~~~~~~~~~~~~~~~ Año XII Cagua, Venezuela Nº 184 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 7 de abril de 2008 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ ISSN: 1856-7983 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | Andrés en la blogosfera. / Desiertos creativos. / Amor | Breves risueño. / Escritoras ganadoras. / Letras en pantalla. / | Recital en la mezquita. / Hank tiene resaca. / Bennett | en Bilbao. / Por Pizarnik. / Con maestría. | | Aymer Waldir Zuluaga gana el Concurso Mundial de Poesía | Noticias Erótica. Letralianos obtienen tres primeros lugares y | una mención. / Publican libro póstumo de Francisco | Umbral. / Falleció el escritor británico Arthur C. | Clarke. / Murió la poeta colombiana Matilde Espinosa de | Pérez. / Fallece el escritor español Rafael Azcona. / | Letralia nuevamente finalista de los premios Stockholm | Challenge. / Buenos Aires declara a Mario Vargas Llosa | visitante ilustre. / Casa de José Ángel Valente será la | Casa de la Poesía de Almería. / Catalina Parra gana | Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández. / | Sergio Pitol recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes. | / Fernando Báez asumió dirección de Biblioteca Nacional | de Venezuela. / Jorge Edwards gana el Premio | Planeta-Casa de América. / Marisela Guevara Sánchez | designada presidenta del Cenal. / Recordarán a José | Watanabe en el primer aniversario de su muerte. / Junot | Díaz obtiene el Premio Pulitzer. / Arte en pequeño | formato se expone en Maracay. / III Semana de la Nueva | Narrativa Urbana realizarán en Caracas. / Periodismo | digital será analizado en la Complutense. / Cincuenta | novelas colombianas y una pintada presentarán en Bogotá. | / Ana Enriqueta Terán será homenajeada por La Librería | Mediática. / Novela y cine negro serán debatidos en | Salamanca. / Publican último tomo del Diccionario de | escritores mexicanos siglo XX. | | Hermano Cerdo. / La Porte des Poètes. / Sistema Nacional | Literatura de Talleres Literarios - Aragua. / ArteLista.com. / | en Internet Fundación Prolectura. | | “La poesía de Octavio Paz”, Harold Alvarado Tenorio. / | Artículos y “Leyendas feroesas: la foca mujer”, Juan Franco Crespo. | reportajes / “En escucha de pensamiento”, Ernesto Fernando | Iancilevich. / “Matilde, has partido hacia tierras | lejanas”, Lidia Corcione Crescini. / “José Alejando Peña | en su poesía”, Rafael Rattia. / “Hay días en que | amanezco muerto (O cómo amanecer vivo en una calle | muerta)”, Íos Fernández. / “En eso estamos, de Wilson | Armas Castro”, Aldo Roque Difilippo. | | Moraima Rodríguez, en comunión con sus fantasmas: “El | Entrevistas escritor es un trashumante”, entrevista por Rafael | Ortega. / José Eugenio Sánchez: “Me gusta que la poesía | tenga otras posibilidades como el video, la postal, el | performance, la danza”, entrevista por Augusto | Rodríguez. | | “Gravitación del alma. Acercamiento a Las flores del mal | Sala de ensayo de Charles Baudelaire”, María Eugenia Betancourt. / “La | belleza del pensar. La poesía de Alfredo Silva Estrada”, | Lubio Cardozo. / “Superficies de escritura”, Rafael | Fauquié. | | Poemas de Jemimah Rivera. / “Anayan, un sueño antes de | Letras morir”, Sergio Gelista. / “Poeta de utilidad pública”, | Manuel Orestes Nieto. / “Días de junio (un relato)”, | Manuel Cabesa. / “La muerte llevaba vendas en los ojos”, | José Geraldo Neres. / “Secretos de familia”, Marcela | Adaros Rojas. / “Metamorfosis del silencio”, Johanna | Rozo. / “¡Coca, papito, coca!”, Carlos Duarte Merino. / | Poemas de Francisco Wong Matos. / “Imagina”, Raquel | Blasco Sánchez. / Poemas de Alejandra Barbery. / Dos | relatos de Marianela Cabrera Pineda. / “Estampas de | nostalgia”, Clinia M. Saffi. / “El Topo y la Estrella”, | Marta Juárez. / “Monólogo entre dos”, Rafael Batista | Cáceres. / “Mensaje a una amiga”, Marcial Fonseca. | | Raymond Chandler. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| Andrés en la blogosfera. El escritor español Andrés Pérez Domínguez acaba de dar forma a dos bitácoras mediante las cuales estará en contacto con sus lectores. El factor Einstein reúne reseñas, entrevistas y críticas sobre el libro homónimo de Pérez Domínguez publicado este año por el sello Martínez Roca. En La separata, por su parte, el autor publica los artículos que semana a semana desde enero de 2006 lee ante la audiencia del programa Protagonistas Sevilla, que dirige y presenta Crisrtóbal Cervantes en la emisora Punto Radio. Nacido en Sevilla en 1969, Pérez Domínguez es uno de los autores de Ciudad Letralia. Además de El factor Einstein, ha publicado la novela La clave Pinner (Roca Editorial, 2004), las novelas cortas Los mejores años (2002) y Duarte (2002), la colección de cuentos Estado provisional (2001), y el relato Ojos tristes (2001). Para finales de este año está programada la publicación de su nueva novela, El síndrome de Mowgli, que aparecerá bajo el sello Algaida. http://elfactoreinstein.blogspot.com http://laseparata.blogspot.com Desiertos creativos. Recientemente fue emitido el veredicto del Concurso de Minicuentos “Los desiertos del angel”, organizado por la Secretaría Sectorial de Cultura del estado Aragua, en Venezuela. Los jueces, Marcos Veroes, Héctor Torres y Manuel Cabesa, decidieron por unanimidad otorgar el premio al relato “Espirales”, firmado con el seudónimo “Markehim”, en virtud de su “concentrada estructura, resolución de la anécdota, además del buen manejo del lenguaje, de la tensión y la voz narrativa”. Al abrir la plica, el autor del relato ganador resultó ser Jhoerson Yagmour Figuera, de La Victoria. Igualmente, se concedió menciones honoríficas a los relatos “Cuando llegaron los perros”, de Isabel Rivas Alecio (Maracay); “Aprender a vivir juntos”, de Emilia Caterín Miranda Jaimes (Mérida) y “Uccello”, de Leo Villaparedes (Cagua). La entrega de los premios será, conjuntamente con la de la Bienal de Literatura “Miguel Ramón Utrera”, el próximo jueves 29 de mayo en la Casa de los Arcos, en El Castaño (Maracay), a las 7 de la noche. Amor risueño. Con portada de Marina Celeste Mariuzza y prólogo de Carmiña Cándido Daverio, acaba de aparecer bajo el sello El Taller del Poeta y por iniciativa de Marta Roldán, el libro de relatos Karma Sensual: Amor y humor, una antología de relatos eróticos que incluye textos de Sara Veiras, Milena Wetto Yanes, Alice Carroll, Pilar Pedraza Pérez del Castillo, Anabel Consejo Pano, Isabel Alí, Ronald Ariel Vargas Ovando, Darío Fernández Mira, Oscar Daniel Tartabull y Andy Javaloys. Es la tercera antología de este tipo que publica el grupo, que convoca anualmente un concurso bajo cierta premisa temática para escoger a los autores. Dice Cándido en su prólogo: “No sólo los ojos deleitará el lector, Karma Sensual despierta instintos cálidos en cada lectura. Tenemos una prosa rimada, según la autora, para reírse mejor; un relato que es un monumento a la mano y al gerundio; tenemos proliferación de ojos verdes, los personajes que se describen en diferentes relatos y por diferentes autores ostentan estas esmeraldas lo que daría lugar a un cambio del título del libro, la verdad. Traiciones disfrutadas sin conocimiento de causa, encuentros y desencuentros, cámaras ocultas, un elíxir como ingrediente secreto de la torta de manzanas, un otro yo que disfruta por partida cuádruple del sexo y muchos, muchos desentendidos”. http://www.eltallerdelpoeta.com/libros18.htm Escritoras ganadoras. El 2 de abril fue emitido el veredicto del Premio Ana María Matute de Relatos de Mujeres, convocado por Ediciones Torremozas. Han resultado ganadoras (ex aequo) la española Marta Fernández Suárez, con su relato “Manes”, y la cubana Marié Rojas Tamayo, con “La cuentacuentos”. Las finalistas son Elisabet Baurier Montmany (Barcelona, España), con “Vida parcial de una mañana insólita”; Lilian Goligorsky (Uruguay), con “Solingen”; Rosa Ribes Moliné (Alemania), con “La mirilla”, y Rosa Gladys Ruiz de Azúa (Tenerife, España), con “El canto del yacabó”. Al premio se prsentaron 423 originales y el Jurado estuvo compuesto por María Dolores de Asís, Marián Izaguirre, Antonio Porpetta y Manuel Quiroga Clérigo. El premio tiene una dotación de 1.200 euros y la publicación de los relatos ganadores y finalistas en un libro de la colección Ellas También Cuentan de Torremozas. Fernández Suárez nació en Vigo en 1978 y es licenciada en filología hispánica. Es traductora, redactora y ha participado en diversas actividades literarias. Actualmente vive en Manchester (Inglaterra). Rojas Tamayo es licenciada en comercio exterior por la Universidad de La Habana. Tiene tres libros editados y sus relatos y poemas están incluidos en diversas antologías. Fue directora de la revista Dos Islas, Dos Mares. http://www.torremozas.com Letras en pantalla. El Centro Pedagógico y Cultural Simón I. Patiño, de Cochabamba (Bolivia), inicia este miércoles 9 el taller “Literatura y cine”, con el objetivo de reflexionar, analizar e interpretar tanto la lectura de obras literarias como sus versiones cinematográficas. El taller concluirá en noviembre con tres sesiones cada mes. Mensualmente se trabajará una obra literaria con un facilitador que dirigirá la lectura y el análisis de la película. Entre ellos están Xavier Jordán, Claudio Araya, Adres Laguna, Alba Balderrama, Omar Sánchez, Omar Salinas y Romeo Marta. El último miércoles de cada mes estará dedicado a la proyección de la película analizada. El inicio será el miércoles 9 de abril a las 7 de la noche con el relato El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, y el filme Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola. Este primer mes será coordinado por Xavier Jordán. http://www.fundacionpatino.org/cpycsip.htm Recital en la mezquita. La Asociación de la Liga Musulmana en Venezuela está organizando para el jueves 10 de abril un “Recital Lírico Poético Árabe-Venezolano” y la presentación de diversos poemarios en homenaje a la Universidad Nacional Abierta en su XXX aniversario. Participarán los poetas José María Aristimuño, Bokhari Mohammadali Ibrahim, Orlando Campos R., Tere Casas, Ligia Colmenares, Migdalia B. Mansilla, Lidia Salas, Marcia Reverón, Silene Sanabria y Carmen Cristina Wolf, así como los artistas plásticos autores de plaquettes: Baldomero Higuera, Orlando Campos, María José Da Silva, Inés de Veer, Vidalia González, Milagros Marambio, Ana Teresa Pesce, Marcia Reverón, Hugo Rivero y Édgar Vegas. La actividad se realizará en la mezquita Sheik ibrahim Bin Abdulaziz al Ibrahim de Caracas (Calle Real de Quebrada Honda, Los Caobos) a partir de las 3:30 de la tarde. Hank tiene resaca. El 11 de abril estará en todas las librerías de España, publicado en la colección “Caballo de Troya” de Mondadori, la antología Resaca / Hank Over; un homenaje a Charles Bukowski, coordinada por Patxi Irurzun y Vicente Muñoz Álvarez, que será presentada en Madrid (23 de abril), Zaragoza (11 de abril), Barcelona, León, Pamplona y otras ciudades españolas. Con portada del dibujante Miguel Ángel Martín, esta Resaca incluye textos de 37 autores que rinden, mediante poemas y relatos, su particular homenaje a uno de los poetas y escritores más influyentes del siglo XX: Charles Bukowski, el mítico autor de Factotum, Hijo de Satanás, La senda de un perdedor, Escritos de un viejo indecente o Peleando a la contra y creador del alter ego Hank Chinaski. Los autores reunidos son Eva Vaz, Hernán Migoya, Miquel Silvestre, Raúl Núñez, Vicente Luis Mora, David González, Sergi Puertas, Alfonso Xen Rabanal, Karmelo Iribarren, José Angel Barrueco, José Daniel Espejo Balanza, Vicente Muñoz Álvarez, Lluis Pons Mora, Javier Marroquín, Agustín Fernández Mallo, Josu Arteaga, Pablo Casares, Kike Babas, Kike Turrón, Pablo G. Bao, Ignacio Escuín Borao, Ana Pérez Cañamares, Kutxi Romero, José Manuel Vara, Lucas Rodríguez Luis, David Murders, Manuel Vilas, Roxana Popelka, Sofía Castañón, Sor Kampana, Angel Petisme, Salvador Gutiérrez Solís, Nacho Abad, Safrika, Patxi Irurzun, Abel Debritto, Eloy Fernández Porta, quienes abarcan edades comprendidas entre los 25 años (la más joven) y los 58 años (el mayor), que abarcan desde representantes del Realismo Sucio y la llamada Generación Nocilla, hasta cantautores y vocalistas, poetas y escritores. http://hankover.blogspot.com Bennett en Bilbao. El cuento “Las dos vasijas”, del escritor letraliano Roberto Bennett (Montevideo, 1948) fue seleccionado junto con otros 24 textos para ser incluido en el libro que, como resultado del VI Concurso de Cuentos Infantiles XXVII Jornadas Infantiles de Otxarkoaga, publicará la asociación Txirula Kultur Taldea, de Otxarkoaga (Bilbao, España). El libro será presentado y leído el 13 de abril, a las 11 de la mañana, en la plaza de Ugarte, en el contexto de las XXVII Jornadas Infantiles de Otxarkoaga. En el concurso participaron 258 cuentos procedentes de 18 países, 215 en castellano y 43 en euskera. Serán publicados 6 cuentos en euskera y 19 en castellano. La edad de las personas participantes oscila entre los 9 y los 72 años. Bennett ha publicado, entre otros, los libros de cuentos Lo que arrastra el río y otras historias (1986) y El último verano (1994), así como la novela La brisa bajo mis alas (2000) y los libros sobre mamíferos marinos Delfines y ballenas, los reyes del mar (1989), en coautoría con el doctor David C. Taylor, y Animales marinos (1990), ambos traducidos al inglés y al italiano. Por Pizarnik. Hasta el 20 de abril se recibirán colaboraciones para la edición especial que en mayo de 2008 publicará la revista Herederos del Caos sobre la escritora argentina Alejandra Pizarnik (Buenos Aires, 1936-1972). “Creemos que no hay mejor tributo para un escritor que el de expresarle todos nuestros sentimientos por medio del género que mejor conocía, en este caso, la poesía; por ello esta convocatoria”, expresó el escritor Juan Carlos Vásquez, quien edita esta publicación digital. Para participar, basta con enviar a herederosdelcaos@hotmail.com un poema dedicado a la autora de Los trabajos y las noches. Asentada en San Francisco, California (EUA), Herederos del Caos es una publicación sin fines de lucro que busca difundir la pintura, la fotografía y la nueva literatura contemporánea, así como crear enlaces entre autores y ser un vínculo de conexión entre diversas formas de pensamiento. http://herederosdelcaos08.tripod.com Con maestría. Hasta el viernes 25 de abril será el proceso de recepción de documentos para los profesionales universitarios que deseen iniciar estudios de postgrado en literatura venezolana en la Universidad de Carabobo, maestría que iniciará su andadura este año bajo la coordinación de los docentes María Consuelo de Bianchi, Rocío Jiménez, Gustavo Fernández y Wilfredo Illas. Las inscripciones serán del lunes 28 de abril al viernes 2 de mayo; sin embargo, los aspirantes deberán consignar sus documentos antes. Los aspirantes deberán presentar, por ante la Dirección de Postgrado de la UC, fotocopia de la cédula de identidad o partida de nacimiento, fondo negro del título de educación superior debidamente certificado, calificaciones certificadas obtenidas en los estudios superiores de pregrado, tres fotos tipo carnet, currículum vitae, con copias de los documentos probatorios (organizados según baremo); asimismo, deberán demostrar dominio instrumental del idioma inglés, conocimientos de computación y comprobante de cancelación de arancel de solicitud de admisión, entre otros. http://tinyurl.com/3qgwa9 ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. 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El jurado, integrado por los poetas Lina Zerón (http://www.letralia.com/firmas/zeronlina.htm), de México, Rosa Tezanos Pinto, de Estados Unidos y los peruanos Luis Yáñez Pacheco, César Ángeles Caballero y José Vargas Rodríguez, tuvo bajo su responsabilidad la evaluación de 385 trabajos provenientes de 15 países. Zuluaga nació en noviembre de 1967 y es experto en informática y sistematización de datos. Estudió en el Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid (http://www.politecnicojic.edu.co), en la Universidad de Medellín (http://www.udem.edu.co) y en la Universidad Eafit (http://www.eafit.edu.co). Sus textos se han publicado en revistas literarias de España, Argentina y Venezuela, entre ellas Arena y Cal (http://www.islabahia.com/arenaycal), Magazine Proyectos, Voces (http://www.revistavoces.com) y Predicado (http://www.predicado.com). Varios cuentos suyos han sido publicados en Letralia (http://www.letralia.com/firmas/zuluagaaymer.htm). El segundo y tercer lugar del concurso fueron ocupados por las letralianas Carmen Váscones (http://www.letralia.com/firmas/vasconescarmen.htm), de Ecuador, y Elsa Levy (http://www.letralia.com/firmas/levyelsa.htm), de México, quien compartió el tercer puesto con el peruano Paúl Torres Arroyo. Váscones (Samborondón, 1958) es psicóloga clínica, ha escrito poesía, narrativa, crítica y ensayo y ha desarrollado trabajos de investigación en el área educativa. Su libro Memorial a un acantilado ganó en 1993 la II Bienal de Poesía “Cesar Dávila Andrade”, en Cuenca. Ha trabajado en instituciones de atención al niño, familia y comunidad. También psicóloga, Levy es natural de Colima y tiene diplomados en cultura jalisciense, crítica y fantasía de la literatura hacia el tercer milenio, e historia de Jalisco en el arte, así como un posgrado en creación y crítica literaria por la Sociedad General de Escritores de México (Sogem, http://www.sogem.org.mx) y un Curso Superior de Pensamiento Latinoamericano (Casa de las Américas, Cuba; http://www.casa.cult.cu). Ha ganado el Concurso Nacional de Cuento “Criaturas de la noche” (Saltillo Coahuila, 1999) y el Premio Nacional de Cuento “Juegos Florales de Lagos de Moreno” (2005), entre otros. Entre las menciones extraordinarias se encuentra otro letraliano, el escritor colombiano Dixon Moya (http://www.letralia.com/firmas/moyadixon.htm), diplomático de carrera que ocupó el cargo de cónsul de Colombia en Ciudad Guayana (Puerto Ordaz, Venezuela) y actualmente desempeña un cargo diplomático en Nicaragua. Moya ha publicado artículos en revistas de su país. También recibieron menciones extraordinarias los peruanos Willy Gómez Migliaro, Francisco León y Domingo Guzmán Huaman; los chilenos Víctor Sepúlveda Carrasco y Daniel Francisco Rojas Pachas, la colombiana Bella Clara Ventura, los cubanos Saturnino Rodríguez Riverón y Domingo Hernández Varona, los mexicanos Obed González Moreno y Mario Z. Puglisi, la argentina Mary Acosta, la boliviana Pilar Pedraza Pérez del Castillo, el hondureño Elvir Lazo y el español Sergio Oiarzábal. El jurado consideró oportuno destacar el “alto nivel de lenguaje poético, en juego resaltante con la sugerencia”, de las obras que obtuvieron tanto los tres primeros lugares como las menciones extraordinarias. Fuente: El Tiempo *** Publican libro póstumo de Francisco Umbral El sello Planeta (http://www.editorial.planeta.es) presentó este 13 de marzo el libro Carta a mi mujer, la obra póstuma de Francisco Umbral, un libro “íntimo” y “lírico”, que “nació de lo mejor y de lo más hondo de su persona”, ha reconocido su viuda María España. Estas páginas, escritas por Umbral hace veinte años y que su viuda guardó en un cajón porque estaban dedicadas a ella, completan la trilogía lírica iniciada con Mortal y rosa y Un ser de lejanías. “Umbral ha sido un ser único, al que yo quise y quiero, y que escribió este libro como homenaje a mí; uno de los últimos y más bellos homenajes que podía tener”, explicó España. La viuda de Umbral dijo que Carta a mi mujer fue escrito entre 1985 y 1986, en la calle Juan Ramón Jiménez, donde vivían, “aunque parece escrito el año pasado”, y no fue publicado antes porque siempre había un “libro más urgente y actual que publicar”. Poco antes de su muerte, el 28 de agosto de 2007, le pidió a su mujer que le pasara el manuscrito al ordenador, pero ella sólo pudo copiar “13 o 14 páginas” porque el escritor enfermó y tuvo que ingresar en el hospital. A la presentación del libro asistieron el ministro de Cultura de España, César Antonio Molina; Jaime de Marichalar, gran amigo de Umbral; familiares y amigos del escritor y un sinfín de personalidades del mundo de la Cultura. Según Molina, el libro se trata de “una crónica interior o una confesión intimista” que produce en el lector “un asombro” similar al de Mortal y rosa, la gran obra de Umbral, considerada por algunos críticos como una de las más importantes de la segunda mitad del siglo XX. España, protagonista y destinataria de la obra, “puede sentirse orgullosa del amor, la ternura y la gratitud que respiran estas páginas. Ella es el espejo, la sombra fiel, la compañera de viaje, la inspiración vital y la criatura silenciosa capaz de dar un ruidoso sentido al silencio, de llenarlo y de humanizarlo”, señaló el ministro. Carta a mi mujer cabalga entre varios géneros o, mejor dicho, inaugura “un género inédito, casi experimental, dominado por una manera apasionada de escribir”, afirmó Molina, para quien “la emoción” que provoca esta obra reside en “la íntima confesión del autor sobre la vida, sobre la importancia de las cosas pequeñas que le rodean y sobre la huella de lo perdido”. Para el poeta Pere Gimferrer, autor del prólogo del libro, Carta a mi mujer es una obra “muy seria y muy patética”, escrita por un hombre que observa que su vida se termina y lo hace “desde el punto de vista de un hombre que vive con su pareja”. El poeta dijo que se trataba de “uno de los libros más conmovedores e interesantes de Umbral”. El libro, de 173 páginas, trascurre en una casa de campo cercana a Madrid y tiene una gran carga lírica que Umbral combina también con una ironía socarrona en la que la vida real y la inventada se entremezclan. El autor escribe sobre las pérdidas cotidianas; sobre lo efímero del mundo, sobre la vejez, la amistad, el deseo, e incluso el sexo. Según ha explicado Gimferrer, Umbral tenía la certeza de que el “decaimiento” y la muerte le llegaría antes que su pareja y escribió estas líneas de “profunda gravedad”. Umbral falleció el 28 de agosto de 2007 en Madrid a los 72 años. Planeta quiere “mantener vivo el espíritu” del escritor y tiene intención de publicar la antología de textos Hojas de Madrid y también una selección de poemas inéditos, que aparecerá el próximo otoño. Fuentes: CNN+ • EFE • Europa Press *** Falleció el escritor británico Arthur C. Clarke El escritor británico Arthur C. Clarke, cuya obra hizo aportes tanto a la ciencia ficción como a los descubrimientos científicos, falleció a los 90 años el pasado 19 de marzo, en un hospital de la capital de Sri Lanka, donde residía desde 1956. En los últimos tres meses, Clarke había sido hospitalizado en varias ocasiones debido a insuficiencias respiratorias. Entre los más de 90 libros que escribió en su prolífica carrera literaria, Clarke —que había recibido el título de caballero inglés en 2000— es autor de El centinela, el relato que Stanley Kubrick llevó al cine como 2001: Odisea del espacio. Además, fue matemático y físico, sentó las bases de los satélites en órbitas geoestacionarias como centros de telecomunicaciones y se desempeñó como comentarista televisivo de las misiones Apolo a la Luna. Clarke nació en 1917 en Somerset, Inglaterra, y fue desde niño un aficionado a la astronomía. Su familia se mudó a Londres en 1936 y Clarke se unió enseguida a la Sociedad Interplanetaria Británica (http://www.bis-spaceflight.com) —que presidió durante dos períodos años más tarde y cuya sede central terminó instalada en su casa— y comenzó a escribir ciencia ficción. Durante la Segunda Guerra Mundial, Clarke sirvió en la fuerza aérea británica como especialista en radares y participó en el desarrollo de un sistema de defensa con esa tecnología. En 1945, en un artículo científico, planteó por primera vez la idea de que los satélites podían ser centros de telecomunicaciones. Estos trabajos le valieron varios reconocimientos, entre ellos que la Unión Astronómica Internacional (http://www.iau.org) bautizara “Clarke” a la órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros sobre el Ecuador. Después de la guerra, Clarke realizó estudios en física y matemática y simultáneamente comenzó a escribir ciencia ficción. Su primer relato, Partida de rescate, se publicó en 1946. Su nutrida obra literaria —que destaca el optimismo por el progreso científico, los encuentros con culturas superiores y su interés por los fenómenos paranormales— lo convirtió en un gran divulgador. En los 50, sus obras fueron de tipo humanista-utópico, como El fin de la infancia, La ciudad y las estrellas y El centinela, de 1951. El éxito del film, que ganó un Oscar, fue tan grande que Clarke convirtió el relato en una novela que llamó igual que la película. A ese libro le siguieron tres más de la misma serie. En 1969, cuando era considerado el principal profeta de la era espacial, Clarke se unió a la cadena CBS (http://www.cbs.com) para narrar junto al astronauta Wally Schirra la llegada del Apolo a la Luna. Años después tuvo el mismo papel en las misiones Apolo XII y Apolo XIV. En los 70 se destacaron Cita con Rama —que abrió una serie que tuvo tres libros más— y Fuentes del paraíso, ejemplos de la llamada “ciencia ficción dura”. Una última etapa, a fines de los 80 y los 90, se caracterizó por un perfil más político y social, como en Factor detonante o Sismo grado 10. Desde 1956, Clarke vivía en Sri Lanka, siguiendo su interés por la exploración submarina. En 1998, el diario The Sunday Mirror (http://www.sundaymirror.co.uk) divulgó acusaciones de pederastia en su contra, que nunca se confirmaron. En 1953, Clarke se casó con la norteamericana Marilyn Mayfield, pero el matrimonio duró sólo seis meses. Fuentes: AFP • EFE • La Nación *** Murió la poeta colombiana Matilde Espinosa de Pérez El pasado miércoles 19 de marzo falleció en Bogotá, a los 98 años, la poeta colombiana Matilde Espinosa de Pérez, una de las autoras más reconocidas de su país, donde es considerada una de las fundadoras de la poesía contemporánea. Espinosa de Pérez escribió catorce libros de poesía: Los ríos han crecido (1955), Por todos los silencios (1958), Afuera las estrellas (1961), Pasa el viento (1970), El mundo es una calle larga (1976), La poesía de Matilde Espinosa (selección, 1980), Memoria del viento (1987), Estación desconocida (1990), Los héroes perdidos (1994), Señales en la sombra (1996), La sombra en el muro (1997), La ciudad entra en la noche (2001), La tierra oscura (2003) y ¿Uno de tantos días? (2007). Durante 50 años de oficio literario recibió varios reconocimientos por su trabajo literario, como la Condecoración Gran Orden del Ministerio de Cultura, por más de 40 años dedicados a la poesía y como precursora de la poesía social en Colombia (Bogotá, 1998), o la condecoración recibida durante el Encuentro de Mujeres Escritoras (2006), entre otros. Ha sido incluida en varias antologías y estudios críticos sobre la poesía colombiana y latinoamericana y su trabajo se ha traducido a varias lenguas. Espinosa nació en Tierradentro en 1906. En 1929, a los 16 años, celebró su primer matrimonio con el pintor Efraim Martínez, matrimonio del que nacieron sus dos hijos: Manolo (periodista asesinado por un sicario, padre a su vez de Fernán Martínez Mahecha, periodista y actual empresario del cantautor Juanes) y Fernando (también periodista, muerto en accidente de tránsito). El matrimonio se terminaría, según Espinosa, por el “mal carácter” de su esposo, que “fue suficiente para que nos separáramos”. En 1948 contrajo segundas nupcias con quien fuera su abogado durante el divorcio, Luis Carlos Pérez. “Lo contacté a distancia, yo en Cali, él en Popayán, le di el poder, hace el alegato, gana el pleito, viene a Cali, nos conocemos y se enamora de mí”. La escritora fue, además, dirigente del Comité Central del Partido Comunista de Colombia. Con un estilo literario contemporáneo se inició en la poesía en 1955 con Los ríos han crecido. En sus escritos abogaba por los desprotegidos y hacía un retrato literario de la violencia individual y colectiva de Colombia. Su estilo estaba distanciando del lirismo tradicional de la poesía femenina. Hablaba y leía francés y estudió a fondo los clásicos de la literatura universal. Vivió en Popayán, Cali y, en los últimos 70 años, en Bogotá. Su casa en los cerros del barrio El Castillo era un refugio para tertulia literaria de escritores como León de Greiff, Enrique Uribe White, Carlos López Narváez, Nicolás Guillén y Mario Rivero. Fuentes: El Tiempo • Proclama *** Fallece el escritor español Rafael Azcona El cineasta y escritor Rafael Azcona, responsable de los guiones de El verdugo, Plácido o La lengua de las mariposas, murió en Madrid a los 81 años a las 7 de la mañana del pasado lunes 24 de marzo, víctima de un cáncer de pulmón, y sus restos fueron incinerados en la más estricta intimidad. Susan Youdelman, viuda de Azcona, expresó su “inmensa gratitud” a todos cuantos admiraban al guionista, de cuya enfermedad se tuvo noticia el pasado 7 de febrero, cuando fue el gran ausente en la entrega de las Medallas al Mérito en el Trabajo, que concede el gobierno español, acto en el que la actriz Maribel Verdú recogió en su nombre la distinción. La incineración de Azcona, nacido en 1926 en Logroño, tuvo lugar la tarde del 25 de marzo en el Cementerio de La Paz, en la localidad madrileña de Alcobendas. Antes de la cremación, a la que asistió un reducido grupo de familiares, se celebró una despedida civil. De niño y de joven vivió y padeció las carencias y el rigor de la dictadura militar que gobernó España hasta 1978, con lo que buena parte de su obra literaria y cinematográfica se sitúa precisamente en esa época. Destacan El cochecito y El secreto de los hombres azules, o las que hizo junto a Carlos Saura, como La prima Angélica y ¡Ay, Carmela!, o con Luis García Berlanga (El verdugo o La vaquilla), Fernando Trueba (El año de las luces, Oso de Oro en el Festival de Berlín, o Belle époque) y José Luis García Sánchez (La corte de faraón y Tranvía a la Malvarrosa). Azcona ganó el Premio Nacional de Cinematografía en 1982, la medalla de oro de las Bellas Artes en 1994 y el Goya de honor en 1998. Por sus guiones obtuvo cinco Goyas: El bosque animado (1988), ¡Ay, Carmela! (1991) Belle époque (1993), Tirano Banderas (1994) y La lengua de las mariposas (2000). El que fuera presidente de la Academia de Cine y amigo durante “muchos años” de Azcona, José Luis Borau, tras conocer la noticia, aseguró que la discreción que ha rodeado su óbito “encaja perfectamente” con el espíritu del fallecido, “con su afán de no ser una figura pública”. “Ha sido todo tal y como era él, y encaja con esa resistencia no sólo a ser académico de la Lengua —algo que el propio Borau propuso en su momento al entonces presidente de la RAE, Fernando Lázaro Carreter—, sino a aparecer en los festivales, a los que iba sólo cuando no quedaba otro remedio”, añadió el director de cine. El productor y cineasta José Luis Cuerda, que trabajó con Azcona en El bosque animado (1987) y La lengua de las mariposas (1999), declaró que era el “mejor guionista de este país”. Cuerda, que trabaja en la postproducción de Los girasoles ciegos, película protagonizada por Maribel Verdú y Javier Cámara, y cuyo guión, adaptación de la novela homónima de Alberto Méndez, ha sido el último trabajo de Azcona, considera que el cineasta riojano era el “viejo más joven y más lúcido que ha existido jamás”. El escritor Manuel Vicent, “muy buen amigo” de Rafael Azcona desde hacía años, afirmaba que “era un verdadero creador, muy imaginativo, divertido, sorprendente, nunca se repetía y siempre veía el lado inesperado de las cosas”. Agregó que Azcona “iba regalando su talento por la vida” y contó que de niño ya leía a Azcona en la revista La Cordorniz. José Luis López Vázquez, protagonista de El pisito, de Marco Ferreri y primer guión de Azcona en 1958, declaraba tras conocer la noticia que “era alguien que no debería desaparecer nunca, aunque en su caso vivirá siempre a través de su obra, ingenio y talento”. De El pisito recuerda que fue “una cinta anárquica” porque Ferreri, para quien Azcona también escribió El cochecito (1960), “improvisaba muchísimo y dio muchas vueltas al guión”. Para el realizador José Luis García Sánchez, que llevó al cine los guiones de Pasodoble (1988), Tirano Banderas (1993), Suspiros de España y Portugal (1995), Tranvía a la Malvarrosa (1996) o Siempre hay un camino a la derecha (1997), se ha perdido “una joya totalmente insustituible para la literatura y el cine español”, porque “ha llenado la cultura española de la posguerra y ha dado testimonio de lo que ha ocurrido en este país durante el franquismo, la Transición y el pos-franquismo”. El ministro de Cultura de España, César Antonio Molina, considera que Azcona “deja al mundo del cine y de la literatura sin uno de sus grandes contadores de historias”, mientras que la presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España (http://www.academiadecine.com), Ángeles González Sinde, le definió como un guionista “con un estilo que no se parecía a ningún otro, era un escritor muy personal, que sabía estructurar muy bien las historias, algo que es fundamental en el cine”. Fuentes: EFE • La Jornada *** Letralia nuevamente finalista de los premios Stockholm Challenge Por segunda vez consecutiva, Letralia ha sido escogida finalista en la categoría Cultura de los premios Stockholm Challenge (http://www.stockholmchallenge.se/spanish/welcome), que cada dos años otorga el gobierno de Estocolmo (http://www.stockholmbusinessregion.se), con el apoyo del Royal Institute of Technology (KTH, http://www.kth.se/eng), a proyectos que hagan uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para mejorar la calidad de vida de grupos humanos específicos. El anuncio fue hecho por Ulla Skidén, presidenta del comité organizador, el pasado 25 de marzo. Los 145 proyectos que alcanzaron la calificación como finalistas (http://event.stockholmchallenge.se/category) podrán participar en la llamada “Semana del Desafío”, entre el 19 y el 22 de mayo, en el KTH, en Kista, al norte de Estocolmo. Allí los más inspirados emprendedores, investigadores y estudiantes en el área de las TIC de todo el mundo podrán intervenir en conferencias, visitas de estudio y encuentros sociales. También se reunirán en mesas de trabajo sobre temas como financiamiento, sostenibilidad y desarrollo de sus proyectos, hasta la noche del 22 de mayo, cuando asistirán a la entrega de los premios, que se realizará al término de una cena en el Salón Azul del Ayuntamiento, el mismo escenario en el que año a año se realiza el Banquete de los Premios Nobel. El ganador en cada categoría recibirá el Trofeo Challenge y un premio en metálico de 5.000 euros. Como “mejor que nunca” calificó Skidén el nivel de los proyectos que este año llegaron como finalistas. “El criterio para la participación ha alcanzado un mayor nivel, comparado con años anteriores. Este año los participantes necesitaron demostrar con mayor claridad el impacto social y la sostenibilidad de sus proyectos, lo que resultó en la escogencia de 145 proyectos excepcionales de más de 50 países”. Los premios Stockholm Challenge se entregan en seis categorías, seleccionadas teniendo en cuenta los “Objetivos de desarrollo del milenio” de la Organización de las Naciones Unidas (ONU, http://www0.un.org/spanish), abarcando un amplio espectro de servicios y actividades para las personas, las comunidades y el medio que los rodea. Las categorías son Administración pública, Educación, Cultura, Desarrollo económico, Salud y Medio ambiente. Letralia es, como en la edición anterior en 2006, el único proyecto venezolano en alcanzar el rango de finalista. Del ámbito de habla hispana hay otros veinte, además de dos provenientes de Brasil y uno de Jamaica. En la categoría Cultura los otros finalistas de Iberoamérica son CINeSPACE (http://www.cinespace.eu), de España; ColArte (http://www.colarte.com), de Colombia; Comunidad Segura (http://www.comunidadsegura.org), de Brasil; CulturaGeneral.net, de España; la Red de Bibliotecas Públicas de Medellín (http://www.reddebibliotecas.org.co), Colombia; Viva Favela (http://www.vivafavela.com.br), de Brasil, y Veratur (http://www.veratur.gob.mx), de México. Esta edición del Stockholm Challenge incluyó el lanzamiento especial de los premios Stockholm Challenge GKP, que en sus categorías Cultura, Desarrollo Económico, Educación y Administración Pública fueron presentados en Kuala Lumpur en diciembre de 2007, como un evento paralelo en cooperación con el Global Knowledge Partnership (GKP, http://www.globalknowledge.org), una organización que conecta y apoya a las más importantes iniciativas del mundo relacionadas con las