~~~~~~~~~~~~~~~ Año XV Cagua, Venezuela Nº 250 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 4 de abril de 2011 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ ISSN: 1856-7983 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | Las perdices de Gardellini. / Fotografías icónicas. / | Breves Sartre en Caracas. / 21 narrativas. / Artesanía | excelente. / Talleres en Icrea. / Salvando Japón. / | Estrenando teatro. / Recitando en Alejandría. / Poesía y | pensamiento. / Leyendo a Iliana. | | Balcells deposita recuerdos de Aliocha Coll en la Caja | Noticias de las Letras. / Amorós, Muñoz y Terceiro, candidatos a | suceder a Ayala en la RAE. / Gonzalo Rojas supera | bronquitis. / Recuperan sainete inédito de Pío Baroja. / | Fallece el escritor argentino Hugo Midón. / Libreros | mexicanos se reunieron en San Cristóbal de Las Casas. / | Más de 3.800 personas hicieron recorrido en honor a | Miguel Hernández. / Muere el historiador | germano-mexicano Juan Brom. / Fallece la reconocida | coreógrafa colombiana Sonia Osorio. / Inauguran el Paseo | de las Letras de Molina de Segura. / Perú y España | homenajean a Vargas Llosa en su cumpleaños. / El Colegio | de México publica obra inédita de Carlos Monsiváis. / | Fallece en París el artista cubano Jorge Camacho. / El | español Juan Goytisolo, finalista del Premio Man Booker | 2011. / Murió el dramaturgo guatemalteco-mexicano Carlos | Solórzano. / Condenan a los asesinos del hijo del poeta | Juan Gelman. / Legado de Jorge Oteiza es publicado en | Internet. / Banco de México emite una moneda con la | efigie del poeta Octavio Paz. / Producen en Bolivia | primer audiolibro en lengua originaria en ese país. / | Olivar y González ganan Premio Sexto Continente de | Relatos de Humor. / En cuidados intensivos el escritor | salvadoreño Rafael Menjívar Ochoa. / Publican en Francia | novela del nicaragüense Sergio Ramírez. / Conceden el | Premio Castilla y León de las Letras a Andrés Trapiello. | / Sellos alternativos firman convenio con editorial | estatal venezolana. / Recaudan fondos para atención | médica al escritor Daniel Sada. / Entregan en Madrid los | Premios Rey de España de periodismo. / Renuncian | profesores de la Sogem. / Falleció el escritor | venezolano Jorge Gustavo Portella. / Con una exposición | celebrarán 94º cumpleaños de Leonora Carrington. / | Festival Eñe se traslada a Lima. / El venezolano Edgar | Borges publica en España el libro Crónicas de bar. / | Presentan novela gráfica sobre Federico García Lorca. / | Publicarán la novela inconclusa de José Saramago. / | Profesionales de la información se reúnen en Bogotá. / | Un encuentro en Chiapas rendirá homenaje a Rosario | Castellanos. | | Estilo. / Anatomiteca. / Literativa. / Libros Mínimos. / | Literatura Fábulas urbanas y otras historias. | en Internet | “José Saramago, la voz desconocida”, Alfonso Galindo | Artículos y Lucas. / “El regalo de Pandora, de Héctor Torres”, Krina | reportajes Ber. / “Noosfera decisiva”, Rafael Pérez Ortolá. / | “Margarita Infanta, de Francisco Suniaga”, Dulce María | Ramos Ramos. / “Una lectura cinéfila de Las palabras y | los días, de Julio Serrano Echeverría”, Tania Hernández. | / “Después del mar”, Ricardo Martínez-Conde. / “Proust y | Joyce”, Andrés A. Ugueruaga. | | Javier Vásconez: “La literatura es un oficio de | Entrevistas solitarios”, entrevista por Augusto Rodríguez. | | “Aproximación al análisis del discurso de Arturo Uslar | Sala de ensayo Pietri. Una larga jornada”, María E. del Valle de | Villalba. / “La mostración de la interioridad como | espectáculo en Melania Jacoby, de Susana Pérez Alonso”, | Marcela Crespo Buiturón. / “Rosa Virginia Martínez. | Viento ebrio: un llamado poético de conciencia hacia la | pobreza”, María Cristina Solaeche. / “Producción textual | y proceso formativo”, Iván Bedoya Madrid. | | Poemas de Francisco J. Larios. / “Viaje al borde de la | Letras noche”, Mirco Ferri. / Poemas del libro inédito “El | retorno de Casandra”, Elisa Dejistani. / “6 de agosto en | mi memoria”, Ana Busquets Fariña. / “Poemas de la | transparencia azul”, Pedro Rodríguez Palomo. / “Que me | perdonen los chinos”, Jairo E. Torín. / “Papeles de | Santiago” (extractos), de Carlos Eduardo Cenzano. / | “Matemágicas”, Eva María Marabotto. / “Trizas y trazos” | (extractos), de Elena Camacho Rozas. / “Cuatrocientas”, | Rolando Revagliatti. / Poemas de Alberto Ángel Pedro. / | “...Más tendrán sentido (con un nombre)”, Begoña Roldán | Juez. | | “El siglo de oro de la poesía taurina”, Salvador Arias | El regreso Nieto (compilador). / “El libro más triste del mundo”, | del caracol Otilio Carvajal Marrero. | | Edmundo Paz-Soldán. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Premio Nacional del Libro de Venezuela 2007, Centro Nacional del Libro http://www.cenal.gob.ve =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2008, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Mención de honor en los premios Stockholm Challenge 2010, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.org =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| Las perdices de Gardellini. Amazon ha puesto a disposición del público la novela Después de comer perdices o Por qué las mujeres son boludas e insisten en enamorarse..., en una edición digital para dispositivos Kindle con portada de una de las hijas de la autora, la escritora argentina Rita Gardellini. El libro está compuesto por una serie de breves historias noveladas en las que se narran los amores de personajes como Cenisiente, Soledad, Simona, Selma, Paula, Brenda, Lidia, Fiona, Amalia y Triana, que “presentan una esencia y unos modos vitales que muy poco tienen que ver con los habitualmente tratados en otras literaturas”, según explica en el prólogo el escritor español Víctor Ramírez. “En estas breves historias noveladas”, continúa Ramírez, “encontrarás, lectora, lector, como he encontrado yo, esa literatura que denomino ‘ruptura solitaria-solidaria’ —y adobada por una calidad narrativa que te hará pasar un rato agradable”. http://bit.ly/despuesdecomerperdices Fotografías icónicas. Desde el pasado 23 de marzo y hasta el próximo 25 de abril es posible visitar, en el hall de la Biblioteca Central de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en Caracas, la exposición fotográfica itinerante “Iconografía de las venezolanidades”, que incluye 43 fotografías digitales y analógicas de Iván Amaya, Luis Chacín, Anareli Agreda, Franklin Perozo y Beatriz Nones. La muestra permanece abierta al público de lunes a sábado entre las 8 de la mañana y las 8 de la noche, y los domingos de 9 de la mañana a 1 de la tarde. Tras su paso por la UCV, será presentada en la Casa del Artista y el Banco Central de Venezuela (BCV), para luego trasladarse al interior del país. Sartre en Caracas. A puerta cerrada, la obra de teatro existencialista escrita por el filósofo y escritor francés Jean-Paul Sartre, adaptada y dirigida por Jonathan Ochoa para el grupo Teatro Caracas, estará presentándose hasta el sábado 30 de abril en la Sala de Teatro 2 del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), ubicado en la avenida Luis Roche con 3ª Transversal de Altamira, cerca de la Estación de Metro Altamira, en la capital venezolana. La obra, publicada en francés bajo el título Huis Clos, fue estrenada por primera vez en el Vieux-Colombier en mayo de 1944, justo antes de la liberación de París durante la Segunda Guerra Mundial. La adaptación de Ochoa mantiene el planteamiento original de Sartre, donde temas como la soledad, la hipocresía, la doble moral, el arribismo, el ego, la manipulación y la persistente mirada del otro como juez y torturador se manifiestan en los personajes, quienes muestran los pecados de una sociedad, de una familia o de un individuo. Los temores, pasiones, amores y secretos se hacen presentes por la hilaridad del encuentro de estos personajes en un lugar sólo lleno de miradas. Las funciones son de jueves a sábado a las 8 de la noche y los domingos a las 7 de la noche. La entrada general cuesta 100 bolívares, y 90 para estudiantes y adultos de la tercera edad. http://www.celarg.gob.ve 21 narrativas. Reseñas, entrevistas, ensayos y, por supuesto, muchos cuentos, forman el número 21 de la revista Narrativas, que ya está disponible para su descarga gratuita en formato PDF. En su sección de ensayo, la revista publica “Las voces narrativas en El hereje o la novela vital”, por Pablo Lorente Muñoz; “En busca de localidades que valgan: el enigma del individuo en Montoya y Azuela”, por Michael Abbott; “Jeannie Deans: La heroína de las ‘Waverley Novels’ ”, por Enrique García Díaz, y “El común olvido: ¿una crítica al discurso nacionalista?”, por Soledad Mocchi. Incluye también el primer capítulo de Marea de sangre, novela de José Luis Muñoz, quien además entrevista en esta edición a Nerea Riesco; un dossier sobre el narrador Leopoldo de Trazegnies Granda y artículos de Carlos Pérez Vaquero, Víctor Montoya y Pablo Lorente Muñoz. En la sección de reseñas escriben Rolando Ramiro Vázquez Mendoza, José Luis Muñoz, Luis Borrás, María Dubón, Carlos Manzano, María Aixa Sanz, Óscar Bribián e Iris Uribarri. Además, la nutrida sección de relatos ofrece en esta edición textos de Olga Bernad, Fernanda Trías, José María González Serna, Alejandra Darriulat, Lucía Lorenzo, Juan Ramírez Biedermann, Fernando García Maroto, Rosana Alonso, José Agustín Solórzano, David Bombai, Víctor Montoya, DrK, Enrique Pérez Rodríguez, Jonatan Frías, Pedro Peinado Galisteo, Ramón Araiza Quiroz, Gabriel Guerrero, Luis Topogenario, Berenice Noir, Carlo Reátegui Avilés, Jorge Serra, Daniel Sánchez Bonet, JC Martin, Iria López, María Aixa Sanz, Pablo Llanos y Ricardo Álamo González. Narrativas es coordinada por Carlos Manzano y en su consejo editorial figuran María Dubón, Emilio Gil, Nerea Marco Reus y Luisa Miñana. http://www.revistanarrativas.com Artesanía excelente. A partir de este lunes 4 de abril, y durante toda la semana, el público caraqueño podrá disfrutar de una muestra artesanal que reúne las 94 piezas seleccionadas por el programa de Reconocimiento de Excelencia para la Artesanía Región Andina 2010-2011, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). La exposición se llevará a cabo en la Galería Caracas de la Fundación Red de Arte, ubicada en la avenida México, Bellas Artes, en la capital venezolana. La organización de la exhibición estuvo a cargo de la Fundación Red de Arte y el Centro para la Diversidad Cultural, conjuntamente con la Oficina de Enlace con el Sector Artesanal del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y la Comisión Nacional Venezolana de Cooperación de la Unesco. Un total de 250 creadores venezolanos acudieron a la convocatoria realizada a comienzos de año. De este número, 94 fueron escogidos debido a que cumplían con los parámetros requeridos por la institución. También participaron en esta primera edición del reconocimiento artesanos