~~~~~~~~~~~~~~~ Año XII Cagua, Venezuela Nº 172 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 16 de septiembre de 2007 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ ISSN: 1856-7983 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | “Quito contra la balcanización”, Jorge Gómez Jiménez. | Editorial | Los alebrijes de Norma. / El PEN Paraguay en papel. / De | Breves habladores. / República Dominicana en la red. / | Literatura cajamarquina. / Cornejo en Filadelfia. / | Cursos para profesores. / Entre siglos. / Dulces | naranjas. / Aprendiendo a editar. / Encuentro con la | poesía. / El 5 de Hostos. | | Escritora Illy Nes denuncia haber sido agredida por | Noticias policía de París. / Murió la escritora cubano-mexicana | Julieta Campos. / Francisco González Ledesma obtiene el | premio RBA. / Falleció el tenor Luciano Pavarotti. / | Presentan en México poesía japonesa traducida por | Octavio Paz. / Novela de la colombiana Ángela Becerra | publicada en China. / Unam pone en línea publicaciones | literarias. / Se crea Red Andina de Revistas Literarias | durante el encuentro Kipus. / Milagros del Corral se | encarga de la Biblioteca Nacional de España. / Publican | veredicto de los Premios Literarios Jaén. / Se inicia el | rodaje de Blindness, basada en novela de José Saramago. | / Falleció el compositor venezolano Aldemaro Romero. / | Congreso internacional recordará a Machado en Soria. / | Publican antología de nueva narrativa brasileña. / | Poesía escrita por mujeres analizarán en Argentina. / | Juan Carlos Méndez Guédez participará en Encuentro de | Verines. / Más de treinta autores participarán en | tertulia en Madrid. / Suspendido el Encuentro | Internacional de Poesía de la UC. / Autores de | literatura infantil se reunirán en Venezuela. / El río | Orinoco será escenario de un encuentro cultural. / | Llevarán al cine Arráncame la vida, de Ángeles | Mastretta. / Presentarán en España dos nuevos poemarios | de Isaac Goldemberg. / George Steiner obtiene el Premio | Alfonso Reyes 2007. / Literatura en lenguas indígenas | tendrá su encuentro en México. / Festival de Cine Cero | Latitud celebrarán en Ecuador. / Escritores colombianos | y venezolanos se reunirán en San Cristóbal. / Encuentro | de narrativa realizarán en Punta del Este. / Guillermo | Vázquez Consuegra será homenajeado en Guadalajara. | | “Dos voces en el viento que pasa”, John Jairo Junieles. | Artículos y / “Diario del lector. Continuidad de los vampiros”, | reportajes Gabriela Urrutibehety. / “Graham Greene, reflexiones | sobre el poder y la gloria”, Valmore Muñoz Arteaga. / | “La Antártida, agentes secretos y la BBC”, Juan Franco | Crespo. / “No habrá final o Roberto Echeto contra el | mundo badulaque”, Fedosy Santaella Kruk. | | “Manuel Cabesa, una biblioteca fundada en la memoria: | Entrevistas ‘Amor y poesía: energías que mueven el mundo’ ”, Rafael | Ortega. | | “Noción panteísta de Borges vista a través de los | Sala de ensayo cuentos ‘El acercamiento a Almotásim’ y ‘Los teólogos’ | ”, María Eugenia Betancourt. | | Tres poemas de Carmen Elena Pérez. / “Vuelta al mismo | Letras lugar”, Magda Zulena Trujillo Rodríguez. / Poemas de | Carolina Patiño. / “El retorno”, César Guerrero. / Tres | poemas de Mario Mele. / “Más acá de la ventana”, Gerardo | Guarache Ocque. / Poemas de Sara Gil Gracia. / “La | comedia musical”, Martha Alicia Lombardelli. / Poemas de | Horacio Centanino. / “El danzarín de las fiestas del | Tayta Shanti”, Manuel Lasso. / Poemas de María Gabriela | Abeal. / “Mi nombre en el google”, Claudia Apablaza. / 7 | textos inéditos de Enio Escauriza. / “Demasiado | perfecta”, Carlos Wilfredo Trejo. / Poemas de Miguel | Aguado Miguel. / “Metáforas financieras”, Marcela Adaros | Rojas. | | Julio Cortázar. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||| EDITORIAL ||||||||||||||||||||||||||| === Quito contra la balcanización Jorge Gómez Jiménez ================ La semana pasada estuvimos en Quito para participar en el encuentro “Kipus: el descubrimiento de las revistas andinas”, al que fuimos invitados por la revista literaria Kipus y la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB). Letralia (http://www.letralia.com) y Ciberayllu (http://www.ciberayllu.com) fueron las dos publicaciones que representaron al medio digital en esta importante cita, de la que ya hemos adelantado algunas notas en nuestra bitácora (http://jorgeletralia.blogsome.com). La capital de Ecuador sirvió, así, de escenario para la confluencia de un grupo de editores: gente tan variopinta como las revistas a las que representan, provenientes de Colombia, Perú, Venezuela, Bolivia y el país anfitrión. Gente preocupada por la literatura y su difusión, por la calidad de los contenidos y por la necesidad de estrechar lazos que permitan a nuestros lectores conocer la realidad literaria de la región andina. Aparte de estrechar la mano de quienes comparten con nosotros las lides editoriales, pudimos constatar que si bien nuestras publicaciones tienen características que las convierten en obras singulares, las situaciones a resolver son en todos los casos las mismas. Entre los temas coincidentes que salieron a relucir en todas las ponencias presentadas, destacaron el del financiamiento —problema que cada editor ha solventado de una manera particular— y el de la accidentada vida de las revistas literarias latinoamericanas, que en muchos casos tiene su origen en aquél y que lleva a que muchas de estas publicaciones sobrevivan apenas durante algunos números, para sumirse en silencios más o menos prolongados que, en ocasiones, llegan a ser definitivos. Sin embargo apreciamos que, para los editores que participaron en el encuentro, tales dificultades son una marca inseparable de este trabajo. Lanzarse a la edición de una revista literaria creyendo que ésta vivirá eternamente es, ni más ni menos, un despropósito. Producto por lo general de la pasión, una revista literaria tiene en su seno la semilla de la muerte, por lo que cada edición es, ya, un éxito. De tal manera que el encuentro tuvo el tino de enfocarse en un objetivo concreto: la difusión de nuestras literaturas. Es sabido que en nuestros países es muy difícil saber lo que se escribe más allá de nuestras respectivas fronteras, algo que Margo Glantz resumía hace poco diciendo que nuestras literaturas sufren de un proceso de “balcanización”, tema del que hablamos en el editorial de Letralia 170 (http://www.letralia.com/170/editorial.htm). ¿Existe una manera de evitar que Latinoamérica disperse su contingente literario en “glorias nacionales dispersas”, como acusan los organizadores de Bogotá 39 (http://www.bogota39.com)? Quizás este sea un problema sin solución, pero ello no ha sido una razón de peso para que lo evadiéramos en Quito. Puesto que las revistas literarias tienen el papel de actualizar y oxigenar el panorama de las letras, es dable pensar que puedan convertirse en un canal para conectar a un lector venezolano con un escritor boliviano, por mencionar un caso. Y si bien una labor de difusión multilateral como esta podía ser extremadamente difícil en el pasado, en la actualidad las posibilidades se han abierto con las herramientas tecnológicas, de manera que el establecimiento de estos canales es, más que una necesidad, un deber de quienes editan revistas literarias en el continente. El encuentro tuvo, entonces, un resultado concreto: la creación de la Red Andina de Revistas Literarias, que no es otra cosa que ese canal multilateral del que hablamos en el párrafo anterior. Comprometidos con pasión en pro de la difusión de la literatura que se hace en sus países de origen, los editores reunidos en Quito compartirán material de creación, tanto de autores jóvenes como de los más experimentados, así como información sobre la realidad literaria de cada rincón de la región. Igualmente, atraerán a otras publicaciones a sumarse a la red, en un esfuerzo mancomunado que beneficiará a lectores y escritores de nuestros países. Por supuesto, es de esperar que una red con tales características evolucionará a formas de colaboración que en este momento ni siquiera sospechamos. No podemos cerrar este editorial sin reconocer el trabajo de Martha Rodríguez, Raúl Serrano y Alicia Ortega, quienes desde la mitad del mundo y junto con los cordiales escritores ecuatorianos que fungieron de anfitriones, hicieron posible la realización del encuentro y la definición de sus fértiles resultados. Para ellos nuestro respeto y nuestra admiración. Jorge Gómez Jiménez, editor http://www.letralia.com/jgomez ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| Los alebrijes de Norma. La escritora y editora argentina Norma Segades-Manias ha publicado en Internet varios de sus poemarios bajo el sello digital Alebrijes. Los visitantes podrán apreciar los textos incluidos en los poemarios Historias para Tiago, A solas con la sombra, Bitácora del viento, Crónica de las huellas, La memoria encendida y El amor sin mordazas. Dice la autora sobre su emprendimiento: “Desde nuestro pulido anonimato, desde esta suburbana desventura de caminar las letras sin los salvoconductos necesarios para evadir fronteras, por los abandonados territorios donde el silencio se convierte en amo, envuelta en el hechizo con que los alebrijes impiden el acceso a la desesperanza, me decido a ejercer la absoluta osadía de los desheredados y los irrespetuosos y los sobremurientes”. http://editorialalebrijes.blogspot.com El PEN Paraguay en papel. Fue presentada recientemente la revista Nº 13 del PEN Club de Paraguay, “Homenaje a Gabriel Casaccia”. La presentación estuvo a cargo del presidente de la organización, el escritor y poeta Augusto Casola, quien dijo que la revista está saliendo merced al trabajo mancomunado de los socios y el apoyo del editor Cayetano Quattrocchi, de Arandurá. Durante el acto, el poeta, periodista y músico Catalo Bogado interpretó con su armónica, guitarra y voz, temas musicales con letras del poeta del pueblo, Manuel Ortiz Guerrero. También hizo uso de la palabra el poeta Luis María Martínez, quien leyó un poema dedicado a honrar la memoria de Casaccia. En el acto estuvieron presentes no solamente los numerosos autores que figuran en el nuevo número de la revista, sino además familiares de Casaccia, cuyo centenario se recuerda este año. De habladores. A principios de este mes fue publicado el número 14 de la revista literaria digital peruana El Hablador, que además de las acostumbradas secciones de poesía, cuento, reseñas, dossier y estudios, dedica un especial a los vínculos entre literatura y cultura popular contemporánea, con particular énfasis en lo que se llama “literatura chicha”. Según Giancarlo Stagnaro, uno de los directivos de la publicación, “muy pocas veces se ha tocado desde una perspectiva plural y crítica la emergencia de esta producción editorial marginal —al margen en todo caso del circuito literario ‘oficial’ o universitario—, pero masiva”. Agrega que en los últimos tiempos la farándula limeña ha asaltado el mercado editorial con libros autobiográficos, de lo que “resulta atractiva la forma en que el libro es usado por estas figuras como un signo de legitimación cultural y mediática, pero que a su vez dicho signo sigue formando parte de la lógica de mercado”. http://www.elhablador.com República Dominicana en la red. La literatura y las letras dominicanas centrarán una nueva sección de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. La iniciativa se recoge en el acuerdo que firmaron este 17 de septiembre José Rafael Lantigua, secretario de Estado de Cultura de la República Dominicana, e Ignacio Jiménez Raneda, vicepresidente de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y rector de la Universidad de Alicante. Los trabajos, que se desarrollarán en distintas etapas, se iniciarán con la digitalización de varias obras de autores clásicos de la República Dominicana, como Los humildes, del poeta Federico Bermúdez y Ortega; Baní o Engracia y Antoñita, de Gregorio Francisco Billini; La sangre: una vida bajo la tiranía, de Tulio Manuel Cestero; Soledad, de Gastón Fernando Deligne; Enriquillo, de Manuel de Jesús Galván, y las obras Rufinito, Alma dominicana y Guanuma; de Federico García Godoy. En esta primera fase, el portal incluirá también una antología poética de Salomé, y las obras completas de Fabio Fiallo. En etapas posteriores se irán añadiendo nuevos títulos, siguiendo las propuestas de la Secretaría de Estado de Cultura de la República Dominicana. http://www.cervantesvirtual.com Literatura cajamarquina. Desde esta semana y hasta fines de mes se presentará en diversas ciudades de Perú el número 7 de la Revista Peruana de Literatura, que está dedicada a la literatura cajamarquina. La primera de estas presentaciones será este miércoles 19, a las 7:30 de la noche, en el Auditorio de la Alianza Francesa de Trujillo, con la participación de Luis Enrique Plasencia, Diómedes Morales, Alejandro Benavides y Ricardo Vírhuez Villafane. El viernes 21 le toca el turno a Cajamarca, donde se realizará la presentación en tres escenarios: a las 10 de la mañana en la Universidad Nacional de Cajamarca, a las 4 de la tarde en el Instituto Superior Pedagógico y a las 7:30 de la noche en el Instituto Nacional de Cultura, con la participación de Bethoven Medina, Luzmán Salas, William Guillén, Miguel Garnett, Carlos Fuller y Ricardo Vírhuez Villafane. El martes 25 a las 7:30 de la noche, Jaime Guzmán Aranda, Fernando Cueto, Carlos Calderón Fajardo y Ricardo Vírhuez Villafane harán la presentación en el auditorio de la Universidad Privada San Pedro, de Chimbote. Finalmente, el 28 de septiembre a las 7:30 de la noche se hará la última presentación en el auditorio de la Universidad Hermilio Valdizán, de Huanuco, con la participación de Samuel Cardich, Mario Malpartida, Andrés Cloud, Javier Garvich, Ricardo Vírhuez Villafane, Andrés Jara, Luis Mozombite, Patricia Castillo, Rossy Majino, Hebert Laos y Valentin Sánchez. http://revista-peruana-de-literatura.blogspot.com Cornejo en Filadelfia. Este viernes 21 se realizará en el Departamento de Español y Portugués de Temple University, en Filadelfia (EUA), la mesa redonda “La crítica literaria en América Latina: homenaje a Antonio Cornejo Polar”, que tendrá como escenario el Anderson Hall 422, ubicado en el campus principal de la mencionada casa de estudios. La actividad se iniciará a las 3:40 de la tarde y contará con la participación de los investigadores Yolanda Martínez (Universidad de Pennsylvania), quien pronunciará su ponencia “Poética de lo criollo: pensar la heterogeneidad en el Caribe”; María Gladys Vallieres (Universidad de Villanova), con “Testimonio de una amistad”; Róger Santiváñez (Temple University), con “Antonio Cornejo Polar: un maestro fuera de serie” y Sandro Chiri (Temple University), con “Antonio Cornejo Polar en el contexto de la crítica literaria latinoamericana”. http://www.temple.edu Cursos para profesores. El Centro de Formación de Profesores del Instituto Cervantes ha anunciado los cursos que dictará durante los meses de septiembre y octubre de 2007. El 21 y 22 de septiembre se dictará el curso “Bases comunes en el aprendizaje, enseñanza y evaluación de lenguas: el Marco de referencia y el Portfolio”, a cargo de Conchi Rodrigo (Instituto Cervantes y Centro Virtual Cervantes). Entre el 27 y el 29 de septiembre, Helena Mazo (International House de Madrid) dictará el curso “Dinámicas de grupos e interacción en el aula de ELE”. El 5 y 6 de octubre, Isidro García (Centro de Educación de Personas Adultas de Puente Tocinos, Murcia) dictará el curso “Alfabetización y enseñanza del español como nueva lengua a inmigrantes adultos”. María Gil Bürman (Instituto Cervantes) dictará, entre el 18 y el 20 de octubre, el curso “El tratamiento del componente sociocultural en los materiales y actividades para la enseñanza del ELE”. Le sigue “Fundamentos genéticos del lenguaje”, que será dictado el 19 y 20 de octubre por Ángel López (Universidad de Alicante). Entre el 25 y el 27 de octubre, Gracia Rodríguez (Evade y Executive Language Center) dictará el curso “El español de los negocios: contenidos y metodología”. El ciclo concluye con “El factor afectivo en la enseñanza de lenguas”, que será dictado el 26 y 27 de octubre por Jane Arnold (Universidad de Sevilla). Para mayor información sobre estos cursos, o para solicitar la hoja de inscripción, es preciso dirigirse al Centro de Formación de Profesores del Instituto Cervantes. http://cfp.cervantes.es Entre siglos. Editorial Pasadizo invita a la presentación del libro Literatura y narrativa puertorriqueña: la escritura entre siglos, del escritor y docente Mario R. Cancel, a celebrarse el viernes 21 de septiembre a las 7 de la noche en la Sala de la Facultad de la Universidad del Sagrado Corazón. La actividad será un conversatorio entre el autor y los escritores Alberto Martínez Márquez y Francisco Font Acevedo acerca de la narrativa puertorriqueña desde 1980 hasta principios del 2000. Nacido en 1960, Cancel se dedica a la enseñanza de la historia. Es autor de libros de historia, ensayo, poesía y cuento y uno de los autores de la Generación de 1980 en su país. Editó en Internet la revista electrónica Desde el Límite y es profesor de historia en el Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico. http://www.geocities.com/marcas1pr/Mario_R_Cancel.html Dulces naranjas. La escritora y periodista venezolana Mireya Tabuas hará, el próximo martes 25 de septiembre a las 7 de la noche, la presentación del libro Naranjas dulces, de Néstor Caballero (Aragua de Barcelona, Anzoátegui, 1951), que acaba de ser publicado por la editorial del Estado venezolano, Monte Ávila Editores Latinoamericana, en su colección Continentes. Esta novela muestra lo que alguna vez fue Venezuela a través de los ojos de Ezequiel Martínez, un niño al que le toca experimentar la complicada situación de su país en el contexto de los años sesenta. El lector entra en la vida cotidiana del pequeño Ezequiel y observa cómo su mirada inocente se va perdiendo a muy temprana edad, quizás demasiado pronto. La presentación se realizará en la Biblioteca Isaac J. Pardo del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), ubicado en la avenida Luis Roche de Altamira, en Caracas. Naranjas dulces es la primera novela de Caballero, quien ya ha publicado, entre otros, los libros La última actuación de Sarah Bernhardt, Las bisagras o Macedonio perdido entre los ángeles, Desiertos del paraíso y Mister Juramento. El autor ha obtenido diversos reconocimientos, como el Premio Nacional de Dramaturgia César Rengifo (1981), el Premio Unesco de Dramaturgia (1984), el Premio Municipal de Dramaturgia del Distrito Federal (1989), el Premio Juana Sujo de Dramaturgia (1991), la Orden Andrés Bello en su Segunda Clase (1993), el Premio Nacional de Dramaturgia Para Niños del Teatro Infantil Nacional (TIN, 1998), el Premio Nacional de Cine Mejor Guión por el largometraje Huelepega (2000) y la Orden José Antonio Anzoátegui en su Primera Clase (2007). http://www.monteavila.gob.ve/web http://www.nestorcaballero.com Aprendiendo a editar. Hasta el 29 de septiembre es posible inscribirse en el I Curso de Edición del Libro de El Corte Inglés, cuyos participantes conocerán los procesos de creación y edición en la actualidad y tendrán la oportunidad de conversar con los autores de las obras citadas y con los especialistas en los diferentes temas a tratar. El curso, de 18 sesiones, se desarrollará en la Sala Ámbito Cultural (6ª planta) de El Corte Inglés de Serrano (esquina con Ayala), todos los miércoles, a las 7 de la noche, desde el 10 de octubre de 2007 hasta el 5 de marzo de 2008. Cada sesión se compone de dos partes de 45 minutos, que, según el caso, combinan la conferencia, el debate y la mesa redonda. Al final del curso se entregará un diploma acreditativo. La inscripción no supone la aceptación en el curso. La semana antes de empezar el curso, se comunicará a todos los inscritos si han sido seleccionados. http://www.triviumgc.com/cast/index.asp?tipo=cursos&cursos=madrid_edicion Encuentro con la poesía. Con el propósito de incentivar el gusto por la poesía y la declamación en la comunidad, el Liceo Polivalente María Behety, de Punta Arenas (Chile), prepara el Encuentro con la Poesía 2007, cuyo slogan es: “Que no se apaguen tus sueños”. La comunidad educativa del establecimiento rendirá un homenaje al poeta Marino Muñoz Lagos, recientemente declarado Ciudadano Ilustre de la región de Magallanes, por lo que se sugiere que los trabajos participantes giren en torno a su obra. El encuentro se realizará el 19 de octubre a las 10:30 de la mañana y convocará a estudiantes en dos categorías: Enseñanza Básica de 5º a 8º año y Enseñanza Media de todos los establecimientos educacionales de Punta Arenas. Los estudiantes que deseen participar deberán inscribirse a través del establecimiento educacional al que pertenezcan, por medio de oficio firmado por su director, teniendo como plazo final el 1 de octubre. El 5 de Hostos. El sábado 6 de octubre a las 6 de la tarde será presentado el número 5 de Hostos Review (Revista Hostosiana), que bajo el título “El tambor y la palabra: literatura dominicana contemporánea” ha sido editado por Daisy Cocco de Filippis y Franklin Gutiérrez. El evento es auspiciado por el Instituto de Escritores Latinoamericanos, la División de Asuntos Académicos de Hostos Community College/Cuny y el Comisionado Dominicano de Cultura en los Estados Unidos, y se celebra en el marco de la 2ª Feria del Libro Dominicano en Nueva York. Participarán los escritores Dinorah Coronado, Rafael García Romero, Marianela Medrano, Yrene Santos y Sherezada (Chiqui) Vicioso. La actividad se realizará en el Mirabal Sisters School Campus (Biblioteca, 2º piso), en 21 Jumel Place y 168th Street (Manhattan). Dirigida por Isaac Goldemberg, Hostos Review es una publicación del Instituto de Escritores Latinoamericanos del Eugenio María de Hostos Community College/CUNY. ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Escritora Illy Nes denuncia haber sido agredida por policía de París A principios de este mes la escritora española Illy Nes (http://www.illynes.net) denunció los maltratos recibidos por parte de agentes de la policía de París (Francia), tras haber sido detenida de manera injustificada y, junto con una amiga, golpeadas brutalmente, sin que se les permitiera defensa alguna. Publicamos a continuación el texto íntegro de la denuncia: A continuación paso a relatar, y para que así quede constancia, los hechos tan incomprensibles como brutales de los que una amiga mía y yo misma, Pilar Sánchez Morales, escritora española conocida como Illy Nes, de nacionalidad española, con domicilio en actual en París, fuimos objeto por parte de una patrulla policial de la ciudad. El pasado sábado día 25 de agosto a las 3 de la madrugada varios amigos cenamos juntos. A la salida de un restaurante una amiga y yo nos fuimos juntas, París es una ciudad difícil para conducir, yo apenas conozco bien el camino a casa, ni tampoco me sentía muy bien como para hacerlo. De modo que ella se ofreció a llevar el coche, mostrarme el camino más rápido y de paso dejarme en casa ya que ambas vivimos a escasa distancia. Al girar a la derecha por la calle Pyrénées, a unos 300 metros se encontraba un coche patrulla a lenta velocidad; de pronto, al incorporarnos a la vía, la patrulla aceleró y nos cortó el paso ordenándonos que nos detuviéramos de inmediato en el carril bus, cosa que obedecimos. Es decir, a un lado de la carretera para no entorpecer el posible paso de vehículos. Cabe destacar que apenas pasaban vehículos dado que era muy tarde, y en agosto la noche de París no es muy activa; de modo que fueron pocos los vehículos que nos cruzamos en el camino; incluso dos patrullas, con la primera nos cruzamos y con la segunda nos detuvimos junto a ellos en el mismo semáforo, con la que no hubo problema alguno. Volviendo al caso, una vez detenidas y con la ventanilla abierta (era una noche bastante calurosa), visiblemente sorprendida mi compañera me pregunta: “¿Por qué nos para la policía? Quizás porque tú matricula es española”. A lo que contesto: “No tengo ni idea”. Al detenernos un policía de unos 50 años y pelo canoso se acerca y en tono amenazante y con cierta agresividad en sus movimientos dice en francés que hemos invadido el carril bus. Mi amiga le dice “Disculpe, señor agente, pero no invadí el carril bus”. El hombre insiste gritando que hemos invadido el carril bus y algo que no logro entender porque mi comprensión del francés es precaria. De modo que mi compañera le dice al agente en francés que no cree haber invadido el carril bus, que lo ha hecho porque así se lo ordenaron. El agente vuelve a dar voces y mi amiga con gestos le indica que no es necesaria tanta agresividad, que por favor no grite. Siempre gritando el policía le pide los papeles del vehículo. Ella se quita el cinturón de seguridad y se gira hacia mí para pedirme los documentos, momento que el policía aprovecha para abrir la puerta del coche y sacarla violentamente empujándola e inmovilizándola contra la puerta trasera del coche. Muy asustada desciendo y me dirijo al agente mientras otros dos policías descienden de su vehículo oficial. Les digo: “Por favor, no es necesaria la violencia”, intentando hacerme entender con gestos. El agente me golpea con su puño un brazo, mi amiga totalmente en shock al ver su estado y el golpe que me propina el agente llora y me dice en español que no sabe que ocurre y a él le dice en francés: “¿Qué he hecho yo, señor agente, para que nos trate así?”. Por toda respuesta el agente esposa violentamente a mi amiga. Yo estoy a un metro escaso, me acerco y sin tocarle le pido por favor que se calme gesticulando con las manos en un gesto de tranquilidad; en ese momento el agente me empuja contra el coche y se lleva a mi compañera mientras otro policía, moreno, me sostiene por un brazo con fuerza. Mi compañera se marcha llorando y visiblemente desconcertada sin oponer resistencia, sólo llorando y pidiendo explicaciones. El agente que me sostiene pasa mi custodia a otro agente rubio con perilla, menos agresivo, que me sostiene por la muñeca sin apenas fuerza, al que le pregunto: “¿Qué pasa, por qué nos tratan así?”. El policía mayor, el canoso, regresa con el alcoholímetro y me hace soplar varias veces a fuerza de gritos. Doy positiva y le explico: “Yo no conduzco, señor”. El hombre regresa a la patrulla, mi amiga grita que la están golpeando en la cabeza, que por favor mire la matrícula, y el rostro del policía que la inmoviliza y golpea... En ese instante el agente menos agresivo me había soltado y se encontraba a unos dos metros de mí. De modo que ante los gritos de desesperación de mi amiga avanzo unos dos o tres metros hasta el coche para poder ver el rostro del agresor y la matrícula. El agente de pelo canoso me agarra por el cuello y me arrastra con brutalidad hasta mi coche dejando mi nuca apoyada en el techo del vehículo (se trata de un Fiat Panda), lo cual me produce un tremendo dolor, no sólo en mis cervicales sino en todo mi cuerpo, sobre todo el brazo que sostiene y golpea brutalmente contra el coche, sin dejar de apretar mi garganta con fuerza. Le digo en francés: “Quiero hablar con mi amiga, por favor tranquilícese”, a lo que me responde: “Tú no hablas con nadie”. Me suelta y regresa a la patrulla mientras mi compañera grita “¡Me pegan, ayúdame!”. El chico pacífico está a escasos metros de mí, lloro y le pido auxilio pero él evita mirarme. Mi compañera suplica que llame a nuestro abogado para que nos ayude, justo con el que habíamos cenado hacia un instante... Tomo el teléfono y el chico pacífico me lo quita depositándolo en el asiento trasero de mi coche. Le digo: “¿Por qué me quita el teléfono?”. Y de espaldas el policía de pelo canoso me empuja contra el coche violentamente y me esposa. Ordena al chico pacífico que me custodie y éste me hace sentar en un saliente de la acera. En todo momento los gritos de mi compañera no cesaban, pidiendo ayuda, a lo que yo respondía: “¡No puedo ayudarte, estoy esposada!”. La patrulla con mi amiga no está en mi campo de visión, yo continúo esposada en la acera junto a nuestro coche mientras una patrulla acude en mi busca. Me incorporan y me meten dentro para llevarme a la comisaría. Pregunto si alguien entiende español, me dicen que no y me señalan que calle. Mi amiga llegó a comisaría en estado de shock, con su suéter desabrochado y prácticamente enseñando los senos, así como con un golpe en la boca y varios en los hombros y espalda, y sin poder caminar. Por mi parte, en un estado de estupor y pánico, yo les gritaba que eso era una injusticia, que eran una policía de mierda, que eso era ilegal, sin dejar de llorar y gritar. Varios policías la rodean, la gritan, ella grita y uno de ellos la empuja, mi amiga cae al suelo con las manos esposadas y aúlla de dolor sin dejar de pedir auxilio. Me incorporo del banco donde me encuentro esposada con las manos a la espalda e intento incorporarla. Uno de los agentes al que no pude ver claramente me empuja contra el banco violentamente. Me levanto y pido si alguien habla español y digo que es ilegal el trato y que no pueden dejarla tirada en el suelo. Un agente aprieta mi brazo y me sienta en el banco nuevamente. Pero mi amiga me dice que por favor la levanten, que está haciéndose daño con las esposas; me incorporo nuevamente y esta vez nos miran pero me dejan ayudarla como puedo, con las manos atadas a la espalda, a incorporarse. Ella, semidesnuda, pide a un preso que tiene una mano libre que por favor le abroche la blusa; el hombre, ebrio, no es capaz, y mi compañera se sienta y como puedo con las manos a la espalda le abrocho la blusa mientras ella llora, pone su cabeza sobre mis piernas y me pide que mire por qué parte de la cabeza sangra. Unos agentes salen mientras otros nos miran... Mi compañera me traduce que están diciendo (SIC): “Ella es la que lame el coño a la otra, lesbianas de mierda”. A partir de ese instante, entre ellos a mi compañera la llaman la vieja puta, además de lesbiana, y a mí, española de mierda. Mi compañera se incorpora a duras penas pero apenas puede caminar y cae nuevamente al suelo, me levanto y vuelvo a levantarla. Un agente la mira y dice: “Lleven a la vieja puta al hospital”. Varios agentes la levantan del banco y se la llevan; ella grita: “Ayúdame, llama a nuestro abogado, son bestias, por favor, por favor, policía de mierda”. Aterrada, furiosa y en estado de shock, escupe y les grita que están faltando a sus derechos, y me dice a voces: “¡Ayúdame, tengo miedo!”. Yo procuro tranquilizarla, le digo: “Nos sacará Cyril (nuestro abogado), cálmate”. Ella me dice: “No, ellos son la ley; nos harán lo que quieran, ¿no lo ves..?”. “Tranquila, tranquila...”. Ella grita y se la llevan sin apenas poder caminar, casi a rastras... A mí me quitan las esposas y me esposan al banco. Les pido que me dejen llamar al Ministro de Industria, a la señora Cristina del Valle, Pilar Rahola, al Consulado, a un cargo de mi poder. Me sonríen cínicamente y me dice el agente que no llamo a nadie. Le pregunto si voy a pasar toda la noche allí y me contesta: “Tú sí”. Sólo está el agente y yo le digo: “Mañana denunciaré esto por exceso de violencia”. Me dice: “¡Habla francés!”. “Quiero hacer una llamada”, repito en español... Me dice: “No hablo español”. Le digo en francés que quiero hacer una llamada y me dice: “No entiendo tu francés”. Pasa la noche y pido ir al baño... El agente me dice que no... Sonriendo... Le digo: “¿Tampoco puedo ir al baño? Esto es una comisaría de mierda...”. El agente que se alejaba se gira y me dice: “En Francia tenemos más cojones que en España” en una mezcla de español e italiano perfectamente comprensible, sobre todo “cojones”, que lo dijo en español mientras se agarraba los testículos. Las horas pasaron, pedí que me cambiaran de mano la esposa pues tenía un dolor insoportable, este agente dijo que no sin dejar de sonreír. En un momento de la noche, por los nervios, los golpes o qué sé yo, comencé a temblar de frío... Mi chaqueta estaba a escasos metros junto a la mesa del agente depositada en una silla. Le dije en español: “Tengo frío, ¿me das mi chaqueta?”, a lo que respondió: “No te entiendo, española... en francés”, y le dije en francés: “Tengo frío”. Sonrió y con las manos insinuó: “Lo siento por ti”. Añadiendo: “No chaqueta en francés”. Hubo cambio de personal, este individuo se marchó y otro hizo el relevo... Ambos conversaban: “La española de mierda es journalist, y quiere llamar a un ministro...”. Susurraron algo, entre lo que logré entender: “No la dejes ir al baño”, y algo que no pude casi oír porque prácticamente eran susurros. El agente que anteriormente se había tocado los testículos se marchó. Pedí nuevamente mi chaqueta al nuevo agente, la examinó pero no me la entregó, yo tosía, estornudaba y lloraba. Pero no me dieron la chaqueta. Amaneció cuando entraron nuevos agentes que me registraron y me esposaron para llevarme al hospital. Una vez en el furgón policial pregunté si hablaba alguno español, uno de ellos me dijo que sí, le pregunté qué buscaban exactamente cuando me registraban, armas, droga, un teléfono... Dijo: “Sí tenías algo, principalmente un teléfono”. Como las esposas no estaban bien apretadas, le dije: “Si me permite, señor agente, yo sí tengo un teléfono. Pero en el lugar que está mi seno, no creo oportuno que usted lo saque, mi esposa no aprieta demasiado así que lo sacaré yo”. Así lo hice, me liberé una mano y entregué el teléfono. El agente me dijo: “¿Cómo pudiste hacer eso?”. Le comenté: “Señor, tengo unas manos muy flexibles y como ve no soy peligrosa”. Al llegar al hospital me tomaron la tensión y el pulso de mi corazón, pero en ningún momento me desnudaron ni revisaron mis golpes o mis cervicales, y me llevaron nuevamente a la comisaría. Un tiempo después me llevaron a declarar con un agente que interpretaba mis palabras, o al menos eso aseguraba... Yo di mi versión de los hechos y pedí por favor los datos de la patrulla que nos detuvo. Me entregaron una multa sin cantidad de sanción, y donde cita: “Peatón ebrio en acera”. Mi declaración la hicieron en francés. Solicité que mi abogado estuviera presente porque no hablo francés pero me dijeron que no era posible, de modo que hice mi declaración en ese idioma. Me mostraron la declaración en francés, dije que se asemejaba al catalán pero que yo no podía firmar algo que no entendía, el intérprete dijo que ponía exactamente lo que yo había dicho, a lo cual respondí que no tenía otra opción que confiar en él. Señaló la denuncia y dijo: “Aquí menciona cómo te esposaron y aquí lo que sucedió abajo”. Y firmé, no tenía otra elección; sin embargo no recibí copia alguna. Sólo se me entregó mi multa sin cantidad, y yo sí dije que quería denunciar por agresión a los agentes. Al recoger mis cosas, no tenía mi teléfono francés, donde están todos mis datos y mis teléfonos, me entregaron únicamente el que yo entregué tras mi registro en el furgón al policía, sin batería ya. Reclamé el teléfono pero me dijeron que el teléfono en cuestión era de mi compañera. Me pidieron describirlo y lo hice, y la agente sacó dos teléfonos, el de mi compañera y el mío. Les dije: “Este es mío”, a lo que me respondieron: “No podemos dárselo, estaba en poder de la otra señorita”. Lo cual es totalmente incierto, teniendo en cuenta que, tal y como hago constar al principio de esta declaración, fue el policía que posteriormente llevó mi vehículo a comisaría quien me quitó el teléfono y lo depositó en mi coche. Le dije que les mostraba la factura, que el password era mi fecha de nacimiento, que no podía comunicarme, que todos mis datos estaban en ese teléfono, pero se negaron insistiendo en que era de mi compañera y que ella lo tenía en su poder, lo cual era totalmente falso. Les dije que lo necesitaba para contactar con personas de mi país y pedir ayuda. Hasta aquí la relación veraz de los hechos. Cabe remarcar que el propio traductor de mi denuncia me indicó que fuera a denunciar a la Policía de Policía, porque por el trato recibido era realmente impresionante el estado en que me encontraba, escribiendo de su puño y letra dónde dirigirme inmediatamente. Horas más tarde soltaron a mi amiga sin poder apenas caminar y llena de magulladuras. Solicito encarecidamente que se realicen las diligencias pertinentes para que esta denuncia siga el cauce legal correspondiente y se castigue a los autores de semejante tropelía, tan brutal como injustificada e incalificable en un estado de derecho. *** Murió la escritora cubano-mexicana Julieta Campos La escritora y ensayista Julieta Campos, ganadora del Premio Xavier Villaurrutia de 1974, murió el miércoles 5 de septiembre a la edad de 75 años, víctima de cáncer. Nacida el 8 de mayo de 1932, fue velada en la funeraria Gayosso Félix Cuevas y cremada el 6 de septiembre por la noche. Campos fue reconocida por incursionar en diversos géneros literarios como novela, ensayo, crítica literaria, ficción y teatro. Nació y vivió en La Habana, Cuba, hasta los 20 años. Su pasión por las letras la llevó a realizar estudios en la Universidad de La Habana (http://www.uh.cu) y en La Sorbona (http://www.sorbonne.fr), donde obtuvo el diplomado en literatura francesa y contemporánea. En la década de los 50 llegó a México, después de su matrimonio en 1954 con el diplomático y ex director del Fondo de Cultura Económica (FCE, http://www.fce.com.mx), Enrique González Pedrero. La escritora cubano-mexicana se hizo acreedora a la beca de Centro Mexicano de Creadores de 1966-1967 y fue maestra de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán. Entre otros de sus cargos destacan la dirección de las revistas de la Universidad de México y su participación en las revistas Plural y Vuelta. Trabajó durante 14 años para el FCE en México como traductora de inglés y francés, después fue directora del PEN, una asociación de escritores mexicanos de 1978 a 1982, y formó parte de la Cátedra Alfonso Reyes del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM, http://www.itesm.mx). Adoptó la nacionalidad mexicana y conservó también la cubana. Esta dualidad de naciones, más su interés en las clases más necesitadas, se volcaron en una narrativa de propuestas que exigen a un público agudo e interesado por la lectura en diferentes niveles; Campos realizó narrativa donde las historias se hilvanaban a través de recuerdos o monólogos internos. Otra de las características en su escritura fue su lenguaje poético. “La frontera entre el género narrativo y el poético se difumina cuando las historias se cuentan de manera casi musical y rompen el plano únicamente textual, para dejarse construir con metáforas e imágenes que sólo pueden ser expresadas a través de la poesía”, reseñó la Coordinación Nacional de Literatura de Bellas Artes. Tras su estancia en Tabasco (cerca de seis años, tiempo en que su esposo fue gobernador del estado), trabajó en la aplicación de un modelo de desarrollo integral y participativo en las comunidades indígenas excluidas. Muchas de estas experiencias fueron volcadas en las páginas Bajo el signo de Ix Bolon; El lujo del Sol; Tabasco, un jaguar despertado; ¿Qué hacemos con los pobres?, así como La forza del destino, publicada por Alfaguara en 2004 y que requirió siete años de trabajo y que reconstruye la imagen centenaria de Cuba. Reunión de familia (1997), recoge su obra dramática y de ficción. También tuvo participación en la administración pública como secretaria de Turismo al lado del político tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, cuando éste fue jefe de gobierno del Distrito Federal. Uno de los mayores logros de su gestión fue el programa “De fiesta en el Distrito Federal”. Fuente: El Universal *** Francisco González Ledesma obtiene el premio RBA El abogado y periodista Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927), quien es además el autor español más prolífico en el género de la novela negra después de Manuel Vázquez Montalbán, resultó ganador este 6 de septiembre del I Premio Internacional de Novela Negra que la editorial RBA (http://www.rba.es) dota