~~~~~~~~~~~~~~~ Año XIV Cagua, Venezuela Nº 230 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 19 de abril de 2010 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ ISSN: 1856-7983 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | El tren de Crowder. / Sin retoques. / El libro en las | Breves parroquias caraqueñas. / El malestar de Icaria. / A | puertas abiertas. / El duelo. / Tres libros urbanos. / | Escribir con Hincapié. | | Publican en Albania la poesía del salvadoreño Carlos | Noticias Ernesto García. / Hay Festival de Granada no se | celebrará este año. / Editor venezolano Domingo Fuentes | muere a los 79 años. / Perú fomentará la formación de | “lectores creativos”. / Muere a los 65 años el poeta | mexicano Gilberto Castellanos. / Biblioteca Ayala | recibirá 4.000 libros que pertenecieron al escritor. / | Presentan en Lima un libro en homenaje a Alfredo Bryce | Echenique. / Congreso chileno rechaza llamar “Pablo | Neruda” a aeropuerto de Santiago. / Museo de Sancti | Spíritus recibe guayabera de García Márquez. / Grupo | Planeta compra la mitad de Círculo de Lectores. / | Academia de la Llingua Asturiana publica con Bubok. / | Culminó reunión de ministros de cultura latinoamericanos | y caribeños. / Eloy Fernández Porta se alza con el | Premio Anagrama de Ensayo. / Falleció el periodista y | poeta Fernando Artieda. / El escritor peruano Mario | Vargas Llosa recibe el premio Don Quijote. / Homenajean | a Miguel Delibes en la Real Academia Española. / Fallece | a los 89 años el escritor y periodista cubano Carlos | Franqui. / El cubano Félix López Rodríguez gana el | Premio sobre la Emancipación. / Andrés Neuman y | Francisco Ferrer Lerín ganan el Premio de la Crítica. / | Festival de la Palabra de Alcalá de Henares honra a José | Emilio Pacheco. / Juan Aparicio-Belmonte obtiene el | Premio Bubok de Creación Literaria. / Muere a los 88 | años el historiador y académico Manuel Fernández | Álvarez. / Juan Carlos Chirinos reedita novela en | España. / Félix Grande publica cartas inéditas de Julio | Cortázar. / Rematarán libros en Ciudad de México. / | Entregarán en Lima los premios Copé Internacional. / | Chacao rendirá tributo al libro durante más de una | semana. / Guadalajara leerá a Ibargüengoitia en el Día | del Libro. / Obra dramática de José Ignacio Cabrujas | presentarán en Caracas. / Realizarán en Salamanca el VI | Congreso de Novela y Cine Negro. / Santander celebrará | la 29ª edición de su Feria del Libro. / Dictarán cursos | de especialización a gestores culturales salvadoreños. / | Directores del Instituto Cervantes se reunirán en | Alcázar de San Juan. / Editores hablarán en Canarias | sobre gestión de derechos digitales. | | Pequeño LdN. / Exonario. / Sur Cultural. / Observatorio | Literatura de la Lectura y el Libro. / Kiosko.net. | en Internet | “El absoluto literario como un juego: El Tercer Reich, | Artículos y de Roberto Bolaño”, Julio Quintero. / “Tres | reportajes aproximaciones a ‘esta delgada luz de tierra’, de | Reynaldo Lacámara”, Magdalena Mattar. / “El verbo | honesto de Miguel Hernández”, José Ruiz Guirado. / “El | novelista Nemecio Urbano Díaz”, Alberto José Pérez. / | “La palabra que busca y el símbolo de las piedras Dos | anotaciones sobre la poesía última de Horacio Preler”, | Alfredo Jorge Maxit. / “Los trasterrados de la Guerra | Civil española. La emigración literaria”, Rafael Bailón | Ruiz. / “Amor, transgresión y olvido en Cuzco a | principios del siglo XX. Prefacio de Diablos azules, de | Héctor Loaiza”, Carmen Bernand. / “Transmutaciones. | Literatura colombiana actual”, Manuel Simón Viola. / | “Óscar Castro Zúñiga, poeta-cantor de los humildes y | eterno enamorado de su tierra”, Rafael Rosado. | | “Recordándote: evocando a Alfredo Zitarrosa”, Aldo Roque | Entrevistas Difilippo. / Entrevista al actor Eliezer Ortiz: “Talento | sin esfuerzo y disciplina es tiempo perdido”, Juan | Carlos Vásquez. / “Karina Roldán, bailarina, coreógrafa | y escritora. Mariposa de Buenos Aires”, Juan Pomponio. | | “Insurrección iconográfica”, Lesbia Quintero. / “Stefan | Sala de ensayo Zweig, un heraldo europeo del humanismo universal”, | Jorge Castellón. / “Pedro Páramo: entre mito y | literatura”, María del Carmen Castañeda Hernández. / | “Sexualidad y ficción en Vargas Llosa”, René Flores | Agreda. / “Casa de muñecas: la mujer ante el espejo”, | Álvaro Giménez García. | | “Ética del aire” (extractos), Eleonora Requena. / | Letras “Apuntes de memoria”, David Gregory. / “Caballos del | paraíso” (extractos), Florentino Gutiérrez Gabela. / | “Esta tarde vi llover”, Pedro Conde Sturla. / Poemas de | Marianna Salvioli. / “Tenemos presidente”, Josué | Mauricio Salgado. / “Poemas de amor y muerte” | (extractos), Jaír Ríos. / “La Simbudita”, María Fernanda | Rossi. / “Barrio hondo”, Rodrigo Jara Reyes. / “La | espera”, Patricia Ramírez. / Poemas de Antonia Blasa | Martín Pérez. / “Dibujo en el mar”, Ana Elena Costa | Neyra. / Tres poemas de Marcia Reverón. / “Cordero de | Dios”, Paula Winkler. / Poemas de Parix Martín Cruzado | Jiménez. / “El Club de Charles Turner”, Manuel Bolívar | Graterol. | | Manuel Felipe Rugeles. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Premio Nacional del Libro de Venezuela 2007, Centro Nacional del Libro http://www.cenal.gob.ve =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2008, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| El tren de Crowder. Publicada en España por Ediciones Albores, la novela En el tren, del escritor, traductor y periodista argentino Roberto Matías Crowder Servián, relata el violento entramado de asesinatos, milagros y amores que transcurren en el hervidero de corrupción que es la ciudad de Buenos Aires de principios de 2000. La guerra entre “amarillos y azules” será el motor de la trama secreta del atentado al tren Roca, el cual dejará tras de sí 150 víctimas mortales. Es una obra que engancha al lector desde el principio y le invita a introducirse en su particular mundo. El libro, de 256 páginas, se vende a un precio de 18,75 euros. Para solicitar información sobre cómo adquirirlo, los interesados pueden comunicarse con su autor, a través de la dirección electrónica matiascrowder@hotmail.com. Sin retoques. Hasta el 9 de junio es posible asistir a “De mentiras y realidad”, exposición individual del fotógrafo, pintor y dibujante Pavel Bastidas (Caracas, 1949) que se presenta en los espacios de Oro Café Bistró Galería, en Caracas. Tomadas en ciudades tan diversas como Caracas, San Francisco o Madrid, las veinte imágenes en blanco y negro que conforman la muestra, y que captan sensaciones que se pasean del dramatismo al humor, constituyen una crítica al retoque de modelos en la publicidad contemporánea. “He visto los retoques que les dan, las deforman. Es tanta la transformación que la gente es irreal, gente que no existe”, dice Bastidas, para quien el tema de la manipulación de las imágenes resulta chocante, pero también ha sido un motivo para indagar y experimentar. Bastidas ha trabajado para publicaciones como El Nacional (http://www.el-nacional.com), El Universal (http://www.eluniversal.com), El Diario de Caracas y Extra Cámara, así como en la producción de libros, discos y catálogos de arte, y además ha participado en diversas exposiciones colectivas. Su primera individual fue “Caminantes, calles y ciudades”, presentada en la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve) en 2006. Ha recibido el Primer Premio Concurso de Fotografía “Sucesos en la UCV” (1991), el Premio Municipal “Manuel Pérez Guerrero” (mención honorífica de Periodismo Científico Concejo Municipio Libertador; 1994), el Segundo Premio Rostros y Ángulos de la UCV (1997) y el Primer Premio Concurso “Salón de fotografía Urbana” del Proyecto Reservoir Books, Ciudad Secreta (1999). Oro Café Bistró Galería, un espacio que combina actividades de galería con la posibilidad de degustar platos emblemáticos de la cocina mantuana caraqueña, está ubicado en la Torre Coinasa, avenida San Felipe de La Castellana, en Caracas. Está abierto al público de martes a domingo entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde, y los lunes de 12 del día a 4 de la tarde. El libro en las parroquias caraqueñas. La Sociedad de Poetas Andrés Eloy Blanco, con el apoyo de su Editorial Giraluna, de la Emisora Comunitaria Arte 91.7 FM, de la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve) y de la Biblioteca Nacional de Venezuela (http://www.bnv.gob.ve) a través de la Red Estatal de Bibliotecas Públicas, realiza del 19 al 24 de abril su II Festival “Día Internacional del Libro y del Idioma”, que se desarrolla en cinco parroquias de Caracas (La Candelaria, 23 de Enero, San Juan, San Pedro y Catedral). La actividad se inicia el lunes a las 6 de la tarde en la parroquia La Candelaria con una emisión especial, en Arte 91.7, del programa “Entre poetas”, sobre la historia del libro. El martes, a partir de las 2 de la tarde, la parroquia 23 de Enero disfrutará de un taller de libro artesanal para niños y niñas que tendrá lugar en el callejón Nº 1 del sector El Plan del Barrio El Observatorio. A las 9 de la mañana del miércoles 21 se inaugurará la exposición de libros publicados de Editorial Giraluna en la Biblioteca Pública “Oscar Palacios Herrera” de la parroquia San Juan. El viernes 23, a las 10 de la mañana, se celebrará un recital poético en el auditorio de la Escuela de Bibliotecología de la UCV, en la parroquia San Pedro. Finalmente, el sábado 24 a las 10 de la mañana se realizará otro recital poético, esta vez en el auditorio de la Biblioteca Pública Central Simón Rodríguez, ubicada en la esquina El Conde de la parroquia Catedral. Participarán los poetas venezolanos Norys Saavedra (http://www.letralia.com/firmas/saavedranorys.htm), de Lara; Betsimar Sepúlveda, de Táchira; Miguel Guevara, de Barinas; Agmary Feder, de Bolívar, y los miembros del Grupo Musaraña, de Falcón, además de la representación de la Sociedad de Poetas Sede Nacional (Caracas) y Seccional Aragua (Maracay). http://sociedaddepoetasandreseloyblanco.blogspot.com El malestar de Icaria. Este miércoles 21 de abril será presentado en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona, España) el poemario Malestar en el Paraíso, del escritor José Icaria. La presentación, que se realizará a las 19 en la Biblioteca Montserrat Roig (http://bibliotecasantfeliu.blogspot.com), ubicada en Verge de Montserrat, 1-3, consistirá en un recital de poesía con elementos multimedia, música en vivo e imágenes/diapositivas. La entrada es gratuita. Para solicitar información, llamar a los números 936 850 186 y 936 850 264, o escribir a la dirección electrónica b.st.feliull.mr@diba.cat. http://www.grup-aude.net/jicaria.htm A puertas abiertas. “Un texto escrito en el bar de la Caixa Fórum fue la argamasa para moldear el primer capítulo”, explica Santiago de León en el prólogo de su novela Y las puertas estaban abiertas... “El segundo capítulo nació con una misión: unir lo que en el futuro vendría, algo así como un texto dotado de cierta lógica para que el lector (o sea usted, que está leyendo ahora) lo comprenda. En los siguientes capítulos disfruté: nacían los personajes, veía cómo se movían, sus ocurrencias y sus delirios”. Y las puertas estaban abiertas... será presentada por el Colectivo Literario 2009 2010, el próximo jueves 22 de abril a las 18:30, en el Centro Cultural Independiente María Castaña, en Tucumán 260, Córdoba (Argentina). El valor de la entrada es un libro usado. Los libros recolectados serán donados a la Biblioteca Pública de Villa Santa Cruz del Lago. http://teatromariacastana.wordpress.com El duelo. El 23 y 24 de abril se celebrará el “Duelo de Artistas”, un encuentro que por segunda vez se organiza en el departamento de Paysandú (Argentina). Todos los escritores, músicos o pintores que se inscriban para participar deben trasladarse el 23 de abril hasta la ciudad de Paysandú, en cuya terminal habrá un ómnibus que los trasladará hasta el parque de la localidad de Chapicuy. Allí escribirán, harán música y pintarán, disfrutarán de almuerzo y cena y realizarán un paseo por la hermosa Meseta de Artigas. Terminada la jornada de Chapicuy, con una noche de música, lectura de textos por parte de los escritores, y muestra de las pinturas realizadas, se trasladarán a las Termas de Guaviyu. Pasarán la noche en la ranchada y allí disfrutarán de baños termales. El sábado 24 repetirán la jornada de Chapicuy y cerrarán en la noche con un gran espectáculo para retornar finalmente a Paysandú para emprender el viaje de regreso a sus respectivos hogares, aunque quienes así lo deseen podrán quedarse a dormir la noche del 24 y regresar el 25. Para solicitar información sobre cómo participar, escriba a Mario Sarabí, organizador del evento, a la dirección electrónica masarabi2121@hotmail.com. http://mario-sarabi.blogspot.com Tres libros urbanos. La Fundación para la Cultura Urbana celebrará en Caracas, entre abril y mayo, la presentación de sus tres nuevas publicaciones. La primera de ellas es México y Venezuela: 20 testimonios, un retrato de la comunidad mexicana en Venezuela preparado por el comunicador Claudio Massiani. La presentación se realizará el 27 de abril a las 7 de la noche en el Salón Obelisco de la Plaza Altamira, en el marco del Festival de la Lectura Chacao 2010. Asimismo, el 29 de abril será presentado Mínima expresión: una muestra de la minificción venezolana, de la docente y escritora Violeta Rojo, una compilación que realiza un recorrido histórico por los autores de esta forma literaria en los últimos 100 años, entre los que se cuentan José Antonio Ramos Sucre, Salvador Garmendia, Juan Sánchez Peláez o Alberto Barrera Tyszka, junto con una miríada de noveles escritores que surcan apenas las dos décadas. La presentación, a cargo del escritor Rodrigo Blanco Calderón, tendrá lugar el 29 de abril a las 6:30 en la Librería El Buscón, ubicada en el nivel Trasnocho Cultural del Centro Comercial Paseo Las Mercedes. Finalmente, el 12 de mayo a las 7:30 de la noche será presentado en el Club Líbano Venezolano el libro Líbano y Venezuela: 20 testimonios, de la editora y gestora cultural Cristina Guzmán, quien entrevista a veinte inmigrantes libaneses que forman parte de la comunidad venezolana. La presentación se llevará a cabo con palabras de Nelson Dao y Marianella Salazar, quienes fungirán como padrino y presentadora, respectivamente. Escribir con Hincapié. Ya están abiertas las inscripciones para el taller de narrativa breve “Escribir para publicar”, que dictará en Bogotá, del 4 de mayo al 6 de julio, el escritor colombiano Esteban Hincapié Barrera (http://www.letralia.com/firmas/hincapiebarreraesteban.htm). La iniciativa tiene como objetivo brindar las herramientas necesarias al escritor para lograr que un relato sea publicable. Está orientada a personas con inclinaciones a la creación literaria y aspiraciones de comenzar a publicar en un medio escrito. Los participantes leerán, analizarán y descompondrán la estructura de varios cuentos clásicos con el ánimo de diseñar una poética propia; además, tendrán un acercamiento a la ficción como herramienta básica para la elaboración de cualquier texto narrativo. Cada asistente culminará el proceso de escritura de un cuento o un relato publicable. Un escritor invitado asistirá a las dos últimas sesiones del taller, comentará su experiencia literaria y realizará anotaciones sobre los trabajos de los participantes. Hincapié Barrera cursó la carrera de estudios literarios en la Universidad Nacional de Colombia (http://www.unal.edu.co). Es director-editor de Editorial Babilonia Ltda (http://corporacionbabilonia.blogspot.com) y catedrático del curso “Introducción a la edición literaria” en la Universidad de los Andes (http://www.uniandes.edu.co). Ha editado y publicado autores y obras como Opio en las nubes, de Rafael Chaparro Madiedo; Érase una vez el amor pero tuve que matarlo, de Efraim Medina Reyes, y De música ligera, de Octavio Escobar Giraldo, entre otros. El taller, que tendrá un máximo de diez participantes, se dictará en sesiones semanales de 6 de la tarde a 7:30 de la noche, en el Centro Cultural El Eje (calle 17, Nº 2-51), en la capital colombiana. Tiene un costo de 100.000 pesos. Los interesados pueden solicitar mayor información en la dirección electrónica eleje.talleres@gmail.com o a través del teléfono 3422107. http://bit.ly/bV8tvm ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Publican en Albania la poesía del salvadoreño Carlos Ernesto García Se convierte así en el primer poeta latinoamericano publicado en Albania, país en el que presentará próximamente su libro. Bajo el título Unë nuk kam shtëpi (Yo no tengo casa), y en traducción de Ina K. Zhupa, la editorial albanesa Dita2000 ha publicado una antología bilingüe, en castellano y albanés, del escritor salvadoreño Carlos Ernesto García (http://www.letralia.com/firmas/garciacarlosernesto.htm), residente desde finales de 1980 en Barcelona (España). El libro, que reúne ochenta poemas de García, convierte a este autor, según el director de Dita2000, Naim Buci, en el primer poeta latinoamericano publicado en Albania, país en el que ya se conocía la narrativa del continente a través de obras de Mario Vargas Llosa o de los ganadores del premio Nobel, Gabriel García Márquez y Miguel Ángel Asturias, entre otros. Nacido en Santa Tecla en 1960, García ha publicado los poemarios Hasta la cólera se pudre (Barcelona, 1994), A quemarropa el amor (Barcelona, 1996), La maleta en el desván (Jaén, 2009) y la antología Poesía de la diáspora (San Salvador, 2009), así como la crónica de viaje en tono novelado El sueño del dragón (Barcelona, 2003) y el libro de testimonios Bajo la sombra de Sandino (Barcelona, 2007), basado en una serie de entrevistas realizadas a destacados ex comandantes sandinistas. La edición de la antología incluye, en sus solapas, el fragmento de un extenso como profundo estudio crítico de la catedrática de literatura de la Universidad de Granada (http://www.ugr.es), Ana Gallego Cuiñas, aparecido el pasado año en la revista Adarve (http://www4.ujaen.es/~dmanero/Adarve) y que, entre otras reflexiones, expresa que para el autor “la imagen es sinónimo de recuerdo, narración y pensamiento, que están constituidos de experiencias que tienen la forma de un álbum fotográfico con anotaciones íntimas al margen”. Igualmente, se ha incluido un texto del estudioso de la literatura salvadoreña Carlos Cañas-Dinarte (http://www.letralia.com/firmas/canas-dinartecarlos.htm), en el que éste dice que “todos llevamos maletas polvorientas, flores viejas, muertos insepultos, miradas del tiempo y otras cosas tangibles e intangibles en ese desván que somos los seres humanos”. En el prólogo a la antología, el prestigioso poeta albanés Preç Zogaj cuenta cómo conoció a García el verano del año pasado, en el Festival Internacional de Poesía en Struga. “Él estaba enamorado de Albania. Yo estaba enamorado desde un principio de su idioma hispanoamericano, y pensaba que los poetas que escriben en español no lo tienen fácil, debido a la altura que han marcado hasta la fecha en la poesía de este idioma. Por otro lado pensaba que ser poeta en lengua española ya no dejaba posibilidad de ser un buen poeta, porque las medidas de la nueva poesía las habían decidido hacía tiempos García Lorca, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda y otros grandes poetas del siglo pasado”. García presentó su libro del 22 al 26 de marzo en las ciudades albanesas de Shkoder, El Basan, Fier, Tirane y Durres, donde leyó su poesía en varias universidades y centros culturales en los que fue recibido por estudiantes, académicos e intelectuales locales. La antología Unë nuk kam shtëpi, por afinidad lingüística, tiene distribución también en Kosovo y el sur de Macedonia. *** Hay Festival de Granada no se celebrará este año Debido a discrepancias entre los organizadores de las distintas versiones en español del Hay Festival, y su principal patrocinador, la Fundación Mapfre (http://www.mapfre.com/fundacion/es/home-fundacion-mapfre.shtml), la edición que se celebraba en la Alhambra de Granada (España) desde hace dos años no se celebrará el próximo mes de mayo como estaba previsto, según se anunció el pasado 25 de marzo. Mapfre retiró un respaldo económico cercano a los 700.000 euros. “No ha sido posible que se recuperaran de esa pérdida”, explicó Pedro Benzal, delegado de Cultura de la Junta de Andalucía (Junta de Andalucía). La organización del festival se niega a decir cuál es el presupuesto del certamen. Con la marcha de la franquicia británica, Granada pierde un festival por el que pasaron escritores como Orhan Pamuk, Umberto Eco, Juan Goytisolo, Fernando Savater, Almudena Grandes, Maruja Torres o Luis García Montero, entre muchos otros. En 2009 registró más de 20.000 espectadores. El Hay Festival (http://www.hayfestival.com), que en su día fuera denominado “el Woodstock de las ideas” por el ex presidente estadounidense Bill Clinton, nació en la pequeña localidad galesa de Hay-on-Wye en 1988. Desde 1996 adquirió carácter global. Mapfre ha sido su principal patrocinador en los tres eventos que se realizaban en lengua española. De momento, sólo se retira del Hay Festival Alhambra y seguirá implicada en la organización del de Cartagena de Indias (Colombia). La celebración del Hay Festival de Segovia en septiembre también está garantizada. Durante el primer contacto que la franquicia británica tuvo con la Junta ya fue expuesta la necesidad de cambiar su fecha. “En el mes de mayo en Granada existen otros festivales, además de la cercanía de la Feria del Libro. Es preferible buscar una fecha que no interfiera con otras programaciones”, les explicó Benzal. En un primer momento, Sheila Cremaschi, directora de la cita granadina, valoró la posibilidad de trasladarla al mes de junio. Finalmente, se sopesó llevarla a septiembre, hasta que se rompió la negociación. “Hemos estado mucho tiempo sin saber nada de ellos. Teníamos una partida presupuestaria preparada para la celebración del Hay, además de la reserva de diferentes sedes, pero finalmente no se va a celebrar. En mi opinión, se trata de una víctima de la crisis económica y es posible que desgraciadamente no sea la única”, explicó el concejal de Cultura, Juan García Montero, que comunicó que se estudia la posibilidad de convertir el Hay Festival Alhambra en una cita bienal. La Fundación Mapfre mantenía con los responsables de la organización un acuerdo de una duración de cuatro años, pero el mismo terminó el año pasado y no fue posible renovarlo “por distintas discrepancias con los organizadores. Por eso ya no estamos en ninguno de los festivales”, explicó Pablo Jiménez, director del Instituto de Cultura de la fundación, este 7 de abril. Entretanto, se supo que el Hay Festival de Segovia, que arriba este año a su quinta edición, se desarrollará del 23 al 26 de septiembre. Antonio Muñoz Molina tomará el relevo como maestro de la ceremonia inaugural, que en la edición anterior encarnó Álvaro Pombo, y leerá parte de su obra en un acto que tendrá lugar en la sala Caja Segovia (http://www.cajasegovia.es), el 3 de septiembre, como un preámbulo al resto de la programación. Fuentes: El Norte de Castilla • El País *** Editor venezolano Domingo Fuentes muere a los 79 años Uno de los más importantes editores venezolanos, Domingo Fuentes, quien difundió la obra de autores de la talla de Francisco Herrera Luque o Manuel Caballero, falleció en Caracas el pasado 2 de abril, a la edad de 79 años. Fuentes imprimió en las décadas de los 70 y 80 buena parte de la historia de Venezuela y de los best-sellers de autores venezolanos de la época, convirtiéndose en una referencia editorial en el país. La casa del pez que escupe el agua, de Francisco Herrera Luque; De Castro a López Contreras, de Emilio Pacheco; Venancio Pulgar: caudillo del Zulia, Siempre habrá Venezuela, de Miguel Ángel Capriles; Socialismo para Venezuela, de Manuel Caballero; Cuatro crímenes, cuatro poderes, de Fermín Mármol León, y Checoeslovaquia, el socialismo como problema, de Teodoro Petkoff, entre otros muchos títulos, adquirieron vida en los talleres de la Editorial Domingo Fuentes. Ligado al Partido Comunista de Venezuela (PCV, http://www.pcv-venezuela.org), Fuentes fue desde su juventud un incansable luchador por la democracia, sufriendo los rigores del encarcelamiento durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Su pasión por la actividad editorial no lo separó nunca de los libros y últimamente se desempeñaba como asesor de Monte Ávila Editores (http://www.monteavila.gob.ve). Nacido en Valencia, llegó siendo aún un niño a Caracas, donde se estableció definitivamente. Formó una familia junto a la destacada luchadora social Esperanza Vera, unión de la que nacieron sus cuatro hijos, Marisela, Domingo, Carlos y Beatriz Fuentes Vera. A través de las ediciones La Muralla, primero, y de la Editorial Domingo Fuentes, después, el editor se convirtió en el impulsor del registro testimonial de la época de la guerrilla en Venezuela. En 1964 publicó Entre las breñas, de Argenis Rodríguez; más tarde Tiempos difíciles (1972), de Octavio Beaumont, y Final de otro sombrío (1973), de Julio Jáuregui, entre otros. El crítico Roberto J. Lovera De Sola recuerda que por aquellos años fue Fuentes uno de quienes entrevieron la derrota de la guerrilla y la crisis del socialismo autoritario en Europa como consecuencia de la Primavera de Praga y la ulterior invasión soviética a Checoslovaquia. La publicación, bajo su sello editorial, del libro Checoeslovaquia, el socialismo como problema (1969), de Teodoro Petkoff, “marcó el inicio de una polémica internacional impulsada desde Caracas por este pensador venezolano”, cuenta Lovera De Sola. “El libro fue anatematizado por el Partido Comunista de la URSS pero abrió el camino de una polémica universal como hoy se reconoce”. Al año siguiente volvería sobre el tema al publicar El desarrollo desigual del socialismo y otros ensayos polémicos, de Manuel Caballero. Fuentes fue también el editor que dio la mano en 1972 al escritor Francisco Herrera Luque, al publicar su novela histórica Boves, el urogallo, que rápidamente alcanzó estatus de best-seller y de la que se ha vendido más de un millón de ejemplares. Hoy en día, Herrera Luque —de quien Fuentes publicaría también, en 1975, En la casa del pez que escupe el agua— es el segundo autor venezolano más publicado de todos los tiempos, después de Rómulo Gallegos. Fuentes: Analítica • Encontrarte *** Perú fomentará la formación de “lectores creativos” Con la finalidad de promocionar la lectura y formar docentes con propuestas innovadoras de enseñanza, así como promocionar y desarrollar las bibliotecas escolares, la Biblioteca Nacional del Perú (BNP, http://www.bnp.gob.pe) y el Grupo Editorial Santillana (http://www.gruposantillana.com.pe) suscribieron el pasado martes 6 de abril un convenio de cooperación interinstitucional para ejecutar el Programa Interactivo de Actualización Docente “Formando Lectores Creativos”, que cuenta con el aval académico de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (Unifé, http://www.unife.edu.pe). Este programa, que se desarrollará a través de una plataforma virtual, beneficiará con una capacitación sostenida a los docentes y bibliotecólogos de diversas regiones del Perú, quienes se actualizarán en estrategias de comprensión lectora, producción de textos y animación a la lectura. De esta forma, producto de las alianzas estratégicas con instituciones privadas, la BNP contribuye con el cumplimiento de los objetivos del Estado peruano en materia educativa, apoyando la labor de un sector de profesionales muy importantes para el desarrollo el país. La firma del convenio, formalizada en la Sala Juan Mejía Baca de la BNP, contó con la presencia de la directora nacional (e) de la BNP, licenciada Nancy Herrera Cadillo, y el gerente general de Santillana, Javier Laría Quincoces. Fuente: La República *** Muere a los 65 años el poeta mexicano Gilberto Castellanos El poeta mexicano Gilberto Castellanos Tenorio (Ajalpan, Puebla, 1945) falleció el miércoles 7 de abril al mediodía en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Puebla (ISSSTEP, http://www.issstep.pue.gob.mx), a causa del problema renal que venía padeciendo desde hace un año y por el cual debía realizarse, cada tres días, una hemodiálisis para purificarse la sangre, proceso que le desgastaba y le causaba enormes fatigas, ocasionándole finalmente un infarto cerebral. El poeta, quien fue velado y acompañado por familiares, amigos, periodistas y parte del gremio literario y artístico de Puebla, recibió el jueves 8 un homenaje con cuerpo presente en el Benemérito Instituto Normal del Estado (http://www.bine.edu.mx), a cargo del gobernador del estado (http://www.puebla.gob.mx), Mario Marín Torres, y el secretario de Educación (http://www.sep.pue.gob.mx), Darío Carmona. Días antes de la presentación de su último poemario, Omnívaga, el autor habló con la prensa mexicana de la enfermedad que sufría y del proceso de purificación al que era sometido para aminorar sus males, agregando que había que tomarlo “con humor y optimismo, porque es la única oportunidad que tengo de vivir”. El poeta, quien meses antes había padecido un infarto en el cerebro que le llevó a perder gradualmente la vista, no paró de hacer poesía. Y desde su primer libro, Mirar el artificio (1982), confió que sobre géneros como la novela y el cuento, “la poesía siempre conservará su supremacía, su respiración íntima”. Profesor normalista de profesión, dibujante, promotor cultural y a veces pintor, Castellanos fue autor de otras publicaciones, como Rama del ser, Semillas del barro, Arcángide, Caudal y Letranía, que vieron una edición compilatoria titulada Cómo podar la luz, realizada por la Secretaría de Cultura. Para el escritor Enrique de Jesús Pimentel, Castellanos no sólo marcó la pauta para las generaciones venideras de poetas, sino entre sus contemporáneos. Pimentel describió la obra del escritor como “una verdadera poesía de la luz”, en la que había una real preocupación por la palabra, que a través de referencias e imágenes aportaban un mundo lleno de imaginación y belleza poética. “Estoy profundamente consternado. Como amigo y lector suyo reconocí en Gilberto un poeta que dedicó toda su vida a escribir y a hacer poesía. Su fallecimiento, sin duda, es una pérdida para la vida cultural y literaria de Puebla”, evocó. Por su parte, el artista plástico José Lazcarro distinguió de Castellanos su labor como pintor “disciplinado e inalcanzable”, aunque recordó que había conocido a Castellanos como poeta. “Nunca me imaginé que fuera un gran pintor. Una vez, a mi regreso de Ciudad de México, me recibió en su casa: los pisos de tres salones estaban repletos de dibujos hechos con tinta; fue realmente abrumador”. Para Lazcarro los poblanos deberán hacerle justicia a la memoria y a la obra del poeta oriundo de Ajalpan, pues “no sólo la literatura de Puebla le deberá mucho, sino también la comunidad”. El artista rememoró el paso de Castellanos como director de la Casa de la Cultura, institución a la que durante 10 años llenó de actividades, y apuntó que pese a la carencia de recursos solía llevar las actividades locales a recorrer diversos estados de la nación azteca. Cofundador en 1964, al lado de Jorge Altieri Hernández, del Coro Normalista, Castellanos compuso varias obras corales que forman parte del repertorio de la institución. Altieri recordó de Castellanos su pasión por la escritura y la música, ámbitos en donde dejó huella. “Exponente de la poblanidad y la mexicanidad, Gilberto tenía la característica principal que debía tener un artista: la sensibilidad”, expresó. Por su parte, el secretario de Cultura, Alejandro Eliseo Montiel Bonilla, declaró que hace un par de semanas entregó de propia mano para su publicación sus dos últimos libros revisados: El árbol y el viento y Trama del día, que aparecerán en el transcurso de este año. Castellanos participó, además, en programas de radio y televisión, con transmisiones como “Puebla en la Cultura” y el Festival Internacional de Puebla Musical. Fue becario por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, escribió para revistas nacionales como Tierra Adentro (http://www.conaculta.gob.mx/tierra/revista.htm), y aunque autoridades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Buap, http://www.buap.mx) le prometieron el doctorado honoris causa, éste jamás se le otorgó. Fuente: La Jornada de Oriente *** Biblioteca Ayala recibirá 4.000 libros que pertenecieron al escritor Carolyn Richmond, viuda del escritor Francisco Ayala, anunció el pasado 8 de abril que legará 4.000 volúmenes de la colección del que fuera Premio Cervantes, para que formen parte de la nueva biblioteca que se abrirá al público en Granada antes de final de año. La biblioteca, situada en el barrio granadino del Zaidín, tiene capacidad para 66.000 volúmenes y podrá atender a 360 usuarios, por lo que el Ayuntamiento de Granada (http://www.granada.org) ya ha comenzado a trabajar en el depósito de obras. Richmond señaló que no se trata de una biblioteca de barrio, sino de “una gran biblioteca” y ha dicho que con proyectos como este su marido “está en vida”. En la Biblioteca Francisco Ayala se han invertido 1,5 millones de euros, con cargo a los fondos de inversión local. El establecimiento contará, entre otros servicios, con salas de lectura —una de ellas con horario nocturno—, un aula para los niños donde se realizarán cuentacuentos, y dos estancias de usos múltiples. El proyecto se completa con una plaza de más de 7.000 metros cuadrados con un espacio de juego para los niños y una gran pérgola colindante a la nueva biblioteca. Autor de títulos como El jardín de las delicias, Francisco Ayala falleció el pasado 3 de noviembre a los 103 años, y sus cenizas se depositaron bajo un limonero del palacete Alcázar Genil de Granada, sede de la fundación que lleva su nombre. Fuente: EFE *** Presentan en Lima un libro en homenaje a Alfredo Bryce Echenique Este 8 de abril fue presentado en Lima el libro Una vida de novela, con el que escritores, admiradores y amigos de Perú y otros países, sobre todo de España, rinden homenaje al escritor peruano Alfredo Bryce Echenique mediante cartas dirigidas al autor, viejas fotografías en muchos casos inéditas, una entrevista con él y textos diversos. Editado por Aguilar (http://www.editorialaguilar.com), el libro fue presentado en un conocido restaurante limeño por los novelistas Alonso Cueto y Fernando Ampuero y el periodista Fernando Carvallo, en un acto donde la palabra más repetida fue “amigo”, pues la mayoría de los asistentes estaba allí ante todo en calidad de amigos del escritor. Ampuero reconoció que las 222 páginas del libro, editado por Mercedes González y Mayte Múgica, “no abarcan la vida desaforada de Alfredo”, parafraseando el título de una de sus más famosas novelas, La vida exagerada de Martín Romaña. Cueto fue quien tuvo palabras de mayor calidez con el autor de Un mundo para Julius, un hombre al que la literatura debe el “haber rescatado la ironía y el juego, la proximidad con el lector y la conciencia de la relatividad de las cosas”. Utilizó palabras del propio Bryce Echenique para describir su mundo, similar “al del cuarto de un niño que está jugando antes de que llegue su madre a ordenarlo”. Bryce Echenique se mostró conmovido y, con voz quebrada y un tanto titubeante, agradeció este libro “lleno de cachivaches de mi vida” por ser “un acto de cariño a un escritor que escribe cumpliendo con su deber y sólo quiere llegar al corazón de sus lectores y amigos”. El escritor es, desde el pasado viernes 16, una de las figuras principales en la III Feria del Libro de Lima Norte, junto con el colombiano Miguel Ángel Manrique Ochoa y el español Jordi Doce. El evento, que se extenderá hasta el 2 de mayo, forma parte del circuito de actividades culturales promovidas cada año por la Cámara Peruana del Libro (CPL, http://www.cpl.org.pe), que también organiza la feria itinerante del libro, la Feria Internacional del Libro (FIL, http://www.filperu.com) y la tradicional Feria del Libro “Ricardo Palma”. Fuente: EFE *** Congreso chileno rechaza llamar “Pablo Neruda” a aeropuerto de Santiago Una iniciativa presentada en julio de 2004 para rebautizar el Aeropuerto Internacional Comodoro Arturo Merino Benítez (http://www.aeropuertosantiago.cl) de Santiago de Chile con el nombre del poeta Pablo Neruda (1904-1973), Premio Nobel de Literatura 1971, fue rechazado por la Cámara de Diputados de la nación sureña (http://www.camara.cl) el pasado jueves 8 de abril, con 44 votos en contra y 38 a favor. El proyecto, que había sido presentado por parlamentarios de la entonces gobernante Concertación por la Democracia —actualmente en la oposición—, fue rechazado en una sesión en la que participaron 82 diputados, de un total de 120. La iniciativa se fundamentaba en que el autor de Canto general es, de lejos, el chileno más conocido en todo el mundo, y que designar con su nombre al principal aeropuerto del país ayudaría a promover el turismo proveniente del extranjero. Los autores del proyecto citaban, además, el ejemplo de otros países que han dado el nombre de sus grandes figuras históricas a sus aeropuertos, como Charles de Gaulle (Francia), John Kennedy (Estados Unidos), Leonardo da Vinci (Italia), José Martí (Cuba) o Indira Gandhi (India). El principal terminal aéreo chileno lleva desde 1980 el nombre del aviador y militar chileno Arturo Merino Benítez (Chillán, 1888; Santiago, 1970), considerado el fundador de la Fuerza Aérea de Chile (FACh, http://www.fach.cl). Durante el debate para decidir el cambio de nombre, el diputado Patricio Melero, de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), rechazó el proyecto porque “la figura de Pablo Neruda es lo suficientemente conocida en Chile y el mundo y no necesita del aeropuerto para resaltar su obra literaria”. El socialdemócrata José Auth se pronunció a favor, “porque es un caso excepcional”, tras declarar que habitualmente es “antagónico a la de idea de poner nombres a las cosas”. Para Alberto Cardenil, de Renovación Nacional, el partido del presidente Sebastián Piñera, “hay una mala costumbre en Chile que es cambiarle el nombre a las cosas. A mí no me gusta esa forma de actuar; he sido bien critico de todos los cambios de nombre, por eso no me gusta este proyecto”. Añadió que la idea era “un agravio” a la memoria de Merino Benítez. El diputado comunista Lautaro Carmona, de cuyo partido el poeta fue militante y senador, denunció que el debate estuvo sesgado “con una carga política e ideológica de gran sectarismo”, mientras el socialista Fidel Espinoza consideró “una vergüenza” el rechazo del proyecto. “Esta es la misma derecha del siglo pasado; no ha evolucionado absolutamente nada”, espetó. El demócrata cristiano René Saffirio coincidió en que el rechazo fue producto de “una polarización política y del desconocimiento de la derecha de la imagen, la impronta y de la contundencia de la obra de Neruda”. Por su parte, el presidente de la Fundación Pablo Neruda (http://www.fundacionneruda.org), Juan Agustín Figueroa, lamentó la decisión, sobre todo por el tinte político que tuvo el debate. “Darle un sesgo político al tema de Neruda yo creo que es un despropósito”, afirmó. “Neruda es una figura que trasciende la política nacional y se ha convertido realmente en un ícono del país... relacionar política con Neruda no tiene sentido”, dijo Figueroa, aunque reconoció que este era un tema “controvertido”. Rebautizar el aeropuerto con el nombre del vate es sin duda un homenaje a su figura “que podría significar un atractivo para los turistas, que identifican mucho a Chile con Neruda. Pero Arturo Merino Benítez es una figura muy relevante en la aeronáutica civil y militar en Chile, es el fundador de la Fuerza Aérea y también merece ser particularmente recordado”. Aunque Figueroa dice que en la fundación “hubiéramos recibido con beneplácito” la noticia del cambio de nombre al terminal aéreo, los diputados dijeron lo contrario y también repararon en una tendencia que en los últimos años se ha vuelto habitual, al tratar de rebautizar lugares emblemáticos. Ese es el caso del ahora “Estadio Nacional Julio Martínez”, el edificio “Gabriela Mistral” (ex Diego Portales), la avenida Gladys Marín (ex Pajaritos), y hasta la calle Sergio Livingstone Pohlhammer (ex Olivos) de Independencia. “Yo creo que los nombres deben preservarse, porque significan que de alguna manera la memoria colectiva del país”, dijo. Sin embargo no todas las opiniones fueron tan suaves. Reynaldo Lacámara, presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH, http://sociedaddeescritoresdechile.blogspot.com), manifestó su sorpresa ante el hecho y dijo que “sentir que el Congreso de la República rechaza esto, me desconcierta”. “No quiero pensar que nuestros ilustres congresistas son unos ignorantes, ni menos pensar que están viendo la militancia a los chilenos destacados, porque eso significaría que nuestro país está retrocediendo tremendamente y ni pensar entonces cómo va a votar este congreso en futuras leyes”, sostuvo Lacámara. “Los extranjeros nos miran a nosotros por nuestro arte, nuestra cultura y, en particular, nuestra literatura. Pablo Neruda ha sido símbolo de todo esto, con un sentido de patria y transversalidad que se le reconoce en todos los rincones del mundo. Sería un gran gesto que Chile tuviera en una de sus puertas de entrada un homenaje a su letra, a su poesía”. Fuentes: EFE • Prensa Latina • Terra *** Museo de Sancti Spíritus recibe guayabera de García Márquez El Museo Provincial de Sancti Spíritus, emblemático sitio del Centro Histórico Urbano de Cuba, atesora desde el pasado sábado 10 de abril una guayabera, blanca y de mangas largas, que del Premio Nobel de Literatura 1982, el escritor colombiano Gabriel García Márquez. Donada al proyecto sociocultural “La Guayabera”, la prenda fue entregada por Mercedes Barcha, la esposa del escritor colombiano, a Senel Paz, vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac, http://www.uneac.org.cu), quien a su vez la hizo llegar mediante la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL, http://www.cinelatinoamericano.org) a su destino final. Según explicaron Carlo Figueroa y Ciro Bianchi Ross, gestores del proyecto espirituano, la camisa fue usada en varias ocasiones por el Gabo y pertenece a la marca Criolla, que se confecciona en Cuba. Acompañan la prenda de vestir un sobre remitido a La Guayabera firmada por el autor de Cien años de soledad y una carta de la FNCL. Esta prenda se integra a otras que ya son albergadas en este recinto, entre ellas una donada por el ex presidente cubano Fidel Castro, otra del guatemalteco Miguel Ángel Asturias, una más del literato colombiano Oscar Collazos, una guayabera roja donada por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, y la entregada por el actual mandatario de la isla, Raúl Castro. El museo posee también cerca de un centenar de piezas similares que han pertenecido a personalidades de la cultura, la sociedad y la política de Cuba, América Latina y la República Popular China. La guayabera, prenda fresca y elegante, es una camisa típica de Cuba que es muy usada en meses de mucho calor. Se dice que los campesinos de la zona del Yayabo guardaban guayabas en sus bolsillos, por lo que adoptó el nombre de guayabera. La pieza de García Márquez fue recibida con una serie de actividades a partir del viernes 9, con la presentación de los títulos Asedio a Lezama Lima y otras entrevistas y Lezama disperso. En la noche, además, se inauguró la muestra “El aroma de lo perfectible”. Finalmente, este 17 de abril se dio inicio a una intervención de artistas de la plástica en el barrio de Jesús María. Fuentes: AIN • Cubadebate • El Tiempo • Notimex *** Grupo Planeta compra la mitad de Círculo de Lectores Dos de los grupos editoriales más importantes a nivel europeo, Planeta (http://www.planeta.es) y Bertelsmann (http://www.bertelsmann.com), rubricaron este 13 de abril un importante acuerdo que demuestra la fortaleza del sector justo cuando se discuten los retos de futuro, como el auge del libro electrónico. El Grupo Planeta entra mediante este acuerdo en el 50 por ciento del accionariado de Círculo de Lectores (http://www.circulo.es), el primer club de lectura español. Se trata de un acuerdo estratégico que permite sumar la experiencia de un agente cultural considerado como clave en la expansión de los hábitos de lectura en los últimos 50 años en España con la del grupo editorial y multimedia líder en el mercado de lengua hispana, tanto en la nación ibérica como en América Latina. Según explicaron Jesús Badenes, director general de la División de Librerías del Grupo Planeta, y Fernando Carro, presidente ejecutivo de Direct Group Bertelsmann (http://www.directgroup-bertelsmann.com), “nuestro objetivo es fortalecer Círculo de Lectores con un proyecto de crecimiento ante los retos que vive el sector editorial en la actualidad. Somos los dos mejores accionistas que se puede tener en una iniciativa de estas características”. Círculo de Lectores, que el 14 de abril conmemoró sus diez años en el mercado en lengua catalana de la mano de Cercle de Lectors (http://www.cercle.cat), cuenta en España con un millón de socios y unos 5.000 agentes de ventas distribuidos por todo el país. A punto de celebrar medio siglo en España, el acuerdo le permite seguir desarrollando su extenso catálogo, que representa una selección de las novedades más importantes que ofrece el mundo editorial. La oferta de Círculo ahora podrá extenderse con otros productos y servicios de ocio y entretenimiento culturales procedentes, por ejemplo, de Planeta Directo. Otro punto importante se relaciona con la cadena de librerías que ambas editoriales tienen: Casa del Libro (http://www.casadellibro.com), de Planeta, y Bertrand (http://www.libreriasbertrand.es), de Bertelsmann. A partir de la firma, se incrementará la red de puntos de atención a los socios en librerías, extendiendo los llamados Espacios Círculo, actualmente presentes en las nueve librerías Bertrand que hay en España, a los establecimientos de Casa del Libro presentes en las principales ciudades españolas. Los dos grupos empezarán este año con seis tiendas de la Casa del Libro y en 2011 seguirán con el resto hasta alcanzar la totalidad de Casas de Libro (25) en dos años. Respecto a Galaxia Gutenberg (http://www.galaxiagutenberg.com), el sello editorial de Círculo, seguirá conservando su autonomía, publicando ediciones de clásicos ilustradas por grandes artistas actuales, aparte de obras completas de nombres como Gómez de la Serna, García Lorca, Kafka, Gil de Biedma, Vargas Llosa y Delibes, entre muchos otros. Una vez que esté aprobado el acuerdo por parte de Bruselas, como máximo en tres o cuatro meses, el nuevo director general de Círculo de Lectores será Joaquín Álvarez de Toledo, persona del equipo actual de Badenes y director general de Nuevas Iniciativas de la División de Librerías de Planeta. De esta manera, el Grupo Planeta refuerza su liderazgo en el sector editorial en España y Francia. Hoy en día cuenta con más de un centenar de sellos y un catálogo formado por 150.000 autores, tanto clásicos como contemporáneos, algunos de ellos fenómenos de ventas como Carlos Ruiz Zafón, Patrick Süskind, Dan Brown, Miguel Delibes y Stieg Larsson, editando en español, portugués, francés y catalán. Asimismo, es uno de los principales grupos de comunicación en España, accionista de referencia, junto a DeAgostini (http://www.planetadeagostini.es), del Grupo Antena 3 (http://www.grupoantena3.com). El Grupo Planeta también es accionista de los diarios La Razón (http://www.larazon.es) y ADN (http://www.adn.es), así como de El Tiempo (http://www.eltiempo.com), líder de la prensa en Colombia. Por su parte, Direct Group Bertelsmann es una de las principales divisiones del grupo Bertelsmann AG y su actividad tradicional han sido los clubes de lectura. Con una presencia actualmente en 16 países, los clubes de Bertelsmann suman un total de 15 millones de clientes a los que se atiende gracias a catálogos bimestrales, Internet, las llamadas “tiendas club” y los “espacios club” en librerías como Bertrand. Entre los retos de futuro, Badenes subrayó que “nos juntamos dos empresas punteras, no por necesidad, sino por oportunidad, pues pensamos que el futuro de Círculo será mucho mejor, ya que unirá una capacidad de generación y difusión de contenidos enormes”. La alianza Bertelsmann-Planeta también contempla un gran lanzamiento en Círculo para la próxima Navidad en el tema del libro electrónico y los e-books, aprovechando la red de 5.000 agentes de ventas y el millón de socios que posee. Uno de los temas pendientes gracias a esta rúbrica es el del futuro del libro electrónico. Tanto Badenes como Carro coincidieron al afirmar que “es necesario llegar a acuerdos con empresas para impulsar el libro electrónico, así como la digitalización de los contenidos de nuestros catálogos”. Una de las primeras pruebas de fuego del e-book propiciadas por esta firma llegará en la próxima campaña navideña, aunque los dos responsables prefirieron no dar muchos detalles porque todavía hay que perfilar cómo será este reto. “La digitalización de contenidos es muy importante, pero todavía está en los inicios. Es un momento muy oportuno para abordarlo con mucha seriedad”, aseguró Badenes. Ambos directivos también destacaron que en el futuro hay que apostar por nuevas alianzas editoriales en el sector de la venta de libros por Internet. En la actualidad, según dijo Badenes, el libro electrónico no ha conseguido grandes cifras de venta, por ejemplo, en Estados Unidos, donde el pasado año no se superó el 1 por ciento. Los próximos meses servirán para promover campañas de apoyo a este formato que esperan sirvan para llevar el ámbito de la lectura hasta el camino de las nuevas tecnologías, algo presente para Planeta y Bertelsmann. Fuente: La Razón *** Academia de la Llingua Asturiana publica con Bubok La institución ofrecerá desde su página en Bubok los títulos agotados o de interés filológico de forma gratuita si se trata de ebooks y a precio de coste en el caso de la versión impresa. La Academia de la Llingua Asturiana (http://www.academiadelallingua.com) firmó este 14 de abril un acuerdo con Bubok (http://www.bubok.com) para poner a la venta varios de sus títulos desde una página específica de la institución (http://academiadelallingua.bubok.com) en la plataforma de la editorial. El lector podrá acceder a títulos de la Academia de la Llingua ya agotados y a otros cuya difusión resulta prioritaria por su interés filológico. Los libros estarán disponibles a precio de coste, en el caso de los ejemplares impresos, y de forma gratuita en el caso de los libros digitales. Un acuerdo de estas características contribuye, según un comunicado publicado por la institución, a proteger y dar a conocer un importante legado cultural en el idioma asturiano, y es un reflejo más de la enorme contribución que las nuevas tecnologías pueden hacer a la difusión cultural al brindar a los usuarios la posibilidad de acceder a contenidos que no estaban disponibles o resultaban de difícil acceso hasta la fecha. Durante el acto de presentación de este nuevo espacio, que tuvo lugar el 14 de abril en la sede de la Academia de la Llingua en Oviedo, Ana Cano, presidenta de la institución, recordó la decisión de otras entidades de elegir a Bubok como plataforma desde la que vender parte de su catálogo, como es el caso de la Biblioteca Nacional de España (BNE, http://www.bne.es). Ángel María Herrera (http://www.letralia.com/firmas/herreraburguilloangelmaria.htm), director ejecutivo y fundador de Bubok, también subrayó las ventajas de un convenio de estas características: “Este acuerdo contribuirá a uno de nuestros principales compromisos con los usuarios: ofrecer un escaparate rico y atractivo en el que puedan encontrar información y publicaciones de diversa naturaleza, así como obras agotadas en el mercado que resultan difíciles de conseguir. Además, queremos animar a los autores asturianos que escriban tanto en lengua asturiana como en castellano a que publiquen con Bubok y podamos ofrecer un punto de encuentro de creadores, estudiosos y lectores de la región que resulte de gran interés para todas las personas que deseen conocer la cultura asturiana”. Bubok es una editorial de autopublicación online que a través de su plataforma ofrece a cualquier persona la posibilidad de publicar sus obras en la red. Su objetivo es permitir que cualquier autor de contenidos publique y dé a conocer su libro en papel o en formato digital. Cada escritor podrá decidir en qué formato desea tener su obra, si quiere venderla y a qué precio, y será el cliente final el que decida la forma de envío. El autor se llevará el 80% del beneficio de las ventas y tiene todo el control del proceso editorial. Fuente: Academia de la Llingua Asturiana *** Culminó reunión de ministros de cultura latinoamericanos y caribeños El XVII Foro de Ministros de Cultura y Encargados de Políticas Culturales en América Latina y el Caribe, celebrado en Quito (Ecuador), aprobó el pasado miércoles 14 de abril una declaración final que implementa la voluntad de integración acordada en Cancún por sus respectivos mandatarios. Tras dos días de deliberaciones en la sede de la Cancillería ecuatoriana (http://www.mmrree.gov.ec), los titulares del sector proclaman “el derecho de todas nuestras culturas a existir y preservar sus prácticas tradicionales y milenarias, inherentes a sus respectivas identidades”. Consignan que la cultura es uno de los factores decisivos en el desarrollo de los países del área y que debe ser aporte para la reconstrucción luego de tragedias naturales o sociales, la rearticulación de lazos sociales y de cooperación y el impulso de iniciativas comunitarias. Destacan el principio de cultura de paz, la atención de los derechos culturales de emigrantes e inmigrantes, la reformulación del sistema que regula los derechos de autor y la vinculación entre comunicación y cultura, como prioritarios en la agenda regional. En el marco de la diversidad cultural y lingüística de América Latina y el Caribe, reconocen la importancia del principio del Sumak Kawsay o “Buen Vivir”, así como otros saberes tradicionales, para el desarrollo de políticas culturales incluyentes. Éstas deben ser, precisa el documento, coadyuvantes de un proceso de descolonización en nuestros pueblos y de armonía con el ambiente y el planeta, y en especial subrayan el papel de la cultura para afrontar los desafíos que depara el cambio climático. Los ministros elogiaron la iniciativa del previo Encuentro de Jóvenes y postulan por que las políticas públicas juveniles se construyan de manera conjunta con los propios jóvenes, para lograr así una acción democrática verdadera y participativa en la diversidad cultural. Promueven la articulación de proyectos comunes y complementarios entre la Comunidad del Caribe (Caricom, http://www.caricom.org), la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana (CECC, http://www.sica.int/cecc), el Mercosur cultural, el Alba cultural, la Comunidad Andina (http://www.comunidadandina.org) y las oficinas regionales de la Unesco (http://www.unesco.org). Entre los 14 puntos resolutivos, la declaración promueve políticas públicas orientadas a la libre circulación de artistas, obras, bienes y servicios culturales entre los países del foro, y fortalecer las capacidades de la Secretaría Pro Témpore, a cargo ahora de Bolivia. Fuente: Prensa Latina *** Eloy Fernández Porta se alza con el Premio Anagrama de Ensayo El barcelonés Eloy Fernández Porta obtuvo este jueves 15 el XXXVIII Premio Anagrama de Ensayo (http://www.anagrama-ed.es/premios/premio/anagrama) con la obra €®O$: la superproducción de los afectos, un discurso creativo sobre el amor, quién lo produce, las imágenes que lo anuncian y los medios que lo transfieren. El jurado, integrado por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater, Vicente Verdú y el editor Jorge Herralde, concedió el premio por unanimidad al manuscrito de Fernández Porta, que recibirá 8.000 euros, y seleccionó como finalista el ensayo Pornotopía: arquitectura y sexualidad en Playboy durante la guerra fría, de Beatriz Preciado, originaria de Burgos y que actualmente reside entre París y Barcelona. Herralde explicó que, durante sus deliberaciones, el jurado del premio, al que concurrieron este año 135 originales, tuvo en cuenta la “imaginación crítica” que hay en las dos obras premiadas, y destacó que, pese a su “extrema juventud”, sus autores son ya “plenamente conocidos” en el ambiente cultural español. Fernández Porta, nacido en Barcelona en 1974, profesor de Nuevos Ámbitos Literarios y con varios libros de relatos y de ensayos publicados, como Afterpop, bromeó en una rueda de prensa posterior que, gracias al premio, se han encontrado el “after-pop” y el “porno-punk” que, en cierta manera, representan él y Preciado. Según explicó, su propuesta es un “ensayo sociológico de las relaciones personales” que trata sobre el amor y el capitalismo, dos términos que, aunque parezcan antagónicos, “se generan uno al otro”. El autor defiende que, en la época de la Internet 2.0, el amor, “que sería un error y una inmoralidad decir que ha existido siempre”, es algo que ocurre entre “la política general de los medios de comunicación y la micropolítica de los metamedios, como los blogs o el Facebook”. En el ensayo mezcla anuncios de la empresa Cash-Converter con la elegía amorosa latina o la cabalística amorosa. Los diez capítulos del volumen, de unas 400 páginas, incluyen también sátiras, poemas y canciones e incluso, según advirtió, un relato de crítica-ficción que sitúa en el año 2040 y que relata el derrumbe del mercado y lo que sucederá después. Autor también de obras como Homo Sampler, saludado en su día como poseedor de una escritura que “obliga a redefinir la teoría de la contemporaneidad”, Fernández Porta no olvida en su relato a personajes paradigmáticos de esta época como Paris Hilton, a la que coloca en un casting para hallar la felicidad verdadera, o al grupo musical Magnetic Fields que, a su juicio, son los encargados hoy del “Ars Amandi”. Por su parte, la filósofa Beatriz Preciado reflexionó sobre la revista Playboy (http://www.playboy.com) como “objeto de crítica cultural” y ha querido profundizar en el personaje de su creador, Hugh Hefner, que cree será el primer hombre que pasará a la historia “en pijama y en batín”. Preciado, que colabora en Francia en la emergencia de la teoría queer, que mantiene que la orientación y la identidad sexual o de género de las personas son resultado de una construcción social, mantiene que Playboy no es sólo una revista para hombres con “conejitas” con o sin biquini, sino un vasto proyecto “arquitectónico-mediático” que inventa una nueva “domesticidad masculina”. En este sentido, sugiere que Hefner es el creador de un “búnker sexual” y del “primer burdel multimedia de la historia”. También reconoció que efectúa su análisis de la publicación cuando pasa por una situación difícil. “Mi libro casi es una autopsia del momento mismo de su muerte”, apostilló. Nacida en Burgos en 1970, Preciado, que ha sido alumna en Estados Unidos de Jacques Derrida y Agnes Heller, es autora de varios libros como Manifeste Contra-Sexuel, y es profesora de historia política del cuerpo y teoría queer en el Programa de Estudios Independientes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (http://www.macba.es) y en la Universidad París VIII (http://www.univ-paris8.fr). Fuente: EFE *** Falleció el periodista y poeta Fernando Artieda El reconocido poeta y periodista ecuatoriano Fernando Artieda falleció la mañana del jueves 15 de abril en Guayaquil, a los 64 años de edad, luego de padecer esclerosis, una enfermedad degenerativa. El sepelio se realizó el viernes 16 en el camposanto Jardines de Esperanza. Reconocido, como él lo dijo en algunas de sus entrevistas, “por dar voz a los que no tienen voz”, Artieda escribió con el lenguaje del pueblo y alimentó su lírica del habla de cada esquina, por lo que muchos de sus personajes perfilaban como el chuchacoso, el tapiñado, el cabreado, el caretuco, el bacán. Formó parte del grupo literario Sicoseo, que se reunía en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas (http://guayas.cce.org.ec/index.php?id=1570), y cuyos miembros solían completar la jornada tomando cerveza las tardes de los viernes en el desaparecido bar Montreal, el mismo sitio donde uno de sus amigos, Jorge Velasco Mackenzie, también conoció a los personajes que poblaron su obra. Su obra se fue forjando con la jerga popular y con el tiempo no sólo fue reconocido por el círculo intelectual del Puerto, sino por la propia gente de a pie, quienes lo aclamaban en los recitales que hacía junto al trovador Héctor Napolitano. Así, uno de sus poemas más conocidos es “Pueblo, clave y fantasma de JJ”, un homenaje a Julio Jaramillo. “Una zorra veterana bebía cerveza y recordaba / que ella lo había conocido desde los tiempos que era camote de la Blanca Garzón / el mejor calzón que había en los cabareses de esa ciudad”, reza el antes citado texto y, en cierto sentido, engloba lo que en muchos de sus escritos reflejaba: a su pueblo. Artieda dedicó 45 años al periodismo, otra de sus grandes pasiones. En una de sus entrevistas defendió con gran pasión el oficio periodístico y dijo, a manera de enseñanza y axioma, que el periodista debe manejarse con rigor. En febrero del 2008, en un anuncio hecho en la cadena Ecuavisa (http://www.ecuavisa.com), donde ejerció de manera intermitente 17 años de carrera, se despidió. Para entonces la enfermedad degenerativa ya le diezmaba los músculos. El escritor trabajó en el diario Expreso (http://www.diario-expreso.com), donde llegó a ser editor general. También escribió para los diarios Hoy (http://www.hoy.com.ec) y Meridiano; en revistas como Vistazo (http://www.vistazo.com), Diners, Soho, La Razón (http://www.la-razon.com) y Ariel; en televisión pasó por las salas de redacción de RTS (http://www.rts.com.ec; antes Telesistema) y TV Manabita (http://www.tvmanabita.tv). Tal como él lo dijo, tenía esperanzas de cambio para su país. A partir de ello fue parte del gobierno de Abdalá Bucaram en la Secretaría Nacional de Comunicación, en 1996. La abandonó luego de que el jefe de Estado fue declarado incapaz de gobernar y desde entonces prefirió obviar el tema. Ya con la enfermedad muy avanzada alcanzó a presentar en el Museo Municipal de Guayaquil, en enero del 2009, su último poemario: El alcahuete de Onán, de 91 páginas, el libro número 10 de la colección “Poemarios guayaquileños” que promueve el sello editorial del Cabildo. Fuente: El Telégrafo *** El escritor peruano Mario Vargas Llosa recibe el premio Don Quijote El escritor peruano Mario Vargas Llosa recibió este 15 de abril el Premio Internacional Don Quijote de La Mancha de manos del rey Juan Carlos de España, en un acto celebrado en el Palacio Real de La Zarzuela en Madrid. El autor de novelas como La ciudad y los perros y La fiesta del Chivo fue reconocido con el galardón, correspondiente al año 2009, junto a la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal-Arroyo. El Premio Don Quijote, que cumple su segunda edición, está dotado con 25.000 euros (33.920 dólares) para cada uno de los ganadores y reconoce en dos categorías a personas de cualquier nacionalidad que hayan contribuido a la difusión internacional y el conocimiento de la cultura y la lengua española. La distinción fue creada en 2008 por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (http://www.jccm.es) y la Fundación Santillana (http://www.fundacionsantillana.org). Vargas Llosa, afincado en España, recibió el premio a la más destacada trayectoria individual por su labor como novelista, ensayista, crítico literario, periodista e intelectual comprometido con su tiempo. Macapagal-Arrollo, por su parte, fue distinguida en la categoría de mejor labor institucional por su decisión de introducir la enseñanza de la lengua española en los planes de estudio de Filipinas. En 