~~~~~~~~~~~~~~~ Año XIV Cagua, Venezuela Nº 222 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 23 de noviembre de 2009 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ ISSN: 1856-7983 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | Bajamar poética. / Palau coleccionista. / Benedetti | Breves nuestro. / Mujeres cuentistas. / Abre los ojos. / Amor | mentiroso. / Fernández xilográfico. / Letras de regalo. | / Aversiones que obsesionan. | | Producen en México un sello postal en homenaje a Juan | Noticias Bosch. / Autora denuncia a Imprenta Regional del Táchira | por “horrorosa edición”. / Cuba reeditará obras | completas de José Lezama Lima. / Escritora boliviana | denuncia veto en Feria del Libro de Venezuela. / Premio | de Novela Mario Vargas Llosa para el cubano Antonio | Álvarez Gil. / El guatemalteco Eduardo Halfon gana el | Premio José María de Pereda. / El escritor cordobés José | Luis Rey obtuvo XXII Premio Loewe de Poesía. / | Biblioteca Virtual Cervantes vende sus libros a través | de Bubok. / Poemas de Jaime Sabines son musicalizados en | la voz de Malena Durán. / Susana García Iglesias obtiene | el primer Premio Aura Estrada. / Otorgan Premio Europeo | de Literatura a la poeta griega Kiki Dimoula. / Muere en | Buenos Aires el poeta argentino Leónidas Lamborghini. / | Comprensión lectora y vocabulario son mejorados con | programas españoles. / Impulsan traslado de restos de | sor Juana a Rotonda de Personas Ilustres. / Fallece en | Caracas el escritor y periodista español José Antonio | Rial. / España ayudará en creación de red de bibliotecas | virtuales en África. / José Emilio Pacheco recibió en | Madrid el Premio Reina Sofía. / Otorgan el Premio Pablo | Neruda 2009 a Héctor Hernández Montecinos. / Artistas | salvadoreños se solidarizan con afectados por tormenta | Ida. / Exhiben en México fotografías del archivo de | Frida Kahlo. / Sólo una roca ha sido encontrada en la | fosa de García Lorca. / Acuerdo entre Google, autores y | editores será revisado en febrero. / España crea | comisión nacional para el año hernandiano. / Con | registro de más de 140.000 visitantes terminó Filven | 2009. / José Agüero Molina espera desde hace un año | publicación de su novela. / Aula de Literatura “Gabriel | y Galán” se inicia con César Antonio Molina. / Sánchez | Robayna dirige curso de traducción literaria en | Tenerife. / Reina Sofía presidirá el I Congreso de | Poesía y Música para la Paz. / Jorge Herralde recibirá | la Presea Sor Juana Inés de la Cruz. / La Otra Fil 2009 | congregará propuestas alternativas en Guadalajara. / | Literatura judeo-latinoamericana analizarán en Alemania. | / Luis Pastori y Esdras Parra serán homenajeados en | Caracas. / Banco del Libro de Venezuela tendrá | participación especial en la FIL. / Fil Guadalajara | reunirá a más de 17.000 profesionales editoriales. / | Realizarán subasta de arte en homenaje a Armando Rojas | Guardia. / Ancianos también tienen su FIL Guadalajara. / | Un encuentro cultural homenajeará en Barinas a José León | Tapia. / Investigadores venezolanos podrán presentar | propuestas al Celarg. / Realizarán en Caracas jornadas y | congreso de investigación educativa. | | 6 Columnas. / Red Internacional de Cuentacuentos. / | Literatura Bestiaria. / Corneta, Semanario Cultural de Caracas. / | en Internet Español (con virgulilla, por favor). | | Carlos Fuentes en la Filsa 2009: “En Chile entré a la | Artículos y literatura en lengua castellana”, Laura García. / | reportajes “Charles Darwin: el impacto de una teoría cuyo desafío | continúa vigente”, Carmen Malarée. / “Homenaje a Manuel | Felipe Rugeles”, Ana Berta López. / “Orfila Bardesio, | como la poesía”, Héctor Rosales. / “Rodrigo Blanco | Calderón: once cuentos y una propuesta”, Valmore Muñoz | Arteaga. / “Don Quijote, Sancho y la justicia”, María | Alejandra Crespin Argañaraz. / “Los pecados de un tal | William Shakespeare”, Maikel A. Ramírez A. / “Sobre Uno | rojo, de Andrea Cabel. ‘Es huérfano el corazón del | miedo’”, Carlos Villacorta Gonzales. / “Ser alguien en | la vida”, Carlos Schulmaister. / “Palestina now (la | única solución posible)”, Ulises Varsovia. | | “Reencuentro con Adriano González León. La edad es un | Entrevistas lenguaje que retiene el olvido”, Alberto Hernández. / | “La voz poética de las etnias indígenas. Los senderos de | Vito Apüshana”, Jaime de la Hoz Simanca. / “Entrevista | al homenajeado de la V Filven 2009. El secreto de los | lenguajes desde Briceño Guerrero”, Luis Manuel Pimentel. | | “Nombres propios de la literatura española en las | Sala de ensayo referencias de Ortega y Gasset”, Enrique Ferrari Nieto. | / “Algunas referencias proverbiales marfileñas en la | obra de Ahmadou Kourouma: Los Soles de las | independencias”, Ezequiel Agba Akrobou. / “Socialismo y | sensibilidad”, Julio Pino Miyar. | | “Penélope”, Natalia Álvarez Morillo. / “Nadie ha venido | Letras esta noche”, Norwell Calderón Rojas. / “Cantos del río | del Este” (extractos), Santiago Bao. / “Una cita a las | seis de la tarde”, Blanca del Cerro. / Poemas de Norys | Saavedra. / “Tenerlo por escrito”, Lucía Lorenzo. / | Poemas de Üzeyir Lokman Çayci. / “Azrael”, Tabita Luis. | / “Bodegones” (extractos), René Arrieta Pérez. / “Tierna | y amorosa”, Odilón Moreno Rangel. / “El espejo continuo” | (extractos), Javier Etchemendi. / Dos relatos de Clawdia | Chejlyk. / Poemas de Ana María Donato. / “La novia”, | Alfredo Villanueva Collado. / Poemas de María del | Rosario Laverde. / “El muro”, Juan Manuel Parada. | | Armando Rojas Guardia. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Premio Nacional del Libro de Venezuela 2007, Centro Nacional del Libro http://www.cenal.gob.ve =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2008, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||| EDITORIAL ||||||||||||||||||||||||||| Jorge Gómez Jiménez Editor http://www.letralia.com/jgomez http://jorgeletralia.blogsome.com http://www.facebook.com/jorgeletralia http://twitter.com/jorgeletralia ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| Bajamar poética. El poeta y editor español Pedro Javier Martín Pedrós (Huelva, 1952) acaba de publicar con el sello Corona del Sur su más reciente poemario, En la bajamar, en cuyos textos se puede apreciar “un surrealismo espontáneo, no premeditado, ingenuo incluso, nada teórico, y por eso, auténtico”, como acota Juan José Antón Pacheco, catedrático de la Universidad de Sevilla (http://www.us.es), en el prólogo. “En efecto, la imagen surrealista se impone de una manera patente desde la primera lectura y va tejiendo, de sorpresa en sorpresa, la textura del texto poético. Por ello lo metafórico se impone siempre sobre lo conceptual o reflexivo en la poesía de Pedro Javier”, prosigue Antón. Martín Pedrós dirige, con la también poeta Lupe García Araya, la colección “Poesía en la Distancia”, que ya ha publicado tres antologías poéticas y tiene en prensa una cuarta. Los interesados en adquirir el libro pueden escribirle a su autor a través de la dirección electrónica jmartinpedros@hotmail.com. Palau coleccionista. Una serie de dibujos realizados entre 1940 y 1960 por el poeta y escritor catalán Josep Palau i Fabre (1917-2008), algunos inéditos, junto con otros de su colección, y la de su padre, integran la muestra “La colección de un poeta”, inaugurada este domingo 22 de noviembre en Caldes d’Estrac, Barcelona (España), por la Fundación Palau (http://www.fundaciopalau.cat/fundacio-palau/es), y que permanecerá abierta al público hasta el 7 de marzo. La muestra —que incluye algunos textos inéditos de Palau que explican las motivaciones del artista para la selección de los dibujos que coleccionó— se inicia con los dibujos del coleccionista y pintor Palau Oller, padre de Palau i Fabre, y obras de artistas de su entorno como Josep Mompou, Xavier Nogués o Isidre Nonell, así como de artistas modernos como Pau Gargallo, Francesc Labarta, Ismael Smith, Antoni Tàpies, Joan Ponç, Miquel Barceló o Perejaume. También, las colaboraciones de Palau i Fabre en la arriesgada aventura de la revista Poesia, que editada por el artista en la inmediata posguerra actuó como manifiesto de sus gustos artísticos. http://bit.ly/8ihIop Benedetti nuestro. Casa Amèrica Catalunya (http://www.americat.net) presenta este miércoles el recital “Poemas para hacerlos nuestros”, un homenaje al escritor uruguayo Mario Benedetti, fallecido el pasado 17 de mayo. La actividad se iniciará con la participación de la investigadora uruguaya Hortensia Campanella, autora de la biografía Mario Benedetti, un mito discretísimo, quien a su vez es directora del Centro Cultural de España en Montevideo (http://www.cce.org.uy/cce/index.php). También intervendrán la actriz Mercedes Sampietro, quien recitará poemas del autor de Poemas de la oficina; Basilio Baltasar, director de la Fundación Santillana (http://www.fundacionsantillana.com), y Antoni Traveria, director general de Casa Amèrica Catalunya. El público asistente también podrá recitar poemas de Benedetti. El evento se realizará el miércoles 25 de noviembre a las 19 en Còrsega 299, Barcelona (España). http://bit.ly/6GRA32 Mujeres cuentistas. Tal es el título de la antología de narrativa que el reconocido sello tinerfeño Baile del Sol (http://www.bailedelsol.org) presentará el próximo jueves 26 de noviembre, y en el que se incluyen textos de las escritoras españolas Inés Matute (Bilbao), Inma Luna (Madrid, 1966), Ángeles Jurado (Las Palmas de Gran Canaria, 1971), Ana Pérez Cañamares (Santa Cruz de Tenerife, 1968), Marina Sanmartín (Valencia, 1977), Roxana Popelka (Gijón, 1966), Déborah Vukusic (Galicia, 1979) y Carmen Camacho (Alcaudete, Jaén, 1976). “Ocho excelentes escritoras españolas muy siglo XXI no han dejado tema sin abordar ni sentimiento humano desatendido”, dice Luisa Valenzuela sobre este libro. “Del cuento extenso al microrrelato, nos ofrecen lectura para todos los gustos. Por eso mismo cabe adentrarse con paso firme en cada uno de los textos”. La actividad tendrá lugar el próximo jueves 26 a las 20:30 en la Librería Tres Rosas Amarillas (http://www.tresrosasamarillas.com), ubicada en San Vicente Ferrer 34, en Madrid. Las ocho autoras estarán presentes y compartirán un brindis con los asistentes. http://bit.ly/7h53yJ Abre los ojos. Esta semana será presentado en Buenos Aires el documental Los ojos cerrados de América Latina, del realizador argentino Miguel Mirra, en el marco del Congreso Internacional de Folklore. Con una duración de 90 minutos y la producción de Susana Moreira, la película recorre los caminos de América desde México hasta Perú, desde Guatemala al Paraguay y desde Colombia a la Argentina y Uruguay, donde Miguel Mirra aborda la cuestión de la minería a cielo abierto, de la soja, de los monocultivos y la depredación de los suelos y bosques, de las represas, la devastación ictícola y la producción de pasta de celulosa, poniendo en evidencia la estrecha relación entre el saqueo de los recursos naturales, la contaminación del ambiente y el modelo de explotación que las multinacionales desarrollan en América Latina. La presentación tendrá lugar el viernes 27 de noviembre, a las 14 horas, en Sánchez de Loria 443, Buenos Aires. http://mirraabiertas.blogspot.com Amor mentiroso. El próximo miércoles 2 de diciembre se inaugurará en Caracas la exposición “Mentiras de amor”, de la artista argentina Ana María “Kuki” Benski (Buenos Aires, 1951), una instalación que pretende contar, a modo de fotonovela y en primera persona, la vida íntima y sentimental de una joven mujer que utiliza la seducción y la mentira hasta las últimas consecuencias para conseguir sus deseos y así lograr su supuesta felicidad. Esta historia es de ficción, pero realizada con material autobiográfico de los años 60, tanto en el material fotográfico como en el vestuario. La trama está basada en pasajes de la vida íntima de ciertas divas del espectáculo internacional como en los universos de las fantasías eróticas de Dita Von Teese, Mae West, Marilyn Monroe y las argentinas Susana Giménez y La Coca Sarli, entre otras. Benski vive y trabaja en la capital argentina. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Santa Ana y en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, así como en los talleres de Susane Raffo, Gabriel Messil y Luis Felipe Noé (Buenos Aires, 1976-1987). Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Suiza, Cuba, Venezuela, Chile y Argentina. Ha participado en numerosas exposiciones colectivas e individuales. La muestra será inaugurada el miércoles 2 de diciembre a las 7 de la noche en la Sala RG de la Casa de Rómulo Gallegos, ubicada en la avenida Luis Roche con 3ª Transversal de Altamira, en Caracas. http://www.celarg.gob.ve Fernández xilográfico. El próximo 3 de diciembre será inaugurada en Talca (Chile) la muestra “Fernández, París y Londres”, en la que el docente y artista visual chileno Fulvio Fernández (http://www.letralia.com/firmas/fernandezfulvio.htm) ofrecerá al público sus mejores grabados. “Arte crítico, directo, simple y elegante, de gran fuerza expresiva y de profundo contenido semántico”, calificó este trabajo el doctor Iván Canales Valenzuela, de la Universidad Católica del Maule (http://www.ucm.cl). La exposición “representa la propuesta crítica de un artista que, desde la libertad creativa de su indómito espíritu, nos hace observar y revivir las maravillas y misterios de la espontaneidad de la vida cotidiana que no se deja secuestrar por las formas geométricas, ni por las normas jurídicas y morales de una modernidad desencantada”, agrega Canales Valenzuela. Nacido en Concepción en 1965, Fernández es profesor de artes plásticas y licenciado en educación por la Universidad de Concepción (http://www.udec.cl), con magíster en política y gestión educacional por la Universidad de Talca (http://www.utalca.cl). Ha realizado exposiciones colectivas e individuales de pintura, grabado y audiovisual en Europa y Chile, y numerosos artículos suyos sobre educación y arte, así como trabajos de investigación artístico-académica, han aparecido en medios locales, nacionales e internacionales. La actividad tendrá lugar el 3 de diciembre a las 19:30 horas, en la Sala Abate Molina del Centro de Extensión “Pedro Olmos” (2 Norte 685, Talca). Letras de regalo. Public-Arte, Cove Rincón Internacional y Autores Venezolanos están organizando la jornada “Iluminando la Navidad. Un regalo literario para Caracas”, que se realizará en la Sala Cabrujas el próximo domingo 6 de diciembre, día de San Nicolás de Bari. Los escritores que deseen participar pueden hacerlo mediante la lectura de un texto navideño de su autoría con una extensión no mayor de una cuartilla, y que deberán enviar previamente a la dirección electrónica autoresvenezolanos@gmail.com para así confirmar su presencia en el evento. Además, los autores pueden llevar ejemplares de sus libros para ponerlos en venta al finalizar el evento, durante el brindis. La actividad es el domingo 6 de diciembre a las 10:30 de la mañana. La Sala Cabrujas es parte del Espacio de Cultura Chacao y está ubicada en el nivel 1 del Centro Comercial El Parque (al lado del Parque Cristal), en la avenida Francisco de Miranda (entrada por la 3ª avenida de Los Palos Grandes). http://www.chacao.gov.ve/culturachacao Aversiones que obsesionan. Rio Grande Review, publicación bilingüe sin fines de lucro que publican estudiantes de la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad de Texas en El Paso (http://www.utep.edu), está aceptando material literario y artístico para su edición de primavera 2010, cuyo tema será la obsesión-aversión. “Las obsesiones pueden ser una fuerza que, en muchas ocasiones, guía el contenido de nuestra escritura”, explica el comunicado de la revista. “En cierto modo, todos los escritores tienen su propio fantasma obsesivo. Lo que pensamos que es más interesante, es que también a veces nos obsesionamos con las cosas que detestamos, con nuestras aversiones. Con esto en mente, estamos buscando textos para nuestra edición del 2010 en los cuales se pueda detectar esta dinámica; ya sea que traten una obsesión o que se note la obsesión en los niveles/estilos de escritura, que se haga lo mismo con una aversión o que se explore la relación a veces complementaria, a veces opuesta entre estos dos temas”. Los interesados pueden enviar material hasta el 5 de febrero de 2010. Todos los géneros literarios, así como formas de arte visual, son consideradas para su publicación. La extensión máximo es de 5.000 palabras para textos en prosa y de diez páginas para poesía. Se aceptan textos en español e inglés. Las bases completas de la convocatoria están disponibles en la web de la revista. http://www.riograndereview.com ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Producen en México un sello postal en homenaje a Juan Bosch Este 4 de noviembre fue presentado, durante un acto en la Embajada de República Dominicana en México (http://www.embadom.org.mx), el sello postal “Centenario del Natalicio de Juan Bosch” (http://bit.ly/7f7k3r), que el Servicio Postal Mexicano (http://www.sepomex.gob.mx) acaba de poner en circulación. Diseñada por el artista Luis Heraclio Quezada Villapando, la estampilla correspondiente al año 2009 fue impresa en los talleres de Estampillas y Valores en un tiraje de doscientos mil (200.000) ejemplares, y tiene un valor por sello de $10,50 pesos mexicanos. Pablo Mariñez, ex embajador en México y actual jefe de la Misión Diplomática en Chile, tuvo la iniciativa y logró la emisión como parte del programa de actividades de homenajes a Juan Bosch en el Centenario de su nacimiento, con el apoyo financiero de la Comisión de Efemérides Patrias, bajo la Presidencia de Juan Daniel Balcácer; y de la Dirección General de Aduanas, en la gestión del fenecido Miguel Coco. El embajador actual en México, Fernando Pérez Memén, obtuvo la cancelación de dicha estampilla. En la ceremonia de emisión del sello se contó con la presencia del personal diplomático y consular de diferentes países acreditados ante el gobierno de México, así como autoridades, amigos y colaboradores. El acto estuvo presidido por el embajador Pérez Memén, la ministra Jacqueline Calderón Garrido, directora de Filatelia del Servicio Postal Mexicano, y la cónsul dominicana Eneida López de Contreras. Pérez Memén resaltó las cualidades y virtudes de Bosch, de quien dijo fue uno de los hombres más ilustres de República Dominicana y Latinoamérica. “Fue un hombre de una noble y profunda inteligencia, de ideas claras y distintas, de gran imaginación creadora y de voluntad firme y tesonera”, acotó. Expresó, además, que fue un humanista y una gloria de la literatura dominicana y honra de las letras hispanoamericanas. Consideró, asimismo, que su vida fue una valiosa lección ciudadana y una elocuente lección democrática, e inauguró por primera vez en República Dominicana un gobierno genuinamente democrático. Finalmente agradeció, en nombre de su gobierno y de su pueblo, el gesto del Servicio Postal Mexicano, Correos de México, y al gobierno mexicano en general, por “esta extraordinaria muestra de solidaridad y de fraternidad con nuestro país”. Fuente: El Nuevo Diario *** Autora denuncia a Imprenta Regional del Táchira por “horrorosa edición” Según la venezolana Yady Campo, en su libro Thanatos Agency y otros cuentos insensatos la editorial regional unió párrafos, eliminó sangrías y mezcló elementos tipográficos. La escritora venezolana Yady Campo (http://www.letralia.com/firmas/campoyady.htm) entró, con su libro Thanatos Agency y otros cuentos insensatos, en el listado de ganadores del I Concurso Nacional “Historias de Barrio Adentro”, que organizado por la Fundación Editorial El Perro y la Rana (http://www.elperroylarana.gob.ve) emitió en febrero de este año su veredicto, que favoreció a autores de toda Venezuela. La dotación del premio consistió en la edición, distribución y promoción de las obras galardonadas a través del Sistema Nacional de Imprentas, conformado por 24 imprentas distribuidas en cada uno de los estados venezolanos. De esta manera, el libro de Campo fue publicado por la Imprenta Regional del Táchira, a cargo del músico y poeta Freddy Ñáñez (Chucho, http://www.letralia.com/firmas/nanezfreddy.htm). Campo ha denunciado públicamente en su bitácora (http://yadycampo.blogspot.com/2009/11/una-celebracion-con-sabor-agridulce.html) las fallas que en la edición de su libro —que calificó de “horrorosa”— se cometieron, principalmente en el aspecto tipográfico. “Sin mi autorización expresa se modificaron los textos que lo componen”, explica la autora nacida en San Cristóbal en 1977. “En el afán de reducir un texto compuesto por 104 páginas y llevarlo a 77, se unieron los párrafos, se eliminaron las respectivas sangrías y se mezclaron las cursivas, lo que me resta notablemente competencias como narradora y pone en tela de juicio mi capacidad creativa”. La escritora, quien ya en 2006 publicó el libro de relatos Cuentos de caminos con El Perro y la Rana, agregó que el último texto del libro, titulado “El olor de las flores de papel”, cuya estructura estaba basada en los diálogos, “fue llevado a la total incomprensión con esa arbitrariedad de andar apiñando los párrafos”. Manifestó igualmente su intención de presentar una queja formal al presidente de la Fundación Editorial El Perro y la Rana, “para sentar un precedente y elevar una voz en contra de aquellos que creen que por desarrollar una labor pública debemos vivirles agradecidos”. La autora afirmó que con esta edición han quedado afectadas su reputación, sus capacidades intelectuales y su rol “como enseñante de la lengua y de sus respectivos aspectos formales”. Campo termina preguntándose cuál debería ser la respuesta de los autores favorecidos por el Sistema Nacional de Imprentas. “¿Será que debemos agradecer que al menos se hagan los esfuerzos sin importar si quedan bien o no? ¿Será que nuestro deber como ganadores es el de resignarnos a que nos ofrecieron una edición y una edición nos dieron, aun cuando no cumpla con los requisitos estéticos y literarios con los cuales fueron concebidos?”. *** Cuba reeditará obras completas de José Lezama Lima Las obras completas del escritor cubano José Lezama Lima estarán en febrero próximo a disposición del público lector como homenaje, en el centenario de su nacimiento, al autor de la polémica novela Paradiso, según se anunció el pasado 9 de noviembre. El Instituto Cubano del Libro (ICL) informó que la casa editora Letras Cubanas (http://www.editorialletrascubanas.com) aspira a presentar los volúmenes correspondientes a su Poesía completa, que contiene un estudio introductorio de César López, durante la XIX Feria Internacional del Libro de La Habana. Después saldrán sucesivamente sus otros libros de ensayo, entre los que se cuentan Analecta del reloj (1953), La expresión americana (1957) y La cantidad hechizada (1970), así como la novela Oppiano Licario. Rogelio Riverón, director de la editorial, anunció que también aparecerán los artículos que dedicó a prominentes figuras de las artes plásticas como Arístides Fernández y Víctor Manuel García. También se considera reeditar la Antología de la poesía cubana que Lezama Lima concibió en tres tomos en el primer lustro de los 60, con el añadido de obras de autores del pasado siglo. El programa completo de homenaje al poeta cubano comprenderá exposiciones de artes plásticas, ciclos de conciertos, publicaciones digitales, proyecciones fílmicas y un coloquio internacional. Lezama Lima (1910-1976) recibirá el próximo año un homenaje de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, http://www.unesco.org). Desde hace años, Cuba puso en marcha una política gubernamental encaminada a reivindicar a grandes figuras de la cultura nacional, condenadas al ostracismo en las décadas iniciales de la Revolución. Lezama Lima, considerado uno de los escritores más influyentes de todo el siglo XX cubano, fundó la revista Orígenes y el mítico grupo literario del mismo nombre. La crítica considera a la novela Paradiso su obra cumbre que, al ser publicada por primera vez en 1966, fue acusada por algunos como “obra morbosa, hermética, indescifrable y hasta pornográfica”. Con un estilo barroco, la polémica obra, con abiertas descripciones de la homosexualidad, fue publicada en 1970 por la editorial mexicana Era en una edición revisada por el autor y al cuidado del escritor argentino Julio Cortázar y el mexicano Carlos Monsiváis. Participante, en septiembre de 1930, en los movimientos estudiantiles contra la dictadura de Gerardo Machado, el escritor sufrió la censura y marginación contra intelectuales y artistas acusados de homosexualidad o “debilidades ideológicas”, durante el llamado “quinquenio gris” (1971-76). Fuente: El Informador *** Escritora boliviana denuncia veto en Feria del Libro de Venezuela El ministro de Culturas de Bolivia, Pablo Groux, desmintió acusaciones de la autora. La escritora boliviana Verónica Ormachea Gutiérrez denunció el pasado 10 de noviembre que fue vetada por el gobierno de Venezuela, encabezado por el presidente Hugo Chávez, para participar en la V Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven, http://www.filven.gob.ve), cuyo capítulo Caracas se desarrolló entre el 13 y el 22 de noviembre. “No permiten mi ingreso en Venezuela porque escribí comentarios contra el gobierno de Hugo Chávez. En una columna del diario La Razón (http://www.la-razon.com), de La Paz, señalé que Chávez era un dictador peligroso para el continente. Ahora reitero esa afirmación: es un dictador despiadado”, dijo la escritora. Según el mencionado diario boliviano, la Embajada de Venezuela en La Paz remitió un comunicado al ministro de Culturas boliviano (http://www.minculturas.gob.bo), Pablo Groux, en el que indicaba que el Gobierno de Caracas no considera “prudente” que Ormachea “sea parte de la delegación” boliviana en la feria del libro. “Hay una observación a sus afirmaciones como periodista que (...) hizo Ormachea en algún momento concreto”, reconoció Groux, quien sin embargo indicó que la boliviana “tiene la visa de cortesía” para viajar a Venezuela y estar presente en el evento literario. El ministro boliviano explicó que “en la revisión que hicieron los organizadores de la Filven advirtieron en la línea editorial de algún artículo que ella calificaba como dictador a (los presidentes) Evo Morales y Hugo Chávez”. No obstante, defendió la presencia de la escritora en Venezuela porque “lo que vive Bolivia es un sistema democrático y Ormachea forma parte de la delegación boliviana que asiste a la quinta edición de esta feria, en su calidad de escritora”. En declaraciones al diario La Prensa (http://www.laprensa.com.bo), Groux lamentó “que se hayan mezclado las posturas políticas con lo literario”, y aclaró que si la escritora decidió no ir “a raíz de la información que circula, es por algo personal, porque nadie ha vetado su participación ni nada por el estilo”. Por su parte, la escritora, pese a reconocer que puede viajar a Caracas, desestimó su asistencia a la feria venezolana por considerarse una “persona no grata” en el país sudamericano. La autora de Los ingenuos y columnista fue invitada por el Ministerio de Culturas de su país para formar parte de la delegación de 25 escritores en la Filven 2009, donde Bolivia fue el “invitado especial” y preveía ofrecer una conferencia el sábado 14 sobre literatura boliviana. “El veto de la Filven no cambiará la independencia de mi pensamiento. Con esto, el presidente Chávez demuestra una vez más que coarta no sólo las libertades de los periodistas de su país sino también las de los extranjeros”, concluyó la autora. Fuentes: DPA • EFE *** Premio de Novela Mario Vargas Llosa para el cubano Antonio Álvarez Gil El jurado del XIV Premio de Novela Mario Vargas Llosa seleccionó la obra Perdido en Buenos Aires, del escritor cubano residente en Estocolmo (Suecia), Antonio Álvarez Gil, como ganadora de la convocatoria 2009. El premio está dotado con 12.000 euros y la publicación de la novela. El veredicto fue anunciado este 11 de noviembre por el presidente del jurado, Francisco Florit, en un acto presidido por el presidente territorial de Caja Mediterráneo (http://www.cam.es), Ángel Martínez, y el rector de la Universidad de Murcia (UM, http://www.um.es), José Antonio Cobacho. Martínez explicó que a esta edición del premio, que otorgan Caja Mediterráneo y la UM, se presentaron en total 127 obras, gran parte de ellas procedentes de España, Cuba, Argentina México, Colombia, República Dominicana, Israel, Estados Unidos, Francia, Alemania, Suecia y Estados Unidos. Unos datos que avalan, según dijo, “que es un premio literario con gran prestigio tanto fuera como dentro de España, algo de lo que nos sentimos especialmente orgullosos”. Florit señaló que la decisión del jurado se basó en que Perdido en Buenos Aires es “una excelente novela”, que basándose en la histórica partida de ajedrez que en 1927 enfrentó al cubano José Raúl Capablanca (campeón del mundo de ajedrez entre 1921 y 1927) y al ruso Alekhine en Buenos Aires, ofrece una “espléndida descripción” de la capital argentina, y una reconstrucción de la evolución del personaje Capablanca, considerado un héroe en Cuba. “Se trata por tanto de una novela basada en un hecho histórico, en donde el autor va más allá de la propia partida y reconstrucción pues profundiza en el personaje Capablanca, figura mítica del ajedrez”, continuó Florit. Álvarez Gil, que se presentó al premio bajo el seudónimo “Juan Bez Ródiny”, nació en La Habana en 1947. En su haber tiene más de una quincena de obras publicadas, varias de ellas premiadas. “Una muchacha en el andén” es un cuento que le sirvió para conseguir en Cuba el premio David en 1983; con Naufragios ganó el premio de novela Ciudad de Badajoz en 2001 y, con Delirio nórdico, el premio de novela del Ateneo ciudad de Valladolid en 2004. También en 2004 se alzó con el Premio Internacional de Narrativa Corta Generación del 27 con el libro de cuentos Nunca es tarde. Su última novela galardonada hasta ahora era Concierto para una violinista muerta. El autor publica regularmente cuentos y artículos en España, Italia, Suecia, Estados Unidos y Latinoamérica. Es miembro de la Asociación de Escritores de Suecia. Desde 1994 reside en Estocolmo. Fuente: El Mundo *** El guatemalteco Eduardo Halfon gana el Premio José María de Pereda El escritor guatemalteco Eduardo Halfon se convirtió en el ganador, este 11 de noviembre, del Premio de Novela Corta José María de Pereda, dotado con 30.000 euros, con la obra La pirueta, en la que relata el viaje que emprende un hombre desde su Guatemala natal hasta Serbia, tras el rastro de un amigo. Además, la colección de relatos Las chicas terribles, del madrileño Pablo Vázquez, obtuvo el Premio de Cuentos Manuel Llano, y Abierto, de Juan Marqués, ha sido galardonado con el Premio de Poesía Gerardo Diego, dotados con 6.000 y 12.000 euros, respectivamente. Así lo anunció, en rueda de prensa, el consejero de Cultura del gobierno de Cantabria (http://culturadecantabria.com), Javier López Marcano, quien dio a conocer el fallo de los tres certámenes literarios que anualmente convoca su departamento. Según la escritora Almudena Grandes, que actuó como portavoz del jurado del premio de novela, La pirueta es una obra “muy original” que cuenta la “historia de un viaje, de una amistad y, en definitiva, de una obsesión”. Su protagonista, explicó, está muy consciente de lo que significa vivir en un país apartado de los lugares donde se toman las decisiones, y conoce a un pianista serbio que le fascina por su personalidad y también por su forma de interpretar la música de Thelonius Monk. Halfon, quien ha publicado, entre otras obras, las novelas El boxeador polaco y El ángel literario, relata la aventura que le llevará hasta Serbia en su búsqueda. Para Almudena Grandes, La pirueta es un libro “muy bien escrito, con un tono melancólico muy especial” y un ganador “estupendo” para un premio que en varias de sus ediciones ha quedado desierto. Junto a ella, han otorgado el premio, por unanimidad, los escritores Andrés Trapiello y Carlos Galán y el editor Manuel Ramírez. El Premio Manuel Llano ha sido concedido, por mayoría, a Las chicas terribles, de Pablo Vázquez, quien refleja en sus relatos un mundo urbano en el que los personajes no son totalmente dueños de sus actos, señaló Ignacio Martínez de Pisón, en nombre de un jurado del que también formaban parte Luis Mateo Díez, José Manuel Benítez y Manuel Ramírez. Según Martínez de Pisón, son unos cuentos escritos “con mucho humor, mucho desparpajo” por un autor joven que habla de Internet, de la comunicación y la incomunicación de los jóvenes, y que trata de “cogerle el pulso” a la vida actual. También ha sido otorgado por mayoría el Premio Gerardo Diego, que este año tiene doble dotación, al acumularse la de la edición anterior, que fue declarada desierta. El poemario Abierto, de Juan Marqués, becario de la Residencia de Estudiantes de Madrid (http://www.residencia.csic.es), ha sido galardonado por un jurado compuesto por Carlos Navarro, Vicente Gallego, Lorenzo Oliván, Manuel Borras y Juan Bonilla. Lorenzo Oliván explicó que los poemas de Marqués destacan por “su gran condensación, que hace bueno el lema menos es más” y ha añadido que Abierto es un libro que “dialoga con lo que ahora mismo obsesiona a la poesía más joven”. Los tres libros ganadores de los premios literarios del gobierno de Cantabria serán publicados por la editorial Pre-Textos (http://www.pre-textos.com). Fuente: EFE *** El escritor cordobés José Luis Rey obtuvo XXII Premio Loewe de Poesía El poeta y ensayista cordobés José Luis Rey obtuvo este 11 de noviembre el XXII Premio Internacional de Poesía Loewe con su libro Barroco, mientras que Sergio Copete ha logrado el Premio a la Creación Joven con La ciudad de las delicias. Rey (Córdoba, 1973), doctor en literatura contemporánea por la Universidad de Córdoba (http://www.uco.es) y que posee, entre otros galardones, el Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma, el Gerardo Diego y el Adonais, señaló que recibir el Loewe es “cumplir un sueño siempre perseguido”. “Este premio es muy importante para mí por tres razones: primero por el jurado, que es impresionante; segundo, porque se publica en Visor, la editorial que está unida a la poesía desde décadas y porque está respaldado por la Fundación Loewe”. Barroco, según explicó el autor, “intenta reflejar la vida como escritora del mundo. Una especie de escritura barroca de todo lo que puede ser el mundo”. Una declaración de principios de alguien que entiende la vida como pura escritura y un canto a la renovación del lenguaje poético, a la imagen y a un surrealismo, no extremo, y que le entronca con la generación de los 70, con Pere Gimferrer, Guillermo Carnero, Jaime Siles, Antonio Colinas o Luis Antonio de Villena, autores, todos ellos, a los que Rey considera sus “grandes maestros”. Pero Rey también ha querido recordar a otro gran maestro, al poeta Pablo García Baena, uno de los creadores del grupo Cántico, hoy octogenario y recibiendo en Córdoba homenajes y exposiciones por los 25 años de la entrega del Príncipe de Asturias y de su designación como Hijo Predilecto de la ciudad. “García Baena es nuestro gran patrón. Cántico renovó el esteticismo de la poesía en España en los años 50 y 60, en un momento en el que primaba la poesía social que les ensombreció hasta que les rescataron los ‘Novísimos’, corriente a la que me siento más cercano. Nosotros somos más surrealistas, un poco más irracionales”, añadió el ganador. Jaime Siles, miembro del jurado, resaltó la calidad de la obra ganadora y destacó dos títulos del libro ganador, “Culturalismo” y “Adiós a la experiencia”, como metáfora de por dónde va este poemario, al que calificó de “modernista en el que hay un realismo visionario”, y en el que destaca el gusto por la imagen. “Es el libro con el que se solidifica a una nueva generación”, sentenció. Por su parte, Sergio Copete (Santa Ponsa, Mallorca, 1989), que se alzó con el Premio a la Creación Joven, señaló que el suyo es un poemario con el que quiso rendir homenaje a Barcelona, donde estudia filología clásica. Kavafis, el Mediterráneo, los epigramas latinos, son los elementos que giran en La ciudad de las delicias, que en palabras de su joven autor “huye de toda retórica”. Para Luis Antonio de Villena, La ciudad de las delicias es un libro de un filólogo clásico. “Es un libro inaugural, con una gran tensión lírica y brillante. Este premio ha descubierto a un joven poeta sabio y culto”. El premio a José Luis Rey, dotado con 20.000 euros y la edición de la obra en la colección Visor, y el concedido a Copete, que percibirá 7.000 euros y la publicación del libro, fueron dados a conocer el 11 de noviembre en el transcurso de una cita a la que acudieron la ministra de Cultura de España (http://www.mcu.es), Ángeles González Sinde, y el director general del Libro (http://www.mcu.es/libro), Rogelio Blanco, entre otras muchas personalidades del mundo de la cultura, la moda o el arte. El jurado estuvo presidido por el director de la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es), Víctor García de la Concha, y compuesto por Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Colinas, Jaime Siles, Cristina Peri Rossi (ganadora de la pasada edición) y Luis Antonio de Villena. El presidente de honor del premio Loewe, Carlos Bousoño, también estuvo presente. A esta edición del premio se presentaron 861 obras, de las que 35 quedaron finalistas. Los participantes procedían de 34 países diferentes, siendo España el país con mayor número de participantes, seguido de Argentina, México, Estados Unidos y Chile. El premio se entrega desde 1988, cuando fue obtenido por Juan Luis Panero por Galería de fantasmas. En 2004 fue declarado desierto tras anularse el fallo que daba como ganador a Antonio Gracia, pues su obra Devastaciones, sueños, había sido ya galardonada con el IX Premio de Poesía José de Espronceda Ciudad de Almendralejo. Desde entonces lo han ganado Guillermo Carnero (2005) por Fuente de Médicis, Juan Antonio González-Iglesias (2006) por Eros es más, Vicente Valero (2007) por Días del bosque y Cristina Peri Rossi (2008), la única escritora en la plantilla de ganadores, por PlayStation. Fuente: EFE *** Biblioteca Virtual Cervantes vende sus libros a través de Bubok La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (http://www.cervantesvirtual.com) se ha aliado con Bubok (http://www.bubok.es), el servicio español de autopublicación a través de Internet, para facilitar la compra de 555 obras pertenecientes a sus fondos, en formato impreso o electrónico, y en tiradas a partir de un ejemplar. El libro del buen amor, del Arcipreste de Hita, La Celestina, de Fernando de Rojas, los sonetos de Garcilaso de la Vega y Góngora o los artículos de Mariano José de Larra pueden adquirirse a través de la página web de la Biblioteca Virtual Cervantes en Bubok (http://cervantesvirtual.bubok.com), inaugurada este 12 de noviembre. El usuario podrá adquirir la obra encuadernada y recibirla en su domicilio, descargarla al precio de un euro para visualizar el texto en la pantalla de su ordenador y resolver cualquier duda mediante un chat de ayuda online. El catálogo de este nuevo espacio virtual, que se incrementará progresivamente, ofrece los 35 títulos de la “Colección 10º Aniversario” de la Biblioteca Virtual, que desde su creación ha servido más de 800 millones de páginas a internautas de todo el mundo y actualmente ofrece, a través de la red, acceso libre a más de 115.000 registros bibliográficos. La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, creada el 27 de julio de 1999 por iniciativa de la Universidad de Alicante (http://www.ua.es), el Banco Santander (http://www.bancosantander.es) y la Fundación Marcelino Botín (http://www.fundacionmbotin.org), se desarrolla en la actualidad bajo la tutela de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, que preside el escritor peruano Mario Vargas Llosa. Fuente: EFE *** Poemas de Jaime Sabines son musicalizados en la voz de Malena Durán La cantante mexicana Malena Durán grabó el disco Jaime Sabines: la primera lluvia del año, que contiene 14 canciones sobre igual número de poemas del poeta chiapaneco fallecido en 1999, y que fue presentado en un concierto en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli el pasado jueves 12 de noviembre. Producido y dirigido por Omar Guzmán, el nuevo disco de Durán es una especie de abanico que muestra los diferentes temas de los que habló Jaime Sabines a lo largo de su vida. La producción, en la que participan compositores como David Haro, Pepe Elorza, Omar Guzmán, Jorge Buenfil y David Aguilar, contiene poemas donde habla de su hijo, su tía Chofi o su padre, que exploran la vida, las mujeres, el amor, el desamor y la muerte. “Este disco busca descubrir a un Jaime Sabines que no es sólo el de ‘Los amorosos’, sino el que habla sobre la muerte de su madre y lo hace con todo el enojo del mundo, es el Jaime Sabines con la vergüenza que le da la injusticia de Tlatelolco 68 y un Jaime Sabines que habla del amor y el erotismo”, señala la cantante. Según Durán, el disco da cuenta de un hombre que reflexiona sobre las relaciones de pareja cuando dice: “Yo no lo sé de cierto, pero supongo / que una mujer y un hombre / algún día se quieren...”; o ese ser humano que reflexiona de la vida como lo hace en “Horal”, que es uno de los primeros poemas de Sabines, en el que dice: “El mar se mide por olas, / el cielo por alas, / nosotros por lágrimas...”. La cantante asegura que trataron de que hubiera por lo menos un poema de cada uno de los libros del poeta chiapaneco, y sin embargo se enfocaron mucho en Tarumba, libro del que hay tres poemas; lo mismo que de Poemas sueltos. “Es una visión más global de Sabines, aunque no podemos dejar de decir que él es ‘Los amorosos’ y es ‘La luna’ y ‘Me encanta Dios’, pero también es decir que habló de los muertos y la sangre que nos grita todavía desde Tlatelolco”. El disco fue producido por el gobierno de Chiapas a cargo de Juan Sabines Guerrero, sobrino del poeta, y mantuvo como concepto central hacer un trabajo redondo donde la palabra del poeta fuera la base y, a partir del poema, buscar la música, para luego componer una canción con el sabor y la música del poema. “No es que le pongamos música de fondo a un poema o que a la música le metamos con calzador la poesía, tratamos de que estuvieran casados el poema, la palabra y la música, para que se volvieran canciones que la gente pudiera cantar o hasta bailar”, señaló la cantante mexicana que en 2003 grabó su primer material discográfico, Ya es tiempo. Por esa razón ninguna de las canciones tiene que ver con el más celebrado de los poemas de Sabines, “Los amorosos”, del que llegaron varias canciones pero ninguna tenía una unión equilibrada entre la música y la palabra, que era la prioridad del productor y la cantante. Durán asegura que la idea siempre fue encontrar la música en la propia palabra del poeta, y a partir de ahí que los compositores elaborarán un discurso. Confirmó que la mayoría de los temas respetan los puntos y las comas de los poemas en los cuales se basan, salvo en “Lento amargo animal”, en el que hicieron una adaptación de dos o tres palabras pero sin cambiar en nada el sentido del texto. Según explicó la cantante, Sabines sigue teniendo una gran cantidad de admiradores jóvenes porque habla de manera franca y llana, cuenta de lo que vive y cómo lo siente, lo dice en su poesía: “He vivido la vida a lo hombre, no a lo poeta y hablo de lo que sé”. En el concierto intervinieron también Gerardo Bátiz, Ángel Chacón, Marco Morell, Mónica del Águila y Juan Cristóbal Pérez Grobet, y se contó asimismo con la presencia de familiares del poeta, quienes estuvieron pendientes del proyecto musical más ambicioso que se ha realizado, aunque en Chiapas hay muchos compositores y cantantes que han grabado sus poemas. Fuente: El Universal *** Susana García Iglesias obtiene el primer Premio Aura Estrada El primer Premio Internacional de Literatura Aura Estrada, que se otorga a escritoras menores de 35 años residentes en México o Estados Unidos, fue entregado la noche del pasado 13 de noviembre a la joven escritora Susana García Iglesias, quien recibió un cheque por diez mil dólares y además realizará dos residencias en Estados Unidos y una más en Italia. El jurado estuvo compuesto por de las escritoras Gabriela Jáuregui, Vivián Abenshushán, Cristina Rivera Garza, Margo Glantz y Mónica de la Torre. El galardón, que se otorgó durante la 29ª Feria Internacional del Libro de Oaxaca (http://www.vivelalectura.com.mx) —realizada en esta ciudad del sur de México entre el 13 y el 22 de noviembre—, fue instituido por el escritor guatemalteco Francisco Goldman, esposo de la escritora mexicana Aura Estrada (http://www.letralia.com/firmas/estradaaura.htm), fallecida el 25 de julio de 2007 luego de un accidente en las playas de Mazunte, en la costa oaxaqueña. El acto tuvo lugar en el Teatro Macedonio Alcalá, y asistieron los escritores que participaban en la feria, entre ellos, Francisco Hinojosa, Martín Solares, Leonardo DaJandra y el periodista Miguel Ángel Granados Chapa. La ganadora es originaria del Distrito Federal, trabaja como barwoman y peluquera de perros, y en sus tiempos de ocio escribe novelas. Su obra, una novela aún sin título, se alzó sobre las de otras 65 escritoras participantes. Durante la entrega del premio, Goldman dijo que el mismo nació a iniciativa de amigos de Aura, y de él mismo, la noche en que la estaban velando. “Dijimos: vamos a hacer un premio, lo dijimos como gente buscando cualquier cosa, que nos pudiera dar razón de seguir adelante”. Agregó que el momento del premio fue “muy emocionante, porque Aura vivía en la literatura, conservaba la literatura, soñaba literatura cada día; me da una profunda alegría que se haga realidad este sueño de Aura, gracias a la ayuda de toda la gente que colaboró para hacer este premio para que puedan salir adelante” jóvenes como García Iglesias. Según Goldman —autor de ¿Quién mató al Obispo?, novela que habla del asesinato político de un jerarca católico de la Iglesia Católica guatemalteca—, “Aura estaría diciendo: Qué chingón que lo ganó esta señorita. Ella hubiera querido ser tu cuate”. García Iglesias leyó parte de su novela a los asistentes al evento. “La miseria apesta, los miserables apestan, son una plaga, ¿sabes?, la miseria tiene muchas caras y en algún momento te golpeará la realidad desde tu escaparate en tu coladera”. “Si no te gusta tu vida no importa, siempre puedes cambiarla, nos han hecho mediocres con eso, aquí lo que sobran son cobardes, esos que a gusto se revuelcan en su miseria, los más sentimentales, esos que rehúyen del proceso de domesticación, ratones retando al gato, ya no pueden más, porque toda su vida fueron ratas, sería terrible hacerles ver que toda su vida han estado muertos, todo se muere, todo acaba”, prosiguió. Antes de la entrega del premio se presentó el libro Mis días en Shanghai, compilación de textos inéditos de Estrada publicada por la Casa Editorial Almadía, organizadora de la feria oaxaqueña. La presentación estuvo a cargo de Margo Glantz, Mónica de la Torre, Gabriela Jáuregui, Cristina Rivera Garza y Luis Jorge Boone, quien editó el libro. Las autoras que participaron en la presentación mantuvieron relaciones de amistad, personal o familiar con Estrada. A la entrega del premio le antecedió la Cátedra Aura Estrada, que fue moderada por la subdirectora del diario mexicano El Universal (http://www.el-universal.com.mx), Mónica Maristáin, y en esta actividad participaron la periodista mexicana Alma Guillermoprieto y los periodistas y escritores Francisco Goldman y Jon Lee Anderson, quienes dialogaron sobre el difícil oficio de contar la realidad con el periodismo literario. Fuentes: Ciudadanía Express • EFE • Olor a mi Tierra *** Otorgan Premio Europeo de Literatura a la poeta griega Kiki Dimoula La poeta griega Kiki Dimoula, de 78 años, ha sido galardonada con el Premio Europeo de Literatura 2010, según anunció este 14 de noviembre en Estrasburgo la Asociación Capital Europea de Literaturas (Acel) y el jurado que otorgó la distinción. Dimoula (Atenas, 1931) es, según el jurado, “una de las más fuertes y representativas” escritoras de la Grecia actual, “muy popular” en su país, que ha visto traducidos sus 12 poemarios a ocho lenguas, entre ellas el español. Miembro de la Academia de Atenas (http://www.academyofathens.gr) y empleada durante 25 años del Banco de Grecia, Dimoula también ha publicado en prosa, así como numerosos artículos en revistas literarias. El Premio Europeo de Literatura, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia (http://www.diplomatie.gouv.fr/es), distingue la obra completa de un escritor europeo de talla internacional, que represente la dimensión cultural europea y la promoción del mejor conocimiento mutuo de los pueblos europeos a través de la literatura. El galardón, que será entregado durante los Encuentros Literarios de Estrasburgo, el 12 y 13 de marzo del próximo año, consistirá en la traducción al francés de dos obras de Dimoula. El encargado de realizarla será el traductor francés Michel Volkovitch, cuya labor de traducción de obras de la literatura griega moderna también ha sido reconocida. El primer galardonado en 2006 con el Premio Europeo de Literatura fue Antonio Gamoneda, que ganó meses después el Premio Cervantes y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. ACEL también hizo público el Premio de Literatura Francófona Jean Arp, concedido al poeta francés Pierre Dhainaut (Lille, 1935). Este año se cumple el cuadragésimo aniversario de la aparición de su primer libro, El poema comienza. El tercer galardón que concede anualmente ACEL es el de Patrimonio Nathan Katz, que distingue el patrimonio literario alsaciano, desde la Edad Media a nuestros días. El premiado ha sido Rene Schickele, escritor franco-alemán que falleció en 1940, después de que el régimen nazi quemara sus obras y prohibiera la edición de las mismas. La labor de las traductoras de Schickele, Irène Kuhn y Maryse Staiber, ha sido también reconocida, por su promoción del patrocinio literario alsaciano. Los premios de ACEL cuentan con el apoyo del Consejo de Europa, el Ayuntamiento, la Comunidad Urbana y la Universidad de Estrasburgo (http://www.unistra.fr), así como del Consejo Regional de Alsacia. Fuente: EFE *** Muere en Buenos Aires el poeta argentino Leónidas Lamborghini El argentino Leónidas Lamborghini, considerado uno de los más importantes poetas argentinos, murió a los 82 años en Buenos Aires, el pasado 14 de noviembre. Sus restos fueron velados en la Biblioteca Nacional de la República Argentina (http://www.bn.gov.ar). Autor de 25 libros de poesía, tres novelas y numerosos ensayos, Lamborghini había nacido en el barrio porteño de Villa del Parque, en Buenos Aires, el 10 de enero de 1927, y desde 1956 se dedicó al periodismo y la poesía. Militante peronista, integrante brevemente de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires durante el gobierno de Héctor Cámpora, entre 1977 y 1990 vivió exiliado con su familia en México. Luego regresó a su país. Hijo de un próspero ingeniero industrial que no toleraba la idea de que sus hijos (Leónidas y Osvaldo, éste último fallecido en 1985) se dedicaran a la literatura, Lamborghini trabajó como cobrador o encargado de fábrica mientras escribía sus primeros versos, que se publicaron en la plaqueta El saboteador arrepentido en 1955, año en que se dedicó al periodismo —fue redactor del diario Crítica— y a la poesía de manera completa. En sus comienzos había sido criticado por la impronta paródica de su obra, pero más tarde llegó a ser tomado como uno de los poetas más relevantes entendiéndose que había sido partícipe en la recuperación de la poesía gauchesca. Tuvo entre sus admiradores a Leopoldo Marechal, Rodolfo Fogwill, Juan L. Ortiz y Ricardo Piglia. De gran influencia en toda América Latina, también trabajó sobre la poesía política y experimental. Entre los libros de su obra poética figuran Al público (1957), Las patas en las fuentes (1965), La estatua de la libertad (1967), Coplas del Che (1967), La canción de Buenos Aires, Responso para porteños, Tango-Blues (1968), El solicitante descolocado (1971), Partitas (1972), El ruiseñor (1975), Circus (1977), Episodios (1980) y Odiseo confinado, con el que obtuvo el Premio Boris Vian 1992. Además, escribió Las reescrituras (1996), El jardín de los poetas (México, 1977-1990), Carroña última forma (2001), Encontrados en la basura (2006) y El jugador, el juego (2007). También escribió las novelas Un amor como pocos (1993), La experiencia de la vida (1996) y Trento (2003), y la obra de teatro Perón en Caracas. Varios libros suyos todavía permanecen inéditos. Su obra recibió el Premio Leopoldo Marechal, en 1991. En 2004 fue distinguido con el Diploma al Mérito Konex en Poesía, Quinquenio 1999-2003. Fuentes: El Argentino • La Nación • Página/12 • Periodismo.com *** Comprensión lectora y vocabulario son mejorados con programas españoles Un grupo de investigadores de la Universidad de Málaga (UMA, http://www.uma.es) ha creado una serie de programas informáticos para mejorar la comprensión lectora y ampliar el vocabulario entre el alumnado de infantil y primaria, según se informó el pasado 15 de noviembre. Comprender lo que se lee es, a juicio del director del grupo de investigación, Antonio García Velasco, uno de los principales retos a los que se enfrentan los alumnos y que, en ocasiones, es difícil de conseguir por la complicación del vocabulario utilizado, que se extiende “incluso a cuentos infantiles”. Entre dichos programas, García Velasco ha destacado Atril-e, un software educativo que persigue “mejorar la lectura y escritura de los más pequeños”, y que nació como un experimento para un proyecto educativo. La herramienta se encarga de elaborar, partiendo de un cuento y viñetas, juegos y actividades que fomentan la mejora de la lectura y la capacidad de comprensión de los alumnos. Para el investigador, una de las ventajas de Atril-e es que el programa “archiva todo lo que hace el alumno, así como el tiempo que se dedica a cada ejercicio y a la lectura y en qué nivel se encuentra”, lo que “facilita” su seguimiento por parte del profesor. García Velasco explicó que este software le ha permitido aprovechar el trabajo del grupo del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UMA, conocido como Dilingua, que ha desarrollado el Vocabulario Básico de los Niños Malagueños (VBNM), una base de datos que, con un total de 6.227 palabras —cuantificadas a través de entrevistas a centenares de alumnos de la provincia— ha registrado el léxico básico de los menores de Málaga de entre seis y siete años. Para establecer que este programa use los textos adecuados al nivel de la clase, García Velasco —quien además es autor de literatura infantil— informó que existe otra herramienta informática denominada Agrado, que analiza el texto y arroja parámetros sobre la facilidad o dificultad de lectura que puede tener el escrito, tomando como base el VBNM. Al margen del programa informático anterior, el grupo de investigación ha desarrollado otras herramientas de este tipo destinadas a la enseñanza de la lengua y la literatura, como ProLecturas, programa diseñado para el desarrollo de la lectura eficaz, o Hescrea, que potencia la escritura creativa. Fuente: EFE *** Impulsan traslado de restos de sor Juana a Rotonda de Personas Ilustres La Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ, http://www.ucsj.edu.mx) buscará que los restos de la poeta sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) sean trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres, ubicada en un cementerio de Ciudad de México, según se informó este 15 de noviembre. La vicerrectora de esa casa de estudios, Sandra Lorenzano, reveló que se ha propuesto que sor Juana sea enterrada con todos los honores en esa rotonda por ser considerada “la voz poética más importante que ha dado México”. Los restos de la llamada “décima musa de México” fueron sepultados en el coro debajo de la iglesia del templo de San Jerónimo, que es actualmente el ex templo de San Jerónimo de la UCSJ. Lorenzano afirmó que impulsarán su traslado en el contexto de las celebraciones del bicentenario de la independencia de México de la corona española, que se celebrará en 2010. “Merece estar en un lugar de privilegio, siempre y cuando se acompañe de una mirada viva, no anquilosada en un billete de doscientos pesos”, afirmó Lorenzano, en referencia a la imagen de sor Juana que aparece en esa denominación monetaria. La vicerrectora se pronunció por que prevalezca la personalidad “provocadora y rebelde” de la monja poeta, quien tuvo que enfrentarse a los poderes más terribles de la Nueva España. La Rotonda de las Personas Ilustres está situada en el panteón civil de Dolores de la capital mexicana y fue creada en 1872. Hasta 2003 se llamó Rotonda de los Hombres Ilustres, a pesar de que también estaban sepultadas ahí algunas mujeres célebres de México. Fuente: DPA *** Fallece en Caracas el escritor y periodista español José Antonio Rial El escritor y periodista español José Antonio Rial, Medalla de Oro de Canarias 2007, falleció en Caracas la tarde del pasado lunes 16 de noviembre a los 98 años de edad, según informó el Centro de la Cultura Popular Canaria (http://www.centrodelacultura.com). Rial, autor de La prisión de Fyffes, había nacido en San Fernando, Cádiz, en 1911, aunque a los dos años se trasladó con su familia a Canarias, al ganar su padre las oposiciones a farero en la isla de Lobos. Estudió bachillerato en Las Palmas de Gran Canaria, terminó estudios de oficial de la Marina en Tenerife, y más tarde pasó a formar parte del grupo surrealista “Gaceta de Arte”. Tras el golpe de Estado de 1936, fue detenido por pertenecer a Izquierda Republicana. Estuvo preso siete años, hasta 1943, en el almacén de la empresa exportadora de plátano Fyffes, en Santa Cruz de Tenerife, experiencia que relató en el mencionado libro. Rial fue amigo íntimo de Óscar Domínguez, Domingo Pérez Minik, Eduardo Westherdal, Domingo López, Agustín Espinosa o Pedro García Cabrera, con quien compartió cárcel en Fyffes. A pesar de las calamidades que padeció con su encarcelamiento en diferentes prisiones, Rial declaró en numerosas ocasiones que perdonaba y no guardaba rencor alguno, animando a la unión de todos los canarios. En 1946, Domingo Pérez Minik creó un premio de la Asociación de la Prensa que Rial ganó con su obra Gente de mar. En 1950 se exilió en Venezuela, y en Caracas dirigió el grupo teatral Rajatabla y destacó como dramaturgo con obras como Bolívar, La muerte de García Lorca, Sucre y Cipango. Fue profesor en la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve) y catedrático en la Simón Bolívar (USB, http://www.usb.ve). También condujo durante veinte años el programa de televisión “El rostro y sus máscaras”, dedicado al teatro contemporáneo, y colaboró en el diario El Universal (http://www.eluniversal.com) y otros medios venezolanos. El Gobierno de Canarias (http://www.gobcan.es) manifestó este martes 18, a través de su Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes (http://www.gobiernodecanarias.org/educacion), su pesar por el fallecimiento del autor, y envió sus condolencias tanto a su familia como a toda la comunidad cultural de Canarias por “esta significativa pérdida”. Fuentes: EFE • El Universal *** España ayudará en creación de red de bibliotecas virtuales en África Expertos en biblioteconomía de Canarias y del Estado español se reunieron el pasado 17 de noviembre, en la sede grancanaria de la institución española Casa África (http://www.casafrica.es), con representantes de las principales bibliotecas de siete países africanos, con el objetivo de impulsar la creación de una red de bibliotecas virtuales africanas. Dicho proyecto está impulsado por la Mediateca de Casa África (http://www.casafrica.es/mediateca.jsp) con el fin de acercar el conocimiento mutuo a las sociedades africanas y españolas y fomentar y difundir el patrimonio cultural africano. Entre los representantes africanos destacó la presencia de Papa Ndiaye, director del Instituto Fundamental del África Negra de Senegal; Paul-Marie Koffi Kossonou, director del Libro y Documentación del Ministerio de Cultura y la Francofonía de Costa de Marfil, y Mamadou Keita, director de la Biblioteca Nacional de Mali. “Esperamos que sea un proyecto viable para que África, que está tan alejado de las tecnologías, pueda ser pionero y agrupar una misma red de bibliotecas, con los catálogos intercambiados en distintos idiomas, distintos niveles de formación y distintos países involucrados”, afirmó Estefanía Calcines, directora de la Mediateca. La directora general del Libro, Archivo y Bibliotecas del Gobierno de Canarias (http://www.gobcan.es), Blanca Quintero, dio a conocer el funcionamiento de la Red de Bibliotecas Públicas de Canarias, que podría servir como modelo a la iniciativa con África. También participó el responsable de Cooperación Universitaria y Científica de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (http://www.aeci.es), Javier Pérez Iglesias. El organismo está financiando y apoyando proyectos de recuperación del patrimonio. “En África, siendo el patrimonio material importante, lo es mucho más el patrimonio inmaterial, toda la tradición oral africana. No es una banalidad hablar de biblioteca virtual en África porque los problemas de infraestructura se pueden solucionar, lo que no tiene solución es perder el patrimonio. La biblioteca digital puede ayudar a que toda esta tradición oral se conserve y se transmita de una manera mejor”, subrayó. El objetivo es presentar el proyecto de la Red en el III Encuentro Internacional de Universidades que se celebrará en 2010, y que reunirá en Las Palmas de Gran Canaria a cerca de 140 universidades españolas y africanas para cerrar acuerdos en materia de cooperación e investigación. Fuentes: EFE • La Provincia *** José Emilio Pacheco recibió en Madrid el Premio Reina Sofía Para el poeta mexicano nunca ha habido una “época de oro” de la poesía, aunque manifestó su opinión de que Internet ha contribuido a que nunca como ahora se escriba y se lea tanta poesía. En un acto con cerca de 300 invitados en el antiguo Palacio Real de Madrid, el escritor mexicano José Emilio Pacheco recibió este martes 17 de noviembre, de manos de la reina de España, el prestigioso Premio Reina Sofía, que no sólo es para él y su obra, dijo, sino “para toda la poesía mexicana y latinoamericana que es muy buena”. El XVIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana le fue concedido a Pacheco en reconocimiento a una trayectoria que reúne lo mejor de la cultura que comparten España y América Latina. Pacheco, de 70 años, es considerado una figura señera de la Generación del 50 en México. Sus libros incluyen Morirás lejos, Los elementos de la noche y Trabajos en el mar. Pacheco dijo durante su discurso de aceptación que la violencia sigue siendo un látigo que azota a todo el planeta y en especial a su país, al que se suman otros males como el hambre y el desempleo. El poeta, quien asistió acompañado de su esposa Cristina Pacheco, aseguró que “ahora la violencia y la crueldad extremas son mi pan cotidiano”. El premio, continuó, es una ventura que no admite un discurso elevado, al que prefirió sustituir por unas sencillas palabras de gratitud. “No quiero apartarme de esta buena costumbre ni tampoco ignorar las trágicas circunstancias por las que atraviesan México, en particular, y el mundo, en general”, añadió. Y en ese tono explicó que lo ocurrido en los veinte años posteriores a la caída del Muro de Berlín se resume entre un título de Dickens y otro de Balzac: Grandes esperanzas y Las ilusiones perdidas. Al hablar de estas épocas turbulentas, recordó que nació a mediados de otro año horrible, 1939, pero “me libré de los desastres de la guerra. No sufrí los bombardeos, las batallas, las persecuciones o los campos de exterminio. Todo lo experimenté a distancia, pero no por ello dejó de imprimirse en cuanto he escrito”. “Escribo sobre lo que veo y lo que veo no es para sentirse optimista. Ahora hay un nuevo matiz que no existía antes, una crueldad nueva. Por ejemplo, antes había venganza entre los gangsters, pero a las mujeres y a los niños se les respetaba. Ahora aparecen los niños quemados vivos o un hombre decapitado al que le sacan los ojos, es monstruoso. Es de una impotencia terrible; yo creo que no soy pesimista, que con los seres humanos me quedé corto”, añade. Subrayó que la presencia en su poesía del paso del tiempo y la preocupación por lo efímero es consecuencia de haber nacido y vivido en México, un país, consideró, donde todo desaparece “a un ritmo brutal”. “Los autores consagrados pasan a ser enseguida olvidados”, lamentó. Señaló que en medio de la situación que vive México se ha levantado un movimiento poético que uno sólo puede explicárselo como una forma de resistencia a las dificultades. “La poesía no puede cambiar eso, pero sí reflejarlo”. “Sólo se me ocurre que escribimos poesía porque es una forma de resistencia contra la barbarie”, aseguró. Explicó que actualmente hay muchos jóvenes escribiendo poesía. “Yo podría decir que la poesía ha perdido adeptos, aunque tampoco creo que haya habido una época de oro de este género”, expuso, aunque agregó que quizá nunca se había escrito y leído tanta poesía como en estos tiempos. Anotó que además hay un elemento que contribuye a ello, que es Internet, “que yo ya por razones de edad no conozco, pero estoy seguro de que la comunicación a través de esta vía debe ser muy intensa”. Por último, agradeció el trabajo