con 125.000 euros. Una novela de barrio fue la obra ganadora, protagonizada por el comisario Méndez, irónico personaje de González Ledesma que apareció por primera vez en 1983 en Expediente Barcelona. Siguieron Las calles de nuestros padres, la planetaria Crónica sentimental en rojo, La Dama de Cachemira, Historia de Dios en una esquina, El pecado o algo parecido y esta “novela de barrio” sobre dos atracadores que mataron un niño. Méndez abandona su jubilación y su piso atestado de libros para resolver esta historia de verdugos y víctimas. Confiesa el escritor que la novela no nació en la serie negra: “Trataba del amor paternal: un niño muerto y un padre que imagina cómo hubiera sido esa vida frustrada, pero reorienté la trama a lo policiaco: el niño moría en un atraco y su padre intentará vengarse”. Presentada bajo el seudónimo de “Paco Millares”, Una novela de barrio es la historia de una venganza que arranca en los años 70, cuando unos atracadores matan en su huida a un rehén, un niño de corta edad. Ahora, más de treinta años después, uno de los ladrones es asesinado, y su cómplice decide adelantarse a su seguro asesino, el padre del niño muerto. El jurado —Soledad Puértolas, Suso de Toro, Lorenzo Silva, Antonio Lozano y Anik Lapointe— premió por unanimidad Una novela de barrio, entre los 180 manuscritos presentados. Para Puértolas, González Ledesma condensa los ingredientes de la mejor novela negra: “El ambiente es protagonista con una intensidad poética que entronca con Chandler o Hammet”. El barrio es el Poble Sec. Allí nació y empezó a escribir con 12 años González Ledesma, un oficio aprendido en 500 novelas del Oeste firmadas como Silver Kane y el trabajo a destajo de Bruguera. En esos años de posguerra cultivó la ironía y “cierto aliento ético de la vida para no morirme de asco”. En la Transición descubrió con Vázquez Montalbán que “Barcelona era una gran novela negra”. En una oscura comisaría asomaba Méndez, un policía que abomina de la ley y cuida a las putas del Barrio Chino. “Méndez es la mezcla de cuatro policías que conocí en la realidad”. Gracias al comisario, González Ledesma ganó el Planeta, dos premios franceses de “Polar” en Francia y este de RBA. Fuentes: ABC • El Cultural *** Falleció el tenor Luciano Pavarotti El tenor italiano Luciano Pavarotti, considerado uno de los mejores de su generación, murió el pasado 6 de septiembre, a los 71 años de edad, por un cáncer de páncreas en su casa de Módena. “Luciano Pavarotti ha muerto hace una hora”, explicó su manager en un mensaje de texto a primera hora del jueves 6. El artista se encontraba en una situación muy grave y durante la madrugada perdió varias veces la conciencia, según los médicos que le atendieron. Ingresado por una infección pulmonar el 8 de agosto en el Hospital Policlínico de Módena, en el norte de Italia, el tenor salió del mismo el pasado 25 de agosto. Su salud pasó en los últimos años por momentos muy delicados. En 2006 fue operado con éxito de un cáncer de páncreas en Nueva York. Conocidos eran también sus problemas respiratorios y de tensión. Premiado el martes 4 con el Premio Excelencia por el Ministerio de Cultura italiano (http://www.beniculturali.it), por su trayectoria y su aportación a la cultura de su país, el tenor declaró que se trataba de un galardón que “celebra la magia de una vida dedicada al arte”. Igualmente, el teatro de la Scala de Milán (http://www.teatroallascala.org) anunció que en 2008 celebrará un concurso internacional de canto con su nombre. Nacido en las afueras de Módena, en el norte de Italia, en 1935, era hijo único de Adele Venturi, trabajadora en una fábrica cigarrera, y de Fernando Pavarotti, panadero y tenor aficionado, quien lo estimuló para comenzar sus estudios en el mundo del canto lírico. La Segunda Guerra Mundial forzó a la familia a salir de la ciudad en 1943. Sus primeras influencias musicales provinieron de las grabaciones de su padre, la mayoría de tenores populares de la época —Beniamino Gigli, Giovanni Martinelli, Tito Schipa y Enrico Caruso. Cerca de los nueve años comenzó a cantar con su padre en el coro de una pequeña iglesia local. También en su juventud tomó algunas clases de vocalización con el profesor Dondi y su esposa, pero siempre concedió poca importancia a ambos. Después de lo que aparentemente fue una niñez normal con un típico interés por los deportes —en el caso de Luciano, el fútbol— se graduó en la Scuola Magistrale, y se enfrentó al dilema de la elección de carrera. Estaba interesado en seguir profesionalmente la carrera de futbolista en la posición de portero, pero su madre le convenció para que se convirtiera en profesor. Posteriormente ejerció en una escuela primaria durante dos años, pero finalmente permitió que su interés en la música prevaleciera. Reconociendo el riesgo que esto conllevaba, su padre le dio su consentimiento a regañadientes, acordando que Luciano recibiría alojamiento y comida hasta que cumpliera 30 años, y si no triunfaba a esa edad, se ganaría el sustento por sus propios medios. Sus mentores en el bel canto fueron Arrigo Polo y Ettore Campogalliani. Sus primeras apariciones públicas como cantante fueron en el coro del Teatro de la Comuna, en Módena, y más tarde en La Coral de Gioacchino Rossini, donde demostró su talento. Debutó el 29 de abril de 1961, como Rodolfo, en la ópera La Bohème, de Puccini, en el Palacio de la Ópera de Reggio Emilia. Más tarde se incrementó su popularidad cuando cantó el rol de Tonio de la ópera La hija del regimiento, de Gaetano Donizetti, con su difícil aria de nueve notas do de pecho, lo que le hizo merecedor de aparecer en la portada de una edición del periódico estadounidense The New York Times (http://www.nytimes.com). En su acercamiento a la música popular, grabó duetos con Eros Ramazzotti, Sting, Andrea Bocelli, Frank Sinatra, Michael Jackson e, inéditamente, con el brasileño Caetano Veloso, la argentina Mercedes Sosa y el grupo de rock irlandés U2. Con sus colegas y amigos, los tenores españoles Plácido Domingo y José Carreras, formó el trío Los Tres Tenores (The Three Tenors). Registró en disco muchas óperas, donde destaca su trabajo junto a Joan Sutherland y el director de orquesta indio Zubin Mehta. Pavarotti se casó con Adua Verona, con quien engendró a tres niñas, Lorenza, Cristina y Giuliana, pero el 13 de diciembre de 2003 se casó en segundas nupcias con su asistente, Nicoletta Mantovani, 30 años menor que él y con quien tuvo a su cuarta hija, Alice. Durante varios años seguidos a partir de 1991, Pavarotti respondió al llamado de la organización War Child International (http://www.warchild.org) para recaudar fondos para la construcción de un centro de musicoterapia en Mostar. De esta forma, anualmente se organizaron conciertos en Módena bajo el título “Luciano Pavarotti and friends”, donde además participaban otras personalidades de la música internacional para recaudar fondos para diferentes causas. En octubre de 2003 Pavarotti declaró que el peruano Juan Diego Flórez sería su sucesor como cantante de ópera. Fue muy solicitado en teatros de todo el mundo hasta su retiro en la Ópera Metropolitana de Nueva York, en marzo de 2004, cuando interpretó el papel del pintor Mario Cavaradossi en Tosca, de Giacomo Puccini. En mayo de 2004, en vísperas de su cumpleaños número 70, el tenor anunció “El tour del adiós” compuesto por 40 conciertos en todo el mundo, para despedirse de los fieles seguidores de su canto. Pese a este retiro, en febrero de 2006 interpretó el aria Nessun dorma, de Turandot, como cierre a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006 en el Estadio Olímpico de Turín. El tour fue suspendido debido a una intervención en la espalda a principios de 2006, y cuando se preparaba para partir de Nueva York a reanudar su gira mundial de despedida se le descubrió un tumor maligno en el páncreas. Fue operado en un hospital de Nueva York y todos sus conciertos fueron cancelados debido a su muy delicado estado de salud, causado por una neumonía posterior a su operación. El 8 de agosto de este año fue hospitalizado víctima de un “estado febril”, y de complicaciones respiratorias. Abandonó la clínica el 25 de agosto, para continuar la convalecencia en su hogar, hasta su muerte el 6 de septiembre. Fuentes: El Mundo • Wikipedia *** Presentan en México poesía japonesa traducida por Octavio Paz La tradición poética japonesa en la que ronda la reflexión, el humor, la melancolía y la contemplación se reúnen en el libro Sendas de Oku, de Matsuo Basho, traducido al español hace 52 años por el Nobel mexicano Octavio Paz (1914-1998), junto con su amigo Eikichi Hayashiya (1919), ex embajador de Japón en España. El material, presentado el pasado 6 de septiembre en la librería “Octavio Paz”, de Ciudad de México, fue editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE, http://www.fce.com.mx) y se trata de una bitácora de viaje de Basho, que en su idioma original se llama Oku no Hoshomichi, en el que ofrece uno de los ejemplos más acabados del haibun, género literario japonés en el cual el texto en prosa se rodea de un grupo de haikús o breves poemas orientales. Ahí el editor, traductor y crítico Aurelio Asiain refirió que el escritor mexicano, Octavio Paz, se acercó a Japón a través de traducciones inglesas y francesas, pero que el encuentro definitivo con la poesía de ese país ocurrió en 1945, cuando trabajaba en San Francisco como segundo canciller. Explicó que después de ello, Paz renunció y partió a Nueva York para escribir La historia está presente en la vida de cada uno, y lo que hace hasta la primera mitad del siglo XX es leer poesía, descubriendo a Japón mediante José Juan Tablada. A partir de ese momento seguiría en su vida literaria una relación casi inseparable con las letras de Japón y particularmente con su poesía, la cual marcó el rumbo de sus propios poemas. “En este libro de Basho”, escribió el mismo Paz, “no pasa nada, salvo el sol, la lluvia, las nubes, unas cortesanas, una niña y otros peregrinos. No pasa nada, excepto la vida y la muerte”, temas que siempre interesaron y marcaron los versos del Nobel. En el texto Matsuo Basho describe cómo, junto a su discípulo Sora, visita cerca de 50 lugares famosos de la región septentrional de Japón en 1698 y su breve cuaderno de viaje, son poemas colectivos llamados haikai no renga, enriquecidos por los poetas locales y mezclados con reflexiones y anécdotas de la contemplación. Editado por primera vez por la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx) en 1957, el texto ha sido traducido a casi todos los idiomas europeos, influyendo en diversos movimientos poéticos modernos, aunque la versión completa en español es la que realizó Paz junto a Hayashiya. Ambos trabajaron de la mano en la traducción del texto; sin embargo, señaló por su parte el escritor Alberto Ruy Sánchez, Hayashiya traducía literalmente el texto japonés al español, mientras que Paz corregía los textos tratando de encontrar el tono más adecuado para capturar la sensibilidad de Basho. La nueva edición del FCE aparece revisada y con versiones corregidas de los poemas en los que Paz buscó ajustarse a la métrica original, además de que se incluyen nuevas notas de su colega japonés, así como la versión original y láminas de Yosa Buson, así como las caligrafías del propio Basho, considerado uno de los mayores poetas de aquel país. Fuente: Notimex *** Novela de la colombiana Ángela Becerra publicada en China La novela El penúltimo sueño, de la escritora colombiana Ángela Becerra, ganadora del premio español Azorín 2005, fue traducida al idioma mandarín y lanzada en China. En entrevista ofrecida a la emisora colombiana Caracol Radio (http://www.caracol.com.co), la escritora y publicista natural de Cali y quien reside en Barcelona (España), se mostró satisfecha con este logro literario que le abre las puertas en oriente. “El penúltimo sueño fue traducida al chino mandarín en una edición de 50.000 ejemplares. Yo espero que la novela tenga acogida y la traducción haya respetado la música de la novela que es parte de su magia”, aseguró la escritora. Becerra también es autora de las novelas De los amores negados (2003) y Lo que le falta al tiempo (2006), que han sido traducidas al alemán, inglés, italiano, francés, portugués, húngaro, holandés, turco, polaco, flamenco, ruso, griego, checo, noruego y sueco. “Esta es una noticia maravillosa no sólo para mí sino para Colombia, pues mis libros están salpicados de historias humanas, muchas de ellas inspiradas en mi país”, aseguró la escritora, que ha despertado el interés de varios editores internacionales, entre ellos Harper Collins, en Estados Unidos y Canadá, y Bertelsman, de Alemania. Fuentes: Caracol Radio • EFE *** Unam pone en línea publicaciones literarias La Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx) ofrece desde el pasado 10 de septiembre, a estudiantes e interesados en la literatura, recursos para consultar, leer e imprimir sus publicaciones emblemáticas: Material de Lectura (http://www.literatura.unam.mx) —series Cuento Contemporáneo y Poesía Moderna—, Periódico de Poesía (http://www.periodicodepoesia.unam.mx) y Punto de Partida (http://www.puntoenlinea.unam.mx). La iniciativa es parte del proyecto “Literatura en línea, literatura para todos”, que pretende ofrecer a la comunidad universitaria, conformada en su mayoría por jóvenes, proyectos editoriales adaptados a la nueva realidad tecnológica. La colección Material de Lectura en sus dos series —Cuento Contemporáneo y Poesía Moderna—, ha publicado, desde 1977, más de 200 títulos que recogen una muestra de la obra de los escritores más importantes del siglo XX. A este portal, editado por Ana Cecilia Lazcano, se irán incorporando cada uno de los títulos que a lo largo de estos años han formado una de las colecciones literarias más reconocidas de la Unam. El Periódico de Poesía nació en 1987, bajo los auspicios de la Unam y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM, http://www.uam.mx), como un espacio primordial para el quehacer poético y para la reflexión y la crítica a partir de éste. 20 años después inaugura una nueva época, encabezada por el poeta Pedro Serrano, en la que, mediante una renovación de su formato y sus contenidos, afronta la tarea de adaptarse a los lenguajes tecnológicos. El Periódico de Poesía se plantea ahora como una publicación digital mensual, con secciones como Reseñas, Reportajes, Entrevistas, Espacios, Poesía en voz alta, Archivos, Convocatorias y, por supuesto, Poemas. De lo mejor de estas secciones se hará una selección que se publicará, trimestralmente, en el formato y con los materiales habituales de un periódico y que estará al alcance del público lector del sitio web. Por su parte, la revista Punto de Partida nació en 1966 y está destinada a la publicación de material literario y gráfico de jóvenes creadores. Editada por Carmina Estrada, ahora tendrá una versión digital, con las mismas secciones que la impresa, en HTML y PDF para su impresión en formato original. Este espacio será un complemento de la versión impresa, de forma que se ampliará la base de colaboradores y se difundirá la obra de nuevos escritores y artistas gráficos en el amplio espectro que ofrece la red, al tiempo que se recabarán colaboraciones de jóvenes del mundo de habla hispana, a manera de puente entre literaturas de distintas latitudes. Con una periodicidad mensual, se pretende que esta revista se nutra de las propias colaboraciones recibidas a través de la red. La publicación cuenta con secciones divididas por género, fichas de los autores, buzones para envío de textos y sugerencias, enlaces a páginas de interés y relación de concursos, talleres y cursos. Los sitios están disponibles en la red con los primeros títulos, y forman parte de un proyecto más amplio, iniciado con el Primer Virtuality Literario Caza de Letras (http://www.cazadeletras.unam.mx), para lograr una mayor presencia de la Dirección de Literatura en la red. Fuente: Unam *** Se crea Red Andina de Revistas Literarias durante el encuentro Kipus Como un canal para la comunicación y la consolidación de experiencias conjuntas fue creada la Red Andina de Revistas Literarias, entidad que cuenta entre sus miembros fundadores a los editores que participaron en el encuentro “Kipus: el descubrimiento de las revistas andinas”, organizado por la revista Kipus y la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB, http://www.uasb.edu.ec), y celebrado entre el 12 y el 14 de septiembre en Quito, Ecuador. La red tendrá presencia en Internet y las publicaciones que la conforman podrán desarrollar iniciativas a lo largo de la región andina, así como compartir creación literaria de los países en que son publicadas, reseñas editoriales e información cultural, tal como se desprendió del taller de trabajo que los editores participantes desarrollaron el pasado 13 de septiembre, en el marco del encuentro Kipus. El evento fue inaugurado el miércoles 12 por Alicia Ortega, directora del Área de Letras de la UASB. Posteriormente, Raúl Vallejo, director de la revista anfitriona, intervino para comentar las incidencias de su fundación y cómo se ha desarrollado a través de sus veinte ediciones, en las que entre otras cosas ha establecido un estrecho vínculo con las Jornadas Andinas de Literatura Latinoamericana, Jalla. En la jornada inaugural participaron también Militza Angulo, del Comité Editorial de Casa de Citas (Lima, Perú) y Pablo Salgado, director de Qapital (Quito). Además de los editores mencionados, en el encuentro estuvieron también Jorge Dávila Vázquez, por el Encuentro sobre Literatura Ecuatoriana “Alfonso Carrasco” y la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Azuay (Cuenca); Hugo Jaramillo, de Encuentros (Quito); Ramiro Arias, director de Eskeletra (Quito); Domingo Martínez Castilla, director de Ciberayllu (Lima, Perú; http://www.ciberayllu.org); Omar Ospina, director de El Búho (Quito); Augusto Rodríguez, director de El Quirófano (Guayaquil); Macshori Ruales, directora de Anaconda (Quito); Rodolfo Ortiz, director de La Mariposa Mundial (La Paz, Bolivia); Iván Carvajal, director de País Secreto (Quito); Jorge Gómez Jiménez, editor de Letralia (Cagua, Venezuela; http://www.letralia.com), y Fausto Aguirre, por la Universidad Técnica Particular de Loja (Loja, Ecuador; http://www.utpl.edu.ec). Entre las preocupaciones que manifestaron los editores participantes destacaron las circunstancias que dificultan la supervivencia de las revistas literarias en el continente, las estrategias para el financiamiento, la selección de contenidos y la influencia de estas publicaciones en el fomento de la lectura. El encuentro fue propicio, igualmente, para recordar la historia de las revistas de este tipo en la región andina. *** Milagros del Corral se encarga de la Biblioteca Nacional de España Milagros del Corral, gran experta internacional en la promoción del libro y de las industrias culturales, y vinculada durante años a la Unesco (http://www.unesco.org), es desde este jueves 13 de septiembre la nueva directora de la Biblioteca Nacional de España (BNE, http://www.bne.es), según acordó el Patronato de esta institución. Del Corral, que sustituye a Rosa Regàs, fue propuesta por el ministro de Cultura, César Antonio Molina, en una reunión extraordinaria celebrada el pasado jueves 6 por el Patronato. La nueva directora de la BNE se desempeñó en la Unesco como subdirectora general adjunta de Cultura y directora de las Divisiones del Libro y de las Artes y Empresas Culturales. Pertenece al Cuerpo Facultativo de Archiveros y Bibliotecarios y es autora de más de 50 publicaciones relacionadas con los derechos de autor, la edición y la biblioteconomía. Del Corral prometió su cargo ante la plana mayor del Ministerio de Cultura (http://www.mcu.es), encabezada por el ministro César Antonio Molina, y los miembros del Real Patronato de la BNE (http://www.bne.es/esp/bne/patronato.htm). Molina se alegró de poder contar “a partir de ahora, con una profesional de valía”. Numerosas personalidades se hicieron presentes, como el director del Museo del Prado (http://museoprado.mcu.es), Miguel Zugaza; el de la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es), Víctor García de la Concha; el director general del Libro, Rogelio Blanco; el presidente de Patrimonio Nacional (http://www.patrimonionacional.es), Yago Pico de Coaña, o el director de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE, http://www.federacioneditores.org), Antonio María Ávila. La sala estuvo abarrotada además por trabajadores de la BNE, que no quisieron perderse la llegada de su nueva jefa a la institución. Es recibida con expectación tras las polémicas suscitadas por la directora saliente. Del Corral se declaró ante ellos como “uno de los vuestros” y no pudo controlar la emoción que envolvió todo su discurso al agradecer a su padre, presente en el acto, haberle inculcado la pasión por el libro, una pasión puesta a partir de ahora al servicio de la BNE. Con su nombramiento, la BNE vuelve a tener al frente a una técnica después de diez años en los que estuvo regida por escritores. Desde que en 1996 el poeta Luis Alberto de Cuenca relevó al traductor, ensayista y poeta Carlos Ortega Bayón como director de este organismo, que conserva en su interior más de seis millones de libros, tres literatos más pasaron por su despacho. El ensayista y escritor vasco Joan Juaristi, ex director del Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es) y autor de El bucle melancólico, rigió los destinos de la BNE entre 2000 y 2001, seguido por otro escritor, Luis Racionero, que se mantuvo en el cargo hasta 2004, cuando fue relevado por la hasta ahora directora, la editora y novelista catalana Rosa Regàs. En toda su historia, hasta cuarenta directores se sucedieron en esta institución, cuyos orígenes se remontan a 1711, cuando el padre jesuita Robinet, confesor del Rey Felipe V, propuso crear una biblioteca pública en palacio. Entonces se estableció que el director fuera el confesor del rey, quien delegaba sus trabajos en el bibliotecario mayor, una fórmula que se mantuvo durante 50 años. En 1836, la biblioteca dejó de pertenecer a la Corona y adoptó su denominación actual. Hoy la BNE es un organismo autónomo regido por un Real Patronato, integrado por 15 vocales natos y 29 designados. Sus directores son elegidos cada cuatro años. El edificio, situado en el paseo de Recoletos de Madrid, fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1983 y en su interior se extienden 300 kilómetros de estanterías y anaqueles. Fuentes: ABC • EFE *** Publican veredicto de los Premios Literarios Jaén Tomás Hernández Molina, un filólogo nacido en Alcalá la Real y residente en la costa granadina, pasa a la historia de los Premios Literarios Jaén por ser el primer jienense que se alza con el galardón en una de sus categorías, en este caso Poesía, tal y como está concebido ahora en premio. El pasado 14 de septiembre se hicieron públicos en el Hotel Infanta Cristina de Jaén los fallos de los distintos jurados de la edición 2007. Junto a Hernández Molina, por su obra Última línea rerum; se proclamaron ganadores, en la modalidad de narrativa infantil, la argentina Andrea Ferrari, por El camino de Sherlock y en novela, Roberto Brodsky, con Bosque quemado. El certamen, convocado anualmente por la Obra Social de CajaGranada (http://caja.caja-granada.es), ha alcanzado ya su vigésimo tercera edición. Su dotación global es de de 48.000 euros, que se reparten en 24.000 euros para el Premio de Novela, y 12.000 euros para cada uno de los ganadores en las modalidades de Poesía y Narrativa Infantil y Juvenil. Este año se ha presentado un total de 738 obras: 270 novelas, 454 de poesía, y 114 de infantil y juvenil. El poemario de Hernández Molina, nacido en Alcalá la Real, filólogo y profesor que actualmente reside en La Herradura, Granada, destaca según el jurado por la gran madurez expresiva, así como el lenguaje bello y esencial, en una obra en la que el olvido es un constante hilo conductor. De las 454 obras presentadas en esta categoría, 11 quedaron finalistas. En cuanto al Premio de Novela, Andreu Jaume Enseñat, presidente del jurado, destacó que “se trata de una novela de gran vigor estilístico, espléndida y madura, que representa una metáfora sobre el reciente exilio chileno”. En esta modalidad, el jurado tuvo que valorar las 270 obras presentadas, de entre los cuales se seleccionaron previamente 4 trabajos finalistas. Finalmente, en la modalidad de Narrativa Infantil y Juvenil, la obra ganadora, El camino de Sherlock, de la periodista y escritora argentina Andrea Ferrari, es una novela de trama policíaca, salpicada de humor, narrada a través de la voz de un chico de 14 años, superdotado y apasionado de las novelas de Sherlock Colmes, que decide investigar una cadena de crímenes que se están produciendo en Buenos Aires. Tras el fallo de los distintos jurados, Fernando Rodríguez Moreno, director general adjunto de Relaciones Institucionales y Obra Social de CajaGranada, se mostró satisfecho por el hecho de que un jienense se proclamara ganador de una de las categorías. Rodríguez destacó que tras 23 años de historia se han convertido en un gran evento de promoción de la literatura “que hace del nombre de Jaén un referente de prestigio en el mundo de las letras”. El directivo de la entidad destacó que si bien la Obra Social apoya desde siempre distintas parcelas y desarrolla esfuerzos en varios campos, “en el apartado cultural estos premios personifican esa implicación”. Fuente: Ideal Digital *** Se inicia el rodaje de Blindness, basada en novela de José Saramago Después de un año de haberse anunciado (http://www.letralia.com/148/0914saramago.htm), este 15 de septiembre se inició en el centro histórico de Montevideo (Uruguay) el rodaje de Blindness, versión cinematográfica de la novela Ensayo sobre la ceguera, del escritor portugués José Saramago, bajo la dirección del cineasta brasileño Fernando Meirelles. La locación escogida por el equipo de Meirelles ha sido transformada en una zona comercial donde una multitud de ciegos arrasará un supermercado en busca de comida y protección. El filme es protagonizado por Danny Glover, Julianne Moore y Mark Ruffalo. Sin abundar en los detalles del guión —algo que tienen prohibido—, Glover precisó que será el narrador e interpretará, paralelamente, el personaje del viejo con un parche, referencia precisa para quienes han leído la novela. Ruffalo será el médico y Moore su esposa, la única vidente del grupo y que, a manera de metáfora, será los ojos de todos. Para la preparación del escenario se procedió a una labor de deterioro ilusorio, destrucción incluso, y remodelación de las fachadas de algunas casas para crear la imagen de una ciudad desierta, tras la avalancha de los ciegos. Otra locación será la fachada de un banco que, por obra de la escenografía, será convertido en una iglesia. Igualmente, en una casona de Carrasco, sobre la zona este de Montevideo, se filmarán los exteriores del edificio que sirve de refugio a los invidentes, aunque los interiores fueron filmados en Canadá. Con un presupuesto de 20 millones de dólares y sets de rodaje en Montevideo, Toronto (Canadá) y São Paulo, Meirelles, quien ganó fama con los filmes Ciudad de Dios y El jardinero fiel, trabaja ahora a dúo con el uruguayo César Charlone como director de fotografía. Ambos lo hicieron antes en Ciudad de Dios, que le valió al artista uruguayo un Oscar en ese renglón. La producción está a cargo de la empresa canadiense Rhombus Media y la inglesa Potboiler Productions, que contrató a Meirelles, y empresas de Brasil y Japón. El guión es del canadiense Don McKellar. Fuente: Prensa Latina *** Falleció el compositor venezolano Aldemaro Romero Víctima de una penosa enfermedad que lo aquejaba desde hace años, el maestro y compositor Aldemaro Romero falleció el pasado 15 de septiembre, a los 79 años de edad, en una clínica de Caracas, víctima de una oclusión intestinal. Nacido en Valencia el 12 de marzo de 1928, Romero fue uno de los músicos más completos de la historia musical venezolana. Rafael Romero, su padre y reconocido ejecutante de la guitarra y el piano, lo inició en la música siendo tan solo un niño. A los 10 años Aldemaro ya había aprendido de oído a dominar la guitarra y el piano. Durante seis décadas, el pianista, arreglista, compositor, director, promotor y guitarrista se consolidó como un músico integral, creándose un lugar en las páginas de la historia musical venezolana. Luego de mudarse a Caracas, en 1942, se inscribió en la Escuela Superior de Música de Caracas, donde recibió lecciones de piano del maestro Moisés Moleiro, y de teoría y solfeo por parte de Pedro Antonio Ramos. Concluidos sus estudios llegó a dominar con gran maestría el piano y la guitarra, lo que le sirvió para trabajar en hoteles y cabarets de la ciudad capital. Para 1948 ya era reconocido como buen pianista y arreglista, lo que le valió una invitación a la Orquesta Sonora de Caracas. Gracias a su constante trabajo y magistral interpretación fue merecedor en 1949 del puesto de pianista, arreglista y ocasionalmente director, en la orquesta más importante de la época, la de Luis Alfonso Larrain. En 1950 viajó a Nueva York como arreglista para Alfredo Sadel, luego grabó su disco Dinner en Caracas, lo cual le valdría un éxito internacional con más de un millón de copias vendidas. Para los años 70, ya como músico consagrado, creó la Onda Nueva, un ritmo de disímil compás y armonía pero basándose en la música tradicional venezolana, que dejaría grabadas en la historia canciones como Tonta, gafa y boba, De repente, El catire, Quinta Anauco y Carretera, entre otras. En 1979 creó la Orquesta Filarmónica de Caracas y más tarde en 1981 el Conservatorio, instituciones que se convertirían en poco tiempo en las mejores de América Latina en sus rubros. Recientemente se editó el disco Nueva Onda Nueva, una compilación de los temas más insignes del maestro Romero, interpretados por artistas de música electrónica venezolanos en homenaje al gran músico. Tras conocer la noticia del fallecimiento, otro insigne arreglista, Chelique Sarabia, gran amigo del maestro Romero, aseguró que éste “vistió de gala la música de Venezuela y marcó pauta en el país”. “Vamos a extrañar mucho sus consejos, su sabiduría y su presencia. Es el maestro de una generación de músicos que en los últimos años habíamos compartido con él, de manera bien cercana” dijo Sarabia con tono melancólico. Fuente: El Nacional *** Congreso internacional recordará a Machado en Soria El congreso internacional “Soñando Caminos”, sobre Antonio Machado, que se celebrará en Soria desde el miércoles 19 hasta el 22 de septiembre, programa varios recitales poéticos y lecturas sobre el autor, así como diferentes conferencias que correrán a cargo de especialistas de la universidad y del mundo de la poesía. Según informaron fuentes de la organización del congreso, el evento se enmarca dentro del denominado “Otoño Pedagógico”, cuya entrada es libre. Además, los alumnos universitarios que asistan a todas las sesiones obtendrán créditos académicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM, http://www.ucm.es) y un diploma acreditativo. La inauguración del simposio correrá a cargo del ministro español de Cultura, César Antonio Molina, y además está prevista la asistencia de la sobrina del poeta, Leonor Machado; del rector de la UCM, Carlos Berzosa; del director de la Fundación Antonio Machado (http://www.fundacionmachado.org), Manuel Núñez Encabo, y de la presidenta ejecutiva de la Comisión Nacional del Centenario, Amalia Iglesias Serna. Durante todo el congreso se alternarán las sesiones de conferencias acerca de la obra de Antonio Machado hoy, de su vida y sus paisajes en Soria, de su poesía y pensamiento y de la universalidad del autor, con lecturas de su obra, debates y recitales poéticos, que se englobarán bajo el título “A orillas de Machado”. Al acto de clausura, que tendrá lugar el sábado 22 de septiembre, asistirá el presidente de la Fundación Pablo Iglesias (http://www.fpabloiglesias.es) y de la Comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra. Soria ocupó un lugar central en la vida y la obra de Antonio Machado, desde su llegada en la primavera de 1907 para tomar posesión de su cátedra de francés en el Instituto General y Técnico de Segunda Enseñanza, lo que supuso un punto de encuentro con la ciudad y el campo hasta 1912, momento que marcó el resto de su vida y su obra. En Soria comenzó su etapa de profesor, que más allá de la enseñanza reglada, se transformó en un talante pedagógico que se desarrolló en el Machado de Juan de Mairena y en su participación en los proyectos de Misiones pedagógicas o la universidad popular, en el marco de la Institución Libre de Enseñanza. Además, encontró los elementos fundamentales que le convirtieron en poeta y pensador universal. En primer lugar el amor de Leonor, “del que surgieron versos del máximo esplendor vital que se transformaron en elegía profunda a causa de su muerte temprana”, señalaron los organizadores del congreso. En su etapa de Soria se publicaron también sus dos obras más importantes: la versión acabada de Soledades, galerías y otros poemas y Campos de Castilla. La etapa de Machado en Soria puede ser considerada “decisiva y es imprescindible para comprender las señas de identidad del poeta como universal, su pensamiento y su propia ideología” que más tarde iba a explicitar “con el compromiso heroico de sus hechos al servicio del pueblo, de la democracia y de la República lo que llevó al exilio y a la muerte, constituyendo el paradigma de la unión entre estética y ética”. El congreso internacional machadiano tiene el objetivo de estudiar la vida y obra del autor con la visión actual de poetas, escritores y pensadores desde el recuerdo de Soria. Por otro lado, el “Otoño Pedagógico” se completará con las jornadas “Poesía con ciencia, conciencia de la poesía” y veladas poéticas en el mes de octubre, así como con la exposición “A pesar de todo dibujan. La Guerra Civil vista por los niños”, inaugurada el pasado 7 de septiembre en la antigua sede del Banco de España en Soria, junto a sus actividades paralelas. Fuente: Europa Press *** Publican antología de nueva narrativa brasileña Quince narradores brasileños, escasamente difundidos en lengua española, aparecen reunidos en Terriblemente felices, una antología de la nueva narrativa de ese país, de reciente aparición en Argentina y América Latina. Los escritores elegidos para la antología por el escritor argentino Cristian de Nápoli, ya han dado suficientes muestras de talento en su propio país e incluso varios de sus cuentos o novelas han sido trasladadas al cine. Sin embargo y pese a estos antecedentes, subsiste una brecha con los mercados editoriales hispanohablantes, donde han sido escasamente traducidos. La Embajada de Brasil en Buenos Aires organizará el 20 de septiembre un encuentro con jóvenes escritores brasileños, que contará con la participación de Daniel Galera, Milton Hatoum, Luiz Ruffato y Mario Sabino. Pese a la escasa difusión en Iberoamérica, Brasil tiene una enorme tradición literaria, desde Machado de Assis a João Guimarães Rosa, Oswald de Andrade, Clarice Lispector y Jorge Amado. Los quince autores elegidos para Terriblemente felices, publicada por Emecé, reflejan los diferentes estilos que identifican a la literatura brasileña, desde la jerga callejera de Bahía al portugués más refinado de la clase media, y desde la marginalidad de las favelas al costumbrismo nordestino. Las mujeres incluidas en la antología son Ivana Arruda Leite, nacida en 1951 en el estado de São Paulo; Cintia Moscovich, residente en Porto Alegre, escritora y periodista de 49 años, y la paulista Márcia Denser, de 58 años, editora de antologías de cuentos eróticos brasileños, traducidos al alemán y al suizo. La antología recoge además relatos de Miguel Sances Neto, nacido en 1965 en el interior del estado de Paraná, donde es profesor de literatura y ejerce la crítica literaria; Marcel Aquino, nacido en Amparo (São Paulo) en 1958 y además guionista de cine, y Nelson de Olivera, de 41 años, nacido en Guaira, São Paulo. La lista se completa con Caio Fernando Abreu, nacido en Rio Grande do Sul en 1948 y fallecido en Porto Alegre en 1966, y Joao Gilberto Noll, nacido en Porto Alegre en 1946 y que fue traducido en Argentina en 2004, con la publicación de una colección de cuentos titulada Lorde. Fuente: Ansa *** Poesía escrita por mujeres analizarán en Argentina Organizadas por la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA, http://www.lasea.org) y con el auspicio de la Casa de la Poesía de la Ciudad de Buenos Aires, los próximos jueves 20 y viernes 21 de septiembre se desarrollarán las jornadas “Poesía de mujeres”, dedicadas a las artes poéticas en una perspectiva de género. El encuentro, que se realizará en el Auditorio “Francisco Madariaga” de la SEA (Bartolomé Mitre 2815, 2º piso, salas 225 a 230; Buenos Aires), busca volver visibles las formas de producción de literatura hecha por mujeres, especialmente en poesía, según informaron los organizadores en un comunicado. Las actividades se iniciarán el jueves 20 a las 6 de la tarde con el evento “De musa a poeta”, que consistirá en la presentación de libros de mujeres publicados en 2007, con la participación de Paula Jiménez, Gabriela Franco, Ana Lafferranderie, Claudia Masin y Leonor Silvestri. A las 7:30 de la noche se desarrollará el evento “Como Locos”, una mesa de lectura y ponencias sobre los dos talleres de poesía que funcionan en el Hospital Borda, con la participación de los talleristas Catherine Hardoy, Elisa Blasco y Jorge Arrizabalga, bajo la coordinación de Martín de Souza y Silvana Perl y con la presentación de Jorge Pinedo. El viernes 21 a las 6 de la tarde la actividad “Venit, Amor!” reunirá a Susana Villalba, Paulina Vinderman, Graciela Aráoz, Liliana Lukin y Violeta Barrientos (Perú) para hablar sobre erotismo en la poesía escrita por mujeres. A las 7:30 de la noche, el evento “¿A las barricadas?” analizará las relaciones entre poesía y política, con la participación de Diana Bellessi, Susana Cella, Jorge Aulicino, Laura Yasan y Laura Klein, bajo la coordinación de Eduardo Mileo. Fuente: SEA *** Juan Carlos Méndez Guédez participará en Encuentro de Verines El 20 y 21 de septiembre, en la Casa de Indianos de Verines (Asturias, España) se celebrará el encuentro literario “La recepción de las letras españolas en Europa”. Organizado por la Dirección General del Libro de España (http://www.mcu.es/libro) y la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es), este encuentro, que es un auténtico referente de la literatura española contemporánea, congregará a escritores de todas las lenguas del Estado español y a traductores y editores europeos. El protagonismo de este año 2007 será para el género de la narrativa, de allí que entre los participantes de estas reuniones se encuentren entre otros Ricardo Menéndez Salmón, Juan Bonilla, Adolfo García Ortega, Xuan Bello, Hipólito G. Navarro y el venezolano Juan Carlos Méndez Guédez, que será el invitado hispanoamericano. Sólo desde el año 2006 este mítico evento ha comenzado su internacionalización. Centrados en el ámbito de la literatura española, las nuevas realidades literarias han estimulado al coordinador de estas jornadas, el crítico y narrador Luis García Jambrina, a explorar la internacionalización de este evento en el que anteriormente han participado escritores como Fernando Savater, Luis Landero, Almudena Grandes, Enrique Vila-Matas, Lucía Etxebarría y Bernardo Atxaga, entre otros. Méndez Guédez participará con la conferencia “Del mismo amor ardiendo (para una lectura de la narrativa hispánica)”, en la que plantea cómo el siglo XXI ofrece un panorama en que los autores españoles e hispanoamericanos desarrollan un trabajo signado más por sus similitudes expresivas que por las diferencias propias de tiempos como los del fenecido boom. Autor de novelas como Una tarde con campanas, Árbol de luna o El libro de Esther, Méndez Guédez reside en España, país