~~~~~~~~~~~~~~~ Año XIII Cagua, Venezuela Nº 189 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 16 de junio de 2008 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ ISSN: 1856-7983 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | Hablador melodramático. / Remesar sideral. / Venezuela | Breves en corto. / Nueva mancha. / El forastero Kurapel. / Peña | y las magnolias. / Abre la quinta Casa de Citas. / La | esperanza de Sánchez Lecuna. / Narradores en Buga. | | Emitido fallo del Concurso Bonaventuriano de Poesía y | Noticias Cuento Corto. / Julio Pesina gana el Premio Binacional | De Novela Joven. / Embajada de Argentina en México | homenajeó a Juan Gelman. / El poeta José Agudo recibe el | premio Juan Ramón Jiménez. / Gustavo Guerrero presentó | en Madrid antología de poetas venezolanos. / Poeta | Victoriano Crémer, de 100 años, gana el premio Gil de | Biedma. / Poeta uruguaya Idea Vilariño hospitalizada por | infección respiratoria. / Encuentran primer borrador de | novela de Carlos Luis Fallas. / Potencial | cinematográfico del Quijote analizó Villanueva en la | RAE. / Cómic, tebeo y jóvenes artistas expuestos en La | Laguna. / Inicia actividades el Observatorio | Iberoamericano del Derecho de Autor. / Fernández Retamar | nuevo director de la Academia Cubana de la Lengua. / | Exposición sobre Carmen Conde inauguran en Madrid. / | Baltasar Porcel gana el Premi Sant Joan. / Archivos | españoles podrán ser consultados en Internet. / | Montevideo declaró ciudadano ilustre al escritor Eduardo | Galeano. / Falleció el escritor español Juan Manuel | González. / Editores españoles se oponen al préstamo de | libros. / Dictarán en Argentina diplomado en periodismo | de artes y espectáculos. / Editorial Alfa pone en marcha | su ciclo de foros “Ideas en Obra”. / Curso de | postproducción para jóvenes cineastas dictarán en | México. / Literatura de Centroamérica será analizada en | Filgua. / Festival de Novela Policiaca “Getafe Negro” | realizarán en octubre. | | Corriente-Alterna.net. / Sedice.com. / Nuevo Mundo | Literatura Mundos Nuevos. / Sociedad Argentina de Información. / | en Internet Río Grande Review. / Casa Nacional de las Letras Andrés | Bello. | | “Eugenio Montejo (1938-2008)”, Adolfo Castañón. / | Especial: “Encuentro con Blas Coll”, Alberto Hernández. / “El | Adiós a destino lo teje hasta la araña”, Leopoldo de Quevedo y | Eugenio Monroy. / “Algunas palabras para Eugenio Montejo —in | Montejo memoriam—”, Manuel Cabesa. / “Eugenio Montejo: la leve | terredad del poema”, Rafael Rattia. | | “Soy leyenda”, Eduardo Balestena. / “La reina ‘hudú’ de | Artículos y la literatura estadounidense: Zora Neale Hurston”, María | reportajes Eugenia Sáez. / “El reino del sentimiento”, Dixon Moya. | / “Música y sexo en Nochebuena negra, de Juan Pablo | Sojo”, Maimouna Sankhé Adebowale. / “Los sueños perdidos | de Tabaco”, Juan Carlos Guardela Vásquez. / “Réplica a | Joaquín Robles Zabala”, Marialcira Matute. / “Gustavo | Tatis Guerra, He venido a ver las nubes: la poesía como | ofrenda”, Rómulo Bustos Aguirre. / “De rastros, | experiencias y viajes poéticos”, Alejandro Sebastiani | Verlezza. | | Jorge Enrique Adoum: “Este país no tiene idea de lo que | Entrevistas es una política cultural”, entrevista por Augusto | Rodríguez. | | “Las poetas suicidas por mal de amores, arquetipo de ‘la | Sala de ensayo amante rechazada’ ”, Rosol Botello. / “Homenaje a | Heidegger. Pensar y poetizar”, Oscar Portela. | | “La pócima”, Carolina Meneses Columbié. / Poemas de | Letras Marialicia Atencio Briñez. / “Otros andenes”, Juan Pérez | Rosales. / Poemas de José Wan Díaz. / “Antelación”, | Marcela Aguilar Morales. / Poemas de Andrew Bernal | Trillos. / “El alarido del hip hop”, Ana María Manceda. | / Poemas de Miguel Aguado Miguel. / Dos relatos de | Ulisses Paniagua. / “Sistema de tarjetas perforadas”, | Gustavo Adolfo Becerra. / “La mujer perfecta”, Severo | Insausti. / “Caronte”, Sandra Becerril. / Tres relatos | de Adriana Lis Maggio. / “Poemas ásperos y oscuros” | (extractos), María Cristina Solaeche. / Cuentos breves | de Homero Carvalho Oliva. / Poemas de Liliana Celiz. | | “La huella del bisonte”, Héctor Torres. / “Misión | El regreso mujer”, Myrtha Trujillo. | del caracol | Mario Méndez Bejarano. | Post Scriptum | =========================================================================== HABLEMOS..., de Octavio Santana Suárez Redactado a la manera de los clásicos de la filosofía, en el estilo característico del español Octavio Santana Suárez, Hablemos... dibuja diversas reflexiones sobre los grandes temas de siempre. “Un inmenso poema del pensamiento”. Antonio Núñez Ordóñez. Léelo en Editorial Letralia: www.letralia.com/ed_let/hablemos =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2008, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| Hablador melodramático. Ya está en línea el número 15 de la revista virtual de literatura El Hablador, dedicada a la memoria del escritor peruano José B. Adolph, y que además de sus acostumbradas secciones de Debate, Estudios, Otros Habladores (entrevistas) y Reseñas, incluye un completo dossier sobre el melodrama latinoamericano. La estudiosa peruana Rocío Quispe-Agnoli, autora de un libro sobre Felipe Guamán Poma de Ayala, revela precisamente los vericuetos de la telenovela contemporánea y su relación con la catarsis del espectador, hecho que demuestra la vigencia del melodrama; el dossier ofrece también un estudio del crítico y escritor peruano Alejandro Susti sobre la presencia del tango en la obra de Borges y otro de la investigadora venezolana Adlin de Jesús Prieto sobre el bolero en el novelista cubano Guillermo Cabrera Infante. Artículos de Christian Elguera, Elton Honores, Jaime Zapata Fajardo, Johnny Cevallos, Richardo Geerson Parra, Jesús Martínez Mogrovejo, Gabriela McEvoy, Fabio Vélez y Gisene Santana; poemas de Enrique Sánchez Hernani, José Picón, Pablo Salazar Calderón, Jorge Alberto Collao, Néstor Málaga y John Cuéllar; relatos de Claudia Salazar Jiménez, Raquel Morán, Elena de Yta, Daniel Alejandro Gómez, Tomás V. Richards y Pedro E. Moreno-Vásquez; entrevistas al poeta José Rosas Ribeyro, a la escritora chilena Diamela Eltit y al colombiano Héctor Abad Faciolince, son algunos de los materiales con los que se encontrará el lector al visitar la revista. http://www.elhablador.com Remesar sideral. El escritor venezolano Joseph Remesar acaba de publicar The Space, una novela gráfica independiente titulada en español La fisura, que viene a ser la primera novela gráfica bilingüe editada en Estados Unidos. La obra describe la aventura de una nave experimental que se pierde en una galaxia desconocida y que debe ser recuperada por William Pérez, un ingeniero, pirata, cowboy, mercenario y poeta, todo en el marco de un futuro en el que conceptos como hiperespacio e inteligencia artificial son cotidianos, y en el que las naciones han perdido su sentido y el poder es ejercido por vastas corporaciones. De 36 páginas y escrita por Remesar, La fisura cuenta con ilustraciones de Javier Solar, edición de J. S. Earls y cubierta de Humberto Ramos y Germán “Zio” Mora. La página web, una creación de Declan Reck, tiene un avance del guión y muestras de la obra, así como fondos de escritorio para descargar gratuitamente y enlaces a las librerías virtuales donde puede ser adquirida. http://www.josephremesar.com Venezuela en corto. Hasta el 30 de junio se estará desarrollando en la Casa Amèrica Catalunya, en Barcelona (España), el ciclo de cortometrajes venezolanos Veve_08, que ofrece una muestra de la mejor cinematografía venezolana contemporánea en el rubro del cine breve, todo bajo la organización del Colectivo Transcharco, integrado por Aymara Arreaza, Eva Deza, Sol García Galland y Zaida Trallero. Cuatro de los cinco lunes de este mes, los asistentes pueden disfrutar tres cortos. La actividad se inició el 2 de junio con la sesión “En torno al espacio público”, compuesta por los cortos Pánico, de Hernán Jabés; El rincón de Venezuela, de Reyther Ortega; La librería, también de Jabés, y Remoto, de Carlos Villegas; y este 9 de junio se presentó la sesión “Transformaciones urbanas” con los filmes Parque Central, de Andrés Agusti; Dos ciudades, y La Pastora Resiste, ambas de Jacobo Penzo. Para hoy está programada la sesión “Desencuentros”, con los cortos Costurera, de Alexis Méndez Giner; Aprendiz, de Jorge Hernández Aldana; Cáscaras, de Mariana Rondón; Struthio Mobildotone (avestruz africano), de Andrés Agusti; Ella, de Alejandra Szeplaki, y Miguelina, de Reyther Ortega. El lunes 30 se clausurará el ciclo con la sesión “La salsa de Venezuela”, en la que serán presentados Descarga, de Iván Feo y Antonio Llerandi; El afinque de Marín, de Jacobo Penzo, y El cine somos nosotros, de Andrés Agusti. Todas las sesiones se inician a las 7 de la noche. http://www.transcharco.org Nueva mancha. El blog/revista La Mancha Literaria, el espacio de la literatura hispánica, acaba de publicar un nuevo número. Este mes se incluyen los textos “Empezar pronto”, del español Javier Sáez de Ibarra (Vitoria, España, 1961); “Una de Jim Morrison”, del venezolano Israel Centeno (Caracas, 1958); “Bandera Roja”, del español Ernesto Pérez Zúñiga (Madrid, 1971); “Hamburguesa Trick”, del venezolano Juan Carlos Chirinos (Valera, Trujillo, 1967); “Malestar”, del español Nicolás Melini (Santa Cruz de La Palma, 1969), e “Historia de amor en Santiago de León de Caracas”, del venezolano Juan Carlos Méndez Guédez (Barquisimeto, Venezuela, 1967). De igual manera se encontrarán allí las habituales secciones de ficción, reseñas y ensayo, junto con una selección de videos sobre actividades literarias. En números anteriores de La Mancha Literaria, es posible leer relatos de autores invitados de la talla de Alfredo Bryce Echenique, José María Merino, Medardo Fraile, Fernando Iwasaki, Jorge Eduardo Benavides, Blanca Riestra, José Balza, Anelio Rodríguez Concepción, Ricardo Menéndez Salmón y Carlos Franz. http://delamanchaliteraria.blogspot.com El forastero Kurapel. El actor chileno Alberto Kurapel estará presentando en Roma (Italia) su performance poético-musical “Cantos del forastero”, un recorrido escénico performativo construido con coplas, canciones, reflexiones, diapositivas y actuación, y cuya temática central es el concepto del encuentro con el otro y su diversidad, a través de signos y símbolos escénicos que, entretejidos con las canciones, tienen el objetivo de generar en el espectador un conjunto de sentimientos y emociones del imaginario colectivo, de la memoria histórica, realidades, heridas y sueños. Pobreza, desigualdad, las esperanzas de un pueblo, sus desaparecidos políticos, torturados y exiliados, el saqueo de las riquezas naturales latinoamericanas, la soledad, la necesidad de recordar y continuar construyendo una sociedad más justa y libre son algunos de los temas abordados por el performance. Kurapel es cantautor, poeta, dramaturgo, actor, director y artista interdisciplinario. Fue invitado a la Bienal de Venecia en 2003 con su obra de teatro Inesperanzas, y en 2001 ganó el Premio de Teatro del Consejo del Libro de su país. Su presentación en la capital italiana es posible gracias al auspicio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile y al patrocinio de la Agregaduría Cultural de Chile en Italia. La cita es mañana martes 17 de junio, a las 7 de la noche, en el Instituto Ítalo Latino Americano (IILA), ubicado en el Palazzo Santa Croce, Piazza Cairoli, 3. http://www.iila.org Peña y las magnolias. Este martes 17 a las 6:30 de la tarde será presentado, en el Centro Cuesta del Libro (Avenida Abraham Lincoln esquina 27 de Febrero; Santo Domingo, República Dominicana), el poemario Suicidio en el País de las Magnolias, del escritor dominicano José Alejandro Peña. La presentación del noveno poemario de Peña estará bajo la mirada crítica del prestigioso y aclamado escritor, también dominicano, Diógenes Céspedes. La maestría de ceremonia estará a cargo de Verónica Sención y el acto contará con la presencia del destacado poeta Leopoldo Minaya, autor del prólogo. José Alejandro Peña nació en Santo Domingo (1964) y reside en Estados Unidos desde 1995. Es fundador de Ediciones El Salvaje Refinado (http://www.esrefinado.net) y la revista de poesía en inglés The Refined Savage (http:www.trs-pr.com), así como de la Sociedad Internacional de Escritores (http://www.soines.us), en 2006. Desde 2003 dirige la revista de poesía en español Paradoja (http://www.paradoja.org). Ha publicado, entre otros, los poemarios Iniciación final (1984), Pasar de sombra (1989), Estoy frente a ti, niña terrible (1994), Blasfemias de la flauta (1999), Tomorrow, The Paradise (2001), Mañana, el Paraíso (2002), La vigilia de todas las islas (2004), y El fantasma de Broadway Street y otros poemas (2002). http://www.joalpe.net Abre la quinta Casa de Citas. Este jueves 19 a las 7:30 de la noche será presentado el número 5 de la revista Casa de Citas durante una velada en el Auditorio Dai Hall del Centro Cultural Peruano-Japonés (http://www.apj.org.pe), en la avenida Gregorio Escobedo 803 (Residencial San Felipe, Jesús María), en Lima. Este número, como indicamos en nuestra edición 188 (http://www.letralia.com/188/0601casadecitas.htm), está dedicado a la migración. En la presentación participarán el grupo de fusión “electrocumbiafrojazz” Radiohuayco, y el destacado investigador Santiago Alfaro. Además, se proyectará el documental distribuido por el grupo Chaski, Apu Oncoy, una voz, un sueño en los Andes, del director Víctor Ñahui. La entrada es libre y la capacidad limitada. La revista cuesta 12 soles y puede adquirirse en las principales librerías de Lima: Librería PUCP, Ksa Tomada, La Casa Verde, El Virrey y La Familia. La esperanza de Sánchez Lecuna. El próximo jueves 19 de junio a las 7 de la noche será presentado el libro Memorias de la esperanza, del escritor venezolano José Sánchez Lecuna. Publicado por el sello Alfa, el libro narra la historia de Sixto, el Patriarca de una estirpe ancestral de la legendaria aldea de Tintorero, testigo del Bien y del Mal. Miles de años transcurren en un parpadear, y así también las alegrías y las penas de los hombres que irán sembrando la tierra con sus gestos y sus palabras, concibiendo una cultura. Sánchez Lecuna es licenciado en letras y magíster en Letras por la Universidad de Burdeos, y doctor en letras por la Universidad de París. Es profesor de literatura occidental y francesa en la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela y docente de mitología medieval y análisis de imágenes y arquetipos en textos literarios en el Centro de Estudios Junguianos de Caracas. La cita es en la Librería Alejandría II, en el Centro Comercial Paseo Las Mercedes, en Caracas. http://www.editorial-alfa.com Narradores en Buga. Hasta el próximo lunes 30 de junio es posible enviar postulaciones al II Encuentro de Narradores Orales de la Edad Dorada y al XXII Encuentro de Contadores de Historias y Leyendas, eventos que se celebrarán en Buga (Valle del Cauca, Colombia). Los narradores de la edad dorada se verán las caras en esta ciudad entre el 27 y el 28 de agosto, mientras que los de historias y leyendas lo harán entre el 2 y el 9 de noviembre. En el primer encuentro participarán los buenos conversadores de al menos sesenta años. Los interesados deberán enviar una muestra de audio, en formato CD o casete, en buenas condiciones de sonido, con un relato de algún hecho que hayan escuchado o del cual hayan sido testigos, relacionado con sucesos políticos y sociales, sin importar que estén involucrados duendes, brujas, viuditas, madremontes, patasolas, guacas, entierros, fantasmas, etc. Los envíos deben hacerse a la dirección de la Fundación Cultural El Grupo, en el número 6-57 de la calle 4 de Buga. Para participar en el segundo encuentro es preciso enviar una muestra en formato .mp3 a bugahistorias@ert.com.co (también se recibirán por vía postal a la dirección antes mencionada) con una leyenda, una historia infantil, una popular o una de terror del país o región del participante. En ambos casos, cada muestra debe estar acompañada de una síntesis biográfica del participante. http://www.bugahistorias.org ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Emitido fallo del Concurso Bonaventuriano de Poesía y Cuento Corto El pasado 18 de abril fue emitido el veredicto del IV Concurso Literario Bonaventuriano de Poesía y Cuento Corto, convocado por la Universidad de San Buenaventura Cali en su tricentenario y dotado con 1 millón de pesos colombianos, y que dio como ganadores al escritor mexicano Omar Alberto Santos Balán, en la categoría poesía, por su obra A veces los muertos, y a la cubana Marcelina Gracia Moreno, en cuento corto, por su trabajo “Restos”. El jurado, integrado por Adela Guerrero Collazos, Gustavo Adolfo Aragón Holguín y Pedro Mario López Delgado, concordó por unanimidad en la alta calidad de los trabajos presentados al concurso por los 562 participantes de 16 países: Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Cuba, México, Estados Unidos, Portugal, España, Francia y Suiza. En poesía se otorgó también un segundo premio a Sobrevivencias del humo, del cubano Geovannys Manso Sedán, y un tercero a Poemas hallados en un tren, del chileno Álvaro Ruiz Fernández. En cuento corto recibieron el segundo y tercer premio los textos “Catarsis del Minotauro”, del colombiano Humberto Jarrin, y “Preceptos”, de la cubana Marvelis Marrero Fleites. Además se concedieron menciones especiales, en poesía, a los poemarios Aunque me pierda todo, del colombiano Juan Alberto Rivera Gallego; Hacia un país de lágrimas sin nombre, de la argentina María del Mar Estrella; El taller de Leonardo, del argentino Mario Sampaolesi (http://www.letralia.com/firmas/sampaolesimario.htm), Como un oleaje, de la cubana Déborah García Morales; Brevario de amor oscuro, del colombiano Humberto Jarrin; Desde mis letras el primer texto, de la argentina Silvina Gabriela Sánchez; La fe, del cubano Frank Vaicel Castel González; De los que se han ido pero siguen presentes, del paraguayo Francisco Hilario Saavedra Barrios; Postales del naufragio, del cubano Alfredo León Barceló, y Lete, de la argentina Amelia Arellano. En cuento corto se concedió una mención especial a Oriana Ruiz por ser la más joven participante del concurso, con 13 años, y menciones especiales a “El que deambula la tierra”, de la colombiana Amparo Ramírez Vásquez; “Decreto”, del colombiano Fernando Alarcón Alarcón; “Tradición”, del colombiano Harold Ruiz Paz; “Los movimientos”, del colombiano Francisco José Vidal; “Los silencios del sonido”, del uruguayo Santiago Pereira Campos; “Los escritores”, del colombiano J. Winston Espejo M.; “Baños públicos”, del colombiano Fabián Mauricio Martínez González; “Espejos”, del argentino H. Walter Cazenave; “Alguien más dentro de uno”, del cubano Saturnino Rodríguez Riverón; “Presagio”, del colombiano Raúl Sánchez Acosta, y “Por qué se desnuda el señor Paphadopulos”, del colombiano Julián Enríquez Quintero. *** Julio Pesina gana el Premio Binacional de Novela Joven El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta, http://www.conaculta.gob.mx), a través del Centro Cultural Tijuana (Cecut, http://www.cecut.gob.mx) y el Programa Cultural Tierra Adentro (http://www.conaculta.gob.mx/tierra/fondo.html), informaron el pasado 30 de mayo que el escritor mexicano Julio Pesina, de Ciudad Victoria (Tamaulipas), es el ganador del Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras/Border of Words 2007-2008 por la obra Culpable de nada. El jurado, integrado por Daniel Sada, Mario Bellatin y Francisco Rebolledo, decidió otorgar este premio por unanimidad a la obra de Pesina, presentada bajo el seudónimo Mill K. Rhas, “por mantener de principio a fin la unidad dramática, con un lenguaje vigoroso que crea una visión original de una realidad en constante transformación”. Fue concedida asimismo una mención honorífica al trabajo Rhyme & Reason, firmado con el seudónimo Guadalupe Reyes. El premio es una iniciativa cultural dirigida a escritores mexicanos de hasta 35 años que residen en los estados fronterizos de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León, y en entidades de la Unión Americana como California, Texas, Arizona y Nuevo México. Esta convocatoria anual, que emiten conjuntamente el Cecut y el Programa Cultural Tierra Adentro, busca fortalecer la interacción cultural en ambos lados de la frontera y crear un espacio de difusión de la narrativa que se escribe en la región fronteriza México-Estados Unidos. En años anteriores han ganado este premio Isabel Velásquez, originaria de Ensenada, Baja California, y residente de Nuevo México; Jesús Alvarado, originario de Durango y residente de Nuevo México; Yuri Herrera, originario de Pachuca, Hidalgo, y residente de San Francisco, California; Moisés Zamora, originario de Zapopan, Jalisco, y residente de Los Ángeles, California; César Silva Márquez, originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, y Álbaro Sandoval Medina, originario de Culiacán, Sinaloa. Pesina nació en 1973 en Ciudad Victoria y es licenciado en ciencias de la educación con especialidad en ciencias químico-biológicas. En 2002 obtuvo el Premio Nacional de Cuento Joven “Julio Torri” con el libro Que los muertos vivan en paz (FETA, 2003). Ha sido incluido en las antologías Novísimos cuentos de la república mexicana (FETA, 2005) y Perros de agua, nuevas voces desde el sur de Tamaulipas (Editorial Miguel Ángel Porrúa-Gobierno Municipal de Tampico, 2007), así como en las memorias Festival internacional Letras del Mundo en Tamaulipas (Gobierno de Tamaulipas, 2005) y XIII Premio de Cuento Carmen Báez, selección nacional (Colectivo Artístico Morelia-Secretaría de Educación de Michoacán, 2006). El autor es también becario del programa Jóvenes Creadores, del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca, http://fonca.conaculta.gob.mx) 2007-2008, en la especialidad de novela. Su libro Textos insumisos (ITCA) apareció en marzo de 2008. Textos suyos pueden leerse en su blog, Pesimismos (http://juliopesina.blogspot.com). Fuente: Conaculta *** Embajada de Argentina en México homenajeó a Juan Gelman A 50 días de haber obtenido el Premio Cervantes 2007 de manos del rey Juan Carlos, de España, el poeta argentino Juan Gelman recibió el pasado lunes 2 de junio un reconocimiento de la Embajada de Argentina en México, cuyo titular, Jorge Raúl Yoma, felicitó al poeta y periodista argentino por haber obtenido el máximo galardón de las letras españolas. “Don Juan, permítanos darle una mínima parte del enorme reconocimiento que las letras, que la literatura y que la poesía latinoamericana le deben”, dijo el diplomático. Yoma indicó que con el galardón obtenido, Gelman se suma a la lista de autores argentinos que han recibido el premio literario más importante en lengua castellana, acompañando a Jorge Luis Borges (1899-1986), Adolfo Bioy Casares (1914-1999) y Ernesto Sábato (1911). “Juan (Gelman) es un hombre que además de su trayectoria poética, transmite en su poesía lo que significan las luchas en los sectores más humildes de la Argentina. Dolor de las madres que vieron desaparecer a sus hijos durante la dictadura militar de los años 70, él mismo fue víctima de aquel régimen con la desaparición de su hijo. Gelman es un símbolo de las letras latinoamericanas”, expresó. Por su parte, gobernadores de las provincias argentinas San Juan y Mendoza, José Luis Gioja y Celso Alejandro Jaque, respectivamente, lo elogiaron y le entregaron una cigarrera de plata, realizada por artesanos michoacanos, una colección de música argentina y tres libros de poesía. Al tomar la palabra, el poeta agradeció a los gobernadores, así como a las más de 150 personas entre invitados especiales y argentinos radicados en México, y calificó al embajador Yoma como “un infatigable impulsor de las relaciones argentino-mexicanas, y de infatigables homenajes”. “En realidad, más que un homenaje a mi persona, siento que es un homenaje a la poesía y eso me conmueve”, dijo el laureado escritor. Fuente: Notimex *** El poeta José Agudo recibe el premio Juan Ramón Jiménez El Monasterio de Santa Clara de Moguer acogió el pasado martes 3 de junio la entrega del Premio de Poesía Juan Ramón Jiménez 2008, cuyo ganador fue el poeta barcelonés José Agudo por la obra Esta frágil cadencia, en el marco del acto de celebración del cincuentenario de la muerte del premio Nobel 1956, presidido por Petronila Guerrero, presidenta de la Diputación (http://www.diphuelva.es). Entre los invitados al acto estuvieron la representante de los herederos de Zenobia y Juan Ramón Jiménez, Carmen Hernández Pinzón, y la rectora de la Universidad de Puerto Rico (http://www.upr.edu), Gladys Escalona de Motta, además de una nutrida representación del mundo de la cultura y de la sociedad onubense. Esta frágil cadencia fue elegida como la ganadora de este año del Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez por unanimidad de todos los miembros del jurado, presidido en esta ocasión por Ricardo Senabre. El año pasado el ganador fue Iván Cabrera Cartaya, un joven de 27 años natural de Taroconte (Santa Cruz de Tenerife) con la obra Cariátides 2001-2005. El premio está dotado con 12.000 euros y la publicación de la obra ganadora. Agudo trabaja en la actualidad como funcionario en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Formado en la escuela bajo la influencia de clásicos de la literatura, como la Generación del 27 y del 36, sería muy influenciado por la lectura de Jaime Gil de Biedma. Fue cofundador de la revista de arte y literatura Alisma (Barcelona, 1977). En 1980 fue premiado en el IV Concurso de Poesía de Primavera de Palma de Mallorca por su poemario Fragmentos de una noche oscura, y en 1993 recibió el XII Certamen de Poesía Federico García Lorca por Diario apócrifo de Jonás. También ha sido incluido en la Antología de poetas catalanes en castellano (1980-2003). Por Vivir Aquí, edición de Manuel Rico. Fuente: Huelva Información *** Gustavo Guerrero presentó en Madrid antología de poetas venezolanos Con la nota amarga de la muerte del poeta Eugenio Montejo, el pasado 6 de junio fue presentada en la Feria del Libro de Madrid (http://www.ferialibromadrid.com) la antología poética Conversación con la intemperie (Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores), que incluye textos del autor fallecido y de otros cinco destacados poetas venezolanos: José Antonio Ramos Sucre, Vicente Gerbasi, Juan Sánchez Peláez, Rafael Cadenas y Guillermo Sucre. El poeta, crítico y profesor de literatura en París, Gustavo Guerrero, encargado de seleccionar los autores y de prologar el libro, lamentó la coincidencia de la presentación con la muerte de Montejo, de quien recordó el título con el que solía reconocérsele: “el príncipe de la poesía venezolana”. Destacó, además, que el libro tiene el objetivo de ofrecer “una visión más honda” de la poesía venezolana, y “dialoga con la obra de Montejo de principio a fin”, ya que el autor fallecido “es más que una referencia, es una voz indispensable”. “Además, fue uno de mis mejores amigos y para mí ha sido durísimo recibir esta noticia hoy, cuando presentamos esta antología que se concibe en torno a Eugenio Montejo”, añadió Guerrero, quien se declaró emocionado pues trabajó con Montejo —“en un diálogo permanente”— para escoger los textos del libro. De cada autor se han recogido cien poemas, lo que permitirá a los lectores tener una perspectiva profunda de cada uno. Los seis poetas reunidos en la antología nacieron entre 1890 y 1933, y tienen en común su fuerte personalidad poética, algo que dificulta la tarea de vincularlos a grupos, corrientes o escuelas. Según Guerrero, la antología responde al deseo de proponer a los lectores “menos poetas y más texto, frente a las antologías generales que proponen demasiados poetas y demasiado texto”. En este sentido, reconoció que ha sido “delicado” hacer la selección de sólo seis poetas, de los que se presentan un centenar de poemas”. De Ramos Sucre (1890-1930) dijo que es “el raro entre los raros en la poesía en lengua española”, un autor que “reescribe el español a partir del latín y se fija en un paisaje fantasmático que procede del mundo gótico y del mundo simbolista, y al que un estudiante me definió como el Tim Burton de la poesía moderna”. Gerbasi (1913-1992), destacó, “escribió un libro excepcional, Mi padre, el inmigrante, una empresa hermosísima de identificación entre padre e hijo y de reconocimiento de lo que fue la inmigración y la formación de la cultura venezolana en el siglo XX”. Sánchez Peláez (1922-2003), explicó, es “la erótica de las palabras, un hijo del grupo Mandrágora de Chile para quien escribir es poner a las palabras a frotarse unas con otras, ponerlas a hacer el amor, en una poesía llena y manejada por el deseo”. Cadenas (1930), continuó, “es el poeta ético, el hombre que ha llevado el existencialismo a la poesía y ha traído la honestidad y la autenticidad, para quien hay que hacer poesía a partir de esa frontera en la que ya el texto no es poético”. De Sucre (1933) dijo que “es la lucidez y el esplendor; la lucidez porque es el poeta más critico de toda la selección, el que esboza más claramente su crítica del lenguaje y de los límites del lenguaje, sin cesar de aspirar a un cierto esplendor de la palabra, para que la palabra recupere una plenitud perdida”. Por último, añadió sobre Montejo (1938-2008) que “es una de las grandes voces del neolirismo en lengua española y, sin duda, un poeta de sutiles y muy profundas emociones, un hombre capaz de suscitar la verdad de la emoción”. Guerrero denunció “la dificultad con que se están confrontando cada vez más los escritores que no pertenecen a la corriente del gobierno para encontrar la posibilidad de editar allí, lo que está llevando a muchos escritores a escribir fuera de Venezuela”. Frente a esta situación, manifestó el crítico, “Montejo siempre dijo que la poesía venezolana es una buena muestra de que en Venezuela, a diferencia de lo que ocurre hoy con los políticos que están en el gobierno, se sabe utilizar también la palabra y la lengua castellana con gran dignidad”. Guerrero fue el reciente ganador del XXXVI Premio Anagrama de Ensayo, dotado con 8.000 euros, con Historia de un encargo: La catira de Camilo José Cela; literatura, ideología y diplomacia en tiempos de la hispanidad, escogida por mayoría entre las 97 obras originales presentadas por un jurado compuesto por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater, Vicente Verdú y el editor Jorge Herralde. Fuentes: EFE • El Cultural *** Poeta Victoriano Crémer, de 100 años, gana el premio Gil de Biedma El centenario escritor Victoriano Crémer (Burgos, 1907) obtuvo el pasado 6 de junio el XVIII Premio de Poesía en memoria de Jaime Gil de Biedma con el poemario titulado El último jinete, donde el autor asegura que ha querido matizar toda su obra anterior. El director de la Real Academia Española de la Lengua (RAE, http://www.rae.es) y miembro del jurado, Víctor García de la Concha, manifestó que se trata de “un libro lleno de emoción, escrito desde la última vuelta del camino, un repaso a la vida, pero con la misma actitud apasionada de los primeros libros de Crémer”. Emocionado al recibir la noticia, Crémer confesó que no sabía muy bien qué obra era la galardonada, quizá confuso por los nervios y porque el libro se lo había dado a leer a un amigo y fue éste quien lo presentó al galardón, convocado por la Diputación de Segovia (http://www.dipsegovia.es). El poeta, afincado en León desde su niñez, explicó que el libro es “un intento de mejorar mi obra anterior, por todos los procedimientos, de matizarla, porque estaba hecha en la línea de la desesperación y del desánimo”. Dotado con 10.000 euros, además del primer premio se entregarán sendos accésit de 3.000 euros, concedidos por el Ayuntamiento de Segovia (http://www.segovia.es) y la Junta de Castilla y León (http://www.jcyl.es) a los trabajos Bajo la alfombra, de Ángeles Mora, y La chica de la bolsa de peces de colores, de Eduardo Fraile. García de la Concha aseguró que no tuvo duda de que la obra que estaba leyendo como finalista era de Victoriano Crémer porque había utilizado la misma máquina de escribir que la que empleaba en los años cincuenta. Asimismo, confesó que también había reconocido la voz del poeta, “la misma de siempre, pero decantada con la sabiduría que se adquiere por el paso de los años, cargada intensamente de emoción. Es de lo mejor que ha escrito”. El director de la RAE recordó cómo en aquella época Crémer estableció contacto con el grupo de poetas que realizaban la revista Espadaña, de gran compromiso social, en plena posguerra, y de la cual llegó a ser director, y capitalizada en torno a Antonio González de Lama y Eugenio de Nora. Antonio Colinas, otro de los jueces, indicó que el libro “pone de relieve una humanidad sorprendente, porque es de tono amargo pero hecho con gran lucidez”. José María Muñoz Quirós afirmó alegrarse de que el premio se haya quedado en Castilla y León, y Juan Manuel de Prada explicó que se trata de un hito en la historia de la literatura española porque se va a publicar la obra cuando su autor está vivo, con más de cien años. Prada consideró que el poemario “está lleno de verdad, escrito desde la atalaya de la senectud, pero extraordinariamente vital, lleno de vida a borbotones, con deseo de seguir apurando la vida con intensidad”. Fuente: Diario de León *** Poeta uruguaya Idea Vilariño hospitalizada por infección respiratoria La poeta uruguaya Idea Vilariño, de 87 años, fue internada el pasado 6 de junio en el piso siete del Sanatorio Uno, de Montevideo debido a una infección respiratoria, donde evoluciona positivamente aunque permanecerá internada unos días. La escritora “está estabilizada y con buena evolución” pero “es conveniente mantenerla unos días en internación por su edad y problemas previos de salud”, afirmó el doctor Álvaro Díaz, médico de piso del sanatorio Casmu, quien precisó que la poeta, nacida el 18 de agosto de 1920, “sufre una enfermedad asmática severa y tiene una gripe” y agregó que está siendo tratada con medicamentos para esa afección. Ya no hay infección y tampoco tiene fiebre, pero “la situación clínica no es buena, ya que los efectos en el organismo se mantienen”, declaró una fuente médica. Por esto “no mejoró lo que se esperaba y no se le dio el alta”. Premio Nacional de Literatura 1996, Vilariño es poeta, crítica de literatura, compositora, traductora y educadora. Se inició en las letras con un cuaderno, La suplicante, en 1945, y entre sus obras posteriores se destacan Pobre mundo, Nocturnos y No. Pertenece al grupo de escritores de la denominada “Generación del 45”, en la que se ubican también el ya desaparecido Juan Carlos Onetti (1909-1994) y Mario Benedetti, también de 87 años y de salud quebrantada este año en el que ya ha sido hospitalizado tres veces. Entre otros reconocimientos, en 1987 la poeta obtuvo el Premio a la Labor Intelectual “José Enrique Rodó” otorgado por la Intendencia Municipal de Montevideo (http://www.montevideo.gub.uy), y en 1994 recibió la medalla “Haydée Santamaría”. Fuentes: Ansa • El País *** Encuentran primer borrador de novela de Carlos Luis Fallas El primer borrador de la novela Mamita Yunai, del escritor costarricense Carlos Luis Fallas (Califa; 1909-1966), fue encontrado recientemente en la Biblioteca Nacional de ese país, en San José, según anunció Margarita Rojas, directora del Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinabi, http://www.mcjdcr.go.cr/sistema_bibliotecas/index.html), quien confirmó que esta versión es anterior a cualquier otra publicación que se haya hecho de esa obra, previa incluso a las publicaciones que se hicieron por entregas en el periódico comunista El Trabajo. Mamita Yunai se publicó por primera vez como libro en 1941. En su novela, Califa —de cuyo nacimiento se cumplirá un siglo en enero de 2009— expone abiertas denuncias contra las denigrantes condiciones que enfrentaban los trabajadores en las fincas bananeras de la compañía United Fruit Company, en la provincia de Limón. El borrador hallado en la Biblioteca Nacional está completo, escrito a máquina y contiene correcciones de puño y letra del autor. “Aquí, en las últimas páginas, puede verse cómo se le acabó la tinta azul y terminó escribiendo con tinta roja”, manifestó Rojas. A pesar de su antigüedad y de las condiciones adversas de humedad que caracterizan a nuestro país, el estado general del documento es satisfactorio. “El texto está completo y hallamos las hojas de papel periódico unidas con tachuelas de zapatero. Es interesante porque ese era el oficio de Fallas”, puntualizó la funcionaria. Sin embargo, el texto fue enviado al taller de restauración de la Biblioteca Nacional para hacerle algunas reparaciones y dejarlo como nuevo. Allí un equipo de especialistas, coordinado por Fernando Gutiérrez, se dedicó durante dos semanas a reparar los daños que tenía el manuscrito. De acuerdo con Gutiérrez, el deterioro del documento era mínimo. Las páginas estaban amarillentas por el paso del tiempo, pero las letras son perfectamente legibles. “Primero tuvimos que desprender con mucho cuidado las 12 tachuelas con que venían unidas las páginas. Algunas hojas tenían pequeñas rasgaduras que se corrigieron con injertos de papel japonés. Además, se les hizo un lavado a las hojas con jabón neutro para hidratarlas un poco”, detalló el experto. La parte más deteriorada era la cubierta y el equipo se encargó de reconstruir una pasta nueva uniendo cada uno de los fragmentos. También se le aplicó una costura nueva para unir las páginas. Finalmente, se confeccionó un estuche especial para guardar el documento y protegerlo mientras se exhibe al público. Una vez restaurado, el documento se convertirá a formato digital para poder colocarlo en Internet al alcance del público. De acuerdo con la directora del Sinabi, la Biblioteca Nacional abrirá próximamente una sala de libros antiguos para exhibir otros interesantes ejemplares que atesora esa institución. Fuente: Nación *** Potencial cinematográfico del Quijote analizó Villanueva en la RAE El filólogo español Darío Villanueva (Villalba, Lugo, 1950) demostró el pasado 8 de junio, en su discurso de ingreso a la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es), “el gran potencial cinematográfico” que encierra el Quijote, ese clásico entre los clásicos por su forma de reflejar la condición humana y que constituye “una auténtica apoteosis de los sentidos”. El tema elegido por Villanueva supone toda una novedad en la innumerable bibliografía del Quijote, dado que el carácter precinematográfico de la novela de Cervantes no había sido estudiado hasta ahora, a diferencia de lo que ocurre con escritores anteriores a la invención del cine, como Virgilio o como Shakespeare, definido como un verdadero “precursor del cinema”. El experto en teoría de la literatura rindió así homenaje a Cervantes con su discurso titulado “El Quijote antes del cinema”, y lo equiparaba al genial dramaturgo inglés en un largo discurso de 180 páginas (de las cuales leyó un resumen de unas 20), en el que además elogió varias veces a Francisco Ayala, pionero en España del ensayo cinematográfico con Indagación del cinema, publicado en 1929, y uno de los académicos que propusieron su candidatura junto con Luis Goytisolo y Guillermo Rojo. En la ceremonia, presidido por el ministro español de Cultura, César Antonio Molina, también estuvieron presentes la consejera de Educación y Ordenación Universitaria de la Xunta de Galicia (http://www.xunta.es), Laura Elena Sánchez de Piñón; el secretario general del Gobierno gallego, Gumersindo Guinarte; el consejero mayor de Cuentas de la Xunta, Antonio López Díaz; el secretario general de Análisis y Protección, José Rivera Otero; el secretario de la Real Academia Gallega (http://www.realacademiagalega.org), Manuel González, y Gerardo Criado, alcalde de Villalba, la localidad natal del nuevo académico. A las siete en punto, Villanueva hizo su entrada en el salón de actos de la Academia, elegantemente vestido de frac y flanqueado por los dos últimos académicos en incorporarse al órgano: el gramático Salvador Gutiérrez y el escritor Javier Marías. En la mesa presidencial le esperaban el ministro Molina, el director de la RAE, Víctor García de la Concha; el vicedirector, José Antonio Pascual; el secretario, José Manuel Blecua, y el censor, Luis Goytisolo. Villanueva recordó la figura de su antecesor en el sillón “D”, Alonso Zamora Vicente, “filólogo de una pieza” y “humanista”, quien también cultivó lo que los franceses llaman el “precinema”, dado que tiene “apuntes” sobre el cinematografismo de Tirso de Molina. El Quijote, recordó, ha sido adaptado unas 150 veces al cine y la televisión, y, desde su publicación generó innumerables ilustraciones y formó parte del imaginario popular. Pero “la primera novela moderna es toda una enciclopedia narrativa genuinamente precinematográfica”, aseguraba Villanueva. El diálogo es esencial en el séptimo arte, y el carácter dialogante del Quijote ha sido estudiado por numerosos autores, entre otros por Ortega y Gasset y por el prestigioso crítico Harold Bloom, que hermana a Shakespeare y a Cervantes y atribuye a ambos “la supremacía entre todos los escritores occidentales desde el Renacimiento hasta ahora”. José Manuel Blecua, secretario de la RAE, ya demostró en un estudio que, después de la palabra “es”, las dos formas verbales que más se repiten en el Quijote son “dijo” y “respondió”. “Pero no menor es la importancia que la visión tiene” en esa gran novela, en la que abundan también los verbos “ver” y “mirar”, señaló Villanueva. “El Quijote consiste fundamentalmente en una auténtica apoteosis de lo sensitivo, en la que no faltan a la cita referencias extremadamente significativas al olfato, al gusto y al tacto, pero en la que la parte del león les corresponde a la vista y las miradas, al oído y las voces, a las perspectivas y los diálogos”, subrayó. En sus andanzas, el Caballero de la Triste Figura “ve una realidad que el resto de los personajes no comparten. Don Quijote transforma lo real en sus quimeras desquiciadas”, y esto confiere a la novela “una gran visualidad”. “En última instancia, el significado del Quijote nace de la contraposición entre las imágenes de dos realidades: la que ven Sancho y los demás personajes, y la que el protagonista altera, mixtifica y distorsiona por influjo de una mediatización constante, la de los libros de caballería”, decía Villanueva. Al caballero andante las ventas le parecían castillos, las mozas, “hermosas doncellas”, y el ventero “alcaide de la fortaleza”, recordaba Villanueva, para citar a renglón seguido el episodio de los rebaños de ovejas que don Quijote creía “ejércitos” y que Cervantes resuelve con “una notoria estrategia precinematográfica”: el protagonista y Sancho se desplazan “hasta una loma, desde la cual se vieran bien las dos manadas que a don Quijote se le hicieron ejército”, y así “la descripción del caballero se resuelve como una verdadera panorámica”. “Después de la panorámica, vienen sucesivos planos en movimiento para narrar el ataque de don Quijote y su derribo a pedradas por parte de los pastores. Y no terminará el capítulo sin sendos primeros planos correspondientes al doble vómito, del amo y del escudero”, afirmaba el filólogo gallego. Tras detenerse en “el potencial cinematográfico intenso” que encierran otros capítulos, Villanueva subrayó la abundancia de gags que hay en la novela, como, por ejemplo, cuando don Quijote “descabalga dando con sus huesos en el suelo porque Sancho no ha acudido a sostenerle el estribo por habérsele atorado el pie en una soga de la albarda”. También, la alternancia del relato y el simultaneísmo demuestran que el Quijote “aporta un repertorio insuperable de atisbos y soluciones precinematográficas”. “Cervantes narra siempre con una marcada concepción visual, rítmica, escenográfica y espectacular de las situaciones, como si pretendiera poner en palabras escuetas lo que sobre la pantalla se resolvería en la secuencia de unas imágenes que hablasen por sí mismas”, concluyó Villanueva. Al terminar su discurso, seguido de un fuerte aplauso, Pere Gimferrer pronunció unas palabras de bienvenida y repasó parte de la trayectoria del nuevo académico. Villanueva