tecnologías de la información. Fuente: Stockholm Challenge Award *** Buenos Aires declara a Mario Vargas Llosa visitante ilustre El escritor peruano Mario Vargas Llosa fue distinguido por el gobierno de Buenos Aires con el título de visitante ilustre, que recibió de manos del jefe de gobierno, Mauricio Macri, en un acto que se realizó el pasado 25 de marzo en la biblioteca Miguel Cané, en el barrio de Boedo, elegida para el reconocimiento por haber sido el sitio donde el escritor argentino Jorge Luis Borges trabajó como auxiliar desde 1937 hasta 1946. El autor de La casa verde firmó ejemplares de sus libros entre los títulos de la biblioteca y luego del acto fue invitado por el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, a conocer el café Margot, uno de los llamados Bares Notables de la Ciudad. Vargas Llosa nació en Arequipa, Perú, en 1936. Su primer éxito internacional como escritor fue con la novela La ciudad y los perros (1962), basada en sus propias vivencias adolescentes como cadete en el Colegio Militar Leoncio Prado, y con ella obtuvo el Premio Biblioteca Breve en 1963. A lo largo de su carrera ha recibido innumerables premios y distinciones, de las que sobresalen dos de los máximos galardones que se conceden en el ámbito de las letras hispánicas: el Premio Rómulo Gallegos (1967) y el Premio Cervantes (1994). Es miembro de la Academia Peruana de la Lengua (http://academiaperuanadelalengua.org) desde 1977, y de la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es) desde 1994. Fuente: La Nación *** Casa de José Ángel Valente será la Casa de la Poesía de Almería La casa donde residiera en Almería el escritor español José Ángel Valente (Orense, España; 1929 - Ginebra, Suiza; 2000), será convertida en la Casa de la Poesía por el Ayuntamiento (http://www.aytoalmeria.es) y El Gaviero Ediciones (http://www.elgaviero.com), según se anunció el pasado jueves 27 de marzo en un acto celebrado en la azotea de la vivienda, ubicada en la calle que lleva el nombre del poeta, entre la Plaza Campoamor, con el Palacio de los Marqueses, y la entrada a la Iglesia de las Puras. El proyecto será una realidad en septiembre próximo, en el marco de una serie de homenajes a Valente que incluyen los que se celebrarán durante el Festival del Libro y la Lectura de Almería (Lilec ’08), en mayo. La Casa de la Poesía, según manifestó la concejal de Cultura, Lola de Haro, “estará centralizada en la poesía contemporánea y en su investigación de tal modo que se convierta en un foco de actividades para toda la ciudad e incluso para fuera de los límites provinciales, autonómicos y nacionales”. De Haro precisó que la casa, adquirida por el Ayuntamiento, era simplemente eso, una casa, con el mobiliario y parte de los objetos del poeta, entre ellos libros. No iban en ese lote documentos que se supone de valor y de proyección futura, pues éstos fueron donados a la Cátedra José Ángel Valente de la Universidad de Santiago de Compostela (http://www.usc.es/catedras/valente). Desde el Ayuntamiento y desde El Gaviero, no obstante, se mantienen conversaciones y negociaciones con el albacea del poeta y con Claudio Rodríguez Fer, responsable de esa cátedra. No se descarta, entre otros resultados, microfilmes de parte de esos fondos así como una relación entre la cátedra y la futura Casa de la Poesía. Se habló también de los problemas que representan las características de la propia edificación. El tamaño de sus distintas habitaciones, su conexión y la disposición general —en vertical y no en horizontal— impiden reuniones numerosas y en este adjetivo el límite superior se coloca en la decena de personas. Ana Santos, responsable de El Gaviero, al comentar la disposición de la vivienda, apostó por hacer de la Casa de la Poesía “un faro que irradie hacia fuera, y cuanto mayor sea el alcance de los haces luminosos mejor, aunque se llegue casi a olvidar el espacio físico desde donde se lanzan y en el mismo se encuentre solamente un farero, que, en algunos momentos, pueden ser dos para que uno dé la alternativa al otro”. Fuente: Ideal.es *** Catalina Parra gana Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández La poeta española Catalina Parra (Totana, Murcia, 1964) ha ganado el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández 2008, dotado con 12.000 euros, por el poemario Coma idílico, según anunciaron el 28 de marzo fuentes de la Fundación Cultural Miguel Hernández (http://www.miguelhernandezvirtual.com), en Orihuela. Un total de 430 trabajos optaban a este galardón. La ganadora tiene una tienda de golosinas en la localidad murciana de Totana y es vocal fundadora de los grupos literarios Espartaria y Jitanjáfora, además de colaborar en prensa y radio. Se presentaba al concurso por primera vez y dice haber tenido “mucha suerte”, porque optar a ganar un premio de esta categoría “es muy difícil, y se presentan muchos y muy buenos autores”. El poemario será publicado por la editorial madrileña Hiperión (http://www.hiperion.com). En Coma idílico hay temas sociales, amor, desamor, desencanto, en dos partes. La primera son “Posturas imposibles”, escrito “en tono sarcástico, algo que no puedo evitar, ya que intento escribir un poema romántico y me sale así”. La segunda se llama “Colorín, colorado”, donde la autora dice recuperar “paisajes de la infancia, de la adolescencia, y una elegía a mi padre, que falleció hace poco”. El presidente del jurado calificador, José Luis Ferris, ha destacado de la obra ganadora “su tono coloquial, cotidiano y fresco”, así como el “reflejo de una vida sencilla y marcada por un amor y desgarro”. Además, ha subrayado que la escritora murciana realiza a lo largo de su obra “frecuentes guiños al poeta Pablo Neruda, con canciones de Joan Manuel Serrat al fondo”. Junto a Ferris, el jurado estaba compuesto por el director de la fundación, Juan José Sánchez; el profesor de la Universidad de Sevilla (http://www.us.es), Pablo del Barco Alonso, el director del Instituto Alfonso El Magnánimo de Valencia, Ricardo Bellveser, el representante de la editorial Hiperión Francisco Castaño y el crítico Manuel Cifo. Parra ha publicado Acordes de soledad, “el primer libro que nunca se debiera publicar”; Síntomas de olvido y Espejos para huir hacia otra orilla. Ha obtenido diversos premios literarios, como el Premio Nacional de Poesía Rodrigo de Cota Ciudad de Toledo en 2002 y el accésit del Premio Nacional de Poesía Ciudad de Jumilla en 2000. Fuentes: EFE • La Verdad *** Sergio Pitol recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes Por su invaluable aportación a la literatura mexicana, así como por su trayectoria en el ámbito cultural, el destacado narrador, ensayista y traductor mexicano, Sergio Pitol, recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes el pasado domingo 30 de marzo, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes (http://www.bellasartes.gob.mx). En el acto, promovido por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), su titular, María Teresa Franco, se refirió a Pitol como uno de los mejores escritores del país. Ante más de 400 personas, el Premio Cervantes 2005, quien fue llamado un escritor de culto y fundador de una nueva corriente literaria en español, apenas ingresó a la Sala Manuel M. Ponce recibió un fuerte aplauso. Vestido con saco de color beige y pantalón de vestir en color negro, el autor, quien también es conocido por sus traducciones al español de novelas de autores clásicos en lengua inglesa, como Jane Austen, Joseph Conrad y Henry James, entre otros, expresó su beneplácito por la presea. “Muchas gracias a María Teresa Franco, gracias a mis amigos, a todos por este momento”, dijo sonriente el laureado escritor. Por su parte, sus colegas Carlos Monsiváis, Margo Glantz, Rosa Beltrán, en representación del escritor José Emilio Pacheco; Álvaro Enrigue y Mario Bellatín, destacaron la vida y obra de su “amigo”, con viejas y largas anécdotas. Se refirieron al poblano por nacimiento prematuro, veracruzano por destino y viajero incansable del mundo, como un autor que en 2005 se convirtió en el tercer mexicano —junto a Octavio Paz, Nobel de Literatura 1990, y Carlos Fuentes— en recibir el Premio Cervantes de Literatura. También destacaron que la constante en la literatura de Pitol ha sido la de indagar entre personajes que prometen ser creativos, pero que por sus decisiones de vida terminarán suprimiendo sus deseos e individualidades. Destacaron que fue la tragedia la que condujo a Pitol al camino de la literatura; y ésta a su vez, la tabla a la que se asiría para salvarse. A nombre de José Emilio Pacheco, figura central de literatura mexicana, la escritora Rosa Beltrán leyó “cinco décimas” (frases) que el también miembro del Colegio Nacional (http://www.colegionacional.org.mx) envió por escrito. Por su parte, Álvaro Enrigue aseguró que, a sus 75 años, Pitol sigue siendo el autor del futuro y el emblema de lo que debería ser un escritor. Por separado, el escritor José de la Colina expresó su beneplácito por la medalla a Pitol y agregó que “cualquier escritor merece más lectores que medallas”. Agregó que los premios, en realidad, “son para los lectores. Me parece que la presea es extraordinaria, sobre todo para un escritor que sigue siendo un autor de culto para algunos de sus lectores”, señaló. Según De la Colina, “ya era hora” de que Pitol recibiera un homenaje de este tipo. Siempre se le hacían homenajes en el extranjero y esta vez tocó en México, dijo De la Colina, al tiempo que destacó que la obra del autor continúa vigente. Fuente: El Universal *** Fernando Báez asumió dirección de Biblioteca Nacional de Venezuela El escritor e intelectual Fernando Báez asumió el pasado 1 de abril la dirección de la Biblioteca Nacional (BNV, http://www.bnv.bib.ve) y la Red de Bibliotecas Públicas de Venezuela, comenzando un proceso que, según dijo, cuenta con “carta blanca” por parte del presidente Hugo Chávez para impulsar las acciones necesarias que conviertan a la institución en el eje de una lucha, desde el punto de vista de la memoria, “contra el imperialismo cultural de los Estados Unidos”. Báez exhortó al personal gerencial de la BNV a “cosechar la semilla sembrada durante la gestión de Arístides Medina Rubio”, director saliente de la BN, a quien ofreció un reconocimiento por haber convertido a la institución en una referencia del mundo cultural venezolano que, a su juicio, “tiene que asumir un papel protagónico en América Latina y el mundo, porque la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos (http://www.loc.gov) se ha convertido en uno de los más grandes enemigos de la historia de las bibliotecas en el mundo”. Anunció que enfrentará “la arremetida internacional que trata de imponer la comercialización de las bibliotecas”, impulsada por la Organización Mundial de Comercio (http://www.wto.org) y el Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (General Agreement on Tariffs and Trade, Gatt), y formalizada en acuerdos firmados por Venezuela en 1995, e informó que el país renunciará a esos compromisos. El rol social de los bibliotecarios, explicó, debe tender “a una gestión de compromiso social revolucionario, con lo que significa el país y el proyecto extraordinario que está ejecutando Hugo Chávez”. Destacó que se creará la Biblioteca Nacional Digital y se obtendrán recursos para emprender un amplio trabajo de digitalización, así como otros adelantos que representarán un importante salto tecnológico. Informó que en su gestión se convocará a los sectores sociales para emprender un gran esfuerzo por la promoción de la lectura, mientras que paralelamente se extenderá la BN por todo el país, con la creación de bibliotecas populares y comunales en las zonas populares. En el plano internacional se ofrecerán asesorías a las bibliotecas de América Latina y se fortalecerán las bibliotecas de los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas. Autor de una obra ensayística traducida a doce idiomas, Báez es el escritor venezolano contemporáneo más leído en el mundo, con títulos como Historia universal de la destrucción de libros (2004), La destrucción cultural de Iraq (2004) y la novela El traductor de Cambridge (2005), entre otras publicaciones. Trabajos suyos pueden leerse en Letralia (http://www.letralia.com/firmas/baezfernando.htm). Fuente: RNV *** Jorge Edwards gana el Premio Planeta-Casa de América El escritor chileno Jorge Edwards fue galardonado este 1 de abril con el II Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa, dotado con 200.000 dólares, por su novela La casa de Dostoievski, anunció el jurado en la capital argentina. La novela ganadora está inspirada en el denominado “Caso Padilla” que dividió a los intelectuales latinoamericanos frente al gobierno de Fidel Castro en la década del 70. Edwards reconstruye las polémicas y rupturas originadas por la censura del gobierno cubano al poeta Heriberto Padilla, quien finalmente redactó de puño y letra, antes de exiliarse en Estados Unidos, una “autocrítica” que para los opositores a Castro fue forzada. Algunos como Julio Cortázar privilegiaron entonces la defensa de la revolución cubana, mientras que el peruano Mario Vargas Llosa rompió públicamente con Fidel Castro. El finalista del certamen fue el escritor y periodista colombiano Fernando Quiroz, premiado con 50 mil dólares por su novela Justos por pecadores, una crítica al Opus Dei basada en sus propias experiencias e investigaciones. El jurado del premio que deliberó y comunicó su fallo desde Buenos Aires, estuvo integrado por la nicaragüense Gioconda Belli, los españoles Álvaro Pombo y Miguel Barroso, director general de la Casa de América (http://www.casamerica.es), la chilena Marcela Serrano y el argentino Ignacio Iraola, director editorial de Planeta Argentina (http://www.editorialplaneta.com.ar). Pombo destacó que la novela premiada “se trata de una espléndida recreación poética de Chile y de Cuba, porque aquí no se da un retrato de enfrentamiento con el régimen cubano; Edwards cuenta de manera brillante el encanto de La Habana”. Edwards, de 76 años, celebró el premio a su novela. “Me siento muy contento de recibir un premio joven, nuevo, que comparto con escritores muy jóvenes de América Latina. Yo estoy entrando en la tercera o cuarta juventud, como pueden ver”, declaró el escritor en una conferencia de prensa. La casa de Dostoievski, que fue presentada a concurso con el título provisional La ciudad del Pingüino, es “una novela sobre la poesía, los poetas y las ganas de ser poetas, los que no lo éramos, queríamos serlo y todos los demás pertenecían a un fondo gris que no veíamos”, resumió Edwards, ganador del Premio Cervantes en el año 2000. La historia se sitúa en “una casa de los años 50 que se estaba desmoronando, ocupada por pintores, en una época en que todos leían la novela rusa”. El protagonista, un escritor chileno que se encuentra becado en La Habana al estallar el “caso Padilla”, es “deliberadamente indefinido, parecido al poeta Enrique Lihn, que pasa por la política de izquierda de mi país, va a París, Cuba, y vuelve al Chile de la dictadura”. Edwards fue embajador en Cuba durante el gobierno socialista de Salvador Allende pero su traumática experiencia en la isla de donde fue virtualmente expulsado por Fidel Castro, inspiró el relato Persona non grata. “No soy analista político, pero considero que hay gestos de (el presidente cubano) Raúl Castro que indican que algo comenzó a cambiar” en la isla, afirmó Edwards, en su primer contacto con la prensa luego de proclamarse al ganador del certamen. En total se presentaron 557 manuscritos de los cuales 164 procedieron de Argentina, 92 de España, 71 de Colombia y 62 de México. Fuentes: Ansa • EFE *** Marisela Guevara Sánchez designada presidenta del Cenal Con dos años de experiencia en la Fundación Editorial El Perro y la Rana (http://www.elperroylarana.gob.ve), la licenciada Marisela Guevara Sánchez fue designada el pasado 24 de marzo presidenta del Centro Nacional del Libro de Venezuela (Cenal, http://www.cenal.gob.ve), institución que fuera dirigida desde julio de 2004 por el licenciado Ramón Medero. Realizar una revisión de cada uno de los proyectos que se desarrollan para procurar que su repercusión sea la más efectiva y eficaz, es parte de lo que contempla Guevara Sánchez para su gestión al frente del Cenal. Licenciada en letras y con postgrado en literatura latinoamericana, manifestó que espera poder “profundizar el objetivo de la democratización del libro, la lectura y la escritura, que implica que todos los programas lleguen a la gente y las personas se sientan partícipes de un cambio cultural profundo, inscrito en valores solidarios y revolucionarios”. La presidenta del Cenal anunció que dará continuidad a los proyectos que la institución venía desarrollando; “sin embargo, se va a pensar más estratégicamente en su ubicación y en su direccionalidad”. Remarcó como tareas fundamentales en el cargo “profundizar en la lectura, en los talleres, los cursos, y ofrecer un gran respaldo a la Misión Cultura”. Asimismo, destacó que el reto más importante es la biblioteca de los Consejos Comunales, que consiste en la publicación de 5 millones de libros para estas organizaciones sociales. De esta forma, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela (http://www.ministeriodelacultura.gob.ve) editará 50 mil colecciones, llamadas bibliotecas, de 100 títulos cada una. “Un grupo enorme de autores venezolanos que van a ser editados masivamente, es uno de los proyectos más importantes en este momento”, expresó Guevara Sánchez. Fuentes: ABN • Consejo Editorial Comunal del Estado Carabobo *** Recordarán a José Watanabe en el primer aniversario de su muerte El poeta peruano José Watanabe, quien falleció en Lima el 25 de abril de 2007 (http://www.letralia.com/163/0425watanabe.htm), es recordado por sus pares en el ciclo “Habitó entre nosotros: José Watanabe & Poesía Actual”, que se realiza desde el pasado 4 de abril en las instalaciones del Centro Cultural Peruano Británico (http://www.britanico.edu.pe), en Jr. Bellavista 527, Miraflores (Lima). La actividad se inició el viernes 4 con la sesión titulada “El huso de la palabra”, compuesta por un video sobre el poeta y un recital en el que participaron Ana María Falconí, José Carlos Yrigoyen, Diego Otero y Jerónimo Pimentel. Este viernes 11 continúa con “El mes más cruel”, con videos de Juan Zamudio y Róger Neyra, y un recital en el que intervendrán Juan Soto, Darwin Bedoya, Luis Pacho, Cecilia Podestá, Manuel Fernández, Paulo Peña, Denisse Vega Farfán (http://www.letralia.com/firmas/vegafarfandenisse.htm) y Miguel A. Malpartida. El viernes 18, en la sesión “De generaciones poéticas”, habrá videos de Alessandra Tenorio, Josefina Jiménez y Vedrino Lozano, y una mesa redonda en la que participarán Alfredo Villar, Paúl Guillén, Rodolfo Ybarra y David Abanto. La sesión terminará con un performance a cargo de Giancarlo Huanpaya. La sesión final, el viernes 25, se titula “Tributo a José Watanabe”, y se presentarán en ella un video de José Donayre (http://www.letralia.com/firmas/donayrejose.htm), un recital con Johnny Barbiery, Arianna Castañeda (http://www.letralia.com/firmas/castanedaarianna.htm), Salomón Valderrama Cruz (http://www.letralia.com/firmas/valderramacruzsalomon.htm), Andrea Cabel (http://www.letralia.com/firmas/cabelandrea.htm), José Donayre, Héctor Ñaupari, Willy Gómez, Matilde Granados, Stanley Vega y Miguel Ildefonso (http://www.letralia.com/firmas/ildefonsomiguel.htm). Habrá también una presentación musical a cargo de Karen Bernedo. Los primeros veinte asistentes a las sesiones del evento, que es organizado por el poeta Miguel Ildefonso, recibirán como obsequio una plaquette en homenaje al poeta Watanabe y de Poesía Actual. Nacido en Trujillo en 1945, Watanabe era considerado una de las voces insulares o marginales entre los Poetas Peruanos del 70. De su padre, Harumi Watanabe, aprendió la forma poética del haiku. Publicó El huso de la palabra (Lima, 1989), Historia natural (Lima, 1994), Habitó entre nosotros (Lima, 2002), Lo que queda (Caracas, 2005, antología) y Banderas detrás de la niebla (Lima, 2006), entre otros. *** Junot Díaz obtiene el Premio Pulitzer El escritor estadounidense de origen dominicano Junot Díaz ganó este lunes 7 de abril el Premio Pulitzer en la categoría de ficción por The Brief Wondrous Life of Oscar Wao (La prodigiosa vida breve de Oscar Wao), según anunció la Universidad de Columbia (http://www.columbia.edu). El premio está dotado con 10 mil dólares. Nacido en Santo Domingo en 1968, Díaz es autor del libro de cuentos Drown (traducido al español como Negocios). El libro con el que ha obtenido el Pulitzer es su primera novela, y describe la dura realidad de los emigrantes hispanoamericanos en Estados Unidos, bajo el influjo de Juan Rulfo y Sandra Cisneros. El escritor llegó a Nueva Jersey a los 6 años de edad y ha dado clases de redacción en la Universidad de Syracuse (http://www.syr.edu) y el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT, http://www.mit.edu). Ha recibido, además, el premio Eugene McDermott, una beca de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation (http://www.gf.org), el Lila Acheson Wallace Readers Digest Award, y el premio Roma de la Academia Americana de Artes y Letras (http://www.artsandletters.org), entre otros galardones. Muchas de sus historias están inspiradas en su propia experiencia de crecer sin un padre, en un ambiente pobre, y en su adolescencia en Estados Unidos. En septiembre pasado, los estudios Miramax compraron los derechos para llevar su novela al cine. Fuentes: AP • Notimex *** Arte en pequeño formato se expone en Maracay El próximo domingo 13 de abril a las 11 de la mañana se inaugura, en la galería de La Casa de los Arcos de Maracay (Aragua), la I Bienal Internacional del Pequeño Formato-Venezuela, evento que reúne más de 500 obras de 372 artistas provenientes de 48 países. La bienal es una convocatoria de mail-art, creada y organizada por los artistas plásticos Annijames Rivero y Luis Valera Escarré, cuyo principal objetivo es difundir el arte correo en Venezuela, específicamente en el estado Aragua. Igualmente pretenden fomentar la creación plástica, congregando a artistas y aficionados a las artes, compartiendo en un mismo lugar donde el idioma, lo social y la distancia no son fronteras. En esta primera edición se podrá apreciar los trabajos de artistas venezolanos alternando con las obras de artistas procedentes de más cuarenta países, como Japón, Francia, Turquía, Grecia, Brasil, Rusia, Argentina, Canadá, Chile, Holanda, Serbia, Finlandia, Uruguay, Estados Unidos, Bangladesh, España y Bielorrusia, entre otros. La artista invitada en esta primera edición será Keyla Holmquist, destacada “mail artista” venezolana. La Casa de los Arcos de Maracay está ubicada en la Avenida Principal de El Castaño, sector Camoruco. En el evento se presentarán la Agrupación Coral del Colegio de Médicos del Estado Aragua y los destacados artistas del cuerpo, Trinidad Inserri, César León, Elio Cedeño, Jeam Bracamonte y Shaúl Rivas. La bienal estará abierta al público de martes a domingo de 9 de la mañana a 5 de la tarde. La clausura será el jueves 15 de mayo. En la página de la bienal (http://bienalvenezuela.blogspot.com) hay muestras de las obras que se podrán apreciar. Para más información es preciso contactar con los organizadores al teléfono (0416) 4391583. Fuente: Web del evento *** III Semana de la Nueva Narrativa Urbana realizarán en Caracas Los escritores Ana Teresa Torres y Héctor Torres (http://www.ficcionbreve.org), organizadores de la III Semana de la Nueva Narrativa Urbana, dieron a conocer este 30 de marzo, luego de un arduo proceso de selección, la lista de los quince participantes seleccionados para formar parte de esta edición, la cual se llevará a cabo entre el 21 y el 25 de abril en el auditorio principal del Centro Cultural Chacao, en El Rosal, Caracas. Luego de recibir cerca de 110 cuentos provenientes de los estados Mérida, Trujillo, Táchira, Zulia, Guárico, Lara, Yaracuy, Sucre, Nueva Esparta, Aragua, Carabobo y Caracas, así como de venezolanos residenciados en Estados Unidos, Puerto Rico, España, Alemania, Colombia, Inglaterra y Canadá, los organizadores del evento escogieron a quince autores, quienes leerán sus cuentos en sesiones diarias y serán presentados por cinco destacados narradores venezolanos. El lunes 21 se presentarán Luis Alejandro Ordóñez (Boston, 1973), Dayana Fraile (Puerto La Cruz, 1985) y Gabriel Torrelles (Caracas, 1978), quienes serán presentados por Ednodio Quintero. El martes 22 tocará el turno a Rafael Ortega (Maracay, 1969; http://www.letralia.com/firmas/ortegarafael.htm), José Urriola (Caracas, 1971; http://www.letralia.com/firmas/santosurriolajose.htm) y Jorge De Abreu (Caracas, 1963; http://www.letralia.com/firmas/deabreujorge.htm), quienes contarán con la presentación y comentarios de Carlos Noguera. El miércoles 23, Jorge Gustavo Portella (Lima 1973), Ricardo Román Marcano (Maracaibo, 1982) y Olga Colmenares (Caracas, 1980) leerán sus textos inéditos acompañados de Alberto Barrera Tyszka. El jueves 24, los noveles Carlos Russo (Caracas, 1976), Luis Enrique Belmonte (Caracas, 1971) y Keyla Vall de la Ville (Caracas, 1974) serán los invitados de la jornada, con la presentación de Milagros Socorro (http://www.letralia.com/firmas/socorromilagros.htm). Para el viernes 25, cierre de la edición, se presentarán Gabriel Payares Farías (Londres, 1982; http://www.letralia.com/firmas/payaresfariasgabriel.htm), Javier Domínguez (Valencia, 1977; http://www.letralia.com/firmas/dominguezjavier.htm) y Rafael Osío Cabrices (Caracas, 1973), presentados por José Luis Palacios. La Semana de la Nueva Narrativa Urbana, que arriba a su tercera edición, es un evento organizado por el PEN Venezuela (http://www.pendevenezuela.org) y el Centro Cultural Chacao, y tiene por objeto la difusión y promoción de algunos de los más sobresalientes perfiles emergentes en el contexto de la narrativa venezolana. *** Periodismo digital será analizado en la Complutense Este 23 y 24 de abril se realizará en la Universidad Complutense de Madrid (UCM, http://www.ucm.es) el III Congreso Internacional de Periodismo en la Red: Foro Web 2.0: Blogs, Wikis, Redes sociales y e-Participación (http://www.ucm.es/info/congresoblog), evento que tiene como objetivo reunir e intercambiar opiniones y debates entre diferentes expertos del mundo del periodismo digital o ciberperiodismo, tanto desde una perspectiva profesional como desde una perspectiva docente. El status quo del periodismo digital y la formación de los futuros profesionales de este entorno, así como los nuevos canales y contenidos de información, tendrán especial relevancia en este Congreso, en el que participarán expertos del mundo académico y profesional del periodismo y las tecnologías de la información. Dirigido a profesores, investigadores, estudiantes de postgrado, estudiantes de grado, periodistas, bloggers, directivos de la comunicación, responsables de gabinetes de prensa y personas interesadas en el contexto del periodismo, Internet, los medios y las nuevas tecnologías en la sociedad de la información, el congreso se enfocará en temas como el estado actual del periodismo y su relación con la red; la expansión del fenómeno del blog, tanto en el entorno de los medios como en la propia sociedad; las wikis, redes sociales y la participación ciudadana en el nuevo entorno de la información; las tendencias del periodismo profesional y las nuevas tecnologías digitales; los nuevos géneros y las innovadoras codificaciones que se dan en Internet y la enseñanza del periodismo y comunicación ante las nuevas tecnologías digitales. La inauguración del evento será el miércoles 23 a las 9:15 de la mañana, con la intervención del rector de la UCM, Carlos Berzosa, acompañado por Javier Davara, decano de la Facultad de Ciencias de la Información; Francisco Esteve, director del Departamento de Periodismo II; Sebastián Muriel, director general de Red.es, y Jesús Flores Vivar, director del congreso. Luego tendrá lugar la conferencia de apertura, a cargo de Jean François Fogel, asesor ejecutivo del diario Le Monde (http://www.lemonde.fr), y a continuación se desarrollará el panel científico “La formación del periodista digital en el EEES: Técnica frente a contenidos”, que será presidido por la doctora María Jesús Casals (UCM), y en el que participarán Antonio García Martínez (UCM), José Manuel Pérez Tornero (Universitat Autònoma de Barcelona, UAB; http://www.uab.es), José Luis Orihuela (Universidad de Navarra, Unav; http://www.unav.es), Concepción Edo (UCM) y Sonia Blanco (Universidad de Málaga, UMA; http://www.uma.es). Hacia el mediodía se realizará la conferencia plenaria “Periodismo ciudadano”, con Gumersindo Lafuente, director de Soitu.es, quien será seguido por el panel profesional “Web 2.0: blogs, wikis, periodismo ciudadano y su influencia en la profesión periodística”, presidido por el profesor Jesús García Yruela (UCM) y con la participación de los periodistas blogueros Jesús Miguel Flores (UCM), José Cervera (20 Minutos, http://www.20minutos.es), Rosa Jiménez (Prisacom, http://www.prisacom.com), Karma Peiró (TV3, http://www.tv3.cat, y Catalunya Ràdio, http://www.catradio.cat) y Oscar Espiritusanto (Periodismo Ciudadano, http://periodismociudadano.com). Finalmente, entre las 4 y las 7 de la tarde se realizarán las sesiones de trabajo. El jueves 24 a las 9:15 se iniciarán las actividades con el panel “Convergencia de medios. El nuevo formato informativo y de entretenimiento”, presidido por Fernando Quiros (UCM), con la participación de Fernando Morales (Tele Cinco, http://www.telecinco.es), Jaime Estévez (Europa Press, http://www.europapress.es), Paloma Rupérez (Fundación EFE, http://www.fundacionefe.es), Roberto de Celis (ABC.es) y Pilar Gómez-Borrero (Grupo Zeta, http://www.grupozeta.es). Luego se realizará la conferencia plenaria “El estado del periodismo digital en España”, a cargo del periodista Fernando Jáuregui, director de Ociocrítico (http://www.diariocritico.com/ocio), que será seguida por el panel “El poder de la audiencia: las redes sociales y la e-participación en la vida política, social y económica”, presidido por Javier Fernández del Moral (UCM) y compuesto por Juan Manuel Zafra, director de Comunicación de Red.es, Loreto Corredoira (UCM), Juan Luis Sánchez (Expo Zaragoza, http://www.expozaragoza2008.es) y Klibis Marín (Portal G, Venezuela). La clausura del congreso será a las 2:15 de la tarde y estará a cargo de Fernando G. Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM, http://www.apmadrid.es). Las comunicaciones y ponencias serán publicadas en un libro que se editará posteriormente (en papel o en CD). Los participantes que hayan abonado las tasas correspondientes recibirán diplomas de asistencia o de presentación de comunicaciones, según el caso. Se puede enviar propuestas de comunicaciones hasta el 11 de abril de 2008, y los interesados deberán hacer contacto con el coordinador del grupo de trabajo de su interés (http://www.ucm.es/info/congresoblog/gruposdetrabajo.htm). Para mayor información, puede escribir a congresoblog@ccinf.ucm.es o telefonear al 91 394 71 50. Fuente: Web del evento *** Cincuenta novelas colombianas y una pintada presentarán en Bogotá Los sellos Pijao Editores y Caza de Libros lanzarán el próximo 25 de abril, en el marco de la 21ª Feria Internacional del Libro de Bogotá (http://www.feriadellibro.com), la iniciativa “Cincuenta novelas colombianas y una pintada”, una colección de medio centenar de títulos que hacen en total 51.000 ejemplares. Pijao Editores es un sello creado por los novelistas Carlos Orlando y Jorge Eliécer Pardo y, en sus tres décadas de existencia, ha publicado más de 260 títulos. Su alianza con Caza de Libros, nueva editorial dirigida y fundada por Pablo Pardo, ha servido para dar forma a estas “Cincuenta novelas colombianas y una pintada”, donde la pintada consiste en que todas las portadas de las novelas tienen obras del joven artista tolimense Darío Ortiz Robledo. En la colección, cuya dirección editorial y diseño ha estado a cargo del joven escritor y periodista Carlos Pardo Viña, se encuentra un selecto grupo de escritores que, paralelos a la generación de García Márquez, pero particularmente la que llegó después, ha construido la historia de la literatura colombiana. Desde personalidades de las letras como Pedro Gómez Valderrama, Eduardo Santa, Manuel Zapata Olivella y Eutiquio Leal, pasando por figuras como Carlos Perozzo, Arturo Alape, Germán Santamaría, David Sánchez Juliao, Oscar Collazos, Fernando Cruz Kronfly y el mismo Jorge Eliécer Pardo, se dan cita en esta colección de novelas breves. En su listado figuran también creadores consagrados como Fernando Soto Aparicio, Fanny Buitrago, Gustavo Álvarez Gardeazábal, Benhur y Héctor Sánchez Suárez, Roberto Burgos Cantor y José Luis Díaz Granados. Igualmente se encuentran otros sobresalientes escritores de la costa caribe colombiana como Alberto Duque López, Álvaro Medina, Andrés Elías Flórez Brum, Antonio Mora Vélez (http://www.letralia.com/firmas/moravelezantonio.htm), José Luis Garcés González, José Stevenson y Ramón Illan Bacca, mientras que por el Valle están Arturo Alape, Fabio Martínez, Fernando Cruz Kronfly, Gustavo Álvarez Gardeazábal, Enrique Cabezas Rher y Alberto Esquivel. Del viejo Caldas participan Octavio Escobar Giraldo (http://www.letralia.com/firmas/escobargiraldooctavio.htm), Adalberto Agudelo, Jaime Mejía Duque y Hugo López Martínez, al tiempo que los santanderes están representados por Pedro Gómez Valderrama y Carlos Perozzo. Los tolimenses son numerosos: Eduardo Santa, Germán Santamaría, Eutiquio Leal, Héctor Sánchez, Roberto Ruiz, Álvaro Hernández, Flaminio Rivera, Boris Salazar, Carlos Orlando y Jorge Eliécer Pardo, Jairo Restrepo Galeano (http://www.letralia.com/firmas/restrepogaleanojairo.htm), Oscar Godoy y Manuel Giraldo-Magil, extendiéndose los autores al Huila con Benhur Sánchez Suárez (http://www.letralia.com/firmas/sanchezsuarezbenhur.htm) y Humberto Tafur Charry. Se recuperan también obras de seis autores fallecidos como Arturo Alape, Eutiquio Leal, Humberto Tafur, Manuel Zapata Olivella (http://www.letralia.com/firmas/zapataolivellamanuel.htm), Pedro Gómez Valderrama y Roberto Ruiz, figurando entre los más jóvenes Alberto Esquivel, Flaminio Rivera, Oscar Godoy y Octavio Escobar cercanos a los cincuenta años de existencia. Y desde luego están las escritoras con la presencia de Fanny Buitrago, Flor Romero, Cecilia Caicedo y Rocío Vélez de Piedrahita. La condición humana tiene en estas obras todos sus matices y está como telón de fondo y no pocas veces como protagonista la historia del país en sus diversas épocas. Desde la llegada de los aventureros españoles, apenas pasada la conquista, en obras como El domador de los vientos, de José Stevenson; los temas de los cronistas coloniales y el mundo de la selva en Los infiernos del jerarca Brown; de Pedro Gómez Valderrama, y el retorno a la heroína por excelencia en Yo, Policarpa, de Flor Romero. También están reunidas la vida novelada de Santander en Romance del guerrero olvidado, de Carlos Bastidas Padilla (http://www.letralia.com/firmas/bastidaspadillacarlos.htm); los sucesos de un pueblo que se transforma con la llegada del correo, porque consigue el manuscrito de la nueva constitución y con ella la peste, en La reforma, de Humberto Rodríguez Espinosa; el retrato de las inmigrantes de las guerras europeas del siglo XX en El jardín de las Weissmann, de Jorge Eliécer Pardo, o los monólogos impúdicos para saber si en verdad a uno lo quieren como ocurre Con las mujeres no te metas o macho abrázame otra vez, de Roberto Burgos Cantor. La violencia parece ser el común denominador de buena parte de las novelas, como en la ya clásica Cóndores no se entierran todos los días, de Gustavo Álvarez Gardeazábal; No morirás, de Germán Santamaría, que transcurre en Armero después de la tragedia y dentro de ella, o en Narración a la diabla, de Jairo Restrepo Galeano, donde un sacerdote asesinado en la violencia de mitad del siglo XX en Armero cuenta desde la muerte la atmósfera y las circunstancias de aquellos años. Igualmente se retrata la intolerancia religiosa y política en Tiempo sin nombre, de Álvaro Hernández; desplazándose la mirada hacia los llanos con Capitán Guadalupe Salcedo, de Silvia Aponte, el tiempo de las amnistías, la guerrilla liberal, los años de Laureano Gómez y toda su intimidación. La indiferencia citadina con toda su crueldad social es examinada por Manuel Zapata Olivella en La calle diez y Arturo Alape recrea el paisaje de catástrofe con el genocidio en Cali de la casa liberal en 1949 con Noche de pájaros. También