~~~~~~~~~~~~~~~ Año XIV Cagua, Venezuela Nº 227 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 1 de marzo de 2010 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ ISSN: 1856-7983 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | Esperanza americana. / Los cuarenta de Artesa. / | Breves Hernández pictórico. / Caracas revolucionaria. / Curso | hernandiano. / Contar en cine. / Pomponio hace llover. | | Navarro Durán: segunda parte del Lazarillo es de Hurtado | Noticias de Mendoza. / Ernesto Cardenal: el premio Nobel “no me | interesa”. / T. J. English niega haber plagiado al | escritor cubano Enrique Cirules. / Falleció el escritor | venezolano Freddy Hernández Álvarez. / CaixaForum | Barcelona anuncia actividades culturales. / El poeta | Antonio Gamoneda pierde originales de un libro en | Barcelona. / Premio Bicentenario de Novela Histórica | para el mexicano Carlos Pascual. / Umberto Eco recibe | doctorado honoris causa de la Universidad de Sevilla. / | Falleció el artista chileno Fernando Krahn. / Venezolano | Gustavo Ott gana concurso caribeño de dramaturgia. / | Falleció el argentino Ariel Ramírez, compositor de la | Misa criolla. / Venezolana Soledy del Valle Linares | obtiene Premio Alba de Novela. / José Gabriel Ceballos | gana el Premio Alfonso VIII. / Dos libros de Macedonio | Fernández son reeditados en España. / Falleció el pintor | hondureño Carlos Garay. / Reeditan en Argentina Bajo | tierra, del venezolano Gustavo Valle. / Obra de Jorge | Luis Borges disponible en bares de Buenos Aires. / | Premio Primavera de Novela para el español Fernando | Marías. / A los 81 años de edad muere el escritor | español Alfonso Martínez-Mena. / Vargas Llosa visita | biblioteca con su nombre en Lima. / Gabriel García | Márquez aclamado en Cartagena. / Publican en España | libro autobiográfico de Cabrera Infante. / Eduardo | Sánchez Rugeles gana primer premio Arturo Uslar Pietri. | / María Cecilia Velasco obtiene Premio de Literatura | Infantil y Juvenil. / Ex represor argentino afirma que | Rodolfo Walsh se suicidó. / Suspendido por terremoto en | Chile el V Congreso de la Lengua Española. / Falleció el | escritor cubano Francisco de Oraá. / Patrimonio cultural | e histórico de Santiago severamente dañado. / Revelan el | primer cuento de ciencia ficción publicado en México. / | Lecturas dramatizadas conmemoran el Bicentenario en | Venezuela. / El Salvador es sede del XIII Festival | Internacional de Teatro Infantil. / Estudiantes | mexicanos de historia se reunirán en Guanajuato. / | Guadalajara escogerá a quién leer en el maratón del Día | del Libro. / UCLM dictará curso sobre narrativa | fantástica y de ciencia ficción. / Especialistas en | historia oral se reunirán en Bogotá. | | Liibook. / aNobii. / Planeta Sapiens. / Cultura en la | Literatura Red. / Culturamas. / Olivia Ardey. | en Internet | “Sherlock Holmes, el padre Brown y lo sobrenatural”, | Artículos y Augusto Gayubas. / “Mateo Morrison: Estático en la | reportajes memoria...”, Carlos Reyes. / “‘Los muertos que vos | matáis gozan de buena salud’ (pero sin relación con don | Juan Tenorio)”, Fernando Sorrentino. / “El derecho a la | autogestión cultural”, Jorge Eduardo Padula Perkins. / | “El camino de Delibes”, Raúl Márquez. / “Cerrar el puño | en la rosa y gozar de los espinos”, Adán Echeverría. / | “Ophir Alviárez: sangrar de orgasmos”, Juan Guerrero. / | “El mundo de detrás de los ojos”, José Abad. / “La vida | desde los labios. Reflexiones sobre Historias para | morderte los labios, de Yolanda Arroyo Pizarro”, María | de Lourdes Javier Rivera. / “La Hierba de Teresa Moure: | novela para curar la racionalidad histórica”, María | Elvira González. / “El lenguaje nos mira y nos | interroga. 21 de febrero: Día Internacional de la Lengua | Materna”, María del Carmen Villaverde de Nessier. | | “García Márquez: verdades y mentiras, periodismo y | Entrevistas ficción. De Noticia de un secuestro a Gerald Martin y | Enrique Krauze (entrevista/juego)”, Alberto Hernández. | | “Deterioro del lenguaje y autoritarismo en la | Sala de ensayo Argentina”, Ernesto Fernando Iancilevich. / “Importancia | de la tipología textual en Drácula de Bram Stoker”, | Isabel Noguera Vivancos. / “Presencia y desaparición”, | Mauricio López Osorio. | | “Ejercicio diario”, Raquel Rivas Rojas. / Prosas breves | Letras de Rolando Revagliatti. / “Yo maté a Edú”, Saúl Hurtado | Heras. / Tres textos de María Virginia Ocando. / “De que | vuelan, vuelan...”, Frank Otero Luque. / Poemas de | Daniela Wallffiguer Belmar. / “La piedra”, Pedro Plaza | Salvati. / Cinco textos de Patricia Rivas. / “Cada | agosto”, Milia Gayoso Manzur. / “Invierno alpino” | (extractos), Ulises Varsovia. / “El banco de Gillson | Park”, Gigi Barbuto. / Poemas de Susan Castro Rodríguez. | / Cuatro textos de Marco Antonio Valencia Calle. / | Poemas de Ana María Caliyuri. / “Mi desquite”, Jorge | Ernesto de León Cabrera. / Poemas de Jesús Peñalver. | | “Durmiendo la calle”, Alejandro Cardozo Uzcátegui. / “El | El regreso Irredentista en el mundo moderno. Andante maestoso”, A. | del caracol Ferel. | | Freddy Hernández Álvarez. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Premio Nacional del Libro de Venezuela 2007, Centro Nacional del Libro http://www.cenal.gob.ve =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2008, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| Esperanza americana. Mandala Ediciones (http://www.mandalaediciones.com) acaba de publicar Nuestra América: el dolor pariendo a la esperanza, de la escritora mexicana Mariela Loza Nieto (http://www.letralia.com/firmas/lozanietomariela.htm). Se trata del primer libro de esta autora apasionada por el tema de la injusticia como estigma cultural de Latinoamérica. Sus poemas se caracterizan por su dilatada extensión y por la rudeza de sus palabras, en constante cuestionamiento de la historia contemporánea del continente. “La palabra sencilla, indignada, construida en potentísimas metáforas”, reza el texto de contraportada, “pero lejos de la autoarrogación de heroísmos, va transformando en sentimiento —con la crudeza que produce el dolor y un romanticismo que sólo puede nacer de la esperanza— la frialdad con que la teoría se refiere a esos procesos históricos. El uso magistral de recursos literarios de diálogo y argumentación permiten que las lectoras y lectores completen el mensaje en su propia mente y, a la sazón, puedan convertir el crisol de emociones que provocan los versos, en propios”. Una muestra de estos poemas puede verse en nuestras ediciones 216 (http://www.letralia.com/216/letras01.htm) y 220 (http://www.letralia.com/220/letras03.htm). Nacida en el D.F. en 1977, Loza Nieto es estudiante de la Licenciatura de Historia y Sociedad Contemporánea. En 2008 recibió accésit y mención especial en el I Certamen de Relato Corto de la revista literaria Katharsis (http://www.revistakatharsis.org). Los cuarenta de Artesa. Organizada por la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, en colaboración con el Instituto Municipal de Cultura de Burgos (http://www.aytoburgos.es/contenidos/redirect.asp?contentid=22149), este 24 de febrero fue inaugurada la exposición “La revista Artesa, una aventura de vanguardia en Burgos”, sobre el grupo y la publicación fundados en 1968 —hace cuatro décadas— y dirigidos por el escritor Antonio L. Bouza. Durante muchos años Artesa fue la única publicación castellana y leonesa netamente vanguardista y experimental en “combatir la poesía amanerada y propugnar el avance en la expresión”, según Gonzalo Santonja, director del instituto, para quien “citada por extenso Artesa en todas las historias de la literatura y las revistas literarias de la segunda mitad del siglo XX, la rareza de su colección, con varios números perdidos, y su misma extensión habían hecho inviable su recuperación completa. De ahí la importancia de esta iniciativa, capítulo noble de la historia intelectual de Burgos con proyección e influencia en todo el ámbito de la cultura hispana. Y es que Artesa fijó, sin incurrir en ningún tipo de exageraciones, la capitalidad en hojas volanderas de la vanguardia en el ámbito universal de nuestra lengua, el español de todos y sin fronteras”. La muestra permanecerá abierta al público en el Arco de Santa María hasta el 28 de marzo. http://www.ilcyl.com Hernández pictórico. Desde el pasado 26 de febrero se exhibe, en la sede de la Fundación Miguel Hernández, en Orihuela (España), una colección de 26 cuadros —realizados en diferentes técnicas como acuarela, collage y guache— de la artista oriolana Juliana Javaloy, y basados en el conocido poemario de Hernández, Perito en lunas. Javaloy indicó, en la inauguración de la muestra, que ha querido plasmar el debate amoroso del autor lírico y su desazón entre tres mujeres —Maruja Mallo, Josefina y María— que en el año 1935 le mantuvieron en un conflicto latente ante la disquisición femenina. La exposición está dividida en tres partes, dedicada a cada una de las tres mujeres mencionadas, y refleja en sus pequeños cuadros los versos que les inspiran, también presentes en las paredes de la sala de exposiciones. La pintora inició su formación en la Escuela de Artes y Oficios de su localidad natal y se licenció en Bellas Artes por la Facultad de San Carlos de Valencia en 1992 en la especialidad de dibujo. Tras la formación académica, desplegó su actividad docente en las escuelas de arte de Logroño y en la actualidad, da clases de diseño gráfico en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Valencia. La exposición, abierta al público en la sala de exposiciones del Rincón Hernandiano, podrá contemplarse hasta el domingo 21 de marzo en horario de martes a sábados, de 10 a 14 horas y de 16 a 19 horas. Los domingos y festivos el horario será de 10 a 14 horas. http://www.miguelhernandezvirtual.com Caracas revolucionaria. Organizado por el Museo de Arte Colonial y la Casa Arturo Uslar Pietri (http://www.casauslarpietri.com), este 27 de febrero se inició el ciclo de conferencias “Bicentenario del 19 de abril: a 200 años de los sucesos de Caracas”, que tiene como escenario la Quinta Anauco, en San Bernardino (Caracas). La primera conferencia fue “Los inicios de la emancipación venezolana: el 19 de abril de 1810”, dictada el sábado 27 por el historiador Tomás Straka, de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab, http://www.ucab.edu.ve). Le sigue, este sábado 6 de marzo, “La revolución de 1810: aspectos político-jurídicos”, dictada por Juan Garrido Rovira, de la Universidad Monteávila (http://www.uma.edu.ve); el 13, “Diplomacia insurgente: la mirada al mundo exterior en 1810”, por Edgardo Mondolfi Gudat, de la Universidad Metropolitana (http://www.unimet.edu.ve), y el 20, “A 200 años de los sucesos de Caracas: el trajinar de dos siglos”, a cargo de Elías Pino Iturrieta, de la Academia Nacional de la Historia (ANH, http://www.anhvenezuela.org). La entrada por conferencia tiene un costo de 25 bolívares (15 para estudiantes), mientras que por todo el ciclo será de 80 bolívares (40 para estudiantes). Se entregará certificado de asistencia. Para solicitar mayor información, el interesado puede comunicarse con el coordinador académico, Guillermo Guzmán, mediante el teléfono (0414) 3301971 o el correo electrónico gguzman95@gmail.com. http://www.quintadeanauco.org.ve Curso hernandiano. El gobierno de Castilla-La Mancha (http://www.jccm.es) se unirá a las celebraciones del Año Hernandiano con el curso “Miguel Hernández, un ruiseñor en la besana”, que tendrá lugar en Toledo del 2 al 7 de marzo y que, además del ciclo de conferencias, incluye un concierto, un viaje a la tierra natal del poeta y una exposición de dibujos. El curso, que se realizará en el Centro Cultural CCM Palacio de Benacazón de Toledo, es gratuito y está abierto al público general. Su objetivo es recordar la figura y la obra de este poeta y dramaturgo español nacido en Orihuela (Alicante) en 1910 y muerto en prisión a los 31 años, después de su encarcelación tras la Guerra Civil Española. Profesores de diversas universidades españolas y de la estadounidense Universidad de Virginia (http://www.virginia.edu), así como responsables de la Fundación Cultural Miguel Hernández (http://www.miguelhernandezvirtual.com) y de la Fundación Vicente Aleixandre, ofrecerán una quincena de ponencias que servirán para conocer más a fondo la vida y la obra del autor. Los estudiantes de la UCLM que asistan al curso dispondrán de dos créditos de libre configuración y los profesores de la región obtendrán 3 créditos de formación, homologados por la Consejería de Educación y Ciencia. El plazo de inscripción permanecerá abierto hasta este martes 2 de marzo. Contar en cine. Así se llama el taller de dramaturgia clásica y guión audiovisual que el director y dramaturgo cubano Alejandro Normand (Camagüey, 1958) dictará en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) a partir del 8 de marzo. Este taller está dirigido a estudiantes sin conocimiento previo del lenguaje cinematográfico y la historia del cine, a promotores de la actividad fílmica y al público en general. Se propone brindar al participante los conocimientos elementales de la dramaturgia y el guión cinematográfico, dotándolo a través de la teoría, ejercicios prácticos y ejemplos del cine mundial de herramientas básicas para la escritura de guiones audiovisuales. Se desarrolla a partir de la discusión teórica, ejercicios prácticos, el análisis de fragmentos de filmes y el debate abierto. Navarro es egresado del Instituto Superior de Arte de La Habana (http://www.isa.cult.cu) en la carrera de teatrología y dramaturgia, y de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (http://www.eictv.org), en la especialización de dirección de cine y televisión. Ha escrito y dirigido tanto para teatro como para televisión y cine. Como facilitador ha dictado talleres de cine en la Universidad Simón Bolívar (USB, http://www.usb.ve), en la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve), así como en diversas escuelas de cine. En la actualidad se dedica a la escritura, asesoría y producción independiente. El taller, que se extenderá hasta el 12 de julio, será dictado los lunes de cada semana de 6 de la tarde a 9 de la noche. El costo es de 300 bolívares mensuales por participante. http://www.celarg.gob.ve Pomponio hace llover. El próximo domingo 14 de marzo, a las 17 horas, se celebrará en la Sala Julio Cortázar de la Biblioteca Nacional de Argentina (http://www.bn.gov.ar) el lanzamiento mundial del poemario Lluvias torrenciales, del escritor Juan Pomponio Castiglione (http://www.letralia.com/firmas/pomponiojuan.htm), evento en el que actuará la bailarina, coreógrafa, maestra y directora Karina Mariposa Roldán, quien ofrecerá su arte danzado en una secuencia coreográfica especialmente dedicada para la ocasión, interpretado por ella y su compañía de danzas. Se proyectarán imágenes en pantalla grande del espectáculo “Lluvias torrenciales”, creado y coreografiado por Roldán, y basado en la obra poética que Pomponio Castiglione expone para todos sus lectores. También se exhibirán cuadros que los artistas plásticos de Venezuela Juana Flores y Salvador Muntaner Vivas han enviado especialmente para esta presentación. La entrada al evento es gratuita. Al finalizar la presentación, se celebrará un brindis con el poeta. http://fraguauniversal.blogspot.com/2010/02/lluvia-errante.html ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Navarro Durán: segunda parte del Lazarillo es de Hurtado de Mendoza Rosa Navarro Durán, catedrática de literatura española de la Universidad de Barcelona (http://www.ub.edu), afirma en el número de enero/febrero de la revista literaria española Clarín (http://www.edicionesnobel.com/clarin.php) —como ya lo ha hecho en anteriores oportunidades— que Diego Hurtado de Mendoza es el autor de la segunda parte del clásico Lazarillo de Tormes. Según la catedrática, Hurtado escribió la continuación del Lazarillo —cuya primera parte se atribuye a Alfonso de Valdés— como sátira contra el emperador Carlos V después de haber sido cesado por éste de los cargos que desempeñaba por sus desmanes como diplomático. Reconocida internacionalmente por sus trabajos sobre la obra cumbre de la literatura picaresca española, Navarro Durán es autora, además, de numerosos estudios y trabajos publicados y traducidos en varios países, incluyendo una edición de El Quijote para niños que ha sido editada en inglés, francés e incluso en lituano y coreano. Clarín, editada en Oviedo por el sello Nobel y que ya alcanza el número 85, incluye también una quincena de sus célebres “paliques”, denominación que rememora los artículos que firmaba el autor de La Regenta y que sirven como críticas literarias de otras tantas obras recientes. Dirigida por José Luis García Martín, la revista se publica cada dos meses desde enero de 1996. Fuente: EFE *** Ernesto Cardenal: el premio Nobel “no me interesa” El poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal dijo a la prensa de su país que no le interesa ganar el Premio Nobel de Literatura 2010, para el que ha sido propuesto por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE, http://www.sgae.es) de España. El autor reveló que se encuentra escribiendo una nueva obra pero no quiso adelantar detalle alguno. “No me interesa, no me interesa”, dijo el poeta nicaragüense tras participar en una actividad del VI Festival Internacional de Poesía (http://www.festivalpoesianicaragua.com), que se realizó del 14 al 21 de febrero en la ciudad colonial de Granada (Nicaragua), su tierra natal. El escritor, que es la figura principal de ese evento, participó en una mesa redonda sobre la vida y obra del fallecido poeta nicaragüense Azarías H. Pallais (1884-1954), a quien estuvo dedicado el festival. Ministro de Cultura durante el primer gobierno sandinista (1979-1990), Cardenal recibió el martes 16 de febrero el respaldo de 150 poetas de 58 países que participan en el festival. La SGAE propuso a la Academia Sueca (http://www.svenskaakademien.se/web/es.aspx) los nombres de los escritores Ernesto Sábato (Rojas, Buenos Aires, 1911), Miguel Delibes (Valladolid, España, 1920) y Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925) como candidatos al Premio Nobel de Literatura 2010. El presidente del evento, el poeta nicaragüense Francisco de Asís Fernández, dijo que en el documento final del VI Festival Internacional de Poesía se incluiría el respaldo a Cardenal a su candidatura al Premio Nobel de Literatura 2010. Cardenal, autor de Epigramas y otras obras, es un sacerdote católico, escritor, escultor y uno de los más destacados religiosos de la teología de la liberación. Fuente: El Heraldo *** T. J. English niega haber plagiado al escritor cubano Enrique Cirules El escritor estadounidense Thomas Joseph English (http://www.tj-english.com), quien tiene varios libros sobre el mundo del crimen organizado, negó el pasado martes 16 de febrero las graves acusaciones de plagio vertidas el viernes 12 en La Habana por el novelista, narrador y ensayista cubano Enrique Cirules, y reportadas por Letralia en su edición 226 (http://www.letralia.com/226/0212cirules.htm). “No hay plagio. Donde quiera que fue usado el trabajo de Cirules como una fuente para Havana Nocturne, se hizo referencia y a pie de página. La acusación de que yo usé ‘temas’ de su trabajo simplemente no es verdad”, dijo English. Havana Nocturne narra historias de mafiosos norteamericanos en la capital cubana hasta los años 50. Fue publicado en 2008 por English, e importantes medios de su país lo calificaron de best-seller, por lo que los derechos cinematográficos del libro fueron adquiridos por una productora estadounidense que estrenará una versión fílmica en 2012. En una entrevista divulgada por el diario cubano Juventud Rebelde (http://www.juventudrebelde.cu), Cirules denuncia que en Havana Nocturne se “me plagia burda y profusamente”, y que es “un cruel canibaleo” de su obra y parte de un proyecto para manipular sus libros El imperio en La Habana (1993), premio Casa de las Américas, y La vida secreta de Meyer Lansky en La Habana (2004). Cirules (Camagüey, 1938) es un intelectual con una vasta obra que incluye, además, Conversación con el último norteamericano, Guardafronteras, La otra guerra —finalista del Premio Casa en 1977—, La saga de La Gloria City, Bluefields, Extraña lluvia en la tormenta, Hemingway en la cayería de Romano (mención del Premio Casa en 1999), y entre sus últimos éxitos junto a La vida secreta..., la novela Santa Clara Santa (2007), primera parte de una trilogía sobre una familia cubana que participó en los acontecimientos mundiales más importantes del siglo XX. English reconoció que “el señor Cirules merece el crédito de ser uno de los primeros en explorar el tema de los gangsters de Estados Unidos en La Habana”, pero “él no es dueño de la historia. Él no es propietario de las memorias de Armando Jaime Casielles, en quien está basada mucha de la reputación de Cirules como un experto en la materia. Él no creó los hechos. Algunos se basarán en su trabajo, y otros se basarán en los míos”. Nacido en Tacoma (Washington) en 1957, English se trasladaría luego a Nueva York, donde ejerció como periodista freelance por el día, mientras de noche hacía de taxista. Es autor además de The Havana Mob: Gansters, Gamblers, Showgirls y Revolutionaries en la Cuba de los 50 (2007), Paddy Whacked (2005), Born to Hill (1995) y The Westies (1990). Cirules reveló que mandó buscar el libro Havana Nocturne y, además de descubrir que English “había copiado literalmente una buena parte de mis libros”, se sorprendió de nuevo al “ver una foto donde reconocí a ese personaje. Él había tocado a mi puerta, confesando su admiración por mí y que deseaba conocerme. De pronto, mientras estábamos hablando, lo sorprendí conectando a escondidas una pequeña grabadora. Le ordené que apagara ese equipo y se fuera, pero este señor me rogó que lo dejara tomarse una foto conmigo”. El escritor cubano afirmó que fueron “muchos” los temas excluidos por el norteamericano, y que “uno de los más importantes ha sido ocultar la existencia en Cuba, antes de la Revolución, de una trilogía del poder real: grupos financieros-mafia-servicios especiales estadounidenses”. English, que dice haber viajado en tres ocasiones a La Habana para sus investigaciones a partir de 2006, afirmó en su declaración enviada a este diario en alusión a esta denuncia de Cirules: “En cuanto a su cuento de que llegué a su casa buscando una reunión con él y tomar una fotografía, y que me echó, voy a ser caritativo y decir que el señor Cirules podría confundirme con alguno de sus admiradores... Nunca he visto ni reunido con ese hombre en mi vida”. Fuente: Esto *** Falleció el escritor venezolano Freddy Hernández Álvarez En 1990 obtuvo el Premio Nacional de Poesía por el poemario El adivinador de enigmas La madrugada de este martes 16 de febrero falleció en Puerto La Cruz (Anzoátegui) a los 60 años de edad, víctima de una prolongada enfermedad, el escritor venezolano Freddy Hernández Álvarez, ganador del Premio Nacional de Poesía en 1990. Sus cenizas serán esparcidas en el mar Caribe. Reconocido nacional e internacionalmente, el escritor era oriundo de La Guaira (Vargas), donde había nacido el 20 de febrero de 1949. Residió la mayor parte de su vida en Puerto La Cruz. Era ingeniero egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve) y había ejercido la docencia en la Universidad de Oriente (UDO, http://www.udo.edu.ve). Entre 2004 y 2006 ocupó el cargo de director regional de Planificación en la Gobernación de Anzoátegui (http://www.gobernaciondeanzoategui.com), hasta su retiro por problemas de salud. Hasta su muerte se mantuvo en el consejo consultivo del Fondo Editorial del Caribe, coordinado por el poeta Fidel Flores. Fue autor de Tiempo de paz, tiempo de balas (1975), El baile de los cangrejos (1977), Paraguachoa, primera memoria del alcatraz (1979), Oh, taberna (1982), Principio de partida (teatro, 1983), El farero de Biblos (1984), Memoriales del ángel bastardo (1986), El adivinador de enigmas (1989, Premio Nacional de Poesía 1990), El itinerario de Penélope (1991), Huayra: la transparencia (novela; Primer Premio de Narrativa de la VIII Bienal Literaria “José Antonio Ramos Sucre” y finalista del Premio Planeta “Miguel Otero Silva”). Con su última novela, Los argonautas ebrios, obtuvo el Primer Premio en el Concurso de Novela “XL Años de la Reapertura de la Universidad de Carabobo” (1998). La Gobernación de Anzoátegui, cuyo titular es Tarek William Saab, informó que realizará próximamente un homenaje al escritor. Fuentes: El Periodiquito • El Tiempo • Mundo Oriental *** CaixaForum Barcelona anuncia actividades culturales La Fundación La Caixa ofrecerá, entre marzo y abril, diversas conferencias, proyecciones y lecturas poéticas. CaixaForum Barcelona (http://bit.ly/bkIJmd) presentará, como parte de su programa continuo de actividades culturales, una serie de conferencias, proyecciones y lecturas poéticas a realizarse en su sede del 6-8 de la avenida Ferrer i Guardia, en Barcelona (España), en su horario habitual de lunes a domingo entre 10 y 20 horas, y sábados de 10 a 22. El pasado 17 de febrero fue inaugurada la muestra “Federico Fellini: el circo de las ilusiones” que, centrada exclusivamente en las imágenes, explora el universo felliniano. Una especie de laboratorio visual con más de cuatrocientas obras, la muestra propicia el diálogo entre las imágenes fijas y las imágenes animadas. Presenta a Fellini a través de sus distintas obsesiones y trata sus fuentes de inspiración como materia prima de su proceso creativo. Como actividades complementarias a la exposición se ha programado un ciclo de conferencias que se inició el martes 16 de febrero con “Fellini o la fábrica de las imágenes”, a cargo de Sam Stourdzé, comisario de la muestra, y continuará todos los miércoles de este mes a partir de las 19. El 3 de marzo continúa con “Mitologías y espectáculos”, a cargo de Pilar Pedraza; el 10, “Fellini: el universo del juego; de la viñeta a la gran pantalla”, por Gino Frezza; el 17, “Nel mezzo del cammin; entre Dante y Fellini”, por Raffaele Pinto; el 24, “La representación del deseo en el cine de Fellini”, por Núria Bou, y el 31, “Viaje a Tulum: trabajar con Fellini”, por Milo Manara. Paralelamente a estas conferencias serán proyectados los filmes Satiricón (1968), El jeque blanco (1951), La dolce vita (1960), Amarcord (1973) y Fellini 8 ½ (1963). El martes 16 de marzo será inaugurada la exposición “Retrato de la infancia en el mundo”, organizada conjuntamente con la Unicef (http://www.unicef.org/spanish) con motivo del 20º aniversario de la Convención sobre los Derechos de la Infancia, y que incluye fotografías de Isabel Muñoz tomadas en veinte países de cuatro continentes, en las que plasma la realidad de la infancia y de sus derechos. Igualmente, el 15 de enero fue inaugurado el ciclo de conferencias “Exploradores españoles olvidados”, que recupera las historias de quienes decidieron labrarse su destino en el entonces desconocido continente americano. Conquistadores como Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Pedro Alonso de Galeas, Isabel de Barreto o el andalusí Yeudar, Ruiz Blas y Luis Gálvez, que reinaron en países y territorios extranjeros. Otros, como Pedro Páez, librado a su fe, que participaron en la sorprendente saga de los jesuitas evangelizadores. Las conferencias previstas para el mes de marzo y abril en el marco del ciclo son, el viernes 12 de marzo, “Yeudar: los andaluces en Tombuctú”, a cargo del editor Juan Barceló y enfocada en la gesta del almeriense Yeudar, que partió a la conquista de la ruta del oro con miles de andaluces renegados y mercenarios a su cargo; y el viernes 16 de abril, “Cabeza de Vaca, el conquistador desarmado”, que el antropólogo Pep Bernadas sobre este conquistador, que fuera capturado por los indios y pasara de ser esclavo a mercader, curandero y gobernador del Virreinato de Río de la Plata. Ambas conferencias serán a las 19 horas. Además, este lunes 1 de marzo continúa el ciclo de conferencias “Pensadores catalanes: Balmes, Pi i Margall, Joan Maragall, Lerroux, Vicens Vives”, que se inició el 15 de febrero y se extenderá hasta el 22 de marzo. Aprovechando el bicentenario del nacimiento de Jaume Balmes y los centenarios de la Semana Trágica, la muerte de Joan Maragall y el nacimiento de Jaume Vicens Vives, el ciclo propone una relectura de algunos de los principales pensadores o agitadores intelectuales de la catalanidad contemporánea. Todos los lunes de marzo a las 19:30 horas tendrá lugar una de las conferencias del ciclo. La de este lunes 1 se titula “Cataluña, ¿grano fértil o infecundo de la espiga de España? Centenario de Joan Maragall”, y será dictada por Toni Sala y Enric Juliana; le sigue, el lunes 8, “Lerrouxismo, 100 años después de la Semana Trágica”, por Ferran Sáez Mateu y José Álvarez Junco; el 15, “¿Todavía somos (y debemos ser) pactistas, los catalanes? Centenario de Jaume Vicens Vives”, por Josep M. Muñoz y Montserrat Duch, y el 22, “¿Hay partido, después de la prórroga novecentista de Pujol?”, por Francesc-Marc Álvaro y Antoni Puigverd. Iniciado el pasado 17 de febrero y con actividades hasta el próximo 16 de marzo, esta semana continúa el ciclo de conferencias “Narrar en la era de la imagen”, una exploración de las relaciones entre la literatura y otras artes, específicamente las artes de la imagen: arte, cine, vídeo, cómic. El ciclo se inició con sendas conferencias de Richard Price y Rodrigo Fresán, el miércoles 17 de febrero, y de David Trueba e Iván Pintor, el 24. Continúa todos los martes de marzo, desde este martes 2 con “El vídeo se nutre de las novelas”, a cargo de Andrés Hispano y bajo la coordinación de Iván de la Nuez; el 16, “La vida co(a)ntada...”, con Sr. Chinarro y Julián Rodríguez; y, el mismo 16, “Instrucciones para violentar el pasado”, con Rodolfo Fogwill e Iván de la Nuez. El 7 de abril será inaugurado el ciclo de conferencias y lecturas poéticas “De poema a poema: poemas de la literatura hispánica comentados por poetas”, que se extenderá hasta el 12 de mayo, y en el que serán leídos algunos poemas extraordinarios de la literatura hispánica, comentados por algunos de los mejores poetas actuales. Las sesiones de este ciclo se realizarán todos los miércoles. En la primera sesión, el 7, Carlos Marzal introducirá a los asistentes en la poesía de Francisco de Quevedo; el 14, Rubén Darío será presentado por Luis Alberto de Cuenca; el 21, Juan Ramón Jiménez lo será por Aurora Luque; el 28, Jaime Gil de Biedma por Pere Rovira, y finalmente, el 12 de mayo, Luis Rosales por Luis García Montero. Fuente: CaixaForum Barcelona *** El poeta Antonio Gamoneda pierde originales de un libro en Barcelona El poeta español Antonio Gamoneda perdió, posiblemente durante un viaje a Barcelona, los originales de Canción errónea, título provisional del libro al que se ha dedicado en los últimos meses. Así lo informó a la prensa el pasado 17 de febrero el escritor leonés, quien no está seguro de si olvidó los textos en un taxi o en el avión. Gamoneda acudió a la Ciudad Condal para recibir el Premio Ciudad de Barcelona por su libro de memorias Un armario lleno de sombra, que recibió el favor del jurado en virtud de “la ejemplaridad de su prosa y su valor moral como testimonio de toda una época”. El escritor explicó que ha hecho todo lo posible por recuperar estos poemas. “He hecho muchísimas gestiones”, dijo. Tantas, que ya no le falta más que acudir a la oficina de Objetos Perdidos. “Pero no abre todos los días”, aclara. “Es un trabajo difícilmente recuperable”, confiesa el premio Cervantes. Gamoneda, que trabaja siempre que los múltiples compromisos literarios se lo permiten —hace sólo unos días presentaba en Burdeos su Libro del frío—, llevaba sus últimos poemas en una carpeta negra de Bankinter con unas flores dibujadas por él mismo. Sólo una parte de estos poemas los había pasado al ordenador, “pero sin las correcciones manuales”, de ahí su empeño en encontrar los folios originales. Además, otra parte de su próximo poemario “estaba únicamente en garabatos”. Al autor de Libro de los venenos —recientemente traducido al francés y presentado en París— no le preocupa que alguien pueda arrebatarle sus poemas; únicamente lamenta que “es un trabajo difícilmente repetible”. Asegura que no tiene fecha para la publicación de Canción errónea; y, con, lo que ha ocurrido, “ahora menos”. Fuente: Diario de León *** Premio Bicentenario de Novela Histórica para el mexicano Carlos Pascual El escritor y guionista mexicano Carlos Pascual se convirtió el pasado 16 de febrero en el ganador del Premio Bicentenario de Novela Histórica, convocado por Random House Mondadori (http://www.rhmx.com.mx), por su libro La insurgenta, basado en la vida de Leona Vicario, la llamada Madre de la Patria. “Es una novela que pretende salvar y traer a la memoria la función femenina en la lucha por la Independencia. Es una figura que siempre me ha fascinado y todos los que en algún momento hemos hecho periodismo compartimos tal vez la admiración por Leona (Vicario), porque se le considera la primera mujer periodista de México”, dijo el autor en la conferencia de prensa donde no sólo se le dio a conocer como ganador de los 400 mil pesos del premio, sino que también se presentó el libro ya impreso. “Me parece importante escribir acerca de Leona Vicario”, dijo Pascual, “porque la historia en México está hecha por héroes y por villanos, porque la historia presenta hechos, cosas; difícilmente presenta ideas y Leona Vicario es ante todo ideas: no dio de gritos en ningún lado, no dio de taconazos en otra parte, no levantó una lápida ni quemó una puerta. Leona Vicario escribía ideas, fue una de las grandes ideólogas de la Independencia, junto con su marido, Andrés Quintana Roo, y eso me parece muy importante resaltarlo y escribir sobre las ideas que gestaron el movimiento independentista”. De acuerdo con el jurado —integrado por los escritores Enrique Serna y Eduardo Antonio Parra, así como Andrés Ramírez en nombre de la editorial—, se decidió premiar Los retratos de una Leona (título original del libro) al considerar que presenta una “atinada radiografía de la época, que reconstruye el buen manejo del lenguaje dramático y narrativo, su facilidad para caracterizar a los personajes históricos con unas cuantas pinceladas y el complejo retrato sicológico de la heroína, que resalta sus cualidades humanas sin caer en la idealización”. Pascual subrayó que su interés al retomar a ese personaje histórico fue “resaltar el papel femenino en la lucha revolucionaria e independentista, y el momento en que se están gestando los héroes, beneméritos y próceres de la patria”. Las conmemoraciones por el bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución, “a los que yo me resisto a llamar festejos o celebraciones, son sin duda muy importantes y nos deben llevar a hacer un alto en el camino y reflexionar”. Andrés Ramírez, director literario de Random House Mondadori, indicó que en esta ocasión se recibieron 33 libros y los finalistas fueron cinco, de los cuales ya se publicó al ganador, mientras que otros dos, El misterio del águila y Mariano Matamoros, también serán publicados en meses próximos. Añadió que este año Grijalbo —filial de Random House Mondadori— convocará otro premio, sin el nombre de Bicentenario de Novela Histórica, abierto a otros géneros, aunque con retribución pecuniaria menor. Por otra parte, permanece abierta la convocatoria al Premio B Bicentenario de Novela 2010, emitida por el sello Ediciones B, en la que algunos de los requisitos son que pueden participar obras de ficción escritas en español e inéditas, y el estímulo consistirá en la publicación de la obra y su presentación en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL, http://www.fil.com.mx). Las bases están disponibles en nuestro boletín de concursos, en http://www.letralia.com/concursos/1006152.htm. Fuente: La Jornada *** Umberto Eco recibe doctorado honoris causa de la Universidad de Sevilla El semiólogo italiano Umberto Eco (Alessandria, 1932) recibió este 18 de febrero el doctorado honoris causa de la Universidad de Sevilla (http://www.us.es), en una ceremonia presidida por el rector Joaquín Luque. La máxima distinción académica de la universidad andaluza se le otorga al italiano a propuesta de la Facultad de Comunicación. En el acto, Eco fue apadrinado por el catedrático de la Facultad de Comunicación Manuel Ángel Vázquez Medel, que se encargó de la tradicional laudatio. Vázquez hiló un discurso en el que señaló a Umberto Eco como “el último gran humanista” e “impulsor de la dignificación de los estudios sobre comunicación”. El padrino enumeró además las grandes pasiones del homenajeado: la semiótica, la literatura y la “expresión artística”, la comunicación y, por último, la universidad. Para el catedrático español, Eco se caracteriza por ser un “defensor constante de una verdadera democracia basada en la libertad, la justicia social y la solidaridad”. Por su parte, el rector de la Hispalense le dedicó unas palabras al fallecido Francisco Ayala, que fuera primer honoris causa de la Universidad de Sevilla, y elogió la sabiduría, el “talento enciclopédico” y el “vigor intelectual” de Eco, al que calificó como “auténtico sabio”. Ese “talento enciclopédico” estuvo muy relacionado con el discurso que Umberto Eco pronunció, en italiano, en el acto de investidura. “Es mejor educar a la gente en usar críticamente la libertad que no reducir la libertad”, dijo. A pesar de reconocer que en Internet “no se sabe quién habla” y de que contiene información verdadera y falsa, el catedrático subrayó, tras recibir la distinción universitaria, que imponer criterios mínimos para incluir información en la red supone “la reducción de la libertad”. “Internet es una especie de parodia”, ha afirmado Eco tras comparar la red con Funes el memorioso, el personaje de Jorge Luis Borges que se caracterizaba por recordar cada palabra que escuchaba o cada hoja de árbol que veía, lo que le convertía en “idiota”. Eco ha indicado que el fin de la cultura “no es sólo conservar” porque “una memoria sana conserva algunas cosas, pero otras las desecha”, y ha puesto como ejemplo una biblioteca, formada por los libros que desea tener y también por los que ha descartado. El catedrático también se preguntó cómo se podrían “filtrar” en las escuelas los sitios de Internet para que la información que les llegue a los jóvenes sea fiable. Por otra parte, el autor de El nombre de la rosa, que se negó a avanzar si está preparando algún libro nuevo, señaló que la crisis del periodismo empezó “hace tiempo”, cuando la televisión incluyó telediarios y a las ocho de la tarde ofrecían las noticias que los periódicos sólo podían dar al día siguiente. Además, recordó que los jóvenes ya no leen periódicos porque disponen de Internet, y vaticinó que los diarios escritos vivirán “mientras los leamos los viejos”. Eco señaló que desde hace quince años le preguntan si desaparecerán los libros tradicionales en favor de los electrónicos, aunque aseguró que eso no ocurrirá porque “son la mejor forma de transmitir información” y son hallazgos como “los cuchillos o las cucharas”, que una vez inventados “ya no se puede prescindir de ellos”. Además, subrayó que “no hay ninguna garantía de que los artilugios informáticos puedan conservar la información” como lo hacen los libros, por lo que en lugares como la Biblioteca Nacional de Francia (BNF, http://www.bnf.fr) toda la documentación está informatizada pero los fondos también se conservan en papel porque es “la única garantía” de que se mantengan. “Basta un temporal para que se destruya el ordenador definitivamente y se pierda toda la información contenida”, concluyó el escritor y catedrático, que en otro orden de ideas dijo considerarse “demasiado viejo” para trasladarse a Sevilla y dar clases puntualmente. Eco ya ha sido investido doctor honoris causa en 26 universidades, entre las que cabe citar la Universidad Católica de Lovaina (http://www.uclouvain.be), que fue la primera en concederle ese honor; la Universidad del Estado de Nueva York (Suny, http://www.suny.edu), la Universidad de Brown (http://www.brown.edu), la Universidad de Glasgow (http://www.gla.ac.uk), el Royal College of Arts de Londres (http://www.rca.ac.uk), la Universidad de Quebec (http://www.uqam.ca), la Universidad de Uppsala (http://www.uu.se), la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar) y la Universidad de Atenas (http://www.uoa.gr), así como las españolas Complutense de Madrid (UCM, http://www.ucm.es) y de Castilla-La Mancha (UCLM, http://www.uclm.es). Junto al acto de investidura, Eco participó en diversos actos. El miércoles 17 había tomado parte en la sexta edición de la Escuela de Barroco “Barroco y Comunicación”, organizada por la Fundación Focus-Abengoa (http://focus.abengoa.es) y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP, http://www.uimp.es), con una conferencia magistral titulada “La enciclopedia barroca y enciclopedia electrónica”. Fuente: Universia *** Falleció el artista chileno Fernando Krahn El artista plástico Fernando Krahn, quien fungía como dibujante del diario español La Vanguardia (http://www.lavanguardia.es), murió de una isquemia intestinal el pasado 18 de febrero, según informó su familia. Krahn nació en Chile en 1935 y tras el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 abandonó su país y se estableció en Sitges, donde residió hasta su fallecimiento. Krahn acudía cada domingo a su cita con los lectores en el Magazine de La Vanguardia, donde colaboraba desde 1984. Además, desde hace más de un año presentaba cada miércoles en la web del mismo diario su sección animada Krahnology. La última entrega de esta serie se hizo pública, con el título “Sargento numerario” (http://bit.ly/aW0Tnj), apenas un día antes de su muerte. “Últimamente estaba muy animado con la animación de sus dibujos”, explicó su hija Fernanda Krahn. “Era una persona extremadamente creativa y ha trabajado hasta el último momento”, añadió. Hombre polifacético, ha sido guionista, realizador y alma de la Krahnfactory, una empresa que lleva ese nombre como un guiño a la gran industria del cine de animación actual. Con una larga trayectoria internacional en diarios y revistas, es autor de más de cuarenta libros infantiles publicados en Estados Unidos, España, Venezuela y Chile. Durante los años 60 publicó asiduamente en cabeceras de los Estados Unidos, como The New Yorker (http://www.newyorker.com) y Esquire (http://www.esquire.com). En 1976 estrenó su primera película, El crimen perfecto, que obtuvo una mención especial en el Festival de Cine Fantástico de Sitges (http://www.cinemasitges.com), y en 1992 Televisió de Catalunya (http://www.tv3.cat) exhibió su serie animada Dramagrama. “Su legado es enorme”, destacó su hija, que también recordó su “carácter vital y alegre”. “El humor siempre estaba presente en su vida y sólo nos ha dejado buenos recuerdos”, concluye. Fuentes: Europa Press • La Vanguardia *** Venezolano Gustavo Ott gana concurso caribeño de dramaturgia El dramaturgo venezolano Gustavo Ott se hizo acreedor el 19 de febrero de la cuarta edición del Concurso de Escrituras Teatrales Contemporáneas del Caribe, con la pieza Señorita y Madame, en el renglón de Obra no francófona. Este evento es organizado por ETC Caribe, con los auspicios del Fondo Internacional para la Cultura de la Unesco, Culture France, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia (http://www.diplomatie.gouv.fr/es) y el Ayuntamiento de París (http://www.paris.fr/portail/es/Portal.lut?page_id=8230). Ott destacó que la obra es un fresco sobre el vínculo entre el odio y la admiración. Allí relata el contenido del “perverso siglo XX”, mediante la rivalidad entre dos mujeres representantes de la belleza cosmética: Elizabeth Arden y Helena Rubinstein. Esta obra —reconocida internacionalmente a través de este premio por un jurado muy calificado— será presentada en el Teatro San Martín de Caracas, dirigida por el propio Ott, a partir del 12 de marzo próximo. Fuente: El Periodiquito *** Falleció el argentino Ariel Ramírez, compositor de la Misa criolla El músico y compositor argentino Ariel Ramírez, creador de las emblemáticas obras Misa criolla y Mujeres argentinas, falleció el pasado jueves 18 de febrero, a los 88 años, a causa de una neumonía y un cuadro de insuficiencia renal, en una clínica de la localidad bonaerense de Monte Grande. Padecía además hace varios años Alzheimer. Los restos del maestro, cuyo velatorio se hizo en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de Argentina (http://www.congreso.gov.ar), fueron sepultados el sábado 20 en el cementerio de la Chacarita. Ramírez había nacido el 4 de septiembre de 1921 en la provincia de Santa Fe y comenzó a tocar el piano desde muy pequeño. Se recibió de maestro y se mudó a la vecina Córdoba, donde conoció a otro gran compositor del folclore argentino, Atahualpa Yupanqui. Con él recorrió el norte y el oeste del país, fuente de inspiración para muchos de sus temas. Durante su carrera se presentó junto a artistas de la talla de Mercedes Sosa, Jaime Torres y Eduardo Falú. Fue además presidente de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (Sadaic). Alcanzó fama internacional con la Misa Criolla, que compuso siguiendo la liturgia católica y con ritmos de baguala, carnavalito, chacarera y vidala. La grabó por primera vez en 1964 y fue interpretada luego por numerosos grupos y cantantes. También compuso las obras Mujeres argentinas y Cantata sudamericana, en colaboración con el fallecido escritor e historiador Félix Luna, y entre su repertorio de más de 300 canciones se destacan Alfonsina y el mar y Juana Azurduy. Fuente: EFE *** Venezolana Soledy del Valle Linares obtiene Premio Alba de Novela Gracias a su novela Percusión y tomate, la escritora venezolana Soledy del Valle Linares obtuvo el premio latinoamericano de novela de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba, http://www.alianzabolivariana.org), galardón por el que optaban 148 obras provenientes de 16 países de Latinoamérica. El jurado calificador informó que Linares desarrolla en su novela “un lenguaje fresco” y un claro dominio de la narrativa, además de mostrar “una historia comprometedora con la condición existencial del personaje, inmerso en la lucha por afirmar su pequeña identidad”. El jurado estuvo integrado por el venezolano Luis Britto García, el puertorriqueño Luis López y el cubano Francisco López, y la premiación estuvo enmarcada en la Feria Internacional del Libro de La Habana, que finalizó el pasado domingo 21 de febrero. Este evento, que fue convocado por el Fondo Cultural del Alba y el Centro Cultural Dulce María Loynaz de Cuba, se encargó de promover las obras de escritores latinos y caribeños con edades inferiores a los 40 años, y entregó 15 mil dólares al ganador y 10 mil para el ocupante del segundo lugar. Fuente: ABN *** José Gabriel Ceballos gana el Premio Alfonso VIII El escritor argentino José Gabriel Ceballos (Alvear, 1955) obtuvo, con la obra “En la resaca”, el XII Premio de Narrativa “Alfonso VIII”, según el veredicto leído este 23 de febrero por el jurado, presidido por la escritora Almudena Grandes, que seleccionó al ganador por mayoría entre cinco trabajos finalistas. El premio, dotado con 18.000 euros y publicación, fue convocado por la Diputación Provincial de Cuenca (http://www.dipucuenca.es; Castilla-La Mancha, España) con la colaboración de la Editorial Edaf (http://www.edaf.net). La diputada provincial de Servicios Sociales de Cuenca, Anunciación Martínez, precisó que participaron 160 obras procedentes de casi todas las comunidades autónomas españolas (principalmente Madrid, Cataluña y Andalucía), así como México y Argentina. La obra de Ceballos relata la historia de una periodista que traslada a un torturador, desde el asilo donde está ingresado con alzheimer, a la ciudad en la que actuó durante la última dictadura argentina, una situación que desencadena varios procesos tanto individuales como colectivos. Por su parte, Almudena Grandes calificó la novela como “ambiciosa, comprometida y arriesgada que trata un tema delicado. No es una historia simple de buenos y malos sino que aborda los límites de la crueldad y que, además, tiene un final sorprendente”, aseguró. Asimismo, la presidenta del jurado valoró de forma muy positiva la obra ganadora “por la tensión, el tema elegido y la manera de contarlo”. El jurado del certamen literario se completa con los escritores Pedro Zarraluki y Lorenzo Silva; Melquíades Prieto en representación de la Editorial Edaf y Marta Segarra, responsable del Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial. José Gabriel Ceballos es natural de Alvear, localidad argentina con una población aproximada de 10.000 habitantes situada en la frontera con Brasil. Es abogado y ha publicado varios trabajos con anterioridad tanto en poesía como en prosa. En Letralia publicamos un relato suyo en nuestra edición 76 (http://www.letralia.com/76/le03-076.htm). Fuente: Europa Press *** Dos libros de Macedonio Fernández son reeditados en España El sello andaluz Barataria (http://www.barataria-ediciones.com) ha publicado recientemente, en un solo volumen, Papeles de recienvenido y Continuación de la nada (http://www.barataria-ediciones.com/humohaciaelsur/9788495764980.htm), del escritor argentino Macedonio Fernández, en el que se reúnen y recuperan dos libros de “una naturaleza inclasificable, especie de ensayos humorísticos, aspirantes a novelas ambas”, que fueron escritos de forma independiente, pero publicados en un solo volumen en 1944. Fernández, autor de una obra “original y compleja”, fue considerado como “uno de los escritores vanguardistas más importantes de la época”. En el primero de estos libros, ahora lanzado por Barataria, el autor argentino presenta, tal como lo indica su nombre, textos a “un recienvenido cualquiera que viene llegando al mundo de las letras y a la ciudad de Buenos