recibió la medalla y el diploma que lo acreditan como académico de la Lengua y fue a sentarse entre sus compañeros, entre ellos Gregorio Salvador, Arturo Pérez-Reverte, Emilio Lledó, Ignacio Bosque, Luis Mateo Díez, Carmen Iglesias, Luis María Anson, José Manuel Sánchez Ron y Margarita Salas. Fuentes: EFE • El Mundo *** Cómic, tebeo y jóvenes artistas expuestos en La Laguna La Laguna (Tenerife, Islas Canarias, España) acoge entre junio y julio dos muestras artísticas en sendos espacios expositivos de la ciudad, organizadas por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento (http://www.aytolalaguna.com/ayto/index.php?id=782). La primera de ellas versa sobre el mundo del cómic y el tebeo, y la otra consiste en una colectiva de jóvenes artistas. La Exposición sobre Comics y Tebeos está enmarcada en los actos organizados con motivo de la I Muestra Internacional del Libro Antiguo que se realizará en La Laguna. La exposición presenta una panorámica del cómic a partir de paneles explicativos y de ejemplares originales, entre los que destacan Zipi y Zape, El Guerrero del Antifaz o El Capitán Trueno. La muestra abrió el pasado lunes 9 de junio y podrá ser visitada hasta el domingo 29 en la Ermita de San Miguel, de lunes a viernes entre 10 de la mañana y 2 de la tarde y de 5 de la tarde a 8 de la noche, y sábados y domingos entre 10 de la mañana y 2 de la tarde. Este martes 17 se dará inicio al ciclo expositivo Sumergidos 08, que recoge el quehacer de un grupo de jóvenes artistas. Estará abierta al público en la sala de exposiciones de La Caixa y para su organización el Ayuntamiento lagunero ha contado con la colaboración de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna (http://www.facultaddebellasartes.com). En concreto, la exposición recoge obras de estudiantes del segundo ciclo de la facultad, mostrándolas por bloques temáticos que además permitirán al público conocer la gestación artística a partir del proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula. A diferencia de las obras autónomas, que se presentan aisladas de su contexto, el Ciclo Sumergidos 08 persigue trasladar a la Sala de La Caixa parte del entorno en que esas piezas cobran su verdadero sentido. Por tanto, a diferencia de los programas expositivos habituales, que sólo muestran el resultado final de la puesta en escena de la obra de arte, en esta ocasión se mostrará el proceso de discusión y toma de decisiones sobre el modo más conveniente de insertar el arte en la sociedad. La muestra estará abierta hasta el 29 de julio, los lunes de 5 de la tarde a 8 de la noche, de martes a viernes de 10 de la mañana a 2 de la tarde y de 5 de la tarde a 8 de la noche, y los sábados y domingos de 10 de la mañana a 2 de la tarde. Fuente: Ayuntamiento de La Laguna *** Inicia actividades el Observatorio Iberoamericano del Derecho de Autor El Observatorio Iberoamericano del Derecho de Autor (Odai, http://www.odai.org), presentado en mayo en la Feria del Libro de Bogotá, inicia ahora su andadura con la intención de promover y analizar el estado de la propiedad intelectual en Latinoamérica, España y Portugal. El organismo, constituido por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina, El Caribe, España y Portugal (Cerlalc, http://www.cerlalc.org) y la Fundación Autor de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE, http://www.sgae.es), pretende “abordar el tema de los derechos de autor no sólo desde el punto de vista jurídico, sino también como fuente de contribución al desarrollo económico, cultural y social de las naciones”. Según explicó Rubén Gutiérrez, coordinador de Estudios de la Fundación Autor, el Odai intentará también establecer cuál es la aportación de la cultura al PIB y abrir “investigaciones de fondo para establecer los grandes recursos macroeconómicos de la cultura, los hábitos de convivencia y las diferencias entre las diferentes leyes de propiedad intelectual de los distintos países”. La entidad, presentada en Madrid el 9 de junio, tiene como fin “generar, analizar y compartir información y conocimiento en todos los temas políticos, culturales, económicos, jurídicos y sociales relacionados con el derecho de autor”. Además “provocará la reflexión y evaluará las políticas públicas en torno al derecho de los creadores, la creatividad, las nuevas tecnologías o las industrias culturales”, y tiene también el objetivo de “ser también un espacio de participación para la sociedad civil, la comunidad creativa, las empresas, los usuarios y los gobiernos”. Además se constituye, con sede en Bogotá, como un lugar para promover el intercambio y el diálogo de experiencias, de planes de acción y de estrategias que contribuyan a la mejora de las condiciones de los autores y artistas iberoamericanos y a la generación y fortalecimiento de las industrias culturales en los países del territorio común iberoamericano. El Odai tiene encomendado, entre sus objetivos específicos, una labor de información —normativa, tratados internacionales, estudios, alianzas estratégicas, programas de estímulo a la creatividad, políticas de seguridad social—, de seguimiento —participación de los autores en la legislación, licenciamiento de derechos, protección, fallos judiciales— y de puesta en marcha de diversas iniciativas —bases de datos, programas de formación, definición de políticas culturales. Fuente: EFE *** Fernández Retamar nuevo director de la Academia Cubana de la Lengua La Academia Cubana de la Lengua eligió una nueva Junta de Gobierno que estará dirigida por el poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar (La Habana, 1930), Premio Nacional de Literatura 1989 y presidente de Casa de las Américas (http://www.casa.cult.cu), informó la institución mediante un comunicado emitido el pasado 11 de junio. Fernández Retamar, quien dirigirá la junta durante los próximos cuatro años, sustituye en el cargo al escritor Lisandro Otero, fallecido a principios de enero pasado. Lo acompañarán como subdirector, el ensayista y crítico literario Rogelio Rodríguez Coronel, profesor de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana (http://www.uh.cu). Para ejercer la Secretaría Académica resultó elegida la ensayista y crítica literaria, Nara Araújo, profesora de la Universidad de La Habana, viuda de Lisandro Otero y miembro de la Academia desde el pasado abril. El cargo de bibliotecario lo ocupará el narrador y crítico, Carlos Manuel de Céspedes, vicario del oeste de La Habana; y el de Tesorero, el narrador y ensayista Reynaldo González, Premio Nacional de Literatura 2003. En la extensa labor de escritor de Roberto Fernández Retamar figura la publicación de numerosos trabajos en revistas nacionales y extranjeras, la autoría de 33 libros de ensayo, crítica literaria y poesía. Su obra ha sido traducida a varios idiomas y ha destacado también por sus estudios de estilística, teoría de la literatura cubana, historia de la cultura latinoamericana y, en especial, en la obra del prócer independentista José Martí. Entre las responsabilidades que ha ocupado en su trayectoria también figura la de subdirector de la Escuela de Letras; jefe del Departamento de Lengua y Literatura Hispánica de la Universidad de La Habana y como miembro del consejo asesor del Ministerio de Cultura (http://www.min.cult.cu). La Academia Cubana de la Lengua, integrada por académicos expertos en el uso de la lengua española en Cuba, fue establecida en La Habana el 19 de mayo de 1926. Está integrada actualmente por 26 académicos de número, cinco académicos correspondientes nacionales, catorce hispanoamericanos y dos extranjeros. Fuente: EFE *** Exposición sobre Carmen Conde inauguran en Madrid Desde el pasado 12 de junio y hasta el 17 de agosto podrá apreciarse en la Biblioteca Nacional de España (BNE, http://www.bne.es) una exposición sobre la poeta, novelista y dramaturga española Carmen Conde (Cartagena, 1907 - Madrid, 1996) en el centenario de su nacimiento, titulada “Carmen Conde. Voluntad creadora”. La muestra es un homenaje al carácter y a la obra de una mujer adelantada a su tiempo que supo afirmar sus capacidades intelectuales en una época difícil. Está organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC, http://www.secc.es), la Consejería de Cultura, Juventud y Deportes de la Región de Murcia (http://tinyurl.com/4tve9t) y el Ayuntamiento de Cartagena (http://www.ayto-cartagena.es) en colaboración con la Biblioteca Nacional. Conde muy pronto se situó como una de las voces de la poesía más apreciadas de la literatura española del siglo XX, lo que la llevó a ocupar uno de los sillones de la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es), algo que hasta entonces no había logrado ninguna mujer. Los visitantes de la exposición podrán apreciar casi 300 piezas entre las que se incluyen parte de su legado cultural, cedido al consistorio de su ciudad. La muestra se compone de libros y revistas de Carmen Conde, y de su esposo, el poeta, escritor y profesor Antonio Oliver Belmás, y de contemporáneos; así como obras dedicadas a Carmen Conde, además de cartas, manuscritos, pequeños impresos, documentos personales de identificación y otros, tales como la correspondencia que mantuvo la escritora con los premios Nobel, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Vicente Aleixandre, Pablo Neruda, Camilo José Cela, y otros escritores como Azorín, Jorge Guillén, Dámaso Alonso y Miguel Hernández. El visitante también apreciará retratos de Carmen Conde, pinturas de contemporáneos de su colección; esculturas; fotografías de la escritora en escenas familiares, actividades públicas, viajes, relaciones con otros escritores y amigos; objetos personales y audiovisuales: entrevistas en programas de radio y televisión. La exposición puede ser visitada de martes a sábado entre 10 de la mañana y 9 de la noche, y los domingos entre 10 de la mañana y 2 de la tarde. Al clausurarse en la BNE, será presentada en Melilla. Poeta, novelista, dramaturga, ensayista y autora de libros infantiles y juveniles, Carmen Conde, realizó también una activa labor política y cultural, destacando la fundación de la Universidad Popular de Cartagena (http://www.universidadpopulardecartagena.es), en 1931. Fuentes: BNE • EFE *** Baltasar Porcel gana el Premi Sant Joan El escritor y periodista español Baltasar Porcel obtuvo este 12 de junio el 28º Premi Sant Joan, dotado con 60.000 euros, con la novela Cada castell i totes les ombres, según se conoció tras la lectura del fallo en Barcelona. El galardón es convocado por la Obra Social Caixa Sabadell (http://www.obrasocialcaixasabadell.org) y es el tercer mejor dotado de las letras catalanas, al mismo nivel que el Sant Jordi. Tras conocerse el veredicto del jurado, formado por Pere Gimferrer, Valentí Puig, Vicenç Villatoro, Alan Yates y Fermí Pons-Pons, Porcel expresó su satisfacción por el premio y también por el resultado final de su creación literaria. Cada castell i totes les ombres está enfocada en un relato que empezó hace unos años, centrado en la Barcelona de principios del siglo XXI, metáfora de las grandes urbes de nuestro tiempo, y que acabó de perfilar en el Hospital Clínic de la capital catalana, donde ingresó para vencer el cáncer que le detectaron hace más de un año. “Quería hacer una novela sobre una gran urbe contemporánea, con su masificación y su tejido, a través de la ciudad que más conozco y en la que más tiempo he vivido, que es Barcelona”, afirmó Porcel. Sin embargo, se cruzó la enfermedad durante el proceso y los planes del autor se trastocaron. Ya recuperado, dijo al saber el veredicto que “ocurrió algo que no había previsto”. “Lo viví como una lucha: o ganas o te ganan. El cáncer es una cabronada inmensa”, agregó. Consciente de la gravedad del mal, el escritor consideró que debía afrontarlo como una lucha vital, de supervivencia absoluta y, desde su cama del Clínico, trabajó hasta diez horas diarias en la escritura del texto. A su juicio, “todo el afán de vivir se fue filtrando dentro del libro”, convirtiéndose en su “primera novela libre y vital”. Más de 400 páginas, en 15 capítulos, con muchos personajes, aunque hay dos que destacan por encima de los demás. Porcel ha querido ofrecer una visión humana, sociológica, crítica, irónica, dramática del tejido personal, económico, político y sentimental de la ciudad de Barcelona. Fuente: El Periódico *** Archivos españoles podrán ser consultados en Internet El Consejo de Ministros del gobierno español aprobó este viernes 13 de junio la propuesta del ministro de Cultura, César Antonio Molina, para la realización de un plan de digitalización y consulta en red de los fondos documentales de los archivos nacionales. El plan presentado por Molina respaldará las actuaciones del Ministerio de Cultura (http://www.mcu.es) tendentes a asegurar la difusión y preservación de la riqueza patrimonial de los archivos y a facilitar el acceso de los ciudadanos a los mismos. Desde el año 2004, el ministerio ha efectuado inversiones en este sentido por un total de 6.261.897 euros. En líneas generales, el plan persigue satisfacer las demandas del acceso de los ciudadanos a los archivos estatales superando las barreras tradicionales (horarios, desplazamientos y dispersión de la información); potenciar un espacio europeo e internacional; contribuir activamente a la oferta de contenidos cualificados para el desarrollo de futuras industrias culturales y de contenidos en la red, y preservar y custodiar los documentos originales. Las medidas fundamentales a adoptar se estructuran en torno a cuatro ejes de intervención: normalización, preservación, difusión y mejora y construcción de infraestructuras adecuadas. En este sentido se prevé la elaboración de un anteproyecto de ley que, en el marco de las competencias estatales, establezca pautas y principios de normalización archivísticas, adecuados al entorno tecnológico de las organizaciones. El plan fomentará también un Programa General de Digitalización para el aumento de las bases de datos digitales de España, en virtud del cual este año serán digitalizadas cerca de 40 millones de la base total de 4 billones de imágenes que reposan en los 11 archivos estatales de España, y que pasarán a su vez por un Programa Intensivo de Descripción que este año crecerá en un millón de registros, informatizándose inventarios, catálogos e índices. Molina también planteó la necesidad de difundir la existencia del Portal de Archivos Españoles (Pares, http://pares.mcu.es) y de propulsar la implantación de esta tecnología en los Archivos Iberoamericanos y otros españoles fuera del sistema estatal, de manera de maximizar la contribución a la difusión de los fondos archivísticos en la Web. Se incrementará igualmente el soporte al Programa de Ayudas a Proyectos Archivísticos, que viene dando cobertura a instituciones privadas sin ánimo de lucro (obispados, fundaciones, archivos privados), y se potenciará la presencia de España en el Programa de Ayudas al Desarrollo Archivístico Iberoamericano (Adai), al que la nación ibérica aportará este año 410.000 euros. Igualmente, se desarrollará una serie de planes especiales, como los sitios web dedicados a la conmemoración de la Independencia Iberoamericana, el Archivo Virtual de la Mediterraneidad, el Centro Documental de la Memoria Histórica y el Portal Europeo de Documentos y Archivos de la Unión Europea (Archivo Virtual Europeo), que permitan la difusión especializada de documentación. En el apartado de infraestructuras, el objetivo es disponer de una red de archivos modernizada, y se centra en inversiones en los archivos históricos dependientes del Ministerio de Cultura: algunas ya finalizadas o en desarrollo como en los archivos de Santander, Oviedo, Palma de Mallorca, Las Palmas y Orense; otras en proyecto: Zaragoza, Guadalajara, Girona, Huelva, León (ampliación), Centro Documental de la Memoria Histórica; o en previsión: Castellón, Burgos, Córdoba, A Coruña y Sevilla. Asimismo, se creará el Centro de Difusión y Reproducción, una unidad coordinadora de todas las actuaciones, dependiente de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas (http://www.mcu.es/libro). Fuente: Ministerio de Cultura de España *** Montevideo declaró ciudadano ilustre al escritor Eduardo Galeano El escritor uruguayo Eduardo Galeano fue declarado este viernes 13 Ciudadano Ilustre de Montevideo, durante un acto efectuado en la sede de la Biblioteca Nacional de Uruguay (http://www.bibna.gub.uy) y presidido por el intendente Ricardo Ehrlich. El reconocimiento se fundamenta en “la trascendencia que ha tenido (Galeano) dentro del pensamiento crítico contemporáneo, a partir de obras fundamentales como Las venas abiertas de América Latina, Memoria del fuego y El libro de los abrazos”. También se destacó “su singularísimo y contundente análisis de las contradicciones de la condición humana, que ha sido punto de referencia ineludible a la hora de iluminar conciencias, de rescatar la memoria profunda y ancestral de los pueblos latinoamericanos y de construir una ciudadanía en cuya sustancia se jerarquice la verdad, la solidaridad y la justicia, y considerando el profundo respeto que su coherencia ética e intelectual ha generado tanto en Uruguay como en el mundo entero”. Además de las palabras del intendente, también hablaron los escritores Tomás de Matto, director de la Biblioteca Nacional, y Mauricio Rosencof, director de Cultura de la Intendencia Municipal (http://www.montevideo.gub.uy). Galeano agradeció el homenaje y presentó oficialmente su libro más reciente, titulado Espejos: una historia casi universal, que recoge “mil historias” de una “historia casi universal”, según el propio autor, quien leyó y comentó ante el público algunas de esas historias que apuntan a rescatar personajes casi desconocidos y, fundamentalmente, a reclamar, como parte de su prédica constante, la “igualdad de derechos para todos”. En las 365 páginas de Espejos “renacen los muertos y los anónimos tienen nombre: los hombres que alzaron los palacios y los templos de sus amos; las mujeres ignoradas por quienes ignoran lo que temen; y los rebeldes, los perdedores y los locos lindos que han sido y son la sal de la tierra”, explicó Galeano. Fuente: DPA *** Falleció el escritor español Juan Manuel González El escritor y periodista Juan Manuel González murió en Madrid el pasado viernes 13 de junio. Vinculado a la agencia EFE (http://www.efe.es) desde el año 1980, en la actualidad era miembro de la Fundación del Español Urgente (Fundeu, http://www.fundeu.es) y profesor de literatura en la Universidad de Valladolid (http://www.uva.es), campus de Segovia. Poeta, novelista y crítico literario, contaba con numerosos galardones, algunos importantes de poesía como el Jaime Gil de Biedma que ganó en 2007 por su poemario Tras la luz de poniente, el Rafael Alberti, y el Premio Ángel Riesco de León por Madrigal de ausencia de 1997. Con La llama del brezo, Premio Ateneo de Sevilla en 2002, completó el segundo ciclo de su labor poética, dedicado al amor y la muerte e integrado por los volúmenes En el filo de la sangre y Luces inciertas, por el que fue galardonado en 1999 con el Rafael Alberti. Su poesía reunida apareció en 2004 en una edición crítica e íntegra con el título de Hacia el alba de nieve. Contaba también, entre otras distinciones, con el premio de crítica Atlántida de Cataluña y el Internacional de Ensayo Sial. Este mismo año, en febrero, había sido reconocido con el VI premio de la crítica Castilla y León por su novela El séptimo velo y fue ganador del Premio Ojo Crítico de Narrativa en 1993 por Cuaderno de combate azul. González nació el 6 de septiembre de 1954 en Madrid. Licenciado en ciencias de la información y en sociología por la Universidad Complutense (UCM, http://www.ucm.es), empezó a trabajar en 1975 para la revista Vida Mundial de Lisboa, y luego para una emisora de Múnich, el periódico británico The Morning Star (http://www.morningstaronline.co.uk) y en 1978 para la revista Tribuna. En 1980 se incorporó al servicio internacional de EFE, medio donde en el 87 se encargó de la información literaria. Doctor en filología de la Complutense, era especialista en literaturas germánicas y célticas, y en autores del modernismo español y portugués. Fundador de la revista literaria El Güizaro (1980-1985), fue columnista de La Voz de Galicia (http://www.lavozdegalicia.es) y El Norte de Castilla (http://www.nortecastilla.es), crítico literario en los suplementos de El Mundo (http://www.elmundo.es) y El Sol, entre otros diarios españoles, así como en publicaciones especializadas. En 2004 publicó Fuego sobre las olas, el ensayo Del modernismo y el 98 al tradicionalismo y la guerra civil: el viaje literario de Ricardo León, y el libro de prosa poética Vírgenes, masones y visionarios. Rutas iniciáticas y ocultistas, su última obra, de apenas hace un par de meses. Otras de sus obras son sus libros de relatos Umbrías y litorales y Viajes antiguos, y también Signos sobre la ceniza, La nieve en el espejo y El viento entre los juncos. Ha sido incluido en antologías de narrativa como La nostalgia del mar, y de poesía, Millenium, Poesía ultimísima y Poesía española 1975-2001. Fuente: La Vanguardia *** Editores españoles se oponen al préstamo de libros Más de doscientos participantes, incluyendo a representantes de unas cien empresas editoriales, intervendrán en el VI Congreso de Editores de España, que se celebrará por vez primera en Sevilla entre los días 18 y 21 de junio. Tras el acto inaugural, que tendrá lugar en el Real Alcázar con la presencia del ministro español de Cultura, César Antonio Molina, y el presidente de la Junta de Andalucía (http://www.juntadeandalucia.es), Manuel Chaves, las sesiones de trabajo se sucederán en la sede de la Fundación Tres Culturas (http://www.tresculturas.org). El presidente y el director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE, http://www.federacioneditores.org), Jordi Úbeda y Antonio María Ávila, respectivamente, informaron los ejes del encuentro que organiza esta entidad. Uno de ellos será el relacionado con las nuevas tecnologías de distribución del libro, apartado en el que está prevista la participación, entre otros, de Nick Loeffler, de Amazon.com, compañía que ofrece libros digitales en su dispositivo Amazon Kindle, que se comercializa en Estados Unidos y está comenzando a llegar a Europa. Respecto al mismo, Ávila indicó que los editores españoles no experimentan otra cosa que “expectación”. “Ni estamos a la defensiva, ni a la ofensiva, sólo estamos esperando a ver si es útil o no”, indicó Ávila. “Lo que está claro es que si los editores seguimos recibiendo la retribución económica pertinente y se respeta la integridad del autor, puede ser beneficioso para nosotros, porque abre nuevos canales de comercialización”. En cualquier caso, Ávila apuntó que en materia de digitalización “no se han dado las circunstancias tecnológicas ni legales para que se haya desarrollado antes”, si bien avanzó que desde la FGEE se va a poner en marcha un mecanismo para impulsar la digitalización de 50.000 títulos que no están en dominio público en un primer año. La ley de propiedad intelectual y los derechos del editor será otro de los puntos de debate de este congreso. La FGEE entiende que es “completamente necesario” que se reconozca “el carácter creador del editor y su tarea en el proceso de producción” para ser más competitivos, al igual que ya se les reconoce a los productores de cine y música. Se prevé intervenciones de representantes de la Federación Europea de Editores (FEP, por sus siglas en inglés; http://www.fep-fee.be) y de la Comisión de la Unión Europea. Un tercer frente de trabajo será la gratuidad del libro y, muy en concreto, del jurídico y el de texto. Sin oponerse a la gratuidad como concepto, los editores se mostraron reacios al sistema de préstamo, que tacharon de “obsoleto” y de no ser “pedagógicamente moderno”, abogando por la propiedad del libro y un uso del mismo complementado con bibliotecas escolares, poniendo como paradigma en este punto el ejemplo de Finlandia. También en este sentido, Ávila se refirió al caso de Francia, que ensayó con el sistema de préstamos y “lo va a abandonar”, ya que, afirmó, “la pérdida de calidad de la educación en Francia está muy vinculada a este sistema de gratuidad”. “No queremos que se repita esa experiencia en España”, apuntó. Tampoco faltarán reflexiones sobre la caída en España del libro científico, la exportación española, las bibliotecas como nuevos circuitos comerciales o la bibliodiversidad lingüística. La presidenta de la Asociación de Editores de Andalucía (AEA, http://www.aea.es), María Luisa Amores, agradeció el interés de la Junta por participar en este VI Congreso, destacando que “nuestras relaciones con la Administración son muy fluidas” y que este colectivo andaluz cumple ahora 25 años. El Congreso de Editores de España —cita con carácter bienal y que por tercera vez se celebrará en Andalucía tras los de Granada y Benalmádena— será clausurado el día 21 por el escritor José Manuel Caballero Bonald, en un acto en el que se darán a conocer las conclusiones del encuentro. Las 836 empresas editoriales agrupadas en la FGEE representan el 95% de la producción editorial española y casi el 98% de la producción que se comercializa. El sector editorial español, que se ha acreditado como la cuarta potencia mundial, facturó 3.014 millones de euros en 2006 en mercado interior y unos mil millones de dólares en comercio exterior. Fuentes: ABC • EFE *** Dictarán en Argentina diplomado en periodismo de artes y espectáculos El próximo 11 de julio se pondrá en marcha, en el Instituto de Enseñanza Superior Fabián Calle, de Mendoza (Argentina), un diplomado en periodismo de artes y espectáculos que tiene entre sus objetivos conocer los distintos tipos de crítica, profundizar en la relación con los medios y con los receptores, movilizar e intensificar el espíritu crítico del periodista, conocer los mecanismos propios de evaluación de cada arte y desarrollar la capacidad para interrelacionar artes. Propuesta académica inédita en la región, el diplomado está orientado a capacitar a sus participantes en los aspectos inherentes a historia, técnica y estética de las distintas disciplinas artísticas, y en las herramientas periodísticas específicas para poder evaluar con fundamentos un espectáculo o una obra de arte. El diplomado está dirigido fundamentalmente a egresados de las tecnicaturas en periodismo y licenciaturas en comunicación social de cualquier centro universitario o instituto superior. También a alumnos que hayan terminado de cursar esas carreras y no adeuden más de dos materias. Finalmente, a periodistas en ejercicio comprobable de la profesión, que posean algún título universitario. El tiempo de cursado es de 5 meses, de julio a noviembre, con un total de 10 materias (2 por mes) y una carga horaria de 230 horas cátedra. Los días de cursado son los viernes y sábados (fin de semana por medio). El plan de estudios abarca las materias teoría de la crítica de arte y espectáculos, periodismo de medios, de artes plásticas, de música, de ópera, cinematográfico, teatral, literario, de danza y de espectáculos infantiles. Los interesados pueden solicitar más información y formalizar la inscripción llamando al 4204818 o escribiendo a informes@fundacionfc.com.ar. *** Editorial Alfa pone en marcha su ciclo de foros “Ideas en Obra” El sello venezolano Alfa (http://www.editorial-alfa.com) ha organizado en Caracas, para el segundo semestre de este año, su ciclo de foros “Ideas en Obra”, que en el marco de su 50º aniversario tiene como objetivo presentar sus libros, sus autores y sus ideas al espacio público, según informaron fuentes de la casa editora. El primer foro del ciclo se titula “Una coartada temporal: la novela histórica como clave del presente”, y será celebrado el 17 de julio en la Librería Alejandría II del Centro Comercial Paseo Las Mercedes. Participarán el psicólogo clínico, filósofo, novelista y ensayista Atanasio Alegre y la ensayista Michaelle Ascencio, quienes con la moderación del escritor Antonio López Ortega delinearán el auge que actualmente vive la novela histórica, y que la ha convertido en uno de los géneros más leídos y vendidos en el mundo editorial. “Anecdotario del coleado y encolado: el horror con humor se paga” será el segundo foro, que se realizará el 6 de agosto en el Centro Cultural Chacao con la participación del humorista Laureano Márquez, el locutor Alejandro Cañizales, los urbanistas Edda Sauce y Frank Marcano y el psicólogo clínico César Landaeta, todos bajo la moderación de la periodista y caricaturista Rayma Suprani. Distintas miradas de la urbe, desde la arquitectura, el periodismo, la psicología y el humor, interactuarán en este foro para buscar soluciones eficaces ante la necesidad del venezolano de sobrellevar la problemática realidad contemporánea. El 7 de agosto, el bon vivant Alberto Soria dirigirá una cata íntima para un selecto grupo de periodistas de diferentes medios de comunicación, bajo el título “De la palabra al gusto”. Soria fue redactor de AFP en París y profesor universitario, y mantiene una larga relación con el whisky escocés, producto de sus recorridos por destilerías y catas con expertos locales. El 17 de septiembre, en el Centro Cultural Chacao, tendrá lugar el foro “1810-2010: 200 años de independencia”, en el que participarán los historiadores Elías Pino Iturrieta, Inés Quintero y Manuel Caballero, con la moderación del periodista y locutor Jaime Bello. Los ponentes describirán el marco histórico presente hace 200 años, los antecedentes y las consecuencias de la formación de la Primera República como referencia para el análisis de la actual situación geopolítica de Venezuela y las patrias hermanadas en el sueño de la Gran Colombia del Libertador Simón Bolívar. Además, este evento servirá para institucionalizar un foro anual promovido por Alfa. “Narrativa venezolana: tan lejos y tan cerca” es el título del foro que se celebrará el 8 de octubre, también en el Centro Cultural Chacao, y en el que participarán los escritores Juan Carlos Méndez Guédez, Roberto Echeto, Ana Teresa Torres, Alberto Barrera Tyszka y Rodrigo Blanco, con la moderación de la periodista Ana María Khan. Los autores analizarán las perspectivas actuales de la narrativa venezolana, su universo de lectores dentro y fuera de Venezuela, la influencia de los premios literarios y las experiencias creativas y literarias que han vivido en escenarios locales y extranjeros. Finalmente, el 22 de octubre el oceanógrafo Aramis Latchinian y la ONG Conservación Internacional hablarán en el Centro Cultural Chacao Venezuela sobre los problemas ambientales, en el foro “¿Se puede gestionar el ambiente de forma global?: paranoia ambiental o solución al alcance de la mano”. Verdades y mitos del apocalipsis ambiental y del calentamiento global, clasificación de los residuos sólidos y perjuicios ocasionados por los plaguicidas son algunos de los temas que se tratarán en esta jornada. Según fuentes de la editorial, el ciclo “Ideas en Obra” se enfocará en “avivar la conversación cultural de una sociedad que ha despertado del sueño de la globalización y busca referentes locales que le permitan interpretar su propia circunstancia en diversos campos como la ficción, actualidad, historia, política, psicología, narrativa, filosofía, gastronomía y el humor”. Fuente: Alfa *** Curso de postproducción para jóvenes cineastas dictarán en México Hasta el viernes 25 de julio es posible enviar solicitudes de inscripción al curso de perfeccionamiento en postproducción que ha sido preparado conjuntamente por la Unión Latina (http://www.unilat.org) y el Centro de Capacitación Cinematográfica de México (CCC, http://ccc.cnart.mx), y que se llevará a cabo en la nación azteca entre el 6 y el 31 de octubre. En la selección pueden participar jóvenes cineastas entre 20 y 35 años, ciudadanos de cualquiera de los 37 estados miembros de la Unión Latina, con un buen conocimiento de la lengua castellana (escrita y oral), y alumnos del último año de la carrera o egresados con conocimientos en edición no lineal, Final code y Excel, con un manejo comprobado de las áreas correspondientes. El curso será impartido por el mexicano Pedro de la Garza (México) y el programa puede ser descargado de http://tinyurl.com/5kpuu6 (PDF, 59 Kb). Hay cupo para diez personas. Las inscripciones son gratuitas y podrán formalizarse únicamente por Internet mediante una ficha de inscripción disponible en http://tinyurl.com/5hmqrj, que debe ser rellenada en castellano y a la que los aspirantes deberán adjuntar una foto tamaño carnet, una copia del documento nacional de identidad (carta de identidad o pasaporte), un guión escrito de hasta nueve cuartillas y documentos que justifiquen la formación o experiencia profesional del interesado en el ramo de la edición y la postproducción (diplomas, certificados, documentos oficiales, etc.). La Unión Latina correrá con los gastos de la formación en el CCC, así como los de estadía durante el curso, del 5 de octubre al 1 de noviembre (alojamiento, seguro y pensión completa, a mediodía en el restaurante del CCC y con viáticos para la cena). Por su parte, los cineastas seleccionados deberán costearse el viaje ida y vuelta desde su país de residencia hasta México, los eventuales gastos de visa y cualquier otro gasto suplementario (tasas de aeropuerto, exceso de equipaje, etc.). Los países miembros de la Unión Latina son Andorra, Angola, Bolivia, Brasil, Cabo Verde, Chile, Colombia, Costa de Marfil, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Filipinas, Francia, Guatemala, Guinea-Bissau, Haití, Honduras, Italia, México, Mónaco, Mozambique, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, República Moldova, Rumania, San Marino, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Timor Oriental, Uruguay y Venezuela. Quienes necesiten obtener mayor información pueden escribir a mathilde.dcc@unilat.org. Fuente: Unión Latina *** Literatura de Centroamérica será analizada en Filgua Sergio Ramírez, de Nicaragua; Ana Cristina Rossi, de Costa Rica, Horacio Castellanos Moya y Jacinta Escudos, de El Salvador, y David Unger, escritor guatemalteco residente en Nueva York, son algunos de los escritores que participarán en la V Feria Internacional del Libro en Guatemala, Filgua 2008 (http://www.filgua.com), que se llevará a cabo del 25 de julio al 3 de agosto en el Parque de la Industria en la ciudad de Guatemala. El principal objetivo de Filgua, cuyo programa será lanzado el próximo viernes 20 a las 10 de la mañana en el Patio de la Paz del Palacio Nacional de la Cultura de Guatemala, es promover la libre circulación del libro en la región centroamericana, espera la presencia de por lo menos 15 escritores de los países de la región, y por lo menos 20 guatemaltecos, que durante diez días tendrán la oportunidad de presentar su más reciente producción literaria, en los distintos géneros, de prosa y poesía, además de libros de carácter científico social. En la quinta edición del evento, habrá 172 espacios destinados para la exhibición y venta de libros, y se prevé que las actividades de intercambio cultural rebasarán con creces las más de 200 realizadas en 2006. Como parte de la programación cultural, se realizará sendos talleres de capacitación a personal de bibliotecas públicas y a libreros, un simposio internacional sobre literatura infantil y promoción de la lectura, una conferencia internacional sobre enseñanza de la historia y un congreso internacional sobre literatura indígena. Habrá también lanzamientos editoriales, cuentacuentos, talleres de creación literaria, visitas dirigidas de estudiantes de los distintos niveles educativos, conferencias y mesas redondas. Los escritores participarán en la Conferencia Internacional sobre Literatura Centroamericana que, en el marco de la Filgua, se llevará a cabo el 28 y 29 de julio, y que constituye un espacio ideal para acercar a editores, académicos y escritores e incidir en un mayor conocimiento de los autores en la región. Propiciar una mayor difusión internacional de la literatura centroamericana contemporánea, favorecer un mayor conocimiento de la literatura en cada uno de los países, y mediante el intercambio cultural, contribuir a la integración regional centroamericana, es el propósito de esta actividad en la cual se espera conocer ponencias de entre 30 y 40 académicos, y unos 15 escritores de la región. Del 28 al 30 de julio, los escritores antes mencionados también estarán presentes en el Encuentro de Escritores 2008, cuyos objetivos son propiciar el mutuo conocimiento entre escritores centroamericanos contemporáneos, crear canales de comunicación cultural entre los países, favorecer el encuentro entre escritores centroamericanos y editores europeos y norteamericanos, con el fin de lograr mayor proyección de la literatura de la región, fuera de sus fronteras. La Filgua, organizada por la Gremial de Editores de la Cámara de Industria y patrocinada por diversas organizaciones y empresas nacionales e internacionales, se realizó por primera vez en el año 2000, y se celebra cada dos años. Se espera que este año convoque a más de 50.000 visitantes, una alta proporción de los cuales la conforman estudiantes de escuelas primarias y colegios, para quienes el ingreso a la feria es gratuito. Fuente: Filgua *** Festival de Novela Policiaca “Getafe Negro” realizarán en octubre Entre el 22 y el 26 de octubre se celebrará en Getafe (Madrid, España) el nuevo Festival de Novela Policiaca “Getafe Negro”, según informó este 12 de junio su padrino y comisario, el escritor Lorenzo Silva, quien destacó el “florecimiento” de la novela negra porque es la “novela sucia de nuestro tiempo” y desglosó las líneas generales de este evento que aunará “calidad” y “rigor en la programación”. El festival nace para centrarse en la divulgación de la lectura y de otras iniciativas culturales relacionadas con la literatura del género, que hoy en día se ha convertido en la nueva gran novela social y realista de nuestro tiempo, y describe como ningún otro los problemas, dificultades y desafíos que atraviesan las sociedades contemporáneas. Las calles, la universidad, las plazas y los espacios culturales de Getafe se llenarán de escritores, músicos, artistas, actores y lectores en un intenso programa de actividades culturales, cuyo eje central serán las mesas y debates que se establecerán con escritores, habituales del género como Juan Madrid, José María Guelbenzu o Rafael Reig. Las jornadas se desarrollarán en varios edificios y tomarán literalmente las calles de la localidad, en torno a tres grandes ejes: Madrid como escenario literario, arquetipos policiales y criminales y novela negra escrita en África. La idea que se persigue, según contó el organizador, es dotarle al festival de una personalidad propia. “La novela policiaca ayuda a descifrar, de manera implacable, los lados más oscuros del hombre y de la sociedad”, afirmó Silva, creador de la pareja de guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, protagonistas de sus novelas más célebres. “No queremos que sea un encuentro exclusivo de escritores; habrá mesas redondas con policías, guardias civiles y gentes del hampa, y se debatirán ‘casos’ sonados, crímenes que han tenido en vilo a la sociedad. Policías y delincuentes son los inspiradores del género y queremos plantear una reflexión sobre estos arquetipos invitándoles a participar en el festival”. Para Juan Madrid, este festival se puede convertir en una “bomba de relojería” por la riqueza temática y el auge del género, que responde a una necesidad de “indagar en la realidad”. Comparó al género con una “linterna de un acomodador de cine” que nos muestra los “recovecos del horror y la manipulación”, y agregó que el florecimiento del género “se explica por el triunfo de la narratividad y la necesidad de que la realidad sea desvelada”. Libros, charlas, debates, seminarios, cómic pero también música, teatro, cine, y todo tipo de actividades destinadas a todos los públicos, para realizar un festival literario polifacético y multigenérico, que coincidirá con la Feria del Libro Antiguo, Nuevo y de Ocasión de Getafe. El festival, que tiene al periodista David Barba como director de programación, cuenta con el apoyo incondicional del alcalde de Getafe (http://www.getafe.es), Pedro Castro, y el patrocinio de El Corte Inglés (http://www.elcorteingles.es), contará con la presencia de los autores africanos de novela negra más relevantes del momento. Silva informó que están confirmados novelistas keniatas, senegaleses y marroquíes. “La multicultularidad es un rasgo distintivo de Getafe. Cuando voy a al parque con mis hijos me encuentro a niños de una docena de países; esa mezcla de razas, comportamientos y culturas va a estar presente en las jornadas”. El novelista madrileño concluyó negando que, con este festival, Getafe (localidad donde reside y que cuenta con 200.000 habitantes) quiera competir con Gijón o con Barcelona. “Nacemos con vocación complementaria; yo creo que hay sitio para todos”, observó. Fuentes: Europa Press • La Rioja ||||||||||||||||||||||| LITERATURA EN INTERNET |||||||||||||||||||||| Corriente-Alterna.net http://www.corriente-alterna.net Revista virtual de la asociación homónima venezolana, cuyo objetivo es fomentar la cultura en todas sus expresiones y hacerla accesible a los jóvenes. La publicación tiene periodicidad mensual y publica noticias, críticas y otros materiales en áreas como música, cine, artes escénicas, literatura y artes plásticas. Posee además dos foros en los que su comunidad de lectores discute sobre estos temas. Sedice.com http://www.sedice.com Portal especializado en literatura del género fantástico, de ciencia ficción y del terror y el misterio. Dispone de un foro donde la comunidad habla sobre diversos tópicos relacionados con estos géneros, una biblioteca donde el visitante puede acceder a libros digitales, avances de libros, cortometrajes e información sobre dónde conseguir títulos específicos, una enciclopedia en formato wiki y noticias del medio editorial en estos géneros. Nuevo Mundo Mundos Nuevos http://nuevomundo.revues.org Revista de investigación coordinada por miembros de la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS, http://www.ehess.fr), que publica materiales sobre los intercambios entre las Américas, España, Portugal, Italia y Francia (siglos XVI-XIX), la confrontación y las conexiones entre la América española y la América portuguesa (siglos XVI-XXI), la producción y recomposición de las identidades bajo sus múltiples formas y contextos sociopolíticos (siglos XV-XXI) y otros temas relacionados. Recibe materiales inéditos en español, francés, portugués o inglés. Sociedad Argentina de Información http://www.sai.com.ar Institución privada argentina que tiene sus raíces en el centro de investigaciones bibliográficas que desde 1987 se dedicó al estudio de los medios de comunicación social. El portal ofrece, además de un boletín informativo, noticias sobre cursos y actividades diversas en las áreas de bibliotecología, comunicación, cinematografía, metodología y museología, así como una guía de bibliotecarios argentinos. Río Grande Review http://www.utep.edu/rgr Publicación bilingüe (inglés/español) dirigida por estudiantes de la Maestría en Creación Literaria de la Universidad de Texas en El Paso (http://www.utep.edu). Difunde materiales de arte, ficción y poesía en El Paso, en la frontera México-Estados Unidos, y a nivel mundial, y tiene ediciones digital e impresa. Acepta materiales por correo electrónico. Casa Nacional de las Letras Andrés Bello http://www.casabello.gob.ve Entidad gubernamental venezolana que tiene como objetivo estimular y difundir la creación literaria en su sentido más amplio, y realizar una lectura del país a través del análisis y la interpretación de sus formas características de lenguaje, de sus manifestaciones estéticas y de sus maneras de enfocar y definir sus propios acontecimientos. El portal de la institución ofrece información sobre sus concursos, las casas regionales, el Sistema Nacional de Talleres Literarios, la Revista Nacional de Cultura y otros temas. ||||||||||||||| ESPECIAL: ADIÓS A EUGENIO MONTEJO ||||||||||||||| === Eugenio Montejo (1938-2008) Adolfo Castañón ====================== I A su querida Valencia fue a buscar Eugenio Montejo la última Terredad, lejos del oleaje pavoroso de los rascacielos y cerca de mar que atraviesa su obra elegante y risueña. No era Eugenio un hombre triste del instante: su hora era otra, acaso esa edad profunda llamada por él Terredad, aunque eso no le impedía estar en el momento preciso para extender la mano y ofrecer al amigo un vaso con agua fresca. Eugenio Montejo traía entre labios una canción antigua, un canto mayor que se disimulaba entre las líneas de su verso. Destilando al recibir y polinizando al dar, Eugenio Montejo era un domador natural, un maestro amaestrador capaz de educar la hierba indócil y el animal silvestre. Polinizador, Eugenio Montejo fecundaba cuanto rozaba su aliento y sabía individualizar, dar rostro y nombre a cada rayo de sol, a cada hora. No maravilla que haya creado una prole de heterónimos, y no sólo por gusto o juego sino por una imperiosa necesidad, un respeto amoroso, en el sentido más fuerte de la palabra, hacia la otredad del otro. Habría que inventar para saludar su des-nacimiento una canción de cuna capaz de levantar al muerto, como en los ritos otomíes mexicanos, para llevarlo a ese despertar infalible. Él sabía tanto de estas cosas que traer a cuento el libro de los muertos del Antiguo Egipto o del remoto Tíbet no sería de ayuda para él sino más bien para nosotros que nos quedamos aquí como mutilados. Pues el maestro de la desnudez y la limpieza que fue Eugenio Montejo nos lleva y llevaba la delantera. II Eugenio Montejo, hermano mayor y maestro en el arte de ordenar las palabras y la vida, poeta grande y escritor mayor, acaba de dejarnos. Vivía la poesía y la escritura con una urgencia íntima y la creación de heterónimos no era en él casual. Hace unos días le envié una página electrónica (www.spacetelescope.org) donde vienen fotografías extraordinarias de galaxias y de estrellas. Pensé en enviárselas pues la obra de Eugenio se abre a una conciencia, diría yo casi física, de la pluralidad de los mundos y de los universos. Desde esa conciencia hay que preguntarse por la forma impecable y amorosa en que fue ordenando y organizando su obra. En los últimos años, tuve la inmensa fortuna de ser su amigo leyente, su cómplice en la conjura del escribir y de leer bien, mi deuda con él no se puede cifrar en palabras sino en música y silencios inteligentes, en acinesia. Pensando en su maestro Blas Coll y en la escuela de los calígrafos quisiera arriesgar a su memoria un epitafio: “Ahora menos”. III Al partir Eugenio Montejo nos deja como huérfanos de maestro y de hermano mayor que sabía deletrear el “alfabeto del mundo” y descifrar las cantidades de la luz imantadas por el lenguaje de la tierra. Su pérdida la viviremos muchos como una suerte de mutilación. Por fortuna, nos enseñó a través de su obra la gracia y la levedad de vivir y escuchar las músicas disonantes del ser. Su uso pulcro y límpido del castellano, su atención inteligente nos recordarán siempre que estamos ante un gran señor de la lengua y de la cultura. No le faltarán reconocimientos, pero quizá el mayor sea el de ese susurro amoroso que enlaza la condición adorable de su persona —de su buena persona— con la fuerza de una obra escrita valiente, desafiantemente a contrapelo del mundo y su siglo al que sabía decir adiós. Geometría de las horas es el título que lleva la primera antología de su obra que tuve la fortuna de preparar en su compañía. Aprendí con Eugenio Montejo muchas lecciones pero sobresale una: la de la necesidad de celebrar con rigurosa alegría las fiestas. Y la muerte es, en cierto modo, una fiesta, un fúnebre fasto, ¿cómo aprender de nuevo el arte sagrado del balbuceo que sólo se da a orillas del abismo que, con su ausencia, se vuelve a abrir ante nosotros? ** Adolfo Castañón Poeta, ensayista, editor y crítico literario mexicano (Ciudad de México, 1952). Estudioso de las letras y gastrónomo completamente autodidacta, ha sido miembro del consejo de redacción de varias revistas en Latinoamérica, entre las que se encuentran La Cultura en México, Suplemento de Siempre!, Vuelta, Letras Libres (http://www.letraslibres.com) y Gradivia. Laboró durante más de 30 años en el Fondo de Cultura Económica (FCE, http://www.fondodeculturaeconomica.com), donde desempeñó distintos cargos del oficio editorial. Ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua (http://www.academia.org.mx) en marzo de 2005, ocupando la silla número dos de la institución, que antes perteneciera a Francisco Monterde y Héctor Azar. Por su obra ha recibido el Premio Diana Moreno Toscano (1976) y el Premio Nacional de Literatura Mazatlán (1995). Ha publicado Fuera del aire (1978), El reyezuelo (1978), Cheque y carnaval (1978), El pabellón de la límpida soledad (1991), Alfonso Reyes Ochoa, caballero de la voz errante (1991), El mito del editor y otros ensayos (1993), Sombra pido a una fuente (1994), Arbitrario de literatura mexicana (Paseos I) (1993), Macrocefalia, en colaboración con Jaime Moreno Villareal y Fabio Morábito (1994), La gruta tiene dos entradas (Paseos II) (1995), El jardín de los eunucos (Paseos III) (1996), Lugares que pasan (IV) (1998), Tránsito de Octavio Paz (1914-1998) (1999), Grano de sal (2000) y La campana y el tiempo (Poemas 1973-2003) (2004). También tradujo Después de Babel, de George Steiner, y Ensayo sobre el origen de las lenguas, de J. J. Rousseau (ambos publicados por el FCE). === Encuentro con Blas Coll Alberto Hernández ======================== I ¿En qué momento descubrí —al frente de varias cervezas y un montón de libros que su autor, Eugenio Montejo, dedicaba a quien esto escribe, en un bar de esta ciudad—, que Blas Coll andaba de mesa en mesa calificando símbolos, anudando realidades? No en vano, Montejo, con la amabilidad que lo caracteriza, intentaba aplacar la desmesura de quien lo miraba distraído, dedicado a descifrar el color de los ojos del viejo maestro de Puerto Malo. El poeta —el de carne y hueso— auspiciaba la calma de la calle desde su privilegiada posición en el local. No tenía yo la posibilidad de reconocer al hombre reflejado en el vidrio, aquella tarde de cualquier mes de hace cinco años. Por los vientos que soplaban (hacía un calor intenso en esta ciudad), Montejo llevaba en algún lugar del cuerpo la marca de su maestro. Por eso asentía cada vez que una palabra encajaba en sus acuerdos, en la redondez de una respuesta. O en el silencio que aparecía sin permiso mientras esperábamos a otro poeta que se había quedado rezagado en el laberinto de sus emociones. “Los hombres en cualquier época son fatalmente conservadores, no hay más que ver cómo se comportan ante los cambios del lenguaje. En todo tiempo se hallan prestos a demoler el mundo para rehacerlo de cabo a rabo, aunque ello no sea más que engendro de su hastío metafísico. La lengua nuestra, en cambio, con cuánta comodidad se adecua a la indolencia de antiguas formas. ‘Pueden meterse con todo, pero no toquen el lenguaje’, decía el travieso Voltaire”, se le oyó decir al celaje que pasó por los ojos de Eugenio. II Precisión, coherencia, dicción. La voz del poeta de Papiros amorosos nada cuestiona. Se aferra al eco del maestro. Inclina la cabeza y se concentra en la dedicatoria. Sorbe la cerveza. Se le nota un aire de Lisboa en el acomodo de los gestos. —¿Cómo era Blas Coll? —Quienes lo conocieron lo describen con rasgos más o menos aproximados. Anoto, de mis averiguaciones, las señas que más se reiteran: era menudo, de mediana estatura y rostro ovalado. Llevaba siempre gafas doradas y un sombrero de fieltro, al parecer su prenda más definitoria, junto con un lápiz achatado sobre la oreja derecha... —Entonces, ¿para Montejo es un fantasma, una referencia verbal? —Sí y no. Te lo puedo responder con las mismas palabras que usé para una bella edición, la más reciente: “Tarde, muy tarde han llegado a mis manos los restos del cuaderno de Blas Coll, cuyos fragmentos más legibles trato de recomponer en las anotaciones que transcribo. Su autor ya tenía más de veinte años de muerto al momento de mi hallazgo...”. —Me pareció verlo hace sólo un rato, poeta. —¿A quién, por favor? —A Blas Coll. Creo que hacía de mesero. Y casi afirmo que usted también lo vio. Hasta oí algo que le sopló muy cerca. La última palabra fue Voltaire. ¿Me equivoco? —Bien, suele aparecerse, pero no es un fantasma común y corriente. Es una aparición encantadora. Un maestro del silencio, de los susurros... Destaca por un perfume que suele contagiar, como un limonero en una sala cerrada. ¿No sentiste ese olor? —En verdad, no. Pero sí su ectoplasma. III La tarde seguía instalada en el cristal que nos separaba de la calle. Otro par de cervezas aligeró la carga de la afirmación anterior. Eugenio se quitó los lentes y sonrió con diplomacia, a sabiendas de que quien lo escuchaba no poseía la virtud de conectarse con el maestro. —Debo aclararte que Blas Coll era mudo por voluntad propia. Entonces, ¿cómo fue que oíste parte de lo que me dijo al oído? —No sé, pero algo me llegó. La palabra Voltaire me sacudió. Y no porque lo haya leído en el cuaderno. Hasta el tono de su voz se familiariza con la realidad. Es decir, la ficción, lo que nos atrevemos a afirmar como tal, queda descartada. O en todo caso, la imaginación nos traiciona. —Podría ser. Se dice que Blas Coll no es su nombre verdadero. Desde que llegó a la bahía en 1932 se le conoció con ese nombre. —¿Y cuál es la duda? —Ninguna, sólo que haberlo oído fuera de mí es algo extraño, lo que significa que se podría corporeizar en cualquier momento... —Creí haberlo visto. —O imaginado. —¿Y no es lo mismo? —Sí, en eso no cabe discusión alguna. Es lo mismo: la imaginación es la única realidad que nos queda, como la poesía la última religión. IV —El mismo Coll nos da la razón cuando afirma que “la lógica sirve a la realidad tanto como la geometría a las nubes. De llegar a mostrarse a través de formas rígidas y predeterminadas, qué poco encanto ofrecerían a la contemplación las cambiantes formas de un nubario matinal”. —Sí, hermoso pasaje. —Pero, Eugenio, ¿no será acaso Blas Coll producto de una fiebre contemplativa? —¿Qué diferencia tiene esa frase con la creación? El hecho creador entraña un desdoblamiento. Es una suerte de enfermedad. —Que no nos extrañe entonces toparnos con Coll a la vuelta de esquina. —Seguramente, pero no hablará. Lo que oíste fue parte de este momento de ficción que vivimos. Somos retazos de la realidad. Es decir, encajamos perfectamente en ese invento trágico y a la vez maravilloso llamado tiempo. —Es decir: “La contemplación es el abandono de las imágenes lingüísticas por las más inmediatas de las cosas en sí mismas”. —Justamente. Blas Coll llegó a creer que el único hereje verdadero de estos tiempos era él. De manera que no es extraño que lo veamos en la calle, sumergido en su silencio, con la esperanza de retornar a Puerto Malo. La mesera trajo más cervezas. La tarde pellizcaba la superficie del vidrio. La ciudad, allá afuera, era una condición. Un rato más adelante, la calle nos recibió. Por el oeste se escapaba la memoria del día. Eugenio Montejo se despidió con el abrazo de siempre. Mientras su carro se alejaba, alguien, sentado en la orilla de la acera exclamó bajito: “¡Qué raro se nos hace dirigirnos con un mismo pronombre a seres tan distintos, a tan variadas personas!”. Recitó otras cosas que no logré entender. La pesadez de la bebida me condujo a un laberinto del cual no he podido aún salir. Sin embargo, suelo entablar un denso diálogo con una voz que ya me es familiar. Ese día con el poeta Montejo descubrí que los imaginados éramos los dos. ** Alberto Hernández redaccion@elperiodiquito.com Poeta, narrador, periodista y pedagogo venezolano (Calabozo, 1952). Tiene un postgrado en literatura latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar y fue fundador de la revista Umbra. Ha publicado los poemarios La mofa del musgo (1980), Amazonia (1981), Última instancia (1989), Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989), Bestias de superficie (1993), Nortes (1994) e Intentos y el exilio (1996). Además ha publicado el ensayo Nueva crítica de teatro venezolano (1981), el libro de cuentos Fragmentos de la misma memoria (1994) y el libro de crónicas Valles de Aragua, la comarca visible (1999). Reside en Maracay, estado Aragua, Venezuela, donde dirige el suplemento cultural Contenido, que circula en el diario El Periodiquito. === El destino lo teje hasta la araña Leopoldo de Quevedo y Monroy === “La poesía es la última religión que nos queda. Si hay un juicio final, será ante ella”. Eugenio Montejo, venezolano, muerto ayer jueves Cuando apenas me estaban creciendo las orejas y las neuronas jugaban en el recreo de mi cuerpo, escuchaba los relatos del ciego Homero. Me llamaba la atención que él y sus colegas de escritura, los que nos enseñaron a masticar la dureza de la vida, se fijaran en el fin trágico de quienes se suponía eran los modelos de su pueblo. Necesitó más de 20 mil versos para dejarnos en la mente las electrizantes imágenes de míticas criaturas, traiciones, viajes tortuosos y tempestades. Y Sófocles, Eurípides y Esquilo completaron el cuadro en tragedias de reinos caídos, corazones rotos, vellocinos de oro extraviados, madres desalmadas y amores inconfesables. El hombre y su universo de posibilidades allí quedó plasmado mejor que en todos los tomos de Agustín, Tomás de Aquino o de Freud y Jung, de sociólogos estructuralistas y antropólogos. Su ansia de hundir sus instintos y aspiraciones en el limo eterno para encontrar la explicación de sus raíces y el final de su existencia lo explicaron ellos con ejemplos que rebosan patetismo y lágrimas. No dejaron a sus dioses —de mármol y de nubes— la tarea de resolver estas cuestiones y cargaron sobre los lomos propios y en las manos del humano el problema de dar respuesta, con los ojos abiertos, a tamaña incógnita no tan algebraica. ¿Podrá el ser humano ser capaz de descifrar qué será de él en el mundo y hasta cuándo y cómo llenará la copa vacía que le fue entregada su primer día? Pasa sus días ensayando fórmulas, dando tumbos, mirando detrás de las ventanas y preguntándole a las líneas de la mano qué le tiene deparado el día de mañana. ...A los gansos del vaticinio los mataron a las cinco de la madrugada los sacerdotes y las brujas del Medioevo. Ya no hay alquimias ni cartas australes y los arúspices de circo son adornos insípidos de las ferias. En vano responderán lo que no saben y las monedas que bendigan serán una estafa. Es el hombre el propio artífice de la obra larga que le espera en el teatro de esta vida. Nadie, excepto su imaginación, su puño y sus agallas podrán delinear y hacer realidad la cinta cinematográfica de su existencia. No será la férula de sus padres, ni el cigarrillo de sus amigos de cuadra, ni los sermones sosos del carismático en la iglesia sino la fina punta de su ingenio la que dé forma a su Destino. No será una piedra que se corra y le permita encontrar su Sésamo, ni deberá esperar que un dios surja de las nubes y le abra el libro de la sabiduría, la fama y el dinero. El libreto que deberá interpretar lo debe escribir su misma lengua y lo que diga y logre con sus acciones irá grabándose en un Ipod imborrable que se reproduce a pantallazos en su presente. No valdrá la Interpol ni la Dijín, ni la Dea. Allí nadie manipulará los resultados de esa suma. El juez será la sociedad, quienes le rodean. Nadie hablará por el actor y la vida no le dará la oportunidad de repetir su parlamento. No habrá padrinos ni el director le facilitará un cambiazo. Su Suerte no será el azar sino el logaritmo que haya fabricado con sus actos. Habrá un solo premio, el suyo, el que ahora está envolviendo poco a poco, no habrá aproximaciones y se irá ganando por porciones. Al final, cuando baje el telón, podrá oír la exaltación de su memoria o sentarse en una fría baldosa a recibir la sentencia maldita de la infamia. El veredicto lo dará en esta vida el jurado de la conciencia, sin apelación. No habrá que esperar una segunda instancia. ¿Está creyendo usted que podrá invocar locura o que Tiempo le prescriba a su favor? ** Leopoldo de Quevedo y Monroy leoquevedom@hotmail.com Escritor colombiano. Abogado egresado de la Universidad Libre (http://www.unilibre.edu.co) y magíster en Docencia Universitaria por la Universidad del Valle (http://www.univalle.edu.co). Ha publicado Confesiones de un cura casado (Corredor, 1999), El anteproyecto y el proyecto de investigación, los poemarios Versos sacros y profanos (Artes Gráficas del Valle; Cali, 2005) y Cotidianidad en Re-verso (Artes Gráficas del Valle; Cali, 2006) y diversos materiales en el diario El Tiempo (Cali) y la revista Plenilunio. Ha participado en eventos literarios como la “Hora de la Poesía” en la Feria del Libro en Bogotá (2005), el V Festival Internacional de Poesía en Cali, la XI Feria del Libro Pacífico y otros. === Algunas palabras para Eugenio Montejo —in memoriam— =================== === Manuel Cabesa ========================================================= La primera vez que tuve contacto con la poesía de Eugenio Montejo, fue a principios de los ochenta, en la voz de una joven actriz que decía el poema “La casa”, que aparece en su libro Terredad en un montaje realizado por Eduardo Gil con estudiantes de la Escuela de Letras de la UCV, llamado La casa de fuego, una especie de collage teatral utilizando textos de poetas venezolanos. Aún resuenan en mi memoria las melodiosas palabras dichas por aquella hermosa joven con voz cristalina e innegable. Algún tiempo después cayó en mis manos un ejemplar de la revista Tiempo Real, que publicaba la USB, en donde aparecía una antología de nueva (para la época) poesía venezolana. Fue la primera oportunidad de acercarme a los textos de Alfredo Silva Estrada, Francisco Pérez Perdomo, José Barroeta, Ramón Palomares, entre otros; y por supuesto Montejo. Allí leí estos versos que me conmocionaron: En los bosques de mi antigua casa oigo el jazz de los muertos. Arde en las pailas ese momento de café donde todo se muda. Oréanse ropas en las cuerdas de los góticos árboles... Después fui consecuente con cada una de sus publicaciones, las perseguí por librerías y remates, hasta hacerme con cada uno de sus libros. Luego, en 1982, nos conocimos en Valencia, la de Venezuela. Nuestros encuentros no fueron muchos, tres si acaso, pero cada vez el maestro tuvo siempre la misma afabilidad, la misma donosura en el trato. Siempre trató a los más jóvenes, a aquellos que nos acercábamos buscando un aliento para nuestra ambición de escritura, con respeto y deferencia, severo en sus comentarios sobre nuestros bocetos y generoso cuando recomendaba alguna lectura. En Maracay nos vimos la última vez, cuando nos regalara una lectura de sus textos en una actividad que organizara la Fundación Ludovico Silva. En un momento durante el pequeño brindis, Montejo hizo que reuniera a los muchachos que participábamos en el Taller Literario que hacíamos para esas fechas y comenzó a hablarnos de José Bianco, el extraordinario novelista argentino que fuera su amigo. Esa noche, tardamos mucho en llegar a nuestras casas embriagados como estábamos de tanta emoción. Bárbara Solomon dice, que cuando un amigo muere, no lloramos por su muerte sino por aquello de nosotros que muere con él. Con Montejo, mueren también Blas Coll, Tomás Linden, Sergio Sandoval y Eduardo Polo, todos emanaciones de una misma personalidad, todos poetas que han de perdurar cada vez que reiniciemos su lectura. Una vez leí que cuando muere un poeta se hace un gran silencio en el mundo. La frase está referida a la muerte de T. S. Eliot; sin embargo pienso que ante la desaparición física de Montejo estas palabras adquieren un verdadero significado; creo que todos los que el pasado viernes 6 de junio nos enteramos de la infausta noticia, sentimos ese gran silencio abrirse paso en nuestra alma. La casa En la mujer, en lo profundo de su cuerpo se construye la casa, entre murmullos y silencios. Hay que acarrear sombras de piedras, leves andamios, imitar a las aves. Especialmente cuando duerme y en el sueño sonríe —nivelar hasta el fondo no despertarla; seguir el declive de sus formas los movimientos de sus manos. Sobre las dunas que cubren su sueño en convulso paisaje, hay que elevar altas paredes, fundar contra la lluvia, contra el viento, años y años. Un ademán a veces fija un muro, de algún susurro nace una ventana, desmontamos errantes a la puerta y atamos el caballo. Al fondo de su cuerpo la casa nos espera y la mesa servida con las palabras limpias para vivir, tal vez para morir, ya no sabemos, porque al entrar nunca se sale. ** Manuel Cabesa hjsherman@hotmail.com Narrador, poeta y ensayista venezolano (Caracas, 1960). Perteneció al Taller de Poesía del Celarg y ha colaborado con las principales páginas literarias de la región y del país. Ha publicado el poemario Vida en común (1985), la antología El acto y el lugar de la poesía. Una antología de arte poética venezolana (Maracay, 2002) y el libro de cuentos Falsificciones (Villa de Cura, 2004). Reside en Maracay, Aragua. === Eugenio Montejo: la leve terredad del poema Rafael Rattia ======== Nunca resultará fácil abordar la ponderación de una vida y obra poética que muchísimo antes de cruzar el frágil ítem que “separa” la existencia de la muerte ya ha alcanzado la trascendencia de su universalidad. Eugenio Montejo (Caracas, 1938-Valencia, Venezuela, 2008) fue —acaso siempre será, per secula seculorum— una voz que, por antonomasia, funda y refunda la inagotable tradición lírica hispanoamericana y extiende su irreductible vocación ecuménica hasta, y más allá de, los confines planetarios de la lengua de Cervantes, Góngora, Quevedo, Borges y tantos fundadores de la patria sin frontera que es la lengua castellana. Con apenas 69 años de intenso y hondo trasegar un singularísimo periplo vital el poeta edificó un corpus scriptum de indudable condición transgenérica. Aunque, también sin duda, su impoluta gesta creadora sobresalió con creces en el género poético; no por ello dejó de brillar, ex aequo, con sui generis hondura y fascinación en el campo de la ensayística e incluso alcanzó cotas, nada desdeñables, de respeto y admiración en el movedizo terreno de la crítica y la traducción literaria. Todo en su vida, desde su advenimiento al mundo hasta su lamentable partida suscitada la primera semana de junio de este año, estuvo signado por huellas de perennidad. La vida del poeta estuvo inextricablemente fusionada a lo que con el tiempo devendría obra literaria de impronta eterna. Puede decirse que toda su existencia estética estuvo influenciada por la figura del padre; un panadero de la Caracas de los años cuarenta del siglo XX que supo auspiciar desde la más tierna infancia del bardo una sensibilidad permeable y susceptible a los influjos del arte de amasar el universo y sus infinitas imágenes por la capacidad sensitiva del verbo creador del bardo. La demiurgia empalabradora de Montejo es una réplica metafísica que tiene sus raíces primigenias en su hogar apacible que décadas después denominó “El Taller Blanco”. No en vano el poeta titula uno de sus más reconocidos y enjundiosos textos ensayísticos El Taller Blanco, inequívoco homenaje al autor de sus más firmes influencias vitales. Una imagen insustituible de la labor taumatúrgica que encarna todo auténtico creador cuya mirada siempre estuvo colocada en ese tiempo indeterminado que llamamos futuro. La palabra fundante del poeta dejó para la posteridad un testimonio de ineludible consulta sólo comparable a los aportes de Andrés Bello, Pérez Bonalde, Ramos Sucre y otros poquísimos aristócratas del espíritu que edificaron los fundamentos de “la casa del ser” de nuestra venezolanidad. Su cosmovisión literaria, su welstanchauung estético-poética superó largamente los poderes hechizantes de la facticidad mundana de la vulgata terrenal humana y estableció, por medio del contrapoder del verbo imaginístico, otro mundo (una terredad) más humano y digno de ser vivido a plenitud. Cuando en 1958 el dictador Marcos Pérez Jiménez huye del país, el poeta Montejo apenas rozaba los 20 años y recién abría su mirada a la corriente universal de la cultura y se impregnaba de los símbolos eternos de los principales paradigmas civilizatorios del orbe terráqueo; China, India, Grecia, Indoamérica, etc. Venezuela entonces comenzaba, a la sazón, a transitar un ciclo de cultura cívica y democrática y pugnaba por dejar atrás una prolongada noche dictatorial que se afanó con inigualable saña durante una década en conculcar las libertades fundamentales del hombre y del ciudadano; entre ellas la que más desvelos causó al poeta: la libertad creadora y de expresión creativa, hoy seriamente amenazada por un neototalitarismo estatocrático. La “leche negra” que refiere Paul Celan en su poema inmortal “Fuga de la muerte”. Con la lucidez nada distante que caracterizó a Fernando Pessoa, Montejo, su igual, se desdobló en no se sabe cuántos heterónimos; Eduardo Polo, Blas Coll... fueron cara y sello de un mismo y distinto “alter ego” que supo resguardar la inveterada pulcritud de las formas expresivas al tiempo que forjó una obra de poquísima similitud en nuestro orbe hispanohablante. El poeta siempre fue consciente de haber alcanzado el Absoluto; la revelación esencial mediante la escritura del poema. No obstante, supo con igual hidalguía mantener una humildad sólo comparable a la imperturbabilidad del mineral. Lidió a brazo partido con la insoportabilidad de la conciencia y su instantaneidad en la fugaz chispa del existir. Hizo suyo el credo ramosucreano de “vivir es morirse”. Cuando pudo lo escribió para que sus lectores, él estaba consciente le sobreviviríamos, no dejáramos de confirmarlo, “el canto (el poema) siempre estará por encima de la escritura”. En cierta ocasión dijo: “Alguna vez escribiré con piedras / midiendo cada una de mis frases / por su peso, volumen, movimiento / Estoy cansado de palabras” (“Escritura”). Un poema que por sí mismo bastaría para catapultarlo a las cimas de la poesía universal y que en su momento dedicó al padre de Maqroll el Gaviero titulado con el elegíaco título “Adiós al siglo XX” es una odisea escritural de insondables resonancias históricas. Un epitafio finisecular me gustaría denominarlo. Quienes milagrosamente logramos sobrevivirle a Montejo y testificar la transición de la pasada centuria y bebimos, insaciables, de las fuentes de Marx y Freud, Mondrián y Mao; quienes venimos de regreso del desvanecimiento de los grandes metarrelatos emancipatorios decimonónicos, damos fe de la devoción que mostró el poeta por ser un hombre de su tiempo, un contemporáneo de sí mismo. Su amor infinito hacia el jazz y su terrible angustia por el inexorable “desarreglo de todos los sentidos” (Rimbaud). Preocupado por el abandono del ser a la enfermedad del insomnio, esa psicopatología del espíritu que todo lo zapa y corroe hasta volverlo fútil y anodino. Quienes se internen en el bosque de sus arboladuras metafóricas podrán corroborar que la noche es un leit motiv de su obra poética. Puede decirse, sin temor a equivocarse, que Eugenio Montejo hizo del poema un perfecto recurso filial de la Historia como esfuerzo historiográfico por captar la esencia del devenir del espíritu humano. En un poema memorable, toda su obra poética acaso es una interminable oda a Mnemosine, nos dice el bardo: “Cada cuerpo con su deseo Y el mar al frente. Cada lecho con su naufragio Y los barcos al horizonte. Estoy cantando la vieja canción Que no tiene palabras” (“Canción”). El amor, la locura, la muerte, el olvido. Dios, el desamparo, la certeza fatua del hombre y su idolatría a los fetiches ideológicos, la convicción vana de no ser otra cosa distinta de “un ser para la muerte” heideggerianamente hablando; marca toda la poesía de este gigante de la lírica hispanoamericana y en lengua castellana. La música, la pintura, la creación estética en general están en el centro de su obra como un testimonio vivo de la insoslayable preocupación del hombre por resguardar la belleza simbólica del mundo y el espacio sígnico que corresponde a sus hacedores. William Shakespeare dijo una vez, refiriéndose a la muerte: “Nadie ha regresado de aquel ignoto país trayendo noticias del más allá”, y nuestro inmenso poeta Eugenio Montejo supo decirlo de un modo insuperable: “Nadie, nadie sabrá nunca leer sus propios epitafios” (“Cementerio de Vaugirard”). ** Rafael Rattia rrattia@gmail.com Escritor venezolano (Delta del Orinoco, 1961). Historiador egresado de la Universidad de Los Andes (ULA, http://www.ula.ve). Fue director-fundador del Archivo Histórico del Delta, director de la Biblioteca Pública Central Andrés Eloy Blanco y coordinador de Actividades Literarias del Ateneo Internacional de Fronteras Casa de las Aguas. Ha publicado el poemario La pasión del suicida y dirige Laberintos de Agua, la página literaria semanal del diario Notidiario (Puerto Ordaz). Textos suyos han aparecido en el suplemento literario Verbigracia, el suplemento cultural de Últimas Noticias, El Impulso, Frontera y la revista Ateneo de Los Teques, así como en las revistas electrónicas El Invencionero (http://web.jet.es/enseres), Casi Nada (http://usuarios.iponet.es/casinada) y Sólo Texto (http://solotxt.freeservers.com). Mantiene una bitácora personal en http://ratiar.blogspot.com. ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === Soy leyenda Eduardo Balestena ==================================== Pese a que la reciente tercera adaptación cinematográfica (las anteriores fueron en 1964, con Vincent Price, y 1971, con Charlton Heston) de la novela Soy leyenda, de Richard Matheson (Allendale, Nueva Jersey, 1926), tampoco parece ser fiel al original, ni apuntar remotamente a las cuestiones deparadas por el texto, sí nos incita a su relectura, y con ella al nuevo descubrimiento de la obra, y a pensar de qué modos las creaciones literarias pueden ser llevadas al cine. Fidelidad y no fidelidad En un reportaje, el escritor Kazio Ishiguro (Tokio, 1956) sostuvo que una adaptación no tiene que ser necesariamente fiel a un texto literario. Un ejemplo sería la de James Ivory de su novela The remains of the day (Lo que queda del día, 1993), que si bien resulta menos rica que la novela, es fiel a su espíritu. Lo mismo podríamos decir de The bridges of the Madison County, de Robert James Weller (Rockford, Iowa, 1939) donde el personaje de Robert Kincaid, difiere del de una película muy fiel en casi todo el resto. Juan José Delaney (Buenos Aires, 1954) (Marco Denevi y la sacra ceremonia de la escritura, una biografía literaria) enumera las vicisitudes de películas como Rosaura a las diez (Mario Sóficci, 1958), en que la intención del director fue más literal al texto, que la del propio autor. Hace poco Humberto Ríos (La Paz, Bolivia, 1929), director y documentalista, señalaba en la entrevista de Fernando Martín Peña, para el ciclo “La joven guardia”, de canal 7, las alternativas de su película Eloy (1969), basada en la novela homónima de Carlos Droguett (Santiago de Chile, 1912-1996), en la cual buscó decir por la imagen y no por el texto en off, y ser fiel a su lectura de la obra original, antes que a su literalidad, lo cual le costó su relación con Droguett, pero le significó hacer una excelente película. Es decir, que las cuestiones parecen residir en los elementos que singularizan a un texto, lo cual implicaría aspectos formales, más que una fidelidad que puede no arrojar un resultado interesante en términos artísticos. Provenientes de escritores-guionistas, y con un lenguaje esencialmente visual y de acciones, obras como Soy leyenda constituyen un blanco fácil para el canibalismo, en detrimento de aquello que su escritura contiene en realidad, y de las lecturas que es capaz de generar. El laberinto de la soledad Richard Matheson ha sido uno de los guionistas más destacados de series como The Twilight Zone (un ejemplo es la inolvidable “Nightmare at 20 thousand feet”, protagonizada, en sus dos versiones, por William Shatner y John Lithgow) de Rod Serling, y autor del cuento “The duel”, sobre el que se basó la primera película de un virtuoso Spielberg (resulta difícil creer hoy que hubiera empezado como un verdadero cineasta). No obstante, es en las novelas Soy leyenda (1954) y El hombre menguante (1956) donde quizás adquiera una densidad mayor, en ese su propósito de enfrentar la irrupción de condiciones nuevas e inhumanas de vida, lo que las constituye en una épica de la lucha solitaria. La experiencia de la perplejidad, la impotencia, el pensamiento, el dolor, y la esperanza, la idea de lo inacabado y de lo definitivo, la del riesgo que acecha, se viven solitariamente. También solitaria es la experiencia de pasar por pruebas, a veces autoimpuestas, de las cuales no hay más testigo que el lector; tampoco hay colaboradores ni aliados, sino estrategias en las que los personajes (Robert Neville, en Soy leyenda, y Scott Carey, en El hombre menguante) procuran sacar partido del azar, uno de los elementos que los vinculan con el mundo incomprensible que deben vivir. El azar es sin embargo dual, porque se trata de algo con lo que deben enfrentarse permanentemente, y que es, por su propia naturaleza, incognoscible e impredecible. Contrastes En Soy leyenda, el personaje es el último humano en un mundo de vampiros, convertido en tal por una pandemia. La acción progresiva es jalonada por fechas, (I, enero de 1976; II, marzo de 1976; III, junio de 1978; IV, enero de 1979) que significan puntos de inflexión en un texto que resuelve todos los elementos que van siendo planteados, por medio de raccontos, para introducir, sobre el final, uno nuevo. La muda del narrador, en el último renglón, de la tercera a la primera persona, cierra una era, y abre otra. La novela, así, de un modo definitivo, clausura e inaugura dos mundos. El hombre menguante, más extensa y de mayor densidad literaria, en cambio, se desarrolla (en la novela y no en la película de 1957, dirigida por Jack Arnold) en la ruptura del eje temporal. El personaje ha sido expuesto a una especie de rocío, y va empequeñeciéndose y habitando nuevos espacios. El comienzo es un breve capítulo introductorio de una carilla, y el segundo comienza con la terrible persecución de una araña en el sótano, que va siendo alternada con distintas etapas del proceso menguante; el combate se extiende a lo largo de varios capítulos. No interesa, igual que en La metamorfosis, de Kafka, la explicación racional. La obra parece vincularse así más a lo kafkiano que a la ciencia ficción. El personaje deviene en infrasciente, no se encuentra al mismo nivel de su mundo, que, cada vez más ajeno, desaparece en un ascenso indeclinable, y su condición (de vida y de conocimiento) varía en forma continua. Paradójicamente, este déficit de conocimiento del escenario visible (que físicamente se constituye con abismos y bordes de objetos como sillas, que una vez fueron familiares), se convierte en conocimiento del invisible, y cuando el personaje consigue salir del sótano, la novela tiene un final abierto y optimista donde un mundo nuevo se abre hacia un infinito microscópico. Se cumple el destino de los personajes de Matheson de asistir solitariamente a un mundo nuevo, que suscita alternativas asfixiantes de extrañamiento y a la vez de lucha, por eso mismo imposible de ser compartido, y de que en esa experiencia pueda encontrarse cooperación. El destino, físico y espiritual, es solamente propio. No importa lo conocido que pueda resultar el mundo, siempre contiene algo hostil, extraño e inabordable. El conocimiento y sus límites Cuatro elementos parecen constituir a Robert Neville: una resistencia para la cual no encuentra explicaciones, la experimentación racional (en busca de las causas de la plaga y el modo de luchar contra ella), la bebida, vinculada al recuerdo y al fracaso de sus investigaciones, y la música, capaz de conferir una atmósfera íntima y espiritual a un mundo insoportable. Saber, experimentación, búsqueda, constituyen intentos de situarse activamente ante lo incomprensible. Pese a los resultados, el saber, circunscripto a su finalidad inmediata (luchar, sobrevivir) no permite dar cuenta de todo lo que sucede. Hay una explicación coherente de la plaga, pero tal conocimiento se revela posteriormente inútil. El saber es además a-moral, porque al procurárselo, Neville va aniquilando vampiros sin ningún escrúpulo de conciencia, ya que le basta saber que son sus enemigos potenciales, y que su búsqueda legitima cualquier acción. Los mismos postulados serán sostenidos por los propios vampiros. Se plantea así el problema de la objetividad de los valores: si éstos existen por sí, por un consenso social, en este caso, adverso, o por una creencia honda y subjetiva que se supone correcta; tema sobre el cual reside el planteo final, al hacernos pensar si la condición humana puede caracterizarse por lo mayoritario, y lo inhumano ser lo nuevo humano, o si es sustantiva y posible de mantener en el último ser humano en un mundo inhumano. La bebida suspende los efectos claustrofóbicos, desplaza el asedio de los vampiros, y procura disipar los recuerdos, pero obnubila y autodestruye. La cualidad de lo humano como espiritual, sólo pervive en la música (Brahms, Ravel, Schubert). La irrupción final, en el mundo que Neville suponía propio y seguro, es indicadora de que este conocimiento no parece capaz de prever lo nuevo, sino reconocerlo cuando se hace evidente (¿será esa la limitación de todo conocimiento, vale éste por un poder predictivo, debe ser útil, o vale por sí mismo pese a que no sea ni útil ni predictivo?). El saber es falible, cuando se encuentra dado al abrigo de ciertos hábitos. En todo caso, debemos asumirlo como lo que acaso sea: una de las vías de acceso a lo real. Normalidad y consenso “—Todas las sociedades nuevas son primitivas —replicó la joven—. Tú deberías saberlo. Son... como grupos revolucionarios que transforman la sociedad por la violencia. Es inevitable. Tú mismo recurriste a la violencia, Robert. Mataste. Muchas veces. —Sólo para... para sobrevivir. —Nosotros matamos por las mismas razones —dijo Ruth con calma—. Para sobrevivir. No podemos permitir que los muertos persigan a los vivos” (Richard Matheson, Soy leyenda, Clásicos Minotauro, 2007, pág. 176). Los actores de un cambio legitiman la violencia que suponen necesaria, y aquello que era el último acto en pos de defender la raza humana, se convierte en otra violencia puesta en práctica para defender a otra raza. De este modo, se plantea el problema de qué es normal y qué no lo es, y el de convivir con cosas normales pero incorrectas. Es la corrección de los actos y no su normalidad el criterio apropiado, y definir a los actos correctos como aquellos que permiten acceder a valores que están por encima de ellos, y a los pensados en función de los demás y no de nosotros mismos. Desde este punto de vista, todos los actos, de un lado y de otro, serían reprobables: ello es lo que parece en definitiva plantear indirectamente la novela, al poner en evidencia lo relativo de categorías como la violencia y la normalidad. Scott Carey, el personaje de El hombre menguante, va convirtiéndose en un extraño para aquellos que lo rodean, y vive un aislamiento acaso más terrible, ya que no puede decidir si matar o no, si investigar o no, ni depararse a sí mismo consuelos como el de la música. Simplemente debe sobrevivir en una inhumanidad deparada por aquello que le fue familiar. En ambas, asistimos a “un nuevo terror” (Soy leyenda, pág. 179) que no nace abrupta sino progresivamente, y también progresivamente involucra, y que es inmanejable. Una vez en él, no se puede volver y sólo podemos preguntarnos si somos parte de ese horror, como Neville, o si somos inocentes, como Carey, sabiendo que, en un caso o en otro, nuestro mundo es de algún modo como ese horror de Soy leyenda, porque está gobernado por las mismas crueles y falibles reglas de la violencia, la supuesta normalidad y la intolerancia. Quizás así podamos asumir que vivimos “un nuevo terror nacido de la muerte, una nueva superstición que invade la fortaleza del tiempo” (pág. 179). ** Eduardo Balestena ebalestena@yahoo.com.ar Escritor argentino (Mar del Plata, 1955). Trabajador social, ensayista, escritor, funcionario judicial en la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata (CFAMDP) y docente en la Cátedra de Criminología de la Universidad Atlántida Argentina (http://www.uaa-mardeajo.com.ar). Ha publicado las novelas Ocurre al otro lado de la noche (Del Castillo Editores, Buenos Aires, 1987) y Ana, el interior del fuego (Editorial Melusina, Mar del Plata, 2000), la nouvelle El secreto borde de la luz (La-Lectura.com, 2001), el poemario La sala China (Red Internacional del Libro, Santiago de Chile, 1996) y los ensayos Lo institucional, paradigma y transgresión (Espacio Editorial, Buenos Aires, 1996; reeditado en 2003), Fiesta y pinturas en la posmodernidad de la exclusión (Ente Municipal de Cultura, Mar del Plata, 1997) y La fábrica penal, con prólogo del doctor Eugenio Raúl Zaffaroni (Editorial I b de F, Buenos Aires-Montevideo; Colección Memoria Criminológica), entre otros. Ha recibido, entre otros, el Primer Premio de Novela Del Castillo Editores (1986); el Segundo Premio del Concurso Nacional de Cuento Horizonte de Cultura (Junín, 1992); el Primer Premio del Concurso Nacional de Ensayo (Sade, Lanús, 1992); el Premio Lobo de Mar a la Producción Literaria 1996 (Fundación Toledo, 1997), y el Premio Alfonsina, del Ente Municipal de Cultura, a la Producción Literaria (1998). Artículos suyos han sido publicados en diversos medios digitales e impresos. === La reina “hudú” de la literatura estadounidense: Zora Neale Hurston === === María Eugenia Sáez ==================================================== Intento vivir y morir por mi propia mente. ZNH. Mi idea del infierno es pasarme la eternidad tipeando una novela. ZNH. Tres décadas después de que fuera sepultada en el olvido, reemerge en Estados Unidos la obra de su primera gran escritora negra, Zorah Neale Hurston, reconocido genio literario cuyas ideas la hicieron controversial tanto entre afroamericanos como entre blancos “liberales”. He conocido el gozo y el dolor de la amistad honda. He servido y he sido servida. He hecho varios buenos enemigos, de lo que no me arrepiento lo más mínimo. He amado sin egoísmos e incitado el odio con las tenazas candentes del Infierno. Eso es la vida. He vivido (i). Ha sido “resucitada” por su habilísima biógrafa, una periodista afroamericana, Valerie Boyd, y por la publicación de sus cartas de manos de la perspicaz editora judeoamericana Carla Kaplan (ii). Esta alineación explica la buena suerte de Hurston a medio siglo de la muerte ignominiosa que le tocó: en la pobreza, recogida en un hospital cristiano (iii). Curioso fin para una mujer audaz que no se distinguió precisamente por su virtud y fe (iv). Escribió Ojos durante una estadía de meses en Haití, adonde había ido a fin de aprender de la cultura del voodoo, en la que creía hallar la raíz del hoodoo de New Orleans. Su cuerpo fue enterrado, tras colecta, en una tumba sin nombre. Boyd y Kaplan, milagreras de esa resurrección, publicaron sus respectivas obras en Nueva York con editoriales de gran peso y casi simultáneamente. La biografía de Boyd sobre esta primera etnógrafa y novelista afroamericana, gran dama de las letras negras de EEUU, es esplendorosa a la vez que eficaz por sus escogidas citas. Otro gran acierto de la biógrafa es haberse enfocado en la principal obra de Hurston, Sus ojos miraban a Dios (1937). Se trata de una novela que se desarrolla en Eatonville, Florida, no sólo el primer asentamiento urbano de EEUU creado y gobernado por negros, sino el lugar donde creció la escritora sureña, nacida hacia 1891: Yo quería predicar un gran sermón sobre el puesto alto de la mujer de color, pero no había púlpito para mí. La libertad me encontró con una bebé en los brazos. Así que yo me dije: “tomaré una escoba y una olla y trazaré un camino en el desierto para ella. Y ella expresará lo que yo sentí”. Pero, de alguna manera, ella perdió de vista el camino, y de pronto me encontré con que tú estabas en mis brazos. Y pues te tenía que acunar por las noches, me dije: “voy a guardar el texto para ella”. He estado esperando mucho tiempo, Janie, pero nada de lo que he tenido que pasar es demasiado si tú te puedes poner de pie en