la historia es vista desde la miseria de los pescadores en Después de la noche, de Eutiquio Leal, e incluso los hechos del movimiento estudiantil de Manizales en 1976 con Toque de queda, de Adalberto Agudelo, hasta llegar a los días de hoy con las vidas paralelas, el narcotráfico y los sicarios al estilo de lo narrado en La cita, de Carlos Flaminio Rivera, y la cárcel misma en La Ñata y Esteban, de Cecilia Caicedo. El amor y sus paradojas se palpa en obras como Estas otras palmeras, de Enrique Cabezas Rher, el hombre adulto y la joven impredecible bajo la sombra de un conjunto residencial, o El pacto de las dos rosas, de Rocío Vélez de Piedrahita, que interioriza problemas sociales complejos sobre la igualdad social con todos sus matices. Y no es menos en Los caballeros las prefieren muertas, de Boris Salazar, narrando el negocio de vender mujeres solitarias, o algo bajo el toque romántico de las agencias matrimoniales con Victoria en España, de Benhur Sánchez Suárez, e inclusive la pasión arrolladora de los desencuentros finales en Lolita Golondrinas, de Carlos Orlando Pardo. A todo esto se agrega una fascinante historia con Falleba, de Fernando Cruz Kronfly, navegando entre amores, traiciones y delirios o la pasión profesional de las trabajadoras sexuales en plena semana santa, como pasa en De putas y virtuosas, de Oscar Collazos, y hasta el desarrollo de suicidios por amor en el salto del Tequendama con Las mujeres de manosalva, de Héctor Sánchez, y las inmolaciones de amantes de la filosofía y el bolero en Rosita Milanta, de Eduardo Santa, o la ninfomanía en Desierto en flor mayor, de Álvaro Medina. La creación misma tiene sus expresiones en La historia imperfecta, de Hugo López Martínez, que refleja los problemas internos de la escritura, o El visitante, de Andrés Elías Flórez Brum, la ficción de quien cuenta la historia que se encuentra en una novela. También la misma crisis creativa, en El último diario de Tony Flowers, de Octavio Escobar Giraldo, o el testimonio de un escritor obsesionado por el sexo en Las puertas del infierno, de José Luis Díaz Granados, así como las evocaciones de José Luis Garcés en Isaac, un escritor y su amor mirado a través de diversos espacios, y el oficio de un novelista que vive una tragedia En noche de carnaval, bajo el invierno de Barcelona hace 25 años, como lo relata Manuel Giraldo, Magil. También el ámbito de la ciencia ficción ha sido incluida en la colección, con La última guerra, de Fernando Soto Aparicio, que transcurre en un lugar del mundo donde la guerra ha invadido todos los lugares, y Los nuevos iniciados, de Antonio Mora Vélez, donde la catástrofe del planeta recorre su apocalíptico paisaje, y hasta el mundo que se rompe bajo el vértigo del juego en El giro del zodiaco, de Jaime Mejía Duque, y la revelación humana y técnica de un pequeño trotamundos que junto a un grupo de muchachos goza de aventuras pero tiene la violencia como trasfondo en Mateo el flautista, de Alberto Duque López, o la radiografía de trashumantes en Europa con Beeklan 271, de Roberto Ruiz. La novela negra está presente con La mujer del defenestrado, de Ramón Illán Baca; Juegos de mentes, de Carlos Perozzo, donde la conjetura es la reina, y en El fantasma de Ingrid Balanta, de Fabio Martínez, donde el crimen y lo fantástico, los fiscales, las investigaciones y las masacres hacen su desfile, como en los desaparecidos y los crímenes de hombres emblemáticos de la justicia, tal como narra Fernando Ayala en La mirada del adiós. Igualmente, la historia de pequeños poblados que se interrumpe con la llegada de compañías extranjeras bajo la mirada de David Sánchez Juliao en Aquí yace Julián Patrón, o la picaresca de rebuscadores en medio de fiestas pueblerinas con El desembarco, de Humberto Tafur, generan una radiografía particular como sucede con El silencio de las cosas perdidas, de Laureano Alba, la historia de un niño ciego, el inquilinato y el amor. No falta El legado de Corín Tellado, de Fanny Buitrago, ni la fiesta en Celia Cruz, reina rumba, de Umberto Valverde, para luego poder dirigir la mirada a jóvenes mujeres que enfrentan su mundo interior en la universidad con Encierro, de Alberto Esquivel. Buena parte de los escritores seleccionados han sido ganadores de premios nacionales e internacionales, como Álvarez Gardeazábal, Soto Aparicio, Sánchez Juliao, Duque López, Vélez de Piedrahita, Burgos Cantor, Bastidas Padilla, Restrepo Galeano, Godoy Barbosa, Rodríguez Espinosa, Flórez Brum, Escobar Giraldo, Mora Vélez y otros. La presentación, que se desarrollará desde las 6:30 de la tarde en el auditorio José Asunción Silva, estará a cargo de la reconocida crítica Luz Mery Giraldo. *** Ana Enriqueta Terán será homenajeada por La Librería Mediática El domingo 4 de mayo, la poeta venezolana Ana Enriqueta Terán, una de las mujeres de mayor relevancia en Venezuela y considerada la poeta viva más importante del país, arriba a sus 90 años de vida, motivo por el cual el equipo de La Librería Mediática, la serie de espacios de radio, televisión e Internet dirigida por la periodista Marialcira Matute (http://www.letralia.com/firmas/matutemarialcira.htm), transmitirá una programación especial en su homenaje, y se integrará a los eventos que desde distintos organismos se preparan en honor de la poeta. El propio domingo 4 se realizará un contacto telefónico en vivo, desde el programa “El Picadillo del Domingo”, en la emisora Mundial YVKE, y se le entrevistará desde Radio Nacional de Venezuela (RNV, http://www.rnv.gov.ve), el martes 6 de mayo, en el programa “Los libros y la radio tienen mucho que ver”. Para el jueves 8 de mayo, se repondrá el programa especial que con motivo del Festival de Poesía de 2007 se realizó en la casa de la poeta en Valencia. En VTV se planifica la reposición de dicho programa, en su formato televisivo, en el marco del cumpleaños de Terán. Igualmente, la edición de La Librería Mediática de la primera quincena de mayo en la revista Encontrarte (http://encontrarte.aporrea.org) tendrá como tema la obra de la poeta. Nacida en 1918, Terán ha publicado Al norte de la sangre (1946), Presencia terrena (1947), Verdor secreto (1949), Testimonio (1954), De bosque a bosque (1970), El libro de los oficios (1975), Casa de hablas (1975-1980), Libro de Jajó (1980-1987), Casa de Paso (1981-1989), y Albatros (1992), entre otros. La escritora trabajó en el exterior en varias oportunidades, siendo delegada ante la Asamblea de la Comisión Interamericana de Mujeres en Buenos Aires en 1949. En 1952 se retiró de la carrera diplomática para dedicarse a la poesía. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1989 y se le concedió el doctorado honoris causa de la Universidad de Carabobo (UC, http://www.uc.edu.ve) ese mismo año. En 2007 recibió el homenaje de su país en el IV Festival Mundial de Poesía. *** Novela y cine negro serán debatidos en Salamanca Entre el 6 y el 9 de mayo se celebrará en la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es) el IV Congreso de Novela y Cine Negro (http://www.congresonegro.com), actividad organizada por Àlex Martín Escribà y Javier Sánchez Zapatero, en la que destacados escritores, directores de cine, estudiosos, libreros y aficionados a lo negro-criminal debatirán sobre el tema “Crimen y ciudad” a lo largo de las sesiones que se realizarán en la Filmoteca de Castilla y León. Como lo indica el tema de esta edición, el congreso estará específicamente dedicado al estudio de las relaciones entre la ficción criminal y los escenarios urbanos. El programa incluirá mesas redondas, proyecciones de películas y coloquios con el público. Entre los participantes se encuentran José F. Colmeiro, profesor de literatura española del siglo XX en la Michigan State University (http://www.msu.edu), uno de los más reputados especialistas sobre novela negra española; José Antonio Cordón García, profesor de Universidad de Salamanca y codirector del Máster de Edición de esta casa de estudios y el Grupo Santillana (http://www.gruposantillana.com); el director, guionista y productor cinematográfico Pedro Costa, uno de los máximos representantes del género cinematográfico español, y Juan Carlos Delgado, “El Pera”, quien en los años 70 fuera un conocido delincuente juvenil español. También intervendrán Francisco Javier Frutos, profesor de la Universidad de Salamanca y miembro del equipo de la Filmoteca de Castilla y León como responsable de fondos fílmicos y coordinador de la exposición permanente “Artilugios para fascinar”; el escritor, docente y guionista Joaquín Guerrero-Casasola; el escritor Luis Gutiérrez, autor de Putas, diamantes y cante jondo (Abadía, 2005) y Música para los muertos (Tropismos, 2007); el escritor y periodista Antonio Jiménez Barca, redactor del diario El País (http://www.elpais.com) y autor de la novela Deudas pendientes (El Tercer Nombre, 2006), ganadora del Premio Hammett, y el intelectual y político español Joaquín Leguina, autor de las novelas policíacas Por encima de toda sospecha (Témpora, 2004) y Las pruebas de la infamia (Tropismos, 2006), protagonizadas por el “abogado-investigador” Baquedano. La plantilla de ponentes es completada por el escritor José Ángel Mañas, autor de Historias del Kronen (Destino, 1994) y El secreto del oráculo (Destino, 2007), entre otras novelas; Iván Martín Cerezo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM, http://www.uam.es) y autor de Poética del relato policiaco: de Edgar Allan Poe a Raymond Chandler (Universidad de Murcia, 2006); el especialista cinematográfico Juan Antonio Pérez Millán; Joan Ramón Resina, catedrático de Estudios Románicos y Literatura Comparada en la Cornell University (http://www.cornell.edu) y autor de La búsqueda del Grial (Anthropos, 1988), Mythopoesis: literatura, totalidad, ideología (Anthropos, 1992) y El cadáver en la cocina: la novela criminal de la cultura del desencanto (Anthropos, 1997), entre otros, y Enric Sullá, profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona (http://www.uab.es) y autor de El canon literario (Arco, 1999), Teoría de la novela (Crítica, 2001) y Poética de la narración (Ampuries, 2001), entre otros. Fuentes: EFE • Web del evento *** Publican último tomo del Diccionario de escritores mexicanos siglo XX El último volumen del Diccionario de escritores mexicanos siglo XX, un vasto trabajo de investigación coordinado por Aurora Ocampo, catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx) y cofundadora del Centro de Estudios Literarios de esa casa de estudios, será presentado en la Casa de las Humanidades el próximo jueves 8 de mayo a las 6 de la tarde. La obra, que también estará disponible en formato de disco compacto, se ampliará y renovará constantemente en virtud de un monitoreo permanente de publicaciones y reseñas. El noveno tomo abarca de la U a la Z y concluye un trabajo en el que están reflejados cerca de 2.500 autores, historiadores y traductores mexicanos, así como otros iberoamericanos exiliados, y de otras nacionalidades radicados en México, “quienes han influido de tal manera para que su obra forme parte de la literatura mexicana”. El primer volumen del Diccionario, puesto a circular en 1988, se encuentra ya en proceso de renovación y actualización. “En esta profusión y aparición de nuevos escritores es donde surgirán aquellos que se convertirán en clásicos”, dice Ocampo. Arquitecta de profesión, apasionada de la literatura y docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Unam, Ocampo explica que “la literatura es la conciencia de un país y el siglo XX es importante para el continente iberoamericano, porque es cuando los diferentes países alcanzaron la mayoría de edad y su literatura y cultura fue reconocida —a principios de los años 40— en todas partes del mundo”. Cada tomo del diccionario ofrece una biografía del escritor, además de una valoración e información sobre su obra. “La idea no es juzgar, sino difundir”, continúa la investigadora. “Por eso se utilizan una serie de abreviaturas, referencias críticas y abundante bibliografía, así como material hemerográfico”. Los nombres de autores y las obras publicadas que se multiplican conforme trascurren los años confieren al trabajo realizado en el Diccionario de escritores mexicanos siglo XX el carácter de toda una “labor titánica e inacabable” que ahora podría disponer de una versión digital, más fácil de actualizar. La primera edición del diccionario se publicó en 1967 y en ella trabajaron dos personas. “Un compañero recopiló la información sobre los escritores de la Colonia y del siglo XIX; mientras que a mí”, explica Ocampo, “me correspondió la de los autores del XX. Fueron un total de 542 escritores consignados por ambos, de los cuales 242 eran de la época del virreinato y los 300 restantes pertenecían a mi campo de investigación”. Según la investigadora, el Diccionario estará siempre vigente y será una ayuda para estudiantes, maestros y todos aquellos que se interesen por las letras mexicanas. La monumental obra ha sido fuente de inspiración para que se hayan escrito “una cantidad enorme de libros, antologías, tesis y homenajes”. Además, entre sus páginas “los lectores encontrarán quién escribió tal novela histórica, quién obtuvo el Premio Villaurrutia o qué autor es un académico”. Ocampo, quien se define como una apasionada de la literatura, también publicó en los años 70 una serie de antologías sobre las críticas literarias de las novelas mexicana e iberoamericana, además de una serie bibliográfica sobre los novelistas de Iberoamérica, cuyas obras están a la espera de que sean reeditadas. Fuente: La Jornada ||||||||||||||||||||||| LITERATURA EN INTERNET |||||||||||||||||||||| Hermano Cerdo http://hermanocerdo.anarchyweb.org Revista digital en español de literatura y artes marciales, que se publica con regularidad bimestral desde marzo de 2006. Admite colaboraciones por correo electrónico (bajo concertación con los editores) y publica ensayo, crítica, cuento, crónica, material gráfico y textos sobre artes marciales. Cuenta con colaboradores en varios países de Hispanoamérica. La Porte des Poètes http://www.laportedespoetes.com Sitio de la Association Internationale La Porte des Poètes, entidad que publica en París, Francia, la revista La Porte des Poètes y difunde la obra de autores en varios idiomas, entre ellos el español. También organiza actividades como mesas redondas y conferencias, colabora en la traducción de poesía y desarrolla talleres literarios. Sistema Nacional de Talleres Literarios - Aragua http://sntl-aragua.blogspot.com Sección del estado Aragua de esta iniciativa de la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello (http://casanacionaldelasletras.blogspot.com) que lleva talleres literarios de participación gratuita a las comunidades de Venezuela. Es mantenido por la escritora Gloria Dolande y ofrece muestras del trabajo de los participantes, fotografías, videos e información sobre las actividades del Sistema. ArteLista.com http://www.artelista.com Directorio de arte en el que los artistas pueden promocionar sus obras de forma totalmente gratuita. Las fotografías de las obras pueden tener derechos reservados o licencias Creative Commons (http://creativecommons.org). Ofrece sistemas de calificación, un foro para que los artistas debatan sobre temas de su interés y otras herramientas, en castellano, inglés, francés y alemán. Fundación Prolectura http://www.prolectura.org Organización venezolana que apoya y fomenta programas de estímulo a la lectura en colegios públicos y privados, integrando a la familia y la comunidad educativa, así como en hospitales y otros ámbitos. Ofrece igualmente, a padres y docentes, información sobre el fomento a la lectura en niños de hasta 11 años de edad. ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === La poesía de Octavio Paz Harold Alvarado Tenorio ================= Este 19 de abril se cumplen diez años de la desaparición del poeta mexicano, Premio Nobel de Literatura de 1990. Octavio Paz (Mixcoac, 1914-1998) declaró en varias ocasiones que uno de los primeros poetas modernos que leyó fue a T. S. Eliot, quien le abrió las puertas de la poesía moderna, junto con Rilke, Apollinaire, Cernuda y Neruda. Eliot le habría mostrado la vía de reconciliación entre el mundo moderno y la tradición, enseñándole que el pasado está en el presente, el eterno ahora, donde en un instante confluyen ayer y mañana. Nieto del escritor Ireneo Paz, hizo estudios de leyes y filosofía y letras en la Universidad Nacional de México, pero desde muy joven publicó sus trabajos en revistas y periódicos literarios. En 1936 se trasladó a España para combatir en el bando republicano y participó en la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Al regresar a México fue uno de los fundadores de Taller (1938) y El Hijo Pródigo. Amplió sus estudios en Estados Unidos en 1944-1945, y concluida la Segunda Guerra Mundial, recibió una beca Guggenheim, para, más tarde, ingresar en el Servicio Exterior mexicano, al cual renunció en 1968 como protesta contra la política del gobierno ante el movimiento estudiantil. Fue director de la Plural y, después, fundador y director, hasta su muerte, de Vuelta. Durante su vida en París fue influenciado por el Surrealismo, donde encontró un camino para la negación de la cultura occidental que buscaba afanosamente al escribir El laberinto de la soledad: independencia de los sistemas políticos y de las ideologías. El Surrealismo abolió la realidad opresiva de una sociedad decadente que se creía única y verdadera, y permitió expresar las tendencias más ocultas del ser y la historia mediante la imaginación y la poesía. En El amor loco de Bretón y El matrimonio del cielo y el infierno de William Blake, descubrió la identidad que existe entre el amado y la naturaleza: las palabras, las frases, las sílabas y los astros que giran alrededor de ese centro móvil y fijo que son dos cuerpos que se aman y terminan por cubrir la página donde se escribe, donde por la existencia del amor existe el poema. El Surrealismo confirmó su creencia en la eternidad del arte, que sobrevive a los imperios, a los partidos, a los dioses, y que sin servir a nada ni a nadie, es la libertad misma porque el hombre se crea y se conquista con su ejercicio, acto irrepetible, único y total. Paz se halló entonces en el centro de un mundo que siempre había buscado con angustia: el erotismo y su otro rostro, el amor. Erotismo que es el alma del lenguaje, su espina dorsal, porque es, como éste y aquel, invención, imaginación social, relación con el otro. Erotismo y religión: la atracción por la Otra y por lo Otro. Piedra de sol es uno de los poemas más notables del siglo XX. No hay duda de que debe mucho al Surrealismo, y aunque se burle de las abstracciones, en él subsisten rasgos de los orígenes metafísicos del poeta. Es un poema al planeta Venus, cuyos 584 días cíclicos están representados por sus 584 endecasílabos. Venus es la Estrella de la Mañana (Phosphorus o Lucifer) y la Estrella la Tarde (Hesperus o Vésper), y según la mitología náhuatl, Ehécatl, una de las encarnaciones de Quetzalcóatl, símbolo del sol y el agua. “Asociado a la Luna, a la humedad, al agua, a la vegetación naciente, a la muerte y resurrección de la naturaleza”, anota Paz en la nota que puso a la primera edición, “para los antiguos mediterráneos el planeta Venus era un nudo de imágenes y fuerzas ambivalente: Istar, la Dama del Sol, la Piedra Cónica, la Piedra sin Labrar (que recuerda al pedazo de madera sin pulir del taoísmo), Afrodita, la cuádruple Venus de Cicerón, la doble diosa de Pausanias, etc.”. Es un poema de reconciliación entre la noche y el día, el amor y la guerra, el sueño y la memoria, el silencio y el discurso: una voz cae a través del tiempo y el espacio, busca contactos, los despojos cósmicos de las catástrofes históricas flotan. El amor surge como la única salvación posible: el deseo de poder encarnar en el presente, donde la carne, saciándose, pueda dar orden momentáneo al caos. Mujer y mundo se hacen un solo cuerpo para que quien habla o lee recoja sus fragmentos de vida y avance ya sin cuerpo, a tientas por otros mundos que no son su memoria. Entonces el espacio detiene el viaje. Paz desciende y recuerda una visión a las cinco de la tarde, con el sol sobre los muros de piedra volcánica de que están hechos los edificios coloniales mexicanos, cuando las jóvenes abandonaban el colegio: busco una fecha viva como un pájaro, busco el sol de las cinco de la tarde templado por los muros del tezontle: la hora maduraba sus racimos y al abrirse salían las muchachas de su entraña rosada y se esparcían por los patios de piedra del colegio, alta como el otoño caminaba envuelta por la luz bajo la arcada y el espacio al ceñirla la vestía de una piel más dorada y transparente, y olvidando el nombre de la muchacha, el poeta canta a la mujer en una serie de letanías metáforas. Luego recorre lugares concretos de México y Berkeley e ingresa en uno de los pasajes más citados del poema, una escena de la guerra civil española: el bombardeo sobre la Plaza del Ángel, en Madrid, en 1937, donde el amor, nuevamente, permite encontrar la identidad perdida, derrumbando alambradas y rejas, destruyendo a aquellos que se han hecho escorpiones, tiburones, tigres y cerdos para el hombre. La pasión, la locura de amor, el suicidio de quienes aman, el adulterio, el incesto, la ferocidad amatoria, la sodomía, etc., son preferibles a la enajenación y a la aceptación de una sociedad que nos arruina: amar es combatir, si dos se besan el mundo cambia, encarnan los deseos, el pensamiento encarna, brotan alas en las espaldas del esclavo, el mundo es real y tangible, el vino es vino, el pan vuelve a saber, el agua es agua, amar es combatir, es abrir puertas, dejar de ser fantasma con un número a perpetua cadena condenado por un amo sin rostro; En el poema la violencia y el sacrificio son ofrendas a dioses hambrientos y exigentes. Las mitologías cristiana y azteca brindan el escenario, pero da también cuerpo a figuras como Lincoln, Moctezuma, Trotsky y Francisco Madero, asesinados en la búsqueda del bien. Incapaz de lograr la totalidad ansiada, la voz vive en el deseo y la nostalgia por lo sagrado que brevemente se revela en las antiguas ruinas de las religiones o en los cuerpos donde el amor tiembla omnipresente, concluyendo: ¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?, ¿cuándo somos de veras lo que somos?, bien mirado no somos, nunca somos a solas sino vértigo y vacío, muecas en el espejo, horror y vómito, nunca la vida es nuestra, es de los otros, la vida no es de nadie, todos somos la vida —pan de sol para los otros, los otros todos que nosotros somos—, soy otro cuando soy, los actos míos son más míos si son también de todos, para que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia, no soy, no hay yo, siempre somos nosotros, la vida es otra, siempre allá, más lejos, fuera de ti, de mí, siempre horizonte, vida que nos desvive y enajena, que nos inventa un rostro y lo desgasta, hambre de ser, oh muerte, pan de todos, Algunas de las ideas poéticas de Paz fueron consignadas en El arco y la lira. Uno de sus más fascinantes capítulos es La otra orilla. Esta frase metafórica, dice Paz, aparece frecuentemente en los escritos de algunos maestros budistas. El salto mortal mediante el cual alcanzamos la otra orilla, explica, debe considerarse como la experiencia central del budismo Zen. Pero no sólo de éste. Para el cristianismo, bautizar, comulgar, y los varios ritos de iniciación, no son cosa distinta que un tránsito destinado a hacernos cambiar, a hacernos otros, como sucede con los tabús primitivos, sagradas regiones más allá del mundo material o la esfera hacia donde aspira a llegar Juan de la Cruz, tierras de mito, arquetipos y leyendas donde el hombre trataba de alcanzar la realidad mediante el rito y el encantamiento, o mejor, donde cada hombre quiere encontrarse con su doble, su otro. Ese es el significado de la experiencia religiosa, del amor físico y las visiones poéticas que nos permiten ocasionalmente llegar hasta la otra orilla: tierra nostálgica de reunión con lo Otro. Para Paz las experiencias eróticas son la llave para realizar esta mística unión y descubrir “que el ser es una ilusión, una suma de sensaciones, pensamientos y deseos” como sostiene el budismo. Es pues, la doctrina de un poeta místico con un fuerte sentido del tiempo, de la muerte y la nada, una desesperanza muy parecida a la de Eliot en La tierra baldía, y que como aquél buscó lo absoluto más allá del poder, a través del amor, el arte, la humanidad, México y Dios. “Paz”, escribió Claude Lévi-Strauss, “fue un espíritu universal, tal como aquellos que existieron en la Edad Media y en el Renacimiento, y que probablemente no volveremos a encontrar jamás”. ** Harold Alvarado Tenorio alvaradotenorio@telesat.com.co Escritor colombiano nacido en Buga (1945). Doctor en Letras de la Universidad Complutense de Madrid. Dirigió el Departamento de Español y las Latin American and Spanish Writers Series del Marymount Manhattan College (Nueva York, EUA), así como el Comité de Redacción de la revista China Hoy (Beijing, China). Es profesor titular de la Cátedra de Literaturas de América Latina y director del Departamento de Literatura de la Universidad Nacional de Colombia. Dirige actualmente la editorial y la revista de poesía Arquitrave (http://www.arquitrave.com). Ha publicado Summa del cuerpo (2002); Fragmentos y despojos (2002); Literaturas de América Latina (1995); Ensayos (1994); Poemas chinos de amor (1992); La poesía de T.S. Eliot (1988); Espejo de máscaras (1987); Una generación desencantada: los poetas colombianos de los años setentas (1985); Kavafis (1984) y Cinco poetas españoles de la Generación del Cincuenta (1980). Ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar y el Internacional de Poesía Arcipreste de Hita. Su obra ha sido publicada en inglés, francés, italiano, griego, chino, alemán y portugués. === Leyendas feroesas: la foca mujer Juan Franco Crespo ============== Los pueblos nórdicos han legado a la literatura universal gran cantidad de mitologías, sagas y leyendas que, posteriormente, han permitido a muchos historiadores reconstruir la visión de estos pueblos de épocas pretéritas de numerosos vestigios de su pasado, gracias a las sagas que han preservado el rico acervo cultural de sus antepasados. Pueblos marineros por excelencia, han viajado y dejado sus huellas por doquier, en tiempos de la gran expansión vikinga fueron temidos por todos los pueblos del mundo conocido. Con sus naves llegaron a los más recónditos lugares del Viejo Continente y dejaron su impronta literaria gracias a sus gestas que a pesar de los siglos siguen cantando su paso por la historia. Hoy nos detenemos en la leyenda de la mujer foca, que es común a todos los pueblos costeros del Atlántico Norte, aunque sea una leyenda prácticamente universal que podemos encontrar en muchos pueblos marineros. Los cuentos y leyendas que los cazadores de alta mar quizás tengan su épica con los relatos basados en el antaño peligroso mundo de los balleneros. La mujer foca ofrece el misterio, el amor, el diablo, la muerte, la belleza, la crueldad, etc. En las Feroe, a poco que profundicemos en su historia y mitología, encontraremos que hay varios pueblecitos íntimamente ligados a la leyenda que hoy nos recuerda una nueva emisión postal: Mikladalur (isla de Kalsoy) es la zona en la que se inspiró el escritor V. U. Hammershaímb para su célebre Antología feroesa (1891), y también se recogió en una vieja balada. Narra la historia de un granjero que ve desaparecer su hijita en el mar. El granjero lamentó durante largo tiempo, junto a su esposa, la pérdida de su hijita, que se había convertido en foca, y se pasó la vida con la esperanza de poder localizarla; por ello acudía a la costa para ver si la niña regresaba. Los marineros siempre que volvían a tierra narraban la presencia de la joven mientras ellos estaban faenando en alta mar. Similar es también la versión de los lugareños de las zonas de Hamar y Skálavík (isla de Sandoy). La versión de Mikladalur finaliza con una tragedia. El desesperado padre decide partir, mar adentro, en busca de la foca mujer para poder darle caza. According to this legend, the men of the Village decided to go seal hunting. The night before the hunt, the seal woman returns in a dream to her husband and begs him to spare her mate and their two born seal pups. She tells him where they are sheltering in a breeding cave, so that he can recognise them. But instead of sparing them, the man finds and kills her mate and the pups. Then he cooks the meal for supper and eats it with his Children. The seal woman comes back once more, this time in the form of a fearsome she troll, and warns them of her terrible revenge. Men will fall from the cliffs as they gather birds eggs, or drown while fishing, or die in Otter ways out in the wild elements, until Terre are enough of them to reach all the way round Kalsoy arm in arm. That number has Siti not been reached to this day. This terrible ending is not known everywhere, and not in the versión from the Village of Skálavík, for instance. In the broadest sense, this is a tale of humans and nature. Mother Nature gives, and takes back Wat she has given. Human depend on nature, and should never defy its power. It is not for them to rule over Nature, and if anyone tries to do so, the consecuences may be as disastrous as in the legend. It can also ve regarded as a religious parable, as a warning not to Challenge God, the creator who holds everything in his power. The idea of the seal as a person comes naturally to tose who live close to seals and are familiar with them. It is easy to imagine a human side to such beutiful, graceful creatures. Stories of familiar animals leaving their natural surroundings and appearing in human form are passed down everywhere in oral traditions and poetry. Sadly, the moral of the story applies as much as ever to the way humans treta nature in our own time. Not surprisingly, many People Siti feel this fable is highly relevant. We are most deeply concerned about the tretas of global warming and the climatic changes that will follow. The most pessimistic predictions are that natures revegen may be far more terrible than the seal woman. Society fighting for a cleaner environment and more respectful treatment of nature could perhaps make use of this Faroese legend in their campaigns. La emisión dedicada a esta bella historia se puso en circulación el 12 de febrero de 2007, el diseño fue obra de Edward Fuglo, se imprimió en litografía offset en la imprenta estatal austriaca en minipliegos de 10 por 5,50 coronas (tarifa básica nacional), tamaño 30 por 43 mm (vertical) y dentado 14. (Mayor información: http://www.stamps.fo). ** Juan Franco Crespo lacandon999@yahoo.es Docente e investigador español (Alhama de Granada, 1953). Profesor de primaria, licenciado en geografía y estudios de doctorado en historia de América. Ha colaborado regularmente desde los años 70 con publicaciones especializadas del mundo de las comunicaciones, como WRTH (Dinamarca), DSWC (Dinamarca), Radio Nuevo Mundo (Tokio, Japón), y otras de Argentina, Uruguay, Perú, México, Estados Unidos y España, entre otros países. Durante varios años también colaboró en el mundo de la radio con diferentes emisoras internacionales. Actualmente algunos de sus trabajos son radiados para América Latina a través del espacio Frecuencia RM, en la emisora La Voz de Rusia. Colabora regularmente con Madrid Filatélico, El Eco Filatélico y Crónica Filatélica y mantiene una sección, sobre filatelia alusiva a literatura infantil y juvenil, en la revista Educación y Biblioteca, así como en las publicaciones electrónicas OpusMúsica (http://www.opusmusica.com) y Naturaleza Educativa (http://www.natureduca.com). === En escucha de pensamiento Ernesto Fernando Iancilevich =========== En escucha de pensamiento, el hombre habla, y la palabra es obra de su escucha y hecho del pensamiento. La expresión “el hombre habla” indica que palabra y pensamiento hablan en el hombre bajo el modo de una conversación. La conversación de pensamiento y palabra converge en el hombre y lo convierte en guardián del habla. El hombre no es guardián de sí mismo: el hombre guarda lo que le ha sido dado. Y lo que le ha sido dado le es propio, aunque no le pertenece, así como la vida que le ha sido dada le es propia, pero no le pertenece. Lo propio implica aceptación de lo dado. Nadie es guardián de sí mismo, como nadie se acompaña a sí mismo. Guarda y compañía aluden a una capacidad de entrega en la apertura como a una aceptación en la recipiendez de lo dado. En lo abierto, se da; y en lo abierto, se recibe: es ésta la máxima correspondencia para quien sepa contemplar y pueda comprender. He ahí la plenitud del vacío, la afirmación primera en la negación última: la vacuidad del yo negado se transforma en la vacuidad del espíritu afirmado para que el hombre transfigurado supere la dualidad. En el habla, meditamos. En el don del habla, meditamos la gracia. La gracia de ser se agradece en la gratuidad del habla. En ese agradecer la gracia, el hombre se convierte en el guardián de la palabra. De entre los símbolos sagrados que nos conectan con lo divino, la palabra es el más profundamente religante, y en modo tal que no se puede concebir sin ella la comunión con los dioses que habitan en Dios. Meditar significa abrirse al encuentro de lo abierto: no se medita para rendir, sino para entregarse; es el acto mayor de consentimiento a lo dado, la mayor aceptación de lo que hay. Hay lo que se da, como hay lo que se recibe. El ser está inmerso en ese haber tanto como el no ser: no importa la distinción, la denominación, la definición, la dominación, eso es el criterio del mundo, ésa es la proposición gramatical-lógica que el mundo enuncia por los cuatro costados de su limitación, y otra cosa no se le puede pedir, ello constituye su “razón de ser”, su pequeña “ser de razón”. Habérselas con el haber de lo que hay es “lo otro” de la cosa, o “lo otro” sin más. Precisamente, en esa otredad, se abre la posibilidad del meditar, y en él se abre la necesidad de la entrega recíproca, del mutuo darse de donante y donado. En el meditar, la gracia sobreabunda bajo el modo del agradecer permanente. Eso, dijimos, no es el mundo, pero lo sostiene, todavía hoy, en el final de un ciclo, lo sostiene. ** Ernesto Fernando Iancilevich ernestoiancilevich@yahoo.com.ar Poeta y ensayista argentino nacido en Buenos Aires en la década de 1950. Licenciado en bibliotecología y documentación por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde cursó estudios avanzados de filosofía. Estudió arquitectura en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la misma universidad. Coordinó durante diez años el Taller de Creatividad Literaria Aletheia. Integra el equipo editor de la revista literaria Palabras Diversas (http://www.palabrasdiversas.com), editada en España. Colaborador de prestigiosas publicaciones nacionales e internacionales en los campos del pensamiento y la creación. Ha recibido el 1r. Premio de Poesía de la Fundación El Libro-Edenor (1996), el 1r. Premio de Poesía de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Avellaneda (1999), el 1r. Premio de Poesía del Encuentro de Escritores de Avellaneda-SADE filial Sur (2001-02), y el 1r. Premio de Poesía de la Universidad Nacional de Córdoba (2005), entre otros. Publicó Primeros poemas: antología de poetas argentinos noveles (Buenos Aires: Fundación El Libro, 1996). === Matilde, has partido hacia tierras lejanas ============================ === Lidia Corcione Crescini =============================================== Matilde, has partido hacia tierras lejanas, pero tu espíritu seguirá siendo un ángel guardián para nosotros. Matilde Espinosa, colombiana, nació en Huila, departamento del Cauca. A la edad de 98 años, el 19 de marzo de 2008, nos ha dicho hasta siempre. Su corazón ha dejado de latir pero su sentir en el día a día invade las almas que transitan por los rincones más recónditos de la tierra, tierra virgen que se ha estremecido con su presencia y su ausencia, tierra llena de nostalgias que la cubrió con su manto de brisas perfumadas aliviando, quizá de vez en cuando, su dolor por las injusticias, la violencia y el desarraigo, los cánticos de mirlas y gorriones, los gorjeos de pájaros errantes, las montañas, los campos, los ríos y los mares, sirvieron en su morada para apaciguar su caudal lacrimógeno que inundaba su rostro entristecido. Valiente, guerrera, emprendedora, incansable mujer de primavera, siempreviva flor de los jardines, tu tesón nos ha servido de ejemplo para continuar en la lucha por esta patria tan sufrida, tan maltratada, víctima de la violencia sin precedentes que aún pulula en el alma de las pirañas que batallan sin sentido por unos ideales furtivos que cubren nuestros campos de luto. Siempre abogando por los desprotegidos y su retrato literario se enmarcaba casi siempre sobre la violencia individual y colectiva de Colombia. Considerada la “precursora de la poesía social”, opinan los críticos que “en ella se refleja la realidad del subdesarrollo en la evolución del mundo moderno (...) con todas las desigualdades, dependencias e injusticias (...)”