de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. http://www.reddearte.gob.ve Talleres en Icrea. Esta semana dan inicio dos cursos en Icrea, Escuela de Escritores, en Caracas. Jesús Nieves Montero dictará, a partir de este lunes 4 de abril, la octava edición de su taller de novela corta, en el que el alumno recibirá instrucción sobre herramientas de dramatización, punto de vista y tiempo, personajes, anécdotas y tramas, investigación literaria y otros temas. El taller, que tiene un costo de 500 bolívares, se desarrolla a lo largo de seis sesiones de tres horas académicas cada una, con ejercicios prácticos. Por su parte, Gisela Kozak Rovero iniciará el viernes 8 su taller de iniciación a la literatura hispanoamericana actual, que en ocho sesiones se paseará por la obra de destacados cuentistas como Juan Villoro (México), Iván Thays (Perú), Pablo Ramos (Argentina), Tununa Mercado (Argentina), Jorge Franco Ramos (Colombia), Piedad Bonnett (Colombia), Carmen Boullosa (México), Pedro Lemebel (Chile), Leonardo Padura Fuentes (Cuba), Anna Lidia Vega Serova (Cuba), Andrea Maturana (Chile), Rosario Ferré (Puerto Rico), Cristina Peri-Rossi (Uruguay), Sonia Chocrón (Venezuela) y Fedosy Santaella (Venezuela). El taller tiene un costo de 600 bolívares. Icrea está ubicada en la avenida San Juan Bosco de Altamira, en el piso 5 (oficina 62) del edificio El Torbes, al lado de Friday’s. http://www.icrea.org.ve Salvando Japón. El próximo viernes 8 de abril tendrá lugar en el Palacio de Altamira, en Madrid, una subasta de fotografía e ilustración cuyos beneficios serán destinados íntegramente a paliar las graves consecuencias del terremoto y posterior tsunami que asoló la parte noreste del país asiático. El acto, organizado por el Istituto Europeo di Design (IED) de Madrid, constará de dos partes: por un lado, una Subasta Solidaria “Art Save Japan” de obra cedida por grandes fotógrafos y artistas reconocidos en España. Por otro lado, también se podrá adquirir material fuera de subasta en la tienda de arte y diseño que se instalará el mismo día. Artistas como Pablo Alemán, Tete Álvarez, José Aragón, Antonio Ballester Moreno, Paola Bragado, Miguel Ángel Campano, Ricardo Cases, Juan Manuel Castro Prieto, Tomy Ceballos, Nicolás Combarro, Alicia Framis, Rafa Gallar, Alberto García-Alix, Daniel García Andujar, Kaoru Katayama, Aitor Lajarín, Ouka Leele, Chema Madoz, Eugenio Merino, Albert Ràfols Casamada, Marinella Senatore, Pablo Serret de Ena, David Trullo, Llorenç Ugás Dubreil, Paco Valverde, Javier Vallhonrat y Valentín Vallhonrat han donado sus obras para apoyar esta causa. Paralelamente, se habilitará una zona en la que los asistentes podrán adquirir piezas de ilustradores, fotógrafos, diseñadores gráficos e industriales. Muchas de ellas han sido creadas ad hoc para el evento. La tienda estará ubicada en la Sala de Exposiciones del Palacio de Altamira (1ª planta). http://iedmadrid.com Estrenando teatro. Este viernes 8 de abril se abren las puertas del restaurado Teatro Municipal de Lima, Perú, con la puesta en escena del espectáculo “El teatro es tuyo” en el que participarán artistas de variados géneros culturales como ópera, zarzuela, danza clásica y moderna, entre otros. Con esta actividad se reabre un espacio importante para el disfrute de las diversas expresiones de la cultura, con el fin de acercar a los vecinos de la capital peruana a una mayor y más variada oferta de espectáculos artísticos de diversos géneros. La apertura, en la que también se rinde homenaje a los 40 años de Villa El Salvador, se realiza luego de culminadas las obras de implementación del teatro, que incluyeron el equipamiento de la caja escénica y diversas mejoras en las salas de ensayo, los camerinos, la zona de ascensores y otros ambientes. El Teatro Municipal de Lima fue construido en 1915 e inaugurado en 1920. El 2 de agosto de 1998, fue consumido por un voraz incendio que destruyó gran parte de su estructura sin causar daños estructurales definitivos. La noticia fue registrada en nuestra edición 53 (http://www.letralia.com/53/notic053.htm#noti05). El edificio fue reinaugurado el 11 de octubre de 2010. Recitando en Alejandría. Este 9 de abril se realizará en la Librería Alejandría I, en Caracas, un recital de poesía en el que participarán Carmen Verde Arocha, Eleonora Requena, María Gabriela Rosas, Luis Gerardo Mármol y Ruth Hernández Boscán. La actividad es organizada por la librería en conjunto con el Grupo Editorial Eclepsidra, que publica libros de narrativa, ensayos y poesía, y que en su trayectoria de más de tres lustros ha dado luz a más de 150 títulos. La cita es para el sábado 9 de abril a partir de las 6 de la tarde. La Librería Alejandría I está ubicada en el Centro Comercial Las Mercedes, frente al Centro Venezolano Americano (CVA). Poesía y pensamiento. Desde el 13 de abril hasta el 3 de agosto se extenderá el Taller de Poesía “Poetizar y pensar”, que dirigido por la escritora chilena Nadia Prado se propone trabajar con textos poéticos que establezcan una relación entre pensamiento y poesía, con vistas a provocar o impulsar lo particular de cada escritura, haciendo una experiencia con la palabra tanto en la creación poética como en la lectura y crítica de ésta. El taller está planteado como un espacio de reflexión y de conversación donde los talleristas aprenderán a leer, a escribir y a desplegar una mirada crítica que interpele los problemas fundamentales de esta cohabitación entre poetizar y pensar y se sienta concernida por la intimidad de las palabras con el pensamiento. Las sesiones se realizarán los días miércoles entre las 19:30 y las 22 horas en Vicuña Mackenna con Santa Isabel (Metro Santa Isabel), en Santiago de Chile. El costo del taller es de $40.000 mensuales y el cupo está limitado a ocho personas. Los aspirantes deberán enviar un texto de prueba de dos páginas a la dirección electrónica poetizarypensar@gmail.com. Nacida en Santiago en 1966, Nadia Prado ha publicado Simples placeres (1992; 2002), Carnal (1998; 2002), © Copyright (2003), Job (2006); y Un origen donde podría sostenerse el curso de las aguas (2010). http://www.facebook.com/taller.nadiaprado Leyendo a Iliana. El Círculo de Lectura de la Fundación Francisco Herrera Luque tendrá como invitada el próximo martes 3 de mayo a la escritora venezolana Iliana Gómez Berbesí, y se enfocará en su novela ¡Alto, no respire!, que publicada por Monte Ávila Editores puede adquirirse por 20 bolívares en las Librerías del Sur. Novela de formación, única en su tema en las letras venezolanas, ¡Alto, no respire! apareció originalmente en 1999. Se trata de la historia de formación de una joven quinceañera habitante de Caracas en 1967. Merlin, la protagonista, a causa de una súbita enfermedad pulmonar es internada en un sanatorio para tuberculosos, viéndose así forzada a interrumpir sus estudios de bachillerato. Ya en el sanatorio, inicia un doloroso periplo camino a los infiernos, al enfrentarse a terribles experiencias que a su vez irán moldeando una nueva personalidad. Desesperada por encontrar un escape, se impone soportar la cruda realidad en difícil convivencia con otros curiosos personajes. Escritora, publicista, cuentista, novelista, profesora de idiomas, guionista de telenovelas y cultora de la ciencia ficción, Gómez Berbesí (Caracas, 1951) es licenciada en letras, título obtenido por Las criaturas de la ciencia ficción, denso estudio simbólico de este subgénero de la literatura fantástica. Suyos son los libros Confidencias del cartabón (1981); Secuencias de un hilo perdido (1982); Tornillos de taller (1983), Extraños viandantes (1990) y Soñé que contaba ovejas electrónicas (inédito). La actividad se realizará el martes 3 de mayo a las 5 de la tarde en la Biblioteca Los Palos Grandes, ubicada en la Tercera Avenida de Los Palos Grandes entre 2ª y 3ª Transversal, en Caracas. El costo de la entrada es de 30 bolívares. http://www.letralia.com/244/caracol01.htm ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Balcells deposita recuerdos de Aliocha Coll en la Caja de las Letras La agente literaria española Carmen Balcells donó el pasado 21 de marzo, a la Caja de las Letras del Instituto Cervantes —una bóveda en la que se conservan testimonios y objetos de reconocidos escritores—, varios libros, una foto y el testamento del joven autor español Aliocha Coll, que se suicidó en 1990 cuando apenas contaba con 42 años. Balcells quiso sacar así del olvido al escritor, “un muchacho genial y extraordinario, superdotado desde niño, con una vocación extraordinaria”. La agente añadió que Coll “eligió el camino de la renovación en la palabra, con libros excesivamente vanguardistas para el ciudadano corriente” que supusieron “una ruptura con el lenguaje”. “Un tipo con un talento extraordinario aunque no tenga salida en este mercado que es dueño de todo”, apostilló, indicando que ha depositado en la Caja de las Letras sus traducciones de Malraux y Shakespeare. “El respeto por la palabra nos puede salvar de ese desorden en el que vivimos la sociedad”, agregó. Como anécdota, Balcells recordó que el editor Eduardo Naval “apreció el valor de un manuscrito suyo difícil” y lo publicó, si bien hizo algunas correcciones pensando que eran erratas que “perturbaron” al autor. En sus manos, Carmen Balcells llevó dos libros de Aliocha Coll que mostró a los periodistas: Títeres, ilustrado por Lysiane Luong (con quien se casó pero que no supo entenderle, lo que le llevó al suicidio) y Vitam venturi saeculi, editado por Alfaguara en 1982. “Mi pretensión es que todo el mundo sepa que este muchacho dedicó su vida a su vocación de escritor”, señaló Balcells elogiando la “genialidad” del Instituto Cervantes de aprovechar las cajas fuertes que en su día contuvieron dinero o joyas y hoy conservan “retazos de cultura”, como dijo la directora de esta institución, Carmen Caffarel, justamente en el día en que se cumplen veinte años de la creación del Cervantes. Balcells aseguró también que Aliocha Coll “nunca será defendido por los escritores” y se mostró convencida de que “la gran labor por él la harán los lectores”. La agente decidió que esta Caja, la número 1.569, sea abierta dentro de un año (el próximo 21 de marzo de 2012), lo que la convierte en la primera de las que hasta ahora existen que desvelará el contenido exacto del legado y que permitirá, como expresó por deseo, que se lea el testamento de Aliocha Coll. Balcells trabaja desde los años 50 respaldando a grandes escritores en español de la talla de Gabriel García Márquez, Vargas Llosa, Neruda, Cortázar, Cela, Bryce Echenique, Delibes, Vázquez Montalbán y Juan y Luis Goytisolo, entre otros muchos. La agente literaria hace la número 16 de las personalidades de la cultura española e hispanoamericana que han cedido un legado a la Caja de las Letras. Desde 2007 han participado en esta iniciativa los premios Cervantes (Francisco Ayala, Antonio Gamoneda, Ana María Matute, Juan Gelman, Juan Marsé y José Emilio Pacheco) así como los escritores José Manuel