ese lugar alto que yo soñé (palabras dirigidas a la protagonista de Ojos por la abuela que la crió) (v). Hoy reclamada por el feminismo y el afroamericanismo, Hurston no fue, en su era, representante de ninguno de estos dos bandos, sino una escritora controversial a la que ambos atacaron. Sus coetáneos Richard Wright y Ralph Ellison, escritores negros, comunista el primero, fueron feroces en sus diatribas contra esta mujer que se permitía expresar dudas sobre el New Negro, el negro que renació culturalmente con el Harlem Renaissance de los años veinte, en Nueva York (vi). Les irritaba especialmente porque Zora había sido parte del grupo, de hecho la única sureña de los literati que se autodenominaban niggerati (de nigger, nombre basado en el peyorativo para los negros) (vii). La persona negra de este “renacer” se asumía como creador y creación a la vez —ya con la música, el arte o la escritura— y se sentía confiada en sus facultades, orgullosa de sus ritmos sincopados, ávida de color africano y caribeño, deseosa de explorar el habla y cultura del “Negro farthest down”, como ella decía, “el negro de más-abajo” del sur estadounidense (viii). El elemento izquierdista —latente entre los del grupo Harlem y predominante en W.E.B. Du Bois, “el negro de Harvard”— nunca echó raíces profundas entre los niggerati y de hecho propició la desafección entre sus filas. Este grupo de bohemios no deseaba crear propaganda política, ni enfrascarse en activismo alguno salvo el de los “locos veinte”, los años de los clubs de jazz, de alcohol, droga, y experimentación sexual, los imbuidos del espíritu blasfemo del modernismo y la avidez de destruir la civilización victoriana, que aún pervivía entre los negros. [Los comunistas en vano se esfuerzan por reclutarnos para sus filas; no entienden que] el Negro de EEUU es el individuo con mayor ambición de salir de su clase social (“the Negro is the most class-conscious individual in the United States”). Es el “Why the Negro Won’t Buy Communism”, “Por qué el negro no compra comunismo”; dice: [Nos intentan “vender” al] miserable campesino ruso que sorbe sopa de repollo y calza deformes botas de fieltro: no tiene significación alguna para nosotros [este tipo soviético, ni nos conmueve, y no lo entienden] (artículo de 1951; Boyd 408) (ix). Nacionalista, pero cosmopolita y culta, Zora desatendió los consejos del marxista Du Bois, “Dr. Dubious” (el Dr. Dudoso) (x). “No pertenezco a esa escuela de negritud plañidera que gime contra la mala pasada que les jugó la Naturaleza al hacerlos negros”. En vez se izó como una ondeante bandera de “color”, para que la humanidad pudiera aprender de la mujer negra y admirarla. Los negros educados la criticaban por haber expuesto al lector blanco el habla de los negros pobres del Sur Profundo, el “Deep South” estadounidense, transcribiéndola fonéticamente (xi). Otros se sentían incómodos ante el modo descarnado en que Zora, con la sencillez de una cópula prohibida, revelaba a la pareja negra como cómplices en la sumisión de la hembra a manos del varón, y el posterior desprecio hacia la víctima, secuela inseparable. Unos y otros coincidían con los marxistas en que la obra de Hurston era un “show” burlesco, folklórico y humillante. Las feministas de la época tampoco se sentían cómodas con estos Ojos demasiado penetrantes. La protagonista, Janie Crawford, negra pobre y no tan joven, lejos de tener relaciones solidarias e inspiradoras con las otras negras, las enfrentaba como a rivales envidiosas y desventajadas, cerradas en una competición inmisericorde por el hombre negro a quien idolatran. El dios de ellas es sacrificado por la mujer negra a la que intentó matar (xii). Esa compartida idolatría de las mujeres de Eatonville, se resume bien en la frase que da título a la novela Ojos: Parecían estar clavando los ojos en la oscuridad, pero sus ojos miraban a Dios. (“They seemed to be staring at the dark, but their eyes were watching God”). Hurston revelaba el panorama de las relaciones entre negros, hombres y mujeres, en una mirada cegadora ante la cual palidecían el racismo blanco y la lucha de clases —los dos motivos más cultivados por los escritores negros de los 30. Resumo a continuación la trama. Tras una vida de vicisitudes, Janie mata a su tercer marido cuando éste, enloquecido, intenta matarla (tema recurrente en Hurston) (xiii). Llevada a juicio, denunciada por los amigos negros del muerto, la protagonista y narradora omnisciente de Ojos es absuelta por un jurado de blancas. Las negras de Eatonville no la perdonan cuando vuelve al pueblo de su niñez y juventud. Janie, nieta de una ex esclava e hija de una adolescente violada, se resiste a ser otra mujer-víctima, a sabiendas de que no le van a perdonar su decisión. No quiere ser la “mula” de un hombre, la bestia sobre quien deja caer la carga el negro explotado cuando el blanco se la pasa: [Bestia de carga], la mujé’ negra e’ la mula ‘el mundo ha’ta donde alcanso a be’, mi amol. (“De nigger woman is de mule of de world so fur as Ah can see”) (xiv). Quiere usar su fuerza femenil en otros menesteres. Se siente una mujer fuerte y una mujer negra, con la fuerza de su raza y de su sexo. Además, no sólo se reconoce en su fuerza sino en esas debilidades y fracasos que la hermanan con la raza humana. Janie Crawford vuelve en pantalones overall, de trabajadora, al pueblo que la vio partir envuelta en un vestido floreado; vuelve al oscuro mundo de gentes “cristianas” que sólo tienen perdón para dárselo al hombre. En Ojos, el esposo sacrificado, Tea Cake (Bizcocho), jornalero y jugador, fue, sin embargo, durante el año y medio que duró la felicidad marital, un hombre de aventura y diversión, sensual e incitante, “una ojeada de Dios” (“a glance from God”), para quien su mujer es quien “yeba la llabe der reino de lo’ sielo’ ” (“de keys to de kingdom”). Él la trató como a igual, aun después de casarse, la enseñó a manejar e incluso la instó: “tú no baya a tene’ mieo ‘e desi’ lo que piensa’ ” (“have de nerve to say whut you mean”). Fue él, este hombre de fuerza mítica, el que abrió los ojos de Janie a una nueva manera iconoclasta de “ver” en la “oscuridad”, de ver a Dios: Si tu pue’ be’ la lu’ del amanese’, no te ba a impolta’ si te muere’ al atardesé’. Tanta gente que nunca yega a be la lu’. Pero yo que e’taba dando buelta por aí, y a mí fue que Dio’ me abrió la puelta. (“If yuh kin see de light at daybreak, you don’t keer if you die at dusk. It’s so many people never seen de light at all. Ah wuz fumblin’ round and God opened de door”). Janie lo mata para defenderse. Y, al matarle, la Mujer mata a Dios en cierta manera. Detecto en la autora de Sus ojos miraban a Dios cierta tendencia a la que no sé cómo llamar sino “deicida”. De ser detectable esta tendencia en su obra, y no tratarse de una conjetura mía, se podría citar a Freud y así rastreársela hasta el terreno del subconsciente a su nivel más hondo, el de los mitos y creencias. Se me ocurren dos factibles antecedentes: el feminismo (el mito de Ifigenia, la sacrificadora de hombres); y la negritud (el vudú y sus ritos sacrificiales). Pero hay otra fuente; y, por cierto, es venezolana: Rómulo Gallegos y Teresa de la Parra (Hurston hablaba español) (xv). La creencia atávica y la tradición oral, propias de las culturas afroamericanas, encarnan en dos personajes femeninos: la Doña Bárbara de Gallegos, y la Negra Gregoria de Parra. Janie tiene algo de ambas, pero no es una víctima, ni temible víctima ni entrañable víctima, como los respectivos personajes —Doña Bárbara pierde todo y se interna sola en la selva, en la que se pierde “la trágica guaricha”; Gregoria, vieja y sola, descendiente de esclavos, depende de la buena disposición que le tenga la familia a la que sirve). Janie no es víctima nunca; si acaso es algo, es victimaria —un personaje femenino no común. La víctima es personaje propio del mito y los autores del período entreguerras se enfocaron en este tipo de personaje mítico (xvi). Hurston no se sintió víctima ni aceptó que la victimizaran, pese a que la traumó la temprana muerte de su madre, agotada por la infidelidad del esposo. Su niñez y juventud transcurrieron, dentro de los agobios de una familia numerosa, en un pueblo alegre con un tendero chismoso, Ai mucho ombre que agarra mujé como a un piaso ‘e caña’asuca. E’ reonda, jugosita y dulse a lo primerito, cuando se la e’tá echando. Pero le da y le da y la e’prime y muele a’ta que le saca a’ta la última gotica. Cuando ya ‘ta sasiao de que no quea na’, la trata como a bagaso, la e’cupe. Sabe que aser eso e’ malo y se siente mal, pero sigue dandole buelta’ a’ta que no quea na’. Y entonse le coge rabia pol dejase ase’ bagaso y estal de estolbo (xviii). una casa rodeada de guayabos y naranjos, riachuelos y una carretera al pueblo de los blancos, media docena de hermanos, una madre que enseñaba en la escuela dominical y un padre que de “over-the-creek negro”, un mulato con los bolsillos vacíos y el alma llena de ambiciones, se hizo carpintero y luego predicador, llegando a ser pastor de la iglesia baptista y, finalmente, alcalde de Eatonville. El patriarca Hurston fue un esposo infiel. Zora quedó huérfana a los 13 años. Furiosa con su padre y la esposa veinteañera que éste tomó a cuatro meses de enviudar, Zora, de casa en casa y tumbo en tumbo, sirvienta o manicurista, supo sonreír ante la buena fortuna y no desperdició oportunidades. Captó el interés de escritores blancos como Fannie Hurst (“escribo mejor que ella”) y del poeta negro Langston Hughes, el laureado del Harlem (xviii). Tuvo una rica “madrina” que le puso en las manos una cámara, una pistola y un carro (al que Zora bautizó Respondona, “Sassy”) para que viajara por Dixie, el Sur, recopilando historias “primitivistas” (xix). Grande, hermosa, forzuda, pronta a la risa, cómica al bailar y aguda al defenderse con la palabra o con los puños (xx), Hurston flirteó con el arte-por-el-arte pero siguió su propia senda a lo largo de su vida entera. A los blancos de izquierda que le venían a aconsejar prudencia en el proceder y el habla, y que quizá así conseguiría esposo blanco, les decía a bocajarro: “yo puedo conseguir sola todos los hombres blancos que quiera” (“odio a esos bastardos que se andan con rodeos”, Kaplan 526). En realidad, sólo le gustaban los hombres negros y nunca tuvo un blanco. Dispuso de mucha picardía y de gran vigor sexual, y reconoció haberlos desplegado en el Caribe. Sé que la mentalidad anglosajona es de violencia. La violencia es su religión. Con violencia han ganado todo lo que tienen, y por ella es que no respetan ningún otro valor... si nosotros decidimos que queremos un cambio sustancial, hemos de hablarles con las mismas armas (carta a su amigo, el poeta Countee Cullen) (xxi). Tanto el primero de sus esposos, un médico negro, como el último de sus amantes, su gran amor, un veinteañero buenmozo al que le doblaba la edad, le reclamaron el tiempo que dedicaba a su escritura; tenía mucho que decir. En sus obras caribeñas, reveló el desdén de los pomposos mulatos jamaiquinos hacia los más oscuros de piel, y el complejo de éstos; ídem para EEUU: Diga lo que diga la proclama de Emancipación, seguimos siendo esclavos en espíritu, ruines en nuestro complejo de inferioridad; en cualquier circunstancia, por degradante que ésta sea, el que el blanco permita que nos le arrimemos un poco nos hace sentirnos en la gloria. Hay veces en que me dan ganas de vomitar al leer los exaltados júbilos de la prensa negra dedicada a cubrir este asunto (xxii). Pensadora autónoma, en Haití extrajo sus propias y arriesgadas conclusiones. Fue testigo de la sorprendente facilidad con que muchos blancos se entregaban al vudú (“olvidándose de esposos e hijos, se sumergen en los ritos, y se sienten felices más allá de lo que podría creerse, hasta el punto de que no pueden ni concebir irse de Haití”; Kaplan 391). Osó observar los rituales de cerca, se inició en prácticas paganas ocultas, y pagó con su salud el precio de tal atrevimiento. ¿Qué me espera en el futuro? No lo sé. Ni siquiera me lo puedo imaginar, y me alegro de ello. Porque ya he tocado los cuatro extremos del horizonte, y de mi dura búsqueda me ha quedado la impresión de que lágrimas y risa, amor y odio, son la suma [total de] la vida (xxiii). La que fuera discípula del antropólogo Franz Boas de la Universidad de Columbia, estudiosa de la cultura de raíz africana, compiladora de canciones y relatos orales del “sur negro”, y autora publicada antes de cumplir los 30 (“John Redding se va al mar”, escrito cuando estudiaba en Howard University), abrió surcos amplios. Su obra desdice el rótulo que le han puesto, de “picaresca”. Si acaso lo fuera, sería como la de Mark Twain o la de Colette. Hurston rememora con humor sus primeros pasos en la etnografía, tras graduarse del prestigioso Barnard College: Cuando empecé a hacer mis rondas [por los pueblos negros del Sur], formulaba a mis observados preguntas por medio de un lenguaje barnardés de cuidado acento, “Discúlpenme, ¿conocen ustedes algún cuento folklórico o acaso saben de alguna canción de su folklore?”, aquellos hombres y mujeres, cuyo tesoro de materiales memorables se les desbordaba por los poros, me miraban y meneaban la cabeza negando saber nada. No, decían, nunca hemos oído de nada semejante por acá. No; pero quizá en el próximo condado sepan algo. Y ¿por qué no me iba de una vez para allá a averiguar? ...[Total que no pude recopilar] ni siquiera el material suficiente para hacerle un chaleco a un piojo (xxiv). Cuando nadie le publicaba sus descubrimientos y pasaban los años, Hurston los vertió en una revue musical a la que llevó de tour por Estados Unidos, enojando a más de un escritor negro. Los sacó por fin a luz en forma de novela años después: Sobre mulas y hombres (1935). Dejando de lado la dimensión perturbadora de esta autora negra que no criticó el racismo y que, en sus años postreros, defendió la segregación escolar —pues la creía el medio adecuado para que los negros se responsabilizaran de su propio progreso y adquirieran respeto a sí mismos— ...el respeto de mi gente por sí mismos. ¿Qué tanta satisfacción puedo yo extraer de una orden judicial que fuerza a que me acepten los que no desean hacerlo? Es una contradicción de términos el ponerse a dar gritos de orgullo e igualdad racial, y al mismo tiempo desdeñar a los maestros negros y a las asociaciones negras (xxv). varias críticas se le pueden hacer a la obra de esta ex profesora de “college” y guionista de cine. La primera es su fijismo en el abuso e infidelidad masculinas, tema apareado con los finales en que el infiel abusador muere asesinado. Le dio vueltas al tema, reabordándolo con leve variedad de ángulo. Su padre, la figura de cobra de ojos verdosos, el reverendo Hurston (“Big Nigger”, el Negrote), se yergue como una obsesión en Moisés, hombre de la montaña y otras de sus obras. Considero que ese fijismo es susceptible de ser estudiado bajo el enfoque freudiano: algunos de sus personajes masculinos más dominantes y la violenta solución de la autora a los dramas que precipitan —asesinados por sus mujeres— nos la muestran con un complejo de Clitemnestra (xxvi). Esta hipótesis explicaría que, pese a ser hermana de un afable médico y esposa de otro de rasgos similares, la autora nunca cultivó este tipo de personaje masculino positivo. También puede esgrimirse que la obra de Hurston adolece de otras fallas. Por ejemplo, sabiendo experimentar con las técnicas e ideas del grupo Harlem, optó por la vía más transitada de lo que en Latinoamérica llamamos costumbrismo. Cierto que se honraba de ser “la mejor folklorista” del Sur Negro. No por eso dejaba de creerse una novelista original en sus temas, capaz en recursos narrativos, hábil en la creación de personajes y ambientes complejos, magnífica en la naturalidad de sus diálogos y el manejo del idioma. No se dejó conquistar por ninguna corriente vanguardista, si bien colaboró con el poeta Hughes en la publicación más representativa del grupo de Harlem (xxvii). Tampoco creía en el “realismo social” estilo soviético sugerido, como “guía para los negros que escriben” (“A Guide to Negro Writing”), por el brillante editor Wright. Le echaron en cara hombres de izquierda —negros, y algunos blancos “liberales”— que a su obra le faltara crítica social e incluso, en términos de los que cultivaban el realismo socialista, toda conciencia social. Mujer de fuertes opiniones y poco miedo de expresarlas, perdía la paciencia ante los que intentaban ganársela para el bando de la izquierda. Incluso con amigos comunistas como el artista Miguel Covarrubias y su esposa Rosa Rolando, no dudaba en decir: Si alguna vez conociera a un comunista con sentido del humor y con la habilidad de formular una sola idea propia, me lo plantearía muy seriamente... pero si lo que tengo que hacer es citar y repetir hasta la saciedad las mismas idénticas frases, que no cuenten conmigo los del Partido. (Boyd 409) (xxviii). Ni qué decir que hacia los no-amigos expresaba abiertamente su desdén (“scorn”), Desde niña acepté la filosofía de que el Tiempo es la gran Madame Adivinadora. Hace mucho tiempo, hubo una vez en que los “intelectuales” de Izquierda crecían como el verde laurel. A Charles S. Johnson y a Zora Neale Hurston les dejaban caer encima montón de acusaciones [secas, de que éramos] reaccionarios, fascistas, y todo lo demás. Mi sentido común me decía que la filosofía de la dictadura del proletariado nunca iba a funcionar. No se puede nivelar a la gente, si es imposible bajar al rasero común la inteligencia humana. Ahora veo que me está llegando por fin la recompensa. Cada día me trae una nueva carcajada al leer las llantinas que publican nuestros ex “intelectuales”: “peldón ¡no’ equibocamo’, fuimo’ engañao’!”. ¡Cuánta rata a la carrera por volver con nosotros! (xxix). cosa que, como ella sabía, se lo harían pagar muy caramente cuando se les presentara el chance: “conspiraban para deshacerse de mí de una vez” (“[their] scheme to kill me off forever”). Finalmente, es de considerar que en su obra esquivó el tema del legado de la esclavitud, y del racismo en EEUU, cosa que con razón le echaron en cara sus paisanos, negros y blancos: Mulas y hombres es la “pastoral servil” de una trepadora literaria, en juicio de un crítico blanco. En sus últimos años, Hurston intentó transgredir los cotos de la escritura negra. Ya que su casa editorial no daba luz verde a su novela La Sra. Doctora, sobre los negros clasemedieros que comenzaban a emerger, la frustrada escritora decidió escribir algo que irritara a su sociedad, pero hacerlo con una provocación distinta (“What White Publishers Won’t Publish”; Boyd 408). Seraph of the Sewanee es el manifiesto de que un escritor negro puede escribir sobre los blancos —en este caso de los “white trash”, blancos-basura, sin dinero ni educación (Boyd 408) (xxx). Trata de una blanca neurótica que vive al borde de un río sureño. Este “serafín” protagonista es hermana literaria de la Blanche Du Bois de Un tranvía llamado deseo. Pero no lo vieron así los críticos que luego encumbrarían a Tennessee Williams. “Novela deshilvanada”, se dijo de ella (xxxi). Terribles experiencias le guardó la vida, presagiadas en sueños muchas de ellas, desde niña (xxxii). Anoche tuve algo que fue medio-sueño medio-visión y salías tú conmigo y eras muy cariñoso y andábamos jugueteando como antes lo hacíamos. La espantosa prohibición de amarte no existía anoche, y yo estaba en éxtasis, como antes cuando desde lejos te veía llegar. Esta última frase me trae a la memoria algo que creo que nunca te he mencionado. Y es que me pasa algo, algo que los siquiatras intentan explicar sin lograrlo todavía: tengo sueños recurrentes. Nunca he dicho nada al respecto, por miedo de que la gente crea que me “falta una tuelca” (carta a su amigo blanco Herbert Sheen, citada en Boyd 724) (xxxiii). Bajo la acusación de seducir y corromper a un niño, orquestada por personas de su raza según la escritora, y pese a ser eventualmente absuelta del cargo por falta total de evidencia, la desolada Hurston desapareció de los ojos de sus pocos amigos (“me quiero morir”) (xxxiv). Se retiró de la vida pública. Reapareció como sirvienta en un lugar perdido de Florida. Sobrevivía en una cabaña de un solo cuarto. Pero seguía escribiendo como siempre. Y así hasta que una embolia la mató. Tengo mis razones de escoger a Herodes el Grande como sujeto de investigación. Le he dedicado cinco años, tres de ellos de pura investigación... Y es que nadie hasta ahora ha enfocado con suficiente luz ese primer siglo A.C. con todas las implicaciones importantísimas que tiene para la actual civilización occidental... La Roma triunfante en realidad apenas había terminado de absorber a grandes tragos el derecho de diseminar la cultura [grecojudea del Helenismo]. Logos, la Palabra (al comienzo del evangelio de S. Juan), no hace mucho que había llegado a Palestina desde la India, hallando acogida en el pensamiento judío. Un nuevo y más grande concepto de Dios. Y he aquí a Herodes, el soldado, el estadista... no como le presentan sus detractores de peón en el juego de Roma (xxxv). No la dejó terminar Herodes sobre la lucha milenaria de los judíos por la libertad de conciencia: La historia que estoy ardiendo por escribir es una que causará controversia en cantidad. Quiero escribir la de los 3.000 años de lucha del pueblo judío por la democracia y los derechos del hombre. Tú sabes, Carl, que el mundo cristiano lee la Biblia a través de prejuicios y no de sus propios ojos. Pero la historia está ahí mismo ante nos. Empezando en el Sinaí y terminando con la destrucción de Jerusalén a manos del romano Tito (que sería Emperador luego), lo que hubo fue un luchar ininterrumpido del pueblo [hebreo] contra el liderazgo arbitrario de la casta sacerdotal... Nadie se para a considerar que los Hebreos no daban valor a esa ley mosaica [que les había sido impuesta], ni nunca pidieron esa nueva religión que Moisés les forzó a aceptar por medio del terror y de la muerte (xxxvi). Recogido su cuerpo del asilo, se hizo una colecta y se la enterró en una tumba sin nombre. Hay en EEUU escritoras negras famosas —Maya Angelou, Toni Morrison—, y no falta una profesora marxista y ex Pantera Negra —Angela Davis. Pero a inicios del XX sólo hubo una gran autora negra y ésta duró en su reinado solitario un cuarto de siglo. Una obra maestra: Zora. Notas i. “I have known the joy and pain of deep friendship. I have served and been served. I have made some good enemies for which I am not a bit sorry. I have loved unselfishly, and I have fondled hatred with the red-hot tongs of Hell. That’s living” (Boyd 432). Nerudiano. ii. Carla Kaplan, Zora Neale Hurston, A Life in Letters. Nueva York: Doubleday, 2003. Valerie Boyd, Wrapped in Rainbows. The Life of Zora Neale Hurston. N.Y.: Scribner, 2003. El título de Boyd, Envuelta en el arco iris, se refiere a una frase de Hurston. He de acotar que la primera biografía de Hurston la hizo, sin embargo, un hombre y blanco: Robert Hemenway en 1977. Tres décadas tuvieron que pasar para que un afroamericano, en este caso una mujer, Boyd, osara tomar en sus manos sujeto tan controversial entre los negros estadounidenses como la Hurston. Muchos hoy le reconocen genio literario y aún la rechazan por sus ideas políticas. iii. Hay un toque de antisemitismo en un comentario de Hurston sobre los empresarios teatrales judíos que financian obras de los negros para, a través de éstos, atacar a los blancos (“the money is put up by Jews for the Negro to carry the ball for them”, Kaplan 538); pero, para ponerlo en perspectiva, Hurston criticó a los blancos también e incluso, y mucho más, a su propia raza. iv. Hurston estudió el hoodoo de New Orleans en base al voodoo haitiano (e incluso aprendió hechizos contra su segundo esposo, dijo éste asustado; Zora tenía un amante para entonces). v. Ah wanted to preach a great sermon about colored women sittin’ on high, but they wasn’t no pulpit for me. Freedom found me wid a baby daughter in mah arms, so Ah said Ah’d take a broom and a cook-pot and throw up a highway through de wilderness for her. She would expound what Ah felt. But somehow she got lost off de highway and next thing Ah knowed here you was in de world. So whilst Ah was tendin’ you of nights Ah said Ah’d save de text for you. Ah been waitin’ a long time, Janie, but nothin’ Ah been through ain’t too much if you just take a stand on high ground lak Ah dreamed. Mi traducción correspondiente al trozo de arriba no transcribe el habla de los negros sureños de comienzos del XX —ni fonética, ni sintáctica y léxicamente. En las próximas citas sí lo haré. vi. El joven Wright era editor del Daily Worker, periódico comunista, y adquiriría fama luego por su libro Native Son (1940), así como Ellison, muerto en 1944, lo lograría con su Invisible Man. Zora logró la fama antes que ambos. El escritor negro estadounidense mejor conocido es James Baldwin, homosexual, por su novela Go Tell It on the Mountain (Ve a gritárselo a los montes, 1953); pero este “grito” del exilado en París es casi veinte años posterior al triunfo de la Hurston. vii. Algo así como “niche”, una palabra que se oía mucho en la Venezuela de Carlos Andrés Pérez y que tiene connotación semejante. Zora colaboró en Harlem con el poeta Langston Hughes en la publicación Fire! (Fuego), una revista vanguardista. viii. Los más conocidos del grupo son los músicos de jazz Duke Ellington y Louis Armstrong. ix. Hurston se sentía muy patrióticamente “americana” —cosa que, lejos de ser incongruente en un negro estadounidense, es muy propia del Dixie sureño— y, a medida que en la Guerra Fría se exacerbaba la propaganda capitalista y la persecución contra la ideología disidente, este sentir creció en ella. La escritora estaba harta de izquierdismos y perdió la poca paciencia que tenía. Era republicana y votó por Eisenhower. El demócrata Truman, que dio la orden de echar la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, le parecía “un monstruo” criminal, “el carnicero de Asia” (“the butcher of Asia”, le llamó en una carta), incapaz de entender sus antiquísimas civilizaciones, y se lamentaba de que la prensa negra no dijera nada al respecto (Kaplan 546). x. Fundó la NAACP (National Association for the Advancement of Colored People). Hurston no creía en esa “doble conciencia” del negro estadounidense, de la que habló Du Bois en The Soul of the Black Folk (El alma de la gente negra), entre su ser-negro y su ser-estadounidense. Du Bois era empero, tan influyente, que Zora se hubo de plegar a él, seguirle la corriente y no retarle abiertamente, como puede constatarse en las cartas de la autora, editadas por Kaplan. xi. He tomado sólo tres cursos de lingüística, a nivel universitario, así que puedo estar errada en mi opinión siguiente. Dentro de la difícil comparación entre el dialecto negro en EEUU y en Venezuela u otra parte del Caribe hispano, para el período del interbellum, puede decirse que el menos “evolucionado”, en relación a la modernización, fue el de los negros estadounidenses del Bajo Sur o Sur Profundo (los estados de Mississippi, Georgia, Alabama, etc.), comunidades rurales dominadas por la plantación esclavista de algodón y devastados por pertenecer al bando perdedor de la Guerra Civil, donde la industrialización no llegó sino hasta la década del 1930. En este tipo de inglés negro del “Deep South”, no se conjugan bien los verbos, diciéndose, p.e., “you is” (tú es), y se desdibuja la pronunciación de aquellos fonemas europeos ajenos a la de los africanos subsaharianos, p.e. las interdentales (“the” se torna en “da”). Este rasgo es análogo al de los negros hispanocaribeños que pronuncian la “z” como “s”: “caza” es “casa”, etc. En cuanto a la -r final y la -r intermedia, el saltársela o aspirarla, es común a ambas formas dialectales, aunque en la de los negros hispanocaribeños es más común trocarla por una -l: “mi amol”, “puelto”. Pido disculpas por las deficiencias de mi transcripción fonética entre ambos dialectos negros, el anglosureño y el hispanocaribeño (en aproximaciones a la portorriqueña y venezolana). xii. Esta curiosa variante de la idolatría femenina es tema que también cultiva, pero una década antes que Hurston, la venezolana Teresa de la Parra en Ifigenia (1924): De esta segunda religión el Dios es uno de los hombres de la familia. Puede ser el padre, el hermano, el hijo, el marido o el novio: ¡no importa! Lo esencial es sentir una superioridad masculina a quién rendir ciego tributo de obediencia y vasallaje (uso la edición de la editorial caraqueña Monte Ávila). Ambas novelas, por cierto, se estructuran al comienzo sobre el modelo femenino de narrativa epistolar, la comunicación confidencial entre dos amigas. Y de ahí parte la narración. xiii. En “Sudor”, el marido abusivo muere envenenado por la culebra que su mujer le puso en la ropa: “el cuello horriblemente hinchado y su único ojo abierto aún a una chispa de esperanza”. xiv. Honey, de white man is de ruler of everything... So de white man throw down de load and tell de nigger man tuh pick it up. He pick it up because he have to, but he don’t tote it. He hand it to his womenfolks. De nigger woman is de mule uh de world so fur as Ah can see. Llegó a bromear con sus amigos que al hombre negro incluso no le importaba que la mujer se le fuera con un blanco: “que baya mi negra y se bu’que plata pero que me la dé a mí”. xv. “Yes, I can speak Spanish”, dice en una carta a Henry Allen, de la Fundación Guggenheim, la cual la dotó de una beca (Kaplan 502). Su lugar favorito era Honduras (Kaplan 196), Honduras, si la información que tengo es medianamente verdadera, es el campo más rico [de la cultura garifuna, afrocaribeña y costera] del que he oído (Kaplan 527 [de paso, añado, es un honor para los hispanos que la haya rescatado el gran narrador centroamericano Horacio Castellanos Moya]) para escapar de EEUU de vez en cuando, aparte de, por supuesto, el Caribe. Con base se puede comparar su Tell My Horse (Cuéntale a mi caballo), sobre el ser humano “montado” por un loa durante una ceremonia vudú, con El monte de la cubana Lidia Cabrera. Esta especialista en el folklore y cultura negra afrocubana, cultivó el tema de las creencias precristianas de los ñáñigos, etc. Cabrera, fina narradora, era amiga íntima de la autora de Memorias de Mamá Blanca. xvi. Eugene O’Neil, A Electra le sienta bien el luto; José Vasconcelos, Ulises criollo; Alfonso Reyes, Ifigenia cruel. El genio de Gallegos hizo lo inaudito: creó en pleno s. XX un nuevo personaje mítico en Doña Bárbara. Éste quizá se pueda emparentar con la griega Hécate, diosa hechicera de las encrucijadas, o quizá descienda de la azteca Coatlicue por vía de La Llorona. xvii. There’s plenty men dat takes a wif lak dey do a joint uh sugarcane. It’s round, juicy, an’ sweet when dey gets it. But dey squeeze an grind, squeeze an’ grind an’ wring tell dey wring every drop uh pleasure dat’s in ‘em out. When dey’s satisfied dat dey is wrung dry, dey treats ‘em jes lak dey do a cane-chew. Dey throws ‘em away. Dey knows whut dey is doin’ while dey is at it, an’ hates theirselves fuh it but they keeps on hanging after huh tell she’s empty. Den dey hates huh fuh bein’ a cane-chew an’ in de way. xviii. Con quien escribió la controversial Mule Bone (1931), Hueso de Mula, que acabó la amistad. xix. Charlotte Osgood Mason, su mecenas, era una blanca adinerada que protegía a algunos de los más talentosos del grupo de Harlem. En su juventud convivió con indios de las praderas. xx. Una vez noqueó a un tipo en un ascensor, cuando él intentó ponerle las manos encima. xxi. I know that the Anglo-Saxon mentality is one of violence. Violence is his religion. He has gained everything he has by it, and respects nothing else... if we want anything substantial we must speak with the same weapons (Kaplan 432). xxii. No matter what the Emancipation proclamation says, we are still slaves in spirit, lousy with inferiority complexes, and no matter how degrading the circumstances, see glory in the white-pulling-sheets-with-black. Sometimes I feel like puking at the raptures of the Negro press at it (Kaplan 719). xxiii. What waits for me in the future? I do not know. I can’t even imagine, and I am glad for that. But already, I have touched the four corners of the horizon, for from hard searching it seems to me that tears and laughter, love and hate make up the sum of life. La cita aparece en el volumen relativo a los escritores modernos, 1914-1945, de la serie Concise Dictionary of British Literary Biography (Gale Pub., 1991). xxiv. When I went about asking, in carefully-accented Barnardese, “Pardon me, do you know any folktales or folk-songs?”, the men and women who had whole treasuries of material seeping through their pores looked at me and shook their heads. No, they had never heard of anything like that around here. Maybe it was over in the next county. Why didn’t I try over there? As a result, Hurston was not able to collect enough material “to make a flea a waltzing jacket”. xxv. The self-respect of my people. How much satisfaction can I get from a court order for somebody to associate with me who does not wish me near them? ...It is a contradiction in terms to scream race pride and equality while at the same time spurning Negro teachers and self-association. En 1943, publicó “Negros sin Autoconmiseración” en el American Mercury (Kaplan 445). Sobre el tema “negro”, la American Encyclopedia le encargó la entrada para sustituir a la de Du Bois. xxvi. Personaje de la Iliada. Asesinó a su esposo Agamenón, jefe de las tropas griegas, por haber éste ordenado el sacrificio propiciatorio de Ifigenia, la hija de ambos, pedido por Artemis. xxvii. Se peleó con él, acusándolo de robarle una obra, y terminó por dejar de hablarle. A otro de sus miembros notorios, el poeta negro Cullen, confesó Hurston su leit motiv: tengo la intención de vivir y morir de mi propia mente (“I mean to live and die by my own mind”; Boyd 368). ¿De? xxviii. Covarrubias fue el ilustrador de Mules and Men. xxix. I have since childhood, accepted the philosophy that Time is a great old fortune-teller. Once upon a time, when the “intellectuals” on the Left flourished like the green bay tree, Charles S. Johnson and Zora Neale Hurston were slurred plenty as leading chauvinists, reactionaries, fascists, and so on. I knew from common sense that the philosophy of the dictatorship of the proletariat could never work successfully. You just can’t level people until you can level individual intelligence... I am seeing the pay-off now. I am amused daily by the published plaints of our former “intellectuals” crying, “we was fooled and exploited!” Such a rat race to get back in with us! (Kaplan 634). xxx. Zora también intentó dar vida a un hombre blanco en su proyecto de novela The Lives of Barney Turk, sobre las reencarnaciones de un tal en Centroamérica y Hollywood, a la que pensaba dar forma de guión cinematográfico (Kaplan 448). La idea es genial realmente. xxxi. Fue mordaz la crítica del New York Times que la definió como una mezcla “curiosa” donde, sobre un telón de fondo bien logrado, los pueblos pantanosos de la Florida, se mueven unos títeres movidos por los hilos de un manual freudiano consultado “juguetonamente”, dice el NYT: One gets the impression that she took a textbook on Freudian psychology and adapted it to her needs, perhaps with her tongue in her cheek while so doing. The result is a curious mixture of excellent background drawing against which move a group of half-human puppets (Boyd 394). El Herald Tribune, en cambio, la describió como una novela deslumbrante (“astonishing”) en su habilidad de captar el habla y mentalidad de los personajes, aunque necesitada de mayor trabajo. xxxii. Cosa que le ocurría también a otra escritora, Santa Teresa, quien confesó a su dilecto amigo el carmelita Jerónimo Gracián, no saber si algo le había ocurrido en “visión” o en “sueño”. Aunque Hurston se declaraba “no cristiana”, era creyente; era una mística de las religiones del África occidental y sus descendientes americanos: el hudú de New Orleans y el vudú haitiano (Zora vivió en el 2666 de Cimarron St., Los Angeles, cuando escribía guiones para Paramount). El P. Gracián, en su Peregrinación de Anastasio, rememora una carta que le escribió Teresa, en la que ella se identifica como la Sulamita del Cantar de Cantares y lo llama a él Eliseo: Estava un día muy recogida, encomendando a Dios a Eliseo [y Dios me habló] ...Entendí: Mucho te engañas, hija; antes allí [en la soledad, los santos] tienen más fuertes las tentaciones de los demonios... Estando en esto, súbitamente me vino un recogimiento con una luz ynterior que me paresce estava en otro mundo, y hallóse el espíritu dentro de sí en una floresta y huerta muy deliciosa, tanto que me hizo acordar de lo que se dize en los Cantares: Venit dilextus meus in hortum suum [Mi amado viene a su huerto]. Vi allí a mi Eliseo, cierto no nada negro [Nigra sum sed fermosa; soy negra pero hermosa], sino con una hermosura extraña... y muchas doncellas que andavan allí delante dél con ramas en las manos... Y no hazía sino abrir los ojos para ver si me distraía; y no bastava quitar esta atención... mas estava en aquel deleyte. Yo mirava como no había allí otro hombre ninguno... Esto duró más de hora y media que no me podía divertir, con grande deleyte; cosa diferente de otras visiones. Y lo que de aquí saqué fue más amor a Eliseo, y tenerle más presente en aquella hermosura. He habido miedo si fue tentación; que ymaginación no fue posible (311-312). xxxiii. Last night I had something between a dream and a vision in which you were with me and you were very playful, happy and affectionate as you were in our salad days. The dread prohibition to love you was removed, and I was excruciating [sic] happy as I used to be whenever you came in sight. This last sentence brings me to a matter which I do not think I have ever mentioned to you. That is, that I am the subject of, the as yet unexplanaible to psichiastrists, recurrent dreams. I keep mum about it because I fear people might look on me as being “tetched in the head”. xxxiv. En una carta al amigo de toda una vida, el provocativo escritor blanco, Carl Van Vechten. xxxv. These are my reasons for choosing Herod the Great as a subject. I have spent five years on it, three years of reseach alone... Nobody has thrown sufficient light on that First century B.C. with its all important implications for present-day Western civilization... Triumphant Rome had merely won the right to disseminate it [Greco-Judaen culture]. Logos, The Word (see prologue to St. John) had come into Palestine from India and taken hold of Jewish thought. A new and greater concept of God. Then there was the dynamic personality of Herod, the soldier, the statesman... far from being the mere stooge of Rome as pictured by his detractors (Kaplan 733). xxxvi. But the story I am burning to write is one that will be highly controversial. I want to write the story of the 3000 years struggle of the Jewish people for democracy and the rights of man. You know, Carl, the Christian world reads the Bible with their prejudices, and not with their eyes. The story is right there. Beginning with Sinai, and on to the final destruction of Jerusalem by the Roman emperor Titus (only he was not emperor until later) there was one long and continuous struggle of the people against the arbitrary rule of the priesthood... But nobody seems to consider that the Hebrews did not value those laws, nor did they ask for this new religion that Moses forced on them by terror and death (Kaplan 539). ** María Eugenia Sáez mayerfmt@aol.com Escritora y editora venezolana (Maracaibo, 1955). Reside en Alhambra (Los Angeles, EUA), donde edita el quincenario Avance. Es historiadora por la Universidad Central de Venezuela y doctora en literatura de los Siglos de Oro por la University of Southern California (Los Angeles). Ha sido profesora universitaria en la UCV y en California. Tiene inédito su libro Don Quijote de Indias, así como diversos relatos de ficción y poemas. === El reino del sentimiento Dixon Moya ============================== No en vano América Latina (incluyo a el Caribe, ese concepto heterogéneo que flota en el mar) es creadora, productora y exportadora de un recurso renovable hasta el infinito, que no suele ser muy valorado pero es determinante, incluso en las conferencias internacionales. Ese recurso es el sentimiento. La más clara manifestación mediática del sentimiento es el melodrama, invento latinoamericano que se vende por millones en el mundo entero, en forma de telenovelas. A pesar de considerarse como “culebrones”, o “mercado de lágrimas”, se convierte en un importante producto de exportación para países como Venezuela, México, Brasil, Argentina y Colombia. El sentimiento, que puede derivar en sentimentalismo, aunque sea condición innata del ser humano, independiente de su origen, debería ser patentado por los latinoamericanos, porque en ninguna parte se siente como en esta parte del mundo. Una prueba clara de esta condición latinoamericana, fue evidente en la reciente cumbre del Grupo de Río, celebrada en Santo Domingo, República Dominicana, país caribeño y sentimental, en donde afloraron sensaciones a flor de piel, paralelamente a los argumentos políticos y diplomáticos. No entraré a analizar los efectos en materia internacional de esta reunión, no me corresponde, pero no puedo evitar referirme al aspecto humano. En el encuentro transmitido el viernes 7 de marzo a todo el continente, que pudo haber superado cualquier rating de la final de un campeonato de fútbol, afloraron detalles humanos que estaban lejos de los fríos estudios, cuestiones tan íntimas que pueden llegar a enternecer. Observar y escuchar a los presidentes de Colombia y Venezuela, hacerse reclamos sobre la amistad, sobre llamadas telefónicas no contestadas, el reconocimiento que somos caribes o andinos, y en el fragor de las circunstancias se dicen cosas que no se desean pero surgen intempestivamente como los huracanes o terremotos que afloran en esta parte del mundo. Guiños, papelitos, secretos, murmullos, miradas severas, apretones fuertes, abrazos tripartitos, sonrisas y suspiros. Ignoro si este es el capítulo final o apenas un episodio más, circunscrito a una historia densa y compleja. Pero lo que haya sido, en el momento cumbre de la Cumbre, no sólo se impuso la razón, fue un triunfo de esa materia difícil de identificar pero que suele situarse en el corazón. No en vano, América Latina es inventora de conceptos como el tango, el joropo, el bambuco, la bachata, la cumbia, pero sobre todo del bolero, puro sentimiento. ** Dixon Moya dixonm@hotmail.com Diplomático colombiano aficionado a la literatura. Fue cónsul de Colombia en Ciudad Guayana (Puerto Ordaz, Venezuela) y actualmente desempeña un cargo diplomático en Nicaragua. Ha publicado artículos en revistas de su país. === Música y sexo en Nochebuena negra, de Juan Pablo Sojo ================= === Maimouna Sankhé Adebowale ============================================= Como gran investigador de las culturas afrovenezolanas ha merecido el apodo de “padre de la afrovenezolanidad”. Es una de las figuras más representativas del negrismo en la literatura hispanoamericana y ha sabido explorar temas tan relevantes y originales como las creencias y costumbres de sus paisanos negros de Barlovento. Este insigne investigador venezolano es Juan Pablo Sojo. Nació en Curiepe (estado Miranda) el 23 de diciembre de 1908 y murió en Caracas el 8 de octubre de 1948. Es autor de novelas y cuentos como Nochebuena negra (1943, 1968, 1972, 1976, 1997), Sambarambulé y Hereque, entre otros. Sin embargo gran parte de su obra quedó inédita y desparecida. Fue autodidacta, boticario, novelista, cuentista, poeta, investigador y periodista, músico y folklorista. En su novela Nochebuena negra la música reviste un carácter afrodisíaco despertando el apetito sexual de los hombres y mujeres. Además, los instrumentos musicales están humanizados y comparados en el siguiente caso, con una pareja de seres humanos en pleno acto sexual: “El furruco gemebundo, en pleno orgasmo se crecía de nuevo al llamado de la compañera, la tambora cloqueante e insaciable; retumbaba violentando el sacudimiento de las mujeres, despertando en los hombres el deseo que se le colgaba de la bemba como a ellas de los senos y el sexo” (1). Es sumamente difícil analizar Nochebuena negra pasando por alto el erotismo que, al fin y al cabo, se convierte en el terreno adonde desemboca cualquier actuación. En todas las ceremonias que organizan los personajes de la novela, se vislumbra un aspecto erótico. Todos los rincones son convertibles en escenarios de sexo: por debajo de los árboles, detrás de la cocina, en los espacios cerrados y en los abiertos, pero siempre con la complicidad incitadora de los ritmos musicales. Tras morir el negro Vivian Blanco, Carmen Ramona y la india Luisa Sinza le organizan un velorio. A este rito acude Teodora quien, con sus bailes sensuales, logra seducir al mayordomo Luis Pantoja y, por consiguiente, se citan detrás de la cocina: “...sin hacer ruido fue a esperar a Teodora en el punto convenido: tras de la cocina. Poco después llegó ella, y allí, recostándola del tucutuco, levantó sus faldas con furia y la poseyó totalmente al son de la tambora y del furruco en celo” (2). En Nochebuena negra los personajes tienen una relación profunda con la música, además está presente tanto física como espiritualmente en todas sus actuaciones. El negro Morocoto, antes de violar a Coínta, oía primero las voces del Mina susurrándole que poseyera a la chica. Es como si la música no sólo despertara el apetito sexual sino que además exhortara al negro a que cometiera su acto sexual. Pero el sexo cuando no es consentido es un pecado que se paga caro. La chica violada cuenta lo ocurrido a su tía Iginia quien jura venganza: “¡Negro singón!... ¡No vaj a podé comé por tu mano!... ¡Dios s’tá arriba!” (3). La fiesta de San Juan parece ser la noche de la culminación de los deseos sexuales de todos. La gran voz del ancestro logra que negros, blancos, mulatos e indios bailen excitados al ritmo del tambor. Una vez más la música unifica razas y, al mismo tiempo, sirve de estimulante de sus deseos sexuales. Sexo, música y naturaleza están tan estrechamente vinculados en Nochebuena negra que se diría que existe una complicidad entre ellos: la música calienta el cuerpo de los oyentes y aviva su apetito, la naturaleza cobija en secreto el encuentro sexual que suele tener lugar al aire libre. Lino Bembetoyo y Altagracia se citan en el maizal, el mayordomo Luis Pantoja y la negra Teodora lo hacen detrás de la cocina, mientras que el negro Coromoto viola a Coínta en el río. Juan Pablo Sojo era músico y como tal era normal que ésta ocupara un sitio primordial en su obra, sitio que sería interesante analizar más exhaustivamente en nuestros futuros estudios. También es autor de los siguientes libros: Tierras del Estado Miranda; sobre la ruta de los cacahuales (1938) y Temas y apuntes afrovenezolanos (1943, 1986). Coautor de Folklore y cultura. Ensayos (1950), El Estado Miranda. Su tierra y sus hombres (1959), Antología de cuentistas y pintores venezolanos (1976), Estudios del folklore venezolano (1986) y La fiesta de la tradición: 1948. Cantos y danzas de Venezuela (1998). Notas 1. SOJO, Juan Pablo: Nochebuena negra, Monte Ávila Editores, Caracas, 1972. p. 124. 