra la post modernidad. Esta metáfora en la cual vivimos, es en donde todo contribuye a perpetuar lo mismo. La vigencia de los espacios es inmutable por ende, a pesar de las contradicciones. La exterioridad mutua, el espacio relacional, las obvias diferencias llevadas grotescamente al extremo y las posiciones relativas, las cuales son el principio del comportamiento de sus personajes, está en la determinación de los espacios. Houellebecq propone que no hay posibilidad de cambios. Marco Aurelio dijo que, para que todo exista, es debido al cambio. La negación de Houellebecq a esta posibilidad echa por tierra en algún sentido todo un mundo que nos es ajeno... Como que también todo ya se ha conquistado. El sarcasmo y el hedonismo que sus páginas destilan son la expresión de la impotencia que todo esto acarrea. ¿Qué significa la creación de un clon sino intentar otro espacio y otros tiempos quien no supo encontrar en su propio tiempo y espacio el suyo? ¿Cómo obviar, después de todo, que dicho espacio ya sea inmutable o ausente, implica hablar acaso de un tiempo entre registros de nacimientos y decesos, en que no siempre transcurren vidas? De todas maneras, los espacios cuentan por siempre con un control continuo y homogéneo, absolutamente discreto. Todas las vidas que amargamente nos enseña el escritor padecen de éstas. El poder nunca se muestra, pero se objetiva. El victimario jamás aparece aunque sí se objetiva. Ya que es el encauzamiento de las voluntades hacia un destino perfectamente común y hasta podríamos denominarlo “seriado”, muy parecido al de Un mundo feliz, en donde lo penoso queda por siempre escondido y reprimido, al punto de develar la verdad, de que algo huele a podrido... Entre tantas vidas desdichadas hasta lo cómico, en que hay un castigo de la ciencia a través de aquel Estado, castigo del Eros a través de la prostitución, y hasta el castigo de la naturaleza mediante la destrucción, escribió Walter Benjamín. “Que lo esencial es esto: pese a todo, tal utilidad exige gestos y apariencias de amor allí donde sólo se encuentra un deber mecánico”, comenta. Pero no obstante, y siguiendo a Walter Benjamín, al igual que el Quijote, Houellebecq parece reestablecer el lenguaje individual; que su gran arte es anticipar una conciencia y las esferas vitales de tiempos futuros. Y que gracias a la literatura, nuestros individuos adquieren voz con ella y por lo tanto un derecho dentro del universo. ** Andrés A. Ugueruaga andresugueruaga@hotmail.com Escritor argentino (Santa Fe, 1973). Textos suyos han aparecido en el diario El Litoral (http://www.ellitoral.com.ar), y ha colaborado con páginas como Monografias.com. La mayoría de su producción permanece inédita. |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === Entrevista a Miguel Ángel Yusta, Mayusta ============================== === Coplas a orillas del Ebro Raúl Tristán =========================== Miguel Ángel Yusta, Mayusta (http://murl.net/16c), como le gusta firmar, médico, poeta y coplero, artista en suma, es un hombre cuya sola presencia en una sala infunde paz. Cuando le miro a los ojos, una corriente de sabiduría popular parece fluir, pausada pero continua, de lo profundo de un espíritu que se baña en las plácidas aguas de la melodía y el ritmo. Y es que Miguel Ángel Yusta lo mismo celebra a la vida en un coro, con el sonido de su voz, que desde su Rincón de coplas, esa pequeña concesión, casi desapercibida, que el diario El Heraldo de Aragón (http://www.heraldo.es) hace a los sueños perdidos del pueblo, a sus ilusiones y desvelos, todos los domingos. La copla, la que algunos consideran uno de los orígenes de la música popular española, o en palabras de Carlos Cano: “...la memoria sentimental de España... que calma la pena y alivia la tristeza, que viaja por el corazón a la velocidad de la luz y que tiene la vigencia de la vida... La copla es la geografía musical de la pasión. Nada se parece a la copla”, es el motor que impulsa la creatividad intelectual de nuestro protagonista de hoy. —En primer lugar, ¿por qué firmar como Mayusta? ¿Te escondes tras un acrónimo, alejándote de la fama, pero sin querer perder la ocasión de expresarte? —MAYUSTA es más fácil de recordar para el lector y lo empleo solamente para mi sección “Rincón de coplas” (http://www.centrodellibrodearagon.es/asp/libro_detalle.asp?cod=1541). Los artículos y otros trabajos los firmo con mi nombre completo. No me escondo de la fama, qué más quisiera yo, querido Raúl. Aunque no me importaría ser recordado como un modesto “coplero”. Es más: sería todo un honor por razones que luego exponemos, si te parece. —Y en segundo lugar, para los profanos, ¿qué es una copla, cómo se construye una copla? —La copla es una estrofa de cuatro versos de ocho sílabas, rimando en asonante, esto es con vocales iguales, los versos pares. Así pues, en treinta y dos sílabas hay que crear un poema, expresar una idea, lanzarla entera y comprensible y darle vida propia. La copla es una estrofa modesta, sencilla, pero no menos bella que otras “hermanas mayores”. Los grandes poetas españoles desde los clásicos a los actuales, la han empleado en su obra. Me vienen a la mente hermosos ejemplos de Lorca, Juan Ramón o, en nuestra tierra, I. M. Gil o José Verón, por citar sólo algunos. —Miguel Ángel, ¿te consideras un poeta, un artífice de la copla o realmente ambos son mundos que se entremezclan e imbrican en ti de forma que, a veces, resultan difíciles de separar? —La copla es —debe ser— poesía, y un buen autor de coplas es un buen poeta. Ahora bien, no todos los compositores de coplas han de ser necesariamente poetas integrales. La copla tiene sus peculiaridades y puede ser popular o culta, decir mucho o ser simplemente una rima circunstancial. Pero eso también ocurre en la poesía en general, aunque solamente debería considerarse poesía (incluyendo la copla) la composición de suficiente calidad como para merecer ser vehículo de belleza, ritmo y armonía... Yo creo ser poeta “de verso en el corazón” y por eso hago coplas y, a veces, otro tipo de poema, poniendo la mejor voluntad en aprender cada día a decir más y mejor la palabra poética. —Desde la fría definición de la copla que podemos encontrar en cualquier diccionario, pasando por las palabras cálidas y melancólicas que le dedica Carlos Cano, o los elogios e intento de resurrección que lleva a cabo Antonio Burgos, hasta aquellos intelectuales que reniegan de ella, que la tachan de franquista, o cosa de “marujas”, por no mencionar más... Parece que la copla no está siendo muy bien tratada por el mundo de la “cultura oficial”. ¿Qué piensas tú de ello, qué significa para ti la copla? —Quien no conoce la copla, su diversidad, los autores famosos que la han cultivado, la hermosura que puede contener, no puede tampoco amarla y la ignorancia conlleva el desprecio. Invitaría a quienes desdeñan la copla a conocerla, a leer buenos autores de coplas y a no confundir la copla, estrofa poética, con ciertas “coplas de boda” que simplemente son rimas circunstanciales, a veces burdas y chabacanas, ajenas al mundo poético y que ciertamente no aportan nada a la fama de la verdadera copla. —Pese a la dificultad que hoy en día entraña publicar sobre este género, o sobre poesía, tú ya tienes dos libritos en tu haber, ambos de la colección Di Verso (http://www.unalunaediciones.com/html/colecciones/diverso/diverso.php) de UnaLuna Ediciones (http://www.unalunaediciones.com): el primero, Peregrino de ausencias, una incursión en el limbo poético a pecho descubierto, con el corazón en la mano, y el segundo, Rincón de coplas (http://www.unalunaediciones.com/html/colecciones/diverso/08/08.php), una recopilación de las que has ido recogiendo en tu columna homónima, y que fue presentado, con notable éxito del público y acogida de la crítica, por el eminente poeta Rosendo Tello (http://www.centrodellibrodearagon.es/asp/libro_detalle.asp?cod=289), Premio de las Letras Aragonesas 2005 (http://www.aragob.es/pre/cido/e0512121.htm). ¿Qué nos puedes contar sobre estas tus dos criaturas? (extiéndete lo que quieras). —Escribo poesía desde los catorce años, pero hasta hace poco no me había atrevido a publicar nada de manera individual, pues escribirla lo consideraba un acto íntimo y personal, un derramar mis sentimientos personales en forma de palabras ante un folio virgen. Un monólogo. Después pensé que sería hora de ir dando a conocer algo, al menos para que quienes me quieren tuvieran un pedacito de mis vivencias en forma de libro. Así nació Peregrino de ausencias y dos o tres poemarios más que verán pronto la luz. Y sigo escribiendo y evolucionando sin otra pretensión que la de ser feliz haciéndolo. La recopilación de Rincón de coplas ha sido distinta. Muchos lectores de El Heraldo de Aragón deseaban tener en un libro estos retazos dominicales, y ahí está esa primera parte, cinco años, con un interesantísimo y bien documentado prólogo del profesor, escritor y especialista en el tema Javier Barreiro y que puede tener continuidad, pues la sección de momento sigue apareciendo. —En alguna ocasión te he escuchado hablar sobre la relación entre la copla y la jota... —La jota es una copla cantada. No todas las coplas sirven para ser cantadas como jota, por lo que la letra de la jota (copla, canta o cantica) es especial. Los cuatro versos se desdoblan en siete al cantarse, comenzando por el segundo y siguiendo el orden siguiente: segundo, primero, segundo, tercero, cuarto, cuarto, primero. Por ello, el segundo verso de la copla de jota ha de tener fuerza, ya que abre la canción y el cuarto y el primero deben “cerrar” o tener sentido enlazados: esa es la buena copla de jota. Hay muchos ejemplos pero me voy a permitir transcribir una mía premiada hace años que dice: Para decir que me quieres mírame antes a los ojos: verás cómo no hacen falta palabras entre nosotros. Esta copla, cantada como jota sería así: Mírame antes a los ojos. Para decir que me quieres mírame antes a los ojos: verás cómo no hacen falta palabras entre nosotros. Palabras entre nosotros para decir que me quieres... Como ves, querido Raúl, es “redonda” o sea que, al cantarla, queda perfectamente coherente, lo cual no ocurre siempre... —Y también has dicho que la copla no debe renunciar a posibles nuevos modelos, buscando una renovación... —Naturalmente. No debemos estancarnos en letras tópicas y amaneradas que en nada enriquecen a la jota. Hay que renovar la copla de jota actualizando los contenidos y dándole vigor. La jota debe ser como un telediario donde tenga cabida todo cuanto acontece y, naturalmente, también una expresión de los sentimientos más hermosos, pero con un lenguaje actual y vivo y alejándose siempre de tópicos que tanto la han devaluado en el pasado. Renovar para pervivir, respetando la tradición pero sin ser esclavizados por ella, evolucionando hacia formas nuevas, como están haciendo ya los jóvenes valores del canto y baile de la jota. —Y el mundo del canto, ¿qué supone para ti? —Una expresión hermosa del instrumento de la voz. Soy aficionado a la ópera desde muy niño y, por extensión, a la música sinfónica y polifónica. Canto en un coro y es una experiencia increíble. Poder cantar, por ejemplo, el Magnificat de Pergolessi con cincuenta personas más, tras meses de esfuerzos en los ensayos, es tan gratificante que merecen la pena todos los pequeños sacrificios en tiempo y otras aficiones. Además es un relajante perfecto, lo cual no es lo de menos en estos tiempos que corren. —Para terminar: además de proseguir tu labor de divulgación y homenaje a la copla en la prensa, ¿en qué proyectos culturales o editoriales andas ahora inmerso? —Tengo varios proyectos avanzados: unos poemarios, un libro con la selección de artículos de prensa, un libro de relatos y mi mejor proyecto: un cancionero aragonés distinto (no un simple cúmulo de coplas) y en el que colaboren escritores, fotógrafos que se expresen sobre temas de nuestra tierra, arropando una serie de coplas de los varios cientos que tengo publicadas (y premiadas) y otras de nuevo cuño. Una obra que sirva de referente de la copla aragonesa en estos últimos años y que espero sea bien acogida. Casi tan bien como tú, amigo Raúl, me has acogido con tanto cariño en tus páginas, gesto que te agradezco con el mejor de mis abrazos, deseándote también que sigan tus éxitos literarios. —Gracias a ti, Miguel Ángel, por conservar y difundir el rico patrimonio cultural que la copla nos ofrece. ** Raúl Tristán raultristan@raultristan. com Escritor español (1969). Es además columnista, tertuliano, blogger, medioambientalista, colaborador de medios impresos, digitales y hertzianos. Ha cursado estudios de psicología, ciencia política y medio ambiente, entre otros. Ha publicado la novela negra El crimen de Nochebuena (UnaLuna Ediciones, 2006) y la novela histórica ¡Hasta siempre, camaradas! (Mira Editores, 2006). Información sobre su trabajo puede leerse en su página web, http://www.raultristan.com. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === La “sagrada familia” en La metamorfosis de Kafka Carmen Malarée == La metamorfosis de Kafka ha estado sujeta a toda clase de interpretaciones y ha sido puesta bajo el escrutinio de distintas teorías y pensamientos filosóficos. Las hay desde el punto de vista marxista, del sicoanálisis, del existencialismo. Recientemente una nueva versión del relato de Kafka ha aparecido en la red Internet, creada por Peter Kuper, bajo la forma simplificada de tira cómica. Aunque ésta sirve para darnos una rápida y simple idea de la trama de la obra, nos deja con un gusto amargo, ya que reduce a una descripción superficial y banal un relato que es de una enorme profundidad humana. En La metamorfosis, Kafka nos enfrenta de improviso a una situación absurda: un joven llamado Gregor Samsa, se despierta una mañana transformado en un gran insecto. Este hecho insólito se nos presenta como un fait accompli, debemos aceptarlo con la expectativa de que la imaginación del autor nos llevará a territorios inexplorados. La voz del narrador no pertenece al principal protagonista, pero sabemos que éste tiene un conocimiento íntimo de él, porque hay un desplazamiento constante entre una y otra, como en los siguientes pasajes: “¿Qué me ha ocurrido? pensó. Esto no es un sueño. Su habitación, de tamaño regular para un ser humano, ...”