Caballero Bonald y Carlos Edmundo de Ory. Igualmente han cedido legados el pintor Antoni Tàpies, la bailarina cubana Alicia Alonso, el cineasta Luis García Berlanga, la investigadora Margarita Salas, el compositor Cristóbal Halffter y el actor Manuel Alexandre. Fuente: Europa Press *** Amorós, Muñoz y Terceiro, candidatos a suceder a Ayala en la RAE Los catedráticos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Andrés Amorós Guardiola, Santiago Muñoz Machado y José B. Terceiro Lomba son los candidatos para ocupar la silla Z en la Real Academia Española (RAE), vacante desde el fallecimiento de su último titular, Francisco Ayala, el 3 de noviembre de 2009, según ha decidido el Pleno de la corporación. La convocatoria de esta plaza se publicó en el Boletín Oficial del Estado español (BOE) el pasado 21 de febrero y, tras finalizar el período de admisión de candidaturas el 23 de marzo, la votación se efectuará en la sesión plenaria del próximo jueves 7 de abril. Tal como establece el artículo X de los Estatutos de la RAE, que fija las normas de ingreso de nuevos miembros, cada una de estas candidaturas está avalada por tres académicos. La del catedrático de derecho administrativo de la UCM Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco, Córdoba, 1949) cuenta con el respaldo de Eduardo García de Enterría, José Manuel Sánchez Ron y Pedro García Barreno. Los firmantes de la candidatura del catedrático de literatura española de la UCM Andrés Amorós Guardiola son los académicos Manuel Seco, Gregorio Salvador y José Luis Sampedro. Por su parte, al catedrático de economía aplicada de la UCM José B. Terceiro Lomba le han presentado los académicos Francisco Rodríguez Adrados, Juan Luis Cebrián y Álvaro Pombo. La RAE cuenta con un total de 46 sillas académicas. Actualmente, además de la Z, están vacantes la e y la n, que ocupaban Miguel Delibes y Valentín García Yebra, respectivamente. La plaza de la silla e ha sido convocada en el BOE del 10 de marzo y el plazo de presentación de candidaturas terminará el 9 de abril. Las votaciones se celebrarán el 5 de mayo próximo. Fuente: Europa Press *** Gonzalo Rojas supera bronquitis El poeta Gonzalo Rojas, que el pasado 22 de febrero sufrió un accidente cerebrovascular, presentó a mediados de marzo una bronquitis infecciosa que agravó más su condición, pero esta enfermedad ya está superada, informó el miércoles 23 de marzo la fundación que lleva su nombre. “El jueves 17 de marzo le diagnosticaron una bronquitis infecciosa que vino a complicar su ya delicado estado de salud. Actualmente este cuadro se encuentra bajo control”, precisó la entidad en un comunicado. “Los parámetros basales de su salud se mantienen sin cambios significativos, se encuentra en estado de sopor, con apoyo de oxígeno y suero. Un equipo multidisciplinario de médicos, kinesiólogos y enfermeras lo apoyan las 24 horas del día”, añade el texto. El pasado 12 de marzo, el ganador del Premio Cervantes 2003 fue trasladado desde Chillán hasta Santiago, como una manera de garantizarle una mayor cercanía geográfica con su familia y para mejorar el acceso al cuidado y vigilancia médica que su condición requiere. La fundación informó también que el pasado 16 de marzo, el presidente Sebastián Piñera y el ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke, se reunieron con los hijos del autor de Qué se ama cuando se ama, La miseria del hombre y Contra la muerte, entre otras obras. El mandatario les transmitió el afecto y preocupación del gobierno chileno por la salud del poeta, ganador en 1992 del Premio Nacional de Literatura y también, el mismo año, del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Rojas permaneció hospitalizado una semana en septiembre del año pasado, a causa de una neumonía, que le sobrevino diez días después de haber asistido, el 9 de septiembre, al lanzamiento de su antología Con arrimo y sin arrimo, en el Centro Cultural de España, donde se le vio lúcido y chispeante. Días después, el 15 de septiembre, participó en un homenaje que le ofreció su natal ciudad de Lebu, en el que recibió la medalla Ciudadano del Bicentenario de manos del Concejo Municipal. Fuente: EFE *** Recuperan sainete inédito de Pío Baroja Los convencionales humoristas, publicado por la editorial Caro Raggio, reúne en un volumen dos piezas humorísticas del escritor donostiarra Pío Baroja, asociado habitualmente a la imagen de refunfuñón pero que aquí aparece en su versión más satírica, a través de dos piezas “desternillantes y sencillas que se leen como un cómic”. El libro recupera un sainete de 1926, Arlequín, mancebo de botica, pero sobre todo saca a la luz un inédito, que da título al volumen. El sainete, sin data pero escrito probablemente en torno a 1950, es una de las últimas creaciones de Baroja y ha permanecido oculto durante más de medio siglo. De hecho, se trata de un sainete desarrollado a lo largo de 63 cuartillas encoladas “a modo de bastidor” sobre las páginas de un ejemplar de Geografía Histórica de la Villa y Puerto de Portugalete, editado en 1942 por la Junta de Cultura de la Excma. Diputación de Vizcaya. En realidad, se trata de una transcripción realizada a mano por el sobrino del escritor Julio Caro Baroja. “La letra de Julio es firme y limpia, mientras que la de Baroja es vacilante y borrosa”, señala la editorial madrileña. “Suponemos por ello que se trata de una de las últimas obras de don Pío”. Los convencionales humoristas, ilustrado por dibujos humorísticos y divertimentos del primer Julio Caro Baroja, arranca con el sainete que da título a la edición, una obra ambientada en una aldea vasco-francesa en la “Época del Terror”. Con un argumento “disparatado”, la trama se desencadena a partir de la llegada al pueblo de un amedrentado grupo de aristócratas procedentes del París revolucionario. En la aldea, los nobles se topan con las “fuerzas vivas locales divididas y enfrentadas al Antiguo Régimen en plena dialéctica contra las modernas ideas de la Revolución”. En cuanto a la segunda pieza incluida en esta edición, se trata de otro sainete, pero escrito por Baroja un cuarto de siglo antes. Fechado en 1926, Baroja lo compuso para El Mirlo Blanco, el teatro de cámara fundado por su cuñada, Carmen Monué, en la propia casa familiar. Se da la circunstancia de que el propio autor llegó a interpretar el papel del señor Pantaleón en esta “farsa ágil y graciosa con un final feliz absolutamente inesperado”. La publicación de Los convencionales humoristas recupera para los lectores al Baroja humorista y al autor teatral cuya obra dramática —apenas una decena de títulos— ha quedado sepultada por su ingente producción narrativa. Sobre su faceta como autor de sainetes, el propio Baroja escribiría en el prólogo a sus Entretenimientos que escribió tres, “naturalmente, de intención sonriente y optimista”. Fuente: Diario Vasco *** Fallece el escritor argentino Hugo Midón El pasado viernes 25 de marzo falleció en Buenos Aires, a los 67 años y tras una larga enfermedad, el escritor argentino Hugo Midón, una de las grandes personalidades de la literatura infantil argentina, quien fuera también director de escena y autor de teatro para niños. Se cierra así una fecunda carrera de dramaturgo, que incluye obras de gran nivel artístico, como La vuelta manzana, Vivitos y coleando y Locos ReCuerdos. El artista murió en su domicilio del barrio porteño de Palermo y sus restos fueron inhumados el sábado 26 en el cementerio de la Chacarita, en Buenos Aires. El autor argentino había sido un innovador del teatro para niños y maestro de varias generaciones de actores. Egresado del Instituto del Teatro de la Universidad de Buenos Aires (UBA), fue uno de los más importantes creadores del teatro infantil, aunque su debut no se produjo en ese terreno, sino como actor, en Los caprichos del invierno, en 1967. Tres años después ya estaba poniendo sobre las tablas su primera pieza, La vuelta manzana, cuyo éxito fue tal que se mantuvo una década en cartel. Desde ese momento continuó con su prolífica carrera, que incluye piezas como Cantando sobre la mesa, El imaginario, Narices o El gato con botas, entre otras. Su incansable actividad tuvo numerosos reconocimientos, entre los que se encuentran los premios Argentores en los años 1992, 1993 y 1994. También recibió el Premio de la Asociación de Cronistas del Espectáculo en 1993, 1994 y 1999, y el Premio Nacional del Teatro (1994-1995). Además, en honor a su trayectoria, a partir de 2010 se entregan los Premios Hugo a lo mejor del teatro musical. Fuente: El País *** Libreros mexicanos se reunieron en San Cristóbal de Las Casas Asistentes al XVII Congreso Nacional de Libreros Mexicanos, que se realizó en San Cristóbal de Las Casas el sábado 26 y domingo 27 de marzo, demandaron a las autoridades federales crear una agenda de políticas públicas en torno al libro, con “verdaderos programas de incentivos y formación para los lectores”. El director general del Instituto de Desarrollo Profesional para Libreros (Indeli) y coordinador general del Congreso de Libros Mexicanos, Arturo Ahmed Romero, dijo en entrevista que “faltan programas de política pública, así como estímulos para librerías y editoriales del país”. Luego de descartar que el libro está en riesgo de desaparecer por el surgimiento de nuevas tecnologías, Romero sostuvo que es necesario que la iniciativa privada del país “se dedique a hacer libros y que el gobierno los reparta a quienes deben leer”, como en otros países. “Que el gobierno federal sea productor de libros es una competencia que no debe existir para la empresa privada”, remarcó. En la reunión participaron representantes de 450 librerías mexicanas, cuyo propósito es “hacer consciencia de que la empresa librera necesita recuperar a sus talentos, trabajar en torno a sus recursos humanos y no sólo a la tecnología”. Romero abundó: “La idea es considerar no sólo que las librerías existen, sino voltear a sus recursos humanos, porque parece que con el avance de las tecnologías las personas no importan, cuando son fundamentales, porque para las librerías es difícil seguir adelante sin personal capacitado”. Durante la ceremonia inaugural, que se efectuó en la Casa de la Cultura con una ceremonia tradicional indígena, se entregó el Premio Nacional al Mérito Librero a Enrique Bernal Reyes, director y fundador de las librerías Nuevos Horizontes, quien lleva sesenta años en el sector. Al recibir el galardón, Bernal Reyes manifestó: “Surgirán tecnologías que pretendan suplantar al libro, pero no será posible, el libro será intocable”. Agradeció a quienes hacen posible “que los libros sigan adelante, a pesar de la adversidad y la lucha inconsciente por desaparecerlos. Esto no sucederá, no podrá ser oprimido el conocimiento del hombre para el hombre que se llama libro; existirá siempre como lo que es”. La directora general de la Feria Internacional de Libro de Guadalajara (FIL), Nubia Macías Navarro, afirmó que los libreros “son uno de los eslabones