Aires”. Continuación de la nada, por otro lado, muestra al lector papeles que considera que “estarían dentro del arte de la nada, estos es, cartas no contestadas, viajes no realizados, estatuas truncas, autobiografías de no se sabe de quién o esperas en esquinas a alguien que no llega, entre otros”. La publicación de la unión de estas dos obras recoge el retrato de Ramón Gómez de la Serna, quien afirmó que Fernández, desde su pórtico escondido, es “el que más ha influido en las letras dignas de leerse, pues lo que él encontró es el estilo de lo argentino”. Además, el escritor Jorge Luis Borges, del que Fernández fue gran amigo, señaló en la despedida que definir a éste parece “una empresa imposible, ya que es como definir el rojo en términos de otro color”. Fernández, fallecido en 1952, autor de una obra “original y compleja”, que incluye novelas, cuentos, poemas, artículos periodísticos, ensayos filosóficos y textos inclasificables, fue considerado como uno de los escritores vanguardistas más importantes de la época. Publicó poemas en los primeros momentos de la revista literaria Martín Fierro y en Proa, así como en periódicos de la época. Entre sus obras destacan No toda es vigilia la de los ojos abiertos, Museo de la Novela de la Eterna, Adriana Buenos Aires o Epistolario. Por otro lado, el sello indicó que este título se publica en la colección Humo hacia el Sur, dirigida por la escritora chilena Claudia Apablaza (http://www.letralia.com/firmas/apablazaclaudia.htm), que reúne títulos considerados de vanguardia, publicados entre 1920 y 1960, por lo tanto, anteriores “al boom latinoamericano”, precisó. Asimismo, Barataria indicó que de los años 30 al 60 del pasado siglo toda una generación de escritores en Latinoamérica “rompía con los clisés que imponían el costumbrismo y el naturalismo con propuestas literarias revolucionarias, siendo éste el origen del boom de escritores latinoamericanos. La colección Humo hacia el Sur se propone, según afirmó, “ofrecer a los lectores hispanos una visión amplia de los orígenes de su literatura actual”. Así, de cada país latinoamericano se publicarán uno o dos autores; entre ellos Juan Emar de Chile, Martín Adán de Perú, Macedonio Fernández de Argentina, César Vallejo de Perú, Pablo Palacio de Ecuador, Norah Lange de Argentina, Oswald de Andrade de Brasil, entre otros. Fuente: Europa Press *** Falleció el pintor hondureño Carlos Garay El pintor Carlos Garay, considerado el más alto exponente del paisajismo hondureño, murió el lunes 23 de febrero en un hospital público de Tegucigalpa, informó su familia. Tenía 67 años. Su familia, que no dio a conocer las causas de su deceso, dijo en un comunicado que Garay falleció el lunes en el hospital del Instituto de Seguridad Social de Tegucigalpa. Garay se graduó de la Escuela de Bellas Artes de la capital hondureña como profesor en artes plásticas y de inmediato comenzó su carrera pintando a la mujer campesina, pero su pasión fueron los hermosos paisajes del país, lo que lo convirtió en un promotor de la belleza nacional. Sus cuadros están en museos y colecciones privadas de Estados Unidos y Europa, en galerías de renombre internacional, junto al extinto primitivista José Antonio Velásquez. La escuela de Garay fue la impresionista y prefirió la espátula con pintura gruesa y el pincel de escaso barrido. Se caracterizó por su impecable perspectiva, el dibujo y un brillante manejo de la luz. Fuente: AP *** Reeditan en Argentina Bajo tierra, del venezolano Gustavo Valle La novela Bajo tierra, del escritor venezolano Gustavo Valle, ganadora de la segunda edición del Premio Bienal Adriano González León, en 2008, acaba de ser reeditada en Argentina por Norma (http://www.librerianorma.com), como se supo el pasado 23 de febrero. Bajo tierra es el relato de una inquietante búsqueda por las calles de Caracas, que lleva a dos estudiantes universitarios a configurar un mapa descarnado de la ciudad y de sus propias vidas: plazas y avenidas abarrotadas y sórdidas, máquinas en constante funcionamiento, escombros y hoteles de mala muerte se entremezclan con sus miedos, con sus pérdidas y recuerdos. Pero poco parece suceder en la superficie, y las cosas y las personas desaparecidas suelen llevarse consigo a lo más profundo los motivos y secretos de su ausencia. Hacia esas profundidades descienden de la mano de un enigmático mendigo. Un viaje sitiado por tensiones psíquicas y físicas extremas hacia laberintos, túneles y grietas subterráneos. Al final, uno de los protagonistas desemboca en el horror del deslave de Vargas, un punto de llegada hacia otra cara de la realidad, épica, cavada en la intriga. Como parte del premio en 2008, la novela tuvo una primera edición a cargo de Norma, Pen de Venezuela (http://www.pendevenezuela.org) y Econoinvest (http://www.econoinvest.com), y ahora la editorial vuelve a publicarla para el mercado suramericano. Para el concurso, la novela fue fallada según el veredicto de un jurado conformado por Ariel Magnus (Argentina), Rafael Castillo Zapata (Venezuela), Michaelle Ascencio (Venezuela), Oscar Collazos (Colombia) y Alberto Barrera Tyszka (Venezuela). Valle es licenciado en Letras por la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve), y es poeta, ensayista y guionista de cine. Fuente: El Universal *** Obra de Jorge Luis Borges disponible en bares de Buenos Aires La obra literaria del escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) está a partir de ahora disponible en los “bares notables” de la ciudad de Buenos Aires, sitios emblemáticos de la cultura y la historia porteña. El Ministerio de Cultura porteño (http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura) lanzó este 24 de febrero el programa “Yo leo en el bar”, una propuesta que consiste en la instalación de bibliotecas con la colección completa de Borges en quince de estos establecimientos. “De las muchas tareas que encaramos, una de las más queridas es difundir el hábito de la lectura a través de formas no convencionales”, declaró el ministro de cultura porteño, Hernán Lombardi, durante la presentación, que se realizó en el Bar Hotel Castelar y a la que también asistieron María Kodama, viuda de Borges y presidenta de la fundación que lleva su nombre, y el director de Negocios Corporativos de Planeta (http://www.editorialplaneta.com.ar), Roberto Lightowler. “En esta oportunidad lanzamos las bibliotecas en los bares, que son tradicionalmente lugares de lectura, y también llevamos las bibliotecas con mucho éxito a las calesitas (carrousel)”, afirmó. Lombardi destacó que “en ‘Yo leo en el bar’ confluyen dos programas, difusión de la lectura y de los bares notables. Bibliotecas y bares son dos de los mejores aspectos de la porteñidad y dos características de una ciudad que se define como cultura y sobre todo literaria”. “Yo leo en el bar” se propone incorporar espacios no convencionales en el fomento a la lectura, dentro de un programa más amplio cuyo objetivo es instalar la marca “Buenos Aires, Capital Mundial del Libro 2011”, declarada por la Unesco. La candidatura de la ciudad comenzará a regir en el minuto cero del 23 de abril del año próximo, cuando se conmemora el Día Internacional del Libro, en tanto entrega el cetro Ljubjana, Eslovenia, que lo estrena este año. Por su parte, Kodama agradeció a los presentes y al ministerio por el emprendimiento y leyó fragmentos de dos poemas de Borges: “Buenos Aires” y “El libro”. Además, recordó: “Soy parte de esa tradición de estudiantes de filosofía y letras que tomábamos los bares para estudiar y preparar los exámenes”. Finalmente, la actriz Ingrid Pelicori leyó “El amenazado”. Publicados por Emecé y donados por Grupo Planeta al gobierno porteño, los libros que se incluyen en las colecciones distribuidas en los bares son Atlas, Borges de Buenos Aires, Crónicas de Bustos Domecq, El Aleph, El compadrito, El libro de arena, El libro de los seres imaginarios, Fervor de Buenos Aires, Literaturas germánicas medievales, Los mejores cuentos policiales, Luna de enfrente, Obras completas I, II, III y IV, Prólogos, Seis problemas para don Isidro Parodi, Textos recobrados (1919-1929) y Textos recobrados II (1931-1955). Estos títulos estarán al alcance de porteños y turistas que se acerquen a los bares a disfrutar del placer de la lectura. Si bien las bibliotecas en bares notables comienzan con la obra de Borges, el propósito del programa es poner al alcance de la gente ejemplares de los más diversos géneros literarios nada menos que en lugares de reconocido valor cultural y patrimonial. Uno de los desafíos estará en preservar los libros sin hurtarlos. Para ello, durante la presentación se apeló tanto a la colaboración de los mozos como de los propios parroquianos. “Queremos que las bibliotecas salgan a buscar a los lectores, como ya hicimos en las calesitas de Buenos Aires. Los bares de la ciudad son lugares de lectores”, dijo Lombardi. Mientras ponía de relieve que la falta de respeto se ha instalado entre los habitantes de la ciudad, tanto como la exacerbación de la tensión callejera, el funcionario agregó: “Apostamos a una ciudadanía mejor a partir de los libros y la lectura”. Los Bares Notables incluidos son hasta el momento el Café Tortoni, El Gato Netro, el Progreso, Mar Azul, la Confitería Saint Moritz, el Margot, 36 Billares, BaroBar, La Giralda, Los Laureles, La Poesía, Ibérica, El Federal y El Querandí. Fuentes: DPA • Gente BA • La Nación • Ñ Revista de Cultura *** Premio Primavera de Novela para el español Fernando Marías El escritor bilbaíno Fernando Marías obtuvo este 24 de febrero el XIV Premio Primavera de Novela (http://www.espasa.com/premiosprimavera), dotado con 200.000 euros, con su novela Todo el amor y casi toda la muerte, una obra de intriga en la que no falta el amor, el deseo, la pasión, el sentido del humor y “un componente fantástico notorio”. Según el crítico Ángel Basanta, miembro del jurado, la novela ganadora “es una historia originalísima y ambiciosa” que permite hacer “múltiples lecturas” a través de “un relato increíble, que va a gustar a todos los públicos y que no va a dejar indiferente a ningún lector, tanto al que busque entretenimiento como al que busque intriga o un gran componente literario”. En la misma edición, la escritora María Tena quedó finalista con La fragilidad de las panteras, una novela de mujeres, pero que “interesará mucho también a los hombres”, en opinión de Antonio Soler, miembro del jurado, quien destacó que se trata de una historia de tres hermanas y una madre, “al estilo de una Bernarda Alba refinada”. Ambientada en dos épocas distintas, cada una de las mujeres plantea su mundo y todo ello en relación con el núcleo familiar. Nacido en Bilbao en 1958 y residente en Madrid desde 1975, Marías es novelista, guionista ocasional de cine y editor, y ha merecido con anterioridad premios como el Nadal 2001 por El niño de los coroneles, el Ateneo de Sevilla 2005 por El mundo se acaba todos los días, el Nacional de Literatura Infantil y juvenil 2006 por Cielo abajo (por la que también mereció el Anaya de Literatura Juvenil), y el Gran Angular de Literatura Juvenil 2008 por Zara y el librero de Bagdad. Fernando Marías es también autor de las novelas Invasor, La mujer de las alas grises y Esta noche moriré, así como de las obras de literatura infantil y juvenil Biografía del segundo cocodrilo, Goya y el 2 de mayo, La batalla de Matxitxaco y El vengador del Rif. A su vez, María Tena es autora de las novelas Tenemos que vernos y Todavía tú. Ha publicado también cuentos y microrrelatos en diferentes antologías. El pasado año resultó ganador del Premio Primavera, al que en esta edición se han presentado 303 originales, el chileno Luis Sepúlveda, con la novela La sombra de lo que fuimos. El certamen es convocado por el sello Espasa (http://www.espasa.com). Fuente: La Razón *** A los 81 años de edad muere el escritor español Alfonso Martínez-Mena El escritor y periodista español Alfonso Martínez-Mena, ganador entre otros premios del Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y del Hucha de Oro, murió la madrugada del pasado 24 de febrero en su domicilio de Madrid, a los 81 años de edad, como consecuencia de un cáncer de pulmón. Los restos de Martínez-Mena fueron trasladados al día siguiente a su pueblo natal, Alhama de Murcia, donde tuvo lugar el entierro y donde desde hace ya una década el Ayuntamiento local (http://www.alhamademurcia.es) falla un premio de relato breve que lleva su nombre. Nacido en marzo de 1928, Martínez-Mena residió desde su época de estudiante en Madrid, ciudad en la que también desarrolló su actividad literaria, centrada sobre todo en el cuento. Fue doctor en derecho, profesor mercantil y profesor de enseñanza media, así como crítico literario en las revistas SP y Vía Libre, y redactor jefe de Car. Su buen hacer literario le hizo merecedor de varios galardones. Así, en 1965 recibió, con el cuento El extraño, el Premio Sésamo de Cuentos, y dos años más tarde Echar la vida a gatos y El fakir fueron galardonados con los premios de cuentos Gabriel Miró y Caja de Ahorros de León, respectivamente. En 1968 obtuvo, con El pan para la luna, el premio Familia Española, y un año más tarde, el Hucha de Oro por Se llamaba Ginés... seguramente. Martínez-Mena fue autor también de novelas, la primera de las cuales es de 1971 y se titula Las alimañas. Ese año fue galardonado con el premio de novela Ciudad de Murcia por su Introito a la esperanza, primera de una trilogía sobre las virtudes teologales en su dimensión social y humana. Miembro de numerosos jurados literarios, fue además autor de El arca de Noé, El címbalo estruendoso y Antifiguraciones, trabajo de relatos cortos con el que en 1978 fue galardonado con el Premio Álvarez Quintero que otorga la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es). La tierra de nadie, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1981; Hombres con toro dentro, Incidentario, Otrosí y El necrólogo, figuran también entre sus obras. Igualmente, en 1993 publica La cigüeña Robustiana, trabajo al que siguieron Aventura en busca de una corrida de toros, de 1993, y Cuentos ciudadanos, de 1994. Además de los ya citados, Martínez Mena mereció también los premios San Fernando, Ciudad de Melilla, Ciudad de Barbastro, Sara Navarro, Tiflos, Camilo José Cela de Narrativa y Premio Narraciones Breves Antonio Machado. Dentro de su faceta periodística, que también fue distinguida con premios, el escritor murciano colaboró como columnista en los diarios Pueblo y ABC (http://www.abc.es). Fuente: EFE *** Vargas Llosa visita biblioteca con su nombre en Lima El escritor peruano Mario Vargas Llosa visitó en Lima, este 24 de febrero, la recientemente inaugurada Casa de la Literatura Peruana, donde pudo conocer la biblioteca que alberga y que ha sido bautizada en su honor. Rodeado por los responsables del lugar y por la legión de periodistas que lo acompaña en cada acto público al que acude, el autor de La casa verde pudo recorrer las diferentes salas de exposición, en las que se narra mediante paneles, vídeos y diferentes objetos la historia de la literatura en Perú. Vargas Llosa elogió el trabajo realizado en la Casa de la Literatura Peruana, un espacio que, según sus palabras, “consigue su objetivo de interesar a los visitantes en los libros y sus autores. Todo a través de un resumen que está hecho con objetividad y de manera que resulta muy simpática para el visitante”. Ubicado en uno de los edificios más atractivos del centro de la capital peruana, la antigua estación central de trenes de Desamparados, el lugar recorre las obras de autores como César Vallejo, Clorinda Matto de Turner, José Santos Chocano, José María Eguren o el propio Vargas Llosa. El nombre del eterno candidato al premio Nobel de Literatura bautiza la biblioteca central del edificio, que reúne 10.000 volúmenes y está ubicada en un bulevar interior iluminado con luz natural a través de un techo realizado con vidrieras. “Estoy muy agradecido con la honra de que le hayan puesto mi nombre a la biblioteca. Ojalá tenga el éxito que esperamos y despierte en los jóvenes estudiantes el interés por una literatura muy rica, variada y que da un testimonio permanente de la historia y problemática peruana”, señaló Vargas Llosa. Como último acto de la visita, el novelista, ensayista y autor teatral peruano fue obsequiado con una alfombra con la imagen de un hipopótamo, un animal muy querido por él y del que colecciona dibujos, figuras y demás objetos con su imagen. Fuentes: EFE • La República *** Gabriel García Márquez aclamado en Cartagena El escritor colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982, se convirtió en el personaje más aclamado durante la inauguración del 50º Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (http://www.festicinecartagena.org), a cuya inauguración —que se cumplió la noche del jueves 25 de febrero en una plaza de la ciudad caribeña— acudió con su esposa, Mercedes Barcha. El autor de Cien años de soledad vive en México, pero a finales del año pasado viajó a Cartagena de Indias en plan de descanso. Cerca de 3.000 personas que asistieron a la apertura del festival aplaudieron ante su aparición. García Márquez era el invitado central de los organizadores del certamen cultural, que se inició con la presentación de Cartagena, del director francés Alain Monne y protagonizada por Sophie Marceau y Christopher Lambert. En la competencia oficial están las películas Alamar, de Pedro Gonzáles-Rubio (México); Celda 211, de Daniel Monzón (España/Francia); Contracorriente, de Javier Fuentes-León (Alemania/Colombia/Francia/Perú); El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella (Argentina/España); El último verano de la Boyita, de Julia Solomonoff (Argentina/España/Francia) y El vuelco del cangrejo, Óscar Ruiz (Colombia). También participan Gigante, de Adrián Biniez (Alemania/Argentina/España/Uruguay); La Yuma, de Florence Jaugey (Nicaragua); Os famosos e os duendes da Morte, de Esmir Filho (Brasil/Francia); Paraíso, de Héctor Gálvez (España); Retratos en un mar de mentiras, de Carlos Gaviria (Colombia); Tres días con la familia, de Marc Coll (España); Turistas, de Alicia Scherson (Chile) y Viaje redondo, de Gerardo Tort (México). Fuente: DPA *** Publican en España libro autobiográfico de Cabrera Infante Coincidiendo con el quinto aniversario de la muerte del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, la semana pasada salió a la venta en España un libro autobiográfico póstumo del escritor cubano, que bajo el título Cuerpos divinos y publicado por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores (http://www.galaxiagutenberg.com), abarca el período entre 1958 y 1962. Se trata de un libro inacabado de alto valor testimonial ya que en él se encierra “todo el dolor” del autor de Tres tristes tigres y La Habana para un infante difunto, según reveló su viuda, Miriam Gómez. El libro habla de La Habana, el cine, el sexo, la música, la revolución y el exilio. “No sólo la historia, sino la geografía nos condena”, escribe Cabrera Infante. “Las revoluciones son el final de un proceso de las ideas, no el principio, y es siempre un proceso cultural, nunca político. Cuando interviene la política —o mejor los políticos— no se produce una revolución, sino un golpe de Estado, y el proceso cultural se detiene para dar lugar a un programa político. La cultura entonces se convierte en una rama de la propaganda. Es decir, las ilusiones de la cultura, el sueño de la razón, se transforman en pesadilla”. El manuscrito de Cuerpos divinos estaba, como tantos otros papeles, notas y cuadernos del ganador del Premio Cervantes 1997, en la casa de Gloucester Road, en Londres, donde el escritor vivió hasta su muerte, el 22 de febrero de 2005. Muy a su pesar, no era una novela sino unas memorias —“veladas”, dijo él— que arrancaban en 1958 y se cerraban (de momento) en 1962. Para Toni Munné, director de las obras completas del escritor cubano, Cuerpos divinos es un libro fundamental dentro de la obra de Cabrera. “Es el libro que le acompañó toda su vida. Si seguimos las entrevistas a Guillermo vemos que él siempre lo estaba escribiendo. Está escrito desde el recuerdo, desde la voluntad de recordar”. “Le dolía. Luchaba para escribirlo”, explica Gómez. “Yo le tenía miedo a Guillermo cuando la escribía. Se desnudaba y sólo la luz de su lámpara le calentaba. Me aterraba saber qué podía contar”. Intimidades sexuales, reflexiones políticas, amigos desenmascarados y otros fusilados o muertos en vida. “Estaba todo el horror y yo no he querido ni he podido tocarlo”, dice Gómez. “Quedan notas, muchas, pero era imposible encajarlas bien. Todas estarán incluidas en las obras completas, pero el libro debía salir así, hasta el desencanto”. Cabrera Infante le pidió a su mujer que cambiara los nombres falsos que había puesto en el libro una vez que las personas de las que hablaba hubieran muerto. “Sólo la gente que él despreciaba seguirá con seudónimo”. Con su nombre aparecen Hemingway o el propio Fidel Castro, y, con todo lo demás, las mujeres de un hombre enamorado y sexualmente apasionado. “Yo temblaba cuando cogí el libro”, recuerda Gómez. “Me lo llevé a la cama y temblaba. ¿Cómo voy a aparecer yo? Pero ya tengo 70 años y no me importa nada. Guillermo era un loco de las mujeres y era un hombre enamorado. Su madre fue una mujer superior y eso siempre le marcó. Él adoraba escuchar a su madre y a las amigas de su madre, siempre recordaba ese olor a frutas que tenemos las mujeres cuando cruzamos las piernas en el trópico”. Y vuelve a escribir Cabrera: “El hombre es un animal geográfico. La historia no es más que geografía en movimiento, una suerte de isla flotante. Las islas tienden a dominar el continente. Me sé todas esas citas. Son tantas que podrías construir una casa de citas”. “Tuve que reírme. Yo siempre termino por reír. Tengo que reírme como hombre de lo que he perdido como mujer. Tienda de citas”. Fuente: El País *** Eduardo Sánchez Rugeles gana primer premio Arturo Uslar Pietri Eduardo Sánchez Rugeles ganó este 26 de febrero la primera edición del Premio Iberoamericano de Literatura Arturo Uslar Pietri (http://premioiberoamericanouslarpietri.wordpress.com), con la novela Blue Label/Etiqueta Azul, como informó hacia el mediodía el jurado compuesto por los españoles Francisca Noguerol, Jordi Carrión y María del Pilar Puig, y los venezolanos Miguel Gomes y Carlos Pacheco, para quienes la obra de Sánchez destaca por su “captación del habla y la mentalidad juvenil caraqueña de clase media”. El veredicto, divulgado en la fecha del noveno aniversario de la muerte del autor de Lanzas coloradas, elogió también la construcción de la protagonista femenina y “su estructura de relato de viaje con pruebas iniciáticas y por su acertado acercamiento diagonal a la situación venezolana actual desde el desencanto y la confusión”. El coordinador del jurado, el editor Pacheco, destacó que Sánchez es un autor inédito cuya obra destacó entre las 106 participantes, y que además otra de las obras que optaron al premio, Transilvania Unplugged, es también de su autoría. “El autor es completamente inédito, vive en Madrid y publica relatos en un blog”, dijo. El premio consiste en la publicación con la editorial Libros de El Nacional (http://www.el-nacional.com) y una bolsa de 25.000 dólares. Sánchez es licenciado en letras y ha realizado estudios literarios e iberoamericanos en universidades de España. Fue profesor del departamento de Historia y Humanidades del colegio privado San Ignacio de Loyola de Caracas. “Fue un resultado inesperado, pero el jurado lo aprobó por unanimidad. A mí me llegó de principio a fin. Es interesante la manera de captar en el trabajo de campo el lenguaje juvenil de hoy”, señaló Pacheco. El premio es organizado por varios instituciones privadas, entre ellas la Fundación Uslar Pietri (http://www.casauslarpietri.com), la Universidad Metropolitana (http://www.unimet.edu.ve) y el Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca. Los organizadores dijeron que pese a las dificultades para sacar adelante el premio en su primera edición, que enfrentó una reciente devaluación de la moneda nacional, continuará en su convocatoria de manera cíclica con los géneros literarios que cultivó Uslar Pietri. En los próximos años se otorgarán a cuentos, poesía, ensayo y dramaturgia. Fuente: El Universal *** María Cecilia Velasco obtiene Premio de Literatura Infantil y Juvenil La escritora ecuatoriana María Cecilia Velasco, editora de revistas culturales y profesora de literatura, ganó este viernes 26 de febrero el XV Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil, con su novela Tony, escogida entre 118 obras de 15 países. El premio será entregado en agosto de este año, en el marco de la 22ª Feria Internacional del Libro de Bogotá (http://www.feriadellibro.com), Colombia. La autora consiguió con esta, su primera novela breve, “construir una voz particular para cada uno de los protagonistas, que aprenden a vivir en una realidad caracterizada por los dolores, esperanzas, fortalezas y alegrías propias de Latinoamérica”, señaló el jurado. Velasco, nacida en Quito en 1965, ya había publicado el poemario Palimpsesto, con la editorial Alfaguara (http://www.santillana.com.ec). El premio, organizado en conjunto por el Fondo de Promoción de Lectura y la Editorial Norma (http://www.librerianorma.com), ha sido adjudicado en versiones anteriores a escritores como Marina Colasant, de Brasil; Evelio José Rosero, de Colombia; Juan Antonio Ramos, de Puerto Rico; a las argentinas Lilia Lardone, Silvia Schujer y Mónica Weiss, estas dos últimas ganadoras del premio con la obra Hugo tiene hambre. En 2008 había sido adjudicado a la mexicana María García Esperón por su obra Querida Alejandría. Dotado con 8.000 dólares, el premio fue otorgado por un jurado integrado por la escritora argentina Liliana Bodoc, la escritora colombiana Carolina Venegas y la filósofa, también colombiana, María Cristina Rincón. Velasco es profesora del Colegio Alemán de Quito (http://www.caq.edu.ec) y escribió su novela hace un año. En 90 páginas plasmó la vida de Tony, un adolescente contemporáneo, pero no apegado a las tecnologías ni a las redes de comunidades sociales. “Más bien es un chico que hace un homenaje a la tradición y busca sus orígenes, pues desciende de un padre chino; en ese sentido la novela aborda los flujos migratorios de estos tiempos; aquí, en Ecuador, por ejemplo, conviven colombianos, cubanos y gente de otras nacionalidades”, dijo la autora. Tony está muy vinculado a sus abuelos maternos; es un joven moderno y desenfadado. Vive en una ciudad que puede ser Quito u otra de América Latina. La madre de Tony es ecuatoriana, de ahí la unión con los abuelos, en especial con él. Fuente: El Comercio *** Ex represor argentino afirma que Rodolfo Walsh se suicidó El ex represor argentino Jorge “El Tigre” Acosta aseguró este viernes 26 de febrero que si el escritor y periodista Rodolfo Walsh no se hubiera suicidado, estaría declarando como testigo en su contra, y negó la veracidad de los datos proporcionados por el autor de Operación Masacre en su Carta a las Juntas. Walsh envió una denuncia pública a los miembros de la Junta Militar integrada por los jefes de las tres Fuerzas —Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti— denunciando la represión que se había desatado a partir del 24 de marzo de 1976, con su secuela de desapariciones, secuestros y asesinatos. El 23 de marzo de 1977, el escritor distribuyó entre los medios nacionales e internacionales copias de esa carta y, al concurrir a una cita que tenía prevista con miembros de la organización Montoneros, fue emboscado por un grupo de tareas de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) y resultó muerto. Acosta negó la autenticidad de ese episodio en un escrito que presentó ante el Tribunal Oral Federal 5, que lo juzga por los crímenes cometidos en la ESMA junto con otros 18 imputados, en el que sostiene que Walsh se suicidó. Respecto del contenido de la carta, sostuvo que el escritor denuncia la presencia de 15.000 desaparecidos, 10.000 presos y 4.000 muertos. “Nadie puede dudar de que esos datos son falsos y que fueron fraguados por quien era el cerebro dentro de Montoneros, ya que el libro Nunca más no habla de más de 9.000 desaparecidos y ello computando seis años más de guerra, o sea hasta fines de 1983”, indicó. Agregó que el periodista era un encumbrado miembro de Montoneros y el encargado dentro de esa organización de interceptar las comunicaciones cifradas de la Policía Federal, citando las afirmaciones de otro integrante de la agrupación, José Cirilo Perdía, autor de un libro sobre el tema. “Walsh estaba dispuesto a morir sí o sí, por cuanto era suicida llevar una pistola calibre 22 para enfrentar al armamento de guerra que él también tenía a disposición”, manifestó el imputado. Las afirmaciones de Acosta contrastan con los dichos de la última mujer de Walsh, Lilia Ferreyra, quien sostuvo que con su marido habían acordado volver juntos aquel día a su casa en San Vicente, mientras que sobrevivientes de la ESMA dijeron que el cuerpo del autor habría quedado lacerado por una ráfaga de ametralladora. Nacido en 1927 en Choele-Choel (Río Negro), Walsh fue periodista, escritor, dramaturgo y traductor. Militó en la Alianza Libertadora Nacionalista y, luego, en las organizaciones guerrilleras FAP y Montoneros. Como escritor trascendió por sus cuentos policiales ambientados en Argentina y por sus libros de investigación periodística sobre el fusilamiento ilegal de civiles en José León Suárez de junio de 1956 (Operación Masacre) y sobre los asesinatos de Rosendo García (¿Quién mató a Rosendo?) y Marcos Satanowsky (El caso Satanovsky). Sin embargo, antes que escritor, Walsh se consideraba un combatiente revolucionario. Fuente: La Gaceta *** Suspendido por terremoto en Chile el V Congreso de la Lengua Española El V Congreso Internacional de la Lengua Española (http://www.congresodelalengua.cl), que sería inaugurado este martes 2 de marzo por el rey Juan Carlos de España y la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en Valparaíso —en la costa del Pacífico, a 120 kilómetros al oeste de Santiago—, ha sido suspendido a causa del violento terremoto de magnitud 8.8 que sacudió a este país suramericano el pasado 27 de febrero, y que dejó varios cientos de muertos y miles de damnificados. Aunque ya una pequeña delegación española se encontraba en Chile, se esperaba que la mayor parte volara a Santiago este domingo 28 de febrero. También en los próximos días llegaría el resto de los invitados, entre los que se encontraban el mexicano Jorge Volpi, el peruano Mario Vargas Llosa y el argentino Juan Gelman. Pero muchas de las carreteras se encuentran en mal estado, y el aeropuerto de Santiago se encuentra forzosamente cerrado, por lo que vuelos como el de la ministra de Cultura de España (http://www.mcu.es), Ángeles González-Sinde, quien llegaría a Chile este sábado 27, han sido desviados. Se pensó en un momento modificar el programa adaptándolo a quienes sí podrían estar presentes, pero la V Región ha sido declarada zona de catástrofe, por lo que la noche del sábado la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció la suspensión indefinida de cualquier reunión masiva. El mismo sábado, la mandataria conversó telefónicamente con el rey de España para conversar sobre la crisis. “Comprendo que el gobierno está con problemas acuciantes y mucho más apremiantes, como es salir a remediar lo que afecta a las vidas humanas. Chile ha vivido el Congreso con mucho interés y entusiasmo, pero desgraciadamente estas cosas ocurren”, declaró Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es), quien alcanzó a llegar a Chile y vivir en carne propia el terremoto. El director de la RAE narró por vía telefónica, a la emisora española Cadena Ser (http://bit.ly/aN0ccI), cómo fue despertado por el remezón, y cómo logró llegar desde el piso 17 —donde estaba hospedado— hasta el vestíbulo. “Incluso estuve cuando Alfredo Matus (director de la Academia Chilena de la Lengua, http://www.institutodechile.cl/lengua) se enteró de que se había desplomado su casa familiar en la zona del Maule”, agrega. García de la Concha y otros directores de academias se encontraban hospedados en el hotel Crowne Plaza para el momento del terremoto. Antes del congreso estaba previsto que se celebrasen en el propio hotel dos sesiones: el sábado 27 de febrero, la reunión de la comisión interacadémica que se ocupa de la nueva edición de la ortografía que tiene que aparecer en otoño, y el domingo 28, la reunión plenaria de directores y presidentes de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale, http://asale.org). “Debo reconocer que nunca había vivido un terremoto, y es realmente preocupante. En todo lo que podamos, vamos a trabajar y transmitir nuestra solidaridad desde España”, dice también Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es). Para el escritor chileno Jorge Edwards, la decisión de suspender el congreso es “muy razonable”. El autor de Persona non grata participaría del acto inaugural junto a Mario Vargas Llosa y Emilio Lledó. “No veo cómo la presidenta puede estar inaugurando el congreso y en banquetes con el rey de España. Ella tiene que estar en primera fila en el frente. Se puede posponer. Y no es un problema cultural ni de la lengua, sino de las fuerzas de la naturaleza”, dijo. Bajo el lema “América en la Lengua Española”, el programa del congreso incluía la presentación de la versión manual (750 páginas) de la nueva gramática y dos ediciones conmemorativas de la obra de los poetas chilenos y premios Nobel Gabriela Mistral y Pablo Neruda. El programa del encuentro incluía también la participación de políticos, académicos y escritores como Felipe González, Ricardo Lagos, Ernesto Zedillo, Ángel Gabilondo, Antonio Skármeta, Juan Gelman, Nicanor Parra y Gonzalo Rojas. Otras actividades sufrieron la misma suerte del V Congreso Internacional de la Lengua Española. El 50º Festival de Viña del Mar (http://festival2009.canal13.cl), que se inició el lunes 23 de febrero, no pudo realizar su clausura, programada para la noche del sábado 27 con Los Jaivas, una banda chilena de rock latinoamericano; Beto Cuevas, ex vocalista del disuelto grupo local La Ley, y los argentinos Los Fabulosos Cadillacs. También la primera edición del Congreso de Literatura Infantil y Juvenil (Cilelij 2010, http://www.cilelij.cl), que finalizaría este domingo 28 con un acto masivo en la Biblioteca de Santiago, y el Primer Congreso de Lenguas Indígenas de Chile, que se iniciaría el martes 3 de marzo en la Universidad de Santiago de Chile (Usach, http://www.usach.cl), han sido suspendidos. Fuentes: El Mercurio • El País *** Falleció el escritor cubano Francisco de Oraá El escritor Francisco de Oraá falleció el sábado 27 de febrero en La Habana de una repentina enfermedad, según informaron el Ministerio de Cultura (http://www.min.cult.cu) y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac, http://www.uneac.org.cu). Su sepelio se realizó este domingo 28 de febrero en el Cementerio de Colón. De Oraá había nacido en la capital cubana el 4 de julio de 1929. Muy temprano comenzó a mostrar vocación por las letras, pues colaboró en la revista de literatura para niños Ronda, editada en provincia, pero de circulación nacional, y hacia 1941 dio a conocer textos suyos en Archipiélago, de Caibarién, que se distribuía por América Latina. Colaboró también en El País Gráfico. Más tarde, después de 1959, con trabajos de carácter político y ocasionalmente literarios, difundiría su nombre en otras páginas: Hoy Domingo (suplemento literario del periódico Hoy, del Partido Socialista Popular), Revolución, Prensa Libre y El Mundo. Después de establecerse en La Habana en 1960, trabajó como bibliotecario en la recién fundada Escuela para Instructores de Arte, en la que además dirigía la superación obrero-campesina de los trabajadores del centro e impartía clases a empleados y becarios. En 1966 se convirtió en secretario de redacción de la revista Unión, de la Uneac, cargo que desempeñó por treinta años. De Oráa destacó también como traductor. Entre sus traducciones del francés se encuentran Cartas a Theo, de Vincent van Gogh, editado por el Instituto Cubano del Libro, y Viajes a las islas de la América, de P. Labat, editado por Casa de las Américas (http://www.casadelasamericas.com). Ha colaborado con poemas, traducciones y ensayos críticos en las revistas Unión, Casa de las Américas, Bohemia, La Gaceta de Cuba, Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, Islas, Revolución y Cultura. El autor fue jurado en el premio Casa de las Américas, en el concurso nacional de la Uneac y en los de talleres literarios de diversas provincias del país. Ha viajado a Bulgaria y a la antigua Unión Soviética representando a los escritores cubanos en el Festival Pushkin y en el Festival de las Literaturas Soviéticas. Su obra poética ha sido traducido al polaco, francés, ruso, búlgaro, yugoslavo, y ha sido dada a conocer en revistas literarias y libros. Su novela La parte oscura fue traducida al alemán. En 1978 ganó el Premio “Julián del Casal”, de poesía, otorgado por la Uneac, por su libro Ciudad ciudad. En 1986 le fue otorgado el Premio de la Crítica, del Ministerio de Cultura, entregado anualmente a los diez mejores libros del año anterior, por su poemario Haz una casa para todos. En 1989, asimismo, ganó el Premio “La Rosa Blanca”, de literatura para niños, por su poemario Mundo mondo, y en 1998 el Premio de la Crítica por La parte oscura. En 1993, en reconocimiento a la calidad de toda su obra, se le concedió el Premio Nacional de Literatura, otorgado por el Ministerio de Cultura. En 1995 participó con una ponencia en el Colloque International à José Martí, convocado por L’École Normale Superieur de Fontenay-Saint Cloud (http://www.ens-lyon.eu), en Francia. Fuente: CubaDebate *** Patrimonio cultural e histórico de Santiago severamente dañado Entre los edificios patrimoniales más afectados en Santiago de Chile por el terremoto de este sábado 27 de febrero, se encuentran la Biblioteca Nacional (http://www.dibam.cl/biblioteca_nacional), Recoleta Dominica (http://www.dibam.cl/sdm_cpr_dominica), las dos sedes del Museo de Arte Contemporáneo (MAC, http://www.mac.uchile.cl) —en Parque Forestal y Quinta Normal—, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA, http://www.mnba.cl), el Museo Histórico Nacional (http://www.museohistoriconacional.cl), el Museo de la Educación Gabriela Mistral (http://www.dibam.cl/sdm_m_pedago) y el edificio de Herrera, donde funciona desde 2009 el Registro de Propiedad Intelectual. Todos estos edificios permanecerán cerrados al menos hasta la semana próxima. “Esto es una tragedia. Ojalá que los chilenos tomen conciencia de lo que significa la destrucción del patrimonio”, dijo Francisco Brugnoli, director del MAC, tras visitar las dos sedes de la pinacoteca. En la de Parque Forestal, los estragos del terremoto saltan a la vista: la fachada visiblemente dañada y llena de escombros. “El panorama es desolador, pero menos mal que el interior está impecable y no se aprecia daño de obras. Lo que realmente me preocupa es el estado del edificio de Quinta Normal, que data de 1923 y fue construido por los arquitectos Alberto Cruz-Montt y Luciano Kulczewski. No me atrevo a dar una opinión definitiva, hasta que este lunes los arquitectos de la Universidad de Chile (http://www.uchile.cl) revisen bien. Pero vi trizaduras que son importantes y que nos podrían obligar a cerrar por un buen tiempo”, agregó. El director del MAC confía en que la sede del Parque Forestal, inaugurada el 21 de septiembre de 1910 y proyectada por el arquitecto Emilio Jequier, pueda abrir en marzo y continuar con el programa de exposiciones del Bicentenario, aunque hay un tema delicado por resolver: “Debemos sacar los escombros, pero el problema es cómo conseguimos la plata. Eso es serio, sobre todo si funcionamos con menos del mínimo de recursos. Además, que no somos prioridad frente a otras realidades más apremiantes”. Siempre en el Parque Forestal, el MNBA está cerrado por lo menos hasta la próxima semana. Según Milan Ivelic, su director, la institución resistió “mucho mejor que en 1985 y, hasta el momento, no hay daño de obra”. La Sala Chile, donde actualmente se exhibe la muestra “Ferocitas”, de Guillermo Tejeda, es una de las más afectadas: “Lo bueno es que son escombros de plumavit. La obra quedó intacta y habrá que hacer algunos arreglos menores. También hay un arco del edificio que presenta un daño importantísimo. Pensamos botarlo y reconstruirlo totalmente”, puntualizó. El Teatro Municipal (http://www.municipal.cl) presenta algunas grietas interiores y exteriores. Como explica Andrés Rodríguez, director del coliseo, “no sabemos realmente la magnitud de los daños, los que serán evaluados por un equipo de ingenieros. Hubo desprendimientos de estuco y yeso. Menos mal que nuestra programación parte a mediados de marzo, con el musical El hombre de la Mancha, lo que nos da un margen para evaluar y tomar medidas”. El techo de la Sala Arrau, donde se realizaban trabajos de restauración, ahora presenta una grieta importante, según explicó. “En Santiago, los daños que podemos tener en la Biblioteca Nacional son los más importantes”, revela Nivia Palma, directora de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam, http://www.dibam.cl). “Se ladeó su cúpula y en sus muros hay fisuras que van, incluso, desde el primer al cuarto piso, en el sector de Moneda. Hay quiebres en las paredes y en los techos, en los fondos General y Sección Chilena, también en los depósitos. Estos daños nos impiden, inmediatamente, que los usuarios puedan entrar o que nuestros funcionarios trabajen”. Agrega que no se atenderá público al menos hasta el miércoles 3 de marzo, hasta conocer la naturaleza de los daños. “El lunes vamos a contratar los estudios de ingeniería estructural en alguna de las universidades más importantes del país, para poder evaluar si esos daños son o no estructurales y así saber a qué debemos atenernos”. “También son relevantes los daños que sufrimos en Recoleta Dominica, donde hemos estado invirtiendo recursos por muchos años para recuperar y restaurar ese hermoso edificio patrimonial. En cambio, tenemos daños menores de vidrios rotos en la cúpula del Museo Nacional de Bellas Artes, caída de objetos y vitrinas del Museo Histórico Nacional, y de desprendimiento de materiales en el edificio de Herrera, y lo mismo ha ocurrido con el Museo de la Educación”, explica. Fuente: El Mercurio *** Revelan el primer cuento de ciencia ficción publicado en México El primer cuento de ciencia ficción publicado en México data de 1810, se titula simplemente “Cuento” y su autor fue el escritor Francisco de la Llave, quien lo llevó a las páginas del Diario de México con el seudónimo “El observador”. Tal hallazgo fue dado a conocer por su autor, el ensayista Miguel Capistrán, este domingo 28 de febrero en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes (http://www.bellasartes.gob.mx), en el contexto del ciclo “Grandes escritores del México independiente y revolucionario”, organizado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta, http://www.conaculta.gob.mx) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (Inba, http://www.bellasartes.gob.mx). Se trata de un relato de apenas dos cuartillas que narra la historia de unos personajes que viajan a Mercurio y Júpiter, retomando un pasaje de Don Quijote de la Mancha en el que éste y Sancho Panza son engañados por un duque que los hace creer que viajarán por los cielos a lomo del caballo de madera Clavileño. Más que ser el primer relato publicado de ciencia ficción, se trata de una prueba de que ya en el México virreinal se cultivaba la “literatura de imaginación”, género del que no se tenía registro en ese país, explicó Capistrán, a quien le llevó más de cuatro años dar con la identidad del escritor. “Parecía que aquí no se hacía ficción, pero poco a poco han ido apareciendo testimonios de que sí. Empecé haciendo una investigación sobre los textos cervantinos en México desde el siglo XVI, y eso me llevó a encontrar este escrito”, detalló el especialista. Además de su importancia literaria, el texto deja ver cuáles eran algunos de los hechos sociales más importantes de su tiempo. Francisco de la Llave era muy amigo de Carlos María Bustamante, fundador del Diario de México, y suscriptor del mismo diario, donde también publicaron otros autores a quienes se les dio espacio para difundir su obra, y que difícilmente hubieran encontrado en otra parte. Con la aparición de “Cuento”, no sólo se demuestra que en la época de la Independencia ya había autores de ficción, sino que los mexicanos fueron pioneros en el continente, ya que hasta antes del hallazgo se consideraba al argentino Esteban Echevarría como el primer latinoamericano en incursionar en este género. Fuente: La Jornada *** Lecturas dramatizadas conmemoran el Bicentenario en Venezuela El próximo jueves 4 de marzo se dará inicio a un ciclo de lecturas dramatizadas de teatro testimonial latinoamericano, en el marco del Bicentenario de la Independencia de Venezuela, bajo la coordinación general del profesor Humberto Orsini. Las lecturas se llevarán a cabo en sesiones de entrada libre todos los jueves, a las 8 de la noche, en la Sala Experimental Sótano 3 del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.gob.ve), en la capital venezolana. Este proyecto es la continuación de los ciclos ya presentados en años anteriores, pero en esta oportunidad se mostrarán “grandes acontecimientos históricos de las luchas independentistas del pueblo venezolano por su libertad, a través de una selección de su mejor dramaturgia en el marco del Bicentenario de la Independencia de Venezuela”, señaló Orsini. “Esta selección dramatúrgica constituye una valiosa muestra de cómo nuestra dramaturgia ha estado comprometida con la historia y ha captado y proyectado en la escena buena parte del acontecer histórico del país, desde la Conquista hasta hoy”, dijo Orsini. El ciclo de lecturas se inicia con el período de la conquista abriendo el jueves 4 con El Tirano Aguirre, de Luis Britto García, dirigida por Francisco Díaz Yuma; el 11, Soga de niebla, de César Rengifo, dirigida por Alberto Ravara; el 18, Curayú o El Vencedor, también de Rengifo y dirigida por Ignacio Márquez (sobre la vida de Agustín Blanco, el verdugo de José María España), y el 25, Simón, de Isaac Chocrón, dirigida por Gerardo Blanco. Continúa con obras sobre Bolívar, Miranda y Olaya Buroz. Luego sigue con obras sobre la Guerra Federal y finaliza ese período con obras del siglo XIX poco conocidas por las nuevas generaciones de venezolanos. En la segunda parte se presentarán obras de la primera mitad del siglo XX como El puntal, de Víctor Manuel Rivas, obra representativa del tema agrario de los años 30. Y finalmente se presenta una panorámica de algunos de los autores más representativos de la segunda mitad del siglo XX que abordan la temática social. Fuente: Celarg *** El Salvador es sede del XIII Festival Internacional de Teatro Infantil La 13ª edición del Festival Internacional de Teatro Infantil (Fiti), que ofrecerá una fusión de entretenimiento y aprendizaje para los niños, tendrá lugar del 5 al 14 de marzo en diferentes escenarios de El Salvador, como el Auditorio de Fepade y el Teatro Presidente en la capital, y los teatros de San Miguel y Santa Ana. Este año se repondrá la edición no celebrada del año pasado, por lo que habrá dos ediciones, una en marzo y la otra en octubre, mes en el que se realiza tradicionalmente este evento anual. Según Mauricio Call, presidente del Club Activo 20-30 que organiza la actividad, el año pasado se canceló debido a la cercanía con las elecciones presidenciales y que no se logró concretar la organización para octubre. En esta edición del Fiti participarán las compañías argentinas Churumbel y Pepituá, así como la colombiana Manicomio de Muñecos, mientras que El Salvador será representado por Escena X Teatro. El festival iniciará con la obra Cuentos animados, de los argentinos de Churumbel, con dos funciones en el Auditorio de Fepade a las 8:30 y 10:00 de la mañana. Las entradas tendrán un costo general de $3, a la venta en taquilla el día de la función. Fuente: La Prensa Gráfica *** Estudiantes mexicanos de historia se reunirán en Guanajuato Hasta el próximo 26 de marzo es posible inscribirse en el V Encuentro Nacional de Estudiantes de Maestría y Doctorado en Historia, evento que se celebrará en Guanajuato, al centro de México, del 21 al 24 de junio, y que servirá para conmemorar tanto el Bicentenario de la Independencia como el Centenario de la Revolución Mexicana, con el objetivo de conocer la diversidad temática y los enfoques que en la actualidad preocupan a quienes se forman en el área. Organizado por la Maestría en Investigación Histórica de la División de Ciencias Sociales y Humanidades del Campus Guanajuato (Universidad de Guanajuato, http://www.ugto.mx), y presentado bajo el lema “Interpretaciones de la historia en el año conmemorativo de los centenarios”, el encuentro está orientado a quienes actualmente cursan la maestría o el doctorado en historia, etnohistoria, ciencias sociales y humanidades, y cuya investigación aborde un tópico histórico. Asimismo, podrán participar ponentes extranjeros, aunque deberán enviar sus trabajos y presentarlos en idioma español. Los estudiantes que deseen participar como ponentes deberán enviar antes del 26 de marzo el título de su trabajo y un resumen de contenido no mayor de 15 líneas. Además anexarán los siguientes datos: nombre, grado académico en curso (maestría o doctorado), institución de la que provienen, número de teléfono y/o fax y correo electrónico. En el resumen se deberá especificar el área temática en la que se puede ubicar su participación. Estos recaudos deberán ser enviados a quintoencuentrohistoriagto@gmail.com. A partir del 30 de abril, los organizadores contactarán vía correo electrónico a los aspirantes admitidos. Luego éstos dispondrán de un plazo hasta el 21 de mayo para enviar las ponencias, que deberán ser originales e inéditas, su extensión no deberá superar las 10 cuartillas (sin contar el número de páginas de bibliografía) con fines de lectura en las mesas de trabajo, y deberán estar escritas a doble espacio, en formato Word, fuente Times New Roman, 12 puntos, en tamaño carta, a una cara. Todas las ponencias recibidas estarán sujetas a revisión por el Comité Organizador, que con fallo inapelable se reserva el derecho de admitirlas o rechazarlas. No se leerán ponencias en ausencia del autor. Los estudiantes de licenciatura, maestría o doctorado que deseen asistir y se inscriban, recibirán una constancia con valor curricular, a condición de que cubran el 80% de asistencias. Las inscripciones para los ponentes serán el lunes 21 y el martes 22 de junio. Para los asistentes, sólo el lunes 21. Las mesas de trabajo se organizarán temáticamente con un máximo de cuatro integrantes. Los ponentes contarán para su exposición con veinte minutos. Se abrirá la ronda de preguntas y respuestas, que no debe exceder los treinta minutos para toda la mesa. Las ponencias serán publicadas en formato electrónico con ISBN. Para solicitar mayor información sobre el evento, la manera de presentar los recaudos u otros detalles, se puede escribir a quintoencuentrohistoriagto@gmail.com o telefonear al 01-473-7320006, extensión 8707. Fuente: Universidad de Guanajuato *** Guadalajara escogerá a quién leer en el maratón del Día del Libro Jorge Ibargüengoitia, Oscar Wilde y J. D. Salinger son los autores incluidos en la elección. Por noveno año consecutivo, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL, http://www.fil.com.mx) y el Ayuntamiento de Guadalajara (http://www.guadalajara.gob.mx) alistan el maratón de lectura en voz alta que, con motivo del Día Mundial del Libro, se realizará el próximo 23 de abril. En esta ocasión, los lectores podrán elegir entre Los relámpagos de agosto, de Jorge Ibargüengoitia; El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, y El guardián entre el centeno, del recientemente fallecido J. D. Salinger. Para seleccionar la obra a leer se ha abierto, desde el pasado 24 de febrero y hasta el próximo 12 de marzo, un periodo de votación pública en la que pueden participar todos los interesados. Los votos se recibirán en la página de Internet de la FIL (http://www.fil.com.mx) y en cualquiera de las cincuenta urnas instaladas en la zona metropolitana de Guadalajara. Los resultados se darán a conocer el lunes 15 de marzo. El maratón de lectura tendrá lugar de 10 a 21 horas en la Rambla Cataluña, ubicada a un costado de la Rectoría de la Universidad de Guadalajara (UdeG, http://www.udg.mx). Los interesados en inscribirse como lectores podrán hacerlo a partir del 15 de marzo en la página web de la FIL o en el número telefónico 01 (33) 3810-0331, extensión 932, con Lourdes Rodríguez. A lo largo del 23 de abril se realizarán lecturas simultáneas en más de sesenta municipios de Jalisco, que se sumarán a este festejo. Los participantes en Guadalajara contarán con tres minutos para leer y, de acuerdo con la tradición catalana de Sant Jordi, cada uno recibirá un libro y una rosa cortesía del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UdeG (http://www.cucba.udg.mx). La Red Radio Universidad de Guadalajara (http://www.radio.udg.mx) hará una cobertura del festejo, con enlaces y producciones especiales que se realizarán durante toda la jornada. El día de la lectura también se instalará en la Rambla Cataluña un área de venta de libros, con la participación de editoriales y librerías locales. Estarán presentes la Dirección de Publicaciones de la Secretaría de Cultura de Jalisco (http://www.jalisco.gob.mx/wps/portal/sriaCultura) y las editoriales Arlequín (http://www.edicionesarlequin.com.mx), Santillana (http://www.santillana.com.mx), Universitaria (http://www.editorial.udg.mx), Mantis (http://www.mantiseditores.com), Petra (http://www.petraediciones.com) y Grupo Editorial Tomo (http://www.grupotomo.com.mx), además de las librerías Educal (http://www.educal.com.mx), Siglo XXI (http://www.libreriasiglo21.com), El Sótano (http://www.elsotano.com.mx), Gandhi (http://www.gandhi.com.mx), Ítaca, Jardín de Senderos, José Luis Martínez del Fondo de Cultura Económica (FCE, http://www.fondodeculturaeconomica.com), Porrúa (http://www.porrua.com), Universitaria, Cristal (http://www.libreriasdecristal.com.mx) y Gonvill (http://www.gonvill.com.mx), así como las revistas Luvina (http://www.luvina.com.mx/luvina.html) y Reverso (http://www.reversomagazine.com). El Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor fue instituido en 1995 por la Unesco. En Jalisco, la FIL y el Ayuntamiento de Guadalajara, junto con otras instituciones, lo celebran desde 2002, cuando fue leído el libro Confabulario, de Juan José Arreola. El año pasado, 7.714 lectores prestaron su voz para homenajear a Horacio Quiroga, durante una jornada a la que se sumaron 68 municipios de Jalisco y la Universidad del Claustro de Sor Juana (http://www.ucsj.edu.mx), en la ciudad de México. Fuente: FIL *** UCLM dictará curso sobre narrativa fantástica y de ciencia ficción Del 7 al 9 de julio se realizará en Toledo (España) el Curso de Verano 2010 (http://www.uclm.es/profesorado/mvillalba/index_archivos/Page1184.htm) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM, http://www.uclm.es), experiencia formativa que, bajo la dirección de la profesora de literatura española Marina Villalba Álvarez, versará este año sobre el tema “Narrativa fantástica y de ciencia-ficción”, y tendrá una validez de 2 créditos de libre configuración para las titulaciones de la UCLM. La actividad se iniciará el miércoles 7 de julio a las 10:30 con la conferencia “La puerta entreabierta”, a cargo de la escritora Cristina Fernández Cubas, seguida a las 12:30 por “Los ámbitos de la ficción”, por el escritor José María Merino. A las 16:30, la profesora Villalba Álvarez moderará la mesa redonda “La narrativa fantástica en la actualidad”, en la que Fernández Cubas y Merino alternarán con la profesora Julia Barella, titular de la Cátedra de Literatura Española en la Universidad de Alcalá de Henares (UAH, http://www.uah.es). Finalmente, Barella dictará la conferencia “¿Existe la literatura fantástica en la literatura española? La fantasía y el milagro”, a las 18:30. El jueves 8, a las 10:30, el escritor José Carlos Somoza pronunciará su conferencia “¿Es posible no escribir fantasía?”