2008, los ganadores fueron el presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva y el autor mexicano Carlos Fuentes. Fuente: La República *** Homenajean a Miguel Delibes en la Real Academia Española Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, presidieron en la sede de la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es), en Madrid, un sentido homenaje al escritor Miguel Delibes —quien murió este 12 de marzo—, con motivo del Día de la Fundación Pro Real Academia (http://www.fprorae.es), el pasado jueves 16 de abril. A la ceremonia también asistieron, entre otros, los ministros de Educación (http://www.educacion.es) y Cultura (http://www.mcu.es) de España, Ángel Gabilondo y Ángeles González-Sinde, respectivamente; el director de la RAE, Víctor García de la Concha; la presidenta de la Comunidad de Madrid (http://www.madrid.org), Esperanza Aguirre; o el presidente del Congreso (http://www.congreso.es), José Bono; personalidades de la cultura como Antonio Gala, Antonio Colinas, Nativel Preciado, Carmen Riera, José Luis Sampedro, Mario Vargas Llosa o Carolyn Richmond, así como académicos y familiares de Delibes, quien ocupó hasta su muerte el sillón “e” de la corporación. El rey Juan Carlos destacó que Delibes fue “un hombre bueno, un castellano leal, un español cumplido, un literato cuya vida y obra pervivirán para siempre en nuestra memoria”, y agregó que el autor vallisoletano legó a sus contemporáneos “una gran lección de la libertad de espíritu”. El autor de Cinco horas con Mario fue, en palabras del monarca, “un hombre íntegro y completo, ejemplo de grandeza de espíritu, de sensibilidad y humildad, en el que la palabra de bellos y nítidos trazos nunca se gasta inútilmente, nunca ha sido vana, pues refleja y sirve al hombre en toda su dimensión”. Hizo hincapié, también, en que Delibes “cultiva su mundo interior y, sin perderse en palabras vacías, busca servir con eficacia a los objetivos esenciales de lo humano”. Tras destacar que a Delibes “le gustaba repetir que él no era hombre ni escritor de ideas, sino de personas y de hechos”, subrayó que fue un “castellano leal, porque leal ha sido —en su compromiso de autenticidad— con sus gentes y la tierra en la que viven, sobre todo con Valladolid, pues hizo suyo el viejo adagio castellano ‘villa por villa, Valladolid en Castilla’ ”. Don Juan Carlos también quiso destacar “la lealtad que Miguel Delibes ha profesado a la lengua”. “En su variada literatura ha explorado la vida del campo y de la ciudad, la de los viejos labradores y la del mundo urbano, la de todas las edades, en fin, desde la niñez hasta la hoja roja y la vejez”, matizó sobre un escritor que condensó mucha vida “en miles de páginas escritas”. La mejor manera para homenajear al escritor, según dijo Gabilondo, “de memorarlo y rememorarlo, es leerlo”. “Más aun, leer. Y hacerlo desde el cuidado y el cultivo de la palabra, de las palabras. Perseguirlas tanto como ellas mismas nos buscan. Encontrarlas donde brotan, donde viven. Y eso siempre, para Delibes, se halla en el decir de los ciudadanos y ciudadanas, en el decir del pueblo, de su vivir”, dijo. “Necesitamos más que nunca de palabras verdaderas, de discursos próximos, de ficciones que no son fingimiento, sino historias, hechos y pasión”. El director de la RAE, Víctor García de la Concha, por su parte, reconoció que quiso con este acto “pagar una deuda contraída con Delibes”. Señaló que aunque llevaba años sin asistir a las sesiones de la RAE, “seguía muy de cerca la vida de la casa”. También recordó que le habían propuesto que un grupo de académicos fuera a Valladolid para celebrar un “plenillo”. “Aceptó entusiasmado, pero se nos adelantó la muerte. Aquí estamos para dedicarle ese pleno prometido”, enfatizó. La figura humana y literaria de Miguel Delibes fue glosada por el académico Luis Mateo Díez (sillón “I”), quien recordó la pasión “heredada” de Delibes por la caza y su afición por la pesca de la trucha, evocando sus días de felicidad en la ribera del Esla, del Porma o del Órbigo. Aseguró que los libros de Delibes que contienen estas aventuras “son tan sinceros como veraces y en absoluto ajenos a un sentido de la vida, tan propio de sus grandes novelas, donde el hombre y la naturaleza miden sus posibilidades, considerando sus dones y sus bienes”. Luis Mateo Díez, quien destacó que Delibes mantuvo como centro de su ideología la atención al hombre y “la consideración del individuo por encima de la sociedad y en armonía con el medio natural”, dijo que su universo está lleno de “perdedores, seres humillados y ofendidos, pobres seres marginales que se debaten en un mundo irracional” y que constituyen las voces que generalmente “expresan la resignación desde el sufrimiento y la injusticia”. Asimismo, recordó que “historia, paisaje, pasión y personajes” son los elementos con los que Delibes confesaba escribir sus novelas con un “don tan extremo de trasmutar lo coloquial a lo literario. Y en cada novela asume papeles diferentes para terminar convirtiéndose en un visionario esquizofrénico”. Por su parte, el presidente de la Fundación Pro Real Academia Española, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, subrayó la aportación de Delibes a la cultura lingüística “rescatando para la historia cientos de palabras amenazadas de muerte en el uso”. Asimismo destacó cómo en sus obras creó nuevos espacios de reflexión sobre los temas que abordaba, y resaltó la preocupación de Delibes en su obra por las contradicciones de civilización y progreso. Por su parte, Gregorio Salvador (sillón “q”) recordó a Delibes no sólo en calidad de escritor o “maestro señero de la lengua”, sino también como “amigo seguro” y persona “entrañable” que ofrecía siempre su amistad. Mientras que en el terreno lingüístico, destacó su prosa de “oro molido”, que en su conjunto es “excelente, precisa y fidedigna” y recordó que dio “autoridad literaria” a muchas voces olvidadas del viejo castellano. “Ha sido un maestro en todo”, continuó Salvador. “Un maestro en el uso adecuado de la lengua, un maestro en la narración, un maestro en la creación de personajes a los que ha dejado hablar simplemente para que nos cuenten sus cosas, sus aciertos y desaciertos, sus alegres fantasías y sus ásperas realidades. Uno de los verdaderamente grandes, un clásico ya. Eso es lo que ha sido Miguel Delibes: grande y ejemplar. Y nos ha dejado un pensamiento claro, inteligente, abierto y una constante invitación a la cordura y al sentido común, que buena falta nos hace”. Fuente: Europa Press *** Fallece a los 89 años el escritor y periodista cubano Carlos Franqui El escritor y periodista cubano Carlos Franqui falleció en Puerto Rico, a los 89 años, el pasado 16 de abril. Para muchos observadores, Franqui siempre fue el más incómodo de los críticos de Fidel Castro, siendo como era un conocedor profundo de su personalidad, su entorno y sus reacciones. Franqui había nacido en 1921 en una zona rural del centro de la isla, en el seno de una familia campesina de pocos recursos; era el intelectual disidente más importante que aún vivía y que estuvo ligado a la cúpula fundacional del movimiento revolucionario que llevó a Fidel Castro al poder en 1959. Siendo muy joven y mientras estudiaba en una escuela rural pública, logró una beca especial que le llevó a La Habana, donde se unió a una célula de luchadores sociales izquierdistas. Ya a los 20 años hacía tareas de organización entre los campesinos para el Partido Socialista Popular (PSP), en el que militó brevemente hasta que lo abandonó en 1946 por discrepancias con los dirigentes históricos de entonces, entre los que estaban el líder obrero Blas Roca y Carlos Rafael Rodríguez. Franqui no volvió a la militancia expresamente, pero se mantuvo en la lucha clandestina a la vez que se implicaba con grupos literarios y artísticos de la capital. En esos tiempos conoció a Guillermo Cabrera Infante, con el que entabló una sólida y duradera amistad; también se relacionó con el pintor Wilfredo Lam, que luego le introduciría en los círculos artísticos europeos y especialmente en París. En 1951 fundó, junto al compositor Harold Gramatges, la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, ligada al PSP. Detenido, torturado y perseguido por la represiva policía de Batista, partió al exilio y huyó a México, desde donde pasó a Tampa y luego a Miami. Su regreso clandestino a Cuba fue directamente para integrarse en la guerrilla de Sierra Maestra. Fue Franqui, y Castro nunca se lo perdonó, el que descubrió el engaño que el comandante en jefe había preparado al periodista norteamericano Herbert L. Matthews, haciendo desfilar ante el repetidamente a los mismos barbudos para fardar de tropa numerosa. Figura importante en el dibujo mediático de la revolución desde antes del triunfo de 1959, Franqui fue también en cierto sentido el responsable de algunos mitos que luego, ya en la disidencia, analizó y desmontó en sus propios libros. Su abundante literatura abarcó la poesía, la crítica de arte, los relatos y unas jugosas memorias: Cuba, la revolución, mito o realidad (Península, 2006), que tenía un irónico subtítulo: Memorias de un fantasma socialista. Allí pormenorizaba, entre otras, sus agrias polémicas con el Che Guevara, a quien desmitificaba con contundencia. Para los intelectuales y artistas cubanos de varias generaciones Franqui era un mito, pues fue el hombre que hizo posible y llevó a Cuba el Salón de Mayo de París en 1967. En el Pabellón Cuba de la calle 23 se expuso una explosiva y potente colección de arte moderno que contravenía las ya muy fuertes directrices estalinistas que hablaban de arte revolucionario y comprometido, algo a lo que Franqui se oponía férreamente. El Salón de Mayo llevó a Cuba obras de Picasso, Max Ernst, Ricardo Matta, Monory, Masson, Calder y otros muchos artistas señeros del siglo XX que compartieron espacios con una importante muestra de arte cubano, con Camacho, Fernando Luis y Lam, entre otros. El revulsivo fue histórico y la polémica estaba servida. La plástica cubana nunca volvió a ser la misma y el Salón de Mayo marcó al arte cubano contemporáneo. Franqui se instaló en Europa después de abandonar en 1963 la dirección del diario Revolución, publicación que ya había dirigido en la clandestinidad antes de 1959 a la vez que la emisora Radio Rebelde. En Revolución fundó, junto a Cabrera Infante, el suplemento cultural Lunes de Revolución. Tras el Salón de Mayo, Franqui salió de Cuba definitivamente y se instaló en Italia. Su producción literaria incluye títulos como El libro de los Doce y Diario de la Revolución Cubana, que tardaron en editarse en la isla y alrededor de los cuales Franqui reconocía que nunca gustaron demasiado a Castro. Su ruptura con la Cuba oficialista se hizo patente y definitiva cuando firmó una carta en rechazo de la invasión soviética de Checoslovaquia. Ya en el exilio, sus libros de arte se convirtieron en codiciadas piezas de coleccionista, al hacer colaboraciones con artistas como Antoni Tapiès, Alexander Calder y Joan Miró, entre otros. Pero Franqui no tuvo un exilio fácil, dorado ni tranquilo. Si bien el castrismo lo calificó de traidor y de hecho le persiguió en el extranjero con el sanbenito de “agente de la CIA”, parte del exilio nunca le aceptó y le recordaban frecuentemente su papel activo en los albores de la revolución castrista. Ya en 1991, con una salud delicada, se trasladó de Europa a Puerto Rico, donde siguió escribiendo. Viajó varias veces a España a denunciar la represión en la isla y a presentar sus libros. Entre sus otros volúmenes está el que dedicó al comandante Camilo Cienfuegos (Seix Barral, http://www.seix-barral.es; 2001), y donde sostenía la tesis de que había sido mandado asesinar por el propio Castro. Intuitivo, pasional, con un fondo lírico que afloraba en todos sus escritos, Franqui fue un eterno inconforme y una figura imprescindible de la cultura cubana del siglo XX. Fuente: El País *** El cubano Félix López Rodríguez gana el Premio sobre la Emancipación El escritor, periodista y educador cubano Félix Enrique López Rodríguez resultó ganador de la I Edición del Premio Internacional de Investigación sobre la Emancipación por su obra Dos siglos de mitos mal curados, presentado bajo el seudónimo “Diego López”, según informó el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.gob.ve) este sábado 17 en un comunicado. El jurado, integrado por los venezolanos Alba Carosio y Alberto Rodríguez Carucci y la mexicana Ana Esther Ceceña, decidieron por unanimidad conceder este galardón a López Rodríguez por “su capacidad de dar cuenta de la genealogía y desarrollo del proceso de dominación/emancipación, bajo las diferentes vertientes coloniales y neocoloniales que han caracterizado la historia latinoamericana en los últimos quinientos años”. Los jueces destacaron además que el ensayo de López Rodríguez “pone en evidencia cómo la historia oficial de la razón oligárquica ilustrada fue moldeada a la medida de sus intereses, de su conciencia y de sus deseos, mutilando o instrumentalizando la participación de las mayorías en aquel proceso y, por lo tanto, ofreciendo una visión encubridora que soslaya los matices, las contradicciones sociales y la resistencia de los sujetos subalternos o dominados”. El relato, según explica el veredicto, “inicia con las reformas borbónicas y la expulsión de las misiones jesuíticas, pero argumenta con toda consecuencia que los procesos emancipatorios en América Latina no pueden ser entendidos sólo a partir de las guerras de independencia sino desde las primeras rebeliones indígenas y de esclavos”. El fallo concluye señalando que “por ser esta una obra de amplia envergadura, que no profundiza en aspectos o problemáticas puntuales, el jurado ha resuelto destacar públicamente seis manuscritos más por tener la virtud de tratarlas pormenorizadamente y de enriquecer así la comprensión de los procesos emancipatorios contemporáneos, poniendo de manifiesto sus raíces históricas, sus complejidades, sus abigarramientos, sus diversidades, sus vertientes y sus concreciones”. Los seis trabajos que obtuvieron mención fueron El caleidoscopio de las independencias de América Latina, de la también cubana Patricia Jiménez; Agentes de su libertad: esclavos, sujetos y discursos en un Caribe que cambia (1790-1800), de la venezolana Dora Dávila; Independencia y emancipación: élites y pueblo en los procesos independentistas hispanoamericanos, del venezolano Vladimir Acosta; Luces revolucionarias: de la rebelión de Madrid (1795) a la rebelión de La Guaira (1797), de la venezolana Carmen Michelena; Las escritoras corianas del periodo finisecular (XIX) y su agenda oculta: una lectura de las revistas Flores y Letras y Armonía Literaria, de la venezolana Rosa González, y De la soberanía de los pueblos a la soberanía nacional: el caso de Paraguay, de Solano Lynch. En esta primera edición del Premio Internacional de Investigación sobre la Emancipación se recibieron 58 manuscritos. El ganador recibirá una medalla de oro, un diploma y la 50.000 dólares. La fecha de entrega del galardón será dada a conocer próximamente. Fuente: Celarg *** Andrés Neuman y Francisco Ferrer Lerín ganan el Premio de la Crítica Francesc Serés y Carles Miralles obtienen el galardón en las categorías de narrativa y poesía catalanas. Los premios correspondientes para autores vascos y gallegos recayeron sobre Fermín Etxegoein y Juanra Madariaga, y sobre Xabier Quiroga y Luz Pozo Gaza, respectivamente. El escritor hispano argentino Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977) ha sido galardonado este 17 de abril con el Premio de la Crítica por su novela El viajero del siglo, que recibió también el premio Alfaguara (http://www.alfaguara.com/es/premio-alfaguara-de-novela) en 2009. Asimismo, en la categoría de poesía, Francisco Ferrer Lerín (Barcelona, 1942) ha recibido el galardón por Fámulo, publicado por la editorial Tusquets (http://www.tusquetseditores.com). Neuman se impuso a Antonio Muñoz Molina, Luis Mateo Díez y Javier Cercas en la recta final de este galardón, que otorga la Asociación Española de Críticos Literarios y que no tiene dotación económica, aunque es considerado uno de los más prestigiosos del panorama literario español. Neuman se encontraba en un congreso literario en Antequera cuando recibió la noticia. “Me parece imposible haberlo ganado con los escritores que se encontraban en la final”, agregó. El viajero del siglo es una larga novela, ambientada en la Alemania del siglo XIX, que ha sido definida por su autor como “una relectura contemporánea de la tradición decimonónica”. “Creo que el presente se compone de una relectura del pasado”, prosigue el escritor, que vive en Granada desde los 13 años. “Me da la impresión de que vivimos en una especie de dicotomía: o haces una novela clásica o haces una novela experimental que hable de Internet. A mí me interesa mucho mezclar estas dos tendencias y es lo que quise hacer con El viajero”, explicó. A pesar de su juventud, Neuman es autor de un ingente obra literaria y ha tocado la novela, el relato corto, la poesía, el ensayo y el periodismo. Con 22 años publicó su primera novela, Bariloche, finalista del Premio Herralde (http://www.anagrama-ed.es/premios/premio/herralde). Sus siguientes obras fueron La vida en las ventanas (finalista del Premio Primavera) y Una vez Argentina. Es autor, también, de los libros de cuentos El que espera, El último minuto y Alumbramiento. Como poeta ha publicado los poemarios Métodos de la noche (premio Antonio Carvajal), El tobogán (premio Hiperión), La canción del antílope o Mística abajo, así como la colección de haikús Gotas negras y los Sonetos del extraño. Es también autor del libro de aforismos y microensayos El equilibrista (Acantilado, 2005) y de una traducción del Viaje de invierno, de Wilhelm Müller (Acantilado, 2003), del que extrajo cierta inspiración para El viajero del siglo. Ferrer Lerín (http://ferrerlerin.blogspot.com), por su parte, es “uno de los poetas más originales y problemáticos de la segunda mitad del siglo XX”, como ha sido definido por su propia editorial. Original por la brevedad y dispersión temporal de su obra y por su salida del mundo literario para dedicarse a su gran pasión, la ornitología. Es autor de los libros de poesía De las condiciones humanas (1964), La hora oval (1971) y Cónsul (1987), que agrupó en el volumen Ciudad propia (2006). Entre sus obras en prosa, destacan la novela Níquel (2005), El Bestiario (2007) y las bibliofilias y facsímiles que componen Papur (2008). Es uno de los personajes que aparecen en el libro de Enrique Vila-Matas Bartleby y compañía. En la categoría de narrativa catalana el ganador fue Francesc Serés, con la obra Contes russos (Cuentos rusos) y en poesía el galardonado ha sido L’ombra dels dies roja (La sombra de los días rojos), de Carles Miralles. Autokarabana (La autocaravana), de Fermín Etxegoein, y Eroriaren logica (La lógica caída), de Juanra Madariaga, se han llevado los premios, respectivamente, en el apartado de lengua vasca. Los triunfadores en la modalidad de gallego han sido, en narrativa, O cabo do mundo (El cabo del mundo), de Xabier Quiroga y, en poesía, Deter o día cunha flor (Detener el día con una flor), de Luz Pozo Gaza. Ángel Basanta fue el presidente del jurado, en el que participaron unos 30 críticos literarios de toda España de diferentes medios de comunicación. En sus más de 50 años de historia, han logrado este galardón autores como Camilo José Cela, Ana María Matute, Javier Marías, Antonio Muñoz Molina o Gonzalo Torrente Ballester. Fuentes: El País • La Razón *** Festival de la Palabra de Alcalá de Henares honra a José Emilio Pacheco Del 19 al 28 de abril se realiza en el municipio madrileño de Alcalá de Henares el Festival de la Palabra (http://www.uah.es/cultura_deportes/festival_palabra), un espacio de reflexión y debate sobre la lengua española, que este año rinde homenaje al escritor José Emilio Pacheco, ganador del Premio Cervantes 2009. Durante el evento se darán cita tanto la actualidad como la memoria literaria a través de conferencias, talleres de fotografía, exposiciones, música, mesas redondas y foros de divulgación científica, todo ello con la lengua española como elemento denominador común. El poeta, novelista y ensayista Luis Antonio de Villena, uno de los mayores conocedores de la obra de Pacheco, será el encargado de dar “el pistoletazo de salida” al festival con la conferencia “José Emilio Pacheco y los libros”, el lunes 19 de abril. Después, la soprano Pilar Jurado y el guitarrista Antonio Carmona ofrecerán un concierto. Entre las actividades programadas destaca el ciclo “Escritores en Residencia”, en el que cuatro jóvenes escritores iberoamericanos —Brenda Escobedo y Fernando Fernández, de México; Leila Guerriero, de Argentina, y Andrés Felipe Solano, de Colombia— debatirán sobre música y creación literaria y abordarán el panorama actual de las letras. El moderador será el crítico mexicano Gonzalo Celorio. La fotografía estará presente también con la exposición “Escritura de luz: 50 retratos de la lengua española”, del fotógrafo mexicano Rogelio Cuéllar, que impartirá, además, un taller durante el festival. En el ciclo de conferencias “El español y la ciencia”, cuatro científicos de distintas disciplinas aportarán su visión del castellano como lengua de divulgación científica en el mundo. El día grande del festival, el 23 de abril, los reyes de España entregarán el premio a José Emilio Pacheco en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH, http://www.uah.es), y será el propio autor el que inaugure una exposición sobre su vida y obra denominada “El mar no tiene dioses”, en el Museo González Robles-UAH, ubicado en el edificio del Rectorado. La noche del 23 se realizará la iniciativa “La noche de los libros”, que permitirá que las diferentes exposiciones programadas permanezcan abiertas hasta las 2 de la madrugada. Además, será posible hacer un recorrido nocturno por los rincones literarios de Alcalá de Henares, de la mano del Aula de Teatro de la UAH. El Festival de la Palabra es organizado por la UAH y el Ministerio de Cultura de España (http://www.mcu.es), con el patrocinio de Santander Universidades, y está concebido como un espacio para la promoción del buen uso del idioma, que también pretende acercar la literatura a la sociedad y difundir igualmente la obra de los autores que han sido premiados con el Premio Cervantes. Fuente: Europa Press *** Juan Aparicio-Belmonte obtiene el Premio Bubok de Creación Literaria La obra ganadora del II Premio Bubok de Creación Literaria 2010, dotado con 2.000 euros, es la novela Mis seres queridos, del español Juan Aparicio-Belmonte, quien la presentó bajo el seudónimo “Superantipático”, según informó la plataforma de autopublicación en un comunicado este 19 de abril. Asimismo, el segundo premio recayó en Señoras y señores, es muy triste escribir pero peor es llorar, de Eliseo García Nieto, bajo el seudónimo “Fra Ballena”. Como novedad destacada en la segunda edición de este certamen literario, el sello editorial Alfaguara (http://www.alfaguara.com/es) editará conjuntamente con Bubok (http://www.bubok.com) la obra, que formará parte de la oferta digital que Santillana Ediciones Generales lanzará próximamente al mercado para los dispositivos e-book. En esta segunda edición del certamen el jurado estuvo integrado por los escritores Rosa Regàs, Rafael Reig y Lorenzo Silva, el ex director y presidente de Ediciones Destino (http://www.edestino.es), Andreu Teixidor, y Pilar Reyes, directora de Alfaguara. Con más de tres millones de visitantes, 24.000 libros publicados y casi 34.000 usuarios registrados, Bubok, que acaba de arribar a sus dos años en la red, se ha convertido en un lugar de referencia para autores y amantes de la literatura. “El balance de estos dos primeros años es muy positivo ya que, además de cumplir el sueño de miles de escritores, hemos diversificado y ampliado la oferta de libros en Internet. Por otro lado, una iniciativa como el Premio Literario Bubok nos ha permitido descubrir a autores de enorme talento, lo que más allá de la dotación económica es un impulso para sus carreras literarias”, declaró Ángel María Herrera (http://www.letralia.com/firmas/herreraburguilloangelmaria.htm), director y fundador de Bubok. Tras comunicar el fallo, los miembros del jurado destacaron el alto nivel que predominó en el concurso: “En esta edición el jurado ha podido evaluar un conjunto notable de obras que destacan por su calidad estilística, su madurez creativa y su originalidad”, afirmó Lorenzo Silva. Andreu Teixidor también expresó su satisfacción por la gran calidad de los textos: “Las obras ganadoras encajan perfectamente con los objetivos que se fijaron al crear este premio. En ellas encontramos innovación, modernidad y calidad, una apuesta literaria claramente de futuro”. Rafael Reig alabó el buen trabajo del ganador: “Mis seres queridos es una novela divertida y bien construida. Distorsiona con humor crítico la realidad para hacernos ver lo que solemos esconder bajo la alfombra”. Por su parte, Pilar Reyes, directora de Alfaguara, afirmó: “Mis seres queridos es una novela entretenida, donde destaca lo curioso de la historia que relata, así como un buen ejercicio de escritura. Un libro refrescante”. Con la participación de Alfaguara, este sello de Santillana Ediciones Generales abre oportunidades para nuevos talentos y confirma su apuesta por la edición digital y la integración de las nuevas tecnologías e Internet en todos los ámbitos de su actividad editorial. Fuente: Bubok *** Muere a los 88 años el historiador y académico Manuel Fernández Álvarez El historiador español Manuel Fernández Álvarez, quien fuera miembro de la Real Academia de la Historia (http://www.rah.es), murió en Salamanca este 19 de abril a los 88 años de edad, a consecuencia de las complicaciones derivadas de una intervención quirúrgica, según informaron fuentes de la editorial Espasa (http://www.espasa.es), con la que acababa de publicar su última obra, España: biografía de una nación. Fernández Álvarez, profesor emérito de la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es) y del Colegio Libre de Eméritos (http://www.colegiodeemeritos.es), era bien conocido por sus estudios históricos sobre la Edad Moderna (La sociedad española del Renacimiento o La sociedad española en el Siglo de Oro, por el que recibió en 1985 el Premio Nacional de Historia). Ha dedicado más de cincuenta años al estudio del siglo XVI, fruto de los cuales son su obra magna Carlos V, el césar y el hombre (VI Premio Don Juan de Borbón al libro del año en 2000), el monumental Corpus documental de Carlos V (Salamanca, 1973-1981) y el ensayo Carlos V: un hombre para Europa. También es autor de los títulos Isabel la Católica; Felipe II y su tiempo; Juana la Loca. La cautiva de Tordesillas; El fraile y la Inquisición; Casadas, monjas, rameras y brujas; Sombras y luces en la España imperial; Cervantes visto por un historiador (Premio Quijote del Año de la Sociedad Cervantina de Esquivias y Premio de Ensayo y Humanidades Villa de Madrid 2006) y El Duque de Hierro. Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba. En 2007 vio la luz su Diario de un estudiante en tiempos de la Guerra Civil. En 2006 recibió la Medalla de Oro de la Ciudad de Salamanca, y en 2007 el Premio de Ciencias Sociales de Castilla y León Nacido en Madrid en 1921, Fernández Álvarez era catedrático de historia moderna e ingresó en 1987 en la Academia de la Historia con un discurso sobre el Madrid de Felipe II. En 1950 obtiene su segundo doctorado en Bolonia cum laude, recibiendo el Premio Vittorio Emanuele. En 1976 fundó el Colegio Universitario de Zamora y durante veintidós años fue director del Departamento de Historia Moderna de la Universidad de Salamanca, donde formó una de las principales escuelas de modernistas hispanos. En 1992 ingresó como académico de mérito en la Academia Portuguesa de Historia (http://www.aph.com.pt) y, en 1994, es designado, por unanimidad, profesor emérito del Colegio Libre de Eméritos. Es autor de 38 libros y de más de 100 artículos, en su mayoría sobre la España de los Austrias, en la que es considerado uno de los máximos especialistas a nivel mundial. Su biografía Carlos V, un hombre para Europa, ha sido traducida al inglés y al alemán. La biografía de Juana la Loca se tradujo hasta al japonés. Del resto de su obra cabe destacar el Corpus documental de Carlos V, obra considerada su mayor aportación hispana al conocimiento de la época del emperador; La sociedad española en el Siglo de Oro, Premio Nacional de Historia en 1985; dos volúmenes completos de la Historia de España Menéndez Pidal (XIX: La España del siglo XIX y XX: La España del emperador Carlos V) y sus biografías sobre Jovellanos y sobre fray Luis de León. Gran divulgador de sus conocimientos, Fernández Álvarez quiso siempre transmitir su sabiduría. Así, en Pequeña historia de España preparó un libro para que los más jóvenes se acercaran a la historia de la nación ibérica. En su último libro, su obra cumbre, publicado recientemente, España: biografía de una nación, aborda por primera vez una visión completa de la historia de su país. “Este es mi legado. Sin ninguna duda, mi obra más importante”, escribió. Fuente: Europa Press *** Juan Carlos Chirinos reedita novela en España La novela con la que Juan Carlos Chirinos fue en 2005 finalista del premio Rómulo Gallegos, El niño malo cuenta hasta cien y se retira (http://www.edicionesescalera.com/libro.asp?codart=TRA008), y en la que se mezclan amor, humor, crueldad y rendida admiración por los poetas venezolanos, será presentada este martes 20 en Fnac Callao (http://tiendas.fnac.es/callao), en Madrid. Ya sólo el título es un homenaje a la poetisa Ana Enriqueta Terán (Valera, Lara, 1918), paisana de Chirinos (Valera, 1967), pero el texto, editado por Escalera (http://www.edicionesescalera.com) y disponible también en formato digital (http://www.todoebook.com/ficha-public.asp?cod=PUB0132028), está trufado de guiños, como el dedicado a Eugenio Montejo, de quien hereda el nombre uno de sus protagonistas. “Espero que el libro tenga muchas capas de lectura y que cada una sea igual de rica”, declara el autor. Entre poesía venezolana, relatos populares y leyendas yanomami y célticas, El niño malo... cuenta un momento de la vida de D.Jota, un impertinente “choro” caraqueño que emprende una huida hacia el exotismo del norte, saltándose la primera regla básica de la literatura: “Lo exótico está en el sur”. “Ser choro”, explica Chirinos, “es una manera de pensar, un modo de sobrevivir sin tener mucho en cuenta qué te llevas por delante, con un cierto grado de maldad y “mucha jeta”. D.Jota vuela en un inexplicado viaje y aparece en El Pueblo, un lugar donde hace frío y que ya vivió la llegada de otro extranjero, negro y caribeño como él mismo, y de quien sólo quedan su nieta y algunos recuerdos atesorados por una extraña octogenaria, Derdriu, que pasa la vida bailando “porque, si se para, muere”, comenta Chirinos. Pero la poesía que envuelve el recuerdo de aquél choca de frente con el despiadado sentido del humor y la brutalidad y obscenidad del incorrecto D.Jota, que arrasa cuanto queda a su paso, en un recital de maldad al que no puede sustraerse porque es “choro”. En la novela, que es también un canto a Caracas, ningún personaje tiene un nombre al azar: así, Derdriu es el de una heroína de la mitología celta; Svevo, el contador de historias, se llama así por Italo Svevo, y hasta el perro, “Don Camilo”, le roba el nombre a Camilo José Cela, a quien el autor no guarda mucha simpatía. “Le detesto porque vendió su pluma al dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez para escribir una novela (La Catira) que fuera respuesta a la maravillosa Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos, presidente en 1948 de Venezuela y que Pérez Jiménez derrocó”, explica el escritor. Chirinos, doctor en letras por la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es), reivindica la obra de los jóvenes autores venezolanos —muchos, desconocidos en España—, como Silda Cordoliani, Ednodio Quintero, Victoria de Stéfano, Israel Centeno o Juan Carlos Méndez Guédez. Declara su admiración por los “clásicos” vivos José Balza, Francisco Massiani o Rafael Cadenas y, por supuesto, por el recién fallecido Eugenio Montejo, que autorizó “con su dulce y elegante amabilidad”, recuerda Chirinos, la utilización de sus versos en El niño malo... Fuente: EFE *** Félix Grande publica cartas inéditas de Julio Cortázar El poeta español Félix Grande (Mérida, 1937) ha decidido hacer públicas treinta cartas que forman parte de su correspondencia con el argentino Julio Cortázar, y en las que se atestigua una amistad de más de quince años. Las cartas acaban de aparecer en el número 33 de la RevistAtlántica (http://revistatlantica.blogspot.com), que edita la Diputación de Cádiz (http://www.dipucadiz.es) y cuya presentación será este lunes 19 de abril en la Feria del Libro de Granada (http://www.ferialibrogranada.org), con la presencia de su director, José Ramón Ripoll y su coordinador, el poeta Javier Vela. “No las he publicado antes por pudor. Me parecía presuntuoso presumir de la amistad de Cortázar”, dijo el poeta, que recordó con especial cariño las últimas misivas que recibió de su amigo, algunas de las cuales son posteriores a la muerte de Carol Dunlop, esposa del autor de Rayuela. “A esa casa que siempre tuvieron abierta para mí y en la que también entró Carol, a esa casa volveré pronto para estar con ustedes y también con ella, que seguirá junto a mí en todos los viajes que me toque hacer, llegaremos un día los dos, seremos siempre los dos como tú nos ves en esas páginas que me destrozan”. Un Cortázar muy afectado escribía estas líneas a menos de un mes de la muerte de Dunlop. Cortázar entraría en una profunda depresión que le conduciría a deambular por las calles de París y visitar con frecuencia el cementerio de Montparnasse, donde descansaba el amor de su vida y en el que dos años después acabaría él mismo, consumido por una leucemia. “Ahora es el hueco, es un París zombie, no puedo escribir ni vivir mientras veo cómo nacen estas palabras y corre la tarde. Sé que ustedes dos lo saben y lo comprenden, que no necesito agregar nada, que los quiero tanto...”. “No he conocido a nadie tan feliz como Julio Cortázar tras conocer a Carol”, ha dicho Grande. “Era una chiquilla con una inocencia y una dulzura encantadora. Se hizo muy amiga de mi mujer, Paquita, y consiguió que Julio rejuveneciera. Tras su muerte se fue apagando poco a poco”. Antes de encontrarse atormentado y solo, en un mundo que parecía estorbarle y para el que empezaba a intuir un final más narrativo que poético, Julio Cortázar se había agarrado a la supervivencia de Carol, había encajado sus sueños en que ella pudiera superar la enfermedad que la consumía. El 24 de septiembre de 1982, semanas antes de su muerte con sólo 36 años, Cortázar escribió a Félix Grande y se mostró optimista. “Carol sigue igual, pero el lunes comienza un tratamiento que debería reactivar el funcionamiento de la médula y producir los leucocitos que le faltan. Tiene un coraje admirable y sé que se curará, pero llevará meses hasta salir de esta pesadilla”. No fue así, y tuvieron que pasar dos años hasta que pudo librarse del tormento de la soledad que le acompañaba. “Sigo bastante enfermo. No pude ir con Tomás Borge a Barcelona y Madrid, y no sabes cuánto lo lamento. Pero creo que estaré mejor en unas semanas. Besos a Paquita y a Lupe, y el abrazo de siempre de tu Julio”. Estas fueron las últimas palabras que escribió Cortázar para Félix Grande, el 19 de abril de 1983, más de 15 años después de aquellas primeras en las que felicitaba al poeta. “Gracias por escribir una poesía como la suya en España”, envió por aquel entonces el argentino a su todavía desconocido amigo. Los dos se conocieron en un congreso en La Habana. “Nos encantaba la música”, cuenta Grande. “Yo tocaba la guitarra y a él le interesó el flamenco. Nos juntábamos con gente que por aquel entonces tenía unos 20 años, como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Nos hicimos muy amigos y ya siempre que viajaba a Madrid se quedaba en casa. Cenábamos hasta tarde y después nos gustaba ir a tomar unas copas al Whisky Jazz hasta que lo cerraban a las seis de la mañana. Después se empeñaba en pasear, que era algo que me agotaba a esas horas aunque yo era mucho más joven que él. Le gustaba dar paseos por la Castellana”. Durante aquellos días, tras largos paseos plagados de conversaciones, Félix Grande y Julio Cortázar se adentraron de lleno en los parques y en las plazas de la amistad tratando de pasar de puntillas por los escalones de sus diferencias. “Pronto nos dimos cuenta de que no opinábamos del mismo modo en temas como el de Cuba”, explica Grande. En una de las cartas Cortázar decide hablar de política de manera inequívoca. Tras la publicación de un artículo de Félix Grande en el diario El Socialista de Madrid sobre el poeta nicaragüense Pablo Antonio Cuadra, Cortázar responde lo siguiente: “Creo que no has estado nunca en Nicaragua, y desde fuera es difícil comprender algunas de las cosas que pasan ahí en este momento; yo, que estoy en mi cuarto viaje y conozco ya a tanta gente, puedo tal vez aclararte un poco el panorama con vistas al futuro”. Existen también otros pasajes en las 30 cartas en los que Julio Cortázar se refiere a la política, citando a Videla o a Pinochet, pero siempre de una forma superficial. “No hablábamos de lo que podía separarnos. Cuando escribí aquel artículo mostrando mi inquietud por las características que estaba tomando el gobierno de Ortega, después de que algún que otro disparo estuviera dirigido contra aquel periódico, él me escribió aquellas palabras en las que no me reñía, sino que me quería enseñar el mundo que él veía”, aclara Grande. Fuente: El País *** Rematarán libros en Ciudad de México Salvar un libro, dice la escritora Laura Esquivel, es una forma de salvarse a uno mismo. A partir de esa convicción, la Brigada Cultural “Para leer en libertad” (http://paraleerenlibertad.super-red.es) realizará en la Alameda del Sur de Ciudad de México, del 21 al 25 de abril, su primer Remate de Libros, en el que más de 100 editoriales pondrán a disposición de los habitantes de la capital mexicana más de un millón de ejemplares a precios entre 5 y 60 pesos, o bien con un descuento mínimo de 70 por ciento sobre el precio de venta. Esta iniciativa es en realidad una continuación del programa que la Secretaría de Cultura del Distrito Federal (http://www.cultura.df.gob.mx) promovió entre 2007 y 2009, pero que ahora retoma dicho grupo ciudadano tras la salida de la promotora cultural Paloma Sáiz de aquella dependencia capitalina. Así, en términos estrictos, ésta será en realidad la cuarta versión del Remate de Libros, si bien ahora contará con el apoyo de la delegación Coyoacán (http://www.coyoacan.df.gob.mx), que de esa manera establece un convenio de colaboración con la brigada, integrada por escritores, historiadores y promotores culturales. Tal convenio contempla inicialmente, además del Remate de Libros, cuatro programas: “Para leer en el parque”, “La biblioteca en bicicleta”, “Abuelos cuentacuentos” y la brigada de alfabetización, de cuya coordinación se encargará Paloma Sáiz. El cuarto Remate de Libros buscará refrendar el éxito e impacto social que esta propuesta ha tenido entre los habitantes de Ciudad de México en las tres versiones anteriores, todas con sede en el vestíbulo del Auditorio Nacional (http://www.auditorio.com.mx). De ello dan testimonio las 100 mil personas que asistieron el año pasado y los 950 mil libros que lograron venderse y así salvarse de ser destruidos. Esta idea fue de Paloma Sáiz, cuando fungía como responsable del Programa de Fomento a la Lectura en la Secretaría de Cultura capitalina, al advertir la incuantificable cantidad de libros que son “sacrificados por los editores” tras no poder venderlos. Se trata de “una iniciativa desesperada por solucionar un inquietante problema. La industria editorial mexicana tiene sus bodegas llenas de libros que han pasado por ventas, rebajas y saldos, y no puede deshacerse de ellos mediante donaciones o regalos, a menos que pague impuestos”, se explica en un documento distribuido por la brigada cultural. “Para los editores, esos libros rezagados generan altos costos de almacenamiento y además son activos fiscales. Por tal motivo, algunos se ven en la necesidad de triturarlos”. Este cuarto Remate de Libros se suma a las celebraciones por el Día Mundial del Libro, que se festeja el 23 de abril. “La verdadera intención del remate no es sólo salvar libros, sino defendernos de la barbarie mercantilista que se ha instalado en muchas editoriales, afortunadamente no todas”, señaló por su parte Laura Esquivel, quien es titular de Cultura de la delegación Coyoacán. “Esta barbarie pretende convertir a los libros en una simple cosa que se vende, se consume y se desecha, y si no se vende, no es digna de ser tomada en cuenta y se destruye”. “El disparate de condenar los libros a la destrucción sólo pudo ocurrírsele a alguien que desprecia la cultura y el arte. Dejar de leer es morir un poco. Que acaben con las armas de destrucción masiva, que destruyan las ametralladoras, los cuernos de chivo”, agregó. Fuente: La Jornada *** Entregarán en Lima los premios Copé Internacional En el festivo contexto del Día del Idioma, el jueves 22 de abril, a las 7:30 de la noche, en el Auditorio de Petroperú (http://www.petroperu.com.pe) en Lima, los escritores Sócrates Zuzunaga y Boris Espezua Salmón levantarán los trofeos que los distinguirán como ganadores del Premio Copé Oro de la II Bienal de Novela y de la XIV Bienal de Poesía, respectivamente, que en esta oportunidad se convocó para el ámbito hispanoamericano. El ganador de Novela recibirá, además, 35.000 nuevos soles, y el de Poesía, 20.000 nuevos soles, y ambos verán sus obras publicadas en julio de este año. El Premio Copé, que desde hace 31 años convoca puntualmente la empresa petrolera peruana, ha recibido un impulso nacional e internacional gracias a su renovada Política Cultural, documento que fue aprobado por acuerdo de directorio a mediados de 2007. Ello implicó, además de la convocatoria internacional del certamen literario más importante del Perú, la incorporación de dos nuevos géneros: Novela (en años impares, junto con Poesía) y Ensayo (en años pares, junto a Cuento). Cabe precisar que en la bienal de poesía también se premiará a Martín Zúñiga Chávez y Carlos Rómulo Baldwin del Castillo por empate en el Premio Copé Plata, repartiéndose 15.000 nuevos soles; así como también a Luis Eduardo García López, con el Premio Copé Bronce y 10.000 nuevos soles. Entre los finalistas extranjeros en la bienal de novela están los cubanos Jorge Luis Sánchez Bravo y Luis Adrián Betancourt, y el argentino Mariano Catoni. Mientras que los finalistas peruanos son Yuri Vásquez Chire, Aldo Cavero Galimidi, Dimas Arrieta Espinoza y Jesús Díaz Tejada. En cuanto a los finalistas de la XIV Bienal de Poesía están los peruanos Luzgardo Medina Egoavil, Verónica Cuchillo Paulo, Emilio Walter Aguirre Portilla, Paul Alexander Forsyth Tessey, Rubén Venturo Silva Pretel, Róger Lázaro Ynca, José Donayre Hoefken (http://www.letralia.com/firmas/donayrejose.htm), Wilson Cabrejos Caracciolo, Victoria Guerrero Peirano y Juan Francisco Peña Curay. Iván Edilberto Sócrates Zuzunaga Huaita (Páucar del Sarasara, Ayacucho, 1954), ha sido ganador de concursos literarios nacionales e internacionales entre los que destacan el Premio Nacional de Educación Horacio en 1994, 1999 y 2000; en cuatro oportunidades del Concurso “El Cuento de las Mil Palabras”, organizado por la revista Caretas (http://www.caretas.com.pe); Concurso de Cuento “Inca Garcilaso de la Vega”, convocado por la Casa de España; Primer Premio de Literatura Quechua, convocado por la Universidad Federico Villarreal (http://www.unfv.edu.pe) en cuento (2000) y en poesía (2006); finalista en el Concurso de Cuentos Hucha de Oro y Premio Internacional Artífice de Poesía de Loja (España), y tres veces distinguido en las bienales de cuento del Premio Copé, entre otros. Boris Gilmar Espezua Salmón (Puno, 1960) estudió derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (http://www.unmsm.edu.pe), desempeñándose actualmente como docente universitario en la Universidad Nacional del Altiplano de Puno (http://www.unap.edu.pe). Ha obtenido el Primer Puesto en poesía por el Ministerio de Educación (http://www.minedu.gob.pe; 1987), y fue finalista en la VII Bienal de Poesía Premio Copé 1995. Ha publicado los poemarios A través del ojo de un hueso (1988), Tránsito de Amautas (1990), Alba del pez (1998) y Tiempo de cernícalo (2002). Además colabora en el diario Los Andes (http://www.losandes.com.pe) y en diversas revistas literarias del sur del Perú. Estarán también presentes en la ceremonia del jueves 22 de abril el crítico literario Ricardo González Vigil, en representación del Jurado Calificador de Novela, y la poeta, ensayista y narradora Giovanna Pollarolo, en representación del Jurado Calificador de Poesía. Ambos harán uso de la palabra en esta jornada literaria, junto con el presidente del directorio de Petróleos del Perú. Según las bases del concurso, las obras ganadoras serán publicadas a través del sello Ediciones Copé de Petroperú, y serán presentadas en julio de 2010, como parte de las celebraciones por el 41º Aniversario Institucional de Petróleos del Perú y por el 31º aniversario del Premio Copé. Asimismo, en la ceremonia de premiación de ambas bienales se convocará a la XVI Bienal de Cuento y II Bienal de Ensayo “Premio Copé Internacional 2010”, y se inaugurará la exposición “Afiches del Premio Copé (1979-2009)”, una muestra de las convocatorias gráficas de este concurso literario a lo largo de su historia. Fuente: Petroperú *** Chacao rendirá tributo al libro durante más de una semana El evento organizado por Cavelibro, auspiciado por la Alcaldía de Chacao y Cultura Chacao, con la colaboración de la Embajada de España, se enmarca en la conmemoración mundial del Día del Libro y contará con la participación del poeta Rafael Cadenas, ganador del FIL de la Literatura 2009, entre otras figuras de las letras venezolanas. Este viernes 23 se dará inicio al II Festival de la Lectura Chacao 2010 con motivo de Sant Jordi, cuando “palabras al vuelo” partan desde la Plaza Altamira hacia el cielo de Caracas. Este ritual, junto al obsequio de rosas rojas, dará la bienvenida a los caraqueños que acudan al festín literario que tomará este espacio ciudadano hasta el domingo 2 de mayo en jornadas de 10 de la mañana a 9 de la noche, involucrando a más de 50 casas editoriales venezolanas e internacionales. El evento organizado por la Cámara Venezolana del Libro (Cavelibro, http://www.cavelibro.org), con el auspicio de la Alcaldía de Chacao (http://www.chacao.gov.ve) y Cultura Chacao (http://www.culturachacao.org), y la colaboración de la Embajada de España (http://www.maec.es/embajadas/caracas/es), sumó cinco días al calendario para su segunda edición, con la idea de acercar mucho más al visitante a la experiencia de leer y hacer de ello un acto urbano de pleno disfrute. Refuerzo que cuenta para esta segunda edición con el invaluable patrocinio de Alfaguara (http://www.santillana.com.ve), Banco Provincial (http://www.provincial.com), Circuito Éxitos (http://www.exitosfm.com), El Nacional (http://el-nacional.com) y Grupo Intenso (http://www.editorialintenso.com). El II Festival de la Lectura Chacao 2010 con motivo de Sant Jordi combinará atractivos precios en los anaqueles de las más de cincuenta editoriales expositoras, con un nutrido programa de tertulias literarias, recitales, conciertos y puestas escénicas, encabezada por el conversatorio de jóvenes poetas con Rafael Cadenas, y resaltada por un montaje de zona ferial a cargo de Sobreventos (http://sobreventos.gruposob.com). Igualmente, gracias a la participación de los diferentes entes de la Alcaldía de Chacao —que velarán por la seguridad y el orden—, los asistentes podrán disfrutar confiados de este evento exclusivo escenificado en una plaza pública. Además, contarán con el aporte especial de la programación de Cultura Chacao orientada a construir ciudadanía a través de las letras. Para la jornada inaugural del viernes 23 de abril, en el marco del Día Mundial del Libro se festejará la parada de Sant Jordi, durante la cual la Embajada de España, además de presentar agrupaciones artísticas, obsequiará rosas a los visitantes, siguiendo la costumbre hispana para conmemorar al patrono San Jorge (Sant Jordi, en catalán), quien según la leyenda fue un valiente caballero que venció a un feroz dragón, de cuya sangre derramada brotó un hermoso rosal. Bajo el título “Palabras al viento”, tendrá lugar a las 5 de la tarde el acto central del día, que guarda una etérea y sublime sorpresa a los espectadores que lo disfruten. Le seguirán la participación de Carlos Vicente Torrealba y su tertulia sobre “Chinchorrosutra”, para luego continuar con la proyección de sendos audiovisuales Bakro y Conexiones. El sábado 24 cuenta, entre sus destacados programáticos, con la conferencia sobre literatura japonesa “Tanizaki: el paradigma”, centrada en la obra de Junichiro Tanizaki, a cargo del escritor Ednodio Quintero (11 de la mañana) y la presentación de Amor feliz y otros poemas, de la Premio Nobel de Literatura 1996, Wislawa Szymborska (3 de la tarde), poeta polaca tributada por sus pares venezolanos Rafael Cadenas, Patricia Guzmán, Harry Almela (http://www.letralia.com/firmas/almelaharry.htm), Armando Rojas Guardia, Yolanda Pantin, Arturo Gutiérrez Plaza (http://www.letralia.com/firmas/gutierrezplazaarturo.htm) y Edda Armas (http://www.letralia.com/firmas/armasedda.htm). A las 3 de la tarde, Marielena Núñez compartirá su aproximación “Gota a gota, estrés para el día a día”, y a las 4 la escritora Violeta Rojo hablará junto al ensayista Karl Crispín de su nueva obra Mínima expresión, mientras en tarima principal la agrupación del Centro Catalán “Esbart Dansaire” presentará a las 6 de la tarde sus bailes típicos, y el artista visual español Jorge Gómez presentará su obra Performance. Los que lleguen al final del día podrán recibir, a partir de las 8 de la noche, un seminario revelador sobre “El camino a la felicidad”, presentado por la artista Ruddy Rodríguez y conducido por Eduardo Galán. El domingo 25 a las 11 de la mañana, Enzo del Búfalo, Asdrúbal Baptista, Ezra Heymann y Juan Carlos Zapata reflexionarán sobre “El poder déspota”. Seguidamente, Américo Martín analizará la violencia en Colombia. También habrá para el periodismo de investigación junto a Marianela Balbi, a las 4 de la tarde, con “El rapto de la Odalisca”, y para la tertulia literaria con Fedosy Santaella, quien realizará a partir de las 5 su lectura de “Las pericias de Teofilus Jones”. A esa misma hora tendrá lugar “Cabrujas en la plaza”, acto en el que se evocará lo más agudo del pensamiento y la creación del dramaturgo venezolano. Le siguen, a las 6 de la tarde, Dj Muu con un performance y, a las 7 de la noche, Titina Penzini revelando la esencia del “100% Chic” en la moda y la proyección de animados cortos de la gente de Keloide (La niña que tenía una sola oreja y Big Band), para los más pequeños. El lunes 26 se iniciarán las actividades a las 5 de la tarde con Estudio Coral Chacao. A la misma hora, la Fundación Herrera Luque ofrecerá su foro “La actual literatura venezolana”, mientras a las 6 el crítico y periodista Rubén Monasterios expondrá sus “Caraqueñerías, crónicas de un amor por Caracas”. A esa hora también se celebrará la presentación del libro Soy Palmero II y un conversatorio en el que participará su autor, Luis Reyes, seguido por más muestras de arte visual urbano: a las 7 de la noche, la obra fotográfica de Carlos Ramírez “Imagen, tradición y devoción, una mirada a la Semana Santa en Chacao”, y a las 8 el video arte Impresiones, de Goar Sánchez. El martes 27 nuevamente se combinará la oferta literaria con agenda visual, cuando a partir de las 6 de la tarde inicie en tarima principal la puesta en escena de Héctor Torres (http://www.letralia.com/firmas/torreshector.htm) y Yoyiana Ahumada sobre “La neo narrativa nacional”, para a las 7 de la noche dar paso al despliegue de imágenes de Glocal Studio y de la fotógrafa Rosa Virginia Urdaneta. Más temprano, a las 4 de la tarde, tendrá lugar un encuentro de origamistas. A las 12 del mediodía del miércoles 28 se realizará el foro sobre Petróleo, cultura y poder, libro de María Sol Pérez Schael. A partir de las 4 de la tarde tendrán lugar el debate “Poesía venezolana escrita por mujeres” y el conversatorio “En torno a inmigrantes”, a cargo de los investigadores Susana Soto y Alejando Martínez Ubieda, así como, a las 5, un conversatorio con el doctor Rómulo Landers en torno a las teorías lacanianas y el psicoanálisis. Dos publicaciones también recibirán su bautizo: a las 6 de la tarde, Océano Travesía y, a las 7 de la noche, Oro rojo, de Marianna Párraga. Entretanto, la noche quedará reservada para tributar a dos grandes maestros, uno de la composición musical, Aldemaro Romero, y el otro de creación cinética, Jesús Soto (documental de Marilda Vera producido por Cinesa). De la cartelera del jueves 29 destacan las tertulias “Oswaldo Yepes: Museo de la radio”, dirigida a partir de las 4 de la tarde por Carlos Alarico Gómez, y “La literatura para niños y jóvenes, ¿asunto serio?”, a las 5. Especial atención merece el conversatorio a cargo del historiador Manuel Caballero sobre “Historia de los venezolanos del siglo XX”, a las 6, así como el bautizo y firma de El lugar del escritor, de Victoria Di Stefano, a las 7 de la noche. Una sesión electrónica a cargo de la DJ Dreissig dará cierre a las actividades del día. El viernes 30 perfila ser un excelente “epílogo” para los tres últimos días del festín de las letras, cuando Cavelibro brinde la oportunidad a los jóvenes poetas venezolanos de compartir tarima e inspiración con el Premio FIL de Literatura 2009, Rafael Cadenas, a partir de las 7 de la noche. El literato revisitará su obra en compañía de Arturo Gutiérrez Plaza, Gina Saraceni, María Isabel Novillo, Eleonora Requena (http://www.letralia.com/firmas/requenaeleonora.htm), Santiago Acosta (http://www.letralia.com/firmas/acostasantiago.htm) y el periodista Albinson Linares, quien se ocupará de la moderación. Pero antes, ponente de lujo será el escritor Eduardo Liendo, quien disertará sobre su obra, mientras a la misma hora el poeta Willy Mckey realizará su propio recital. También tendrán lugar la conferencia “Corrupción y guerras de cuarta generación”, a cargo del criminólogo Bayardo Ramírez Monagas, a las 5 de la tarde, y a partir de las 8 de la noche el Taller Resiliencia, sobre la transformación positiva del ser, a cargo de Jazmín Sambrano. Otro aparte merece el “Homenaje a Felipe Pirela”, evento musical promovido por Grupo Santillana. El sábado 1 de mayo la movida literaria será en clave de humor gracias al jolgorio que a partir de las 5 de la tarde protagonizarán El Chigüire Bipolar (http://www.elchiguirebipolar.com), Luis Chataing y Emilio Lovera. Más temprano, a las 10 de la mañana, se celebrará la charla “Para una estética del vivir”, a cargo de Jonathan Alzuru, Pablo Antillano, Felipe Herrera y Emeterio Gómez. A las 4 de la tarde se realizará el encuentro de Mónica Montañés y Luis Fernández para hablar de “Sexo sentido para desconocidos”. A las 5, William Niño y Vasco Szinetar dictarán la conferencia “La fotografía urbana venezolana”, a la que seguirá la charla “La resignificación”, a cargo del psicoanalista Antonio Briceño Monsant. Los derechos humanos también tendrán su espacio con el foro “El gobierno de la intolerancia”, conducido a partir de las 7 de la noche por Gonzalo Himiob. Finalmente, Paula Barrera pondrá la “Noche gótica” en la tarima principal poniendo punto final al día. La despedida de esta segunda edición del Festival de la Lectura Chacao 2010, el domingo 2, contará con la estelar participación de la escritora Ana Teresa Torres y su discurrir sobre su nuevo libro, La herencia de la tribu, en compañía del historiador Tomás Straka, a las 4 de la tarde. A las 5 se realizara un foro sobre la vida y la obra de Francisco Herrera Luque. Entretanto, las artes escénicas y visuales también tendrán su despedida apropiada con la presentación del dueto de danza 100% Impro y la proyección del cortometraje de videodanza Conexiones, a partir de las 7 de la noche. Cubriendo toda la cartelera del festival, los niños contarán con un espacio para compartir y disfrutar en el corazón de la Plaza Altamira, donde funcionará el Pabellón Infantil, que bajo la coordinación del Grupo El Nacional y el apoyo del Banco Provincial espera atender a más de 2.500 pequeños desde las 10 de la mañana hasta las 7 de la noche de cada día del evento, con actividades lúdico recreativas, cuentacuentos, jugar y crear con plastilina y otras fabulosas actividades, contando además con el respaldo de Random House, Grupo Norma, Santillana, Playco y Cultura Chacao. Como el pasado año, se espera que esta nueva y reforzada edición del Festival de la Lectura Chacao convoque a miles de caraqueños amantes de las letras y las artes, quienes tendrán la oportunidad de compartir junto a muchos de sus autores preferidos, haciendo resonar la lectura en todo el resto del país a través del Circuito Éxitos de Unión Radio. La entrada a todos los eventos es gratuita. Fuente: Cultura Chacao *** Guadalajara leerá a Ibargüengoitia en el Día del Libro Fernando del Paso, Ofelia Medina y Damián Alcázar son algunos de los invitados especiales que pondrán su voz a Los relámpagos de agosto, durante la celebración que se realizará el próximo 23 de abril. En pleno abril y como parte de la celebración del Día Mundial del Libro, Los relámpagos de agosto recorrerán más de setenta municipios de Jalisco y diversas sedes de México con un estruendo literario al que, en honor de Jorge Ibargüengoitia, se sumarán las voces del escritor Fernando del Paso; el rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG, http://www.udg.mx), Marco Antonio Cortés Guardado; el alcalde de Guadalajara (http://www.guadalajara.gob.mx), Aristóteles Sandoval Díaz; los actores Ofelia Medina y Damián Alcázar, y los directores de cine Kenya Márquez y Celso García, entre otros invitados especiales y más de siete mil personas, en lo que constituye la lectura pública más grande que se realiza en México. Instituido en 1995 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, http://www.unesco.org), el Día Mundial del Libro se celebra cada 23 de abril. En Guadalajara, el festejo se realiza desde 2002, cuando se dedicó un maratón de lectura al escritor jalisciense Juan José Arreola. A partir de 2004 se realiza también, en coordinación con la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL, http://www.fil.com.mx), en diversos municipios de Jalisco. Este año, además, la obra de Ibargüengoitia se leerá en sedes de la ciudad de México (Universidad del Claustro de Sor Juana, http://www.ucsj.edu.mx), Puebla (Hemeroteca Pública Juan N. Troncoso), Querétaro (Centro de Información de la Universidad del Valle de México, campus Querétaro; http://www.bibliotecas.uvmnet.edu) y Tlaxcala (Librería Jalil). En Guadalajara, la lectura —organizada en conjunto con el Ayuntamiento— se realizará el viernes 23 de abril en la Rambla Cataluña (Juárez y Escorza, a un costado del Paraninfo de la UdeG), donde se espera la participación de más de cuatrocientos lectores. La jornada comenzará a las 10 horas y concluirá a las 21 con un brindis. Cada uno de los lectores dará voz a un fragmento de la novela de Ibargüengoitia y, al final de su participación, obtendrá un ejemplar de Los relámpagos de agosto, editado por Planeta, y una rosa de regalo, cortesía del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UdeG (http://www.cucba.udg.mx). En la Rambla Cataluña también se instalará un área de venta de libros de la Dirección de Publicaciones de la Secretaría de Cultura de Jalisco (http://www.jalisco.gob.mx/wps/portal/sriaCultura) y las editoriales Arlequín (http://www.edicionesarlequin.com.mx), Edebé (http://www.edebe.com), Santillana (http://www.santillana.com.mx), Universitaria (http://www.editorial.udg.mx), El Viaje (http://elviajeeditores.blogspot.com), Mantis (http://www.mantiseditores.com), Petra (http://www.petraediciones.com) y Grupo Editorial Tomo (http://www.grupotomo.com.mx), además de las librerías Educal (http://www.educal.com.mx), Siglo XXI (http://www.libreriasiglo21.com), El Sótano (http://www.elsotano.com.mx), Gandhi (http://www.gandhi.com.mx), Ítaca, Jardín de Senderos, José Luis Martínez del Fondo de Cultura Económica (FCE, http://www.fondodeculturaeconomica.com), Porrúa (http://www.porrua.com), Universitaria, Cristal (http://www.libreriasdecristal.com.mx) y Gonvill (http://www.gonvill.com.mx), así como las revistas Luvina (http://www.luvina.com.mx/luvina.html) y Reverso (http://www.reversomagazine.com). Quienes compren un libro durante la jornada también recibirán una rosa, como dicta la tradición catalana de Sant Jordi. Como parte del festejo, Red Radio Universidad de Guadalajara (http://www.radio.udg.mx) realizará una transmisión en vivo de la lectura a través de sus ocho emisoras, además de una serie de enlaces, entrevistas y producciones especiales alrededor de la obra de Jorge Ibargüengoitia. En Guadalajara, se podrá escuchar en el 104.3 de FM y en la página http://www.radio.udg.mx. Fuente: FIL *** Obra dramática de José Ignacio Cabrujas presentarán en Caracas Publicada por Editorial Equinoccio (http://www.equinoccio.cultura.usb.ve), la Obra dramática del venezolano José Ignacio Cabrujas será presentada el próximo domingo 25 de abril, a las 5 de la tarde, en el marco del II Festival de la Lectura Chacao 2010 en la Plaza Altamira de Caracas, con un diálogo entre Leonardo Azparren Giménez —coordinador de esta edición crítica—, el actor Gustavo Rodríguez, el director Armando Gota y los críticos e investigadores Yoyiana Ahumada y Rubén Monasterios. Se trata sin duda de la edición más ambiciosa y completa realizada hasta ahora de la obra de un dramaturgo venezolano. En dos tomos y 1.300 páginas se reúnen 16 obras de teatro escritas entre 1959 y 1995, con sus respectivas fichas técnicas, un documentado estudio introductorio, una bibliografía de y sobre el autor y una cronología donde el propio Cabrujas habla de sí mismo y de su visión del mundo, la política y el teatro. Como explica Azparren, el proyecto no termina aquí. Para fines de 2010, y con un prólogo de Alberto Barrera Tyszka, se prepara un volumen que recoge entrevistas, artículos, crónicas y otros escritos nunca antes publicados en libro, donde Cabrujas despliega su versatilidad como ser humano, como creador y como testigo de excepción de la vida venezolana en la segunda mitad del siglo XX. Además, como estando ya en prensa los dos tomos que se presentarán el próximo domingo se han producido nuevos e importantes hallazgos de otras piezas de teatro —gracias a amigos de Cabrujas que las guardaron con celo—, probablemente se produzca también un último volumen, con lo cual se lograría virtualmente la edición de la obra dramática completa del intelectual caraqueño. Este gran proyecto editorial ha sido posible gracias a una iniciativa promovida y patrocinada por Banesco (http://www.banesco.com), y forma parte de la serie “Recorridos” de la colección Papiros de Equinoccio, la editorial universitaria de la Universidad Simón Bolívar (USB, http://www.usb.ve). Fuente: Equinoccio *** Realizarán en Salamanca el VI Congreso de Novela y Cine Negro El VI Congreso de Novela y Cine Negro (http://www.congresonegro.com) de la Universidad de Salamanca (Usal, http://www.usal.es), que se realizará del 27 al 30 de abril en la Filmoteca de Castilla y León, en Salamanca (España), analizará las nuevas tendencias y nuevas voces del género, y contará con la presencia de los escritores Luis García Jambrina, autor de El manuscrito de piedra; Mercedes Castro, que acaba de publicar su segunda obra, Mantis; David Torres y Carlos Salem, entre otros, así como profesores universitarios y expertos en el género negro. Asimismo, estará presente el periodista Pacto Lobatón, quien abordará las relaciones entre el periodismo de investigación y la novela negra, y recordará algunos de los casos a los que hubo de enfrentarse en el espacio televisivo “¿Quién sabe dónde?”