más débiles de la cadena promotora de libros; están en uno de los puntos más frágiles en este momento, justo por este auge de lo digital”. Destacó la importancia de la reunión, porque la sociedad se puede dar cuenta de la trascendencia de las librerías “para el conocimiento, para la formación y el placer, porque al final el librero es uno de los grandes transmisores de estos placeres”. Por ello, Macías Navarro aseveró: “Ahora más que nunca el impulso mayor debe ser para los libreros; hay mucho trabajo por delante, para acercar los libros a la gente”. Señaló que el tema del encuentro es “muy interesante: el papel fundamental que juega el ser humano como librero, porque la librería no sólo es un edificio con volúmenes y estantes; hay personas, quienes nos introducen y convencen de comprar algo para leer”. Fuente: La Jornada *** Más de 3.800 personas hicieron recorrido en honor a Miguel Hernández Cada año desde 1998, en el aniversario de la muerte de Miguel Hernández, miles de personas recorren a pie varios municipios de Alicante (España) que fueron relevantes en la vida del poeta. Este año el recorrido se realizó el sábado 26 y domingo 27 de marzo. Desde Orihuela, la ciudad natal del autor de Vientos del pueblo, hasta Alicante, en cuyo cementerio descansan sus restos, los senderistas recorren un total de 70 kilómetros durante el fin de semana más próximo a la muerte del poeta, el 28 de marzo de 1942. Este año, más de 3.800 personas —llegadas de diferentes puntos de España y del extranjero— participaron en la Senda del Poeta. La crudeza del recorrido se ve recompensada por la poesía que acompaña cada paso y que recitan caminantes como Antonio que, a sus 77 años, lleva varias sendas recorridas, o Alfredo, un gran conocedor de los símbolos de la represión franquista en la zona. “Hasta hace poco, el Ayuntamiento de Albatera no quería saber nada del campo de concentración que hay en esta zona; ahora sí se recuerda”, indica sobre el lugar en el que el poeta perdió a muchos de sus amigos. De Orihuela a Albatera la Senda atraviesa municipios de la Vega Baja como Redován, localidad donde nació el padre del poeta, o Cox, símbolo de la etapa familiar de Miguel Hernández —allí nacieron sus dos hijos— y de compromiso político. Desde Albatera parte la segunda jornada del recorrido y en San Isidro, antiguo barrio albaterense ahora segregado, se realiza la primera parada de refrigerio preparado por el Instituto Valenciano de la Juventud (Ivaj), entidad que planifica el itinerario. Fernando Morales es el alcalde de San Isidro, municipio responsable del campo de concentración, uno de los primeros que se abrieron durante la Guerra Civil y al que fueron a parar los miles de ciudadanos que esperaban exiliarse desde el puerto de Alicante en un barco que nunca llegó. “En un recinto hecho para 500 personas había 5.000”, recuerda el regidor, que remarca la importancia de recordar para mejorar el presente. “Con estos homenajes ganamos en pluralismo y tolerancia”. Casi cuatro horas después de dejar San Isidro la Senda deriva en Crevillente y continúa 14 kilómetros más hasta Elche, ciudad que otorgó al autor de El rayo que no cesa, en marzo de 1931, el único premio literario que recibió en vida y que alberga la Universidad Miguel Hernández (UMH), consagrada a la figura del poeta. En el recinto universitario los senderistas pasan la noche. El preciado descanso llega tras una cena abundante y el recibimiento del rector de la UMH, Jesús Rodríguez. Una lectura dramatizada sobre la vida del poeta humanista pone el broche final a la jornada más dura del recorrido. El domingo, el trayecto une Elche y Alicante con parada en Rebolledo. El olor de la flor del azahar está presente en los caminos por los que discurre la Senda, plagados de naranjos y limoneros que colorean las huertas de la comarca de la Vega Baja alicantina. En 1998, tan sólo 27 amigos realizaron el trayecto que este año llevaron a cabo más de 3.800 personas. Chema Rubio es uno de los habituales de la Senda desde sus orígenes. “Es una metáfora del exilio republicano”, sostiene Rubio, a la vez que critica la atribución política que ha adquirido esta iniciativa. “Esto comenzó como una ruta que hacíamos amigos y seguidores del poeta en la que recitábamos poesía de Miguel Hernández y de creación propia”, explica. Unos años después, se incrementó tanto la participación que el Ivaj se hizo cargo de la organización a propuesta de Amigos de Miguel Hernández, la asociación que comenzó el recorrido impulsada por el catedrático de ciencias de la información Francisco Estévez. Durante el camino se atisba la predominante presencia de profesores y alumnos (1.800 escolares inscritos, según datos de la organización), así como de personas con diferentes niveles de discapacidad. “Tienen una capacidad de sacrificio tremenda”, comenta uno de los monitores que ayudan en la organización del trayecto sobre estos chicos y chicas que concluyeron la travesía con un plus de esfuerzo. Las 3.000 plazas ofertadas, que incluyen alojamiento y comidas gratuitas, se cubrieron en su totalidad, aunque los organizadores reconocen que este año descendió un poco la participación tras la resaca del año hernandiano (2010) en el que celebraron dos sendas (en marzo y en octubre). El homenaje al poeta terminó ante su tumba en el cementerio municipal de Alicante, ciudad en cuya cárcel falleció hace 69 años. Sobre el sepulcro, la tricolor —que en el trayecto apenas estaba presente— adorna varias coronas de flores del PCE, de Esquerra Unida, de la asociación de amigos del poeta y del Ivaj. “Aunque bajo la tierra mi cuerpo amante esté / escríbeme a la tierra / que yo te escribiré”, son los versos inscritos a un lado del mármol de la losa; del otro, “Llegó con tres heridas / la del amor / la de la muerte / de la vida”. Al acto institucional de despedida con la concejala de Juventud, Laura Chorro, y el director del Ivaj, Adrián Ballester, muchos senderistas, rezagados, no pudieron llegar. A pesar de los dolores de las ampollas en los pies y del cansancio hasta la extenuación muchos de ellos lo tienen claro, se despidieron del poeta del pueblo: “Hasta el año que viene”. Fuente: Público *** Muere el historiador germano-mexicano Juan Brom El historiador Juan Brom Offenbacher falleció el pasado lunes 28 de marzo en Ciudad de México a los 85 años de edad, debido a que ya no pudo recuperarse de una cirugía de emergencia a la que fue sometido hace unas semanas. El autor de Para comprender la historia (Grijalbo, 2003) trabajaba en un libro que definía como “una botella al mar”, en el que quería exponer su visión y análisis de los acontecimientos más recientes para proponer un mundo mejor, informó su hija Rocío. El año pasado, Brom presentó la obra De niño judío-alemán a comunista mexicano: una autobiografía política, en la cual narra su salida de Europa y reflexiona en torno a temas como la persecución antisemita en Alemania, su ingreso al Partido Comunista Mexicano, su paso por el Partido de la Revolución Democrática, las crisis electorales de 1988 y 2006, anécdotas acerca de la vida y su trabajo de 46 años en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam). Fue precisamente en la docencia y la administración, “donde hemos visto la capacidad de Juan Brom desplegarse”, señaló su colega y amigo Adolfo Gilly durante una de las presentaciones de ese libro. Gilly destacó entonces que, como toda autobiografía, la de Juan Brom “es un feliz ejemplo de este viejo oficio de narrar, como uno la vivió, la propia vida. En él se cruzan cuatro grandes temas como los hilos con los cuales se va tejiendo la trama del relato: la vida misma en tanto azares, peripecias, anécdotas, afectos y amores; las ideas, en tanto territorio imaginario pero real donde transcurren buena parte de las peripecias y de las razones que dan sentido a la vida de este intelectual que es Juan Brom; la política, como una forma específica en que ese intelectual escogió para hacer reales en la vida esas ideas, y la enseñanza que, según surge de este libro y de sus historias, y según sabemos quienes lo conocemos y acompañamos desde hace más de tres décadas, es en Juan una verdadera pasión, reflejada en sus libros pero aun más materialmente en su relación de años con sus miles de alumnos”. Brom nació en Fuerth, una pequeña ciudad del sur de Alemania en febrero de 1926. Viajó a México cuando tenía 14 años, junto con su familia, huyendo de la persecución nazi en contra de los judíos. Obtuvo la licenciatura, maestría y doctorado en historia en la Unam, donde impartió la cátedra en historia universal y ciencias políticas. En 1986 fue distinguido con el Premio Unam en docencia en ciencias sociales, y en 2001 fue honrado con el título de profesor emérito. Sus temas de investigación académica se centraron, principalmente, en historia general de México, Latinoamérica y la Unión Europea, con énfasis en Alemania. Se interesó también por causas y luchas políticas. Entre sus trabajos históricos destacan: Para comprender la historia, Esbozo de historia universal y Esbozo de historia de México (los tres escritos para la docencia en bachillerato), así como ¿Por qué desapareció la Unión Soviética? “Siempre fue un hombre íntegro y congruente hasta el final, vivió tranquilo y actuó conforme a sus convicciones en todos los ámbitos: académico, político y personal. No se quebró ni al final”, comentó su hija Rocío. Fuente: La Jornada *** Fallece la reconocida coreógrafa colombiana Sonia Osorio La coreógrafa y bailarina colombiana Sonia Osorio, fundadora del Ballet de Colombia, murió en la ciudad de Cartagena la tarde del lunes 28 de marzo a los 83 años, a causa de una infección pulmonar y renal. La artista fue ingresada el pasado 17 de marzo a la Clínica Medihelp de Cartagena, en donde el viernes 25, a pesar de su complicado estado de salud, celebró su último cumpleaños junto a sus familiares, según informó el personal médico de la Clínica. Osorio, quien comenzó su carrera a los tres años, es recordada por su labor de más de cinco décadas difundiendo el folklore colombiano a través de sus montajes de ballet presentados en más de veinte países, entre los cuales estuvieron China, Rusia, Alemania, Japón e Israel. A Osorio se le recuerda por la polémica que generó uno de sus montajes en 1969, que presentó el primer topless del ballet colombiano en una época donde se imponía el estilo conservador. Hija del escritor, periodista y dramaturgo Luis Enrique Osorio y tataranieta del primer alcalde bogotano Alejandro Osorio, la coreógrafa se casó con el reconocido pintor Alejandro Obregón, con quien tuvo dos hijos. A pesar de haber nacido en Bogotá, fue criada por su abuela materna en la ciudad de Barranquilla, en donde vivió gran parte de su vida y fue una clara influencia para sus montajes en los que la alegría del Carnaval de Barranquilla siempre estuvo presente. Entre sus últimos reconocimientos, se encuentra la Cruz de Boyacá que le fue entregada por el entonces