. A las 12:30, la escritora Irene Gracia dictará su charla “Desde el otro lado del espejo”. Ambos estarán a las 16:30 en la mesa redonda “La ciencia-ficción y la narrativa fantástica”, junto con el escritor, profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Uned, http://www.uned.es), Ramón del Castillo y con moderación de Maite Sánchez Brunete. A las 18:30, el profesor Ángel Faerna (UCLM) pronunciará su charla “Auctor in fabula. La perspectiva imposible como juego narrativo (a propósito de La caverna de las ideas de José Carlos Somoza)”. A las 10:30 del viernes 9, Del Castillo presentará su conferencia “Utopía y ciencia-ficción: crónicas de Fredric Jameson”, siendo seguido a las 12:30 por la profesora Mar Torrijos (UCLM) y su conferencia “Mujeres que inventan mundos: la dinámica del relato fantástico desde una perspectiva de género”. A las 14 se celebrará la clausura del curso. Los cursos de verano de la UCLM son realizados cada año con la coordinación de la profesora Villalba Álvarez. En 2003 la actividad “Mujeres y la literatura en Castilla-La Mancha”; en 2004, “Última narrativa española”; en 2005, “Cuento y microcuento en el siglo XXI”; en 2006, “Humor e ironía en la creación literaria actual”; en 2007, “Prensa, cine, TV, Internet...: los medios de comunicación y la literatura del siglo XXI”, y, en 2008, “La mujer detective en la narrativa actual”. Para solicitar información sobre el curso es preciso escribir a marina.villalba@uclm.es. Fuente: Marina Villalba Álvarez *** Especialistas en historia oral se reunirán en Bogotá Del 26 al 28 de agosto se celebrará en Bogotá (Colombia) el II Encuentro Nacional de Historia Oral “Debates, técnicas y desafíos de la historia oral en Colombia”, y I Encuentro Distrital de Oralidad “Usos y desarrollos de la historia oral, historias de vida, memorias e identidades” (http://historiaoralymemoria.blogspot.com), eventos que contarán con la asistencia de investigadores, docentes, estudiantes, líderes comunitarios y demás interesados en los fundamentos teóricos, epistemológicos y metodológicos propios de la historia oral, la oralidad, los archivos orales y la memoria. Entre los ejes de trabajo del encuentro estarán las investigaciones y sistematizaciones realizadas de acuerdo a la metodología de la historia oral o enfocadas en la memoria; experiencias y estrategias de obtención, registro, socialización y salvaguarda; aportes y debates relacionados con la teoría y la metodología de la historia oral, el territorio, la memoria y la identidad, y la producción de documentos y archivos, así como prácticas, procesos y experiencias escolares con oralidad, memoria, archivos, identidad e historia oral. Habrá también una serie de talleres, orientados por invitados nacionales e internacionales de amplia trayectoria y reconocimiento. El cupo será limitado. Se ha confirmado la asistencia, en calidad de invitados internacionales, de la venezolana Xiomara Pamela Rodríguez y del mexicano Gerardo Necoechea. La primera, investigadora y docente de la Universidad Pedagógica Experimental “El Libertador” (Upel, http://www.upel.edu.ve), es integrante del Núcleo de Investigación de Historia Oral (Niho) y del Comité Organizador del IV Encuentro Internacional de HO 2011. El segundo, delegado de la Asociación Mexicana de Historia Oral, es doctor en historia y profesor titular del Posgrado en Historia y Etnohistoria de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (Enah, http://www.enah.edu.mx), y está vinculado a la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah, http://www.inah.gob.mx). Hasta el 31 de marzo es posible enviar un resumen del trabajo de una extensión máxima de dos cuartillas. Los autores de los trabajos que resulten aprobados por el comité organizador serán contactados en su momento por correo electrónico. La versión final de las ponencias, que no podrá exceder las 16 cuartillas, podrá presentarse hasta el 31 de julio. Para estos fines o para solicitar información, se puede escribir a 2encuentrohistoriaoral@gmail.com o telefonear al 315 8 33 99 20. Fuente: Web del evento ||||||||||||||||||||||| LITERATURA EN INTERNET |||||||||||||||||||||| Liibook http://www.liibook.com Comunidad cibernética aglutinada alrededor de un sistema de autopublicación, que quiere formar “la biblioteca más grande del mundo”. El usuario puede publicar sus textos, recibir críticas o incluso vender obras de su autoría, todo después de registrarse gratuitamente. aNobii http://www.anobii.com Comunidad enfocada en las reseñas editoriales. El usuario puede escribir su crítica sobre cualquier libro que haya leído, revisar las de otros, seguir a sus comentaristas preferidos... Las críticas son dispuestas en “estanterías” que se pueden compartir e interrelacionar. El nombre de la comunidad proviene de las primeras sílabas de Anobium Punctatum, que es el nombre correcto para los gusanos de los libros. Planeta Sapiens http://www.planetasapiens.com Publicación multidisciplinaria que, en formato de bitácora, da cabida a temas científicos e históricos, así como a materiales sobre cine, televisión, fotografía, libros, radio y videos. Cultura en la Red http://www.mcu.es/MC/culturaEnRed/principal.html Revista digital del Ministerio de Cultura de España (http://www.mcu.es) que tiene el objetivo de dar a conocer los proyectos de difusión cultural respaldados por el gobierno español. Culturamas http://www.culturamas.es Revista cultural española en la que el lector podrá encontrar materiales sobre cine, entrevistas, creación literaria, reseñas editoriales, textos de formación e información sobre eventos. Olivia Ardey http://oliviaardey.blogspot.com Blog de esta escritora española, especializado en la narrativa romántica. Aquí el lector podrá encontrar información sobre el tema, relatos gratuitos, enlaces, entrevistas, actividades, noticias y obras publicadas de la autora, así como noticias y eventos relacionados con el subgénero. ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === El terremoto de Chile Laura García =============================== (Nota del editor: la escritora colombiana Laura García, quien reside en Chile, publicó este domingo 28 de febrero, en su blog en El Espectador [http://bit.ly/dyc64Q], su vivencia en relación con el violento terremoto que veinticuatro horas antes había sacudido a este país latinoamericano. Por gentileza de su autora lo reproducimos hoy en la Tierra de Letras). Empiezo a escribir esto a las 3:16 de la madrugada del domingo. A ocho minutos de que se cumplan 24 horas del terremoto de Chile. Estas primeras líneas vienen auspiciadas por la réplica número 97, y después de ayer, muchos creemos que la eternidad dura 180 segundos, y que esa expresión “el mundo se me viene encima” ya no tiene connotaciones metafóricas. Mi queridísimo amigo el escritor uruguayo Jorge Majfud me animó a escribir sobre esto y me dio un empujón ayer tempranito para que saliera del espanto, me “sacudiera el sacudón” e intentara decir algo, aunque él bien entiende lo que me cuesta. Y uno quisiera decir muchas cosas, pero todo lo que se piensa se atropella en los dedos y todo este gran hecho se transforma en una larga lista de números angustiosos que empiezan a disparar los programas de radio. Porque después de corroborar entre el asombro y el espanto que uno está vivo, que el mundo casi casi pero finalmente no se derribó encima, que tu mamá, que tus vecinos, que tus amigos están bien, con terror pero bien, lo que viene son los números, muchos números seguidos de apellidos cortos y contundentes que lo aplastan a uno junto con el miedo: magnitud 8.5, 82 muertos, 2 puentes caídos, y empieza el rosario de cuentas tristes, que nos mantienen a todos en vilo: ya no son 82, sino 122, los puentes son ya 4 y todos, excepto el número terrible que preside la noticia, van en aumento. Los números aumentan, se inflan, se contrastan con otros números, y el día se transforma en eso, en una sucesión de números trágicos y dolorosos: 500 veces más fuerte que el de Haití, 2 millones de damnificados, 300 muertos. Y ni qué decir de esos números cuyo primer apellido es Réplica y el segundo Calma. Esos los contabilizamos con sumo cuidado y detalle, porque en todo esto el miedo es una consecuencia inmaterial y difícil de dominar; paradójicamente, los crujidos de la tierra enojada van enseñándole a uno a controlar el ritmo de su terror, a mantener la calma para no salir arrancando despavorido, precisamente como nunca se debe hacer. Los números nacieron a 90 kilómetros de Concepción, en el sur de Chile, en la Región del Biobío, en donde se localizó el epicentro, y desde allí siguen inflándose mientras todos los seguimos con dolor, con espanto e impotencia a través de los medios. La devastación, la incertidumbre de los que buscan a su gente, se sienten como propias, y como propio se siente el drama que nos envuelve desde ayer: a uno se le derrumba el corazón con cada imagen nueva que da cuenta de esta tragedia. Dentro de todo, este país se está conduciendo de forma expedita y medianamente ordenada. Por lo menos, esa es la sensación que queda. Aquí tienen experiencia en esto de los terremotos. 1960 y 1985 fueron años de derrumbe, y aun así el país se levantó. Lucho para no brincar como resorte con cada remezón; la lección de humildad que una tragedia así nos da ya está más que aprendida, y también quedó corroborado lo mínimos, lo ínfimos que nos podemos sentir frente a la furia de la naturaleza. A las 8:25 de hoy nos sacudió una réplica de magnitud 6, según informan, y con el sacudón brincaron a mis pies unos papeles que quién sabe dónde estaban. Me cachetea un dejo de amargura cuando los recojo y veo, entre varios folletines, la invitación a una exposición artística: “El terremoto de Chile”, inspirada en el libro de mismo título de Heindrich von Kleist, el mismo libro que me ve todavía incólume desde mi biblioteca: uno de los pocos que no se derrumbaron. ** Laura García laura.lalita@gmail.com Escritora colombiana (Cartago, Valle del Cauca, 1985). Cursa estudios de licenciatura en letras en la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar), en donde reside actualmente, después de vivir en Chile entre 1998 y 2003. Mantiene en línea el blog sobre artes y literatura Club de Artes y Letras El ClarLet (http://clar-let.blogspot.com) y la revista ArcoLibris (http://blogs.clarin.com/arcolibris). === Sherlock Holmes, el padre Brown y lo sobrenatural ===================== === Augusto Gayubas ======================================================= Holmes shrugged his shoulders. “I have hitherto confined my investigations to this world,” said he. “In a modest way I have combated evil, but to take on the Father of Evil himself would, perhaps, be too ambitious a task...”. Arthur Conan Doyle, The Hound of the Baskervilles “It don’t seem to bother you much,” said Byrne to the priest; “and yet I thought you were the only one who believed in spooks.” “If it comes to that,” replied Father Brown, “I thought you were one who didn’t believe in them. But believing in ghosts is one thing, and believing in a ghost is quite another”. Gilbert K. Chesterton, The Ghost of Gideon Wise Nada malo parece haber en el hecho de escribir sobre un cuentista, recurriendo a un cuentista previo para establecer una sucesión, o una influencia; el juego de Kafka y sus precursores, que son tales en tanto Kafka, a partir de Kafka, y no por sí solos. Menos malo aun será escribir sobre un cuentista que combina, en una sola pieza, lo que su precursor desarrolló en obras separadas. Lo peligroso, en este caso, es generar una impresión equívoca de la linealidad que une a los dos autores. Lo peligroso, en efecto, es presentar como innovador el arte de un cuentista que, lo que hace, no es combinar lo que el precursor concibió separado, sino adoptar y modelar a su gusto la combinación que un primer sucesor hizo de los géneros que el precursor mantuvo recíprocamente aislados. En este esquema, la innovación está en el medio, no en uno de los extremos. Sherlock Holmes, de Guy Ritchie Recientemente, se estrenó la película Sherlock Holmes (2009), dirigida por el inglés Guy Ritchie. Se trata de una adaptación bastante consistente, a la vez que actualizada, de las historias y personajes creados por el escritor británico Arthur Conan Doyle hacia fines del siglo XIX. Si bien la trama es original, retoma muchos elementos presentes en los cuentos y novelas de Conan Doyle. En dicha película, el detective privado Sherlock Holmes (interpretado por Robert Downey Jr.) y su compañero y amigo, el doctor John Watson (interpretado por Jude Law), investigan una serie de asesinatos rituales que tienen como protagonista, según se descubre al inicio del filme, a un aristócrata inglés apellidado lord Blackwood. Holmes y Watson logran detener el asesinato, en una antigua cripta, de la que podía haber sido la sexta joven víctima del oscuro ritual, y lord Blackwood es apresado y condenado a la horca. Sin embargo, la trama comienza a ponerse interesante cuando, desde la cárcel, lord Blackwood demuestra tener algún tipo de influencia o poder que parece exceder el plano de lo natural. La primera muestra de ello la comporta un fenómeno que sucede poco antes de que llegue el día de su ejecución: un guardia carcelero se retuerce sobre el suelo justo frente a la celda de lord Blackwood, como poseído por algún tipo de hechizo, o como sostiene uno de los guardias que lo observan, “como si se estuviera quemando por dentro”. Más interesante aun resulta, de todos modos, la conversación que tiene lord Blackwood con Holmes, el día mismo de la ejecución, en la cual le advierte al detective que otras tres muertes sucederán a su defunción. Llamativamente, tres días después de su paso por la horca y de ser declarado muerto por el propio doctor Watson, lord Blackwood es visto por un testigo en el cementerio saliendo de su propia tumba. Al día siguiente, al llegar al lugar Holmes y Watson, luego de encontrarse con el inspector Lestrade de Scotland Yard, descubren que, en efecto, en el cajón que debía contener el cadáver de lord Blackwood había otro cuerpo, y que el cuerpo de lord Blackwood había desaparecido. De aquí en adelante, la trama atraviesa momentos de aplicación de la más clásica lógica inductiva de Holmes, y momentos en los cuales lo sobrenatural parece gobernar el curso de los acontecimientos. Este hecho es interesante, y valdrá la pena tenerlo presente mientras nos ocupemos de las líneas que siguen. Una inquisición El nombre de Arthur Conan Doyle fue muchas veces borrado de las memorias de la literatura universal, por algún afán ingenuo que descreía del valor verdadero y legítimo de su obra (acusándola de popular —cual si esto conformara un pecado literario— o denigrando al propio género policial). Sin embargo, y en un contexto en el cual esta tendencia fue mermando considerablemente, resulta llamativo percibir una omisión sospechosa de parte de un autor que, es sabido, respetaba en grado sumo la obra de Conan Doyle. Nos referimos al escritor argentino Jorge Luis Borges en un ensayo que publicó en 1952. Borges ve (y nosotros también lo haremos) a un precursor del género policial, Edgar Allan Poe. Ni el lector ni Borges (ferviente admirador del cuentista americano) ni yo podríamos negar la certeza de tal afirmación. Sin embargo, Borges parece negar (siquiera inconscientemente, o literariamente) al verdadero cultivador del género policial en literatura. Quizás no Borges, realmente, pero la inquisición Sobre Chesterton de la que Borges ha sido autor, calla (acaso con la justificación del título) al menos un dato (“Data! data! data! I can’t make bricks without clay”, demanda Holmes en la nueva película de Guy Ritchie, al igual que lo hiciera en La aventura de la finca de Copper Beeches de Conan Doyle), consignando como certeza implacable, en el primer párrafo, una ecuación no necesariamente incorrecta, pero claramente incompleta. Justo será decir que el objetivo de Borges al escribir dicho texto no era detenerse en aquello que pienso ahora resaltar. Mi objetivo es distinto del de Borges, y por lo tanto no es una discusión. En todo caso, se trata simplemente de otra breve y, en este caso, humilde inquisición. ¿Qué hace Borges en el primer párrafo de su ensayo Sobre Chesterton? Trataré de ser gráfico y lo plantearé en términos geométricos. Lo que hace Borges es dibujar una línea recta horizontal: escribe en un extremo E. A. Poe, y en el otro extremo, G. K. Chesterton. Por último, dibuja (intuitivamente) una flecha ensamblada en la línea recta, haciéndola apuntar hacia el extremo en el cual reposa el nombre de G. K. Chesterton. Nada hay que cruce o interrumpa aquella línea, nada se interpone entre los dos grupos de iniciales y apellidos, pues la flecha une de un modo directo los dos extremos. Nada se agrega cuando la firma de Borges define la obra terminada. Y, sin embargo, algo falta. No es que Borges haya cometido una injusticia, pues ya remarcamos que su objetivo era bien distinto del mío; lo que a mí me interesa, en todo caso, es enmendar lo que yo considero un descuido. Borges escribió sobre el escritor británico Gilbert Keith Chesterton, y decidió referir un antes (una dispersión) en Edgar Allan Poe, para resaltar cómo esa dispersión (el uso recíprocamente repelido de los géneros policial y fantástico, emblemáticos del autor pero nunca combinados en ninguna de sus obras) deviene unidad en los escritos sobre el padre Brown. Aquí, en efecto, Chesterton articula los dos géneros que Poe sólo concibió aislados. Pero, ¿qué elemento se interpone entre el C. Auguste Dupin de Poe y el padre Brown de Chesterton? Ni más ni menos, la obra del mayor representante de la literatura policial, del iniciador del género que apenas comenzó a gestarse en la obra de Poe. El Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle. Otra inquisición Ahora bien, cuando leemos el párrafo de Borges, nos da la impresión de que Chesterton fue quien combinó por primera vez los géneros policial y fantástico, presentando un acontecimiento misterioso que parece corresponder al mundo de lo sobrenatural y que requiere una explicación en el marco de una investigación, pero cuya explicación es finalmente brindada mediante la apelación a la razón y la refutación final del hecho sobrenatural (pero nunca de lo sobrenatural). Sin embargo, conviene que hagamos lo siguiente. Copiemos la línea de Borges con las iniciales y apellidos en los extremos. Junto a E. A. Poe escribamos el año 1841 (año de publicación del primer cuento de Dupin), y junto a G. K. Chesterton escribamos 1910 (año de publicación del primer cuento del padre Brown en la revista The Storyteller). A continuación, dibujemos una línea perpendicular a la línea original, que cruce a ésta hacia la mitad. Junto a la intersección escribamos A. Conan Doyle y el año 1901. En este año, en efecto, Conan Doyle comenzó a publicar, en The Strand Magazine, El sabueso de los Baskerville, tercera novela protagonizada por el detective Sherlock Holmes. Y en esta novela, es decir, nueve años antes del nacimiento literario del padre Brown, Conan Doyle conjugó del modo más inteligente que se haya hecho hasta el presente, los dos géneros que hasta el momento carecían de filiación: la novela policial y el género fantástico. Y, similar a como hiciera Chesterton desde 1910 con sus investigaciones del padre Brown, en El sabueso de los Baskerville Conan Doyle inicia el caso como la búsqueda de una solución a un problema que parece exceder lo racionalmente explicable (la muerte de sir Charles Baskerville, al parecer provocada por una antigua maldición de la cual es agente un sabueso infernal), y lo concluye, precisamente, explicándolo racionalmente (el asesinato, y otros atentados posteriores, fueron planeados por un heredero no reconocido de los Baskerville, con el motivo de quedarse con la herencia familiar, empleando para ello un sabueso cuidadosamente entrenado y cubierto con un preparado a base de fósforo para simular su carácter infernal y, por ende, la pervivencia de la maldición). Es así, pues, que este Conan Doyle de principios del siglo XX, distinto de aquel menos fabulista de fines del siglo XIX, aunque aún no influido por el credo espiritista que marcaría sus últimos años de vida, diseñó una nueva estructura de novela policial que continuó fielmente los patrones del género por él mismo creado, con un agregado: lo sobrenatural como parte del misterio; una pregunta de base, ¿cuál es la explicación lógica?, que muta en esta otra: ¿hay una explicación lógica? Y, sin embargo, siguiendo el viejo modelo, es contestando a la primera pregunta que se llega a una respuesta implícita de la segunda. Esto, pues, lo hizo Conan Doyle nueve años antes que Chesterton, y lo que Chesterton hizo, en definitiva, fue insertar su estilo personal en el género, modificando ligeramente el concepto (de acuerdo con sus propias inquietudes personales): para el padre Brown, el misterio religioso no muere con un caso resuelto, sino que pervive en tanto misterio, la creencia en fantasmas no muere aun cuando se descubre la identidad (humana) de un (supuesto) fantasma. Nuevamente, Sherlock Holmes de Guy Ritchie Cuando decíamos que la nueva película sobre Holmes es bastante consistente, en parte nos referimos a que articula de un modo muy inteligente los dos elementos que, acabamos de ver, fueron integrados por Conan Doyle en El sabueso de los Baskerville: lo sobrenatural como misterio inicial, y la resolución racional a partir de la lógica inductiva de Holmes. Aquí notamos algo muy interesante, sin embargo, que también equipara en parte la trama de la película con ciertos elementos de los relatos del padre Brown de Chesterton, lo cual, en la medida en que ya señalamos la consistencia holmesiana de la película de Guy Ritchie, deja en claro que la articulación entre relato fantástico y relato policial es algo que forma parte del universo creado por Conan Doyle, y por ello puede ser hoy retomado desde el así llamado séptimo arte. Pensemos en un relato de la compilación La incredulidad del padre Brown, del año 1926: El fantasma de Gideon Wise. En este relato, tres magnates capitalistas son asesinados simultáneamente en tres lugares distintos, justo en medio de un conflicto de intereses con tres militantes bolcheviques, sin que se hallen indicios de los responsables. Los tres militantes son convocados por las autoridades policiales para ser interrogados, pero son dejados en libertad al no contarse con evidencias en su contra. Sin embargo, uno de ellos vuelve espantado a confesar su crimen, alegando haber visto al fantasma del magnate a quien él había asesinado, Gideon Wise, cuyo cadáver no había sido encontrado pues se suponía que había sido lanzado al mar desde un acantilado, contándose como evidencia de su muerte violenta, el avistamiento de su sombrero de paja muy lejos en el mar, y marcas de sus pies en el borde del acantilado en señal de agitados movimientos. Lo que nos interesa aquí es la actitud del padre Brown respecto de la confesión del militante bolchevique. Para sorpresa del detective a cargo del caso y del periodista irlandés que acompaña la investigación, el padre Brown escucha con atención el relato sobre la aparición del fantasma, y admite que “hay tantas pruebas para muchos fantasmas como las hay para la mayoría de los crímenes”. Sin embargo, lo que claramente se propone el padre Brown al investigar el caso del fantasma, es encontrar la respuesta al misterio de los asesinatos, respuesta que sólo puede encontrar si presta atención al misterio del fantasma. Esta actitud se acerca a la que adopta Sherlock Holmes en la película de Ritchie cuando la policía le informa de la resurrección de lord Blackwood. Watson se muestra incrédulo, mientras que Holmes se muestra decidido a aceptar el hecho y a investigarlo de cerca. Claramente, al no descartar el testimonio de la resurrección, Holmes está siendo fiel a su lógica de no desechar nada que pueda parecer irrelevante o inconcebible, y lo hace en todo caso pensando en la probabilidad de explicarlo. Su actitud al escuchar con atención e investigar lo que parece ser una resurrección (por lo tanto, un hecho sobrenatural), difiere de la mera credulidad de, por ejemplo, los oficiales de Scotland Yard, que se muestran reticentes a sacar el cajón de lord Blackwood de su tumba, por alguna especie de temor a lo desconocido o a fuerzas que suponen de otro mundo. Holmes se acerca al fantasma, para poder explicarlo racionalmente. Tal como hará el padre Brown. En este caso, es ilustrativa la escena en que el padre Brown, el detective y el periodista irlandés se acercan al acantilado en que fue visto el fantasma del magnate Gideon Wise, y al ver el espectro de lejos, el padre Brown, quien primeramente demostró que no tenía problemas en creer en la existencia de fantasmas, es el único que decide acercarse sin temor, mientras que los incrédulos de la primera hora, ahora se mantienen a una prudente distancia. El diálogo entre Byrne (el periodista) y el padre Brown es de lo más demostrativo: —No parece preocuparle a usted mucho —dijo Byrne al sacerdote—, y sin embargo pensaba que era usted el único que creía en espectros. —Considerando las cosas —respondió el padre Brown—, pensé que era usted quien no creía en ellos. Pero creer en fantasmas es una cosa, y creer en un fantasma es otra completamente distinta. Finalmente, este acercamiento permite descubrir que el espectro de Gideon Wise era, en verdad, Gideon Wise, vivo y coleando, quien supuestamente no se había propuesto pasar por un fantasma, pero había caído en una grieta del acantilado luego del forcejeo con su (fallido) verdugo, y bañado en el polvo blanco de los peñascos intentaba sin éxito escalar para llegar a la cima. Resuelto el misterio del fantasma, el padre Brown emplea su más notable agudeza para desentrañar el misterio de los asesinatos (de los dos magnates que sí aparecieron muertos), y sólo podrá resolver el caso gracias a su indagación en el misterio del fantasma, gracias a haberse acercado al fantasma. Así es que descubre que nunca hubo forcejeo, que la actuación del militante asustado y del magnate salvado de milagro, formaba parte de un acto especialmente diseñado para ser contemplado por las autoridades, las cuales habrían llegado a la conclusión de que el militante no era un asesino (pues no hubo asesinato) y que el magnate, habiendo estado al borde de la muerte, había prometido a Dios perdonar a sus enemigos si lograba volver a la cima del acantilado, y por lo tanto no levantaría ningún cargo contra su fallido victimario. Lo que descubre el padre Brown, es que este acto suponía la coartada perfecta para ambos, el militante y el magnate, quienes en verdad, tenían motivos para asesinar a los otros dos capitalistas (Gideon Wise tenía intereses que chocaban con aquellos de los otros dos magnates, mientras que el supuesto militante en verdad no era otra cosa que un infiltrado de Wise). Wise y el falso militante eran los asesinos de los otros dos capitalistas, nunca había habido forcejeo en el acantilado, sino dos asesinatos simultáneos cometidos por cada uno de ellos en dos lugares distantes entre sí, pero el fantástico espectáculo les había garantizado una poética coartada. Sherlock Holmes también, y de un modo mucho más claro, sólo logra resolver el caso que se le presenta en la película, mediante su acercamiento a lo sobrenatural. No sólo su acercamiento a la evidencia de la supuesta resurrección de lord Blackwood, sino y más patentemente, en su reconstrucción de un ritual del Templo de las Cuatro Órdenes cuya solución le dará la llave para descubrir cuál es el lugar en donde se llevará a cabo el atentado final del aristócrata redivivo. Con la acumulación de datos, el recorrido inductivo y este acercamiento clave, Holmes logra develar todo el misterio, el del fantasma y el del caso en su totalidad (salvo por un último detalle que se le revela a partir de un acontecimiento que da cierre a la película y abre perspectivas de una secuela). Conclusión Como decíamos anteriormente, en la obra de Chesterton, si bien determinados misterios que parecen tener un carácter sobrenatural, resultan ser explicables racionalmente, lo sobrenatural no es puesto en cuestionamiento. En las aventuras de Sherlock Holmes, esta permisividad es menos evidente. No obstante, en la película de Guy Ritchie, al tiempo que vemos que todo el misterio en torno a los sacrificios rituales y a la resurrección de lord Blackwood tiene una explicación racional, y que forma parte de una estrategia muy inteligentemente planeada con fines de dominación (no nos extenderemos en estas explicaciones racionales, bastará con ver la película para comprender los detalles), el elemento sobrenatural no es cuestionado del todo. De hecho, cierta idea del protagonismo de algún tipo de fuerza oculta, persiste aun a pesar de haberse desentrañado el fraude cometido por lord Blackwood, y esto queda claro en una simple figura, que es la del cuervo. En efecto, el cuervo acompaña a lord Blackwood en los crímenes que comete antes y después de morir y resucitar. En rigor, el cuervo parece ser el centinela, la personificación del Mal (o, por lo menos, de algún tipo de fuerza sobrenatural), que guía o supervisa los asesinatos cometidos o planeados por el lord. Y lo más interesante, hacia casi el final de la película, cuando Holmes y lord Blackwood tienen un enfrentamiento en lo alto de la obra en construcción del Tower Bridge sobre el río Támesis, el cuervo observa con impaciencia la escena, en la cual no queda del todo claro si habrá una nueva víctima y, en tal caso, si puede tratarse de Holmes o del propio lord Blackwood. La sensación que transmite la presencia del ave es que aún queda un sacrificio por realizarse, pero esta vez la víctima será el propio victimario. Así, cuando cae una viga y unas cadenas rodean el cuerpo del lord y lo llevan hacia el vacío, una de dichas cadenas le queda enrollada alrededor del cuello y, en la caída, lord Blackwood muere ahorcado. Al cumplirse este último sacrificio, el cuervo se aleja volando. No había magia negra, todos los crímenes habían sido meticulosa y humanamente planeados, a menudo empleando técnicas científicas para generar la impresión del protagonismo de un poder oscuro, pero sin embargo, lo sobrenatural no queda descartado del todo cuando termina la película. En conclusión, la lectura transversal que hemos hecho de las aventuras de Sherlock Holmes y del padre Brown, a la luz también de la nueva película de Guy Ritchie, nos permite completar el esquema esbozado por Borges, situando a El sabueso de los Baskerville de Conan Doyle como el elemento de ruptura que define el nuevo género policial-fantástico que será característico de la obra de Chesterton y en el cual Borges lee la conjunción de géneros presentes por separado en la obra de Edgar Allan Poe. Quizás, lo que hizo a Borges omitir a Conan Doyle en el juego de la creación del género policial-fantástico chestertoniano, fue ese trato irresistible de Chesterton que Borges se preocupó por remarcar en Sobre Wilde y del que, seguramente, Conan Doyle carece. Acaso el mismísimo Sherlock Holmes le hubiera reprochado a Borges el dejarse llevar por el trato y perder de vista el análisis cuidado de la evidencia. ** Augusto Gayubas augustogayubas@yahoo.com.ar Escritor e historiador argentino (Buenos Aires, 1980). Investigador de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar), ha publicado y traducido artículos de carácter historiográfico para libros y revistas especializadas y de divulgación. Asimismo, ha contribuido con publicaciones en revistas de literatura y cine. === “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud” ===================== === (pero sin relación con don Juan Tenorio) Fernando Sorrentino ===== I. Una atribución errónea y una atribución dubitativa 1. David Viñas: atribución errónea En su edición del 29 de diciembre de 2005, el diario argentino Página/12 (Buenos Aires) exhibe, en su contratapa, un artículo titulado “Izquierda”, firmado por el conocidísimo narrador y ensayista David Viñas (1) (Buenos Aires, 28 de julio de 1927, según algunas fuentes, o 28 de julio de 1929, según otras). El trabajo en cuestión está precedido por este preciso epígrafe: “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”. José Zorrilla, Don Juan Tenorio, 1844. El cual es utilizado por don David como “apelación a la autoridad” para respaldar los argumentos que despliega a continuación, y que no está en mis intenciones ni aprobar ni rebatir. En cambio, debo consignar que, si bien es cierto que el Don Juan Tenorio de Zorrilla data del año 1844, esta verdad se torna irrelevante ante el hecho de que ninguna persona de este u otro mundo podría hallar la proposición “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud” en dicha obra teatral. Y no por falta de aplicación o de buena voluntad, sino porque José Zorrilla se abstuvo de redactarla. 2. Adolfo Bioy Casares: atribución dubitativa En el libro Descanso de caminantes. Diarios íntimos (Buenos Aires, Sudamericana, 2001) Adolfo Bioy Casares (Buenos Aires, 15 de septiembre de 1914; 8 de marzo de 1999) escribe (pág. 376): Mi secretaria me preguntó el origen de la frase “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”. Afirma que yo le dije que era del Don Juan, de Tirso o de Zorrilla; me parece increíble, porque no tengo ningún recuerdo al respecto. Borges ignora la procedencia de la frase. Tras la palabra “salud”, Bioy introduce una llamada y, al pie de página, consigna: “Me aseguraron que es de Don Juan, de Tirso de Molina”. En rigor, aunque su protagonista es don Juan Tenorio, el drama de Tirso se titula El burlador de Sevilla y convidado de piedra. II. Ni Tirso de Molina ni José Zorrilla: el origen es Juan Ruiz de Alarcón (2) En general, no me gustan las comedias con disfraces, ni con hermanos gemelos, ni con personas idénticas, ni con juegos de enredos y confusiones. Sin embargo, debo admitir que —aun con el equívoco entre Jacinta y Lucrecia— siento especial debilidad (3) por La verdad sospechosa. La intención moralizante de Juan Ruiz de Alarcón pone de relieve los efectos deletéreos del vicio de mentir, pero lo cierto es que el embustero don García, exornado de jactancias e imprudencias, me resulta, psicológicamente, muy simpático. Se supone que, como suele ocurrir en otras obras, le está reservado al criado el papel del gracioso (Clarín, en La vida es sueño; Catalinón, en El burlador de Sevilla, etcétera, etcétera); el caso es que, en La verdad sospechosa, el verdadero gracioso no es el criado Tristán sino el galán: el mismísimo García. En el acto III, escena VII, don García se regodea en relatarle a Tristán la imaginaria pelea que sostuvo con don Juan de Sosa, según la cual le abrió en la cabeza un palmo de cuchillada. Tristán queda, desde luego, atónito: Tristán: ¡Qué suceso tan extraño! ¿Y si murió? García: Cosa es clara, porque hasta los mismos sesos esparció por la campaña. Tristán: ¡Pobre don Juan..! Mas, ¿no es este que viene aquí? Así es: en ese mismo instante, el muerto cuyos sesos fueron esparcidos por la campaña aparece, sano y salvo, conversando con don Beltrán, el padre de García. La verdad sospechosa data de 1630. III. Del español (Ruiz de Alarcón) al francés (Corneille) En 1644 Pierre Corneille estrena Le menteur, que constituye una suerte de imitación y reelaboración de aquella comedia. El mentiroso se llama ahora Dorante, y su criado, Cliton. Las situaciones se plantean de manera muy parecida a las de La verdad sospechosa: Dorante afirma haber matado a su rival, Alcippe, y éste se les aparece, pleno de alegría, anunciando que va a casarse con Clarice: Sache donc que je touche à l' heureuse journée qui doit avec Clarice unir ma destine (4). Continúa el diálogo entre Dorante y Alcippe. Entonces Cliton, que presencia el curioso coloquio entre el homicida y el occiso, deja caer la reflexión irónica (IV, II) que se ha hecho proverbial: Les gens que vous tuez se portent assez bien. Algo así como Las personas que vos matáis tienen bastante buena salud. O, según la traducción, más libre, de María Alfaro (5): Observo que vuestros muertos gozan de una salud envidiable. IV. Y del francés al español Claro que eso mismo puede decirse de un modo infinitamente mejor: Los muertos que vos matáis gozan de buena salud. Al respecto escribe Héctor Zimmerman (6): Lo más probable es que, al pasar a España, los versos alejandrinos de Corneille hayan tomado el metro octosilábico en nuestro idioma: Los muertos que vos matáis / gozan de buena salud. En ambas versiones el sentido sarcástico permanece inalterado; vale para toda afirmación exagerada que los hechos desmienten de manera terminante, dejando en ridículo al fanfarrón que la proclama. Ahora bien, tanto mi traducción (Las personas que vos matáis tienen bastante buena salud) como la de María Alfaro (Observo que vuestros muertos gozan de una salud envidiable) son muy inferiores a la epigramática contundencia de Los muertos que vos matáis / gozan de buena salud. En este punto, dejo planteada una pregunta que yo no sé contestar: esos afortunados octosílabos ¿pertenecerán a algún mortal con nombre y apellido, o serán el fruto de una creación anónima, popular y colectiva? Un hecho parece seguro: en el pasaje de ida y vuelta entre España y Francia —desde Ruiz de Alarcón hasta Corneille, y desde Corneille hasta no sabemos quién—, ambas lenguas afines forjaron el proverbio que hemos pronunciado más de cuatro veces. Notas 1. En mis épocas juveniles (década de 1960), cuando devoraba con avidez y sentido del deber todo libro que cayera en mis manos, leí cuatro novelas de David Viñas: Cayó sobre su rostro, Un dios cotidiano, Los dueños de la tierra y Dar la cara. Debo confesar que, de ellas, mis recuerdos son muy escasos, lo que significa que no han influido en absoluto en mi propia cocina literaria. Con el tiempo, y no habiendo escarmentado, leí también la ardua Literatura argentina y realidad política. Y, muchísimos años más tarde (fines de 2007), y sólo porque estaba en el programa de Lengua y Literatura de un colegio donde yo era profesor, me vi obligado a deglutir “La señora muerta”, uno de los relatos más ineptos que me cupo conocer durante una vida en que leí centenares de cuentos. 2. A partir de aquí, y con ligeras variantes, se reproduce el trabajo publicado en el Centro Virtual Cervantes el 27 de septiembre de 2004. Aunque el libro de Bioy es anterior a mi publicación, lo cierto es que lo conocí en estos días de febrero de 2010. El texto de Viñas, como se ve, apareció unos quince meses más tarde. 3. En 1978 publiqué un libro, destinado a jóvenes lectores, que titulé Cuentos del mentiroso. Pues bien, ese mentiroso tiene, como apellido, García (amable saludo al protagonista de Ruiz de Alarcón), y, como nombre de pila, Lelio (saludo, no menos amable, a la Commedia dell’Arte y a Il bugiardo de Carlo Goldoni). 4. “Sábete, pues, que toco el dichoso día / que debe unir mi destino con Clarice”. María Alfaro: “Has de saber que se aproxima el día feliz en que he de unir mi destino al de Claricia” (Pierre Corneille: El embustero, Polieucto mártir, Don Sancho de Aragón, traducción y nota preliminar de María Alfaro, Madrid, Aguilar, 1947). 