en el que se doctoró en literatura hispanoamericana por la Universidad de Salamanca. Para el mes de noviembre, Páginas de Espuma, la más importante editorial española dedicada al género del cuento, lanzará al mercado el nuevo libro de este narrador venezolano, titulado Y recuerda que te espero. *** Más de treinta autores participarán en tertulia en Madrid El sábado 22 de septiembre se celebrará en Madrid la “Noche en blanco de los escritores”, la mayor tertulia literaria de este año en esa ciudad, que tendrá lugar en la Puerta del Sol, con un gran montaje escénico que incluye una pantalla gigante. El evento, organizado por Hotel Kafka (http://www.hotelkafka.com) y promovido por Ámbito Cultural de El Corte Inglés (http://www.ambitocultural.es), comenzará a las 9:30 de la noche. El acto cuenta con Rafael Reig y Ramón Pernas como maestros de ceremonia y en él estarán presentes Juan Madrid, David Torres, Eloy Tizón, Javier Azpeitia, Laura Freixas, Jordi Doce, Cristina Cerrada y Ronaldo Menéndez. A esta extensa lista se unen entrevistas inéditas con autores de toda España, entre los que se encuentran César Antonio Molina, Enrique Vila-Matas, Felix de Azúa, Francisco Ferrer Lerín, Milagros Frías, Manuel Fernández Cuesta, Ada Salas, Mercedes Abad, José Luis Giménez-Frontín y Eduardo Moga. A la presencia de David Torres, Cristina Cerrada y Ronaldo Menéndez en el escenario se unen los nombres de Care Santos, Juan Aparicio Belmonte, Mercedes Cebrián, Alberto Olmos, F.M., Inma Turbau, Marta Agudo, Mateo de Paz, Antonio Santos Mercero, Lolita Bosch, Esther Zarraluqui, Hernán Migoya, Javier Calvo y Javier Argüello, a quienes también se ha entrevistado para la ocasión. Quienes no puedan estar físicamente ahí podrán ver la actividad en vivo y en directo mediante una pantalla gigante en la web de Ámbito Cultural (http://www.ambitocultural.es). La señal se subirá al Hispasat y podrá ser recibida por todos aquellos usuarios que tengan una antena orientada al Hispasat en Europa (la huella llega a Rusia y Norte de África). Fuente: Hotel Kafka *** Suspendido el Encuentro Internacional de Poesía de la UC El VI Encuentro Internacional de Poesía de la Universidad de Carabobo (UC, http://www.uc.edu.ve), que se realiza anualmente en Valencia (Carabobo, Venezuela) y ciudades circunvecinas, y que este año estaba pautado para entre el 24 y el 29 de septiembre, ha sido suspendido por motivos presupuestarios, según informó en una carta su organizador, el poeta venezolano Adhely Rivero. Tras recordar que este año el encuentro proseguiría con su intención de extenderse a otras ciudades del centro de Venezuela, Rivero explicó que, pese a contar con el respaldo de las autoridades de la UC, especialmente en la persona de su rectora, María Luisa Aguilar de Maldonado, “han ocurrido retardos imprevistos en la aprobación del presupuesto”, por lo que la edición correspondiente a este año ha sido suspendida. “Estamos trabajando y hemos recibido el apoyo de los copatrocinadores”, indica el escritor, “para que una vez solventado el escollo presupuestario de la UC podamos celebrar el encuentro, posiblemente para el mes de noviembre”. Rivero concluyó el comunicado indicando que la comisión organizadora del encuentro “está trabajando para que mantenga su continuidad y su credibilidad en nuestro público y en los poetas que han contribuido para que en Venezuela se escuche con profundo respeto el trabajo poético”. *** Autores de literatura infantil se reunirán en Venezuela Del 27 al 29 de septiembre se celebrará en Valencia, Carabobo, el 2º Encuentro con la Literatura Infantil en Venezuela, evento que reunirá a autores de diversos países para analizar el presente y futuro de la literatura infantil escrita en español. La actividad será inaugurada el jueves 27 a las 8:30 de la mañana en la Fundación Cipriano Jiménez Macías, donde la escritora venezolana Laura Antillano dará la bienvenida a los participantes en representación del Área de Literatura Infantil de la Casa Nacional de las Letras. A continuación se realizarán los foros “¿Temas tabú para la literatura infantil?”, con Sandra Comino (Argentina), Enrique Pérez Díaz (Cuba), Cósimo Mandrillo y Alicia Montero (Zulia, Venezuela) y con moderación de Pedro Téllez; y “Los ilustradores al banquillo”, que moderado por Carlos Ildemar Pérez contará con la participación de Coralia López (Venezuela), Miriam González (Cuba), Delia Contreras (Venezuela), Oswaldo Rosales (Venezuela), Alfredo Rajoi y Mónica Piscitelli (Editorial El Perro y la Rana, Venezuela). Lugar será inaugurada una exposición en homenaje a Aquiles Nazoa, en cuyo marco se proyectará el cortometraje Historia de un caballo que era bien bonito. En la tarde del 27 se desarrollará el seminario “La literatura va a la escuela”, moderado por Alejandro Robles. A las 2 de la tarde, Margot y Carmen V. Carrillo (Trujillo, Venezuela) presentarán su trabajo “La lectura en tres etapas”, seguidas de Francisco Ardiles (Carabobo), con “Leer al derecho y al revés”, a las 2:30, y “La motivación a la lectura en la escuela”, por Victorino Muñoz y Niddy Calderón (Secretaría de Educación del Estado Carabobo), a las 3 de la tarde. A las 3:30, Juan Manzano (Carabobo) pronunciará su ponencia “Las madres: primeras promotoras de lectura”, siendo seguido a las 4 de la tarde por “Círculo de madres promotoras de lectura”, a cargo de Cleopatra Duvén (Escuela Bolivariana MPPE, Carabobo) y a las 4:25 por “La magia de los libros: Programa Monte Ávila Estudiantil”, a cargo de Mariela Peña. A las 5 de la tarde cerrará el programa del día con una lectura de textos presentada por Oswaldo Blanco, y en la que participarán Mercedes Franco, Luis Cedeño, Teresa Cárdenas, Graciela Pérez Aguilar y Carlos Ildemar Pérez. El viernes 28 se iniciarán las actividades a las 9 de la mañana con el seminario “Medios de comunicación y promoción a la lectura”, que será moderado por Edith Fuentes. La primera ponencia será “Manual de radio para niños y con niños”, a cargo de Alexánder Hernández (Fe y Alegría, Zulia). A las 9:20 Lilian Maa ‘DHoor pronunciará su ponencia “Televisión para niños pacientes hospitalarios”. Le siguen María Eugenia Armas a las 9:40 con “Vive TV: ¿y qué nombre le pondremos?” y Armando Carías a las 10 con “La televisión y la radio que queremos”. A las 10:40 Graciela Pérez Aguilar presentará la revista digital argentina Imaginaria (http://www.imaginaria.com.ar), y Carmen Virginia Carrillo (Trujillo, Venezuela) leerá su ponencia “Un taller en la web”. Silvia Dioverti presentará a las 11:15 su trabajo “La piñata” y a las 11:35 Mirta Yánez (Cuba) hará lo propio con “La utopía de una revista para niños”. En la tarde se reiniciarán las actividades con la charla “¿Se puede promover la lectura?”, que Ricardo Mariño (Argentina) pronunciará a las 2:30. A las 3:15 se realizará el seminario “Cómo sembrar niños escritores: distintas experiencias”, moderado por Elisabel Rubiano, en el que participarán José Manuel Milano (Tere-Tere, Guarenas), Moraima Rodríguez y Luis Rojas (Aragua, Encuentro Escolar de Niñas y Niños Escritores), Arnoldo Jiménez (Experiencia Escolar Puerto Cabello) y Aurismar Granadillo (Los niños en la poesía, Cojedes). A las 4 de la tarde se iniciará el seminario “¿Existe la poesía para niños?”, que será moderado por Joanna Vegas y contará con la participación de Marissa Arroyal (Caracas), Ramón Nuñez (Carabobo), Giondelys Montilla (Barinas), David Figueroa (Yaracuy) y Carlos Ildemar Pérez (Zulia). A las 5:15 se desarrollará el seminario “Cuentos de miedo, historias policiales y otras aventuras”, cuya moderación correrá por cuenta de Laura Antillano y participarán Graciela Pérez Aguilar (Argentina), Mercedes Franco (Venezuela), Enrique Pérez Díaz (Cuba), Eloi Yagüe Jarque (Venezuela) y Ricardo Mariño (Argentina). Ese día habrá también lecturas de texto y presentaciones musicales. El sábado 29, las actividades se iniciarán a las 9:30 de la mañana con el seminario “Diversidad en la literatura infantil latinoamericana: afrodescendientes, pueblos originarios, otras propuestas”, moderado por Cósimo Mandrillo y con la participación de Teresa Cárdenas (Cuba), Carlos Ildemar Pérez (Zulia, Venezuela), Sandra Comino (Argentina), Javier Sánchez (Red Nacional de Promoción a la Lectura), Carolina Álvarez (Monte Ávila, Venezuela) y Enrique Pérez Díaz (Cuba). Le siguen los seminarios “¿Quién quiere leer en la adolescencia?”, a las 10:40 y bajo moderación de Jesús Urdaneta, con la participación de Victoria Ardito (Sistema Nacional de Talleres), Lyerka Bonanno, Víctor Pinto (Carabobo), Marilúz Suárez (México), Benito Mieses (Falcón) y Mercedes Pena (Trujillo); y “Editar para niños: ¿negocio o quimera?”, a las 11:45, moderado por Victorino Muñoz y con la participación de Carolina Álvarez (Monte Ávila), Pedro Parra (Playco), Dayana Díaz (El Perro y la Rana), Adriana Rodríguez (Alfaguara) y Beatriz Rozados (Ediciones B). Durante el encuentro se desarrollarán los talleres “Los niños recolectores de la memoria” (Antonio Trujillo), Taller Juvenil de Poesía (Mercedes Pena), Taller Juvenil de Teatro (Mariluz Suárez), “Los Niños y la Poesía” (uno cada día) y el Taller de Teatro para adultos (Rodolfo Porras). Igualmente, se prevé visitas de los escritores participantes a diversas escuelas de Valencia. *** El río Orinoco será escenario de un encuentro cultural Entre el 28 de septiembre y el 4 de octubre se realizará en seis municipios del estado venezolano de Monagas el encuentro “El Orinoco, eje de la diversidad cultural”, cuyos asistentes podrán disfrutar de diversas charlas, talleres, conferencias, exposiciones, presentaciones musicales, una feria artesanal y gastronómica, entre otras actividades, en el marco de la próxima apertura del Museo Mateo Manaure. El legado, tradiciones, modos de vida y especificidades de los pueblos aledaños a este símbolo de vida y riqueza serán descifradas y puestas al descubierto durante estos seis días en los municipios Maturín, Cedeño, Sotillo, Aguasay, Caripe y Acosta. Los pobladores de estos municipios podrán participar en un diálogo en torno a los aspectos culturales de la región. El evento es organizado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela (http://www.ministeriodelacultura.gob.ve), a través del Centro para la Diversidad Cultural, conjuntamente con la Gobernación de Monagas, a través de su Instituto de Cultura (Icum). La programación contempla la participación de grupos defensores de la tradición popular, como la Asociación Cultural “Culebra de Ipure”, del municipio Acosta, y las Danzas Warao, de Barrancas, municipio Sotillo. Habrá, también, una demostración de tejidos de curagua, una exposición artesanal y gastronómica, y una muestra del fotógrafo Miguel Moya, en los muros perimetrales del Museo Mateo Manaure, espacio para las artes que próximamente abrirá sus puertas. Talleres de cerámica, charlas de mitos y ritos sobre la Cueva del Guácharo, una faena para relajar coporos y elaborar sancochos con productos del Orinoco, una muestra musical, bailes, danzas, mesas de trabajo, entre otros, forman parte del amplio programa que se tiene previsto para el evento. Fuente: Icum *** Llevarán al cine Arráncame la vida, de Ángeles Mastretta El próximo 30 de septiembre se iniciará el rodaje de la adaptación al cine de la novela Arráncame la vida, de la mexicana Ángeles Mastretta, que bajo la dirección del también mexicano Roberto Sneider contará con un presupuesto de seis millones de dólares. Desde hacía siete años se hablaba del tema sin que la idea cuajara en un guión con el financiamiento preciso, el cual al fin ha sido conseguido. La película se rodará principalmente en locaciones de la ciudad de Puebla. En el libro se narra el ascenso al poder en el siglo pasado, del general Andrés Ascencio, así como su obsesión por la jerarquía absoluta y sus relaciones amorosas con Catalina Guzmán, una mujer atípica. Carranza será interpretado por Daniel Giménez Cacho, quien no vaciló en aumentar siete kilogramos de peso y tomar clases de equitación para encarnar como se debe —en una apropiación de afuera hacia adentro— al protagonista. Ana Claudia Talancón será la Catalina Guzmán adelantada a su época, una fémina que piensa distinto a sus congéneres de ese momento y avanza en una evolución constante. Satisfecha por ver al fin materializado el proyecto, Mastretta se limitó a pronunciar una frase enigmática, que deja traslucir sin embargo su deseo de no inmiscuirse: “Yo sé cómo lo hice yo, ahora quiero ver cómo lo hacen ellos”. Fuente: Prensa Latina *** Presentarán en España dos nuevos poemarios de Isaac Goldemberg Dos nuevos poemarios del escritor peruano Isaac Goldemberg, Libro de las transformaciones y Décimas y canciones de fino amor serán presentados el jueves 4 de octubre en el marco de la Feria Internacional del Libro de Barcelona, en España, que este año está dedicada al Perú. Publicado por el Fondo Editorial de la Universidad de San Marcos, Libro de las transformaciones es, en palabras del poeta uruguayo Eduardo Espina, uno de los prologuistas del poemario, “la suma de sus principales preocupaciones estéticas y metafísicas. Hablando, dejándose escuchar en su diversidad de tonos, los poemas de este libro actúan, no describen, son la inserción de la mirada en un proceso, la conversión a éste como fe, no como prueba realizada o constatación de su historia”. Por su parte, el poeta peruano Róger Santiváñez, segundo prologuista del libro, afirma que “Este Libro de las transformaciones gira en torno a los temas de Dios, la identidad, la historia y la poesía. Todo esto en un contexto que llamaremos galáctico o espacial, ya que la perspectiva —desde la cual se expresa el sujeto poético— tiene una dimensión astral o habla desde la posición de un afuera planetario. Esto es muy significativo, ya que el poeta busca superar las fronteras de la geografía política y explayarse en un ámbito plenamente humano y universal”. Por otro lado, y según un comunicado, Décimas y canciones de fino amor, publicado por AFA Editores, de Lima, con prólogo del poeta peruano Carlos Germán Belli, “tiene resonancias con el Siglo de Oro español y con los cancioneros de la época caballeresca. Se percibe en la intención del poemario la necesidad de historiar un amor en particular, el del propio poeta con la amada. Por ello, el libro abre con un texto testimonial, titulado ‘Breve historia de un amor’, en el que el poeta narra la génesis y evolución de esta experiencia amorosa: la de un niño de ocho años que se enamora de una compañera de colegio sin que ella lo sepa y la del reencuentro de estos niños convertidos en adultos y la del nacimiento del amor entre ellos”. El comunicado agrega que “las décimas de este libro expresan un amor lleno de inquietud existencial pero pleno de dicha cósmica. El amor nos lleva y trae por la geografía de un yo y un tú que están lejos y cercanos, que sienten y padecen, que sueñan, que son una sola armonía, que perduran más allá de lo que puedan decir las palabras”. Afirma, asimismo, que “las canciones de Goldemberg tienen también las características de la canción clásica porque en ellas los lectores pueden presentir un ideal caballeresco que se prodiga con ternura o picardía. Es como un trovador que retorna con un mensaje amoroso que puede ser visto también como contrapartida contemporánea a otros tipos de poesía conversacional, realista o más prosaica. La rara virtud de este poemario, en nuestros días, es que es celebratorio y en ese sentido clásico”. Goldemberg presentará también en la Feria del Libro de Barcelona, el viernes 5 de octubre, la reedición en un solo volumen de sus dos primeras novelas, La vida a plazos de don Jacobo Lerner y Tiempo al tiempo, publicado por la Editorial San Marcos, de Lima. Isaac Goldemberg es autor también de la novela El nombre del padre, del libro de relatos Tierra de nadie y de los poemarios Hombre de paso/Just Passing Through, La vida al contado, Los autorretratos y las máscaras/Self-Portraits and Masks, Peruvian blues y Los Cementerios Reales, entre otros. Actualmente es profesor distinguido en Eugenio María de Hostos Community College (http://www.hostos.cuny.edu) de la City University of New York (Cuny, http://www.cuny.edu), donde también dirige el Instituto de Escritores Latinoamericanos y la revista de cultura Hostos Review. *** George Steiner obtiene el Premio Alfonso Reyes 2007 El escritor francés George Steiner (París, 1929) recibirá el próximo 13 de octubre en Monterrey (México) el Premio Internacional Alfonso Reyes 2007, en el marco de la Feria del Libro de esa ciudad y como un reconocimiento a su vasta obra humanística. El premio es convocado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (http://www.conaculta.gob.mx), la Sociedad Alfonsina Internacional, el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nuevo León, el Instituto Tecnológico Autónomo de México (Itam, http://www.itam.mx) y la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL, http://www.uanl.mx). “Es una gran sorpresa”, dijo, al conocer la noticia, el autor de Lenguaje y silencio y El castillo de Barba Azul, quien a sus 78 años e impedido para realizar los viajes que quisiera, anuncia los temas de su próxima obra: “Acerca de los libros que no he podido hacer y sus razones, y sobre temas tabú como la política y la psicología. Una especie de libro de arrepentimiento, escrito en forma de carta dirigida a los que vienen después”. Pionero en el campo de la literatura comparada, Steiner es hijo de judíos vieneses que emigraron a Estados Unidos a principios de los 40. Ahí estudió en las universidades de Chicago (http://www.uchicago.edu) y Harvard (http://www.harvard.edu), además de trabajar para The Economist (http://www.economist.com) hasta hacerse profesor del Churchill College of Cambridge (http://www.chu.cam.ac.uk). De regreso a Europa estudió en Oxford (http://www.ox.ac.uk) y La Sorbona (http://www.sorbonne.fr), y en 1974 accedió a la cátedra de lengua inglesa y literatura en la Universidad de Ginebra (http://www.unige.ch/en). Ahora, con los premios Truman Capote de la Universidad de Stanford (http://www.stanford.edu), la Beca de la Academia Británica (http://www.britac.ac.uk) y el Príncipe de Asturias (http://www.fpa.es) de Comunicación y Humanidades, Steiner reconoce la importancia de la obra de un autor humanista como Alfonso Reyes y, recordando El cartero de Neruda, se define: “...yo soy el cartero; el que lleva las cartas de otros escritores a todas las personas. Cincuenta años después tengo estudiantes por todo el mundo. Ser profesor es una maravilla”. “Cuando se envejece relee uno más, casi todo el tiempo. Lee uno Homero y Shakespeare, la novela rusa del XIX... donde uno tiene un clásico nuevo dispuesto todas las mañanas”, afirma. En representación de las instancias organizadoras del galardón, Jaime Labastida, Alí Chumacero, Silvia Molina, Lucrecia Lozano y Leticia Salazar, explicaron la intención del mismo: identificar a un creador y su obra, correspondientes con el perfil humanístico de Alfonso Reyes. De acuerdo con el jurado, la obra más reciente de Steiner recorre histórica y evolutivamente los usos y formas de la traducción a través de los tiempos; otro de sus grandes ejes es una teoría casi darwiniana de la evolución del hombre que va de la mano con el lenguaje. Creado en 1972 por Francisco Zendejas, el Premio Internacional Alfonso Reyes tiene un monto en dólares equivalente a 600 mil pesos mexicanos. En sus 31 versiones ha sido otorgado, entre otros, a Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, André Malraux, Octavio Paz, Alí Chumacero, Ramón Xirau, Arnaldo Orfila Reynal, Juan José Arreola y José Emilio Pacheco. Fuente: Milenio *** Literatura en lenguas indígenas tendrá su encuentro en México Entre el 18 y el 19 de octubre se realizará, en la capital mexicana, el Encuentro Nacional de Literatura en Lenguas Indígenas, como parte de la séptima Feria del Libro de la Ciudad de México, según fue anunciado el pasado 6 de septiembre por la secretaria de Cultura del Distrito Federal, Elena Cepeda. “Nuestras raíces están en las lenguas indígenas, de ahí nuestra manera de ver el mundo, de contar ciertas creencias, de ser como somos en muchos aspectos”, destacó Cepeda al hacer la presentación del evento. “Sin darnos cuenta cabal de su presencia laten allí, de manera originaria”, agregó. Por su parte, la presidenta del Consejo de Pueblos y Barrios Originarios del DF, Fabiola Poblano, explicó que en México se hablan 62 lenguas autóctonas con distintas variantes y aproximadamente 242 categorías lingüísticas. La población indígena del país, de acuerdo con Poblano, es de 12,7 millones de personas, lo cual representa el 13 por ciento de la nacional. Por lo tanto, añadió, esta población aporta un importante patrimonio cultural con múltiples expresiones a través de los usos y costumbres y la relación con la naturaleza, la música, el canto y la danza. México se sitúa entre los ocho en que se concentra la mitad de todas las lenguas del mundo, y de las seis mil vivas reconocidas por la Unesco (http://www.unesco.org), el 50 por ciento está en riesgo de desaparecer. A su vez, ocupa el primer lugar en el continente americano con el mayor número de hablantes indígenas, resaltó Poblano. Anunció que en los próximos meses las autoridades buscarán formar el Consejo de Ancianos de Lenguas Originarias en el DF, a partir de académicos y funcionarios con un profundo conocimiento del náhuatl y sus tradiciones. Fuente: Prensa Latina *** Festival de Cine Cero Latitud celebrarán en Ecuador Entre el 8 y el 18 de noviembre se realizará en Quito (Ecuador) el Festival de Cine Cero Latitud (http://www.cerolatitud.com), que tendrá replicas en Guayaquil y Manta entre el 15 y el 25 de noviembre, según informaron sus organizadores en un comunicado a principios de este mes. La propuesta del festival se centra en la difusión y el apoyo al nuevo cine latinoamericano independiente, poniendo a competir a obras de los nuevos directores de la región y creando espacios para la reflexión y la capacitación. Entre los premios se encuentran ayudas a la producción, en dinero y en servicios, así como reconocimientos. Prestigiosos realizadores, productores y actores se darán cita en la capital de Ecuador, entre ellos Francisco Lombardi, Carlos Sorín, Víctor Gaviria, María Novaro, Guillermo Casanova, José María Riba, Daisy Granados, Alain Coiffier, Silvia Balea, Damián Alcázar, Vera Fogwill, Blanca Lewin, entre otros. La Selección Oficial se divide en tres secciones de largometraje: una Competencia Latinoamericana, conformada por 12 largometrajes latinoamericanos caracterizados por ser primeras o segundas obras de su director y por tratarse de un cine de autor; una Selección Oficial Fuera de Concurso, compuesta por películas iberoamericanas que no entran a la competencia oficial, aunque sí compiten por el Premio del Público, y que se caracterizan por ser películas que han generado gran interés en festivales o en salas comerciales, y la sección competitiva “Producciones en marcha”, creada para brindar un apoyo concreto a proyectos andinos en curso de postproducción, por medio de un premio de 10.000 dólares. También se incluirán dos categorías de Selección Oficial de cortometraje: la Competencia Latinoamericana de Cortometrajes y el Premio de la Juventud para la producción ecuatoriana. Cada año el festival presenta tres muestras paralelas: país invitado, la muestra temática, y las “funciones especiales”. Esta última sección reúne las películas de los jurados e invitados del festival, programaciones especiales realizadas conjuntamente con embajadas y otras instituciones, homenajes y presentaciones especiales y masivas. La muestra temática de este año estará dedicada a “Cine y Música” y mostrará diferentes propuestas de cineastas de diferentes latitudes relacionadas a este asunto. El país invitado será Brasil, por lo que se presentará una muestra variada de las propuestas más audaces de la producción brasileña de todos los tiempos. Además se organizará una serie de eventos paralelos, charlas y talleres en torno a la producción cinematográfica de este país y su influencia en el cine latinoamericano y mundial. La fecha final de entrega de obras en las distintas categorías para el festival es el 1 de octubre. Fuente: Festival Cero Latitud *** Escritores colombianos y venezolanos se reunirán en San Cristóbal Entre el 8 y el 11 de noviembre se realizará en San Cristóbal, Táchira (Venezuela) la 15ª edición del Encuentro de Escritores Colombo Venezolano, que en homenaje al poeta Antonio Mora, recordado por Crónicas de Acirema, será organizado por las asociaciones de Escritores del Táchira (http://aet.tripod.com.ve) y del Departamento Norte de Santander. La información fue suministrada por los poetas Luis José Oropeza, Homero Vivas y Pedro José Pisanu, miembros del comité organizador, quienes agregaron que esta 15ª cita tendrá como escenarios principales la Sociedad Salón de Lectura Ateneo del Táchira, la Biblioteca “Leonardo Ruiz Pineda”, el Círculo Militar, la Universidad de Los Andes, las Librerías del Sur, la Casa de la Cultura de Colón y el Salón de Lectura de Rubio. A este encuentro asistirán, en rol de invitados especiales, ilustres personalidades de las letras de ambos países, entre los que destacan los venezolanos Ramón Palomares y José Manuel Briceño Guerrero, ambos candidatos al Premio Nobel de Literatura. También participarán la poeta peruana Cecilia Podestá y los escritores venezolanos Ednodio Quintero, Laura Antillano, William Osuna, Fidel Flores, Sael Ibáñez, Gabriel Jiménez Emán y Enrique Bernardo Flores, entre otros. Los asistentes se alojarán durante tres noches en el Círculo Militar de San Cristóbal. El costo de la inscripción, para quienes se alojen en el Círculo, es de 250.000 bolívares. Los participantes que no hagan uso del hospedaje sólo pagarán 50.000 bolívares, mientras que los estudiantes cancelarán 20.000. Estos montos podrán ser pagados al momento de la llegada en las mesas de inscripción en el Circulo Militar o depositados en la cuenta del Banco Exterior Nº 0115-0087-16-1000186307, a nombre de la Asociación de Escritores del Táchira, participando por correo electrónico la transferencia con su número y presentando el comprobante al momento de su llegada. Indicaron los organizadores que para darle brillo a una ocasión tan especial como esta, en que se arriba a los quince años del continuo trabajo por la integración cultural de dos pueblos hermanos, se ha organizado un certamen de poesía, cuyas bases se publicarán en el curso de los próximos días, en el que podrán participar poetas colombianos y venezolanos, quienes optarán por un premio en metálico de dos millones de bolívares, que serán entregados en el acto de instalación. Fuente: AET *** Encuentro de narrativa realizarán en Punta del Este Del 22 al 25 de noviembre se realizará en el Hotel Ámsterdam de Punta del Este, Uruguay, el Cuarto Encuentro Internacional “Narradores de las Dos Orillas”, que organizado por la Asociación Cultural De las Dos Orillas contará con la participación de destacados escritores de Uruguay, Argentina, Chile, Brasil, México, Estados Unidos y España. Mesas de lectura en las que participarán unos cuarenta autores, dos conferencias especiales a cargo de la profesora Sylvia Lago (Uruguay) y la escritora Ester de Izaguirre (Argentina), diez presentaciones de libros y la entrega de las distinciones “Sara Gallardo” (Argentina) y “Carlos Martínez Moreno” (Uruguay) a la trayectoria de dos escritores asistentes son algunas de las actividades que se celebrarán en el marco del encuentro. Además se escogerá los relatos que serán incluidos en las memorias del evento, que se publicarán bajo el título Narradores de las Dos Orillas 2007. También se realizará un Festival de las Artes y un cóctel de gala. Los interesados en asistir disfrutarán de un paquete hotelero que incluye desayunos, almuerzos y cenas, así como distintas posibilidades de alojamiento. La inscripción al evento está abierta hasta el 12 de noviembre. Para solicitar información al respecto, es preciso escribir a los organizadores al correo delasdosorillas@yahoo.com.ar, o telefonear a la Asociación Cultural De las Dos Orillas a los números (00598) 2 7099600 (Montevideo) y (00598) 42 480749 (Punta del Este). Fuente: Organización del evento *** Guillermo Vázquez Consuegra será homenajeado en Guadalajara Considerado uno de los más importantes arquitectos andaluces en la actualidad, Guillermo Vázquez Consuegra (Sevilla, 1945; http://www.vazquezconsuegra.com) recibirá el homenaje ArpaFIL, que cada año se entrega en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL, http://www.fil.com.mx), según se anunció en un comunicado el pasado 10 de septiembre, donde también se informa que el homenaje se realizará a las 5 de la tarde del viernes 1 de diciembre en el Salón 5, ubicado en el Salón de Eventos Especiales de Expo Guadalajara. Vázquez Consuegra realizó sus estudios en la Escuela de Arquitectura de su ciudad natal, donde se tituló en 1971 y de la que ha sido profesor. Se dio a conocer entre finales de los setenta y comienzos de los ochenta con obras residenciales como las casas Rolando y Uhtna-Hus, ambas en Mairena de Aljarafe y, sobre todo, con las muy premiadas viviendas sociales en la calle Ramón y Cajal de Sevilla. Director de los cursos de arquitectura de verano que organiza la Universidad Complutense (UCM, http://www.ucm.es) en Almería y San Lorenzo de El Escorial, y profesor invitado en las escuelas de arquitectura de Buenos Aires, Lausanne, Navarra, Syracuse (Nueva York) y Bolonia, Vázquez Consuegra es también autor de Cien edificios de Sevilla (1986), Guía de arquitectura de Sevilla (1992) y Plazas de toros (1993; con G. Díaz). Fue el creador del Pabellón de la Navegación de la Expo’92, una de las obras más valoradas del recinto, síntesis de la elegancia expresiva y de la precisión constructiva que tantas veces se han destacado como señas de identidad de su arquitectura. Su última obra inaugurada, en 2001, ha sido el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad. Actualmente su estudio se ocupa del Museo del Mar en Génova y del Nacional de Arqueología Marítima en Cartagena, del Palacio de Justicia de Ciudad Real, del Archivo General de Castilla-La Mancha en Toledo, del centro de visitantes de Baelo-Claudia en la ensenada de Bolonia, Cádiz, de unas viviendas en Rota, de un instituto de enseñanza secundaria en Valencia, así como del Palacio de Congresos y Exposiciones de Jerez, todos ellos proyectos ganados mediante concurso. ArpaFIL es un encuentro que se realiza desde 1995 en el marco de la FIL para reunir los esfuerzos de promoción y difusión de las ideas sobre la arquitectura, el patrimonio y el arte en general. Desde esa primera edición ha sido un lugar en donde especialistas y maestros de arquitectura comparten ideas con los jóvenes que inician su vida profesional y el público en general. Fuente: FIL ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === Dos voces en el viento que pasa John Jairo Junieles ============== A propósito de Luz en lo alto, antología del poeta colombiano Juan Felipe Robledo, y Álbum de los adioses, antología del poeta y periodista cultural colombiano Federico Díaz-Granados. 1. Todos juntos bajo esa brillante lámpara: antología de Juan Felipe Robledo Leyendo Luz en lo alto, la antología recientemente publicada del poeta Juan Felipe Robledo, un extraño imán nos recuerda al escritor Jorge García Usta, cuando decía: “La poesía se propone siempre imposibles cotidianos. Barricada que no exime del gozo. Es una estrategia de resistencia que nos obliga a ver todo el mundo, no sólo el que nos gusta. A un poeta, a una poesía, pueden beneficiarlos cualquier oficio, siempre que su hacedor esté dispuesto, no a decir tonterías sobre la ingratitud de la vida, sino a lanzarse vitalmente sobre ese oficio como sobre un festín, un río, una mujer dulce”. Estas palabras contienen el espectro de luces y sombras que iluminan la obra poética que nos ocupa. Nos resulta necesario compartir algunas impresiones de Luz en lo alto (Universidad Externado, colección “Un libro por centavos”, 2006), que reúne treinta y cuatro poemas incluidos en cuatro libros anteriores y otros inéditos. Emoción, ritmo y pulso, son algunas de las premisas sobre las que se sustenta la poesía de Juan Felipe Robledo, nacido en Medellín, en 1968. Ganador del premio Internacional Jaime Sabines, 1999, en México, por el libro De mañana. Luego obtuvo el Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura de Colombia, 2001, con su libro La música de las horas. En 2002 Golpe de Dados publicó la antología Nos debemos al alba y la Universidad Nacional de Colombia en su colección “Viernes de Poesía” publicó el cuadernillo Calma después de la tormenta y otros poemas. La vitalidad de una poética consiste en su capacidad de acercarnos a experiencias intuitivas, que nos permitan participar de la diversidad del mundo (intuir un orden posible tras el caos de cosas materiales e imperceptibles), y tal vez en un verso suelto encontrar noticias de nosotros mismos. Vamos a la poesía para intentar entender fenómenos y situaciones, pero sobre todo, vamos a ella para sentirnos menos solos. Y cuando hablamos de poesía, es hora de integrar en nuestra visión la verdad de que la poesía no está sólo en los versos, sino en comerciales, comics, cuentos, ensayos, películas, cortometrajes, videos, guiones, novelas, pinturas, crónicas, reportajes, entrevistas, el teatro; todas esas expresiones tienen algún momento epifánico, donde se destaca el fulgor de la poesía, ese instante frente a una verdad incandescente que revela los contornos de nuestro universo. En estos poemas de Juan Felipe Robledo conviven múltiples razas expresivas, mimetizadas en una gran pluralidad de tonos y maneras. Hay una inicial búsqueda de la adecuación entre el tema y los medios expresivos. Lo importante es que en conjunto aquí hay una poesía que sí logra subvertir las conductas habituales del verso libre. Robledo se las ha ingeniado para romper la “rutina expositiva” del poema a la que nos hemos venido acostumbrando. Es decir, cuando creemos que en el tránsito del poema vamos llegando a un paraje reconocido, es entonces cuando se abre el tragaluz, la ventana, la carretera secundaria, que nos saca de nuestra pasividad lectora, y de pronto estamos instalados en lo desconocido. Porque el lenguaje es, entre otras muchas otras cosas, una trampa. En algunos apartes, apreciamos que el poeta bucea en los recodos de su memoria, y sublima y redime con creces las ausencias que lo habitan. Su palabra es errabunda y cobra dimensiones que nos reconcilian con esas ausencias; pero al tiempo que llena esos vacíos, nos confronta con la verdad de que el vacío vale por sí mismo, así como una pregunta muchas veces es más necesaria que la respuesta que busca agotarla. Porque son inasibles y ambiguos los hilos que tejen nuestra naturaleza, porque somos más agua que metal, y de allí la endeblez de nuestro lenguaje, tan vacilante y provisional como nosotros. De esa manera Robledo revela la inanidad de los discursos personalistas, de las posturas mesiánicas (en novela, poesía, ensayo) que pretenden dar una respuesta totalizadora, que reduzca nuestra movediza realidad humana a ciertas claves y fórmulas vitales. Frente a eso el poeta celebra: “...es una alegría estar aquí y que el agua nos haga falta / y que la suciedad nos aceche...”. En los poemas en prosa, este autor logra desencadenar cadenciosamente toda una serie de significados, casi como si se tratara de parábolas: “Consejos para los amigos”, “Así se puede existir”, “Es el silencio”. Es en estos textos donde más sentimos a ese hombre, entregado simultáneamente a lo inexplicable de la vida y de la muerte, a la confianza y a la desconfianza en lo percibido, que lo condena a la ausencia de certezas, pero también a la invención de motivos y razones: de un sentido particular que refuerza su identidad y fe. En Robledo no hay un ánimo rupturista doloso, con la tradición poética heredada como lector, sino curiosidad por las posibilidades expresivas frente a lo indecible. Asociar ideas y sensaciones es un arte. Aquí hay una ternura elegida lúcidamente, frente a una realidad social que parece inducirnos a la quema de naves. Hay líneas siempre sugerentes e inquietantes, que traducen experiencias endeudadas con la luz y el candor de la vida sencilla. Experiencias leídas que reviven sentidos ocultos. Un ansia de claridad que se debe a la tradición literaria árabe, al imaginismo anglosajón, al simbolismo francés, tanto como a una consoladora canción de la radio escuchada en un café, o una sentencia feliz y espontánea lanzada por un amigo, y que suelta el nudo apretado de nuestra melancolía. Estos poemas son capaces de convencernos de que el hombre no es malo ni bueno, sino todo lo contrario. Que así como hay gente que colecciona zapatos, hay otros que intentan descifrar el idioma con que se cortejan los cuervos. El universo reducido a una armoniosa combinación de elementalidades: “El mundo, esa terca suma de aceite y rostros turbios...”. Pero más allá de lo dicho, ésta de Juan Felipe Robledo es una poesía hecha desde la convicción íntima de que aún la palabra es una posibilidad de compañía, de que el ser humano es algo más que una criatura abandonada a sus recursos en un páramo hostil. Este libro es un abrazo invisible que desde lejos nos estrecha, y nos hace pensar que aún tenemos muchas cosas que decirnos entre nosotros, que todavía nuestro horizonte como especie no se ha borrado. 2. Álbum de los adioses: memoria permanente del instante Álbum de los adioses es el título del libro antológico del poeta y periodista cultural Federico Díaz-Granados (Bogotá, 1974), editado recientemente por la Dirección de Extensión Cultural de la Universidad Externado de Colombia, en su colección “Un libro por centavos”. Son treinta y tres poemas, representativos de las múltiples temáticas que han sido objeto de indagación por parte de este creador, en sus tres libros anteriores: Las voces del fuego (1995), La casa del viento (2000) y Hospedaje de paso (2003). Díaz-Granados mantiene un vínculo respetuoso con la tradición literaria, pero también subvierte esas claves necesarias, cuando así lo exige su propuesta expresiva. Es allí, en esa libertad creativa, donde hallamos registros particulares importantes. ¿Cuántos poemas quedaron atrás, en la manufactura estética, en esa alquimia de tiempo y borrador, tan necesaria y desesperante, y gracias a la cual es posible la lectura y el disfrute de este libro? Todo poema es un todo en sí mismo, la búsqueda de unidad en los libros es una elección personal, no una necesidad o exigencia de tendencias, escuelas críticas o filosofías personales. Estos poemas son atajos inesperados, plegarias cifradas, con los cuales se testimonia la extrañeza de estar vivos. Hallamos los ritos domésticos que llenan el vacío que a veces somos, los mantras personales a los que acudimos cuando estamos a solas con nuestro temblor. En algunos pasajes, el autor manifiesta de manera rotunda su adhesión a los urgentes planteamientos de su época; tal vez alentado por la conciencia de crisis de su sociedad, y se obtiene entonces: una consoladora compañía. El álbum poético de Díaz-Granados es exorcismo, pero también posesión. En varios poemas el autor revisa con insistencia el instante como átomo del tiempo, ¿de qué está llena esa partícula? Hay un hallazgo de preocupaciones, planteadas desde lo coloquial, con las que se amasa una poética que nos concierne íntimamente; compañía, en un mundo donde la soledad es materia viva. Cabe destacar en otros textos la reflexión flexible en torno a la identidad, a ese río secreto y plural (aguas torrentosas, aguas apacibles) que corren trenzadas en lo que somos, o más bien, en lo que creemos que somos; invitando a que cada quien asuma la tarea de rehacerse cada día, de recomponerse como un todo. Por su parte, el poeta Mario Rivero nos dice: “(Díaz-Granados) no se detiene sobre el artificio y la inautenticidad. Nada tiene que ver con las ventoleras retóricas del libro como ‘objeto del deseo’, y sí mucho que ver con la gravedad, la discreción y la sutileza”. Este libro hace un hueco en nuestra memoria, y se queda a vivir con nosotros. Refleja y contesta nuestro silencio, mediante un diálogo de opuestos y emociones coincidentes: la universalidad de lo humano y su tacto mutuo. Una poesía en la que se nota la batalla del autor contra su tiempo, el inevitable forcejeo con sus posibilidades expresivas, sus símbolos, referentes, y lenguajes que esconde el mismo lenguaje, y que hacen posible una poética donde lo vivo arde, en donde el lector se lee a sí mismo, y encontramos nuestro lugar en esta plaza que parecía tan sola. ** John Jairo Junieles johnjairojunieles@yahoo.com Escritor colombiano (Sincé, Sucre, 1970). Es periodista, guionista e investigador de temas literarios. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Cartagena, y cursos de Periodismo en la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Ha publicado Hombres solos en la fila del cine (novela); El temblor del kamikaze (cuentos), Canciones de un barrio en la frontera (poesía), Temeré por mí al final de estas líneas (prosa poética) y Papeles para iniciar el fuego (poesía). Nominado al Premio Rolex Mentor de Suiza (2003), Premio Nacional de Literatura Ciudad de Bogotá (2002) y ganador de la Beca Nacional de Novela del Ministerio de Cultura (2002). Textos y reflexiones suyos pueden leerse en su weblog (http://johnjairojunieles.blogspot.com) o en su página web (http://espanol.geocities.com/johnjairojunieles/John_Junieles.htm). === Diario del lector ===================================================== === Continuidad de los vampiros Gabriela Urrutibehety ================ El lector que escribe un diario ha tenido sueños agitados. Ha soñado con sombras fantasmales y maleficios nocturnos. Sin embargo, no ha sido una mala noche: al despertar ha recordado con cierta satisfacción la agitación. Con cierta satisfacción, es cierto, pero también con cierta sorpresa. Como todos, el lector que escribe un diario no ha leído todo lo que hay que leer. No ha leído muchos libros de los que, sin embargo, puede hablar con familiaridad. Por ejemplo, no había leído Drácula, de Bram Stocker. Y un día lo vio en una mesa de saldos y lo compró. Primera sorpresa: 534 páginas para una historia que en su memoria se reduce a un cuello y dos colmillos. El lector que escribe un diario piensa en cuánto papel se pierde en el camino entre el siglo XIX y el XXI: la moda actual impone menos páginas, menos letras y se pregunta, mientras vuelve a su casa con el paquete, si menos significa más concentrado o solamente eso, menos, a secas. El lector que escribe un diario encuentra un momento para leer Drácula. Se dispone casi como a cumplir un deber, a saldar una deuda pendiente con no sabe quién, tal vez con su propia conciencia, que tiene un límite para hablar de libros que nunca ha leído. Anota el comienzo. Una estructura interesante: papeles sueltos que tratan de contar la historia desde distintas voces. Ha leído muchos libros que presentan esta alternativa como una novedad. El lector que escribe un diario acompaña a Jonathan Harker en su viaje a Transilvania con la alegría de un boy scout: vuelve a encontrarse con varios motivos de su niñez. El bosque de Caperucita, los castillos de las aventuras de la colección Robin Hood, los campesinos asustados como siempre se asustaban los campesinos en las historias que leía hace tantos años. El lector que escribe un diario se siente cómodo en su sillón de terciopelo verde, retornando a aquellos paisajes. Una lectura gratuita, no demasiada seria, una vacación en plena época de trabajo. Siente que pronto empezará a saltear páginas inútiles, a leer como caballo de ajedrez, para terminar pronto las 500 páginas y cumplir con su conciencia chillona. Sin embargo, por alguna razón, no puede dejar de leer. Y lee de cementerios y de manchitas rojas en los cuellos. Sonríe, porque todo es tan obvio. El lector que lee un diario no es ya un niño, aunque se acuerda de cuando apagaban las luces de la habitación y asustaba a sus amigos con “el regreso del chino muerto”. Muchas tumbas, muchas noches de tormenta, muchos muertos vivos. Estupideces de la infancia. Todos sabemos cómo terminan. Sin embargo, por alguna razón, no puede dejar de leer. Un poquito más de vida La novela es una novela de gente que escribe o dicta al gramófono para que otro escriba. La novela es una novela de gente que vive y, mientras va viviendo, deja testimonio. Al igual que el lector, quien no puede evitar escribir lo que ha leído, como si en ello le fuera la vida. O mejor, le fuera permitido vivir un poquito más. La novela es una novela de gente para la que vivir no tiene sentido si no se escribe. Por eso, el lector que escribe un diario la empieza a sentir tan cercana. Taquigrafía, mecanografía, transcripción de grabaciones, recortes de diarios: más que una novela parece un tratado de tecnologías de la escritura, una exposición de novedades en una feria de industriales de la palabra. Gente moderna, atenta al último adelanto, que utiliza cada momento libre para escribir, mientras un ser que viene de un mundo antiguo se dedica a morder y chupar líquidos corporales. En la puesta en escena que es la escritura de la novela, los personajes —esto es, las víctimas— escriben, como escribe el conde —su victimario— en los cuellos, blancos como un papel de Lucy y de Mina. El filo de las plumas que raspan la tersura del papel, el negro de la tinta que mancha la blancura de la hoja tienen su equivalente en el filo de los dientes, en el rojo de la sangre. Y más acá el lector, que siente que la historia lo va chupando, lo va devorando de a poco y va convirtiéndolo en un apéndice de su voluntad. El lector es tan racional como los cientificistas decimonónicos: como el doctor Seward o el más lanzado Van Helsing, puede discurrir sobre causas y consecuencias, sobre principios axiomáticos y conclusiones necesarias. Mecanicista como el que más, desmonta los andamios de la escritura, encuentra por dónde andan las grietas de la estructura, sonríe con la ingenuidad de algunos fragmentos que buscan provocar miedo. Desde la pura razón, con la espada de la teoría literaria en mano, emprende la lucha contra la pérdida de la voluntad, porque no quiere convertirse en una de las criaturas que el conde domina a la distancia. Como Mina Murray, se cuelga las flores de ajo de la textualidad y el análisis crítico. Pero mientras discurre por las 500 páginas de letras negras sobre fondo blanco no puede sustraerse al influjo del murciélago y, como todas las víctimas, le abre las puertas para que entre a su habitación. El lector que escribe un diario descubre, azorado, en sus pocos momentos de luz diurna, que la novela le está sorbiendo el seso y no puede dejar de leerla, como no pueden las víctimas del conde dejar de obedecer sus mandatos. Nota final El lector que escribe un diario llega al final feliz. Lo sabía desde el comienzo, pero eso no ha impedido que durante 531 páginas disfrutara el sufrimiento. Como dice la nota final, atravesó las llamas y logró la felicidad. ¿Qué hace, entonces, se pregunta, que una historia tan traída y llevada conserve su poder? ¿Qué hace que un relato que no termina de encajar en lo que se supone debe ser una buena construcción narrativa siga siendo una apuesta en la que vale la pena invertir el tiempo de lectura de 534 páginas? ¿Qué es lo que hace que una intriga archiconocida siga valiendo como si fuera la primera vez, suspenso sostenido en vaya a saber qué cosa? Es la literatura, estúpido. ** Gabriela Urrutibehety gurruti@speedy.com.ar Docente y periodista argentina (1961). Reside en Dolores, Buenos Aires. Ha publicado la novela Caras extrañas (2001), y cuentos suyos han aparecido en algunas antologías. === Graham Greene, reflexiones sobre el poder y la gloria ================= === Valmore Muñoz Arteaga ================================================= A Ángel Lombardi Hemos escrito en otras oportunidades acerca de la posición de importantes escritores universales en torno al tema de la crisis que se desprendió de sus experiencias frente a las guerras mundiales y, claro está, lo que de ellas se desprendió. En esas reflexiones hechas no tocamos a algunos escritores comprometidos con la fe católica, cuyas palabras también brindaron referencias interesantes que, desde la doctrina de la Iglesia, reflejaron sobre los problemas del hombre moderno. El pensamiento católico tuvo sus promotores dentro de la historia de la literatura universal. Promotores que tuvieron, en muchos casos, papeles descollantes en la historia contemporánea. La lista es extensa y pesada. León Bloy, Paul Claudel, François Mauriac, Charles Péguy, Evelyn Waugh, Heinrich Böll, A. J. Cronin y tantos otros. En este breve ensayo nos concentraremos en la prolífica obra del inglés Graham Greene, autor de la extraordinaria novela El poder y la gloria, entre otras. La obra de Greene se debate entre el realismo y la pesquisa moral. Aunque tiene novelas que ni siquiera él consideró serias, su obra lo muestra como un notable novelista, capaz de presentar a sus personajes con una psicología profunda y segura, y con una habilidad comprobada para manejar los laberintos de la narración. Greene posee una suerte de encanto para construir exóticos lugares y es, a juicio de muchos críticos, implacable en la exploración de la experiencia humana. Su pensamiento católico es fundamental para entender su obra, ya que es justamente este elemento el que le añade profundidad. La lucha entre el bien y el mal la enmarca desde la óptica teológica, como algo disímil e incluso discordante en ocasiones con la humanidad y a los ardores llevados a cabo por conductas socialmente plausibles. Su literatura, así como su corazón, es la de un desgarrado. Desgarramiento que se hacía más profundo por su agitada experiencia de la realidad. Greene tiene el mágico poder de intranquilizar, de transformar en controvertibles los puntos de vista más cómodos “y de oponer a los satisfechos de sí mismos y a los hartos el oscuro mundo de la miseria y del dolor” (1). Greene, al igual que los artistas e intelectuales de su tiempo, no se escapó del desasosiego y la urgencia del tormento generado por la crueldad y el espanto del mundo que le circundaba. Las escenas vertiginosas de sus novelas, la prisa con que se van acumulando los sucesos nos recuerdan ciertamente el ritmo de la vida moderna, la circulación de la vida en la gran ciudad moderna. En cierta forma, las novelas de Greene nos recuerdan a Hemingway por ese privilegio a los diálogos, la tendencia a la discusión, las conversaciones tejidas con hilos dramáticos, diálogos que no hacen otra cosa que desnudar en unas cuantas páginas capitales la propia existencia, que se debate entre inquebrantables conflictos y contrastes. El tema central de la literatura del siglo XX es la caída del hombre, en Greene no podía ser de otra manera, sólo que para el inglés la caída del hombre es hacia el pecado. El gran protagonista de sus libros es el pecado, o el pecador. “Pero este pecador no es el criminal, en el sentido de los ordenamientos legales humanos o de los códigos penales; tampoco le interesa, en lo sustancial, la exposición y desarrollo de motivos psicológicos y mucho menos todavía las sensaciones artísticas. Lo que mueve a Greene es el hecho objetivo de que el hombre vive en el pecado y se ve obligado a pagar con una vida miserable la caída desde el orden supremo de la salvación, esa pretendida autoglorificación” (2). Apunta que esto lo condena a vivir el infierno en este mismo plano, en la vida terrenal. Sus novelas socavan las bases de la pretendida gloria soñada, de la belleza de una vida falseada y farsante. Greene posee una cualidad que radica en percibir el mal y los defectos desprendidos de él. Y va más allá. Demuele toda la importancia y la significación humanas, demuele las aspiraciones y las realizaciones, demuele al hombre mismo haciéndolo indigno de alabanza, orgullo o soberbia. En la obra de Greene el pecador no se encuentra solo. Frente a su miseria infinita se erige la grandeza de Dios. Entiende que en ese mismo hombre pecador habita la santidad, y ésta se levanta sobre el corazón de los insignificantes, en aquellos que ya han sido arrasados por la ignominia del mundo moderno, que no es más que la consecuencia del maltrecho espíritu humano. El hombre pecador se transforma, no en el repugnante bicho kafkiano, sino en signo visible de la omnipotencia de la gracia. “Como el santo no es aceptado en este mundo, el pecador ha de ser testigo de lo divino en la tierra” (3). Es aquí en donde Greene se separa del resto de autores nihilistas y existencialistas, ya que supera el pesimismo hacia la esperanza y vence la náusea a través de la seducción de los signos del amor divino. Los rasgos esenciales de las concepciones vitales de Greene se encuentran disueltos en la obra más importante de su novelística, El poder y la gloria, publicada en 1940. La novela es un intento de Greene por denunciar las persecuciones anticlericales realizadas en México entre 1924 y 1928 por parte del presidente Plutarco Elías Calles y su Guerra de los Cristeros (4) y el gobernador de Tabasco, Garrido Canabal. La novela cuenta la huida del último cura durante esas constantes persecuciones en Tabasco, no nombrado en el libro, y sus continuos e infructuosos intentos de cruzar la frontera al seguro estado de Chiapas, tampoco nombrado en el libro. De hecho, ni el cura ni los estados son citados con su nombre propio. Eso era secundario al propósito real de la novela: mostrar el triunfo de la Iglesia en este anticlerical estado del sur de México. Más allá de eso, la novela muestra como un hombre paga la salvación exterior de su existencia material mediante la humillación, más aún, la aniquilación interior de sí mismo. La novela es el retrato del Cristianismo abandonado. Es la novela de un mundo infinitamente vacío al cual le robaron todas las presencias esenciales. “Donde antes se erguían iglesias y catedrales hay hoy centros de juego o edificios oficiales; en lugar de los orantes han aparecido los desesperados” (5). No sólo ha desaparecido el Cristianismo como un simple ejercicio religioso, ha desaparecido toda su sustancia, la fe ha sido aniquilada. Greene apunta en la novela una nueva fuerza que pretende llenar ese vacío: el Estado Total, en el cual se desnuda el hombre como dueño de su propia gloria y poder. Este hombre presume estar dando origen a unos nuevos fundamentos existenciales, considera que está creando una nueva fe, pero como siempre suele ocurrir en estos casos, esa creación se sustenta sobre burdas construcciones que perfila a través de la violencia, expandiendo la angustia y el temor, edificando un territorio para la muerte. Es el levantamiento del imperio de la barbarie (concepto muy caro para los regímenes militares latinoamericanos), implantando la pérdida total de la libertad y prohibiendo a los hombres, bajo pena capital, “traspasar los límites que el Estado le concede magnánimamente para desenvolver su vida” (6). ¿Cómo retrata Greene al sacerdote en la novela?, pues como un constante impulso de fiereza. Ha perdido toda la piadosa figura que supone un eclesiástico, que se encuentra resguardado en una seguridad mayor o menor, que participa de los bienes de la posesión y tiene una vida plena como cualquier otro hombre. Este sacerdote no es más que un pecador mortal y un perdido, a pesar de ello, continúa ejerciendo su ministerio, dice misa y resiste los avatares de una persecución inhumana. Aquí aparece el meollo de la novela: el hombre en la languidez de su naturaleza y en la grandeza de su tarea divina, la cercanía que existe en el corazón del hombre de la grandeza y la miseria. Dos elementos que se van mezclando a lo largo de la novela y su obra en general; la espeluznante miseria de la desidia, que incluye también el estar abandonado por Dios mismo, y la misión de Dios que no puede hacerse a un lado. Una novela en la cual se erige una profunda crítica a la Iglesia quien, sistemáticamente y por razones diversas, es testigo de cómo va siendo abandonada por hombres completamente decepcionados, y a quienes la misma institución les arrebató la fe. Un arrebato que sustenta Greene en la pobre consonancia entre la doctrina y los hechos que mueven a la Iglesia, por esa propagación de la idea de que Cristianismo es sinónimo de falta de alegría y estrechez de corazón. A pesar de que su obra, junto con los demás integrantes de la primera generación posmoderna de la literatura inglesa (Evelyn Waugh, Henry Greene, Anthony Powell, Christopher Isherwood y George Orwell), creció bajo la sombra de Joyce y Virginia Woolf, Graham Greene se erigió como una de las principales plumas de las letras inglesas de mediados del siglo XX. Construyó su narrativa, como queda demostrado con El poder y la gloria, en torno al antihéroe, a personajes subyugados por sus propias angustias o, simplemente, auténticos asesinos. Hombres presentados llenos de insuficiencias humanas y de traición a su misión. Sin embargo, para todos ellos, Greene desarrolla una trama para que puedan ser redimidos mediante el sufrimiento. Sólo la muerte puede traer la paz. Pero su universo es aun más espinoso, porque la caridad que podría salvarlos es, en sus novelas, extrañamente retorcida. La obra de Greene revela, como pocas, el drama humano que se desenvuelve en el hombre moderno que abraza la fe católica como guía espiritual para transitar el mundo. Revela la intensidad del sometimiento del hombre de fe a los desmanes del mundo moderno, del mundo del siglo XX construido sobre la idea de que Dios había muerto. Notas 1. Grenzmann, Wilhelm (1963). Problemas y figuras de la literatura contemporánea. Editorial Gredos. Madrid: España. 2. Ídem. 3. Vázquez Montalbán, M. (1980). Inglaterra me hizo así. Introducción a El Tercer Hombre. Círculo de Lectores. Bogotá: Colombia. 4. La Guerra de los Cristeros (también conocida como cristiada o Cristiada) en México consistió en un conflicto armado de 1926 a 1929, entre el gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que resintieron la aplicación de legislación y políticas públicas orientadas a restringir la autonomía de la Iglesia Católica. 5. Grenzmann. Ob. Cit. 6. Ídem. ** Valmore Muñoz Arteaga vajomar@cantv.net Docente y escritor venezolano (Maracaibo, 1973). Profesor de literatura en la Universidad Católica Cecilio Acosta y en el Colegio Alemán de Maracaibo. Ha publicado Epistolario: Mario Briceño-Iragorry-Mariano Picón Salas, Mario Briceño-Iragorry desde la vigilia y otros ensayos, Bajo la caligrafía de la noche y La memoria de la noche. === La Antártida, agentes secretos y la BBC Juan Franco Crespo ======= El 2 de mayo de 2004, a los 90 años, dejaba este mundo Duncan Carse, íntimamente ligado a la historia de la BBC y las expediciones por las regiones australes. Fue un sello de 75 peniques emitido por las islas Georgia y Sandwich del Sur el que nos puso tras la pista del personaje que aparecía frente al clásico micrófono de la popular emisora británica y ante el que yo mismo había sido entrevistado en los setenta a raíz del concurso sobre el príncipe de Gales que patrocinaban varias instituciones británicas que me invitaron a conocer el Reino Unido (viaje para dos personas, regresé en varias ocasiones al archipiélago británico, la última, con una beca en Oxford). Buscando datos llegué a la emisión conmemorativa de cuatro efectos —y no sólo el que había llamado mi atención originalmente— que repasan la vida de este peculiar aventurero y hombre de radio que era honrado, filatélicamente, por estas islas subantárticas y la BBC, que realizó una serie de actividades especiales el 22 de mayo de 2006 en Stopham Church (West Sussex), participaron diferentes personalidades del Scott Polar Research Institute, el British Antarctic Survey, la Royal Geographical Society, la Marina Real y el Ejército Británico; reflejaban la popularidad y la importancia del personaje cuya historia no dejaba de ser extraordinariamente diferente a la de la mayoría de los mortales. Los sellos reflejan la fascinante faceta de este polifacético hombre de radio e, intrínsecamente, hombre de los territorios helados que realizó la primera y más documentada expedición al interior de la isla. La primera estancia de Duncan Carse por la región fue en 1933 a bordo del Discovery II, en Stanley sería transferido al personal de la Expedición Británica a la Tierra de Graham bajo el patrocinio de la otrora Oficina Colonial, fue el más joven de todos y su misión: operador de radio (1936-1937), las autoridades británicas le conceden, poco después, la Medalla Polar. El facial de 50p está dedicado a la Expedición 1951-1957 realizada a Georgia del Sur; fueron una serie de viajes —cuatro— que organizó y financió el propio Duncan. Como resultado, la cartografía que levantó aún se utiliza por los más especializados organismos e instituciones que realizan viajes a estos inhóspitos territorios helados. El primer viaje por Georgia del Sur de los que organizó, fue en 1951-52 y como misión: realizar la completa topografía de la isla, trabajo que finalizaría al año siguiente con un grupo de seis personas que fueron desembarcadas en King Edward Point; documentaron el sudeste de la cadena montañosa Salvesen. La segunda expedición llegó el 10 de octubre de 1953, entonces fueron cuatro los integrantes que volverían a ocupar las instalaciones de la expedición precedente tras proceder a su acondicionamiento, el trabajo finalizaba el 11 de enero de 1954 en Annenkov Island. En 1955-56, el trabajo fue mucho más ambicioso y corrigió algunos errores existentes en la cartografía disponible en aquella época, los ocho expedicionarios sufrieron los rigores climatológicos y cuatro de las tiendas del campamento fueron destrozadas por las turbulentas tormentas; dejaron la isla el 1 de marzo de 1956 y tres de ellos tuvieron que ser rescatados por el helicóptero del navío que les prestó asistencia. La cuarta la realizaría en 1956-57 de manera solitaria, con ello completaba sus trabajos topocartográficos que darían lugar al célebre mapa de 1958. Esta sería la cartografía de referencia empleada por las tropas británicas en el célebre conflicto angloargentino de las Islas Falklands (Malvinas para los argentinos) en 1982, el Ministerio de Defensa le encargó la realización de la guía restringida empleada por los militares desplazados a la isla durante el conflicto. Al lado izquierdo del sello podemos ver cuatro momentos del trabajo y en reconocimiento a sus aportes geográficos se bautizó la montaña más alta de la región como Monte Carse, allí una placa recoge un hermoso epitafio sobre nuestro personaje polar. El otro facial de 50p ofrece un primer plano de Duncan y, al fondo, el puerto de Undine South en 1961, cuando regresó a la isla para realizar un experimento personal sobre fisiología. Allí estuvo completamente solo durante varios meses y para ello eligió las duras condiciones de esta zona de la costa sur-occidental. Fue desembarcado con doce toneladas de material el 23 de febrero de 1961 y el navío empleado sería el HMS Owen, siendo encargado para recogerlo el 13 de septiembre siguiente el Petrel. El facial de 75p es el que originalmente atrajo nuestra atención, nos ofrece una imagen del Agente Especial “Dick Barton” (el papel original de este personaje lo interpretó Noel Johnson entre 1947 y 1950), Carse interpretó el papel ante los micrófonos de este “agente especial” a partir de 1949. El programa de radio fue uno de los más populares de la BBC entre 1946 y 1951. Duncan inició sus trabajos en la BBC en mayo de 1938 y allí estuvo hasta julio de 1946, aunque en ese tiempo también prestó sus servicios en la Marina Real Británica, en la que se había alistado en noviembre de 1942. Tras finalizar la II Guerra Mundial, se convierte en crítico cinematográfico, guionista y explorador polar. Años después volvería a los micrófonos, al mismo tiempo dirigía y filmaba documentales de gran impacto: Puerta a la Antártida y El Continente Blanco, unos clásicos entre los que existen sobre el Polo Sur. El de una libra ofrece el refugio que denominó “All My Own Work” (Amow House, 1961), lo levantó en Undine South, la imagen fue recreada con los materiales recogidos en esa expedición, en la que nuestro hombre invirtió 116 días hasta que el velero Petrel lo recogiera; en primer término observamos algunos de los simpáticos pingüinos “gentoo” que habitan por estos gélidos territorios. Los archivos fueron donados por la señora Venetia Carse al British Antarctic Survey y se conservan en la sede central del organismo en Cambridge; gracias al legado de Carse allí se dispone de lo más selecto sobre la historia y las expediciones realizadas a las Georgia del Sur. Los cuatro sellos fueron comercializados en un sobre de primer día que nos ofrecía la imagen de siete expedicionarios y el trineo empleado en marzo de 1956 en el denominado Monte Carse, a 2.300 metros de altura, la montaña más alta de la Cadena Salvesen en el sudeste de Georgia del Sur. El matasellos de primer día fue confeccionado con una vieja medalla polar concedida a Duncan Carse en 1939 por Jorge VI, en homenaje a su participación dentro de la Expedición Británica a la Tierra de Graham en 1934-37 y la de 1992 que le entregó la soberana Isabel II por su magnífica cartografía que fue de capital importancia para las tropas británicas, en aquel conflicto que montaron los militares argentinos como huida hacia delante del oprobioso sistema de represión instaurado en el Cono Sur. La preciosa emisión fue diseñada por Nick Shewring, se imprimió en litografía por la célebre BDT International Security Printing Ltd en hojas de 50 ejemplares (2x25 y una tira denominada semáforo para separar ambos grupos de la hoja). Quien desee visionarlos en color puede intentarlo a través de las siguientes webs: • http://www.falklands.gov.fk/pb • http://www.sgisland.org • http://www.sovereignstamps.co.uk ** Juan Franco Crespo lacandon999@yahoo.es Docente e investigador español (Alhama de Granada, 1953). Profesor de primaria, licenciado en geografía y estudios de doctorado en historia de América. Ha colaborado regularmente desde los años 70 con publicaciones especializadas del mundo de las comunicaciones, como WRTH (Dinamarca), DSWC (Dinamarca), Radio Nuevo Mundo (Tokio, Japón), y otras de Argentina, Uruguay, Perú, México, Estados Unidos y España, entre otros países. Durante varios años también colaboró en el mundo de la radio con diferentes emisoras internacionales. Actualmente algunos de sus trabajos son radiados para América Latina a través del espacio Frecuencia RM, en la emisora La Voz de Rusia. Colabora regularmente con Madrid Filatélico, El Eco Filatélico y Crónica Filatélica y mantiene una sección, sobre filatelia alusiva a literatura infantil y juvenil, en la revista Educación y Biblioteca, así como en las publicaciones electrónicas OpusMúsica (http://www.opusmusica.com) y Naturaleza Educativa (http://www.natureduca.com). === No habrá final ======================================================== === o Roberto Echeto contra el mundo badulaque ============================ === Fedosy Santaella Kruk ================================================= En estos tiempos en que se habla de un cierto regusto predominante por las historias urbanas, No habrá final (Alfadil, 2006), de Roberto Echeto, debe ser tomada como la novela urbana arquetípica que señala el camino. No habrá final gira en torno al secuestro de un par de zagaletones mentales llamados Baba e Ismael, secuestro que además es consecuencia de otro rapto, el de la hermosa Emma. Quizás sea esta actividad, la de la privación de la libertad por parte de la delincuencia, uno de los temas urbano-burgueses por excelencia (perdón por la palabra “burgués”, pero no me queda más remedio), tamizada en esta novela por la mirada particular de uno de los escritores más originales de estos últimos años. Se trata sí, de un secuestro sui generis donde abunda un humor amargo, hermoso y al mismo tiempo desconcertante. Y es que No habrá final te arranca una sonrisa desesperada, a veces incluso la carcajada enloquecida de a quien le provoca salir corriendo; la carcajada del neurótico de ciudad. Roberto nos presenta una novela que podríamos llamar orgánica, múltiple, pero que sin embargo se encuentra sellada a fuego con el metal más pesado de un hábil herrero literario. No habrá final es una digna heredera de las Mil y una noches del siglo XXI venezolano, contada como si fuera el cuento Rashomon (En el bosque) de Ryunosuke Akutagawa, con sus viajes hacia delante y hacia atrás en distintos momentos y desde distintas voces, y hasta con el testimonio de un muerto (al igual que Rashomon) que a la hora de la chiquita no tiene nada que decir porque la ha puesto tan grande que mejor que no hable. La trama principal de No habrá final se ramifica en más de veinte sabrosas historias, que sólo pueden acontecerle a los venezolanos de nuestros tiempos, nosotros que llevamos a cuestas nuestra desproporcionada, neurótica y tragicómica manera de entender el mundo a través de las calles de Caracas y de cualquier otra ciudad del mundo. No habrá final, tal como dice uno de los personajes en las últimas páginas de la novela, es un “gran cuento polifónico y desordenado” (desordenado sólo en apariencia, como ya señalé). El autor se muestra aquí como un atento coleccionista de historias, un cronista perspicaz del asombro urbano. En el caos, en la pluralidad, en el acontecer proteico de la metrópolis se combinan los más insólitos, absurdos, hermosos y fatídicos momentos, lugares y personajes. Muchas de esas historias son hermosas, pero también tristes y fatales. No habrá final es eso: una novela fabulosa que nos deja el desasosiego de un país y de un alma nacional ganados al absurdo y a la perdición. No existe otra manera de contar Venezuela en este instante. El registro de No habrá final se da entre la tragedia y la comedia. No es una novela policial, pero tampoco es una fiesta de risas ligeras. La novela no necesita de un registro, de una etiqueta; va más allá de los géneros. Es la visión particular de Roberto Echeto; son sus lecturas, sus historias escuchadas, es la música académica y el rock, un violín y un Mustang; es todo el cambalache de cosas que él ha visto y escuchado en la televisión, en el cine y en la mesa con los amigos. Y es, sobre todo, una declaración de principios, un diccionario de referencias para “esos raros e inesperados momentos que a veces trae la vida”, y que —acoto— cada vez se van haciendo más frecuentes en este país arremetido sin piedad por una gran coz de jumento. Así dice Benito, uno de los secuestradores: “En los momentos extraños de la vida es cuando se necesitan las referencias, las coordenadas, la latitud y la longitud exactas para saber qué hacer y no cometer ningún desaguisado que termine convirtiéndote en el hazmerreír de la gente (...). Si uno no tiene esa referencia, está perdido, como lo está este mundo badulaque y de moral alfeñique”. Benito, Ciro, Próspero y Rabelais, los secuestradores de No habrá final, parecieran poseídos por los espíritus iracundos de los tres chiflados; de allí su comportamiento estúpido y poco inteligente, que además se encuentra aderezado por un jefe que juega al mal sin querer hundirse por completo en sus aguas negras. Próspero es una especie de Arsenio Lupin tercermundista que no sabe ser malo por completo; y sus tres secuaces van cometiendo error tras error, dominados, ya lo dije, por el espíritu cruelmente tarambana de los Larry, Curly y Moe. Son malos, pero tan tarados que de nada vale que hayan descuartizado cuerpos en una carnicería, porque a la hora del cierre de caja, su propia estupidez los vencerá. Su estupidez, y el amor por la belleza. Porque aquellos a los que llamamos los “buenos”, Baba, Ismael y Otto, actúan llevados por su supremo amor a la belleza, a las cosas que aman; su justicia, es la de aquel que lucha contra la desintegración de los bienes supremos de la humanidad, lo único que al final nos salva de la tontería suprema de cualquier idiota jetón que nos quiera hacer daño. Pongamos aquí las palabras de Ismael, el violinista: “Es curioso: mi violín y el Mustang me despiertan la imaginación. Por eso teníamos que recuperarlos. Sin esos objetos (supongo que Baba sentía algo parecido) era como si me hubieran amputado algo; quizás la parte de mi vida que me permitía vislumbrar la felicidad”. Sin embargo, uno no llega a identificarse totalmente con los “buenos”, porque llega a tenerle cariño a los “malos”. Llegamos, gracias a la penetración sicológica de la narración, a comprenderlos, a tenerles aprecio. Porque aquellos “malos” quieren lo que todos queremos. Este párrafo fenomenal nos dice muchas cosas al respecto: “Próspero nos pagaba todos los meses para quitarse —y quitarnos— los problemas que genera la burocracia, el trámite, el ‘pasa por aquí para que te sellen el papel y luego por allá para que te lo firmen y más allá para que te lo avalen’, por eso debemos rendirle tributo a nuestro jefe, a ese prohombre que vino a enseñarnos que la vida de uno no tiene por qué seguir la senda del destino que otros (llámense autoridades, policías, abogados, gobierno y de más larvas abyectas) tranzan para miserabilizarnos la existencia...”. ¿Quién no siente empatía por unos personajes que se revelan contra las trampas oscuras y sádicas del poder? Por eso, cuando escribo “malos” y “buenos”, lo hago entre comillas, porque hasta los “malos” en esta novela son héroes pisoteados por los horrores de este “mundo badulaque”. Una novela que se deja llevar, que está llena de meditaciones agudas, de momentos divertidos, absurdos, desconcertantes y poéticos (con esa poesía delicada y a veces ruda de lo urbano), y de personajes inolvidables que le rinden tributo a los tres chiflados y a los hermanos Marx. No habrá final, de Roberto Echeto, es un viaje a una realidad tan real que para muchos puede parecer de mentira. Pero si te fijas bien, si estás atento, verás que todo es así, como está escrito en esta novela. Mientras tanto, digo recordando la letra de “Siempre estás allí”, el tema de Barón Rojo que inspira el título: sólo queda seguir, sin esperanzas en un final, y pensando en que los ojos de tus héroes te miran en un afiche de adolescencia, desde la pared del cuarto donde escuchaste por primera vez las mejores canciones de tu vida. ** Fedosy Santaella Kruk fedosy@gmail.com Narrador venezolano (Puerto Cabello, Carabobo, 1970). Licenciado en letras por la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.edu.ve). Ha publicado los libros de cuentos Cuentos de cabecera (2004), y El elefante (2005, premio "Cada día un libro" del Consejo Nacional de la Cultura, Conac, http://www.conac.gob.ve), y la novela Rocanegras (Ediciones B, 2007). Aparece en Antología de la ficción breve en Venezuela (2005). Ha sido colaborador de los diarios Notitarde (http://www.notitarde.com) y El Universal (http://www.eud.com), así como de las revistas Dmente, Rasmia, Códice, Logotipos y Ficción Breve Venezolana (http://www.ficcionbreve.org). Ha participado en los talleres de narrativa y poesía de la editorial Monte Ávila (http://www.monteavila.com.ve). |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === Manuel Cabesa, una biblioteca fundada en la memoria =================== === “Amor y poesía: energías que mueven el mundo” ========================= === Rafael Ortega ========================================================= “El escritor no debería pensar en los lectores de verdad, sino preocuparse por hacer las cosas bien y si por casualidad hay lectores, bienvenidos sean. Yo sé que Venezuela no es un país de grandes lectores, pero con los pocos que hay, siempre y cuando sean inteligentes y sensibles, yo creo que es suficiente”. Proveniente de Caracas, a principios de los años noventa llegó a Maracay cargado de historias y con un libro de poesía bajo el brazo: Vida en común, publicado por la editorial Fundarte en el año 1985, para formar parte del equipo de trabajo de la Biblioteca Pública Agustín Codazzi, donde coordina la Sala Audiovisual. Manuel Cabesa (Caracas, 1960) es poeta, narrador y ensayista, además de ser un lector empedernido que colecciona libros y papeles de una manera ritual. Desde hace varios años dicta talleres de poesía y narrativa auspiciados por la Secretaría de Cultura y otros entes culturales del estado Aragua, donde ha publicado la mayor parte de su obra literaria. —¿Cuáles lecturas te atraparon en tu juventud? —Siempre me llamaron la atención los libros y la lectura, a pesar de que no tuve una educación como la de otros niños cuyos padres les leían cuentos infantiles. Aprendí a leer con las tiras cómicas. Y creo que eso tenía que ver con la necesidad de vivir fuera de la realidad. Primero fueron las comiquitas, después Julio Verne y, más adelante, la poesía. Recuerdo mis días en bachillerato, tendría yo unos trece o catorce años, cuando nos hacían leer aquellas glosas y elegías espantosas hasta que un día descubrí un libro de Juan Calzadilla, del cual me llamó la atención el título: se llamaba Manual de extraños. En aquella época, un libro costaba dos bolívares. Fue así como, al leer aquella obra, me di cuenta de que un autor podía escribir a su manera: el verso largo y con un lenguaje muy coloquial, y yo pensé: Bueno, si este tipo puede hacer esto, yo también. Entonces, quien me abrió el mundo de la poesía, sinceramente, fue Juan Calzadilla. A partir de esa lectura comencé a escribir, por supuesto, cosas muy malas. Pero, como le sucede a todo escritor, uno empieza como jugando a querer ser escritor y luego te vas quedando hasta que empiezas a asumir que es una responsabilidad seria y tienes que alimentarte, tienes que leer a los maestros. Después me desdije, comprendí que Calzadilla no era ningún loco, el loco era yo que no sabía lo que valía su poesía. Más adelante, en el camino me he encontrado con muchos amigos que me protegieron, me leyeron y me prestaron libros. Conocí en los años ochenta a Oswaldo Trejo, quien me adoptó como si fuera un hijo y gracias a él conocí a Antonia Palacios y a Alfredo Silva Estrada y poco a poco se fue armando una especie de “fraternidad poética”, como la llamaba Silva Estrada. —¿Consideras que los talleres literarios son fábricas de escritores? —De verdad, no. Eso depende de quien lo maneje. Más que incentivar la escritura, en mis talleres me he dedicado a motivar la lectura. A mis talleristas les hago descubrir libros, poetas, autores que repente no son muy conocidos, que en el liceo ni en la universidad han oído nombrar, y el taller se convierte en la oportunidad de conocerlos y de compartirlos con otras personas que están en la misma búsqueda. Un coordinador de taller muy estricto o muy soberbio impone cierto tipo de escritura. Yo considero que no debería ser así. El taller es para expandir la mente. Por eso en un taller hay poetas que brillan con luz propia, que descuellan primero que los demás, mientras que hay otros que se quedan atrás, pero tanto a los que van adelante como a los que van detrás lo único que debe interesarles es tener su propia voz, su manera de hacer las cosas. —¿Cuáles temas te motivan a escribir? —En principio, el amor. Casi todos mis textos son poemas amorosos y en los cuentos he trabajado mucho el motivo sin querer ser un Corín Tellado. Pienso que el amor y la poesía son las dos energías que mueven el mundo. Si Dios existe, se refleja en la relación amorosa y se refleja en la escritura. —Tienes obras publicadas como poeta, como narrador y como ensayista, ¿con cuál género te expresas mejor? —Eso depende del ánimo, del momento. Escribir artículos de prensa, preparar conferencias y hacer ensayos se me hace mucho más fácil, aunque parezca contradictorio, porque allí yo comunico ciertos conocimientos y sentimientos a todas las personas que conozco y a las que no conozco también, mientras que la poesía es un proceso mucho más íntimo. Me considero muy duro para escribir poesía, me cuesta hacerlo. Y cuando la escribo, me cuesta mucho mostrarla, porque la corrijo muchas veces. Me inicié como