~~~~~~~~~~~~~~~ Año XII Cagua, Venezuela Nº 186 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 5 de mayo de 2008 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ ISSN: 1856-7983 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | “Ahí está la poesía: de pie contra la muerte”, discurso | Material del escritor argentino Juan Gelman al recibir el Premio | especial de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes. | / El arte no es políticamente correcto ni político: Hay | Festival de la Palabra en Armenia. / Aragüeños en el V | Festival Mundial de Poesía: Reina Martínez de | Arrivillaga. / Aragüeños en el V Festival Mundial de | Poesía: Guillermo Cadrazco. | | García Avilés en micro. / Cósele el rabo al lagarto. / | Breves Aguas muertas. / Raffo superviviente. / Susurro en | YoEscribo. / Héroes expuestos. / Estamos con el autismo. | / Querer y poder. / Bravo por la novela. / Perú y las | bestias. / Aldemaro póstumo. / Humoramando. / Malos | Ayres. / Ensayo a lo Rojas. / Bisonte de papel. / | Proyectos exitosos. / Altares de mayo. / Chiquita | regresa a Nueva York. / El triatlón de Terca. / Llamado | a expositores. | | Realizado en Arequipa encuentro sobre lectura y | Noticias literatura. / Aragua celebró el Día del Libro con | actividades especiales. / Inaugurada en Fuente Vaqueros | la Biblioteca Federico García Lorca. / Doctorado honoris | causa póstumo proponen para el poeta Roque Dalton. / | Poemas de Aquiles Nazoa son reunidos en antología de | Monte Ávila. / Gelman al recibir el Cervantes: “La | memoria es memoria si es presente”. Biblioteca del | Cervantes en Viena será dedicada al poeta argentino. / | 46 ganadores en Concurso Radial y Televisivo de La | Librería Mediática. / Literatura venezolana fue | comentada en Pekín. / Inaugurada en Santander escultura | del poeta José Hierro. / México recuerda a Amado Nervo | con un festival. / Dieciséis autores venezolanos dejaron | de ser inéditos. / Presentan en Maturín muestra | internacional de arte ecológico. / Trasladan a Lima | restos del poeta Javier Heraud. / Jorge Enrique Adoum | participa en actividades en París. / Teatro de Argentina | y Chile se une en un festival. / Amor y literatura se | encontrarán en Benidorm. / Canciones de cuna presentan | en San Cristóbal de La Laguna. / Venezuela celebrará su | quinto Festival Mundial de Poesía. / Cagua y La Victoria | sedes del Festival Mundial de Poesía en Aragua. / | Discuten en Salamanca sobre el estímulo a la lectura en | la familia. / Traducción de Medea por Unamuno abre | colección del Festival de Mérida. / Crearán en México la | Cátedra Alejo Carpentier. | | Bubok. / Mester de Narradores. / Fundación Internacional | Literatura Jorge Luis Borges. / The Transgenic Writer. / Unión | en Internet Latina. / poesía sexo marihuana. | | “¿La tonada chilena de Bolaño en Buenos Aires?”, Rolando | Artículos y Gabrielli. / “José Barroeta: los relámpagos de la otra | reportajes orilla”, Gabriel Mantilla Chaparro. / “La narrativa | actual en el Zulia. Apuntes acerca de la narrativa de | Norberto José Olivar”, Valmore Muñoz Arteaga. / “Una | lectura de Zonas de peligro, de Tomás Harris: | mitificación de lo humano a través de la experiencia | enferma”, Marcos Arcaya Pizarro. / “El enfermo de | Abisinia”, Antonio María Flórez. / “Las benévolas, de | Jonathan Littell”, Manuel García Pérez. / “Gelindo | Casasola: Argonáutica”, Rafael Rattia. / “El proyecto de | currículum educativo en Venezuela”, Leopoldo de Quevedo | y Monroy. / “Tres cervantistas”, Andrés Ugueruaga. / | “Apuntes de un profesor de bachillerato”, Carlos de la | Hoz Albor. / “Literatura en la filatelia: Mikael | Agricola”, Juan Franco Crespo. | | Héctor Torres habla sobre La huella del bisonte: “Ningún | Entrevistas momento importante de nuestras vidas tiene una segunda | oportunidad”, entrevista por Jorge Gómez Jiménez. / | Karla Suárez, escritora cubana: la vida puede ser otra | cosa, entrevista por John Jairo Junieles. / Óscar Hahn: | “Los críticos tienden a usar conceptos en términos | demasiado vagos y generales”, entrevista por Augusto | Rodríguez. | | “Ángel de instancias: ángel desertor”, Néstor José | Sala de ensayo Mendoza. / “Un insecto atrapado en ámbar. | Consideraciones en torno al tiempo que se ha ido”, David | Ramírez Plascencia. / “Aproximaciones al concepto de | conocimiento en los discursos históricos a partir de los | aportes de Teun Van Dijk”, María E. del Valle de | Villalba. | | “Semillero” (extractos), Gabriel Otero. / Tres poemas de | Letras Fred More. / Dos cuentos de Odilón Moreno Rangel. / Tres | poemas de Sara Gil Gracia. / “Líder”, Luis Emel | Topogenario. / Poemas de Sixto Sánchez. / “El gato de | tres patas”, Juan Nicolás Tineo. / Poemas de Ana del | Rosario Montrosis. / “Internado”, Marianela Cabrera | Pineda. / “La batalla de los hipocampos” (extractos), | Edith Ávila Romo. / “La espera”, Miriam Díaz. / | “Pórtico: Aimée Césaire. Reacción literaria ante ese | Todo-Mural que es la muerte”, Gustavo Adolfo Becerra. / | “Archivera”, Susana Arroyo Furphy. / Poemas de María | Paula Alzugaray. / “Un hombre feliz”, Roger Vilain. | | Alejo Carpentier. | Post Scriptum | =========================================================================== HABLEMOS..., de Octavio Santana Suárez Redactado a la manera de los clásicos de la filosofía, en el estilo característico del español Octavio Santana Suárez, Hablemos... dibuja diversas reflexiones sobre los grandes temas de siempre. “Un inmenso poema del pensamiento”. Antonio Núñez Ordóñez. Léelo en Editorial Letralia: www.letralia.com/ed_let/hablemos =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2008, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||| MATERIAL ESPECIAL ||||||||||||||||||||||| === “Ahí está la poesía: de pie contra la muerte” ========================= === Discurso del escritor argentino Juan Gelman =========================== === al recibir el Premio de Literatura ==================================== === en Lengua Castellana Miguel de Cervantes ============================== Majestades, Señor Presidente del Gobierno, Señor Ministro de Cultura, Señor Rector de la Universidad de Alcalá de Henares, autoridades estatales, autonómicas, locales y académicas, amigas, amigos, señoras y señores: Deseo, ante todo, expresar mi agradecimiento al jurado del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, a la alta investidura que lo patrocina y a las instituciones que hacen posible esta honrosísima distinción, la más preciada de la lengua, que hoy se me otorga. Mi gratitud es profunda y desborda lo meramente personal. En el año 2006 se galardonó con este premio al gran poeta español Antonio Gamoneda y en el 2007 lo recibe también un poeta, esta vez de Iberoamérica. Se premia a la poesía entonces, “que es como una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa” para don Quijote, doncella que, dice Cervantes en “Viaje del Parnaso”, “puede pintar en la mitad del día la noche, y en la noche más escura el alba bella que las perlas cría... Es de ingenio tan vivo y admirable que a veces toca en puntos que suspenden, por tener no se qué de inescrutable”. A la poesía hoy se premia, como fuera premiada ayer y aun antes en este histórico paraninfo donde voces muy altas resuenan todavía. Y es algo verdaderamente admirable en estos “Dürftiger Zeite”, estos tiempos mezquinos, estos tiempos de penuria, como los calificaba Hölderin preguntándose “Wozu Dichter”, para qué poetas. ¿Qué hubiera dicho hoy, en un mundo en el que cada tres segundos y medio un niño menor de cinco años muere de enfermedades curables, de hambre, de pobreza? Me pregunto cuántos habrán fallecido desde que comencé a decir estas palabras. Pero ahí está la poesía: de pie contra la muerte. Safo habló del bello huerto en el que “un agua fresca rumorea entre las ramas de los manzanos, todo el lugar sombreado por las rosas y del ramaje tembloroso el sueño descendía”, Mallarmé conoció la desnudez de los sueños dispersos, Santa Teresa recogía las imágenes y los fantasmas de los objetos que mueven apetitos, San Juan bebió el vino de amor que sólo una copa sirve, Cavalcanti vio a la mujer que hacía temblar de claridad el aire, Hildegarda de Bingen lloró las suaves lágrimas de la compunción, y tanta belleza cargada de más vida causa el temblor de todo el ser. ¿No será la palabra poética el sueño de otro sueño? Santa Teresa y San Juan de la Cruz tuvieron para mí un significado muy particular en el exilio al que me condenó la dictadura militar argentina. Su lectura desde otro lugar me reunió con lo que yo mismo sentía, es decir, la presencia ausente de lo amado, Dios para ellos, el país del que fui expulsado para mí. Y cuánta compañía de imposible me brindaron. Ese es un destino “que no es sino morir muchas veces”, comprobaba Teresa de Ávila. Y yo moría muchas veces y más con cada noticia de un amigo o compañero asesinado o desaparecido que agrandaba la pérdida de lo amado. La dictadura militar argentina desapareció a 30.000 personas y cabe señalar que la palabra “desaparecido” es una sola, pero encierra cuatro conceptos: el secuestro de ciudadanas y ciudadanos inermes, su tortura, su asesinato y la desaparición de sus restos en el fuego, en el mar o en suelo ignoto. El Quijote me abría entonces manantiales de consuelo. Lo leí por primera vez en mi adolescencia y con placer extremo después de cruzar, no sin esfuerzo, la barrera de las imposiciones escolares. Me acuciaba una pregunta: ¿cómo habrá sido el hombre, don Miguel? Conocía su vida de pobreza y sufrimiento, sus cárceles, su cautiverio en Argel, su Lepanto, los intentos fallidos de mejorar su suerte. Pero él, ¿quién era? Releía el autorretrato que trazó en el prólogo de las Novelas ejemplares: “Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada”, que nada me decía, salvo la mención de sus “alegres ojos”. Comprendí entonces que él era en su escritura. Me interno en ella y aún hoy creo a veces escuchar sus carcajadas cuando acostaba al Caballero de la Triste Figura en el papel. Sólo quien, desde el dolor, ha escrito con verdadero goce puede dar a sus lectores un gozo semejante. Cómico es el rostro de la tragedia cuando se mira a sí misma. Declaro que, en verdad, quise recorrer ante ustedes, con ustedes, los trabajos de Persiles y Sigismunda, o la locura quebradiza del licenciado Vidriera, o compartir la nueva admiración y la nueva maravilla del coloquio de los perros, o el combate verdaderamente ejemplar entre los poetas malos y los buenos que tiene lugar en “Viaje del Parnaso” y en el que cualquier buen poeta podía caer herido por un pésimo soneto bien arrojado. Pero tal como la lámpara alimentada a querosén que los campesinos de mi país encienden a la noche y alrededor de la cual se sientan a cenar, cuando hay, y luego a leer, cuando hay y cuando hay ganas, y a la que mosquitos y otros seres alados acuden ciegos de luz y la calor los mata, así yo, encandilado por don Alonso Quijano, no puedo sustraerme a su fulgor. Muchas plumas hondas y brillantes han explorado los rincones del gran libro. Por eso, parafraseando al autor, declaro sin ironía alguna que, con seguridad, este discurso carece de invención, es menguado de estilo, pobre de conceptos, falto de toda erudición y doctrina. Sólo hablo como lector devoto de Cervantes, pero quién puede describir los territorios del asombro. Con mucha suerte y perspicacia, es posible apenas sentarse a la sombra de lo que siempre calla. Cervantes se instala en un supuesto pasado de nobleza e hidalguía para criticar las injusticias de su época, que son las mismas de hoy: la pobreza, la opresión, la corrupción arriba y la impotencia abajo, la imposibilidad de mejorar los tiempos de penuria que Hölderlin nombró. Se burla de ese intento de cambio y se burla de esa burla porque sabe que jamás será posible terminar con la utopía, recortar la capacidad de sueño y de deseo de los seres humanos. Cervantes inventó la primera novela moderna, que contiene y es madre de todas las novedades posteriores, de Kafka a Joyce. Y cuando en pleno siglo XX Michel Foucault encuentra en Raymond Roussel las características de la novela moderna, éstas: “el espacio, el vacío, la muerte, la transgresión, la distancia, el delirio, el doble, la locura, el simulacro, la fractura del sujeto”, uno se pregunta ¿qué? ¿No existe todo eso, y más, en la escritura de Cervantes? Su modernidad no se limita a un singular universo literario. La más humana es un espejo en el que podemos aún mirarnos sin deformaciones en este siglo XXI. Dice Don Quijote: “Bien hayan aquellos benditos siglos que carecieron de la espantable furia de aquestos endemoniados instrumentos de la artillería a cuyo inventor tengo para mí que en el infierno se le está dando el premio de su diabólica invención, con la cual dio causa que un infame y cobarde brazo quite la vida a un valeroso caballero, y que sin saber cómo o por dónde, en la mitad del coraje y brío que enciende y anima a los valientes pechos, llega una desmandada bala (disparada de quien quizá huyó y se espantó del resplandor que hizo el fuego al disparar la maldita máquina) y corta y acaba en un instante los pensamientos y la vida de quien la merecía gozar luengos siglos”. Desde el lugar de presunto caballero andante quejoso de que las armas de fuego hayan sustituido a las espadas, y que una bala lejana torne inútil el combate cuerpo a cuerpo, Don Quijote destaca un hecho que ha modificado por completo la concepción de la muerte en Occidente: es la aparición de la muerte a distancia, cada vez más segura para el que mata, cada vez más terrible para el que muere. Pasaron al olvido las ceremonias públicas y organizadas que presidía el mismo agonizante en su lecho: la despedida de los familiares, los amigos, los vecinos, el dictado del testamento ante los deudos. La muerte hospitalizada llega hoy con un cortejo de silencios y mentiras. Y qué decir de los 200.000 civiles de Hiroshima que el coronel Paul Tobbets aniquiló desde la altura apretando un simple botón. Piloteaba un aparato que bautizó con el nombre de su madre, arrojó la bomba atómica y después durmió tranquilo todas las noches, dijo. Pocos conocen el nombre de las víctimas cuya vida el coronel había segado. La muerte se ha vuelto anónima y hay algo peor: hoy mismo centenares de miles de seres humanos son privados de la muerte propia. Así se da en Irak. Creo, sin embargo, como el historiador y filósofo Juan Carlos Rodríguez, que el Quijote es una gran novela de amor. Del amor imposible. En el amor se da lo que no se tiene y se recibe lo que no se da y ahí está la presencia del ser amado nunca visto, el amor a un mundo más humano nunca visto y torpemente entrevisto, el amor a una mujer que no es y a una justicia para todos que no es. Son amores diferentes pero se juntan en un haz de fuego. ¿Y acaso no quisimos hacer quijotadas en alguna ocasión, ayudar a los flacos y menesterosos? ¿Luchando contra molinos de aspas de acero, que ya no de madera? ¿Despanzurrando odres de vino en vez de enfrentar a los dueños del dolor ajeno? ¿“En este valle de lágrimas, en este mal mundo que tenemos”, dice Sancho, “donde apenas se halla cosa que esté sin mezcla de maldad, embuste y bellaquería”? He celebrado hace dos años, con ocasión de la entrega del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, mi llegada a una España que no acepta las aventuras bélicas y que rompe clausuras sociales que hieren la intimidad de las personas. Hoy celebro nuevamente a una España empeñada en rescatar su memoria histórica, único camino para construir una conciencia cívica sólida que abra las puertas al futuro. Ya no vivimos en la Grecia del siglo V antes de Cristo en que los ciudadanos eran obligados a olvidar por decreto. Esa clase de olvido es imposible. Bien lo sabemos en nuestro Cono Sur. Para San Agustín, la memoria es un santuario vasto, sin límite, en el que se llama a los recuerdos que a uno se le antojan. Pero hay recuerdos que no necesitan ser llamados y siempre están ahí y muestran su rostro sin descanso. Es el rostro de los seres amados que las dictaduras militares desaparecieron. Pesan en el interior de cada familiar, de cada amigo, de cada compañero de trabajo, alimentan preguntas incesantes: ¿cómo murieron? ¿Quiénes lo mataron? ¿Por qué? ¿Dónde están sus restos para recuperarlos y darles un lugar de homenaje y de memoria? ¿Dónde está la verdad, su verdad? La nuestra es la verdad del sufrimiento. La de los asesinos, la cobardía del silencio. Así prolongan la impunidad de sus crímenes y la convierten en impunidad dos veces. Enterrar a sus muertos es una ley no escrita, dice Antígona, una ley fija siempre, inmutable, que no es una ley de hoy sino una ley eterna que nadie sabe cuándo comenzó a regir. “¡Iba yo a pisotear esas leyes venerables, impuestas por los dioses, ante la antojadiza voluntad de un hombre, fuera el que fuera!”, exclama. Así habla de y con los familiares de desaparecidos bajo las dictaduras militares que devastaron nuestros países. Y los hombres no han logrado aún lo que Medea pedía: curar el infortunio con el canto. Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La memoria es memoria si es presente y así como Don Quijote limpiaba sus armas, hay que limpiar el pasado para que entre en su pasado. Y sospecho que no pocos de quienes preconizan la destitución del pasado en general, en realidad quieren la destitución de su pasado en particular. Pero volviendo a algunos párrafos atrás: hay tanto que decir de Cervantes, de este hombre tan fuera del uso de los otros. De sus neologismos, por ejemplo. Salvo él, nadie vio a una persona caminar asnalmente. O llevar en la cabeza un baciyelmo. O bachillear. Don Quijote aprueba la creación de palabras nuevas, porque “esto es enriquecer la lengua, sobre quien tienen poder el vulgo y el uso”. Hace unos años ciertos poetas lanzaron una advertencia en tono casi legislativo: no hay que lastimar al lenguaje, como si éste fuera río coagulado, como si los pueblos no vinieran “lastimándolo” desde que empezaron a nombrar. Cuando Lope dice “siempre mañana y nunca mañanamos” agranda el lenguaje y muestra que el castellano vive, porque sólo no cambian las lenguas que están muertas. La lengua expande el lenguaje para hablar mejor consigo misma. Esas invenciones laten en las entrañas de la lengua y traen balbuceos y brisas de la infancia como memoria de la palabra que de afuera vino, tocó al infante en su cuna y le abrió una herida que nunca ha de cerrar. Esas palabras nuevas, ¿no son acaso una victoria contra los límites del lenguaje? ¿Acaso el aire no nos sigue hablando? ¿Y el mar, la lluvia, no tienen muchas voces? ¿Cuántas palabras aún desconocidas guardan en sus silencios? Hay millones de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía. Esto exige que el poeta despeje en sí caminos que no recorrió antes, que desbroce las malezas de su subjetividad, que no escuche el estrépito de la palabra impuesta, que explore los mil rostros que la vivencia abre en la imaginación, que encuentre la expresión que les dé rostro en la escritura. El internarse en sí mismo del poeta es un atrevimiento que lo expone a la intemperie. Aunque bien decía Rilke: “[...] lo que finalmente nos resguarda / es nuestra desprotección”. Ese atrevimiento conduce al poeta a un más adentro de sí que lo trasciende como ser. Es un trascender hacia sí mismo que se dirige a la verdad del corazón y a la verdad del mundo. Marina Tsvetaeva, la gran poeta rusa aniquilada por el estalinismo, recordó alguna vez que el poeta no vive para escribir. Escribe para vivir. Fuente: La Bitácora de Gelman === El arte no es políticamente correcto ni político ====================== === Hay Festival de la Palabra en Armenia ================================= Cada vez que se habla de Cultura se piensa en líneas generales en un concierto sinfónico, en una gala de ballet o en un libro. Pero estos eventos son, apenas, un aspecto de algo mucho más amplio: la Cultura, a la que en pocas palabras se podría definir como un conjunto de costumbres, mandatos y aprendizajes adquiridos que llevan a cada quien a ser como es y a actuar como actúa en una determinada sociedad y en un específico momento... Es la suma de individualidades lo que constituye la cultura. Así como el común de la gente entiende mal este concepto porque lo relaciona con actividades artísticas o solamente intelectuales, los gobiernos, a veces, lo entienden peor, porque consideran a la Cultura como un gasto y destinan una exigua parte del presupuesto para la realización de algunas supuestas actividades culturales que creen que son necesarias para el pueblo (por aquello de pan y circo, seguramente). En tiempos que caben dentro del adverbio ahora, en Colombia, y en el Quindío especialmente, se entiende que la Cultura puede ser una gran inversión, no una inversión cualquiera sino la fundamental para el desarrollo económico, y que al mismo tiempo esa inversión suele conllevar también grandes réditos políticos, teniendo en cuenta, priorizando, la idea de que Cultura, turismo, educación y desarrollo económico, van de la mano y que no es quimérico actuar con miras a que Armenia y el Quindío, tan favorecidos por la naturaleza, dueños de unos paisajes asombrosos y cuna de gente buena y vehemente, logre convertirse en pocos años en la capital cultural del Eje Cafetero. Es así, entonces, como la segunda edición del Festival de la Palabra (http://www.festivaldelapalabra.org) se realizará en Armenia, los días 15, 16, 17 y 18 de agosto, concertado por el Ministerio de Cultura, la Gobernación del Quindío y la Alcaldía de Armenia y la dirección de la escritora, novelista y periodista Samaria Márquez Jaramillo, considerada autora de linda prosa lírica y autoridad mundial en metaficción. En el evento participarán escritores de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala Venezuela y Colombia, quienes repetirán este año la estupenda experiencia vivida en la primera edición, celebrada entre el 12 y el 15 de octubre de 2007 (http://www.letralia.com/174/1012armenia.htm). === Aragüeños en el V Festival Mundial de Poesía ========================== === Reina Martínez de Arrivillaga ========================================= *** Soy el turpial prisionero Evoco esa mañana con tristeza Yo partí alegremente en raudo vuelo En éxtasis oteaba la belleza Del verde campo bajo el claro cielo. Era un prado salpicado de arboledas Con deliciosas frutas a granel Soledad aparente en las veredas Y bajé sigiloso hasta el vergel. No supe cómo me sentí atrapado Sin poder comprender qué sucedía Revoloteé y gemí desesperado Inútil resultó mi algarabía. Pronto fui conducido a otra prisión Y vivo entre barrotes acerados Donde a veces escucho cual visión El gemir de mis hijos bien amados. En vano aguardará mi compañera En el dulce nido que de amor fue hecho Sufrirá la tortura de la espera Sola cobijará el mullido lecho. Mi vistoso plumaje no lo quiero Y mis alas hermosas romperé De qué sirven si yazgo prisionero Y jamás por el orbe volaré. Ignoran que sollozo con mi canto Los que exclaman al oírme ¡Qué dulzura! Mis ojos lloran sin verter el llanto Y mi pecho rebosa de amargura. Ya no contemplaré el azul de estío No podré libertarme ¡Cómo abusan! Los hombres de su ingenio y poderío ¡Estoy preso y no se de qué me acusan! Desde el fondo de mi alma adolorida Alego quejumbroso mi inocencia Pero a nadie le importa si mi vida La consumen el pesar y la impaciencia. Aguzo mis oídos con recelo Cuando escucho de pájaros los trinos Retozan libres en su alegre vuelo Y se posan felices en los pinos. ¡Alerta! Yo les grito con mi canto muy cercana una trampa les espera es muy dura la cárcel ¡Sufro tanto! Y es tan dulce la alegre primavera. Inmensa soledad abrumadora Nostálgico y medroso yo suspiro Mi ignoto porvenir el alma llora Lobreguez en redor es lo que miro. ¿Si brotan en raudales de armonía bellos cantos de mi garganta de oro? Son alaridos de melancolía Y es el clamor de LIBERTAD que añoro. *** Soy Venezuela Soy la patria de Bolívar Por ende bolivariana Con tricolor de ocho estrellas Tierra noble y soberana. Es mi nombre Venezuela En la América del Sur Estoy frente al mar Caribe Y me ampara un cielo azul. Les ofrezco complacida Esta tierra generosa Bañada de sol ardiente Y montañas majestuosas Tiene clima tropical Y ostenta espléndida flora Ríos extensos, caudalosos Y su gente acogedora. Entre la verde cadena De montañas se destaca El Ávila esplendoroso Que observa atento a Caracas. Maracay te obsequia flores Carabobo sus hazañas, Los crepúsculos de Lara Y el Llano: luce sabanas. De la Región de los Andes Agradable clima frío Sierras y Pico Bolívar Espeso follaje y ríos Un delirante paisaje Que embelesa el alma entera Por sus exóticas flores Con matiz de primavera. Margarita, bella isla De pescadores poblada Con lagunas y manglares Y bellas playas doradas Es famosa por sus perlas Desde el tiempo colonial Tiene vetustos castillos Y ostras ricas sin igual. El Orinoco, en Bolívar Mágico ensueño fluvial Sustancia de Venezuela Con frescura musical. Les presento al Salto Ángel Con orgullo y emoción Es el más grande del mundo Y digno de admiración Maracaibo con su Lago Y el petróleo su gran fuente Lo ilumina El Catatumbo Y posee un bello puente. Son los Médanos de Coro Extensos y sus desiertos descuellan brillante arena juguete del viento incierto. Al Mariscal de Ayacucho Cumaná lo vio nacer Antonio José de Sucre Gran patriota, insigne ser. Soy Venezuela y espero Con los brazos extendidos Todo aquel que venga a mí Será muy bien recibido. ** Reina Martínez de Arrivillaga reinamdearrivillaga@gmail.com Escritora venezolana (Maracay, 1929). Fundadora de la Asociación de Escritores de La Victoria (AEPIC), ciudad donde reside. Ha tomado talleres de poesía con el presbítero Jesús Hernández Chapellín, los escritores Williams Hernández, Max Bembo, Dougkas F. Rivera y Julio Jáuregui, entre otros. Ha publicado los poemarios Pétalos (2003) y Migajas de un corazón, con once poemas que forman parte de una producción discográfica de música folklórica titulada Nuestro folklore. === Aragüeños en el V Festival Mundial de Poesía ========================== === Guillermo Cadrazco ==================================================== Estoy lúcido y fresco estoy hecho canción y me siento de pueblo porque mi infancia fue amiga de la hierba fresca y la sabana porque mi espíritu es grande === Encuéntrome en silencio ante mis ojos mirando de perfil la ventana que aún se encuentra abierta Este lugar me parece de flores Ese edificio nunca será nuestro ni aquel ni el otro Las flores sí nos pertenecen === Un día puede ser que nos alejemos y quedará el Ave María de recuerdo colgando en las ventanas del viento y el Padre Nuestro desprendiéndose de labios en lugares como este Y morirán otros poetas en París y otros que en Ginebra queden para el mundo Pero aún no sabemos quién logrará escribir un último poema Un día puede ser que nos alejemos desde allá o tal vez más allá en lo alto o en lo bajo del no sé qué también puede ser que exista este perro Mi perro a carta abierta === En lo claroscuro del camino la palabra nos permite ser comunes pero hablar nunca está de más yo sólo escribo para los ciegos === Cuando despierte contaré la vulgar verdad de mis manos si alguien desea seguir hablando de mi parte puede tomar la palabra es la una y veintidós === He sentido desde siempre el dulce canto de tu cuerpo y me sueño palabra === Nombraremos pájaros cantores nombraremos cuerpos y almas finalmente después de un rapto diálogos harán posible nuestro encuentro ** Guillermo Cadrazco poetaguillermo@hotmail.com Escritor venezolano (Villa de San Benito Abad, Sincelejo, Sucre; 1962). Reside en Venezuela desde 1970. En 1989 egresa como actor de la Escuela de Arte Dramático del Estado Aragua. Desde entonces ha integrado diversos grupos literarios y colabora con las principales revistas de la región, como Lago de Tinta, El Toro Constelado, Garabato e Hipocampo. Dirige el taller literario Tiempo de Palabras. En 1984 recibe una mención honorífica en el VII Concurso Nacional de Literatura “Orígenes”, del diario El Aragüeño (http://www.elaragueno.com.ve). Su poemario Visiones fue galardonado con el primer premio en el Concurso Literario “Elina Cabrera Sosa” de San Sebastián de los Reyes, en 1986. ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| García Avilés en micro. Acaba de aparecer, en la colección “Recuentos”, que dirige Joseluís González para Ediciones Universidad de Navarra (Eunsa), el libro Dos minutos: Microrrelatos, del escritor español José Alberto García Avilés. Con prólogo del experto en microficción David Lagmanovich, profesor de la Universidad Nacional de Tucumán (Argentina), el libro contiene más de setenta relatos de corta extensión, de entre seis líneas y tres páginas, dirigidos a un público joven e inquieto, que se adaptan perfectamente a la generación de Internet, caracterizada por la experiencia intensa, breve e inmediata. “José Alberto García Avilés se nos presenta, con este libro, como un excelente creador de minificciones”, explica Lagmanovich en el prólogo. “Su aportación al género es ya importante. Tiene una aguda visión del mundo y un excelente sentido del lenguaje, y se percibe en sus creaciones el rumor de la creación cuando ésta funciona con suavidad y, sobre todo, con alegría. La lectura de esta colección de microrrelatos es, pues, doblemente recomendable: nos lleva a conocer a un nuevo escritor y, al hacerlo así, nos permite experimentar el deleite que proporcionan los libros bien escritos, es decir, aquellos que desde su nacimiento parecen manifestar la intención de entablar un rico diálogo con el lector”. García Avilés es periodista y doctor en comunicación. Ha trabajado como redactor de informativos de televisión y en la actualidad es profesor de periodismo en Elche. Ha vivido largas temporadas en Dublín, Nueva York y Kuala Lumpur. http://www.eunsa.es Cósele el rabo al lagarto. Así se titula el primer libro de cuentos del escritor y editor español Alber Vázquez, publicado en abril por el sello Hipálage. El libro contiene cinco relatos, protagonizados por el periodista inescrupuloso y sin tapujos Atila Longo, quien acude, apremiado por su editor, a distintos lugares —una cárcel, en la que se hace apresar; un barrio estadounidense; Gibraltar; Moscú y una ciudad invadida por una espeluznante horda de aficionados al fútbol— donde, además de recoger la noticia, la interpreta e incluso la provoca. Nacido en Rentería (Guipúzcoa) en 1969, Vázquez ha publicado las novelas La conquista de Aquitania (2003), El hormiguero (2003), Zoofrenia (2004), Instrucciones para doblar un mapa (2004), Cuento vasco de Navidad (2005) e Icuza (2006) y los libros de poemas Moscas y obras de arte (1994), La plancha de acero (1995), Negro (1997), Útero (1998), Julieta & Romeo (2001), Desencriptación de la medusa (2006) y La mano que decide la intensidad del agua (2008). Por Útero recibió el premio Iparragirre de poesía. Ha escrito sobre arte, literatura y tecnología para diferentes medios de comunicación y, actualmente, es columnista de opinión en un medio español. http://www.hipalage.com/ficha-cosele-el-rabo-al-lagarto-albervazquez-ok.pdf Aguas muertas. La escritora y artista plástica aragonesa Ángela Ibáñez expone sus últimas creaciones en la muestra “Donde muere el agua”, inaugurada el pasado martes 29 de abril y que estará abierta al público hasta el próximo viernes 16 de mayo. La autora expone una treintena de obras, fotografía e infografía sobre aluminio y 5 videocreaciones en torno al tema del agua, un trabajo surgido en 1999 de un poema del mismo nombre, que ha ido creciendo y evolucionando en estos años, en instalaciones, performances, para llegar a soporte fotográfico y de videocreación. “Donde muere el agua”, dice la artista, “es un recorrido por el ser, el agua y la ciudad. El agua como elemento del cuerpo humano, de la vida; como la lluvia, como lágrimas. El agua que se va por los desagües, como tantas vidas que se quedan en la cloacas de las ciudades, como tantos sueños que van por las tuberías buscando los desechos... Donde muere el agua, donde vive el ser humano...”. La muestra, de entrada libre, puede visitarse de lunes a viernes entre las 7 y las 9 de la noche en la sala de exposiciones Ibercaja (Actur), ubicada en la calle Antón García Abril de Zaragoza (España), http://angelaibanez.blogspot.com Raffo superviviente. Este 30 de abril fue emitido el veredicto del I Premio de las Editoriales Electrónicas, una iniciativa emprendida por un grupo de editores digitales para premiar trabajos, relatos, artículos o dibujos publicados en revistas digitales o páginas web en español entre el 1 de noviembre de 2006 y el 31 de octubre de 2007. Los trabajos ganadores en la categoría relato fueron “Ashegnemé”, de Sue Giacomán Vargas, quien recibirá 200 dólares y diploma; “Cambio de soporte”, de Manuel Mije, y “La araña tiene patas cortas”, de Hernán Domínguez Nimo, quienes recibirán diploma. En la categoría artículo los trabajos ganadores fueron “Propuesta para una nueva caracterización de la ciencia...”, de Julián Díez, quien se hace acreedor de 150 dólares y diploma; “Marte, planeta rojo”, de Jaime Santamaría, y “La República del Cielo. Milton, Blake y...”, de Francisco Gimeno, quienes recibirán diploma. En la categoría dibujo resultaron favorecidos el trabajo sin título (http://necronomicon.avcff.org/necronomicon/necro15/elsuperviviente.htm) con el que el venezolano Juan Raffo (http://juanraffo.blogspot.com) ilustró el relato “El superviviente”, de Miguel Ángel López, en la edición 15 de la revista El Necronomicón (http://necronomicon.avcff.org/necronomicon/necro15/necro15.htm), por el que el ilustrador recibirá 150 dólares y diploma; “Biomechanical distress”, de Bárbara Din, y “Muchacha asomada a la imaginación”, de Alejandro Moia, quienes recibirán diploma. La lista completa de participantes con sus puntuaciones se puede consultar en la página del certamen. http://premiointernacional.blogspot.com Susurro en YoEscribo. El pasado 30 de abril fue publicado el veredicto del Concurso de Novela de YoEscribo.com, cuyo jurado, formado por los miembros del Departamento de Edición del conocido sitio de autopublicación, y de la Fundación Drac, y contando con la participación de los ganadores de la edición anterior y de los usuarios del portal, dio como ganadora a la escritora española María Dolores García Pastor, por su novela El susurro de los árboles. La obra narra la historia de Adela, quien llega a Chile “huyendo de una vida que no la llena, intentando escapar de sí misma”, según acota su reseña introductoria. “Su viaje de turismo se convertirá en una búsqueda interior y en un recorrido por uno de los episodios más sangrientos de la historia reciente de ese país: la dictadura militar de Pinochet. Adela conoce por casualidad al contador de historias y gracias a él emprenderá un camino sin retorno hacia el intenso dolor del pueblo chileno y hacia su propia libertad”. La autora, nacida en Badalona en 1970, es periodista egresada de la Universidad Autónoma de Barcelona y ha colaborado en diferentes publicaciones, así como en el medio radiofónico. En el año 2006 recibió el primer premio de la modalidad de relato breve en el IV Concurso Literario La Rosa de Barcelona, convocado por el PSC de esa ciudad española. Ha militado en algunas asociaciones ecologistas y de defensa de los animales. Actualmente publica colaboraciones en la prensa, escribe, cuida a su hija Lluna, de un año de edad, se declara feminista y advierte que su libro de cabecera es el Todo Mafalda, de Quino. http://www.yoescribo.com/publica/comunidad/comunicado.aspx Héroes expuestos. Este jueves 2 de mayo fue presentada en Barcelona (España) la muestra “Héroes”, compuesta por las ilustraciones del poemario homónimo de género épico del escritor español Óscar Camarero. El libro, que ya puede encontrarse en las librerías españolas, reúne setecientos cincuenta versos repartidos en doce poemas, la mayoría romances, sobre temas como el honor, el espíritu de superación, la muerte, la guerra, el amor y el destino, entre otros; los mismos temas que por extensión afectan al hombre de cualquier época y lugar, como extrapolación de la lucha que es la vida. Los poemas recuperan la tradición oral de los cantares de gesta y del mester de juglaría, aunque con un tratamiento más moderno y directo tanto de los temas como de la poética. La portada ha sido realizada por Rafael López Espí y el prólogo ha sido escrito e ilustrado por Ciruelo Cabral. Además, cada uno de los poemas ha sido ilustrado por un dibujante diferente, quienes ofrecen su propia visión del poema que ilustran. Tanto la portada como las ilustraciones de los poemas pueden apreciarse en la muestra. Participaron los artistas Paco Rodríguez, Jaime Calderón, Juan Espadas, Sergio Ariño, Bruno Redondo, Vicente Ibáñez, Javier Lara, Enrique González, Manuel Calderón, Sergio Bleda, Israel Parada y Jordi Borrás. La exposición puede visitarse hasta el sábado 17 de mayo en la librería Outsider, ubicada en la calle Provença 548 (esquina con Dos de Maig) de Barcelona. http://oscarcamarero.blogspot.com Estamos con el autismo. Tal es el título de la edición especial que, sobre este desorden cerebral, ha publicado hoy la revista digital mexicana En Sentido Figurado, y que reúne cuentos, microrrelatos, poemas, reflexiones, testimonios, artículos y reseñas que abordan el tema desde distintos puntos de vista. La portada de la edición es una ilustración del dibujante catalán Miguel Gallardo, creador de personajes como “Makoki”, “El buitre Buitaker” o “Pepito Magefesa”, muy conocidos en el mundo del cómic. Recientemente ha publicado “María y yo”, donde dibuja su experiencia con su hija autista. Los autores Arturo Pérez-Reverte, Ginés S. Cutillas, Miguel Ángel Zapata, Lourdes Aso Torralba, Miguel Ángel Arcas, Julián Sánchez, José Gutiérrez Llama, Judy García Allende, José Cruz Cabrerizo, Pedro Herrero, Emilia Oliva, Eduard Pascual, Carlos Hidalgo Villalba, Anabel Cornago, Miguel Ángel Melgosa, Marcos D. Cándido, José Rabelo y Lourdes Millán participan con sus textos. Padres, educadores, doctores y terapeutas aportan también su experiencia personal. Las ilustraciones que acompañan las piezas son creaciones infantiles de distintos países, fotografías de los niños, carteles y obras pictóricas de Claudio Duarte. http://www.ensentidofigurado.com Querer y poder. Hoy a las 6:30 de la tarde será presentado, en la sala Ricardo Rojas del Pabellón Ocre exterior de la Feria Internacional del Libro de Argentina, el libro Querer escribir, poder escribir, del autor Javier Chiabrando, publicado bajo el sello Libros del Sur. La presentación estará a cargo de María Vilalta y el autor, quienes se referirán al contenido, historia y detalles de este libro sobre escritura creativa que intenta responder a las preguntas que se hacen quienes desean iniciarse en la literatura. El libro funciona, según su autor, como un taller literario, donde las preguntas y sus respuestas aparecen tal como aparecen en el camino del escritor en formación. “A diferencia de otros libros semejantes”, explica el autor, “éste no propone ningún tipo de juego ni intenta motivar al escritor debutante de ninguna otra manera que no sea la comprensión del fenómeno literatura en su etapa inicial: la escritura. Los juegos, mejor en las plazas”. Basándose en la teoría y bibliografía más idónea y en frases y consejos de otros escritores, Chiabrando propone un sistema dinámico y estimulante de abordar el proceso de transformarse en escritor así como los áridos asuntos formales y técnicos. http://www.librosdelsur.com Bravo por la novela. Este 8 de mayo se dará inicio al taller de estructuras y técnicas narrativas para la novela que el escritor José Antonio Bravo dictará en el Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar, en Lima. Los participantes conocerán aspectos fundamentales de la creación de novelas como el orden lógico y su rompimiento, el tratamiento del recuerdo, la asociación de ideas, la imaginación, los sueños, las pesadillas y los delirios, la reestructuración del orden lógico, la determinación de constantes, historia y ficción narrativa, argumento, tema, planos, tópicos, el punto de vista, la narración y los acontecimientos, la descripción y los sentidos, el diálogo, los personajes, el suspenso, el humor negro y otros. El taller se dictará los jueves de 7 a 9 de la noche por un lapso de 8 semanas, y tiene un costo de 220 nuevos soles. http://celacp.perucultural.org.pe Perú y las bestias. En algún lugar del Perú se encuentran los seres que descansan en las páginas de Breve bestiario peruano, recuperados de la mitología peruana oral y escrita a lo largo de una gran investigación que llevó a Daniel Cossíos a recorrer el país en busca de los seres fabulosos que pueblan sus mitos y leyendas. Sirenas, cabezas voladoras, dragones con cuerpo de serpiente y cabeza de venado, una llama que bebe agua del océano para que éste no inunde al mundo, son sólo algunos de los más de setenta seres que Cossíos, biólogo e ilustrador de profesión radicado en Montreal, ha recopilado en este libro que aparece en una segunda edición, corregida y aumentada, bajo el sello Casatomada, y que incluye ilustraciones del propio autor, como la de la portada, donde se ve el Amaru, uno de los seres mitológicos de la recopilación. El libro será presentado este jueves 8 de mayo a las 7:30 de la noche en el Jazz Zone (Pasaje El Suche, avenida La Paz 646, Miraflores; Lima). Los comentarios estarán a cargo de los escritores Max Palacios, Miguel Det y Gabriel Rimachi Sialer, editor. http://rcasatomada.blogspot.com Aldemaro póstumo. Este 9 de mayo será estrenada en forma póstuma la obra Diálogo con estribillo, del compositor venezolano Aldemaro Romero (Valencia, 1928-2007). La interpretación estará a cargo de la Orquesta Sinfónica de Aragua, con la participación especial del flautista Gustavo Sierra y el oboísta César Rangel, y bajo la dirección del maestro Víctor Mata. La cita es a las 8 de la noche en los espacios del Teatro de la Ópera de Maracay. Prolífico compositor, Aldemaro Romero creó en una amplia variedad de géneros musicales, como música caribeña, jazz y valses venezolanos, incluyendo trabajos para orquesta, orquesta y solista, orquesta y coro, música de cámara y hasta trabajos sinfónicos de grandes dimensiones. Fue el creador, en los años 60, de la Onda Nueva, un variante de la música venezolana derivada del joropo e influenciada por el jazz. En 1979 fundó la Orquesta Filarmónica de Caracas, de la que fue su primer director. También dirigió la Orquesta Sinfónica de Londres, la Orquesta de Cámara Inglesa, la Orquesta Rumana de Radio y Televisión y la Real Orquesta Filarmónica. http://www.teatrodelaopera.org.ve Humoramando. La Muestra Iberoamericana de Narración Oral Escénica “Contar con San Lorenzo de El Escorial”, un evento de la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (Ciinoe) fundado por el escritor e investigador Francisco Garzón Céspedes y en la actualidad dirigida ejecutivamente por el artista oral mexicano José Víctor Martínez Gil, presenta su tercera edición en el marco de los 33 años del Movimiento Iberoamericano de Narración Oral Escénica; y estrena en mayo, con excelentes narradoras y narradores orales y varios acentos, dos espectáculos diferentes de oralidad artística, sólo para adultos y jóvenes. “Humoramando I” se realizará el sábado 10 a las 8:30 de la noche e incluirá la participación de Fátima Martínez, José María de la Morena, Jorge Zapata, Antonio Fernández y Noemí Benito. “Humoramando II”, por su parte, se celebrará el domingo 11 a las 7 de la noche, con Ana Ruiz, Raquel Casas, María Luisa Aranda, María Ángeles López y Elena Arribas. En ambos eventos se contará con la intervención especial de Martínez Gil. Ambas funciones han sido programadas en, y conjuntamente con, la Asociación y Sala “Cristóbal de Morales” (San Francisco, 18, en pleno casco urbano, tel.: 91 890 17 87). Las entradas tienen un costo de 8 euros por función. Malos Ayres. Dirigido por Carlos Cairoli, el Grupo de Escritores de los Malos Ayres se dedica a representar lecturas dramatizadas de cuentos. “El cuento es leído”, explica Cairoli, “pero va apareciendo en vivo en la escena (no de un teatro, sino de un café literario) encarnado por actores que son escritores a su vez. Todos los que representamos somos escritores que ‘además’ teatralizan. Hay música, luces, vestuario. La palabra literaria aparece textual, sin cortes y, como dije, ‘se encarna’. Además el público cuenta con una pequeña revista donde tiene los textos escritos. El Espectáculo, que tiene a veces comentarios, es de entrada libre y gratuita. Permanece la literatura tal como ha sido escrita y con el agregado visual y auditivo de lo teatral, con sus actores-escritores”. Las actividades del grupo, compuesto por quince escritores y un músico, se realizan los segundos lunes de cada mes a las 9 de la noche (la próxima es el 12 de mayo), en el café La Dama de Bollini, ubicado en el Pasaje Bollini 2281 (entre Peña y Melo), en Buenos Aires (Argentina). http://www.malosayres.com Ensayo a lo Rojas. El ensayista y poeta venezolano Armando Rojas Guardia dictará desde el próximo 12 de mayo un taller de ensayo literario que se extenderá por doce sesiones, los lunes, de 6 de la tarde a 8 de la noche. El objetivo de este taller será que todos sus integrantes adquieran las herramientas teóricas e instrumentales para escribir ensayos de validez literaria. Para conseguirlo, la metodología consistirá en combinar el estudio comunitario del ensayo como género con el trabajo individual del tallerista frente a su propia labor creativa. Se leerán textos de Montaigne, Borges, Lezama Lima, Picón Salas, Úslar Pietri y otros autores, a partir de los cuales se reflexionará en torno al ensayo como “fiesta subjetiva de la conceptualidad”, en palabras del propio Rojas Guardia; quien presenta a este género literario como el espacio “donde irrumpe la libertad conceptual del sujeto frente al objeto”. El taller se dictará en la sede de la Fundación Instituto de Creatividad y Comunicación (Icrea), en la avenida San Juan Bosco (entre 1ª y 2ª transversales), edificio Torbes, piso 5, oficina 62, a media cuadra de la Plaza Altamira. El cupo es limitado y el costo del taller es de 250 bolívares. Teléfonos 265.94.91 - 266.84.97 http://www.icrea.org.ve Bisonte de papel. El próximo jueves 15 de mayo será presentada la primera novela del escritor venezolano Héctor Torres (Caracas, 1968), titulada La huella del bisonte y publicada por el sello Norma. Finalista en el Premio de Novela Adriano González León del año 2008, la obra transcurre en la Caracas de 1988, cuando Mario Ramírez, guionista de televisión, cuarentón y divorciado, retoma la relación con Gabriela, su hija, de la que se había mantenido alejado desde que se separó de su esposa, varios años atrás. Entonces comienza a convivir con el mundo de ella y, en ese contexto, conoce a Karla, una de las amigas de Gabriela. El autor se valdrá de estos tres personajes para ahondar en el tema del amor y el deseo como formas de dominar al otro y de conocerse a sí mismo. “Basta leer la primera página de esta novela”, explica María Pilar Puig en la contraportada, “para percatarse de que se trata de una obra poco usual, cuyo atrevimiento reclama una lectura que no se detendrá hasta la última línea. Estamos frente a un texto de elegante erotismo, hecho parte integral de la obra y no mero recurso al cual apelar en momentos cuando la trama no da más o el autor no sabe cómo resolverla”. En esta edición hemos publicado una larga entrevista con Torres sobre su libro, cuya presentación tendrá lugar a las 7 de la noche en los Espacios Abiertos Econoinvest (Torre Mene Grande, Los Palos Grandes, Caracas). http://tinyurl.com/6zw7hx Proyectos exitosos. Entre el 15 y el 17 de mayo, en sesiones de 9 de la mañana a 1 de la tarde, la cineasta venezolana Patricia Ortega estará dictando su Taller de Montaje de Proyectos Audiovisuales, una iniciativa para dotar a los realizadores participantes de las herramientas necesarias para presentar proyectos cinematográficos por ante el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información (Minci), la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) e instituciones internacionales, y obtener por esta vía el financiamiento que los haga realidad. El taller, que tiene un costo de 150 bolívares, se realizará en el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez (CAMLB), y los participantes recibirán material impreso y certificado de asistencia. La actividad es auspiciada por Mandrágora Films, Fundacine Zulia y el CAMLB. Teléfonos: (0261) 7211534 • 7596707 • (0416) 0690795 • (0414) 6952921 E-mail: mandragorafilmszulia@gmail.com Altares de mayo. El próximo 25 de mayo, a partir de las 4 de la tarde, se realizará en la Plaza Miranda de Maturín (Monagas, Venezuela), al lado de la sede del Instituto de Cultura, en el Complejo Cultural de la ciudad, una exposición de altares tradicionales de Cruz de Mayo, para lo cual se está convocando a consejos comunales, casas de cultura y comunidades organizadas a inscribirse en el tercer piso de la sede de la institución antes del viernes 16. Esta es la segunda vez que el gobierno de Monagas organiza este Concurso de Altares de Cruz de Mayo, cuyos mejores exponentes recibirán premios al primero, segundo y tercer lugar. Miguel Mendoza Barreto, presidente del ICUM, indicó que tras la debida inscripción, se recibirán los altares de cruz el jueves 22 de mayo a partir de las 8:30 de la mañana, dentro de la institución. Allí los participantes llenarán una planilla con sus respectivos datos. El presidente del ente rector de las políticas culturales en la región informó que previo al concurso, el día martes 20 de mayo, a partir de las 3 de la tarde, se desarrollará un conversatorio sobre la celebración de la Cruz de Mayo, en el que participarán las comunidades organizadas, los representantes de las casas de cultura, y los consejos comunales inscritos, además del público en general. http://www.monagas.gob.ve/icum Chiquita regresa a Nueva York. El próximo jueves 22 será presentada en Nueva York la novela Chiquita, con la que el escritor cubano Antonio Orlando Rodríguez obtuvo el premio Alfaguara 2008. La novela retrata la vida de Espiridiona Cenda, una joven cubana de sólo veintiséis pulgadas de estatura que llega a la Nueva York de fines del siglo XIX con el deseo de triunfar como bailarina y cantante. Biografía imaginaria de un personaje real, Chiquita recrea con libertad y una fabulación ilimitada las aventuras y desventuras de quien fuera una mujer seductora e independiente que llegó a convertirse en una de las celebridades mejor pagadas de los teatros de vaudeville de su tiempo. Elegante, humorística y llena de peripecias, la novela es un ambicioso fresco de una época pródiga en transformaciones sociales y milagros tecnológicos, en que las potencias se disputaban territorios, las cofradías secretas no habían perdido la esperanza de convertir el mundo en una gran Arcadia y las “curiosidades humanas” ejercían una extraña atracción sobre las multitudes. La actividad, que será en español, tendrá lugar a las 6 de la tarde del 22 de mayo en el Instituto Cervantes de Nueva York, ubicado en 211 East 49th Street (entre 2ª y 3ª avenidas). Los interesados pueden solicitar mayor información en el teléfono 212-308-7720. http://www.electronic-pre-press.com/Alfaguara_internet/CHIQUITA-NY El triatlón de Terca. La XXXVII Tertulia Caraqueña de Ciencia Ficción, Fantasía y Terror (Terca), que tendrá lugar el sábado 24 de mayo de 2008, se corresponde con el tercer aniversario de esta iniciativa, que reúne a creadores y aficionados de estos géneros. Por este motivo, sus organizadores han convocado su III Triatlón, un evento de participación libre y gratuita que, como su nombre lo indica, estará compuesto por tres pruebas. La primera será de investigación en ciencia ficción y se enfocará en los juegos de tablero, por lo que los aspirantes a participar pueden iniciar sus pesquisas en este momento; la segunda será de conocimiento y memoria en torno a novelas del género fantástico y se iniciará a las 7 de la noche durante la tertulia, y la tercera, de creatividad, estará dedicada al género de ilustración de terror y se iniciará ese mismo día a las 5 de la tarde. El ganador individual de cada una de las tres pruebas recibirá un diploma, mientras que el ganador absoluto —aquel que tenga el máximo de puntos al sumar los obtenidos en las tres pruebas— recibirá un premio sorpresa. La tertulia se celebrará en el Kudasai Japanese Restaurant, ubicado en el nivel Comercios de la Torre Lara, en la Avenida Principal de La Castellana (cruce con Primera Transversal), a una cuadra de la Avenida Francisco de Miranda, en Caracas. http://groups.yahoo.com/group/Tertulias_Venezolanas Llamado a expositores. Del 4 al 7 de junio se realizará en el Palacio de Hierro de Orizaba (Veracruz, México) la 1ª Exposición Libros y Revistas 2008, evento que tendrá lugar en el marco del 20º aniversario del Grupo Educativo UniVO y que contará con diversas actividades como presentaciones de libros, conferencias y talleres orientados a profesores, padres de familia, alumnos, investigadores, editores y público en general, en horarios de 10 de la mañana a 8 de la noche (salvo el sábado 7, cuando será hasta las 3 de la tarde). Las casas editoras, instituciones de educación y culturales, dependencias gubernamentales, editores independientes y distribuidores debidamente acreditados, interesados en participar en calidad de expositores, pueden inscribirse hasta el 15 de mayo. Los espacios de exposición se prepararán el martes 3 de junio entre las 5 de la tarde y las 8 de la noche. Teléfonos: 272 72614-01 • 2727261401 • Fax 2727252022 Correo electrónico: expolibrosyrevistas@univo.edu.mx http://www.univo.edu.mx ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Realizado en Arequipa encuentro sobre lectura y literatura Entre el 24 y 28 de marzo se celebró en Arequipa (Perú) el Primer Congreso Iberoamericano “La lectura y la literatura”, organizado por la Universidad Nacional de San Agustín (Unsa, http://www.unsa.edu.pe) con la colaboración de la Fundación Prolectura, y bajo la dirección ejecutiva de José Antonio Chávez Zevallos, jefe del Departamento Académico de Literatura y Lingüística de la Unsa. El propósito del Congreso fue implicar a los maestros y otros profesionales en la reflexión sobre la tarea de enseñar a ser usuarios activos de la lengua escrita, a partir del conocimiento de diversos trabajos de investigación y de experiencias individuales e institucionales de impulso a la lectura dentro del marco geográfico de Iberoamérica. Entre la nutrida concurrencia de expertos, académicos y profesionales relacionados con la literatura y la lectura, asistió el director de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP, http://www.bnp.gob.pe) y miembro del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc, http://www.cerlalc.org), Hugo Neira Samanez, quien fue Presidente del Comité de Honor y tuvo a su cargo la conferencia inaugural, titulada “¿Por qué no leen los peruanos?”