5. Ídem. 6. Héctor Zimmerman: Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, Buenos Aires, Aguilar, 1999, pág. 173. ** Fernando Sorrentino fs_literatura@yahoo.com.ar Escritor argentino (Buenos Aires, 1942). Es profesor de lengua y literatura. En 1993 dictó una serie de conferencias sobre aspectos de la literatura argentina en once universidades de los Estados Unidos. Aunque es autor de una extensa obra ensayística, publicada en diversos periódicos y revistas, su género preferido es la narrativa y, dentro de ésta, especialmente el relato breve. Ha publicado, entre otros, los libros de cuentos Imperios y servidumbres (Seix Barral, 1972; reedición, Torres Agüero Editor, 1992), El mejor de los mundos posibles (Plus Ultra, 1976; 2º Premio Municipal de Literatura), El rigor de las desdichas (Ediciones del Dock, 1994; 2º Premio Municipal de Literatura), La corrección de los corderos, y otros cuentos improbables (Editorial Abismo, Buenos Aires, 2002), Existe un hombre que tiene la costumbre de pegarme con un paraguas en la cabeza (Ediciones Carena, Barcelona, España, 2005), El regreso. Y otros cuentos inquietantes (Editorial Estrada, Buenos Aires, 2005), En defensa propia / El rigor de las desdichas (Editorial Los Cuadernos de Odiseo, Buenos Aires, 2005), Costumbres del alcaucil (Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2008), El crimen de san Alberto (Editorial Losada, Buenos Aires, 2008) y El centro de la telaraña, y otros cuentos de crimen y misterio (Editorial Longseller, Buenos Aires, 2008); la novela Sanitarios centenarios (Plus Ultra, 1979; reedición, Editorial Sudamericana, 2000); la nouvelle Crónica costumbrista (Pluma Alta, 1992; reeditada como Costumbres de los muertos, Colihue, 1996); los libros de relatos para niños o adolescentes Cuentos del Mentiroso (Plus Ultra, 1978; Faja de Honor de la Sade; reedición, Norma, 2002), Historias de María Sapa y Fortunato (Sudamericana, 1995; Premio Fantasía Infantil 1996; reedición, Santillana, 2001), El que se enoja, pierde (El Ateneo, 1999), El Viejo que Todo lo Sabe (Santillana, 2001) y Burladores burlados (Editorial Crecer Creando, Buenos Aires, 2006); los libros de entrevistas Siete conversaciones con Jorge Luis Borges (Casa Pardo, 1974; reediciones, El Ateneo, 1996, 2001, y Losada, 2007) y Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares (Sudamericana, 1992; reedición, El Ateneo, 2001, y Losada, 2007). Libros suyos han sido traducidos al inglés, al portugués, al italiano, al alemán, al polaco, al chino, al vietnamita y al tamil. === El derecho a la autogestión cultural ================================== === Jorge Eduardo Padula Perkins ========================================== Asistimos en nuestros días a una revalorización social, política, jurídica y económica de la cultura. Ello la torna protagonista indiscutible, tanto desde lo empírico como desde las construcciones teóricas. Desde hace ya años el derecho cultural ha sido reconocido con carácter universal en distintos tipos de documentos nacionales e internacionales. Por su parte, diferentes estudios académicos reclaman para el acontecer cultural calidad identitaria (Lomnitz, 2008), simbólica y liberadora (Auyero y Benzecry, 2008). La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 reza en su artículo 27 que “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten”. Asimismo, los artículos 18 y 19 de la misma declaración establecen los derechos de libre pensamiento y expresión, opinión y difusión de las ideas. En este sentido debería entenderse también la libertad de expresión y difusión cultural a través de la autogestión. Es decir, la percepción de cada individuo como gestor de su propio desarrollo cultural y el de su comunidad. El derecho que las personas y los pueblos tienen respecto de la cultura no se limita al acceso a sus formas y manifestaciones, sino que incluye la producción, promoción y autogestión. El artículo 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ONU, 1966) establece el amplio derecho de toda persona de “participar en la vida cultural”. La cultura debe ser entendida como una forma de comunicación y libre expresión y, en tal sentido, favorecerse su desarrollo como natural naciente de sus actores, intuitivo y proactivo desde los intereses personales y grupales más íntimos y legítimos. El desarrollo cultural está imbricado de manera indubitable con los derechos a la educación y a la libre expresión. De hecho son manifestaciones diferentes pero con un tronco común en cuanto a formas constitutivas y expresivas de la persona. El gestor cultural es un facilitador en cuanto a diseño, planificación y administración de proyectos culturales y como tal constituye un elemento importante en el desarrollo cultural. No obstante su figura no debe confundirse con la del mediador indispensable. Por el contrario, toda persona ha de entenderse potencialmente capaz de adoptar una actitud proactiva en materia cultural. No existe el “ejercicio ilegal de la cultura” cuando sus caminos no incluyen a un gestor cultural. “Gestar”, dicen Olmos y Santillán Güemes (2004), “es dar origen, generar, producir hechos... lo que, de por sí, implica movimiento, crecimiento, transformación creadora...”, siempre ligada a la acción. La cultura no es sólo un bien de consumo, tangible o intangible, sino un bien integrador y creativo, emergente personal y social. Entendida la gestión cultural como “conjunto de acciones que potencian, viabilizan, despiertan, germinan y complejizan los procesos culturales” (Guédez y Menéndez, 1994), se aprecia claramente que tales acciones encuentran sus raíces en la persona humana y en los grupos primarios antes que en la figura de un profesional orientado al respecto, aun cuando éste pueda tornarse en mediador si las circunstancias lo hacen adecuado para los verdaderos portadores primigenios del derecho cultural. Así como se reconoce el derecho a publicar ideas y opiniones y ello no implica la necesaria mediación de los profesionales de prensa, del mismo modo el derecho a la cultura no implica la participación ineludible de profesionales de ese campo. Por el contrario, se trata de un derecho personal que puede ser ejercido libremente y sin mediación alguna por cada individuo. Es por eso que, más allá de la importancia que pueda tener la formación de gestores culturales, tan en boga en estos tiempos, la actitud más democratizadora de la cultura sería la de brindar saberes de gestión a los individuos y grupos sociales involucrados o deseosos de involucrarse en la producción de hechos culturales de distinta índole. Sería un signo de madurez social otorgar las herramientas adecuadas para que las personas puedan autogestionarse en los aspectos culturales como forma de reducir la intervención externa en los procesos de gestación y producción. Porque “el control cultural no implica solamente la capacidad de usar o consumir un bien cultural, sino la capacidad y libertad para producirlo, reproducirlo e instalarlo” (Garreta, 2004). En tal sentido “todos los integrantes de la sociedad han de ejercer y gozar el derecho a la cultura que no es solamente la posibilidad de acceso al consumo de toda la oferta sino también la libertad de expresión y promoción de las propias pautas identitarias de las minorías, sin imponer un modelo hegemónico” (Olmos, 2004). Lo antedicho da lugar a la demanda de una especie de alfabetización cultural. García Carrasco (2009) señala al respecto la vigencia de la expresión “alfabetizaciones múltiples”, que implica el proceso alfabetizador en muchas dimensiones en un amplio abanico de incorporación cultural. “Desde la perspectiva del hecho las culturas se presentan como quehaceres, actividades en proceso, y/o como realizaciones, productos acabados, como realidades en construcción y/o como productos de fábrica” puntualiza García Carrasco (2009) y asegura que “la iniciación cultural se concibe en este marco de referencias como un proceso capacitante, habilitante, para la participación en quehaceres” para continuar indicando que la cultura incorporada “se muestra en la acción social y en la profesión del actor social”. Así la cultura como “realidad instrumental” destinada a “satisfacer las necesidades del hombre que sobrepasan la adaptación al medio ambiente” (ibídem), denota un alto valor empírico en su cotidianeidad. Desde la perspectiva de la significación, adquiere relevancia la “actividad simbólica mediante la cual los humanos descubren, describen e incorporan el significado, mientras notan y sienten el mundo” (ibídem) lo cual implica también un indubitable involucramiento de la persona. Si lo que se desea es promover una cultura naturalmente emergente y libre de condicionamientos, las políticas en tal sentido deberían incluir una alta dosis de diseminación de los saberes atribuidos en forma genérica a la gestión. Una verdadera contribución a la democratización de la cultura debe hacer depositarios a los individuos y a los pequeños grupos sociales de las herramientas teórico prácticas para la acción. Bibliografía y fuentes • AUYERO, Javier y BENZECRY, Claudio (2008): voz “Cultura” en ALTAMIRANO, Carlos: Términos críticos de sociología de la cultura, Paidós, Buenos Aires. • GARCÍA CARRASCO, Joaquín: (2009). “Las formas de la alfabetización cultural en la sociedad de la información”. En SAN MARTÍN ALONSO, A. (Coord.) “Convergencia tecnológica: la producción de pedagogía high tech” [monográfico en línea]. Revista Electrónica Teoría de la Educación: Educación y Cultura en la Sociedad de la Información. Vol. 10, Nº 1. Universidad de Salamanca. En línea: http://bit.ly/bCK8V3 [consulta: 12-DIC-2009]. • GARRETA, Mariano J. (2004): “La asociación sociocultural en una sociedad compleja”. En: El gestor cultural. Ideas y experiencias para su capacitación, CICCUS, Buenos Aires. • GUÉDEZ, Víctor y MENÉNDEZ, C. (1994): “Formación del gestor cultural”. En: Memorias del Encuentro Internacional sobre Gestión Cultural. COLCULTURA-SECAB, Bogotá. • Declaración Universal de Derechos Humanos, ONU, 1948. En línea: http://www.un.org/es/documents/udhr/ [consulta: 12-DIC-2009]. • LOMNITZ, Claudio (2008): voz “Identidad” en ALTAMIRANO, Carlos: Términos críticos de sociología de la cultura, Paidós, Buenos Aires. • OLMOS, Héctor A. (2004): “Políticas culturales y gestión”. En: El gestor cultural. Ideas y experiencias para su capacitación, CICCUS, Buenos Aires. • OLMOS, Héctor A. y SANTILLÁN GÜEMES (2004): “El mundo en gestión”. En: El gestor cultural. Ideas y experiencias para su capacitación, CICCUS, Buenos Aires. • Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ONU, 1966. En línea: http://www.indigenas.bioetica.org/cescr.htm [consulta: 12-DIC-2009]. ** Jorge Eduardo Padula Perkins jopa52@yahoo.com.ar Periodista argentino (Buenos Aires, 1952). Egresado de la Universidad del Salvador (http://www.salvador.edu.ar). Publica en medios desde los años 70. Desde entonces textos suyos han aparecido en medios como La Palabra, Cruz del Sur, Visión Sur, La Lealtad, El Periodista, Visión Sureña, Perspectiva Sur y las revistas Quilmes Generando Cultura, Dosis, Todo es Historia e Historia de la ciudad de Buenos Aires. Entre 1991 y 1993 fue redactor general del periódico mensual Prensa Barrial. Especializado en temas de educación a distancia, ha publicado artículos sobre la materia en las revistas Aprendizaje Hoy (Argentina), Candidus (Venezuela) y Educación y Biblioteca (España), como también en distintos sitios web como el BENED de la Cátedra Unesco de Educación a Distancia (http://www.uned.es/catedraunesco-ead), Quaderns Digitals (http://www.quadernsdigitals.net) y otros. Socio vitalicio del Círculo de la Prensa de Quilmes y Honorario de la Biblioteca Popular “Pedro Goyena”, participó también como miembro y directivo de la Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires filial Quilmes y del Grupo de Arte Joven, del que fue uno de sus fundadores. Ha publicado los poemarios Una carta a la nada (1974), Después de cada hora (1978), 10 poetas argentinos (coautor, 1980), Amantes (1981) y Jardín animal (coautor, 1982), el ensayo El periodista José Hernández (1996) y el texto académico Una introducción a la educación a distancia (2003). === El camino de Delibes Raúl Márquez ================================ Eran aproximadamente las dos de la tarde cuando llegamos a Valladolid, capital de la provincia Castilla y de León, ubicada en el centro de la Península Ibérica. Era una tarde soleada de agosto. Durante el trayecto que nos llevó de Salamanca a esta ciudad, Isidoro y yo estuvimos rememorando las lecturas de Miguel Delibes, uno de los escritores españoles más importantes de las últimas décadas, admiración que hemos compartido por más de diez años. En este sentido, era inevitable que habláramos de El camino, la segunda obra de Delibes, publicada en 1950. En ésta se narran las peripecias de unos preadolescentes que son testigos inermes de la transformación de su mundo rural. Esta progresiva pérdida se equipara al desvanecimiento ineluctable de la infancia, al hecho de tener que afrontar situaciones inesperadas que, de una manera profunda, cambiarán la vida del pueblo. Delibes siempre ha sido considerado un escritor de raza, para quien la recreación literaria es la recreación misma del ser humano, frente a los avatares que la vida le presenta como parte de su infinita evolución. Tal es el caso del protagonista de El camino, Daniel, el mochuelo, a quien la realidad le impone una circunstancia ineludible: debe marchar a la ciudad a proseguir estudios de bachillerato. Este hecho implica, para el púber de 11 años, abandonar el mundo provincial en el que ha despertado a la vida. Recodo de existencia en cuyos paisajes ha fraguado, junto a sus amigos, sus primeras aventuras, sus primeras alegrías y tristezas. “En su viejo camastro de hierro”, Daniel evoca sucesos, lugares y personas que, de una manera u otra, lo han acompañado hasta ese “día final” en que debe dejarlo todo para irse a la ciudad, a fin de estudiar y convertirse en un hombre de progreso, tal es el deseo de su padre. En este sentido, Delibes utiliza de manera acertada el recurso del flashback, yuxtaponiendo acciones del ayer con las de un presente en movimiento, que en la realidad literaria se materializa, desde la visión del protagonista, en la noche anterior a su partida del pueblo. Con un lenguaje sobrio, entre culto y coloquial, según lo exija el discurso narrativo, el escritor nos presenta, en tercera persona, los acontecimientos que giran en torno a la vida de Daniel, el mochuelo. Pequeñas historias, anécdotas, recuerdos, mitos callejeros que contextualizan la infancia y la primera adolescencia del protagonista, dotándolo de un carácter profundamente humano y universal. Todo sucede en un pequeño pueblo de Castilla, pero bien pudiera suceder en cualquier parte del mundo. Ese transitar violento de la infancia a la adolescencia, la incertidumbre ante la muerte, el descubrimiento de tabúes sexuales, la complicidad a toda costa, la traición, el miedo, el amor, constituyen los pilares esenciales de esta magnífica historia... Son las 16 horas. Un sol sólido e intolerante se derrama sobre la ciudad. Cruzamos el viejo puente, las aguas del río Pisuerga se deslizan serenamente, mientras algunos ciudadanos franceses fotografían en silencio el esplendor sutil que transita por las avenidas, calles y veredas de la majestuosa urbe. Uno de mis sueños era conocer la casa museo de Delibes, pero estaba cerrada. Al parecer estaban ampliando una de sus salas o algo así. Volvimos entonces sobre nuestros pasos, nos dirigimos a la plaza mayor, una plaza amarilla, quizá menos espectacular que las de Salamanca o Madrid. Entramos a un bar y nos bebimos varias cañas con sus respectivas “tapas” constituidas por pan, pulpo y una especie de vinagreta. Seguimos conversando acerca de la obra de Delibes. De que en 1999 recibió el Premio Nacional de Narrativa de España por su novela El hereje. Entre otras obras importantes de Miguel Delibes encontramos La sombra del ciprés es alargada (ganadora del premio Nadal de 1947), Los santos inocentes, Cinco horas con Mario, Señora de rojo sobre fondo gris, La hoja roja, Diario de un cazador y Mi idolatrado hijo Sisí. Ha pasado un año desde aquel inolvidable viaje. Estoy leyendo El hereje y pienso volver a leer El camino, a fin de reencontrarme con una historia que, aunque es la de Daniel, bien pudiera haber sido la mía, con ese hálito de nostalgia y ensoñación que siempre logra enternecerme. ** Raúl Márquez radamarca@yahoo.es Escritor venezolano (Caracas, 1974). Reside en El Piñal, Táchira, desde la infancia. Trabaja actualmente en la tesis de grado para el título en educación por la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (Maracaibo, Zulia), y ejerce como docente en la Unidad Educativa Fe y Alegría "Rubén Darío Mora", de Naranjales. En 2000 participó en el "Taller de Poesía Venezolana" dictado por el poeta Ernesto Román Orozco y ese mismo año obtuvo el primer premio de poesía en el Concurso Nacional de Literatura de Fe y Alegría. Ha publicado los poemarios Lírica ofrenda (Fe y Alegría, Caracas, 2001) y Reverso de reloj (Nadie nos Edita Editores, San Cristóbal, 2002). Además textos suyos aparecieron en la antología Los dragones de papel (Nadie nos Edita Editores-Conac, San Cristóbal, 2004). === Cerrar el puño en la rosa y gozar de los espinos ====================== === Adán Echeverría ======================================================= Menguante Yolanda Aguirre Poesía Universidad Autónoma de Nuevo León México, 2008 54 p. Ven a mí: ¡cuerpo a cuerpo! Delmira Agustini Se abre el poemario Menguante de Yolanda Aguirre (Monterrey, 1975) como se abren los labios antes del beso, como se abre la boca antes del derramado sexo, las piernas a la embestida del eros. Y uno no puede quedarse callado, repasando el suspiro. He aquí la intención de la autora: desbordarse hacia el verso, viciar la hoja blanca con ese algo de su ego. Entregarse, a través de la noche, sobre los ojos del lector, tan necesario y necesitado de la luz que enaltezca los sentidos de alcoba: a prueba de error tu lengua me recorre. Pero uno estaría confundido si se detuviera a pensar en ese candoroso romance erótico de la hembra poderosa que le pide a su macho (amazona) que la monte. Si pudiera definir el poemario como: los versos de una mujer entregada al placer, me equivocaría. El truco está (o la lectura hace al menos esta interpretación) no en esa mujer florero sino en la mujer cuchillo; la hembra del filo lunar que abre las alas, extrae el néctar de la palabra y se deshace viento, polvo, río caudaloso. Porque se puede intuir las intenciones —esas malditas— de la autora cuando se detiene, y nos hace respirar hondo, ante la pregunta que la define: ¿Acaso desconfías porque sangro? Entonces la visión se completa. Hay una mujer (hablante lírico) que expresa su sexualidad, su historia de vida, su tiempo, con la fortaleza de las equidades. Porque las equidades en cuestiones de género están equivocadas. La mujer no anda en busca de ocupar el lugar del varón (¿quién ha creado una barrera entre los sexos?, ¿a qué eso de tu lugar y mi lugar y su lugar?), sino en representar su nicho ecológico total. Su verdadero sino: ser y no tratar de ser. Y entonces, a través del poemario, lo femenino deja de interpretarse como ese algo romántico de los abuelos; deja de establecerse como “eso de las nenas”. Porque lo femenino y lo masculino nos habla de los genitales y punto. La recepción del significante se despedaza, y verso tras verso se nos convoca a predecirnos sobre esas realidades que esta sociedad nos deja entrever a cada instante: lo femenino en razón de las hormonas. Ya que no podemos negar que todo esto del amor, la depresión y la alegría ante la vida son impulsos bioquímicos que nos permiten la interpretación acerca del estradiol, la progesterona y la tan vilipendiada testosterona: dime tu hormona y yo te diré quién eres y hasta qué quieres. El universo de la autora es práctico y se plantea claro: He dejado en el perchero / mi vestido colmado de prejuicios. Nos dibuja esa visión de la entrega, la capacidad de rebelarse: Vienes del sueño / me encuentras lechosa / bebes / (...) / penetras / entre luces de pájaros y árboles. Eso es el poemario, lo tangible y lo etéreo de la mano. La crítica social y la entrega sin tapujos. Terminar la idea de lo tangible con este hermoso verso colmado de poesía: me penetras entre luces de pájaros y árboles, para imaginarse teniendo sexo en el claro de un bosque (lo simplista), o mirar de pronto el brillo de las luces y encontrar la cámara (un video porno casero —lo actual); ante la idea planteada uno puede hasta pensar en ser penetrada, penetrar o dejarse penetrar entre esos “árboles” que representan a los líderes del pensamiento arcaico y obsoleto de la sociedad: los hombres juiciosos, los legisladores, sacerdotes, ministros de culto; aquellos ridículos y falsos estandartes del Provida; mirar esos pájaros como las chachalacas, esos árboles como inmensas columnas de juicios moralinos: me dejaré penetrar, te penetraré hasta el límite y que nada nos importe. El poemario Menguante puede leerse en unos minutos. Y en este poco tiempo uno repasa la excitación, palabra por palabra, imagen por imagen, de las ideas atravesadas por el humo rojo. Uno lee el verso final y se contempla emocionado. Claro que son ciertas las carencias aún presentes, se descubre la novatez de ese primer poemario que vislumbra la voz del poeta, pero aun con todo logra deleitarse a través de la palabra. Me sorprende cuando dices me gusta tu olor suave La simpleza de lo cálido al saberse descubierto mirando nuestras propias relaciones; recuerdos de rostros y pieles que nos han formado al crecer, que ahora nos miran desde atrás y nos encuentran “bobos por el amor, estúpidos por el romance”. Llovizna tu cuerpo / (...) / mojada te recibo Lo universal en los versos de Aguirre nos reflejan. Somos entonces la imagen del espejo, la voz de piel en que queremos convertirnos, la hambruna de la paz que brinda el amor y la entrega a través de la pasión que destilamos. Hemos nacido para la entrega del cuerpo, para el placer que nos avienta la carne sobre los sabores, y los sabores para la nostalgia. En los aromas nos reconocemos capaces de decir con ella: tú eres mi fiesta privada. Así, el amor por la relación homoerótica y el compenetrarse en pareja son revisados, al igual que se revisa el goce de la masturbación. Y es que en un mundo de violencia y desenfreno, donde las enfermedades (sexuales y mentales) se encuentran en cada beso, uno sabe, aprende y enseña, que no hay mejor relación que la de uno consigo: prefiero comerme los higos / (...) / y a media noche / hacerme el amor. Es de esta forma como se lee Menguante, con la carne y los sentidos alertas, porque desde la voz de Yolanda Aguirre nos lanzamos al encuentro del sexo, la penetración y la caricia, el desenfreno y el romance, sabios en el amar, salvajes por la inteligencia de que somos amorosos y capaces de los más livianos goces, de los estruendosos encuentros cuerpo a cuerpo, símiles a definirnos libres y a la par sensibles: “me enamoré como se enamoran las mujeres inteligentes, / como una idiota”. Dos poemas del poemario Menguante Para encontrar al príncipe azul Enterrar en el jardín tres higos una manzana una rosa roja decir una oración a media noche importante: debe hacerse en luna llena prefiero comerme los higos y la manzana sembrar un rosal escribir un poema y a media noche: hacerme el amor. Libertad Ahora, al hacerlo ni le pienso pero ¿en qué pienso mientras lo hago? en mi madre soñando con un vestido blanco de novia inmaculada. ** Adán Echeverría adanizante@yahoo.com.mx Escritor mexicano (Mérida, Yucatán, 1975). Escribe poesía y cuento. Biólogo con Maestría en Producción Animal Tropical por la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady, http://www.uady.mx). Integrante del Centro Yucateco de Escritores, A.C., de cuya revista Navegaciones Zur es editor. Ha publicado los poemarios El ropero del suicida (Editorial Dante, 2002), Delirios de hombre ave (Ediciones de la UADY, 2004) y Xenankó (Ediciones Zur-PACMYC, 2005). Participa en los libros colectivos Litoral del relámpago: imágenes y ficciones (Ediciones Zur, 2003), Venturas, nubes y estridencias (ICY-INJUVY, 2003) y Los mejores poemas mexicanos; edición 2005 (Fundación para las letras mexicanas y Joaquín Mortiz-Editorial Planeta, 2005). Textos suyos han aparecido en las revistas Abisal (Instituto Quintanarroense de Cultura), Luna zeta (Oaxaca), Acequias (Universidad Iberoamericana de Torreón, Coahuila), Tierra Adentro (Conaculta), Alforja de Poesía (Universidad Autónoma Metropolitana, UAM), El Universo del Búho (Instituto René Avilés Fabila), Molino de Letras (Texcoco, estado de México), Fandango (Oaxaca) y SIC y Los Otros Errores (Distrito Federal), así como en el suplemento Arena del periódico Excélsior (Distrito Federal) y en las revistas digitales Prometeo Digital (http://www.prometeodigital.org), Proyecto Sherezade (http://home.cc.umanitoba.ca/~fernand4), Ficticia (http://www.ficticia.com) y El Otro Mensual (EOM, http://www.eldigoras.com/eom/umbral.htm). Coordinó el taller de creación literaria del Injuvy (2003-2004) y el Taller Literario Grietas (2004-2005), participa en el taller del CYE y coordina la Catarsis Literaria El Drenaje. Ha obtenido diversos reconocimientos en su país, como el primer Certamen de Poesía Joven Jorge Lara (2002) y el Premio Nacional de Poesía Rosario Castellanos, donde obtuvo el segundo lugar. === Ophir Alviárez: sangrar de orgasmos Juan Guerrero ================ Varias lecturas tiene un buen libro. Más cuando éste refiere a un discurso poético. De tema complejo y nombre antiguo, Ordalía o la pasión abreviada (Fondo Editorial del Caribe, 2010) es el más reciente libro que nos ofrece Ophir Alviárez (Caracas, 1970). Se lee de una sola vez. Su palabra es confusamente atropellada, fragmentada, incompleta. Acaso semeja el tratamiento dado al cuerpo que narra la discursividad de una silueta que nunca es completa. Una sombra femenina acaso también roída por la tempestad de juicios antiguos ofrecidos a los dioses como pruebas de una femineidad que se va siendo, formando en lo inacabado, en lo solo. Quizá el tema sobrepasa la estructura donde discurre la voz poética. Posiblemente la primera parte (Revelaciones) carece de ritmo en su cuadratura vocálica/consonántica y fracture la lectura. Quizá sea la marca de una época donde ya no existen paradigmas ni bendiciones de los dioses ni aun maldiciones de los demonios. Apenas la silente soledad de un cuerpo que se reconoce tal en los restos carcomidos de sus entrañas. Marcado en llama viva para expiar culpas que jamás existieron. Pecas (de pecar) que se dibujan en los bordes de un cuerpo arrojado al martirio por mostrarse en su luz. Más acabada la segunda parte (Ordalía...), más serenamente lograda. Hay trazos de un discurso de elevadas imágenes donde la poiesis ofrece en su construcción la revelación del ser en el discurso poético de Alviárez: Alter idem: anónima Se escapa mi alcancía de sueños no tiene piernas no es de silicona su liquidez de tránsfuga Yo rumio los despojos recojo los embriones me repito en zozobras Foránea me observo ajena al charco como si el caos no viniera de mi entraña como si el grillo no devorara la ropa como si redundar fuera pecado y una garúa consiguiera enjugarme el llanto aquí las escaleras no suben caen no se pierden las monedas no hay precio que valga llueve sobre el pantano sangro orgasmos mi alforja de sueños se disuelve no tiene piernas no queda nada En este texto poético se resume todo el libro. Acá existe poesía. Está presente el ritmo de un decir de realidades que se ofrecen en lo abierto de la palabra ahora más condensada, trasmutada en imágenes que dicen el poema, como si el caos no viniera de la entraña. De ese fondo (fornum) donde se cuece la vida. Ese es nuestro destino humano. Venir y ser Destino (Fatum) que trasmigra en Fada-Hada donde reside la imagen iniciática que siempre será femenina. Por eso la mirada más antigua, la voz primigenia que nombra el amanecer de la vida reside en el país de la Matria. Ese espacio interior de sentimientos, sensaciones, percepciones y mística colmada en lo femenino. El lugar donde todo ser pide volver. Sitio donde oramos nuestro abandono. Y de esa larga noche del inicio de todas las voces, va presentando Ophir Alviárez un tejido discursivo que monta y desmonta, a modo de muñecas rusas (matriuskas) que, de no desdoblarse, se quiebran en su desmontaje, mientras se declara la ordalía, el juicio divino para realizar las pruebas donde todo dolor viene ahogado en segmentos de un cuerpo que duele y se estigmatiza en un vagar sin fin. Duro. De intensas imágenes la segunda parte. Contrasta con los iniciales poemas donde los títulos latinizados recuerdan un vago y ya lejano abandono de quienes usaron y abusaron de latinismos para dar pruebas etimológicas de palabras y temas. No resta, sin embargo, los logrados momentos de ciertos versos donde el arte poética declara su belleza: “de nuevo un hombre merma a la bestia”, “la noche se prolonga en el asfalto”, “son demasiados augurios en la tela”, “habítame la ausencia con sus letras”, “por qué desvistes también a la serpiente”, “El semen escondido en tu ombligo”. En estos versos, y quizá uno que otro más, se desplaza la poética de Alviárez. Nada complaciente. Nada edulcorante. Sí dramáticamente humana. Directo a la hondura del alma. Debemos significar también el erotismo implícito como densidad que se siente en la piel donde, aunque a pedazos y desollada, es humedad que deja en la noche su complejidad orgásmica como tensión continua, plenitud y consciencia de ser existencia colmada en sí misma. Se complace mientras no reclama ya nada al Otro diferente. Es la voz poética en boca de las nuevas generaciones de mujeres venezolanas donde se aprecia la mejor escritura actual. Como esta escritora de quien hablamos, Ophir Alviárez. ** Juan Guerrero bdclfj@cantv.net Ensayista, poeta y docente venezolano. Es licenciado en letras, magíster scientiarium en educación, mención enseñanza del castellano, y candidato a doctor en filología hispánica por la Universidad de Oviedo (España). Es docente-investigador de la Universidad Nacional Experimental de Guayana. Ha publicado el poemario Elegía a la sombra / Elegia all'ombra (1981) y ha recibido en dos ocasiones mención de honor en el premio José del Valle Laveaux (Ciudad Bolívar, 1989 y 1992). === El mundo de detrás de los ojos José Abad ========================= Páginas de Espuma acaba de publicar el último libro del escritor granadino Ángel Olgoso (http://www.letralia.com/firmas/olgosoangel.htm), La máquina de languidecer, una colección de cien microrrelatos, de corte fantástico, sencillamente geniales. A pesar de sus pretensiones de novedad, el llamado microrrelato supone en realidad una vuelta a los orígenes de la fabulación, ignoro si para cerrar fatalmente un círculo abierto en la noche de los tiempos. Los primeros moldes narrativos, como los primeros poéticos, fueron forzosamente de reducidas dimensiones, pues el contenido se confiaba a la retentiva del rapsoda y no al papel, y ésta tiene sus límites. Aquellas narraciones inaugurales se incorporarían a libros sagrados varios y darían lugar a las fábulas de la Antigüedad o, andando los siglos, a los exempla medievales. La moraleja pesaba más que el relato, sí; eran tramoyas alzadas para sostener una enseñanza útil. El refinamiento de la forma y la sofisticación del relato llegarán después, pues sí, pero sin necesidad de hacer grandes alardes de memoria hallamos excelentes ejemplos de ello ya en el siglo XIV italiano; en El Decamerón, sin ir más lejos. El microrrelato es, pues, una nueva etiqueta para un vino muy, pero que muy viejo. Sigamos colocando puntos sobre las íes. En la actualidad, numerosos escritores están siendo tentados por los diablillos de la microficción, de acuerdo. No obstante, su gran predicamento tampoco debería llamarnos a error, pues no todos los cultores muestran el mismo grado de exigencia. Esto es un problema de la literatura en general, pero sucede que el microrrelato —al igual que cierta narrativa experimental— permite disimular las limitaciones, cuando no las carencias, de algunos aspirantes a literatos. No nos engañemos, digo. No todos los que escriben se muestran igualmente cuidadosos con lo que se traen entre manos; hay quienes se limitan a sumar palabras, líneas o páginas, convencidos de que basta y sobra para hacer de ellos escritores. Por suerte, hay otros que, como Ángel Olgoso, se preocupan hasta la obsesión con cada página, cada línea, cada palabra, y no dejan nada al antojo de unas musas que, como todos sabrán, son unas cabecitas locas y nunca están cuando se las llama. Quienes se dedican a la escritura con un mínimo de rigor saben que, así en la prosa como en el verso, hay una palabra que expresa como ninguna lo que queremos decir, una palabra que no es intercambiable, y hay que buscarla. Los escritores pura sangre saben que dicha palabra funciona con mayor precisión en cierto lugar de la frase y no en cualquier otro, y hay que buscarlo. Sólo desde tales presupuestos es posible ofrecer páginas que sean como tapices en donde cada línea sujeta a la precedente y la siguiente, y es a su vez mantenida por ésta y aquélla, formando una trama inextricable. En La máquina de languidecer —una especie de Decamerón del microrrelato— se hallan ejemplos sin número de cuanto intento decir. Son piezas que hayan en la brevedad su razón de ser, miniaturas a las que nada falta ni sobra, rocío de un talento exquisito. Son una muestra más de la elaboración extrema del microrrelato olgosiano, así como de su personalísima concepción del género fantástico. Y es que —también yerra quien así lo crea— lo fantástico no es igual para todos. Para Olgoso, lo bizarro no nace del deseo de fundar mundos imposibles dónde huir y esconderse, como hiciera el bueno de J. R. R. Tolkien, tan sobrevalorado. Nuestro autor sospecha que la realidad escamotea tanto como ofrece y, en cada pieza de La máquina de languidecer, intenta sonsacarle al cosmos una revelación, una respuesta o, al menos, unas líneas de poesía. En Olgoso, lo fantástico es el fruto de una desazón, un malestar, una melancolía; el lento roer de una carcoma existencial que va revelando el lado portentoso, no importa si terrible, del día a día. Lo fantástico es para él una búsqueda o un deseo de descubrirle o inventarle dobleces a la existencia, pues en esos pliegues entrevemos atisbos de algo muy nuestro, humano, demasiado humano —que diría Nietzsche—, irremediablemente humano. Ángel Olgoso es un escritor que gusta de abrir ventanas hacia dentro (o troneras, si atendemos al tamaño de los microrrelatos). A él no le interesan las ventanas normales, ésas que se abren en las fachadas de los edificios a la grisura de cada día. Le interesa todo cuanto el hombre oculta, no lo que muestra; todo cuanto silencia, no lo que declara; lo que escucha cuando está todo en silencio. Le intriga el mundo de detrás de los ojos. Esos mundos, más bien, que están ya ahí trazando órbitas anómalas alrededor de nuestro corazón, los continentes y mares que se extienden hasta abarcar por entero nuestro pecho, esos ríos profundos que corren por nuestras venas desde hace milenios, el infinitesimal polvo estelar que se deposita en los pulmones cuando respiramos. La máquina de languidecer ofrece en pequeñas píldoras, pero a manos llenas, las excepcionales dotes literarias de Olgoso. Una práctica y una actitud personal de independencia, además, sencillamente admirables. Y es que Ángel Olgoso escribe lo que le gusta, no lo que conviene. Otros menos dotados han llegado más lejos cambiando no sólo la piel, sino las entrañas mismas de su obra. Él no lo ha hecho. Y desde aquí le pedimos que siga así. Que no ceje. Que no ceda. Que siga así. Ángel Olgoso (Granada, 1961) es uno de los autores de referencia del relato breve y fantástico en español. Ha publicado los libros de relatos Los días subterráneos, La hélice entre los sargazos, Nubes de piedra, Granada año 2039 y otros relatos, Cuentos de otro mundo, Los demonios del lugar (Libro del Año 2007 según La Clave y Literaturas.com y finalista del XIV Premio Andalucía de la Crítica), Astrolabio y La máquina de languidecer (Premio Sintagma 2009). Ha obtenido numerosos premios, entre los que destacan el de la Feria del Libro de Almería, el “Gruta de las Maravillas” de la Fundación Juan Ramón Jiménez, el Caja España de Libros de Cuentos y el Clarín de relatos convocado por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Relatos suyos se han incluido en cerca de una veintena de antologías del género, como Pequeñas resistencias (Páginas de Espuma), Grandes minicuentos fantásticos (Alfaguara), Ciempiés (Montesinos), Mil y un cuentos de una línea (Thule), Cuento vivo de Andalucía (Univ. de Guadalajara, México), Ficción Sur (Traspiés), Perturbaciones (Salto de Página) o Por favor, sea breve 2 (Páginas de Espuma). Es, además, fundador del Institutum Pataphysicum Granatensis y miembro de la Amateur Mendicant Society de estudios holmesianos. Ha sido traducido al inglés y al alemán. ** José Abad abadbaena@hotmail.com Escritor español (Granada, 1967). Es doctor en filología italiana y licenciado en filosofía y letras. Vivió entre Palermo y Trápani (en Sicilia, Italia) durante cinco años y colaboró con la Università Ca’ Foscari de Venecia (http://www.unive.it) durante tres; en la actualidad trabaja como profesor para la Universidad de Granada (http://www.ugr.es). Se ha especializado en el estudio de la obra de Maquiavelo, el Renacimiento y la literatura italiana en general; fruto de dicha dedicación es el volumen Las cenizas de Maquiavelo (Comares, http://www.comares.com; 2008), así como numerosos ensayos en revistas especializadas. Ha traducido, asimismo, Cavalleria rusticana y otros cuentos sicilianos de Giovanni Verga (Traspiés, http://www.traspies.com; 2009) y Matar por amor de Giorgio Scerbanenco (Almuzara, http://www.editorialalmuzara.com; 2010). Como narrador debutó en 1991 con Labios pintados de rosa. A esta novela la siguieron Nunca apuestes con el diablo (Comares, 2000) y El abrazo de las sombras (Dauro, 2002), además del libro de relatos King Kong y yo (Ayuntamiento de Granada, http://www.granada.org; 2006). Sus cuentos han sido incluidos en varias antologías, entre ellas Cuentos del alambre (Traspiés, 2004) o De mes en cuando (Ediciones Pura Vida, http://puravidaediciones.wordpress.com; 2009). Desde hace más de una década cultiva profusamente el articulismo en periódicos y revistas. Colabora como crítico literario en Granada Hoy (http://www.granadahoy.com). === La vida desde los labios ============================================== === Reflexiones sobre Historias para morderte los labios, ================= === de Yolanda Arroyo Pizarro María de Lourdes Javier Rivera ========= El título del libro sugiere que sus páginas encierran cuentos coquetos, que seducen y besan. Ciertamente los personajes y palabras de la autora seducen y el lector recorre las páginas con ganas de devorar cada letra, de consumir cada historia. Sin embargo, nada en esta antología de cuentos es tan sencillo, Yolanda Arroyo Pizarro no es una escritora obvia y al pasar la página del primer cuento descubrimos que estas mordidas no son meramente las que colman de placer, sino que también son heridas que duelen. Los protagonistas del libro se tocan los labios, los aprietan y los muerden, cada uno por razones distintas, pequeñas manifestaciones exteriores de la psique profunda que los anima. Nos mordemos los labios cuando deseamos, cuando pensamos, cuando la pasión estremece la piel pero también cuando sufrimos, cuando sentimos miedo, debilidad o cuando no podemos hablar. Y es entonces que se nos revela el segundo motivo del libro: las cicatrices, las marcas que deja la vida sobre la piel, huellas ineludibles de todo quien ha padecido, amado y vivido. Son pequeñas grietas que abren nuestros cuerpos y exteriorizan todo lo que queda bajo la superficie. Grietas que con el tiempo sanan pero con facilidad vuelven a abrirse. Y es que los labios, todos los labios posibles, al igual que las cicatrices, implican una apertura, una puerta que transgrede las barreras que separan un cuerpo de otro. Un beso nunca es sólo un beso, es un puente hacia otros terrenos, un penetrar el universo desconocido de la otredad. El abrirse a la vida y a los demás es siempre abrirse a la posibilidad del dolor. Los personajes de Yolanda Arroyo Pizarro viven desde esa contingencia ineludible: niños abandonados por los padres, jóvenes y adultos que no saben enfrentar la enfermedad/muerte, hombres y mujeres que han amado y sangrado con intensidad, cuerpos que son violentados, ignorados, trasgredidos, celebrados y olvidados. Seres cotidianos, históricos y míticos, reales e imaginados, que sienten y padecen de forma humana, demasiado humana. Estos relatos nos enseñan los aspectos más viscerales de la existencia misma y a la vez, no deja de ser un canto a la infinita complejidad que encierra el ser humano. En el cuento “Alguna vez seré Marte” la autora nos dice que las lunas aman de una manera particular: se enamoran de enamorados, de la forma en que se besan, acarician y profesan sus afectos. Daría la impresión que la autora fuese ella misma una luna, eterna enamorada del amor, la pasión y el erotismo en todas sus manifestaciones, aun cuando desemboca al desamor y que lo único que redime la humanidad es esa capacidad trasgresora de amar. La autora, con su inagotable talento como narradora, nos hace vivir, desde la propia piel, el placer y dolor, las vivencias de estos personajes a tal grado que resulta imposible asumir la distancia tan cómoda del lector: cada historia, cual mordida, deja su marca en nosotros. Leer estos cuentos nos obliga a asumir la vida desde los labios, desde esa grieta que se abre y se cierra en la medida que se vive y ama. ** María de Lourdes Javier Rivera bealprlibre@yahoo.com Escritora puertorriqueña (San Juan, 1981). Estudiante de doctorado en historia del arte en la Universidad de Salamanca (Usal, http://www.usal.es; España). Su producción permanece inédita. === La Hierba de Teresa Moure: ============================================ === novela para curar la racionalidad histórica =========================== === María Elvira González ================================================= Hierba mora Teresa Moure Novela Random House-Mondadori Colección Debolsillo España, 2008 427 p. Entre nosotros la yerba mora sigue siendo útil para curar el herpes Zolster. No sé si se trata de la misma Hierba mora que da el título al libro y que, junto con otras hierbas y raíces descritas en la novela, son útiles para los llamados “males” de la mujer: reglas dolorosas, humores cambiantes, menopausia, abortos, partos y amores. Pero lo mejor de esta novela no son las curas, lo mejor es precisamente el contagio. Nos contagiamos con su apasionamiento, su vitalidad, su risa, su esencia de mujer valiente de todas las épocas. Ante la presencia histórica de René Descartes, su discurso del método, sus aportes a la epistemología, a las matemáticas, la filosofía moderna y a la geometría, ante su duda metódica y las coordenadas cartesianas, la autora opta por la vida, y entra en la corte de la reina Cristina de Suecia —anfitriona del maestro para el momento en que éste murió en 1650— y en la muy modesta casucha de Hélène Jans, madre holandesa de la hija de Descartes, con quien el maestro mantuvo correspondencia durante nueve años. Históricamente soslayadas de la importante vida del filósofo católico, estas mujeres apasionadas por la lectura y el conocimiento, apasionadas al mandar, amar o cocinar, irracionales en sus decisiones y en sus emociones, encarnan en la ficción, sin dejar de sustentarse en la historia. Otra mujer de este siglo está presente en la novela que usa el pastiche y la intertextualidad en beneficio de la levedad y la gracia del tono, para provecho del lector. Las voces de los personajes nos llegan auténticas, con el color y el sabor de su diversidad, por entre el castellano muy “español”. El hilo conductor de la femineidad —sin estereotipos ni tapujos— florece delicada y firmemente en estas tres mujeres de épocas, edades y oficios diferentes. René Descartes dijo alguna vez: “No he hallado una mujer cuya belleza pueda compararse a la verdad”. Trescientos cincuenta y tres años después de su muerte, la verdad brilla desde los ojos de muchas mujeres, lo cual confunde casi tanto como la belleza. Teresa Moure es una gallega de 43 años. Doctora en lingüística y profesora en las facultades de Filosofía y Filología en la Universidad de Santiago de Compostela. Ha publicado varios ensayos, entre ellos Outro idioma é posible, Premio de Ensayo Ramón Piñeiro 2004. Su novela A xeira das arbores ganó el Premio de Novela Corta Lueiro Rey el mismo año. Hierba mora es Premio Xerais 2005 y Premio de la Crítica de las Letras Gallegas, 2006. ** María Elvira González mariaelviragonzalez@cantv.net Escritora venezolana (Caracas). Reside en El Limón, Maracay (Aragua). Fue docente en Maracay y en el Instituto de Lenguas Extranjeras de Beijing (China). Ha sido traductora en la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve) y en forma independiente para diversas publicaciones. Fundó y dirigió durante varios años la revista Libros de Venezuela, que circuló en el país y en bibliotecas del extranjero. La mayoría de sus trabajos están inéditos, aunque dos cuentos breves se publicaron en el diario El Periodiquito (http://www.elperiodiquito.com), de Maracay, y su cuento “Ojos verdes” fue publicado en la página web Escuela de Escritores (http://www.escueladeescritores.com) como finalista del concurso Relatos Breves con Banda Sonora. === El lenguaje nos mira y nos interroga ================================== === 21 de febrero: Día Internacional de la Lengua Materna ================= === María del Carmen Villaverde de Nessier ================================ Dijo Jean Cocteau: “Nuestra época es letrada pero inculta”. Haber adquirido el dominio de los signos del lenguaje en la escritura, saber escribir palabras y oraciones, no determina el nivel de cultura de una persona, ni sus verdaderas y cabales competencias lingüísticas y sociales. Como dice Ivonne Bordelois en el libro La palabra amenazada (Editorial Libros del Zorzal): Las lenguas no son sólo construcciones verbales específicas e independientes sino que acarrean con ellas la experiencia de cada nación..., con un residuo intransferible que constituye lo precioso, lo único y necesario de cada lenguaje, lo que cada uno aporta irreemplazablemente a la mente universal. En la vida cotidiana la lengua base, la semilla que seguramente germinará si se la considera en sus esencias, es la lengua materna, hoy desabastecida y humillada, desprotegida y degradante. En la lengua materna se da, indefectiblemente, la base de lo conocido que, enriquecido y cuidado, determine los brotes más importantes de las competencias expresivas de cada ser en sociedad. desde ellos se van infiriendo nuevos sentidos en la comprensión circular y envolvente de las palabras de todos los textos. A partir de ese lenguaje madre reconocemos, repensamos, organizamos, nuevas estructuras, siempre relacionadas, en algún aspecto, con las anteriores. Es así como cada uno se expresa en función de su lengua familiar, la lengua coloquial, principio de sus socializaciones. ¿Se reconoce hoy, a diario, este fuerte y extendido camino lingüístico en red? En el lenguaje hay un interjuego entre lo convencional, lo conocido, lo que invento, lo que copio, de tal modo que cada uno es capaz de construir, con un lenguaje creciente, integrador y coherente con la realidad (dentro de su entorno sociocultural), nuevas formas que permitan ir siendo cada vez más humano, mejor hablado. Pero este automático macrodesarrollo comunicacional hoy no se contempla en su verdadera dimensión, se ve invadido y vapuleado por un lenguaje del absurdo la obscenidad, la degradación, el “achicamiento” de expresiones, de vocablos, de los propios nombres personales. Estos últimos desaparecen con velocidad inusitada, siendo reemplazados por algunas pocas voces que no son nombres sino sólo adjetivos devaluados e impuros. El lenguaje se cae a diario por las cornisas del antiguo palacio de las letras. ¿Estamos dispuestos a anclar sin demora en lo que hoy se nos ofrece devaluado y avivar luego las velas del despegue hacia lo creciente en humanidad, prestigio u belleza? Recursos tenemos, tenemos seres pensantes, colegios, escuelas, instituciones intermedias, fundaciones, clubes, centros culturales, gobiernos, adultos responsables de la educación. ¿Hemos pensado entonces en un reordenamiento de todo esto con proyectos analíticos y sustentables, relativos al uso de la lengua madre, con todo lo que trae implícito? Cuando ésta se desconoce como fuente se evidencia un desajuste entre cultura materna y educación, en tanto es punto de partida para la entrada a la lengua estándar. Se tiene sin cuidado el hecho de que el niño al entrar a la etapa escolar ya tiene estructurada su lengua base, la de su entorno familiar: sobre pedir – solucionar – construir simples juicios de valor (bueno/malo) – evaluar – responder..., en las cuestiones cotidianas. Sobre esa lengua hay que trabajar para absorber voluntariosa y eficientemente a los niños evitando marginaciones expresivas y deserciones. En muchos de nuestros trabajos de investigación, como el proyecto “Revalorización de la lengua materna”, aprobado por resolución ministerial, talleres y seminarios multiplicados en diferentes regiones con temas como “Aquí hay mucho cuento” y “Oralidad y escritura”, fuimos actualizando siempre esta problemática, como cuando recogimos en tantos colegios de la región, allá por 1973, las “Biografías de Abuelos”, con el lenguaje característico de cada origen (auspiciada la publicación por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad). Pero seguimos pensando en niños que tantas veces se consideran vacíos de lenguaje inicial como si entraran en blanco a la sistematización educativa y entonces hay que llenar y llenar, sin vinculaciones directas con las que traen. Escribí una vez, en el diario La Capital, sobre esta interrogante situación, recogida en mis cursos y seminarios por la Cuña Boscosa donde la marginación oral y comunicacional tan evidente era a su vez alimentada por una bibliografía llegada de la capital del país, en la que esta cuestión de lengua base y entorno sociogeográfico era totalmente no considerada. Estas bibliografías, a las que además, muchas veces se accede no por libros, sino por fotocopias, suelen ignorar realidades, espacios y vivencias de los niños de zonas suburbanas, y de este modo seleccionan, desconocen, desvalorizan. Para una valoración e introducción operativa en la reconsideración de las lenguas madres se requieren también docentes preparados para el manejo de la pluralidad lingüística particularmente en las zonas de bilingüismo. El lenguaje nos interroga aquí y allá, en lo estándar y en lo familiar. Casi todas las preguntas siguen sin respuesta, que la no bien definida e interpretada “globalización” no agrande más esta brecha en la expresión personal, en la conversación cotidiana, en la lectura de todos los días. “El conocido lingüista Noam Chomsky formuló la hipótesis del LAD (ingenio de adquisición de idiomas) que hoy es universalmente aceptado por los psicolingüistas”, según lo expresa Juan Carlos Moreno Cabrera en La dignidad e igualdad de las lenguas (Alianza Ed., Madrid); y agregó: Se estima que el sistema lingüístico que maneja un joven es más complejo que el conjunto de sistemas que se usaron para mandar el Pathfinder a Marte en julio de 1997. Con este nivel de consideración y preparación debe trabajarse en el uso y desarrollo de la lengua para lograr un uso armónico y exitoso que permita, a los educandos ya adultos, optimizar y jerarquizar el propio idioma. No es tarea fácil pero sí debe ser preocupación fundamental procurar el más cabal y proyectivo uso de la lengua en la vida de relación: no decrecer sino crecer. Tomemos todos “el toro por las astas” y, en el Día Internacional de la Lengua Materna, proclamado por la Conferencia General de la Unesco en noviembre de 1999, unamos proyectos y realizaciones para tomar con absoluta responsabilidad la diversidad desde la lengua materna y su eficiente entrada en la lengua estándar. Recordemos que las lenguas son los instrumentos básicos para la preservación y desarrollo del auténtico patrimonio cultural. Se incentivará de este modo la diversidad lingüística preservando las lenguas maternas y creando una mayor conciencia sobre el significado de las tradiciones y las culturas en el desarrollo armónico de las comunidades. Bibliografía • BORDELOIS, Ivonne; La palabra amenazada. Editorial Libros del Zorzal, Buenos Aires (Argentina), 2003. • Conferencia General de Unesco. 