. Por su parte, el ex policía Manuel Giménez, “muy popular por sus colaboraciones en programas de televisión”, hablará de su pasado como policía y de su actual ocupación como novelista, para la que ha tomado como base su experiencia profesional como investigador. Las ponencias se complementarán con mesas redondas, coloquios y proyecciones de películas, entre otras actividades. Además, durante las sesiones del congreso se presentará Realidad y ficción criminal: dimensiones narrativas del género negro, un libro que recoge las aportaciones de los asistentes al congreso de 2009. Esta obra, editada y prologada por Javier Sánchez Zapatero y Àlex Martín Escribà, directores del congreso, recoge artículos de expertos como Fernando Savater, Suso de Toro, Domingo Villar, Eugenio Fuentes o Juan Antonio Pérez Millán. La tramitación para matricularse en el congreso debe realizarse a través de la página web de la Universidad de Salamanca, en la sección de Cursos Extraordinarios (http://212.128.129.103:666/servlet/Cext.Cext). Los alumnos de la Usal que participen obtendrán tres créditos de libre elección, apuntó la organización. Fuente: Europa Press *** Santander celebrará la 29ª edición de su Feria del Libro La 29ª Feria del Libro de Santander, organizada por Libreros Asociados de Cantabria (LAC) con la colaboración del Ayuntamiento de Santander (http://www.ayto-santander.es) y el Gobierno de Cantabria (http://www.gobcantabria.es; España), se celebrará del 30 de abril al 9 de mayo en los Jardines de Pereda. En su última edición, trece libreros, siete de ellos de la localidad, tomaron parte, junto con tres instituciones, en esta cita a la que se busca otorgar año tras año una seña de identidad y una entidad cultural con personalidad propia. El programa general estará integrado por actividades que contemplan cuentacuentos, talleres creativos, propuestas educativas y los espectáculos infantiles. El formato más recurrente de los últimos años, en las jaimas que se ubican en el centro de Santander, lo configuran espacios literarios con autores, firmas y presentaciones de obras nacionales y regionales; una biblioteca infantil y juvenil permanente; secciones especializadas en cada una de las librerías participantes y el descuento del diez por ciento en la adquisición de libros. La feria, que el pasado año apeló a una cita participativa fundamentada en el espíritu de la capitalidad cultural al fondo, en esta edición podría acoger una representación especifica de la Fundación Santander 2016 (http://www.santander2016.eu). Por su parte, la Asociación Gremio de Editores de Cantabria, colectivo asociativo fundado hace poco más de un año, estudia participar en la feria santanderina con un expositor propio, aunque aún no se ha adoptado la decisión final al estar pendiente la posibilidad de vender o no libros en su stand. El Gremio, constituido el pasado año, sí ultima su participación en la Feria del Libro de Madrid (http://www.ferialibromadrid.com), cita de referencia para el mercado español que tiene lugar tradicionalmente en las fechas finales de primavera. Agrupación de similares características a los colectivos profesionales existentes en la mayor parte de las comunidades autónomas españolas, el Gremio de Editores de Cantabria se puso en marcha de manera práctica precisamente con una puesta de largo en la feria madrileña del Retiro el pasado año. Ahora sus integrantes podrían mostrar sus fondos, catálogos y novedades inminentes en la feria santanderina. Ediciones Tantín (http://www.edicionestantin.com), Creática (http://www.creatica.es), Cantabria Tradicional (http://www.cantabriatradicional.com), Editorial Límite, Valnera (http://ediciones-valnera.com) y Ediciones Estvdio (http://www.estvdio.es), más Quálea (http://www.qualeaeditorial.com), integran el Gremio que, además, ha presentado a Cultura un proyecto expositivo para el Día del Libro que tendría como destino la sede de la nueva Biblioteca Central de Cantabria (http://www.bcc.gobcantabria.es). Los organizadores de la feria trabajan en ultimar la presencia de autores y programarán un pregón con la presencia de un autor de proyección nacional vinculado a Cantabria. En el ámbito pedagógico, Educación facilitará la asistencia de colegios durante las mañanas. Además, participará el Ayuntamiento de Santander con la nueva edición de “Relatos a pie de calle”. En 2009 se recogieron 30 relatos de autores de 5 a 77 años, que se han publicado y de los que se entregaron estos días 3.000 ejemplares. Las librerías participantes habituales son Lisaso de Renedo; las santanderinas Estvdio, Merienda en el Tejado, Gil, Tantín, La Ludoteca, Utopía (http://www.libreriautopia.com) y The English Bookshop; Liceo, Esmeraldo y Campillo de Torrelavega; Sancho Panza (Cabezón) y Centro Papelería (Reinosa), un número diversos de autores, ediciones, colecciones y publicaciones de la región, y la implicación del Ayuntamiento y las Consejerías. Fuente: El Diario Montañés *** Dictarán cursos de especialización a gestores culturales salvadoreños Como un aporte a la formación de gestores culturales en El Salvador, el Centro Cultural de España en El Salvador (CCESV, http://www.ccespanasv.org) junto a Maquilishuat, Servicios Culturales Artísticos y Educativos, impartirán a partir de mayo una serie de cuatro cursos especializados en esta área. Santiago Nogales, director de teatro y también directivo de Maquilishuat, comentó que fue desde el año pasado que comenzaron a coordinar con el CCESV la realización de los talleres. “Comenzamos a coordinar esto con un objetivo claro en la cabeza. Siempre lo he dicho: que como país, del cual me siento parte luego de 15 años viviendo acá, vamos a crecer, vamos a dar un salto, cuando quienes nos dedicamos a la cultura terminemos profesionalizándonos”, comentó Nogales. El primer curso será del 24 al 28 de mayo e impartido por José Luis Mariscal, catedrático mexicano especializado en gestión cultural. Podrán participar sólo personas con experiencia en el campo de la gestión cultural, así como personal de instituciones públicas relacionadas con la cultura. El cupo es para 28 personas. Los interesados pueden comunicarse al 2275-7526 del CCESV para mayor información sobre los contenidos del curso. Fuente: La Prensa Gráfica *** Directores del Instituto Cervantes se reunirán en Alcázar de San Juan El Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es) y el Gobierno de Castilla-La Mancha firmaron este 11 de abril, en Madrid (España), el convenio de colaboración que hará posible la celebración, en Alcázar de San Juan, de la próxima reunión de directores de esta entidad española. Se trata de las VI Jornadas de Directores del Instituto Cervantes, que se celebrarán del 19 al 22 de julio, y reunirán en esta ciudad a unos 80 representantes del organismo que impulsa y promociona la cultura española e hispanoamericana. Entre ellos, los responsables de la sede central en España y los que se encuentran repartidos por los cinco continentes. En total representantes de 72 centros repartidos en 44 países, según manifestó la directora, Carmen Caffarel. Como en los encuentros anteriores, en Alcázar de San Juan se debatirán los retos que afronta el Cervantes para promocionar la lengua española y la cultura de los países hispanoparlantes en todo el mundo. Normalmente, en estos encuentros, se hace balance del trabajo desarrollado en el último ejercicio y se planifica el siguiente, en lo que se conocerá como “el documento de Alcázar de San Juan, en el caso que nos ocupa, que será la ruta y la guía que nos va a marcar a todos el camino durante un año en cinco continentes”, apuntó Caffarel. La directora recordó la presencia, en Alcázar de San Juan, de los príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, quienes asistirán a una de las sesiones de trabajo como miembros que son del Patronato del Cervantes. Junto a ellos estarán tres ministros, los de Asuntos Exteriores y Cooperación (http://www.maec.es), Educación (http://www.educacion.es) y Cultura (http://www.mcu.es). La reunión se celebra por primera vez en tierras manchegas, donde trascurren las aventuras de don Quijote, en pleno “corazón de La Mancha”, como reza el lema turístico de Alcázar de San Juan. Esta cita contribuirá, sin lugar a dudas, a promocionar La Mancha entre los máximos responsables del Cervantes y en los medios de comunicación, así como a dar a conocer los tesoros culturales y turísticos que alberga la región. Entre estos tesoros, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, destacó la partida de bautismo de Miguel de Cervantes, que se encuentra en la parroquia alcazareña de Santa María. Señaló también la diferencia de La Mancha respecto a otros territorios literarios y míticos, subrayando que “este territorio existe de verdad, se puede y se debe visitar para comprender la obra de referencia mundial de la literatura española de cuyo autor tomó el nombre el Instituto Cervantes”. El presidente aventuró que Alcázar de San Juan no dejará indiferente a nadie, “será la tierra de la que nadie querrá olvidarse y, aunque los directores del Instituto Cervantes vendrán con la fresca del mes de julio, tendrán la oportunidad de disfrutar de la espectacularidad de las noches de La Mancha”. Fuente: Lanza Digital *** Editores hablarán en Canarias sobre gestión de derechos digitales Los derechos de autor en relación con el libro electrónico y en la red será uno de los temas que incluirá en su programación el VIII Encuentro de Editores en Canarias, que se realizará del 22 al 26 de septiembre coincidiendo con el II Salón Internacional del Libro Africano (Sila, http://www.silaencuentro.com). Ambos eventos están organizados por la editorial Baile del Sol (http://www.bailedelsol.org) y Producciones Mirmidón (http://www.mirmidon.es). Juristas, editores, autores y otros expertos en la materia se darán cita en Tenerife para reflexionar sobre la importancia de abordar la transición digital y analizar qué nuevas cláusulas deberán incluirse en los futuros contratos de edición, qué cambios tendrán lugar en la negociación de la explotación de los derechos digitales y qué sistemas de remuneración podrán arbitrarse tanto para autores y traductores como para editores en el nuevo entorno. La importancia de la propiedad intelectual nació por el avance técnico que supuso la imprenta, pero la tecnología digital e Internet han globalizado las obras de los autores. Esta nueva situación requiere una actualización de la legislación sobre propiedad intelectual, dado que el modelo ya no es la venta, sino la descarga y el contrato de licencias. La proliferación de contenido gratuito descargable en la red, la amenaza de la piratería, el copyleft y los nuevos soportes de lectura serán otros de los temas que contribuirán a avivar el debate. Fuente: Organización del evento ||||||||||||||||||||||| LITERATURA EN INTERNET |||||||||||||||||||||| Pequeño LdN http://pequenoldn.librodenotas.com Suplemento infantil y juvenil de la web Libro de Notas (http://www.librodenotas.com) en el que se ofrecen gratuitamente historietas, textos y otros contenidos de calidad, dirigidos a niños y adolescentes. Exonario http://exonario.blogspot.com Un diccionario compuesto por definiciones y términos que no figuran en el diccionario. Creado por el argentino Jorge Mux, no es un diccionario de jergas, sino una recopilación de definiciones construidas a partir de la observación del entorno en busca de situaciones, conductas u objetos que carecen de nombre o no han sido apropiadamente nombrados. Publica una palabra diaria y acepta colaboraciones de sus lectores, a través del correo electrónico jorgemux@yahoo.com.ar. Sur Cultural http://www.surcultural.info Publicación cultural creada en 2005 con el objetivo de difundir todo lo relacionado con la cultura uruguaya. Publica materiales educativos, con especial énfasis en la orientación a los padres y docentes, y diversos contenidos informativos relacionados con áreas como alfabetización, dificultades de aprendizaje, ciencias, historia, entretenimiento, turismo y otros. Observatorio de la Lectura y el Libro http://www.mcu.es/libro/MC/ObservatorioLect Organismo del Ministerio de Cultura de España (http://www.mcu.es) que tiene el propósito de analizar permanentemente la situación del libro, la lectura y las bibliotecas en su conjunto. Su creación se fundamenta en la importancia y el potencial del sector del libro español, con toda su riqueza y diversidad lingüística, así como en la proyección universal de la lengua española. El sitio ofrece diversos estudios e informes, información sobre congresos y jornadas, un censo de actividades de fomento de la lectura y un centro de documentación del libro, la lectura y las letras, entre otros recursos. Kiosko.net http://kiosko.net Directorio de periódicos de diversos países del mundo, que tiene la particularidad de que muestra las portadas de los medios incluidos. Ofrece una gran variedad de publicaciones, y el usuario puede explorar las que pertenecen a su región, a su ciudad o a cualquier otro lugar del mundo. ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === El absoluto literario como un juego: ================================== === El Tercer Reich, de Roberto Bolaño Julio Quintero ================ Bolaño, Roberto. El Tercer Reich. Barcelona: Anagrama, 2010. Una de las cintas promocionales de El Tercer Reich, el nuevo libro de Roberto Bolaño, califica de “feliz” su imprevisto encuentro en el computador del escritor. El tiempo dirá si tanta es la fortuna. Lo cierto es que, y para empezar, El Tercer Reich no fue publicado por voluntad explícita de Bolaño mientras vivía, dato que sorprende, pues el autor, al menos en sus últimos años, cuando la fama lo había librado de una existencia basada en la premura económica de los premios literarios, fue muy cuidadoso a la hora de escoger cuáles de sus textos verían la imprenta. Su aparición podría ser entonces feliz para aquellos que están construyendo una fortuna con su obra. En 2008, una vez expiró el contrato de Carmen Balcells, el agente literario a quien Carolina López, la esposa del escritor chileno, había nombrado como su apoderada, los derechos sobre los textos de Bolaño pasaron a manos de Andrew Wylie, cuya fama no reside precisamente en sus escrúpulos a la hora de tratar con sus clientes. Un ejemplo de lo anterior es la traducción de las obras de Bolaño al inglés, que ya no es llevada a cabo por una editorial con amplio capital simbólico pero de limitado acceso al mercado, como lo es New Directions. Las traducciones son comercializadas hoy por la gigante Farrar, Straus and Giroux. El chileno ha inundado así el mercado estadounidense, impulsado en parte, y seguro por voluntad del mismo Wylie, por el énfasis que se otorga a los episodios más oscuros de su biografía y a la imagen aún significativa del “magical realism”, lente bajo el cual se enfocan la mayoría de las obras que provienen del sur del continente americano, incluidos Borges y Cortázar. Basta leer la contraportada de las obras para corroborar lo dicho. Pero no se habla aquí de las traducciones al inglés de las obras de Roberto Bolaño o del rol de los editores en la difusión de su nombre, sino de la publicación de un nuevo libro a manos de Anagrama. Muchos de los temas típicos de Bolaño están presentes. El protagonista de El Tercer Reich es hasta cierto punto su alter ego, pero no se trata en este caso del tímido vigilante nocturno que lee revistas pornográficas y es blanco de las invectivas de Udo, el protagonista. El autor implícito está representado por este último, si bien de una forma que tiende a suspender toda conexión con el chileno. Udo es alemán y no es un poeta. Es escritor, pero de artículos que detallan cuál es la mejor estrategia para salir victorioso en los wargames, nombre dado a un tipo de juegos de mesa que bien pueden traducirse al español como “de guerra”. Udo no es sólo un gran conocedor de esos juegos: es el campeón —jugando para los teutones— de Tercer Reich, una variante que recrea cada año de la Segunda Guerra Mundial en diversos turnos y cuyas reglas emulan las progresivas restricciones del ejército germano y la consolidación del poder aliado en los diferentes teatros que la componen. El escritor, figura que evoca el “absoluto literario”, además de ficcionalizarse en la persona de Udo, también se materializa en otros dos personajes, el Quemado y el esposo de Frau Else. Lo más característico es, por supuesto, el valor de la literatura en sí misma, y en este sentido El Tercer Reich es Bolaño en cuanto ésta concentra toda la atención de los personajes y mimetiza sus obsesiones. Pero la centralidad de lo literario no se explicita de forma automática, es decir, no se trata de escritores en el sentido tradicional de la palabra. El lector debe dar un rodeo precisamente por Tercer Reich, por el wargame de marras. Y es allí donde la novela alcanza una dimensión siniestra. Udo llega con su novia a una playa cercana a la ciudad de Barcelona, la misma a la que acudía con sus padres y su hermano cuando era un niño, para pasar sus vacaciones. Allí se encuentra con una pareja alemana, Hanna y Charly. También conoce al Quemado, un ser enigmático que duerme en la playa entre una fortaleza construida con los patines que alquila a los turistas y cuya apariencia física ha sido comprometida de modo irremediable por el fuego en un accidente del cual no queda del todo claro si contó o no con la participación de un grupo de nazis. Se encuentra del mismo modo con Frau Else, la dueña del hotel, a quien Udo recuerda con mucho afecto y con quien tiene un corto romance, y con su esposo. A Udo no le interesan ni las playas ni las discotecas. Busca escribir un artículo sobre la mejor estrategia para que Alemania gane la Segunda Guerra Mundial, pero no lo consigue, porque el Quemado, quien en un primer momento se mostraba distante, decide embarcarse en un juego de Tercer Reich con él. Mientras espera el final de la partida, Udo presencia el derrumbe de los pilares de su vida: su novia lo abandona, pierde su trabajo, malgasta sus finanzas y su salud se consume de forma paulatina. Vista así, la novela no le da un respiro al lector. Resulta imposible interrumpirla en el afán de conocer el origen del Quemado y el curso final de los acontecimientos para constatar si éste impondrá su venganza. Pero si se da un rodeo por la relación entre la literatura y Tercer Reich como wargame, la conclusión tal vez recuerde las palabras de Felipe Müller sobre la obra de Belano y Lima: “Si uno junta lo sublime con lo siniestro, el resultado es siniestro, ¿no?”. La literatura queda convertida en un gran juego de estrategia, en un “sistema” como se dice literalmente en la novela, que recuerda el sistema literario de los primeros románticos, tan centrales en el proyecto estético del mismo Bolaño. La literatura no es una faceta de la realidad: es la realidad la que se constituye en una proyección —tan sólo parcial— de la literatura. No extraña por tanto el que para Udo lo único importante sea su wargame, correlato del “absoluto literario”, y que por él descuide tanto su entorno como su propia existencia. No resulta sorpresivo que el Quemado confiese su inclinación por la poesía y se defina a sí mismo como un poeta y que el esposo de Frau Else, aquejado por una enfermedad terminal, apenas intervenga en la historia para aconsejar a este último sobre la mejor estrategia para derrotar a Udo. Los tres están enfermos de wargames: no se trata de un mero pasatiempo. Sus vidas son sólo los wargames. Todo lo que esté por fuera de ellos es irreal. La obra, como se dijo, se manifiesta como un conjunto siniestro no únicamente por las imágenes, las prolepsis y el sentido de intemporalidad e irrealidad que el lector capta en los personajes y la acción. No es tan fácil abstraer lo sucedido entre 1939 y 1945 del wargame en sí mismo y decir que la literatura es “como” el juego Tercer Reich. Es una metáfora sin duda terrible. La realidad que la guerra engendró fue monstruosa y, en última instancia, no se sabe hasta qué punto el estatuto de lo literario gana o pierde al ser equiparado con ella. Lo literario es sin duda un sistema y hasta cierto punto un juego de estrategia, como lo es El Tercer Reich, una suerte de Blitzkrieg, donde la atención del lector se gana una vez el Quemado instala su fortaleza en el interior de la narración. La literatura, sin embargo, apunta hacia otro horizonte. Decir que las víctimas están representadas en el Quemado no es suficiente. Y la venganza tampoco ofrece mayor justificación. No es gratuito el hecho de que Bolaño no haya querido publicar El Tercer Reich en vida. Se puede objetar que 2666 tampoco lo fue. Pero es que El Tercer Reich no es 2666. ** Julio Quintero julioanq@hotmail.com Ensayista colombiano (Medellín, 1976). Tiene un máster en literatura colombiana de la Universidad de Antioquia (http://www.udea.edu.co; 2003) y un doctorado en lenguas romances de la Universidad de Cincinnati (http://www.uc.edu; EUA, 2008). Actualmente se desempeña como profesor asistente en una universidad de Estados Unidos. En los próximos meses saldrá a la venta un libro suyo editado por la Universidad de Antioquia titulado La representación del poeta en la novela hispanoamericana: una lectura de Roberto Bolaño, Sergio Ramírez, Cristián Barros y otros escritores desde el Modernismo hasta hoy. === Tres aproximaciones a “esta delgada luz de tierra”, =================== === de Reynaldo Lacámara Magdalena Mattar ============================ “Hay estrellas muertas que aún brillan, porque su luz quedó atrapada en el tiempo”. En una primera aproximación a la creación poética de Reynaldo Lacámara, “esta delgada luz de tierra”, podemos considerar que nos enfrentamos, ya desde el título, a una paradoja en que se unen ideas opuestas, en apariencia irreconciliables, o a un oxímoron, si consideramos que, al mismo tiempo que ideas, son conceptos unidos sintácticamente, siendo contradictorios tierra y luz, lo cual nos lleva a una dimensión nueva de la realidad perteneciente al terreno de la imaginación, actividad del alma no sujeta al dominio de la razón ni a reglas impuestas, construyendo un universo distinto al que percibimos en un estado consciente y que permite al lector acceder a una relación concreta con la simbología que no obedece a la lógica, permitiendo al ser social superar los traumas producidos en una fase de su desarrollo histórico, a través de la belleza del lenguaje poético, metafórico, tendiente a resolver la problemática social que no puede ser resuelta de manera racional, proponiendo como clave el acceso al inconsciente para, de este modo, superar la neurosis producida en el individuo y en la sociedad por la violencia de que han sido sujetos y objetos, en una suerte de catarsis que equivale a la liberación del inconsciente, postulando un self integrado, incorporando, no disociando, las imágenes buenas y malas del sí mismo y de los otros mediante la integración en un todo de los componentes afectivos y agresivos, estableciendo con este lenguaje profundas relaciones entre la estética y las estructuras sociales, prefigurando, mediante lo imaginario, una nueva realidad más amable. Memoria ¿Qué aullido sube precipitado en la pálida luz de memoria que me infliges? Hay épocas en la historia en las cuales la sociedad se distiende, superando sus propios límites, distensión desproporcionada que deja secuelas visibles e invisibles que dañan el tejido social; marcas que se transforman en cicatrices, producto de la ruptura del orden social; vestigios que se convierten en dolor en los individuos y en la sociedad. Así, estos haces de luz, los poemas, permiten modificar la superficie de las heridas, estimulando la síntesis de nuevas fibras del pensamiento, más organizadas y compactas, logrando así la reducción del dolor que se ha producido en el tejido social. Y tal como las huellas de un poeta asesinado se perdieron en la arena “cuando caminaba rodeado de fusiles”, el autor intenta, a través de la belleza del lenguaje, borrar las huellas profundas que quedaron en el alma de los chilenos, víctimas de una etapa cruel, sintetizando en una sola expresión sensible efectos simultáneos de luz y espacio, constituyéndose las figuras literarias y los múltiples planos de nivel significativo como vehículos de transferencia de mundos hondamente aprehendidos. Desde otra perspectiva, no propiamente estructuralista, sino de acuerdo al contexto, surge la historia de nuestro país como una experiencia traumática. El poeta intenta recuperar esa memoria histórica para reformar la memoria colectiva, fundamental para el crecimiento moral y para dar inicio a una identidad política, que se constituye como expresión y práctica de la justicia, siendo memoria y futuro inseparables para constituirnos como individuos éticos que exigen justicia, la primera y cardinal virtud. La memoria se diferencia de la historia en la medida en que se establece como nexo entre el pasado, el presente y el futuro. La historia es un relato que omite u oculta otro relato y que subvierte la relación mimética entre texto y realidad; siendo el texto discurso artificial y arbitrario que oprime otros discursos, cuya característica es la ambigüedad en que no hay relación entre el signo y su contexto, entre significante y significado, perdiendo la palabra su poder creador. La luz de las estrellas muertas o un viaje en el tiempo Hay otro plano en la poesía de Reynaldo Lacámara que es, a mi juicio, el más notable y el más interesante. Para acceder a este análisis citaremos parte del último poema de su obra, perteneciente a “ciudad de la poesía”, en el cual propone extender nuestra ciudad sobre “esta delgada luz”. Hay una delgada luz de tierra que alumbra el nacimiento de un poema. Animal tenebroso sorprendido por lo aparente, seguro en su cueva en su antro de luz y sombra, dando una llama fuera de las horas, como una estrella Que vive más allá de su tiempo. Extendamos nuestra ciudad sobre esta delgada luz, puesto que nada más conocemos. Sólo este reflejo sólo el brillo que alumbró tus ojos... El poeta muerto, evocado, emite una luz que alumbra el nacimiento de un poema como una estrella que vive más allá de su tiempo. Una teoría científica postula que existen estrellas que aún son visibles, aunque actualmente ya no están emitiendo luz, sólo que dada la distancia a la que se encuentran, aún estamos recibiendo la luz que emitieron hace mucho tiempo. Una voz alarga su sombra. Percibo desde el vacío El hilo retorcido de su existencia. El telescopio espacial Spitzer ha revelado indicios de que los planetas podrían formarse a partir de los restos de una estrella muerta, según revela la NASA. Los restos del anillo que se forma al explotar una estrella acabarían uniéndose entre sí para dar lugar a los planetas, teoría que se relaciona con el mito del ave fénix, puesto que el descubrimiento significa que los planetas surgen a partir de las cenizas de una estrella muerta. Está muerto pero me vives. Muerto como la tarde que declina Y eleva una estrella desconocida. Muerto con otro grano de polvo entre las manos... Al azar, se producen inexplicables brotes de radiación de alta energía cada uno durante unos segundos, los que tardamos en leer un poema, similares a los haikús, y sin ninguna relación con ningún otro cuerpo conocido. Así, los astrónomos han recurrido a un lugar inexplorado para estudiar la evolución de los planetas: las estrellas muertas. Los resultados sugieren que los mismos materiales que componen la tierra y otros cuerpos rocosos (¿por qué no los cuerpos humanos?) del sistema solar podrían ser comunes en el universo. Traes el avance del olvido en el silencio con que hablan los muertos. Así, desde este punto de vista científico, podemos realizar otro análisis del texto “esta delgada luz de tierra” en que ya no hay una paradoja, sino una dialéctica, una síntesis, de universos opuestos pero complementarios. Vi una delgada luz En la bruma detenida Y una ventana o una boca Sin arriba sin abajo sin nacimiento sin después. Y en el abismo apenas Un delgado sonido En la profunda espera de las tinieblas. El poeta que escribe ha percibido la luz que aún irradia el poeta muerto y nos enfrenta de lleno al misterio de la vida y de la muerte. Él, con una sensibilidad que no poseemos todos los mortales, ha visto más allá de lo evidente, más allá de la realidad que nos atrapa, y nos ofrece a través de breves poemas, aparentemente ininteligibles, una nueva realidad que nos asombra y que nos deslumbra, aunque no podamos explicar racionalmente por qué. ** Magdalena Mattar magdalenamattar@gmail.com Docente venezolana. Profesora de español egresada de la Universidad de Concepción (Chile) con especialización en Comunicación y Lenguaje. Dicta clases de español a todo nivel, en universidades, institutos y a particulares. Tras abandonar toda actividad transitó un período de búsqueda en diferentes áreas, especialmente la religiosa. Cursó estudios de dibujo y pintura y talleres de arte, y creó el Centro de Atención Psicológica y Educativa. Ha sido redactora y reportera del diario VEA (http://www.diariovea.com.ve) y colaboradora de la revista Dominical. Actualmente colabora con la Fundación Debate y el Ministerio de Comunicación e Información de Venezuela. === El verbo honesto de Miguel Hernández José Ruiz Guirado =========== Hablar a estas alturas del poeta de Orihuela, es casi como una provocación. Me explico, si sé o puedo. La condición que le condenó de por vida a Miguel Hernández fue su manifiesta naturalidad, sinceridad y falta de pose o afectación. Era un hombre sencillo, humilde y agraz (desagradable, molesto para muchos), que se atrevió a utilizar las palabras por su nombre. Quizá su primer conato con la realidad que le rodeaba fue el lugar, la familia donde le tocó nacer. Mejor dicho, la intransigencia de un padre que, producto de una sociedad y un tiempo, no comprendía lo que pretendía hacer su hijo en la vida. Porque no era mal futuro —en su entendimiento de pastor analfabeto— seguir con el oficio del padre, que mantenía cierta posición económica. Debería sentirse humillado un muchacho con miras más amplias, cuando pastoreara cerca del lugar donde estudiaran sus compañeros —un privilegio para la época—. Ya pastoreando, aprovechar los útiles más escasos —papel, lápiz— y los lugares más peregrinos —piedras, lomos de cabras— para escribir —crear. Esta actitud ante el padre provocó —despotismo paterno, cruel despego—, que no fuera a verle cuando moría tuberculoso en la cárcel. Afirma Eutimio Martín —biógrafo del poeta—, “(...) que se limitó, como oración fúnebre, a un: Él se lo ha buscado”. Decía provocación, porque los paisanos de Miguel Hernández —las fuerzas vivas— no podían digerir que un comunista, un paisano de extracción social humilde, pudiera ocupar un puesto de honor en la sociedad de Orihuela, si no fuera por el padrinazgo y la hechura de sus mentores, Ramón Sijé y Almarcha. No sabe uno decir si sonó la flauta o sin la flauta de aquéllos, no podría salir esa música. Aun así, no olvidó la amistad con Sijé (el acceso a la imprenta de Perito en lunas fue con el apoyo del paisano), pese a lo que después vendría. Era su amigo y un alma noble y sincera como la suya dejó viva su presencia para siempre con la elegía conocida. Un servidor prefiere no darle a Almansa cínico protagonismo en este escrito, en la pasión y muerte del poeta. No sabe uno si podría haberlo evitado, porque Miguel Hernández fue el prototipo perfecto de reo perdedor de la contienda. Pero poder es querer, por muy agazapado que se muestre. Por lo mismo que fue amigo de Sijé —por su nobleza—; así se presentó con el cuaderno de poemas bajo el brazo, su vestimenta rústica y su olor a pueblo a sus amigos intelectuales madrileños. Aquí aparece la otra acepción de agraz, con el que le presentábamos al principio. Resultó molesto para Alberti, para Lorca. Es conocida la anécdota del poeta granadino: “Echarle”, le dijo a Aleixandre por teléfono, sabiendo que el de Orihuela estaba en su casa y él pretendía hacerle una visita. Vicente Aleixandre nunca le echó, sino todo lo contrario. Molesta que un pobretón, un hambreado, sobre todo en su estancia madrileña (lo expresa, con acertado verbo, Antonio Muñoz Molina: “Daba vueltas por las calles con el estómago vacío y una carpeta de versos mecanografiados bajo el brazo”), les venga a dar en las narices con unos poemas claros, honestos, limpios, originales, sin tapujos ni complejos carnales. Se alista en 1936 al Partido Comunista y se le ve codo a codo cavando en las trincheras con los miembros del Quinto Regimiento; pero con los soldados, nunca presente en las reuniones de la Alianza de Intelectuales. Llega el fin de la guerra, con la derrota. Y en este punto vuelve la soledad para el poeta: otra vez solo en Madrid sin saber qué hacer. Ha de volverse a su patria chica. ¿Pensaría, en su inocente nobleza, que allí estaría a salvo con los suyos? Lo que pasó después es público y conocido. Hasta el punto que hoy estamos en el espacio en el tiempo escribiendo estas impresiones. Hace ya un par de décadas tuve una conversación con el escritor y amigo Manuel Andújar, quien estuvo exiliado en México. Salió el tema a colación. Él mismo se lamentaba que nadie de sus amigos literatos no le hubieran echado un cable para poner tierra por medio y salvar la vida. Para unos fue gracias a ellos, para otros pese a ellos. Pese a todo, ahí está la voz íntima, conmovedora, honesta, sin retórica y emocionada. Eso es lo que tiene lo noble, original, limpio y auténtico, que después de cien años, puede que se lea con otros ojos. ** José Ruiz Guirado jrguirado@gmail.com Escritor español (El Escorial, 1955). Miembro de la Asociación Colegial de Escritores (http://www.acescritores.com). Inicia estudios de periodismo y filología. En 1980 publica su primer libro, Ilusiones del almendro, con el que se inaugura la Casa de Oficios El Escorial. Creador de la revista literaria Acibal y del Premio de Poesía Manuel María. Entre sus obras destacan Intrahistoria de Marín (Caixa de Pontevedra, http://www.caixanova.es), Crónica de Robledondo (Ayuntamiento de Santa María de la Alameda, http://www.sierraoeste.org/santamaria.htm) y Hacia una biografía de Manuel Andújar; actas del Congreso del Exilio Español, sesenta años despois (Ediciós do Castro http://www.sargadelos.com/edicionsocastro/?lg=cas,). Textos suyos han sido publicados en revistas y periódicos. En 1996 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Julio Camba para Galicia, siendo presidente del jurado el escritor Gonzalo Torrente Ballester. Mantiene un blog en http://www.acibal.com. === El novelista Nemecio Urbano Díaz Alberto José Pérez ============== Nemecio Urbano Díaz es un barinés originario de Puerto Nutrias, otrora centro del comercio fluvial de las regiones desprendidas del ande venezolano. Por ese puerto entraba toda clase de mercancías, unas provenientes de Europa y otras de Ciudad Bolívar, y por él salía el mejor tabaco del mundo, cacao, algodón, plumas de garza, pieles de animales y una que otra pieza de alfarería; pero también llegaron por Puerto Nutrias tahúres, criminales, circos, el hielo y lindas muchachas de serpentina y zarzuela (yo no fui testigo de eso, me lo contaron J. E. Guédez y J. E. Ruiz Guevara, que sí lo fueron), y gente de arte y ciencia; según tengo entendido, esto es característico de todo puerto sea fluvial o no. Total que Puerto Nutrias se hizo un lugar de encuentro de nacionalidades, donde las morocotas y la bulla que traían de sus mundos hicieron posible una memoria para una literatura marcada por el auge y caída de ese puerto. Cuatro nativos de esa población ribereña tienen obra que así lo señalan: José Napoleón Oropeza, Jesús Enrique Guédez, José Esteban Ruiz Guevara y Nemecio Urbano Díaz, el más reciente, aunque su libro de relatos Pueblerías fue editado por el extinto Fondo Editorial Municipal de la Alcaldía de Barinas, finalizando el siglo veinte. El mundo imaginario que sólo la realidad de la fantasía y de la historia hacen vida en el escritor, se erige como un punto que lo lleva a salirse de los cauces, digamos, naturales de la narrativa contemporánea que siempre ronda lo urbano y los eternos conflictos del hombre, que el amor y la muerte le producen, quiero decir, en sus divagaciones creativas, alcanza la libertad de la fantasía para atrapar el hilo de una historia y no lo suelta hasta que no puebla muchas o pocas páginas en blanco. Eso ha ocurrido en Nemecio Urbano Díaz con su nueva novela Bestiario de los venados, de reciente aparición bajo el sello editorial de Ediciones de la Revista ICAM. Esta vez no son los símbolos de la región de Puerto Nutrias; el autor, como London, se interna en una narración por demás hermosa, recreada en el antiguo hábitat de los indios moromoy que vivieron en la meseta que conocemos con el mismo nombre, hasta que el tiempo quiso que llegaran a ella los hombres de la conquista para llamarla Nueva Trujillo de Barinas; claro, luego del exterminio de unos y el sometimiento de otros para, no pasado mucho tiempo, tomar el nombre que ahora ostenta: Barinitas. El tema de la novela Bestiario de los venados es una historia de amor protagonizada por dos hermanos de la etnia moromoy, hijos de su poderoso cacique, quien intenta asesinarlos si violan los códigos que su tribu contemplaba para ese tipo de circunstancias, pero interviene un Dios y lo conmina a desechar la idea y le sugiere otras artes de venganza para lavar su honor; Narúa y Guamaré son los nombres de los hermanos amantes, cuyo poderoso padre, el cacique Baramá, quiso castigar con la muerte. Bestiario de los venados alcanza momentos narrativos de fino erotismo, con un lenguaje limpio, podría decirse que lírico, donde la inocencia pareciera ser la atmósfera de la palabra con que el novelista Nemecio Urbano Díaz la construye, dándole sorprendentes giros a sus personajes, planos narrativos en que el lector termina escuchando la historia de la propia voz de Narúa y Guamaré, desde el comienzo de la novela, pero es al final de ésta cuando el lector se llena de asombro al descubrirse interlocutor de los hermanos. Va por Dios y por mí la recomendación de buscarla en los anaqueles. ** Alberto José Pérez albertoperez802@hotmail.com Poeta, editor y comentarista literario venezolano (El Samán, Apure, 1951). Ha obtenido reconocimientos por su obra poética entre los cuales vale mencionar el Premio Único de Poesía de la Bienal de Literatura de la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve) por su libro Homenajes (1991), y el Premio de Poesía de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora (Unellez, http://www.unellez.edu.ve), por el poemario El espejo y la memoria (1987). También ha publicado los poemarios Los gestos tardíos (1975), El libro de Barinía (1985), Marca (1984), Olor de amor (1995), Como si valiera un siglo (1996), Retrato de memoria del corazón de una mujer (1997), Un poeta como yo (2006) y la antología poética El poeta de quien les hablo (1999). === La palabra que busca y el símbolo de las piedras ====================== === Dos anotaciones sobre la poesía última de Horacio Preler ============== === Alfredo Jorge Maxit =================================================== (Nota del autor: Horacio Preler [La Plata, 1929] es un reconocido poeta argentino, autor de 9 libros de poemas. Uno de ellos, Silencio de hierba, fue distinguido por la Academia Argentina de Letras como el mejor libro de poesía publicado durante el trienio 2001-3. El siguiente trabajo considera como poesía última del autor, además de la obra premiada, a Zona de entendimiento (1999) y a Aquello que uno ama (2006), y se propone mostrar que la búsqueda de la palabra y el símbolo de las piedras las unen en una trilogía de plenitud). Mientras se aguarda la aparición de Mirra, sigue siendo Aquello que uno ama (2006) —presentada en coincidente celebración con los cuarenta años de su primera publicación, Institución de la tristeza (1966)— la última obra poética de Horacio Preler. Considero como su poesía última, la de tres libros casi contiguos: Zona de entendimiento (1999), Silencio de hierba (2001) y Aquello que uno ama (2006). Estimo que las obras de 1999 y 2001 están hermanadas por un mismo momento poético —y de plenitud. Tal vez Aquello que uno ama abra otro momento o agregue una coda, porque algo distinto insinúan la explicitación del sujeto, uno, y el tono más melancólico por alejamiento de lo amado —aquello— que estructura la obra en un solo poema, constelado por 33 estrofas, que son, a su vez, poemas en sí mismas. “(...) la poesía es una visionaria y arriesgada tentativa de acceder a un espacio que ha desvelado y angustiado siempre al hombre: el espacio de lo imposible, que a veces parece también el espacio de lo indecible” (Roberto Juarroz, Poesía y realidad). Cita aplicable a las dos obras de la plenitud, desde los títulos. Zona es espacio. Silencio, actitud consecuente ante el misterio y cautelosa de las seguridades del lenguaje. Palabra final Hoy hemos regresado de la infancia casi sin darnos cuenta, sin poner en los registros la hora de partida. Regresamos del pasado con la retina herida y el hueso carcomido. Los dedos parecían dardos tirados sobre un blanco perfecto, marcas de la uña sobre la piel y un hondo peregrinaje hacia un lugar iluminado de la carne, aquello que integra la miel y la leche de la última palabra. (De Zona de entendimiento) Intrusión Una palabra desconocida andaba por la casa. Poseía un poder absoluto sobre las cosas: podía romper espejos y destruir la ventana opaca de la materia. Hablaba de piedras de percepción y discurría hasta el amanecer en una lengua primitiva. Descubrió paisajes delineados en la oscuridad y tomó apuntes de una realidad innecesaria. Finalmente encontró el principio elemental de lo desconocido, aquello que escapaba al límite de la razón. (De Silencio de hierba) 11 La idea trabaja sobre la nada. En el humilde ojo de lo oscuro la penumbra encuentra una morada transitoria. ¿Quién puso en el mundo la palabra? El silencio tenía un infinito rostro y el sitio elegido señalaba el lugar donde se nace y se muere, donde estaba encerrada la verdad. (De Aquello que uno ama) La palabra es hilo unitivo de estos poemas. En el primero, el poeta pareciera hablarnos de las huellas —retina herida, hueso carcomido, dedos como dardos, marcas de la uña— de un fracasado viaje del ser hacia el pasado, hacia la infancia, paraíso perdido del último poema de Zona de entendimiento o intento de detener la muerte con que el poeta la menciona como deteriorado hueso, en Amor infinito. Infancia que no nos salva del tiempo ni nos recupera el paraíso. Pero, además, el hondo peregrinaje tampoco ha alcanzado en el poema la tierra que “mana leche y miel”, la prometida del texto bíblico, la palabra final. Pero sí ha dado con un preciado fruto —la poesía, en el esplendor de las palabras— ese lugar iluminado de la carne. Tal vez esa palabra buscada sea aquella intrusa que andaba por la casa, la de las facultades extraordinarias, tal vez la de los orígenes, dotada para comprender los símbolos de la creación / que no han sido hechos para nosotros, el “Borde” de Silencio de hierba. La palabra-deseo del hombre. Palabra dicha en pasado verbal, en el “había una vez” de la fantasía que se abre al milagro de las horas / y contiene los restos de la realidad en “El vaso lleno de luz”, también de Silencio de hierba. Evidentemente, no la misma de “La sombra de Dios”, primer poema de Zona de entendimiento, la de la naturaleza, que —ante la muerte de los hombres— retorna para habitar la última palabra. Palabra de piel lastimada, palabra soñada. Pero, ¿Quién puso en el mundo la palabra? se pregunta el yo poético del “Poema 11”. Si los logros son precarios: nada, oscuro, penumbra; si antes de ella el silencio tenía la cara infinita y el sitio encerraba la verdad, ¿para qué, la palabra? Acaso, para que la verdad no sucediera en el encierro. No porque ella, la palabra, tuviera las respuestas, sino porque con ella se abre el horizonte sin límites de las preguntas de “Proceso impuro”; porque es ella quien pone en cuestión a la ventana opaca de la materia, la que procura reverentemente aquello que invocaba Hölderlin a las Parcas: pero si un día alcanzo / a expresar lo sagrado en un poema / bienvenido ¡oh sosiego penumbroso! En este “Poema 11” de Aquello que uno ama, vuelven algunos motivos de los libros anteriores: zona, silencio; incluso, la penumbra del ojo, aunque con una conversión: la penumbra es la que encuentra una morada transitoria y el ojo de lo oscuro es el lugar, el dónde. ¿Qué podría señalar este cambio? Tal vez el hondo peregrinaje, ese propósito insistente que con el poema “Hablar” concluye Zona de entendimiento: dar a las palabras / una lumbre que nadie había advertido. Piedras de conocimiento Los días tienen un sentido práctico, son un hacer de tareas inservibles que la materia restaura a la materia acabada. La tarde pasa sobre los objetos concretos que el ojo mira sin pestañear. Hombre original, sin instrumento alguno, avanzando por antiguos pasadizos, entre piedras de conocimiento, mirando las pisadas ajenas, los olores ajenos entre las cosas vivas que moran en nosotros, en la lenta aceptación de las horas. En tanto, el día se aleja, silencioso. (De Zona de entendimiento) La palabra de Horacio Preler atenta está al misterio de la muerte, la que borra el camino de lo cotidiano, la que nutre la fuente de la desdicha, en Silencio de hierba; la que va desde el camino que todos hemos de hollar una sola vez del horaciano epígrafe, hasta la sabia entre los hombres del “Poema 33”, en Aquello que uno ama. Pareciera finalidad del cada día, la de la materia que restaura a la materia acabada. El perceptible regreso de la naturaleza conforma estos versos del ya mencionado “La sombra de Dios”: Nuestros muertos queridos están bajo tierra / y nuestra muerte condiciona la herida del viento. / Pero la naturaleza retorna desde su origen, / tozudamente, / para habitar la última palabra. / La flor se deshoja cada día en tu mano / como si fuera la sombra de Dios. Percepción que reitera uno de los poemas más conmovedores de Silencio de hierba, “La mente imita”, del que cito la primera estrofa: Con las hojas caerá el primer otoño / pero todo volverá al momento inicial. / ¿Qué buscas, entonces, / alma extrañada, lejana, cubierta de silencio, / despertar temerario / de los pájaros de la madrugada? / Algún día serás recibida, alma mía, / como una flor reseca / y permanecerás, quieta, hasta el olvido. Aquella flor universal que se deshojaba en la mano, se ha tornado metáfora del alma individual con quien el alma poética dialoga. Esta es la Zona de entendimiento, potencia del alma, alma que también es hierba, humana naturaleza: estamos hechos de hierba / como el relámpago de la oscura noche. Alma, la del uno del último título, la que nos comunica en el poema inicial: Lo opaco y lo transparente / son los nuevos sonidos de la noche / a partir de mí mismo. El avance entre piedras de conocimiento del poema contrasta con los huesos, la carne, las pisadas, los olores —aquello que uno ama—, que viven y mueren en nosotros. Son las piedras quienes nos conceden ilusión de persistencia a los que habitamos esta zona sitiados por el agua y la tierra, / por la luz y las sombras, / de arriba y abajo; a los que rogamos “La luz clarísima” de Silencio de hierba: Día, danos una respuesta, / déjanos oír la voz del sol; a los que con ojo lisiado palpamos la observación de Aquello que uno ama: Aquí abajo, allá arriba, / la oscuridad es la misma (“Poema 26”). El hombre, el ser más menesteroso —que sepamos— del universo, reclama y clama por apoyos de religación. Si se dan en la palabra, algunos de ellos pueden devenir como símbolos al poeta, por obra de la repetición, intuiciones progresivas y metamorfosis. No pretende otra clausura esta lectura acotada, sino la de un esbozo de la transformación del símbolo elegido —mitad de título ya en aquella obra de 1981: El ojo y la piedra. Primero las del verano, que la penumbra perderá en sórdidas imágenes. Después —sin que esto suponga un ordenamiento lineal— las de la infancia, hueso que el tiempo ratón desestima. Luego, las más firmes, pero no inamovibles, piedras de conocimiento. Si hasta anduvieron por la casa, aunque no quedaran, las piedras de percepción, fantástica plataforma para decir el mundo. Todo esto —por cierto— es juntura de lector, pero no fuera del soporte de los poemas. Hay —habrá— otras junturas porque la poesía valedera es polisémica, múltiple de señales. Por eso también puede leerse en “Inscripciones”: en las piedras, el tiempo. Hasta resulta sugerencia una alternancia entre piedras y palabras: Sólo amamos las palabras sencillas del verano (“Otro día”); desde el principio de las cosas / huimos hacia el lugar donde la piedra / creaba los sueños ardientes del verano (“Proceso impuro”). Alternancia que abandona el juego, cuando “El cazador” de Silencio de hierba juntas las apunta en el poema; si no para confirmar una presumible analogía, al menos para mostrarlas unidas en el empeño trascendente del arte, otra perduración: Nadie labra su piedra en la oscuridad / ni detiene su lengua / cuando la palabra es su oficio. Afirmó Horacio Castillo en “El poeta en las postrimerías”: (...) cuando la ruina se ha consumado, cuando ya no hay centro, el Espíritu debe recuperar su gravedad, convertirse él mismo en centro. En dos poemas de Zona de entendimiento se explicita la parte simbólica del signo piedra, su concepto; ya no concepto, que entre versos anda: Su alma se sostiene / apenas apoyada en un hilo de luz (“Rostros”); El alma soporta la idea de la muerte, / sola en su misión, / apenas apoyada en la fragilidad del cuerpo (“Cuerpo y alma”). ¿Qué ser humano, incluso el urgido de apenas, no esperanza ante el atajo de la tarde, / una zona de entendimiento / que nos mira desde la eternidad? Siendo, entonces, verbal atavío de una fundamental necesidad antropológica, el símbolo reaparece —como instructivo totalizador— en un verso del “Poema 18” del último libro: Transformar en piedra toda la tierra. ¿No consideraría Juarroz, de “visionaria y arriesgada tentativa”, a esta palabra que busca labrar las piedras de percepción y de conocimiento —en el templo de la gaviota fantasía— para que no claudique el esplendor de aquello que uno ama? ** Alfredo Jorge Maxit alfredojorgemaxit@yahoo.com.ar Escritor argentino (Colón, Entre Ríos, 1942). Ha publicado los libros de poesía Entre tierra y canto (con Walter Ocampo, 1981), Luz rala (1992) y Entre luces (1996); de crítica literaria, En tu hermosura. Homenaje a san Juan de la Cruz y a fray Luis de León (1991) y Agua del buen manantial. Homenaje a Antonio Machado (1995); y el ensayo La cartera del padre Lantelme. Escritura y personalidad del primer párroco de Colón (1996). === Los trasterrados de la Guerra Civil española ========================== === La emigración literaria Rafael Bailón Ruiz ======================= El “exilio” es el estado de encontrarse lejos del lugar natural, el verse desposeído de su entorno (círculo de familiares y amigos), mayormente por manifestar sentimientos y opiniones contrarias a quienes gobiernan el país (se habla por parte de muchos de “exilio político”). Sánchez Vázquez señala que la condición de exiliado supone una doble relación con la patria que dejó atrás y con la tierra que le acoge. Es así que el destierro se convierte en “transtierro”, por usar el neologismo acuñado por José Gaos. El exiliado jamás podrá renunciar a su condición; tanto si vuelve, como si no vuelve, concluye Sánchez Vázquez, su exilio nunca tendrá fin (1). Por su parte, Mario Benedetti inventó la palabra “desexilio” cuando ya pudo volver a Uruguay, tras los años de plomo de la dictadura en su país (2). Rafael Alberti vivió el exilio y fue siempre una de las voces más claras y limpias en defensa de la libertad y es todo un símbolo de la España que fue derrotada en 1939. El poeta del Puerto de Santa María fue amigo del granadino Federico García Lorca y en la amistad de ambos se centra Luis García Montero. Al hablar de generación de la amistad (etiqueta empleada para referirse a la “generación de 1927”), García Montero en el prólogo de Federico García Lorca: poeta y amigo señala que “la amistad se presenta como una categoría específica, que sirve para definir históricamente a toda una época” (3). En una carta escrita por el gaditano al poeta granadino queda patente la amistad entre ambos: “Tú y yo debemos estar algo más unidos. Yo soy como un hermano menor tuyo, Federico. Nos escribiremos, si a ti no te importa, con alguna frecuencia” (4). Y tras la muerte del poeta natural de Fuente Vaqueros, Alberti dice: “(...) estas palabras mías son para ti, van para ti, comunicándotelas a través de los corazones populares españoles que han de leerlas, que han de seguir aprendiéndose de memoria tus romances” (5). Muchos críticos han señalado que si Lorca hubiera dejado España quizás hoy estaría con vida. Después de la Guerra Civil española (1936-1939) fueron muchos los intelectuales que marcharon al exilio, la mayor parte de ellos a países hispanoamericanos, pero también a Estados Unidos o Francia (París), entre otros lugares. El exilio nutrió universidades, creó editoriales, impulsó el mundo del arte y de la empresa en aquellos lugares donde se le brindó acogida. A partir del libro pionero de José Ramón Marra López (6) sobre la narrativa del exilio, aparecido en 1962, se hizo más frecuente la publicación de trabajos en revistas sobre la literatura del exilio, aunque, evidentemente, la censura interviniese para que la información fuera “objetiva”, en otras palabras, para que no manifestara el menor indicio de entusiasmo por las ideas de los exiliados, y moderase en lo posible una desmedida admiración por sus cualidades puramente literarias. José Paulino, en su artículo “Mester de soledad. El exilio en la poesía de Luis Rius” (recogido en Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica, Nº 10, 1991, pp. 197-217), ha señalado que el destierro trae como consecuencia un sinnúmero de efectos, a veces contradictorios (sensación de enriquecimiento interior, sensación de desasimiento del mundo, etc.). El escritor exiliado intenta con su “voz” no caer en el olvido, y es que hablar de “exilio” es aludir al olvido que se dio fruto de una dictadura, a una obstinada “desmemoria” o deliberado propósito por parte de quienes pretenden prescindir de esa otra España. Sobre la joven poesía española en el exilio, dice José Pascual Buxó: “Diríase que al escribir olvidan su mundo cotidiano para habitar otro incómodo e inhospitalario. En su obra todo es rudeza, e insatisfacción en su vida, son pocos los que gozan de una situación ciertamente privilegiada. La causa de esta ruptura entre vida y obra la encuentro, y me la explico, tomando en cuenta que desde pequeños fueron aleccionados en la añoranza, colocados en el mundo espiritual de sus padres para quienes España —lejana y perdida— ocupa el plano de lo concreto y real” (7). El exiliado en suma viene a ser un hombre sin suelo desde el momento en que sale de su país; su expatriación prácticamente no tiene remedio; es y será un inadaptado donde quiera que vaya; no se siente a gusto ni puede echar raíces ya en ningún sitio. Al final de su reciente ensayo sobre la emigración de la guerra civil, Javier Rubio escribe: “Ni fuera, en la tierra de asilo, ni dentro, en la que le vio nacer, el exiliado ha encontrado su patria, la patria que él anhelaba. Es la última, amarga, trágica ironía del emigrado político que por amor a su patria se ausenta de ella y que con la ausencia la pierde definitivamente. El glorioso emigrado político de los primeros tiempos se ha convertido, con el paso de los años, en un triste despatriado” (8). El doctor Solanes Vilaprenyó, psiquiatra que sufrió el exilio de 1939 y que dedicó gran parte de su investigación a este tema desde diferentes ámbitos, ha señalado que “El destierro hace de la patria un asunto íntimo: la historia de ésta se confunde con la historia, la biografía, del que de ella, a la fuerza, se aleja” (9). Episodios como el de “Los niños de Morelia” forman parte de la historia. Fue México uno de los muchos países que tendieron los brazos a quienes tuvieron que abandonar nuestro país. Una de las iniciativas del presidente del país, Lázaro Cárdenas, consistió en acoger a los que se llamaron “Niños de Morelia”. Lázaro Cárdenas y su esposa Amalia se comportaron como magníficos anfitriones, dando la bienvenida con cariño (el suyo y el de toda la población mejicana) a los 451 niños que viajaron en el Mexique desde Burdeos hasta Veracruz, donde desembarcaron el 7 de junio de 1937. Al día siguiente llegaron a Ciudad de México, siendo alojados en la Escuela “Hijos del Ejército” Nº 2. La emigración constituye un serio impacto sobre la demografía de un país. La persecución tenaz y organizada sobre todos aquellos que fueron considerados afines a la República es un hecho, si bien el exilio no es nada nuevo en la historia de la humanidad. Hay muchos escritores que han enriquecido las letras del país de su exilio, si bien la pérdida de su entorno se hace difícil para el “exiliado” o “trasterrado” (si empleamos el concepto usado por José Gaos). El abandono forzado o voluntario de un país lleva al que lo sufre a una experiencia traumática (sufre una metamorfosis), viéndose obligado a adaptarse y asimilar la realidad sociocultural de la tierra que le brinda acogida. El exiliado a los ojos de los habitantes del país de origen mira a éste con extrañeza, pues no le resultan familiares sus conductas, costumbres y/o sistema de valores. El “trasterrado” o “desarraigado” debe reinventarse a sí mismo, olvidarse de la realidad que le rodeaba y centrarse en el país que se convertirá en su nuevo hogar. El exilio, ya sea “interior” (el sujeto es anulado en su país quedando relegado a un segundo orden, perdiendo su identidad o siendo perseguido) o “exterior” (se ve forzado a una salida), sufre de una u otra forma las consecuencias de un poder arbitrario, la represión de adictos a un régimen que censura las voces de quienes no piensan como ellos. Señala José Luis Abellán: “La atmósfera en que se produjo el exilio en 1939 y el temple existencial con que lo vivieron los exiliados es reflejo de las circunstancias en que dicho exilio se incubó: la derrota de la República en la Guerra Civil” (10). Son muchos los nombres de quienes integran lo que pudiéramos denominar “emigración literaria” o escritores obligados a dejar nuestro país. Jacinto Martínez Sierra, Enrique López Alarcón, Paulino Masip o César R. Arconada entre los dramaturgos; Max Aub, Ramón J. Sender o Francisco Ayala entre los novelistas, y, entre los poetas, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, José Moreno Villa, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Juan Larrea, Emilio Prados, Luis Cernuda, Rafael Alberti y Manuel Altolaguirre. Concluyamos este estudio acerca del exilio de los intelectuales españoles (centrándome en lo que he decidido llamar “emigración literaria”), ofreciendo la mirada o punto de vista de alguien que padeció la expatriación o abandono forzado de su tierra. Me refiero al escritor granadino Francisco Ayala. El escritor granadino había apostado durante sus años de exilio por la superación de cualquier nostalgia paralizadora. Seguir viviendo, seguir en el presente, significaba no sólo abrir los ojos a la realidad americana en la que una mayoría de exiliados necesitaba reconstruir sus destinos, sino también permanecer atentos a la situación interior de España. Más que en la mitología sentimental del país perdido con la derrota de la II República, Francisco Ayala —afirma L. García Montero— “se interesó en conocer las transformaciones, los síntomas, los matices de cada voz y de cada grupo, las posibles ventanas abiertas en la sociedad franquista, aquellos huecos que permitieran establecer un diálogo de aire limpio bajo el cielo sórdido de la dictadura” (11). Sánchez Vázquez (citado al comienzo de nuestro trabajo), recoge el sentir del desterrado cuando dice en sus versos: “El árbol más entero contra el viento / heló en tierra, deshecho, arribado / congregando su furia en su costado / el hacha lo dejó sin fundamento” (12). En definitiva, y siguiendo a Juan Rodríguez: “La literatura del exilio es una anomalía de tal calado, un fenómeno claramente marginal que difícilmente se puede integrar sin más en la literatura española interior” (13). Y Blanco Aguinaga considera que el “exilio” se proyecta sobre una dialéctica dentro-fuera, así como sobre el enfrentamiento vencedores-vencidos (14). El escritor desterrado, sobre todo en los primeros momentos de su exilio, parece hallarse fuera del espacio y del tiempo. En este sentido, Rafael Alberti incide en el sentimiento que el destierro provoca: Me despierto París ¿Es que vivo es que he muerto? ¿Es que definitivamente he muerto? (15). Bibliografía consultada • ABELLÁN, J. L., De la guerra civil al exilio republicano (1936-1977), Editorial Mezquita, Madrid 1983. • BLANCO AGUINAGA, C., La literatura del exilio en su historia, Migraciones y exilio, 3 (diciembre 2002), p. 30. • DE LA COLINA, J., “La palabra exilio”, Letras Libres, I, 8, agosto de 1999, pp. 76-77. • RODRÍGUEZ, J., “El exilio literario en la periferia de la literatura española”, en La literatura y cultura del exilio republicano español de 1939. Actas del IV Coloquio Internacional sobre literatura y cultura del exilio republicano español, La Habana (Cuba), 2002. • RUBIO, J., La emigración de la guerra civil de 1936-1939, Madrid, Editorial San Martín, 1977, pág. 784. • SÁNCHEZ VÁZQUEZ, A., Fin del exilio y exilio sin fin. Méjico, Grijalbo, 1997, pp. 35-38. • SOLANES, J., Los nombres del exilio, Caracas, Monte Ávila Latinoamericana, 1993. Pág. 191. Notas 1. SÁNCHEZ VÁZQUEZ, A., Fin del exilio y exilio sin fin. Méjico, Grijalbo, 1997, pp. 35-38. 2. CRUZ, J., “Mario Benedetti. El poeta del exilio”, El País, 17/09/2006. 3. ALBERTI, R., Federico García Lorca. Poeta y amigo, Biblioteca de la Cultura Andaluza, 1984, Pág. 21. 4. Carta publicada en Cuaderno de Rute (1925), Ediciones Litoral, Torremolinos, 1977, pp. 115-116. 5. Estas palabras aparecen en el prólogo al Romancero gitano, Editorial Nuestro Pueblo, Madrid, 1938, pp. 3-6. 6. MARRA LÓPEZ, J. R., Narrativa española fuera de España: 1939-1961, Madrid, Guadarrama, 1962. 7. J. Pascual Buxó, texto publicado en el Boletín de Información de la UIE en México, 3-4, (febrero-marzo 1957). 8. RUBIO, J., La emigración de la guerra civil de 1936-1939, Madrid, Editorial San Martín, 1977, pág. 784. 9. SOLANES, J., Los nombres del exilio, Caracas, Monte Ávila Latinoamericana, 1993. Pág. 191. 10. ABELLÁN, J. L., De la guerra civil al exilio republicano (1936-1977), Editorial Mezquita, Madrid, 1983. 11. GARCÍA MONTERO, L., Francisco Ayala, Ínsula, 718, 2006, pág. 2. 12. SÁNCHEZ VÁZQUEZ, A., Fin del exilio y exilio sin fin. Méjico, Grijalbo, 1997, pp. 35-38. 13. RODRÍGUEZ, J., “El exilio literario en la periferia de la literatura española”, en La literatura y cultura del exilio republicano español de 1939. Actas del IV Coloquio Internacional sobre literatura y cultura del exilio republicano español, La Habana (Cuba), 2002. 14. BLANCO AGUINAGA, C., La literatura del exilio en su historia, Migraciones y exilio, 3 (diciembre 2002), p. 30. 