. “¡Dios mío! ¡Qué trabajo más agotador el que tengo! Viajando todo el tiempo, pensó. ... Sintió una ligera picazón en la barriga; lentamente apoyó la espalda en el respaldo de la cama”. Este acercamiento entre narrador y personaje se manifiesta también en registros lingüísticos que apuntan a una relación directa, de posesión, entre Gregor y los miembros de su familia cuando el narrador se refiere a ellos: “su padre”, “su madre”, “su hermana”. Esto perdura a través del relato hasta que Gregor ya no existe más, entonces los padres pasan a ser “el señor y la señora Samsa”. Asimismo, referencias a la hermana de Gregor desaparecen y son reemplazadas por “su hija”, tomando como referente a los padres y ya no más a Gregor. Esta técnica empuja al lector a una proximidad con el protagonista principal, le hace sentir una empatía por la situación difícil en la que el personaje se encuentra, se compenetra con los sentimientos y sensaciones de él. Los otros protagonistas, aunque enfrentados a la horrible realidad de tener que tolerar la presencia de Gregor, están ajenos a él pues no pueden penetrar su pensamiento. Kafka, de familia judía residente en Checoslovaquia y nacido en el gueto judío de Praga, era doblemente un extraño en ese país, porque, por ser judío debía hablar la lengua del imperio Hasburgo, es decir, el alemán, y sin embargo tampoco se le consideraba como ciudadano alemán. La palabra que Kafka utiliza en alemán para describir la transformación de Gregor es ungeziefer. Hay aquí una cierta confusión en la traducción de esta palabra. Vladimir Nabokov, en su cátedra acerca de La metamorfosis, hace esta observación, de si es realmente un escarabajo, de si tiene alas o no, de su tamaño, etc. Sin embargo, la forma exacta que Gregor asume en su metamorfosis no es lo importante. Más relevante es el significado figurativo que tiene esta palabra en la época de Kafka, ya que ungeziefer, se utilizaba entonces para describir a los judíos como seres nefastos, parásitos de la sociedad. Gregor se ha convertido literalmente en eso: es un ser que ha sido despojado de las características físicas que lo identifican con la raza humana; es incapaz de valerse por sí mismo; no puede funcionar en el medio humano social y cultural, ni siquiera puede levantarse de la cama ni menos presentarse a su trabajo, y verlo produce una profunda repulsión. La reacción de la familia, del colega de oficina que viene a sacarlo de la cama, de la sirvienta, es de rechazo: el padre se avergüenza de su presencia; la sirvienta pide a sus patrones que le permitan dejar su empleo; el colega de oficina al verlo escapa aterrorizado; la hermana al comienzo lo alimenta, pero pronto esa generosidad de espíritu cambia a un deseo de eliminarlo de sus vidas. Sin embargo el lector sabe cómo se siente Gregor en esta situación, sabe que está desesperado, que quisiera levantarse para ir a su trabajo, que se preocupa de la situación económica precaria de su familia, de la que él es el principal proveedor. Al mismo tiempo el lector se entera de las condiciones de vida que Gregor ha debido soportar para mantener a la familia: largos e incómodos viajes, estadías en hoteles de baja categoría, alimentándose apenas, soportando la crítica constante de su jefe aun cuando en cinco años jamás ha faltado un día a su trabajo. A medida que se desenvuelve la trama, la visión que tiene el lector de Gregor, como víctima, se acrecienta, así como también va aumentando el rechazo que la familia y los otros protagonistas del relato tienen por Gregor. Esto porque el lector tiene un acercamiento cada vez mayor al personaje mientras que en la relación entre Gregor y los que lo rodean, este lazo se quiebra. El rompimiento se da porque la comunicación entre ellos se corta: Gregor es incapaz de hablar o expresar por un medio humano alternativo lo que le ocurre. Su capacidad visual también decrece. Pero para el lector, su transformación externa ha resultado en una exacerbación interna de su ser ya que su sensibilidad humana ha ido en aumento y se muestra susceptible a preocuparse más por su familia que por él mismo. Kafka mantiene al lector al tanto de cuán inmune Gregor es a rebajarse a la condición animal; por el contrario, eleva a su personaje a una imagen límpida, pura, de generosidad y excesiva consideración por los demás. Con el desarrollo de la trama al lector se le va ampliando la información y los antecedentes familiares y de trabajo que han condicionado la situación difícil en la cual Gregor se encuentra. Nos enteramos de que el padre disimulaba ser un hombre viejo y débil, que necesitaba del trabajo de su hijo para sustentar a su familia porque no disponía de otros medios económicos. Lo cierto es que el padre tenía suficiente dinero ahorrado y poseía aún la fortaleza física para el trabajo. Ese descubrimiento lo hace Gregor después de su metamorfosis, cuando la familia queda desprovista del apoyo económico de él. La hermana, Grete, que en un comienzo lo alimenta y se preocupa de él, pronto se hastía de ser la responsable y no comprende que su hermano sigue pensando y teniendo la sensibilidad de un ser humano y que sufre la vergüenza de no poder comunicarse ni valerse por sí mismo. La única persona que se inquieta por Gregor y mantiene un cierto lazo emocional con él es la madre que representa la tabla de salvación que lo une a la raza humana. Kafka apela aquí a una relación humana biológica indisoluble, reminiscencia del cordón umbilical que nos ata a otro ser humano, un lazo fundamental de la existencia, y el personaje se aferra a él con toda su esperanza. Pero la razón por la cual la madre muestra esta preocupación por Gregor es porque no ha tenido mucho contacto físico con él después de la metamorfosis que éste ha sufrido, ya que la hermana hace todo lo posible por evitar que lo vea. La madre piensa en la transformación de su hijo como algo pasajero, cree que en algún momento futuro recuperará su forma humana. La escena en que Kafka nos muestra a la hermana convenciendo a la madre de sacar los muebles del dormitorio de Gregor sugiere que para Grete su hermano llegó a un punto de donde no hay retorno. La madre, en cambio, se resiste a la idea argumentado que si lo hacen “es como si le estuviésemos diciendo que hemos perdido la esperanza... Pienso que sería mejor dejar su cuarto exactamente como siempre ha estado, para que cuando vuelva a ser lo que era, encontrará que nada ha cambiado y así le será más fácil olvidar lo que pasó”. Pero cuando la madre se enfrenta a la visión de su hijo, la conmoción es tal que se desvanece, la hermana lo culpa y Gregor queda marginado de ella, pero aún guarda la esperanza de su cariño. Kafka nos da el detalle de los dos muebles que retiran de la habitación de Gregor: la cómoda y el escritorio. Esto tiene un cierto simbolismo puesto que son dos objetos que identificamos, el primero para guardar ropa, innecesario ya, dada la forma inhumana de Gregor; y el segundo para ejercitar nuestro intelecto. Esto sugiere que a Gregor se le ha reducido totalmente a una condición inhumana. Todo el relato se desarrolla en un medio ambiente claustrofóbico, dentro del departamento que habita la familia Samsa, con personas que entran y salen de las habitaciones, puertas que se abren y se cierran para evitar el encuentro con Gregor, cuya visión despierta desprecio y repugnancia. Si Gregor era el sostén financiero de la familia cuando tenía un cuerpo humano, su transformación ha hecho que la situación familiar se invierta. La metamorfosis lo ha convertido en un parásito en el sentido real y figurativo de la palabra. Ha podido escapar a una situación en la que era explotado por su familia, pero ha terminado subordinado, maltratado, dependiente, ignorado y rechazado por los seres que él quería y que sacaron ventaja de él mientras estaba capacitado para funcionar como ser humano. Dado que Gregor no revertirá a su estado anterior, sólo una solución drástica sacará a la familia de tan difícil e intolerable situación. Una manzana que su padre le ha tirado a Gregor sobre la caparazón, le ha producido una herida la cual, sin que nadie se preocupe de tratar, comienza a infectarse. Pero, es la hermana la que decide coger el toro por las astas y comunica a sus padres su resolución en forma brutal y sin tapujos: “Tenemos que deshacernos de él”, les dice. Para ello debe convencerles de que ese bicho asqueroso es un ser sin espíritu ni capacidad pensante. Hasta ese momento ellos han cometido un error garrafal, les enrostra Grete: creer que esa criatura era Gregor cuando realmente éste dejó de existir en el momento que se transformó en insecto. “El hecho que hemos creído eso” (que era realmente Gregor) “durante un largo tiempo es la raíz de toda esta situación”, dice Grete a sus padres. Luego apela a la sensibilidad de ese, que según ella fue su hermano en el pasado, diciendo: “¿Cómo puede ser Gregor? Si fuese él, se habría dado cuenta que los seres humanos no pueden vivir bajo el mismo techo con esta criatura: hace un largo tiempo que ya se habría marchado”. Gregor está escuchando toda esta conversación, se retira a su cuarto y es sobre su madre que posa su última mirada. Se dice a sí mismo que su hermana tiene toda la razón, que debe desaparecer y solucionar así su propio sufrimiento y el de su familia. Grete cierra la puerta del cuarto de Gregor con fuerza, haciendo girar la llave y poniendo el cerrojo, al tiempo que exclama: “¡Por fin!”. Kafka nos da a entender que Gregor queda totalmente abandonado a su destino, sólo espera la muerte. Gregor emite su último suspiro siempre guardando en su pensamiento el amor y la ternura por su familia. Hasta el final de la existencia de Gregor, Kafka nos involucra en el sufrimiento del personaje central. De ahí en adelante la narración se torna fría, distante de los personajes que se han sacado un peso de encima. La complicidad entre madre, padre e hija se hace manifiesta cuando el padre llama a las dos mujeres a olvidar y éstas se acercan a abrazarlo. Están nuevamente unidos en una trilogía: la de la sagrada familia. Kafka nos presenta a la familia Samsa como cristiana (el padre, cuando da gracias a Dios por la muerte del hijo, se persigna), a pesar de que él era judío, pero ya se ha dicho que Kafka se desenvolvía en un país que le era doblemente ajeno —por la lengua y la religión— en el que preponderaban los valores de la civilización cristiana. Que Kafka utilice la familia como escenario central para tratar la temática del quiebre de las relaciones humanas, dejando al desnudo la mezquindad, el egoísmo, la explotación de un ser humano por otro, el desprecio y la falta de caridad por un ser desvalido, no es sorprendente. Con esto logra un efecto irónico, como también emocional, nos remece interiormente de manera mucho más fuerte que si hubiese elegido cualquier otra institución social. Hay que tomar en cuenta que nuestra mentalidad está condicionada a la tradición judeo-cristiana, por tanto, en nuestra siquis, mantenemos una imagen de la familia como ente que gobierna nuestras acciones en base a derechos y deberes mutuamente respetados por cada uno de sus miembros en un ambiente en que, se supone, reina el amor. Gregor está convencido que el amor prevalecerá, incluso después que su padre lo bombardea con manzanas, tratándolo como un animal. La escena que sigue a ésta es de un Gregor reforzando en su mente la imagen de la familia como unidad protectora de cada uno de sus miembros, repitiéndose, para autoconvencerse que “incluso su padre se refirió a él como un miembro de la familia”; que por supuesto la crisis es pasajera ya que “el deber de la familia requería la supresión de la repugnancia y la aplicación de la paciencia, sólo paciencia”, para así mantener la armonía en el hogar. Hace ya casi un siglo desde que Kafka escribió La metamorfosis. Su obra ha superado el paso del tiempo y ha dejado como legado universal el adjetivo “kafkiano/a” para denotar que los acontecimientos absurdos e ilógicos tienen su propia dinámica en la existencia. La ciudad de Praga el 4 de diciembre de 2003 le hizo un reconocimiento a su ciudadano ilustre desvelando una estatua del escultor Jaroslav Roná, erigida en un parque pequeño, entre la sinagoga española y la Iglesia del Espíritu Santo, en lo que marca el deslinde con el casco judío de Praga, y que simboliza la diversidad religiosa y cultural de esta ciudad. Hay quienes dicen que la obra de Kafka es un reflejo de su vida. No conoció la fama y sus admiradores formaban un grupo reducido de intelectuales que dominaban el alemán. La visión que Kafka tenía de sí mismo es totalmente contraria al lugar prominente que su persona y su obra han adquirido a nivel mundial, y en gran medida, el personaje central de La metamorfosis, podría considerarse un reflejo de su estado de ánimo, sobre todo cuando recordamos el epitafio escrito por su propio puño, simbolizando lo que había sido su vida: “Una imagen de mi existencia en este mundo... sería una estaca de madera inservible, cubierta de nieve... clavada flojamente en un terreno inclinado de un sitio recién arado, a la orilla de un campo abierto y en una oscura noche de invierno”. La ironía es que desde hace muchos años su obra se reconoce como un hito de la literatura universal. Por eso, lo que dijo de sí mismo para la posteridad, sólo cabe calificarlo de kafkiano. ** Carmen Malarée cgmalaree@btinternet.com Docente chilena (Longavi, 1950). Profesora de francés y español en el Reino Unido. Ha publicado la novela La voz del silencio (Editorial Maranatha; Talca, Chile) y el estudio “Development Education in the Spanish Classroom”, en la revista Vida Hispánica Nº 30 (otoño de 2004), de la Association for Language Learning del Reino Unido. === El boom: bandera literaria de un continente Leonardo Maicán ====== Salvando las distancias, el llamado boom de la literatura latinoamericana duró en el tiempo lo que la Gran Colombia: alrededor de diez años. Tiempo suficiente para consolidar el realismo mágico, corriente literaria que había de convertirse en bandera de un continente (América) y de un importante número de narradores que buscaban nuevos horizontes estilísticos y estructurales dentro del quijotesco oficio de novelar. ¿En qué año se origina el boom? Según el novelista chileno José Donoso (1924-1996) el boom nace al filo del primer lustro de la década del sesenta, y de acuerdo con él investigadores de diversas latitudes. Hay quienes señalan los años 60 o 62 como fechas probables de su nacimiento. Que el boom no tenga una “partida de nacimiento” definitiva no debería ser tema de mayor preocupación: el tiempo subjetivo de los movimientos literarios no es el mismo que el de los hombres. La historia de la literatura universal está plagada de variables de este tipo, que lejos de oscurecerla la enriquecen. ¿Quién, por ejemplo, podría precisar con exactitud la fecha en que se inició el Siglo de Oro? Baste decir entonces que la Década de Oro (así en mayúsculas) de la novela hispanoamericana nace en los años que corren a partir de 1960, cuando un importante número de novelistas rompe de forma contundente con la generación que le antecede. Rompimiento que no se manifiesta en absoluto de modo uniforme; por poner un caso: muchos años antes de que el boom fuese una realidad palpable, no pocos protagonistas de la “década de oro” venían madurando tanto el estilo (en sentido personal, obviamente) como el realismo mágico como “producto acabado” que en definitiva se constituiría en la voz de un colectivo. Para no perder el hilo discursivo, decía que el boom “estalla” en los años que corren a partir de mil novecientos sesenta. Su culminación se ubica unos diez años más tarde. El boom designa a ese período generoso en que a la novela latinoamericana finalmente le es otorgada la “visa” permanente para darse conocer ante el mundo (Europa, principalmente). Este continente era visto, por los cosmonautas del boom, como un gran planeta literario. Planeta que una vez conquistado debía llegar a constituirse —como en efecto lo fue— en una sólida plataforma desde donde era posible la conquista de otros mundos. Esto lo sabían los muchachos del boom. Por pura coincidencia histórica, en momentos en que Armstrong y Aldrin profanaban el territorio mítico de los poetas y enamorados (la Luna), novelas que se han convertido en iconos del boom conquistaban o ya habían conquistado las calles y cafés de la capital de la bohemia y la literatura: París. Tiempo paradisíaco en el que una pléyade de escritores americanos propone una manera fresca de mirar y de sentir la vida: Julio Cortázar (Rayuela); Carlos Fuentes (Aura, La muerte de Artemio Cruz, Cambio de piel); Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros, La casa verde); Juan Carlos Onetti (Juntacadáveres); José Donoso (El obsceno pájaro de la noche); Gabriel García Márquez (Cien años de soledad); Miguel Ángel Asturias (Mulata de tal); Alejo Carpentier (El siglo de las luces); Guillermo Cabrera Infante (Tres tristes tigres); Adriano González León (País portátil). Entre otros autores. Nunca antes en la historia de la literatura, el mundo occidental había presenciado una “invasión relámpago” como la emprendida por los boomistas. La cantidad no estuvo en ningún momento divorciada de la calidad. Y más sorprendente aun: todo sucedió en un corto período de tiempo (de allí la adjetivación del sustantivo “relámpago”). No se había visto jamás nada semejante. Sobre todo, una “invasión” en sentido América-Europa. Por supuesto: no se pretende negar que el Modernismo fue el primer gran producto de exportación “genuinamente” americano. De ningún modo. Pero, a decir verdad, el movimiento estético-literario encabezado por Rubén Darío careció de la fuerza salvaje y arrolladora como sí la tuvo el fenómeno literario-editorial de la década del sesenta y parte del setenta. El modernismo entró a cuentagotas. El boom fue un tsunami. Sigamos revisando el árbol genealógico de la literatura. Luego de que el Modernismo agotara sus formas, decadencia marcada por la muerte de Rubén Darío en 1916, y por el desarrollo de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), emerge en el horizonte europeo un pequeño grupo de novelas de origen latinoamericano, entre las que destacan Doña Bárbara (1929) de Rómulo Gallegos y Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes (1926). Novelas realistas cargadas de un regionalismo exótico, en donde la naturaleza se nos presenta como un animal indomable en constante lucha con la razón. De este festín de los años 20 y 30 participaron también Mariano Azuela y José Eustaquio Rivera. La entrada a la Europa de la primera post guerra por parte de estos escritores americanos, no gozó por supuesto de la contundencia necesaria para ser considerada un verdadero boom. Emir Rodríguez Monegal bautiza a esta primera oleada de novelistas con el nombre de mini-boom. El boom no nació por generación espontánea. Por fuerza mayor, hay que hablar de influencias, de vasos comunicantes. ¿De qué fuentes se alimentaron los escritores del boom? Bebieron de muchas y variadas fuentes. Los iniciadores de la novela contemporánea latinoamericana rompen de manera