poeta siguiendo la coyuntura natural de todo aquel que comienza a escribir. Se empieza escribiendo poesía porque pareciera que es lo más fácil de hacer hasta que llega el momento que te das cuenta de que la cuestión no es un juego. Hay que tomarse bien en serio la poesía. Y la narrativa aparece en un momento de mi vida cuando sentí que la poesía no podía decir lo que quería decir. Entonces busqué los caminos de la narrativa porque había cosas que ya no podían entrar en un poema. Por otra parte, empecé a escribir ensayos por casualidad, porque tengo amigos periodistas que muchas veces me pedían trabajos para periódicos y le fui cogiendo el gustico a la cosa y me quedé. —Aparte de la lectura, ¿de cuáles otras fuentes te nutres para escribir? —El cine, me considero más cinéfilo que melómano, lo que no quiere decir que no me guste la música, pero después de la lectura, el cine es una fuente de información y de inspiración completa, y más atrás vendría la música, no necesariamente tendría que ser Beethoven, sino cualquiera que me haga entablar una comunicación con la melodía, podría ser hasta un rap. —¿Cuáles escritores venezolanos son fundamentales? —Francisco Massiani, Eugenio Montejo y José Antonio Ramos Sucre son referencias esenciales, al igual que Guillermo Meneses y Juan Sánchez Peláez, a quien tuve la suerte de conocer y su presencia emanaba una energía que muy pocas veces he visto en otras personas, era un mago. También mencionaría a todos aquellos poetas de la generación de los sesenta: Rafael Cadenas, Juan Calzadilla, Alfredo Silva Estrada y Oswaldo Trejo. Creo que es absolutamente necesario leerlos y tenerlos cerca. Me parece inconcebible que un poeta joven no conozca a sus maestros. De mi generación, está Alberto Barrera Tyszka, que ganó el premio Herralde, a quien siempre consideré como un excelente escritor y el Herralde vendría a ser la consolidación de una idea que yo tenía desde hace tiempo. Y aquí, en Aragua, hay unas cuantas personas que vale la pena leer, por ejemplo, Erasmo Fernández, quien me parece uno de los poetas más importantes, no sólo de Aragua, sino del país en general; y tenemos a Astrid Salazar, que a pesar de ser una muchachita de veintitrés años tiene una obra contundente. —¿A qué atribuyes que los escritores venezolanos no seamos tan conocidos como los de otros países? —Aunque eso aparentemente se está reparando, siempre ha faltado una buena política de promoción que debería bajar desde el Estado. El Estado debería proteger a sus escritores, no en el sentido de darles becas ni subsidios, sino promocionando y distribuyendo sus libros. En 1996 estuve en México y visité como cinco librerías y el único libro de un autor venezolano que encontré fue Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos, y entonces en aquellos días me preguntaba: ¿qué hace el agregado cultural de Venezuela en la Embajada de México que no está trayendo libros venezolanos para que se distribuyan en las librerías mexicanas? Sería interesante que cualquier mexicano pudiera acceder a un libro de José Balza o de Oswaldo Trejo u otro autor. —Aparte de los talleres que dictas, también organizas círculos de lectura a escala regional, ¿es una manera de asumir el reto de ser escritor en un país de pocos lectores? —Lo de los círculos de lectura forma parte de una política de Estado para la motivación de la lectura, de ahí sale también que regalen el Quijote y Los miserables. Y en cuanto a lo de asumir el reto, pienso que uno, como escritor, no debería pensar en los lectores de verdad, sino preocuparse por hacer las cosas bien y si por casualidad hay lectores, bienvenidos sean. Yo sé que Venezuela no es un país de grandes lectores, pero con los pocos que hay, siempre y cuando sean inteligentes y sensibles, yo creo que es suficiente. —¿Cómo percibes la presencia de la mujer en el mundo de la literatura? —En los últimos años ha habido en nuestro país un boom de mujeres escritoras, sobre todo poetas. No sé qué pasaba en décadas anteriores, pero a partir de los años ochenta ha habido un florecimiento en la literatura escrita por mujeres, no voy a decir literatura feminista porque eso es otra cosa. Y entre esa literatura escrita por mujeres tenemos a personas extraordinarias como Victoria de Stéfano, que para mí es una de las mejores novelistas de América Latina, quien empezó a escribir después de los cuarenta años, después que crió a sus hijos, se jubiló de la universidad, se dedicó a la escritura y es una novelista excelente. Y en poesía, allí tenemos a Yolanda Pantin, y aquí en Aragua también hay mujeres escribiendo, que son amigas nuestras: Rosana Hernández Pasquier, María Luisa Angarita, Astrid Salazar, Gloria Dolande, entre otras. Pareciera que las mujeres también decidieron tomar la fuerza, la energía, de ser escritoras... así como los hombres hemos asumido la cocina, las mujeres asumieron la literatura. —¿Cómo ves el panorama literario en Aragua? —Tengo trece años en el estado Aragua y he notado un gran movimiento de escritores, sobre todo jóvenes, coincidió mi llegada a Maracay con el florecimiento de la literatura en Aragua. En parte, en eso tienen que ver los talleres literarios. Hay que reconocerle a Harry Almela y a Rosana Hernández el trabajo que hicieron para ubicar muchachos que empezaron a escribir a partir de los talleres. Eso me emociona porque no sólo se está escribiendo, sino que existe una relación entre nosotros. Contamos con una página importante en Internet como Letralia, de Jorge Gómez Jiménez, donde se ha abierto una brecha. —¿Cuáles autores de la literatura universal recomendarías? —Eso depende, ahorita estoy pegado con Laurence Durell, pero lo primero que le recomiendo a un adolescente es a Julio Verne y Robert Louis Stevenson, porque son los libros que despiertan las ansias de querer leer más. Hay autores que son imprescindibles, como Ernest Hemingway, Malcolm Lowry, William Faulkner, James Joyce... —¿Cuál es la función de un escritor? —Escribir bien. Cuando digo eso no quiero decir que se trata de escribir como lo dice cualquier manual de gramática. Me refiero a ser sincero, preciso y tratar de expresar los sentimientos a través de la palabra escrita. Lograr que al otro que está frente a la página se le despierte algo en su corazón. —¿Las instituciones del Estado aportan ayuda al investigador? —La Biblioteca Nacional lo hace, el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos también, pero las universidades le dan una pauta a los investigadores donde hay una serie de normativas que entorpecen el trabajo. Conozco excelentes estudiantes del Pedagógico que deben regirse a una manera de escribir dictada por una pauta que da la institución, donde la libertad de imaginación queda coartada. —¿Qué opinas de las nuevas tecnologías? —Opino como Umberto Eco, la Internet ha abierto espacios que antes eran inéditos. Es muy difícil, por ejemplo, encontrar un libro de William Faulkner en cualquier librería de Maracay, pero te metes en Internet y consigues su bibliografía y hasta fotos, lo cual acerca el autor al público. —¿Algún día los libros virtuales suplantarán a los libros tradicionales? —Sinceramente, no lo creo. No porque yo sea un reaccionario que está en contra de la tecnología, sino porque en la lectura hay una especie de intimidad, de relación personal con el libro, porque el libro no es sólo lo que está escrito dentro de él, también es el libro como objeto, aquella cosa cariñosa que tú le tienes al libro. Existe una relación de amor con el libro como objeto. Existen maniáticos, como yo, que les gusta coleccionar libros, entonces, no creo que las computadoras, siendo éstas unas herramientas utilísimas, lleguen a suplantar al libro. —¿De qué manera influyó el boom latinoamericano en los escritores venezolanos? —Aquí hubo un libro que revolucionó los años sesenta que se llamó Rayuela. Una noche, mientras cenaba con Carlos Noguera, presidente de Monte Ávila, yo le decía que si Julio Cortázar no hubiese publicado Rayuela, quizás él no hubiese escrito Historias de la calle Lincoln, y lo reconoció. El boom de los sesenta: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, José Donoso, no sólo influyó a muchos escritores venezolanos, sino que en todo el orbe latinoamericano hubo una toma de conciencia de que se podía escribir con ciertas libertades; como es el caso del escritor cubano Severo Sarduy que demostró que escribir también podía ser una especie de goce erótico, que las palabras podían ser algo majestuoso. La influencia continúa, hay nuevos autores latinoamericanos, como Jorge Franco, de Colombia; Luis Antonio Parra, de México; Santiago Roncagliolo, de Perú, ganador del premio Alfaguara de este año, quienes dejando atrás el lenguaje totalizante que utilizaron los autores del boom, están en la palestra en estos momentos. Gracias al boom se armó una tradición que antes no existía, o que existía, pero en casos muy aislados: Juan Rulfo en México, Juan Carlos Onetti en el Uruguay, Lezama Lima en Cuba. De repente hay una conciencia latinoamericana y los venezolanos y el resto de los ciudadanos latinoamericanos nos damos cuenta de que formamos parte de una sola nación, donde impera la lengua castellana, y eso se lo debemos a Carlos Fuentes. Nos dimos cuenta de que podíamos escribir en Venezuela, en Maracay para ser preciso, y que cualquier cubano o cualquier argentino nos lee. Testimonio de vida La escritura es una forma de comunicación y creo que es la primordial. Uno escribe para decir cosas importantes o que tienen que ver con la mayoría de los seres humanos, más allá de la noticia. Uno escribe no sólo para ser leído, sino para dejar una heredad, un pedazo de testimonio de vida y también crear una especie de fraternidad. (Esta entrevista fue publicada originalmente en el suplemento cultural Contenido, del diario El Periodiquito, de Maracay, Aragua, Venezuela). ** Rafael Ortega rafaelortega@letralia.zzn.com Escritor venezolano (Maracay, Aragua, 1969). Es técnico superior universitario en publicidad. Ha sido jurado en concursos literarios del estado Aragua. Textos suyos han sido publicados en revistas y periódicos venezolanos, así como en las antologías Narrativa aragüeña en Tierra de Letras (Senderos Literarios, 1997), Narrativa de Aragua (Secretaría de Cultura del Estado Aragua, 1997) y Muestra de minificción aragüeña (Secretaría de Cultura del Estado Aragua, 2001). En 2002 publicó su libro de cuentos La última sutileza del diablo. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === Noción panteísta de Borges vista a través de los cuentos ============== === “El acercamiento a Almotásim” y “Los teólogos” ======================== === María Eugenia Betancourt ============================================== En la narrativa de Borges se pueden encontrar algunos temas que suelen ser recurrentes, pues conforman su idea de que la literatura se basa en unas cuantas metáforas. Las nociones panteístas de que “todo está en todas partes y cualquier cosa es todas las cosas”, y “cualquier hombre es todos los hombres”, refiere una visión del cosmos, creado o soñado por “alguien”, que se convierte en un caos imposible de comprender o explicar en el limitado universo del lenguaje, por lo cual la realidad sólo puede ser expresada en símbolos, que es la representación de ese caos. En el relato “El acercamiento a Almotásim” se plantea la existencia de una novela policial, la primera escrita por un nativo de Bombay. El narrador, simulando que tal novela existe, procede a ofrecer un resumen. Dentro de esa novela, un estudiante de derecho, “de un golpe”, en medio de gente de la clase más vil, percibe en uno de ellos cierta ternura y exaltación, y se obsesiona en encontrar al hombre llamado Almotásim, y emprende una búsqueda frenética que le toma años. Después de las vicisitudes de esa peregrinación, el estudiante llega a una galería y al preguntar por Almotásim, una voz, desde el fondo resplandeciente, lo insta a pasar. Abruptamente concluye el relato; sin embargo se agregan unas notas aclaratorias al pie de página donde se propone la solución del enigma. A través del poema Mantiq al-Tayr (coloquio de los pájaros), se narra cómo los pájaros se abocan a encontrar el Simurg, rey de los pájaros; al llegar a la montaña lo contemplan y perciben que ellos son el Simurg y que el Simurg es cada uno de ellos y todos. Luego, en otra nota final, se establece la relación del poema con la novela que resuelve la incógnita: las analogías pueden significar la identidad del buscador y del buscado. El estudiante consigue a Almotásim, pero descubre que el hombre que estaba buscando y él son una misma persona. Se establece una inversión de roles donde la identidad del buscado se confunde con la del buscador. Allí se introduce la idea panteísta de que un hombre es todos los hombres, reflejada en la nota dentro de la nota en la declaración de Plotino del principio de identidad: Todo en el cielo inteligible, está en todas partes. Cualquier cosa es todas las cosas. El sol es todas las estrellas y cada estrella es todas las estrellas y el sol. El relato también infiere que hay una voluntad externa y desconocida que mueve los destinos del hombre y, como en un juego de ajedrez, va moviendo las piezas con soluciones insospechadas. Ese final insospechado sugiere un desplazamiento en el tiempo donde el estudiante fue el Almotásim anteriormente y en el presente hipotético es el estudiante que olvidó su pasado. Por otro lado, la búsqueda emprendida por el estudiante y su peregrinación, llena de dificultades, pudiera verse como una etapa de iniciación mística para el encuentro con Almotásim, quien tiene “su algo de símbolo” y “es emblema de Dios” (las implicaciones religiosas en el relato, donde se confrontan el Islam y el hinduismo, Borges declara una intención de mostrar el valor estético de las doctrinas religiosas en las posibilidades literarias). Al ser el Almostásim un reflejo del “Todopoderoso está en busca de Alguien, y ese Alguien superior”, imprescindible e igual, denota un tiempo sin fin que circula en forma cíclica donde unas veces el estudiante puede ser Almotásim, como un eterno retorno. Es lo mismo planteado por Heráclito: la vida es un continuo fluir circular en el que al cabo de un tiempo los hechos vuelven y se repiten. Las sugerencias a ese desplazamiento en el tiempo o el espacio del personaje están inscritas en el resumen de la obra en la edición titulada “Un juego de espejos que se desplazan”, dentro del mismo relato. Igualmente, cuando el estudiante atraviesa dos vías ferroviarias, o “dos veces la misma vía”, sin la certeza de la realidad de su propio desplazamiento. Entonces, si el Almotásim es un emblema de Dios, y el estudiante es el Almotásim, eso pudiera significar que el estudiante es un Dios, unitario, que se acomoda a las desigualdades humanas y lo acompaña en sus búsquedas hasta que se encuentran cara a cara. Es una sinécdoque, donde una parte es tomada como el todo, un hombre es todos los hombres y es Dios. Por su parte, en el relato “Los teólogos”, se plantea una temática similar de la noción panteísta que postula la misma idea de que “cualquier hombre es todos los hombres”. Los teólogos romanos Aureliano y Panonia se enfrentan en una batalla secreta contra las herejías. Unos, los monótonos, afirman que la historia es circular y el tiempo es cíclico; los ortodoxos, quienes enseñan que la tierra es cuadrangular, y los histriones quienes dicen que todo hombre es dos hombres y que el verdadero es “otro”, que está en el cielo. En la pugna por imponer sus doctrinas, Aureliano acusa a Panonia de hereje y éste es ejecutado en la hoguera porque las posturas teológicas han cambiado —otra vez, las piezas del ajedrez— y lo que antes combatían, ahora se convierte en la nueva ortodoxia oficial. En un giro —jugarreta de un destino inexorable— las posturas nuevamente cambian y Aureliano muere como había muerto Panonia, por justificar el dictamen que lo había llevado a la hoguera. Al llegar al reino de los cielos, Dios lo habría tomado por Panonia. Aureliano comprende que él y el otro, el ortodoxo y el hereje, formaban una misma persona. Nuevamente encontramos el planteamiento panteísta de la dualidad y la identidad. En el reino de los cielos, para la divinidad, cualquier hombre es todos los hombres. Dios confunde a ambos hombres porque para él las diferencias religiosas no diferencian a los hombres, y poco le interesan. Las identidades han sido confundidas y el acusador y el acusado, víctima y victimario, son una misma persona. Hay una propuesta de identidad única y universal, que es la aceptada por Dios, en cuyo reino no existe el tiempo, y para él, lo que hace un hombre es como si lo hicieran todos los hombres del mundo físico: “el tratado, límpido, universal; no parecía redactado por una sola persona concreta, sino por cualquier hombre, o quizás, por todos los hombres” (“Los teólogos”, pág. 552). Borges plantea en ambos relatos su cosmovisión con relación a las teologías de todos los tiempos y el desempeño del hombre en la historia. La reescritura de los tratados antiguos, conocidos o apócrifos, nos obliga a ver en el texto un palimpsesto (1) en donde dichas escrituras se influyen mutuamente. Borges ve, como Plotino, que al cabo de los siglos todas las cosas recuperan su estado anterior y que la historia es un círculo, o un laberinto. Algunos planteamientos a lo largo del relato reiteran la idea de ese tiempo circular: “Agustín había escrito que Jesús es la vía recta que nos salva del laberinto circular en que andan los impíos...”, que pertenece al mundo de los hombres y es causa de su perdición, por ello está condenado a ese viaje circular donde Judas volverá a vender al Señor, y es sacrificado muchas veces en infinitos mundos iguales. En los libros herméticos está escrito que lo que hay abajo es igual a lo que está arriba y viceversa, el mundo es un reflejo de un mundo superior. Por ello, tal vez Aureliano cuando ve el rostro de su enemigo el día de la ejecución le recordó al de alguien, pero no pudo precisar el de quién. Era su mismo rostro reflejado. El narrador (Borges) recoge en el relato las doctrinas de cada fe y cómo ellas se mezclan y confunden, cambiando sus posturas. Las que una vez rechazaron, ahora son defendidas. Los histriones, contaminados por los monótonos, fundaron su doctrina sobre una idea pervertida de que el mundo es reflejo del superior, por lo cual imaginaron que un hombre es dos hombres y que el verdadero es el otro, el que está en los cielos. Por ello Aureliano y Panonia mueren, porque sólo muertos se unirán a él. También imaginaron que nuestros actos proyectan un reflejo invertido (aquí nuevamente la metáfora del espejo) que refleja una oposición, lo dual de las cosas, la ambivalencia de los opuestos: lo real y lo ficticio, lo bueno y lo malo, perseguido y perseguidor, traidor y traicionado, Aureliano y Panonia. Los elementos más dispares y contradictorios, el oxímoron preferido por Borges, son presentados como una unidad incuestionable. Aureliano era de los que afirmaban que el tiempo no tolera repeticiones, al llegar al Paraíso, constata las paradojas de la fe. Para Borges, la realidad, la historia universal, sólo puede ser entendida por la ley de la causalidad, en una concatenación de causas y efectos, y esa idea recorre toda su obra (2). Borges muestra su escepticismo y visión panteísta del cosmos de una manera erudita, mezclando textos reales (construye laberintos) como la Biblia cristiana y otros, así como supuestos textos apócrifos. Jaime Alazraki, en su libro La prosa narrativa de Borges, comenta que: “Este despliegue de erudición, donde es imposible distinguir lo verdadero de lo falso sin previa verificación, es parte de la batalla por confundir al lector; confundirlo para esforzarlo a aceptar lo falso como verdadero, hasta impedirle definir la identidad de las cosas y hacerle sentir que todo puede ser todo (...). La estructura ensayística es parte del propósito desrealizador no sólo porque lo ficticio es presentado como real, sino también porque creemos leer un ensayo cuando lo que en realidad leemos es un relato fantástico” (Alazraki: 84). En conclusión, Borges destaca en sus relatos, a veces de manera solapada, otras de manera directa, la doctrina de Plotino del mundo como espectáculo de Dios; también se establece que ese Dios ha dejado su tarea a medio hacer: “Verdaderamente digo que Dios está por crear el mundo” (3), es decir, el mundo ni siquiera ha sido creado, porque ha sido relegado a un dios subalterno, sugiriendo la idea de que Dios ya ha muerto. Ahora bajo un esquema humano —el esquema de Borges— debe tratar de explicar su realidad, que está bajo un esquema divino. La literatura es el vehículo que tiene Borges, el idealismo de todos los hombres, para expresar, medianamente, el caos de una realidad inexplicable donde el lenguaje se agota. Alazraki dice que: “Borges ha dedicado un ensayo a la idea, de prosapia panteísta, de que ‘una sola persona ha redactado cuantos libros hay en el mundo y de que todos los autores son un solo autor’ ” y que “la historia de la literatura es la historia del Espíritu” (Alazraki: 87), por lo cual la pluralidad de los autores es ilusoria. Como lo infinito no puede ser explicado con el lenguaje finito de hombres, sólo los símbolos (4) (laberintos, espejos, etc.), la totalidad, lo general sobre lo individual, los arquetipos, permiten una representación microcósmica del universo. La noción panteísta permite a Borges, a través de la literatura, mostrar el valor estético de las doctrinas, la metafísica, y su maravilla, quizás desprovisto del propósito teológico. Se supone que las implicaciones religiosas en sus relatos declaran no tanto alguna vedada creencia por parte de Borges, sino el valor estético de las doctrinas religiosas en las posibilidades literarias del panteísmo, pero ¿quién lo puede asegurar? Bibliografía • ALAZRAKI, Jaime. La prosa narrativa de Jorge Luis Borges. 1974. Madrid: Editorial Gredos, 1974. • BOROVICH, Beatriz. Los caminos de Borges. Buenos Aires: Editorial Lumen, 1999. • Obras completas de Jorge Luis Borges. Buenos Aires: Emecé Editores, 1974. Notas 1. Estrategia literaria explicada ampliamente en el apéndice VII, “El texto como palimpsesto. Lectura intertextual de Borges”, en La prosa narrativa de Jorge Luis Borges, Alazraki, págs. 428-456. 2. Cabe destacar que el tema que estudiamos en estos dos relatos está presente en otros, tales como “Las tres versiones de Judas” y “La forma de la espada”, por ejemplo. También en “El inmortal” Borges plantea una ética para inmortales cuyo principio es la noción panteísta de que la identidad individual se pierde para ser todos los hombres. Se niega el principio de identidad y se confunde el porvenir y el pasado. 3. “Los teólogos”, pág. 554. 4. “El símbolo es una unidad sintética de sentidos entre dos polos opuestos, lo manifestado y lo oculto. El símbolo es una realidad cargada de valores, de emociones, de sueños, de ideales, de vida” (...). “Nace de una experiencia subjetiva pero pertenece al patrimonio colectivo y por eso es comunicable” (...). “Remite a una imagen de naturaleza arquetípica” (...). “Esencia y fenómeno encuentran su realización en el símbolo” (...). “La función del símbolo es según, Goethe, transformar la apariencia en idea y la idea en imagen”. Beatriz Borovich, Los caminos de Borges, pág. 27. ** María Eugenia Betancourt mariae.odisea@gmail.com Investigadora venezolana (Caracas, 1959). Tesista de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve). Su producción permanece inédita. ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Tres poemas Carmen Elena Pérez *** Vuelta al mismo lugar Magda Zulena Trujillo Rodríguez *** Poemas Carolina Patiño *** El retorno César Guerrero *** Tres poemas Mario Mele *** Más acá de la ventana Gerardo Guarache Ocque *** Poemas Sara Gil Gracia *** La comedia musical Martha Alicia Lombardelli *** Poemas Horacio Centanino *** El danzarín de las fiestas del Tayta Shanti Manuel Lasso *** Poemas María Gabriela Abeal *** Mi nombre en el Google Claudia Apablaza *** 7 textos inéditos Enio Escauriza *** Demasiado perfecta Carlos Wilfredo Trejo *** Poemas Miguel Aguado Miguel *** Metáforas financieras Marcela Adaros Rojas === Tres poemas Carmen Elena Pérez =================================== *** Mito Descuelga tus sueños del firmamento despierta el letargo de los sentidos ya es hora de aclamar Enciende el fuego Esculpe la libertad Busca en los ancestros La manzana maldita quemó la boca de Adán Ariadna es la manzana que calcinó al minotauro *** Principio del fin Epa chino Amanecí de bala Voy hacia adelante Sin detenerme sin parar Camino floto Me como al mundo meto en mis bolsillos el dolor, la tristeza pregono la sonrisa de la vida hoy no creo en la puta vida o la puta muerte, simplemente creo en mí, creo en ti con tus verdades y mentiras *** Calles ensangrentadas Transito por las calles no veo futuro neblina, oscuridad el sol se fue al occidente la gloria en un solo hombre la libertad sin partida sin llegada sueños atrapados en las ramas de las fronteras la historia está en nuestra contra y nosotros por encima de ella. ¿En realidad quién fue Bolívar, Miranda, Boves? hombres que soñaron más allá de los límites aquí llegaron sin sus sueños Todavía los estamos buscando ** Carmen Elena Pérez tesoplo@cantv.net Escritora y docente venezolana (Maracay, 1974). Profesora de lingüística y literatura y magíster en Literatura Latinoamericana. Participante activa desde 2001 del Simposio de Literatura Venezolana, evento que ha publicado cinco ponencias de la autora sobre la valoración e investigación de algunos escritores venezolanos. Participó en un taller de creación poética en 1997. Participó en el II Festival de Teatro Nacional Magosom en 1999. Tiene experiencia en títeres y narración oral. Actualmente es docente de tercera etapa y a nivel universitario. === Vuelta al mismo lugar Magda Zulena Trujillo Rodríguez ============ Vuelta al mismo lugar, los mismos ojos insomnes, las mismas bocas sedientas, las botellas vacías y el tango de siempre retumbando en la memoria... si supieras que aun dentro de mi alma conservo aquel cariño que tuve para ti, quién sabe si supieras que nunca te he olvidado, volviendo a tu pasado te acordarás de mí... Doy un paso y avanzo hacia el fondo, tomo un trago más y mis párpados caen como hojas muertas, quedo suspendida en el vacío hasta que una voz me rescata diciendo: —Esta se la manda el señor de la mesa de la esquina. —Gracias —respondo, mientras miro al lugar de donde proviene el líquido sagrado. Un hombrecito corriente, de ojos parcos y figura sosa, me sonríe dejando a la vista sus amarillentos dientes. Le hago gesto de agradecimiento y vuelvo a la nada, donde habitan mis pensamientos. Me pregunto qué hago en este lugar y mi necio yo no me responde. Trato de recordar cómo llegué y a qué horas, pero una terrible pesadez en la cabeza me impide traer algo, una simple imagen a mi memoria. Tomo un sorbo del néctar embrutecedor y le digo al hombre de detrás de la barra: —Quisiera escuchar una canción. —¿Cuál sería? —me pregunta con un tono cansado. —Dos gardenias —me adelanto a decir con voz atropellada. —Un momento —responde y se da media vuelta para buscar en el cuartito de donde provienen las notas malditas que llenan de sentido el espacio. Tarareo otra canción, mientras reparo en las cosas del lugar: las sillas de cuero, las mesas de madera, las lámparas a media luz, el orinal de Ellos oculto con una pequeña portezuela que deja al descubierto los pies del incauto necesitado, la acabada puerta de Ellas tras la cual está el sentadero que lleva al paraíso, la pequeña barra donde me encuentro, los cuadros de Gardelito, de Celia, de Tito y de muchos otros cantantes que seguro he escuchado y no recuerdo. Dos gardenias para ti, con ellas quiero decir, te quiero, te adoro mi vida, ponles toda tu atención que serán tu corazón y el mío, dos gardenias para ti que tendrán todo el calor de un beso, de esos besos que te di... Claro, un beso, retumba esa palabra en mi cabeza, cuando aparece la imagen distorsionada de un hombre con el que uno mis labios una y otra vez, mientras su mano se posa en mi cadera y empieza a ascender lentamente... por más esfuerzo que hago, no logro divisar con claridad quién es, tal vez sea un recuerdo muy lejano, tal vez no exista, tal vez me lo esté imaginando. Tomo otro sorbo y pronuncio muy bajito... y hasta creerán que te dirán te quiero, pero si un atardecer las gardenias de tu amor se mueren... Gardenias no, Rosas tampoco, Margaritas menos, Dalias, claro, Dalia sí, Dalia estaba conmigo, miro a uno y otro lado y nada, Dalia no está acá, pero sí salimos juntas. Pregunto con mucho esfuerzo para articular al copero mesero: —¿Dalia? —Usted pidió las gardenias —responde con desconcierto. —No, Dalia, la mujer que estaba conmigo —interrogo con preocupación. —No, señorita, usted ha llegado sola, siempre ha estado sola —contesta con extrañeza. Pero con extrañeza quedó también yo, si Dalia estaba conmigo, me llamó esta tarde para que saliéramos a algún bar, recuerdo su voz tras la bocina diciéndome a las ocho y treinta. Acaso, ¿que horas son?, ¿serán menos de las ocho y treinta? Me cuestiono y otra vez mi yo no me responde. Busco entonces el reloj y miro cómo las manecillas se mueven en todos los sentidos, sin responderme tampoco. Pregunto, ahora, al copero mesero: —Señor, ¿qué horas son? —Las dos y treinta —contesta. —¿Las dos y treinta? —exclamo con preocupación. ¿Será que nunca fui a la cita con Dalia?, ¿será que nunca nos pusimos tal cita? Pero si su voz retumba en mi cabeza, a las ocho y treinta, no me vayas a fallar, claro, Dalia estaba conmigo o ¿no?... no sé, siento cómo figuras se deshacen y hacen ante mí. Tomo un gran trago de cerveza y mi vejiga se retuerce, como si estuviera a punto de estallar, me levanto con mucho esfuerzo y dando tumbos llego a la puerta que indica Ellas, cojo la chapa para abrirla y de pronto siento una sombra que me murmura al oído: aquí estás, palomita, no podrás volar más, volteo y ahí esta el hombre de figura sosa sonriéndome con sus grandes dientes amarillos, lo miro a los ojos y entro al baño con premura, sin musitar palabra. Adentro, hago malabares para poder bajar el pantalón y las bragas, en un golpe de suerte encuentro el retrete y apoyo mis nalgas en él, un gran chorro amarillo sale de mí, mientras escucho una salsa... cuidado en el barrio, cuidado en la acera, cuidado donde quieras que te andan buscando... ¿Por qué ese hombre me acaba decir lo que me dijo?, no lo he visto nunca. ¿O sí? Me interrogo nuevamente y mi yo empieza a titubear, tal vez sí, tal vez sí... De vuelta a la barra me encuentro con rostros escurridizos que no me dicen nada, traslado mi vista a la esquina, donde el hombrecito de sonrisa amarilla abre su boca para gesticular palabras que apenas puedo descifrar. Me aterro con el gesto de ese hombre, pero desafiante pido otra botella de cerveza. —¿Quién es ese hombre? —pregunto al mesero copero, con una voz más segura. —¿Cuál, señorita? —responde, mirando hacia todos los lados. — Disimule —le digo—. El hombre que me envió la cerveza. —No sé, nunca lo había visto —afirma con vehemencia. —¿Hace mucho llegó? —interrogo nuevamente. —Un poco después de usted —afirma, guarda silencio por un momento y dice—: no la ha dejado de mirar desde que llegó, pareciera que la conociera —dice finalmente y retorna a atender a los otros borrachos. ¿De dónde lo conozco? Me repito y mi yo trae retratos recortados como un rompecabezas que no puedo armar. Me aviento un chorro y de tanto cavilar, riego un poco de cerveza sobre mí, me miro, para limpiar la parte mojada, me sorprendo con lo inusual de mi vestimenta, pantalón ajustado, blusa roja de un profundo escote... ah, recuerdo nuevamente la voz de Dalia, diciéndome, vístete para la ocasión, nos vamos de levante. Dalia, Dalia, ¿dónde diablos esta Dalia? Me cuestiono con desesperación y mi yo se va con la letrilla que empieza a sonar... Mi gato se está quejando, que no puede vacilar, que donde quiera que se mete, su gata la va a buscar... pero, ¿por qué repiten esa canción? Ya la han puesto, ¿o no?, no fue acá, fue en otro lugar, pero si anoche la escuché, claro, con Dalia, en el Paraíso. ¿Por qué no estoy en el paraíso? —¿A qué horas llegué a este lugar? —asalto con una nueva pregunta al mesero copero. —No estoy seguro, creo que a media noche —responde con duda. Guardo silencio y mi cara se torna sombría, el copero mesero nota mi desesperación y se adelanta a decir como ayudándome a recordar—: entró asustada, bañada en sudor, como si viniera corriendo —asevera con solidaridad y vuelve a su trabajo. Maldita laguna, pienso, y ahora hago un esfuerzo mayor para traer escenas a mi cabeza: el paraíso, una copa, unas manos, un tequila, otro tequila... por fin, ahí está Dalia con su mirada coqueta hablándole a un par de tipos. —Deben estar forrados en billetes —me había asegurado antes de sentarnos en la mesa con ellos. —Parecen más bien traquetos —le advertí con desconfianza. —¿Y qué? Mejor, más platica pa’ rumbear —dijo sin prevenciones. Yo me dejo llevar por las circunstancias y salgo a bailar con un hombre robusto, que me apreta contra sí, me besa una y otra vez, mientras su mano se posa en mi cadera, ascendiendo poco a poco hasta posarse en mi pecho, en un arranque de ira la separo de mí y le grito hijueputa, él me grita zorra y vuelve hacia mí con ganas de terminar y matarme, encuentro una botella y se la aviento en la cabeza dejándolo sin conciencia. Lo mato, lo mato, gritan por todo el bar, un hombre con figura sosa y dientes amarillos procura atraparme, desesperada corro sin reparar en nadie, cruzo calles, avenidas, almacenes, personas, hasta llegar acá. Vuelta al mismo lugar, donde me pierdo en el tango, el bolero, la salsa, pido una y otra cerveza, hasta dilapidar la conciencia, los recuerdos, entierro toda mi vida en el licor, la abandono allí. Hasta que mi yo piensa en Dalia, ahora recuerdo que a ella también la abandoné, sus chillidos de auxilio retumban en mi cerebro, espérame, espérame, me suplicaba, pero era la vida o la muerte con ella, yo corrí y no reparé en sus súplicas. Escucho la letra de mi última canción, Siento una voz que dice agúzate que te están velando... Un líquido amargo empieza a subir por mi garganta, siento un temblor un todo el cuerpo. Una voz que viene detrás de mí me advierte: palomita, llegó tu hora, me levanto de la silla, ahora sí de vuelta al mismo lugar de donde huí, de vuelta al precipicio. ** Magda Zulena Trujillo Rodríguez mztr@hotmail.com Escritora colombiana (Purificación, Tolima, 1983). Estudiante de Licenciatura en Lengua Castellana de la Universidad del Tolima (http://www.ut.edu.co) y actriz de la Corporación Probeta Teatro, de la ciudad de Ibagué. === Poemas Carolina Patiño =========================================== *** Muñeca de porcelana a Carmen Váscones Suenan infernales campanas de escuela y yo entre viva y muerta me tambaleo. Mientras el reloj de arena rojo y mi terrible aracnofobia creen que estoy rota, pues lo estoy; como esa muñeca de porcelana a la que le arranqué los ojos. *** Caja de recuerdos ¿Donde se ha ido mi espíritu? creía en todo lo que conocía y ya no me acuerdo de mí dulce caja de recuerdos que me mantenía a distancia de la locura que me pierde cuando me encuentra ahora que me he mirado al espejo por horas ruego que se corte mi pacto con la vida ya sangré respiré lloré suficiente ¿me puedo rendir ahora sin mi sombra? *** No más sangre Tú no te acuerdas de mí pero yo sí y ahora que despierto puedo decir que creí en ti pero ahora decido con qué soñar ya no me cazan ya no corre mi sangre en las noches. *** Futuros hijos míos Aliméntense hijos de mis entrañas llenos de antidepresivos drogas alcohol y muchos somníferos duermo en los días y en las noches despierto por más dolor Mi masoquismo ha llegado lejos los quiero en mi vida pero los mato de a poco Y yo solo lo siento... *** Payasos Payasos en blanco y negro vienen a jugar conmigo por las noches me persiguen como lobos hambrientos de sangre y me clavan sus estacas calientes en la espalda mientras ya no puedo más. *** Vidrios rotos Cada vez que te beso siento vidrios rotos y sé que no estoy durmiendo esto no es lo peor, tú desapareces y tus labios aparecen más abiertos comiéndome desde los pies. *** Adiós Tan cansada de estar aquí con todos estos miedos sin infancia me voy sin perdurar sin lograr que voltees por mí sin lograr que enciendas la luz sin lograr que abras tus ojos el dolor tan limpio no sostendrá tu mano demasiados espejos descuelgan tambores en mi funeral. ** Carolina Patiño elfrancotirador79@hotmail.com Poeta ecuatoriana (Guayaquil, 1987-2007). Ganadora del Primer Concurso de Poesía “Buseta de papel” (2004). Integrante del grupo cultural Buseta de Papel. Consta en las memorias del I Festival de Poesía Joven Hugo Mayo (2005). Publicó el poemario Atrapada en las costillas de Adán (2006). Está por publicarse póstumamente su segundo y último libro. === El retorno César Guerrero ======================================== Cada uno de los habitantes del leprosario había muerto. Todos menos él que, en cambio, parecía curado, algo infrecuente pero no imposible. La certeza de su recuperación había ido batiendo cada posibilidad de duda. Cuando la lepra le obligó a dejar Yotvatá, vivía con Merab, su esposa, y Ner, su hijo recién nacido, a quienes legó una modesta huerta de higos y un rebaño de corderos. No le autorizaron más de una noche para preparar sus cosas y marcharse. Era eso o el apedreamiento y a continuación el fuego para purificar sus restos y sus pertenencias, destino que de todos modos éstas últimas tuvieron bajo la mirada distante y absorta de su mujer. De eso hacía ocho años. Los había ido registrando con marcas en una roca, contando las lunas. Ahora retornaría y embebido en el monótono paso con que iba a atravesar el desierto, le sería imposible dejar de preguntarse qué habría sido de los suyos. Ner debía ser un jovencito, mientras que su mujer tendría veintisiete años. Abner amarró sus improvisadas sandalias y tomó su cayado. Al erguirse miró de nuevo los montes. Sin pensarlo más emprendió el camino, dispuesto a abandonar esas ruinas sin nombre destinadas para aislar a los enfermos. Fijó la vista en algún punto del horizonte, con el ceño fruncido resintiendo el resplandor de la llanura. Había pasado mucho tiempo sin esa sensación, oculto tras los muros ajados y sin techo. Una pequeña alforja contenía la carne seca de tres liebres y todas las nueces y dátiles que fue capaz de acumular. Para el agua dependería de los pozos a lo largo del camino. Su mente entró en una especie de trance. Se despejó de todo pensamiento distinto al de dar un paso detrás de otro, con euforia en el espíritu al caminar de nuevo hacia un destino lejano. Su paso era constante pero mesurado. Comenzaba temprano por la mañana, siguiendo la falda occidental de la cordillera que corría de norte a sur, desde el Mar Muerto hasta el golfo de Aqaba. Esto le ayudaba a evitar el abrasador rayo del sol casi hasta el mediodía, cuando debía guarecerse y descansar. La imagen de la llanura amarilla que se extendía hacia el poniente vibraba, como calentada por el fuego. Continuaría al caer la tarde y podría aprovechar la luna en cuarto creciente para viajar durante buena parte de las gélidas noches. Había esperado a que fuese abril, a medio camino entre el invierno y el verano. Su frazada lo protegía mejor del sol que del frío nocturno. Catorce días deberían bastarle. Sintió una indefinible debilidad en brazos y piernas que atribuyó a la falta de esfuerzo. Como desconfiaba de la mermada sensibilidad de sus extremidades, cuidaba mucho no rasguñarse. Más de uno empezó así, con un simple raspón enfermo del que se percataban por el olor y que se resistía a los remedios hasta terminar en gangrena. Las minas de cobre que se encontraban hacia el sur era lo único que mantenía el deambular humano en esas tierras áridas y montañas ásperas. Encontró el primer pozo luego de dos días. Afortunadamente no había ningún viajero, de lo contrario y aun sin manchas en la piel, con su