. En su poesía siempre permaneció la belleza contenida en los paisajes y la naturaleza contrapuestos con los problemas y la inequidad de la gente pobre de su país, e igualmente defendía a la mujer para liberarla de ese sometimiento absurdo en el que permaneció por muchos años. Publicó en sus 50 años de labor literaria 14 libros de poemas: Los ríos han crecido (1955) —con el que se inició en la poesía—, Por todos los silencios (1958), Afuera las estrellas (1961), Pasa el viento (1970), El mundo es una calle larga (1976), La poesía de Matilde Espinosa (selección, 1980), Memoria del viento (1987), Estación desconocida (1990), Los héroes perdidos (1994), Señales en la sombra (1996), La sombra en el muro (1997) y La tierra oscura (2003). Su última publicación la presentó el año pasado, ¿Uno de tantos días?, pasados sus 97 años. De tantos y tantos poemas que escribió, quisiera poder transcribirlos todos. En cada uno plasma su sello dejándonos su huella invaluable escrita con los dedos de su alma y la tinta de su corazón puro. Multitudes No por sonoro este brazo de mar / es más profundo. Sus violentas / espumas derretidas al sol / son el paso primario / de los vientos alisios / en cuyos nudos se enreda / el oro de los sueños, el amor, / la desnudez y la esperanza / de un nuevo amanecer. / Nada detiene este andar / de animal recién venido / a la invasión que sólo se deshoja / cuando sorprende el rayo. / No hay memoria feliz / para el que ingresa al poder uniforme / que derriba las alas y marchita / el rosal para quien ama y sueña. II Valga la soledad / cuando despunta el alba / o se inclina / para besar la noche. / El mensaje transita y no / es de multitudes / su esencia, su intención, su delirio / sólo por un instante / o por una eternidad. Feb 15, 2004 Hacia la tarde Al poeta Winston Morales Chavarro Un desteñido sol / Recorre conmigo las estancias / Que ya no tienen nombre; / Los pasadizos vueltos hacia la tarde / Solos como los nacimientos / Y ausentes como un grito. Emergen parecidos distantes / Bajo el ardor de las cenizas. / Se conmueven las frondas / Arrebatadas por los vientos / Sin destino como los sueños. / Lastiman los escombros / De las primaveras enterradas / Y el gemir de los volcanes / En su incandescente agonía. / Y al fondo la esperanza / Medusa desgarrada en busca / De otro mar y otra orilla / Pulsando las arenas / En esta navegación de los olvidos. En estos poemas podemos sentir su exclamación lastimera en su lucha constante por el delirio, el olvido y los gritos desgarrados de los seres humanos proclamando la libertad, lucha que continuó hasta su último suspiro, suspiro de olor a jazmín esparcido en los átomos del universo en el devenir de lo que fue para traspasar y seguir siendo y viceversa. Premiada en repetidas ocasiones, la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, en cabeza de la doctora Martha Lucía Vásquez, por decisión unánime enalteció su labor sobre la base de tres actividades, significativas en el campo literario y cultural del país: Matilde Espinosa, en el II Encuentro de Escritoras Colombianas en su homenaje, en 2005. La ministra de Cultura en ese entonces, María Consuelo Araujo, nos dice: “En la poesía de Matilde Espinosa hace presencia ese dolor secreto y callado que siembra la guerra entre las madres, hace presencia el olvido de un país que se debate entre la miseria y el anhelo del progreso, hace presencia la voz de la mujer como alma y nervio de una sociedad en que la muerte y la pobreza conviven con una enorme diversidad cultural que pese a todo se niega a dejar de respirar y por el contrario cada día nos muestra nuevos y fascinantes rostros”. Una voz No era una queja / tampoco la voz del caracol / en su playa desierta. / Ni el paso de la bestia / por un peñasco oscuro. / Era el presagio que florecía / los ecos y la ráfaga azul / de un juego niño. / Era una voz sin fondo / aérea como el canto. / Si volviera a escucharla / entendería mejor el sesgo / de una voz sorprendida / en la noche. (De la tierra oscura). Palabras (algunos apartes) de la poeta Matilde Espinosa en su homenaje: Acción de gracias Gracias a la consejera de estado Martha Lucía Vásquez, por ser una de las impulsadoras del evento, que nos honra con su presencia de joven mujer , cuya personalidad se proyecta hacia un futuro más justo por las mujeres en las expresiones culturales, que no pueden faltar en los países civilizados. Gracias a Gloria Triana, nuestra Gloria, cuyo solo apellido ya es una tradición en el arte y en las irrepetibles manifestaciones culturales. Valga decir que no sólo merece admiración sino profundo respeto. Un “deo gracias” especialísimo, con mi gratitud a flor de corazón, a la escritora y poeta Gabriela Castellanos quien escribió un libro sobre parte de mi vida. Sólo una mujer llena de calidad humana ocupó un tiempo con dedicación absoluta para exaltar de la manera más generosa e inteligente ciertos aconteceres de mi existencia. Gracias a la presencia de doña Lina, la esposa del presidente Uribe, para mí es un honor la presencia de ella, un grande estímulo no sólo por ser la mujer del presidente sino por ser ella, exactamente ella, yo sé que es una criatura, digo criatura porque es una criatura humana, tan sencilla, tan modesta que no utiliza nada de todas esas cosas que traen las compañeras de los presidentes... ¡eso es cierto! Así de sencilla, cantadora y versátil, es quien hoy nos ha dejado, un ser indescriptible en mesura, fortaleza y generosidad. Su casa en los cerros del barrio El Castillo era un refugio para tertulia literaria de escritores como León de Greiff, Enrique Uribe White, Carlos López Narváez, Nicolás Guillén y Mario Rivero. Jóvenes universitarios iban a su casa para escuchar sus poemas o presentarle sus obras que ella comentaba y corregía. Guiomar Cuesta Escobar, su amiga entrañable, nos tenía una sorpresa a varias escritoras, Anamaría Intili y Atala Matellini (peruanas), Alicia Haydar Ghisays y Lidia Corcione Crescini (colombianas), quienes fuimos conducidas en su carricoche por las calles de Bogotá hasta llegar a la cita magistral. Esa tarde del mes de abril de 2006, en el marco de la Feria Internacional de Libro de Bogotá, Matilde se vistió de gala para recibirnos en su casa, después de tantos minutos recorridos una mariposa nos indicó el camino, llegamos al encuentro tan inesperado, besos, sonrisas, lágrimas de emoción, cada una de las visitantes al encontrarnos con esa maravilla no lo podíamos creer. Leímos nuestros poemas y ella con su sonrisa de niña hizo un bello comentario a cada una, emocionada hablaba como un jilguero y sus lágrimas de agua pura brotaban al pie de la montaña..., con un buen té compartimos toda una tarde y nos habló de sus remembranzas, de sus malos ratos y dolores que llevaba prendidos en su pecho como una estrella de mar incrustada en la arena. Nos leyó algunos de sus poemas inéditos y en vez de ser la homenajeada, la obsequiada, a todas nos sorprendió con un regalo, quizás presintiendo en el ambiente que ese momento vivido con sus amigas poetas, tal vez sería un adiós como este que hoy nos aqueja con su partida. Bella mujer, dulce poeta, grácil porcelana importada de la galaxia, los ángeles te protejan en ese lugar especial que hoy ocupas en la eternidad. Uno de tantos días Me sumerjo en las claridades nocturnas para entender mejor el medio día. Umbrosa recojo las pavesas de quienes fluye el asombro debajo de las frondas crepusculares. Alas angélicas o simplemente desvaríos de una infancia que empezó con el tiempo. Distraída busco la esperanza sobre los pliegues del día lento como el vuelo del pájaro que pasa. Los árboles se agitan y sorprende el mensaje tímido y sudoroso del instante. Por la insistencia de saber que los días se van con sus oros deshechos y sus danzas festivas donde mueren las rosas. Todo magnificando la soledad floración de congojas altiva incertidumbre de tener otra vez esas gotas de sol entre las manos. ¡Gloria a ti, Matilde! ** Lidia Corcione Crescini licorcione@gmail.com Narradora y poeta colombiana (Cartagena). Abogada egresada de la Universidad de Cartagena (http://www.unicartagena.edu.co). Columnista del periódico El Universal (http://www.eluniversal.com.co), de su ciudad. Textos suyos han sido publicados en las revistas Unicarta de la Universidad de Cartagena; Oxigen (http://www.revistaoxigen.com), de Madrid; Revista Literaria Remolinos (http://es.geocities.com/revista_remolinos) y Aula Caribe. === José Alejando Peña en su poesía Rafael Rattia ==================== Ese largo y espeso paréntesis que va de 1984 (con su primigenio libro Iniciación final) hasta el poema que se escribe con la luz, intitulado “La vigilia de todas las islas”, y que es textura y testimonio de la obra poética en vertiginosa marcha que no detiene su proceso de verbogénesis, patentiza un quehacer que en nada difiere a lo que se me antoja denominar el hechizo del ser por el lenguaje poético. Leyendo la poesía de este insigne poeta de raigambre hispanoamericana pero de decidida vocación universal, el lector disipa cualquier atisbo de duda, si la hubiere, con relación a la impecable calidad expresiva que signa cada verso de su indetenible creación poética que no admite sosiego ni detención. La materia prima de esta poesía está concebida en y desde el autotelismo resignificante de un lenguaje hecho de imágenes perturbadoras algunas veces; otras de fulminantes giros expresivos que nos devuelven a una condición de desnuda incertidumbre y de crudísima verdad irrecusable. Sumergirse (gozo y placer) en la lectura de la obra lírica de José Alejandro Peña (http://www.joalpe.net) es experimentar la posibilidad real de habitar un topos linguisticus que no requiere justificaciones de externalidad alguna: sus semas, sus lexemas, sememas; la torrencial verbalización literaria que exhibe la fastuosa y paradójicamente lacónica expresión poética de este escritor nos dice a los lectores que tenemos el privilegio de leerle que el poema antecede todo aquello que humanamente puede ser pensado por el hombre. Nada, absolutamente nada; puede ser imaginado si antes no pasa previamente por la inexorable visión plástica de la imagen poética. Tal aserto pareciera derivarse de la lectura de los textos poéticos contenidos en Obras poéticas (1984-2004) (Ediciones El Salvaje Refinado, Colección Obsidiana, West Virginia, Estados Unidos, 2005), y cuyo ejemplar puede adquirirse en Internet accediendo a la página de Ediciones El Salvaje Refinado (http://www.esrefinado.net). No se lee la poesía de este escritor sin padecer ígneos fulgores como venidos de lejanas épocas conocidas por nosotros a través de morosas lecturas o de imposibles sueños despiertos que a la postre nunca se sucedieron en verdad. Es ineludible la intrínseca carga emotiva de inevitable desesperación ontológica que exhalan no pocos versos de su inmensa propuesta lírica. La ansiedad yoica, el quebranto de las fibras más sensitivas del humano ser, el suplicio de quien no soporta tanta desgarradora lucidez de estar vivo y la constatación de un espanto que no abandona a quien ha vislumbrado la esencia de todo en la redondez del poema, son rasgos que rielan sobre la percepción de quien navega por las aguas enigmáticas del texto creador que proclama nuestro escritor. Un dolor antiquísimo que pareciera provenir de los más insospechados socavones de la memoriosa existencia del bardo se explicita en versos que provoca tatuarse en la conciencia y repetirlos hasta el final de nuestros días. “Todo arde en la voz, ¿o es la voz que arde en todo y en sí misma?”. El mar, la infinitud, la distancia habitándonos el recuerdo, el fragor de un instante que se prolonga más allá de sí mismo para eternizarse en nosotros, son leit motiv que subyacen en tantos poemas de la hermosa espiral verbal creadora de este magnífico escritor residenciado en los Estados Unidos desde hace más de una década. Confieso sentirme subyugado, como si por halos de embrujos se tratara, cuando el poeta enrostra a la sensibilidad del lector imágenes que bien pudieran constituir elementos aparentemente aislados de una majestuosa estética de la podredumbre cuyas filiaciones literarias no ocultan su parentesco con Lautréamont, por ejemplo. Verbigracia: “¿Te acuerdas de la piedra con tu cráneo bajo la negra ola que era el cielo?”. En este poeta se logra el milagro donde la vida y la muerte constituyen una extraña dialéctica en la que no se sabe nunca dónde comienza una y termina la otra. Un sutil amonedamiento que semeja el refugio de lo enigmático. He aquí la poesía del futuro que tantos desvelos causó a Hörderlin o al Nietzsche de los aforismos perdidos. Veámos una muestra mínima de nuestra afirmatio: Esta rabia sola de todo asombro No es un jardín de ahogo que la ausencia Derrama (?) Ni es mi mano fluvial melancolía Ni es la rosa que aúlla a la incolora Oscuridad siempre uniforme Ni es el mar que sueña ser espora Ni es cosa que pueda ser nombrada Sin que arda en el aire la informe soledad Del yo consciente Pues sólo la conciencia otorga al hombre Dimensión y pureza. Himno fluvial. Debo apresurarme a consignarlo con enfática convicción: la poesía acuatiforme de José Alejandro Peña se funda en la evocación de universos amnióticos y de realidades fluvescentes que adquieren carta de poeticidad mediante la concepción de terriblemente bellas imágenes solubles indisociables de humedades matriciales que nos nombran desde la sopa prebiótica de los albores de la vida. La ternura y la muerte se abrazan o copulan en una inextricable relación insólita para dar paso a nuevas realidades verbales donde un intenso erotismo se erige en figura emblemática de un novísimo orden de cosas edificado por la palabra taumatúrgica del bardo. Me solazo y celebro con inaudito júbilo al reencontrarme en la errabundez trashumante del poema izado por este creador destinado desde ya a soportar el inclemente paso de los siglos. Su poesía tiene la consistencia marmórea de la impoluta calidad literaria y la fuerza persuasiva de su estro posee la dimensión del Absoluto que tantos ansían y poquísimos alcanzan. ** Rafael Rattia rrattia@gmail.com Escritor venezolano (Delta del Orinoco, 1961). Historiador egresado de la Universidad de Los Andes (ULA, http://www.ula.ve). Fue director-fundador del Archivo Histórico del Delta, director de la Biblioteca Pública Central Andrés Eloy Blanco y coordinador de Actividades Literarias del Ateneo Internacional de Fronteras Casa de las Aguas. Ha publicado el poemario La pasión del suicida y dirige Laberintos de Agua, la página literaria semanal del diario Notidiario (Puerto Ordaz). Textos suyos han aparecido en el suplemento literario Verbigracia, el suplemento cultural de Últimas Noticias, El Impulso, Frontera y la revista Ateneo de Los Teques, así como en las revistas electrónicas El Invencionero (http://web.jet.es/enseres), Casi Nada (http://usuarios.iponet.es/casinada) y Sólo Texto (http://solotxt.freeservers.com). Mantiene una bitácora personal en http://ratiar.blogspot.com. === Hay días en que amanezco muerto ======================================= === (O cómo amanecer vivo en una calle muerta) Íos Fernández ========= Uno sabe si un escritor tiene calle o no. Rubén Blades. A finales de la década del sesenta un grupo significativo y aislado de periodistas norteamericanos (encabezado por Tom Wolfe, Gay Talese y Hunter S. Thompson) empezó a experimentar en sus reportajes y artículos con una serie de novedosas técnicas literarias. Ellos, que además se alejaban concientemente de la supuesta objetividad del periodismo tradicional y se adentraban en el corazón de la historia, fueron nominados bajo el fardo de El Nuevo Periodismo. Esta tendencia, que a estas alturas de “nuevo” sólo tiene el nombre, sembró pautas y mecanismos que siguen teniendo vitalidad en el momento de contar la realidad. De esa estirpe de periodistas cojonudos y arriesgados, que en Colombia gracias al auspicio de algunas revistas como Soho, Horas y Gatopardo ha tenido una buena cosecha; hace parte el también escritor de ficción Cristian Valencia. Justamente Valencia echa mano de algunas de sus mejores crónicas publicadas en estos medios para conformar el volumen de Hay días en que amanezco muerto. Lo que sorprende y a la vez conmueve de estas crónicas, más allá por supuesto de los ambientes lumpenizados, marginales o aislados y de los personajes mutilados, perturbados o empobrecidos, es la capacidad de Valencia para transmutarse en ellos, para calzarse sin medias un par de zapatos rotos y apretados, y recorrer un buen número de páginas-calles. Lo que sorprende es la capacidad de narrar desde el mismo andén desde el cual capta las historias, poniéndose siempre al nivel y no por encima de sus personajes. Lo que conmueve, finalmente, es la decisión de Valencia para escribir con los pies y el culo puestos sobre la tierra. Escribe desde abajo (ya lo he dicho) pero también desde adentro: de la basura, del Cartucho, de una cantina de tangos. Y a veces sube (lo reconozco): a un burro, a una zorra, a un bus con vendedores, a un camión de carga. Habla seriamente con un payaso, se convierte en marino (o ya lo era), atraviesa el país de copiloto o pierde el tiempo en busca de un pueblo perdido. Tiene la determinación del periodista que vivencia la historia y asume a quemarropa todos los riesgos, pero carece del egocentrismo, la vanidad y la banalidad de la gran mayoría de los periodistas herederos del Gonzo. Valencia tiene el olfato, la vista y el oído que le permiten encontrar detrás de cada vida, por anodina que sea, una historia para llevar al papel, pero a su vez tiene el tacto y el gusto para no olvidar que detrás de las palabras plasmadas hay una vida de carne y hueso, más de hueso que de carne en el caso de estos personajes. En el interior de estas crónicas hay cuestionamientos sobre el oficio y preocupación por golpear en el centro del problema, pone en evidencia los mecanismos y las amarras que le ayudan a construir las historias, y expone una ética que no le permite sacrificar la verdad por la verosimilitud o la espectacularidad, se enfrenta a los hechos sin un plan preconcebido, se deja orientar por ellos y confía en sus personajes porque sabe que la realidad se escribe sola y a menudo escribe mejor que uno. Cristian Valencia es solidario y compasivo con sus personajes, y generoso con el lector. Algunas de estas historias son salvadas de la hecatombe con referentes de la literatura, del cine, de la música y del arte en general; que actúan como diluentes a través de metáforas empleadas con ingenio y humor. Pero sobre todo por la música, letras de canciones puestas, cantadas por los personajes o por el mismo narrador, que matizan el dolor de las historias y hacen pensar que una vida con banda sonora quizás no sea mejor pero sí más soportable. En las doce historias que contiene este libro el lector no encontrará retratos de celebridades, ambientes del jet set ni la asunción de retos artificiales o inútiles, sólo calle. Uno sabe si un escritor tiene calle, Cristian Valencia la tiene, sumada a un talento, un coraje y una bondad natural sin los cuales le habría sido imposible amanecer vivo en ella. ** Íos Fernández aquinovivenadie@hotmail.com Escritor colombiano (Cartagena de Indias, 1979). Estudió literatura y teatro. Ha publicado artículos, cuentos y poemas en medios impresos, así como el libro de cuentos El siguiente, por favor, con el que obtuvo el Premio Distrital de Libro de Cuento Cartagena de Indias. Textos suyos pueden leerse en su blog, Cráter de Obús (http://aquinovivenadie.blogspot.com). === En eso estamos, de Wilson Armas Castro Aldo Roque Difilippo ====== En eso estamos, Wilson Armas Castro, edición de autor, Mercedes, noviembre 2007. Publicar es exponerse, es dejarse ver a trasluz y que sea el otro quien nos defina; y publicar poesía en estos tiempos de mezquindades y frases hipócritas, supone un riesgo por lo menos doble, porque la poesía desde siempre fue una empresa del alma pero no de las finanzas, y precisamente por eso, es exponerse una vez más en carne viva. Porque quien escribe se ofrece desnudo —si del otro lado hay un lector atento—, dejando al descubierto verdades, falencias, los más recónditos secretos, mostrando los vericuetos sicológicos y sentimentales. A eso se expone Wilson Armas con su libro En eso estamos, y aun más, se arroja a las fauces del lector, transgrediendo las normas del “escribir bien” o respetar las normas académicas que las más de las veces encorsetan el lenguaje; pero que en él es un desafío al lector, exponiéndose al escarnio o la aprobación pública. Para cualquiera esa empresa resulta más que temeraria pero para un individuo que ya ha traspuesto la frontera de las ocho décadas supone una temeridad poco usual, o mejor dicho nada usual. Nacido en 1919, Wilson Armas cuenta con una interesante trayectoria como actor teatral en el ya mítico Teatro del Pueblo (ver Letralia Nº 150, 9/10/2006, http://www.letralia.com/150/entrevistas01.htm), y con un buen número de libros publicados, y si se lo propone (ya que material escrito es lo que le sobra) con por lo menos un par de buenos libros de cuentos y una novela que lo ubicaría cómodo como un buen narrador. Una etiqueta que por otra parte le colocó el lector con la justicia que dan sus buenas obras narrativas, pero Wilson asumió un nuevo reto y decidió exponerse otra vez. Empezó con el libro Pocacosa, editado en 2005, y no conforme con eso insiste con este conjunto de poemas bajo el título En eso estamos, algo que resume precisamente su filosofía como autor. En eso estamos parece ser la voz constante de este poemario donde Wilson sigue apostando a la amistad, al amor, a la lealtad, y la indoblegable tozudez de cuestionar los preceptos y las etiquetas impuestas por esa sociedad que como creador pretende modificar. Acepto que emito un juicio parcial y subjetivo, ya que es algo inevitable, y se convertiría en una tremenda mentira intentar expresar cualquier opinión sobre un hecho artístico desprendiéndose de los gustos y predilecciones. Porque todo individuo es por la circunstancia que lo llevó a ser; y por supuesto todo creador es por la circunstancia que lo llevó a crear, que lo movilizó a sentarse frente al papel en blanco, por la historia que tuvo que recorrer para llegar a ese acto íntimo y solitario, por las personas que dejaron su huella en su pensamiento, por la vida que tuvo o que no tuvo. Y eso inevitablemente queda plasmado en lo que escribe, pinta o compone arriba de un escenario. En Wilson notoriamente esa influencia, ese bagaje histórico-vivencial se refleja en sus poemas, que lo movilizan a estar vivo y en constante combate consigo mismo. Es que en muchos de estos poemas el autor parece desprenderse del individuo para interpelarse, para enfrentarse, para confrontar y a la vez obligar al lector a hacer el mismo ejercicio. Es como enfrentarse a la obra de dos individuos en puja constante, y de esas interrogantes planteadas salir a buscar nuevas preguntas más que las viejas respuestas que lo han desvelado durante su existencia. Pero también para el lector resulta un ejercicio por momentos desconcertante: el no saber si se está enfrentando a un autor joven, escéptico y envejecido por la sabiduría, o a un autor viejo que ha decidido olvidarlo todo y se hace las mismas preguntas cargadas de ironía porque ya sabe que no tiene las respuestas. Precisamente, la ironía navega en estos poemas, esa visión ácida y mordaz con que nos ve y se ve. Que se expone y a la vez nos muestra en todo su materialismo más liso y llano en las cosas más trascendentales del individuo. Mientras otros poetas han gastado interminables versos y sesudas metáforas para decir que tarde o temprano, inevitablemente, todos moriremos, Wilson afirma su existencia en el mundo como el mortal más llano y material que es: “¡Y patapúfate, me borré del suelo!”. Pero también se afirma en este mundo como individuo finito y mortal buscando trascender en las cosas cotidianas de la vida: “Cuando yo muera, amigos, / hacedme un homenaje estricto / de silencio...”. En definitiva no dudo que a ustedes les quedarán casi las mismas impresiones que a mí: que estamos frente a un poeta mayor por edad, por experiencia y por calidad poética, y a la vez estamos frente a un poeta joven, por vitalidad, por entereza y la manera desafiante de plantarse frente a las cosas. Pero también estamos frente a un notable mentiroso, un extraordinario e irónico individuo capaz de presentarse frente a nosotros como un ser apocado y desvalido para abofetearnos sin piedad, obligando a reconocernos en nuestra pequeñez de seres con más preguntas que respuestas. A continuación una escueta selección de sus poemas. No todo es vejez Yo sé qué dice tu mirada, que brilla con fulgor; te veo preocupada y te doy la razón, porque meter de golpe en tu maleta pinta, vejez, impacto y desconfianza, no queda en pie la apreciación concreta. Tenías la impresión de que tratabas a un tipo muy audaz, parlanchín y poeta, pero cuando lo conociste a fondo te diste cuenta, que no era tan fiero el león como lo pintan. Eso es para que veas que no todo reluce como el oro, que rascando un poquito uno encuentra, lo que quiere encontrar, y se contenta... Interrogantes ¡Cuántas interrogantes, cuántas preguntas me hago! El otro yo me las formula y yo no las respondo. Mi esmirriado morrión, debe llenarse. Pero tal vez no llegue ese momento por más que lo desee. Debo explicarme con despaciosa calma, las mil interrogantes que me asedian; mas, nada resulta fácil; lo fácil es tramposo, es impostura; pero yo no conozco la verdad, jamás la he visto. ¿Cuánto debo esperar? No hay otra alternativa: Esperar... ¡A ver tú! ¿Cuándo se es siempre? Contéstame bien rápido, petulante intelecto... Presente Sentado en esta silla de espaldas al sol que me deslíe, bebo el aire el verde del follaje y el ocio generoso del estío. Quiero no dar cabida a la tristeza, quisiera convivir sin mi memoria. Es cosa inútil, digo, echar atrás el tiempo: al futuro lo pondría de testigo, y al presente —si yo pudiera hacerlo— lo volvería entelequia inerte. Escaleras abajo Es difícil asir de un manotón un instante feliz de permanencia. En regocijo pleno de espíritu es fácil dar un salto en el espacio, escuchar sonidos de violines, y coros de ángeles cantando. Ya no me queda ni un mísero recuerdo de mis vagidos niños; mis ansias de vivir ya no me asisten: se me ha pasado el tiempo. Mi instrumento enmudeció de pronto, Sólo migajas viejas me quedaron y están hechas de angustias. Mi pecho ya no canta, ni entona melodías mi garganta. Rápidamente se me va la vida, y ni siquiera mi visión responde... ¿Qué es lo que me va quedando? ¿Qué es lo que me está faltando?... No puedo contestar, no puedo... ** Aldo Roque Difilippo aldodifilippo@adinet.com.uy Periodista y escritor uruguayo (Mercedes, 1966). Ha publicado el libro de cuentos Verdades a medias (dos tomos, coautor con Wilson Armas) y una serie de investigaciones literarias e históricas en el suplemento Lecturas de los Domingos del diario La República, y en la revista Posdata (Montevideo). Desde 1991 trabaja como corresponsal en Soriano para el diario La República de Montevideo. |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === Moraima Rodríguez, en comunión con sus fantasmas ====================== === “El escritor es un trashumante” Rafael Ortega ==================== “Recurro mucho a los temas de la soledad, el silencio y la muerte, no como símbolo nefasto, sino como elemento de transformación. Me gusta observar a las personas que caminan por la ciudad porque de alguna manera puedo trasladar a la hoja en blanco a esos seres humanos con todos sus conflictos”. Acerca de su infancia, la narradora Moraima Rodríguez (Maracay, 1967) dice que fue muy especial. Aún mantiene viva la imagen de su padre leyendo todas las noches La madre, de Máximo Gorki, lo cual despertó su curiosidad por abordar aquella obra, y a su abuela enseñándole las primeras letras con el diario Últimas Noticias. Luego, a los ocho o nueve años, la atraparon Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; Memorias de Mamá Blanca, de Teresa de la Parra, y los Cuentos grotescos, de José Rafael Pocaterra. Años más tarde, tras el divorcio de sus padres, el hábito de la lectura ya formaba parte de su desenvolvimiento cotidiano. —¿Has participado en talleres literarios? ¿Piensas que podrían ser fábricas de escritores? —Mis primeros trazos en el papel los di en el taller de Laura Antillano, de quien aprendí que la disciplina es importante, pues la escritura es un acto de vida. Después seguí con Orlando Chirinos y Oswaldo Trejo, entre otros. En cuanto a la otra pregunta, creo que más que fábricas de escritores, los talleres literarios son lugares de encuentro de muchas voces que vivimos para la escritura y se da la oportunidad de intercambiar lecturas que nos guiarán hacia el género que pensemos desarrollar. —¿Cuáles son los temas que te motivan a escribir? —Siempre he dicho que estamos habitados de muchos fantasmas y a veces tenemos que exorcizarnos. Recurro mucho a los temas de la soledad, el silencio y la muerte, no como símbolo nefasto, sino como elemento de transformación. Me gusta observar a las personas que caminan por la ciudad porque de alguna manera puedo trasladar a la hoja en blanco a esos seres humanos con todos sus conflictos. —Aparte de la lectura, ¿de cuáles fuentes te nutres? —Sobre todo, la plástica. Recuerdo que en una exposición a la que asistí en la Casa de la Cultura me atrapó un desnudo que estaba allí y escribí un relato, que si lo lees ahora te darás cuenta de que no tiene nada que ver con aquella obra, pero sí me nutrió mucho para escribir. Soy más visual que auditiva. —A tu criterio, ¿cuáles escritores venezolanos son fundamentales? —Hay muchos, pero haciendo una lista muy específica, le tengo fe a la escritura de Orlando Araujo, pues he conseguido unos textos no solamente poéticos, sino con una convicción, una militancia a la vida, al ser humano, y de él aprendí que escribir es ser como un río, como un dios, por lo cual pienso que los escritores somos unos pequeños dioses porque a través de la palabra qué vida no damos. También podría mencionar a Laura Antillano, Francisco Massiani, Orlando Chirinos, Alberto Hernández, sobre quien hice mi tesis de grado; Luis Alberto Crespo, Eugenio Montejo, Stefania Mosca, entre otros. —¿A qué atribuyes que los escritores venezolanos no sean tan conocidos en el exterior? —Lamentablemente, no existe una divulgación de las obras de los escritores nacionales como debe ser. No tengo nada en contra de que los escritores reconocidos sigan llenando las páginas de las revistas culturales y de los suplementos de los periódicos, pero pienso que también se le debe dar cabida a la extensa variedad de creadores que existimos y aún no nos conocen. —¿Cómo percibes el panorama regional actual? —Me parece que estamos las mismas voces. No sé si me equivoco. Creo que debería haber un taller permanente para sacar a la luz a las voces emergentes y revisar el trabajo literario en las comunidades. De repente hay voces escondidas por allí que no saben dónde acudir porque ven la Casa de la Cultura como un gran monstruo sagrado. Y si seguimos siendo los mismos, debemos entender que no somos eternos, por lo que debe prestarse mayor atención a lo que viene siendo el discurso literario como tal, llámese ensayo, narrativa o poesía. —¿Cómo percibes la presencia de la mujer en la literatura? —La presencia de la mujer en la literatura es notoria. Allí tenemos a Yolanda Pantin, Laura Antillano, Milagros Mata Gil, entre otras, pero pienso que no debe confundirse, porque a veces caemos en el cliché de la poesía o la narrativa “feminista”. Creo más en un discurso femenino, inclusive, a veces hay cierta transmutación, yo pienso como hombre para asumir un texto escrito por una mujer. No me considero una escritora feminista ni tampoco manejo un discurso totalmente femenino, presento muchos rasgos que los defiendo hasta desde una voz masculina, pero la femineidad en la escritura sí es un discurso arraigado. —¿Cuáles obras o autores de la literatura universal recomendarías leer a las nuevas generaciones? —Sin lugar a dudas, Walt Whitman, Oscar Wilde, Virginia Woolf, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Mario Benedetti, son autores necesarios para quienes quieran incursionar en el mundo de la literatura. —¿Cuál es la función del escritor? —Pienso que el escritor es un trashumante, que puede tener varios roles: transformar la sociedad o coadyuvar a que ésta sea menos egoísta y más transparente. El escritor es un habitante más de esta realidad por la cual uno subyace cada día y a través de la palabra, nos convoca a estar dentro de ella para que nos toque, mas no nos hiera. Es decir, su función es despertar el afecto por las cosas más sencillas y protegernos del olvido. —¿Piensas que las nuevas tecnologías son herramientas útiles para promocionar la obra de un escritor? —Es otra manera de promocionar la lectura y la escritura, pues ya no seríamos voces aragüeñas ni venezolanas, sino latinoamericanas y hasta mundiales. De alguna manera, la Internet sí funciona. —¿Crees que los libros virtuales suplantarán la imprenta? —Un no rotundo. De verdad que no pienso que eso suceda porque el libro es como un ser humano de quien no podemos cambiar ese contacto que nos ofrece. Un libro eres tú y soy yo. Vivir en la literatura “En esa página en blanco desnuda, cuando comienzo a escribir, he conseguido muchas respuestas a mis incertidumbres y trato de mostrar el retrato de otros seres humanos igual que yo. Desde que asumí la literatura como vida, pienso que de ella no se debe vivir, sino vivir en ella”. Esta entrevista fue publicada originalmente en el suplemento cultural Contenido, del diario El Periodiquito (http://www.elperiodiquito.com), de Maracay, Aragua, Venezuela. ** Rafael Ortega rafaelortega@letralia.zzn.com Escritor venezolano (Maracay, Aragua, 1969). Es técnico superior universitario en publicidad. Ha sido jurado en concursos literarios del estado Aragua. Textos suyos han sido publicados en revistas y periódicos venezolanos, así como en las antologías Narrativa aragüeña en Tierra de Letras (Senderos Literarios, 1997), Narrativa de Aragua (Secretaría de Cultura del Estado Aragua, 1997) y Muestra de minificción aragüeña (Secretaría de Cultura del Estado Aragua, 2001). En 2002 publicó su libro de cuentos La última sutileza del diablo. === José Eugenio Sánchez ================================================== === “Me gusta que la poesía tenga otras posibilidades ===================== === como el video, la postal, el performance, la danza” =================== === Augusto Rodríguez ===================================================== Nació en Guadalajara, México, en 1965. Actualmente radica en Monterrey. Ha publicado El mar es un espejismo del cielo, 1990; Tentativa de un sax a medianoche, 1992; El azar es un padrote, 1998; Physical Graffiti, 1998, y La felicidad es una pistola caliente, 2004. Es uno de los poetas más representativos del México actual. —José Eugenio, ¿cuándo y por qué empiezas a escribir poesía? me es desconocido el momento en que empiezo a escribir y tampoco supe por qué lo hice: cuando era muy chico a muchos les dije que quería ser escritor y a otros les dije que arquitecto ingeniero futbolista piloto: lo primero que escribí pudo haber sido unas canciones para una banda que ensayó mucho y nunca tocó o un diario donde relaté cosas que nunca hice en lugares donde nunca estuve: probablemente era una cuestión por registrar mi “cualidad” involuntaria por imaginar: lo de las publicaciones sucedió totalmente circunstancial por sugerencias de mis amigos —¿Qué poetas son tus referentes o tus autores de cabecera? han sido muchos y en diferentes épocas de mi vida: me gustan blake ginsberg paz sheppard borges peret apollinaire joyce bob dylan y leonard cohen —He leído tu poemario Physical Graffiti. Cuéntame de este trabajo poético. ese libro lo escribí en una época muy padre: se estaban desplomando ante mí todos los conceptos formales de técnica postura tono actitud que dictaban los teóricos: escribía y reescribía con mucha alegría y terminaba de escribir antes de ir