frontal con el realismo; desligándose, por consiguiente, de la novela regionalista, baluarte del realismo. Como contraparte, estos boomistas vieron en los modernistas una fuente inagotable de “inspiración” (los críticos le tienen cierta fobia a este sustantivo abstracto, común, femenino y singular; su empleo aquí sugiere otro sentido). Pues bien, estos “nuevos” escritores americanos van a templar el acero creador directamente del fuego emanado de Rubén Darío, Amado Nervo, en fin, de toda la pira purificadora del modernismo. Esta simpatía no es gratuita: en su momento, los modernistas también reaccionaron frente al realismo. La sempiterna danza antagónica entre lo apolíneo y lo dionisiaco. Este “choque” con la realidad por parte de los alfareros de la novísima novela hispanoamericana va a traer consigo, explícita o implícitamente, una sensación de fuga, de evasión. Sentido de fugacidad que en los modernistas se impregnó de cierto perfume galo, caballeresco, palaciego, grecolatino: “Al oír las quejas de sus caballeros, / ríe, ríe, ríe la divina Eulalia, / pues son su tesoro las flechas de Eros, / el cinto de Cipria, la rueca de Onfalia” (Rubén Darío). Pero en el caso del Boom, movimiento surgido cuatro décadas después de la extinción del Modernismo, la fuga o evasión producto de la confrontación, choque o ruptura va a “mofarse” del realismo utilizando para ello las máscaras de la fantasía, la superstición, el ocultismo, la magia, la riqueza mítica y la cosmogonía de las culturas indígenas. Al dar al traste con el realismo convencional, los arquitectos del boom crean una “nueva realidad”: el realismo mágico. En el amplísimo espectro del boom confluyen todos los tonos cromáticos de la Creación. Quizá sea ésta la razón por la que difícilmente a estos escritores pueda encajonárseles en cualquiera de los innumerables “ismos” que como por arte de magia vinieron apareciendo a lo largo del siglo XX, antes de la aparición del boom. Bien afortunado este pensamiento de Jacques Joset: “En la novela antigua, la repetición de los modelos ‘clásicos’ estancaba la literatura. En la moderna, la constante experimentación la dinamiza”. En el caso del boom la dinamización fue de tal magnitud que cohesionó la novela latinoamericana en un macrocosmos con un alto grado de unidad geográfica, cultural, social, lingüística; desfasándola de esa visión más o menos aparcelada (regionalista) que imperó durante buena parte de la primera mitad del siglo XX. Más allá de estas consideraciones, hay quienes aseguran que en el caso del boom hubo cierto hilo conductor —no siempre visible— de carácter ideológico. A propósito, dice José Donoso: “Creo que si en algo tuvo unidad completa el ‘boom’ —aceptando la variedad de matices—, fue precisamente en la causa de la revolución cubana”. Y quien esto afirma, fue precisamente uno de los actores más lúcidos de la década de oro de la novela hispanoamericana. La aseveración de Donoso carecería de sentido completo si no se ubica el surgimiento, desarrollo y consolidación de la “nueva novela” latinoamericana dentro del complejo contexto continental y mundial, en todos los órdenes: cultural, político, social, económico, religioso, antropológico, tecnológico y científico. En efecto, el abanico temporal en que tiene lugar el boom, entre la década del 60 y comienzos del 70, fue uno de los más “movidos” y convulsionados de la historia contemporánea. En tan corto período de tiempo, acontecieron hechos que de alguna manera impactaron sobre el posterior curso histórico de la humanidad. Hechos que iremos enumerando sin seguir necesariamente un estricto orden cronológico y espacial. Ya se ha hablado (quizá no de forma literal) acerca del mayor o menor impacto que sobre estos “nuevos” escritores tuvo la revolución cubana. Pero los contextos dentro de los cuales se fraguó el boom son tan ricos como variados. Comencemos por la lucha contra la discriminación racial emprendida por la comunidad negra de los Estados Unidos. Lucha iniciada en los años 50 y que bajo el liderazgo de Martín Luther King consagró en los 60 (década en que se inició el boom) los derechos humanos y civiles de los afroestadounidenses. La muerte de Artemio Cruz, si bien fue publicada en 1962, la comenzó a escribir Carlos Fuentes en 1960, en Cuba, el mismo año que se fundaba en Bagdad la Organización de Países Exportadores de Petróleo. La beatlemanía de los dorados años sesenta. Vale destacar asimismo la crisis de los misiles de octubre de 1962, acontecimiento que enfrentó a la antigua Unión Soviética con los Estados Unidos, para dirimir cuál de las dos superpotencias largaba el salivazo más lejos. Estallido en 1964 de la primera bomba atómica china. Intervención militar estadounidense en República Dominicana (1965). La primera publicación de Cien años de soledad, ocurre en el año en que estalla la guerra de los Seis Días. Ocupación rusa de Checoslovaquia (1968). Y el Mayo Francés. Y la Teología de la Liberación. Y la píldora anticonceptiva. Los asesinatos de personalidades como J. F. Kennedy, el “Che” Guevara y Martín Luther King en el 63, el 67 y el 68 respectivamente, estremecieron en su momento la opinión pública mundial. El tiempo del “boom” es el de la agudización y posterior finalización de uno de los conflictos bélicos más cruentos e inmorales de la historia: la Guerra de Vietnam. El año en que el Apolo XI desciende sobre ese “mundo alucinante” situado a unos 380.000 kilómetros de este nuestro alucinante mundo, Reinaldo Arenas develaba El mundo alucinante, escritura donde lo humano y lo maravilloso atropellan los sentidos. Lo que hoy se conoce como Internet era entonces un desconocido bebé que daba sus primeros pasos bajo el nombre de Arpanet. El mundo realmente alucinaba. Eran los tiempos del boom. Imposible dejar a un lado, dentro del complejo mosaico contextual, el protagonismo de la música afrocaribeña. Hasta cierto punto, el boom fue al español escrito lo que la “salsa” a la lengua hablada, cantada, bailada (en tanto que fenómenos de expresión y difusión). El “boom” de la música afrocaribeña es la expresión espiritual y mágica de un macrocosmos en constante ebullición: el Caribe. Mundo mítico y mestizo signado por el ciclo milenario de los huracanes. No sería exagerado afirmar que sin la existencia de ese Caribe onírico, mágico, mítico y barroco hubiese sido imposible la gestación del realismo mágico. Al menos, con la fuerza con que irrumpió en aquellos años. A mediados de la década del sesenta, cuando el boom daba sus primeros pasos, se fundaba en Nueva York el sello discográfico Fania Record. En el mencionado sello grabaron sus discos los principales intérpretes de la “remozada” música caribeña, que posteriormente se conocería con el nombre de “salsa”. Cuando Miguel Ángel Asturias recibía en Estocolmo el máximo galardón de las letras, al otro lado del Atlántico, en la Gran Manzana, un adolescente de 15 años comenzaba a abrirse paso dentro de la música afrocaribeña: era Willie Colón. No debería causar extrañeza el hecho de que el boom literario y el boom de la “salsa” hayan nacido con pocos años de diferencia el uno del otro. No podía ser de otro modo, puesto que ambos fenómenos manejan en el fondo el mismo código lingüístico (el español) y la misma idiosincrasia (sobre todo en las regiones bañadas por el Caribe). La música afrocaribeña, incluyendo por supuesto el bolero, influyó en los escritores más jóvenes del boom, y aun con bastante fuerza en los del post boom. Pero el Caribe es mucho más que tambor y canto: es una idiosincrasia, una manera de sentir la vida, una voz. Alguien que lea a Gabriel García Márquez con el oído, no le costará demasiado trabajo adivinar que más allá de las palabras impresas hay una voz y un tono caribe, y escuchará seguramente el batir manso o furioso de la mar y del viento. Algunas líneas más arriba decía que el Caribe es ese mundo mítico y mestizo signado por el ciclo de los huracanes; fenómeno climatológico que representa en esencia la implacable furia de un dios que despierta en una determinada época del año. Dios protagonista de una aventura, en el sentido de que describe un viaje épico. ¿Quién puede resistirse al impulso de fantasear con la idea de que la fuerza ciclónica que barre a Macondo de la faz de la Tierra no es sino reminiscencia arquetípica de ese dios Huracán que desde tiempos remotos desahoga su ira contra el mundo caribe? Nada más fatalista ni más caribe que el final de la famosa novela garciamarquiana. Hasta ahora se ha tocado el tema del mestizaje desde la periferia. Ahondemos un poco. El término mismo de realismo-mágico es ya de por sí un híbrido: designa una cuestión “real” y “mágica” a la vez. Para continuar, se hace necesario retrotraernos a la semilla del tiempo. América no nació de parto natural. América es producto de una cesárea. O de varias cesáreas. El conquistador español, que se creía puro de raza, era en realidad hijo de un milenario proceso de mestizaje en el que se cruzaron iberos, celtas, latinos, cartagineses, griegos, gitanos, árabes, etc. Mestizaje que se enriqueció con la incorporación del elemento indígena: caribes, arawakos, aztecas, mayas, quechuas, aimaras, guaraníes, chibchas, taínos... Más tarde, la incorporación de diversas etnias de origen africano al complejo proceso de mestizaje termina por forjar los perfiles genotípicos y fenotípicos del “nuevo hombre”. El mestizaje no fue sólo de carácter sanguíneo, sino culinario (el caso de la hayaca), cultural, lingüístico, religioso. De allí la santería, el culto a María Lionza, por citar dos casos. Universo mítico, barroco, mágico, sobrenatural, místico. Universo que lleva en sus entrañas la nieve y el fuego de los volcanes; selvas y llanos; caudalosos ríos, lagos, mesetas, tepuyes; desiertos, valles, playas; el puma y el cóndor; oro, plata, petróleo... Alguna vez hemos oído decir a los hijos de esta tierra: “No creo en brujas, pero de que vuelan, vuelan”. Visión que resume una filosofía, una actitud ante lo real, ante lo sobrenatural: la idiosincrasia del (ser) indoafrolatinoamericano. Y es que sencillamente lo mágico-real siempre ha estado entre nosotros, en estado natural. Muchos de los escritores del boom, y otros como Úslar Pietri y Rulfo, tuvieron la gran virtud de poder procesar esta “materia prima”, y crear a partir de allí arte, literatura, vida. Mucha agua ha corrido desde la desaparición del boom hasta el día de hoy. Aguas en las que hay que bañarse para pescar ideas. Por ejemplo: la muerte “física” del boom no significó de ningún modo la muerte súbita del realismo mágico. Esta corriente literaria sobrevivió al boom, pero poco a poco vino desgastándose en el tiempo, al punto que su huella es prácticamente irreconocible en las novísimas camadas de escritores. Esto desde luego no niega la notable influencia ejercida por los actores del boom en los nuevos escritores, específicamente en los del llamado post boom (sobre todo en cuanto al tratamiento del lenguaje). Incluso no sería exagerado afirmar que la influencia es más profunda en los europeos que en los propios latinoamericanos. En todo caso, el boom como fenómeno editorial quedó enterrado en la década del setenta. Y el realismo mágico es corriente superada. En la actualidad, diversas tempestades sacuden el territorio mágico de la novela. Universo de palabras que, al igual que la serpiente, cada cierto tiempo necesita cambiar de piel. ** Leonardo Maicán lmaican@letralia.zzn.com Escritor venezolano (Maracay, Aragua, 1967). Profesor de lengua y literatura, egresado con mención Magna Cum Laude de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel, http: / / www.upel.edu.ve), en Maracay. Tiene un libro de relatos, Duelo de ases, publicado por la editorial La Liebre Libre (1995). Obtuvo una mención especial en el Concurso Semana de la Juventud (La Victoria, 1995). Mención honorífica en la I Bienal Interuniversitaria de Literatura "Simón Rodríguez" (Valencia, 2001). Cuentos suyos han aparecido en antologías, diarios y revistas del estado Aragua. Tiene un libro de cuentos inédito, titulado El sueño del Titanic. ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Poemas Estrella Gomes *** Dos relatos Yolanda Ramírez Michel *** Poemas Radamés Buffa *** Tres relatos Musa Ammar Majad *** Poemas René Dayre Abella *** El museo de las vírgenes Roberto Lucio Cáceres *** Poemas Gloria Gil Romera *** El citatorio María Margarita Herrera *** Instantáneas Adán Echeverría *** El malabarista Sergio Llorens *** Sueños de Caín frente al espejo Gabriel Otero *** El hada Jéssica de la Portilla Montaño *** Poemas Nahuel Alonso *** Dos hombres Odiseo Schloss *** Cinco textos Rafael Robles Olivos *** Dos relatos Yolanda Montesinos López === Poemas Estrella Gomes ============================================ *** I Desde esta esquina atravieso palabras y los grillos se multiplican a medida que mis pasos se suicidan en las escaleras desde aquí descubro que el amanecer llega lila a mis manos y la montaña nos devora multiplicándonos en su vientre En este pedazo de geografía divorciado de la humanidad todavía mis manos huelen a tierra y es desde aquí que te escribo. *** II Porque lo quise alguna vez hecho viento queriendo atrapar todo el mar en una sinfonía Porque lo deseaba marcando con sus manos una melodía la libertad que me sembraría en el pecho cada otoño Porque te preferí ahogado de alegría en un establo de caballos y cada cuarto menguante mutaban para nosotros los colores Porque te imaginé comiendo caminos por lo que creías los ideales te llovían empapándote el rostro y te empeñabas en dibujarlos en mis hombros y yo siempre ahí en tu mochila Porque sobre todo te deseé hoy me convenzo que no existes *** III Nos empeñamos en construir noches con miradas arrancadas de rostros apagados En noches como estas grito orgasmo vientre azul orgasmo espiral fina muy fina absurdo Inicio ** Estrella Gomes estre294@gmail.com Poeta venezolana (Miranda, 1990). Es integrante del Programa Circuito Liceísta de las Letras, donde ha recibido talleres de formación literaria. Ha participado en el recital de clausura de la Bienal Juan Beroes (Táchira) 2005, en el Encuentro Nacional de Poetas Liceístas 2006 y en el Encuentro de Escritores Colombo-Venezolano 2006. Textos suyos aparecen en la primera antología de poetas liceístas Voces jóvenes en la mirada del mañana (2006). Produce y conduce, junto con Aquarela Padilla, el programa radial literario Habitantes de la Palabra, para Activa, Radio Nacional de Venezuela. En 2006 fue reconocida como la facilitadora más joven del Sistema Nacional de Talleres Literarios. === Dos relatos Yolanda Ramírez Michel =============================== *** Geo Toco tu piel, estás seca, enjuta, una áspera sonrisa atraviesa tu rostro de arcilla. Intento besarte para devolverte la brisa, pero me agota tu osario de arena y cal. Te estás muriendo, y yo aquí, en silencio, tosco y huraño ante la devastación. Me dicen que soy culpable, que me bebí toda tu belleza a borbotones intensos de lujuria, que te escancié sin hartazgo ni mesura, que tomé tu riqueza prístina desde las entrañas mismas de tus venas. Y sí, es posible que sea yo responsable de la presente mutilación de tu belleza húmeda y acuática, que mis años de irreverencia te hayan finalmente estrechado y agostado hasta convertirte en lo que ahora miro con resignada angustia. Sin embargo, no me culpes del todo, tú te entregaste sin condiciones y me dejaste poseer toda tu territorial belleza, cediste tus vírgenes manantiales a mi salvaje arresto de piraña, dejabas que talara tu selvática piel con certero abuso de confianza, que exprimiera tu goteante limo, tus termas abismales. Te otorgaste amante y satisfecha, me alegraste con monumentales senos perfilándose en el horizonte, me bebí todas tus lágrimas de miel, tus gotas de ambarino néctar. Te prodigaste en las noches de canto otróptero y luciérnagas al dracúleo habitante de las sombras. Te rendiste a mi mordida rapaz y a mis caricias de bestia, tomé todo lo tuyo con ignorante prepotencia: tus frutos de colores, tu mies, tus negras fosas de pedernal, tu paisaje feliz, tu pureza milenaria. Luego, cautiva ya de mi destructivo abrazo me volví caprichoso y exigente con tus generosos dones, herencia de los dioses. Mas luego, aunque ignorada, cuando yo emigré siguiendo la sirénea copla del asfalto, seguiste prodigando tus savias subterráneas. Al final, cuando tus estertores me llamaron con telúrica tristeza, asistí a tu agonía todavía un poco escéptico. Hasta que sentí hambre y sed me di cuenta de la catástrofe. Ahora te miro, toco tu piel y ya no me das nada, ya no puedes, aunque quieras. Tu muerte es inminente, durante años te he matado. Pero, me arrastras tras de ti en cumplimiento del destino que nos une, amantes