presidente colombiano Álvaro Uribe, quien resaltó la dedicación de Osorio durante toda su vida a difundir la cultura colombiana por el mundo. Fuente: Xinhua *** Inauguran el Paseo de las Letras de Molina de Segura Este lunes 28 de marzo fue inaugurado el Paseo de las Letras de Molina de Segura, ubicado en el Parque de la Compañía, junto al Ayuntamiento local, con la asistencia del alcalde Eduardo Contreras Linares y la concejala de Cultura, Mariola Martínez Robles. Con este acto se dio inicio al programa de actividades de la Primavera del Libro 2011, promovido por la Concejalía de Cultura. El Paseo de las Letras rinde homenaje a diez escritores nacidos o residentes en Molina de Segura, de los cuales fueron develadas igual número de placas. El motivo gráfico de las placas es un meteorito, pues una curiosa leyenda relaciona esta confluencia de escritores con la caída sobre Molina de Segura, en 1858, del mayor meteorito jamás registrado en España. En torno a esta iniciativa se ha creado un grupo en Facebook y un blog (http://autoresdelmeteorito.blogspot.com). Los autores fueron escogidos teniendo en cuenta que hayan publicado al menos una obra de ficción, como autor único, en alguna editorial española de ámbito nacional, excluyéndose ediciones públicas y autoediciones. La lista se ampliará con los años, y por ahora está compuesta, cronológicamente, por Salvador García Aguilar (1924-2005), Elías Meana (1946), Lola López Mondéjar (1958), Paco López Mengual (1962), Pablo de Aguilar González (1963), Manuel Moyano (1963), Rubén Castillo Gallego (1966), Jerónimo Tristante (1969), Marta Zafrilla (1982) y Lorena Moreno (1992). Fuente: Teleprensa *** Perú y España homenajean a Vargas Llosa en su cumpleaños El escritor peruano-español Mario Vargas Llosa celebró este lunes 28 de marzo sus 75 años, lo que aunado a la reciente obtención del Premio Nobel de Literatura ameritó que tanto su país natal como España le dedicaran diversos homenajes, como el bautizo de una calle de Arequipa con su nombre, el otorgamiento de la máxima distinción de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos o la edición conmemorativa de la revista literaria española Turia. El 22 de marzo, el autor de El sueño del celta fue declarado hijo ilustre, hijo predilecto y embajador plenipotenciario de Arequipa, la ciudad en la que nació en 1936, por el alcalde provincial, Alfredo Zegarra, en una ceremonia realizada en el teatro municipal de esta ciudad sureña. El evento estuvo engalanado con interpretaciones del coro polifónico y la orquesta sinfónica locales. Vargas Llosa agradeció el aprecio de los presentes y en especial de los escolares que se congregaron en el teatro municipal, a los cuales no dudó en darles dos consejos que esperaba tomaran en cuenta. El primero tuvo que ver con el hábito de la lectura, que calificó como “fuente de placer y entretenimiento” que “nos hace más críticos del mundo en el que vivimos, por eso su importancia”. El segundo estuvo relacionado con la libertad, al señalar que la misma es un don precioso, que permite gozar de la vida en un ambiente de paz y progreso. Finalmente, el novelista agradeció a los arequipeños por sus muestras de cariño y por hacerlo sentir un “personaje de ficción”. “Estoy orgulloso de ser arequipeño y pertenecer a este pueblo tan cariñoso”, culminó. Al día siguiente, la Municipalidad de Arequipa rebautizó con el nombre de Vargas Llosa, mediante una resolución municipal, la calle en la que naciera el escritor. La céntrica avenida Parra, en la que vivía la familia materna del escritor, se denomina ahora Mario Vargas Llosa, señala la resolución entregada por el alcalde Zegarra al novelista, en un acto organizado en esa misma calle. Al otro lado del Atlántico, en Zaragoza, veinticuatro escritores hispanoamericanos homenajearon el lunes 28 de marzo a su reconocido colega en la última edición de la revista Turia, que en casi 600 páginas, y bajo la coordinación de otro escritor peruano-español, Fernando Iwasaki, contiene textos inéditos de Javier Cercas, Jorge Volpi, Rodrigo Fresán, Alberto Fuguet, Iván Thays, Juan Carlos Méndez Guédez, Edmundo Paz Soldán, Juan Gabriel Vásquez, Eduardo Halfon, Leonardo Valencia, Carlos Cortés, Mayra Santos-Febres y Jorge Eduardo Benavides. El propio Vargas Llosa quiso agradecer esta iniciativa facilitando el texto titulado “Breve discurso sobre la cultura”, un ensayo sobre la actual situación de encrucijada que vive la cultura y que escribió en 2010 con motivo de su intervención en el acto de concesión del doctorado honoris causa en la Universidad de Castilla-La Mancha. Turia es una revista de periodicidad cuatrimestral. Con 28 años de trayectoria, fue galardonada con el Premio Nacional al Fomento de la Lectura. Está coeditada por el Instituto de Estudios Turolenses (IET) de la Diputación Provincial de Teruel, el Ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón. Dos días después, el miércoles 30 de marzo, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos le entregó a Vargas Llosa la “Medalla de Honor Sanmarquina” en el grado de Gran Cruz, por su notable aporte a la cultura peruana y mundial. “Mi formación intelectual comenzó verdaderamente aquí en el patio de letras y en el patio de derecho, donde tuve profesores extraordinarios”, subrayó Vargas Llosa en la ceremonia realizada en el Centro Cultural de la cuatricentenaria universidad. En su discurso de agradecimiento en la antigua casona —donde desde 1953 cursó estudios de letras y derecho a los 17 años de edad— destacó las enseñanzas que le dejó el historiador Raúl Porras Barrenechea. “Trabajar con él para mí fue saludable y fundamental no sólo por todo lo que aprendí de la historia del Perú, sino también de lo que es el compromiso intelectual, el compromiso con la verdad, con una vocación de integridad y un enorme amor al Perú”, dijo. Asimismo, indicó que fue en esta casa superior de estudios donde por primera vez tuvo contacto con la obra del escritor estadounidense William Faulkner, a quien consideró como uno de los que más lo han marcado en su carrera literaria. “Aquí lo descubrí, aquí aprendí leyendo sus novelas cómo la forma podía convertir cualquier historia, aparentemente la más convencional y anodina, en una tragedia griega o en una gran exploración de la condición humana”, dijo el autor de Conversación en La Catedral. El premio Nobel de literatura peruano, nacido el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, señaló que “San Marcos me ha acompañado siempre como ciudadano y escritor”, y que dicha casa de estudios “es una de las buenas cosas que le han pasado al Perú”. “Es una universidad muy antigua, la más antigua de América, hay una disputa amistosa con la Universidad de Santo Domingo, pero hay razones para creer que San Marcos es la más antigua”, dijo. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos fue creada por Real Cédula firmada por el rey Carlos V de España, en la ciudad de Valladolid, el 12 de mayo de 1551, y llevó por nombre Universidad de Lima, pero es a partir de 1574 que toma el nombre de Universidad de San Marcos. Vargas Llosa refirió que San Marcos tiene una enorme significación desde el punto de vista cultural, porque de sus aulas salieron las grandes figuras intelectuales del Perú, así como las grandes figuras cívicas y luchadores por la democracia y la libertad. “Creo que fue un gran acierto de mi parte venir a San Marcos a estudiar, todavía alcancé yo parte de la gloria intelectual de San Marcos, cuando yo entré en los años 50 realmente las grandes figuras intelectuales y científicas del Perú enseñaban en San Marcos, y algo de eso ha marcado a todos los sanmarquinos de mi generación”, puntualizó. Igualmente, a finales de mes circuló el número 44-45 de la revista Libros & Artes, que edita la Biblioteca Nacional del Perú, y que está dedicado a la vida y obra del escritor. Incluye el discurso íntegro del Nobel en Estocolmo y, además, recoge una serie de ensayos y artículos de críticos y escritores peruanos y extranjeros sobre la obra del autor de La guerra del fin del mundo. Fuentes: Andina • La República *** El Colegio de México publica obra inédita de Carlos Monsiváis A casi 10 meses de su muerte, el escritor mexicano Carlos Monsiváis vuelve a las librerías con La cultura mexicana en el siglo XX, un libro publicado por El Colegio de México (Colmex) que contiene la versión actualizada de sus “Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX”. Durante sus dos últimos años de vida, Carlos Monsiváis (1938-2010) trabajó en la actualización de ese capítulo final de la Historia general de México que, en 1977, coordinó Daniel Cosío Villegas. El presidente de El Colegio de México, Javier Garciadiego, el historiador Christopher Domínguez Michael, el académico Víctor Díaz-Arciniega y la investigadora Gabriela Cano presentaron el pasado martes 29 de marzo, en el Museo del Estanquillo de la capital mexicana —que resguarda las colecciones de Monsiváis—, este libro que forma parte de la colección “Historia mínima”, del Colmex. Estos 39 capítulos son “una invitación irrevocable a redescubrir y releer a Carlos Monsiváis como un agudo paisajista de las atmósferas y movimientos que definen la cultura mexicana del siglo XX”, indicó el presidente del Colmex. En este material, que Monsiváis ya no pudo revisar, se hace un repaso histórico por los grandes iconos de la cultura mexicana, como Alfonso Reyes, Justo Sierra, Mariano Azuela, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Frida Kahlo, explicó Garciadiego. Durante la presentación de la publicación, el presidente del Colmex destacó el conocimiento erudito de Monsiváis, quien en la escritura de este libro ponía citas textuales de memoria, las cuales corroboraba después, pero casi nunca se equivocaba, dijo. Pese a que, a 33 años de su publicación, estas notas —algunas convertidas en apuntes más extensos o ensayos— son presentadas con una secuencia cronológica, no son propiamente un libro de historia, indicó el académico Díaz-Arciniega, quien también destacó el estilo de la publicación, que definió como sintético y a veces epigramático. “Por principio literario y periodístico (Monsiváis) eludió el relato, la explicación y la demostración histórica con decisivos elementos sociológicos y políticos”, explicó. Aunque en su intervención Domínguez Michael habló de una de las insuficiencias de esta obra, que contiene páginas enteras de fichas, destacó que aun en ellas aparecen aforismos o epigramas a los que Carlos Monsiváis les da un sentido más significativo, convirtiendo esta obra en “una guía extremadamente útil”. Fuente: La Jornada *** Fallece en París el artista cubano Jorge Camacho El pintor cubano Jorge Camacho falleció en París la mañana del pasado 30 de marzo a los 77 años de edad, tras una larga enfermedad, según informó su viuda, Margarita Camacho. El artista, “que no dejó de pintar hasta que la enfermedad se lo impidió”, murió en un centro hospitalario de la capital francesa. Nacido