a la cama —Hablemos de tus posteriores libros. ¿Qué rumbos han tomado? la felicidad es una pistola caliente (visor 2004) es otro pedazo de lo que pretendo escribir: a mí me gusta como espectador que la poesía trascienda los límites del libro y se desenfoque al autor y poder rescribir entre líneas: supongo que el lector puede jugar a eso con este libro: me gusta que la poesía tenga otras posibilidades como el video la postal el performance la danza etcétera: y eso ha sido también parte del proceso de este libro: hacer textos para otros lenguajes —Veo que en tu poesía circula en las aguas del humor y la ironía, ¿qué es para ti el humor? el zapato puesto al revés —Hablando con un poeta que escribía desde el humor, me decía que él no volvió a escribir en esa línea, porque el humor se agota, ¿qué piensas de esto? no pienso que sea una línea no creo que sea una fórmula y no sospecho cómo se hace el humor: a mí me encantan las obras que tienen sentido del humor: desde un cuadro hasta una coreografía desde un eje vial hasta una hamburguesa: realmente yo no pienso que soy un humorista: soy cínico y mala onda pero al parecer los demás lo ven como un chiste: la historia es humor el paso del tiempo la política la evolución la fotosíntesis: todo es cruelmente humorístico: pero sí: las buenas bromas son menos que las malas —Si tuvieras que dar un mapa poético actual para tratar de entender los procesos y la poesía contemporánea de tu país, ¿quiénes serían y por qué? me gustaría creer que octavio paz y jaime sabines y otros marcaron una división estética generacional: y que se crearon lenguajes convergentes entre estas líneas poéticas: los actuales poetas disfrutamos métodos de promoción apoyo y publicación más efectivos que las generaciones anteriores y esto ha hecho que proliferen proyectos poéticos de todos los niveles en los distintos puntos de los casi 2 000 000 de kilómetros cuadrados que tiene el país: los antologadores de nuestra reciente poesía no coinciden en algunos autores pero coinciden en que hay distintas corrientes y puntos de vista del poema incluyendo a las minorías de seguidores de las poéticas tradicionales: y hay quienes aseguran que no hemos aportado nada desde hace 100 años a las letras mexicanas: sería muy complicado nombrar a las figuras y referencias de la poesía mexicana sin excluir a los que siempre se han nombrado o excluido: pero actualmente hay una buena cantidad de autores mucho más jóvenes que se irán agregando a esa lista y están escribiendo la obra: el país está viviendo la resaca de haberle suspendido la evolución al partido del gobierno para construir otro: tarde que temprano vendrán momentos que desestabilizarán a la ideología y/o la economía de la sociedad y quizá podamos dibujar a partir de eso una línea generacional para evaluar el momento actual —¿Qué conoces de la literatura ecuatoriana? poco edwin madrid y iván oñate —He escuchado en numerosas ocasiones que supuestamente la poesía sólo la leen y la consumen los mismos poetas, ¿crees que es así? ¿Cómo crear mecanismos para que la poesía llegue a otros sectores de la sociedad, pero sin que pierda su parte radical o subversiva? bueno ya se hace y hay niveles y calidades en canciones tarjetas galletas slogans promocionales: imagino que quieres referirte a la alta calidad: conozco mucha gente que lee poesía: creo que los editores son cómodos si tienen un autor que sea muy conocido o con capacidad para influir o divertir a los enamorados al empleado la secretaria el locutor el estudiante o el consumidor no habitual de poemarios: cuando el libro se vende solo en un estante de la librería o de un centro comercial sin publicidad hacen a los editores muy felices: creo que el producto de la poesía (sea libro audio poster etc) puede ser un objeto comercial pero el hecho de que no lo sea lo convierte en un objeto peligroso y eso me emociona: el que sea una apuesta rebelde y orgánica y material hace que la poesía se escabulla de algunas personas —¿Actualmente en qué proyectos literarios está José Eugenio Sánchez? en muchos: estoy traduciendo a uno de mis ídolos gringos: sigo con espectáculos poéticos que incluyen música danza teatro instalación video y recital y son como shows de bar o cuasiconciertos de rock o música electrónica o películas con locutor o recitales hilarantes etc: escribo un par de colecciones en donde se amplían mis parámetros de mis trabajos anteriores como el underclown y ahora me involucro en el género de lo narcoparanormal: yo escribo acerca de mis héroes y mis referencias son casi siempre las mismas. de pronto new york se quedó sin joseph brodsky a ana y el mostro pasan las risotadas de un carro antiguo un tipo tembloroso te ofrece lo que quieras las prostitutas en abrigo se cubren el viento entre ellas unos uniformados salen de un bar completamente ebrios un vagabundo extiende la mano al final de la calle se enciende la tortea de una patrulla de policía que despacito vira hacia la derecha una pareja sale del teatro dos negros conversan y en el aparador de enfrente cuelgan silenciosas un par de medias de seda que parecen ser más imprescindibles que nosotros tom petty y yo dedicamos a mary jane’s last dance a esa mujer que Miguel ángel dejó enterrada por la prisa a esa gata caliente de pezones de gomita de mandarina a esa estrofa danzante que al meterle la mano en el sexo le sale un conejo carta de un suicida no fue el dardo que dio en el centro tampoco el veneno ni la mariposa que traía en la punta no fue un golpe de suerte quizá un poco de paciencia y claro un blanco débil no se culpe a esta mujer de haberme volado la cabeza de traer hasta mis labios la canción de su cintura no se le tome venganza no se me tome cariño tampoco la detengan es su descarnizada pasión al desnudarse sólo prendan las velas súbanle a la música que no falte queso ni vino en invierno las catástrofes requieren sutileza hoy el asunto es otro: como confiar en el azar si es un padrote ** Augusto Rodríguez elfrancotirador79@hotmail.com Escritor ecuatoriano (Guayaquil, 1979). Ha publicado los poemarios Ausencia (Santiago de Chile, 1999), Mientras ella mata mosquitos (2004), Animales salvajes (2005) y La bestia que me habita (2005). Sus textos aparecen en varias antologías locales y del extranjero. Ha obtenido el Premio Nacional de Poesía David Ledesma Vásquez (2005), el Premio Nacional Universitario de Poesía Efraín Jara Idrovo (2005) y Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía César Dávila Andrade (2005). Es el fundador del grupo cultural guayaquileño Buseta de papel. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === Gravitación del alma ================================================== === Acercamiento a Las flores del mal de Charles Baudelaire =============== === María Eugenia Betancourt ============================================== La lectura de los poemas de Las flores del mal nos ofrece la posibilidad de asistir a uno de los espectáculos más maravillosos del mundo: la existencia efímera del hombre tal como la fugacidad de una flor, única e irrepetible. Y ese espectáculo debe ser mostrado con toda su crudeza. El poeta, Baudelaire, ha debido franquear muchas barreras para explicar lo inefable, valiéndose del oxímoron (im)posible de la hermosura de una flor y el lado oscuro de la existencia. Ver en el alma la bondad y el mal simultáneamente constituye, sin duda, una capacidad que sólo el poeta, con su virtud de vidente, es capaz de percibir, pues su privilegiado estado poético le permite hacerse de las sombras y penetrar en lo más recóndito del alma humana. Desde esa postura, la de éxtasis idílico, puede percatarse de lo bello y lo sublime, como lo perenne en lo instantáneo —un suspiro, una mirada— y lo transitorio en lo perenne —una flor—, y transcribir en poética el lenguaje del espíritu. En Las flores del mal, Baudelaire parece decirnos que el mal florece en el jardín del alma, pues es inherente a la esencia misma del ser. Negarlo sería asumir una actitud hipócrita frente a una verdad inocultable. Ver sólo una parte de una gran verdad equivale a una conciencia a medias, como pensar un paraíso sin infierno o la vida sin la muerte. Por ello, el poeta nos encara a esa verdad, incómoda pero incuestionable, del quehacer (in)humano. Baudelaire consigue explicar esa verdad a través del Tedio, que logra constituirse en el hilo conductor de lectura de los poemas, y no es por casualidad, sino por el convencimiento del hastío del hombre en una sociedad incongruente. El gran mérito del poeta es su facultad de no engañarse en ver sólo lo bello, sin percatarse de las pequeñas miserias del ser humano. Es meritorio el hecho de expresar que él también forma parte de ese entorno, es decir, no se excluye, como un ser privilegiado o de poeta encumbrado, para acusar a los demás. En los primeros poemas, Baudelaire nos proporciona una línea de lectura como clave de acceso a las temáticas que aborda en cada sesión, en el que todos los poemas se van sucediendo y mantienen una unidad coherente, desde el poema introductorio, Al lector, hasta Rebelión, concluyendo con un final sobre La Muerte, como única salida y fin del sufrimiento. En ellos, Baudelaire nos va paseando por las diversas etapas del hombre, en todas sus manifestaciones y aspectos, desde lo más sutil hasta lo más vil, en los que dolorosa y gozosamente él es un protagonista: las voluptuosidades, pecados y virtudes, belleza y fealdad, dolor y tristeza, orgullo y remordimiento, obsesión, música, colores y olores; desembocando inevitablemente en el hastío, sin embargo transformados por el poeta en materia de creación poética. Las horas de ocio que pasaba en el bulevar, “necesarias para su perfeccionamiento”, observando a las gentes, bien le sirvieron. Aunque Baudelaire retrata la vida de la bohême de la París de la segunda modernidad, época que le tocó sufrir inconsolablemente, quería romper con todas las fronteras, pues el mal que observa en su propio entorno, transgrede las leyes universales de los valores humanos. Es necesario e impostergable, entonces, cantar su verdad, aunque eso signifique convertirse en un proscrito en su propia tierra y en un hereje abominable. Baudelaire llegó a afirmar: “Quiero poner en contra mí a toda la raza humana” (Benjamín, Walter. Poesía y capitalismo: 27), como un acto de inmolación (metafóricamente), con el objetivo de demostrar la decadencia del hombre. Así, en Las flores del mal nos introduce en el ambiente producto de la situación sociopolítica de la época. El trapero parisino (clochard) se ha convertido en símbolo del pauperismo reinante. Esa situación la refleja Baudelaire, por ejemplo, en el poema Abel y Caín, donde hace referencia a los desheredados, como una clase infrahumana producto de “un cruce de ladrones y prostitutas” (Benjamín, Walter. Poesía y capitalismo: 34): “¡Ah!, raza de Abel, tu carroña / abonará el suelo humeante. / Raza de Caín, tu tarea / no está del todo concluida”, en ella se debe incluir a todas las variantes del pauperismo. Entonces, de la estirpe de ambos hermanos bíblicos, seguirá resurgiendo esa clase, en un tiempo cíclico, como síntoma de la decadencia y la inutilidad de las luchas del hombre (de igual modo se puede interpretar el Eclesiastés). Tal circunstancia, ayer y hoy, generaría la pregunta muda: ¿cuándo se alcanza el límite de la miseria humana? (Benjamín, Walter. Poesía y capitalismo: 32). En ese mismo sentido, en Al lector, que funciona como introducción o prólogo del libro y nos da ciertas reglas para la lectura de todo el poemario, abarca las temáticas que dan cuenta de las miserias humanas y sus diferentes manifestaciones: “El pecado, el error, la idiotez, la avaricia, / nuestro espíritu ocupan y el cuerpo nos desgastan, / y a los remordimientos amables engordamos / igual que a sus parásitos los pordioseros nutren”. El “pecado” son todos los pecados capitales que invaden nuestras almas. Tras cada remordimiento viene otro pecado, que es lo mismo que alimentarlos, por ello los “engordamos”. “Nuestro pecar es terco, la constricción cobarde; / la confesión hacemos pagarnos con largueza, / y volvemos alegres al camino enfangado / pensando que un vil llanto lave todas nuestras faltas”. Acudimos siempre al pecado, tercamente, porque no renunciamos a él, y la confesión sólo permite que volvamos a pecar ya que no hay un arrepentimiento sincero y honesto. Creemos que con el llanto se pueden lavar nuestras faltas, pero ese vil llanto, es un llanto hipócrita que sólo quiere una tregua para reincidir. Arrepentirse es muestra de debilidad y frente a ella, el pecado es fuerte. El camino fangoso es la vida abonada por todos nuestras faltas, por lo tanto, un camino inestable que no nos sostiene firmemente. En el verso “En la almohada del mal es Satán Trismegisto”, eleva a Satán a un nivel superior al de Dios, pues es Satán quien domina al hombre, sometiéndolo, sin embargo, de una manera tierna y suave, como una almohada. Y esa almohada es la del mal, pues en ella dormimos cuando no hacemos daño, lo contrario sería el mal que hacemos en vigilia. Satán es además un alquimista que transforma el oro de nuestra voluntad, la que podría, si no fuésemos tan débiles, permitirnos elegir entre el bien y el mal. Como Satán es hábil y hechicero, encanta nuestro espíritu y doblega nuestra voluntad; entonces el poeta lanza un grito: “¡El Diablo los hilos que nos mueven sujeta!”. Satán, ahora elevado a Dios, nos mueve a su voluntad, es decir, ya no tenemos el libre albedrío que nos profesa la fe cristiana. Es casi un decreto de la muerte de Dios. Satán es el “confesor de los conspiradores” (Benjamín, Walter. Poesía y capitalismo: 35), de los poderosos de la sociedad burguesa, en definitiva, es el dios de todos, los de arriba y los de abajo, es decir, los cínicos y los rebeldes. Así, notamos que Baudelaire parece atraído con idéntica fuerza por lo divino y lo diabólico al mismo tiempo. Encontramos esta misma temática en las Letanías de Satán y en otros poemas, casi como una obsesión, pero en realidad es el convencimiento de que el hombre se encuentra más cerca de Satán, quien más se nos ha mostrado. Satán nos cambia la forma de ver las cosas y por ello “Encontramos encanto a objetos repugnantes”, producto de su influencia, pero también por nuestra debilidad. Y poco a poco nos vamos acercando al infierno: “hacia el infierno damos un paso cada día”, a través de las tinieblas, físicas y mentales, pero lo hacemos casi sin la percepción de su horror, ya que se ha ido perdiendo la conciencia del bien, y el mal es aceptado como parte de un destino inexorable, por lo tanto válido. En la quinta estrofa establece una comparación entre el pecho maternal con el de una ramera: “Igual que un libertino pobre que besa y come / el pecho torturado de una antigua ramera”, al cual extrae clandestinamente un placer pasajero. El seno adquiere aquí dos aspectos: uno de lujuria pecaminosa y el otro, de ternura, tal vez para aferrarse a la esperanza de un seno puro en esencia, el de la madre. Y en: “robamos al pasar un placer clandestino”, un “pobre libertino” besa el pecho buscando un placer que no va a encontrar de otro modo, pues ese placer es pecaminoso e inmoral. El hecho de “robar” como un acto natural, es el hombre que ha sido dominado por el mal y que ha llegado a un nivel de degradación que ningún placer sano le puede ser proporcionado, por ello lo hurta, y quizás de ese modo encuentre más placer. En la sexta estrofa hace referencia al pecado como gusanos (helmintos) bullendo en nuestros cerebros. Son los demonios que se han apoderado de nuestra razón y han minado nuestro pensamiento: “Preso y hormigueante como un millón de helmintos / un pueblo de Demonios bulle en nuestros cerebros / y cuando respiramos, la Muerte a los pulmones / baja, río invisible, / con apagadas quejas”. La Muerte, en mayúscula —está personificada por ser trascendente— aparece vigorosa y cruel, la cual respiramos mientras se desciende al infierno, porque ya no es posible respirar el aire de la vida y estamos más cerca de la muerte. Traspone el “río”, icono de vida, como símbolo de muerte. La séptima estrofa: “si el estupro (1), el puñal, el veneno, el incendio”, es una enumeración de elementos y formas con los que es posible ejecutar un crimen. El “si” condicional indica que si esos elementos no se han utilizado aún para cometer un crimen es porque no se es lo bastante osado para hacerlo, sin embargo pudiera hacerlo, entonces el ¡ay!, que es una interjección para dar cuenta de que puede ser así, y eso constituye un motivo de asombro para el poeta, quien se da cuenta de ese hecho. En la octava estrofa enumera animales feroces que simbolizan los siete pecados capitales: “Pero entre los chacales, las panteras, los linces, / los simios, las serpientes, los buitres y escorpiones”, y son muestras de nuestras corrupciones. Baudelaire agrega un pecado más que es aun peor: “¡hay uno más malvado, más inmundo, más feo!”, ese pecado es el Hastío, devastador para la tierra y el hombre. Es el último pecado al que se puede llegar después de haber cometido todos los demás. El Hastío, o tedio, aparece con carácter humano y además, al acecho, esperando tranquilo, “fumando su pipa”, a que caigamos en él, y, con un bostezo, engullirnos. Es el pecado de la destrucción porque lleva al hombre al fastidio que produce el ocio (2), que se opone a la acción y todo acto creativo y benévolo. El hastío conlleva a que nada nos satisfaga, y busquemos otras formas para saciar el aburrimiento, por ello siempre caemos en el pecado, ya que resulta más atractivo y menos aburrido. En la décima estrofa encontramos signos de exclamación y guiones para establecer un diálogo directamente con el lector: “Lector, tú ya conoces a ese monstruo exquisito, / ¡Mi semejante —hipócrita lector—, hermano mío!”. Es una acusación al lector, es decir, todos nosotros, por no reconocerse en esta descripción; pero también el poeta se incluye en ese género. En la expresión “monstruo exquisito” nuevamente recurre a la unión de dos opuestos, tratando de decir que, a pesar de ser horrendo, el Hastío es, a su vez, atractivo, por ello caemos en él como si una fuerza irresistible nos atrajera hacia él, pero lo hace en forma delicada y apenas lo percibimos claramente ya que es engañoso. También pudiera interpretarse como “pecado atractivo”, como se acotó anteriormente. La temática de los siguientes poemas se conecta con los tratados en Al lector, pues se relacionan con la voluptuosidad, el mal, el vicio y la fealdad, transformada en algo sublime, las sensaciones, el ideal, el tedio, la melancolía el fracaso y la muerte. Sus poemas hablan del eterno conflicto entre lo ideal y lo sensual; en ellos se describen todas las experiencias humanas, desde las más sublimes hasta las más sórdidas. La meditación poética encuentra una unidad profunda en el poder de la síntesis por la cual las diversas impresiones de los sentidos son puestas en correspondencia, tal como lo refleja en el poema “Correspondencias”. La sensibilidad poética presenta diversas variaciones que se desarrollan en una perspectiva de vastedad: “La Creación es un templo de pilares vivientes, / que a veces dejan salir sus palabras confusas; / el hombre la atraviesa entre bosques de símbolos / que le contemplan con miradas familiares”, las correspondencias abarcan la inmensidad del mundo y la transforman en la intensidad de nuestro ser íntimo, más cercana y familiar. La referencia a los símbolos pudiera indicar el rechazo por el excesivo realismo, se hace necesario, entonces, imponer el poder de la palabra y la magia del símbolo. Por ello busca reinterpretar el lenguaje del entorno como una red de correspondencias que se conectan con el ser humano y afectan sus sentidos. Se da importancia a lo sensorial fusionando todos sentidos: “Hay aromas tan frescos como carnes de niños, / dulces tal los oboes, verdes tal las praderas”, contrapuesto a “hay otros, corrompidos, ricos y triunfantes”, como dos formas de una misma sensibilidad. Todo lo que hay que apreciar, lo esencial, está en el mundo, y el poeta es capaz de captar y diferenciar las diversas formas y establecer las correspondencias. Llega a unificar los contrarios, la claridad del día y la oscuridad de la noche forman una tenebrosa unidad: “vasta como la luz, como la noche vasta”. Luego, con la luz y la noche “se responden sonidos, colores y perfumes”. Todas las cosas tienen su encanto, tanto lo bello como lo sublime tienen su correspondencia en las diferencias. La realidad no es exacta porque está hecha de correspondencias mezcladas que impactan y confunden los sentidos —sin embargo conforman una unidad—, todo depende de la sensibilidad para saber captar esas correspondencias. Por otra parte, los variados poemas de amor, de atormentado amor, fugaz, pecaminoso, salvaje, tierno y sensual, los podemos encontrar en “Sed non satiata”, “El vampiro”, “La cabellera”, “Perfume exótico”, “La serpiente que danza”, “Con sus ropas ondulantes y nacaradas”, “El balcón”, entre otros, inspirados por sus amores furtivos, apasionados e idílicos (3). Las decepciones amorosas y el entorno agobiante hacen que el poeta se entregue al vicio. Cuando se ha probado todo, las cosas se hacen insignificantes y carentes de sentido creando el malestar, que se manifiesta en tedio. Entonces, el intento de evadir ese Tedio se torna en fracaso y se cae en el vacío y la Melancolía. Es cuando el Mal se ha apoderado de las almas y sólo puede venir la Muerte. Es un ciclo, convertido en un círculo vicioso, de donde parece imposible salir. De allí la trascendencia de la poética de Baudelaire, que ha llegado a nuestra época con el mismo ímpetu y vigencia —según creo— pues los hombres pasan y los pecados quedan, más aun, pareciera que acumulados, “engordados”. Y con ello, el hastío. El malestar al que Baudelaire hace constantemente referencia, pudiera ser interpretado como el mal espiritual en el que el poeta se siente inmerso, extrañado; sin embargo se extiende al hombre en general. La búsqueda de respuestas a los misterios de la vida, por una parte, y al absurdo de la existencia, por otra, se convierten en una quimera, el poeta se siente condenado al sufrimiento; por ello, sólo puede reconocerse en lo más íntimo, en medio del misterio y la nocturnidad, como el único espacio para la superación o aceptación del dolor. En un ejercicio de imaginación, Baudelaire pareciera decir ahora, un tanto irónico, o más bien desencantado: “...y sin embargo florecen”, a pesar de todo. Notas 1. Dicc. Der. Acceso carnal con persona mayor de 12 años y menor de 16, conseguido con engaño. Der. Por equiparación legal, algún caso de incesto. Antiguamente, coito con soltera núbil o con viuda, logrado sin su libre consentimiento. 2. El ocio en su aspecto negativo. El ocio creativo fue muy productivo para Baudelaire, tal como acota Benjamín en Poesía y capitalismo: 41. 3. Principalmente por Jeanne Duval, una mulata a la que estaría ligado casi toda su vida, y a Marie Daubrun, como un amor platónico y a quien le dedica el poema “Canto de otoño”. Bibliografía • Baudelaire, Charles. Las flores del mal. Traducc. Luís Martínez de Merlo. Madrid: Editorial Cátedra, S. A., 1993. • Benjamín, Walter. Poesía y capitalismo. Traducc. Jesús Aguirre. Madrid: Editorial Taurus, 1980. • Literatura. Recuperado de http://monje.tripod.com/espanol/literatura.html (10/7/2007). ** María Eugenia Betancourt mariae.odisea@gmail.com Investigadora venezolana (Caracas, 1959). Tesista de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve). Su producción permanece inédita. === La belleza del pensar ================================================= === La poesía de Alfredo Silva Estrada Lubio Cardozo ================= “Liberar el lenguaje de la gramática para ganar un orden esencial más originario es algo reservado al pensar y poetizar”. M. Heidegger, Carta sobre el humanismo. Cuanto expondré de inmediato no traduce sino una opinión —una humilde doxa— de lector amistoso de la poesía de Alfredo Silva Estrada. A lo largo de sus versos —intensos, resplandecientes— pareciera percibirse un recóndito diálogo del poeta, desde un altísimo horizonte de exigencia, con su psykhé. Por esas interrogaciones sin interrogaciones se pulsan los tesoros de los días otorgados al peregrino, las emociones, las revelaciones, el desolvido —la “interiorización rememorante” (Heidegger)—, los encuentros, los misterios. Escribe en su poema “Movimiento”: “...suelo y cielo que a través de mi cuerpo / intercambian ecos en un espacio hipotético”. Caen esos “ecos” en la superficie de la historia convertidos en sus siempre sorprendentes poemarios. Usa en uno de sus muchos libros Heidegger la frase “la fiesta del pensar”, pensar, pues, es una fiesta, un holgorio del espíritu. La aventura de cruzar por el bosque encantado de cada libro lírico de Alfredo Silva Estrada coloca al leyente en medio de la belleza del pensar, en la senda del placer de discurrir. Cuando los vocablos substantivos nucleares en sus estrofas afloran el poeta no se queda en una descripción atormentada por el destino de la tradición del lenguaje lírico, más o menos cantados con la astuta búsqueda de un margen de originalidad, no. Silva Estrada su ser les escruta, los inquiere en el ya mencionado diálogo. Cuanto de ello saldrá cual una eclosión conformando va el corpus de sus composiciones, aun si no llegare la revelación, si no se abriera el corazón de la certitud vivencial, si permaneciera la ocultación, queda no obstante la sugestividad y la nobleza de la búsqueda, la romería por la intrincada selva de la verdad. Se hallará en medio de un secreto ludismo, hondo espejo de la realidad de la existencia. Más perdura la victoria de la cadencia en el regocijo de la autenticidad desafiante. (...) por momentos franqueamos la niebla conjetural y llegamos a ver. “Acercamientos” Nos arrastra el huracán de la existencia, ¿qué puede ser entonces extraño al existente? Porta en su sublime cuerpo la Tierra todos los secretos, depositaria de todos los misterios. De la Tierra venimos, arribamos a la vida con ella a cuestas. Develamos por eso, a ratos, algunos enigmas. Júzganse los poetas los más amados de la diosa Gea, permite ella se hurgue en sus otras honduras y se saque de esas profundidades algunas voces, algunas frases, algunos ritmos pensantes, impregnados sin embargo aún por la clarobscuridad. La llamamos poesía, también. Entre los múltiples aportes de la poesía de Alfredo Silva Estrada a la lírica del país y del continente latinocaribeño —por la ejemplaridad ética de la estética de su poiesis— yo destacaría apenas uno (lo exige así la brevedad de estas páginas): el de la belleza del pensar. Revelan, en la naturaleza y en la creación artística, significativos estratos cognitivos la complejidad de la kállos, la belleza; tómese por ejemplo desde la fragante albura majestuosa en su simplicidad del malabar hasta el sarcástico mirar de reojo de la Nada, desde la voluptuosa rojez de la flor del granado hasta los párpados caídos de la piedra enmudecida ante el miedo críptico de lo absoluto. Solicitarían los primeros niveles la complicidad amorosa de las descripciones, mientras los últimos estratos rigor de pensamiento conducidos por el eufórico lujo de los vocablos ensartados en la rítmica encantatoria de los versos. Prevalece en esta postrera latitud la elocución ódica de Alfredo Silva Estrada. La riqueza de lo memorioso, paisajes de la infancia y de la vida, la tierra de afuera y la tierra de la carne, las rocas, la cosa, la muerte, el “intellegere”, la existencia, la misma poesía, el arte atrapado en la oferta de la sorpresa, el lúcido y severo ludismo verbal, el mundo, entre otros matices, aparecen en sus composiciones no desde la perspectiva de algo colocado enfrente sino él mediante la saeta de la mirada escudriña en las hondas entrañas de sus esencias, de la alétheia, de su revelación, hasta donde lo permita el goce de accionar la inteligencia, la posibilidad del lenguaje, ese rescatar la verdad del agresivo ocultamiento, ese acercarse al misterio. Resaca de la fiebre, el lodo enardecido retoza y la libera. De un letargo tiznado como vitela arcaica surgen tensos aromas: albahaca balbuciente. Contra escollos de moho resisten branquias gárrulas. Sol de onoto delira en la contienda. “Integraciones”, De la unidad en fuga. 1962. p. 27. Cuando se lee un poemario el placer de su lectura casi siempre llega por el reencuentro. Advienen reminiscencias de voces, de fábulas, de un historiar despertado de repente de su sueño eidético. Un transitar conocido. Logró así el autor revelar en el lector la pre-esencia de una andanza. Al iluminarse lo ya sabido de una antigua comarca del espíritu ahora colocada enfrente, delante, invitante de nuevo al viaje. Significa quizás la belleza el júbilo, la eufrósine, de toparse con ello; al fin y al cabo refleja un sentirse en un ámbito donde lo puro ha hallado un refugio, aquello sagrado, aquello protegido, salvado, guardado a costa de todo sacrificio, del árido fuego de la intemperie. Se descubren entonces las reminiscencias, la anamnesis, cuando la poesía originaria abre esas ocultas puertas de bronce de lo eidético, de la esencia. Se abre la ausencia del día sucesivo. Voces, voluntades vendrán y no seremos más que esta señal anónima en el acoso y la serenidad del nombre. Literales. 1963. p. 12. Mantiene siempre Alfredo Silva Estrada su epos lírico en la más alta tesitura posible de los planos evocados de los tropos, pocas veces con los planos lingüísticos referentes transige. Sólo al través de esta ascética escritural puede volcar la energía imaginativa de un auténtico trovador. Corren entonces por esos rieles sus propósitos ódicos formales conscientes, así como el maravilloso torrente subterráneo de cuanto queda de los sueños en el tiempo de la vigilia —relámpagos, fogonazos videnciales—, éstos imperantes, indetenibles, inconscientes. Tal libertad de torbellino impuesta a la condición de bardo, destinal y envolvente, contribuirá a signar en sus versos esos turbadores relieves donde reposa en buena medida la poiesis de sus composiciones. Su poesía en el poema, lo poético, ampliamente nutre las estructuras de su elocución lírica, el léxico, los tropos, las figuras, el verso, la estrofa, la sapiente musicalidad. Comprende lo ódico la belleza, la engloba, pero va más allá de ella. Incorpora el pensar, ideas, visiones, a su entidad; no obstante los subyuga para ofrecerse fusionados con ellos a la percepción de la mirada, del oído, a accionar la inteligencia (interpretando muy libremente una frase de Plotino se podría decir en este caso: la inteligencia se hace ser de la poesía y el ser de la poesía se hace a su vez inteligencia. Enéada VI. VI, 2). Ocúltase entonces lo ódico por los opacos pasadizos de lo oracular, o se devela cual fulguraciones para la percepción, el sentimiento, la intuición; en ambos casos junto al placer de dilucidar se dejan oír además lejanos repiques del sobrecogimiento. que sea la puerta entre el cielo y la tierra. El libro de las puertas, 4. Algo de cuanto escribí en una oportunidad de manera general y teórica sobre la huidiza naturaleza del epos lírico hoy lo saco de las viejas carpetas para apoyar a modo de conclusión lo afirmado a vuelapluma sobre la poesía de Alfredo Silva Estrada... Nacieron las Musas, para los antiguos griegos, de la unión erótica de Gea y Urano. Valga decir entonces, de la poderosa fecundación de la Tierra por el Cielo brotó Erato (Eratóo), la musa de la poesía lírica. Porta así en su seno, en su esencia, esta forma composicional la naturaleza ctónica (terrestre) y la naturaleza uránica (celeste), dos energías inmanentes del universo apuntadas hacia lo eterno presentes sin embargo mediante una misteriosa transmutación en la kállos de los ritmos líricos. Por eso, frente a la afirmación heideggeriana de “la vida es inhóspita” aporta la poesía, para mitigar la aridez de la existencia, la belleza. Sencilla o compleja, fácil o difícil, asequible o críptica, realista o abstracta, sólo la belleza salva; y en la obra literaria, sea cual sea el tiempo de la historia, sólo place y perdura lo poético. Por eso, en el poema o en el poemario, lo verdadero trascendente el autor lo alcanza cuando cristaliza sobre las palabras, con la dignidad necesaria, el inexplicable noúmeno de la poesía. Si bien posee importancia indiscutible el ludismo de las voces en el todo de la composición, en la arquitectónica de la estrofa, proviene no obstante la carga artística esencial del emerger en puridad, mediante la ruptura con el armónico grito del canto, del abisal silencio del mar. Una lírica lo más pura posible más allá de toda moda epocal, aceptante del reto de lo perenne, de lo prístino, para lo cual imprescindible hurgar lo más hondo en la roca numinosa de los vocablos hacia la búsqueda de una rítmica absoluta: la idea de lo órfico. Ello exige sacralizar la escritura: ascesis. Me place cerrar este breve escrito con un fragmento del poema de Alfredo Silva Estrada “Un día tu esqueleto es la súbita alianza” del libro Integraciones / De la unidad en fuga, muy leído por mí en la década del sesenta. (...) Entre restos ahogados —Oh altivas en derrota, cómplica de lo eterno— aún calientas guarida como fluyente holgura, como terrón deshecho en bodas de equinoccios o broza percatada de sideral molienda. (...) ** Lubio Cardozo cardozouzcategui@gmail.com Escritor venezolano nacido en Caracas en 1938. Poeta, ensayista, investigador y crítico literario. Licenciado en Letras en la Universidad Central de Venezuela. Postgrado en Investigación Documental en la Escuela de Documentalistas de Madrid. Ha desempeñado diversos cargos en la Universidad de Los Andes (ULA, http://www.ula.edu.ve), en el estado venezolano de Mérida, donde reside. Coordinó la revista Actual de la mencionada casa de estudios. Es reconocida su valiosa labor investigativa en historia, teoría y crítica, con más de treinta títulos publicados. Además es autor de los poemarios Extensión habitual (1966), Apocatástasis (1968), Contra el campo del rey (1968), Salto sobre el área no hollada (1971), Fabla (1974), Paisajes (1975), Poemas de caballería (1983), Solecismos (1986), Poemas (1992), Lugar de la palabra (1993), El país de las nubes (1995), Un verso cada día (1995) y Ver (1999). Toda su poesía ha sido reunida en el volumen La cuarta escogencia (Ediciones Mucuglifo, 2006). === Superficies de escritura Rafael Fauquié ========================== Concluido el proceso de la escritura, el tiempo del juego de las palabras, será el largo momento de la obra finalizada: de ese libro que irá alejándose cada vez más de su creador, convertido en construcción para las miradas y valoraciones de los otros. Vienen a mi recuerdo unos versos de Jules Romain: “J’ai quarante ans. J’ai fait beaucoup de livres / ...Ils son partis. Quelle est leur aventure? / L’exil leur plait. / Le soir les aide à vivre”. Los espacios destinados a conservar las voces humanas no cesaron de cambiar a lo largo de los siglos: planchas de piedra o papiro, pergaminos o superficies de seda, láminas de metal u hojas de papel que arman libros: muy diferentes superficies en las que habitó y habita la escritura. Durante los últimos cinco siglos, el libro ha sido el territorio natural de ésta. Alrededor de los libros se crearon instituciones y poderes encargados de decidir todo cuanto fuese necesario en relación a su edición, clasificación, ubicación y promoción. Por sobre cualquier otro, dos han sido y son los poderosos hacedores del destino del libro publicado: un Mercado editorial y un Estado mecenas. Los dos tratan y han tratado muy bien al autor exitoso; el Mercado, premiándolo cuando el libro vende bien y genera cuantiosas ganancias; el Estado, aupándolo de acuerdo a una escueta razón: que él sea capaz de escribir eso que el Estado desea que sea escrito. A fin de cuentas, de lo que se trata es de lo mismo que se trata siempre: de dar algo a cambio de algo, de dar para poder también recibir. Por supuesto que, igualmente, Estados y Mercados reciben de la parte de los seres de palabras; los primeros, apoyo, imagen, promoción; los segundos, dinero, mucho dinero. Para el ser de palabras se trata de servir a un dios o a otro: serle útil al Estado o al Mercado; pero para que esta relación pueda funcionar debidamente, deberá cumplirse una ley de oro esencial: lo que el ser de palabras escriba deberá resultar de interés para otros, para muchísimos otros. Existen, han existido siempre y existirán por siempre seres de palabras afortunados, capaces de escribir eso que infinidad de lectores puedan desear leer; capaces de escribir libros abiertos a la recepción de numerosísimas lecturas, cercanos a la aprobación y a la moda, al gusto y la generalizada curiosidad de todos o de casi