de Francisca Noguerol, autora de la antología Contraelegía, que se ha editado como parte del premio y que incluye tres poemas inéditos. El Reina Sofía, convocado por Patrimonio Nacional de España (http://www.patrimonionacional.es) y la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es), está dotado con 42.100 euros (56.145 dólares). Antes lo han recibido autores de la talla del chileno Gonzalo Rojas, el español José Hierro, el uruguayo Mario Benedetti y el argentino Juan Gelman. Pacheco también ha recibido distinciones como el Premio Iberoamericano Pablo Neruda y el José Asunción Silva al mejor libro de poemas en español publicado entre 1990 y 1995. Fuentes: El Universal • La Crónica de Hoy *** Otorgan el Premio Pablo Neruda 2009 a Héctor Hernández Montecinos Este 18 de noviembre fue emitido el veredicto del Premio Pablo Neruda 2009, instaurado en 1987 por la Fundación Pablo Neruda (http://www.fundacionneruda.org) con el objetivo de premiar a los poetas chilenos menores de cuarenta años que se hayan destacado por su obra y su aporte a la poesía de la nación sureña, y que recayó sobre el poeta Héctor Hernández Montecinos. El premio está dotado con 6.000 dólares, una medalla y un diploma, que le serán entregados a Hernández en diciembre, en una fecha que será anunciada próximamente. Nacido en Santiago en 1979, Hernández Montecinos fue galardonado “en razón de su profusa obra poética experimental y vanguardista, su aporte a la poesía y teoría chilena, y a la escritura nacional”. El jurado estuvo compuesto por Waldo Rojas, designado por la fundación; Matías Rafide, en representación de la Academia Chilena de la Lengua (http://www.institutodechile.cl/lengua); Raúl Zurita (http://www.letralia.com/firmas/zuritaraul.htm), por la Sociedad de Escritores de Chile (http://www.sech.cl/web), y el director de la fundación, Manuel Jofré, en calidad de presidente. El escritor, que actualmente reside en México, es licenciado en literatura y doctor en filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC, http://www.puc.cl), ha publicado 18 libros entre 2001 y 2009, entre los que destacan ¡No! (2001), Este libro se llama como el que yo una vez escribí (2002) y El barro lírico de los mundos interiores más oscuros que la luz (2003). Además, próximamente publicará Debajo de la lengua, tercera parte de una trilogía iniciada en 2005 con Putamadre y continuada en 2006 con Segunda mano, publicadas por la editorial peruana Zignos (http://editorialzignos.blogspot.com). El primer escritor en recibir el galardón fue Gonzalo Millán, y en los últimos años el premio ha recaído en Germán Carrasco, Malú Urriola, Javier Bello y Rafael Rubio. Fuente: EFE *** Artistas salvadoreños se solidarizan con afectados por tormenta Ida Ante la emergencia nacional provocada en El Salvador por la tormenta Ida, la Secretaría de Cultura de ese país (http://www.cultura.gob.sv) activó el programa Solidaridad Artística, mediante el cual artistas de diversas disciplinas llevaron consuelo a los albergues donde se refugian las personas afectadas por este desastre natural. El miércoles 18 de noviembre, doce agrupaciones artísticas iniciaron el recorrido por diferentes albergues, siendo el departamento de San Vicente el punto de partida, según informó Breni Cuenca, titular del ente gubernamental. Así, más de trescientas personas albergadas en el Instituto Nacional de los Deportes de San Vicente, el Centro Escolar Concepción de María y el Instituto Francisco Castellanos, dejaron por unos momentos la tristeza de la que desde el fin de semana anterior eran víctimas. Los artistas que colaboraron en esta primera jornada solidaria fueron de las diferentes dependencias artísticas de la Secretaría de Cultura como el Ballet Folclórico Nacional, un grupo de marimba de una casa de cultura y el Bibliobús. Además, fueron acompañados por un grupo de profesionales en psicología, quienes coordinaron las jornadas lúdicas con los niños y niñas en los albergues. Para ello la Dirección de Publicaciones e Impresos (DPI, http://www.dpi.gob.sv) ha puesto a disposición un lote de 900 paquetes de libros con crayolas, que serán distribuidos durante las diferentes visitas. La Secretaría también respaldó la iniciativa ciudadana surgida desde el grupo de Facebook “Artistas en Acción” (http://bit.ly/66Z0Qm), y este domingo 22 de noviembre realizó entre las 2 de la tarde y las 7 de la noche el maratón artístico “Uno por uno por los niños de El Salvador”, para recoger fondos y víveres para los niños damnificados. El certamen, en el que participaron diversos grupos, bandas y artistas independientes, se realizó en el Pabellón 4 de la Feria Internacional de San Salvador. El público contribuyó llevando, a manera de precio de la entrada, víveres y juguetes para los niños damnificados. Cuenca aseguró que este evento es el inicio de una serie de actividades solidarias artísticas que se llevarán a cabo para favorecer a las personas y fundamentalmente a los niños afectados por la tormenta. “La navidad se acerca y no podemos permitir que se nos enfríe el corazón, tenemos miles de familias que han quedado en total desamparo, esperamos que todas aquellas familias de corazón altruista nos colaboren en estas actividades”, opinó. “Este es un esfuerzo y un compromiso humanitario en el que hemos confluido diferentes sectores, sólo la unión y el trabajo conjunto entre todos podrá sacar adelante a nuestro país. Agradezco la colaboración y el empeño con que la empresa privada está apostándole a esta iniciativa y es realmente satisfactorio que los artistas se involucren de esta forma para buscar soluciones a la tragedia que nos ha ocurrido como nación”, agregó la funcionaria. Entre las agrupaciones que se sumaron este domingo a la actividad se encuentran la banda de rock alternativo Supernova, el grupo Edición Limitada, Frigüey, la Orquesta y el Coro Juvenil del Centro Nacional de Artes de la Secretaría de Cultura, la Compañía Nacional de Danza, el Ballet de Mauricio Bonilla, la agrupación musical Ecos, Virginia Clemm y grupos de batucada, entre otros. La titular de Cultura adelantó que tras este concierto se impulsará una subasta con obras de destacados pintores del país centroamericano, quienes donarán sus cuadros. Entre los artistas plásticos que ya han manifestado su colaboración mencionó a San Avilés, Ana María Martínez, Luis Lazo y César Simón Vega, entre otros. Todos los víveres y fondos que se recojan a través de las actividades del movimiento ciudadano “Artistas en Acción” serán canalizados a los alberges y comunidades afectadas a través del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, http://www.unicef.org/spanish), organismo que de acuerdo al último reporte ha censado alrededor de 6.000 niños damnificados, pero que de acuerdo a las estimaciones podrían llegar a los 25.000 afectados. Fuentes: La Prensa Gráfica • Secretaría de Cultura de El Salvador *** Exhiben en México fotografías del archivo de Frida Kahlo Una selección de más de 200 imágenes que le sirvieron a la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954) como herramienta de trabajo y como medio para exorcizar la soledad, son exhibidas desde el pasado jueves 19 de noviembre en el Museo Frida Kahlo (http://www.museofridakahlo.org), en la capital mexicana. Bajo la curaduría y diseño gráfico del artista e historiador de la fotografía en México, Pablo Ortiz Monasterio, las imágenes exhibidas en la muestra “Frida Kahlo, sus fotos”, forman parte de las 6.500 que conforman dicho archivo. Se trata de un conjunto significativo de fotografías que, a decir de Ortiz Monasterio, ilustran la importancia que tuvo este medio en la vida de la pintora y compañera de Diego Rivera. Junto con la inauguración de la muestra fotográfica, el recinto cultural abrió al público también el hermoso predio porfiriano contiguo a la Casa Azul, que incorporó para exhibir en cinco nuevas salas, exposiciones temporales y el vasto acervo del museo. Con esta exposición ve la luz otra parte del archivo que se diera a conocer en 2007. Ese año se anunció la revelación más importante que se haya hecho en el Museo Frida Kahlo desde la muerte de la pintora en 1954. El Comité Técnico del Fideicomiso de los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo presentó entonces un amplísimo acervo nunca antes visto que fue clasificado con la generosa ayuda de la asociación civil Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (Adabi, http://www.adabi-ac.org). La riqueza de este acervo se dejó ver en una primera exposición con la que se celebró el centenario del nacimiento de la pintora en 2007. Hoy, dos años después, “Frida Kahlo, sus fotos” muestra nuevamente material fotográfico perteneciente a estos archivos. Para la muestra se han seleccionado más de 200 obras, atendiendo a seis temas principales: “Los padres de Frida”, “La Casa Azul”, “El cuerpo roto”, “Los amores de Frida”, “La fotografía de autores destacados” y “El ojo de Diego”. El valor mismo de las imágenes como testimonio histórico es innegable, pero también lo es por la talla de las lentes que se pueden encontrar en esta exhibición: Man Ray, Martin Munkácsi, Fritz Henle, Edward Weston, Brassai, Tina Modotti, Pierre Verger, Lola y Manuel Álvarez Bravo. “Frida, sus fotos” abre, en su primera sala, con los retratos familiares más representativos del archivo de la pintora. Sobresalen las fotografías de abuelos maternos y de sus padres, Matilde y Guillermo. Gracias a estos testimonios fotográficos se ha podido comprobar algunas características de la pintora como su gusto por la vestimenta típica que fue una herencia que adquirió de su madre, nacida en Oaxaca. Aparecen también múltiples autorretratos de Guillermo Kahlo, padre de la artista, de quien Frida aprendió el gusto por la ciencia, el arte y, ante todo, la fotografía. Es por ello que complementa este espacio una cámara, préstamo de Cristina Kahlo, bisnieta de don Guillermo y sobrina nieta de Frida. En una segunda sala (dedicada a la Casa Azul) se exponen retratos que documentan la forma en que la artista fue construyendo su fuerte personalidad. En “El cuerpo roto” se aprecian imágenes de las estancias hospitalarias, las dolorosas intervenciones quirúrgicas y los largos períodos de medicación que fueron episodios comunes en la vida de Frida Kahlo a raíz del terrible accidente que sufriera el 17 de septiembre de 1925. Complementan esta sala las fotografías de las que Frida recortaba rostros de quien quería tener más cerca o, al contrario, de quien no quería ver más. Destaca aquélla en la que seguramente aparecía con Carlos Chávez, el director del Instituto Nacional de Bellas Artes (Inba, http://www.inba.gob.mx), con quien tuvo discrepancias. Dos conjuntos de imágenes complementan la sala: los indígenas, visitantes comunes de la Casa Azul, y las piezas arqueológicas. Estas imágenes son también fragmentos de un pasado al que tanto Diego como Frida se acercaron con orgullo. En “Los amores de Kahlo” se encuentran los retratos de quienes fueron sus amigos más cercanos, sus familiares, algunos de sus amantes y, ante todo, de Diego. La sala cinco atestigua el interés de Frida por el arte fotográfico y su relación con destacados fotógrafos. En esta sala se muestran retratos realizados por famosos autores de la historia fotográfica y amigos personales de Frida. Dentro de la Casa Azul se ha reservado un lugar para la última sala, “El ojo de Diego” que revela numerosas imágenes relacionadas con cuestiones políticas o tecnológicas y que el pintor utilizó para sus lienzos y muros. Enmarcando la exhibición se editará el libro del mismo título, Frida Kahlo, sus fotos, en el que se publican más de 500 imágenes de este acervo con el incondicional apoyo de Ramón y Javier Reverté, directores de RM Editorial. Fuente: Notimex *** Sólo una roca ha sido encontrada en la fosa de García Lorca Los trabajos de excavación que se ejecutan en el paraje de Fuente Grande, en el municipio de Alfacar (Granada, España), en la zona donde se cree que están enterrados los restos del poeta Federico García Lorca, sólo han desvelado por ahora la existencia de una “gran roca” en el lugar en el que el georradar detectó en su día un “cambio de densidad”. Así lo hizo constar este viernes 20 de noviembre el arqueólogo Francisco Carrión, director de la prospección, en un informe remitido a la Consejería de Justicia y Administración Pública de Andalucía (http://www.juntadeandalucia.es/justiciayadministracionpublica), según comunicó su titular, Begoña Álvarez. Acerca de si el documento redactado incluye un posible hallazgo de restos óseos, Álvarez aseguró que “lo que dice es que se ha encontrado una gran roca en la parte en la que se ha actuado y que se sigue trabajando en la primera fase”. La excavación no ha terminado, insistió, en las cuatro primeras fosas de las seis que se van a exhumar, si bien se prevé que concluya alrededor del 10 de diciembre, por lo que las tareas, que comenzaron el pasado 29 de octubre —como informáramos en nuestra edición 221 (http://www.letralia.com/221/1029garcialorca.htm)—, se sitúan en esta fase aproximadamente en el ecuador del plazo programado de unos dos meses. “Los trabajos se están desarrollando con normalidad”, sostuvo. Álvarez, que recordó que la Consejería no está llevando a cabo la exhumación —que coordinan los arqueólogos a instancias de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica (AGRMH, http://www.granadamemoriahistorica.es)—, incidió en que el papel de la administración es sólo informar de lo que se considere de “interés general” o cuando finalice alguna de las fases. “Solamente podremos hablar cuando tengamos un trabajo científico detallado, que se tendrá cuando termine la fase arqueológica, que nos dirá qué ocurre y qué ha ocurrido, qué se ha encontrado y qué no se ha encontrado”, manifestó la consejera, que no pudo precisar si se está excavando en las cuatro primeras fosas situadas en el parque de Alfacar, porque se trata de algo que “no corresponde” decir a la Consejería. Son tres los arqueólogos que, auxiliados por dos personas, trabajan en el parque de Alfacar que lleva el nombre del poeta, para encontrar, por ahora, los restos de los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, el inspector de tributos Fermín Roldán y del restaurador Miguel Cobo. La familia de García Lorca, contraria a la exhumación, se ha reservado sin embargo el derecho a identificarlo, al igual que los allegados del maestro republicano Dióscoro Galindo, quien murió supuestamente también junto al autor de Yerma. “No hay ningún cambio”, dijo la consejera sobre este último asunto. Los expertos trabajan en el interior de una carpa metálica que cubre cuatro de las seis posibles fosas delimitadas por los investigadores del Instituto Andaluz de Geofísica (http://www.ugr.es/~iag) de la Universidad de Granada (UGR, http://www.ugr.es), que en septiembre pasado peinaron el terreno con georradares. Las tareas iniciales se están centrando en retirar la tierra superficial de estos enterramientos, distribuidos en un perímetro de 200 metros, para comenzar a cavar hasta una profundidad de entre 0,60 y 1,80 metros. Se trata de un trabajo delicado que los expertos han preferido realizar a mano, sólo con la ayuda de un pico y una pala, a fin de no dañar los restos óseos, que se prevé sean encontrados en malas condiciones, “no sólo por los tiros que recibieron los represaliados, sino por el peso que han soportado de tierra”. Las cuatro primeras fosas que son excavadas durante estos días se sitúan dos a los pies de un ciprés y muy cerca de un peñasco y otras dos justo enfrente, donde la ladera se eleva. Las dos restantes están cerca del monolito del parque y de un olivo, y sobre ellas se trasladará la nave articulada, de 10 por 20 metros, una vez concluyan las tareas en las primeras cuatro. No se excavará en el paraje del Caracolar, aunque también el georradar utilizado con carácter previo al inicio de la excavación peinó esa zona. Los arqueólogos exhumarán fosa por fosa y los restos óseos que se encuentren se irán trasladando al Laboratorio de Identificación Genética de la UGR, que dirige el forense José Antonio Lorente, para su posterior cotejo con el ADN de los familiares que han solicitado recuperar a sus allegados, en concreto los de Galadí, del inspector de tributos Fermín Roldán y del restaurador Miguel Cobo. En principio no se identificarán genéticamente los del poeta y los del maestro republicano, ni tampoco los de Arcollas, puesto que a éste no se le conocen descendientes. No se permite que los familiares de los fusilados presencien la exhumación, porque es “una cosa muy dura para ellos” ni tampoco se fotografiarán los restos óseos que se vayan encontrando, como sí se ha hecho en otras exhumaciones, si bien Justicia ya anunció que facilitará una grabación oficial al final de cada fase. Aunque las tareas de búsqueda se dirigen hacia Galadí, Arcollas —a petición de la Confederación General del Trabajo (CGT, http://www.cgt.es) y de la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros Españoles (http://www.unpbe.com)—, Roldán y Cobo, se hará el análisis antropomórfico a todos los huesos que sean encontrados, aunque sólo se les practicará la prueba de ADN a aquellos cuyos descendientes lo hayan solicitado. Fuente: Europa Press *** Acuerdo entre Google, autores y editores será revisado en febrero El juez estadounidense Denny Chin fijó para el jueves 18 de febrero de 2010 la audiencia destinada a examinar un acuerdo revisado entre Google (http://www.google.com) y el Authors Guild (http://www.authorsguild.org) —organismo encargado de gestionar los derechos de autor de los escritores estadounidenses—, que permitiría al gigante de Internet digitalizar y vender en línea millones de obras. El juez también determinó para el 28 de enero la fecha para someter objeciones ante el tribunal en el distrito sur de Nueva York. Chin dio su aprobación preliminar al acuerdo este viernes 20 de noviembre, en una medida saludada por Google pero que, según los oponentes al arreglo, es sólo un procedimiento que no influirá a la hora de definir una aprobación. El Departamento de Justicia de Estados Unidos (http://www.justice.gov/spanish), cuyas reservas sobre el acuerdo original forzaron a las partes a revisar el texto, tiene hasta el 4 de febrero para manifestar su opinión. Google y el Authors Guild entregaron al juez Chin, a mediados de noviembre, un proyecto de acuerdo revisado, procurando responder a las objeciones del Departamento de Justicia y otras instancias en materia de protección de derechos y de autor y leyes antimonopolio. Según un informe de treinta páginas elaborado por el grupo la noche del pasado viernes 13, se ha eliminado una cláusula que ofrecía a Google un trato al menos tan bueno como a cualquier otro competidor. Otro de los cambios establece que el dinero de las obras no reclamadas o descatalogadas se vaya a un fiduciario independiente en lugar de ir al registro. En septiembre, el Departamento de Justicia había señalado este acuerdo como un conflicto de intereses ya que el registro debía localizar a los escritores y pagarles por sus ventas en línea. Bajo el nuevo acuerdo, los fondos no reclamados finalmente irán a organizaciones benéficas. “Hemos tenido numerosas conversaciones y un amplio diálogo con el Departamento de Justicia y sentimos que hemos dado respuesta a sus preocupaciones”, ha dicho Richard Sarnoff, presidente de Bertelsmann Digital Media (http://www.randomhouse.com/bdmifund). El acuerdo está diseñado para resolver una demanda colectiva de 2005 contra Google presentada por los autores y editores, en la que se acusaba al gigante informático de violar los derechos de autor con su digitalización masiva de libros. Ha habido un significativo rechazo internacional a la oferta, basado en el argumento de que los autores de habla no inglesa, representados por autores y editores, no participaron en la negociación del acuerdo. Dan Clancy, coordinador del programa de Google, ha dicho que el gigante de las búsquedas podría llegar a un acuerdo con los grupos de autores europeos. Editoriales alemanas se han levantado en armas contra el acuerdo, y el 24 de septiembre criticaron a los reguladores europeos por no adoptar una posición común en contra del mismo. Las editoriales francesas La Martinière (http://www.editionsdelamartiniere.fr), l’Association (http://www.lassociation.fr) y Société des Gens de Lettres (SDGL, http://www.sgdl.org) pidieron a un tribunal de París que sancionara a Google por infracciones en la digitalización de sus libros. El 22 de octubre, un grupo que representa a los autores de China acusó a Google de violación de copyright. Los críticos del acuerdo han sido un grupo muy variado que incluye a Yahoo! (http://www.yahoo.com), Amazon (http://www.amazon.com), Microsoft (http://www.microsoft.com), la Unión Nacional de Escritores (http://nwu.org), Consumer Watchdog (http://www.consumerwatchdog.org) y el cantante Arlo Guthrie (http://www.arlo.net). Fuentes: AFP • Reuters *** España crea comisión nacional para el año hernandiano El Consejo de Ministros aprobó este viernes 20 de noviembre el real decreto por el que se crea y regula la comisión nacional para la conmemoración del nacimiento del poeta oriolano Miguel Hernández, comisión que servirá para “impulsar y canalizar los distintos actos que tendrán lugar en el año 2010”. La subdelegada del gobierno en Alicante, Encarna Llinares, aseguró en un comunicado que la creación de esta comisión “certifica el compromiso del gobierno de España con el poeta más universal y con la provincia de Alicante”. Asimismo, este real decreto se une a lo que el gobierno dispuso en 2008, cuando aprobó que el año hernandiano “tuviera consideración de acontecimiento de excepcional interés público”, según la normativa del régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo, explicó Llinares. Por su parte, el alcalde de Elche (http://www.elche.es), Alejandro Soler, afirmó que con este apoyo el centenario de Miguel Hernández se coloca en “el primer plano de la actualidad cultural en España”. Agregó que “la actitud del Ayuntamiento de Elche ha sido, es y seguirá siendo de mano tendida con todas las instituciones y con la familia para realizar el mejor homenaje posible”. “La decisión del gobierno de España, adoptada hoy a través de su Consejo de Ministros, evidencia su firme respaldo al homenaje al poeta y la intención de convertir el 2010 en una referencia cultural de primer orden en torno a Miguel Hernández”, añadió Soler. El anuncio del gobierno de España revela, además, que el Centenario de Miguel Hernández estará respaldado al más alto nivel institucional, al aceptar el rey Juan Carlos la presidencia de honor del homenaje, destacaron desde el Ayuntamiento. Las funciones del pleno de la comisión nacional serán las de aprobar el programa de actividades y supervisar su ejecución, recabar la colaboración de departamentos ministeriales y de organismos y entidades públicas y privadas para el cumplimiento de sus objetivos, y coordinar las actividades de otros organismos y entidades públicas, privadas y particulares que considere adecuadas para la conmemoración del centenario. Lucia Izquierdo, la nuera del poeta, calificó el acuerdo como “muy importante”, y acotó que “es un día para celebrar porque se ha dado luz verde a la comisión y en el Ministerio sé que van a volcarse con el Centenario. Este es el momento de ir todos de la mano y en armonía para el mejor centenario posible. En la Comisión vamos a estar todos y debemos tener la oportunidad de participar”. Juan José Sánchez, director de la Fundación Miguel Hernández (http://www.miguelhernandezvirtual.com), añadió que es un motivo de satisfacción porque “se ven colmadas todas nuestras aspiraciones para que se ponga en marcha el Centenario, aunque todavía falta el Consorcio que, no olvidemos, es muy importante porque supone los incentivos fiscales de la efeméride. Ahora lo que sería preciso es que, cuanto antes, se celebrara esa primera reunión constitutiva y, a ser posible, antes de Navidad”. Sánchez recordó los largos tres años que lleva trabajando la Fundación para preparar la efeméride con todo tipo de actos culturales. Fuentes: Información • EFE *** Con registro de más de 140.000 visitantes terminó Filven 2009 Este domingo 22 de noviembre fue clausurada la V Feria Internacional del Libro de Venezuela, Filven 2009 (http://www.filven.gob.ve), con un exitoso registro de más de 140.000 visitas realizadas a los espacios culturales abiertos desde el pasado 10 de septiembre en distintos estados del país. El vicepresidente del Centro Nacional del Libro (Cenal, http://www.cenal.gob.ve), Michell Bonnefoy, especificó que sólo el capítulo Caracas fue visitado aproximadamente por más de 80.000 visitantes, cifra que se suma a las más de 60.000 visitas realizadas en el resto del país. Sólo en el pabellón de las Librerías del Sur (http://www.libreriasdelsur.gob.ve) ascendía a 4.000 la cifra de personas que habían adquirido libros aprovechando las ofertas de la editorial estatal El Perro y la Rana (http://www.elperroylarana.gob.ve) con libros a precios tan bajos como 2 y 5 bolívares. Al respecto, Bonnefoy consideró que la mayor parte de la asistencia y acercamiento cultural a la lectura fue lograda por el pabellón infantil, organizado por la misión Corazón Adentro del Ministerio del Poder Popular para la Cultura (http://www.ministeriodelacultura.gob.ve). A su juicio, el mayor logro de la Filven 2009, además de la amplia receptividad, fue incorporar el hábito de la lectura a más hogares venezolanos. “Acercamos a más gente a este inmenso universo que significa leer. Además de la venta de libros, la mayor parte de charlas y análisis realizados en el seno de la feria se llevaron a cabo en torno a la promoción de la lectura”, destacó Bonnefoy. En ese sentido, refirió que la Filven desarrolló más de 400 actividades culturales e ideológicas, las cuales se desarrollaron a través de charlas, foros, conferencias, encuentros y debates entre diversas editoriales alternativas e independientes tanto nacionales como internacionales. “La feria ha sido maravillosa, solamente hay que caminar por aquí para darse cuenta de la cantidad de stands, la tasa de reposición de libros ha sido enorme, hemos roto récords de visitantes”, dijo Héctor Soto, ministro de Cultura de Venezuela, quien lamentó no haber podido asistir diariamente a las actividades de la Filven. “La organización ha sido impecable, la carpa de cine ha sido un éxito: tres películas diarias; el pabellón de los niños es una belleza: allí los niños hacen teatro, música, danza, leen, hacen talleres. Más de 30 escuadras de lectura se conforman diariamente”, expresó. Esta quinta edición de la Filven rindió homenaje al escritor José Manuel Briceño Guerrero (Palmarito, Apure, 1929) y a la editorial Casa de las Américas en su 50º aniversario, además de tener al Estado Plurinacional de Bolivia como país invitado. El capítulo Caracas se desarrolló en el Parque Los Caobos Luis Mariano Rivera con el Plan Revolucionario de Lectura como tema central. Fuente: ABN *** José Agüero Molina espera desde hace un año publicación de su novela El autor afirma que el tema de su obra “le molesta mucho” al gobierno de la provincia de Salta. El escritor argentino José Agüero Molina (Salta, 1956) obtuvo con la novela Vuelo de sombras, hace exactamente un año, el Premio Provincial de Novela 2008, que organiza la Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta (http://www.culturasalta.gov.ar) dentro de los concursos de estímulo a la creación artística, tras decisión de un jurado integrado por Lucía Gálvez, Eduardo Rosenzvaig y Liliana Bellone. Sin embargo, el autor no ha recibido aún la dotación del premio, consistente en la publicación de la obra. En su momento, Gálvez, Rosenzvaig y Bellone premiaron la novela “por su trama narrativa sencilla y amena, con toques desopilantes que muestran a personajes verosímiles y multifacéticos a través de una escritura con clara reminiscencia cervantina, lo que atrapa al lector y lo sitúa ante un texto eminentemente coherente con el género. El humor y la cohesión de la estructura novelística, otorgan unidad y fuerza a la obra”. El escritor, quien es autor de otros treinta libros y dicta talleres literarios en ciudades de su provincia, decidió no seguir esperando la publicación de la edición impresa a la que está obligado el ente convocante en las bases del certamen, y desde febrero de este año ha venido presentando una edición digital, en disco compacto, en eventos tan diversos como el Abril Cultural Salteño o la Feria del Libro de Buenos Aires. “El gobierno no edita mi novela porque el tema le molesta mucho, ya que es una sátira de los políticos locales”, explica Agüero Molina, quien asegura haber elevado múltiples reclamos al gobierno local. Vuelo de sombras narra las vicisitudes del intendente de un pequeño pueblo salteño, cuya máxima ambición es construir un aeropuerto y comprar un avión para celebrar el 25 de mayo. “De algún modo lo que le pasa a este intendente, que es tomado por loco, se logra transmitir a un grupo de hombres, todos cincuentones, que han llegado a una edad en que se preguntan si es que no habrá tiempo para lograr lo que quisieron de jóvenes, porque en el camino se cruzan otras cosas”, continúa el escritor. “Luego se descubre de dónde viene este intendente, el sueño, de dónde viene escapando, porque en el fondo a los cincuenta años todos venimos escapando de algo. A veces ese reguero de fracasos se olvida cuando de pronto hay algo en que creer; de eso se trata la novela”, concluye. *** Aula de Literatura “Gabriel y Galán” se inicia con César Antonio Molina El escritor gallego y ex ministro de Cultura de España, César Antonio Molina (La Coruña, 1952) inaugura hoy lunes 23 de noviembre en Plasencia, Extremadura (España), la 13ª temporada del Aula de Literatura “José Antonio Gabriel y Galán” de Plasencia, en la que también participan Ricardo Menéndez, Eugenio Fuentes y Andrés Neuman. La Asociación de Escritores Extremeños (http://www.aeex.org) promueve esta iniciativa cultural bajo la dirección de Juan Ramón Santos y Nicanor Gil González, y en colaboración con los institutos de enseñanza secundaria de Plasencia, la Consejería de Cultura de Extremadura (http://www.culturaextremadura.com) y la entidad Caja de Extremadura (http://www.cajaextremadura.es). Además de conversar con los asistentes sobre su obra en jornadas vespertinas, los escritores participantes en el aula leen, explican sus escritos e intercambian opiniones con los alumnos de los cinco centros de secundaria de la ciudad. Precisamente, acercar estos escritores a los estudiantes locales y facilitar su lectura son los principales objetivos de esta actividad, que a lo largo de las doce ediciones anteriores ha contado con la participación de cincuenta autores, ha logrado reunir a un público fiel de entre noventa y cien personas en las conferencias de la tarde, y ha llegado a casi 9.000 alumnos. Este año el aula pretende rendir un homenaje al escritor extremeño Ángel Campos Pámpano, quien falleció en 2008, por ser uno de los impulsores de esta actividad, y porque estaba anunciado en el Aula de Plasencia realizada el año pasado, participación que le impidió la muerte. Las charlas abiertas al público se desarrollarán a las 20 horas en el auditorio “Santa Ana” y los encuentros con los estudiantes tienen lugar al día siguiente de la comparecencia pública de los escritores, en los propios centros educativos. César Antonio Molina estará hoy 23, a las 20 horas, en Santa Ana, y mañana martes 24, a las 12, en el IES Valle del Jerte. El asturiano Ricardo Menéndez Salmón estará el 19 de enero en el auditorio y el 20 en el IES Gabriel y Galán. El extremeño Eugenio Fuentes estará el 23 de marzo en Santa Ana y el 24 en el IES Pérez Comendador, y el argentino Andrés Neuman cerrará el aula el 11 de mayo, y estará el 12 de mayo en el IES Virgen del Puerto. Fuente: EFE *** Sánchez Robayna dirige curso de traducción literaria en Tenerife La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP, http://www.uimp.es) aborda la traducción literaria en el curso “La traducción literaria: teorías y prácticas” que, dirigido por el catedrático de literatura española de la Universidad de La Laguna (ULL, http://www.ull.es), Andrés Sánchez Robayna, se realizará en Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias, España) del 23 al 27 de noviembre. El curso pretende reflexionar sobre una “candente cuestión de la realidad cultural de nuestro tiempo”, explica Sánchez Robayna: “iniciar al público interesado en los temas y problemas de la traducción de textos literarios”. Se parte de considerar este asunto “un medio idóneo para adentrarse en la creación literaria misma”. La labor de la traducción “resume muchas de las cuestiones que definen la morfología de la cultura contemporánea”, asegura. El programa incluye un estudio de la traducción desde el punto de vista teórico pero, sobre todo, fijará su atención de manera especial, a través de cuatro talleres prácticos, en los problemas concretos a los que se enfrenta el traductor de literatura en estos momentos. Dirigido a profesores de inglés, francés y lengua y literatura españolas en institutos de enseñanza media, el curso cuenta con la presencia de prestigiosos especialistas españoles y extranjeros. Así, el lunes 23 de noviembre, comienza la actividad con la conferencia “¿Traductores-poetas o poetas-traductores? (unos apuntes sobre la historia de la traducción en nuestro siglo XX)”, a cargo de José Francisco Ruiz Casanova, profesor de la Universidad Pompeu Fabra (http://www.upf.es) de Barcelona, especialista en teoría e historia de la traducción literaria. Le siguen las intervenciones de Fernando Galván Reula, catedrático de filología inglesa de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH, http://www.uah.es), con la conferencia “De nuevo los clásicos: unos ejemplos del inglés”, y del poeta y ensayista Jacques Ancet, con el tema “Traducir a Quevedo”. El traductor se hará cargo de un taller el día siguiente a su intervención. El segundo día del curso el traductor y crítico británico, vicepresidente de la Federación Internacional de Traductores (http://www.fit-ift.org), Peter Bush, interviene con la conferencia “El choque de lo nuevo: re-traducir la ‘ficción’ de Fernando de Rojas y de Juan Goytisolo”. “¿Música fiel a la música? Mario Luzi en español” es el título de la conferencia de Jesús Díaz Armas, crítico, traductor y profesor de educación en la ULL. “El Taller de Traducción Literaria de Kiel: de la experimentación a la traducción literaria” es el título de la conferencia de Javier Gómez-Montero, catedrático de literatura española de la Universidad de Kiel (http://www.uni-kiel.de) y coordinador del Taller de Traducción de este centro. Su intervención a primera hora del miércoles irá seguida de la de Valerio Nardoni, que intervendrá con “La traducción literaria en la Italia de hoy: el ejemplo de Pedro Salinas y de un taller de traducción”. El jueves 26, Clara Curdell, profesora de filología francesa de la ULL, tratará sobre “Aspectos pragmáticos y didácticos de la traducción”, y la poeta, ensayista y traductora portuguesa profesora de la Escuela Superior de Artes y Diseño y codirectora de la revista Limiar, Rosa Alice Branco, tratará sobre “El desvío perfecto. (La experiencia de la alteridad en la Casa de Mateus y en la traducción de mis poemas)”, a la que seguirá un taller a su cargo. El poeta, traductor y ensayista Jordi Doce, director de ediciones del Círculo de Bellas Artes de Madrid (http://www.circulobellasartes.com), inicia la sesión del viernes 27 con la conferencia “Traducir a Yeats”, a la que seguirá un taller coordinado por él mismo y Sally Burgess, profesora de filología inglesa de la ULL e integrante del Taller de Traducción Literaria del centro universitario. Fuente: Europa Press *** Reina Sofía presidirá el I Congreso de Poesía y Música para la Paz Con la organización del Centro Unesco de Andalucía (http://www.unescoandalucia.org), del 26 al 28 de noviembre se realizará en la ciudad española de Granada el I Congreso Internacional de Poesía y Música para la Paz (http://www.unescoandalucia.org/congreso), evento que tendrá lugar en el teatro Isidoro Máiquez de CajaGranada y que, presidido por la reina Sofía de España, reunirá a figuras nacionales e internacionales de reconocido prestigio en los campos de la poesía y la música. El congreso tiene como objetivos fundamentales ser un transmisor de paz que genere un mensaje de solidaridad y, del mismo modo, poner de manifiesto, a través de la poesía y la música, un cauce idóneo para conseguir la paz y el respeto mutuo de las distintas culturas que conviven en el mundo. “Actualmente hay 67 guerras en el mundo y es necesario multiplicar las ocasiones para hacer de la palabra, del verso y, sobre todo, de nuestras actitudes, un instrumento al servicio de la paz”, manifestó Miguel Carrascosa, presidente del Centro Unesco. En el evento participarán catedráticos y doctores de distintas facultades de la Universidad de Granada (UGR, http://www.ugr.es), así como poetas y músicos granadinos. Además, en el apartado musical estarán presentes el Coro de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UGR, Juventudes Musicales, el pianista Juan Gallego Coín y el Coro de Voces Blancas del Colegio de los Escolapios. La conferencia de inauguración correrá a cargo de Carrascosa, y estarán presentes los máximos representantes de las entidades que colaboran en este congreso: Luis Ramallo Massanet, presidente de la Comisión Española de Cooperación con la Unesco; el alcalde de Granada (http://www.granada.org), José Torres Hurtado; y el rector de la UGR, Francisco González Lodeiro. Las jornadas serán clausuradas por el ex director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, y el escritor Antonio Gala. Fuente: Ideal *** Jorge Herralde recibirá la Presea Sor Juana Inés de la Cruz El editor español Jorge Herralde (Barcelona, 1935) recibirá en Ciudad de México, este 26 de noviembre a las 13 horas, la Presea Sor Juana Inés de la Cruz, como reconocimiento a la importante labor cultural que ha desarrollado durante los 40 años al frente de la Editorial Anagrama (http://www.anagrama-ed.es), propiciando el diálogo y el acercamiento entre los países de habla castellana. En la ceremonia oficial acompañarán al editor, Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta, http://www.conaculta.gob.mx); Carmen B. López-Portillo, rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ, http://www.ucsj.edu.mx); Sandra Lorenzano, escritora y vicerrectora académica de esta casa de estudios, y el escritor Daniel Sada. “El Claustro quiere destacar una vez más, con este premio, la importancia de la palabra —del trabajo de creación y reflexión que ella encarna— como espacio de diálogo, de convivencia, de aprendizaje, de identidad, de memoria, pero sobre todo como espacio de libertad”, explicó Lorenzano en torno a este homenaje. “Esto es lo que sor Juana nos dejó como herencia: el saber que la lucha por la defensa de la palabra es, en última instancia, la lucha por la defensa de aquello que nos hace verdaderos seres humanos”, agregó. “Y esto mismo es lo que, a través de cuarenta años al frente de una de las editoriales más propositivas y prestigiosas del mundo de habla castellana, ha sostenido el trabajo editor de Jorge Herralde. Su huella entre nosotros, lo sabemos todos los latinoamericanos, es profundamente significativa”, señaló. “La entrega de la Presea a Jorge Herralde es así un reconocimiento al valor de las palabras en un mundo que parece cada vez más sumido en el ruido y la insignificancia”, precisó. Herralde es fundador de Anagrama, que acaba de cumplir cuarenta años de existencia y es una de las casas editoras más importantes a escala mundial; tiene un catálogo de cerca de tres mil títulos y anualmente publica 75 títulos. Cuenta con una larga trayectoria en el campo editorial, donde se ha hecho acreedor del Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural, otorgado en España, y el Premio Clarín de los libreros de Oviedo; entre sus obras publicadas están Opiniones mohicanas, El observatorio editorial y otras. Cabe destacar que en 1969 fundó Anagrama cuando en el plano internacional se vivía una convulsión política: la Guerra de Vietnam, la Revolución Cubana, Mayo del 68 y el intenso golpe de la contracultura americana. Fuente: El Informador *** La Otra Fil 2009 congregará propuestas alternativas en Guadalajara Del 26 de noviembre al 5 de diciembre, y paralela a la FIL Guadalajara, se desarrollará en esta ciudad mexicana La Otra Fil 2009 (http://www.libreriaelaguaje.com/news02.html#otrafil09), evento que tiene entre sus objetivos “conformar redes de apoyo entre las propuestas alternativas, provocar el intercambio de materiales independientes y generar una convivencia donde surjan nuevas formas de sobrevivencia y resistencia en el terreno de la edición”, como indican los organizadores en un comunicado. Escritores, músicos, artistas visuales, editoriales, revistas culturales, grupos de teatro, danza, performanceros, colectivos artísticos, espacios culturales, cafés, bares, cantinas, jardines de arte, talleres de creación, promotores y patrocinadores se darán cita en esta actividad, que tendrá su escenario principal en el Centro Cultural Larva, ubicado en la avenida Juárez (esquina con calle Ocampo) del centro de la ciudad. También habrá eventos en diferentes centros culturales, cafés, bares, jardines de arte y galerías ubicados en la zona centro. En esta edición, La Otra Fil 2009 llevará a cabo del 29 de noviembre al 3 de diciembre el V Encuentro Editorial de Revistas y Editoriales Independientes, bajo el lema “Construyendo el mundo editorial alternativo”, y celebrará el quinto aniversario de la Librería El Aguaje (http://www.libreriaelaguaje.com), que cuenta con un mostrador de diversas publicaciones mexicanas e internacionales. El recinto ferial se ubicará en el interior del Centro Cultural Larva, que abrirá el sábado 28 de noviembre de 9 a 13 horas; del domingo 29 al martes 1 de diciembre, de 18 a 21 horas; y el miércoles 2 y jueves 3 de diciembre, desde las 18 horas. Habrá un espacio de exhibición y venta para las editoriales, librerías culturales y asociaciones civiles dedicadas a la edición de libros estrictamente de literatura y arte, y para ediciones de interés sociocultural de relevancia histórica actual de difícil distribución en librerías comerciales. Fuente: La Otra Fil *** Literatura judeo-latinoamericana analizarán en Alemania Del 26 al 28 de noviembre se realizará en el Instituto Iberoamericano de Berlín (IAI, http://www.iai.spk-berlin.de/es/home.html), Alemania, el simposio internacional “Múltiples identidades: literatura judeo-latinoamericana de los siglos XX y XXI” (http://bit.ly/7DLtES), en el que participarán diversos escritores y críticos bajo la organización de la Universidad de Giessen (http://www.uni-giessen.de) y la Universidad Libre de Berlín (http://www.fu-berlin.de), en colaboración con el IAI. El simposio internacional entiende la literatura y cultura judías como aspectos importantes de las sociedades latinoamericanas de los siglos XX y XIX. Partiendo de esta suposición se tematizarán representaciones literarias como lugares de discusión y negociación de construcciones identitarias. El ser judío se relaciona así con conceptos como exilio, madre patria y nación, pero se posiciona también dentro de procesos globales como, por ejemplo, la transnacionalización. Estos temas se discutirán tanto con críticos literarios como con autoras y autores latinoamericanos. El evento se iniciará a las 14 horas del jueves 26 con las palabras de bienvenida a cargo de Barbara Göbel y Verena Dolle. A continuación se desarrollará la primera jornada del evento, titulada “El país prometido: América Latina”, cuyo primer ponente será Saúl Sosnowski (Universidad de Maryland, http://www.umd.edu) con “Una identidad en la zona de las múltiples”, siendo seguido por Alicia Steimberg (Buenos Aires), con “Historia, vida cotidiana y maneras de hablar de mis antepasados y familiares a partir del año 1890”. Tras una pausa, a las 16:30 María Ximena Álvarez Martínez (Freie Universität Berlin) presentará su charla “Repensando identidades en el exilio en Sudamérica: artistas judeo-alemanes y su lucha en el campo de la cultura (1938-1953)” y, cerrando la jornada, Christoph Müller (IAI) ofrecerá su conferencia “La emigración judía y el teatro independiente uruguayo”. A las 19:30 se presentará la obra de teatro “¡Caminos de la vida! Tras las huellas de la literatura judía en Latinoamérica”, adaptada y dirigida por Stephan Weßeling del Theater Daktylus de Berlín (http://www.theater-daktylus.de). La segunda jornada, el viernes 27, se titula “Sexo y géneros (literarios): esbozos de identidad judía en América Latina”. Se inicia a las 9 con Verena Dolle (Freie Universität Berlin/Justus-Liebig-Universität Giessen, JLU, http://www.uni-giessen.de) y su conferencia “Las relaciones entre imagen y texto en los esbozos autobiográficos de Margo Glantz y Marjorie Agosín”, siendo seguida por “Voces judaicas en México y en Chile: nuevos acogimientos, antiguas huerfanías”, de Rodrigo Cánovas (Pontificia Universidad Católica de Santiago de Chile, http://www.puc.cl) y, más adelante, por “El deseo de la palabra. Observaciones sobre la relación entre reflexión lingüística y experiencia histórica en la obra de Alejandra Pizarnik”, de Susanne Zepp (Simon-Dubnow-Institut, http://www.dubnow.de/index.php?id=2&L=1). A las 11:30, la escritora Ana María Shua (Buenos Aires) dictará su charla “¿Vos, escritora judía? dijo mi bobe”. Le sigue Liliana Feierstein (Universität Bayreuth, http://www.uni-bayreuth.de) con “Babel: ¿heredad judaica? ¡Davke! Las revistas judías en Argentina: la riqueza de una herencia ignorada”. Tras el almuerzo, a las 15 horas el profesor Eduardo Hopkins Rodríguez (Pontificia Universidad Católica del Perú, PUCP, http://www.pucp.edu.pe) presentará su charla “La opción de identidad en El nombre del padre, de Isaac Goldemberg”. A las 15:45, Ute Hermanns (Freie Universität Berlin) hablará sobre las experiencias de alteridad en la obra de Clarice Lispector y de Herta Müller, y la jornada concluirá con Nelson H. Vieira (Brown University, http://www.brown.edu) y su conferencia “Mistaken Identity: Clarice Lispector and the Ethics of Being Other”. “Tendencias recientes” es el título de la última jornada, que se iniciará a las 9:15 del sábado 28 con “¿Narrativa judía? El intento de una respuesta siguiendo los pasos de Sergio Chejfec”, a cargo de Katja Carrillo Zeiter (IAI). A las 10, Amalia Ran (Universidad de Nebraska, http://www.unl.edu) presentará su charla “Imagining Israel: Judeo-Argentinean Fiction between Metaphors and Realities”. A las 11, Florinda F. Goldberg (Universidad Hebrea de Jerusalem, http://www.huji.ac.il/huji/eng, y Universidad de Tel Aviv, http://www.tau.ac.il/spanish) dictará su conferencia “¿‘Tiempo de disolución’? Fronteras identitarias en escritores judíos argentinos”, siendo seguida por Regina Igel (Universidad de Maryland) con “Nuevas revelaciones en el escenario brasileño desde la década de los 70: Cintia Moscovich, Tatiana Salem, et al”. A las 12:30 se presentarán las conclusiones y las organizadoras del evento, Barbara Göbel y Verena Dolle, ofrecerán las palabras de despedida. A partir de las 14:30 los participantes disfrutarán de una visita guiada del Museo Judío de Berlín (http://www.juedisches-museum-berlin.de). El público interesado tiene la oportunidad de participar del simposio. La asistencia al simposio es gratuita y no tiene límite de inscripción. Fuente: IAI *** Luis Pastori y Esdras Parra serán homenajeados en Caracas En el marco del ciclo de homenajes “Los maestros del asombro, el próximo 27 de noviembre se realizará en Sala Experimental del Centro Cultural Chacao (http://www.culturachacao.org), en Caracas, un recital en honor a los escritores venezolanos Luis Pastori y Esdras Parra. Con la moderación de Alexis Romero, participarán los poetas Carlos Correa, Zulema Cendón, Mariela Casal, María Isabel Novillo y Mharía Vázquez Benarroch (http://www.letralia.com/firmas/vazquezbenarrochmharia.htm). Luis Pastori es un poeta, economista y académico nacido en La Victoria (Aragua) en 1921. Publicó sus primeros poemas en la adolescencia, y su primer libro a los veinte años. Ha sido traductor de poesía y su propia obra ha sido traducida a más de doce idiomas, incluido el árabe y el chino. Ha recibido, entre otros galardones, el Premio Municipal de Poesía (1950), el Premio Nacional de Literatura (1962) y el Premio Hispanoamericano de Poesía León de Greiff (1984). Es miembro de número y ex director de la Academia Venezolana de la Lengua y desde 1999 dirige la revista BCV Cultural del Banco Central de Venezuela (http://www.bcv.org.ve), institución en la que trabajó durante 37 años. Esdras Parra nació en Santa Cruz de Mora (Mérida) en 1939 y falleció en Caracas en 2004. Fue poeta, ensayista, narradora, crítica cinematográfica, editora y traductora. En los años 60 se dio a conocer como narradora con los libros El insurgente (1967), Por el norte el mar de las Antillas (1968) y Juego limpio (1968). Fue miembro fundador de la revista Imagen, en la cual trabajó como editora por varios años. Dirigió también la Revista Nacional de Cultura. Mantuvo una constante presencia en el mundo literario a través de publicaciones periódicas y como promotora cultural. Tras elegir en 1978, en Londres, su conversión quirúrgica al género femenino, y luego de un largo silencio editorial, gana el Premio de Poesía de la II Bienal Mariano Picón Salas de Mérida (1993) con Este suelo secreto (Monte Ávila Editores, http://www.monteavila.gob.ve; 1995). Publicó también Antigüedad del frío (2001) y Aún no (2004). Dejó varios poemas y textos inéditos, al igual que dibujos, actividad a la que se dedicó en sus últimos años, período en el que se integró al Círculo de Dibujo de Caracas (http://circulodedibujodecaracas.blogspot.com). El Centro Cultural Chacao está ubicado en la avenida Tamanaco, detrás del Centro Lido, en El Rosal. La actividad se realizará el viernes 27 de noviembre a las 7:30 de la noche y es de entrada libre. *** Banco del Libro de Venezuela tendrá participación especial en la FIL En alianza con FIL Niños, espacio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL, http://www.fil.com.mx) destinado a los pequeños lectores y a su encuentro con los libros, el Banco del Libro (http://www.bancodellibro.org.ve) lleva a Guadalajara la XXIX Exposición “Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes 2009”, que será inaugurada el 28 de noviembre a las 5 de la tarde y permanecerá abierta al público durante el desarrollo de la FIL, hasta el 6 de diciembre. La muestra, promovida por esta asociación civil dedicada desde casi cincuenta años a la promoción de la lectura y literatura en Venezuela y América Latina, presentará los 140 títulos ganadores y postulados en las categorías infantil y juvenil publicados en español. En la pasada edición de la FIL, Nubia Macías, directora general del evento, María Francisca Mayobre y María Beatriz Medina (Banco del Libro) se dieron cita para hablar sobre la posibilidad de llevar a la FIL a Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes, iniciativa venezolana que premia a los mejores libros en español para niños y jóvenes en Iberoamérica. Posteriormente, el Banco del Libro invitó a Macías a Venezuela y, en alianza con la Cámara Venezolana del Libro (http://www.cavelibro.org) y el apoyo de Econoinvest (http://www.econoinvest.com), coordinó actividades el pasado mes de mayo no sólo para proponer un diálogo entre la representante de la FIL y el sector editorial venezolano y para indagar las posibilidades que la feria ofrece, sino además para coordinar actividades conjuntas que fortalecieran el intercambio cultural entre ambos países, entre ellas la muestra de los mejores libros para niños y jóvenes que organiza desde hace treinta años el Banco del Libro. Desde entonces el equipo en México de FIL Niños y quienes desde el Banco del Libro desarrollan la exposición han venido trabajando para llevar la muestra venezolana a la 23ª edición de la mayor cita literaria iberoamericana, que este año cuenta con la ciudad de Los Ángeles como invitada de honor. Una vez culminada la feria, la exposición viajará al museo interactivo Trompo Mágico, ubicado en Zapopan, Jalisco. En el marco de este evento internacional y en víspera de las fiestas decembrinas, el Banco del Libro produjo un calendario con una selección de las mejores ilustraciones de los libros premiados y postulados del año 2009. El mismo fue posible gracias al aporte de las editoriales y de los autores que generosamente donaron los derechos de reproducción al Banco del Libro. Los fondos recabados por las ventas del mismo serán destinados a formar niños lectores a través de los programas de la institución. El calendario se venderá exclusivamente en la FIL Guadalajara y en la librería del Banco del Libro, donde desde ya puede adquirirse. Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes es un galardón que reconoce la calidad y variedad en el mercado editorial de las publicaciones para niños y jóvenes en español que ha contribuido a estimular el desarrollo y promoción de varias generaciones de ilustradores y autores venezolanos, además de divulgar en Venezuela las obras de creadores de otras latitudes. Todos los años los miembros del Comité Interdisciplinario de Evaluación del Banco del Libro reciben, discuten y evalúan semanalmente centenares de publicaciones que, tras ser seleccionadas, pasan a manos de tres jurados calificados que escogen los mejores títulos en las categorías de “Originales” (escritos y publicados en español), “Traducciones” (escritos en otras lenguas, traducidos y publicados en español) y “Menciones especiales”. El anuncio de los ganadores se hace público todos los años el 30 de abril a las 11 de la mañana en el Hall del Banco del Libro, momento en que se inaugura la muestra que permanece abierta hasta el 30 de junio en la sede de la institución en Altamira Sur (Caracas). La exhibición va normalmente acompañada de un programa de actividades que tiene como eje central las publicaciones postuladas y ganadoras. Las listas de libros postulados y ganadores pueden revisarse en la web de la institución (http://www.bancodellibro.org.ve). Además de estar presente en el stand A28 de la Feria, donde ofrece al público asistente sus publicaciones y productos (Formemos Lectores, Parapara y el Calendario del Banco del Libro), este año el Banco del Libro promueve la literatura y lectura venezolanas en la coordinación de la mesa titulada “¿Qué está pasando en Venezuela?, un panorama de la nueva narrativa venezolana”, con la participación de Luis Enrique Belmonte, Rodrigo Blanco Calderón y Lucas García, y bajo la moderación de Alberto Barrera Tyszka. Además, en el marco del Encuentro de Promotores de Lectura, el Banco del Libro lleva como invitado, a la mesa dedicada a lectura y calidad de vida, a Roberth Ramírez, quien desde la Universidad Valle del Momboy (UVM, http://www.uvm.edu.ve), en Trujillo, lleva el proyecto de las bibliomulas, originario del Banco del Libro y transferido posteriormente a esa institución. Fuente: Banco del Libro *** Fil Guadalajara reunirá a más de 17.000 profesionales editoriales Más de 17.000 profesionales del libro de 40 países, entre bibliotecarios, traductores, editores, ilustradores, agentes literarios, scouts y toda la gente que trabaja en torno al libro y la lectura, se darán cita en la 23ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL, http://www.fil.com.mx), el mayor evento del medio editorial en español, que se realizará en esta ciudad mexicana del 28 de noviembre al 6 de diciembre. Este año asistirán a la FIL más de 700 bibliotecarios de México, Estados Unidos, España y Latinoamérica, quienes realizarán sus adquisiciones y compras directas durante la feria. También, más de 160 agentes y editores responsables de derechos de 24 países asistirán para comprar o vender derechos de autor y conocer a los noveles escritores, a fin de incrementar su catálogo de representación. Además, para tener contacto con editoriales nacionales y extranjeras, para futuros acuerdos y contratos, se harán presentes en la FIL ilustradores de México y Latinoamérica. Se estima que la FIL generará este año negocios de alrededor de 25 millones de dólares por compra directa de profesionales, además de los 8 millones de dólares que se espera por adquisiciones del público en general. Entre las herramientas que los organizadores han preparado para facilitar y potenciar los negocios se encuentra el Salón de Novedades, en el que estará disponible una selección de cinco mil títulos expuestos en un espacio ubicado en el Área Internacional de la FIL Guadalajara. Además, estos títulos se encuentran disponibles en un catálogo en línea, con búsquedas por materia, editorial e ISBN. El Salón de Derechos, también dentro del Área Internacional, contará con 84 mesas, en las que representantes de 23 países y 86 empresas negociarán la compra y venta de derechos de autor, la representación de autores y los derechos de traducción. El VIII Foro Internacional de Editores y Profesionales del Libro, el VII Encuentro de Promotores de Lectura, el XVI Coloquio Internacional de Bibliotecarios, el XIII Congreso de Traducción e Interpretación San Jerónimo, el Encuentro Internacional del Libro de Texto y talleres sobre derechos de autor, ilustración y cómic son algunos de los espacios en los que los profesionales podrán interactuar. Los profesionales y el público visitante también tienen acceso al Catálogo de Libros, que incluye alrededor de 200.000 títulos, que representan el fondo editorial y novedades de 1.350 editoriales de 25 países. Esta base está disponible en línea en la web del evento (http://www.fil.com.mx) y durante el mismo podrá ser consultado en el vestíbulo 4. Durante los cinco días en que se dan cita los profesionales, además de realizar negocios, pueden asistir a una serie de actividades que se llevarán a cabo entre el 28 de noviembre y el 2 de diciembre. El programa completo se puede consultar en la página de la feria (http://www.fil.com.mx). Fuente: FIL *** Realizarán subasta de arte en homenaje a Armando Rojas Guardia El próximo domingo 29 de noviembre se realizará en Caracas una subasta de obras de arte en homenaje al escritor venezolano Armando Rojas Guardia, actividad organizada por un grupo de amigos, alumnos y admiradores que se han unido para apoyar al autor de La nada vigilante en la búsqueda de un espacio idóneo para vivir y, además, continuar su labor literaria y formativa. En el catálogo de la subasta, Rojas Guardia (Caracas, 1949) agradeció a los artistas y organizadores el apoyo que le brindan con esta actividad. “Nada tengo en las palabras y en los gestos para expresarles la gratitud que siento por la donación que cada uno de ustedes hizo de una obra suya para la subasta que se va a realizar a mi favor”, escribió. “Más allá de lo que económicamente se recaude en ese evento, el hecho mismo de contar con el espaldarazo artístico de ustedes, en un momento difícil de mi vida, es lo que me llena de orgullo y de clamorosa satisfacción”. Setenta obras de arte conforman la oferta de la subasta, en la que participan creadores como Alejandro Otero, Jacobo Borges, Harry Abend, Humberto Jaimes Sánchez, Nedo, Luis Guevara Moreno, Henry Bermúdez, Antonio Lazo, Pascual Navarro, Diego Barboza, Jorge Pizzani, José Campos Biscardi, Jesús Caviglia, José Antonio Dávila, Adonay Duque, Carmelo Niño, Azálea Quiñones, Alberto Asprino, Humberto Mayol, Gladys Meneses, Eugenio Opitz, Rui Quimio, Leonardo Figueroa, Solange Salazar, Juan Sara Serrano o William Stone Reverón. Muchas de estas obras se incorporaron a la subasta gracias a la generosidad de los propios artistas, entre ellos Édgar Sánchez, Ricardo Benaím, Helena Arellano Mayz, Alejandro Toro, Patricia van Dalen, Teresa Casanova, Pedro Fermín, Sigfredo Chacón, Rafael Castillo Zapata, Marisabela Erminy, Iván Estrada, Nelson Garrido, Felipe Herrera, Pedro León Zapata, Víctor Hugo Irazábal, Javier Level, Jesús Matheus, James Mathison, Nela Ochoa, Toña Vegas, Julio Pacheco Rivas, Rolando Peña, Adrián Pujol, Gisela Romero, Carola Bravo, Carlos Zerpa, Miguel Arguinzones e Isabel Cisneros. Igualmente, galeristas y coleccionistas donaron obras para contribuir con la actividad. Entre ellos cabe mencionar a Patricia Phelps de Cisneros, la Galería Freites y la Galería Ascaso, a Ana Teresa Torres, Clementina Vaamonde, Patricia Guzmán, Joaquín Martha Sosa y Tosca Hernández, Tamara Jiménez, Isaac Chocrón, Alfredo Chacón, Maitena de Elguezábal, Mary Salas, Josefina Jordán, Yolanda Pantin, Héctor Caldera, Carmen Elena Alemán, Abraham Quintero, Víctor Guédez, Juan Ignacio Parra, Rafael Cadenas y bid & co Editor. La organización del material se ha realizado bajo la coordinación de María Elena Ramos y ha sido responsabilidad de Luisa Helena Calcaño, Francesca Borjas y Maitena de Elguezábal. Las fotografías digitales han sido responsabilidad profesional de Laura Morales y Gabriella Di Stefano. Manuel Vegas ha prestado su asesoría en distintos aspectos de la organización de la subasta. La exposición de los lotes subastados fue organizada gracias al esfuerzo de Maitena de Elguezabal, Raúl Santana y Francisco Canton. Nathanael Méndez, Waneska, Belisarios, Carolina Arnal y Lisbeth Salas participaron en la elaboración del catálogo, que puede descargarse de http://www.letralia.com/util/subasta.pdf (PDF, 3,1 Mb) y que incluye un formulario para quienes deseen hacer posturas en ausencia. Antes de la subasta, el viernes 27 de noviembre a las 6 de la tarde se celebrará un homenaje a Rojas Guardia en los espacios de la Conexión Red de Apoyo Humano (calle Choroní, Quinta Gaya, Chuao). Los asistentes disfrutarán de un brindis tras la inauguración de la exposición, que se mantendrá abierta al público hasta el sábado 28. Ese día, a las 10 de la mañana, se realizará un conversatorio de poesía, arte y psicología. La subasta tendrá lugar el domingo 29 de noviembre a las 11 de la mañana con la participación de Elvira Neri como martillo de la misma. Hijo del poeta caraqueño Pablo Rojas Guardia (1909-1978) y Mercedes Álvarez Gómez (1919-1973), el poeta Armando Rojas Guardia vivió durante sus primeros siete años en Praga, Haití y Nicaragua, como consecuencia de los cargos diplomáticos de su padre. Durante su juventud vivió en Bogotá, Friburgo (Suiza) y Solentiname, con Ernesto Cardenal, en Nicaragua. Posteriormente su vida ha transcurrido entre Caracas y Mérida. Su vocación como escritor se inició en su hogar y jugó un papel importante su participación en el Taller de Calicanto y Antonia; y se cimenta con su activa participación en la formación del Grupo Tráfico. Ha desempeñado una amplia labor cultural y docente vinculada a la literatura, y es una de las voces fundamentales de la poesía venezolana contemporánea, así como un destacado ensayista. Ha publicado, entre otros, los poemarios Del mismo amor ardiendo (1979), Yo supe de la vieja herida (1985), Poemas de Quebrada de la Virgen (1985), Hacia la noche viva (1989), Antología poética (1993), La nada vigilante (1994) y El esplendor y la espera (2000). A principios de este año los sellos bid & co. editor y EBUC-UCV publicaron la antología Fuera de tiesto, que abarca toda la poesía publicada e inédita del autor y cuenta con estudio introductorio de Harry Almela, responsable también de la selección de poemas. *** Ancianos también tienen su FIL Guadalajara El gerontólogo José Valencia organiza desde hace una década la FIL Abuelos, una jornada literaria anual dedicada a escritores de la tercera edad, y enmarcada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL, http://www.fil.com.mx), cuya 23ª edición tendrá lugar del 28 de noviembre al 6 de diciembre. Este año la jornada se realizará el domingo 6 de diciembre a partir de las 9:30 en el Salón del Hotel Hilton Expo, frente a Expo Guadalajara. Según el organizador, el costo de entrada es una sonrisa, a cambio de la cual los asistentes recibirán una semilla. La actividad se iniciará con la presentación a cargo de Valencia, acompañado por Claudia Bernal. A continuación Carlota Gedovius presentará el libro La nana, de Marina Alvarado. A las 10:10, Sarahí Lay, Adrián Lay y Raúl Bañuelos presentarán Estampas poéticas de Macau, del escritor, ya fallecido, Ramón Lay Mazo. A las 10:35, Socorro Mendoza presentará su libro Corazón sin tiempo, seguida de Francisco Alberto Doria y su libro ¡Dejaste huella!, con palabras de Valencia. A las 11:25, Manuel Humberto Gil Vara presentará sus libros Tributo y Por las calles de mi tierra, y a las 11:50 se hará lo propio con Pensamientos, de Sonia Achy López. Después de un receso a mediodía, a las 12:30 la escritora Guillermina Salazar presentará su libro Química orgánica. Mireya Alvarado Begovich hablará a las 12:55 de su Libro de la vida, siendo seguida por Alfonso Miranda Márquez, quien presentará En busca del Chilam Balam, de María Luisa Kirchner y Campos. Tras la presentación de Vivir sin envejecer XI, una antología de textos compilada por Valencia, éste y Bernal procederán a la clausura del evento, a las 14. “Este evento es único en todo el mundo”, explica Valencia, quien atiende ancianos desde 1978. “Ninguna sociedad del mundo entero ha dado tanta importancia a la participación, experiencia y amor contenidos en los ancianos y a quienes se atreven a expresarse a través de las letras”, concluyó. *** Un encuentro cultural homenajeará en Barinas a José León Tapia Del 10 al 13 de diciembre se realizará en Barinas (Venezuela) el II Encuentro Nacional de la Cultura