2. Ídem. p. 128. 3. Nochebuena negra, op. cit. p. 256. ** Maimouna Sankhé Adebowalé msankhe@hotmail.com Docente senegalense (Kaolack, 1969). Es profesora ayudante en el Departamento de Lenguas y Civilizaciones Románicas de la Facultad de Letras y Humanidades de la Universidad Cheikh Anta Diop (Ucad, http://www.ucad.sn), de Dakar. Es titular del diploma de Estudios Avanzados por la Universidad Complutense de Madrid (UCM, http://www.ucm.es), donde está actualmente preparando un doctorado sobre literatura hispanoamericana, en la Facultad de Filología. En el año 2002 fue voluntaria en la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear, http://www.cear.es). === Los sueños perdidos de Tabaco Juan Carlos Guardela Vásquez ======= Uno Bernal Díaz del Castillo reseñó en algún paraje de su obra una rara especie de árbol, muy parecido a la ceiba, que provocaba inexplicables sensaciones a quienes estaban bajo su sombra. Cierta tradición oral asegura que existe un árbol que induce el mismo sueño a quienes estén recibiendo su frescura. Más allá de la imaginería de los primeros cronistas existe una referencia del fenómeno por parte del psiquiatra suizo Carl Jung en un viaje por tribus de África. Descubrió que algunos individuos en determinados clanes descansaban bajo un árbol específico con el fin de tener el mismo sueño cada noche y de esa manera escuchar el porvenir, trazar la siembra, el curso del agua y los matrimonios. Durante siglos los habitantes de Tabaco, un pequeño pueblo ubicado cerca de la Serranía del Perijá, a tres horas de Riohacha en La Guajira (Colombia), guardaron el secreto de un árbol que inducía un fenómeno onírico idéntico. Al parecer era una bonga cualquiera, sembrada al lado de un arroyo. Cuando la gente estaba atosigada por el sol durante el día se sentaban a descansar a su sombra obteniendo en las noches los mismos sueños. Algunos fueron escépticos pero otros aún son entusiastas con semejante divertimiento onírico. Los fines de semana las familias almorzaban bajo esas hojas encantadas. La bonga guarda un sitio especial en el corazón de todos. Sin duda hace parte de la memoria emocional. Se dice que fue plantada por los fundadores del pueblo; unos negros capturados en la costa occidental de África en 1780 por un galeón portugués que luego encallaría cerca de Cabo de la Vela. Éstos se sublevaron apoderándose de la nao y la hicieron entrar por el río Rancherías hasta lo que es hoy la Media Guajira. De esa manera se salvaron de ser esclavos y fundaron cinco pequeños pueblos; uno de ellos, Tabaco. Dos La noche del miércoles 8 de agosto de 2001 las familias Tirado y Reyes tuvieron el mismo sueño: José Reyes, hombre de rancherías, habituado a la crianza de chivos, marido de cinco mujeres y padre de diez hijos, gritaba algo que no se podía entender. Luego salió de su boca un río de miel. Otros en cambio dijeron que en ella había cientos de abejas. Detrás de José, en ese horizonte grisáceo y transparente que tienen los sueños, vino entonces el sigilo, las sombras: hombres de rostros cubiertos con pasamontañas, y enseguida el ruido de las fusilerías. Recuerdan que las familias comentaron con hilaridad lo soñaron. Al día siguiente, justo al mediodía, la bonga de los sueños era talada con una inmensa motosierra de dientes de seis pulgadas. Al tiempo varios buldózer arrasaban las dos hileras de casas que conformaban la única calle. Lo extraño fue que un grupo de civiles armados con AK 47 y con grandes trancas de guayacán hacía el acompañamiento al ejército y la policía que emprendió el desalojo de más de 500 familias. Hubo llamados, gritos, desespero, golpes. Tabaco era corregimiento de Hatonuevo, La Guajira. Tener bajo sus cimientos a la más grande reserva de carbón de Colombia fue su desgracia. La empresa que compró el pueblo fue Intercor, subsidiaria de la Exxon en el desarrollo del proyecto Cerrejón Zona Norte. Este carbón es de muy alta calidad y requerido en el mercado mundial para la generación de energía por su poder calorífico y sus cualidades de bajo contenido en azufre, cenizas y humedad. Las mayores reservas se encuentran en los departamentos de La Guajira y el César, entre la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá. Esta es una cuenca con reservas que, según estimaciones de Ingeominas, superan las 38.000 hectáreas. En diciembre de 1976 se firmó el contrato de asociación entre Carbocol, S.A., empresa del Estado colombiano, e Intercor, filial de ExxonMobil, para el desarrollo de la zona norte del Cerrejón en el caso de la gran cuenca de La Guajira. Desde ese momento ya se sabía que algún día de algún siglo se tendría que desmantelar a Tabaco. La orden de desalojo fue dada por Marta Peñaloza, la juez promiscua de Barrancas. El pueblo fue vendido por Enaimen Rodríguez, el alcalde de Hatonuevo de aquel entonces. El alcalde, el tesorero del municipio y hasta el cura se beneficiaron con la venta del pueblo a la empresa. El pago fue de 658 millones de pesos. El alcalde cobró por la sede de la policía 41 millones, por la escuela 48 millones, por el puesto de salud 32 millones, por el cementerio (en el que yacían restos de ancestros africanos) 22 millones. Por los espacios públicos y las vías, 197 millones, por las instalaciones de la luz eléctrica 86, por el parque 30 millones, y por las instalaciones de lo que tenían de acueducto, 26 millones. El tesorero, Adulfo de Jesús Díaz, hizo el inventario del pueblo sólo durante el desalojo. En cuestión de horas, lo que tomó siglos en hacerse. Marcelo Graziosi, el cura italiano, vendió la iglesia por 45 millones de pesos, dinero que según los habitantes, consignó en un CDT de un banco en Riohacha. La Corte Suprema de Justicia desde mayo de 2002 ordenó la reubicación de las 500 familias. Pero en Albania aún se encuentra la mayor parte de ellos y no han recibido un peso como contraprestación ni atención a su naturaleza de desplazados. Hoy nadie insiste en debatir la forma como se vendió el pueblo a la multinacional y por la presencia de civiles armados. Mientras tanto no se sabe a qué bolsillos fueron a parar los 658 millones que Intercor giró a las arcas del municipio de Hatonuevo por la venta del corregimiento. La Defensoría del Pueblo sostiene aún que hubo irregularidades de todo tipo. Pero todo está igual que hace cinco años. Tres Lo que los habitantes de Tabaco llaman pruebas del crimen son unas fotos endebles y amarillas que cuidan como un tesoro. Así fue como pudieron guardar para la posteridad las imágenes de las fachadas, de los cuartos donde se amaron y en donde se parieron hijos, así como las extensiones de los patios más querendones del mundo. La secuencia de fotos es más o menos así: • Vladimiro Barros mostrando con su puño lo que fue el pequeño billar. • Marcelo Graziosi, el cura advenedizo, con un gran crucifijo, prometiéndole al pueblo no lo venderán jamás. • Un buldózer amarillo mordiendo la puerta de la escuela, el tablero de la escuela, los trazos de creyón de las paredes. • El mismo buldózer mordiendo al parque, a la baranda del parque, al tiovivo del parque. • José Reyes y su hermano mirando serios desde su terraza donde tantas veces hicieron bailes. • Arístides Cataño con sus hijos sonriendo metidos en una carretilla. • Arístides Cataño con sus hijos, ya no sonriendo, ante los escombros de su casa. • Dos calderos. Dos ollas. Sin grasa familiar, con el polvo ocre de los pies de los perseguidos, de los desposeídos. • Pellito, el loquito del pueblo, mirando descamisado lo que pasa, en silencio. • Lo que fueron los techos. Lo que fueron las hornillas, los zarzos. • Una mujer sonríe —es la socióloga de la empresa que compró al pueblo— ordenando la incineración de restos en el cementerio. • Los funcionarios de la empresa que compró el pueblo esperando con los brazos cruzados. • La iglesia cayendo. De veras que les fue difícil echarla al suelo porque se trataba de paredes gruesas; argamasa de los siglos. • Nada más triste que una ranchería tronchada, por lo que tiene de ritual primigenio, de voz y temperamento colectivo. • Un gallo solo. • Un abuelo mirando los restos incinerados de su tatarabuelo venido del África. • Emilio Reyes con el cráneo sangrante y con un papel que tenía el inventario de lo que se comió el buldózer. • Gloria Pertuz con los inmensos hematomas de los muslos causados por las trancas de guayacán. • Ironía: los paramilitares guareciéndose del mediodía bajo el rumor de las hojas de la bonga de los sueños —ese pilón historial—, instantes antes de ser tirada al suelo. Cuatro Las 500 familias están en la diáspora, algunos han sido hospedados por algún tiempo por familiares en sitios regados por los departamentos de la costa norte colombiana. Lejos de su tierra han perdido la forma de subsistencia. Los Reyes se han quedado en Albania, un pueblo carbonero, que no vive de la minería y cuya población se mantiene inconforme porque La Mina (ubicada a unos tres kilómetros) nunca tiene trabajos para los nativos pero sí llegan de otros lados oleadas de trabajadores. José Reyes se ha mudado unas veinte veces, la última ha sido en Albania. La gente lo conoce, pero los que trabajan en la mina lo detestan ya que ha puesto en vilo, con el poder de su palabra, la misma producción. Las familias se han organizado en una comunidad de resistencia que es dirigida por Reyes. A ese territorio que ya no les pertenece le llaman ahora “territorio hosco”. “El día de morir es uno solo, a un guajiro no lo asustan con la muerte”, dice José Reyes al referirse a las incontables amenazas y a que se ha visto obligado a salir de unos veinte sitios. “Tanto paramilitares como guerrilleros reciben dinero de todo este negocio. La historia hubiera sido otra si fuéramos ricos”. Este hombre, que mantiene el mismo rostro de sus antepasados africanos, asegura que el sueño que tuvieron sus allegados y vecinos en el que lo vieron dando gritos indescifrables con la boca atollada de miel y abejas, fue en verdad premonitorio. En abril de 2006 una ONG lo llevó a hablar frente al concejo de la ciudad de Salem, Massachussets, en los Estados Unidos. Allí denunció el atropello que hicieron con Tabaco. Salem lo recibió como un bravío defensor de los derechos humanos y le rindió honores. Dicha ciudad produce electricidad a una gran región de los Estados Unidos y lo hace por medio del carbón que compra a Colombia. Un criador de chivos terminó convenciendo a las autoridades de esa ciudad para que presionaran a la empresa generadora de energía para que cancele la compra del mineral. La última persona que estuvo bajo la sombra de la bonga fue Emilio Reyes, hermano de José. Todos esperaron una señal, pero no se dio; él está seguro de que las cosas “curiosas” como esos sueños inducidos cesaron con el desmantelamiento de Tabaco. “A quién no vuelve loco el que lo dejen sin cimientos en este mundo”, dice Emilio. “A veces voy a mirar de lejos lo que fue Tabaco y ahí sólo se ve una loma mocha. Me acerco a las vallas electrificadas y enseguida se me acercan hombres armados con perros y me dicen que ni siquiera puedo quedarme a ver lo que fue mío, porque ya es propiedad privada”. Los daños ocasionados a Emilio por los golpes en el desalojo le albergaron un sueño recurrente en su cabeza. En ese sueño gris él está solo en mitad de Tabaco y hombres oscuros lo cercan, lo vigilan desde los árboles. Puede ver que a su lado hay fémures y clavículas. Pero de un momento a otro se suelta una lluvia tenue y los hombres oscuros se desvanecen. Los Reyes intentan interpretar esos trazos alucinados creyendo que algún día una lluvia, venida quién sabe de dónde, hará desvanecer a quienes cometieron semejante atropello. Es como si para esta gente el sueño fuera la única forma de conseguir las cosas, y uno concluye que sus fuerzas ya no radican en sus creencias sino en la intensidad de su dolor. ** Juan Carlos Guardela Vásquez jcguardela@hotmail.com Periodista colombiano (San Juan Nepomuceno, Bolívar; 1964). Ha hecho radio, prensa y televisión. Colaborador de las revistas Semana (http://www.semana.com) y El Malpensante (http://www.elmalpensante.com). Ha dirigido varios documentales transmitidos por el canal regional TeleCaribe. Ha sido periodista para los diarios El Universal (http://www.eluniversal.com.co) y El Periódico, de Cartagena, jefe de prensa del Observatorio del Caribe Colombiano (http://www.ocaribe.org), coordinador de la revista Aguaita, asistente de la oficina de Prensa del Festival Internacional de Cine de Cartagena (http://www.festicinecartagena.org), jefe de prensa del Instituto Distrital de Cultura de Cartagena y coordinador del programa de TV Magazín cultural, de Telecaribe. Ha recibido la beca de creación del Ministerio de Cultura de Colombia (http://www.mincultura.gov.co) para escribir la novela Acabose (2007); la beca de periodismo investigativo del Proyecto Antonio Nariño (http://www.fnpi.org/pan/becas.asp) con el reportaje El edén vencido, éxodo, minería y conflicto armado en el sur de Bolívar, publicado en Semana; el Premio Regional de Crónica y Reportaje Álvaro Cepeda Samudio, el premio de periodismo Pegaso de Oro en Televisión con la serie Champeta, bacile y muerte, transmitido por TeleCaribe (1997), y la Beca Nacional del Instituto Nacional de Cultura con el poemario Las tres heridas (1993), entre otros reconocimientos. Ha asistido a talleres y seminarios de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI, http://www.fnpi.org) con los maestros Jon Lee Anderson, “Paco” Goldman, Javier Darío Restrepo y Alma Guillermoprieto. === Réplica a Joaquín Robles Zabala Marialcira Matute ================ Caracas, 8 de junio de 2008. Estimado Jorge Gómez Jiménez Editor de Letralia.com Asunto: Solicitud de derecho a réplica Me refiero al escrito publicado en Letralia.com Nº 188 del 2-6-08, llamado “El malestar de la lectura o la satanización de las ideas”, del profesor colombiano Joaquín Robles Zabala, que puede leerse en http://www.letralia.com/188/articulo06.htm. Absolutamente sesgado hacia un solo lado de la información, termina desinformando al lector. El mencionado autor expone injusta e infundadamente a la gestión del gobierno legítimo del Presidente Chávez y los periodistas venezolanos al escarnio público, por asuntos que resalto en esta comunicación, tomados del artículo referido. En primer lugar, deja sobreentendido entre líneas que Chávez llegó al poder por un golpe, cuando ha triunfado y ha sido ratificado en 12 procesos electorales continuos. Afirma el Sr. Robles que el canal de televisión privado Radio Caracas Televisión RCTV “fue cerrado” por el gobierno, cuando es de todos conocido que venció la concesión gratuita que se le había otorgado y renovado por 53 abusivos años, sobre el uso del espacio radioeléctrico que pertenece al Estado venezolano, quien es dueño de decidir soberanamente sobre dichas concesiones. De lo contrario, tal concesión se convierte en una propiedad privada, asunto jurídicamente inaceptable en este caso por tratarse de un bien público. La mentira es mayor puesto que también es de todos conocido que RCTV no está cerrado, continúa transmitiendo su programación en la señal por cable, sin ningún tipo de obstáculos. Es importante resaltar algunas verdades que el Sr. Robles deja de lado en su artículo: Las empresas privadas de comunicación, es decir, los medios privados, controlan el 90% del espacio radioeléctrico en Venezuela. Las empresas privadas de comunicación, han pervertido el fin comunicacional y de información para el que existen, asumiendo el carácter de partidos políticos de oposición irracional, constante y cómplices de mentiras y ocultamientos. En relación a las menciones al tema del libro que incluye el articulista, sería interesante que se preguntara cuántos programas sobre libros existen en los medios privados en Venezuela. ¿Cuáles son los horarios y en qué días se transmiten? Quien suscribe, con experiencia suficiente en la difusión del libro, puede testimoniar que en casi ninguno de esos canales privados se ha aceptado un proyecto que permita la difusión del libro, a menos que se paguen reportajes publicitarios para hacerlo. Afirma el Sr. Robles que el derecho a la libre expresión está siendo amenazado en Venezuela por las “fuerzas represoras del Estado y el gobierno de turno” y asoma afirmaciones hechas por la Sociedad Interamericana de Prensa, que por cierto se reunió libremente en Caracas en marzo de 2008 con la presencia, entre otras figuras de su directiva, del Sr. Danilo Arbilla, del Semanario Búsqueda, representativo de la calidad de los empresarios que conforman la SIP, periodista integrante de las oficinas de prensa de la Dictadura Uruguaya del 73-85 y por tanto responsable de las persecuciones y desapariciones de periodistas en su país, y del cierre, subrayo: CIERRE de cerca de doscientos (200) medios en Uruguay. Siguiendo con la SIP, se olvida el Sr. Robles que es una organización de propietarios de medios tales como Diario El País de Uruguay (vocero de la dictadura ya citada); Diario La Nación de Argentina (Cómplice de los torturadores ), Diario El Mercurio de Chile (responsable del magnicidio del Presidente Allende); Diario El Tiempo de Colombia (representante de las clases que han llevado al estado de guerra a Colombia); Diario El Nacional de Venezuela (del que sobran comentarios), por sólo mencionar algunos. Por otro lado, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, y el Colegio Nacional de Periodistas, que con tanta fuerza menciona el Sr. Robles, actualmente no representan sino a los empresarios de la comunicación. No representan ni protegen a los periodistas. Si es necesaria alguna prueba, recordemos la defensa a los propietarios de las empresas de comunicación ofrecida por la secretaría del CNP a la SIP en la reunión de marzo. Son estructuras vacías, rezagadas en relación con el ordenamiento jurídico vigente, con lo que se apartan brutalmente de sus concepciones originarias. Durante casi una década en Venezuela han conservado la misma directiva, y convirtieron por sus propios hechos a ambas instancias en organismos políticos siendo cómplices del silencio informativo del Golpe de Estado de abril de 2002 en Venezuela. Las demandas contra Venezuela que se mencionan en el escrito del Sr. Robles, no han tenido éxito, por ser infundadas. De ninguna manera puede afirmarse que en Venezuela se viola la libertad de expresión. Por otro lado, nunca antes se han publicado tantos libros en el sector público y privado, nunca había habido un crecimiento similar en la cantidad de librerías. Exceptuando una medida reciente del Ministerio de Comercio, que inoportunamente está pidiendo un certificado de no producción nacional para importar libros con dólares preferenciales, medida que está siendo discutida y dialogada por lo incoherente con las políticas de estado de fomento al libro y la lectura; es indudable que el libro está protegido en Venezuela. No paga IVA ni aranceles aduaneros y durante 5 años el sector libro fue exonerado del pago al Impuesto Sobre la Renta. Por otro lado, en 2005 fueron alfabetizados 1.500.000 de venezolanos y nuestro país se declaró libre de analfabetismo. Un importante porcentaje de la renta petrolera se dedica al gasto social y educativo. Soy testimonio personal y aseguro que en el ámbito de mi experiencia nunca he sido censurada ni se ha censurado ningún tipo de información cultural en los medios del Estado. Por todo lo expuesto, el Artículo del Sr. Robles es a todas luces sesgado, ofensivo e inaceptable. Manipula abiertamente la información que presenta. Así que si la intención del Sr. Robles es someter a Venezuela al escarnio, como un país bananero, sumiso, sin interés por la cultura, le ruego, trate de informarse mejor, en respeto a los lectores, y principalmente en respeto a los periodistas venezolanos que como nunca antes, han podido trabajar en libertad en un país que recorre el camino digno del amor a la lectura con una intensidad que jamás antes había experimentado. Sería interesante que el Sr. Robles denunciara los atropellos y asesinatos a periodistas y a miles de dirigentes sindicales en su país. Ruego respetuosamente a Letralia me otorgue el Derecho a Réplica establecido en el Art.58 de la Constitución de la República Bolivariana, y por tanto se publique este escrito a la brevedad en el mismo espacio que se le dio al del Sr. Robles, para que los lectores de Letralia tengan una visión equilibrada del tratamiento que se da a los periodistas y al libro en nuestro país. ** Marialcira Matute lalibreriamediatica@gmail.com Periodista venezolana (Madrid, 1962). Productora, locutora y conductora de espacios radiales y televisivos dedicados a la promoción del libro. Comunicadora social (Universidad Central de Venezuela, UCV, http://www.ucv.ve, 1992), intérprete traductora inglés-español (Universidad Simón Bolívar, USB, http://www.usb.ve, 1982), egresada del Programa Superior de Escritores Creativos para Cine, Prensa y TV del Instituto de Creatividad y Comunicación (Icrea, http://www.icrea.org.ve, 1997), abogado (Universidad Santa María, USM, 1988) y técnico superior en Arquitectura (Instituto Universitario de Tecnología Antonio José de Sucre, IUTAJS, http://www.iutajs.edu.ve, 1982). Desde 1998 conduce y produce diversos espacios radiales, televisivos y por Internet, de la serie La Librería Mediática, que le ha merecido el Premio Nacional del Libro de Venezuela (2003, 2004) otorgado por el Centro Nacional del Libro (Cenal, http://www.cenal.gob.ve) como mejor propuesta de programa de promoción del lectura en medios de comunicación, el Premio de La Cámara Venezolana del Libro (Cavelibro, http://www.cavelibro.org) como mejor medio informativo para la promoción y difusión del libro (2004), el Premio Nacional de Periodismo 2005, renglón Informativo Radio, para el programa “Los Libros y la radio tienen mucho que ver”, el Premio Editorial Planeta de Venezuela (2006) por la labor divulgativa del mundo editorial y el premio Rafael Ángel García de la ONG venezolana Cecodap a los programas infantiles de La Librería Mediática televisiva (2007). Ha dictado charlas y talleres en diversos centros educativos y culturales para divulgar los programas y espacios de la serie y el Método Medios de Comunicación y Lectura (MyL). === Gustavo Tatis Guerra ================================================== === He venido a ver las nubes: la poesía como ofrenda ===================== === Rómulo Bustos Aguirre ================================================= Existen diversas formas de la herejía. Gustavo Tatis profesa una de las más extrañas: la levedad en tiempos de gravidez y de ruido. Dentro de las lindes de la poesía del Caribe colombiano sigue así ese trazado en que esplenden y asordinan Oscar Delgado, Meira Delmar o Fernando Linero, y que encuentra su más alto registro en Giovanni Quessep. Es decir, dentro de esa tradición de carácter analógico que constituye uno de los más ricos cauces de la imaginación caribeña. Porque el Caribe como estética hay ante todo que entenderlo como diversidad y oscilación. Sobre esto tal vez no se haya insistido lo suficiente. He venido a ver las nubes, se titula el último trabajo de Gustavo Tatis. Confieso que me causa cierta perplejidad la tajante convicción que encierra la declaración que encierra este título. Pudiera parecer elemental y acaso ingenua. ¿Quién, “impunemente”, puede declarar este manifiesto aéreo de la vida? Cosas de poeta dirá el uno... de poeta romántico, enfatizará el otro. Pero, ¿poeta romántico a finales del siglo XX e inicios del XXI, es decir, en el paroxismo de la desromantización del romanticismo que implica la modernidad literaria? ¿Ingenuidad o valentía? En principio, elijo la segunda posibilidad. Se trata de una deliberada insistencia que aflora desde las dos líneas inaugurales de su primera publicación Conjuros del navegante: “Como el país de las nubes / así es mi corazón...”. También allí, en ese primer poema, se encuentran las claves de este último poemario, donde el sujeto imaginante/imaginado se percibe como: “un niño que descubre las estrellas / en un aljibe de agua que llora”. Sin duda en esta frase-título se concentran los rasgos singularizadores de una poética. Su valor ético-estético radica, en gran medida, precisamente en declararlo a finales del siglo XX e inicios del XXI y no en otro momento: palabras para nombrar, para arriesgar la belleza en medio de la fragmentación y de la ruina. El tiempo de la muerte es también el tiempo de la canción. ¿Es posible orfear? Se pregunta trágica, serenamente Eugenio Montejo en algunos de sus bellos poemas; y desde los laberínticos juegos de resonancias del misterioso espacio de muchos pisos de la imaginación poética, Gustavo responde: sí. Porque Gustavo bien podría decir —es lo que está diciendo, es lo que nos esta pidiendo que digamos con él— hermano sol, hermana lluvia, hermana mariposa que donas tus colores sin que lo merezcamos, hermano árbol oración incesante del verde y la espesura, en fin, hermana muerte... ¿Ingenuidad o valentía? En principio, elijo también la primera posibilidad. Ingenua, sí, extraordinariamente ingenua. Es decir, que emerge desde una profunda inocencia. Y cuando uno dice inocencia, en el contexto de la literatura del Caribe, no puede evitar pensar en la inocencia marcada por el fuego de Rojas Herazo. Desde luego, no se trata de esa agónica inocencia declarada obsesivamente por Rojas Herazo; se trata de otro orden de la inocencia, venida, vertida de otros rumbos. Digámoslo de una buena vez: se trata de una inocencia franciscana. En efecto sólo el mínimo y dulce Francisco de Asís podría declarar humilde, olímpicamente: he venido a ver las nubes; este es mi testimonio sobre la tierra; mi testimonio es el canto, el canto que también conoce el lugar sombrío y que exorciza su malignidad con la dulzura de la luz. Una luz de agua. No luz calcinante, no el mediodía inclemente de la luz... Personajes como Honorio Tatis (hermoso homenaje al padre), el monje Kevin o Marcelino Berthel son seres que dan cuenta de este franciscanismo. La íntima vocación de esta palabra es la ofrenda. Su designio: la epifanía. Su imagen fundante es el ojo de agua que mana desde lo invisible. Este mundo regido por la analogía es ante todo un mundo que fluye. El ser que mora en estos poemas es “el que escucha la voz de las aguas”, el encantado por el agua. El poema que abre el poemario, en efecto lo hace bajo el signo del agua. El poema fluye como una serie indecisa y heteróclita de respuestas a la pregunta ¿Qué podrá salvarte? Pero la última insinúa la respuesta que busca el poema, la punta de la madeja en el laberinto de palabras que él mismo construye: “el ojo de agua como un misterio que no cesa”. El valor del agua se ve particularmente activado por el verso que le antecede y se anuda al último en virtud de su opuesta simbología: “el deseo y la sed en el desierto”. Pero el agua que viaja por estos poemas no es agua de río, como pudiera pensarse dados los orígenes sinuanos del autor. Tampoco es agua de mar, tan propensa al simbolismo del Caos. Es agua pequeña. Es agua de aljibe, de cántaro, de poza. Ante todo es agua llorada, que mana o brota de la tierra o bien se desborda del otro Sinú, del Sinú del cielo, en forma de lluvia. El ojo suele ser un símbolo solar, pero por la alquimia que opera desde el agua el simbolismo se invierte y se transforma: es ojo de agua. El flujo imaginante de esta agua es tan intenso que incluso hace acuático el desierto; en realidad, este es su destino secreto. Todo esto dicho se puede apreciar bellamente en el fragmento final del poema “El desierto”, cuyo hablante es Marco Polo: “(...) Vi a un niño entre los viajeros dibujando un aguacero sobre las hojas de un bosque vi mis huesos blancos, dispersos el cielo, el amor como ojo de agua manando de lo invisible vi mis alas desplegadas ¿quién soy? —me pregunto ahora oyendo las arenas que cantan ¿Quién soy sino un rey encantado por tu espejismo?”. Por la marca de agua que imprime la noción de espejismo (especialmente por lo menos evidente que es respecto de las otras marcas) las arenas del desierto se revierten: son arenas cantoras. Pero “el que escucha la voz de las aguas”, el encantado por el agua es, en esencia, el niño que juega con ella, y, ya terrestre, ya celeste, en ella arraiga su pureza. Y así, es como si la contemplación del mundo y el mundo imaginado irradiara desde una mirada niña. De este modo cuando el motivo luminoso del Reino, asociado a la infancia, como instancia intemporal, mítica, se llena de resonancias evangélicas y escatológicas es la figura del niño la que permite enlazar las imágenes del hombre y Dios, como ocurre en el poema “Evangelio”, donde la dimensión de la niñez se potencia en esplendor de pureza a partir de la invocación del poderío de lo pequeño en la imagen neotestamentaria del grano de mostaza; aquí el hablante es ambiguamente Cristo o un hombre cualquiera devastado por el amor: “No comprendiste mi amor tan doloroso como la ofrenda de mis manos abandonaste al niño que dormía en el fondo de mis ojos cubriste mi desnudez con la túnica de la muerte me dejaste solo bajo la luz del cielo en la tempestad olvidaste que mi pureza cabe en un grano de mostaza que mi alma vuela sobre las aguas”. Esta agua es agua-luz, agua-amor, agua mínima y penetrante que todo lo dulcifica, se podría decir: el agua escenificada como Nuestra Señora de la Infinita Compasión. Hasta la malinche Catalina hechizada “por una lengua extraña / y un Dios que bendecía las espadas”, al ofrecerse como agua a sus sucesivos y sedientos (no precisamente de los restos del oro de su alma) poseedores, de algún modo, se salva en el poema, y, extrañamente, también los salva. Valga señalar como rasgo significativo en la evolución de la poética de Gustavo Tatis, la aparición por primera vez, de modo sistemático en este trabajo, del recurso de la máscara. Este recurso lírico que provee de estatuto moderno y actuante al impúdico yo romántico, que se rebaja, oculta, fragmenta o refracta en sutiles yoes-espejos, procura algunos de los mejores modos a esa voz una y múltiple a través de la cual hablan, ahora, Marco Polo, enmudecido por el enigma del desierto, después, los ciegos silencios de Ray Charles, más tarde, el invicto fervor de la cacica Zenú, o Emily Dickinson, simplemente, declara su fidelidad al misterio. Pero, sin duda, uno de los aspectos más sugestivos de estas hermosas páginas se halla en la paradójica imagen de la redención de Dios: Adán, el hombre, se libera a sí mismo y a su creador, evocando de modo sui generis acaso las úlceras purgatoriales de Rojas Herazo o los abismos acuáticos y ascencionales de Ibarra Merlano. ¿Quién es ya la criatura, quién el creador? Las dos figuras se confunden para responder la mencionada pregunta que abre y transita todo el poemario: “¿Qué podrá salvarte?”. Ahora es posible asumir el mundo con alegría. Después de todo la muerte también es bella. ** Rómulo Bustos Aguirre romulobustosaguirre@yahoo.com Poeta y docente colombiano (Santa Catalina de Alejandría). Es profesor de literatura. Ha publicado los poemarios El oscuro sello de Dios (1988; Premio Nacional de Poesía, otorgado por la Asociación de Escritores de la Costa), Lunación del amor (1990), En el traspatio del cielo (Premio Nacional de Poesía Colcultura, 1993), Palabra que golpea un color imaginario (1996; compilación, en la colección Encuentros Iberoamericanos, de la Universidad Internacional de Andalucía, Unia; http://www.unia.es), La estación de la sed (1998), Oración del impuro (2004; compilación publicada por la Universidad Nacional de Colombia, http://www.unal.edu.co), y Sacrificiales (2007; Editorial Veintisieteletras, Madrid). Es magíster en literatura hispanoamericana del Instituto Caro y Cuervo (http://www.caroycuervo.gov.co). Actualmente se desempeña como docente en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Cartagena (http://www.unicartagena.edu.co). === De rastros, experiencias y viajes poéticos ============================ === Alejandro Sebastiani Verlezza ========================================= Queda hablar de huellas. Semejantes a las dejadas por el caracol a su paso. Lívidas, difuminadas, quietas. Esas huellas sin configuración posible. Esos testimonios de un paso. Queda también hablar de todas las trayectorias posibles, abstraerlas de su propio vacío, dotarlas de una nueva capacidad, de una autonomía, de un poder: el poder del rastro. Hanni Ossott, Espacios para decir lo mismo. En la infancia comienzan los primeros asombros: el paisaje, los seres cercanos, la tierra, el juego, la calle. Es por esencia la edad de la poesía: se miran las cosas por primera vez, se buscan palabras para nombrar al mundo. El ser vive en éxtasis, en la plenitud de la risa. Justo allí, sin saberlo, puede comenzar el viaje en la poesía: la mirada está limpia, refleja el cristal de su goce: es toda ligereza, inconsciencia, está en medio de una bella alegría animal, para decirlo con un verso de Alejandra Pizarnik. Se toca por primera vez la textura de la mesa, la punta de los creyones se arrastra sobre el papel y cualquier otra superficie; todo bajo los dictados del antojo; se lanzan piedras al mar, se grita para tratar de inmutar al viento y se mira con curiosidad el chisporroteo de la llama, surge la curiosidad de poner el dedo en ella. Luego, más temprano que tarde vendrán las iniciaciones en el dolor, la pena, la angustia: el fuego quema, el tomacorriente descarga su ira sobre el dedo curioso, la pérdida se hace realidad abrumante; y ya Rilke dijo que el poeta se hace desde la escasez. De esto y más habla Viaje al poema (El Perro y la Rana, 2005), uno de los más recientes libros de Gabriel Mantilla Chaparro. Son textos en su mayoría breves, oscilan entre el ensayo breve y la reflexión poética, fragmentos de experiencia, ráfagas de pensamiento, testimonio de la existencia literaria, lo que para Rafael Cadenas serían anotaciones; un viaje que parte de la experiencia vivida en la poesía y desde allí se establece el diálogo con las voces que de mayor querencia y resonancia: Rilke, Baudelaire, Rimbaud, Valéry, Mutis, Cortázar, Whitman. Ellos son lo que Charles Bukowski llamaría los perros viejos, es decir, los maestros, los grandes. Se escapará la infancia, es irremediable. Queda entonces la nostalgia de la pérdida, el ir desde el recuerdo hacia esa fuente una y otra vez. Quizá por eso Mantilla Chaparro abre su libro con la siguiente reflexión: “Antes de abandonar la infancia es necesario echar un último, lejano y profundo vistazo, ya que al cerrar la puerta para siempre, sólo nos quedarán imágenes, recuerdos, miedos, ausencias, olores. Voces ancestrales...”. El poema, seguramente, vendrá más tarde. Ya hay una memoria, una capacidad para evocar. Luego las imágenes llegan y se desbordan. Se inicia así, aunado al trajinar del vivir, la inquietud: hay un ser habitado por lo poético. Se sabe, hay momentos en los que toca soportar. Pero se hace, con un pie en el presente y otro apoyado en la memoria: en un verso que quedó grabado, una voz cercana que resuena, la letra de una canción perdida en la lejanía. Eso ayuda. Una vez fuera de peligro, cree uno, aparece el respiro y con suerte el poema. Con los años y el trajinar con la palabra vendrá también la confrontación con el lenguaje; la poesía se convierte en una crítica, en un cuestionamiento a sus propios mecanismos de funcionamiento, como bien se puede apreciar en parte de la poesía de Octavio Paz. Es el poema como imposible; algo que se quiso decir pero jamás se encontraron las palabras para decirlo: los sentimientos que hacen entrar al ser en su mayor tensión —el amor y el desamor, el encuentro y el desencuentro, la dicha y la desdicha— suelen hacerse, sencillamente, innombrables; la palabra no es suficiente y todo nombrar se hace estéril, imposible; es posible que entonces esté todo servido para la llegada del absurdo, mas no creo que sea esto lo central en Viaje al poema. Se trata de un viaje incesante, desde la infancia hasta el apagarse de la vida. ¿En qué zona de la experiencia, en qué momento del vivir se emprende? Es posible que nunca se sepa. Quizá se empezó hace mucho y no se advirtió. Porque la poesía, como el arte, guarda en una especie de cofre sus secretos, iluminaciones y sombras: territorio sagrado. Al menos quedaron poetas como Rilke, por ejemplo, para dar pistas, despejar quizá lo borroso. Por ellos se logra advertir —y porque se vivió también— que el viaje por y a través de la poesía comienza en la experiencia vital. Sin vivir no hay viaje, tampoco poesía. Pero no un vivir cómodo. Un vivir poético, si se quiere, reflejado en la poesía que se escribe. Un poema escrito desde las entrañas, en palabras de Mantilla Chaparro, desde una sed ontológica creacional. Siendo así, la poesía sería el territorio por descubrir. Se intentará siempre buscar el poema originario, aquél que hace reír y llorar, aquél que late escondido en cada poeta. Y siguiendo a Goethe, Mantilla Chaparro sugiere la idea de poesía como verdad. Y en eso se puede ir la vida, buscándola, sin mayor certidumbre que la visión de su lejana sombra. Al mismo tiempo reflexiona sobre su idea del poeta: no solamente esteticismo, también locura. En dos palabras: humano, plural; un cronopio, diría Cortázar, un Minotauro que no deja de hacerse una imagen del mundo y de una vida menos automática. He allí la apuesta, el clásico y certero Carpe diem. Solamente a partir de la experiencia y la reflexión constante sobre el oficio se hace posible concebir una existencia en términos de viaje a la poesía y al poema. Por eso Mantilla Chaparro hace una parada en el camino y comienza con el ordenamiento de su bitácora. Pero no se trata de tratados ni de monumentos teorizantes. No, es la búsqueda afanosa de lo poético en las rendijas más soslayadas de la monotonía cotidiana. Se trata de fijar la mirada —como quiso Susan Sontag refiriéndose a la fotografía— en un instante, en un gesto, un cuerpo poseído por alguna música desconocida, una mirada o un encuentro azaroso. Es verdad, también pasan los años y los prejuicios —las falsas creencias, los ismos— atentan contra la poesía que se lleva adentro. A veces se gana, a veces se pierde; otras habla el silencio o el viento. Sugerente viaje el de Mantilla Chaparro. Escrito en tono conversacional, diría también que intimista, pareciera que nos escribe el sobreviviente de un mundo a veces perverso, injusto, castrante. Alguien ha hecho una pausa dentro de la vorágine para darnos una idea, una imagen sobre el quehacer poético. Mantilla Chaparro es, sin duda, un optimista. Alguien que a pesar de todo cree y sabe que el azar puede aparecer con una jugarreta favorecedora o perversa. Pero no importa, diría seguramente, hay que comenzar ese viaje, prepararse al menos para intentarlo. Mientras unos apenas arman las maletas y aguardan en el puerto, otros ya están en la otra orilla, llegando a su Ítaca. Todo viaje implica una transformación. El contacto entre el ser y el paisaje, la experiencia de un avisado deambular nutre, expande. Muchas veces no se sabe para dónde se viaja ni por qué. Puede pasar también en los viajes interiores, cuando las imágenes permanecen —bien adentro— agolpadas y luego de uno que otro temblor brotan en forma de poemas. Entonces el poeta deja un camino, abre una brecha con sus imágenes. Quedan huellas, pasos que el agua borra en la playa, ecos que se dejan en el bosque cuando se está perdido, las certezas escapan y todo es intemperie. ** Alejandro Sebastiani Verlezza alejandrosebastiani@gmail.com Periodista venezolano (Caracas, 1982). Es egresado de la Universidad Santa María (2005). Actualmente estudia en la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve). Ha publicado en medios como La Razón (http://www.larazon.net), El Universal (http://www.eluniversal.com), Pico Bolívar (http://www.picobolivar.com.ve), Ateneo, Guayoyo Impreso, Revista Nacional de Cultura, Argumentos Literarios y Corriente Alterna (http://www.corriente-alterna.net). En el campo editorial ha colaborado con el Fondo Editorial Ambrosía y Santillana de Venezuela (http://www.santillana.com.ve). También ha cursado los talleres “Técnicas de estimulación para la narrativa y poética”, con Marie Bahnik (2003); “Guión para jóvenes cineastas”, con el realizador argentino Nicolás Batlle (2003); “Las mejores prácticas en los medios de comunicación social británicos” (British Council y BBC World Service Trust, Caracas, 2005); “De la imagen literaria a la expresión en el papel”, con Julián Márquez (Biblioteca Simón Rodríguez, 2005); “Taller de Narrativa”, con Humberto Mata (Celarg, 2005-06), y “Ensayo literario” con Judit Gerendas (Celarg, 2006-07) y Roberto Pérez León (Casa de Bello, 2008). |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === Jorge Enrique Adoum: ================================================== === “Este país no tiene idea de lo que es una política cultural” ========== === Augusto Rodríguez ===================================================== Es considerado el poeta vivo más importante que tiene el Ecuador. Tuvimos la oportunidad de visitarlo en Quito. Y como siempre nos atendió muy amablemente en compañía de su esposa Nicole. A continuación la siguiente entrevista con el gran intelectual, el poeta, el autor de la reconocida novela Entre Marx y una mujer desnuda, el candidato al Premio Cervantes por nuestro país, Jorge Enrique Adoum. —Háblenos brevemente de sus comienzos literarios. ¿Dónde empezó el amor a la literatura y a la poesía? —Empezó con la lectura, a los 13 años. Durante el año escolar leía una novela por semana y en vacaciones, que debía pasarlas en casa, una cada dos días. Luego, en el colegio había concursos anuales de poesía: el profesor de literatura me estimulaba a participar y estímulos fueron los premios que obtenía. —Hay muchos que dicen que usted se ha beneficiado de la imagen de Neruda. ¿Qué opina de esto? ¿Quién es Neruda para usted? —¿En qué me he beneficiado de ella? ¿En la lucha tenaz para encontrar antídotos y librarme de su influencia inicial, que aquí parecía ser una culpa? ¿En que agregaran, a mi nombre y apellido, “nerudiano” como si hubiera sido el de mi madre? ¿Y quién no ha comenzado a la sombra de otro? Con su generosidad desmedida Neruda me hizo, cuando tenía yo 25 años, el más alto elogio al que uno podría aspirar y, pese a que se publicó a ocho columnas en un diario de Guayaquil, yo me esforcé por que lo olvidaran. Setenta y cinco años después, un poeta colombiano lo recordó para una presentación. Menos mal que no se supo en Ecuador... Esa actitud de “muchos” revela su ignorancia: si cada generación (o, aunque fuera uno solo de sus miembros) al comienzo no hereda algo de la anterior, no tendríamos una historia de la cultura, ni de la literatura ni del arte. ¿Qué quién es Neruda, para mí? Uno de los más grandes poetas de nuestra lengua, de nuestra raza latinoamericana y, por tanto, de la humanidad. —Ecuador, un gran país, pero ¿qué pasa con su literatura? ¿Por qué no se la lee en el exterior? —Porque nadie la da a conocer. Este país no tiene ni siquiera una idea remota de lo que es una política cultural ni le interesa tener alguna. Los editores, por razones económicas o de otro tipo, no se ocupan de las ferias internacionales de libros ni de establecer contactos con distribuidores y libreros del extranjero. —Hay muchos que lo consideran un “padre literario” y que por lo mismo hay que matarlo, ¿qué opina al respecto? —He declarado ya que para eso es necesario saber con precisión quién es el padre de cada uno, pues de lo contrario se corre el riesgo de matar al inocente marido de la madre. El famoso “parricidio” de los años sesenta (o sea que tampoco en eso son originales), significó elaborar un proyecto estético por lo menos de igual valor, si no mayor, que el del “padre”, como sucedió con Borges respecto de Marechal y con Cortázar en relación con Borges... y no negar sistemáticamente la obra o la existencia del que trabajó antes que ellos, del antipático por una u otra razón, lo que se parece demasiado a la envidia. —¿Qué le han parecido los homenajes de la Casa de la Cultura hacia usted, desde crearle un premio, homenajearlo y candidatizarlo al Premio Cervantes? —Nadie me ha creado un premio. El concurso que llevó mi nombre tuvo miles de participantes jóvenes y hubo trabajos enviados desde los sitios más remotos del país. La intención declarada de la Casa de la Cultura fue tratar de que alguna vez algún ecuatoriano obtuviera ese premio y la postulación que hizo me honra y compromete para siempre mi gratitud. —Muchos hablan de su antología Poesía viva del siglo XX. ¿La seguirá enriqueciendo, es decir, le seguirá sumando nombres en el futuro? —El título correcto es Poesía viva del Ecuador y sólo está viva (en el sentido de que uno la lee y la relee voluntariamente) la del siglo XX. Honestamente, no lo había pensado pero tiene razón: debería completarse, puesto que data de 1990. —¿Qué mensaje le daría a las nuevas generaciones de poetas que actualmente están escribiendo en todo el país? —Que recuerden que la poesía es también estudio y trabajo, esfuerzo y sacrificio, para que hagan cada vez mejor lo que están haciendo ahora. —¿Actualmente en qué proyectos literarios está Jorge Enrique Adoum? —Estoy tratando de revisar algunos textos que ahora encuentro algo superficiales o incompletos, sea por mi culpa, sea porque han sobrevenido acontecimientos que no podía prever y han quedado fuera del libro. ** Augusto Rodríguez elfrancotirador79@hotmail.com Escritor ecuatoriano (Guayaquil, 1979). Ha publicado los poemarios Ausencia (Santiago de Chile, 1999), Mientras ella mata mosquitos (2004), Animales salvajes (2005) y La bestia que me habita (2005). Sus textos aparecen en varias antologías locales y del extranjero. Ha obtenido el Premio Nacional de Poesía David Ledesma Vásquez (2005), el Premio Nacional Universitario de Poesía Efraín Jara Idrovo (2005) y Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía César Dávila Andrade (2005). Es el fundador del grupo cultural guayaquileño Buseta de papel. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === Las poetas suicidas por mal de amores, ================================ === arquetipo de “la amante rechazada” Rosol Botello ================= Para el doctor Luis Sanz quien tiene una caja de estrellas La primera mujer poeta que se registra en la cultura occidental es griega y su muerte es por suicidio, por mal de amores. Safo de Lesbos (aproximado 625-580 a.de C.) se tiró al mar por el rechazo de un hombre. Estas mujeres que padecen esta enfermedad psíquica siempre hablan del amor como algo maligno, terrible. Tienen una idea del amor equivocada. Safo escribe: “Eros que paraliza los miembros, esa serpiente que otra vez me intranquiliza... dulce, amarga e invencible”. Se parte del concepto que desarrolla la analista junguiana norteamericana Linda Leonard, en su libro La locura femenina, en la que retrata a esta mujer que tiene amores imposibles porque fue hija de una madre que no la amó y, por tanto, no conoció el amor materno, el más importante en cualquier ser humano. A consecuencia de esta carencia afectiva, va teniendo en su vida experiencias que le van a confirmar que el amor es algo imposible, por lo menos para ella, y escoge personas que se le parezcan a ese grupo familiar de donde provino, personas que no pueden amarla, por la razón que sea, y van repitiendo la misma experiencia una y otra vez. Estas mujeres pierden la cabeza que tan bien les funciona para la creatividad y el manejo del lenguaje y se vuelven unas locas. El amor, dice Safo, es “amargo e invencible”, antes de estas dos palabras dice dulce, pero la palabra parece fuera de contexto con el resto del poema; está fuera de lugar cuando habla del amor como un veneno que paraliza, esa serpiente que intranquiliza. Dulce parece, casi, un accidente lingüístico. Cuando se dice que pierden la cabeza, es lo que pensaría cualquiera con sentido común ante el caso de la poeta chilena Violeta Parra, quien se suicida luego del rechazo amoroso de un hombre treinta años menor que ella. Un famoso psiquiatra venezolano, Fernando Rísquez, dice que el suicida mata a la madre y el homicida, al padre. En Venezuela tenemos un alto número de homicidios diarios y un serio problema social con el padre ausente. Safo, además de ser la primera poeta, es la primera que se suicida arrojándose al mar, que luego será una forma muy romántica de matarse. Shakespeare, en Hamlet, tiene a Ofelia; no nos dice nada de la madre de Ofelia, pero ella se hace la idea de que Hamlet gusta de ella, sólo porque él la trata. Es la mujer que se imagina que un hombre está enamorado de ella porque le sonrió o la saluda; además Hamlet está loco, la verdad es que se hace el loco, y ella, a pesar de la locura de Hamlet, decide tomárselo en serio. El problema de Hamlet es con su madre, quien traiciona a su padre con el amante y le quita el trono. Ofelia se mata ahogándose porque se siente rechazada por Hamlet, quien en principio nunca estuvo interesado, y su muerte fue un tema representado en pintura por los románticos y se volvió una manera romántica de matarse. Alfonsina Storni se suicida a los 46 años (1892-1938), se metió en el Mar del Plata. Padecía un cáncer, la máxima enfermedad del sufrimiento, según el doctor venezolano Lisandro López Herrera en su libro La alquimia del sufrimiento. Alfonsina tiene un poema, “Presentimiento”, nos dice, “Tengo el presentimiento que he de vivir muy poco. Esta cabeza mía se parece al crisol, purifica y consume, pero sin una queja, sin asomo de horror. Para acabarme quiero que una tarde sin nubes, bajo el límpido sol / nazca de un gran jazmín / una víbora blanca que dulce, dulcemente, me pique el corazón”. Aquí tenemos a la poeta que purifica su dolor, que no se queja, otra característica de la personalidad del canceroso, siempre están bien. Ya habla de su muerte, acabarse, y termina con la víbora, a la que pone blanca, para quitarle maldad y volverla dulce. No hay picada dulce de serpiente. Pero es la misma visión del amor tanto en este poema como en el de Safo que se leyó. Poemas muy parecidos en las imágenes y en la concepción del amor. También es famoso su poema “Voy a dormir” donde al final dice, “Si él llama nuevamente por teléfono / le dices que no insista, que he salido...”. Ese poema la hace aparecer como una mujer que muere a causa de mal de amores, y piensa que él va a llamar, se lleva la esperanza de ser querida o recordada. “Si él llama nuevamente” hace pensar que él ya no llama. Está el condicional “si”. Se dice que los suicidas son depresivos. Los poetas son seres sufridos. En este trabajo se señala que esta patología de la amante rechazada se debe al rechazo, abandono, indiferencia o malos tratos de la madre, que dejan una inmensa huella síquica en estas mujeres que, cuando sufren un rechazo, éste las remite a ese primer abandono, el de su madre, que no han podido superar y creo que es difícil que se pueda. Estas mujeres tienen problemas con asumir la maternidad; repiten, abandonan a sus hijos, o no tienen hijos por temor. De la maternidad conocen lo negativo, también se pueden volver homosexuales, experiencia que las remite a ese amor inicial con otra mujer que nunca tuvieron, el de su madre. Alejandra Pizarnik murió por sobredosis de pastillas para dormir a los 36 años. Fue muy exitosa. Recibió las dos becas más importantes que se dan a los artistas en los Estados Unidos. Una investigadora venezolana, Patricia Venti, señala cómo la familia ha censurado su diario para que no aparezcan las pasiones y la homosexualidad. Eso nos da un retrato de familia. Ella canta a la infancia desgraciada, “Yo no sé de la infancia más que un miedo luminoso y una mano que me arrastra / a mi otra orilla”. “Con todas mis muertes / yo me entrego a mi muerte, con puñados de infancia, con deseos ebrios / que no anduvieron bajo el sol”. La poeta canta al ocultamiento, a lo que está en la sombra y sigue sin nombrarlo. En la infancia somos inocentes y somos marcados por los adultos del entorno familiar. Le es imposible señalar al monstruo. Por eso sigue escribiendo de caperucita, en la infancia, sin nombrar al lobo feroz. Ella tuvo problemas mentales y fue tratada. El suicidio es considerado un pecado por las religiones y un delito por algunos países. En los Estados Unidos, si sobrevives te visita la policía al hospital. Se señala como una razón de suicidio el abandono de los demás, que de nuevo remite al abandono primigenio que se repite sin cesar en los que padecen este arquetipo cada vez que son rechazados, el de la madre que abandona afectivamente a su bebé. Según el psicoanálisis, el suicidio es agresión, la agresividad que se siente hacia fuera se dirige hacia el suicida. Sylvia Plath (1932-1963), quien se suicida a los 30 años, dejando a dos niños menores, por el abandono de su esposo, un poeta mujeriego que se va con otra mujer, escribe su primer poema a los ocho años y curiosamente es contra su padre, “Papá hubiera querido matarte, pero moriste antes de que tuviera tiempo...”. El padre también marca, el dolor de no tenerlo. El tema de la muerte es un tema poético, pero los suicidas escriben de su propia muerte. Anne Sexton dice, “La muerte correcta está escrita. Calmaré la necesidad”. Se suicida con el motor de su automóvil. Escoge su muerte correcta y escribe, “Morir es un arte, como todo / Yo lo hago excepcionalmente bien”. El suicida piensa en su propia muerte, Anne Sexton en el poema “Deseando morir” dice, “Pero los suicidas poseen un lenguaje especial. Al igual que los carpinteros, quieren saber con qué herramientas. Nacidos sin vida, no siempre mueren. La muerte es un hueso triste, lleno de golpes... ella me espera, año tras año, para reparar delicadamente una vieja herida / para liberar mi aliento de su dañina prisión. Algo sin decir, el teléfono descolgado / y el amor, cualquiera que haya sido, una infección”. En este poema aparecen las características de “la amante rechazada”, ya en el nacimiento está herida de muerte porque sus padres no le ofrecieron la sal del mar y el pan de la tierra, “Nacidos sin vida”. Es el abandono la vieja herida. Al final nos recuerda a Alfonsina con el teléfono y cuando habla del amor nos muestra sólo el aspecto negativo, que es el que conocen, en Sexton, “una infección”, o sea una enfermedad; en Safo una picada de serpiente, y Alfonsina para acabarse quiere una picada de serpiente, en el corazón, donde está su dolor primigenio, su mal de amores. Un clavo saca otro clavo. El teléfono es un símbolo de la comunicación, cortar la vida es dejar el teléfono descolgado. El teléfono representa la relación con el otro. Silvia Plath, en su poema “Soy vertical”, señala su carencia de amor maternal, “No soy un árbol con las raíces en la tierra absorbiendo minerales y amor maternal / para que cada marzo florezcan las hojas”. Canta lo que no es, lo que no tiene. Una de las características de la poesía, el poeta dice o escribe desde la carencia. Estas mujeres poetas nos dan una visión sobre la parte oscura de lo femenino o lo femenino enfermo. Los que no tuvieron la dicha de conocer lo positivo de lo femenino de sus propias madres, puede que lo aprendan de otras mujeres que les enseñen, pero si es la niñez ese territorio donde vivimos para siempre, tendremos esa sombra, mancha o herida de muerte en el corazón. La rutina que estructura la vida de los seres humanos en general es mal vista por los suicidas, y hay un enamoramiento con la muerte. La colombiana María Mercedes Carranza (1945-2003) en su poema “Oración”, nos dice, “No más amaneceres ni costumbres, no más luz, no más oficios, no más instantes. Sólo tierra, tierra en los ojos...”. Ella se mata en su casa con whisky y pastillas. La poeta griega María Polydouri (1902-1930), que se suicida muy joven con morfina, expresa la falta de valoración del suicida por la vida y escribe de todos los temas que rondan al deprimido. En su poema “A un amigo”, dice, “Me recibirás en tu aposento silencioso y habrá libros en torno, abandonados en un hondo silencio. Nos sentaremos uno junto al otro. Hablaremos de las cosas que se van, de las que han muerto antes de que las perdamos, de la amargura de la vida sin sentido, del tedio, del no esperar que nada se realice, del desaparecer... Y poco a poco en la oscura quietud, se apagarán también nuestras palabras y el postrer pensamiento”. No dice que son ellos los abandonados, en el poema son los libros. Los libros no sufren por abandono. En este poema está reunido todo el pensamiento del deprimido y del suicida ante la vida. María Polydouri amó a otro poeta griego, también suicida, de él escribió, “Hombre al que amo a pesar de su sífilis y de tener acaso otro amor en la cabeza”. Escribe como una mujer que no es querida y que ama a un hombre inadecuado, ella misma lo señala, está enfermo y tiene otra. Estas mujeres aman para sufrir, son las mujeres señaladas como las que aman demasiado. La venezolana Miyó Vestrini, nacida en Francia, emigró de niña a Venezuela con su familia (1938-1991), no sé cómo se suicidó, porque en Venezuela es un tabú el suicidio, de eso no se habla, se oculta cómo se mata la gente y hasta que se suicidó. Pero ella escribió de manera abierta sobre el tema con desparpajo y frivolidad, retrata a la sociedad venezolana, eterna adolescente, donde el promedio de edad es de 30 años y el colectivo evade todo lo que puede. El poema se llama “Zanahoria rallada” y es sobre un intento de suicidio fallido. Miyó nos dice, “El primer suicidio es único. Siempre te preguntan si fue un accidente o un firme propósito de morir. Te pasan un tubo por la nariz, con fuerza, para que duela / y aprendas a no molestar al prójimo. Cuando comienzas a explicar que la-muerte-era-la-única salida / o que lo haces / para-joder-a-tu-marido-y-a-tu-familia, ya te han dado la espalda / y están mirando el tubo transparente / por el que desfila tu última cena. Apuestan si son fideos o arroz chino. El médico de guardia se muestra intransigente: es zanahoria rallada. Asco, dice la enfermera bembona. Me despacharon furiosos porque ninguno ganó la apuesta. El suero bajó aprisa y en diez minutos, ya estaba de vuelta a casa. No hubo espacio donde llorar, ni tiempo para sentir frío y temor. La gente no se ocupa de la muerte por exceso de amor. Cosas de niños, como si los niños se suicidaran a diario. Busqué a Hammett en la página precisa: nunca diré nada sobre tu vida en ningún libro”. Miyó escribe de la amante rechazada como la que ama demasiado y refleja la perplejidad de las personas ante los suicidas por mal de amores: “la gente no se ocupa de la muerte por exceso de amor”. Nos cita al famoso escritor de los Estados Unidos que escribió novelas de detectives, para decirnos que su amor, o su herida, es oculto, es secreto, no va a soltar prenda. Recordemos a un psiquiatra argentino, José Milmaniene, en su libro Extrañas parejas, que nos dice que toda relación secreta es perversa. De forma sutil, en las notas sobre ella, se dice que repudiaba a su madre. Este poema es publicado después de su muerte. El suicidio es una palabra tabú en Venezuela, repito, cuando consultaba una nota biográfica en un texto especializado de escritoras venezolanas, escriben: murió por voluntad propia. Entonces de las dos venezolanas no sé cómo se suicidaron, quiero decir, la carpintería, como la llamó Anne Sexton. Hay un poema de Miyó Vestrini de 1975; “Me levanto”, se llama, donde habla de enfermedades psiquiátricas y psicoanalistas. Nos dice, “estudio con sumo cuidado las diferencias entre dirritmia-psicosis-esquizofrenia-neurosis-depresión-síndrome-pánico / y me arrecho”. Arrecharse es un verbo que se usa en Venezuela para encolerizarse, para molestarse, para la ira, no para hacerse lascivo. Ella continúa en el mismo poema, “acepto que existan cucarachas voladoras / descubro que todas mis amigas tratadas por psicoanalistas se han vuelto totalmente tristes totalmente bobas / me leen el oráculo chino y me predicen larga vida / vida de mierda digo...”. Ella sabe que algo no está bien, pero no cree en psiquiatras por lo visto, como muchos. En otro poema nos dice, “morir requiere tiempo y paciencia”. Los suicidas no pueden esperar la muerte y son valientes al asumirla. En Miyó están las críticas a su madre en varios escritos que leí. “Mi madre me decía, / tu me fais grincer les dents, nada que ver con el / tu me tue, tu me fais du bien, / de Hiroshima mi amor”. Su queja es la falta de amor materno y el maltrato, el desamor. En otro poema, “Horario”, nos habla de la depresión, del encierro del deprimido. Tiene un texto en prosa, “Tijeretazo”, que es realmente duro contra su madre, refleja el desprecio que sufrió. Otra poeta venezolana suicida es Martha Kornblith (1959-1997), nació en Perú y su familia emigró a Venezuela cuando era niña. Ella fue al psiquiatra, pero no tuvo suerte. Tiene un poema, “Dime Jessy Jones / ¿no crees que mi odio sea analizable? Me citan / me controlan / Me dosifican”. En el mismo poema, “Así soy yo: / la rabia regresa junto con el aburrimiento”. Admite igual que Miyó su rabia. Continúa, “Así soy yo: / busco tu nombre en la guía telefónica, / llamo y cuelgo”. La comunicación con el otro o con el amado, representada por el teléfono, es una constante en varias de las poetas que hemos mencionado. Sigue Martha para explicarnos, “Esta es mi lógica interna: / Suicidarme se ha convertido en mi divertimiento, mi vocación: / hace días, tomé quince fármacos y lo llamé para decirle / que era la única forma de lograr que me atendiera. / Así soy yo (manipuladora)”. Ella nos dice más de su rabia, también. En este pedazo que citamos, persigue a un hombre que no está interesado, es la amante rechazada buscando más rechazo, es la adicción al abandono, al maltrato, a la indiferencia. Buscar amor donde no lo hay, es un suicidio emocional, que a su vez resulta muy doloroso, en eso consiste la enfermedad. Más explícita que ella no he visto, en ese mismo poema, de largo aliento, continúa, “Ella: buscó amor en los conciliábulos médicos, / intercambió roles, rompió los límites para idear una relación formal amorosa imposible. Ella: no tiene criterio de realidad, / desea más allá de lo deseado, / no tolera las frustraciones. Ella: se enamoró primero de su jefe (lugar común), / la apedrearon por loca, ese fue el antecedente de la primera consulta / deprimida”. “Tú eres la palabra: / mientras más me rechaza más la busco, / cuando la encuentro, puede que me acaricie o me maltrate, / se queda por tan sólo un instante, y luego se va con otra. / Tú eres la palabra: / me apedreas por grosera, / te saco provecho literario, te quiero joder”. Martha nos da el panorama total del arquetipo en este poema, además le saca punta para hacerlo literario. Compara al amante con la palabra, pero la palabra no es así, ella está siempre allí cuando la necesitamos. En el poema “Saga de la familia”, nos dice, “Esta poeta (loca de la casa) / pasará a formar parte de esta saga / el día en que deje el teléfono desconectado / en el filo de la madrugada”. También escribe: “Poema por la falta de mi madre”, “Madre / he de confesarte que además de haber enterrado a la muñeca / no he cumplido con tus aspiraciones / de buena ama de casa, madre de hogar, hijos, nietos, etc. / que me convertí en poeta / que es lo mismo decir / en poeta suicida / y que por eso / juego y seduzco a la muerte / todas las noches. / Madre, / he de confesarte / que sola / ahora, apenas / persigo cucarachas / persigo cucarachas / persigo cucarachas / persigo cucarachas”. Las dos venezolanas escribieron de las cucarachas. Ojalá las mujeres y las poetas con este mal dejen de perseguir cucarachas y miren para arriba. ** Rosol Botello rosol_botello@yahoo.es Escritora venezolana (Quíbor, Lara, 1953). Reside en Caracas. Es licenciada en Letras y Magíster en Literatura Hispanoamericana. Ha publicado los poemarios Compás de espera (1995), Tablero (1998) y Oráculo de lobo (2005). === Homenaje a Heidegger ================================================== === Pensar y poetizar Oscar Portela ================================== “Pensar es la limitación en un pensamiento, que un día queda fijo como una estrella en el cielo del mundo”: ¿un decir verdadero? ¿Pero además y por ello, finito y limitado? Mitos y Logos devueltos al mismo ámbito (Qué Significa Pensar) están aún lejos de la filosofía y de las ontologías regionales del ser. Acá se lee más puramente la cosa del pensar que no es Ser ni Dios ni Nada: la tachadura de la palabra ser o nada para despejar más y mejor la “Lichtung”, el ámbito misterioso de la presencia, tal cual les apareció a los presocráticos, ya no permite hablar de abandono del mathema a la poesía, entendiendo ésta por aquel género literario que conocemos desde Roma hasta nuestros días. Después de siglos, la nueva observancia de la presencia de lo que Es, retrotrae en Heidegger la experiencia del Ser, a un modo axiomático de referirse a él. El pensador apasionado, obsesivo, dado al amor que tanto se ha intentado ignorar, escribe devolviendo al ver (el alethe) a la mirada: Camino y báscula Sendero y fábula encuéntranse en un pasaje. Anda y soporta Yerro y pregunta A lo largo de tu único viaje. Estos versos describen el viaje del pensador a lo largo de un único viaje en donde el sendero (método) y la fábula se encuentran en un pasaje: el pasaje del pensar que conlleva yerro en las dos acepciones del término (equívoco y viaje) y pregunta: que es como escribe en otra página el pensador alemán: “el preguntar es la plegaria del pensamiento”. Todo sucede “cuando la luz de los montes avanza lentamente...”. “El oscurecimiento del mundo nunca alcanza la luz del Ser”. Acá: como sabemos: “llegamos demasiado tarde para los dioses y demasiado pronto para el Ser, del cual el hombre es poema que comienza”. ¿Pregunta que se abre como una flor? Y dice Heidegger como un maestro Zen poéticamente: “Dirigirse hacia una estrella, sólo eso”. Hacia una palabra que contenga todas las palabras como le reprocha Derridá. “Pensar es la limitación en un pensamiento, que un día queda fijo como una estrella en el cielo del mundo”: ¿un decir verdadero? “Cuando el molinete ante la montaña de la cabaña canturrea el desencadenarse de la tormenta”. “Si la osadía del pensar se origina en la exigencia del Ser florece entonces el lenguaje del destino”, a lo que tal vez Heidegger llama “la constelación epocal”. “En cuanto tenemos la cosa ante los ojos y el corazón a la espalda de la palabra, medra el pensar”: Corazón-Palabra. Lo demás sería no oír. “Pocos son los suficientemente experimentados en la diferencia entre un objeto de erudición y una cosa pensada”. ¿Pensada con el corazón más profundo?: “Si hubiera en el pensar adversarios y no meros enemigos, más favorable le iría a la cosa del pensar”. En tanto éste es diálogo y escucha aunque la lejanía ponga trabas a un entendimiento que no es tal. “Cuando por el desgarrado cielo lluvioso súbitamente se escurre un rayo de sol sobre las sombras de la pradera”: ¿No es esto lo abierto, pensado por una palabra poéticamente meditada? “Jamás vamos hacia los pensamientos. Ellos vienen hacia nosotros”. No es el cálculo con que la técnica impone los usos del pensar: “Esta es la hora oportuna para el diálogo”. “Ello sería para la reflexión comunicativa lo que no acentúa el afán de refutar, ni tolere el acuerdo indulgente. El pensar resiste al viento de la cosa”. “Como la montaña el pensar no se refuta ni admite acuerdos meramente lógicos. A partir de tal comunicatividad tal vez se formarían algunos pocos compañeros en el oficio del pensar. A fin de que uno llegue a ser maestro”. ¿Cómo habría si no abrirse nuevos senderos? “Creando el comienzo del verano aquí y allá florecen escondidos narcisos y la rosa de los Alpes esplendece bajo el aire”. “El esplendor de lo sencillo sólo forma resguardada aparición con todo, forma descansa en el poema”. “¿A quién en tanto quiere evitar la pena puede invadir la exaltación?”. ¿No es éste el actual estado del mundo? “El sol dispersa su fuerza salvadora allí donde no lo sospechamos”. “Cuando el viento, virando bruscamente, brama en las vigas de la cabaña y el tiempo se torna borrascoso”. “Tres riesgos acechan al pensar. El riesgo bueno y por eso saludable Es la vecindad del canto del poeta”. “El riesgo malo y por eso gravísimo es el propio pensar. Éste debe pensar contra sí mismo, de lo que sólo raras veces es capaz”. Lo gravísimo es que todavía no pensamos, dice Heidegger. “¿Qué significa pensar?”. “El riesgo perverso y por eso confuso es el filosofar”. “Cuando la mariposa en el día de verano se posa sobre la flor y las alas juntas, ondula con ella en el viento de la pradera”. ¿No se exorciza así toda confusión?: “Todo ardor del ánimo es la resonancia al advenimiento del ser que congrega nuestro pensar en el juego del mundo”. ¿Juego del mundo? ¿Ardimiento? Congregar es pensar: Pensar es el primitivo juego (el apeiron), juego del mundo donde no hay objeto ni sujeto. “En el pensar toda cosa vuélvese solitaria y lenta”. “En la paciencia (¿serenidad?) se acrecienta la magnanimidad”. “Quien piensa con grandeza, debe errar con grandeza”. “Cuando el torrente en la quietud de las noches cuenta su derramarse sobre las rocas...”. “Lo más antiguo de lo antiguo viene a nuestro pensar, por detrás de nosotros y sin embargo hacia nosotros”. Se trata de lo no dicho en lo dicho: “Por eso se detiene el pensar ante el advenimiento de lo sido y es rememoración”. La rememoración sucede cuando lo “sido” sigue hablando en nosotros. “Ser antiguo quiere decir: detenerse al tiempo donde el único pensamiento de un camino del pensar se balancea en su articulación”. El pensar encuentra su eje: “El paso atrás desde la filosofía al pensar del Ser podemos arriesgarlo en cuanto nos hayamos hecho íntimos con el origen del pensar”. Un paso de danza: un paso hacia atrás y el origen nos acompaña y da sentido a la temporalidad. “Cuando en las noches de invierno las tormentas de nieve sacuden la cabaña y una mañana el paisaje aparece sereno y calmo...”. “El decir del pensar no descansa en su esencia hasta que volviera incapaz de decir aquello que debe quedar impronunciado”. “Tal incapacidad pondría al pensar en presencia de la cosa”. ¿Qué es lo que debe quedar impronunciado, cuando el pensar está en presencia de la cosa?: ¿Dios? ¿Los Dioses? “Lo pronunciado, nunca y en ningún lenguaje es lo dicho”. Como se escribió en otros textos ¿es que faltan palabras sagradas? “Que de siempre y de súbito un pensar sea, eso, el asombro de quien podría sondearlo…”. “Cuando desde las cuestas del alto valle lentamente se arrean los rebaños y las esquilas no dejan de sonar...”. “El carácter poético del pensar está aún embozado”. “Donde se manifiesta semejante por largo tiempo la utopía de un entendimiento de armonías poéticas”. “Empero, el poetizar pensante es en verdad la topología del ser”. ¿Cómo podríamos abrirnos al Ser sin éste intento de des-embozar el pensar a través del poetizar pensante que conduce al lugar que libremente se nos dona en el habla? “Ella dice a éste la localización de su esencia”. “Cuando la vespertina, que irrumpe por el bosque por doquier, ahora los troncos...”. “Cantar y pensar son los troncos vecinos del poetizar”. “Ellos brotan del Ser y eclosionan en su verdad”. Todo hace pensar en los que cantaba Hölderlin acerca de los árboles del bosque: “Y permanecen desconocidos unos del otro, en tanto se yerguen, los troncos vecinos”. “Bosques se extienden arroyos corren peñas perduran lluvia se precipita. Campos esperan fuentes manan vientos se acrecientan gratitud medita”. ¿Podríamos acaso meditar sin gratitud?, ¿no es el pensar solo re-unión en torno a la gratitud?, ¿y no es ésta quien nos lleva a pensar en la vecindad del canto del poeta, y los peligros de los senderos de la especulación filosófica? • Alemania, 1947: Sobre textos de Martin Heidegger. • Argentina, agosto de 2003. Traducción: Guillermo Luis Porrini. ** Oscar Portela portelao@hotmail.com Escritor argentino. Ha publicado los poemarios Senderos en el bosque (Torres Agüero Editor), Los nuevos asilos (Botella al Mar, Buenos Aires), Recepciones diurnas, celebraciones nocturnas (Editorial Crisol, Corrientes), Auto de fe (Municipalidad de Corrientes), Había una vez (Botella Al Mar), Memorial de Corrientes (Editorial Tiempo, Corrientes), Golpe de gracia (Editorial Marymar, Buenos Aires), Selección poética (edición bilingüe, Ediciones del Correo Latino, Buenos Aires), La memoria de Láquesis y Fresas salvajes (1ª ed., Ediciones de la Universidad Nacional del Nordeste, UNNE; 2ª ed., Dunken, Buenos Aires) y El maldito asombroso (Editorial Tiempo), así como el ensayo Nietzsche, sonámbulo del día (Editorial Tiempo). Obtuvo el Primer Premio Nacional Carlos Gordiolla Niella con su poemario Estuario, publicado por la Comisión del Cuarto Centenario de Corrientes. ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** La pócima Carolina Meneses Columbié *** Poemas Marialicia Atencio Briñez *** Otros andenes Juan Pérez Rosales *** Poemas José Wan Díaz *** Antelación Marcela Aguilar Morales *** Poemas Andrew Bernal Trillos *** El alarido del hip hop Ana María Manceda *** Poemas Miguel Aguado Miguel *** Dos relatos Ulisses Paniagua *** Sistema de tarjetas perforadas Gustavo Adolfo Becerra *** La mujer perfecta Severo Insausti *** Caronte Sandra Becerril *** Tres relatos Adriana Lis Maggio *** Poemas ásperos y oscuros (extractos) María Cristina Solaeche *** Cuentos breves Homero Carvalho Oliva *** Poemas Liliana Celiz === La pócima Carolina Meneses Columbié ============================== Ya estoy sentada en el sofá del living de mi casa cuando mi hermano mayor entra por la puerta principal seguido de los chicos de la banda: el bajista, el vocalista, el tecladista y Alonso, el baterista. Traen en las manos partes de la batería de Alonso, las dejan en una de las esquinas del living y vuelven a salir, pero antes de salir mi hermano mayor, que es el guitarrista, me dice bajito: —Piérdete, mocosa, que vamos a ensayar. Que ni lo piense, yo me voy a quedar bien instalada en el sofá, el mejor lugar para mirar de frente a Alonso, y sé que mi hermano no me va a sacar a la fuerza, no delante de los amigos, delante de ellos a él le encanta hacerse el condescendiente. Yo no me voy a ir justo hoy que lo tengo todo planeado: les ofreceré los jugos de mora cuando hagan la primera pausa. Con el calor que hace y con todo lo que sudan apuesto a que se los toman de un trago, mi hermano seguro pensará que qué bicho me picó, que de adónde tanta amabilidad, aunque quizás ni se sorprenda porque sabe que me muero por Alonso. Y ahora regresan con los otros instrumentos. Cuando Alonso pasa por mi lado me dice hola, yo le respondo con una sonrisa y siento que la cara se me calienta y que el corazón me sube hasta las orejas. Alonso arma la batería en un dos por tres, fija los platillos y acomoda ese tambor grande y los otros más chicos, al terminar se sienta en el taburete y se pone a lanzar las baquetas al aire haciéndolas girar para luego recibirlas en cada mano. Los otros afinan los instrumentos mientras él sigue juega que te juega con las baquetas. Y no se le cae ninguna. —Haces el ridículo cada vez que viene, Alonso se ríe de ti —me dice siempre mi hermano cuando la banda ya se fue—. Juro que si para la próxima no te encierras en tu cuarto te saco a rastras. Pero a lo más que llega es a mirarme feo, feo y a quejarse con papá, aunque la última vez que lo hizo papá le paró los carros: —El hecho de que tu mamá y yo te dejemos ocupar el living para ensayar con la banda no implica acceso denegado al resto de los habitantes de la casa, ¿quedó claro? A pesar de lo que dice mi hermano yo sé que Alonso no se ríe de mí, él me sonríe y a veces hasta me guiña el ojo. Cuando llega me dice hola y cuando se va me dice chao y estoy segura de que no se atreve a más a causa de mi hermano, bah, total, si él supiera que después de hoy yo podré mirar a Alonso cuando me dé la gana y sin necesidad de quedarme en el sofá del living durante los ensayos. Me lo juró Sofía: —Te juro que funciona —me dijo hace dos semanas en la clase de Matemáticas—. Se lo escuché a doña Maruja cuando se lo explicó a mamá y después de que mamá la preparó y se la dio a beber, papá regresó a casa al otro día y no se ha vuelto a ir. Ahora pasan besuqueándose cuando creen que Toño y yo no los vemos. Si hasta lo pillamos a papá metiéndole a mamá la mano por adentro del pantalón y así mismo se la llevó hasta el cuarto y cerró la puerta con seguro, escuchamos el clic. Fue facilito conseguir los ingredientes que Sofía me dictó, menos uno con el que no podré toparme por ahora. Y la receta era todavía más fácil de preparar. Una pata de pollo tierno de la que me comí la carne y chupé el hueso, bien chupado para que se le impregnara la saliva. Lo dejé secar y después lo raspé para convertirlo en polvo fino: probé primero con el cuchillo de cortar carne, luego con la lima de uñas de mamá hasta que al final tuve que sacar a escondidas la lijadora de papá. El polvo me quedó bien fino, lo guardé y esperé sin bañarme la primera noche de luna llena. Cuando mamá se dio cuenta de que había pasado cinco días sin tocar el agua estuvo a punto de meterme a la ducha a la fuerza. Yo me puse a estornudar de mentirita y hasta disimulé una ronquera. —Mañana a la ducha aunque te estés muriendo —me ordenó. Por suerte a la noche siguiente salió la luna llena, redondita y luminosa. Me encerré en el baño con un frasco de cristal vacío con capacidad para medio litro que me dio Sofía y con el polvo de hueso chupado, agarré la palangana de arreglarse los pies, la llené de agua y con esa agua me lavé las axilas y las partes íntimas de allí abajo. —La pócima podría debilitarse por el ingrediente que no tienes así que escúchame con atención: si llegas bien sucia a la noche de luna llena no creo que pierda efectividad, pero bien, bien sucia, ¿oíste? —me dijo Sofía cuando terminó de dictarme los ingredientes. Yo creo que voy un poco atrasada. Sofía menstrúa desde el año pasado, aunque el doctor dice que no es que yo esté atrasada sino que a Sofía se le adelantó un poco, dice que tenga paciencia, que será pronto, que cuando menos lo espere. Y pensar que con sólo cinco gotas me hubiera bastado. Pero confío en Sofía a ojo cerrado, si ella asegura que la clave está en llegar bien, bien sucia a la noche de luna llena, la pócima funcionará aunque le falte ese ingrediente. Vertí el agua del lavado en el frasco de cristal, lo cerré con la tapa de corcho y me duché entera para que mamá dejara de molestar. Metí en el frasco el polvo fino de hueso de pollo chupado, lo agité bien y lo guardé en mi armario de donde lo saqué hace una hora para esconderlo en el fondo del refrigerador, detrás de las cajas de leche. Calculo que la banda hará una pausa dentro de unos veinte minutos; dentro de diez, me levantaré de este sofá, iré a la cocina y sacaré del refrigerador la pócima que ya estará bien fría y con la que prepararé el jugo especial para Alonso. Sofía me dijo que utilizara polvo de jugo de mora que es el más oscuro de todos, por si acaso, y que una vez listo lo dejara reposar un rato para que el polvo de hueso de pollo chupado se deposite en el fondo del vaso. Luego a prepararle el jugo a los otros con agua normal no más, no vaya a ser que después los tenga a todos a mis pies, con lo feos que están. Quién podría imaginarse a mi propio hermano a mis pies, ¡puaj! Ya pasó un mes desde que Alonso se tomó la pócima, y lo hizo tan rápido que no dejó en el vaso más que un resto de polvo de hueso de pollo chupado que podía pasar como polvo de jugo sin disolver. —Gracias, estaba rico –dijo, chasqueó la lengua un par de veces y se me quedó mirando un rato. Yo pensé que la pócima de tan efectiva ya le estaba haciendo efecto. Pero qué va, nada de eso. Sofía se equivocó. No bastaba con llegar bien, bien sucia a la noche de luna llena: el ingrediente que no tuve era fundamental, o si no que mire cómo su papá todavía sigue en su casa besuqueándose con su mamá y llevándosela para el cuarto. Yo, en cambio, después de un mes todavía sigo contemplando a Alonso desde el sofá del living. Cuando llega me dice hola y cuando se va me dice chao, a veces me guiña un ojo y me pregunta si voy a preparar más del juguito tan rico que le di una vez. Yo sonrío y le digo, con el corazón latiéndome a millón, lo mismo que me dice el doctor a mí, que tenga paciencia, que será pronto, que cuando menos lo espere. ** Carolina Meneses Columbié caromen_2000@yahoo.com Escritora cubano-chilena (Santiago de Cuba, 1966). En 1992 obtuvo la licenciatura en Información Científico-Técnica y Bibliotecología por la Universidad de La Habana (http://www.uh.cu), profesión que ha ejercido desde 1993 hasta la fecha en Santiago de Chile. Su cuento “El negro del bongó” recibió una mención en el Concurso Interamericano de Cuentos 2006 de la Fundación Avon (http://www.fundacionavon.org.ar, Buenos Aires, Argentina). Fue finalista del Premio La Monstrua 2007 (Guadalajara, México) con el cuento “El retorno” y su cuento “Menos mal” fue incluido en el libro Escritores - Antología 2006 (Ediciones de La Cultura, Buenos Aires, Argentina). Mantiene una página personal en http://www.carolinameneses.cl. === Poemas Marialicia Atencio Briñez ================================= *** Furia mansa Me refugio en la ira que ronda el candor de mi existencia. La furia mansa en la que camina mi silueta, usándome. Mostrando calma en el volcán de mis espacios. La furia mansa que ruñe las esquinas de mi estómago. ¡Tiro los manteles de las mesas y las caretas de los carnavales abajo! Y si algo se quiebra, me habrán escuchado entonces los oídos sordos y las mentes toscas que me rodean. *** Ruptura Partiste en dos la eternidad planeada. Me desguazaste los sentidos poniendo a prueba mi razón de ser. Los fantasmas que salen de tus ojos le clavan indiferencia a mi tan criticada rutina. Soy un árbol en el invierno de tu ausencia, un grito inaudible y mosquitos que te sacudes con desprecio. Metiste tu mano negra en mis oídos sacándome los órganos que te amaron a ciegas. Sin vida mi pulso, te miro a lo lejos destronándote de mi reino. *** Alcanzándote, poema El sabor a tinta se impregna en mi lengua ofreciéndole un rumbo distinto a mi vida. Teniéndote junto a mí soy un ave que alcanza la gloria de volar alturas inimaginables; el agua cristalina del río que detiene la corriente cuando tú pasas; la mano dura que se empeña en mandar al demonio a quien te critique; la persona que camina por aquel puente inestable para asegurarse de que no hay peligro en atravesarlo; la que te montará un altar con flores y libros de buenos poetas. *** Ruido ensordecedor Se me desgarran las entrañas cuando el ruido entra en el subconsciente y hace estruendos aterradores. Empantanan mi concentración ¡Pido prudencia! Se cuartea lentamente mi cerebro; congelan mi estilo, lo dejan en blanco. ¡Bastardos, cállense ya! ¡Risas, voces mal nacidas! Me arde aquí dentro cuando se me impide materializar las ideas. ¿Ahora..., cómo podré volar? *** Prueba de amor Sueña cómo me invento un retrato de nuestro futuro. Piensa en estos hijos nacidos del amor que sueñan con tus besos. Acaricia mi espalda cuando me canse del vivir cotidiano. Imagina cómo salto las barreras constantes que separan el amor de ti y de mí. Dale cabida a mis manos que no quisieron soltarse de tu cuello. Ata mi lengua para no cansarte de oír lo que me invade cada vez que te pienso. Sueña conmigo encima, desnuda; encima, capaz de devorarte. Suéltame y déjame sin soltarme; no en tu mente ni en tu risa. Suéltame. Para salir corriendo de nuevo a buscarte. Encarcela mi pensamiento sin quedarte vigilante. Tu amor y el mío es tan libre que en sueños nos encontramos sin habernos visto nunca. *** La nueva patria Con una mano se perdió la fe de la patria confianzuda. No había prisa para matarnos a todos. Pensé que lo harían después de convertirse en ceniza mi cuerpo y aun así me importaba. Todo es de noche, se convirtieron los límites en un sin límites y risas descaradas. Cayeron inocentes manchando la bandera de sangre en la quinta república. Y lloran las madres mientras el cinismo hace historia en las hazañas de una mano que debe ser cortada. ** Marialicia Atencio Briñez maatbr23@hotmail.com Escritora venezolana (Maracaibo, 1983). Es licenciada en administración mención mercadeo y desempeña el cargo de gerente en una empresa de publicidad. Es autora del poemario Luz de fondo. === Otros andenes Juan Pérez Rosales ================================= He visto esos vagones. Oscuros, rotos, escondidos en un aire amarillo y caliente. Se detienen poco tiempo en el andén, y entonces todos los paneles, los mensajes, los avisos, se tiñen de rojo, como si derramaran sangre. Nada más entrar la gente se escucha el silbato, prolongado y triste, y en las ventanas se agolpan las caras pálidas, los ojos apagados de los muertos. Parte el tren. El ruido es antiguo y monótono, como el tun tun repetido de una maza contra las piedras. Los he visto. No hay tregua para pensar, todo sucede en el tiempo de una luz que se enciende y se apaga. Después miro a los otros que están conmigo en el andén del frente, esperando el metro. Hemos bajado las escaleras, insertado el ticket, hemos entrado por las mismas puertas. Nadie más lo ha visto, revisan sus equipajes, cabecean en los asientos de la estación, avanzan las páginas de los libros. Entonces me olvido de esa magia terrible que sucedió delante de mis ojos, me pego a la pared y cruzo los brazos. No quiero que ocurra, no quiero este poder que me llena de miedo, me siento solo cuando se me entra la tristeza de los muertos. Los vi en París. A