15. ALBERTI, R., “Vida bilingüe de un refugiado español en Francia”, en Obras completas. Poesía 1939-1963 (edición de Luis García Montero), II, Madrid, Aguilar, 1988; p. 35. ** Rafael Bailón Ruiz reifpeligros@yahoo.es Escritor español (Puebla, 1985). Estudia lingüística y literatura hispánica. Es profesor de enseñanza secundaria en España. === Amor, transgresión y olvido en Cuzco a principios del siglo XX ======== === Prefacio de Diablos azules, de Héctor Loaiza Carmen Bernand ====== === Traducción del prefacio del francés al español por Iván Blas ========== (Nota del editor: la novela Diablos azules, del escritor peruano Héctor Loaiza, acaba de ser publicada en Francia con el título Démons bleus à Cuzco. Hoy presentamos a los ojos de la Tierra de Letras el prefacio de la obra, escrito por la historiadora y antropóloga franco-argentina Carmen Bernand, gran conocedora de la realidad latinoamericana). Publicado originalmente en la revista Resonancias (http://bit.ly/cDvjAw). La literatura latinoamericana se mantiene siempre en primer plano. A los grandes escritores que han marcado el boom editorial de los años 60, se agregan también otros, menos conocidos en Francia, pero relatando, cada uno a su manera, con una creatividad enriquecida por la relación compleja que los une al terruño y a Europa, paso obligado, descentramiento necesario para revisar sus orígenes. Héctor Loaiza, peruano y residente en Francia desde fines de los años 60, editado en París, México y Lima, es uno de ellos. Traductor, periodista y escritor, Héctor Loaiza se interesó en las prácticas chamánicas andinas, pero también en el arte, al publicar un libro sobre el pintor colombiano Botero, así como en la difusión cultural, como director de la revista electrónica consagrada a la América Latina, Resonancias. La novela Diablos azules en el Cuzco, que aquí presentamos, se puede leer según varias perspectivas. En primer lugar, la trama, muy bien construida, que une las familias de un canónigo, de un terrateniente y de un indio radicado en la ciudad, a través de sus amores y sus hijos. Dejaremos al lector descubrir los vínculos complejos y las heridas profundas que marcaron sus existencias y que dejaron trazos indelebles en sus descendientes. Añadamos simplemente que las pulsiones sexuales y los remordimientos que atormentan la vida del canónigo y de los suyos son elementos de ficción, pero traducen tensiones profundas y reales que se encuentran aún en el mundo andino de nuestros días. La política todavía está presente, la esperanza de la cual es abanderada, y la cruda realidad a la cual se despiertan quienes creyeron en ella. En pocas palabras, sin insistir mucho en narrar lo “indescriptible”, el autor evoca admirablemente la represión militar y el encarcelamiento. La descripción de medios sociales y de su evolución a lo largo del siglo XX es un segundo nivel de lectura de esta novela. Vemos evolucionar, en el Cuzco de principios de siglo, las relaciones complicadas entre indios y notables (que no se podría calificar de “blancos” puesto que son todos mestizos desde hace varios siglos), entre comerciantes gringos y cholos, mestizos del mercado y de las tenduchas de la ciudad, entre terratenientes y campesinos siervos. Pero la originalidad de esta novela es describir la ambigüedad de esas relaciones, evitando las consideraciones morales y el maniqueísmo propio a cierta literatura indigenista. El autor introduce otros parámetros más sutiles en este tablero social, como por ejemplo el hecho capital para un individuo de tener o no una familia, de ser o no un “huérfano”, un “pobre” perdido en la ciudad y reducido a mendigar una “adopción”, siempre frágil puesto que ella es amenazada por la muerte, la enfermedad o la indiferencia. “Como si el solo hecho de vivir le hiriera”, dice de uno de sus personajes, el desdichado Uriel. Ya que sucede también que las madres, cautivas de un combate contra prejuicios religiosos y sexuales, no sean siempre maternales, y que los padres, frustrados en sus ideales, se replieguen en sí mismos o se abandonen a la bebida. Los “diablos azules” del delirio alcohólico terminan entonces, implacables, por deshacer la tela que los hombres han tejido muy difícilmente para sobrevivir. Por fin, un tercer nivel de lectura tiene por protagonista la ciudad del Cuzco, la antigua capital de los Incas que se despierta lentamente a la modernidad: el primer tren, el primer avión, los ecos lejanos de la guerra que devasta Europa, la introducción del fonógrafo, de las músicas populares, las aspiraciones de las nuevas generaciones, la descripción de las calles, los olores de los puestos del mercado, los “salones” como el célebre Buenos Aires de la Plaza de Armas, las nuevas costumbres sociales. El canónigo ve todas esas transformaciones bajo el ángulo de lo maravilloso y del milenarismo: el Cristo volvería a la tierra pero nadie lo reconocería. Roberto, el indio transformado en habitante de la ciudad, sueña con un mendigo barbudo, con las melenas onduladas, tal vez un avatar de Viracocha que él no reconoce tampoco después de haber roto con el universo de su infancia. En realidad, ambos tenían razón a su manera, pero se equivocaban en el desciframiento de los signos. El Apocalipsis llega en efecto en 1950 en forma de un terremoto que destruye una parte de la ciudad. Pero esta catástrofe también es purificadora, barriendo a su paso los “diablos azules” y las heridas del hijo de Uriel; el niño Fernando, probablemente, nuestro autor. La infancia se ha terminado y la luz cristalina de la ciudad suscita una nueva esperanza. Sería torpe revelar las historias que forman parte de la obra; dejemos al lector el placer de descubrirlas y saborearlas en la versión francesa de esta novela profunda e interesante. ** Carmen Bernand Ensayista argentina. Antropóloga egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar; 1964). Especialista en historia de América Latina. En 1964 empezó en París un doctorado con Claude Lévi-Strauss, tesis sostenida en 1970. Emprendió una tesis de doctorado en 1972 sobre el campesinado de Azogues (Ecuador) que fue sostenida en 1980. Hizo investigaciones antropológicas en los Andes (Argentina, Perú y Ecuador), así como en México y Texas. Tuvo una larga carrera docente en la Universidad de París Por (http://www.u-paris10.fr) desde 1967 hasta 2005. Fue invitada como profesora en España, Italia, Guatemala, Honduras, Brasil, Santiago de Chile y Buenos Aires. Desde 1994 es miembro del Instituto Universitario de Francia (http://iuf.amue.fr) y a partir de 1999, directora adjunta del Centro de Investigaciones de los Mundos Americanos de París (http://cerma.ehess.fr). Ha publicado Les Incas, peuple du soleil (1988), De l’idôlatrie. Une archéologie des sciences religieuses (1988; con Serge Gruzinski), Histoire du Nouveau Monde (1991 y 1993; con S. Gruzinski), Pindilig. Un village des Andes équatoriennes (1992), Buenos Aires (1997) y Un Inca platonicien, Garcilaso de la Vega, 1539-1616 (2005). === Transmutaciones. Literatura colombiana actual ========================= === Manuel Simón Viola ==================================================== Transmutaciones Literatura colombiana actual Mérida, Editora Regional, col. Plural, 2009, 355 págs. Edición y prólogo de Antonio María Flórez Transmutaciones es una antología de la literatura actual colombiana preparada por un escritor dombenitense, Antonio María Flórez, que ha vivido muchos años en Colombia y conoce de primera mano el panorama literario de ambos países. Él es el autor tanto de la selección de obras como de un prólogo perfectamente documentado que describe la tradición reciente del país americano en todos sus géneros. Las obras seleccionadas son Toque de queda, una compilación de cuentos que puede leerse, asimismo, como una única narración de Adalberto Agudelo Duque; Noticias de la niebla, un libro de relatos de Triunfo Arciniegas; El álbum de Mónica Pont, una novela corta de Octavio Escobar Giraldo; El espíritu de Basho, un ensayo de Orlando Mejía Rivera, y A las cosas que odié, un poemario de Andrea Cote Botero. Ni por edad ni por afinidades estéticas, como señala el prologuista, pueden ser considerados estos escritores integrantes de una generación, aunque sobre ellos pesan las mismas circunstancias históricas y un “espíritu de época” que si bien no determina la dirección de una creación literaria sí contribuye a condicionarla. Dos fenómenos relevantes, de distinta naturaleza, han planeado sobre su tarea. Uno es el de la interminable violencia de la historia colombiana en el siglo XX, ligada en un momento a las enormes riquezas de la nación (oro, perlas, esmeraldas, canela) y, más tarde, a la suma y entrecruzamiento de la violencia de la guerrilla, del narcotráfico y de los paramilitares. Sea cual sea el tratamiento dado, la creación literaria no fue ajena a esta deriva sangrienta que se traduce en corrupción del sistema político, represión policial, expulsión de la tierra de grandes contingentes de población... El otro fenómeno fue la concesión del premio Nobel a García Márquez en 1982 que marcó con luces y sombras a toda una generación de narradores jóvenes por entonces, quienes “tratando de imitarlo, o de rechazarlo (que es otra manera de estar penetrado por su influencia), los aplastó el recuerdo de otro, la memoria mítica de símbolos que se filtraron en sus propias narrativas y las contaminaron de inautenticidad” (Orlando Mejía). De Adalberto Agudelo (Manizales, 1953) se incluye Toque de queda, publicada en su ciudad natal en el año 2000, una obra que reelaboraba una colección de relatos, Variaciones (Premio Nacional de Literatura de 1994). Vertebrada en un grupo de narraciones autónomas, todas tituladas, la novela reconstruye un episodio histórico: las manifestaciones estudiantiles en la Universidad de Caldas en 1976 reprimidas violentamente por la policía que dejó, a la postre, un estudiante asesinado y cientos de detenidos. Ambientada en Madrid, la novela de Octavio Escobar (Manizales, 1962) se presenta como un prólogo a la narración del mismo título que dejó inédita un escritor colombiano residente en Madrid, Leonel Orozco, cuya pista se pierde en Tánger y cuyo destino final queda envuelto en brumosas hipótesis. El texto que leemos, por tanto, es un estudio biográfico y crítico de este escritor, un procedimiento tomado de Borges que le permite hablar de Leonel, pero también de sí mismo (se citan títulos reales de Octavio, opiniones suyas sobre la narrativa española, marcada por la complacencia y la frivolidad y el cálculo comercial). De Orlando Mejía (Bogotá, 1961) se recogen tres lúcidos ensayos: “Hölderlin, nuestro contemporáneo”; “El extraño universo de León de Greiff”, un poeta colombiano que conoce la peor cara del éxito (la de la popularidad) y el que da título a la obra; “El espíritu de Basho”, que recuerda cómo el poeta abandona la vida que recibe en Japón el nombre de Ukiyo, el “mundo flotante” (esto es, el de la fama, los placeres y la vanidad literaria) para convertirse en un vagabundo feliz reconciliado con la naturaleza. Muy conocido en Colombia como autor de literatura infantil y juvenil, Triunfo Arciniegas (Málaga, Colombia, 1957) entrega Noticias de la niebla (Universidad de Antioquia, 2003), un conjunto de microrrelatos que recurren el humor y la ironía para hablarnos de un mundo en que dominan la maldad y la insolidaridad en textos que explotan con frecuencia el ingenio y las sorpresas finales. Andrea Cote Botero (Barrancabermeja, 1981) incluye su libro inédito A las cosas que odié, que recibió una mención de honor en el Concurso Internacional Rubén Darío del Pen Club Español (2007) e incorpora “poemas sobre el vacío que deja todo lo que parte, sobre las migraciones en huestes de los humanos que se duelen de lo perdido y evocan el desierto de las tierras cremadas, silentes y rotas”. ** Manuel Simón Viola Ensayista español (La Codosera, Extremadura, 1955). Doctor en filología hispánica y profesor de enseñanza media en el Colegio Claret de Don Benito (http://www.claretdonbenito.com). Estudioso de la literatura contemporánea, se ha encargado de estudios de conjunto, antologías y ediciones críticas de autores extremeños con respetuoso rigor académico. Ha publicado Medio siglo de literatura en Extremadura I y II e Introducción al comentario de textos. Ha sido editor, además, de La narración corta en Extremadura ayer y hoy, Estrechando círculos y Ficciones, entre otros. === Óscar Castro Zúñiga, poeta-cantor de los humildes ===================== === y eterno enamorado de su tierra Rafael Rosado ==================== Óscar Castro Zúñiga (Rancagua, 1910; Santiago, 1947) siempre fue el poeta cantor de los humildes y eterno enamorado de su tierra, Chile, de la ciudad de Rancagua, comunidades aledañas y campos. A pesar de las privaciones materiales y la falta de tiempo para dedicarse a la creatividad poética, porque su ocupación de maestro le robaba los momentos más preciados de su vida, Óscar encontró en las horas de la noche el tiempo justo y necesario para dejar sus huellas en versos, relatos y novelas, plasmando su alegría por colegir con gente sencilla y humilde, como obreros y campesinos. Tan sencilla y humilde como él mismo: “Yo que nací desnudo y que nunca he tenido más que un surco de angustia y un sembrado de estrellas, pienso que si no hubiera caminos polvorosos no habría poseído ni una sola cosa en la tierra” (OR, p. 10). Sus obras poéticas fueron reunidas en una colección de dos tomos: Obras reunidas, I y II. La sección “Caminos del alba”, dedicada a D. Ernesto Galiano M., da inicio con “El romance del vendedor de canciones”, que es un canto al campo, a las montañas y a la esperanza de los campesinos donde los frutos se vuelven música, rompiendo la mañana, cruzando ríos y caminos hasta llegar a las casas del pueblo con frutas que son canciones y poemas: “¡Canciones maduras traigo, canciones recién cortadas!” (O.R. Nº 1, p. 15). En “Otoño” afloran los sentimientos, reflejando la ternura del poeta su sensibilidad vivida en el húmedo campo siempre acompañado por la voz de su progenitora. Las cosas sencillas entran en su negra vida como pájaros de luz, inyectando paz natural venida de la vegetación, de la que el poeta es una semilla más. “Y siento que los surcos de la tierra aguardan la semilla de mi carne” (p. 21). “Abeja en el sol” es un diminuto poema donde Óscar retrata a la reina, “corazón del verano”, con su pluma, viendo esta flor alada, que es la abeja, dadora de miel, como una pequeña y adorable energía rítmica, sonora y vital que va por todos lados, trozo de sol que vuela, capaz de pulverizar a cualquiera con un simple asomo: “Si la tocase ahora quemaría mi mano” (p. 22). El “Poema de la fraternidad” es un eterno canto a los obreros, dueños de todo lo creado, pero quienes en la mayoría de los casos no sólo son explotados, sino que viven segregados, marginados y en una espantosa miseria. En el fondo de este mensaje solidario ruega y sueña con la hermandad de todos los humanos, compartiendo una vida en armonía, sin egoísmos, llena de verdadera amistad, alejada de secretos y traiciones. Un mundo de esperanza, abrigado de una vida mejor sin la plaga del hambre. Con este poema, la poética de Óscar Castro adquiere dimensión universal y conciencia social, hablando por los que no tienen voz, haciéndose vocero y partícipe de las luchas y aspiraciones de los marginados: “Dame tu amargura y tu protesta” (p. 25). Reconoce que este es un camino plagado de sacrificios, ofrenda que él, como hombre y poeta comprometido, está dispuesto a asumir para construir esa nueva vida. Lo notamos cuando expresa: “Puede que caiga el corazón de tu hijo y del mío” (p. 25), con el fin de destruir “las puertas que ocultan la ofrenda del futuro” (p. 25), deseado por Óscar Castro para todos los humildes de su pueblo. “Palabras al hijo del futuro” es una especie de testamento literario para el hijo muchas veces anhelado, para los hombres, mujeres humildes y para los poetas, por ser los llamados a continuar la brega del artista: “El mundo se hará luz en tus pupilas” (p. 28). Esta herencia, con base en las altas ideas de amor y justicia, conducirán las legiones de patriotas de luz y esperanza, en diario combate por una vida mejor. Este legado se precipitó por su agitada sangre hasta poblar la vida del poeta, sin el temor que por rastrear los pasos tengan aquellos herederos que trajinar por el “socavamiento de mareas profundas” (p. 28). Puesto que las palabras de amor son capaces de curar las heridas y pagar el precio de la libertad. Pide perdón por la tristeza y el antaño dolor de su patria con tanta censura que no deja abrir los ojos: “Perdóname hijo mío si eres triste y oscuro” (p. 29). Poeta visionario, Óscar Castro presagia el acercamiento de la anhelada justicia, esperanza y libertad para su patria como “una dulce música conocida” que retumba en sus oídos “sobre los ventanales claros del porvenir” (p. 29). “Canción gris”; en este poema, Castro Zúñiga viaja por su tristeza, desesperanza, dolor, y amargura... en una fugaz ida a las estrellas que lo miran: “Y una estrella imprevista que echa su ancla de oro en la mirada vagabunda” (p. 32). Caminos que para nada sirven a menos que no sea para traer la noche y, con ella, la esperanza siempre buena: “Con su canasto lleno de racimos de estrellas” (p. 32). Un mundo de soledad, desamparo, angustia, nocturnidad, silencio, naturaleza que parece quieta y dormida. En fin, “Canción gris” retrata la honda y profunda tristeza inconmensurable que el hombre y el poeta, Óscar Castro, siente... En su dolorosa existencia subsiste un eterno desasosiego que agobia, atormenta y entristece su vida, siempre aquilatada por sentimientos indescifrables que no se calman ni curan a pesar del paso del tiempo, la existencia del mar, el brillo de la luz del sol y el nuevo día. Él, más que nadie, sabe y reconoce esta verdad innegable: “Mi corazón, humoso de tristeza, gira en un remolino de cantos imprecisos”. Su señera condición de perfilar su propia situación convierten a Óscar en un poeta humano, que no sólo trata el dolor de su pueblo, sino su propio dolor, como parte integral del sufrimiento colectivo, la soledad y el desamparo de su ciudad y de la patria. “Posada de las evocaciones” es una sección de su Obra reunida I, dedicada a Óscar Avendaño Moncada; entre otros poemas contiene “Evocación de Mely Leslie”. Este innovador poema de amor por referencia, nos lleva a conocer una joven mujer, amada por un amigo suyo. El poeta aprende a amar a Mely Leslie por las confesiones de su compañero y el viento que son sus palabras, que frecuentemente le hablaban de ella, a quien supuestamente: “Aquel amigo la llevaba en la trizadura del corazón tatuada” (p. 37). El poeta, Óscar Castro, siente dolor al nombrarla, dice: “Si hubiera sido novia mía Mely Leslie, apenas viviría, muriendo, en mis palabras” (p. 37), y siente que quizás ella ame a su amigo que no la merece: “Pero la amó el amigo del corazón errante y viaja por el mundo como una herida en un ala” (p. 37). Su amigo, un picaflor empedernido al que no le duelen las heridas que lleva consigo... mucho menos las causadas. Su nostalgia recorre la memoria y aunque la evoque en su poema se retracta, prefiriendo continuar sin haberla conocido no más que por los cuentos de su amigo, y dice: “A qué nombrarla ahora... será mejor dejarla vestida de crepúsculos, llenos de mariposas tembladoras los senos y albos de rosas desnudas los muslos” (p. 37). “Lejano amor”, poema de ensoñación, remembranzas y desconsuelos. Búsqueda del amor lejano en otros amores. Penélope silencioso de los puertos nocturnos, bajo la complicidad de la media luna, donde el nuevo día traiciona al amor: “Mi corazón se desangra por la llaga de un lucero” (p. 41); para no morir sueña en las noches con ese amor perdido y su dolor que también es tormento se convierte en una lacerante herida en esas noches solitarias y vacías. Noches que toma el poeta para hablarnos de un amor ausente que se volvió silencio, pero que sin embargo él no puede olvidar, porque es un sentimiento que lleva clavado en lo profundo de su alma, y aunque ella se encuentre en los brazos de otro amor, para recordarla: “Les pondré a todas las novias el rostro de tu recuerdo”. “Voz que llora”, otro canto de amor a la majestuosidad de la naturaleza y su relación con el hombre. En el campo las flores sonríen, pero en su corazón de hombre y poeta “un niño triste siempre va llorando conmigo” (p. 42). También es el dolor por la noche de su pueblo, hundido en la desesperanza y el abandono: “Voz del hombre que olvidó la esperanza” (p. 43). Como poeta comprometido con su arte y el devenir de su patria, se muestra dispuesto al más grande sacrificio por sus ideales de justicia y libertad, a darlo todo, “mi juventud, mi vida... por esa mujer que es la patria” (p. 43). En el poema “Carta al hermano ausente” el poeta derrama su palabra de antorcha para iluminar la soledad y el abandono que corroen sus recuerdos, por la ida de este ser querido que lo dejó agobiado por la constante presencia en su memoria y su triste corazón lloroso que transmigra con sus versos hacia ese lugar, donde se encuentra aquel hermano, para llevarle el olor y la belleza de la flora provinciana: “Pero es inútil todo, porque el viaje se quiebra en el sollozo” (p. 47). “Sencillas palabras a mi madre” evoca la ternura y el cariño filial de Óscar por su madre, que iría presente en cada paso de su vida, alimentando sus actos humanos y divinos, mostrándole en la distancia su luz, amor y complicidad: “Tu corazón de pan, tu resplandor de lámpara” (p. 48). Un ser especial que, a pesar de no estar de acuerdo con muchas de sus cosas, “sin embargo justificas la santa verdad de su locura” (p. 48). “Fatalidad” es la búsqueda de lo imposible. Óscar Castro va por la vida “sin encontrar la puerta que muestra lo ignorado” (p. 49). Su pesadilla existencial lo motiva a elucubrar en los anhelados secretos del más allá, pues sólo al morir sabremos “todo lo que en la vida en vano hemos buscado” (p. 49). La sección “Aromas de la tierra” está dedicada a Sergio Drago Iturriaga e inicia con el extenso “Poema de la tierra” que dedicó a Armando Loyola; más que nada este canto levanta su amor por la patria chica de Rancagua: “Como si fueras mi corazón te quiero” (p. 52). Tanto la amó que nunca se fue a vivir a otra ciudad. El primer canto de este poema termina con la estrofa que fue acogida como panegírico para su tumba: “Tierra mía, mi tierra con olor a vendimias, sabor del fruto dulce y del agua que bebo, el día en que tu entraña me recoja y me absorba, te habré devuelto solo todo lo que te debo” (p. 52). Tierra de todos los chilenos... hundida en “el fondo del pozo de la noche milenaria” (p. 52), Chile de todos... dividido por intereses mezquinos... atravesada de norte a sur por la implacable cordillera... sin embargo tierra de bestias, flores, y hombres humildes... que cantan... viven y sueñan con un futuro mejor. Óscar se acostumbró tanto a la vida campesina, que este era su mundo, lo único que realmente le pertenecía e importaba y por lo que luchaba constantemente por mejorar: “Pienso que si no hubiera caminos polvorosos, no habría poseído ni una cosa en la tierra” (p. 53). También confiesa su razón por lo que no le gusta la ciudad, dice: “Te vendaron los ojos para que no miraras la sonrisa del cielo” (p. 54). Esta gran tierra de hombres valerosos y humildes que en su larga historia ha visto tanta sangre caer... hoy... como un ala... ella misma “cae... y se nos pudre en el corazón” (p. 56). Tierra de ciudades dormidas, de campos olvidados y tristes, de bosques quemados, de fronteras invisibles, de campesinos sin tierra ni recursos para trabajar, desoladas mentiras, aguas oscuras, de mil peleas de libertad y justicia, tan ofendida, alegre... y sin embargo tan triste. Tierra de cantos y amores, tierra de dolores y esperanzas. “Alfarera”, canto a la mujer creadora que va “estirando la arcilla hacia la forma plena” (p. 60), más que nadie conocedora de los misterios de la vida, su soledad de siglos y abandono ancestral, enfrentando ella sola, con sus manos en la masa de tierra, el dolor y la marginalidad escondidos en su alma y “detrás del recodo” (p. 60), labrando su propio destino para mostrar al mundo cuánto arte y vida se esconde en su interior. “Canción a las cosas humildes”. Aquí el poeta se sumerge como buzo buscando su verso simple para cantar al pilón, el agua, la escoba, al coroto viejo, a la tarde cuajada, para hacer un nuevo canto, a los objetos sencillos, venidos de las manos de gentes también humildes, de bajo estrato social, muchas veces iletrados, marginados y excluidos de la sociedad, donde ellos son quienes producen, pero malviven sin esperanzas... ni conciencia social de su triste y funesta realidad. Castro Zúñiga engendra un canto nuevo “con un lenguaje ignorado” (p. 60), para que el mundo conozca su suerte y por demás ellos se transformen en agentes activos de su propio cambio. “El romance de la Encrucijada del Muerto” relata la muerte, mediante un duelo con armas blancas, ocurrida en el cruce de un camino. Según dice la leyenda y tradición popular, se cree que el asesinado era un trabajador de mina: “Que Santa María nos libre del espectro del minero” (p. 66). En las noches éste salía y se hacía notar llevando en la frente un lucero, asustando a los moradores y caminantes de esos parajes agrestes y solitarios. Este fantasma se hizo tan popular, que se convirtió en una especie de Cristo, durante el advenimiento del día: “El sol extendió los brazos y se clavó en el madero” (p. 66). Nadie, pero absolutamente nadie quería toparse con él, muy a pesar de que “un chorro de oro salía de la herida de su pecho” (p. 66). “Señas de Juan Lismay, el indio”; el vate rancagüino, con este poema, nos habla de los caminos, de cómo ellos abren las puertas de las oportunidades a los silenciosos hombres del sur profundo, rompiendo su soledad y abandono: “El silencio en sus ojos era un niño dormido” (p. 67), cuando salen de esos lugares, llegan a ponerse tan contentos, luego de sus jornadas de trabajo, que son capaces hasta de bailar una cueca... de repente... guiados por los efectos del licor... y volver a su rutina... de forma normal... como si nada hubiera pasado. La civilización tiene sus cosas importantes, pero saca a los hombres del campo de sus propiedades y sus cultivos. Los caminos no son malos, que estos hombres y mujeres se acojan a las oportunidades de las ciudades tampoco es perjudicial, pero Óscar Castro entiende que “si no hubiera caminos... Juan Lismay viviría en el sur de Temuco” (p. 67). Viendo este asunto desde la perspectiva del poeta que nunca quiso salir de su provincia, quizás es entendible. No obstante, él era un elemento socialmente consciente y educado. Mas no pasa igual con los campesinos, seres marginados y sin conciencia social, movidos por sus necesidades físicas y materiales inmediatas. Se necesita, primero, entendimiento y disposición por parte de los líderes sociales hacia los acuciantes problemas de los sectores campesinos, de que ellos también existen, que tienen iguales derechos a una vida mejor, con servicios sociales (agua, electricidad, viviendas, buena educación), igualdad de oportunidades crediticias para trabajar sus tierras y sembrar, desde luego obteniendo el justo pago por sus cosechas. Segundo, este justo balance entre civilización y barbarie tiene que ser producto de la participación consciente de la sociedad, tendente a eliminar estos odiosos desniveles que son causas de la marginación, la soledad y el abandono del campo, la sobrepoblación de las ciudades y el hacinamiento, con su secuela de drogas y delincuencia. A los “líderes” de la sociedad, nada más les importa ser corruptos y llenarse los bolsillos, por lo mismo debe haber conciencia alternativa de los campesinos para superar su abandono. “Encrucijada con sangre” es una sección del libro Obras reunidas I, dedicada al señor Augusto D’Halmar. Dicho canto inicia con el poema “Responso a García Lorca”, poeta de España asesinado por criminales, reaccionarios al servicio de los enemigos de la libertad, con el pretendido propósito de silenciar su voz. Lorca no sólo fue el máximo cantor y poeta de la guerra civil española, sino que viajó por toda América difundiendo su poesía y su causa libertaria, reuniendo amigos y muchos enemigos que querían verlo muerto. Óscar Castro denuncia el crimen del poeta, que no fue duelo de amantes ni crimen pasional, sino una cobarde traición y ajusticiamiento a un luchador de la libertad por parte de la incipiente tiranía, que para perpetuarse exilió, mató, torturó, encarceló y vejó una buena parte de la mejor semilla del gran pueblo español: “No murió como un gitano, no murió de puñalada, cinco fusiles buscaron por cinco caminos su alma” (p. 70). Lorca, poeta comprometido que escribía con sangre su poesía, se convirtió en un mártir de la libertad, con su muerte rompió el alma de su patria atormentada y más allá, como lo muestra este responso del vate chileno, Óscar Castro, a su compañero García Lorca, cuyo espíritu aún sigue vivo, en cada lira que suena y en cada voz lanzada al viento: “¡Cómo llorará su espíritu en las guitarras de España!” (p. 71). “Elegía a los niños muertos” es la solidaridad de los niños chilenos y del mundo con los infelices infantes muertos en la guerra civil española. Ellos pararon de jugar y, llenos de consternación, elevan quejumbrosas plegarias por sus hermanos muertos. Óscar Castro castiga a los asesinos y los condena al dolor eterno: “Sobre quienes los mataron caigan mil años de sombras” (p. 75). “Viaje del alba a la noche” es otra sección del libro de Óscar Castro, editado por la fundación que lleva su nombre, para rescatar la memoria poética del vate rancagüino y difundir su obra. Dicha parte está dedicada a su musa de siempre, su distinguida y amada esposa, Isolda Pradel, quien alumbró estos versos como dijo el poeta: “como lámpara y umbela de esperanza”. Se inicia con el poema “Raíz de canto”, donde explica las simientes de su poética, que son los campesinos, la tierra, los frutos, las mujeres. Todos ellos pasan por su agolpado canto de espinas, esperanza y porvenir. Heredero natural de sueños y luchas ancestrales, que le vino por el silencio de su madre, quien legó en él su leche materna... para que éste cantara con su voz de agua natural... y ver aquellos versos navegar “por mi sangre río abajo” (p. 81), volviendo de nuevo a su pueblo. Todo cuanto él canta, sueña y crea, es el producto de la herencia y “sabiduría de mi sangre... sabiduría de mi pecho... sabiduría de mis manos” (p. 83). “Canta mi sangre”; Castro dedica estos versos a la vida entregada, inmensa, natural, vegetal y marina. Por su gracia y libertad, con su esplendidez de estrellas, energía purificante, ingeniosidad humana, luz, tierra, mujer y gracia divina. Alturas pobladas de vuelos, tierra que pare en los caminos añorados de la mañana. También un canto de guerra y libertad: “Te llama la trompeta... y revienta de gritos el fuego de la era” (p. 85), en busca de los sueños. “Melodía del jilguero” el poeta se vuelve un trovador que le canta a su musa musical: “Tan llena de cascabeles” (p. 87). Su ritmo viene tenue: “Por un costado del cielo” (p. 86). Melodía que lo acompaña como algo divino: “Resucitada en el canto te llevo aquí” (p. 87). Dando sabor a su vida con “la boca de llamarada” (p. 87). “Claro golpe”: canto de potro sin freno a la flor, luz, por los verdes campos paradisiacos. Estas son las cosas que emocionan su vida. Correr por los campos floridos, en su caballo libre y sin frenos: “Con el pecho batido de tambores” (p. 88). Y si la muerte un día se lo lleva: “Cuando me mate alguna yegua chúcara, cuidaré mis haciendas en los astros” (p. 88). Por su bagaje de hombre y poeta sencillo llega a cantarle a “La burra”, que tiene “suavísimos los párpados... y ojos de lámparas” (p. 89). Un humilde animal que hasta “los ángeles bajaban a montar en sus ancas” (p. 89). En el cielo la burra tendrá “perfumadas las patas de culenes y albahacas” (p. 89), como señal de la bella tierra que pisó. “Hablemos hoy”; la tristeza lo impulsa a cantarle a la muerte hablando con la soledad, pero su estirpe de hombre fuerte cuenta con el canto como una espada con que puede “penetrar el silencio” (p. 92). De forma visionaria sitúa su muerte entre el día y la noche en algún lugar del infinito. Pidió poner en su epitafio: “Aquí paró su vuelo un corazón de abeja” (p. 92). “Luto irreal”; muerte de Esmeralda, la esperanza, que el poeta no sabe dónde se encuentra, cómo se llama ni quien será. A ésta le trae flores a su tumba. “Elogio a la novia campesina”, dedicado a resaltar la llegada de la novia morena campesina. El viento de libertad y desnudez de pureza levantan la inmaculada presencia “con su carne de greda aldeana... y su cara mojada de niña” (p. 99) para que todos sepan que a su vida llegó la novia morena. “Mi provincia”; con este poema le canta a Rancagua, “tierra de corazón iluminado” (p. 106) de la que nunca quiso salir y donde alcanzó su gloria poética: “tierra de claridad” (p. 106). A su provincia dedica sus versos, sueños y esperanzas. También agradece el honor de ser un digno ciudadano ejemplar: “Tengo por ti mi corazón lavado” (p. 106). Un ser puro orgulloso de su pueblo, cuya savia corre por sus huesos libertarios como “el aroma jugoso de tus pastos” (p. 106). La sección “Visión del mar” se inicia con “Ilustración para mi adolescencia”, canto o rito iniciático para el océano misterioso, centinela que trae sus preguntas y maravillas nunca vistas de gaviotas, peces, arrecifes... el poeta, al verse allí, se siente “millonario de luces... Joven ángel del día” (p. 109). “La muerte de Alfonsina Storni” está dedicado a la musa poética americana que se fue con su soledad por el mar y nunca volvió. Sobre el mar se pasaban sus tormentos y “en sus pechos transparentes” (p. 115) alumbraban la noche más oscura negros fantasmas que la llamaban al fondo, y toda ella se volvió mar y una “isla menuda y eterna” (p. 115). Ella sumergida en el silencio se fue para hablar con el mar, pero él se quedó con ella prisionera y libre... aquel amante secreto que la cubrió toda... un amor que posee y mata: “novia del mar, Alfonsina, el mar está poseyéndola” (p. 116). Su cuerpo sube de lo profundo del mar y se aproxima a la orilla pura: “El cuerpo era blanco como el alba... por fin solitaria y tranquila” (p. 117), se fue viva y volvió muerta. “Voces múltiples” es otra sección de las Obras reunidas I de Óscar Castro Zúñiga. “Descubrimiento de América” es un poema donde Óscar plantea volver a las raíces como única forma de rescatar la memoria histórica y el continente del yugo opresor criollo y extranjero... hoy que “pies extraños caminan por nuestras heredades” (p. 126), se impone trabajar con ahínco para salvar a la América del entreguismo y el robo de las riquezas. No habla de “la escolar América subida por los mapas... sino esta otra... en el pétreo filo de los Andes... y cae como un poncho verde a dos mares azules” (p. 127). Propone Castro la unidad de los latinos para rescatar esta América olvidada: “El día agita las banderas anchas” (p. 127). Enfáticamente, casi demanda... hagámoslo... ya, que sólo así lograremos este anhelado sueño: “Es hora de partir y amanecer... partamos” (p. 127). “Bajo relieve de Gabriela Mistral” es un poema dedicado a la gran poetisa chilena que representa la sangre indígena, amazona y morena. Ella conoció todo el dolor del pueblo y habló por América. Con este canto Óscar agradece a Gabriela su lucha poética, su labor social, educativa, por la justicia social y la libertad americana: “Cuando inmóvil te quedes —¡ay, Gabriela, Gabriela!—, te acunarán los Andes como en una moneda y te harán de greda el sarcófago para que siempre tengas tierra” (p. 129). “Poema a los muertos sin tumba” es un responso poético para los héroes y mártires caídos en la nieve, a quienes compara con “cristales heridos” (p. 130). Dicho canto se transforma en letanía para los muertos en el desierto que “quedan con los huesos resecos” (p. 131). Se hace discurso a los ahogados: “Y el rumor de los ríos en la noche que suena” (p. 131). A ellos que lucharon y murieron... que son héroes y mártires secretos... que sintieron agolpado en sus venas un grito de libertad “en torno a las rabiosas hogueras de su sangre” (p. 131), a ellos dedica Castro este genial responso. “La flauta de la tarde” se inaugura con la evocación, el recuerdo, la nostalgia de tiempos idos, pero presentes en este canto. Propone hacer nuevos aportes a la poesía y la lucha para lograr los objetivos de renovar el arte y lograr la justicia social. Su poema “Tarde presente en otra tarde” es sólo una muestra de este hondo deseo... el mismo les da la bienvenida a estas propuestas: “Llegan las voces nuevas... a deslumbrar mi casa” (p. 136), pero es con la defensa de la tierra, la naturaleza, los animales, el amor verdadero, de la patria triste y olvidada, como se conseguirá. “Pueblo de San Juan del Rosal”. El poeta se asombra con la naturaleza de su pueblo, comparándola con el mar, diamantes y vida hecha poemas voladores en las alas de las mariposas y la primavera, “que son doncellas” (p. 138), con bellos otoños de lirios parecidos al Paraíso. “El pájaro”, poeta de los caminos, cantor de multitudes, inspirador de la esperanza... desde el nacer hasta el morir: “Y en la tarde del día todavía su trino” (p. 139). Este cantor de los caminos subyace en las entrañas del poeta, llegando, como él lo pregona, “al fondo de mí mismo” (p. 139). “El poeta”; su amor por la naturaleza y el cielo que ven sus ojos. Un mago con pensamientos de mariposas. Vegetación que se irá con él “más allá de la muerte” (p. 140). Voz de agua, sol, viento y tierra. Tanto amó Óscar Castro a la madre naturaleza... que dice en el poema al poeta: “Si en su pecho pusiera una estrella de junco, ya no habría más noche, no dolor en el mundo” (p. 140). Su mente se puebla de lo multirracial y la tolerancia: “Si acercáis el oído a su frente serena, sentiréis un rondar de planetas y abejas” (p. 140) y al morir veremos que “el que amó las estrellas, el que besó los trigos, volará golondrina por el aura de Cristo” (p. 140). La última sección del libro Obras reunidas I, de Óscar Castro Zúñiga, se titula “Descubrimiento de la noche”, donde el poeta devela el misterio de la noche mediante varios nocturnos y romances. Podemos destacar “Nocturno a la sangre sin reposo”, “Nocturno del corazón desvelado”, “Nocturno del pavor”, “Nocturno de la lujuria”, “Nocturno del hombre distante”, “Romance a Isolda Pradel” —a quien le dice desde lo profundo de su alma: “Eres mi esposa y te quiero como si fueras mi novia” (p. 163). Termina este libro con el poema “Romance para una noche de pascua”, dedicado a su hermana Irma; dice: “En la ventana te dejo mi corazón transparente, mi corazón melodioso de mentas y de culenes: ¡niévamelo con tu luna, llénamelo de claveles!” (p. 167). En suma expresa la pureza de su amor, su alegría natural y su dolor que siempre lo acompaña. Obras reunidas II, de Óscar Castro Zúñiga, contiene en su interior tres partes, que son “Reconquista del hombre”, “Rocío en el trébol” y “Poemas inéditos”. La primera sección contiene “Cuatro poemas vitales” con una citación a Saint-Exupéry: “He visto brillar la luz del trigo”. “Trigo” es un poema con un “Mensaje de luz” (Nº 2, p. 9) dedicado a este importante proveedor de alimentos, que da y mantiene la vida y “el sueño de los hombres”. “Día de los arados” bendice su boca que dice tierra, sus ojos que miran este milagro de la preparación de los terrenos para la cosecha. El poeta se vuelve amor y este gran sentimiento lo convierte en tierra a todo él: “Y ahora soy de tierra” (Nº 2, p. 12). “Fecundación” de la tierra madre es un acto glorioso que lo mueve y lo conmueve, al ver este espectáculo del nacimiento de las cosechas se convierte en canto y en este poema, que es el mismo: “Convergen todas las voces de la especie” (Nº 2, p. 14), bajo la esperanza de una vida mejor. “Interior”; en este poema expresa su paz interior al llegar a su hogar, una alegría indescriptible: “La paz del hogar es como ver la luna” (Nº 2, p. 16). “Voz humana” es una sección dedicada a Walt Whitman, el poeta norteamericano, cantor de los oprimidos; una citación suya dice: “Suben de mis profundidades múltiples voces milenariamente mudas”. “Humana voz”, con este poema canta a la conciencia social y humana del poeta convencido de su papel: “Sé que los hombres sufren. Los he visto...” (Nº 2, p. 21). Trabajadores sanitarios, salitreros, bebedores, frustrados, obreros de las minas, asesinados en la lucha por la libertad, constructores, indios pobres, marineros, pobres jugadores de póquer que por ganar lo pierden todo, picapedreros: “Estoy unido a ellos y sollozo” (Nº 2, p. 23), dispuesto hasta a dar su vida por ellos. Su conciencia lo convierte en voz de aquellos que no la tienen. “Tierra desvelada”; el poeta despierta a un niño y éste llora. Todos lo oyen llorar. El llanto se vuelve dolor, el grito se vuelve río y se va al mar. Hace millones de años que la tierra está desvelada, mutilada, solitaria, adolorida. Hoy está tan poblada, con tanta hambre, polución, calentamiento global; unos piden comida, riquezas, libertad, paz, y empuñan armas de todo tipo para conseguir su objetivo. La lucha por territorios y recursos naturales hace que unos pocos, patrones imperiales del mundo, se adueñen de todo, mientras la población mundial sufre miserias, hambre y desolación. “La tierra de rodillas comprende que ha caído y se compara con la más triste ramera del suburbio más triste” (Nº 2, p. 25). El poeta es ese niño que llora: “Yo he despertado a un niño. Y la tierra se queja por la boca de un niño” (Nº 2, p. 25). Escrito a principios del siglo XX, este poema tiene una vigencia increíble, lo que destaca no sólo la preocupación, sino la visión humana de la tragedia de nuestra tierra por parte del vate rancagüino Óscar Castro Zúñiga. “Viento de los suburbios”, poema dedicado a los marginados que viven hacinados en las ciudades de nuestros países. Se va en un tren “hacia el país por todos olvidado” (Nº 2, p. 29). Óscar ha visto esa vida de tristeza, hambre, miseria y abandono. Clama por ellos con un rezo: “Arrodillaos y recemos” (Nº 2, p. 29). “Canto para después de la guerra”. Paz, algarabía, alborozo, ojos nublados, con hombres llegando al pueblo después del combate. Tiempo de pureza y porvenir. “¡Oh mano, mano creada para construir, tú serás el perfecto instrumento de donde volarán las formas de la vida” (Nº 2, p. 30), con alegría, amor, pureza y amistad. La segunda sección de Obras reunidas II, “Rocío en el trébol”, “valle iluminado”, se inicia con el poema “Sermón de los trigales”, donde nos habla de la búsqueda del hombre por la tierra y el cielo: “Con la madre y con la estrella” (Nº 2, p. 52). Llama a bien amar el suelo que nos ata y nos lo da todo... Mamá Natura: “El mundo mío” (p. 53). “Pequeña elegía”, dedicado a un hombre campesino que vivió y murió sin ver el mar: “Cuando lo sepulten alguien llorará... por el campesino que nunca vio el mar” (Nº 2, p. 55). “La daga en el estero” nos informa de un muerto que viene de la muerte como fantasma para cobrar una afrenta: “Juro por Dios que al que tronchó mi vida, he de matarlo con el mismo acero” (Nº 2, p. 67). Estas fábulas tradicionales son muy comunes en los campos de nuestros países, donde seres aparecidos retornan a cobrar una deuda, a lavar el honor y cobrar venganza. Este libro Obras reunidas II de Óscar Castro también contiene las secciones “Dos novelas del mar” y “Horas de nostalgia”. En esta sección, “Horas de nostalgia”, se encuentra el inmortal canto-poema: “Oración para que no me olvides” (Nº 2, p. 79). Es uno de sus cantos más hermosos. Este poema hizo enamorar a multitudes en todos los continentes. ¿Quién no vivió momentos románticos, se enamoró y vibró con esta composición musical que dice: “Yo me pondré a vivir en cada rosa y en cada lirio que tus ojos miren y en cada trino cantaré tu nombre para que no me olvides”? (Nº 2, p. 79). Este poema es una plegaria dedicada a su musa, Isolda Pradel, donde le promete vivir por su vida, decir su nombre por donde pase, para que todos lo aprendan y sepan de su gran amor. Le da aliento a su llanto y soledad con una promesa: “Yo pintaré de rosa el horizonte y pintaré de azul los alelíes y doraré de luna tus cabellos para que no me olvides” (Nº 2, p. 79). Hasta al señor Jesucristo él le habla de su amor por esta increíble mujer: “Mi alma será una lágrima invisible en los ojos de Cristo Moribundo para que no me olvides” (Nº 2, p. 79). En una visita que hice a Chile en octubre de 2008, en ocasión del IV Encuentro de Poesías “Tras las huellas del poeta”, fuimos al cementerio municipal de Rancagua, sitio en que reposan los inmortales restos de este monumental poeta. Allí nos esperaba, en la puerta, el nieto de Óscar Castro. Fuimos a la tumba del poeta y conocimos a su viuda Isolda Pradel, musa que inspiró este canto-poema, declamando poesías en honor del desaparecido vate con gran fervor. Dejamos su tumba llena de flores de versos y pensamientos de gloria. El poeta Óscar Castro, en cierto modo, ha sido discriminado, a veces olvidado, pero de igual manera merece un alto puesto al lado de Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Vicente Huidobro. Del cementerio partimos a la Fundación Óscar Castro, institución responsable de la edición y reunión póstuma de las obras de este poeta provinciano, la que realiza una amplia labor social y cultural. En la Fundación Óscar Castro, que también funge como museo y escuela cultural, escuchamos a un amigo y compañero de Óscar que participó en el grupo literario “Los Inútiles”. Compramos libros, celebramos la vida del poeta y conocimos más de la obra del poeta y el papel de la entidad en la educación y el arte de la ciudad. Finalmente fuimos a comer al restaurante La Vieja Pared un sabroso manjar criollo. La última sección de Obras reunidas II, de Óscar Castro, se titula “Poemas inéditos”, donde encontramos el poema “La clara confidencia”, que le habla a su musa Isolda Pradel: “Para vivir, Isolda, hay que ir muriendo cada día” (Nº 2, p. 91). Muere el día, se apagan los astros, a cada paso vamos muriendo, al vivir vamos caminando hacia la muerte. Es evidente su visión panteísta de que al morir pasamos a ser una viviente naturaleza, que continúa subsistiendo y transformándose con el paso de los años, andando de nuevo por la tierra, ríos, mares, soles y montañas. Pero no se queda ahí, sino que esa tierra, naturaleza viviente, este soplo vital, vuela para caer en “la Gran Mano de Dios” (Nº 2, p. 79). Casi presagia su temprana muerte y se hunde en el tormento por dejar su amor, y su tierra plagada de tantas injusticias sociales: “Si me fuera concedida la gracia de caer hacia ese mar de luz del que soy una gota... si lograra tirar en el azul mi pez de sueños... entonces ¡qué tranquilo mi sentir!” (Nº 2, p. 91). Óscar Castro Zúñiga fue y siempre será el poeta cantor de los humildes y eterno enamorado de su tierra, del amor y la alegría, de la justicia, e ideas sociales transformadoras, plasmadas a través de la poesía y la literatura. Esta alegría de Óscar Castro Zúñiga por colegir con gente sencilla, y humilde como obreros y campesinos, hicieron del poeta chileno, de Rancagua, un ser humano inigualable, querido y recordado, más allá de las fronteras de su patria chilena y de la muerte. Por su vida y obra podemos decir que Óscar Castro Zúñiga venció la muerte, y al morir se sembró tiernamente en el corazón de la tierra de esta dolorida humanidad. ** Rafael Rosado rafael.rosado@yahoo.com Poeta y escritor dominicano. Bachelor of Arts en literatura hispanoamericana por el Empire State College-SUNY (http://www.esc.edu; 2002). Ha publicado Testimonio ancestral (1996) y El espejo fantástico; antología de poesías eróticas (2008). Textos suyos han aparecido en las antologías Haz rodar una poesía (Chile, 2008 y 2009) y La agonía del nirvana (Panamá, 2009), así como en las webs Poetas del Mundo (http://www.poetasdelmundo.com), El Wrong Side (http://danielmontoly.blogspot.com), del poeta Daniel Montoly, Casa Barbieri (http://casa-barbieri.blogspot.com), de Johnny Barbieri (Perú), y Fragua Universal (http://fraguauniversal.blogspot.com), de Juan Pomponio (Argentina). Ha participado en diversos recitales dentro y fuera de su país. Desde 2008 es embajador dominicano de Poetas del Mundo. |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === Recordándote ========================================================== === Evocando a Alfredo Zitarrosa Aldo Roque Difilippo ================ El 10 de marzo Alfredo Zitarrosa habría cumplido 74 años; el 17 de enero se cumplieron 21 años de su repentino fallecimiento. La oportunidad fue propicia para conversar con uno de sus guitarristas, evocando los primeros años de trayectoria del máximo cantor popular uruguayo. Hilario Pérez, además de haber acompañado a Zitarrosa en los primeros y fundamentales discos de la década de los años 70, tiene una extensa carrera musical, difícil de equiparar. Ha grabado con casi todos los cantores de tango y de folklore de este y del otro lado del Río de la Plata, desde Charlo, Edmundo Rivero, pasando por casi todos los músicos populares uruguayos, desde los lejanos tiempos en que acompañó a Néstor Feria, Roberto Rodríguez Luna y Amalia de la Vega. Hilario Pérez, guitarrista de mirada firme como los conceptos que emite, dialogó con Letralia sobre sus anécdotas y recuerdos de Alfredo Zitarrosa, aquel cantor del que una vez, allá por 1965, Víctor Lima le trajo una grabación: “Se sentía una guitarra y la voz de un tipo que decía: ‘Oh, oh, oh’. Y le digo: ‘Este es un tropero con guitarra’. ‘Este es el futuro’, me dice Américo Rodríguez (director del sello Antar). ‘Será para vos, yo con este no grabo’. ‘Pero tenés un contrato’. ‘Ah, por el contrato sí, pero no porque me guste’. ¡Era Zitarrosa!”. —Dicen Zitarrosa era un tipo complicado. —Era raro. —También tenía fama de malhumorado. —Sí, era neura. Yo ya lo conocía, cuando íbamos de gira ya, como venía con el mate sabía cómo estaba. Entonces él se daba cuenta, y me llamaba por mi segundo apellido. “Baldovino, no querés un mate”, me decía; y ahí empezábamos a charlar. Era un tipo muy servicial. No tenía ningún problema en comprarle una casa si usted no tenía, un auto o lo que fuera. Es más, si iba a actuar y no le pagaban lo que correspondía, se daba maña para cobrarle. Una vez estábamos en un club, y cuando llegamos nos dijeron: “Lo que tenemos es esto”. La mitad de lo prometido. Él agarró la plata y en vez de cantar 10 temas cantó 5. Después dijo: “Como me pagaron la mitad voy a cantar en la esquina”, y se fue a la esquina a cantar, en la calle, los 5 temas que le faltaban. Era así. —¿Cuál fue el mejor disco que usted grabó con Zitarrosa? —Coplas del canto (1971). Ahí integré a Julio Cobelli y Walter de los Santos. Es el mejor disco, no porque seamos mejores guitarristas, sino porque le dije a Alfredo: “Vamos a hacer un disco diferente a todos lo que hiciste. Vamos a entender la letra y la música, y tratar de hacer los arreglos de acuerdo a lo que dice el texto. Que tenga una afinidad, que todo esté integrado”. Dos meses ensayamos, y se logró. —Coplas del canto, donde está “Dulce Juanita”. —Exacto. —Un tema que nunca más grabó. —Ni la cantó nunca más. —¿Es cierta esa anécdota que cuando grabaron “Dulce Juanita” mandó apagar las luces del estudio y se quedó solo? —Grabamos las guitarras primero. Yo lo tocaba cuando venían los cortes, para que tuviera una ilación. Entonces él hizo apagar la luz del estudio, le pusieron una luz en el atril y la letra, y yo me retiré del estudio. Lo miré del otro lado; y sabe que lloraba. Se le caían las lágrimas sobre el papel. También soy testigo es de “Mariposa negra”. Él vivía en la calle Mones Rossi, en la casa del fondo. Tenía la ventana abierta del living comedor, y frente a nosotros estaba la estufa. Había unas flores en el jardín, y esa mariposa negra andaba allí. Entró por la ventana, se posó en la piedra de la estufa, y desovó. Le dije: “se va a morir”, y ahí quedó prendida de la piedra. Cuando Alfredo se mudó a una casita en Las Toscas, porque era un desorejado, no tenía un mango. Se tenía que ir porque no podía pagar el alquiler, cargó un camión, y yo lo ayudé con la mudanza porque no podía pagar ni un peón. Cuando nos íbamos le digo: “Cómo, dejás la mariposa”. Sacó una cajita, como de una alhaja, desprendió la mariposa con cuidado y la guardó ahí. —¿Qué tienen las canciones de Zitarrosa que todavía perduran? —Qué tenía él, porque es un aire un poco parecido a lo que pasa con Gardel. Qué tiene Gardel. El único misterio de Gardel es la vibración de la voz. Única. ¿Usted escuchó alguna voz parecida a la de Alfredo? —Ni a la de Gardel tampoco. —Aparte componía cosas que cualquiera podía entender. Por ejemplo “Dulce Juanita”, “El loco Antonio”, “Mariposa negra”, “La cuna”, que musicalizó el poema de Juana de Ibarbourou. “El violín de Becho”, por ejemplo, es de una música extraordinaria. “Amanecer”... —Usted fue parte de un gran éxito de Zitarrosa, que la cantaba todo el mundo, como fue “Milonga para una niña”... —Sí, claro, lo grabamos en Radio Ariel. —Esa canción la cantaba todo el mundo, sonaba y sigue sonando en todas las radios. —Estábamos grabando, y a mí no me convencía la milonga que hacía Alfredo. Cae Lucio Muniz al estudio, ya que se acostumbraba a ir a saludar al colega cuando estaba grabando. Entró de sobretodo, con las manos heladas, estaba trabajando, con el portafolios, y me dice Alfredo: “Hilario, él es guitarrero también”. Le pregunté si milongueaba, le di la guitarra y cuando lo escuché le dije: “Pará acá. Acá hacemos esto, y vamos a darle una pasada”. En la primera toma quedó. El que arranca el acompañamiento es Lucio Muniz. —Por lo general se dice que Zitarrosa impuso un sello con la milonga, que hay una forma de ejecutarla que es su particularidad. —Yo no me voy a poner en primera persona ni en descubridor de nada, pero le inculqué mucha cosa. Vea, desde que salí del conjunto quedó un clima mío en el acompañamiento que él lo hacía respetar. Porque hablaba mucho conmigo. La milonga nuestra se parece más bien a la milonga sureña. Alfredo hacía una milonga media arpegiada que no me servía para lo que quería. Yo quería esa milonga que se hizo con Lucio Muniz. Esa milonga fuerte, que empuja, pero además Alfredo se animó a, y fue el único tipo que, escribir sobre una medida de zamba. A quién se le va a ocurrir, sólo a él. Terminamos peleados porque era muy difícil. Cuando se le abrieron las puertas de la Argentina me vino a buscar. Le dije que no quería saber nada con él. “Tenés una fila de guitarristas que son mejores que yo, con ellos te podés entender”, le dije. “No, petizo, yo quiero que vengas vos” me dijo. “Si no me querés acompañar no me acompañes, pero se me abre una puerta en Buenos Aires y quiero que estés conmigo”. Alfredo sabía que le iban a mover el piso. Acepto sólo por esa vez y fui a cuidarle la espalda. Fíjese que el director de cámara del canal me daba 10 segundos entre tema y tema. Me mataba, no podía afinar, no podía recordar lo que venía. Al tercer tema armé candombe. Dejé la guitarra al lado del piano en el que estaba el finado D’Adienzo, mirando la grabación. Además estaban todos en el estudio: Hugo del Carril, los Huanca Huá, con Hernán Figueroa Reyes, Sexteto Tango, Ángel Pericé y el Ballet Folklórico, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa. El único extranjero era Alfredo, y todos escucharon lo que yo hablé, y todos se dieron cuenta que lo querían matar. Porque ahí no es como en los estudios nuestros, de apartate que me toca a mí y uno se sienta y acomoda. No, ahí estaba todo pronto, le daban la orden y largaba. Cuando apoyo la guitarra en el piano saco un cigarrillo, y no se podía fumar, pero yo quería pelear con todo el mundo. Prendí el cigarrillo, viene el asistente y me dice: “¿Qué te pasa”. “Momentito”, le digo, “mi nombre es Hilario Pérez y yo a usted no lo conozco. Si me dice Hilario, o Pérez, me va a caer mejor”. “Qué le pasa, señor Hilario”, me dijo. “Lo que me pasa usted no lo puede solucionar. Hágame el favor y dígale al director de cámaras que baje que quiero hablar”. Le iba a pegar. El tipo me metió pechera, y sabe que cerré el puño, pero lo vi a Alfredo por encima del hombro del tipo. Me dije le pego a éste, voy preso, Alfredo no graba, se arma candombe y no vale la pena. Conté hasta mil, y le dije: “Mire, señor, yo quiero decirle que nosotros no usamos más el taparrabos y la pluma. Venimos acá a trabajar, no a que nos creen problemas. Fíjese que somos los únicos extranjeros, y ustedes en vez de colaborar nos traen problemas. Yo he acompañado a la mayoría de los cantantes de acá, y nunca tuve problemas, al contrario”. Y sabe lo que dijo el tipo, “cuánto tiempo necesita, señor”. Se mandó preso solo, tendría que haber dicho no entiendo lo que me dice. Le dije que con dos horas nos alcanza y nos sobra, y nos sobraron 5 minutos con los 16 temas que grabamos. —Usted que ha acompañado a tanta gente, ¿quién considera que es el cantor o el intérprete uruguayo más representativo? —Alfredo. —Aparte de Zitarrosa. —Un muchacho que no tuvo suerte, que fue Tabaré Etcheverry. Murió joven. Ese grito que él tenía afinado, yo quiero ver quién grita afinado como lo hacía Tabaré. Los demás son los menos, sin ofender. Amalia de la Vega es una cancionista ignorada para estas nuevas generaciones. Roberto Rodríguez Luna fue un gran cantor. —Cantores de los cuales no se ha reeditado sus discos y que las nuevas generaciones no conocen. Actualmente, ¿cuál sería ese cantor representativo? —No tenemos ninguno. De peso no hay ninguno. Otro tipo que orilló la cosa fue Alan Gómez. Gente que salió con la guitarra a demostrar que eran capaces de hacer algo. Después está lo otro, se arrimaron al poder, que eso es lo malo, no es lo auténtico. —El Canto Popular a la salida de la dictadura muy pegado a la izquierda. —Sí, por conveniencia, y flecharon la cancha. ** Aldo Roque Difilippo aldodifilippo@adinet.com.uy Periodista y escritor uruguayo (Mercedes, 1966). Ha publicado el libro de cuentos Verdades a medias (dos tomos, coautor con Wilson Armas) y una serie de investigaciones literarias e históricas en el suplemento Lecturas de los Domingos del diario La República, y en la revista Posdata (Montevideo). Desde 1991 trabaja como corresponsal en Soriano para el diario La República de Montevideo. === Entrevista al actor Eliezer Ortiz ===================================== === “Talento sin esfuerzo y disciplina es tiempo perdido” ================= === Juan Carlos Vásquez =================================================== —¿A qué edad empezaste? —Siempre fue lo que quise hacer desde que tengo uso de razón, participaba en todos los dramas, obras, conciertos desde la escuela elemental, etc. Formalmente comencé mi entrenamiento para el 1989 en el Departamento de Cultura de Caguas en Puerto Rico por la recomendación de Luis Lizardi Solá, mi primer profesor de actuación lo fue Carlos Ruiz y luego Elizabeth Sorando en la Escuela Superior Ana Roqué de Duprey en Humacao, Puerto Rico. Luego me gradué con un bachillerato en drama de la Universidad de Puerto Rico y luego seguí entrenando en el Ateneo Puertorriqueño bajo la dirección de Roberto Ramos Perea y Edgar Quiles, mientras seguía haciendo teatro y cine. También entrené y estudié en mi país con Ernesto González. —Decides partir de Puerto Rico, enfrentar todo el cambio, la soledad. ¿Cuál fue el momento más difícil de toda la transición al llegar a New York? —El ser humano tiene una capacidad de integración y adaptación admirable, cuando decido definitivamente radicarme en Nueva York conocía la cuidad como la palma de mi mano. Momentos difíciles hubo varios, pero también muchas satisfacciones, los momentos difíciles o menos buenos prefiero reservármelos, pues todos los hemos tenido y para nada quisiera sonar como la eterna víctima de los cuentos de hadas, lo importante de los momentos difíciles de la vida es lo que tú hagas con ellos, utilizarlos para evolucionar como ser humano y artista, ahí tenemos el famoso periodo azul de Picasso. —Cuando te conocí pertenecías a una organización cultural llamada Spanic Attack (http://www.spanicattack.com), también fuiste director del grupo teatral que hacía vida en el Julia de Burgos Foundation. ¿Cómo fue tu experiencia en la ciudad de los rascacielos? —Con Spanic Attack hice una película experimental llamada Razones para el exilio que se presentó en varios festivales de cine, lo que hice en el Centro Cultural Latino Julia de Burgos fue dirigir por dos años la Unidad de Entrenamiento Raúl Juliá del Teatro Rodante Puertorriqueño que dirige Miriam Colón, ahí se dan clases de actuación, dicción, baile, canto, etc., para jóvenes de escasos recursos de las comunidades latinas de Nueva York. Mi experiencia en la ciudad de los rascacielos ha sido vital en mi carrera, allí estudié, hice teatro, cine y creé unas bases artísticas y una ética de trabajo muy sólidas que continúan conmigo hoy día. —¿Qué te ha impulsado a dedicarte a esta profesión? —Lo que más me ha impulsado es que esta es una carrera en donde puedes estar en contacto con los seres humanos, ya sea en el escenario, la pantalla o la radio, y puedes tocarlos, decirles y hablarles; algo que parece ser muy difícil en la era tecnológica en donde estamos viviendo. También me impulsa mi fortaleza interna, que es como una voz interior que siempre me habla y me dice “sigue y no pares”, mi eterno deseo de aprendizaje me impulsa mucho pues pienso que un actor nunca está terminado. —¿Te identificas con algún personaje de los que has interpretado? —He hecho muchísimos personajes y de todos ellos tengo muy buenos recuerdos, se me viene a la mente rápido Woyzeck de Georg Büchner y Truffaldino de El Pajarillo Verde de Carlo Gozi, uno representa el ser oprimido y el otro la alegría y la supervivencia. En cine hice una nueva versión de Otelo en donde hago el personaje principal pero aún no ha salido. A todos los personajes los he disfrutado mucho. —¿Un director? —Deborah Warner, con quien tuve el honor de trabajar, me dirigió en The Angel Project en el Lincoln Center de Nueva York (http://www.lct.org); ella es una de las directoras de teatro más importantes de nuestros tiempos, una persona totalmente visionaria. —¿Un guionista? —José Rivera, el guionista de Diarios de motocicleta. José es un extraordinario dramaturgo también. —Talento o esfuerzo. ¿Qué consideras que tiene más importancia? —El talento es súper importante porque, como dice el refrán, “lo que natura no da, Salamanca no presta”, pero el esfuerzo y la disciplina son lo que realmente te mantiene motivado a querer hacer más y a lograr tus objetivos. Talento sin esfuerzo y disciplina es tiempo perdido. Como dijo Gilda Navarra, una maestra de mi país: “La disciplina no es una obligación, es la gloria de pertenecer a un arte sagrado al cual uno sirve, es una religión”. —¿Qué prefieres: el teatro, el cine..? —Yo prefiero trabajar. —¿Cuál es la diferencia más notable entre la enseñanza actoral latina y la anglosajona? —La enseñanza actoral anglosajona es más enfocada en la actuación de adentro hacia fuera, en hacer menos y menos pero a la vez no quiere decir no hacer nada, es una técnica en donde no se te puede ver la costura de que estás actuando, es bien mínima y casi naturalista pero con mucha intensidad detrás de todo. La enseñanza latina tiende a ser un poco más grande y enfocada al escenario, es más teatral, recuerda que somos más expresivos si nos comparamos con una persona anglosajona, pero todas las técnicas y escuela están perfectamente aceptables siempre y cuando hagas tu trabajo como actor y le des a tu público lo que le tienes que ofrecer y que el personaje necesita. El actor debe tener una maleta llena de técnicas y recursos que le ayuden a encontrar lo que el personaje necesita, ninguna técnica es mejor o peor que la otra, es simplemente una herramienta de trabajo. —Desde que saliste de Puerto Rico has transitado, has vivido en New York y actualmente resides en la ciudad de los Ángeles. ¿Qué reflexiones, que experiencias han hecho madurar a Eliezer Ortiz en el sentido de haber llegado a ser el ganador del premio al mejor actor en el 2008 por la película 2042 en actuación de la Escuela de Teatro de la Universidad de California, los Ángeles? —Por supuesto, las experiencias de la vida misma te ayudan a moldear un personaje, todo es una eterna escuela, pero para mí el trabajar incansablemente es vital y es siempre lo que me ha proporcionado todo. El entrenamiento ha sido también