milenarios engarzados en fatídica y parasitaria relación universal. *** Flora Flora nació de veintitrés años. Cuando la conocí llovía torrencialmente y lo primero que me llamó la atención fueron sus finos pies dentro de un par de zapatos que brillaban como dos enormes lágrimas. Nos refugiamos del aguacero bajo el mismo toldo azul con letras doradas anunciando el Café La-tinta. Un vestido verde con escote recatado y tela suave resbalaba por sus curvas, su cabello húmedo exhalaba una fragancia primaveral, en mitad de su pecho descansaba un dije de extraña forma. Con apacible sonrisa ella inició un comentario que habría de unirnos: ¡Cómo llueve! Aquella cafetería y las doce de la noche inauguraron una serie de confidencias inconclusas que me llevaron a desear verla otra vez. Los días de lluvia continuaron, los cafés y las citas. Me contaba tramos de su pasado, fragmentos que era necesario remendar, hilvanar, zurcir; costaba trabajo admitir que le hubieran pasado tantas cosas a una mujer de su edad. Luego de un mes ya no intenté ordenar el caos que planteaban su etapa licenciosa, su encierro en el convento, un matrimonio fallido, el breve lapso de locura por seguir a un hombre casado, las escapadas al campo con un pintor, multitud de visitas a orfanatos y asilos, su carrera política, y otras situaciones extraordinarias, relatadas por ella, con tal veracidad y confianza que me hacían por un momento dudar, si no sería yo el que bien poco había vivido al presente. Terminé por aceptarla, y comprendí que me eligió como auditorio de sus fantasías. Desde entonces la escuché seducido; sostenía atento sus miradas: de tristeza cuando evocaba en voz alta el episodio del poeta esquizofrénico que la amó hasta el suicidio; de arrogancia, si confesaba haber sido amante de un mafioso; o de inocente desamparo, ante la breve desgracia de su primer amor. Sus labios se abrían cuales pétalos en cada historia; era como mirar una flor surgir, albergar savia por unos minutos, y luego volverse polvo en el universo; y así, incansablemente, otra flor la sucedía siendo fugaz trono de una nueva existencia ficticia. Asumí el riesgo de enamorarme, aunque yo no formara parte de ese torrente de evocaciones derramadas en el transcurrir de nuestras citas, siempre en el mismo café. Determiné al fin ser sólo un respetuoso espectador del entramado maravilloso, un testigo de sus pasos por aquellos parajes imaginarios que parecían dar sentido a su existencia. Después del primer mes la besé. Ignoro a qué le sabría mi beso comparado con los labios del pintor que la sedujo en una isla desierta, ni sé si mis brazos la sostuvieron con el fervor que mostró aquel joven de quince años que ella inició en la pasión; pero sí vi su piel encrespada ante el hormigueo que la situó por unos instantes a mi lado: en sus ojos germinó una luz no incendiada antes por ninguna historia. Sentí que me miraba por primera vez. A partir de aquel beso, ese mismo día, le conté sobre mí. Ella, al escucharme, acomodaba su largo cabello a un lado y se acariciaba las puntas sin perder el hilo de mi confesión. Acabé de relatar en una cita la mayor parte de mi vida y un largo silencio nos recorrió a ambos. No hubo más palabras. Flora se levantó despacio, indicándome con un gesto mudo que me esperaba afuera. Llamé al mesero y pagué la cuenta. Ella me tomó de la mano y caminamos largo rato por la noche hasta que llegamos a un edificio donde las ventanas, como rostros apiñados, mostraban su miseria. Mientras subíamos por las escaleras despostilladas y sucias, observé las puertas de las que nacían murmullos constantes, de seres grises. En el cuarto piso empecé a jadear un poco. Mi llave, torcida, entró con dificultades en la cerradura que se abrió para envolvernos dentro de cuatro paredes macilentas. Había pocas cosas: la cama, casi incrustada en la sala-comedor-cocina; una mesita con su lámpara, libros, y un montón de papeles regados junto a una máquina de escribir dormida. Cuando nos desnudamos el silencio fue total, sólo murmuraba extraños acertijos, desde una esquina, el pequeño refrigerador blanco. El infinito enmudeció para percibir el origen de nuestra historia. Pasamos de la tempestad a la calma, del jadeo al suspiro, de la risa a las lágrimas. Flora brillaba surgiendo en la oscuridad y se ofrecía cual corola silente. Desde la profundidad de la noche un tecleo irrumpió junto con el grillar nocturno, su música rítmica me arrulló hasta que cerré los ojos colmado y satisfecho. Al despertar, ella ya no estaba. La busqué desesperado; en cada rincón, por cada grieta; oculta, podría ser, en el rayo de luz que se colaba por la ventana, o entre los pliegues de la almohada. Finalmente, su voz etérea me llamó desde las letras que florecían en el papel junto a la máquina de escribir, ávidamente leí el último renglón... En el vaso con agua turbia una flor languidece, sus pétalos caen irremisiblemente y niegan la eternidad... ** Yolanda Ramírez Michel yola_ramirezmichel@hotmail.com Bibliotecaria mexicana. Trabaja en el Colegio Inglés Hidalgo (http://www.cih.edu.mx), en el área de animación a la lectura, impartiendo clases de biblioteca y colaborando con la publicación de una revista bimestral de literatura. Es miembro del taller literario de Raúl Bañuelos y de la Casa de Poesía Juan Bañuelos. === Poemas Radamés Buffa ============================================= *** Imposibilidad Articulación, vértebra sísmica, corte, duelo. Vengo y voy del charco al desliz de los gusanos. Arrastro la culpa, taladro sobre el asfalto, sobre. Ignoro el motivo o las causas o las conexiones. Pero voy y giro como las pistas y vuelvo al número uno. Memorizo y olvido y no olvido ni recuerdo. O sea: debería cambiar los cirios, el ángulo, el principio: pero no puedo. *** La muerte de Marat Mantuvo la rebeldía, el juramento y la palabra, la carta lejos del agua. Y cayó la venganza que corroe, que paga, que acecha. Aun haciendo justicia cayó el grano y la verdad, las llagas y los calzones de los artesanos, la noche. La tinta podría ser volátil, podrían ser las pelucas, los traidores, habladurías y el terror de las cabezas rodando. Y la trama corrió la pintura del cadáver mientras suben la bandera los niños y marchan y mueren y marchan y mueren los hijos de Francia. Llegan como salvación, como tribunal de la razón, flácido cuerpo del odio y con palos los siervos y las calles de París desagües de sangre. *** La farola del mar El mar se cayó en un bulbo de láminas de cuarzo. El mar sin agua de mar en la levedad de una burbuja. Sobre la capelina de metal los núcleos del trópico. La estrella frente a la soledad de los cinco brazos de la estrella y la heurística del globo de oxígeno. Los cefalópodos sosteniendo las vértebras de los peces y las grietas de las cáscaras vacías. El grito de la multitud sobre la corteza de las algas y los hombres del espejo sin vestigio de remordimiento. *** Mundo El canal y detrás la tierra y el pasto seco como la tierra. Desechos, fluidos por el desagüe y no sé que espera el niño sobre la humedad y el cemento. Mueve la cabeza y pregunta: ¿una mujer en una caja de luz? El arco del pie escucha el rumor de otra lengua y la mano el agua y la mano el puente y la pierna. A lo lejos, muy lejos, el mundo interminable. *** Pausa Hacer una pausa como espera la lechuza. Un punto y coma sin luz, pendiente. Crear una clave como la otra luna, pero firmar la fractura, el yeso anónimo. Confiar la tinta a una caricatura, al racimo, al amanecer. Dejar las lágrimas sin planisferio, entre la puerta y el deseo. Perder el aire como los pulmones de un ahorcado. Pero, hacer una pausa, como si nada hubiera pasado. *** Pasado Lo visible es lo invisible. Los hijos los padres transparentes. La foto y otra foto la sombra entre las sombras. Los trozos de vidrio el cuello de un cisne. Nosotros: crónicas en los rollos de tinta. El lago y la espada una burbuja: imposible. *** Pérdida Estoy en la mitad de la ventana. El reflejo del sol está de mañana. El cuello de la fortaleza del cerro al costado de la bahía de Montevideo, blanquea las copas de los árboles. No puedo dormir ante la pantalla. Quisiera perder el tránsito del texto a las estrellas y las grúas de los brazos. Quisiera y persisto doblado en la silla como la penumbra y los olores de la sal. Tomo el cristal y lo muerdo, repito, lleno, y sin embargo, quedo en el olvido cuando mi cuerpo se deshace de luz hasta el mareo de la próxima noche. ** Radamés Buffa Ferrari rbuffa@adinet.com.uy Escritor y docente uruguayo (Montevideo, 1952). Desde 1980 es profesor de historia egresado del Instituto de Profesores Artigas. Ha escrito diversos trabajos, conferencias y cursos sobre historia precolombina y colonial, así como sobre algunas características del siglo XX, en historia del Uruguay y universal. Ha publicado cuentos y poemas en medios como la revista Trova (Montevideo), Excelsior (México, http://www.nuevoexcelsior.com.mx) y La Semana, suplemento del ex diario El Día (Montevideo), y en medios digitales como Letralia, Tierra de Letras (Venezuela, http://www.letralia.com), Gente con Talento (Colombia), MindFire Renewed (EUA, http://www.mindfirerenew.com), Archivos del Sur (Argentina, http://murl.net/16e), Kordon (Argentina), Axolotl (Argentina, http://www.revistaaxolotl.com.ar), Almiar (España, http://www.margencero.com), Francopolis.net (Francia), Literra, Proyecto Gutenberg (http://www.gutenberg.org), Boletín Brasego (Israel) y otros. Poemas suyos han sido traducidos al francés, al inglés y al rumano. Ha publicado el poemario Temblor de tierra (Banda Oriental, Montevideo, 2004). === Tres relatos Musa Ammar Majad ==================================== *** La quimera Hicieron el amor y los tatuajes de sus pechos se confundieron. No fue sino hasta siete días y siete noches después que lograron separarse. Incrédulos, contemplaron sus mutuos diseños, ya otros. Una manzana entre los senos de ella; una quimera de tres cabezas (león, cabra y serpiente) en el pecho de él. Lectora asidua, ella vio la quimera y recordó la descripción hecha por Dante del Satanás trifacial que se alimenta de tres traidores: Judas, el que traicionó a Cristo; Bruto y Casio, los que conspiraron contra César. Él pensó en tres vergas erectas y singulares. Ambos se abandonaron en la posición del misionero. La serpiente se desprendió, se estiró y, finalmente, mordió (engulló) la manzana. —Un hombre con un tatuaje en el pecho salió gritando de la habitación —contó alguien. —El tatuaje de un animal, por demás horrible, con dos cabezas —explicó otro. *** La casa de paredes infinitas, según Borges En esta casa de paredes infinitas (en la soledad he aprendido a enumerarlas utilizando los dedos de mis manos: uno, dos, tres, ..., diez, infinito) aprecio la secreta sombra que me ignora. Veo su negrura de cambiante forma. Sobre el suelo, algo (¿un rostro?, ¿mi rostro?) resulta en un pedregoso receptáculo de hormigas que caminan, de arañas que se aquietan, de otros bichos que devoran y de hoyos que ostentan dientes que han caído de la pulida superficie de los cráneos de los animales que maté. Tengo una serpiente por mascota. Curiosamente tiene dos cabezas. No me asusta; no es un monstruo; es mejor que yo. Yo desprendo estiércol y sudo mucho; me crecen infinitas uñas y me sale pelo, un pelo inmerecido en todo el cuerpo. Un animal inanimado en el mediodía de mi ser, a veces, con algún estímulo, cobra vida. Entonces padezco un pavor inmensurable. Sé que cuando niño tuve a alguien que plantó arbitrarios árboles frutales y se fue. La casa está cerrada. A veces me arrojan animales. Con el desuso se me olvida el idioma castellano. He encontrado un libro de múltiples colores. Además del nombre de la tapa, que dice Atlas, sólo he descifrado una palabra que se ahoga entre las márgenes de un río: Eúfrates. Tal vez esas son las aguas que pasan por mi casa. *** Incapacidad Alto en el patio, ardía. —El fuego, como el hambre, es uno de los signos del tiempo —pensé en voz alta, recordando el final del último cuento que escribí. Rito preguntó de quién era la sentencia. —Es de Bertrand Russell —mentí. Luego de confesar que “no sé quién diablos es Betag Luces”, Rito confesó que le había gustado la frase. Me arrepentí de no hacer valer mis derechos de autoría. Intenté otra frase: —Mediante el rodeo del posible suicidio, el niño se recupera. —¿De quién es? —Mía —mentí para volver a arrepentirme: a Rito no le gustó. Pensé en Sartre y en su incapacidad para agradarle a un hombre. ** Musa Ammar Majad musamajad@hotmail.com Investigador venezolano (Táriba, Táchira; 1977). Licenciado en letras por la Universidad de Los Andes (ULA, http://www.ula.ve). Dirige la Coordinación de Eventos Educativos del Museo de Artes Visuales y del Espacio (San Cristóbal, Táchira), donde ha llevado adelante el Centro de Investigaciones Históricas, Artísticas y Culturales y el proyecto de registro y catalogación de la colección permanente, entre otras actividades. En 2004 recibió la orden Luis María Rivas Dávila, de la ULA, por su alto desempeño académico. === Poemas René Dayre Abella ========================================= *** Retrato del otro Ese hombre de la mirada adusta que ensaya sin lograr una sonrisa delante de un espejo. Ese sujeto torpe que enreda sus pisadas entre libros y juguetes al descuido que revuelve las piedras arañando la tierra y dialoga con árboles y ríos desandando caminos. Ese loco que increpa a la montaña, al cielo, a las estrellas en la noche. Que llama al sol su amigo. Ese infeliz que sufre de delirio puede ¿por qué dudarlo? tratarse de mí mismo. *** Breve apología de la muerte A Federico García Lorca y a Pablo Neruda, esos dos grandes locos enamorados de la Muerte. Vestida de mujer. Exquisitamente perfumada. La Muerte vino a visitarme. Calzando altos tacones. Colgándose al hombro un bolso nuevo de piel. La Muerte vino a visitarme. Lento camina la Muerte. Muy despacio se llega a mi recámara. Se detiene delante de un espejo. ¿Quiere mirarse el rostro la Muerte? ¿Es que la Muerte acaso tiene rostro? “La Muerte tiene el rostro verde”. En eso coincidimos, Pablo, viejo amigo. Pero ¿qué tan verde es el rostro verde de la Muerte? ¿Es verde aqua, verde jade o simplemente verde? La Muerte me clava sus ojazos. Sus dos enormes ojos deslumbrantes. ¿Es un súcubo la Muerte? ¿De veras quiere la Muerte poseerme? La Muerte me roza y me rechaza. Veo a la Muerte alejarse de mi casa. Se va la Muerte a buscar muertos con su look de femme fatal irresistible. *** Onírica Que recuenten los muertos. Uno a uno. Deben asegurarse que están bien muertos y tumbados —esa ha sido la orden— Hay que vigilar a ese muerto violinista que yace junto al joven Werther con el rictus visible aún de morir de tisis galopante. Hay que evitar que el violinista se despierte y le arranque a su violín notas vivaces que levanten al resto de los muertos. *** Para exorcizar la soledad A Mirurgia Duconger, desde lejos. “La soledad es un pájaro grande, multicolor...”