esos vagones. Yo estaba en Les Invalides, camino a Pont Cardinet. Quizás diez metros, doce, de sombras y raíles y suelos grises. Después ellos, todos esos seres sin vida, quietos contra la pared, o sentados con las piernas encogidas, o reuniéndose en los límites de la estación, donde acaban las escaleras y los pasillos. Tengo para mí que me descubren, pero no puedo probarlo, es todo tan rápido. Se precipitan hacia las puertas del tren que ha de conducirlos a no sé qué lugar del subterráneo, y en un momento vuelve el ruido de la ciudad, el olor de las cosas de la superficie, el calor, los colores. Aumenta mi soledad cada vez que soy testigo de estos sucesos, siento que se me escapa el aire, como si dedos sin piedad se hundieran en mis vértebras. Los muertos viajan. Lo sé. Toman el metro, sin pertenencias, en esas extrañas paradas, en otros andenes. Yo procuro desentenderme, disimulo, hago como que escucho el oscuro sonido de un saxo, o doy a entender que se me hace tarde examinando con exagerado odio el reloj. Pero no puedo, la tristeza que llega de allí es infinita y espesa, como nubes amarillas. He intentado desentrañar esta geometría turbia de estaciones súbitas y fugaces, sin nombre, sin lugares estables. Me refiero a ella como la línea cero. En mi pequeño cuaderno de notas he escrito preguntas: ¿cuál es su frecuencia?, ¿cuántas paradas realiza?, ¿dónde termina su trayecto? Por las noches, en mi cama, le doy vueltas a lo que he visto, me aproximo desde otros ángulos, me concentro en los detalles de estas visiones imposibles, y después sueño con burbujas que se hinchan despacio, y se rompen y desaparecen. Línea cero. No hay mapa que la dibuje, no puede haber dedos que la calculen o que cuenten sus cruces con otras líneas. La llamo así, línea cero, porque este número permanece desocupado en los subterráneos de las ciudades. Y también porque a mí me parece que es un nombre acertado para sugerir que es como si no hubiera nada: viajeros muertos sin equipaje, andenes que se van, silencios. Callao, línea uno, Madrid. Contemplo nuevamente las máquinas paradas del tren fantasma. Es blanco. Los que esperan atestan los vagones. Otra vez los rostros sin luz, otra vez los que se van empujando hacia mí sus voces de tristeza. Constato que los túneles se oscurecen y enfrían, y entonces imagino catedrales. Siento la necesidad de sentarme, me sobrecoge la ceguera de todos los que aguardan en la estación. Me pregunto por qué he de ser yo el adelantado, el que aporta sus ojos para estas visiones. Pienso en molinos arrancados por la furia del aire, y de repente sé que me he muerto. Alguien me mira desde el otro lado. ** Juan Pérez Rosales jperros@gobiernodecanarias.org Escritor español (Las Palmas de Gran Canaria, 1962). Es profesor de matemáticas en enseñanza secundaria. Su obra permanece mayoritariamente inédita. === Poemas José Wan Díaz ============================================= *** El último brindis Sillas vacías llenan el lugar donde nos reunimos a brindar por la vida, el amor y la amistad. Sillas tan vacías como los espacios vacíos que invaden nuestras almas cuando brindamos por un ausente más. Y cada día brindamos con más regularidad por los que se van a algún cósmico lugar a esperar por los demás. Los que quedamos atrás, ponemos copas llenas frente a sillas vacías; y al brindar, calladamente nos preguntamos: El último brindis... ¿quien lo dirá? *** Noche triste La noche llega callada, y trae tinieblas con ella. Nubes negras cubren la luna, ni siquiera hay estrellas. Mas la oscuridad trae bendito sueño. Y sueño con nosotros dos: corriendo bajo el sol, riendo a carcajadas, besándonos donde nos da la gana, y haciéndonos el amor. Luego despierto al mismo mundo triste. Sólo el tenue olor al perfume aquel, que usabas y tanto me gustaba, en tu almohada todavía persiste... Esparcí tus cenizas al viento ayer, sobre el lago, como me pediste. *** Lo que no se olvida El tiempo ladino inexorablemente pasa y la memoria falla. Sólo rastros inciertos de olvidados caminos permanecen en el recuerdo. Mas no olvido sus ojos yertos, su boca callada, su cuerpo frío; ni aquel sacerdote sombrío, orando sus misterios el día que allí la dejé.... ni lo mucho que lloré aquella horrible tarde en aquel cementerio. *** Primer beso Observa mi amiga, distraída, el paisaje. Yo admiro su belleza, embelesado. “¿Que miras?”, pregunta, con sagaz visaje: de mi pasión secreta se ha percatado. El momento es propicio y beso su boca. Gime ella. Yo, por el ardor encendido, lucho con un tumulto de ansias locas. “¿Tú primero?”, le pregunto intranquilo. “No, ¿el tuyo?”, contesta, con rara prisa. Dando vuelta, a la falda del monte miro; sonrojado, exhalo un profundo suspiro y mi gran pasión se torna en sonrisa. *** Sol, luna, agua y arena El sol poniente —moribunda fiera— desciende lentamente, titubeante, triste, como si apagarse temiera en la hondura del océano vibrante. Púrpura, naranja, amarillo y rosa ya finalizan su breve aventura y sucumben a un titán de negrura que viste de luto la tarde hermosa. Las sombras de tristeza hacen derroche; mas, triunfante, sale la luna llena a culminar los fortuitos rituales. Pálidas luces desgarran la noche y se escucha sobre la tibia arena a las olas cantando madrigales. ** José Wan Díaz poesiabreve@yahoo.com Escritor puertorriqueño (Comerío, 1941). === Antelación Marcela Aguilar Morales =============================== El ataúd, solitario de muerte y de artilugios fúnebres, era el centro de la inmensa sala. Sólo unos viejos candelabros descoloridos y sin velas eran los inertes satélites que, desde las esquinas de la caja mortuoria, perfilaban líneas imaginarias que nos apartaban, o más bien, nos protegían de su interior sombrío. Era la hora del almuerzo, pero la comida se haría esperar un poco más. Aunque desde el día anterior se habían pelado las papas y preparado el chuño, las manos expertas de las mujeres de la casa, que desde niñas habían aprendido a cocinar, antes de conocer la vida como la conocían, aún estaban ocupadas apresurando los últimos hervores. Entre risas y comentarios, las mujeres entraban y salían presurosas del pequeño colmenar de la cocina, sacando al patio lo que faltaba por pelar, picar, moler o metiendo el alimento ya pelado, picado o molido, para que las cocineras encargadas terminaran de dar el último sazón a la sopa de maní y el picante mixto, que se servirían por igual, en platos ya dispuestos para ello, a todo ese contingente de hijos, nueras, nietos, parientes, vecinos invitados y vecinos no deseados. La mañana había sido pródiga para los niños, porque ocupados como estaban los mayores, nos dejaron en libre albedrío para perdernos en el pueblo, trepar cuanto árbol se ponía en nuestro camino, malquistarnos con unos y aliarnos con otros, ensuciarnos la ropa y atiborrar con pastillas y chicles nuestros estómagos y bolsillos. Pero, cansados y hambrientos, volvimos a la casa al mediodía para unirnos a la opípara celebración anual. En un lado de la sala, los hombres conversaban animosamente, riendo y sosteniendo en las manos hojas de coca, con las que gradualmente aumentaban el bulto que se les dibujaba en uno de los carrillos. En el otro lado las mujeres, algunas sosteniendo a sus pequeños retoños en los brazos o regañando a los hijos mayores que llegaban sucios y desaliñados, después de toda una mañana de fechorías. Pasaba de mano en mano la bandeja del cóctel de tumbo, que con meses de anticipación había sido preparado y guardado en inmensos botellones de vidrio. En medio de la sala estaba todavía el ataúd solitario, nadie se acercaba a él, era casi como si no estuviera. Todo en derredor se movía, animaba, corría, bebía y celebraba, con una aparente apatía a su presencia. Tal vez porque a pesar de ser un día especial de conmemoración, el ataúd no era extraño en la casa. Siempre había estado ahí, siempre solitario, siempre abandonado; a veces cubierto con el polvo de los meses o con algún objeto encima que alguien dejaba por descuido, como si aquella caja rectangular de madera finamente labrada y pulida estuviera constreñida a cumplir otras labores, además de la que le tocaba con la muerte. Para aquella ocasión, el ataúd fue desempolvado de su inercia de olvido, y ubicado en el medio de la gran sala. Sólo con la sordina de su brillo y su indiscreta magnitud reclamaba ser el centro de aquella celebración. Entonces, entró esa pequeña e imponente anciana y a su sola presencia todos callamos. Mi padre y sus hermanos se pusieron de pie y formaron un semicírculo muy cerca del ataúd. Contrarios a nuestra naturaleza, los niños nos deslizamos hacia las banquetas más alejadas, tratando de no estorbar. Parada en medio de la puerta, su figura se bordeó de una falsa luminosidad angelical por la acción de la radiante luz vespertina. Con el taconeo del su antiquísimo bastón tallado, marcaba el paso de unos luengos segundos de impostura: solemnes, expectantes, reverentes, casi serviles; mientras sus ojos recorrían el salón escudriñando a los que estaban y seguramente anticipando maldiciones de ultratumba para los que no estaban. Posó la vista en el grupo de numerosos hijos, todos varones, que la vida quiso darle y a los que ella crió y sometió bajo su dictadura matriarcal, con amor impasible y mano imperiosa. Sin hacer mucho esfuerzo, su voz de trueno retumbó como siempre cuando les dijo: “¡Y las flores que lleguen las dejarán afuera!... nunca me gustaron sus olores”. ** Marcela Aguilar Morales sinperdon73@hotmail.com Escritora y periodista boliviana (Santa Cruz de la Sierra, Potosí). Actualmente reside en la parte oriental de su país, donde se estableció a principios de los 90. Egresó de las carreras de comunicación social y filología hispánica. Ocasionalmente escribe artículos periodísticos, pero su trabajo está abocado a la enseñanza universitaria y al trabajo de corrección de textos. === Poemas Andrew Bernal Trillos ===================================== *** Declaración Mucho mejor haber sido feliz. Y no hablo de “la vida retirada”; Pudo haber sido en la ciudad inmunda, en un apartamento sin ratas, Con agua, luz y teléfono, Pero haber sido feliz. No tener la esperanza de que nuestro trabajo Llegará a conmoverla y que entonces, al fin, vendrá a nosotros, Ni tener que darse el consuelo de que nada fue en vano Por el arte. No entender a Enrique Banchs. No ser tan patético. No escribir... O cuando menos —pues ya se ve que todo esto es imposible—, Una sola cosa: Olvido. *** Fotos con traje prestado Para la identidad, para la falsificación, Para el “trabajo”, para no encontrarlo, Para manejar, para estrellarse, Para operarse, para seguir esperando, Para la “patria”, para abandonarla y no volver, Para estudiar, para la beneficencia, para no olvidarte... Fotos, fotos y fotos, Hasta la más reciente, todas de frente, Bien peinado, con un ridículo traje prestado. ¿Y por qué no las fotos familiares, En el parque, en las navidades, en los cumpleaños, Aquí corriendo, aquí comiendo, aquí la sonrisa simulada, De perfil, a la distancia, dando la espalda, En mangas de camisa y mal peinado? A quién si no a ése podría parecerme en mi tristeza. *** Viernes Y si todo es ridículo, Habrá que callar a quien dentro de uno se atreve a decirlo. Queda ser ridículo, serlo solamente, Que a nada bueno viene darse tanta importancia Con tan poco destino. Ser necio. Por supuesto, ser loco; Y es que los “cuerdos” nunca hicieron nada. Ser libre en cautiverio Y que cuando suene la música se mueva el cuerpo. (¡Música, en el mundo fracasado!) Vino, chicha o cerveza, según la tendencia, Pero siempre a ríos, Cuando menos a caños, como los de mi ciudad. Y ser amado... Por sobre todas las cosas: ser amado. Ser amado —no hay más. ** Andrew Bernal Trillos andrewbt_21@hotmail.com Escritor colombiano (Newark, New Jersey, EUA). Reside en Bogotá desde los dos años de edad, excepto en el período 1996-97 en que cursó estudios secundarios en Estados Unidos. Tiene inéditos un libro de narrativa y dos poemarios. Su microrrelato “Disolución” fue publicado en Badosa.com. En agosto de 2006 obtuvo el título de profesional en estudios literarios de la Universidad Nacional de Colombia (Unal, http://www.unal.edu.co), en donde ha trabajado en distintos proyectos de investigación en educación relativos a los colegios públicos de Bogotá. === El alarido del hip hop Ana María Manceda ========================= Quería incrustarme en el pizarrón, traspasarlo como una madura “Alicia en el país de las maravillas”. ¡Cobarde! En un segundo eterno hurgué desesperada en mi enciclopedia mental todas las filosofías pedagógicas para encontrar la más brillante y poder enfrentarlo. Sentía su mirada en mi nuca. ¿Qué esperaría de mí? Mi mano, ignorando mi desesperación, amiga piadosa, dibujaba el perfil de la placa euroasiática. Y me di vuelta, lo miré como a los demás alumnos, mi voz parecía venir de un lugar hueco y lejano. Pensé en la importancia de la educación, cierto, pero qué soledad y vacío se enredaban en esa verdad. Era una carrera contra el tiempo, sus pulmones ya estarían achicharrados de tanto aspirar pegamento. ¡Bendito seas! A uno de ellos se le ocurrió interesarse por el tema, sus preguntas hicieron derivar a la configuración actual del planeta, otros se interesaron en la vida existente durante la deriva de los Continentes. Todo en el universo es movimiento, me pregunto por qué lo único estancado es nuestra actitud de indiferencia social respecto a nuestra propia especie. Por fin el timbre, algunos alumnos se acercaron, seguían interesados. Nano se puso a mi lado, por primera vez se veía humilde, desamparado, mimoso. Tenía un aire de ¡Estoy aquí, con mi profe! Lo tomé del hombro, sentí su aún cuerpo de niño, casi me puede el llanto, no me lo iba a permitir, él me necesitaba protectora. —Nano, ¿en estos días bailan de nuevo el hip-hop? —Sí, el viernes. ¿Qué, quiere venir? —me preguntó con su dicción cantarina y esperanzada. —Sí, claro, me gustó, además es una expresión cultural de grupos que nos dicen muchas cosas —dije estúpidamente. Le di un beso en la frente y me fui. Caminé las veinte cuadras que quedaban entre mi casa y el colegio, me hizo bien el aire fresco. Cuando había entrado al salón de clase y lo vi sentado, mirándome fijo, sentí vértigo. En ese trayecto recordé lo ocurrido con Nano. Acepté ir a la presentación de los Talleres Municipales. La sala estaba repleta de chicos, se lucieron con las guitarras, bailaron folklore y tango. Casi al finalizar la muestra le tocó el turno al hip-hop. En el grupo estaba Nano, pantalones anchos, buzo y gorra de lana negra, una cruz pendía de su cuello. Su carita de dieciséis años tenía una expresión incierta, sólo sus ojos oscuros transmitían una fiereza desolada. La música, extraña para mí, provocaba que los jóvenes contorsionaran sus cuerpos en el piso del escenario, las piruetas eran increíbles, sólo ellos podían realizarlas. Mientras uno bailaban otros hacían coro con letras de protesta. El mensaje me llegó, lo sentí en el estómago, era un alarido, una denuncia por la marginalidad de sus vidas, un alegato a la indiferencia social. Decidí que luego de la cena me acercaría hasta el departamento de Nano, sabía dónde vivía, visité a su familia, muy humilde y sin padre, en ocasión de un censo escolar. Al salir del teatro compré una caja con bombones, se los llevaría de regalo, una pequeña manera de halagar su actuación y de alguna manera demostrarle que había estado presente. Rechacé de manera constante sentirme culpable, en lo que hacía me brindaba entera, no los estafaba. Luego del espectáculo, al llegar a casa abracé como nunca a mis hijos. Cuando terminaron de cenar les repartí unos bombones que compré sueltos, los de la caja eran para mi alumno. Ya todo organizado y brindando explicaciones vagas me despedí de los niños, no tardaría mucho en regresar. Solicité un taxi y fui hacia las torres donde vivía Nano, pedí al chofer que me esperara, eran las diez de la noche. Me acerqué a un grupo de adolescentes que estaba sentado en la vereda, se veían botellas de cerveza vacías tiradas en el piso, sus voces sonaban guturales, altisonantes, provocativas. —¿Qué querés, vieja? ¡No jodás! —Dejala, che, es mi profe. Mi mano, temblorosa, se extendió hacia Nano, entregándole la caja de chocolates. Sus ojos, de pupilas dilatadas, me miraron oscuros y asombrados desde el abismo. Lo tomó dócil, sin agradecer, mientras fumaba de manera profunda su cigarrillo, luego se lo pasó a un compañero. Uno de los chicos, como si tal cosa, aspiraba pegamento de una bolsa de nylon. Los olores del pegamento y la marihuana me provocaron náuseas, atiné a decir: —Chau, Nano, te veo en clase. En el trayecto de regreso hasta llorar me parecía estúpido, me sentía acorralada, furiosa, impotente. No sabía cómo iba a mirarlo a los ojos luego de esa noche, los dos éramos conscientes de que una triste complicidad nos uniría de ahora en más. Ese día de clases había sido el primero que lo vi luego de mi visita a su barrio. Las veinte cuadras me dejaron exhausta, mis movimientos de rutina eran rápidos, intensos, cortos. Quizás de ahora en más cambie mis pasos, pero mis manos están vacías. Al llegar a mi hogar, voy divisando una luz, con la certeza que en los acontecimientos cotidianos, la causalidad se inserta en la red de la vida y estoy segura de que mi mirada no se cerrará más entre los límites de mi realidad. En esa red de ahora en más estará Nano, estoy segura, él estará. (Cuento seleccionado por certamen internacional del Centro de Escritores Nacionales, de Córdoba, Argentina, para la antología Artesanías literarias, de marzo de 2007). ** Ana María Manceda amtaboada@smandes.com.ar Escritora argentina (Tucumán, 1943). Estudió ecología en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata (http://www.unlp.edu.ar). Ejerció hasta su retiro la docencia a nivel secundario en geografía y biología en Neuquén, Patagonia Argentina, donde reside desde 1975. Es socia fundadora de la Fundación San Martín de los Andes. Coautora de El libro de los cien años (Fundación San Martín de los Andes, 1999) y de las obras teatrales Corramos, el escrache está a la vuelta (2004), Adelina prende un sahumerio y Los llamadores del viento (2005). Fue seleccionada para antologías de poesía y narrativa por la Editorial Minerva (Córdoba). Textos suyos han sido recogidos en diversas antologías como Analogías (Subsecretaría de Cultura de San Martín de los Andes, 2005), El río demorado (Editorial Dunken, 2006), Poetas y narradores contemporáneos (Editorial de los Cuatro Vientos, 2007) y Mensajeros literarios (Centro de Escritoras Nacionales; Córdoba, 2007). Recibió el 2º premio en Narrativa del Concurso Internacional de Editorial Novelarte (Córdoba, 2006). Ha publicado en revistas digitales como Isla Negra (http://isla_negra.zoomblog.com), Artesanías Literarias (http://www.artesanias.argentina.co.il), Con Voz Propia (http://convozpropiaenlared.blogspot.com), El Cuento Nuestro (http://www.elcuentonuestro.com) y Azul Arte (Uruguay; http://revistaliterariaazularte.blogspot.com), entre otras. === Poemas Miguel Aguado Miguel ====================================== *** Labriego jubilado I Satisfecho, sentado sobre un banco mi amigo, el buen Ramón, con faz serena a sus nietos jugar mira en la arena, con mente turbulenta y cuerpo estanco. Él recuerda, lo sueña su memoria: cuando era niño ser mayor ansiaba, de joven a la mili ir esperaba, redactaría él una nueva historia. La mili fui a cumplir, enamorado. Fueron duros aquellos largos días, con mucho sinsabor, sin alegrías; de mi novia el retrato bien guardado. Llegaron montañeses y gallegos. Malos momentos. Lágrimas lloraron. La nueva voz “morriña” me enseñaron. Compartimos instantes de sosiegos. Fuimos sin saber dónde trasladados, instrucción y maniobras enseñaban, manejar el fusil nos obligaban; quedamos del fusil enamorados. Canciones al fusil enaltecían, ilusiones al paso resaltaban, al horizonte soles relumbraban, fantasías la mente revolvían. Licenciado regreso. Más trabajo para ayudar a padres y parientes. Me caso. Mi trabajo ha nuevos frentes. A mis hijos estudios da mi tajo. Qué feliz en el pueblo yo vivía con personas incultas como yo, feliz con mi partida dominó; libre, yo trabajaba si quería. Con la mujer comía mi pobreza, nuestros hijos salían adelante; son de tierras y arados emigrantes. Mi trabajo les dio a todos nobleza. En la capital viven. Son señores. Tan sólo al pueblo vienen en asuetos. Casados me vendrán pronto con nietos. Alguna vez se llevan lindas flores. II Mis hijos convencidos me jubile desean. Que la casa y tierras venda, Tendré en la capital mejor vivienda, podré vivir sin nadie me espabile. ¡Vender tierras! ¡Vender, cuánto me aterra! Tras el verano proclamé la venta, me dieron una suma suculenta. ¡Adiós mi casa! ¡Adiós querida tierra! Nuestros muebles y enseres nada valen. Nuestros hijos deciden tirar todo. A sus casas nos llevan de buen modo. Del bolso los dineros se nos salen. El cambio fue muy duro y doloroso. De ser dueño y señor a ser vasallo, dormir en cama extraña, no oír al gallo, sentir de tu hijo y nuera cierto acoso. Con mi mujer a solas en la cama hablamos, comentamos nuestro error. Despide nuestro propio hijo impudor: usura que venganza al cielo clama. De mi mujer la nuera ayuda espera, que mantenga la casa bien barrida, prepare en la cocina la comida. Pretende una criada camarera. Camino al parvulario me enseñaron. Llevar y recoger, es mi deber, al párvulo que tiene que aprender. ¡Ay, mis hijos, qué pronto se olvidaron! Sus amistades son amigos raros. Su cultura deslumbra y nos insulta. su mirada al soslayo nos indulta. Rezuman prepotencias y descaros. La calle en la ciudad, ¿qué llaman calle? Falta espacio, ni un árbol, sólo aceras. muchos coches, pitidos, carreteras. Todo llano, sin montes y sin valle. Las construcciones se izan en altura, debes imaginar en lejanía cielo y nubes y sol en calle umbría, cuya luz no te alienta en la tristura. Mi mujer por edad bien conservada fue en su moral y mente destruida; del pueblo haber venido arrepentida, murió. En fosa común está enterrada. Solo quedé. Perdí su compañía nuestra amargura sólo cargo entera; su ausencia y la presencia de mi nuera producen un vacío, una agonía. III ¡Ay, la ciudad! ¡qué largas son sus noches! ¡Ay, cuántas vueltas doy!, ¡Ay, cómo duelen las mentiras y engaños que demuelen! ¡Cómo enervan los ruidos de los coches! Del pueblo ¿quién no añora la quietud, su diario aburrimiento sosegado, su paz y malestar cacareado, si la vida se goza en plenitud? Adiós, verdes praderas. No os veré. Arroyo cantarín, adiós tu copla. Solana, abrigo al viento cuando sopla, adiós. A tu abrigaño nunca iré. Adiós, vereda de frondosos chopos, adiós, sombra del sauce generoso que tu paz compartías, yo dichoso; adiós flores del prado a mis piropos. Fuente del caño de agua fresca y clara, ¿recuerdas que sediento a ti acudía?, ¿con qué ansia en el verano te bebía?, ¿cómo me refrescabas tú la cara? Sigue manando límpido tu caño; jamás me verás cerca, adiós, amiga. Quisiera compartir esta fatiga, pero lejos estoy, lugar extraño. Tierras que por mí fueron heredadas tu piel la reja hería y lastimaba, mi sudor las heridas aplacaba; generosa rendiste las segadas. Os vendí. Tenéis nuevas manos y amo. Es cuanto yo tenía. Ya no he nada. ¡La herencia de los padres es sagrada! Los dineros huyeron como el gamo. Mi casa, aquella casa do nací. ¡Quien pudiera volver a aquel hogar, amasar los amores del lugar! ¡Tampoco casa tengo! La vendí. Aquel terreno santo, el camposanto, donde en paz duermen mis antepasados, do mis restos serían sepultados, vilmente me robaron. ¡Desencanto! IV Verano. Vacaciones arribaron. A los nietos jugar al parque llevo. Sus juegos vigilar atento debo. Desaparecen. ¿Dónde se ocultaron? Late mi corazón. Golpea duro. Busco por los rincones. Nada encuentro. En escondites miro. Me descentro. Les hallo al fin, felices tras un muro. En mis tiempos cuidamos de los hijos: eran traviesos, niños revoltosos; yo era joven, ahora soy premioso; mis nietos son peores y más pijos. Gusta haber a sus nietos el abuelo, pero haberlos un rato, sin encargo, sin responder de niños a su cargo, que sean su consuelo, no desvelo. Trabaja el matrimonio, ¿para qué? Su casa convirtieron en mansión, la usan para dormir y exhibición, de los hijos no gozan... ¿bueno, y qué? El abuelo disfruta de los nietos, dicen. Los nietos marchan con su abuelo, no importa sea viejo o sea lelo. Se desatan de hijos y de aprietos. Si el nieto revoltoso corre inquieto, correr detrás su abuelo debe presto; imposible alcanzar aun eche el resto. Al viejo el día amarga por completo. Mi señora se fue. Estoy solo aquí, en mi pueblo viví feliz mi vida. Volver allí no puedo. Está vendida. Mudó mi vida un mísero neblí (rapiña). Adiós virilidad y sociedad. De ser padre y señor, dueño de mí a ser esclavo paso. Un maniquí. Nada tengo. Perdí mi dignidad. Dios, padre soy. Te tomo por testigo: todo a mis hijos di. Vengo desnudo. Tus dones transmití. Sin nada acudo. Tal y como soy, llévame contigo. *** Jubilado gracioso ¡Señores!, estoy parado. Soy jubilado con suerte, jamás pienso yo en la muerte, ¡bien se vive jubilado! Debo a mi mujer en casa ayudar en lo que pueda, que no le falte moneda, que en billetes no ande escasa. A la compra cuando vamos cargo yo con el carrito, yo me estreno de burrito, mas cansados regresamos. Mi mujer euros me pide para la bolsa de Dios. Generoso le doy dos en dos bolsas los divide. Sabe mi bolsa es de hierro su bolsa tiene ella rota; yo duermo como marmota, mi bolsa de dormir cierro. De la bolsa del trabajo cambié a la bolsa del paro; la bolsa baja, reparo, a pobreza y aun más bajo. Cuando ya termine el día, tras una jornada dura yo tiraré la basura, en bolsa con tiranía. Tanto el ama desembolsa en las compras tanto gasta, gastando es tan entusiasta que me hago agente de bolsa. Agente de cambio y bolsa por las noches de basura es de hierro en su apertura del trabajo odio la bolsa. En las compras de mañana descansamos en un banco, al regreso en otro estanco, en sentarme tengo gana, Me tranquilizo en un banco si por la tarde cansino recorro yo mi camino como corredor de banco. *** Jubilados Por fin, ¡ya estoy jubilado! ¡Tanto como lo has ansiado! Al fin, también llegó el día que te llena de alegría. Con tu trabajo acabaste, tal y como lo soñaste. Tu vida fue de trabajo, tu mirada siempre abajo; si a veces alto mirabas en jubilarte soñabas. Si el trabajo era cansino renegabas de tu sino, y al terminar la jornada soñabas con no hacer nada. *** Jubilada Ahora que jubilada pasas el tiempo aburrida, el día sin hacer nada, sin disfrutar de tu vida, un hobby debes buscarte te mantenga distraída, tus penas haga olvidarte, de la vida gozar quieras, sin temor a tú cansarte. Por mucho que tú vivieras, tiempo habrás de descansar el día que tú te mueras, y te lleven a enterrar. ** Miguel Aguado Miguel m_aguado2000@yahoo.es Escritor español (Estepar, Burgos, 1934). Su obra permanece mayoritariamente inédita. === Dos relatos Ulisses Paniagua ===================================== *** Cacería en la ciudad I Se trataba de un cazador furtivo. Se trataba de un cazador nato. Precavido y sigiloso, solía ocultarse a diario en los andenes del subterráneo, esperando que terminaran de montar el puesto dentro de alguna de las estaciones. O bien, con una paciencia estatuaria, acechaba en la banqueta opuesta de alguna tienda de libros usados y antiguos, aguardando el momento exacto de atacar, de adentrarse en el local seleccionado o llegarse al puesto más económico, para comprar esa rareza, ese libro casi de culto que no solía hallarse con facilidad en cualquier lugar. Después de obtener su presa, gastaba días enteros olfateando las hojas, saboreando los colores de la portada, admirando el estilo de la tipografía de la nueva adquisición; una adquisición que representaba siempre largas semanas de penas, desvelo, y una exhaustiva investigación. Luego de olfatearlo y admirarlo; lo devoraba con una avidez sobrehumana. II A mí me causa espanto —apunta un libro de romances del castellano antiguo que se salvó milagrosamente de caer en sus garras. A mí me causa espanto la euforia con que recorre el cuerpo de uno con esa lujuria maliciosa, con esa pretendida intelectualidad de bachiller insatisfecho. Hay que ver las glorias de las que ha gozado por un precio que bien podría ser una bagatela. Nada más de imaginar: El Finnegan’s Wake, de Joyce, por veinticinco escudos; una edición original, en inglés, de “El cuervo” de Poe por tres doblones, la edición argentina de El Aleph autografiada por Jorge Luis, las Historias de Salamanca de Cervantes y el Tratado sobre la lucidez de Sócrates por siete libras. Y esto sólo que valga de ejemplo. Han sido tantas las víctimas inocentes, tantas las buenas y nobles letras derramadas por una miseria. Este hombre padece un mal muy poco natural, se trata sin duda de un loco o un aplicado. III Ayer lo sorprendí espiando la librería de viejo de la esquina, escudriñando cada diminuto detalle de las hojas amarillentas y maltratadas de algunos libros. Está buscando algo, lo sé. Uno de esos libros imposibles. Lo que no sabe es que yo también lo sé. Los lectores seriales también tienen competencia. Sé lo que busca, sé lo que quiere, y esta vez llegaré antes que él. Tomaré el libro con mucho cariño, con una ternura infinita, lo depositaré en el diario matutino y saldré caminando del local como si nada ocurriera, ante su desconcierto y sorpresa. Esta vez estoy decidido a devorar una rareza. Esta vez estoy decidido a convertirme en un comprador serial. *** Cartas a un espejo muerto I Intentas hallarte en ese espacio, frío, impasible. Te sobreviene el miedo, la incertidumbre ante la imposibilidad de hallarte frente al espejo. Es inútil buscar una huella, un indicio primitivo. Hoy no estás y eso es todo. Tu imagen se la fumó la nada como si fuera marihuana barata. Al final sólo te tienes a ti para sobrevivir esta tarde amplia e indiferente. A ti sin un reflejo. Y este frío hijo de puta que cala hasta los huesos, y esta jodida llovizna temerosa que no cesa en su empeño de agudizar conciencias en esta ciudad dormida. Tu quisieras dormir como las calles angustiadas, los semáforos ajenos, las aceras abandonadas; pero hace tanto tiempo, desde que tu reflejo no ha vuelto, que te es imposible conciliar el sueño. Buscas con el alma fruncida un somnífero. No queda uno. Ni siquiera. Además, la farmacia está tan lejos, más de una cuadra, y habría que salir a esas avenidas inciertas y volubles, exponerse al riesgo de entablar, sin haberlo deseado, una fatigosa conversación con algún vecino. Eso no. Hablar no. Con nadie. Ni siquiera. Resuelves no salir, soportar la carga de la vigilia que empieza a parecerte perpetua. El reloj, oscilante como un mal ahorcado, representa —en la pared del fondo— un recordatorio más del sopor que acabará por adueñarse de todo. Recuerdas. No. No quieres recordar a nadie. Ni siquiera. Te olvidas de tu reflejo extraviado porque sabes que volverá. Tendrá que hacerlo. Coges el libro que está más a mano, te recuestas cuan largo eres en el sofá que parece mirarte como mira una abuela abandonada, recorres tres o cuatro páginas y sólo entonces inicias aquel crucigrama de historias, una junto a otra, como hermanas violentas y afectuosas, multiplicándose hasta la infinidad. Azorado y temeroso, profanas ese universo barato que te propone un autor que impune se oculta tras el anonimato. Sólo hay palabras, torrentes de vocablos que insinúan significados. Lees, sin descanso, sin siquiera. Lees. II Interrumpes la lectura para preparar un poquito de mate. A mamá le gustaba el mate, piensas, aunque nunca supiste la causa de tal afición: el mate es una costumbre sudamericana, mamá no era de allá, de aquellas tierras, pero gustaba de él, a saber. Recuerdas a mamá, aquélla noche que decidió develar el secreto. Estaba tejiendo un suetercito que nunca usaste, ¿ahora recuerdas? Sentada sobre la poltrona, con cara de fastidio. Mirabas el televisor, una caricatura de las clásicas, una de las que hacían reír de veras con un ingenio más complejo. Claro, a mamá le disgustaba que la vieras, pero el cartón era bueno, lo sabes. Se puso de pie, parecía haberse decidido de pronto a aceptar la ineludible tradición, el cambio generacional; te tomó de la mano (algo muy inusual en ella) y te condujo a su habitación. Allí, detrás del ropero desvencijado de la abuela, de ese esperpento de mueble que apestaba a viejo, allí estaba la ventana. No quieres invocar más a las memorias soterradas. Silencioso, intentas dormir una vez que vuelves al sofá. Sin embargo, por tu mente desfilan argumentos, personajes, estructuras que tropiezan con otras, se reconocen como ciegos, se acarician o se desprecian, luego comienzan a agruparse como virutas de acero junto a un imán. Las historias fluyen de manera espontánea, sin afectaciones, se dispersan y cobran vida. III La ventana. La ventana que mamá, después de tantos titubeos, te descubrió. Aquella pieza fantástica donde asomaba un mundo distinto al que habitamos. Del otro lado de la ventana, un día soleado conociste a tu padre, muerto antes de tu nacimiento. Oriente y medio oriente se regalaban a tu vista y hasta parecían descifrables. Acompañaste a un explorador solitario en su lucha ignorada por alcanzar la cima de un volcán ávido de sacrificios. En noches húmedas e íntimas, cuerpos voluptuosos y delicados de mujer se buscaron sin pudores, entregados a tu placer voyeurista. Los ojos más bellos que pudiste conocer estaban del otro lado. En la ventana desfilaban ángeles, herejes, ángeles-herejes, herejes angelicales, paganos y farsantes. La ventana no conocía día ni noche. No conocía a Dios. Era un extenso pergamino sin mensaje, una extensa pasarela de bestiarios, confabularios, mitologías y engaños, y hasta atisbos de amor. Cuando mamá murió, ¿te acuerdas?, sí, sí te acuerdas, dejaste de acudir a la ventana. La sepultaste bajo una doble pared, bajo un muro falso. Abandonaste la casa y no volviste jamás. ¿Para qué? Ni siquiera. IV No imaginas más cuentos. Te niegas a proseguir el libro. En la calle ácida un silencio sospechoso presagia tiempos mejores. No piensas en mamá. Ni siquiera. Piensas en la patria, el destino. ¿Existen tales palabrotas? No piensas más. La cotidianidad no merece mayor atención. Angustiado, te diriges al baño, partes un trozo de jabón y abres la llave a la caliente, cuando te deja impávido la presencia de tu reflejo. Esta ahí, siguiendo tus movimientos por obligación, con desgano. —¿Dónde andabas, animal? —reclamas. —Me perdí. —¿Te perdiste? ¿Así nada más? ¿Sin siquiera?... ¿Es lo que queda por hablar entre un hombre y su reflejo tras años de agonía? —No sé. Déjame. Quiero descansar. —Estaba preocupado por ti. —Me imagino. Pero sabes, no importa. Ni siquiera. Nada importa. —Tienes razón —carraspeo y me recargo en el lavabo—, habitamos un refrigerador vacío. —Sí, nos cobijamos bajo la noche desnuda, sin resguardo —sentenció. —No tenemos hogar, ni origen, ni sepultura —agoté la frase. Guardó silencio unos segundos. Fuera lo que fuera le pesaba bastante. —Estoy aterrado. ¿Te has dado cuenta? Ya no tengo rostro —confesó avergonzado. Lo viste caminar nervioso primero, luego desconsolado. Encendió un cigarrillo y tomó asiento sobre el borde de la tina. Se le veía mal. No levantó la cabeza. Ni siquiera. No prestó atención a tus argumentos cuando quisiste darle consuelo. Querías decirle que no era verdad. Que tenía rostro, que lo podías ver con claridad, si él lo deseaba podías describirlo rasgo por rasgo. Pero seguir era innecesario. Después de todo te había hecho sufrir mucho su partida, y quizás ahora era justo que pagara los daños, la afrenta. Se te olvidó hasta lavar tus manos. Dejaste abierta la caliente. Los recuerdos de mamá se dispersaron como nubarrones en un cielo salvaje. Despacio, con esa parsimonia que venías solicitando desde hacía años, llegaste hasta el pie de la cama. Dejaste caer, sin apremio, la ropa sobre las losetas, sobre el frío perseguidor de la noche adolescente. Hoy no vendría Mutibilda a pasar calientita la madrugada, hoy no habría farsas, no más textos, no más miedos. Ni siquiera. Esta noche no estarías para nadie... Aquella noche fresca de octubre, ¿te acuerdas ahora?, volviste a dormir plácida y discretamente, sin sobresaltos, como solías hacerlo las noches de antes. ** Ulisses Paniagua sesilu7@yahoo.com.mx Escritor mexicano (Ciudad de México, 1976). Es poeta, guionista y dramaturgo. Ha publicado en diferentes diarios y revistas literarias de su país. Tiene cuatro libros publicados, en colectivo, con la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx). Recibió una mención honorífica en el Concurso Nacional de Cuento “Criaturas de la Noche”, convocado por el Instituto Coahuilense de Cultura (http://www.icocult.gob.mx). === Sistema de tarjetas perforadas Gustavo Adolfo Becerra ============ “Miles de años antes de que la invasión norteamericana llevara la civilización a Irak, en esa tierra bárbara había nacido el primer poema de amor de la historia universal. En lengua sumeria, escrito en el barro, el poema narró el encuentro de una diosa y un pastor. Inanna, la diosa, amó esa noche como si fuera mortal. Dumuzi, el pastor, fue inmortal mientras duró esa noche”. Eduardo Galeano. Dios de los ápteros / como nosotros. Dios del Filo de la Espada / del Lápiz-Cuello de Miel. Rabindranath Tagore: “Pequeñas nacen las grandes cosas, su poder está en su crecimiento” Dios de la Nube-Cirro, autótrofos y Piedras Taladradas a uña, a Boquerones, a Retiro de Escuadras. Dios de las especies en LRcd (Lower Risk: conservation dependent). Dios de los Encierros, Corrales y Cercos. Dios de la purificación tiwanacota. Dios de los Ocelos, Suris, Huacayas y Bofedales, animoso del Águila culebrera y la Mazorca antociánica. Dios de Armadillos y Ungulados, de las Paradas Barba Azul y Frente Roja, camélidos y Transportadores. Dios de Seres Vidriados y Acumuladores de Tristezas. Un día volaremos a Madrid / o a Coroico, cabrón. Así como si tuviéramos Alas volaremos. Llenas nuestras Alforjas de quinua, mucílagos (1) y sajama (2). Llenos nuestros Corazones de Oro. Sin querer (se) nos sale la Risa por los Poros. Auge gomero y estannífero. Lejos de la Guerra del Acre (3). Lejos de la Guerra del Pacífico. Alturas entre los Cerros. Cerros entre Alturas. Subiremos —puros y gigantes— respirando Nieves / hasta las Nuevas Cumbres Humanas. Cuando sobre estas Colinas / dejemos de Ascender otros Rostros, Oleajes y Estaciones / nos esperarán. ¿Verdad que lo sabes? Altiplano de Hojas Secas, Luna / y Receptores. Muerde Hoja de Coca y bebe Té. Apacigua Turbulencias. Refresca el Alma. ¡Ahí está la Fuerza! Luna llena de Ciruelos y Naranjillos. De este Naranjillo crecerá la Música del Triunfo. Receptores Instalados en la Memoria. La Memoria como un Todo Mágico, atrapada en sí. En sí misma / Mordida. Mordidos también nosotros en sus Maternidades. Quena-tres y charango / dos veces para todo Murmullo de Abejas y Valles. Arado de Palo removiendo suelo de la Vía Láctea: animal ácido / que pace en la Pradera Rocosa, sudor de Duna en la Manzana. Instalados en el Jichhapi Jichhaja (4) / retornamos al Útero terrestre. Nunca hubo mayor Expectación / incluso posible de Tocar. Tambores y Bronces en el Umbral. Espacio Mítico al cual accedemos, camba o colla (5), una sola Vez por Vida. Exultante la Historia / removiéndose, inhumada. Igual que los Cóndores que cantaron / a nuestro ingreso al EM (Espacio Mítico) / por una sola vez. Challados con chicha, cerveza y singani (6) bailamos takirari (7) a la Virgen de Urkupiña (8) y escuchamos a Luzmila Carpio. Dejo que brillen / los Planetas sobre el Pique Macho, masaco (9) y silpancho (10). ¡Tanto frío en una sola Noche! Una Jarra de Leche / y los Niños ya no morirán de Hambre. Tiene razón el Centinela de los Hoyos Negros. Tiene razón cuando mira con desconfianza. Pierde de Vista / Sensatez y Cobardía: otras Montañas-Amarillas en el Horizonte comienzan su Marcha definitiva, dibujadas casi a Mano contra el Negro-Infinito. El Negro más negro / que se tiene razón. Nunca otra Marcha de Montañas como ésta. Prepárate para ser Feliz —dijo. Enséñale a tu corazón a Cantar en Coro. Y comer mijo. Así comienza la Profecía: abajo del Abismo nuevos Abismos. Nadie dice que crecerán porque sí Hospitales, Escuelas y Librerías —dice el poeta Uru / Campero. “Traen por arado-thajlla un palo” (11). Desde mi Posición de Observador privilegiado / realizo un Plano General de la Historia y primeros planos sobre los Rostros qhishwa-aymaras (muchos de ellos perdieron la forma de ser Visibles). Eran miles de indios / muertos / podía ver sus Huesos Rotos bajo Montañas de Desperdicios y Colmenas. Músculos flojos y Risas / bajo la Maraña comienzan a reconstruirse. Algunos en Brigada. Otros tocando Tarkas y Pinquillos de Tres Agujeros. Sostenidos en Awuayu-pallay (12) y Chalecos / niños disfrazados de Pepinos, Pocholos y Kusillos / recogen la Vida de los Árboles Sagrados. También los Amantes-Polvorientos cuyos cuerpos fueron cubiertos de Lunas caminan hacia el Árbol inmemorial. Ahí, en su Metro Cuadrado de Anónimo, cruzado de brazos / molido a Golpes el Indígena hace correr su Voz-arroyuelo de Bosque. Cada cual con su Río en el Bolso-axsu para el Largo Camino / por recorrer. Las Nubes-Virgas (13) tienen Sentido / en ese ajuar. Más allá otros Cuerpos Expuestos trabajando aún la Hondura de la Piedra: el cuadrilátero del Despegue y la Quedada, cosidos de Labios / sepultados Vivos. La Canalización-larka de Muerte y Vida en el mismo Pozo de charque y urucú (14). Indios muertos / bajo Hojas de Plátanos. Indios muertos en la Cuerda de Tripa, / deben Ponerse ahora de Pie / y gritar / contra todo Pañuelo / contra toda Estrella contra todo Pronóstico Médico y Científico: Enfrentados al Gran Vacío de las Dudas / nuevos Canastos recibirán Frutos y Melodías. Se Ponen de Pie y hablan jhaqi-aru (15). Veo caer Mortajas. Otros hablan chiquitano, ayoreode, guaraní y guarayo. Sin estruendo de Ramajes y Cadenas / caen al mismo lado de los Cuerpos Liberados. Existe el Camino establecido / Predicable. No hay Burro atado al Pie. Cruza la Frontera del Entendimiento y se pierde / en las Colinas / allá lejos dentro del Corazón. Así es. Y así será por siempre. Escrito a fuego en la Memoria del Tiempo, este Pacto con el Día que Viene / a sangre-país, a ayllu. Cree en esta Plataforma Múltiple —dije— dispuesta para momentos de altas Exigencias. Seamos claros: otro Silabario re-inventa la Antropología Botánica para inexplicar el Reto. En la Rampla de Lanzamiento instalados / los Dados del Destino y el Sentido de la Vida. Sobre la Superficie / explotan Guayabas. Miles de Guayabas. Su Aroma habla del Tiempo que Espero. / Arreboles de Selva / emanan de los cantos / de Guacamayos y se me pegan al Poncho. Crece la Idea del Río Interminable / sobre el Territorio que recorrimos a Palmos. Sin que nadie pueda advertirlo instalan redes / en la Medianoche / fabricadas para atrapar Pájaros. Ahora sí que ingresan al Poema los elementos múltiples: formato de Moléculas Plásticas y Humo en Bolsas en las Maquinaciones del Tormento. Al parecer: será con Golpes-Puño de Acero / el desenlace. Niños que nacerás, adquiere el Hábito de la Justicia. Tengo miedo de escribir / el miedo que siento. Radiaciones en Capas / que se ajustan a la Piel y al sentimiento de Culpa / como otra Piel. Miento sobre la Rendición / de Rebeldías / que ahora llueven en los Campos. Nunca el Trapo Blanco / describió la deshonra. Las wiphalas (16) flamean en el Cielo / Amauta, Inca, Kallcu, Humani. Ninguna Libertad tiene ese Cóndor tan cóndor. La Red extendida cubre la Totalidad. Ni Dios queda fuera de esa Totalidad avasalladora. Aparición Fantástica sobre el Fondo Negro: millones de Pájaros en su Último Vuelo, pero ninguno sabe que es su Último Vuelo. Cuando no pueden regresar al Nido toman conciencia de su Pérdida. Y es tarde. Para los pobres mañana siempre será tarde. En este momento aún persiste el Cielo: ojos y Alas Atrapados en la Visión Indígena. Se acentúan los Conflictos / y el Color Gris se genera de las manos / sin mediar acción de la Voluntad. Mi wiphala desata los Elementos del Agua Negra / y vacía nuevamente los Cauces de los Bienes, la Respiración atómica de los Metales / se hace nítida aunque vivan en las antípodas / y algo parecido a un Buey hace sonar / sus cornamentas como fatal despedida. Huellas de sangre quedan en el Pan / y en la comida refrigerada que no llegará a boca de los abuelos. Ahora es cuando el Humo-feto del llamo / vuelve a construir sus Intercesiones. Dios de Reptiles y Lagartos, Dios de la Selva-turpial y del Pájaro-Venado, Dios de la Profecía y del Hambre Universal, Dios del Vientre con Paludismo y del Cuello poblado de Moscas, Dios de los Batracios y las Lenguas Muertas, escucha. Pon tu Oído en la Palabra / y siente el movimiento amniótico de sus Impulsos. Abajo la fatalidad propia de la desazón que corroe el Mapamundi de la Esperanza. El Viento General sobre las Piedras que hablan / rasguña ese Otro Imposible. Los indígenas —que logran ponerse de pie— miran el Illimani con Nostalgia. La wiphala crece. Inmortales mientras dure esta Noche. Notas 1. En sentido botánico-farmacológico se entiende por mucílagos sustancias que contienen hidratos de carbono, que se hinchan fuertemente con el agua y que proporcionan un líquido viscoso. 