la espina dorsal de todo mi trabajo, con el entrenamiento que hice en Puerto Rico, en el Teatro de Arte de Moscú, en el British American Drama Academy (BADA) en Oxford University y por supuesto mi maestría en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) he crecido muchísimo como ser humano y artista. De los premios te tengo que decir que son muy buenos y cuando llegan pues se reciben, pero como dijo Luis Rafael Sánchez: “Los premios como los amores no se buscan, llegan”. Yo no trabajo por los premios, trabajo porque necesito hacerlo. —¿Qué es lo más complejo y qué lo más placentero de tu carrera? —Lo más complejo es que vives en una eterna incertidumbre porque no sabes lo que va a pasar, además de que estás lidiando con el rechazo la mayor parte del tiempo, y la gran mayoría de las decisiones para el casting de un proyecto no tienen nada que ver con tu talento. Esta carrera es para personas que son de verdad bien fuertes internamente porque son muchas las tempestades que hay que enfrentar, es una carrera para quien resista más. Lo más placentero es todo el proceso de descubrimiento, que estás haciendo algo diferente todo el tiempo, no es monótono, vives muchas vidas, épocas, etc., te estás alimentando constantemente y conoces personas maravillosas. —Siempre existe ese alguien que nos inspira. Que nos empuja a recorrer un trecho. ¿A quién o a quiénes admiras en tu profesión? —He tenido la gracia de contar con mucha gente que me ha apoyado en todo momento como Ernesto González, Luis Lizardi, Mel Shapiro, Ivonne Coll, Gil Cates, Michael Mclain, Sir Anthony Hopkins, mi familia y amigos los cuales no tengo que mencionar porque ellos saben quiénes son. En mi profesión admiro a toda artista que da lo mejor de sí y quien es serio y comprometido con su trabajo. Te tengo que confesar que considero a Judi Dench, Luz Minerva Rodríguez, Javier Bardem y Forest Whitaker una inspiración. —¿Qué estás haciendo ahora y cuál es tu próximo proyecto? —Al momento me encuentro ensayando la zarzuela Luisa Fernanda, estoy muy contento porque es mi debut en el género y hace ocho años que no trabajo en español. También me encuentro esperando por alrededor de una decena de proyectos cinematográficos que ya filmé y no han salido todavía. —¿Cuál ha sido el papel que más has disfrutado y por qué? —Truffaldino en El Pajarillo Verde, porque era bien travieso, juguetón, astuto, etc. Fue de verdad un placer interpretarlo aunque al final terminaba exhausto porque era bien físico y requería cien por ciento de energía en todo momento. —En las obras de teatro, como espectáculo en directo, se provocan en muchas ocasiones anécdotas curiosas. ¿Nos recuerdas alguna? —Cuando estaba haciendo La cantata, los actores íbamos del camerino hacia el escenario y había que tomar un elevador, pues el elevador se detuvo con todo el elenco adentro, no pasó nada finalmente pero esos segundos en donde estuvimos encerrados fueron eternos. —Una obra de teatro o... dos o tres. —Tito Andrónico de William Shakespeare, Ana en el trópico de Nilo Cruz y Bodas de sangre de García Lorca. —¿A dónde te gustaría viajar? —A Marruecos y Egipto. —¿Cómo te visualizas en el futuro? —Como una persona bien exitosa, trabajando todo el tiempo, sin parar y siempre bien ocupado. No quiero ser famoso pero sí grande y respetado, quiero tener la fama de los músicos de música clásica, son bien respetados y queridos en su disciplina pero fuera de ahí nadie sabe quiénes son. —¿Qué consejos darías a los lectores de esta revista, personas que luchan por materializar sus sueños? —Que no se detengan, que trabajen y estudien mucho y jamás permitan que nadie les diga que no pueden. Recuerden que nunca nadie va a trabajar por ti más que tú, si alguien está trabajando por ti más que tú hay un gran problema. —Regálanos unas últimas palabras. —Soy simplemente un ser humano que hace lo que le gusta, siempre doy lo mejor de mí, trabajo hasta la saciedad y por eso soy muy feliz. Ah, y si me necesitan me llaman o escriben, siempre busco retos y personajes que me digan algo. Eliezer Ortiz sireliezer@hotmail.com Posee un bachillerato en drama de la Universidad de Puerto Rico y una maestría (MFA) de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) en actuación. Posee entrenamiento con el Teatro del Arte de Moscú, en la Universidad de Harvard, E.U., y British American Drama Academy (BADA), en la Universidad de Oxford, Inglaterra. En UCLA estudió con el actor ganador del Oscar Sir Anthony Hopkins; Gil Cates, Mel Shapiro, Ellen Geer, April Shawhan, Linda Kerns y Henry Goodman. También estudió con la compañía teatral The Actors Gang. Sus créditos de teatro más importantes incluyen The Angel Project, en el Lincoln Center bajo la dirección de Deborah Warner, Corazón de gas, acto sin palabras II (Geffen Playhouse, LA), Tell me a Story Papi (Teatro de Repertorio Español, NY), Pleacent Ave (Teatro Rodante Puertorriqueño, NY), Sketch of Life (Proyecto Urbano de Acción Teatral, NY), A Grand Guignol Cabaret (Sunset Gardner Stages, LA), (dub) zeck (Highways Art Space, LA), Greenly High, Izzy y Allie, The Maelstrom Whirlpool (The Complex Theater, LA), El Pajarillo Verde, Sueño de una noche de verano, Los últimos días de Judas Iscariote, Big Love, Vida afuera del cuerpo, El activista, Electra, La última cinta de Krapp, Una obra para actores, Barro (McGowan Hall, LA) y Luisa Fernanda (Million Dollar Theater, LA). Eliezer fue parte de la colaboración de teatro más grande en la historia de los Estados Unidos de América; el Suzan Lori Parks 365 Festival, con las obras The Air Over Omaha y The Will of The Worlds Way en Highways Art Space, Los Angeles. En su natal Puerto Rico sus créditos teatrales incluyen Las troyanas, Jesús el Hijo del Hombre, Vasco Núñez de Balboa, El mayor monstruo del mundo: los celos, Las viequenses, Romeo y Julieta, Mucho ruido y pocas nueces, Miles, la otra historia del 98, El burlador de Sevilla, Lorca que te quiero Lorca, El retablillo de don Cristóbal, Tres hermanas, Las brujas de Salem, El bosque mágico, La ranita bailarina y La cantata. Eliezer hizo su debut cinematográfico en Bajo sospecha y luego ha participado en La última transformación de Francisco, El conocimiento de Ali, Capítulo 21, Rancho Limmikin, Buscando a Dios en la ciudad de Los Ángeles, Proyecto Benazir Bhutto, Archivo de horror, Carril de sombra, Debbie y Desdi, 2042, Nivel 7, 40 domingos, Kwame, Mórbido: una historia de amor, Alice Inc., Agarra una nueva vida, Wardog, Hermanos en sangre, Circunstancias, Sólo otro homicidio y Razones para el exilio. Fue el director de la Unidad de Entrenamiento Raúl Juliá del Teatro Rodante Puertorriqueño bajo la dirección artística de Miriam Colon y ha enseñado en UCLA. También fue el asistente del actor y director ganador del Tony Roger Robinson en la obra Emigrantes, que representó a los Estados Unidos en el Cuarto Festival de Teatro Internacional en Santo Domingo, República Dominicana. Ganó el premio al mejor actor en el Los Angeles 48 Hours Film Project Festival por su interpretación de Ronald Donnellson en el filme 2042. Fue honrado dos veces por el National Hispanic Foundation for The Arts Award así como el Premio Jack Oakie por excelencia en actuación. En 2009 Eliezer Ortiz celebró sus 20 años en el escenario. ** Juan Carlos Vásquez juancarlosvasquez72@hotmail.com Escritor venezolano (Valencia, 1972). Dirige y edita las páginas virtuales de creación Herederos del Caos (http://herederosdelkaos.com). Como narrador ha publicado el libro de relatos Pedazos de Familia (Ediciones Estival Teatro, Maracay, Venezuela, 2000). Sus escritos aparecen en las publicaciones Ciclos (Asociación Valenciana para el Trastorno Bipolar, España, 2000), en las antologías poéticas Vivir soñando (Madrid, 2004), Paseo en versos, pasos en la azotea (México, DF, 2006), Hemiparesias (Visceralia Ediciones, http://visceralia.blogspot.com; Santiago de Chile, 2006), Poesías y aparte: el libro y su autor (Creaciones Literarias, selección de Betty Goldman y Enrique Epelbon (Estados Unidos, 2007), en el libro de narrativa Cuentos para niños (Creaciones Literarias, Estados Unidos, 2007), en la revista Voces (La Coruña, España) y en el monográfico conmemorativo del quinto aniversario de Almiar (Margen Cero) (http://www.margencero.com; Madrid, España). Ha colaborado en los programas radiofónicos Breus (http://www.breus.eu) (RKB 106.9 FM, http://www.radiokanalbarcelona.com; Barcelona, España), Infra-Uterino (http://www.youtube.com/watch?v=MqziOMFz5uY) y en Producciones AFV (105.9 FM; Buenos Aires, Argentina). Algunos de sus poemas fueron traducidos al portugués por el escritor Antonio Miranda. Mantiene una página literaria en http://juancarlosvasquez.webs.com. === Karina Roldán, bailarina, coreógrafa y escritora ====================== === Mariposa de Buenos Aires Juan Pomponio =========================== La pasión por la danza que brota de Karina Roldán tan natural como la respiración es una fusión desde el alma porque no sólo es la danza, se trata de su misma vida. Una mujer guerrera luminosa que ha pegado el gran salto hacia el arte para abandonar todo lo que no era y entregarse, ante la mirada atónita de los demás, al maravilloso mundo de la danza. Cuando vemos un espectáculo de su creación podemos comprender el fuego de su corazón derramado sobre las tablas; allí vemos el poderoso influjo de su alma en cada movimiento que emana de su ser. Leamos un poco de su historia en esta entrevista para apenas atisbar la profundidad de su vida consagrada a la belleza de transformar la danza en eterna poesía. —¿Cuándo fue tu primer contacto con la danza? —El primer contacto que tuve con la danza fue a través de los ojos, cuando a los cinco años descubrí en la televisión a la maravillosa bailarina Maia Plisiétskaia. Ahí le dije a mi madre con total seguridad: “Quiero hacer lo mismo que ella, quiero ser bailarina”. Luego a los diez años conocí a Osvaldo Ross, bailarín, coreógrafo, mi primer maestro, y empecé junto a él la formación académica en modern jazz, disciplina que nació en EEUU a comienzos de los 50 y que reúne a las tres danzas tomando los elementos básicos y fundamentales del ballet clásico, de otras danzas contemporáneas y los inherentes al jazz. Provengo de una familia sumamente trabajadora y de escasos recursos económicos, por lo que la continuidad de mi educación artística sufrió interrupciones desde los doce a los diecisiete años, cuando pude retomar el aprendizaje de la mano de Margarita Fernández (bailarina, coreógrafa, directora y docente del Teatro Colón). Jamás abandoné el contacto con la belleza de un arte efímero que me sedujo desde mi asomo al mundo. Leía, estudiaba biografías de grandes artistas, miraba videos y películas de los grandes musicales. Mi mayor refugio siempre ha sido la danza. Soy autodidacta en la composición coreográfica y de adolescente ya creaba coreografías a escondidas, improvisando en un estado de éxtasis. No concibo la vida sin la danza pues ella es como la vida, tiene lo bueno y lo malo. Amanecemos cada día haciendo una recorrida de movimientos y actos simples durante horas y horas, de idas y vueltas geométricas cuyo final se determina frente al reposo, cuando la noche abraza nuestro cuerpo en el ocaso de sueños infinitos. De pronto, transitamos diagonales que se cruzan y elegimos caminos, vamos girando en un círculo que se acomoda con la naturaleza en una perfecta coreografía orquestada por el universo y este gran escenario del planeta donde todos somos partícipes tiene millones de protagonistas, impulsados por diferentes motores, que ejercen sus roles y profesiones, trabajando incansables sus proezas cotidianas, utilizando cuerpo, mente, espíritu y alma. Una madre sostiene a su niño meciéndolo con suaves arrullos y en el vaivén complaciente lo adormece. Un aborigen retiembla sobre la tierra cercándola con su cuerpo trémulo mientras invoca a los dioses de la lluvia. Todo es movimiento, acción y reacción, y somos parte de una danza cíclica y voluble, inigualable desplazamiento humano que vibra con acordes personales acompañados por músicas constantes y por el silencio que bordea la soledad. —¿El arte es un medio de sanación física y espiritual? —Sí. Todas las artes en general y en particular el arte de la danza purifican el espíritu gracias a la comunicación directa con nuestro interior y el mundo de la contemplación. Es sanador a nivel músculo/esquelético porque corrige aspectos del cuerpo, brindando una buena y correcta colocación a la columna vertebral, y el dominio del eje central acomoda los pies cuando éstos arraigan su fortaleza desde abajo hacia la cúspide cervical. Las vértebras respiran salud estirándose hacia su libertad. A lo largo de once años de labor como docente he comprobado la metamorfosis ocurrida en las alumnas que siguen mis clases y en aquellas que he formado desde adolescentes, hoy ya bailarinas profesionales. A la hora de transmitir la pedagogía de la danza opté por otros senderos utilizando mis propias fórmulas fructíferas en la maduración artística, donde la visión holística del Ser conforma la clase. Nuestro cuerpo entraña un arte diario de consagración, conectado con los meridianos que atraviesan la circulación sanguínea de la cabeza a las extremidades inferiores y en el reflujo de cada marea lunar nos unimos a nuestra esencia. Cuando los alumnos ingresan al salón de clases, templo sagrado que abraza la generalidad del cuerpo, aprenden que allí no sólo esculpirán la escuela académica del ballet y la danza contemporánea sino que entibiarán el espíritu y canalizarán dolores para tolerar la renovación de sus propias estaciones. El colosal abanico del sujeto cobra formas diversas, mutando lo antiguo del organismo para explorar la novedad. Enseñarles la fugacidad del arte de la danza implica conducirlos por aquellas rutas donde zigzaguean los sentidos, abordando la intimidad de sus lados femeninos y masculinos en pleno desarrollo, encauzarlos para reconciliarse con la pujanza de la aurora y acondicionarlos para la conquista de un eje sostenido que separa el núcleo al tiempo que fusiona la correcta simetría humana. Es primordial encarar la envoltura sensorial y perceptiva desde todos los flancos posibles para que el foco de atención profundice su mirada en las áreas tangibles, emotivas y anímicas donde sucederá la entrega y el abandono de lo conocido. De una clase de danza nunca se sale del mismo modo que se ingresó. La danza es yoga, meditación, una religión física y del alma. Es Uno y su Dios. Uno con Uno mismo entrando al éxtasis, viviendo la pasión que arde en el vientre, posicionando los músculos tensos, armonizando las dulces caricias que perforan los oídos gracias a la música que se adentra poderosa en las carnaduras y retuerce la realidad. Los pies son una lengua que aprisiona el tapete negro igual que una boca succionando el fervor del encuentro amoroso. Acordes y cimbronazos, versatilidad y emoción. Medicina para cualquier pena del alma que se corporiza de inmediato. La más firme sensación de ser artista ocurre mientras trabajamos, transpirando, aprendiendo los pasos, en mi caso cuando voy creando y dando vida a tantos personajes, buceando en la hondonada interior para abrir puertas que desbaraten la mente y tantos mecanismos trabados. Luego el escenario será un suspiro, la brevedad lumínica reverberando en el corazón. —¿La danza es poesía en movimiento? —La danza es la belleza de la poesía escrita con el cuerpo. Personifica el arrebato de una pasión, la loca bohemia de tantos poetas viajando por el tiempo, puntualiza sentimientos y emociones cuya visualización transcurre gracias a la anatomía encaminándose por el espacio, saltando en rimas constantes, rodando por el suelo los versos en acción. Un solo paso puede significar una sola palabra. Como coreógrafa me siento una alquimista del movimiento narrativo, y a la hora de montar una obra utilizo el abecedario completo, reuniendo el idioma del mundo en una sola lengua. Mis metales combinan a la vieja usanza y penetro en los desplazamientos junto a la música cuando ella arrasa mis oídos encendiendo candelas, acentuando sentimientos sin expresiones verbales, tan sólo la eufonía del cuerpo escribiendo con tinta indeleble. El entorno donde se descubre la danza franquea la sinceridad anatómica, habilita las fronteras empotradas por el hombre y el lenguaje real cobra nuevas dimensiones. Un bailarín, en la interioridad de la escena, deviene traductor de historias relatadas en imágenes físicas que lo llevarán a unir vías espirituales entre el público y él mismo. Somos cuentistas sin vocablos, escritores de la corporalidad. La poesía del movimiento sucede virtuosa y descifrable, los brazos se sacuden en un aire de pureza para abarcar la ilustración del amor, desperdigando un bosquejo etéreo de su gala en el público expectante. Creo que la poesía también es danza llevada a cabo por la conjunción existente entre las bellas palabras. Ambas —poesía y danza— comunican al mundo, conmueven, acercan, construyen y liberan el aliento de la Creación. —¿Qué siente Karina Roldán sobre el escenario? En escena siento que florezco Todo acontece, el mundo de afuera se evapora Se manifiesta otra realidad Soy cautiva y enamorada sin tiempo lineal Voy exudando la belleza de mi cuerpo El escenario me seduce y apasiona Embellece mi vida Sin mesuras ni composturas En abundancia Una solitaria, generosa y amada abundancia —¿Es sacrificada la danza cuando uno la realiza con pasión? —En mi caso personal nunca significó un sacrificio, pues la felicidad que implica poder vivir de mi arte me hace sentir un privilegio que no todos poseen. Ensayar los fines de semana para el montaje de una obra o porque se acercan funciones no genera un martirio, al contrario, el inmenso gozo de asistir a las prácticas acomoda el resto de mi vida. Cada mañana preparo mi anatomía con esmero admitiendo las estaciones que mudan en consonancia, celebrando los ciclos que atravieso con picos altos y bajos, brindando todo el amor a mi cuerpo, un respetuoso cuidado nutricional y una autodisciplina saludable para poder enseñar, mostrar a través de él y merced a él las invenciones coreográficas que sellan mi estilo. Formar alumnos es otro arte misionero y un don que profeso con profundo compromiso. He dejado otras cosas en el camino, incluso tuve que elegir frente al amor de un hombre y fue ahí donde comprendí mucho más acerca del egoísmo, pues el amor verdadero, al igual que el arte, no exige nada, se trata de dar y dar, cimentando la libertad individual de ser quienes somos. Cumplir nuestras misiones y compartir la vida con quien desee caminar a nuestro lado sin obligarnos a abandonar nada, tan sólo acompañándonos mutuamente en la hazaña de estar vivos. Siempre me enfrenté sola ante los avatares y piedras que se despeñaron en mi senda pero todo obró a favor. La disciplina física de la danza, al templar el cuerpo y el espíritu, nos enseña cuán fuerte es nuestro Ser y a ella nos entregamos en una relación marital con nuestro arte por el más profundo deseo de brindar a los demás el órgano impulsor de esta potente unión, el meollo donde se acunan el talento, la vocación y la expresión total al servicio del otro. Es amor y mi vocación también es amar a través de la danza. —¿El erotismo de una danza puede transmitirse al físico? —Sí. Yo vivo, gozo y siento el erotismo en mi cuerpo sobre todo cuando la música está en concordancia con los movimientos coreográficos que voy creando y me dejo llevar por la sensibilidad y el acopio de los sentidos. Nada pienso, todo lo experimento igual que en un acercamiento masculino/femenino. Al descubrirse con aplomo el pesado telón de anhelos e ilusiones por concretar, nace la libertad y el espíritu apasionado revolotea en el linde de la sala teatral o cuando estamos ensayando. Entran en conexión simultánea las sensaciones propias y del personaje amalgamadas en una red, girando en una calesita interminable. Suelo comparar el cataclismo artístico, por cierta similitud en su exaltación, con el preludio de un encuentro amoroso, su florecer y el arribo a su cumbre. Lo inconmensurable empieza a horadar en nosotros, la piel en llamas explota su pirotecnia al declamar un idioma universal, natural, humano y animal, goteando el suave jugo del erotismo ruborizado, y el alma atesora para sí el minuto desquiciado donde el cuerpo salvaje se conmueve ante el arrebato fulminante y la gloria desborda la materia sacudiendo nuestra pasión sin miramientos. Allí, luego de la vivencia y en un fuerte abrazo íntimo, mudaremos nuestra piel extasiada que abandonará su registro sudoroso en la patria escénica que nos meció. —¿Cuándo surge la necesidad de llevar la metáfora de la danza hacia el camino de las letras? —Fueron mis entrañas las que sacudieron al espíritu inquieto y adoptaron el formato escrito para calar el ahogo de una exhalación retenida. A lo largo de los años como docente me convertí en una especie de cronista de vuelos terrenales cuando era necesario relatar a las alumnas mucho más acerca de la vida de aquellos personajes que abordarían en cada interpretación, de las historias que llevaría a la escena; cuando en los montajes de mis series coreográficas precisé volcar en textos depurados lo que acompañaba descriptivamente a las secuencias ya originadas. Al crear la obra poseo una personalidad que se aleja de toda censura, disociación, tabú, restricción, juicio de valor, y esa corporalidad anacrónica, desplazada de las épocas, es quien se ocupa de percutir determinadas zonas íntimas, encauzando mi mano hacia las letras. Adoro narrar la transmutación lograda en tantas individualidades que se instruyen a través de mis enseñanzas. Mi alma siempre escribe desde sus certezas con el arte y deseo divulgar aquellas causas que incitan la invención de obras coreográficas, que nos moviliza a los autores parados frente a la nada. Expresarme en un lenguaje escrito fue y es el modo en que desde niña también ponía en contacto las emociones en el reflejo entrañable del papel, donde exteriorizaba sensaciones intuitivas ligadas a la percepción o evocando sentimientos derivados de tantos afectos. Escribo con la misma concentración y el hechizo con que elaboro una coreografía. Siento idénticos trances donde renuncio a lo material experimentando la vacuidad absoluta de mi psiquis sin prejuicios, con predominancia del alma elevada por sobre cualquier razonamiento reglamentario. Todo va bajando, desde algún sitio sin horizontes ni marcaciones geográficas, y el milagro se presenta, mientras yo estoy varada en una isla ilusoria donde me refugio como náufraga en soledad a la orilla de un destino. —Me gustaría que hablaras sobre tu primer libro, De amares. —De amares es mi primera obra literaria. Nació en julio del 2009 y fue producto de un trabajo de dos años en los cuales seguí dando clases, monté dos espectáculos diferentes y escribía sin parar durante cinco horas diarias. Viví la experiencia abstraída, como un retiro espiritual en el amanecer, desconectando teléfonos y sumergida, con mi férrea actitud, en un manantial de aguas danzantes, apresada por la curiosidad que todos los artistas poseemos y cuya inquietud nos lleva a rodar por el barranco donde confluye el abismo de nuestro ser, para embebernos con los propios fluidos que pueblan la patria corporal de lo profundo que nos habita. Hubo un compendio de ideas sin un orden preestablecido que, dentro del mismo caos, encontró la resolución del laberinto, destapándome la salida si miraba con la luz blanca de un foco seguidor. Un sol se partió por entre mis costillas y en el flujo de su energía asomó el fulgor de letras que parecía estancado. De amares es un libro sobre el arte que abarca la danza, poesías que escribí en otras instancias, sobre la composición coreográfica e improvisación; relato sueños y realidades, la magia escénica y creación. Es una autobiografía de cómo llegué a la realización de tantos sueños con una fe inquebrantable en mí misma a pesar de los obstáculos sociales, de tantos aspectos familiares antagónicos, cuando esperan algo de uno sin comprender que somos nosotros quienes elegimos nuestra vocación al instante de nacer. Lo titulé así porque coincide con una obra que monté en el 2003 que habla del amor y del mar; donde uno accidentaba su geografía continental el otro, por azar, confluía en idéntico cruce, desplazando el oleaje y las corrientes sentimentales, trastocando cualquier movimiento marcado por las emociones. Hice todo el diseño, las correcciones, el armado final sin una editorial que me respaldase, y fue un gran emprendimiento personal sabiendo sin lugar a dudas que podía materializarlo. Necesitaba dejar por escrito el modo en que hago fecunda la danza desde el plano más espiritual que ella posee. Nuevamente la fe inquebrantable de mi corazón sostuvo la osadía y De amares nació como un hijo artístico realmente amado y soñado. —¿Ser maestra de bailarines o formar seres humanos? —Ambas cosas. No puedo separar la formación técnica y artística del ser humano contenedor de un arte sublime. En la ardua y artesanal tarea diaria de formar bailarinas, apelo al canto interpretativo del movimiento, al costado desde donde los estremecimientos brotan a la superficie en una fuente intermitente de sentidos, como parte fundamental de la unión con el cuerpo puesto en acción y vitalidad. Trato de enlazar mi apasionamiento con un altísimo cuidado por la educación lúcida y coherente del cuerpo y la liberación de las ataduras del espíritu por medio de la danza, en alumnos que van rumbo a ser profesionales o en quienes sólo vienen a mis clases viviendo el aprendizaje como un exquisito pasatiempo, tomado y aleccionado con idéntica seriedad y rigor. Jamás hice diferencia alguna entre profesionales y amateurs, todos reciben el mismo planeamiento educacional en lo que atañe al estudio general de la danza y la distinción que los singulariza. El cuerpo, el alma y la razón de cada alumno son exclusivos, infunden máximo respeto y un homenaje cotidiano. Siento que en mis clases los formo para la vida por aquello que te mencionaba al comienzo de vivir la vida como una danza y saber que la danza es vida perecedera, entonces no puedo alejarme del ser que viene con su bagaje de estructuras sociales, familiares, culturales y religiosas, que quizás paralizaron la capacidad de demostrar una emoción sincera, y hay que desgarrar lo conocido para quedar descubiertos ante lo recóndito y penetrar la rendija íntima que consolida la confianza en ellos mismos. Me interesa abordar desde sus comienzos la propedéutica del movimiento académico que iremos desarrollando en el tiempo y hacerles entender el período que viven coexistiendo en la preciosidad de sus cuerpos; el entusiasmo constante por traspasar los límites potenciales, una mente dispuesta al pensamiento inteligente: conocer, analizar, comprender los porqués y en función de qué se realizan las ejercitaciones y el alma ungida en sus polifacéticas oscilaciones. Somos un cuerpo y su contextura y tendremos que sobrepasar los contornos, tolerar los dolores en el amanecer de cada etapa evolutiva y la sensibilización progresiva del mismo para luego alcanzar su dominio, el misticismo de un goce inigualable que conduce hacia la redención del sujeto como artista. Una, como maestra, siempre cree en las infinitas capacidades latentes en cada alumno antes de que ellos mismos lo acepten. Constantemente trato de hacerles ver que nada de lo que busquen afuera no se halla primero aleado en el corazón. La fe ciega en quienes somos es un tesoro personal escoltado por la misión que realizaremos. Si a través de la danza puedo enseñarles a vivir desde otra óptica allí se habrá cumplido una gran parte de mi travesía en este hermoso mundo. —La última pregunta queda a tu criterio para que puedas expresar lo que sientas en este momento. —Muchas gracias, Juan, por tu calidez en el reportaje y por brindarme la posibilidad de llegar a otros sitios. Espero que el arte de la danza y el arte en general ayuden a levantar un mundo más sensible, un mundo de amor, de luz, y que el ser humano comprenda la lucha feroz que comenzó hace tantos años, siglos atrás, observando la destrucción a donde conduce su cruenta ambición. El poder, el dinero, la dominación, existen por centurias, y quizás sea una utopía de mi parte creer que los artistas somos capaces de cambiar el mundo, uniendo países, trasmitiendo cultura, creando todo el tiempo desde el albor en un campo sembrado inteligentemente hasta la tarea hecha en soledad, en un paraje distante de la vulgaridad. Somos seres únicos, misioneros en la Tierra, no deberíamos permitir que nos anulen el pensamiento ni las capacidades de obrar e inventiva. La pasión por nuestro arte cotidiano comienza desde que bajamos los pies descalzos de la cama y vamos en busca de la vida y ella viene por nosotros. Hace unos días les hice a mis alumnas el siguiente cuestionamiento: ¿ustedes saben qué separa la vida de la muerte? Tan sólo un instante... Así me muevo, por instantes, y deseo que cada día lo vivamos y disfrutemos como si fuese el instante final, un arte incomparable, la cumbre escénica, el telón que pronto desciende, los brillos que se consumen, el arrebato de nuestra sangre, el esplendor de un sol individual que se oculta a la hora precisa en que la luna asoma su luminosidad y las emociones nocturnas endulzan el día que concluye, descansan las fuerzas que se adormecen para recomenzar el ciclo y conducirnos nuevamente hacia el sendero del amor. Karina Roldán Bailarina, maestra, coreógrafa Directora de la Compañía de danzas “Vis-à-Vis” Escritora Se formó en modern jazz con Margarita Fernández y en danza clásica con Teresita Campana. Realizó seminarios de perfeccionamiento docente en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y cursos de especialización en jazz y danza contemporánea en Alvin Ailey Dance Company y Broadway Dance Center: theatre dance, lyrical, modern jazz, en New York. Trabajó durante diez años como asistente de Margarita Fernández en sus clases, espectáculos y puestas coreográficas. Con Estudios Avanzados de Francés de la Alianza Francesa tradujo textos relacionados con la pedagogía de la danza y participó en la coordinación de contenido y escritura del libro Iniciación a la danza, modern jazz para niños, de M. Fernández. Como bailarina formó parte del elenco del musical infantil Aunque disgusta y asusta la bruja tiene la justa, de M. Fernández y D. Goglino, ganador del premio Coca-Cola a las Artes y las Letras; avant-première del filme Evita, de A. Parker, Conspiración entre la danza y moda, ciclo de danza “A la una, a las dos y a las tres” y desde el 2002 junto a su Compañía “Vis-à-Vis”. Como coreógrafa presentó obras para CIEEDA, Escuela de Danzas Nº 2, Café Tortoni, Centro Cultural Rojas, Teatro Municipal General San Martín; trabajó como coreógrafa para el Grupo de Danza “La Rayuela”. Hizo puestas coreográficas para obras de teatro independiente, en los Ciclos de Danza Infanto Juvenil del Museo del Niño del Abasto. En el 2002 funda su Compañía “Vis-à-Vis”, integrada siempre por alumnas formadas desde su labor como docente. Es productora, autora, directora y coreógrafa creadora de sus espectáculos Luces en el alma, De amares, Espíritus inquietos, Historias de amor en un azul noviembre y Fusión incandescente, ofrecidos en los teatros y salas Empire, Centro Cultural San Martín, Teatro del Globo, Gregorio La Ferrere de Morón, Auditorio Bauen, Centro Cultural Borges, Sabor a Tango, Foro Gandhi, La Clac y Terraza Bar del Complejo La Plaza. Es coreógrafa del video Drama y fueye, de los compositores Diego y Rodrigo Vila, perteneciente al disco Arravaltronics1 de Tranxgo. Convocada durante años como coreógrafa por la Compañía “La Rayuela” de M. Fernández, K. Roldán montó un dúo para Margarita Bali en el video Paredes de aquel Buenos Aires” (Festival Internacional de Video Danza 2006, Centro Cultural San Martín). Recibe la distinción “Estrella del Jazz” por su participación continua en los 10 años de festejos por el Día Internacional del Tap. Como maestra, desde 1998 K. Roldán se ha dedicado a la docencia de modern jazz en el Ballet Estudio María Cecilia Díaz (1998-2002), el estudio de danza de Margarita Fernández (2000-2004) y en la escuela de danzas de Margarita Bali (desde 1998), donde reside su compañía “Vis-à-Vis” y en la cual continúa su labor actualmente. Especializada en el estilo “Fosse”, dicta seminarios de theatre dance en paralelo a sus clases desde el año 2002. Su obra Fusión incandescente, estrenada en enero de 2009 en el Centro Cultural Borges, fue elegida por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para presentarse en el ciclo al aire libre “La Gran Vía de Mayo”, en la Avenida de Mayo y Salta (abril de 2009). En agosto ofrece Victoria del alma, tributo a Mercedes Sosa en Radio Nacional. Escribe artículos en Danza.Net, Poetas del Mundo y Unión Hispanoamericana de Escritores. En julio de 2009 nace su primera obra literaria, De amares, presentada oficialmente en la Sala Julio Cortázar de la Biblioteca Nacional. ** Juan Pomponio juanpomponio@gmail.com Poeta y artista argentino (Berazategui, 1966). Es diseñador gráfico y docente de educación media. Ha publicado el poemario Salvaje (Editorial Último Reino, Buenos Aires, 2003), que recibió la Divisa Honorífica Nacional otorgada por el Instituto Literario "Horacio Rega Molina", de La Plata. Textos suyos han aparecido en diversas antologías, como 20 poetas y 21 narradores; antología argentina contemporánea (Editorial Nueva Generación, 1996); Sombras de Luna (Editorial Sombra de Luna, 1997); Antología poética II Certamen de Poesía "Alfonsina Storni 1997", a cargo de la Embajada de Las Letras; Entre siglos (Bianchi Editores; Montevideo, Uruguay) y Entre Seculos, de Pilar Bianchi, Edicioes (Brasilia, Brasil), entre otras. Coordinó el Primer Certamen Nacional de Poesía "Guillermo Enrique Hudson". Mantiene, en el canal 5 de Berazategui, el programa cultural Laminga: Arte, Pasión y Locura, además de varios programas de radio. Como artista ha expuesto en la Biblioteca Pública "Mariano Moreno" (Bernal), en la Editorial Escuela "Poly Balestrini" de Buenos Aires y en otras salas. En 1997 fue declarado "Ciudadano Ilustre" de Berazategui por el Concejo Deliberante de la ciudad, en virtud de su trayectoria. Ha obtenido el 1r premio en el Certamen Literario de Poesía "Almafuerte 1997" (La Boca, Buenos Aires); el 2º premio de Poesía en idioma español del Segundo Certamen Nacional de Poesía y Cuentos: Premio "C.O.M.I.T.E.S 1999", el 3r Premio Nacional de Poesía en el XXX Concurso Nacional Literario "Dante Alessandri 1997" y otros reconocimientos. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === Insurrección iconográfica Lesbia Quintero ======================== Veinte veces con la misma simultaneidad aparecida una noche cualquiera, y aquellos gigantes, verdaderos despojos de milagros infinitos, destrozan las armas de los antiguos. Hanni Ossott. Sombra de las sombras Estoy frente al ensayo de Juan Antonio Hernández, Hacia una historia de lo imposible: la Revolución Haitiana y el “Libro de pinturas” de José Antonio Aponte, interrogando al texto y las imágenes que configuran un discurso galimático. Pretendo vislumbrar, siguiendo las coordenadas pragmáticas trazadas por el autor, otras zonas de sentido solapadas en el Libro de pinturas. José Antonio Aponte es el protagonista de una singular y breve historia que tuvo lugar en la Cuba colonial de principio del siglo XIX. En marzo del año 1812 encontramos al artesano José Antonio Aponte respondiendo a un exhaustivo interrogatorio hecho por las autoridades de la isla de Cuba. El artesano negro trabajó durante seis años en la elaboración de un libro iconográfico en el que ensambló diversos materiales figurativos como fotografías, pinturas y dibujos que, en algunos casos, acompañó de pequeños fragmentos escritos. El Libro representó para las autoridades cubanas la prueba principal de una sublevación que permanecía larvada en el taller de Aponte. Este artista se desplazó por diferentes imaginarios protegido por la noche hasta que cayó bajo sospecha, y esa red portadora de códigos secretos fue interrogada en la clandestinidad de una cárcel. José Antonio Aponte asumió la total autoría y factura del impresionante collage donde congregó diversos panteones mítico-religiosos que, a mi juicio, funcionan como pantallas de fondo a las acciones militares que se desarrollaban en ciertos escenarios y respondían a intenciones muy concretas del autor. Juan Antonio Hernández ha realizado un estudio erudito acerca de ese extraño instrumento pictográfico; su profunda indagación presenta una historia que rebasa mi competencia; sin embargo, no he podido sustraerme a la fascinación que emana del portentoso Libro de pinturas. En el retablo de diosas que alternan en los extraños imaginarios representados por Aponte, percibo una estrecha relación entre Isis, la Virgen María y la Virgen Negra de Regla. Según mi lectura, estas deidades insertas dentro de un contexto religioso no cumplen una función estrictamente estética, sino que muestran la violencia terrible que justifica al discurso del cristianismo, recurso que Aponte utilizó sagazmente en un intento para desarticular esas estructuras de poder y dominación. El caleidoscópico artístico se convierte en un testimonio que demuestra —a través de los aspectos mítico-religiosos alternando con cruentas imágenes de la guerra— al poder político recubierto por una pátina religiosa. José Antonio Aponte desenmascara la farsa que esconde la podredumbre social, cultural, política y religiosa de esa sociedad en la cual le tocó vivir. El artista insertó fragmentos de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, que se pueden leer como los últimos vestigios de un universo irremediablemente perdido, del que sólo quedan unos rastrojos nauseabundos y ensangrentados por la avaricia del hombre occidental. De esta manera el Libro de Aponte no sólo constituye una insólita composición pictográfica que lo convierte en un código para ser comprendido por una cofradía de iniciados. El inventario iconográfico de Aponte lo vincula con círculos herméticos, lo cual no extraña porque él era un intelectual; tampoco es rara la crítica pertinaz que hizo a todo ese sistema colonial. El arte fue su medio para denunciar la injusticia, para arrancar todos los marcos decorativos que adornaban ese contexto histórico y, quizá, para proponer el restablecimiento del orden en un mundo realmente libre, donde todos los hombres fueran iguales y reinara la fraternidad. Ese es precisamente el mundo que restituye la diosa Isis a su esposo Osiris, después de vencer al mal representado en la figura de Set. En palabras del helenista Jean Hani: “Osiris produce imágenes, es decir, arquetipos de los diferentes seres, que se imprimen en la naturaleza, pero que son dispersados por el principio del desorden, que es Set-Tifón. De lo que se trata, a través de la lucha contra este principio, es de reconstituir el cuerpo de Osiris..., el mundo armonioso que debe regresar a su fuente” (Hani, 1999:136-137). De acuerdo con la afirmación de Hani, es evidente que no existe gratuidad en la reiteración que hace Aponte de las deidades que representan el principio femenino. La mayor parte de la muestra iconográfica de Aponte rinde culto a la “diosa de los mil nombres”, oculta en las grutas subterráneas de la tierra y en lo más profundo de la conciencia humana, desde allí emerge la única divinidad venerada en todo el orbe bajo diferentes formas, ritos y nombres, a través de la invocación de los iniciados. El carácter religioso que posee el libro de Aponte constituye el leitmotiv de su composición. Éste aparece desde el principio como expone Hernández, al señalar que las seis pinturas que inauguran la exposición del artesano negro se inician con el Génesis. Este detalle nos permite observar el principio teológico que rige el universo esbozado por el artista. El Génesis en la cosmogonía cristiana representa el origen del cosmos, y cuenta la historia primigenia que funda a la humanidad marcada por el miedo a un Dios que no perdona ninguna transgresión. Con el pecado de Adán y Eva, que se puede interpretar como la toma de conciencia de la primera pareja humana, se abre el enorme abismo entre el Dios judeocristiano y la humanidad. Ésta queda condenada a una eterna diáspora y padece toda suerte de martirios que responden a la maldición proferida por un Dios iracundo. ¿Qué intención tenía el artista cuando fijó esa secuencia de seis fotografías representativas del Génesis? ¿Representará analógicamente la creación de un mundo nuevo formado por él? Si es así, ¿en cuánto tiempo lo implantaría? Interpreto que ese contexto cosmogónico apunta hacia el cuestionamiento pertinaz al orden impuesto a unos seres indefensos contra el poder supremo de un Dios Único. Me interesa destacar ese elemento religioso que se mantiene a lo largo de toda la obra, porque con la expulsión de Adán y Eva del Paraíso surgen los primeros sacrificios ofrecidos al Gran Creador en señal de sumisión, respeto, temor y alabanza. Todo parto es un hecho violento, todas las cosmogonías inscriben a la humanidad en un contexto de violencia. El Génesis muestra una brutalidad terrible manifestada en la ira de Dios; su maldición, los trabajos de Adán y Eva, y la muerte de Caín, entre otros sacrificios, convierten a la humanidad en heredera de un miasma ancestral que eternamente buscará vengarse de ese estigma horroroso. A través de sus composiciones Aponte rememora el origen del mundo, las condiciones en las cuales surgió, las diferencias que separan a los débiles de los poderosos, al exiliado del terrateniente, a la víctima del agresor. El intelectual negro emprendió su lucha con los medios que sabía utilizar: los artísticos. La audacia y el movimiento que Aponte imprimió en las imágenes que conformaron sus múltiples escenarios, nos indican que él, como intelectual y hombre inmerso en un contexto violento, sabía muy bien que toda pugna presupone violencia y ésta es tan dinámica como el poder que jamás se detiene, porque si lo hace se diluye o es asimilado por el otro contendiente. La adquisición del poder siempre entraña una forma violenta y está ligada al rito, en el sentido de efectuar muchos actos para mantenerlo y aumentarlo. Todos los seres humanos ostentan algún tipo de poder, desde el más nimio hasta el más imponente, por ejemplo, el detentado por los monarcas. En el ensayo de Juan Antonio Hernández hay indicadores señalando que el poder era uno de los objetivos de Aponte (aunque el investigador Stephan Palmié no comparte ese criterio). Hernández lo señala de la siguiente forma: “Al declarar Chacón sobre un retrato contenido en el libro, el cual lleva una inscripción con el nombre de Aponte, a pesar de que ‘no hay semejanza entre la copia y el original’, se le pregunta al interrogado cómo sabe que se trata del retrato de Aponte. Chacón señala que Aponte lo expresó así ‘...advirtiendo que colocaba en el libro su retrato para que se supiese que era una persona eje [...] después en el día destinado a la revolución que se proyectaba lo encontrarían hecho Rey’ (p. 67)” (Hernández, 2007:32). Si en Haití la rebelión tuvo éxito y formó dos reinos, también en Cuba podía ser victoriosa y Aponte pudo ser el líder de esa causa. La forma secreta de comunicarse con sus colaboradores fue el libro, del cual sólo él poseía la llave. Esa especie de registro de hechos fundamentales dentro del contexto religioso parte, significativamente, del Génesis, como acoté antes. Sin embargo, y siguiendo una idea planteada por Hernández, la inclusión de otros panteones religiosos hace suponer que el cristianismo no tenía una gran significación para Aponte, quien dirigió la mayor parte de sus pinturas hacia el Oriente. Es sintomático que la pintura número siete no esté destinada a representar el descanso del Señor, como señala la Biblia, sino que rompe abruptamente la secuencia que el artista había mantenido. El cuadro número siete está dedicado al Nilo, río sagrado de Egipto que acuna en sus aguas la barca en la que remonta Osiris, dios de la agonía resucitado por Isis. Siete es el número que representa a esta diosa y sus atributos. Según Hani: “Osiris, identificado con el Agua del Nilo, se unía a Isis, identificada con la tierra, y la fecundaba”. El mito de estos dioses cuenta que, en una lucha por alcanzar el poder supremo, Set mató a su hermano Osiris, el dios reinante, y luego lo desmembró, esparciendo sus miembros por toda la tierra, pero la diosa buscó incansablemente cada parte del cuerpo de su esposo hasta que juntó todos los pedazos de ese cuerpo divino y le devolvió la vida. El triunfo del bien sobre el mal constituido por la avaricia de Set, instauró los misterios osíricos y los misterios isíacos, que luego fueron incorporados por el cristianismo para representar los misterios dolorosos de la Virgen María. Es interesante resaltar la analogía que existe entre Osiris, el dios griego Dionisos y Jesucristo. Los tres han nacido dos veces, han cruzado los umbrales de la muerte y regresado con poderes divinos porque han sido purificados por el sacrificio. Por eso René Girard afirma: la violencia y lo sagrado son inseparables. (Girard, 1975:28). Me he detenido en este punto porque lo considero el eje axial que sostiene el discurso gráfico de Aponte. El hecho de que el Libro de pinturas esté construido por diversos materiales figurativos remite a la idea de un inmenso collage. En una composición de este tipo hay muchas líneas, bifurcaciones y marcas dispersas en el laberinto de cuadros que no dejan de evocar la fragmentación y el desmembramiento. Esas rayas que son puente y límite entre las imágenes se pueden interpretar como cicatrices, suturas o heridas aún abiertas que sólo pueden ser sanadas por las potencias divinas, en este caso por Isis, la Virgen María y la Virgen Negra de Regla. La relación entre Isis y la Virgen María la establece de manera muy concreta Jean Hani. Este helenista afirma: “Son incontables las estatuas de épocas grecorromanas que representan a Isis con el niño en brazos y amamantándolo; la mayoría podría tomarse por imágenes de la Virgen con el niño, lo cual no tiene nada de asombroso, pues es seguro que estas estatuas sirvieron abundantemente de modelo a las representaciones de la Virgen María... Es evidente para todos los que han estudiado el problema, que la prodigiosa extensión del culto a Isis sirvió para preparar y favorecer el no menos prodigioso desarrollo del culto a la Virgen en los primeros siglos del cristianismo” (Hani, 1999:140-141). El culto de lo femenino, aunado al elemento religioso, se va articulando mediante otros elementos, por ejemplo la figura del Preste Juan. Éste aparece en los cuadros ocho y nueve, siguiendo el estudio de Juan Antonio, las cuales muestran una batalla encabezada por el Preste Juan, personaje que encontraremos varias veces en el universo pictórico de Aponte. La batalla se desarrolla mientras el planeta Marte rige sobre el cielo astrológico, simbolizando al invencible dios de la guerra Ares, hecho que demuestra el conocimiento hermético que tenía Aponte. Eduardo Cirlot dice acerca de este dios inmortalizado en la figura del planeta Marte: “En la concepción primitiva y de las culturas astrobiológicas, la creación sólo puede tener lugar por el ‘sacrificio primordial’; similarmente la conservación sólo se puede asegurar por el sacrificio y por la guerra... Marte perenniza y personifica esta necesidad de lo cruento, que se da en todos los órdenes cósmicos” (Cirlot, 2005:307). Este concepto tiene una estrecha correspondencia con la tesis de René Girard, en cuanto al núcleo violento contenido en el elemento sagrado y cómo forma la médula del poder. El Preste Juan lucha para combatir aquello que no entra en el círculo de sus concepciones y representa una amenaza para el equilibrio del orden instaurado por él en Etiopía. Una alegoría del comercio y otra de la avaricia, se articulan en el engranaje que bordea el tema de la lucha, ¿peleará el Preste Juan contra la avaricia desatada por el comercio? La trata de esclavos ejecutó un desmembramiento cultural y etnológico que se extendió como una peste comercial por todo el mundo. Aponte padeció ese espanto que también sufrían los suyos, como artista debió poseer una gran sensibilidad que lo confrontaba con la crueldad del amo colonialista y, al mismo tiempo, le exigía una acción contra el mancillamiento de su raza. No es extraño que invocara los favores de la Gran Madre, restauradora de cuerpos y reinos, portentosa diosa venerada en todo el mundo bajo diferentes formas: Concretamente es Isis quien ayuda al fiel a triunfar y a acceder al conocimiento, concediéndole la gracia (Hani, 1999:138-140). De esta forma, Isis, la Virgen María y la Virgen de Regla, van conformando el hilo que silenciosamente teje el argumento religioso que legitimiza y ampara la rebelión. Sin embargo, sería muy simplista creer que Aponte, siendo un hombre intelectual, sólo mantuviera una posición mística y pasiva de postración ante las diosas. Juan Antonio Hernández comenta en su ensayo la referencia hecha por José Luciano Franco con respecto a la masonería y su vínculo con José Antonio Aponte. No obstante, Hernández observa la falta de datos por parte de Franco para establecer un vínculo consistente entre el intelectual negro y la orden masónica. Con respecto a este punto, creo pertinente acotar un dato curioso que comenta el investigador Jacques Huynen en su texto El enigma de las vírgenes negras. Huynen afirma que las vírgenes negras fueron reverenciadas, en principio, en cavernas, grutas y lugares muy ocultos. ¿Quiénes lo hacían? La ubicación estratégica de las imágenes indica que no toda la comunidad tenía acceso a esos ritos, por ello se infiere que sólo participaban iniciados en el misterioso ritual. En ciertas noches unas luces extrañas brotaban de las cercanías de los templos escondidos; éstas eran respondidas por otras fulguraciones igualmente recónditas. Este hecho indica que existía un código lumínico para llamar al ritual o para confirmar que no existía peligro de acercarse. ¿Por qué tanto misterio? Es muy probable que los acólitos se reunieran en esos santuarios, no sólo para hablar de temas alquímicos, pues sabemos que una regla de la alquimia establece el trabajo en parejas, que generalmente se aíslan. Tampoco es lógico imaginarlos entregados a la oración. Una de las posibles respuestas apunta hacia objetivos más pragmáticos: la discusión de problemas políticos y militares. Es posible que el modesto taller de Aponte funcionara como un enclave donde una hermandad podía leer, en esos elementos oscuros, una suerte de bitácora que señalaba los caminos de la acción. El ensamble de metáforas repleto de escenas brutales también pudo ser el documento gráfico que demostraba cómo les fue arrebatada la libertad y ultrajados todos sus derechos; ello, es lícito pensarlo, les exigía reconquistarlos. En aquellos momentos el clima político estaba enrarecido por las cargas ideológicas de la revolución norteamericana, la revolución francesa y la revolución haitiana, contiendas que no podían pasar desapercibidas por los artistas e intelectuales. Ésta última, por su carácter de rebelión antiesclavista, ejerció un fuerte impacto en los escenarios coloniales de Cuba. Las figuras de los personajes que protagonizaron las tres revoluciones mencionadas, alternando en los imaginarios políticos de África y de Grecia principalmente, demuestran que no existe gratuidad en los elementos y los temas planteados por Aponte. La batalla del Preste Juan, hijo de la reina de Saba y el rey Salomón que, para decirlo con Juan Antonio, instauró una dinastía salomónica en Etiopía, es un claro ejemplo de pugna contra la usurpación y la búsqueda de la restitución del poder. Según el análisis de Juan Antonio Hernández, la legendaria reina de Saba se unió al rey Salomón, estableciendo un sincretismo que se manifestó en la figura del hijo que nació de esa unión, a quien llamaron Menilek y posteriormente fue conocido como el Preste Juan. La enigmática silueta de éste atraviesa los siglos y, heredero de los misteriosos poderes de sus padres, llevó hasta Etiopía el Arca de la Alianza, recibida de las manos de Salomón, e instauró la religión cristiana en el reino que su madre le había legado, es decir, en Etiopía. Surgen las inevitables interrogantes. ¿Por qué un rey joven y poderoso renegó de sus antiguos dioses e impuso al pueblo un solo Dios, extranjero para ellos, y una fe totalmente desconocida? ¿Nace la fe de una imposición real? ¿Creería realmente eso Aponte? ¿O sólo utilizó ese recurso que justificaba sus derechos como hijo de un Dios por quien pelearon los etíopes de piel oscura? Teniendo en cuenta la potestad que ejercía el cristianismo en casi todo el planeta, advierto un discurso de legitimación de la raza, y al Dios cristiano como un vehículo para acceder a la más alta cúspide del poder. Werner Jaeger, en Cristianismo primitivo y paideia griega, afirma: “Me temo que la Sagrada Escritura judía nunca hubiera sido traducida y la Septuaginta no habría nacido jamás, si no hubiera sido por las esperanzas de los griegos de Alejandría de encontrar en ellas el secreto de lo que, respetuosamente, llamaban la filosofía de los bárbaros. Tras esta aventura está la nueva idea de la humanidad una que la política de Alejandro propagó tras la conquista del Imperio persa” (Jaeger, 1998:48). Esta idea planteada por Jaeger es fundamental por los valores implícitos que se traslapan en ella. Los filósofos griegos que provenían de una religión politeísta quedaron impresionados, por decirlo de alguna manera, con la idea de una religión monoteísta. Aunque la llamaron filosofía, muchos de ellos incursionaron en el conocimiento cristiano para descubrir que la unidad de causa y principio del Logos era Jesucristo. Alejandro Magno llevó a la práctica esa idea de unidad al intentar unificar el mundo en un solo imperio y, para decirlo con una de las máximas atribuidas a Hermes Trismegisto, como es arriba es abajo, es decir, si en los cielos sólo hay un Dios Supremo, es lógico suponer que también debe existir un solo rey omnipotente en la tierra. El Preste Juan quizá sucumbió ante la idea de unidad como Alejandro, porque el Evangelio representaba la prueba de los designios divinos. De esta forma, el poder político quedaba legitimado por Dios. Por otra parte, los medios para acceder al poder que llevan implícitos los gérmenes de la violencia, se justifican y amparan en lo religioso. Sospecho que Aponte utilizó esa mezcolanza de religiosidad como una pantalla portátil, que al eliminarla descubriría los territorios cruentos de la guerra, el sacrificio, la muerte y la miseria humana. “A veces la violencia presenta a los hombres su faz terrible; multiplica locamente sus estragos; otras, por el contrario, se muestra con su rostro pacificador, vierte alrededor de ella los beneficios del sacrificio” (Girard, 1975:49). A mi juicio, los referentes que surten los ricos decorados estéticos son mamparas que ocultan la angustia inenarrable de existir en un mundo regido por los intereses de un poder que nos rebasa, donde jamás conocemos nuestra procedencia ni el destino de nuestra partida final. El rito es necesario porque alivia, por eso las religiones se han convertido en el más fuerte eslabón que une a los seres humanos. El libro de Aponte muestra un sistema fragmentario y escurridizo que baña todo el mosaico cultural compuesto por el artista. La justicia con los brazos mutilados al lado de la Virgen de Regla es otra pintura donde las palabras son transvasadas en las imágenes que relatan la historia de órdenes ancestrales. La mutilación remite a una retórica del dolor, ¿estará allí la Virgen de Regla para aliviarlo o sólo para demostrar la imposibilidad de la Justicia en la manifestación de las leyes humanas? Es muy dificultoso dilucidarlo, porque en todas las composiciones hechas por Aponte, la relación entre el significante y el significado es heteróclita, y éste se convierte en una brecha que aleja cualquier interpretación de un sentido unívoco. Hay una evidente transgresión del orden simbólico en el cuadro que representa a la Virgen Negra, ricamente ataviada e investida con todos los honores místicos que merece, y una estatua mutilada. La historiadora cubana Lidia Cabrera afirma que la Virgen de Regla es una de las representaciones de la Virgen María, quien ha aparecido en distintos tiempos y lugares como una Virgen Negra. El color de la piel de la Madre de Nuestro Señor se debe al origen preario de la divinidad; por tanto, el tono oscuro de la piel garantiza el principio femenino como Diosa Tierra. De esta manera, la Virgen María y la Virgen de Regla, son la misma divinidad, que a su vez fueron modeladas a partir de la diosa egipcia Isis. Según Lidia Cabrera, la Virgen de Regla en Cuba es una transposición de la diosa yoruba Yemayá, divinidad guerrera del Monte y diosa del mar, adorada por los esclavos africanos quienes mantuvieron su culto que se ha extendido hasta nuestros días. Es interesante notar que los atributos de Yemayá son el agua, los cuernos de la luna en cuarto creciente, siete estrellas, el color azul y el plateado, un niño que simboliza la fertilidad y el número siete, exactamente los mismos atributos de Isis, que a su vez se asemejan a los de la Virgen María. En la composición de Aponte, esta diosa irrumpe mostrando con su magnificencia el poder del negro. ¿Acaso desea revelar que la justicia de Occidente es una entelequia? ¿Una Justicia minusválida? ¿Fue la poderosa guerrera Yemayá quién amputó los brazos de la Justicia de los hombres blancos? Una vez más nos encontramos frente al terror que inspira lo sagrado. No se distingue de dónde proviene la violencia porque ésta se mimetiza, diluye sus horizontes a través de su acción y se transforma en venganza. La venganza constituye una suerte de pharmakos social que alivia las tensiones de aquel o aquellos que han sufrido un agravio. En nuestra cultura, después de la crisis sacrificial, se organizó una institución que se conoce con el nombre de sistema judicial. A este sistema se le concedió la autoridad para administrar la ley. “El sistema judicial aparta la amenaza de venganza, no la suprime: la limita efectivamente a una represalia única cuyo ejercicio se confía a una autoridad soberana y especializada en su dominio. Las decisiones de la autoridad judicial se afirman siempre como la última palabra de la venganza” (Girard, 1975:23). En la mostración que hace José Antonio Aponte de los escenarios que han servido de fondo para que se desarrolle la historia de la humanidad, se puede apreciar la decadencia, los escombros del orden. A través de los fragmentos de las Siete Maravillas del Mundo, las guerras, la Justicia amputada, la muerte horrorosa de una pareja de blancos atados sobre maderos, y tantas otras en el amasijo de imágenes, se pone en escena la impiedad, la ruina, la mentira y la locura imperante. Pero el aparato ideológico del Estado asegura la lucha, los sueños y el trabajo. La Doctrina Cristiana legitimiza, mediante su Sagrada Palabra, la violencia que cae encima de los esclavos y de los marginados por un sistema hipócrita autorizado por lo sagrado. Aponte debió poseer una fuerte conciencia de ello, y plasmó el alcance de su visión en ese monumental libro que desliza su caudal subjetivo hacia un discurso enrumbado a objetivos más concretos. La imagen iconográfica no elimina la palabra, la reemplaza, la mimetiza en cada imagen que narra una historia. Aponte se amparó en su gran conocimiento de la historia, la mitología, la filosofía y otros supuestos que han apuntalado tanto a las sociedades occidentales como a las orientales, para invocar la lucha y la liberación de su país. La inmensa biblioteca de Aponte, resguardada en la simbología que encierra su Libro de pinturas, recuerda la de don Francisco de Miranda; conviene revisar la pequeña selección que hizo Efraín Subero, en su texto Lo que leyó Miranda, para establecer una analogía entre las actividades intelectuales que esas lecturas suscitan. Insisto en leer en el Libro de Aponte un cuestionamiento a todos los valores de Occidente. La enmarañada galería de pinturas que fue fijando las láminas cada vez más intrincadas despedaza la estética canónica, la expone vulnerable ante el ataque de otro orden, de otros matices obsesivos y tan portátiles como las palabras registradas metódicamente en una enciclopedia o un cuadro figurativo realizado con las técnicas más refinadas. La erosión de la Justicia mutilada quedó profundamente plasmada en el proceso contra José Antonio Aponte; su ejecución fue la venganza de las autoridades por atentar contra las leyes que rigen los poderosos aparatos ideológicos. “Sólo el sistema judicial nunca vacila en golpear a la violencia en pleno corazón, porque dispone, en cuanto a la venganza, de un monopolio absoluto... El sistema judicial y el sacrificio ejercen, pues, a fin de cuentas, la misma función, pero el sistema judicial es infinitamente más eficaz. No puede existir sino asociado a un poder político verdaderamente fuerte. Como todo progreso técnico, constituye un arma de doble filo, de opresión tanto como de liberación” (Girard, 1975:32). Aponte se convirtió en el chivo expiatorio, la víctima sacrificial de esa sociedad colonial cubana. Al igual que todos los héroes tuvo un fin trágico; sin embargo, dejó un testimonio que seguirá alimentando la imaginación artística, las investigaciones históricas y literarias, las especulaciones y miles de lecturas a través del tiempo. Aponte parece decirnos, con el Minotauro de Julio Cortázar: Cuando el último hueso se haya separado de la carne, y esté mi figura vuelta olvido naceré de verdad en mi reino incontable. Allí habitaré por siempre, como un hermano ausente y magnifico (Cortázar, 1995:70). Bibliografía • CIRLOT, Eduardo. Diccionario de símbolos. Ediciones Siruela. Madrid, España. 2005. • CORTÁZAR, Julio. Los reyes. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, Argentina. 1995. • GIRARD, René. La violencia y lo sagrado. Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. 1975. • HANI, Jean. Mitos, ritos y símbolos: los caminos hacia lo invisible. Editorial Sophia Perennis. Barcelona, España. 1999. • HERNÁNDEZ, Juan Antonio. Hacia una historia de lo imposible: la Revolución Haitiana y el Libro de Pinturas de José Antonio Aponte. Caracas, 2007. • HUYNEN, Jacques. El enigma de las vírgenes negras. Editorial Plaza & Janes. Barcelona, España. 1997. • JAEGER, Werner. Cristianismo antiguo y paideia griega. Fondo de Cultura Económica. México, DF, 1998. • SUBERO, Efraín. Lo que leyó Miranda: lecturas escogidas. Talleres Tipográficos de Miguel Ángel García e Hijo. Caracas, Venezuela. 