. Pablo Milanés Si tan sólo pudieras apretujar tu soledad hasta hacerla caber en tu bolso de mano como un perfume de Givenchi. Arrancarla del ropero donde duerme y vestirla con los colores más brillantes. ¡Ah, si pudieras! Invitarías a todos tus amigos e intentaríamos exorcizar a la maldita. Pero es demasiado tarde. Ya la vida te robó un pedazo de tu sonrisa y quizá un poco del brillo de tus ojos. No hay nada por hacer. ¿Por qué no tiendes tus años locos sobre un lecho y le cantas nanas al pasado? *** Solitude II “De mis soledades vengo a mis soledades voy”... Antonio Machado Y de nuevo tú buscando un escondrijo donde anidar. Cualquier oscuro recoveco. Dejando caer tu débil cuerpo sobre mis reconditeces. Se me ocurre vestirte de azul en una de mis noches insomnes y asomarnos juntos al pozo de la memoria, al trasfondo interior. ¿Por qué me pegas siempre? Estás presente en el agudo filo de la introspección y en la angustia kierkegardiana que me desgarra. ¿Cómo desprenderme de ti, mi antigua compañera? Si ya te has vuelto parte de mis huesos. *** El poema lúcido No pidas que te mire. ¡No insistas! Ya no tengo mis ojos. Se me salieron y se fueron al mar. Búscalos entre las aguas. Allí flotan. ** René Dayre Abella renedayre@sbcglobal.net Escritor cubano (Banes, 1945). Docente egresado del Instituto Pedagógico "Manuel Ascunce Domenech", en Topes de Collantes, Cuba. En su país se desempeñó como educador de adultos enseñando los cursos secundarios de superación obrera y campesina. Formado además como técnico de nivel medio en la rama de la industria azucarera, trabajó como químico analista en varios centrales azucareros. Reside en Estados Unidos desde 1980. === El museo de las vírgenes Roberto Lucio Cáceres =================== La capilla de velas quedaba al lado de la puerta principal de la iglesia. Al ingresar no se podían distinguir ni la fuente de agua bendita que anunciaba el cartel de afuera, ni la gente que había ingresado antes que nosotros; sólo se observaban, apenas, el lento parpadear de pequeñas luces entre las sombras. En el interior, sobre una columna central de piedra a modo de mesa larga, se congregaban varias familias de velas, ya febriles por su reciente alumbramiento, ya diluidas e inclinadas unas a otras, lamentando sin remedio el resto de cera derretida entre sus pies. Un hombre taciturno, con espátula en mano, iba recogiendo estos últimos restos hacia los recovecos de la gran piedra. Nosotros pusimos también unas cuantas pensando en cada uno. Rezando también para que duren lo suficiente en su corta vida antes que sean arrasadas. Había hecho el viaje con mi familia a Copacabana, más por el interés de ver el museo de la virgen —un amigo ya me había hablado de él— que por el espíritu religioso que significaba viajar a estos recodos olvidados del lago Titicaca. Por lo demás, el pueblo no estaba tan mal, ofrecía hoteles de hasta cuatro estrellas; una playa muy fría pero playa al fin, envidiable para cualquier ciudad altiplánica. En el día previo a nuestro regreso, luego de distraernos por la tarde con bicicletas, motocicletas y botes, los dejé para dirigirme hacia la iglesia. Compré un solo boleto para entrar al museo pues ellos tenían planeado comer esos raros platos de truchas y ancas de rana en el hotel. Acordamos vernos en la misa de las siete. La iglesia a esa hora estaba desierta, ni una figura negra entre sus bancos, sólo se escuchaba el eco temeroso de mis pasos ante las miradas petrificadas de las estatuas. Al lado izquierdo del altar se abría un espacio, al fondo, una puerta. Un curita que atendía en un escritorio, con un acento ibérico y algo sorprendido, me dijo que esperara a otras personas para ingresar a la pinacoteca. Se dirigió a continuación hacia una de las puertas del lugar para desaparecer, no sin antes decirme que tomara asiento en una banca medieval. En realidad, el lugar y el hermano de la tercera orden —traía el lazo franciscano— que se había marchado tan sigilosamente, me habían recordado la novela El nombre de la rosa y me sentí estar esperando apreciar, no la parte perdida de La retórica, desde luego, pero por lo menos una reliquia antigua de libro. En esas especulaciones estaba, cuando el eclesiástico retornó acompañado por un viejo de vestimenta humilde: era el taciturno de la capilla de velas. El primero me dijo que no se habían vendido más entradas que la mía, que el guía oficial del museo no estaba, pero que Don Lázaro me acompañaría con gusto, pues también antes había sido ése su oficio. Acepté pensando en una excursión más personalizada, además, al día siguiente no se atendía y yo ya me iba de regreso a La Paz. Don Lázaro, asintiendo condescendientemente, recibió unas llaves del hermano y unas palabras de advertencia en voz baja antes de despedirse. Mientras nos dirigíamos hacia una puerta de varias llaves, el anciano —no me parecía al verlo de lejos— me explicó que los devotos en domingos preferían visitar los tesoros de la virgen por las mañanas pues por las tardes ya estaban de regreso a la ciudad. Me dijo también que se me había permitido la entrada porque de lo contrario la virgen se enojaba. Noté un cierto desdén cuando se refirió al guía que usualmente cumplía funciones allí. Según él, no comprendía las historias de los regalos a la virgen y adolecía de falta de fe hacia los objetos sagrados. Quisiera poder explicar las cosas que vi aquel atardecer, y, más que las cosas en sí, la especie de presencia que había detrás de las cosas: miradas, tanto de las imágenes en los cuadros como de los cristos y vírgenes, que parecían disimular así como volvías los ojos hacia ellos, inicios de susurros que desaparecían apenas prestabas oído. Pero creo que no sabré hacerlo. Por esos pasillos, entre la penumbra de las luces y los fondos más oscuros de las sombras, empecé a sentir una angustia que nada parecía justificar. Lo primero que hizo fue subir la palanca de electricidad, sin embargo las luces eran tenues. Nuestras sombras y las sombras de columnas, imágenes y adornos empezaron a danzar por las paredes. A mí me faltaban ojos para mirar. Me enseñó el gran cristo tallado en una sola pieza de marfil, al lado del cofre donde se guardaban los mantos donados a la virgen (los había programados para cada tres meses hasta el año 2067). En el mismo centro de la sala había una muñeca rubia regalada por la embajada sueca, sus pies estaban clavados en el suelo con un clavo en mitad de cada pie. “Si no la clavo, se cae...”, me dijo, y me dijo que me hablaba desde tan cerca para que ella no pudiese oír, porque no sabía que estuviera clavada por los pies. A la derecha, en hilera, estaban aquellas imágenes de la virgen que habían sido esculpidas mediocremente pues no se parecían a la única hecha por Tito Yupanqui. Me dijo que sólo ella podía estar en el altar y no aquí, que sólo ella estrenaba los mantos y podía retener a las víboras que yacían debajo de ella. Mientras las que yo miraba tan sólo eran para que salgan a las procesiones en las fiestas de la patrona. La primera tenía un manto blanco, bordado de perlas grises y flequillos dorados. Se acercó a ella y le besó la punta del manto y me dijo que también yo tenía que besarla y me la presentó como la segunda más bella luego de la del altar. Me ofreció la mano de esta virgen, no tuve más remedio que tocarla: la tenía como si fuera de hielo. Entonces me mandó a ver las demás, me explicó que ellas ya estaban cansadas pues querían que se las cambie aquellos mantos viejos. Me enseñó unos cuadros majestuosos al otro lado, en uno de ellos unos angelitos renacentistas volaban alrededor de un sol y por encima estaban las deidades supremas, el caso es que me pareció que los tres ángeles me miraban y que el del centro, el que en el dibujo llevaba las cintas de terciopelo, se sonreía un poco. Pasamos a otro pasillo. Caminábamos uno al lado del otro. Entonces vi en un atril una gran Biblia abierta de la que salían acartonadas hileras de tela coloridas y sucias, estaba escrita en latín, también con letras de colores. Me dispuse a hojearla, no alcancé a ver bien una ilustración que mostraba dos figuras sobre nubes mirando un círculo de sol rodeado por ángeles (el paraíso). No lo vi bien porque Don Lázaro, que se había alejado, me llamó y me dijo que anduviera con cuidado de no hacer ruido. Estaba limpiando candelabros, los había de muchos tipos, me preguntó si quisiera ayudarle, pues a veces no lo hacía bien y entonces las vírgenes se ponían intranquilas. Le dije que no tenía inconveniente, pero que pensaba irme ya porque... Me puso la mano sobre la boca con tal fuerza y furia que hasta que la levantó tuve el alma en vilo. Mi cuerpo también experimentó algo inexplicable. Tenía los ojos desorbitados y respiraba fatigosamente. “Usted es un bendito”, murmuraba, “un bendito, pero no sabe lo que se dice...”. Se calmó enseguida y me dijo que odiaba a las mujeres, en especial a la que colocaba flores en los altares. Con una voz que no era humana dijo que las vírgenes no eran malas; sí, tal vez había unas cuantas que renegaban de algo, pero que se les pasaba. Yo sobre la espalda y en voz muy baja le dije: “Vámonos”. “Sí”, me contestó, “vámonos, mañana me espera mucho trabajo”. Me pareció interminable esa hora y media. No sé si fue un sueño, pero guardo el recuerdo de unas sombras difíciles de identificar que cambiaban de sitio sin que nunca lograse ver cómo se movían, de ruidos insólitos, gemidos ahogados, como si las cosas, santos y vírgenes, se me acercasen con la boca llena de palabras reprimidas, mordiéndose la lengua para no decirlas. Luego de salir, no hicimos comentarios sino hasta que llegó el momento de despedirnos. En la misa, me acoplé a mi familia un poco turbado. Me persigné con la mayor reverencia que pude, como si estuviera agradecido de haber sido salvado de que mi cuerpo se amontone con otros como resto en paz. Mientras permanecíamos en misa, hubo tormenta y había llovido. Los adoquines de las calles brillaban por doquier, al llegar al hotel tuvimos que sacudir nuestros zapatos llenos de barro. Y yo, en mi interior, me sentía extraño, como si algo se me hubiera roto. ** Roberto Lucio Cáceres linea257@gmail.com Escritor boliviano (La Paz, 1979). En 2006 el sello Yerba Mala Cartonera (http://yerbamalacartonera.blogspot.com) publicó su relato “Línea 257” y “La vida es siesta” (2006). Obtuvo el premio de crítica Amalia Gallardo (2001) y es actual miembro del equipo editorial de Yerba Mala Cartonera. Mantiene en línea el blog Estante Boliviano (http://estanteboliviano.blogspot.com). === Poemas Gloria Gil Romera ========================================= Éramos enanos. Nos nutrimos de la leche mentirosa, remendada con vuestra imaginación. No teníamos venas, apenas ideas. Nos alimentasteis, madres, y ahora no cabemos en los estrechos asientos de la vida esos que vosotras mismas hicisteis para unos hijos grandes, altos e idealistas. === Todos eran otros y más que nunca ellos. Entonces descubrí que tan transparente no filtraba luz. Pero uno mismo no se crea su túnica siempre es otro el que te hunde o te refleja. Somos en oposición. Todos eran otros y yo era tan yo... === Un reino de paz acecha y la paloma se ha vuelto carroñera. Un reino de paz sonríe y muestra sus dientes agudísimos. Los ojos, todo sangre, miran asustados los labios, todo mármol. Un reino de paz acecha. Ha llegado el reino de la armonía. === No acumules más de tres zapatos nirabianirisasnibesosnimalosdeseos nienvidianiiraniarcadasniganasdesexo Deja que todo sea que todo vaya que todo se viva por dentro y por fuera y cuando ello quiera se muera. Ni inteligencia ni más de tres zapatos acumules. En todo caso, poeta, esto es una terapia y nunca preventiva. ** Gloria Gil Romera edryas@hotmail.com Escritora española (Madrid, 1983). Compagina su trabajo literario con la docencia. Ha publicado poemas en las revistas Remolinos (http://es.geocities.com/revista_remolinos), Resonancias Literarias (http://www.resonancias.org) y Es Hora de Embriagarse (con Poesía) (http://www.es-hora-de-embriagarse.net). Ha publicado los poemarios Los perdedores están ganando, Cartas de ida y sin vuelta y Poemas de dominio público. === El citatorio María Margarita Herrera ============================= Nací en la Unión Soviética a principios de los años 60. Me imagino que todas las personas son marcadas por su nacionalidad, pero la mía determinó el rumbo que seguiría mi vida. Algunas personas dicen que fui increíblemente afortunado. Yo, por el contrario, pienso que tuve muy mala suerte. Un pequeño error dictaminó lo que sería el resto de mi vida. Cuando tenía la corta edad de ocho meses recibí una citación para unirme al ejército. Mi abuela me estaba cuidando, como todos los días mientras mi madre salía a trabajar. Lo cierto es que tan pronto leyó la carta, mi abuela me cambió los pañales, me vistió con el abrigo más caliente que encontró, seguido de gorro, guantes y botitas. Hizo una pequeña maleta con pañales limpios y un cambio de ropa, y se encaminó a la oficina de reclutamiento, donde la citación decía que debía presentarme en 48 horas. “Vengo a traer a mi nieto, Maksim Baikov, quien recibió un citatorio para unirse al ejército”, declaró mi abuela con la voz firme y la cara en alto. El oficial sentado detrás del escritorio no pronunció palabra, esperando que el tal señor Baikov se presentara ante él. Después de unos segundos de silencio, el oficial le preguntó a mi abuela dónde estaba su nieto y por qué no hablaba por sí mismo. “¡Pero si está aquí mismo, y si no habla, es porque aún no puede!”, le contestó mi abuela con total franqueza. El oficial no podía creer sus ojos. “¿Me está diciendo que trae a este bebé para enlistarlo en el ejército?”. “Por supuesto, recibí el citatorio esta mañana y es mi deber patriótico presentar a mi nieto”, decía mi abuela ante la mirada estupefacta del militar, “la Madre Rusia lo necesita”. “Señora, debe haber sido un error. Por favor muéstreme el citatorio”. Mi abuela sacó la hoja de su bolso y se la entregó al hombre, quien desapareció detrás de una puerta con la enorme bandera roja con la hoz y el martillo dorados. Al poco tiempo, el hombre volvió con cara de pocos amigos. “Puede quedarse tranquila, señora. El pequeño Maksim no tiene de qué preocuparse hasta que cumpla los 16 años. Entonces recibirá su citatorio”. Mi abuela recibió la noticia del oficial con impavidez. Tomó el cochecito donde yo dormía inocentemente sin saber que mi futuro estaba siendo decidido y se fue a casa. Desde ese entonces las cosas no volvieron a ser iguales. Mi abuela me cuidaba bien. A pesar de nuestra humildad, no recuerdo haber pasado hambre o frío, pero cada tarea la cumplía con una severidad absoluta. Carecía de cariño, ternura, afecto... casi como si tuviera miedo de encariñarse conmigo. Mi madre siempre estuvo ocupada con la emancipación femenina, el trabajo y su total devoción al partido comunista; nunca mostró demasiado interés en mí. Y así las cosas, crecí privado de afecto, como tantos otros niños sin hogar de la Unión Soviética. La gran diferencia era que yo sí tenía familia. Una familia absolutamente dedicada a convertirme en un peón de la causa. Desde que tengo memoria, me estaban preparando para el día que llegaría mi citación para unirme al ejército. “Cuando cumplas 16 años, tendrás el honor de unirte al ejército y hacer algo por la patria”, me repetía mi abuela incansablemente. Mi vida no era demasiado diferente a la de los demás. Mis amigos del instituto vivían en condiciones similares a la mía. El deber de las familias era criar a sus hijos en el código moral del comunismo. Cuidaban de nuestro desarrollo físico y nos instruían y preparaban para que fuéramos útiles a la sociedad. Del mismo modo, los institutos sólo se preocupaban por crear al “nuevo hombre soviético”. En la escuela aprendí sobre el patriotismo soviético, la devoción a la Madre Rusia, a amar el trabajo, a ver la vida desde una perspectiva ateísta y la importancia de poner los intereses de la sociedad antes que los míos. Y así, transcurrió el tiempo y llegó el día de mi decimosexto cumpleaños. La casa tenía una energía distinta aquella mañana. Casi como si todos esperáramos que ocurriera algo extraordinario, fuera de lo común, algo que le diera un poco de chispa a nuestras monótonas vidas. Saltábamos al menor ruido y nuestros ojos repasaban la puerta de la casa una y otra vez. Transcurrió el día, dos días, una semana, tres semanas, y la citación no llegó. No sabía si sentir felicidad o decepción. Por un lado me estaba librando de la dura y peligrosa vida que enfrentaban los soldados en aquel entonces. Por otro lado, me sentía como un traicionero y un fracaso para mi familia. ¿Qué podía hacer? Decidí tomar el asunto entre mis manos. Me armé de valor y me presenté en la oficina de reclutamiento para enlistarme voluntariamente. “Me llamo Maksim Baikov y vengo a enlistarme”, le dije al primer oficial que encontré. El militar me miró de arriba a abajo. Me pidió que me sentara y esperara un momento. Se retiró de su escritorio y a los minutos regresó con un fajo de papeles en la mano. “¿Cómo dijiste que te llamabas?”