aspecto de desterrado hubiese hecho difícil convencer a ese hipotético viajero de permitirle utilizarlo. La monotonía del paisaje era atenuada por los cambiantes colores del cielo. Cuando por la tarde del doceavo día encontró al fin el cauce muerto y rojizo del río, no quiso detenerse ahí, sapiente de que había llegado al término del viaje. Siguió el rastro que las piedras indicaban, rodeando uno de los tres montes que, separados de la cordillera, circundaban Yotvatá. Al llegar, se dirigió primero al tabernáculo en busca del sacerdote. Lo recibió un levita que no conocía. Al enterarse del asunto, lo condujo fuera del campamento para examinarlo. Tras concluir que estaba efectivamente sanado, el sacerdote mandó traer dos pájaros vivos y puros, púrpura escarlata, madera de cedro e hisopo. Luego que se los trajeron, inmoló uno de los pájaros sobre una vasija con agua. Tomó el pájaro vivo, la madera de cedro y la púrpura y los mojó en la sangre del pájaro sacrificado. Con ello roció siete veces al hombre. Lo declaró puro y soltó al pájaro vivo, que se alejó veloz hasta confundirse con los tonos ocres del horizonte. Con un ansia incontenible se dirigió a su casa. Al llegar no hubo nadie. Un hombre que pasaba le dijo que el muchacho volvería al atardecer, con el rebaño. Mientras regresaba bajó al río y lavó sus ropas raídas, se bañó y afeitó todo su cabello, incluyendo las barbas, las cejas... Todo según le había sido indicado por el sacerdote. Hambriento y aún húmedo, aguardó el atardecer a la entrada de su casa. Cuando el muchacho regresó tuvo que presentarse. Era un joven fuerte y casi adulto, que se llamaba Josué, no Ner, y que era hijo de Jehú. Josué le dijo que vivían en ese lugar desde hacía varios años, pero no estuvo dispuesto a decirle más a ese hombre extremadamente enjuto, sin cabello y sin cejas en el rostro, todo lo cual le daba un aspecto muy extraño. Contrariado, Abner se dirigió entonces en busca de su hermano Aminadab. Al llegar a casa de Aminadab se repitió una escena semejante, mas luego de reconocerse mutuamente, Aminadab lo abrazó y al hacerlo intercambió una mirada de inquietud con Esther, su mujer. Cuando el hermano recién llegado pidió noticias de su esposa y de su hijo, Aminadab no supo cómo contestarle. Sabía que Abner no estaba purificado del todo, por lo que le dijo que tendría que esperar algunos días antes de poderle responder. Pernoctó siete días a la entrada de la casa de su hermano, como mandaba la ley que Yahveh dictó a los hijos de Aarón. Mientras no estuviera del todo limpio tampoco podría acompañar a Aminadab ni ayudarle en las faenas, así que por el momento no tendría ocasión de resolver las dudas que sólo él estaba autorizado a contestar. Esos días le sirvieron para recuperarse físicamente, alimentarse mejor gracias a la comida que preparaba Esther y dormitar, porque en realidad, no dormía bien. ¿Qué significaba ese silencio de su hermano y de la gente? ¿Qué habría sido del pequeño Ner y de Merab? Al octavo día le pidió a Aminadab dos corderos y una cordera del rebaño, los tres sanos y con un año de edad. Como oblación, Esther le preparó tres décimas de flor de harina amasada con aceite y un cuartillo del óleo. Abner se dirigió con todo esto y con los animales a la entrada de la Tienda del Encuentro, a fin de que el sacerdote pudiera terminar su purificación. El sacerdote tomó uno de los corderos para ofrecerlo como sacrificio de reparación, además del cuartillo de aceite, que meció como ofrenda. Luego inmoló al cordero. Tomó sangre y mojó el lóbulo de la oreja derecha, los dedos pulgares de la mano y el pie derechos de Abner. Luego echó parte del cuartillo de aceite sobre la palma de su mano izquierda. Untó un dedo de su mano derecha en el aceite y con él hizo siete aspersiones. Mezcló el óleo con la sangre untada en el lóbulo y los pulgares y, con los últimos restos de aceite, el sacerdote lo ungió. Por último, ofreció el holocausto y la oblación sobre el altar y Abner quedó así expiado. Al volver de la ceremonia, de nuevo hizo a su hermano la pregunta. Aminadab le respondió con una firmeza que no esperaba. —Mañana, cuando saquemos el rebaño. Ahora descansa. Esa noche no durmió. Los preparativos necesarios para ausentarse todo el día pastando a ovejas y carneros resultaron un angustioso preludio. El sol no había salido todavía cuando Aminadab y su impaciente hermano abandonaron el pueblo precedidos por el rumor del rebaño. Luego que las sombras de las higueras eran idénticas a su estatura, llegaron a un claro de hierba por el que el rebaño se desperdigó. Entonces Aminadab quebró el afilado silencio. —Este sacerdote no es el mismo que te confirmó la enfermedad. —No, no es el mismo. —Después de tu partida tu esposa tuvo un hijo. —¿Cómo? —Dos años después de que te fuiste. Ese hijo era de Ajías, el sacerdote. Abner sintió que un escalofrío le recorría el cuerpo. Turbado, su incredulidad desapareció al notar que su hermano mayor le sostenía la mirada cuando le decía esto. Así, sin rodeos. Bajó la vista apesadumbrado. Aminadab aguardó pacientemente. Una idea cruzó la mente de Abner. Manchas en lugar de deformaciones, ausencia de llagas... Dos características que lo habían diferenciado de los otros enfermos. La insensibilidad y la debilidad, en cambio, eran las mismas de los demás. Estos hechos lo confundieron. Luego recordó que sus dudas no habían terminado. —¿Qué les pasó? —La gente se dio cuenta. Comenzaron a murmurar y los ancianos se juntaron. No esperaron la sentencia. Los dos se marcharon con su hijo. —¿Y mi hijo? —Era muy pequeño para un viaje largo. No más pequeño que el de ellos, pero necesitaban ir ligeros. Lo encontramos ahogado en un pozo. Presa de un mareo, Abner se hincó mirando el suelo. No ocultó su silencioso llanto. Luego, se incorporó con lentitud. —¿Los encontraron? —Sí. Los apedrearon en el camino a Canaán. Lo merecían, a Abner no le cabía duda alguna. Pero que Merab hubiese matado así a un hijo suyo no podía entenderlo, como tampoco que Ajías cometiese adulterio siendo sacerdote. ¿Cómo podía ocultarse de esa forma el mal en las personas amadas? Abner sintió un hueco en el pecho. No era compasión sino ira e impotencia. Se daba cuenta de que no podría vengar su dolor: ni la vida del pequeño Ner ni la ofensa y el oprobio hacia él. Aminadab se había alejado un poco para atender a un cordero. Mientras miraba a Aminadab vigilar el rebaño le surgió una idea. Se había enfermado, eso era cierto. Pero, ¿había sido sincero el sacerdote adúltero al investigar su enfermedad? ¿No sería que ya entonces tenía tratos con su mujer y aprovechó la situación? Tendría que hablar con el levita. —¿Recuerdas el color de tus manchas? —Sí, eso creo. —¿Tenías blanco el vello o sólo una mancha blancuzca al centro de la llaga? —No, era todo del mismo color. —Ya veo. Pero, ¿la erupción se hundía? —No, no se hundía. —¿En ningún caso? —Hasta donde recuerdo, no. —¿Ajías te recluyó por siete días? —Sí, una vez. —¿Sólo una vez? —Sólo una. Abner guardó un silencio inquieto. —De esto sí estoy seguro. —Pues debieron ser al menos dos. —¿Crees que se equivocó, que no era lepra? —Estabas enfermo, pero no era lepra. Al menos pudo evitar que te marcharas. —Pero no quiso. Quería que me fuera. —¿Por qué lo dices? —Por mi mujer. —¡Ah!, ¿tú eres? Hubo otro enfermo poco después, no sabía cuál de los dos eras. —Soy yo. Esta vez fue Abner quien no respondió preguntas. Aminadab lo miró inquisitivo cuando lo vio entrar, pero el rostro de su hermano lo hizo desistir. No estaba seguro de sus reacciones, ahora que sabía la verdad. Esther y Aminadab seguían temiendo por él. Sobre todo ahora que la entrevista con el levita había confirmado el engaño del amante de Merab sobre la enfermedad de Abner. Ninguno de los dos hermanos durmió del todo esa noche, pendientes el uno del otro, escuchando el inquieto crujir de sus esteras. Comieron temprano, antes de la salida del sol. Mientras Aminadab preparaba al rebaño, Abner le dijo: —Dame dos corderos, un macho y una hembra. —¿No vas a venir? —No. Haré una ofrenda —mintió. —¿Seguro que no vienes? —Sí. Te veré cuando vuelvas. No te demores, se hace tarde. Aminadab decidió no insistir. Se dio la vuelta y comenzó la marcha. Había una brisa más fuerte que de costumbre. Abner no despegó la vista de su hermano hasta que se disipó el polvo que levantaba su rebaño sobre el arco de la colina, en el horizonte. Entonces preparó un hato con agua y provisiones mientras Esther se ocupaba en la huerta. Abner se tapó la cabeza rapada para protegerla del sol y acompañado por los corderos siguió los pasos de su hermano. Caminó hasta el lugar donde había visto perderse la silueta de Aminadab y se detuvo unos momentos. Luego descendió la colina y al llegar al valle, sin dudarlo, se desvió hacia el norte. Abner emprendió el retorno. ** César Guerrero cesarguerrero.geo@yahoo.com Escritor mexicano (México, D.F., 1978). Labora en la Comisión Mexicana de Cooperación con la Unesco (Conalmex, http://www.ccytet.gob.mx/Unesco/Home.htm). Es autor de los poemarios Apuntes del subsuelo (http://www.tintanueva.com/colecciones/pascual/titulos/pascual18.html; Ed. Tintanueva, México, 2002), Como el viento y el árbol (http://www.tintanueva.com/colecciones/oscurapalabra/titulos/oscurapalabra24.html; Ed. Tintanueva, México, 2004) y En la pureza del azul (Ed. Urdimbre, México, 2005). Fue director de la revista Opción (http://opcion.itam.mx). Mantiene en línea una bitácora (http://cesar-guerrero.blogspot.com) y una página personal (http://www.geocities.com/cesarguerrero.geo/PaginaPersonal.htm). === Tres poemas Mario Mele =========================================== *** el auto fue inconfundible el roce en los dedos un frío de pájaros se sacudió sobre mi cabeza, ya te habías ido y sin embargo tus ojos pendían de los árboles como un llanto de cuchillos. *** la cuarta esquina reconozco el viento detrás de la esquina cuando los semáforos se apagan, recorren la calle de los vientres y me traen la cereza que baila en tu garganta, reconozco el viento que se perfuma de tu cuerpo y se desbanda... *** el libro dejaré el libro encima de la cama, cuando baje el sueño de la noche con sus tempestades crueles y absurdas, lo dejaré abrirse y cerrarse de tu lado, y no habrá más que palabras, no más que frutas que perfumen el lado oscuro de tu lado... ** Mario Mele valmaray@adinet.com.uy Escritor uruguayo (Paysandú, 1954). Ha publicado su poesía en los libros Taller literario de Paysandú (Editorial Los Talleres, 1994), La chimenea roja (Los Talleres, 1995), La esquina de los ojos cerrados en a las 7 pm (Los Talleres, 1997), Los ojos del cuarto (Dirección de Cultura de la IMP, 1998), La camena (Ediciones Aldebarán, 1999) y Café negro (Aldebarán, 2003). === Más acá de la ventana Gerardo Guarache Ocque ===================== Fue un poco más tarde, casi al caer la noche, cuando se acercó al extremo de la sala. No lo tenía planeado de ese modo pero, justo cuando su mirada se proyectó a través de la ventana, ella pasó agitando su larga falda floreada de un lado a otro. Los bachacos que él conservaba en un cilindro de vidrio con tapa ahuecada se movían sobre el puñado de arena. Pero hoy ella iba tan alegre que atrapó toda su atención y, durante esos instantes letárgicos, dejó caer al suelo el pequeño terrario, permitiendo que las criaturas escaparan tropezando entre los vidrios. Su mirada se fijó en ese perfil, que esta vez venía con un valor agregado. ¿Qué era lo que había cambiado su semblante? Había un rosado natural en su mejilla derecha y un ritmo perseverante. La ropa iba acorde con la expresión de su rostro, toda una composición paisajista de una colorida vegetación que una semana atrás estuvo degradándose y perdiendo color. Ésta era definitivamente otra circunstancia y ella venía sonriente y decidida, como si quisiera vivir este día de una forma más atrevida y provocadora. Los viejos jeans y las franelas ocres que la hacían confundirse entre la gente parecían haber quedado en el pasado. Siempre la veía pasar de izquierda a derecha cuando el sol se asomaba detrás de la montaña. Era una relación efímera, una relación de escasos segundos que lo dejaba taciturno por el resto de la noche. Esa imagen era recortada, editada, sacada de contexto y reproducida de manera que generara una pasión desgarradora y emocionante. Pero al final la historia se tornaba triste, más aun en el momento en el que se despertaba y corría descalzo hasta la ventana para recoger el material visual del día siguiente: la materia prima de sus días. Así empezaron a cambiar las cosas a su alrededor y él allí, construyendo episodios diferentes gracias a esa fuente inacabable de historietas. Tenía una rutina inalterable: de la cama al teclado al baño a la cocina a la cama al teclado a la ventana a la imaginación al teclado a la cama. Los sábados eran emocionantes porque no se podía dar nada por sentado. Ella podría pasar o no y la hora variaba si lo hacía. La espontaneidad de la vestimenta le reconfortaba y, por alguna razón, el fin de semana le hacía sentir que ya estaba dentro de la historia, pues tenía la sensación de que ya había superado la vitrina que se interponía entre ellos, como si hubiese pasado a un territorio de informalidad. Pero el lunes lo regresaba a lo que siempre fue la realidad: una mujer de finos rasgos que siempre cruzaba el callejón con una puntualidad inglesa para llegar a otro lugar. Los domingos eran desoladores porque siempre se acercaba a esa pantalla con ansiedad y ella no lo premiaba con su fugaz presencia. Sin embargo, ese era el día para prepararse y estar listo para conocerla: el lunes siempre era el día indicado. Los lunes eran para levantarse sin esperar la luz natural. Era preciso estar listo para el momento. Para estar perfumado, peinado, alimentado y entusiasmado, había que adelantarse. Y aunque siempre una pesadilla lo hacía cambiar de opinión, él reiniciaba su ciclo semanal de historias y recobraba poco a poco la esperanza. Se fugaba con ella a vivir en un lujoso penthouse neoyorquino, en una casa de árbol de un islote huérfano y paradisíaco o quizá en una casa de montaña construida con madera. Un día lo cautivaba un refugio rústico rodeado de nieve y otro le atraía una mansión sofisticada a la orilla del mar. Pasaba de ser un médico salvador a ser rockstar y de capo de la mafia a líder goleador. Todo por ti y para ti, mi vida... todo por y para ti. Pasaron los meses, con matices sutiles, hasta que llegó un momento en el que la ciudad tenía convenido descansar. Todo trabajador que no perteneciera al área de servicios tenía el derecho a quedarse en casa, cambiar de ruta, salir de la ciudad, descansar del camino acostumbrado o, como hacían algunos, modificarlo para siempre. Si la palabra vacaciones era para el resto de las personas sinónimo de libertad, relax y placer, para él era esclavitud, estrés y, sobre todo, sufrimiento. Desde aquel día comenzó una lluvia suave y sostenida. No era una de esas tormentas que inician pesadillas y traen malos augurios, era más bien una caricia en forma líquida. No tardó en maldecir ese rocío con todas sus fuerzas mientras corría por la sala tumbando todo lo que encontraba a su paso. Jarrones, adornos, vitrales y móviles, todo al suelo, incluso aquel portarretrato que lo destacaba sobre el podio inclinando su cabeza para recibir una medalla. En minutos, el lugar se había convertido en un vómito multicolor de materiales decorativos aderezado con el rojo de la sangre que brotó de la planta de su pie al pisar una esquirla de vidrio. Esa cortadura no le importó en lo más mínimo. Le dolía el corazón y más aun el cerebro. Había pensado demasiado elaborando una serie de teorías sobre por qué no se le había ocurrido investigar algún dato sobre ella. No tanto su dirección, teléfono, correo electrónico, ocupación, estatus, gustos o edad. Se conformaría con su nombre, sin títulos ni apellidos. Sólo una manera para llamarla, para gritar en silencio. Durante algunos días previos estuvo sorteando la idea de darle un nombre ficticio. Pero ahora sabía que eso no era digno. Necesitaba algo tan real como su dolor. La tortura continuó y el enamorado pasaba el día lamentándose. Si tan sólo tuviera una fotografía de ella, aunque fuera desde el ángulo de su ventana, estaría más calmado. Pero no tenía nada y temía que la forma de su cuerpo y el perfil de su rostro se borraran de su memoria. Por ello decidió dedicarse a escribir una descripción detallada que le ayudara a refrescar su archivo de imágenes en caso de que perdieran alguna nitidez. Esto lo hacía dejando la mente en blanco por un rato y concentrándose en reconstruir la misma escena que durante años había presenciado. Esos fueron momentos de sosiego: había encontrado un analgésico para su dolor, un tranquilizante para su angustia, pero no el antídoto para su problema. Se sentaba en el sofá de la pérgola y cubría su rostro con una sábana de satén celeste. La brisa de la tarde entraba con intensidad y mejoraba el ejercicio. Siempre la había visto agitar su cabello en el viento. Él se preguntaba si eso no era agregado por él, pues era uno de los detalles más significativos de su película diaria de 10 segundos. Una vez que su mente podía dibujar con precisión la escena, se levantaba y se sentaba frente al teclado inspirado. Daba gracias a Dios por todo: por la lengua, por la tinta, por las letras, por la tecnología, por su memoria y por su capacidad. Daba gracias a Dios aunque un lustro atrás hubiese maldicho su grandeza. Las vacaciones se consumieron y se podría predecir que ella volvió a su rutina, que regresó a su pasarela urbana que una vez tuvo su fiel espectador en un segmento de 5 metros. Pero este aficionado había comenzado a descuidar el momento que antes lo cautivaba. Ahora prefería entregarse al ensueño: una dimensión que le permitía todas las libertades. Podía ser su confidente, su amigo, su esposo, su amante, el hombre de su vida. La historia podía tomar el giro más absurdo si ése era su anhelo. Esta práctica alcanzó niveles alucinantes mientras pasaba el efecto de los medicamentos que ingería diariamente. Su preferencia se inclinaba hacia la pastilla de la tarde, que era una cápsula púrpura que le tocaba poco después del almuerzo. Esa combinación le permitía entrar en un estado de sopor idóneo que lo aproximaba a la felicidad. Los sueños alcanzaban una nitidez extraordinaria. Podía incluso observar cuidadosamente las arrugas de su amada una vez que había empezado a envejecer. Un día cambió su postura inicial y, en una actitud conformista, le dio un nombre. Ya no podía concebir la idea de no conocer una manera para llamarla más allá de los apelativos. En un sueño despierto la consiguió corriendo desnuda por un sendero de la montaña. Corría con furor entre la vegetación bajo el sol tenue del final de la tarde. Él la siguió asustado y la llamó por primera vez con gran fuerza, con gritos que alcanzaron niveles de desesperación. Su llamado surtió efecto porque ella escuchó y se detuvo. Su rostro también mostraba signos de deterioro. Era pálido, tan pálido que no era necesario acercarse mucho para divisar las venas verdes de su sien. Su actitud había cambiado y parecía hacer el intento por dejar de hacer cosas cotidianas para dedicar su cerebro a recrear la escena e iniciar un romance... o un tormento. Siempre salía bien trajeado y se le acercaba con tal gracia que ella sucumbía, tomaba su mano y abandonaba sus quehaceres. Su habilidad para los cortejos iba mejorando, sobre todo cuando bebía vino. Ella tenía una voz, un cuerpo, una mirada, unas ocurrencias y una vida personal. Fueron un centenar de reediciones de una bonita relación que de pronto comenzaron a empeorar. Un día ella sufría de estrés y otro la descubría enloqueciendo velozmente, un día podía sufrir de una alopecia voraz y otro tener ataques de ira incontrolables. Luego un problema empezó a ser recurrente: ella empezó a llorar sin parar. No había momento para el descanso, el llanto incesante lo acompañaba. Lo atormentaba con chillidos durante la madrugada y quejidos en el día. Para opacar el ruido permanecía en una habitación escuchando guitarras distorsionadas desde la hora del desayuno. Todo empeoró hasta que, una tarde de abril, ella corrió hacia la calle. Él fue detrás apresurado gritando inútilmente. Los gritos parecían perderse en el camino hacia sus pequeñas orejas. Nada podía detenerla. Atravesó avenidas y calles, y pasó entre los buses y los caballos, hasta comenzar a subir hacia la montaña. Luego, sin vacilar en ningún momento, aprovechó unas antiguas escaleras para llegar a la cumbre. Él corrió detrás siguiendo su rastro pero jamás llegó a alcanzarla. La última imagen que vio de ella fue su figura girando en el aire envuelta en una bata blanca desvaneciéndose, desafiando un inmenso precipicio. No sintió ningún golpe, ningún sonido. Así, como si nada, se borró de la imagen. Y él quedó allí con sus lágrimas secas y su mente agotada. Semanas después, mientras se asomaba a la ventana a ver no sé qué, sintió un dolor en el pecho y una expresión de ternura se adueñó de su rostro. Justo en ese instante se encontró con una hilera de bachacos que se dirigían al resquicio de la puerta. Corrió a la cocina y hurgó entre los utensilios hasta encontrar el recipiente adecuado. Luego lentamente los insectos fueron entrando uno a uno a su nuevo domicilio. ** Gerardo Guarache Ocque gerardoguarache@gmail.com Periodista y músico venezolano (Cumaná, Sucre, 1982). Reside en Caracas. Egresó de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab, http://www.ucab.edu.ve) en 2006 y fue reportero de la sección de Turismo y Suplementos del diario El Nacional (http://www.el-nacional.com). Ha escrito poesía desde temprana edad y ganó un par de concursos literarios en la secundaria. Sus relatos permanecen mayoritariamente inéditos. Actualmente es redactor del Papel de la Bolívar, órgano de difusión de la Universidad Simón Bolívar (USB, http://www.usb.ve), colabora continuamente con reseñas literarias y textos sobre música en la revista Pasajero y es la voz principal y la segunda guitarra de una banda de versiones classic rock que toca en clubes nocturnos. === Poemas Sara Gil Gracia =========================================== *** Truco o trato Me perdono. Me perdono y te canto. [Inesperado] Con algo de otra parte y nunca. [Planta o piedra] Nada es en silencio del hombre/ La misma Fanfarlo de los sentidos. [Planta o piedra] Nada es en silencio del hombre Al mundo. [Totalmente] Destino de las palabras Y el arte. Rendibú de un mundo Que no existe Aquí. Perfecto para las flores y los átomos Del aire. .............. [El año cero del mundo] Un reloj Donde el tiempo no importa demasiado Y tampoco explica o muere en el oído. ............. Lo que quisimos ser Lo que somos ............. Me perdono. Me perdono y te canto. *** Oda a Nueva Orleáns No había americanos en Nueva Orleáns Nunca los hubo, no eran nada Esos negros, esos blancos Esos homeless del sueño americano. El viento los llevaba en los neones, En los adornos, en las pulseras, en los sombreros A las paradas de los taxis. No había helicópteros en Nueva Orleáns Estaban En el país de las mil y una noches Repartiendo su ayuda humanitaria Por eso, quizá sólo por eso: Se agrietaron los diques. Llovía mucho Las nubes eran como ojos rápidos, El pantano ya no era un espejismo, Ya no era tan transparente. Sólo los plásticos que tapan los muertos Volaban desde Nueva Orleáns. Luego, más tarde, demasiado tarde, Todo cesó. Los políticos le daban la mano a cualquiera. Serios! La foto era tan triste que valía su peso en oro. La imagen era tan nítida Que podía verse un futuro mejor; Un futuro más seco Y más caliente. PD: No había testigos: las ratas y las limusinas Se habían marchado de los barrios altos. *** Dando aire (a una gitana tuerta) Entrando por la puerta de mi casa, Estremecida del aire, apalomada de umbría, Escalando simetrías, exteriores y apariencias. Veo un ojo pasmado en el espacio Que vende en abanicos su gracejo. Hay media Sevilla partiéndose en el aire Contra el sol de sus árboles elásticos. Te tintinean las flores y los caballos En las monedas, en el verdín estático del agua. En los nenúfares de tus jardines conmovidos, Hay un hombre paralítico, que mira y siente Su perfil de Dante en una estatua. Hay media luna diurna sujetando la otra media, Con lápices que apuntan en silencio las palmeras, Con fuentes que juegan en sus límites de piedra, Con torres que señalan el cielo, lo dibujan De eucaliptos, de naranjos amargos Que ornamentan la lectura. Dormidos... al borde de la estética, Los interminables pasos de tu sombra Te siguen, crujiendo entre las hojas. Van buscando el almaz, El árbol elástico de los abanicos. ** Sara Gil Gracia saraggracia@yahoo.es Poeta española (Navarra). Es enfermera de profesión. === La comedia musical Martha Alicia Lombardelli ===================== Cuando llegamos a la esquina, Marcos y yo vimos el cartel. “¡Prueba de actores para la futura comedia musical de Pepe Rocha!”. Días antes, habíamos ido a tomar mate a la casa de Argelia Chávez y ella nos había comentado acerca de esa prueba. A nosotros nos pareció tentador, pero los dos pensamos que la cantidad de gente que se presentaría —no por el deseo de actuar, sino más bien por la posibilidad de tener un trabajo— nos haría encontrar largas colas de hombres y mujeres esperando y soñando con ser seleccionados. Eran tiempos de gran desocupación. En el país se habían implementado las recetas económicas del Fondo Monetario Internacional y habíamos logrado desprendernos de todas las empresas del Estado que, al decir de los economistas de turno, sólo sirven para mantener vagos a costa del erario público. No nos habíamos equivocado. Estaba lleno de gente mirando el cartel. Además, algunas personas trataban de poner algo de orden y se esforzaban en persuadir a los otros para que aceptaran esperar formando una fila por orden de llegada. También comprobamos que muchos se resistían a alinearse y pugnaban por ocupar el primer lugar. Nos encontramos con Kafka y eso nos alegró. Siempre nos ponía de buen humor cuándo lo veíamos. Tenía una forma de ver la vida tan positiva y una manera de contagiarnos su estado de ánimo que hacía que termináramos agradeciéndole que fuera nuestro amigo. Como era habitual en él, nos alentó a someternos a la prueba. Nos convenció de que no perderíamos nada con hacerlo. Lo peor que nos podía suceder era ínfimo comparado con el hecho de no tener ni un centavo en el bolsillo por meses y meses. Teniendo que esperar que alguien nos recomendara alguna ONG donde ir a comer a cambio de la promesa de ir a colaborar en la preparación de la comida, o en la búsqueda de alimentos que los pequeños comerciantes de los barrios entregaban diariamente para esos comedores. —Si son rechazados —decía Kafka—, sólo les quedará la sensación de estar marginados, de palpar una vez más en forma explícita la pesada verdad de vuestras existencias gratuitas. Recordamos que en el Canal de Televisión del Estado se hacía propaganda para reafirmar lo que decía el cartel. Aparecía Pepe Rocha hablando de que nunca se había defraudado a nadie cuando él se propuso hacer una obra. Las pruebas eran transparentes y no había forma de entrar sin que se aprobara auténticamente a los aspirantes. Con un poco de autoestima que habíamos logrado infundirnos mutuamente alcanzó para decidirnos a presentarnos. Ambos pensamos que tendríamos que ser muy torpes si no lográbamos un lugar en la obra. La puerta de la oficina ante la cual estábamos parados seguía cerrada y pudimos encontrar un lugar en la fila cuando los que esperaban aceptaron la propuesta de alinearnos. Rápidamente, Marcos me tomó de la mano y nos ubicamos antes de que la fila concluyera de formarse. Fuimos nosotros mismos —los que esperábamos— quienes construimos la forma de esperar. La fila fue creciendo y pronto llegó a la otra esquina. Desde ahí siguió creciendo después de haber dibujado un ángulo de 90 grados y recorrer la cuadra perpendicular a la primera. Nosotros perdimos de vista la continuación de la fila. Fue porque de pronto descubrimos a algunos amigos que hacía mucho que no veíamos. Allí estaban Gladys, Viviana y Pablo. Todavía no se habían visto entre ellos pero pronto lo harían y también nos verían a nosotros. No podíamos acercarnos porque corríamos el peligro de quedar fuera de la fila que a esa altura presentaba un aspecto compacto, sin grietas. Así que tuvimos que conformarnos con saludarnos de lejos aunque hubiéramos querido ir a un bar y tomarnos un cafecito caliente con crema o cortado y además unos tostaditos que de sólo imaginarlos se nos hacía agua la boca. La mano de Marcos se iba enfriando y me di cuenta de que la mía también. No alcanzaba el calor que nos habíamos transmitido cuando decidimos quedarnos allí. Pasados los primeros minutos, divisamos una pequeña familia formada por el padre, la madre y dos adolescentes. Nos preguntábamos si los adultos estarían allí para acompañar a sus dos hijos o porque tenían intención de postularse también ellos dos. Mientras estábamos tratando de adivinar quién o quiénes de todos los que estaban presentes quedarían, notamos que ya había pasado medio día y estábamos transitando las horas de la siesta. Alguien se puso a cantar acompañado por la guitarra que llevaba un pelirrojo. Una joven no muy delgada comenzó a bailar sola, pero rápidamente fue imitada por un grupo de cinco personas: una pareja de ancianos, otra de unos cuarenta o cuarenta y cinco años y una niñita. Parecía que entre ellos había una estrecha relación porque no vacilaban en tomarse de las manos y saltar mientras la rueda que habían formado daba vueltas y más vueltas, primero en una dirección y luego en la contraria. Batían palmas y se abrazaban con afecto mientras reían felices. Cuando quise acordarme de por qué estábamos ahí, noté que eran las cinco de la tarde. Marcos tenía el rostro pálido y cansado. Durante todo el tiempo había estado fumando a pesar de las protestas de muchos de los que estaban en la fila: ¡que no se podía respirar; que alguien sufría de asma y el humo le hacía mucho daño! Marcos optaba por alejarse unos pasos hasta terminar cada cigarrillo y luego volvía a mi lado. Para distraernos entre nosotros dos le comenté a Marcos qué pensaba hacer con lo que ganáramos en esa obra. Me respondió que era para aguantar unos cuantos días más sin tener que ir a los comedores públicos porque eso lo hacía sentir muy mal. Comprendí que con la poca edad —en realidad ¿era poca?— que teníamos no era para sentirnos orgullosos tener que depender de la caridad. Tanto su familia como la mía, si bien habían sido gente muy pobre, siempre se ganaron su sustento y el de sus hijos. En cambio nosotros, ni habíamos querido tener hijos porque dudábamos de poder mantenerlos y educarlos. Éramos tantos los que andábamos dando vueltas por la calle, buscando algún trabajito por hora que nos sacara del paso por un día al menos... Además de la penosa sensación de andar buscando trabajo, estaba el tema del clima: el calor extremo o el frío podían llegar a ser un plus de tortura meteorológica. La lluvia y la neblina llegaban a constituir un bello reflejo del estado del alma cuando los días eran grises o cuando no se podía huir de la tempestad o de los humildes chaparrones. El clima se empeñaba en estar presente en nuestros pensamientos cada despertar de cada día. Ya cuando creíamos que nada iba a pasar y que todo había sido un mal entendido, llegó un coche y estacionó frente a la puerta de la oficina. Bajó un hombre de unos 45 o 50 años y una mujer detrás con un bibliorato y un portafolio. El hombre abrió en forma decidida la puerta después de habernos hecho una breve inclinación de cabeza a modo de saludo vago. La joven entró y a los pocos minutos volvió a salir para decirnos que sólo podía atender una hora, a lo sumo dos, pero que no nos preocupáramos porque al día siguiente empezarían la prueba a primera hora de la mañana. Esta noticia corrió a lo largo de toda la fila, como un viento entre los árboles. A su paso, las personas que estaban desde muy temprano esperando se iban poniendo de muy mal humor. Algunos empezaron a vociferar contra todo el mundo y en especial contra aquellos que no vacilaban en burlarse de la gente. Otros, mansamente comenzaron a despedirse asegurando que al día siguiente vendrían temprano para ocupar un lugar más cercano a la puerta de la oficina. No faltaron los que se despedían pero sin ánimos de presentarse nuevamente. Nosotros no sabíamos qué hacer, nos miramos sin hablarnos para ver cada uno en el rostro de la otra persona, alguna señal que indicara qué haría y así poder asentir sin haberse comprometido... Pero esa actitud no sirvió porque tanto Marcos como yo estábamos agotados, con el cuerpo dolorido, con hambre y también frío. Sin decir palabra, cada uno empezó a caminar sin mirar al otro. Pronto me di cuenta de que estaba sola, que ya Marcos se había perdido en el montón de gente que se dispersaba con gestos de ira. No quise esperar para ver si Marcos me alcanzaba, aunque me di vuelta varias veces pero, al no divisarlo ni cerca ni lejos, seguí caminando con paso cada vez más rápido. ** Martha Alicia Lombardelli lombardelli@speedy.com.ar Escritora argentina. Docente investigadora y evaluadora de proyectos de extensión de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP, http://www.unlp.edu.ar). Filósofa egresada de la UNLP. En mayo de 2007 asistió a la Feria Internacional Arte Nuestro de Cada Día, convocada por el Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio de Venezuela, en calidad de invitada especial. Artículos suyos han sido publicados en diversas revistas impresas y electrónicas. === Poemas Horacio Centanino ========================================= *** Utile e dolce Nada peor que un poema fallido que propende al infinito. Nada peor que esos egos monstruosos que componen todo en tono menor Y urden versitos que son como disculpas. Nada peor que los hacedores de himnos. Nada peor que los que lucran con su desdicha. Nada peor que quien escribe para ser querido por sus semejantes. Nada peor que los crípticos, nada peor que los llanos. Nada peor que quien escribe con un diccionario de sinónimos. Ahórreseme el mal trago de los ingenuos tanto como el de los cínicos. Que mi vista no recale en refritos seniles, O en efebos de pupilas rutilantes, blandengues de lágrima fácil, O envarados profesores de lingüística. Descreo de quien tiene treinta años y sigue ejecutando Versos promisorios para solaz personal, Y también del mozalbete precoz con su laurel en metálico. Hay versos malsonantes, escandidos con un hacha, Que nos cosquillean un rato la facultad asociativa. Hay versos de exquisita factura sobre los que cabalgan naderías en pelo. Hay sabia torpeza y hay lucidez que infunde rigor mortis. De pronto una feliz asamblea de sonidos Nos abre las narinas del instante. Hay estrofas más arduas que tormenta en alta mar, Y hay otras que son pastorales juntamente y nemoroso. Es tiempo de preguntarnos ¿Qué beneficio obtengo Del tiempo y esfuerzo que empleo en leer versos? Cuanto más vaga la respuesta, más inflamado el estilo, Más abstractas las palabras. “¿Ampliar el registro de lo sensible?” “¿Profundizar la comprensión de lo vivido?” Pamplinas. En cuestión de emociones, que de eso hablamos, ¿En qué sentido decimos que leer poesía “nos hace mejores?” Os digo caros colegas que la proposición no se sostiene Y a las pruebas me remito. Pero cuánto tesón en recitales y declamaciones, Cuánto café ofrecido al desdén de las musas Y a la inclemencia del parnaso. ¿Mantenemos la poesía como mantenemos las muelas de juicio O el cóccix, Resabios del proceso evolutivo de la especie Que en el futuro desaparecerá totalmente? Seguro que en los albores de la humanidad, Los mistificadores, los brujos, los hechiceros, los charlatanes, Los encantadores, los mentirosos oficiales, Todos primos hermanos de los poetas, Cumplían una función social que hoy ya no logramos siquiera discernir, Tan extendido está el embeleco por el mundo. En lo personal, he malgastado muchas horas, mucho papel, mucha energía, Perpetrando versos en todos los estilos conocidos, Y también en alguno del todo desconocido Con suerte dispar (¿pero quién determina qué es acierto y qué fracaso En este tembladeral de lo relativo, lo vago, lo incierto, lo intuitivo?) He querido dar forma a sentimientos variados, a hechos vividos, Y más ambiciosamente, a lo que se escurre cuando se le sitia, A entes más efímeros que positrones, Al hormigón de lo fatal, lo irreversible, lo perdido para siempre. A cambio, es muy magro lo que cargo en mi morral: Un exiguo renombre parroquial, Un sayo de excéntrico que de joven me placía, Unas damas permisivas que acudieron al canto, Un pespunte trascendente sobre la sordidez de las jornadas. Y luego El hábito de picar pleitos desiguales con lo dado De inquirir lo que no tiene respuesta De prodigarme en la más extraña de las ocupaciones humanas. *** Sturm und Drang Los muchachos del barrio no comprenden Por qué tu sitio dura más que el de Numancia Todos los días me preguntan Qué nuevos predios he invadido Qué avenidas han desbrozado mis vanguardias Cuánto más resistirá tu ciudadela Pero ellos nada saben Te ven pasar de lejos y suspiran Te aplican las leyes generales Te derriban del pedestal donde te he puesto Me dicen que si sigo leyéndote a Hoffmann y a Novalis Y persiguiendo fantasmas por las noches El panadero o el lechero O cualquier otro varón soliviantado Dará por tierra en quince minutos Con mi plan quinquenal de abordaje Y luego veré para qué sirve la poesía En el barrio usamos pocas palabras Y desconfiamos de los locuaces Por eso no hay manera de contarles Que me tiemblan las rodillas cuando me miras Y que inmolaría un testículo Por entender los vientos que te cambian el ánimo Tenemos una relación neblinosa Nos prodigamos sutilezas Por tu culpa vivo distraído Me dices que el yoga te hace bien Sufres de un mal innominado Me has contagiado la tristeza Y ya no puedo vivir sin ella Cuando me alegro siento traicionarte Anoche llorabas sin saber por qué Los muchachos del barrio dicen que es obvio lo que echas en falta Yo contesto qué hato de simplones ¿Qué conocen de tu vida interior, No hay otra cosa que hormonas y pulsiones, Qué sería de la civilización Sin estas elipsis que le crecen al espíritu? Me purifico para merecerte Cuando me asaltan las imágenes diabólicas De la carne y su cohorte roja Pongo la mente en blanco Y respiro profundo Cuando estamos los dos en posición de loto Sentimos la energía del ser que nos transfunde Y nos miramos con seriedad Como si recién nos descubriéramos Esperaré a que tú des el primer paso Eso es un error de novicio Dejaré que escojas el momento apropiado Con esos remilgos la especie ya se habría extinguido Seré paciente Serás cornudo La poesía me alimenta Buen provecho *** Bolero del De Efe sobre el pedestal dominando la glorieta las ancas poderosas el arco y el carcaj la noche in nuce la cazadora acecha transeúntes almas en pena que deambulan por el paseo de la reforma hacia ninguna parte a hurtadillas al pasar la curvilínea cazadora es dueña del deseo colectivo un punto de fuego suspendido entre el rugido del tráfico y las nubes de polvo y plomo que sofocan al de efe para diana es esta noche de tequila y marihuana noche transparente de alfonso reyes envolviendo al valle del anáhuac terremoto grado siete en la escala de richter cuartucho revuelto y amor multiplicado por ene remezones y que nos lleve la que nos trajo pero ella ya no viene mientras espero en medio del gentío recuerdo el mundo distinto que tuvimos, y aquella manera de sentirnos cazadores perdidos sin presa precisa apremiados y tan jóvenes tan de lleno y sin fisuras en el aquí y ahora del recuerdo los mariachis de plaza garibaldi redoblaban los aullidos cuando a la cauda de tus pasos se enganchaban las guitarras y trompetas pues en tu cuerpo cabían todos los corridos pero de esto hace ya tanto tiempo y estoy solo sosteniendo el episodio como un atlas atontado me quedé para mi mal en la sección tenochtitlán de aire y ozono donde respirábamos esta cursilería sujeta con siete