2001. ** Lesbia Quintero lectorcomplice@gmail.com Escritora y docente universitaria venezolana (Los Teques, Miranda, 1966). Licenciada en letras por la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve). Actualmente realiza una maestría en estudios literarios en esa misma casa de estudios. Ha publicado Trances y ceremonias de la crisálida mayor (2007) y Los umbrales de Rayuela (2009), y ha sido incluida en Dos escritores ante la crítica (2007), títulos todos del Fondo Editorial Ipasme (Caracas). Ha recibido la Medalla de Reconocimiento del Fondo Editorial Ipasme (2006), una mención de honor en el Premio Nacional de Literatura Solar (Mérida, Venezuela, 2007) y otra en el Tercer Concurso Internacional de Minicuentos Dinosaurio (La Habana, Cuba, 2008). === Stefan Zweig, un heraldo europeo del humanismo universal ============== === Jorge Castellón ======================================================= Hay autores que escriben para el lenguaje; otros, siguiendo una responsabilidad social, y otros más, para sí mismos. Hay autores que lo hacen para la posteridad, fieles más a una responsabilidad humana, a una labor ética, atemporal, que a un impulso vacuo de la fama. A estos últimos pertenece ese extraordinario escritor de la primera mitad del siglo XX, cuya obra parece a veces caer en un injusto olvido y estar relegada —a despecho de su genuina intención—, a una minoría culta, a los especialistas, o a los coleccionistas de obras raras; nos referimos a ese magnífico ensayista, novelista, biógrafo, traductor y poeta Stefan Zweig. Si hay alguien ausente el día de hoy, al final de la primera década del siglo XXI, dentro del mundo no sólo de la literatura, sino del pensamiento progresista, del espíritu humanizador de la cultura, es alguien que guarde, que registre y que destaque todas aquellas gestas anónimas que con inteligencia, con nobleza, con valentía, con palabras habladas y escritas, realizan hombres y mujeres a favor de la paz y de la justicia del mundo, y que quedan relegadas al olvido de las historias oficiales. Alguien que, con su obra, haga más visible y sonoro el bien que florece en el mundo que el ruido destructor del mal que nos rodea. Alguien que, fiel a la verdad, busque, investigue, indague, coteje y aclare, y con lucidez y belleza nos muestre la esperanza en nuestras propias obras humanas. Alguien que continúe la tarea inconclusa que dejó, sobre su escritorio en Petrópolis, Stefan Zweig. No es tarea fácil presentar su obra, que es inmensa, pero es tarea necesaria referirse a ella permanentemente. De igual forma, comentar su obra obliga a hacer hincapié en un aspecto, a desmedro — injustamente— de otras vertientes de su trabajo. Por otro lado, para estudiar su obra desde una vertiente específica, digamos, la de biógrafo, es lo más justo hacerlo como su obra merece: con profundidad y detalle. Dicho esto, a lo que se puede pretender aquí es a esbozar las preocupaciones principales que recorren la obra toda de Zweig y, si es posible, poner en claro la misión, explicita e implícita, que como escritor que vive ambas guerras mundiales el autor asume como tarea personal. Su formación es profunda y es amplia, lograda a través del contacto temprano con las personas más insignes de la cultura y la ciencia europea, pero, yendo a fondo en su trato, desarrollando con ellos una sólida amistad y un significativo intercambio de ideas: con el poeta belga Emile Verhaeren —a quien traduce—; con el inmortal Hesse —cuya mutua correspondencia se ha publicado en español en la recién pasada primavera—; con Romain Rolland, quien le influencia profundamente; con August Rodin, a quien admira en su pasión artística; con Máximo Gorki, a quien guarda un sincero respeto. En El mundo de ayer, su autobiografía —publicada en 1955 en idioma español por Editorial Juventud—, se puede apreciar su intensa vida de intercambios personales en un tomo siempre más que significativo y de franca amistad. Por otra parte, este libro resulta el medio principal para, como lector, iniciar también una amistad de por vida con su autor. Zweig domina el alemán, el inglés, el francés, el español y el italiano, y posee sólidos conocimientos de las lenguas clásicas; esto le permite una comunicación clara y fina con el mundo que le rodea y con su mejor tradición cultural. Viaja a Latinoamérica por primera vez en 1936, y de cuyos viajes se conservan algunas conferencias (i) de las diez dictadas en 1940 en Río de Janeiro, Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Montevideo. En su primera presentación en Buenos Aires —según cuenta Zweig en una carta a su esposa desde Argentina, fechada 30 de octubre de 1940 (ii)— acuden unas 1.500 personas. En su descubrimiento de Brasil, el encantamiento con esa tierra es tal que en 1941 publica Brasil: tierra del futuro, que con sus 300 páginas brinda una de las monografías más completas y amenas escritas acerca de la República del Brasil. En el capítulo sobre Río de Janeiro, Zweig dice: “No one who has ever been here wants to leave. At each departure from this enchanting town one longs to return. Beauty is rare, but perfect beauty is almost a dream. This city of all cities makes this dream come true even in the darknest hour, for there is no city in the world capable of offering more comfort” (iii). Y es allí, en un paraje que recuerda su terruño, adonde ha de regresar en sus días postreros. Con seguridad puede decirse que el joven Stefan inicia su encuentro con el arte a través de la poesía. Escribe versos, y a la edad de 20 años publica su primer libro: el poemario Cuerdas de plata. Y, como todo aquel que busca ser poeta o poetisa, sueña con rozar las cúspides que otros ya han alcanzado, esos que para el aprendiz son sus modelos, sus guías, sus maestros. Esa actitud de humildad del joven que crea, pero que reconoce la grandeza inalcanzable de otros, es una actitud permanente en Zweig, sin la cual no hubiese realizado su insigne obra. Dicho de otra forma, el principal rasgo del carácter de este artista fue su humildad, que le permitía valorar, apreciar la obra ajena en toda su magnitud. Zweig inmediatamente se enamora de ese acto creativo, portentoso, de aquellos a quienes admira. Traduciendo al poeta belga, Emile Verhaeren, por ejemplo, no sólo busca perfeccionar sus recursos expresivos en su lengua natal, tal como él se lo propuso en ese momento de su vida, sino respetar, ser fiel y destacar aun más la obra del poeta a quien más admiraba. Traducir era respetar y dar a conocer a otros lo que amaba: Baudelaire, Verlaine, Rilke. Al mismo tiempo, ese profundo respeto y humildad se apareja no sólo con su curiosidad inquieta, sino con su siempre fresco asombro por lo nuevo descubierto. Es que Zweig tiene siempre una capacidad renovada y juvenil para el asombro. Y aquel que posee eso, parafraseando a Picasso, en el arte no busca, sino encuentra. Nuestro apreciado autor vive en permanente encuentro con lo bello, gracias a esa inusitada cualidad que su espíritu tiene de asombrarse, de dejarse maravillar por la obra ajena. De aquí nace en el joven Zweig el asiduo interés por rescatar, coleccionar, conservar y estudiar los manuscritos, los primeros esbozos originales, los primeros ensayos de las grandes obras, sean literarias o musicales. Y este interés nace, pues, por el creciente enigma y asombro que en él va despertando el acto creativo, y particularmente el acto creativo artístico. ¿Cómo nace la obra de arte? Esa es la gran incógnita que obsesiona al joven escritor. Y de ahí que intenta rastrear ese enigma en el proceso creativo mismo, en el manuscrito original, con sus marcas, subrayados, tachaduras y notas. Con la constricción o soltura, la aprehensión o firmeza de la letra de aquel o aquella que crea. Al respecto dice: “[...] así hallamos la posibilidad de descubrir algo del secreto del artista mediante las huellas que deja al realizar su tarea. Esas huellas que el artista deja en el lugar de su acción son sus trabajos previos; los primeros esquemas que el pintor hace de sus cuadros, los manuscritos y borradores del poeta y del músico” (iv). Para Stefan Zweig, pues, el mayor arcano del universo es la creación, y —ya se dijo— particularmente, la creación artística. De igual forma, para él, lo digno de escribirse es ese momento, esa circunstancia personal e histórica, en que —dicho con palabras de Borges— un individuo, sea hombre o mujer, se enfrenta con su destino. Y mientras en la ficción y en la brevedad, el relato perfecto de ese momento único se le atribuye al argentino, en la biografía, por su parte, la narración minuciosa de esa circunstancia y de los sentimientos con la que una persona los vive, aquí, la perfección literaria es toda del austríaco. Y así, cuando el destino es la obra artística, la creación luminosa cuya luz alcanza a toda la posteridad, más aun Zweig ha de rendir años de su vida al esfuerzo para ofrecernos un destello, captado literariamente, de aquel ser humano trasmutado en esa obra que crea. Más tarde, ya no sólo le interesa la apoteosis creativa y la tragedia del artista, también, la vivencia del que descubre, del que reta lo humanamente invencible por fidelidad a sus convicciones e ideas, del que es fiel a su verdad y a sí mismo, o del que se entrega a su propia fatalidad como un condenado y con ello define un hecho significativo en la historia. En la introducción a su obra Momentos estelares de la humanidad: doce miniaturas históricas —publicada originalmente en 1927—, Zweig nos dice: “Paralelamente a lo que acontece en el mundo del arte, en que un genio perdura a través de los tiempos, en la Historia un momento determinado marca el rumbo de siglos y siglos” (v). En esos momentos, que él llama estelares, concentra mucho de su esfuerzo como historiador, biógrafo y escritor, y nos invita a vivenciarlos, a participar de esas circunstancias donde algo nuevo fue agregado a la cultura y a la historia: el descubrimiento del Océano Pacífico; la conquista de Bizancio; el genio de una noche que creó La Marsellesa; el descubrimiento de El Dorado; la lucha de Händel para dar a luz el Mesías, etc. De esta forma, una de sus biografías más conocidas, Magallanes, es un minucioso y pormenorizado relato que nos habla de un carácter, un ideal, una convicción, y de cómo esas dimensiones subjetivas se conjugan con las fuerzas históricas, con las condicionantes económicas de la historia en un determinado momento del devenir humano, y crean una gesta: el primer viaje alrededor del mundo. Sin idealismos ni diabolizaciones, Fernando de Magallanes es puesto en el lugar que le corresponde: como un hombre que busca realizar su idea, que concentra lo mejor de sí en su obra, y que deja su vida en el intento, no sin heredar a la historia un hecho que no ha tenido precedentes. No menos admirables son las obras que dedica a María Estuardo y María Antonieta, el retrato de sendos momentos personales que se colocan al centro de complejas encrucijadas sociales y políticas, pero donde de la persona se muestra lo más esencial, en su heroísmo o su miseria. Y qué decir de Fouché el genio tenebroso, el genio de la intriga. Una acuarela de la astucia, un retrato moral que devela una época. En resumen, Zweig en sus libros nos termina ofreciendo una amplia obra que nos cuenta sobre la aventura humana en su pasión por descubrir, por crear; en su tragedia y en su vicio, en su sonrisa con el mal, pero fundamentalmente — y esto es lo que se desea recalcar—, por hacer prevalecer, pese a invencibles obstáculos, los mejores ideales de justicia, libertad espiritual y paz. Una aventura en la que vidas y destinos se ven jaloneados por un hado particular, un fatum personal que al final les define, pero que al mismo tiempo, por medio de ese destino, se ha de agregar algo imperecedero a la historia de lo bello, lo verdadero y lo bueno. La pasión creadora de Balzac, Marceline Desbordes-Valmore, Dickens, Tolstoi; Hölderlin, Kleist, Nietzsche; Dostoievsky, Freud, Rodin y una lista interminable de aquellos y aquellas que han ido construyendo eso que hoy consideramos como parte imprescindible de lo mejor de la cultura moral y artística de la humanidad. Como se revela en esa obra fundamental, Castellio contra Calvino; conciencia contra violencia, un hombre desconocido se eleva por encima de la norma moral de su sociedad en un momento de la historia, y en aquella su defensa a favor de Miguel de Servet, en esa lucha de un hombre solo frente a un poder muchísimo más fuerte que él, Sebastian Castellio descubre y se entrega a una misión personal que concentra todas las energías de su vida. Dice el autor al respecto: “Castellio, como un rayo iluminador en medio de la noche oscura de aquel siglo, le observa [a Calvino] con estas inmortales palabras” —y cita las inmortales palabras de este humanista—: “Matar a un hombre no es defender una doctrina, sino matar a un hombre. Cuando los ginebrinos ejecutaron a Servet no defendieron ninguna doctrina, sacrificaron a un hombre. Y no se hace profesión de la propia fe quemando a otro hombre, sino únicamente dejándose quemar uno mismo por esa fe” (vi). Así, no sólo es el acto, sino la convicción y la idea humanizadora que orienta ese acto, lo que el biógrafo nos devela en los que son objeto de sus trabajos biográficos. Este proceso va forjando, a lo largo de la propia vida de Zweig, una idea más general, una suerte de principios éticos que entretejen toda la obra que este autor nos depara hasta el final de su vida. Es difícil escoger la obra maestra de este escritor. Como biógrafo, tiene la dicha de ser apreciado por diferentes lectores, desde los jóvenes que se asoman al mar de los hechos del pasado por vez primera, hasta los eruditos que encuentran en sus libros el rostro, el alma y el cuerpo humano, dentro del frío hecho histórico, descarnado, que mencionan las enciclopedias. No obstante, Zweig también es un novelista, un poeta y un traductor. Y en esas vertientes parece haber, a la distancia, un cauce común donde esas aguas se juntan y dan forma al objetivo final de su obra: comprender el acto humano —¡vaya tarea!— y compartirnos el secreto silencioso que guarda en el corazón una persona, para mejor entendernos a nosotros mismos y a nuestras pasiones: la culpa, el miedo, la ambición, los celos, los anhelos, la ira, la soberbia, el amor, el ideal, la honestidad y todo aquello de lo que estamos hechos. Qué otra cosa puede esperarse de un leal amigo de Sigmund Freud, al que, como es sabido, por muchos años ha de visitar semanalmente mientras ambos viven en Inglaterra, y a quien dirige una de las más hermosas elegías que podemos conocer, donde entre otras cosas, destaca más que nada la honestidad científica del que fuera su compañero de exilio y su amigo de ideas. Porque leyendo a Zweig uno guarda silencio y admira, más que nada, el juicio equilibrado, la justa sentencia, la empatía, la sutil propuesta de una perspectiva nueva frente a un hecho conocido, y que nos hace verlo diferente. Lo mejor que Zweig toma de Freud es, desde su propia subjetividad como escritor, dimensionar el acto humano, destacar sus motivaciones internas, adherirlo a la personalidad toda del que vive, y descubrirlo en un momento específico, concreto, de aquella vida, no como un organismo que reacciona, sino como una persona que es fiel a sí misma, en su error o en su acierto, en medio de una circunstancia histórica irrepetible. En una ocasión, Zweig anota: “Vivimos miríadas de segundos y, sin embargo, no hay nunca más que uno, sólo uno, que pone en ebullición todo nuestro mundo interior: el segundo en que (Stendhal lo describió) la flor interna, empapada ya con todos sus jugos, realiza como un relámpago su cristalización —segundo mágico, semejante al de la procreación y, como ella, oculto en el seno izquierdo de su propio cuerpo, invisible, intangible, imperceptible—, misterio que no es vivido más que una sola vez” (vii). Sin esa perspectiva no puede uno acercarse a la obra de este insigne biógrafo y ensayista, sin saber que hemos de encontrarnos, no con una lista de hechos sucesivos, sino con una reflexión fina sobre los sentimientos, una psicología que parece respetar esa máxima filosófica de Ortega y Gasset: Yo soy yo y mi circunstancia, y que se ve aplicada eficazmente en el estudio de todas esas personas, mujeres y hombres, a las que les dedicó su trabajo como biógrafo. Pero hay otro aspecto fundamental en la filosofía personal de Zweig, y qué mejor fuente para acercarnos a ello que esa breve obra suya llamada Los ojos del hermano eterno —la cual ve la luz en idioma español en 1957—, y donde Zweig nos narra una sencilla y a la vez profunda historia de un hombre —Virata— que encuentra la felicidad sirviendo a otros, después de haber intentado encontrar felicidad huyendo de toda acción, de todo acto, concluyendo al final que “...también la inacción es una acción [...]. Porque el libre no tiene tal libertad, y el inactivo no por serlo escapa al error. Sólo quien es útil es libre: quien da su voluntad a otro y su energía a una labor, y trabaja sin querer saber más”. Y concluye: “Sólo la parte media del acto es labor nuestra. Su comienzo y su fin, su causa y su efecto, son de los dioses” (viii). Zweig entrega toda su voluntad a su obra única. Ejercita su libertad como artista a través de su entrega absoluta a su cometido, sin saber del alcance de su obra, ni el alcance mismo de su propia vida mortal. Trabaja incansablemente, casi anticipando la brevedad de su vida. Se entrega a la tarea de su presente, a su misión personal en su muy propia circunstancia. El autor comprende que la acción humana es limitada y, en su esencia, ajena por sus causas y efectos a la vida que la engendra: sólo la parte media del acto es labor nuestra, dice. Y en ese reducido espacio que a la persona le es dada, que será único, está toda la oportunidad que tenemos para entregarnos a la vida, para gozarla y abonarla con la magia de nuestro acto creativo, cuyos frutos nos serán ajenos. Sólo somos dueños del presente, la obra que ejecutamos es la que debemos concluir. Pero Zweig, con su tarea de escritor no solamente nos trae del pasado todo el legado humanista que cabe en cada uno de sus libros, mejor, todas esas vidas que saliendo del olvido al que las ha relegado el pasado, él yergue, para hacerlas presentes como personalidades vivas, se convierten en referentes necesarios para el conocimiento de nuestro tiempo. Así, el autor no sólo eterniza un momento de una vida particular, al mismo tiempo nos da lo mejor de ese instante en su tarea no sólo de un escritor, sino del escritor que se adhiere a un humanismo, a una responsabilidad por lo que acontece en el presente o pueda ocurrir en el futuro de la humanidad toda. En su libro sobre Erasmo de Rotterdam escribe, refiriéndose a este humanista del Renacimiento: “...sus ideas, sus deseos y sueños, han dominado a Europa durante una hora universal de su historia, y es una fatalidad para él, y al mismo tiempo para nosotros que esta pura voluntad espiritual de una definitiva unificación y pacificación de Occidente sólo haya sido un entreacto, rápidamente olvidado, de la tragedia, escrita con sangre, de la común patria” (ix). Zweig nos expone la circunstancia histórica dentro de la que una determinada personalidad vive, pero nos presenta al mismo tiempo la grandeza de la circunstancia interna, de la actitud espiritual de ese individuo real frente al mundo que le toca vivir. Es decir, conocemos a aquellas personas que han entregado su vida sólo a sí mismos, y que obedeciendo a sus propias convicciones han sido libres, útiles, y que han encontrado en su preocupación por el otro la insignia de su sino. Indudablemente, su preocupación primera es salvar a los humanistas, a los heraldos de la paz, del diálogo, de la razón, salvarlos del ruido con el que el mundo persistentemente los ha olvidado, a ese grupo de hombres y mujeres que se relevan en el tiempo para mantener viva la esperanza de la humanidad. En ese mismo libro sobre Erasmo, Zweig nos brinda una idea básica que impregna su trabajo como escritor, cuando dice: “Humanista puede llegar a serlo sólo aquel que sienta aspiraciones hacia la educación y la cultura; todo ser humano de cualquier categoría social, hombre o mujer, caballero o sacerdote, rey o mercader, laico o fraile, tiene acceso a esta libre comunidad, a nadie se le pregunta por sus orígenes, su raza y clase social, por su idioma y nación” (x). Y es precisamente en la educación de las nuevas generaciones donde él ve su cometido. ¡Digámoslo de una vez!, la tarea íntima de Zweig es educar por medio de la memoria histórica de la humanidad. Sus libros llevan no sólo la intención de informar del pasado, ya se dijo, sino de educar el mundo espiritual de las generaciones jóvenes. En otra obra de Zweig, La lucha contra el mundo —ese minucioso libro sobre la obra de Romain Rolland—, el autor resalta el contenido de la carta que Tolstoi envía a Rolland y que parece ser otra columna básica de los principios morales del propio Zweig, a saber: “...sólo tiene un valor aquello que se propone unir a los hombres, y que sólo cuenta aquel artista que hace un sacrificio en holocausto de su convicción. Considera —sigue Zweig parafraseando a Tolstoi— que la condición previa de toda verdadera vocación no consiste en el amor al arte, sino en el amor a la humanidad” (xi). Y es ese espíritu de amor a la humanidad lo que de inmediato se escapa al abrir las páginas de las obras de este biógrafo. Su último ensayo, Montaigne, queda inconcluso en el papel. Quizás al quitarse la vida, Zweig lo concluye radicalmente al querer conservar, con ese acto fatal, la independencia de su espíritu frente a la calamidad que él ve inevitable en medio de la oscuridad de la Segunda Guerra Mundial. Al parecer comprende que en la calamidad del mundo su alma moral y artística no podrá ya sobrevivir. No podrá ser feliz, rodeado de la absoluta tristeza del mundo. No quiere presenciar —este hombre que atesora para la memoria los esfuerzos de los humanistas a favor de la paz y la solidaridad entre los pueblos—, no puede presenciar, digo, el derrumbe de la cultura, de la razón, del valor del espíritu humano creativo al cual él ha dedicado su vida entera. Paradójicamente, en su también última novela, Novela de ajedrez (xii), pequeña obra magistral, Zweig tal vez nos presenta su propia lucha consigo mismo. Quizás, en ese juego consigo mismo que ejecuta su personaje, “el señor B”, en esa escisión de una misma persona en un jugador de las piezas negras y un jugador de las piezas blancas, esté la misma lucha del escritor consigo mismo, en la que nadie parece salir derrotado, pero en la que ambos se agotan, es decir, en la que el mismo se agota... sin saberlo. Me parece escuchar a Borges cuando escribe: Dios mueve al jugador, y éste la pieza. ¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza de polvo y tiempo y sueño y agonías? Muere un 23 de febrero por la tarde, junto a su segunda esposa. Son encontrados en su dormitorio yacientes sobre su cama. No se les realiza ninguna autopsia... Es correcto pensar que cuando Zweig escribe la primera palabra de su autobiografía, un año antes de su muerte, ya pensaba en el final cercano de su vida. Como también, permítasele al que escribe esta nota, suponer que la eutanasia consumada por Freud deja una impronta indeleble en su amigo, que de alguna forma la emula para acabar con su propio dolor espiritual. En una nota póstuma, Zweig deja escrito: “Saludo a mis amigos, quizás ellos vivan el amanecer tras la larga noche. Yo estoy demasiado impaciente y parto solo”. Gabriela Mistral, su vecina y amiga de ese entonces, comentaría con profunda verdad: “Murió de guerra”. Notas i. Stefan ZWEIG. El misterio de la creación artística. Sequitur. Madrid 2007. p. 11. ii. Ibidem, p. 8. iii. Brazil, Land of the future. The Viking Press. New York, 1941. p. 210 (el subrayado es mío). iv. Obra citada. 2007. Página 26. v. Momentos estelares de la humanidad. Doce miniaturas históricas. Editorial Juventud. Barcelona. Octava edición. 2003. vi. Castellio contra Calvino; conciencia contra violencia. Editorial Acantilado. Primera edición 2001. Reimpreso 2007. Barcelona. P. 196. vii. La confusión de los sentimientos. Editorial Época. México. 1991. p. 11. viii. Los ojos del hermano eterno. Editorial Juventud. Barcelona. Cuarta edición 1983. p. 74—75. ix. Erasmo de Rotterdam. Editorial Juventud. Barcelona. Segunda edición. 1986. p. 97. x. Ibidem. P. 98. xi. La lucha contra el mundo. Mateu—Editor. Barcelona. Sin fecha. p. 18. xii. Novela de ajedrez. Editorial Acantilado. Barcelona. Sexta reimpresión. 2007. ** Jorge Castellón jecastellon@hotmail.com Psicólogo y docente salvadoreño (1967). Graduado en psicología en la Universidad de El Salvador (UES, http://www.ues.edu.sv). Se desempeña como maestro de educación primaria en la ciudad de Houston, Texas (EUA), donde actualmente reside. Emigra a Estados Unidos en 2000, y en 2003 comienza a ocuparse en la promoción de la literatura universal y la historia de El Salvador. Ha publicado artículos sobre literatura, emigración e historia de su país en revistas electrónicas locales (El Faro, http://www.elfaro.net; Contrapunto, http://www.contrapunto.com.sv) y en el periódico Co-latino (http://www.diariocolatino.com) de El Salvador. También ha publicado poesía, narrativa, artículos y ensayos de crítica literaria en las revistas Hontanar (http://www.cervantespublishing.com/hontanar.html), de Australia; Amsterdamsur (http://www.amsterdamsur.nl), de Holanda; Artenet, de Florida (EUA), y Resonancias (http://www.resonancias.org), de Francia. Mantiene dos blogs personales en http://jorgeecastellon.blogspot.com y http://escribirliteratura.blogspot.com. === Pedro Páramo: entre mito y literatura ================================= === María del Carmen Castañeda Hernández ================================== Según Mircea Eliade el mito relata una historia sagrada, narra un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo arcaico, el tiempo fabuloso de los “comienzos”; es, por lo tanto, el relato de una “creación”: se narra cómo algo ha sido originado, ha comenzado a ser. En suma, los mitos describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de lo sagrado (o de lo sobrenatural) en el mundo. El mito expone, devela el subconsciente, contribuye a entender la naturaleza humana. El mito, al igual que en la obra de arte, es un acto de creación autónomo del espíritu. Es por ese acto de creación como se da la revelación y no por el tema o los acontecimientos que explota. Mito y literatura están, de esta forma, estrechamente ligados. El mito llega en forma literaria y la literatura encarna al mito. Roland Barthes (1974) plantea que el subconsciente humano, la creación del mito, el lenguaje y, por extensión, la literatura, están intrínsecamente relacionados. La literatura ha recurrido, insistentemente, a la historia y a sus personajes como interpretación del presente. El mito es un relato fantástico, un cuento que se inventa como metáfora de la realidad y que está íntimamente relacionado con el hombre desde diversas perspectivas y de manera universal. Según Carl Gustav Jung (1964) el hombre emplea la palabra, hablada o escrita, para expresar lo que quiere transmitir, utilizando un lenguaje lleno de alusiones y sugerencias. Jung sustenta que el símbolo es una palabra o una imagen cuando representa algo más que su significado inmediato y obvio. Pedro Páramo es una extraordinaria novela de difícil clasificación: explora, en todas sus posibilidades, las semejanzas entre mito y literatura, y las semejanzas entre mito y realidad americana. El carácter mítico en Pedro Páramo está dado por la atemporalidad y la dualidad de dos mundos: Comala vivo, como pasado y presente; y Comala muerto, hecho de pasado y representado en un presente ficticio. Esta coexistencia de varias épocas refleja la idiosincrasia de Latinoámerica y su eterna evocación del pasado; mediante la mitificación de esta realidad cotidiana se intenta suprimir la enajenación colectiva en el pasado. Claude Lévi-Strauss (1987) considera al mito como fenómeno del lenguaje, y plantea que pertenece a dos categorías: lengua y habla. El mito, en tanto que narración histórica del pasado, es diacrónico e irreversible en el tiempo, y en tanto que instrumento de explicación del presente y del futuro, es sincrónico y reversible. El mito posee dos dimensiones: la horizontal, necesaria para su lectura y la vertical, necesaria para su comprensión. La dimensión horizontal en Pedro Páramo, es decir, su dimensión histórica, es la Revolución Mexicana, la Guerra Cristera y los efectos que ocasionaron en los pueblos de Jalisco. En la novela se manifiesta la preocupación social y política de Rulfo, la soledad y el desamparo de un mundo convulso, injusto, violento. Rulfo ofrece una interpretación simbólica de ese mundo, actualizando modelos colectivos, transformándolos e incorporándolos a su imaginario. En la obra se insinúa el combate silencioso de la extraña moralidad de sus personajes, siempre enfrentados a lo que los griegos llamaban “decisiones trágicas”. La dimensión vertical, indispensable para la comprensión, está dada por los múltiples discursos que se yuxtaponen y alternan en el espacio textual, en función de los personajes y de la estructura de la obra. Joseph Campbell (1998) expresa que el mito tiene cuatro funciones principales: la mística, que abre el corazón y la mente a la trascendencia; la cosmogónica, que se relaciona con el cosmos; la sociológica, cuando el mito se utiliza para validar un determinado sistema social; y la pedagógica, que está orientada a guiar a los individuos de modo armónico a través de las crisis de la vida. Asimismo plantea que los mitos expresan una verdad metafísica, sociológica y psicológica del ser humano. Siguiendo esa misma línea, Carlos Fuentes propone uno de los abordajes más controvertidos e interesantes de Pedro Páramo: el estudio mítico del texto en donde los personajes funcionan como arquetipos: Había que esperar a que, en 1947, Agustín Yáñez escribiese la primera visión moderna del pasado inmediato de México en Al filo del agua y a que en 1953, al fin, Juan Rulfo procediese, en Pedro Páramo, a la mitificación de las situaciones, los tipos y el lenguaje del campo mexicano, cerrando para siempre —y con llave de oro— la temática documental de la revolución (1980: 161). Por lo tanto podríamos considerar que Pedro Páramo es una narración mitológica. La figura del cacique representa la concepción de una fuerza ancestral y fabulosa que aparentemente pertenece a un tiempo presente. Es un hombre-mito que desempeña el papel de jefe tribal de las sociedades primitivas, ungido de poderes “sagrados” ya que él decide la suerte y el destino de los habitantes de Comala. No obstante, desde mi perspectiva, lo que se presenta en la novela no es la mitificación de las situaciones, es la deconstrucción del mito. Los sufrimientos, las pruebas y los obstáculos que atraviesan los personajes generan un oscurecimiento del conflicto, así como una multiplicación de sentidos de los elementos del folklore, del “color local”, pues los símbolos predominantes de la sociedad patriarcal se invierten, creando desconcierto en el lector, deconstruyendo su pensamiento organizado en esquemas y patrones, para liberarlo de estos modelos preconcebidos. La novela tiene como protagonistas a Juan Preciado y a Pedro Páramo. El primero acude a Comala en busca de su padre. Como parte del rito de iniciación, Abundio lo introduce al mundo de los muertos porque en Comala no hay nadie vivo. Indiscutiblemente los personajes no están basados en la realidad, son encarnaciones de arquetipos, mitos o símbolos. Fuentes observa en el ingreso de Juan Preciado al mundo de los muertos, el mito de “la búsqueda del padre”: ...ese joven Telémaco que inicia la contra-odisea en busca de su padre perdido, ese arriero que lleva a Juan Preciado a la otra orilla, la muerta, de un río de polvo, esa voz de la madre y amante, Yocasta-Eurídice, que conduce al hijo y amante, Edipo-Orfeo, por los caminos del infierno, esa pareja de hermanos edénicos y adánicos que duermen juntos en el Iodo de la creación para iniciar otra vez la generación humana en el desierto de Comala, esas viejas virgilianas —Eduviges, Damiana, la Cuarraca—, fantasmas de fantasmas, fantasmas que contemplan sus propios fantasmas, esa Susana San Juan, Electra al revés, el propio Pedro Páramo, Ulises de piedra y barro... todo este trasfondo mítico permite a Juan Rulfo proyectar la ambigüedad humana de un cacique, sus mujeres, sus pistoleros y sus víctimas y, a través de ellos, incorporar la temática del campo y la revolución mexicanos a un contexto universal (1980: 16). Juan Preciado desciende al infierno de Comala en su propia aventura, con su “barquero Caronte” representado en la figura de Abundio. En Comala no hay otro poder que el del patriarca: “nuestras madres nos malparieron en un petate aunque éramos hijos de Pedro Páramo” (Rulfo 1973:10). La paradoja de esta paternidad sin freno es que conduce a la sequía. A medida que el cacique se apodera de más tierras y más mujeres, la región se transforma en un yermo. Sin embargo, Pedro Páramo no es el arquetipo del autócrata, es un hombre que rumia sus odios y se mueve en una atmósfera de recuerdos destruyendo su mundo. Dos tragedias lo hacen vulnerable: la muerte de su hijo Miguel y la pérdida de la única mujer que amó, Susana San Juan. Rulfo nos muestra a Juan Preciado como la degradación del mito de Telémaco ya que su búsqueda es bien diferente: Telémaco es un conquistador que busca a Ulises porque ha sido un buen padre y lo necesita. Además, Penélope, su madre, es un personaje sumiso que ha esperado pacientemente el regreso de Ulises, el padre. Juan Preciado, por el contrario, es un ser vencido y sin identidad que busca a un padre al que ni siquiera ha conocido, enviado por una madre dominante y rencorosa, que le manda a encontrar la muerte al final de la búsqueda espiritual de su propia identidad. El mito puede reencarnar en varios personajes diferentes y estos personajes, al mismo tiempo, pueden simbolizar diversos mitos. De este modo la “magna mater” se encarna en sucesivas representaciones: Doloritas, Eduviges, Damiana Cisneros, la hermana incestuosa y Dorotea. Estos cinco personajes de la novela no son sino la transformación de un arquetipo. No calcan modelos de la realidad, son la alteración del mito, ya que ninguna de ellas cumple cabalmente con las funciones de la madre arquetípica. Para Joseph Campbell (1998) la madre significa la seguridad, la protección, mientras que el padre es el guía y el iniciador de los misterios de lo desconocido. El padre es el intruso en el paraíso niño-madre, es el enemigo arquetípico, y desde ese momento, para el inconsciente todos los enemigos son símbolos del padre. De aquí la compulsión irresistible de hacer la guerra: el impulso de destruir al padre está continuamente transformándose en violencia pública. Los mitos relacionados con la vida, la fecundidad y los ritos agrícolas se presentan lo largo de la novela, en oposición a los de la muerte. Así observamos a la luna y la lluvia como motivos recurrentes que representan la fertilidad, el mundo materno, regenerador, vital. Mircea Eliade (1984) considera que la luna es la fuente de la fertilidad y preside al mismo tiempo el ciclo menstrual. Personificada se convierte en “el amo de las mujeres”. La hacienda de Pedro Páramo se llama “La Media Luna” por lo que una vez más encontramos la transgresión del mito, ya que es Pedro, el hombre, el que se ha convertido en el “amo”. Para Yvette Jiménez de Báez (1994) la influencia de la simbología cristiana y la importancia del discurso bíblico es evidente en Pedro Páramo. Susana San Juan es una referencia clara a San Juan Bautista. El agua es la base del bautismo, un elemento purificador de los pecados que da la bienvenida a un nuevo miembro de la comunidad cristiana. Sin embargo, para Susana San Juan, y para el resto de Comala, que aparece como personaje colectivo en la novela, el agua es un símbolo del deseo y el placer, en contraste con la purificación espiritual del agua bautismal. Susana San Juan también va a representar la inversión del arquetipo de la Mujer. La idealización de Susana se da desde las primeras evocaciones de Pedro Páramo, confiriéndole atributos extraordinarios, completamente inalcanzables e intocables, ya que está lejos, en la pura imagen del recuerdo: A centenares de metros, encima de todas las nubes, más, mucho más allá de todo, estás escondida tú, Susana. Escondida en la inmensidad de Dios, detrás de su Divina Providencia, donde yo no puedo alcanzarte ni verte y a donde no llegan mis palabras (Rulfo 1973: 116). Esta evocación prefigura y conforma la imagen venerada de Susana. La mujer posee los atributos esenciales de la virgen católica: belleza, hermosura, pureza, y por lo tanto se vuelve inalcanzable, intocable, inmaterial. Pedro Páramo afirma: “¿Sabías, Fulgor, que es la mujer más hermosa que se ha dado sobre la tierra? Una mujer que no era de este mundo” (Rulfo 1973:183). Hasta cuando es encontrada y traída a la fuerza a “La Media Luna”, su imagen idealizada persiste en el recuerdo del cacique y por eso él la observa con estupor y fascinación a pesar de estar vieja, enferma y loca: Se me perdían los ojos mirándote. Los rayos de luna filtrándose sobre tu cara. No me cansaba de ver esa aparición que eras tú. Suave, restregada de luna; tu boca abullonada, humedecida, irisada de estrellas; tu cuerpo transparentándose en el agua de la noche (Rulfo 1973:193). Paul Ricoeur (1976) habla del mito de la caída de Adán, estableciendo tres niveles de omisión al mandato divino: la mancha, el pecado y la culpa. El primer nivel constituye una idea del mal como algo externo al ser humano, el segundo como una interiorización del mal y el último como el reconocimiento del delito. Es este tercer nivel el que desencadena el proceso de recuperación de la gracia. Los personajes rulfianos no escapan al complejo de culpa y al remordimiento. La concepción de la culpa como mancha resulta evidente en Donis y su hermana, amantes incestuosos, a quienes ni el obispo perdona; sobre todo en la hermana, en la que el pecado aparece como mancha: “¿No me ve el pecado? ¿No ve esas manchas moradas como de jiote que me llenan de arriba abajo?” (Rulfo 1973:55). El Padre Rentería representa al poder religioso y es uno de los ejes actanciales del relato. Sin embargo, en lugar de ser la autoridad moral se muestra lleno de ansiedad y desasosiego: Todo esto que sucede es por mi culpa —se dijo—. El temor de ofender a quienes me sostienen. Pero esta es la verdad; ellos me dan mi mantenimiento. De los pobres no consigo nada; las oraciones no llenan el estómago (Rulfo 1973:76). Comala es la representación de un tiempo sincrónico que a su vez se convierte en un espacio atemporal, un territorio vacío, donde confluyen mito e historia. Un mundo donde los contrastes, las fuerzas opuestas se resisten, se asedian, se hostigan y se atraen. Un espacio en donde el tiempo pasado se marca por la lluvia, la lluvia como motivo recurrente que marca la catástrofe de Comala y la convierte en mito: Comala, el reino de los muertos. El universo literario de Rulfo está construido por un mundo de murmullos en un pueblo fantasma que adquiere la condición de personaje colectivo. Es este mundo sugerido por el autor, en donde las raíces profundas de lo mexicano y su idiosincrasia se presentan con un matiz profundamente poético. Carlos Fuentes (1990) sitúa a Pedro Páramo en la tradición literaria occidental pero Martin Lienhard no está de acuerdo con esta propuesta y opina, en cambio, insertarlo en la tradición de la cosmogonía náhuatl, así lo relaciona con Quetzalcóatl: Pensamos que la presencia subterránea del mito de Quetzalcóatl es el efecto de unos mecanismos intertextuales todavía poco conocidos. El o los textos subyacentes a Pedro Páramo no son en este caso forzosamente textos literarios más antiguos, e incluso no son forzosamente textos verbales. Planteamos la hipótesis de que las mitologías, las prácticas rituales y otras prácticas sociales, tanto de los antiguos habitantes de México como de los campesinos actuales, indios o mestizos pobres, constituyen uno o varios sistemas, tejidos o “textos” que pueden manifestarse, de modo fragmentario y metamorfoseado, en un texto narrativo actual (1992: 845). El planteamiento de Lienhard podría estar equivocado si se tratara de una lectura indigenista del texto de Rulfo sin tomar en cuenta la distancia o las características de las culturas del occidente de México. Pero podría ser acertado si, al estudiar esos pueblos prehispánicos del sur de Jalisco, concluyéramos que participaron de la cosmovisión de los pueblos del centro de México. Una posible interpretación, que sería otra subversión del mito, es la de considerar a Quetzalcóatl como el guía de Juan Preciado bajando al reino de los muertos, Mictlán, en busca de su padre. Fuentes afirma: Novela misteriosa, mística, musitante, murmurante, mugiente y muda, Pedro Páramo concentra así todas las sonoridades muertas del mito. Mito y Muerte: ésas son las “emes” que coronan todas las demás antes de que las corone el nombre mismo de México: novela mexicana esencial, insuperada e insuperable, Pedro Páramo se resume en el espectro de nuestro país: un murmullo de polvo desde el otro lado del río de la muerte (1990: 156). Otro personaje que altera el mito es Abundio, el guía de Juan Preciado, asesino de Pedro Páramo. Abundio podría equipararse con Dionisio, el dios griego de origen asiático, encarnación de la violencia pura, de la ebriedad bajo la que realmente se esconde la sed sangrienta del furor homicida (Girard 141). Son datos que la voz narrativa busca explotar junto con las señas idiosincrásicas recurrentes en el mito (la androginia, el hecho de que en la leyenda la madre del dios hubiera muerto fulminada por un rayo, su origen incierto y remoto). Conclusiones La novela de Rulfo es susceptible de múltiples interpretaciones que responden a la extraordinaria riqueza del texto, pero me parece muy importante esta reinterpretación en donde se manifiesta la deconstrucción de los mitos clásicos. Juan Preciado fracasa totalmente en su intento, y deja de identificarse con las funciones del héroe clásico: ni se venga, ni recupera su herencia, ni tiene una morfología especial, ni ningún rasgo extraordinario, ni una inteligencia superior; no funda ciudades ni porta armas que lo caracterizan y su muerte no es violenta. Sin embargo, tiene una muerte singular, su final es indudablemente sobrenatural, abrazado a la “magna mater” en una tumba en el fantasmagórico mundo de Comala. Pedro Páramo, su padre, es un poderoso cacique. Nada escapa a los actos del cacique, incluso el desierto representa su voluntad. Pedro Páramo es “el rencor vivo”, que vive entre mujeres secas, que sueñan que dan a luz. Los mexicanos siempre hemos tenido una relación especial con la muerte. La misma mitología precolombina está basada en la creencia de que el mundo había sido creado a través de la sangre y el sacrificio de los dioses. Rulfo utiliza los patrones míticos para poder manifestar sus ideas de forma universal y llegar con más fuerza a sus lectores. Una vez hecho esto, devela su verdadera intención: deconstruye el mito para utilizarlo como herramienta para provocar una reflexión y una reacción. La intención de Rulfo es, pues, cambiar el “status quo”, transformar y transgredir la realidad. Quisiera terminar con una cita de Hugo Bauzá a propósito de los personajes de Rulfo: El héroe clásico nos conmueve no por lo que posee de divino, sino por lo que posee de mortal; esa condición de efímero es la que lo aproxima a nosotros y merced a la cual lo sentimos cerca. Incluso más, por lo semejante de algunas de sus acciones o bien por un juego de espejos o proyecciones, estas figuras heroicas muchas veces nos ayudan a despertar el heroísmo que anida en cada uno de nosotros (1998:123). Bibliografía • BARTHES, Roland (1974): Introducción al análisis estructural del relato. Ed. Tiempo Contemporáneo, Buenos Aires. • BAUZÁ, Hugo (1998): El mito del héroe. Morfología y semántica de la figura heroica. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires. • CAMPBELL, Joseph (1997): El héroe de las mil caras. Fondo de Cultura Económica, México. • ELIADE, Mircea (1984): Tratado de historia de las religiones. Biblioteca Era, España. — (1992): Mito y realidad. Editorial Labor, Barcelona, España. • FELL, Claude (1992): Juan Rulfo. Toda la obra (edición crítica). Unesco (Col. Archivos), México. • FUENTES, Carlos (1980): La nueva novela hispanoamericana. Joaquín Mortiz, México. — (1990): Valiente mundo nuevo. Narrativa Mondadori, España. • GIRARD, René (1998): La violencia y lo sagrado. Anagrama, Barcelona. • JIMÉNEZ DE BÁEZ, Yvette (1994): Juan Rulfo: del páramo a la esperanza. Fondo de Cultura Económica, México. • JUNG, Carl G. (1979): El hombre y sus símbolos. Ed. Aguilar, España. • JUNG, Carl Gustav; JAFFÉ, Aniela (1964/2005): Recuerdos, sueños, pensamientos. Editorial Seix Barral, Barcelona. • LIENHARD, Martin (1992): “El substrato arcaico en Pedro Páramo: Quetzalcóatl y Tláloc”, en Juan Rulfo. Toda la obra, edición crítica coordinada por Claude Fell: CSIC (Colección Archivos, 17), Madrid. • LÉVI-STRAUSS, Claude (1987): Mito y significado. Madrid, Alianza. • MEDINA, Dante (1989): Homenaje a Juan Rulfo, Ed. 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Luego veremos la coincidencia de algunos críticos literarios con la visión del escritor y las variadas maneras como interpretan su posición. Adelantamos que del examen hecho hemos notado que la convergencia entre los críticos y Vargas Llosa no va aparejada con los necesarios fundamentos que la sexología de nuestro tiempo ofrece. Suponemos que ni el escritor ni los críticos están familiarizados con la veintena de revistas sexológicas que se publican en el mundo. Realidad e irrealidad Un problema que surge en el intento de desentrañar el pensamiento del escritor sobre la sexualidad se resume en el gran debate acerca de los vínculos entre realidad y ficción en la literatura que no nos atrevemos, desde luego, a desarrollar. Asunto que lejos de haber terminado persiste con ideas como que a la literatura le basta con ser verosímil o que supera la realidad al abarcar más que ésta. Podemos encontrar algunas luces en opiniones de escritores y críticos literarios e incluso en afirmaciones que figuran en ensayos y entrevistas concedidas por el mismo MVLl. En el libro publicado por Coaguila, Mario Vargas Llosa: entrevistas escogidas, 2004, en la brindada a Alfredo Barrenechea, “El reposo imposible”, al preguntársele sobre su novela en ciernes Vida y milagros de Pedro Camacho, que terminó siendo La tía Julia y el escribidor, hallamos un indicio que ilumina nuestra preocupación: la invención como parte de lo imaginario. En esa entrevista explica lo que escribió acerca de las relaciones con su primera esposa, declarando: “Luego, como escribía de mis propios recuerdos, y como la historia transcurría en un año que fue muy importante para mí —el año en que me casé por primera vez y en el que se decidió mi vocación de escritor— decidí que incluiría capítulos estrictamente autobiográficos, que contaría de la manera más fiel” (p. 112). Y cuando es preguntado si un escritor puede caer en la condición de “exhibicionista”, confirma su pensamiento: “Los capítulos autobiográficos me han costado el doble de trabajo que los de ficción. El penúltimo capítulo sobre todo, donde cuento mi primer matrimonio, fue un horror” (p.114). El comentario de Agreda refuerza la tesis, citando al filósofo Sobrevilla, acerca de la “reformulación de las ideas” sobre la novela de MVLl quien “...en la segunda etapa —que se iniciaría con La guerra del fin del mundo— lo que importa es el carácter autónomo de la novela, su calidad de ‘mentira verdadera’ y la presencia cada vez más fuerte de las opiniones y puntos de vista del autor dentro de la obra” (p. 4). El mismo literato ha tratado explícitamente de las relaciones entre verdad e irrealidad en su libro La verdad de las mentiras; ensayo sobre la novela moderna, 2002, en el que intenta dar una explicación, no muy convincente, acerca de la posibilidad de entender qué piensa realmente el escritor a partir de su obra de ficción. Añadamos un punto más: si a lo que el novelista cuenta en la narrativa se agrega lo declarado en escritos sobre literatura y otros temas, sí podríamos tener una visión bastante cercana de su pensamiento real. A este propósito dice: “Si las novelas son ciertas o falsas importa a cierta gente tanto como que sean buenas o malas y muchos lectores, consciente o inconscientemente, hacen depender lo segundo de lo primero” (p. 15); enseguida: “En efecto, las novelas mienten —no pueden hacer otra cosa— pero ésa es sólo una parte de la historia. La otra es que, mintiendo, expresan una curiosa verdad, que sólo puede expresarse disimulada y encubierta, disfrazada de lo que no es” (p. 16). En otro momento ante la pregunta: ¿qué quiere decir con que una novela “siempre miente”? La respuesta: “Ni lo que pensó mi primera mujer al leer otra de mis novelas, La tía Julia y el escribidor, y que, sintiéndose inexactamente retratada en ella, ha publicado luego un libro que pretende restaurar la verdad alterada por la ficción” (p. 16). Aclarando más sus ideas sobre el descubrimiento del pensamiento real de un creador manifiesta: “...La verdad de la novela no depende de eso. ¿De qué, entonces? De su propia capacidad de persuasión, de la fuerza comunicativa de su fantasía, de la habilidad de su magia. Toda buena novela dice la verdad y toda mala novela miente. Porque ‘decir la verdad’ para una novela significa hacer vivir al lector una ilusión y ‘mentir’ ser incapaz de lograr esa superchería. La novela es, pues, un género amoral, o, más bien, de una ética ‘sui géneris’, para la cual verdad o mentira son conceptos exclusivamente estéticos. Arte ‘enajenante’, es de constitución antibrechtiana: sin ‘ilusión’ no hay novela” (p.20). Completando su pensamiento en el mismo libro: “Cuando leemos novelas no somos el que somos habitualmente, sino también los seres hechizos entre los cuales el novelista nos traslada. El traslado es una metamorfosis: el reducto asfixiante que es nuestra vida real se abre y salimos a ser otros, a vivir vicariamente experiencias que la ficción vuelve nuestras” y, subvaluando al lector, agrega: “en el corazón de todas ellas llamea una propuesta. Quien las fabuló lo hizo porque no pudo vivirlas y quien las lee (y las cree en la lectura) encuentra en sus fantasmas las caras y aventuras que necesitaba para aumentar su vida” (p.21). Pero la indefinición queda instalada al afirmar: “Por eso la literatura es el reino por excelencia de la ambigüedad. Sus verdades son siempre subjetivas, verdades a medias, relativas, verdades literarias que con frecuencia constituyen inexactitudes flagrantes o mentiras históricas” (p. 23). Resulta para el caso dramático el párrafo del libro Diccionario del amante de América Latina, 2006, dedicado a Oquendo de Amat, en el que a propósito de la identidad del narrador, señala: “Nuestra vocación ha hecho de nosotros, los escritores, los profesionales del descontento, los perturbadores conscientes o inconscientes de la sociedad, los rebeldes con causa, los insurrectos irredentos del mundo, los insoportables abogados del diablo. No sé si está bien o si está mal, sólo sé que es así” (p. 267). Otras veces hace explícitas sus ideas, por ejemplo, respecto al sexo, como en una entrevista a Concha García Campoy, sobre su novela Los cuadernos de don Rigoberto, advirtiendo el papel que le asigna a la “imaginación”: “MVLl hace suyas las ideas de don Rigoberto: ‘Él tiene una teoría: que el amor se enriquece con los tabúes y las prohibiciones. Es una teoría que yo comparto en buena parte...’ ” . Sexualidad y literatura La sexualidad, como sabemos, es un tema especialmente polémico, en particular por dos razones; primero, por su importante valor individual y social, y, segundo, desde el lado científico, por la debilidad de muchos de sus conceptos centrales y de los conocimientos empíricos que la sustentan. Por eso resulta interesante repasar algunas ideas de escritores y críticos literarios acerca de las relaciones entre el sexo y la ficción literaria, que pueden ilustrar mejor el análisis que venimos haciendo a propósito de MVLl. Adelantemos que en este asunto, como es de suponer, no hay una condición homogénea e incluso más bien son ostensibles el disenso y la contradicción. Hay quienes asignan a la sexualidad en la literatura muchas posibles y diferentes funciones. Así, Cadena, 2005, cree que la literatura erótica tiene finalidades distintas, y señala algunas de ellas. Podría ir, dice, desde “ilustrar una concepción estética o una reflexión sobre el orden de lo real”; “crear un efecto de violencia o sordidez o simplemente enfatizar un estado emotivo”; “enriquecer un cuadro social o un personaje”; “articular un juego verbal”; o “ironizar sobre el poder o las manipulaciones de la ideología”. Completa su pensamiento citando a Laura Freixas, quien distingue a los literatos según sea su sexo. Dice: “en los textos eróticos femeninos predominan la fantasía, los símbolos, las sensaciones; en los masculinos, los actos”. Convengamos que esta última observación está muy cerca de lo que postula la teoría sexológica y se conoce mediante la investigación respecto a la conducta sexual que distingue al hombre de la mujer. Por su parte, Montoya, 2005, en un artículo sobre literatura erótica, toma partido por uno de los posibles objetivos que buscaría esta clase de ficción. Afirma que el erotismo en la literatura debe estar vecino a la anormalidad y no concibe que sea parte de la relación de la pareja común y corriente. Por eso sustenta que “la trasgresión moral, sin resquicios para la duda, es una de las características de la literatura erótica. El escritor debe ser un ser irreverente, heterodoxo, para transgredir las franjas de censura que le impone su entorno sociocultural y religioso. Sin una actitud irreverente es imposible crear una literatura erótica despojada de tabúes y prejuicios”. Por su parte, el poeta cubano Curbelo, “De la Cuba Literaria”, artículo que no conocemos dónde se publicó, en Elogio de la lujuria, considera que habría tres tipos de escritores según el uso que dan al erotismo, y afirma que a Vargas Llosa le sirve para propósitos políticos. Éste, señala, “...maneja el erotismo con un matiz diferente: no le interesa abolir la sociedad comunista de la faz de la tierra, le importa mucho, por el contrario, afirmar los valores del estado de derecho como forma de gobierno donde el hombre puede alcanzar la plenitud de su liberación individual al amparo de las leyes y las instituciones diseñadas para protegerlo. Por esa causa es que la emprende en sus novelas contra los modelos de estamentos incompatibles en la práctica con el real estado de derecho (los militares...)”. En el otro extremo, citemos a dos personajes también del mundo de la creación. Primero, a Catherine Millet, autora del libro irreal presentado como autobiográfico, La vida sexual de Catherine M, quien nos proporciona una argumentación totalmente diferente. En entrevista a Elena Pita, 2002, declara no creer que la literatura erótica cumpla una finalidad política o social. A la pregunta: “Millet, en su opinión no hay más que una diferencia de forma entre la literatura erótica y la pornográfica. ¿Qué forma tiene su literatura?”, responde, “Puramente autobiográfica (se ríe). Para mí, literatura erótica y pornográfica son lo mismo: es un poco hipócrita establecer una diferencia. Suscribo la idea de que la pornografía es el erotismo de los otros. No quise escribir una novela erótica, quise contar la historia de mi vida concentrándome en el hecho sexual. Y es curioso porque muchos lo han encontrado excitante y a otros les ha decepcionado porque no les ha parecido erótico; cada uno tiene su propia libido y su propia lectura del libro”. En otra entrevista, esta vez a Kaprielan, 2002, Millet expresa: “Quienes entienden la sexualidad como una fuerza revolucionaria, como un poder en erupción capaz de socavar los códigos sociales, se quedan desarmados ante aquellos cuyas prácticas sexuales son excéntricas sin que por ello su actitud social sea provocadora, o reivindicativa”, y continúa: “Si uno hace gala de una libertad sexual sin enarbolar por ello ningún poder intelectual, irrita necesariamente a algunos: aquellos que basan en parte su autoridad intelectual en la defensa de una cierta trasgresión sexual”. En resumen, para Millet, la literatura erótica no tendría ninguna significación social y no habría una diferencia cualitativa con la pornografía, sería tan sólo ocasión para mostrar un mero modo de vivir la sexualidad, que ella llama “excéntrico”. Igualmente interesantes por su posición intermedia frente a las versiones presentadas primero, son las declaraciones de Gruss, 2002, donde trata acerca del erotismo en la literatura: “Para esta última [se refiere a la escritora Viviana Lysyj] la narración erótica plantea un problema complejo que el lenguaje nunca resuelve del todo. ‘Siempre tuve un conflicto con el género debido sobre todo a su atmósfera de cuento de hadas —dice—. Detesto esas descripciones en donde no hay conflicto y sólo se producen encuentros hiperproductivos: hombres con erecciones permanentes, mujeres siempre abiertas, multiorgásmicas y disponibles. Claro que tal vez el espectador o el lector de erotismo busque precisamente eso: un mundo ideal y sin conflictos. Yo paso de esa opción. No me gustan las imágenes eróticas tranquilizadoras de conciencia. Me interesan el contexto, los problemas implicados en los cuerpos y el deseo, me importa sobre todo la comunicación entre seres humanos”. Es decir, la escritora no gustaría de personajes exaltados, portadores de proezas y placeres envidiables, pero sí de una sexualidad que se presenta problematizada. ¿Por qué y por quién? No sabemos. Como vemos, hay variadas interpretaciones del rol que juega la sexualidad en la literatura: vehículo variado de trasgresión, mera exhibición de experiencias íntimas o legitimidad mientras trate de déficit y problemas. En todo caso, creemos que si una forma de expresión literaria tiene carácter realista o da pie para presentar ideas a través de los personajes, las referencias sexuales deberían en algún grado sustentarse en los conocimientos alcanzados, sea de las ciencias humanas, sea de las biológicas. ¿Colaboradores impropios? Desde otro ángulo, podemos pensar que MVLl ha sido influenciado en su percepción del sexo por la manera desprolija y desinformada con la que a través del tiempo algunos críticos literarios comentan sobre la sexualidad encontrada en su obra. Veamos algunos ejemplos de lo postulado líneas arriba. Golpes y heterosexualidad Ramírez Franco, 2005, cuando alude a una experiencia de la pubertad de MVLl, citando un texto de El pez en el agua: memorias, 1993, remarca: “Lo golpea [está refiriéndose al padre del literato] porque quiere ‘enderezarlo’, hacer de él ‘hombrecito’ en lugar del ‘maricueca’ que los Llosa criaron (54)”, agrega que “Traspasando un concepto de la reflexión lésbica perfectamente pertinente, apelaré a la ‘heterosexualidad compulsiva’ (Rich) a aquella a la que el protagonista es sometido: una manifestación ideológica y una institución política que obliga al sujeto a identificarse con un modelo de sexualidad heterosexual, sometiéndolo tanto a un control de la conciencia como a la violencia física”. Reparemos en que la pretensión del padre pudiera ser que el hijo defina sus rasgos varoniles, fuerza, proyección, iniciativa, etc. (¿cultura o biología?); que sea, en otras palabras, más explícitamente heterosexual en términos de conducta en general, no específicamente sexual. Ramírez Franco ignora que la estructuración de la “orientación sexual” en las personas, en este caso heterosexual, no obedece a concepciones ideológicas o políticas establecidas en una sociedad determinada. La “orientación sexual”, concepto que usado así de modo tan general no ha logrado acuerdo académico ni jurídico, es posible que esté fuertemente definida por procesos neurobiológicos. Más llamativos son los patéticos intentos por entender la visión que nos plantea MVLl de la sexualidad, como los que ofrecen el peruano José Miguel Oviedo y el francés Rolan Forgues, en el libro Mario Vargas Llosa: escritor, ensayista, ciudadano y político, 2001. Sexo como rebelión El primero, Oviedo, en su artículo “MVLl: la formación de un libertino”, 2001, hace el más denodado esfuerzo que conocemos a este respecto. Para este propósito se remonta a la influencia de la tradición libertina y la novela erótica del siglo XVIII que MVLl habría descubierto a mitad de la década de los 50, antes de su primer viaje al Viejo Mundo. En ese entonces toma contacto casual con un conjunto de libros “eróticos y libertinos”, de los cuales el mismo MVLl menciona “los tomos de la serie Les Maîtres de L’Amour”, a través de los que conoció a Sade, Aretino, Restif de la Bretonne, y otros más. Desde ese momento, explica Oviedo, según refiere MVLl en El pez en el agua: “...creía que el erotismo era sinónimo de rebelión y libertad... y una fuente maravillosa de creatividad” (p. 336). Sigue: “Luego [está contando acerca de esas lecturas que de muy joven hizo Vargas Llosa en la biblioteca del Club Nacional] porque nos permite ver cómo Vargas Llosa hizo, por primera vez, la conexión entre el discurso erótico y el libertario, que a partir de entonces fue evolucionando y modificándose al compás de su experiencia humana, histórica y literaria. Pero lo más importante, creo, es lo último: la aclaración etimológica sobre la palabra libertino, que hace sirviéndose de la frase Vailland, cierra el círculo porque establece una homología, entre la actividad erótica, el anhelo libertario y la invención de novelas que —recordemos— Vargas Llosa ha visto como una forma de ‘deicidio’, el supremo gesto humano contra Dios” (p. 84). Abundando en la sensibilidad erótica del escritor y el papel del sexo en sus novelas, Oviedo alude a la asociación entre erotismo y el pensamiento libre de la Francia del XVIII: “Desde entonces, ese nexo se ha roto y el elemento erótico se ha emancipado y se justifica por sí mismo, como instrumento o sucedáneo del placer físico. Pero algo que los lectores de Vargas Llosa pueden notar al repasar sus novelas, es que el autor parece rescatar, deliberada o inconscientemente, algunos elementos esenciales de la vieja literatura libertina...” (p. 86). Es en ese momento entonces cuando MVLl descubriría el vínculo entre el “discurso erótico y el libertino” y su influencia se nota en el uso de las palabras: convento y burdel, que se tornarían en “una importante presencia y función en la obra de Vargas Llosa... centrales, por ejemplo en La casa verde...” (p. 87). Asimismo, cómo “...estos filósofos recusan el absolutismo monárquico y su soporte espiritual, la Iglesia; el que ataca constantemente Vargas Llosa es el ejército...” (p. 89). Completando su idea del papel de la sexualidad en la obra del escritor, Oviedo señala: “Elogio de la madrastra y, sobre todo su secuela, Los cuadernos de don Rigoberto, prueban... se ha mantenido firme en sus básicas convicciones de espíritu libertino: el placer es un valor que exalta como la última defensa del hombre concreto contra las invasoras restricciones, mentiras y mediocridades de nuestra civilización tecnocrática. Las libertades que se toma el cuerpo son preciosas porque son el síntoma de la indoblegable rebeldía a la que la especie humana no puede renunciar sin renunciar a ella misma. Mejor aun: en su esfera íntima el cuerpo realiza los valores que la sociedad no puede alcanzar” (p. 92). Según Oviedo, es posible encontrar el pensamiento sobre la sexualidad de MVLl, siempre ligado al libertino del siglo XVIII, en sus novelas eróticas: “...que exalta el arte sobre la vida concreta” (p. 93), que lo emparentaría con el “modernismo finisecular” en cuyas novelas los “...protagonistas eran artistas y cuyo conflicto básico era el de realizar su ideal en sociedades obtusas e incomprensivas” (p. 93). El crítico peruano advierte una evolución en la obra de ficción del escritor respecto a su ideología sexual: “También ha cambiado la función que, para él, cumplía la novela: progresivamente, el género ha ido adquiriendo moldes ensayísticos. La historia de Los cuadernos... está presentada como una serie de situaciones, declaraciones, notas, tomas de posición, que ilustran o encarnan las ideas que defiende el personaje; la acción tienen un sesgo expositivo; los acontecimientos ocurren de manera metódica y perfectamente calculada: son parte de una argumentación ideológica... Es decir, la ficción es un vehículo para estimular nuestra imaginación y nuestro pensamiento con propuestas heterodoxas, capaces de corroer [que tal pretensión] las bases mismas de la sociedad” (p. 95). En resumen, el sexo sería en MVLl una expresión simbólica no sexual como vía de encuentro del individuo con la libertad. Esta comparación desdeña la historia, al igualar las alternativas del hombre del fin del milenio, con las que tuvieron aquellos que vivieron hace doscientos cincuenta años. Oviedo supone que MVLl se vale del sexo como instrumento para mostrar en forma edulcorada la rebeldía que anima al escritor. Pero ésta pudo encontrar de pronto mejor expresión si MVLl, luego de su derrota electoral del 2001, no hubiera abandonado el proyecto político, justamente denominado “Libertad”, al que tantos intelectuales peruanos de valía adhirieron. Sin embargo, hay que reconocer su persistente accionar político, aunque siempre indirecto y sin mayor compromiso con un pensamiento en su integridad. Búsqueda de la individualidad Por su lado, Forgues, “Del individuo y de la colectividad: fundamentos y alcance del discurso erótico-ideológico en Los cuadernos de Don Rigoberto”, 2001, aspira a dar luces sobre la teoría sexual del escritor a partir del análisis de esta novela. La clave estaría en la idea de MVLl “sobre el individuo y la colectividad”, más específicamente con la de “...la celebración del individuo y el cuestionamiento de la colectividad”, además de los “...conceptos antagónicos de tolerancia y radicalidad. Tolerancia de la fantasía; y radicalidad de la realidad” (p. 306), para cuya explicación anota varios ejemplos que comentamos en seguida. No obstante, debemos decir que el desarrollo de estos pilares en que se asentaría la doctrina sexual de MVLl, pierde especificidad por constituirse en un modo de vivir referido al protagonista Rigoberto tratando, más que de la sexualidad, de la propia perspectiva vital del personaje. Veamos, Rigoberto, o mejor el escritor, protesta contra la “división maniquea de la humanidad entre hombres y mujeres”, sin percatarse que aunque estas diferencias están asentadas firmemente en condiciones psicofísicas, no excluyen para nada muy variadas caracterizaciones, similitudes o diferencias entre los seres humanos. La verdad es que no se entiende por qué MVLl gastaría su pluma en la novela mencionada, que reflejaría su filosofía sexual según Forgues, en comentarios sobre el hermafroditismo, descrito y considerado abundantemente en la literatura científica médico-psicológica. La declaración casi al paso de la “simpatía” del novelista por los intersexos (p. 100) resulta además poco respetuosa frente al drama de los pacientes, sus familias y amigos, y de la misma profesión médica que no tiene aún respuesta de cómo ayudar enteramente a estos seres desafortunados. Según Forgues el interés de Rigoberto “...tiende pura y simplemente a reivindicar el derecho a dar libre curso a sus propios fantasmas eróticos, arrinconados...”