. También participaron Eliana Yunes, destacada promotora de políticas públicas de lectura y creadora del Primer Programa Nacional de Lectura de Brasil (Proler), a cuyo cargo estuvo una conferencia en la que explicó cómo el leer literatura sigue siendo el camino fundamental de ingreso al mundo de lo escrito; el destacado sociólogo Michel Peroni, profesor de la Universidad de Lyon (http://www.universite-lyon.fr), y que a su vez pronunció la conferencia “Lectura y sociedad” en la que presentó un panorama de la sociología francesa de la lectura desde su nacimiento hasta la actualidad, y Margarita Holzwarth, coordinadora del Programa de Lectura “La escuela lee más...” de la Provincia de Buenos Aires, que tituló su intervención “La lectura y la literatura”. También Mila Cañón, experta en formación y capacitación de docentes y mediadores, quien habló de “La lectura y los modos de seleccionar los textos para la infancia”; José García Guerrero, coordinador del Plan de Bibliotecas Escolares de la Junta de Andalucía (http://www.juntadeandalucia.es), quien pronunció una conferencia que trató sobre “La biblioteca como recurso estratégico para el desarrollo de la lectura y la escritura”; María Guadalupe García Casanova, profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx), quien presentó una conferencia sobre “Lectura, memoria y creatividad”; y Giovanni Parodi, miembro de la Academia Chilena de la Lengua (http://www.institutodechile.cl/lengua) y de la Cátedra Unesco para la Lectura y Escritura en América Latina, otra titulada “Discursos especializados: principios psicolingüísticos y géneros académicos”. Dentro del seno de las comisiones respectivas, cuyas sesiones se cumplieron en los salones del Complejo Chávez de la Rosa, el profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Andrés, de Bolivia, Guillermo Mariaca, presentó una ponencia sobre “Cómo leer los textos del periodismo literario”; la profesora de la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar), María Cecilia Pereira, en su ponencia titulada “Planes y campañas de lectura: ¿una respuesta a los problemas de comprensión lectora?”, analizó los discursos sobre la lectura sostenidos desde las instancias oficiales. En total, se expusieron 50 trabajos. También el especialista peruano en procesos de lectura y escritura, Willard Díaz Cobarrubias, junto con José García Guerrero, de España; Liliana Moreno, de Colombia; Mirta Gloria Fernández y Mila Cañón, de Argentina, tuvieron a su cargo los talleres “Elaboración del plan de apoyo de la biblioteca escolar al proyecto lector y escritor del centro”; “Escritura creativa (narración)”; “De poetas, narradores y otras formas de simulación (Crítica literaria para incipientes lectores)”; “La gestión de proyectos de animación a la lectura a nivel institucional” y “Lectura en voz alta: estrategia fundamental para la escuela”. Otras actividades importantes fueron las conversaciones corales sobre “La lectura en la escuela”, “El problema de la comprensión lectora” y “Cómo hacer más eficaces las políticas públicas de lectura”. Entre la concurrencia hubo pleno acuerdo en que el ejercicio de la democracia exige que cada latinoamericano tenga el derecho de informarse, comunicarse, debatir y participar, con sentido crítico, de la vida social. En este sentido, la lectura no puede ser entendida como un privilegio, ya que es condición básica para realizarse como persona porque contribuye en el desarrollo socio-económico-cultural. En la noche de clausura, el director ejecutivo del congreso, José Antonio Chávez Zevallos, expresó en términos emocionados que este encuentro se convertirá en la base de una tarea aun más ambiciosa a desarrollar en la región, y acotó que fueron muchas las ideas y concepciones interesantes que se han puesto de manifiesto en este congreso. “Los maestros han podido recoger aportaciones, experiencias y buenas prácticas, que otras instituciones, otros grupos profesionales, otros maestros, de dentro y fuera de nuestro país, han puesto a su disposición para poder desarrollar mejor la compleja tarea de enseñar a ser lectores y escritores competentes”, explicó Chávez. Por otra parte, dijo que después de este encuentro los maestros participantes deben haberse dado cuenta de que formar lectores y escritores críticos y con amplio criterio, hoy día, los obliga a transformar sus concepciones, sus actitudes y prácticas profesionales. “Formar al alumno para que sea un buen lector, es decir, un lector competente y polivalente, que sepa elegir y manejar información, que domine diferentes formas de lectura, asimile otros tipos de texto y maneje diversidad de criterios y soportes, es el gran reto que debemos plantearnos todos; las autoridades públicas, las instituciones educativas, el profesorado, el alumnado, las familias y la sociedad en general”, agregó. Finalmente, expresó, “está sobradamente demostrado que el hombre o mujer que no lee bien no sale de los rudimentos más elementales del pensar sin llegar a la necesaria autorreflexión lo que significa una impotencia grande para resolver todos los demás problemas de la sociedad”. Fuente: El Regional de Piura *** Aragua celebró el Día del Libro con actividades especiales Con la visita del escritor boliviano Víctor Montoya y la presentación de los dos títulos más recientes de la Imprenta Regional concluyeron este sábado 26 de abril las actividades especiales organizadas para la Semana del Libro en Maracay (Aragua) por la Biblioteca Pública “Agustín Codazzi”, la Asociación Civil Pie de Página, la Coordinación del Libro y la Lectura del estado Aragua (http://coordaragualibroylalectura.blogspot.com), la revista Letralia (http://www.letralia.com) y la Agrupación Tknela Teatro (http://tknelateatro.blogspot.com). La Semana del Libro se inició el lunes 21 con el recital de nuevos autores aragüeños, participantes de los talleres del circuito liceísta y de la comunidad por medio del programa Sistema Nacional de Talleres Literarios de la Casa Nacional de las Letras “Andrés Bello” (http://casanacionaldelasletras.blogspot.com). Los jóvenes liceístas, estudiantes del liceo Saúl Albano Moreno, fueron Nilsa Rangel, Darwin Céspedes, Meyerlin Tirado, Judith Santana, Lenis López, David Cordero, Johan Cordero, Francys Camero, Jhan González, Lenin Valera, Andy Flores, Génesis Morales y Camila Alves. Los participantes del taller a la comunidad fueron Carlos Aguilar, Alfredo Ovalles, Noil Silano, Eli Sandino Marín y Aarón Almeida. El martes 22 fue presentado el libro El ensayo: identidad, memoria y olvido, de la escritora Julia Elena Rial, después de lo cual se realizó un recital con los autores participantes del taller de poesía del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) 2006/2007 e incluidos en la antología Voces nuevas: Kira Elena Morales, Paola Restrepo, Marcelo Seguel, José Delpino, Lorena Briedis, Zulema Cendón, Selene Quiroga, Francisco Catalano, Evelia Eufemia Brito, Elaine Minionis y Luis Carlos Azuaje. El 23, Día del Libro, fue presentado Testigo del siglo 20, del docente y escritor venezolano Samuel Eduardo Qüenza. La presentación corrió a cargo del escritor Jorge Gómez Jiménez, quien destacó el carácter mixto de la obra. “A medio camino entre la autobiografía y la crónica histórica, el libro que hoy presentamos, Testigo del siglo 20, es la senda por la que Samuel Eduardo Qüenza ha vuelto sobre sus pasos para recrear el devenir de un país siempre convulso, siempre esperanzado y no pocas veces engañado, desde la perspectiva de un hijo natural, un rebelde, un socialista, un poeta y un maestro de escuela, que hablan todos a una”. Gómez Jiménez mencionó las diversas facetas de la vida de Qüenza a través de las cuales discurre la obra, publicada en 2005 por el Vicerrectorado de Investigación y Postgrado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel, http://www.upel.edu.ve). “Narrado con la intensidad de una novela de aventuras, pero con la convicción de que las nuevas generaciones deben conocer la historia para forjar sabiamente el futuro, Testigo del siglo 20 es el retrato que Samuel nos entrega del tiempo que le ha tocado vivir, con la sincera humildad que es uno de sus más caros valores. Un testimonio de excepción provisto por uno de nuestros más solventes intelectuales, que temprano descubrió que la vida es fértil sólo si se la abona con el trabajo constante, y no con la estridencia ni el oropel”. El viernes 25 la Biblioteca Pública “Agustín Codazzi” recibió al escritor boliviano Víctor Montoya (http://www.letralia.com/firmas/montoyavictor.htm), quien cerraba así una visita de dos semanas a Venezuela para dictar un taller literario en Canoabo, estado Carabobo, invitado por la Agrupación Tknela Teatro. Autor de Retratos (http://www.letralia.com/ed_let/retratos), el primer libro de la colección Crónica de nuestra Editorial Letralia (http://www.letralia.com/ed_let), Montoya vino a presentar sus libros Cuentos violentos (Ediciones Luciérnaga, Estocolmo, 2006) y Cuentos en el exilio (Ediciones Baile del Sol, http://www.bailedelsol.org, Tenerife, España, 2008). Tras una breve introducción de Jorge Gómez Jiménez, la presentación estuvo a cargo de los escritores Marcos Veroes y Manuel Cabesa, quienes destacaron la palabra directa que prevalece en los relatos de ambos títulos. Montoya habló a continuación de su trabajo como escritor, definiéndose como un autor alejado de las corrientes que, antes que leer a las grandes firmas como Julio Cortázar o Roberto Bolaño, prefiere leer el sufrimiento de la gente del pueblo que es la materia prima de su obra. Haciendo referencia al taller que dictó en Carabobo y a sus vivencias en Venezuela, dijo: “No he venido a enseñar, he venido a aprender y tomará mucho tiempo para que digiera tanta desmesura”. El escritor condenó, igualmente, el movimiento separatista que intenta tomar el poder en una parte de su país. La mañana del sábado 26, la escritora Carmen Virginia Rodríguez (http://www.letralia.com/firmas/reveronamanda.htm), coordinadora del Conac en Aragua y miembro de la Red Nacional de Escritores, presentó los dos nuevos títulos de la Imprenta Regional de Aragua, entidad dependiente de la Fundación Editorial El Perro y la Rana (http://www.elperroylarana.gob.ve) creada para darle difusión al trabajo de los escritores del estado, y que lleva una docena de libros publicados, además de otras producciones como el Calendario Literario Aragua 2008. El primer libro presentado fue Visiones, un poemario de Guillermo Cadrazco (Villa de San Benito Abad, Sincelejo, Colombia, 1962), autor venezolano de origen colombiano. Ganador, en 1986, del primer premio en el Concurso Literario “Elina Cabrera Sosa” de San Sebastián de los Reyes, Visiones no había sido publicado hasta ahora, cuando la Imprenta Regional lo recuperó para inaugurar su colección “El árbol y la lluvia”, de poesía. La presentación estuvo revestida de un carácter especial, ya que el libro fue ofrecido dentro de un sobre que, en acabado rústico, reproduce la portada del poemario, y que en su parte exterior lleva adherido un paquete con especias aromáticas, aludiendo a las palabras de la presentación: “Cada fin de semana Guillermo Cadrazco reparte su poesía en la plaza del mercado; la envuelve en pequeños paquetes de hierbas perfumadas y la va entregando con manos generosas... Y los aromas vegetales se van sumiendo en el aire todavía sutil de la mañana”. El segundo libro fue El último tiempo, una colección de relatos de la escritora Carmen Campos (Nirgua, 1933), quien ya el jueves 24 había dictado una charla sobre la poética de la muerte. El libro, que contiene 19 relatos escritos en distintas épocas, inaugura la colección “Rubieras”, titulada así en homenaje a la escritora aragüeña Agustina Ramos. Docente, locutora y escritora, Campos ha sido profesora en la Upel y entre 1989 y 1991 presidió la Asociación de Escritores de Aragua. Actualmente, además de pertenecer a la Red Nacional de Escritores de Venezuela, dirige la Agrupación Literaria Pie de Página. Campos ha publicado Trópicos (relatos, 1991), Signos en la piel (poemario, 1992), La ciudad perdida (poemario, 2002), La muerte del poeta (novela, 2005) y Baraja de muerte (cuento, 2006), obra ganadora del Certamen Mayor de las Letras. *** Inaugurada en Fuente Vaqueros la Biblioteca Federico García Lorca Laura García-Lorca de los Ríos, sobrina del poeta español Federico García Lorca (1898-1936), descubrió este 21 de abril la placa conmemorativa en la inauguración de la Biblioteca Pública a través de la cual el municipio de Fuente Vaqueros rinde un sentido homenaje al autor de Poeta en Nueva York. Según un comunicado el acto contó con la presencia del delegado provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía (http://www.juntadeandalucia.es/cultura) en Granada, Pedro Benzal, la diputada de Cultura de la Diputación Provincial de Granada (http://www.dipgra.es), María Asunción Pérez Cotarelo y el director de la Cátedra Federico García Lorca y poeta, Antonio Carvajal, entre otras personalidades del ámbito bibliotecario y cultural de la provincia. El alcalde-presidente del Ayuntamiento de Fuente Vaqueros (http://www.fuente-vaqueros.com), Antonio Almazán Calero, y la directora de la naciente Biblioteca Federico García Lorca, Ana Gálvez Parras, aseguraron que “se ha querido plasmar el espíritu que inspiró la creación de la primera biblioteca por nuestro querido poeta en septiembre de 1931”. Tras el acto oficial y las intervenciones, el Taller de Teatro de Fuente Vaqueros representó un fragmento de la Alocución que Federico dedicó entonces a su pueblo natal, titulada “No sólo de pan vive el hombre”, y, a continuación, el Coro del IES Fernando de los Ríos interpretó tres piezas con letras del autor, una de ellas adaptación del compositor granadino Ángel Peinado. Fuente: Granada Digital *** Doctorado honoris causa póstumo proponen para el poeta Roque Dalton Un grupo de académicos e intelectuales solicitó el 22 de abril pasado a la Universidad de El Salvador (UES, http://www.ues.edu.sv), entregar el doctorado honoris causa en forma póstuma al poeta Roque Dalton (San Salvador, 1935-1975). El decano de la Facultad de Jurisprudencia de la UES, doctor José Humberto Morales; el director de la Escuela de Ciencias Jurídicas, doctor Julio Olivo Granadino; el jefe de la Pinacoteca “Roque Dalton”, Mario Castrillo; el jefe de Ciencias Políticas, licenciado Erick López, y otros académicos, encabezaron la comisión que propuso a la junta directiva de la facultad la aprobación del acuerdo correspondiente, así como de la publicación de las obras completas del escritor por la Editorial Universitaria. El acuerdo será llevado ante el Consejo Superior Universitario de la UES. Dalton publicó en vida Mía junto a los pájaros (San Salvador, 1958), La ventana en el rostro (México, 1961), El mar (1962), El Salvador (monografía, La Habana, 1963), César Vallejo (ensayo, La Habana, 1963), El otro mundo (1963), Poemas (San Salvador, 1967), El intelectual y la sociedad (conversaciones con escritores, México D. F., 1969, Los pequeños infiernos (Barcelona, 1970) y ¿Revolución en la revolución?, Las historias prohibidas del Pulgarcito (México D. F., 1974). Además, después de su muerte fueron publicados Pobrecito poeta que era yo (Costa Rica, 1976), Poemas clandestinos (San Salvador, 1980), Los helicópteros (escrita en colaboración con el escritor, Dr. José Napoleón Rodríguez Ruiz, San Salvador, 1980), Un libro rojo para Lenín (Managua, 1986) y Un libro levemente odioso (México, 1988), entre otros. El autor realizó un aporte invaluable a la UES, como miembro de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU, 1954), fundador del Círculo Literario Universitario (1956), secretario de la primera comisión del Congreso Estudiantil Universitario, codirector de Ciencias Jurídicas y Sociales (1959) de la Revista Estudiantil de la Facultad de Derecho de la UES y corredactor de los periódicos y revistas La Jodarria, Opinión Estudiantil, La Universidad, La Pájara Pinta y Vida Universitaria, entre otros. Asimismo, su incorporación a la lucha revolucionaria y la conquista de mejores condiciones sociales y económicas para los salvadoreños, le costó persecución, prisión, exilio y la muerte. Miembro del Partido Comunista y luego del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Dalton se convertiría en un importante símbolo en la lucha de la Resistencia Nacional (RN) y el brazo armado de ésta, las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN). En su nombre se han institucionalizado los premios Medalla Cultural Anual (México, DF) y el Premio Latinoamericano de Cine “Roque Dalton”, de Radio Habana Cuba. También llevan su nombre la Pinacoteca de la UES y el Teatro Municipal de Cámara (barrio San Miguelito, San Salvador), entre otros. La Asamblea Legislativa de El Salvador (http://www.asamblea.gob.sv), mediante decreto Nº 186 del 11 de diciembre de 1997, lo reconoció como “Poeta Meritísimo de la República”, incorporando el estudio de su obra en los programas oficiales. La UES ya ha entregado doctorados honoris causa a otros autores iberoamericanos como José Saramago, Paulo Freire, Eduardo Galeano y otros. Fuente: Diario Co Latino *** Poemas de Aquiles Nazoa son reunidos en antología de Monte Ávila Cuando se acerca el aniversario del poeta y periodista caraqueño Aquiles Nazoa, nacido el 17 de mayo de 1920, el sello venezolano Monte Ávila Editores Latinoamericana (http://www.monteavila.gob.ve), anunció, a través de su presidente, el escritor Carlos Noguera, la próxima publicación de un libro antológico de este célebre autor venezolano. “Finalmente pudimos hacer conexiones positivas con los herederos de Aquiles Nazoa; gran poeta, humorista, y personaje histórico de la literatura venezolana, y del mundo cultural venezolano”, expresó Noguera. De esta forma, el autor de Caperucita criolla (1955), Poesía para colorear (1958) y El burro flautista (1958) renacerá en esta edición especial. Noguera afirmó que el sello se ha propuesto suscribir acuerdos editoriales con quienes poseen los derechos del autor de Humor y amor, y de Los sin cuenta usos de la electricidad. “Luego estamos pensando en crear una biblioteca Aquiles Nazoa”, adelantó el presidente de la casa editorial. Escritor, periodista, poeta y humorista, Nazoa era hijo de Rafael Nazoa y Micaela González y hermano del también poeta Aníbal Nazoa. Luego de ejercer varios oficios comenzó a trabajar en el diario El Universal (http://www.eluniversal.com) como empaquetador. Después fue corrector de pruebas y paralelamente empezó a estudiar francés e inglés, lo que le permitió ser guía de turistas en el Museo de Bellas Artes antes de que el diario lo enviara a Puerto Cabello (Carabobo) como corresponsal. En Puerto Cabello fue puesto bajo arresto en 1940 por “difamación e injuria” al criticar a las autoridades del municipio. Trabajó en Radio Tropical, tuvo una columna en El Universal titulada “Punta de lanza” y fue reportero del diario Últimas Noticias (http://www.ultimasnoticias.com.ve). Colaboró en el semanario El Morrocoy Azul y en el diario El Nacional (http://www.el-nacional.com). Fue director de El Verbo Democrático, publicación de Puerto Cabello, y fundó órganos jocosos como La Pava Macha, El Tocador de Señoras y otros. Escribió para la revista Sábado, de Colombia, y vivió un año en Cuba, donde fue director de Zig-Zag. En 1945 asumió la dirección de la revista Fantoches. En 1956 fue expulsado del país por el régimen de Marcos Pérez Jiménez, pero regresó en 1958. Nazoa obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en la especialidad de escritores humorísticos y costumbristas en 1948. También recibió en 1967 el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal al mejor libro publicado. Murió en un accidente automovilístico entre Caracas y Valencia el 25 de abril de 1976. Fuentes: ABN • Wikipedia *** Gelman al recibir el Cervantes: “La memoria es memoria si es presente” Biblioteca del Cervantes en Viena será dedicada al poeta argentino El escritor argentino Juan Gelman recibió el pasado 23 de abril, de manos del rey de España don Juan Carlos, el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, máximo galardón de las letras hispanas, en una solemne ceremonia celebrada en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH, http://www.uah.es). Al acto de entrega asistieron, además de los reyes, el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su esposa, Sonsoles Espinosa; el ministro de Cultura, César Antonio Molina; la presidenta de la Comunidad de Madrid (http://www.madrid.org), Esperanza Aguirre, y la directora del Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es), Carmen Caffarel. También el director de la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es) y presidente del jurado, Víctor García de la Concha; el director general del Libro y secretario del jurado, Rogelio Blanco, y representantes de la cultura como Antonio Gamoneda, galardonado el año pasado; Benjamín Prado, Luis García Montero, Almudena Grandes y Joaquín Sabina. “No estoy nada nervioso. Mi mujer se encarga de templar mis emociones”, declaró Gelman minutos antes de recibir el galardón, que otorga el Ministerio de Cultura (http://www.mcu.es) y está dotado con 90.430 euros. Confesó que piensa morir en México, país en el que reside desde hace años, pero “cuanto más tarde mejor”, precisó. “Ahí estoy bien, tengo la comida, los frijoles, los tamales, los tacos. Estoy feliz”, añadió, aunque se reconoció “desencantado” de la actividad política, “no de las ideas”. El Cervantes le fue concedido el pasado 29 de noviembre por el conjunto de su obra y “porque su gran compromiso social nunca le llevó a abdicar de su compromiso con la poesía”. En el acto le acompañaron su esposa y sus nietos Jorge, Iván, Andrea y Macarena, la descendiente del hijo que fue torturado y asesinado por los militares. Tras 23 años de intensa búsqueda (http://www.letralia.com/180/0124gelman.htm), Gelman encontró a la niña en Uruguay, donde había sido criada por la familia de un policía uruguayo. El escritor, de 77 años, recordó en su discurso los 30.000 desaparecidos durante la última dictadura militar argentina (1976-1983) y dijo que “hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria”, pues creen que sólo se debe “mirar adelante”. “Están muy equivocados: las heridas no están aún cerradas, su único tratamiento es la verdad y luego la justicia; sólo así es posible el olvido verdadero”, reclamó Gelman ante el público reunido en el paraninfo alcalaíno, donde, además de personalidades políticas y académicas, estaba su familia. Incluida su nieta Macarena, secuestrada y dada en adopción durante la dictadura argentina. El hijo y la nuera de Gelman, María Claudia García, que estaba embarazada, fueron detenidos durante la dictadura. Su hijo fue asesinado y la niña que nació, dada en adopción a una familia en Uruguay. La nuera de Gelman sigue desaparecida. “La nuestra es la verdad del sufrimiento; la de los asesinos, la cobardía del silencio”, sentenció Gelman. El poeta argentino, que mencionó males del mundo como la pobreza, alabó la posición mayoritaria en España en contra de la guerra de Irak y la adopción de la Ley de Memoria Histórica, para reparar a las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo. Gelman, que definió la palabra “desaparecido” como “secuestro, tortura, asesinato y desaparición de los restos”, revivió el sufrimiento del exilio y los “manantiales de consuelo” que le “abría” El Quijote. “Ahí está la poesía, de pie, contra la muerte”, reivindicó este “gran escritor argentino, enamorado de la palabra” y con “un vigor incomparable para luchar contra la adversidad”, en palabras del Rey. En el plano poético, Gelman ensalzó la obra de Miguel de Cervantes y reivindicó la creación de palabras, que defendía el autor del Quijote y practica él mismo porque supone enriquecer la lengua. “Hay millones de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía”. El autor también recordó el consuelo que le prodigaron autores místicos españoles como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz durante su exilio en los años del régimen militar argentino. “La presencia ausente de lo amado: Dios para ellos; el país del que fui expulsado, para mí (...) Yo ‘moría muchas veces’, y más con cada noticia de cada compañero muerto o desaparecido”, recordó Gelman, parafraseando a los místicos. El discurso completo del autor argentino puede leerse en esta edición de Letralia (http://www.letralia.com/186/especial01.htm). Gelman “simboliza la resistencia frente a la adversidad, el triunfo de la imaginación como arma frente al infortunio”, definió el ministro Molina. El ministro destacó el “humanismo libre de prejuicios” de este “destacado representante de la más contemporánea poesía hispanoamericana”, “ansioso por romper el discurso hasta entonces vigente” en su época. “El magisterio de don Juan Gelman resulta evidente tanto en su palabra como en su lucha personal”, alabó el Rey Juan Carlos, que proclamó su “admiración y respeto” por el poeta y le dedicó una “afectuosa felicitación” de él y la Reina. Gelman echa “hasta un pulso contra los valores normativos del idioma” y “en esta dialéctica, nuestra lengua ha salido siempre enriquecida”, aseguró el Rey, que recordó cómo España fue “escala de acogida en su doloroso exilio”. Tras la entrega del premio, el viernes 25 de abril el Instituto Cervantes rindió homenaje al escritor argentino, al depositar en su sede un legado personal que se abrirá el 8 de mayo de 2050, fecha en que cumpliría 120 años. “Espero no estar para cuando se abra la caja fuerte”, bromeó Gelman durante la ceremonia. El legado que, según desveló días antes de la actividad, incluye un antiguo pergamino, fue depositado por el propio Gelman, en compañía de la directora del Cervantes, Carmen Caffarel, en la caja de seguridad número 1.028 de la antigua cámara acorazada del edificio que alberga a la institución. Acto seguido el autor leyó un poema perteneciente a su último libro, Mundar, ante sus familiares, amigos y periodistas. Caffarel destacó que Gelman es “uno de los poetas más importantes de nuestra lengua”. Recordó la dura trayectoria vivida por el autor: exilio, asesinato de su hijo y su nuera, búsqueda de su nieta desaparecida, para finalmente elogiar cómo convierte “la memoria, el dolor, la muerte y el amor en materia de sus poemas”. La directora del Cervantes le hizo entrega a Gelman de una llave simbólica y un certificado acreditativo. También anunció que la biblioteca del Instituto de Viena llevará el nombre y estará dedicada a Juan Gelman. El premio Cervantes 2007, además, realizará un periplo por centros del Cervantes en los cinco continentes para protagonizar actos culturales en torno a su obra poética. Gelman es el cuarto argentino que recibe el Cervantes, después de que Ernesto Sábato, Jorge Luis Borges —compartido con el español Gerardo Diego— y Adolfo Bioy Casares lograran este galardón en 1979, 1984 y 1990, respectivamente. De los 33 autores premiados en las 32 ediciones del Premio Cervantes falladas desde 1976, dieciséis son americanos y el resto españoles. El Cervantes ha premiado hasta la fecha a tres autores mexicanos, Octavio Paz (1980), Carlos Fuentes (1987) y Sergio Pitol (2005), y a otros tantos cubanos, Alejo Carpentier (1977), Dulce María Loynaz (1992) y Guillermo Cabrera Infante (1997), así como a dos chilenos, Jorge Edwards (1999) y Gonzalo Rojas (2003). También han sido galardonados el uruguayo Juan Carlos Onetti (1980), el paraguayo Augusto Roa Bastos (1989), el peruano Mario Vargas Llosa (1994) y el colombiano Álvaro Mutis (2001). Jorge Guillén fue el primer español en lograr el premio, en la edición inaugural, mientras que el último fue el leonés Antonio Gamoneda, el pasado año. La alternancia como premiados entre autores españoles y americanos se ha mantenido en los últimos diez años, aunque esta norma no escrita del galardón se ha roto en diversas ocasiones: el mexicano Octavio Paz sucedió al uruguayo Onetti como ganador del premio en 1981, y Rafael Alberti fue galardonado en 1983, un año después de Luis Rosales. Gonzalo Torrente Ballester y Antonio Buero Vallejo ganaron en los años 1985 y 1986, y el argentino Bioy Casares dio el relevo al paraguayo Roa Bastos en 1990. Camilo José Cela fue galardonado en 1995 y un año más tarde el premio fue otorgado a José García Nieto. Desde entonces la alternancia se ha mantenido hasta la fecha, en un premio que sólo se ha concedido a dos mujeres, la española María Zambrano, en 1988, y Dulce María Loynaz. La lista de ganadores del Cervantes se completa con los españoles Dámaso Alonso (1978), Francisco Ayala (1991), Miguel Delibes (1993), José Hierro (1998), Francisco Umbral (2000), José Jiménez Lozano (2002) y Rafael Sánchez Ferlosio (2004). Fuentes: AFP • EFE *** 46 ganadores en Concurso Radial y Televisivo de La Librería Mediática El pasado 23 de abril se dieron a conocer los nombres de los 46 ganadores del V Concurso Radial y del III Concurso Televisivo 2008 de La Librería Mediática, la iniciativa de promoción de la lectura que, mediante radio, televisión e Internet, dirige la periodista venezolana Marialcira Matute (http://www.letralia.com/firmas/matutemarialcira.htm). El jurado estuvo constituido por Matute e Isidoro Duarte para cuentos y poemas, José Tomás Castejón para cuentos y Mario Van Dam para poesías. El certamen, abierto para cuentos y poemas de hasta 50 palabras, recibió a lo largo de su plazo de admisión de originales —del 1 de enero al 28 de febrero— un total de 1.352 cuentos y poemas de 451 autores. Los textos participantes provinieron de los siguientes 31 países: Venezuela, Canadá, Cuba, Uruguay, Argentina, Colombia, Brasil, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Paraguay, República Dominicana, Puerto Rico, Camerún, Australia, Reino Unido, Guatemala, Nicaragua, México, Estados Unidos, Chile, Suecia, Costa Rica, Panamá, Italia, Francia, Bélgica, Holanda, España, Alemania y Portugal. El jurado de lectores realizó una selección preliminar de 91 autores de la que fueron escogidos finalmente los 46 ganadores. Todos los autores seleccionados serán incluidos en el Libro Radial 2008 de La Librería Mediática, una antología de audio que será transmitida en una emisión regular del programa. Asimismo, 32 de los autores serán incluidos también en el Libro Televisivo 2008, una antología similar, pero de carácter audiovisual. Los ganadores cuyos textos serán incluidos tanto en el Libro Radial como en el Televisivo son la venezolana Hildegard Rondón de Sansó (poemas “Qué incongruencia la poesía” y “Divertimento matemático”), el uruguayo Rafael Mondón (cuento “Augusto y el dinosaurio”), el argentino Diego Zanarini (poema “Balanza de pagos”), las venezolanas Sara Sofía Valenta (cuento “Un secreto” y poema “Poema para el reto desesperada”), Mónica Chalbaud (cuento “¡Lo juro!”) y Carmen Ordaz (poema “¿Cómo te explico?”), el español Julio Fernández (cuento “Abrí el cuaderno”), el puertorriqueño Roberto Silva (poema “A Manuela Sanz”), el argentino Héctor Krikorian (poema “Lluvia”), el venezolano Jesús Dam (cuentos “Marx III”, “El mensaje es el medio”, “Florentino y el Radio” y “Emparamado”), la venezolana Daniela Saidman (poema “Voces”), el colombiano Omar Suárez (cuento “Liberación unilateral”), el argentino Sergio Minore (poema “Parte del proceso”), el venezolano Tomás Mezones (poema “Ese color”), la venezolana Teresa Quilez (poema “Flores de piedra”), la argentina Silvana Álvarez (poema “Lugares”), el camerunés Marcel Kemadjou (poema “La cara de Madre Belleza”), la venezolana Vilena Figueira (poema “Un día”), la estadounidense Lucy Hernández (14 años, poema “No sé quien soy”), el venezolano Pedro Ostty (“Poema”), el colombiano Hernando Cortés (“Indigente poema”), el cubano Juan Cruz (poema “El final de los silencios”), la española Fátima Fernández (poema “Tristeza”), el mexicano de origen maya y residente en Canadá Francisco Ucán (poema “La espera”), el venezolano Julio Rísquez (5 años, poema “Amarillo pollito”), el uruguayo Yamandú Visillac (poemas “Deducción” y “Hermandad”), el cubano Carlos Pérez (poema “Sobre los tejados ardientes del verano”), el venezolano Oscar Medina (9 años, poema “Auxilio”), la uruguaya Nelly Robella (poema “Palabras”), el colombiano Luis Cruz (poema “Vacíos”), la cubana Lisi Medina (poema “Entro en tu cuerpo, recuerdo...”) y la argentina Ana Casares (poema “Esta que soy”). Los que serán incluidos sólo en el Libro Radial son la venezolana Nehomaris Sucre (poema “Quiero borrar la distancia”), el venezolano Germán Campos (cuento “La pena máxima”), la boliviana Elena Caro (poema “Eres”), el mexicano Omar Santos (poema “Perpetuidades”), el portugués Joaquim Batista (poema sin título), los argentinos Alejandro Taruella (cuento “El viento en el silencio”) y Felicitas Navarro (poema “Siembra de poetas”), el francés Mauricio Irazábal (poema “Reflejo”), los venezolanos Luis Herrera (10 años, poema “Papá”), Pío Jordán (poema “Mi trompito”), Ana Villalobos (poema “Te espero en mi piel”), José Antonio Barrios (poema “Las Quince Letras”) y Daney Orta (poema “Tu amor”) y el chileno Jerson Tralma (17 años, poema “Y son 50”). El Libro Radial 2008, que incluye a los 46 ganadores, será emitido en el programa 430 de “Los libros y la radio tienen mucho que ver”, a transmitirse el jueves 15 de mayo de 2008 a las 5 de la tarde en Radio Nacional de Venezuela (RNV, http://www.rnv.gov.ve). Ya antes fue transmitido en esa emisora el jueves 1 de mayo y, el domingo 27 de abril, en Radio Mundial YVKE (http://www.radiomundial.com.ve). Los ganadores y otros interesados pueden solicitar una copia gratuita especificando el número del programa. El Libro Televisivo 2008, en el que aparecerán los textos de los primeros 32 ganadores, será transmitido en el programa 355 de La Librería Mediática por Venezolana de Televisión (VTV, http://www.vtv.gob.ve) el sábado 17 de mayo a las 10:30 de la mañana y el domingo 18 a las 5:30 de la mañana. Adicionalmente, todos los textos serán publicados por partes en los quincenarios regulares de la revista digital Encontrarte (http://www.encontrarte.aporrea.org). Los libros Radial y Televisivo 2008 se editarán en homenaje a la poeta venezolana Ana Enriqueta Terán, quien ayer domingo 4 arribó a los 90 años de edad. Los libros cerrarán con la lectura de uno de los pasajes más conocidos de su poesía. Igualmente, ambos libros rendirán homenaje al venezolano Gustavo Pereira, poeta homenajeado en el Festival Mundial de Poesía 2008 en Venezuela, y se incluirá al autor venezolano Arturo Sosa Leal, uno de los ganadores de la edición 2007, como poeta invitado con una poesía de apertura, para expresar así que en Venezuela, grandes personalidades de la literatura y escritores que se inician están compartiendo igualmente espacios de calidad para la lectura. *** Literatura venezolana fue comentada en Pekín Con motivo del Día Internacional del Libro y los Derechos de Autor, el escritor y poeta venezolano Wilfredo Carrizales (http://www.letralia.com/firmas/carrizaleswilfredo.htm), agregado cultural de la Embajada de Venezuela en China (http://www.venezuela.org.cn), ofreció el mismo día 23 de abril su charla “Libros, autores, literatura y poesía venezolanos” a los profesores y alumnos de la Facultad de Español de la Universidad de Pekín (http://en.pku.edu.cn). Carrizales comenzó su exposición haciendo mención de la figura y obra de Juan de Castellanos y de los cronistas de Indias. A continuación se refirió a la introducción de la imprenta en Venezuela, a la impresión del primer libro, Calendario manual y guía universal de forasteros en Venezuela para el año de 1810, y la vida y obra de Andrés Bello. Posteriormente señaló la importancia de la obra de Teresa de la Parra, José Antonio Ramos Sucre, Julio Garmendia, José Rafael Pocaterra, Rómulo Gallegos, Antonio Arráiz y Arturo Úslar Pietri, entre otros. Hizo especial mención de los poetas mayores: Vicente Gerbasi, Elizabeth Schön, Ana Enriqueta Terán, Ramón Palomares, Rafael Cadenas, Juan Sánchez Peláez, Eugenio Montejo, Alfredo Silva Estrada, Juan Calzadilla y otros. La narrativa venezolana de la segunda mitad del siglo XX, con especial énfasis en figuras señeras como Salvador Garmendia, Adriano González León, Hugo Trejo, José Balza, Laura Antillano y Carlos Noguera, entre otros, también fue tema de Carrizales, quien concluyó su charla hablando de la nueva narrativa y la nueva poesía que se están haciendo actualmente en Venezuela y la labor de las editoriales tanto estatales como privadas. Durante la charla los numerosos asistentes pudieron ver imágenes de los autores mencionados y de algunas de sus obras principales y escuchar lectura de poemas. Al final se les obsequió a los participantes algunos libros donados por Monte Ávila Editores Latinoamericana (http://www.monteavila.gob.ve) y otros editados por la embajada. *** Inaugurada en Santander escultura del poeta José Hierro El Ayuntamiento de Santander (http://www.ayto-santander.es), en Cantabria (España), inauguró el pasado 25 de abril un monumento al poeta José Hierro, constituido por una escultura en el Paseo Marítimo, entre el monumento a Los Raqueros y el Club Marítimo. Obra de la escultora santanderina Gema Soldevilla, se trata de la recreación de la cabeza del poeta formada por una serie de paneles paralelos de dos metros de alto, elaborados en láminas de acero corten, que forman un cubo de dos metros de profundidad y dos de anchura. La escultura se levanta sobre una base de hormigón cubierta de piedra y lleva una placa en la que se leen los versos del poeta sobre la Bahía de Santander: “Si muero, que me pongan desnudo, desnudo junto al mar. / Serán las aguas grises mi escudo y no habrá que luchar”. Durante la inauguración, la viuda del poeta, Angelines Torre, y varios de sus hijos, admitieron que el desarrollo de la Fundación José Hierro, que vendría a resguardar y fomentar la memoria del autor de Cuaderno de Nueva York, se encuentra varado desde hace casi dos años, si bien la intención familiar es retomar en breve las negociaciones para llevar a buen puerto esta propuesta. Tras la muerte del poeta en 2002, han sido escasas y ocasionales las convocatorias en las que ha aflorado la necesidad de afrontar con decisión un proyecto sólido sobre la huella de Hierro. Actos esporádicos, lecturas y una exposición han sido los precedentes en torno a la figura del autor del Libro de las alucinaciones. Tan sólo la cita anual convocada por el Ateneo de Santander (http://www.atesant.es) y el esfuerzo de algunos amigos, intelectuales y creadores ha permitido mantener viva la llama de la palabra del poeta. Según la familia, los estatutos de la fundación no están definidos del todo y el proyecto quedó anclado y sin visos de continuidad cuando surgieron las diferencias sobre las responsabilidades de la gestión institucional y, sobre todo, sobre el espacio destinado a albergar la sede de esta nueva entidad. La Fundación José Hierro en Cantabria se concibió rápidamente como una futura entidad y centro cultural con un objetivo claro: disponer de un territorio con fundamento poético, documental y de investigación. En ocasiones se ha barajado la posibilidad de que acabara fraguándose en otras sedes del país, teniendo en cuenta, por ejemplo, que funciona de forma activa el Centro para la Poesía, ubicado en Getafe, que lleva el nombre del poeta y es dirigido por la nieta de Hierro. Angelines Torre siempre ha considerado obligado que el centro futuro debería tener como espacio natural a Santander. Por su parte, Cultura propuso hace ya más de dos años que las Casas del Águila y la Parra en Santillana acogieran la entidad. Desde la Consejería se ha subrayado en ocasiones que la puesta en marcha de nuevos proyectos en el centro de Santander abre posibilidades para encauzar el proyecto. Fuentes: 20minutos • El Diario Montañés *** México recuerda a Amado Nervo con un festival En busca de posicionar la figura y obra del poeta y diplomático mexicano Amado Nervo (1870-1919), desde el pasado 25 de abril se celebra en el estado de Nayarit el Festival Internacional Amado Nervo 08, que incluye conferencias, talleres, presentaciones de libros y exposiciones. José Inés Enríquez Ledesma, coordinador del festival, comentó que el objetivo del mismo es promover y consolidar nuevos valores y públicos en la literatura, las bellas artes y la cultura popular, así como difundir la importancia y fomentar la conservación del patrimonio tangible e intangible de Nayarit para México y el mundo. El festival se desarrolla en diferentes sedes en cuatro bloques, el primero de los cuales tuvo lugar 21 de febrero al 17 de marzo y el segundo del 25 al 30 de abril. El tercero se inicia mañana martes 6 y concluye el domingo 11, y el último se realizará del 12 al 24 de mayo, fecha aniversaria de la muerte del escritor. Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Querétaro, Sinaloa y Sonora son algunos de los estados que participan en el evento, definido como un reencuentro con las raíces y contemporaneidad para crear una simbiosis con las diversas manifestaciones del arte que llevarán a su máxima expresión a la danza, la música, la literatura, las artes visuales, el teatro y el cine. Enríquez Ledesma agregó que el festival se ha convertido en un instrumento impulsor de las manifestaciones artísticas locales, pero también de otros estados. Recordó que desde el año 2000, y a manera de homenaje, se ha buscado posicionar la figura y obra de Amado Nervo, que con el paso del tiempo se ha abierto a las diferentes propuestas, visiones y concepciones contemporáneas del ámbito artístico-cultural, propiciando un espacio de intercambio a nivel regional, nacional e internacional. Los talleres de apropiación de imagen y taller poético-visual libro de autor, que serán impartidos por Cecilia Hurtado, en la Casa Museo Amado Nervo, las presentaciones de libros como Tierra de trapiches, minas y vaquerías. La Barranca del oro y su región, de Arturo Camacho; Saudades, de Sandra Lorenzano, y La producción periodística de Amado Nervo en El Nacional 1894-1897, son algunas de las actividades del encuentro. Entre las conferencias que se realizarán en el festival se encuentra la Conferencia Magistral con Sandra Lorenzano, en el Auditorio de la Biblioteca Magna, de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN, http://www.uan.mx), y “Nervo Urbano: crónica de la ciudad, 1 parada”, en el Parador Universidad. Además se realizará la presentación de la Colección Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2002-2007, en la Casa Museo Amado Nervo; y “Nervo Urbano: anécdotas del Ceboruco y sus alrededores”, en la Plaza Principal de Jala, y espectáculos como la función de Delfos Danza Contemporánea; Horacio Franco; concierto de Aranjuez con David Mosqueda y la Orquesta Sinfónica de Nayarit, así como Susana Harp e Inna Nassidze. Fuente: Notimex *** Dieciséis autores venezolanos dejaron de ser inéditos Los títulos ganadores del V Concurso para Obras de Autores Inéditos 2007, convocado por Monte Ávila Editores Latinoamericana (http://www.monteavila.gob.ve), fueron bautizados la noche del pasado martes 29 de abril en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.org.ve), con la presencia del escritor Carlos Noguera, presidente del sello. “Para Monte Ávila”, dijo Noguera, “es particularmente dichoso este evento, que ya se ha convertido en una corta pero hermosa tradición entre nosotros, la de celebrar durante el primer semestre del año siguiente a la convocatoria respectiva, dados los veredictos y preparados los libros, esta reunión con la asistencia de los autores y de sus amigos y familiares. Agradecemos a los autores por proporcionarnos estos libros espléndidos”. Recordó que ya se hicieron los avisos para la nueva convocatoria a concurso (cinco géneros: narrativa, ensayo, dramaturgia, poesía y literatura infantil), así como también la convocatoria para los talleres de expresión literaria. Las bases están disponibles en nuestro boletín de anuncios de concursos, en http://www.letralia.com/concursos/0805162.htm. Por su parte, Martha Durán, reconocida en el género narrativa, ofreció a los asistentes unas palabras en nombre de sus quince compañeros, agradeciendo a Monte Ávila por la fe en los nuevos autores, por sus cuarenta años de labor y por ser un espacio de formación y aprendizaje para quienes quieren dedicarse a la literatura. Al recordar cómo se inició su gusto por la literatura a temprana edad, influenciada por su madre, señaló que “es en esos primeros encuentros con la literatura cuando comenzamos a intuir la existencia de un universo que nos seduce por lo que tiene de misterioso e inagotable, cuando comenzamos a convertirnos en lectores y nos damos cuenta de que lo verdaderamente efímero y transitorio es la vida del hombre, pero no el lenguaje, la palabra”. Asimismo, Mario Morenza (http://www.letralia.com/firmas/morenzamario.htm), reconocido por Pasillos de mi memoria ajena, dijo emocionado ante su publicación, que “cuando uno ve en la vitrina el libro de uno, es como ver a un bebé recién nacido en el retén. Aún no tengo hijos, pero es una sensación de estar dando vida, a palabras. Siempre concursaba, desde el 2005, pero me daba cuenta que le faltaba y le faltaba, y bueno, esta es mi primera obra, quizás no para definirse uno como escritor, pero es un primer intento de acercarme a la literatura, un grano de arena. Tal vez ahora el nivel de imaginación sobrepase al nivel de composición, de técnica”. Su “novela amalgamada hecha de cuentos”, como él mismo la describe, juega con la ficción de sí mismo. “Es un juego paródico, un homenaje a todas mis lecturas, a todas las personas que han estado en este recorrido que han sido estos años en la Escuela de Letras y también los anteriores, incluso de antes de que yo naciera, los que forjaron ese destino para que yo estuviera donde estoy hoy”, dijo. Entre esos cuentos está su favorito, “Melancólicos anónimos”, con las situaciones de un personaje principal que es su alter ego. “Es Mario Morenza, pero todo parodiado, absolutamente nada de lo que sale ahí tiene que ver conmigo; si no, una gran ola de psiquiatras estaría tras de mí para hacer unas cuantas tesis y ganarse un premio Nobel de medicina”, comentó entre risas. Pronto Morenza publicará también el libro La senda de los diálogos perdidos, bajo el sello Equinoccio (http://www.equinoccio.cultura.usb.ve). El listado de ganadores incluye en el género poesía a Santiago Acosta, con Detrás de los erizos, y Evelia Brito, con Mujer partida en dos. Las obras de dramaturgia reconocidas fueron Crónicas desquiciadas, de Indira Páez, y El águila, de Franco Miguel Quintero. En narrativa, con un número de ganadores mayor al habitual debido a la extraordinaria convocatoria del 2007, fueron escogidas las obras Cuentos en el espejo, de Marianne Díaz Hernández (http://www.letralia.com/firmas/diazhernandezmarianne.htm); Rosa la piñata, de Eduardo Febres; Cállate poco a poco, de Enza García Arreaza (http://www.letralia.com/firmas/garciaarreazaenza.htm), Qué impertinente manera de volver, de Martha Durán; Pasillos de mi memoria ajena, de Mario Morenza, y Ana no duerme, de Keila Vall de la Ville. En la categoría ensayo, resultaron ganadores los títulos Una escritura de lo fantasmal. La poesía de Rafael José Álvarez, de Josefina da Costa Gómez; Ser uno. Sicología del movimiento creador, de Octavia de Petre; y Figuras de la memoria, de José Javier Franco Ortiz. Finalmente, en la categoría de literatura infantil ganaron Edith Márquez, con Blog de la niña que soy; Raquel Méndez, con Estevan sobre ruedas; y María Gabriela Ramos, con Criaturas de la noche. Fuente: ABN *** Presentan en Maturín muestra internacional de arte ecológico Como una actividad previa a la inauguración del Museo Mateo Manaure, este miércoles 30 de abril fue inaugurada a las 4 de la tarde, en el atrium del Instituto de Cultura de Maturín (Icum, http://www.monagas.gob.ve/icum; Monagas, Venezuela), la exposición colectiva de artistas latinoamericanos “Un marco por la Tierra”. La muestra, que permanecerá abierta de lunes a sábado hasta mediados de este mes, ha sido organizada por los artistas plásticos Ricardo Benahím (venezolano) y María Clara Fernández (colombiana), con el apoyo del gobierno de Monagas a través del Icum y la asistencia en la coordinación de la profesora Castalia Cova. “Un marco por la Tierra” es una colectiva que lleva casi cuatro años itinerando por escenarios de Argentina, Colombia, Cuba, Chile, Estados Unidos y Venezuela. Se define como un proyecto de integración latinoamericana de arte y ecología en el que se unen artistas de diversas generaciones y tendencias. La muestra incluye 101 piezas en pintura, escultura, instalaciones, gráficas y fotografía, entre otras, de artistas venezolanos, colombianos, cubanos, argentinos, uruguayos, chilenos, puertorriqueños y de otras nacionalidades. Fuente: Icum *** Trasladan a Lima restos del poeta Javier Heraud Los restos del poeta Javier Heraud fueron sepultados el pasado viernes 2 de mayo en un cementerio limeño, en una discreta ceremonia privada donde se leyeron sus poemas y se recordó pasajes de su vida, que terminó violentamente en 1963. “Quisiera descansar todo un año y volver mis ojos al mar / y contemplar el río crecer y crecer como un cauce / como una enorme herida abierta en mi pecho”, fue uno de los versos del poema “El viaje” (1961), que leyó emocionada su hermana Cecilia durante el sepelio. Los restos del vate, quien se unió a las guerrillas y murió el 15 de mayo de 1963 a los 21 años en un enfrentamiento con las fuerzas del orden, en un paraje de Puerto Maldonado, fueron trasladados a Lima desde el cementerio “Los Pioneros” de esa ciudad, donde habían permanecido los últimos 45 años. Antes de recibir sepultura, sus familiares leyeron varios fragmentos de los poemas que escribió Heraud, entre ellos “El viaje”, con el que obtuvo el premio “El Poeta Joven del Perú”, así como “El río” (1960), entre otros. Los restos de Heraud fueron enterrados en el sector Los Algarrobos del cementerio Jardines de la Paz, donde recibió el adiós de sus familiares en una ceremonia previa. “Se ha cumplido el deseo de mi madre, porque ella quería que los restos de Javier estén al lado de mi padre Jorge”, dijo la hermana del poeta, con emotivas palabras durante el sepelio. “Yo no me río de la muerte / Sucede simplemente / que no tengo miedo de morir entre pájaros / y árboles”, fue otro de los versos más destacados de Heraud, que fueron leídos. La madre del poeta, Victoria Pérez, de 96 años de edad, no pudo acompañar a este cortejo fúnebre debido a su avanzada edad, refirió Cecilia. Los demás hermanos del poeta peruano, Jorge, Victoria, Marcela y Gustavo también hicieron uso de la palabra en esta ceremonia evocando la memoria de Heraud. “Por 45 años mi hermano ha estado rodeado de árboles y flores y pájaros”, dijo Gustavo parafraseando uno de los poemas de su hermano, y al explicar que si ahora los restos del vate regresan a Lima, desde Puerto Maldonado, fue por el deseo expreso de su madre. Finalmente, Cecilia agradeció al Equipo Peruano de Antropología Forense porque apoyó a la familia para hacer posible el traslado de los restos del poeta. Heraud nació en 1942 en Miraflores, Lima. Fue hijo de Jorge Heraud Cricet y Victoria Pérez Tellería, y fue el tercero de seis hermanos, los que esta mañana lo acompañaron hasta su tumba. Fuente: Andina *** Jorge Enrique Adoum participa en actividades en París La Maison de l’Amérique Latine (http://www.mal217.org) recibe hoy lunes 5 de mayo al escritor ecuatoriano Jorge Enrique Adoum (Ambato, 1926), en una actividad en la que leerá algunos de los poemas que constituyen su más reciente libro Mayo de 1968 (¿siglo XXI?), publicado por el sello Archipiélago y que evoca la revolución parisina de mayo de 1968, al cumplirse 40 años de tal suceso. Luego de la lectura, Adoum asistirá a un conversatorio sobre su obra que se realizará mañana martes 6 y el miércoles 7, en la Universidad de Boulogne-sur-Mer (http://www.uebm.org/esp/accueil.php). Adoum ha sido escritor, político, ensayista y diplomático. En 1960 obtuvo el Premio Casa de las Américas. Entre sus obras más reconocidas está Entre Marx y una mujer desnuda, publicada en 1976, que fue llevada al cine en 1996 por el realizador ecuatoriano Camilo Luzuriaga. Su obra siempre ha tratado temas sociales, y por ella fue nominado al Premio Cervantes. Hizo sus estudios de derecho y filosofía en la Universidad Central del Ecuador y los terminó en la Universidad de Santiago, Chile. En esa ciudad fue, durante cerca de dos años, secretario privado de Pablo Neruda, quien aseguró alguna vez que Ecuador tenía al mejor poeta de América Latina, refiriéndose a Adoum, entonces de apenas 26 años. A su regreso a Ecuador en 1948, ocupó cargos diversos en la Casa de la Cultura Ecuatoriana. En 1949 publicó su primer libro, Ecuador amargo, que fue comentado por Neruda y Carlos Drummond de Andrade. En 1952, con los dos primeros volúmenes de Los cuadernos de la tierra, obtuvo el Premio Nacional de Poesía de Ecuador. Fue redactor cultural del Diario del Ecuador, de Quito, colaborador de numerosas revistas latinoamericanas de cultura y profesor de literatura en diversas instituciones. Publicó otros libros de poesía, entre ellos Notas del hijo pródigo (1953) y Relato del extranjero (1955), y uno de ensayos críticos, Poesía del siglo XX, que abarca estudios sobre Paul Valery, Rainer Maria Rilke, César Vallejo, entre otros. En 1960 obtuvo, con Dios trajo la sombra, tercer volumen de los Cuadernos de la tierra, el premio de poesía en el primer Concurso de la Casa de las Américas de La Habana. Luego publicó el cuarto volumen, El dorado y las ocupaciones nocturnas. En noviembre de 1961 fue nombrado director nacional de Cultura, responsabilidad que desempeñó hasta 1963, año cuando, en el marco del Programa Principal de la Unesco (http://www.unesco.org) para el conocimiento de los valores culturales de Oriente y Occidente, viajó a Egipto, India, Japón e Israel. Luego se instaló en París, donde fue, sucesivamente, lector de literatura en español, portugués y catalán para las ediciones Gallimard, periodista de la Radio y Televisión de Francia y traductor de la ONU (http://www.un.org/spanish) y la OIT (http://www.ilo.org/public/spanish) en Ginebra, donde en 1969 estrenó, en francés, su obra de teatro El sol bajo las patas de los caballos, traducida a seis lenguas y representada en numerosos países de Europa y América. Volvió a París como miembro del comité de redacción del Correo de la Unesco hasta junio de 1987. En 1973 publicó, en Madrid, Informe personal sobre la situación, en México, en 1976 la novela Entre Marx y una mujer desnuda, que ese año obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia, otorgado por primera vez a un escritor extranjero no residente en ese país. En 1979 publica en Barcelona su libro de poesía No son todos los que están. Ese mismo año apareció una nueva obra de teatro, La subida a los infiernos, publicada en alemán antes que en español. Regresó a su país en 1987. Dos años después se le concedió el Premio Nacional de Cultura Eugenio Espejo, la más alta recompensa cultural del gobierno ecuatoriano, por el conjunto de su obra. Otras publicaciones suyas son: Sin ambages —textos y contextos (Ensayo, 1989), El tiempo y las palabras (1992), El amor desenterrado y otros poemas (1993), la novela Ciudad sin ángel (México, 1995, finalista del Premio Rómulo Gallegos de Venezuela), Los amores fugaces (Memorias imaginarias) (Quito, 1998); Ecuador : Señas particulares (Quito, 1998); el estudio Guayasamín, el hombre, la obra, la crítica (Nuremberg, 1998) y la antología de su obra poética ...Ni están todos los que son (Quito, 1999). En 1996 se estrenó con éxito en Ecuador la película Entre Marx y una mujer desnuda, basada en su novela homónima. En 1994 fue nombrado profesor honorario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD, http://www.uasd.edu.do). En 2003 publicó De cerca y de memoria, recuerdos de lecturas, autores y lugares. Adoum ha traducido al español la poesía de T. S. Elliot, Langston Hughes, Jacques Prévert, Yannis Ritsos, Vinícius de Moraes, Nazim Hikmet, Fernando Pessoa, Joseph Brodsky y Seamus Heaney. Fuentes: El Telégrafo • Wikipedia *** Teatro de Argentina y Chile se une en un festival Este lunes 5 de mayo comienza el Festival Espacios Comunes (http://www.festivalespacioscomunes.com) en Buenos Aires, con el estreno de los montajes El desvarío y Mujeres de arena, más la reposición de la obra Monogamia, concretándose así el trabajo de un año realizado por el equipo de producción, en este proyecto cuyo objetivo central es la integración de las artes escénicas entre Argentina y Chile. A las 9 de la noche comienzan las funciones en paralelo de El desvarío (Argentina), en el Teatro del Pueblo; y Mujeres de arena (Chile), en el IFT. Para ello, ya arribó a Buenos Aires la Compañía Ombú, que se trasladó desde Santiago para poner en escena esta obra que trata sobre el femicidio en Ciudad Juárez, escrita por Humberto Robles. Por su parte, la compañía La Herrería estrenará El desvarío de Jorge Díaz, obra en la cual su director, Sebastián Ricci, trabajó no sólo los aspectos de la puesta en escena, sino también de la apropiación y la adaptación del texto a su propia visión teatral. Ambos montajes tendrán únicamente cuatro funciones. Posteriormente, todos viajarán a Chile para el estreno en Santiago, a producirse las dos últimas semanas de mayo. Otro que también sale a las tablas este lunes 5 de mayo es Carlos Ianni, quien trae de la mano la obra Monogamia, escrita por Marco Antonio de la Parra. Se trata de una reposición de este exponente de la dramaturgia chilena, que viene a acentuar la idea de la integración y el intercambio entre ambos países. Para continuar la avanzada teatral, el martes 6 de mayo se presentará por primera vez en Argentina la aclamada pieza número 100 de Jorge Díaz, El Quijote no existe, escrita para los homenajes realizados por los 500 años del clásico de Miguel de Cervantes en España. A cargo de Pablo Krögh en dirección y actuación, la pieza se presentará en el Teatro Payró únicamente hasta el viernes 9, tras lo cual la compañía El Lunar regresará a Chile para continuar su trabajo en la Muestra Nacional de Dramaturgia. La semana de estrenos finalizará el miércoles 7 con Dos pasos de paz, dos pasos de guerra, una pieza del autor dominicano Reynaldo Disla, llevada a escena en el Teatro EMAD por la compañía La Empresa Humana bajo la dirección de Ezequiel Molina. Dentro de este calendario se suman las presentaciones regulares de Bengala, destacada pieza del teatro independiente argentino que se exhibirá en el IFT los viernes 9 y 16 de mayo, previo a su estreno en Chile. La semana siguiente traerá también piezas únicas, con el estreno de Los Albornoz, delicias de una familia argentina, Dos para el camino, del peruano César de María, y Pony, nunca te he negado una lágrima, del venezolano Gustavo Ott. Fuente: Página del evento *** Amor y literatura se encontrarán en Benidorm La concejala de Cultura del Ayuntamiento de Benidorm (http://www.benidorm.org/web/Portal.aspx?idDoc=1471), Alicante (España), Ángela Barceló, presentó el Quinto Encuentro Literario Ciudad de Benidorm, que este año se celebra los días 8, 9 y 10 de mayo y que centra su interés en el tratamiento del amor a través de la literatura. Los encuentros entre autores y público serán cada día, a partir de las 8 de la noche, en el Salón de Actos del edificio consistorial. El director y moderador será Ignacio Elguero. El encuentro arranca este jueves 8 con una mesa redonda y coloquio con el público sobre “Amor y literatura” en la que participarán Juancho Armas Marcelo, Vicente Molina Foix y Antonio Pérez Henares. El viernes 9 es el turno de Juan Antonio González Iglesias, Eloy Sánchez Rosillo y Care Santos, que hablarán sobre “Eros y poesía”. El sábado 10 intervendrán Begoña Aranguren, Pilar de Arístegui y Reyes Monforte, que tratarán acerca de “El personaje amoroso”. Según la edil de Cultura, se espera que el encuentro tendrá “una gran acogida”, como ya se produjera en las cuatro ediciones anteriores. En este sentido, ha explicado que “el primer año por este encuentro no se daba ni un duro, decían que en Benidorm esta iniciativa no tendría éxito, y hoy tengo que decir con gran satisfacción que el encuentro está consolidado y son los escritores los que se ofrecen para venir, y me siento muy satisfecha por poder elegir los escritores que participan”. La sala cuenta con un aforo para 200 personas y la entrada es gratuita y limitada a la capacidad de la misma, ha recordado Ángela Barceló, quien ha invitado “a los amantes de la letras” a que participen en el mismo, ya que “nos permite conocer de cerca de los escritores, su expresión verbal y propicia el diálogo”. Fuente: Grupo Noticias *** Canciones de cuna presentan en San Cristóbal de La Laguna San Cristóbal de La Laguna (Tenerife, España) acoge este jueves 8 de mayo el espectáculo “Nanas del mundo”, un recorrido musical por canciones de cuna originarias de múltiples lugares del mundo, protagonizado por la compañía 4Bichos. Esta singular propuesta artística se enmarca en el ciclo “Santo Domingo en Jueves”, organizado semanalmente por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de la ciudad (http://www.aytolalaguna.es), y tendrá lugar en el antiguo Convento de Santo Domingo a partir de las 8:30 de la noche, con entrada gratuita. Este espectáculo permitirá al espectador conocer las maneras en que se acuna, arrulla y ayuda a conciliar el sueño a los niños en diferentes lugares del planeta. Las nanas, cantadas por padres y madres, conforman una vasta y rica tradición musical, transmitida principalmente por vía oral. Este jueves, en el antiguo Convento de Santo Domingo, la compañía 4Bichos incluirá en su repertorio nanas de países africanos (Uganda, Marruecos o Congo), europeos (Alemania, Inglaterra o Andalucía), americanos (Cuba, Argentina o Nicaragua) o asiáticos (China), y tampoco faltarán canciones de cuna de la tradición popular canaria. Todas ellas se interpretarán en sus idiomas originales y cada de una de ellas tendrá una ambientación particular. La muestra será interpretada por Raúl Cabrera (guitarra y voz), Judy Porto (voz y narración), Jonatan Rodríguez (percusión) y Jep Meléndez (danza y percusión corporal), con Claudia Gaitán como responsable de escenografía y decoración. Fuente: Ayuntamiento de La Laguna *** Venezuela celebrará su quinto Festival Mundial de Poesía La Casa Nacional de las Letras Andrés Bello (http://casanacionaldelasletras.blogspot.com) organiza el 5º Festival Mundial de Poesía, evento que se realizará en Caracas y simultáneamente en todos los estados de Venezuela, desde el 18 hasta el 25 de mayo, según un comunicado difundido por esta institución, dependiente del Ministerio del Poder Popular para la Cultura (http://www.ministeriodelacultura.gob.ve). “Venezuela ha sido escenario de un encuentro poético que, en los últimos cuatro años, ha concertado más de doscientas voces, donde la palabra ha dado al público la oportunidad de acercarse a la herencia poética de los pueblos”, continúa el comunicado. La quinta edición del Festival Mundial de Poesía, que se celebra bajo el lema “Sin tregua, como las nubes”, está dedicada al escritor venezolano Gustavo Pereira, poeta y crítico literario oriundo de la isla de Margarita, estado Nueva Esparta. Uno de los poetas venezolanos más importantes de su generación y de la literatura latinoamericana, Pereira ha publicado Preparativos del viaje, 1964; El interior de las sombras, 1968; Los cuatro horizontes del cielo, 1970; Poesía de qué, 1971; Libro de los Somaris, 1974; Segundo libro de los Somaris, 1979; El peor de los oficios, 1990; La fiesta sigue, 1992, Escritor salvaje, 1993, y Los seres invisibles, 2005; entre otros títulos. En el marco del festival se desarrollarán, en todas las ciudades del país, talleres de poesía, recitales itinerantes en zonas populares, conferencias, foros, tertulias y mesas redondas, para lugar confluir en una ceremonia central en el Teatro Teresa Carreño, en Caracas. Fuente: Casa Nacional de las Letras Andrés Bello *** Cagua y La Victoria sedes del Festival Mundial de Poesía en Aragua La quinta edición del Festival Mundial de Poesía se realizará, como ya es costumbre en este evento, con presentaciones y actividades poéticas tanto en Caracas como en los estados del interior de Venezuela. En Aragua, según informó la Coordinación de la Plataforma del Libro y la Lectura (http://coordaragualibroylalectura.blogspot.com), estas actividades se realizarán el martes 20 de mayo en los municipios Sucre y Ribas, cuyas capitales son las ciudades de Cagua y La Victoria, respectivamente. Las actividades, que se iniciarán a las 9 de la mañana en la Plaza Sucre de Cagua con una expoferia de artesanos aragüeños, serán inauguradas por el profesor Carlos Augusto León, alcalde de la ciudad; el profesor Carlos Augusto León, director del Instituto Autónomo de Cultura; Róger Pereira, secretario sectorial de Cultura de la Gobernación del estado Aragua; Milagros Guzmán, coordinadora de la Plataforma del Libro y la Lectura y el equipo de las Librerías del Sur Maracay. Entre las 9 de la mañana y las 12 del día, el poeta, crítico literario y periodista argentino Daniel Freidemberg (Resistencia, Chaco, 1945) dictará el taller “El arte de leer poesía”, actividad gratuita para lectores de la comunidad que deseen participar. Freidemberg fue uno de los fundadores, en 1986, de la publicación trimestral Diario de Poesía, la más importante de la Argentina en su especialidad durante las últimas dos décadas, y de cuyo Consejo de Dirección formó parte desde entonces hasta su desvinculación, en 2005. El autor es además un activo compilador, con veinte antologías en su haber, ha recibido varios reconocimientos y ha publicado ensayo y poesía. A las 4 de la tarde, la Imprenta Regional del estado Aragua presentará en la Plaza Sucre cinco nuevos títulos que se suman a su colección de autores aragüeños. La presentación, en la que participarán sus autores como parte de un recital, estará a cargo de Carmen Virginia Rodríguez, coordinadora del Conac en Aragua y miembro de la Red Nacional de Escritores, junto con Héctor Bello y Ángel Pérez, diseñador e impresor. El recital se realizará a las 5:30 de la tarde y tendrá como protagonistas a los poetas aragüeños Reina Martínez de Arrivillaga (http://www.letralia.com/firmas/martinezdearrivillagareina.htm), Marcos Veroes (http://www.letralia.com/firmas/veroesmarcos.htm), Guillermo Cadrazco (http://www.letralia.com/firmas/cadrazcoguillermo.htm) y Lucila Balza, así como al argentino Daniel Freidemberg y al carabobeño Carlos Yusti (http://www.letralia.com/firmas/yusticarlos.htm). La actividad terminará en la noche con una presentación musical y dancística coordinada por el Instituto Autónomo de Cultura del municipio. Entre tanto, las actividades en Ribas se iniciarán igualmente a las 9 de la mañana en el Instituto Tecnológico de La Victoria, con la apertura a cargo del profesor Williams Hernández (http://www.letralia.com/firmas/hernandezwilliams.htm), Felixmina Licones, directora operativa del Gabinete Cultural de Aragua y el equipo de Librerías del Sur La Victoria. Luego, Carmen Virginia Rodríguez, coordinadora del Conac en Aragua y miembro de la Red Nacional de Escritores, junto con Héctor Bello y Ángel Pérez, diseñador e impresor de la Imprenta Regional del estado Aragua, presentarán sus cinco nuevos títulos. A las 3 de la tarde, el poeta chileno Raúl Zurita (http://www.letralia.com/firmas/zuritaraul.htm) dictará su taller “Poesía y vida” en las instalaciones del Tecnológico. Nacido en Santiago de Chile en 1950, Zurita estudió ingeniería y ha publicado Purgatorio (1979), Anteparaíso (1982), Canto a su amor desaparecido (1985), Canto de los ríos que se aman (1993), La Vida Nueva (1994), El día más blanco (2000), Sobre el amor, el sufrimiento y el nuevo milenio (2000), Poemas militantes (2000), INRI (2003), Mi mejilla es el cielo estrellado (2004) y Los países muertos (2006). En 1982, sobre la ciudad de Nueva York, traza el poema “La Vida Nueva” usando aviones, y sus fotografías forman parte de Anteparaíso, y en 1993, de forma permanente, la frase “ni pena ni miedo” sobre el desierto de Atacama que puede ser vista desde las alturas y que finaliza el libro La Vida Nueva. Su poema Canto a su amor desaparecido, encabeza el Memorial de los Detenidos Desaparecidos de Chile. Ha recibido las becas Guggenheim y DAAD de Alemania y, entre otros, los premios Pablo Neruda (1989) Pericles (Italia, 1995), Premio Nacional de Literatura (Chile, 2000) y el Premio José Lezama Lima (Cuba, 2006). Libros y poemas suyos han sido traducidos al inglés, alemán, ruso, italiano, sueco, chino, bengalí y turco. Actualmente es profesor de literatura creativa en la Universidad Diego Portales (http://www.udp.cl), de Chile. A las 6:30 se dará inicio al recital poético, en el que además de Zurita y el caraqueño Róger Herrera Rivas participarán los poetas aragüeños José Gregorio Correa (http://www.letralia.com/firmas/correajosegregorio.htm), Alexis Escalona, Moraima Rodríguez y Nesfrán González (http://www.letralia.com/firmas/gonzalezsuareznesfranantonio.htm). A las 8 se realizará la presentación musical y dancística con la que se dará fin a la actividad en el estado. Fuente: Plataforma del Libro y la Lectura de Aragua *** Discuten en Salamanca sobre el estímulo a la lectura en la familia Entre el 29 y el 31 de mayo se realizará en el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez (Cilij, http://www.fundaciongsr.es/salamanca), en Salamanca (España), las 16ª Jornadas de Bibliotecas Infantiles, Juveniles y Escolares, que bajo el lema “La familia y uno más: la lectura en casa” se enfocarán en programas, actividades y reflexiones en torno al desarrollo de la lectura en el ámbito familiar. El encuentro, que cuenta con el auspicio del Ministerio de Cultura de España (http://www.mcu.es) y la entidad Caja Duero (http://www.cajaduero.es), tiene por objetivo acercar, a bibliotecarios, educadores, gestores culturales y padres y madres, diferentes programas y actividades desarrollados por organismos y asociaciones nacionales e internacionales, y ofrecer la posibilidad de reflexionar sobre la trascendencia de la lectura en el ámbito familiar y la conexión de este con otros espacios lectores. La conferencia inaugural se realizará el jueves 29 a las 12:15 del mediodía, y estará a cargo del doctor Enrique Gil Calvo, sociólogo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM, http://www.ucm.es), quien hablará sobre la recuperación, por parte de la familia, del papel de ente fomentador del hábito lector. En la tarde, a partir de las 4:30, Teresa Corchete y Sara Iglesias, del FILIJ, coordinarán el grupo de trabajo “Libros en familia: estrategias y recursos para fomentar la lectura en el hogar”, en el que se construirá un conjunto de propuestas aplicables en la escuela y la biblioteca para trabajar la lectura en las primeras edades. El viernes 30 a las 10 de la mañana, el periodista Fabricio Caivano y el escritor Emili Teixidor discutirán, durante el diálogo “Del hogar al microondas: lecturas para andar por casa”, sobre las posibilidades, necesidad u obligación de los padres, de ayudar en las lecturas de sus hijos. A las 12, Zaïma Hamnache, directora de Acciones Culturales contra las Exclusiones y las Segregaciones (Acces, http://www.acces-lirabebe.fr), de París, Francia, hará una presentación del trabajo de esta institución con los pequeños lectores más desfavorecidos, habitualmente surgidos de la inmigración. A partir de las 4:30 de la tarde, Rose Marie Clark, directora del programa británico BookStart (http://www.bookstart.co.uk), demostrará los alcances del mismo, dedicado al estímulo a la lectura conjunto de padres e hijos. El sábado 31 a las 10 de la mañana se realizará una exposición con diversas experiencias que se están llevando a cabo en España. A las 11, María Clemente, profesora de la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es) y Dolores González, directora del Cilij, presentarán el estudio que, sobre programas de promoción de la lectura con las primeras edades, ha adelantado a lo largo de 3 años la Fundación GSR. A las 12, el escritor y filósofo italiano Roberto Cotroneo (Alessandria, 1961, http://www.robertocotroneo.it), autor del libro Si una mañana de verano un niño, presentará la conferencia de cierre, titulada justamente “Si una mañana de verano un autor”, donde relatará experiencias personales sobre la lectura en el ámbito familiar, y hablará sobre el importante aporte de los mediadores profesionales para fomentar el placer de leer. Los derechos de inscripción, que incluyen la cena del viernes 30, tienen un costo de 130 euros y cupo limitado. Para formalizarlo es preciso llenar el formulario de inscripción disponible en http://www.fundaciongsr.es/agenda/formiscr.htm y realizar el depósito correspondiente de acuerdo a las indicaciones que se dan en la página del evento, http://www.fundaciongsr.es/agenda/jornadas.htm#Inscripcion. La actividad se realizará en la sede de la Fundación GSR, en la calle Peña Primera 14 y 16 (Salamanca, España). Fuente: Página del evento *** Traducción de Medea por Unamuno abre colección del Festival de Mérida La publicación de la traducción de Medea, de Séneca, que hiciera Miguel de Unamuno en 1933, abre una colección que reunirá todos los textos que, a partir de la edición de este año, se representen en el 54º Festival de Teatro Clásico de Mérida (http://www.festivaldemerida.es), que se celebrará en esta ciudad española del 21 de junio al 30 de agosto. El director del certamen, Francisco Suárez, anunció el lunes 28 de abril que las obras publicadas incluirán textos, escenografía, música o notas sobre la puesta en escena, con el objetivo de reflejar documentalmente lo que se hizo en cada espectáculo. La edición de la traducción de Unamuno es “histórica y excepcional”, ya que ha apuntado que el único manuscrito que existe sólo se había publicado dentro de sus Obras completas. La obra cuenta con un prólogo de la consejera de Cultura y Turismo, Leonor Flores, titulado “Un texto histórico”, y otro de Ricardo Senabre, catedrático de teoría y literatura y literatura comparada de la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es). Incluye también un apéndice de Sonia Domínguez, del Festival de Mérida —“La innovación de lo clásico: una Medea para Mérida—, y otro con fotografías, cartas y otros documentos relacionados con la obra, que fue representada el 18 de junio de 1993 y que sirvió de arranque de este ciclo teatral. Suárez informó que el trabajo de Unamuno, realizado sólo en 15 días y casi sin tachaduras, es una traducción, no una versión de la obra de Séneca. A pesar de la belleza y la calidad de la obra de Séneca, no se había vuelto a representar en Mérida, en su opinión, porque carece de tensión dramática, la acción es lineal y los personajes no son contradictorios. Frente a los personajes “vivos” que ofrece la Medea de Eurípides, Séneca, más ensayista, hace prevaler su discurso y sus ideas sobre su visión del mundo. No obstante, en opinión de Suárez, tanto Séneca como Eurípides convirtieron a Medea en una “heroína digna”. Unamuno, quizá por las prisas, según Suárez, usa una prosa austera y bien comprimida. A la vista de un texto tan poco dramático, el director del festival planteó que la interpretación que hizo la Margarita Xirgu hace 75 años debió ser “muy impostada”, para dar emoción a una obra “inexpresiva”. Con Edipo y Las troyanas, Suárez agregó que Medea completa el trío de grandes textos “clásicos” de Mérida. El director general de Promoción Cultural, Javier Alonso de la Torre, recordó que la idea del espectáculo de 1933 surgió en un encuentro en el Teatro Español de Madrid entre el ministro de Instrucción Pública Fernando de los Ríos, Unamuno y Xirgu, que propuso hacerlo en el Teatro de Mérida, que conoció en 1926. El espectáculo, según De la Torre, fue subvencionado con 50.00 pesetas, y después de Mérida tenía que acudir a Sagunto (Valencia), Barcelona y Madrid, donde habría una función gratuita. El presupuesto total fue de 100.000 pesetas, lo que, según dijo, se equiparó a las Misiones Pegagógicas de la II República y al grupo universitario “La Barraca”, de Federico García Lorca. Fuente: EFE *** Crearán en México la Cátedra Alejo Carpentier Del 15 al 20 de septiembre será inaugurada, en el marco de la XI Feria del Libro de Saltillo que se realizará entre el 5 y el 14 de ese mes, la Cátedra Alejo Carpentier, iniciativa impulsada por Armando Sánchez Quintanilla, coordinador de Bibliotecas, Publicaciones y Librerías de Coahuila (México) y que tiene como objetivo “volver a los orígenes y voltear los reflectores hacia el primer premio Cervantes de Latinoamérica”. La Coordinación Estatal de Bibliotecas, Publicaciones y Librerías será la sede oficial de la cátedra, un espacio que estará dedicado al estudio y la celebración de la lengua y la literatura en donde la guía será Carpentier. La dirección estará a cargo de Sánchez Quintanilla El consejo consultivo de la cátedra incluirá a los carpenterianos radicados en La Habana, un grupo de especialistas en la vida, obra y milagros del escritor entre los que se encuentran Ana Cairo, secretaria de la Cátedra Alejo Carpentier en la Universidad de La Habana (UH, http://www.uh.cu); José Antonio Baujin, director de la Facultad de Artes y Letras de la misma universidad y Aracely García Carranza, biobibliógrafa del escritor. El escritor Gonzalo Celorio, quien asegura que en México nadie ha estudiado tanto a Carpentier como él, será quien inaugure la cátedra. Autor del prólogo de la Edición Conmemorativa de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, Celorio asegura que esta novela no hubiera sido posible sin El reino de este mundo, de Carpentier. García Márquez, reconocido deudor de la obra del escritor cubano, es la figura central que la cátedra está buscando, y en palabras de Quintanilla, es posible que en la inauguración —o alguna de sus próximas ediciones— se cuente con la presencia del Nobel de Literatura. Carlos Fuentes es otra de las figuras a quienes se ha extendido invitación para ser parte de la celebración: “Estamos en busca de Fuentes para una futura fecha, porque cada año vamos a invitar a un deudor de Carpentier. Pero no sólo eso, sino también tendremos a exponentes de la literatura que quizá no tengan que ver con el escritor, pero que representen una figura importante en el ámbito de la literatura, porque nuestro fin principal es crear lectores, tener un público establecido y poner a Saltillo en el mapa cultural del país”. Ana Cairo hablará, en una de las conferencias inaugurales, sobre la obra de Carpentier, y Aracely García Carranza hablará sobre los papeles de Carpentier, documentos personales que el escritor le entregó para su resguardo; el periodista Julio Rodríguez dará charlas de café en las que abordará la parte íntima de su amigo Alejo. Además de las conferencias, durante la cátedra también se realizarán talleres y proyecciones de cine, que contarán con la presencia del cineasta cubano Héctor Veitía, considerado el mejor documentalista de Carpentier. Otra de las figuras que estarán presentes será el crítico y cineasta Luciano Castillo, creador de Carpentier en el reino de la imagen, libro que reseña y recopila las obras de Carpentier que han sido llevadas a la pantalla grande. “La idea me surgió porque, al asistir a la cátedra Julio Cortázar, me pareció que la Universidad de Guadalajara tenía un espacio extraordinario para dedicarlo a uno de los grandes escritores de Latinoamérica”, explicó Sánchez Quintanilla. “No pude evitar recordar de dónde nace toda esa gran generación de narradores y, sobre todo, el concepto de latinoamericanidad, y no tuve más remedio que remitirme a uno de los fundadores de este término: Alejo Carpentier, un autor que en mi opinión debe de ser revalorado, porque la explosión del boom cegó a mucha gente y ya no tuvimos ojos para ver hacia atrás y hacerle justicia a un autor de la magnitud de Carpentier”, asegura Quintanilla. “Cuando traté de conceptualizar la cátedra, me di cuenta de que la palabra tiene la misma raíz que catedral y nuestro propósito equivaldría —si se me permite el símil— a construirle una catedral a un santo laico, a un grande de la literatura; un lugar donde quemarle incienso que se convierta en un espacio para la reflexión literaria, filosófica y lingüística. Es un homenaje a un personaje de un tremendo potencial, un escritor, que al igual que Borges, fue un eterno candidato al Premio Nobel”, indicó el funcionario. Escritor universal, Alejo Carpentier (La Habana, 1904; París, 1980) proporcionó con su apropiación de América, a través de lo real maravilloso y su escritura barroca, una nueva línea creadora que lo hacen trascender en su narrativa, indicando nuevos caminos en la novela latinoamericana. Periodista, musicólogo, crítico de arte, permitió una comunicación entre el viejo continente y América en materia de cultura. Fuente: Vanguardia ||||||||||||||||||||||| LITERATURA EN INTERNET |||||||||||||||||||||| Bubok http://www.bubok.es Sistema de edición por demanda en el que el usuario puede diseñar y vender sus propios libros, sean éstos digitales o impresos. Los lectores compran mediante una práctica tienda en línea y reciben el producto de inmediato por correo electrónico si es un libro digital, y en unos días vía postal si es un libro impreso. Una sencilla interfaz permite subir la obra, que debe tener al menos 30 páginas y estar previamente diseñada en formato PDF, configurar la encuadernación, elegir un diseño predefinido para la portada o subir uno propio, y ponerle el precio al producto final, que puede ofrecerse al público o bien mantenerse en privado. Mester de Narradores http://mesterdenarradores.blogspot.com Bitácora en la que el Grupo Literario adscrito a la Academia Dominicana de la Lengua comenta las últimas noticias de la literatura de ese país, publica entrevistas a autores y difunde convocatorias a actividades. El grupo fue creado por la academia en 2005 para fomentar el estudio del idioma y el cultivo de las letras, auspiciando y encomiando la creatividad de los narradores dominicanos que asumen las palabras para crear con ellas una obra de ficción impregnada de valores literarios, humanísticos y culturales. Fundación Internacional Jorge Luis Borges http://www.fundacionborges.com La web de esta conocida organización creada en 1988 por María Kodama, viuda del gran escritor argentino Jorge Luis Borges, ofrece información sobre sus actividades y publicaciones, documentos sobre el autor de El Aleph y otros materiales. The Transgenic Writer http://www.franontanaya.com/blog Blog bilingüe del escritor español Fran Ontanaya, dedicado a explorar una vía literaria más allá del posmodernismo, examinar los medios actuales e históricos y observar las propuestas y antecedentes de distintas áreas del arte y la cultura. Unión Latina http://www.unilat.org/SG/index.es.asp Organización internacional fundada en 1954 para promover y difundir la herencia cultural y las identidades del mundo latino. Está presente en cuatro continentes y desarrolla proyectos multilaterales que conciernen a todos sus estados miembros, para lo cual cuenta con una red de representaciones en una veintena de países. Sus actividades están enfocadas en tres campos: cultura y comunicación, promoción y enseñanza de lenguas y terminología e industrias de la lengua. poesía sexo marihuana http://poesia-sexo-marihuana.com Publicación digital de periodicidad mensual que da cabida a poemas, cuentos, artes visuales, ensayo, crítica literaria y cinematográfica y otros temas. Incluye poesía en audio y video y literatura sobre sexo. ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === ¿La tonada chilena de Bolaño en Buenos Aires? Rolando Gabrielli == Así se reiría Roberto Bolaño, como en la fotografía (http://tinyurl.com/5y3zab), si leyera el poco afortunado y mal intencionado comentario que hace en el blog de la 34ª Feria del Libro de Argentina, el diario Clarín, de Buenos Aires, y que a continuación reproduzco textualmente: El chileno Roberto Bolaño, quien murió en el 2003 con 50 años, ha tenido un éxito póstumo extraordinario. Es el novelista del momento. En los Estados Unidos es el autor que hay que leer. Los snobs literarios esperan ansiosamente la traducción de 2666 tras la exitosa edición de Los detectives salvajes. Estuvo presente, también, en la Feria, pero sin mucho éxito. Al “Homenaje a Roberto Bolaño” apenas asistió un puñado de personas, y la mayoría —por la tonada— eran chilenos. En el video, uno de los presentadores se niega a explicar la razón que justifica el gran boom de popularidad de su compatriota novelista. Roberto Bolaño se consagró con sendos premios (Herralde) en 1998 y 1999 (Rómulo Gallegos) por su novela Los detectives salvajes, aunque su obra supera con creces los lauros que recibió en vida. No estamos ante un escritor postmorten que comienza a reconocerse, ya era un hecho conocido que es el eslabón entre el viejo boom latinoamericano y la actual generación. Isabel Allende lleva décadas en Estados Unidos, es una best-seller a nivel mundial, Piglia es novelista y vive hace muchos años en ese país del norte como Tomás Eloy Martínez, y otros tantos escritores, pero ninguno ha entrado con la fuerza de Bolaño, el reconocimiento a su obra, como lo han comentado el New York Times y otras revistas norteamericanas prestigiosas. La notícula citada habla de los snobs norteamericanos que esperan ansiosamente la traducción de 2666, novela póstuma de Bolaño. Los detectives salvajes fue traducida por sugerencia, antes de morir, de Susan Sontag, una de las mentes más lúcidas y brillantes de Estados Unidos durante el siglo XX. Cuando menos muy despectivo, para Bolaño y Chile, el comentario de marras, para la propia novela latinoamericana, que no termina de acomodarse desde la muerte de Bolaño. Bolaño es un lector más para argentinos, acostumbrados a Borges, Cortázar, que para norteamericanos. El autor de Rayuela, mentor del boom latinoamericano, hubiese disfrutado y aplaudido la narrativa de Bolaño, porque se reflejaría en sus páginas su propio mundo y porque Cortázar tenía un olfato de sabueso además de la grandeza de su espíritu. Vivir fuera de la patria, de las faldas de la madre, enseña a morir más intensamente, como frente a un precipicio, pero sin caerse, cada día, y cuando uno está en la orilla siempre alguien te da la mano, aunque sea la otra tuya. Cuando “el monstruo barroco caribeño”, el poeta José Lezama Lima, estaba abandonado a su propia suerte, como una gran ballena varada en las playas de Varadero, Cuba, fue Cortázar quien sacó a la luz y reconoció la novela Paradiso. El porteño de Banfield no tenía complejos. Tengo entendido que algunos escritores chilenos debatieron sobre la novelística de Bolaño en el marco de la feria, y ese es el tema del que debiera ocuparse el diario. En el video relámpago mostrado por Clarín, el chileno que habla dice que la obra crece sola, con una sonrisa muy andina, sin mayor gesto, como cerrada en sí misma. Tom Wolfe, novelista y periodista norteamericano, invitado estrella a la feria, llegó precedido de declaraciones inflamatorias y apocalípticas sobre la novela anunciando su fin. No soy novelista, pero pienso que la novela es un género camaleónico, crece en la diversidad, cambia, muta, y alguien da en el blanco de tiempo en tiempo, por encima de los éxitos. Bolaño se encargó de ese otro espacio, el del novelista a hierro y fuego. Estuve en la Feria del Libro de Panamá con un invitado estrella, best-seller, conversamos en varias ocasiones, nunca compré su libro, ni mientras lo firmaba ante un público que se notaba con mente de telenovela. Cuando intentamos hablar de literatura, me dijo que no leía. No tengo tiempo. Después la TV española se dio un banquete con el libro y el tema. En la Feria de Colombia del pasado año, pasé tres o cuatro veces por un mismo stand, y vi cómo se vaciaba de la novela del japonés Haruki Murakami. Me refiero a Kafka en la orilla. No estaba el novelista y su obra volaba entre las manos del público y los vendedores no suelen ser grandes conocedores de la obra para impulsarla. Las ferias son una caja de Pandora, ocurren muchas cosas y en especial están montadas para el marketing. No siempre llega y se lee lo mejor. Volviendo a Bolaño, era como Borges, todo remitía a la literatura, él mismo formaba parte de sus personajes. Nos hereda ese oficio implacable que es más bien un vicio, como su compromiso y coraje. Mucho se habla de sus dos grandes novelas, pero es un cuentista notable. En esa noveleta, Nocturno de Chile, pone en descubierto un gran tema de nuestro y otros tiempos, el poder y la literatura amén de otras bellezas de la dictadura chilena. Hay que leer a Bolaño, antes de feriarlo. ** Rolando Gabrielli panglobal@hotmail.com Periodista y escritor chileno residenciado en Panamá. Poeta, narrador y ensayista. Ha obtenido diversos premios y menciones literarias en Chile, México y Panamá. Ex funcionario internacional, corresponsal extranjero en Colombia y Panamá. Ha dirigido y editado diversas publicaciones y artículos suyos han sido publicados en América Latina y Europa. Es el autor de la avenida "Fechado en Panamá", en nuestra Ciudad Letralia (http://www.letralia.com/ciudad/gabrielli). === José Barroeta: los relámpagos de la otra orilla ======================= === Gabriel Mantilla Chaparro ============================================= No sabría decir con exactitud cuándo fue la primera vez que vi al poeta José “Pepe” Barroeta, sólo sé que fue hace mucho tiempo. De pronto estaba involucrado en nuestras vidas, bien como profesor, como poeta o como directivo de la escuela. Presencia que aparece en momentos cotidianos, cafetines, eventos y encuentros extraordinarios como las bienales, las ferias del libro. Rodeado de sus amigos más cercanos, fumando y dialogando. Tenía yo cerca de veintidós años cuando conocí a este coraquenque de Pampanito. Lejanía que acerca, cercanía que aleja, ha sido el sendero de nuestra amistad. Estaré siempre agradecido de sus palabras prologales en mi libro sobre Hernando Track, escritor que, al igual que Baudelaire o Vallejo, tiene una resonancia de gran magnitud en su obra poética, como la tiene de la poética extraña de un Hesse, un Camus, un Kafka, un Artaud, un Lautreamont. Leyendo a Barroeta nos convencemos más de nuestra espacialidad y de nuestra temporalidad, venidos a esta a veces “cena miserable” (Vallejo) a sembrar, mientras existimos, la “fértil miseria” (Mutis) de nuestra poesía. Astrobuzos sometidos siempre al flujo de aguas en lo que Ernesto Sábato ha dado en llamar el “mar de las antinomias”: el nacer, el morir, finito, infinito, el dolor, el sufrimiento; la insuficiencia de los esfuerzos, los desengaños, la ignorancia, el olvido, claridad, oscuridad el gozo, la ilusión de felicidad, el eros, los viajes, la soledad, la desesperanza, etc. Una obra como la de Barroeta está consciente de que toda empresa humana tiene una vida secreta, se balancea sobre el hondo abismo de la posibilidad y que a veces ya no queda opción de elegir. Trágica condición de la existencia en virtud de que estamos constituidos de alma y cuerpo, somos naturaleza, cuerpo que se agota y finitos pero como una mente siempre vinculada a nuestra obra, nuestra condición humana, mirando hacia lo infinito anterior y lo infinito del futuro. Polvo de estrellas que nos fundimos al alma del universo, con la espada del poema en la mano, como buenos samurai. Ante un hecho y un momento tan esencial como este en que hay que brindar el necesario aliento, el poeta norteamericano Walt Whitman dejó su mensaje: “mis marchas no suenan sólo para los victoriosos / sino para los derrotados y los muertos también. / Todos dicen: es glorioso ganar una batalla / pues yo digo que es tan glorioso perderla”. Un poeta para el que la realidad espera le sean extraídos los más extraños zumos, yendo a la búsqueda de su propio tesoro de dicha, de esperanza, de contemplación profunda en la soledad. Con la fuerza en retroceso para volver acaso al estado más simple antes vivido, sólo que más intensamente y no tener que ir, necesariamente, hacia la lucha frontal con los misterios del día y de la noche, sino penetrar en las regiones árticas y en las regiones abisales de nuestro Ser. Por una razón de azar a ambos nos ha llamado atención, una misma frase, de un mismo lugar: “pasaron como sombras, como viajeros en posta”, que está en el umbral del Cementerio Municipal de Puerto Cabello. Nada más cierto, es la verdadera tragedia del ser: su inasibilidad. Ya sabe el hombre de sus límites, de su talla verdadera, como dice León Felipe en su prólogo a Hojas de hierba, de Whitman: “¿Falta alguna escena donde la vida o la muerte levanten su tinglado?” Una gran nostalgia, una búsqueda entre las cosas, en el tiempo, infructuosa, una cita que no se concreta. La fuerza de un deseo, tan solo: “Oh, padre, / mi juventud no vendrá de nuevo al hogar” (41). El reconocimiento de la fugacidad del ser humano, de su disolución y desamparo, así como la extraordinaria capacidad de ver de un modo surreal la fuga de los más caros seres, dentro de un camino de aprendizaje de la muerte y del morir: “Una vez en el río / vi flotar los senos perdidos de una adolescente / Hasta hoy he creído que eran los blancos senos de mi madre / Después los he soñado; pero ya no flotan, están muertos / la imagen del río es el espíritu”. El mes de noviembre que ha devorado a los seres queridos, a la hermana que emprende el viaje para reunirse con los muertos tempranos de la infancia. Con sostenido pulso mantiene Barroeta una densa materia de la muerte, de lo elegíaco bien destilado, en su poesía. Lo ancestral, lo intemporal de la familia, como una atmósfera de soledad, de vacío, de resignación de aliento vallejiano netamente y que emparenta a este poeta con Luis Fernando Álvarez, José Antonio Ramos Sucre, Gelindo Casasola, Carlos César Rodríguez Ferrara y los hermanos Héctor y Bayardo Vera, Alejandra Pizarnik. Todos ellos viendo ahora desde “los relámpagos de la otra orilla”, intentando convencernos de la certeza de que “la herida es lo único real”. ¿Adónde, a qué lugar oscuro vas a enterrar tu jazmín?, tú, que aseguras haber visto lo que ERES, antes de existir. ** Gabriel Mantilla Chaparro gabrinadja@yahoo.com Escritor colombiano (Cali, 1954). Reside en Venezuela, país del que se nacionalizó. Licenciado en letras y magíster en literatura latinoamericana por la Pontificia Universidad Javeriana (http://www.javeriana.edu.co). Es profesor asociado y jefe del Departamento de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Los Andes (ULA, http://www.ula.ve), en Mérida. Dicta las cátedras de Taller de Poesía y Cuento y de Literatura Contemporánea. Es autor de los libros de ensayo Hernando Track, el superior de las lámparas (1992), Vivir a pulso (1995), Ser filosófico y ser poético en la obra de Álvaro Mutis (2001), Los hijos de Acteón (2002) y Viaje al poema (2003), y de los poemarios Último bosque (1985), Canción para Mervarid (1985), El velo de Maya (1998-2000), Una tumba en el bosque (2000) y Larga es la noche (2001). === La narrativa actual en el Zulia ======================================= === Apuntes acerca de la narrativa de Norberto José Olivar ================ === Valmore Muñoz Arteaga ================================================= Venezuela está viviendo en este instante un momento esplendoroso en su narrativa. Esplendoroso y prolífico. Hay un movimiento editorial importante, pero al mismo tiempo, hay una obra que se está levantando con pie firme en el concierto de la literatura hispanoamericana. No creo que sea descabellado hablar de un boom de la narrativa venezolana. Así como ocurrió en América Latina en los años 60; entre editoriales importantes y otras emergentes, entre concursos internacionales, nacionales y regionales, la narrativa venezolana está experimentando un despertar que, curiosamente, viene acompañado con un público de lectores dispuestos a arriesgarse en esta aventura. Además de lo antes expuesto, la Internet ha ayudado a jóvenes que, en otras circunstancias, jamás habrían sido tomados en cuenta para su publicación, ya que ese era un espacio para la élite, para los mismos de siempre. Una larga lista de nombres, que crece constantemente, viene dando pasos seguros y que aseguran el discurrir del proceso de la narrativa nacional. Nombres como los de Roberto Echeto, Fedosy Santaella, María Ángeles Octavio, José Irimia Barroso, Eloi Yagüe, Israel Centeno, Milagros Socorro, entre otros, ya comienzan a hacerse habituales en los estantes de las librerías y en las discusiones literarias de las universidades y cafés del país. Uno de esos nombres es el que nos reúne: Norberto José Olivar. Olivar es un historiador robado pertinentemente por la literatura. Nació en Maracaibo en 1964 y ejerce el oficio de la escritura y en sus tiempos libres hace las veces de profesor de historia en la Universidad del Zulia. Su obra está centrada en la narrativa aunque en algún momento intentó la poesía, pero de eso tenemos prohibido hablar. Su primer libro fue una pequeña colección de cuentos llamada Los guerreros (1998) que luego reeditaría con otro nombre y un cuento adicional, El misterioso caso de Agustín Baralt (2000). Desde entonces su narrativa ha estado envuelta entre el discurso histórico, la ficción y, ¿por qué no?, la polémica. En sus escritos aparecen mezclados con implacable maestría personajes históricos de la ciudad y personajes ficticios, lo cual crea en el lector un efecto de duda: ¿será cierto esto que cuenta? ¿Habrá ocurrido así? ¿Dónde comienza y termina la ficción? Su segundo libro fue una novela. El hombre de la Atlántida (2003) aparece avivando aun más la polémica en torno a los temas trabajados por él. La novela pretende ser una especie de biografía no-autorizada sobre Jesús Enrique Losada, el personaje más emblemático de la cultura en la región. Le sigue su segunda colección de relatos, La ciudad y los herejes (1) (2004); en ellos, Olivar mantiene su perfil de historiador, además de intenso provocador. Cabe destacar que en este libro aparece, probablemente, uno de los mejores cuentos escritos en la región. Un cuento basado en la vida del oscuro poeta zuliano Ismael Urdaneta, y que Antonio López Ortega toma para que integre una importante antología de la nueva narrativa venezolana. Aparece ese mismo año su segunda novela, La conserva negra. Nuevamente la polémica hace presencia en sus narraciones, en la cual los temas centrales son el paro petrolero de 2002 y sus protagonistas (¿los malos de la película?), la gente del petróleo. Su tercera novela es Morirse es una fiesta (2005), una novelita en la cual Norberto se define como escritor y va más allá, pretende exitosamente establecer su ars narrativa. A partir de ella, si bien el tema histórico no va a desaparecer del todo, pasará a un segundo plano. Los temas comienzan a variar y, quizás su mayor logro, el mundo psicológico de los personajes se vuelve más profundo, intenso y, a veces, oscuro y depresivo. Luego aparece El fantasma de la Caballero (2006), con esta novela vuelve a tejer y destejer la historia de la ciudad a través de su irreverente e iconoclasta manera de contar el pasado de Maracaibo, oculto bajo el manto de la historia oficial y de los intereses creados, perdón por la redundancia. Luego de La Caballero, Olivar escribe una novela que, por razones completamente desconocidas y de las cuales él se niega a comentar mayor cosa, no quiso publicar. Se habría llamado Las aventuras del Musiú Papillon en Maracaibo. Sabemos que la novela fue culminada, de hecho tuve la oportunidad de leerla, pero nunca apareció y, probablemente, se encuentre perdida para siempre. A estas aventuras inéditas le sigue Un cuento de piratas (2007), una novela corta en la cual Olivar, utilizando el pretexto de los piratas que asolaron las costas maracaiberas, nos habla acerca de historiadores, poetas y escritores que hacen y han hecho vida en la ciudad. Para este año debe aparecer bajo el sello de Alfaguara una nueva novela, cuyo nombre, al momento de escribir este texto, desconozco, pero que surge de lo más oscuro del pensamiento del escritor. Una novela en donde se debate acerca de los conceptos fundamentales y tradicionales de la fe. Una novela sobre vampiros y demonios en donde muchos valores considerados centrales en la vida cotidiana de las familias de la ciudad quedan destruidos, avasallados por la reflexión descarnada de un hombre que busca desarticular los hilos de una supuesta concepción —para él— equivocada de la vida. La obra de Norberto José Olivar apunta en este momento a transformarse en la más sólida de toda la narrativa hecha en el Zulia, lo cual lo perfila como un escritor de una importancia equivalente a la de Hesnor Rivera en la poesía. Una obra que puede perfectamente dividirse en dos momentos. Un primer momento en donde historiador y novelista conviven para contar la historia secreta de la ciudad, al cual responden los libros El misterioso caso de Agustín Baralt, El hombre de la Atlántida, La ciudad y los herejes y, en cierta medida, La conserva negra. Y un segundo momento en donde, más volcado a la literatura, Olivar reflexiona más profundamente en torno a temas que le atormentan como hombre: el amor, la muerte, el sexo y la existencia de un más allá. Así como también reflexiona acerca de la experiencia narrativa y del concepto de la historia. A este momento responden Morirse es una fiesta, El fantasma de la Caballero, Un cuento de piratas y su última novela que esperamos con ansia. Norberto José Olivar es un nombre al cual hay que seguir, ya que está, a mi juicio, inevitablemente unido al crecimiento y madurez de la narrativa zuliana. Nota 1. Hago constar a los mal pensados de siempre que este conjunto de relatos apareció un año antes que la estupenda novela La ciudad de los herejes, del argentino Federico Andahazi. ** Valmore Muñoz Arteaga vajomar@cantv.net Docente y escritor venezolano (Maracaibo, 1973). Profesor de literatura en la Universidad Católica Cecilio Acosta y en el Colegio Alemán de Maracaibo. Ha publicado Epistolario: Mario Briceño-Iragorry-Mariano Picón Salas, Mario Briceño-Iragorry desde la vigilia y otros ensayos, Bajo la caligrafía de la noche y La memoria de la noche. === Una lectura de Zonas de peligro, de Tomás Harris: ===================== === mitificación de lo humano a través de la experiencia enferma ========== === Marcos Arcaya Pizarro ================================================= Zonas de peligro (1985), el primer libro de Tomás Harris, se ubica en la poesía de las décadas del 70 y 80, en una numerosa y heterogénea generación de poetas, desarrollada en el contexto posterior a la herida-grieta transversal que atraviesa a Chile, a partir del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. Según señala el mismo Harris, la poesía no es un producto cultural ahistórico; la poesía del periodo es el registro de “un universo poético demarcado por la represión y sus consecuencias” (2002, p. 41). Ha de entenderse el carácter intransitivo del texto, esto es, su ligamen a referentes culturales externos, sin que por ello sean aludidos directamente (1). Zonas de peligro, como un cuerpo textual herido, horadado, “deceptivo” en términos de Roland Barthes (1983, p. 309), significante múltiple de significados no cerrados. Cuerpo textual herido, dijimos, vinculado a un contexto histórico que no es sólo el chileno dictatorial, sino el del dolor bajo el dominio y la violencia que funda Latinoamericana, desde la llegada misma de la Modernidad al continente (2). Proponemos, en estas líneas, una relación directa entre la corporalidad del(los) sujeto(s) que configura(n) Zonas de peligro, en conexión al cuerpo, vivido-representado, como desgarradura, sobrevigilado y enfermo, sin distinción rotunda entre lo extrínseco y lo intrínseco, donde la desgarradura (experiencia enferma) conformaría una estrategia de mitificación de lo humano en lo individual-colectivo pasado y presente. En nuestra aproximación usaremos como referencias centrales Concepción como mito, del mismo Tomás Harris; Subjetum comparationis: las incidencias del sujeto en el discurso, de Wladimir Krysinski; La experiencia de la corporalidad, de J. J. López Ibor y J. J. López-Ibor Aliño, y Lo ominoso, de Sigmund Freud. Todos y cada uno de ellos, en relación directa y oblicua al sí pero de las Zonas de peligro, en tanto cuerpo-escritura sobreviviente, confundido entre el proyecto realista del sí y el proyecto moral del pero (3), por medio del simulacro donde observamos que algo medular no es el símbolo, sino la alusión, en tanto siempre remite a otra cosa, a otro algo: en palabras de Barthes, “La alusión es una fuerza defectiva, deshace la analogía apenas la ha propuesto” (1983, p. 170). Piénsese desde ya al decir sobreviviente, no sólo en términos de Lyotard, sino también en términos de Freud respecto a Lo ominoso, en relación a Nathaniel y Olimpia, sobrevivientes en tanto seres a mitad de camino entre lo animado y lo inanimado (4). 