. “Maksim Baikov”, le repetí, mientras el hombre no despegaba la mirada de los papeles que tenía enfrente. “Pues el único Maksim Baikov que aparece registrado ya cumplió el servicio militar hace unos dieciséis años”, me dijo finalmente el oficial. Estupefacto y sin saber cómo reaccionar, di media vuelta y salí de aquel lugar. Caminé sin rumbo fijo un par de horas antes de regresar a mi casa. No sabía cómo enfrentar a mi abuela y a mi madre. Sabía que se sentirían decepcionadas. Mi abuela lloró tres días seguidos, clamando que era una vergüenza para la Madre Rusia. Mi propia madre inmediatamente me consiguió un trabajo en una planta automotriz. Si no iba a cumplir mi deber patriótico de enlistarme en el ejército, lo menos que podía hacer era ser útil a la sociedad, insistía. Pasaron los meses y los años monótonamente. Casi todos mis amigos estaban en la guerra soviética en Afganistán, en China o en Cuba. Los pocos que quedaban en Rusia, no podía verlos nunca debido a las largas horas de mi trabajo. Me sentía totalmente aislado e inútil, hasta que un día un par de años después recibí una postal de un amigo. La foto era una hermosa playa con arena blanca, agua cristalina, palmeras altas y frondosas, cielo azul. En la parte de atrás tres palabras: “Ven a Cuba”. Desde que la Unión Soviética y Cuba se hicieran aliados, muchas personas se habían ido a la isla. Tenía varios amigos que vivían allá y nunca más había vuelto a saber de ellos. Suponía que eran felices allá, y ahora tenía prueba de ello. No tenía nada que perder. Mi madre seguía igual de ocupada con su devoción absoluta a la patria y mi abuela casi no me hablaba desde que me rechazaran en la oficina de reclutamiento. En menos de un mes me encontraba en Cuba. Mi amigo Andrei me recibió en su humilde casa, donde vivía con su esposa cubana y dos niños. A pesar de la pobreza en la que vivían, siempre se escuchaba música y risas en la casa. Andrei trabajaba en un frigorífico y Carmen en el comedor de una fábrica. Entre los dos se apañaban para mantener a su familia. Andrei a veces vendía productos en el mercado negro, Carmen a veces traía un poco de arroz y frijoles de su trabajo, y así se las arreglaban. “Todo por culpa del bloqueo americano”, afirmaba Andrei. Andrei me consiguió un empleo en un restaurante fregando platos y sirviendo mesas. Iba y venía todos los días con una bicicleta que me prestó Carmen, ya que ella tomaba la guagua para ir al trabajo. A los pocos días de mi llegada les anuncié que no quería seguir importunándolos y me iba de su casa, pero ellos insistieron en que me quedara. Con mi sueldo los podría ayudar un poco; no era mucho, pero cualquier cosa era bien recibida. Los días pasaban y yo era inmensamente feliz. Me sentía liberado. Mi trabajo era humilde, pero estaba todo el día en contacto con gente diferente, gente conversadora y alegre, lo cual me dio la oportunidad de aprender mejor el idioma. Los días siempre estaban llenos de colores, sabores y olores. Había hecho muchos amigos y había una muchacha cubana que me tenía embelesado. Mi bicicleta me llevaba a donde yo quería. Los días siempre eran calurosos, perfectos para pasear por la playa en mis ratos libres. Todo era perfecto. No podía pedir más de la vida. Hasta que algo lo cambio todo. Algo que habría de tener un impacto inconcebible en nuestras vidas. Se disolvió la Unión Soviética; y junto con ella, se acabó el apoyo financiero que le brindaba a la isla desde hacía más de 30 años. Esto significó una crisis muy fuerte para todos. La gente comenzó a irse de la isla, tratando de escapar de la total miseria en la que nos habíamos sumido. Se quebró la confianza de la gente. Confianza en nuestro estilo de vida, en nuestras ideologías. La Unión Soviética era nuestro modelo, el patrón a seguir, y ahora que ellos habían fracasado, ¿qué significaba para los demás? La vida se hizo más dura que nunca. No teníamos que comer. Todos los días había que inventar algo nuevo. Resolver. Inventar y resolver. Para sobrevivir. Nos habíamos convertido en transgresores de la ley. Nos sentíamos en falta con la sociedad, ¿pero qué otra opción teníamos? Escapar. Ya muchas personas habían dejado las costas de Cuba en barcos improvisados. A estas personas les llamaban balseros. Muchas de ellas habían desaparecido o muerto en busca de un futuro mejor, pero habían preferido arriesgarse que morir en Cuba. Empecé a averiguar cómo podía conseguir un par de puestos a bordo de una de estas balsas y a las pocas semanas me llegó la noticia de que al día siguiente saldría una pequeña embarcación con cuatro muchachos y que estaban dispuestos a llevar a dos personas más. Esa noche le conté todo a Lourdes, mi esposa desde hacía cinco años. Sin decir palabra, empacó algunas cosas en una pequeña bolsa y se arrodilló al borde de la cama a rezar. Sólo le dijimos a la madre de Lourdes que nos íbamos de la isla. De otra forma, nos hubieran descubierto. Cuando llegamos al malecón, ya los muchachos estaban allí arreglando la balsa. Al ver cómo azotaba el oleaje y la diminuta balsa de confección casera con la que nos pretendíamos meter en alta mar, se me heló la sangre. Pero esta era la única opción que teníamos. El hastío, el cansancio y la desesperación de los últimos años nos habían llevado a este momento. A esta última esperanza. La balsa de poliestireno apenas se mantenía a flote con el peso de nuestros seis cuerpos. Algunos de los muchachos habían traído imágenes de la Virgen de la Caridad para que los protegieran. Habían oído que la Virgen acompañaba a los balseros en su travesía. Estuvimos cuatro días en alta mar y ya al segundo día nos habíamos quedado sin agua y sin comida. Lourdes se encontraba muy mal. Estaba deshidratada y deliraba. El bote tenía un hueco en el fondo y tratábamos de sacar el agua con dos cacharros de aluminio. Hacía mal tiempo y el oleaje estaba muy fuerte. La balsa apenas se mantenía a flote y todos estábamos tumbados por la debilidad. En ese instante me pareció ver una imagen dibujada en las estrellas y sentí un frío terrible estremecer todo mi cuerpo. Mientras nos hundíamos hacia las profundidades del mar, recordé por una fracción de segundo ese citatorio errado que había escrito mi destino. ** María Margarita Herrera mmherrera@gmail.com Escritora y traductora venezolana (Caracas, 1976). Reside en Alemania. En 1999 se graduó en idiomas modernos, para luego dedicarse a la traducción por los siguientes ocho años, con una interrupción para realizar una maestría en periodismo en Estados Unidos. Ha realizado varios cursos relacionados con el aprendizaje de idiomas, así como de escritura creativa. === Instantáneas Adán Echeverría ===================================== 1 He llegado a conocer, en el calor silente, el aroma de tu cocina, mujer de manos ligeras, y monitoreo la calidez de las cebollas con que acitronas lentamente el alma. 2 Marqué el árbol de la vida y te enredaste, serpiente, dentro del fuego de los días. 3 Se abren campanarios el crucifijo investigó mis adentros cayó el templo los cuervos se llevan las hostias hasta el río renazco del agua a los tres días. 4 La mirada creciente de tu cuerpo naturaleza muerta en el brillo de tu espalda dónde ha quedado el equilibrio de los bosques el agua resbalando sus sentidos esa noche de tu cama perdí la brújula y las clavículas manejaron mis deseos. 5 Es el día sólo una obsesión de sol y grietadura voz de cobre que nada significa Tú en la sombra que vierte las fuentes entre mis labios de sierpe sin escamas exploré tus muslos de agua enfebrecida. 6 Sangré después de la mortaja nadie quiso cargarme al cementerio Ese olor tan mío a cuervo en aletazo escapó con la niebla de tu Tiempo. 7 Y pesqué monedas al aire en esa esquina cantan los faroles las azucenas se tiñen de licor: nadie espera su paga en la sonrisa. 8 No pudo atraparme me levantó hasta la noche amarga al cerrar los ojos desaparecí en la lentitud del amanecer. 9 Ella, enfurecida, excavó en las paredes buscaba los ojos de la amante la música del grito de la muerte la horca en que ha dejado su lujuria y al no encontrar sus dientes emparedó los sueños de mi carne. 10 Caminó tu boca en mis rodillas y yo me hice niño en tu regazo. 11 Hasta sangrar con las cebollas desprender las células sin lágrimas horadar la noche con el grito enfriar la cama en el disparo del insulto. Hasta que ya no me persigan no me muevan de la imagen donde me he dejado envanecido llorando la canción de Marte lucha feroz hasta el olvido. Hasta que ya nada reviente en las pupilas que se ha llevado el rencor y sean las puntas del diamante la sensación de estar despierto sin la sangre. Hasta esta noche arrulladora en que la música de niños no pueda calmarnos la violencia. Hasta ahí renunciaré a tu lento caminar en el espejo me arrancaré los ojos al silenciar el sueño. 12 Te dedicaste a explorar mi árbol y me fugué en el fruto matutino. 13 El crucifijo ha pescado mis violencias como se pescan las estrellas en el mito. Ya nada esperan de la noche los pescadores que corren con el viento. 14 Sus clavículas atraparon las miradas y el cuervo saltó del escondite esa piedra inmortal en que se esconde la mirada agria de tu cuerpo. 15 En sus muslos caminé los días y un aroma de tierra detuvo la fuga regresé hasta el sabor de tu mirada en esa voluntad que brindan tus mordidas. 16 He monitoreado su mortaja líquida y no pude hallar el canto del cardumen mar de corrosión constante en que doblegó el espíritu su invicta podredumbre. 17 Investigué tus ojos de moneda jugué en la Bolsa y perdí el aliento. Con tu ropaje de dólar en silencio me cobijaste la voluntad de imperio. 18 Nada pudo la noche contra mi taquicardia ni los aullidos ni los pasos en el techo. Me he refugiado en el silencio que brinda el surco atroz de tu recuerdo. Excavé en el templo de tu angustia soledad artera que padezco. 19 Pido manejar la luz de tus paredes ese vitral que encienden tus adentros. Ir por el prisma como el arco iris desnudar de mí ese color a viento. 20 Naciste de la lengua de polen y tu boca ha marcado mi dolor. ** Adán Echeverría adanizante@yahoo.com.mx Escritor mexicano (Mérida, Yucatán, 1975). Escribe poesía y cuento. Biólogo con Maestría en Producción Animal Tropical por la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady, http://www.uady.mx). Integrante del Centro Yucateco de Escritores, A.C., de cuya revista Navegaciones Zur es editor. Ha publicado los poemarios El ropero del suicida (Editorial Dante, 2002), Delirios de hombre ave (Ediciones de la UADY, 2004) y Xenankó (Ediciones Zur-PACMYC, 2005). Participa en los libros colectivos Litoral del relámpago: imágenes y ficciones (Ediciones Zur, 2003), Venturas, nubes y estridencias (ICY-INJUVY, 2003) y Los mejores poemas mexicanos; edición 2005 (Fundación para las letras mexicanas y Joaquín Mortiz-Editorial Planeta, 2005). Textos suyos han aparecido en las revistas Abisal (Instituto Quintanarroense de Cultura), Luna zeta (Oaxaca), Acequias (Universidad Iberoamericana de Torreón, Coahuila), Tierra Adentro (Conaculta), Alforja de Poesía (Universidad Autónoma Metropolitana, UAM), El Universo del Búho (Instituto René Avilés Fabila), Molino de Letras (Texcoco, estado de México), Fandango (Oaxaca) y SIC y Los Otros Errores (Distrito Federal), así como en el suplemento Arena del periódico Excélsior (Distrito Federal) y en las revistas digitales Prometeo Digital (http://www.prometeodigital.org), Proyecto Sherezade (http://home.cc.umanitoba.ca/~fernand4), Ficticia (http://www.ficticia.com) y El Otro Mensual (EOM, http://www.eldigoras.com/eom/umbral.htm). Coordinó el taller de creación literaria del Injuvy (2003-2004) y el Taller Literario Grietas (2004-2005), participa en el taller del CYE y coordina la Catarsis Literaria El Drenaje. Ha obtenido diversos reconocimientos en su país, como el primer Certamen de Poesía Joven Jorge Lara (2002) y el Premio Nacional de Poesía Rosario Castellanos, donde obtuvo el segundo lugar. === El malabarista Sergio Llorens ==================================== Por fin descubrí mi vocación. Quería ser malabarista. Últimamente no hacía otra cosa más que eso. Juegos malabares. Desde que me levantaba hasta que volvía a la cama. Supongo que será difícil ganarse la vida con esto, pero quién dijo que la vida fuera fácil. Además, al final todo se reducía a una cuestión de suerte. El empeño, la tenacidad, el esfuerzo, servían de bien poco. En cambio, el azar, la fortuna y la casualidad, eran tres palabras a tener siempre en cuenta. La vida se podría resumir con aquella frase de: “Abran juego, amigos”. La mayoría de los malabaristas solían jugar con bolos, antorchas o pelotas de goma. Sin embargo, yo lo hacía con ilusiones. Cada día pensaba en tres, las lanzaba al aire y les daba vueltas. Despacio. Con cuidado. No había que tener prisa. Podrían caer y romperse. Las ilusiones estaban hechas de un cristalito finísimo. Más de una vez intenté reconstruir alguna con cinta adhesiva, pero todo fue inútil. Una ilusión dañada era tan poca cosa. Ayer fue uno de esos días donde las ilusiones entran en juego. Se me cayeron dos. Fue de aquellas cosas que uno no se espera. Yo estaba tan tranquilo, jugando con ellas. Dándoles vueltas en el aire. Las sentía rozar la palma de mis manos. Estaban vivas, bien alimentadas, y pronto se harían realidad. Porque ese era el fin de una ilusión. Tener vida propia, levantarse y caminar por sí misma. O al menos yo lo creía así. Enfrente de mí tenía un espejo. Me miré en él y me sentí absurdo. Un treintañero movía las manos de forma circular, como si tuviera entre ellas pelotas de goma o cualquiera otra cosa. ¿Pero qué sabía aquel espejo? Sólo era eso, un espejo. Y yo era un tipo afortunado. ¡Tenía tres ilusiones en movimiento! Justo debajo del espejo estaba mi escritorio. Un sonido agudo salió del ordenador y me indicó un nuevo mensaje recibido. Lo abrí y lo leí sin dejar de mover mis ilusiones. Era una alerta de trabajo. De una ETT. Estaban interesados en mí. Decían que estaba capacitado para su empresa, que necesitaban a alguien como yo, con mi formación académica y mi currículum. Me sentí bien y alcé mis ilusiones hacia el aire con más fuerza. Pero lo que leí era la letra grande. La pequeña decía que mi jornada laboral sería de diez horas y mi sueldo no llegaría a los 600 euros al mes. De repente, perdí seguridad en mí mismo. Algo pasó en mis manos, en mi equilibrio. Fallé. El golpe fue durísimo. Una de las ilusiones se precipitó al vacío. Se partió por la mitad como si fuera un huevo de chocolate. Con sorpresa, eso sí. Apareció un título universitario grapado a una nómina con el salario mínimo y un montón de promesas de ascenso a base de horas y horas de dedicación a la empresa. Pisoteé aquella sorpresa y seguí con mis juegos malabares. Me quedaban todavía dos ilusiones. Flotaban en el aire. Las lanzaba alto y seguían su curso, como un par de planetas en órbita. No me sentía en absoluto mal por haber perdido una ilusión. Todavía confiaba en mi suerte. En la probabilidad de lo improbable. De reojo miré hacia mi escritorio. Tenía la mesa llena de notas y de libros. Me había pasado la noche escribiendo. Llevaba entre manos una nueva novela. Estaba reescribiéndola. Retoques, andamios, cortar de aquí y pegar allá. Ya la daba casi por terminada. Es más, podía decir que ya estaba para enviarla a las editoriales. 365 folios listos para volar alto y lejos. Solía mandar mis novelas mientras las depuraba. Así se abrían camino poco a poco. Harto ya de las negativas de las pequeñas editoriales, había enviado mi manuscrito a una grande. ¿Y por qué no? Si los pequeños no confiaban en mí, tal vez lo harían los grandes. De todas formas, por mucho que hiciera uno, todo se reducía a una confabulación de combinaciones. Uno debía encontrarse en el momento justo, a la hora justa y en la situación justa. O sea, pura suerte. Ni más ni menos. Pero sí. Esta vez me iban a llamar. La novela se lo merecía. Llevaba intentado publicar desde hacía diez años. Cada año con un nuevo libro. Pero sólo recibía verdaderas maravillas de cartas diciéndome que no. ¿Por qué harán esas cartas tan bien escritas para decir que no les gusta tu novela? Podrían ahorrarse los halagos y publicar la obra. Que porque a ellos no les guste, no significa que no sea publicable. En el fondo, los editores se creen que saben, que tienen olfato para cazar nuevos autores. Y si no que se lo pregunten a las cuarenta editoriales que rechazaron el manuscrito de Harry Potter. ¡Menudo olfato tuvieron! Al lado de la pantalla del ordenador, el contestador automático daba una señal roja. Mensaje. Sin perder el equilibrio, le di al play. Mis ilusiones hacían bucles en el aire. Preciosos arcos invisibles en esta mañana de abril. La voz del aparato sonaba metálica. Lejana. Mientras el hombre se presentaba, escuché el clic de un Zippo y una intensa calada. ¡Era el editor de una importante editorial! ¡Y me llamaba a mí! ¡Bien, bien, bien! Si te llamaban de una editorial era para decirte que sí. Que te publicaban. Que ya pertenecías a su catálogo de escritores. Todo lo contrario a cuando recibías una carta. Uno se acostumbraba ya a ellas. Me las sabía de memoria: Estimado autor: su novela es muy atractiva, pero no entra en nuestra línea editorial. Le agradecemos mucho que haya pensado en nosotros, y siga escribiendo, sus palabras tienen calidad. ¿Pero si mi novela es tan atractiva y tiene calidad, por qué no me la publican?, me preguntaba cada vez que leía aquellas cartas. En fin, misterios de las editoriales. Esta vez no se trataba de una carta. Me llamaban de la editorial. Y eso, era por algo. Por una buena noticia ¿Por qué si no molestarse? Mientras pensaba en todas estas cosas, el mensaje ya había terminado y yo no lo había escuchado. Lo puse de nuevo. Me senté en la cama, mis manos dibujaban, incansablemente, círculos en el aire. Escuché con atención a partir del chasquido del encendedor y la calada: “Acabamos de leer su novela, Amor que vienes, amor que vas, y lo hemos hecho con suma atención. Lamentamos comunicarle que no nos ha gustado nada”. Al oír esto por poco se me fue al suelo una ilusión. Logré salvarla. Por los pelos. Seguí escuchando. “Por