Llanera, evento que, en el marco de los 150 años de la Batalla de Santa Inés, rendirá homenaje al escritor José León Tapia (1928-2007) a dos años de su desaparición física. La actividad, que congrega a distinguidos investigadores de la historia y la cultura de Venezuela, busca abrir un espacio para realizar importantes reflexiones en torno a la historia, patrimonio cultural, ciencia, tecnología, ecología y modernización del llano; creación literaria y audiovisual llanera; y la educación como forma de diálogo cultural en la sociedad llanera venezolana. Generar una discusión que contribuya a la construcción de una visión total del llano, sin barreras ni límites, y la posibilidad de trascender la discusión para asumir labores de acción y pasar de la interpretación a la acción transformadora de la realidad mediante acciones concretas, son algunos de los objetivos principales del encuentro. Además, los participantes debatirán sobre la historia de las diversas localidades y regiones; analizarán la dinámica del patrimonio cultural del llano; estudiarán el impacto de la ciencia, la tecnología y la ecología en la dinámica de la modernización capitalista del llano, determinando los cambios que se han generado a raíz de la implantación de diversos parámetros científicos y tecnológicos; revisarán los cambios en la creación literaria y audiovisual en la cultura llanera, entendidas como expresión de los medios de difusión masiva de la cultura, y plantearán formas de una educación dialógica como vía para entender el proceso adaptación-recreación de la sociedad llanera en los tiempos actuales. Para participar o solicitar más información, los interesados pueden comunicarse con Alberto Pérez Larrarte (0424 5374756/0273/4150773), Segundo Rojas Garrido (0414 2676097), Edinson Pérez Cantor (0414 5681642), Baudilio Mendoza (0414 5681959), Argenis Méndez Echenique (0414 4783318), Arisela Medina (0414 4689273) o Armando González Segovia (0414 5958293), o escribir a las direcciones electrónicas prensacronista@hotmail.com o 2culturallanera@gmail.com. *** Investigadores venezolanos podrán presentar propuestas al Celarg La Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.gob.ve) recibirá hasta el próximo 20 de enero propuestas de investigación para el período 2010-2012. Los aspirantes, quienes se ceñirán a uno de cinco ejes temáticos, deberán presentar propuestas que “contribuyan a la generación de conocimientos destinados a la comprensión del proceso de transformación que vive Venezuela y a la construcción de una América Latina y un Caribe integrados e independientes”, como indica el ente convocante en un comunicado. En esta ocasión la fundación privilegiará los proyectos con enfoque novedoso que contribuyan a la construcción de teorías acordes con la realidad de la región y a la deconstrucción del pensamiento hegemónico. El primero de los ejes temáticos será el referido a la integración latinoamericana y caribeña, que abarca el estudio de la integración, sus dilemas, retos y desafíos. Le sigue la emancipación latinoamericana y caribeña, tema medular para el conocimiento y transformación de la región, que adquiere especial relevancia al conmemorarse el año próximo el Bicentenario de la Independencia de Venezuela. Resistencia y contra-hegemonía en América Latina y el Caribe es el tercer eje, en el que se analizará la participación de grupos, movimientos y organizaciones populares en las transformaciones sociopolíticas y culturales de la región; el cuarto eje se orientará en las prácticas culturales en América Latina y el Caribe, con el estudio de los distintos movimientos y manifestaciones de la práctica artística y literaria como expresión de la identidad y diversidad cultural y, también, como elemento integrador de la región, y el último eje estará centrado en análisis coyunturales, ensayos sobre problemáticas específicas de la región. La presentación deberá ser concreta y su extensión no podrá exceder las 5 cuartillas. Deberá estar compuesta por el nombre del proyecto, su objetivo, una pregunta de investigación, la justificación de la selección del tema y su relación con el estado del arte de los estudios sobre la misma materia, la descripción de la metodología y el plan de trabajo y una bibliografía básica. Se debe entregar antes del 20 de enero de 2010, por triplicado, en la recepción del Celarg (avenida Luis Roche con 3ª Transversal de Altamira, Caracas), con atención a la Coordinación de Investigaciones. Además se debe incluir un sobre carta cerrado con los datos del proponente, que será abierto sólo en caso de que el proyecto entre en el grupo preseleccionado. El Celarg entrevistará a los proponentes seleccionados el 22 y el 26 de febrero. El texto completo de la convocatoria está disponible en la web del Celarg (http://www.celarg.gob.ve) y en nuestro boletín de anuncios (http://www.letralia.com/concursos/c100120.htm). Los interesados pueden además solicitar mayor información mediante los teléfonos (0212) 2852721 / 2990 / 2644. Fuente: Celarg *** Realizarán en Caracas jornadas y congreso de investigación educativa Hasta la semana próxima es posible presentar resúmenes para aspirar a participar en las XII Jornadas de Investigación Educativa y el III Congreso Internacional (http://web.ucv.ve/cies/XII%20Jornadas.htm), que con el lema “Educación, desafíos y alternativas” reunirán del 20 al 23 de abril de 2010 en Caracas a profesionales y estudiantes de pedagogía con la finalidad de promover la discusión y reflexión pedagógica y su divulgación, en el marco de los procesos de transformación del contexto nacional e internacional. Con la organización de la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve) y el Centro de Investigaciones Educativas (Cies, http://web.ucv.ve/cies), la actividad se realizará en homenaje al educador Luis Padrino y contará con la presencia de dos invitados internacionales, el doctor F. Javier Murillo Torrecilla, de la Universidad Autónoma de Madrid (http://www.uam.es), y la doctora Ana Lupita Chaves Salas, de la Universidad de Costa Rica (UCR, http://www.ucr.ac.cr). El evento tiene entre sus objetivos fomentar y enriquecer la discusión de problemas de la educación nacional e internacional; promover la cooperación y el intercambio entre investigadores nacionales e internacionales del área de la educación y de la pedagogía; fortalecer espacios para la divulgación de la producción de los investigadores de la educación, e incrementar el interés y la participación del estudiantado universitario en la investigación educativa. Los retos que el mundo contemporáneo presenta a la formación docente, la relación entre la escuela y el poder comunitario, la investigación educativa y la enseñanza como herramientas para el cambio, y la relación entre la pedagogía y la historia son algunos de los temas por los que se pasearán los ponentes del evento. El evento se iniciará el martes 20 de abril con palabras de la doctora Cecilia García Arocha, rectora de la UCV. Conferencistas nacionales e internacionales compartirán espacios durante los tres días del evento. El miércoles 21 se realizarán las mesas redondas y talleres, y los ponentes leerán sus propuestas por mesas de trabajo. El jueves 23 estará reservado a la presentación de conclusiones y resultados y a la entrega de los premios a la investigación, clausurando las jornadas con un acto cultural. Las ponencias deben ser producto de un trabajo de investigación ya sea culminado o en proceso, y el plazo para su presentación cierra el próximo lunes 30 de noviembre. El resumen, con una extensión máxima de trescientas palabras, deberá presentar los siguientes aspectos: introducción breve con objetivos; método, resultados y conclusiones/recomendaciones (así sean preliminares). Para efectos de la consideración de las ponencias se deberá hacer llegar ante el Comité Académico, por correo electrónico u otra vía, un ejemplar de la ponencia en extenso, con su resumen y tres descriptores. La ponencia completa se someterá a un proceso de arbitraje. El Comité Académico del congreso notificará por escrito, en un plazo máximo de 15 días hábiles, el resultado de la evaluación. Los aspirantes cuyos resúmenes sean admitidos podrán presentar sus ponencias hasta el 11 de diciembre. La extensión máxima de las ponencias será de 15 páginas tamaño carta a espacio y medio, incluyendo las referencias. Se recomienda tomar como guía las normas de la American Psychological Association (APA, http://www.apa.org) para las citas y referencias. Si hay tablas y gráficos, los aspirantes deberán colocarlos al final en página aparte, según las mismas normas APA. El material deberá ser presentado en archivo de Word, en fuente Arial a 11 puntos y con los cuatro márgenes de 3 centímetros. La primera página contendrá solamente la identificación y el resumen. Se deberá incluir como identificación, además del título del trabajo, el nombre del autor o autores, la institución a la cual está adscrito y el correo electrónico. Al final del cuerpo de la ponencia se agregará un breve resumen biográfico, de hasta cien palabras, del autor o los autores. Para presentar ponencias es indispensable la inscripción en el evento. La inscripción tiene un costo de 300 bolívares para profesionales y público, 80 para estudiantes de pregrado, 100 para docentes de preescolar, básica, media diversificada y profesional y 150 dólares para asistentes internacionales. Después del 1 de enero de 2010, estos precios aumentarán a 400, 100 y 150 bolívares, y a 200 dólares, respectivamente. Las jornadas se realizarán en la sede del Cies, en la planta baja del edificio Trasbordo, en la Ciudad Universitaria de Caracas. Para solicitar información se puede telefonear al (0212) 605-2953 o escribir a las direcciones electrónicas jec.informacion@gmail.com y cies@ucv.ve. Fuente: Cies ||||||||||||||||||||||| LITERATURA EN INTERNET |||||||||||||||||||||| 6 Columnas http://www.6columnas.com Proyecto de artes y letras y medio independiente que publica crónicas, notas de opinión, noticias, entrevistas, ensayo breve y otros materiales originales sobre artes visuales o escénicas, cine, música, fotografía y literatura. Es desarrollado por la empresa chilena Portel Studios a partir de una idea original del periodista chileno Jaime Ceresa y con la colaboración de estudiantes y profesionales de todos los ámbitos culturales, así como de reconocidas firmas iberoamericanas. Red Internacional de Cuentacuentos http://www.cuentacuentos.eu Un portal de narradores orales abierto a todos los interesados en la difusión del cuentacuentos, la animación a la lectura, la creación literaria y las artes escénicas. Una plataforma de interconexión y divulgación del trabajo de cuentacuentos que agrupa a más de 400 narradores de 35 países en los cinco continentes. Publica material teórico, información sobre cuentacuentos y eventos en los que éstos participan, textos de creación y noticias de actualidad del medio, entre otras cosas. Bestiaria http://bestiaria.blogspot.com Colección de relatos, descripciones e imágenes de mujeres fantásticas y reales. Se trata de la muy exitosa y premiada bitácora de la escritora y guionista argentina Carolina Aguirre. Sus textos, en los que describe personalidades y situaciones femeninas, han sido reunidos en un libro y se publican, además, en diversos medios. Corneta, Semanario Cultural de Caracas http://www.corneta.org Una agenda de eventos culturales y artísticos caraqueños y, también, un medio alternativo de noticias en sociedad y política internacional. Todo lo que se necesita saber sobre la escena caraqueña, así como actividades musicales, cinematográficas, literarias y, en general, culturales, se encuentra en esta página. También publica entrevistas, reseñas y otros materiales. Español (con virgulilla, por favor) http://virgulilla.wordpress.com Reflexiones, notas y recursos sobre el idioma español y el español rioplatense. Normativa, léxico, neologismos, modismos argentinos, lunfardo, jerga adolescente, jerga villera, errores frecuentes, identidad del español, interculturalidad y otros materiales. Una bitácora de la profesora y traductora argentina Marina Menéndez. ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === Carlos Fuentes en la Filsa 2009 ======================================= === “En Chile entré a la literatura en lengua castellana” ================= === Laura García ========================================================== (Nota del editor: el pasado 14 de noviembre el escritor mexicano Carlos Fuentes presentó en la Feria Internacional del Libro de Santiago de Chile, Filsa 2009, su novela Adán en Edén, oportunidad en la que dialogó con Arturo Fontaine y Cecilia Rovaretti. La colombiana Laura García ofrece hoy a los ojos de la Tierra de Letras su transcripción del evento, que realizó para el portal de artes y letras 6 Columnas [http://bit.ly/1lM6I7]). El maestro mexicano Carlos Fuentes —el más esperado de la Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa), sin duda— llegó para presentar su obra Adán en Edén. Con él conversaron Arturo Fontaine y Cecilia Rovaretti. Rebosante de buen humor y de energías a sus 81 años, Carlos Fuentes se explayó sobre esta su última novela en la que aborda los temas más espinosos de la actualidad mexicana: el narcotráfico, la violencia, el crimen. Pero también habló de la literatura, de la novela como “género de géneros” y regaló a todos los asistentes a su presentación en la Sala de las Artes motivos para reír con sus ocurrencias, entre otras, decirle a los presentadores al final de cada una de sus intervenciones: “No sé si contesto bien a su pregunta”. Adán en Edén es la narración en primera persona de Adán Gorozpe, un millonario que llegó al poder económico gracias a un muy buen casamiento y quien fue tentado también por el poder político, gracias a una propuesta de su antagonista, el corrupto Adán Góngora. La novela está compuesta por una trama de misterio, pero con un final abierto, y las reflexiones de Adán Gorozpe como voz principal giran en torno al tema del poder, su naturaleza, la libertad y también aspectos de su vida y de cómo se ve a sí mismo cuando ya tiene tanto poder. ¿Qué más decir? No le queda mucho a esta cronista, es mejor que hable el maestro. Los poderes que hay en Adán en Edén “En la novela hay muchos poderes y yo creo que el menor es el poder literario porque se engaña mucho a sí mismo, es un poder que se cree poder y no es tan poder. Aquí hay la historia de un hombre, el hermano de la protagonista, Abelardo, a quien su padre regaña, porque su padre es el rey del biscocho, es un hombre que ha hecho fortuna con panaderías. Y regaña a su hijo porque no se dedica a los negocios, porque no hace dinero, qué quieres ser, eres un vago, lo trata muy mal. Entonces él sale a buscar trabajo. Primero se acerca al mundo literario, le va muy mal y luego se acerca al mundo de la televisión y le va peor. Finalmente entra a un mundo seudorreligioso místico en el que descubre una veta en un niño que se presenta como el niño Dios. No engaño a nadie, yo soy un niño que va a la escuela, tengo 11 años y me pongo una peluca rubia, unas alitas, y salgo a predicar y la gente me sigue y se reúne en Insurgentes y me oyen. Entonces él decide ser un poco el gerente de este niño Dios, habiendo fracasado en su intento de obtener el poder literario o el poder de los medios de comunicación. ”El tema del poder en esta novela pues es central. Esta es una novela muy periodística en el sentido de que me propuse hacer una novela basada mucho en noticias. La literatura, la novela ha sido siempre un terreno muy vasto, un género de géneros”. La presencia femenina de Adán en Edén Cecilia Rovaretti le pidió a Carlos Fuentes que hablara un poco sobre la presencia femenina en esta novela y él dijo: “La novela es narrada por Adán en primera persona, y eso ya le da un tono a la novela porque da a entender Adán todo lo que es, pero el lector sabe más sobre Adán de lo que Adán quiere decirnos, lo cual es un juego dentro de la novela que puede ser eficaz o no. Adán tiene estas relaciones con su familia, con el mundo, y finalmente con el poder y con el crimen, porque al cabo de cuentas su gran antagonista es un hipotético jefe de la policía, que es Adán Góngora, es otro Adán que además seduce a la mujer de Adán Gorozpe, con lo cual Adán se siente muy halagado de quitarse a Priscila de encima, que es una señora bastante terrible, aburrida y grosera y tonta sin saberlo, ¿verdad? Y su mundo es su mundo privado con Ele, entonces hay muy poca presencia de las mujeres en la novela porque es una novela que tiene sobre todo un trasfondo de crimen, un trasfondo de violencia y un primer plano grotesco, un poco de comedia negra si se quiere, y un narrador que es más de lo que él dice pero que es tanto como el lector sospecha y sabe. Y ahí es donde las cosas se complican un poco sobre todo en las relaciones con Ele que Cecilia le atribuye la feminidad pero no sabes, nunca se dice en la novela si Ele es un hombre o una mujer”. El tiempo en la novela “Uno al escribir una novela está anclado en su momento, en su tiempo y en su espacio. Pero está tentado, a veces sin quererlo, de escribir también para el pasado y para el porvenir. Yo creo que de los tiempos humanos el presente es el lugar de todos los tiempos, en el presente recordamos y eso es el pasado, en el presente deseamos y eso es el porvenir y esta novela no escapa a ese signo novelesco en el que se apuesta que la novela va a recuperar algo del pasado porque ella misma va a ser pasado muy pronto. Don Quijote se publicó en 1605 y bueno, está vivita y coleando, y antes de Don Quijote no era imaginable el mundo de Don Quijote hasta que aparece la novela, y tiene una vida propia y una vida que se ancla en el pasado porque es heredera de la picaresca, del Lazarillo de Tormes, de las novelas de caballería, de todos los géneros, pero también se dirige al lector futuro, yo siempre he sostenido que el próximo lector de Don Quijote aún no nace, la novela está hecha para el lector del porvenir; no con una intención programática de Cervantes, es así, esa novela pervive y está esperando siempre la aparición del siguiente lector, y yo creo que este es el gran secreto de la escritura: escribir sin quererlo de una manera no programática para el escritor posible, el escritor que no ha nacido, sí, pero también el escritor posible en un mundo actual, es un propósito que le da su vigor a la novela, que le da su fuerza. ”(...) ¿Qué hay en un nombre? Es lo que uno se pregunta: ¿qué hay detrás de un nombre? ¿Por qué escribe uno? ¿Por qué pone uno nombres? ¿Por qué bautiza uno a toda una pléyade de personajes? Porque es lo que reclama el presente, y lo reclama porque el presente quiere recordar y porque el presente quiere desear y cuando unimos esos tres tiempos en una novela, es cuando hacemos el arte de la novela, la novela es inseparable del tiempo, no es historia pero es tiempo. Ha habido tiempos sin novela, pero nunca ha habido una novela sin tiempo, una novela que se define a sí misma por haber retratado el tiempo”. Sobre el surgimiento del narrador de Adán en Edén “Y uno tiene un plan general, más o menos sabe cómo empieza, pero no sabe lo que va a pasar hasta terminar más tarde. A mí me sucede una cosa y es que soy bastante disciplinado y digo en la noche: ‘Bueno, me siento y este va a ser mañana mi trabajo y este es mi capítulo’, y me acuesto y duermo y me levanto y me siento y me sale algo completamente distinto. Hay elementos pero hay algo novedoso, algo que no había previsto, algo que viene del sueño, del inconsciente, del subconsciente, de la pesadilla, de una memoria resucitada, no sé de dónde, hay algo que añade la novedad ante el propio autor, el propio autor se sorprende de cosas que no estaban previstas y que aparecen de repente en la página; bueno, eso he tratado en esta novela de atribuírselo al propio narrador que el narrador sepa muchas cosas pero no todas (...). Si yo escribo esta novela con un personaje que sabe lo que va a pasar sería la novela más aburrida del mundo y tendría tres páginas además, no más. En cambio lo que produce la intriga es que el propio narrador está asombrado de lo que sucede, siente que tiene un gran poder pero no un poder total, que se le escapa constantemente, por eso lee tantos periódicos, es una novela de un lector de periódicos (...), hay mucha información de hechos nimios o hechos grandes en la novela que son los que finalmente le permiten a la novela revelarse como novela. Porque hay hechos de un señor que perdió un globo que fue a dar a quién sabe dónde... Qué sé yo, veinte mil cosas que suceden, pero luego hay un misterio de la novela propiamente dicho y esto se resuelve en Buenos Aires cuando dos personajes que son escritores, que son Sergio Ramírez y Tomás Eloy Martínez, se sientan a discutir una novela que se llama Adán en Edén, que es la novela que estamos leyendo y discuten sobre qué es esta novela y dónde va a ir a dar esta novela y qué significa, de manera que la novela se vuelve tema de la noticia, se vuelve el tema que discuten dos escritores en una nevería de Buenos Aires, todos son niveles que le dan a la novela pues una pluralidad de direcciones, de sentidos, de significados, a fin de que la novela no termina. A mí me irritan mucho las obras terminadas, por eso me es imposible leer novelas de misterio, con Agatha Christie al final sabemos todo lo que hay que saber, se explica hasta el último detalle quién es el asesino, por qué asesinó, se cierra el libro y ya no hay misterio, y en consecuencia el libro se olvida muy pronto, es muy difícil recordar la trama de novelas policiales por ese motivo, porque son novelas cerradas. En cambio yo quisiera escribir, al estilo de muy grandes escritores, novelas que finalmente les son entregadas a ustedes, al lector, es el lector el que termina la novela, es el lector el que le da su fin a su novela, o no se lo da, puede dárselo o puede no dárselo, pero la novela permanece como una gran puerta abierta en la que no es el escritor el que concluye y dice: fin, aquí termina, sino el que abre la puerta final al lector y a los lectores y a los descendientes de los lectores y posiblemente al futuro mismo, entonces por eso la novela termina como termina, sin cerrarse totalmente sino abriendo esta puerta que abren, en una nevería de Buenos Aires, Sergio Ramírez y Tomás Eloy Martínez”. La actualidad que circula por Adán en Edén y la mirada personal del autor “Toda novela tiene que tener un espacio, es inevitable y la actualidad se cuela por muchos lados. El Quijote, para volver a ese ejemplo, está lleno de la actualidad de la monarquía de Felipe II, que es cuando se escribe la novela. Y la novela no hace referencia alguna a los temas consagrados por la monarquía austríaca de España, al contrario, los evita y nos da todo lo que la monarquía prohibió sin decirlo, toda la burla, el antidogmatismo, la realidad alternativa, que está prohibida por la Inquisición, la trata Cervantes de una manera dulce, simpática, entonces hay dos maneras de leer una novela, por lo que la novela dice y por lo que la novela deja de decir. Lo que la novela dice no es forzosamente lo que dice el autor, aunque el autor lo escribe, esos son los misterios de la novela, que uno se suelta y deja correr una serie de cosas que no corresponden precisamente al pensamiento que expresó por otro lado en artículos de prensa, entonces soy muy claro respecto a qué es esto y esto y esto. Aquí hay una especie de accidente continuo en esta novela, de una realidad que se cuela, que impide a los personajes ser lo que quisieran ser, que les mete zancadillas, que les inventa caídas, patrañas, toda una serie de accidentes que permiten que el mundo político y social de la actualidad esté presente con un factor creativo de la novela. Con un factor que le impide a un personaje ser lo que quisiera ser y usar el poder como le gustaría usarlo porque hay una realidad que le dice ‘chinga tu madre, así no’. Y no. Le impone verdades, le impone caminos, para eso está eso ahí, para referirse al personaje y decirle al personaje: te enfrentas a este mundo, tú no lo hiciste, o sí lo hiciste, contribuiste a hacerlo, pero este mundo te está imponiendo condiciones, señalando caminos y qué haces con él; la respuesta es una novela. Es esencial para entender esta novela saber que hay un mundo afuera de los personajes, un mundo que niega a los personajes, que los entorpece, que se burla de ellos, que les impone necesidades, miserias, accidentes de todo tipo. Nadie escapa de esto. Y yo lo vivo como escritor. Escribo una novela que no puede ser sólo mi voz. En una novela le doy un gran margen de libertad a lo que no soy yo, a lo que piensan otros. A lo que los personajes deciden hacer y decir o dejar de hacer y dejar de decir (...). Hay un margen de autonomía de la novela y la propia novela se escapa de las manos del novelista y se desarrolla y le crea obstáculos no tanto al novelista, sino a los personajes de la novela, que quisieran un mundo determinado y seguir un camino cierto y no pueden porque hay otros hombres y otras circunstancias que le están diciendo: por ahí no, detente, regresa, desvíate; así se escribe finalmente una novela, con todos esos accidentes de la vida real, que los sufrimos todos pero que indican que el novelista no es el rey de la creación, que no es el dueño de su propio material, que el material se le escapa, se le impone. Hay un elemento lúcido, lógico de la escritura, pero otro lado muy misterioso que es el más bonito de todos, que te viene de una pesadilla, te viene de noche, te viene de las maneras más raras del mundo y que te dice: ‘escribe esto’, ‘pos no quiero’, ‘pos lo escribes’. Y lo escribes”. Chile “(...) Ir a Chile, tomar entonces de Nueva York a Valparaíso, diecinueve días el viaje. Te decían diecinueve días porque el barco hacía paradas en todos los puertos... Era un cambio de mundo, yo tuve la gran fortuna de sentir Chile siempre como mi casa, y me hice de muy buenos amigos que conservo hasta hoy. Entré muy de lleno a la literatura de lengua española. Teníamos un profesor muy bueno que se llamaba Durán y él era muy consciente de acercarnos a la literatura en lengua castellana. ¿Qué es lo primero que nos da a leer? Baldomero Lillo. Yo recuerdo haber entrado a la literatura en lengua castellana leyendo los retratos populares Subsole y Subterra, de Baldomero Lillo, pero al mismo tiempo nos obligaba a leer a Neruda y a Gabriela Mistral y a Huidobro, de manera que tenía yo un mundo de cercanía a la lengua española que además se complementaba con mi pasión, verdad, pasión, por la política chilena porque no había estado en un país en donde la vida fuese tan agitada, tan intensa, tan verbal. Yo no me perdía un mitin del teatro Caupolicán, no me lo perdía por nada, yo quería oír a Marmaduque Grove perorar, a Raúl Morales, a toda la gente de la política de entonces que estaban en el momento de la transición de la muerte de Pedro Aguirre Cerda, en el interinato de Arancibia, y la nueva elección que le dio el poder a Juan Antonio Ríos. Fue un momento muy agitado de la política chilena, Salvador Allende era ministro de Salud del gobierno de Arancibia, yo me compenetré muchísimo de lo que es la vida política latinoamericana gracias a esa experiencia de mi juventud; yo tenía 14 años y me interesaba enormemente lo que estaba pasando. Era yo lector asiduo, asiduo, del Topace, me maravillaba que hubiese una revista satírica tan feroz, que tratase tan mal a los políticos, no les perdonaba nada. ”En fin, que vivir en la Avenida de Los Leones, ir a la escuela en bicicleta, ver los cambios de estación en Chile, la primavera chilena es una maravilla, cómo florece todo, la comida chilena, las frutas, los mariscos de Chile, que son únicos porque vienen del agua fría del Pacífico y no los tenemos en México, en fin, que toda una cultura, una civilización chilena que se volvió parte de mí, que hasta el día de hoy es algo que me formó: la siento en mi corazón, en mis tripas, por todos lados circula esa cultura de ustedes, esa vida de ustedes que me dio muchísimo”. ** Laura García laura.lalita@gmail.com Escritora colombiana (Cartago, Valle del Cauca, 1985). Cursa estudios de licenciatura en letras en la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar), en donde reside actualmente, después de vivir en Chile entre 1998 y 2003. Mantiene en línea el blog sobre artes y literatura Club de Artes y Letras El ClarLet (http://clar-let.blogspot.com) y la revista ArcoLibris (http://blogs.clarin.com/arcolibris). === Charles Darwin: ======================================================= === el impacto de una teoría cuyo desafío continúa vigente ================ === Carmen Malarée ======================================================== El 12 de febrero del presente año se cumplieron doscientos años del nacimiento de Charles Darwin. El pensamiento de este infatigable científico, que tanta polémica suscitó en el siglo XIX, sigue resonando en el mundo entero. Su nombre se identifica con la teoría de la evolución, con la selección natural, con la lucha por la supervivencia del más fuerte, con la supremacía sexual de los individuos para continuar la especie. Hay quienes extienden sus ideas del mundo natural a la sociedad y su funcionamiento económico. Sus principios sobre la selección natural aplicados al plano social podrían ser hoy en día la justificación irrevocable del capitalismo galopante en medio de la globalización, de un crudo “social darwinism” que excluye a los miembros más vulnerables de la sociedad en pro de la competencia y de la ganancia. Quienes han intentado reducir su teoría a ese nivel no han tenido en cuenta que Darwin dejó siempre en claro que la transferencia del plano natural al social y humano no era factible, pues no considera el elemento pensante, emocional, solidario de la raza humana. Hijo de un exitoso galeno, Robert Darwin, y de Susannah Wedgwood, miembro de una afamada familia ligada a la industria de loza en Inglaterra, el joven Darwin intentó estudios de medicina en la Universidad de Edimburgo, pero debido a su extrema sensibilidad no pudo resistir ser testigo de operaciones llevadas a cabo —en aquellos tiempos— sin anestesia. Ingresó a Christ’s College, Cambridge, a estudiar teología. Allí forjó amistad con John Stevens Henslow, catedrático en botánica y mineralogía, quien lo introdujo a la obra del geólogo Charles Lyell (1797-1875), titulada Principios de geología, libro que llevó consigo cuando se embarcó en el Beagle, a la edad de 22 años. Lyell argumentaba que la Tierra debía su formación a fuerzas naturales como volcanes, hielo, agua y movimientos terráqueos, que habían actuado por millones de años y seguían actuando sobre el planeta. El recorrido en el Beagle le permitió observar las grandes masas estructurales en Patagonia y los Andes que a sus ojos se presentaban como ejemplos concretos de lo que Lyell planteaba en su obra. Pero Darwin, además de observar objetos inanimados y su transformación a través del tiempo, se preocupaba también de observar animales, plantas y seres humanos que habitaban lo que en Europa se conoce como el nuevo continente. De su viaje exploratorio resultó su libro The Voyage of the Beagle (El viaje del Beagle), una gran bitácora en la que deja grabadas las impresiones de un joven que se maravilla ante la variedad creativa de la naturaleza tanto en los seres vivos como en los objetos inanimados. Fue América del Sur el vínculo de lo material a lo teórico, que le permitió comenzar a gestar sus ideas. Por eso se dice que ese libro contiene los gérmenes de lo que será su teoría de la evolución. De hecho, la primera frase de Darwin en su introducción a la obra máxima que contiene la formulación de su teoría, titulado The Origin of the Species (El origen de las especies), es un reconocimiento del bagaje de conocimiento y experiencia que recogió en su circunnavegación en el Beagle. Dice: “Cuando estaba a bordo del HMS Beagle, en mi capacidad de naturalista, algunos hechos relacionados con la distribución de la población de América del Sur, como también con aquellos elementos geológicos que ligan presente y pasado de los habitantes de aquel continente, me impresionaron sobremanera” (2, p. 4). En América del Sur fue donde presenció Darwin que las formas, colores, comportamiento de la flora y fauna, tenían un grado de dependencia con el hábitat, y que en esto la condición humana no era una excepción. Al respecto es interesante notar sus observaciones de los habitantes de Tierra del Fuego, al extremo sur de Chile, quienes vivían en un estado primitivo, a merced de los elementos climáticos, en una zona cuya topografía no ofrecía las condiciones de progreso material o intelectual ni tampoco las de un desarrollo social; un medio ambiente muy contrastante con el que encontró más tarde en aquel viaje del Beagle cuando visitó Tahití. Darwin comenta que el tipo de canoa que utilizaban los fueguinos no había evolucionado en los doscientos cincuenta años transcurridos desde que Francis Drake había visitado el lugar (1, p. 206). Nota también el poder mímico de los fueguinos, su capacidad de repetir en perfecto inglés frases completas y también de retenerlas en su memoria por un lapso de tiempo (1, p. 196); la desenvoltura con que se lanzan a bailar el vals y su aceptación natural de dicha música. Darwin observa también cuán aguda es la visión que poseen. A bordo del Beagle van de regreso tres fueguinos (el capitán del Beagle, Fitz Roy, en un viaje previo, los había embarcado con él a Inglaterra, donde habían sido iniciados, junto con otros dos fueguinos, en el cristianismo. Sólo tres de ellos regresan, ya que uno muere en Inglaterra afectado por la viruela) cuya visión, de acuerdo a Darwin, sobrepasa los telescopios de la época. Es interesante citar la anécdota que narra Darwin al respecto de dos de ellos, York y Jemmy, nombres que el capitán les había asignado: “Su visión era marcadamente aguda: es bien sabido que los marineros, por una cuestión de práctica, pueden apreciar con su vista un objeto distante en mucho mejor forma que un hombre acostumbrado a vivir en tierra; pero York y Jemmy eran muy superiores al respecto, mejores que cualquiera de los marineros a bordo: varias veces identificaron objetos a distancia en altamar, y, aun cuando todo el mundo dudaba de ello se comprobó en cada ocasión a través del telescopio que no se equivocaban. Eran muy conscientes de este poder que ellos tenían; y Jemmy, cuando se producía alguna desavenencia con el oficial de guardia, decía: ‘Yo, cuando ver barco, yo no decir nada’ ” (1, p. 198). Darwin observa, asombrado, las facultades sensoriales de los fueguinos, y ya entonces concluye que son ellas “el resultado de una práctica muy intensiva de la percepción sensorial, común a los hombres que se encuentran en un estado primitivo de desarrollo, si se les compara con aquellos que han vivido en un estado de civilización” (1, p. 196). Darwin es cuidadoso en el uso del lenguaje, trata de no juzgar como bueno o malo el estado en que se encuentra un grupo humano determinado. Nótese que el término “primitivo”, sólo lo utiliza en relación a lo que se concibe en ese instante como “civilizado”, porque está siempre pensando que la realidad exterior es un continuum. Este es un rasgo de su estilo que se puede apreciar en sus escritos posteriores, en los que se entrevé una lucha constante por alcanzar la precisión de las palabras, el ajuste entre el razonamiento y la expresión verbal/escrita de éste. En el segundo capítulo de The Origins of the Species, dedica varias páginas a explicar lo que él define como “especie” y “variación”, pues es consciente de que la comunidad científica de la época no ha llegado a una definición universal de estos dos términos (2, pp. 38-45). Fue cuando zarpó de Tierra del Fuego por la costa oeste de América del Sur, llegando a las Islas Galápagos, que Darwin comenzó a dar forma a su teoría. Allí pudo comparar la flora y fauna en cada una de las islas, y cuán diferentes eran éstas de lo que había visto en la parte continental de América, observando que dichas características se ajustaban al medio ambiente en que se encontraban. Recogió muestras de plantas, animales y fósiles, pero más de veinte años transcurrieron entre la publicación de The Voyage of the Beagle y The Origins of Species, veinte años en los cuales continuó su investigación. En el record de su viaje a América del Sur hay amplia evidencia de su poder de observación, de ser un hombre práctico, activo en la exploración del terreno como también de toda criatura viviente y de todo grupo humano, además de ser extremadamente riguroso en la investigación, característica que mantuvo por el resto de sus días. Necesitaba observar, coleccionar, examinar, comparar, intercambiar ideas con otros científicos de su época, para dar fuerza a su razonamiento teórico antes de presentarlo a la comunidad científica. Este pudo ser uno de los factores, junto con otras presiones de tipo familiar y social de la época, que explican que hayan transcurrido más de veinte años entre la publicación de The Voyage of the Beagle y The Origin of Species. En ese transcurso de tiempo mantuvo una activa correspondencia con científicos británicos y extranjeros para intercambiar ideas acerca de la investigación que realizaba antes de formular su teoría. También llevó a cabo su propia y exhaustiva investigación en organismos vivos. El Museo de Zoología de la Universidad de Cambridge conserva el catálogo que cuidadosamente creó para el estudio de los percebes (un tipo de crustáceos), donado por su hijo Francis a dicha institución en 1897. Fue la posibilidad de que otro científico, Alfred Russel Wallace, enunciara la teoría que Darwin había ya concebido con el nombre de “selección natural”, lo que le impulsó a publicar su obra máxima. Darwin lo admite con suma honestidad, rindiendo al mismo tiempo un reconocimiento a Wallace cuando, en la introducción a The Origins of the Species, dice: “He sido persuadido a publicar especialmente porque Mr. Wallace, quien estudia en este momento la historia natural del archipiélago malayo, ha llegado a exactamente las mismas conclusiones a las que he llegado yo en lo que se refiere al origen de las especies” (2, p. 3; Introduction). En la continua lucha por la supervivencia de las especies que Darwin plantea en The Origin of Species, está la influencia de la teoría de Thomas Malthus (1766-1834), a quien Darwin había leído. Dicha teoría plantea que los recursos naturales de que dispone la Tierra no pueden satisfacer las necesidades de todos los habitantes del planeta, y que por tanto los más débiles deben perecer. En The Origin of Species, su autor tocó muy superficialmente las consecuencias de esta lucha y del proceso evolutivo del hombre. En su obra posterior, The Descent of Man (La descendencia del hombre), estableció abiertamente que la especie humana no había sido creada como una entidad singular, sino que había evolucionado de un estado animal y que el ancestro del hombre había sido un animal parecido a un pez. Este enunciado contravenía la idea bíblica de un jardín del Edén en cuyo centro está el hombre creado por Dios como un ser a su imagen y semejanza. Era un abierto desafío a las ideas sobre el origen del mundo tan profundamente arraigadas en la mentalidad de los habitantes del mundo occidental. En el presente año en el Reino Unido se ha realizado una serie de charlas, exposiciones, programas radiales y televisivos, que celebran el genio de este científico del siglo XIX. Recientemente se ha llevado a la gran pantalla la película Creation (Creación), que abre una brecha al público de la dimensión humana de este genio del siglo XIX. La película tiene como tema central la relación de Darwin con su hija mayor y el drama familiar desencadenado por el fallecimiento de la niña; la batalla interna que se libra en él entre el respeto a la fe de su esposa y su convicción científica en su decisión para llevar a cabo la publicación de su obra máxima The Origin of Species. En la actual difusión de las ideas darwinianas no sólo se ha hecho hincapié en las investigaciones que Darwin llevó a cabo en el plano geológico, zoológico, botánico, sino también la influencia que sus estudios ejercieron en el plano artístico. En Cambridge, el Museo Fitzwilliam montó una exposición que, aparte de informar acerca de Darwin, el ser humano y científico, informa también el campo de nueva observación y apreciación artística que su pensamiento abrió entre sus contemporáneos en Europa y los Estados Unidos. Se advierte que en la época era ésta ya una preocupación en el ambiente intelectual y el público en general. La gran contribución de Darwin fue dar forma y consistencia a las ideas enunciándolas en su teoría, respaldando ésta con evidencia científica. Así, al presentar de una manera sistemática en su investigación el aspecto geológico, la lucha por la supervivencia de las especies y la selección natural que ella conlleva, se abrió una nueva ventana por la que el mundo se vio a sí mismo. La teoría acerca de la formación geológica fue la más controvertida de la época debido a que cuestiona la creación del mundo por mano divina contenida en el capítulo Génesis de la Biblia, que sostiene que el mundo fue creado hace poco más de 6.000 años. Hoy en día, la polémica sigue vigente y sus más tenaces adversarios son los llamados “neo-christians”, cuyo centro de proliferación ideológica se encuentra en los Estados Unidos. Cabe preguntarse cuáles son las razones por las que la película Creation no ha encontrado quien la distribuya en ese país. En The Genius of Charles Darwin (La genialidad de Charles Darwin), programa que se muestra semanalmente en el Canal 4 de la televisión en el Reino Unido, presentado por Richard Dawkins, catedrático de la Universidad de Oxford, se confronta la evidencia científica que en su tiempo Darwin esgrimió —enriquecida ahora por descubrimientos contemporáneos en el plano genético— con la fe sostenida por el neocristianismo y también representantes de las iglesias cristianas tradicionales. Lo hace en forma personal, enfrentando al Arzobispo de Canterbury y a pastores de iglesias neocristianas en Estados Unidos. Explora también el sistema educacional en el Reino Unido, donde se centra la gran polémica de la diversidad cultural y religiosa. Para Dawkins esa inmensa masa humana en proceso de formación de las ideas es central en el futuro del desarrollo científico. Allí, en los jóvenes, se gesta el porvenir, y la semilla la plantan los educadores, profesores de ciencias sobre todo, quienes —sostiene él— tienen el deber de atenerse a los hechos demostrados por la experimentación científica para educar eficientemente a sus alumnos. Pero la idiosincrasia británica no permite que nadie sostenga una verdad absoluta. Aquí la tolerancia de todas las ideas religiosas tiene un fuerte componente en la práctica. Así es como conviven en el paisaje urbano las iglesias cristianas y su variedad de denominaciones; las mezquitas, los templos budistas, las sinagogas; y con ellas, sus creyentes y observantes de las diversas culturas que con sus vestimentas típicas adornan las grandes masas urbanas. Fue en noviembre de 1859 que Darwin publicó The Origins of the Species, y hoy, un siglo y medio más tarde, su teoría, apoyada por evidencia científica posterior, sobre todo por el rápido desarrollo de la genética, sigue confrontando un antiguo dogma. Parece paradojal que en la última frase de su obra máxima Darwin haga mención del “Creador” cuando dice: “Hay grandiosidad en esta concepción de vida [refiriéndose a la selección natural, lo que involucra por una parte diversidad como también extinción de formas menos aptas] y de todo su poder, vida que —adquiera diversidad de formas o una sola— haya sido en principio generada de un soplo por el Creador; que al mismo tiempo que esto ocurría el planeta haya estado funcionado en ciclos de acuerdo a la ley fija de la gravedad, y que, de un comienzo tan simple, hayan surgido formas inacabables —las más bellas y más maravillosas— que han estado y están aún evolucionando” (2, p. 396). ¿Significa esta frase que Darwin empleó la yuxtaposición entre “Creador” y ley de gravedad en forma irónica? ¿Estaba alertando al lector de que así como el mundo había pasado siglos sin ser consciente de la existencia de la ley de gravedad, así también sería el caso con su teoría? ¿O estaba simplemente transigiendo a la posibilidad de que en principio hubo un Creador, pero que eso no niega que exista el proceso evolutivo? Viene a la memoria Galileo, quien sometido a juicio inquisitorial, se vio obligado a repetir que la Tierra era el centro del universo, pero que —para no negar totalmente su teoría— agregaba al final de cada oración: “pero también se mueve”. 1. Charles Darwin, The Voyage of the Beagle, Everyman’s Library, London, 1906. Reimpreso en 1983. 2. Charles Darwin, The Origin of the Species, Oxford University Press, 1996. N.B.: Las citas textuales de ambas obras han sido traducidas del inglés al español por la autora. ** Carmen Malarée cgmalaree@btinternet.com Docente chilena (Longavi, 1950). Profesora de francés y español en el Reino Unido. Ha publicado la novela La voz del silencio (Editorial Maranatha; Talca, Chile) y el estudio “Development Education in the Spanish Classroom”, en la revista Vida Hispánica Nº 30 (otoño de 2004), de la Association for Language Learning del Reino Unido. === Homenaje a Manuel Felipe Rugeles Ana Berta López ================= Hay artistas cuya obra es sin duda alguna maravillosa, dotada de un virtuosismo y un encanto irresistibles pero a quienes pareciera que los siguiera una sombra que no quisiera dejarlos sobresalir, permitir que reciban el reconocimiento que se merecen; y se convierte en una lucha entre, digamos, la mala suerte y el talento. Tal es el caso del poeta Manuel Felipe Rugeles, cuyo talento maravilloso nadie se atreve a poner en duda, de hecho es el poeta más universal que ha dado el estado Táchira, pero ha habido siempre un silencio a su alrededor que no permite dimensionar su talento como se debería. Si bien sus libros han sido editados en algunas oportunidades se siente como si no se le diera al poeta y su obra el justo lugar que merece, como si hubiese una cierta tendencia al olvido. En este año 2009 se cumplen cincuenta años de su ausencia. Por ello la Sociedad Salón de Lectura, Ateneo del Táchira, en las personas de su presidente, el doctor Luís Hernández Contreras, y el coordinador de Literatura, poeta Ernesto Román Orozco, se dio a la tarea de rendir un homenaje, con todos los honores posibles, a tan insigne oficiante de la palabra. Para ello convocaron a destacadísimos profesionales del arte literario. Las actividades comenzaron el domingo primero de noviembre con un sencillo acto donde el orador de orden fue el sobrino del poeta, el comunicador social Manuel Rugeles Acevedo. Ese día también expresó un saludo a la colectividad cultural de San Cristóbal y el Táchira el hijo del poeta, el reconocido músico y director de orquesta Alfredo Rugeles Azuaje. Y la profesora Bethy Cárdenas hizo una sentida semblanza del poeta con motivo de haber sido bautizada con su nombre una parroquia. Los actos formales iniciaron el lunes dos de noviembre en la sala María Santos Stella de la institución, con la presencia en el estrado del poeta Eduardo Zambrano Colmenares, quien presentó una conferencia sobre la obra del poeta Rugeles. Los poetas Antonio Mora, Pablo Mora y Ernesto Román Orozco leyeron algunos de los textos más emblemáticos de Manuel Felipe Rugeles. A este acto estaba convocado el ciudadano gobernador del estado para hacer entrega de la Orden Manuel Felipe Rugeles en su única clase tanto al poeta Eduardo Zambrano Colmenares, como al destacado músico Alfredo Rugeles Azuaje. Por eventos sorpresivos de seguridad que afectaban al estado y que requerían de su atención personal, el gobernador delegó en los señores Walter Márquez y la licenciada Laura Escalante la imposición de las medallas a tan ilustres personajes. En el mismo acto, la compositora Diana Arismendi, nuera del poeta, leyó la nota de salutación y agradecimiento de doña Ana Mercedes Azuaje viuda de Rugeles. El hijo del ilustre tachirense también leyó un muy emocionado discurso, en donde no sólo habló de su padre sino que también agradeció muy emocionado ese tan merecido homenaje que se le rindió. Para el martes tres, el invitado era el profesor Carlos Sandoval, investigador docente de la UCV, quien dispensó a sus oyentes una interesante, educativa y muy amena charla sobre el panorama actual de la narrativa venezolana. Esa misma noche la Peña Literaria Manuel Felipe Rugeles hizo una reunión extraordinaria donde también se exaltó al poeta, esta vez desde la palabra del también poeta J. A. Escalona-Escalona, quien lo conoció personalmente y de quien fuera amigo entrañable. Ya el miércoles era el último día de actividades. Los invitados para esa noche disertaron en el foro “El Táchira pre y post rugeleano” sobre la obra de Job Amado, a cargo de Luís Hernández Contreras; sobre la obra de Juan Beroes, a cargo de José Gregorio Vásquez, y sobre la obra de Dionisio Aymará, a cargo de Alejandro Bruzual. Luego de este foro se procedió a una lectura de textos poéticos con Alejandro Bruzual, Eduardo Zambrano Colmenares y Alejandro Oliveros. Realmente las actividades resultaron muy interesantes y los invitados eran de lujo. Y aquí es donde vuelvo al comienzo, a esa lucha silenciosa entre la mala suerte y el talento que parece rodear al poeta Rugeles. A pesar de de toda la promoción que se le hizo al evento la asistencia al mismo fue impresionantemente escasa, suponemos que algunos alegarán aquello de la inseguridad en el centro de la ciudad, cosa que es cierta aunque no es menos cierto que ahora el Ateneo cuenta con el apoyo de la policía regional cada vez que la institución ofrece una actividad nocturna. Por otra parte las conferencias se ofrecieron a las tres de la tarde, hora en que muchísima gente transita por el centro de la ciudad y en la que no se puede alegar temor a la oscuridad e inseguridad de la zona. Lo que llama poderosamente la atención es la ausencia de estudiantes universitarios de las carreras ligadas a las letras y la literatura, bien fuera solos o en grupos acompañados de algún profesor, pero por allí no se les vio. Así como tampoco de la gente del mundillo literario regional; se pueden contar con los dedos de una mano los que apoyaron con su presencia el evento, y en este caso me estoy refiriendo a esas personas que ya son reconocidas en el ámbito literario regional. Prácticamente nadie asistió, el grueso de la asistencia fueron personas amantes de las letras mas no oficiantes de la palabra. La asistencia de público fue terriblemente poca, hubo oportunidades en que sólo se llegó a contar con veinte personas. Y es donde uno se pregunta: ¿qué es lo que pasa en San Cristóbal?, ¿hasta cuándo tanta apatía a lo concerniente al arte y la cultura, además de tanto desinterés de los unos por los otros? Hay que entender que el sector cultural debe permanecer unido, más allá de poses políticas o ideológicas, apoyarse todos como artistas y aprender que existe la retroalimentación. Será maravilloso el día que uno se encuentre a un escritor disfrutando de una obra de teatro, o a un actor en una lectura de poesía, o a un pintor en un concierto. El día que los dioses se bajen de sus olimpos y comprendan que todos aprendemos de todos, y que así se logran el crecimiento y la madurez. Que hagan la soberbia a un lado. Y para corroborar todo lo antes dicho quedan las fotos, que dicen más que mil palabras (fotografías disponibles en http://www.letralia.com/222/articulo03.htm). ** Ana Berta López ablaconsta@yahoo.es Fotógrafa y actriz venezolana (Caracas, 1963). Cursó estudios en el Taller de Actuación Luz Columba, de Nelson Ortega, en 1986, y en 1990 cursó el Ciclo Básico de Arte Dramático en el IFAd y el Taller de Elaboración de Libretos para TV con Mariela Romero. Al llegar a San Cristóbal, Táchira, donde reside actualmente, tomó el Taller de Actuación para Cine y TV con Miguel Ponce, en 1998. En teatro hizo la obra Avenida Lecuna, con el grupo Arriba El Telón, en 1989, mientras en televisión se desempeñó en Radio Caracas Televisión como actriz destajista en varios programas tales como Selva María, Señora, Abigaíl, Mi Amada Beatriz y otros. Desde 1997 ha trabajado como docente independiente de actuación en la Dirección de Cultura y Bellas Artes del Táchira, la Unidad Educativa Bolivariana Páramo de La Laja y el Colegio Don Bosco, entre otros entes. Como fotógrafa cursó los talleres “Fotografía y cultura popular”, dictado por Mariano Díaz, y “Revelado y copiado blanco y negro”, con Gustavo Carmona, ambos en la Fototeca del Táchira. Ha presentado sus trabajos en la exposición colectiva “Creadores del hecho fotográfico”, en la Fototeca del Táchira (2004), y en las individuales “Capturando egos”, en la Casa Steinvorth (1999); “Ojos de miles miradas”, en la Fototeca del Táchira (2004), “Aunque sean tonterías, ¡escríbeme!”, en el Consulado de Venezuela en Cúcuta y en el Ateneo del Táchira (agosto y noviembre de 2005) y “¡A escena!”, en la Casa Sindical San Cristóbal (2006). === Orfila Bardesio, como la poesía Héctor Rosales =================== ¡Dame mi paso en esa catedral, / mis pies en esa tierra, mi fuerza en sus victorias, / y déjame anidar en el secreto aunque la luz me toque desde lejos! O.B. (1) Durante años, coincidiendo con el invierno y la temprana retirada del sol, siempre que visité (nunca antes de las cinco de la tarde) aquel apartamento montevideano del barrio Pocitos, yo sabía que la mayor cantidad de luz, cultura, calidez y afecto los encontraría en el domicilio de Orfila. Y así fue. En la calle José Ellauri, muy cerca de Bulevar España, los árboles abundantes conocían la profunda mirada de la poeta, que posaba en ellos innumerables senderos para sus reflexiones, proyectos y diálogos. La vivienda respondía al universo bardesiano: dignísima sencillez, contacto permanente con libros, fotografías, música, cualquier vehículo donde la belleza y el humanismo fueran fuentes de vida, soportes del ánimo, horizontes. Hasta allí fueron mis pasos y los de amistades muy queridas a lo largo de más de veinte años. Allí vivió y trabajó una de las cinco o seis poetas más esenciales de las letras uruguayas e hispanoamericanas y, en lo estrictamente personal y literario, una de las tres o cuatro voces que más me interesaron e interesan de aquel país, cuya poesía escrita por mujeres es de las más relevantes del idioma. Esta es una afirmación nada caprichosa, ni mucho menos “patriotera”, sino avalada por el criterio de lectores extranjeros de primer nivel, que repararon en las cualidades de autoras uruguayas con mayor tino y entusiasmo que la propia y tantas veces sorda sociedad. En la madrugada de este miércoles 14 de octubre, en su Montevideo natal (había nacido en 1922), fallecía Orfila Bardesio. Sus hijos comunicaron sobriamente por mail la muy triste noticia. Me invadieron el silencio y los recuerdos como si el océano intentara ocupar una pequeña botella de vidrio. El mes pasado Orfila llamó por teléfono para preguntar si recibí un libro suyo (en agosto envió un volumen editado en la década de los ochenta). Le dije que sí, que ya tenía ese título desde su publicación, y que la carta adjunta me dejó muy contento. La poeta estaba pletórica de energía desde el otro lado de la línea, nada indicaba que aquella brevísima charla sería la última que mantendríamos. En junio, aprovechando un viaje fugaz a Montevideo (muy pocos días para ver a mis familiares más directos; pedí que no se comunicara mi presencia en tan corta ocasión), saqué tiempo de no sé dónde para visitar a Orfila. Esa merienda final, entrañable como las anteriores, presidida con el característico té, escones caseros y/o tostadas que la anfitriona ofrecía a sus invitados, nos reencontró en un diálogo privado donde nuestra amiga compartió varias opiniones que hoy cobran implacables resonancias. En determinado momento de la charla Orfila giró su cuerpo hacia un amplio ventanal paralelo a la calle. Sin dejar de mirar en esa dirección, comentó que meses atrás había estado releyendo poemas suyos de distintos libros y que, en general, no llegó a entender el significado de fondo que hizo posible aquellos textos... Todavía con su cabeza orientada a las vecinas arboledas, añadió que quizás había un único poema que ella podría atribuirse, un texto que seguía considerando sustancial en toda su obra. Hizo varias pausas, bajó la mirada y luego la dirigió hacia mí para preguntarme si podía recitarlo. Algo extrañado, aunque lleno de curiosidad y gratitud, le dije: por supuesto. Creí entenderle que el título del poema era “Retrato” (2). No explicó a qué libro pertenecía. Con lentitud, firmeza y el tono más adecuado al poema, Orfila impregnó el ambiente con los siguientes versos: Sueño Al poeta Jules Supervielle Mi estirpe es un jardín de hojas profundas que bajaron a besarse la sombra, con ternura. Mi antepasado, un elefante de escandalosa piedra y de roca animal. —Mi antepasado fue un espacio ensordecido por el peso. Mis abuelos paternos fueron robles. Mis abuelos maternos, dos manzanos. Mi madre, el último eslabón de la cadena, me alumbró de un trigal. Yo dudé ser espiga o mujer. Lloré de no poder ser mundo, y me crecieron largos brazos. Lloré de no poder acostarme a ser todo, y el surco, generoso, entró en mi cuerpo. ¡Hace tanto que vengo! ¡Hace tanto que vengo que todavía no he nacido! Mi luz es de una estrella que no ha brillado aún y mi día es ayer. Cuando me llaman, mi nombre tarda siglos en llegar. Las cabras de mi nombre no me encuentran. —De silencio es el nombre de todo. Busco las manos mías, para darlas. Para poder andar en el presente busco mis pies entre los siglos. Mis pasos todavía no han llegado a mis piernas. ¡Naufrago en tantos ríos para encontrar mis lágrimas! Si a veces digo algo, es sólo una noticia... ¡tanta distancia me separa de la boca, tantas palabras, de la voz! Mis ojos, detrás mío, viajan entre raíces y animales, apurados, para que pueda ver cuando me muera. Mi corazón demora. Mi cuerpo tiene forma de paciencia de caracol que espera ante una puerta. Mi vida es un recuerdo errante en la memoria de la tierra. Mi pensamiento aguarda despertar de su sueño en otro sueño. Mientras tanto, alcanzadme las cosas vibrantes del día, vosotros, hojas de sueños diferentes. —El día es una carta para mí. Vendrá la muerte enérgica y cederá la puerta. Apenas superada la magia de aquella audición, traté de expresarle torpemente cuánto me había gustado el poema y que lo recordaba de alguna lectura mía. Pero, al mismo tiempo, yo estaba reconociendo en esos versos, en la forma que la autora los comunicaba, un premonitorio anuncio de despedida. La sensación ya provenía de su poemario publicado este año (3) y de la puesta al día con su memoria juvenil, con sus años de formación, en las crónicas aparecidas pocos años atrás y que la autora tituló El pasado cultural uruguayo (4). En ese presente de junio montevideano de 2009 “su corazón ya no se demoraba”, sus ojos vislumbraban la puerta, la estrella brillando detrás. Aquel poema pertenecía a una trilogía, Uno, galardonada en cada edición con el correspondiente primer premio del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay. En ella descubrí algunos de los mejores poemas que yo haya leído jamás. Sumando el libro Juego (1972), estamos ante la columna vertebral de la poesía de Orfila, y ante cuatro de los poemarios más relevantes de la historia uruguaya, aunque quizás debería decir continental o universal. En un ensayo inédito (5), el profesor y crítico literario español Jorge Rodríguez Padrón apuntaba al respecto: Entre 1954 y 1971 se cumple el trayecto primordial, y central, de la obra de Orfila Bardesio: la realización de un libro escrito en tres etapas que son, a la vez, otros tantos momentos o movimientos (modulaciones) de la totalidad a la cual se refiere su breve y esclarecedor titulo, Uno. Todo había comenzado en Poema (así, en singular), y este segundo poemario a la misma idea nos acerca: escritura que busca plenitud, experiencia que no debe reducirse a una parte de la vida, ni ambicionar un lugar en la poesía de su tiempo. La propuesta resulta mucho más atrevida que eso, y más renovadora en consecuencia: crear un espacio en donde esta palabra satisfaga su necesidad de ser, centrada en sí misma y en la visión que hace el poema, o los poemas que son el poema. No separar, unirlo todo; pero sin que las unidades menores cedan un ápice en su autonomía, haciendo que confluyan en la mayor que las acoge, abierta maravilla en donde empieza a vislumbrarse el territorio total de la existencia. La poeta más aislada de la “Generación del 45”, la más fiel a su independencia, la que permaneció durante más de setenta años escribiendo una poesía que nunca le abandonó, se ha ido físicamente hace unos días. Ella fue una de las dos personas que más cartas me escribieron (todas manuscritas) en esta vida, junto a Rolando Faget, también poeta e inolvidable amigo nuestro (nacido en 1941), que se adelantó unos meses en el largo viaje. Pienso en ellos sabiendo que no han tenido ni tendrán la repercusión de las partidas de Idea Vilariño y Mario Benedetti (las dos figuras más notorias de aquella generación uruguaya) en este funesto 2009. Pero vuelvo a leer la dedicatoria, la caligrafía firme de Orfila en este pasado otoño montevideano y en su último poemario: “Con amistad fuerte como la poesía”. La veo entera entre estos papeles suyos, entre sobres y libros, fotos, pájaros, tierras, cielos y abrazos. Entera en su fe y en su palabra. Poeta verdadera donde las haya. Como deseo que la encuentren, más adelante, sus nuevos lectores, quienes sabrán quererla. Para ellos y ustedes informo de un título de Orfila, Dieciséis odas y una canción, publicado hace pocos años y disponible en Internet (6). Y aquí mismo entrego unos versos recientes de la poeta, de pie en el umbral, remitidos por sus hijos en este miércoles del adiós. En adelante, cualquier pájaro hablará de Orfila, de su largo y bello tejido vital, fuerte y hondo, como la poesía. El tejido (7) Ahora que estoy tejiendo, los puntos me salen de la sangre y de los ojos, los números. Ahora que estoy tejiendo, veo el tiempo dar pasos inevitables en las carreras, sola, por sus relojes sometida más que las aves y los peces, voy con lágrimas y nadie se da cuenta que el tejido mide mis horas y son pájaros de mi vida: lo que les doy. Notas 1. Fragmento del poema “Paisaje”, del libro Juego, Montevideo, 1972. 2. Originalmente titulado “Retrato” (De Uno / Libro Segundo, Montevideo, 1959), tomado de la Antología poética (Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1994), donde aparece con su título definitivo: Sueño. 3. La canción de la Tierra, Cal y Canto, Montevideo, 2009. Hay otra edición del mismo año, publicada en Cataluña bajo el título de La cançó de la Terra, ed. bilingüe catalán/castellano, con traducción y prólogo de Liévana Medina. 4. El pasado cultural uruguayo, edición al cuidado de Liévana Medina, Montevideo, 2006. 5. Convivio, libro inédito dedicado a las obras de Concepción Silva Bélinzon, Orfila Bardesio y Circe Maia. Sin ninguna duda: la más notable aproximación a la poética de estas autoras. 