1. Crisis de la racionalidad moderna y dictadura Siguiendo a García de la Huerta, observamos estrecha correspondencia entre el mito del progreso vinculado al imaginario técnico de la Modernidad y las prácticas de los regímenes totalitarios del siglo XX, a saber, el colectivo humano sería una parte constitutiva de dichas maquinarias complejas, no ya “la técnica al servicio del hombre”, sino lo humano como pieza-órgano dividido en grupos y unidades altamente jerarquizados: “los llamados ‘efectos secundarios’ del progreso son en este aspecto enteramente primarios y en cierto modo representan el equivalente de ‘los excesos’ de un régimen totalitario” (De la Huerta, p. 121). La técnica y las dictaduras desbordan sus límites, alcanzando al conjunto de los agentes sociales, al propio cuerpo y la corporalidad (sedes y agentes de sus imaginarios y prácticas), en función de los principios propios de este poder ubicuo, descentrado, difuso, que atesoran algunos/as sujetos en correspondencia del desmedro y sufrimiento de otros/as, en conexión a su desaparición real o simbólica. Sírvanos la siguiente cita: “no lo irracional como opuesto a la razón, no la violencia como opuesta a la armonía social, no la transparencia y la armonía opuestas a una suerte de enajenación y disolución de la sociedad, sino cómo [...] se van dando las condiciones para la emergencia de una relación cada vez más intensa y profundamente dialéctica entre la razón y lo irracional, entre el hombre libre en el universo técnico científico y las formas cada vez más arcaicas de la violencia política” (Forster, 1996). Como en un régimen dictatorial, aquella lógica supuestamente objetiva propia de la Modernidad, es entendida ahora como dispositivo de producción de creencias, de mitos, por medio de evidencias intelectuales y sensoriales, en anhelo de una verdad única, originaria y trascendente. Razón moderna que comporta, a un tiempo, la emancipación y la violencia genocida (Dussel, 2001), como procedimientos orientados a fines utilitarios y resultados operativos. Modernidad ligada al desarrollo comprendido como categoría ontológica; modernidad ligada a la “racionalización” en tanto encubre, en nombre de la “racionalidad”, una determinada forma de dominio desde su misma estructura. En su escrito Ciencia y técnica como ideología, Habermas hace una cita a Marcuse que bien ilustra lo anterior: “La técnica es en cada caso un proyecto histórico-social; en él se proyecta lo que una sociedad y los intereses en ella dominantes tienen el propósito de hacer con los hombres y con las cosas. Un tal propósito de dominio es material, y en este sentido pertenece a la forma misma de la razón técnica” (1986, p. 55). Lo que Ricardo Forster ha llamado “la crisis de la racionalidad moderna” (1996), involucra transformaciones radicales en lo social, transformaciones que implican dentro de sí la dimensión estética y los paradigmas científicos de la misma Modernidad. Un carácter destructivo guía a ciertos artistas, a ciertos intelectuales entre el peligro (5) (Benjamín y Adorno como ejemplos para Forster), enfrentados al desmoronamiento de las estructuras de base de la sociedad burguesa. Sentido prometeico que atisba en la crisis una nueva oportunidad para el pensamiento crítico. Se hace una necesidad de primer orden la práctica de nuevos acercamientos, necesidad imperiosa de preguntarse por lo postergado en las versiones oficiales de las preceptos cristalizados, resemantizando los textos en el retorno de los discursos al lugar de la historia (Guha, 2002). 2. El ojo visto es cuerpo (pero no). El ojo que ve es subjetividad (pero no) Según nuestro interés, en acuerdo a las máximas que guían esta reflexión, aplicamos un principio que borra las distinciones categóricas. Leemos en Zonas de peligro la relación de la corporalidad y su dimensión subjetiva, en la relación del cuerpo escritura y el mundo, la crisis de la racionalidad moderna, en tanto heteroglosía diferente a la sobrecodificación unidimensional de la Modernidad (Preciado, 2005). Se entiende de paso que no hablamos de la subjetividad del autor, sino de la subjetividad representada en el texto, necesariamente transformada en discurso (6). Entronquemos, a nuestros fines ya especificados, la observación que hace Harris vinculada al tema de la continuidad, cambio y quiebre en la tradición poética chilena de los 60 y 70: “Pensemos que ninguna frontera está claramente delimitada, que todo territorio adyacente a otro se define justamente por la ductilidad y permeabilidad de la misma adyacencia, la demarcación de lo que limita se borra produciendo la imbricación y, por lo tanto, la entrada y salida de un territorio en otro” (Harris, 2002, p.43). Consecuentemente, el baldío en Zonas de peligro se ofrece como alusión, entendida en tanto “[...] la semejanza queda burlada sin que por ello se borre” (Barthes, p. 170). Alusión como lenguaje fronterizo respecto al saber-poder hegemónico (incluidas las nociones de arte), respecto a los parámetros masculino-autoritarios fundacionales del Nuevo Mundo y la dictadura, en tanto actos de violencia donde “la retórica es el mito” (Harris, 1992, p. 22). “la ciudad, el espacio urbano, la calle de las relaciones eróticas equívocas, ‘los tercos adoquines’ que sobrevivían desde la Colonia, premodernos y en todo su esplendor, y esa calle lúgubre con nombre de cacique mapuche [Orompello], con sus fachadas retorcidas y descascaradas. El espacio urbano se abría así no como un telón de fondo, sino el locus mismo donde debía proferirse, ocurrir, devenir nuestra poesía, desde una contextualización metafórica y metonímica” (Harris, Concepción como mito, p. 4). Locus fronterizo respecto a la experiencia de la corporalidad. Alusión al cuerpo inútil (material y vivido), enfermo (“las carnes oscuras gimientes / partidas abiertas refregadas”; Harris, p. 18), porque así como en el éxtasis místico “yo” y mundo tienden a asimilarse, ocurre que en la enfermedad las distancias entre el “yo” y la materialidad del cuerpo decrecen, aunque no deja de hacerse presente en la misma escisión de lo enfermo, en el hecho mismo del cuerpo como un algo otro (aunque difuso) respecto del yo (p. 40): estos cuerpos inmóviles en las esquinas ya habían sido pintados sobre los muros, cuero sobre estuco, hueso sobre adobe, pintura sobre carne viva: para contagiarnos de amor datan sus llamados o ecos del deseo y la magia simpática de cada culo de tiza, de cada pecho de látex aguardaron en silencio, como todo amor verdadero, agujereando de lóbrego amor cada muro. (Harris, 1992, p. 17) Enfermedad de la experiencia del mundo, de los cuerpos decadentes, horadados, proyección del fracaso de la Modernidad, enfermedad síntoma de la represión militar, de su intención de borradura del otro. Alusión al sitio eriazo, al terreno-cuerpo-escritura marginal respecto al trazado de las ciudades (a lo marginal respecto a los imaginarios de las centralidades). Fracaso de los valores que guiaban la empresa humana (crisis de la carne-cuerpo-escritura: uno solo), etc. Multiplicidad de alcances que al tiempo que se abren se obliteran, en un desplazamiento por medio del cual “deslegitiman la pureza, la teleología y la unidimensionalidad de los saberes producidos por las representaciones de la Modernidad” (Preciado, 2005, p. 4). Evidencia de la mentada crisis de la racionalidad moderna, pero también, y no menos importante, intención de fuga del acto coercitivo del nombrar (7) y del acto artístico dentro de las normas impuestas desde las hegemonías (Herrera, pp. 9-10) (8): “y un espejismo las putas vestidas de ropas blancas, / y un espejismo los eriazos floreciendo” (Harris, 1992, p. 16). Desplazamiento limítrofe espejo de la amenaza de la disolución de las fronteras del mundo, del sujeto, evidencia de su fantasmagoría en relación al espejo: “No se sabe demasiado si el sujeto se refleja en él o se refleja para él otra cosa que él mismo” (Clement citado por Krysinski, p. 279). Sujeto como soporte y mito, fantasma en los diferentes ámbitos sugeridos en Zonas de peligro, en los niveles de la subjetividad, del cuerpo-escritura objetivado y del mundo exterior, que al cabo, recalcamos, en tanto ilusión, teatralización, todo es uno (dolor colectivo-individual, pasado-presente, Concepción-Latinoamérica, etc.), cada uno es el otro y ninguno: “pero ahora fíjense que las costillas / ya parecen haberse enraizado sobre los peñascos sucios, / de la calle donde esta tirada como a dormir” (Harris, 1992, p. 23). Idea que no deja de recordarnos el tema de “lo ominoso” en Freud (9), en relación a lo fragmentario del cuerpo-escritura (“el mito el fragmento la parte tu ojo tu / culo tu idea las puras ganas lo mismo / lo otro”, p. 22) , en relación a la repetición, al motivo del doble en Hoffman y los personajes de Zonas de peligro como desdoblamiento de la(s) voz/voces eje en “el otro tú el demente / el niño rapado el otro / ese hombre / enmascarado en un viejo” (p. 14), “Jaqueline dorada” (p. 19), Luciano Cruz y Sebastián (p. 22), las putas, etc. Duplicación que “de un seguro de supervivencia, pasa a ser el ominoso anunciador de la muerte” (Freud, p. 235), donde el otro es el semejante al yo y su dolor es el propio. El tema de “lo ominoso” también en relación a los prismáticos del cuento de Hoffman y al nexo en él propuesto entre sujeto, ojo y realidad cotidiana siniestra. En Zonas de peligro, el ojo es vivido y es objetivado, el ojo enfermo que enferma es la matriz, pero que, como recuerda Barthes a propósito de Historia del ojo, de Bataille, “por su libertad metonímica [...] todas estas asociaciones son a la vez mismas y otras; pues la metáfora, que las varía, manifiesta entre ellas una diferencia regulada, que la metonimia que las intercambia se dedica en seguida a abolir: el mundo se hace turbio, las propiedades ya no están divididas” (1983, p. 290). Ligado a lo anterior y a nuestra premisa, en Zonas de peligro, es un ojo “reflejo y refracción” (p. 19), es “un rojo disco de metal” (p. 11), “un sol mohoso al fondo de una calle” (p. 11), es “los cuerpos” (p. 12), “un semáforo que no termina nunca de parpadear” (p. 13), “la lumbre del cigarrillo” (p. 13), “tu culo” (p. 15), “el lirio vaginal” (p. 15), los pezones de “tetitas de perra joven” o de “ubres de vaca vieja”(p. 19), una ampolleta roja de “40 wattios” (p. 21), etc. Proyección de las sanciones disciplinarias en una subjetividad colectiva paranoica que todo lo cubre, que transforma al lector en paranoico (10), en enfermo. Escritura metonímica, fragmentaria, que se extiende al resto de lo representado (11), al resto de lo presentido; “estados flexionales de una misma identidad” (Barthes, p. 284). Escritura hija agónica, testimonio del poder disciplinario de la Modernidad y de la dictadura, que aunque no se deja ver, se intuye omnipresente, sintomática de la tradición estética que, aunque se niega en los márgenes, en el baldío, permanece omnipresente en los cuerpos, en la escritura. Un ojo rojo en “formas flexionales de una misma palabra” (Barthes, p. 284), un ojo rojo enfermo, sangrante, un ojo rojo que todo lo enrojece, lo descompone, lo enmohece, lo enferma, lo ensangra y teatraliza (12). El baldío como escenario de lo imposible vuelto posible, en tanto vigilado por el ojo. En nuestro caso, siguiendo a Leopoldo María Panero, podemos hablar de una metáfora de la escritura que relega lo imposible a una suerte de no existencia, que torna posible la imposibilidad en tanto se la adscribe a la Ley, a lo social. Aparente derrota inevitable de lo imposible en la escritura, en lo objetivado por el ojo. Leemos en el poema “Zonas de peligro” de la página 25: Inventaron un baldío donde no se ponía el sol pero te inventaron una calle donde no refractaba el sol La Concepción te inventa una nebulosa fragmentaria lo inventado es parcial lo inventado está fetichizado tú estás fetichizado tú eres el fetiche Todo es simulacro, todo es símbolo, invención, pero no. Todo es alusión. Todo está muerto, pero no, porque todo sobrevive (el sí como de algo): (sin)razón, sujeto, arte (13), dolor, pero también la oportunidad. Más adelante en el mismo poema se lee: no eres la inven- ción de un falso Genet diciéndote que este es el centro perdido de las orgías de tu corazón que refracta luces rojas palpita por todos los ojos falsos de los semáforos o la sangre de plena medianoche cuando se detiene el tránsito cuando los cuerpos se detienen se ocultan ahora los fantasmas espían desde los intersticios ahora tú tiemblas, como si te masturbaras o permanecieras bajo la luz de una vela una nebulosa te inventas que proteja tu cuerpo Parece no haber escape al poder ejercido sobre “la docilidad de cuerpos” por los dispositivos de vigilancia (Foucault, 1995), ni siquiera en las zonas de peligro, en el baldío: ni en Orompello, ni en el Hotel King, ni en la locura, ni en el erotismo, etc. Pero si no hay escape al menos hay refugio, aunque endeble, momentáneo y aparente, líneas de fuga en lo escrito, en sus silencios, en la multiplicidad de sentidos viables sugeridos, en la multiplicidad de referencias enciclopédicas, en su carácter de testimonio del dolor de los/as derrotados/as, de los/as oprimidos/as, de los/as subalternos/as, tejiendo una “red de conexiones entre los hechos, entre las personas, entre las cosas del mundo” (Harris, 2006, p. 387). Posibilidad en el mismo desplazamiento de los significantes (“protegidos por la ficción”; Harris, 1992, p. 19), posibilidad del “reflejo y refracción” (Harris, 1992, p. 19). La alusión, puede entenderse entonces, como un destello de luz (14) por entre lo ominoso, una burla al ojo panóptico: “Pero como todo transcurría en un teatro / protegidos por la ficción, / sólo a lo lejos, lejos, / se escuchaban las crepitaciones de ese incendio terrible” (Harris, 1992, p. 19). Escritura testimonio que viene a reinventar un imaginario a un tiempo individual y colectivo, necesidad de mitificación identitaria que dé cuenta de lugares diferentes de los de la oficialidad dictatorial, diferentes de las coordenadas de la tradición moderna, incluida la lógica lineal progresiva (Harris, 2003, Concepción como mito). Tanto por el pasado proyectivo (Babha, 1997) (15), como por la repetición constante (16) y fragmentada, Zonas de peligro remite a lo imposible cualquier intención de visión totalizante del ojo de Dios, de la torre panóptica. Intención que alude en la repetición, en el retorno, a un tiempo pasado transhistórico, no lineal ni esencial (17), unido al presente, cruzado por el dolor de la desigualdad y la violencia proyectiva de la historia latinoamericana, de la chilena: “Así como largas y angostas fajas de barro / Así como largas y angostas fajas de noche / Así como largas y angostas fajas de musgo rojo / sobre la piel” (Harris, 1992, p. 11). Ya desde el comienzo del epígrafe de Gonzalo Rojas que abre el libro, “el viaje mismo es un absurdo”, Zonas de peligro no remite a un origen, ni siquiera en el sujeto, en tanto “estructura disipadora” (Krysinski, p. 280). Niega el axioma temporal lineal de lo moderno con el rostro mirando al futuro. Léase lo expresado en los párrafos anteriores (y cuanto más se estime pertinente) en este texto: La retórica es el fragmento la parte el par sin cara de tetas pegándote en la espalda en el pasillo de la micro el liquen orgánico el lirio vaginal el deseo escosiéndose las he- ridas las señales las marcas por aquí por allá rojas tu ojo tu culo tu idea tus ganas la retórica es el mito los paraísos jamás reencontrados por estos mismos adoquines ero- sionados caminó Luciano Cruz por los 60 esta misma lluvia y no otra barrió hasta los desagües las cenizas de Sebastián el inmolado el mito el fragmento el desagüe tu ojo o tu culo lo mismo ayer hoy mañana pasará o el poeta norteamericano Ginsberg leyó en este miserable rincón sudamericano por los 60 escribí mucho allá visitó Temuco y Ancud viví entre de los pescadores éramos felices dice una voz la parte del fragmento el mito sin cara de tetas pegándose en la espalda en el pasillo húmedo de la micro la retórica es el fragmento la parte el otro el tránsito bajo un sol mohoso que te espía desde el fondo de una calle larga sin oasis para detenerse a respirar jadear el mito el fragmento la parte tu ojo tu culo tu idea las puras ganas lo mismo lo otro Hacia un cierre de este cuerpo En Zonas de peligro (tejido deceptivo), aquello que se ve, la imagen supuestamente objetiva, es también delirio, es también proyectado desde dentro, mitificación, guiño paródico a las crónicas del Nuevo Mundo, donde el cronista delira proyectando el mundo desde dentro, acomodándolo, inventándolo según sus propios códigos; ya no crónica de un mundo de maravillas ubicado en los confines del orbe, sino discurso fragmentado decadente en los confines de la urbe, en los márgenes del orden de la racionalidad moderna. Sin embargo, en acuerdo a lo señalado por Juan Herrera (p. 13), la parodia a las crónicas de conquista en Harris tiende a difuminarse, en su coincidencia en tanto registro de empresas fracasadas. Las zonas de peligro de Harris son representación enferma (malestar) desde el ojo devuelta al ojo, desde la angustia paranoica reflectada al mundo desde la misma angustia; el mundo un espejo del ojo, pero el ojo como espejo del mundo. Se hace tabla rasa con la separación categórica sujeto/mundo, sujeto textual/lector (la angustia de la voz/voces de Zonas de peligro ahora es nuestra angustia [18]: el mundo proyectado desde un adentro que es también el afuera, porque adentro y afuera son uno solo, lo mismo y otra cosa, pero no (“Una copa de árbol aguada / cuya profundidad es el miedo / [...] una copa de árbol aguada / cuya frondosidad era simplemente el follaje”; Harris, 1992, p. 13). El cuerpo vivido, el cuerpo objetivado y el mundo, así como el pasado y el presente, son cubiertos por una nebulosa/lluvia/oscuridad/silencio, todo simulacro, mitificación, que casi cubre la amenaza (19), pero no los síntomas, el dolor (“un grito y otro / grito no interrumpen el silencio, lo confirman”; Harris, 1992, p. 26), porque ya no es la noción de progreso lo que da sentido, sino el dolor humano que todo lo cubre, el dolor es quien traza caminos entre las discontinuidades, el redescubrimiento del otro como semejante, como otro que comparte los rasgos de humanidad: y el cuerpo de las vivas se confundía con el cadáver de las muertas, y los signos contagiados de amor se confundieron con los signos contagiados de violencia (p. 17). De la razón del mundo moderno, bajo la hegemonía de su versión aséptica, enlazada a los principios del pensamiento positivista decimonónico de la Ilustración, que aspira en inicio a la igualdad, a la libertad, a la transparencia democrática, al bien social, surge en el siglo XIX, y se instala en el XX, una racionalidad instrumental que “produce otro tipo de ataduras y genera nuevas formas de enajenación” (Forster), que vienen a ser omitidas en la historia por esta misma razón moderna como lógica de principio. La derrota en Zonas de peligro se transforma en oportunidad, a un tiempo, de continuidad y fuga, por medio de la mitificación del dolor individual y colectivo en la escritura, en sus intersticios. Derrota inevitable que, pese a ello, permite atisbar, en ausencia, en lo fragmentario, en la repetición, en la alusión, lo que nunca es: “la dimensión prohibida del devenir” (Panero, p. 8). Zonas de peligro como testimonio del derrumbe del mundo, de la derrota de lo humano en los “campos de extermino”, pero no, puesto que en la misma angustia de estos mismos cuerpos, de estos mismos textos enfermos, de este mismo testimonio del dolor, subyace la resistencia. Valga una última cita: “La angustia desaparece cuando el hombre se entrega. Los hombres mueren en los campos de concentración sin angustia, como los animales, puesto que su ánimo es nulo y su resistencia inexistente” (López Ibor; López-Ibor Aliño, p. 45). En Zonas de peligro, resulta evidente, la angustia no ha desaparecido. Bibliografía • BABHA, Homi. 1997. “Luciérnagas atrapadas en melaza. Temas de traducción cultural”, traducción de Adriada Valdés. El original está publicado en October, The Second Decade, 1986-1996, pp. 211-222. http://arteuchile.uchile.cl/doctorado_docs/contenido/docs/babha.doc, consultada 10/10/07. • BARTHES, Roland. “La respuesta de Kafka”. En: Selección de ensayos críticos. Tr. Carlos Pujol. 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Referencia a la categoría del texto como “intransitivo” en REIS, Carlos, 1995, p.13. 2. Marcos García de la Huerta señala: “Los Estados modernos nacieron del empleo de la artillería y la bala de cañón; España se impuso en América en gran parte gracias al caballo y el arcabuz; Inglaterra logró la supremacía sobre el imperio español y el francés por medio de su flota naval. El imperio americano logró imponerse sobre el japonés gracias a la bomba atómica y más recientemente sobre la URSS por medio de su tecnología espacial”. 1996, p. 121. 3. Consultar sí como proyecto realista y sí pero como proyecto moral, en “La respuesta de Kafka” de Roland Barthes (1983, pp. 167-172). 4. Ver referencias a Lyotard y Freud especificadas en la bibliografía. 5. Piénsese en el título del conjunto de poemas de nuestra revisión. 6. Usamos, para el caso, las observaciones de Vladimir Krysinski, en el artículo “Subjectum comparationis: las incidencias del sujeto en el discurso”: “La subjetividad de la obra que pasaría por el autor-sujeto y se concretaría en la obra no se plantea en ella [...]. La dialéctica de la escritura y del mensaje implica un dialogismo y una interdiscursividad que se juegan entre los sujetos y las ideologías. La parte del sujeto puede ser determinante y el receptor [idealmente] la capta sin que el creador haya tratado de dotar a su mensaje de un carácter social absoluto” (p. 272). 7. “El poder introduce lo real en la ficción, enfoca el ojo del narrador, hace bizquear el del lector, determina el orden del discurso, transparenta el mundo narrado. Fluye por todos lados pero se oculta, permanece en las sombras [...] porque el poder, nos referimos al poder disciplinario, no se deja ver; en verdad, para actuar no le conviene mostrarse”. RODRÍGUEZ, Mario. 8. “Tipo de discurso en el territorio de las artes que desborda las imposiciones en la forma de hacer poesía, la que surge, en segundo término, por la determinación que los autores escogen al cancelar los atributos modernos excluyentes que caracterizaron al sujeto ‘poeta’ ”. HERRERA, Juan, p. 9-10. 9. Ver referencia bibliográfica especificada al final. 10. Admite Juan Herrera en su trabajo en torno a la escritura harriana: “Con el transcurrir de la investigación e incluso más allá de sus fronteras, surgía el problema de observar la escritura de Harris inscrita en un marco conceptual mayor, más libre quizás, y que entregara herramientas que le permitieran escaparse de los límites que nuestras reflexiones le habían impuesto sin pretenderlo siquiera”. p. 12. 11. “De este modo, la retórica del fragmento puede leerse como una retórica del collage, el cual extiende su participación a los niveles temporales, espaciales y a las subjetividades participantes”. HERRERA, p. 13. 12. Respecto al rojo y la experiencia subjetiva, a sazón de la teatralización, a sazón de los difusos límites entre el cuerpo (objetivado-vivido) y el afuera, sírvanos la siguiente cita: “Tampoco existe una subjetividad pura. El rojo como fenómeno subjetivo, es habitualmente un mito o una idea. Cuando vemos el rojo es siempre como cualidad inherente a un objeto. Lo importante es, pues, la relación que se establece entre la conciencia del sujeto y el mundo que lo rodea. Pues bien, esta relación siempre se establece a través de nuestro cuerpo” (IBOR; IBOR ALIÑO, 1974, p. 21). 13. “El tema de la muerte no es un tema menor en la poética de Harris, especialmente en este libro, como tampoco lo es la visión de la muerte cifrada en los productos culturales privilegiados por la Modernidad: la razón, el sujeto y el arte”. HERRERA, p. 13. 14. Aunque como pese a ser esperanza no deje olvidar lo terrible del incendio. 15. “La luna aparece como el faro de un / tren en la memoria de lo perdido, como un / ácido venas adentro cuerpo abajo hacia la memoria / en lo perdido” (HARRIS, 1992, p. 26). 16. Zonas de peligro es el título del conjunto y de varias unidades dentro del conjunto. “[...] en Cipango el principio de coherencia lo constituye un continuo retorno del poeta al mismo sitio”, dirá Grinor Rojo (Cipango, 1996, p. 12). 17. Recuérdese que, parafraseando a Cecilia Sánchez, dentro del imaginario de la dictadura, en acuerdo al principio ordenador moderno, el golpe de Estado de 1973 traería consigo la continuidad de Chile, la historia que le era propia, en acuerdo a la restauración de una identidad auténtica. p. 333. 18. ¿Al modo del juego de Hoffman en los ojos de Olimpia son los ojos de Nathaniel? FREUD, p. 232. 19. Se lee en Zonas de Peligro: “una nebulosa / te inventas que proteja tu cuerpo” (p. 25) o “la estéril cortina de la lluvia de siempre” (p. 26). “Estaba oscuro. Entre las sombras, un grito y otro / grito no interrumpen el silencio, lo confirman, / lo pueblan, como nuestros cuerpos / a la muerte” (p. 26). ** Marcos Arcaya Pizarro linguaquiltra@yahoo.es Escritor chileno (La Ligua, 1979). Es miembro coordinador del Colectivo Lingua Quiltra. Estudia la Licenciatura en Pedagogía en Castellano en la Universidad de Santiago de Chile (Usach, http://www.usach.cl) y el Diplomado en Filosofía en la Universidad de Chile (http://www.uchile.cl), donde en 2004 obtuvo un Diplomado en Estudios de Género. Participó en el Primer Congreso de Estudiantes de Postgrado en Comunicación, llevado a cabo en la Universidad Austral de Chile (UACH, http://www.uach.cl; 2006). Obtuvo una mención honrosa en concurso de relatos de la Asociación Pro Arte, Ciencia y Cultura Latinoamericanos (Yage) de Austria (2006) y el primer lugar (mención poesía) en el concurso literario Usach 2006, organizado por la Oficina de Extensión y Cultura de la Federación de Estudiantes de la Usach (2006). Sus escritos han aparecido en distintas revistas virtuales y en papel como Rilttaura, de la Universidad Nacional de Colombia (Unal, http://www.unal.edu.co), Esperando a Godoy, de la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar) y Elefante Rosa, de Granada (España), entre otras. === El enfermo de Abisinia Antonio María Flórez ====================== El enfermo de Abisinia. Editorial Bruguera. Barcelona, 2007. 121 p. 15 euros. Se preguntaba Orlando Mejía en su libro crítico La Generación Mutante (Manizales, 2002) si existía acaso una nueva narrativa colombiana, más allá de los universalmente conocidos García Márquez, Álvaro Mutis, Espinosa, Vallejo o Gardeazábal. Su respuesta era que sí y que ésta se caracteriza por la fuerza de su ruptura estética y porque han logrado hallar una voz narrativa postmacondiana “que está sin fundar, sin nombrar, y se oculta en los múltiples objetos que aguardan ser tocados u olidos, para que comiencen a reflejar las memorias colectivas de otras geografías simbólicas a través de sus recuerdos personales recobrados del olvido infantil”. En efecto, esta nueva generación caracterizada por la hibridación de géneros, por la mezcla de códigos culturales, la revisitación del pasado, el escepticismo, la ironía y el cosmopolitismo, existe y ya ha dado algunas figuras de obra valiosa y reconocida en el exterior como Laura Restrepo (Delirio), Jorge Franco (Rosario Tijeras), Héctor Abad (El olvido que seremos), Octavio Escobar (Saide), Evelio Rosero (Los ejércitos), Consuelo Triviño (Prohibido salir a la calle), Marco Schwarz (El salmo de Kaplan), Efraim Medina (Érase una vez el amor…), entre otros, como el propio autor de ese libro, el médico bogotano Mejía Rivera, autor de la reconocida Pensamientos mortales, ganadora del Premio Nacional de Novela del Ministerio de Cultura 1998, una indagación ética sobre la condición del hombre y la violencia que supone el secuestro de personas y sus implicaciones sociológicas, aparte de otras obras de ensayo, filosofía e historia, muy ponderadas en aquel país que apenas están conociéndose en España. Orlando Mejía publica una nueva novela, esta vez en España de la mano de Carmen Balcells y Bruguera (Barcelona, 2007) que ya está disponible en las mesas de novedades de las librerías del país. El sugerente título de El enfermo de Abisinia de inmediato nos lleva a la legendaria figura del poeta francés Arthur Rimbaud, aquel de obras fundamentales de la lírica universal como El barco ebrio, Una temporada en el infierno o Las iluminaciones, aquel jovencito que conmocionó la vida cultural parisina de la segunda mitad del siglo XIX con su ideario místico y profético y su escandalosa vida ligada a Paul Verlaine, aquel que postuló que el poeta se hace vidente por medio del razonado desarreglo de todos los sentidos, aquel “poeta maldito” que misteriosamente dejó de escribir poesía a los veinte años, recorrió media Europa y se asentó en la actual Etiopía para dedicarse al comercio de café y al estudio del Corán, aquel que enfermó de una extraña tumoración en una rodilla y murió deplorablemente en Marsella en 1891. Pues sí, El enfermo de Abisinia es Rimbaud, estupendamente retratado en sus últimos años de vida en su lejano autoexilio africano, con el nombre de Abduh Rimbo, por el supuesto médico de origen griego Nikos Sotiro, quien fuera su galeno, amigo y confidente. Mejía Rivera usa el hábil recurso de una serie de cartas y artículos de periódico, buena parte de ellos apócrifos, para esbozarnos la vida previa del poeta en Europa y su relación con Verlaine, y darnos un retrato metaficcional del “adolescente indomable que escandalizó en su compañía a la sociedad de París”. La saña del crítico Lepelletier y la evocación apasionada de Verlaine, por la vía de la mezquindad y el deslumbramiento, nos permiten adivinar la figura mítica de un Rimbaud iconoclasta e iluminado. Posteriormente el médico Sotiro, en una larga carta divagante y carente de artilugios líricos, desfoga su antipatía por Verlaine y nos muestra a un Rimbaud que lucha por la supervivencia, se afana por la fortuna, se adentra en los misterios del Corán y reniega de sus obras y amistades juveniles: “Son unos grandes idiotas. Ahora sí, cuando ya no me interesa. Puras babosadas de adolescencia”. El galeno trata de dilucidar las claves de su rechazo a su asqueante pasado pero, sobre todo, lanza la original teoría de que la muerte del genial y sufrido poeta y comerciante no se debió a las secuelas y complicaciones de una sífilis crónica. Aquí el médico que es Mejía Rivera, usa con solvencia sus densos conocimientos de semiólogo e internista y nos lleva a dilucidar que la patología que agobió a Rimbaud no tenía nada que ver con la enfermedad que bautizó Fracastoro y, por tanto, echa por tierra uno de los elementos del mito. Si bien se pudiera decir que la historia es lineal, que los personajes están poco definidos y que a la narración le falta algo más de aliento, considero que la figura de Rimbaud queda suficientemente perfilada y la tesis propuesta de la otra enfermedad y que ninguno de los estudiosos de su vida y obra ha abordado como posible línea de investigación es lo que dota al relato de un elemento especial de interés y de tensión que se mantiene hasta el final. Orlando Mejía en esta obra confirma algunos de los rasgos distintivos de la Generación Mutante señalados más arriba, como el cosmopolitismo, la hibridación de géneros y la relectura del pasado y se consolida como uno de los autores más interesantes de esta nueva camada de escritores colombianos que muestra el vigor de una joven narrativa a la que deberemos seguir con suma atención. En fin, una obra bien escrita y entretenida sobre uno de los íconos más relevantes de la poesía francesa de todos los tiempos, y que aporta una interesante tesis sobre las causas de su muerte y sobre las razones de su asunción de una vida ajena al mundo de las letras, porque como bien dice Nikos Sotiro: “No estábamos preparados para escuchar y convivir con Arthur Rimbaud transformado en un hombre maduro y sano, viviendo la segunda mitad de su vida, hasta los setenta u ochenta años, revelando al mundo imágenes sacadas de otras dimensiones y todavía prohibidas para esta civilización nuestra, tan atrasada, tan arcaica, tan cerca de las alimañas y los cocodrilos...”. ** Antonio María Flórez antonioflorez@aolpremium.com Poeta y médico colombo-español nacido en España (Don Benito). Fue miembro del Consejo Departamental de Cultura de Caldas. Creó la Semana de España de Manizales y la revista Aurocarbónica. Textos suyos han sido traducidos al inglés, francés, portugués, danés y catalán. Ha obtenido más de treinta premios literarios, algunos de alcance continental, como el Premio Latinoamericano de Poesía "Fundación Givré" (1980 y 1990), el Flor de Oro del Café Juegos Florales de Manizales (1993), el Premio Nacional de Poesía "Euclides Jaramillo Arango" (1999), el Premio Editorial Manigraf de Poesía Inédita (2000), el Premio de Literatura Instituto Caldense de Cultura (2001) y la Beca a la Creación Literaria de la Junta de Extremadura (1997 y 2003), entre otros. Ha publicado El círculo cuadrado (1987); Zoo (poemillas de amor antiecológicos) (1993 y 1994); Antes del regreso (1996), La ciudad (2001), y El arte de torear (2002), y ha aparecido en diversas antologías de cuento y poesía. === Las benévolas, de Jonathan Littell Manuel García Pérez =========== Las benévolas, de Jonathan Littell, Barcelona, RBA, 2007 (991 páginas) No es revelador que, en la primera página de una novela, la autobiografía de un verdugo nazi carezca de la compasión inevitable en la que han incurrido tantos títulos a lo largo de la literatura alemana desde finales de la década de los años treinta (Böhl, Grass, von Kleist, Jünger, por ejemplo). Aunque la voz del escritor francés Jonathan Littell presume de una constante aceptación estoica y satírica del exterminio a través de sus personajes, lejos de una sumisión moral a la condena capital del holocausto, la novela no sienta ningún precedente dentro de las confesiones iconoclastas que sobre la Segunda Guerra Mundial se han escrito, especialmente desde la desaforada atracción del expresionismo —desde la extrema crudeza descriptiva de lo que, con seguridad, ha estigmatizado para siempre el injustificado etnocentrismo de Occidente. Es cierto que, en literatura, ha sido ya un exceso la exposición moral y purgativa de las consecuencias sociopolíticas del holocausto judío y que arrastró consigo la revelación de que de nada sirven los presupuestos racionalistas y liberales de los discursos filosóficos, religiosos y éticos que encomió la Ilustración cuando la ira domina incluso el acicate del instinto de depredación, cuando la inteligencia justifica el acto genocida. En este caso, la derrota del asesino no significa el reconocimiento de su culpabilidad; este carácter reaccionario que ha alabado mediáticamente parte de la crítica periodística de nuestro país incide en el automatismo conductual de cualquier exterminador prototípico. Lo que queda es la necesaria introspección de esa identidad repetida en el ser humano y sobre la que Littell no profundiza como James o Dostoievsky. Las benévolas es el testimonio de un verdugo nazi al que el nihilismo ha ido corrompiendo psicológicamente, alejando con los años cualquier atisbo de remordimiento y arrepentimiento. Ahora, con la bendición de la sobriedad, el protagonista describe los últimos meses de campaña bélica en Stalingrado hasta la consumación de la rendición nazi en Berlín. Con la compasión no se sobrevive y, sobre esa losa, se justifica la vileza de los genocidios y la manipulación de los sentimientos pietistas se instrumenta para sobreponerse a cada atentado. La novela abre recurrentes horizontes de lectura sobre los que, por el contrario, pocas veces se reflexiona por su reveladora crudeza y quizá por la inminente apostasía a nuestra cultura tecnocrática e intelectual (aunque exista mucha bibliografía): todo ser humano es capaz de arremeter contra otro y contra sí mismo en la adversidad y la sensibilidad artística e intelectual en nada conmueven la pulsión homicida. No es extraño pensar que todo genocidio ha tenido la impronta del dogma filosófico y moral ajustado a una realidad cultural aparentemente inequívoca. El genocidio que describe el protagonista de la novela no es un meditado enclave conspirador contra la burguesía judía ni tampoco un inexorable acto irracional tras la demora de las victorias hitlerianas más significativas, sino más bien una apología de un odio interior congénito hacia lo que significa en un sentido holista y filosófico el hombre como especiación de la cultura, de lo racional y de lo confesional; una forma de protesta contra la propia esencia intelectual de ser hombre, contra la ortodoxia de la moral judeocristiana y su cumplimiento. Las benévolas es una denuncia subversiva a las falsas realidades tecnocráticas y culturales que nuestro último siglo ha construido bajo el amparo del elitismo intelectual, omitiendo que, pese al esfuerzo, nuestros sistemas políticos, religiosos y filosóficos sólo consiguen sublimar quizá la expresión más humana a la vez que aparentemente recóndita del ser: la voluntad del asesinato y la búsqueda del escenario de guerra como única posibilidad de supervivencia de la esperanza. Quizá sea la versión devastadora que preconiza el monólogo del protagonista, sin objeción a la vileza como forma de instauración de un nuevo orden, lo que le confiere realismo a ese escenario de guerra. Sin embargo, formalmente, la novela carece del repertorio técnico y compositivo necesario para mantener el ritmo de la atención y para considerar el texto como una trascendental apología de la irracionalidad y del pesimismo. La escueta descripción espacial en la mayor parte de los capítulos deja sin profundidad psicológica conductas y contenidos de los diálogos, la carencia de una polifonía en la constitución coral y operística de una experiencia colectiva tan traumática como ejemplifica cualquier guerra dista de importantes precedentes narrativos decimonónicos. A veces la truculencia de los asesinatos evita un debate riguroso moral mucho más complejo en el que a Littell no le interesa entrar para evitar la inefabilidad intuitiva de la capacidad autodestructiva del ser humano. Tan sólo la otea. El autor se queda en el efecto, en la fisiología del asesinato, en la argucia fácil de la conmoción que produce la frialdad del fusilamiento, por ejemplo. Lejos queda la semántica del origen de la ejecución y de la templanza ante las fosas. No obstante, se agradece la contextualización sociohistórica de las situaciones comunicativas de interlocutores y acciones, una documentación necesaria que justifica la única perspectiva psicológica y antropológica de sobrevivir a ras de la culpa y del recuerdo de la culpa después del paso del tiempo: la sátira del crimen como forma de conocimiento, de un conocimiento indudablemente despreciable que nos hace, sin embargo, humanos. Es la persistencia de la autocomplacencia única, la tan perseguida extinción del otro, no por una victoria terrenal o mesiánica, sino para saciar una necesidad más allá de lo instintivo. ** Manuel García Pérez mgp1@hispavista.com Investigador español (Orihuela, 1976). Es doctor en filología hispánica por la Universidad de Murcia (http://www.um.es). Es Premio Creación Joven de Poesía del Ayuntamiento de Murcia (http://www.ayto-murcia.es, 1998) y Premio Nacional Fin de Carrera (2001). Sus colaboraciones en diferentes revistas de creación literaria, como Empireuma (http://www.empireuma.com), Cuadernos del Matemático (http://perso.wanadoo.es/daniblanco/cmatematico), Álamo o Calas, se compaginan con la publicación de otros ensayos de investigación crítica y semiótica en Visio, revista de semiótica internacional de Québec, y Tonos (http://www.tonosdigital.com), revista internacional de lingüística. Ha publicado Semiótica de la descripción: cine, publicidad y cómic (Servicios de Publicaciones de la Universidad de Murcia) y dos libros de programaciones didácticas para la enseñanza de lengua y literatura (Editorial MAD). === Gelindo Casasola: Argonáutica Rafael Rattia ====================== Comenzar un viaje poético (vital y artístico, como la vida misma) por el Apocalipsis y no por un cierto génesis es ya, desde el principio, por decir lo menos, desconcertante; pero su poesía es así, honda y maravillosa, fascinante; me refiero a Gelindo Casasola (Udine, Italia, 1956 - Mérida, Venezuela, 1980). Hace 10 años, un 20 de marzo de 1998, la Fundación Cultural Ítalo-Venezolana Paolo D’Isidoro y Aurelio Pinto, conjuntamente con el Fondo Editorial Predios y el Fondo Editorial Piedemonte, colocaron en manos de los lectores un compendio de poesía cuyo clásico nombre lo dice todo: Argonáutica. Libro editado post-mortem del inigualable poeta merideño nacido en la península itálica y malogrado por su propia mano, en mala hora, en el filo de los comienzos de la terrible década de los años ochenta de la pasada centuria. En este bellísimo poemario están reunidos, en un haz de incontrovertible hermosura estética, varios libros, cual si de una “muñeca rusa” se tratara, de uno de los más esclarecidos y evolucionados fundadores del mítico Grupo Literario Laurel, llamado por sus iguales, indistintamente, Gelindo o Calligaro. Un lector de poesía únicamente puede ser conmovido hasta las lágrimas por una poesía genuina, auténticamente original, y la de Casasola destaca por ser una poesía cuyo rasgo más sobresaliente, distintivo, es su radical originalidad. Ajena a ostentaciones sinonímicas, alejada de fastos pseudometafóricos, distante de ripios léxicos pedantescos; la poesía de Gelindo Casasola exhibe una marcada tendencia al laconismo. Sus versos tienden más hacia la sentencia y el laconismo; lo que advierto con una discreción evidente en sus textos poéticos, y el poeta no hace nada por ocultarlo, son huellas judeocristinas que revelan una impronta religiosa en textos poéticos ciertamente muy contados pero no menos significativos. La metafísica sensible de esta poesía destaca más por su abundante proliferación de imágenes plásticas que brotan del estro lírico del bardo con asombrosa naturalidad verbal. Los ríos no piden permiso para enviar sus aguas al mar. El mar insistente que vuelve, como en Ramos Sucre, “con el ritmo de infatigables olas” en su poesía es una marca temática que suele el lector encontrarla hermanada de la muerte, ese otro invitado inevitable del vivir. La desolación y el desconcierto están umbilicalmente unidas al amor y lo tenebroso gracias a una sui generis dialéctica verbal en la que la contradictio in terminis hace las veces de engranaje de perfectibilidad en la unidad de los contrarios. El lenguaje poético de Casasola revela una rutilante magnificencia expresiva mediante un magicismo lingüístico dicho por intermedio de una nada usual contradictoriedad de las similitudes y, simultáneamente, una similaridad de las contradictoriedades representacionales e imaginarias. La poética de Casasola postula un raro e inusual arte del laconismo expresivo. Su poesía le huye a los exornos léxicos inútiles e innecesarios. El poeta nos obsequia a sus lectores para solaz de nuestra memoria sensible enternecedoras imágenes de ciudades que jamás visitó e incluso que nunca existieron fuera de su febril e indómita imaginación; ciudades construidas con la persistencia de melancólicas evocaciones de un poeta brotado de los cimientos insondables de una civilización extinta que no puede ser pensada más que por jirones de reminiscencias. ** Rafael Rattia rrattia@gmail.com Escritor venezolano (Delta del Orinoco, 1961). Historiador egresado de la Universidad de Los Andes (ULA, http://www.ula.ve). Fue director-fundador del Archivo Histórico del Delta, director de la Biblioteca Pública Central Andrés Eloy Blanco y coordinador de Actividades Literarias del Ateneo Internacional de Fronteras Casa de las Aguas. Ha publicado el poemario La pasión del suicida y dirige Laberintos de Agua, la página literaria semanal del diario Notidiario (Puerto Ordaz). Textos suyos han aparecido en el suplemento literario Verbigracia, el suplemento cultural de Últimas Noticias, El Impulso, Frontera y la revista Ateneo de Los Teques, así como en las revistas electrónicas El Invencionero (http://web.jet.es/enseres), Casi Nada (http://usuarios.iponet.es/casinada) y Sólo Texto (http://solotxt.freeservers.com). Mantiene una bitácora personal en http://ratiar.blogspot.com. === El proyecto de currículum educativo en Venezuela ====================== === Leopoldo de Quevedo y Monroy ========================================== He leído las 77 páginas que aparecen en Internet sobre el proyecto de reforma educativa que el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela está proponiendo a sus nacionales para los próximos años. En principio, el documento de trabajo me parece un esfuerzo importante de reflexión académica. Hace años me extrañé y me causó gran admiración que el organismo que rige las políticas de educación en ese país se llamara “Ministerio de Educación, Cultura y Deporte”. Hoy me doy cuenta que se llama simplemente Ministerio del Poder Popular para la Educación. Me hubiera gustado que hubiese conservado aquel honroso nombre de antes. En verdad, Andrés Bello embelleció el lenguaje y lo extendió con su Derecho Civil desde Chile hasta Panamá. Es una frase corriente entre nosotros que “Bello nació en Venezuela, enseñó en Chile y se habla en Colombia”. Tenemos razones para honrar a la Patria de Bolívar como cuna de grandes figuras cultoras de la lengua castellana, del arte y el progreso. En el análisis del documento mencionado, resulta obvio que de entrada, cuando se habla de la educación que se impartirá a los niños, no se enfatiza en la enseñanza del arte, en el cultivo de su sensibilidad y en el afecto especial que necesita en sus primeros años. Da la impresión de que se le trata con impersonalismo y ya como un adulto. Se le impone una chapa de comportamientos de choque desde la infancia. Se insinúa un ideal educativo basado en la moral y virtud y aún en la humildad. No se explica cuál es el significado de moral. Tal vez son las normas del Estado que debe acatar el hombre. Da la impresión de que se quiere confundir con la ética. No se sabe qué es la “virtud” que se predica. Tal vez se acerque al significado de “virtù” en El Príncipe de Maquiavelo como sinónimo de astucia, y la búsqueda de la Fortuna en el azar de la vida. No se concibe cómo se puede hablar de humildad en medio de tanta insistencia en la posición crítica que debe asumir el educando. Es sorprendente cómo estos conceptos —típicos de la religión romana— se preconizan tan importantes dentro del Currículo Nacional Bolivariano en una “nación nueva” que