el 5 de enero de 1934 en La Habana, Camacho llegó a París en 1959 y en los últimos años vivía entre esta ciudad y Sevilla (España), donde la pareja iba cada vez más “en busca del sol”, aseguró la viuda. Perteneciente a la denominada Tercera Generación de artistas de Cuba, las obras de Camacho están en importantes museos de todo el mundo, ya que su trabajo logró una gran repercusión internacional. Su última exposición tuvo lugar en el Museo del Agua en Lisboa en junio pasado. Su trabajo está influido por artistas como Tamayo, Miró, Bacon, Tanguy o Wilfredo Lam, que fue determinante en su juventud. En los años 50 comenzó a interesarse por el surrealismo pero no fue hasta su instalación en París a finales de esa década y su encuentro con André Breton cuando se integró oficialmente en el grupo. Breton escribió el prefacio de una exposición suya que tuvo lugar en París en 1961. De esta corriente diría Camacho años más tarde que “el surrealismo, casi definido por el mundo de los sueños y lo maravilloso, es una manera de experimentar con el corazón, algo que sale directamente del alma, o del subconsciente”. Durante una estancia en Cuba, en 1967 —fue la última vez que viajó a su país natal—, conoció al escritor Reinaldo Arenas, con quien el artista y su mujer, Margarita, establecieron una larga amistad que sólo rompió la muerte del novelista. Éste encontró en Camacho, del que dijo que era “uno de nuestros grandes pintores contemporáneos”, no sólo un amigo, sino un confidente y su hombre de confianza. Arenas convirtió a Camacho en su testaferro y le confió algunos de sus textos para que los salvaguardara de la censura castrista. En una de sus últimas cartas desde Nueva York, ya mortalmente enfermo de sida, escribió: “Les dejo pues como legado todos mis terrores”. En 1988, Arenas y Camacho redactaron en 1988 una carta en la que un grupo de intelectuales le pedía a Fidel Castro la celebración de elecciones libres. Hace unos meses la editorial Point de Lunettes editó por vez primera la correspondencia entre Reinaldo Arenas y Jorge Camacho y su mujer, bajo el título Cartas a Margarita y Jorge Camacho (1967-1990). Fuentes: ABC • EFE *** El español Juan Goytisolo, finalista del Premio Man Booker 2011 El escritor español Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) es uno de los 13 candidatos finalistas al Premio Internacional de Literatura Man Booker 2011 (http://www.themanbookerprize.com), según se anunció en Sídney, Australia, el pasado miércoles 30 de marzo. Goytisolo entró a la lista de finalistas del galardón junto a autores de la talla del estadounidense Philip Roth, el libanés Amin Maalouf o el británico John Le Carré —quien, no obstante, ha pedido que se retire su nombre del certamen porque “no compite por premios literarios”. El presidente del jurado de la cuarta edición de este premio de literatura internacional, Rick Gekoski, ha afirmado que Goytisolo es “un gran escritor experimental” que aborda asuntos multiculturales. Además, destacó que los libros del escritor y periodista catalán son “muy emocionantes” de leer. Afincado en la ciudad marroquí de Marrakech, Goytisolo es autor de novelas como Reivindicación del conde don Julián, ensayos como De la Ceca a la Meca y libros de reportajes (Argelia en el vendaval). La gran novedad de esta cuarta edición del Man Booker es la inclusión, por primera vez entre los finalistas, de dos escritores chinos: Wang Anyi y Su Tong. El jurado —integrado también por la editora, escritora y crítica australiana, Carmen Callil, y el novelista sudafricano Justin Cartwright— se quedó “muy impresionado por la calidad de las obras de ficción que se producen en China”, según comentó Gekoski, un académico estadounidense-británico especializado en libros raros. El ganador del Man Booker 2011 será anunciado el próximo 18 de mayo en el marco del Festival de Escritores de Sídney y la ceremonia de entrega de los premios tendrá lugar el 28 de junio. El galardón, que se otorga bienalmente a un escritor vivo de cualquier nacionalidad, ha sido recibido en anteriores ediciones por escritores como el albanés Ismail Kadare (2005) o el nigeriano Chinua Achebe (2007). El Man Booker Internacional —versión internacional del premio de literatura más prestigioso del Reino Unido— está considerado uno de los premios más prestigiosos de literatura, y reconoce una serie de obras de ficción publicadas en lengua inglesa o de amplia difusión en dicho idioma mediante una traducción. El ganador recibe 50.000 libras y la “garantía” de que aumentarán sus lectores y las ventas de sus libros en todo el mundo. Fuentes: 20Minutos • EFE *** Murió el dramaturgo guatemalteco-mexicano Carlos Solórzano A los 91 años de edad falleció en su casa de la colonia Las Águilas, en Ciudad de México, este miércoles 30 de marzo, el dramaturgo, investigador, promotor teatral y novelista guatemalteco-mexicano Carlos Solórzano Fernández, víctima de un cáncer de páncreas que le detectaran hace un mes, según anunció su hija Juana Inés Solórzano Caso. En fechas próximas, adelantó Juana Inés, “el Fondo de Cultura Económica publicará un compendio de las obras, ensayos y novelas de mi padre”. Solórzano nació en San Marcos, Guatemala, en 1919, y fue educado por una institutriz alemana, junto con sus hermanos. Llegó a México a los 17 años, debido a que no pudo continuar su educación en Alemania. A su arribo, de manera inmediata ingresó a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) para “cumplir con el deseo familiar”, y a la vez estudió letras hispánicas en la institución por vocación personal. Su vida docente la inició como adjunto de la cátedra de literatura mexicana por invitación del maestro Francisco Monterde, donde estuvo por poco tiempo, debido a que viajó a Francia tras obtener la beca Rockefeller. Antes de viajar a París se casó con Beatriz Caso, hija del arqueólogo y reconocido investigador Alfonso Caso. De esa unión nacieron sus dos hijas, Beatriz y Juana Inés. Después estudió en Francia y desarrolló su gusto por la disciplina escénica. Al regresar Solórzano con su esposa a México en 1951, fue invitado por Horacio Labastida para que se encargara de un proyecto de teatro profesional para los universitarios. Años después, entre 1977 y 1980, el dramaturgo dirigió el Teatro de la Nación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Durante diez años fue crítico teatral, especialista y difusor del arte escénico latinoamericano y maestro de las cátedras de teatro mexicano e hispanoamericano en la carrera de literatura dramática y teatro de la Facultad de Filosofía y Letras. A propósito de sus cincuenta años de magisterio, la Unam y la Revista de la Universidad de México lo definieron como “un hombre de teatro”, lo cual “es un logro para el reconocimiento de los estudios e investigaciones sobre el teatro y la literatura dramática dentro de la máxima casa de estudios”. En 1982, el autor de Las celdas se naturalizó mexicano. En 1985 fue nombrado maestro emérito de la Facultad de Filosofía y Letras y le fueron conferidos diversos galardones. Solórzano es autor de los libros de ensayo Del sentimiento plástico en la obra de Unamuno (1944); Unamuno y el existencialismo; de la obra de teatro Espejo de novelas, Las manos de Dios y Los fantoches, entre otros. Fuente: La Jornada *** Condenan a los asesinos del hijo del poeta Juan Gelman “Siempre hay que tener en cuenta que cuando la justicia tarda demasiado no es completa, ya que hay madres que murieron sin saber nada de sus hijos ni tener la oportunidad de un juicio”, declaró la nieta del escritor, Macarena Gelman, tras conocerse la sentencia. Tras treinta años de exigir justicia por la desaparición y muerte de su hijo Marcelo Ariel y su nuera María Claudia, el poeta argentino Juan Gelman, Premio Cervantes de Poesía 2007, ha conquistado la justicia este 31 de marzo, cuando los cuatro verdugos recibieron sus condenas correspondientes. El Tribunal Oral Federal 1 de Buenos Aires castigó con cadena perpetua al ex general Eduardo Cabanillas, 25 años a los agentes civiles de la “guerra sucia” de la dictadura argentina Honorio Martínez Ruiz, alias “Pájaro”, y Eduardo Alfredo Ruffo, alias “Zapato” o “Capitán”, y 20 años para Raúl Guglielminetti, alias “Mayor Guastavino”. Ruffo ya cumplió condena por la apropiación de la niña Carla Rutilo Artés, secuestrada el 2 de abril de 1976 en Bolivia junto a su madre. El padre, en tanto, fue asesinado. Recién en 1985 y merced a la búsqueda de su abuela, Matilde Artés Company, la niña pudo librarse de Ruffo y ambas viajaron a Madrid, donde todavía viven. Al hijo de Gelman, militante de la Juventud Peronista afín a la guerrilla montonera, lo secuestraron en su casa el 24 de agosto de 1976, cuando su padre ya se había marchado al exilio. Lo trasladaron al campo de torturas Automotores Orletti donde fue vejado y asesinado entre el 4 y el 9 de octubre de 1976. Desde entonces, Gelman y su esposa Mara La Madrid emprendieron una búsqueda que abarcó más de tres décadas. Le dispararon un tiro en la nuca, metieron su cadáver en un barril de petróleo vacío que rellenaron de cemento y lo arrojaron a un canal del Río de la Plata. De allí fue rescatado recién a fines de los años 80 y, finalmente, en 1990 la familia pudo hacer el velatorio en el sindicato de periodistas de Buenos Aires e inhumarlo. Todavía hoy, Gelman da la pelea por encontrar a su nuera, María Claudia Iruretagoyena García, secuestrada con Marcelo Ariel y desaparecida, a los 19 años, embarazada de ocho meses. En Automotores Orletti había uruguayos secuestrados y represores de varios países del Cono Sur, gracias al plan criminal Operación Cóndor con que Videla, Pinochet y otros dictadores militares de América Latina coordinaban la persecución, intercambio, y eliminación de opositores políticos. Acaso por una extraña devolución de favores, los represores argentinos dejaron a sus pares de Uruguay llevarse a ese país a dos prisioneras embarazadas: una era María Claudia, que voló a Montevideo acompañada por los oficiales José Gavazzo y Manuel Cordero. “Los militares uruguayos trasladaron como un envase a mi nuera, embarazada de ocho meses y medio, de Buenos Aires a Montevideo, esperaron el nacimiento de la niña y, dos meses después, se la arrebataron, asesinando a María Claudia en Uruguay”, dijo Gelman. No se sabe aún dónde escondieron el cadáver. Presumiblemente, fue dentro de un cuartel castrense en Montevideo. Sí se supo, en cambio, que por el asesinato está acusado el policía militar Ricardo Conejo Medina, quien habría entregado al bebé, Macarena, a su tío, el comisario Ángel Tauriño, como un obsequio porque su esposa sufría de esterilidad. Años atrás el Premio de Poesía Cervantes reencontró a su nieta Macarena en Montevideo y le obsequió su identidad, igual que hacen las Abuelas de la Plaza de Mayo argentinas. “Cuando la justicia tarda demasiado no es completa” “Creo que son muy importantes estas sentencias que se están dando en la Argentina”, declaró