6. Dieciséis odas y una canción, 1ª ed. en formato pdf, Palabra Virtual, México 2005. http://www.palabravirtual.com/pdf/odas_bardesio.pdf. 7. Inédito, julio de 2009. ** Héctor Rosales hrosales@cafeinternet.es Poeta uruguayo (Montevideo, 1958). Desde 1979 reside en Barcelona, España. Ha publicado los libros Visiones y agonías (Barcelona, 1979; 2ª ed. corregida y aumentada, New Jersey, 2000), Espejos de la noche (Madrid, 1981), Carpeta 1 (Barcelona, 1982), Espectros (Gijón, 1983), Desvuelo (1ª ed., Montevideo-Barcelona, 1984, 2ª ed. corregida y aumentada, Barcelona, 1997; 3ª ed., 1999, 4ª ed. e-book, San José de Costa Rica, 2001), Alrededor el asedio (tres eds.: Montevideo, 1989/92/93, Primer Premio 1992, Ministerio de Educación y Cultura, Uruguay), Habitantes del grito incompleto (Montevideo, 1992) y Mientras la lluvia no borre las huellas (Barcelona, 2002). Además ha publicado diversos folletos, como El manantial invertido (cuatro eds.: 1994/96, 1995), y las breves antologías Voces en la piedra iluminada / Diez poetas uruguayos (Toledo, 1988) y Chapper, las espinas del verso (Montevideo, 2001). Su obra es reseñada en antologías, catálogos, libros colectivos y publicaciones de diversos países; algunos de sus textos se han traducido al francés, portugués, catalán, gallego, polaco, inglés y alemán y ha colaborado en numerosas revistas de arte y literatura. Su página web en http://www.hrosales.com contiene material literario y notas biobibliográficas del autor. === Rodrigo Blanco Calderón =============================================== === Once cuentos y una propuesta Valmore Muñoz Arteaga =============== I Dentro de lo que se ha denominado como nueva narrativa venezolana, hay voces que, sin la menor duda, se perfilan como las constructoras de una obra sólida y permanente dentro del panorama literario hispanoamericano. No sólo por la calidad que han venido demostrando, sino por el “compromiso” con el arte de la escritura, la voluntad juiciosa de estudiar los procesos narrativos y la disciplina creadora que no doblega sus rodillas ante el apresuramiento de verse en las vitrinas de las librerías. Una obra que apenas comienza, pero que se toma con seriedad y mesura, con un grueso respeto hacia el trabajo de tejer palabras en aras de una buena historia donde nada sobre y nada falte. Escribir, como dice Capote, hasta hallar el arte verdadero de hacerlo. Escribir con ambición de escribir sin más y sin menos. Escribir y pararse frente al abismo sin temor a saltar. Asumir el peligro de escribir como fibra vital de la existencia. Una de esas voces que apuntan hacia estas dimensiones es la de Rodrigo Blanco Calderón. Blanco Calderón ha publicado dos libros de cuentos: Una larga fila de hombres (2005) y Los invencibles (2007), lo interesante de esto es que ambos aparecen cuando el autor oscila entre los 24 y 26 años de edad. Esto podría resultar algo irrelevante, ya que casos como este pueden haber muchos. Sin duda es así en Venezuela, pero no todos esos casos han mostrado una conciencia literaria como la de Rodrigo Blanco Calderón, quien me recuerda otro caso curioso de nuestras letras, el de Andrés Mariño Palacio. Naturalmente, entre Mariño Palacio y Blanco Calderón hay una enorme diferencia. Mariño Palacio buscó alejarse lo más posible de las fórmulas locales de creación literaria, de los modelos que insistían en un criollismo anquilosado. Se alejó notablemente de lo anecdótico para concentrarse definitivamente en los propios desplazamientos narrativos, en lamer directamente del arte de la narración: ¿arte por el arte? Rodrigo Blanco Calderón, por el contrario, y sin descuidar la escritura como arte que se reflexiona a sí mismo, rescata, o intenta rescatar, el valor puntual de lo anecdótico como puente expedito entre el escritor y el lector. A pesar de esa notable diferencia, lo que los asemeja es, justamente, el compromiso con una obra que busca una identidad dentro de la gran narrativa latinoamericana, apostando siempre a los rasgos que les demarque la modernidad. Lo que los hace hermanos es la ambición mefistofélica por elaborar esa obra, por construirla más allá del mero acto de escribir. Ambición, esa es la palabra. Su primer libro de cuentos, Una larga fila de hombres, fue publicado en 2005 por Monte Ávila Editores dentro de la colección Las Formas del Fuego. Lo conforman cinco cuentos cargados, entre otras cosas, de la constante búsqueda del individuo por sobrevivir a los desmanes de la ciudad, que puede ser cualquier ciudad, asfixiada por el paso de “otros” hombres extraviados y violentos. Cuando este libro aparece, ya Blanco Calderón había resultado finalista del Concurso Nacional de Cuentos de Sacven con “El primer cuento”, en la III edición del concurso en 2001, y “Una larga fila de hombres”, en la IV edición del concurso en 2003. Luego publica Los invencibles, bajo el sello Random House Mondadori, en 2007. Esta nueva colección de cuentos presenta seis historias en las cuales profundiza en sus convicciones narrativas. En estas historias se percibe una mayor cohesión en el abordaje de nuevas maneras de contar, cuyas fuentes originarias son técnicas que han sido reconocidas como autoficción y metaficción. Para la aparición de este libro, Blanco Calderón resulta finalista en el Premio Municipal de Narrativa en 2007, y alcanzó a alzarse con el Concurso Anual de Cuentos de El Nacional en su 61ª edición con el cuento “Los golpes de la vida”. Además su nombre comienza a aparecer en antologías fundamentales que explican el momento por el cual atraviesa la narrativa venezolana contemporánea como De la urbe para el orbe, así como la muy importante y reconocida publicación antológica Bogotá 39; antología de cuento latinoamericano. II Una larga fila de hombres es el primer libro de cuentos de Rodrigo Blanco Calderón. El libro lo conforman cinco relatos: “El primer cuento”, “Una larga fila de hombres”, “La malla contraria”, “De todas maneras rosas” y “Uñas asesinas”. Para muchos críticos, en estos cuentos el autor saca a relucir su admiración por Francisco Massiani, ya que en muchos sentidos la voz del creador de Piedra de mar se deja escuchar entre sus líneas. Esto puede ser cierto, pero antes debo decir un par de cosas. No entiendo cómo se ha hecho creer al mundo lector que Francisco Massiani es el autor de una novela. Hasta donde tengo entendido, Massiani ha hecho otras cosas extraordinarias como Fiesta de campo, Renate o la vida siempre como comienzo, Las primeras hojas de la noche, El Llanero Solitario tiene la cabeza pelada como un cepillo de dientes, Los tres mandamientos de Misterdoc Fonegal, Con agua en la piel, Florencio y los pajaritos de Angelina su mujer, además de los poemarios Antología y Señor de la ternura; hay todo un mundo literario más allá de la historia de Corcho, la hermosa historia de Corcho. Por otro lado, debo suponer que para Rodrigo ha de ser una especie de honor esta comparación. Sin embargo, no estoy del todo de acuerdo. En estos cuentos se escucha la voz de Massiani, tanto como se puede escuchar la del primer Bolaño o la de Alfredo Bryce Echenique, aunque, en algunas ocasiones, se escucha también a Ricardo Piglia. Somos lo que leemos, de tal manera que estas voces en los cuentos de Blanco Calderón no son más que las que lo conforman como escritor y que hacen su propia voz. Los cuentos del libro giran y se reinventan en una ciudad que puede ser Caracas, cuyos traumas la hacen una con Buenos Aires o Bogotá. Una ciudad que, como dice José Carvajal, es un espacio donde cada quien restablece el suyo propio y su propio tiempo, sin rozarse demasiado, o rozándose sólo lo estrictamente necesario. Una ciudad, reflejo inequívoco de un país, reducido a dos bloques en constante pugna por imponerse uno sobre otro. Una ciudad contada desde la racionalidad y que se distancia de las Caracas de Israel Centeno, José Roberto Duque y Roberto Echeto, pero que, en el fondo, es la misma, lo que varía es la manera de sucumbir ante ella. Una ciudad en donde se acogen personajes llenos de temores, los temores propios del hombre de ciudad, del hombre moderno. Unos hombres que no distinguen entre los sonidos de la agonía y del orgasmo, como afirma Jorge Volpi. III Los invencibles aparece en 2007. De entrada, al igual que en su libro anterior, anuncia que las historias que cuenta pertenecen al mundo de la ficción. Busca afirmar que “la verdadera heroicidad no consiste en vencer y salvar todos los obstáculos sino, al contrario, como bien lo sabía Kafka, en ser vencido y superado por todos los obstáculos y, a pesar de todo, continuar”. Curiosamente suicidas estos invencibles. Quizás no se trate de suicidios, más bien resignación, ya que, la literatura, como bien lo supieron Balzac o Byron, es una amante excluyente a la que hay que servir con total entrega y devoción, puesto que, de otro modo, termina por abandonarnos a nuestra suerte. Blanco Calderón lo que hace es dar vueltas en torno a lo que afirmó Vargas Llosa al referirse a la literatura: “Esa es la impresión que tengo: que todo en mi vida, ahora, no lo vivo para mí, sino para ese ser que llevo adentro, del que ya no soy más que un sirviente”. El libro consta de seis cuentos: “Los invencibles”, “El biombo”, “Calle Sarandí”, “El último viaje del Tiburón Arcaya”, “En la hora sin sombra” y “Los golpes de la vida”. Historias que se circunscriben en el mismo marco de las historias de Una larga fila de hombres, pero que revelan, eso sí, mayor profundidad creadora. Historias concebidas desde la lectura, la escritura y la reflexión, lo cual ratifica el hecho de que Blanco Calderón no es un escritor improvisado y de una obra breve que, como muchas en Venezuela, murieron sin haberse concretado. Los registros que ha alcanzado suponen una narrativa que se hará, con el tiempo, un inmenso mar de posibilidades de ahondar otras facetas de su intimismo y heterogeneidad. Otra vez Caracas —¿o será Maracaibo?— reaparece mezclada entre nuestros propios sueños, un sueño dirigido, así como concibe la literatura Borges. Cuentos que nacen de la experiencia literaria para volver a ser literatura. Cuentos de la derrota que terminan siendo victorias, ya que se festejan nuevos caminos. Una ciudad en donde se respira un malditismo complejo que, muchas veces, nos anula y nos desvanece entre sus caricias cargadas de miserias, podredumbre y mediocridad. Con la cual establecemos una relación amor/odio, pero que siempre nos termina absorbiendo para que la reinventemos redefinida por nuestros propios demonios. IV Los cuentos de Rodrigo Blanco Calderón son el resultado de una vital preocupación por la historia que cuenta. De una búsqueda por algo valioso qué contar y que lo conecte con el eventual lector. Historias que sirven de puentes comunicantes entre sus intereses como ser humano y los intereses de quienes se acercan a leerlo. Cuentos que, al mismo tiempo, desnudan nuestra fragilidad ante el lenguaje que, no obstante, nos invitan a decidirnos por andar en su territorio, lo que supone una doble desnudez, ya que, según Pierre Mérot, “decidir es desnudarse por completo ante el otro”. No puede ser de otra manera para quien el cuento es, no sólo la consecuencia inmediata del hecho de leer, sino de la capacidad para vivir. Vida y lectura son, desde sus historias, los grandes elementos del cuento y de la literatura en sí. Vivir para leer, vivir lo que se lee y leer para vivir, circunstancias que no dejan más posibilidades que escribir. Rodrigo Blanco Calderón es un narrador que sostiene que la literatura es mentira y que sólo es verdad en el momento de la lectura, pero, curiosamente, la literatura se sostiene sobre nuestra necesidad de reponer carencias, como él mismo afirma, “de llenar los espacios vacíos de nuestra soledad”. Idea que lo hermana a Norberto José Olivar, quien asume que lo que se escribe es para inventarse otros destinos y olvidar el tedio que toca vivir. La realidad empobrece, limita y dificulta respirar. Ahoga y nos reduce a un tiempo que se acaba. Sus cuentos son esa inflexión, ese punto de quiebre, ese riesgo de enamorarse de una mujer y que, al conquistarla, no sepas qué hacer con ella. La literatura lo permite todo y eso es lo más peligroso, lo sabe Rodrigo y lo sabe Vila-Matas, quien afirma que lo más extraordinario de ella es que es un espacio de libertad tan grande que permite todo tipo de contradicciones. No hay nada que nos haga más humanos que esas mismas contradicciones, de tal manera que la narrativa de Rodrigo Blanco Calderón es humana, demasiado humana. Es esa y no otra la propuesta detrás de sus once cuentos: ser humano, demasiado humano. ** Valmore Muñoz Arteaga vajomar@cantv.net Docente y escritor venezolano (Maracaibo, 1973). Profesor de literatura en la Universidad Católica Cecilio Acosta y en el Colegio Alemán de Maracaibo. Ha publicado Epistolario: Mario Briceño-Iragorry-Mariano Picón Salas, Mario Briceño-Iragorry desde la vigilia y otros ensayos, Bajo la caligrafía de la noche y La memoria de la noche. === Don Quijote, Sancho y la justicia ===================================== === María Alejandra Crespin Argañaraz ===================================== En el capítulo XI de la primera parte de la obra magna de Cervantes, “De lo que sucedió a don Quijote con unos cabreros”, el caballero manchego dice, al referirse a la Edad de Oro: “Dichosa edad y siglos dichosos aquellos que los antiguos pusieron el nombre de dorados...”, y expresa más adelante: “No había el fraude, el engaño ni la malicia mezclándose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del intereses que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen”. La ley del encaje —sentencia que el juez dicta por lo que él ha pensado (encajado en la cabeza sin tener en cuenta lo que las leyes establecen)— aún no se había asentado en el entendimiento del juez, porque entonces no había entrado en la senda de la perversión. En el capítulo XLII de la segunda parte, “De los consejos que dio Don Quijote a Sancho Panza antes que fuese a gobernar a la ínsula...”, cabe destacar la importancia que nuestro personaje da a la administración de la justicia, pues muchos de ellos advierten al futuro gobernante acerca de las dificultades que tendrá para resolver los casos que se le presenten. Después de los primeros consejos que se inician con la invocación a Dios, fuente de toda sabiduría y, ante todo, tener en cuenta la máxima “conócete a ti mismo” y no olvidarse ni avergonzarse de sus orígenes humildes, menciona otra vez la ley del encaje, “que suele tener mucha cabida en los ignorantes que presumen de agudos”. Es una exhortación a ceñirse a las leyes, respetarlas y no ceder a los propios impulsos, pero esto no exime de tener compasión, “pero no más justicia”, por las lágrimas del acusado para que éstas no sean velo que oculte las razones de la denuncia. Y comienza don Quijote a indicarle a Sancho cuál debe ser la postura del juez ante los litigantes y sus exigencias: • La verdad, para impartir con rectitud la justicia, debe ser buscada sin pausa y desentrañada de las razones que ante el árbitro expongan las partes, sin que nada, ni dádivas, promesas o lamentos influyan en la decisión que se tome para cerrar la causa. • Al impartir justicia con la debida equidad, el juez debe ser algo más comprensivo que riguroso, lo que llevará, al aplicar la ley, a no cargar todo su rigor en el inculpado. Buscar siempre, entonces, el camino legal que permita al juzgador ver más allá del hecho en sí, el momento, las motivaciones, el medio social y todo aquello que permita atenuar, si cabe, la gravedad del delito. Ello permitirá “doblar la vara de la justicia” no con presentes o donaciones sino con el peso de la indulgencia, sujeta a los preceptos generales de las normas legales. • También al enemigo debe administrársele justicia en el término correcto de las leyes. En tal situación no debe influir la enemistad; apartar el pensamiento de los agravios, si los hubiera, y buscar sólo la verdad para dirimir el pleito. “No te ciegue la pasión propia de la causa ajena”, dice don Quijote a Sancho, porque un juez cabal no puede perder el equilibrio que la rectitud de su juicio exige y que es lo que de él esperan quienes están en el estrado. Nada debe turbar la conciencia del magistrado, que tendrá siempre presente el interés de la justicia y no el propio. • También el juez debe cuidarse y no favorecer a la belleza que a veces se presenta con gemidos y con lágrimas para conmover el espíritu del juzgador, cegar su sensatez y no dejar que valore con ecuanimidad lo que pide. • Quien dicta sentencia no debe maltratar de hecho ni de palabra al condenado, pues “sin malas razones” le basta pensar en el destino que le espera, con la cárcel o con trabajos... No olvidar que el inculpado es hombre y, por lo tanto, sujeto a las falencias de su condición humana, y esto basta para mostrarse con él “piadoso y clemente”: como todos somos iguales ante Dios, es más respetable la misericordia con justicia. De seguir estos consejos, según don Quijote, Sancho tendrá vida feliz, colmada de bienaventuranza que durará hasta el fin de sus días para trascender a su descendencia. Estos son algunos de los consejos que don Quijote da a su escudero a punto de asumir el gobierno, y que se refieren a la administración de la justicia, importante tarea del mandatario de la ínsula. De seguirlos, indudablemente, su gobierno será recordado con admiración y respeto por sus súbditos. Sera la época de Sancho Panza. La justicia a la que se refiere don Quijote es la justicia práctica, la que resuelve los casos usuales de la vida diaria. Así se exponen en los pleitos que Sancho resuelve: deudas impagas, disputas entre familiares desavenidos o vecinos y que se resuelven recordando casos similares por la perspicacia del hombre común que ha observado y apela a ese conocimiento de las peleas del ingenio popular, para resolver lo que se le plantea. Los consejos están dictados no para definir sino para valorar la justicia, especialmente la práctica, e indicar la mejor forma de aplicarla sin menoscabo ni sombras que hagan dudar de la integridad o de la sapiencia de quien debe administrarla. ** María Alejandra Crespin Argañaraz alejandracrespyn@hotmail.com Investigadora argentina. Es profesora superior, egresada en 1989, del Instituto Nacional de Enseñanza Superior Nº 2 “Mariano Acosta”, en Buenos Aires. También es licenciada en literatura clásica grecolatina. Ha participado en diversos congresos y simposios de literatura comparada en diferentes universidades argentinas. Textos suyos han sido publicados en Hispanista (http://www.hispanista.com.br) y Ariadna-RC (http://www.ariadna-rc.com). === Los pecados de un tal William Shakespeare Maikel A. Ramírez A. === Se supo frente a Dios y le dijo: Yo, que tantos hombres he sido en vano, quiero ser uno y yo. La voz de Dios le contestó desde un torbellino: Yo tampoco soy; yo soñé el mundo como tú soñaste tu obra, mi Shakespeare, y entre las formas de mi sueño estabas tú, que como yo eres muchos y nadie. (Jorge Luis Borges: Everything and Nothing). Desde algún tiempo después de su muerte hasta la presente fecha, la figura de William Shakespeare ha sido objeto de una de las mayores ignominias en la historia de la literatura, igual o quizá superado, en mi apreciación, por el destierro, encarcelamiento y censura que se le infringiera a Oscar Wilde en la Inglaterra victoriana: al bardo de Stratford-Upon-Avon se le niega la autoría de sus piezas teatrales y poéticas, atribuyéndoselas a otros de sus contemporáneos, por lo general al también dramaturgo Christopher Marlowe. La explicación de dicha infamia se traza en dos vertientes, la primera responde a un criterio textual mientras que la segunda (la que me parece la verdadera razón) es una afectación de relaciones de poder. A ambas paso a reseñar. Harold Bloom, el casi indiscutido mayor estudioso de Shakespeare después del doctor Johnson y Samuel Taylor Coleridge, ofrece un comentario iluminador en ¿Dónde se encuentra la sabiduría?: “En las obras de Shakespeare él no aparece, ni siquiera en sus sonetos. Es su casi invisibilidad lo que anima a los fanáticos que creen que cualquiera menos Shakespeare escribió las obras de Shakespeare”. De esta manera, el dramaturgo inglés se distancia del otro autor citado por Bloom en el mismo capítulo de su libro, Miguel de Cervantes. Es difícil separar la historia del caballero de la triste figura del manco de Lepanto. En Don Quijote de La Mancha, desde una mirada acuciosa, se hace patente la presencia de Cervantes. Bloom cita el pasaje de la biblia española (como Unamuno llamó a la obra cervantina) en el cual Cervantes ataca a su rival en la dramaturgia, Lope de Vega: “Deténgase vuestra merced, señor don Quijote, y advierta que esto que derriba, destroza y mata no son verdaderos moros, sino unas figurillas de pasta. Mire, ¡pecador de mí!, que me destruye y echa a perder toda mi hacienda”. Nabokov, otro prominente estudioso del Quijote, encontraba en la novela de Cervantes páginas endilgadas de dolor y sufrimiento; lo que mueve aun más a los lectores a vincular esta novela con su autor. Con respecto a esto, Bloom refiere la que podría considerarse como la más sufrida de las existencias de autor alguno: es herido en la batalla de Lepanto y como resultado de esto pierde el uso de la mano izquierda con tan sólo veinticuatro años, en 1575 es capturado por piratas de Berbería y pasa cinco años como esclavo en una prisión de Argel, sirve como espía en Portugal y Orán, con veinticinco obras teatrales de respaldo fracasa como dramaturgo en su regreso a España, es encarcelado en 1597 y 1605 (se dice que escribió la primera parte del Quijote en cautiverio), y por último, casi muere en situación paupérrima de no ser por la protección de un noble. Ahora bien, el carácter mimético del que hablaba Aristóteles en su Poética se convierte, para algunos estudiosos, en un pecado en las obras de Shakespeare, ya que es imposible establecer paralelismo alguno entre el dramaturgo inglés y su vida personal. ¿Es Julieta Capuleto una ficcionalización de Anne Hathaway, esposa del bardo?, ¿sufrió Shakespeare la melancolía y la dubitación del príncipe de Dinamarca?, ¿fue el padre del dramaturgo, John Shakespeare, tan ambicioso como Shylock?, ¿recreó Shakespeare en Otelo la celopatía de alguno de sus amigos o la propia?, ¿se vestía la señora Mary Arden Shakespeare como hombre al igual que Rosalinda?, ¿fue el bardo tan orgulloso como Lear?; nadie podría responder a estas preguntas, de lo cual se desprende un hecho: Shakespeare, más que algún otro autor, logró crear voces, miradas, psicologías y comportamientos tan genuinos que los personajes de sus obras sólo encuentran en ellos mismos sus propios referentes, explotan la máxima jakobsoniana de la función poética del lenguaje, demostrando así la maestría de su creador en el conocimiento profundo de la condición humana y del lenguaje. Bloom ha señalado: “Nadie, antes o después de él, hizo tantas individualidades separadas”. No poco se ha insistido en buscar notas autobiográficas que ayuden a entender la obra shakesperiana; de allí que se considere la muerte de su hijo en 1596 como factor motor de su movimiento de la comedia a las grandes tragedias o su “período negro” (Hamlet, Otelo, El Rey Lear, Macbeth). Jostein Gaarder resulta orientador y comedido cuando, en El mundo de Sofía, se refiere a la obra de Shakespeare como espejo de su tiempo, “pero ya en Shakespeare encontramos montones de frases sobre la vida como un teatro”. Con mayor amplitud Bloom comenta: “Y los diversos enfoques totalizadores —marxista, freudiano, feminista, lo que queráis— acaban resultando reduccionistas”, o, en palabras de Ben Johnson: “No de una era, pero de todos los tiempos”. Cierto: entender a Shakespeare pasa por entender un autor empeñado en retratar lo que de universal tiene el ser humano. No obstante, el mayor pecado de William Shakespeare fue no pertenecer a la élite de los “University Wits”: esto es, la generación de jóvenes escritores educados en las universidades de Oxford y Cambridge, entre ellos Marlowe, a quien dedicaré mayor énfasis posteriormente. El primer ataque dirigido a Shakespeare yace depositado en la autobiografía de Robert Greene: “An upstart crow, beautified with our feathers, that with his ‘Tiger’s heart wrapped in a player’s hide’ supposes he is as well able to bombast out a blank verse as the best of you; and, being an absolute Johannes factotum [jack of all trades], is in his own conceit the only Shake-scene in a country”. A pesar de no mencionar a Shakespeare abiertamente, Greene juega con las líneas de Enrique VI y el verbo “shake” (agitar) para aludirle. El odio concomitante por ese “cuervo recién llegado” hace que estas palabras emplacen a la aversión contra Shakespeare. De lo dicho por Greene también deben resaltarse las nociones de “centro” y “periferia”. Era de esperarse que el éxito logrado progresivamente por un “recién llegado” pueblerino, sin apellido de tradición, casado con una mujer ordinaria, y peor aun, sin educación universitaria (algo que deja boquiabiertos a propios y extraños), no fuese saludado por el grupo intelectual de Londres. En su artículo “Shakespeare, abril y los ignaros”, el profesor Alí Rondón, el más devoto investigador de Shakespeare en nuestra tierra, al menos que yo sepa, se refiere a toda esa pléyade de dramaturgos unidos en su odio por Shakespeare, acuñada como “la escuela del rencor”. En el filme Shakespeare apasionado, John Madden muestra al pequeño vagabundo John Webster delatando la condición de mujer de Thomas Kent (interpretado por Gwyneth Paltrow), e incluso la ayuda que le ofrece Marlowe (interpretado por Rupert Everett) a Shakespeare (interpretado por Joseph Fiennes) para la elaboración de Romeo y Julieta, lo que revela un cuidado apoyo documental transformado en elocuente ficcionalización y satirización de los rumores que se han cernido sobre Shakespeare por siglos, y que no parecieran cesar. Si bien es cierto que poco se conoce sobre la vida de Shakespeare, esto se explica de dos maneras. La primera ha sido expuesta en las líneas anteriores, que apuntan a una idea: Shakespeare era un don nadie. La otra manera es señalada por Borges, cuando dice que el teatro en la época del dramaturgo inglés no era más que un simple espectáculo de entretenimiento, y no el género que ha devenido, cabe decir, una forma artística elevada dirigida a la “intelligentsia”: “El destino de William Shakespeare (1564-1616) ha sido juzgado misterioso por quienes lo miran fuera de su época. En realidad, no hay tal misterio; su tiempo no le tributó el idolátrico homenaje que le tributa el nuestro, por la simple razón de que era autor de teatro y el teatro, entonces, era un género subalterno”. Otro elemento que confirma esta hipótesis es el hecho de que fuese después de su muerte que las obras se publicaran y valoraran. Absurdamente, los criterios empleados para divorciar a Shakespeare de la autoría de esos “treinta y ocho monstruos de la literatura universal” (cuando sus contemporáneos, en el mejor de los casos, lograron un par de obras aceptables), como con tino los llamó Manuel Cabesa en una oportunidad, se basan en especulaciones o en la soberbia infundada. Ambas se aglutinan a propósito de la figura de Christopher Marlowe, dramaturgo que para algunos es el verdadero creador de las obras de William Shakespeare. Marlowe fue contemporáneo con Shakespeare. Educado en la Universidad de Cambridge, condujo una vida de aventuras signadas por su trabajo como espía de la corona británica y una vida religiosa poco ortodoxa que le costó la acusación de hereje. Muere apuñaleado a los veintinueve años por no pagar la cuenta en una taberna. Su figura se ha convertido en el fantasma autoral de las piezas shakesperianas sin ninguna evidencia que lo pruebe más que las especulaciones sobre la naturaleza de su muerte. La teoría es que no murió en dicha pelea, sino que se colocó un falso cadáver, y que realmente fue llevado a Francia, luego a Italia, desde donde siguió escribiendo bajo el nombre de William Shakespeare, mientras que el verdadero Shakespeare, un actor, recibía dinero de parte de Sir Thomas Walsingham (de quien tampoco se consigue evidencia sobre su amorío con Marlowe) por guardar el secreto. Teoría que hasta la fecha no encuentra asidero alguno. Otros siguen pensando la poca probabilidad de que un pueblerino escribiera obras de semejante trascendencia. Además de convertirse en la referencia indiscutible de la lengua inglesa debido a su contribución de más de mil neologismos; amén de la abrumadora belleza de sus recursos metafóricos, el divorcio con la rigurosidad genérica que tanto le repudiaron los Agustinos (variante de los neoclásicos en Inglaterra) y la creación de su variante del soneto petrarquiano. Tal pareciera que Shakespeare predijo su propia tragedia cuando escribió las líneas más citadas en la literatura: “Ser o no ser, he allí el dilema”. ** Maikel A. Ramírez A. maiki13@hotmail.com Docente y escritor venezolano (Maracay, 1976). Es profesor de inglés, narrador, ensayista, crítico cinematográfico y magister en literatura latinoamericana. Sus trabajos han sido publicados en el diario aragüeño El Periodiquito (http://www.elperiodiquito.com). Ha sido ponente en eventos nacionales de lingüística y literatura. Dicta la materia electiva “Viaje a través del tiempo: literatura y cine de ciencia-ficción” en la Universidad Simón Bolívar (USB, http://www.usb.ve). === Sobre Uno rojo, de Andrea Cabel ======================================= === “Es huérfano el corazón del miedo” Carlos Villacorta Gonzales ==== Andrea Cabel Uno rojo Lima: Colección Underwood, Pontificia Universidad Católica. 2009 “Dos mujeres caminan por la calle / sugiriendo efecto mariposa, terremoto y oleaje inmenso”, así escribió Andrea Cabel en su poemario del 2006. Tres años más tarde, la joven poeta nos enfrenta a este verso: “los padres no existen, son viejas armas de guerra, / excusas falsas para evadir la sensación de estar solos” (tomado del poema “el once”, con el que se abre Uno rojo). ¿Qué experiencia lleva del recorrido telúrico de Las falsas actitudes del agua a esta revelación familiar con que abre su breve pero intenso nuevo poemario? En este libro, la poeta peruana nos enfrenta a dos momentos claramente diferenciados. Los seis poemas que conforman la primera parte del poemario presentan a un sujeto que experimenta una extrema sensación de soledad debido a la ausencia/partida del otro a quien se ama. A partir de este momento, la mirada de Cabel en Uno rojo se fija nuevamente en los objetos, pues en ellos se deposita la sensación de abandono y de eternidad (las piedras, el arroz, el caracol). De esta manera, el espacio se desdobla: “la inmensa bóveda de soledad se abre en dos, en tres”, “la cama se hace dos veces ella”. Y el tiempo se experimenta como uno sin movimiento: se vive en la eternidad sin vista de escape. Así pues, objetos, espacio y tiempo no se presentan para resolver la situación sino para acentuar el encierro en el que se encuentra quien habla. Las consecuencias de esta experiencia pueden resumirse en el siguiente verso: “es huérfano el corazón del miedo” (del poema “los deseos y la piedras”). Efectivamente, quien se enfrenta al silencioso abandono contempla en los objetos el lento y cruel paso del tiempo sin mayor respuesta que la opresión del miedo. Es decir, un encierro interior que no permite articular más palabras: el miedo lo invade todo y no hace más que afirmar la orfandad de quien habla. Esta sensación queda excelentemente graficada en la portada del libro (una bella foto del joven poeta Miguel Ángel Malpartida). En ella, una vieja bicicleta a la que le falta la rueda delantera sirve como representación del vasto mundo interior, ahora reducido a un objeto que ha quedado inválido y huérfano. Frente a esta situación sólo queda la recuperación de los espacios compartidos. El recuerdo es el medio para regresar sobre lo perdido y sirve como cobijo al sujeto de estos poemas. De ahí que el poema “pagasarri” sea una clara referencia al refugio que se encuentra en las montañas de Bilbao, al domingo como día donde se pasea y se comparte con la pareja que funciona también como la familia, donde la naturaleza sea el espacio adecuado para expresar la totalidad. Así mismo, la presencia del poeta italiano Cesare Pavese como epígrafe en el mismo poema nos remite al texto italiano original: “La tierra y la muerte”. Éste consta de nueve partes y fue escrito para Bianca Garufi, amada de Pavese. Estos epígrafes no hacen sino confirmar la fuerte sensación de que nos encontramos frente a poemas escritos y dirigidos a un fuerte tú específico y con necesidad de establecerse como una respuesta cuando no como una explicación para quien habla. Si bien toda carta tiene a otro como destinatario, ¿no siempre se escribe o se responde ante todo para uno mismo? ¿No son acaso esas “cartas de calor” que “llegan silenciosamente” (como se cita al inicio) las que provocan y desencadenan la respuesta de la escritora en forma poética, en forma de este brevísimo pero intenso poemario? ¿Quién más es el destinatario? ¿La amada, el lector, el mismo autor? El segundo segmento, titulado “la eternidad de una esquirla —una obra sin telón—”, recrea una conversación entre una pareja de amantes. Más que ser un complemento a la primera parte, como una suerte de explicación al sujeto abandonado de los primeros poemas, la eterna puesta en escena de esta obra revela el espacio donde se encuentran atrapados ambos sujetos. El tiempo envuelve a la memoria de quien recuerda una y otra vez los restos de esa totalidad de la que ya ambos sujetos no quieren o no pueden ser parte: “insistes. mi cuerpo murmura cielos y mares”. El recuerdo aparece como un arma de doble filo: al afirmarse como eternidad, se actualiza también ese lado oscuro, ese lado que no es sólo risa, mar y libertad sino también golpe, esquirla y fragmento. Lo que queda es justamente aquello que es inasible: el murmullo, la sombra, la risa, la brisa. Es decir, la sombra de recuerdo, la sombra que yace tras los objetos. De esa historia, los protagonistas no pueden desandar el trágico final, pues siendo actores de esta obra no conocen o no pueden encontrar a un narrador “que hile el desencuentro”, y sólo pueden reafirmar “un golpe al no encontrar nuestros brazos”. En ese sentido, el corazón huérfano revela una verdad emitida en el primer verso: “los padres no existen, son viejas armas de guerra”. La revelación es que el problema de la soledad está ya reflejado en un tiempo anterior, donde la pareja familiar no es otra cosa que una reactualización de una batalla que evita la única y real guerra eterna e interna: aquella que se libra una y otra vez frente a uno mismo, frente a la nada. Cabel, con Uno rojo, afrenta el desdoblamiento del yo interior en el vasto universo de objetos que aparecen y desaparecen en el vacío. Frente a este mundo en que se yace atrapado, Cabel encuentra verdades profundas que permiten afirmar(se) para evitar cualquier pérdida del yo: Uno y Rojo, afirma estoicamente la poeta, estableciendo contra ese miedo y esa la soledad la unidad del sustantivo. No la del verbo creador, sino la de la unidad que es nombre (y al mismo tiempo adjetivo). ¿Nos encontramos aquí frente a una propuesta estética? Sin duda. Andrea confirma que la poesía no es hacer o colocar verbos solamente, sino construir a partir de esa capacidad indestructible que tienen los objetos, especialmente el fragmento. Uno rojo, en sus brevísimos poemas, presenta nuevamente un trabajo poético que sorprende por su orfandad y que demuestra una vez más que la buena poesía no necesita de rótulos (pura, social, hermética o conversacional) para brillar por sí sola. ** Carlos Villacorta Gonzales cevillacorta@hotmail.com Crítico peruano (Lima, 1976). Estudió literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú (http://www.pucp.edu.pe). En 1998 formó parte del grupo de poesía Inmanencia, con el que publicó Inmanencia (1998) e Inmanencia: regreso a Ourobórea (1999). Fue invitado al Primer Junio de Poesía (México, D.F., 2000) así como al Encuentro de Jóvenes Escritores (Cuzco, 2004). Sus libros incluyen El grito (2001) y Tríptico (2003). Fue editor del periódico peruano Odumodneurtse!, publicación dedicada a la poesía actual. Ha hecho la selección y antología de Los relojes se han roto: Antología peruana de los noventa (Guadalajara, 2005). Una breve selección de sus poemas ha aparecido en la antología de Hostos Review / Revista Hostosiana - Destellos digitales: Escritores peruanos en los Estados Unidos 1970-2005. Artículos y poemas suyos han aparecido en distintas revistas literarias. Desde 2004 radica en Boston, donde sigue un doctorado en literatura hispánica. === Ser alguien en la vida Carlos Schulmaister ======================= Cincuenta años atrás el título de esta nota simbolizaba el afán y las metas de prosperar que los niños y los jóvenes tenían por deseables para sus propias vidas cuando fueran grandes, es decir, adultos. Se podía decir lo mismo usando el verbo progresar, tenido universalmente como altamente edificante, no como ahora que se lo evita por el desprestigio que ha adquirido injustamente. Para quienes integrábamos la clase baja de Argentina esa frase representaba el milagro prometido a nuestras ansias, a nuestros sueños y a nuestros esfuerzos, así como también a los de nuestras entrañables familias, las cuales deseaban transmitirnos la posta de sus esforzados logros para que los lleváramos bastante más lejos. Es decir, no bastaba con imitar a nuestros padres en su capacidad para el sacrificio —palabra llena de misticismo que todos entendíamos—, ni con ser como ellos, sino más que ellos. Pero ser, lo que se dice ser, no era ni remotamente lo que el verbo denota hoy en su reconocida complejidad, sino aquello que expresa otro verbo: el tener; es decir, la vinculación con la riqueza material necesaria para “tener un buen pasar”, como se decía por entonces. Todavía el trabajo manual y el esfuerzo físico gozaban de respeto general a la hora de hacerse un camino bajo aquel anhelo emblemático, pero mucho más prestigio tenía, por cierto, el estudio. “Estudiá, si no vas a tener que agarrar la pala”, nos repetían nuestros padres, igual que han hecho sus antecesores en el pasado —la historia lo documenta desde la aparición de la escritura— para evitar probables sufrimientos a sus hijos. “Ser alguien en la vida” era un talismán inmaterial, accesible a todos los mortales, una suerte de llave maestra para ingresar a una vida mejor que la que cada uno tenía de hecho. Así mismo, alcanzar dicho estado constituía una satisfacción moral muy importante, ya que además de premiar nuestros esfuerzos individuales premiaba los de nuestros padres, sobre todo si alguno de nosotros se recibía de algo. Sueños, logros, premios y agradecimientos configuraban entonces una suerte de motor y conducta moral en la vida que en todas partes marcaba el camino debido a los niños y jóvenes de entonces, por más inclementes que fueran las condiciones económicas y sociales en que particularmente nos halláramos. No obstante, esa manera de plantarse ante el futuro no era exclusiva de los de abajo sino que abarcaba a los niños y jóvenes de las clases medias y altas. No podía ser de otra manera cuando la familia en general era la más importante escuela de valores. Las profesiones liberales se concebían como propias de estos últimos, especialmente medicina, abogacía, ingenierías diversas y contaduría. Quien no siguiera alguna de estas carreras estaría “desaprovechado”: sería una picardía que estudiara otra cosa. En cambio, tratándose de “muchachos pobres” la universidad era una fantasía. Ser maestro o tenedor de libros prometía una vida social cargada de cierto prestigio, especialmente lo primero para las muchachas: recibirse de maestras en lugar de ser amas de casa era suficiente conquista personal y honroso premio moral para sus padres; de última —solía pensarse—, por lo menos que fueran profesoras de piano pues eso “les daba un roce”, como decían con frecuencia muchas madres por entonces. De hecho, la docencia brindaba prestigio pero no buenos sueldos, menos aun sueldos justos. Pero abría otras puertas compensatoriamente: especialmente en el Alto Valle de Río Negro fue común desde 1930 en adelante que muchas maestras provenientes de Córdoba, San Juan y San Luis se casaran con propietarios rurales (“chacareros”) en buena posición económica, generalmente italianos o descendientes de tales. Y cuando no eran éstos sus consortes lo eran otros hombres de pro y de buena posición. Años más tarde, casi al final del siglo XX, aquel panorama relativamente promisorio había desaparecido: la rentabilidad de las chacras pequeñas —las más numerosas— había cedido en su crecimiento, y proporcionalmente, para las nuevas camadas de maestras que iban llegando a la zona desde el norte de la Patagonia, menguaba el atractivo de sus propietarios como candidatos ideales al epitalamio. Hacia la década de 1980 más de uno de aquellos magníficos consortes de antaño, de edad provecta por entonces, mitigaba circunstanciales peripecias económicas familiares con la ayuda del sueldo de su esposa, a menudo con rango de directora de escuela a esas alturas de su carrera docente. Entretanto, la vieja concepción del magisterio como “sacerdocio” insistía en la crisis de vocaciones docentes, expresada en una disminución notoria de misioneros y apóstoles interesados en ella. Simplemente, el sistema educativo argentino había mostrado suficientemente no sólo sus múltiples limitaciones y defectos sino fundamentalmente sus responsabilidades en el modelado de la conciencia y el espíritu de los argentinos al servicio de una concepción elitista y antipopular que por más de un siglo había permanecido tenuemente velada, pero que por entonces comenzaba a revelarse ante los fracasos del sistema político, económico y social argentino. Había comenzado la etapa de los trabajadores de la educación, algo impensado incluso en las huelgas docentes de la década anterior, encabalgadas en dos concepciones gremiales opuestas que pujaban por mantener o conquistar su respectiva preeminencia. Simultáneamente con la proletarización de la docencia comenzaba la recordada etapa del curro en la política, junto con la pérdida del valor social del trabajo y el estudio —en suma, del esfuerzo personal— como vía para el ascenso social, una de las vías que antes permitía... ser alguien la vida. Los docentes comprendían ahora que la hipótesis misional era un cepo para la formación de la conciencia de clase y transitivamente de la conciencia nacional, categorías políticas que aún gozaban de cierto predicamento residual proveniente de un pasado tan cercano como lejano. Los anhelos sarmientinos de que el magisterio permaneciera en manos femeninas para que el Estado ahorrara en sueldos (“con la mitad de lo que se le paga a un maestro las mujeres estarían suficientemente pagadas”) convirtieron a los docentes durante más de un siglo en explotados de cuello blanco, con sueldos más bajos que los de los empleados bancarios, por más prestigio y aureola que nimbara su profesión. Los sueldos eran tan bajos en todo el país que ni siquiera un matrimonio de maestros o profesores lograba aquella mítica calidad de vida que realmente nunca existió, pese al desborde de la imaginación y ciertos mecanismos compensatorios del pasado. Actualmente la profesión ya no tiene un aura religiosa ni romántica como antaño, siendo simplemente un trabajo sobreexplotado si se tienen en cuenta las delicadas tareas y finalidades que conlleva el trabajar con seres humanos, los hijos de la sociedad, nuestros hijos. Las omnipresentes discusiones salariales en todo el país complican el proceso educativo, por cierto, y parte de la sociedad las considera indebidas y desmedidas por eso mismo. Es la misma parte de la sociedad que no suele expresar tan clara y firmemente su disconformidad con los actos de corrupción de los funcionarios y dirigentes políticos de sus afecciones partidarias. Por caso, en provincias frecuentemente consideradas “inviables” sus excelentísimos concejales municipales y diputados provinciales perciben sueldos abominablemente superiores a los de sus docentes. Convengamos que ningún sector de trabajadores está nunca conforme con sus remuneraciones. ¿Será acaso fruto del espíritu de codicia que se atribuye al género humano o una burda pasión materialista que afecta exclusivamente a los sectores de base? En los ‘90, un ridículo y patético presidente pregonaba que debíamos tomar como ejemplo a los trabajadores de Tailandia, cuyo sueldo era de treinta y cinco dólares promedio, mientras otros ponderaban la educación de Cuba, cuyos docentes tienen sueldos promedio de quince dólares y donde Fidel Castro sueña con la abolición de la moneda como valor de cambio (lo ha dicho expresamente). ¿Será acaso que el dinero es satánico y por eso cuanto más lejos esté de nuestros bolsillos será mejor para nuestras almas? Si es así, a Menem y a Castro nos los mandó Dios para que salvemos nuestras almas. ¿Será por eso que la única manera que tienen los docentes de obtener salarios acordes al derecho universal a una vida digna es mediante partos dolorosos, con forceps y riesgo de muerte? Que las luchas y los reclamos salariales en general no se frenan con ninguna forma o grado de represión ha sido hartamente demostrado. La ineficacia real y simbólica de dicha técnica debería hacer pensar a los gobernantes que no podrán impedirlas con sus mediocres argumentos tecnocráticos y su escasa capacidad imaginativa, eficaces tan sólo para la mera administración de la cosa pública pero no para la trascendental tarea de gobierno de una sociedad. De modo que si en estos meses y en las actuales circunstancias pueden hacer la plancha sería bueno que aprovecharan a anticiparse a los hechos por una vez en la vida, previendo los inminentes reclamos del sector docente y de todos los sectores sociales, y trabajando para evitar nuevas sangrías sociales. Desgraciadamente hoy todos sabemos que con la profesión docente no se puede llegar a ser alguien en la vida. En cambio, la corporación de los gobernantes y los políticos hegemónicos y exitosos no tiene obstáculos en ese sentido. ¿Será siempre así? ** Carlos Schulmaister cschulmaister@navego.com.ar Docente y escritor argentino (Saavedra, Provincia de Buenos Aires, 1950). Reside en Villa Regina, Provincia de Río Negro. Es profesor de ciencias sociales y didáctica de las ciencias sociales en institutos de formación del profesorado. Además de diversos textos en Internet, ha publicado De la patria y los actos patrios escolares; Los intelectuales. Entre el mito y el mercado y Gestión cultural municipal. De la trastienda a la vidriera. Es columnista de opinión del diario Río Negro (http://www.rionegro.com.ar), de General Roca. === Palestina now ========================================================= === (La única solución posible) Ulises Varsovia ====================== Debo decir, de entrada, que me ha costado mucho decidirme a escribir este ensayo, no sólo por su naturaleza compleja, sino también por el temor a las represalias, sobre todo a las ocultas, que suelen ser las peores. Ya en mi propio país, siendo estudiante, me atreví inocentemente a hablar del caso palestino y defender el derecho de este pueblo a un territorio y un Estado. Pronto debí constatar que a muchos no gustaba mi visión del problema, y me hice enemigos sin darme cuenta y sin tener arte ni parte. ¿Qué diablos le importaba a un estudiante chileno que los palestinos hubieran sido despojados de su Estado y de su territorio y sufriesen opresión? Pero yo era muy joven e idealista, y poeta además, y a nadie como a los poetas le es doloroso soportar la injusticia y la opresión contra un pueblo. ¿No habíamos salido a la calle a protestar a grito en cuello contra el bombardeo con napalm de las aldeas vietnamitas? ¿No teníamos el ejemplo de las jornadas de mayo de París y de todo el occidente, cuando Daniel El Rojo y sus seguidores se levantaron contra el establishment y desfilaron por las calles de Europa esgrimiendo la imagen de Ho Chi Minh? Ciertamente, no pertenezco al bando de los radicales o de los más osados, y no podía tampoco justificar el uso de la fuerza ni mucho menos del terrorismo por parte de la OLP para lograr sus fines, por muy justos que éstos fueran, de modo que cuando corrió sangre a causa del secuestro de aviones o de embarcaciones, se enfrió un poco mi entusiasmo. Para mí estaba claro que no se podía juzgar a todo el pueblo judío por culpa de la política reaccionaria e imperialista del gobierno de Israel. Además, pensaba que a la larga debía el Estado judío devolver la libertad al pueblo palestino y permitir el regreso de los expatriados. Los años pasaron, sin embargo, y cuando los palestinos, cansados de esperar un milagro, se alzaron contra la potencia ocupante en la primera intifada, saludé el levantamiento y me sumé a las millones de voces que reclamaban el fin de la ocupación de Palestina. Y nuevamente parece que fue muy caluroso mi entusiasmo, o que se interpretó como un ataque a los judíos en general, y debí sufrir las represalias. Sólo que esta vez me encontraba en Suiza, adonde el destino —Claire— me había llevado, y me encontraba indefenso frente a la hostilidad de quienes defendían la política de Israel, y calificaban la crítica a ese país como un ataque a su propia persona. De modo que pronto debí aprender a no abrir mucho la boca, so pena de sufrir persecución. El conflicto judío-palestino es, en realidad, mucho más complejo de lo que parece. No se trata sólo de la hostilidad de dos pueblos emparentados por la cultura y la sangre que luchan por sus intereses encontrados, como ha sido el caso de Irán-Irak, o, más en el pasado, de Francia y Alemania. Los pueblos de la región consideran a Israel un intruso, no porque no pertenezca racial y culturalmente a ese grupo de pueblos, cuya raíz semita comparte, sino porque los judíos en la diáspora —especialmente en Europa— se habían occidentalizado por su integración a las respectivas sociedades y su mezcla con la población local, pero sin renegar de su origen, su religión y sus tradiciones, manteniéndose en el curso de las generaciones “judíos” (lo cual les valió, entre muchos, el reproche infame de “ladrones de sangre”). Después del horror nazi regresaba una gran parte de ese pueblo (en primera línea quienes seguían el llamado de Theodor Herzl, padre del sionismo) a su tierra originaria, donde lógicamente ya no existía un Israel, por mucho que hubiera judíos allí, sino sólo Palestina, no como Estado, sino como territorio. Y como de todos modos la hostilidad entre judíos y palestinos databa ya desde los tiempos bíblicos, y los judíos que regresaban, de acuerdo al postulado de Herzl, lo hacían como “occidentales”, el conflicto entre ambos pueblos estaba ya programado. Y como era de esperarse, la “comunidad de los creyentes” musulmanes se puso del lado de Palestina, de suerte tal que el derecho a un sitio y un Estado en la región debió ganárselo Israel a sangre y fuego. La partición de Palestina por parte de la potencia colonial, Gran Bretaña, en dos estados, Israel y Palestina, como lo pedía la ONU, era sin lugar a dudas lo más justo que se podía hacer, pues ambos pueblos tenían derecho a la tierra de sus antepasados. Y ahora no sé decir si pesó más el rechazo de los palestinos a un pueblo que después de casi veinte siglos regresaba a su hogar, que, según su visión, ya no existía, o el afán de Israel por expandir sus fronteras para cumplir el sueño de Erez Israel o “Gran Israel” bíblico, la tierra prometida que se extendía entre el Mediterráneo y la Mesopotamia. Lo cierto es que pronto hubo guerra, y el pequeño Estado israelí, pertrechado con la técnica y el armamento occidental, y con su enorme voluntad de sobrevivencia, se impuso sobre sus enemigos, y en el curso de un par de decenios amplió sus fronteras engullendo a Palestina, y a parte de Egipto, Siria, Jordania y Líbano. Estas guerras pusieron de manifiesto, además, hasta qué punto se había fortalecido el poder de la comunidad judía después de la segunda guerra mundial, no sólo en los EEUU, desde donde llegaba una enorme ayuda material y en know how, vital para Israel, sino también en Europa, donde habían sido perseguidos y casi exterminados, y donde comenzaban también a levantar cabeza y consolidarse. Además de ello, su situación de víctimas trágicas del terror nazi les granjeaba la simpatía del mundo civilizado, especialmente de Europa, que veía en el apoyo directo a la creación del Estado de Israel y a su sobrevivencia, una especie de indemnización por el daño infligido a este pueblo. Pero era ostensible que Israel había ido demasiado lejos, y ya no luchaba por sobrevivir, sino por imponer su hegemonía en la región, reteniendo los territorios ocupados en la guerra, parte de los cuales se anexó generosamente o comenzó a colonizar, en contra de las disposiciones de la Convención de Ginebra y de las resoluciones de la ONU. Desde ese momento comenzaron también a decaer el apoyo y la simpatía de la gente de buena voluntad del mundo que le había apoyado. La ONU ha intervenido numerosas veces y ha exigido el retiro de Israel a sus fronteras reales. Israel ha hecho caso omiso de tales exigencias, y por razones de seguridad ha devuelto el Sinaí a Egipto, y hace un tiempo el “cinturón de seguridad” a Líbano. Pero mantiene en su poder las Alturas de Golán, arrebatadas a Siria, y gran parte del territorio palestino, que ha ido colonizando y anexando en el curso del tiempo, aparte de Jerusalén Este, que los palestinos reclaman como su capital. Existe, es cierto, un territorio en cierto modo autónomo, donde los palestinos ejercen la autoridad, pero no la soberanía. Israel se niega tercamente a “autorizar” un Estado palestino, y con una muy inteligente diplomacia y estrategia, aparte del uso de la fuerza bruta, ha ido dilatando en el tiempo el estado de cosas (status quo), con el apoyo y complicidad abierta de los EEUU, en especial de G. Bush junior, el cual no tuvo empacho en confesar su admiración y simpatía irrestrictas por el Estado de Israel. Pocas semanas después irrumpía Israel a sangre y fuego en Gaza. Uno se pregunta cómo diablos lo ha hecho y lo hace el Estado judío para soportar la enorme presión internacional contra su política de ocupación y su inhumano atropello a los derechos humanos de los palestinos. Es inútil enumerar aquí la larga lista de fechorías, de crímenes de lesa humanidad que ha cometido Israel en su afán por mantener su hegemonía en la región. Es cierto que existen fuerzas demoníacas que le niegan a Israel el derecho a la existencia, y el reelecto presidente de Irán ha declarado, y no sólo una vez, su voluntad de destruir el Estado judío, lo cual sólo puede ser calificado como locura. Y si se piensa que Irán, con un alto grado de probabilidad, persigue el objetivo secreto de obtener la bomba atómica, no puede afirmarse que las autoridades israelíes sean presa de la histeria, ni que utilicen las bravuconadas de ese energúmeno sólo para fines de propaganda. Todo ello, sin embargo, no puede justificar la política opresiva de Israel, ni tampoco puede usarse el horror del holocausto como justificación del uso de medios inhumanos para combatir y eliminar a quienes supuestamente persiguen la aniquilación del pueblo judío. Y esa ha sido y es precisamente la política de los diferentes gobiernos, que han reclamado y reclaman seguridad para Israel (absolutamente legítimo), y ven en cada protesta o —también legítimo— acto de resistencia de los palestinos un atentado a su seguridad. Es absolutamente falso e injusto acusar a todo el pueblo judío, disperso por el mundo, por la política errática de Israel, ni siquiera se puede culpar a todos los israelíes por ello. Existe también en Israel una conciencia honesta en parte de la población, como las acusaciones del grupo anónimo de veteranos de Gaza lo demuestra. Sin ninguna duda que una importante parte del pueblo israelí rechaza la política del gobierno y estaría dispuesta a “permitir” la existencia de un Estado palestino a cambio de vivir en paz. Incluso hay judíos (pensemos en el libro de Finkelstein en los EEUU, que le valió la absurda imputación de “antisemita”), que critican y denuncian el mal uso del horror del holocausto como argumento para justificar una política o actitud inmoral o amoral. Y precisamente de eso se trata: de la moral. Como muy bien lo han expuesto sabios y filósofos (piénsese en Aristóteles: Moral a Nicómaco, o en los escritos filosóficos de Baruch Spinoza, y sobre todo en las obras de los padres de la Iglesia, especialmente de san Agustín), los seres humanos consistimos de una entidad moral (espiritual) domiciliada en una entidad física o animal (el cuerpo), a la cual domina y comanda. En tanto el hombre no esté consciente de su responsabilidad como tal, como entidad moral, sus crímenes pertenecen a la historia “dada”, u “ocurrida”, y tal es el caso de Atila y de Gengis Khan, entre muchos otros. Desde la aparición de las religiones universales, empero, y en la medida que un pueblo o un grupo de pueblos asumen un credo, están obligados a comportarse según el código moral de esa religión, que en el caso nuestro, el cristianismo, está resumido en los diez mandamientos o Decálogo. Al revés de los pueblos de oriente, que desarrollaron una religión propia según su carácter como pueblos (budismo, hinduismo, judaísmo, islamismo), Europa o el occidente asumieron la doctrina de Jesús, llenándose del espíritu del cristianismo, lo cual produjo, junto con la tradición del mundo clásico (grecorromano) y la entrada en la historia de pueblos vírgenes, por así decirlo (celtas, germanos, eslavos), la cultura que llamamos occidental, que domina moral y culturalmente el mundo, y cuyo principio fundamental siguen siendo el respeto a la vida y el amor al prójimo. Tanto Hitler como Stalin no sólo ignoraron la moral cristiana a la cual pertenecían, sino que atentaron atroz y cruelmente contra ella, y sus crímenes no tienen perdón, pues pertenecen a la historia consciente o “pensada”. La crueldad es, por lo tanto, también parte del ser humano, la parte obscura de su entidad espiritual, tal vez un relicto de su naturaleza animal original. El cristianismo procede del judaísmo, como todos sabemos. Jesús era judío, y estaba imbuido de su moral, contra la cual se rebeló (expulsión de los mercaderes del templo), posiblemente a causa de la pretensión del judaísmo de ser una religión exclusiva de los hebreos, a quienes Jehová, su dios privativo, habría declarado como “pueblo elegido”, según la Biblia. Jesús, en cambio, dirigió su evangelio (“buena nueva”) a todos los seres humanos, sin importar raza o cultura, y ello nos enorgullece como cristianos. El dominio del mundo, o de un pueblo sobre otro, o incluso sobre el propio pueblo, discurre por las armas, pero como el mundo está marcado por la moral cristiana, que inhibe a los pueblos de comportarse salvajemente, mediante el uso de la fuerza bruta o la crueldad, recurren los estados o grupos expansionistas a la diplomacia, cuya herramienta fundamental, en el caso de las fuerzas con “voluntad de dominio”, como les llamó Nietzsche, consiste en el disimulo y el engaño, en la desorientación del “enemigo” por medio de la palabra falsa, en la mentira solapada (Maquiavelo: El Príncipe). Tal ha sido el caso de las dictaduras, que se han mantenido en el poder por el engaño inteligente de la población (“Miente, miente, que algo queda”). El instrumento de que se valen los grupos, partidos, sectas, etc., para dominar, desorientar o mantener su poder, es el rumor, que permite disparar desde las sombras una mentira o calumnia para desacreditar o a veces destruir al adversario. Pensemos en los crímenes de Stalin, que fueron ocultados sistemáticamente por el Partido Comunista de la Unión Soviética mediante mentiras, las cuales eran difundidas y defendidas por sus secuaces o seguidores en el exterior; hasta que Nikita Kruschov los dio a la publicidad, produciendo estupor y vergüenza en los comunistas ingenuos o “sanos”, como lo describe Neruda en sus memorias. No sólo las dictaduras recurren a la mentira, la calumnia y la infamia como medios para atacar y destruir al adversario o a los críticos. En toda sociedad existen grupos especializados en la calumnia por medio del rumor, a tal punto que están en constante alerta para localizar a sus enemigos y difamarlos. El instrumento que se usa para tal efecto es el mobbing (mob: palabra inglesa para “multitud”), que designa la “jauría humana”: la multitud azuzada en secreto contra una persona, familia, grupo, etc.; y uno más refinado, el lobby (palabra inglesa que significa “pasillo”, referido especialmente al del congreso, no sólo norteamericano, donde los parlamentarios se reúnen para debatir, intercambiar opiniones, calumniar, ganar adeptos para una causa, etc.). Muchos indicios parecen indicar (con todas las reservas que el sentido común recomienda) que el artificio empleado por Israel para contrarrestar las críticas y mantener su dominio sobre los territorios ocupados es precisamente una diplomacia orientada a engañar y confundir a la opinión pública internacional, mediante la desvirtuación o la negación directa de factos (ocupación, opresión, humillación, expropiación de viviendas o de tierras) que a todo el mundo parecen tales, pero que la propaganda sostenida y la negación sistemática a través de los medios de prensa o del lobby consiguen poner en cuestión o minimizar. Pongamos por caso las serias irregularidades y violaciones de las reglas internacionales en la reciente campaña de Gaza. Organizaciones internacionales de derechos humanos y la Cruz Roja, aparte de la ONU, criticaron duramente la política de Israel y exigieron el fin de la ofensiva, y cuando se pudo ver en toda su magnitud los daños y barbaridades cometidos por Israel, se defendió el gobierno aduciendo que sus tropas habían actuado en todo momento ceñidas a las disposiciones de la Convención de Ginebra, es más, que las fuerzas armadas israelíes eran las de más alta conciencia ética en el mundo. Posición que fue difundida y defendida por todos los medios de que el Estado judío dispone en el mundo, que bagatelizaron las críticas y las evaluaron como calumnias por parte de los enemigos de Israel. Y hace un par de semanas sale a la luz el comunicado de un numeroso grupo de ex combatientes de Gaza que revelaban las serias irregularidades cometidas por las tropas judías. El gobierno israelí les ha negado toda legitimidad e incluso la misma existencia a los miembros de tal grupo, que, como es lógico, no pueden mostrar su identidad, por el temor a las represalias. Pero todos sabemos que existen, y que dicen la verdad. La maquinaria de prensa internacional de Israel, en cambio, defiende la versión del gobierno, que se niega rotundamente a reconocer siquiera la más mínima irregularidad de sus soldados en la campaña, de acuerdo a la divisa: no reconocer ni admitir nada. En todo caso, es un enorme alivio constatar el que incluso entre quienes son considerados por muchos como esbirros o fuerzas de represión, las fuerzas armadas israelíes, existe también resistencia en contra de los métodos represivos a ultranza del gobierno de Israel. Lamentablemente, el grueso de ese colectivo son “patriotas”, es decir, seguidores ciegos de la política colonialista del Estado judío. Otro caso concreto de distorsión de los hechos históricos por parte de Israel y su aparato propagandístico internacional, lo constituye la difusión del video que llegó hace unos meses a mi ordenador (“Condenados a entenderse”), cuyo propósito aparentemente era exponer la realidad histórica de ambos pueblos desde una perspectiva neutral, en vistas a mostrar que estaban condenados a entenderse. Propósito muy noble, qué duda cabe, y efectivamente, en todo momento se expone que ambos pueblos tienen derecho a un Estado en la región. Pero si se analiza con detención el video, se pone de manifiesto: se postula a Israel como un Estado que ya hacia el 1000 a.C. (reinado del rey David) existía como tal, lo cual es históricamente correcto. Los palestinos, en cambio, “estaban también por ahí”, seguramente como comunidades o asentamientos aislados, sin cohesión, lo cual no es correcto. De otra parte, cuando se enseña un “ejemplar” de cada pueblo para que se tenga una idea de quiénes se habla, en el caso palestino ponen un niño moreno, lo cual coincide con la realidad; en el caso de los judíos, en cambio, ponen a una chica rubia. Y uno se pregunta, ¿por qué reniega Israel de su naturaleza racial, pretendiendo un parentesco con Europa, que efectivamente existe en el caso de muchos migrantes de este continente, pero que no es la tónica? Por cierto, ¿no pedía el pasado año Shimon Peres en una entrevista la admisión de Israel en la Unión Europea? ¿Pero qué tiene que ver todo esto con el cristianismo y la moral cristiana? Lo siguiente: el occidente, cuya cosmovisión domina el mundo, y en el cual busca Israel (y encuentra) apoyo para su política expansionista, está imbuido y dirigido por la moral cristiana, que ha trabajado durante dos milenios su espíritu hasta hacerlo “manso” e “ingenuo”. Ser cristiano significa ser “bueno”, y, por extensión, “crédulo”, fácil presa, por lo tanto, para una campaña de rumores y calumnias por parte de un grupo, partido, secta, etc., con una moral distinta, como es el caso del judaísmo. Los que profesamos un cristianismo acendrado estamos, por supuesto, satisfechos y orgullosos de nuestra fe, y bendecimos el día en que Jesús difundió su evangelio de paz y amor “a todos los hombres de buena voluntad”. Pero casi sucumbo a la tentación de pensar que el cristianismo, emanado de Israel, ha cumplido el objetivo histórico (¿providencial?) de hacer “blando” al occidente, y por lo tanto fácil presa de una mentalidad dominante fría y astuta. Y digo casi porque aquí vale el principio de Nietzsche (Aurora) de no confundir la parte con el todo: no se puede culpar a todo el pueblo judío de un afán ilimitado de dominio. Y cuando ciertas personas de fe judía afirman (p. ej., en un programa de televisión) que el deber y el objetivo del judaísmo consiste en expandirse por todo el globo, se le debe entender (ya que al judaísmo no le interesa convertir a su fe a los demás pueblos, como es el caso de las otras religiones) como el intento pío de llevar la palabra de la Biblia a todo el mundo, supongo, para “liberarlo” (sentido mesiánico de la historia), y no como un intento de dominio universal, como mentes acaloradas suponen. Además —y esto es muy importante—, no todos los judíos “de raza” son de fe judía, e incluso entre los judíos de fe existen los “liberales” y los “ortodoxos”. La opresión y humillación del pueblo palestino por parte de Israel es manifiesta, y ha sido tan dura, que ha llevado a numerosos, a miles de palestinos a defenderse con violencia, llegando incluso al terrorismo, que es una respuesta irracional y suicida, aparte de criminal, porque no distingue entre hechores e inocentes. Paralelamente, y en parte en señal de solidaridad con sus hermanos de fe, se ha difundido en el cercano oriente el terrorismo, que ha asumido formas alarmantes, constituyéndose en una amenaza para todos. El terrorismo es una práctica cobarde y criminal, que no respeta niños, mujeres ni ancianos y no se detiene ante nada, y debe, por lo tanto, ser combatido hasta las últimas consecuencias. Así lo han afirmado Israel, Europa, EEUU y todo el mundo civilizado. Pero cualquier bombero amateur sabe que no se debe dirigir el chorro a la llama misma, sino a la base de ésta para apagarla. Del mismo modo, no basta con combatir el terrorismo por la fuerza bruta, como se hace, sino extirpar la raíz que lo sustenta. Y la opresión del pueblo palestino es parte de esa raíz, y una parte importante. Incluso cuando el terrorismo es ciego, y mata por matar, aduce muchas veces como justificación la política “imperialista” de Israel y los EEUU, sus aliados. En todo caso, hay que reconocer que la situación dramática del pueblo palestino es peligroso caldo de cultivo para el terrorismo. De otra parte, ¿cómo calificar