intenta emanciparse de culturas medievalizantes... El documento repite una y varias veces, hasta el cansancio, su meta de formar una identidad venezolana, una cultura propia, y se le da el apelativo de “férrea” a esta educación del “nuevo” hombre. Y también repite luego que será flexible y que será integral y que reconoce que existe una cultura universal. A veces siente uno, desde la barrera, que la educación concebida en esta forma autocrática, no es un espacio para humanos sino para autómatas. Que la cultura que se está insinuando es una máscara de hierro frente a otras culturas que lucen ajenas, extrañas, lejanas y hasta enemigas y peligrosas. La palabra integración con otros países, en consonancia con la idea de la anfictionía de Bolívar, no aparece por ninguna parte, lo cual llegaría al aislacionismo. Soterradamente hay un mensaje hacia la dominación. Hacia un nacionalsocialismo. Pero, paradójicamente, existe un sabor subliminal a admitir la creencia de que Venezuela es un país dominado por fuerzas hegemónicas e inferior. Insta la propuesta a la liberación de ese yugo con la educación como medio. Se repite como eco de una misma y sola voz que los puntales y ejes sobre los cuales se sostiene la educación son Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora, Luis Beltrán Prieto, Belén Sanjuán, Paulo Freire y Martí. Serán los inspiradores de la educación en Venezuela. Se insertan en el documento frases y citas sueltas que van dibujando el proyecto como un mapa ideologizante, sin un claro lineamiento de políticas educativas. Sin embargo, las citas no guían como hilo conductor sino que están inconexas. No es clara la formulación de un marco teórico que le dé unidad y fuerza. Las citas se convierten en jirones de consignas tomadas por la fuerza para entintar el papel. Es más una proclama de pautas de adoctrinamiento militarista y populista. Quedan por fuera otros pensadores nacionales y foráneos, actuales y de reconocido talento, lo cual le resta panorama universal y dinámica al conocimiento. Se podría estar dando lugar a la xenofobia y estar propugnando un etnocentrismo que establece que sólo lo propio es lo necesario y útil. El pensamiento es libre, dinámico, cambiante, no se puede encerrar, petrificar en unas frases de ayer. Con toda seguridad, si vinieran Martí, Simón Rodríguez y Bolívar cambiarían esta jerga de papelón y vallas por un lenguaje nuevo y unas metas diferentes. Es la labor que deben hacer los cerebros que intentan tejer nuevos escenarios para la creación, el arte, la ciencia y la tecnología, conservando, por supuesto, la historia y sus legados. Para el joven no se propone un idealismo acorde con su edad. No se habla de lanzarlo en proyectos de envergadura, no se le inserta en el reto de la investigación. Esta palabra sólo aparece una sola vez en el documento, en la página 60. Se habla de encaminarlo en el sendero del “trabajo” —ya un lugar común—, pero no se proponen hitos. Venezuela es rica en recursos naturales, posee lo que otras naciones necesitan. No se impulsa al joven a la productividad, a la formación de una industria propia, independiente. No se contextualiza la riqueza patria con la educación. La educación que se propone deberá ser formulada para un país real, con recursos, rico en etnias, vasto en tierras y mar, con herencia de Páez y Bolívar, con sierras y llanuras a caballo en pos de la libertad. El perfil del nuevo educador encuadra su quehacer en el modelo del constructivismo tan combatido ya por su sedimento conductista. ¿Dónde queda la formación de un modelo propio, no apegado a moldes alienizantes? ¿La reforma no busca precisamente eso? El documento no viene acompañado de la promesa de ofrecer capacitación y refresco a los docentes y descarga en ellos la tarea del Estado de adecuarlo al perfil nuevo que se requiere. Las reformas no se hacen con decretos, pues son el resultado de un proceso dinámico, sostenido y arduo. Hace falta que el esquema, los conceptos, la intencionalidad de la reforma pasen por el cedazo del debate, para llegar a un consenso nacional. ** Leopoldo de Quevedo y Monroy leoquevedom@hotmail.com Escritor colombiano. Abogado egresado de la Universidad Libre (http://www.unilibre.edu.co) y magíster en Docencia Universitaria por la Universidad del Valle (http://www.univalle.edu.co). Ha publicado Confesiones de un cura casado (Corredor, 1999), El anteproyecto y el proyecto de investigación, los poemarios Versos sacros y profanos (Artes Gráficas del Valle; Cali, 2005) y Cotidianidad en Re-verso (Artes Gráficas del Valle; Cali, 2006) y diversos materiales en el diario El Tiempo (Cali) y la revista Plenilunio. Ha participado en eventos literarios como la “Hora de la Poesía” en la Feria del Libro en Bogotá (2005), el V Festival Internacional de Poesía en Cali, la XI Feria del Libro Pacífico y otros. === Tres cervantistas Andrés Ugueruaga =============================== Un clásico es una obra que generalmente suscita una enorme cantidad de anécdotas novedosas y de discursos críticos adeptos, y a veces, no tanto. Cervantes como autor de clásicos lo ha hecho sin interrupción, durante más de cuatro siglos. Hay que comenzar por allí sin embargo, para hablar sobre el primer cervantista, del escritor Azorín y del gran intelectual español Francisco Rodríguez Marín, que vivieron a principios del convulsionado siglo XX. Y que supieron homenajear y reivindicar a aquel primero. En el libro Con Cervantes, libro de ensayos que Azorín publicó en 1947, en la Editorial Espasa-Calpe, rescata la posibilidad del primer cervantista. Cabe decir que Azorín fue un cervantista hasta los huesos, al punto tal de haber dedicado varios libros a Cervantes. Y por otra parte, de haber llegado a esbozar un guión para filmar una película sobre el Quijote, junto al distinguido cineasta húngaro Vincent Korda, allá por el año 1957. Este plan finalmente no prosperó. Aun así está bien claro que lo cervantista es hoy premisa de un idioma, un país o una institución y todo aquello que es propio de lo masivo, tan común en nuestros tiempos. Azorín sin embargo en el último ensayo de este libro destierra el nombre de Francisco Márquez Torres como justamente el primer cervantista, que prologó y acaso defendió los primeros ejemplares de las famosas historias del Ingenioso Caballero Don Quijote de la Mancha, más precisamente en su segunda parte, publicada en 1615. Azorín así escribe: “No puede haber escritor sin sentido concreto. Márquez Torres tiene ese sentido. Cuando se ha explayado el autor en lo abstracto, de pronto evoca un hecho. Va a contarnos algo que desea precisar. Sí, ha ocurrido lo que él va a decirnos en tal día. Dos días después del hecho es cuando él escribe. Lo que cuenta Márquez Torres está, pues, reciente”. Francisco Márquez Torres fue un capellán del arzobispo de Toledo, que nació en 1574 y falleció en 1656 en Guádix, a los 82 años de edad. Azorín nos dice que aquel celebre pero ahora desconocido prólogo, fue escrito una fría mañana del 27 de febrero de 1615, en Madrid, poco antes de la publicación de la segunda parte del Quijote. Dos días antes, tan sólo eso, había estado con unos franceses que viajaron hasta España para hacer algunas negociaciones. Es ahí cuando preguntaron por Cervantes. Azorín advierte que Márquez Torres fue el primero en reportar del reconocimiento prematuro que Cervantes tenía en Francia (ya por aquellos años) en un prólogo de dos páginas y media. En aquellos años Cervantes ya estaba en el último tramo de su vida, ya había escrito casi todos sus libros, y su salud se deterioraba día a día. Pero paradójicamente, ya comenzaba a vislumbrarse la dimensión de su obra: “Apenas oyeron el nombre de Miguel de Cervantes, cuando se comenzaron a hacer lenguas, encareciendo la estimación que así en Francia como en los reinos sus confinantes se tenía de sus obras: la Galatea, que alguno dellos tiene casi de memoria, la primera parte désta, y las Novelas (…) Preguntáronme muy por menor de su edad, su profesión, calidad y cantidad”, prosigue Márquez Torres. “Halléme obligado a decir que era viejo, soldado, hidalgo y pobre”. Lo que se omite aquí son algunas cuestiones bastante jugosas sobre la vida del creador del Quijote, cuestiones que a lo largo de los años fueron llevadas a lo apócrifo. Parece ser que después de haber corrido tanta tinta y de haberse impreso tanto papel, comenzamos a apreciar la importancia de algunos prólogos y de lo imprescindible de ellos en algunos de ellos. Es como si la grandeza de un libro se adueñara incluso de los que le antecede. Por otra parte, la creación y publicación de una joya literaria, pide muchas veces la menor y más cuidadosa modificación posible. Lo curioso es que quienes editaron El Quijote (nada más y nada menos) no hayan guardado el primer prólogo de la segunda parte. Ya que es una porción nada desdeñable, tanto como aquel que escribe, en el primer tomo, el mismo y solitario Cervantes. Azorín nos advierte que sólo en las ediciones originales del siglo XVII y en la última edición que Francisco Rodríguez Marín (1855-1943) de las cuatro que él hizo. El método de este editor consistía en glosar y explicarlo con notas eruditas. Rodríguez Marín ha publicado ediciones críticas del Quijote y de otras obras de Cervantes, incluso inéditas. La primera había sido en 1911. Y la última fue póstuma, publicada en 1947, cuatro años más tarde de la muerte del mismo (1943) y en el cuarto centenario del nacimiento de Cervantes. Esta es la más recomendable de las cuatro que pertenecen a Rodríguez Marín. Francisco Rodríguez Marín ha sido uno de los que más han aportado a la obra cervantina. Su primera edición, todavía disponible sin actualización en la serie Clásicos Castellanos de Editorial Espasa-Calpe, es inferior a tres siguientes. A lo largo de sus tres primeras ediciones del Quijote, varió los comentarios y los mejoró en número y expresión, “más atento”, declara en la tercera edición, “a decir cosas no dichas por nadie que a reproducir las notas de mis ediciones anteriores”. Para la cuarta, póstuma, había preparado las mil notas nuevas ya anunciadas en el título. En esa “aventura literaria”, dice en el prefacio de la segunda edición, “la de más empeño y dificultad que emprendí en mi larga vida de escritor”. El Quijote, junto a Cervantes, mas allá de las centurias, de la actualidad y de los best-sellers, aún siguen dando mucho de qué hablar. ** Andrés A. Ugueruaga andresugueruaga@hotmail.com Escritor argentino (Santa Fe, 1973). Textos suyos han aparecido en el diario El Litoral (http://www.ellitoral.com.ar), y ha colaborado con páginas como Monografias.com. La mayoría de su producción permanece inédita. === Apuntes de un profesor de bachillerato Carlos de la Hoz Albor ==== 1 Hemos de creer que la escuela también hace posible muchas verdades. Aquella, por ejemplo, de que la mayoría de los seres humanos nos pasamos la vida buscando grandes respuestas para los males que nos aquejan, cuando es la observación minuciosa de los pequeños detalles la que nos permite vislumbrar la salida a nuestras dudas e inquietudes. Digo esto sin pretensiones de sentencia y más como una tierna lección que me fue dado aprender gracias a la costumbre de no conformarme con lo que me sugieren las apariencias y asumir el acercamiento a la vida y el alma de los niños como el único libro que el profesor no debe privarse nunca de leer. Magdalena —reconozcamos así a la niña de mi crónica— se empecinaba en no leer, por más que mi agobiante insistencia se lo pedía y por más entretenido que estuviera el curso de la historia, que mantenía a todos en suspenso y del cual sólo restaba el final (que yo había reservado para su voz, precisamente para su voz). No hubo poder divino ni humano que la convenciera de ponerse de pie y leer el breve párrafo que nos dejaría saber si el malvado león se había salido con la suya o, por el contrario —y como anhelaba la concurrencia, yo entre ella— los otros animales de la selva le habían dado un justo merecido y liberado a sus amigos, forzados por éste desde hacía varios días a penosas labores. Fue necesario escoger a otro estudiante de entre las muchas manos que se levantaban pidiendo la oportunidad de leer el final de la historia, pues Magdalena no se decidió a hacerlo. Complacidos con el desenlace, los niños salieron a recreo y yo me quedé con este acucioso interrogante revoloteando en mi cabeza: ¿por qué Magdalena no había querido leer? No quise preguntárselo en seguida, pues mantenía la cabeza recostada sobre el brazo del pupitre y con las manos en los oídos, como queriendo poner una infranqueable barrera entre ella y el resto del mundo. Así que salí del salón procurando no hacer ningún ruido que interrumpiera el silencio perfecto que ella guardaba. Tras comprar un refresco y caminar sin interés por los pasillos de la escuela, me acerqué a una ventana ubicada en la parte trasera del curso donde momentos antes estaba. Entonces lo vi: la pequeña Magdalena ya se había levantado y se asomaba ahora tímidamente a la puerta del salón para atisbar a sus compañeros y a los otros niños que corrían y gritaban en el patio de recreo. En medio de los pliegues de la falda azul de su uniforme un enorme hueco (luído con seguridad por el prolongado tiempo de uso y las muchas manos de jabón de cada tarde), la obligaba a llevarse las manos atrás. Comprendí que su negativa de leer no había sido ningún acto de rebeldía ni mucho menos señal de incompetencia para realizar un ejercicio que, sabía, le agradaba, sino un desesperado mecanismo de defensa, ya que hubiese bastado con que ella se levantara para que sus compañeros vieran la desfondada falda y soltado la carcajada unánime. Terminé aquella jornada moviendo la cabeza de un lado a otro, como quien se empeña en negar una realidad que lo apabulla, y con una sonrisita en los labios que no era de gozo sino de desencanto, de rabia y frustración. Como una manera de expiar aquellos sentimientos, decidí que, en adelante, cuando uno de esos colegas de aire circunspecto que tanto abundan en las escuelas me preguntara con voz inquisitoria por qué los niños no leen, sin titubear contestaría: —...Porque tienen el uniforme roto. Y pondría cara de quien ha descubierto una grave verdad, aun a sabiendas de que aquellas no eran las palabras que un sujeto como él debía esperar. 2 El lector (sobre todo si es un joven lector) sabe bien que la frase “un amigo es una luz” es un verso de la archiconocida canción Amigos, cuya letra y melodía pusiera en labios y corazones sensibles, desde hace poco más de una década, el grupo argentino Los Enanitos Verdes. Completa, reza así: Un amigo es una luz brillando en la oscuridad, y no sé por qué, aunque sencilla y sin muchas pretensiones, siempre me ha parecido una muy hermosa definición de lo que son esos seres leales, incondicionales y desinteresados que nos acompañan a lo largo de nuestra vida, y que hacen, con su grata presencia, más llevadero el hecho de existir. Tan rotunda y certera se me antoja la frase, que hasta creo se puede tomar como pretexto para divagar un rato sobre el tema de la amistad. No es otra cosa lo que haré en estas breves líneas. Encontramos que a la oscuridad que traen las innumerables tribulaciones por las que debemos pasar en la vida, la frase opone la luz que viene de la amistad. Una luz que brilla para que nosotros podamos encontrar un punto en el que apoyarnos mientras nuestros ojos se acostumbran a la penumbra o hallamos una salida que nos conduzca a parajes menos tenebrosos. Ahí está con claridad, sin decirse, la palabra que nombra una de las cualidades más hermosas de la buena amistad: la solidaridad. Pues, con certeza inapelable, se podría afirmar que ningún amigo de verdad deja abandonado al otro frente a las inclemencias o a las adversidades. Esa acción no es propia de almas virtuosas, y esa cualidad —además de la sabiduría— es la que el orador y pensador romano Cicerón establece como condición para que subsista la amistad. Lo contrario es el egoísta individualismo, que a veces logra disfrazarse de amistad, pero que el tiempo —ese juez certero y eficaz— termina por dejar al descubierto. Es fácil caer en la cuenta de que son muchas las plumas que se han ocupado del asunto de la amistad y muchas las páginas que se han escrito sobre ella, pero pienso que el libro que a diario logra las más memorables es el de la vida misma. Hombres y mujeres que, sin importar las cruentas circunstancias por las que atraviesa el mundo, con sus actos desprendidos y altruistas reafirman lo mejor del ser humano. Y en ese libro, merecen capítulo aparte las que con alegre desenfado y gran ternura escriben los jóvenes, que, por supuesto, son quienes más tararean la canción de marras. En efecto, son ellos los que, tal vez por su alma aún no cuarteada por los dolores de la existencia y desprovistos de engorrosos prejuicios, se acercan entre sí sin ninguna prevención y con un espíritu puro, dispuesto al sacrificio por los demás. En ese sentido, son muchas las lecciones que tienen para darles a algunos adultos, a los que el paso del tiempo vuelve prevenidos, insensibles, egoístas e incapaces de prodigar un gesto tierno por el temor de ser tenidos como débiles. Una de esas páginas es de reciente ocurrencia y, como fui testigo de excepción de ella, no dudaré en compartirla. Ocurrió la tarde de un lunes, día que suele ser gris y pesado para la vida de los escolares. Uno de los estudiantes de mi grupo había tenido un fin de semana terrible, que hasta su misma facha descuidada delataba. Estaba agobiado por las agrias disputas con sus padres, por la posible ruptura con su novia de toda la vida y, sobre todo, por su carácter inclinado a la sumersión. Ajeno a cuanto discurría en torno suyo, no hacía más que llorar y malhayarse de su suerte con la cabeza recostada sobre el brazo del pupitre. Inútiles fueron mis intentos y los de varios de sus compañeros por persuadirlo de integrarse a sus deberes y hacerlo salir de ese estado. Musitaba entre sollozos que la vida no tenía sentido, que quería morirse. Sonó el timbre y salí del salón de clases lastimado por ese cuadro de desolación en un alma tan joven. En el camino hacia el otro curso, me alcanzó uno de mis alumnos, quien me dijo que le permitiera llevarse a su casa al compañero afectado. Aseguró con voz entrecortada que él sabía cómo tratarlo, qué palabras decirle, en fin, qué consejos darle en ese duro trance. El sufrimiento por el dolor de su amigo se le veía en los ojos. Me habló con tal seguridad y confianza en su solidario gesto que no dudé en tramitar para ellos el permiso de salida. Se marcharon juntos (pude ver desde lejos las espaldas con morrales que atravesaban el portón que franquea la entrada y salida del colegio) y yo me quedé el resto de la tarde, entre hojas de exámenes y tareas, pensando cuál había sido el desenlace de aquella conmovedora escena. No tuve que preguntarlo: la sonrisa alegre y los ojos vivaces que encontré al día siguiente en el puesto en que el día anterior había un ser humano abatido y quejumbroso me indicaron en seguida que el dios de la amistad se había hecho presente de nuevo entre nosotros. Un amigo es una luz brillando en la oscuridad. Qué hermoso es mirar la vida desde esa tierna perspectiva, ¿cierto? Y, por el contrario, qué pesar da contemplar el cuadro patético de muchos que eligen el áspero camino contrario de vivir hiriendo a los demás. 3 —¿Cuándo llegará el día en que sus clases se ocupen del mafaldismo? La pregunta se la he formulado, así, a quemarropa, al profesor de filosofía con quien me he topado en uno de los pasillos de la escuela. El hombre me ha mirado con inocultable incredulidad y, aunque se ha detenido por unos cuantos segundos, en seguida ha proseguido su marcha dejándome a mí con la palabra en la boca y haciendo un gesto para el que la sociedad ha establecido un claro e inapelable significado: “Está loco”. Como pueden ver, mi ilustre colega que se codea diariamente con los hombres más ilustres que ha tenido la Historia, no me ha dado ni siquiera la más mínima oportunidad de exponerle mis argumentos en torno a la cuestión del mafaldismo, tema que, según su empañada óptica, no debe existir (porque lo que no aparece en los libros no existe) y al que ningún maestro de filosofía serio y trascendental como él debe prodigarle un solo instante de sus elucubraciones, mucho menos abrir el menor resquicio en su apretada cátedra, preñada de nombres, fechas y pensamientos. Me ha tocado, de nuevo y por enésima vez, rumiar mis inquietudes acerca de quien me ha deparado innumerables momentos de profunda meditación acerca del ser humano y su azaroso tránsito por la Tierra; una de quien tuve noticia en la infancia y desde entonces no ha dejado de asombrarme por sus pertinentes ocurrencias que tocan lo divino y lo humano con gracia y desenvoltura; la que, con aparente inocencia, desarma las no siempre nobles intenciones de los adultos que circulan a su alrededor: Mafalda. Entonces, he vuelto a concluir que si una escuela filosófica (toco madera, pues, sin querer, invado los predios de mi ilustre colega) está formada por un conjunto de ideas, por una serie de pensamientos que reflejan una concepción del mundo, no hay explicación posible para que en los textos de filosofía no se hable del mafaldismo, una doctrina tan seria e importante como la socrática, la platónica, la kantiana o la hegeliana, para sólo mencionar algunas de las muchas que se traen a cuento en dichos textos y que forman parte del abrumador repertorio que, con muy pocas y honrosas excepciones, nuestros pacientes y resignados discípulos no alcanzan a descifrar. Y como cuando uno no encuentra explicaciones —o se las niegan, como ha hecho conmigo este colega— los interrogantes se multiplican, no puedo dejar de preguntarme con la acuciosidad de un aguijón: ¿será tal vez porque su precursora no tiene las largas barbas, los espesos bigotes ni el aire meditabundo con que desde niños se nos ha acostumbrado a identificar a los grandes pensadores? ¿O porque en lugar de la solemnidad ésta ha escogido la picardía y el humor como maneras de asumir la vida? Si son estas las razones, me temo que se ha cometido una grande injusticia con una pensadora de tan altos quilates y profundidad de pensamiento. Sería bueno, pienso yo, iluso como suelo ser, que para enmendar este gravísimo error los maestros que se encargan de despertar el amor por Sofía deberían, sin pérdida de tiempo, adelantar una cruzada para hacer imprimir la imagen de Mafalda en los libros y sugerir que se le dediquen capítulos enteros. Tal vez hasta sea posible esperar que su busto sea colocado en museos y plazas del mundo entero y su retrato figure en las bibliotecas de las escuelas al lado de próceres y pensadores de alta alcurnia. Pero como yo sé que mi colega hallará truncas estas razones, con previsión le detallo que el mafaldismo consiste en la interrogación sistemática de cuanto se nos presenta en la vida. Dicho con otras palabras, desde la perspectiva de esta escuela es deber del ser humano someter a una minuciosa revisión aquello que se le quiere imponer como lógico, pues la esencia de la persona se encuentra en su autonomía y libre albedrío. Bien se puede ver con estas premisas que el mafaldismo rechaza abiertamente lo establecido por un orden exterior, pues para esta escuela sólo desde la libertad se puede trascender. En cuanto al aspecto, digamos, social, al mafaldismo le preocupan en grado sumo las injusticias y desigualdades, los atropellos y la violencia. Sueñan los mafaldistas con un mundo mejor, lleno de afecto y tolerancia y en el que no caben padres ni maestros dictatoriales, especies a las que se tienen como enemigo de cuidado, ya que es fama que acostumbran imponer sus ideas sin tener en cuenta las de los otros y sin dar razones ningunas. Por otro lado, la historia de las ideas debe decir que Mafalda no es una de esas pensadoras insulares a la que, pequeña Quijote, le haya tocado abrirse en paso en solitario para dar a conocer su pensamiento. Es decir, contrario a lo que ha ocurrido con otros, ella no ha predicado en el desierto, pues desde la génesis su escuela la han acompañado otros pensadores que se le equiparan en talante y profundidad, tales como Manolito, Susanita, Felipe, Miguelito y una vasta “legión de ángeles clandestinos” compuesta por niñas, niños y adultos de corazón infantil que no cesan un ápice en su empeño de trastocar este mundo hostil y desigual que algunos defienden a capa y espada nada más porque les permite mantener sus desmesurados privilegios a expensas de la tristeza de otros. Son ellos, ni más ni menos, quienes nos han regalado ideas brillantes como éstas que rara vez uno encuentra en los otros pensadores: “Si los autos quieren suicidarse allá ellos; lo que no se entiende es esa manía que tienen de hacerlo cuando llevan gente adentro”; o tal vez esta otra, que arroja un chorro de luz sobre un aspecto de mucha trascendencia: “¿No es sorprendente lo útil que resulta la espalda para irse? No sé cómo haría la gente para irse si no tuviera espalda”; o esta que, dada concreción y certeza, no admite discusión: “Soy una convencida de que la gente que es pobre no lo hace por la maldad”. ¿Ahora ven por qué no dejo de preguntarme cuándo llegará el día en que las clases de filosofía se ocupen del mafaldismo? ** Carlos de la Hoz Albor cdelahozalbor@hotmail.com Escritor colombiano (Barranquilla, 1966). Educador en la asignatura de lengua castellana. Ha coordinado talleres literarios y dirige la revista-taller Luna y Sol, de Barranquilla. === Literatura en la filatelia: Mikael Agricola Juan Franco Crespo === El 7 de marzo de 2007 el correo finés lanzaba dos faciales conmemorativos del 450º aniversario del arzobispo Mikael Agricola (Pernaja, 1510; Uusikirkko, 9 de abril de 1557), estudió en la Escuela de Viborg y después en Turku, allí entró en contacto con la Reforma y el arzobispo de la ciudad lo envía a Wittenberg (1536-1539) en donde se encuentra con Lutero y Melanchthon. Al regresar a su tierra natal era portador de una carta de recomendación de Lutero que le sirvió para ser nombrado rector de la Escuela de Abo, por entonces la principal institución educativa de carácter teológico en la región, logra ser nombrado arzobispo en 1554 (sin la aprobación papal). Su episcopado duró tres años, murió súbitamente al regresar de una misión diplomática ante los rusos. Gran reformador de la iglesia finesa y padre de la literatura del país escandinavo, estableció las bases ortográficas del finés al traducir el Nuevo Testamento a esta lengua. Recordemos que, hasta mediados del siglo XII, la actual Finlandia era un espacio vacío que interesó por igual a sus poderosos vecinos (suecos y rusos). En 1323 ambas potencias firmaron el acuerdo por el que se reparten las áreas occidental y meridional (para Suecia) y la oriental (Carelia) fue a manos de Rusia. Gracias a la presencia sueca arraigó el ordenamiento jurídico, social y económico occidental o escandinavo en aquellas latitudes, aunque los fineses nunca padecieron la servidumbre de la época medieval y Turku (fundada en el XIII) era el principal centro urbano de la región, a su vez la sede del episcopado. En 1362 se les concedió a los fineses el derecho a enviar delegados a la elección del soberano de Suecia; este derecho se extendió en el XVI para elegir a sus propios diputados que eran enviados a la Dieta del reino sueco. En esta época es donde tenemos que encuadrar a nuestro personaje, el introductor de las Sagradas Escrituras (Nuevo Testamento) aunque la Biblia completa no aparecería hasta 1642. En el sello de la izquierda se presenta la primera publicación escrita en este idioma (Abckiria, abecedario o libro para párvulos, aparecido en 1543). Fue, a su vez, un compendio de información práctica y un precioso catecismo, contiene letras y números que facilitan la localización y las instrucciones del ritual litúrgico, los diez mandamientos, la doctrina de los apóstoles, oraciones al Señor y otros materiales de utilidad religiosa. Lamentablemente no se conoce ninguna copia completa de esa primigenia obra en lengua finesa, la edición original logró reconstruirse gracias a ejemplares de la primera y última edición (1543-1559); recordemos que la Biblia fue lo primero que publicó la imprenta cuando hizo su aparición en el continente europeo, casi medio siglo después de que lo hiciera en la península coreana. El otro sello (derecha de la hojita bloque) nos muestra un dibujo del arzobispo en plena plática religiosa desde su púlpito, imagen tomada de la edición de 1544 del Libro de las Oraciones (Rucouskiria Bibliasta). La hojita muestra su firma autógrafa —justo bajo el sello derecho—, en la carta que dirigió al soberano sueco. Se le considera la base del cristianismo evangélico, la educación teológica, liturgia, instrucción y predicación en esta lengua del norte de Europa. El año del jubileo de Agricola se ha bautizado en Finlandia con el lema de “Tu voz, tu idioma”, creado por Mari Mero, la hojita fue diseñada por Timo Berry y se lanzaron 300.000 ejemplares. ** Juan Franco Crespo lacandon999@yahoo.es Docente e investigador español (Alhama de Granada, 1953). Profesor de primaria, licenciado en geografía y estudios de doctorado en historia de América. Ha colaborado regularmente desde los años 70 con publicaciones especializadas del mundo de las comunicaciones, como WRTH (Dinamarca), DSWC (Dinamarca), Radio Nuevo Mundo (Tokio, Japón), y otras de Argentina, Uruguay, Perú, México, Estados Unidos y España, entre otros países. Durante varios años también colaboró en el mundo de la radio con diferentes emisoras internacionales. Actualmente algunos de sus trabajos son radiados para América Latina a través del espacio Frecuencia RM, en la emisora La Voz de Rusia. Colabora regularmente con Madrid Filatélico, El Eco Filatélico y Crónica Filatélica y mantiene una sección, sobre filatelia alusiva a literatura infantil y juvenil, en la revista Educación y Biblioteca, así como en las publicaciones electrónicas OpusMúsica (http://www.opusmusica.com) y Naturaleza Educativa (http://www.natureduca.com). |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === Héctor Torres habla sobre La huella del bisonte ======================= === Ningún momento importante de nuestras vidas =========================== === tiene una segunda oportunidad Jorge Gómez Jiménez ================ Editor de Ficción Breve Venezolana (http://www.ficcionbreve.org) y autor de varios libros de cuentos, Héctor Torres (Caracas, 1968) acaba de entrar a la novelística por la puerta grande con La huella del bisonte, su primera novela, que el sello Norma presentará, en los Espacios Abiertos Econoinvest (Torre Mene Grande, Los Palos Grandes, Caracas), el próximo jueves 15 de mayo. En la Caracas de finales de los 80, Mario Ramírez, cuarentón y guionista de telenovelas, se enamora de Karla, una adolescente que descubre tempranamente el dominio que es capaz de ejercer sobre los hombres, y que es a la sazón compañera de estudios de Gabriela, la hija a la que Mario se ha acercado tras varios años de ausencia inexplicable. La novela transcurre en dos escenarios que se superponen: “la cueva”, el apartamento de soltero de Mario que sirve de refugio a Gabriela y a sus amigas —Karla entre ellas—, y la turbulenta Caracas, ciudad en la que cosmopolitismo y miseria se conjugan sin ambages y de la que Héctor, a través de su bitácora FicciónCaracas (http://ficcioncaracas.blogsome.com), se ha vuelto uno de los más minuciosos cronistas. Moral y buenas costumbres —Con La huella del bisonte actualizas en nuestra narrativa el tema de la Lolita, que antes había sido tratado en El último engaño, de Manuel Trujillo, y en otros textos. Es un tema que nunca deja de ser polémico por sus implicaciones morales. ¿Cuánto de Mario Ramírez, o de Humbert Humbert, hay en nosotros? —Yo creo que las implicaciones morales eran muy importantes en las épocas en que la religión normaba las conductas de las sociedades. En la medida en que esa influencia fue disminuyendo, las implicaciones morales fueron cediendo terreno ante las implicaciones éticas, que parecen obedecer más a una responsabilidad individual, antes que a un juicio colectivo. Pero eso es una consideración semántica, porque la verdad es que, en efecto, hay personas que parecen incomodarse ante ciertos temas. Ahora, en cuanto a tu pregunta concreta, me parece que ese hecho de que las niñas pasen diez, doce años de su vida imitando las formas gestuales de la mamá, para alcanzar la perfección de ese adiestramiento justo en el momento en que adquieren un aspecto corporal bastante pleno; eso posee un innegable encanto que los varones de la especie distan mucho de tener a esa misma edad. Me parece que la capacidad de reparar en ello con naturalidad y sin complicados rubores dependerá de los niveles de represión en los que cada quien haya sido educado. —De acuerdo, pero cerraré un poco más la pregunta. ¿Consideras natural ese gusto por las adolescentes, y más, por las niñas? Apelo a tu bagaje cinéfilo, una obsesión que, por cierto, compartimos: está esta película de Stephen Hopkins, Under Suspicion (basada a su vez en la novela Brainwash, de John Wainwright), en la que Gene Hackman le cuenta a Morgan Freeman cómo, conforme pasamos los 40, los 50, los 60 años, empezamos a admitir que nos sentimos atraídos por mujeres de 20, adolescentes de 15 y niñas de 10 años. ¿Es esto, en tu opinión, algo inherente a la psicología del varón adulto? —No lo sé. Creo que es un poco radical, porque a los diez años varones y hembras se diferencian en muy poco. Sí te puedo decir que en muchas partes del mundo, ajenas a la moral occidental, es normal que los hombres mayores desposen a mujeres adolescentes. Como en ciertas tribus africanas, que las quinceañeras ya son casamenteras. Lo que pasa es que para ellos no son niñas; al contrario, a esa edad ya son mujeres a los efectos que esas sociedades exigen. Sería muy soberbio decir que eso es una aberración. Pero también sería soberbio descreer de la palabra de hombres que dicen no sentir ninguna atracción por las chicas jóvenes. Lo cierto es que, a efectos estrictamente biológicos, un hombre puede procrear hasta una edad bastante avanzada, mientras que el ciclo reproductivo de la mujer se cierra comparativamente pronto. Creo que en el caso de ese diálogo de Under Suspicion que tú citas, se estaría rozando lo patológico. Me parece que la situación más común puede estar retratada en la película American Beauty, en donde un hombre maduro se siente hechizado por las formas de una adolescente, compañera de clases (por cierto) de su hija. Él pudo haber dejado el asunto en el plano del disfrute, de la contemplación, pero bastó que ella respondiera con códigos de mujer, que le abriera una rendija, para que él comenzara a acariciar la posibilidad de corporizar las fantasías que ella provocaba. Como bien sabes, él avanzará hasta que ella se quiebra y abandona sus maneras vampirescas. Allí, en ese instante, el impulso de él se desinfla (metafórica y literalmente) y sólo ve en ella a una chica temerosa, de la edad de su hija. Es decir, ve que, pese a las formas aparentes, no está frente a una mujer en su plenitud. Fíjate que este momento es clave, porque mientras había un acuerdo aparente, él mantenía las expectativas, pero no podía seguir avanzando contra la voluntad de ella. Creo que, no sólo la psicología de esos personajes está muy bien lograda, sino que la situación es muy creíble y casi cualquier adulto podría verse reflejado en esos dilemas. —Mario, en cambio, sí avanza en algún momento contra la voluntad de Karla, con todo el riesgo que eso implicaba. Hay al respecto en la novela una frase muy elocuente: “Toda la experiencia y el escepticismo del mundo no valen un centavo si el objeto del deseo tiene un poco más de quince años”. ¿Podría esa frase, que encierra todo un manifiesto de abdicación moral, resumir la novela? —Ahora que lo comentas, resulta curioso que María del Pilar Puig, que fue jurado de la Bienal Adriano González León cuando la novela obtuvo mención, acote (al final del texto usado en la contratapa) que “la experiencia de nada sirve. Mucho menos el cinismo, y la ironía no hace sino revelar nuestra vulnerabilidad”. Bueno, al menos dos lectores coinciden en apreciaciones similares para resumir el espíritu de la novela, y creo que estoy de acuerdo. —Me llamó la atención que la novela transcurra a finales de los 80. ¿Distancia preventiva? —Bueno, podría decirte que toda historia contada en un pasado (cercano o no) adquiere un carácter de hecho consumado, de asunto ante el que no se puede interceder. Ahora, que sea específicamente el año 1988 se debe, creo yo aunque ahora no estoy muy seguro, a que la canción que aparece en la historia, La fuerza del destino, de Mecano, salió al mercado en ese año. Necesitaba que la canción sonara de vez en cuando para que atormentara a Mario, por lo que la única manera de que eso fuese así era ubicando la historia en el año en que era normal que esa canción sonara en la radio con cierta frecuencia. —En muchos aspectos la descripción de Mario es la tuya propia. ¿Es Héctor Torres un pederasta, o sólo “un sobreviviente del holocausto juvenil de su generación”? —Creo que, afortunadamente, ni una cosa ni la otra. Para empezar tendría que advertir que el término pederasta, desde mi punto de vista, encierra un juicio moral muy fuerte sobre el personaje. Incluso moralista. Por otra parte, en los rasgos generales del personaje (un cuarentón divorciado con una hija adolescente a la que abandonó temporalmente, que vive sólo y es guionista de telenovelas) acaso coincidimos en que vivimos en Caracas y en la edad, y valga advertir que cuando nació el personaje, yo tendría un poco más de treinta años. Aunque también vale reconocer que a veces algunos juicios de uno se cuelan en ciertos personajes, más si son masculinos. —¿Es esta una novela inmoral? ¿Tiene el escritor alguna responsabilidad con la moral? —Te respondo en orden inverso: sólo en los regímenes totalitarios el arte tiene un compromiso con la moral, los valores edificantes y las buenas costumbres. No es casual que bajo esos parámetros la producción artística haya sido estéril, no se haya salvado casi nada de interés. Sospecho que, ante la realidad, el escritor debe más bien sacudir al lector y proponerle ciertos temas que están allí, en el entorno cotidiano, para que aquél se permita la reflexión. A partir de esa afirmación, creo que una novela no debería ser clasificada dentro de esas categorías. Las únicas categorías de juicio que calificarían a una novela con justicia serían las de “fallida o lograda”, pero eso compete al lector y a los críticos. En La huella del bisonte se hizo un paciente trabajo de construcción psicológica de los personajes, y cuando esto sucede el autor sólo puede asentar las acciones que aquellos ejecutan, en busca de su desenlace. Inmoral sería, o al menos deshonesto, entorpecer esos rumbos que se plantean los personajes, por culpa de los pruritos y prejuicios del autor. Karla, Mario, Gabriela —Karla juzga peligrosas y malignas a las otras mujeres y crece “con toda la maligna sabiduría con que crecen las mujeres para defenderse de un mundo adverso”. Sin embargo no se defiende sólo de ellas, sino también de los hombres, quienes aunque “son el poder”, en realidad “son más frágiles de lo que aparentan”. Así, ella se convierte en “el advertido veneno, el que envicia y hace despreciar al mundo”. ¿Cómo entra Karla en conciencia de que es ese veneno? —Quizá nunca hay conciencia absoluta. Es como preguntarse si sabe la culebra que si se muerde se envenena, o conocerá la abeja la magnitud de su ponzoña. Sospecho que no. Que lo intuirán sin conciencia. Saben que sus armas están ahí, y las van a usar cuando el instinto lo indique. Y lo van a hacer sin pestañear y sin entrar en otras consideraciones ajenas a la exclusiva y elemental necesidad de sobrevivir. Seguramente la única idea que empuja su actuación es la certeza de que ningún momento importante de nuestras vidas tiene una segunda oportunidad. —Mario es de alguna manera el amante de dos adolescentes: Karla, la ninfa que entrena con él sus habilidades de caza, y Gabriela, la hija con la que tiene una relación de “viejo amor”. ¿Sería este, acaso, el lubricante gracias al cual Gabriela comprende las acciones de su padre? —Es una pregunta difícil, que no sé si entiendo a cabalidad. Probablemente ninguna relación afectiva está exenta de su carga de placer sensual. No necesariamente de deseo, sino de placer, de goce. Las relaciones afectivas se complican cuando hay necesidad de consumir al otro, de... colonizarlo. Eso de que en el otro hay algo que necesitamos poseer para estar satisfechos. Un algo que, por supuesto, nunca poseeremos sino parcialmente. Al no haber deseo entre Mario y Gabriela, puede haber todo lo demás: complicidad, placer, comprensión, amistad... —Me refiero a si es gracias a esa calidad de “viejo amor” que Gabriela asume sin prejuicios la pasión de su padre por Karla. —Sí, bueno, supongo que sí. Lo que pasa es que, como él no ejerció la dura labor de control de esa niña que iba creciendo (porque no estaba), la relación de ellos carece de ciertos rencores que entorpecen la comunicación. Es un amor filial, pero adulto. Además, ella no arrastra los celos infantiles que tienen las chicas que crecieron con su papá. —Hablemos ahora de las madres, América (la de Gabriela) y Raquel (la de Karla). La una rígida, formal, castrante; la otra desordenada, celosa de la hija, que ostenta una juventud que ella empieza a perder. “La única debilidad que no se puede permitir una mujer es ser predecible”, dices en alguna parte de la novela; ¿son personajes predecibles estas madres, y por ende débiles? —Bueno, eso lo dice Karla, no yo. Aunque me parece que América, más que castrante es sumamente convencional. —Bueno, eso de castrante lo digo yo, no la novela. —Pero es una interpretación interesante, porque eso nos llevaría a pensar que castrantes son, a la final, las convenciones establecidas. Ahora, con respecto a la pregunta, supongo que sí, que por predecibles son débiles, pero no por ellas particularmente. Creo que los padres estamos repitiendo un numerito con tanta frecuencia frente a los hijos que nos volvemos predecibles. El que ya tiene un carácter hecho está en desventaja frente al que comienza a llenar su alacena de conductas, escogiendo de un universo al que está abierto. Es quizá la razón por la que los jóvenes suelen ser rebeldes frente al mundo establecido. Enfocado en tu pregunta, claro, Gabriela y Karla son un mundo de posibilidades, mientras que sus respectivas madres son un catálogo más o menos conocido de achaques, frases manidas y conductas repetidas. —Hay un personaje maravilloso, Miguel, el asturiano que regenta el bar al que Mario acude en procura de consuelo o, al menos, de oídos solidarios. Miguel funciona un poco como la conciencia de Mario hasta que cuenta su propia experiencia pederasta. —Me gustaría insistir ante el asunto: no sé si pederasta. Incluso me parece que la palabra descontextualiza la actuación de los personajes. Hay una película, creo que se llama The woodsman, donde el personaje sufre porque saliva cuando se ve cerca de niñas y niños de colegio. Es una situación de mucha angustia, porque él no quiere sentir lo que siente. Esa es la historia de un pederasta. Pero no es el caso de estos personajes... —De acuerdo, olvidémonos del término, que por otro lado es inexacto. El caso es que Miguel le cuenta a Mario que ha vivido una experiencia similar, y en ese punto el personaje pareciera quedar despojado de algo importante, una hermosa paradoja pues es el punto de la novela en que cobra mayor nitidez, el punto en que el lector reconoce la identidad que, sin saberlo, compartían ambos hombres. —Claro, por eso él siempre lo entendió, incluso más de lo que el otro suponía. Como Miguel se sintió víctima de una intensidad y de una velocidad que no supo manejar, ve por dónde anda Mario, y recuerda lo abrasivo que fue el desenlace de ese camino que aparentaba ser placentero. Es allí cuando él le dice que el hombre, intuyendo una promesa de felicidad en esas miradas, no sabe que persigue espejismos. —Al principio de la novela una mujer es violentamente reprendida por su ofendido hombre: la deja desnuda en plena calle. Esa imagen, hermosamente sórdida, reaparece hacia el final, cuando en un juego de espejos Mario descubre que su hija, Gabriela, también ha sido el objeto del deseo de otro adulto. —Sí, es que uno de los problemas de nuestra conciencia es ese complejo asunto de los roles. Usualmente la gente actúa en función del rol que juega en determinado momento. Es decir, el rol norma su conducta. Y una misma persona puede ser un amante abandonado en un rol y un padre que vela a su hija, en el otro. —“Entendió que la vida se compone de dos momentos: cuando nos creemos acompañados, y cuando adquirimos la definitiva certeza de que estamos solos”. ¿Estamos todos solos? —Sin ninguna duda. Siempre me ha obsesionado la idea de que en los momentos clímax de nuestras vidas, ni las más exactas palabras ni los más hondos sentimientos logran conectarnos con los seres que amamos. Además, una de nuestras grandes angustias en la vida la conforma el hecho de que hablamos permanentemente para espantar la inquietante certidumbre de que el otro es un desconocido cuando se sume en sus silencios. Caracas —Hablas de la mujer caraqueña como un ser diestro en esquivar los peligros de la ciudad, incluyendo la galantería burda del transeúnte masculino. Es algo que se puede ver incluso en las mujeres de todas nuestras grandes ciudades. —Claro, porque hay una identidad cultural que posee un espectro más amplio y difuso, que podría aglutinarse en la identidad caribeña, por ejemplo. Lo que pasa es que fue una necesidad retórica identificar a la mujer como caraqueña para comprimir la historia en un contexto todo lo definido posible, para que todo lo que allí ocurra parezca que sólo puede ocurrir en el ámbito de esa historia. Seguramente no es más que un truco inconsciente. —Es notable la deliberada caracterización que haces de Caracas como uno de los personajes de la novela. ¿Qué hace de Caracas una ciudad distinta a las demás metrópolis? —Seguramente habría que convenir, como Borges en un texto que no recuerdo su nombre, al referirse a una mujer, que señaló algo así como “que es igual a todas, pero que es ella”. Si hubiese sido Ciudad de México, o Bogotá, o Tegucigalpa; o incluso Mérida, Maracay o Valencia, de seguro la ciudad se habría acoplado con sus peculiaridades invisibles a la historia que se mueve dentro de sus límites. Lo que sí creo es que cada paisaje urbano, con sus rasgos distintivos sean los que fuesen, inciden profundamente en las acciones de sus habitantes. No debe ser lo mismo pensar en un despecho viendo aterrizar aviones en Maiquetía, que contemplando los picos de Mérida o la unión del Caroní y el Orinoco en Puerto Ordaz. O un maloliente callejón de la avenida Baralt. De cuento a novela —La huella del bisonte era originalmente un cuento de unas veinte páginas. Háblame de eso, de cómo fue el proceso de multiplicar por diez el texto original. —Ese es uno de los misterios de la creación. En cada relectura encontraba nuevas aristas y caminos que no podían quedar tan cerrados, y yo les daba rienda suelta para que ellos siguieran haciendo lo que consideraban necesario. Esta es una novela que puede tener unas ocho reescrituras. Es posible que aquel cuento haya nacido sin saberlo con el germen de la novela a cuestas. Lo cierto es que llegó un punto en que sentí que se había dicho todo lo necesario acerca de los personajes como para que su historia tuviese “credibilidad”. Llegado al punto en que se publicó, ya sólo podría comprimirse. Pero crecer, me parece que no. Se debilitaría. —En ese cuento había un velado homenaje a Nabokov, en una primera versión, y a Carroll, en una posterior, aunque la referencia fue eliminada en la novela. ¿Cuánto le debes a ambos autores? —Debo confesar que yo no leí la novela de Nabokov. No podía hacerlo, porque ya que tenía el tema entre manos desde hace tiempo, iba a ser muy difícil desprenderme del hechizo (por el enorme prestigio) de ese gran clásico de Nabokov. Podía, incluso, correr el riesgo de desechar la idea de escribir la historia que venía pensando desde hace años. Vi, sí, la película de Lyne, a la cual sí le debo las atmósferas, alcanzar ese tratamiento en el que lo sexual, cuanto menos explícito más explosivo, más cargado de presión sobre el objeto de la atención. Con respecto a Carroll, del cual sí leí las cartas contenidas en el libro Niñas, te puedo decir que me resultó conmovedor el hecho —el cual me produjo importantes reflexiones para entender la psiquis de los personajes— de que el hombre que se acerca a mujeres mucho más jóvenes, se ablanda, siente la necesidad de bajar la guardia en su trato, como un vano intento de facilitar la comunicación. Lamentable error, ya que en las chicas que reciben esa atención de un adulto, se opera un mecanismo inverso: ellas se suben, se “adultizan”, se concentran en crecer lo más posible, lo que acentúa la desventaja del hombre en esa relación. En todo caso, además de la observación, algo que me ayudó mucho a dar el enfoque óptimo al personaje de Karla, fue el ensayo La locura que viene de las ninfas, de Roberto Calasso. —¿Cómo te tratan ahora tus amigos que tienen hijas adolescentes? —Te puedo decir que, de los primeros lectores de la novela, han sido “las lectoras” (incluso las lectoras con hijas adolescentes) las que han destacado el respeto y la sensibilidad que sienten con los cuales se abordó en la historia el tema de la sexualidad femenina. —¿Son de Karla los pies de la portada? —Ese será el secreto mejor guardado de la novela. Dos fragmentos Trataba de concentrarse en lo que estaba haciendo. Quería darle un rango científico a las proporciones perfectas de cebollín, ajo, pimentón, sofriendo y él, más ajoporro, claro, el ajoporro siempre ayuda a darle malicia al sabor; la temperatura está en su punto; busca un puñito de cilantro, forzándose a prestarle a esa mecánica operación la atención que requeriría el aterrizaje de un 747 con una turbina apagada, sofriendo y revolviendo. Pero no podía evitar esa necesidad de alimentar eventualmente, la imagen de esa franela delineando las teticas con las que Karla, recién bañada y descalza, inédita, desconocida, flaca, lo invitaba en silencio a reconstruirla dentro de su mente. ¿Qué se te está quemando, Mario? * Cuando salieron de la tienda, él intentó retomar una conversación para quitarse la incomodidad de sentirse el papá que compra y paga. Pero ella comentó algo sobre unas blusas en una vidriera cercana. Entonces él la tomó por un brazo y, sacudiéndola, le reclamó: Coño, te estoy hablando. Sólo pido un mínimo de atención. De inmediato, como un sistema antiaéreo automático, veinte, treinta pares de ojos los apuntaron, deteniéndose a esperar el resultado de sus respectivas y unánimes hipótesis. ** Jorge Gómez Jiménez jgomez@letralia.com Escritor venezolano (Cagua, Aragua, 1971). Editor de la revista literaria digital Letralia, Tierra de Letras (http://www.letralia.com). Sus textos pueden leerse en su página personal, http://www.letralia.com/jgomez. === Karla Suárez, escritora cubana: la vida puede ser otra cosa =========== === John Jairo Junieles =================================================== Hay algo en las palabras de Karla Suárez que nos devuelve nuestro propio reflejo, pero más completo, con las partes que nos faltaban. El anhelo de hacer encarnar las palabras en el lector, y despertar ese rumor de vida necesario en todo arte, se cumple con vigor inesperado en la obra de esta escritora cubana, cuando recuperamos la vida mediante su recreación por la ficción. Gracias a secretos mecanismos en su literatura, se crea una energía que nos empuja a continuar leyendo. Suárez sabe contar una historia manteniendo el interés del lector tanto por los giros y peripecias de la trama como por los temas que va abordando. Allí están nuestras pequeñas tragedias, nuestro tránsito incierto, el especial ingenio e inventiva caribe frente a los absurdos cotidianos, y el dolor, coexistiendo, como el llanto al final de cada explosión de risa. Todo eso fertiliza esa ficción sublevada que escribe Suárez, esa ficción que se emancipa hasta parecernos real, ampliando límites y posibilidades en los lectores y creando emociones; porque la buena literatura (es decir, la literatura necesaria y compañera) busca eso: conmover y hacernos sentir menos trágicos, porque la vida puede ser otra cosa. Silencios, su primera novela, es una obra cargada de erotismo y escrita con enorme lucidez y lenguaje directo que narra la vida de una mujer cubana desde su infancia hasta su madurez. Esta historia personal, marcada por el gradual alejamiento de la protagonista con respecto a sus familiares, sirve de punto de partida para un revelador retrato de la historia y la sociedad cubanas en la actualidad. Karla Suárez (La Habana, 1969). Es ingeniera informática. Tiene dos libros de cuentos: Espuma (Editorial Norma, 2002) y Carroza para actores (Editorial Norma, 2001). Varios de sus relatos han aparecido en revistas de México, Argentina y Cuba. Su cuento Aniversario fue adaptado al teatro en 1996. Sus cuentos El ojo de la noche y En esta casa hay un fantasma fueron llevados a la televisión cubana. También es autora de las novelas Silencios (I Premio de Narrativa Americana Innovadora, convocado por la Casa de América y Lengua de Trapo, 1999), también fue traducida al italiano, francés, portugués e inglés, y La viajera (Roca Editorial, 2005), publicada en francés por la editorial Métailié. Suárez ha participado en varias antologías publicadas en Cuba, España e Italia, entre ellas Líneas aéreas, de Lengua de Trapo (1999). En 2007 fue escogida por el Hay Festival de Literatura, la Unesco y la Secretaría de Cultura de Bogotá, entre los 39 escritores menores de 39 años más representativos de las nuevas tendencias de la literatura latinoamericana. Vive en París desde hace muchos años. —¿Existe una sensibilidad femenina en el arte, una percepción de la realidad a la que no tienen acceso los hombres, y que permite sentir e interpretar el mundo de una manera distinta? —En general existe una sensibilidad femenina en la vida, como existe una sensibilidad masculina y esto inevitablemente se refleja en el arte, pero a mí no me gusta dividir el mundo entre mujeres y hombres, soy mujer y eso no quiere decir que mi sensibilidad esté en “sintonía” con todas las mujeres que conozco. Cada individuo percibe la realidad partiendo de lo que es, de su experiencia personal, de su historia, por eso las maneras de interpretar el mundo siempre son distintas, pero no sólo distintas entre mujeres y hombres sino distintas entre cada individuo. —Antonio Benítez Rojo dijo que el Caribe era “esa isla que se repite...”