lo que su novela, sintiéndolo mucho, pasará al departamento de destrucción de manuscritos”. Cuando el editor colgó el teléfono, una de las dos ilusiones cayó al vacío. Intenté salvarla pero las cosas cuando caen, caen. El suelo de la habitación se llenó de trocitos de papel. Tenía ante mis ojos mi novela triturada. Fue la última nevada de la primavera. Ya sólo me quedaba una ilusión. Y ésta no podía romperse. ¿Y por qué no? Las dos anteriores se habían roto. ¿Qué tenía ésta de especial? ¿Acaso era irrompible? No, seguro que no. Como las otras podía desaparecer en una décima de segundo. Por eso debía cuidarla, creer en ella hasta el final. Tenía entre mis manos una esperanza y no debía tocar el suelo. Ya había perdido suficientes sueños hoy. Un empleo y una novela. Que no era poco. Así que de momento di descanso a la suerte y guardé mi ilusión en el bolsillo. Por la ventana entraba un olor a primavera. El sol de la tarde, rojo, como un picotazo en la piel de un bebé, avisaba de un bonito atardecer. Subí a la terraza del edificio. Descalzo. Tenía ganas de tomar el aire, de respirar. Eso de perder ilusiones, me agotaba. Menos mal que todavía me quedaba una. Me metí la mano en el bolsillo y sonreí. Como cada atardecer, desde hacía un par de semanas, Julia estaba apoyada en el muro de su terraza. Salté varias separaciones y me acerqué a ella por detrás. El viento de poniente le mecía el pelo negro. Se lo enredaba con dulzura, suavemente. Puse mis labios muy cerca de su nuca, soplé. Se giró y me sonrió. En aquel momento me pareció de una belleza extraordinaria. Tal vez era así de bella, o quizá era mi deseo que la hacía más bella aun. Julia transmitía pasión, desenfreno, delirio. Era como las mujeres que salían en las novelas que yo escribía y luego me rechazaban y yo volvía a escribir y me volvían a rechazar. Julia era sensualidad en estado puro. Con su piel blanca, en la que como constelaciones lejanas, brillaban varios lunares en su pómulo derecho. Su boca era la perfección geométrica del deseo, con sus labios púrpuras, húmedos. Sus ojos eran marrones, profundos, inciertos, allí parecía esconderse el mayor de los misterios. Julia llevaba una blusa a medio abrochar. Miles de pecas nadaban en su escote y yo sólo pensaba en absorberlas con mi boca. Dos semanas había bastado para enamorarme de ella. Aquella tarde había decidido pedirle una cita. Por un momento pensé en no hacerlo. Ese mismo día había perdido dos ilusiones y, seguramente, por probabilidad, ésta también saldría mal. Pero bueno, no todo iba a ser siempre mala suerte. Había que confiar en la posibilidad del cambio. Me senté junto a ella. Con los hombros juntos mirábamos hacia el patio interior. Cientos de ventanas distribuidas en varias alturas. Al mirarnos nos deshacíamos en sonrisas. Sabía su nombre porque tenía en el cuello una cadenita de plata donde decía, entre violetas y amapolas, Julia. Más allá de eso, no sabía nada de ella. Salvo el sabor de su boca. Sabía a mandarina. Sentados en aquel muro compartíamos gajos, mientras un sol ya anaranjado bronceaba las paredes del patio interior. Después juntábamos las caras, las bocas, y nos besábamos hasta que aparecían las sombras de la noche. Ninguno de los dos habló durante dos semanas. Pero hoy era el día. Todavía conservaba mi ilusión. Así que le rocé los labios, le acaricié la cara, la miré y le dije en un susurro: —¿Te gustaría salir conmigo algún día? —Me encantaría. Aunque no sé nada de ti. ¿Qué haces en la vida? —su pregunta sonó suave, dulce. Recordé la ETT, la novela rechazada, los bucles en el aire. Y dije: —Era malabarista de ilusiones —sin saber por qué hablé en pasado. —¿De verdad? Vaya, me encanta. ¿Ya no lo eres? —Bueno, en realidad no sé si lo sigo siendo. ¿Y tú, qué haces? —Yo comía mandarinas al atardecer. —¿Y no lo volverás a hacer? —Creo que ya no. Nos abrazamos entre risas. Sentí todo el calor de su cuerpo en mi piel. Me sentí feliz. Me había dicho que sí, que quería salir conmigo. Mientras la abrazaba, pensé que iba a echar de menos nuestras puestas de sol en el muro de su terraza, comiendo mandarinas y besándonos. Sin hablar. Sin conocernos. Sólo tocándonos, palpándonos, sin decirnos nada, saboreando el amor como dos sordomudos. La vida iba a ser distinta a partir de ahora. Cuando se hace realidad una ilusión, uno deja atrás la ilusión. Entonces, adiós a los juegos malabares, adiós a los besos con sabor a mandarina. Bienvenida a mi vida, Julia. ** Sergio Llorens depende99@hotmail.com Escritor español (Valencia, 1972). Licenciado en filología hispánica. Ha publicado De lo canalla, del amor y de lo absurdo (Brosquil Ediciones). === Sueños de Caín frente al espejo Gabriel Otero ==================== 1 Caín durmió después del asesinato se soñó habitante de tierras extrañas se vio labrando desiertos pletóricos de cadáveres se imaginó fundando ciudades con infiernos de plomo y cielos de hielo se sintió entraña del becerro de oro luego despertó y su culpa le hizo reptar eternamente hacia el destierro. 2 En este valle construimos la ciudad creamos símbolos dioses imaginarios y uniones perecederas para elegir la muerte coronamos con laureles a los herejes nos creímos redimidos por el aire respirado y entonces irrigamos la tierra con la sangre del hermano. 3 Esta tierra es de nadie de ninguno cabe como terrón en la cuenca de los ojos esta tierra no es talismán ni futuro esta tierra sólo es polvo que enturbia el mirar. 4 Y después de tantos años descubrimos la república y encendimos fuegos artificiales el odio era el perdón y el júbilo nuestra embriaguez amanecimos con una resaca de los siglos por los siglos desde ese día vagamos por las plazas visitamos las ruinas del sepulcro de Abel extrañamos los cerros los cuarteles y aquella maravillosa purga cotidiana de la guerra. 5 Te creíste patria la bienaventurada del mundo decías usar el cielo por sombrero te enorgullecían el monótono chisporrotear de tus yunques y las orgías sangrientas en tus campiñas perpetuas patria no te sonrojes no eres exacta como cantó el poeta eres el odio inconfesable que cada uno de tus hijos lleva adentro. 6 En este infierno sacrificamos a los corderos y no hay redención posible para nuestra maldita sangre somos seres esculpidos por muñones leprosos tenemos hambre de infamias y la rabia nos consume. 7 Arrodíllense en nombre de la paz quien cometa la osadía de levantar la cabeza será decapitado como antaño y no sólo eso su cerebro se asoleará en la plaza cívica para que la gente le escupa y por supuesto escarmiente. 8 Necesité poseer tus secretos quise oler tu esencia y me marearon los hedores de sangre y mierda ¿cuánto tiempo habré de esperar para no palpitarte? ¿cuánta gente todavía se esconderá los días enteros en los espejos? ** Gabriel Otero otero_gabriel@hotmail.com Escritor, administrador y promotor cultural salvadoreño (El Salvador, 1965). Licenciado en literatura latinoamericana. Ha publicado poemas, crónicas y columnas en revistas y periódicos de México y Centroamérica. Ha publicado los poemarios Remanso de las piedras (1993) y Entre el aire y tu piel (1994), ambos editados por la Dirección de Publicaciones e Impresos. Fundador del suplemento Tres Mil del Diario Latino (1990) y editor de la Revista Presencia (1991). Ejerció en el Consejo Nacional para el Arte y la Cultura (Concultura) los cargos de director de Publicaciones e Impresos (1992) y director nacional de Comunicación Cultural (1994). Actualmente es jefe de Programas Culturales del Bosque de Chapultepec y Coordinador del Festival del Bosque, evento que reúne a diez de los museos y centros culturales más importantes de México. Fue miembro del Instituto Sanmartiniano Salvadoreño (1993), directivo de la Asociación Cultural México-El Salvador (1993), miembro de la delegación salvadoreña en las negociaciones de los Convenios Culturales Bilaterales México-El Salvador (1993) y Colombia-El Salvador (1994), miembro de la delegación salvadoreña en el I Congreso Iberoamericano del Libro en Granada, España (1992) y delegado de El Salvador en el II Congreso Iberoamericano de Periodismo Cultural en Veracruz, México (1993). Participó como expositor en la VII Feria Internacional del Libro de Guadalajara (Jalisco, México, http://www.fil.com.mx, 1993) y en las XIV y XV Ferias Internacionales del Libro en el Palacio de Minería, México D.F. (1993 y 1994). Fue coordinador operativo del Circuito Regional de la Zona Centro representando al estado de Morelos (1999 y 2000), secretario de la Comisión de Planeación del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Morelos (1999 y 2000) y coordinador de dicho fondo. === El hada Jéssica de la Portilla Montaño =========================== Hace varios años encontré un hada en mi jardín. Dijo que era un hada del amor, que me traería buena suerte, que sólo tenía que hacerme cargo de ella mientras pasaba el invierno. Acepté. Pensé que sería sencillo, como cuidar de una catarina o de una luciérnaga. Le mostré una cajita dorada con forro de terciopelo, pero ella prefirió habitar un frasco de mermelada de fresa. Cumplí su deseo. La dejé en un recipiente que en realidad parecía una burbuja sin tapa. La cubrí con hojas de manzanilla para darle calor. Cada mañana la veía limpiar sus cuatro alas con infinito cuidado. Por las noches me contaba historias sobre sirenas y otros seres desconocidos. El hada no abandonó su nuevo hogar ni un solo instante. Los primeros días se alimentó con pétalos de rosas que yo le daba, pero de pronto dejó de prestarles atención. Ya no se limpiaba por las mañanas; sus alas se cubrieron con un fino polvo plateado. El hada comenzó a entonar canciones tristes por las noches, canciones que me hacían tener sueños tristes también. El hada iba perdiendo color. Sus alas rosa y azul tornasol se volvieron blancas. Pensé que el invierno era el culpable de que mi hada se fuese volviendo cada vez más transparente, pero justo el día antes de que comenzara la primavera vi que mi hada estaba muerta. Utilizó una telaraña como soga, se la ató al cuello y apretó el minúsculo nudo corredizo mientras yo dormía. Miré al hada. Ella yacía inmóvil en el fondo de un frasco de mermelada de fresa. Yo no sabía que tenía que cuidarla de ella misma... De sus ojos en blanco brotaban lágrimas que el aire volvía cristal y que el piso rompió al estrellarse contra ellas. Le arranqué las alas poco a poco para conservar al menos un recuerdo de ella y enterré a mi hada en el jardín, bajo un arbusto marchito, justo en el mismo lugar donde la había encontrado tan pocos meses atrás. El día que mi hada murió, dejé de creer en fantasías. Las hadas no existen. Jamás volví a encontrarme otra. ** Jéssica de la Portilla Montaño gina@ginahalliwell.com Escritora mexicana (México, D.F., 1979). Textos suyos aparecen en la antología Brotes de luna, de Teresa Dey (1999). Cursó los talleres de teoría y práctica del cuento con Alberto Chimal, creación literaria con Teresa Dey y novela con Gerardo de la Torre. Trabaja como correctora de estilo y traductora. Mantiene una página personal en http://www.ginahalliwell.com. === Poemas Nahuel Alonso ============================================= *** Una vez Aquí crujieron las maderas bajo su paso bajo el peso de pasar sólo una vez. *** Llegó Llegó como todos de la dulce pradera a esta piedra ardiente sin escala no hubo tiempo. *** Tus manos Tus manos pies de la locura traicionarán tu sueño… purificado en borracheras algún día volverás a nosotros. *** Siempre Pasan los días del este al oeste miro el jarrón sin flores al borde de la cama pese a todos pese a todo verifico la página arrancada del libro la última hora del crepúsculo. *** Adviento Pase lo que pase florecerá la belleza el canto la cigarra. Nadie pudo —no puede— detener los siglos. *** Ausencia La escucho empecinada prometida irse en el silencio... Volverá como partió por el aire el albedrío las deserciones humo de barcos que antes que nunca... cesará al fin el estruendo regresarán sus ojos y habrá haremos una fiesta. *** Venías venías para qué hasta esta puerta no hacías más que abrirla y mirar dentro... luego volvías por esa calle como tu nombre mientras el cielo agitaba sus colores en silencio y los locales el bar en la esquina aquel mural los dibujos en la vereda todo vivía antes cuando andabas por el barrio con otras preocupaciones con otra esperanza ahora el día detenido se repite un país de exilio sólo para que llegues a esta puerta pero a qué y luego cerrarla con la gravedad de quien ha tocado un muerto y volver con el recuerdo de otra vida ahora increíble ...tomabas el picaporte con resignación anticipada y ya sin discutir bajo el sol buscabas el dolor la cruz del látigo venías sin falta sin retraso hasta la puerta la abrías con avidez ...y dentro qué qué veías que te hacía venir con la ansiedad renovada y hueca y otra vez el rito inexplicablemente como si no hubiese otra vida que esta mansedumbre de venir entre extraños entre asuntos entre relojes entre lejanas sirenas entre ojos hasta esta puerta ** Nahuel Alonso nahuel_alonso2@yahoo.com.ar Escritor argentino (Buenos Aires, 1974). Trabaja en la enseñanza y su obra permanece inédita. === Dos hombres Odiseo Schloss ======================================= Un hombre. Otro hombre. Dos hombres que se miran y tratan de reconocerse, porque en otro lugar se han visto, pero no lo recuerdan. No pueden pronunciar las palabras adecuadas, las palabras que deberían decir. (...Atardecer discreto,...) ¿Por qué el viento camina más despacio donde necesito más frescura? ¿Por qué entre la tierra suelta y el follaje? Ella me seguirá esperando hasta que se le sequen los ojos, se le caigan de las cuencas y las abejas construyan un panal dentro de sus parpados. Ella seguirá esperando y no podré llegar: ella se morirá de la tristeza. —Hey amigo, yo a usted lo conozco. Déme una moneda. (...mueres ante la noche...) Y sigo sintiendo cómo el calor me penetra despacio, como acariciando mis poros y mis vellos. Aquí no tengo mi aire ni mi abanico; mis hijos lo van a descomponer. Pero qué importa, de todos modos ya me han olvidado. —Nada se olvida, hombre, yo no me olvido de su cara. ¡Vamos!, para el trago. (...pisando al sol contigo,...) Entonces Bernardo se despertó: ni duda había. Una terrible pesadilla, quizás, una visión inducida. Su mujer, de buen cuerpo pero de extraña cara, ni siquiera lo sintió. Ella había tomado la insana costumbre de perturbarse por cualquier contratiempo de su esposo. Sólo en la cama no pareces mi madre, le decía Bernardo. Pero la soportaba, en verdad la amaba tanto como para cansarse de ella. No obstante, siempre se preguntaba en las tardes, cuando la traía a casa: ¿cómo había pasado por alto esas contorsiones naturales de su rostro? No había en realidad contorsiones, era sólo uno de sus ojos que no miraba más que sombras. (...adornando melancólico...) Entonces el hombre desconocido despertó y supo que su destino se acercaba. O por lo menos, se le había anunciado. La casucha de lámina tronó de repente. Su botella lo estaba mirando y el hombre desconocido tuvo ganas de llorar nada más de verla. Y no aguanto. A veces olvidaba el sentido de su nostalgia, y a veces la botella apachurraba sus recuerdos con fuerza. El desconocido tenía la manía de llenar siempre su misma botella. Así fuera leche, licor, agua, no importaba: siempre quería beber de ella. Era su botella verde. (...rojos entre...) Esto siempre es oscuro, pero aquí puedo verlo todo como más detenidamente. Oigo el llanto y cada gimoteo se extiende en larguísimos acordes que no termino de escuchar. Oigo el llanto y es del más pequeño de mis hijos. Él ni siquiera me va a olvidar. Él sólo llora, y come. —Mi madre siempre me pegaba cuando lloraba. Entonces me iba corriendo hasta la playa y me metía al agua. Quería morirme ahogado por una ola. (...oscuros torbellinos;...) Daría cualquier cosa por volver a estar aunque sea un minuto en mi casa. Quiero oler de nuevo cómo el pescado se va convirtiendo en caldo. Quiero oír de nuevo los gritos estridentes de los chiquitos. Quiero abrazar a mi esposa por la espalda y sentir que es otra y a la vez ella misma. Quiero que no me descubra y lance entonces un suspiro. Quiero verla con su vestido verde y su escote pronunciado. Quiero... —Mi madre era una ramera. Sí, una verdadera prostituta que no le importaba que yo viera lo que hacía. Pero con eso me daba de comer. Cómo extraño sus guisados. (...permite al mar...) Bernardo descubrió en medio de la oscuridad que su mujer seguía oliendo tan rico como en la mañana y que podía recordar donde estaban los paquetes del día siguiente. Quiso pararse pero le zumbó el oído, así como cuando la infección de la tos entra hasta el tímpano. Entonces su mujer le tocó el brazo con su mano y él sintió que