1999. • MORENO CABRERA, Juan Carlos; La dignidad y la igualdad de las lenguas. Alianza Editorial, Madrid. • TUSÓN, Jesús; Los prejuicios lingüísticos, Editorial Octaedro, Barcelona (España). • VILLAVERDE, María del Carmen; Circunnavegando la palabra, Editorial Ameghino, Buenos Aires (Argentina). —. Serie de artículos sobre la palabra y su desarrollo en el lenguaje, y el proyecto Lengua Materna. ** María del Carmen Villaverde de Nessier mnessier@fhuc.unl.edu.ar Docente e investigadora argentina de la Universidad Nacional del Litoral (UNL, http://www.unl.edu.ar). Profesora de letras especializada en literatura infantil y juvenil y lectura. Experta en literatura infantil y juvenil, teatro para niños y educación primaria. En la UNL dictó durante diez años la cátedra Literatura Infantil y Juvenil, integrando luego la cátedra Lengua y Expresión Estética en el Taller de Expresión Estética Integral. Posee amplia experiencia en educación primaria, secundaria y universitaria. Dentro y fuera de su país forma parte de diversas instituciones dedicadas a la lectura y a la literatura infantil y juvenil. Ha obtenido premios en sus especialidades, nacionales e internacionales, y escribe en revistas nacionales e internacionales. Pionera en su país en la formación de formadores en el área de literatura infantil y juvenil y lectura viva. Textos suyos sobre el tema han sido publicados en el Boletín del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc, http://www.cerlalc.org), y en las revistas Candelita (Venezuela), La Obra (Buenos Aires), entre otros medios. Ha publicado los libros Para cantar y contar (1971, libro audiovisual), Pepe Cuis (1978, premiado en Münich y seleccionado en Bologna para su traducción al italiano), Historias de ayer (1991), Circunnavegando la palabra (1997), Casi mil libros (1998), Bichos y dichos (1999, tres tomos), Aventuras de entre casa (2000) y Cincuenta poemas (2004), entre otros. Mantiene una bitácora personal en http://mariadelcarmenvillaverde.blogspot.com. === Mateo Morrison: Estático en la memoria... Carlos Reyes =========== Mateo Morrison acaba de ganar el Premio Nacional de Literatura 2010 de República Dominicana, un premio merecido y que viene a coronar con laureles de oro esa trayectoria literaria que él inició en la década de los 60. Mateo le ha dado al país una dimensión poética de enorme trascendencia no solo poniendo al desnudo su espíritu a través del verso sino también a través de la difusión de nuestra cultura en los rincones más insospechados del planeta.Su obra ha sido traducida a varios idiomas incluyendo el hebreo. Uno de los últimos libros de Mateo Morrison es Estático en la memoria y otros textos, que puso a circular en el 2009 en el marco de la Feria Regional de Libro de La Vega. El libro está integrado por tres partes: poesía, cuentos y una entrevista. Veamos este libro por sus partes integrantes. Poesía La parte poética está integrada por 12 poemas donde el primero es en prosa, algo no común en la poesía de Mateo. Estos textos lo revelan como un hombre ya convencido de ciertas verdades de la vida que asumida con grácil filosofía se le antoja dulce hasta en los momentos más difíciles. Aquí seguimos visualizando al poeta de alma repleta de voces encantadoras que nos da su manjar estético con seguridad de delectación para los amantes del género. Así lo vemos en este poema: Tropezar con la misma piedra o bañarse dos veces en el mismo río es muy difícil. Pero tirar una piedra al río no sólo es posible sino deseable porque se forma un remolino parecido a una flor También aparece en este segmento algún poema posmoderno de esos que ha estado escribiendo Mateo últimamente, como por ejemplo “La cámara me observa”, incluido en Las palabras están ahí. En Estático en la memoria..., aparte del poema “El metro”, aparece este otro relativo a lo antes dicho: La esencia de la música de Bob Marley aún no se ha captado. Se necesitarán muchos años para que sobre una tumba disuelta por los aires de Jamaica se encuentren las primeras notas que hicieron en su guitarra un himno que ahora oigo desde mi iPod Quien haya conocido las ideas revolucionarias que transitaron por la sangre de Mateo —cuando Aniversario del dolor— o haya leído su artículo “Poesía, religiosidad y ateísmo”, le llamará la atención el poema “Debes rezar”, que aparece en Estático en la memoria... Cuentos La parte narrativa del libro la conforman cinco brevísimos relatos, él los titula Brevevisiones relatos. Son narraciones de otros tiempos, etapas de la vida de Mateo que quizás ya hayan sido superadas pero que no dejan de pertenecer a su mundo. La nota característica de estos textos es tal vez el humor. Éste está presente en “Los coquís como afrodisíacos”. En “Se incendian las sábanas tras la lluvia” encontramos a un Mateo Morrison eróticamente juguetón que nos muestra la sabiduría atávica de la cotidianidad. Entrevista La entrevista que aparece en este libro heterogéneo, tridimensional, fue hecha a Mateo por el poeta Valentín Amaro en 2008. En la misma podemos no sólo descubrir a un Mateo Morrison entregado al quehacer cultural sino también aspectos históricos de nuestra literatura. Es pródiga esta entrevista en datos sobre los talleres literarios, sobre la vida de algunos poetas como Jacques Viau y sobre casi todos los libros de Mateo los cuales él evalúa respondiendo las cuestionantes de Valentín. Una entrevista, en fin, que revela la exquisitez memorial de Mateo Morrison. Este es un libro que hay que leer para conocer más a Mateo Morrison, Premio Nacional de Literatura y patrimonio vivo de nuestra cultura. ** Carlos Reyes carlosaudade@yahoo.com Escritor dominicano (Mao, Valverde, 1976). Ha publicado Saudade (2002), Juego de espantos (2008), Mitologías (2009) y Letras del sol; antología de escritores de la Línea Noroeste (2009), entre otros textos. |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === García Márquez: verdades y mentiras, periodismo y ficción ============= === De Noticia de un secuestro a Gerald Martin y Enrique Krauze =========== === (Entrevista/juego) Alberto Hernández ============================= La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla. (Declaración de García Márquez al comienzo de Vivir para contarla) Cuando me llegó el mensaje electrónico, entendí que las palabras que emergían de la lectura podrían servir de justificación para seguir cultivando la idea de que las paredes de la antigüedad prescribían mensajes místicos a quienes se aferraban a creencias y misterios. Una especie de Muro de los Lamentos, pero sin los lamentos, suerte de grafiti que deslumbra por lo que contiene de sonidos del pasado. Y por lo que tiene de tanto estropicio en los tiempos que vivimos. Por esa vía, hicimos contacto para hablar de ese pasado y de estos días de páginas biográficas y reacciones inencontradas. La nota, proveniente de algún solapado internauta, me envolvió con el eco de un acento que me hace recordar la conversación de Gabriel García Márquez con Roberto Pombo. Como entrevista, bien. Me revolví en la inquietud por hacer de ella una propuesta personal bajo la luna de las calles y veredas de la otrora violentísima Cali. Y entonces, la mirada de GGM perforó el silencio y comenzó a hablar acerca de su —en aquel borroso tiempo— más reciente libro, un reportaje sin adornos literarios, sin fraseos de la ficción que siempre nos entrega en sus novelas y cuentos. Esta vez, el Nobel colombiano se metió en una historia real, extraída de la tragedia interminable de su país: Noticia de un secuestro. Por una de esas calles caminamos en franca conversación. La noche caleña silbaba una ambulancia, una patrulla policial. El rostro sombrío de algún delincuente que quiere mi cartera o la del “Gabo” (a esta altura ya puedo hacer uso de la confianza), quien se burlaba del miedo que siempre cargo en cualquier calle del mundo, por muy segura que ésta sea. Llegamos a una casa donde una lámpara miraba con pesadez el número que nos guiaría a la tranquilidad. Nadie paseaba por Cali de noche, excepto García Márquez y yo, asustado hasta la inmortalidad. Pero la esperanza de sacarle algo a este hombre que ya hizo historia, era mi mayor ambición. El periodismo, un regreso Esta vez el autor de El coronel no tiene quien le escriba se dejó de ficciones y entró en una de contar la historia verdadera de nueve secuestros: —Mira, no escogí el tema. El tema me escogió a mí, cosa que sucede tanto en el periodismo como en la literatura. Lo importante es que hace muchos años que vengo con la nostalgia del periodismo, que es un oficio original, y que ha sido muy útil para mí en la literatura. Gracias a él puedo fantasear, hacer todo lo que quiero en literatura, y también mantener los pies sobre la tierra. Sobre la tierra andábamos, pero inseguros, hace un rato. Parecíamos dos personajes extraviados, salidos de una novela cuyo mejor argumento tenía en Jack London una especie de selva citadina, nocturna jungla para posibilitar una teoría en formación sobre la muerte y el periodismo; la libertad y la censura en este país. Durante la caminata recordé un antiquísimo poema árabe: “El siglo nos ha disparado sus nefastos dardos, / cual flechas de fuego rasgando la noche oscura”, y me entró otro miedo, el no volver vivo a Maracay. Sin embargo, García Márquez, a quien no me atrevía a llamar “Gabo” en su presencia, aunque si lo hubiese hecho habría sonreído pensando en el abuso de muchos que así lo nombran sin haber jugado metras con él, me reconfortó. Retomó el hilo y me dijo —mientras oteaba hacia lo alto de un edificio a oscuras— cuando lo abordé acerca de ficción y periodismo: “Es decir, no separo los dos géneros. Creo que el reportaje es un género literario como lo son la novela, el cuento, el teatro, la poesía. Digo que me encontró el tema porque andaba, durante años, buscando uno para hacer un reportaje y no lo encontraba. Un día, de pronto, Maruja Pachón y Alberto Villamizar me dijeron que ellos andaban en lo mismo, pero no tenían suficiente entrenamiento literario. Les pedí un año para resolver la historia, pero no quería terminar en el tema del narcotráfico. Durante ese año lo pensé y fue precisamente el año en que se fugó Escobar y que lo mataron... lo que más importaba no era el narcotráfico sino el secuestro”. Un vallenato sonó detrás de la altísima verja. El novelista sacudió las manos e hizo ritmo con los pies. Me miró y sonrió plácidamente, como lo habría hecho en alguna plaza de Caracas en sus primeros tiempos de periodista extranjero en un país donde era venezolano. La música lo impulsó a palmearme el hombro izquierdo. La calle tenía su boca de lobo dispuesta a tragarnos. “Afuera se sabe a qué hora lo secuestraron —volvió con el tema—, cómo, qué están pidiendo, qué están haciendo, qué están negociando, pero no se sabe cómo están sufriendo los secuestrados, los familiares, cómo —seguramente— están sufriendo los secuestradores, cómo sufren las autoridades de las cuales depende de alguna manera la resolución de los secuestrados, cómo sufre el país. La cantidad de sufrimiento que genera un secuestro era lo que me interesaba, el secuestro por dentro”. Periodismo y ficción Gabriel García Márquez, quien tuvo que pelear con Aureliano Buendía para poder entender que la ficción es autónoma y, aun más, que la autonomía de la realidad está supeditada a la ficción, siguió moviendo el cuerpo en la medida en que el vallenato se iba hundiendo en la lejanía de la madrugada: —Siempre he creído que un escritor, novelista o periodista, puede decir lo que quiera siempre que logre hacerlo creer. Si no se lo creen, ahí no vale ni la verdad. Por eso, la mejor estructura para esta historia es cómo sucedió en la vida: que no se sepa afuera lo que sucede adentro y que no se sepa adentro lo que sucedía afuera (...). Hay una frase que ya no se dice porque está amelcochada de tanto repetirse: la realidad se pasa a la ficción. Pero en todo este trabajo me propuse utilizar un solo dato que no era real y comprobado, y una prosa en la que no me permití ni una sola metáfora para conservar el lenguaje austero de una crónica de periódico”. Los personajes Llegado el momento de salir a la luz del día, García Márquez comenzó a parecerse a su abuelo, el personaje que lo dobla como Aureliano Buendía, con el mismo coronel que tenía en el gallo la empresa de la esperanza. El gallo de ese militar llevaba en el buche todas las noticias que nunca llegaron hasta que pronunció la famosa palabra al final de la novela. Me miró con una sonrisa torcida. —Si tú partes de la base de que el sacrificio de cada uno de esos personajes contribuyó a la entrega de Escobar y a la solución del drama de Escobar y al desmantelamiento de gran parte del narcotráfico, que es una desgracia del país, te das cuenta de que en cierto modo cada caso, cada persona, estaba sometida a un holocausto, era una inmolación de la que estaba siendo objeto cada uno de esos personajes”. Me estrechó la mano nuevamente y me despidió. Lo dejé aún con la convicción de que pasarían otras cosas antes de llegar al último vagón de la existencia. Después de ayer Las canas de “Gabo” lo hacen ver anciano. Ya han pasado la imagen del ojo morado, los abrazos con Fidel Castro, la entrevista aérea a Hugo Chávez, que tanto amargó al venezolano de Sabaneta de Barinas. Han pasado muchas cosas, la celebración de la caída del Muro de Berlín, parecido al de los Lamentos, sólo que era demasiado terrenal. Hoy, cuando el mundo es casi cuadrado, “Gabo” sigue siendo noticia. Su Memoria de mis putas tristes pasó casi inadvertido. Su Vivir para contarla se quedó en un capítulo de Cien años de soledad. García Márquez es noticia por su muy ficcionada existencia diaria. Pero lo que más ha sonado en las vísceras del autor de La hojarasca ha sido la biografía “tolerada” por él mismo y diseñada por el británico Gerald Martín. Ella ha generado reacciones contra el biógrafo y contra el biografiado. Así, Gabriel García Márquez. Una vida ha abierto una herida que no termina de cerrarse: la relación del Nobel con el poder, su fascinación por un hombre que lleva 50 años al frente de un desprestigio: Fidel Castro. Para llegar a esta amargura personal, nos topamos con Enrique Krauze, el ensayista mexicano que ha sacudido también las entrañas del presidente Chávez con el libro El poder y el delirio. “Una vida”, varias vidas: la fascinación por el poder “Los fantasmas del general Uribe Uribe y el coronel Márquez sonreían complacidos. Y Fidel también”, escribe Enrique Krauze en reciente artículo que revisa las páginas de Martin, donde García Márquez coloca a su abuelo como figura principal, emblema del poder que impulsaría al novelista a no despegarse de Castro. Más adelante Krauze escribe: “En el coronel Márquez está la semilla de su fascinación frente al poder: cifrada, elusiva, pero mágicamente real, como la historia de un diccionario que pasó del coronel al comandante, por las manos del escritor”. Cuando nombra la palabra diccionario, el mexicano se refiere a un fragmento aparecido en Vivir para contarla, las memorias que han pasado por debajo de un puente de aguas mansas: “Este libro no sólo lo sabe todo, sino que es el único que nunca se equivoca”, dijo el abuelo. El niño preguntó: “¿Cuántas palabras tiene?”. “Todas”, respondió el abuelo. Enrique Krauze, afincado en el libro de Martin, precisó: “Si García Márquez se acerca al déspota no es para expresar o juzgar la complejidad interior de un hombre de Estado sino para inducir comprensión por un pobre diablo, viejo y solitario”. Sobran imágenes. Y para cerrar esta “vida”, describe una costumbre que ya es tragedia: “El dictador es una víctima de la Iglesia, los Estados Unidos, el desamor, los enemigos, los colaboradores, las catástrofes naturales, las inclemencias de la salud, la ignorancia ancestral, la fatalidad, la orfandad”. Sobran imágenes, palabras y hechos. Prevalido de esa realidad, el ensayista mexicano clava la puntilla: “De Macondo a La Habana, un milagro del realismo mágico”. De este modo, llegamos a la conclusión de que ese tal realismo de la magia no es más que un acto de reverencia ante el poder. Verdades y mentiras de una cultura que se deshace en las manos de quien detenta la gloria de haber sido puesto en ese lugar por los abusos de una ficción que es absolutamente real. ** Alberto Hernández adezgalina@gmail.com Poeta, narrador, periodista y pedagogo venezolano (Calabozo, 1952). Tiene un postgrado en literatura latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar y fue fundador de la revista Umbra. Ha publicado los poemarios La mofa del musgo (1980), Amazonia (1981), Última instancia (1989), Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989), Bestias de superficie (1993), Nortes (1994) e Intentos y el exilio (1996). Además ha publicado el ensayo Nueva crítica de teatro venezolano (1981), el libro de cuentos Fragmentos de la misma memoria (1994) y el libro de crónicas Valles de Aragua, la comarca visible (1999). Reside en Maracay, estado Aragua, Venezuela, donde dirige el suplemento cultural Contenido, que circula en el diario El Periodiquito. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === Deterioro del lenguaje y autoritarismo en la Argentina ================ === Ernesto Fernando Iancilevich ========================================== Prefacio La palabra “deterioro” alude a merma de lo completo, a disminución de lo entero. Así entendemos, fácilmente, que tal o cual cosa, por ejemplo, una silla o una mesa, se encuentra deteriorada cuando está rota o arruinada, aminorada en su función de uso. La rotura devalúa el rótulo: nos resulta difícil rotular silla a una silla, o mesa a una mesa, cuando una y otra tienen sus cuatro patas rotas o convertidas en ruinas que impiden que la silla y la mesa se mantengan en pie. Al haber perdido su forma original, la silla y la mesa han perdido también su nombre. Deteriorada la sustancia, la esencia se oculta ante la vista. Ocultarse ante la vista y desaparecer son maneras de decir lo mismo. No nos viene el nombre a la mente de aquello cuya forma no nos recuerda su esencia. El ocultamiento de la esencia participa del olvido del ser. Lo que no podemos nombrar, es porque antes lo hemos olvidado. Esta ruina existencial acosa al hombre que, en lugar de pensar, calcula, y, en lugar de nombrar, enumera. Se puede enumerar la cantidad de fragmentos, pero no se sabe nombrar la calidad de lo entero: la silla o la mesa. Queda lo disperso: falta de concentración en la esencia y de intensidad en la sustancia se corresponden. Esos fragmentos no componen ni la silla ni la mesa, no redactan su textura. El nombre o la esencia, la forma o la sustancia, desaparecen, se retiran, una y otra, del pensamiento y el lenguaje. Si mostrar el ente es decirlo, ocultarlo es callarlo. Decirlo es decidirlo en el lenguaje, hacerlo hablar. Siguiendo este hilo conductor, restaurar el lenguaje se asemeja a parar la silla o la mesa sobre sus cuatro patas. Una realidad parada sobre sus cuatro patas dice su nombre y muestra su forma: se devela. Un lenguaje así repararía nuestra relación con el ser en la verdad o desocultamiento del ente. Un lenguaje de la identidad cultural repararía la relación con nuestro origen (como pueblo) en la verdad de nuestro destino (como nación). Si es cierto que aquella comunidad que desconoce su origen popular tampoco comprende su destino nacional, no menos lo es el hecho de que la educación constituye la piedra de toque que transforma a una masa de individuos en una sociedad de personas. Y no creemos que ello represente un asunto más entre muchos, sino, por el contrario, la cuestión crucial donde confluyen las ramas tácticas de una estrategia política troncal. Saber ser uno en la diversidad de los otros, realizarse persona en una comunidad de prójimos, constituye la clave de la educación: saber prometerse en el ser para poder realizarse en el hacer. Desde esta perspectiva, la educación es realización de una promesa: a pesar de todas las dificultades y contratiempos, parar, sobre las cuatro patas de la integridad, la propia identidad. Sobre las cuatro patas de la integridad social, parar nuestra identidad cultural: prometernos como pueblo el realizarnos como nación. Persona y pueblo, en cuanto categorías ontológicas, se corresponden con ciudadano y nación, en cuanto categorías políticas. Si el hombre se realiza como persona en el seno de su pueblo, la sociedad se promete como pueblo en la realidad de la persona. 1. Signo abierto y orden cerrado A menudo nos preguntamos por nuestra decadencia cultural. Sostenemos que ésta comienza en el pensamiento, continúa en el lenguaje y se proyecta en la conducta. Desde el interior hasta el exterior, se percibe como un plano inclinado por el cual se precipita la existencia, de lo más alto del ser hacia lo más bajo de su manifestación. La subversión lingüística —una gramática que se trastoca y una sintaxis que se desarticula— evidencia el desgajamiento de un pensamiento orientador. A la anemia intelectual le corresponde la anomia moral, y, en tal sentido, el lenguaje no hace sino enunciar (y denunciar) la realidad que lee, en el plano de las ideas y en el de los hechos. Hace cuarenta años, en 1966, la Argentina sufría un quiebre de su orden institucional, cuyo blasón de heráldica fue el asalto a la universidad (invasión de los claustros, con vejación de catedráticos e investigadores) y el insulto al pensamiento (supresión de la autonomía de ocho casas de altos estudios). Este golpe a la diversidad de pensamiento y esta ruptura a su unidad intelectual han venido produciendo, desde entonces, un profundo malestar en la cultura, al cual no dudamos en calificar como desagrado cultural. De no mediar acciones rectificadoras, esta situación se agravaría hasta alcanzar la fragmentación de la sociedad o desagregación social y, tarde o temprano, la disgregación popular, la disolución del estado y la desaparición de la nación. Para quienes perciban en esta advertencia el sesgo de lo improbable, les recordamos la crisis del año 2001, cuyos efectos, aunque disimulados, lejos se encuentran de haber sido disipados. La disociación o desagregación crece bajo la modalidad de sospecha y desconfianza: el otro es visto no como compañero o socio de un proyecto compartido, sino como competidor, cuando no chivo expiatorio de mis frustraciones. Este disocie en la organización social se percibe con el rasgo de tejido inconexo o malla rota: si no reconozco prójimo al otro, tampoco puede aceptarlo amigo, y, en consecuencia, siguiendo un razonamiento tan lineal como exiguo en sus alcances, lo identifico como adversario. Si no hay un proyecto compartido, la unidad común —la comunidad— no existe y la sociedad deviene una masa donde la voz del más fuerte se traduce en grito. Al no poder articularse las formas reflexivas del diálogo, lo que resta es una simulación paródica: el balbuceo verbal, expresión de un vacilar interior. La barbarie de quien no enhebra palabras, es también la de quien no hilvana ideas. Un hombre así degradado, incapaz de nombrar y nombrarse, grita e insulta. El grito es la voz del autoritario y el insulto toda palabra que sale de su boca. No se grita porque se posea autoridad, sino, precisamente, porque no se la tiene; y el autoritarismo es eso: impostura o fingimiento de una autoridad ausente. En este alejamiento o separación de la esencia, que es la ausencia, no puede sino evocarse un ocultamiento, el del ser, y convocarse una simulación, la de la existencia: ocultamiento y simulación constituyen la manifestación de una vida inauténtica. Cuando el grito es la voz y el insulto la palabra, estamos en presencia de una ausencia, de una parodia de comunicación: no se busca un acercamiento al otro para comprenderlo, sino un cercamiento para dominarlo. La comprensión conoce al otro como prójimo; la dominación lo conquista como adversario. La conquista no es sino la negación del conocimiento del otro. El lenguaje del autoritarismo aparece como la negación del conocimiento del otro y de su subjetividad. Por esta razón, lo axial de toda dictadura es procesar al otro como sujeto y condenarlo como individuo a una existencia sin lenguaje propio: un proceso que revuelve el decir de la subjetividad y subvierte al sujeto en objeto de un dictar omnipresente que, por todos lados, señorea su ausencia de autoridad. No casualmente, la Revolución Argentina (1966-1973) y el Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) eligieron el nombre de Revolución, esencia de nuestro nacimiento histórico como pueblo (en mayo de 1810), y de (re)Organización Nacional, sustancia de nuestra emancipación soberana (en julio de 1816), ya que usurpar el sentido de las palabras y tergiversar el lenguaje es propio de todo régimen antidemocrático. También lo había hecho la denominada Revolución Libertadora (1955-1958), ficcionando una realidad ya cumplida en 1810 (con la gesta popular) y en 1816 (con la independencia nacional). Y es esto toda dictadura: el dictado del autoritarismo (de facto), que, en ausencia de un decir de la autoridad (de iure), ficciona la realidad, friccionando el lenguaje que la expresa. Aquellos regímenes facciosos oscurecieron nuestra relación con el ser a un punto extremo: el pensamiento, el lenguaje y el cuerpo representaron el objeto de su persecución, y el estado policial fue, ante todo, un estado policida. Instalado el malestar en la cultura argentina —censura en todos los ámbitos del pensamiento crítico-creativo y cesura de su lenguaje transmisor, aherrojadas las libertades cívicas y arrojada fuera la voluntad popular—, la nación asistió a una creciente devastación, ensayada en el 30, inaugurada en el 55, consolidada en el 66 y perfeccionada en el 76, como oleadas de un marasmo cíclico que la fue sumergiendo bajo el hielo de las frías aguas del letargo como nación. Hemos de reparar ahora en que la Noche de los Bastones Largos, el 29 de julio de 1966, encontró su aciago complemento el 30 de agosto de 1976, con la quema de un millón y medio de libros del Centro Editor de América Latina. El ultraje al pensamiento condujo a la destrucción de la palabra, así como ésta al aniquilamiento del cuerpo. Sin pensamiento, sin palabra y sin cuerpo, la realidad humana quedaba abolida. Esa tarea de ultraje, destrucción y aniquilamiento precisó dos décadas, y nos está demandando otras dos restaurar el espíritu de nación sobre una base de voz popular que articule una palabra enunciadora de proyecto nacional. La realidad de los hechos, por una ley universal de correspondencias, es también realidad de símbolos: en su lectura especular, las claves de nuestra historia; en la simetría de su forma, el fondo mismo de nuestra relación con el ser. 1966-1973, 1976-1983, fueron dos décadas de construcción de una ausencia; 1983-2007 son dos décadas de restauración de una presencia. La palabra, en tanto objeto del pensar, es sujeto de los hechos. Decir es decidir en el lenguaje el sentido de la realidad: flujo y reflujo de un lenguaje que va hacia las cosas y viene del pensamiento. Decir es signo abierto. Dictar es orden cerrado. Si el primero habla el ser, el segundo lo calla. El signo enseña, el orden instruye. El dictar de la palabra que ordena instruye un sentido de la realidad según el modelo del orden. Así, el orden cerrado de la instrucción militar deviene, en el mundo de la polis, dictado del orden público, decir de la dictadura. La dictadura ordena la palabra como un dictar la norma que ejecuta el orden. Ejecución de una sentencia de muerte de la palabra que dice. El orden cerrado disciplina, cierra filas, ejecuta la marcha. En última instancia, la solidificación de una estructura jerárquica, presente en la cadena de mando, se “ordena” en el sentido de la disolución de toda subjetividad: el sujeto se disuelve en lo abyecto de la orden que lo disciplina. Disciplinar significa aquí convertir al sujeto en objeto de la orden: ejecutar la orden es también ejecutar al sujeto que la cumple, en cuanto se cancela su subjetividad. Cancelar es cerrar las instancias abiertas de una trama. Por ello, el orden dictatorial, lo primero que hace es clausurar los órganos expresivos de la voz popular: la prensa, los partidos políticos y el Parlamento. El dictado de la dictadura implica el callar de un decir de la polis. Decir es decidir en el lenguaje la celebración de un pensamiento distinto, que se opone a toda marcha uniformadora. La ejecución del pensamiento único en el dictar de la palabra que ordena, y en el orden de la acción que es mandada, percibe la subjetividad como una fuerza adversa a la que hay que combatir, cuando no aniquilar. La aniquilación de la subjetividad aparece como la última frontera de un lenguaje entendido como instrumento de poder y dominio sobre el otro. He ahí su victoria: la derrota de cualquier posibilidad de encuentro entre dos seres humanos, cuando han quedado “reducidos” a cantidades numéricas, la de un “uno” que ordena y la de un “dos” que obedece. Ese 1 y 2 no es sino el paso de la marcha. El orden de la marcha, acabadamente, expresa en los hechos el orden del pensamiento único. El lenguaje, llevado a esa tarea de combate, no puede menos que devenir armamento, instrumento simbólico de control y dominio. Cuando el poder de la dictadura cede, el lenguaje ya ha sido doblegado. El verdadero éxito de los regímenes militares en la Argentina ha sido doblegar la subjetividad en el lenguaje. Un lenguaje caído es un pensamiento en retirada. 2. Soberanía del lenguaje Nación es la unidad cultural cuyo sujeto de soberanía es el pueblo. El Estado, su organización política. Pueblo y nación, hemos dicho, guardan analogía con persona y ciudadano. La nación es para el ciudadano como el pueblo para la persona: el ámbito público o social de reunión de las identidades privadas o individuales, en el cual, de la contemplación de lo propio, surge la comprensión de lo ajeno. Contemplarse persona habilita plenamente para comprender al otro como prójimo, y éste es el salto cualitativo de un sentido de la trascendencia encarnado en los signos de la inmanencia. En los signos abiertos del lenguaje, el hombre comunica sentido a su prójimo, y ambos, siendo personas distintas, se reconocen semejantes. Contemplar mi imagen en el espejo de la identidad es comprender tu semejanza en la transparencia de la comunicación. El otro, a quien hablo y escribo, me habla y me escribe: la transparencia se descubre trans-apariencia. Sólo en esta mirada del darse, en esta entrega del abrirse, se conoce, se nace en el ser de una trascendencia que se nombra tras-ascendencia. Ascender más allá de la individualidad nos enseña lo alto en lo profundo: ser es nacer con los seres en un diálogo. Y el ser es el diálogo de las existencias. El lenguaje es el locus del ser, el lugar desde donde el ser nos habla. Hablar es hablar el ser y escribir es escribir la historia del ser. Cultura es celebración de esa palabra y memoria de esta historia. El lenguaje se descubre esencia de la cultura, cuidado esencial de la relación del hombre con el ser. Esta trascendencia no está lejos, sino cerca; se la puede aprender allí donde la existencia enseña la comunicación de las identidades, allí donde la identidad del ser conduce a la comunicación de las existencias. Si el sujeto de soberanía es el pueblo, el de identidad es la persona. La cultura forja la identidad, y la lengua templa la soberanía, en cuanto transmite y conserva aquella herencia como factor de cohesión interna (en el pensar) y de coherencia externa (en el hacer). El lenguaje es expresión necesaria de una experiencia posible del ser en el mundo: la palabra dice el ser y nombra las cosas. Nombrar es dar forma en la palabra. Dar forma es crear presencia para la ausencia, develar el ser en la esencia. El lenguaje devela el ser de los seres, al nombrar su esencia. Cuando nombra, es porque dice. Cuando dice, es porque escucha. Hemos intentado, dentro de lo que nos ha sido dado, decir de distintas maneras aquello que se nombra de una sola: si un pueblo es sujeto de soberanía, no es tanto por el territorio geográfico que ocupa, sino por el lenguaje, territorio espiritual que habita. La soberanía de un pueblo se funda en el lenguaje con que habla el ser y escribe su historia. El deterioro del lenguaje en la Argentina no puede sino padecerse como un daño a la soberanía como nación de su pueblo. En esto, hemos de decirlo con pena, el Estado se ha parecido a un padre ausente, más atento al merodeo de las circunstancias que a la fundación de lo necesario. Y lo necesario representa la estrategia permanente que da sentido a la táctica de lo contingente. Toda soberanía nacional comienza en el lenguaje, y aun más: en cuanto transmisor de la cultura de un pueblo, éste constituye la esencia de aquélla, porque pensamos, sentimos y hacemos en la palabra; y ésta se entona y matiza en la lengua que nos ha sido transmitida. La palabra sociedad alude a socios que se acompañan, compañeros que se solidarizan. Como articulación sentimental, pueblo es la voz de una sociedad. Nación, su mirada, su articulación intelectual. Voz que nutre el lenguaje. Mirada que nutre el pensamiento. Así como la palabra es dimensión de encuentro entre ser y ente, el pueblo es ámbito de unión de sociedad y nación. Pueblo es la palabra que una sociedad se dice para nombrarse nación. Habremos de reparar, en este tramo del curso de nuestra indagación, que el interrogar de la mirada teórica, necesariamente, se resuelve en un cuerpo práctico de respuestas. La pragmática sigue a la teorética como el vuelo de las aves a la corriente del viento que lo guía. Hemos mencionado que todo deterioro exige una restauración: por donde crece el daño, sobreabunda la oportunidad de reparación. El lenguaje devaluado de un pueblo se nos presenta como testimonio de una existencia inauténtica, una identidad cultural aminorada y una soberanía nacional en crisis. Bajo el seductor abalorio de la globalización no puede sino esconderse el más perverso accionar policial de un poder político con alcance mundial, que bien podría resumirse en un esquema mercantilista, según el cual producir y consumir constituyen los dos fieles de la balanza con que se pesa la vida de las personas y de los pueblos. No es difícil advertir que los síntomas de tal desvarío van junto con los signos de una completa y absoluta falta de sentido de la trascendencia. La existencia queda reducida a un negocio, a la agitación continua en el acumulo de sensaciones, en suma, a la negación del reposo propio de la contemplación, que se nombra con la palabra ocio, ya vinculado, en el mundo moderno, al divagar de lo inútil, cuando, precisamente, se ha invertido la pirámide y han quedado los valores abajo y los precios arriba, por decirlo de alguna manera un tanto gráfica para que se entienda mejor, o las cualidades del ser en el plano inferior y las cantidades del tener en el superior, para quienes comprendan la gravedad de la situación por la que atraviesa la humanidad en el presente tramo de su devenir histórico: un vértice como base no hace sino mostrar lo inequívoco de una inestabilidad que anuncia, a todas vistas, la irremediable caída. El descuido en la palabra escrita y el desmadre en la palabra hablada ponen en evidencia la ausencia de una política de estado que privilegie la educación como una cuestión estratégica para el desarrollo nacional: no se llega a comprender que gobernar es educar. Pensar en el pueblo es enseñarle a pensar. De otro modo, ¿cómo sostener esta construcción intelectual que es la nación? ¿O es que el Estado en que la nación se organiza no somos todos sus ciudadanos? Un fenómeno como el de la escritura comprimida (si no ya atrofiada) de los mensajes de texto, representa, en su economía espacial, una búsqueda de signo cualitativamente contrario al de un lenguaje concentrado en su exégesis verbal: la intensidad expresiva de éste se contrapone a la modalidad espasmódica de aquél. En esto, el signo sensible acompaña al sentido espiritual: el espasmo verbal es el resultado de una irritación mental. Una prensa que se maneja, en muchos casos, sin la menor atención a manuales de estilo, y una televisión que mina los ricos canteros de la lengua castellana, hacen pensar en una modalidad subyacente de autoritarismo: la ausencia del principio de autoridad. Todo autoritarismo no es más que una desviación del principio de autoridad, así como toda dictadura es la manifestación teratológica de una democracia apartada del cumplimiento de normas. Para que los medios masivos retomen la senda de la comunicación social y el lenguaje nos comunique, abriendo el camino de la comprensión y no la zanja de la intolerancia, es necesario restaurar el principio de autoridad, que nada tiene que ver con el autoritarismo. En tal sentido, rechazamos la legitimidad de la expresión “gobierno autoritario”, pues, va de suyo que lo que hay en todo régimen de tal laya es, precisamente, una absoluta falta de conducción política, de modo que la expresión “gobierno autoritario” no puede más que aceptarse como una contradicción en sí misma. El principio de autoridad puede leerse de este modo: la autoridad que posee un principio trascendente para normar la realidad en sus diferentes planos de manifestación. La denominada “mano fuerte” del autoritario connota el aplazamiento de un poder fundado en la inteligencia por una fuerza enfundada en la mano (que ordena con su índice o golpea con su puño). Frente a un negocio que trafica con palabras (como ayer pudiera haberlo hecho con armas), opongamos una cultura que eduque en el uso de la buena palabra, aquella que enseña a pensar la realidad y comprender la existencia, palabra de mano abierta y no de puño cerrado, desnuda y no enfundada. Si no se comprende esto, difícil resultará aceptar que un pueblo ignorante y un Estado ausente de sus cosas —la educación y la justicia— crean sus propios amos y producen sus propias dictaduras. La educación pública y la biblioteca pública revisten como columnas de un pórtico por el que se ingresa al templo de Minerva, en busca de conocimiento y al encuentro de una cultura de esencias. Por el contrario, suponer que la salida laboral constituye la urgente aspiración de la educación, significa confundir lo sustancial con lo accidental: la educación no es una salida al mundo del trabajo, sino un trabajo de entrada en el universo del conocimiento. Si bien no deja de ser cierto que el trabajo permite cumplir la vocación de un hombre, más verdadero resulta afirmar que es el hacerse persona lo que dignifica al sujeto, tuviere o no trabajo. Hacerse persona es realizar el ser en uno, educarse es conducirse: actividad reflexiva y acción comprensiva, actitud vital y aptitud existencial. Desde su inicio, escuela y biblioteca públicas forman lectores de vida, capaces de compartir su existencia con otros. Se aprende a hablar, escuchando, y se aprende a escribir, leyendo. En tal sentido, enseñar a pensar el lenguaje como transmisor cultural es aprender a amar el pensamiento como generador intelectual. Cuando el hombre busca la palabra, encuentra el pensamiento. Y no sino éste es el medio de restauración del daño: buscar, en el cultivo del lenguaje, el germen del pensamiento. Desandar el extravío del autoritarismo no es fácil, pero tampoco imposible: basta ponerse a pensar la palabra, aquí y ahora, para que el pensamiento hable. Pensar la palabra significa ubicarse en el lugar desde donde el ser nos habla. 3. Esencia del lenguaje La idea de nación, en cuanto nacimiento político de una cultura, caracteriza a un pueblo que ha alcanzado su esencia. Alcanzar la propia esencia es conocer la propia identidad. A partir de este conocimiento, saberse libre implica la responsabilidad de poder ser soberano: la determinación interna (en el ser) se corresponde con la determinación externa (en el hacer). En tal sentido, si la libertad entraña un valor metafísico, la soberanía compone una eficacia política. La cultura, como geografía espiritual, y la tradición, como historia trascendente, consolidan la libertad de un pueblo y la soberanía de una nación. Ahora bien, la lengua expresa el carácter de una cultura, da testimonio de ella en el desarrollo de sus cualidades, porque pensamos, sentimos y actuamos en la palabra que funda y sostiene la lengua. La palabra es pensamiento que habla, significación del sentido y verbalización del mundo. En cuanto escucha de pensamiento, la palabra es pensamiento que habla, porque sólo en la escucha se patentiza el habla. Escuchando, aprendemos a hablar: la escucha nos lo enseña. Y el pensamiento es sentido presente en los sentidos. Por último, al nombrar el mundo, la existencia habla: la palabra verbaliza el ser y las cosas reverberan en la palabra. En cuanto expresa la tradición cultural de un pueblo, toda soberanía nacional comienza en el lenguaje, y aun más, el lenguaje es la esencia de toda soberanía nacional. Esta soberanía es de un orden superior, porque no responde a algo físico sino espiritual, ya que, si es intrínseco al pensamiento contemplar el ser, propio del lenguaje es decirlo. Decir el ser es la esencia del lenguaje. Decir, mostrar, enseñar, iluminar el camino del ser. Y le cabe al lenguaje pasearse en familiaridad con el ser. Volviendo al inicio, nación es el nacimiento al ser de un pueblo que dice su esencia. Decirse, mostrarse, enseñarse a sí mismo, constituye, sin ambages ni incertidumbres, la esencia metafísica de su identidad y la sustancia política de su soberanía. Asumir lo que se es implica un segundo nacimiento: conocerse es nacer hacia adentro de uno. Una nación soberana dice su identidad en la lengua, memoria viva de su tradición y huella perenne de su cultura. Recordemos: lo primero que ella se da a sí misma es un nombre y una forma, que consagra en un himno y una bandera, símbolos respectivos de su esencia y de su sustancia. 4. Límites del lenguaje Educarse es conducir la propia esencia en el ser. Al hacerlo, el individuo se trasciende y se realiza como persona. Educar, en su forma reflexiva, habla de un trabajo interior, un temple y una forja de puertas adentro. Educarse o conducir la propia vida aparece como el trabajo esencial que dignifica al hombre como persona. Frente a la minusvalía de un lenguaje empobrecido, opongamos la plusvalía de una educación enriquecedora. Por de pronto, una educación de esencias y no de contingencias, una educación de mar abierto y no de cabotaje. No se trata de un pensar reservado sólo para algunos, ni un lenguaje hermético al que pocos puedan acceder. Si ello acontece, será conforme a las disposiciones naturales de una minoría, a la orientación vital de una elite intelectual, pero esta altitud de cumbre también necesita laderas fuertes y la profundidad de valles clamorosos: la universalidad del ser se patentiza en una variedad de singularidades, en la complejidad de su manifestación. El lenguaje del ser tiene muchos dialectos, y en todos sabe hablar con elocuencia. Pero digámoslo con todas las letras: un lenguaje del ser se funda en una palabra que piensa y en un pensar que habla, correspondencia que se descubre y penetra en una vida auténtica. Pocas veces se repara en que el concepto de sociedad implica a socios que se acompañan, compañeros que en el compartir se hacen uno, y no como signo de uniformidad (que eso es la masa), sino como símbolo de unidad (que eso es el pueblo). Síntesis de inteligibilidad y sensibilidad, sinergia de saberes y sabores, el lenguaje redacta el texto de una cultura viva, celebra y hace memoria, canta la vida del hombre y cuenta la historia de su pueblo, funda la voz de una patria, paternidad terrestre con olor a cielo. Pero, para que nadie se llame a posturas fundamentalistas, un cielo único para la diversidad cultural. El deterioro del lenguaje, entre nosotros, precisa la restauración de un pensamiento amante de lo diverso que conquiste lo único, un pensamiento que, al pensar lo más alto, permita realizar lo más profundo. No es poco trabajo educarse en el ser, pero es el modo de que un hombre alcance su libre designio como persona y un pueblo abrace su destino soberano como nación. A diferencia de las dictaduras, para las que fue imperioso dictar el orden cerrado de la disciplina, que sea hoy, para nosotros, el lenguaje gramática del ser y sintaxis de nuestra cultura, articulación de una letra de signos abiertos. No es poco trabajo educarse en el ser, hemos afirmado, pero es el único que dignifica al hombre como persona y glorifica al pueblo como nación. Educarse en el ser es el trabajo esencial con dedicación de tiempo completo. En esto, el Estado debiera ser maestro, y el estadista, conductor: educar al pueblo es conducirlo hacia su destino como nación. Espejo de correspondencias, el lenguaje viene, como ya hemos dicho, de la contemplación, y va hacia la comprensión: contemplación del ser (en el pensar) y comprensión de los seres (en el hacer). La lengua encuentra en el libro y la lectura las bases de su desarrollo, y en su fomento coparticipan la escuela (como formadora), la biblioteca (como promotora) y los medios (como difusores). Si se aprende a hablar, escuchando, se aprende a escribir, leyendo. Sobre este punto, la alianza entre escuela pública, biblioteca pública y medios de comunicación social (como servicio público) lubrica ese proceso de enseñanza-aprendizaje en todos los niveles sociales, poniendo los recursos expresivos de la palabra (como bien público) al alcance de todo el pueblo. Dicción y edición, habla y escritura, pueden encontrar en las normas de la lengua no tanto un cerramiento, sino, ante todo, una ventana abierta de paisaje expresivo, y en los manuales de estilo un manantial recursivo para entonar y matizar su paso. Radioescuchas y televidentes tienen derecho a un mensaje que intensifique su relación con la palabra, en lugar de un masaje que la relaje. Y no se trata de prohibiciones, sino de promociones: en una variedad de ofertas, una mejor demanda selectiva. No se trata de prohibir (que eso lo hace con fervor toda dictadura), sino más bien de promover un ludo verbal, un juego verbal con jugo de pensamiento, contraponiendo la sutileza a la grosería, la ironía al sarcasmo, el humor a la burla, la imaginación creativa a la repetición en serie. El espacio público de la lengua no puede ser loteado para la venta; en cuanto público, constituye un bien común a todos los habitantes. Con respecto a esto, no tenemos más que recordar que la salvaguarda del bien común constituye un deber del Estado, porque, así como circulamos por un territorio físico, también lo hacemos por otro simbólico: el habla. Los ecos de una cultura provienen de la voz popular que la pronuncia y la palabra del hombre que la enuncia. O, como dijera alguna vez Wittgenstein: “Los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje”. Cuidando esa frontera espiritual que es el lenguaje, habremos de ejercer soberanía sobre nuestro patrimonio cultural. 