. ¿De qué apuro nos sacan las preocupaciones de Rigoberto? ¿Quién impide a quién la fantasía que se le ocurra? Las digresiones sobre pornografía y erotismo sobre las que especula Rigoberto son tan conocidas que no creo merezcan mayor atención. Pese al audaz esfuerzo que hace Forgues para derivar una visión de la sexualidad de MVLl a partir de los Cuadernos..., la tarea resulta infructuosa, sencillamente porque hay poca sustancia en las ideas del autor en torno a la sexualidad y carece de aportes novedosos e interesantes. Resumen Repasamos diversas y a veces contradictorias opiniones de diversos críticos literarios sobre el lugar de la sexualidad en la literatura, referidas específicamente a la obra del escritor peruano. La mayoría da diferentes funciones al tratamiento del sexo en la narración vargasllosiana forzando la imaginación, apelando a su biografía y no tanto a su obra de ficción y ensayos. (del libro no publicado Vargas Llosa o la sexualidad menoscabada). Bibliografía • AGREDA, J. “Libros de Vargas Llosa”. http://es.geocities.com/agreda5/Literatura/vargasllosa.html (Consulta: 11 de mayo de 2006). • CADENA, A. “La literatura erótica escrita por mujeres en México”, Letralia, Tierra de Letras, Año X, Nº 135, 5 de febrero de 2005. • COAGUILA, J. (Ed.). Mario Vargas Llosa. Entrevistas escogidas, Fondo Editorial Cultura Peruana, Lima, 2004. • CURBELO, J. D. 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Diccionario del amante de América Latina, Paidós, Barcelona, 2006. ** René Flores Agreda rflores@terra.com.pe Médico psiquiatra peruano (Lima, 1936). Ha publicado trabajos en las áreas de salud mental, drogas, sexualidad y educación médica. Fue presidente de la Sociedad Peruana de Sexología y de la Sociedad Peruana de Sexología Médica. === Casa de muñecas: la mujer ante el espejo Álvaro Giménez García === En el siglo XIX, la literatura europea comienza a desarrollar un nuevo camino en la larga andadura de la tradición literaria. Agotada la fantasía y trascendencia del Romanticismo, se cubre de un manto de realismo, impulsada por corrientes de pensamiento como el determinismo o el positivismo, y se traslada a pie de calle para recoger, como una cámara, lo que le ocurre al ser humano en su cotidianeidad. En ese empeño por registrar los pormenores de la sociedad, es donde el escritor se mueve a diario como un privilegiado espectador. Los temas son de muy diversa índole, aunque todos coinciden en centrarse en la disección de la clase media, protagonista, según Benito Pérez Galdós, de la novela de la época. En ese vasto campo, abarcado por la llamada clase media, hay una vertiente temática que triunfa con verdadera maestría: la descripción del alma femenina. Esta veta temática la practican casi todos los grandes escritores del momento, llegando a crear verdaderas obras de arte que nos adentran en la compleja psicología de las mujeres, a pesar de que, y esto es muy curioso, todos los grandes autores de este siglo son hombres. Como si destapasen su lado femenino, se sumergen en la personalidad de sus heroínas y realizan unos retratos que cualquier psicólogo de hoy en día firmaría como suyos. Huelga recordar todos los grandes títulos existentes, pero sólo, a modo de muestra, es inevitable recordar a la Madame Bovary de Flaubert, a Ana Karenina de Tolstoi o ya, en nuestro país, a Ana Ozores, protagonista de La Regenta de Clarín. Todos ellos bucean en estas ricas personalidades y nos presentan sus conflictos frente a una sociedad que no siempre les proporciona un existir cómodo y placentero. El género teatral no es ajeno a este tema y, posiblemente, el autor más destacado en su tratamiento sea el noruego Henrik Ibsen y su Casa de muñecas. La obra cumple, uno por uno, los rasgos típicos que hemos citado: personajes de clase media que viven en aparente felicidad y protagonista femenina, cuyo comportamiento psicológico se va desgranando a medida que avanza el argumento. En el caso del drama de Ibsen, ese análisis psicológico consiste, como es usual en el Realismo, en enfrentar a la protagonista, Nora, con las convenciones sociales aplicadas a las mujeres de la época, que cometen la “osadía” de rebelarse contra ellas y ponerlas en tela de juicio. La primera acotación de la obra ya nos muestra el primero de estos aspectos: Una estancia amueblada cómodamente y con buen gusto, aunque sin lujo. A la derecha del foro, puerta del vestíbulo. A la izquierda, la del despacho de Helmer. Entre ambas puertas, un piano. En el lateral izquierdo del escenario, otra puerta, y más en primer término, una ventana. Cerca de la ventana, una mesa redonda grande junto a un sofá y varias sillas. En el lateral derecho, hacia el segundo término, una mecedora y dos sillones ante una chimenea de cerámica. Entre la chimenea y la puerta, una mesita. Grabados en las paredes. Repisa con figuras de porcelana y demás cachivaches. Un estantito de libros muy bien encuadernados. El entarimado, cubierto por una alfombra. Lumbre en la chimenea. Día de invierno (Acto primero). De inmediato aparece la protagonista femenina, cuya descripción nos indica su estado de ánimo: Entra NORA tarareando alegremente. Viste abrigo y sombrero, y trae varios paquetes que deposita sobre la mesa de la derecha. Deja abierta la puerta del vestíbulo, por la cual se ve un recadero que trae un árbol de Noel y un cesto. En esta breve pincelada, ya nos queda claro cuál es el estado inicial de la protagonista. Vive en un entorno confortable, se encuentra contenta, como denota su tarareo, y además viene de hacer compras para Navidad, lo que nos indica su bonanza económica. Si seguimos leyendo, esta impresión se confirma con la aparición, en primer lugar, de su marido, Helmer. Es la estampa del esposo feliz que adora a su esposa, algo que deducimos por los adjetivos con que la califica, referentes en su mayoría a pajarillos caracterizados por su dulzura y agradable canto: HELMER. ¿Es mi alondra la que gorjea por ahí? (...) ¿Es mi ardilla la que bulle? (...) ¿Otra vez ha encontrado el pajarito ocasión de gastar dinero? (Acto primero). La alegría de ambos es palpable y se debe entre otras cosas al inminente ascenso del marido en su trabajo. Ambos parlotean distraídamente sobre distintos asuntos, que siempre desembocan en el tema económico y, en concreto, en la negativa de Helmer a tener ninguna deuda y a no pedir ningún préstamo. HELMER. No debemos pecar de pródigos. NORA. ¡Vaya!, un poco, Torvaldo, un poquitín, ¿no te parece? Ahora cobrarás un buen sueldo y ganarás mucho dinero, mucho. HELMER. Sí, desde el año próximo, aunque todavía ha de transcurrir un trimestre antes de que perciba nada. NORA. ¿Y eso qué importa? Entretanto, podremos vivir a crédito. HELMER. ¡Nora! (Se acerca a ella y le tira de una oreja bromeando.) ¡Siempre la misma ligereza! (Y más adelante) Ya conoces mis ideas sobre ese particular. Nada de deudas y ningún préstamo (Acto primero). La conversación, que se torna algo triste, remonta el vuelo cuando Torvaldo, para animar a su mujer, le acaba dando dinero, gesto que devuelve el tono “meloso” a la charla y que finaliza cuando se presenta un personaje que será importante para el desenlace futuro de la trama: la Señora Linde. Ésta conversa con Nora, mostrando cuál es la situación vital de ambas al principio de la obra, que, como iremos viendo, se modificará sustancialmente al final del libro. La Señora Linde, después de pasar unos años sin ver a Nora, le expone su penosa situación vital y económica (en este drama uno y otro aspecto, como podemos ir comprobando, son indisolubles), generada por su enviudamiento. Es, ahora, una mujer cercana a la vejez, sin hijos ni dinero y que, para más desgracia, confiesa a Nora haber estado casada con una persona a la que no amaba, siendo víctima de un matrimonio por conveniencia, que, al final, muy al contrario de lo que tales uniones solían llevar aparejado, la dejan sin dinero a la muerte del marido. La situación fue tan grave que la Señora Linde tuvo que ponerse a trabajar en una escuela. Sin alegría ni aliento vital, le confiesa a su vieja amiga que se encuentra vacía. Así lo expresa ella: SEÑORA LINDE. Hoy no me queda nadie a quien consagrarme. Y entonces, comprobamos la verdadera causa de su visita, obtener el favor de Nora y su marido para conseguir una colocación en el banco de Torvaldo: SEÑORA LINDE. Si al menos me acompañara la suerte de encontrar una colocación en cualquier oficina. Nora, por el contrario, está en el polo opuesto. Le ha confesado el buen momento que está atravesando, generado por el futuro nombramiento de Torvaldo como director del banco. Esa alegría le lleva, incluso, a tomar con ligereza la situación de su amiga, aconsejándole que en lugar de buscar una colocación se relaje en un balneario, provocando la reacción amarga de la Señora Linde: NORA. ¿Te conformas con eso? ¡Es tan fatigoso y te hace tanta falta reposar! Te convendría ir a un balneario. SEÑORA LINDE. Yo no tengo un papá que me pague el viaje. NORA. Vamos, no te enfades. SEÑORA LINDE. Tú eres la que no debe tomármelo a mal, querida Nora. Lo peor en una situación como la mía es que nos agria el carácter. No tenemos nadie para trabajar, y, sin embargo, hemos de buscarnos la subsistencia, porque se impone vivir. Acaba una por volverse egoísta. Te diré más. Cuando me has comunicado vuestro cambio de situación, me he alegrado más por mí misma que por ti (Acto primero). Ablandada quizá por las palabras de la Señora Linde, Nora accede a contarle su gran secreto, el que articula todo el argumento del drama: ella pidió dinero prestado para sufragar la curación de Torvaldo, pero a pesar del buen fin para el que lo quería, lo hizo sin consentimiento de éste. Al igual que para la Señora Linde, un hecho como este para la sociedad del momento era algo más que un escándalo. Era un sacrilegio. La misma Nora es conocedora de este aspecto, como señala en estas palabras: SEÑORA LINDE. ¿Y después se lo has declarado a tu marido? NORA. ¡No, santo Dios, qué idea! ¡A él, tan severo a ese respecto! Además, ¡cuán penoso le resultaría para su amor propio de hombre! ¡Menuda humillación comprobar que me debía algo! Eso habría trastornado todas nuestras relaciones, y ya no sería lo que es nuestro hogar, tan dichoso. Nora expone aquí los motivos por los que su marido no debe enterarse de su secreto. Su amor propio de hombre se resentiría. Daría igual que hubiese sido para curarlo a él, que ella haya tenido que vivir sacrificando su “paga” para ahorrar algo de dinero. Por encima de todo, está el honor del hombre que debe mantener económicamente a su mujer y no puede permitir que ésta tenga deudas con nadie. Por otro lado, el motivo del celo de Nora es la conservación de su matrimonio. Este concepto, el del matrimonio, es fundamental, como ya hemos mencionado anteriormente, en la obra, ya que todos los personajes se articulan alrededor de sus experiencias matrimoniales. Así, al principio, la Señora Linde y Krogstad, personaje que ha proporcionado el dinero a Nora y que aparece en escena mientras ésta conversa con su amiga, encarnan la desgracia y el decaimiento, teniendo como origen el fracaso matrimonial, aunque sea porque han enviudado. Para ambos, la vida los ha marginado y los condena a una tristeza y a unos problemas que intentan superar, curiosamente, acudiendo a la misma persona, Nora. Ambos van a pedirle un favor para que ésta interceda en su marido. La diferencia es que mientras la Señora Linde se basa en la lástima, Krogstad intenta chantajearla con la amenaza continua de revelar a su marido el secreto que, ella pensaba, nunca Torvaldo conocería. Como veremos en este artículo, esta situación cambiará al final de la obra y los que parecían abocados a un mundo de tristeza y soledad por no estar casados no van a ser los mismos que en este primer acto. Igual ocurrirá con Nora y Torvaldo, cuyo matrimonio “ideal” a su modo de ver, no va a serlo tanto. Es, sin duda, la aparición del señor Krogstad, justo en la parte final del acto primero, la que cambiará la despreocupación de Nora sobre su secreto y la que la llevará a un desenlace inesperado para ella, si tenemos en cuenta su situación inicial de princesa de cuento de hadas, de muñeca en su casa ideal. Desde que el viejo la amenaza con descubrir su “pecado”, con sacar a luz que ha falsificado la firma de su padre, estando ya esté muerto, Nora, a lo largo del segundo acto, afina sus armas de seducción y ensaya su cara más melosa en la relación con su marido, haciéndole ver que Krogstad debe conservar su puesto de trabajo. Deja de ser la niña inocente del principio y empieza, poco a poco, a convertirse en un personaje preocupado y angustiado, que se ve arrinconado por el deshonor de la sociedad, pero especialmente por la idea de defraudar a Torvaldo. Éste, mientras tanto, se niega rotundamente a mantener en el puesto a Krogstad y repudia continuamente la figura de su empleado, llevando a Nora a un callejón sin salida. Entre otras causas, la negativa del marido se debe, principalmente, a que, ironías del destino, Nora le había solicitado un puesto de trabajo para la Señora Linde. Tal puesto es el que va a dejar vacante Krogstad. NORA. Si la ardilla te pidiera encarecidamente una cosa... TORVALDO. ¿Qué? NORA. Responde: ¿la harías? HELMER. Primero importa saber en qué consiste. NORA. Si accedieras a ser amable y dócil. HELMER. Concreta de una vez. NORA. La alondra gorjearía en todos los tonos. HELMER. Sólo eso hace la alondra. NORA. Bailaría para ti como los elfos al claro de luna. HELMER. Nora... ¿no se tratará de lo que has hablado esta mañana? NORA. (Acercándose a él.) Sí, Torvaldo... Te lo suplico. HELMER. ¿Y tienes verdaderamente valor para hablar de eso por segunda vez? NORA. Sí, sí; es necesario consentir, es necesario que Krogstad conserve su puesto en el banco. HELMER. Querida Nora, he destinado ese puesto a la Señora Linde. NORA. Lo cual está muy bien por parte tuya. Con todo, te bastará despedir a otro empleado en lugar de Krogstad. Observamos, en esta última intervención de Nora, la ligereza de su forma de ser y su egoísmo creciente, a medida que sus problemas van en aumento. No duda en pedir a su marido que despida a otro empleado, como si fuesen cartas intercambiables de una baraja. Su esposo, entonces, saca su orgullo intacto, que reafirma atacando al padre de Nora, a quien tacha de falta de integridad: NORA. No es por eso, Torvaldo, es por ti. Tú mismo has dicho que ese hombre escribe en los peores periódicos... y podrá hacerte mucho daño. Me inspira un miedo tremendo. HELMER. ¡Oh!, ya comprendo: son las evocaciones de otro tiempo, que te asaltan y te asustan. NORA. ¿Qué insinúas? HELMER. Por lo visto, piensas en tu padre. NORA. Sí, eso es. Recuerda todas las iniquidades que acerca de mi padre escribieron personas malvadas en los periódicos..., y todas las calumnias que lanzaron contra él. Creo que se le habría destituido si el ministerio no te hubiera designado a ti para proceder a la investigación y si no te hubieras mostrado tan benévolo con él. HELMER. Media gran diferencia entre tu padre y yo, Norita. Tu padre no era un funcionario inatacable. Y yo lo soy, espero seguir siéndolo mientras desempeñe este cargo. En estas palabras, Torvaldo, en su ignorancia, hace más intenso el deshonor que le espera poco después, cuando descubra el “secreto” de Nora. Todo el segundo acto se desarrolla con los intentos, frustrados siempre, por parte de Nora de enmendar su error. Aunque al principio no quiere decir nada a nadie, a medida que la angustia la va invadiendo, va comunicando su miedo a su entorno más cercano, por ejemplo a la Señora Linde, pieza clave en el desenlace del tercer acto. Al comenzar éste, sin preverlo Nora, la Señora Linde va a ser su tabla de salvación. Enterada de que ocupará el puesto de Krogstad, habla con él. Cuando parece que va a ofrecerle alguna compensación profesional, para sorpresa de todos lo que hace es proponerle matrimonio. La base de tal unión es la necesidad de que dos personas solitarias se unan, mejorando su imagen y status social y, según la misma Señora Linde, que ella pueda encontrar a alguien por quien poder trabajar. El amor no está invitado en ningún momento a este inesperado enlace: SEÑORA LINDE. ¿Y si estos dos náufragos se tendieran las manos? (...). Se me hace necesario trabajar para poder soportar la existencia. Desde que tengo uso de razón, he dedicado al trabajo todos los días de mi vida. Esa era mi mejor y mi única alegría. Ahora estoy sola en el mundo y noto un abandono, un vacío atroz. No pensar más que en sí destruye todo el encanto del trabajo. Vamos, Krogstad, encuéntreme por qué y por quién trabajar. Como podemos ver, la concepción del matrimonio en la época es totalmente utilitarista, en especial para la mujer. Más allá del amor, la realiza como persona, le rellena el hueco para el que ha sido colocada en la sociedad. Tras la inesperada “declaración”, Krogstad intenta enmendar su amenaza. Sin embargo, y, aunque parezca contradictorio, para el bien de Nora, no lo consigue, y Torvaldo encuentra la carta en la que el que era su empleado denuncia las terribles acciones de la protagonista. Todo ocurre, para acrecentar el dramatismo y la tragedia, después de una fiesta en la que Nora es exhibida por su marido, como si se tratase de una muñequita, y cuando ya Nora piensa que todos sus problemas han terminado. Es entonces cuando surge la verdadera cara de Torvaldo y cuando demuestra cuál es la relación que él quiere tener con Nora: HELMER. ¡Nora! NORA. (Lanzando un grito penetrante.) ¡Ah! HELMER. ¿Quieres explicarme...? ¿Sabes lo que contiene esta carta? (...) ¿Con que es cierto? ¿Dice esta carta la verdad? ¡Qué horror! No, no, es imposible, no puede ser. (...) ¡Desgraciada! ¿Qué has hecho? NORA: Déjame marcharme. No soportaré el peso de mi culpa, no responderé por mí. HELMER. ¡Basta de comedias! Permanecerás aquí y me darás cuenta de tus actos. ¿Comprendes lo que has hecho? Di, ¿lo comprendes? (...) ¡Oh, qué terrible despertar! ¡Durante ocho años... ella, mi alegría y mi orgullo, una hipócrita, una embustera..., peor que eso, una criminal! ¡Qué abismo de fealdad hay en todo eso! ¡Puaf, qué asco! Debí presentir que ocurriría algo por el estilo. Debí preverlo. Con la ligereza de principios de tu padre. Ante las duras acusaciones de Torvaldo, que incluyen además los orígenes de Nora (siempre criticados por su marido), la protagonista comienza a vislumbrar, no sólo quién es realmente su esposo, sino que también, como si de pronto fuese la primera ocasión en la que se sitúa ante un espejo, empieza a ver cuál es su realidad, cuál es y ha sido su vida de casada. Todas las imágenes que los falsos espejos sobre los que ella se miraba, y que le devolvían una vida de princesas, de cuento de hadas, de casa de muñecas, se han evaporado y únicamente queda la pobre imagen de una mujer desamparada, sola, y cuyo marido, lejos de los arrumacos y piropos del principio, le demuestra que lo único que le importa es su imagen pública. Si ella la estropea, su amor se resiente hasta la ruptura. Así lo expresa Torvaldo en dos momentos claves del diálogo final con su mujer: HELMER. Acabas de destruir mi felicidad, de aniquilar todo mi porvenir (...), puedo quedar reducido a nada, a hundirme hasta el fondo por la ligereza de una mujer. Hay que destacar la calificación de Nora, su esposa amada al principio de la obra, como una mujer, dándole un tratamiento genérico, como si fuese cualquier mujer que eventualmente ha conocido y con la que ha tenido un imperdonable desliz. Y más adelante, cuando Torvaldo descubre que Krogstad devuelve el pagaré a Nora: HELMER. (Abre la carta, recorre algunas líneas, examina un papel incluido en el sobre y lanza un grito de alegría) ¡Nora! ¡Estoy salvado! ¡Nora, estoy salvado! Nora, al oír esta reacción, le hace una escueta pregunta que descubre lo miserable y patético que es su marido: NORA: ¿Y yo? A partir de este momento, es cuando Nora deja de mirarse en el espejo que le refleja la realidad de su vida, deja su actitud contemplativa y lo cruza haciendo el camino inverso de la Alicia de Carrol. De un mundo ficticio, el de una casa de muñecas, pasa a un mundo real, el que acaba de descubrir. Simbólicamente, el texto expresa este momento cuando Nora se quita el traje de máscara con el que venía de la fiesta y se pone su traje de diario. Es entonces cuando se sienta frente a Torvaldo y, como ella dice, mantienen su primera conversación formal. En ella, Nora es consciente de su nueva situación, con intervenciones como esta: NORA. Escucha, Torvaldo. Cuando yo estaba en casa de papá (...) me llamaba su muñequita y jugaba conmigo como yo jugaba con mis muñecas. Después he venido a tu casa... (...) Quiero decir que de las manos de papá he pasado a las tuyas (...) He vivido aquí como viven los pobres..., al día. He vivido de las piruetas que hacía para divertirte, Torvaldo. Por eso te satisfacía. Tú y papá habéis sido muy culpables con respecto a mí. A vosotros incumbe la responsabilidad de que yo no sirva para nada. La última oración aniquila a la Nora muñeca, la que complacía en todo momento a Torvaldo y jugueteaba con sus hijos como si fuese una niña más. Ahora, castiga a su esposo donde sabe que más va a dolerle: renuncia a ser su esposa y madre de sus hijos y escoge el camino más difícil para ella, el de la soledad. Esta decisión la hace a sabiendas de las dificultades que ello comporta, tal como la Señora Linde le había hecho ver al inicio de la obra. Curiosamente, ambas han intercambiado su posición al final del libro: NORA: Me hace falta la soledad para darme cuenta de mí misma y de cuanto me rodea. Así que no puedo quedarme contigo. Aunque Torvaldo intenta disuadirla, aludiendo a la pobreza en la que vivirá, Nora ya está decidida a empezar de nuevo, e incluso el argumento de cumplir sus deberes como esposa y madre, que también arguye Torvaldo, no la frena en su decisión. Ahora únicamente tiene unos deberes, como dice en esta intervención: HELMER. ¿Cuáles son esos deberes? NORA. Mis deberes conmigo misma. HELMER. Ante todo, eres esposa y madre. NORA. No creo ya en eso. Creo que, ante todo, soy un ser humano, igual que tú..., o, cuando menos, debo intentar serlo. Sé que la mayoría de los hombres te dará la razón, Torvaldo, y que están impresas en los libros ideas tales. Pero yo ya no puedo pararme a pensar en lo que dicen los hombres ni en lo que se imprime en los libros. Es menester que por mí misma opine sobre el particular, y que procure darme cuenta de todo. Al final, tras una intensa conversación, Nora abandona el hogar, dando a Torvaldo la clave para que su relación se hubiese mantenido e imprimiendo con sus palabras la crítica social que lleva la obra: la falsedad de los matrimonios de la época a causa del ninguneo al que se sometía a la mujer, considerada poco más que un elemento decorativo: HELMER. ¿Deberíamos transformarnos los dos hasta el punto de que..? NORA. Hasta el punto de que nuestra unión se convirtiera en un verdadero matrimonio. Tras esta intervención, sólo queda en escena un desplomado y desanimado Torvaldo, cuyas palabras son acalladas por el ruido de la puerta de casa al marcharse Nora. Ésta, con su modo de actuar, pero sobre todo con su modo de pensar, marca el camino a la mujer de su época, la del XIX, y a la mujer de cualquier época posterior, invitándola a mirarse sin temor en el espejo que es su vida y a cruzarlo si no le gusta lo que éste refleja. Las anima a ser mujeres de verdad, a que se dignifiquen, aunque para ello tengan la soledad como compañía. Todo ello es preferible, como demuestra Nora, a vivir en un mundo de muñecas, bonitas por fuera pero vacías en su interior. ** Álvaro Giménez García pesimusa@yahoo.es Investigador español (Orihuela, 1974). Licenciado en filología hispánica por la Universidad de Murcia (http://www.um.es, España). Es docente de lengua castellana y literatura de enseñanza secundaria en el centro Gabriel Miró de Orihuela. Textos suyos han sido publicados en la revista digital El Coloquio de los Perros (http://www.elcoloquiodelosperros.net). ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Ética del aire (extractos) Eleonora Requena *** Apuntes de memoria David Gregory *** Caballos del paraíso (extractos) Florentino Gutiérrez Gabela *** Esta tarde vi llover Pedro Conde Sturla *** Poemas Marianna Salvioli *** Tenemos presidente Josué Mauricio Salgado *** Poemas de amor y muerte (extractos) Jaír Ríos *** La Simbudita María Fernanda Rossi *** Barrio hondo Rodrigo Jara Reyes *** La espera Patricia Ramírez *** Poemas Antonia Blasa Martín Pérez *** Dibujo en el mar Ana Elena Costa Neyra *** Tres poemas Marcia Reverón *** Cordero de Dios Paula Winkler *** Poemas Parix Martín Cruzado Jiménez *** El Club de Charles Turner Manuel Bolívar Graterol === Ética del aire (extractos) Eleonora Requena ====================== (Nota del editor: como “una fuga en zigzag a través del limbo de la casa” calificaba Salvador Garmendia, hace una década, los poemas de la escritora venezolana Eleonora Requena. Se refería entonces a mandados, el poemario con el que Requena obtuvo en 2000 el premio de poesía la V Bienal Latinoamericana de Literatura José Rafael Pocaterra, y que hoy ha sido reunido en este volumen con el libro inédito Ética del aire, un extracto del cual ofrecemos a nuestros lectores). Ética del aire Eleonora Requena Poesía bid & co. editor (http://www.bidandco.net) Caracas, 2008 ISBN: 980-6741-63-8 108 páginas quiero prisa, olvidos instantáneos, necesito economías, desahogar por la ventana la calina, tirar todas las bolsas de basura, incendiarme los quebrantos en la sala, salvaguardias, canjes de fortuna, un desalojo rápido, un pase de salida, el cruce de miradas que resuma la orden del disparo, un trueno que proclame el escampado, el acallamiento inadvertido de chicharras, la demora en los asuntos plenos, un recuerdo dibujándome la risa, al menos la compresa para la afiebrada llaga, una siesta, acaso algún abrazo quieto, inmundo === quedarse es enterrarse en la ilusión de una semilla en el asfalto, germinar en la milagrosa hazaña del inválido que cruzó por puro afán un río, ya no sé cuál fruto sabe más al fruto, si ése que probaste porque lo sembraste tú o aquel otro espléndido que alguien te obsequió, no sé lo perdurable, no sabré, dejar es claudicar, dejarse un tanto en la orilla, cancelar facturas que nadie cobró, pisar un suelo falso, palparse las campánulas del yo más llano, quizá sea ganarse un tanto, hacerse una ventaja corta, dejar tal vez sea partir después de todo, huir o ser, no sé === cuida al corazón de los desfiladeros, de caer en el precario goce de caer en los desfiladeros, cuida al corazón profundo de caer piedras abajo, cuídalo de los tropiezos, déjalo que caiga sin remedio. === temo hacer de mí un huraño caso un áspero contorno sin accesos, el resabio irrefutable, la experimentada experiencia que ya a nadie oye, no hago más que debatirme entre bendiciones y condenas, le interrogo a los abismos cuán dulce es la caída, me ufano al poseer alguna llave, no quiero contar más los dedos de mis manos, quiébrame cariño, címbrame, hazte la certeza de este desconcierto, bórrame este amago de soberbia plena === soy una renegada de mí, esto te lo digo bajito, como para que no oigas, escribo lo subversivo a mis propias defensas, me mello cada vez y me [aniquilo, pero como sé que quedo dicha y siguen siendo acero las palabras, ellas continúan tercas ahuecándome, porque no hay cercados que sus propias fuerzas no derriben === el amor no es blanco, probo se apresura a devorar sus pastos, reverencial impone sus denuedos, cuando se sabe amor jerarca de quien desprevenido mitigaba sus desdenes, fustigante tiñe sus espejos, le colma de inasibles cargas con el pretendido de hacerle tenue toda desventura, bebemos su espesura, no sabía Iseo cuál materia se vertía en sus adentros, cómo de calcárea zona, su morada se transformaría en la vasija del deseo, tampoco sabe a cieno. === el silencio se quedó enramado en la fronda del caobo, medra entre los nidos, se cubre con follaje, yo le digo: baja que peligro, déjate girar como las semillas leves, pero en las alturas la contemplación es un deleite y ahora está posado allá, a salvo de mi garra === pongo cada vez una carnada en el anzuelo y lo lanzo al charco en el que sólo hay renacuajos, luego espero con paciencia de piedra a que prendas, pero siempre viene el día con su cielo rojo y sus olores a fermento, unas alimañas se han comido el cebo, tengo el reluciente anzuelo apenas encajado, ha debido ser cuando solté el sedal o cuando mis bostezos terminaron en un sueño donde tres mujeres con guadañas sesgaban cada brote de mi aliento, y tú los recogías y guardabas uno a uno, adentro de ese cofre tan pequeño ** Eleonora Requena elerequena@gmail.com Poeta venezolana (Caracas, 1968). Cursó estudios de letras en la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab, http://www.ucab.edu.ve). Participó en los talleres de creación literaria del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.gob.ve). Ha publicado los poemarios Sed (Eclepsidra, 1998), mandados (La Liebre Libre, http://www.laliebrelibre.com.ve; 2000), Es de día (El Pez Soluble, 2004), La Noche y sus agüeros (El Pez Soluble, 2007) y Ética del aire (bid & co. editor, http://www.bidandco.net; 2008). Su trabajo aparece reseñado en diversas antologías y estudios críticos dentro y fuera de su país. Con “mandados” obtuvo el Premio de la V Bienal Latinoamericana de Poesía José Rafael Pocaterra (2000), mientras que con La Noche y sus agüeros obtuvo el Premio Italia 2007 para la Poesía en el certamen “Mediterráneo y Caribe”, auspiciado por el Instituto Italiano de Cultura de Venezuela (http://www.iiccaracas.esteri.it) y el Centro de Poesía Contemporánea de la Universidad de Boloña (http://www.centrodipoesia.it). === Apuntes de memoria David Gregory ================================= Tanto he esperado, que ahora sólo olvido Arthur Rimbaud En realidad, no recuerdo qué me llevó hasta aquel lugar. Quizás fue un aliento, una corazonada extraviada, alguna nota melancólica de jazz. Tampoco recuerdo —si vamos a ser sinceros— qué era exactamente aquel lugar. A veces pienso que era un parque. Otras veces pienso que era una acera, de esas que son muy comunes para recordar. Pero... casi siempre creo que aquel lugar era un escenario, al menos así se sentía, aun cuando era acera, aun cuando era parque. Sin saber cómo y de manera extraña, alguien prendía las luces, y yo encendía un cigarrillo. Tenía yo un sombrero teñido por el olvido, y un atuendo que seguía resonando a cliché, mucho más que las circunstancias del momento. Salía una bocanada de humo de mi boca, y entonces mi mirada extraviada se encontraba con una mano, esa mano, que me saludaba (¿o se despedía?) en... el parque. Pero, ¿de quién era la mano? ¿Y quién me aseguraba que era un parque cuando yo mismo no estaba seguro de nada? Según recuerdo, o según creo recordar, me propuse un intento en vano, una especie de aborto, un esfuerzo fútil: descubrir en mi memoria a quién pertenecía esa mano. Mi primer paso fue hacer una lista de los elementos que tenía que tener en cuenta en medio de mi nueva aventura. Sabía que no era la primera vez que veía a esa mano despidiéndose. No sé, tenía una sensación de déjà vu que me recorría el cuerpo. Quizás no era casualidad que hubiera llegado hasta aquel lugar. Quizás era una costumbre mía, o una malacostumbre que pretendo olvidar. Sé, o creo saber, si toda la publicidad y/o propaganda puritana tiene razón, que si uno intenta hacer un trabajo serio debe evitar el alcohol o cualquier otra cosa que lo desenfoque de su objetivo. Pero recordar cuesta tanto trabajo, quema tanta energía... que decidí pedir un trago en voz alta. ¡Whisky a las rocas con agua! Entonces me pareció que en ese mismo instante un mozo de blanco, negro y vino, aparecía en medio del escenario con una bandeja, y en ella mi trago. Cogí la copa con la punta de mi dedo pulgar y la punta de (¿los?) otro(s), en una pose que rayaba entre la comemierdería y la mariconada, una pose refinadamente ridícula, como a lo mejor lo sea cada comportamiento refinado. Si vamos a ver, sólo tratamos de disimular que no somos animales, pero la ilusión no puede crear una realidad —pensaba en eso mientras se me escapaba de entre los dientes una bocanada de humo. Y entonces un sorbo del trago. El sabor de licor crudo, fuerte, me trajo mil recuerdos. Ninguno de ellos tenía que ver con aquella mano. Ninguno podía desarrollarse con cierta coherencia. Sólo aparecían fragmentos de sabor amargo. Sin embargo y finalmente, apareció uno que pretendía quedarse. Era yo, si más recuerdo, y estaba escribiendo una serie de anotaciones. Intentaba dar con el significado de algo que había olvidado. Cada letra plasmaba la futura acción y era dividida por pasos. Recuerdo esa primera escritura, aquella combinación de palabras que se plasmaban en un papel ya amarillento: mi primer paso. ¿Cuántos pasos habría dado para entonces? ¿Cuántos pasos he dado ahora para llegar aquí? A este... ¿parque? A este... ¿escenario? ¡Acción! Alguien gritó y de momento yo sentía ganas de volver a mamar de la colilla del cigarrillo. ¿Será pendejo? —me pregunté de momento. ¿Qué puñetera acción ni qué carajos se puede ejecutar en este momento? Hay demasiadas palabras, demasiados pedazos de información, demasiados recuerdos como para recordar algo, como para poder actuar. Es tanto, que me quedo por horas pensando qué es lo próximo que debo hacer; sin hacer nada, sin moverme, sin pensar, sin actuar. Entonces me parece, y puede que sea el sorbo de licor el que esté hablando por mí en este momento, me parece que el tiempo pasa. Al menos ese era mi parecer. Creo que llegué a esa conclusión porque cuando alguien prendía una luz, se apagaba otra. Sí. El tiempo pasaba. Pasaba y dejaba una huella. Era una marca que yo tenía que anotar de alguna forma. Era una pista. Saqué mi libreta y entonces me di cuenta de que había olvidado mi bolígrafo. De repente, así como si nada, apareció el señor Ramírez que, sin detenerse, caminó hacia mí con la mano extendida y me dio con qué escribir. Mis disculpas a todo aquel que tuvo que ser testigo de aquel espectáculo. Yo, mirando anonadado a la mano que sostenía el bolígrafo, mientras el señor Ramírez seguía caminando directamente, hasta salir de tarima. En algún momento volví mi mirada para ver la salida de Ramírez. Mientras, mantuve mi mano en al aire, sosteniéndola de la misma forma en que la recibí. Día: ... Hora: ... Es un problema no poder recordar estas cosas. ¿Cómo se supone que descubra la mano perdida si ni siquiera puedo mantener mis apuntes con cierta coherencia? Decidí que tenía que dejarme llevar y dejar de escribir tanto. Debía dejarme llevar por mis sentidos, digo, fueron ellos los que me guiaron los pasos. ¿Cómo era que se llamaba? ¿Café Boulevard? Algo así. Si más recuerdo vendían de todo menos café. En fin, tocaban un blues y yo encendí un cigarrillo (una sensación rancia me daba la impresión de que no era el primero que fumaba). No sé por qué me dio por alcanzar la grabadora que mantenía en mi bolsillo, como si estuviera verificando que no se hubiera ido. De momento, y así como si nada, empezó a reproducir mis notas, las cosas que había grabado en ese aparato hasta entonces. Debí haberle dado a play sin querer. De todas formas, no se podía escuchar nada que no fuera estática, espacios vacíos, espacios en blanco. En realidad, no recuerdo qué se podía escuchar. Quizás... quizás fue un sonido, una silueta. Me parece haber visto la sombra, mi sombra, seguir mis pasos a través de la tarima. No había aplausos. No había sonido. No había nada, a no ser por un ruido enorme de silencio, y el peso de la expectativa. Todos hemos sentido eso en algún momento, aunque fuera en una obra de escuela, esos nervios de hielo, ese miedo a ser rechazado. Y, a final de cuentas, no creo recordar por qué tememos tanto al rechazo, a la soledad. ¿Acaso esperamos seguir escuchando ese latido tan cercano que se siente antes de nacer? En fin, con mucho esfuerzo caminé hacia el centro del escenario. Yo, y nada menos, era el centro de atención. Me senté, o eso creo, y en un ridículo traje comencé a tocar... ¿un piano? Un dedo, un teclado, y se producía un sonido. Me pareció que cada suma sumaba cierto sentido, como cada pedazo de memoria. La operación aritmética adquiría significado mientras iba anexándose a los distintos efectos producidos por cada dedo que tocaba una tecla. Así, en un instante, sonaban imágenes en mi memoria, en mi cabeza. Aquella tonada que me cantaban de niño —me tarareaban más bien— y que ya no puedo descifrar del todo. Recuerdo unos labios, tradicionalmente rojos, y una media sonrisa mientras sonaba el canto. Tal vez, unas manos, me acariciaban cariñosamente, como yo acaricio a este piano. Un sonido. Do. Y aparece una imagen, cada sonido es un recuerdo, cada momento una nota, cada nota una imagen rota en la memoria. Sol. ¿Quién recuerda el orden verdadero de las cosas? ¿Una mano se despedía, o saludaba? No recuerdo si llevaba un pañuelo. Había un saxófono, un intento de jazz que corría por las calles, un cigarrillo, y creo, si más recuerdo, que yo tocaba otro teclado. ¿O era blues? La. ¿Era esa la nota que daba cierto sentido? En realidad no creo que importe. ¿Quién recuerda la nota? Sólo bailaba la música, y me componía un sentido, cierta ruta a seguir. A ver, una mano, y yo intentaba algo, construir un no sé qué. Hacer una lista que descubriría algo. Siempre tenemos la sensación de que organizándonos le daremos significado a lo que nos rodea. Pero si toco otra tecla puedo cerrar los ojos y olvidarme de todo, olvidarme del mundo. A ver, creo que ha pasado cierto tiempo desde que pensé algo. Sé que a veces me equivoco, que en realidad no entiendo cuál es el verbo que debo usar, cómo conjugarlo. Ah, pero sí creo que me llegué a levantar. Tomé un trozo de papel que parecía llevar conmigo hacía ya cierto tiempo. Tenía algo escrito, creo que decía algo como... en realidad, no recuerdo qué me llevó hasta aquel lugar. A decir verdad, tampoco recordaba qué me había hecho escribir esos apuntes. Una corazonada tal vez. Fue entonces, si más recuerdo, y en aquel momento, que me levanté (¿ya lo había mencionado?) y dejé el piano ya olvidado en una esquina. Hubo, por un momento, un silencio que fue interrumpido por otro sonido del piano. ¡Alguien había tocado una nota! Casi salté del susto que me causó el sonido, creo que quizás, casi hasta grité. Otra nota fue tocada, en la oscuridad, en el silencio. Otro teclado fue tocado y me pareció que alguien escribía algo. Podía escuchar el silbar del bolígrafo sobre el papel, el dedo apretando alguna tecla. Una nota/una letra, y apareció un ojo. No recuerdo cómo pude verlo, si alguna luz fue encendida o no, pero había un ojo... y me miraba. Estuve petrificado, mirando la mirada que me miraba. Así, pude ver el reflejo del ojo y vi entonces lo que el ojo veía; me veía a mí mismo mirándome. Estaba en un cuarto, encerrado, desconectado del mundo, sólo había ladrillos en las paredes, y entre tanta soledad, yo escribía como demente. Déjenme recordar los datos... a través del ojo me veía escribiendo como un desquiciado, encerrado, aislado, solitario, desconectado del mundo, y tratando desesperadamente de recuperar algún vínculo de mi humanidad por medio de las palabras. Estaba escribiendo las notas de lo que parecía una especie de investigación. En primer lugar, alguna mano se movía en un parque. La mano resultaba familiar. Me pregunté por un momento qué demonios escribía. Ah, pero pasaron unos segundos mirados en el reloj de mano cuando pude ver que desembozaba unos apuntes. Había ciertas notas, tecnicismos, sobre la hora y la fecha. El resto parecían garabatos sin importancia, sin sentido. Una mano era la sospechosa de provocar cierta sensación en mí, cierto recuerdo. Había pasado un momento, y unos pasos me seguían. Alguien intentaba erradicar toda la información, que a fin de cuentas ni existía ¡porque yo no la recordaba! ¡Ah! Pero recuerdo a la Sra. Bondoir con su mirada frívola, y su torpeza al despedirse. Seguramente estaba nerviosa. Soy bueno para armar estas pistas. Al menos creo serlo. Y entre el humo estaban sus labios rojos. La trompeta de jazz volvía a sonar. Creo que entonces ella dijo algo como... —¿Buscabas a alguien? Pero, ¿quién puede recrear una oración? Quizás los escritores, y yo sólo trato de recopilar pedazos de palabras, o sea, soy todo menos un escritor. Si hubiera sido... ¿algo? No recuerdo qué era lo que iba a ser. Quizás. Quizás. Quizás, quizás, quizás. ¿Había una canción que se confundía así? La olvidé. ¿Qué puedo decir con esta memoria? Prácticamente nada. En algún momento me dio por escribir todo para recordar. Ahora se me olvida escribir lo que tengo que recordar. ¿Qué es la memoria ahora? Tal vez un momento de embeleso, de nostalgia. Sin embargo —pensé—, sin la memoria no somos nada. Punto. Animales con instintos, pero es la memoria la que nos hace apreciar la vida, quererla, desearla, tratar de evitar la muerte para volver a enamorarse (de una mano), un beso, aquella mirada, aquellos labios, aquella caricia... aquello que nos enseñaron y aquello que nos conformamos con seguir. El recuerdo es lo que nos motiva, aquel momento de embeleso. Mas cuando uno se pierde en el recuerdo no se hace nada. Podría apostar que ahora recordar no significa tanto, no da ni para tener cierto sentido. Puedo hacer algo y lo olvido en menos de lo que puedo recordar hacer el siguiente paso. En esas circunstancias, para qué... ¿Qué estaba diciendo? Ah sí, quizás. Quizás nunca se pueda ser... nunca se puede recrear algo. No nos podemos ni recrear a nosotros mismos... pobres... ¿griegos eran? Esos que hablaban de sombras y cuevas... no recuerdo... yo estaba pendiente a la ventana cuando lo discutieron en alguna clase olvidada. Entonces me veía escribiendo, pero mis notas no descubrían nada, no había caso ni misterio, sólo notas. Sólo palabras. Sólo letras en aritmética imperfecta. Elementos que trataba de sumar, para hacer cierto sentido. Pero si recordaba los labios, olvidaba la mano, si recordaba el humo, olvidaba el rostro. Ah, el rostro, el retrato era... cianuro y canela. Sus ojos me penetraban, como si me quisieran desvestir. Luego un ruido impertinente. Alguien, que no recuerdo que hubiera salido de las sombras, decía... algo. La mujer —creo que ya doy eso por hecho— volvió nuevamente su mirada hacia mí, tomó una última bocanada de humo, la dejó salir, y se fue entre las sombras. Todo esto lo escribí como un demente, apartado del mundo. Y cerré el ojo. Si más recuerdo, una sombra se movió detrás de mí. Volví la mirada pero nada parecía distinguirse entre tanta oscuridad. Abrí los ojos y la sombra se hizo silueta. De silueta pasó a ser cuerpo, un cuerpo reconocible, una persona. Iba caminando hacia mí y, penetrado por el miedo, me hice a un lado. Entonces, creo que siguió caminando derecho, como un zombi. Así, de la nada, apareció un espejo en su camino, por ende, otro cuerpo se reflejaba, y ya éramos tres. Busque mi pequeña libreta (¿o era grabadora?) de mis bolsillos para hacer los apuntes concernientes. Ya ni recordaba cuál era el misterio, si alguno. Alcancé la libreta, pero dejé caer el papel cuando vi que la persona que caminaba hacia el espejo siguió caminando hasta disolverse en él, hasta formar una sola persona. Olvidé de qué escribía. Acaso, creo que era de una mano, una mano que se sacudía y bailaba por el aire. Era una mujer. Tenía labios azules y ojos grandes, tan grandes que parecían comerte la piel. Yo escribía sus características en alguna libreta perdida. No recordaba la razón. No la recordaba a ella. Una mano aparecía en los escombros de mi memoria, lo que queda de ella. Recordaba ese sabor ajeno, esa piel olvidada, ese sabor a país extraño. Al menos intentaba hacerlo, y mientras mi pluma permanecía en el aire, derramaba sus gotas. Ambas... eran... una... persona. Ambas eran una. La mano se despedía. Sus ojos estaban ensombrecidos por un ligero azul tenue. Sus labios se movían, pero yo no prestaba mucha atención. Sabía lo que iba a decir mucho antes que apareciera allí. Lo había leído en el guión. Yo tenía subrayada una despedida como destino. Esa era mi estrella, mi señal y mi camino. Un adiós sin despedida. Una despedida improvisada. Una separación siempre olvidada. La mujer decía que ya no sentía lo mismo. Yo sentía sus palabras. Esa era la confesión final del delito, y sus manos estaban manchadas en sangre. Di una vuelta y dejé caer el cigarrillo. Di una vuelta y busqué unos cigarrillos entre mis bolsillos. Di una vuelta, y todo parecían vueltas y vueltas y vueltas. Cerré la puerta, olvidando decir algo, saqué mi libreta, y olvidé apuntar lo que había sucedido. Todo estaba en blanco, y en medio de mi coraje por no recordar nada, enterré el bolígrafo en la palma de mi mano. Ahora tengo una marca, pero no recuerdo por qué, ni qué significa. Lo más probable sea el símbolo de alguna lección que no he aprendido, algún error que volveré a cometer una vez más, y otra, hasta simular un infinito. Había un intento de historia, un érase una vez que ya no invoca a nada, que se ha perdido en el camino. La escritura te empuja a intentar dar sentido a las cosas que pasan alrededor, a esa música, esa mujer... pero nunca lleva a nada, sólo termina por amontonarse y su sentido no tiene sentido, amarrada como está entre tachones, polvo y un amarillo que señala el tiempo perdido. Alguien me preguntó alguna vez cuál era la moraleja. Creo que en algún momento la hubo. De lo que recuerdo, puedo decir que no me quedé con la chica. En todo caso, sólo con partes de ella, con fragmentos. No hay un final feliz ni recompensa para el héroe. Entonces mis pasos me dictaron otro camino... que ya no recuerdo. La música se fue perdiendo, pero el sentimiento de tristeza y vacío siguió conmigo. Sin saber cómo, alguien apagó las luces. Una pequeña chispa interrumpió la oscuridad... y yo encendía un cigarrillo. A la memoria de Antonio ** David Gregory spartacous@hotmail.com Escritor puertorriqueño (San Juan, 1978). Es estudiante graduado y maestro. === Caballos del paraíso (extractos) Florentino Gutiérrez Gabela ===== *** Generación Beat Loco Ginsberg yonqui Burroughs vagabundo Kerouac héroes de una eternidad de neón y purgatorio alucinados de los áticos y las autopistas vomitando whisky y pesadilla por salas de hospitales peyotes por Atlantic City lúgubres bares de sueños tangerinos furgones de solitarios y jazz de Luisiana sembrando yerba por las catedrales arrojando calaveras hipnóticas del Empire State bailando descalzos sobre las tumbas de Brooklyn desnudos del éxtasis y panfletos pacifistas parques públicos del sexo y la liberación colgados por locomotoras de Madison Avenue versos enlatados en psicoterapias saxofón de East River y negros del blues gasolineras de la benzedrina y el alcohol cerebros drenados de cerveza y droga América estremecida confesando y escribiendo su crimen la culpa de dólares sanguinarios la esfinge de rascacielos inacabables chimeneas de cemento monstruosas despertad demoníacos suburbios esqueléticas ciudades del hampa gobiernos del dadaísmo simbólico y la catatonia sueño contigo Gólgota del piano y las arpías alucinados del Bronx camaradas de los Santos Lugares de Harlem la poesía es una tarea inútil mientras las sirenas del Hudson no anuncien a Poe el Apocalipsis con Arcángeles visionarios. *** Bukowski La vida siempre fue una mala perra una vieja borracha sucia y maloliente por los oscuros callejones de los arrabales ahí estás de trotamundos y aún consideras que es agradable ser Bukowski no hay nada que discutir sobre este sórdido argumento de la literatura la soledad no es la peor cosa ni los bares ni las apuestas ni las putas de las aceras sonriéndote has peleado a la contra con toda la desesperación y has envejecido con una multitud de héroes ignorados por esa maldita cosa de la poesía te imagino aún con el cigarrillo colgando de los labios maldiciendo al dios de las dos caras o buscando tu alma por algún cuarto de alquiler. *** Cautiverio de Jean Genet Cuando los pliegues de la sangre son espadas o transparentes gaviotas, los años son un maleficio de ásperos desengaños o arrebatadas profecías. Pero esa juventud termina en las sucias charcas, en el hedor de un salario para pagar la cal entre las tumbas y hay delirios de barro y puñados de flores bajo la lengua de adorables víboras. Cuando vigilan los feroces jinetes de las luciérnagas y las lechuzas escarban la tierra con cuchillos el sabor del carbón entra en la boca del centinela o del suicida con el perfume de un polvo sagrado y hay un ángel que escribe a oscuras como sicario de azules serpientes, corroyendo los recodos sutiles de la vida, atrapado en el cultivo más huérfano de todos los silencios. *** Itinerario de un poeta Adónde vas sin tregua, Federico García Lorca ¿al inmortal ocaso donde la tarde es un exilio de azucenas celestes? ¿donde el universo es una hambrienta paloma que devora la sal? Tu boca nos responde con un orgulloso latigazo de silencios ¿un desdeñable consuelo ante tanta demencia? ¿un prodigio de obstinación más allá de la muerte? sin embargo nos acoges con el corazón dolido de las horas más oscuras y nos miras con tu mirar de mirlo enamorado y jubiloso. Olvida el sueño despojado por una ceguera de cuchillos edificando calamidades, no pretendas sembrar el odio cuando el firmamento es estéril y empaña la hospitalaria sala donde declina el día. Sé siempre dichoso desde cualquier cautividad en que te encuentres. Sólo pedimos llevarte por esa noche hinchada de racimos o un inquebrantable jazmín para apuntalar el desguarnecido frío de la pureza, adónde sino ese desorden de rimas extraviadas por tus manos. Desde aquí abajo se te ve un huérfano terrestre pisando los astros de vistosas alas, un halcón despreciando el derroche perfecto de la aurora. *** Poetas malditos Un aire de autodestrucción y decadencia desata el pensamiento en las tinieblas. Baudelaire, la modernidad maldita. Los trapos sucios de la moralidad prostibularia y tu epitafio descarnado: “Yace aquí quien por haber amado demasiado a las zorras, descendió joven aún al reino de los topos”. Nosotros, los “lisiados de la vida”, te llevaremos las flores del mal a Montparnasse, tu eterno paraíso artificial de opio terrestre. Verlaine, ¿qué has hecho tú, maldito entre los malditos? la bohemia te llenó de excesos y de absenta hasta el amor pasional y el encierro. Nostalgia y música por los versos de alma simbolista. Místico insaciable, se llenó de tu figura el Barrio Latino. Saturno nunca protegió al Don Quijote del Parnaso. Y tú, joven Rimbaud, bohemio vagabundo, consumiendo tu vida de rebelde precoz entre manifiestos comuneros y tu Verlaine, protector y amante desairado asfixiándote con el humo evasor y clandestino del Hotel Pimodán, traficando carne humana por el África dormida en la miseria, paseando tu fatalidad sin redención por el barco ebrio del infierno. Aún tiembla el París decimonónico con el espíritu de vuestros nombres oliendo a escándalo y ajenjo. *** La noche sabia de Alejandra Pizarnik Un errar inocente lleva a todas las perdiciones. Ella busca la salvación persigue la noche sabia de los que se van lejos escucho su dulcísimo canto cayendo como el agua ella canta a solas como las sombras del bosque. La poesía es un juego peligroso lleva también el silencio cuando no encuentra su lenguaje. *** Rima de insomnios a Miguel Hernández Acaso no soporte tu rima de insomnios la cabalgadura irrenunciable de las palabras pregunto qué conmovedora lucha inspira ese cáliz de extrañeza y adoración transformado en vacío ¿acaso soñaste alterar tu ceguera deslumbradora en luz irrevocable? ** Florentino Gutiérrez Gabela fggabela@terra.es Escritor español (León, 1953). Es técnico de telecomunicaciones. Poemas suyos pueden leerse en revistas digitales como Destiempos (http://www.destiempos.com), Palabras Diversas (http://www.palabrasdiversas.com) y Almiar/Margencero (http://www.margencero.com). Ha publicado, además, los poemarios Liturgia del tiempo, Caballos del Paraíso, Últimas devociones y La vida y otros agravios, todos con el sello Visión Libros (http://bit.ly/1IlBVY). === Esta tarde vi llover Pedro Conde Sturla ========================== (del libro inédito Los ritos ancestrales) Vagamente recuerdo haberte amado. Ahora que te escurres furtiva en la memoria recuerdo vagamente haberte amado, la espiral de tus trenzas amarillas, la sonrisa distante y caprichosa, el negro de tus ojos, la chispa que ahora enciende la hoguera de nostalgia. La hoguera que esculpe, que dibuja, al decir de un poeta, el humo de tu rostro. Eran días de lluvia y de infortunio. En aquel tiempo de lluvia adolescente, la diminuta lumbre de las tardes florecía en tus trenzas como una dulce rosa enrevesada. En aquel tiempo, vagamente lluvioso, recuerdo que te amaba y recuerdo que amabas como yo los días de lluvia, esos días morosos y cordiales en que el leve contorno de las cosas adquiere una doble presencia en el perfil del agua y la atmósfera de la ciudad se siente densa, cargada de poesía. Había algo de magia en la ciudad lluviosa de aquellos días, un aura de misterio, la melancólica lluvia que caía suavemente sobre los mansos atardeceres de abril y finales de mayo, el contraste entre la pesarosa bruma y el encanto de los robles venezolanos de la avenida Bolívar en flamante explosión de colores a veces malva y azulados a veces. Después de mayo, en cambio, aquel incierto mayo, se percibía, sobre todo, empezó a percibirse en ese ambiente bucólico, engañosamente apacible, un violento contraste con el toque casi siniestro, el aire reservado de ciertas residencias de lujo, ventanas caídas, puertas cerradas, casonas cerradas que parecían deshabitadas. Una densa impresión patibularia. El terror. Metáfora del terror que invadía los más íntimos espacios. El filo de un terror que cortaba como el hielo. Toque de queda y ley marcial. La cacería humana. La soldadesca del régimen agonizante tumbando puertas y ventanas, arrestando opositores, torturando, realizando ejecuciones sumarias. El terror en lecho de muerte después de mayo. Parecía que el mundo hubiera enloquecido de repente y nos rechazaba de repente con una brutalidad que no habíamos anticipado. El fuego de metralla. El lúgubre movimiento nocturno de las fuerzas de seguridad del estado. El ladrido de los perros. De aquella época preservo una imagen trágica en el momento de nuestra despedida en el aeropuerto. Estás tú en esa imagen, tomada del brazo de tu madre, el brazo enlutado de tu madre. El luto de tu madre. El llanto de tu madre. Los grandes ojos rojos encendidos, glaciales y vacíos. Fue un simple adiós entre adolescentes al doblar de la infancia, uno de esos episodios que carecen, aparentemente, de importancia, y sin embargo se graban para siempre y vuelven una vez y otra vez en la vigilia y vuelven en el sueño una vez y otra vez. Volví a verte después, muchos años después, durante un breve retorno, cuando ya casi no éramos amigos y casi nos habíamos olvidado. El encuentro fue más bien un desencuentro. Los años y la vida y la distancia hacen cosas terribles como esa. El abismo del tiempo, muchas veces, convierte amigos y amantes en extraños. Se había apagado el eco de nuestras conversaciones y nuestro idilio platónico en la sala de tu casa de la calle Cervantes era cosa pasada, agua pasada. Nuestra relación estuvo siempre circunscrita a ese espacio que ahora estaba abandonado, ahora en venta. El humo de tu rostro estaba como ausente en el humo difuso de otros rostros. Salvo cosas triviales, no teníamos nada que decirnos. Ya no eras la chica de las trenzas ni volverías a serlo. Se había dibujado en tu sonrisa una amargura aleve, y en tus ojos, negrísimos, se había consumido el brillo de otra época, la voz desencantada, tristísima la voz, la chispa que encendían tus palabras. Aparte de ciertos detalles, para quien no te hubiera conocido en tu vasto esplendor, lucías y relucías, pero no eras la misma. Te parecías un poco, lentamente a un otoño. Parecías levemente, dignamente marchita. Algún giro de tuerca, un vuelco del destino te jugó una trastada, convirtió tu carita de rosa encendida en esa grave máscara de soledad, ungida de soledad. Quizás las huellas de un amor incurable. Ahora he vuelto a verte y ya no eres. Apenas treinta años y ya no eres ni serás para siempre. Ahora al verte así, perdida entre los sórdidos espacios de la muerte, pienso en días de abril, pienso en la lluvia, la memorable lluvia de aquella adolescencia, pienso en aquellos mansos atardeceres de abril, las veces que juramos que al caer de la tarde, como al caer de la vida, desde las ventanas de tu casa veríamos llover. Al poeta y amigo Ramón Tejera Rosas, por El humo de los rostros. ** Pedro Conde Sturla pedro.conde@codetel.net.do Escritor dominicano (San Francisco de Macorís, 1945). Es publicista, cursó la carrera de humanidades en la Universidad de Roma (http://www.uniroma1.it) y es profesor de historia y literatura por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD, http://uasd.edu.do; 1978). Ha publicado artículos en periódicos y revistas de su país y de México, Venezuela y Cuba. Autor de textos de crítica e historia literaria, narrativa del género satírico y poesía: Antología informal (1970); Notas sobre el Enriquillo (1978); Rubén Suro o la poesía con una sola intención, estudio preliminar de la recopilación Poemas de una sola intención (1978); Problemas de historia, en colaboración con Félix Calvo (1982); Oficio de poeta, ensayo de interpretación de la obra de Roque Dalton en la edición dominicana de Taberna y otros lugares (1983); Los cocodrilos, relato (1984); El humo de los rostros, poemas, en colaboración con Ramón Tejera Rosas y Radhamés Reyes Vásquez (1992); Elogio y diatriba de Víctor Villegas, estudio preliminar de la antología poética La luz en el regreso (1993); El chivo de Vargas Llosa, una lectura política (2000); Memorias del viento frío, poesía de la guerra y la posguerra, publicación por entrega en la revista Vetas (2002), y Los cuentos negros (2004). === Poemas Marianna Salvioli ========================================= *** Debole Te dejo reposar tus inquietudes sobre mi frente y manipular encuentros fortuitos Luego te rehúyo Soy débil como la ola cabizbaja Me esfuerzo en llegar a la orilla pero me espanta el fin Dimito cuando cavas en mi núcleo incesantemente para hallar una afirmación Tengo que mentirte —No me convierto en témpera por ti —Me cansa chocar con tu encanto etílico de [soprano Me condenas y me vuelves solar Te dejo idealizarme y sacudir fingidas memorias Me desgastas tanto bajo corrientazos de dopamina Me haces débil Y eso me entretiene *** A pétalos A regañadientes A pétalos Te quiero apenas Yo sé que soy demasiado intranquila y constante cuando te subes en el bus y [comparo tu peinado y tu abrigo La aburrida coleta de ayer Las suelas de dos centímetros que te mantienen bajo los hombros viriles Me quieres por hábito Vacilante Por discontinuidades y circunstancias Cuando saco la lengua por los cristales y te digo que esa luz es [también nuestra Cuando dejo la cama y vivimos la ciudad Cuando no me excedo en pensamientos y preguntas Cuando soy simple Y tú un zancudo La única que aplaude al mexicano cantando en el metro Tan mema delgada inoportuna Hecha de día a día y de otras historias Nos disfrazamos de martes y de marea Nos aficionamos y nos interrumpimos Lo sé Podríamos querernos si fueses menos mía *** Alexitimia “(Los viejos) al fin llegaron a Marte”. R. Bradbury Niña me siento inspirada por tus vísceras Disfruta de los últimos árboles cantando “aleluya” acariciándose como la escarcha y el viento Yo sabía entonces que todo acabaría Pero preferí callar Anhelaba disfrutar del espectáculo el cielo derritiéndose como un lóbulo la nuez cobarde moviéndose con rigor los abecés asfixiándose en el vapor El uno haciéndose plural y articulando que al final fue el grito del suelo Niña me siento aliviada como el verano cuando se agota dentro de los planetarios Los amantes aman más cuando se llevan consigo a todos los difuntos ** Marianna Salvioli marianna.salvioli@gmail.com Escritora venezolana (Caracas, 1982). Es licenciada en letras. Mantiene una bitácora personal en http://mainlyamoruccio.blogspot.com. === Tenemos presidente Josué Mauricio Salgado ======================== La cantilena del gallo jabado mortificó a Daniel Quijano, quien se estremeció de hombros y ocultó su mirada recalcitrante. Buscó dentro de los escuetos bolsillos de su pantalón de dril azul, las llaves de la casa que compartía con su mujer enferma. Cruzó el umbral en puntillas; como bailarina de ballet. Las luces del vestíbulo descansaban. Se quitó el sombrero “Stetson” y lo reposó en el perchero. Parado en el rellano de las gradas que lo guiaban a la habitación nupcial, se percató del brillo tenue de una luz de medianoche, al fondo, justo donde quedaba la cocina: era la lámpara de petróleo que agonizaba. Como un espectro a la siniestra de la nevera estaba Jacinta. —Pensé que dormías —fue lo primero que se le ocurrió a Daniel en tono áspero pero sin rayar en la grosería. —Cómo voy a poder dormir sabiendo que estabas en compañía del pernicioso de Emigdio Montiel, ¿ya viste la hora que es? —reprochó con su parsimonia matriarcal. Daniel atisbó el reloj de puño, sabía la hora exacta, pero conocía tan bien a su mujer, que sacó sus dotes de histrión a flote: pasaban de las doce. Jacinta fingió creerle que se le había ido el tiempo jugando a las cartas. Llevaban nueve años de casados; las únicas dos peleas que habían tenido fue para decidir quién apagaría la luz de la habitación, y para seleccionar el color de las paredes de la cocina, en el primer remozamiento de la casa. Él decía que amarillo por la irrefutable creencia del tutiplén de comida que disfrutarían siempre, y ella decía que verde porque era su color favorito. En la estufa hervía una olla de peltre. El gallo seguía con su canto