la actitud de la maquinaria de guerra de Israel, que somete a un bombardeo implacable a Beirut, destruyendo gran parte de su infraestructura y de sus viviendas y matando a cientos de civiles, sin que el pueblo libanés (aparte de la Hishbollah) le haya dado motivo ni pueda defenderse? ¿Y qué decir del acto criminal de asesinar con un cohete al así llamado “jeque” palestino, el pobre tullido en silla de ruedas frente a una mezquita? ¿O del castigo colectivo a la población de Gaza, empleando nuevamente material bélico prohibido por la Convención de Ginebra, en respuesta a los ataques esporádicos con cohetes artesanales por parte de las mentes afiebradas de los militantes del Hamás? ¿Se puede hablar en este caso de “guerra justa”, o más bien de terrorismo de Estado? Israel se niega tozudamente a corregir su política errática, y sus ministros y emisarios se pasean por los EEUU, Europa y por todo el mundo defendiendo su posición, confiados en su maquinaria propagandística y en su retórica, convencidos de hallarse en presencia de “un puñado de debiluchos o pusilánimes”, como los calificó un político liberal. Apoyados por gran parte de la población judía local, difunden y defienden su versión de los hechos insistentemente, confiados en ganar por cansancio a los lectores, espectadores o auditores, y sin mostrar el mínimo remordimiento por los daños y muertes causados, confiados en que el horror nazi y el calvario que debieron sufrir los judíos de Europa los haga inmunes a la crítica. Y cuando la crítica es fuerte, se apresuran a calificar a sus detractores como nazis o antisemitas, incluso cuando se trata claramente de gente de buenas intenciones. ¿No se calificó de tales a un grupo de jóvenes “verdes” que visitaron Palestina hace unos años, criticando la política de Israel? ¿Y qué se dijo de los obispos alemanes que estuvieron en Gaza y condenaron el estado de cosas, la miseria atroz de la población? Cierto, hay que distinguir entre los halcones y las palomas en la política israelí, como asimismo considerar que figuras importantes del judaísmo internacional, como la presidenta del Consejo Central de los judíos en Alemania, la señora Knoblauch, apoyan la creación de un Estado palestino. Pero está claro que el bando nacionalista y sionista tiene mucho más fuerza, y ello ensombrece la política internacional, pues sin solución del problema palestino no habrá paz, y no disminuirá la tensión bélica en el cercano oriente, lo cual afecta, como sabemos, a todo el mundo. Es ello precisamente lo que visualiza el presidente Obama, y de allí su política tendiente a mostrar al mundo musulmán que se le toma en serio, que son parte también de la comunidad internacional, que no se les sacrifica en pro de los intereses de Israel. Obama no tiene, según se ve, ningún tipo de antipatía o resentimiento frente al pueblo judío, y nadie puede acusarle con buena conciencia de antisemita, ni mucho menos de nazi. En toda su carrera política nunca se pronunció en contra del pueblo hebreo. Pero es un hombre práctico, y sabe exactamente que sin solucionar el problema palestino no conseguirá llevar la paz a la región, especialmente en lo que al terrorismo se refiere. Y yo me pregunto qué tiene de particular exigir del gobierno israelí que termine con su política de favorecer los asentamientos de colonos judíos en territorios palestinos. ¿No es acaso de perogrullo que la nación ocupante no puede colonizar las tierras ocupadas, como ocurría durante las invasiones bárbaras? Netanyahu dilata y dilata una respuesta clara y definitiva a la exigencia de la creación de un Estado palestino, confiando en que no pase nada, ganando tiempo, y si en algún momento habla de esta posibilidad, entonces a lo sumo de un Estado desmilitarizado, es decir, a merced de Israel, y sin fronteras concretas, como corresponde a un verdadero Estado. Además, se opone al regreso de los expatriados, y le niega a Palestina Jerusalén Este como capital, ni siquiera como territorio palestino. A mí no me cabe dudas de que hay millones y millones de personas de buena voluntad en el mundo que apoyan la gestión de Obama referida al medio oriente. Especialmente entre académicos e intelectuales existe una clara conciencia al respecto, y era casi conmovedor leer en Internet (Letralia.com), luego de la campaña de Gaza, la opinión de escritores como el premio Nobel Saramago, o del reconocido poeta argentino (de origen judío) Juan Gelman, y de muchísimos poetas y escritores u otras voces que condenaban lo inhumano de la política israelí. Pero de repente todo se ha calmado, precisamente cuando la política de paz de Obama exige un gran apoyo internacional para que tenga éxito. Y me pregunto, ¿por qué no salen las masas de estudiantes a las calles a exigir libertad para el pueblo palestino? ¿Por qué Daniel El Rojo, representante superior de los verdes en el Parlamento Europeo, no pide claramente a su partido su intervención a favor de un Estado palestino? ¿Por qué callamos los poetas? Tal vez por lo que dije al comienzo, por el miedo a la represalia oculta, a que no te publique tus poemas tal revista, a que no te den lecciones en la escuela, a que se te difame como antisemita, a que nunca encuentres un editor. Porque no hay duda de que quienes defienden la política israelí frente a los palestinos disponen de un gran poder, y no sólo económico. Pero si los poetas no defendemos la paz en el mundo, ¿quién lo hará, en un mundo donde cada cual se ocupa de sus propios intereses, mientras desaparecen los bosques, y se extinguen las especies, y se contaminan los mares, y se degrada la condición humana, no sólo en Palestina, sino en muchos estados del mundo? No podemos seguir esperando. La paz debe venir pronto, si no queremos que nuestro planeta se enferme más, y por ello pido a las personas de buena voluntad del mundo: apoyad la gestión del presidente Obama. Palestina now. Por último debo repetir lo que escribí al comienzo: me ha costado enormemente escribir este ensayo solidario con los palestinos y la paz, y todo ello, como asimismo enormes esfuerzos, gastos, sufrimientos y vidas humanas, nos lo podríamos ahorrar si Israel mostrara una actitud humana frente a los que sufren. ** Ulises Varsovia rommel.krieger@unisg.ch Escritor chileno (Valparaíso, 1949). Es docente de español en la Universidad de St. Gallen (Suiza). Ha publicado más de veinte títulos de poesía desde 1974, en forma artesanal, y sus poemas han aparecido en más de sesenta revistas literarias de Latinoamérica y Europa, en español y en otros idiomas. Textos suyos pueden leerse en su página personal, http://varsovia.tripod.cl. |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === Reencuentro con Adriano González León ================================= === La edad es un lenguaje que retiene el olvido Alberto Hernández === Solo, encerrado en un cuarto, el Viejo se muere. Adriano lo escribe para anclar la memoria en recuerdos ya idos, en el parpadeo de ciertas voces que ya no están. Una novela que aún busca lectores. Una novela que se olvida en los estantes, como el anciano que escribió desde su cercana muerte. El tiempo enmudece cuando oye: —Un juicio es siempre defectuoso porque lo que uno juzga es el pasado —dice entre el follaje verbal de Gran Sertón: Veredas la savia de Guimarães Rosa. Tono de edad oculta, la imagen que consigue corporizar la desolación en una suerte de espiral que reclama otra voz, la que crece en las páginas de Viejo (Alfaguara/Editorial Santillana, Santafé de Bogotá, Colombia, 1995), novela que Adriano González León trazó casi para despedirse. Viejo es el espejo de la muerte, la imagen que despierta la aversión, el enlace entre la conciencia y el cuerpo vencido, listo para la danse macabre. En febrero de 1995, mes de salida al público del libro, Adriano reveló parte de la motivación de esa historia mientras repasaba las páginas de algunas publicaciones de La Liebre Libre: —¿Saberse viejo no es fácil? —No, y te respondo con el mismo comienzo de la novela: Sobre todo, porque nunca quiere saberse. Después de esa afirmación, el autor de País portátil, entre bromas y momentos de una extraña seriedad, comentó a sentir reticencia —en ese momento— para hablar del tema, pese a que “la vejez forma parte de la mirada pública y llega un momento en que no puedes ocultarla, deshacerte de ella”. —¿Estamos condenados al olvido? —Afortunadamente. Sí, estamos, porque la memoria se agota, se desvanece, se pierde en el silencio. Y eso es el olvido —deja en el aire. —Es decir, ¿nos olvidamos desde nosotros mismos? —Hace rato citabas a Huizinga. Creo que el tiempo gotea demasiado sobre nosotros. En estos tiempos es más fácil perder la memoria, que es perder la vida, llegar al sitio donde es imposible avanzar. ¿Cómo decía Huizinga? —En El otoño de la Edad Media, Johan Huizinga escribió: “Tres temas suministran la melodía de las lamentaciones que no se dejaban de entonar sobre el término de todas las glorias terrenales. Primero, este motivo, ¿dónde han venido a parar todos aquellos que antes llenaban el mundo con su gloria? Luego, el motivo de la pavorosa consideración de la corrupción de cuanto había sido un día la belleza humana. Finalmente, el motivo de la danza de la muerte, la muerte arrebatando a los hombres de toda edad y condición”. —¡Uff... Me siento viejo... —eco del libro. Adriano parpadea y sonríe. La edad es un lenguaje La estación de Adriano es el lenguaje y con él vigoriza la memoria. La presencia de un personaje que teje una trama hacia el pasado indica la elaboración de un espacio en el que un lenguaje muy particular también es personaje. —Claro —afirma el escritor—, si recorremos nuestras lecturas, si las revisamos, nos daremos cuenta de que hemos vivido con él, con la voz de los otros, con el lenguaje ajeno, el eco de alguien que nos habla. —¿Tiene edad la palabra, el lenguaje? —Tenemos edad con él. Si somos lenguaje, palabra o silencio, morimos con él. Morimos con la edad de la palabra que hemos usado. “El héroe, hombre activo por excelencia, sólo le debe su ser al lenguaje”, confiesa Blanchot, y desde esa perspectiva, sumada al hecho de que el viejo se desdobla en el tiempo a través del “flujo de la conciencia digresiva”, nuestro autor ha construido —con la pasión característica del novelista— un canto simbólico en el que prevalece el uso de un tiempo que se detiene a veces y que se precipita no tanto hacia delante, sino hacia los lados referenciales de una evocación fragmentada, en una instantánea fractura de una historia diseminada por la imaginación, de naturaleza trágica, “elegíaca”, para decirlo con Julio Ortega. —¿De cuánto olvido estamos hechos? —Si hablamos así, llegaremos a pensar que la acumulación de datos, la cultura, es un vacío, el olvido que esperamos, la muerte. Somos la suma de todas esas muertes. La edad habla, la vejez es un habla cuya particularidad radica en un tono más espiritual que físico, atado a una conciencia recurrente, a veces designada por los tropiezos de un extenso paseo por los recuerdos. —Como lector, creo entender ese largo “olvido” del viejo al regresar a los lugares e imágenes borrosas, inseguras de unas anotaciones cuyos límites están en la tensión lograda, precisamente, por el tono de despedida que rezuma la coherencia de ese cuaderno nuclear. El viejo escribe, mejor, se escribe para sobrevivir a su propia historia —afirmo. —No, escribe para morirse —dice Adriano. Los dos espacios “Siempre de regreso en los caminos del tiempo, no adelantaremos ni atrasaremos: tarde es temprano, cerca lejos”, repite Blanchot, y en este intento del narrador venezolano por deshacerse de la coherencia rítmica del tiempo, está el paisaje de la insuficiencia, del fracaso, de la indolencia, de la desolación. —Para crear el mundo debo dividirlo. Para fundar las imágenes del tiempo debo confrontarlas, recurrir al espejo donde la palabra se corporiza, se mueve —musita Adriano. La ficción repite la imagen. Dentro de ella, en ese vientre ajeno, un relato engendra otro relato. Memoria migratoria que revela el momento en que la palabra se detiene. Hay un lugar, costura que conjuga las vueltas del tiempo, donde el narrador reconoce la eternidad: la muerte, esa cotidianidad del vacío, del silencio total, de la descarnadura, de la palabra ausente. ¿Quién traduce el viaje hacia el pasado? ¿Es la nostalgia la última apreciación, el intento por alejarse del cuerpo y hacer de la conciencia el remedio para el olvido? ¿O acaso el miedo atávico es la meta del desaliento? Entre el olvido y los dolores físicos se debate esta historia que Adriano González León construyó con el tiempo, con su tiempo, y con los deslizamientos de la evocación. Un allá, un acá. El acá es la decadencia, la advertencia de que “de pronto se me vinieron los pasos...”, en el vuelo de las aves, en los espíritus emplumados que conquistaron el cielo para alejarse de la tierra, para dejar de ser cuerpo físico y acercarse a Dios. Dos miradas en el tiempo: una finita, otra eterna, la más precaria es la entonación de un texto inconcluso, prefigurado por un discurso que es el testimonio de un hombre acabado, paideia del desencanto, de la transmigración: el texto fragmentado de esta novela de Adriano da la idea de un espacio donde todo puede ser posible, hasta la muerte. —Me quedo con lo que dijo Huizinga —remata el novelista. ** Alberto Hernández adezgalina@gmail.com Poeta, narrador, periodista y pedagogo venezolano (Calabozo, 1952). Tiene un postgrado en literatura latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar y fue fundador de la revista Umbra. Ha publicado los poemarios La mofa del musgo (1980), Amazonia (1981), Última instancia (1989), Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989), Bestias de superficie (1993), Nortes (1994) e Intentos y el exilio (1996). Además ha publicado el ensayo Nueva crítica de teatro venezolano (1981), el libro de cuentos Fragmentos de la misma memoria (1994) y el libro de crónicas Valles de Aragua, la comarca visible (1999). Reside en Maracay, estado Aragua, Venezuela, donde dirige el suplemento cultural Contenido, que circula en el diario El Periodiquito. === La voz poética de las etnias indígenas ================================ === Los senderos de Vito Apüshana Jaime de la Hoz Simanca ============ Hablo desde el reconocimiento del rostro amerindio, desde el mundo indígena de América (Abya Yala) en donde vivo y proyecto mi expresión hacia otras latitudes. He aquí en mi canto y en mis manos el sueño diverso, la voz intensa de las antigüedades, he aquí en mis pasos el sudor de la reafirmación, el latido de la raíz definida, la mirada de horizonte despejado... la invitación a multiplicar los encuentros y aumentar el respeto mutuo por donde respira la vida humana. Reciban nuestra palabra. Miguelángel López-Hernández. Encuentros en los senderos de Abya Yala. Casa de las Américas. La Habana. Brevísima introducción Miguelángel López o Vito Apüshana presentó, en octubre de 2009, la edición colombiana de Encuentros en los senderos de Abya Yala, que incluye varios poemas inéditos. El texto sólo se conocía a través de la edición que se hizo en Cuba y Ecuador. El poeta anuncia ahora Los 400 conejos, título del poemario que surge de su larga visita a México, y Natal profundo, un homenaje poético a las etnias embera-katío, zenú, mocaná, kankuamo, kogui, arhuaco, wiwa y wayuu. Uno Miguelángel López-Hernández y Vito Apüshana se entrelazan a través de la poesía y de la vida. Algunos afirman que Apüshana es el poeta que obedece fielmente los dictados de Miguelángel, este personaje de carne, hueso y sangre que nadie sabe en qué momentos se transforma y quién, bajo la penumbra, o tendido en un chinchorro atado a lado y lado de una enramada, utiliza el otro yo para sumergirse en su cosmogonía y relatar luego los mitos relacionados con el origen del universo. Miguelángel López es el mismo Vito Apüshana. O al revés. Algunos afirman que Apüshana murió hace cinco años y su cadáver, insepulto, está tendido en los sueños y en los insomnios de Miguelángel. Otros dicen que se suicidó después de haber ido al encuentro de universos de los indígenas mapuche, de Chile; de las vicisitudes de la etnia quechua, en el Perú y Ecuador; y de la comunidad wayuu, a la cual pertenece, y de la que pareciera emerger desde tiempos inmemoriales. Al poeta Miguelángel y al vate Vito los han recordado de múltiples maneras, asociándolos a personajes dobles de la literatura universal. Y lo hacen, más que como comparación, por jugar a las escondidas de la personalidad en la que el poeta y prosista argentino Jorge Luis Borges ha sido el más insigne entre los latinoamericanos con su constante referencia al otro yo. En una reunión de gestores culturales de Riohacha alguien evocó al Dr. Jekyll y a Mr. Hyde, los actores narrados por Robert Louis Stevenson que se ocultaban uno tras el otro, pero sin dejar de conformar una misma e indisoluble personalidad. Ese otro yo, citado también por contertulios de ocasión, también está presente en la literatura alemana y aparece bajo el extraño nombre de Doppelgänger. Y otro más evocó El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, cuyo protagonista central mantiene intacta su belleza pese al transcurso del tiempo, mientras su retrato envejece y se desfigura por las veleidades de la fortuna ilusoria de Dorian. —¿Por qué se ocultaba? —pregunto. —No era una ocultación sino una interpretación —responde—. Tampoco es un pseudónimo, pues allí está algo que podríamos denominar lúdico. No descarto que sea un juego, pero no de manera predeterminada. Vito y Miguel son una variante de aquellos divertimentos de la realidad y de la ficción que explotaron un día después de haberse expandido el misterio a través de unos poemas que recordaban los ancestros de las etnias indígenas y revelaron los fogones encendidos, las iguarayas, el maíz, y la lluvia que estalla en varios puntos de un extenso y olvidado territorio de América india. Ahora, Vito Apüshana es un fantasma o una ficción. O, tal vez, existe agazapado en las oquedades de su prisionero o creador. Miguelángel López-Hernández camina las calles de Süchiimma con la cabellera alborotada y casi siempre vestido de blanco, como su abuelo paterno. En ocasiones cubre su cabeza con un sombrero de palabrero antiguo o con una boina de colores tejida por las mujeres de su etnia. Su actividad cultural es incesante y no hay ningún misterio en esa cotidianidad que fácilmente pudiera calificarse como una exasperante monotonía. En esta ciudad se confunde con miles de riohacheros raizales que caminan hacia ninguna parte a través de los extensos bordillos de la Calle Primera que circundan un pedazo de su mar. En ocasiones preguntan por él y no está. Dicen que fue a Carraipía, su tierra natal, a reunirse con su álter ego, Vito Apüshana, y que regresará la próxima semana. Afirman que está detrás de las piedras de un territorio sin nombre observando el movimiento de un jaguar. Y también explican que está en una especie de encierro enseñando a sus hijas los distintos tamaños de las metáforas. Vito Apüshana posiblemente vaga en Jepira, la zona sagrada adonde van los wayuu después de su segunda muerte. O recorre, como alma en pena, la Pirámide del Sol y las calzadas de los muertos ubicadas en el Valle de Teotihuacán, en México, con el propósito de juntar aquel minúsculo universo de leyendas con el de los wayuu y publicar nuevos encuentros en senderos que ni él mismo conoce. En fin, nadie sabe: ni Vito ni Miguelángel. Dos Bajo la lumbre del alba cruzamos la curva de Itushí: ¡ya estamos en el cementerio familiar! Las tumbas reposan blancas y brillan como sonriendo a nuestra llegada. Los hombres levantamos las enramadas y las mujeres preparan el fogón. Los ancianos y los niños juegan al orden y al desorden... y los consejos comienzan a ser escuchados... y luego los cuentos... y luego los cantos... y las bromas. La familia se alegra de estar viva en la cercanía de sus muertos. Pronto iniciaremos la exhumación, los llantos se aprestan a danzar. Miguelángel López-Hernández El nombre de Vito Apüshana fue creciendo en medio del misterio. Los hombres de las letras y las artes de La Guajira lo mencionaban en las conversaciones de ocasión después de que alguien contara que vivía retirado en una ranchería de la Alta Guajira acompañado de chivos, y que en las noches escribía poemas que guardaba en su maleta de sueños y algunos de los cuales se filtraban en publicaciones literarias de la península. Muchos decían conocerlo y otros, además de confirmarlo, vaticinaban que en el devenir de los tiempos sólo se conocerían sus versos que buscaban el brillo de las aguas y las guaridas de Canaima y el universo todo de la etnia amerindia, pues habría de publicarlos para alejarse después como una sombra que se pierde entre centenares de caminos. De repente, sin saberse quién ni cómo ni por qué, aparecieron varios ejemplares de un poemario titulado Contrabandeo sueños con arijunas cercanos, firmado por Vito Apüshana. El breve texto se expandió por La Guajira y muchos de sus versos fueron aprendidos de memoria y recitados en medio de parrandas poéticas en las que se mezclaban las leyendas del Popol Vuh con las lágrimas de los Colosos de Fuego que formaban infinitos lagos. Así, el misterio comenzó a rondar aun más a Vito Apüshana y entonces —en esa especie de espejismo que encandilaba a los buscadores del poeta— lo veían de una manera distinta: de blanco hasta los pies vestido, coronada su cabeza con un sombrero del mismo color y un bigote hirsuto que se movía inquieto cada vez que evocaba a sus antepasados a través de versos quebrados por la nostalgia y las metáforas. Otros aparecían en las reuniones de fines de semana, en Riohacha, y afirmaban que habían departido con el poeta Vito bajo la enramada de una ranchería de Portete, meses antes de que el pueblo fuera arrasado por las motosierras y por los embates de las bayonetas que trajeron los paramilitares. El escritor David Lara Ramos, intrigado por los pequeños laberintos que habitaba en el poeta, recuerda que “en 1999 la Fundación Poetas en el Exilio, de Santa Marta, editó otra colección de Apüshana”. Agrega Lara que los nuevos poemas fueron publicados con la siguiente advertencia: “No intenten buscar a Vito Apüshana; nadie lo conoce personalmente más que los wayuu; nadie sabe a ciencia cierta quién es; él dará a conocer más poemas suyos cuando lo crea conveniente; no se sabe exactamente dónde vive en el inmenso desierto guajiro; él no quiere que lo conozcan más que sus poemas”. Por esa época, Miguelángel López era un joven taciturno que laboraba, todos los días, en una oficina improvisada al final de un extenso garaje abandonado que luego habría de agrandarse para dar paso al Centro Cultural de Riohacha, cuya construcción permitió la aparición de espacios desde los que alcanza a contemplarse la inmensidad del mar. Nadie sabía que Apüshana habitaba a López ni que el alma de López había sido tomada por Apüshana. Él seguía allí compartiendo su trabajo cultural junto a los gestores culturales Rubén Brito y Orlando Mejía, quienes nunca sospecharon esa especie de confusión de clones o de extrañas duplicidades. —¿Cómo nace Apüshana? —indago a Miguelángel, después de asistir a un ritual en el que cuatro miembros de la etnia emprendieron el viaje a Jepira—. ¿En qué momento Vito se apodera de usted? —Insisto en que sólo he recogido voces de mi Pütchi —responde—. Voces escalonadas y guardadas en los frutos o detrás de las piedras. Posiblemente han estado descansando a la orilla de los jagüeyes o cabalgando de una ranchería a otra. —¿Son capturas de voces? —Sí, pero logradas a través de una apertura espiritual. Se podría interpretar como una adherencia a la piel del microcosmos individual. Siempre me he preguntado: ¿cómo se comunican los pájaros entre sí? ¿Existen voces inaudibles en el camino? Miguelángel López prefiere preguntar antes que responder acerca de aquel duende sin tiempo ni espacio del que el poeta Juan Manuel Roca, en el momento de presentar sus poemas en el Magazín Dominical de El Espectador, escribió en los siguientes términos: “Se dice que es pastor y contrabandista de sueños. Nos trae razones del mañana, a la que considera su hermana, o de su abuela, que es el sueño”. Años después de la publicación de sus poemas en la desaparecida revista del diario que fuera de los Cano, se conoció la noticia de que Vito Apüshana había obtenido el Premio de Poesía Casa de las Américas, de Cuba. El texto ganador, cruzado por imágenes indigenistas, y edificado a través de espirales poéticas, fue presentado con un título que habría de expandirse entre los círculos literarios y poéticos del continente: Encuentros en los senderos de Abya Yala. Entonces se conoció, ahora sí, que tras Apüshana estaba Miguelángel López. Ocurrió el 15 de enero de 2000 en medio de la curiosidad y el asombro de todos los que habían visto a aquel joven de sortijas en pelo largo que en ocasiones cruza la mirada como si buscara a sus antepasados remotos que hace siglos decidieron asentarse en el Cabo de la Vela. Los críticos literarios y los amantes de los versos saludaron con efusividad la aparición de los poemas que acababan de ser reconocidos internacionalmente. Guillermo Tedio, cuentista de Baranoa (Atlántico), catedrático universitario y crítico literario, fue uno de los primeros en aplaudir con sus manos tendidas la buena nueva para las letras colombianas. Lo expresó así: “En el libro de poemas premiado en Cuba, Miguelángel López-Hernández entiende que no se trata sólo de la etnia wayuu sino que en toda América (Abya Yala), desde Alaska hasta la Tierra del Fuego y los patagones, vive un mundo cultural en la resistencia, que construye una poesía donde no hay separación entre el hombre y la naturaleza, donde pueblos de hermosas mitologías hablan de su existencia unida a la tierra para que, al ser reconocidos, comiencen a ser comprendidos en la diferencia. ”Miguelángel López habla de los wayuu (habitantes de dos países, Colombia y Venezuela, pero unidos en una sola tradición), habla de los kogui pero también de los mapuches de Chile, de los mexicas, de los cunas de Panamá, de los quechuas. Quiere nuestro poeta Vito Apüshana hablarle al alijuna, es decir, al hombre blanco, quizás allí esté la explicación del título de su primer poemario, Contrabandeo sueños con alijunas cercanos, quizás por lo mismo su escritura en español. Dirá Apüshana: si la montaña —el hombre blanco— no viene a mí o sólo viene, las más de las veces, en plan de agresión, yo voy a la montaña con la verdad de la palabra. Así que uno siente en estos poemas vitales y untados de paisaje, de nostalgia ancestral, de amor por la tierra y la naturaleza, que el poeta quiere contarle al hombre blanco las razones de la existencia de un pueblo que desea desarrollarse sin agredir a la tierra ni al agua ni al aire ni al hombre”. Tres Yo nací en una tierra luminosa. Vivo entre luces, aun en las noches. Yo soy la luz de un sueño antepasado. Busco en el brillo de las aguas, mi sed. Yo soy la vida, hoy. Soy la calma de mi abuelo Anapure, que murió sonriente... Vito Apüshana Miguelángel López-Hernández (¿Vito Apüshana?) dice que su niñez está mezclada con el ejercicio del sueño, con el deseo de un infante que crecía en medio de dificultades familiares. Se diría que una infancia común y corriente, según se deduce de las palabras que ahora pronuncia mientras descansa en los tablones de madera vieja clavados en la ranchería de Guarero. Después habla de Carraipía, el pueblo de la frontera guajira donde nació en medio del sonido de la naturaleza y del diálogo de la fauna nocturna que entrecruza el monte como sombra multiforme. Recuerda, también, los frutos de árboles sin nombre, las grandes cosechas que recogían los mayores y el patio de la casa ubicada cerca de una vegetación de ceibas, trupillos y dividivis que escondían a los conejos y servían para el descanso de las aves en lo más alto de las ramas. —¿Y de los padres? —pregunto. —Por fortuna, esos recuerdos los mantengo vivos —responde—. Físicamente los veía gigantes a través de la pequeña mirada del niño; eran vistazos de abajo hacia arriba que agrandaban el tamaño y me otorgaban confianza y seguridad. Los evoco silenciosos y tranquilos, sobre todo a la “vieja”. Yo llevo el nombre principal de mi padre, Miguel Agustín, y mi mamá se llama Nohelia Hernández. Contrario a lo que pueda pensarse, Miguelángel no recuerda haber tenido en la infancia contacto con los libros ni con la escritura, sino la presión arrolladora de una oralidad que se esparcía de la boca de los familiares cercanos y lejanos, cargada con relatos inverosímiles de la región y con anécdotas de un mundo profundamente espiritual. El protagonista de ese minúsculo universo de palabras era su abuelo Alcibíades López Pimienta, perteneciente por línea materna al clan Pushaina, comerciante, y de quien Miguelángel conserva la imagen del instante en que yace tendido en el suelo de su casa con los hilillos de sangre tiñendo su ropa blanca, después de haber recibido la descarga mortal de varios disparos. “Con la muerte del abuelo se derrumbó la estructura homogénea que existía y comenzó la diáspora de hermanos, sobrinos e hijos. Cada quien asumió su propio destino, incluido mi padre. La familia se extendió, se dilató y se distanció entre sí. A mis siete años comencé mi peregrinaje: de Carraipía a Maicao, de Maicao a Riohacha y de Riohacha a Medellín. En la capital antioqueña, solo en medio de la montaña, decidí el camino que habría de transitar”, explica. —Fue un vacío... —Sí —afirma—. Era una autoridad entre los wayuu y el que satisfacía nuestras necesidades. Viajaba mucho y siempre nos traía sorpresas de Maracaibo o de las Antillas Holandesas. Tal vez por esa influencia soy un hombre que busca demasiado los rincones. Esa muerte del abuelo Alcibíades todavía lo persigue. Mucho tiempo después entendió las razones por las que transcurrieron cuatro años para que se arreglara el conflicto que había surgido en el seno de la misma familia. Y comprendió, también, los argumentos de tiempos remotos que obligaron a la distribución de las pertenencias para evitar mayores derramamientos de sangre. Así pudo descifrar, a la larga, lo que más tarde conocería con los nombres de valores, código de honor, hombría y palabrero, el descendiente de Utta, ese pájaro milenario del que Miguelángel dice observar su vuelo bajo el cielo verde de Riohacha. A los trece años, con algunos síntomas de la melancolía que habría de envolverlo más adelante, llegó a Medellín en una especie de huida frente a las amenazas de confrontaciones que se gestaban alrededor de su extensa familia. Había terminado la primaria en Riohacha y se encontró de repente con un mundo que necesitaba transitar a través del estudio y la investigación. Pero inicialmente sintió con más fuerza los latidos en el corazón, aumentados también por una distancia que califica de dolorosa. Digamos: fueron interrogantes sin respuesta provocados por la ausencia de los padres, la añoranza del territorio en el que dejó abandonadas sus huellas, y la pérdida de un atardecer plomizo, único e irrepetible. Sin embargo, a los cuatro años de permanencia en aquella ciudad lejana conoció el peso de lo que se siente por dentro y también el vacío. Hasta que entendió que, justamente, era la ausencia de su mundo wayuu, la añoranza por la luminosidad y la transparencia del cielo, el viento, el polvo de los caminos y el olor de las comidas. Regresó a La Guajira diez años después. —¿Melancolía? —Sí, tal vez patológica en el sentido de la persistencia. Pero se me convierte en una fortaleza porque va transparentando paisajes que de otra manera no podría vislumbrar. Descubro la belleza y las fuerzas espirituales que tocaban a mi puerta. Considero que al final esta melancolía es una huella digital de mi espíritu que comprime mi reconocimiento de la historia de siglos. Cuatro Mi tío Walaatshi ha llegado de donde estaba. Trajo, en silencio, un antiguo problema de hombres. Le oímos resollar la ofensa... y nos observa la vida. Su palo de mando le ordena dibujar en la tierra. No habrá pleito: sus años han encontrado el oculto reposo del dolor. Vito Apüshana De Medellín, con 23 años cumplidos, se trajo la soledad que lo acompañó durante más de dos lustros, y el conocimiento de las mitologías oriental y griega. Esas narraciones las asoció con la oralidad de La Guajira de su infancia dormida. Mucho más, cuando las mezclaba con los mitos hindúes que terminaban con una explosión de imágenes y entonces se sentía obligado a cerrar el libro para disfrutar el vértigo interior en el que siempre, al final, se asomaba otra vez la melancolía. “Poco después de mi retorno, pasé de la mitología griega al mito americano y fue cuando descubrí el Popol Vuh, que no entendí en la primera lectura ni tampoco en la segunda, pero nunca solté el libro porque sentía libertad absoluta para desarrollar historias, un código de comunicación encerrado en el cerebro o una desembocadura de aguas estancadas”, expresa. —¿Qué consecuencias tuvo? —A través de esas poesías y de esos versos libres podía derramar las aguas contenidas en el pozo de la melancolía que me habitaba. Esas primeras acometidas resultaron ser musicales y al mismo tiempo inconexas. El lunes escribía una frase y el miércoles otra, debajo de la primera, pero sin ninguna ilación. —¿Cuál era la intención? —Plasmar un mensaje desde adentro para reconocer el rostro que llevaba. Posteriormente apareció la necesidad de comunicarme con el otro mediante el ejercicio lúdico de la música y de la rima de los versos. De eso no quedó nada. Hubo como una segunda revelación cuando tomé la decisión de regresar a los caminos polvorientos de La Guajira. Fue definitivo. Definitivo. Desde ese instante comenzó un peregrinaje por las orillas que conducen a una poesía que, al principio, sólo compartió con su mujer, Ana Sofía Gómez, y después la fue expandiendo hasta alcanzar el reconocimiento de Casa de las Américas que premió, en el fondo, un continente que durante siglos existió sin nombre y al que Miguelángel López-Hernández (¿Vito Apüshana?), junto con miles de rebautizadores indígenas, llama Abya Yala. Cinco La vida tiene un nuevo aliento en Abya Yala... germinan los Elementos en el nombre de su tributo: el Padre de los fuegos (el sol), el Propiciador de los viajes y de los abrazos (el viento), la Germinadora de las semillas (la lluvia), la sudorosa Residencia del maíz y sus descendientes (la tierra)... y el blando Movimiento del Tiempo (el sueño): son los espíritus dadores de Amerindia, en cuyos caminos perviven los [nichos-altares, a veces invisibles, en donde el instante es ofrenda del infinito. ¡Nianderyquey Perchebe... Mashaale Ka’inwaa Ohtli! Miguelángel López-Hernández “Abya Yala es el leitmotiv de mi Palabra, de mi Pensamiento Estético. Así mismo lo defino como mi hacer político y mi haber ético; me asumo transportador de su estro original... labrador de su humus milenario. Justamente al expresarlo desde una lengua no originaria del continente demuestra la autenticidad del pensamiento de Abya Yala, renovándose desde sus raíces. Es lo que defino como el Mestizaje Húmedo, que contiene dos principios básicos: el arraigo horizontal y la autonomía del andar. Este es un camino inédito para las jóvenes repúblicas latinoamericanas, que más temprano que tarde deberán asumir. Debemos des-colonizar el aparataje diseñado desde las metrópolis europeas y reactivar la memoria milenaria de Abya Yala como abono fertilísimo del presente, cada vez más exigente de talantes naturales”. ** Jaime de la Hoz Simanca delahoz.jaime@gmail.com Periodista y catedrático colombiano. Ha sido tres veces galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. Coautor del libro de crónicas y reportajes Trece claves para soñar y de los textos didácticos Crónica y Reportaje. === Entrevista al homenajeado de la V Filven 2009 ========================= === El secreto de los lenguajes desde Briceño Guerrero ==================== === Luis Manuel Pimentel ================================================== “El retrato más grande del mundo que se ha hecho en Venezuela es el tamunangue. Sus siete partes corresponden a los siete lados fundamentales de la condición humana”. José Manuel Briceño Guerrero. José Manuel Briceño Guerrero. Filósofo. Poeta. Filólogo. Políglota. Narrador. Ensayista. Profesor de la Universidad de los Andes. Conferencista internacional. Premio Nacional de Ensayo 1981. Premio Nacional de Literatura 1996. Nominado al Premio Nobel de Literatura 2008. Es autor de: Dóulos Oukóon, 1965; América Latina en el mundo, 1966; Triandáfila, 1967; El origen del lenguaje, 1970; La identificación americana con la Europa segunda, 1977; Discurso salvaje, 1980; Europa y América en el pensar mantuano, 1981; Holadios, 1984; Amor y terror de las palabras, 1987; El pequeño arquitecto del universo, 1990; Anfisbenas. Culebra ciega, 1992; L’enfance d’un magicien, 1993; El laberinto de los tres minotauros, 1994; Discours Sauvage, 1994; Diario de Saorge, 1996; Discours des Luminiéres, 1997; Esa llanura temblorosa, 1998; Matices de Matisse, 2000; Trece trozos y tres tristezas, 2001; El tesaracto y la tetractis, 2002; Mi casa de los dioses, 2003; Los recuerdos los sueños y la razón, 2004; Para ti me cuento a China, 2007. José Manuel Briceño Guerrero, también conocido como Jonuel Brigue, nació en Palmarito del estado Apure, tiene 80 años de edad, actualmente vive en la ciudad de Mérida y ha sido un peregrino y estudioso del mundo (Austria, Francia, Alemania, México, China, Inglaterra, Rusia, Turquía, entre otros países incluyendo a Latinoamérica). Su pasión por el estudio de las lenguas antiguas y actuales le ha dado una amplia formación para internalizar los acontecimientos nacionales y mundiales en el devenir histórico de la humanidad, ejercicios de pensamiento que se ven revelado en sus escritos poéticos, narrativos, ensayísticos, que redescubren el comportamiento del hombre común de las sociedades actuales. Su presencia física causa una retrospección con la imagen de los antiguos filósofos, hoy día en su constante investigación va dándole forma a las posibilidades a que el lenguaje puede acceder para centrarse en sí mismo y dimensionar problemas que tienen que ver con los principios identitarios de los pueblos latinoamericanos; es desde allí que radica parte de su grandeza filosófica en el continente americano, además del goce estético con el que plantea abordajes a temas de raíz común, pero con alcance planetario. Encontrar en Briceño Guerrero esa didáctica mirada del mundo, y verlo reflejado en la continuidad de un pensamiento que va más allá de análisis intocables, caso contrario, siempre ha buscado la manera de forjar en su discurso una compenetración colectiva donde todos se sientan identificados y capaces de comprender lo que pasa en nuestro entorno. Para este homenaje que le han brindando el Centro Nacional del Libro (Cenal) y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, en conmemoración de la V Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2009) tiene una conferencia que ha titulado “Soga en el viento”, figura textual que viene de los cantos populares del llano venezolano, con el que ha conseguido interpretar la imagen de la soga atrapando a todas las literaturas creativas del universo; la soga se convierte en un signo poético que se expande en el espacio para sujetar las palabras. Ha creado un pasaje visual para mostrar y analizar las escrituras antiguas y presentes, entre ellas hebreas, griegas, chinas, latinas, japonesas, petroglifos, sánscrito, árabe, códices medievales y mayas, números y grafías convencionales, entre otros códigos. Buscando así concatenar lazos significativos entre las diferentes culturas y demostrar que la presencia de la palabra gráfica, convertida en literatura, es una forma de acercamiento individual, colectivo y cultural que van revelando el secreto de los lenguajes. —¿Recuerda alguna de las primeras imágenes que escribió? ¿Cuáles eran, cómo era ese contexto y en qué época venezolana? —La primera vez que yo escribí fue en la escuela primaria, en Barinas, porque había un periódico impreso que se llamaba Sendero, cosa insólita en la historia de Venezuela, que una escuela primaria tuviera un periódico y que todavía se conserven algunos ejemplares. Yo colaboraba en ese periódico estando en 5º y 6º grado. Uno podía escribir allí poemas, cuentos, artículos de ideas, y hasta crucigramas se podían inventar. —¿Cuál es su apreciación sobre el español de América como herramienta estética para la creación literaria? —El español de América, es decir el español que nosotros hablamos, debemos aceptarlo, usarlo, porque todos los idiomas están continuamente cambiando, a nosotros nos tocó este momento el de la lengua castellana en América, parece que es justo que lo usemos, y no caigamos en arcaísmos. —¿Conoce de alguna fórmula para alcanzar el estado de trascendencia? —Hay sobre todo en la India técnicas de meditación para trascender la conciencia ordinaria y pasar a un estado superior de conciencia. También hay manifestaciones tradicionales, en Venezuela por ejemplo, tiene que ver con la música, personas haciendo música o bailando tienen cambios de conciencia, éxtasis, y pueden llegar a tener estados superiores de comprensión. —¿Con cuál de los géneros literarios se siente identificado? —Una cosa que yo he intentado hacer desde hace muchos años es romper la separación entre los géneros, y poder escribir en un lenguaje que no respete los géneros, que tenga cambios de actitud y de clima, de temática súbita, siguiendo los cambios de la conciencia, con el peligro de caer en una escritura caótica pero no sucede así, porque todas esas cosas diferentes que se han pasado a géneros distintos están encadenadas y tienen sentido. —¿Qué ha encontrado en la poesía, como escritor y lector, que quisiera revelarnos? —Yo he encontrado que el mejor camino para conocerse a sí mismo, para conocer a los demás y al mundo, es la poesía, más que la ciencia, sin despreciar a la ciencia, pero los grandes poetas tienen una intuición tan profunda de las cosas humanas, de la relación del hombre con el mundo no humano, que sería la clave, también el horizonte en el cual puede manifestarse adecuadamente el trabajo científico, el trabajo político, el trabajo económico, habría una forma de ayuda de todas las demás cosas a partir de la poesía, sin que esa sea la finalidad de la poesía; la poesía crea clima espiritual en el que pueden florecer todas las demás actividades del hombre. —Usted defiende la tesis de que el arte salvará la identidad del latinoamericano. ¿Podría explicarnos cómo observa esa relación? —Pienso fuertemente, me cuesta mucho que me hagan caso en eso, pero la gente piensa que los medios para lograr una síntesis de nuestras cosas heterogéneas que tenemos, nuestras herencias múltiples, diversas, después a través de la economía, de la política, tal vez otros de la religión, a mi me parece que todas estas cosas tienen sentido y son útiles, pero el trabajo artístico es el que va ayudar en todo porque el arte es el que puede compaginar y armonizar todas esas cosas diversas que tenemos; crea el clima necesario para que los otros esfuerzos sean fructíferos, de manera que se produzca intercomunicación entre las personas y entre los diferentes aspectos de las personas unas con otras, dentro de sí mismas. —¿Cómo ve el camino futuro de la literatura venezolana, en América Latina y el mundo? —Yo lo que veo ahora es que hay, por ejemplo en Venezuela, un apoyo mayor de parte de las autoridades a la actividad artística en general y a la escritura en particular, por ejemplo ahora los jóvenes que quieren escribir y expresarse como poetas, como pensadores, tienen más facilidades que hace 50 años para encontrar medios escritos de comunicación, también medios radioeléctricos, la televisión y ahora últimamente este medio extraordinario que es la comunicación por Internet, que está a disposición de los jóvenes que quieren ser escritores y les da un mayor acceso a la comunicación. —De todas sus obras, ¿con cuál se siente más identificado y por qué? —A mí de todas mis obras me ha gustado mucho una que se llama Triandáfila, porque pone en juego la conflictividad que todos llevamos por dentro y que hay en nuestros países debido a la diversidad de los orígenes que tenemos, y la necesidad que tenemos de llegar a una síntesis, a una creación nueva y en que se mantengan todos los elementos que nos constituyen porque ninguno de ellos es despreciable, sino que puedan ser integrados a una totalidad coherente y que dé lugar a una creatividad nueva. —¿Qué le produce pensar en un mundo que crece vertiginosamente, y del comportamiento del hombre hacia su propia identidad que parece perderse en las vitrinas de los centros comerciales? —Hay una sensación, a pesar del progreso tecnológico, de que continúa el hombre sufriendo los defectos y las dificultades que se sufrían hace miles de años, como si hiciera falta un progreso en cuanto al respeto del otro y a la aceptación del otro, a la aceptación de sí mismo, a ver si se acaba con el fanatismo, la exclusión, los sentimientos de superioridad, los desprecios de los otros niveles. Yo creo que hace falta, además del progreso tecnológico, un progreso de la valoración del otro ser humano, y la aceptación de sí mismo en niveles oscuros. —¿Cómo califica la guerra que tienen los EEUU contra Afganistán e Irak, y las bases militares que recientemente el imperio yanqui ha colocado en el hermano país de Colombia? —Es algo terrible que haya esa continuación interminable de un deseo de dominar el mundo entero; una de las cosas que ha caracterizado la historia de la humanidad es que siempre surgen imperios que quieren ser universales, y de un solo país que gobierne y domine a todos los demás países y les imponga por la fuerza su manera de pensar y sentir. Creo que una mejor opción para el futuro es que los diferentes países que constituyen la humanidad, las diferentes culturas, se respeten unos a otros y se relacionen en un plan de igualdad; si se lograra superar esa tendencia desde la época del imperio persa, después el imperio romano, después el germánico, el imperio español, el imperio inglés, el imperio nazi, hay una tendencia como de una nación a gobernar todas las demás imponiéndoles sus formas de creatividad y sus formas de vida; progreso para mí sería que exista una relación universalizante que se hiciera por colaboración y no por imposición de un país o del otro. —Del actual proceso político venezolano, ¿cómo ve el socialismo del siglo XXI y qué frutos demuestra este movimiento para la Revolución Bolivariana? —Veo que hay algo nuevo que está pasando en el sentido de una mayor aceptación de los pobres, de los indígenas, los humildes, de los que forman las bases de nuestra población, y que eso es absolutamente indispensable que se haga, sería una mezquindad infinita no reconocer que en este tiempo se está haciendo un paso respetable, notable, gigantesco, por abrir la posibilidad de comunicación de los estratos menos favorecidos de la sociedad, dándoles lo que les corresponde por derecho. —¿Qué se siente ser el homenajeado de esta V Filven 2009 y su relación con el país homenajeado, Bolivia? —Considero este homenaje muy positivo para mí, porque yo escribo para ser leído, y cómo hace uno para ser leído si no es conocido, este tipo de homenaje da publicidad a las obras y permite que haya interacción con el público lector. El hecho de que coincida esto con la presencia del país homenajeado, que es Bolivia, para mí es muy significativo, porque he trabajado siempre en miras de los países de América Latina. Hay pueblos y países de los cuales la relación a la población siempre ha sido maltratada y hoy día en Bolivia se notan nuevos y significativos cambios positivos, ejemplo para toda América. ** Luis Manuel Pimentel luismanuelpimentel@gmail.com Poeta, narrador y periodista venezolano (Barquisimeto, Lara, 1979). Licenciado en Letras mención Literatura Hispanoamericana y Venezolana (2004). Ha publicado el poemario Figuras cromañonas (coedición Caminos de Altair-Mucuglifo, Mérida, Venezuela, 2008). Poemas suyos han sido incluidos en diversas antologías, como Arquitectura de la palabra, Amanecieron de bala, Doce orugas al viento o El corazón de Venezuela. Escribe la columna “Pasos de fauno” en el diario Pico Bolívar (http://www.picobolivar.com.ve), de Mérida. Entre 2004 y 2008 coordinó la página literaria “Ojos que tocan”. Integrante del semanario cultural Corneta (http://www.corneta.org) de Caracas. Actualmente es tesista de la Maestría en Literatura Iberoamericana de la Universidad de los andes (ULA, http://www.ula.ve). ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === Nombres propios de la literatura española ============================= === en las referencias de Ortega y Gasset Enrique Ferrari Nieto ====== Gumersindo de Azcárate 1840-1917. Discípulo de Sanz del Río, muy vinculado al Instituto Libre de Enseñanza, fue catedrático de Derecho y diputado entre 1886 y 1916. En 1917, con la noticia de su fallecimiento, Ortega le escribe un artículo sentido, publicado sin firma, en El Sol: un homenaje a Azcárate y también a otros hombres de 1869: Castelar, Cánovas, Salmerón y Giner de los Ríos: los que precedieron a los restauradores. Y destaca de ellos su ímpetu, su dignidad y su entusiasmo, como —la imagen es suya— supervivientes de una época que le parecía más heroica, más enérgica, de mayor frenesí espiritual (III, 11) [1], frente a la Restauración, corrupta y cínica. Su admiración, con todo, es el reconocimiento a su sentido moral y su anhelo por conocer; y no a sus ideas o su República. Unos años antes, en 1910, había dicho de Azcárate: “Su corazón vale mucho más que su sociología” (I, 149). Su afecto, escribe, es el que siente hacia un Don Quijote —enjuto, de aventajada estatura, barba de plata y rostro cetrino— vuelto a la cordura. La fidelidad de la generación de Ortega a estos hombres consistirá —queda recogida en su programa— en seguir hacia delante (III, 12); en heredar su fuerza para desarrollar sus propias ideas, otras ideas. Azorín 1873-1967. Sus primeros libros manifiestan una actitud inconformista y molesta con la sociedad. En Madrid —llegó en 1896— convive con la bohemia literaria y con círculos anarquistas. Junto a Baroja y Maeztu forma en 1901 el Grupo de los Tres, de carácter regeneracionista: anticipo del Grupo del 98. La voluntad, de 1902, con la aparición del personaje Azorín (del que toma el pseudónimo), marca su madurez literaria: la existencia dolorosa de un protagonista abúlico y cerebral en una narración llena de elementos descriptivos, proclive a la evasión hacia temas de orden estético; una escritura marcada por el pesimismo, que Ortega vinculó al inmovilismo de la vida española. El valor del pasado y el interés por lo minúsculo son los dos rasgos en los que centra Ortega su análisis, expuesto principalmente en “Azorín: primores de lo vulgar”, en 1917. Azorín es el caballero de las violas; el que busca lo humilde, lo olvidado, lo mínimo (II, 190). En su arte, que evita las expresiones excesivas, se produce una inversión de la perspectiva: lo pequeño ocupa el primer plano y lo monumental es sólo ornamento: “Como unas pinzas sujeta Azorín ese mínimo hecho humano, lo destaca en primer término sobre el fondo gigante de la vida y lo hace reverberar al sol” (II, 160). Es lo contrario a un filósofo de la historia. No hay en él nada solemne (II, 159). Maximus in minimis, escribe Ortega. Como una regresión al gusto primitivo, como la de algunos pintores contemporáneos a él (II, 191). El arte que defiende Ortega es diferente: un arte heroico, dinámico, que desplace la realidad (II, 178); pero reconoce en Azorín una de las grandes aportaciones de los últimos años, dice en 1911: “Lo mejor que ha traído la literatura española en los últimos diez años ha sido los ensayos de salvación de los casinos triviales de los pueblos, de las viejas inútiles, de los provincianos anónimos, de los zaguanes, de las posadas, de los caminos polvorientos —que compuso [...] Azorín” (I, 200). En Baroja siempre se halla el tema heroico: sus personajes aspiran a no tener costumbres (II, 179). Azorín, en cambio, buscará en cada cosa sólo sus costumbres, para sugerir la fuerza negativa de la repetición que es la vida, pues las innovaciones no son más que apariencia (II, 181). Los personajes de Azorín no tienen valor por sí mismos. Su interés radica en la percepción de que cada uno de ellos es sólo uno más de una serie ilimitada compuesta de elementos idénticos (II, 177). Azorín piensa —por un poso, dice Ortega, de la creencia del siglo XIX— que son las criaturas anónimas, y no los grandes hombres, quienes dan forma a la vida social (II, 185-186). Los libros de Azorín son un mundo paralítico y moroso, porque son un ensayo de salvar el mundo. Al petrificarlo estéticamente, lo hace inmortal, porque el movimiento es para él la vida gastándose (II, 174). El pasado es su tema estético (I, 324). Pero no lo busca como el arqueólogo o el erudito; él quiere revivirlo: “revivir la sensibilidad básica del hombre a través de los tiempos” (II, 163-165). Lo llama poeta de lo castizo (un halago; nada que ver con escritor casticista) (II, 186): ha sido quien ha acertado con la brecha por donde la sensibilidad moderna puede penetrar en el recinto de la literatura vieja (I, 264). Ha hecho de lo castizo su materia; se ha sumergido en el pasado español, pero la obra de Azorín es actual: “Emplea los órganos sentimentales del ánima contemporánea para hacerla percibir, bajo la especie del presente, lo pasado” (II, 188). Así —señala Ortega en “Azorín: primores de lo vulgar”—, ha visto el hecho radical de que España no vive actualmente, sino que la actualidad de España es la perduración del pasado: España no se transforma; se repite (II, 176). Escribe en “Nuevo libro de Azorín”, en 1912: “El arte de Azorín consiste en suspender el movimiento de las cosas haciendo que la postura en que las sorprende se perpetúe indefinidamente como en un perenne eco sentimental. De este modo, se desvirtúa el poder corruptor del tiempo. Se trata, pues, de un artificio análogo al de la pintura. [...] Azorín reduce pasado y futuro a la sola dimensión del presente y en ella los hace cohabitar: dentro del presente yace el pasado en condensación y se halla el futuro preformado” (I, 240-241). Pío Baroja 1872-1956. Estudió medicina, pero apenas ejerció como médico. En 1898 decidió dedicarse únicamente a la literatura. La novela es —escribe— “un saco donde cabe todo”: un género libre, sin reglas, heterogéneo, donde vierte los materiales como “hechos brutos”: el poso de sus lecturas científicas, literarias o filosóficas (sobre todo Schopenhauer y Nietzsche). Como algo improvisado, fragmentario; sin un argumento claro. Baroja —afirma Ortega— es el escritor menos comprendido de su tiempo por ser el que mayor actividad exige a sus lectores (II, 70). En 1901 formó el Grupo de los Tres, con Azorín y Maeztu, de inquietudes regeneracionistas: aviso de la conciencia e inquietudes de la Generación del 98, que refleja El árbol de la ciencia. Y en 1902 obtuvo su primer éxito: Camino de perfección, novela en la que plasma ya los elementos principales de su literatura. Ortega reconoce en Baroja al precursor de una nueva sensibilidad en Europa, que se distancia del utilitarismo de sus predecesores (II, 72). Andrés Hurtado es Baroja y los escritores que comenzaron a publicar en 1898: el representante de una generación con la que se inicia una nueva etapa en España (IX, 491). Su literatura es una protesta, un rechazo a las ideas y valores insuficientes de su cultura, al modo de pensar general, a la hipocresía de su régimen moral (II, 88). Un tratado completo de la indignidad del hombre (II, 113). Escribe en “Ideas sobre Pío Baroja”: “En El árbol de la ciencia dice Baroja del protagonista, Andrés Hurtado, estas palabras: ‘La vida en general y, sobre todo, la suya, le parecía una cosa fea, turbia, dolorosa e indominable’. Esta impresión última y decisiva ante el conjunto del universo y de la existencia late, gime, trema so la primera página que Baroja escribió lo mismo que so la más reciente. De esa emoción, como de una amarga simiente, ha crecido la abundante literatura de este hombre, selva bronca y agria, áspera y convulsa, llena de angustia y desamparo, donde habita una especie de Robinson peludo, frenético y humorista, que azota sin piedad a los transeúntes” (II, 79). Ortega insiste en su ansia de sinceridad y lealtad consigo mismo; en la ausencia de un yo convencional con que cubrir su fondo insobornable (II, 84). Los protagonistas de los libros de Baroja, los héroes, son vagabundos, porque reúnen las dos tendencias que a él le interesan: la crítica y el momento dinámico (II, 73). A Baroja casi todas las cosas le parecen una farsa y casi todos los hombres unos farsantes (II, 84). Las ideas de su época las considera insinceramente vividas (II, 83). Por ello sus personajes están fuera de la sociedad, en una región donde sólo existen las fuerzas biológicas puras que, vertiginosas, enfurecidas, van y vienen azotando al mundo (II, 113). Aún no han sido pervertidos por la valoración utilista de las cosas. En la atmósfera inmóvil de España, defiende el escritor vasco, la felicidad está en la acción. Pero Baroja se equivoca: Aviraneta no es un hombre de acción: es sólo un aventurero, donde no hay más que el perfil dinámico de un hombre de acción. Confunde acción y aventura: “Mientras éste halla la justificación de sus esfuerzos en el nuevo cariz que ha logrado imponer a la realidad, es para el aventurero el resultado a obtener meramente un resorte que dispara sus movimientos” (II, 92). Ortega le presta gran atención en sus primeros artículos. A pesar de las limitaciones que le encuentra como novelista, no tiene dudas: “La corrección gramatical —dado que exista una corrección gramatical— abunda hoy en nuestros escritores. Sensibilidad trascendente, en cambio, se encuentra en muy pocos. Tal vez en ninguno como en Baroja” (II, 75). Valora su sensibilidad, no sus libros (II, 93), que son, dice, un balbuceo (IX, 479-481). Baroja emplea, como en su propia vida, un procedimiento excesivamente impresionista: no se presenta el objeto al lector, sino la reacción subjetiva ante él. Y en la novela, asegura Ortega, eso es fatal (II, 94). No consigue adentrar al lector en la realidad inventada. Sus libros son tan porosos que no afectan al lector: son libros sin cámara, sin interior, donde los personajes no ejecutan ningún acto. Más que una novela, dice muy gráfico, parece el pellejo de una novela (II, 96-98). Escribe en “Una primera vista sobre Baroja” (1910): “Esa preferencia por vocablos antiestéticos [...] es claramente incompatible con una poderosa voluntad de hacer arte” (II, 105). Su virtud más positiva es su falta de retórica: “Sinceridad, lealtad consigo mismo, asco hacia la ficción y el artificio —son eje y motor de su alma, de su arte y de su vida” (II, 101). El interés de Baroja es filosófico, no literario (II, 116). Lo llama metafísico holgazán, metafísico sin metafísica (IX, 484). Tiene la cabeza llena de teorías —“más que un hombre, es una encrucijada” (I, 325)— pero no las dotes de teorizador (V, 563). Jacinto Benavente 1866-1954. Figura central del teatro en la España de comienzos del siglo XX, con cerca de ciento setenta obras escénicas adaptadas al público burgués; adscritas a la alta comedia, muy agudas y con un fondo mundano en el que se repiten los tópicos. Surge como reacción al melodrama de Echegaray. Ortega sólo lo cita una vez, como ejemplo a pesar de la aparente contradicción, en “Asamblea para el progreso de las ciencias”, en 1908. Ortega, aún muy joven, está convencido de la imposibilidad de que la alta literatura atraiga al público. La paradoja que halla en la literatura de Benavente —algo discreto que gusta al público— es sólo aparente. El único punto de contacto entre su teatro y el público es el calambur (I, 106). José Cadalso 1741-1782. Autor de las Cartas marruecas, muy crítico con las instituciones de su tiempo y la hipocresía de los ambientes más selectos. Es para Ortega uno de aquellos individuos de identidad profunda y seria que preceden al autor del 98: uno de esos pechos egregios —lo incluye en “Nuevo libro de Azorín”— que se han preguntado dónde está España (I, 241). Pedro Calderón de la Barca 1600-1681. Una de las cumbres del Siglo de Oro, con más de cien comedias y ochenta autos sacramentales. Es autor de La vida es sueño y El gran teatro del mundo. Pero Ortega no estudia sus textos. Ni siquiera someramente, aunque para profundizar más en Velázquez considera conveniente —y lo deja sugerido— un estudio de Calderón como contrafigura del pintor (VIII, 596). Su obra, señala, se ha vuelto problemática. Apenas hace unas pocas apreciaciones estéticas, en la Introducción a Velázquez de 1947, de su técnica en la composición teatral: destaca los fríos mecanismos efectistas de sus dramas, la búsqueda del enredo, la manipulación prestidigitadora en busca del aplauso: “La mayor parte de su obra dramática es, en rigor, obra lírica embutida en argumentos de escena. Pues bien: a su vez, una muy respetable porción de esa su obra lírica es una formidable quincalla de versificaciones formalistas” (VIII, 596). Y no aprecia tampoco en su pensamiento una proto-ontología cercana a la suya, un primer paso en el desarrollo filosófico de la vida como drama. Si acaso algunos aciertos en sus intuiciones: “El hombre desde que nace está muriendo, como dijo Calderón” (IX, 636), o en La razón histórica de 1944: “Tenía razón Calderón en un sentido aun más concreto y trivial de lo que él supuso: por lo pronto, la vida es sueño, porque es sueño toda realidad que no se captura a sí misma, que no toma plena posesión de sí misma, que se queda dentro de sí y no logra, a la vez, evadirse de sí misma y estar sobre sí” (XII, 303). Miguel de Cervantes 1547-1616. Con su Quijote es el padre de la novela moderna. Porque, con las aventuras de don Quijote y Sancho, Cervantes replantea, desde el romance, la relación entre literatura y vida, frente a los moralistas, y la relación entre poesía e historia, frente a los preceptistas. Introduce un nuevo debate estético y epistemológico con la defensa del texto como independiente de la realidad y, por ello, de una nueva manera de leer. De su literatura Ortega escribe poco: sólo como ejemplo del imperativo de autopsia que hace de la novela un género tupido: “Cervantes nos satura de pura presencia de sus personajes. Asistimos a sus auténticas conversaciones y vemos sus efectivos movimientos” (III, 391). Más allá de su técnica en la novela, Ortega lo toma como orientación. Es una matriz viva en la cultura —dice— que aún puede tener hijos (I, 140-141). Escribe en Meditaciones del Quijote, en 1914: “Si supiéramos con evidencia en qué consiste el estilo de Cervantes, la manera cervantina de acercarse a las cosas, lo tendríamos todo logrado. Porque en estas cimas espirituales reina inquebrantable solidaridad y un estilo poético lleva consigo una filosofía y una moral, una ciencia y una política. Si algún día viniera alguien y nos descubriera el perfil del estilo de Cervantes, bastaría con que prolongáramos sus líneas sobre los demás problemas colectivos para que despertásemos a nueva vida” (I, 363). Cervantes, que es mediterráneo y, por ello, ve claro (I, 347), revela al lector una ordenación del mundo (I, 484), alusiones simbólicas al sentido universal de la vida, aunque sin un contrapunto reflexivo, sin indicios para su interpretación (I, 360). Joaquín Costa 1846-1911. Jurista, político e historiador. Vinculado al krausismo, fue profesor de la Institución Libre de Enseñanza. Su etapa regeneracionista y reformista alimenta su lema “escuela y despensa”. Sus libros más destacados son Colectivismo agrario en España (1898) y Oligarquía y caciquismo (1902). Ortega, en su juventud, lo aprecia como un maestro y toma el espíritu de su programa de regeneración y europeización como modelo de una actitud que asume —ese patriotismo del dolor (I, 521): una denuncia de la decadencia española que es única en su tiempo, como un bramido al aire muerto, dice Ortega (X, 33). Es la excepción en la desolada planicie moral e intelectual de España (I, 521). Reconoce su deuda intelectual, su orientación, en varios de sus primeros escritos, como un fondo, resonante y ennoblecedor, que subyace a sus pensamientos (X, 171). “El celtíbero cuya alma alcanza más vibraciones por segundo” (I, 90). Pero no acepta ni su metodología ni el tema de sus estudios ni sus conclusiones. Ortega resume los postulados de Costa en “Observaciones” (1911): “Creyó que la decadencia nacional era un problema interior de la historia de España. Enamorado de las formas instintivas de reacción propias del pueblo —literatura anónima o autores castizos, prudencia parenética, instituciones consuetudinarias— le pareció descubrir en ellas una serie de necesidades históricas que constituían la espontaneidad metafísica de la raza. Pero una minoría reflexiva se había encargado de desviar tenazmente esa espontaneidad sometiéndola a influjos inorgánicos. La decadencia española es, pues, el resultado de la inadecuación entre la espontaneidad de la masa y la reflexión de la minoría gobernante. Líbrese a aquélla de estas pegadizas influencias, vuélvase a la espontaneidad étnica, reconstitúyase la unidad espontánea de las reacciones castizas y España volverá a la ruta que un destino previo le ha designado. Como se ve, diagnóstico y terapéutica no trascienden de los términos españoles. El error histórico nuestro no consiste en el desequilibrio de España entera con Europa, sino en la inadecuación de los gobernados y de los gobernantes dentro de la vida española” (I, 