2. Quinua dulce. 3. Entre 1880 y 1886 se duplica la exportación de la goma y se incrementan las rivalidades entre los principales explotadores de ésta, Nicolás Suárez, Antonio Vaca Diez y el peruano Carlos Fermín Fiscarrald. Suárez y Fiscarrald establecen un acuerdo que reconoce control de este último sobre el río Manu y a Suárez expandirse más allá del Acre. Entre 1895 y 1900, el precio de la goma se duplicó y las tensiones entre Bolivia, Perú y Brasil se incrementaron hasta desembocar en la guerra del Acre (1899 - 1902) entre Bolivia y Brasil y las campañas del Manuripi y Tahuamanu (1910) entre Bolivia y Perú. Referencia en http://www.upc.gov.bo/cdcpando/antecedentes.html. 4. Ahora es cuando. 5. Puede hablarse de dos Bolivia: la de occidente y la de oriente, la de collas y cambas. Indígenas los primeros, blancos los segundos. Mayoría y minoría. El habla camba se debe a la mezcla del español ibérico, rioplatense y las lenguas nativas del oriente boliviano. Como ser: isoseño guaraní, mataco guaraní, besiro, guarayo, pauserna, siriono, yuracare, ignaciano y trinitario mojeño, moseten, chiman, tacana, araona, cavineño, esse ejja, toromona, cayubaba, movima, itene, more. 6. Aguardiente local. 7. Se cree que su nombre proviene de la palabra moxeña takiríkire que significa flecha. 8. Cuenta la leyenda que una pastora, cuya familia era muy pobre, llevaba unas pocas viejas a ramonear entre los arbustos del pedregoso cerro Orkopiña; un día se presentó ante ella la virgen que le dijo: “Levanta unas piedras y trasládalas a tu casa”. La niña, obediente, puso unos guijarros en su “llijlla” y, con su carga a cuestas, regresó a su hogar. Allí ante sus asombrados ojos, se presentó un milagro: las piedras se habían convertido en plata. 9. Yuca molida, queso y plátano que se cocina al horno. 10. Corte de pedazos de carne, condimentados con sal y pimienta. En un batán o mortero, estire la carne cubierta con pan molido, golpeándola hasta que quede grande y casi transparente. En una olla haga cocer las papas peladas con agua y sal, hasta que estén blandas pero no desechas; escurra y parta cada papa en 4 rodajas más o menos. Caliente la mitad del aceite en una sartén grande y retueste las papas ligeramente, escúrralas en una fuente cubierta con servilletas de papel. 11. Garcilazo. 12. Formas y dibujos de los diseños. 13. En árabe, para desear suerte, se dice, “que tu cielo esté cubierto de nubes”. 14. Achiote. El achiote (Del náhuatl achíotl), Axiote o Achiotl, Urucú, Bija, bijol, roncon, onoto (Bixa orellana) es una planta arborescente de las regiones intertropicales de América. 15. Idioma del ser humano. 16. Cada color tiene su significado. La Wiphala no sólo es una bandera, es también la representación del calendario luni-solar de las Naciones Originarias Andinas. La Wiphala, presente en cada evento comunitario y en ceremonias, identifica el sistema comunitario de los Andes basado en la equidad, igualdad, armonía, solidaridad y reciprocidad. Es además un símbolo de resistencia de las Naciones Originarias, su uso fue considerado ilegal por las Repúblicas, pero hoy en día flamea como nunca en las Naciones Originarias. Es una más de las numerosas manifestaciones de la llegada de la era del Pachakuti, el retorno a la tierra sin mal. Probablemente la palabra Wiphala viene del antiguo idioma (Jhaqi-aru / idioma del ser humano) posteriormente denominado por el cronista Polo de Ondegardo en 1554 como aymara, que se deriva de las palabras jaya-mara (años lejanos o tiempo inmemorial). Entonces desciframos de la siguiente manera, primero (Wiphay) es voz de triunfo, usada hasta hoy en las fiestas solemnes y en actos ceremoniales. Segundo, el (lapx-lapx) producido por el efecto del viento, lo que origina la palabra (laphaqi) que se entiende, fluir de un objeto flexible. Juntando los dos sonidos (Wiphay-Lapx) tenemos la Wiphala, y la (px) se perdió por un pronunciamiento fácil de la palabra (fuente: http://katari.org/wiphala/sagrada.htm). ** Gustavo Adolfo Becerra gustavoadolfo_becerra@yahoo.com Escritor y cineasta chileno (1947). Ha sido director general de la Gran Gala sobre Neruda realizada en el Teatro Nacional de Costa Rica, jurado del X Festival Internacional de Cine de Costa Rica, agregado cultural de Chile para Centroamérica, encargado de Comunicaciones del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) de Chile, asesor del ministro de Agricultura, director de la Casa de la Cultural "Anáhuac" del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y coordinador ejecutivo de la Vicaría Esperanza Joven, en el Arzobispado de Santiago. Ha trabajado como director, director de arte y guionista en las películas y videos Dance of Hope, Mis amados valles, Concierto en Montegrande, AIDS, Lo que queda del Paraíso, Música ríos y calles y Con Neruda en el corazón. === La mujer perfecta Severo Insausti ================================ Tuve, en un momento de mi vida, la idea de encontrar a una mujer perfecta. Perfecta no sólo físicamente, sino que también lo debería ser en su interior, y aun en ese algo indescriptible que posee toda persona, que es parte de su personalidad o de su rito de vida y no tiene que ver, sin embargo, con cualidad alguna; algo que se siente simplemente cuando esa persona se presenta y, muchas veces, con sólo pensar en ella. Aunque he de describir aquí los detalles y formas que, a mi entender, se asemejaban a la perfección física, debo aclarar que ello era algo relacionado con la belleza por sí misma, y no porque hiciesen resaltar en mí el deseo de la carne, sino porque causasen admiración por la perfección de sus líneas, tal como si fuese una pintura o, en este caso, una estatua, hecha con paciencia, con cuidado y con esmero, hasta lograr un cuerpo humano femenino y perfecto. Pensaba entonces que su rostro debería ser parecido al de una muñeca, pleno de simetría y de dulzura. Su cuerpo habría de ser sensual y proporcionado; su vientre perfectamente liso, con el hoyito del ombligo ligeramente achinado; la cintura pequeña y flexible, sin sobresalientes de grasa; sus senos firmes, altos, no demasiado voluminosos, con pezones pequeños y ligeramente abultados. Sus manos habrían de ser lo suficientemente grandes y fuertes para acariciar pero, al mismo tiempo, muy suaves y delicadas; sus caderas, anchas, un poco más anchas que el torso, mujer cuyas formas evocan la maternidad. Las nalgas abombadas sin que fuesen grotescas, líneas que se miran y no se pueden copiar con justicia en lienzo alguno. Por supuesto, habría de ser alta, con los muslos lisos y robustos, los tobillos delgados, pero no tanto que se pudiesen abrazar con una sola mano. Sus ojos habrían de ser grandes, de color verde mar, y sus cabellos... ¡Ah, sus cabellos!, deberían ser largos y dorados como el trigo. Tendría porte de reina y caminaría como tal, con gran clase y majestuosidad. Cualquiera podría decir que sería imposible encontrar a una mujer así, porque, además, debería ser virgen y tener una gran carga de inocencia y ternura en su corazón, tendría que ser inteligente y sensible y poseer, además, esa picardía, esa sensualidad, ese fuego que no se conoce hasta que se arde dentro de él, que unas mujeres tienen y otras no, pero que en ella debería estar presente, esparcido como un veneno por todas las esquinas de su feminidad. Como sus cualidades internas no podría conocerlas a simple vista, excepto quizás por algún fulgor de su mirada, en que a menudo se muestran las almas más perfectas y más puras, mi búsqueda debería comenzar, ineludiblemente, por las cualidades físicas. Conocí a muchas mujeres, en las que me hundí con mi desesperanza, sintiendo la frustración de tener que amar sus imperfecciones. ¡Oh! —pensaba—, si esta tuviese los brazos de aquella, o una los labios de la otra, aquellos senos... aquellas caderas... aquella mirada... una nariz que no he vuelto a ver... Muchas me daban el consuelo de su conversación amena; unas pocas, la inocencia que me desarmaba y me hacía verme a mí mismo como un canalla; otras, ensordecedores silencios o viajes interminables hacia lo banal e intrascendente; y algunas, encierro total a mi deseo, sin dejar puerta o ventana, ni rendija por dónde poder escapar de sus sensualidades. Y así, sin jamás encontrar reunidas todas las características deseadas, mi sentir era una utopía entre todas ellas. Esta idea de la mujer perfecta, que apareció en algún momento en el horizonte de mis ideas, comenzó como una posibilidad, un velado deseo que se fue arraigando dentro de mí hasta tomarme totalmente por asalto, como si una pequeña infección se hubiese convertido en un cáncer incontrolable. Por supuesto, si hubiese de hacer un postrero análisis de mí mismo, mirando al joven de antes con los pensamientos del hombre de ahora, aquella búsqueda sería algo completamente superficial y hasta obscena, porque pienso hoy que no hay una escala para los seres humanos cuyos extremos de lectura sean “Perfecto” o “Imperfecto”, ni siquiera con valores intermedios, y mucho menos con adjetivo alguno, porque todos somos, sencillamente, diferentes, únicos en nuestra constitución, perfectos en una escala únicamente aplicable a cada individuo para sí mismo. Por ello, la razón del amor entre un hombre y una mujer es el paso que se da y que es permitido ser dado, para entrar cada uno en el otro, maravillarse de sus diferencias, enamorarse de su forma de ser desconocida y poder complementarse hasta vaciar en el pensamiento la certeza de que ningún otro ser excepto el que es amado, posee las cualidades únicas y exquisitas de él, aunque para un tercero ese ser pueda parecer completamente común e indiferente. A estos análisis que hago hoy en día, no era ajeno ya en ese entonces, sólo que eran hechos en diferente profundidad y desdeñados casi de inmediato, tal era mi ansiedad y mi necesidad vital de completar aquella búsqueda, casi, pienso, como si fuese el único y verdadero motivo de mi existencia. ¡Oh maravilla la de analizarme a mí mismo, que me hace tropezar constantemente, en el camino del análisis, con mis profundas imperfecciones! Pero así como una piedra se ve obligada a rodar por el barranco por donde es lanzada, o como el agua de un río debe ir al mar por los caminos que le traza la geografía, mi alocada idea de encontrar a una mujer perfecta tomó su curso indetenible y se fue convirtiendo en obsesiva y definitiva. La busqué por todas partes y por todos los medios a mi alcance, en los parques, en las playas, en los centros comerciales, en los bares, entre la gente excelsa y la cotidiana, entre las cándidas obreras de las fábricas y entre las emperifolladas secretarias de grandes empresas, en fin, en donde quiera que una mujer, con su encanto natural, pudiese romper la monotonía de la vida. La buscaba también en todo instante y momento en que a mi cuerpo no lo vencía el sueño, al atardecer y al alba, entre los estridentes rayos de los soles de mediodía, bajo las estrellas, ansiosas también por conocer el resultado de mi búsqueda, y aun entre el persistente cuerpo de la lluvia. Juro que mi intención no era, ni mucho menos, hallarla por un capricho arraigado en mí, o por un simple y egoísta deseo de disfrutarla, de exhibirla o de realzar mi ego, ni aun por tener la satisfacción de haberla conseguido. Verdaderamente tenía el firme e inaplazable deseo de amarla, cuidarla, consentirla; de poder entregarme total y definitivamente a ella, no sólo por la perfección de su cuerpo, sino que, aun más, si ello fuese posible, por aquellas cualidades espirituales que seguramente ella debería poseer. Sabido era que, de encontrarla, corría el riesgo de quedar en el abandono y en la desolación para el resto de mi vida, porque no estaba garantizado que ella me correspondiese, sobre todo porque estaba yo muy distante de ser la perfección del ser humano masculino, sino que era (y soy aún, y ahora viejo por añadidura) un hombre que se puede considerar feo, gordo, desaliñado y sin algún atractivo especial, excepto la fuerza de mi corazón. Pero estos pensamientos no me hicieron cejar en mi empeño, antes bien, me animaron a seguir en la misión que me había impuesto, porque, llegado el momento, podría enfrentarme a mis deficiencias y vencerlas y, de lograrlo, pensaba yo, no sólo encontraría a la mujer perfecta sino a alguien a quien amar por el resto de mi vida. Empero pasaba el tiempo y la ansiada no llegaba. Quería creer que existía, pero cada vez, en cada encuentro con otras mujeres, mi ilusión disminuía en entusiasmo, flaqueaba en esperanza, se acercaba al límite de lo imposible. Mas no podía conformarme. En alguna parte, en algún rincón del mundo, ella tenía que existir, y yo la encontraría. Viajé por diversos países, siguiendo en cada uno la misma rutina tras cada despertar hasta que, dilapidada mi fortuna, debí volver a casa sin abandonar mi sueño. Entonces, una idea aun más loca cruzó por mi cabeza: ella sabía que yo la buscaba y me estaba esperando. Ahora, entonces, combinaba mi ansiedad con el desrazonamiento de que ella, al verme, me reconocería de inmediato, se confesaría conmigo y un idilio mágico nacería entre los dos. De esta forma, comencé sólo a interesarme en aquellas que se fijaban en mí, de una u otra manera, y el desconsuelo se iba convirtiendo en angustia a medida que pasaba el tiempo y el acontecimiento extraordinario no sucedía. Mas, cuando casi perdía la esperanza, la búsqueda terminó. Ahí estaba, frente a mi puerta, como un cristal precioso bajo el sol, la mujer que había buscado por tanto tiempo. Como todo lo mejor de la vida, fue un encuentro producto de la casualidad. Yo iba saliendo de mi casa y ella venía por la acera. Me preguntó por una dirección y yo me ofrecí a acompañarla. Su voz era como la de un ángel; jamás me había sentido tan feliz y tan orgulloso como cuando accedió a sentarse a tomar un café conmigo. Le conté mis sueños y ella sonreía enseñando sus dientes blancos y perfectos. Le hablé de mí, de mis cosas, de cómo la había buscado, y ella seguía dibujando sonrisas en su rostro perfecto. Después de eso, pasamos varias semanas conociéndonos, fuimos a los sitios más bellos y románticos que encontramos; yo no le preguntaba de su vida pasada, no quería saberlo, sólo quería saber que ella estaba conmigo. Un día me miró a los ojos con sus inmensos ojos verde mar, tomó mi cara entre sus grandes y delicadas manos y me besó en la boca como jamás ninguna me había besado antes. Después, avergonzada por el impulso, se apartó un poco, dejando que su largo cabello, dorado como el trigo, cubriese el sonrojo de sus mejillas. A partir de ese momento ya no podría pensar en nada más. Mi mundo sería ella y no existiría para mí otra cosa en la vida que no fuese la presencia de ella. Pero, ¿dónde tiene el destino, escondido, el garfio con que nos arranca el alma?, ¿en dónde la puerta del calabozo por la que entramos, sin saber, a cumplir nuestras condenas?, ¿cómo adivinar el borde del precipicio, cuando está cubierto por la nube de los sueños? Urgidos de ilusión andamos, y al encontrar el preciado tesoro que parecía inalcanzable, ignorando nuestras debilidades, lo efímero de todo y de nosotros mismos, nos sentimos reyes inmortales en un castillo indestructible, sin pensar que en menos de un segundo, en menos de lo que tarda una gota en caer al charco, perdiendo para siempre su identidad, podemos pasar del cielo a los infiernos, de la alegría más extrema al llanto más inconsolable, o de tener a la mujer perfecta a quedarnos absolutamente sin ella, arrancados para siempre de su presencia. Así fue como ella, el amor más grande de mi vida, un día, sin explicación y sin aviso, se marchó. Se marchó dejando herido a mi corazón, sin consuelo y sin esperanza, sumido en la obscuridad de su ausencia, muerto por dentro, aunque tuviese que seguir viviendo. ¡Qué terrible el brazo del destino, ejecutor de mi desdicha!, ¡cuán amargo el camino en solitario! Yo quería besar el aire en donde habíamos estado, para sentir de nuevo el sabor de su boca; apretaba contra mi pecho la servilleta en la que me dibujó una flor y me escribió un “Te quiero”; caminé por las calles de la ciudad con la imagen de ella soldada entre mis ojos, grité su nombre a los cuatro vientos por donde quiera que iba, hasta que ya en todas partes me llamaban loco. Lloré durante muchos días y muchas noches, con la esperanza de que mi llanto llegase por alguna vía a su corazón, y al fin, me quedé en silencio, me aparté del mundo y, a solas conmigo mismo, me pregunté si ella era perfecta. Y eso, por el simple hecho de que, habiéndome tenido, no se hubiese quedado conmigo para siempre. Entonces, casi de inmediato, y avergonzado por mi exacerbada e insana autoestima, me di cuenta de que nunca había conocido, ni podría conocer jamás, a mujer alguna como ella, y sentí un terrible vacío en mi alma, y se apagó la luz de mi corazón. Mas, ayer volví a verla. De nuevo estaba allí, con su magnífica presencia, con su porte de reina. Me miraba con sus inmensos ojos verde mar, dando luz de nuevo a los más recónditos y oscuros sitios de mi alma; y yo miré temblar su boca, con un temblor pequeño y delicioso, preámbulo del destino seguro de los labios cuando quieren ir a los otros deseados. ¡Oh amada mía!, ¡cuánto has estado dentro de mi pecho!, ¡cuántos sueños por ti, sabiendo que existías!, ¡me he sentado en los bancos de la plaza en donde nos encontramos tantas veces, tantos días, a esperarte, a mirarte llegar a mis brazos, para estrecharte entre ellos para siempre! ¡Allí estaba!, ¡no podía creerlo! Pero fue sólo un momento, un instante en que pude verla de nuevo, unos segundos en que vino a reventar en mi corazón todo el amor almacenado para ella. No tuve tiempo de alcanzarla y tomarla entre mis brazos. Del fondo del andén, del túnel, salió el tren como un gusano de su madriguera, destrozando su cuerpo perfecto, salpicando su sangre por los rieles. ** Severo Insausti severoinsausti@hotmail.com Escritor venezolano (Paredes, Orense, España; 1950). Reside en Venezuela desde 1961. Ha publicado el poemario El cantar de las tentaciones (2005) y tiene inéditos varios libros de poesía y prosa. === Caronte Sandra Becerril ========================================== I En el obsceno reflejo en las pupilas del tiempo, tus fauces abiertas [predicen el incansable rumor de pasos arrastrando las garras que [despedazan los muslos de una lágrima. En tus colmillos chorrea el veneno enclaustrado en la espalda del ciclón [noctámbulo; esconde la pasión de la sangre, la vida en tu [cementerio, tu tumba en mis memorias. 2 sílabas son tu condena. 8 años de locura perpetua. 12 besos al infierno perdidos. 225 flamas danzando en mi ruego. Una sola frase sin el perdón eterno. Oraciones inmortales infiltradas en tu libertad. Libertad con grilletes. Libertad de mañanas. Libertad en un corazón que se devora a sí mismo escupiendo recuerdos. Tez fría lunar, con el lago en tu reflejo. Mira ahora esta leyenda y ríe [del mito. II El olvido cabalga más que tu instante, antes llegará a arrancar tus [cabellos de la historia. Original el pecado de tu vida, lengua de fuego, tentáculos moribundos, [pestañas rotas, dermis de vidrio, maldiciones hasta sangrar y de [aquel sombrío líquido brote la vida sobre tu cruz. Surca más que tu noche Caronte, cabalgando sobre lágrimas pisoteadas de fe. Jinete bufón de recuerdos ríes sin tu boca partida en dos, enterrada, [abandoné a la mañana tu cabeza decapitada. Complacido con mi derrota, mira ahora ciego de 7 ojos. Escapas a acribillar [los cuerpos que amaron tu sacrílega carne. Tu espada entierra en huesos desvencijados, duendescas sonrisas diabólicas. [El dios te mira con sangre en sus versos jurando venganza. La luna [de Plutón, un barquero y un simple mortal llevan tu nombre... Condena pura en tu descendencia, hacia tus brazos, secuestro, llanto, ira, [muero tus ataduras, fallece tu corcel, entramos al árbol de la [muerte. III Envidiaste al mundo y decidiste poblarlo. Ahora tú, personaje, agoniza en [la esperanza de que uno de mis cuentos te vuelva a abrazar. No. Ya [no existe ese lado infernal. Regresa monstruo a tu limbo, tu cueva [ha de ser bien recibida en tus tinieblas. Dueño de lavas, hijo del trono maldito. Tus fauces gimen el fracaso de mil [almas. El portón rechina, abre, sal a desintegrarte en mi día. Caronte, Caronte, imploro muriendo de fe tenerte a mi lado. ¿Es acaso tu [insomnio que no me deja soñarte? ¡Purifica mis lenguas! Azota el pecado con tus látigos de alacrán. Escalo tu espalda como miles de hormigas con hielo en sus patas. Deshaz [este infierno. Mis salmos huelen al eco de tu sombra en medio de mi [frágil cuerpo humano. Tus ojos juegan que sueñan a mí. Condenada por no cerrarme a tu aliento. [Corrompes mis besos con tus lunas. No estás. Tan lejos. Tu azufre me enreda, confina, me turba, sabe a... a... a... a mí. ** Sandra Becerril sbecerril@shamra.com.mx Escritora mexicana. Egresada del Centro de Excelencia Educacional, cursó también los siguientes talleres: Fotoperiodismo (Escuela Activa de Fotografía), Módulos Literarios I y II, Teoría y práctica del cuento I y II, en la Sociedad General de Escritores de México (Sogem, http://www.sogem.org.mx). Estudió un diplomado en literatura fantástica y ciencia ficción en la Universidad del Claustro de Sor Juana (http://www.ucsj.edu.mx), fue becada por el escritor Marcial Fernández; estudió creación literaria en la Sogem y actualmente estudia Novela en la Universidad Iberoamericana (http://www.uia.mx). Ha recibido menciones honoríficas en el concurso “La Identidad de mi barrio”, organizado por la delegación Tlalpan; en el primer Encuentro Estudiantil Fotozoom; Concurso “Nuevos Talentos”, organizado por Foto Regis (2002); concurso “Juana de América” por el texto “Érase una vez...”, y concurso “Espejo Roto” de relatos de terror. Además fue seleccionada por Fujifilm México (http://www.fujifilm.com.mx) para publicación como profesional de esa casa. Textos suyos han aparecido en las revistas Luz Directa, Fotozoom, Expansión, Expresión Autónoma, Época, Líneas, Crítica, Voces de la Primera Imprenta y Universo del Búho, y en las antologías Escritores hispanoamericanos en el mundo, de editorial Bellvigraff; Antes de que las letras se conviertan en arañas, Palabras sin piel y en la colección especial para el Festival de Cine Macabro 2007, próximo a editarse. Fue corresponsal y redactora de artículos especiales para deportistas para el Diario Nacional Deportivo. Ha publicado la novela La calle de las brujas (Editorial Justine) y el libro El legado de las abejas (Colección Especial de Nutrición Deportiva). Imparte diversos cursos de redacción y creación literaria desde 2004. De estos talleres ha surgido la antología Sueños de tinta, editado por Ediciones Shamra, colección de textos de diversos alumnos. Mantiene una página personal en http://www.shamra.com.mx y una bitácora en http://sandra-becerril.blogspot.com. === Tres relatos Adriana Lis Maggio ================================== *** Familia numerosa De Rubén de 19 hasta Jessica de cinco minutos, habían transcurrido seis hermanos. Encima —murmuraba José saliendo del hospital— tener la puta mala suerte de que la séptima sea mujer. Ocho en total más Ramón, un primo sordo y la abuela de 93 que tiene un perro. Villa palito y chapa. Único ambiente, un loft. Para el bautismo de la Jessi no alcanzaron ni las banquetas ni los chorizos. (Sin contar abuela y perro). Rubén casóse con flor del barrio. Inés peluquera; Marta y Omar se fueron. Quince años con torta de coco y la Jessi quién diría. Dora termina el bachiller en el nocturno; Alberto constructor, chapista de Citroën y escultor con lo que sobra. Parece que la Elena va a ser monja. ¿Y tanta descripción? ¿A qué viene a cuento? ...pasó José por casa y pregunté por la familia. Todos bien. *** Sexto sentido Desde chiquito, Santiago dibujaba mapas. Sentado en el borde del aljibe, en la chacra de su abuela, les hacía los recorridos a las hormigas con el dedo gordo del pie. Era un área de tierra mojada y esos trazos —convencido Santiago— orientaban. Rutas, planos de excursión hasta la plaza por caminos distintos, mapamundis locales. Creció entre álamos y tamariscos, perfectamente centrado por un compás. La panadería del Cholo era territorio occidental: abundancia, hidratos de carbono y un pan supuestamente para todos y por el que había que pagar. El oriente era Hortensia. La farmacia de Hortensia, sus jarabes, las hierbas curativas y el olor. Nunca salió del pueblo Santiago y sin embargo, fue un viajero. Un Cristóbal Colón. Un audaz. Un conocedor en uso de notable e inusual sentido. El sentido del viento. *** Junio francés Ella era una chica sopa de cabello de ángel. Una muchacha tibia que echaba vapor de empañar ojos. Olorosa y salada. Él tenía boca de vidrio. Hombre de tintinearle labios y buen beber. Se encontraron de paso en un restó, mientras afuera era París con llovizna de junio. Chica sopa soltó calor y hombre, vidrio roto. Corrió sangre por las mesas, por los platos, por las fuentes... El dueño del local puso un cartelito en la puerta mientras llegaba la ambulancia. Siguió junio y nada más. No todos los amores son posibles aunque París se llueva. (de la serie Novelas minúsculas. Inédita). ** Adriana Lis Maggio piquillin@cpenet.com.ar Periodista, docente y escritora argentina (La Pampa). Su obra permanece mayoritariamente inédita. Mantiene la bitácora personal Orillera (http://orillera.blogspot.com). === Poemas ásperos y oscuros (extractos) María Cristina Solaeche ===== *** Se me dio Para que sea para quien soy se me dio un retazo de viento en la boca un retal de vida trepando huesos un poco de tierra en el regazo una ventisca de esperanza una enloquecida pregunta un puño para deshilacharme una gota de agua en la lágrima un corazón bailando hasta agotarse una mirada sólo hasta la colina una charca de sal y una de sombra un pájaro trinando al otro lado del paisaje un árbol que sujeta mi aliento en su follaje una piedra agazapada obstinada un crepitar polvo palabras papeles un último suspiro en la alforja y aquello todo aquello fuera del umbral con la cancela cerrada todo negado. *** Desespero Nadie habla de retornos el aire no es aire es su aliento sigo la ruta de su voz como sigo al viento acunándolo en las puertas mi poema no es verso es herida quejido del pensamiento lentitud silencio caracol ¿dónde se fueron los pájaros? ¿quién canta los días? ¿Por qué te empeñas en seguir a la rosa de los vientos? ¡un río! te regalo un río una corriente de perlas para ti acaso ¿me dejarás sola en este peñasco sin alma? *** ¿Es él? Hay un lugar al trasluz de su mundo donde su sombra llora donde la amapola de su corazón toca arrebato granate donde las imágenes son leños la hierba polvo la piel escombros estrechos el aire mueve los labios y los labios son quejidos alucinaciones un cascarón de cuerpo arrastra sin respiro música que chasquea al oído suspiros de seda mate son los cansancios del barro con los brazos al viento y descalza el alma la vida acallada en las manos los dedos rumian su historia reflejos del olvido en la rompiente la lengua bordada en arena la garganta piedra de aliento y bajo la alambrada de su mirada ojos de hombre adolorido. *** La voz de la vida La voz de la vida sobre la tierra sobre asfalto selva y cancela griterío temblor balanceo olor a insolente musgo rasante altiva doliente voz de carbón diamante barro cerámica aprieta en sus puños copula en silencio bramido corcoveo vorágine... casi con amor susurros indigente sobre el arco de la carne acurrucada a la sombra del pensamiento desprendiendo hollejos del sonido agazapada en exilios de la memoria charcos de recuerdos son los olvidos es la voz de la vida sobre la tierra. *** Aún Buscando el alma escarbé el cuerpo escribí sollozos blasfemias gritos cabizbaja entré en mí sin haber salido feroz el resplandor del naufragio zarpando mi carne desmoronando imágenes mientras me raptaba el tiempo se me extraviaban los días buscando los poemas heridos de silencios cruzando la piel del otoño y la niñez colgando mi sombra en la rama de un cují aún voy a vestirme para el barullo callejero voy a desnudarme para el rezongo del amor voy a teñir mis pupilas de nuevo voy a engancharme el desparpajo en el cabello voy a estallar en desasosiegos es que me queda el olor de la vida en la memoria. ** María Cristina Solaeche gsmldcm@yahoo.es Docente venezolana (Maracaibo, Zulia, 1948). Licenciada en educación mención Matemática, Magíster en Educación y Magíster en Matemática Pura, en la Universidad del Zulia (LUZ, http://www.luz.edu.ve), donde es profesora titular. Fundadora y miembro de la Biblioteca “Teresa de la Parra” en la extensión Cabimas de LUZ. Miembro de la Sociedad Venezolana de Matemáticas, la Asociación de Escritores del Estado Zulia, la Casa de la Poesía y la Peña Literaria César David Rincón y otras organizaciones. Textos suyos han aparecido en diversas publicaciones científicas y literarias, además de webs literarias como Légamos, PoeSite (http://www.arrakis.es/~joldan/poesite.htm) y Texto Sentido (http://www.textosentido.org). Ha recibido, entre otros reconocimientos, el premio “Vicente López y Planes” (Buenos Aires, 2004). === Cuentos breves Homero Carvalho Oliva ============================= *** Evolución “Al despertar Cucaracha Brown una mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un imperfecto humano”. Y esto sí que fue un problema, pues como están las cosas en nuestra sociedad, al pobre Cucaracha Brown le será muy difícil acostumbrarse a su nuevo estado. ¿Cómo se las va a arreglar, por ejemplo, para explicar que él antes era una feliz cucaracha y que, por tan sencilla razón, no posee documento de identidad, licencia de conducir, cuenta bancaria, tarjetas de crédito o algún número clave que lo identifique como persona en la cibernética central del Estado? ¿Quién le va a creer que no tenga familia, escuela, un barrio, un trabajo honrado, novia y número de teléfono? Es fácil trasladarse de domicilio y dejar abandonadas a una o más cucarachas en la casa anterior, pero ¿qué hacer con un ser humano sin prontuario policial, sin locura aparente o amnesia declarada, sin los años necesarios para encerrarlo en un asilo de ancianos? Una cucaracha se da modos para comer desperdicios, cualquier cosa y no dejarse pisar; sin embargo, no siempre sucede lo mismo con una cucaracha que se ha despertado, perfectamente convertida en ser humano con conciencia social y orgullo ciudadano; un hombre que no sabe desempeñar oficio alguno y que prefiere morirse de hambre antes de andar mendigando un mendrugo de pan. Esto, de veras que esto sí es todo un problema. *** Parábola de Pedro Yomeye Pedro Yomeye, hijo de Juan, nacido de Casiano, hijo a su vez de José quien fuera hermano de Néstor, primo de la Locajarichi, quien fuera hija de Jumeruco, conocido en el territorio de Mojos como “Cacique Grande”, no esperó el tercer canto del gallo para negar a sus padres. Antes de morir de consunción, tomó su única mudada de ropa y se largó del pueblo y sus dilatados veranos. Cambió su apellido nativo por uno de sonoras sílabas italianas que escuchó por ahí y se metió de cura en el primer seminario católico que encontró. Ahora habla con ese acento extranjero que caracteriza a los representantes de Dios en la Tierra, y se lo conoce como el padre Pedro Carnivella, guardián de los bienes de la iglesia y administrador de “Espíritu Santo”, la hacienda del templo. *** Vigencia de la injusticia Para colmo de mis desgracias hoy cumplo sesenta años. Seis décadas que las sufrí intentando mejorar mi vida sin lograr adquirir ni un metro de tierra donde caerme muerto. Toda esa vida de mis días oscuros la gasté trabajando duro de estación a estación, sin descanso, jornaleando donde podía, sin seguro social ni sindicato que valga, trabajando aquí y allá, en todas partes y en ningún lugar. Y miren a mis hijos ¡los pobres! Dios sabe por dónde andarán. Ellos se cansaron de comer su diario plato de angustia y simplemente se fueron, sin despedidas ni abrazos, se fueron. A mi mujer se le secaron las lágrimas y se le erosionó la piel transformándose en un duro y seco pergamino de cordero. Tan vacía quedó —la que un día se fugó conmigo sin importarle sus propios padres— que no levantó la vista cuando el último de nuestros hijos se marchó en busca de otro pan para llenar su hambre atrasada, única y amarga herencia que les dejamos. Sesenta años que me costó envejecer, con el sufrimiento en cada arruga, en cada surco de mi cara, terribles años de desesperanza que consumieron la luz de mis ojos y la alegría de mi risa. Tantos años que los creía sólo míos y viene este jovencito, con su cámara fotográfica y sin pedir permiso se adueña de mis desvelos, de mis rabias, de mis tristezas. Click, y se apropia, a cambio de nada, de todas las arrugas de mi rostro. *** Estatuas desveladas Hay hombres que tienen, bien merecidos, sus monumentos. Las palomas, esos tiernos símbolos de la paz, nos vengan de todos sus agravios. *** Pachamama Doña Justina Cusicanqui, tierna y sabia anciana, cuenta que escuchó a su abuela relatar la historia de un Aymara que, ante los porfiados sacerdotes que pretendían obligarlo a bautizarse cristianamente, respondió muy sereno: —Yo nada espero del Cielo, todo me lo dio la Tierra. ** Homero Carvalho Oliva seresdepalabras@yahoo.com Escritor boliviano. Ha publicado varios libros de cuentos, entre ellos Cuento súbito, de ficciones hiperbreves. Ha obtenido varios premios tanto en su país como en el extranjero. Algunos de sus cuentos figuran en antologías bolivianas y extranjeras y han sido traducidos a varios idiomas. En 1995 obtuvo el Premio Nacional de Novela con su obra Memoria de los espejos y a la fecha ha escrito cinco novelas y dos poemarios. === Poemas Liliana Celiz ============================================= versículo segundo: la madre mira al niño en la desdoblación del niño la madre lame al niño lame al niño de entre la corrección siniestra de la muerte (ha dado luz el parto en otro extremo de caricia) la madre lame al niño el niño lame fulguraciones sucesivas de algún tramo en la distancia la distorsión primera de distancia que hace al niño en la regurgitación causal que es el deseo la madre lame al hombre en la distancia === lo retractado puramente en el recuerdo al punto desleído de la ausencia como figuración no como zona de conflicto tratándose de él en pacto pleno a la ignorancia en el submundo dividido desde el yo haciendo caso a la caída del submundo al cauce quieto de mirada en rompimiento === como enraizada al lago en el des/pliegue gestual que no hace al viento armando piezas en el ámbito penúltimo de algún fondo de entre desolación que nada eternamente en el espacio del vacío y no en la mansitud de cara apabullando la otra cara pluralmente === en la repetición de nada parte a parte volviendo al punto inmerecido de la escena desde la conversión del yo al subgrado del sí mismo asentamiento de la ausencia en la que es padre en la distancia cuerpo a cuerpo desde el lado de caricia el movimiento giratorio que hace al tiempo en complexión tajante de ese no al grado paulatino de conciencia === la escena hace a lo múltiple en el tiempo lo no en el tiempo el devenir como en completación de algún pasado donde el repliegue de la escena se repliega en distorsión de la palabra aún no dicha nunca dicha === el pensamiento del color en la inversión de la pupila o como grado en floración lo que se mira no la medida de las cosas extrañamiento en el perfil del pulso no el color el corrimiento de la flor en lo más mínimo === en la extensión de la mirada sin un lente siendo el detalle último del cielo antepuesto por el árbol como manera de inversión de algún pasaje en el estrato de la luz en un despliegue de conciencia o como modo de inferir que el río fluye === desde la zona temporal de los espacios no como ritmo como coagulación del ritmo o no la sangre como concentración calórica del tiempo es la secuela de la ausencia en el reflejo no lo inflamable de las cosas === la rotación del pulso es a la esfera de las cosas en la derramación de zona de principio no como punto en la frecuencia en que es el tacto revertido hacia la pulsación del poro entre la sangre como condensación casual de los dos cuerpos ** Liliana Celiz lilianamariaceliz@yahoo.com.ar Poeta argentina (Rosario, 1956). Coordina talleres literarios desde hace muchos años. Ha publicado los poemarios Del traje de Eva y su manzana (Último Reino, 1997), ¿De dónde vienes de mirar tus ojos padre? (Ediciones del Dock, 2000) y O elevación de vos o pensamiento (Ediciones del Dock, 2007). Además es coautora, junto con otros cuatro poetas, de Desembocadura (Libros de Tierra Firme, 1990). Mantiene una página personal en http://www.poesiaceliz.com. ||||||||||||||||||||||| EL REGRESO DEL CARACOL |||||||||||||||||||||| === La huella del bisonte Héctor Torres ============================== Novela Norma (http://www.norma.com) Caracas, 2008 Depósito legal: lf9732008800430 ISBN: 978-980-6779-29-7 248 páginas En la Caracas de finales de los 80, Mario Ramírez, cuarentón y guionista de telenovelas, se enamora de Karla, una adolescente que descubre tempranamente el dominio que es capaz de ejercer sobre los hombres, y que es a la sazón compañera de estudios de Gabriela, la hija a la que Mario se ha acercado tras varios años de ausencia inexplicable. Tal es, básicamente, el argumento de La huella del bisonte, la primera novela de Héctor Torres, que tras convertirse en finalista del Premio Adriano González León 2006 llega hasta nosotros de la mano del sello Norma. Héctor Torres es un narrador consumado que no sólo había demostrado su buen hacer en el género en sus libros de cuentos —Trazos de asombro y olvido (1996), Episodios suprimidos del Manuscrito G (1998), Del espejo ciego (1999) y El amor en tres platos (2007)—, sino que además lo había convertido en tributo al dedicarse casi por entero, los últimos años, a construir Ficción Breve Venezolana (www.ficcionbreve.org), el santuario imprescindible de nuestra narrativa en Internet. La huella del bisonte es una arriesgada incursión en el tema del sexo prohibido. Arriesgada, digo, ya no por las implicaciones morales, sino porque se trata de un tópico de la literatura universal —quizás porque es, asimismo, un tópico de la vida— en el que acechan las feroces mandíbulas de monstruos como Nabokov, Carroll y el dueto Kawabata/García Márquez. Torres bien ha podido dejarse devorar por una nimia enumeración de proezas sexuales entre Mario y Karla, escribir un final rocambolesco con suicidios y demás altisonancias o hacer una aburrida novela sobre la culpa. Con mucho tino, en cambio, ha optado por escribir una historia humana que actualiza el tema sin juzgar a sus personajes, tres robustos pilares en los que descansa toda la novela: Karla, la niña/mujer convencida de que “los hombres son el poder” y se fragua, sin saberlo, el objetivo de dominarlos; Mario, el “sobreviviente del holocausto juvenil de su generación” que cruza “las puertas del cielo” sólo para encontrarse en ese infierno del despecho que se empeña en recordarnos que no estamos a salvo del dolor, y Gabriela, la hija recuperada que es, como Karla, una “mujer a medio terminar” y, por tanto, un tormento, aunque a Mario le cueste casi las doscientas páginas darse cuenta de ello. Destacable es igualmente el coro de personajes secundarios que, al compás de una canción de Mecano, dan vida a esta ópera moderna: América, la rígida y formal madre de Gabriela que traslada su trabajo de docente al trato con su hija y con Mario; Raquel, la desordenada madre de Karla que entrará en conflicto con ésta cuando se dé cuenta de que hay una competencia declarada entre ambas; Miguel, el asturiano que regenta el bar del que Mario es asiduo, cuya experiencia es en sí misma una de las historias alternas más elocuentes en la novela; o incluso “la flaca ajada con vestido aguamarina corto y ceñido”, la puta que contará sus miserias a Mario hacia el final de la novela sólo para que él descubra que tienen en común más de lo que ella cree. Y, de fondo, el gran personaje: Caracas, nuestra cosmópolis aventurera y agria que ya no resiste más himnos con techos rojos ni bucólicas miradas al Ávila, una ciudad hermosamente monstruosa en la que viven seres que “ven pasar la vida, entre el bullicio y la suciedad y la energía y la incompresible belleza que no se arredra ante el avasallante entorno”, un laberinto de caraqueñas diestras en esquivar obscenidades “sin perder la elegancia ni el paso”. En suma, no es La huella del bisonte una novela sobre la Lolita, un émulo de Nabokov que terminaría siendo un despropósito vano y superfluo. Tampoco es una novela sobre el amor que intente responder esa, una de las Grandes Preguntas. Es, sí, una novela sobre la tabula rasa que nos impone esa locura que suele asaltarnos cuando, derribadas las formas, se abren mansamente las puertas del cielo y se nos permite acceder al objeto del deseo. === Misión mujer Myrtha Trujillo ===================================== Ensayo Cursack Books (http://www.cursackbooks.com) Dover, New Hampshire (EUA), 2008 ISBN 10 dígitos: 1-933439-05-X ISBN 13 dígitos: 978-1-933439-05-1 La historia ha conocido, cómo dudarlo, mujeres extraordinarias. Mujeres que lucharon toda su vida para alcanzar su misión y que dejaron, quizás sin saberlo ni buscarlo, una profunda huella. Fueron escritoras, científicas, poetisas, astronautas y más, pero todas se destacaron por su valentía. La cubana Myrtha Trujillo bucea en la vida de dieciocho de ellas para comprenderlas y acercárnoslas en su Misión mujer. Las historias de esta magnífica obra no son biografías académicas, aunque están muy bien documentadas: son unos textos viscerales, donde la pasión de cada una de estas mujeres encuentra el espejo donde reflejarse. Son historias de mujeres reales y apasionadas, que lucharon, simplemente, por ser ellas mismas. Las hay tímidas y valientes, con vidas apacibles y turbulentas, mártires y heroínas, pero siempre singulares y ajenas a lo establecido. Y todas tan humanas que es fácil, a través de las cálidas palabras de Myrtha Trujillo, reconocerse en ellas y vivir su fuerza suave y arrolladora. Trujillo nació en Cienfuegos, Cuba, el 4 de mayo de 1937. Realizó sus estudios primarios y secundarios en su ciudad natal y se doctoró en ciencias físico-químicas en la Universidad de La Habana (http://www.uh.cu). Muy joven emigró a Puerto Rico, donde alcanzó un doctorado en química física en la Universidad de Puerto Rico (http://www.upr.edu) y permaneció como profesora de química durante treinta años en dicha institución. Actualmente está retirada y reside en Miami, Florida (EUA). Es autora de las obras El Tao, I Ching y el Budismo. Precamino (2001); Reflexiones (2003), y Radioquímica: Principios básicos y aplicaciones. También ha publicado numerosos artículos y ensayos en revistas literarias y periódicos. En la actualidad se encuentra trabajando en su quinto libro. ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “La sensibilidad bien dirigida tiene su fin material, la Belleza. De aquí que la educación del sentimiento no consiste en sacar de quicio el elemento patético del alma, sino en dejarlo correr libremente, fluir según sus leyes propias y procurar que no se desvíe del verdadero cauce”. Mario Méndez Bejarano, Literatura (1902). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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