Macarena Gelman, la nieta del poeta, tras la decisión del tribunal. “Para nosotros, este fallo es el más significativo respecto de mi familia. También está el juicio del Plan Cóndor, pero es posterior”, señaló la joven. Macarena subrayó la contemporaneidad de esta sentencia en la Argentina con “la discusión en el Parlamento uruguayo de la ley interpretativa, con un proyecto que aparentemente se votaría en el Senado este mes y, después, en Diputados”, a favor de la inaplicabilidad de cuatro artículos de la ley de caducidad o impunidad para los represores en Uruguay. “Todo coincide, coincide también el fallo de la Corte Interamericana” de Derechos Humanos, una sentencia reciente referida a la desaparición de María Claudia y la sustracción de su hija, que sostiene la incompatibilidad de las leyes de amnistía o impunidad en crímenes de lesa humanidad con el derecho internacional y las obligaciones internacionales de los Estados. Según Macarena, “está retrocediendo la impunidad, pero subsisten serias trabas en Uruguay, como el hecho de que muchas veces, en alguna instancia de los juicios, deba consultarse al Poder Ejecutivo si se puede o no continuar”. No obstante, sostuvo que “con el proyecto para modificar la ley interpretativa, si se sanciona, muchos casos archivados van a poder reabrirse”. “Por eso digo que es una época bastante fuerte. Yo creo que toda esta movida en varios frentes refuerza la esperanza y muchas cosas que parecían imposibles, son cada vez más posibles”, afirmó. Macarena advirtió que, “en estas reflexiones, siempre hay que tener en cuenta que cuando la justicia tarda demasiado no es completa, ya que hay madres que murieron sin saber nada de sus hijos ni tener la oportunidad de un juicio”. Sobre su tarea en la Secretaría de Derechos Humanos argentina, que desarrolla en gran parte en Uruguay, la consideró “reparadora”. “Realmente, a mí me gratifica mi trabajo. Creo que colaborar siempre nos repara también a todos en todo esto que tanto daño nos ha hecho”, insistió sobre su trabajo con sobrevivientes de Orletti, familiares de las víctimas y otros activistas de derechos humanos. “De hecho, muchos uruguayos compartieron el cautiverio con mi mamá, aquí en Uruguay. No así en Automotores Orletti, donde ella estaba apartada y no tenía mucho contacto. Acá estuvo en el mismo lugar que muchos prisioneros uruguayos”, agregó. “Varios de los sobrevivientes y testigos de esta causa estuvieron el jueves 31 en la residencia” del embajador argentino en Uruguay, Dante Dovena, donde siguieron en tiempo real por pantalla gigante la lectura de la sentencia y “muchos de ellos declararon (a la justicia de los dos países) que mi mamá estaba en Uruguay”, detenida-desaparecida, concluyó. “Aunque la justicia ha tardado, llegó” Aún conmocionado y con la voz entrecortada, al poco de conocerse el fallo, el poeta Juan Gelman prefiere medir la euforia: “El crimen se cometió hace 35 años y por fin se logra la justicia”, dice. “A mi nieta Macarena la encontramos en el 2000, luego de una larga investigación, que sobre todo llevó adelante Mara, y después de una campaña internacional en la que firmaron casi 100 mil personas de 122 países”. “Casi la mitad de mi vida, 35 años, he pasado buscando justicia que, aunque ha tardado, llegó”, añade el poeta. “Porque fue a partir de 2003, cuando Néstor Kirchner logró que se abolieran las mal llamadas ‘leyes de perdón’ —ya que no conozco a ninguna víctima ni a ningún familiar que haya perdonado a los criminales—, que los represores comenzaron a ser juzgados. Sólo entonces se pudo hacer avanzar causas que estaban absolutamente congeladas”. Al igual que su abuelo, Macarena también jugó un papel muy activo en las causas judiciales: “A los 23 años ella tuvo recién conciencia de lo que había pasado con sus padres, pero fue clave en impulsar todo esto”, se enorgullece Gelman, cuyo último poemario, El emperrado corazón amora —un canto igualmente obstinado al amor, la muerte, la derrota, el dolor, la pérdida, la búsqueda y los encuentros— estará en librerías en mayo próximo, cuando el autor cumpla 81 años. Se trata de un libro esperado que saldrá primero en España y luego en América, y que Gelman ha pergeñado con la experiencia y la memoria que acumulan sus intensas ocho décadas. “Son poemas que están escritos el pasado año, en 2010, y son más breves, porque con la edad pesa más lo innecesario y se van quedando más desnudos, sin hojarasca”, explica el autor, para añadir que “en realidad” él también se pregunta “qué son estos poemas”. “Pero una cosa está clara, que ningún poeta o narrador está contento con lo que escribe, porque lo que hacemos los poetas es que seguimos buscando a esa señora tan esquiva que es la poesía”, agrega. “Luego vienen en cada uno de estos poemas las reflexiones sobre uno mismo y sobre las experiencias que atraviesan la vida”. En El emperrado corazón amora, que publica Tusquets, Gelman experimenta con el lenguaje, inventando palabras, como “el amorar” (de amor), con las que impulsa y da vida a sus ideas y emociones. El amor, la muerte, la condición humana, la derrota, el dolor, la perdida y la búsqueda de la luz dan cuerpo a estos más de 140 poemas reunidos bajo un título que se encuentra en un poema del libro Cólera de buey, que el escritor argentino residente en México escribió en 1971. Fuentes: EFE • El Mundo • Milenio *** Legado de Jorge Oteiza es publicado en Internet El Museo Oteiza (http://www.museooteiza.org) ha puesto a disposición de investigadores y público interesado, este 31 de marzo, un total de 44.000 registros documentales, conformados por el archivo personal, la biblioteca y la hemeroteca, todo ello parte del legado documental que el escultor español Jorge Oteiza donó a la comunidad española de Navarra. El acceso al legado a través de la web culmina “uno de los objetivos esenciales” del Museo Oteiza, según informó éste en una nota, en la que señala que finaliza ahora con la incorporación de 22.000 registros documentales del archivo documental de Jorge Oteiza, de los cuales 9.000 corresponden a manuscritos personales de Oteiza, que se visualizan íntegramente. La salida a Internet del archivo completa los catálogos, ya existentes desde hace algunos meses, pertenecientes a la hemeroteca y la biblioteca personal del autor. Este legado constituye un “elemento esencial” para comprender en su integridad la obra y el pensamiento estético de Jorge Oteiza, y contiene un gran número de referencias documentales inéditas, vinculadas a la biografía de Oteiza y a ámbitos temáticos como escultura, estética o teoría del arte, así como lingüística y antropología vascas. Algunos de estos registros, por motivos vinculados a la privacidad y propiedad intelectual, no se mostrarán íntegramente, advierten desde el museo. Esta acción concluye la fase de conservación, catalogación y digitalización del legado documental de Jorge Oteiza y abre una nueva etapa en la que el Centro de Estudios incidirá en la difusión de los contenidos y su apertura al público. Este propósito enmarca la organización de un programa de visitas guiadas a la Biblioteca y Archivo personal de Jorge Oteiza, a la biblioteca especializada en escultura del Museo Oteiza (que contiene más de 3.500 referencias) y al Centro de Estudios, que correrá a cargo de su responsable, Borja González Riera. En esta visita, dirigida tanto a investigadores como a público general, se explicarán las condiciones de conservación del legado documental y de cómo ha sido el proceso documental hasta llegar al catálogo en la web con imágenes digitalizadas. Por otro lado, las mismas fuentes informan que la web del Museo Oteiza inicia el espacio Biblioteca Digital, que acogerá las publicaciones del Museo Oteiza y las obras significativas de y sobre el artista. Esta biblioteca se inicia con la incorporación digital de las Ediciones Críticas de la Poesía, Quousque Tandem y del volumen Interpretación estética de la estauraria megalítica americana. Carta a los artistas de América. El Centro de Estudios continúa, en paralelo, con la atención a las peticiones realizadas por investigadores y consultas que se generan en torno a proyectos como exposiciones, publicaciones y trabajos de investigación. El centro prepara también, junto con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, un simposio sobre Oteiza y el cine, al que acompañará la edición de un libro monográfico, y este año, añaden las mismas fuentes, se inicia la publicación de los trabajos que han recibido las becas de investigación Itziar Carreño. Fuente: EFE *** Banco de México emite una moneda con la efigie del poeta Octavio Paz Para recordar que en 1990 el poeta mexicano Octavio Paz fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, el Banco de México (BM) puso en circulación el pasado jueves 31 de marzo una moneda conmemorativa de veinte pesos que tiene valor de curso legal. La acuñación de la pieza, diseñada y elaborada en la Casa de Moneda de México, es un acto de reconocimiento y gratitud a la obra de Paz, dijo Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA). Como un “doble acierto” definió la iniciativa Agustín Carstens, gobernador del Banco de México: enriquece la tradición de las monedas conmemorativas mediante el reconocimiento a figuras del arte y las humanidades; y a la vez celebra de manera especial al único escritor mexicano que se ha hecho acreedor al Nobel. El proceso que culminó con la liberación de la moneda comenzó el año pasado por una iniciativa de la diputada Kenia López Rabadán, del Partido Acción Nacional. En 2010 se cumplían dos décadas desde que la Academia Sueca reconoció en Paz a un poeta poseedor “de una escritura apasionada con amplios horizontes, caracterizados por una inteligencia sensual e integridad humanística”, y la idea de acuñar una moneda fue acogida por todos los grupos parlamentarios. En la ceremonia del jueves 31, realizada en el antiguo edificio sede del Banco de México en el centro de la capital azteca, y a la que asistió Marie Jo Paz, viuda del poeta, Carstens recordó que el Nobel fue recibido por Paz cuando contaba con 76 años de edad y era, dijo, el único reconocimiento literario que le faltaba. “Paz se hizo acreedor a todos esos galardones por una razón de peso: por su gran calidad como poeta y ensayista y por su carácter polifacético como literato; metafóricamente no hubo un solo escritor en Octavio Paz, sino muchos: el poeta, el ensayista, el crítico artístico, el polemista, el analista poético, el filósofo de la antropología mexicana, el crítico político, el periodista y un largo etcétera”, apuntó Carstens. La fecha elegida para la liberación de la moneda conmemorativa coincidió con la del natalicio de Paz, el 31 de marzo de 1914. La primera vez que la imagen de Octavio Paz apareció en el dinero circulante fue en 2000, cuando el Banco de México acuñó una moneda con valor de veinte pesos y el rostro del autor de El arco y la lira acompañado de la frase “Todo es presencia, todos los siglos