todos; autores de libros de éxito, libros-íconos, libros símbolos de un tiempo y de una circunstancia. Frente a ellos existen, han existido siempre y existirán por siempre los otros: seres de palabras mucho más subrepticios, casi clandestinos; no necesariamente malos escritores, sólo que hacedores de páginas colocadas al margen del interés general de un lector promedio. Pero la comunicación, desde luego esencial a toda escritura, no es la única razón por la cual escribe un ser de palabras. También lo hace para sí mismo: para hablarse y entretenerse, porque le place hacerlo, porque no puede vivir sin hacerlo, porque está en su destino hacerlo. Y su escritura se convierte para él en su descubrimiento, en su apoyo, en su juego. Jugar con las palabras: apasionante entrega a un esfuerzo que se propone extraer de las voces sus muchos significados posibles y combinar sus sonidos y relacionar sus texturas; que trata de dibujar y tallar y esculpir esa materia prima que son las palabras. Ningún escritor, genuino y honesto escritor realmente merecedor de tal nombre, podría imaginar siquiera modificar su escritura en beneficio de la atención de los lectores. De lo que se trata, de lo único que podría tratarse para él, será de vivir para su escritura y no necesariamente de vivir de ella. Para algunos seres de palabras, el resultado de su juego logrará, afortunadamente, coincidir con eso que muchos lectores quieran leer o disfruten leer o necesiten leer. Será, entonces, el afortunado hallazgo del libro que logró encontrarse con el gusto de su tiempo. En general, suele ser la distancia de los años la que determina la trascendencia de los libros; pero, a veces, alguno en particular logra muy rápidamente reconocimiento y éxito. Es el libro que fue capaz de traducir certeramente algún significado particular en las comprensiones humanas, que logró ejemplarizar alguna forma de referencia. Fijación temprana del libro que supo qué decir y de qué manera hacerlo, que logró expresar algo que llegó a borrar para siempre alguna forma de silencio; o que descubrió entonaciones que, a partir de él, se hicieron tonalidad reconocible por entre todos los paisajes humanos. En ocasiones, algunos textos van más allá y llegan, incluso, a coincidir con significados comprensibles en todos los lugares y en todas las épocas. Será, entonces, el caso privilegiadísimo de libros atemporales consagrados por las infinitas lecturas de los hombres: encuentro perenne entre las voces que un ser de palabras vivió, concibió y escribió en un momento y un lugar determinados y las comprensiones que los hombres de todos los tiempos y de todos los lugares arrojaron sobre ellas. Unos y otros: los inolvidables y los olvidados, los famosos y los desconocidos, los publicados en tirajes de millones de ejemplares y los editados en apenas unos cuantos centenares: todos los libros, si merecen realmente su nombre, si son la consecuencia del esfuerzo genuino de un ser que creyó en su obra y que lo apostó todo a ella, existen. Están allí y forman parte de las visiones humanas. Son un signo. Poseen un valor. Ningún ser de palabras podría predecir el juicio que la posteridad reserve a sus libros; para él, sólo cuenta el tiempo de su escritura, el presente de su juego de palabras. No tiene otra opción que el compromiso con sus voces y su potestad para decirlas. Valéry dijo que la escritura —el “juego de la literatura”, como él lo llamó— no existía jamás en “estado puro”; que lo acompañaban demasiadas cosas y lo entorpecían muchas intromisiones; entre otras, ésas que el propio Valéry definió de “infernal combinación de sabiduría y negocio, de intimidad y publicidad”. Alrededor del libro publicado suele moverse todo un proceso de socialización literaria que, al menos inicialmente, interviene muy directamente en el itinerario del libro recién concluido. Alguna vez dijo Juan Goytisolo amar la vida y amar la literatura pero detestar cordialmente la reunión de ambas: la vida literaria: ese proceso de sumados ritos y multiplicados protocolos, ese pulular de grupos y agrupaciones alrededor de la nueva creación del ser de palabras afamado. Pero cambian los tiempos y, junto con ellos, cambian también las herramientas de la escritura y los mecanismos de su recepción. Nuestra época de desasosiegos y de prisas ha conocido la llegada de la Internet: comunicación virtual dentro de los ilimitados lugares del ciberespacio. Para un creciente número de seres de palabras, la Red se convierte en morada posible para sus voces; un sitio dentro del cual ubicarse o en el que poder desplazarse; un territorio donde permanecer y donde ser percibidos. Dentro de la Red, las palabras existen para ser leídas por todo aquél que pueda contemplarlas. Ella funciona, de un lado, como una colosal imprenta virtual capaz de permitir a todo ser de palabras publicar inmediatamente cuanto escriba; del otro, como una infinita biblioteca en la que pueden contemplarse todas las voces, vislumbrarse todas las imágenes, escucharse todas las ideas. La Red permite que una parte de la Humanidad contemple eso que dice la otra. Claro que en medio de esa desmesurada abundancia existirá de todo: lo bueno y lo malo. Desgraciadamente, es el precio a pagar. Siempre habrá un precio a pagar. Pero, a la larga, el costo será menor que los beneficios. ¿El principal de todos? Un mundo más fluido y cercano, más fructífero en la libertad de sus voces. En el terreno literario, la Internet ha significado la libertad de una escritura que se mueve hacia todos los lugares; más independiente del juego editorial de los mercados y de la promoción de libros, más capaz de darse a conocer por sí misma... Y, a fin de cuentas, ¿no fue ése, no debió haber sido siempre ése el propósito esencial de la escritura literaria, la razón de ser de las voces escritas? Hace poco leí un comentario escrito por Joaquín María Aguirre, director de Espéculo, una de las publicaciones virtuales más importantes en lengua española: el eufemismo de que a lo largo de la historia de la literatura existieron muchos autores que no fueron reconocidos en su momento porque no eran “hijos de su tiempo” no se sostiene. Todo ser humano es siempre hijo de su tiempo. Todos somos producto de las circunstancias que nos rodean. Y si hubo muchísimos seres de palabras que en su época no fueron reconocidos o escuchados fue porque no existieron los medios para que sus voces pudiesen trascenderlos, porque no hubo lectores para eso que ellos escribieron. Desde luego, libros e Internet conviven y seguirán haciéndolo por mucho tiempo; pero es innegable que se han abierto las puertas hacia nuevas posibilidades en la comunicación y la creación. Cuando en el siglo XV apareció ese nuevo descubrimiento que fue la imprenta, muchos escépticos descreyeron de él y se lamentaron de la llegada del artefacto de Gutenberg. Dijeron de él que trivializaría el conocimiento porque todos tendrían acceso a las palabras escritas. De la misma forma, existen hoy muchos recelosos del alcance y las significaciones de la Internet que descreen de su eficacia y la consideran como incapaz de sustituir al libro impreso. Pero es un hecho que la Internet permite a cientos de millones de seres humanos, a lo largo y ancho del planeta, permanecer cerca de las voces que otros escriben; acaso una manera de contrarrestar, aun sea virtualmente, la densa viscosidad de tantas soledades como la que caracteriza a nuestros días. La Internet conjura, de alguna manera, el aislamiento o la desolación sin fin de la intemperie. Es un nuevo lugar: sin demarcaciones ni fronteras. Gracias a ella, nuestro mundo, tan atiborrado de desorientación, puede hacerse lugar de reunión de todas las voces: apertura a diálogos, informaciones, conocimientos. A fin de cuentas, la Internet es una de las secuelas, otra más de tantas, de ese invento que transformó para siempre la faz del mundo humano: la computadora, extraordinaria máquina con la cual los hombres rehicimos por entero nuestros actos y comprensiones; y, claro, también nuestras voces. Stendhal dijo haber escrito sólo para el futuro: para ser leído, entendido y apreciado por los lectores del mañana. En el futuro está dibujado el destino de los libros. Él los confirma, los consagra o los olvida. Pero ante el impredecible futuro de las valoraciones; relacionadas, a veces, con las más imprevisibles, mercenarias y aleatorias de las razones: moda, oportunidad, suerte, prestigios creados, existe, muy real y corpóreo, el presente de la escritura: ese tiempo que significó muchas cosas para quien lo vivió, para quien lo construyó: evento, compañía, desahogo, justificación, refugio, rescate, juego. Nuestra época, que bien podría aceptar para sí misma el calificativo de “menesterosa” que alguna vez utilizó Hölderlin para definir la suya, acaso encuentre una de sus expresiones en la vitalidad del juego de las palabras; o mejor: en el movimiento de una escritura que pareciera existir cada vez más por sí misma, crecientemente protagonista y abiertamente expresiva de la necesidad de algunos seres de convertir sus voces en compañía para sus pasos; de apostar, con su escritura, tanto a la vida como a su humana curiosidad ante ella; de identificarse y reconocerse a sí mismos en medio de silencios y lejanías y confusión y sinsentido. ** Rafael Fauquié rafabes@cantv.net Ensayista y poeta venezolano (Caracas, 1954). Licenciado en letras por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab, http://www.ucab.edu.ve; 1977), postgrado en sociología de la literatura en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París (1979) y doctor en ciencias sociales por la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve; 1984). Entre 1979 y 1985 dirigió los seminarios de literatura venezolana en la Universidad Católica Andrés Bello. Desde 1980 es profesor del Departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Simón Bolívar (USB, http://www.usb.ve), institución de la que es profesor titular y en donde ejerció entre 1989 y 1993 el cargo de director de Extensión Universitaria. Ha publicado Espacio disperso (Caracas, Academia Nacional de la Historia, col. El Libro Menor, 1983), Rómulo Gallegos: la realidad, la ficción, el símbolo (Caracas, Academia Nacional de la Historia, col. Estudios, Monografías, Ensayos, 1985), De la sombra el verso (poesía, Caracas, Epsilon Libros, 1985), El silencio, el ruido, la memoria (Caracas, Alfadil, col. Trópicos, 1991; Premio Conac de Ensayo “Mariano Picón Salas”, 1992), La voz en el espejo (Caracas, Alfadil, col. Trópicos, 1993), La mirada, la palabra (Caracas, Academia Nacional de la Historia, col. El Libro Menor, 1994), Espiral de tiempo (Caracas, Fundarte-Equinoccio, 1996), Arrogante último esplendor (Caracas, Equinoccio, 1998), Puentes y voces (Caracas, Sentido, 1999), El azar de las lecturas (Caracas, Galac, 2001) y Testimonios, espejismos y desconciertos http://www.comala.com (Caracas, Comala, 2007). ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Poemas Jemimah Rivera *** Anayan, un sueño antes de morir Sergio Gelista *** Poeta de utilidad pública Manuel Orestes Nieto *** Días de junio (un relato) Manuel Cabesa *** La muerte llevaba vendas en los ojos José Geraldo Neres *** Secretos de familia Marcela Adaros Rojas *** Metamorfosis del silencio Johanna Rozo *** ¡Coca, papito, coca! Carlos Duarte Merino *** Poemas Francisco Wong Matos *** Imagina Raquel Blasco Sánchez *** Poemas Alejandra Barbery *** Dos relatos Marianela Cabrera Pineda *** Estampas de nostalgia Clinia M. Saffi *** El Topo y la Estrella Marta Juárez *** Monólogo entre dos Rafael Batista Cáceres *** Mensaje a una amiga Marcial Fonseca === Poemas Jemimah Rivera ============================================ *** Salpicadura Tu aglutinada esencia desleía turbas Impregnaba y subyugaba soeces Tu inmortalidad no gestionada Sitió los escollos del alma Desgarrando bríos Con versos para los espasmos humanos Cuya herida deseó la viva raíz del envite Encubriendo con decoro los infortunios del atavío *** Exordio sobre maldad Un Enjambre de discernimientos reprobados Atisbaron tras tu puerta Irrumpiendo tu deseo Y acoplándose en tu carne *¿Cómo fue que caíste?* Se enalteció tu corazón Jactancioso —Poluto— Colmado de sabidurías fatuas Huecas Viles Desordenadas Corruptas ...Abismadas Entregado a merced de corrientes fuertes Confiriendo vuestro cuerpo a la inmundicia ¿Ahora quién te maneja? . . . *** Exordio de maldad II ¿Será positiva la presencia del mal en el cosmos? . . . Lo frágil sucumbe ante lo impío, y la manzana podrida gira incansable, [atestada de hollín, cercada de espíritus vacíos, lamedores de la [codiciada savia _¡Insaciable es vuestro apetito!_ ¿Con qué provecho nos suprimes? —Humanos— con cuerpos a merced de corrientes fuertes, extirpados desde [raíz, reprobados por la supremacía......... ¿irrefutablemente [libres?... ¡Oh! finita iniquidad, contaminaste nuestras aguas _¡Vuestro fuego es inclemente!_ ¿Hasta cuándo malversarás la carne? ¿Acaso alguien sobrevivirá? (y me respondió) No todo ha sido voluble, y este fuego ha de purificar a lo real De entre lo vil saldrá lo puro Sólo permanecerá lo auténtico —las joyas— . . . ¡Aprovecha el día! ** Jemimah Rivera jemimahrivera@hotmail.com Poeta venezolana (Nueva Esparta, 1983). Textos suyos han sido publicados en la revista Tropel de Luces y en el diario La Hora (http://www.lahora.com), así como en los sitios digitales Predicado (http://www.predicado.com) y Delírica (http://www.delirica.com). Su relato “Bordeando el abismo” recibió un premio en la Universidad de Oriente (http://www.udo.edu.ve). === Anayan, un sueño antes de morir Sergio Gelista =================== Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible, siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad. J. Sabines A veces la vida pasa tan de prisa que no te das cuenta en qué momento estás enrolado en una de sus tantas facetas. El asunto es que no creo que exista el amor, por ende menos creo que yo me pudiera enamorar, y mucho menos, pero mucho menos, que se puedan enamorar de mí. En mis condiciones, en mi situación, con la vida de borracho que he llevado hasta ahora, esto sólo se les ocurriría a los escritores que escriben todavía sobre los duendes. Pero ¿enamorarse de mí, con mis cuarenta y cinco años a cuestas, mis veinticinco kilos de más y mi historia de diez mil borracheras?, ¡a otro perro con ese hueso! Jamás hubiera creído que eso me pasara, pero cuando empecé a sentirlo, a verlo, no pude más que sorprenderme y tomarlo con las reservas del caso. Fue una de esas tantas ocasiones en que iba a tomar café en ese aromático lugar llamado “La jungla”, llegó la mesera del lugar y se soltó pelo delante de mí. ¿Quién se creía? Poco antes de que ella llegara, había terminado de leer la página seiscientos veinte de Plexus, estaba emocionado porque leía el momento en que un visionario hablaba con Henry Miller (que por lo que había leído de él ya lo consideraba magistral). La presencia de la mesera me impactó desde ese momento. No supe qué decir, sin embargo a fuerza de voluntad mis labios expresaron: —Te ves mejor con el pelo suelto, muchacha, ¿por qué no te lo dejas así? Ella, sin inmutarse contestó: “Aquí no me dejan, podría caerle algún cabello al café y para qué quiere”. “Quiere-quiere-quiere”, retumbaba en mi cabeza. Desde ese momento hubiera querido que me hablaras de tú: —Para qué quieres. A partir de ese día tomaba café como nunca lo había hecho, dos o tres tazas al día en el mismo sitio, con tal de estar cerca de ella; pasaba con cualquier pretexto frente al lugar, con tal de verla y saber que seguía existiendo. Las más de las veces ella no me veía, pero yo estaba seguro, por alguna razón extraña, de que ella (como yo) esperaba un mayor atrevimiento de mi parte, que atravesara la barrera, que tomara la iniciativa, ¡que me le declarase! Recién había leído un artículo de revista en el que la narradora explicaba “que aunque hubiera mil chicas en un bar solas, era difícil que fueran por ti. Es probable que sí fueran de cacería, pero no por ti, aunque te pusieras un letrero que dijera ‘se busca una mujer’, para ellas pasarías desapercibido”. Para que tú fueras el elegido debería haber una señal, un indicio que te marcara como el que ellas, después de revisar y analizar, te habían favorecido, esto, por supuesto, nunca ocurría conmigo. Quizá lo tomé muy a pecho, pero ahí estaba, loco y enfermo por esa mesera (viejo y con viruela). Mis erecciones ya tenían un motivo, mis eyaculaciones ya no eran al vacío y mis exhibiciones por ese café eran cada vez más frecuentes. Por ese tiempo un buen amigo, Pepe, me comentaba que “nadie puede influirte para que te conviertas en lo que llegas a convertirte. Es sólo que estás buscando pretextos para hacer lo que quieres hacer y ser y punto”. No necesitaba más, entendía lo que quería decirme, él no sabía lo que pensaba y pasaba por mi vida y había dado en el clavo: me sentía como me sentía porque me había convertido en un verdadero pendejo por esa muchacha... ¿eso es el amor? Para describirla tal cual es físicamente recurriré a mi afición por comparar a las personas con animales. Era como una pantera de pelo exageradamente negro, tenía movimientos ágiles, se desplazaba con gran soltura, además de poseer un gran brillo felino en sus ojos, siempre al acecho, vivaces, inteligentes, atentos; brillo indiscutiblemente por el cual me incliné desde el principio, no tendría más que decir de ella... La vida es curiosa, a pesar de que eres un viejo (o medio viejo me decía ahora), te brinda oportunidades, o situaciones que parecen oportunidades. Quien como yo haya andado por la senda del perdedor, pensando todo el tiempo en el suicidio como medio de huida, y de repente encuentre un pequeño indicio de motivación para seguir viviendo, sabrá que es como si la propia vida te reclamara. Lo que sigue es como estar agarrado de la brocha cuando alguien te quita la escalera. También ha habido momentos en que pienso que mientras sea vivir ¡no importa que sea enfermo! Cosa rara, porque cuando me enfermo estoy que me lleva la chingada. Cuando viene a mí la palabra suicidio, tan tenebrosa para algunos y tan coloquial para otros, la mente se me llena de recuerdos, de hechos en los cuales el único recurso del que puedes echar mano era el de desaparecer del planeta. No sé si ha sido por falta de valor o de los instrumentos para hacerlo en el momento de querer hacerlo, pero hasta el momento sólo he recurrido a la muerte lenta, mi afición desmedida del alcohol. Y así es, siempre que pensaba en borrarme era después de una gran borrachera: el sólo hecho de no acordarme de ni madres, era el arma que mi mente aprovechaba para crearme historias que me hacían perder la cabeza, que me volvían loco. Quien haya sentido la “cruda moral” y tenga moral todavía, sabrá de lo que hablo. Cuando al día siguiente de una borrachera no quieres ver a nadie ni saber de nadie con los que estuviste porque sabes que la regaste, tus únicas dos salidas son desaparecer o volverte cínico y valemadrista, por mi parte hasta ahora he escogido la segunda. —¿Por qué ya no había venido? —fue la pregunta que la Anayan de mis pensamientos me hacía en esta nueva cita (supe su nombre porque escuché que así le llamaban). Insistía en tratarme como le dictaban las reglas que me tratara. Mis gritos eran desesperados: “Por qué no me hablas de tú”, pero éstos sólo eran mentales y por más fuerte que sonaran ella no los oía. A sus diversas preguntas, mis respuestas se tornaban vagas. Al mirar la situación desde las butacas de mi mente, sólo me encontraba a un idiota tartamudo, nunca alcanzaba a balbucear más allá de tres o cuatro palabras. —Ee, este... Nnno he podido... heeee... he tenido mucho trabajo —y las cosas seguían igual. Sin embargo, yo sentía que había una deferencia especial para mí de parte suya. A decir verdad, ahora lo recuerdo, no fui el único que lo percibió, llegué a escuchar comentarios o bromas al respecto de parte de mis ocasionales acompañantes. —Ya se puso contenta porque llegaste. O bien, —Está linda, ¿no? —esperando ver cuál era mi reacción. Por supuesto, yo no hacía el menor caso, estaba pendiente de sus movimientos, de sus ires y venires con café y más café. Hubo ocasiones en que me volví un tanto espía: no llegaba al café donde sabía que la iba encontrar, me asomaba a distancia para descubrirla, saber que ahí estaba me reconfortaba, me había convertido en su sombra, ¡claro, a distancia! Sin embargo, ya para ese entonces me atacaban los celos, sabía que yo no era al único que percibiría su presencia. Ella brillaba con luz propia y entendía que más de uno podía intentar acercarse, lo cual me generaba una rabia interna que me hacía volver sobre mis pasos. Ah, mujeres. Mis pensamientos eran un caos. Por un lado creía firmemente en que podía entablar una relación con Anayan y por otro, pensaba que por qué alguien como ella había de fijarse en un tipo como yo. Este menosprecio no era infundado, yo nunca tuve suerte con las mujeres, de las que tuve fueron pagadas las más, oh putas de mi corazón y las otras... las otras que se cruzaron en mi vida fueron mera casualidad. De mis remotos recuerdos me viene a mi mente cuando en una reunión con compañeros de secundaria, un amigo incitó a una de las concurrentes a que bailara conmigo, por respuesta, frente a mis narices nos dio un —Ay, no, está horrible —y como si fuera premio de consolación agregó: —Para mí, eh. ¡Cabrona! Si tan sólo hubiera sabido que ese recuerdo me brotaba cada vez que tenía una mujer enfrente, y que por el sólo hecho de recordarlo, un caudal de complejos me sobrevenían y me impedían pretender adentrarme al camino sentimental con cualquier mujer. El tiempo siguió pasando, y a lo más que pude aspirar por mucho tiempo fue a tener relaciones pagadas. Así que para mí, eso que llaman amor realmente nunca se me dio, ¿por qué se me iba a dar ahora? y más con una persona como lo era Anayan. En fin, creo que he sido un costal de complejos ambulante. Además, quizá el doble manejo de las cosas que yo hacía: por un lado mis complejos y por el otro el haberla encumbrado en lo más alto de mis pensamientos, me impedían hacerle saber lo que sentía por ella —so pendejo. A lo más que pude aspirar cuando tuve veintidós años fue a eso que llaman “el amor platónico”, amor por una chica que sólo me utilizó, amor si es que eso era amor, que me convirtió en su esclavo, en su perro, en un perro que se tira por la ventana. Amor platónico que sigue siéndolo hasta ahora, pues nunca me atreví a nada, nunca pude expresarle lo que sentía por ella. Lo más cerca que estuve de ella fue cuando viajábamos en el metro y éste se llenó en una de sus estaciones, la gente nos apretujó y pude sentir su cuerpo, pude sentir su vaho en mi cara, sentir el latir de su corazón. Algún día leí una de esas frases que te dicen que “el mundo es de los atrevidos”, hasta este momento sigo en el mundo y es a lo único que me he atrevido, desde luego por no tener otra opción (o por no querer tenerla). Afortunadamente, cuando leí que Nietzsche prohibía este mundo para los débiles, mi mente no lo tomó a pie de línea. “Cobardía” era la palabra que se me aparecía cada vez que pensaba en todo esto. Palabra fuerte para uno cuando realmente la ha vivido, pero ¿quién no ha tenido actos de cobardía?, ¿quién no se ha doblegado ante alguna situación particular? Yo por mi parte, toda mi vida había sido un cobarde, un cobarde para declararme a una mujer, siempre me había doblegado en el momento justo en que ellas esperaban que lo soltara, tenía miedo, un miedo con el que había vivido muchos años, no volvería a esperar por respuesta un ¡No, estás horrible! Sin embargo, ya no quería ser un solitario, un ser aislado, sólo un espectador, ahora quería vivir, porque hasta de la soledad uno se cansa. Al parecer se me daba una oportunidad y era el momento de hacerla mía, de no dejarla pasar. Nunca había pensado en tener un gramo de felicidad, creía no merecerla, este podría ser el momento, mi momento. Un gran sentimiento se me aglutinaba en el pecho, ya se me había olvidado sentir, sólo comía cuando tenía hambre y bebía... siempre, siempre, siempre. Por ello ahora... —Estaba en mi momento —me lo repetía a cada instante y desde ya emprendería el cambio, no un cambio radical por supuesto, porque pensaba que si ella se había fijado en mí, era por algo que sólo yo tenía. Era como la ventana que pintara Juan Pablo Castell: por fin alguien se había percatado de mi ventana, alguien externo me daba valor, me hacía sentir que valía y me hacía sentir vivo. Llegué hasta verme al espejo, cosa que no hacía desde hace mucho tiempo, o bien no lo había hecho con el ojo “clínico” con el que lo hacía ahora. Descubrí una cara un tanto hinchada, ojos opacos y tristes y la nariz grande y roja, como la de los tipejos a los que les compraba en la farmacia cincuenta centavos de alcohol, y me retribuían con diez, cuando yo tenía ocho o nueve años. Tenía una barba que ya pintaba de blanco desaliñada y las entradas en mi cabeza anunciaban mi naciente calvicie. Me había crecido el vientre, tenía la clásica facha del borracho, era la imagen viva de un viejo borracho, o más bien, de un viejo indecente. —Esto va a cambiar —me lo repetía hasta creerlo de veras. Dos meses habían pasado ya desde que la vi por primera vez, momento justo para hablar de “lo nuestro”, creo que ya era momento de mencionarlo así: “lo nuestro”. Finalmente era algo que nos incumbía a los dos. Tenía algunos pesos guardados, suficiente para comprarme una buena camisa y unos pantalones que le hicieran juego, el resto no importaba, ya vendría después, ahora nada me detendría, ¡a ella, mi querido Don Quijote! Era el tiempo del cambio. Me veía como en aquellos tiempos de juventud en que el mundo nos queda chico. Tiempo en que... Fue un día del mes de julio. Me sentía radiante, eufórico. Descubría otro en mí. Como lo había leído por algún lado, veía la ciudad y a su gente de un modo diferente, todos parecían disfrutar de mi alegría. El que menos compartió una leve sonrisa conmigo, un saludo. Iba bien vestido, limpio como no había estado en los últimos años, había dejado de ser el hijo de Satanás. Parecía que trajera un letrero en la frente: “Mi siguiente parada, la vida”. De repente me descubrí canturreando una canción, una canción que por aquellos tiempos estaba de moda y cuya música brotaba de las cañerías: Algunas veces vuelo y otras veces me arrastro al ras del suelo, algunas madrugadas me desvelo y ando como un gato en celo patrullando la ciudad en busca de una gatita a esa hora maldita en que los bares a punto están de cerrar, cuando el alma necesita un alma que acariciar. Algunas veces vivo y otras veces la vida se me va con lo que escribo ... Era otro, me había transformado, o más bien dicho me habían transformado. Realmente está cabrón a lo que puede llegar una mujer que se proponga llegar lejos. Lo logra porque lo logra. Anayan era ese tipo de mujer, seguro estaba de ello. Todavía no la conocía del todo y ya participaba abiertamente en mi vida. El trayecto fue lento, nada de precipitaciones. Debería tomármelo con calma, los nervios no me traicionarían. Había estado repasando mentalmente algunas frases con las que iniciaría mi conversación. Buscaba las mejores palabras de mi vocabulario, no quería verme ordinario, si ella se había fijado en mí le iba a dar más elementos para que no se sintiera defraudada. Por fin esto era real y no lo iba perder nada más así porque sí. Me reía de los que como yo se quedaron en el intento, ahora se me permitía dar el paso siguiente, ir hasta el fondo. Estaba al borde de la hilaridad, no lo podía creer, por fin mis pasos eran decididos y mis pensamientos firmes. Yo nunca he creído en los presagios, pero en el camino sucedió que al cruzar una calle, subir la acera y haber dado dos o tres pasos sobre ella, uno de esos pájaros citadinos, de aspecto grisáceo y sucio iba directo a golpearme en un costado de la cara, un segundo bastó para esquivarlo, lo que provocó que se fuera a estrellar en el cristal del establecimiento que se encontraba en esa esquina. Murió al instante. El velo entre la vida y la muerte. ¡El solo hecho de vivir nos mantiene tan cerca de la muerte! El suceso me consternó, mas no me intimidó. Mi ruta seguía libre. Desde ese momento mi corazón empezó a latir con más fuerza. ¿Eres tú, Anayan? ¿Fue ese maldito pájaro que se cruzó en mi camino? No me importaba, mi destino cada vez estaba más cerca. Cuando doblé la esquina lo primero que apareció a mi vista fue aquel lugar de mis esperanzas cerrado, lo oyen, ¡cerrado! —No hay problema —me dije—, ya lo abrirán —sin embargo, al irme acercando más y más, me encontré con un pequeño letrero que agradecía al gobierno de la crisis económica por la que atravesábamos e indicaba que éste era un establecimiento más que quebraba ahogado por las deudas, así de sencillo. Quise patear el lugar, sólo un par de cortinas verdes y un jodido letrero. Vinieron a mi mente palabras como oportunidad, café, destino, vida. Anayan, ¿en dónde estás? —Perra vida, otra vez me la hiciste. Las lágrimas me empezaron a brotar, primero lenta, luego en forma abundante. No hice más que sentarme en la banqueta y llorar amargamente por largo rato. La fuerte lluvia fue la que me rescató de mi letargo. —Perra vida, otra vez me la hiciste. A unos pasos estaba la cantina de la que hacía tiempo me había hecho conocido y cliente. Sequé mis ojos y me enfilé hacia allá, un trago me daría el calor que necesitaba en ese momento. Iba abatido, había sido un duro golpe. Cuando llegué al lugar, vi caras conocidas, los mismos de siempre. Me recluí en una mesa del rincón y bebí. Bebí y reflexioné. Me encabroné, grité, maldije, insulté, todo en silencio... en un silencio que sólo en mi existía, ya que alrededor todo era algarabía. Finalmente pensé: —¿Quién soy yo para tener otra oportunidad?, a fin de cuentas ¿no era yo el que había decidido mi destino? ¿No había sido yo el que le dio la espalda al mundo? ¿Qué papel jugaba Anayan en esta etapa de mi vida? ¿Por qué unos cuantos intercambios de palabras y de miradas me habían hecho creer lo que creí? De veras que uno no deja de ser pendejo ni aunque la edad se le venga encima. Pero, por otro lado, ¿no era ella la que me había impulsado y me había hecho entender la vida de un modo diferente, aunque fuera sólo por un momento? ¿Acaso, no tenía derecho a soñar, a querer ver el lado compasivo de la vida? Estuve bebiendo por largo tiempo hasta que, como ya era costumbre, me corrieron del lugar. Al salir el aire nocturno se me metió por todo el cuerpo, sentí un frío recorrerme desde los pies a la cabeza. A la luz de la luna y las estrellas traté de recordar el momento en que había ingresado a aquel lugar. Caminé tambaleante sin rumbo fijo, había tomado tanto y por mucho tiempo que sólo se me apetecía seguir haciéndolo. Al buscar entre mi ropa algo de dinero, encontré envuelto en mi pañuelo el pájaro muerto de mis sueños, ahora había entrado en mí la duda de si lo que atormentaba mi pensamiento había ocurrido realmente o sólo había sido un sueño producto de mi borrachera, quizá un sueño antes de morir. Ella existió sólo en un sueño Él es un poema que el poeta nunca escribió y en la eternidad los dos unieron sus almas para darle vida a esta triste canción de amor. ** Sergio Gelista sergiogelista@yahoo.com.mx Escritor mexicano (1964). Actualmente es secretario de la Asociación Mexicana de Autobiografía y Biografía (Amab, http://www.autobiografia.com.mx). Imparte el taller “Escribiendo mi autobiografía”, en el Museo Universitario del Chopo (http://www.chopo.unam.mx), perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx). Tiene textos autobiográficos publicados en la página de la Amab. === Poeta de utilidad pública Manuel Orestes Nieto =================== 1. La poesía te escoge, no la escoges. Te acoge, como un tibio vientre de mujer en el centro del amor. Todo lo da en el acto de saber que todo le debe ser quitado. No trama, teje para otros. A veces con dolor. Su principal virtud consiste en maltratarte lo gratuito. Acosar la turbiedad de tus días, es su oficio. 2. Exorcizarte para que puedan vivir contigo las vidas que rondan en los diámetros que es capaz de trazar tu corazón. Te abandona cuando intentas sortear sus consecuencias. Huye de los lugares donde la imaginación y el asombro han muerto y evita pasar por donde cohabitan los ruines de espíritu. Está hecha de presencias porque tiene el don de desdoblarse sin dejar de ser entera. 3. Hija de la palabra la han vituperado sin poder tocarla. Hermana de la historia ha sido quemada y puesta bajo custodia de los carceleros. Con esa cualidad única de no necesitar del reposo, no desfallece ni conoce la fatiga. Falsificados sus textos, deshonrados sus leales oficiantes, distorsionada hasta el cansancio, prefiere la ruta del viajero antes que vivir en los templos que pudo edificar por la magnitud de su luz. 4. Humilde como ella sola, entra sin ruido en la casa del hombre, barre sus rincones, limpia el polvo más apartado, repara lo roído y se encarga de lo roto. Vidente de los hechos con que se cuenta el tiempo, la edad y lo pleno de la conmoción de quienes se reúnen. Andamio de lo venidero. Fragua, constancia, fuelle, criadora. 5. Ante ti hay una vergüenza confesa que aspira a su purificación. Alguien que ha desenterrado su piedra angular para rehacer su pirámide antes de que la maleza la oculte. Has clamado porque se detenga el sacrificio irracional y la rajadura de los bárbaros se cierre. Te has interpuesto entre la daga y lo indefenso. Aprendiste que la conmiseración tiene sus surtidores en el ojo de agua de lo injusto. A pesar de tus razones, te tocó errar como los despatriados forzosos, cercados y reducidos a la prohibición. Y te han llevado en andas largas filas de hombres serios, estremecidos hasta la perturbación por lo que puede provocar la ignominia. 6. Han querido hacerte madre de la lamentación y la desesperanza. Velada de colorete, gracia de feria. Te han prendido inciensos y construido urnas de cristal. Han difundido, sin cesar, que naciste para el ensueño y que la vida poco tiene que ver con tus costumbres. Han tratado de adornarte como joya de escaparate y te han regalado todos los espejos para no ver en ellos reflejadas sus conciencias. Y tú has sabido decirles que no. 7. Raíz de lo perdurable. Sonido para la hora amarga y entusiasmo del peldaño. Irreductible, inquebrantable y fortaleza. Tus vértices de agua y tu anchura de tierra son, al mismo tiempo, la alabanza y la rebelión. Original misterio de la cima. A tu cita con el hombre llegas envuelta en lo extraordinario de lo imprevisto. Sorpresa sin aviso ni calibre en las hazañas de ordenar el mundo y recordarlo. Milenaria voz de lo nuevo. Conmoción, viga y soporte de la sacudida. Abrevadero que se esparce por los territorios tumbados por aquellos que enlutecen y degradan la vida. 8. A tu imaginación y su vuelo le ha sido dado el temple de no doblarse ante lo que has tenido que presenciar, ante lo que ha sido necesario padecer. Cauterizada en el rigor de no quejarte para no complacer a los verdugos. Escondida por tus verdades has sobrevivido a la destrucción aun en los meandros y las máculas de quienes te han perseguido a sangre y fuego. Resguardada en los santuarios del secreto repetido para resistir la embestida y el tropel. Temida y odiada. Herida y heroica. Alimento húmedo de la catástrofe. 9. Sólo a tu corteza de árbol noble le ha sido concedido crecer sobre sus hombros cilíndricos, teniendo todo el pasado como presente y todo el presente como porvenir. Perla que produjo el aliento de la marejada. Sabia y paciente. Aroma para lo duro. Enemiga de lo descomunal. Violeta de cielo. Hematoma de lo valiente. Licuación interna de la matriz de lo posible. Defensora tenaz y testigo de cargo. 