168). A pesar de esa admiración en la que insiste en sus primeros textos, el pensamiento de uno y otro discrepan en aspectos esenciales. Sus puntos de partida son diferentes. Costa se le aparece a Ortega como el símbolo del pensar romántico en su defensa del espíritu popular, el Volksgeist de Hegel y Schelling (I, 169), que choca con su exposición de la masa. Ortega no acepta ni su metodología ni sus conclusiones acerca de las causas de esa decadencia, que para la generación de Costa había comenzado hacía dos siglos y para Ortega es inmanente a la historia de España. Rechaza el historicismo del que se empapa Costa, que le hace estudiar España conforme a esos principios extranjeros que defendían que cada pueblo tiene una misión histórica, una justificación (I, 167-168). El problema no es ese —cree. Si las clases gobernantes lo han hecho mal no ha sido una casualidad: el pueblo, la España gobernada, estaba tan enfermo como ellas. El problema es más profundo. No se reduce a una cuestión política. Benito Pérez Galdós 1843-1920. Con la muerte de Galdós, Ortega lamenta en una breve necrológica la actitud fría, oficial y distante del gobierno, con un homenaje que equipara a todos los muertos: “Galdós es el genio. Campoamor el ingenio”, escribe (III, 30). Queda latente el interés y el reconocimiento de Ortega por el autor de Doña Perfecta, de Fortunata y Jacinta o de los Episodios nacionales, pero apenas se refiere a él en sus trabajos: sólo como autor realista, sin estilo, sólo con carácter (III, 368) y, como antecesor de Azorín, por haber dirigido la mirada más afectuosa al siglo XIX (I, 264). Francisco Giner de los Ríos 1839-1915. Pedagogo y escritor. Discípulo de Sanz del Río, su pedagogía nace en el krausismo. Fue profesor en Madrid de Filosofía del Derecho; tras ser depuesto de su cátedra dos veces y con la llegada de la Restauración, funda la Institución Libre de Enseñanza. Las referencias de Ortega, breves notas de añoranza y admiración, son siempre palabras de elogio. A él y a su generación: los hombres de 1869, hacia los que siente una mayor afinidad que hacia la generación inmediatamente anterior por —escribe tras la muerte de Azcárate (III, 12)— su sentido moral de la vida, su anhelo de saber y de meditar. Giner es un santo laico, un europeo máximo, una excepción entre los intelectuales españoles. Una de las figuras más venerables del país, que apenas ha sido escuchada. Escribe Ortega en “Tropos” (1909): “El señor Giner se ha pasado la vida dando razones y no se le ha hecho caso. Su exigua envoltura mortal oculta uno de los postreros yacimientos de entusiasmo que quedan en España; mas ese ardor entusiasta, no hallando fuera dónde aplacarse, le ha ido quemando interiormente y le ha dado la cetrina apariencia de un sarmiento” (X, 92). Ramón Gómez de la Serna 1888-1963. Su actitud crítica e innovadora frente al panorama literario dominado por los noventayochistas lo vincula a las vanguardias, con una vasta producción en la que imprime un sello personal de gran originalidad: las greguerías, “metáforas más humor”, dentro de los postulados estéticos del arte por el arte. Ortega se refiere a él una sola vez, como ejemplo, junto a otros autores, a pesar de su relevancia en la nueva literatura: poeta, poeta genial, lo llama (XII, 202). Gómez de la Serna, junto a Joyce y Proust, le sirve a Ortega y Gasset para mostrar uno de los mecanismos con que el arte se evade de lo real: el infrarrealismo: cómo, al extremar el realismo, éste queda superado. Basta —escribe en La deshumanización del arte— con atender a lo microscópico de la vida (III, 374). Luis de Góngora y Argote 1561-1627. Cultivó todos los géneros de la poesía lírica: los más populares y los más eruditos: los que han tenido mayor repercusión, el Polifemo y las Soledades. Heredero de la tradición cultista, llevó al extremo la agudeza conceptista. En el centenario de la muerte de Góngora, en 1927, Ortega publica como artículo antiguas notas dispersas: “Góngora 1627-1927”. Son una reflexión en torno a la poesía, entendida como eufemismo, como voluntad de amaneramiento, que enlaza con el Góngora más barroco y ornamental (III, 583). De los dos polos de la poesía gongorina, lo suprarreal del cultismo y lo infrarreal de la inspiración plebeya, se queda con el primero, con las Soledades, para mostrar algunas claves de la poesía que había desarrollado en La deshumanización del arte. Góngora, el Góngora de las Soledades, es el mejor ejemplo. Su poesía (tal vez toda poesía, arriesga Ortega) consiste en evitar la tangente. Como la escultura en la India, es una exuberancia inconfortable (III, 583-584). Es la poesía de un pueblo inhumano, el español. Poesía superior, como un jeroglífico en el que el poeta parte de la realidad —en Góngora siempre la más tosca— y busca su trascripción poética. Es tapar lo real, lo cotidiano, con la fantasmagoría (III, 586). El arte se manifiesta como pura broma. Ortega, de todos modos, se muestra cauto ante el entusiasmo de los jóvenes poetas —quienes formarán la llamada Generación del 27— que no ven, junto a lo egregio y perfecto, lo bárbaro y lo atroz; ese Góngora de alma inculta y rústica que convive con lo egregio y perfecto de sus composiciones: “Yo preferiría que los jóvenes argonautas de la nave gongorina se complaciesen en limitar su entusiasmo. Sin límites no hay dibujo ni fisonomía. Hay que definir la gracia de Góngora, pero, a la vez, su horror. Es maravilloso y es insoportable, titán y monstruo de feria: Polifemo y a veces sólo tuerto” (III, 587). Juan Ramón Jiménez 1881-1959. Premio Nobel de Literatura. Su poesía, en sus constantes correcciones, busca lo inefable a partir de las sensaciones tamizadas por la espiritualidad. El estilo de Juan Ramón se vuelve cada vez más depurado, en su búsqueda de la belleza absoluta, como poeta total: en su comunión con el universo sin perder su voz personal. La importancia de Juan Ramón en las letras españolas y su relación con Ortega, intensa, forjada con acercamientos y distanciamientos, competitiva en la influencia sobre jóvenes literatos, no tiene su reflejo en las pocas notas de su obra completa. Lo reconoce en “Notas del vago estío”, de 1925, en una referencia tangencial, como egregio poeta; y a su Platero y yo como un libro maravilloso, sencillo y exquisito, humilde y estelar (II, 417). José de Larra 1809-1837. Se educó en Francia, en un ambiente liberal y progresista. En Madrid empieza su carrera literaria: inicia, con sus artículos, el periodismo moderno. Denunció los grandes males de la vida española. Y el desengaño ante la situación del país, junto a sus problemas personales, lo arrastró a un pesimismo que no pudo superar. Se suicidó con 28 años. Ortega, en “Azorín: primores de lo vulgar” (1917), recupera su grito de desesperación ante su profesión: “Escribir en Madrid es llorar...” (II, 171). Larra es uno de los pocos pechos egregios que han sentido España como un dolor. Aquél a quien Ortega posiciona con Azorín, que retoma su pregunta: ¿dónde está España? (I, 241). Félix Lope de Vega Carpio 1562-1635. Es conocido como el Fénix de los ingenios españoles: su fertilidad productiva, que recoge muchas de las tradiciones populares y cultas, ha sido única. Creó una comedia popular y nacional para los teatros de Madrid que remite a temas históricos, literarios y amorosos. Aunque ese Lope popular —dice Ortega en “La estrangulación de Don Juan” (1935)— ahora es una beatería de los cultos; ya no es un ingrediente de la vida española (V, 246). Ortega insiste en su condición de monstruo, adjetivo que nace con Miguel Ángel y el estilo barroco: una manera de ser prodigioso —escribe en Introducción a Velázquez (1947). Lo egregio y perfecto y lo bárbaro y atroz (III, 584). Así llamaron sus contemporáneos a Lope: hombre de extraordinaria vitalidad —le horrorizaba la vida en palacio— que compuso mil cuatrocientas comedias. Un número que sirve a Ortega como indicación de qué es el teatro en la España del siglo XVII. Sólo es posible conocer a Lope de Vega desde una nueva interpretación del teatro español: lo primero, lo más importante, no fue la poesía, sino las historias, las tramas. Lo que le enorgullecía a Lope —y no se ha tenido en cuenta— no eran sus prosas, ni sus versos, ni sus comedias, sino sus fábulas, los argumentos que hallaba, invenciones o hallazgos: “En ello consiste el genio más auténtico y la más feliz monstruosidad de aquel hombre. Había escrutado todos los anales, crónicas, novelas, leyendas populares. Se sumergía en ese inmenso fárrago para emerger con las manos cargadas de cuentos preciosos, refulgentes como joyas. Eran su fruición, su frenesí” (VI, 511). Antonio Machado 1875-1939. A finales de 1902, tras haber publicado unos pocos poemas sueltos, aparece Soledades. Machado se integra en el Modernismo, en un Modernismo receloso de sí mismo. Pero con una voz personal que lo trasciende y que, en 1912, culmina con Campos de Castilla: con el humor con que se distancia de los temas, su sobriedad, su fluidez serena o la profundidad reflexiva de sus versos, en sintonía con su afición a la filosofía. Publicó también teatro, junto a su hermano, y prosa: su Juan de Mairena. En 1912 Ortega publica “Los versos de Antonio Machado”. Lo presenta como uno de los máximos exponentes, como un comienzo, de la poesía novísima, por la que él apuesta entonces (I, 571): una poesía emocional e íntima, lírica, frente a la poesía descriptiva patente aún en sus contemporáneos: “El cuerpo estético es todo músculo y nervio, sinceridad y justeza” (I, 573). La imagen de uno de los poemas de Machado, el verso como una espada, expresa una nueva poética que Ortega percibe en poemas como los suyos o los de Unamuno, alejados de esa poesía descriptiva, sobrecargada: el verso es como una espada que, puesta en el extremo del brazo, trasmite las congojas del corazón (I, 570-571). Frente a su hermano Manuel, Ortega destaca la castidad, densidad y simbolismo de la poesía de Antonio Machado: “Empuja meditabundo el volumen de su canto como si fuera una fatal dolencia” (I, 570). Manuel Machado 1874-1947. Hermano de Antonio Machado. Sus primeros poemas responden a la estética modernista, de la que se distancia más tarde con una voz más personal y coloquial. En teatro colaboró con su hermano para renovar los contenidos del drama en verso. Las referencias a Manuel Machado en “Los versos de Antonio Machado” de julio de 1912 son el complemento (el segundo término en la comparación) a las notas sobre Antonio. Apenas se detiene en él. Su poesía —escribe— es divertida, ardiente, de versos que se recrean en sí mismos; menos casta, densa y simbólica que la del otro Machado. Escribe: “Es su musa más bien escarolada, ardiente, jacarandosa; cuando camina, recoge con desenvoltura el vuelo flamante de su falda almidonada y sobre el pavimento ritma los versos con el aventajado tacón” (I, 570). Ramiro de Maeztu 1874-1936. Trabajó como periodista en Bilbao y Madrid y, más tarde, en Londres, como corresponsal. Con Azorín y Baroja constituyó el Grupo de los Tres, germen de la Generación del 98. En Hacia otra España, en 1898, toma conciencia del problema español; aboga entonces por un regeneracionismo europeizante. Pero, con los años, cambia radicalmente de actitud: su Defensa de la hispanidad de 1934 es un alegato a favor de la monarquía, el catolicismo y la tradición. Las referencias son unas pocas notas en la prensa, en Faro y El Sol. Tras una buena amistad inicial forjada en los veraneos en Vigo, cuando Ortega era muy joven, y la lectura y admiración común por Nietzsche, la relación entre Maeztu y Ortega se fue debilitando ante sus discrepancias, de índole política e intelectual, acerca de la cuestión española, que remite al idealismo del primer Ortega que rechaza Maeztu. Sus posturas convergen en puntos importantes: ambos apuestan —escribe— por la cultura y la educación en España, pero algunas cuestiones son demasiado problemáticas (XI, 49). Ortega le recrimina, tras reprocharle Ramiro de Maeztu la impopularidad de sus escritos, el no haberse preocupado nunca de los problemas que a él le interesan (X, 56-57). Jorge Manrique 1440-1479. Poeta cortesano y hombre de armas. Compuso las Coplas a la muerte de su padre: una elegía que lamenta la inestabilidad de los bienes de la fortuna y la fugacidad de la vida. Las referencias de Ortega, en La rebelión de las masas y En torno a Galileo, buscan en Manrique la expresión del tópico antiguo y medieval, “cualquiera tiempo pasado fue mejor”, que se opone a la mentalidad del hombre moderno, iniciada por Bacon y Descartes: el tiempo futuro, sólo por ser futuro, será mejor. El hombre antiguo se orienta en el pretérito; el moderno en el porvenir (V, 162). Gabriel Miró 1879-1930. Su estilo es lento y elaborado. Miró se recrea en los paisajes y escenarios, y descuida el hilo narrativo: como cuadros sueltos sin una relación argumental clara entre ellos. Es pulcro y solícito (III, 545). Un gran escritor —dice— de prosa impecable e implacable (III, 546). Pero no encaja en la definición que Ortega reserva al novelista, en el canon básico que elabora en torno a la novela. Insiste en ello en su reseña a El obispo leproso: su magnífico lirismo descriptivo (III, 549) no le hace apto para la novela. Si el rasgo clave de ésta es, en Ortega y Gasset, el hermetismo, que evade al lector de la realidad, la perfección de Gabriel Miró, aunque admirable, no arrastra: es una perfección estática y paralítica (como la de Proust). Cada frase encierra una perfección que no invita a seguir con la siguiente ni a recordar la anterior. Y esa falta de movimiento obliga al lector a un gran esfuerzo, que lo fatiga (III, 544). Su prosa, como la del pintor primitivo que fabrica su tabla pulgada a pulgada, carece de un centro único (III, 546). Cada frase está aislada, y no responde a la vocación de crear, con la novela, lo que pide Ortega: un nuevo mundo irreal (III, 544). Gaspar Núñez de Arce 1834-1903. Poeta y político. Su poesía —siempre con un gran énfasis en la declamación y gran corrección en la forma— refleja sus ideas progresistas, con poemas sobre problemas sociales de su época, y su carácter moralizador, con poemas filosóficos y morales. Ortega hace un pequeño inciso en Meditaciones del Quijote (1914): Núñez de Arce, como poeta paradigmático de la Restauración, como resultado de aquella sensibilidad, muestra aquellos rasgos que hacen de la poesía de la segunda mitad del siglo XIX lo que Ortega considera un ejercicio mediocre en que los versos aparecen hinchados: en que se perdió —escribe— “la sensibilidad para todo lo verdaderamente fuerte, excelso, plenario y profundo”. Se desprecia lo grande, lo puro, la perfección y la excelsitud en una etapa de perversión en los instintos valoradores: “Las motas se hincharon como cerros y Núñez de Arce pareció un poeta” (I, 339). Emilia Pardo Bazán 1851-1921. En sus frecuentes viajes por Europa conoció el naturalismo literario, que marcó sus primeros textos críticos y de creación. Escribió sobre Zola y el método experimental, y matizó el dogmatismo naturalista para hacerlo compatible con la tradición realista. Los pazos de Ulloa, de 1886, es una muestra excepcional, cargada de patetismo, de la decadencia del mundo rural gallego. Sólo hay una alusión a ella en la obra de Ortega, en Ideas sobre la novela. Como ejemplo de incumplimiento del imperativo de autopsia en la novela. Escribe Ortega: “En una larga novela de Emilia Pardo Bazán se habla cien veces de que uno de los personajes es muy gracioso; pero como no le vemos hacer gracia ninguna ante nosotros, la novela nos irrita. El imperativo de la novela es la autopsia. Nada de referirnos lo que un personaje es: hace falta que lo veamos con nuestros propios ojos” (III, 391). Ramón Pérez de Ayala 1880-1962. Discípulo de Clarín. Miembro de la Real Academia Española y de la Agrupación al Servicio de la República, junto a Ortega y Marañón. Escribió poesía, novela, ensayo y crítica, y también en la prensa. En ficción, estuvo en un primer momento cerca del Modernismo; más tarde su obra se hace más intelectualista, como un experimento literario que prueba al lector. Comparte con Ortega, además de una buena amistad, una análoga sensibilidad hacia los problemas españoles. Representa, entre los jóvenes, la tradición castiza (I, 532). Pero apenas le dedica unas líneas en “Al margen del libro A.M.D.G.” en 1910. Es un buen escritor, señala. Pero destaca sus defectos: pequeños defectos de su estilo que se deben —supone— a “una vena demasiado exuberante que aún no ha logrado controlar” (I, 535). Francisco de Quevedo 1580-1645. Con una producción literaria vasta y polifacética, de gran riqueza temática y expresiva, donde mezcla lo culto con lo popular. Es considerado uno de los grandes artífices del lenguaje. Pero Ortega no analiza su literatura. Le vale, sólo, como paradigma de su tiempo. En el contexto barroco del manierismo, la inquietud y el temblor, los párrafos de Quevedo —escribe Ortega en la introducción a Velázquez que escribe en 1947— padecen el baile de San Vito (VIII, 576). Fernando de Rojas 1465-1541. Se tiene muy pocas noticias de su vida: fue bachiller en leyes y judío converso. Es el autor principal de La Celestina (1499), que anuncia la aparición del Renacimiento en España: el conflicto de una sociedad naciente que choca con una tradición de prejuicios y convenciones, representado en la “tragicomedia” de Calisto y Melibea. En los dieciséis actos de las primeras ediciones se interpolaron otros cinco en 1502. Ortega sólo tiene una referencia: la adecuación para la novela del nombre que pone a su Celestina: tragicomedia. Lo explica en Meditaciones del Quijote: “La línea superior de la novela es una tragedia; de allí se descuelga la musa siguiendo a lo trágico en su caída. La línea trágica es inevitable, tiene que formar parte de la novela, siquiera sea como el perfil sutilísimo que la limita” (I, 397). San Juan de la Cruz 1542-1591. Con Teresa de Jesús participó en la reforma carmelita. En cautiverio compuso su Cántico espiritual, cumbre de su obra poética, inspirada en un profundo sentimiento religioso. Ortega apenas escribe unas palabras con que lo define en 1909. Acorde con su posición, entonces aún en la órbita del idealismo, critica a Unamuno que prefiera a Juan de Yepes en vez de a Descartes. Se mueven ambos autores —cree Ortega— en diferentes ámbitos que no pueden ser equiparados. La filosofía es mucho más importante. La labor de San Juan es sólo retórica: “El lindo frailecito de corazón incandescente que urde en su celda encajes de retórica extática” (I, 119). Miguel de Unamuno 1864-1936. En 1891 consigue la cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca. Colabora mucho en prensa. Y en 1895 publica su primer libro: En torno al casticismo, donde propone el concepto de “intrahistoria”, perteneciente al pueblo, frente a la finalidad de la historia. Como solución a España propone su europeización. En 1905, en Vida de Don Quijote y Sancho, en cambio, apuesta por españolizar Europa. Muere el último día de 1936, en plena guerra civil, preso en su casa. Ortega, cuando recibe la noticia, escribe que ha muerto de “mal de España” (V, 264). Unamuno es un pensador paradójico, contradictorio, obsesionado por el hombre como individuo: tema de la mayor parte de su trabajo. Cercano al existencialismo y a Kierkegaard, no le interesan las ideas —dice— sino los hombres: “el hombre de carne y hueso, que vive y muere, sobre todo que muere”. Es —le reconoce Ortega— el precursor de la meditatio mortis que triunfa en España (V, 264-265). Es el referente intelectual de Ortega y Gasset en su juventud, en su formación: una excepción en el panorama cultural español de principios de siglo: “Sobre la árida llanura del alma española un hombre que se levanta solitario” (X, 266). Uno de los últimos baluartes de las esperanzas españolas: “A él solo parece encomendada por una divinidad sórdida la labor luciferina” (I, 117-118). Fija su posición (su Meditaciones del Quijote) a partir de la de Unamuno: su razón vital, el sentido deportivo y festival de la existencia, es la respuesta al sentido trágico de la vida de Unamuno: “una imaginación romántica y, como tal, arbitraria y de un tosco melodramatismo” (VIII, 299). Ambos comparten un objetivo común: la libertad y la cultura en España (X, 82). Aunque poco definido, porque la cultura española, la que Unamuno llama el espíritu de España, no es más —cree Ortega— que movimientos reflejos, instintos (I, 501). El número de notas sobre Unamuno no responde a la importancia de éste en Ortega: no son muchas, dispersas en pequeños artículos; y estas pocas no llegan nunca al fundamento teórico de sus polémicas. Pero Ortega, dramático en “En defensa de Unamuno”, de 1914, deja claro un vínculo último que los une: “Soy enemigo extremo del señor Unamuno y él me devuelve con creces esta hostilidad intelectual. Desde hace años vivimos en una incesante contienda, áspera en ocasiones y no creo que el ex rector de Salamanca haya escrito contra nadie mayor número de párrafos que contra mí. [...] Reñíamos un combate cuerpo a cuerpo, pero en toda lucha cuerpo a cuerpo hay siempre un momento que hace de ella un abrazo. Salvando las distancias del mérito personal yo diría que competíamos el uno contra el otro pero ambos por unas mismas cosas: por el triunfo del espíritu y por las altas esperanzas españolas” (X, 264). Pero quiere remarcar la distancia entre ambos: diferencias en el rigor de sus pensamientos. Lo considera una excepción dentro de la Generación del 98 (esos jóvenes irrumpientes, bárbaros interiores) por su inteligencia. Aunque le reprocha que haga como que no sabe nada (IX, 495). Es un fugitivo de todos los ejércitos (X, 256), que vagabundea por todos los sistemas filosóficos y géneros literarios sin madurar en ninguno (X, 82): su literatura consiste sólo en opinar (VI, 372). Su vocación de poeta impide en él toda filosofía (V, 266). Le gusta —señala Ortega— intercalar tonterías en sus textos, para que no parezca perfecto su trabajo. Escribe en 1908: “El espíritu de Unamuno es demasiado turbulento y arrastra en su corriente vertiginosa junto a algunas sustancias de oro, muchas cosas inútiles y malsanas. Conviene que tengamos fauces discretas” (I, 118). Es —dice— un energúmeno que insiste en la sinceridad; sin convencionalismos (I, 461). Juan Valera 1824-1905. De familia aristocrática, ingresó en el cuerpo diplomático, donde desempeñó diversos cargos. Escribió artículos, ensayos de filosofía, historia o política, y estudios de crítica literaria de autores clásicos y contemporáneos antes de volcarse, ya mayor, en la novela. Juan Valera pertenece a aquella sensibilidad que pretende superar Ortega y que aún resiste en sus últimos reductos, donde alienta determinados libros y autores, a principios de siglo, como una falsificación (I, 19): como un “Dios-Pan sonriente y ciego que perdura en el yermo jardín de nuestras bellas letras como la estatua blanca y rota de una deidad gentílica” (I, 26). Ortega no escribe del Valera escritor, sino del crítico, de completa insensibilidad de las diferencias (I, 160). Su crítica es una crítica del rebajamiento, fruto de un positivismo inconsciente, propio de la raza, indica Ortega en 1910, en “La crítica de Valera.- De la dignidad del hombre.- Valera como celtíbero” (I, 161). Es “el arte de mostrar cómo lo que las gentes tenían por cosa de gran significación y trascendencia no venía a ser a la postre sino un asunto casero y trivial” (I, 159). Una concepción diametralmente opuesta a la suya, dice Ortega. Ramón del Valle-Inclán 1866-1936. Tras sus inicios en su Galicia natal y en México, llega a Madrid, con su gesto excéntrico, en 1896 y se incorpora a la vida literaria, a los periódicos radicales y a la idea común de la renovación artística, a la búsqueda de una nueva actitud, libre e innovadora, en la crisis del viejo régimen. Sonata de otoño, de 1902, su primer libro importante, marca ya, en la evocación de la decadencia de la sociedad arcaica y patriarcal del marqués de Bradomín, el esteticismo de Valle-Inclán. Una técnica literaria, en un primer momento modernista, de gran musicalidad, que, en lo teatral, más tarde, busca, con un estilo satírico y violento, la presentación plástica y caricaturesca de la realidad: el esperpento, que llevó también a la novela en Tirano Banderas. Las referencias de Ortega se concentran en sus primeros textos, con las características que exige a la nueva literatura, que son los rasgos que percibe en la obra de Valle-Inclán. Aunque hace matizaciones. “La sonata de estío, de Don Ramón del Valle-Inclán”, de 1904, es una valoración exhaustiva de la obra del escritor gallego: su literatura es ágil, sin trascendencia, inútil (inútil a las aplicaciones de la industria) (I, 21); huye de los personajes vulgares: el hombre-medio de las novelas naturalistas (I, 25). Es, sobre todo, un maestro de la química fraseológica (I, 27) capaz de renovar el lenguaje, con nuevos modos de unir las palabras, aunque caiga con frecuencia en el amaneramiento: “Ha trabajado mucho, sin duda, para conocer el procedimiento de composición que da la mayor intensidad y fuerza de representación a los adjetivos. Valle-Inclán los ama sincera y profundamente; por algunos muestra un verdadero culto y los maneja con sensualidad, colocándolos unas veces antes y otras después del sustantivo, no por mero querer, sino porque en aquella postura, y no en otra, rinden toda su capacidad expresiva y aparecen en todo su relieve: los baraja, los multiplica y los acaricia” (I, 24). Lo proclamará más tarde, en “Pío Baroja, anatomía de un alma dispersa”, hermano mayor en la nueva familia espiritual: aquél que con un nuevo sentido estético se atrevió a sostener hacia 1900 que Echegaray era un pésimo escritor (IX, 493). Valle-Inclán, el modernista máximo, representa una oposición a la moral dominante: enemiga de cualquier atrevimiento, un poco sensiblera, aunque útil para lo cotidiano (I, 20). Su arte es exquisito y perfecto, porque el artista vigila al hombre (I, 22). No hay nada de fresco sentimentalismo. Hay, incluso, un exceso de arte que —como un señor que nunca se abandona a la pasión, el cansancio o el hastío, escribe Ortega— llega a desagradar (I, 26). No hay improvisación. Lo reconoce, entre los autores contemporáneos, en los primeros años del siglo, como aquél a quien lee con más encanto y atención. Pero si agrandase sus cuadros —advierte— su estilo ganaría en sobriedad y su preciosismo no caería a veces en empalago (I, 27). Escribe: “¡Cuánto me regocijaré el día que abra un libro nuevo del Sr. Valle-Inclán sin tropezar con ‘princesas rubias que hilan en ruecas de cristal’, ni ladrones gloriosos, ni inútiles incestos! Cuando haya concluido la lectura de ese libro probable y dando placentero sobre él unas palmaditas, exclamaré: He aquí que D. Ramón del Valle-Inclán se deja de bernardinas y nos cuenta cosas humanas, harto humanas en su estilo noble de escritor bien nacido” (I, 27). José Zorrilla 1817-1893. Tras huir del control férreo de su padre, se reveló como poeta en el sepulcro de Larra, donde leyó una composición en su honor el día de su entierro. Muy precoz, pronto le llegó el éxito como poeta y dramaturgo, como máximo exponente del Romanticismo de vertiente nacionalista, con obras de tema histórico o legendario. Es el paradigma de autor popular. Ortega centra el análisis en su Juan Tenorio, el ejemplo más claro de una obra de arte plenamente popular. Zorrilla relaja los versos del Tenorio; la escribe como en broma, sin pretensiones —dice. Dedicada a los papanatas, a los crédulos, en su búsqueda de la simplicidad y el primitivismo (V, 247). Reduce a lo mínimo lo literario. No busca una nueva versión del tema, sino una vuelta a la imagen más tradicional, más convencional y tópica de la leyenda. Por eso es tan popular: porque ya lo era previamente. Ha despojado la leyenda de complicadas psicologías y teologías para retroceder al pliego de cordel, con personajes de psicología convencional, figurones, para que nada se cuestione, para que no haya nada problemático (V, 250). En 1921 había escrito Ortega con dureza que el Don Juan zorrillesco, pródigo en ademanes chulescos y petulantes, sólo podía complacer a la plebe suburbana (VI, 125). Le interesaba entonces el poder sociológico del arte de dividir a la sociedad en masas y elites. Pero en 1935 lo analiza desde un nuevo ángulo, preocupado ya no en el arte, sino en cuestiones de índole patriótica derivadas de lo popular. Escribe en 1935, en “La estrangulación de Don Juan”: “Apenas habrá, efectivamente, un individuo en toda la colectividad española en quien no vivan y no operen sus influjos positivos o negativos los personajes todos de este drama y una enorme porción de sus versos. Ahí están, dentro de cada español, como uno de sus ingredientes, actuando en permanente presencia y con enérgica dinamicidad” (V, 246). Lo que cuenta Zorrilla es lo ya sabido, y eso origina —escribe— una extraña comodidad: el “alma” de un pueblo es el conjunto de lo consabido, el acervo de comunes experiencias. Y los españoles, que comparten muy pocas cosas, viven —se queja Ortega— en atroz dispersión (V, 250). 1. Las referencias a las citas de Ortega, con el número romano para el tomo y el número arábigo para la página, corresponden a las Obras completas de Alianza Editorial, Madrid, 1983. ** Enrique Ferrari Nieto eferrari79@gmail.com Filósofo y filólogo español (Valladolid, 1979). Es doctor en filosofía y licenciado en filología hispánica por la Universidad de Valladolid (http://www.uva.es). Ejerce como profesor y articulista en el periódico El Norte de Castilla (http://www.nortecastilla.es). En sus principales publicaciones, entre la literatura y la filosofía, ha escrito de Ortega y Gasset, la narrativa española y latinoamericana contemporáneas, del hipertexto, de la autonomía del arte, o sobre el papel del intelectual. En los próximos meses saldrá su libro Diccionario del pensamiento estético de Ortega, publicado por Mira Editores (http://www.miraeditores.com). === Algunas referencias proverbiales marfileñas =========================== === en la obra de Ahmadou Kourouma: Los Soles de las independencias ======= === Ezequiel Agba Akrobou ================================================= Introducción Ahmadou Kourouma nació en 1927 en Costa de Marfil y murió en 2003 en Francia. Su nombre significa “guerrero”. De origen malinké (grupo étnico que se encuentra en varios países africanos subsaharianos de expresión francesa), Kourouma, separado desde pequeño de sus padres, fue criado por su tío, un cazador tradicional. Cursó el bachiller en Bamako, capital de Malí. Luego se fue a estudiar matemáticas en Francia. De profesión actuario, cuando regresa a su país es encarcelado por sus duras críticas hacia el régimen de entonces. Al salir de la cárcel es exiliado a Francia. Varios años después regresa a su país pero por razones de enfermedad se marcha a Lyon, donde muere en 2003. Culturalmente lejanas, algunas características de comunidades africanas negras al sur del Sahara plantean problemas en el momento de traducir textos que provienen de dicha zona. Pues, perteneciendo a una realidad específica, los proverbios o refranes (1) determinan la actitud sociocultural de los pueblos africanos por la sencilla razón de que estas expresiones fijas son el reflejo de su vida cotidiana. Sobre este aspecto, la historia, el mito y el idioma riman armoniosamente a paso de los valores proverbiales; los cuales transmiten un saber-hacer idiomático traducido por “le palabre pour le palabre” (Ahmadou Kourouma, 1970: 135). En el caso de Los Soles de las independencias, el campo de enunciado del autor se realiza a raíz de las referencias proverbiales, de aforismo y de paremia; estos elementos ponen de relieve el tejido discursivo de la novela. 1. En este trabajo haremos uso indistintamente de términos paremiológicos sin entrar en consideraciones terminológicos. 1. Las palabras culturales en el texto literario de Ahmadou Kourouma En realidad, el discurso social o literario africano representa el lugar de realización y de manifestación de formas proverbiales conocidas o no. Generalmente en el marco traductológico, la transposición y la modulación constituyen la clave del problema de traducción al nivel de la gramática y del léxico. Aparte de las consideraciones lingüísticas, cabe señalar que es importante trasponer no solamente el mensaje sino también las cargas socioculturales que lleva el texto. Por encima de estas consideraciones lingüísticas, la traducción pone en tela de juicio el contexto sociocultural que parece ser fundamental en la adquisición del material necesario para el estudio de lenguas y otras culturas lejanas. La sociedad se refiere tanto al entorno social malinké como a su aspecto cultural. De ahí el propósito de la traducción, que consiste en hacer que aparezca la relación estrecha entre el ser humano y su entorno físico y metafísico. Por ello, desde este instante la actividad traductora no puede disociarse del contexto sociocultural de una realidad determinada. La dinámica contextual es un índice muy importante en la realización de este tipo concreto de proyecto: ésta orienta, dirige y favorece la aparición de circunstancias precisas del enunciado. Si queremos admitir esencialmente, después de Jean Delisle, que “el discurso lingüístico como forma de traducción” (Jean Delisle, 1984: 25), haría falta al mismo tiempo reconocer que la traducción es antes que todo una forma de reinterpretación del texto de origen, luego es también una reescritura del mismo, por consiguiente es una actividad creadora, no se reduce a un sencillo ejercicio lingüístico. Lejos de ser únicamente el paso de una lengua a otra, la actividad traductora toma en cuenta el establecimiento de un puente aéreo entre dos culturas distintas. Por ejemplo, la lengua francesa y la lengua española que vienen intercaladas por la lengua malinké en el caso de la traducción de la obra narrativa de Ahmadou Kourouma. Nuestra situación de francófonos nos enseña el caso de un lector que no pertenece a la misma cultura que el emisor del mensaje de origen. En cuanto al escritor, éste desarrolla mucho más dudas en la comprensión de su texto que aquel lector que pertenezca al mismo entorno sociocultural que el autor del texto. La complejidad de la traducción radica esencialmente en la transposición de realidades extralingüísticas descritas por Ahmadou Kourouma en una lengua que a priori el traductor desconoce. En este caso concreto, ¿qué se debe hacer? ¿Una transferencia de un sistema de referencias lingüísticas a otro en detrimento del contenido sociocultural del texto de origen? ¿O, en una opción más extrema, hacer un calco entero de la realidad del texto de llegada sobre el texto de origen, a fin de que la traducción se realice en la tradición lingüística y cultural de la lengua de origen con el riesgo de que el texto no sea decodificable pero que pueda transmitir las mismas informaciones que la lengua de origen? 2. Consideraciones sobre algunos obstáculos en la realización de la traducción Como obstáculos lingüísticos, nos hemos dado cuenta de la complejidad que lleva la traducción de Ahmadou Kourouma en el ámbito semántico. Así, el primer problema que plantea la traducción de proverbios se sitúa en la accesibilidad o no al significado del texto de origen. Además, el conocimiento de las lenguas es necesario pero no suficiente para el ejercicio de la traducción. En este mismo orden de ideas, Georges Mounin añade lo siguiente: “Pour traduire un texte dans une langue étrangère, deux conditions sont nécessaires: connaître la langue et connaître la civilisation dont parle cette langue [la vie, la culture, l’ethnographie]” (Georges Mounin, 1976: 105). Así, por analogía, para entender un texto es importante tener conocimientos amplios relacionados con realidades fuera del texto escrito o extralingüísticas a las que se refiere el texto de origen. Según Dubois, “la connotation est constituée par les éléments subjectifs ou variables selon les contextes de la signification d’une unité lexicale” (Jean Dubois, 1973: 516) y eso de forma contrastiva a la denotación que representará al elemento estable, no subjetivo y analizable fuera del enunciado. En una palabra, las palabras “connotadas” son inestables mientras que las palabras “denotadas” son estables desde el punto de vista semántico. Aunque las connotaciones de una palabra puedan variar de un emisor a otro, ellas poseen ciertas instancias narrativas determinadas, algunos puntos de convergencia. De ahí, todas las palabras que llevan un valor connotativo tienen obviamente referencias semánticas múltiples. Además, y de acuerdo con esta consideración, se podría decir que “certaines connotations échappent inévitablement à la traduction” (H. Chuquet y M. Paillard, 1989: 121); sin embargo, la misma idea se acentúa pero de forma ambigua en el sentido en que “l’exploitation des connotations est l’une des principales motivations de l’emprunt linguistique” (ídem: 140). Cabe señalar que no entraremos en consideraciones de orden teórico sobre el préstamo o no de términos como procedimiento de traducción o como método de transferencia de sentido. Podemos, sin suscitar otro debate, subrayar brevemente que el préstamo, de acuerdo con las traducciones realizadas, es a veces inevitable, debido a ciertos motivos sociolingüísticos y culturales. Manteniendo la misma línea de reflexión al nivel de traducción de una lengua a otra y respecto al paso de una cultura a otra, el valor del calco semántico y sintáctico aparece como una alternativa no menospreciable. Pues, contra cualquier evidencia, los calcos parecen integrarse de manera extraordinaria al texto de llegada, contrariamente al préstamo. Sin embargo, descifrar o decodificar los elementos culturales de un pueblo determinado, el marfileño en particular, no es realmente fácil para cualquier lector-traductor por el grado de connotación de algunas palabras que cambian de un sitio a otro. Vista de cerca, la diferencia de cultura y de lengua no puede, en ningún caso, constituir un freno en el momento de emprender un proceso traductivo. El estudio propiamente dicho de los proverbios se justifica plenamente vista su abundancia en los textos africanos, precisamente en las obras de Ahmadou Kourouma. Al mismo tiempo, estos refranes o enunciados fijos sirven fundamentalmente de enlace entre el texto en sí y el exterior. Dicho exterior es el reflejo de un vivir cotidiano estrechamente ligado a las creencias, costumbres y a las lenguas malinké. La estructura textual de Ahmadou Kourouma, de acuerdo con la de la mayoría de autores africanos, en efecto, está llena de proverbios y otras paremias cuyo origen viene apoyado por la cultura tradicional malinké. Dichos refranes o paremias constituyen materiales necesarios para no solamente representar el universo africano sino también para enriquecer los temas evocados. 3. La comprensión de las referencias culturales en Los Soles de las independencias Uno de los escollos que tiene que resolver el lector traductor de la obras africanas de expresión francesa lo constituyen los enunciados sentenciosos o proverbios, por poseer una estructura gramatical y lexical muy peculiar. Siendo una transposición de una realidad cultural concreta, resulta importante localizar o identificar primero estos enunciados sentenciosos o proverbiales, para luego desplegar todos los mecanismos válidos de comprensión para poder traducirlo a otra lengua. Así que comprender significaría traducir y el término traducir implica previamente un acceso al sentido, de tal forma que: “la traduction est un cas particulier de convergence linguistique: au sens le plus large, elle désigne toute forme de médiation interlinguistique, permettant de transmettre de l’information entre locuteurs de langues différentes. La traduction fait passer un message d’une langue de départ (LD) ou langue source (LA) ou langue - cible” (Jean-René Ladmiral, 1976: 121). Pues, traducir, es también familiarizarse con la lengua del Otro, reproduciendo el mensaje de origen mediante una operación intelectual, es decir, la articulación de un pensamiento en un discurso narrativo. Fundamentalmente bilingüe, el escritor africano asimila primero el proverbio de forma mental para traducirlo a su lengua materna (la lengua primaria, malinké, en nuestro caso) y luego lo traduce a lengua de comunicación (segunda lengua, el francés, en nuestro caso) para, al final, adaptarlo al enunciado textual narrativo. Así que “la traduction comme contact de langues est un fait de bilinguisme. Mais ce bilinguisme très spécial pourrait être, à première vue, rejeté comme inintéressant parce qu’aberrant. La traduction, bien qu’étant une situation non contestable de contact de langues, en serait décrite comme le cas-limite: celui, statiquement très rare, où la résistance aux conséquences habituelles du bilinguisme est la plus consciente et la mieux organisée” (Georges Mounin, op. cit.: 5-6). Y a veces el escritor africano se enfrenta él mismo a la complejidad de la traducción de proverbios de la lengua fuente “con el rigor de Terencio” (Miguel Ángel Vega Cernuda, 1984: 2), dándole en primer lugar un sentido literal, y luego lo carga de las formas estilísticas. En realidad, algunos escritores se sirven a priori de la traducción literal de los proverbios de su obra para cercar el lector a la cultura de su comunidad. La traducción de los proverbios es un factor incontestable de enriquecimiento cultural. Nadie duda de que la lectura hecha por un lector africano sea distinta de la de un lector occidental por la sencilla razón de que las bases de acercamiento difieren del contexto sociocultural de enunciación. Y todavía queda complejo el decodificar el refrán si el lector-traductor no comparte las mismas categorías expresivas (la lengua, la cultura, las costumbres...) que el emisor del sentido, es decir, el escritor. 4. De la interpretación de la realidad malinké en Los Soles de las independencias En el caso de Los Soles de las independencias, Ahmadou Kourouma favorece la comprensión de los aforismos y de los proverbios a través de una explicación previa del contexto de enunciaciones de su discurso narrativo. En efecto, “la métonymie en tant que déplacement par contiguïté” (Catherine Sumner-Paulin, 1999: 129), es la figura que designa la parte por el todo (sinécdoque) o el todo por la parte, más frecuente en los proverbios traducidos donde se introducen las metonimias de la lengua de origen. Si a luz de lo anteriormente mencionado los elementos de paremiología o entrelaces de componentes del ethno-texto aportan una dinámica estructural en la obra de Ahmadou Kourouma, es también importante recordar que el sentido y el alcance de dichos refranes son muy significativos en una actividad traductiva. Dada la importancia de los proverbios, refranes y expresiones fijas, la noción de imágenes es céntrica y fundamental ya que éstas se ponen en relación con unas y otras; por lo tanto, no se trata de entender separadamente cada imagen para sacar el sentido de un proverbio. Lo importante es resaltar la relación específica entre cada imagen y cada referencia proverbial para conseguir un significado real del enunciado sentencioso. De la misma manera que la escritura representa un elemento identitario, los proverbios, de forma general, no lo son menos ya que en nuestro caso determinan la visión del mundo malinké. Estos enunciados proverbiales son en realidad el reflejo sociocultural del pueblo malinké marcado por sus huellas lingüísticas. Es por eso que F. Caudet Yarza afirma: “el refrán es el exponente más exacto y trascendente [...]. Es un vehículo de cultura” (F. Caudet Yarza, 1998: 6-7). Y añade: “El adecuado empleo de los refranes puede constituir un adorno de estilo” (Id: 9). La palabra por la palabra se convierte en una realidad narrativa cuyo alcance está condicionado por la asimilación de todos los elementos textuales inspirados teóricamente de referencias proverbiales. Conocer el sentido del enunciado proverbial nos permitirá definir con una cierta precisión el entorno semántico de los proverbios por medio del enriquecimiento del contexto referencial en el cual se mueve. En efecto, traducir los proverbios malinkés nos llevaría a apoyarnos sobre lo que representan los signos lingüísticos en el código proverbial o paremiológico. Traducir los refranes consistiría entonces en decodificar un mensaje sentencioso o expresarlo de otra manera con la finalidad de “franchir l’abîme séparant les langues, en dépit de l’intransposabilité réelle d’un code linguistique dans un autre” (Jean Delisle, op.cit: 72). 5. De la traducción de las paremias en Los Soles de las independencias En esta parte del trabajo, intentaremos recoger una buen parte de la fuente proverbial que nos proporciona Ahmadou Kourouma en Los Soles de las independencias para poder alcanzar toda su dimensión significativa y cultural con la finalidad de orientar a los traductores o estudiantes de traducción en la adquisición de elementos lingüísticos de transposición semántica y estilística. Dada la dificultad de designar un modelo concreto, hemos elegido deliberadamente, para el análisis de formas proverbiales, variedades paremiológicas más significativas, resaltando al mismo tiempo su sentido a través de propuestas que nos llevarían a una traducción que satisfaga a la lengua de partida y a la lengua de llegada. Para ello, partimos de la necesidad de conocer muy bien la lengua que utiliza Kourouma en la elaboración de su obra narrativa. En el caso de la traducción de los elementos de paremias que provienen de la cultura africana, se nos plantea un problema de transferencia a otra lengua de las imágenes proverbiales en un proceso de traducción. Ahora bien, la complejidad del significado proverbial no garantiza una correspondencia eficiente de significado hacia otra lengua por la sencilla razón de que el estudio de dichos elementos paratextuales pertenece a una realidad sociocultural desconocida del traductor no occidental. Este desconocimiento puede acarrear “des conséquences pour la problématique du double sens du proverbe, sens littéral / sens métaphorique”. En efecto, una de las dificultades inmediatas que debe superar el traductor es el traspaso de los enunciados proverbiales como enunciados que tienen su trasfondo en la oralidad o en la sabiduría africana cuya estructura compleja se enriquece en fábulas, cuentos, tonos y narraciones épicas. Aunque algunos de estos elementos se caracterizan por una composición rítmica muy particular, resaltada por los rasgos de “la chaîne du code parlé” (Elisabeth Schulze-Busacker, 1985: 183). La variedad de los proverbios que aparecen en los textos de Ahmadou Kourouma “sont également des unités rythmiques en même temps qu’ils transfèrent la sagesse populaire” (Amadou Koné, 1985: 121). Si la problemática de identificación de paremia en la lengua francesa estándar plantea dificultades mayores de interpretación, la traducción de paremias malinké puede constituir un obstáculo significativo en el proceso de traducción. Además, identificar una frase proverbial que proviene de la lengua malinké traducida a la lengua francesa convierte dicho mecanismo en misión casi imposible. Sin embargo, habiendo situado nuestro propósito en hallar unas correspondencias idóneas de refranes de origen malinké al castellano, hemos basado nuestro trabajo sobre los estudios realizados por Julia Sevilla Muñoz (1988; 1991; 1994-95). 6. Del análisis a las propuestas de traducción de los elementos paremiológicos en Los Soles de las independencias Antes de empezar nuestro análisis temático empezaremos por organizar las paremias en función de su trascendencia no solamente al nivel del entorno humano sino también al nivel zoomórfico, es decir relacionado con el mundo animal. Luego nos apoyaremos sobre los elementos de referencia que utiliza Julia Sevilla Muñoz (1991), en su “sistematización paremiográfica” con la finalidad de interpretar y traducir las formas paremiológicas. Al cabo de nuestro análisis, haremos una propuesta traductiva y aproximativa al español de cada caso estudiado. Aparte de esta forma metodológica que seguiremos cabe señalar que eliminaremos de nuestro recorrido las formas proverbiales denominadas de sentido literal, las que no suscitan dificultades de correspondencia como lo mencionan Cantera Ortiz de Urbina y Vicente E. (1983-1984). Dicho de otro modo, “l’absence d’écart, entre le sens calculé et le sens reconnu au proverbe fait que de telles references proverbiales sont appelées ‘proverbes de sens littéral’ ” (Mirella Conenna y Georges Kleiber, 2002: 59). 6.1. Refranes relacionados con la sociedad humana Analizaremos en esta parte de nuestro trabajo las referencias proverbiales más destacadas y relacionadas con el entorno humano que aparecen en Los Soles de las independencias. Primero aparecerán las referencias en francés, luego en malinké y en español (traducción literal), después de la explicación daremos una propuesta de traducción al castellano. Cabe recordar que haremos uso indistinto de los elementos paremiológicos para evitar problemas conceptuales de esta realidad sociocultural. • “La vérité il faut la dire, aussi dure qu’elle sois, car elle rougit les pupilles mais ne les casse pas” (Ahmadou Kourouma, 1970: 16). • “Tian fwôco ka gbêrê. Ya lon, a fwôco ka fissa. A bé gnan woulé, a té sé ka ti”. • “La verdad hay que decirla tan dura como sea; sonroja las pupilas pero no les rompe”. palabra clave: verdad idea maestra: justicia e imparcialidad En este refrán, las pupilas están asociadas, por medio de la sinécdoque, a una persona a quien se le revela la verdad o a quien se le dicen las cosas tal como son. Al mismo tiempo, este aforismo obliga a una persona a admitir o aceptar una situación tangible por las buenas o por las malas. Según la explicación se podría traducir este refrán de la manera siguiente: Sólo la verdad ofende. • “En tout, un fils de chef et un musulman conserve le cœur froid et demeure patient, car à vouloir tout mener au galop, on enterre les vivants, et la rapidité de langue nous jette dans le mauvais pas d’où l’agilité des pieds ne peut nous retirer” (p. 22). • “Ko bê la, dougoutigui ya déh ani silaban kan ka doussou souman. Ni hi ko hi bé koho kê ni tériya yé, hi mako bê bé sa, ani nihi té miri ka sôrô ka kouman bwô hi dala o bé hi bla sira djougou kan, o yôrô la, séoun tériya té sé ki labwô”. • “En cualquier situación, el hijo de un jefe y un musulmán conservan el corazón frío y son pacientes, ya que, queriendo llevar todo de golpe, se entierra a los vivos, y la rapidez de la lengua nos conduce hacia una mala pasada de la cual la agilidad de los pies no puede salvarnos”. p-c: llevar todo de golpe i-m: precipitación Existe en este proverbio una metonimia, entre la lengua que designa la palabra y los pies que representan a un individuo. Pero, por encima de este acercamiento, se precisa en este caso la importancia de la serenidad y de la paciencia frente a una situación difícil. Cabe señalar también en este refrán las posibles consecuencias de una decisión tomada precipitadamente. De ahí, la posible traducción es la siguiente: “Habla siempre que debas, y calla siempre que puedas”. • “Ce serait offrir ses yeux pour regarder avec sa nuque” (p. 61). • “A bé kê yom hi bé kê gnankissèdan, ka flêrikê ni hi ya toncala yé”. • “Esto sería ofrecer sus ojos para mirar con la nuca”. p-c: ojos y nuca i-m: caridad inoportuna Es el reflejo de una situación en la cual una persona que atraviesa momentos difíciles y crueles rechaza cualquier ayuda y prefiere luchar por sus propios medios para sobrevivir. Este proverbio puede también designar la imposibilidad de una persona que se enfrenta a una incapacidad de cumplir son sus promesas dado el prejuicio que dicha decisión podría tener como consecuencia para su entorno. A este respecto traducimos por: Fácil es empezar y difícil continuar. • “Et miséreux demi-satisfait ou envieux est un necessiteux féroce qui attaque” (p. 63). • “Fangandan mi diminan yé doussou ggani môgò mi yé taga kêrê kê yôrò la”. • “Y un miserable medio satisfecho o envidioso es un necesitado feroz que siempre está a la defensiva”. p-c: miserable i-m: a la defensiva La extrema pobreza o la dificultad existencial en la que se encuentra una persona puede convertirle en una persona agresiva o envidiosa, capaz de manifestar su fracaso social, o la ausencia de un deseo excesivo no realizado, mediante un comportamiento a veces violento hacia otra persona socialmente equilibrada. Se puede traducir esta idea por: Hambre furiosa no respeta ninguna otra cosa. • “Quand on a enterré deux maris, on doit se dire que les hommes n’ont plus aucun jus, aucun piment qui ne vous soit étranger” (p. 90). • “Ni hi ka tiêh fla chou do, hi kan ka lon ko tiêh baligouya té foyi yé, foyi chi té sé ka ki ya coda yé”. • “Cuando se entierra a dos maridos, uno tiene que saber que los hombres ya no tienen ningún jugo, ningún pimiento puede parecer desconocido”. p-c: jugo, pimiento i-m: experiencia como virtud Sobrepasar dificultades de la vida o vivir varias experiencias desagradables a lo largo de la existencia de una persona, de tal forma que uno sale más bien debilitado y resignado frente a algunas situaciones sociales que preparado o reforzado. Esta imagen proverbial se traduciría por: Por donde entra la cabeza todo el cuerpo entra. • “Quand un dément agite le grelot, toujours danse un autre dément, jamais un descendant des Doubouya” (id: 21). • “Cuando un demente agita el cascabel, siempre baila otro demente, pero nunca un descendiente de la familia de Dumbuya”. p-c: demente i-m: inclinación natural Es una alusión a la asociación de personas en función de su clase o categoría social. En este caso preciso, suele ser la respuesta de una persona de una clase elevada hacia una persona de clase baja en la tradición malinké. Podríamos traducir esta referencia proverbial por: Cuando de las hierbas nace, a las hierbas pace. • “La vie des hommes sous le soleil des indépendances ne réside plus que dans le bout de l’auriculaire prêt à prendre l’envol” (p. 147). • “Ninhin ma kan ka sêguê ka ha fwô”. • “La vida de los hombres bajo el sol de las independencias no reside más que a la punta del dedo listo a coger su vuelo”. p-c: vuelo i-m: brevedad de la vida Este dicho hace referencia a la brevedad de la vida comparada al pequeño dedo de la mano y esta situación lleva el griot (el depositario y transmisor de la cultura del pueblo de generación en generación) a decir a ciertas personas cuya vida queda limitada en el tiempo y en el espacio. Un refrán similar en castellano podría ser: No hay mucho que no se acabe ni poco que no se alcanza. • “Les gens de l’indépendance ne connaissent ni la vérité, ni l’honneur, ils sont capables de tout, même de fermer l’œil sur une abeille” (p. 168). • “Independanci môyò man tian lon, ô man samatiguiya lon, ô bé sé ka koho, al ka gnan datougou lidéh'n kan”. • “La gente de la independencia no conoce ni la verdad ni el honor, es capaz de cualquier cosa, incluso cerrar el ojo delante de una abeja”. p-c: capacidad i-m: descuido voluntario Aquí la idea más expresiva es la indiferencia y la despreocupación. La abeja aparece asociada al peligro por sus picaduras. Entonces, sería imprudente cerrar los ojos o enfrentarse sin ninguna precaución a estos insectos. Este enunciado idiomático se puede traducir por: Fingir locura es a veces codicia. • “Un seul pied ne trace pas un sentier; et un seul doigt ne peut ramasser un petit gravier sur terre” (p. 174). • “Sékoun kélé té sé ka bohoun lô, yom boromandéh kélé té sé ka kabakourou fitini ta dougoukolo kan”. • “Un solo pie no puede trazar un sendero, y un solo dedo no puede recoger una gravilla en el suelo”. p-c: pie i-m: ayuda mutua Observamos en este proverbio un deslizamiento metonímico que define el pie como símbolo del hombre frente a la colectividad, es decir, la sociedad. Y el dedo es como el medio por el que uno agarra cosas externas al hombre. De ahí la solidaridad y valorización del esfuerzo colectivo y del trabajo en grupo en beneficio del individualismo y del egoísmo. Traducimos este adagio por: No hace sola una vez sola, sino juntas con otras. • “On ne partage pas la mort avec son ami, mais s’il est humilié, couvert de honte, tu partages sa honte” (id: 177-178). • “Môgô ta téri té saya tran, nan ha lieboula, ha maloya be tran”. • “No se comparte la muerte con un amigo, sin embargo si nuestro amigo es humillado, avergonzado, tiene que compartir su vergüenza”. p-c: muerte i-m: fidelidad Este aforismo corresponde a nivel relacional entre dos amigos y al mismo tiempo permite entender la existencia de relaciones interesadas. La amistad está estrechamente ligada al sacrificio mutuo en el dolor como en la felicidad. De acuerdo con el contexto se puede traducir este enunciado de la manera siguiente: La amistad hace lo que la sangre no hace. En esta misma óptica traductiva, las formas paremiológicas relacionadas con el entorno humano determinan también algunas realidades culturales del pueblo malinké en Costa de Marfil. Este análisis que acabamos de hacer nos facilitaría la comprensión en el momento de emprender una investigación sistemática en el mundo cultural malinké en un proceso de traducción. No solamente Ahmadou Kourouma hace uso de realidades humanas y africanas en su obra, sino también hace referencia al mundo animal eje del simbolismo proverbial africano. 6.2. Identificación de elementos de paremias relacionados con la zoomorfia Entendemos por zoomorfia todas las especies animales que participen en la dinámica constructiva de la narrativa del marfileño Ahmadou Kourouma: el caso de Los Soles de las independencias. Siendo el reflejo de la cultura malinké, los proverbios son inspirados del mundo animal o haliéutico y por ende participan de manera activa en la realidad sociocultural africana de manera general. • “C’étaient des immenses déchéances et honte, aussi grosses que la vieille panthère surprise disputant des charognes aux hyènes, que de connaître Fama courir ainsi pour les funérailles” (p. 12). • “Maloya ba ni liebou berebeba yom waranikara barani sogo chou tôh bwôchila souroukou man, ni Fama boritôh yé choukoyala”. • “Eran inmensas decaídas y vergüenzas, tan grandes como la vieja pantera sorprendida luchando carroñas con hienas, más que conocer a Fama corriendo así detrás de los funerales”. palabra-clave: hienas idea-maestra: pérdida de la autoridad Existe en este proverbio una doble metáfora: por una parte, alusión a la mendicidad popular de Fama (el héroe de la novela de Ahmadou Kourouma), que hace nacer una cierta asimilación en la relación conflictiva entre una hiena envejecida y los demás animales cuyo vigor tiende a reducirse con el tiempo. La vieja pantera (símbolo de una fuerza animal envilecida) y también las hienas (símbolo de la dependencia nutritiva), ya que suelen nutrirse de animales muertos o abandonados; por otra parte, esta imagen pone en tela de juicio la similitud entre la caída de la dinastía Dumbuya en la cultura malinké y la falta de credibilidad de la personalidad de Fama. A partir de este análisis podemos traducir este proverbio por: Heredar hace medrar, que no trabajar. • “Les petites causeries entre la panthère et l’hyène honorent la seconde mais rabaissent la première” (p. 183). • “Barodéni souroukou ni waranikara tchê, ha be waranikara dôgôya”. • “Las pequeñas tertulias entre la pantera y la hiena honran a la segunda pero rebajan a la primera”. p-c: pantera y hiena i-m: imprudencia La pantera simboliza la fuerza y también el respeto frente a otros depredadores, contrariamente a la hiena, que encarna la debilidad del reino animal en la selva. Esta relación muy limitada e incompatible entre los dos animales nos permite establecer la clasificación jerárquica entre este grupo de fieras en la medida en que la segunda plaza corresponde a la hiena y la primera a la pantera por su fuerza y dominación sobre ésta. Adaptando esta situación a los seres humanos, la clase dirigente suele ser la dominadora, y los socialmente poco afortunados son los dominados o relegados a una categoría social inferior. Esta idea puede ser traducida por: El prudente desconfía de la mucha cortesía. • “On ne rassemble pas des oiseaux quand on craint le bruit des ailes” (p. 153). • “Môgô té sé ka bwô konnon fê, ni gaman mangan man dji hiyé”. • “No se agrupan a los pájaros cuando uno teme el ruido de sus alas”. p-c: pájaros y ruido i-m: inclinación natural Si uno agrupa o reúne animales o insectos en un mismo espacio de crianza, no tiene que descartar la posibilidad de ruido. Esta imagen significa que no se debe emprender un camino a sabiendas de que la vía escogida voluntariamente es de extrema peligrosidad. No hay que buscarle tres patas al gato sabiendo que tiene dos. • “Car où a-t-on vu l’hyène déserter les environs des cimetières et le vautour l’arrière des cases” (p. 19). • “Souroukou be kabourou soh kwô fê yom wôrô bé so kwô fê”. • “¿Pues desde cuándo se ve que una hiena abandona las afueras de los cementerios y el buitre la parte trasera de una choza?”. p-c: abandonar i-m: Inclinación natural Este proverbio pone en tela de juicio el comportamiento humano que consiste en convertir una costumbre (buena o mala) en una segunda naturaleza. Es también una referencia clara a las inclinaciones naturales de las personas respecto a lo que cada uno tiene de escondido en su personalidad. La indicación proverbial se traduce por: No hay cosa oculta que no se descubra. • “Alors que Bamba revienne, recommence, il saura que l’hyiène a beau être édentée, sa bouche ne sera jamais un chemin de passage pour le cabrin” (p. 17). • “Al gni té souroukou fê tchogo tchogo, badéni té sé ka da kê ha têmin sira yé”. • “Entonces, que Bamba vuelva, vuelva a empezar, sabrá que la hiena aunque sea desdentada, su boca nunca será un camino de paseo para el cabrito”. p-c: desdentar i-m: esencia de la fuerza Las dificultades o el handicap de una persona no justifica a priori una derrota premeditada ya que es a partir de un combate real que se puede medir las fuerzas en presencia. Aunque un carnívoro se quede sin dientes siempre encontrará vías o formas para comer. Así podríamos traducir esta expresión idiomática por: No vendas la piel del oso sin haberlo visto muerto. • “Disons vrai: cela était aussi infaisable que manger les crottes d’un chien” (p. 136). • “An ye tcha fwô: a koun té kêtayé yom ka wourou-bo dom”. • “Hay que decir la verdad: esto era tan irrealizable que comer la cagarruta de un perro”. p-c: irrealizable i-m: irrealidad Cual sea la glotonería de alguien no puede sobrepasar el límite que impone la naturaleza. Este proverbio puede asimilarse a los límites que impone la naturaleza frente a una realidad determinada que no puede ser rebasada. Hay que traducirlo por la expresión equivalente española siguiente: Nadie extienda más la pierna de cuanto fuere larga la sábana. Conclusión En resumidas cuentas, el estudio de algunos elementos paremiológicos: proverbios, sentencias, expresiones idiomáticas, modismos, refranes, etc., que acabamos de explicar a partir de su contexto sociocultural de enunciación, puede favorecer un mejor acercamiento respecto a su comprensión en un proceso traductivo. Este estudio avala la gran utilidad del procedimiento de equivalencia o correspondencia paremiológico, aunque alerta también sobre sus limitaciones. En efecto, analizando estos elementos proverbiales nos damos cuenta de su dificultad en el momento de traducción ya que estos “ethno-textes” ponen de relieve la importancia de la oralidad en la cultura africana en general y la del pueblo malinké en particular. Señalamos también que el conocimiento previo de elementos socioculturales contextuales que definen el sentido de los proverbios, resulta indispensable para el desciframiento del mensaje. Referencias bibliográficas • CANTERA ORTIZ, Jesús de Urbina y Vicente E. 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Complutense, Madrid. — (1991): “Propuesta de sistematización paremiográfica”, en: Revista de Filología Románica, Nº 8, pp. 31-39. — (1994-95): “La traducción y la didáctica de las expresiones idiomáticas (francés-español)” [en col. con Antonio González Rodríguez], en: Equivalencias (revista del Institut Superieur de Traducteurs et Interprètes de Bruselas, 2.2/25.12, pp. 171-182. • SUMNER-PAULIN, Cathérine (1999): “Traduction et culture: quelques proverbes africains traduits”, in Meta, vol. 40, Nº 4, déc. • VEGA CERNUDA, Miguel Ángel (1994): Textos clásicos de teoría de la traducción, Madrid, Cátedra. • YARZA, Clauret F. (1998): Los mejores refranes españoles, Madrid, Edimat Libros. ** Ezequiel Agba Akrobou aezechiel@yahoo.es Traductor e investigador marfileño (Abiyán, 1970). Doctor por la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es), de España, en la Facultad de Traducción e Interpretación. Es profesor de traducción y de literatura ecuatoguineana de la Universidad de Cocody (http://www.univ-cocody.ci), de Costa de Marfil, en el Departamento de Filología Hispánica, donde desarrolla su labor docente. Es autor de varios artículos sobre la traducción de la narrativa negra africana de expresión francesa y de algunos trabajos sobre la literatura de Guinea Ecuatorial. === Socialismo y sensibilidad Julio Pino Miyar ======================= Uno Absorto, hace en realidad muchos años, en la lectura del Diario íntimo de Enrique Federico Amiel (1821-1881), afamado ciudadano de Ginebra, vine a tropezar con la siguiente propuesta intelectual: “Llegar a comprender nuestra época desde la perspectiva de la historia universal; la historia universal desde la perspectiva de los períodos geológicos y los períodos geológicos desde el punto de vista de la astronomía (...)”