desaliñado, que se había vuelto dupla con la estruendosa chicharra en algún recoveco de la casa. Jacinta sacó un plato con incrustaciones de figuras japonesas del aparador, le sirvió la cena envuelta en un mutismo ensordecedor. —Ya tenemos todo planeado —comentó éste sin qué para que. —No me interesan los detalles —respondió con su corazón maltrecho. Es más si me amaras un poco olvidarías esos planes irrisibles. Daniel golpeó con los nudillos de su mano diestra la mesa. —Porque te amo mujer es que me estoy metiendo en este asunto. Estás enferma, si no te compro la medicina te puedes morir, tú lo sabes —refutó él con la tozudez atávica de su padre. Jacinta sollozó sin responder. Daniel atipló la voz y sonrió. —Es algo tan seguro que no tienes de qué preocuparte —trató de tranquilizarla sin éxito. El paroxismo de su enfermedad no daba tregua. Entre medicinas para su mujer, y el naufragio de su carrera política, Daniel Quijano perdió la hacienda quedándose sólo con la casa, en aquel pueblo olvidado por Dios. Jacinta haló una silla de madera, y se sentó delante del comedor, a la par de su esposo. Sacó una mandarina del ramillete y jugó con ella mientras preguntó atiborrada de nervios mortales los detalles. —Será el sábado por la noche, bueno por la madrugada, en la tienda de don Paco. Ella dio un brinquito para atrás. Tragó saliva y escupió al piso asfixiada por la herrumbre en su paladar. —Emigdio Montiel te instiga a cometer un robo en la tienda del viejito más honesto del mundo —vapuleó con su mirada desvaída. —Por lo mismo, mujer, el pobre anciano se acuesta temprano, y las jambas que sostienen el dintel están carcomidas por el tiempo, con mi fuerza fácilmente someteré esa puerta —se ufanó con la seguridad majestuosa de un profeta. Jacinta regresó la mandarina al ramillete, se sostuvo sobre sus pies hinchados. —Es una aberración torpe. Daniel la observó con una profunda tristeza. Se remontó diez años atrás, cuando retozaban con la esperanza ilusoria de convertirse en alcalde del pueblo y luego en presidente de la república. Ella sería la primera dama más querida en el país, ayudaría a todos y vivirían para ser felices. La moridera pasajera de Jacinta y el preámbulo del robo le exacerbaron los nervios. Dejó la comida sin probar, salió al traspatio dónde encontró la chicharra nocherniega. Súbito la aplastó con sus gastadas botas de vaquero. Sólo me falta ese gallo malparido se dijo. Sacó su cachimba, antes de usarla la tiró frustrado a la grama. Jacinta lo siguió con una misiva en la mano. —Se me había olvidado, poco rato después de que te fuiste llegó el cartero, te trajo esta carta —le dijo alargándole el brazo para que la tomara. Daniel la miró sosegado. —¿Qué dice? —Nunca he leído tu correspondencia —le respondió embutida en un tirite febril. Daniel la autorizó. Ella miró el sobre lacrado y afirmó que la carta provenía de la ciudad: era remitida por uno de sus correligionarios exitosos. —Ya no será necesario el robo: tenemos presidente —dijo con una sonrisa mortuoria. —¡La misma vaina será! —balbuceó enfático Daniel Quijano. ** Josué Mauricio Salgado maurysalgado@yahoo.com.mx Escritor hondureño (1983). Es productor de televisión, especializado en programas educativos. Ha publicado el guión cinematográfico El último secuestro, el relato El pianista viudo y el ensayo Entrelineado Juan Ramón Molina. Tiene inéditos varios cuentos y novelas. === Poemas de amor y muerte (extractos) Jaír Ríos ==================== *** La virgen retraída A Elizabeth Sánchez La beldad de ojos inmaculados y de aura portentosa aclamaba en su sueño entreverado la enigmática presencia de Cupido, mientras un aire melancólico soplaba su blonda cabellera al infinito y su azul mirada se perdía en el horizonte indefinido, su semblante se desvanecía con un gesto entrecortado entre la fría bruma de los recuerdos. Contaba con desaire las cuitas de su infancia dolorosa, asomaba su cristalina lágrima al efluvio de sus tormentos. Yo escuchaba enmudecido los suspiros de su alma agonizante; mientras dirigía sus clamores al cielo y al ser iluminado, antorcha de sus deseos. Su soledad, asilo de infortunios, la llevó a postrarse precipitada al claustro enmohecido de aquella luz mortecina, amparo de los resignados. *** Ophelia Allá cantaba la bella Ophelia, su pálida frente, su desnudo pecho. El viento soplaba en su regazo, la lerda lágrima suavizaba su rostro de [marfil. La melancolía de aquél estigio retorcía las hojas muertas... Desairando los sueños. El hálito de la muerte surcó su mirada azul y lejana, llevándose consigo la [dulce primavera de su alma, la inmaculada ternura de su rostro. Allá cantaba la blanca Ophelia; como lirio sobre las aguas voluptuosas. Perdido en el bosque lúgubre, sollozaba el acervado poeta, remontándose al [cielo con su trova herida. Angustiosamente buscaba el pecho de la mustia amada. El asiduo céfiro cubrió la sombría arbolada del fantasmagórico cántico, que [dejó sus sollozos en un lapidario silencio... Allá cantaba la triste Ophelia; como lirio que flotaba en el río del [olvido. *** Requiescat in pace Recuerdo aquellas largas horas nocturnas en las que paseaba lerdamente, pisando el verde tapiz de aquella tierra lóbrega, taciturna. Meditabundo, consumido en mis cavilaciones basadas en la vacuidad del extenuado día. Cuando aquel aire seco rozaba mis mejillas y desaliñaba mi cabello, sentía de inmediato tu divina presencia. Súbitamente me tomabas de la mano, y yo, con aquel desmesurado detenimiento, fijaba embelesadamente mis ojos, posándome en los tuyos. Desvaneciéndome... Todo como un instante que socavaba en mis adentros; cuando desde el reflejo de tus ojos miraba el espejo de mi detrita alma. Sigilosamente susurrabas a mi oído como el silbido de la noche fría, contemplaba tu espléndida cabellera, a través de la pesada luna que iba siguiendo nuestros pasos. Recuerdo letíficamente tu voz brumosa en medio de aquel insondable silencio, aquel suave tono se sumergía en el más profundo de mis sentidos. Proferías aquellas cosas maravillosas del amor etéreo, del más elevado que germina en lo recóndito de nuestro ser. ¡Qué maravilloso! Era ese largo recorrido al lado tuyo y de la luna empastada de grises soñolientos y melancólicos. Cuando ya rompía la aurora te acompañé a tu blanquecino lecho. Recuerdo tu furtiva sonrisa, escapábase con las hojas muertas al viento, y el alba disipadora de los sueños te despidió de mi ser desconsolado. *** Réquiem En aquel silencio perpetuo, entre coloridas flores era donde yo sucumbía ante tu belleza. Estabas allí, enmudecida, conformabas un ecuánime lazo con la natura, las hojas perdidas y la suave niebla se dispersaban por la sombría habitación... Recuerdo los mustios cantos, elevados con la más sublime hermosura, que resonaban desde umbríos rincones, iluminados con la mortecina luz de lámparas revestidas de luto. No sé el porqué, pero no pude evitar acercarme a tu lecho, donde plácidamente dormías, de igual modo, mi frívola imaginación no pudo cesar de evocar los cándidos cuentos de la infancia, cuanto más te veía, más sentía ese terrible impulso que desgarraba mi corazón y restringía mis sentidos... Fue cuando se escapó de mi ser un beso en una lágrima, que estrechó tus labios, y desde entonces, no supe besar más que desde aquel sarcófago de mis recuerdos. *** Devoto Yo descubrí la amarga morada del silencio, donde los sauces alargan sus lágrimas pesadas hasta el cieno. Tropecé con la mujer iracunda de los sueños y a cada instante un devorador remordimiento destruía mi recelosa esperanza y cruentamente desgarraba mi estoico corazón denegado. Sin embargo, yo contemplé con un asombroso mutismo la ráfaga violenta de las cupídicas ventiscas; que envolvían en cilicio a los torpes insensatos, renegadores del dios. Un orgullo inusitado me alejaba de la frívola mirada de la virgen impúdica, que desvestía lentamente su arrebolado seno. Yo atendí desesperadamente al hechizo de la joven castidad, adversa a mis sentidos. Recorrí los frondosos espinos para confeccionar mi corona de martirio; mi claustro recluye la indómita lujuria, vestí de negra sotana la gravedad de mi delirio. *** Post mortem La seda delicada desciende en tórrida cascada de tu lecho mortuorio... ¡Eras tan bella!... sin embargo, el soplo sutil que ha cerrado tus ojos ha colocado un nuevo tinte a tu hermosura. Contemplo tu lívida faz, tu cabellera encrespada como árboles de otoño... tu frente serena demuestra la tranquilidad con la que expiró tu alma... en un sueño profundo. Déjame acercarme a tu pálido rostro, quiero acariciar tu gélida mejilla, abrir esos párpados que el sueño profundo te ha cerrado... ¡Oh allí están tus hundidas pupilas!, otrora espejos relucientes; ahora sólo se refleja una sombra en tus broncíneas perlas translúcidas... ¡Oh! ¿Quién te ha colocado esos velos? ** Jaír Ríos ars_symbolica@hotmail.com Pintor, escritor y poeta colombiano (Barranquilla, 1975). Nacionalizado y residenciado en Venezuela. Ha cursado estudios de dibujo y pintura en la Escuela de Artes Visuales Rafael Monasterios (Maracay) y en el taller del maestro Marco Ranfagni; es director y miembro fundador de la asociación de artistas plásticos Ars Symbolica. Actualmente, opta por el título de licenciado en lenguas y literaturas clásicas en la Universidad de los Andes (http://www.ula.ve; Mérida, Venezuela). Eventualmente se ha desempeñado como profesor de francés y castellano en institutos de educación media, algunos de sus escritos y poemas se han publicado en revistas regionales tales como Cínaro y Casa Grande, tiene un libro de poemas inédito (Poemas de amor y muerte) y otro de crítica literaria, sobre temas mitológicos griegos, en preparación. === La Simbudita María Fernanda Rossi ================================ Roberto era un hombre mayor, cansado, avejentado, que andaba sin prisa por los caminos de la vida. Vestía pantalón y camisa que diariamente lavaba y unas infaltables alpargatas. No se lo podía llamar alto, pero quizás el permanente andar encorvado lo hacía ver más bajo de lo que en realidad era. Vivía en la casa de uno de sus hermanos, solo desde que su esposa falleciera. Desde ese día él mismo se cocinaba y veía por sus cosas. Su hogar era como tantas casas de pueblo. Ubicada en una esquina y construida de adobe. El techo inclinado se apoyaba en un gran tronco de molle. Estaba construido con cañas y luego torteado con barro, a la usanza de la zona, rematado con pirinchos de yuyos. Dos habitaciones y la cocina daban a una galería cuyo techo se apoyaba en sendas columnas de adobe torneadas hace tiempo. La nota de color la daban dos enormes plantas de granadas que se ubicaban en los extremos de la galería; también había un gran tronco de cardón cortado rectangularmente que servía de banco. El piso era de tierra apisonada. El recinto lindaba con un gran patio ocupado casi en su totalidad por parras, después de todo Roberto vivía en Cafayate, tierra del vino y el sol. La altura de los parrales era sólo interrumpida por un gigantesco pino, que los vecinos en navidad adornaban con multicolores detalles. Roberto ya no trabajaba en la vendimia, sólo hacía changas para sus conocidos. Esto y la ayuda de la familia le bastaban para su sustento. Todo el día se mantenía ocupado y acompañado. Pero al llegar la hora de la oración, a eso de las siete de la tarde, cuando la gente está en sus casas y se dispone a dormir, él se sentía solo. Y no era sólo una soledad, era algo que le oprimía el pecho. La casa, de tan sólo dos habitaciones y la cocina pequeña, se convertían en inmensas para él. Roberto salía a la galería. Se sentaba en su banco de cardón y contemplaba callado a sus parras. Sus entornados ojos miraban cómo el sol se perdía entre sus amados cerros cafayateños. A veces, hasta se quedaba dormido ahí. Y sus sueños lo llevaban a corretear por las dunas de arena como cuando era niño o cuando pescaba en el río junto a sus hermanos. El viento soplando a través de las cañas lo despertaba y, con ese cansancio incorporado, se iba a dormir. Un atardecer, como otro cualquiera, Roberto se había quedado dormido. Ya el sol se había perdido entre los cerros cuando al fin abrió los ojos. Escuchaba el viento soplar entre las ramas del pino, como siempre, pero de las cañas otro sonido se destacaba. El viento traía los alegres sones de un bailecito. Roberto parpadeó, y volvió a parpadear. Frente a él, en la galería, un ser de pequeña estatura bailaba. Miró fijamente al bailarín y se dio cuenta de que se trataba de una duenda. Bajita, con pollerita multicolor, hojotas y sombrero. No podía verle la cara, sólo dos simbas o trenzas caían sobre el cuerpito de la duenda. Y, en ese mismo instante, con el cariño de sentirse acompañado, Roberto la bautizó como “La Simbudita”. A partir de aquel día la Simbudita no faltaba al encuentro. Todas las noches, cuando el sol se perdía entre los cerros, ella simplemente se aparecía en la galería. Con uno de los árboles de granada a su espalda, se tomaba delicadamente la colorida falda, con sólo tres dedos, mientras que el anular y meñique quedaban femeninamente suspendidos; y giraba... y giraba al compás de la música. Roberto sólo se quedaba ahí, sentado en su cardón. Observándola y agradeciéndole la compañía. A veces la veía hasta que sus huesos le pedían acostarse, otras se quedaba dormido en la galería. Nunca se supo si esa noche, cuando Roberto cerró por última vez sus ojos, la Simbudita estaba allí. Pero cuentan que alguien, en el campo, vio a un anciano un poco encorvado bailando un bailecito con una pequeña de sombrero, pollerita multicolor y dos simbas cayendo sobre su pecho. ** María Fernanda Rossi mariafernandaarg@yahoo.com.ar Escritora argentina (Salta, 1968). Es comerciante. === Barrio hondo Rodrigo Jara Reyes ================================== *** Las mujeres de calle Balmaceda (A mi abuela que vivió cien años) Las niñas de Balmaceda no arrullan muñecas Barbie no promocionan pañales de papel ni van a la catedral los sábados a compartir la hostia de los ricos Las niñas de Balmaceda mecen a sus hermanos tejen coronas con ramas de sauce y son inmensamente felices tanto que se olvidan del hambre y del olvido Las muchachas de Balmaceda se casan en abril con hombres que conocieron en marzo hombres de manos ásperas que las doblan en edad y en tristeza Las mujeres de Balmaceda crían hijos en el polvo y para el polvo crían los suyos los de otras y los lanzan al mundo como plumas al río /que va a ninguna parte Las mujeres de Balmaceda aman a hombres de piedra aman como van al mercado en bicicleta y luego envejecen alrededor del brasero cebando mates al anochecer mates que humedecen e iluminan las historias simples de la cuadra Las mujeres de Balmaceda no conocen los espejos se peinan con esqueletos de pescado y lloran lloran lloran para que sus lágrimas renueven los surcos /resecos de la cara Las mujeres de Balmaceda no saben de letras de filosofía ni de liberación se queman las pestañas zurciendo calcetines son especialistas en química de ollas y Mesías para repartir un plato vacío entre veinte chiquillos hambrientos *** Media noche en el Thalia Voces que se doblan y desdoblan imitan las acrobacias del humo perdido /en la boca de los perdidos Palabras que adoptan los colores sin número del alma Mesas que no soportan el peso de las botellas ni los codos tambaleantes de los borrachos La barra del Thalia florece como callejón de cementerio /el día de los muertos Hombres con todos los colores en la piel con todas las edades en el rostro y en la espalda una joroba como témpano ¿Acaso la muerte que nos acompaña a todas partes? ¿Acaso el sufrimiento acumulado por años? Heridas que rebotan contra los espejos como sonidos de botellas que se destapan de copas que se encuentran de cumbias que navegan el aire y marcan el ritmo sin fondo de la noche *** Las calles 1 Las calles dejaron su antigua morada su inocencia de polvo y pies descalzos Abortaron sus alamedas y sus plazas de tierra donde los enamorados se amaban mirándose /a los ojos verdes no de hambre sino de gozo Ahora se maquillan como putas viejas se adornan con semáforos y otras joyas de neón Ahora los perros orinan sin ganas el cemento y la lluvia mezquina no llega a la raíz del mundo 2 Las calles recogen pasos que pesan y brillan pasos que cargan la codicia de oficinistas /con sueños de grandeza Pasos que pisan a los débiles a las mujeres solas en casas solas a los ancianos del abandono Pasos de asaltantes de poca monta buscadores de tesoros o lo que fuere Pasos que olvidaron las fugaces calles de la infancia la ternura de la madre en los primeros años Pasos sin brújula sin la bulla alegre del clandestino sin la putita que todos amamos y hundimos al río oscuro del olvido 3 Calles como territorio de feriantes pozos que ahogan los sueños de la tribu fronteras que cierran el paso al soñador de La Mancha memorias que olvidan a la usurera y al joven estudiante La bella durmiente es una niña muerta que nadie besa por temor al contagio y la Cenicienta vendió su inocencia a las caravanas de mercaderes que asolan los pueblos *** La tía Glafira se dejó morir En una pieza honda como los pensamientos de personas tristes se recostó un día y no quiso levantarse Los ojos se le fueron hacia adentro y la boca no quiso abrirse más ni para soplar palabras ni para tragar alimento Los médicos hablaron del estómago los parientes de parálisis los vecinos de un mal de ojo Nadie pensó que una vejez prematura le comía el alma El giro mañoso del tiempo la dejó en la esquina de nadie Los rostros de afuera no eran los rostros de infancia las voces no eran las queridas las calles no sostenían las carretas del amanecer Ni siquiera los recuerdos la visitaban ni el bastón castigador del padre ni la madre friendo sopaipillas ni la lluvia que deja caer sus huestes inofensivas /sobre los tejados No volvió a sentir la risa de sus hermanos ni jugó a las escondidas bajo la luna entre los limoneros En una pieza honda como los pensamientos de personas tristes la tía Glafira se dejó morir *** Reflejos de antaño El espejo del dormitorio a pesar de años y muertes todavía refleja el rostro de la abuela *** Tejedoras de sueños Un patio hondo Detrás de los adobes las higueras tejen sueños *** Detrás de la puerta Ese rincón en penumbras aún retiene el sabor lechoso del primer beso *** Halo del tiempo La brisa es el tenue soplo que deja el tiempo cuando pasa *** Fragancia del amor Pasó el amor de aquel tiempo nos queda sólo una fragancia *** Canción del origen Anochece sobre tejados y olmos anochece sobre las primeras calles y los primeros habitantes Los viejos sacan sus sillas y sus cuerpos sentados con la fresca Hoy me pareció oír a los niños silbar una canción a los vecinos ancestrales pero el ruido era tan feroz que se comió la melodía tenue del silbo *** Nadie supo Murió la vieja Aurelia y nadie supo no vinieron sus hijos derramados por el mundo tampoco los vecinos católicos e hipócritas No hubo velatorio ni cascada de lágrimas Su cuerpo se derritió por las tardes calientes de octubre Alguien dijo que vino del sur que traía el rostro gastado por la lluvia /y una risa de pájaro que sonaba a escupitajo en el rostro de la urbe Dijeron que se puso sorda como puerta cerrada pero seguía escuchando en su memoria las mismas rancheras y el mismo radioteatro de hace treinta años Solía alumbrarse con la luna llena regar un jardín con flores de ajo ajíes y cebollas Recogía los desperdicios de otros y los niños le arrojaban piedras al paso como a los perros con tiña Los que la conocieron desde el principio sabían que la vejez le cortó los puentes colgantes /de su historia puentes que guardaron pies descalzos trenzas dulces de la niñez Murió la vieja Aurelia y nadie supo nadie quiso saber que la devoraban los gusanos de octubre *** El abuelo Pancho 1 El abuelo Pancho bailaba tango en casa de putas Pícaro el viejo les pellizcó el traste a las golondrinas en flor Dicen que ganó un campeonato de milonga y se dio a beber una semana entera que le sobraba tristeza en las pupilas y pasaba tardes y tardes oteando el horizonte amargo 2 Nadó en barriles de aguardiente Apostó el dinero que no tuvo en carreras de caballos que no corrieron Se batió a tiros con los gitanos y cayó de bruces a la leyenda Acaso la leyenda y la memoria sean lo mismo una nebulosa que a ratos se confunde con la nada 3 Los que le conocimos sabemos de su bondad a toda prueba de los dulces que llevaba bajo el poncho para los niños que no tuvo Los que sufrimos su partida guardamos de él ciertos momentos ciertos escupos de memoria como visitas fantasmales o quizá un chispazo de neurona en la noche tibia del olvido 4 El abuelo Pancho se movía a velocidad de carreta a tranco de caballos que no conocían el galope Su espalda curvada quiso cargar los fracasos de una estirpe Dijo que bebía para hacer a un lado las carencias del espíritu para huir de las misiones incumplidas para olvidar que nunca pudo acercarse a la imagen perfecta de su padre (del libro inédito Purgatorio del tiempo). ** Rodrigo Jara Reyes thtjara@hotmail.com Escritor chileno (Talca, 1966). Hizo estudios superiores en la Universidad de Talca (http://www.utalca.cl), donde obtuvo el título de profesor de estado. Ha publicado los poemarios En los caudales de la memoria (1997), De la memoria al fénix (2000) y Dos sur y otros poemas (2003), así como el libro de cuentos El extravío y otros relatos (2006). Textos suyos aparecen en las antologías Travesía por el río de las nieblas (2000), Faluchos, treinta poetas maulinos (2003) y El lugar de la memoria (2007). Publica artículos, ensayos y cuentos en diarios y revistas de Chile y otros países. === La espera Patricia Ramírez ======================================= Fumaba, fumaba mucho pero muy pocas veces saboreaba realmente un cigarrillo. Decía que de veinte, sólo uno era perfecto. El sabor, el momento, todo. Intentó dejarlo varias veces. Entonces sólo fumaba la mitad de un cigarrillo, como todo aquel que pretende dejar el vicio. Solía sentarse en el Café Libertad quince minutos antes de que ella llegara. Así le daba tiempo de fumarse por lo menos uno en soledad. Se quedaba mirando a los otros clientes del lugar. Parejas de recién casados o novios, agarrados de la mano y sin dejar de verse. Matrimonios con más de quince años de vida conyugal, silencio total en la mesa que únicamente se rompía para pedir la cuenta. Jóvenes hablando de deportes mientras sus acompañantes femeninas no dejaban de atusarse el cabello. Los mesoneros del café no dejaban que aspirara el último trozo del cigarro cuando ya estaban retirándole el cenicero. Esta vez, la espera fue más larga de lo acostumbrado. Prendió otro. Empezó a pensar en ella. La amaba, no había duda. La había memorizado completamente. Era alta y delgada. Su cabello largo era marrón claro, muy claro. “Castaño claro” siempre le corregía ella, sin saber que los hombres no tienen tantas gamas de colores como las mujeres. Sus ojos eran también marrones, cubiertos por unas largas pestañas que lo enloquecían. De su rostro sobresalían sus pómulos y su boca. Le encantaban los huesos de sus caderas, y sus piernas, delgadas pero firmes. Era joven, aunque no mucho más que él, pero mentía sobre su edad. Odiaba tomarse fotografías. “Siempre hay que reírse... aunque uno no quiera”, decía y detestaba su sonrisa, más aun si era falsa. Desde la primera vez que estuvieron juntos en una cama, ella enlazó los dedos de su mano con los de él, como para no soltarlo, para no perderlo. Él dormía boca arriba mientras ella apoyaba la cabeza sobre su hombro. Le gustaba porque así podía tener en los labios el suave roce de su cabello. Tiempo después notó que mientras estuviera sola en la cama se acostaba boca abajo. Sabía de sus insomnios pero nunca los vio. Con él, no los tuvo. Despertaba siempre antes que ella y la veía dormir tranquilamente. Le acariciaba el cabello, tocaba su rostro con el dorso de la mano, marcaba un camino en su cuerpo con la yema de sus dedos, la besaba toda y ella no abría los ojos. Sus ojos. En ellos se perdía. Desde que los vio, se hizo la promesa de no dejar de mirarlos. Cuando ella lo miraba, le daba vida y al mismo tiempo lo mataba. Al besarlo, ella abría los ojos, como diciéndole “estás ahí para mí y por mí”. A través de sus ojos, ella lo volvía tangible. La mirada de Mónica lo creaba, pero sólo para ella. Lo disolvía, difuminando su ser. Dejaba de ser él para ser de ella. También fumaba y, como él, a veces por automatismo. Para ellos, los cigarros perfectos eran después del sexo o en los velorios. La muerte y el sexo tenían la tensión necesaria para ser aliviada con un cigarrillo. La muerte es el fin de la vida; con ella se siente rabia, impotencia, dolor, nostalgia por lo perdido. Una vez terminado el sexo, se añora al otro, se sufre por la ausencia de alguien que está ahí, una añoranza en presencia del ser amado. La conocía perfectamente, cada detalle, cada pasado. Para algunas personas, el saber todo de sus parejas es monotonía. Mientras él conociera más de ella, mientras predijera lo que iba a hacer o a decir, más se enamoraba. El que alguien la conociera tanto como Santiago era para ella una razón suficiente para dejarse llevar, para amar. Ella también lo conocía, aunque él ignoraba hasta qué punto. Desde la primera vez que lo vio, le impactó su mirada. Tenía unas ojeras naturales que enmarcaban unos ojos profundos, negros. Fue en el funeral de Noelia. Estaba parada en la puerta de la sala velatoria, fumando, sola. Tenía los ojos fijos en el féretro. Santiago estaba en la misma funeraria, en la sala contigua, aunque no por la misma persona. Su padre había muerto. Desde la puerta, lo veía llorar y sentía una inmensa envidia mezclada con nostalgia por no poder hacer lo mismo. Observaba cómo sus lágrimas caían por sus mejillas y cómo él trataba de detenerlas cuando llegaban a la barbilla. Él miraba detenidamente el ataúd donde estaba el cuerpo de su padre, esperando que se levantara como siempre lo hacía a pesar de su enfermedad. Estaba rodeado por viejos amigos. Ningún familiar, por lo menos así parecía. Su madre había muerto también hacía seis meses de un infarto, después lo supo. Desde entonces, la enfermedad de su padre dejó de llamarse cáncer. Después de treinta y tres años de matrimonio no sabía cómo vivir sin ella, estaba solo. Su hermano no había conseguido vuelo desde Aruba. En esos momentos cuando el doliente busca un abrazo, la gente no hace más que decir frases estúpidas: está en un mejor lugar, así Dios lo dispuso, etc. Cansado de esas palabras, salió de la sala y notó que ella lo observaba. Se encontraron frente a frente con la muerte como anfitriona. Se quedó inmóvil. Ella no dudó... lo abrazó. Una completa desconocida le ofreció lo que buscaba. Un hombro mudo donde dejar las lágrimas. Ella lo acogió y también se refugió en él. Luego de un largo momento, se apartaron. —Gracias —le dijo él. Ella le agradeció pero con la mirada. Le invitó un café y salieron de la funeraria para alejarse de todo aquello. Fueron al Café Libertad. Empezaron hablando de sus respectivos muertos, reconfortándose el uno al otro, y terminaron hablando de sus situaciones más embarazosas. Amanecieron allí, con el cenicero repleto. Cualquiera que los viera allí sentados diría que se conocían de años. A las siete de la mañana regresaron juntos a la funeraria. Los dos cadáveres partían a la misma hora hacia el cementerio. Antes de despedirse, se abrazaron como si nunca volvieran a verse. Parecía que se consolaban mutuamente por la casualidad que los unió: la muerte, dos muertes en este caso. Se quedaron tomados de las manos frente a frente, diciéndose “adiós” sólo con los ojos. No pasó más de una semana cuando él la llamó para otro café en el mismo lugar. Ella no había dejado de esperarlo. Llegó. Ya había ordenado para ella. Se disculpó por la tardanza. Había planeado todo el camino la excusa perfecta, pero cuando estuvo frente a él no pudo mentirle. Él ya sabía la verdad. Se sentó a su lado y lo besó. ** Patricia Ramírez meyissima@gmail.com Escritora venezolana (Lima, Perú, 1982). Es licenciada en letras, mención lengua y literatura hispanoamericana y venezolana, por la Universidad de Los Andes (ULA, http://www.ula.ve). Trabaja como productora audiovisual. Ha publicado el relato “La mujer que nunca conocí” en el diario Nueva Prensa de Oriente (http://nuevaprensa.web.ve/content/view/34091/2/). === Poemas Antonia Blasa Martín Pérez ================================ *** En las lunas de tus manos Para mi esposo, siempre. La primavera deshizo lazos blancos de inocencia en lirios rojos entre tus manos ajenas y orgía de flores en la cintura breve y colgó claveles, jazmines y niños. ¡Eran violentas las rosas cabalgando en estampida y en tropel candente violentando las espinas! Los veranos, tantos, incendiaron las almohadas y la vida, cada siega cercenó en aridez los madrigales y las heridas, inocentes y amadas florecieron miles de rosas peregrinas tierra y carne, generosas, gestaron a los desiertos desde cada semilla, se rebelaron los veranos en desnudez y ganaron batallas, no guerras, perdidas. En la cuarta estación del décimo otoño la tibieza de tus manos, ya conocidas, calaron en cada Luna de mi orilla; fundidas y plácidas aguardan quién sabe cuántos inviernos que restan de la hoguera de la vida. *** Ausencia Un día cualquiera mi lengua renunciará a tu nombre, mis pupilas te borrarán de sus convites de luz, mis venas olvidarán el calor de tu sangre, mis labios sellarán los besos de tus litigios: ¡Te lo aviso! El silencio romperá tus espacios y los míos, se me olvidará tu olor y la sombra a mi espalda marchitará los rosales. Te va a doler la pérdida de mi letanía caliente. Ya lo sabes, no te asomes al pozo de mi recuerdo para entonces sembrado con la etiqueta de ausencia. Sí que vas a extrañarme, eso no te lo aviso: ¡Lo adivino! *** Distancia Se pierden en la ausencia las guardarrayas de miel —borrachas cinturas de mujer— mientras destilan su esencia. Provocan las palmas enhiestas cabalgar sabanas enteras y perderse sin sombrero en los amaneceres de enero. Cala los huesos este diluvio agujereando cada poro de piel. Araña el alma la nostalgia el fuego de la memoria, escapa la lluvia vengadora y muere de sed la ausencia. No hay distancia de espera para esta lluvia de Estrella. ¡Piérdanse, ojos míos, tras la espuma de gloria libérrima, de mis arenas! *** Desafío Colorea la belleza su siembra en cada estrella del camino donde el rocío le amanezca. La gota destella con regocijo, regodea a plenitud su destino y luego una bota indolente la reta insensible con desafío: mancilla de la rosa su hermosura y se bebe la perla en un suspiro. No entiende de belleza la bota ni de ofensas la rosa ni de ignominias el rocío. ** Antonia Blasa Martín Pérez antoniamartin@bellsouth.net Escritora cubana. Reside en Miami (EUA). Textos suyos han sido publicados en medios digitales. === Dibujo en el mar Ana Elena Costa Neyra =========================== “Lo soñó activo, caluroso, secreto, del grandor de un puño cerrado, color granate en la penumbra de un cuerpo humano aún sin cara ni sexo; con minucioso amor lo soñó, durante catorce lúcidas noches”. Jorge Luis Borges Llegué al mar como quien regresa de una pelea mortal. Buscaba curar mis heridas en vano. Pensé que la sal, el frío, finalmente el tiempo quizás lo hicieran. Te busqué entre las rocas y no te pude hallar, pero ya no me importaba. Encontré el mar, la arena, la luna completa y te dibujé. Primero fue un bosquejo sencillo. Cogí una rama suelta y empecé a delinear el contorno de tu rostro. Un rostro indescifrable hasta ese momento. Cuando lo tenía terminado quería reírme un poco contigo, así que empecé con tus labios. Tenían que ser perfectos, listos para la sonrisa. Ésta debía ser sincera, discreta, pero libre. Una sonrisa que me indicara la distancia de tu presencia, que me mostrara la intensidad de mis alegrías. Después me dije: una sonrisa abierta necesita unos ojos inquietos, rebeldes como los míos. Así que pasé a dibujar tus ojos, ¡ay! tus ojos. Tenían que ser transparentes, mágicos e infinitos. Me demoré mucho en retocarlos, no podía delinearlos, me temblaba la mano. Quizás no podría sostener tu mirada por mucho tiempo, quizás desnudarías mi alma muy prontamente. No lo pude evitar, a pesar del riesgo y sobre todo por la confianza de la noche, me animé a dibujarlos, me tomó muchos días completarlos, las noches pasaban y pasaban, aún no te terminaba. Después, me demoré otro tiempo más en tus cejas pobladas. Tu risa y tus ojos inquietos no me dejaban terminarlas. Empezabas a juguetear conmigo y no me permitías ponerle el toque de seriedad a tu rostro. Esa seriedad que, temía, me paralizara algún día. Una seriedad que con una inclinación precisa me indicara que algo iba mal, que volvía abrir mis heridas en vano. Finalmente, las pude completar, quedaron increíbles. Luego, me pediste respirar, y lo hice lo más pronto posible. Quería que sintieras en tus pulmones el aire nocturno, mezclado con la humedad salada y fría del mar. Eras impaciente, me lo decían tus ojos, me lo imponía tu voz. La voz fue tuya, fue lo único que salió de tu alma y me dijiste, primero como ruego, luego como imposición: —Termíname ya; no demores tanto. Eso hizo que me distrajera, moviste mis trazos, pero ahí estaba tu nariz, quedó bien. —Sirve para respirar —me dijiste. Continué con tu cabello, un poco al descuido, otro poco al viento, me quedó ligero y suave. Me pediste que se quedara así, pero esta vez no te hice caso. Lo volví denso, con cuerpo, ensortijado y rebelde. Quería cogerlo sin miedo a que se perdiera. Necesitaba poder restregarlo en mi rostro cuando hiciera falta, por si algún día, no teniendo de dónde aferrarme, te sorprendía desde atrás, tuviera de dónde coger. Empecé a observarte, te besé y me besaste. Besé cada centímetro de tu rostro, me detuve en tus ojos, estabas feliz. Te mordía los labios y pensé que podría morder más partes. Así que me animé a dibujar tu cuerpo. Empecé a delinear tu cuello, lo terminé rápidamente para empezar a sentirlo con mis labios, me gustaba, estaba bien, no era demasiado frágil. Lo hice un tanto macizo para que disfrutaras de mis mordiscos constantes. Después, quería sentir tus abrazos. Quería unos brazos que me guardaran de la noche. Unos que al instante retiraran el frío de mi cuerpo. Necesitaba caricias, unas manos inquietas, mucho más que tus ojos. Me demoré en tus dedos, los quería un poco más largos que lo común. Comparé tus manos con las mías, me sorprendiste cuando apretaste mis dedos. Empezabas a moverte. No podía controlar tus caricias, ellas iban y venían a su antojo. Después pensé que no debí haberte dado brazos y manos tan rápidamente, ya no me dejarías dibujar a mi antojo y así fue. Así que tuve que poner orden, no sería la primera vez. Te dije que no tendrías movimiento si me seguías molestando. Así que hicimos un trato, el primer trato: no intervendrías hasta que terminara contigo, faltaba poco y podrías correr. Tenía miedo a eso, pero ya era tarde. Tu espalda empezaba a tomar forma. Tu pecho fue frondoso. Esta vez, fuiste tú el que me pidió que volviera a comprobar la textura de tu piel. Me dijiste que sólo era para ver si estaba acorde con la de tu cuello. Únicamente para evitar equivocaciones, fingí que era necesario demorar toda una noche en mis apreciaciones. Está todo bien, te dije. Tú también te sentías bien. Así que dibujé tus piernas e intentaste correr y caíste, no esperaste a que acabara con tus pies, tus dedos, el talón. Así que hice todo lo más rápido posible, no quería detenerte por más tiempo. El verano terminaba y tendrías que partir. Me dijiste que no te irías solo, que viajarías conmigo siempre. Me agradeciste por mis trazos, que esta vez había hecho bien. Sonreí y te creí y te amé nuevamente, te amé como nunca había amado en la vida y dibujé lo que faltaba. A pesar de la noche, el rubor se me subía al rostro, con cada trazo, con cada caricia casual. Inmediatamente empezaste a tener un color intenso y nuevo para los dos. Esta vez, la que se apresuraba por terminar era yo. Nuevamente lo hice bien, como esperábamos. Volví a comprobar la textura, esta vez sin sugerencias tuyas. —Es una textura imprecisa, no se define de una sola forma —me dijiste. —Es normal —te dije—, así debe ser. Después lo comprobaste muchas veces, muchísimas veces más. ** Ana Elena Costa Neyra anelagain@yahoo.com Escritora peruana (Lima, 1978). Bachiller en literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM, http://www.unmsm.edu.pe), con estudios en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP, http://www.pucp.edu.pe). Estudia una maestría en filosofía con mención en historia de la filosofía. Trabaja en la revista Soy Mamá y Mujer, Mamagazine. Es editora de la publicación mensual Participación y Cultura, revista mensual de la Cámara de Comercio de Lince. También trabaja como docente en el Instituto Técnico de Administración de Empresas (Itae, http://www.itae.edu.pe) y en el Centro de Estudios e Investigación para el Desarrollo Nacional (Ceiden). Algunos de sus ensayos y ponencias han sido publicados por revistas de investigación literaria. === Tres poemas Marcia Reverón ======================================= *** perfidia en ese instante éramos una balandra perdida en el océano dos sombras que se miran en la ausencia cuánta tempestad después de una perfidia cuántas palabras como dardos en otoño y quedaste ahí entre tantas letras *** paso a paso adagio como zumban tus notas néctar de abismos en mi lecho azorado corazón que se estremece rompes el silencio en la exacta soledad al tocar los nudos de mis miedos *** espera hombre me quieres habitar sin danza espera por favor espera incertidumbre del tiempo virgen es el paisaje en el límite ** Marcia Reverón marciareveron@gmail.com Artista plástica venezolana (Maracay, Aragua, 1951). Ha publicado el poemario Hasta el azar (2006). Textos suyos han sido publicados en la revista cultural digital Margen Cero (http://www.margencero.com) y en la antología Voces nuevas (Editorial Torremozas, Madrid, España, 2004). === Cordero de Dios Paula Winkler ==================================== Este cuento pertenece al subcapítulo 10.I de La avenida del poder, de Paula Winkler, publicado en 2009 por Editores Nueva Generación (oscarlopezeditor@yahoo.com). Hace un calor indomable. El calor se mete a través de las celosías y penetra por las ventanas de los largos pasillos de la casa en la habitación que comparten él y su hermano porque a éste lo atemorizan aún, de vez en cuando, las luciérnagas de la noche. La luz ha dejado de molestar, pero azota un aire pesado que les embarga todo el cuerpo con gotas invisibles de humedad que se desparraman sobre la piel. Se ensañan los mosquitos. El verano parece haber derrotado a estos hermanos pese al esfuerzo del día. Siempre se presenta esa sensación de fracaso estival antes de dormir, y los acompaña la impertinencia de los grillos, cuyos sonidos disminuyen la soledad de las horas. Los ventiladores trabajan sin cesar, él y su hermano miran el movimiento de las paletas y el techo como dos tontos que no tuvieran nada que decir. En Juiz de Fora la mente siempre queda en blanco durante los veranos, o se desordenan las ideas. Crece el calor, y la noche se hace espesa. Ni las estrellas o los murciélagos entretienen la mirada del forastero. En verdad, casi no hay forasteros en el camino, y la mayoría de los pájaros adormece. Sólo las chicharras se excitan gritando como locas. Hay que tomar mucha agua, y pisar, descalzos, el frío del mosaico. Como si finalmente la naturaleza pudiera contra el hombre, les dice: ¿Ven que no han podido? Quítenme los minerales y el agua de la tierra, y me vengaré con el calor de los veranos. Se van a arrepentir de emprenderla contra los árboles y por haberse atrevido a allanar la selva. La humedad baja a los muebles y se localiza en las mesas de luz. Él siente asco. Jode por lo demás el insomnio. Encender la luz para leer sería embarazoso: hasta hace daño el calor que trasmiten las bombitas eléctricas. La madre los despidió aquella noche con el beso habitual en la frente. Le habían pedido, a la cocinera, que les preparara una moqueca con más pimientos que cilantro para el almuerzo. Todas las noches se encargaba en esa casa el almuerzo del día siguiente. La cocinera conocía de pescados. Cómo no, si era bahiana. La madre desconocía el saber doméstico de las comidas (y a sus hijos). Todo, menos la buena vida. Años atrás, en julio, los había visitado en la casa el nieto de la bahiana, un muchacho altísimo, de mirada astuta y pelo negro. Los hermanos pasaban mucho tiempo con él. Emprendían caminatas por las sierras de Mantequeira, trepaban a los árboles, iban a cazar pirañas en el río y si acaso volvían a casa heridos, exhibían las mordeduras como un traje nuevo de domingo. El bahiano les enseñó cómo se conquista a una mujer. En verdad no respetaba a nadie, excepto a su abuela porque en su opinión combinaba el coco rallado y los mariscos con acierto poco normal. En Bahía no se discute el placer de los platos picantes mezclados con el azúcar. Su madre poseía, en cambio, la frialdad del que se somete sin discusión a las reglas sociales. Diseñó su vida entera como si ésta fuese un pasaje al conformismo. Y si daba a veces la imagen de proteger a sus hijos de la bestialidad del padre, era tan sólo para evitar el barullo social. Nadie debía siquiera sospechar la violencia oculta en esa familia. Y cuando alguna desgracia andaba al acecho, la solución consistía, para la madre, en cumplir la ley. Fuera la de Dios, la ley jurídica, la estética. (Cualquier ley, en fin, de todas las incumplidas por ella.) En Juiz de Fora se cultivaba la moral victoriana, aunque lo único victoriano que parecía ostentarse en esa familia era el des- apego al prójimo. Experto en lo temerario, el nieto de la cocinera gustaba de incendiar los tachos de la basura desde dentro luego de arrojarles nafta. Había que salir corriendo de inmediato para no quedar atrapado en las llamas. El bahiano aprendió eso en las favelas, una manera de pasar el tiempo, sentir la muerte de cerca. Él lo hizo una vez. Pero casi se quema vivo, así que dejó al fin que el bahiano enfrentara solo los riesgos de su locura. Después de aquel julio agitado, los hermanos no lo volvieron a ver al bahiano. La cocinera dio muestras de olvidar definitivamente al nieto. Es que ella se había acostumbrado a vivir en Juiz de Fora, costaba muchísimo sacarle una palabra sobre su ciudad natal. El insomnio se prolonga esta noche. Y de pronto, se quiebra el silencio. Por qué no jugamos al juego de la muerte —le pregunta el hermano. Él los espió algunas veces al hermano y al bahiano, un juego de hombres. El hermano recibe varias negativas por respuesta, pues no se debe desafiar el destino. Pero el hermano no se deja convencer e insiste: si salen de esta, vencerán el calor y se dormirán. ¿Qué culpa tienen de haber nacido en una tierra que se cocina a diario en el infierno? El padre los había iniciado a ambos en los desafíos a la naturaleza desde su infancia. Nadaban contra las olas del ancho mar, corrían como locos al borde de la montaña ignorando el precipicio. Claro que su hermano se reía siempre con una risa franca. Y además no era avezado en los números. Le costaba estudiar (“un chico eterno, eso vas a ser”, le gritaba el padre), y entre él y la madre lo protegían. No fueran a darse cuenta de que era distinto a los demás. Tal vez un poco débil. Y él se encargó de cuidarlo, nunca le negaba nada a su hermano. El hermano hacía berrinches, o armaba escándalo si no se le concedían sus pedidos (a veces, caprichos). Con eso lo dominaba. Dale, ¿qué te cuesta?, hace un calor de mierda y va a hacer tanto calor con el fuego, que después de jugar nos va a parecer que estamos nadando en un lago, yo sé lo que te digo, dale-dale-dale —insistió. Y lo hicieron: semidesnudos, buscaron dos tachos, y se arrojaron adentro con cerillas encendidas. Los gritos de los hermanos se disparaban al cielo, las llamas crecían por el combustible mezclado en la basura. Y saltaron. Saltaron por fin los dos con la rapidez de un relámpago. Y él se trasformó en un animal que exhibe contento su presa. Lo recuerda bien: los dos parecían haber vencido el calor y a la naturaleza. Sí, lo lograron, ya sos hombre, hermanito. Pero el hermano no le contesta, y él ve algo muy feo, aunque no quiere ver. Qué te pasa, hermanito, dónde estás. Ahora ve una tromba de fuego. Y sólo recuerda los gritos del hermano consumiéndose. Y los de su madre. Y los gritos de horror de la cocinera. Y cuando llegan algunos peones con mangueras, a él le parece desmayarse. Y despierta en la casa un poco después. Semidesnudo, así como estaba y como está. Y le da vergüenza, y no quiere vivir más. Pero la policía lo ayuda a levantarse, y lo detienen. Y se lo llevan. La madre no le habla, lo mira con ojos graves. Sólo el llanto la invade. Y la cocinera le dice a la madre que hizo bien en denunciar al hijo. La ley es la ley. Y la abraza a la madre que nunca cumplió demasiado la ley, pero que necesita de ésta para no saber (ni de su familia ni de ella). Y las dos mujeres se abrazan. Ya no lloran. Sobre todo la madre, que parece aliviada cuando se lo llevan a él. Por entre las rejas de una pequeña ventana, en la celda del puesto policial, él espía hacia afuera. La noche se hace más espesa, da la impresión de chocar a toda velocidad contra sí misma, como un meteorito perdido en un espacio sin medida humana. Sin embargo, unos truenos y algún rayo anuncian temporal. Va a llover en Juiz de Fora. Y ahora el agua cae, pesada, e inunda el empedrado. La tierra seca se trasforma en barro. El barro cubre las calles, y él saca sus brazos por entre las rejas para lavar su miedo y el del hermano muerto. Y no hace calor. Nunca hará más calor en Juiz de Fora. ** Paula Winkler Escritora argentina (Buenos Aires). Doctora en derecho y ciencias sociales y magíster en ciencias de la comunicación. Ensayista y cuentista, ha publicado el libro de cuentos Los muros, la nouvelle Cartas escritas en silencio para el viento y el libro-objeto Cuentos perversos y Poemas desesperados, además del ensayo El discurso argentino de la mentira, del cual es coautora. Ha recibido el premio Jorge Luis Borges de la Fundación Givré (1989), el premio publicación categoría cuento de Ediciones Nuevo Espacio (2003), y el mismo premio en la categoría cuento breve (2005). Textos suyos han aparecido en revistas como Híbrido Literario, El Escribidor, Letras (Buenos Aires), Everba (Universidad de Berkeley), Turia (Aragón, España), Hontanar-Cervantes, (Meulbourne, Australia), Brújula Compass (Instituto de Escritores Latinoamericanos de Nueva York), y en la revista del Lake Forest College, (Departamento de Literatura y Lenguas Extranjeras de Chicago). Su cuento "Esperando instrucciones" ha sido traducido al alemán por la escritora y traductora Lilith Tetzner. === Poemas Parix Martín Cruzado Jiménez ============================== *** Brisa de entonces En tu redor, yo quepo, centrado, al medio. Le has prestado agujeros a mi bolsa, piedrecillas a mis bolsillos, astillas a mis huesos... Y me miras, aunque no sé si sonríes, y si sonríes, no sé si es de burla; y si sonríes, pues ya tienes viento. Brisa, yo me siento asqueado de ti: desde antes, desde siempre; y desde hoy a mañana... no se harta tu azucena... de convidarme muerte. “Has provisto un pabellón de alas quebradas en mí, desde antes, hasta siempre...” El camino se ha parado, sí... Y se han colgado mis pies de tu viento; tres y quebrados que evito escribir, tres y quebrados que no siento. *** Poderes y unidad Se rompe un cristal en caprichos de dos, de tres, de más... Cuando el sol amanece su noche, el cielo es claro para unos y estrellado para doses. A ver, dime, hijo; ser viviente de este lado de mi sangre... ¿Me amas? Ya no te pregunto, mujer, ya lo sé. Tú no tendrás opción; es mejor decir que sí. Tú te juraste hueso de mi hueso y sangre de mi sangre —unida a mí— para hacer de la carne de dos una sola carne; pero yo —hija del cielo— no me llevo bien con tu papá. Y dime tú, dulce mamífera, con el cuarto hablante de tu lengua, pequeña divina, hija mía...: ¿Me amas? Ven aquí, criatura, retoño segundo de mi haber matrimonial; yo te amo como tú aprendes a amarme. Y es aquí donde el oxígeno de hogar se divide en cinco bandos y yo... dicto la unidad. Brisa, yo te miré y mis ojos se apagaron, desde entonces, hasta siempre. *** Siguientes días... 1 Huir de mi zurda, esquivarme el hombro por un día; apretarme la mejilla con una mano sola... Pulgar a derecha y los otros cuatro sobre la asimetría de mi media fachada... Es una cara rascada de cara, pero mi risa está completa. Mi cuerpo va de antes a luego, sin cuando, —desespero—, pero lo estoy logrando. 2 No, ni han sonado las monedas que esperaba. Llegaron incorpóreas, ideales, inciertas; con un son de cercanía, llegando su bramido y no el convite. Llegando su consuelo sin mirada... Y yo necesitando surque un río entre mi pecho, con su riego bañador de cultivos hambrientos... Y de la espera, me he dormido... Me he dormido oyendo su paciencia, su estruendo cauteloso, arrimado en una mueca de cobertura suave, de sabor prudencia rancia y una voz de arrullo que me viene rezando hace veintiocho días: “Todo bien, todo bien... Las heridas cierran y el dolor escapa...” 3 Y amanezco sin saber quién dejó esta piedra en el camino... Y sigo mi paso seguro, sabiendo que no es nada que tu abrazo no pueda, que tu abrazo no cambie, con ese amor genuino que llegaría a salvarme... quizá. Y voy, extrañando —a cada paso— tu silencio dormido, tu silencio dormido en una grieta de mi pecho, tus palabras ancladas en “do” y mi oído despierto de tanto anhelar tu voz... que no llega. Y si decido ser viento, dirán que ya todo está escrito. Y yo seguiré, labrando a pico, y yo seguiré... escribiéndome... el pan que mastico. Y en un recodo, de la espera, me he vuelto a dormir... Esta vez, rendido por la ciencia de grageas sedantes, esperancitas de corto plazo que me recortan el tiempo parlante... Y voy nubícula, montado en un cirro, una nube blanca y ligera, sin tiempo...; sin memoria, sin recados, sin deseos... Un cirro que me contiene presuroso de un sueño insinuando en su color de falsa nobleza, —no todos los cirros son así— del adormecerme cantando, como fumando un beleño..., narcótico, de olor indeseable... Y de la espera, mi cuerpo... duerme... ** Parix Martín Cruzado Jiménez nuevo_destino77@hotmail.com Escritor peruano (Trujillo, 1979). Escribe poesía y compone música. Textos suyos han sido publicados en foros de poesía en línea y en blogs personales. Trabaja como técnico de mantenimiento de equipos médico-dentales. === El Club de Charles Turner Manuel Bolívar Graterol ================ Aquella mañana descubrió una pequeña cicatriz en su cuerpo; una breve formación que comenzaba a evolucionar en su piel y a la que no dio tanta importancia. Se puso de pie y, sin perder tiempo, alcanzó a ducharse, tomar unos panecillos y luego emprender un rumbo a la oficina. Sabía (entre muy pocas cosas) que debía trabajar en un nuevo relato. Con mucho cuidado, se sentó en el pequeño ordenador, y mientras aproximaba unas líneas, sospechaba que asistía a un mundo paralelo, algo que no comprendía y que distraía su atención. Estaba seguro de que a cada letra se unían pensamientos que ni él mismo escuchaba. Por eso trataba de concentrarse más, aun cuando aseguraba que estaba en condiciones extrañas que lo llevaban a perseguir esa nube de ideas ocultas, que ni él mismo podía atrapar. Por un momento reflexionó, movió la mirada a su alrededor como buscando un punto de reposo. Se decía, en voz muy baja, que escribir, en verdad, resultaría una tarea temeraria. Descubría —a medida que pasaban las horas— que sobre aquel fondo blanco sus letras se convertían en un conjunto de señales, desprovistas de un sentido útil. Acarició la idea de rectificar algunas líneas, aunque se sentía impotente para sumergirse en aquel torrente que significaba su verdadero propósito. Era un extraño desafío al que restaba, en ocasiones, su importancia. Apenas lograba calcar unos párrafos, quedaba mudo ante el fluido silencioso de aquellas ideas que para nada tenían que ver con su interés por la escritura. Comenzó a ordenar sus escasos pensamientos, esbozos, figuras y rasgos con los que pretendía alcanzar unas líneas imaginarias que cruzaban por su cabeza. Logró, sin darse cuenta, plasmar algunos párrafos estériles, que no representaban en ningún caso sus verdaderos intereses. Afirmaba, en medio de su impotencia, que aquellas imágenes que escapaban de su cabeza no eran otra cosa que una fugaz masa de recuerdos, vagos y vaporosos. Decidió, a pesar de la espesa bruma que entraba por la ventana, adelantar unos pasos, y sumergirse en el bullicio de la ciudad. Aquella mañana no se enteraría de las últimas noticias, sino hasta pasada la tarde. Observó que había menos gente a su alrededor. Y, cuando se disponía a condensar algunos párrafos, advirtió algunas cartas desconocidas que, sobre la pequeña mesa, se mostraban muy cercanas. Decidió echar una ojeada a las que consideraba más curiosas. Comenzó por una que atrajo más su atención, en donde se contaba de una antigua civilización ubicada en territorios ignotos. Se entretuvo más de un día entero imaginando aquellos detalles que catalogaba como inverosímiles. A muy pocas horas descubrió algunos números que creía relacionados con alguna información. Y para sorpresa de sí mismo, conjeturó algunas aproximaciones. Primero, separó fechas y acontecimientos. Una de las mismas se refería a una extraña aparición, ocurrida en una casa situada en las afueras de la ciudad. Allí, al calor de un juego de naipes, se ejecutaba una macabra apuesta; a las primeras señales del sol, uno de sus miembros encontraría la muerte. Se trataba de un club de muy pocos seguidores, que alternaban sus noches en medio de tragos y conversaciones. Los requisitos para su ingreso eran muy pocos, pero muy obligantes. El primer rasgo que se exigía era disponer de una fisonomía caucásica, disponer de una predilección por la física y la alquimia, y situar su nacimiento en un mes poco proclive a las lluvias. Luego se iniciaban en un extraño ritual, cargado de antiguas creencias, que restaban a los astros su importancia y se dedicaban a placeres efímeros. El sitio de reunión era una sala discreta, adornada con bustos y retratos. Y para colmar su rara conducta, se sumergían en degustar platos insólitos. Una vez, después de enumerar libros raros y antiguos, se consumieron preparaciones alcohólicas. Cada miembro debía disponer de un seudónimo para las presentaciones. Por eso, él, Charles Archer, cambió su nombre por el de Lucian Turner, consecuencia de su pasión por la obra de este gran pintor inglés. Se consideraba a sí mismo como poseedor de un espíritu tormentoso, que veía reflejado en aquellos paisajes y naturalezas violentas, cargado de colores fuertes y audaces. A cada reunión se preparaba una conferencia, que en ocasiones duraba muchas horas. Lucian Turner se dedicó a estudiar viejos manuscritos que conservaba, y con los que esperaba sorprender a sus colegas en las reuniones del club. Un día martes, cuando apenas se iniciaba la noche, penetró en aquella construcción con la esperanza de ganar adictos a su causa, que no era otra que la de inspirar, tan sólo con palabras, la verdadera proeza del genial pintor. Debía, eso sí, cuidar cada adjetivo y cada verbo, con la idea fija de forjar en la mente de sus oyentes cada pieza, cada obra del artista. Sería (y ese era su propósito) como construir a distancia, atravesando la fina capa de sus cuerpos, y grabar muy dentro aquellas imágenes que le fascinaban. Creía, fielmente, en la posibilidad de estimular la mente a través de un lenguaje sencillo. Esa noche, después de quedar al calor de unos candelabros dorados, inició su ansiada conferencia. Comenzó tratando de describir los primeros trabajos del artista. Se detenía, con mucha intención, en las evocaciones del mar; precisando, con una maestría incuestionable, aquellos rasgos de un paisaje violento, donde creía encontrar el alma de cada persona. Acentuaba, con su estilo característico, cada pasaje plástico, logrando mantener con firmeza descripciones de un mar turbulento y lejano, que cobraba vida como el corazón mismo. Afirmaba, en cada frase, el relato colorista y telúrico de una naturaleza avasallante, propagando en el ambiente la tesis de dibujos inimaginables del espíritu, que quedaban reflejados en cada una de sus obras. Recordaba que, entre sus primeras obras, se encontraba una extraña reminiscencia del paisaje, que obtuvo gracias a una alquimia que derivaba de anotaciones en sus cuadernos, como una forma de plasmar imágenes de su niñez y de su geografía natal. Y aseguró, tras tomar una breve taza de café, que fueron sus viajes los que deformaron aquellas intuiciones pictóricas que reflejaban una pasión sin límites. Sus lienzos, aquellas piezas que cuidaba con mucho celo, se convirtieron en objeto de adoración y en instrumento para calcar el pasado. Afirmó, para sorpresa de sus oyentes, que existía una copia legítima de estas obras en un viejo café de Praga; el Rudolfinum, un local de comidas y bebidas incrustado en severas fórmulas arquitectónicas renacentistas. Creía fielmente en una teoría acerca de un amigo del pintor que traficaba café de contrabando, traído de tierras americanas. Una tarde, en primavera, alcanzó a desplegar sobre la barra un lienzo que consideraba la obra más prometedora del artista, debido a su estudio pormenorizado del paisaje y los planos, y que además contenía, de manera muy evidente, esbozos de una cosmogonía particular. El extraño visitante llegó a pronunciar aseveraciones que relacionaban un viaje secreto del artista a la ciudad de Praga. Y que, instalado en una antigua hostelería, se dedicó a concebir una obra maestra. Se encontraba en un estado casi de hipnosis, y aunque manifestaba una jaqueca severa pudo concluir su propio encargo. El resultado estaba a la vista, y el dueño de la cafetería, luego de fruncir el ceño, se quedó mirando la extraña proeza; aquellas líneas visibles que surcaban la pequeña y gran obra. Alguien, en medio de la tertulia, aseguraba que se veía, entre el dibujo difuso, el rostro de una dama. Y el extraño visitante aclaró que fue por petición del artista que esta obra se conservara, y que no llegara a ningún museo o galería. Se le vio, durante noches, caminar entre pronunciadas baldosas, sumergido en una fiebre, mientras cargaba sus lienzos y se detenía a tomar brebajes para su salud. Consideraba, y esto era parte de su teoría, que el autor, debido a su interés por una obra póstuma de mayor envergadura, y su idea de un trabajo digno que no fuese afectado por la crítica. Creía que la crítica contaminaba las obras. Exploró, con gran sabiduría, aciertos de unos esbozos para comprender rasgos de la materia y los colores, a los cuales les asignaba propiedades insólitas que lograba plasmar en borrosos diseños. Aseguraba, en medio de su conferencia, que lejos de materializar propósitos de sus seguidores lo único que lograba era dispersar figuras y asomos de una cruenta realidad; algunas personas de la audiencia encontraron que su teoría debía cobrar vida a medida que se encontraran nuevas señales en las visitas misteriosas que el artista realizó al café Blatouch, ubicado en Vezenska; una zona donde el invierno agota pequeñas flores que cuelgan en los balcones del edificio. Suponía (y eso se deducía de sus propias palabras) que una noche, urgido por la necesidad de un sorbo de café, atravesó la estrecha calle, como tratando de disolverse en medio de los transeúntes, y sin perder tiempo penetró en un pequeño hostal; traía algunas ideas en la cabeza. Luego de pedir la carta, se quedó mirando a unos comensales que se encontraban cerca; su aspecto le llamó la atención. Miró, de lejos, un reloj de madera en un rincón, adornado de formas imprecisas que culminaban en arabescos, que suponía labrados a mano, aun cuando evidenciaban un desgaste muy pronunciado. Elaboró, para sorpresa de muchos, una teoría muy complicada, basada en recuerdos efímeros e imágenes difusas. Según, el joven Turner padecía de desvelos, y a falta de sueño sufría de una realidad cada vez más complicada. Resaltaba que cada cuadro era consecuencia de telúricas imprecisiones, que plasmaba con una exactitud maravillosa. Así, por ejemplo, en “El naufragio”, cada espesa masa incolora reflejaba la turbulencia de su mente, que calca y que deja grabada, con una grandiosidad pasmosa, cantidades de agua que manifiestan una inconformidad, una pretérita ilusión de la realidad que buscaba grabar la mente. Es más, en medio de aquella disertación, afirmaba que cada sospecha acerca de los colores, como algo innecesario en algunos lienzos, se debía a su creencia en la fuerza de sus pensamientos. Sin pensarlo, caminó por la discreta biblioteca tratando de encontrar algún volumen que reforzara sus palabras. Escogió, de pronto, un viejo tratado acerca del cielo y la imaginación, que contenía grabados y figuras que resultaron prohibidas durante la Inquisición. Les leyó, con lentitud, el “Liber Studiorum”, una publicación del siglo diecinueve que contenía grabados del artista, y que adelantaba premisas acerca de la perspectiva, algo que dominaba y que desarrolló en sus clases en la Royal Academia. Según él, Charles Archer, el pintor sufría de algún tipo de represión, y eso convertía a sus cuadros en expresiones de una insatisfacción que dejaba muy al descubierto su parte romántica, la cual calcaba en sus acuarelas, donde quedaba afirmado su espíritu confuso, donde el paisaje se ofrecía bastante crudo, y que debía considerarse como una propuesta de sus sentimientos turbulentos. Arturo Grimm, oyente, se levantó para advertir que la teoría era casi una pieza perfecta, salvo por la falta del nombre de una mujer a la que éste consideró como su fiel deseo, su paraíso predestinado. Claudia Marai, ese era su nombre; una delicada dama que anduvo por las callejuelas londinenses, y con la que llenaba cantidades incalculables de cuadernos, aproximando dibujos que, una vez concluidos, mostraba con cierto temor. Ella era la autora de cada detalle de su vida, y aunque no parecía cierto, tan sólo bastaba mirar sus óleos y algunas imágenes traídas de Italia. Una noche de diciembre, tras haber asistido a una taberna, se declara incompetente ante la vida y prueba un sorbo de veneno, y se le encuentra muerto en su vieja casa. Su muerte fue considerada como algo normal, pero en realidad obedeció a su imposibilidad de alcanzar su máximo sueño. Es más, se guardó una carta en la que se aseguraba que un descendiente suyo, a quien no le fue confiado su oculto parentesco, sería el autorizado para indagar en aquellas premoniciones pictóricas, acuarelas, óleos y dibujos en los que dejó su más grande anhelo. Arturo Grimm conocía muy de cerca la historia, y ese escogido no era otro que el propio Charles Turner. Al terminar su intervención, el conferencista, Charles Turner, se quedó pensando. Con cierta improvisación recogió sus libros y, sin despedirse, cruzó el ancho umbral de la sala. Unos días después, lo encontraron muerto junto al río. Tan sólo dejó una breve esquela en la que aceptaba su destino, ahora que el verdadero sentido de su obra estaba difundido. Arturo Grimm fue a su sepelio y pidió no se leyera ninguna palabra, tal como lo había predicho el propio artista Turner, en una carta póstuma que luego se quemaría en la pila bautismal de la Catedral de Saint Paul, ahora cubierta por una neblina y un inmenso aguacero. ** Manuel Bolívar Graterol manuelbolivarg@gmail.com Escritor venezolano (Maracay). Ha publicado los poemarios Santuario de papel y Destinatario (Editorial Miranda, Villa de Cura). ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “Entrad por esta casa de par en par abierta sólo para vosotros, ¡oh! poetas, ¡oh! hermanos, que al crear en silencio vuestra canción más pura, cobráis la paz del alma que anhela vuestro sueño”. Manuel Felipe Rugeles, “Esta es la casa vesperal del poeta”. En: Dorada estación (1961). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. 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