cerrojos de buen tono ** Horacio Centanino hcenta@gmail.com Docente, traductor, periodista y escritor uruguayo. Doctor en literaturas hispanoamericanas por la University of California, Berkeley (http://www.berkeley.edu, 1998). Artículos suyos han sido publicados en medios como Enciclopedia (http://www.henciclopedia.org.uy), Revista de crítica latinoamericana y Lucero. A Journal of Iberian and Latin Studies, y tiene publicado el libro Modernización y cultura en el Uruguay. Una lectura teatral (Montevideo: Melibea, 2000). === El danzarín de las fiestas del Tayta Shanti Manuel Lasso ========= Dedicado a don Juan Navarro Lazo, sicaíno por antonomasia. Al enterarse de que la invasión de la capital por un odiado enemigo era algo inminente y que los infantes del Bulnes y del Valdivia pasarían por las calles de Lima rompiendo a culatazos las vitrinas de las bodegas, regando el vidrio por las veredas, sacando a los dueños de sus dormitorios para fusilarlos delante de sus mostradores y de los daguerrotipos de sus antepasados que colgaban en la pared en medio de innumerables botellas de vino, abusando de las mujeres como les viniese en gana, levantándoles los vestidos, metiéndoles las manos por donde quisiesen y disparándoles en la cabeza, con un Colt 45, a los maridos que tenían la osadía de protestar o arriando el pabellón nacional para izar el suyo con toque de corneta y redoble de tambores, Niquiash decidió dejar sus chacras llenas de chala, sus animales y los enfermos de chapla de los que cuidaba en su pueblo ribereño del Mantaro para irse a la guerra, armado solamente con un sombrero adornado con hojas de utcu, su poncho de tiras pardas y el puño en alto. La idea de que un soldado detestable podría ordenarle, a punta de fusil y carajeándolo de mal modo, que le entregase todas sus talegas de pan semita que había horneado la noche anterior, sus botellas de chicha, sus choclos de granos multicolores y sus sacos de habas verdes, ocas y mashuas, le incendiaban el alma con una impiedad casi abominable. Lo que más le contrariaba era saber que ya no podría acariciarle la panza a sus corderos favoritos ni escuchar los mugidos de sus toritos pintos cuando el hierro al rojo vivo les marcaba las ancas. No podría leer al anochecer, como lo había hecho durante toda su vida, alumbrado solamente con una vela de sebo, sus libros favoritos sobre el idealismo alemán de Fichte, Hegel y Schopenhauer, hasta que se le caían de las manos al quedarse dormido. Tampoco podría echar lumbre a los manojos de paja, al anochecer, para encender las fogatas en las faldas de los cerros, sin quemarse, anunciando la llegada de la Fiesta de Santiago. Ni danzar el shacatán con gran regocijo por las calles de Sicaya, del brazo de Micaela, su atractiva y seductora wambla, durante las fiestas del Tayta Shanti. Ella, sonriente, con el rostro hermoseado con sombras en los ojos y sus cabellos largos cayéndole sobre los hombros, vestida con su faldellín negro que había adornado con lentejuelas doradas, su lliclla colorada asegurada con un primoroso prendedor de plata, su sombrero de suave piel de vicuña y un ramito de ragui ragui en las manos, deseando, con las mejillas encendidas, que él la llevase a un encierro, al final de la celebración, para abrazarla amorosamente, levantarle el faldellín lentamente y poseerla violenta e interminablemente sobre unos sacos de trigo hasta que todo el mundo se viniese abajo. Niquiash, con sus pantalones negros de bailarín de huaylarsh, su poncho de tiras color nogal que había comprado en una feria dominical por una libra esterlina, su bufanda parda de lana de vicuña alrededor del cuello y su sombrero grande de paja adornado con unas hojas de utcu, moviendo los pies, al ritmo de los potentes resoplidos de las wakras hechas con doce cuernos de toro y de las suaves percusiones de las tinyas, guapeando y entonando la música de Santiago, dándose vueltas, con una botella de aguardiente en la mano, en una cuadrilla de parejas que iría danzando en columna por todas las calles del pueblo, dejando las illas por los recodos de los caminos y por las cimas de los cerros donde habitaban complacientes los dioses milenarios de los huancas. Tras guardar en su kipe las porciones de la deliciosa kanka recién quemada y las papas de Socchac, hervidas en olla de barro, levantó un enorme puro, un cántaro de arcilla de superficie lisa lleno de chicha de jora; lo colocó sobre la espalda y lo aseguró con las cuerdas con las que sujetaba los bultos al lomo de su asno. Emprendió la caminata que lo llevaría hasta el lugar donde habían desembarcado las fuerzas invasoras. Luego de siete días, después de pasar por el Puente del Infiernillo y de caminar sobre los durmientes de las líneas del tren inglés arrojando las cáscaras de las habas que iba comiendo, en una esplendente mañana de verano, arribó a una amplia caleta donde respiró el aire salífero del mar y divisó los violentos cañonazos que estremecían la playa levantando montañas de polvo negro que caían revueltas con fragmentos humanos. Un dedo índice le golpeó la frente dejándole una mancha de sangre brillante. Recogió un puñado de arena, lo removió entre sus dedos y vio un pequeño muy-muy que hacía esfuerzos por escabullirse. Observó las diminutas extremidades del crustáceo que se movían con rapidez; sintió un estremecimiento en toda la espalda y lo arrojó a las aguas verdes. Depositó su kipe y su puro en el suelo. Recogió un fusil Peabody abandonado y contempló las antiguas muescas y cortaduras en la madera de la culata, el gatillo curvo y largo, el percutor redondo y el brillo opaco de la placa metálica donde se distinguían las diminutas ranuras de los tornillos. Extrajo una bala de su morral y la besó; pero al tratar de introducirla se dio cuenta de que el cartucho no cabía en la recámara. En medio del estruendo de la batalla dejó caer el arma un poco antes de ser derribado por el impacto de un cañonazo que cayó cerca. Un poco aturdido y ensordecido por la detonación, sacudiéndose un oído con un dedo, se dio cuenta de que había muchos combatientes caídos. A un soldado de rostro agonizante, de quepis y uniforme blancos y una frazada amarrada en la cintura, se le escurría la sangre a borbotones por una herida de la garganta y se le resbalaba por el cuello. Una pierna caminó zozobrante por el campo de batalla en busca del resto de su cuerpo y avanzó hasta que se detuvo frente a una bota con espuela dorada. Otro herido, con el número cuatro inscrito en cada uno de los botones dorados que llevaba en la pechera azul del uniforme, trató de levantar una medalla de plata con cinta roja que le había sido otorgada durante la primera campaña. A continuación Niquiash se topó con un caballo blanco recostado sobre la arena que daba relinchos moribundos y con su jinete, un teniente de caballería que yacía muerto a pocos pasos del animal. Levantó la espada del oficial y admiró el brillo de la hoja de acero. Tal le pareció que, entre destellos, como en un espejo podía ver reflejado en su superficie todo lo que sucedía en la playa. En ese momento distinguió en la hoja una explosión que se produjo, detrás de él, en la falda de un cerro cercano y sonrió. De pura curiosidad y con un poco de malicia, pasó un dedo sobre el borde filoso del arma hasta que sintió el ardor de una cortadura y lo retiró inmediatamente. Asiendo la espada y acomodando el poncho de tiras pardas sobre uno de sus hombros, corrió sobre la superficie húmeda de la playa, chapaleando sobre las olas espumosas que avanzaban y se replegaban con suavidad. En ese instante le salió al encuentro un soldado, robusto y barbudo, de chaqueta azul, pantalones colorados y pañuelo blanco en el cuello, mirándolo con odio y apuntándole con un fusil Comblay. Con el rostro fuera de sí Niquiash se abalanzó sobre él escindiendo el aire con la espada; le reventó el correaje y le dejó un corte diagonal en la pechera. Casi sin darse cuenta, hizo un movimiento con la hoja refulgente de su espada y apartó la bayoneta que le había pasado muy cerca de la mejilla. Con gran hostilidad saltó hacia adelante dos veces con el pie que tenía avanzado. Dejando escapar un gemido de esfuerzo, lanzó una estocada y atravesó a su adversario de un lado al otro. Retiró el sable y vio la sangre resbalándose sobre su superficie brillante. “Igual que a un toro”, murmuró. A continuación, estiró la mano y le arrancó un pelo a la barba del adversario que se desplomaba; acercó el pelo a sus labios y de un fuerte soplo lo hizo flotar en el aire. Inmediatamente lanzó un tajo hacia la derecha e hizo tintinear unas monedas de plata que mostraban la imagen de un cóndor y las palabras Por la razón o la fuerza, 1875. Se dio media vuelta y de otro vigoroso fendiente, haciendo un gesto horrible, cortó la charretera dorada de un uniforme del Buin que algún día aparecería en la arena, reseca y deshilachada. A pesar del humo negro de las explosiones que no le dejaba entrever lo que tenía delante, lanzó otro tajo y le asestó a una corneta de bronce que con estridencia había tocado a retirada en el desierto de Tarapacá; el instrumento voló por los aires completamente abollado. En ese momento, varias balas, con silbidos breves, le hirieron en el pecho estremeciéndolo y haciéndole brotar chorros de sangre por los orificios de su poncho. Una inexplicable fatiga se apoderó de su cuerpo y cayó de rodillas. Con notable braveza se incorporó de un salto y a pesar de tener la sensación de que las cosas daban vueltas a su alrededor y de que perdía el control de su cuerpo, intentó dar otra estocada y cayó sobre la arena. Con los ojos entrecerrados se mantuvo inmóvil, mirando a los pantalones rojos y a las botas de cuero de los soldados que se le acercaban insultándolo. Entonces advirtió que toda la escena se llenaba de golpe con una luz muy viva que no le permitía ver nada salvo la luminosidad misma y se entregó a la intensidad de la refulgencia. Tras unos instantes de letargo, el gran resplandor amainó lentamente hasta que todo volvió a ser como antes. Le incomodó una comezón en la garganta y tosió. Volvió a sentir el mismo odio que había tenido hacía poco y saltó con el rostro enloquecido; se cuadró desafiante y amenazó con su espada. A pesar del humo gris rojizo de una descarga cercana que lo envolvió como una niebla por unos instantes miró con aborrecimiento a sus adversarios y exclamó: “¡Lani llauhuay!”. Siendo así, un joven oficial de línea ordenó que su cuerpo fuese descuartizado y que sus porciones fuesen esparcidas por todo el campo de batalla. Tras despedazarlo con sus corvos varios soldados salieron trotando en diferentes direcciones cargando en unos canastos de pescador las partes del cuerpo de Niquiash mezcladas con trozos de calamares, tentáculos de pulpo, cabezas de pescado y choros cubiertos de yuyos. Los arrojaron por todo el litoral. Seguidamente Niquiash volvió a sentir otra comezón en la garganta. Un carraspeo salió de cada uno de sus fragmentos y muchas toses se escucharon como ecos en la playa. Usando todas sus energías hizo un gran esfuerzo y al acto levantó sus restos de la arena y los juntó con la fuerza de un imán gigantesco. En la mañana soleada, cuando el humo gris azulino de las explosiones se levantaba por todo lugar, sus segmentos volaron hacia el centro de la caleta y se tocaron sucesivamente con golpes secos recomponiendo su cuerpo. Un pedazo de pulpo violáceo con ventosas húmedas se le incrustó cerca de un ojo y continuó moviéndose. Pero él lo despegó y lo echó a un lado. Luego, el rostro barbudo de un soldado enemigo, como una máscara viviente, se le adhirió sobre una tetilla, arrugando la frente y levantando las cejas, abriendo y cerrando los ojos, mirándolo con desesperación y moviendo los labios rápidamente, aunque sin poder emitir ningún sonido o palabra. Él lo arrancó con asco, le dio una sacudida y lo dejó caer en la arena donde continuó gesticulando. Sintió que le faltaba una última porción y esperó. Una oreja se acomodó de golpe en su lugar y pudo oír. Entonces comprendió que su cuerpo se había reconstituido por completo. Se irguió desnudo y con el rostro enfurecido y los ojos desorbitados, se abalanzó sobre sus contrincantes dando tajos y fendientes; pero lo mismo sucedió muchas veces. Fue abaleado, despedazado y dispersado, hasta que al final del día, al debilitarse la intensidad del sol quemante, las energías de Niquiash se extinguieron y cayó al suelo finalmente abatido. Mientras que los soldados continuaban corriendo sobre el campo de batalla con los fusiles en las manos y el viento soplaba silbante levantando el polvo, Niquiash sintió que le tocaban y le sobaban la cabeza con delicadeza unas manos que no podía ver y escuchó rezos de hombres y mujeres a quienes nunca había visto antes y que oraban en diferentes lenguas y con diversos tonos e inflexiones: Pater Noster, qui es in caelis... Que votre nom soit sanctificié... Venga il tuo regno... Dein Wille geschehe, wie im Himmel, so auf Erden... Ton arton hemon to etiousion dos hemin semeron... E rimetti a noi i nostri debiti, come noi li rimettiamo ai nostri debitori... Entonces creyó que se hundía en la oscuridad eterna. Permaneció desmayado por el resto de la noche hasta que la fría brisa de la madrugada y el agua espumosa de las olas del mar que le humedecían todo el cuerpo le devolvieron la mente lúcida y ágil de antes, haciéndole sentir un suave dolor en cada una de sus partes. Parpadeó varias veces antes de despertarse por completo; acostado de espaldas sintió una gran calma y sosiego. Olisqueó la brisa del mar y dio una inspiración profunda para sentirse mejor. Descubrió que unas algas pardas se le habían enroscado entre los dedos del pie y que su cántaro de arcilla de superficie lisa continuaba intacto, cerca de su cabeza, en el mismo lugar donde lo había dejado el día anterior. Cerca de él unas gaviotas blancas daban gemidos lastimeros con las alas extendidas y picoteaban corriendo sobre la arena húmeda y espumosa cada vez que la resaca retornaba el agua al mar. Usando sus energías de bailarín de huaylarsh se incorporó desnudo; se tocó la frente y se dio cuenta de que la mancha de sangre brillante todavía se encontraba allí. Inclinándose ligeramente hacia adelante intentó dar unos pasos de shacatán; pero se sintió débil, le regresaron los mareos y respiró con dificultad. Trató de beber el resto de la chicha de jora que había dejado el día anterior; sin embargo el cántaro estaba vacío. “Chaqui puro...”, murmuró sonriendo. Luego, recogió su pantalón y su poncho e inició el retorno a la ciudad de Lima. Al pasar frente a la Punta del Fraile vio a los últimos soldados que corrían hacia Chorrillos. Otra vez volvió a sentir la antipatía y la inquina del día anterior. Aun así, avanzó hacia Matalechuzas, con paso bamboleante; luego hacia La Pólvora, diciendo: “Tengo sed... Quiero beber... Quiero chicha... Amala, amala...”. Una vez terminada la batalla, Niquiash se refugió en una casona de la calle San Ildefonso donde a base de sustanciosos caldos de gallina y deliciosos picantes de mariscos, recuperó la apacibilidad y la quietud que había tenido antes en su pueblo del Mantaro; recobró sus energías perdidas y cicatrizó las heridas de su cuerpo recompuesto. Un poco antes de que llegaran las garúas del invierno para humedecer las veredas empezó a echar de menos a los vigorosos resoplidos de las wakras y las percusiones de las tinyas. En esos momentos soñó con estar en su pueblo durante la época de la herranza para sentir el olor de sus animales y pasarles la mano por el lomo con cariño o para colgarles las guallas a los toritos y colocarles, con una aguja de arriero, cintas multicolores a las orejas de las vacas; para echar la chicha de jora dentro de las wakras y esparcirla sonriente, con una sensación de inmensa alegría, soplando hacia todos lados y todos los vientos; para sentir el olor de los choclos frescos durante la cosecha y compartir con sus amigos un plato caliente de mondongo hervido durante toda la noche. Sobre todo empezó a echar de menos a su wambla Micaela, a sus besos tibios y a su modo de hacer el amor, casi con desenfreno. La extrañaba vivamente. Al recordar su rostro inmensamente atractivo y su voz dulce algo le apretaba la garganta y le daban ganas de llorar. “Una vez que me agarres de rodillas, Nica”, recordó que le había dicho ella una vez, “ya no querrás levantarte nunca más...”. “El mundo como voluntad e idea”, murmuró él e inició el retorno a Sicaya. Sin embargo, una vez en la sierra, antes de que llegara la Fiesta del Tayta Shanti, Niquiash participó como guerrillero en el asalto a la iglesia del pueblo de Concepción donde se refugiaron los últimos soldados del ejército enemigo. Entre los gemidos de los heridos y los gritos aterradores de los combatientes, el fuego y el humo, Niquiash y Micaela, con su hijo recién nacido cargado en la espalda, treparon a una de las altas paredes del templo para echar manojos de paja encendida por un forado del techo cuando le descerrajaron un balazo de fusil en el pecho y él cayó pesadamente en el suelo por última vez, todavía vestido con su poncho color nogal, mientras que el asalto y los feroces gritos de los combatientes continuaban. En medio de la terrible contienda y de los resoplidos de la corneta de bronce que tocaba a degüello, Micaela se arrodilló a su lado y lo abrazó llorando, besándolo y sacudiéndolo con desesperación para que volviese a despertar. “¡Niquiash! ¡Niquiash!”. Pero él ya no se volvió a levantar. Lo único que encontró de él fueron varias moneditas de plata a su alrededor con la imagen de un cóndor que se le habían caído del bolsillo. Sus hazañas fueron perpetuadas en unos hermosos mates burilados en los que un talentoso artista lo dibujó combatiendo en una playa con un sombrero adornado con hojas de utcu, una bufanda al cuello, su poncho castaño y sus pantalones de bailarín de huaylarsh, con una espada en la mano, mientras que un pelotón de soldados enemigos se le echaba encima. Pacientemente, con el punzón caliente, el artesano iluminó las imágenes de unas cordilleras pardas con un sol radiante, varios cántaros de barro con asas, un fusil Comblay con bayoneta, dos terneras entre los cáctuses y una vaquilla con cintas en las orejas. Al centro, sacándole humo a la superficie de la calabaza seca, diseñó a un músico tocando el violín y a otro soplando una wakra. Para concluir su obra, adornó el delicado borde del brillante mate burilado con unas pequeñas imágenes romboidales de líneas negras que destacaron sobre un fondo pardo. ** Manuel Lasso prvasq131195@aol.com Novelista y dramaturgo peruano. Estudió literatura en el City College de la ciudad de Nueva York, donde fue ganador de los Juegos Florales en la categoría de narración. Ha publicado en revistas y periódicos de Hispanoamérica, España y Francia. Es autor de las novelas Mare Tenebrosum, Las memorias del Almirante y Cenando con Klaus. Es también autor del drama en dos actos Bifásicus. === Poemas María Gabriela Abeal ====================================== *** Puedo Como Neruda “escribir los versos más tristes esta noche”, pero no quiero una sola línea llorosa en este ocaso, tampoco que bajes una lámpara para reconocer y darle mi apellido al dolor que se instaló en mi carne. No quiero que tu voz me hable desde algún lugar remoto y la ausencia se haga sílaba en mis labios. No quiero hojas con renglones de nostalgia, por eso le saco la última voluntad a las falanges para escribirle al reverso del olvido esta noche. === Mi táctica es mirarte aprender cómo sos quererte como sos. Mario Benedetti No encuentro otra manera o mejor método. Es deslizarme en el sudor de la piel, en tu historia y viajar por tierras extrañas. Es mirar el espacio que dejaste y aun así seguir venerándote. Porque tu ausencia no deja vacío a mi espíritu, no impregna mis ojos, no inquieta mi carne. Cuando dejo de ver la entidad que componen tus sentidos, sos tan carne de mis huesos tan mío, que si dejaras de amarme, no podría el corazón quitarte por decreto melancolía o embrujo. Porque he comprendido que quererte es mi mejor táctica. *** Amor Este amor tiene nombre de absurdo, categoría de no recomendable. Amor con aroma a violetas limón y distancia. Con signos de desequilibrio, protegido por la noche, recordado por los falsos santos y bautizado por dos lenguas. === Si existieras de pronto, en una costa lúgubre, rodeado por el día muerto, frente a una nueva noche. Pablo Neruda Si estuvieras de pronto, a tres casas de la mía rodeado por idénticas calles, frente al mismo kiosco donde compro las tarjetas con las que con diez pesos hablo contigo unos minutos. Si existieras, y se que existes a una distancia escasa de mi boca, a un viaje de alas a un suspiro de ángel. No retendría esta tarde de frío polar y lluvia la premura de abrazarte. *** Erizados Cuando te contemplo veo el paraíso la selva y un oasis. Cuando te despojas de la ropa mi cuerpo te hace de espejo y tu piel es el árbol donde nacen mis frutos. Cuando me entusiasmas con los ojos el sol es un témpano porque la combustión enciende y enarbola los pezones. *** Desnudarse Todas las noches he dormido contigo escalé cada vértebra que construye tu espalda. He sembrado mi energía en cada ojal imperceptible de la extensión de tu carne. He dormido cada noche en una ciudad distinta dentro de tu territorio deambulado descalza sin que tomaras conciencia que durante todos estos años he dormido contigo. *** Passio-onis Soy tuya, yo te lo aseguro, no hay testigos ni manifiesto que lo aclare. Aunque no evoques qué esencia tenía mi guarida, o si mis besos eran impacientes por temor a que no volvieras a rozar mis labios. Soy tuya, en todos los idiomas, está escrito en las paredes con el calcio de mis garras. Soy tuya, hembra de este siglo, que camina con la vista al horizonte porque no me importa que lean en mis ojos que por vos muero a cada instante. ** María Gabriela Abeal mgabi7@ciudad.com.ar Escritora argentina (Mar del Plata). Fue finalista del Premio Internacional de Poesía y Cuento Rosalía de Castro. Su libro Cotidianos apareció bajo el sello de Ediciones de la Revista Icam. === Mi nombre en el google Claudia Apablaza ========================== Enciendo el computador. Veo cómo aparece ante mí una foto de Diane Arbus en la pantalla: Gigante judío en casa con sus padres en el Bronx. Es mi fotógrafa preferida. Algunos la llaman sarcástica, otros demente, perversa, retorcida. Yo la llamo mujercita divina. Cada noche busco mi nombre en el google. Hace exactamente tres semanas que no aparece nada nuevo. Esto me irrita, me molesta, me produce mucha rabia. A estas alturas si no apareces en el google, no eres nadie. Enciendo un cigarrillo, el silencio de mi departamento me agrada y me deja tranquilo. Sólo a intervalos escucho algún auto que pasa y se mezcla con la música de Philip Glass. Me paro y voy a la cocina. Me preparo un whisky con mucho hielo. El cigarrillo se consume mientras intento conectarme a internet. Afuera llueve y los cables de desconectan cuando hay tormenta. ¡País de mierda! Nunca debí haber vuelto del extranjero. Vuelva a conectarse más tarde, intente de nuevo. ¡País de mierda! Agarro el teléfono, en la empresa servidora aparece una contestadora automática. Recuerdo a un amigo, un escritor que nunca contesta el teléfono, sólo la contestadora automática y además se da el lujo de escuchar a los que lo llaman y no responderle. A veces se burla, se ríe, a veces llora, otras veces se sonroja. Recuerdo también a un amigo que le gusta tener sexo por teléfono. Tuve sexo con una mexicana, me dijo hace unos días. En este país están cada día más tarados: un amigo que se sonroja y llora frente a una grabadora y otro que tiene sexo por teléfono con una mexicana. La grabadora dice que apriete el número uno si tengo problemas con el servidor, dos si necesito información acerca de mi cuenta, tres si quiero información de los nuevos servicios, cuatro si quiero contratar internet, cinco si quiero comunicarme con una operadora. Aprieto el cinco. La voz es bastante sensual. Incita a llamar siempre y contratar todos los servicios. Recuerdo a mi amigo que tiene sexo con una mexicana y de verdad creo que no es tan tarado. Me excito y pienso que terminaré teniendo sexo con la mujer de la otra línea. Philip Glass suena y el viento golpea las ventanas. Einstein on the Beach, disco uno, se confunde con el ruido de afuera y siento cómo el whisky va relajando mi cuerpo. Mi garganta se relaja. Ya no odio a la contestadora. Incluso quisiera tener sexo con esa mexicana que mi amigo me contó. Debería llamarlo y pedirle su número telefónico. “Nuestras operadoras están ocupadas, espere en línea o vuelva a marcar más tarde”. Espero en línea. Nuevamente: “Nuestras operadoras están ocupadas, espere en línea o vuelva a marcar más tarde”. La voz de esa mujer me seduce. ¿Será la mexicana? Espero en línea. Tal vez aparece su voz en tiempo real y la invito a tomar un trago a mi departamento. “Nuestras operadoras..”.. Cuelgo, tengo paciencia, pero no demasiada. No puedo esperar infinitamente en línea. Debería llamar a mi amigo para pedirle el teléfono. Tomo un trago y enciendo otro cigarrillo. Abro la ventana y veo que la ciudad está dormida. Una luz se enciende a lo lejos e imagino que debe ser una mujer, noctámbula, estará casi desnuda, fumando un cigarrillo y pensando en el hombre que ama. Estará tomando un vodka tónica con dos hielos y escuchando canciones romanticonas: Camilo Sesto o Leonardo Favio. Vuelvo a sentarme frente al computador. Son las doce de la noche y debería salir a un café internet a ver mi correo y a buscarme en el google. Además hoy me iba a escribir mi editor y me diría si me publicarían mi última novela. Algo me anticipó, que tal vez habría que sacar a un personaje demasiado misógino. ¡A la mierda!, le dije, si lo sacas, me llevo la novela a otra editorial. Debes sacarlo, Mariano Infante, debes sacar a ese misógino. ¡A la mierda, viejito, soy un escritor y no un carnicero! Mariano, debes lidiar con nuestra línea, nuestras colecciones. ¡A la mierda, soy un escritor, no soy carnicero! Vivo solo hace un par de años. Me cuesta decirlo, pero no puedo vivir con ninguna mujer; la verdad es que no puedo vivir con nadie. Graciela, mi última pareja, se fue con un vendedor de alfombras exóticas. Siempre buscó la aventura. En un principio me mintió, me dijo que era escritora y que podríamos congeniar nuestros caracteres apáticos, que no me preocupara, que me dejaría encerrarme todo un día y escuchar la música que yo quisiera: Stockhousen, Laurie Anderson o algo de jazz ligero. De a poco fue hastiándose. No escribió ni media letra durante los dos años en que vivimos juntos. Luego comenzó a salir de noche, a bares, luego algunos hombres le dejaban mensajes en la contestadora. Se notaba que decía que era soltera. “Graciela, anoche estuviste una diosa”. “Graciela, hoy podemos ir al mismo lugar y jugamos a aquello”. “Graciela, mañana podría venir a desayunar a mi departamento y luego te vas a tu trabajo”. ¡Maldita, nunca le trabajó un día a nadie! ¡Tuve que mantenerla durante dos años! Yo no se lo recriminaba, no le decía nada, no teníamos contrato de fidelidad y sus aventurillas, al principio, me importaban una mierda. Hasta que se fue. Bendito el día en que se fue. Dejé de escuchar esos mensajitos y preocuparme de que no le pasara nada. Dejé de estar insomne, de pasearme dentro del departamento esperando a que llegara, dejé de gastar dinero en ropa de marca y perfumes caros. Intento conectarme. Abriendo el puerto. Error 680: No hay tono de marcado... Voy hacia la ventana y exhalo aire. Se forma un humo que se dispersa y se fusiona con la neblina. Más allá de esa lucecita, no se ve nada. La única luz, el departamento del frente. Ella se pasea de un lado a otro. Debe esperar a un amante que se fue hace años. Necesito volver a llamar a la empresa servidora. Levanto el auricular. Un botón rojo pestañea, sé que hay algunos mensajes atascados en la grabadora. “Mariano, soy Jorge Olavaria, sólo hasta mañana podemos esperar la crítica de En la frontera, de McCarthy. Dijiste que la traías hoy al diario. Envíala a mi correo, a más tardar a las once de la mañana. Vamos a despachar a las once cinco minutos, te lo repito: once con cinco minutos”. ¡Imbécil, qué se cree este maldito, no le enviaré ninguna crítica! “Mariano, hola amor, soy Julieta, no me has llamado, ¿qué pasa?, ¿acaso te molestaste por lo que te dije el otro día?”. Sí, me molesté, no me gusta que me manden mensajes de texto a las cuatro de la mañana y además que me das lata, pendeja ladilla. “Mariano, hijo, tu hermano necesita conversar contigo, al parecer te encontró un trabajo estable en una revista, llámalo cuanto antes..”.. “Aló, Mariano, soy Andrés Cuello, el sábado estaré de cumpleaños, lo celebraré en el bar Tópico Urbano, espero puedas venir, tal vez puedes traer a tu nueva amiga, esa sueca que me comentaste”. ¡Ya les dije que no me interesa andar en bares de nombres estúpidos! ¡Malditos! ¡Menos presentarle a mis amiguitas, ni trabajar en revistas de ciudadanos civilizados! ¡No quiero escuchar más esta maldita contestadora! Vuelvo a la ventana y miro el cielo. No hay estrellas, sólo unas nubes negras que amenazan con tenerme desconectado todo el fin de semana. Marco nuevamente el número de estos malditos servidores de internet. “Si tiene problemas con el servidor, marque uno; dos, si necesita información acerca de su cuenta; tres, si quiere información de los nuevos servicios; cuatro, si quiere contratar internet; cinco, si quiere comunicarse con una operadora”. Cuelgo. ¡Malditos, yo sólo quiero ver mi nombre en el google! Hace seis meses que dejé mi novela en la editorial. La aprobaron. Te publicaremos, me dijo mi editor, saldrás en un mes más. Hoy se cumplen exactos los treinta días y nadie ha dicho nada en los medios, salvo una nota de un periodista, cuarenta y dos caracteres: Mariano Infante firmó contrato con una editorial. Tomo un trago, y mi garganta lo agradece. Soy libre, escucho mi música, publicaré donde quiero y no sacaré los párrafos como los que se dedican a hacer recortes. No soy un carnicero. Tampoco me interesa quién me hablará del otro lado, menos la mexicana que tiene sexo con mi amigo, ni la tipa del frente que se pasea de un lado a otro, ni menos aun Graciela. Sólo me interesa entrar al google y descubrir que alguien ha dicho algo importante acerca de mí. Que publicaré en pocos meses más, que los periodistas se pelearán la primicia, que luego me daré el gusto de no dar ninguna entrevista. Que me criticarán en todos los medios, incluso en periódicos extranjeros. Llueve. La mujer romanticona ha apagado la luz. Estará llorando o masturbándose, quién sabe. Las romanticonas se masturban mientras fantasean con tipos gordos y desaseados. Tuve una amante que me lo confesó en un acto de locura, en una de esas crisis maniacas de las más severas. Las mujeres siempre nos masturbamos cuando estamos solas, más aun si llueve y apagamos la luz. Me sirvo lo último que queda de la botella. En el congelador quedan sólo dos hielos. Disfruto. Enciendo un cigarrillo y la pantalla del computador está hibernando. Aprieto el botón azul y vuelve a aparecer el Gigante judío en casa con sus padres en el Bronx. ¿Seré como él?, pienso. No, Olavarría es como él. Intento nuevamente y esta vez se conecta. ¡Se ha conectado! ¡Ahora sí! Tal vez debería enviar la crítica de McCarthy de inmediato, la tengo lista, corregida, pero no, no lo haré. Olavarría cree que estamos en la época de los esclavos. Le falta la fusta y el caballo para aparecer como el clásico patrón de fundo. La enviaré a otro diario, el viejo Maldonado me la publica sin siquiera leerla. Necesito entrar al google. Me tomo un trago: whisky de primera. Estoy conectado, primero mi correo. La contraseña y ya está. Tengo diez sin leer, cinco son de Olavarría. Asunto: Urgente, crítica. Los elimino. Otro de Graciela. Asunto: en blanco. También lo elimino. Dos de mi editor. Asuntos: Dejaremos al personaje, no te preocupes, el libro sale a imprenta dentro de la semana. Mi hermano: “¿Quieres trabajar en la revista Tácito?”. Por último, la sueca: “Quiero verte”. Los elimino uno a uno. ¿Está seguro de que quiere eliminar los correos marcados? Aceptar. Ahora iré al google. Directo a mi nombre. Ya habrán salido los primeros rumores de mi publicación. ¡Ahora sí! Seguro estaré en el google. Enciendo un cigarrillo. En la cajetilla sólo me quedan dos. Olvidé comprar de repuesto. Tendré que salir. Afuera llueve y la ventana suena. Cada noche pongo mi nombre en el google y espero que alguien diga algo, que se anuncie mi novela, que se mencione que publicaré dentro de los próximos meses, pero nada. El encargado de prensa de la editorial se dedica a tomar café con las periodistas. Lo he visto llevarle libros a algunas chicas en los cafecitos de Providencia. Seguro el muy desgraciado dice que va a reunión. M-a-r-i-a-n-o - I-n-f-a-n-t-e. Tecleo. El cigarrillo se consume. Aprieto enter... ¡A la mierda, se demora! Enter. Enter. Enter. Enter, enter, enter. ¡A la mierda! Acción cancelada. Internet no pudo vincular a la página web solicitada. Puede que la página no esté disponible temporalmente. Pruebe lo siguiente: Haga clic en... ¡Se desconectó! ¡A la mierda! Agarro el teléfono. “Si tiene problemas con el servidor, marque uno; dos, si necesita información acerca de su cuenta, tres si quiere información de los nuevos servicios, cuatro si quiere contratar internet, cinco si quiere comunicarse con una operadora”. Cinco. “Nuestras operadoras están ocupadas...”. ¡A la mierda! Un trago, otro. Mi cabeza da vueltas. Philip Glass, Einstein on the beach, disco dos. Al seco, el último trago, mastico los hielos, se derriten en mi lengua, mis dientes hacen cric, cric, crac. Mi cabeza da vueltas y cric, cric, crac. Mi nombre. Enter. ¡A la mierda! Mi nombre. Enter. ¡A la mierda! Última vez, cierro los ojos, pido que esta vez sea, escribo mi nombre. Enter. ¡Eso es! ¡Esta vez sí! ¡Hay cuatro nuevos links! ¡Eso! ¡Seguro a este imbécil lo pillaron y le prohibieron salir a sus reuniones! ¡Lo habrán amenazado con despedirlo! ¡Hay cuatro nuevos links! “Por fin aparece el gran Mariano Infante, triunfa en las tablas del teatro de La esquina, la joven promesa chilena...”. “Una velada espectacular, Mariano Infante, joven actor...”. “...gracias a su maestro, está donde está, declara Mariano Infante en entrevista exclusiva después de su primera actuación en...”. “...Mariano Infante, joven actor, hoy debuta en Chile y...”. ¡¿Qué pasa?! Me están agarrando el pelo, seguro me están agarrando el pelo. ¡¿Quién mierda es este pendejo?! ¡¿Quién mierda se atreve a llamarse Mariano Infante?! Suena el teléfono. Miro la pantalla, es mi editor. No voy a contestarle. “Mariano, ¿estás ahí?, ¿cómo estás? Sucedió algo inesperado. Sucedió algo no muy bueno para tu carrera literaria. Hoy apareció en todos los medios un tipo que se llama igual que tú, es un actor, un tipo de unos treinta años... un aparecido... bueno, pero estaba pensando si en tu novela agregamos además de Infante, tu segundo apellido... llámame, que la novela va a imprenta el viernes y tenemos que resolverlo pronto... No es tan terrible tener que agregar tu segundo apellido, ¿o no?”. ¡A la mierda! ¡Cagué! Escucho cómo los autos pasan por la calle, un bocinazo, otro, otro, miles de bocinas. Unos tipos se ríen. ¡Estarán celebrando el triunfo de Mariano Infante a secas, el actor, sin segundo apellido! Miro por la ventana y mi vecina, la llorona, tiene encendido su televisor. La muy tonta lo habrá encendido para ver las noticias de medianoche y enterarse de lo último de Infante. No tengo televisor. Enciendo la radio. Siento que mi boca se seca. Siento la rabia, la decadencia de mi carrera literaria. Ese maldito debe morir. ¡No!, pasará a ser un mito, lo adorarán y venderán chapitas para las colegialas. ¡No!, pero sí, debe morir. Busco la Cooperativa. Seguro ahí dirán algo. No me equivoco: “Hoy triunfa en las tablas Mariano Infante, joven promesa, actor, estudió en Francia y hoy vuelve a Chile y debuta con su obra Momias, del cual es director y actor”. ¡Imbécil! “...en entrevista exclusiva con cooperativa dijo acerca de su carrera: bueno, lo primero es que no quiero que me confundan con el escritor...”. ¡Maldito! “...ya me lo han preguntado varias veces, yo soy Mariano Infante a secas, creo que él firma sus libros con su segundo apellido”. ¡Mentira! ¡Maldito! “...bueno, desde que llegué a Chile he sido muy bien recibido. El movimiento cultural y la diversidad en Chile es maravillosa...”. ¡Hueco de mierda! “...me he encontrado con muchas sorpresas, carreras de gestión cultural, diplomados...”