5. La esencia del fundamento El olvido del origen provoca el extravío del destino. Olvido (del ser), anomia (moral) y anarquía (institucional) hablan de lo mismo —ausencia de memoria, ausencia de norma y ausencia de gobierno— en diferentes planos: el plano del fundamento metafísico, el plano del funcionamiento social y el plano de la organización política. En tal sentido, un proyecto de organización política con adecuado fundamento metafísico asegura una sólida construcción de la organización social. En virtud de la correspondencia antes mencionada, es que podemos afirmar que el olvido de la actividad metafísica provoca el extravío de la acción política: sin fundamento teórico, sus realizaciones prácticas carecen de consistencia. El ámbito de la palabra es de encuentro entre el sentido único del ser y los significados múltiples de la existencia, realidad especular que los refleja y transmite. En la palabra, habla la tradición y se expresa la cultura de un pueblo. Una expresión pobre en palabras se correlaciona con una comprensión débil en ideas: devaluación intelectual y depreciación lingüística representan las dos caras de una cultura en crisis. El desarrollo espiritual o intelectual, sostenemos, es garantía del progreso material o fáctico. Sin la anuencia de tal garantía, este último acaba por declararse insolvente. No creemos extravagante afirmar que el lenguaje obra como testimonio fidedigno para refrendar ese pacto entre un oferente y un eferente, entre un pensar del fundamento y un hacer del funcionamiento. Por mediación del lenguaje, el ser se hace en el mundo y el mundo se piensa en el ser. El pensar que contempla el ser y el hacer que comprende el mundo son, respectivamente, el núcleo de la metafísica y el corazón de la política. Contemplar y comprender significa penetrar la totalidad: del ser, en un caso, y del mundo, en otro. Y por esta razón, es la metafísica el más universal de los conocimientos de orden teórico, y la política, el más general de los conocimientos de orden práctico. Percibir esta correspondencia de oferente-eferente es función tanto del pensador como del estadista. Olvido del ser y ocultamiento del fundamento del ente constituyen lecturas de una misma realidad textual. Ninguna otra proposición habría de enunciar con mayor rigor conceptual el lenguaje del poder, en los tiempos oscuros de olvido y ocultamiento, que la enunciada por Jorge Rafael Videla, quien, ante la pregunta por los desaparecidos, respondiera: “...en tanto esté como tal, es una incógnita el desaparecido; si el hombre apareciera, bueno, tendrá un tratamiento X, y si la desaparición se convirtiera en certeza de su fallecimiento, tiene un tratamiento Z, pero mientras sea un desaparecido no puede tener ningún tratamiento especial, es incógnita, es un desaparecido, no tiene entidad, no está, ni muerto ni vivo, está desaparecido”. La privación de dimensión espacio-temporal (el no-espacio del no-estar, el no-tiempo de la no-vida/no-muerte) connota la no-entidad del desaparecido. Un lenguaje que, ante el secuestro, tortura y muerte de personas, enuncia “es un desaparecido”, es, en gran medida, un lenguaje de la ausencia, privado de libertad para reflexionar la articulación de los modos del ser. Hacer desaparecer el pensamiento (del ser), el lenguaje (del pensamiento) y el cuerpo (de las personas) marcan los tres momentos de su movimiento dialéctico. La auténtica riqueza cultural reside en la aceptación de esa modulación expresiva con que la unidad del ser se manifiesta en la diversidad de los seres, conforme a la naturaleza que le es propia a cada uno. El desafío de una democracia participativa y plural es abrir las posibilidades del discurso en una variedad de matices y tonos para que cada quien pueda decir lo suyo: en la participación de las semejanzas, la integración de las diferencias, en la versión de lo múltiple, la visión de unidad. El lenguaje, como espacio público de encuentro en la comunicación con el otro, solicita una educación pública que juegue su función pedagógica para promover la integración social. Si pienso al otro como prójimo (en la palabra), es porque lo acepto como socio (para la acción). La voz que nombra al otro, lo celebra como persona. El grito que acalla al otro, lo insulta. En un caso, estamos frente a una actitud de entrega. En otro, ante una actitud de asalto. El insulto asalta al otro, viola su intimidad y usurpa su subjetividad, haciendo acallar su otredad, instala, en suma, la desaparición de personas en el lenguaje. Si la Revolución del 66 asaltó el pensamiento, el Proceso del 76 asaltó el cuerpo. No es raro percibir que en aquel salto contra el pensamiento y en este salto del cuerpo al vacío, al ocaso intelectual y a la desaparición de personas, habría de corresponder el insulto como forma de asalto en el lenguaje. Y el insulto es la cristalización, hasta diríamos la solidificación, del deterioro que el lenguaje viene experimentando en los últimos cuarenta años de la Argentina. No es solamente el hablar y escribir mal, sino hablar y escribir el nombre del otro en el paredón de fusilamiento de su negación, de su no aceptación: el otro pasa a ser lo otro de uno negado, un desaparecido. Una sociedad argentina basada en el insulto continúa ejerciendo la desaparición de personas en el lenguaje. En la tarea de restaurar la esencia del lenguaje se involucra el restaurar la presencia del otro: en su otredad de prójimo, su mismidad como persona. La palabra presencia alude a proximidad de la esencia; la palabra ausencia, a su lejanía. Un lenguaje así restaurado en su esencia volverá a escuchar el pensamiento que contempla el ser, y, al hacerlo, podrá volver a comprender la existencia. El deterioro exige restauración, y ésta no puede esperarse en el lenguaje sino proveniente de un pensamiento que la prometa. Esperanza y promesa los enlazan con el suave yugo de la mutua entrega: el pensamiento es para el lenguaje y el lenguaje es del pensamiento. Pensar la nación es profundizar la cultura de un pueblo. Profundizar es orientarse al fundamento. En navegación, orientarse significa buscar el oriente, por donde sale el sol, y, simbólicamente, el lugar de la iluminación. En ese orientarse, se trasciende el crepúsculo. ** Ernesto Fernando Iancilevich ernestoiancilevich@yahoo.com.ar Poeta y ensayista argentino nacido en Buenos Aires en la década de 1950. Licenciado en bibliotecología y documentación por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde cursó estudios avanzados de filosofía. Estudió arquitectura en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la misma universidad. Coordinó durante diez años el Taller de Creatividad Literaria Aletheia. Integra el equipo editor de la revista literaria Palabras Diversas (http://www.palabrasdiversas.com), editada en España. Colaborador de prestigiosas publicaciones nacionales e internacionales en los campos del pensamiento y la creación. Ha recibido el 1r. Premio de Poesía de la Fundación El Libro-Edenor (1996), el 1r. Premio de Poesía de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Avellaneda (1999), el 1r. Premio de Poesía del Encuentro de Escritores de Avellaneda-SADE filial Sur (2001-02), y el 1r. Premio de Poesía de la Universidad Nacional de Córdoba (2005), entre otros. Publicó Primeros poemas: antología de poetas argentinos noveles (Buenos Aires: Fundación El Libro, 1996). === Importancia de la tipología textual en Drácula de Bram Stoker ========= === Isabel Noguera Vivancos =============================================== Bram Stoker, escritor irlandés nacido en 1847, publica Drácula (Vlad Draculea) en el año 1897, y, a pesar de que escribirá otras obras, ésta parece ser la única novela del autor que continúa siendo leída actualmente. Es ésta una novela compuesta por fragmentos de diarios y cartas, que trata profundamente la cuestión del vampirismo a través del análisis de su principal personaje: el Conde Drácula, y que hace hincapié en temas relevantes en el campo de la psiquiatría como el hipnotismo, la locura, y otros temas fundamentales desde un punto de vista humano como la amistad fraternal, la solidaridad, el valor y la lucha contra el mal. Si la novela fuera publicada actualmente podría ser calificada de thriller, o tal vez algo similar a mitad novela policíaca mitad novela de terror, con la progresiva aparición de misterios inexplicables con los que cada nueva página va sorprendiendo al lector. Sería inmediatamente llevada al cine como, de hecho, lo fue, en varias versiones. Debo confesar que, hasta hace poco tiempo, solamente conocía de este tema alguna de las varias películas rodadas a partir del libro, pero debo recomendar, a quien se encuentre en la misma ignorancia en la que yo me hallaba, encarecidamente, leer la novela de Stoker, que leí en versión original y que me maravilló por su multiplicidad de subtemas, dignos todos ellos de un profundo estudio. No obstante, algo que me ha interesado por encima de lo demás no ha sido una cuestión argumental sino la disposición de los materiales literarios que conforman la obra, pues he considerado de gran relevancia la peculiar estructura de la novela, ya que ésta se halla construida a partir de textos que se entrelazan. Múltiples elementos de misterio crean una atmósfera que, a un tiempo que nos seduce, nos angustia hasta extremos insospechados, de modo que, páginas antes de llegar a algún hecho capital en la novela, los lectores, intuyendo confusamente algo, no se sabe qué, ya nos sentimos inmersos en una niebla misteriosa que nos atemoriza pero, a un tiempo, nos anima a seguir, nos seduce y somos incapaces de abandonar la lectura. Elementos presentes en la literatura romántica aparecen aquí por doquier: los sueños, la noche y su oscuridad, el amor y la muerte, los cementerios en la neblina y sus sugerencias macabras y misteriosas, el amor eterno más allá de la muerte como compromiso integral. Al mismo tiempo, también resulta patente la importancia que se otorga en la novela al estudio de las enfermedades mentales, no sólo por la relación que posee la trama con las patologías misteriosas de la mente, con el inconsciente, con los sueños y su significado, sino también por el hecho de que dos de los principales personajes (Van Helsing y Seward) son eminentes médicos estudiosos de la mente y sus oscuros recovecos. Pero vamos a hablar de la estructura: desde un punto de vista estructural, ésta es una novela construida desde la mirada de distintos observadores. Nosotros, los lectores, reconstruimos y recodificamos el texto a partir de las parciales perspectivas que recibimos de los distintos personajes. Si Aldous Huxley en su novela Point Counter Point construye un texto combinando distintos puntos de vista de los personajes sobre los mismos acontecimientos (técnica que desde aquel momento fue denominada contrapunto), en Drácula el autor combina algo similar a dicha técnica con la novela epistolar y la novela diario. El thriller se desarrolla en orden cronológico, comenzando con el viaje del protagonista Jonathan Harker hacia Transilvania y con su estancia en el castillo del Conde Drácula. La trama se construye basándose en los diarios personales de los principales personajes y añadiendo las letras, notas y mensajes que ellos se envían recíprocamente o que reciben de personajes secundarios o lejanos, lo que provoca que los lectores podamos acceder a los distintos puntos de vista que los diferentes personajes poseen sobre los mismos extraños acontecimientos que se suceden a medida que la novela avanza. Por ello, en esta historia, no aparece un solo narrador que explique los hechos sino que hay varios narradores que nos ofrecen su personal punto de vista, y nosotros podemos leer y comprender lo que ellos escriben sintiéndose ellos y nosotros como testimonios involuntarios de los sucesos. Estos narradores son principalmente: Mina, su, a partir de un cierto momento, marido Jonathan Harker y el doctor Seward. Sus diferentes puntos de vista aparecen como consecuencia de los distintos criterios que les caracterizan y de su personal manera de interpretar la realidad. A medida que la historia se va desarrollando, en muchas ocasiones podemos leer sobre los mismos hechos o el mismo acontecimiento, explicado varias veces por diferentes personajes. No obstante, como inciso, debo señalar que, al final de la novela, los textos son complementarios en el momento en que se narra el viaje a Galato, que es efectuado en tres grupos distintos, dándose por tanto, en aquellos momentos, tres narraciones cronológicas que se complementan, con sucesos y aventuras que suceden simultáneamente. El punto de vista del autor, Stoker, es interno porque los personajes, a través de los cuales hallamos su propia voz, narran las peripecias desde su propia experiencia a través de la historia. Los lectores tenemos la posibilidad de ver cómo los elementos y los extraños problemas que parecen un rompecabezas sin explicación lógica ni racional se convierten en una trama completa. Algunas veces, podemos predecir qué va a suceder incluso antes de que los personajes puedan hacerlo porque nuestra perspectiva es externa, más general y, por ello, más objetiva o exacta. Con objeto de hablar sobre los diferentes tipos de textos que podemos hallar en la novela, comenzaré por enumerarlos: a. Cartas y telegramas 1. Cartas que se envían recíprocamente Lucy y Mina. 2. Cartas que se envían Arthur, el marido de Lucy, Quincey Morris y el doctor Seward. Esta comunicación epistolar tiene su inicio cuando se desata la preocupación por los problemas y la enfermedad misteriosa de Lucy. 3. Carta de la enfermera Agatha a Mina; es interesante señalar que, en este momento, Mina y los lectores, al mismo tiempo, descubrimos que Jonathan está sano y salvo. 4. Telegramas. 5. Cartas de los abogados de Londres acerca de la entrega de las cajas en Carfax. 6. Cartas entre el doctor Van Helsing y Mina, cuando él está haciendo gestiones para trabar conocimiento con ella. En estas cartas encontramos, especialmente, sentimientos, emociones, relatos cotidianos y algunas cuestiones de tipo práctico, como en las cartas que proceden de los abogados o en las de consulta entre los médicos. b. Aparecen dos memorandos diferentes: 1. El de Lucy, que escribe en el momento en que supone que puede morir, como, de hecho, ocurre. 2. El del doctor Van Helsing. Empieza a escribirlo en la última parte de la novela, cuando se halla junto a Mina cerca del castillo del Conde y comprende que el extraño comportamiento de la muchacha es debido al bautismo del vampiro. Van Helsing teme por su vida y escribe unas líneas dirigidas al doctor Seward. c. Periódicos: Considero que son textos informativos con pretensión de objetivos que mencionan o relatan algún incidente extraño o espantoso que los lectores inmediatamente relacionamos con el desarrollo de la trama. Los periódicos que publican dichas noticias son: • El Dailygraph con una noticia sobre un barco, el Demeter, que ha naufragado. • El Pall Mall Gazette, que divulga la noticia de que un lobo ha escapado del zoológico. • La Westminster Gazette, que relata cómo una fantasmagórica dama secuestra por las noches a algunos niños que aparecerán más tarde con heridas en el cuello. d. Diarios: Los principales personajes, Jonathan, Mina y el doctor Seward, escriben sistemáticamente en su diario. Lucy, asimismo, comienza a escribir imitando a su amiga Mina. Analizando a fondo este último tipo de texto, el diario, he encontrado algunos elementos interesantes que procedo a enumerar: 1. Descripciones que efectúan algunos de los personajes de otros, que nos facilitan forjarnos la imagen, a veces física y a veces psicológica de ellos: • En el capítulo 9, el doctor Seward describe al doctor Van Helsing: Él es un filósofo y metafísico, y uno de los más avanzados científicos de nuestro tiempo y me atrevo a afirmar que su mente está abierta frente a cualquier novedad. Ello, ligado a sus nervios de acero, su temperamento, una resolución indomable, autocontrol y tolerancia (...). • En el capítulo 14, Mina describe asimismo al doctor Van Helsing: (...) un hombre de estatura media, de construcción recia, de hombros anchos y cuello y cráneos bien equilibrados (...) indicativo todo ello de inteligencia y poder; cabeza noble, bien proporcionada (...). • En el capítulo 2, Jonathan nos facilita varias descripciones del Conde Drácula: Un hombre mayor, alto, bien afeitado, que lleva un bigote blanco, vestido de negro de la cabeza a los pies, sin un ápice de color en su apariencia. Su rostro era fuertemente aquilino con un fuerte caballete nasal y orificios peculiarmente arqueados, frente altiva (...). Su boca, hasta donde yo pude ver a causa del mostacho, era rígida y de apariencia cruel con una peculiar dentadura, blanca y afilada, que sobresalía de entre los labios (...). Sus orejas eran pálidas y extremadamente puntiagudas, la barbilla ancha y fuerte y las mejillas firmes aunque hundidas. El efecto general que producía era de una palidez extraordinaria. • En el capítulo 17, el doctor Seward describe a Jonathan: Él es especialmente inteligente si podemos juzgarlo por su rostro, y lleno de energía. • Y en el capítulo 23, también a través del diario del doctor Seward, descubrimos, mediante un proceso de caracterización indirecta, que el cabello de Jonathan ha encanecido repentinamente: (...) la última noche él era un hombre franco, de feliz apariencia con un fuerte rostro juvenil, lleno de energía y cabello castaño oscuro. Hoy es un hombre mayor, demacrado y desdibujado con blanco cabello que casa bien con su mirada apagada y el dolor escrito en su cara. Me parecen enormemente interesantes y probablemente dignas de otro estudio las asociaciones que pueden realizarse entre el físico y la psicología de los personajes. En el aspecto textual, en concreto, considero interesante el hecho de que cada personaje, al escribir en su propio diario, posee su personal uso del lenguaje. Veamos: Mina Harker, la esposa de Jonathan, es una mujer bien equilibrada y racional. No olvidemos que Van Helsing, caracterizado por su gran inteligencia, sensibilidad y ojo clínico, describe a Mina como un cerebro masculino con corazón de mujer. Gracias al diario de esta muchacha, nosotros, lectores, conocemos su ofrecimiento de amistad y fraternidad a los hombres de la historia, los valientes y leales hombres que combatirán juntos contra el mal hasta el final de la obra. De acuerdo con su temperamento, el discurso de Mina es racional y refleja siempre su equilibrio interno, así como su inteligencia. A este respecto, no puede pasarnos desapercibida la obvia admiración por Mina que aparece reflejada en los textos del doctor Seward. La forma de hablar de Van Helsing es culta y formal, utiliza regularmente latinismos, lo que denota su formación. Vemos ejemplo de ello en el capítulo 24, cuando pronuncia la expresión Omne ignotum pro magnifico, procedente de Agrícola de Tácito. O bien Dod pou sto, said Archimedes (capítulo 25). Su discurso es formal: (...) y por el honor y la gloria de Dios (capítulo 24), purista a causa de su procedencia extranjera y también sensitivo y conmovedor. El uso del discurso que caracteriza a Jonathan es el lenguaje que refleja la sensibilidad, sufrimiento y desesperación que le embargan. Es apasionado y se deja llevar por sus emociones. Oh, Dios mío, ¿qué pecado hemos cometido para estar sufriendo este terror? (capítulo 26). Analizando su forma de utilizar el lenguaje, el doctor Seward se nos presenta racional y poseedor de una cierta dosis de ironía, incluso en la situación tan trágica en que se encuentra, lo que demuestra su alto grado de inteligencia y su capacidad de distanciamiento intelectual. Tenemos ocasión de comprobarlo en el capítulo 26, cuando a propósito de la nieve y el trineo que se verían obligados a utilizar, dice: A la moda rusa. A través de su diario accedemos a las explicaciones de Van Helsing sobre qué significa ser un vampiro: El vampiro continúa viviendo y no puede morir con el paso del tiempo; lo que le nutre es la sangre de los vivos. Incluso podríamos decir que hemos visto entre nosotros cómo pueden rejuvenecer (...) pero no pueden sobrevivir sin su dieta (... ). Su cuerpo no refleja sombra; no se reflejan en el cristal del espejo (...) pueden transformarse a sí mismos en lobo (...), murciélago (...), en niebla (...), en rayos de luna (...). Y, si bien puede hacer todo esto, no es libre; al contrario, es aun más prisionero que (...) (capítulo 18). Descubro que tiene lugar un voluntario énfasis fundamental, que está marcado por la repetición procedente de distintas voces, en cuán importante es la redacción de un diario personal con el objeto de mostrar los hechos; dichas páginas podrían ser vitales en el futuro. Estas aseveraciones producen en el lector una intensa sensación de verosimilitud, de que lo que se nos está relatando es real. Déjenme apuntar con exactitud todo lo que sucedió tal como lo recuerdo. Ni un solo detalle de lo que yo pueda recordar debe ser omitido (diario del doctor Seward; inicio del capítulo 21). Escribir un diario es, para los protagonistas del drama, una forma de sobrevivir a tanto horror, de no volverse loco, de no perder la cabeza ante tanta desesperación. Escribir, que habría comenzado ejerciéndose como un acto banal y a la moda, se convierte en algo necesario, vital para el estudio científico, para el análisis que efectúa Van Helsing y para ayudarles en su proceso de destrucción del Conde, propósito que, a partir de un cierto punto de la novela, es el que les mueve. Puesto que si no hago alguna cosa me volveré loco, escribo este diario (...). Debo continuar escribiendo como sea (diario de Jonathan; inicio del capítulo 22). Le dije a Mina que debía tener todos sus papeles a salvo, todos los papeles, diarios y grabaciones (...). El doctor Van Helsing ruega a Mina que escriba a máquina todo el texto diario que Jonathan inició desde que llegó al castillo del Conde. El estudio médico, detallado, de ese relato, va a ser muy importante para saber cómo matar a Drácula al final de la novela. Adviértase la importancia que, en todo momento, adquiere el conocimiento y la experiencia como métodos de investigación para proceder acertadamente en el camino a seguir. El doctor Van Helsing va analizando científica racionalmente los datos y, a partir de su reflexión, determina el siguiente paso que deberá darse. En las últimas páginas del libro, varios de los personajes se despiden, a través de sus textos, de la vida, todos ellos en algún momento en que ven cercana la probabilidad de la muerte. Algunos de ellos, como Lucy, efectivamente, morirán. Otros no. Esconderé estas hojas en mi pecho, en algún lugar donde las puedan hallar cuando me encuentren desvanecida. ¡Mi querida madre fallecida! Ha llegado la hora de que yo me vaya también. Adiós, querido Arthur, si yo no sobreviviera a esta noche. ¡Que Dios esté contigo, que Dios me ayude! (Lucy al final del capítulo 11). Me asusta pensar qué puede ocurrirnos. Verdaderamente estamos en las manos de Dios. Sólo Él sabe qué puede ocurrir y yo le ruego, con todo el fervor de mi triste y humilde alma, que mantenga a salvo a mi bienamado marido, que ocurra lo que ocurra Jonathan pueda saber que le he amado y honrado más de lo que puedo explicar, y que mi último y más importante pensamiento será siempre para él (Mina al final del capítulo 26). Estas líneas son para mi viejo y verdadero amigo John Seward, doctor en medicina, de Purfleet, Londres, en caso de que no nos volvamos a ver (doctor Van Helsing en su memorando del capítulo 27). Si no escribo nunca más, adiós, Mina. ¡Dios te bendiga! (Jonathan en el capítulo 27). “Oh, Dios!”, gritó repentinamente luchando por mantenerse sentado y señalándome, “¡ha valido la pena morir por esto! (...) ¡Nada ha sido en vano! (Quincey Morris al final de la novela). Aunque de este análisis se desprenden inequívocas intuiciones sobre otros elementos del texto dignos de estudio, en mi opinión y para concluir, los distintos textos que encontramos en la novela tienen las siguientes funciones: a. Ofrecernos sensación de verosimilitud, e incluso de credibilidad, de verdad, de documento histórico, lo que viene a significar que la trama que leemos es real ya que el énfasis que los principales personajes hacen en cuán importante es escribir sobre las peripecias que les afectan, nos produce, por encima de ninguna otra cosa, sensación de realidad. b. Los textos nos proporcionan una perspectiva completa como una suma de las distintas perspectivas de los distintos personajes. Construimos un texto completo, rico, desde una trama que se nos ofrece fragmentada. c. Los textos nos muestran temperamentos y personalidades distintas que nos permiten un estudio caracterológico a través de las propias palabras de los protagonistas, ya que su forma de hablar, su forma de percibir los hechos y su forma de seleccionar la información, de estructurarla y de interpretarla, nos muestran su personalidad. d. Mostrarnos una situación de terror desde la razón y la perspectiva científica al mismo tiempo que desde la sensibilidad y la sensualidad. Lo sensorial y lo sexual tienen un importante rol en la novela. e. El único personaje que no se manifiesta a través de textos es el protagonista-antagonista de los héroes principales, la representación del mal, objeto de estudio científico y psiquiátrico, el Conde Drácula. ** Isabel Noguera Vivancos isabelnogui@yahoo.es Filóloga española (Barcelona). Licenciada en filología hispánica por la Universidad de Barcelona (http://www.ub.es). Catedrática de lengua y literatura españolas. === Presencia y desaparición Mauricio López Osorio =================== Lo más parecido del acto involuntario de nacer es la muerte, nos dice en uno de sus relatos Maupassant, por eso se siente tanto placer al asesinar. Para el poeta de hierro, es decir, el ser humano que se mantiene en pie por más ataques, embestidas y humillaciones que reciba, esta analogía no funciona sin la destrucción, que podría ser el punto intermedio entre ambas o lo que permite, generosamente, una vindicación entre estos dos actos. El poeta sabe, al igual que Wittgenstein, quizá el filósofo más cercano a un habitar poético, de las apariciones del azar, de lo que el filósofo vienés denominó juegos del lenguaje y sus cambios en el tiempo y de la presencia intermitente de la destrucción en el instante efímero que es la vida de cada hombre; sin embargo, no siente temor hacia estos elementos que componen la vida, vale la pena vivirla con todo lo que ella traiga, sus desgracias, desapariciones y sorpresas. Este breve ensayo centrará su atención en las dudas escépticas acerca de las operaciones del entendimiento, de la Investigación de Hume, teniendo como propósito hacer algunas observaciones, partiendo de la humildad demostrada por Hume, al apuntar que la modestia de nuestras observaciones se puede convertir en virtud, en la medida que permitamos un estudio que se pueda alejar de ese pretencioso objetivo de hallar una causa última de cualquier operación natural, o partiendo de la pretensión de explicar un efecto particular en el universo. Rimbaud, luego de haber agotado todas las posibilidades de su escritura y de su poesía, alrededor de los veinte años, se aleja de su camino prometedor como escritor, de los elogios de sus contemporáneos y la fijación que centran en él por su juventud y genialidad, de su tormentosa y enfermiza relación con el poeta francés Paul Verlaine, quien siente todo el deseo de meterse un tiro cada vez que arma una feroz discusión entre ambos y cada uno toma rumbos diferentes, que si bien son momentáneos y se den con frecuencia, hace sentir la cercanía de la muerte de forma más latente. Verlaine, mientras tanto, se queda en Francia, desesperado, al saber de la partida del joven al que más tarde se referiría en sus noches de beodez como “mi ángel en exilio”. Rimbaud se aleja de todo esto y se lanza al ruedo —sin importar que su relación con Verlaine haya dejado sus huellas notables, limitando su libertad de movimiento, al haberle propinado un disparo en una mano en una de sus trifulcas—, viajando por diferentes países, malviviendo de diferentes oficios precarios, seguido de Verlaine, que recorre su mismo itinerario, viajando entre Francia, Inglaterra y Bélgica principalmente. El joven, por su parte, hace algo parecido a lo que ya había hecho con la poesía, solamente que esta vez experimenta otras formas de vida, conoce nuevas historias, las que más le agradan son las que tienen como escenario principal los cementerios, la historia del hombre que fue violado en un cementerio por una mujer que lloraba ante diferentes lápidas en sus visitas casi diarias que realizaba al cementerio; ve de cerca el espectáculo noctámbulo que ofrecen cientos de parejas que follan en los cementerios; ríe al escuchar el relato de un cuento de Nathaniel Hawthorne en el que San Agustín ordena a todos los malditos que abandonen la sala de delación, y el único que se levanta y desaloja la sala es el muerto, vestido con ropas fúnebres y un pañuelo blanco en la cabeza, hasta llegar al cementerio y esperar a que termine el espectáculo; se sorprende al escuchar por parte de un joven admirador suyo —ya cuando Rimbaud estaba llegando al final de su vida y las enfermedades no le permitieran moverse con la libertad que pocos años antes tenía—, la notable semejanza que existía entre el mejor poeta francés, Rimbaud, y el mejor novelista francés, Julio Verne, la cual consistía en la dificultad al caminar por haber perdido una pierna, luego de haber tenido ambos un ritmo de vida tan agitado. Rimbaud, deteriorado por las enfermedades, el alcohol, el sexo desenfrenado, llega hacia el final de su vida de la manera que nunca quisiera haber vivido, aprisionado en un hospital y caminando como un sonámbulo por todos los campos y pabellones, privado de todo lo que amó y por lo que creía merecía seguir haciendo parte de este mundo; Julio Verne, si bien a lo largo de su residencia en este planeta se granjeó la atención de un vastísimo número de lectores, llega a sus últimos días limitado por un disparo que le propinó el sobrino por el que más aprecio sentía, acomplejado por haber encerrado a su hijo en un manicomio durante muchos años, problemas con su esposa e infinidad de conflictos con las personas más cercanas a él. Así como en la existencia de Rimbaud, que de súbito tuvo múltiples transformaciones, hasta llegar a permanecer una temporada en el infierno y en el vacío, cuando todo parecía indicar, por la buena acogida de sus poemas por parte de la crítica francesa, que saltaría rápidamente a ser parte de los escritores más reconocidos al lado de Víctor Hugo, Verlaine, Lautréamont y Baudelaire, hubo escritores que cayeron en el juego del azar y vieron una transformación en el sentido de una compensación a esfuerzos para llegar a obtener cierto reconocimiento, que finalmente se vieron realizados; la vida de muchos escritores estuvo rodeada de estos elementos de contingencia y transformación. La pelea y el intento ejemplar de sobrevivir fue algo que tuvieron en común, tirándose de los pelos para mantener la pluma en la mano —como lo haría muchos años después Arturito Belano desde alguna sucia buhardilla en África—, hasta llegar a plasmar en la poesía aquella vida que estaba ausente, pero que pedía a gritos ser rescatada de los límites impuestos por la ley que llevaba como eslogan: “Todo intento de romper con nuestras estructuras, por digno que sea, está condenado al fracaso. Busca algo que se pague menos caro”. Las palabras pueden transformarse o tener como único acompañante al silencio, a menos que el silencio también desee huir y la única acompañante sea la destrucción. Destrucción que hace acrecentar el deseo de persistir en lo que más creemos y de súbito se siente el impulso de la creación. Paul Auster, luego de pasar varios años trabajando arduamente en su escritura, traduciendo a diferentes escritores a toda velocidad para poder pagar los recibos y poder dar de comer a su hijo, de forma devastadora, le llega la dolorosa noticia de la muerte de su padre, en medio de un ritmo de trabajo inhumano, con un matrimonio destruido, y a pesar de todos sus esfuerzos por convertirse en escritor, sin un horizonte claro hacia dónde debe direccionar su escritura para llegar al momento mágico en que todos los fragmentos empiezan a tener cohesión y se llega a donde de alguna manera se quería llegar. Curiosamente, la muerte de su padre hace que todo su esfuerzo cobre sentido, los fragmentos comienzan a intercomunicarse, y a la pluma del escritor norteamericano ya no hay nada que la detenga. La suma de dinero que le ha dejado su padre le permite vivir tranquilamente durante al menos dos o tres años sin la obligación de tener que traducir hasta la extenuación. Roberto Bolaño, luego de haber pasado hambre en diferentes partes del mundo, sin el menor apoyo editorial, pasaría a convertirse en el mejor narrador latinoamericano en pocos años; sin embargo, su carrera se vería truncada cuando sólo había alcanzado a disfrutar de su prestigio por unos pocos años muriendo como alguno de sus personajes, demacrados por la enfermedad, esperando en una camilla, tirado como un perro, un trasplante de hígado que nunca llegó. El genial escritor alemán W. S. Sabald, que ejerció la docencia en sus años de juventud, empieza a brindarnos la exquisita lectura de sus obras en una edad madura, saltando de la novela al ensayo con excelente desenvolvimiento en ambos ámbitos. Cada nueva novela suya era aguadada por sus lectores desde la soledad de sus ventanas cada vez con más ansias y todos se frotaban las manos cuando aparecía en las estanterías de las librerías un libro que dijera Sabald. Sin embargo, un día del 2001, esta emoción se vería truncada al aparecer la noticia de la muerte de Sabald por un choque automovilístico, cuando al autor aún le quedaban muchos años por escribir y probablemente buenos libros que ofrecer al panorama literario. Al exponer brevemente algunos de los aspectos que tocaron la vida de estos escritores, se refleja claramente los giros que da la vida en corto tiempo, y a la vez permite ver los muy diversos aspectos de la experiencia de cada uno que no poseen relación alguna. No obstante, los pensamientos que Paul Auster presenta en su libro de ensayos y poemas Pista de despegue, cobra diferentes sentidos que une y separa ciertos rasgos de la vida de estos autores. Auster nos dice, en ese libro que reúne su producción literaria como poeta y ensayista, en su primera etapa de formación como escritor, lo siguiente: No te queda otra ni más larga salida: desde el instante / en que te cortes / las venas, las raíces comenzarán / a recitar la masacre / de las piedras. Vivirás. Construirás tu casa / aquí: olvidarás / tu nombre. La tierra / es el único exilio (1). Más adelante nos dirá, esta vez en prosa: Finalmente, todos regresaremos al hogar, y, si alguno entre nosotros carece de hogar, esto seguirá siendo verdad: que dejará este lugar para ir a donde tenga que ir. Por poco que sea, la vida nos ha enseñado al menos una cosa: quienquiera que esté aquí ahora, no estará aquí luego (2). Desde otra mirada, uno de los eruditos más aclamados, Ernst Cassirer, expone, en su Antropología filosófica, un argumento muy lúcido acerca de la fragilidad del sujeto que cree en su permanencia en la tierra y al mismo tiempo sobrestima su estadía, observando a la tierra o al paisaje que se le presenta en determinado momento como un objeto de su pertenencia, el cual puede manipular a su antojo. Cassirer hace una crítica a esto, exponiendo lo inútil de creer que los acontecimientos que se suceden en una experiencia muy personal suceden en la existencia de otros, sea cual sea el momento histórico que se esté viviendo. Cassirer toma los aspectos del tiempo y del espacio, dilucidando algunos argumentos sobre ambos aspectos. Del tiempo, nos explica la importancia de tener en cuenta, a la hora de estudiar, describir e interpretar a determinado organismo, sus diferentes etapas, de ahí la importancia del pasado, del presente y del futuro. Acerca del espacio, nos dice, no es recomendable conformarse con los objetos inmediatos sino que se debe poner en contacto con una gran variedad, a fin de encontrar las relaciones entre diferentes objetos. Aspectos que de una manera u otra intervienen en la labor del poeta, elementos que éste utiliza desde diferentes perspectivas, desde ángulos distintos y en el caso de los poetas más arriesgados, desde miradas de ultratumba. Hume, que se ubica en el plano de la filosofía para analizar aspectos tan importantes como la causa y el efecto, y las discusiones que desde allí se han formado, se muestra como el abuelo portador de sensatez, al no realizar ningún tipo de interpretación que busque causas últimas o efectos que seguramente derivarán de determinada acción. Hume nos dice: La más perfecta filosofía de corte natural sólo despeja un poco nuestra ignorancia, así como quizá sólo sirva para descubrir la más perfecta filosofía de nivel moral o metafísico en proporciones mayores. De esta manera, la constatación de la ceguera y debilidad humanas es el resultado de toda filosofía, y nos encontramos con ellas a cada paso, a pesar de nuestros esfuerzos por eludirlas y evitarlas (3). Peter Handke, en su relato La repetición, toca varios de los temas a los que nos tiene acostumbrados en sus novelas y relatos, entre los que tienen lugar el tiempo, el espacio y la ausencia, aspectos determinantes en el papel del creador, y que van de la mano de otros elementos como la identidad y la destrucción, a los que Handke permite traslucir en este relato que nos habla de Filip Kobal, quien se enfrenta al problema de querer encontrarse con el país de sus antepasados, y de confrontar esos paisajes que ha imaginado en sus sueños o delirios. El mito de su país natal y todo lo que éste podría brindarle es un misterio que él debe tratar, como se debe tratar una enfermedad que puede destruir al individuo afectado. El narrador, que es el mismo Filip Kobal, sólo que 25 años después de los sucesos, ha descubierto en su madurez que la única forma a su alcance para lidiar con su enfermedad es la escritura, las causas sólo puede hallarlas mediante la facultad del lenguaje. No obstante, la realidad actual de Filip Kobal es todo un misterio, como si su existencia se hubiese detenido en ese instante. O como si el único ser capaz de hacerle encontrar su identidad actual sea ese joven del pasado que busca a su hermano con obstinación, al que él confiere una excepcional importancia. El joven Filip Kobal, luego de dejar el internado, siente la necesidad de ir en busca de su hermano mayor, Gregor, quien no ha vuelto a casa desde el momento en que la familia se dispersó por una revuelta obrera que hubo en su país natal, Eslovenia, marchándose la totalidad de la familia a Austria, salvo Gregor, quien se queda en Eslovenia en razón de la lucha. Pasados los años, la familia sabe que Gregor se encuentra bien, pero nadie sabe por qué no ha ido a Austria, a reintegrarse con su familia, o aunque sea a verlos una última vez, y explicar un poco la interrupción repentina que hubo con él, el hijo mayor, por aquel entonces en la lejana Eslovenia. Gregor no vuelve y es Filip quien tiene que salir del hogar para ir en busca de sus huellas. Filip cruza la frontera, sabe desde ese momento que ha entrado en un nuevo mundo. No es el país que él había imaginado. Siente la liberación de inmediato, de saberse libre de toda atadura a una estructura, a un ritmo de vida determinado, a una posición dentro de la sociedad. A pesar de eso, de creerse en el extranjero, en el fondo sabe que está en el país de sus ancestros y reconoce que está probablemente en el país de las sombras. Pero quién podía determinar qué lugar significaba las sombras o la liberación, se preguntaba Filip Kobal, después de todo sus padres se habían quedado en un país extraño, resignados y con un hijo en el extranjero al que le guardaban luto, como si la tierra se lo hubiese tragado. Visto desde la distancia, el país que le había brindado unas dignas condiciones de vida le producía asco, su orden federal y la hipocresía de la sociedad austriaca, esa Austria que Kafka detestaba. A su regreso a Austria, por un momento siente nostalgia, pero cambia de parecer rápidamente y ya no verá nunca más a Austria como la llegó a ver durante años, en una actitud sumisa. Salen a relucir las palabras expuestas anteriormente en el poema de Auster, la tierra es el único exilio, o parafraseando mal, todos los caminos tomados por el hombre conducen al exilio. De esto parece darse cuenta Filip Kobal al reencontrarse con su familia, al escuchar las palabras de su padre, que justifica el silencio reinante en casa, por lo menos el suyo, diciendo que ningún padre sabe cómo actuar en la tierra. Su madre guarda silencio, y su hermana perturbada simplemente observa las escenas. Filip recarga fuerzas en la búsqueda de su hermano, al enterarse, por medio de un texto —de carácter de leyenda familiar—, de las razones que llevaron a comprometerse a su hermano en la defensa de campesinos. En el texto se mostraba una posición sólida en contra del exilio y la prohibición de usar la lengua propia. En el documento también observaría la tenacidad de su padre en aquellos años, junto con una anotación, que decía: no tenía idea de cómo debería ser la salvación de la familia aquí en la tierra. Ante todas estas imágenes y experiencias familiares, Filip Kobal sigue sintiéndose intrigado por una noche en especial de su viaje de juventud. Esa noche, después de cenar y de observar el comportamiento amable de un camarero, que quizá se tratase de un extranjero, hubo algo que lo hizo quedarse hasta el final de la noche, cuando el camarero pensaba que solamente quedaba él en el restaurante. Aun después de tantos años, recuerda al joven camarero, que iba dejando cada plato en el agua, como si se tratase de piezas de juego que podían tener un orden distinto, tomándose todo el tiempo del mundo para hacer esa labor en medio de la oscuridad. Y se reconoció a sí mismo en esa labor, de buscar nuevos órdenes, de hallar algo en los restos, en los residuos, en los fragmentos de luz y sombra. Notas 1. Paul Auster, Pista de despegue, poemas y ensayos 1970-1979, Anagrama, pág. 17. 2. Paul Auster, Pista de despegue, poemas y ensayos 1970-1979, Anagrama, pág. 92. 3. David Hume, Investigación sobre el conocimiento humano, Altaya, pág. 53. ** Mauricio López Osorio maulop_5@hotmail.com Escritor colombiano (Santander, Bucaramanga; 1988). Es estudiante de filosofía. ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Ejercicio diario Raquel Rivas Rojas *** Prosas breves Rolando Revagliatti *** Yo maté a Edú Saúl Hurtado Heras *** Tres textos María Virginia Ocando *** De que vuelan, vuelan... Frank Otero Luque *** Poemas Daniela Wallffiguer Belmar *** La piedra Pedro Plaza Salvati *** Cinco textos Patricia Rivas *** Cada agosto Milia Gayoso Manzur *** De Invierno alpino Ulises Varsovia *** El banco de Gillson Park Gigi Barbuto *** Poemas Susan Castro Rodríguez *** Cuatro textos Marco Antonio Valencia Calle *** Poemas Ana María Caliyuri *** Mi desquite Jorge Ernesto de León Cabrera *** Poemas Jesús Peñalver === Ejercicio diario Raquel Rivas Rojas ============================== Nada en el aire de aquella tarde fría de verano anunciaba que sería un día extraordinario. Salí a caminar como siempre a las cinco, después de pasar largas horas frente a mi laptop, lidiando con la traducción de un cuento que no terminaba de sonar bien. Durante una semana había intentado encontrar el tono que expresara en español esa especie de melancolía que irradiaba el texto original. Ese día me parecía que estaba logrando algo, hasta que a las cinco de la tarde me paralizó la tristeza del verano sin sol y no pude seguir. Me puse el impermeable negro, porque todo el día había estado a punto de llover, y salí a mi caminata diaria. La mitad del cielo estaba cargado de nubes negras, gordas y bajas. La otra mitad mostraba parches azules detrás de un difuminado manto blanco. “Bajo el cielo de Escocia”, pensé, siguiendo uno de mis pasatiempos favoritos a la hora de caminar, buscar títulos de cuentos, de crónicas o de largos relatos, que nunca me animo a escribir. Crucé la calle principal en el paso de peatones y me encaminé, ajustando el volumen de mi iPod, a la casa que preside la entrada del parque, marcada con el número 26. Cuando llegué al portal estaba escuchando un podcast sobre el festival del libro de Edimburgo. Una escritora de origen iraní hablaba de un texto autobiográfico en el que contaba sus años de cárcel, la muerte de su madre, su vida en el exilio. Me dejé invadir por la tristeza de aquella voz tenue y resignada. El bosque lucía el espléndido follaje del verano. El contraste entre los árboles de hojas más grandes y los que tienen hojitas diminutas me hizo lamentar, una vez más, mi ignorancia en asuntos botánicos. No sólo no tengo idea de cómo se llaman en inglés esos inmensos árboles, tampoco sé cómo llamarlos en mi propio idioma. Puedo decir que son altos, frondosos, gruesos y antiguos. En apenas un par de meses empezarán a quedarse de nuevo sin hojas y su despojo les va a permitir conservar energía para aguantar el frío del invierno. Al menos es así como me lo imagino, aunque no sepa en realidad cómo funcionan los árboles. Si hubiera una lección que aprender de ellos, me acuerdo que pensé, tal vez sea que hay que despojarse de todo lo que es superfluo cuando pasamos por los tiempos más duros. Acababa de llegar al universo inhóspito del exilio y pensé que debía aceptar con humildad la lección de los árboles. Despojarme de todo para sobrevivir. La verdad es que no creo mucho en las lecciones de la naturaleza. Cuando tu territorio es el espacio urbano tratar de vivir como un árbol puede ser un fatal despropósito. Pero aquí estaba yo, con un pie en la ciudad y otro en el campo, viviendo en un remedo de pueblo. Si quería ver la ciudad debía subirme a un autobús y rodar por más de media hora. Si quería ver el campo sólo tenía que caminar una cuadra y media, cruzar la calle y estaba en plena naturaleza, en el parque que bordea el río Almond. Como siempre que intento traducir literalmente los nombres, se me ocurrió que en mi país la idea de un río que se llamara “almendra” sería recibida como un chiste. El parque se extiende a lo largo de un río color ámbar, que en verano corre saltarín e inofensivo entre grandes piedras y en invierno ruge y se acelera como si hubiera cambiado de carácter o se convirtiera en otro. El camino que conduce al primer puente siempre se me aparece como una invitación al misterio, a lo desconocido. Porque, más allá de la primera recta que está justo al cruzar la puerta de entrada, el sendero baja en una lenta curva y no es posible ver su final hasta el último momento, cuando se enfila hacia el ruido que anuncia que el agua está cerca. De manera que no es posible ver quién viene de allá para acá sino hasta que el mismo puente aparece. Así que cada entrada es una invitación a la sorpresa y a la adivinanza. ¿Quién será hoy? ¿El señor de la chaqueta verde con el dálmata obeso? ¿La chica vestida siempre de rosado y blanco con el cocker inquieto? ¿El joven que trota a largas zancadas y huele a sudor y a piscina? ¿La señora de pelo blanco que pasea cinco perros mientras habla por el celular? ¿Quién será hoy? No hubo necesidad de responder ese día a la pregunta eterna. Nadie subió por el camino y cuando me acercaba a la recta final antes de llegar al río sentí la soledad del camino no como una amenaza sino como una bendición. Tengo todo el parque para mí, recuerdo que pensé. Pero cuando terminé de cruzar el puente lo vi por primera vez. Estaba solo. Miraba atentamente las aguas oscuras del río crecido. Me pareció que se acercaba demasiado a la orilla y tuve el impulso de advertirle que podía ser peligroso. Pero imaginé que alguien lo acompañaba, algún hermano o amigo, y que no tenía por qué correr peligro. Uno se acostumbra a ver aquí a los niños andando por su cuenta en las calles, en las plazas, en los parques. Al principio cuesta entenderlo, porque para nosotros un niño solito es casi un sacrilegio. Nadie deja salir a un niño sin compañía en las ciudades nuestras, donde todo nos resulta amenazante y peligroso. Nuestras madres sobreprotectoras han aprendido de sus madres y abuelas que ningún cuidado es extremo. Pero aquí los niños parecen inmunes al peligro o la amenaza. El ruido del río me impidió escuchar si el niño hablaba. Una semana de lluvia incesante había hecho que el torrente creciera mucho más de lo habitual en estos meses. Cuando crucé siguiendo el camino de asfalto, justo después del final del puente, ya no lo vi más. Le subí el volumen a mi iPod y por un largo rato escuché un podcast sobre los iluminadores de libros del siglo diecisiete en Turquía. Siempre me sucedía que las historias que escuchaba en estas largas caminatas me hacían olvidar el lugar en el que estaba, para desplazarme por un espacio construido con palabras. El paisaje se me borraba y sólo volvía a conectarme con el entorno cuando el programa se terminaba y debía elegir otro de la larga lista que tenía pendiente. Justo cuando bajaba la cuesta hacia el segundo puente, el iPod se quedó en silencio. Seguía caminando por las calles de Estambul descritas en el podcast, cuando me paré un momento a elegir otro y me tardé un rato en decidir si escuchaba las noticias de la BBC o un documental sobre el muro que están construyendo en Estados Unidos para contener a los inmigrantes ilegales que entran desde México y Centroamérica. Cuando crucé el puente colgante para iniciar el camino de regreso por el otro lado del río lo vi por segunda vez. La corriente estaba tan fuerte que apenas pude entender, al principio, que se trataba del mismo niño. Siempre que cruzo el puente me detengo en el centro a mirar el río, sea invierno o sea verano. Porque me hipnotiza el sonido ronco de la corriente, la sensación de vértigo que produce el movimiento rápido del agua, el color que cada vez parece diferente y siempre es igual, la espuma que se acumula en las orillas, el olor a musgo sobre las piedras empapadas. Desde el centro del puente pude ver su cabeza subir y bajar. Miré después sus brazos chapotear en el agua. Casi parecía estarse divirtiendo. Creo que me miró por una fracción de segundo cuando estaba justo enfrente, antes de perderse bajo del puente. Yo lo seguí con la vista mientras pasaba por debajo de mí. Crucé al otro lado para ver cómo la corriente se lo llevaba y en medio de la desesperación le grité ¡aguanta! ¡aguanta! En ese mismo instante me di cuenta de que le había hablado en español y que si me había escuchado no había entendido nada. Me sentí impotente. Justo después del puente, a unos cien metros o así, el río tiene una isla de matorrales y piedras en el centro, que parte las aguas en dos. Pensando que el niño iba a tratar de moverse hacia la isla, en lugar de quedarse donde la corriente es más fuerte, me devolví hacia la orilla izquierda del río y bajé corriendo, bordeando el agua hasta que se acabó el camino. Me asomé a la orilla y grité. No me acuerdo qué grité, pero traté de que fuera algo en inglés que sonara inteligible a pesar de mi acento. Nadie me respondió y yo no podía ver nada más que el agua corriendo sobre las enormes piedras y los matorrales que hacían una isla al centro. Se fue por el otro lado, pensé. Hey! Where are you? Are you there? Grité tres o cuatro veces. Eso sí lo recuerdo claramente, porque lo hice con una extraña calma. Hablar otro idioma siempre me ha hecho sentir como si estuviera en una película, recitando un libreto y pronunciando unas palabras que no me pertenecen. Incluso en ese momento de extrema angustia no podía evitar pensar que estaba imitando a alguien que realmente hablaba otra lengua que era para mí desconocida. No sabía qué hacer. Hacia dónde ir. Si meterme hasta las rodillas en el río y bajar por el agua para tratar de ubicar al niño o si correr río arriba a buscar a alguien que se encargara de rescatarlo. Volví al puente y me paré de nuevo en el centro pero no había ya nada que ver. Me devolví por donde había venido, pensando que la mejor solución sería pedir ayuda y que tal vez al salir al camino encontraría a las personas que estaban acompañándolo y que ya vendrían apurados a tratar de salvarlo. A medida que trotaba en sentido contrario a la corriente me invadía una confusión abrumadora. ¿Qué le diría a la gente que viniera bajando en busca del niño? ¿Les diría que lo vi y que no hice nada por salvarlo? ¿Cómo hubiera podido ayudarlo? ¿Lanzándome al agua y corriendo el riesgo de ahogarme yo también? ¿Qué esperarían de mí quienes supieran que lo vi y no hice nada? ¿Me acusarían de no haber hecho todo lo posible por salvarlo? ¿Pensarían que soy un ser irresponsable e insensible? En lugar de correr más rápido mi paso se fue haciendo cada vez más lento. Al principio lo justifiqué pensando que era el cansancio. Ya había caminado casi una hora antes de ver al niño en el río y seguir corriendo estaba ya más allá de mis fuerzas. Pero no podía engañarme. Me negaba a correr porque no sabía qué iba a hacer para justificar mi actitud, mi incapacidad de arriesgarme para salvar a otro. No sabía cómo explicar lo que había pasado y estaba tratando de armar un discurso que sonara convincente en un idioma que no era el mío. Miraba con angustia el camino que bajaba desde el primer puente y casi creía ver gente asustada y apurada, bajando a las carreras y pidiéndome explicaciones. Pero no vi a nadie. Llegué al puente donde había visto al niño por primera vez y me detuve a mirar la orilla. Ni un alma. El río seguía sonando como un trueno cansado y ronco, indiferente a mi angustia y a lo que pudiera pasarle a quien se dejara arrastrar corriente abajo. Alcancé a llegar al puente ya casi sin fuerzas y respirando con dificultad. En la cuesta que subía hacia la salida del parque, con su larga curva bordeada de árboles, no se veía a nadie trotando ni paseando perros. Más adelante debe haber alguien, pensé. Siempre hay gente aquí a esta hora, ¿por qué no hay nadie hoy? En mi angustia por encontrar a quién pedirle ayuda volví a recobrar el paso rápido a pesar de lo difícil de la subida. Me había olvidado de que debía justificar mi conducta y me concentré sólo en encontrar a quién decirle que había visto a un niño arrastrado por el río. Sería una frase corta y efectiva que podría repetir claramente si no era entendida la primera vez, como solía pasar, porque mi acento le resultaba extraño a todo el mundo. Hacía ya rato que los audífonos de mi iPod colgaban del bolsillo de la chaqueta haciendo un ruido hueco, pero sólo lo noté en ese momento. Caminando lo más rápido que podía, todavía sin salir de la larga curva que me impedía ver la recta de la entrada, saqué el iPod para enrollar los audífonos y poder guardarlos mejor en mi bolsillo. Entonces la pantalla se encendió y vi la familiar lista de mis podcasts: “Pop Culture”, “Fresh air”, “Tell me more”, “Story of the day”, “Only in New York”... éste era uno de mis programas favoritos y tenía días sin oírlo. Hice click en el título y vi que tenía dos episodios nuevos sin escuchar. Le di a play y me puse los audífonos, porque a fin de cuentas tenía que caminar al menos diez minutos más y no le hacía daño a nadie que me distrajera un poco mientras tanto. Seguía sin encontrarme gente en el camino y no podía andar más rápido. El episodio era sobre un ingeniero norteamericano que había espiado para los rusos junto con los Rosemberg y que a los 91 años seguía vivo y acababa de aceptar su culpabilidad, que nunca fue probada, lo que lo salvó de ser ejecutado en la silla eléctrica junto con la famosa pareja. Cuando el podcast terminó yo ya había llegado a la casa que está a la entrada del parque. Miré a través de las ventanas a ver si había alguna señal de gente. Pensé en tocar el timbre, pero me quedé por un rato frente a la puerta sin moverme. El segundo episodio de “Only in New York” era sobre una ley de 1978 que establecía, por primera vez, que los ciudadanos de la Gran Manzana debían limpiar las heces que sus animales domésticos dejaran en la vía pública. En aquel momento, la ley no pudo hacerse efectiva porque todo el mundo protestó en contra. Pero hoy en día es considerada uno de los instrumentos legales más avanzados entre los reglamentos que controlan el comportamiento público de los ciudadanos de las grandes metrópolis. Cuando terminé de escuchar la historia ya había llegado a la puerta de mi casa. No me había cruzado con ningún vecino en el trayecto, o así me pareció. En mi escritorio me esperaba la traducción de un cuento que no terminaba de sonar bien. ** Raquel Rivas Rojas raquelirivas@gmail.com Escritora venezolana. Fue profesora titular del Departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Simón Bolívar (USB, http://www.usb.ve) hasta septiembre de 2008. Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve; 1985), Magíster en Literatura Latinoamericana por USB (1992) y PhD en Estudios Culturales Latinoamericanos (King’s College, http://www.kings.edu; University of London, http://www.lon.ac.uk; 2001). Entre 1995 y 1997 fue investigadora del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.gob.ve), y entre 2002 y 2004 coordinó el Postgrado en Literatura de la USB. Ha publicado Sujetos, actos y textos de una identidad (Caracas: Celarg, 1998) y Bulla y buchiplumeo. Masificación cultural y recepción letrada en la Venezuela gomecista (Caracas: La Nave Va, 2002), además de artículos en revistas arbitradas como Estudios, Journal of Latin American Cultural Studies y Latin American Research Review (http://lasa.international.pitt.edu/esp/LARR). Su libro Narrar en dictadura obtuvo el Premio de Ensayo de la Bienal José Antonio Ramos Sucre 2009. Actualmente vive en Edimburgo (Escocia) y se dedica a escribir. Mantiene un blog sobre literatura en http://notasparaeliza.blogspot.com. === Prosas breves Rolando Revagliatti ================================ *** Declaración de intenciones Amigo mío: no sé bien si imaginabas que preveo, en nuestras próximas vidas, seducirte. Es con la esperanza de lograrlo que en nuestras próximas vidas estaré atenta a volver a conocerte y tratarte, tempranamente, acaso en nuestras respectivas adolescencias. Ansío que en nuestras próximas vidas sostengamos nuestros buenos humores. Habré de preferirte más crítico que en ésta, menos voluntarista y bien pensado. Opino que mi influencia será rotunda, por no decir arrasadora. Y el así inferirlo me hace feliz. Amigo mío que habrás de quedar en nuestras actuales vidas, ya en curso y muy avanzadas, en amigo mío, te acaricio el alma con mi confeso platonismo, en este larguísimo mensaje de texto, que dentro de unos minutos te alcanzará en tu celular y, deseo, te sorprenderá. Es entonces, mientras me despido, cuando juguetona y anónimamente te saludo con afecto. *** Turno Fue al cabo de procurar sacarme el compromiso de adelante pronto cuando sólo logré un orgasmo chiquito, un orgasmo aprendiz, literariamente adusto y liviano. La decepción y la mufa me inclinan a dormitar. Y a soñar. Siento mucha necesidad de sentir que tengo. Llegará mi turno. No hay nada como disponer de todo un santo día no laborable para entregarse a los renovadamente castos, sempiternos y pasionales brazos de Morfeo. *** Transformaciones Desde la esquina del antiguo bar Ramos me sonrió sin detenerse, o deteniéndose algo, lo usual, sola, pantalones azules (no de jeans), blusita, a punto de cruzar Montevideo. Interrumpí el paladeo de un Reval, desocupé la mesa pegada al ventanal, y de pie pagué al mozo la consumición y le agregué propina. Calor, impecables pantalones verdes, camisa con charreteras, la seguí hacia Paraná, y como retomando una conversación vivaz la empecé a conocer. Yo todavía tenía buena mi dentadura, así que la lucí, y de paso, los hoyuelos. Cenamos en Pepito cazuela de pulpos y popietas de pescado en un rapto de sólida y confluyente inspiración marinera. Estaba —me transmite— en una impasse sentimental con un señor nacido en la misma década que su padre, estudiaba psicopedagogía, trabajaba en computación, vivía en Belgrano, frente a las barrancas; me proporcionó todos sus números de teléfono. Tras copa helada compartida, nos introdujimos en un cine. ¿Cómo no metaforizar señalando que éramos dos brasas durante la proyección, si justamente éramos dos brasas? Dirigiéndonos hacia Callao absorbí la información de que estaba menstruando. En el taxi que nos trasladaba a Parque Patricios me investigaba más —recuerdo— y me aprobaba. Dejamos de confluir cuando procuraba yo cerrar la puerta de calle de mi casa: su desacompasada avidez me avasalló como a un novato, pulverizando el júbilo, cediendo ambos a un coito rápido y desabrido. Cargando con la decepción y el enchastre (antológico), me di una ducha insuficientemente reparadora, mientras ella hojeaba, encima de cuatro pliegos de un toallón, apuntes de la materia Psicología Enmendativa. Soñé esa noche. Soñé que me ahogaba en una laguna de sangre espesa, y que ya muerto, mis miembros se descomponían hasta alcanzar una condición líquida, y aun siguieron transformaciones de un orden seminal multicolor. Muerto, moría un poco más, y hasta mis gusanos se asfixiaban envenenados y rabiosos. *** El manjar de Narciso Ese treinta y uno, mujeres del año lo llamaron para saludarlo. ¿Dónde lo pasaría? También su madre lo había llamado y, como a todas, aseguró que ya tenía un compromiso. Pensó en la que él habría de aguardar (“era hermosa estilo ave del paraíso”) a los categóricos e inclaudicables efectos de encamarse con la veinteañera por primera vez: “...voy a visitar a una prima de mi mamá. Es en Aldo Bonzi. Estoy con ella un rato y me voy a tu casa antes de las doce. Por las dudas, porque ellos no tienen teléfono, si hasta las once, once y cuarto no llegué ni te llamé, no me esperes, querrá decir que no pude...”. Desacostumbradamente se vio un filme de cowboys por televisión. John Wayne. El Paroramic, encendido, mientras arreglaba unos libros desvencijados (Marqués de Sade, Poldy Bird, Carlos Gorostiza, “La historia de los medios de locomoción”, un cancionero de los Beatles). Planchó, barrió, ordenó el armario de la cocina. Hizo acople en dúo con Argentino Ledesma en una milonga, luego de pasarse ocho minutos cepillándose la dentadura tras masticar la pastilla revelante de placas y hacerse un par de buches. Había diferido tres semanas el inicio de ese plomizo tratamiento para su obstinada paradentosis. No era un jovencito. Se entretuvo con el cepillo empenachado en los intersticios. El hilo dental, importado. Estimular, estimular esas encías sangrantes con los palillos enfáticamente prescriptos. Y arribamos a las ocho y cincuenta y cinco de esa noche, diez y veinte, once menos diez. Levantar el tubo: sí, hay tono. Asomarse a la ventana. Cuarto piso de la calle French. Y le constaba que funcionaba el portero eléctrico. Once y dieciséis y la alucinaba. “Ese reputo timbre que no suena”. Primero ponerse cómodos, después la sidra. El comienzo del año todavía podría ser una gloria. Estaba caliente... ¿como qué? Pero muy caliente. No iba a comer, trataría de recobrar la línea. Hacía calor, lloviznaba, tomaba agua con limón. Se abalanza hacia la mesita de luz y resulta número equivocado. Se abate. ¿Quién se hallaba más solo que él? Con el humor requiete in pache (requiescat in pace!) alienta la alternativa de que ella se presente ya primero de enero y cero treinta. La llovizna cesó. Bocinazos. El corazón zangoloteante. ¿Qué se espera ya en los setenta minutos de año nuevo? Cumplidos los noventa, transfigurado, instala un rito. Se quita la remera, la dobla, la guarda. Coloca las zapatillas debajo de la cama. Desajusta el cinturón y con lentitud abre el cierre del jeans (Cristian Dior), se lo saca, le busca una percha, lo ubica en percha y en placard. Se mira en el largo espejo interior, erradica el calzoncillo. Primero a dos manos masajea, chiches y golpecitos sabios con tímida yema, la izquierda estirando la piel desde el escroto. Cambio de técnica con la derecha, correr y descorrer el prepucio. Fija la mirada en el espejo y nunca más acompañado. Descenso rabioso a la ignominia. Y al baño y al inodoro tan enhiesto, tan vertical el soliviantado, tanta contundencia para nada, el manjar de Narciso (“para el egoísmo ilimitado del niño todo obstáculo es un crimen de lesa majestad”), y allí derrama mientras oye a la demorada que grita: “¡Soy Norma, abríme!”, y golpea juguetona la puerta del departamento y toca el timbre, añadiendo: “Por fin, ya llegué! ¡Se me hizo tarde!”, y así las cosas, Norma espera que la puerta se abra. ** Rolando Revagliatti revadans@yahoo.com.ar Docente y escritor argentino (Buenos Aires, 1945). Ha hecho estudios de realización cinematográfica, formación actoral, psicodrama psicoanalítico y psicoanálisis, entre otros. Entre 1988 y 2004 ha publicado los poemarios Obras completas en verso hasta acá, De mi mayor estigma (si mal no me equivoco), Trompifai, Fundido encadenado, Tomavistas, Picado contrapicado, Leo y escribo, Ripio, Desecho e izquierdo, Propaga, Ardua, Pictórica, Sopita y Corona de calor; los libros de cuentos Historietas del amor y Muestra en prosa, y la obra de teatro Las piezas de un teatro. Doce de estos libros se encuentran en distintas bibliotecas virtuales de varios países. Ha sido traducido y difundido a diez idiomas en medios gráficos y electrónicos. Ha coordinado cafés literarios y ha dirigido espectáculos teatrales. Textos suyos pueden leerse en diversos medios latinoamericanos y en su página, http://www.revagliatti.com.ar. === Yo maté a Edú Saúl Hurtado Heras ================================= Para Lety Martínez Pérez Varios años después, aún palpitan los estertores de su cuer¬pecito que en segundos quedó sin vida en mis manos. Yo maté a Edú. ¿Fui su padre, su madre, su nodriza? Edú fue mi primer hijo. Al menos así lo declaré, en mi ofuscación, al momento en que moría. ¿Por qué, tantos años después, su historia sigue tan viva? Quizá por la simpatía que despertó Edú entre quienes lo conocieron; quizá también por las condiciones de su muerte. A Edú lo hallamos en la parcela que durante el verano de 1980 había rentado mi abuelito para sembrar maíz. Es el terreno donde hace años murió, electrocutado en fatal accidente, el difunto Agustín Ruiz Martínez. Hallamos a Edú durante los trabajos de beneficio a la milpa, es decir, cuando la planta aún no tiene ni un mes de haber brotado de la tierra. En los trabajos ayudábamos los nietos, como ya era costumbre. Mi abuelito nunca tuvo un terreno propio en el estado de Morelos. Originario de Llano Grande, estado de México, juyó con la abuelita Columba Velázquez al estado de Morelos para formar familia. Llegó a Morelos después de la repartición de las tierras ejidales. Por eso no fue beneficiario del reparto y siempre tuvo que rentar terrenos para sembrar maíz, caña, jito¬mate, algodón, arroz y otros cultivos. Pero la pasión principal de mi abuelito estaba en el maíz. Por esas y otras razones, nuestra infancia y adolescencia estuvieron muy asociadas a las melgas de arroz, a los surcos de milpa o de la caña. Cuando limpiábamos la caña, a punta de machete, de los surcos salíamos como toros bravos, con pedazos de bejuco en la cabeza, y con las manos y la cara arañadas, como gatos en brama, por la agresiva hoja cortante de la planta. A las manos podíamos protegerlas metiéndolas en calcetines mugrientos y malolientes a pies de colegial adolescente, pero la cara quedaba sólo al amparo de la minúscula ala de un sombrero de palma. A Edú lo encontró mi primo Rafa. Desde ese momento, el hallazgo fue un acontecimiento extraordinario, pues era la primera vez que podíamos tocar un conejo silvestre. Cargar un conejo no tiene chiste. Se pueden comprar cuantos se quiera, alimentarlos y venderlos después de su reproducción. De hecho, precisamente eso fue lo que hizo mi hermano Vidal, durante un tiempo, cuando tuvo la brillante idea de criar conejos en uno de los cuartos de la casa, aprovechando que sólo contaba con los cimientos, pues sólo estaba medio terminado el cuarto en el que nos apretujábamos todos, como jumiles. Tremendo rascadero hacían las conejas parturientas, sin contar con la pestilencia de sus orines. Pero éste no es el caso de Edú, porque Edú era un conejito silvestre. Tan sólo ese detalle resulta significativo, porque, para nosotros, “conejo de campo” sólo significaba el lujo del guisado que se daba algún afortunado que había cazado a riflazo un infeliz conejo en el campo y al que saboreaba en chile-ajo, siempre con el temor de tragarse alguna munición escondida entre la carne. También los veíamos vivos, pero era poco frecuente. Esto sucedía en tiempos de zafra, durante las quemas de caña, antes de cortarla para llevarla al ingenio. A tremendas llamaradas no había animal que se resistiera. Salían despa-voridos, haciendo vivir a los cortadores la emoción de cazarlos a sombrerazos. Como sabían de la huida alocada de los animales, cortadores y curiosos se arremolinaban a las orillas de la zona de quema, por donde muy probablemente saldrían en estampida los conejos. En efecto, salían. Con piedras, machetes, mochas, sombreros, con lo que tuvieran en la mano, todos trataban de atinarle a los conejos que muchas veces salvaban el pellejo riéndose de la desesperación, de la euforia de ilusos que se pendejeaban recíprocamente por su torpeza de dejar ir entre las patas un animal que se supone estaría acorralado. Pues bien, esto era lo que para nosotros significaba un conejo de campo. Por eso mi abuelito no dudó ni un instante cuando nos dijo que dejáramos a Edú a la intemperie, en las cercanías de su improvisada madriguera, recién destruida por el arado jalado por la yunta de bueyes; Edú quedaría aban¬donado por su madre y expuesto a ser devorado por las hormi¬gas, pues era tan chiquito que no creo que diera para más. Yo creo que alguna que otra víbora lo descubrió y no se atrevió a echárselo al plato, por temor a que la insignificancia de Edú sólo le despertara el hambre. Mi abuelito sabía del riesgo en que se hallaba Edú y no le dio importancia. Detalle raro en don Nicolás Heras González, quien demostraba muchísima más sensibilidad por la vida de una milpa que por la vida de un conejito flaco y zonzo, que apenas si podía moverse. Más parecía ratón que conejo. Sólo el tamaño de sus orejitas nos indicaba que era conejo, no ratón. Cuando mi abuelito llegó junto a nosotros, le notificamos el hallazgo. Sólo se limitó a decir: “Ay, pobrecito”. Le propusimos llevárnoslo y no aceptó. Dijo que de todos modos moriría. ¿Qué pasó por la mente del abuelito en ese momento para tomar una decisión que todos reprobamos, aunque nadie se atrevió a decírselo? Quizá pensó en la posibilidad del retorno de mamá coneja. Mi abuelito nos dio la espalda y se alejó. Rafa nos miró con malicia, esperando nuestra mirada cómplice. Puso una expresión como de la Mona Lisa, al tiempo que se echó a Edú en la bolsa del pantalón o de la camisa, no recuerdo bien, y nosotros reímos complacidos de su desobediencia. Rafa se llevó el conejito a su casa. Elia, su mamá, no quiso o no supo cómo resolver el problema de mantenerlo. Como sabía de las inclinaciones animaleras de Vidal, mi hermano, a él le encomendó la custodia del conejito. Quién sabe qué arreglos hicieron entre Rafa, su mamá y Vida. La cosa es que, por la tarde del mismo día del hallazgo, poco después de haber regresado nosotros del campo, Vidal llegó a la casa echando gritos, como si fueran balazos, por el júbilo de llevar entre sus manos a Edú. Siempre llegaba así cuando iba con nuevas noticias. Muchos metros antes de que llegara, nosotros ya sabíamos que se acercaba porque era imposible no escuchar sus gritos, que nos hacían mirarle aproximarse desde lejos, vestido con huaraches, pantalón, sin camisa y con sombrero, en un estilito muy característico del ser masculino de Temilpa Viejo. Mi mamá decía que Vidal era una auténtica tarabilla, por la escandalera de urraca que armaba él solo. En un dos por tres tuve a Edú bajo mi custodia. Había que hacer algo pronto. Disolví leche en polvo en un poco de agua y con un gotero de medicina yo zambutía la leche en el hocico de Edú. No le preguntaba si él tenía hambre. Simplemente le abría el hocico y le ensartaba el gotero para dejarle ir la leche. Afuera de la casa había un montón de arena. Con la mano rasqué en la arena para hacerle una cueva a Edú. Yo metía y sacaba al conejito en la cueva porque él ni siquiera sabía que estaba vivo. A los pocos días, él solito salía cuando advertía que yo llegaba. Edú comenzó a convertirse en el conejito más bonito del mundo. Su pelo empezaba a completarse y su cuerpo se tornaba boludito. Entonces ya parecía conejo, sólo que muy enanito. Por eso llamaba la atención. Lo más gracioso era verlo saltar como conejito de juguete o mirarlo comer hierba. Era tan dócil que no se oponía a que alguien lo tomara entre sus manos. Por eso lo presumíamos tanto. Yo estaba que no cabía con el espectáculo llamado Edú. A Vidal ya no le interesaba mucho. Sólo veía en él un gancho para conquistar chelas que ya ni viven en Temilpa Viejo. Y Rafa ya no supo más del conejito. Le llamamos Edú, sin mucho pensarlo. Uno de esos días, con cierto temor por la posible reprimenda de la que podría ser objeto, le enseñé el conejito a mi abuelito, solicitando su aprobación. Mi abuelito peló sus dientes carac¬terísticos y soltó una risita espontánea y gustosa como si quisiera decir: “Ah, caray, me equivoqué: los conejos de campo sí se pueden domesticar”. Al principio, yo no estaba muy convencido de que Edú sobreviviera tan sólo con la leche en polvo que le suministraba. Sobre mis convicciones pesaban las del abuelito, para quien era muy poco probable que un conejo silvestre se adaptara al cautiverio. Para mi sorpresa, Edú comenzaba a dar muestras de vitalidad hasta que de plano el muy bribón toleraba la leche sin ningún escrúpulo y comenzó a comer hierbitas de campo. Parecía cosa de magia. Era ya un auténtico conejo. Yo seguía sumi¬nistrándole leche como la primera vez pero, además, lo llevaba a un lado de las trancas que están cerca de la casa a comer hierba. Estaba, pues, salvada la vida de Edú. Sin embargo, además de su pequeñez, su color no le ayudaba. Entre gris y pardusco, con mucha facilidad se perdía en el suelo o en la arena. Se salvó de un pelotazo cuando jugábamos fut en el patio, mientras él daba brinquitos de chamaquito juguetón por el suelo. Se zangoloteó con el pelotazo y daba la impresión de que no resistiría, pero se sobrepuso. Resistió también otro medio pisotón imprudente que afortunadamente no era letal y sólo lo lanzó como basurita. Era todo un compromiso convivir con un minúsculo conejito que fácilmente se perdía en el suelo porque daba miedo pisarlo en el momento menos esperado. En el clima de desbordado contento daban ganas de presumirlo a todo mundo. Así que yo no estaba dispuesto a dejar de alimentar mi ego de salvador de almas conejiles. Una tarde, me dispuse a llevarlo a presumir con la familia. Yo vestía una playera roja, de cuello, con bolsas en ambos lados, pantalón de mezclilla, deslavado y unos zapatos de gamuza, de la línea Vagabundo, de la Canadá. Han sido los zapatos más traidores que he usado porque muy fácilmente me hacían trastabillar en piso resbaloso. Y por si eso no fuera suficiente, eran tan grandes que con un poco más de suerte bien podría meter ambos pies en un solo zapato. Pero ni modo de tirarlos. En ese tiempo, esos zapatos eran prácticamente un lujo que no podía despreciar. Yo nunca imaginé que estirarían tanto con las lavadas y tuve que aguantarlos hasta el final. Ese día, como de costumbre, puse a Edú en la bolsa de mi playera, conteniéndolo suavemente con una mano. Estaba a punto de salir de casa cuando recordé que olvidaba algo. Como todo escuincle, Edú era muy inquieto y cada día era más versátil, por lo que no quise arriesgarlo: podría saltar de la bolsa y caer al suelo. Así que yo mismo lo puse en el piso de tierra para ocuparme tranquilamente de mi pendiente. De pronto, sentí cómo mi pie derecho descansaba impertinente todo su peso en el minúsculo cuerpo de Edú. Aterrado, supe de inmediato que era él. Antes, nos había dado sustos parecidos que afortunadamente no habían tenido mayores consecuencias, pero esta vez era diferente. Yo no daba crédito a lo que veían mis ojos. Edú convulsionaba en el suelo, en los estertores de la muerte, con un ojo salido de su lugar y sus tripitas de fuera. No podía aceptar lo que veía. La vida de Edú se escurría en mis manos más aprisa que su sangre. Testigos impotentes de mi imprudencia, mi madre y mi hermana miraban, también cons¬ternadas, el espectáculo. En mi desesperación, sólo alcanzaba a mover a Edú entre mis manos al tiempo que le gritaba: ¡mi’jito, mi’jito! Muy pronto su cuerpecito dejó de moverse. Lo enterramos y yo me eché en la cama a llorar, a moco tendido, hasta conciliar el sueño, a ver si cuando despertara terminaba la pesadilla. La pesadilla no terminó porque después vinieron las recriminaciones de Vidal, cuando preguntó por Edú. Yo no tenía ganas de contarle lo sucedido y le dije que lo había llevado a comer hierba y que de pronto escapó entre las cañas, sin que pudiera darle alcance. —¡Eres un pendejo! —me dijo Vidal, furibundo—. Si sabes que ni siquiera puedes correr, para qué lo llevaste al campo. Las constantes transformaciones que ha tenido la casa han hecho perderse el sitio exacto en que Edú quedó enterrado en una cajita con una crucecita y algunas flores encima de su tumba. Estas transformaciones han enterrado también la originalidad de esa casa en la que, años atrás, vivimos parte de nuestra infancia, en el hacinamiento natural de una familia de ocho hijos que tenían que dormir, junto con sus padres, “atravesados” en dos camas, para medio caber. Yo reviví a Edú como se revivía entonces la llama en el brasero, a soplidos, cuando estaba a punto de extinguirse. No fue sólo la leche en polvo la que le devolvió la vida. Fue también mi fe y mi deseo de que él viviera. Él correspondió a mi deseo sobreponiéndose a la lógica de mi abuelito. Y cuando la mayor dificultad había sido superada, yo mismo le arrebaté la vida, echando por tierra, con mi imprudencia, lo que había levantado a fuerza del fervor místico. Del libro Nadie diga que es mentira (textos escatológicos, íntimos y algo desvergonzados), UAEM, 2010. ** Saúl Hurtado Heras saulhurtadoheras@yahoo.com.mx Escritor mexicano (Temilpa Viejo, Morelos, 1962). Es doctor en estudios latinoamericanos y profesor-investigador por la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx). Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI, http://www.conacyt.mx/SNI/index_SNI.html) y miembro asociado del Centro Toluqueño de Escritores (http://www.ctescritores.org.mx). Ha publicado artículos en diferentes medios impresos y virtuales; también ha publicado los libros Metadiscursos: un recorrido por la crítica literaria latinoamericana (CTE, 1995), Por las tierras de Ilom: el realismo mágico en Hombres de maíz (UAEM/CCyDEL, 1997; UAEM, 2000), ¿Cuál entonces mi creación?: reflexiones para una poética narrativa en Miguel Ángel Asturias (Editorial Cultura, Guatemala, 1999) y La narrativa de Miguel Ángel Asturias: una revisión crítica (UAEM/UNAM, 2006). Coordina el proyecto de libro colectivo sobre la representación de la brujería en la literatura latinoamericana. Se desempeña como profesor-investigador de tiempo completo de la Licenciatura en Letras Latinoamericanos en el Centro Universitario UAEM Amecameca, dependiente de la Universidad Autónoma del Estado de México (http://www.uaemex.mx). === Tres textos María Virginia Ocando ================================ Las lápidas al menos se lloran, pero qué se hace con una película en pause la hora de la cena todos los días, el televisor prendido en las noticias, la vecina sacándole comida al perro, barriendo la acera de la entrada Tengo la esperanza puesta en las colas de bancos, y los libros malos En la vida nada que sea realmente importante llega cuando prende en la pantalla el número de tu ticket === *** Éxitos de los setenta Goodbye’s too good a word, babe. Bob Dylan Intenté decorar mi cuarto para que pareciera el cuarto maestro abandonado de una granja donde alguna vez vivió una pareja que era feliz; donde el hombre había muerto de un infarto y había sido un pianista europeo pesadamente melancólico que componía piezas tristes de exilio al lado de su mujer que sabía amarlo y cocinar, ir de aquí a allá por los pasillos decorados con portarretratos ovalados y fotos familiares o de amigos; donde esperaban tras las anchas puertas de madera sillas difíciles de mover en un porche iluminado tenue e intrascendentalmente porque nunca se terminaba de poner el sol y eran eternamente las siete de la tarde y por eso aquella fuente de palomas estaba seca abandonada y llenándose de hojas secas mientras sonaban en la radio melodías polacas que no se transmitían en ninguna otra casa —y éxitos de los sesenta === Hace dos meses visité a sus padres 18 de diciembre; noticias de ti. no se sabe cuándo estará bien el régimen es fuerte sale por cigarros debe traer la factura todos sus movimientos están vigilados largas caminatas supervisadas puede ser que en enero —aunque aquí entre nosotros— no quiere volver; antes de este aislamiento aprendías alemán y hacías música que sonaba al escape de ese corazón patrullado a horizontal luz colada a través de persianas, al leve reposo que había en tus manos al preparar el desayuno, a tu alma fugándose por la estufa como el gas ** María Virginia Ocando mari_condosi@hotmail.com Escritora venezolana (Maracaibo, Zulia, 1987). Estudiante de educación en idiomas modernos en la Universidad del Zulia (LUZ, http://www.luz.edu.ve), paralelamente a periodismo impreso en la Universidad Rafael Belloso Chacín (Urbe, http://www.urbe.edu). Publicó el texto “Entiendan, caballeros” en la revista electrónica Rapsoda Magazine (http://www.rapsoda.com.ve/revista_rapsoda.swf, 2008) y obtuvo el 2º lugar en el I Concurso “La Grapa Literaria” de la Escuela de Letras de LUZ, con el cuento “Logramos salvar a todos”. Algunos trabajos de su narrativa corta también están presentados en el blog Cotidianidades (http://ratherunsettling.blogspot.com). === De que vuelan, vuelan... Frank Otero Luque ======================= Estaba despechada. Pero no por lo que Reinaldo le había hecho sino por lo que había dejado de hacerle. Pascale abandonó la habitación del joven tirando un sonoro portazo. Las lagunas glaucas de sus ojos rebalsaban de lágrimas. —Y entonces... Veo que se han hecho amigos —comentó sarcástica misia Jacinta, asomándose por su ventana al instante siguiente. Caballo viejo retumbaba en la radio. —No tanto —le respondió el joven, lacónico, para no darle cuerda. Ella era la dueña de la pensión, la única con ventana al pasillo y entrometida como nariz de sabueso. Bastante era ya para Reinaldo la incómoda proximidad de los cuartos (si uno estornudaba, el vecino le deseaba “¡Salud!”) y que, inopinadamente, le impusieran joropos llaneros y gaitas zulianas a cualquier hora del día o de la noche. —Buenas noches, misia Jacinta. Que descanse —cortó el inquilino. —Buenas noches, mijo. Dulces sueños —remató pícara, guiñándole un ojo. Estaba prohibido tener mascotas, pero Pascale se las arreglaba para alimentar a seis gatos callejeros, todos machos y ariscos, que atraía a sus dominios con un tobo repleto de boquerones. Los felinos ingresaban a su habitación por una pequeña ventana, muy alta, que daba al baño. Misia Jacinta lo sabía... ¡Y cómo no saberlo con la pestilencia a meado gatuno y a pescado muerto que emanaba del recinto! Pero se hacía la tonta. Reinaldo estaba recién llegado del Perú, trabajaba en una empresa de seguros y ahorraba una gran parte de su sueldo con la aspiración de retomar, algún día, sus estudios de contabilidad. Detestaba aquella pensión maloliente, mas su presupuesto no le alcanzaba para costearse otra vivienda mejor. “Uno puede arroparse hasta donde le llega la sábana”, decía metódico. Pascale, por su parte, había llegado a Venezuela desde su Normandía natal hacía varios años, invitada por una prima, con la finalidad de distraer su mente y curarse las cicatrices de un catastrófico divorcio, allá en los barrancos de Cap Gris Nez. Esas vacaciones, planeadas para durar treinta días, se prolongaron indefinidamente porque la francesa hizo una excursión a Canaima y se quedó fascinada con la magia del Auyantepui, con la belleza del salto Ángel y con toda la Gran Sabana, en cuya exuberante flora y fauna halló una inmensa variedad de pétalos, hojas, cortezas, raíces, escarabajos y mariposas multicolores que le resultaron muy útiles en la elaboración de tintes naturales, tan apreciados en su oficio para el abrash o sombreado. “Toujours les nuances..! ¡Siempre los matices..!”. Pascale se dedicaba a restaurar alfombras, especialmente persas, indias, turcas y chinas, muy antiguas y costosas, de esas cuyos intrincados y apretadísimos nudos sólo podían ser lazados por inocentes y pequeñas manitas infantiles. Sus clientes eran millonarios sifrinos —a quienes despreciaba por esnob pero trataba con hipocresía— y que hallaban chévere el marcado acento francés que ella tenía al hablar español. El pleito ocurrido aquella noche se originó en una visita que Pascale le hizo a Reinaldo con el pretexto de agradecerle un libro de moda étnica peruana que él, gentilmente, le había conseguido. La intrusa llamó a su puerta sin invitación ni previo aviso y, cuando Reinaldo le abrió, se lo quedó mirando con unos ojos lánguidos, de color verde agua, que ella sabía administrar muy bien. Sostenía una damajuana de vino en la diestra y alzaba una tarta de cebollas con la zurda, así que el muchacho no tuvo más remedio que hacerla pasar. Sin perder un segundo, Pascale se apuró en colocar las délicatesses sobre una pequeña mesa, ubicada a los pies de la cama, y se instaló en uno de los dos banquitos que la velaban, haciéndolo desaparecer debajo de sus enormes y carnosas posaderas. Como buena francesa, acertó al elegir un excelente fermento de uvas y el pastel preparado por sus manos sabía a manjar de los dioses. La conversación fue fluida y amena, tanto así que ambos se olvidaron de la incomodidad de los asientos. Hablaron sobre Olga Zaferson, la autora del libro, acerca de la técnica textil y la gran habilidad artística que los paracas habían demostrado a través del legado de sus mantos: los finos hilados con lana de llama, alpaca y vicuña; la perfecta urdimbre de sus telas; sus definidos, rutilantes e indelebles colores, amén de la bella iconografía geométrica que adornaba los tejidos y bordados de esa avanzada cultura preincaica. Pascale creyó, entonces, que los astros le eran favorables, pero le falló el cálculo: algunos litros de vino, la exquisita tarte y dos horas de plática no fueron suficientes para adormecerle la conciencia, exacerbarle la libido y engatusar al atractivo peruano; soltero y sin compromiso, quien como único compañero sentimental tenía a un hámster, que criaba a escondidas dentro de una jaula. El tiro le salió por la culata a la francesa, porque, en vez de él, fue ella quien cogió una tremenda pea y se puso cargosa. Empezó, primero, a insinuársele y, después, a acosar abierta y agresivamente al desganado joven, a quien no le atraían las gordas, tampoco las mujeres mayores ¡y menos con olor a gato! Pascale llegó al extremo de colocarle la mano sobre su miembro viril. Reinaldo dio un respingo, se la retiró con fuerza y, prácticamente a empellones, le pidió que se marchara. Una estocada mortal había atravesado una vez más el maltrecho corazón de la dama normanda, a quien su marido había abandonado por una esbelta y joven trapecista del Cirque du Soleil. De ahí en adelante, la sed de venganza de la despechada hembra abarcaba no solamente a Reinaldo y al ex esposo sino a todo el género masculino. Los primeros días evitaba cualquier contacto con su vecino. Al cabo de unas semanas, si se cruzaba con él por casualidad, torcía la cara y continuaba su marcha. Pero últimamente se sentaba ex profeso en una banca, al lado del tinajero, en el pasillo de la pensión, y se quedaba mirándolo desafiante, con unos ojos que ahora —tapetum lucidum y visión binocular— eran de pantera, de halcón cetrero. Andaba rabiosa, suelta y sin vacunar. En un inicio, Reinaldo sentía incomodidad por la actitud de Pascale, pero luego, poco a poco fue volviéndose inmune a las vibraciones negativas de la resentida y eso a ella la ponía más furiosa aun. El hígado se le volvía pâté de foie gras. Repentinamente, la comida empezó a caerle mal a Reinaldo. Los alimentos, hasta en su estado más simple y puro —como las frutas: la lechosa, la patilla, la parchita y el cambur—, le producían náuseas; exhalaba un fétido aliento y sufría de diarreas incontenibles. Después siguieron episodios de insomnio, de mareos y de rachas de mala suerte en todo orden de cosas. —¡Te ha caído la pava encima, mijo! Necesitas un baño de cariaquito morao. Misia Jacinta se convirtió en el médico de cabecera y en la madre sustituta del vulnerable joven. Le preparaba arepas, caldo de gallina e infusiones de malojillo. Aunque imprudente y fisgona, era solícita con el enfermo y sabia en lo concerniente a brebajes y hierbas medicinales que molía en su pilón. Sin embargo, Reinaldo no terminaba de confiar en ella y prefería no arriesgarse: mantenía a Fujimori —su pequeño roedor— escondido detrás de la cortina de la ducha, fuera del alcance de la vista de la vieja. Por nada del mundo renunciaría a su mascota, que fungía para él de vástago, hermano, confidente y amigo; era, pues, su alto pana. Había bautizado al hámster Fujimori porque tenía los ojitos rasgados y así apellidaba el recientemente electo presidente peruano de origen japonés. Debido al exceso de trabajo, cierta noche Reinaldo retornó de la oficina bastante más tarde que de costumbre. Al ingresar a su habitación, se dirigió directamente hacia la jaula de Fuji para alimentarlo (le encantaba el jojoto), limpiarlo, perfumarlo, comérselo a besos y alisarlo con caricias. Pero, ¡cuál sería su amarga sorpresa al descubrir que el animalito había desaparecido! “Debe haberse escapado”, fue la primera conjetura que sacó con el corazón hecho trizas, pero acto seguido reparó en que la jaula estaba cerrada y que la traba exterior seguía puesta. ¿Quién podría habérselo llevado? Misia Jacinta tenía una copia de la llave de la puerta, mas no del candado que él le había añadido para asegurar la habitación, y que se hallaba intacto. Buscó desesperado debajo de la cama, detrás del ropero, destripó el colchón, y nada... En cuclillas, con cara de loco miró de soslayo hacia la ventanilla del baño y cayó en la cuenta de que esa abertura era la única salida —o entrada— posible, aparte de la puerta. Lo embargó la angustia, la desesperación; porque ni siquiera podía indagar abiertamente sobre el paradero de Fuji. Esa noche Reinaldo tampoco durmió, pero no pudo echarle la culpa a los ecos del Alma llanera ni a los retintines de las tonadas de ordeño que se filtraban hasta sus oídos. —¿Y dónde has metido al ratón, mijo? —le preguntó para su asombro misia Jacinta a la mañana siguiente, cuando fue a alcanzarle una cachapa y una jícara con té, y entró al baño para sacar una pastilla del botiquín. Aliviado con la verdad sobre el tapete, Reinaldo le contó lo sucedido. Afuera caía un tremendo palo de agua y la lluvia parecía lavarlo todo, purificándolo. —Te ha hecho brujería, mijo. Fíjate en las almas gatunas que la rodean. Además, por la ventana de su baño, he visto que enciende velas negras y la he oído rezar en un idioma raro, que no suena a francés. En cualquier momento, uno de esos gatos tumba una vela y nos morimos todos achicharrados. Debes consultar con alguien. ¡Mira cómo estás, mijo! Te conseguiré los datos de Juanita, una bruja que, según me han dicho, es muy buena. Ya va... Pero Reinaldo era escéptico. Pensaba que las fuerzas del mal no podrían hacerle daño si él no creía en ellas. Tuvo que ocurrirle un accidente automovilístico serio —del que, milagrosamente, resultó ileso— y encontrar en el estacionamiento, al volver a casa, un carrito de juguete de la misma marca, modelo y color, y con las mismas abolladuras que su destartalado Mustang rojo, para que él se preocupara, seriamente, de su integridad física, y se decidiera a recurrir a la bruja blanca. —¡Fuera! ¡No entres a mi casa! ¡Llévate esa porquería! —le ordenó enérgicamente tras abrirle la puerta y observarlo ahí parado, sosteniendo el carrito dentro de una bolsa—. Tíralo al Guaire y di en voz alta: “El auto al incauto arroja hacia el río”. Luego, regresa —fueron las instrucciones de Juanita al desconcertado joven—. No es algo personal, chamo —le aclaró en tono conciliatorio, alargando la antepenúltima sílaba. Intentaba suavizar la descarga previa de artillería pesada. Obediente, Reinaldo condujo hasta una quebrada, lanzó el carrito al rabión y repitió textualmente el conjuro indicado, mientras que el torrente se llevaba el objeto maléfico. Cuando volvió, Juanita le explicó que esa fuerza —harto maligna, enfatizó— superaba ampliamente a la suya, y que los “despojos” que ella hacía, con aguardiente y jabón azul, de efectos normalmente rápidos y efectivos, no servirían de nada en un caso como éste, que parecía de vudú; un “trabajo” haitiano. Le aconsejó viajar a Chivacoa, a unas tres horas al oeste de Caracas, y buscar a la Dama de los dos pulgares, una hechicera muy poderosa que contaba con seis dedos en la mano izquierda. Preguntando en una “perfumería”, como llamaban allí, eufemísticamente, a los expendios especializados en artículos de ocultismo, Reinaldo logró ubicar a la misteriosa mujer, quien vivía en una ruinosa choza en la montaña de Sorte, a pocos kilómetros del pueblo y, quizás, también del infierno, debido al insoportable calor. “Tienen razón los de la capital: Caracas es Caracas y lo demás: monte y culebra”, caviló, ignorante de las maravillas repartidas por toda Venezuela. —Te han echao’ polvo ‘e muerto —diagnosticó agorera, con voz grave—. Pero no te preocupes, que no morirás conduciendo un auto —lo tranquilizó. La Dama de los dos pulgares no necesitaba un mechón de cabello, una prenda o una fotografía de la víctima o del agresor, sino sencillamente real para hacer el trabajo. Le pidió en bolívares el equivalente a mil doscientos diez dólares, coincidentemente la misma cifra que, con mucho esfuerzo, había ahorrado el joven. Sin pensarlo dos veces, por lo desesperado que estaba, retiró los fondos en una agencia bancaria y se los entregó a la misteriosa mujer. —Con esta plata le compraré, de tu parte, el tabaco, las piedras, las fragancias y los sahumerios que tanto le gustan a María Lionza, nuestra Reina Madre y Diosa suprema. A ella te encomendaré —ofreció la hechicera—. Esperarás seis días por su respuesta y, cuando se cumpla el milagro, deberás llevarle flores de mayo. Reinaldo regresó a casa y, exactamente, al cabo del tiempo predicho por la maga, contra todo pronóstico racional la francesa se mudó de la pensión. Un negro fornido, más joven que ella, la ayudó a cargar sus corotos y macundales. —¡Naguará! La catira que jamás quemaría petróleo, terminó yéndose, de la noche a la mañana, con un negro niche y debiéndome plata. ¡Tierrúa! En fin... Ya me tenía obstinada con esos gatos —espetó misia Jacinta, columbrando al camión de mudanza que se perdía en la oscuridad de la noche—. ¡Qué chimbos! Vivirán en un rancho hediondo en un cerro de La Guaira, donde ese balurdo trabaja como estibador —vituperó, chismosa y visiblemente indignada. Un rabipelado se asomó entre las matas y la observó por un instante con sus ojos de linternas. Acto seguido, el marsupial se viró y se alejó caminando rápidamente por el filo del muro. Reinaldo guardó silencio ante las maledicencias de la vieja. Su mirada abstraída, rápida y errática alrededor de las órbitas indicaba que su atención estaba focalizada en alguna otra galaxia. Ignorando a la mujer, casi como un autómata, el joven se montó en su automóvil y, diligente, rodó por El Ávila cuesta abajo hasta una floristería cercana para cumplir con su parte del trato. Mandó preparar un ramo. “Uno grande y bonito; el mejor”, precisó. Deseaba halagar a la divinidad benefactora, demostrándole su agradecimiento. “Flores de mayo en octubre”, agregó divertido y se encogió de hombros. Estaba feliz; se sentía liberado. Una vez listo el arreglo floral, Reinaldo lo revisó y aprobó satisfecho; luego enrumbó hacia la autopista Fajardo, donde se hallaba erigida una enorme estatua en honor a la diosa. El denso y veloz tránsito vehicular formaba un sinuoso río de luces. Estacionó el auto en el hombrillo y, cargando el frondoso manojo, intentó cruzar la pista. Pero no lo logró: entre las flores, que le obstruían la visibilidad, demasiado tarde vislumbró con horror los potentes faros de una gandola que, rauda y feroz, se le aproximaba. El chofer tocó bocina, intensificó las luces, mas no logró detener el camión. Con vertiginosa rapidez, una serie de destellos retrospectivos pasaron por la memoria de Reinaldo con la película de su vida y, en un déjà vu, vio a la Dama de los dos pulgares entregándole dinero a Pascale; a misia Jacinta, desangrando en su cocina una gallina mora amarrada por las patas; vio a Juanita y al estibador singando en Haití; y a Fujimori corriendo libre entre los maizales de Chivacoa. El estrepitoso ruido del claxon y el chirrido de los cauchos despiertan a María Lionza. Lentamente, se incorpora y lame con la mirada unas orquídeas silvestres, quedándose absorta con los matices. Parpadea, toma una concha caracol y se la lleva al oído para deleitarse con sonidos más gratos. Luego, la deja en el suelo y, sensual, se acomoda la cabellera de algas, se trenza unas hebras y se amarra el pelo con una serpiente a modo de vincha; la única prenda que viste. Se pone de pie, se estira con delicadeza y camina hacia el lago. Más allá, junto a una cascada con helechos, abreva una danta fiel. Repentinamente, una manada de chigüires llega al trote y se sumerge, creando ondas en la superficie. Rodeada de mariposas azules, la diosa se acerca a la orilla, se inclina y, con sus ojos de acuarela —entre zarcos y esmeralda—, mira al mundo en el espejo de las aguas cristalinas. Descubre, entonces, el cuerpo inerte del apuesto joven. —Oh là là! Una ofrenda —musita complacida—. Merci. ** Frank Otero Luque oteroluque_edita@infonegocio.net.pe Escritor y fotógrafo peruano (Lima, 1959). Vivió en Estados Unidos y en Venezuela. Preside la asociación sin fines de lucro Manos, dedicada a promover la cultura, el turismo y la producción artesanal. Integra el taller de escritores que dirige Cronwell Jara en la Casa Museo José Carlos Mariátegui, pertenece al movimiento "Martes Poéticos", al Consejo Internacional de las Artes (Inter Art), y a la Asociación Latinoamericana de Poetas (Asolapo). Fue alumno del fotógrafo Rómulo Luján (2002) y como tal participó en la muestra colectiva XX Exposición de Arte, en el Museo de Arte de Lima. Fue miembro del jurado calificador del I Concurso Fotográfico "Palpa Querida" (2003), organizado por Manos. Ha publicado el libro de cuentos El Señor de Palpa (Milla Batres, 2003). === Poemas Daniela Wallffiguer Belmar ================================ *** M-144 1981 Dicen que un tanque comunista De marca soviética, Atropellaba mujeres sobresalientes De las trincheras enemigas. Me arriesgué a la aventura, Hubo flirteo, Y ese tanque no me atacó ante la mirada extraña de los demás. Pasaron cuatro años, y con los engranajes siempre aceitados, El día menos esperado, me pasó por encima y me hizo pedazos. No me mató, Mas no hubo un remate, Vi que la intención era dejarlas vivas, Evidenciando un profundo odio misógino Humillando en la agonía para imponer que su ego era más importante Que un amor infantil enseñado en las familias. Que la familia es una obligación femenina, Y que la vida masculina, tanquerística corresponde sólo a la mitad de la [humanidad. Se deleitaba cambiando víctimas a cambio de sosiego falso, Es un tanque que tiene su guarida favorita en las faldas. Y odia su guarida, le recuerda el seno materno dentado y castrador. Tiene vocación de cenacho, miente como modo de tortura y de manera enfermiza. Cobra una venganza edípica de la cual creo, Sólo yo quedé viva para descifrarlo. Y no tiene solución, hay que darlo de baja, o que lo acorralen en una zanja y quede inservible, puesto que su sed rencorosa e ignominia femenina ya no debe ser un manifiesto como arma de guerra. Quién sabe que su mejoría se encuentra entre llaves inglesas, corbatas, [bigotes y herramientas que lo hagan sentir varonil nuevamente. *** Una carta del tarot soy el mago. ofrezco felicidad momentánea a cambio de un refugio entre tus piernas. creo mundos fantásticos, estatus de vida falsos, soy capaz de llenarte de lujos a cambio de que los saques a tu nombre. trabajo poco, hablo mucho: ese es el secreto de mi éxito. en un mundo de reglas, yo hago lo que quiero. si te gusta lo que ofrezco lentamente disfrutarás mis fantasías. la idea es que no despiertes del embrujo, porque al hacerlo, verás que no sólo lo hago contigo, lo hago con varias a la vez. ¿para qué ser mezquino en este truco? y tú caes porque te sientes sola. las favoritas en mi fila son las más dulces inteligentes pero [tradicionales. Al ofrecer lo prohibido son felices en un instante que parece eterno. Me miro al espejo (mágico) soy un príncipe y tú mi reina. si miras el reflejo a luz de luna ves mi miseria y tu sumisión hacia mí y jamás seríamos felices. Si despiertas, encontrarás el abismo del Seol. te recomiendo que finjas y vivirás en paz. Al aceptar mis fantasías hago de este mundo uno mejor. Un castillo en el aire no es nocivo para quienes no tenemos oportunidades. Me dicen hago daño, pero yo digo: mentir es un beneficio una suave caricia para egos femeninos en mal estado. Yo, el poderoso mago logro poder desde las miserias humanas. ¿Podrán decir qué desgraciado soy? soy un salvador y todos los días salvo: prometo matrimonios y extraigo patrimonios: cada uno sobrevive como puede. *** Un antes y un después Todo al mismo tiempo. Olor y sabor distinto en el aire, mi exhalación quejumbrosa hoy es un canto de certeza. Miro a mi alrededor y me interesa la gente como nunca, ¡Qué pajaritos! ¡Ni qué arboles primaverales, sólo la gente, todos aquellos que en su rutina diaria sólo ven lo que no debiera ser! El trabajo dignifica, aprendí por ahí y veo malestar y descontento por una vida que probablemente no todos elegimos. Rabia me da la vieja teñida que se baja del auto como fingiendo que ella está mejor. Rabia me da el viejo siútico que, con zapatos pantuflescos, se pasea por el super market a fingir que todo lo puede. Angustia me da ver al niño hampón que como herramienta efectiva, encontró tener un lugar en este extraño paseo de vidas. Me identifico con la amargura de la mujer que vende ensaladas y con la cara de frustración de una cajera. Dejo atrás mi indolencia de clase, para pasar a lo que me hace vivir con colores distintos, que por cierto deben ser los reales. ¿Alguien puede decir lo contrario? ¿Usted que está al otro lado de la línea, flota en el aire cuando ve lo real? ** Daniela Wallffiguer Belmar danielawallffiguer@gmail.com Escritora chilena. Licenciada y profesora de estado en historia y ciencias sociales, magíster en historia de América de la Universidad de Santiago de Chile (http://www.usach.cl). Ha publicado artículos referentes al género sobre el matriarcado, historia y otros temas en el portal La Revelación (http://www.larevelacion.com). Además escribe ensayos, crítica literaria y cinematográfica, cuentos de ciencia ficción y poesía. Actualmente trabaja como profesora y realiza investigaciones referentes al género y sexualidad. === La piedra Pedro Plaza Salvati ==================================== Estaba de pie y no tenía salida. Tenía bloqueada una vía; no sabía si era el canal derecho o el izquierdo, pero algo estaba a punto de desprenderse, al borde de un precipicio. Había estado en esta misma situación durante varios días. Manchas de sangre presagiaban lo que estaba a punto de ocurrir. No era la primera vez; había estado atrapado antes, de una forma parecida. Todo comenzó hace unos meses cuando me mudé, sin querer, por estos desolados parajes. Estaba acompañado de una vaca capaz de vivir en la superficie lunar. Me alimentaba de su leche. Algunas veces pensé en matarla para sustraer su carne, pero si le hacía eso a la pobre vaca, me quedaba sin vaca, sin leche y sin el queso que a