. Esta progresiva generalización de la mirada, ese afán, leído entre líneas, de universalizar cada vez más los criterios y ampliar, por ende, el horizonte de las interpretaciones, se convertía para mí en una justificación del camino seguido por el intelectual y el artista modernos, en vías de la conceptuación que debería regir cualquier estudio desde una altura que nos permitiera comprender en la sociedad, en la cultura y en la historia sus aspectos esenciales, mucho más allá de lo puramente circunstancial y pasajero. Y esa decimonónica petición, tomada en el contexto de una vida y una obra, devenía en un postulado perteneciente al viejo espíritu de la filosofía la cual, como todos sabemos, ha colindando siempre con la ensoñación. La vida de Amiel es la historia de una ensoñación; su biografía nos muestra la experiencia de un hombre de excepcional sensibilidad y talento, condenado por su tiempo a la incomprensión y la soledad. Profesor por treinta años de filosofía y estética de la Universidad de Ginebra, la publicación de su Diario íntimo le permitió un póstumo reconocimiento, al punto que por mucho tiempo se dijo que Suiza era la patria de Rousseau, de Madame de Staël... y de Amiel. Observar con detenimiento la cronología inscrita en las páginas de ese Diario supone un viaje al corazón del siglo XIX. Desde el balcón de Ginebra, Amiel fue privilegiado espectador del nuevo mundo que ante su mirada se iba edificando. En una época en la que el planeta comenzaba a enjutarse por la aparición de revolucionarios medios de comunicación, como el ferrocarril y el telégrafo, mientras se globalizaba el comercio, Enrique Federico Amiel fue uno de los primeros ciudadanos políticos del mundo. Ya que estuvo entre aquéllos que ejercieron una inteligente reflexión sobre nuestro destino histórico, aunque más que atender a la eficacia y funcionalidad del nuevo orden creado, se preocuparon por la racionalidad de su sentido y la coherencia ética de su significado. Ubicado en el contexto sociocultural y religioso de una sociedad calvinista, el escritor ginebrino vio desangrar su existencia entre los imperativos morales —a los que se creyó siempre obligado y con los que decidió atar su destino individual—, y su pasión en pugna con los lazos religiosos y los deberes, que él entendía, tenía con su patria. Lo curioso es que Amiel no fue nunca un dogmático ni tampoco un nacionalista; era un libre pensador que amaba de Suiza su neutralidad histórica; esa singular mezcla heterodoxa de nacionalidades y lenguas que pluralmente la componían y su natural independencia ancestral. No obstante, en su aire universal y en sus graves paisajes nuestro escritor supo encontrar, paradójicamente, los significados etéreos y a la vez subyugantes de los conceptos de patria y religión. Llama demasiado la atención que fuese un diario el único modo que él tuviera para darse a conocer ante la posteridad. Cada anotación que hiciera en sus páginas descubre a alguien que se reserva —por medio de la vigilia intelectual y la limpieza de espíritu— para un futuro providencial el cual, irónicamente, nunca llegó. El escritor repite, en decenas de formas, el lamento por su vida obliterada, por “esa anemia de la voluntad” que le acompaña y le malquista consigo mismo. Su Diario describe así la agonía del hombre superior doblado por el peso de las circunstancias. En una hermosa monografía dedicada a su memoria, el polémico autor colombiano, José María Vargas Vila, escribió que el ginebrino se había empeñado en tener “el fantasma de Dios por compañero”. Vivir en Dios, habitar su obra y “comprometerse enteramente sólo con Él”, fue la consigna de ese singular espíritu meditativo. Sin embargo, Amiel no ignoraba que la teología cristiana significaba —a esas alturas del siglo XIX— una reducción del campo gnoseológico, ya que estaba fundada por abstractos principios metafísicos, y que, en cambio, la experiencia práctica y sensible, el pensamiento y el análisis dedicados a la observación rigurosa de los fenómenos naturales, abría un nuevo e inestimable campo para el hombre y su actividad, específicamente humano. “Es indispensable”, nos dice a tono con su época y con un acento que evoca a Ludwig Feuerbach, “volver a lo concreto, a lo individual, a lo determinado; a observar, a experimentar (...)”. De todas maneras, y a pesar de lo antes dicho, insiste: “Dios es la morada del hombre desenvuelto en el devenir de la idea”. Y reconoce: “Vivo atormentado por el ideal (...), vivo en medio de una luz crepuscular y helada, como las sombras de Homero...”. Pero Amiel no era ajeno, en modo alguno, a la crítica al cristianismo realizada por un neohegeliano como Federico Strauss, el cual ubicaba la figura de Cristo en el contexto de una problemática histórica que implicaba a la humanidad en su conjunto en la lógica —absolutamente terrenal— de su devenir en pos de un gran ideal. Cristo no era otro, por tanto, que el hombre verdadero; la realización, en un individuo, de la humanidad viviente y universal. La raíz hegeliana de esta interpretación del cristianismo (el hombre sometido al puro devenir de la idea) aparecía aquí revisada por una fundamentación sociohistórica de la religión, la cual finalmente se apartaba del idealismo hegeliano para comprender al hombre en su inmediata concreción, desde el ámbito, empírico y perceptible, de su experiencia y natural concepción. Existió lo que Amiel llamó una “teología humanista” que tuvo en Feuerbach su máximo exponente. Según Hegel, el saber que tiene Dios sobre el hombre es parte del saber que tiene Dios sobre sí mismo. Pero Feuerbach invertía con audacia la fórmula: “El saber que dice tener el hombre sobre Dios es parte del saber que tiene el hombre sobre sí mismo”. Porque de lo que se trataba era de restituir en el hombre “aquellos atributos que le fueron otorgados erróneamente a Dios”, y, desde esa premisa, elaborar —esa fue en realidad su gran tarea— una “antropología filosófica” que instituyera con plenitud el significado y el valor del ser humano. Hegel, por su parte, había restablecido, por medio del pensamiento abstracto y la razón especulativa, las llamadas nociones suprasensibles... De ahí las reservas de Amiel con respecto a Feuerbach —su reproche por haber pretendido ponerle fin a la teología cristiana—, parecen tener en el fondo una fundamentación hegeliana: existen, según él, valores abstractos y universales que no pueden ser reducidos a la simple facticidad de la historia y la experiencia humana... Por tanto, si se busca preservar la idea de Dios, las tesis de Feuerbach deberían ser corregidas, ampliadas —contradictoriamente— por la misma teología. Sin embargo, Amiel veía en la figura de Cristo lo mismo que Strauss, el “embrión” desde el cual evolucionaba una humanidad liberada, el camino ascendente de su consciente dignidad y redención: “ ‘Todo hombre es sacerdote’, dijo Lutero; ‘todo hombre es rey’, dice la Carta Magna norteamericana; ‘Sois de la raza de los dioses’, dejó dicho San Pablo”, escribe en su Diario. Amiel se murió esperando una segunda reforma religiosa que debía ocurrir en el seno de las sociedades protestantes y que jamás llegó. Creía que esa “segunda reforma” estaría destinada a revitalizar los lazos que atan al creyente individual con la comunidad de fieles, y que había algo en el viejo espíritu del catolicismo, afín a la idea de la salvación colectiva y los valores de la compasión, que no debió ser despreciado por el desarrollo ulterior del luteranismo. Singularmente —y esto es un hecho que aún no he mencionado—, Enrique Federico Amiel era un hombre de ideas socialistas; apasionado lector de Proudhon y de los hegelianos de izquierda, su amargo desencuentro con su época —la cual coincidía con la segunda revolución industrial llevada a cabo por el capitalismo internacional—, poseía un fundamento político en el que estaba involucrado un trasfondo de postulados religiosos. Lo llamativo es que en Feuerbach como en Amiel había una declarada crítica a la razón, a ese viejo templo de la razón que Hegel heredara de los clásicos griegos. En esto, ambos se encontraban más cerca de Lutero, porque primaba en ellos la sensibilidad y el sentimiento situado por encima de los vericuetos de la lógica o la dialéctica. De esta manera, el plano esencial en que se mueve Feuerbach, por el que transita junto a Amiel en su visión conflictiva de la Modernidad burguesa, no es el de la gran urbe, ni tampoco el de las grandes industrias; es, por el contrario, el del continente sereno de la naturaleza. Esta última es la que compone el vasto cosmorama de ambas individualidades, la mirada que el propio Amiel dejara reposar —para nosotros— sobre el paisaje: “Mientras caminaba a la hora del crepúsculo, bajo una bella y dulce atmósfera de primavera, he sentido las melancolías de la soledad, de la inactividad del alma, una dulce y triste pesadumbre. Volví por el camino que lleva a la casa (...), y recordé, y volví a ver mil imágenes de mi infancia, en cada rincón, en cada árbol, en cada piedra, en el patio de la casa, en las altas acacias que se alzan (...)”. La naturaleza actúa así sobre la rara sensibilidad de estos hombres selectos y es el lugar privilegiado de retiro y del olvido momentáneo de las pasiones y miserias del mundo. Los fundamentos gnoseológicos de Feuerbach —que encuentran familiar complicidad con el pensamiento abstraído y la existencia ascética de Amiel—, consideran la intuición como la forma primordial de intelección: no sólo el hombre percibe sobre la base de la realidad sensorial, sino también mediante su sensibilidad interior; es decir, de la manera en que el pensamiento establece su relación en especial con las ideas; ese viejo principio platónico que explica que cada cosa apercibida posee su forma, su idea, —su eidos— como materia de intelección. Y Amiel ampliaba esta concepción al decir que lo bello era “el resplandor de lo verdadero”. De lo que se desprende que hay una belleza sentida que nos implica intuitivamente con su idea, con su forma, y en ella se percibe la verdad inefable de su existencia. No tendríamos que ir muy lejos para llegar desde aquí a una intelección de Dios fundada por la sensibilidad de nuestra naturaleza, y expresada por medio de la captación formal de su idea. Parece entonces no haber sido casual que el ateísmo marxista del siglo XIX no haya tenido en la naturaleza un inapreciable aliado en su crítica del capitalismo: Marx, sin dejar de refutar a la sociedad de mercado, elogió sin aprensión el nacimiento y desarrollo de la edad industrial como la piedra angular de una futura sociedad obrera, y no previó lo que el capitalismo tenía de nefasto para la naturaleza. La alteración galopante del ecosistema, que comenzara en el siglo XIX y que ha devenido en uno de los principales problemas que arrastra consigo la actual sociedad tecnológica, obliga a una relación muy especial con el medio natural, el cual podría devenir en fuente extraordinaria de desalienación humana. Mas para ello es necesario el instante puro de la contemplación, tal como lo entendiera Feuerbach y que fuera porción significativa de las visiones integradoras de Amiel (“Cegador y tierno paisaje de otoño, con un lago cristalino, lejanías nítidas, aires dulces, montes nevados, follajes amarillentos, cielo límpido; la calma era penetrante, con esa fantasmagoría propia de los últimos días buenos”). Ese mismo instante que la sociología marxista desdeñara por tanto tiempo, y que la pedagogía socialista en el poder considerara incluso inicuo: el momento noble de la naturaleza; el momento del reencuentro fundamental del individuo —de su conciencia innegociablemente autónoma— con su soledad. Dos “Hay aquí caminos profundos, cubiertos de zarza y de viejos árboles torcidos con raíces fantásticas que se parecen totalmente a ese camino de un aguafuerte de Durero: ‘El caballero y la muerte’ ”, le escribe, el 26 de diciembre de 1878, Vincent van Gogh a su hermano Theo. El tema de la finitud de la vida, de la visión sobrenatural encontrada en la profunda introspección del paisaje, deviene en fundamento del nuevo espíritu de una Modernidad que oscila entre el ideal del progreso, protagonizado por la industria, y aquellos nobles valores que el proyecto acelerado de la civilización occidental parecía dejar atrás. Resulta original que a Van Gogh le gustara mucho más la región del Mediodía francés que el norte, la Bretaña, como a su amigo, Paul Gauguin. Nuestro pintor se lamenta en su retiro del frío del invierno, en el verano de las moscas... Parece realmente un personaje simpático, algo tragicómico, y aparenta estar dotado en el fondo de un excelente sentido del humor, o de una gran resignación, que para el caso es igual. El gran pintor holandés consideraba su tiempo como la llegada de un nuevo renacimiento que tenía como primado el color; lo afirma mientras pinta girasoles o estudia pintura japonesa (“El corazón del arte moderno, lo que ni los griegos ni el Renacimiento han hecho. Lo moderno es el pincel al servicio del espíritu”). Cita a Eugenio Delacroix como el gran teórico del color y encuentra en Millet, en la escuela de Barbizón, su principal fuente de inspiración. Van Gogh se nos aparece así como una mezcla de inspiración cristiana, en su sentido más esencial —los pobres de este mundo—, y deseo de apropiarse artísticamente de la realidad. Ambas cosas se le presentan bajo el influjo de una ensoñación: ve en los humildes una razón de ser (él, un contemporáneo de Marx y de la revolución en Francia de 1848; la erección allí de la efímera República social), como ve en la realidad un pretexto para la imaginación. Su interpretación de Jean Millet (el gran pintor de temas campesinos) es para fundamentar su propia cosmovisión: la realidad se deforma, la figura se vuelve borrosa, los colores se esparcen sobre el lienzo indistintamente y en ello pone el frenesí de su alma y toda su energía. Lo sorprendente es que él no cede, está firmemente convencido de que su visión del mundo triunfará, no le importan la pobreza ni el desengaño. Subestima a Manet, no se siente parte de los impresionistas, tal vez porque considera que hay algo excesivamente formal en el modo en que aquéllos trataban la realidad. No se cree un apóstol, sin embargo su obra tuvo el rigor de un apostolado. Jamás fue un teórico ni un formalista; creyó en los campesinos y compartió su vida con ellos, con los tejedores, con los mineros, pero no lo hizo para asumir una postura ideológica. Sus razones fueron esencialmente humanas. En el siglo XIX se dibujó un socialismo humanista hoy en día no tenido en cuenta en todo lo que se merece, y Van Gogh fue parte autónoma de esa gran corriente. Eran tiempos en que se creía, con Oscar Wilde, que el socialismo estaba destinado a exaltar la personalidad humana, y podría llegar a entenderse como un modo de organizar la sociedad sobre premisas éticas que resaltaran los valores del individuo, frente al burdo y grosero capitalismo, intrínsecamente estandarizador del comportamiento. Si se leen las cartas de Van Gogh, comparándolas con las páginas de Federico Amiel, en ambos casos se comprobará la misma inclinación hacia un individualismo generoso, condicionado por un trasfondo de ideas religiosas. El socialismo premarxista, principalmente entendido por su acento en el individuo, en sus valores y en el significado más original de la existencia —un socialismo que parecía destinado a resolver no sólo los problemas de la necesidad económica, sino los de la libertad política—, no tenía nada de dogmático ni de sectario, era un regreso a lo concreto, a lo sensible, a la necesidad humana de experimentar, e ideado como respuesta, o rechazo, al pensamiento abstracto, teológico. Es decir, un socialismo concebido desde un humanismo que consideraba que la realidad no debía estar mediatizada por ninguna doctrina de pensamiento. Ese socialismo floreció un día, pero las grandes corrientes políticas, los grandes enfrentamientos civiles de la época (la respuesta brutal de la burguesía y la posterior creación del súper Estado soviético), se lo tragaron sin casi dejar huella. Podría decirse que hay un marco eminentemente existencial, una precondición absolutamente humana, sobre la cual se ubicó el socialismo moderno antes —o paralelamente— de que Marx iniciara sus intensos estudios sobre economía, o comenzara a elaborar una ciencia general de la historia: el “materialismo (dialéctico) histórico”. Feuerbach opuso así al devenir del espíritu absoluto (Hegel), sensibilidad y experiencia, y demostró el fundamento antropológico del pensamiento, siendo mucho más consecuente que Hegel al definir —éste último— al hombre como un “universal concreto”. No obstante, a Feuerbach le preocupaba el hombre concreto, individual, mientras que el socialismo marxista apostaba, en cambio, por el abstracto hombre genérico, disuelto en el devenir de la historia, o en la organización social de los diferentes sistemas económicos. En una de las páginas del Diario de Amiel, aparece esta afirmación en el contexto de las luchas civiles en Francia, acaecidas en la segunda mitad del siglo XIX: “Proudhon se ha escondido y trasladado a Doullens. El socialismo sin él pronto será decapitado”. ¿Pudo haber representado Proudhon una vertiente democrática, mucho menos sectaria para el devenir y la configuración política del socialismo europeo? Sinceramente no lo sé. Es cierto que el autor francés advirtió sobre los enormes peligros del dogma, y de cómo podían los propios líderes socialistas incurrir en el craso error de convertirse en sectarios. Pero hasta qué punto resultó injusta, o acertada, la crítica demoledora de Marx a la Filosofía de la miseria —el famoso libro escrito por Proudhon—, es algo que también ignoro. Aunque lo significativo es que el socialismo moderno, doblemente permeado por un economicismo y un historicismo extremos, se convirtió en una cosmovisión donde el tema de la libertad individual quedó relegado, incluso omitido en aras de los grandes proyectos históricos y la fundación de un nuevo sistema socioeconómico. Sin embargo, para Amiel como para Van Gogh, el tema de la libertad humana no era simple; entrañaba un significado moral y estaba estrechamente unido a la noción del deber. Había mucho de hegelismo en esta máxima del escritor ginebrino: “El deber te obliga desde el momento en que lo adivinas”. Por su parte, Van Gogh recomendaba al artista: “Permanecer tranquilo en la obra”. Y del mismo modo en que los obreros se reunían para producir en sus talleres, el pintor holandés exhortaba a crear talleres de artistas: dotar de un carácter laboral la gestión del arte; regresar a ese antiguo y hermoso ambiente artesanal que primó en la Edad Media y que, con la llegada de la edad industrial, adquiría nuevo sentido y magnitud. El artista invocaba así en sus textos la vieja “fraternidad de los monjes de los bosques holandeses”. Y, leyendo Mi religión, de León Tolstoi, comentaba esperanzado: “algo completamente nuevo, capaz de consolar y que no tendrá nombre (se avecina)”. Y de la misma manera en que Amiel y Van Gogh amaban los paisajes naturales, identificándose ambos por igual con las visiones del amanecer en Arlés o en Ginebra (el pintor decía que en ellos había vislumbrado “los verdes de Corot”), ese algo que no “tendrá nombre” aparecía como una necesidad intuida por el corazón de la sensibilidad y vendría a ocupar entre nosotros el sitio que en otros tiempos la religión llenara. Una regeneración fundamental del espíritu era lo que se esperaba, aunque también sería un logro supremo de la inteligencia. El desaliento, el desengaño y la angustia por la época incierta colmaron, no obstante, las vidas de estas individualidades selectas. Sin embargo, Van Gogh se permitía bromear citando a Dickens: el mejor modo de alejar la idea del suicidio es tomar en el desayuno “una jarra de cerveza y un buen pedazo de pan seco”. Y en las líneas finales de su epistolario nos dice: “Arriesgo mi vida y mi razón destruida a medias”, mas no deja de recordarle invariablemente a su hermano, “tú no estás entre los marchands de hombres...”. La ardua labor emprendida por estos dos hombres tuvo mucho que ver con una vocación moral que hizo residir en el Mito más original de la especie, su crítica a la sociedad de los mercaderes y marchands: la arcadia bucólica; el paraíso comunal; la fratria universal. Amiel, por su lado, escribió un día: “Todo es símbolo, ¿símbolo de qué? Del espíritu”. Quizás dando a entender que la vida se encuentra en el fondo colmada de significados, y que la tarea del artista, del poeta, es hacer posible la lúcida interpretación de esos símbolos que hagan regresan a los seres humanos de su atroz dispersión, proponiendo un difícil camino en el que al final, el socialismo se nos puede aparecer como una esencia intuida. Pensando en seres tan singulares como Amiel y Van Gogh, se podría llegar a aceptar que el socialismo es, entre otras cosas, cuestión de pura sensibilidad; obra además de esa percepción interior que nos lleva a intuir la existencia de su práctica universal. Los hombres no deberíamos prohibirnos el paraíso, eso sería un pecado de lesa humanidad. En otra de sus cartas a Theo, Van Gogh decía —nos decía— textualmente: “Yo quiero trabajar hasta el punto en que se diga de mi obra: este hombre siente profundamente, este hombre siente delicadamente”. ** Julio Pino Miyar isla_59_1999@yahoo.com Poeta, ensayista y narrador cubano (Santa Clara, 1959). Radica en Estados Unidos desde 1987. Colabora en calidad de ensayista con prensa escrita de Cuba, Estados Unidos y América Latina. Ha sido prologuista de varios libros de literatura. Escribió las palabras del catálogo del Primer Premio Internacional de Pintura de la Bienal de La Habana de 2001. En 2003 realizó en Tel Aviv una exposición conjunta de fotos bajo el rótulo “El libro de los árboles desnudas”. En 1995 fundó en Miami la revista cultural Los Conjurados. Tiene en La Habana tres libros en proceso editorial. ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Penélope Natalia Álvarez Morillo *** Nadie ha venido esta noche Norwell Calderón Rojas *** Cantos del río del Este (extractos) Santiago Bao *** Una cita a las seis de la tarde Blanca del Cerro *** Poemas Norys Saavedra *** Tenerlo por escrito Lucía Lorenzo *** Poemas Üzeyir Lokman Çayci *** Azrael Tabita Luis *** Bodegones (extractos) René Arrieta Pérez *** Tierna y amorosa Odilón Moreno Rangel *** El espejo continuo (extractos) Javier Etchemendi *** Dos relatos Clawdia Chejlyk *** Poemas Ana María Donato *** La novia Alfredo Villanueva Collado *** Poemas María del Rosario Laverde *** El muro Juan Manuel Parada === Penélope Natalia Álvarez Morillo ================================= Los ríos con sus bifurcaciones regalan trozos de nube añeja a los seres aéreos que ahorita, sólo ahorita, se encuentran entre otras plumas en otros parajes que convierten en jungla la vastedad negra y vacía de la noche pintadita de luciérnagas blancas; esperando, sí, ellas, las incandescentes figuras, pendiendo en un hilo de lana bermeja, la llegada de un viento polvoriento vestido con jirones telares carcomidos por los pájaros. En ese momento, la V de viejo tomará un barco a Ítaca, pedirá prestada una delta, y convergirá en amores aéreos. Hasta entonces, amor, hasta entonces, entretendré mis dedos con agujas tejiendo los luceros guindados. === Miro mis piernas. Allí están, cortas, escuetas, llenas de raspones y marcas. Deberían ser de otra forma, ¿no? Lo bueno es que caminan B I A A L N Trazan estelas en sus p a s o s Colorean el vacío de tu media luna. A veces me pregunto Si mis piernas hubiesen estado atadas a otro torso ¿Habrían tenido los mismos cráteres? ¿Habrían caminado r-e-c-t-o o en z I g Za G? ¿Me las habrías espiado como detective inglés, buscando con lupa pistas de [debilidad? No lo sé. Tráeme una flecha la lanzaré con uno de mis arcos, tu tercer ojo se romperá y lloverán millones de gotas de cristales Mis piernas se enredan poco a poco en las tuyas haciendo guerra y paz triangulada. === Te deshago en sombras Tantas veces. En esa multiplicidad se me ahogan los ojos mientras caes con ella entre espirales. Te deshago en sombras y no eres mío pero lo eres con tus cantos de negro lo eres en la etereidad de las cosas. En la mañana observo que, después de todo, quien se deshizo en sombras fui yo. Finito. ** Natalia Álvarez Morillo natatropina@hotmail.com Escritora venezolana (Maracaibo, 1988). Es estudiante de letras en la Universidad del Zulia (LUZ, http://www.luz.edu.ve). Miembro cofundadora del colectivo El Submarino Amarillo (http://submarinoamarillisimo.blogspot.com). === Nadie ha venido esta noche Norwell Calderón Rojas ================ Me mira: ¿estás enfermo? Su pregunta en realidad es: ¿vas a hacerme el amor? Las mujeres dicen hacer el amor; casi todas las que conozco, las que he fornicado, hablan del sexo como si se tratara del amor. No conozco el amor; no me importa nadie por mucho tiempo. Por lo menos ahora. Cuando aún era niño me gustó Nereida. Era flaca y tal vez hermosa, ya no lo sé. Se es estúpido cuando se es niño y se es más estúpido cuando se es hombre. No quiero imaginarme lo que podría llegar a ser de viejo. La vejez me preocupa. No seré viejo; no lo permitiré. Ella, otra vez, está revolcando los cajones. Tiene tres días en la habitación y parece como si este lugar fuera desde siempre su rutina y su miseria. La gente dice despreciar cosas pero en realidad se desprecia a sí misma; es difícil para ellos aceptar que son seres vacíos y miserables. De espalda ella se ve bien, aunque sus caderas son un poco grandes. No importa, las piernas son blancas y duras, la piel es suave. Tiene gruesos muslos y pantorrillas. Nadie ha venido esta noche, aunque hasta ahora son las diez. Me asomo cada cinco minutos. La ventana está sucia y la luz del farol no deja ver la calle. No debí haber aceptado el cuarto piso; estaba muy cansado. Nunca acepto lo que no quiero. —¿Quieres comer? No quiere. La mujer hoy parece no necesitar nada: ni comida, ni compañía, nada. Tampoco yo necesito mucho, aunque preferiría que ellos vinieran. Son las diez y cinco minutos y ninguno aparece. La espera ha sido larga. Hace un par de días salí a recorrer los alrededores. Hay prostitutas y ladrones; pero un poco más al sur están los bares para los pequeños empleados de ropa unificada. Son los lameculos con una familia que mantener y un pequeño orgullo que sacar a pasear los sábados. Se emborrachan diciendo cosas estúpidas que se inician siempre con un: “yo le dije...”. Si no vomitaran sus complejos los sábados, tendrían que pegarse un tiro en la cabeza. Algunos lo hacen, pero no son suficientes. En el lugar al que entré había varios de esos, con sus chaquetas de cuero y sus modales de sobrinos de la vicecónsul en la puta mierda. Hablaban como siempre de trabajo, de jefes, de primos en otros países, del carro. Me enferman esos imbéciles, son una plaga. Más de una vez los he esperado en el baño y los he dejado limpiándose la sangre frente al espejo sin que el cerebro les alcance a resolver el porqué. Adriana estaba entre ellos, jugando con sus deseos. Parecía pasarles un trapo rojo cerca de los cuernos; su risa era un trapo rojo, sus piernas un trapo rojo, cada movimiento excitaba a los cornudos y ella gozaba incitándolos y desanimándolos a placer. Inteligente. —¿Vas a estar escuchando a estos cabrones toda la noche? No me dice nada. Más tarde se acerca a mi mesa. —¿Tiene algo mejor que ofrecer? —Tengo un cuarto de hotel y tres horas libres. Un carro pequeño y azul eléctrico es el suyo; los ceniceros de las puertas están repletos y hay condones en la guantera. También una pistola. —Si vuelves a abrirla te bajas, y si tratas de agarrarla, te mato. Cierro la guantera. En otra ocasión no habría resistido el reto, aunque estoy seguro de que ella lleva otra arma más a mano. Los retos y las ofensas son las fuerzas que me mueven. —En otra ocasión. Tengo cosas que hacer. No necesito llamar la atención. —Es mejor. No me gustan los fisgones ni los maricas. Las calles están vacías y con neblina. El mundo es una mierda de día pero me gusta en la noche. —Sabes, me gusta la noche. Me llamo Adriana. Digo que a mí también. No digo mi nombre. Nos revolcamos en la cama como los animales que somos. Sin hipocresías. El poder quiere domesticarnos, pero en el sexo somos lo que en verdad somos. Adriana huele a fuerte; una mezcla de perfume, cigarrillo y sudor de axilas. Es un animal de caza. No hablamos, pero abre la maleta y mira los objetos del cuarto. —¿Para qué necesitas tantas armas? —Tampoco me gustan las fisgonas, ni los maricas. No pregunta más. Se va de madrugada. No le pido que vuelva. Son las diez y quince. No vendrán. Adriana regresa al día siguiente, pero ésta ya está en el cuarto y la corre. Encuentro a Adriana al final de las escaleras, de salida. —Tu mujer no es amigable. —No es mi mujer. Se aleja sin mirar, que es como uno debe irse siempre. He tomado sus datos de la cartera la noche anterior. Necesito lugares para quedarme; alguna vez, ella me servirá. Ésta en cambio no sabe cuándo irse ni cuándo llegar. Ahora se ha ido a buscar algo de comer, cuando la necesitaba aquí, esperando. Después de que todo termine descansaré de su presencia. Adriana tiene razón en algo; esto con Esther, Melisa o como se llame en realidad esta mujer es como si fuéramos un matrimonio; el mismo cansancio; el odio por las mañanas. El error está en tener sexo; la gente se siente obligada después, piensa que hay que sonreír; que eso en verdad importa. Lo cierto es que hemos estado en muchos lugares juntos por mucho tiempo. Recorrimos la mitad del país y algunos países de Centroamérica. No estuvimos juntos en Cuba ni en Orlando. De Estados Unidos sólo conozco Orlando. Son las diez y cuarenta. Hay ruidos abajo y luces que se encienden y apagan junto a la acera en un vehículo pequeño. No deben ser ellos; ellos no hacen ruido ni encienden luces. Llevo tres pistolas. Una en cada mano y la otra en la cintura. Bajo de prisa pero con cautela. La encuentro a ella en mitad de la escalera. Sabía que no me gustaban las hamburguesas y siempre compraba hamburguesas; el papel metálico brilla junto a su cara: esta especie de matrimonio se acabó. Paso por encima de ella sin que la sangre moje mis zapatos; también el empleado de recepción está muerto, al final de la escalera; la bala en el mismo lugar de la frente. Me las tengo que ver con expertos. Siempre es mejor con expertos: obligan a pensar. El carro sigue ahí, con sus luces prendiendo y apagando, frente a la puerta del hotel. Algunos idiotas se acercan, mientras que yo subo a la carrera los peldaños y echo mis cosas en la maleta y salto por una ventana del lado contrario rasgándome un brazo con un hierro. Alcanzo la calle. Sé que tengo que correr o mañana estaré en los diarios. Una pareja se manosea en un carro con los vidrios arriba; son vidrios oscuros pero sé que están ahí. Cuando rompo el vidrio y les disparo me miran como si vieran el Apocalipsis. Sí, soy el Quinto Jinete, les digo, aunque sé que ya no me oyen. Los saco del vehículo. No habrá pruebas de mi paso por el hotel; el estruendo me avisa que el carro acaba de estallar. He resuelto un problema: el vehículo, y el otro, las pruebas de mi presencia, me lo resolvieron los que pusieron la bomba en el carro; mañana vendrán los demás. Siempre es así y no me importa; tengo la dirección de Adriana pero Adriana no me sirve, es de las que llegan tarde. Creo que buscaré al sacerdote. Ella (nunca supe su verdadero nombre), está muerta, y los otros no vinieron. Buscaré el refugio del sacerdote; el sacerdote tendrá una cama para esta noche. Mañana, otra vez, tendré que contactarlos. ** Norwell Calderón Rojas norwellcr@hotmail.com Abogado y escritor colombiano (Bucaramanga, 1962). Novelista, poeta, cuentista y conferencista, tiene un diplomado en pedagogía para la educación superior. Corresponsal del Semanario Sideral, de Barrancabermeja. Articulista en prensa y revistas. Fundador de la tertulia literaria “Renacer de Herrán”, premiada entre las cien mejores de Colombia. Ha publicado la novela La peligrosa herencia del joven Aykord (Hillman Publicaciones, Editorial Libros & Libros, http://www.librosylibros.com.co; 2008), así como un cuento en el libro colectivo del concurso Cote Lamus, El dragón viejo y otros cuentos, y otros textos en medios de comunicación como La Opinión (http://www.laopinion.com.co) y Diario de la Frontera, de Cúcuta. Es representante del departamento Norte de Santander en los encuentros Crea-Cocultura. === Cantos del río del Este (extractos) Santiago Bao ================= Cantos del río del Este Santiago Bao Editorial La Luna Que... Buenos Aires, abril de 2009 *** Ventanas A través del cristal húmedo veo los árboles multiplicados por la lluvia y tu rostro, río que corre más allá de su forma. *** Perfiles Los tréboles se platinan con la llovizna incesante. Más allá, un sendero se acuesta en el bosque. Nada se mueve. La clara corteza del abedul deja resbalar un tiempo de gotitas. Más arriba, en el gris profundo de la tarde, se inicia la trama de un recuerdo. === Lloviznan minúsculas moscas de terciopelo gris. En el muelle, contra el atardecer, esperas. Llovizna con tardanza. El barco late ausencias y desde la lejanía, tu pelo destella con gnomos de esmeralda. === Te contemplo ausente, sentada junto a un árbol, mientras zurces la trama del universo. === Desde la galería descubro la espuma de la primavera que como una cascada se pulveriza en el parque. Burbujas de mariposas trepan con la brisa mientras en los rincones del cuarto, los materiales del sueño se disipan. === Suspendidos de la niebla del canal flotan vaporosos sueños. Del pasado y del corazón de la lluvia, cae tu lágrima dejando una cicatriz en el río. Un silencio cruza el crepúsculo y se enhebra en el tapiz de la calma. === En el declive de la tarde mientras florecen los ciruelos y en el río saltan las bogas de plata la luna se prepara para darle a tu cuerpo el cuerpo de la noche. === Llueven girasoles desde tu sonrisa, cubriéndome el alma de niños rebeldes. *** Cenas Junto al río de la noche, tus manos sorprenden al pan que crepita vivo, mientras le hablas al fuego y tiembla el aceite con el pescado de plata. Del café, surge tu voz de azúcar dormida. === Un gallo invisible hechiza el alba inconclusa. Los sueños aún hilan la gracia de la noche. Es la hora en que tu aliento roza mi sueño y lo multiplica en una avenida de espejos. === Hay una jaula de maíz en tus ojos que inauguran en las ausencias la dulce prisión de mi memoria. === Llovizna sobre el espejo del río, desde la cocina el pan insiste en nacer para la desnudez del vino y nuestra celebración simple que teje la singular trama de los días. ** Santiago Bao santinebao@gesell.com.ar Poeta argentino (San Fernando, Provincia de Buenos Aires, 1936). Estudió antropología en la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar), la que debió abandonar en 1976 luego del golpe militar de ese año. Ha publicado los poemarios Trabajos forzados (Libros del Empedrado, Buenos Aires, 1997), En el desvío (L. J. Silver Producciones Literarias, Buenos Aires, 1999), Pendientes (R. Salido, Junín, Buenos Aires, 2002), Memorias del zoo (Ediciones Suárez, Mar del Plata, 2005) y Cantos del río del Este (Editorial La Luna Que..., Buenos Aires, 2009), los libros de poesía y prosa Al otro lado (Editorial Dunken, http://www.dunken.com.ar; Buenos Aires, 1998) y Despliegues (premiado por el Fondo Editorial Rionegrino en 1990 y editado en 2007), y el libro de cuentos La máquina nocturna y otros cuentos (R. Salido, Junín, Buenos Aires, 2004). Textos suyos han sido incluidos, además, en las antologías Trece poetas (Bibliograma, Instituto Amigos del Libro, Buenos Aires, 1967), Antología del Empedrado II y Antología del Empedrado III (Libros del Empedrado, Buenos Aires, 1997), Poesía ácida (Ediciones El Candirú, Junín, 2002). Ha merecido cinco premios en poesía y uno en cuento. Entre otros reconocimientos obtenidos, fue finalista del Premio Internacional de Poesía “Miguel de Cervantes” (Granada, España, 2004). Ha colaborado en diversas publicaciones de su país y del extranjero. Varios de sus textos han sido publicados en distintas revistas virtuales de Internet. Posee cuatro libros inéditos. === Una cita a las seis de la tarde Blanca del Cerro ================= Tenía una cita a las seis de la tarde, una cita con sabor a amapolas y lirios frescos, un encuentro plagado de magia, algo que se venía produciendo desde no recordaba cuándo, tal vez hacía semanas o tal vez meses, no podría precisarlo, porque el tiempo se le iba de las manos sin sentirlo y se escurría como polvo ceniciento entre los dedos aposentándose en láminas muy delgadas sobre la vida, su vida, un poco tibia y un poco seca. A lo largo del día, su mente y su corazón se devanaban en sueños profundos y apretados, ríos de arena que se estiraban en flecos de nostalgia, deseando que llegara la hora mágica, la hora maravillosa en que saldría al jardín y se encontraría con su amado. Empezó a arreglarse despacio, con cuidado y esmero, un puntito de ternura, mientras en su alma se formaba una madeja de somnolencias prietas, similares a puños muy pequeños en los que recogía inmensos ramos de ilusiones desparramadas. Dado que la habitación carecía de espejo, le fue imposible contemplar su rostro y su cuerpo, pero se imaginó bella porque se sentía bella, como nunca antes se había sentido. La luz del atardecer le hizo arrumacos en la piel llenándola de chispitas tenues. Se vio peinada de soles y lunas, y vestida de estrellas. Se vio radiante, esplendorosa, espectacular, única. Todo había empezado sin saber cómo, una tarde de lirios y azucenas en la que una brocha guiada por manos invisibles pintaba el cielo de colores malvas un tanto descabalados. Y aquel día salió al jardín, como siempre, y paseó, como siempre, recorrió senderos, pateó veredas, acarició flores, y allá en la lejanía, medio oculto por unos pinos frondosos en forma de sueños, apareció él. Lo vio allí, allí lo encontró, callado, quieto, tan dulce y sereno, sumido en un silencio infinito, y a ella le pareció que sonreía, le pareció que le hacía señas y la llamaba. Y ella se acercó, se miraron con ojos ardientes de somnolencias, se saludaron un poco tímidos, y empezaron a charlar, primero del tiempo, tan esplendoroso a esas alturas del año, y después de otros temas diversos, de sus vidas, de sus pesares, de sus recuerdos. Parecía un hombre serio y educado. Parecía... distinto. Y tenía nombre de flor. Era una pena no tener perfume, porque un toque de perfume hubiera impregnado con chorros de alegría su piel, pero lo supliría con el aroma de las rosas, los jazmines y los nenúfares recién nacidos en el jardín. Era una pena no tener un vestido más elegante o unos zapatos más sofisticados, o incluso alguna joya, aunque fuera pequeña. Desde su conocimiento, desde sus encuentros, desde la primera vez que se vieron y se hablaron, hubiera deseado poseer un sinfín de objetos para engalanar su cuerpo y mostrarse más bella a los ojos de su amado. Hubiera querido adornarse de lunas nuevas y vestirse de bruma callada para, en silencio, acercarse a aquel hombre y desplegar sus encantos. Pero carecía de todo aquello con lo que se adornan las mujeres para resaltar su hermosura. Porque ella era hermosa, estaba segura, y ahora más que nunca, con el amor saltando y brincando por todas sus venas. Se arregló como pudo, dada la escasez de elementos con los que contaba. Él era dulce. Y sonreía como nadie. Y le contaba historias. Le hablaba de su vida y de su alma, y él escuchaba, también como nadie la había escuchado hasta ese momento. Y las horas pasaban sin sentir, porque el tiempo a su lado parecía humo. Por eso ansiaba la llegada de la tarde, para verse, para encontrarse de nuevo, para compartir cientos de secretos y de añoranzas. Se acercó a la ventana de su habitación y contempló el jardín. Los parterres reventaban henchidos de flores. Debía faltar muy poco tiempo para las seis. Se pasó los dedos por el cabello para componerlo, porque tampoco tenía peine. Una serie de ruidos confusos taladraron sus oídos. Había llegado la hora, por fin, las seis de la tarde, el momento de la reunión con su amado. Y suavemente, como transportada por los hilos calientes de la pasión, se acercó a la puerta ahora abierta y salió al pasillo. Bajó las escaleras hasta la planta baja, junto con algunas de sus compañeras, y el jardín la recibió con una cascada de soles ocultos tras las ramas de los árboles. Su corazón rebosaba. Iba a verlo de nuevo, iban a hablar, a contarse nimiedades, las pequeñas cosas de la vida, secretos, confidencias, y allí estaría él, tan gallardo, tan firme, tan elegante, con sus ojos oscuros y su barba poblada, y una sonrisa tierna rebosando en sus labios. El día merecía la pena tan sólo por esos momentos. Su alma era un cúmulo de sensaciones subiendo y bajando, como una noria fabricada de nostalgias, alegrías y sueños. Muchos, muchísimos sueños. Anduvo directamente, sin necesidad de nadie a su lado, y se dirigió hacia la zona trasera del jardín, donde se elevaban los pinos. El resto de sus compañeras permaneció en la parte delantera dispersándose hasta la verja de color verde. Estaba cerca, a unos minutos, a unos pasos. El aire parecía más tierno, como si estuviera plagado de caricias, como si unos dedos suaves acariciaran su piel y la cubrieran de primavera, y el viento más limpio, y la luz más nítida, y sus sienes... sus sienes se asemejaban a un timbal de sentimientos desorbitados. Tras los pinos, una rotonda. Su corazón empezó a palpitar con más fuerza y por unos instantes pensó que iba a salir corriendo por las veredas y tendría que correr para alcanzarlo. Allí estaría él, su adorado, a unos segundos, esperando, queriéndola, escuchándola, amándola como jamás nadie la había amado. En la rotonda, un parterre plagado de flores, especialmente petunias que albergaban toda la gama de colores del universo. Sí, allí estaba, aguardando, aguardándola. Una inmensa sonrisa iluminó el rostro de aquella mujer delgada y triste, construida de soledades y silencios. En el centro de la rotonda, sobre un pedestal de piedra, se erigía una estatua de mármol negro. La mujer avanzó unos pasos y se detuvo en seco. Sus labios se abrieron repletos de luceros y sombras. La estatua se levantaba majestuosa. Representaba a un hombre de unos cincuenta y muchos años, tal vez sesenta, alto, serio, cabal, firme, los ojos perdidos, la nariz recta, los labios finos, la barba poblada. Tenía el cabello ondulado y un poco largo. En sus manos sostenía lo que podría ser un legajo o un documento. Ella, ahora parada ante aquel ser inerte, lo contempló arrobada, como transportada por un millón de estrellas hacia alturas infinitas. En el centro del pedestal había una placa dorada en la que podía leerse: Don Jacinto Santoña Prados. La mujer formada de tristezas permaneció quieta, como queriendo disfrutar de aquel instante mágico. La estatua de don Jacinto Santoña Prados, el fundador y promotor del centro, tenía los ojos perdidos en el infinito. Y a ella le pareció que el entorno se hacía luminoso, una especie de paraíso terrenal para los amantes, para los enamorados, para ellos dos solos porque, en ese momento, estaban solos. Todo había desaparecido a su alrededor. Y allí permaneció hablando y hablando con don Jacinto, y explicando sus cuitas, sus dolores y sus pesares a su amado, a su silencioso y querido admirador con el cuerpo erguido y con nombre de flor. Y el tiempo se derritió como niebla entre sus dedos. La tarde se desgajaba lentamente en el cielo. Sonó una sirena. La mujer miró a don Jacinto y, guardándose una sonrisa en el borde de los labios, se despidió de él hasta el día siguiente a las seis. Dio media vuelta y dirigió sus pasos hacia la gran casa blanca, con el alma henchida de sensaciones y deseos. Las puertas del centro psiquiátrico se cerraron a sus espaldas mientas una aguja grandiosa e invisible hilvanaba los bordes del cielo con puntadas muy pequeñas. ** Blanca del Cerro blacer11@gmail.com Escritora española (Madrid, 1951). Licenciada en traducción, interpretación y filología francesa por la de Madrid, dependiente de la Sorbona de París (http://www.sorbonne.fr). Ha dedicado gran parte de su vida a la traducción, especialmente técnica, por lo que ha traducido multitud de artículos, folletos y especificaciones, además de 32 libros. Ha obtenido el Primer Premio de Relatos de la revista Genial y tanto el Primer y Tercer Premios de Relatos Cortos como el Primer Premio de Poesía de la Revista de Finanzauto. Ha publicado el libro Luna Blanca (Editorial Nuevos Escritores, http://www.nuevosescritores.es), y textos suyos han sido publicados en la Revista de Transportes de Barcelona, en la revista digital Almiar (http://margencero.com), en la revista digital Narrativas (http://www.revistanarrativas.com) y en el Taller de Escritura Pluma y Tintero (http://tallerdeescrituraplumaytintero.blogspot.com). Su libro, aún inédito, Mi nombre es Aurora, fue finalista del I Certamen de Novela Zayas (2008). Colabora en Radio Latina —para cuya página web escribe— y Radio Merlín (Madrid). === Poemas Norys Saavedra ============================================ Conocerás del árbol su oscuro fin la espasmódica agonía cuando le corta los brazos la cercana hojilla de tus dedos (Del libro De áridas soledades, 2007). Se infiltra abajo Es en una raíz donde te acuna un árbol (Del libro De áridas soledades, 2007). *** Pócima de colibríes Con el pecho tapado sudo flores Me pongo la cobija Tomo guarapo de colibríes al degüello Macerados con tres puntos de muerte. (Del libro Bisiesto de la compilación de textos del libro Hilos de cocuiza, Colección Altazor, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2009). *** Condenado Sin nombre Por mí De rodillas (Del libro Bisiesto de la compilación de textos del libro Hilos de cocuiza, Colección Altazor, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2009). Soy el Muelle abandonado Los náufragos están lejos De los espinares (Del libro Naranjos largos de viento, de la compilación de textos del libro Hilos de cocuiza, Colección Altazor, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2009). *** Caza de animales en flor Cazadora parca aparecida candela salada de balas altivas Hondura en gritos mecha encendida en instantes borras hálitos Expiran las alas de savias ante vos osamentas de marfiles Resuenan abismos La muerte es rígida pasea su faz por la selva La bala y la candela se tienden en alfombras En tu honor (Del libro Caza de animales en flor, de la compilación de textos del libro Hilos de cocuiza, Colección Altazor, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2009). Si el salitre de mar viene a buscarme Encontrará extendidas trenzas indígenas en mi cabello Ocupará el terreno mustio de las casas La carreta de las cabras en la memoria de los cueros Alumbraría en mí como una vela (Del libro Naranjos largos de viento, de la compilación de textos del libro Hilos de cocuiza, Colección Altazor, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2009). *** Mar degüello (A Rubén Rodríguez, a Holguín por sus escritores) Eso que no es... Es mar degüello No azúcar Ni tifón Duro toca mi puerta. (Del libro Naranjos largos de viento, de la compilación de textos del libro Hilos de cocuiza, Colección Altazor, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2009). ** Norys Saavedra mipoesia12001@yahoo.es Escritora venezolana (Barquisimeto, Lara, 1972). Técnico superior en turismo. En Cuba cursó estudios en la Escuela de Trabajadores Sociales “Celia Sánchez Manduley” (Provincia de Holguín) y en la Escuela de Trabajadores Sociales de la Provincia de Matanzas “José Martín Sánchez”. En Holguín integró el Taller de Poesía de la Escuela, bajo la tutela de escritores de esa ciudad cubana. Ha participado en eventos nacionales e internacionales como el Festival Mundial de Poesía (2007 y 2008), el capítulo Lara de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven, http://www.filven.gob.ve; 2008), el Encuentro de Escritores del Alba y diversas bienales. Ha ofrecido recitales de poesía y ha organizado actividades poéticas y culturales en Barquisimeto. Pertenece a la Asociación de Escritores del Estado Lara y a la Red Nacional de Escritores de Venezuela (http://www.rednacionaldeescritoresdevenezuela.org). Ganadora de una mención honorífica en el Concurso Universitario de Poesía “Andrés Eloy Blanco”. Ha publicado los poemarios De áridas soledades (Centro Nacional del Libro, Cenal, http://www.cenal.gob.ve; Fondo Editorial Pío Tamayo, Asociación de Escritores del Estado Lara, 2007) e Hilos de cocuiza (Colección Altazor, Monte Ávila Editores Latinoamericana, http://www.monteavila.gob.ve; 2009). Textos suyos han sido publicados en la antología Un canto a Venezuela (PDVSA, 2008-2009) y en Poesía en movimiento, exposición visual del Metro de Caracas (2009) coordinada por Enrique Hernández D’Jesús, así como en periódicos, revistas y diarios de Venezuela y otros países de América Latina. === Tenerlo por escrito Lucía Lorenzo ================================ Todo estaba misteriosamente empezado. La vida de los demás, y los demás. Eso piensa el niño mientras su madre pega su cara a la de él para despedirse. Empezado. Todo empezado. Triste, insólitamente empezado. Se mete las manos en los bolsillos y saca un lápiz del tamaño de un dedo. Su madre ve el lápiz y se lo saca de la mano. Los lápices en cualquier parte no. El niño no dice nada. La mira y se pregunta ¿Quién es esta mujer? ¿Quién es? Ahora se va, gira y su espalda lo saluda, aleteando. Chau, mamá, dice él, bajito, sólo para escucharse a sí mismo, sólo para asegurarse al menos la palabra mamá. Allí, a tres metros, una señora mayor lo mira de costado. Piensa algo sobre él. Piensa los niños, los niños. Ser niño. Haber sido niña. Él la mira y no piensa los viejos, los viejos; ser viejo; haber sido viejo. Mira el cielo. Ambos miran el cielo. Él se sienta en el murito junto a los demás niños y la vieja mira una baldosa. Llega la camioneta ya, para llevarlos al club. De a dos o de a uno o de a tres van subiendo y a él le toca la ventanilla esta vez. Mira la calle. Allí están. Personas y niños que no van al club, que no tienen que ir; personas y niños con lápices en los bolsillos. La camioneta da vuelta a la plaza así que puede verla otra vez, la señora sentada mirando una baldosa; quizá esté dormida, piensa él, quizá ya esté dormida. Le ve la nuca, gris, ve alejarse la nuca ahora, gris, volverse diminuta ahora, como una chapita de coca cola, brillando pálida. Y ahora nada, nada, nada. Ahora la ciudad; empezada. Mira los altos edificios, las cúpulas, los balcones, techos imprevistos, malformaciones, y piensa que no quiere ir al club, que lo último que quiere en la vida es ir al club y que estar allí, en esa camioneta, con los demás niños que se agitan como bolsas, es un castigo inmerecido por algo que creyeron hizo mal. Llevar un lápiz, simplemente un lápiz en el bolsillo, siempre del tamaño de un dedo; llevarlo caprichosamente siempre, quizá. Rasguñó en el interior de su bolsillo encontrando nada. Malformaciones. Cúpulas. Techos desiguales. Roncos carteles. Todo era feo. Todo es feo, piensa. Empezado. Si la camioneta chocara. Si un accidente ocurriese en ese mismo instante, él lo agradecería. ¿Qué pensás?, pregunta ella, una mujer. Pienso en accidentes de camionetas que van al club, diría él, si fuese niño, inocente, verborrágico, uno más. Niega con la cabeza y vuelve a la calle afuera. La mujer es curiosa, piensa. Tanto como su madre. Una curiosidad que es como un despojo. Te despojan, te sacan algo. Un lápiz o el centímetro que tenías guardado para medirte los brazos. Los centímetros en cualquier parte no. Y el agua fría o tibia; o sólo y el agua. Derrumbarse sobre ella. Caer enteramente sobre ella. Fingir que no, o que pasa rápido, que algo de todo eso pasará rápido. No quiere. Llegar no. Quiere estar en su casa, en su cuarto, perdido en su destreza. Una destreza invisible que se dispara hacia los demás y ellos sin siquiera darse cuenta. No lo perciben. Sólo dicen Dame ese lápiz, Dame eso ya. Y entre tanto, la destreza corriendo a través de ellos, abriéndose paso, generosa, amplia, eficaz. Y ellos sin darse cuenta. Bamboleos. Quizá sí choquen, piensa. Su padre había chocado una vez. Había chocado solo. Después, había contado el choque a los demás. Se señalaba la minúscula herida en la frente y se reía, todos se reían, asustados, ansiosos, conmovidos. Naciste de nuevo, le habían dicho. Y a él esa frase lo había impactado. Él quería también nacer de nuevo. Verificar algo. Él quería, necesitaba, verificar algo. El descampado. Azul o violeta. Vasto. Cada vez que la camioneta pasaba por el descampado él sentía ganas de correr. No. De escapar. Ganas de escapar. Ser no el niño al que es posible hurtarle un lápiz del bolsillo, ser el niño que corre por el descampado, que sólo corre y brilla por el descampado. Y después nada, nada, nada. Pero era mucho menos que un pensamiento, aquello. Era menos que una imagen, aquello. Un dolor en el estómago. Una asfixia chiquita. Nacer de nuevo. Certificar algo. Tenerlo por escrito. Mostrarlo a los demás. Señalarlo como si fuese una herida en la frente. Eso quería. ** Lucía Lorenzo rulovuelve@yahoo.com Escritora uruguaya (Montevideo, 1973). Textos suyos han sido incluidos en la antología El descontento y la promesa (2008) y en la publicación colectiva de los Premios “Paco Espínola” (2007). === Poemas Üzeyir Lokman Çayci ======================================= Traducidos del turco por Mercedes Ortega González-Rubio y Guillermo Tedio, basados en la traducción francesa hecha por Yakup Yurt. *** ¿Cuál es la relación con las penas..? ¿Cuál es la relación con las penas del vaso, del tarro, de los ídolos que están en nosotros? ¿Cuál es la relación con las penas de las ventanas que no se abren, de las puertas condenadas, de los años perdidos? ¿Cuál es la relación con las penas de las madres y padres que sufren en silencio, de los niños sin nadie? ¿Cuál es la relación con las penas del vaso, del tarro, de los ídolos que están en nosotros? *** No pases por los lugares que yo he transitado Especialmente, no huelas más mis flores, ni seas más mi esperanza. Por favor, no tiendas tus manos heladas sobre mi fuego. No toques mis noches plenas de nostalgia, por piedad a mis estrellas. No hagas sufrir más mis canciones. Vete de mi lado. Por favor, no pases por los lugares que yo he transitado Déjame solo, no enredes mis ideas, mantente alejada de mis sentimientos. Por favor, finalmente deja mis poemas, no pases por los lugares que yo he transitado. *** Niños, ámense los unos a los otros Hoy, como ayer, el tiempo pasa rápido. De cualquier manera, piensen en el futuro: que los dolores no penetren en su mundo. Trabajen, esfuércense por el porvenir de los hombres. Que las incertidumbres no los lleven al garete. Amen al maestro que les enseña el camino, como a su madre, como a su padre. Que la amistad sea regla de vida y el amor la palabra clave. Ámense los unos a los otros, niños. *** Los albaricoques Los albaricoques plantados por mi padre no han crecido del todo. Esperanzado, él les ha dedicado largos años, ha ensayado de todo, se ha devanado los sesos buscando que crecieran. Observado las nubes, los años que ha perdido se han vuelto secretos en su corazón. La tierra se ha abierto, vena por vena. Las hojas han caído, las ramas, al quebrarse, han hecho un ruido, pero ellos no han dicho nada. Los albaricoques plantados por mi padre no han crecido del todo. *** Mamá Mamá, tú has interiorizado las penas, has perdido la vista pero no tu amor, mamá. Tus palabras me han tocado como una rosa. Tú estás en mí para siempre, en mí, mamá. Las noches cuentan las estaciones y las estaciones cuentan las penas. Yo quiero olvidar, por un momento, aquellos días de pesadumbre. Por favor, olvídalos también, mamá. No me digas que ello es imposible. Levanta la esperanza como tu amor. Olvida para siempre las nubes negras, olvídalas, mamá. ** Üzeyir Lokman Çayci uzeyir.cayci@wanadoo.fr Poeta turco (Bor, 1949). Graduado en la Escuela Superior de Artes Industriales Aplicadas de la Academia de Bellas Artes del Estado, de donde salió en 1975, con el diploma de Arquitecto de Interiores y Consejero Industrial. Se ha hecho acreedor a varios premios de poesía en países como Holanda y Francia. Sus obras han sido publicadas en revistas especializadas. === Azrael Tabita Luis =============================================== Toronto es una de esas ciudades pobladas a la fuerza con inmigrantes. Ofrecen facilidades para conseguir trabajo, para estudiar, para vivir en el primer mundo a cambio de tener muchos hijos y aguantar el endemoniado frío que hace en invierno. Por eso, cuando decidí irme a estudiar a Canadá, lo primero que vino a mi mente fue el abrigo de invierno que tenía en casa de mis padres. No podía irme sin él. De pasada podía despedirme de mi padre, a ver si así dejaba de predicar en las reuniones familiares el salmo mil quinientos cuarenta y uno del Hijo Malagradecido. Si hubiera sabido que ya se había despedido del mundo, hubiera dejado el abrigo en su santo lugar. Recogí las pocas pertenencias que tenía en mi viejo departamento y tomé el primer avión a la capital. Abordé un taxi que me cobró una suma ridícula por un trayecto que hubiera hecho a pie de no ser por el equipaje. En esta mugre ciudad todos buscan la manera de sacarte un par de monedas. Por si fuera poco, el taxista abrió la cajuela desde la comodidad de su asiento, con lo cual tuve que cargar con las dos maletas yo solo. En mi torpeza, y tratando de llevar las maletas una sobre otra de manera que pudiera arrastrar un solo peso, me llevé el buzón de correo por delante. La casita rosa salió volando hacia el jardín del vecino. Decenas de sobres se esparcieron cual carnaval en nuestro jardín. Intenté recogerlas, pero el pasto estaba tan alto, había tantos bichos y me importaba tan poco, que preferí seguir arrastrando el equipaje para acabar pronto con la diligencia. Las plantas del porche estaban secas, y por el polvo se podía adivinar que la entrada no había conocido una escoba en semanas. Toqué el timbre un par de veces sin recibir respuesta, pensé que el viejo estaría calculando cuánta energía necesitaría para llegar a la puerta, así que cogí la llave de emergencia que siempre guarda bajo la alfombra y abrí. Siempre he pensado que es una estupidez guardar una llave de emergencia bajo la alfombra, no hace falta ser un genio para encontrarla, cualquier ladrón con una creatividad mínima buscaría en las macetas, en la ventana, sobre el marco de la puerta y bajo la alfombra. Para mi sorpresa el perro no llegó a mearme los zapatos, mi padre no apareció a recibirme con una cerveza, el espíritu de mi madre no se escuchó por ninguna parte y la casa olía a muerto, literalmente. Lo único que se oía era el eco de unos gruñidos graves bajo mis pies. “Si el viejo no está al menos me llevo el abrigo”, dije mientras me dirigía al depósito. Fue muy reconfortante. El silencio prolongado en situaciones inusuales me pone los nervios de punta. Nunca he podido manejar bien los silencios. Con cierto recelo atravesé la estancia y abrí la puerta del sótano. El olor a carne podrida y moho se hizo más intenso. No había duda de que algo había muerto hace días y terminó tristemente entre cientos de cajas, ratas y cucarachas. Bajé cuidadosamente un par de escalones. La madera crujía con cada pisada y yo sólo rezaba para no caerme de bruces por las escaleras. Las arañas pululaban de a cientos o miles. Recordé que en épocas de escasez de cannabis mis amigos y yo envolvíamos los cigarrillos en tela de araña, es un truco que aprendió un amigo en la cárcel; se supone que alucinas, pero yo nunca aluciné, a lo sumo me pegué unas buenas mareadas. No quería seguir bajando, a decir verdad estaba paralizado de miedo. Me sentía como en una de esas películas de terror donde el protagonista abre la puerta a sabiendas de que en el otro cuarto le espera el asesino con una sierra eléctrica. Sentía mis pulmones llenarse de polvo y escuchaba los gruñidos como si tuviera a la bestia justo delante de mí. Menuda acústica la de la mazmorra ésta, desde la sala no sonaban tan aterradores. Hubiera jurado que era Azrael, el chihuahua de mi padre, pero si mi padre no estaba en la casa lo más probable es que lo hubiera sacado a pasear. Ese perro era demasiado pendejo, no podía quedarse solo en la casa. Le aterroriza el fantasma de mamá y ella disfruta atormentándolo; nunca se llevó bien con los animales. Puede sonar ridículo pero es lo que les pasa a las almas en pena, a los muertos que tienen asuntos por resolver en la tierra. Mi madre se desquitaba con el perro porque estaba penando, naturalmente penaba por culpa del viejo. El viejo, mi padre, es un hombre miserable. Se acostó con su secretaria, con tres de sus estudiantes, con la vecina, con la esposa de mi tío. Lo peor es que luego las mandaba pa’l coño y jamás me prestó a ninguno de sus culos. Además, nunca fue a uno de mis juegos de béisbol, jamás se preocupó por mis calificaciones, y el día de mi graduación llegó después de que me entregaron el diploma. Buen cabrón. Papá se tiró a las tipas que quiso descaradamente, nunca intentó ocultarlo, mi madre nunca lo pudo abandonar. Después de gritarse durante media hora él la tomaba por la cintura, le plantaba un beso de película y compartían la cama. Dormían juntos como si no se tratara de sus vidas, sino del ensayo diario de una obra de teatro donde dos extraños se maldicen hasta el cansancio. No lo podía dejar, se guardó todo el odio adentro y un buen día su corazón dejó de bombear sangre. Lo que resta de mi pobre madre deambula sórdidamente en la casa que la vio padecer. Las tablas casi ceden y tuve que agarrarme del pasamano lleno de polvo y de una pasta negruzca, asquerosa, cuya procedencia hasta hoy desconozco. En la acrobacia casi me trago una araña. El olor era casi insoportable, tenía que hacer un verdadero esfuerzo para no devolver la mierda de desayuno que me dieron en el avión. Llegué al último escalón y busqué con el pequeño círculo luminoso al emisor del gruñido. Confirmé que se trataba de Azrael y me acerqué pausadamente para ver qué animal se estaba comiendo, los movimientos bruscos lo aterrorizan y termina meándose de puro miedo, tan pendejo como su dueño. Cuando estuve tan cerca que el olor me obligó a respirar por la boca, vi a mi padre tirado azarosamente sobre unas cajas, vestido con su traje negro de domingo. El maldito chihuahua ya le había comido los dedos de la mano izquierda y estaba comenzado con los de la derecha. Siempre supe que Azrael estaba endemoniado, pero nunca lo creí capaz de devorar la mano que le da de comer; me pareció grotescamente irónico. Examiné su cuerpo un par de minutos, en ese estado los ojos que desnudaron tantos cuerpos parecían los de un pescado, tendido sobre la cama de hielo y hierbas que hacen los empleados del súper. No soporté más el olor, subí a la sala y marqué el número de emergencias. La voz dulce de una señorita al otro lado del teléfono me aseguró que una patrulla estaba en camino, así que me tiré en el sofá a esperar. Azrael subió unos minutos más tarde y se tiró a mi lado, satisfecho por el banquete. Estaba tranquilo, seguro de que no había manera de involucrarme ni por accidente en este asunto. Además no tenía que explicar nada, bastaba con que abrieran al perro y vieran su estómago lleno de uñas y restos de huellas digitales. Me preguntaba luego cómo habría quedado el juego Caracas-La Guaira y me estiré para tomar el control remoto de la mesita, el chihuahua infernal aprovechó mi descuido para encajar sus diminutos colmillos en mi antebrazo derecho. Maldito perro. No le bastó con tragarse los dedos del viejo, tenía que hacer el postre con mi brazo. Después de cuantificar los daños me levanté del sillón para propinarle una buena patada al perro, pero un estridente ding dong me detuvo. Me apresuré a la puerta y Azrael me siguió. Ya no soportaba la idea de tener un cadáver en el sótano, mucho menos al perro pendejo, que me tenía bastante encabronado. En menos tiempo del que me hubiera tomado patear a Azrael ya tenían la casa hecha una verdadera escena del crimen. Metieron al viejo en una bolsa negra y se lo llevaron en una camilla con rueditas, como las que usan para llevarse los muertos en las series de televisión. Hicieron números, rayas y círculos con tiza por todas partes. Rodearon con una cinta plástica cuanta cosa se les atravesó. Tres o cuatro personas metieron colillas, tapas de cerveza y cualquier porquería que cupiera en bolsas ziploc. Un hombre vestido de negro se acercó a mí, parecía salido de una serie de mafias y no de investigadores. Me pidió que lo acompañara para hacerme “las preguntas de rigor en estas situaciones”. Mientras tanto el perro hacía su gracia en medio de la sala. Mi explicación del asunto de los dedos se convirtió instantáneamente en una plasta de perro. Eso son las explicaciones, una gran montaña de mierda. Ahora entiendo por qué mi madre nunca quiso a ese perro. El detective salió de la casa y lo siguió el perro traidor, dejando atrás mi apestosa coartada. Le hice señas al oficial para que me esperara y fui por mi abrigo. De paso envolví un par de cigarrillos con tela de araña para el camino. Llámenme loco, pero cuando atravesé la puerta del porche juraría haber escuchado la risa histérica de mi madre. ** Tabita Luis tabita.luis@gmail.com Escritora venezolana (Caracas, 1986). Cursó estudios de ciencias políticas y de la comunicación en Ciudad de México y en la actualidad estudia ciencias sociales en Caracas. Es redactora del proyecto ecológico virtual Got2BeGreen (http://www.got2begreen.com) y defensora de derechos humanos. Participó en los Talleres de Expresión Literaria