10. Señal del camino. Desmesurado afán de conciliar lo que late con su tiempo de latir. Que no se escape lo que hizo de nosotros una huella, un gesto, una impenitencia. Que quede dicho lo que fue nuestro intento y nuestro empinar. Y también nuestra caída. Noticia imperecedera de la burla y los burladores para que no olviden jamás que hubo quien mirara por encima del aire y a través de la muralla, cuánto pudo el sufrimiento ser revuelto en manos de la arbitrariedad. Que pueda leerse por siempre cómo se atrevió el atropello a romper los diques de lo tolerable y dónde está amarrado su maleficio. Devota y honda confesión, multiplicándose de boca en boca. 11. He aquí tu rastro y el arco de tu horizonte. Vienes de todo lo que palpita y te diriges hacia todo lo que se atreve a vivir. Hemos amado tu territorio, hurgado en tu destino, indagado en ti, como una manía de saber de los hombres. Antiguo don de quienes al paso de la realidad fundaron el rito de su crujir y desenterraron la canción para sobreponerse al olvido y a la corrosión del tiempo en los desaguaderos del recuerdo. Incrustación de lo que es capaz de estremecer para siempre. Orfebrería de palabra y sueño. Ardor en la memoria de un mundo a tu nuestro lado. 12. Nunca fue tu vocación el aislamiento. Nunca el huir. Nunca el dar la espalda. Pública y entera a la hora donde lo humano ha tensado su cuerda. En la orilla de lo que ha caído, al pie de lo que hemos levantado, justo en el momento de nuestro salto. Tu voz está hecha de las veces en que estalló la alegría, de lo que creció a fuerza de paciencia y de lo que hicimos con nuestras manos. De los muros que contuvieron lo que arrasaba y también de las veces en que no pudimos llorar ni ser solemnes, sino a duras penas habitantes inconsolables de nuestra propia vergüenza. De lo que ha muerto a solas y de todo aquello que nos quitaron. Peregrina de todos. Dignidad de resistir. Y hechura de lo que estamos hechos. 13. Podrán cerrar las puertas para que no entres. No querrán saber de tus presagios. Renunciarán a ver tu rostro. Intentarán borrar las pisadas y la memoria de quienes te conocieron. Colocarán bandos en las calles anunciando que te buscan y se trasnocharán para apresarte. Se enajenarán y blasfemarán de ti, te maldecirán en su impotencia. Y siempre temerán que reaparezcas. 14. Todo lo has podido y lo podrás. 15. Excepto acometer contra lo humano. ** Manuel Orestes Nieto mondi07@hotmail.com Escritor y diplomático panameño (Panamá, 1951). Licenciado en filosofía y letras. Fue embajador de Panamá en Cuba. Dirigió la Biblioteca Nacional y fue subdirector del Instituto Nacional de Cultura. Ha dirigido publicaciones literarias como Prisma y Extensión; la página literaria del diario Panamá América, Trastienda, y Crítica-Arte, del diario Crítica. Fue columnista del diario panameño El Universal y miembro del consejo editorial del suplemento literario y cultural Tragaluz. Ha recibido el Premio Nacional de Literatura "Ricardo Miró" de poesía por sus libros Reconstrucción de los hechos (1972), Panamá en la memoria de los mares (1983), El Mar de los Sargazos (1996) y Nadie llegará mañana (2002). También recibió el Premio Casa de las Américas de poesía por Dar la cara (1975) y la Medalla Gabriela Mistral, otorgada por el gobierno de Chile, en ocasión del 50º aniversario del Premio Nobel de Literatura a la escritora chilena (1996). Ha publicado Poemas al hombre de la calle (1970), Enemigo común (1974), Diminuto país de gigantes crímenes (1975), Oratorio para Victoriano Lorenzo (1976), Poeta de utilidad pública (1990), la antología Rendición de cuentas (1991) que recoge veinte años de su producción poética; El imperecedero fulgor (1996); El legado de Omar Torrijos (1997 y 1999); El país iluminado (2001), y Ala grabada en blanco (2001). Textos suyos pueden leerse en Badosa.com (España), Elcalamo.com (México) y Mundopoesia.com (España). Ha sido traducido al inglés, portugués, ruso, húngaro, checo y polaco, y aparece en importantes antologías de la poesía panameña y latinoamericana contemporánea. === Días de junio ========================================================= === (un relato) Manuel Cabesa ======================================== Durante años no he vuelto a saber de Gabriela. Ni siquiera recuerdo los últimos momentos que pasamos juntos antes de dejar de vernos definitivamente. Hace poco, en una reunión, Álvaro hizo mención de su nombre, y sin querer me volví a escucharlo atentamente mientras le explicaba a otra persona que la había visto unos meses atrás, que se había casado con un ingeniero y que tenía un niño de lo más serio que se parecía a ella. Muchas veces el azar y el recuerdo coinciden en los momentos más inesperados dejándonos, sinceramente, perplejos. La reunión donde estábamos la organizaron viejos compañeros de la Escuela de Letras, aquellos que a finales de los ochenta entrábamos a las clases de Literatura y Vida subyugados por la belleza y la inteligencia de María Fernanda Palacios, bebíamos cervezas en el bar América, leíamos los poemas de Cavafy traducidos por Francisco Rivera y escuchábamos las canciones de Charly García que recién estaban de moda. Quizás por eso, porque todos pertenecíamos a la misma generación, sería que Freddy puso un CD con éxitos de Yordano, y en la sala comenzó a escucharse Días de junio justo cuando Álvaro había acabado de mencionarla. Gabriela y yo participábamos juntos en el seminario sobre Barthes que dictaba Rafael Castillo Zapata. Yo no era precisamente amigo de la semiología, pero necesitaba acudir a esa electiva para obtener los créditos que me faltaban y cubrir el semestre. Sin embargo, Gabriela sí escuchaba complacida todo lo que explicaba el profesor. Finalmente terminé por caer en el círculo de admiración que Barthes irradiaba, pero fue gracias a un libro que Gaby me prestó (y que por cierto jamás le devolví) llamado La cámara lúcida donde el maestro realiza una lectura afectiva del arte fotográfico. Pero no es de Barthes de quien quiero hablar, sino del recuerdo que acudió a mi mente cuando Freddy, en aquella fiesta, puso la canción de Yordano. Durante aquel seminario Gabriela y yo entablamos amistad. Una tarde coincidimos en el cine del Centro Plaza para ver El festín de Babette que estrenaban esa semana; al terminar la función bajamos al nivel Avenida para comer salchichas alemanas, de las que vendían frente a la librería Noctua, para conversar un rato sobre la película. Desde ese día comencé a esperarla después de clases para irnos a través de la Tierra de Nadie hasta donde tenía estacionado su chevetico rojo. Cierta vez tuve que realizar un análisis de la poesía de Hanni Ossott y le pregunté a Gaby si podíamos encontrarnos para que ella me orientara un poco sobre cómo abordar esos poemas que me parecían tan herméticos. Quedamos de vernos en el Gran Café un sábado en la mañana. Después de intercambiar ideas durante varias horas y de engullir una buena cantidad de croissants y cafés, la invité a tomarnos unas cervezas en el Gibus. En esa época, frente a la barra del Gibus estaba Roberto, quién más que un barman era un amigo para todo aquel que frecuentara el local. Conocía a todos los artistas y poetas que pululaban por el boulevard y era especialmente generoso con los estudiantes que nos acercábamos por allí para saludar a Antonioni y al Conejo o conversar un rato con Wilfredo Machado, quien por esos días había ganado el concurso de cuentos de El Nacional. Durante un buen rato estuvimos tomando cerveza Cardenal, comiendo maníes y hablando de mil cosas y de nada. La verdad quería decirle a Gabriela que me gustaba mucho, pero no encontraba cómo hacerlo. Entonces ella se fue un momento al baño y aprovechando esos minutos que estaba solo en la barra, Roberto se acercó para hablarme: —Concho, poeta, como que no puede entrarle a la señorita. No hallé qué responder, solamente pensaba que Roberto conocía tan bien a sus clientes que era capaz de prevenir sus sentimientos. —Mira, pana —continuó Roberto—, me llegó un disco nuevo que tiene una canción del carajo. Si tú no aprovechas y te la levantas mientras dure esa canción, olvídate, esa jeva no es para ti. Terminando de decir esto llegó Gaby, y Roberto, luego de ponernos dos Cardenales más, fue al pick up, sacó el disco de Yordano y puso la aguja exactamente sobre Días de junio, la canción que debíamos escuchar: Con la brisa de la tarde vuelvo a entrar en ese instante de palabras que se escapan de momentos que se abrazan y por el balcón se lanzan como días de junio al azar... Motivado por la letra de aquella canción le dije a Gabriela cuánto me gustaba y, sin previo aviso, la tomé de las manos, mientras escuchábamos el resto de esa balada que Yordano parecía haber escrito para nosotros, relatándonos la historia de amor que comenzaríamos a vivir a partir de aquel día. El recuerdo suele jugar con los mecanismos del azar devolviéndonos a ciertos instantes que perduran intactos en lo más profundo de la memoria. Aquel rato, mientras duró la canción de Yordano y las manos de Gaby permanecían entrelazadas con las mías, no podía sospechar que esos minutos serían para mí, muchos años después, el sinónimo de la felicidad. ** Manuel Cabesa hjsherman@hotmail.com Narrador, poeta y ensayista venezolano (Caracas, 1960). Perteneció al Taller de Poesía del Celarg y ha colaborado con las principales páginas literarias de la región y del país. Ha publicado el poemario Vida en común (1985), la antología El acto y el lugar de la poesía. Una antología de arte poética venezolana (Maracay, 2002) y el libro de cuentos Falsificciones (Villa de Cura, 2004). Reside en Maracay, Aragua. === La muerte llevaba vendas en los ojos José Geraldo Neres ========== I La muerte llevaba vendas en los ojos. Grandiosa voz domadora de los desiertos —mi corazón— combatía a los ángeles. Era el niño en su caballo blanco. Atravesaba los espejos; andaba descalzo sobre las tumbas de las almas perturbadas; bebía la sangre de las sombras en un cáliz tomado de la voz de un cuervo, del lecho profundo de un dios olvidado. La muerte tenía los ojos de ese dios, hacía de él su casa. Corría por las venas como humareda y cruzaba la ciudad y sus torres de sangre; vendedora de milagros. El deber en los callejones y callejas, un ángel traza una jeringa. En aquella prisión de vidrio ellos viajan con otros dioses. Descubren el útero del tiempo. Encuentran el poeta que vive en el abismo. II María no consigue más evocar el rostro de su madre. Cuando alguien pregunta, da siempre la misma respuesta: ¡Mi madre es la calle! María, doce años. Carga una muñeca, regalo de Navidad. Pero la miseria no le da tregua; el hambre tiene rostro antiguo dentro de María. La virginidad tiene su valor. El sudor de aquel hombre le corre por el cuerpo. El sol es un puñal. Rehace su rostro. Corta el alma. El lloro, el grito, y ningún ángel para escuchar. Ninguna lágrima. ¡Hoy ella almorzó! José usa la muñeca para limpiarla. La sienta a su lado. Llora. —¿Qué fue? ¿Por qué está llorando? Guardé un poco de comida para usted. III Un minuto. La encrucijada. Árbol de ramas retorcidas y frutos sueltos. A los pies pedazos de pan, un espejo, una vasija con agua, una madeja de lana, una victrola. Una pequeña con un mazo de naipes en las manos. Ella cubre el espejo con pequeños pedazos de pan. Toma una carta y la escudilla. Mira para los dos objetos. Zambulle la carta. Comienza a moverse de un lado a otro. Gira, gira. Retira la sombra dentro de la sombra, arrastra el silencio para dentro de la vasija. Eleva las manos, las juega para lo alto. El agua cae en la madeja de lana. Cada milímetro de la madeja conduce a otro laberinto. Con un rosario de carnes la pequeña coge niños sin sombras. IV Está surgiendo un silencio nuevo cada día, y siempre surge ese abismo que ronda las sombras blancas del papel. El disparo de un ángel sádico quebró mis alas. —Madre; hoy no escuché su bendición; siento una risotada cortar el aire. En el lecho profundo de un dios olvidado la muerte llevaba vendas en los ojos. A morte usava vendas nos olhos I A morte usava vendas nos olhos. Grande voz domadora dos desertos —meu coração— combatia os anjos. Era o menino em seu cavalo branco. Atravessava os espelhos; andava descalço por entre os lotes de almas perfuradas; bebia o sangue das sombras com um cálice retirado da voz de um corvo, do leito profundo de um deus esquecido. A morte usava os olhos desse deus, fazia dele o seu lar. Corria pelas veias como fumaça e cruzava a cidade e suas torres de sangue; mercadora de milagres. O dever nos becos e vielas, um anjo traz uma seringa. Naquela prisão de vidro eles viajam com outros deuses. Descobrem o útero do tempo. Encontram o poeta que habita o abismo. II Maria não consegue mais lembrar do rosto de sua mãe. Quando alguém pergunta, dá sempre a mesma resposta: —Minha mãe é a rua! Maria, doze anos. Carrega uma boneca, presente de Natal. Mas a miséria não dá trégua; a fome é um rosto antigo, dentro de Maria. A virgindade tem seu valor. O suor daquele homem corre pelo corpo. O sol é um punhal. Refaz seu rosto. Corta a alma. O choro, o grito, e nenhum anjo para escutar. Nenhuma lágrima. Hoje ela almoçou! José usa a boneca para limpá-la. Senta ao seu lado. Chora. —Que foi? Por que está chorando? Guardei um pouco de comida para você. III Um minuto. A encruzilhada. Árvore de galhos retorcidos e frutos soltos. Aos pés: pedaços de pão, um espelho, uma cuia com água, um novelo de lã, uma vitrola. Uma criança com um maço de cartas nas mãos. Ela cobre o espelho com pequenos pedaços de pão. Apanha uma carta e a cuia. Olha para os dois objetos. Mergulha a carta. Começa a movimentar-se de um lado a outro. Gira, gira. Retira a sombra dentro da sombra, arrasta o silêncio para dentro da cuia. Eleva as mãos; joga-os para o alto. A água, cai no novelo de lã. Cada milímetro do novelo, tece um outro labirinto. Com um rosário de carnes a criança colhe meninos sem sombras. IV Está surgindo um silêncio novo a cada dia, e sempre surge esse abismo que ronda as sombras brancas do papel. O tiro de um anjo sádico quebrou minhas asas. —Mãe; hoje não escutei a sua benção; sinto uma risada cortar o ar. No leito profundo de um deus esquecido a morte usava vendas nos olhos. Traducción: Adolfo Ruiseñor ** José Geraldo Neres jgneres@uol.com.br Poeta brasileño. Cofundador del Grupo Palavreiros (http://www.palavreiros.org), en el que confluyen narradores y poetas residentes en Diadema, São Paulo (Brasil), y de cuyo sitio en Internet es coordinador de Comunicación y webmaster. Es coeditor de la revista Poética Social. Trabajos suyos han aparecido en las antologías Alabastros (2002) y Proyecto Cultural Tiempos Perplejos, Poética Social (2002), así como en las revistas A Cigarra, Nozarte, Metamorfose (Brasil) y Lote (Argentina) y en varios sitios literarios en Internet. === Secretos de familia Marcela Adaros Rojas ========================= Era un secreto de familia, por lo tanto, no me pregunten cómo fue a ocurrir tal cosa, pero 38 años después una mujer murió luego de tomar un té de jazmín y un hombre quedó libre a los 80 años para tomar como legítima esposa a su compañera de toda una vida. Yo estuve ahí, en la boda del novio homeópata, y puedo decir que esa tarde era más soleada que otras, más fragante a jazmines ebrios y más rotunda que otras tardes. Los cuatro hijos fueron los cómplices de una boda perfecta y en una pequeña capilla desde la que se veía el mar, el menor de todos interpretó el solo de corno francés de Días de vino y rosas y después de la bendición, ellos salieron con el paso vacilante de los novios viejos y atrapados para siempre en la emoción de los deseos cumplidos. —Qué no haría por ti —le susurró el novio al oído a su mujer antes de subir al automóvil, y ella sonrió con dulzura. Se tendieron toldos como tiendas árabes bajo los damascos del amplio jardín, y se habían dispuesto 22 mesas adornadas con flores y manteles largos. Los invitados comenzaron a surgir de fotografías en sepia para abrazar a los novios y desearles larga vida, y se agolparon alborozados para verlos bailar el vals que seleccionó un hijo melómano y excéntrico. Luego vino el banquete, preparado y servido por un pequeño ejército de empleados vestidos de riguroso blanco y dirigido por la atenta y severa mirada del hijo sibarita, que seleccionó de su propia cava el mejor vino de las viñas más al sur de todo lo que hay en el mundo. De todo hubo allí, Silg bi labane y Tagine de carne de cordero con ciruelas secas, Keppe, tajin de ternera, shawarma con queso de cabra, aceituna y tomates y traviesas ensaladas mashwia. El melómano no les dio tregua a los invitados, y trajo a Duke Ellington, Tommy Dorsey, Satchmo y Ella Fitzgerald, para el goce del novio, así, cuando llegó el momento del postre, pastelillos de hojaldre con miel y pistachos, baklawas de amapola y nueces, saraili y mamul, los invitados tuvieron repentinos accesos de remembranzas antiguas, y cuando aún no acababan de reponerse tuvieron que beber licor de menta en minúsculos vasos de chocolate amargo. Creo que fue en ese momento en que comenzaron a caer damascos peña de oro y a resbalar por los toldos hasta las mesas. Algunos invitados entusiasmados con el aroma estiraban los brazos para cogerlos al vuelo, otros simplemente bailaron Sophisticated lady alrededor de la mesa en que los novios contemplaban la algazara de la boda. En eso estaban cuando todos se quedaron quietos y sonó una baladisca, entonces de la nada apareció la única hija de los novios, y bailó para ellos entre monedas y velos la música del desierto. Finalmente vino la estrella de la noche, pasas de corinto, almíbar, huevo moll y nueces maduras, en una torta que estuvo 38 años macerando para ser comida por los novios con los dedos y dándose trocitos por turnos en la boca con los ojos llenos de gozo. Cuando los últimos invitados se fueron, los cuatro hijos se retiraron discretamente para que los novios bailaran solos entre las mesas vacías, mientras llovían damascos y la luz se filtraba pálida sobre las cabezas unidas. —¿Sabías amor que la flor del jazmín puede ser venenosa? —preguntó el recién casado a su mujer mientras bailaban. —Lo sé, habibi, lo sé —le dijo ella, y siguieron bailando sus Días de vino y rosas. ** Marcela Adaros Rojas marcelaadaros@gmail.com Escritora chilena (Coquimbo, 1963). Profesora de estado en castellano y filosofía y doctora en ciencias de la educación. Académica de tres universidades de la ciudad de La Serena. Mantiene un blog en http://www.atinachile.cl/blog/u33774. === Metamorfosis del silencio Johanna Rozo =========================== *** Homenaje a la tristeza No llegues tarde Porque tal vez Los ojos ya estén cansados De verter su sangre. No llegues tarde No esperes a que el tiempo Cobije a la amargura Exiliando sin pudor y Con ambigua sutileza Al cansado amor. No llegues tarde Porque entonces Los fracasos tendrán nombre Y las alegrías serán Discretas fotografías En blanco y negro. No llegues tarde, muerte, No llegues tarde Y si puedes ahora mismo Adelanta tu reloj Que iré detrás de ti Como Eurídice detrás de Orfeo. *** Petición No convoques Al puerto aciago Donde sólo llegan Las falsas confesiones. Ni al miedo turbio Ni al espanto equivocado. No invites Al territorio impune Donde se acostumbró A vivir tu voz Embriagada de dolor. No convoques La razón villana Que recluta nombres Para dejarlos Sin remordimiento A la intemperie. *** Eterno Caín Prefiero el sigilo De los acantilados Y las calles húmedas Bajo mis pasos Que los ojos impávidos Ante el terror del mundo. Prefiero un lejano verso En la boca lacerada De un dios arrepentido Que las palabras extraviadas De un amigo que no ha sido. Prefiero el desconsuelo de la soledad El acervo de la tristeza y El sollozo incesante de los huesos Que la mano que me ofreces Para llevarme camino al hades. *** Utilidad del oficio Para afrontar La tragedia De estar siempre Del lado de la derrota. Para espantar A la muerte Que asoma con cinismo Su anémico rostro, A mi abrumado corazón. Para entender Que no sé morir De otra manera Que el poeta sirve solo... Para descubrir de a poco La desolación del mundo. ** Johanna Rozo mujerdeniebla29@yahoo.es Poeta colombiana (Pamplona, Norte de Santander, 1985). Fundó la tertulia literaria El Túnel, que bajo su dirección ganó en cuatro oportunidades el premio de las mejores tertulias literarias del país según el Ministerio de Cultura (http://www.mincultura.gov.co) y Fundalectura (http://www.fundalectura.org). Contadora pública de la Universidad de Pamplona (http://www.unipamplona.edu.co), donde reside y dirige el taller literario y el programa radial Rayuela (Radio Unipamplona 94.9), desde el cual ha impulsado iniciativas como “Al margen de la ruta”, primer Festival de Poesía de Pamplona, y gestionado el concurso “Nuevas letras de nuestra ciudad”. Poemas suyos aparecen publicados en el diario La Opinión (http://www.laopinion.com.co) y en revistas como Contexto y Árcades, de Medellín. Ha publicado el poemario Al otro lado del asfalto (Editorial Java, 2007). Mantiene las bitácoras http://johannarozo.blogspot.com y http://lenguajedemujer.blogspot.com. === ¡Coca, papito, coca! Carlos Duarte Merino ======================== Era el año 1982, octubre más o menos. Después de 5 horas, salvajemente cabalgadas en un jeep de la época de la guerra infestado de repuestos y reparaciones de toda marca y origen, y luego de haber solucionado 3 embarrancamientos en las lodosas orillas de la senda (que camino no era), los 4 “cazadores” llegamos sanos y salvos, y sobre todo vivos, a las orillas del madrejón. Un buen lugar para acampar, y asegurar la provisión de agua (por si nos faltaba) fueron las primeras medidas; un par de botellas frías de cerveza Paceña al gaznate, la segunda. En realidad, los cazadores eran 3 porque yo iba de invitado, aprovechando la ocasión imperdible para conocer esos pequeños submundos de microclima extraño que son los madrejones en los ríos amazónicos. Pese a ello, mi revolver al cinto, mi puñal colocado en la espalda con el mango convenientemente al alcance de la mano por sobre el hombro contrario, y mi escopeta calibre 16 cargada con plomo hechizo me hacían ver impresionantemente peligroso; me imagino que las alimañas del monte todavía deben estar temblando, pese a los 20 años transcurridos, al recordar al chileno aventurero de 40 robustos años y pinta amenazadora. La cacería en la selva no es como en las películas. No existe eso de la excursión con el Gran Cazador Blanco adelante, la niña con ojos románticos a su lado, y un montón de indios o negros detrás portando el equipaje. Lo que existe es una selva tupida, a veces impenetrable, a la que hay que ganarle espacio a punta de machetazos, y una manada de mosquitos que pican como si tuvieran espadas en sus picos y columna vertebral en sus espaldas. Y una constatación: todos los mosquitos están enamorados de uno. Por razones insospechadas, a mis amigos no los molestan; es conmigo la cosa, y pronto comienzo a comprender el por qué de las ropas gruesas pese al calor y la humedad: en algún momento de su evolución han adquirido la capacidad de traspasar las ropas más gruesas con sus finos estiletes. A los pocos minutos de llegado comienzo a reconocer su bienvenida en la espalda, en los brazos, en la cara, en el cuello, en todas partes. Desesperado le grito a mis compañeros “¿Y qué hago ahora? Me están matando estos hijos de puta”. Y en medio de la carcajada gritan al unísono: “¡Coca, papito, coca!”. Así no más había sido: mascar coca es la solución. Yo ya conocía la hoja de coca, la había mascado en otras excursiones no tan sacrificadas como ésta, y sabía de su sabor amargo y salobre por el bicarbonato, y de la energía que daba a poco de sorber su jugo. Pero éste era un caso desesperado. Ni siquiera perdí tiempo en separar la hoja de su jipurí y completita se fue el puñado a la boca junto con otro puñado de 2 paletitas de bicarbonato. A eso una pitada de tabaco negro del más negro que se podía encontrar, el Casino, y a esperar mientras los mosquitos seguían con su festín en mi cuero. Al cabo de unos 15 minutos sentí que la boca y los labios se me dormían (recordé a mis odiados dentistas y sus agujitas), que la piel se ponía insensible... y que los mosquitos comenzaban a menguar en mi humanidad. El dolor de las picaduras iba desapareciendo hasta llegar a ser el triste recuerdo de la llegada. Y como un milagro, me sentía vivo y energético como nunca. Si me ordenaban dar un salto hasta la punta de aquel árbol, tengan por seguro que lo hacía... y lo lograba. Si se me cruzaba un elefante... lo estrangulaba. Como les decía, la cacería en la selva no es caminando, es esperando. El procedimiento se llama espíe, porque consiste en fabricar un barandal de troncos y ramas en los árboles, a una altura de unos 10 o más metros, e instalar un campamento improvisado en ese pequeño balcón, con todo lo necesario para estar incómodo esperando toda la noche, hasta el clarear siguiente. La ubicación normalmente se elige en las sendas de los animales, reconocidas por las pisadas que forman un caminito bajo esos árboles. Y la cacería consiste en esperar pacientemente que el ruido delate el paso de algún animal por debajo del espíe para encender de golpe la poderosa linterna que se amarra al cañón del arma y enceguecer a la presa. En esos segundos en que ésta queda cegada e inmóvil, el cazador debe alojarle la bala o el plomo directamente en la cabeza; si no lo logra, el animal herido escapará y difícilmente será encontrado nuevamente, quedando condenado a la cruel muerte del desangramiento. Un cazador que se precie de tal debe evitar hacer sufrir a su presa. Ahora bien, ¿cómo se aguanta esa noche, arriba en la selva, a veces pasando frío, siempre húmedo, sin moverse ni hacer el más mínimo ruido? ¡Con coca, papito, con coca! ¿Cómo nos fue esa noche? Mal. Muy mal. Sucede que a la hora de estar espiando, y luego de haber visto pasar unas cuantas presas que no fueron molestadas por su poco tamaño, escuchamos el bufeo grueso y carrasposo del tigre (leopardo americano), y aunque no lo vimos (porque un tigre no se ve en la selva, a no ser que esté muerto) lo presentimos porque su ruidosa respiración nos venía de varios lugares alrededor nuestro. Desgraciadamente para nosotros, este molesto y peligroso animal también quiso cazar en nuestros dominios e hizo huir a toda la fauna en un par de kilómetros a la redonda. Quizá por eso nos estuvo rondando durante una hora allá abajo, porque a falta de pan, buenas son las tortas. Varias veces vimos refulgir el par de bolones verdes de sus ojos, pero nada más. A la mañana siguiente, ateridos, lanzamos una andanada de disparos hacia el monte circundante para hacerlo escapar por si nos estaba esperando, y bajamos de nuestro espíe rumbo al campamento para gozar de un buen desayuno montaraz. Y allí encontramos la huella del bruto: nuestras provisiones en el suelo, las tapas de las cajas destruidas con el arañazo de una garra potente, y ninguna de las piezas que hubieran sido de su gusto estaban disponibles. Entre ellas, unos jamones brasileros que eran una delicia. De todas maneras, lo pasamos bien. Unas pirañas diestramente pescadas nos hicieron el honor de darnos nuestra ración diaria de proteínas, y el almuerzo consistió en pavita, certeramente abatida por un disparo de salón 22. Pero... nos quedamos con las ganas de comer y traer antas, ciervos, u otro animal de caza mayor. ** Carlos Duarte Merino carlosduartemerino@hotmail.com Escritor chileno (Santiago, 1946). Residente en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y es ingeniero consultor de empresas. === Poemas Francisco Wong Matos ====================================== *** Los atardeceres El sol ha cambiado de color Sigue rojo-naranja Pero no el mismo de mis atardeceres en La Habana Romántico, seductor, coqueto Ahora es uno más indiferente Frío como pantalla de cristal líquido Que muestra lo que debía ser Un bello atardecer sobre Bagdad Pero sin aclarar si ese rojo-naranja es obsequio De la arena del desierto O es sangre-fuego O llanto-muerte O dolor-odio Sólo una fría voz (a veces simula sentimientos) Narra como si fuera un juego de baseball Y los muertos contaran como anotaciones Los nativos son números para estadísticas (daños colaterales anotan los apuntadores) Los “visitantes” valen más Pero conviene menos anotarlos Ironías, quizás digan ¿ironías? No! ¡Es la muerte! No importa si visten sencillas telas O imponentes trajes militares ¡Es la muerte, coño! Y ya ni el sol del atardecer de mi querida Habana Puede cambiar el color de desespero Mientras el noticiero vespertino relata: “Nueva jornada de muerte en Irak” “Tres carros bombas estallan matando soldados estadounidenses” “El alto mando de las tropas de ocupación ordena bombardeos en represalia” “Mueren cientos de civiles” “El General en Jefe, ante las cámaras lamenta las bajas” “Daños colaterales, dice” *** Entre el encanto y el temor Entre el encanto y el temor me quedo Con la razón que tus labios me indiquen No importa cuál mientras en mí se achique La ansiedad que prevenir no puedo. Decide mi razón y brota Cual agua fresca vertiente de mis sueños No me resisto desecho mis empeños Y planto ante tus pies mi espada rota. Consciente que luchar es obra vana Ante las armas que tu amor convoca Acepto las migajas de tu boca. Navego nuevamente entre las rosas Desnudo al fin de las razones vuelo Y pongo a mi canción la justa nota. *** No llegas Mortal como la lluvia a adagios de pesares Es el goteo de segundos en mares ya ausentes Presagios de congojas no matan pero quiebran Trastocan lumbre mansa en chinescos desvelos Suerte de mi nostalgia que ya el dolor no escuece Sólo inserta remiendos en puentes de horas muertas Inútil tu aflicción presente en mí te empeñas Seguir el viaje nunca fue sorna del pasado Presiento que tus pasos navegan sobre rosas No escucho tus adentros cuando en mí te adormeces Reclamo mi silencio la soledad no llega Entre tantas verdades solo sé que me anhelas Perenne es tu extravío y real tu presencia Destrozas mis quebrantos fluyendo en agua buena Destilas la cordura me das licor de sueños Añejos egoísmos me turban y desbordan Persigo tu locura me aferro a tus fantasmas No te evoco te vivo girando entre siluetas Regreso a ti y me alejo hago ronda en tu vera Cansado me adormezco y te espero No llegas. *** Fruto de los cielos Todo sentimiento ahogado en maridajes Inculpa los requiebros en hebras de quimeras Poniendo sinrazones al trance de la alquimia Que mezcla desconciertos argucias de impotencias Lleva grilletes de ocio el alma que no vuela Se disfraza el heraldo del amor que no llega Mas no vale la astucia tras versos y canciones Detrás de los que aman nunca el sol se adormece Insulso el sol poniente o la luna agorera Que traza los caminos de sueños presagiados En eriales de coplas sólo crecen nostalgias Repletas de oquedades donde anidar anhelos Amar es más que un grito lanzado cual vertiente Nace de los misterios y no pretende dones El alma que lo engarza enalza sus fronteras Es fruto de los cielos que retoña en la tierra. *** Desvelo de amor Anochece La luz que imperceptible se atenúa Trae al recuerdo la lumbre Inocente y sutil Que se enciende en tu interior En cada encuentro. El ocaso del día Siempre coincide Con el resurgir de los deseos: Telúricos, aquellos que vienen de la carne Celestiales, los otros nacidos desde el alma. Ha transcurrido tiempo Mucho tiempo Hemos vivido ocasos Incontables ocasos Y el resurgir de la magia sigue siendo Vez tras vez La maravilla del reencuentro. No es pasión increíble Quien nos ata Tu amor Y mi amor Vive del credo Sobre la tierra entrelazamos las raíces Y dejamos espacio a los sueños. En nuestra historia no hay hadas Y los príncipes Siguen buscando princesas en los cuentos Fuera de ellos tú y yo somos felices Compartiendo el pan de nuestros besos. Hoy no hay luna, amor, que nos observe Y los astros son lindas frialdades Me iluminan tus ojos Y nuestra estrella Son los hijos que adentro Ahora duermen. Miro al negro infinito Y me da frío Tomo tu mano Y su calor parece La tibia hoguera que mi alma apetece Y es en tus labios donde mi sed alivio. Ya es tarde, amor Durmamos nuestros sueños En ellos juntos también siempre estamos Mañana un beso será nuestro “hasta luego” Y en otro beso también nos reencontramos. ** Francisco Wong Matos tecnosumavzla@cantv.net Escritor cubano (La Habana, 1963). Es ingeniero electrónico. Ha resultado semifinalista en los concursos “Calma Infinita” (2003), “Momentos Eternos” (2003) y “Vivir Soñando” (2004) del Centro de Estudios Poéticos de España. Uno de sus poemas ha sido incluido en el libro Vivir soñando, publicado por dicho centro. Textos poéticos suyos fueron publicados en las revistas digitales Destiempos (http://www.destiempos.com) y Remolinos (http://es.geocities.com/revista_remolinos), entre otras. === Imagina Raquel Blasco Sánchez ==================================== Imagina por un instante este espacio iluminado por la tenue luz de unas velas situadas en el centro de cada una de sus mesas. Imagina la música, que dejó de escucharse hace horas, una melodía embriagadora, y las conversaciones a media voz rotas sólo por el tintineo de hielos en el interior de algunos vasos. Imagina aquel rincón, a resguardo de toda mirada, ocupado por dos amantes que se besan mientras sus manos emprenden la búsqueda del cuerpo que ansían bajo las ropas. Ahora, cierra los ojos e imagina que eres tú quien está ahí. Claudia gira sobre sí misma para no perder detalle de la magia que llena hasta el último de los rincones. Sus ojos no dan crédito. Ahora entiende por qué Daniel había insistido tanto en sus últimas llamadas... Pequeñas mesas de madera y metal de forma octogonal, tapices, guadamecíes, biombos con bellas estampas impresas, un par de armarios laqueados, relojes de caja, tallas policromadas dispuestas sobre capiteles a media altura, retratos de época, espejos venecianos, vidrieras emplomadas, butacas tapizadas en terciopelo púrpura..., y en el centro, colgada de la cúpula abierta en la cubierta de más de cinco metros de altura, suspendida sobre una espectacular fuente de mármol verde guatemala, una gigantesca araña de cristal. Andrés da una nueva calada a su cigarrillo, lo mira con desprecio y lo lanza a través del ventanal situado frente a él. Sentado a una mesa repleta de vasos vacíos y pitillos a medio consumir, la incandescencia aún prendida en uno de los extremos lo atrae y no puede resistirse a seguir con la mirada el arco perfecto que describe antes de desaparecer de su vista. Sabe que está demasiado borracho, pero no le importa. Se encoge de hombros y esboza media sonrisa burlona que refleja en la colección de vasos que ha amontonado. Sonríe al tiempo que siente que su estado de ánimo combina a la perfección con aquel lugar tan lleno de cosas de otros tiempos. Alba, unas mesas más allá, manosea sin cesar el montón de papeles esparcidos frente a ella. Es incapaz de dar crédito a la cantidad de textos incompletos que ha acumulado. Ideas inconclusas, perdidas en el laberinto de su mente y que no han encontrado una salida. Necesita volver a escribir. Ser capaz de llenar una hoja en blanco con algo más que ideas burdas y baratas. Levanta la vista y una cara allí presente se le antoja familiar. Mario pulsa con suavidad las teclas del piano. La partitura abierta frente a él es un mero objeto decorativo. Otro más en aquel lugar tan extraño. Se sabe la melodía de memoria. No puede ser de otro modo. Las veces interpretada le han llevado a ello. Los pentagramas, sus notas, están impresos en cada uno de los dedos que mueve al ejecutarla. Toca mientras sus ojos juegan con los destellos que la enorme lámpara, que pende de la cúpula, refleja en el agua que cae de la fuente. Julia, sentada en un rincón, a resguardo de muchas miradas, recuerda la primera vez que pisó el invernadero de la Casa Señorial, el día que comenzó a soñar con hacerlo suyo, a imaginar en qué podría convertirlo. Su aspecto entonces, aunque lamentable, difícilmente ensombrecía la majestuosidad de la construcción que en otra época, a todas luces, debió ser esplendorosa. Orientado al sur, parte de su estructura ejecutada íntegramente en hierro fundido y cristal, estaba oculta tras la fachada principal de La Casa. Las paredes, inmensas y transparentes vidrieras, sostenidas por columnas de hierro sobre las que descansaba una descomunal bóveda de cristal, encargada antaño de cobijar las especies de mayor envergadura y que ahora albergaba una monumental fuente esculpida en mármol, estaban en un lamentable estado. Desde niña había fantaseado con dar otro tipo de vida a ese lugar. Imaginar, soñar y convertir sueños en realidades, era su trabajo. Y ahora que su último deseo vio la luz, siente que parte de ese espíritu impregna el ambiente y a cada uno de los visitantes que hoy tiene su Invernadero. Claudia observa a los presentes, ve caras conocidas, entre ellas le gustaría haber encontrado la de Daniel, pero sabe que es imposible. Daniel..., Daniel y ese lugar que tantas veces visitaron de niños. El lugar que dio cobijo a su primer amor de adolescencia, en el que soñaron con unir sus vidas. Luego la vida los llevó por otros derroteros, a Daniel a una muerte prematura, a ella a sustituir su amor por otros que no la hicieron olvidarlo. Un empujón la saca de su ensimismamiento. Un hombre alto, atractivo y muy borracho ha chocado contra ella. La bebida que lleva en la mano cae sobre su ropa al tiempo que una sonrisa boba, pintada de efluvios alcohólicos, adorna su cara. Una torpe disculpa le revela una voz encantadora. Andrés se levanta de la mesa a duras penas. Con él un par de vasos y un montón de colillas caen al suelo. La mujer sentada unas mesas más allá, esa que no para de manosear un montón de papeles, lo mira y él le sonríe. Le sonríe y se ríe de sí mismo. No sabe cómo puede ir esbozando sonrisas, a diestro y siniestro, cuando se siente tan rematadamente jodido. Hace meses que no le publican nada. Camina con un cigarro encendido en la boca, un vaso repleto de whisky en la otra. Siente fija en su espalda una mirada. Se gira y ve a una mujer morena, vestida de negro, con el cabello recogido en una cola que cae sobre su pecho, sentada en un lugar casi en penumbra. Le parece muy bella, da unos pasos sin mirar, algo se interpone en su camino, el contenido del vaso cae sobre su camisa, se gira y sólo es capaz de musitar una torpe disculpa. Frente a él, Claudia no puede evitar una pequeña exclamación de sorpresa. Alba no ha perdido detalle de aquel hombre desde que se ha levantado de la mesa. Abre su bolso y saca un pequeño libro, lo gira y allí, perdida entre un montón de letras está su cara. Duda por un instante si levantarse a pedirle un autógrafo, duda el tiempo suficiente para ver cómo el hombre se gira y se queda mirando a la mujer que ocupa una diminuta mesa cerca de la barra. Ella es la forastera que pasó sus veranos de infancia en la Casa Señorial y que adquirió el Invernadero cuando estaba a punto de ser derruido. Es entonces cuando su memoria regresa a su niñez, cuando recuerda a aquella niña con coletas y su mente por primera vez en mucho tiempo se pone a trabajar en una historia con principio y fin. Mario no puede evitar mirar al hombre que, absorta la mirada en la dueña del local, camina de espaldas hacia la mujer de cabello rojo y rizado que contempla embobada el recinto, junto a la fuente. En el sobresalto de su choque, la propietaria del Invernadero queda al alcance de su vista. Es una mujer bella, mucho, también callada. No han intercambiado demasiadas palabras, las justas para su contratación. Ella casi nunca está en el local, pasa las horas en el despacho que hay al fondo, junto a la barra. La mira y siente un irreprimible deseo de ir hacia ella. Deseo que acalla por hoy tocando una nueva melodía e imaginando cómo será su primer encuentro. Julia fija su atención, primero en el hombre que tambaleante se dirige hacia la fuente, después en el pianista. Lo contrató hace meses porque le pareció un crimen dejar aquel fabuloso Steinway callado eternamente. Ella a duras penas sí sabía tocarlo. Algunos retazos de melodías aprendidas en su infancia. En cambio él ejecutaba las piezas con tal pasión y maestría que muchas noches, encerrada en su despacho, tenía que dejar lo que estaba haciendo porque no conseguía centrarse en otra cosa que no fuera la música. Tal vez, sólo tal vez, podría pedirle que... Y con esa idea, dándole vueltas en la cabeza, se dirige hacia él. ** Raquel Blasco Sánchez blasco.raquel@gmail.com Escritora española (Valencia, 1968). Tiene cuentos y minificciones publicados en varias páginas web. En la actualidad colabora como tallerista en el portal mexicano de literatura Ficticia (http://www.ficticia.com). === Poemas Alejandra Barbery ========================================= 1 Siete palabras. ¿Qué dirán? Una lágrima. Perdida. Sin alas, Casi desierta. Entre dos lunas. Una boca Callada, Sin ganas. Postergada. Una habitación. Sin alma En silencio. Existe una imagen; En el espejo: La mía. 2 Saluda. Una sombra. Se presenta. Extiende la mano. Alucinación malcriada. 