. El Caribe parece una nación más real que las divisiones de la geopolítica actual. Es una realidad o un estereotipo el ser caribe. ¿Cuál es su percepción de este fenómeno cultural humano? —Desdichadamente conozco muy poco las islas del Caribe, es un sueño que aún tengo pendiente, sin embargo conozco a muchos caribeños y la literatura de diferentes países y esto me permite estar de acuerdo con el gran escritor Antonio Benítez Rojo. Aunque existan estereotipos, porque siempre los hay, creo que el Caribe es una realidad, tenemos mucho en común. Cuando fui a Guadalupe, por ejemplo, que es Caribe francés, me sorprendí porque que era como estar en Cuba y no sólo por la caña de azúcar, la vegetación o el mar, sino por la gente, salvo el idioma era como estar en casa. También me ha sucedido leyendo a algún autor haitiano, o puertorriqueño, salvo las referencias específicas a las historias nacionales, que son siempre diferentes, me siento identificada con todo el resto, el comportamiento de la gente, la manera de actuar y, a veces, de pensar; no sé, pienso que son historias que bien podían haber sucedido en mi calle o en cualquiera de las otras islas. Creo que a la gente del Caribe nos une la manera de relacionarnos con los sentimientos, quiero decir, el modo de manifestar la alegría o la tristeza, la música, somos países que se han formado a partir de las mismas raíces. Encima, todos somos islas y por tanto padecemos, como dijera Virgilio Piñera, ese otro gran escritor cubano, “la maldita circunstancia del agua por todas partes”. El mar Caribe, esa sopa calentita que extraño tanto, es nuestra frontera con el resto del mundo. —La sociedad parece conspirar contra la vocación creativa, e inclinarse por oficios y profesiones tradicionales. ¿Cómo fue ser una joven escritora latinoamericana de finales del pasado siglo? ¿Qué dificultades tuvo que afrontar? ¿Qué contribuyó a que su vocación no se extinguiera? —Bueno, partimos del hecho de que yo tengo una moderna profesión “tradicional”, soy ingeniero electrónico, sólo que mi vocación literaria me viene desde la infancia. En mi familia la literatura siempre estuvo presente, mis padres leían mucho y mi madre fue profesora de literatura, seguramente estos estímulos externos sumados a mi fantasía fueron los que me llevaron a empezar a escribir siendo niña. Pero me gustaban también las matemáticas y las ciencias en general, así que cuando llegó el momento de elegir para entrar en la universidad, opté por ingeniería y, de hecho, soñaba con ser investigadora o algo así. Lo que pasa es que la literatura es una rara enfermedad, una vez que contraes el virus es muy difícil curarse y yo estaba enferma desde pequeña, por eso mientras estudiaba ingeniería empecé a frecuentar el taller literario de la universidad y a partir de ese momento seguí desarrollando las dos cosas. Al inicio la mayor dificultad fue cómo publicar un libro, aunque en mi caso tuve suerte, porque mi primera novela ganó un premio y por tanto fue publicada en España. ¿Qué contribuyó a que mi vocación no se extinguiera? La enfermedad, ya lo decía antes, de un catarro uno puede curarse, pero la literatura es un virus muy potente y si estás enfermo de veras no te queda más remedio que seguir adelante y ¡qué suerte! —En su obra parecen confluir lo narrativo, lo audiovisual, lo filosófico, el cómic, la música, la poesía, y una asimilación de la cultura pop y sus símbolos mediáticos. ¿Qué visión tiene de su estilo literario, es decir, de su forma de organizar y presentar sus historias? —¡Qué difícil, eso de definir el estilo le toca a los críticos! Todo lo que utilizo en mi escritura es lo que va pidiendo la historia que quiero contar y, lógicamente, me valgo de las herramientas que tengo a mano, de lo que he acumulado y asimilado. En cada texto es importante la ficción que se narra y el modo en que se narra. En mi caso, siempre pongo la forma de narrar en función de la historia, así que a veces hay mucha música, otras veces hay escenas teatrales y así. Lo importante es que sea la historia quien dirige y, siendo así, en la mayoría de los textos no hay una previa reflexión sobre su estilo, eso viene ya con la escritura. —Asistimos a una revolución en los géneros literarios. Hay cuentos que parecen novelas, poemas que parecen cuentos, novelas escritas en prosa poética, ensayos en tono narrativo y hasta novelas ilustradas. Las fronteras entre las manifestaciones artísticas, y géneros tradicionales, parecen estar desapareciendo. ¿Cuál es su percepción? —Desde el punto de vista de los géneros tradicionales, creo que desde hace mucho tiempo sus fronteras estrictas empezaron a desaparecer, pero habría que preguntarse: ¿no es que lo que se ha modificado es justamente el concepto? Una novela de inicios del siglo XXI nunca podrá ser como una novela del siglo XIX, porque los tiempos han cambiado, ha cambiado todo: el modo de vivir, la manera de pensar, los conocimientos científicos, la explosión de la tecnología. La escritura refleja todos estos cambios en contenido y, sobre todo, en la forma de manifestarse. Las fronteras entre las manifestaciones artísticas parecen desaparecer, porque justamente su concepto se ha ampliado. —¿Como desearía ser recordada? —Riendo, ja, ja, ja. ** John Jairo Junieles johnjairojunieles@yahoo.com Escritor colombiano (Sincé, Sucre, 1970). Es periodista, guionista e investigador de temas literarios. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Cartagena, y cursos de Periodismo en la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Ha publicado Hombres solos en la fila del cine (novela); El temblor del kamikaze (cuentos), Canciones de un barrio en la frontera (poesía), Temeré por mí al final de estas líneas (prosa poética) y Papeles para iniciar el fuego (poesía). Nominado al Premio Rolex Mentor de Suiza (2003), Premio Nacional de Literatura Ciudad de Bogotá (2002) y ganador de la Beca Nacional de Novela del Ministerio de Cultura (2002). Textos y reflexiones suyos pueden leerse en su weblog (http://johnjairojunieles.blogspot.com) o en su página web (http://espanol.geocities.com/johnjairojunieles/John_Junieles.htm). === Óscar Hahn ============================================================ === Los críticos tienden a usar conceptos ================================= === en términos demasiado vagos y generales =============================== === Augusto Rodríguez ===================================================== Óscar Hahn nació en 1938 en la ciudad de Iquique, Chile. Reconocido como uno de los escritores de la Generación del 60 en Chile, también llamada Generación Trilce. En 1959 obtuvo el Premio Poesía de la Federación de Estudiantes de Chile. El año 1961 obtuvo el Premio Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile por la obra Esta rosa negra. En 1967 obtuvo el Premio Único del Primer Certamen Zonal de Poesía Nortina de la Universidad de Chile, ex sede Antofagasta. Estudió y ejerció la carrera de Pedagogía en Literatura en la Universidad de Chile, sede Arica. En 1972 obtuvo el grado de Master of Arts en la Universidad de Iowa. Volvió a Chile, donde ejerció el cargo de docente en la Universidad de Chile sede Arica. Fue Doctor en Filosofía en la Universidad de Maryland, Estados Unidos. Entre 1978 y 1988 fue colaborador de Handbook of Latin American Studies de la Biblioteca del Congreso de Washington D.C. Es miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Obtuvo el Premio Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile, el Premio Municipal de Santiago y el Premio Altazor (2003). Premio Casa de América de Poesía Americana, por su obra En un abrir y cerrar de ojos. Actualmente es profesor de literatura hispanoamericana en la Universidad de Iowa. —Óscar, ¿cuándo y por qué empiezas a escribir poesía? ¿Qué poetas son tus referentes o tus autores de cabecera? —Empecé a escribir poemas a los 16 años, pero no me gustaron, así que literalmente los tiré a un río que pasaba cerca de mi casa y empecé de nuevo. Desde el principio le di prioridad a la poesía escrita en nuestra lengua. Recuerdo que discutía con mis amigos sobre este asunto. Ellos preferían a los poetas de otros idiomas, pero yo les decía: “Si yo leo a Vallejo, leo a Vallejo; pero si leo a Cavafis, en realidad leo al traductor de Cavafis, a menos que ustedes sepan griego, cosa que dudo”. Sólo he podido leer plenamente a los poetas de idiomas que entiendo: Rimbaud, T. S. Eliot, Apollinaire, Eluard, Ungaretti, Pessoa. Lo bueno de leer en la lengua materna es que uno puede ver las diferentes técnicas y estrategias que usa el poeta. Esto es casi imposible de hacer en poemas traducidos. Por eso leía poesía medieval española, barroca, modernista, del siglo XX; es decir, todo lo que caía en mis manos escrito en castellano, más los poetas de las lenguas que conozco. —He leído tu poemario En un abrir y cerrar de ojos. Cuéntame de este trabajo poético. Hablemos de tus posteriores libros. ¿Qué rumbos han tomado? —Ese es un libro muy especial para mí, por las circunstancias en que fue escrito. Me operaron del ojo derecho y por milagro no quedé ciego de ese ojo. La convalecencia duró seis meses. Me pusieron una burbuja adentro del ojo, más un parche encima que se llenaba de sangre de vez en cuando. En esas penosas circunstancias, en las que apenas podía ver las letras, fueron surgiendo los poemas. Después, en condiciones normales, escribí un libro que se llama Pena de vida. Son reflexiones sobre la muerte, el amor y la naturaleza, con algunas incursiones en la literatura fantástica. —Tu poesía circula en las aguas del humor y la ironía, ¿qué es para ti el humor? —Uno de los problemas de los críticos es que tienden a usar conceptos, como el humor, en términos demasiado vagos y generales. No es lo mismo el humor de Quevedo que el de Cantinflas, creo yo. No se ha determinado todavía qué clase de humor es el que hay en mis poemas y no me corresponde a mí hacerlo. Lo mismo con respecto a la ironía. En todo caso, no es algo que yo me proponga realizar conscientemente. Lo que sí me queda claro es que se ha exagerado la presencia del humor o de la ironía en mi poesía. Por ejemplo, mis poemas contra la guerra no tienen nada de humorístico. —Vivir lejos de tu país, ¿en qué ha beneficiado a tu poesía? —Se ha beneficiado en lo obvio. Uno está inmerso en otra cultura, en otro idioma y hasta en otro paisaje. Imagínate, yo pasé del desierto del norte de Chile a las nieves de Iowa. Lo interesante es que este hecho provoca un distanciamiento, y entonces hay ciertas cosas de tu país que las puedes ver desde otra perspectiva. Yo percibo mejor los matices y rasgos distintivos del español de Chile y puedo incorporarlos a mi poesía. —¿Actualmente en qué proyectos literarios está Óscar Hahn? —En realidad lo que hay son proyectos terminados, que se están concretando en estos mismos momentos. Por ejemplo, mi antología Poemas de la era nuclear acaba de ser publicada por Bartleby de España, y mis poesías completas están por salir en Visor de Madrid, con el título de Archivo expiatorio. Además, mi libro inédito Pena de vida esté en prensa en LOM Ediciones de Santiago. También hay unas obras completas que van a aparecer en Lima. Preparar todo esto ha sido muy agotador, así que ahora me dedico solamente a escuchar música clásica y jazz, y a ver películas de los años 40. ¿Por qué escribe usted? Porque el fantasma porque ayer porque hoy: porque mañana porque sí porque no Porque el principio porque la bestia porque el fin: porque la bomba porque el medio porque el jardín Porque Góngora porque la tierra porque el sol: porque San Juan porque la luna porque Rimbaud Porque el claro porque la sangre porque el papel: porque la carne porque la tinta porque la piel Porque la noche porque me odio porque la luz: porque el infierno porque el cielo porque tú Porque casi porque nada porque la sed porque el amor porque el grito porque no sé Porque la muerte porque apenas porque más porque algún día porque todos porque quizás Escrito con tiza Uno le dice a Cero que la nada existe Cero replica que uno tampoco existe porque el amor nos da la misma naturaleza Cero más Unos somos Dos le dice y se van por el pizarrón tomados de la mano Dos se besan debajo de los pupitres Dos son Uno cerca del borrador agazapado y Uno es Cero mi vida Detrás de todo gran amor la nada acecha. Televidente Aquí estoy otra vez de vuelta en mi cuarto de Iowa City Tomo a sorbos mi plato de sopa Campbell frente al televisor apagado La pantalla refleja la imagen de la cuchara entrando en mi boca Y soy el aviso comercial de mí mismo que anuncia nada a nadie. ** Augusto Rodríguez elfrancotirador79@hotmail.com Escritor ecuatoriano (Guayaquil, 1979). Ha publicado los poemarios Ausencia (Santiago de Chile, 1999), Mientras ella mata mosquitos (2004), Animales salvajes (2005) y La bestia que me habita (2005). Sus textos aparecen en varias antologías locales y del extranjero. Ha obtenido el Premio Nacional de Poesía David Ledesma Vásquez (2005), el Premio Nacional Universitario de Poesía Efraín Jara Idrovo (2005) y Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía César Dávila Andrade (2005). Es el fundador del grupo cultural guayaquileño Buseta de papel. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === Ángel de instancias: ángel desertor Néstor José Mendoza ========== La poesía es el último misterio que nos queda, nuestra última carta de parentesco con la divinidad. Jaime Jaramillo Escobar ...la relación inicial, primaria, del hombre con lo divino no se da en la razón, sino en el delirio. La razón encauzará el delirio en amor. María Zambrano I La rebelión solitaria del ángel desertor El lenguaje envuelto con metáforas que algunas veces integra un texto poético revela ambientes de una profunda intimidad e incertidumbre. Esto se evidencia en unas palabras de la filósofa española María Zambrano (1907-1991): “La presencia inexorable de una estancia superior a nuestra vida que encubre la realidad y que no nos es visible. Es sentirse mirado no pudiendo ver a quien nos mira. Y así, en lugar de ser fuente de luz, esa mirada es sombra”. La palabra, la imagen recreada de la voz. La soledad, compañera de la noche y fuego desértico del hombre. Todos, en alguna oportunidad, hemos descendido al infierno de la realidad y hemos regresado con más pliegues en el alma. Sin embargo, la esperanza, el amor corporal de quienes nos acompañan, alivia el dolor, lo cauteriza. Siempre nos vigila para darnos de beber un sorbo de espiritualidad. El poemario Ángel de instancias, de Antonio González Lira (Caracas, 1959), publicado en 1998 por la editorial La Liebre Libre, es un libro de una honda búsqueda que se reitera y renueva en cada verso. El autor maneja un lenguaje sugerente que expresa la tragedia de alguien semejante a nosotros, es el peregrinaje de un ser: Qué dice un ángel al partir se echa para quebrar los vientos Rebelión solitaria, representa en el ángel una búsqueda constante. El ser celestial, inconforme, desea romper en estos versos las ataduras que lo oprimen para “quebrar los vientos”. Es por ello que los vientos simbolizan liberación. Allí el ángel se siente oprimido, lleno de preguntas que tendrán respuestas en la brusquedad del hombre común; su huida se debe a la curiosidad, representa un acto de conocimiento interior. El ángel es visto por el ojo del hombre que lo detalla a lo lejos, confundido: “Otea las tierras planas / y busca los refugios”. Tenemos a un ser que “sigue la corriente de un prodigio // o destila otro entusiasmo”. Es en su totalidad la necesidad de partir tras la corriente de un prodigio, no inmortal ni místico, sino terrenal. El ángel del poeta González Lira recorre otro paraje ya no inmaterial, ni perfecto, deja sus alas a un costado y su eternidad para experimentar él mismo lo profano del hombre, el pecado de lo humano para sencillamente ser carne. En este poemario se respira la existencia divina y humana, paradójicamente entrecruzadas para dejar a alguien que vive, yerra y es hombre y Dios al mismo tiempo. El ángel viene a buscar y padecer como nosotros, pero ofrece protección a aquello que encuentra: “Y sé que padeces / mi valimiento // por eso llamas tarde / con palabras / de baja monta // enjuta la frente / y sobrio / el augurio / apaciguo / tu salmo”. Vemos aún conservar la huella divina capaz de calmar el dolor que aqueja. Sin embargo, irá perdiendo en adelante este don, y ese valimiento será recíproco: “Tu cuido / llega / en el despropósito / del vértigo”. En estos versos el ángel recibe el cobijo del hombre, a la vez mujer, un solo género unificado, para rescatarlo del miedo a las alturas que se ha apoderado de él. Así, ahora tenemos a un ángel que se humaniza: Como él carezco de toda urdimbre de todo vuelo soterrado se hace de mí y a sus huesos huelo como un nudo me corre en el descuido. Aparece la pérdida de la idealización distintiva que lo define, su vuelo oculto se hace visible para volverse reflejo nuestro. Lo circunda lo pagano, lo sombrío, el silencio, la tristeza, el pecado, el odio y el mal. Temblará ante la certeza y lo desconocido, ante la desdicha y la fortuna, ante el martirio y el placer. La esencia de intermediario entre Dios y el hombre desaparece para transformarse en hombre. Existe un camino donde el ángel, con su vuelo soterrado, se eleva motivado por las contradicciones, simbolizadas en los enigmas de la noche: “Quien atiende // al que convida / el sombrío / vuelo / de la noche”. En el vuelo de la noche se ignora quién lo convida, quién lo invoca. Nos lleva a un recorrido, nos hace escuchar distintas voces, “Pero el dolor / es voz / de quien sucumbe”. El ángel desertor es una coraza, un esbozo que proyecta imágenes de desconsuelo, el arrepentimiento y la posterior plegaria. Por ello, los versos de González Lira expresan: me resigno a la pericia del temor cuando rasgas la rebelión que no fui. La poesía, fuente de lejanas incógnitas, es una llave etérea. Su rostro, algunas veces ingenuo y blasfemo, enmascara el pecado que nos circunda. Espacio donde se diluye el miedo y se propaga la inocencia. II Mutaciones celestes: la voz poética del poema y su representación en la figura del ángel Remo Ceserani describe las amplias posibilidades semánticas y cualidades del discurso poético, del “yo”, de esta manera: “...una voz, concreta manifestación de una persona, que puede referir experiencias, sensaciones, pensamientos personales, que puede narrar una historia, describir paisajes, momentos vitales o situaciones, o puede atribuir pensamientos, reacciones o impresiones a un personaje inventado, imaginado, que pronuncia ese discurso”. Más adelante, cierra el párrafo de la siguiente forma: “la poesía, por tanto, posee un punto de vista, un mundo de pensamientos, valores y sentimientos que filtran el discurso, dan a esa voz un tono específico”. De forma más sucinta, Culler comprime todo lo anterior afirmando que el yo poético “es la voz que habla en el poema”, con todas sus variaciones y profundidades que asimilan formas infinitas y que aluden, en gran medida, al estilo y a las necesidades expresivas de cada poeta. Ese “punto de vista” es el ángel desertor de la poética de González Lira que se ha puesto alas y ha pronunciado un discurso; una voz donde se ha depositado metafóricamente la sensibilidad vital y la agudeza escrituraria del autor. El ángel y su voz se transmutan al contacto con lo terreno. La fuerza carnal avasalla su condición celeste hasta oscurecerle pedazos de su infinito, pero, ¿cómo es el ángel de González Lira? Bien visto, el ángel es el centro de la poética del libro. Puede resultar una obviedad ya que el título lo evidencia, a pesar de ello, no resulta explícita su presencia en cada texto. En distintas “instancias”, se asocia su imagen a una expresión espiritual de la conciencia, y al mismo tiempo, de sus limitaciones. Cada vez que el ángel indaga las costumbres del hombre, se percata de que la infinitud, la vastedad sin límites de su eternidad, necesita del contacto con seres humanos, y no a manera de aparición divina y reveladora de milagros, sería más bien una aventura que marca con una gota de luz en su itinerario. Si consideramos este criterio para construir una imagen mucho más concreta del ángel de González Lira, podríamos agregar que su visión de la realidad es oblicua. Tiene la facultad de mirar otros espacios que la limitación humana desconoce. Nos detalla milimétricamente cada rincón del cuerpo, la mente y el espíritu, observa la desmesura de nuestros pecados y nos dice: “te curaré desde adentro // en la carne / del sigilo”. A este respecto, en una lúcida nota que en su momento realizara Alberto Hernández al libro, señala lo siguiente: “Ángel de instancias verbaliza la vigilia, la plegaria y los tormentos de una presencia ubicua, invisible”. Esta omnipresencia transparenta el verbo, como señala Hernández, es una confesión. El ángel está en todos lados por su esencia ubicua, sin embargo, no le es suficiente para su tranquilidad y equilibrio. En el poema de Eugenio Montejo “El ángel indeciso”, el yo poético se debate en una lucha contra la presencia de un ángel que intenta asimilar a la voz que se escucha el poema: “vivo en el ángel indeciso / el que en mí se demora / revoloteando siempre entre los libros / y aferrado a mi alma / con las raíces de una parásita. / No me deja elegir entre uno y otro taxi, / entre una mujer y su recuerdo, / procura estar a un tiempo en dos ciudades / en dos continentes. / Elogia la geometría de los aviones / batiéndome sus alas / y prefiere los barcos. Me hace rogar a Dios y ser ateo, / amar al prójimo y mostrarme indiferente. / vivo a su sombra: es mi guarda, / de mi custodia pero me escarnece. / Me lleva de la mano de rutas ilusorias / busca la nieve de los trópicos, la prisa de la piedra. / Me extenúa, nunca acepta mis réplicas. / Cree que el ángel soy yo, que él es el vaho / al fondo del espejo”. Orlando Chirinos ha señalado que el yo poético de Montejo en este poema trata de conciliar el desdoblamiento, la “escisión de la espiritualidad”. En el libro del poeta González Lira la “escisión” no existe. El yo poético y el otro, materializado en el ángel, forman una unidad indivisible, sin fisuras. La lucha que observamos en el poema del autor de Terredad trata de unificar ambas caras, ambas máscaras. En su impulso, casi demoníaco, el ángel indeciso (que no es el yo poético del poema) intenta la unión a través de la asimilación o sustitución, como sucede en el relato garmendiano “El difunto yo”, que asesina a su alter ego, a su doble. El ángel de Montejo representa la lucha con el yo poético, en González Lira el yo poético es el ángel mismo. Ni luchas ni conductas hostiles. Ni despojos o exorcismos. El trayecto hacia un estado superior se logra en la unidad: “Cómo / en la ascensión / sin el mal / que nos / hizo / uno”. El ángel desertor ha transitado libremente su martirio. No hay necesidad de arremetidas violentas en contra de quienes cohabitan el poema. Las alas son amplias y al final resuena un mismo eco en una manifestación, compacta y rítmica: el yo. “Yo soy el ángel / el que borra toda huella / espíritu de lo que es perfecto / y ha de ser perpetuo / Mis alas son raíces / de la rosa más abierta”. En este poema de Freddy Hernández Álvarez detallamos a un personaje que se autoproclama divinidad. Describe sus facultades gallardamente. Hace mención explícita de su carácter celestial, nos dice “yo soy el ángel”. Por el contrario, en Ángel de instancias no existe esta condición, salvo en un único poema, de manera indirecta, y en tercera persona, los demás no insinúan ese carácter, sólo lo sugiere, es tácito, implícito. El ángel de Hernández Álvarez está orgulloso de su naturaleza, es un ser infalible, perfecto. El ángel desertor es inseguro y capaz de cometer errores, pero a diferencia del primero, por su extraña cercanía a las dolencias terrenas, es más íntimo y sensible a la respiración humana. Juan Sánchez Peláez aparece con su aliento onírico distintivo y una convivencia dual entre ambos extremos: “yo soy / mi propio ángel y mi único demonio”. El yo poético fusiona dos caras y manifiesta su doble naturaleza: la divina y la profana. Miramos por unos segundos varios siglos atrás, hacia el Siglo de Oro, y vemos un antecedente que anuncia un trazado común: Porque aquel ángel fieramente humano No crea mi dolor, así es mi fruto Llorar sin premio y suspirar en vano “Ángel fieramente humano”, ha dicho Góngora. De nuevo, “ángel fieramente humano” es el personaje que nos aguarda en la instancia de la revelación. Otro, a diferencia del poeta español, prefiere ignorarla, dar la espalda como lo hace Adriano González León en estos versos: “obedecí a tu voz y omití el ángel”. El autor de País portátil asevera que “ni ángeles, ni demonios, ni dioses” serán suficientes porque ya “nos volvimos humanos y comenzamos a comernos la tierra del amor”. Distintas focalizaciones nos dan Montejo, Hernández Álvarez, Juan Sánchez Peláez, González León, Góngora y Antonio González Lira. Multiplicidad de ángulos de una voz que intenta diluirse o penetrar en una figura: el ángel. Los desafueros que la realidad pronuncia, los anuncios olvidados en la cotidianidad despiadada apuntan hacia un estigma tristemente tatuado en nuestras sienes. Un milagro efímero. Una instancia desgastada por las olas. ¿Somos humanos por la razón o es acaso ese órgano enjaulado en el lado izquierdo del pecho que nos hace ser, clandestinamente, palpitaciones pasajeras? Tal vez un ángel habite entre los orificios de la mente, y una serie de luces sucesivas e incesantes sean nuestra única salvación porque, como dice el poeta Antonio González Lira, somos “menciones de un destino”. ** Néstor José Mendoza nesmen.erim@mail.com Investigador venezolano (Maracay, 1985). Estudia la licenciatura en educación, mención lengua y literatura, en la Universidad de Carabobo (UC, http://www.uc.edu.ve). Ha publicado el poemario Ombligo para esta noche (2007). === Un insecto atrapado en ámbar ========================================== === Consideraciones en torno al tiempo que se ha ido ====================== === David Ramírez Plascencia ============================================== Para María Guadalupe, gracias por el 31/12/97. Nunca más humano, nunca más sublime, nunca más amado. I. El viaje en el tiempo como añoranza Una constante en el pensamiento de toda sociedad es, como bien lo señaló Johan Huizinga en su obra El otoño de la Edad Media, el anhelo de una vida mejor. En efecto, los seres humanos siempre estamos en una exploración inacabada de paraísos perdidos y utopías. Podemos encontrar ejemplos claros de esos estados ideales en los paraísos descritos en los textos sagrados: el Nirvana, el Valhala, el Edén. Esos vergeles hieráticos aluden a un pasado remoto donde las divinidades convivían con los seres humanos. Así Hesíodo, en la Grecia clásica, lamenta en su obra Los trabajos y los días la pérdida de una edad de oro. Una época seguramente más generosa de la que en efecto le tocó. La tradición judeocristiana, de igual forma, alberga una imagen perdurable de un sitio de belleza incomparable: el paraíso perdido que el pecado original nos arrebató. Todo tiempo pasado fue mejor porque toda época que termina comienza a impregnarse con un hálito de nostalgia. De esta manera consideramos los actos, los hechos y las circunstancias como completos, perfectos y constantes. Poco a poco, nuestras vivencias acaecidas empiezan a perder sus defectos, sus lastres y contradicciones. Cada instante se representa como una experiencia satisfactoria. Cuando miramos atrás y rememoramos nuestras experiencias pasadas, como los días en el colegio o las vacaciones en casa de parientes, éstas se presentan como un filme hollywoodense: siempre con un final feliz. Tendemos a olvidar la carencia de una vida pasada sin celulares, hornos de microondas e Internet. El hombre contemporáneo vive una dinámica cada vez más absorbente donde el trabajo va teniendo un lugar más preponderante en su vida. La frase “El tiempo es dinero” no pudo haber sido acuñada más que en esta época histórica, con calles atestadas de carros y oficinas con relojes checadores. Con el paso de los años, nos sumergimos en una mecánica cotidiana similar a la propuesta por los “hombres grises” del libro de Michael Ende, donde el fin es trabajar más rápido para poder ahorrar horas que podamos invertir en seguir trabajando. Al mismo tiempo, empieza a nacer en nuestra mentalidad un sentido de pérdida, de extravío y carencia. Buscamos con frenesí recoger con las manos algunas escasas gotas de tiempo que poco a poco vamos tirando a las aceras atestadas de gente y smog. Anhelamos, siempre sin éxito, recuperar ese instante idealizado de la niñez, ese día soleado del domingo. Ese insecto atrapado en ámbar. II. El viaje en el tiempo como posibilidad Viajar al pasado no sólo implica una necesidad de alcanzar un estado ideal. También entrelaza una búsqueda de elecciones. En algún momento de nuestra existencia nos vemos asaltados por la imperiosa angustia de contestar a la pregunta condicional del “qué hubiera ocurrido si...”. Como el doctor Fausto, en la obra de Goethe, se lamenta amargamente de haber malgastado su vida en la azarosa e infructuosa profesión de alquimista; el hombre, un animal condenado a tomar decisiones, se cuestiona a sí mismo sobre sus fallos. Como un juez inflexible y cruel arbitramos sobre la conveniencia de haber estudiado contabilidad, de casarnos con la pareja que escogimos hace 15 años, o la pertinencia de haber comprado una casa a pagar en 30 años. Muy por el contrario a la concepción del hombre como un animal de infinitas posibilidades, lo cierto es que cada decisión que tomamos condiciona las futuras decisiones, y por ende la vida que llevamos. Nuestra existencia presente no es más que la irrevocable y dura consecuencia de los actos realizados en el pasado. Un joven adolescente en la etapa final del bachillerato puede optar por estudiar entre decenas de profesiones, pero cuando se decide por una sus perspectivas de vida se reducen. La realidad que enfrentamos día a día está cimentada en esas pequeñas decisiones que se van entramando, formando en su conjunto el piso sobre el cual construimos nuestras aspiraciones. El viaje en el tiempo en este sentido es una puerta de evasión, un medio de modificar ese entramado presente. Un artilugio para recuperar el control sobre las elecciones de la vida. Viajar en el tiempo es una búsqueda de alter egos, avatares y alternativas. En la indagación de posibilidades, en la construcción de escenarios hipotéticos, nos transformamos en el doctor Fausto. Deseamos hacer un pacto que nos permita recuperar la facultad de elegir. El poder ser alguien diferente de quien en realidad somos. Nos convertimos en el doctor Fausto cuando nos envuelve el sentido de vacuidad, envidia y deseo por vivir una vida que no tenemos. Empezamos a viajar al pasado cuando nuestro rol social se queda corto ante nuestras aspiraciones. III. El viaje en el tiempo como epopeya Pedimos al tiempo que vuelva porque queremos vivir las otras vidas que dejamos en el camino. Aquellas decisiones afortunadas o no que mantienen una influencia poderosa en nuestra vida cotidiana. Esos recuerdos que se quedan anidados en nuestra cabeza, sin importar el espacio transcurrido, continúan emanando un cierto hálito de vida. Son cenizas calientes que, al menor contacto de papel, prenden fuego. De esta manera, cuando nos topamos con objetos que guardan un significado especial en nuestra vida: unas cartas, un café o una persona, nuestras memorias empiezan a arder. El sentido lógico del tiempo empieza a perder fuerza, y las distancias se estrechan. Empezamos a medir la duración no en años ni lustros sino en momentos: hace un momento me sentaba a jugar con muñecas, hace sólo un rato empecé a usar vestido. Hace un instante dejé de usar muñecas y comencé a sonrojarme ante la presencia de los jóvenes. El tiempo deja de ser una línea de eventos continuos y se convierte en un collage de imágenes, en una sesión de fotografías, pequeñas instantáneas tomadas a un mundo que ya no existe. Por eso la obra de Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, no es el recuento de hechos sucesivos sino una colección de fuegos artificiales. Cada efecto de luz es un acontecimiento simbólico, ahistórico y atemporal. Cada instante vale por sí mismo como un elemento autónomo e independiente de memoria. Es un fantasma que se presenta siempre de distinta manera. Ya no es el hecho ocurrido hace mucho, enclavado en la historia biográfica, sino la representación parcial que nuestra mente ha elucubrado, obligándolo a repetirse siempre de manera distinta. Hay memorias que queman más que otras. Así aquéllas que hacen alusión a eventos trágicos de nuestra vida llevan por sí mismas un elemento de fuerza que nos obliga a preguntarnos hasta dónde hubiera sido posible impedir tal acontecimiento. La pérdida de un ser querido que pudo evitarse, un amor que no hemos olvidado, una decisión que con el decurso de los días se sabe que no fue acertada. Todas esas eventualidades alimentan el deseo de encontrar la manera de corregirlas. Suplicamos por un solo minuto para decir la palabra adecuada, en el momento preciso. El viaje epopéyico a través del tiempo es como apostar 20 a 1 en el hipódromo a sabiendas de quién será el ganador, es quebrar la piñata sin una venda en los ojos. Es desplazarnos cargados de un bagaje de vivencias que nos permitan tomar mejores decisiones. Querer viajar al pasado en el sentido heroico implica repensarse a sí mismo como Mesías, elevar nuestros deseos de pelear una batalla, una contienda investidos con el manto de la redención. No se trata de ser simples espectadores del pasado, hay que transformar la realidad y corregir las fallas. Hay que pelear contra los demonios ocultos en los vericuetos de nuestra memoria. IV. Desenlace: el viaje en el tiempo como restitución Todo viaje al pasado implica un acto de búsqueda y hallazgo. Con el paso de los años no sólo ganamos en edad, sino que también vamos dejando en el camino pequeños fragmentos de nuestra esencia. Crecer en el sentido biológico no se resume a un cambio físico solamente, sino que también involucra una revolución en el yo interno. La mutación de niño a joven, y éste en adulto, no está exenta de arancel. El cambio nos cuesta una parte de nosotros mismos que se desvanece lenta pero inexorablemente en la vereda de la vida. El viaje en el tiempo es una cruzada arqueológica por reunir esas pequeñas migajas que se van quedando. Cada vez que volteamos y hurgamos en el arcón de la memoria lo hacemos con el afán de encontrar un objeto preciado que hemos perdido y necesitamos restituir para toparnos con nosotros mismos. ** David Ramírez Plascencia davidrampla@yahoo.com.mx Docente y ensayista mexicano (Guadalajara, 1980). Licenciado en derecho y maestro en ciencia política por la Universidad de Guadalajara (http://www.udg.mx). Es politólogo, docente en materias relacionadas con las nuevas tecnologías de la información y comunicación y su relación con la sociedad. Responsable de cursos en Línea en la UDGvirtual. Ha publicado ensayos y artículos sobre la regulación de Internet, con especial interés en temas de censura. Mantiene una bitácora en http://davidram.wordpress.com. === Aproximaciones al concepto de conocimiento ============================ === en los discursos históricos a partir de los aportes de Teun Van Dijk == === María E. del Valle de Villalba ======================================== Una mentira que te haga feliz vale más que una verdad que te amargue la vida. Ricardo Arjona ¿Qué son los discursos sino versiones de la verdad? ¿Qué es la Historia, sino una construcción en la que queremos vernos con orgullo? ¿Hasta qué punto es válida esta construcción? ¿Dónde comienza la Historia y termina la memoria selectiva? ¿Será la Historia que aprendemos, mentiras que nos hacen felices? ¿Dónde está la verdad de la Historia? ¿Podré yo o podrá alguien responder estas preguntas? Este artículo completa una serie de tres que en el marco de un estudio independiente realicé como parte de mi formación en el doctorado en ciencias de la educación. Teun Van Dijk y sus producciones relacionadas con el Análisis Crítico del Discurso (ACD) han llegado a constituirse, luego de revisar otros teóricos en el área, en las más importantes y pertinentes para dar base a mi tesis doctoral. La aproximación minuciosa que desde su particular perspectiva hace a las implicaciones del discurso desde el punto de vista ideológico, sirven de andamiaje a lo que intento demostrar en mi tesis. La enseñanza de la Historia como práctica pedagógica está revestida de particulares atributos si tomamos en cuenta que a través de ella se configura una concepción particular de país, héroes, historia, papel de los colectivos, etc. Van Dijk describe a los discursos como armas potenciales, les confiere intencionalidad. Así como un arma puede usarse para el bien también puede hacerse para el mal; el problema en este caso es discriminar qué está bien y qué está mal en el uso del discurso pedagógico en la enseñanza de la Historia. Defino este constructo como “discurso pedagógico” porque si se analiza detenidamente el alumno que cursa sus estudios de bachillerato es bombardeado de manera consciente o no por variados discursos. Dentro del aula y fuera de ella, en el texto y fuera de él, por el docente como facilitador se construyen supuestos y cogniciones sociales llegando a formarse una red de discursos que juntos delinean un específico estudiante-tipo, con unas competencias esperadas y asumidas. En este artículo en particular, quiero detenerme en aquellos elementos que para mi trabajo dan luces en relación a la definición de ideología dentro del discurso pedagógico. Es, de esta forma, una aproximación sin prejuicio a la definición de aquellos elementos que a decir de Van Dijk configuran ideología en los discursos. Es pertinente, en principio, establecer que estoy consciente de que no existe discurso sin ideología y de que, cuando se escogen palabras, se describen hechos, no se hace desde la ingenuidad, algo se persigue, algo quiere embalsamarse para la posteridad sepultándolo en la atemporalidad del texto. De esta forma, no se trata de legitimar o deslegitimar ideologías y posturas personales frente a la Historia, frente a la cual siempre se tendrá alguna; se trata más bien de alertar sobre el contenido que los discursos tienen y de que quien se aproxima a ellos lea, como en algunos productos, la advertencia de que su contenido tendrá un efecto en él. En artículos anteriores a éste he revisado la obra de Van Dijk y con sus aportes he ido construyendo instrumentos de análisis cualitativo para textos y discursos orales. Obras como Racismo y discurso de élites (1993) e Ideología y discurso (2003), entre otros, se me presentan pedagogos en el proceso de ACD, es decir, enseñan cómo analizar los discursos, presentan proyectos culminados, comparten experiencias prácticas. En este texto en particular, Ideología (2006), Van Dijk se me dibuja, teórico, arrojado, sentando cátedra desde su experiencia. Como no lo leí antes, en este texto Van Dijk redefine constructos, les da nueva semántica, les otorga significados que ha ido descubriendo desde su práctica investigativa. Ideología, creencia, juicios, opiniones son algunos de los conceptos que ya desde su sólido prestigio y sin temor a la diatriba se embarca en definir. Escribiendo la Historia de la ideología, agrega y enriquece a estas definiciones con lo que a su juicio les dan pertinencia en este contexto. Desde mi posición de aspirante a doctora en ciencias de la educación y a lo largo de mi carrera he aprendido que las ideas, pertenezcan éstas a una corriente en particular, pueden sedimentarse, al establecerse como corrientes oficiales, colocan restricciones a lo que puede decirse, escribirse u opinarse. Si nuestras teorías o ideas no suenan en la misma escala que las de la academia, son censuradas y a través de sutiles mecanismos, silenciadas. Lo único que legitima, desde mi humilde opinión, cualquier idea, es su continua renovación y revisión; es por eso que me confieso seguidora de un investigador que no se detiene, que no se la cree, que se cuestiona y que lo cuestiona todo. En este texto Van Dijk le “corrige la plana” a los grandes, práctica que no debería ruborizar a nadie porque, si al final del cuestionamiento, la idea queda en pie, qué mejor forma de demostrar su validez, pero si no era así, si se trataba de una verdad oficial que con la dictadura de los pizarrones se erosionó, más vale ahora que después el haberlo descubierto. Los conjuntos estables de ideas, también llamados teorías, se vuelven tan estables que no hay quien los cuestione. Se vuelven tan sólidos que no se les puede tocar porque se rompen. Si ya no son verdades, son mentiras, mentiras de autodefensa. La Historia autodefensa, la ideología de autodefensa, la teoría de autodefensa. El buen investigador no teme el cuestionamiento al otro, pero tampoco a él mismo. De esta forma Van Dijk deberá estar preparado para que alguien lo adverse, para que sea a él a quien se le corrija la plana, porque es desde la práctica que las teorías se confirman, es desde y para la práctica que tienen sentido. Aproximarnos desde esta perspectiva a la definición de estas categorías redefinidas por Van Dijk, pero en este caso en el discurso pedagógico en la enseñanza de la Historia, es lo que intentaré en estas líneas. Así, desde una lectura pragmática de la obra de Van Dijk comenzaré por definir conocimiento. Sin ánimo de hacer teoría del conocimiento, Van Dijk (2006) lo define como el producto del pensamiento que se considera verdadero (p. 35). El conocimiento en la ciencia histórica, así como en la epistemología, ha transcurrido por etapas y fases donde el mismo está revestido de diferentes atributos. En los principios de la historia más como práctica retórica que como ciencia, cuando de lo que se trataba era de un ejercicio eminentemente anecdótico, lleno de especulaciones y leyendas emocionantes, conocimiento era aquello registrado por estas narraciones fantásticas, era verdad el pasado narrado y descrito de esa forma, era verdad porque era la única que se conocía. Heródoto, llamado padre de la Historia, escribió su obra en dialecto jónico, y más tarde fue dividida por los gramáticos de Alejandría en nueve libros tomando el nombre de las nueve musas de la mitología griega: Calíope, Clío, Talía, Euterpe, Terpsícore, Melpómene, Erato, Urania y Polimnia. Todas ellas, hijas de Zeus y Mnemoside. Musas que eran consideradas como las protectoras de las artes, la memoria y la astronomía. Sin duda alguna reconstrucción del pasado desde y para occidente. Su obra se llamó Historiae, cuyo nombre deriva de la palabra griega investigación o búsqueda. Aunque no solo se dedicó a registrar lo que le decían, sino que fue un incansable viajero que se recorrió todo el Egipto, la Magna Grecia, Anatolia y gran parte del Imperio Persa para poder interpretar con sus propios ojos la realidad y así escribirla. Es el primero en ordenar de forma racional los hechos, al menos desde la razón conocida, con la cronología y la geografía del entorno que estudiaba. La primera frase de su obra era Historíes apódexis, que significa “exposición de las investigaciones”, revistiendo su ejercicio de un anhelo de cientificidad. Su principal obra histórica fue Las Guerras Médicas o, lo que es lo mismo, la unión de las polis contra el Imperio Persa (los medos); en ellas fue tachado de fantasioso y exagerado por autores griegos como Etesias, Isócrates o Plutarco, opiniones que se mantuvieron hasta los descubrimientos arqueológicos del antiguo oriente en el siglo XIX, en donde se demostró la veracidad de gran parte de su obra. Por otra parte, Heródoto sólo hablaba el griego y siempre tuvo necesidad de guías y traductores, lo que pudo influir en la narración de acontecimientos que él no pudo ver y que le llevaron sin duda a confiar en lo que le decían los nativos o a registrar lo que le decían confiando en su subjetiva interpretación. ¿Qué es conocimiento histórico entonces? Con el positivismo como revolución de la ciencia y el cuestionamiento de todo saber que no fuera comprobable, los ojos de la Historia miran hacia otro lugar. El conocimiento había que demostrarlo, no sólo creerlo. Se trataba de una historia basada en el análisis crítico de las fuentes —documentos principalmente— de carácter narrativo, contenido político y con un componente idealista muy pronunciado que consideraba a las ideas, encarnadas en hombres o instituciones como las raíces últimas los procesos históricos. Frente a este tipo de historia, “historicista” en la terminología alemana de la época, a mediados del siglo XIX surge un nuevo modelo, la historia “positivista”, fundamentada en fuentes auténticas, depuradas por la crítica, y diferente de la anterior por el estilo, el contenido y la base filosófica. Se trata de una historia más analítica que narrativa, que pretendía abarcar el comportamiento humano en toda su extensión, y no sólo lo político, y que trataba de encontrar la explicación última de los hechos en la misma naturaleza de las cosas y no en ningún tipo de realidad trascendental. Quedaba atrás, al menos en esa corriente oficial, esa especie de historia sagrada, de la que se aprende y no se cuestiona, digo que al menos de la corriente oficial, porque nunca he sido partidaria de estudiar a las corrientes como realidades arraigadas a momentos históricos concretos; creo que hay románticos de la historia hoy en pleno siglo XXI, hay quienes siguen haciendo historia literaria, narrada como cuento de arrullo, y también existen hoy quienes sólo consideran historia a los hechos que son comprobables y atrapados en tubos de ensayo y líneas del tiempo, desconociendo también que hay historias que no registran los diarios, ni libros de texto y no por eso duelen menos. ¿Y si las fuentes no cuentan la verdad? ¿Y si quien escribió lo que está registrado en ella escribía desde y para una ideología? ¿Qué conocemos entonces? Ya sabemos que la verdad no está en la anécdota que emociona y de la que no hay certeza, pero, ¿y si tampoco está en la fecha, o en el documento forjado, en la verdad a medias, que se escribe para justificar abusos y genocidios? Tomemos como ejemplo la famosa Guerra de las Galias. La Guerra de las Galias fue una serie de ocho campañas (del 58 al 51 AC), llevadas a cabo por las legiones romanas al mando de Julio César contra los pueblos galos, y que permitieron a la República Romana adueñarse de todo el territorio de la Galia y partes de Germania. Esta reconstrucción es Historia según el positivismo porque está registrado en fuentes, pero escritas por el propio Julio César. ¿Qué nos garantiza su objetividad al registrar los hechos? El conocimiento como información cierta tampoco se encuentra por completo en esa aproximación a la Historia ya que las fuentes pudieron, pueden y podrán ser estructuradas para dejar bien parados a unos y otros. ¿Cuántas crónicas son escritas bajo este paradigma? La dialéctica del conocimiento generó mecanismos de autodefensa e identificó lo limitado e irreal de esta visión de la Historia y gesta el materialismo histórico. Reflexión surgida dentro del marxismo como filosofía pero que planteaba la interpretación de la historia desde una nueva perspectiva: el materialismo. Como reflexión del hecho histórico el marxismo sostiene que la historia es consecuencia del desarrollo dialéctico de la infraestructura económico-social, causa de los hechos y motor de la evolución de la humanidad, de esta forma, la historia ya no es sólo una fotografía que se registra en el documento sino una realidad dinámica, es un proceso continuo en el que las contradicciones de hoy generarán los cambios mañana. Las relaciones económicas dan origen a las clases sociales y a la infraestructura que determina la formación de una superestructura, integrada por la ética, la cultura, la religión y el ordenamiento jurídico. El entorno define al hombre, según el materialismo histórico, y desde esta afirmación, garantizando un entorno de justicia y equidad, se resuelve el problema de la lucha de clases (Fernández, 2004). Esto es así porque según Marx la ideología de una época es la de la clase dominante, hecho que también apunta a que la concepción del conocimiento, la ciencia y la verdad pueden ser también producto de esquemas de esa clase dominante, en las aulas, en el estado, en la sociedad. De esta manera, la burguesía se adueña del poder; desde su condición de propietaria de los medios de producción (infraestructura) crea desde ellos un sentido de la ética, una cultura y un ordenamiento jurídico (superestructura) que