del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.gob.ve), mención Narrativa, bajo la dirección de Humberto Mata. Actualmente participa en el taller de narrativa de Monte Ávila Editores (http://www.monteavila.gob.ve) dirigido por Carlos Noguera. Sus relatos y crónicas han sido publicados en Kala Editorial (http://kalaeditorial.blogspot.com) (Monterrey, México), en la revista Muestrario de la escuela de letras de la http://www.uia.mx Universidad Iberoamericana (UIA; México, DF), y en la revista electrónica Datura, de la Escuela de Letras de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM, http://www.uam.mx; México, DF). === Bodegones (extractos) René Arrieta Pérez ========================= *** Bodegón con ciruelas El punto lechoso en el que habita La fronda del árbol El habitante y su artilugio en el ramaje En la noche o en el alba la vigilia del pájaro Y el cisma de su lengua y de su canto Su vistoso plumaje y lo que encierra En el tronco quebradizo la resina El insecto y su burbuja Su burbuja de tiempo Un antes un después y un ahora Su esquemático misterio Su signo Su código Valente Su teorema Las hojas y el invierno El suelo concedido La lucerna La teurgia del niño y su contorno El Tetragrámaton latente y su conquista Lo eterno y lo fugaz Lo trópico y el fruto que se brinda La lozanía de todo la podredumbre las ciruelas. *** Bodegón con pitahaya Los cardones erguidos en el patio Y el tropel de trastos en el cenit de la tarde En el atardecer galopante hacia las sombras Las pitahayas desparramando su fresco olor Su cremoso verde Jaspeado de puntitos negros ...Y algo intemporal Obsedido de libélulas mariposas y palomas Tocadas por un aire siniestro Presagiado entre los cactus. *** Bodegón con cerezas Las frescas cerezas eran Como grumos de glóbulos rojos En el cuerpo de sus racimos Cerezas para el corro de los niños Vindicadoras cerezas de un reino extraviado Consustanciadas cerezas con la luz Y refractadas en los amaneceres Con el canto de los gallos Calisténicas cerezas en la hora exacta del meridiano Cerezas para éxtasis en el ánfora de Dionisos Tintas cerezas para vinos de cónclaves Sustantivas cerezas para cáliz consagrado Apetitosas cerezas para la emaciación de los ancianos Cerezas túrgidas para una vendimia solar Habitad plácida y conturbadoramente Ese nombre. ** René Arrieta Pérez arrietarene@hotmail.com Escritor y periodista colombiano (El Carmen del Bolívar, 1970). Profesional en lingüística y literatura. Doctorando en literatura hispanoamericana en la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es), en España. Ha publicado los poemarios Salmos del segador de mieses (Editorial Lealón, Medellín, 1997), He olvidado su nombre (LibrosEnRed.com, Buenos Aires, Argentina, 2007) y Bodegones (Colección Los Conjurados, Común Presencia Editores, http://comunpresencia.blogspot.com; Bogotá, 2009. === Tierna y amorosa Odilón Moreno Rangel ============================ La siguió detenidamente con la mirada mientras se desplazaba con su andar de noche joven por el pasillo de la planta alta del módulo principal de la escuela primaria. No la soltó hasta que se metió al salón de clases. La retuvo en su mente ávida de clientes, el tiempo suficiente como para analizarla y establecer la estrategia de venta más conveniente. Inmediatamente tuvo la certeza de que, por la forma de ataviarse de la mujer, no tendría la menor dificultad de fraguar un negocio. Él se llamaba Rodrigo y era comisionista, se dedicaba a la venta de joyería de plata; ella era profesora. Rodrigo se echó a andar ágilmente hasta el aula donde entró la mujer. Tocó suavemente a la puerta. Enseguida un chiquillo de cabellos relamidos se asomó: —¡Hola! ¡Buenos días! ¿En qué te puedo ayudar? —dijo el niño. —Buen día. Deseo hablar con tu profesora —contestó Rodrigo con una amplia, atenta y amable sonrisa. El niño no respondió, cerró la puerta. Enseguida se volvió a abrir la puerta y se asomó la profesora. —Buen día. ¿Qué se le ofrece? —dijo la mujer con un afable gesto. Rodrigo no pudo contestar tan pronto como él hubiera querido. Un penetrante olor a sangre fresca lo aturdió. Echó un vistazo discreto por el salón para tratar de encontrar la fuente de la pestilencia, pero no la encontró. Luego atinó a decir su nombre y explicar el propósito de su visita. El aroma a sangre se esfumó. La mujer le dijo que pasara. En ese momento sonó el timbre que indicaba la hora de receso para los alumnos. Los niños salieron a tropel y dejaron vacío el salón. Rodrigo pensó que era justo lo que necesitaba para hacer negocio a comodidad. —Son encantadores los niños, ¿verdad, profesora? —dijo Rodrigo con la intención de ganarse la confianza de la mujer. —Son la razón de mi existencia... Ellos simplemente me dan la vida —contestó la docente sin titubeos. Rodrigo no hizo comentario alguno, sólo sonrió. Luego sacó el muestrario de joyas y lo expuso en el escritorio. Los ojos de la profesora brillaron excesivamente y una risilla nerviosa le agitó el rostro. Rodrigo se dio cuenta del cambio drástico de la expresión de la fémina en cuanto miró la mercancía. La invitó a que examinara y se probara las joyas que le placieran. Observó su sonrisa de luna y sus dedos inquietos embelesarse con las alhajas. Rodrigo le soltó con paciencia las frases justas para que ella se retorciera en el jugo de su vanidad. La hizo sentir la mujer más distinguida con cada uno de los dijes, anillos y cadenas de filigrana que tomaba. Luego que Rodrigo convenció a la docente del negocio, cosa que no fue demasiado complicada como había previsto, le pidió sus datos para anotarlos en su libreta de clientes. Cuando la mujer le dijo su nombre, lo sintió como un susurro de mayo. Se llamaba Lizbeth. El sonido del nombre de la mujer le repercutió a Rodrigo en lo más íntimo del caldo de vida de sus venas, fue como si le hubieran aventado un sofocante balde de calor en el interior de su cuerpo. Nuevamente experimentó un salvaje aturdimiento. Apenas pudo guardar la compostura y despedirse de Lizbeth lo más sereno posible. En el lapso de la venta hasta el día del primer cobro, Rodrigo no pudo evitar recordar continuamente a la joven profesora. Se había prendado sin remedio de la asfixiante voluptuosidad que se escapaba a borbotones del cuerpo de Lizbeth: los finos, sensuales y meticulosamente maquillados labios de la fémina le hacían traer a sus papilas gustativas el sabor dulce de los duraznos maduros; la mirada piadosa y la piel ligeramente morena que envolvía el esbelto pero sinuoso cuerpo de la mujer lo llevaban a un suave concierto del cristalino golpeteo de una plácida llovizna; los vibrantes y exquisitos pezones que había advertido debajo de la blusa negra que vestía Lizbeth el día que la conoció, lo hacían experimentar un florecimiento sin control de aromas en el centro de su ser. El día del primer cobro, justo en el paroxismo de su exacerbado fantasear, Rodrigo decidió conquistar a Lizbeth, se había propuesto estar con ella el resto de sus días. De allí en adelante se abocó noche y día a entretejer múltiples redes de palabras de colores con fragancias insospechadas para estar en el corazón de Lizbeth. Pero la tarea no iba a ser sencilla, Lizbeth era una mujer diferente: el amor de pareja no representaba ni siquiera algo en su mente. Lo que la movía a estar con un hombre era su necesidad de que la hicieran sentir, segundo tras segundo, la mujer más hermosa entre todas las mujeres; alguien que le dijera de múltiples maneras la perfección de su cuerpo, la tersura de sus embriagantes labios y la dulzura de su voz; pero no más, por eso aceptó el juego de seducción de Rodrigo. Rodrigo procuraba darle a Lizbeth el tiempo de sus noches porque pensaba que era el mejor tiempo de incitación. Llegaba como un efluvio de madera seca. Miraba los profundos ojos color miel de Lizbeth y le comenzaban a brotar inconteniblemente las palabras. Tomaba a Lizbeth entre sus manos de bosque. La acercaba delicadamente al follaje de su admiración y le dejaba ir lentamente en los oídos un primer caldo de palabras suaves y tiernas, de color blanquecino. No paraba de hablar hasta que Lizbeth miraba hacia su interior y entreabría ligeramente sus carnosos y delirantes labios de noche inquietante. Entonces Rodrigo preparaba en su mente otra pócima de palabras, la dejaba escurrir suavemente por cada tramo de la vibrante piel desnuda de la fémina. Lizbeth se comenzaba a retorcer en el hervor de una imparable emanación de caldo de pasión que salía sin cesar del centro de su vulva floral. La sucesión caprichosa de palabras no terminaba sino hasta tiempo después de que los dos se unían. Sin embargo, no todas las noches eran para Rodrigo. Específicamente, las noches del fin del lunes y principio de martes era imposible que Rodrigo diera con Lizbeth. Invariablemente los días martes que la volvía a ver, percibía una vez más el penetrante olor a sangre que lo había aturdido aquel día que la conoció. Las ausencias periódicas de Lizbeth y la condición extraña en que la reencontraba hicieron que la mente de Rodrigo volara a lugares difíciles. Su corazón se llenó de porquería y el tormento no lo dejaba vivir en paz. Un día Rodrigo se envalentonó y enfrentó a Lizbeth. Le dijo en tonos dulces y cálidos sobre su desasosiego y la necesidad de que ella le aclarara las ausencias nocturnas de los lunes. Pero no se atrevió a hablar del repugnante aroma a sangre. —Mira, Rodrigo, no tienes por qué hacer alboroto... Simplemente no tengo por qué darte explicaciones. Nuestra relación es sólo para sentirnos bien, nos prestamos nuestros cuerpos para darnos placer, me agradan tus palabras, no más, cielo —dijo cálidamente Lizbeth. —Pensé que podríamos tener algo diferente —dijo desencantado Rodrigo—. Ya sabes: apoyarnos, confiar uno del otro, crecer juntos como personas, dejar que viva el amor en nuestros corazones... —Ay, mi amor, eres muy lindo. Pero así estamos bien —sonrió tiernamente Lizbeth. Hizo un breve silencio y luego dijo:—. Por cierto, nene, esto no es para siempre. No te hagas ilusiones, ¿sí, papito? No más de pasarla bien. Rodrigo no contestó, pero tampoco quiso quitar el dedo del renglón. Siguió insistiendo motivado por un sentimiento incontenible que le emergía del corazón. Dejó en el olvido las ausencias de Lizbeth y el olor a sangre. Pero Lizbeth siguió con la misma posición: no amor. En ocasiones las negativas de la joven le anegaban el ánimo a Rodrigo y se veía tentado a desistir de despertar el amor en Lizbeth porque juzgaba que todos sus esfuerzos resultaban inútiles. Pero Lizbeth olía infaliblemente este singular estado de ánimo de Rodrigo y abría un poco ella, no deseaba perder el encanto de las palabras de Rodrigo. Le dejaba ir al desdichado de Rodrigo el vaho de su encanto, le mostraba una luz de esperanza y él regresaba a insistir en el amor. Lizbeth paulatinamente se hizo adicta de las palabras de Rodrigo. Sintió que ya no podía vivir sin ellas. Se vio impelida a decirle al joven, sólo por estrategia, sólo para no perder sus palabras, que lo amaba. Ese día que Rodrigo escuchó de Lizbeth la palabra que tanto anhelaba que brotara de los carnosos labios de su amada, sintió una felicidad exorbitante. Pensó que por fin había llegado el día que no creyó vivir. Sus palabras habían ido surtiendo efecto, se habían ido incrustando lentamente en el húmedo corazón de Lizbeth. Le pidió a Lizbeth que vivieran juntos. La mujer aceptó sin dilación. Sólo le hizo prometer a Rodrigo que bajo ninguna circunstancia la dejara de hacer sentir infinitamente hermosa y la adornara de la exquisita joyería de plata que tanto apreciaba y de sus palabras que tanto le agradaban. La vida junto a Lizbeth, a Rodrigo le resultó prácticamente perfecta. Pero pronto dio con algo que le puso el alma en ascuas. Lizbeth preparaba exclusivamente sangre para comer. La cocinaba de cientos de formas, a veces insospechadas. En los primeros mordiscos de su desasosiego, Rodrigo se apaciguó pensando que era un asunto menor y quizá pasajero. Pero al pasar del tiempo la situación se le antojó insoportable. Un día se animó a preguntarle a Lizbeth por qué únicamente preparaba sangre para la comida. Lizbeth lo miró delicadamente. —¡Ay, Rodrigo! ¡Qué voy a hacer contigo! —dijo Lizbeth—. Deja que tu adorable mujercita te consienta. ¿Sí, mi cielo? —No, Lizbeth, déjame explicarte. Yo... —¿Sabes? Me esfuerzo en atenderte, en hacer que te sientas cómodo —lo interrumpió Lizbeth y luego explicó:—. La sangre es el mejor alimento que puede haber sobre la tierra. La sangre es el único alimento que te ayuda a recuperar la fuerza perdida cuando estás conmigo. ¿O no quieres seguir haciéndome feliz? —dijo sensualmente Lizbeth. —No, pues sí tienes razón... Rodrigo no insistió más ni objetó la decisión de su mujer. Se convenció de que comer sangre todos los días era una pequeñez y no había por qué hacer mayor alboroto. Sin embargo en esa ocasión se alojó en su corazón un casi imperceptible dejo de incomodidad que poco a poco iría creciendo, hasta desbordarlo. Rodrigo siempre hacía lo que Lizbeth deseaba, como cuando, en semanas pasadas, la mujer había intentado convencerlo de no tener un hijo, cosa que él añoraba y que consideraba vendría a culminar su amor. —Pero, Lizbeth, ¿cómo que no tendremos un hijo de los dos? —balbuceó Rodrigo en esa ocasión que hablaron del tema. —No, lindo... Estás como atrasado. Las mujeres ya no somos como antes. No esperes de mí ser mamá. Estoy en la plenitud de mi vida. Aspiro a otras cosas. Además la pasamos tan bien solos que una criatura vendría a arruinar nuestra relación. Ese día, como de costumbre, Rodrigo no alegó, se conformó por un tiempo. Su ilusión de ser papá se reavivó cuando se enteró de que Rosalba y Jorge, una pareja de la misma edad que ellos, y que vivían a dos casas, acababan de tener un hijo. Tan pronto supo de la noticia se la comunicó a Lizbeth. Le dijo, con el mejor entretejido de palabras que podía hacer, la bendición que resultaba ser padres. —Seguro debe ser una bendición —comentó amablemente Lizbeth—. Pero también debe ser una gran responsabilidad. A veces los bebés tienen accidentes y no se logran —sentenció Lizbeth. —Si te ocupas de tu bebé, no debe pasar algo malo —repuso Rodrigo, sin imaginar lo que iba a pasar horas después. La noche de ese día, Rosalba y su pareja dormían plácidamente a pesar del lúgubre viento que relamía furioso las calles de la ciudad. Era octubre. La joven pareja estaba viviendo el mejor de los sueños de su vida. Todo lo que habían ambicionado de la vida hasta ese día lo tenían. Eran una familia completa: había un descendiente. Sin embargo el sueño duraría poco. En un instante que escapó a la percepción de los padres, penetró en el aire del cuarto y a través del techo de concreto de la casa un hilo blanquecino, pegajosos. Se congeló el tiempo. El hilo zumbaba por debajo de la inquietante noche. Avanzaba dinámico. Sólo se detuvo cuando llegó a la fontanela del niño. Allí se incrustó y un líquido rojo empezó a ascender. El niño comenzó a llorar. Se escuchó un vaho mortecino, viscoso. Los padres no pudieran despertar. Cuando dejó de fluir la sangre, un batir mohoso de unas alas volvió a echar a andar el tiempo estancado. Rosalba sintió un escozor en la garganta. Emergía de un sueño tormentoso que la asfixiaba. Se levantó pesadamente en medio de la penumbra. Escuchó un espeso estertor que le desbarató en un instante y para toda la vida su tranquilidad. Con súbita sorpresa fue a mirar a contraluz las alas negras, pesadas y frías de un pajarraco. Lo miró saltar de la ventana. Luego volteó hacía donde creía que dormía su vástago. Se acercó a la criatura y cuando se dio cuenta de la realidad, toda la perfección de su vida se vino a romper en miles de millones de lamentos que no cesaron hasta el día que la sepultaron. Al otro día, los vecinos de la colonia se enteraron de la muerte del bebé. Aún no lo bautizaban los padres, había sido su primer hijo. Pero no se les logró. La madre lo encontró muerto en la cuna. Pero no fue el único niño que falleció en esa colonia. Después se sucedieron más decesos, siete en total. La cantidad de muertes no pasó desapercibida por los medios de comunicación, en especial para la televisión. Una parvada de reporteros se desplazó al lugar de los hechos para hacer la nota roja. La ocasión daba para ello. Los comunicadores acudieron a los nosocomios donde se revisó a los niños y entrevistaron a los afligidos padres así como a algunos vecinos para construir su verdad. También se entrevistaron con las autoridades locales. Manejaron en sus pesquisas la probable presencia de un asesino en serie. Clavaran sus sospechas en alguna de las domésticas que trabajaban en la zona. Incluso plantearon en sus espacios noticiosos el perfil psicológico de la asesina, pero jamás se pudo comprobar algo. Por su parte, según la opinión especializada de los médicos, en todos los casos se había tratado de muerte súbita. Sin embargo, algunas personas de la zona habitacional aseguraban que en realidad se trataba de un nahual. —¿Qué piensas, Lizbeth? Dicen que lo de los niños es cosa de un nahual. ¿Crees que sea verdad? Esas cosas no existen, ¿o sí? —dijo Rodrigo en tono tímido cuando se enteró de que había vecinos que coincidían con la versión del nahual como autor de los infanticidios. —Pues eso dicen. Hasta uno de mis alumnos de los que viven aquí en la colonia, me dijo que él vio volar al animal el día que murió el niño de Rosalba. Tal vez sí sea un nahual —contestó tranquilamente Lizbeth. Por la manera en que Lizbeth había contestado, Rodrigo pensó que podía abundar en el tema de los nahuales. —Cuando era niño mi mamá me dijo cómo se podía detener a un animal de esos —dijo Rodrigo suavemente. —¿De verdad lo sabes, lindo? —Sí. Me dijo mi mamá que... —¡Ay, precioso! —interrumpió Lizbeth—. Otro día me platicas, ¿sí? Estoy cansada. Rodrigo no dijo más. El asunto de los nahuales había terminado. Luego merendaron frugalmente y se fueron a dormir. Era lunes. Poco antes de la medianoche, Lizbeth se despertó. A media luz, miró el rostro inexpresivo de Rodrigo. Luego abrió ligeramente sus sensuales labios y dejó salir un espeso y oscuro vaho que se fue lentamente por los carrizos de la nariz de Rodrigo. Se levantó sigilosamente y echó a andar hacia la cocina. Iba desnuda. Su caminar era agrietado y seco. Llegó a la estufa y encendió todas las hornillas del mueble. En punto del inicio del nuevo día, arqueó la boca y le salió un pico maltrecho acompañado de un sonido resquebrajado que se fue a enroscar en la soledad del cuarto. Se inclinó dificultosamente y desprendió de un jalón su pierna izquierda. Dejó su miembro a un costado del fuego de las hornillas. Luego se acercó a la ventana. Su cuerpo temblaba vertiginosamente. Se escuchaba un tétrico crujir de huesos. Su piel se caía como si fueran hojas secas, y en su lugar le brotaban plumas de color opaco. Lentamente se hizo un ave lúgubre. Después se paró en el quicio de la ventana, extendió sus alas y echó a volar acompañada de un crepitar terroso. Antes del amanecer, el animal regresó. Se encaminó hacia la cocina, volvió a ser Lizbeth. Luego recogió su pierna y la colocó en su lugar. Después, con la parsimonia que la distinguía, acercó una cacerola a su boca y empezó a vomitar sangre. Sacó las hierbas de olor de unos potecitos que estaban dentro de la alacena y comenzó a cocinar. —Guisando tan temprano —la interrumpió sorpresivamente Rodrigo. Lizbeth volteó a mirarlo estupefacta. —¡¡Qué haces aquí!! —gritó la mujer—. ¡¡Vete a dormir!! ¡Todavía no es hora de levantarse! —No te enojes —contestó tímidamente Rodrigo, pero a la vez sorprendido por la reacción de la mujer—. Es que escuché ruidos y no te vi en la cama, pensé que algo andaba mal. Por eso vine. Pero ya veo que todo va bien. ¿Puedo saber qué estás sazonando? —¿Que no ves? ¿No sabes lo que se come aquí todos los días? —dijo Lizbeth socarronamente. —Sí —contestó débilmente Rodrigo. —Sí, tontuelo —dijo Lizbeth como remedando a alguien torpe de pensamiento—. Es sangre. Si ya sabes, para qué preguntas. Ahora vete a dormir —ordenó dulcemente Lizbeth. —Está bien, linda, voy a recostarme otro rato —contestó Rodrigo con la mirada apagada. Dio la vuelta y se dirigió mansamente a la recámara. Se acostó, cerró los párpados. En su mente se dijo una y otra vez que no era posible lo que había visto. Era como le había contado su madre. Ahora entendía las ausencias nocturnas de los lunes de Lizbeth y de su efímero pero repugnante olor a sangre de los días martes, en el tiempo en que la anduvo cortejando; comprendía por qué estaba tan prendado y se sometía a lo que deseaba Lizbeth; tenía claro por qué día a día comían sangre: Lizbeth vivía de la sangre de los niños. Ella lo había dicho el día que se conocieron: “Ellos simplemente me dan la vida”. Ella era la que había matado a todos esos niños, no había sido muerte súbita ni mucho menos una empleada doméstica. Rodrigo siguió meditando durante el transcurso de ese día sobre el secreto de Lizbeth. Pensó en todos los inocentes que Lizbeth había arrancado de un golpe de la tierra. Se sintió cómplice de las muertes porque él había consumido parte de la sangre de los inocentes. La agobiante certeza de ser la persona más miserable en la tierra lo hacía respirar con dificultad. Pero se dijo a sí mismo que podía hacer algo para enmendar su culpa. Había decidido detener a Lizbeth. De esa manera su conciencia reencontraría la paz y dejarían de morir niños. En la siguiente ocasión en que Lizbeth salió a hacer mal, Rodrigo actuó de la manera más normal que le fue posible. Esperó pacientemente la hora de dormir. Aguardó en silencio con los párpados cerrados a que fuera cerca de la medianoche para que Lizbeth pensara que ya dormía. Cuando percibió que Lizbeth le iba a dejar ir su vaho maldito, contuvo la respiración para no aspirar la sustancia. Tan pronto sintió que su mujer había abandonado el hogar, se levantó sin dilación y empezó a hacer lo que debía para dejar de sufrir. Después volvió a la cama, se recostó y cerró los párpados. Permaneció expectante hasta que escuchó que Lizbeth regresaba. Apretó los párpados y se mantuvo inmóvil. El miedo le chupaba la piel. Se imaginó cómo entraba el animal a la cocina, cómo su agrietado andar se trasformaba en un lamento doloroso por su pierna hecha ceniza. La escuchó saltar y gritar. También oyó cuando lo maldijo y le pidió perdón. Hasta sus oídos retumbó el sonido de cuando ella se fue a estrellar a la puerta de la recámara para rogarle que le ayudara. Rodrigo se atormentó, dudó por un momento de su plan. Pero decidió dar fin a esa vida de engaño que llevaba con Lizbeth. Se incorporó con el espanto rasgándole la piel. Gritó: “¡Ya no más, Lizbeth!”. Luego escuchó cómo la mujer salió de la casa. Rodrigo se acercó a la ventana y miró a su mujer en forma de animal arrastrarse de manera lerda sobre el pavimento de la calle. Escuchó en su mente las palabras de su madre cuando le contó cómo habían atrapado un nahual en el municipio de Necaxa. Tomó las cosas que sabía detendrían al animal y salió rápidamente de la casa. —¡¡No te vas a escapar, hija de la chingada!! —gritó Rodrigo como quien vomita una sustancia amarga que ha acumulado en su interior durante mucho tiempo. El animal saltó al techo de la casa de enfrente. Rodrigo se dirigió a donde el animal. Llevaba en la mano derecha un sombrero, en la izquierda un puño de semillas de mostaza, y atorado en el cinturón un cuchillo de plata. Trepó deprisa el bardeado y dio un brinco para llegar a la azotea de la casa. Allí miró al animal. Faltaban algunos minutos para que despuntara la luz del sol. Rodrigo respiraba agitadamente. El animal lo miraba con furia. Rodrigo aventó el sombrero cerca del animal. Miró cómo el ave quedó como anclada en el concreto. Luego esparció las simientes. El animal las comenzó a devorar tranquilamente, se veía indefenso. —Hola, amor mío, te extrañé tanto —dijo Rodrigo. —Perdóname —suplicó el animal. —Traigo una sorpresa para ti, querida —contestó Rodrigo en tono amoroso, mientras brotaban lágrimas de sus ojos—. Luego sacó lentamente el cuchillo y la blandió amenazador. —¡¡No!! Por piedad, detente —rogó el ave. —Mira. Son tus joyas —repuso Rodrigo con la mirada perdida—. Las llevé con el joyero para que hiciera una pieza única de acuerdo a tus gustos. Es hermosa, ¿verdad? No quiero que te vayas sin ellas, deseo que las lleves en tu corazón por siempre como muestra de mi amor. Luego Rodrigo descargó el arma sobre el animal. Un lamentable crujido de carne y huesos sorprendió la tranquilidad del inexorable amanecer. El sol del 22 de diciembre del 2004 comenzó a brillar intensamente. ** Odilón Moreno Rangel ueuetezca72@hotmail.com Escritor mexicano (Pachuca, Hidalgo, 1972). Es psicólogo educativo. Actualmente es profesor del Centro de Educación Superior del Magisterio (Cesum). Es miembro del Comité Estatal de Investigación Educativa de las Escuelas Normales del Estado de Hidalgo. Realiza el posgrado “La práctica de los valores en contextos educativos” que convoca la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI, http://www.oei.es), por formación virtual con la coordinación académica de la Universidad de Barcelona (http://www.ub.edu). Textos suyos han aparecido en diversas revistas digitales, como La Zorra y el Cuervo (http://www.lazorrayelcuervo.com) y Remolinos (http://revistaremolinos.blogspot.com). === El espejo continuo (extractos) Javier Etchemendi ================= *** Los espejos mentidos I. Vos y Yo tan iguales y distintos. Un día se terminará la cuerda; el polvo de la tiza escribirá su última palabra y el miedo a no saber quién sos. Nunca saberlo. II. Conozco tu mirada al borde de la noche la duda de tu boca el nosaber del día. Hay tanto por hacer; mi deber yace en las pequeñas cosas: el universo llenando una botella. Hay un crimen perpetrándose en mi sangre el beso interminable de la muerte y el miedo a no saber quién sos. Nunca saberlo. III. El Otro: una idea una casa sin sombra ni fresco al mediodía; el quicio en donde aguarda el ausente. IV. No importa pensar lo que fui, un barco turbio en medio de la nada. Mi existencia exige perdón por reflejar distinto los siete óleos del espejo. V. Los puros vienen soltando aves para picar mi sueño; llegan cimbrando el arco oscureciendo el día. Mi sueño deshaciéndose en la sombra —clamores de victoria— y el miedo palpitando azul y rojo. VI. Van pasando los Otros. Ajenos. Tardíos. Penetrantes. Señuelos del ahora. El paso distinto —mejor— casi perfecto. Van cruzando la fiebre de un espejo de plata. VII. La tarde yace en ruinas al borde de mi casa. Nunca dejé de irme del paso hacia la puerta, el miedo asomando en las entrañas. Un pensamiento constante: los Otros son mejores abren alas colores invencibles en la cara. VIII. Un tren inmóvil en la luz refleja mi rostro arrodillado. Escarbo en la noche buscando una salida. El ojo rubio del futuro mira hacia otro lado. IX. Debo derribarlo todo hacerlo de una vez; juntar valor para ese instante como si fuese ineludible rincón de última cosa. Debo cruzar huyendo del extraño que se ha puesto mi rostro a cargo de los hombros. X. Día de arrancarse la lengua y echarse en cuatro patas a roer el hueso de la lluvia. Día de una sierpe interminable rodeando la cama. Día de querer negras las paredes la luz de la lámpara. Día de locura y de hastío de asesinato. Día de mirar hacia otro lado dejando morir a todos. Día de tumba en el sillón. Día en que duele la mandíbula de apretar los dientes. Día de no morir por falta de valor e izar los hombros para que los empuje el viento. Día de patear animales para verlos rodar... y verme rodar. Día de perdón y olvido en el espejo. Día de no querer nada y de quererlo todo; de pensar si vale la pena, si acaso vale la pena. Día de escribir por no haber comprado el revólver. Día de cubrir la herida bajo la ropa, la herida incurable. Día en que Otros son los adecuados y no parece mentira. XI. Habría que rescindir este contrato. Habría que dejar la jaula abierta, dar el paso de plomo morir y renacer hacerse solo. Habría que negociarlo todo nuevamente; regresar a la oficina de los cielos y revisar la lista de oportunidades: loco santo traidor personaje histórico partícula o material de un sueño. XII. Dudaré del tenue reflejo que devuelve tu espalda de aquel libro con el final cortado; dudaré de la luz en el terrario de tiza. Los espejos mentidos. XIII. Pasar toda la vida reparando el azogue la luna del espejo. Callar en aquel cuarto oyendo el sonido que venía en el aire trayendo la vencida insinuación del tiempo. XIV. Nunca serás lo bueno que habían dicho y harás ruido a descalzo con madera un fondo de cajón de puro muerto. Nunca serás aquello que ha salido perfecto que señala con sus puntas de viento la estrella más pura y brillante del cielo. XV. La hora no es propicia desde el oscuro extremo del mundo está llamando un muerto. No hay luz acaso un resplandor tardío. Inacabado. Los huesos aturdidos pronunciarán mi nombre: descalzo entumecido semilla de otra cosa. XVI. Perros y santos detrás de la cruz —muge la dicha de los idos— unos y otros atropellamos el paso hacia la luz. Al matadero. XVII. Posar para una foto. Dejar caer la ropa los dones recibidos tachar a los ausentes; pedir a Dios o analista perdón por la tardanza. XVIII. Estoy cruzando el río donde Otros gesticulan como advirtiendo el peligro. Estoy con los pies rodeados el molino de aspas detenido y las piedras temblando bajo el agua. XIX. Un balde sin roldana se estrella y desvanece. El Rey del manicomio afila sus espadas, la risa de la gente queda lejos y el mundo se aglutina en la mirada. La sombra exhala un niño oscuro en la retama. XX. He de cruzar la puerta. He de bajar el tono palpitante de la lengua. Habré esperado en vano. Habré mentido. Quizá alguien haya podido odiarme. Yo he odiado y reído. Se romperá el espejo y habrá lunes para siempre. Ojalá no vuelva a verte. Ojalá pueda estrenarte un día cualquiera —un día, un domingo— esos en los que uno ha desertado un poco; lo merezco. No sé si cambiaría alguna cosa. Tal vez, que el dolor fuese decente con mi cuerpo. Y haría, eso sí, un juramento: no olvidarme de mí. Ni hacer silencio. XXI. Durar: clavarse en la congoja mareante de un desnudo. XXII. Amar al Otro como a sí mismo. Como a sí mismo... no, como al azul de un calabozo. XXIII. El amor ha llegado a reclamarme, sus pasos arden sobre la sien. Mi alma se ha quebrado bajo el plomo de su rosa. (Ganador del Premio Fondos Concursables para la Cultura 2008). ** Javier Etchemendi jetche2000@hotmail.com Escritor uruguayo (Montevideo, 1968). Técnico en animación a la lectura, egresado de Quipus (http://centroquipus.blogspot.com). Participó de los talleres literarios de Sylvia Lago y Jorge Arbeleche, Lauro Marauda, Suleika Ibáñez y Tomás de Mattos, Rosario Peyrou, así como en los Ciclos Literarios de la revista Zapatos Rojos (http://www.zapatosrojos.com.ar) en Buenos Aires (Argentina) y en la Casa de la Cultura de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). Ha publicado los poemarios Río de ventanas (1999) y Empezar lo interminable (2007), y textos suyos pueden leerse en las antologías Polifonía (1997), Poesía (1998) y Letras derramadas (bilingüe, español-portugués, 2002). Ha obtenido, entre otros reconocimientos, el primer premio del certamen Arte en Letras II (1998) y el tercero del certamen de la Dirección de Loterías y Quinielas (1999). === Dos relatos Clawdia Chejlyk ====================================== *** En la sala de un redactor Sentada en el espacio destinado a los asentamientos de temperatura y volcanes fui enderezando mis manos a medida que hojeaba las noticias de un periódico que sostenía una mujer sentada a dos estados a la derecha de mis reservas. Ella pretendía sordera de ojos al no compartir abiertamente mis intenciones de conocer qué ocurría en la lejanía de las letras de un verso atestado de tinta y mal olor. Terminé por renunciar a la tarea de saber del país, terminé por entregarme a las posibilidades de mis manos y sus extras cicatrices que cruzaban la piel como carreteras de lugares que estaba destinada a recorrer. Esas líneas hablaban de mí, contaban con precisión mis intentos de morada, mis amaneceres de gato. No podía determinar en cuál de ellas me encontraba, sólo sabía que estaba sentada en un pasillo esperando ser vista por la gentileza de un redactor de espacios, ¿acaso no era yo igual que él?, ¿no tenía en mis manos la certeza de un escrito perfecto? Gentilezas de oficina y mucho café a destiempo, no sé por dónde empezar este verso me decía al oído mientras un audífono blanco trataba de llevarme a Inglaterra montada en un caballo de acero. Siempre me aíslo cuando debo concentrarme, recojo las partes olvidadas en los bosquejos mentales y pretendo disciplina al ritmo de las olas de un lago suizo, no quiero más que entrevistarme con el redactor y mostrarle mis manos para que sepa que soy yo en este justo momento parte de la realidad que no es tal, que de alguna manera es pasado en el futuro del presente cuando fue escrita. No debería pensar todo al mismo tiempo, o quizás es la forma correcta de pensar para que los tiempos se desnuden de realidad y dejemos la mentira de las estaciones alocadas y veloces, todo es un eterno ahora, todo cruza por el mismo instante, pero pienso todo esto en silencio externo y nadie parece pensar lo mismo mientras esperamos respuestas de un cita propuesta por una voz distanciada. ¿Cuánta distancia es necesaria? Me siento sentada en el espacio como ya dije el comienzo cuando terminaba de pensar en todo esto, con el texto perfecto. No hay manera de digerir tanta amplitud, no hay relojes que sean ciertos, no hay otra promesa por romper, todo está expuesto, todo gira en mis recuerdos que vivo proyectada mientras cumplo este intento por saber más de mí a través de mis confesiones en los ojos de un redactor que no me conoce, pero con el que tengo una cita. Todo esto ocurre a voz de aire acondicionado, a flores de plástico, a bordes afilados de ojos extraños que no miran desde hace tiempo con nostalgia. (Extraído del Diario de mis notas desmanchadas). *** Los viejos de mi pueblo A voz de aves alzo mis brazos en el cuarto mientras Mozart produce un efecto, sobrevuelo parte de mi locura y sonrío liberándome de poses ejecutivas, bolígrafo en mano, lentes sin rayas, papeles pendientes, llamadas por contestar, me libero de todo a brazos alzados. Quién lo diría que a esta hora de la mañana yo me encuentre sobrevolando sobre los tejados de un pueblo imaginario que llega al mar donde se encuentran los personajes de un libro que quiere nacer ahora mismo, no hay pretensiones de comidas al aire libre, pero ellos levantan sus brazos para que aterrice, me acaloran los encuentros con extraños, no sé qué decir, cómo poner las manos, necesito un papel pendiente para anotarlo todo, cada detalle, pero veo en ese momento mi reflejo sobre el mar que hace de espejo y mis manos mueven sus dedos en forma de negación, esta vez no debes escribir, sólo aterriza en la arena y comparte con ellos en libertad, suéltate el cabello y acepta que vas a disfrutar de su compañía, vas a bañarte con ellos y posiblemente envejecer. ** Clawdia Chejlyk claferoche@hotmail.com Escritora y docente venezolana (Caracas, 1971). Textos suyos han sido publicados en la revista Tropel de Luces (http://tropeldeluces.ve.tripod.com; Nueva Esparta, Venezuela) y otros medios. === Poemas Ana María Donato ========================================== *** Mensaje urbano Las petrificadas rupturas del tiempo instaladas en las ignoradas superficies cubiertas de historias, de pequeños detalles que son tejidos de un tiempo infinito (el de los sueños), aquellos que imaginan los unos y los otros en la multiplicidad de la especie, en la circunstancia del día, de los días, de la generación, de las generaciones. La ciudad desprotegida de su propia piel aullando en las fronterizas sombras de su desamparo. *** La calle lateral Dos pasos más allá del orden, en la penumbra que se ha vuelto umbral del mundo donde las reglas han sido abolidas, el espacio anónimo se ha ido construyendo sobre las vorágines de la desesperación y el abandono, sobre los miedos y las resoluciones del miedo. La calle lateral, oblicua a la mirada ajena, muestra su irreductible naturaleza celeste en el mutable grito que la habita, en la espesura de sus propios diálogos con la muerte. *** Presencia de lo bello En la serena configuración del día hacer la gimnasia del asombro y ver como si fuera la primera vez las líneas que diagraman el lenguaje de la ciudad, las verticalidades sin estridencias de los árboles, los relieves de los albergues de los hombres, los símbolos que inauguran nuestras vidas y nos acompañan desde el nacimiento al sepulcro y siendo nosotros también raíz y rama estallar en las infinitas formas que somos capaces de reconocer aun en la nocturna memoria que todo lo vuelve a inaugurar. ** Ana María Donato anamaria_donato@yahoo.com.ar Poeta y docente argentina (Bahía Blanca, Buenos Aires). Es profesora y licenciada en letras, con especialidad en literaturas hispánicas. Artículos periodísticos suyos han aparecido en diversos medios de comunicación; además, la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE, http://www.unne.edu.ar) ha publicado algunos de sus ensayos de investigación académica. Es autora de los textos poéticos Las sales y los fuegos (Instituto de Cultura Hispánica), Memoria blanca (Facultad de Humanidades de la UNNE) y Holocaustos y salvatajes (Secretaria de Cultura de la Provincia del Chaco), entre otros. === La novia Alfredo Villanueva Collado ============================== Ya a los quince días de nacida, la chiquilla era espectacular, la bebita más hermosa de toda la Candelaria, como no se cansaban de repetir la tía Tula y la tía Julia, no solamente cada vez que se asomaban a la cunita envuelta en tules rosados, sino cada vez que alguien por desgracia les prestaba atención siquiera por un segundo. La madre no se separaba del cuarto a donde conducía orgullosa la fila continua de amigos, familiares, conocidos. El amigo inseparable del padre, José Luis Rosales Aybar, gallardo joven y probo vástago de impecable familia, con el que había cursado los estudios y compartía la práctica, fue el primero en llegar. En el exclusivo Country Club del que ambos eran miembros se celebró el evento entre un círculo selecto de amistades masculinas, con güisqui escocés y puros cubanos, a pesar de no haber sido un segundo varón, sino chancletita. Y comentó José Luis, con esa sabiduría innata de los machos: “No importa. Ya Luis Felipe tiene quien le siga los pasos, el futuro médico de la familia”. Y crípticamente añadió: “Las hembras son útiles para otras cosas”. Todos comentaban sobre la belleza extraordinaria de la criatura. “Va a ser una rompecorazones, vas a tener que velarla como a una potranca fina. ¿Te la imaginas a los quince?”, le decían al padre los amigos entre tragos y pasapalos. Las amigas de la madre, en tonos un poco más acallados y conspiratorios, también hablaban del futuro. Ella, mujer educada como era debido, con diploma universitario y todo, sabría a su vez cómo cuidar a su tesorito para que el día de mañana cumpliera la función que le había deparado el destino de la manera más ventajosa posible, y sin que ocurriese ningún percance que arrojara ni siquiera la más mínima duda sobre el honor de la familia. Cuando llegó la hora de bautizarla, hubo discusiones sin cuento. La madre quería llamarla por el más puro, el más femenino de los nombres, María, agregándole Coromoto en honor a la santa patrona nacional, pero el padre se opuso, objetando que era nombre de indio y de macho. —Uno nunca sabe, mijita, lo que van a pensar los demás —le dijo con tono suave pero que no admitía reparos—. Después de todo —agregó, dándole una palmadita en la mejilla—, queremos que para ella todo salga tan bien como salió contigo. Mira qué bellas piochas de brillantitos le ha enviado José Luis a la niña. Vamos a cambiarle el nombre por el de su señora madre, Luisa. Luisita, como terminaron llamándola, creció como una flor de invernadero bajo la atención ansiosa de la madre y las tías, los mimos y halagos del padre, el ojo indulgente del hermano mayor y la mirada desdeñosa de la hermanita menor, no tan bella, no tan apetecible, pero con un sentido de sarcasmo asombrosamente desarrollado para una criatura de tan cortos años. Continuaron los regalos de José Luis, cuya mirada, clavada sobre la chiquilla, a veces cobraba un brillo peculiar que la madre no dejó de advertir. A Luisita, desde pequeña, se le enfatizó la belleza de la inocencia femenina, la propiedad de ciertas actitudes, y el extremo cuidado que habría de prestar a la preservación de tal inocencia. Fue a escuela de monjas donde, además de batallar con la geografía, historia y literatura, aprendió las cristianas virtudes, que en la mujer brillan como el oro bruñido, de la obediencia, la paciencia, el recato y la sumisión. También aprendió, ya más tarde, cuando a su belleza infantil le comenzaba a asomar el capullo encarnado de la adolescencia, a cuidar de su cuerpo. No salía cuando el sol ardía brutal sobre las aceras, y si la necesidad la apremiaba, cuidaba de calzar guantes de cabritilla o encaje y llevar un parasol lleno de cintas y volantes. Después del baño la madre la cubría amorosamente de cremas, para que la piel permaneciera suave como un ala de paloma. Caminaba para todas partes con las mejores zapatillas importadas para que sus piernas, aunque ya tomaban la forma que habría de atraer miradas, nunca mostraran el menor endurecimiento de los músculos. Sabido era por todos, pero especialmente por la tía Tula, que una pantorrilla dura en la mujer indica juegos venéreos ilícitos y la subsiguiente pérdida de aquello que se le debe entregar a un solo hombre. La tía Julia, por su lado, aseguraba que la piel de la muñeca de una doncella no se arruga cuando ésta aprieta el puño, mas, de llegarse a formar un hoyuelo cerca de la confluencia del cúbito y el radio, es necesario que la descarada salga de la ciudad de noche rumbo al infierno. Unos labios pulposos eran un signo definitivo de corrupción física y moral, además de crear significativas dudas acerca de la pureza de sangre. Pero a los quince Luisita, rubia como el oro y no morena como sus hermanos, Felipe II y Gladicita, con su lunar buscamacho a lo María Félix y sus carnitas mórbidas como un desnudo erótico del Tiziano o una parrilla de lomito, era ya una versión en miniatura de la gran puta y objeto del deseo de todos los machos caraqueños, Marilyn Monroe. Había que hacer algo. No hubo que esperar mucho. José Luis, ya un maduro gallo pelón de cuarenta, le habló al padre, quien no pudo ponerse más contento. No había mejor partido. Un hombre totalmente respetable, de cuyo linaje no había ni un rumor en toda la ciudad por demás rutinariamente maledicente, con una profesión sólida y lucrativa, y que sería a la vez esposo, amante y segundo papacito de la chiquilla a punto de convertirse en un serio problema. Se decidió que el compromiso se anunciaría a todo trapo en el cotillón quinceañero de Luisita, matando dos pájaros de una pedrada. Sería en el consabido Country Club, amenizado por Billo y Belisario, y lubricado por ríos de Viuda Cliquot, Chivas Regal y ron Pampero. Para los que todavía mostraran resabios de plebe, se bregaría su tercio Polar. Se servirían pastelillos, tequeñitos, albondiguitas, sangüichitos, de colores, una gigantesca parrillada con yuca, y toda clase de otras delicadezas tales como gigantescas tortas alusivas hechas con la más exclusiva harina de papa y cubiertas de extravagantes rosas de azúcar refinada. Y merenguitos, por aquello de darle gusto a los particulares apetitos de la golosa festejada. La madre ejerció un férreo control sobre la lista de invitados pero siguiendo la ancestral costumbre dejó la selección de doncellas de honor y sus caballeros a la homenajeada. La escogida como dama principal se retiró abruptamente y hubo que encontrar a otra. Luisita propuso a la hermana del que había sido el amigo íntimo de su hermano. Era una familia medio rara. Los padres habían emigrado de una de esas islitas del Caribe y habían establecido una escuela de comercio. Felipito había conocido a Rafaelito en la Experimental Venezuela en primer grado. A los pocos días descubrieron que compartían la misma fecha de cumpleaños, y por los próximos cinco años y medio no hubo quien pudiera separarlos. Se visitaban constantemente. Rafaelito pasaba los días en casa de Felipito donde, desobedeciendo órdenes estrictas, entraron innumerables veces al estudio del padre para que el primero pudiera leerse la colección entera de Sexología. Felipito rehusó participar en las lecturas. “Me lo tienen prohibido”, dejó saber. “Si nos agarran, me echan la culpa y me jodo”. Pero al otro no le importó. Buscaba una definición, y no iba a cejar hasta que la encontrara. Y un verano mágico, Felipe padre invitó a Rafaelito y su hermanita a pasar quince días en la playa con sus tres vástagos. Estarían bajo la supervisión de la abuela en una playa cercana al aeropuerto de Catia La Mar. Una casa de barro lecheado con cal, un villorrio con calles de arena y tierra, con el mar a unos pocos metros y del otro lado una siniestra y árida cordillera que los separaba del aeropuerto. Unos catres de campaña cubiertos con mosquiteros servían de lecho. Les despertaba el olor a caraotas negras, arepas y café negro, o el olor a un sabroso perico —huevos, tomates, pimientos verdes— acompañado de casabe, o el olor a queso blanco frito con más arepas. Después, en las más minúsculas camisetas y pantaloncitos cortos, a la calle, a la playa, donde pasaban la mañana metidos en las pequeñas pozas entre las rocas, recogiendo caracoles y corriendo detrás de los cangrejos y los conatos de sardinas. Pero un mal día a Rafaelito, ya aburrido del chapaleo cotidiano, se le ocurrió que sería mucho más divertido contemplar el despegue de los aviones al otro lado de las colinas circundantes. Felipito no se podía quedar atrás, y respaldó la aventura. No se veían muy empinadas, y los alentó el hecho de que, en efecto, con monótona regularidad contemplaban los pájaros de hierro cruzar la cordillera y perderse sobre el mar. Las niñas objetaron, temerosas, pero no pudieron resistir la persuasión antagónica de los machitos en ciernes. Emprendieron la subida asumiendo que les tomaría un par de horas, sin líquidos ni sólidos ni gorras que los protegieran del letal sol del mediodía. Al poco tiempo Gladicita lloraba a grito pelado, y las otras dos jirimiqueaban a punto de sendos berrinches. Felipito y Rafaelito coordinaron el descenso. A mitad de camino, los interceptó una patrulla de soldados que los había estado buscando después que la abuela había reportado que no habían regresado para el almuerzo. Los padres ya los esperaban en la casa, histéricos. Se acabaron las vacaciones en Catia. Rafaelito pasó par de semanas grave con una insolación que por poco no lo acaba. A Felipito lo mudaron de la escuela pública a la escuela para varones de los Salesianos en un intento inútil por separarlo del amiguito busca problemas. Pero no hubo caso. Tan pronto se enteró Rafaelito, siguió a su amigo del alma y terminaron juntos de nuevo en el nuevo mundo de la educación católica española. No importa describir cómo a Rafaelito le impresionó toda la patraña de los ritos, las interminables prohibiciones y los interminables rezos. Basta decir que determinó morir lo más pronto posible, virgen como Santo Domingo Savio y mártir como San Tarcisio. Un guapo fraile español que era su profesor y consejero lo alentaba a todas horas. Rafaelito comenzó a tener visiones, escuchar voces angelicales e imaginarse cosas que ni al confesor le contaba. Pero un día en clase, mientras hablaba con Felipito sin preocuparse de las ecuaciones que su amado fraile apuntaba en la pizarra, éste, con una puntería digna de peloteros o arcángeles, le arrojó un borrador que le pegó en la nuca. Rafaelito sintió cómo le subía un buche de soberbia hasta entonces desconocida: “A mí no me pega nadie más que mi madre”, gritó a toda boca mientras metía sus pertenencias en el bulto de cuero. Salió del salón antes de recibir la orden. Cuando llegó a su casa, se lo contó todo a la madre, quien dejó escapar un suspiro de alivio: “No te haré regresar a ese colegio. Pero no puedes perder al año. Hablaré con tu tía para que lo termines en la isla. Después puedes regresar para la secundaria”. Y se fue, y regresó, pero la amistad había terminado. Felipe permaneció con los curas y Rafael pasó a una escuela privada mixta. Dos años más tarde partió de nuevo a casa de la tía. Y he aquí que en uno de sus regresos al hogar paterno, la madre lo estaba esperando en la puerta, confusamente excitada, con una noticia tanto inesperada como sorprendente: “¿Te acuerdas de Luisa la catira, la hermana de Felipe? Le celebran los quince y el compromiso a la vez en el Country Club. ¡Y a dos días del evento nos avisan que tu hermana será la dama principal! Habrá 14 damas de honor con sus respectivos acompañantes. Piden que lleve un traje largo de color único, no como las otras. Ahora mismo está en el otro cuarto con la costurera, quien se lo está prácticamente cosiendo encima. ¡Tu hermana ha escogido una seda color guayaba! Y contigo hay que hacer lo mismo. Tienes que salir disparado para el sastre, a ver si te arregla una de las etiquetas de tu padre. Suerte que ya son casi de la misma estatura”. Rafael pasó a ver a su hermana con una pregunta en los labios: “Cónchale, ¿y de dónde ha salido esta descarga? Nadie me dijo nada, y hace tiempo que no vemos a esa gente. No he ni tenido tiempo de desempacar”. La hermana, parada sobre un taburete con los brazos en cruz mientras la costurera giraba a su alrededor con las manos llenas de alfileres, contestó en un tono a la vez neutral y displicente: “No tengo la menor idea. Después que te marchaste no volví a ver a nadie. Ellos se mudaron de la parroquia para una de esas urbanizaciones raras, Los Prados del Paraíso o algo por el estilo. Pero de repente sonó el teléfono, y tú sabes cómo es mami, no sabe decir que no”. El día del evento, su madre y su hermana marcharon de madrugada al salón de belleza. Su padre y él pasaron a recogerlas a la hora del almuerzo. Sabía que su madre saldría manicurada y perfecta, con un peinado “de gato” a lo Sofía Loren y los ojos pintados a lo Cleopatra, que estaba tan de moda. Pero nada lo había preparado para la sorpresa de su hermana. Era la primera vez que la dejaban maquillarse, lo que súbitamente la había trasformado de chiquilla en mujer. Casi no podía reconocerla. Para colmo, siguiendo las instrucciones de la madre de Luisa, la habían peinado en un bouffante pintado de blanco estilo peluca María Antonieta. El efecto era totalmente desconcertante. Cuando entraron al restaurante todo el mundo se volteó para mirarla. “Es mejor que ni se te ocurra recostarte en toda la tarde”, advirtió la madre, ufana. “Si tienes que echar un sueñito, hazlo en una silla. Y por favor, no bajes la cabeza por nada cuando leas el menú, que se te viene la armazón abajo”. La noche osciló entre sueño y pesadilla. Se sabían protagónicos e invitados de última hora, casi en el medio y muy en la periferia de las festividades. Mientras sorbían el champán y mordisqueaban los canapés, la hermana le comentó: “Estoy loca por llegar a casa y sacarme ese globo de alambre de la cabeza, quitarme los zapatos y lavarme la cara. No soporto esta vaina. ¿A quién se le ocurre comprometer a una chica a los quince con un tipo que puede ser su padre? ¡Y para colmo, tienen que esperar tres años!”. Aprovechando que Gladicita, en un vaporoso traje rosado, les pasaba por el lado, Rafael decidió darle conversación, trayendo a colación la pregunta: “Es muy simple”, contestó la interpelada con una sonrisita irónica. “Luisita no es muy brillante que digamos. Y con esa facha... Querían asegurarse que tuviera un futuro seguro y una mano fuerte para guiarla. ¿Ven la pepa de cuatro carates que lleva en la mano? Pues les puedo decir que a mí no me va a pasar lo mismo. ¿Qué les parece mi vestidito? Me pone arrecha. Quería venir en pantalones pero a mi familia le hubiera dado un patatús colectivo”. Rafael, como quien no quiere la cosa, cambió el tema. “¿Y Felipe? Nunca me contestó las llamadas cuando regresé por primera vez, y esta noche apenas me ha dirigido la palabra”. Gladis titubeó un segundo. “Pues mira, vale, cuando lo del escándalo en la escuela, se corrieron los rumores que el fraile te había pegado porque creía que ustedes tenían un romance y estaba celoso. Parece que te quería solito para Dios y para él. Mi hermano le contó a papá de tu obsesión con una de las revistas en el consultorio y tus ataques de misticismo. Convinieron usar tu viaje al exterior —que por otro lado reafirmó los comentarios— para crear distancia sin que se viera como un rompimiento. Ah, y en cuanto a tu hermana, lo que pasó es todavía mejor. Luisa no me quería de dama principal —saben que nunca nos hemos llevado— y la amiga que escogió se retiró a última hora por otro escándalo. Al parecer tenía un encarguito del novio en el horno. Todas las otras ya tenían el ajuar hecho, y faltaba una. Así que Luisa, que jamás ha estado enterada de las cosas que pasan en esta familia, propuso a tu hermana. En principio Felipe se opuso alegando que no quería volver a verte ni en pintura, pero a mamá se le subió el moño —ya saben cómo es eso— y le contestó que tolerarte por una noche no lo iba a matar, y que además, como hermano mayor de la novia, ni le iba a dar tiempo para bregar contigo. Vaya familia la que tengo, ¿no? Odio estos tacones; ¡estoy loca por llegar a casa! Y ahora, perdonen, pero veo que Felipe me hace señas para que nos acerquemos. Creo que ha llegado la hora de las fotos. Por cierto, ¿observaron cómo frunció el hociquito cuando nos vio hablando? De seguro que me espera una descarga”. Nunca los volvieron a ver ni supieron qué le pasó a la novia. El vestido color guayaba viajó con la familia de un país a otro y a otro hasta que al fin, como le pasa a tantas relaciones humanas, terminó en un cajón en un desván, sirviendo de alimento a ratones y polillas. ** Alfredo Villanueva Collado alfavil@aol.com Escritor puertorriqueño (Santurce, 1944). Reside en Nueva York, EUA. Se especializó en literatura y literatura inglesa en la Universidad de Puerto Rico (UPR, http://www.uprrp.edu) en Río Piedras. En 1966 ingresa como becario en la Universidad del Estado de Nueva York en Binghamton (http://www.binghamton.edu), donde obtiene en 1974 un doctorado en literatura comparada. Trabajó en la docencia en Medgar Evers College, CUNY (http://www.mec.cuny.edu) y en el Colegio Comunal Eugenio María de Hostos (http://www.hostos.cuny.edu). Actualmente está jubilado. Ha publicado los poemarios Las transformaciones del vidrio (Editorial Oasis, 1985), Antología (Pliego de Murmurios; Sabadell, VII-91, 1987), Grimorio (Colección Murmurios, 1988), En el imperio de la papa frita (Editorial Colmena, 1989), La guerrilla fantasma (Editorial Moria, 1989), La voz de la mujer que llevo dentro (Arcas, 1990), Pato salvaje (Arcas, 1991), Entre la inocencia y la manzana (UPR, 1996), La voz de su dueño (Latino Press, 1999), De antiguo amor (formato PDF; El Taller del Poeta, http://www.eltallerdelpoeta.com; 2004), Pan errante (El Taller del Poeta, 2005), Mala leche (formato PDF; El Taller del Poeta, 2006) y El jubilado (2008). Además, textos suyos han sido incluidos en diversas antologías de poesía y narrativa. === Poemas María del Rosario Laverde ================================= En ciudades ajenas me reconozco un poco rota eso sí, pero segura de haber sido otra de no ser únicamente quien soy ahora transito con propiedad ciertas calles un recuerdo no identificado quema mi garganta comprendo idiomas nuevos y adivino lo que van a decirme la familiaridad de los rostros lo confirma: he estado antes aquí. Una sensación de hogar me embarga === Son pocas las calles de esta ciudad Sin embargo, eso no impide que me pierda cada vez que las transito de nada vale la historia familiar que esconden he notado que no me reflejo en sus vitrinas además, las caras amables sonríen para otro no para mí ¿qué puedo decir de su horrible arquitectura su demencial topografía y su abundancia de huecos? sobrevivo gracias al paisaje que me saluda desde mi ventana === Ciudad habitada por almas aspirantes a suicidas por esperanzas falsamente recobradas abre tus puertas de hierro para que pueda escapar huyo tras el anonimato que me ha sido negado quiero no tomar una ducha de vez en cuando y rendirme cuentas sólo a mí me sobran las explicaciones y los juicios no me bastan los eventos mediocres No necesito que me demuestres tu entrada al siglo XXI a punta de nuevas edificaciones sólo permíteme comenzar en otra parte y dejar atrás cada uno de tus ladrillos hirientes. === Lo que una vez fue paisaje Hoy es sólo ruido Ruido de vigas Ruido de volquetas Ruido de hombres que esperan la hora de almorzar Ruido de mujeres y niños que esperan a los hombres ** María del Rosario Laverde maminoisa@gmail.com Escritora colombiana. Estudió literatura en la Universidad Nacional de Colombia (http://www.unal.edu.co). Ha sido promotora cultural haciendo parte del comité organizador del Encuentro Internacional de Poesía y Narrativa “Ibagué en Flor”. Ha publicado en Arquitrave (http://www.arquitrave.com), El Salmón (http://elsalmonurbano.blogspot.com) y Tiempo de Palabra, entre otros medios. === El muro Juan Manuel Parada ======================================= Oye un rumor en el aire, mira hacia el horizonte y halla los topes de los edificios que pueblan el Este de la ciudad: opulenta zona que de niña visitaba para vender rosas y dulces. Cierra los ojos y viaja al pasado: a esos días entre tanta gente bien vestida y perfumada a los que quería parecerse. Al trote, hombres y mujeres se entrecruzan sobre el extenso Paseo Torres; el olor a tierra húmeda reconforta sus trayectos. El primero en detener su camino para oír mejor el rumor es un muchacho de ropas ligeras que pasea en bicicleta. Tres damas regordetas y bien emperifolladas, viéndole en dicha postura —como atinando un sonido—, no dudan en preguntarle: —Estás bien ¿verdad? —dice la rubia, echando una mirada a sus piernas. —¿No oyen? —replica él, señalando con una mueca en dirección al lugar del ruido. Las féminas aguzan sus oídos y en la medida que escuchan, hilan elucubraciones. —¿El Alcalde inició el muro? El muchacho las ve conversar pero no deja de oír el rumor que avanza en dirección a ellos: a ritmo lento, sedoso. —Parece zumbido de abejas. Arrellanado en su mullido sillón, un Señor encorbatado revisa papeles y hace llamadas. Tras un efímero toque de puerta entran dos tipos de gestos graves. Uno alude a la crisis global y el otro habla de un Business Plan. El Señor se levanta de su silla y mientras explica la necesidad de ganar mucho más que el año pasado, abre las ventanas y ve el paisaje. Hace una pausa en su discurso y oye un rumor en el aire. Agudiza el oído tratando de discernir su procedencia y concluye que por fin se inició el muro. Un repique del teléfono le saca de sus reflexiones. —Señor... algo de un donativo... —Diga que yo les llamo. Y los ceniceros de cristal que adornan el escritorio se balancean temblorosos. Uno de los tipos, el más gordo y encarado, recordando la altura en que están, grita aterrado: ¡Terremoto! La muchacha deja su imaginación y suelta un suspiro al caer en cuenta de que ya no verá los tupidos jardines de las casas del Este, y de que aquellas elegantes exhibiciones con las que tanto soñó en las noches pronto serán más lejanas que esos días de vender rosas. Afloja sus manos, y la escoba con la que barría se va al suelo con su esperanza. Recuerda los discursos del actual Alcalde prometiendo hacer un muro para dividir la ciudad y un vacío impera en sus ojos al oír el rumor que lo corrobora. Abandona sus oficios y aun sabiendo que la abuela le dará una cantaleta, se va a pasear por el Este antes de que el muro le selle las ganas. Pero llegada al punto que divide la ciudad y ver lo que surge de entre el horizonte, se arrodilla, devastada. El Alcalde sale al jardín y, elevando su rostro al cielo, inhala fuerte, orgulloso. Con las manos en la cintura se regodea en las nuevas flores, mientras el canto de los canarios le acaricia los oídos. En eso se distraía antes de ir al despacho cuando percibió el rumor en el aire. Ladea el rostro y se queda inmóvil: más nítido oye el sonido que le figura langostas. —¡Amor, la gente está feliz porque ya empezaste el muro! El Alcalde contrae las cejas y mete sus manos en los bolsillos. —¿Y por qué la gente cree que ya comencé esa obra? —No sé, pero dicen que eres justo. El Alcalde da la espalda a su mujer y bajando la mirada al piso supone que es una estrategia de su contratista para presionarlo. —Amor, ¿oyes ese rumor? —¡Claro, estúpida, lo que corrieron mis enemigos! La gorda de dorados cabellos camina entre sus dos amigas discutiendo la procedencia del ruido que ya casi les cae encima; de sus imaginaciones desapareció la idea de la construcción en la medida que el rumor se fue haciendo más nítido y menos metálico. Caminan apuradas y sintiendo una brisa que les arrasa desde atrás caen al piso pululando sangre: una sin las orejas, otra sin las dos manos y la catira sin su gran culo —las tres con profundas grietas en la piel. Tres segundos tardó la brisita en atravesarlas y ello bastó para destrozarlas. Entre gritos y quejas las mujeres se miran desorbitadas, sintiéndose cada una en su propia pesadilla. A sus lados, lo que antes fue una perfecta hilera de frondosas cayenas es ahora una secuencia de esqueletos naturales. La grama del piso se esfumó con la antigua altivez de las damas, cuando otra brisa, más espesa, les cayó encima. El muchacho pedalea sin desviar la atención del ruido que le precede, acelera su ritmo y con él la rapidez del rumor que en una especie de brinco le envuelve y tira al piso sin carne sobre sus brazos. Con el poco de conciencia que le queda, ve, a través de la pastosidad sanguínea que cubre sus ojos, cómo una nube negra se aleja en el horizonte devorando todo en segundos. No hay pantalla de televisión que no presente los hechos, en pocos minutos hasta música le tienen. La calle se inunda de gente que, al ver en vivo cómo un presentador era tragado por una nube, salió corriendo desorientada. Tras el momentáneo temblor de los ceniceros, el grito del socio asustado y el rumor que se acerca a ellos, los hombres se cubren sus cabezas con los brazos ensacados. Cierran los ojos esperando lo peor, pero uno de ellos, al sentir que sólo una brisita le recorría el cuerpo causándole leve escozor, despegó los párpados y entrevió a sus compañeros en poses similares a la suya: envueltos en una nube que destella blancos fulgores. Se les quedó viendo hasta que el rumor penetró sus ojos y las fuerzas le abandonaron. Tres relojes muy caros fue lo único que quedó de los respetables señores. El Alcalde se oculta tras la tienda de objetos raros y viendo las manchas de sangre sobre las pulcras vitrinas, vomita sobre los cadáveres que están tirados ahí. Sabe que también morirá pero guarda alguna esperanza. Recuerda sus promesas electorales y surge en él, como nunca, una especie de temor. Ahora todos quienes le apoyaron y protegieron no son más que mierda apilada, no hubo plata que los salvara ni apellidos que valieran. El rumor le circunda, sabe que más pronto que tarde caerá sobre él y lo arrasará. “¿Qué pasó?”, pregunta tras de sí una resquebrajada voz femenina, el Alcalde voltea y al ver sus humildes ropas se tira sobre sus pies, creyendo que la masacre la organizaron desde el Oeste. —Diles que no me maten. La muchacha queda estática al ver la reacción del Alcalde. Recuerda su endiablado rostro en prensa y televisión, prometiendo el muro que salvaría a los del Este. El Alcalde siente que podría salvarse jurando sumarse a su causa. La muchacha intenta decirle algo pero el Alcalde no deja que hable enumerándole excusas; ella alza el rostro al oír que los rumores dispersos se unifican hacia ellos. El Alcalde lo nota y en su mente prepara el discurso que dirá en nombre de su redención; mucho antes de empezar siente una brisa caliente recorriéndole la piel. La muchacha ve con estupor cómo la nube demoledora de hace algunos segundos es ahora una muralla que atraviesa la ciudad. Se levanta limpiándose las rodillas y pasa su tierna mano sobre los ásperos bloques comprobando que ya no sueña, que sí los han dividido. Suelta un leve gemido y vuelve a casa de la abuela. Está destinada a ser del Oeste. Y ya fuera de su ensueño, una sonrisa maligna se le dibuja en el rostro, pensando que detrás de ese gran muro que va dejando a sus pasos, una espesa nube se está tragando la luz al ritmo del algún rumor... Su ensueño estará latente más allá de la muralla. ** Juan Manuel Parada paradacreativa@gmail.com Escritor venezolano (Yaritagua, Yaracuy, 1980). Es editor para el estado Lara del Sistema Nacional de Imprentas (http://bit.ly/SRD3c). Dirige la revista Yo Ediciones. Ha publicado Quemando a Venezuela y otros relatos (El perro y la rana, http://www.elperroylarana.gob.ve; 2004), ganador del Certamen Mayor de las Artes y las Letras, mención cuento breve. Es colaborador de los diarios Yaracuy al Día, El Impulso (http://www.elimpulso.com) y El Informador (http://elinformador.com.ve). Mantiene una bitácora personal en http://juanmanuelparada.blogspot.com. ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “El poema se paga en cada hora de atención exacta que contempla la calle cotidiana, la de siempre”. Armando Rojas Guardia, La nada vigilante (1994). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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