quería quedarse ahí con ella para siempre, aunque la cara se le cayera a pedazos. Bernardo recordó cuando le dibujo a pluma un retrato a su mujer. (...adentrarse en tu partida,...) El hombre desconocido se paró del lecho, tuvo ganas de ir al baño, abrir el grifo y refrescarse las manos, la cara, la cabeza y la garganta. Pero en la casucha no había baño, ni grifo ni agua. Sólo había por todas partes olor a orines y a estiércol, y él a cada rato lo pisaba. Pero no importaba, el calor era como sus cobijas y quería salir al aire libre. Entonces la pierna se le falseó, y le dolió hasta el apellido. Se tiró de nuevo en el lecho y una corcholata le lastimó la espalda. El hombre desconocido recordó que su madre se llamaba Virginia y le gustaba mucho el alcohol. (...obligándolo inquieto,...) Sólo manchas de tinta y sábanas suaves. El silencio lo corroe todo, lo abrasa y lo desvanece. No hay tregua para mi llanto, ni siquiera sé cómo se escucha. No veo las gotas, tal vez me lo imaginé. —¿Y en qué estaba pensando usted? (...lacerándolo...) La termoeléctrica comenzó su llanto; lento es su principio y su final se llama estruendo. El hombre desconocido no se da cuenta dónde está, sólo sabe que debe apurar. Debe caminar más rápido, la oscuridad pronto cubrirá el cielo. Y el chillido de la termoeléctrica sigue. El hombre desconocido aprieta el paso, acelera. Tiene miedo, un miedo innombrable, el frío está con él y lo persigue. Siente que alguien camina a sus espaldas. Toma otro trago y continúa. Ahí están las vías y ahí chilla con toda su fuerza el tren, pero el hombre desconocido sólo recuerda las naranjas de la canasta, recuerda la arena perdida y los tamales. El hombre desconocido no sabe nada de fotografía y tampoco voltea al cruzar los rieles. De todos modos la termoeléctrica tronó con más fuerza atrás. Todo fue rápido. Unos segundos apenas. La fuerza del acero lo tocó en la zona trocantérea. Lo aplastó jalándolo con vigor las vértebras cervicales, y la inercia evitó que lo aventara por los aires. Quiso la suerte o el destino que la pierna izquierda se atorara en una de las ruedas, de tal forma, que se destrozó en el tercio superior de la tibia. El hueso largo tronó justo antes de que el peroné se desquebrajara también, con todo y músculo. Ya cuando la fuerza de la rueda inclinó lateralmente la pierna, los gemelos se seccionaron y con ellos un chorro de sangre de la vena y la arteria femorales culminó con la mutilación. El resto del cuerpo fue zarandeado mortalmente entre los durmientes y las ruedas. Cuando la máquina se detuvo, lo encontraron bajo el cuarto vagón. (...atroz....) —Al parecer es un hombre de aproximadamente 30 años, no está identificado... sí, el maquinista, el nombre del maquinista es Carlos Gómez, a cargo de la máquina 3009... Bernardo apagó la radio. Era tarde y tenía que salir cuanto antes, el nerviosismo lo recorría hasta los talones y meditaba a escondidas que sería mejor no ir, quedarse con su mujer y acariciarle los pequeños vellos de su pantorrilla, los tiernos vellos que lo volvían loco. —Hijo, de todos modos vienes el domingo. Te voy a preparar un rico pozole... Pero Bernardo no escuchó a su madre. Subió a la camioneta y arrancó. Se acomodó la camiseta amarilla y pisó el acelerador. Había algo en el aire que le causaba grandes náuseas. Volteó y vio los paquetes, tuvo miedo. Sintió la cabeza pesada, los recuerdos le giraban en la mente: recordó el sexo con su mujer, el olor de los alambres del taller de su papá, escuchó el llanto de un niño, un niño que no era su propio hijo. (...Para:...) El piso lucia brillante y azulado. La limpieza no podía objetarse de ninguna manera. En los camarotes los cuerpos descansaban un sueño profundo y hasta podría decirse que sus ojos reflejaban la paz de sus sueños. El aire acondicionado batía con singular fuerza la atmósfera, tanto que contrastaba con las ligeras sábanas de los que estaban acostados. —¿Número de expediente? —6400705092005. —Es éste. Lo trajeron a las veinte horas del día de ayer. Arrollado por una locomotora. Lo golpeó por la cadera. Una pierna arrancada desde la pantorrilla. Golpes contusos y traumatismos en la cabeza que le provocaron la muerte. —¿Datos personales? —No identificado. Tenía 30 años aproximadamente. Indigente. —¿Y el 4721505092005? —Aquí está. Aarón Bernardo Roza. Con 38 años de edad. Está bajo custodia policial. —¿Qué le sucedió? —Perforaciones craneales en la zona cigotomática con proyectiles del tipo AV2. La autopsia reveló afectaciones en el tronco encefálico, el cerebelo e interrupción de las funciones del bulbo raquídeo: una muerte instantánea. En palabras sencillas, recibió tres disparos cerca de la oreja. Lo trajeron aquí a las cuatro horas. Entonces el forense y el policía se quedaron callados, recordaron al mismo tiempo que se habían visto antes en un cine. En una de esas películas sobre Irak. Y no pudieron decir las palabras adecuadas, tan sólo salieron del piso de autopsias lentamente. Mientras tanto, afuera, mucho más allá de cien pasos, en la lejanía, las olas del mar rompían contra la costa en un discreto vaivén de amanecer. ** Odiseo Schloss odiseosaulus@yahoo.com.mx Escritor mexicano (Ciudad de México, 1983). Cursó estudios de comunicación y periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx). Es también pintor y cineasta. Su obra literaria permanece inédita. === Cinco textos Rafael Robles Olivos ================================ *** 4. Intentar algo contigo es inútil como tomarle fotos al sol con una kodak 4.1 y echarse bronceador en Río de Janeiro. Es divertido como las películas de terror en blanco y negro y frustrante como los sueños del elefante enamorado de la tortuga de altamar. Intentar algo contigo es ridículo como decir esternocleidomastoideo a la hora de la eucaristía o saltar de un quinto piso gritando tu nombre sin más red que una piscina llena de turistas. Es cruel como una pizza congelada a las tres de la mañana o ganarse la lotería en pleno cáncer terminal. Intentar algo contigo es irse de cara contra el puño de tu hermano. Es placentero como un dolor de estómago en las puertas del cielo y triste como aplaudir en el entierro de alguien que nunca conocimos y que por alguna razón nos ha dejado solos. *** 6. Si quieres puedes irte, que me conozco tus mentiras como las madres reconocen la sonrisa de sus hijos muertos. Puedes irte, aunque deba confesar que me faltarían tus dedos en punta cambiándome de radio, tu sistema óseo violentando mi abrazo de australopithecus macho en celo. Me faltaría pagar por una película criminalmente estúpida a las diez de la mañana y cerrar los ojos cuando me hables de tu año nuevo en San Bartolo. Ni qué decir de tus talones martillando la punta de mis pies, tus suaves y melancólicos talones haciéndome la vida un poco menos ortográfica. Tus iliacos pregonando obscenidades en mi dolor de espalda, tu juguito de piña y tu forma de mirarme sólo porque aplaudes hasta el hueso mis infartos de sapo enamorado. El mismo sapo enamorado que tiembla cuando, de casualidad o de pura borrachera, tus labios se estrellan con los míos por un rato, para luego regresar a la pista de baile como se alejan las olas del mal: amenazando con volver. *** 7. Para quedarse con la chica es preciso convencerla de que somos la mejor opción de rana ejecutiva que ofrecen en los supermercados. Las rosas rojas podrían verse como una maniobra recomendable para cualquier boticario con remedos de galán. Nosotros usaremos jabones de mandarina y puercoespines silvestres cuya mayor predilección sea la de recitar poemas en francés. Luego, cuando la chica haya comprendido nuestras intenciones de quedarnos con ella, daremos rienda suelta al sentido del humor como armamento sorpresa. ¡Hágala feliz, señor! Que suelte la risa burlona que derriba hoteles y luego desaparezca como los grandes. Bórrese del mapa sin mayor aviso, hágase el interesante y ruegue que los puercoespines sepan improvisar canciones de amor cuando se les termine el repertorio... o el francés. Lo que venga primero. *** Frustración 6: pintar un desnudo tuyo Sería bueno no ser tan malo pintando porque así tendría un pretexto antibalas para vestirme mal y quitarte la ropa. *** Instrucciones Para que tengas la sonrisa de Jenna Jameson debemos copular como huérfanos sin Ministerio de Educación, como despeinados debajo de un puente sin serpiente. Levantaré tu falda hasta taparte la cara y cederán tus calzones a la fuerza de una sorda erección. Debemos copular durante horas para que tengas la sonrisa de Jenna Jameson y aunque la falda te borre la cara, yo sabré cuándo parar yo sabré cuánto herirte hasta que seas ella y no la misma que se afeita dos veces por semana y no la misma que le gusta cocinar y llega muerta del trabajo como la primera dama que no sonríe ni por los orgasmos ni por los billetes que recibe. Desde hoy, te llamarás Jenna. ** Rafael Robles Olivos untalrafael@hotmail.com Escritor peruano (Lima, 1982). Ha sido ganador y finalista de diversos concursos literarios, tanto en poesía como en narrativa. Publicó a fines de 2005 el poemario ¡Buena suerte, Peter Parker! con el sello estruendomudo (http://www.carnadas.org/blog). Actualmente se desempeña en el área de relaciones públicas de la revista Aeropuerto (http://www.aero-puerto.net). === Dos relatos Yolanda Montesinos López ============================= *** Tengo 90 años Y de repente tengo 90 años. Miro mi alrededor, todo permanece como antes de irme a dormir menos yo, que he envejecido varias décadas. Contemplo mis manos, fiel reflejo del paso del tiempo, y me confirman lo inverosímil de este martes. Permanezco inmóvil minutos. Estirada en la cama observo los mosquitos atrapados de la lámpara del techo mientras pienso que esto no es posible, que debe ser un sueño, pero nunca me cuestiono en un sueño si lo es. Buceo mis brazos bajo el nórdico, palpando mi cuerpo que hoy amanece cicatrizado por las heridas de unos años que ayer no existían, pero me lo creo, porque estoy convencida de que la vida es lo que te sucede y no lo que crees que vives, así que tardo poco en sucumbir a mi realidad. Sigo sumergida entre las sábanas. No tengo prisa por levantarme. Quiero experimentar lo que está pasando, poco a poco. No hay duda, yo sigo siendo yo, pero los colgajos de mis brazos me despistan: mi carta de presentación ha cambiado aunque mi currículum sea el mismo. Me encuentro bien. Trago saliva, muevo los dedos de los pies y contorneo la cintura y se diría que es un problema de vista lo que tengo. Empiezo a pensar que algo le ha sentado mal a mi cerebro y que hoy me da los buenos días con una diarrea de alucinaciones. Alargo el brazo hasta la mesita y agarro el móvil acercándolo hasta mí pero sin abrirlo. No llamaré a un psiquiatra para que me explique lo que no creería. Tampoco a un físico cuántico que me convenza con lo que es teoría. Doy gracias a que me reconozco por dentro y no olvido que situaciones reales de la vida me han impresionado más. Me lo echo al bolsillo del pijama y decido incorporarme. Me siento al filo de la cama, me encajo las zapatillas y apaciguadamente me pongo en pie. Cabellos blancos y lanosos, sobre mis pechos caídos, y tembleque en mis piernas. Me desplazo arrastrando mi carcasa y sonriendo con apuro: menos comer y más deporte, jovenzuela. La vida no dejará de sorprenderme, y cada cual que juegue su partida, la mía de lo más kafkiana por lo visto. Pero ahí voy, camino de la cocina con paso lento. Mi paseo procesionario me descubre un pasillo más largo que de costumbre. La parsimonia en mis movimientos me fija la mirada en cosas de siempre que aparecen nuevas. Aprendo yendo despacio. Adopto nueva actitud sin percatarme y acierto en pensar que, bueno es lo que te enseña, y me suspiro. Tomo aliento apoyada en el armario aún sin terminar, y asomo la cabeza por la habitación donde dejé un suéter por doblar y cerca a Ricky, con la jaula limpia de ayer. Llego al comedor y repito la jugada de cada mañana. Pongo a calentar la leche que más tarde tomaré templada con Nescafé. Me desperezo en el balcón y entro para asearme siguiendo el croquis hasta el lavabo, aunque esta vez no enciendo la luz. Uno ve lo que quiere, y hoy, en la penumbra y frente al espejo, yo me encuentro igual que ayer. Café en mano, rescato el teléfono y llamo. Tras 5 tonos, que me parecen eternos, la voz de mi madre me da los buenos días y me pregunta cómo me he levantado hoy, a lo que yo le respondo decidida que bien, aunque debería descansar más o me haré vieja en 4 días. *** Duplicado de llaves Mis ojos llorosos encharcan mis pestañas agrumándolas como el peor de los rímels. Permanezco inmóvil con la mirada perdida en la cama que poco antes fue testigo de nuestra disputa, sólo mis manos se mueven para frotar mis picosos ojos, dándome un gusto momentáneo que despista por segundos mi profunda pena. No lo entiendo. Lo importante de la relación siempre fue sentir las ganas de volver sin importar de dónde. Besarnos la boca sin pretender apropiarla. Que nuestro deseo se centrara en querer tener a nuestro lado a una persona feliz pero no por un motivo interesado. Libertad de pensamiento y de acción. Dos almas unidas por el sentimiento y no por la razón. Repaso aún exhausta tus atronadoras palabras, ésas que me habían martilleado la cabeza haciéndome huir del escenario cargante, saliendo desbordada de dolor y dejando tras de mí un portazo y un adiós. Busqué, ya en la calle, el oscuro cielo que nada me recrimina pero la pesadumbre al poco me ha hecho volver. Y aquí estoy de nuevo, con la misma desazón y postura, y aquí sigues tú, tumbado en el mismo lado de la cama donde te dejé pero ahora con un silencio que descifra los ruidos más significativos: el roce de la sábana al darme tu espalda me da las buenas noches. Un clic al apagar mi luz te contesta con la misma empatía, dando por finalizado el entreacto de la obra de nuestra vida. Durante la noche, no consigo arreglar un repetitivo sueño por más que aprieto los ojos, y acaba por desvelarme. Me acerco a tu oído tragando la angustia con exceso de saliva buscando el reset bajo tu cobijo pero tú duermes con postura rara, inaccesible. La ceguera con visiones me obliga a buscar claridad fuera. Me levanto a tientas sigilosa, como si encender la luz o hacer ruido pudieran interpretarse como continuidad del diálogo zanjado. Abro el grifo de la ducha con el mismo cuidado. Con decaimiento por lo poco dormido, espero impaciente con la esponja entre mis manos a que el agua de la ducha me dé la limosna de la templaza, que caiga por fin caliente en mi enjabonado sombrero de poros. La esponja brota espuma a borbotones como si el exceso fuera a perpetuar más el aroma en mi cuerpo. Me froto fuerte queriendo borrar las huellas de horas antes. Me seco mis partes nobles con delicadeza como presagio de las caricias que espero recibir. Me estrujo los pechos con voluntad de recolocar piezas del puzzle que pronto deseo descomponer. La realidad del nuevo día que aún no asoma me espera a pocas horas teñida del color del enfado y en mi mano está moldearla para arreglar la última toma de nuestra riña. Con la misma alerta y reserva me recorro el pasillo a tientas de vuelta en busca de tu calor, desnuda y con el sabor de la miel que acabo de beber. Pero en mi camino tropiezo con algo que emite un estruendoso pitido de pato de goma y el llanto de un niño arranca de la habitación contigua. Sin previo cálculo enciendo repentinamente la luz y una voz grave pero amable me invita con sosiego desde la cama a que me meta en ella, que el biberón no le toca hasta las 6 y yo debo descansar. Debo dejarme en casa y no llevar encima el duplicado de llaves que el vecino de al lado me dio por si las moscas y no aturdirme de esta manera cuando me enfado contigo. Recojo con la velocidad del rayo mi ropa esparcida por el lavabo antes de que su mujer regrese del hospital de su turno de noche y me vea desnuda frente a la puerta de la habitación donde su marido duerme plácidamente desde las 22h. ** Yolanda Montesinos López yolimontesinos@yahoo.es Escritora española (Barcelona, 1977). Es contable de profesión. Mantiene una bitácora personal en http://yolijolie.blogia.com. ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “Cuando me siento a escribir, el atropello de los términos pugna con las ideas ya acomodadas en las cóncavas posaderas cerebrales. Me veo impulsado a explicar primero lo que cada vocablo significa, para poder seguir luego la carrera del pensamiento. Si eso interesa a los lectores, si eso será medido como falta para publicar o no el escrito, no me preocupa mayor cosa”. Guillermo Morón, Los borradores de un meditador (1980). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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