forman una conciencia favorable al sistema. Si entendemos la educación como parte de ese tinglado cultural, tiene aún mayor sentido el plantearse que todos los contenidos respondan a visiones concretas e intencionadas de la realidad. En el curso de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, y esas relaciones se convierten en trabas de las relaciones productivas. Se abre entonces una era de revolución social, que afecta a la estructura ideológica, de forma que los hombres adquieren conciencia del conflicto. Este conflicto planteado por Marx, se da desde mi perspectiva en todas las áreas del saber. La Historia evoluciona, asumiendo la evolución como cambio, no necesariamente su perfeccionamiento; lo hacen las otras ciencias y las artes. Se dispara la rebelión de los oprimidos a decir de Marx y en su emancipación se generan nuevas formas de ver la realidad. ¿Qué hacemos entonces? ¿Ahora la verdad y el conocimiento histórico están teñidos por la visión del materialismo histórico y como quien empieza un libro nuevo lo anterior no existe? ¿No es necesaria la anécdota emocionante? ¿No es pertinente la fecha y el documento que comprueba la existencia de los hechos? ¿Son ahora esas contradicciones sociales en las que el hombre se mueve por necesidades económicas las que nos permitirán interpretar y escribir la historia de los pueblos? Así podría continuar paseándome por las diferentes escuelas metodológicas que exigieron del conocimiento histórico nuevos atributos y condiciones. La Escuela de los Annales de Marc Bloch (1997) y Lucien Febvre (1971) hacen aportaciones de mayor complejidad al análisis de la Historia permitiendo su abordaje desde la interdisciplinariedad. La idea no es hacer un recuento algo tedioso para quien no comparte esta pasión, pero la conclusión a la que pretendo llegar es que cuando Van Dijk define el conocimiento como el producto de lo que se considera verdadero, en el caso de la historia y en cada uno de sus respectivos contextos, todas estas escuelas y las que seguirán estarán convencidos de que son ellos quienes generan conocimiento y en gran medida lo hacen, al añadir elementos nuevos a la reflexión. El conocimiento de la Historia fundamenta creencias a las que Van Dijk (2006:37) define como ladrillos del edificio de la mente, y yo añado, ladrillos en la construcción de ciudadanos. Al asumir un determinado discurso, me atrevería a afirmar que también se asumen valoraciones de los hechos registrados. Las diferentes escuelas metodológicas y sus discursos históricos van acuñando expresiones, calificativos, epítetos con los que se va asociando a personajes. El Ilustre Americano, calificativo otorgado a Guzmán Blanco, presidente de Venezuela quien nació en Caracas el 28 de febrero de 1829 y murió en París (Francia) el 28 de julio de 1899. Hijo del político Antonio Leocadio Guzmán, fundador del Partido Liberal, y de Carlota Blanco Jerez de Aristeguieta, emparentada con la familia de Simón Bolívar. Simón Bolívar, que recibe el calificativo de mágico adelantado; Cipriano Castro, quien fue calificado por sus abusos, se convirtió en dictador y se hizo acreedor de apodos como El Cabito, El Mono Trágico, El Capitán Tricófero, etc. Cómo validar estos calificativos; habría que estudiar los contextos en los cuales fueron generados y por quienes ya que sin duda todos estos historiadores establecieron calificativos que en los textos de historia y en los discursos de los docentes se repiten como verdades sin cuestionar. Se plantea lo que Van Dijk (2006) denomina la disyuntiva entre epísteme y doxa (p. 36), la necesidad de definir y diferenciar ciencia y creencia. Lo que se conoce y de lo que se tiene certidumbre. ¿Lo problemático con la Historia denominada ciencia social es que es ciencia y que es creencia, si la línea divisoria y los efectos de la ideología del momento son tan difíciles de distinguir? ¿Cuánto de emoción no ha podido influir en los diferentes calificativos asignados a hechos o personas? ¿Cómo poder distinguir un genocidio de un proceso civilizatorio?, ¿un golpista de un patriota?, ¿un desequilibrado de un nacionalista?, ¿un amante de su pueblo y un populista? La diferencia la determina la ideología desde la cual el discurso se articula. ¿Qué mueve al historiador? ¿Qué busca? Cuando califica en su discurso con evidente sumisión las acciones de un imperio, cuando se omiten del texto fragmentos e historias que describen a Latinoamérica y su lucha constante y valiente, cuando desde la filosofía y su estudio se marginan producciones teóricas de latinoamericanos para latinoamericanos. Cuando se silencia a Rigoberto Lanz (2007), a José Vasconcelos (1988), a Leopoldo Zea (2000) al excluirlo del estudio de la filosofía occidental, ¿qué puede buscarse?, ¿es una omisión inocente? ¿O es un olvido que busca apuntalar la dependencia cultural de nuestros pueblos a los lineamientos de Occidente? Las emociones se vuelven evaluaciones y las evaluaciones conocimiento aprendido en las escuelas. Hemos aprendido que la mujer no existe en la Historia de Venezuela, que no tuvo peso alguno en las luchas preindependentistas, salvo dos o tres honrosos casos que lo que hacen es confirmar la regla, no existe la mujer. ¿Qué le dice eso a un joven que estudia historia de Venezuela? ¿Qué supuestos se instalan en su mente? ¿Qué nos dice de los negros? ¿De los indígenas? Son tan complejos y tan residuales que se vuelven pensamiento “lógico”, sentido común al decir de Van Dijk. ¿Y cómo hacer cuando estos pensamientos, que hacen supuestos verdaderos, conforman creencias, éstas son cimentadas por emociones que se establecen como evaluaciones de hechos y acciones? ¿Cómo hacer cuando estas redes han conformado ideologías que definen nuestra identidad como venezolanos? Van Dijk (2006) define de manera brillante varias categorías para el análisis crítico del discurso como elemento generador de ideologías o al menos categorías que me permitirán en los discursos analizados (docente-texto-alumno) develar algunas de ellas. Al exigir un abordaje necesariamente multidisciplinario donde la antropología, la sociología la lingüística, la psicología y por supuesto la historia tomen partido, estaremos más cerca de desentrañar estas redes discursivas. Gráficos, morfología, sintaxis, semántica, proposiciones, lo implícito, lo explícito, los actos de habla, las estructuras retóricas, todas ellas unidades necesarias en el análisis de los discursos orales y escritos. Las imágenes que acompañan los textos, reseñas de la llegada de Colón a las costas de la Península de Paria, en la que Colón empuña en su mano una cruz y a sus pies un indígena se arrodilla recostando su rostro sumiso en el regazo del conquistador, por citar una de ellas. ¿Fue ese el papel de los indígenas? ¿Acaso no fueron recios e indómitos? ¿Qué papel cumplen las imágenes religiosas en los textos? La interacción que se genera con el estudiante, si es el caso, ¿desde qué perspectiva se plantea? ¿El que lee es incluido en el discurso? ¿Qué papel tiene en él? Todas estas preguntas las he ido formulando y respondiendo en ya seis textos analizados desde los aportes teóricos de Van Dijk, y a estas alturas de la investigación, cuando en diversos escenarios se me pregunta cómo sería ese libro perfecto, qué ideología debería tener, respondo que la mejor ideología serán todas y ninguna, que el docente no está llamado a hacer proselitismo y que no debe perseguir el convencimiento; les digo que el mejor texto serán todos y ninguno, todas las voces y ninguna, un aula donde se discuta con pluralidad y al terminar se respeten las disidencias en la certeza de que sólo en ese diálogo dialéctico se podrá llegar a una verdad consensuada, una donde para todas las historias haya lugar. Van Dijk es, sin duda, un buscador de la verdad que no se encuentra, de la que sólo vemos el reflejo, siempre cerca, siempre coqueta, pero esquiva. En la enseñanza de la Historia creo yo que pasará lo mismo. Al defender esta tesis, cuando ilusamente crea haberla terminado, la verdad se escapará de mis manos y algún estudioso me corregirá la plana; es esa la esperanza de la academia, la humilde búsqueda de la verdad, aunque sabemos que no llegaremos a encontrarla. Sigamos pues a quienes buscan la verdad, desconfiemos de quienes dicen haberla encontrado. Referencias bibliográficas • Bloch, M. (1949). Apología para la historia o el oficio de historiador. París, Cahier des Annales, Nº 3, Ed. Armand Colin, 1949, 6 ediciones. París, Ed. Armand Colin, 1972, prefacio Georges Duby. París, Ed. Armand Colin, 1993, edición crítica preparada por Etienne Bloch. París, Ed. Armand Colin, edición abreviada, 1997. Traducción en español —en México—: Apología para la historia o el oficio de historiador, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1995, 398 p. Luego, nueva edición, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia-Fondo de Cultura Económica, 1996, 398 p. Después, traducción de la edición abreviada de 1997, México, Fondo de Cultura Económica, 2001, 181 p. • Berlin, I. (2003). Karl Marx: su vida y su entorno. Paidós. España. • Febvre, L. (1971). Combates por la historia. Barcelona: Ariel. • Fernández Buey, F. (2004). Marx (sin ismos). Barcelona, El Viejo Topo. • Van Dijk, T. (2006). Ideología. Gedisa Editorial. Argentina. ** María E. del Valle de Villalba manedelvalle@hotmail.com Docente venezolana (Caracas, 1970). Graduada de profesora en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel, http://www.upel.edu.ve; 1992), con especialización en historia económica y social de Venezuela en la Universidad Santa María (http://www.usm.edu.ve), con maestría en historia económica y social de Venezuela, tesis con mención publicación y summa cum laude. Cursa estudios doctorales en el Instituto Pedagógico de Caracas (http://150.187.142.39). Es coordinadora del Núcleo de Investigaciones Geohistóricas Lisandro Alvarado, cuenta con un proyecto en desarrollo financiado por la Upel y con participación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM, http://www.ucm.es). Ponente regular en eventos nacionales, adscrita a la línea de investigación, ciencias del lenguaje y con dos años de investigación en el área de análisis del discurso. Profesora ordinaria de la Upel. ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Semillero (extractos) Gabriel Otero *** Tres poemas Fred More *** Dos cuentos Odilón Moreno Rangel *** Tres poemas Sara Gil Gracia *** Líder Luis Emel Topogenario *** Poemas Sixto Sánchez *** El gato de tres patas Juan Nicolás Tineo *** Poemas Ana del Rosario Montrosis *** Internado Marianela Cabrera Pineda *** La batalla de los hipocampos (extractos) Edith Ávila Romo *** La espera Miriam Díaz *** Pórtico: Aimée Césaire. Reacción literaria ante ese Todo-Mural que es la muerte Gustavo Adolfo Becerra *** Archivera Susana Arroyo Furphy *** Poemas María Paula Alzugaray *** Un hombre feliz Roger Vilain === Semillero (extractos) Gabriel Otero ============================== *** Epicentro ¿Quién quisiera ser tu centro? el ojo omnisciente el silente confidente el que te ve y no te vigila el que te desnuda con el tacto el que te cuenta cosas sucias el que te confiesa su soledad *** Flor Flor astral celadora de locuras redímete tierna en el acanto o la llanura predica la luz báñate con la luna cierra tu pistilo arrúllame la vastedad *** Desvergüenza Hay cosas que nunca se olvidan la puerta de tu casa adonde llegaba a llorar aquellas macetas altivas yo parado implorando un amor remoto ** Gabriel Otero otero_gabriel@hotmail.com Escritor, administrador y promotor cultural salvadoreño (El Salvador, 1965). Licenciado en literatura latinoamericana. Ha publicado poemas, crónicas y columnas en revistas y periódicos de México y Centroamérica. Ha publicado los poemarios Remanso de las piedras (1993) y Entre el aire y tu piel (1994), ambos editados por la Dirección de Publicaciones e Impresos. Fundador del suplemento Tres Mil del Diario Latino (1990) y editor de la Revista Presencia (1991). Ejerció en el Consejo Nacional para el Arte y la Cultura (Concultura) los cargos de director de Publicaciones e Impresos (1992) y director nacional de Comunicación Cultural (1994). Actualmente es jefe de Programas Culturales del Bosque de Chapultepec y Coordinador del Festival del Bosque, evento que reúne a diez de los museos y centros culturales más importantes de México. Fue miembro del Instituto Sanmartiniano Salvadoreño (1993), directivo de la Asociación Cultural México-El Salvador (1993), miembro de la delegación salvadoreña en las negociaciones de los Convenios Culturales Bilaterales México-El Salvador (1993) y Colombia-El Salvador (1994), miembro de la delegación salvadoreña en el I Congreso Iberoamericano del Libro en Granada, España (1992) y delegado de El Salvador en el II Congreso Iberoamericano de Periodismo Cultural en Veracruz, México (1993). Participó como expositor en la VII Feria Internacional del Libro de Guadalajara (Jalisco, México, http://www.fil.com.mx, 1993) y en las XIV y XV Ferias Internacionales del Libro en el Palacio de Minería, México D.F. (1993 y 1994). Fue coordinador operativo del Circuito Regional de la Zona Centro representando al estado de Morelos (1999 y 2000), secretario de la Comisión de Planeación del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Morelos (1999 y 2000) y coordinador de dicho fondo. === Tres poemas Fred More ============================================ *** Que todo me asombre La mañana vestida de lentejuelas iridiscentes. Las formas mutantes de las nubes evanescentes. Los tambores pavorosos del inminente temporal. El canto familiar del gallo en el corral. La hierba del prado que hoy nació. La hoja seca que hoy del árbol se despidió. El pregón mañanero del vendedor ambulante. El peso del tiempo sobre ese anciano vacilante. El gorgoteo del café hirviente en la cafetera. La habilidad del perro de nadie cambiando de acera. El deseo de robarle el perfume a una flor. El mar profundo de unos ojos rezumantes de amor. El esfuerzo del árbol por tocar el cielo. La prisa de la lluvia por llegar al suelo. La noche del cerro empapado de estrellas. Que todo me asombre, que nada pase sin observar sus huellas. *** La Tierra, el día después (soneto) ¿Tendrán calor las flores del prado cuando no caiga el rocío sobre ellas? ¿Tendrán miedo de salir las estrellas sobre áridos paisajes desolados? ¿Tendrán temor las villas y poblados cuando retumben truenos y centellas? Cuando contemplen del fuego las huellas ¿Tendrán sed los ríos y collados? Se retira el pasto y la selva tropical, se secan los lagos, crecen los mares arden los bosques, los montes, el matorral. Se descolora el arrecife de coral se extinguen pingüinos y osos polares por el daño del calentamiento global. *** El cielo está adentro Oculto el cielo en pleno día, sin vientos las velas de este barco en la depresión encallado. Desconocidos los caminos otras veces recorridos inertes los motivos hasta ayer encendidos, sin efecto los consuelos y los alientos ofrecidos, sin resortes los deseos. Fuera de mí la oscuridad del rumbo extraviado; pero dentro de mí de nuevo la luz del cielo encontrado, las mañanas de recuerdos pintadas, las alas del tiempo al viento desplegadas para la partida hacia el resto de mi vida. ** Fred More romanfre@cantv.net Escritor y docente italiano (Verona, 1938). Es profesor de idiomas modernos. Ha publicado Figura y pensamiento del monseñor Rafael Arias Blanco (Italgráfica). === Dos cuentos Odilón Moreno Rangel ================================= *** Escuela de aviación —Te lo dije... no más es cosa de darle el avión. No más dile que sí a todo... hazlo sentir que es el mejor, que tiene razón y empieza a volar —dijo uno de ellos. Traía una camisa de algodón con cuadros color rojo ribeteados de una línea de dos centímetros, más o menos, de color negro. Las lonjas de su excesivo vientre se asomaban en el cinturón de cuero que llevaba en la cintura. Tomó el refresco y lo bebió de prisa. Un chorro de bebida se le escapó por una de las comisuras de los labios. Se limpió con el dorso de la manga y siguió hablando: —Así son esos mamones... diles que son los más cabrones, y aunque sean los más pendejos, se sienten soñados y a andar por los cielos. —¿Vistes la cara que puso, cuando le empecé a echar el choro de la reflexión docente y la manga del muerto? —dijo el otro, con el acento en su voz como si el español no fuera su lengua materna. Era delgado, su piel parecía que estuviera a punto de tronarse. El gordo asintió mientras colocaba su mano derecha en su boca para disimular el sonido de su eructo. —La verdad, me estaba sudando —continuó hablando el que era delgado—, si no me echo ese rollo, capaz que el culero me revienta. Pensé que el cabrón me iba a mandar a la chingada. No he hecho ni madres, pero con ese chisme ya la hice, me dio chance de entregar luego... aquí todo es fácil. El gordo jaló con fuerza los mocos de su nariz, los pasó a su boca y escupió al piso y dijo en tono solemne: —Así es amigo. Todo mundo tiene su debilidá. Y eso que el cabrón se ve muy serio, pero no hay piedra que al calor de unas palabras bonitas no se truene. Pinche carrizo en secas, en lugar de estar chingando la madre con pasar lista todos los días y que entregues los trabajos a tiempo, debería de enseñarnos algo, pero él ¿pues qué chingaos va a saber? —Por la virgencita que yo no más vengo por el papel —dijo con cierta amargura el que era delgado—. Y como dices ¿qué te puede enseñar ése? No tiene experiencia, qué va a saber... —Deja de que si tenga experiencia o no, encima de todo, es un huevón. Te digo, no entiendo. Pa qué jodidos pide los trabajos a tiempo si ni los lee, no más por encimita. No se vale. Ni una notita. ¿Cómo vamos a aprender a enseñar si él no nos dice cómo? Él nos tiene que decir cómo hacerle, si no ¿pa qué chingados está? ¿No? Pero no más sale con su mamada de que reflexionemos, que seamos independientes, que nos esforcemos en tratar de construir soluciones a nuestras problemáticas. ¡Pura pendejada! —Sí compadre, tienes razón, pero qué cabrones podemos hacer nosotros. Si no le hacemos como dice nos chinga... —La verdad es que en esta pinche escuela, sólo aprendemos a dar el avión —terminó de decir el gordo. Luego jaló otra vez los mocos de su nariz, pero esta vez con más fuerza. Los pasó a su boca y volvió a escupir al piso. *** El negocio de pensar —No seas cabrona. Ándale, échame la mano. ¿Cuánto vas a querer? ¿Lo mismo de siempre o qué? —dijo angustiado. Apretaba con fuerza el manófono. —No ya te dije que no. Además aquí está mi marido, qué tal si me escucha. Ahora sí me parte la madre por seguir haciendo esas mamadas. No me perjudiques, mejor búscale por otra parte. —No seas mierda, nena... ¿cómo me puedes hacer esto? Si tú no me echas la mano quién. Además contigo ya hay confianza, buscar otra persona, es comenzar de ceros, y tú y yo, tenemos avanzado. Estoy bien desesperado —hubo un silencio. Luego siguió hablando el hombre—. ¿Qué? ¿Es cosa de dinero? ¿Quieres el doble de lo acostumbrado? —No mames, pendejo. Si no es por dinero... ya no puedo hacer esas chingaderas, no van conmigo. Mejor que cada quién se rasque con sus propias uñas, ¿no? Hubo otro ligero y tenso silencio, luego el hombre dijo: —No me salgas con tus pinches chingaderas que has cambiado, tu conciencia y la puta mierda —se escuchó la voz severa, ronca, temblorosa de coraje—. Ahora sí muy pinche santurrona. Pero las otras veces ni del rogar te hacías, y la lana bien que la gozabas, ¿no? Hasta el puto de tu marido te decía que te buscaras más de estos trabajitos, ¿no? —Pues será el sereno, pero ya te dije que no. Y precisamente por mi marido y mi hijo, ya no lo puedo hacer... El güey de Roberto tiene una buena chamba, se raja bien la maceta para que tengamos un quinto más, y con lo mío que gano honradamente, ya completamos el gasto. Antes porque no teníamos ni qué, pero ahora... bueno a ti qué chingados tengo que decirte... No, no, no y no —dijo enfática la mujer. Él pensó que la mujer iba a colgar. Por un momento cruzó por su mente y su cuerpo como un latigazo de agua helada, la idea de que se iba a pasar otra noche interminable, retorciéndose en la frustración y desesperación de no ver satisfecho su anhelo. Pero la mujer no cortó la comunicación, entonces se animó a no aflojar en su propósito. —Amorcito, nenita —dijo el hombre, empalagó su expresión—, no te enojes, ya sabes cómo soy. Discúlpame... mira, para que veas que quiero las cosas con buena voluntad, te doy el triple de lo de siempre y no se hable más. ¿Qué dices? Hubo otro silencio, pero esta vez se prolongó más que los dos anteriores, luego la mujer dijo: —Cuatro veces extra de lo que me has dado para los otros trabajos, y así, sí nos entendemos. ¿Sale? Es que esta chambita va a ser especial. —Sale cabrona, no sé hable más. Entonces ¿cómo le hacemos? —Nos vemos mañana aquí en mi casa, mi marido no va a estar, mi hijo se va a la escuela y así podemos hacerlo en paz, sin que nadie nos esté chingando. —Hecho nena. Sabía que no me podías dejar solo. Allá te veo, besos. La mujer colgó, dio medio vuelta, se tiró un pedo, y comenzó a reír escandalosamente. —¡Roberto! ¡Roberto! ¡Roberto! —gritó con voz en cuello. —¿Qué chingados quieres? —murmuró Roberto, mientras que se acercaba sigilosamente hacia su mujer. —Tenías razón, mi vida. Nada más había que meterle más presión al pendejo de Eduardo, e iba a aflojar más lana. La neta no creí que sería así de fácil. —Te lo dije mamita linda —dijo el hombre parsimoniosamente—. A ese cuate no le interesa pensar ni la docencia, lo suyo es el negocio, la lana. El dinero que te va dar, es una inversión para él. Teniendo el papelito, sabe que le van a pagar mejor, esa es su tirada. Por cierto de a cómo quedaron. —Pus le dije que cinco mil y no chistó ni madre. ¿Está bien, no? ¿O cómo ves? —Pos chido, es una buena feria. —Pus sí. No es lo mismo una pinche tarea para fin de semestre de una asignatura que el escrito para hacer el examen profesional. Roberto guardó silencio. Giró sobre sus pies lentamente. Pensó por unos instantes y luego dijo para sí mismo y para su mujer: —Aunque sea cosa de negocio pal lalo, la neta, no entiendo cómo puede haber alguien que pague para que piensen por él... Además cómo es que los profes no se dan cuenta que él no escribe, pa mí que ni siquiera leen los trabajos de sus alumnos, y eso que es una escuela para formar maestros. Pura mamada en la educación —dijo con un dejo de amargura. La mujer lo miró encolerizada, se acercó toscamente a él y le dio un empellón. Luego le dijo: —No seas estúpido Roberto. Esto es como cuando le haces las tareas a tu hijo y le sacan diez... ¿y eso qué? Ni modo que el niño, no esté pensando o sea lerdo. Lo que pasa es que en la vida no te queda otra, hay que ser chingón. Si no la sabes hacer, te lleva la chingada. ¿Qué putos tiene que ver si haces las cosas bien o mal? ¿A poco no vive mejor el lalo que nosotros? —Roberto asintió—. Ya lo sabes mi rey... —continuó la mujer— ponte las pilas cabrón. ¿De cuándo acá te agarró el ataque mojigato? ** Odilón Moreno Rangel ueuetezca72@hotmail.com Escritor mexicano (Pachuca, Hidalgo, 1972). Actualmente es profesor del Centro de Educación Superior del Magisterio (Cesum). Estudia la licenciatura de historia de México por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. === Tres poemas Sara Gil Gracia ====================================== *** Matarías De absoluto, al borde del eclipse, inexistente. Morir muriendo o vivir viviendo. Volvemos de la muerte... Pensar que ser nada Pudiera ser algo. El cosmos: Estrellas y recuerdos. La vida responsable de los gatos, Pudiera ser algo (Consciente) Como un resguardo. Los que tienen miedo Existieron guardados. Los perfumes matarían por ver. Ya sabes qué es eso... ¿Matarías? Quién puede Se atreve algún alguien... ¡Adelante! Este es el circo de las maravillas (del universo). Quién puede Matarías por el circo de las maravillas... (Por un arco iris De la mente) Y por eso que no existe, que no es, Que no viene al caso. Matarías por eso. Yo he visto matar por mucho menos. Cada vez Por menos. No importa quién fue el último Caín, O el primer Abel de la historia. No importa. Cada vez por menos. Por un arco de la mente. Por un sueño. La idea es esa: Te suavizas en Guantánamo O guardas sus fronteras. Robas a los muertos o vas al GULAG. (La leyenda de los tiempos) Por eso, y por mucho menos. *** Los trenes tienen apeaderos Calados. Vagones y revisores dormidos. Presentidos Puertos, donde los ruidos respiran Cristales Y tierra sin importancia. La sordina de los peces. La manzanilla del ticket. El horizonte en pausa te pilla desprevenida Tirando de la gente, en crucigramas De Peeping Tom, que orientan al viajero Y lo entretienen en la mochila. —Lo cogimos todo Y cerramos los grifos con la mente. Un salto Sentado Oscurece los túneles, un paso De tierra Poblado de maletas y de asientos. ¡Odín! Ghiyath al-Din Abu l-Fath Omar ibn Ibrahim Al-Nishaburi al-Jayyam. (El fabricante de tiendas Y la Plaza 1536) *** Antropografía (microscópica) Desde lo alto, las ballenas ofrecían un magnífico avistaje La prosa no puede ser mejor que lo que expresa, y debe ceder un grado [necesario. Será verdad que los tehuelches tienen las narices aguileñas, Que al verlos, ya sabes que es tehuelche. Será verdad que hay un mestizo que sabe algo de aquí, y algo de allá, que [sabe todo lo que sabemos de nuestros pensamientos. No puedo evitar el espejo. No puedo evitar construir un ser Dentro de mí. ** Sara Gil Gracia saraggracia@yahoo.es Poeta española (Navarra). Es enfermera de profesión. === Líder Luis Emel Topogenario ====================================== El líder da el último vistazo al saloncito, modesto y atiborrado, pero solamente encuentra la muralla de fogonazos rojos, dorados y azules que le alumbran desde el techo, donde asoman las raíces del telón a medio hacer. La densa y lábil película de humo blanco repta por los tablones del escenario envolviéndole los mocasines negros. Nadantes en sus pies. Da las espaldas al micrófono y cierra los ojos casi pidiéndose trágame tierra. Vuelve a girar sobre sus pies. Damos gracias a los pacientes y gentiles y esperaremos algo más, lo necesario. Ecos en la cabeza del micrófono recargan la acalmia deseada. No. Vuelve a girar sobre sus pies. El líder de la orquesta extrae del pecho izquierdo el pañolón negro. Color de ébano bruñido, mímesis del traje negro que lleva puesto, el negro dóberman. La solapa izquierda le disimula la breve pero pequeña rotura en la camisa profundamente negra. Sudada. Se escabulle entre la abertura del teloncito —improvisado por la gerencia del restaurante fi fí— y, tras bambalinas, besa la larga bocanada del cigarrillo. La celulosa que envuelve el tabaco se ha empapado con su propio sudor y la nicotina le sabe a sal. La mano que no fuma se introduce en el bolsillo derecho del pantalón y nerviosa, refugiada, rasca y soba los testículos del mismo lado; el líder pasea, de la bambalina al pasillo y viceversa, esquivando los murmullos, mal imbricados entre sí, que van resbalándose en el escenario. La orquesta está vacía. Dónde está la orquesta. Las noches de gala se han vestido de gala para esta noche. Estrellas de toda la ciudad han salido de su alienamiento para beber de esta nueva estrella. El líder especula. El líder toma agua. El líder putea a mansalva. La orquesta está vacía. Qué pasa flaco. En el baño se espeta frases demoledoras con que salvar el pellejo. Otra vez lava las manos con agua caliente. Las manos, todavía callosas, no tardan en secarse. La cara. En el espejo, su imagen limpiada y negra coapta con su reflejo y asiente con él, estando de acuerdo en todo. Qué pasa con la orquesta que no viene. El líder se apunta con el dedo índice en gesto de tú. Se lleva el mismo pulpejo a la sien ipsilateral y dice puj. La pantomima, no, apenas lo divierte, tampoco. Sale del baño en actitud decidida hacia el escenario. La amargosidad del manager lo desinfla. El manager cruza los brazos a la izquierda de la boca floja del telón; con la punta del botín pulido fácil cronometra la rabia de su impaciencia. Mira a todos los lados desesperándose. El líder abomba en la boca la trompa. Mueca inútil. El líder se acerca y el manager lo interroga con la mirada negra: Qué pasa flaco. Cargadas las tintas, van a insultarse. Desde la tarima se observan, obvias e infantiles, las manchas de las escleróticas del ojo, y después del otro, que espían a través de los bordes hendidos en el teloncito. El líder evalúa lo visto. Las estrellas por allí sentadas empiezan a sospechar que son víctimas del irrespeto. Cincuenta y dos tomaduras de pelo. El tiempo perdido socava, muerde. Grupúsculas oleadas de calor y frases sueltas son recortadas por las invisibles tijeras de la ansiedad. Las escleróticas, la primera y después la otra, desaparecen a la vista de la tarima. El humo blanco sigue a flote. El líder está a punto de enloquecer. No. El corazón, primero ajado como el telón bermejo, se ensancha angustiado, desfondándose hasta albergar dos vacas peleando. La abominación del manager se acumula en la nariz algo desviada del líder y el rencor nace, ida y vuelta, por partidas dobles. Trombas y ruidajes se pelean por entrar primero en el embudo de cada oreja. Revoltijo. Mierda. Puj. Nauseosa. La nerviosidad del líder es alimentada por el breve motín de frases hirientes. El mismo dedo de tú le funciona para rascar y peinar el hemibigote izquierdo. A tientas alcanza el picaporte de la puertita para los proveedores en el restaurante high five. Lo recibe la basura high five, juntada sobre el asfalto en la calle. El perro vagabundo, alquilado por la sarna, que comía silencioso, se aleja sorprendido y colérico. Las órbitas caninas vaciadas, la cena interrumpida, los ojos ciegos. La noche deglute todo a cien metros redondos, parabólicos. El perro es desmembrado por la noche. El líder Bah. Puj. Los pies, aleatorios, coincidentes, le ordenan al líder tomar la calzada izquierda. La toma. La acera le va moliendo las huellas de los pasos con la dureza otoñal. La calle, angostada por los edificios high five, lo engulle con la azulidad vertical, verdínica, de las pobrísimas luces. Qué pasa, tuani. No. Los hemibigotes se humedecen con la respiración pesada que se desgaja desde las narinas. Los vellos, en el entrepecho y abundantes sobre la piel de los brazos ya salados, dúctiles por la desazón nerviosa, se endurecen como el alambre. En el líder el cuerpo metaboliza las violentas ganas de gritar. Pasan ya ciento treinta minutos desde la hora inicial o nada pasa. Cree. Nada pasa. Y cree. No. La orquesta. No. Minutos. No. El espacio avanza —grillete bajo los pies; a las espaldas de dos en fondo; techo inmediato aplastante sobre la cabeza; plancha al frente que apuñala los ojos— embebido en la ley que el tiempo desconoce o deshonra. La orquesta y la idea —ya silenciosa— de la orquesta, escindidas entre sí en el líder, quitándole a su realidad la pata de apoyo. El líder mastica sus propios metabolitos. No. Desespera desesperar. La orquesta. No. El líder dextrogira sobre sus pies y observa la callecita. Será mejor que estén bien muertos, sordopléjicos, cualquier carajada, flaco. Hacerme esto, flaco. Hacerme esto. Se concentra como puede. Profetea —casi, quiere— con que el manager surja, vomitado por su fábula, en cualquier instante por la puertita con las buenas nuevas: Oh, la orquesta ya está aquí, ¡te necesitamos! Blurr. Oh, la orquesta ha muerto, ¡te queremos! Ñññ. El líder gira la nuca y atisba la puertita para los proveedores en el restaurante high five, pero nada. Lo que fabula no pasa. El manager no aparece. El líder digiere sus estúpidas fábulas con los ruidos urbanos en el fondo de la cabeza. Da media vuelta y media sobre sus mocasines negros. Abre los brazos en cruz pero la redención no puede fecundarlo. Los zapatos empiezan a caminar llevándolo hacia la extremidad de la calle. Lo aproximan al charco de agua pero el líder no logra encontrarse los ojos en el centro de la cara. Su reflejo, extirpado de las ondas en el charco por el tenue lucerío de la noche, lo espanta. Da media vuelta sobre sus zapatos pero sus zapatos lo contradicen. Continúa avanzando hasta la esquina, donde vadea el árbol. Perennifolio, da sombra desperdiciada. El líder le mea el tronco. Y si estuviesen allí, negros como el traje, ocupado el trono en el escenario, obedeciendo mi canto, mi compás. Y si en realidad todavía estoy en el baño apuntándome con el dedo, sí, bebido el brandy y tragado oh el aire del habano de la victoria, sí, rico, untado, no, con los aplausos de las estrellas que aplauden, robóticas, casi en canillas, rico qué, gozosas ble ble, en el salón. Sí. No. En qué futuro fui esperado, of. En qué pasado no se me está esperando, ñññ. La brisa ansiogénica da la mordida en el costado del líder, refrescándolo. Desde la minúscula ventanilla en el ático de la casita high five, el niño desvelado le apunta al pito orinante con el láser rojo del llavero. Hace blanco. El líder cree estallar. El niño luego le raspa el tabique de la nariz desviada. El líder estruja la línea del láser como se estruja la molesta mosca, luego abofetea el punto rojo sobre el pito, pero en ambos casos fracasa. Orina casi el zapato izquierdo. El líder cree estallar. Odia. Pluridireccional, la noche se lo devuelve. Más incómodo, el láser, sí, termina de orinar sin ganas, no. Da media vuelta, vuelve a caminar. El líder cojea, la marcha atascada por la insipidez del miedo. Febril, no. El brazo bueno parésico. La orquesta. El líder no se paraliza. Se alarma, no. Cree escuchar, dolorosos, los ecos retornados desde el público en el restaurante high five. Imposible, se dice. No pueden estar aquí. No están. El imposible. Regresa por la callecita mientras se repite lo mismo. Los ecos de voces, inmodulados por las pequeñas aristas del viento casi móvil, parecen rajarse y desaparecer. No. No, sí. La callecita se emborrona en sus ojos. Bilis, equivocando el paso, se le va al cerebro, secándolo. Siente. La sangre plástica. Sí. Sí, no. La orquesta. El mamarracho de mi carrera. No. Siente la puntita de la imagen del micrófono intentando hacerle el agujero en el cuerpo. La voz del líder de la orquesta se vuelca en la redecilla alumínica del micrófono y sale al mundo. El parto. La imagen termina de perforarlo. La orquesta tocaría perfecto. Imperfectible lo tantas veces ensayado. Paf, nacido el éxito. Nacería. Muchedumbre por poco ahogada en su resplandor: percutida por la voz grave la cuerda vocal, como las negras izquierdas del piano, invitado a la orquesta; los vientos tañéndole la piel, el traje negro; la garganta temblorosa, sensual y sexi como el fuelle negro amaranto agatonado del acordeón de la orquesta, paf. Qué voz. Lo bermejo del odio, hecho trizas por su propia musicalidad. Orquestal. Mataría. La orquesta. Los instrumentos musicales averiados por el alud de tantos aplausos bah. El líder camina a tientas en la callecita. La mano derecha balbucea en la negritud de la noche. Yo no quiero esto. Sudor caminado, profuso. Paf. Yo no le pedí esto al maricón de mi dios. El escalón improvisado por la noche tropieza con él. El cuerpo cae. Casi. El líder es salvado por el tejido de malla ciclón que custodia el pequeño predio. Los dedos prensan los rombos de la malla hasta casi cortarse. Se abre los tajos sobre las manos otra vez. Se incorpora, no. Lo intenta. El bullicio de la sangre turbulenta, ya plástica, en los troncos de las orejas, le prohíbe pensar. El líder se sienta sobre la acera. A esperarse. Falla. Ciego. Ensordado. Asonante. Vocoide. Y larga, teje la frase: Por allí pronto pasará flotando mi cadáver y yo me aplaudiré hasta que los aplausos revienten mis manos que mi cadáver se está llevando. Tocarán mi pieza, no. Tantas veces ensayado, repetido. Repetición. Yo no pedí esto, hermanos. En qué fallan mis fallos. La orquesta. El líder llora, sí, sentado, repetido, por fin. Mi voz hermosa escapará de las roconolas, no. Esta puta madre de todas las putas. La musicalidad del odio, que siente, que teje, efervesce bajo la negritud de la noche. El líder trunco. Qué pasa, tuani. La orquesta, tuani. Flaco, estás bien, Flaco, ¿Flaco? Un hombre. El vago, Flaco, ¿estás bien? El líder busca apoyarse todavía más en su cintura y sus espaldas; las vértebras han adoptado la curvatura enconchada del tejido metálico. El cuello, deforme por la posición, lo ayuda a ubicar la voz en el espacio. Flaco, ¿Flaco? Los sentidos del líder fracasan. Bajo la noche, lo abandonan los datos acumulados. Flaco, Flaco. Ni lo patea. El vago lo agarra, elevándolo, de los hombros que se engruesan, gordamente, bajo el traje negro. La fricción de la tela en los dedos destrozados del vago evita que el cuerpo del líder, abandonado a la suerte, caiga en calidad de estorbo. Flaco, Flaco, ¿tenés comida? Bulto ya fácilmente automático, el líder alza la mano en señal de conforte. Qué pena. Dice. El oxígeno en los pulmones del líder es reemplazado por el gas del odio, más denso y fisicalista. El líder se place. El líder es ahora registrado, encarado, retado, liquidado, por la voz del vago que lo examina de arriba a abajo. Los bolsillos negros son vaciados. Nada. Lindas naves que tenés, Flaco. Algo grandes para mí. Linda percha, Flaco. Qué pinta, Flaco. Sonrisa. Del vago. Del líder. La noche cómplice le lustra los dientes. No lo vio cuando lo sacó porque ya no podía ver nada. El cerebro lo tenía atascado, trancado. El mango, sucio, común y corriente, indistinguible entre las celdas de la palma del vago, no le dijo nada. La hoja, helada más por el sudor en el pubis del vago que por la temperatura otoñal, penetró, limpia y sin espectáculo, en el pecho izquierdo. Fue todo sencillo y simple, como la noche. Lo despide diciéndole Flaco, Quedáte quietito, ¿sabés? Quietito, Flaco. No chille. No chilla. Ni sangre saca. Apenas. La vida se le deshizo como el agua entre dedos de arena. Sencilla. La pleura abollada, arrugada como bolita de papel llena de tachones. El cuerpo fue entregado, dócil, tierno, en el paisaje. Ahora, el líder no tardó en cambiarse. Mudado y acomodado, los dedos aún destrozados, la noche cómplice. La fricción del traje en los vellos del entrepecho, y abundantes sobre la piel de los brazos, los ablanda. Los mocasines negros, nadantes en sus pies. La solapa izquierda le disimula la breve pero fresca rotura en la camisa profundamente negra. Sudada. La sangre líquida. Va a franquear la puertita pero decide fumar hasta la última hebra del cigarrillo. La colilla, tersa y saborizada por el alquitrán, cae en medio de los cúmulos de basura allí cerca. Más allá, lejos, inerte, el cuchillo aventado. El líder, serenado por su propio perfume, despeinado casi, entorna el cuello noventa grados a ambos lados de la cabeza. Atisba los límites de la noche mientras fuma, afinando los iris midriáticos, y nada. El paisaje cae a los cien metros redondos, parabólicos. La noche negra lo llena todo con su engrudo negro dóberman. Noche monstruosa. Noche de consagración. El líder, sí, congelado por el espectáculo. La lengua de viento refrescante, soplido con sabor de basura urbana y magnesio pudriente, le acaricia el jopo. La caspa no le pica, se vuela. El líder cree emocionarse. El líder expectora lo que antes no podía sacarse. El esputo arrojado cae muy cerca del cuchillo, no, los rayos sonoros de la nocturnidad lo evaporan, tampoco. La memoria totalmente blanca del líder logra aquilatar su emoción. Porque por algo esta noche ha venido a mí, lo ignora, oh. El líder se para de frente a la puertita para los proveedores en el restaurante high five donde dará el concierto. Líder se dice. Pausadamente. Nacido de mi propia mano. Aventado. Y Paf, el designio del éxito. Paf, el precio, inquebrantable, la yema del éxito al quebrarse el huevo del éxito y chorrear el mundo ble ble. La rotación terrestre del modo orquestal, el traje negro a punto de bruñir. El líder. La orquesta tocaría perfecto. Paf, el designio del éxito de la orquesta del líder de mi propia mano. Y continúa hablándose. Hablándose. Repitiéndose. Repitiéndose las cosas en el cerebro para entrenarlo. Para entrenarlo. Antes de ingresar por la puertita, el bulto en la basura amenaza con haberse movido. El perro vagabundo, alquilado por la sarna, aparece de la noche y se acerca a investigar. No era nada o lo que fuese, muere. Comida. Con las órbitas vaciadas, casi en la boca, el perro vagabundo come, silencioso. Los ojos ciegos. Entra. El líder se lava las manos. La cara. El manager cruza los brazos a la izquierda de la boca floja del telón; con la punta del botín pulido fácil cronometra la rabia de su impaciencia. El líder de la orquesta extrae del pecho izquierdo el pañolón negro. Vuelve a girar sobre sus pies. No. Ecos en la cabeza del micrófono recargan la acalmia deseada. Damos gracias a los pacientes y gentiles y esperaremos algo más, lo necesario. Vuelve a girar sobre sus pies. Da las espaldas al micrófono y cierra los ojos casi pidiéndose trágame tierra. Nadantes en sus pies. La densa y lábil película de humo blanco repta por los tablones del escenario envolviéndole los mocasines negros. El líder da el último vistazo al saloncito, modesto y atiborrado, pero solamente encuentra la muralla de fogonazos rojos, dorados y azules que le alumbran desde el techo, donde asoman las raíces del telón a medio hacer. ** Luis Emel Topogenario bebopers@gmail.com Escritor nicaragüense (Managua, 1980). Actualmente reside en Montevideo, Uruguay. Ha publicado varios relatos, tanto en papel como en revistas digitales especializadas. La Codorniz, su tercera novela, es su proyecto narrativo más ambicioso. === Poemas Sixto Sánchez ============================================= *** Detenido por un semáforo Desaparecer entre la multitud para estar más solo que en la soledad hablando con cualquiera de nada preguntando de quién es esa canción. Como si tropezara mentalmente entiendo que estoy perdido la esperanza no es mi hogar cambia la luz, suenan las cornetas y yo monologando en plena avenida *** Paradigma misantrópico sobre la búsqueda de un hogar en otro planeta En el siglo XXI será posible alquilar un apartamento en Marte pasar las vacaciones en Venus invadir los terrenos de remotas galaxias, si surgen problemas con los horizontes inciertos los océanos rocosos, los relieves de arena llevarse de la Tierra el maíz, el agua, las sonatas, algún perro para que le ladre a los meteoritos y advierta la presencia del colonizador interestelar. *** Una vez más He debido mentir entonces por ejemplo: el blanco es negro en Mayo brotan hemorroides amarillas que tú, pedazo de idiota, eres eterno también debería hablar otro tanto sobre mi suerte linealmente torcida no salir del rincón ni haber dicho: mañana será otro día pues la verdad: la respiración me ahoga. ** Sixto Sánchez sixtojsanchez@yahoo.es Escritor venezolano (Valera, Trujillo, 1953). Licenciado en letras y magíster en planificación educativa. Ha publicado los poemarios Continuidad (Imprenta Universitaria de la Universidad Central de Venezuela, UCV, http://www.ucv.ve, 1981), Respiradero (Editorial Fundarte, http://www.fundarte.gob.ve, 1991), Caminos en la oscuridad (Fondo Editorial del Estado Sucre, 1966) y Sin tiempo (Ediciones Mucuglifo-Consejo Nacional de la Cultura, http://www.conac.gov.ve, 2004). === El gato de tres patas Juan Nicolás Tineo ========================= Ese gato que en tres patas hacía acrobacia por los bordes de las empalizadas, se llamaba Simón. Era de color negro, de una estatura que no había logrado desarrollar por la malicia, que transmitía en su mirada de borracho. Simón sólo comía carne, pescado y huevo, quien lo conocía podría imaginarse que perdió la pata faltante destapando calderos, platos de la mesa o hamaqueándose en los cordeles de carnes o pescado salados, pero no fue así. Simón no solamente encerraba el misterio de tener tres patas, también se decía tener pacto con lo malo, o era el mismo diablo. Se rumoraba que podía caminar por los techos de zinc, sin ser notado, pues al cojear, su parte trasera producía una musicalidad que adormecía. El día de su nacimiento, a eso de las cinco de la mañana, viajaban unas nubes verdes. El viento soplaba fuerte, las gallinas cacareaban inquietas y los gallos enmudecieron. A esa hora solamente Homero, el dueño de la casa, estaba de pie tomando una ducha. Con una latita se echaba el agua que interrumpía de manera misteriosa su caída. Ramona, la señora de la casa presenció esto del agua. Aun inclinando la lata, se devolvía, se interrumpía en el espacio, y luego con una presión estrepitosa, salió un chorro inmenso que inundó la vivienda. Mientras la cama flotaba, el esposo casi ahogándose, logró treparse a ella, y notó una mujer desnuda intranquila, con las piernas cruzadas. Ella en esta pose, parecía diosa griega, él se excitó y cuando miró los pies de la mujer que aún transpiraba el éxtasis, ella no estaba; encontró, en vez, una gata barcina, parida con ocho gatos. De estos gatos, Simón era el único diferente en color, entonces doña Ramona su dueña y quien asistió en el parto, dijo que Simón había estado atado a los intestinos entrando y saliendo del vientre de la recién parida. Lucía descolorido, sus pelos secos, daban la apariencia de no haber venido del mismo lugar que los otros gatos; se hubiera creído, de no ser por las huellas dejadas por las tripas, que Simón era marciano. El señor, más impresionado (seguía sin atuendos aún, flotando en el gran charco producido por la latita de agua) vio a Simón llenarse de vida, mientras absorbía a los otros felinos. Todo esto le pareció muy extraño, pero más sorprendido estaba, al notar la esquina de la cama (donde se produjo el parto), estremeciéndose. Simón en su intento por evitar ser engullido por sí mismo, abrió la boca, de un mordisco se cortó la pata trasera izquierda y se llenó de flores. La casa se volvió un jardín. ** Juan Nicolás Tineo jtineor@gmail.com Escritor dominicano (1965). Reside en Nueva York desde 1992. Enseña español como segundo idioma en una escuela pública de NY y es, además, gestor cultural. En 2007 organizó la Primera Feria del Libro Hispana y Latina de Nueva York, que reunió a más de ochenta escritores hispanoparlantes residentes en EUA y que estuvo dedicada a Gregory Rabassa, traductor de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, quien estuvo presente en el evento. Ha publicado los poemarios Pinitos (2006) y Versos en cautiverio (2006), así como la novela Perros sueltos (2006). === Poemas Ana del Rosario Montrosis ================================= *** Mi chola Celos, temores de tu repentina llegada Ya no sería más la malcriada niña Inquieta tristeza olía el aliento Cuando mamá te paria con pena Abrí la puerta de la moribunda habitación Y ahí botada con llanto de inocente mojona Recuerdo que un trozo de pan con dulce Arrojé nerviosa sobre tu moreno rostro Calmé mi furia, susurré una canción Mí hermana, mi chola, morena, la india Así te chillaba, así te gritaban Tristes, largas noches sin pestañear Sin poder mojar las rotas sábanas Mentíamos hasta ver llorar el sol Cuentos de amores, cosquillas en los pies Dejamos partir la cruel infancia Historias secretas, tumbas seremos Odiando el matiz del vino en el cenicero Hoy te regalo el llanto de mis manos Tómalas sin miedo, ensúcialas en el charco Ya no solloces, los lobos se han guardado (de Tacones bajo la luna, 2007). *** Composición Estas enojada, madre, lo sé aquí abajito, desde las cuerdas de esta mesa humeo el perfume de tu delantal aquel que odias tanto como yo aquel que se enreda en un concierto de ollas tras el murmullo de las copas aquel que danza en el vuelo de las sombras endulzando sinfonías de sal aquel, aquel que suena en mis plegarias y arrincona el nudillo de mis lágrimas (de Tacones bajo la luna, 2007). *** Al final del camino Es allí donde quiero vivir al final de la calle pintada en la vid de un árbol ciego y en la gruta de una iglesia Elevar mis piernas a la luna y bajarlas con las campanas será la mejor sentencia que danzaré en silencio Es allí donde quiero vivir y mudar mis viejas cartas oler unos dedos teñidos para columpiar soledades (de Tacones bajo la luna, 2007). *** La novia de los muertos Me complica cuando alguien dice que no existe que es una soberana mentirilla que hay que crearla como si fuera de arena y cal no es verdad, ella está AQUÍ bajo la pluma de los muertos entre la vanidad de los vivos en la envidia promiscua del egoísmo de las vacas sagradas bajo mis sábanas, en la risa de mis hijas en la mirada pérdida de los poetas que beben con sus amigos la soledad de los adversarios Ella silba con su postura maquiavélica en la peineta de un marica en la cartera de una prostituta Es la niña huérfana de las calles Nos grita que miremos su silueta nos suplica con la rebeldía de un arco iris en un jardín de rosas y ortigas No sólo han nacido los poetas para ver bailar las sombras de los ciegos Ella se ríe en mi espalda, golpea en las mañanas frías en las tardes largas en las noches fatigosas Dice al oído que la toque con las yemas de mis dedos que dibuje su rostro coloquial que la reconstruya para que no perezca como muere un orgasmo sin su cuerpo sin la risa de una doncella Ella ha bautizado en mi frente una deliciosa soledad un instante de placer un prosaico romanticismo Me complica que la nieguen Existe, vive en todas partes No ha sido fácil esbozar su imagen Describir sus quejidos No ha sido fácil amarla, odiarla La poesía es una niña complicada no se conforma con migajas ni manteles, ni dulces esporádicos Ella está AQUÍ, la novia de los muertos que sale inmaculada a reclamar la sombra de su último cuerpo. (de En mi último cuerpo, inédito). ** Ana del Rosario Montrosis anitamontrosis@hotmail.com Poeta y escritora chilena (1969). Estudió turismo y posteriormente administración de empresas en la Universidad Austral de Chile (http://www.uach.cl). Ingresó a los talleres de la Casa de la Cultura Manuel Magallanes Moure, en San Bernardo, y ha participado en encuentros y lecturas poéticas. Publicó el poemario Tacones bajo la luna (Editorial Puerto Alegre, 2007). Fundadora de la revista virtual Pluma Blanca y Negra (http://plumablancaynegra.bligoo.com) en Atina Chile (http://www.atinachile.cl, 2008). Se dedica a la investigación histórica de San Bernardo. === Internado Marianela Cabrera Pineda =============================== Las niñas que se quedaban internas parecían temer al toque de nueve. Una vez retumbaba el campanario agonizaba un temblor en los bajos del estómago sembrando luciérnagas de susto en las paredes donde suele adherirse el miedo. El 2 de noviembre cayó domingo. El viernes en la tarde, se marcharon todas por la puerta principal, unas en carros familiares y otras andando al lado de sus guardianas. Ese día de difuntos sería para ella un domingo más, y como siempre, estaba sola. Lejos, en la distancia su familia se desdibujaba como un calendario viejo. No era la única vez que nadie venía por ella, a menudo su tristeza se desparramaba entre sus ojos y el doblez del jumper escolar. Las hermanas del colegio de la orden de la virgen de nuestra señora de la Coromoto estaban acostumbradas a ser indiferentes al dolor ajeno. Los sentimientos, la ebullición de los sentidos, la locura de un grito en la oscuridad o la inmensa soledad, que podían rugir sordos en los altísimos rincones del claustro, transcurrían sin alterar jamás un ápice los rostros postrados en la actitud artificial de su languidez suplicante. Cuando aquella segunda noche sonó la campana de la hora, y casi de inmediato el antiguo reloj de péndulo tronó aquel clásico sonido terrorífico, su pavor nocturno sobrepasó los límites de la resistencia y sus fuerzas. Desmadejada, sin voluntad, sudorosa, las sábanas se enfriaban sobre su cuerpo húmedo, dibujando la silueta de un espanto que en esa oportunidad probaba ser eterno. En