. ¡Este es un imbécil! ¡Me están tomando el pelo! ¡No podré publicar, me asociarán con este imbécil! Vuelvo al google, lo necesito. Entraré a cada una de esas páginas. Ahí debe salir algún contacto de este pendejo. Voy a salir a buscarlo. Debe andar celebrando en los bares de Lastarria o en los bares ultra urbanos y electrónicos. Voy a abrir cada uno de los links que encuentre. Buscaré una foto. Aquí está el desgraciado, es atractivo, delgado, viste de negro, peinado punk, debe andar con la misma ropa que sale en la foto, quizás ya tuvo sexo con mi vecina y la mexicana juntas. Voy a salir a buscarlo, ¡Maldito! ¡Él deberá usar su segundo apellido, él viene llegando, yo no, yo soy Mariano Infante y tengo mi prestigio en este país! Marco el número de Patricia, actriz, ella debe saber de este tipo. Aló, Patricia. Estoy ocupada, Mariano. Patricia, es urgente, debo preguntarte algo. ¿Qué sucede?, dime rápido que estoy ocupadísima. ¿Conoces a un actor que se llama Mariano Infante y que llegó hace unos días a Santiago? ¿Para eso me llamas, imbécil? No conozco a ningún otro imbécil llamado Mariano Infante. Tuuuuuuut. Llamaré a Olavarría o al viejo Maldonado, editores de cultura. Ya habrán hecho el contacto con él, y mañana sacarán la exclusiva en sus diarios. Ellos sabrán, seguro. El whisky se acabó, necesito un trago. Creo que queda algo de ron del fin de semana pasado. Lleno el vaso. Un sorbo, sin hielo. Está dulce, tibio. Un sorbo largo, larguísimo. Me sé el número de memoria. Aló, Olavarría. Mariano, por fin apareces, tenemos ese compromiso con la editorial, debes enviar la crítica ahora, ¿recuerdas el canje que hicimos con la editorial? Te llamo por otra cosa, te enviaré la crítica... ¡La quiero ahora en mi correo o te olvidas que seguirás colaborando! Dame el número de teléfono de Mariano Infante ¡¿Te volviste loco huevón? ¿De qué hablas?! ¡¿Crees que me tomarás el pelo para no enviar la crítica?! Tuuuuuuu. Aló, viejito, viejito Maldonado, tú me vas a ayudar, necesito el número de Mariano Infante, necesito el número de ese maldito. Mariano, tranquilo, estaba esperando que me llamaras. Anota... Hotel Victoria, habitación 32, teléfono tanto y tanto. Gracias, viejo. ¿Te interesa una crítica de McCarthy? ...Te la envío, gracias viejo. Bienvenido al Hotel Victoria, si conoce el anexo, márquelo. Otra caliente más en las grabadoras, seguro será la mexicana multiplicada por mil. Tuuuuuuuuuu. Me sirvo otro ron. No sé aún lo que le diré a este pendejo. Es difícil enfrentarse a los cuarenta y cinco años con una situación así. Otro trago. Camino de un lado a otro. Gracias. Digo gracias mirando el cielo. Veo de lejos la luz de la ventana de mi vecina romanticona que parpadea, y siento deseos de ir a buscarla y darla vuelta en mi cama. Ella será mi madre y me consolará esta noche. Bienvenido al Hotel Victoria, si conoce el anexo, márquelo. Anexo 32. Aló, aló... ¿quién es?... Aló, aló... Tuuuuuuuu. Imprimo la foto de Infante. El último trago de ron, está tibio, el último, el penúltimo, el último y ya está: todo al seco. Salgo. La mujer romanticona debe ser insomne, la muy caliente seguirá masturbándose. La luz aún está encendida. Tomo mi paraguas, las llaves de mi auto, mi abrigo. El abrigo está húmedo. Dejaré encendida la luz del comedor para que la romanticona crea que no está tan sola en este mundo. Todos los demás departamentos están apagados. El computador está hibernando. En el auto, a todo volumen Nickita Serrano. Acelero, una luz en rojo, paso, otra y me detengo. Miro hacia ambos lados y paso. Otra roja y una amarilla. Un peatón se me cruza, casi lo atropello, pero lo esquivo al límite. Llevo mi celular. Me aseguro de que este imbécil esté ahí. Bienvenido al Hotel Victoria, si conoce el anexo, márquelo. Aló, aló... diga quién es... Aló. Tuuuuuuuuu. ¡Es este imbécil! Tomo Bilbao y bajo a toda velocidad. Veo, de lejos, que los pacos están en la esquina controlando. Bajo la velocidad. Subo la música. Ellos me miran. Me observan, me miran, me miran y no me detienen, me miran y no me detienen. “Casi”, imagino estúpidamente. Bajo la música y subo la velocidad. Voy a noventa, a cien, ciento veinte kilómetros por Bilbao a buscar a este maldito pendejo de mierda que me ha robado el nombre. Una luz roja, la paso, otra y vuelvo a pasarla. Hotel Victoria, calle Monjitas. Me estaciono a dos cuadras. Me bajo del auto y tomo mi paraguas, estoy tranquilo, ahora debo dejar que las cosas sucedan. Bienvenido al Hotel Victoria, si conoce el anexo, márquelo. Anexo 32. Aló... ¡¿Vas a contestar o pido que la operadora me reconozca el número, y luego llamamos a los pacos?! Tuuuuuuut. Suena mi teléfono. Este pendejo habrá reconocido mi número. Miro la pantalla y es Olavarría. ¡¿Qué quieres?! Estás despedido. ¿Cómo que estoy despedido? No me has enviado la crítica, marqué tu número fijo y no estabas. ¡Borracho! Seguro que mañana a las once de la mañana estarás hecho un trapo y me llamarás diciéndome que estás con mal de amores, que eres un pobre abandonado, y etcétera, etcétera. No, Mariano Infante, ahora te la verás con la editorial. No te publicarán, ya que debes más de diez críticas y los libros los arrumbas junto a tu computador y los lees por placer. Este es un trabajo, alcohólico de mierda. ¡Yo publico donde quiero, Olavarría! No creas que es por ese canje ordinario que me van a publicar. ¡Hasta pronto, viejo! Tuuuuuuuuuuu. Siento cómo el ron sube a mi cabeza, la mezcla de whisky y ron no es la mejor. Siento cómo mi cabeza hierve a ochenta grados. El google, maldito google. Este Infante me las va a pagar. Ese Infante va a desaparecer hoy de la tierra y se irá derecho al infierno. Siempre estuve preparado para matar a cualquiera que se me cruzara en el camino. Mi carrera literaria, mi nombre en el google, mi nombre en el google es mío. Mañana aparecerá muerto en los diarios, en la cooperativa, en la tele, y deberán poner su nombre completo. Decir que era el actor aparecido y no Infante, el escritor de renombre. Mariano Infante tanto y tanto, el actor, murió de una bala que interceptó su cráneo medio a medio. Los sesos quedaron desparramados por el departamento en donde se quedaba durante su visita a Chile. El mayordomo del hotel dice no haber visto nada. Las mucamas dormían y probablemente los demás turistas estaban ebrios en el bar del Hotel. Se teme sea el asesino de hombres famosos. Se teme que vuelva a atacar en los próximos días. ¡Imbéciles! Pero estaré yo, el único y real Mariano Infante, estaré para decir quién soy realmente. Me publicarán de un día para otro. Seré el que vivió y sobrevivió y además el que vende por montones. Mi nombre no se topará con el de un muerto, porque de los muertos no se habla demasiado, dicen los cristianos. Y el lolito que vino a probar fama a su país después de ir con una beca al extranjero será olvidado porque la información va demasiado rápido. Y me encargaré yo mismo de que se olviden de él y de sus nuevas costumbres extranjeras. Taparé su fama post mortum con excelentes críticas a escritores norteamericanos o europeos: Philip Roth, Anne Marlowe, Paul Auster, John Banville, Bernard Schlink y Gabrielle Wittkop. Estaré serenísimo escribiendo todas las críticas que debo y los cuentos por encargo que tengo para las antologías temáticas: cuentos de ciudad, cuentos eróticos, cuentos de invierno, cuentos de muerte, cuentos de desamor y de sexo, cuentos de países y de aeropuertos. Camino. Buscaré antes un café internet abierto. Debo corroborar lo que pasa. La lluvia moja mis zapatos de cuero y siento cómo traspasa mis calcetines. Estoy ebrio. Veo que las luces de la ciudad están apagadas. Nadie en la calle. Debo entrar a internet. La romanticona y la mexicana pensarán sólo en mí. Estaré en el google. En este país de mierda si no apareces en el google, no eres nadie. Camino y no encuentro nada abierto. Me mojo los zapatos y mis calcetines absorben el agua. Camino hacia mi auto. De lejos veo el letrero del hotel Victoria. Miro hacia el tercer piso y las luces están apagadas. Tal vez debería volver a llamar y cerciorarme de que este pendejo está ahí, y que además está solo. De pronto puede estar con una mujer montada sobre él y también tendré que eliminarla a ella. El ron está en mi cabeza. Ochenta grados. Tiemblo y siento algo de sueño. Podría dormir de pie. Podría agarrar la pistola y lanzar tiros al aire, luego correr hasta mi auto y dejar esto abandonado. Un auto pasa y se estaciona cerca mío. Camino. Dos tipos se bajan y me miran sospechosos. Camina en dirección al hotel Victoria. Los observo, uno de ellos a mí. Tal vez vienen por Infante. Tal vez Infante tiene guardaespaldas y éstos son. Tal vez Infante los ha llamado porque tiene miedo. Camino en dirección a ellos. Caminan más rápido y entran al hotel. Estamos los tres en recepción. El mayordomo se ha dormido. Cabecea. Estos tipos deben alojarse en este hotel. Subimos al ascensor y yo me bajo en el tercero, ellos también. Entran a la pieza 33, yo sigo y busco el 32, el de Infante. Departamento 38, 36, 34, departamento 32. He llegado. No golpeo. No toco el timbre. La manilla de la puerta se abre, está sin seguro. Entro. Lentamente voy tanteando qué sucede aquí adentro. Enciendo una luz. Primero la cocina, está frente a frente a la puerta de entrada. No hay nadie. Aló, aló, ¿hay alguien aquí? Temo encontrarme con desconocidos. Aló. Enciendo la luz del comedor. Miro debajo de la mesa. Aló. Aló, ¿hay alguien aquí? El teléfono suena. No contesto. Voy al dormitorio. No hay nadie. He llegado. Por fin he llegado al departamento. Mi cabeza da vueltas. El ron no ha bajado. Encima del escritorio está el computador hibernando. Lo enciendo. Gigante judío en casa con sus padres en el Bronx, de Diane Arbus, mi fotógrafa preferida. Intento conectarme a internet. ¡Mierda! La página web solicitada no está disponible sin conexión. Haga clic en Conectar para ver esta página. Miro por la ventana. Necesito buscarme, encontrarme en el google. Soy Mariano Infante. Hace tres semanas que no aparece nada nuevo. Intento conectarme. Mi cabeza da vueltas. Vuelva a conectarse más tarde. El teléfono suena, miro el visor, es Olavarría. Aló, Infante, te he llamado toda la noche. Haga clic en Conectar para ver esta página. ¿Me enviarás la crítica de McCarthy? ¿Dónde estabas? ¿Por qué no me contestabas? ¡Seguro dormías completamente borracho, como siempre! Cuelgo. Haga clic en Conectar para ver esta página. Abro la ventana, tomo el vaso, mi mano agarra fuerza y lo tiro sobre el poste de luz, que seguro es el que conecta los cables a internet. Suena como una bala apresurada, como el inicio de una pequeña guerra. Del frente, se abre la ventana del único departamento que permanece todas las noches encendido, mi cabeza da vueltas, se abre la ventana, y no era una vieja romanticona, es un anciano, que me mira asustado, y me grita que soy un imbécil, que si tengo algún problema de personalidad. ** Claudia Apablaza clauapabla@yahoo.es Escritora chilena (1978). Estudió psicología y magíster en Teoría Literaria en la Universidad de Chile (http://www.uchile.cl). Hizo estudios de Escritura Creativa en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB, http://www.uab.es) y en el Ateneo Barcelonés (http://www.ateneubcn.org). Ha publicado el libro de relatos Autoformato (Lom Ediciones, http://www.lom.cl, 2006). Ha obtenido el primer lugar en el Concurso de Cuentos del Mundo Rural (2003), primer lugar en el Concurso Filando Cuentos de Mujer (Asturias, España, 2004) y primer lugar en el Concurso de Cuentos de la Revista Paula (2005), entre otros. Ha publicado en las antologías Que el libro sea la llave (Asterión, Chile, 2004), Lenguas: Dieciocho jóvenes cuentistas chilenos (J.C. Sáez Editor, Chile, 2005), Mi nombre en el Google y otros cuentos (Alfaguara, Chile, 2005) y Pozo (Lanzallamas, Chile, 2006), así como en las revistas Bilis, Los Noveles y Lanzallamas, entre otras. En 2006 obtuvo la beca que otorga el Ministerio de Cultura de Chile para realizar estudios en el extranjero. Reside en Barcelona y colabora en Literaturas.com. === 7 textos inéditos Enio Escauriza ================================= *** I Me queda grande la palabra hambre mi barriga es casa en tiempo de comida quemada soy un sitio cerrado que se restriega en contra de las papilas la verdad es que los solos siempre buscamos donde comer, te busco, te busco y hace tiempo oigo a los Beatles mi pie titila siguiendo algún ritmo de sabana grande veo caminar a una gran hamburguesa y suena el Regueton, me culpo, suelo culparme después de las diez, tengo una dieta estricta de romper la dieta: tus secuaces duermen. *** II —A ella que aún tiene 17— Mi ombligo guarda testimonio batallas de pelusas y almohadas pesadillas de miles de camas peluches que tiré al suelo regalos de novios de naftalina y no me volví más fuerte apenas aprendí a ver más debajo de mi corazón cerca de la cintura siempre una cueva, un recuerdo. *** III Me gusta quebrar alas de mariposas prender mi IPOD y hacer que escucho lo irrefrenable digo quemar las alas de los bachacos digo brincar encima de las libélulas me gusta destruir esas pequeñas cosas irreparables digo te amo y me escondo dejo cartas de amor en el metro voy a los suburbios y grito “tengan fe” veo a Paul Newman como un Mesías, veo al Mesías, soy el enviado, nací en la época privilegiada de los [setenta. *** IV Busco entre unas cajas las tortas que dejó de hacer mi abuela los domingos sigo siendo el que corría escapado a las arepas dulces lejos del bullicio de la esquina de la gorda soy un guaral de cosas que se fueron trompo vano de teléfono público que sirve y que no sirve según sea la emergencia santo moto taxi que salta la cola perdí el miedo al peso de la costumbre ya no guardo papeles escritos con mi suerte. *** V Esta noche suenan los ratones detrás del closet arman un nido ellos sobreviven y cuando mueren chillan sus casas son una procesión de edificios invadidos esta noche escarban la pared se aplastan y pasan debajo de la puerta parecen fantasmas enanos buscando comida se meten en las casas y se agarran sus esquinas hasta que caen en la trampa y otra casa más grande la gran barriga de dios los engulle. *** VI Compilé sus ojos como textos inéditos de las mañanas he visto princesas pintando paraguas a la orilla de la playa y a ella que no habló cuando estuvo el café la recuerdo corriendo con su camarita buscando el tema de la noche y copiando estrellas componía Joropo Oriental y deslumbraba a Beethoven sabía que el pescado era secreto de sal nunca una palabra para decirla a ella su bata china y su acento de corocora podía frenar la arena cuando iba a levantarse. *** VII Fui a los matinée y bailé salsa confieso que las canchas y las minitecas hicieron ese daño terco de escaparme sin permiso llegué tarde a hurgar las ollas y otros tesoros y siempre me gustó cazar lo frío y lo recalentado no tuve buenos hábitos y dormí en litera de allí quizás el miedo a las alturas de allí quizás el tiempo imperdonable en que fui un brazo sellado un bailarín don nadie. ** Enio Escauriza enioescauriza@yahoo.com Músico y escritor venezolano (La Guaira, 1974). Tesista en la licencia de sociología. Autor de De julio a septiembre (Editorial La Espada Rota), ganador del premio Alfredo Chacón de la Escuela de Sociología de la Universidad Central de Venezuela. === Demasiado perfecta Carlos Wilfredo Trejo ========================= Lo primero que hace Laura es quitarse el disfraz de bailarina y tirarse sobre mí. Me restriega sus pequeñas tetas en la cara, su sexo en la entrepierna, las uñas en la espalda. Su cabello negro, su piel morena. Apenas puedo respirar. Y ella empuja y empuja, pidiéndome que la llame puta. Laura no es nada mío, pero se ha convertido en el centro de mi universo. Laura tiene 19. Yo estoy casado, pero ella no lo sabe. Me casé con la que había sido mi novia durante casi diez años. Le compré una casa y ella me dio dos hijos. Luego compramos un perro. Ella plancha mis corbatas y mis calcetines, me corta el cabello y me alcanza la toalla cuando salgo del baño. Buena mujer. Hasta cenamos con sus padres los fines de semana. Cuando colocas explosivos en el lugar adecuado y los activas en el orden correcto, se puede volar un edificio gastando muy poco. BUM. Una explosión controlada. De la misma forma entró Laura en mi vida. El día que cumplí los 39, mientras tomaba un vodka tonic en un bar de quinta al que me habían llevado mis amigos, mientras miraba a las meseras caminar de aquí para allá con sus faldas pequeñas y escuchaba música vieja, fumando un cigarrillo sin filtro, mientras me daba cuenta de que no tenía problemas económicos y mis amigos platicaban sus historias, me di cuenta de que no quería cumplir 40 sin haberme acostado con una jovencita. Laura... Laura había salido en el interior de una revista para quinceañeras, modelando pantalones de mezclilla, hacía unos meses. Eran apenas tres páginas en una publicación oscura, pero suficientes como para convertirla en una devoradora de adulaciones. La miré por primera vez una tarde de noviembre, bajo el fuego de un viejo edificio en llamas, y supe que sería mía. Después de aquella noche con mis amigos, comencé a mirar a las secretarias y las becarias, a las visitantes y las amigas, a las esposas y clientas. Caminaba por las construcciones donde trabajo, con mis botas de vaquero, dejando por todas partes mi aroma a Vetiver. Pero ninguna de ellas me parecía lo suficientemente atractiva, o lo suficientemente joven, o lo suficientemente delgada como para arriesgarlo todo. Pronto me convencí de que en ese lugar no iba a encontrar nada. Mi esposa me preparaba el desayuno, me guardaba sandwiches en el portafolio, me echaba un yogurt, me anudaba la corbata. Me daba un beso antes de subirme al auto para llevar a los niños a la escuela. Buena mujer. Tal vez demasiado para mí. En una ocasión, Laura se puso a cantar mientras bailaba sobre una silla a la mitad de un centro comercial. Se reía y daba vueltas agarrándose la falda. Se paraba de puntitas y me mandaba besos. Yo me tapaba el rostro y la miraba de cuando en cuando, riéndome. Ella me hacía sentir joven. Me hacía volver en el tiempo. La llevaba a los hoteles más bonitos, a los que tuvieran espejo en el techo y jacuzzi. A ella le gustaban las burbujas y tomar ron con cola. Le gustaban mis cigarros sin filtro. Le gustaba rasurarme sentada sobre mis piernas. A mí me gusta su vulva depilada y sus tetas pequeñas. “¿Te vas a casar conmigo?”, decía. No lo creo, le contestaba. Y ella hacía como que se enojaba. No vimos las mismas caricaturas, ni leímos los mismos comics, ni escuchamos la misma música, ni seguimos las mismas modas, ni vestimos ropa parecida. No tenemos los mismos sueños. No vimos los mismos programas en la tele. Lo que a mí me gusta, para ella es historia. Lo que a ella le gusta, para mí es cosa de niños. No somos iguales. Sólo nos parecemos en la cama, mientras nos revolcamos como animales, mientras ella se convierte en lobo y yo en la presa, y eso es lo que al fin y al cabo importa. Laura tiene un Pointer rojo que yo le regalé. Hay hombres que salen con las amigas de sus hermanas, o con las novias de sus hijos, pero yo no. No me fui a meter a una disco o un bar, mucho menos a un restaurante o un gimnasio. Todo eso es fácil, prefabricado. Como cazar un león en un zoológico. Quería una chica como las que veía en la calle; desconocida y hermosa. Quería comenzar de la nada para luego perderme en el fuego y elevarme al cielo, como un fénix. Laura... Todas las noches duermo del lado izquierdo de la cama. Leo unas cuantas páginas de algún libro y apago la luz antes de dormir. Mi esposa prefiere mirar telenovelas. Antes de ir a la habitación checo que los niños estén tapados, que se hayan lavado los dientes y puesto el pijama. Miro que no haya mensajes de urgencia en mi Nextel y me digo que el día ha terminado. Me doy una palmada en la espalda. Sueño con Laura. La conocí la tarde que se incendiaba un gran edificio azul lleno de vidrios. Me detuve para mirar de cerca lo que estaba pasando, y mirar a los bomberos con sus rostros llenos de tizne intentando detener el infierno. Me detuve y me quité el saco. Junto a la línea de contención estaba Laura, con el cabello lleno de ceniza. “Siempre he imaginado que el día del juicio todo se verá así”, dijo ella sin mirarme. Yo nunca había visto un incendio. Nos quedamos hasta que no hubo más fuego, luego le di mi tarjeta y le dije que me llamara si algún día se sentía sola. Laura llamó al día siguiente. Se había escapado de su casa el día que su padre se cansó de sus llegadas tarde, de sus berrinches. Le dijo que ahí se respetaba un horario, que esa era una casa decente. Y ella se fue a vivir con una de sus amigas que le consiguió trabajo como edecán. A Laura le gustaba la fiesta. La siguiente ocasión que la vi, ella vestía de negro. Me dijo que venía de trabajar. Apenas y si mencioné algo sobre mí. Le dije que íbamos a cenar juntos y después, si quería, nos iríamos a bailar. Ella dijo que sí y subió al auto. Cenamos pizza y bailamos en el Buldog. La primera noche que pasamos juntos, ella venía de la escuela; calcetas a la rodilla y camisa marinera. Salimos a carretera y luego nos metimos a un hotel-garage. Cerramos las cortinas y subimos a la habitación. Ella me dijo que no traía ropa interior. Me dijo que le gustaba que la llamaran puta mientras la penetraban. Me dijo que me quitara los pantalones. “¡Es enorme!”, dijo. “Me vas a partir en dos, bebé”. Mentirosa, le dije. “Deberías quererte un poco más”. Hacía mucho que no lo hacía tres veces en una sola noche. Honestamente, me sentí culpable. Cuando eres joven, quieres cantidad. Lo haces una vez tras otra, como animal. Cuando te vas haciendo grande y llega la rutina, suples la cantidad con la calidad. Pero cuando se junta la fuerza con la experiencia, la mezcla puede partir al universo en dos. Laura lo hacía posible. Laura sacaba lo mejor de mí. Al día siguiente me compré un par de zapatos, me corté el cabello y llegué a la oficina con ganas de trabajar. “Estás irreconocible”, me dijeron. “Pasa la receta”, fue otra de las cosas. Mi secretaria fue la única que dio en el clavo; “Usted tiene una aventura”, me dijo, y yo le sonreí. Al día siguiente, Laura volvió a llamar a mi Nextel. En casa, mi esposa parecía como un árbol en medio del desierto. Su cabello quebrado, su piel pálida, sus ojos cansados. Levantándose temprano para prepararme el desayuno, para vestir a los niños, para besarme antes de ir a la oficina. Caminaba por las construcciones que debía supervisar con mi aire de iluminado, algo parecido a un maestro zen, como budista en las calles del Tibet. Quería gritarle a todos que estaba feliz. Nada podía hacerme enojar. El mundo había cambiado. Era un maestro zen, un Hare Krishna. De Laura me gustaban sus senos pequeños, sus piernas bien torneadas, sus nalgas redondas. Me gustaba su cabello lacio, su boca, sus hombros estrechos. Me gustaba escucharla gritar mi nombre. Me gustaba quedarme dormido en sus brazos después de terminar. Las dos cosas que más le gustaban a Laura eran las noches de fiesta y la ropa de diseñador. Plástica. Niña televisión. Muñeca de catálogo del Palacio. A mí sólo me gustaba mirarla desnuda, tocar su cuerpo suave y firme, apretarla ligeramente, morderle las nalgas. Una noche, mientras miraba la tele y tomaba un vaso de leche, cuando los niños ya se habían ido a la cama y ya estaba a punto de irme a descansar, mi esposa dijo: “¿Qué pasa?”. Nada. “Has estado muy raro últimamente”. No. No tengo nada. Y hubo silencio. “Esta historia ya la conozco. Me lo hiciste hace muchos años, cuando éramos novios. No quiero que vuelva a pasar”. La miré de la forma más seria posible. “No quiero que vuelva a suceder”. No pasa nada. Estás alucinando, dije. “Sólo recuerda que te amo, y también los niños”. Luego, con los brazos cruzados, mi esposa abandonó la sala, dejándome con todos esos pensamientos dando vueltas por mi cabeza. No pude seguir viendo la tele. Maldición. Al día siguiente me levanté muy temprano, me bañé y me perfumé, tomé las llaves de mi Audi y salí a la calle. No besé a mi esposa ni me despedí de los niños. Manejé el auto durante una hora, dando vueltas por la ciudad, y luego me deshice de él. Ya no lo quería. Lo vendí y me compré un jeep color amarillo al que le puse una cola de zorro en la antena. A Laura le compré un Pointer rojo. La llevé a cenar a La Garufa, nos reímos un rato y luego le di las llaves del auto. Ella brincó sobre mí y me abrazó, gritando de alegría. Me besó. “¿Y qué quieres a cambio, bebé?”, dijo ella con su voz de niña tonta. Luego te digo, contesté. De vuelta en el hotel, Laura se quitó el disfraz de bailarina y se tiró sobre mí. Olí su cabello negro, su piel morena. Y comenzó a restregarme sus pequeñas tetas en la cara, su sexo en la entrepierna, las uñas en la espalda. Yo apenas podía respirar. Y ella empujaba y empujaba, pidiéndome que la llamara puta. Laura era el centro de mi universo, pero la detuve. Tenemos que dejar de vernos, le dije. “¿Qué?”. Eso es lo que te pido a cambio. Quiero que dejemos de vernos. “No puedes hablar en serio”. Pues no me estoy riendo. “¿Ya no me quieres?”, dijo. Y no le contesté. Laura se puso de pie, levantó el disfraz de bailarina, me miró un momento. Le temblaban los labios. Se quedó de pie delante de mí, sin decir nada, casi un minuto. Yo me arreglaba la camisa y me limpiaba sus besos de la cara. Laura... El auto es tuyo. Considéralo un pago por toda la felicidad que me has dado, le dije. Sé que sabías que lo nuestro no iba a funcionar. Son veinte años. “¿Te doy vergüenza?”. Nada de eso, dije. Y pensé en mi esposa. Sin decir más, Laura dio media vuelta y salió de la habitación. SLAM. Y mi corazón se desgajó como el papel tapiz de una casa vieja. A los dos días la volví a ver en un centro comercial. Ella iba de la mano de uno de esos jovencitos que se visten con pantalones apretados y muñequeras con incrustaciones de metal. Los dos se besaban con furia. Él le agarraba las nalgas con fuerza, jalándola hacia sí. Niña televisión. Muñeca de catálogo del Palacio. Por suerte, Laura nunca me vio. Y yo me fui con las manos en los bolsillos. Esa noche, cuando llegué a casa, cansado, besé a mis hijos y luego a mi mujer. Dormían. Me puse el pijama y me metí bajo las sábanas, escuchando su respiración. Con la luz de la luna entrando por las cortinas, y los dedos cruzados sobre el pecho, recordé que la próxima semana era mi cumpleaños. ** Carlos Wilfredo Trejo sol32_99@yahoo.com Escritor mexicano (México, D.F., 1977). Trabaja como encargado de compras en una compañía fotográfica. Su obra permanece inédita. === Poemas Miguel Aguado Miguel ====================================== *** La soledad presa Dio dos pasos al frente. Se detuvo. Demasiado pequeño el calabozo. Chirrió la puerta el último sollozo. Sola se vio. Su llanto ella retuvo. Por la ventana nada se veía, la luz externa dentro se filtraba, el cálido sol, sólo se auguraba; el claro distinguía noche y día. Deambulan sus ojos por el muro, su figura se aprecia pensativa, ambos soles cerró, traga saliva, de sus pupilas rueda joyel puro. Se levanta. Un paseo da nerviosa. Se para. Sigue andando. Se detiene. Atenta escucha, su hálito contiene. Defraudada camina lacrimosa. En el catre se sienta; hondo respira, resuella, asoma el llanto. Manantiales afloran gemas. Lúcidos cristales limpian su corazón mientras suspira. Las lágrimas lavaron su alma plácida. Tranquila se alza, mira la ventana, cielo azul, nube blanca ve lejana; sólo un trozo de cielo. Visión ácida. A su celda regresa. Mas pasea, trajina. La litera es su remanso. Se levanta, se tumba, halla descanso. Aburrida bosteza, balbucea. Cayó la noche triste, despiadada; de soledad el ansia se acentúa, cierra sus ojos, sola continúa, duerme, sueña, se siente desolada. Se mezclan la acidez y la amargura, aparece con rostro atribulado; el día en la pared queda marcado, escrito y confirmado en la clausura. Pasan días y pasan las semanas, gana a la soledad por compañera, ambas juntas soportan la collera, las jornadas disfrutan como hermanas. Amanece. Distinto día llega. Mismas luz, claridad, monotonía. Vulnera la pared el nuevo día. Idéntico trajín. La misma brega. Tumbada sobre el catre absorta mira el cielo azul, la nube fricativa. Su memoria el rocío agita, aviva. Se levanta furiosa. Brama ira. Ligera marcha, rápido camina, fuerte pisa, potente ella vocea, vibra el suelo, paredes tambalea, su mal humor estalla, se amotina. En el centro del cuarto mira arriba, se acerca a la ventana veloz, mira, la golondrina vuela, raudo vira, de su campo la pierde, fugitiva. Cuando salga tendré mi libertad, como tú cambiaré de territorios, las noches mudaré de dormitorios, la amistad gozaré con lealtad. Posóse un pajarillo en la ventana, en su pico portaba una ramita. Se fue. Vuelve. Repite su visita. En construir su nidal vivaz se afana. La mujer cada día el nido observa, a diario al ave acecha. A su hogar huye. Por engüerar la hembra se recluye, ni se enfada, ni enoja, ni se enerva. Cinco pollitos duermen. Llega el padre. Sobre pescuezos rígidos, que aguantan, descomunales bocas se levantan. Impacientes no esperan a la madre. Vacío el nido un día apareció. Lo esperaba, lo siente y más le duele. La fuga a desconsuelo intuyo huele. Soledad creció. Más sola quedó. Siempre por soledad en compañía, ¡qué agradable sentirse en su presencia, cuando las demás brillan por su ausencia! Si la tristeza ríe, da alegría. Cielos azules, nubes caprichosas, aves de vuelos largos, emigrantes, aire con libertad hendéis, errantes, esclavas sois de leyes imperiosas. De libertad privada, libre soy. En este espacio, cuanto quiero hago, por el exterior vago, en él divago. Pero en realidad, gravada estoy. Media mañana. Alguien me visita. La puerta se abre, nadie la condena. “Eres libre. Cumpliste ya tu pena”. En par el cielo se abre al eremita. Tristes son las alegres castañuelas, del villancico su leticia es poca; renacer a la vida, al fin, me toca. Correr libre podré con las gacelas. Alcanzo la ciudad. Hay muchas gentes. Todos preocupados van con prisas, perdidas las miradas, sin sonrisas, pasean su presencia, estando ausentes. De almas rodeada sola me hallo. Las personas me empujan, todas callan, apresuradas marchan, se amurallan. No me gusta el ambiente. Presto estallo. ¿Donde estás, soledad?, ¡mi compañera! Allí te abandoné, triste figura. ¡Quién recobrar pudiera tu ternura! La soledad es más sola aquí fuera. Noche. La claridad no se atenúa, la paz de las tinieblas nunca llega, me encuentro toda sola, sin colega. ¡Amiga!, mi destierro se acentúa. Triste, la oscuridad ver de la noche, triste, la claridad no ver del día, amargura no haberte, ¡amiga mía! Mañana a verte iré. Tomaré el coche. ¡Mañana! La encontraron solitaria. Su coche, la oquedad de un viejo roble. Tuvo su amiga lealtad muy noble. ¡Sola con Soledad!, una plegaria. *** Nuevo soneto Sílabas once, los versos contienen métrica bárbara, rima perfecta, sexta el acento cadencia detecta, Cuarta y octava, buen ritmo retienen. Rimas combinan, estrofas se obtienen, mezclan estrofas, poema proyecta, surgen sonetos, balada selecta. Todos de Italia conocen provienen. Gusta en la corte, Petrarca lo exporta, Llegan Boscán y Marqués Santillana, todos lo estudian, su métrica importa. Gaita gallega olvidada temprana, prima y la cuarta con séptima portan tildes que dan la cadencia lozana. *** Soneto en gaita gallega Versos catorce contiene el soneto, sílabas once con dedos contadas, tilde acentúa las sextas forzadas. Fácil nos es contemplar su esqueleto. Dos serventesios, mejor si cuarteto; rimas, perfecta o total, abrazadas, tiento, elegancia al mostrar bien hiladas frases, ideas, proyecto completo. Siguen tercetos con rima distinta, mezclan abrazos, cadenas a gusto, vierten las musas regueros de tinta. Halla al final un remate robusto, sea el adorno que envuelve con cinta, tajo, razón, reflexión, tiempo justo. Del soneto me asusto. Claras ideas haber es preciso, frases; concepto desnudo y conciso. *** Juventud Zejel Tiene su mayor virtud la niña en su juventud. Audaz la niña traviesa se esconde bajo la mesa, allí permanece presa simulando esclavitud. Tiene su mayor virtud la niña en su juventud. Por doquier la niña bulle, si para, presto rebulle, por jugar come y engulle todo hace con prontitud. Tiene su mayor virtud la niña en su juventud. Imposible estarse quieta se mueve como un atleta, jacarandosa silueta se mueve con inquietud. Tiene su mayor virtud la niña en su juventud. La muchacha evoluciona, su feminismo eclosiona, se convierte en una dona, deleita su plenitud. Tiene su mayor virtud la niña en su juventud. *** Décimas La veleta gira al viento, en el aire garabatos graba. Son signos baratos. Según pongas el acento aparecerán relatos, aventuras de piratas, novelas en separatas. Disfrutarás las comedias, te excitarán las tragedias, cursarás obras novatas. Se usan palabras agudas para batallas campales, también combates navales, rivalidades sañudas, lides y riñas triviales. Por un trocito de tierra hombres declaran la guerra. Lejano truena el cañón; las tropas marchan al son, el futuro les aterra. Recurre a palabras llanas: escribirás poesía preñada de fantasía, te runrunearán nanas rebosantes de alegría. Su lectura serán mantos plenos de tropos y encantos. Nos alzarán de este suelo, remontando al tercer cielo, y unirás tus propios cantos. Si gastas voces esdrújulas, lenguaje de serafines, perdido entre los jardines andarás buscando brújulas que te orienten a tus fines. Las palabras cual pinceles pintarán escenas fieles, narrarán la realidad con áspera claridad mezclando mieles e hieles. *** La jardinera Cada día cuando bajo encuentro a una jardinera que cumple con su trabajo regando con la manguera Madrigal Ayer, cuando marchaste, con sus ojos las flores te siguieron, de sus labios mil besos desprendieron agradeciendo cuánto les regaste. Con las brisas jugando, bailando al son del viento, al peatón la vista deleitando, sus corolas luciendo, dando aliento tapizaron el día. Olor, color, frescura, paz, dicha y alegría diseminó, mujer, tu rociadura. *** Epitafio Nada traje a este mundo, nada pienso llevarme, sola mi piel ya sobra para amortajarme. *** Epitafio Si en lugar de irme, me sacan, si incapaz de andar, me llevan, si mis virtudes destacan... Gusanos en mí se ceban. *** El romance El romancero es el verso que brota del pueblo llano, expresa nobles sentires con corazón en la mano. Usa vocablos corrientes, no utiliza el diccionario. Lo canta alegre el patán al empotrar el arado, lo canturrea el labriego que va delante del carro, lo entona la espigadora por rastrojos asolados. En verano gusto da oír el cante lejano que a nuestros oídos llega con alegre desparpajo, o nostálgico recuerda, con acento desgarrado, las penas y desamores de las familias del campo. La zagala que a sus vacas apacenta por los prados, aburrida ayer cantaba cuando llegaba el ocaso. Al sol hoy canta, y anima a acostarse más temprano; encontró amor, y la espera tras recoger el ganado. La muchacha alegre afina soleares y fandangos. En la copla viaja su alma, cruza montes y barrancos, el valle entero se inunda de aleluyas y entusiasmo. Joviales las vacas mugen mientras sacuden su rabo. De alegrías y contentos colman las flores el campo. Hoy en la iglesia repican las campanas con agrado, a la parroquia congregan y demás del vecindario. La zagala de este pueblo, con un vecino del campo se unirán en matrimonio, oficiará el señor párroco. ** Miguel Aguado Miguel m_aguado2000@yahoo.es Escritor español (Estepar, Burgos, 1934). Su obra permanece mayoritariamente inédita. === Metáforas financieras Marcela Adaros Rojas ======================= Lord Byron no había muerto. De alguna extraña manera sobrevivió a las fiebres y a las sanguijuelas de su médico personal, conservando sus mejillas frescas y la ardiente mirada de libertino. El fenómeno no tenía explicación científica, pero sí el mismo olor a inmortalidad que despidieron para siempre Homero, Dante y Rimbaud. Para él en particular la situación era un despropósito, porque todo poeta romántico buscó morir en la plenitud de la vida, dejando los más bellos despojos, en un evento entre heroico y trágico, y ojalá, levitando de fiebre en el sucio camastro de una marisma griega. Pero así se habían dado las cosas, y las paradojas del tiempo nunca fueron problema para Byron. El Sexto Lord era el mismo de siempre, pero vistiendo un moderno abrigo de corte impecable, confeccionado a mano por un oscuro sastre virtuoso de la calle Román Díaz, camisa blanca, corbata de seda y el ambo gris resaltando el azul intenso de sus ojos y sus hambrientos y gordezuelos labios rojos. Portaba un maletín de cuero Genuine Leather y trabajaba freelance en la empresa más importante de un país exportador de metal rojo cerca de Las Antípodas y casi esquina Finis Terrae, al cual llegó casualmente, en busca de selvas umbrías, alfombradas de hojas húmedas, todas fragantes en su dulzona y vegetal podredumbre, con el único objeto de caminar por ellas sintiendo cómo se trizan las horas. Siempre le gustaron los lugares exóticos, sobre todo ahora y en la hora en que esa viscosa sensación de aburrimiento con su amante de turno lo dominaba, entonces tomaba sus bártulos y enfilaba con ese airecillo bizarro rumbo a Venecia mi alma, a probar otras libertades y otros amores, hombres, mujeres, nada importaba a su solitario apetito depredador. El Sexto Lord era omnívoro. Ahora no veía canales ni los rostros satinados, graciosamente perversos y enmascarados, de sus amigos y amores; pero, sí un hato de edificios grises bordados a orillas de un río turbio, puestos allí por un diseñador trasnochado, y más gente, anónimos peces verdes, navegando como barcas al garete en medio de un vaho denso, gris, asmático. Por razones desconocidas Byron se había aproximado a la Empresa y al área de mercado a futuro, pero, la verdad era que él no entendía nada de negocios, estaba recién arribando y fue llevado en vilo directo al nombramiento. Había visto cosas más extrañas en su vida. Era, en efecto, el sexto Lord Byron y había estudiado en Cambridge, y con flemático asombro de su parte, su nobleza y formación académica fue asumido en La Empresa como un impresionante postgrado obtenido en Londres. Todo terminó por definirse cuando la psicóloga que lo entrevistó estimó sobresalientes los resultados en las áreas de creatividad y liderazgo, sin mencionar el test de Rorschard, porque allí el resultado fue simplemente apabullante. Así fue como, sin querer, como siempre le ocurría, la fortuna dio el capricho de convertirlo en un ejecutivo estrella de la Empresa del Metal Rojo cuando contaba apenas 36 años. Aprendió rápido a usar el PC, se parecía tanto al piano; era buen observador y magnífico lector, en consecuencia aprendió pronto todo lo que necesitaba saber y una vez sentado frente al escritorio, sin dudar un momento, hizo lo único que sabía hacer, además de seducir, por cierto: metáforas, en las que el metal rojo operaba en denotación y la categoría de tiempo como elemento ausente e interpretado. Este apasionante juego poético producía abundantes ingresos a la Empresa, cifras que en su irresponsable memoria genética, dilapidadora de fortunas, no tenían especial significado y sí tenían un valor relativo titilando en la pantalla del computador, por lo tanto jugaba a escamotearlas del sistema como el espléndido mago que era. Nobleza obliga. Sí. El dinero era arte puro en su computador. Recordó sus tiempos de privaciones y fortunas agotadas y no puedo menos que sonreír. La vida era otra vez un elegante fandango. Era un pasajero frecuente, todo un cliente Premium de British Airways, y su vida, una sofisticada aventura, sin embargo se cuidó mucho de ser promiscuo esta vez; la Plaga del Siglo lo aterraba, de modo que sólo amaba a una mujer, y sus monógamos encuentros amorosos lo sumían en una desconocida satisfacción. Cuando regresó de su último viaje a Londres, en que se divirtió a mares buscando rastros de su vida licenciosa en Picadilly, pudo notar que finalmente había estallado la bomba. Siempre le gustó la notoriedad, pero, a decir verdad, esto era demasiado, incluso para él. Ocurrió que apenas puso un pie en la losa fue detenido por la policía y poco después se informaría de un asunto en extremo grave: había causado una millonaria deuda a la Empresa del Metal Rojo. Su rostro apareció en la prensa, con los ojos hechiceros cubiertos por sus gafas obscuras de línea italiana. Parecía un príncipe exiliado, la vulgaridad no lo rozaba. Investigaron su vida privada; intervinieron sus cuentas bancarias; interrogaron sin miramientos a su dulce amiga criolla, mientras miraban con sospecha el solitario brillante engastado en la piel de su dedo. Su abogado le rogaba al borde del llanto que se declarara culpable y confesara dónde ocultaba los millones de dólares, pero él guardó un inmortal silencio. En consecuencia, tuvo que ingresar a la exclusiva cárcel destinada a los cada vez más frecuentes miembros de la Cofradía de la Economía Liberal de Mercado, acusados de delitos económicos, mientras el abogado iniciaba frenéticamente nuevos trámites. Le fue otorgada la libertad bajo fianza mientras se nombraba un Ministro en Visita y así fue como Byron abandonó una tarde el anexo, eludiendo a duras penas el muro de reporteros gráficos que disparaban el flash a su semblante pálido y atormentado. El automóvil que lo trasladaba se perdió rápidamente en una nube de smog, seguido de cerca por un centenar de obstinados reporteros. Byron contempló impertérrito las calles sombrías por la ventana del Mercedes cromado, con todo, no lograba entender por qué esa ciudad disparatada le recordaba a Londres en invierno. Debía ser la bruma y, con una punzada de nostalgia, recordó que en esa época solía trasladarse a alguna soleada villa alquilada en las cercanías de Roma. Al día siguiente en la prensa palpitaba la más increíble noticia: simplemente Byron se había esfumado. Los aeropuertos, carreteras y pasos fronterizos habían sido cuidadosamente peinados y nada, parecía habérselo tragado la tierra. Los reporteros declararon perplejos que seguían de cerca su automóvil disparado a toda velocidad y que de pronto, nada, sencillamente lo perdieron de vista entre una nube de smog. Más tarde se sabría que su ex secretaria privada encontró una espléndida rosa roja sobre el teclado en que Byron construyera sus más elevadas metáforas financieras y, en la pantalla, suspendida sobre una hoja de texto, sólo había una solitaria línea. “La poesía no se entiende con los números. Au revoir”. ** Marcela Adaros Rojas marcelaadaros@gmail.com Escritora chilena (Coquimbo, 1963). Profesora de estado en castellano y filosofía y doctora en ciencias de la educación. Académica de tres universidades de la ciudad de La Serena. Mantiene un blog en http://www.atinachile.cl/blog/u33774. ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “Amargo precio del poema, las nueve sílabas del verso; una de más o una de menos lo alzan al aire o lo condenan. Somos el ajedrez de un río, el naipe siempre entre dos lumbres; caen las caras y las cruces a cada curva del camino. Cae en el verso la palabra, en el recuerdo llueve el llanto, cae la noche, cae el pájaro, todo es caída amortiguada. ¡Oh libertad de no ser libre, golpe de dados que desata la sigilosa telaraña de encrucijadas y deslindes! Como tu boca a la manzana, como mis manos a tus senos, irá la mariposa al fuego para danzar su última danza”. Julio Cortázar. En: Salvo el crepúsculo (1985). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. 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