3 Hay una herida. ¡Auxilio! ¿Dónde está? Corazón. Desesperado. Corazón. Llora. Llora. La madrugada. La muerte de alguien. Una imagen Sin tiempo. Roja. Sangre. Envuelta en desvelos. Loca, amarra obscuridad. 4 Por cada palabra, que encierra un verso. Tres demonios desaparecen. 5 Un ave Cruza el cielo. Sobre sus alas, Se pierde tu sombra. 6 En el cielo, Un ángel Arde. Invisible. El delirio. La obsesión De la luna Una línea. Rasgar paredes. Desvestirse, Sin ojos. Para recordar a los muertos. En silencio. Próxima. Sin crimen. Sin debate. Un espíritu, Desfallece. 7 Un hombre Lagarto. Se come las uñas. Un niño. Tatuado de avestruz. Abre los brazos, Huye de las horas. Pedro, Hijo de Mateo, Cansado de correr... Se entregó al fuego. 8 Hay una voz, Es el olvido. La búsqueda de un tiempo. Sin tiempo. La carne una máquina; fabrica recuerdos. Desolación. Acariciar el sueño. Mundo de laberintos. Sin salidas. NO EXIT. A nadie, A ningún lugar ** Alejandra Barbery brujadelaire2002@yahoo.es Poeta boliviana (Santa Cruz, 1973). Estudió derecho y ejerció el periodismo para el suplemento Espectáculos del diario El Nuevo Día y Policiales (Seguridad) para La Razón. Fue columnista de Sección 100, suplemento de análisis y de opinión del diario El Deber, y miembro del consejo editor de la Revista Jurídica del Colegio de Abogados de Santa Cruz (2000-2002). Como activista cultural ha participado en diversos grupos, como Caraspas y Grupo Arte, entre otros. Poemas suyos han sido expuestos en muestras poéticas como Expoética (1996) y otras. Integra la antología Poesía joven, editada por la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA, http://www.upsa.edu.bo) y la Casa Municipal de Cultura Raúl Otero Reiche (Santa Cruz, 1998). Recibió el primer premio en el Concurso de Lírica UPSA (1994) y publicó el poemario Tres al hilo (Editorial La Hoguera, Santa Cruz, 2003). === Dos relatos Marianela Cabrera Pineda ============================= *** El Instituto Lo primero que se le vino a la mente cuando la vio pasar, fue la ropa. Andaba mal vestida, definitivamente fuera de contexto. Y como era la gente en ese instituto universitario privado, peor. Le iba a ir muy mal cuando le cayeran encima los comentarios y la diseccionasen como un cadáver de la moda. Tuvo una sensación de lástima, no por ella en sí, sino por lo que la esperaba. Ese día, hubo varias confrontaciones verbales entre los alumnos y los profesores. Si no habían estudiado, lo más probable era que se dieran cuenta de ello inmediatamente. No dio tiempo de enmarcar conceptos entre palabras rebuscadas, sabían o no el concepto y punto, nada de irse por las ramas o ponerse a hablar paja. Podemos decir que ese día le fue bien. Respondió acertadamente y recibió buenos puntajes por sus intervenciones. A cierta hora estaba agotada. El estrés académico la hacía sudar y permanecer en un estado tenso aun después de haber pasado la tormenta. Al final de la noche, se le había olvidado lo de la muchacha que atravesó el pasillo frente a su aula al principio de la jornada. La volvió a ver, cruzó el patio interior con paso corto y rápido. La detalló mejor. Era alta y delgada, la tez ceniza, sin brillo. Hubo un momento en el cual sus ojos se vieron. La muchacha la miró con una mirada derrotada y de profunda melancolía. Supo en ese instante que no podría olvidar jamás esa mirada, y sí, tuvo lástima de ella, ya no sólo por la ropa extraña y pobre que vestía, sino imaginándola venciendo los obstáculos cuesta arriba para permanecer incólume dentro del Instituto y sus intolerancias. Se dijo para sus adentros que a la noche siguiente se lo comentaría a sus amigas, no en tono de burla, sino más bien buscando la concordia para que el resto de las compañeras no la destrozaran antes de explicar por qué andaba tan andrajosa, y si acaso ignoraba en medio de quiénes se hallaba para ser juzgada. A veces le molestaban mucho sus propias actitudes. Era fría, calculadora, prepotente. La palabra humildad estaba execrada de su diccionario particular. Nunca antes le había molestado vivir de acuerdo a un lenguaje propio pleno de contenidos únicos para su goce. Usualmente, la misma sensación de ser impenetrables acompañaba el devenir de sus compañeros. La actitud lo era todo, y en eso, eran profusos. Full actitud. La tarde del jueves, mientras tomaban un café la imagen sórdida de la pena asomó en sus recuerdos, espero su turno para hablar, antes tuvo que reír de un comentario tan vacuo como infeliz, pero finalmente habló. En tono bajo, como un susurro les preguntó si sabían de la muchacha horriblemente vestida y más aun, si la vieron como ella en aquel estado de miseria de cuerpo y alma tan severos. El grupo de ella al menos, negó saber algo. Coincidieron en el hecho cierto de que podía ser una becada y por supuesto no era un tema para ser mencionado durante la hora del café. Sin embargo, asomó la posibilidad de lograr algo de comprensión, si, en alguna ocasión, se encontraban frente a frente con el esperpento casi trágico de esa persona. Pasaron los días, tanto así, que concluyó cosas terribles sobre sus profesores. El departamento de coordinación de investigación era un asco. Valía más un anteproyecto copiado de la biblioteca, que tener una asombrosa o buena idea dentro del área. Fue un semestre lleno de descubrimientos. Si eres inteligente, debes terminar de pagar por la licenciatura a ver si te dejan ser un poco original con los pensamientos. Incluso, del capítulo I, está eliminado el renglón de las limitaciones. El término del lapso, aunque fatídico, no alcanzó a ser tan patético como su tercer encuentro con la muchacha. Sentada en la terraza del Instituto, cerca de las 9 de la noche, fumando un cigarrillo que sabía a brasa pero no a tabaco, la vio de pie frente a la baranda. Su mala pata era recurrente. En cierto modo la incomodaba la consecución de su título en medio de tantas artimañas y mediocridad. Desilusionada con el resultado final del anteproyecto, fumaba con vehemencia, harta, movida en sus cimientos más arraigados. De pronto, la mujer abrió los brazos en cruz. El viento de este trópico infernal, le sacudían el vestido leve como un fuelle roto. Las costillas de su frágil estructura ósea se delineaban sin gracia, apartó la mirada. Una sensación de indiferencia ante la escena que parecía performance, algo del artificio teatral para terminar un acto sin mucho aspaviento y poca creatividad, la dejaron presa del desinterés. Regresaron sus prejuicios sobre la miseria del espíritu con cuerpo, un cuerpo roto, indeseable, maltratado y viejo. Agotado por el dolor, parado erecto, en cruz, desafiante y ahora que lo observaba bien, resultó fantasmagórico, imprudente. Lo que siguió después, ni siquiera le dio tiempo de creerlo real. La muchacha se balanceó y a la siguiente venida, caía por encima de la baranda de la terraza oscura. Sus gritos histéricos tardaron un rato en salir de su garganta, autista, también se balanceaba en el banco frente a la baranda despejada hacia la noche infinita. Los pocos estudiantes que quedaban en los pasillos cercanos acudieron hasta ella. Con frases inconexas señalaba el vacío y esperaba que pudieran ver sobre los mosaicos de la planta baja el cuerpo sin vida de la muchacha sin nombre. Al final fue bueno que hubiese tan pocas personas la noche de su ataque. Los fieles amigos de la tertulia del turno poco a poco le sacaron el culo. Se hablaba de ello, pero no demasiado. Un ataque de histeria, gritos después de un cigarrillo (¿fue un cacho?) en la terraza, no eran usuales, pero tampoco hubo mayores comentarios. En el Instituto no hubo un suicidio. Jamás. Ni el día del cigarrillo ni antes. Petra Peña, la enfermera de la casa del frente, un día medio ebria con los muchachos del Instituto, al calor de las anécdotas sobre la vetusta ciudad de Cagua, recordó entre soleras verdes, el día, allá por el año 78, en el cual llevaron al hospital el cuerpo sin vida de la única hija de la antigua dueña de los terrenos del Cuam. Una anciana medio perra, quien como a una esclava trató a la infausta criatura fruto de sus veleidades sin fin. Y... en el fondo... un fantasma, es un fantasma. Un triste recordatorio de peores momentos que éste, y la simple consecuencia de repetirse por toda la eternidad. *** Café Humboldt A Marcelis, quien estimula mi imaginación y desanda en mi memoria... Subió al Hotel Humboldt en el último teleférico. Era viernes y aún faltaban muchos meses para abrirlo al público. El hotel había tenido su época de esplendor, hoy era una húmeda edificación redonda amoblada al puro estilo art decó, con sus alfombras y chimeneas impregnadas de olores remotos. Nosotros los trabajadores teníamos varios turnos, a veces me tocaba subir los viernes y bajar los lunes. Mi trabajo era específico, yo me encargaba de las obras de reconstrucción en la pista de patinaje. Los otros compañeros se repartían entre el restaurant, la fuente de sodas y el lobby. Parece mentira que en los pisos, cada habitación se conservaba intacta, como si hubieran dormido por dos décadas un sueño reparador, envueltas en una atmósfera detenida y benévola. El hombre vestía una raída braga con un sello de “Suinter” en el bolsillo superior, pasó directo a la fuente de soda a instalar la “Gaggia”, una hermosa máquina de café espresso. Nosotros nos alegramos. Un buen café a la hora del descanso sería grandioso. El hombre seguía un monólogo que no respondía específicamente a ninguna pregunta que se le hiciese, pero en medio de su discurso venían las respuestas y uno quedaba como satisfecho. El sábado se llevó todo el día frente a la máquina. Ese mismo día en la tarde tomamos café reunidos en varias mesas donde hablábamos y discutíamos. El hombre estaba alejado, pero se le veía radiante por su misión cumplida. Al amanecer del domingo desayunamos igual frente a la Gaggia felices y orgullosos de nuestros humeantes cafés al estilo y parecer de sus degustadores. Buscamos al hombre, quien tenía una plaquita de metal debajo del sello de “Suinter” que decía: “Lanz”. No estaba en las habitaciones del primer piso, ni en los baños, tampoco en la pista de patinaje o en los espacios circunscritos de nuestra obra, ya que el resto de las áreas permanecía bajo gigantescos candados herrumbrosos. Tres de nosotros salieron a buscarlo, el resto nos dividimos adentro. Cuando terminé de revisar entre el lobby y sus alrededores, me dirigí hacia la terminal de las cabinas del teleférico sin éxito alguno debido a que el último coche que sube, baja y la terminal queda vacía. Habíamos perdido medio día de trabajo del domingo. Infante sugirió que tal vez bajó por la montaña antes del amanecer, cesamos la búsqueda y luego trabajamos durante horas, sin pensar más en el asunto. A las ocho de la mañana del lunes, el maestro de obra de los constructores subió en la primera cabina del teleférico, más atrás como a las ocho y treinta llegó “lengüita”, y yo le relaté lo del hombre de “Suinter”, el de la máquina de café. Se quedó embelesado. Me preguntó dos veces cómo se llamaba el tipo, le dije que mejor nos íbamos a beber café y me miró desconfiado. Al llegar a la fuente de sodas, varios allí, con las tazas vacías, discutían lo de la máquina Gaggia. Estaba desconectada, ningún cableado interno, nada externo que la agarrara al mundo, ninguna manguerita estaba en su rosca, en general la máquina seguía impecablemente envuelta en plástico y confusión con todos sus accesorios sueltos. Lengüita se pasó la mano por la cabeza, hizo gestos acalorados y se dispuso a contarnos algo. Su apodo era contrario a lo que sugería, aquel hombre rara vez abría su boca para conversar. Comenzó diciendo que en el segundo lustro de la inauguración del hotel, un vigilante que se jubiló más o menos para la época en la que él entró, le refirió que en 1966 el dueño de la fuente de sodas trajo una máquina de café directo de Italia. Para su instalación llamaron a un experto en máquinas de café Gaggia, y enviaron al mejor que tenía la empresa en ese momento: un tipo de apellido Lanz. El día que llegó, no trabajó en ello, pero al siguiente día terminó la instalación cerca de las siete de la tarde. Sin embargo, cuando bajó la cuchilla, se quedó pegado con más de seiscientos voltios de corriente. El olor a cable quemado duró en el ambiente por muchos días. Todos nos quedamos pensativos, las tazas oscilaban entre los dedos vacías y pasmadas. Recordé la tertulia del sábado en la noche, el café aromático, cremoso, negro y epicúreo. Cada uno jugó con la Gaggia a su modo, yo fingí ser un expendedor experto y saqué variedades como cappuccino y negro largo, sentí el placer del sonido del vapor cremando la leche. “Sono quattro gli elementi che contribuiscono alla realizzazione di un perfetto caffè Espresso: miscela, macinatura, macchina, manualità”. ¡Un corto! ¡Un largo! ¡Un mediano, un marrón corto! ¡Negro largo! ¡Mediano y leche! En fin, ¿cómo íbamos a contarnos a nosotros mismos que “eso” había sido la reunión y el café fantasmal más delicioso de nuestras vidas? ** Marianela Cabrera Pineda zcabrerap69@hotmail.com Escritora venezolana (Barquisimeto, 1965). Reside en Cagua (Aragua). Trabaja en un laboratorio de biomedicina de la Universidad de Carabobo (UC, http://www.uc.edu.ve) como asistente para un proyecto del CDCH UC, sobre células apoptóticas. Estudió letras en la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve) y ha colaborado en diversos periódicos y revistas literarias. En 2006 recibió una mención honorífica en la Bienal de Literatura Augusto Padrón con el poemario Necrolírica para Eros despiertos. === Estampas de nostalgia Clinia M. Saffi ============================ *** Estampa 1: Eco glacial Lo que quiero es trabajar y que me paguen... fue la última frase que escuché de tus labios. Y mi pregunta que no escuchaste fue ¿y qué del cielo luminoso? Allá a lo lejos, se oye un canto lastimero que hiere las vísceras, que desmaya el ánimo, que remoza dolores atávicos, y hay una joven que se retuerce con la danza del vientre, y su sombra se proyecta hacia el desierto, con el baile íntimo a su amado, que no la puede ver porque le robaron los ojos. Entretanto, al jovencito, que ha vivido menos que mi hijo, le tiemblan los labios porque hoy es el primer día en que cegó una vida. Y se halla perplejo, desencajado, aislado de su misión de salvar al mundo. Lo que quiero es trabajar y que me paguen... y tu frase se multiplicó en mi mente al tiempo que los retratos se humanizaron, desfilaron uno por uno, sin prisa, sin entusiasmo, obtusos, exasperados, torpes de frío. Abraham, Jesucristo, Mahoma y Budha, iniciaron la procesión cabizbajos, solitarios, espaciados. Hay tantos que se acuestan con tripas retorcidas, labios agrietados, ojos brillantes, esperanzas perdidas, desnudos de fe, pies descalzos. Tienen ojos rasgados, torsos oscuros, mechones dorados, cuerpos cobrizos. Hay un futuro incierto. ¿muertos en vida? Lo que quiero es trabajar y que me paguen... ¿Y qué voy a hacer yo del amanecer perfumado? Los jinetes apocalípticos se acercan impetuosos, con elegancia aterradora. ¿Y qué voy a hacer yo con las gaviotas que forman figuras geométricas en sus vuelos serenos, profundos, imperturbables, ancestrales? Mientras tanto, los ángeles esperarán la orden de soltar los vientos. Las olas del mar besan la playa. El sol brilla impetuoso. La arena se tiñe de dorado encanto. Mis emociones se mezclan, cambian de matices, se yuxtaponen. Así, miro a lo lejos, respiro profundo, estoy feliz y triste, satisfecha y vacía, ambiciono y renuncio a tu presencia. ¿Qué voy a hacer con las notas musicales que fluyen plácidas, que recorren el aire que me rodea, que invaden el espacio de armonía, que me penetran y traen a flor de piel tu rostro amado? Lo que quiero es trabajar y que me paguen... Tu voz, poco a poco, se convirtió en eco glacial, y una fiebre álgida se apoderó de mis huesos. Lo que quiero es trabajar y que me paguen... me dijiste, y tu mirada hueca se resbaló en mi pecho. *** Estampa 2: Desatino Bajo la luna de luz cristalina, bajo el encanto íntimo, soñoliento, que brinda la falsa paz, pierde la barca su norte. El paisaje cambia bruscamente, olas negras, gigantescas, amenazadoras, aviesas, despiadadamente se le avecinan, y abren sus fauces como leones hambrientos y la despojan de ese poco de fe de al menos estar a la deriva. Y menguada queda toda esperanza de salvación. Se la ve tan pequeña, y se la ve tan indefensa, tan desolada, tan cerca de la ruina, muda. No hay ya luna ni nueva ni de plata, noche terriblemente negra, agotadoramente negra, hermética y misteriosamente negra. Un silencioso desquiciamiento increíblemente sincroniza los sentimientos limítrofes, y suave gradual casi imperceptiblemente se trastrueca el paisaje, por uno venialmente preferible, y una aurífera y mansa emisión fosforescente muestra cada estrella en su lugar, una por una, cada estrella en su lugar. Poderoso, enternecedor y horripilante paisaje. La barca sigue su rumbo sin rumbo. *** Estampa 3: A mi padre Hace varias noches que el sueño me huye, y deja a su paso un tropel de nostalgias donde tu estampa protectora se erige firme, persistente en el enjambre de mis recuerdos. Te siento bullir, en el palpitar de mi sangre, y te encuentro en el reflejo que me devuelve el espejo. Te veo en la forma de mis ojos, en la picardía que de tanto en tanto se incendia en mi sonrisa al recordar mis travesuras de infancia. Caminas en mis pasos porque tenemos el mismo andar lento, con la cabeza gacha, los hombros caídos como apabullados por la dureza del tiempo. Compartimos la misma solidez de ánimo para enfrentar los infortunios, para impugnar las desventuras. Te encuentro en mis ansias de justicia, en la austeridad para desafiar lo irremediable, y entonces, papá, te recobro intacto, y de mi sangre se aleja ese terror que tengo de perderte, de ya no verte, de ya no sentarme en tu regazo, y escuchar de tu voz enronquecida por los años mi canción de cuna, que con tono cansado y profundo recorre el espacio y el tiempo desafiando estos cielos extraños que me abrigan, para llegar hasta mí, para arrullarme, para llenarme, para disipar mis miedos, para hacerme fuerte, para hacerme eterna. Me jacto de ser tu descendencia, porque así me inspiran tu aguda inteligencia encubierta por esa humildad inigualable, tu andar taciturno, grave, tu impertérrito amor por la verdad, tu afición a la paz, tu prudencia incomparable, tu honestidad intachable, tu nobleza imperturbable: el cariño simple que se desprende de tu frente amplia, y son para mí, papá, fuente inagotable de entereza. Me hacen sentir que mientras te tengo, guardo un tesoro y presumo altiva de este decidido orgullo de que seas mi padre. *** Estampa 4: Señor del bosque Al indio guaraní Ese vivir tuyo entre paréntesis, se desentiende de tu pasado no lejano. Sólo los bosques desde antaño y por siempre son tus cómplices, tus protectores comprometidos, y aunque le ha cedido esos sonidos de rara belleza a la modulación de tu lengua eireté e imprimieron en tu tiempo la solemnidad que te compone ya no están a tu alcance. Ahora que te ves relegado a espacios desconocidos, tu semblante está deshecho, las murallas de tu arrojo desmoronadas. En realidad, te secaste como restos humanos en las tumbas. Ahora que el tiempo corre más rápido, ya no tienes ocasión de reivindicarte, caminas como si fueras transparente, no estás porque no quieren verte. Nadie quiere escuchar el grito del cosmos que se ahoga lento en tu sangre. Ese llanto que más que intenso es infinito, inagotable recurso de sabiduría. Eres simplemente materia de olvido. Y este olvido más que largo se torna insondable, eterno, por cierto. Es mejor no nacer si se va a tener miedo, te dices, en ocasiones, para darle razón a tu existencia. Y en medio del llanto y la palabra Señor de la noche, Señor del bosque, de las profundidades del olvido, sombrío, soberano, apareces a veces en el interior de algún verso hueco. Te atenazan a resquicios de pálidas compasiones, de lástimas inútiles. Y así, Los huecos de tu alma, poco a poco se van llenando de violencias ajenas, porque lo que no es justo, no es justo. ** Clinia M. Saffi cmsaffi@mail.presby.edu Escritora paraguaya. Obtuvo su licenciatura en letras en California State University, San Bernardino (http://www.csusb.edu), y su doctorado en literatura e historia colonial hispanoamericana en University of Miami (Coral Gables, Florida, EUA; http://www.miami.edu). Ha publicado artículos de crítica literaria, ensayos, reseñas y el poemario De soledades y otras cosas. Ha presentado ponencias sobre narrativa, poesía y estudios culturales en numerosos congresos y simposios en Estados Unidos, España, Canadá, Paraguay, Puerto Rico, Cuba y Argentina. Ha sido profesora de idiomas y literatura en University of Miami y desde agosto del 2006 se desempeña como catedrática e investigadora en Presbyterian College (http://www.presby.edu), Clinton, Carolina del Sur. === El Topo y la Estrella Marta Juárez =============================== Fue para él de noche para ella de día cuando el Topo se encontró con la Estrella o viceversa. La noche era su espacio común. (Las estrellas viven sólo por la noche y el topo vive solo en la noche de su cueva). Antes nunca se habían cruzado o encontrado en ninguna circunstancia, a pesar de compartir el mismo espacio planetario. El Topo amaba las estrellas, por eso en las noches salía para poder admirarlas y amarlas libremente, lejos de la oscuridad y los cerrojos de su cueva, que aunque era bonita no le alcanzaba para llenar todo el territorio que anhelaba. Sí, su cueva era bonita. Él la pensó, la planificó y la construyó, cuando creyó que el tiempo había llegado. Y la hizo a su manera, la pintó con sus colores favoritos, le puso cerrojos y cortinas, y encendió una llama eterna en el hogar para que el calor no le faltara nunca. En ella se sentía feliz, seguro. Y así transcurría y vivía feliz su tiempo, centrado únicamente en lo que iba construyendo para su cueva cada día. Una noche —ya le picaba el aburrimiento— se asomó a la ventana del mundo para observar qué estaba pasando en él, y tropezó. Cayó y sin querer quedó mirando al cielo. ¡Hacía tanto que no lo hacía!... Se había acostumbrado a cumplir con su tarea y regresar presuroso al calor de su cueva. En ese trajín olvidó las cosas que antes tanto le gustaban, contemplar el infinito, hincharse los pulmones con el aire puro de la noche, beberse sorbo a sorbo los rayos de la luna, platicar con las estrellas, correr por el monte sin sentido sólo por el placer de sentir las caricias de la brisa, escuchar el canto de los pájaros, emborracharse con la fragancia de las hierbas del campo, gustar de los colores infinitos de las flores, hasta el sabor de un beso su boca iba olvidando... Cayó y se encontró de golpe con el cielo inmensamente estrellado y quedó encandilado. Miró el espacio infinitamente bello, resplandeciente bajo la luz azul de la luna llena... Extasiado, no podía despegar sus ojos de aquel espectáculo enmarcado por las notas infinitas que surgían desde todos los rincones de la tierra saturando el espacio con sus melodías nocturnas. El Topo no podía quitar sus ojos del cielo nocturno abarrotado de fulgores, y mirando… Mirando el cielo sus ojos se posaron en una estrella que lejos muy lejos titilaba su luz. Era tal vez la que menos encendida estaba. Tal vez la vio triste. Tal vez tanto como él lo estaba en ese momento, y le habló con toda su dulzura, con todo su desconsuelo, y el desencanto que le produjo mirar su cueva desde esa perspectiva. Y así se hicieron amigos. Hablaron toda la noche y después la otra, y así fueron repitiendo la historia. Él se escapaba algunas noches de su cueva sólo para verla. Ella era su consuelo, era ese cielo que él desde su pozo oscuro no podía alcanzar ni ver ni tener. El Topo hasta entonces había sido un cazador furtivo de estrellas y de eso ella se dio cuenta enseguida. Aquella noche que lo encontró, intuyó su pelaje hermoso oscuro de la oscuridad. Calculó su suavidad y presintió debajo de su piel el bullir tumultuoso de su sangre caliente, porque sintió que ya la quemaba. Y tembló. (Las estrellas siempre sienten frío, porque están tan alto, tan distante y solas y allá arriba es helado. Por eso les atrae el fuego y su sola sensación es algo que las conmociona). Lo miró de nuevo. —¡Es un buen espécimen de mamífero, un lindo y fuerte animal! —se dijo para sus adentros, imaginó sus garras enérgicas, sus uñas duras fortificadas en el duro trabajo de abrir galerías subterráneas y sintió deseos de que esas garras la aprisionen y se descubrió pensando:— ¡Sin dudas sería una muy linda experiencia! ¡Un Topo atrapando entre sus garras a una estrella! —pensó riendo. Y se encontró a la distancia con sus ojos, y eso fue fatal. Eran tan grandes como su cielo, aunque traía en ellos el frío y la oscuridad de su cueva. Pensó entonces:— ¡Una Estrella es lo que el Topo necesita para que la luz vuelva a brillar en sus ojos, acostumbrados a la oscuridad! El Topo se dio cuenta cómo lo miraba la estrella; entonces le dijo: —¡No me ames, por favor, vas a llorar!... y las estrellas están donde están para ser felices y hacer felices a los demás, entonces jamás deben llorar! Pero la Estrella desde su postura ya había considerado todos los aspectos por los que ese Topo podía ser bien amado y no lo escuchó. Y así lo hizo. Hasta que una noche al abrir sus ojos en la tierra se dio cuenta de que seguía sola, de que nunca tenía a su Topo al lado. Apenas unos instantes, para permitirle acariciar su piel hecha palabras, un quimérico apretón de sus garras fuertes y un sacudón del corazón que hacía tambalear la tierra. Entonces la Estrella lloró y lo llamó. El Topo hundió la cabeza en su cueva de la oscuridad y no respondió a su llamado. Luego una noche —era inevitable— se encontraron y hablaron: —¡Te había prevenido —dijo el Topo— que no me amaras y no me escuchaste! Sabías que no puedes venir conmigo a mi cueva y que tampoco puedo habitar tu reino. ¡Yo pertenezco a la tierra, tú perteneces al cielo! —¡Pero... —insistió la Estrella— si abres una rendija en tu cueva podré mirarte todas las noches, y tú podrás mirarme cuando quieras, sólo bastará con que levantes tus ojos al cielo y allí estaré presente, podremos estar juntos para siempre! El Topo se conmovió, pero como buen Topo subterráneo era su costumbre guardar todo bajo tierra, entonces hizo como que no escuchó y respondió: —¡En mi cueva no puedo improvisar! ¡Mis mayores me enseñaron a construir cuevas fuertes, sólidas, sin rendijas, porque además si las hago se viene la tierra encima y se deshace todo! ¿Entiendes? La estrella no entendió. El Topo por ser de tierra era realista y volvió a hundir su cabeza para siempre bajo tierra. ** Marta Juárez martaolga@arnet.com.ar Antropóloga y escritora argentina nacida en Tucumán. Ha publicado material poético en el libro Trópico femenino, en el suplemento cultural del diario El Tribuno y en el periódico literario Horizontes de Cultura, así como en otras publicaciones. Tiene una especial inclinación al estudio de las leyendas y creencias populares, y tiene en preparación la novela Kwichaj, igual somos mujeres, sobre una aborigen wichí-mataca. Mantiene en Internet el sitio cultural Norte del Bermejo (http://www.nortedelbermejo.com.ar). === Monólogo entre dos Rafael Batista Cáceres ======================== 1 En la balanza Se pesan Dos almas Una trémula, seca; La otra veraz esbelta Descubriéndose Ambas Siamesas; se dan la mano a Tientas, dándose bofetadas A medias 2 Nos esmeramos Y ciertamente Nos vemos por Dentro. ¡Ay! De nuestros Débiles intentos ¿Por qué ver Cualidades Enterradas, Cuando Las mostramos A corazón abierto? 3 Por qué ver La tierra yerma, El árbol seco, La hoja desprendida Si a nuestro pie Se perfila La cosecha, El bosque y La primavera? 4 Cuando el adolescente Sueña, ve que Dos siluetas Se le muestran, Una, un cuerpo nuevo Sin usar, Y una tez madura Por mostrar. 5 Una cara taciturna Muestra el Joven, Una expresión de expectativa, ¡Cuánto por andar! ¡Cuánto por amar! ¡Cuánto por luchar! Tiene caminos avisados, Mas él mismo Se venda. 6 ¿Qué gesto ambiguo Debe nacer para darnos Cuenta, que Lo incierto nos Dona el contrapeso? ¿Qué sería del río Sin rocas que Erosionar? 7 De poros nacen Esencias, vapores unidos Que invocan La danza primigenia. Nosotros, las Bebemos y Entendemos que Somos detritus Bautizado con Aguas naturales. 8 Somos tierra yerma, Un sacramento A la vida. Nos pasamos la Vida creyendo Escuchar, Cuando ni rastrojos Somos. 9 Cuando la hora Llega, Cuando se sacia El alma, Entendemos Sólo allí Que la sed Es continuación Y génesis de Nuestra propia Savia 10 Cuando el tiempo Reclama, y sólo Alegamos hechos Entendemos que Ser humano cogita En silencio, Bebiendo arena 11 Lloramos los Miedos, Lavándonos las Manos, ¿Es que acaso La dialéctica y La espiral Nos deben vencer siempre? 12 Parecemos samaritanos Pero cuando Vemos El mendigo, Ni túnica, ni aceite, Ni nada. Y vemos que ni pródigos, Ni cuatos. Se nos olvida la lección. 13 Cuando la simiente Crece, la reinjertamos Y la deseamos Perfecta, ¡Cuánta perfección Cabe acaso en Una piedra! ** Rafael Batista Cáceres lexraf@hotmail.com Escritor panameño (Panamá, 1974). Licenciado en derecho y ciencias políticas por la Universidad de Panamá (1999). Ha participado en diversos cursos relacionados con su carrera y otros intereses. === Mensaje a una amiga Marcial Fonseca ============================== Para: latiam...@hotmail.com De: Marcial@fonseca.com Asunto: Nuestra conversación de anoche M., ya estoy en la habitación del hotel; y aún sin desempacar te envío este correo. Durante el largo viaje he estado pensando en nuestra conversación de anoche en el restaurante, o mejor sería decir en mi monólogo porque aunque tú trajiste el tema, como mujer moderna que eres tal como me dijiste, fui yo quien abrió su corazón. Mis deseos sexuales —acostarse con una mujer famosa o hacer el amor con una africana— no los he satisfecho y posiblemente se queden así, entran en la categoría de probables; aunque en verdad las fantasías pueden clasificarse de muchas maneras. Aquellas como tener sexo en el cine, en el mar, en un avión o con varios participantes son excentricidades difíciles de realizar y nos revelan personas tímidas, quizás acomplejadas; están las normales, siempre posibles, con la cuales se busca satisfacer nuestro ego, y en las que raras veces se piensa en la pareja. Ahora, amiga, hay una que ha estado merodeando en mi mente desde que abandonamos el restaurante y cada quien cogió por su lado, y estoy seguro de que con ella te mostraré el amor que no me he atrevido a declarar y tú, cuán moderna eres. De paso, será una manera de adorar tu majestad. Te la describo. Amada mía —permíteme llamarte de esta manera—, luego de una sesión de cunnilingus, tu posición preferida como me confesaste, y cuando tu cuerpo ya saciado pida descanso y un ligero sopor te haya empezado a invadir, te acomodarás boca arriba; yo, con un pañito mojado en agua tibia, humedeceré primero tu colina maravillosa, continuaré por los flancos hasta el final de tu naturaleza y después embadurnaré tu ser con espuma de rasurar. Y mientras la hojilla de la afeitadora, sumergida en agua, adquiera una temperatura templada, yo masajearé tus partes con cuidado para no despertar tus instintos. Mi amor, con gran esmero empezaré mi fantasía por tu frente divina; los movimientos serán tan pausados que no perturbarán tu reposo; para continuar, abriré ligeramente tus piernas para trabajar los lados de tu templo; terminada esta parte, mojaré un dedo con tu flujo para acariciar tu capullo, pasados tus temblores y otra vez inmersa en una paz angelical, vendrá la parte más delicada y con la cual reverenciaré tu alma de mujer: despoblar las cercanías de tu sonrisa vertical. Mi C. (supongo que adivinarás que significa esta inicial), con dos dedos en los labios internos y olisqueando, levantaré con delicadeza los labios externos y con la otra mano empezaré el lento despojo de tus lirios; los dedos caminarán despacio hasta llegar al vértice inferior; a esta altura, miraré si tus gestos faciales me indican que quieres explosiones en tu vientre, si no, haré cambio de manos y con igual ternura remontaré el otro lado hasta llegar al inicio de tu frente. Antes de terminar, con el dorso de mi mano y dedos buscaré vellos rebeldes para finalizar mi fantasía, luego me guareceré entre tus muslos y reclinaré mi cabeza en ese campo sin flores. Espero tu respuesta... ** Marcial Fonseca marcial@fonseca.com Escritor venezolano (Barquisimeto, 1948). Es ingeniero electricista de profesión. Ha publicado el conjunto de relatos La nube en el cielo (Comala, http://www.comala.com, Caracas, 2000), la noveleta Los mandamientos de Moisés (Funsagu, Maracay, 2002) y la novela Habitación 26 (Aladecuervo, http://www.aladecuervo.net, Caracas, 2006), así como artículos en los diarios El Nacional (http://www.el-nacional.com), Tal Cual (http://www.talcualdigital.com) y El Mundo (http://www.elmundo.com.ve). ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “Pienso que algunos escritores se sienten obligados a escribir en frases rebuscadas como compensación por una carencia de alguna clase de emoción animal natural”. Raymond Chandler, carta a James Sandoe (1949). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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