la estancia de habitación, su cama era la tercera, la más cercana a la puerta que escapaba hacía la noche más negra del pasillo infinito. Los ventanales destilaban la luz opaca de una luna que le recomendaron sus mayores, alguna vez en el abrazo del seno maternal no mirar menguada para su amparo supersticioso. Sus ojos pesados no encontraban ya dónde posarse, la tibia madrugada no terminaba nunca hasta que se alteró de repente con un grito que penetró el espeso umbral del entorno grave de su soledad. Sus ojos ansiosos delineaban los contornos de cada cosa, jamás cerró sus párpados a la plena oscuridad castigadora de indisolubles aprensiones. Mientras su cuerpo tremía incontrolable, una monja entró a la estancia. Sin avisar, sin llamarla por su nombre propio que tal vez ignoraba, entró a buscarla, a salvarla a ella, liquidada e inerme resbalando en el copete de cobre en forma de gong de la cama, con la imagen sombría de un dios etéreo fundido a fuego sobre su espalda. Era la alborada del día de difuntos cuando la camioneta ford 66’ salió del colegio con la madre superiora gritando posesa por un dolor abominable que hincaba sus entrañas inmaculadas presa de un sufrimiento terreno. La madre Dolores hacía apología de su nombre en cada estertor de su vientre. Subieron al auto y se internaron en la avenida Winston Churchill que desembocaba a las puertas del hospital de El Tigre. Las únicas tres personas que ocupaban el edificio del colegio aquella noche quedaron cada cual marcadas para siempre: la madre superiora quien fue intervenida por una peritonitis invasora de tanto reguero infecto en su interior y la cual permitió establecer una historia clínica y le reveló a los médicos atónitos el verdadero sexo de la monja, una novicia adolescente quien enmudeció por un tiempo, y Rosa, la niña que hasta hoy teme a la oscuridad y vislumbra alucinada los fuegos fatuos de las almas en pena, sobre el vasto patio de bajas paredes del colegio donde es maestra y aún la espanta el llanto de tantas criaturas no nacidas y las madres impúberes muertas también, revoloteando entre el cielo y el infierno después de las exhumaciones, que probaron a la policía las prácticas ilegales de aquel extraño hombre ataviado de priora. ** Marianela Cabrera Pineda zcabrerap69@hotmail.com Escritora venezolana (Barquisimeto, 1965). Reside en Cagua (Aragua). Trabaja en un laboratorio de biomedicina de la Universidad de Carabobo (UC, http://www.uc.edu.ve) como asistente para un proyecto del CDCH UC, sobre células apoptóticas. Estudió letras en la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve) y ha colaborado en diversos periódicos y revistas literarias. En 2006 recibió una mención honorífica en la Bienal de Literatura Augusto Padrón con el poemario Necrolírica para Eros despiertos. === La batalla de los hipocampos (extractos) Edith Ávila Romo ======== I La invitación a su reino olía a ron y cigarro con la piel reseca habló del ancho confortable de su cama y cuando dije no me respondió con un billete de lotería. II Vino a pedirme que regrese (al fútbol de los sábados - gato de medio día - menos cabello en las ideas - el silencio del odio que saluda con sorpresa - cocina de rutinas - otra vez su madre que llora - esa ropa que no combina y la embriaguez solitaria) al cabo que nació para esperar. III Los árboles tienen su siguiente generación de nidos nosotros no. Las paredes se han llenado de humedad y todo es diferente menos ese azul de noches quietas donde la saliva me hizo falta en la boca. IV Sin precisar la fecha el deseo se declaró caduco y lo imposible asomó sus ojos por encima de nuestra cama para verme dormida. V Al final de las nubes soltó mis manos de sal porque le quemaban. VI Quisiste devolverme la inquietud del amor pero generosamente no la he aceptado algo de nosotros debe permanecer contigo. ** Edith Ávila Romo avilaromo@yahoo.com Escritora y periodista mexicana (México, D.F., 1970). Especialista en derechos humanos y multiculturalismo por la Universidad Internacional de Andalucía (Unia, http://www.unia.es, España) y licenciada en economía por la Universidad Panamericana (http://www.up.mx, México). Ha publicado reseñas, cuentos y ensayos en diversas revistas en México, Argentina y España. Autora de Cítrico el día, poemario enlatado de la colección “Alimentos Terrestres” (México, 1996) y Un trozo de piel llamado memoria, poemario incluido en la trilogía de autoras del norte de México El bautismo de los pájaros (Fondo Editorial Tierra Adentro, http://www.conaculta.gob.mx/tierra/fondo.html, Conaculta, 2001). Ha colaborado en los periódicos mexicanos El Norte (http://www.elnorte.com, Monterrey) y Reforma (http://www.reforma.com, Ciudad de México). === La espera Miriam Díaz ============================================ Sabes muy bien que no es posible eliminar de nuestras vidas la mañana en que bajamos de la pirámide de neumáticos. No recuerdo lo anterior, no sé cómo llegué ahí; pero encima de la montaña negra, te encontré. Sentado en el centro de la tierra y con las huellas de la luna. Ojos verdes y grandes, manos pequeñas e inquietas... ¿Qué más teníamos? Sólo eso. Desde ese momento, desde nuestros primeros años, empezamos a mover el mundo y a transformar los objetos. Nos salieron pinceles en los dedos y pintamos en el techo un cielo de cosas dispuestas y compasivas. Caímos desde la pirámide a las bocas de la arena, a las lágrimas de la tierra que es el mar. Los golpes en el desierto son alucinaciones, el cuerpo no se lleva las marcas. Hacíamos castillos con cientos de cuartos, tú eras el gran constructor y yo, la ola que lo arrasaba todo. ¿Para qué son las tragedias? Para sentir el sabor de las cerezas. En las calles de la gran ciudad el ladrón dice arriba las manos y el joven comienza a derramarse en diamantes y gemas. Los magos se buscan y se encuentran, se sorprenden en las esquinas y sacan agua de las piedras. Se besan y los ríos se evaporan arrojando mujeres vestidas de azul que hablan por teléfono en las cabinas públicas. Se comunican con poetas que no pueden atender por estar explicando a la policía la razón de tener peces en los bolsillos y algas en las axilas. ¿Para qué sirven las monedas? Para mover las estatuas. Mientras yo corría a la par del tren, tú me saludabas desde la luna. Ahí estabas sentado en esa sonrisa de la noche que era mi cometa. Hacías globos con el pensamiento mientras fingías rezar. Yo apuraba las huellas dibujando rieles nuevos para trenes imaginarios que sólo se detienen ante los pasajeros con boletos vencidos. Llegaremos a la estación antes que la lluvia, estaremos a salvo cuando salga el sol y encienda nuestros secretos. Lameremos el asfalto con suelas gastadas mientras el deseo nos rompe la espalda. ¿Qué se siente volar? Nadie sabe, los hombres no vuelan... sólo caen. Yo sé que recuerdas las tardes de los viejos tiempos en que nuestros pies colgaban del acantilado, tardes en que la tierra amenazaba con caer al cielo. Péndulos de medias blancas que balanceaban la esperanza de la carne, eran nuestros pies desnudos. Cada dedo tenía nombre y misión, salario y castigo. ¿Dónde estaban los mayores? En el mundo real. Descuidados éramos y somos. Olvidados de los demás, cerramos los ojos a las obligaciones. Hacemos trampa y escondemos las llaves. Las serpientes esperan nuestra imprudencia. Llevaremos las ramas muertas como espadas que trabajan para los garabatos, para remover el aire, para quitar la piel seca. Hago muchas cosas malas, pero no puedo abandonar este sitio. ¿A quién le será útil nuestro trabajo? A nadie. Los secretos se entierran con susurros y sudor debajo de las sábanas. Yo llevo la linterna, tú acuérdate de los pañuelos. Recuerda hacer dos nudos en mi mordaza, yo te prometo agitar el aire para asustar al asma. ¿Cuánto tiempo se puede seguir así? Hasta que la muerte nos separe. Con el tiempo inauguramos el negocio de los espejos, esos ojos ciegos que nos hacen abrir la boca y sudar las manos. Cerrábamos los cajones y guardábamos la lluvia para las épocas de sequía. Construimos la escalera que llevaba al Himalaya, en cada paso empujábamos la tierra, ayudábamos a que el cielo pudiera engullírsela de una vez por todas. Nos sentábamos en la nieve a recibir los besos del frío. El sol amenazaba con salir y transformar nuestra escalera en una tormenta. ¿Qué haremos? Celebraremos. Después de juntar los corales y las espinas, descansamos siete días para empezar a construir la fortaleza. Las pesadillas arrimaron los metales y nuestra desesperación puso lo demás. El clima no era problema, pues sólo nos estaba dado experimentar intensas sensaciones. La temperatura, el hambre, el sueño; pasaron a ser datos accesorios. Todo el quehacer estaba orientado a encontrar los ejércitos que esperan debajo de la piel, atrincherados en los huesos. Fuimos por ellos, despertamos el mal que era nuestro bien, le pusimos un nombre y empezamos a alabarlo y a concederle sacrificios. ¿Los castigos redimen? No, sólo te hacen gozar. Han pasado treinta años, treinta siglos o treinta vidas... el negocio ha prosperado, nadie podría contar los espejos que hay allí. Seguimos de cuando en vez, colgando nuestros pies del acantilado, remontando los cometas y peregrinando las escaleras. Hemos surcado el tiempo, hemos hecho un túnel de una montaña a otra, hemos alfombrado el aire. En todas estas cosas pensaba, mientras preparaba el arma. ** Miriam Díaz miriamrebeca@hotmail.com Escritora argentina (Salta, 1966). Es actriz de teatro, dramaturga y psicóloga. Mantiene una bitácora en http://elgoceesepeligrosoplacer.blogspot.com. === Pórtico: Aimée Césaire ================================================ === Reacción literaria ante ese Todo-Mural que es la muerte =============== === Gustavo Adolfo Becerra ================================================ “Yo reencontraré el secreto del gran diálogo, el secreto de las grandes combustiones. Diré tormenta, río, diré tornado. Diré hoja. Diré árbol. Me mojarán todas las lluvias, brillaré humedecido por todos los rocíos. Igual que la sangre arrebatada en la corriente lenta del ojo de las palabras, como caballos furiosos, como niños muy pequeños, como coágulos, cubrefuegos, como ruinas de templo, como joyas, correré lejos, lo suficientemente lejos como para desalentar a los mineros. El que no me entienda, tampoco entenderá el rugido del tigre. Soy el que canta con la voz aherrojada en el jadeo de los elementos. Es dulce ser nada más que un pedazo de madera, un corcho, una gotita de agua en las aguas torrenciales del comienzo y del fin. Es dulce abandonarse en el corazón destrozado de las cosas. La poesía nace con el exceso, la desmesura, con la búsqueda acuciada por lo vedado”. Le dije que me gustaría volver a verlo. Sólo tenemos ese Derecho / vigente. Otras Melancolías: la Virtud de orishas y santos. Les Armes miraculeuses: de Barro y Carne / fue Amasada la Vida. Baldosas con toques de teca y nogal, mélange de culturas e ingredientes: foie gras, papaya, langostino con ratatouille, y loup des Carïbes. Busqué en esas Intensidades los Huesos de mi Padre, también los Besos que mi Madre dejó antes de Partir y homenajes sentidos que siempre le otorgan / a los que no Volverán. Días y Años buscando el ADN de haber sido en esos Misterios Insondables / y Humanos. Algunos datos útiles. Y otras Orientaciones. Abdicaciones y Aperturas. Regreso al Punto de Partida. Conferencia de Bandung para el Congreso de Escritores Negros: se reúnen Chamanes, Palabristas, Bohíques y Hechiceros. Siembra un chaguaramo. Y rodéalo de piedras. Doce piedras para el Samán de Güere (1). Ancianos Animales en la Caída, en Mazmorras a media Luz, en la Inclemencia de un Tiempo / que abomina. Breton: La palabra de Césaire es bella como el oxígeno naciente. Bailó zouk y Ritmo africano / junto a Manglares e Historias de Navegantes engarfiados. Saquearon Identidades, Estatuas y Costas, Últimos Ritos para Olvidar el Primer Amor. Pescamos en el Anzuelo del Desafío / los Ojos del Otro. Y nos quedamos mirando /desde su Mirada. Plantaciones de Algodones que podrían ablandar el Sentido del Tiempo y del Reloj. Nombra el Viento y se crea el Huracán. A la sombra de cacatales y cafetos ilumino mis Manos. Amamos esa Caza indiscriminada de Efluvios que podemos contabilizar. Y otros que definitivamente se irán al Gran Vacío de los Poemas no-Escritos. Horas que el Río mantuvo esa Relación de Espejo cóncavo y Húmedo en todos sus Litorales. Come casabe (2). Remanso y Corriente en la Misma Colmena. Desove de Tortugas y Nacimientos de Ciervos al Otro Lado de la Playa el Monte / al mismo Tiempo Poblado de chabolas, Faroles amarillentos y Cuerpos en Reposo. Escritura Múltiple y Marginal. Literatura en el Cerco del Despretigio. Y en la Calamidad severa. Pescados a la Brasa, langostas y Cangrejos. Un Golpe Bajo ha sido la Existencia flic (3). Tabernas Sagradas con olor a Vino Tinto representan los Nuevos Escenarios / donde rodamos Escenas de Mujeres Llorosas y Otros Abandonados esperan ser Convocados bajo sus Abrigos indios arawak donde en buen estado mantienen su Piel Cuarteada. Escuchamos al grupo Kassav y su mazurca creole. Olores de los cuales nunca se Desprenderán hablan de sus Estaciones, cunucos y Territorios. Hijos de estos Diluvios en las Mejillas / lloran y Lanzan Escupitajos y se Sirven del Caos. Bebemos sorrel de vainilla. Ni Estado de Bienestar ni Himno del Deseo La Felicidad (es) Vendida como Mito. El Crepúsculo de los Ídolos y de las Manzanas. “Cahier d’un retour au pays natal” Cada Racimo de su Viña en el Saco Roto Tengo que encontrarle Nombre a esta Ciudad. Madras (4), sombrero de bakua (5), fulard. Subrayo mundos que alguna vez fueron míos aunque nunca tuve sentido desarrollado de la Propiedad. Trabajo Metales que Moldeo con Espuma para levantar las Nuevas Construcciones. Los Ríos de Martinica se pierden en los Bosques de Piedra. Cantan Quetzales y los pájaros que pudiste haber visto en los Bosques Húmedos. Abundancia de Androsoles y Vulcanismo. Practicamos snorkeling a Pulmón abierto. Le Trois-Îlets y Savane des Esclaves, chozas de barro y juncos. Nos perdimos en el Sendero de Manzanillos Venenosos. Te he venido a buscar para que comamos caracoles a la Vinagreta con Ajos, Pimientos, Cebollines. Difiero del sentir Universal de las Especies, del sabor de las grapefruits y las Naranjas. El aire trae olor a cinamomo, la nutmeg. Navego contra la Corriente de los Ríos / amparado por ciertas Cláusulas Tribales. Boa constrictor. Llena de Anillos. Y lengua venenosa. Tapetes carcomidos. Come-caballo. Traga-Árboles. Regálame este Amanecer. En contacto con Dios, hablo con su Pórtico: Metido en la Instancia Gama / y Beta. Guardo para el Final la Alteración Alfa. Entro a las Habitaciones donde Familias enteras duermen. Y sólo se reconocen por el Ruido abdominal. Especies Madereras y Volúmenes en la Teoría. Vapores que Navegan en la Inmensidad / hacen girar turbinas y Sonidos del Volcán Monte Pelée hasta que el Silencio Mayor de los Silencios / habla. (Me) duelen las Piernas de la Poesía. Hoy quisiera... y el Vapor de las Industrias /vigoriza Máquinas y Poleas y los Trabajos en serie de las Obreras frutícolas reanudan la Marcha hacia los Desoídos: Mido calibres, peso y calidad —dicen. Perdimos las Ventanas. Ya no caminamos Metáforas / ni Elipsis. Ilustro con Signos exclamativos su Paso por la Vida. Toco el tambour / el chacha y el t-boi (6). La Miseria de Basse-Point / aún te acompaña. Obra Colectiva en beneficio del Imaginario que se Manifiesta en Ocho Chubascos / enrojecidos. Método infalible de Discriminación en este Despoblamiento de Alas-Crujientes y Mariposas. Aimée Cesáire ha muerto en las Martinicas. Y un ruido arroja al Vacío a su Hijo Enfermo. “No es verdad que no tenemos nada más / que ser en este mundo sino parásitos (...) Ninguna raza tiene el monopolio /de la belleza, de la inteligencia, de la fuerza y hay [un sitio para todos a la hora de la victoria”. Danza el biguine (7) bajo esos Platanales. Baila carimba, querida mía. Métele sal a la Herida de la Muerte, Caribbean Sea. Desconfía de los Tigres de Papel. Escribe el Norte. Abunda el Ojo del Águila / y el Plantígrado. Refiere a la Calma edafóloga / esa Oquedad de Pantano. Swanpo de Ocelotes y otros Reynos mediocres. Y la boca-fuego en la Multitud Informe. Tripas cuelgan del Cerco en que Desollaron al Cordero. ADN mitocondrial (8). Erosiona las Ruinas de St. Pierre, Perla de Las Antillas. Un Rayo / destroza el Cielo del Caribe. Y otro rayo sostiene el Cielo/ antes que Caiga. Sesgo de Confirmación. Ocho Capítulos dedicados a su Obra en apariencia /de Cisne y de Bajo melancólico y apuesto. Morirá la luz del Día, pero sus Poemas seguirán los Aleteos de Gaviotas y Mugidos de Vacas. Caen Redes de Muerte en este Crepúsculo. Lloramos Espinas / y Estrellas: Dios está Escrito / y las Nubes lo saben. Dialéctica de las Cosas en Movimiento / subvierte Discursos y Glifos. Cesáire de los Soñados / y el Mundo Abierto. Quince Duncan también te llevará claveles. Quemadura de Agua en el Blanqueamiento colonizador. Salmo lunar /redactado bajo el influjo del Ron. Y los Oleajes oceánicos /repitiéndose / hasta la saciedad de las Arenas. Manos que en el Cielo componen otro Espacio, Muchas Manos de criaturas Menores tratando de Asirse al Infinito (que salva) y al destino que el Viento Sepulta (y enfría). Paysages de Martinique, Amores míos, bástame con la Respiración del Alfabeto de los Almendrones. Estamos donde estuvimos. Reparto Trozos de Luz en Partes Iguales /como único Signo de Equidad y Justicia. Taíno, nepoya, siboneyes, ingerí, caribe, suppoyo. Nunca te perteneció tu propio Corazón. En mi Esencia / Traduzco Cantos de Aguas y navego las Violencias de las Desdichas / acumulando en la Memoria Arados y Tractores. Déjame solo / en estos Abismos. Caen las Casas de las Montañas. Y en su Rodadura las Montañas rezan el Retorno de Nuevas Cumbres. Viejo de ser inauguramos Llanuras / donde trotan los Caballos de la Transparencia contra viento y lluvia, y dejan Marcas Olvidadas. Todo el Amor en el mismo Cyclone dean Martinique / un día nos Retornará a la Tierra de Bruces / ápteros / húmedos de no-dichos. Volé Albatros / hasta alcanzar la Salinidad Perfecta. Puedo Reconocer el Apellido de la Sangre : Negritude, negritud-negrura, niggerhood (9). Sin Papeles de Residencia / ni greencard / en ninguna Parte / habidos. Alojo en este Pórtico / por beneplácito y clemencia. Somos Parientes pobres de los Expulsos. Marañones, mangos, caimitos, guayabas, guanábanas. Contra la linealidad / estos Impulsos acrobáticos. El Cuerpo que se sale del Contenedor y hace brotar lejanías. He bajado hasta Los Pinares por Agua Potable y tengo la Impresión de haber perdido el Apetito. Clasifico Aves que no Tendrán Nacimiento / aceptable con Rigurosidad de Ornitólogo y Bibliotecario. Oculta de una Vez Lluvia, heliconias (10) y Esperanza para que todo sea una Advertencia. Magia, Brujería, Oráculo. Todo el Silencio en Fort-de-France. Bajarán en la Última Mañana de a Tierra a beber ahí los jilgueros. El Secreto a Dos Alas de Grandes Combustiones anidan en tu Memoria / también Faisanes de Pluma enlutada. Respondo a Contenidos que Sobreviven al Viaje de los Jaguares derrotados. Volamos sobre Cráteres sangrantes y otras formas de Representación. Ningún Episodio puede Alterar este Rumbo. Están Naciendo / los que van a Triunfar sin Carreteras apropiadas a sus desplazamientos. Por Tres Generaciones / tendrán en sus Manos la Conducción de la Historia. Transformarán los Ciclos de los Aviones. Ceibas y Árboles del Pan a todo-Pecho, Ondearán en los Atolones de Corales la Sobrevivencia del Planeta. Créanle a ellos pues Romperán el Cascarón. Inconsistencia de toda Individualidad. Descamamos Pescados en el Puesto fonterizo. Entramos y salimos de Cariaco, Cuyagua, Choroní. “Los hombres no me han decepcionado jamás /ellos tienen miradas que los desbordan”. Tengo quince años y leo a Frantz Fanon. Ignoraba que sería Cubierto de Hojas. Y Residuos Tóxicos. Toda la Maquinaria Terrestre en este No-Saludo. Lo que me Acerca (a ti) / tiene ojos Luminosos. Lo que me Aparta / Túneles umbríos (Xibala). Nosotros no Regresamos a l’Afrique / ni al Congo. Libertad como Millones de Pájaros. ¿Dónde estarán las Antillas? Nos fuimos Mar Adentro. A Ultramar. “Mi negritud no es un regreso ni un monumento”, Otras eternidades hablarán en el Nudo de la Puerta. “Dis quand reviendras-tu” (11), siempre “más Humilde y más Manso”. Notas 1. Nombre común: Árbol de la Lluvia. Nombre científico: Pithecellobium saman, Mimosa Samán o Samanea saman. Humboldt dijo de este árbol: “Su verdadera belleza consiste en la forma general de su cima”. Andrés Bello escribió un soneto acerca de este árbol. 2. Especie de galleta redonda de yuca. 3. Policía. 4. Tejido fino de algodón que se usa para camisas y trajes femeninos. En francés, un madras es también un tipo de adorno de cabeza, que es hecho de un pañuelo y que se lleva en Martinique y Guadeloupe. Hay diferentes tipos de nudos / números de nudos en este adorno de cabeza —por ejemplo para las mujeres que todavía buscan un marido, para las mujeres (felizmente) casadas que no se interesan por otros hombres, para las que tienen un marido pero buscan un amante... 5. Del glosario warao, referido a la Navidad. 6. Tambour (tambor de gran tamaño), el chacha (lata de hojalata llena de piedras) y el t-bois (cañas finas de bambú). 7. El biguine, danza afrofrancesa con ritmo de bolero, nació en Martinica hacia 1930. Una creación más contemporánea de las Antillas francesas, el zouk, está inspirada en el biguine y en otras danzas folclóricas francocaribeñas. Con su ritmo de carnaval y una danza insinuante, el zouk se ha vuelto tan popular en Europa como lo es en el Caribe francés. 8. También llamado cromosoma mitocondrial, es una molécula circular de DNA de un tamaño de 16.569 pares de bases (bp) (8.000 veces menor que el cromosoma medio). 9. Según la investigadora belga Lylian Kesteloot, Césaire, junto al senegalés Léopold Sédar Senghor y el guyanés Léon Gontran Damas, creó el polémico movimiento de la negritud sin cuya existencia no podría escribirse la historia moderna de África y su diáspora mundial. 10. Comme tous les héliconias, le balisier est pollénisé par les colibris. 11. Cantante francesa, Bárbara. ** Gustavo Adolfo Becerra gustavoadolfo_becerra@yahoo.com Escritor y cineasta chileno (1947). Ha sido director general de la Gran Gala sobre Neruda realizada en el Teatro Nacional de Costa Rica, jurado del X Festival Internacional de Cine de Costa Rica, agregado cultural de Chile para Centroamérica, encargado de Comunicaciones del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) de Chile, asesor del ministro de Agricultura, director de la Casa de la Cultural "Anáhuac" del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y coordinador ejecutivo de la Vicaría Esperanza Joven, en el Arzobispado de Santiago. Ha trabajado como director, director de arte y guionista en las películas y videos Dance of Hope, Mis amados valles, Concierto en Montegrande, AIDS, Lo que queda del Paraíso, Música ríos y calles y Con Neruda en el corazón. === Archivera Susana Arroyo Furphy =================================== Lola había aceptado, no sin relativa circunspección, su nueva cotidianidad. Se hicieron comunes a su vida las largas comidas de los sábados con los compañeros de oficina y las tardes de domingo con café y galletitas, o tequila y papas fritas. De pronto se encontraba inmersa en un vaivén de vivencias tan acordes con ese grupo al que ahora pertenecía que llegó a pensar: soy una de ellos; sucedía todo de manera visiblemente casual y coherente. El nuevo ambiente le parecía denso, como si respirara un aire lleno de humedad; casi no había conversación, solamente chistes y risas; chismes y habladurías acerca de los demás empleados del departamento: si la secretaria del jefe de mantenimiento salía con el director de recursos humanos, si el mandadero era retardado, si la vieja archivera llevaba las medias corridas; aunque de cuando en cuando se hablaba con impericia de política o algún asunto social como el precio del pan o el alza del metro. Sus compañeros de oficina miraban la televisión por largas horas, ¿qué influjo había en ese aparato que atraía sus miradas ubicuas?, todos discutían con gran intensidad sobre las vidas irreales convirtiéndolas en propias, se identificaban o procuraban empatar su imaginación con el diario acontecer de los personajes de ficción, forzaban similitudes: yo soy tan sufrida como Adriana, la esposa de Gustavo Adolfo, o, ¿te fijaste en el collar de brillantes de Ana Sofía?, refiriéndose a la madre de algún personaje. Lola llegaba siempre puntual, cumplía su trabajo sin hacer más ni menos de las exigencias de su puesto; era, en el estricto sentido de la palabra: una burócrata. Había en ella una especie de fuerza motora en tiempo ralenti y una fuerza psíquica audaz pero menos importante que la no-motora aunque latente, así que el resultado de la ecuación era el de un trabajador como cualquiera. Abordaba el autobús silente. Al subir, si había un asiento libre lo tomaba, de lo contrario no se apresuraba a sentarse, sus jóvenes piernas resistirían el peso del bien formado cuerpo en los alargados tacones, aunque el movimiento a veces impropio y alarmante del vehículo haría chirriar las minúsculas tapas de goma con su austero clavo en el centro en los desgastados suelos; pero se mantenía firme, en pie, apretaba la mano al tubo o al pasamanos y se incorporaba de nuevo respirando hondo. Aceptaba con humildad esa condición proletaria, mientras no apareciera el animal asqueroso que me untara su cuerpo al mío y con él su duro miembro entre mis nalgas; mi ofensa me obligaba a sonrojarme por la desvergüenza, el descaro y la insolencia del animal y por la repulsión que me causaba; pensaba que ese acto no era propio de un ser humano ni al menos de un vago, un depravado, una bestia. A veces alcanzaba a ver la bolsita de papel de estraza que el infeliz llevaba en la mano, seguramente con algo de comer para el almuerzo y llegaba a pensar lo estúpida que sería la mujer: madre, hermana o esposa, que le preparara algún alimento a semejante zafio. Por eso prefería estar de pie pues así le daría un codazo al miserable tratando de quitármelo de encima, aunque a veces eso era peor, pues el bastardo se enfurecía y entonces metía la mano entre las piernas intentando simplemente deslizar sus deleznables dedos entre la piel y la ropa. Era la época de las minifaldas. Lola sabía que su atuendo era provocativo, pero, ¿a las siete de la mañana? No estimaba que vestir así fuera motivo real para el escarnio, la vileza, la insolencia. Muchas veces optaba por bajarse y continuar el camino a pie, mas cuando no disponía del tiempo suficiente, trataba de alejarse a la parte posterior del vehículo. En ocasiones alcanzaba a oír los silbidos del descarado al bajarme, a quien no le importaba ser visto ni oído: estás bien buena, me decía el infeliz. El mayor problema era que aparecían los desvergonzados por todas partes, en los asientos, de repente con aparente descuido me metían la mano entre las piernas; eran unos puercos asquerosos, nauseabundos, infrahumanos. A sus 18 años, Lola había dejado la escuela para dedicarse al trabajo de oficina que aunque mal pagado le permitía contribuir con los gastos de la casa; cinco hermanos subempleados, el padre enfermo y Lola muerta de dolor al ver a su madre lavando ropa ajena por unos cuantos pesos, mis pobres pulmones, hija, por eso debes estudiar, ¿estudiar?, con qué dinero, mamá, pero no se lo decía. El licenciado Villanueva te encontró un trabajo en Hacienda, dicen que pagan poco pero que en unos cuantos meses te pueden ascender; sin embargo pasaron dos años y el trabajo seguía siendo igual y el mismo mísero sueldo. Los asquerosos mete-mano también seguían insistiendo en restregarme su repugnante verga y a veces cuando trataba de bajarme, me daban un empujoncito para ayudarme, los muy insolentes; ojalá los parta un rayo, pensaba; chinga a tu madre, le dije a uno antes de que la puerta se cerrara y me fui corriendo en dirección opuesta a mi casa por si me seguía, me faltaba el aliento al llegar a la tienda de don Fidel; pero qué te pasa, niña, nada, otro infeliz de esos mete-mano; pues no andes con esa minifalda, mira, que tienes unos muslos, ay, don Fidel, ¿usted también? Hablaba con las compañeras del trabajo, dime, Gloria, ¿a ti no te atacan los mete-mano en el autobús?, ay, no, ni Dios lo quiera; y yo sospechaba: lo dirá en verdad o me está mintiendo sólo para hacerme sentir mal, a lo mejor le da pena; sí, es la vergüenza que nos inunda a las mujeres, como si nosotras cometiéramos algún pecado o delito o fuésemos las causantes de..., al otro día lo mismo. A veces imaginaba que si tuviera un coche todo sería diferente, me respetarían, la mujer sube de nivel cuando se sube a un auto, en cambio el hombre puede ser respetado en el metro. El camión de pasajeros era y es un infierno de envilecidos, malditos puercos, desde el chofer que te mira como queriéndote comer cuando subes y tiene un espejito colocado estratégicamente para verte el culo y entonces alcanzas a oír como una especie de quejido, ay, mamacita; tenía la idea de que los mexicanos eran amorosos, corteses, delicados, románticos; me da rabia saber que veneran a sus madres el 10 de mayo, dicen que son lo máximo en sus vidas, pobres ratas infrahumanas. Y el día de la patria y la independencia y la revolución, lloran bebiendo tequila y brindando por los héroes y por lo mucho que aman a México; pero acaso son esos los mismos hombres que dan su vida por la mejora del país, que hacen huelgas de protesta por los derechos sociales, que son combatientes, que luchan, que defienden, que se enfrentan, que matan, que sucumben, que enaltecen a la patria, que sufren, que alimentan, que ríen, que lloran, que trabajan incansablemente, que son responsables, que suplican, que buscan... ¿placer en el camión de pasajeros a las siete de la mañana?, es asqueroso y repugnante. Yo los veo con sus caras abotagadas por el aguardiente de anoche, quizá de tanto beber quedaron tarados, zonzos, andan como zombies, zoquetes, con la mirada perdida, siniestra; son quienes no pudieron meter esa picha gorda, babosa, entre las piernas de una mujer ojerosa y barrigona que los engaña con el compadre o con el vecino, que es lesbiana o que les paga a los jovencitos que juegan fútbol para que les bese y les chupe los senos; y entonces se van a desquitar en el camión de las siete con una de esas jovencitas que llaman “rotitas”, de minifalda, se escabullen como perros pegajosos a ver a quién se la acomodan. Un día la prima Aurora —ella sí cuenta las cosas— prefirió sentarse en el asiento libre del pasillo dejando libre el de la ventana, así si un degenerado la empezaba a molestar, ella se podría levantar del lugar; estaba tranquila y campante leyendo su novela de Corín Tellado cuando llegó el tipo asqueroso y le pidió que lo dejara pasar, entonces el zángano al ver sus muslos casi babeaba, se sentó y al instante empezó a menearse buscando la cartera o un pañuelo quizá en el bolsillo de atrás del pantalón, se movía y se agitaba hasta que por arte de magia tenía el miembro erecto y afuera del pantalón, casi a la altura de la cintura, asomándose por el cinturón. Aurora no hizo caso y siguió leyendo. El mierda se incorporó como queriendo salir del asiento con gran agilidad y le untó la parte saliente del pene babeante en los senos, Aurora dio un salto, le lanzó el libro en la cara, cogió su bolsa enfurecida y se abrió paso entre la gente gritándole: ¡cerdo!, ¡puerco asqueroso!, ¡maldito!, ¡infeliz!; yo le dije que aprendiera otro tipo de palabras, esas lindezas son sutiles y delicadas para un engendro del demonio como aquél. No, mana, decía la prima Gertrudis, yo por eso voy a aprender karate, así les daré un buen golpe en los huevos. Los compañeros de la oficina zafios, melindrosos, tarugos, mal encarados, siempre tozudos; no mi reina, así no se mete el papel al alimentador de la copiadora, que no te enseñaron en la escuela de comercio; yo no estudié comercio, le decías, pero has de haber estudiado algo para estar aquí porque nosotros somos leidos y escrebeidos, lo decía en tono de guasa queriendo hacerse el chistoso, sí, cómo no, pensabas, sobre todo con la gran cantidad de errores que cometía el cretino diariamente en los memos. Y al enseñarte a usar la nueva fotocopiadora tentoneó tus asentaderas y entonces volteaste furiosa y le diste una bofetada, pero el desgraciado se fue a quejar con el jefe quien te llamó la atención diciendo que tú eras nueva y que el tipo asqueroso cerdo inútil, en cambio, el mequetefre de pacotilla, ése tenía antigüedad y que tú eras casi nueva; su falsa sonrisa y su libidinosa mirada te dieron tal repulsión que te fuiste a llorar al baño. Margarita, la archivera más antigua, la de las medias corridas, una señora cincuentona y amable se acercó a ti y te dijo: guarda esas lágrimas para algo que valga la pena, aquí todos son iguales, eres joven y bonita, no les hagas caso, mejor trata de conseguir otro trabajo pues el gobierno es así, a menos que se las des como lo hizo la Lorena y si lo haces, mejor que sea con un jefe aunque todos son casados, allá tú, yo nomás te digo que tengas cuidado. Tú la abrazaste y le dijiste que estabas harta de sus miradas y que no ibas a consentir que te tocaran. Al día siguiente, el mismo mequetrefe te llamó a la fotocopiadora, ¿aprendiste a usar la Xerox?, yo te puedo dar clases particulares, ya ves que tengo la vara alta con el jefe; la vara y qué más, le dijiste, pues lo que tú digas, mi reina, me vuelves a decir mi reina y te doy otra, qué, ¿no fue suficiente con la de ayer?, mira, m’hijita mejor no te hagas la apretada y santita, de lo contrario verás de qué cuero salen más correas. La vida en la oficina era un infierno, o eras fácil o te odiaban, te insultaban los hombres, los poderosos, los únicos que tenían altos cargos; lo era así hasta que llegó Cristina, la nueva jefa de la sección de cobranzas a corto plazo, la única mujer con ese nivel, tenía unos 38 años, se veía lista y tú pensaste que podría ser tu aliada. Encontraste una ruta diferente de tu casa al trabajo, tomabas el tranvía que siempre era más conveniente. A la gente casi no le gustaba, decían que era para viejitos pues era lento y tenía trayectos diferentes, sin embargo decidiste abonarte: “ocho cincuenta cada martes y a viajar por todas partes”, decías sonriendo. Juntabas tus abonos, los coleccionabas, cada semana cambiaban de color, verde, amarillo, rojo, morado, a veces los repetían pero trataban de ser originales, eran unos cartoncitos curiosos. Nadie los trataba de falsificar, en ese tiempo la gente no falsificaba, era barato y cómodo viajar en tranvía, debías caminar algunas calles más pero valía la pena. Lo único malo era cuando había que quedarse al balance hasta tarde, lo cual sucedía una vez al mes aunque tu padre enfermo con esa fuerte tos iba a recogerte a la parada. Cristina te miraba las piernas, te dabas cuenta de su manera de ser, empezó a protegerte y tuviste miedo, sabías que se decían tantas cosas, que si era lesbiana..., y de ti qué cosas se dirían. El paseo en tranvía te permitía relajarte y distraerte, leer y hacer crucigramas, una de las varias heredades de tu padre. Todo iba bien hasta que apareció el cretino infeliz maldito sinvergüenza, ibas sentadita en el asiento de la ventana, tu preferido, justo antes de la puerta, estabas concentrada; no advertiste al granuja que se sentó a tu lado con cautela, como queriendo respetar tu lectura, se deslizó como un gato, llevabas la minifalda de cuadritos negros con blanco, aquélla que ya nunca volverías a usar, y cuando menos lo habrías podido suponer, abstraída en el pasaje de la novela, sentiste unos dedos gruesos y tibios que se deslizaban temblorosos desde tu rodilla hasta el muslo, casi hasta la orilla de tus calzones, bajaste tu falda de inmediato pegándole en la mano con el libro, lo miraste irritada, furiosa, con ganas de matarlo, le dijiste que querías salir y no te dejó, era grande y fuerte, lo empujaste con tu rodilla, él no se movió, no te vio siquiera, pero tú ya conocías esa actitud de burro soez, de hacerse los sordos y tozudos y estúpidos, trataste de saltarlo, lo hiciste y entonces pudo centrar su mano completa en tu sexo, tropezaste y caíste, dejaste un pie en su pierna y se quedó con tu zapato en las manos, todo fue tan rápido que nadie lo notó, y si alguien lo notó se hizo el tonto pues nadie intervino como de costumbre; pudiste coger tu bolsa y te aferraste al libro, dejaste el zapato tras de ti, pediste la parada con desesperación, no lo mirabas, bajaste y caminaste cojeando, había que cruzar un solitario callejón, ahí te alcanzó, había poca gente en las calles del centro de la ciudad pues era la hora de vendedores ambulantes, de los que también había que cuidarse; el cabrón te ofreció el zapato, no quiero nada, no es mío, váyase, déjeme en paz, cerdo de mierda, que me deje le digo, suélteme asqueroso, ay, mamá; qué mamá ni qué nada, ven aquí m’hijita, ven aquí putita, más vale que cooperes y que no grites; ¡ay!, ¡ay!, ¡no!; cállate o te dejo marcada para siempre; viejo cochino, chingue a su madre; ah, y además mal hablada la canija, eh?, pues ‘ora vas a ver que aparte de joderte, te chingo. Luego de su abyecto crimen, el sátrapa escapó riendo satisfecho de su felonía. Tú quedaste inundada en el llanto y la repulsión, llorabas, te mordías las manos, corrías zaherida, con el dolor reciente del estupro. Llegaste a tu casa con la ropa rasgada y sanguinolenta, no había nadie, tenías los brazos, las piernas, la cara, el cuerpo y el alma adoloridos; fueron llegando uno a uno tus hermanos y tu madre luego de lavar la ropa de tres familias; juntos se dirigieron al hospital donde tu padre estaba moribundo. En algún momento tu hermano menor te preguntó por qué estabas en casa, dijiste que llegaron los auditores y todos se fueron a sus casas. Al día siguiente murió tu padre, tú, Lola, la joven de 18 años, tenías los brazos amoratados por la brutal paliza del asesino, las piernas, los pechos; no dejabas de sangrar como en intenso período. Nadie notó nada con la ropa negra que les prestó la vecina del cuatro para empezar el luto de nueve meses, tú sabías que no sólo había muerto tu padre; tu orgullo y dignidad también habían muerto. ** Susana Arroyo Furphy ana@radtronics.com.au Escritora mexicana. Reside en Australia. Es doctora en letras hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx). Fue catedrática durante 15 años del Tecnológico de Monterrey-CEM (http://www.itesm.mx), en México; catedrática en la Facultad de Filosofía y Letras de la Unam por 13 años y profesora de cursos y seminarios de corrección de estilo en la Casa Universitaria del Libro (http://www.humanidades.unam.mx/casul), de la Unam, durante 10 años. Ha sido ponente en más de treinta congresos internacionales. Ha publicado Que nadie sepa mi sufrir. Este (no) es un libro de Semiótica (México, Porrúa, 2004), De lo que está hecha la memoria (México, Porrúa, 2001) y El Primero sueño de Sor Juana: estudio semántico y retórico (México, Unam, 1993), entre otras publicaciones. Textos suyos aparecen en las antologías La magia en tus palabras (Ediciones Andrónico, Buenos Aires, Argentina, 2007) y Escritura sin frontera (Ediciones Raíz Alternativa, Buenos Aires, Argentina, 2007), entre otras. Coordina el Proyecto Apuc (Análisis Panhispánico de los Usos de Cortesía en algunas ciudades, http://apuc-miembros.blogspot.com) con un equipo de 41 investigadores hablantes nativos de español y uno bilingüe, hablante de náhuatl, que viven en 8 países: Argentina, Australia, Bélgica, España, Estados Unidos, Suecia, Holanda y México. Es investigadora en la Universidad de Queensland (Australia). Escribe sobre cine y libros en la revista electrónica Razón y Palabra (http://www.razonypalabra.com.mx), y forma parte del comité editorial de la revista australiana Hontanar (http://www.cervantespublishing.com/hontanar.html). Escribe cuento, novela y poesía. === Poemas María Paula Alzugaray ===================================== *** El beso Hondo reposo capricho de jaula que hace cerrar los ojos ponche encantador de saliva helante ornamento ebrio que desboca y hunde carabelas flor demorada que no se dice y todas las preguntas contestan panteras reblandecen los julios se incendian ángulo suplementario que asalta la vida, apura lo cóncavo como buscando aquello del adentro para mantener la existencia. *** el deseo como resbalando llega con sus maestros domadores su piñata de luceros caldera calesita que somete a los nacidos (mientras los ata a su rueda, camaleones atraviesan los pasillos y le lamen [los pies, como un cirujano los corta en carne viva, les eructa la [cal de sus corderos, persigue un origen menos turbio, nunca los deja [caerse) El deseo llega a sus órganos para construirse el aposento, los nacidos no [saben qué lo trae, chupan el cebo de su lengua, del estuche la musiquita: “el juramento más firme es paja para el fuego que arde en la sangre”* viene a tragarlos. Ya apresados, les levanta espumas y los corona. Ah lo gozante... hay ingenuidades que son culpables. Verdirojo chacal, el deseo nítido viene a la trastienda de uno mismo. * Shakespeare *** Alevosía Atravesados por el deseo bestial de lo que falta pasamos años esperando momentos hechizados en la carencia como lugar de la creación camino a ser humanos ...y esto cabe en una frase. *** Lo albergado Para curarme busqué el interior huérfano debí recordar lo que he sufrido vidriar espacios ventilar la sonrisa en los azulejos friolentos afrontar este susto en la mirada esta salva de ruidos este lenguaje de escenas nombrar por fin esa atopía general. ...Ignoraba que en el corazón del hogar casi aséptico también había vida objetos yermos que me preservaban obligándome a aceptar el destino. *** Receta “...heme, de quien yo penda, estoy de filo todavía. Heme!” César Vallejo Abonar los apetitos, sembrar eucalipto, estimulantes, alelí perpetuamente... ¿Las palabras?: Dejarlas que se acomoden a su gusto en el enjambre que traemos dentro ...y bailar. En todo acto poner los nutrientes crudos, sofisticar con notas, sorberse los gestos del encuentro. Batirse puro invertir en animación con destino a una actividad orgánica, coger ...y que se sirvan del provecho los convidados a mi fórmula. *** Microcosmos Detrás del ligustro con duros golpitos inventó una cerrajería y abrió un idioma mi padre, y con el grafito justo hizo para nosotras de picaportes pirámides. ** María Paula Alzugaray alzugapau@hotmail.com Escritora argentina (Rosario, 1974). Es licenciada en letras. En 2004 creó el Certamen Literario José Francisco Cagnin para la provincia de Santa Fe. Recibió el Primer Premio en el Concurso de Poesía de la Universidad Nacional de Rosario (UNR, http://www.unr.edu.ar) en 2002. Condujo micros radiales dedicados a la literatura hispanoamericana, dirigió la página de cultura de los periódicos La Gaceta y La Razón de la Tribuna de Rosario, fue miembro de jurado de concursos internacionales de poesía y participó en el Festival Internacional de Poesía de Rosario (1997 y 1998). Colabora con poemas, ensayos y reseñas de libros en revistas culturales y suplementos literarios de Argentina y para la revista Amargord, de Madrid (España). Organiza ciclos literarios, dicta talleres de lectura y escritura y se desempeña como correctora para editoriales y medios gráficos. Coordina el Área Literaria desde la Casa de la Poesía de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, donde dirige la revista literaria Boga (http://tinyurl.com/47qedg). Textos suyos han aparecido en las antologías Los que siguen (Editorial Los Lanzallamas, Rosario, 2002), Luces y sombras (Ministerio de Cultura de España, http://www.mcu.es; Madrid, 2004), Los poetas interiores (colección “Orfebres”; Ediciones Amargord; Madrid, 2005), entre otras. === Un hombre feliz Roger Vilain ===================================== Subía yo por la avenida 4 cuando me percaté de que no tenía cabeza. Así como lee: no tenía cabeza. En un primer momento, comprenderá usted, el susto fue mayúsculo. No daba crédito al reflejo que arrojaban las vidrieras cuando pasaba frente a ellas. Tenía ante mí un tronco, un par de piernas y unos brazos moviéndose acompasados, pero sin la presencia de esa protuberancia unida al cuello adonde van a parar nariz, ojos, orejas y rostro. Sentía mi corazón como una máquina a punto de estallar, algo parecido al ruido que emiten los carros descompuestos, casi desahuciados por el uso y el abuso. Mi corazón iba a salírseme del pecho, por lo que tomé la decisión de detenerme, justo frente al gran espejo de Farmatodo, y aspirar profundamente el aire que a todas luces me faltaba. Me pellizqué, me froté la cara con las manos, y fue entonces cuando comprendí que era definitivo. Me había transformado en poco menos que un engendro. Lo que llegué a contemplar, incrédulo y estupefacto, era un monstruo. Decir que me froté la cara con las manos es decir una mentira, claro. Por mucho que intenté dar con ella, con eso que pierde relevancia para la conciencia por tratarse de una presencia tan natural como el hecho de tener pulgares o vellos en la piel, precisamente por eso, únicamente atiné a lanzar brazadas que se ahogaron en un vacío que fui incapaz de explicarme por más vueltas que le di al asunto. No lograba controlar las piernas. Sentí náuseas. Lloré. A todas éstas, lleno de pánico e impresionado a más no poder, a punto de perder el juicio, pensé en examinar mejor mi situación, intenté ganar algo de calma para luego analizar con mayor detenimiento todo cuanto me ocurría. La calle no se me antojó el mejor de los lugares para un examen a fondo del sitio de mi anatomía en el que debería hallarse mi cabeza. Fue cuando pensé de pronto en Jaramillo. El viejo Jaramillo tenía un café sucio, mal iluminado y peor ventilado, justo a pocos pasos de Farmatodo. Bastaba cruzar la calle, bajar unos metros en dirección al viaducto de la 26, y entonces darse de bruces con el lugarejo, que dicho sea de paso carecía de nombre, de letrero que fungiera como identificación, de algo que al fin y al cabo pudiera servir de gancho llamativo a la hora de atraer posibles clientes. Jaramillo tenía su cuchitril casi al lado del Santa Rosa, otro café, pero éste sí, uno de ésos como Dios manda, saturado de coquetas, pulquérrimas mesitas dispuestas en hileras con manteles impecables y oloroso a grano colombiano, recién molido y listo para ser utilizado. Pero no nos dispersemos. La cuestión es que se me vino a la mente (iba a decir a la cabeza, qué ironía) Jaramillo porque en el baño de ese antro había un espejo que me serviría. Decidí encerrarme para escudriñar mi cuerpo sin molestias, sin transeúntes. En efecto, llegué al café de Jaramillo, un viejo cascarrabias, inteligente y buen conversador (¿qué más puede uno exigir cuando se dispone a disfrutar de un marroncito?) y en la desesperación casi dejo las sienes en la puertecilla del baño, cosa de lo más curiosa, porque aun sin el menor rastro de cabeza encima de los hombros, actuaba, pensaba y podría decirse que hasta sentía como si dispusiera de ella. Gracias a Dios no había nadie, por lo que giré apurado el mango y me introduje, sintiendo otra vez el corazón en la punta de la lengua. Ya adentro me aflojé el nudo de la corbata, tiré el maletín a un lado, coloqué el manojo de carpetas, cuadernos y otros documentos encima del lavamanos e intenté verme de frente. Nada. No había nada. Un golpe de desánimo me acribilló el pecho. Sentí las lágrimas brotar otra vez, el cosquilleo sutil en su camino cuesta abajo a través de las mejillas. Entonces traté de consolarme de todas las maneras imaginables. Por último, recé un Padrenuestro, luego un Ave María, los que de algún modo actuaron como apaciguadores: el efecto hizo que pensara con algo más de nitidez, al punto que reconsideré mi estado, no tan perdido ahora como supuse en un principio. Pensé en Kafka, en el pobre Gregorio Samsa convertido de buenas a primeras, sin ninguna explicación, en un vulgar bicho, en insecto repugnante. Pensé además en las historias de Indias, esas leyendas y cuentos inverosímiles que había leído con fruición desde mi época de estudiante en esta misma ciudad. Como si presenciara una extraña proyección cinematográfica, para mi asombro y sin el menor asomo de dificultad, vi con claridad las enigmáticas ilustraciones de un libro que prácticamente había olvidado, uno de Mandeville en el que seres descabezados habitaban la antigua región guayanesa más allá de los tiempos prehispánicos y hasta la llegada de Colón. En lo que hoy es Venezuela Walter Raleigh supuso haberlos encontrado, según lo refiere un estudioso de seriedad incuestionable como Vladimir Acosta en su edición de El continente prodigioso, llevado a la imprenta por la Universidad Central de Venezuela. Un prodigio, eso era. Y un prodigio, pues, acabó siendo mi nueva realidad. Me sentí perseguido, expulsado de un imaginario medieval que, más que imaginario, resultó una concreción verídica, tan real como el hecho de que hoy en día sea un hombre sin cabeza. Mi condición y el lugar de donde vengo no dejan lugar para la duda, lo que trae a cuento cierta pesadez, cierta irresoluble confusión, típica de las cosas que están ahí, que existen, que te agarran por el cuello y te obligan a fruncir el ceño, pero que no comprendemos ni podremos entender jamás del todo. Yo encarno el paso de una realidad a otra que antes sólo vislumbraba en las ensoñaciones de Julio Verne, de Salgari, de H. G. Wells en sus mejores obras, y tal verdad me alegra de una forma indescriptible. Como por acto de magia se esfumaron los temores. El acéfalo que desde ese mismo instante acepté ser vive ocupado en otras cosas, tan o más interesantes, e incluso fascinantes, que las ejercidas por un sencillo profesor universitario, ocupación que era mi oficio hasta aquella fecha memorable, al punto de que en el presente resultaría terrible, impensable, muy triste además, retroceder a mi antigua vida, tan mediocre, tan gris, tan predecible, tan llena del lugar común que define por antonomasia a los humanos. Esta es mi historia, y es una historia de alegrías. He logrado ser, qué duda cabe después de tantos años, un hombre feliz. ** Roger Vilain rvil35@hotmail.com Escritor venezolano (1971). Es profesor universitario y colaborador habitual de las revistas Venezuela Analítica (http://www.analitica.com), ArteLiteral (http://www.arteliteral.com) y el diario Correo del Caroní (http://www.correodelcaroni.com). Ha publicado el libro de cuentos Hojas secas (1994) y el poemario De gatos y de hombres (1995). ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “Nosotros, novelistas latinoamericanos, tenemos que nombrarlo todo —todo lo que nos define, envuelve y circunda: todo lo que opera con energía de contexto— para situarlo en lo universal. Termináronse los tiempos de las novelas con glosarios adicionales para explicar lo que son curiaras, polleras, arepas o cachazas. Termináronse los tiempos de las novelas con llamadas al pie de página para explicarnos que el árbol llamado de tal modo se viste de flores encarnadas en el mes de mayo o de agosto. Nuestra ceiba, nuestros árboles, vestidos o no de flores, se tienen que hacer universales por la operación de palabras cabales, pertenecientes al vocabulario universal. Bien se las arreglaron los románticos alemanes para hacer saber a un latinoamericano lo que era un pino nevado cuando aquel latinoamericano jamás había visto un pino ni tenía noción de cómo era la nieve que lo nevara”. Alejo Carpentier, “Problemática de la actual novela latinoamericana”. En: Tientos y diferencias (1964). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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