duras penas me preparaba. ¿Y cómo iba a vivir después con tanta soledad luego de engullir su carne? La vaca me hacía compañía con su eterno mascar de pasto, aconsejable para mi salud mental y para mi corazón, triste y desolado, en estos inhóspitos rincones del universo, donde nunca supe del momento en que yo y mis compañeros, hijos de su mismísima gran madre exploradora, se separaron de mí y nunca más los volví a ver... Por suerte, diría yo, hasta que llegó la piedra. Creo que debía medir más de un centímetro, así la visualizaba. Amenazaba con lanzarse por el abismo de los conductos, porque aparecían manchas rojizas en el río amarillo, como cuando comienzan los vientos que presagian la tormenta. Usaba mis binoculares para ver el paisaje, para distraerme y no pensar en la punzada que podía aparecer como un meteoro. A veces alucinaba y veía una sombra femenina, una silueta fugaz. Pero no pasaba por aquí ninguna mujer, y claro está, mis deseos crecían tan grandes como el vacío desolador del aire que no acaba nunca. Pensé hacerlo con la vaca, pero lo descarté: no podía correr el riesgo de que se traumatizara y no quisiera luego darme leche, o que saliera un niño-toro o una niña-vaca al cabo de un tiempo, producto de mi imprudencia. No. Además, tres seríamos demasiados y me arrebatarían toda la leche, esta última causante, además, de mi desgracia (sabemos lo que ocurre cuando se satura el cuerpo de calcio). Quisiera que cayera una lluvia ácida, un microclima minúsculo, para disolver esta piedra desgraciada que apareció como de la nada, que se fue formando sin yo darme cuenta, tiñendo de sangre las vías, no sé si la derecha o la izquierda, porque la desembocadura es la misma. Absurdo pensar en un eco en esta soledad para aclarar de manera científica su ubicación exacta. Sólo contaba con otro tipo de eco: el de las voces que se repetían en la lejanía de las montañas. Si se desprendía, si llegara de verdad a rodar, tendría que lanzarme al precipicio o condenarme a un morir lento, a gritar de puro dolor infinito. ¿Y quién podría socorrerme? Mis alaridos podrían ser la salvación, porque al escuchar mis lamentos de horror, los lobos aullarían, y atraerían a distantes cazadores que pudieran dar conmigo. Y si esos hombres de verde con sus escopetas me llegaran a encontrar, podrían remover la piedra, con los feroces plomos que salen de los cartuchos calibre 12 para cazar animales salvajes. Así que, si la piedra rueda, podría caer en el precipicio y sería el fin. Pero si aguanto el dolor y grito bien alto, la cadena de acontecimientos que espero ocurra será: grito-lobo-cazadores-rescate-salvación. ¡Ojalá! Pasaron las horas sin minutos, sin segundos. El viento empezaba a golpear mi quijada y las nubes grises, casi negras, mostraban su maldad sin prejuicios. Veía mis pies y el vacío aterrador que me esperaba. Estaba inmóvil porque con sólo un ligero temblor, la piedra cobraría vida. Hace unos años, luego de trotar, fui al baño y torrentes de sangre tiñeron la orina y me paralizaron de miedo. En ese momento no estaba perdido en esta inmensidad sin fin, y diagnosticaron la suerte que había tenido: la piedra no había descendido y, producto del ejercicio, se había roto algún tejido y la sangre anunció lo que venía. Como ahora: se repite la advertencia, tendré unas horas para actuar, para tenderle una emboscada al señor nefrítico. Empezaba a llover, me preocupé, un trueno sonó escalofriante, de golpe sentí una corriente eléctrica, un electroshock (como los que deben recibir los condenados a muerte en una prisión de Texas). La piedra se movió, no, no puede ser, la siento, llegó el momento, Dios mío, empezó a rodar hacia abajo, me la imagino venir, caigo sobre el piso. ¡Qué dolor! Los alaridos espantaron a la vaca, inservible ahora. El silencio se vio interrumpido, un párrafo lleno de puntos suspensivos tembló ante la puñalada que ocasionaba la obstrucción de la roca que me aprisionaba. Pero me resistía a caer al precipicio, seguía al borde, mi cabeza oscilaba en el aire, mi cuerpo todavía en tierra. Al escuchar mis alaridos, ocurrió lo que anticipaba: los lobos empezaron a aullar, como en una sinfonía de terror a la medianoche a lo 911, y, en efecto, unos distantes cazadores se aproximaron, lo sé porque escuché unos disparos cada vez más cercanos, unos pájaros siniestros que cantaron como sirenas de ambulancia. Con mis labios partidos, la lengua seca y los ojos casi disecados de llorar, los observé borrosos y distantes, vestidos de verde, con las bocas tapadas con pañuelos del mismo color, con las armas en mano. Me alzaron varias manos, que apenas distinguí pero sentí seguras de sí mismas. Me colocaron en una camilla. Cada metro de trayecto parecía un kilómetro, hasta que los hombres de verde llegaron a un recinto donde me depositaron en un ambiente congelado, aséptico, como una antesala de témpanos. Lágrimas petrificadas cincelaron en mi cuerpo rastros de agonía hasta que, luego de maniobrar con sus instrumentos, al despertar de la amnesia artificial, desapareció la tormenta, comencé a respirar mejor, el dolor se desvaneció y la angustia desapareció. Los cazadores de verde habían hecho un buen trabajo, héroes para mí. Concluida su faena, uno de ellos, ya sin tapabocas, se me acercó para decirme que todo estaba bien y que habían mandando a hacer la autopsia de la piedra que dejó el señor nefrítico, dueño y señor de los cólicos, competidor acérrimo de los partos en las categorías del dolor. Cuando salió el sol pregunté por la vaca. ** Pedro Plaza Salvati pedroplazas@gmail.com Escritor venezolano. Ha obtenido los diplomados de Escritura Creativa y Competencias Especializadas en Escritura por la Universidad Metropolitana (http://www.unimet.edu.ve) y el Instituto de Creatividad y Comunicación (Icrea, http://www.icrea.org.ve). Además ha asistido a talleres de escritura dictados por los escritores Rodrigo Blanco Calderón, Rafael Cadenas, Rubi Guerra y Antonio López Ortega. === Cinco textos Patricia Rivas ====================================== *** Orgía Nos alucinó el azúcar granulada en el festejo de diabéticos, alterando nuestras conciencias. En reñida competencia, medimos nuestros índices con las cintas de colores. Gané y caí en coma. Me sirvieron de postre. *** Ortopedia Pules tus flamantes piernas ortopédicas en la costumbre del aseo. A veces sueñas con las que tenías antes, cuando podías correr a lo largo de la playa. Al despertar, reconoces los beneficios: se acabó la depilación con métodos dolorosos, no más cremas humectantes y por si fuera poco ¡adiós, celulitis! En días de lluvia disfrutas ver los diversos colores del óxido que recorre tus piernas como si fuera sangre. Eres distinta, cool, rígida, moderna y viva. Una chica tecno. Descubierto el coqueteo le has puesto frenillos fijos a tu sonrisa. Eres el conjunto completo. Un robot feliz de última generación. *** Venganzas Cuando logró encontrar al marido, lo golpeó. Junto a sus amigas lo faenaron y lo adobaron como se merecía: quedó una perfecta cazuela de cerdo. *** Exilio Era necesario limpiar el mausoleo. Hubo sumario interno que decretó el lanzamiento de los muertos fuera del territorio. *** Suicida Quiso terminar con todo. Regresó a la casa del marido maltratador. ** Patricia Rivas patriciaelenarivas@hotmail.com Escritora chilena (Santiago, 1975). Ha publicado Hija bastarda (2009). Además, textos suyos han sido incluidos en la antología Kaleidoscopio (1995), publicada por la Universidad de Chile (http://www.uchile.cl), así como en los libros objeto Ni una más (2007) y Perraje en crisis (2008), publicados por los Talleres Literarios de Pía Barros. === Cada agosto Milia Gayoso Manzur ================================== Llegó a la plaza a las ocho en punto. Los bordes recién pintados de los canteros, las murallas bajitas y las puntas de los camineros contrastaban con el verde musgo de los bancos alargados de madera. Saboreó el aroma del pasto recién cortado que un anciano vestido de verde emparejaba dificultosamente con su pesada máquina vieja. Recorrió la plaza buscando un banco que tuviera todas las tablas puestas, para sentarse. En la otra esquina, un grupo de estudiantes hacía ejercicios, controlados por su profesora. El techo de enormes hojas de mangos dejaba filtrar los rayos solares tibios de agosto, y suaves lluvias de pequeñas flores amarillentas-pardas comenzaban a cubrir los ladrillejos. Hacia el centro había un claro. Allí, un banco azul (¿quién le habría cambiado su color verde tradicional?) lucía majestuoso debajo de un enorme lapacho invadido de flores rosa-lilas. La lluvia era intensa y agradable. Los capullos, mucho más grandes que las florecitas del mango, iban alfombrando el suelo en forma rápida. Vio al barrendero acercarse con su improvisada escoba de rama de palmera, para limpiar el suelo. Le pidió que no limpiara allí, que dejara a ese espacio llenarse de flores. El banco azul la recibió con sus libros y sus sueños. Se sentó a esperarlo con impaciencia. Prometió llegar antes de las nueve. Mientras, admiró los colores de las flores, lamentando que jamás una semilla de lapacho amarillo haya germinado en ese lugar. Imaginó a uno saliendo entre tanto verde, y compitiendo con el de flores rosadas. No llegó a hora. Valeria lo tenía a su lado sólo un día de agosto. Los encuentros se realizaban en lugares diferentes cada vez, desde hacía ocho años: en un bar, una plaza, una esquina apartada, un hotel. Ocho años de amar a escondidas y con cuentagotas. Se conocieron durante un viaje que ella hizo al Brasil para un curso de especialización en literatura de ese país. Él la amó desde entonces. Pero Valeria estaba atada a un amor antiguo, a sus cinco hijos y a su casa, levantada trozo a trozo con esfuerzo y alegrías. No podría tirar todo por una ilusión que duraría tres semanas. Sin embargo, disfrutó gota a gota de cada una de sus caricias, de su aliento quemando sus labios o sus pechos. Se dejó palpar centímetro a centímetro, desde los pies hasta arriba, durante largas horas. Ni siquiera completó el curso. Se inventó fiebres y malestares, desperdiciando la beca. Pero en realidad, la fiebre se había desatado en algún lugar entre el corazón y el alma. De pronto, la figura de Sebastián, que había sido su primer novio, el gran amor, el marido perfecto, se perfilaba difusa entre las sábanas arrugadas del hotel. En su reemplazo, la cara y el cuerpo de Enrique se convertían en el paraíso desconocido, del cual era imposible escapar. Era el candidato perfecto. Treinta y cinco años, soltero, corazón desocupado y uno de los escritores más prominentes del Brasil. Pero ella tenía una familia que amaba demasiado, Ni siquiera podría utilizar la excusa de ya no estar enamorada de su esposo, o de que él la desatendiera en forma alguna. Alargó su estadía una semana más porque le era imposible abandonar sus brazos. Volvió a su vida anterior. Aunque hizo lo posible por olvidarlo, no pudo. Él le empapeló la vida con palabras de amor que durante meses no tuvieron respuesta. Rompió las cartas, quemó los poemas, tiró las azucenas secas que le enviaba entre los libros, exprimió su corazón para que no continuara sangrando por él. Pero la sangre se regeneraba de inmediato, sin darle tiempo a morir. Vino en agosto, sólo para verla. Se encerraron en un cuarto durante diez horas. Ella olvidó su casa, sus hijos, su trabajo... Enrique tenía la capacidad de hacerle sentir que el mundo comenzaba y terminaba entre las paredes que los veían revolcarse en un torbellino sin fin. Pero al salir de allí Valeria recuperaba la cordura. Afuera estaba su verdadero mundo y la gente que amaba. No los lastimaría por nada del mundo, ni siquiera por él. Pero él volvió todos los agostos de los años sucesivos. Nunca le preguntó de la nueva vida que formó al lado de otra mujer, ni de su única hija. Sólo se dejaba amar, y lo amaba desesperadamente un día entero de cada año. Eso le bastaba para saborear de a poco los recuerdos de su piel rozándola, todo el tiempo que estuvieran separados. Era como “cargarse”, llenarse de él hasta volver a encontrarlo. El sol comenzó a picar hacia el mediodía. Lo recordó tal cual estuvo la última vez. Con su camisa a rayas celestes y la campera negra, los jeans gastados, el bolso de mano y los cuatro o cinco libros que lo acompañaban en forma constante. Lo recordó desnudo apretándola contra su pecho velludo, su rostro con la barba naciente rozando su cuello con tanto ímpetu hasta hacerle daño, hasta darle escozor y placer. Su boca buscando con desespero la suya... No era hambre lo que sentía. Sino un dolor muy profundo en el estómago. Le empezó a doler su tardanza. Su voz impaciente en el teléfono le había asegurado que ya no podía esperar ni un día más para verla. Fijaron el lugar, la hora. La hora que daría inicio a una día entero de devorarse palmo a palmo, uno al otro. Pasaron horas. Los ladrillejos se alfombraron por completo con las flores rosadas que se estaban poniendo azuladas, marchitas. Se hizo de noche y los otros bancos se llenaron de parejitas que se confundían en abrazos mañaneros. Más allá, algunos niños se columpiaban cantando canciones de gente mayor. Entonces pensó en sus hijos y recordó que no había dejado pautada la cena con la empleada. No pudo irse. Se sentía pegada al banco azul. Una fuerza superior le tenía atada, inmóvil. Se durmió recostada sobre sus libros y la cartera. Alguien, de madrugada, le tocó el hombro para preguntarle si necesitaba algo. Pensó que era él, que se había retrasado. No. Sólo era un vigilante que cuidaba la cuadra. Amaneció sentada con los ojos llorosos. Jamás faltó a una cita, entonces lo esperó. Un día, dos, cien horas... Soportó una llovizna, hambre, sueño. Soportó las miradas de la gente del barrio. Cuando miró hacia el piso vio flores amarillas entre las rosa-lilas. No es que hubiera florecido un lapacho amarillo, sólo se marchitaron las que días atrás, habían caído. (del libro de cuentos Fuego que no se apaga; relatos de amor y desamor; Servilibro; 2009). ** Milia Gayoso Manzur miliagm@yahoo.com Periodista y escritora paraguaya (Villa Hayes, 1962). Es editora del área de arte y espectáculo del diario La Nación (http://www.lanacion.com.py). Ha publicado los libros de narrativa breve Ronda en las olas, Un sueño en la ventana, Cuentos para tres mariposas, Microcuentos para soñar en colores, Para cuando despiertes, Antología de abril, Las alas son para volar y Dicen que tengo que amarte. === Invierno alpino (extractos) Ulises Varsovia ====================== *** A traspié Quienes seamos los que a traspié por el sendero de los penitentes, bajo el peso de la resaca de decenios de intemperie por travesías y búsquedas, quienes seamos, seamos, sí, quienes nos interroguemos, órigo, y quienes a las puertas hoscas, pidiendo limosna y gimiendo con los ojos en extravío, y el morral de la casa materna lleno de un pan inconsumible, lleno de ratas y de murciélagos... Ocurra, y seamos ahuyentados, seamos irreconocidos, y los mismos perros ládrennos en el vecindario en pánico, destruyéndonos para siempre de páginas y de vestigios. Tarde, entonces, delante del sitio, frente a las ruinas humeantes, y ya los pasos de mamá no sonando, no reuniéndonos, ni póstumos ni rescatables. A traspié, pues, por el sendero, con una resaca de convicto, llorosos de inútil aflicción en torno y en torno, girando. *** Bajo sagitario Ya numeroso de edad, lejos de aquí, y de cualquier parte en el azar de las esferas, y bajo sagitario según la Elíptica, resistiendo en las serranías de un país a sangre y fuego en la cartografía de las razas, detente un minuto en ti mismo, pastor de indóciles vocablos, y arráncate a sacudones el tú que dormido en la hypnosis de tu psiquis obnubilada. Fuera las agujas del frío clavándose armoniosamente en la contienda del aire, y dentro el animal humano con un crucifijo hebreo rezumante de sangre fresca, y la imagen de Nuestro Señor mirándole desde el espejo. Tal vez el idioma alimento, pasto de vocablos díscolos incitando a la insurrección, y cuando el pastor abúlico reunido con su rebaño en el eje de los domicilios, entonces diáspora del juicio, y ya numeroso de edad, en la Elíptica de Sagitario, ¿hacia qué punto en fuga volver en la rotación de las esferas? *** Carga del azar Pura conciencia de augur o chamán, pura facultad de vaticinio, con un ojo celérico montado al atisbo sobre las edades, desatando con su luz numínica el vuelo de las incógnitas fluyendo desde el caos prístino, y maduro de substancia tutelar en los entrecruces órficos, ¡qué pesada, Dios, la carga del azar sobre mis hombros de pobre mortal nacido en la fatal confluencia!, ¡qué inquisitorio el hado tutelar domiciliado en mí con sus secuaces de estremecimiento gnóstico! Vate el omnisciente polizón con sus lechuzas chillonas sobre las ramas de mi destino, decodificando las cláusulas testamentarias de los difuntos, hurgando en los sueños de los vivos. Vate tus horas de desdicha en la vela de los espíritus y de los manes reverenciales, manifestándosete la deidad en la hora de sus emisiones, macilento de dicción órfica. Y vate en la estricta obediencia del horario de las ánimas, con tu ropaje talar cruzando los pasillos de enunciación virtual, los aposentos propiciatorios, el fuego astral de los sacrificios. *** De cacería De cacería por los alfabetos con mi carcaj populoso de saetas, y mi arco de madera olímpica tensado hacia las constelaciones llenas de peces ígneos huyendo, llenas de vocablos escurridizos. ¿En pos de qué pieza capital mis saetas, mi arco apolíneo, mis manos, mis dedos en la ansiedad de un rapsoda a ciegas en la corriente, a ciegas en la obscuridad del logos? ¿Por dónde comenzar, hermanos poetas, cómplices míos en la cacería, qué planeta, qué cometa errante, qué asteroide o mínimo aerolito poner a la cabeza y emprender otra nueva aventura en lo ignoto? Peces ígnitos escurriéndose en el océano del firmamento, amados vocablos por los aires como hojas secas revoloteantes, o como pájaros enceguecidos más allá de mis tendidas redes, ¿cuándo hágase la luz, y se haga?, ¿cuándo el cazador de palabras de regreso de la cacería, y un hermoso poema emergiendo del amanecer hacia el mediodía? *** Exorcismo Acúdaseme con fórmulas de arúspices y de hechiceros, acúdaseme con ensalmos de chamanes, brujas y augures, exorcíseme de maldiciones, de hechizos, embrujos y ánimas domiciliados en mi demencia, arránqueseme la cicatriz de hermano menor interferido, de homo erectus erigiéndose hacia la lumbre de Prometeo, envuelto en el soplo indeleble de una deidad olímpica pletórica de elán creativo, despójeseme de calendas, despójeseme de logaritmos, de monóculo y de microscopio en el trance crucial del lumen negándose a sí mismo en el fluir de la luz hacia el precipicio, revóquense las facultades del fuego prístino institutriz, regrese a la intemporalidad la criatura ahogada en el tiempo, y purifíquese la creación expulsando al animal salido de su órbita en el ciclo eterno. *** Invierno alpino Grandes bandadas de pájaros batiendo sus alas en mi interior, aventando nombres, lugares, rostros, amores, fotografías, habitaciones de una casa que resistió terremotos y siglos, que cobijó difuntos y vivientes. Vacío voy de acontecimientos, nadie me dio a luz entre dolores, nadie me transmitió sus fonemas, ni nadie acudió a mi cama, de noche, cuando crueles fiebres asediaron mi frente en medio de pesadillas. Aquí el sólido invierno alpino ha soltado sus grises criaturas, y padezco la esquizofrenia del que nunca vino a estas latitudes, ni nunca se quedó en ninguna parte. ¿Quién fui, soy, he sido o no he sido, quién se interroga con estas palabras huérfanas de toda lengua terrestre, cuando grandes bandadas de pájaros aleteando con sus pesadas alas, dispersándome en todos los rumbos? ¿Y quiénes me asedian, emitiendo ininteligibles vocablos, quiénes, míos de mi propia lengua qué olvidé o la aventaron los pájaros? Aquí las criaturas alpinas deslizándose como espectros por todos los años transcurridos, y alguien buscándose por ellos, alguien buscándose en la escritura. *** Postrera comunión Antes que el invierno te aniquile, antes, poeta, que las agujas del frío boreal te acribillen, y quedes a medio camino entre no llegar ni haber partido, entre no haber nacido ni haber muerto, solo en las páginas del olvido, antes, cantor, que tus palabras sean tragadas por la niebla de este diciembre exhalatorio, y amanezca vacía tu voz, muda de toda locución en la desnudez de los idiomas, siéntate, vate, ante ti mismo, siéntate frente a tu persona, y arráncate de tu sagrario la hostia de harina ingrávida, para la postrera communion con tus discípulos de barro. Antes, pastor, que el invierno te sorprenda con tus rebaños de vocablos en la intemperie, y te cubra con su túnica de espesísimas tinieblas, apagando tu voz temblorosa, sopla, sopla, divino creador, sopla a tus discípulos de barro, y lleven ellos por la tierra, difundan tu lírica palabra, llenen las páginas de tu canto. ** Ulises Varsovia rommel.krieger@unisg.ch Escritor chileno (Valparaíso, 1949). Es docente de español en la Universidad de St. Gallen (Suiza). Ha publicado más de veinte títulos de poesía desde 1974, en forma artesanal, y sus poemas han aparecido en más de sesenta revistas literarias de Latinoamérica y Europa, en español y en otros idiomas. Textos suyos pueden leerse en su página personal, http://varsovia.tripod.cl. === El banco de Gillson Park Gigi Barbuto ============================ No debería ser tan complicado contar mi historia; sin embargo, lo es. Las palabras deberían fluir como el cauce de un río virgen pero hay represas que las bloquean. Es otoño y hace frío. En el aire navega el murmullo que cuenta que pronto la nieve está por llegar. Es casi diciembre. El césped verde está desapareciendo y el caminito de piedras gastadas que acompaño, rodeadas de hierbas, comienza a inundarse de hojas secas. El color verde gastado de mis partes de acero y la madera comida por el paso del tiempo delatan la cantidad de años que llevo aquí reposando en el mismo lugar. Desde mi privilegiada posición veo infinidad de personas deambular a la mañana, tarde y noche. Observo a los padres acompañados de sus hijos ir y venir los domingos celebrando otro mágico día familiar. Fui testigo de infinidad de actos por diversos motivos: feriados nacionales, festividades locales, acontecimientos deportivos y actos a favor de la vida. Soy un momento de descanso para las parejas juveniles enamoradas que pasean tomados de la mano, mirándose con pasión y sólo desean contemplase y amarse por unos minutos en tranquilidad. Represento un momento de meditación para los grandes pensadores que en el día a día se camuflan de personas normales. A veces pienso en las decisiones de vida que se habrán tomado junto a mí. Debe ser maravilloso tener la posibilidad de poder elegir qué camino seguir. Mi residencia ha sido la misma desde hace ya 50 años, desde aquel momento en el cual me dieron vida: en el parque de Gillson, Willmette, ubicado en las históricas calles de Chicago, muy cerca del lago Michigan. La vista desde este sitio es espectacular aunque me esconda tímido entre los árboles. Oculta y casi indivisable se encuentra la marca de mi creador. Debo admitir que desconozco un poco su historia. Sólo recuerdo vagamente la oscuridad de su taller, donde pacientemente junto a su pequeño hijo unieron y pincelaron cada pieza con la misma pasión y tacto que un artista le dedica a cada uno de sus cuadros. Atesoro aquel aroma de la pintura mezclado con el poderoso olor de la madera recién cortada y pulida como si fuera el perfume más exquisito y caro que pueda poseer proveniente de la ostentosa y relumbrante ciudad de París. A veces no puedo evitar preguntarme qué habrá sido de su vida. Creo que no podría vivir en otro lugar que no sea aquí, en la ciudad del viento (como muchos ya la han bautizado) aunque hay veces que tengo brotes de delirio de aventurero empedernido —cual el travieso Tom Sawyer de Mark Twain— y se prenden en mi alma chispas de curiosidad por hacer cosas diferentes. Nace en mí la intriga por saber qué se siente adentrarse en sitios nuevos, alejándote de las situaciones conocidas que vives día tras día, desarraigándote en forma física de tu lugar de origen pero no en espíritu. Me pregunto, ¿qué se sentirá? Supongo que dolerá pero creo que no tengo un factor de comparación. Hay veces que imagino mi vida en infinidad de lugares. Sueño con la historia de otras ciudades y me pienso vivido en ellas. Tejo imágenes de cómo pudieron haber sido aquellos momentos importantes de la historia o el simple día a día de sitios mágicos como Roma, Londres o Madrid. Pero todo queda en eso, sólo brotes de delirio que no llevan a nada y es imposible evitar que me ponga un poco triste por esa inquietud que se genera al anhelar esa libertad de poder ser diferente. Es domingo, ya está oscureciendo y la soledad de este instante no ayuda al espíritu. Estos pensamientos me hacen recordar a alguien que conocí hace ya algunos años. A mi mente llega en este instante la historia de Luca, un joven muy peculiar que durante un tiempo muy breve disfrutó de la belleza de estas calles. Tenía alrededor de 25 años y era un espíritu nómada. Siempre se encontraba de viaje. Su lugar de origen no eran las tierras del Norte sino que, al contrario, provenía del Sur. Todos los martes, jueves y domingos recibía su visita. Se sentaba a meditar mirando con atención su rededor. Parecía ser un soñador que disfrutaba de los momentos de tranquilidad cuando la naturaleza cantaba su mejor canción al atardecer. A veces llevaba consigo un pequeño cuaderno en el cual escribía por largo rato, pero era su cámara quien nunca se despegaba de él. Tenía talento para apreciar la hermosura de un momento y capturar instantes que pocos privilegiados suelen apreciar y a veces pasan desapercibidos. Podría jurar haber visto que un día me tomó una fotografía cuando estaba distraído. Recuerdo que siempre cantaba al aire sus deseos y anhelos. Él deseaba recorrer el mundo. También, publicar sus cuentos y poesías. Era un escritor “puro de corazón” que aún permanecía oculto detrás de su anonimato y no había sido corrompido por la superficial ambición de ser famoso como aquellos que hacen llamarse escritores de raza. Por lo que podrás apreciar, Luca resultaba ser un personaje muy peculiar y multifacético. Era un artista que podía interpretar distintos personajes en una misma obra. Pero en realidad, lo que quería remarcar era la pasión que tenía por vivir y el deseo por experimentar sin tener miedos. Esa es la esencia que todos envidian alguna vez y ambicionan tener. Desconozco qué habrá sido de su vida, simplemente un día dejó de venir; sin embargo, hace no mucho, una pareja de turistas mencionó un artículo de una famosa revista internacional que trataba sobre la historia de un banco solitario oculto entre las maravillas de Chicago. Podría jurar que hablaban de mí. Podría jurar que hablaban de él. Hoy es uno de esos días en los cuales la reflexión juega el rol principal. Hoy es un día más en tu vida y es un día más en la mía. Ya es tarde, pero escucho al viento gritar la noticia y soy testigo de su veracidad. Del cielo se ve caer una escarcha que parece bailar al mismo compás de la nieve que detrás de ella solicita permiso para arribar. Y una voz a lo lejos grita: “¡Allí está! Ese es. Es el banco de Gillson Park”. ** Gigi Barbuto gigibarbuto@hotmail.com Escritora argentina (Partido de San Martín, Provincia de Buenos Aires, 1983). Es licenciada en Análisis de Sistemas. === Poemas Susan Castro Rodríguez ==================================== *** Guerrillero Un beso con distintos criterios revela su luminosidad interior le gustan las reglas claras del juego generoso con sus caricias llega y habla conmigo me revela lo íntimo al extremo ha seguido muchos caminos quiere que lo acompañe en todos los viajes se pega como una hiedra con brotes de rebeldía y eso me encanta lo persiguen unos dedos y unas uñas sucias desajustado a todas las leyes se coló por la ventana del baño veintiuno de junio... de todos mis junios hace filigrana con mis deseos cauteloso se acomoda en mi regazo tiene sabor de ansiedad devora mis carnes en el colchón demasiado dulce, demasiado amable, demasiado callado me ha dejado una ridícula sonrisa *** Beso se llama el pueblo Beso se llama la casa Beso se llama la abuela Beso se llama la hija Beso se llama la nieta Beso de rostro fuerte Beso de ojos extraños Beso pasó igualito de generación en generación Beso sembró una mata de guayabas Beso tenía una guacamaya Beso le escondía los minutos al reloj Beso se mecía todas las noches en la hamaca Beso trepó la pared del cine Beso que él no entendió ...Gracias a Dios *** Nunca se sabe Besos salvajes del Amazonas Existieron Se multiplicaron Devoraron las carnes Se subieron a los árboles No tenían sangre Ni sustancia, Ni humedad Hechos para ser destruidos Y aniquilados en las bocas ** Susan Castro Rodríguez bichalectora@hotmail.com Escritora venezolana (Caracas, 1966). Es promotora de lectura y bibliotecaria para niños y adolescentes. Estudió comunicación social en la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve). Trabaja para el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y Servicios Bibliotecarios de la República Bolivariana de Venezuela. Escribió por mucho tiempo para la publicación Biblionautas en la sección de libros recomendados. Trabajó en Fundalectura en el “Plan Lector” para las escuelas y bibliotecas rurales. Evaluadora de colecciones bibliográficas para niños en el Banco del Libro y el Comité de Conformación de Colecciones Bibliográficas de la Biblioteca Nacional. Conformó un Círculo de Lectura para Niños en la Librería del Sur del Centro Comercial Camoruco de Valencia, dentro del Proyecto Nacional “Leer es entender”. === Cuatro textos Marco Antonio Valencia Calle ======================= *** Los mensajes empeñados De veneno están llenos los caminos de la realidad y sus limitaciones. Allí van de la mano y vestidos de niños los instintos ciegos, las canciones con letras de odio y mal escuchadas, los pensamientos que no se pueden pagar, las razones adúlteras, los mensajes empeñados, los afectos tirados al fuego, las palabras ajadas, las ironías robadas, las danzas de la impunidad, el alma quebrada por las mudanzas de un destino inútil. Hay veneno circulando en las venas y costumbres de mucha gente por ahí. En individuos y mujeres con título de alcurnia y rostros pintados de naturaleza vulgar, en personas que gritan hazañas de papel, en gente con biografías encadenadas a la tragedia, en ilusos que no se abochornan cuando sueñan con el dolor de los demás, en engreídos con miradas inútiles a los jardines de la envidia, en parientes lejanos que viven con el amor empeñado y la mano estirada, en los que tienen por vicio la desesperación por encontrar días mejores en un número de la suerte. *** En los mausoleos de la esperanza En cada lápida hay una historia que palpita por viajar. Metáforas sobre la esencia de un ser valiente ante al artificio. Masacre de la inocencia ante la belleza de un río teñido de huérfanos. Hombres que navegan con doble moral en los pantanos de su dignidad. Mujeres que vuelan en busca de una crisis que las salve del tedio y sus incertidumbres. Niños que adornan la virtud sin juegos ni el ritual de sus sonrisas. Hipótesis que explican el descuartizamiento de la tierra frente a la inmortalidad y los elogios de un paraíso sin dolores ni pesares. Hay lápidas con flores y otras destinadas al olvido de los muertos tristes en invierno. Sepulcros que seducen por la belleza de sus coros o la fragilidad de sus palabras. Piedras cruzadas por el silencio, la ausencia y las tinieblas. Losas con revelaciones ligadas al canto de las sirenas y a la magia de las almas en pena. Hay tumbas en ruinas que dan cuenta de la muerte de la muerte. Hay rocas que cubren cuerpos y permiten que brote la belleza de una rosa púrpura y sin espinas, en mausoleos que son el testimonio vivo de la esperanza. *** El gusano que seré Me llega de lejos un presentimiento que me quema sin purificarme. Una invitación a pasar la noche bajo un árbol de fresno y una fogata con troncos de granada. Me hará compañía el perro guardián de la mansión de los muertos. Y el gusano que seré, ya se niega a renacer de su podredumbre y a levantarse para un vuelo espiritual. Del fuego afloran recuerdos, remordimientos, desapegos, un museo de experiencias y un bodegón de girasoles para simbolizar mi fidelidad a los días azules y mi pasión por la escritura. Las preguntas y las crisis me llevan a despojarme de mis ropas, al expolio de mis virtudes, a la exhumación misma de la fe, que se sospecha me ilumina. Las dudas frente a la muerte son los estigmas que me azotan. *** Un tributo a los difuntos Antes de partir al mundo de los sueños he visto un faisán guiándome al gozo de las estrellas. He visto mi espíritu coronado de laurel; y de la médula de mis huesos incinerados ha nacido otro poema, menos real, más alegórico. De un cofre mortuorio un coro de flautas, y en la puerta, junto a la escalera del jardín de los cielos, un grupo de almas sonrientes con sus cantos purifican los dolores y cicatrizan los miedos. Una ceremonia, una mano de rezos, un tributo a los difuntos, un umbral inesperado y el sacrificio mismo de estar allí, en el dilema, junto a un ángel de cuatro alas, y esa muchacha desnuda que grita desgarrada. ** Marco Antonio Valencia Calle valenciacalle@yahoo.com Poeta y escritor colombiano (Popayán, 1967). Actualmente reside en Madrid (España), donde estudia filología hispánica en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (http://www.csic.es). Ocupó el 2º puesto en el II Premio Iberoamericano de Poesía "Pablo Neruda 100 años" en Temuco, Chile (2004). Ha publicado los libros de poemas La segunda piel (2003) y Los versos de la iguana (2005), así como la novela Oscuro por claritas (2002). === Poemas Ana María Caliyuri ======================================== *** En la profundidad No diagrames la niebla en tu alma gigante. No te enfades con el alba al despertar de la noche blanca. No traiciones el universal latido envenenándolo con desamor. Es que quizá tan sólo somos una apuesta en la nervadura de un sueño despertándonos y no. Mientras tanto, es bueno consumir el albur ofrendado por el ánfora del fulgor redimiendo a la sombra con sus ojos dormidos al amor. *** Espejos y espejismos ¿Recuerdas la voz agria del espejismo de la muerte? Acállala en la dulce voz del espejo de la vida y cuando el mismo espejo tienda sus reales brazos del abismo y el eco de sus caricias golpee a las puertas de tu noche sombría mira de frente cómo se adormece el dragón insomne que custodiaba tu vida y duérmete en paz para despertar tal vez en un alba distinta. Nada impedirá el destino. *** De virtudes y harapos Cuando la luna aguada y serena se instala en la esquina del altanero pueblo un hombre harapiento lee las estrellas. Sus pupilas dilatadas truecan semillas por deformes espejos. No es joven ni es viejo, con sus manos delinea historias de chacales y de amores ajenos. Y nadie lo escucha es todo silencio sin embargo, él danza con el firmamento. Y su paso no existe su sueño se ha muerto mas el hombre virtuoso con su voz quebrada le canta a ninguno acurrucado y solo en la espalda del tiempo. Y la luna se apaga cerrando la noche de todo mi pueblo. Siento en mi corazón un feroz aguacero: un pájaro herido ha sangrado en mi sueño. ** Ana María Caliyuri anacaliyuri@gmail.com Escritora y docente argentina (Ayacucho, provincia de Buenos Aires, 1955). Ha publicado en Italia el libro bilingüe (italiano-español) de poesía y cuentos breves Latidos perennes, traducido al italiano por el profesor Raffaele Caligiuri. === Mi desquite Jorge Ernesto de León Cabrera ======================== Me hizo entrar a un viejo restaurante en el que todavía usaban un foco de veinticinco bujillas. Los parroquianos apenas se distinguían en la penumbra, pues el foco, alto en el cielo raso y sucio de polvo y de tizne, apenas alumbraba el lugar. Me hizo sentar solitario en una mesa y pedir una taza de café. Sabía que si él decidiera que yo tuviera hambre, la tendría, y pediría cualquiera de las porquerías que seguro servían en aquel lugar. Y me haría comerla. Pero tal vez pensó que sería una exageración, una mala acción o un recurso demasiado obvio para hacerme sentir su poder. Hacía pocos días yo había comenzado a comprender. Comencé a percibir su habilidad y sutileza para manejar los acontecimientos. Comencé a comprender también por qué lo hacía como lo hacía. Todo tenía que aparecer como que era yo quien lo decidía. En mi ignorancia estaba su mayor mérito. Pero ahora yo lo sabía, y sin embargo, esto, lejos de restarle mérito le agregaba uno más: comprendí que él mismo había hecho que yo lo supiera, precisamente para alcanzar más sutileza, para calar aun más hondo, y esto me desesperaba. Entre más consciente me hacía de aquello, más deseaba poder escapar, y más me desesperaba, porque entre más comprendía más seguro me hacía de no poder conseguirlo. Pero esto me daba al mismo tiempo la única satisfacción que aquello me producía: saber que si conocía su oficio tendría que respetarme en alguna medida. Sonreí con malicia al pensarlo, mientras sorbía la taza de café. Yo podía también obligarlo a hacer cosas. Mi desesperación, por ejemplo. Mi desesperación tendría que respetarla. Tendría que dejarme desesperar. Si no me lo permitía aquello se le vendría abajo. Sería ininteligible, contradictorio, absurdo. Y aunque permitírmelo era también decisión suya, tenía que hacerlo porque de ello dependía en cierta manera su propia existencia, como depende de la seguridad y eficiencia de sus construcciones la existencia de un arquitecto. Él me hace y yo lo hago a él, pensé. Pero sentí su mirada sobre mí, y sobre el foco de veinticinco bujillas, sobre la mesa y la taza de café, y sobre la silla en que estaba sentado, y sobre aquellos otros hombres que como sombras de segundo plano asistían a aquella mísera y efímera existencia, sin saber qué hacían realmente en aquel lugar. Según ellos estaban sentados allí para comer y charlar, o pasar un buen rato con alguien. Seguramente saldrían más tarde e irían a sus casas. Pero era como si nunca fueran a salir de allí ni tuvieran casa ni familia. Para quien se entere de todo esto yo seré el único en salir de aquí, pensé. ¿Qué dirían si supieran que jamás saldrán de aquí, que nunca irán a ninguna parte, que ni siquiera van a morir porque tampoco han vivido, que toda su existencia transcurrirá en este comedor de mala muerte, que a nadie le importa quiénes son ni lo que será de ellos, que en realidad son nadie, el más perfecto paradigma de la nada? Apenas son una sombra gris en la oscura caverna de una imaginación que no puede ni necesita precisarlos. Y entonces me di cuenta también de que ni yo mismo tenía un rostro. Mi rostro se daba por supuesto y podría ser cualquier rostro. Apenas me había puesto un abrigo gris y un sombrero. Lo demás podría ser como a cada quien se le antojara. Seguí pensando y sorbiendo mi taza de café. Cuando la terminé me di cuenta de lo horrible que me había sabido. Sabía a cualquier cosa menos a café. Pero él así lo decidió, tal vez para dar algún detalle sobre el café, por tener algo más qué decir, o simplemente porque le dio la gana. A él qué le importaba porque no había sido él quien había tenido que beberla. Por un momento sentí rabia y hubiera querido buscar el baño de aquel antro y vomitar, por no darle gusto, pero sabía que no podía escapar de él. Bien podía engañarme a mí mismo decidiendo no salir de aquel lugar, quedándome allí como esos otros hombres anónimos (como yo) que me rodeaban. Podría ser mi manera de protestar, de arruinárselo todo. Quedarme allí sentado, sin decir ni hacer nada, ni siquiera pensar, hasta que no le quedara más remedio que destruirme, y conmigo todo lo que me rodeaba. Sería como un suicidio del que, no obstante, no podría culpárseme. Obligarlo a destruirme, a acabar conmigo porque al fin, alguien, yo, había descubierto su juego y no se prestaba para ello. Pero aun así era su decisión, y en cualquier momento podía hacerme salir del restaurante y volver a mi casa, o pasearme solitario en el parque desierto a esas horas, o lo que fuera. Tal vez me haría encontrarme con algún amigo, ponerme a charlar y olvidar todo aquello. Y nada pasaría, nada habría pasado. Pero entre más me internaba en aquel misterio más crecía mi asombro, mi desesperación, mi perplejidad e impotencia ante las dimensiones de su malignidad. Él mismo hizo que yo adquiriera conciencia de mi existencia como círculo vicioso. Él me había hecho saber todo aquello. Y sólo me dejó la desesperación y la impotencia como algo mío, como algo irreductible a sus caprichos pero necesario para mi propia inteligibilidad. Dejé rodar unas lágrimas de amargura e impotencia, que nadie vio en aquel rincón oscuro en que me hallaba sentado. Sentí rabia, rabia y deseo de enfrentarlo con el puño alzado y exigirle que... exigirle qué, pensé. ¿Que me deje? Si me deja simplemente no existiré, no habré existido nunca, no seré. Él es la condición de mi existencia. Él es el continente y yo el contenido, y nuestras esencias no son traslapables. Sencillamente tengo que aceptarlo. Aunque ya nunca jamás pueda vivir con la tranquilidad de la ignorancia. Sentí entonces un irremediable deseo de venganza, de desquite. Ya que no podía escaparme quería desquitarme, no con él, porque ni siquiera sabía quién era, y habría sido desperdiciar mi existencia el dedicarla a averiguarlo, con la casi seguridad de que no lo habría logrado. Por eso, pensé, sólo me queda desquitarme con alguien más, con alguien más a quien pueda yo hacerle lo mismo que él me está haciendo a mí, alguien de quien poder reírme con malicia cuando comience a hacerse las mismas preguntas que yo me he hecho, cuando comience a caminar en círculo creyendo que hallará la salida, cuando tenga que tomarse el café horrible que yo he tenido que tomarme. Mi mayor satisfacción entonces será saber que sólo yo sé quién soy y lo que hago, como sólo él sabe quién es y lo que hace. Resuelto a poner por obra mi desquite, salí del restaurante de mala muerte, entré a mi casa, a mi habitación, encendí la computadora y me puse a escribir este cuento. ** Jorge Ernesto de León Cabrera edicomp@intelnet.net.gt Escritor guatemalteco (Santa Cruz del Quiché, 1953). Es maestro jubilado. Trabajó durante 31 años en educación primaria y media. La mayor parte de su obra permanece inédita. Obtuvo un primer lugar en cuento en los juegos florales de su ciudad natal. === Poemas Jesús Peñalver ============================================ *** 2 de noviembre Día de difuntos. Sentencia de muerte. No viene bien el trazo, titubea insegura la firma late el corazón con otro ánimo, algo se va con esas letras que unidas forman un nombre. No hay entusiasmo, las ganas no son las mismas. El amor es un muerto más, eso parece. *** Poema robado al hijo Él me dijo: Ojalá pudiera pasar más tiempo contigo siento que estás siempre a mi lado frente a frente o pensándote. Estás a mi lado te quiero Confieso haber robado sus letras delito perdonable La víctima entrega amor el victimario lo devuelve a cada rato. Mi hijo me piensa *** Jauría de perros Vivo de vaina. Ya no son los canes del barrio en la fiesta con la presa fácil, frágil, miedosa Hoy la patria es el botín, otros los perros bestias insaciables no se cansan de comer lamen, roban, golosos voraces El erario hasta la carroña. *** Dolor mayor No hay lugar para una inyección La patria sufre las punzantes agujas de la gente mala Aves de rapiña, babosas, incansables de gozar lo ajeno Sátrapas, pillos de miles caras, con manos llenas y de corazón vacío han colmado el cuerpo público, saqueado las arcas, negociado los valores Urge reparar el daño a la tierra y a su gente ambulancias de la dignidad vayan por ella en su rescate. *** Familia elegida La vida impone sus vidas a la nuestra queridos a la sazón del azar. Estrechan sus manos con las propias, no importa si piensan idéntico o distinto Pura y simple la razón para el afecto. Juntos lejos y cerca libre y amorosa elección. *** Agobio No te abrume el tiempo ni el cansancio No pesen los pasos, vaya y venga ligero el caminar. Con paciencia de relojero pensemos la tarea a cumplir con presurosas voluntades ahínco inagotable para fines que se confiesan. *** Recuerdo Si no tuviera ese recuerdo tuyo el radiante sol dibujado en tu metálica sonrisa la esbelta figura la negra cabellera tu hablar cantado tu risa tímida quizá no sabría que la vida existe y yo con ella Me hallarás en tu camino andaré el que tú elijas por lejano que sea en esa cercana ausencia oirás mi voz te dirá como en una oración por tu alegría amén ** Jesús Peñalver penalver15@gmail.com Escritor venezolano (Barcelona, Anzoátegui, 1964). Abogado de la Universidad Santa María (USM, http://www.usm.edu.ve; 1988) y especialista en derecho administrativo (USM, 1988). Profesor en la Universidad José María Vargas (UJMV, http://www.ujmv.edu). Tallerista del Consejo Nacional de la Cultura (Conac) en materia de legislación cultural y descentralización del sector cultura. Asesor de la Comisión de Ambiente de la Cámara de Diputados del Congreso de Venezuela. Asesor de la Comisión de Cultura del Colegio de Abogados del Distrito Federal. Consultor jurídico adjunto y adjunto al director general de la Fundación Teresa Carreño. Asesor jurídico de Clada-Danzahoy, Fundación Artistas por la Vida y de Fundavisual Latina. Abogado de varias empresas e instituciones privadas. Agente de la propiedad intelectual. Consultor jurídico de la Fundación Cinemateca Nacional y de la Fundación de la Diversidad Cultural. Actualmente columnista de varios diarios en Venezuela, Miami y Suramérica, así como en páginas de Internet. ||||||||||||||||||||||| EL REGRESO DEL CARACOL |||||||||||||||||||||| === Durmiendo la calle Alejandro Cardozo Uzcátegui =================== Poesía Ediciones Erato Caracas, 2008 ISBN: 980-12-2998-8 74 páginas El primer poemario del escritor venezolano Alejandro Cardozo Uzcátegui congrega alrededor de cuarenta poemas donde se unen, en mezcla sustancial, la irreverencia de la voz poética urbana —que narra a la vez que habla en poesía— con la musicalidad de una poesía más tradicional, produciendo un resultado híbrido que quiere ser rudo y franco, pero que no puede desprenderse de la acre sorpresa con que suele retratar a la ciudad el hombre de pueblo —Cardozo Uzcátegui nació en 1978 en la población de Zumba, en Mérida. El libro rezuma una innegable influencia de la poesía urbana venezolana de los 60 y 70, con alguna referencia expresa (“Silvio Rodríguez me daba clases de ética”, dice el autor) como en el texto que abre el libro, “Purple Heze en Pampanito y con el Chino V-M”: Y cuando me pregunten por el poeta —los que no saben— les diré que se fue volando en sus versos y tomó la corte de los ángeles como un guerrillero de los años 60. (...) En otros textos la mirada convierte al mundo en una alegoría del terruño, como en “Certeza & fuga. Poemas isabelinos”: Si viajo por todas las aguas si cazo a las sirenas si hablo las mil lenguas si golpeo a Buda en la panza, si estornudo sobre el Támesis, si me confieso en la Acrópolis, si como mil cabras en Sudán, mato leonas y clavo un cuerno de rinoceronte en el corazón de todos los ladrones. Todo esto como fin de lluvia y brisa, en el estío de Apure, será nada comparado con tu voz amando al mundo todas las mañanas. (...) El autor, quien es historiador y politólogo egresado de la Universidad de Los Andes (ULA), reside en Caracas. Textos suyos han aparecido en la Revista Nacional de Cultura, así como en las publicaciones Principia, de Barquisimeto, y Archipiélago, de Ciudad de México, y en distintos periódicos regionales como Frontera y Maturín. Dirigió la revista política universitaria Veritas en su primera edición. En Letralia hay algunos textos suyos (http://www.letralia.com/firmas/cardozoalejandro.htm), aunque principalmente de ensayo. === El Irredentista en el mundo moderno. Andante maestoso A. Ferel === Narrativa Edición Personal (http://www.edicionpersonal.com) Madrid, 2008 ISBN: 978-84-612-6831-3 120 páginas A través de las vivencias de un niño de nueve años, A. Ferel describe en este libro cómo era la vida en Mónaco en la década de los años 60 del siglo pasado. Pero, pese a haber sufrido la pesadilla de la guerra en un pasado demasiado reciente, y a las naturales dificultades de la vida, los primeros años del pequeño Angelis serán, ni más ni menos, un “Andante maestoso”. El Irredentista en el mundo moderno es el primer tomo de una trilogía sobre la vida de Angelis, quien crece en el seno de su familia italiana por lo que recibe una educación “italianizante”. El libro está subtitulado como “Andante maestoso” porque, en palabras de su autor, “evoca una progresión lenta de los acontecimientos, así como un espesor en el tiempo, este tiempo efectivamente bien plástico, moldeable...”. Los dos tomos que completan la colección serán Allegro ma non troppo —donde se asiste a la metamorfosis del ahora joven Angelis— y De Profundis. Este primer componente de la trilogía habla de los años de preparación del personaje, en esa edad en que todo está rodeado de un hálito un poco mágico: desde la recreación de episodios bélicos, con la ayuda de su abuelo, la discusión en la familia de hechos históricos italianos o incluso la visita a un cementerio: “En la penumbra de la noche”, dice Ferel, “esta frondosidad amparaba la ululación de los búhos y la trayectoria oblicua de los murciélagos (llamados en italiano pipistrelli). ¡Las noches estaban dedicadas a este diálogo silencioso entre los espíritus de ultratumba y el firmamento!”. ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “No se puede tener una realidad virtual y una realidad concreta. Ambas deben caminar juntas, el hombre poeta y el poeta hombre tienen que caminar juntos”. Freddy Hernández Álvarez (1949-2010). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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