son este presente”, recordó el CNCA. La moneda está constituida por dos combinaciones: una en la parte central y otra para su anillo perimétrico. En el reverso tiene el rostro de Octavio Paz y debajo la leyenda “Premio Nobel de la Literatura 1990”. En el anverso, como todas las piezas de curso legal, el escudo nacional de México con la leyenda “Estados Unidos Mexicanos”. “Octavio Paz trabajó en el Banco de México contando los billetes que se iban a quemar. No tenía un quinto. Era joven, tendría 16 o 17 años, no tenía empleo y trabajó ahí, pero más de una vez, creo, en vez de contarlos escribía sonetos”, recordó Marie Jo Paz, viuda del escritor, al finalizar la ceremonia. “Es como una ironía un poco, un guiño simpático, un poco lúdico, de la vida, que muchos años después haya una moneda, en este mismo lugar, con su retrato. Me gusta muchísimo que sea en una moneda, a él le habría gustado muchísimo justamente que sea una moneda y no un billete de esos grandes nada más para la élite”, dijo Marie Jo Paz. Adelantó que existen varios proyectos en torno a la obra de Paz. “Hoy mismo sale un libro, Por las sendas de la memoria, una antología de los prólogos que escribió para cada volumen de la Obra completa. Es como una autobiografía, es como un itinerario poético”. Fuente: La Jornada *** Producen en Bolivia primer audiolibro en lengua originaria en ese país Santillana produce en Bolivia el CD que contendrá la novela Jach’a Tantachawita-Pachakuti, (De la gran asamblea al retorno o al gran cambio), con la que Federico Tórrez Márquez obtuvo en 2010 el Primer Premio “Guamán Poma” para novelas en lengua aymara tras la decisión de un jurado compuesto por Juan Carvajal, Félix Layme, Lucy Jemio, Filomena Nina y Nicanor Huanca. Se trata del primer audiolibro en lengua originaria que se realiza en el país andino, y la grabación de las voces y la narración ha sido encomendada a la periodista Ángela Layme, quien debe modular su voz para adaptarla a los personajes de la novela. “Es complicado leer en aymara por los tonos de las vocales”, cuenta Layme. Es la primera vez que Layme —quien trabajó en Radio San Gabriel— reproduce su voz para el audio de una novela en aymara. “Produje varias radionovelas y noticieros en aymara”, comenta. También cree que es un incentivo para que esa lengua no se pierda y sea conocida por las nuevas generaciones. La representante de Santillana, Cristina Wayar, asegura que la obra se caracteriza “por ser también una herramienta de aprendizaje de la lengua”, e indica que el objetivo de esa publicación es incentivar a la población a leer y escribir en una lengua originaria, en este caso el idioma aymara. La novela circulará en formato impreso, en una edición de 1.000 ejemplares, cada uno de los cuales irá acompañado de su respectivo CD con la versión en audiolibro. El costo de la obra aún no ha sido estipulado. Wayar adelanta que la misma se presentará en la Feria de Exposición de la Asociación Editoriales de El Alto, programada para el 8 de abril. Fuente: FM Bolivia TV *** Olivar y González ganan Premio Sexto Continente de Relatos de Humor El escritor venezolano Norberto José Olivar, con “Oda a las iguanas”, y el nicaragüense Arquímedes González Torres (http://www.letralia.com/firmas/gonzaleztorresarquimedes.htm), con “El kamikaze enamorado”, se alzaron este viernes 1 de abril con el primer lugar compartido del 6º Concurso Sexto Continente de Relatos de Humor (http://www.noticiasirreverentes.com/Humor/humor.html), que convocan los programas “Sexto Continente” y “Edición Exclusiva” de Radio Exterior de España, conjuntamente con el sello Ediciones Irreverentes. Los cuentos ganadores serán publicados por Ediciones Irreverentes en una antología en la que también serán incluidos los relatos finalistas: “Avería espacial”, de Joseba Iturrate (España); “Crisis”, de Izara Batres (España); “Las secuelas de un divorcio”, de Salvador Robles Mira (España), y “Muerto por error”, de Félix Díaz González (Venezuela). El certamen recibió 136 obras procedentes de 24 países, de los que España, Argentina y Venezuela aportaron las representaciones más nutridas. Olivar es autor de novelas como Un vampiro en Maracaibo (Alfaguara, 2008) y Cadáver exquisito (Alfaguara, 2010) y ha participado en la antología Las voces secretas: el nuevo cuento venezolano (Alfaguara). Ha recibido el Premio Nacional de la Crítica de Venezuela (2008) y el Premio Municipal de Novela de Caracas (2010). González es autor de La muerte de Acuario (2002), Qué sola estás Maité (2007), Tengo un mal presentimiento, la novela corta Conduciendo a la salvaje Mercedes (2009) y El Fabuloso Blackwell (2010), Premio a la Mejor Novela Centroamericana. Ha participado en las antologías El futuro no es nuestro, escritores de la América Hispana 1970-1980, Voces con vida impresa, Un océano en un pez (Editorial Arte, Cuba) y Antología del relato negro III de Ediciones Irreverentes. Fuente: Ediciones Irreverentes *** En cuidados intensivos el escritor salvadoreño Rafael Menjívar Ochoa Un cáncer de colon mantiene al escritor salvadoreño Rafael Menjívar Ochoa (San Salvador, 1959) en cuidados intensivos en un hospital privado, informó su familia a través de un comunicado oficial el pasado viernes 1 de abril. El padecimiento de Menjívar amenaza con afectar otros órganos cercanos. Pese a ello, aún es tiempo para evitarlo. El escritor presenta además un cuadro de anemia, desnutrición y una infección grave, condiciones que primero tienen que ser superadas para luego proceder con quimioterapia, operación y otros procedimientos necesarios. Según la familia, desde hace dos semanas el autor de obras como Los héroes tienen sueño, Trece, Cualquier forma de morir y Tiempos de locura permanece ingresado en el nosocomio y los gastos han sido bastante onerosos, incluso en un solo día pueden ascender a $1.500, y como familiares no pueden costearlos. Hasta el momento, la cuenta hospitalaria se ha cubierto parcialmente y gracias a la ayuda de amigos cercanos. Ya se han realizado algunas actividades para recolectar fondos para Menjívar a través de la venta de sus libros; sin embargo, aún no es suficiente. Una actividad solidaria se realizó el pasado 1 de abril en Los Ángeles y otras similares se realizarían posteriormente en Francia y Costa Rica, se informó. “Me dijeron que tiene cáncer. Me lo dijeron a quemarropa. No sé si terminal o no. Ojalá que no”, escribió el periodista Lafitte Fernández el pasado 30 de marzo en un diario salvadoreño. “Del Seguro Social lo mandaron para su casa como despojo humano. Los médicos dijeron que no, que no, que mejor se lo llevaran para su casa para que muriera en algún rincón, rodeado de sus libros. Me dolió que le hicieran eso. Que no le dieran una segunda oportunidad. Ayer supe que sus alumnos y alumnas no hicieron caso a la invocación de la muerte que hicieron los médicos cuando vieron a Rafa Menjívar Ochoa con una veintena de kilos menos...”. Sobre la obra de Menjívar Ochoa, el poeta Mario Noel Rodríguez cree que su trabajo literario es muy importante “porque es de esa generación posterior a la guerra que nos viene a decir mucho sobre los temas candentes en El Salvador: el dolor, la emigración, el desencanto”, señaló. “En El Salvador, los artistas tienen prohibido enfermarse gravemente so pena de muerte. Es indignante que el Estado aún no tenga planes de atención en salud para personas que se dedican al arte”, publicó en su cuenta de Facebook la periodista Ruth Grégori. En la bitácora personal de Menjívar Ochoa (http://rmenjivar.blogspot.com) el escritor explicó el pasado 1 de febrero el porqué de su dedicación a las letras en una columna titulada “La palabra”. “Uno escribe porque es lo único que sabe hacer, y haría lo mismo en las mismas circunstancias siquiera por pasar el tiempo, siquiera porque es lo oportuno... (Escribo en el hospital, y me llevo un par de horas en la madrugada en tan sólo un par de párrafos...)”. Fuentes: ElSalvador.com • La Prensa Gráfica *** Publican en Francia novela del nicaragüense Sergio Ramírez La novela El cielo llora por mí (Alfaguara, 2008), del escritor nicaragüense Sergio Ramírez, fue publicada en Francia este mes de marzo, con traducción de Roland Faye y bajo el sello Métailié, con el título Il pleut sur Managua (Llueve sobre Managua), por lo que el autor viajó a París invitado por diversas instituciones culturales y académicas para presentar su obra y conversar sobre literatura y América Latina. La presentación de la novela será a inicios de este mes en París y Burdeos. La primera escala será en la prestigiosa Universidad de la Sorbona, donde el autor de Margarita está linda la mar (Premio Alfaguara de Novela 1998) tendrá un encuentro con estudiantes de literatura latinoamericana, organizado por el director del Seminario América Latina, SAL. La gira continúa con encuentros en la Maison des Pays Ibériques con los estudiantes de la Facultad de Burdeos, organizado por el Departamento de Estudios Ibéricos, y la presentación y firma de libros de Ramírez en la feria “Escale du Livre”. Posteriormente se realizará el conversatorio con los escritores Ramón Díaz Eterovic (Chile) e Ignacio del Valle (España), en Burdeos, para finalizar en la Casa de América Latina, en París, en otra charla con Díaz Eterovic. Con Il pleut sur Managua la obra del escritor nicaragüense, traducido a más de quince idiomas, pasa a formar parte de la editorial francesa, que durante más de 30 años se ha distinguido por la riqueza y diversidad de sus traducciones de autores italianos, anglosajones, latinoamericanos, españoles, portugueses y alemanes, señala la editora Anne-Marie Métailié. En su catálogo destacan los latinoamericanos Alfredo Bryce-Echenique, Santiago Gamboa, Mempo Giardinelli, Alejandro Jodorowsky y Luis Sepúlveda, entre otros. En la contratapa de edición francesa se lee: “Este thriller intenso nos lleva a una sociedad desencantada que ya no sabe a dónde acudir; el autor multiplica los coloridos personajes y relatos, armado con talento, humor corrosivo y sátira social”. Publicada en español en 2008 por Alfaguara, esta es la penúltima novela de Sergio Ramírez, quien en marzo también presentó La fugitiva (Alfaguara, 2011), donde investiga, a través de los testimonios de tres amigas, la historia de la costarricense Amanda Solano, autora de una única novela y quien nunca obtuvo el reconocimiento de sus paisanos. En su novela más reciente, Ramírez asume el reto de poner voz a tres personajes femeninos dispares, y lo hace con un estilo sencillo y emotivo que hará al lector un cómplice de la historia de esta mujer singular que vivió de su leyenda, y murió sintiéndose olvidada por todos. La fugitiva será presentada el miércoles 13 de abril en Madrid, y en mayo, en Ciudad de México, Monterrey, Guatemala, San Salvador, Tegucigalpa, San José, Panamá, y Managua. Fuente: El Nuevo Diario *** Conceden el Premio Castilla y León de las Letras a Andrés Trapiello El escritor español Andrés Trapiello (Manzaneda de Torío, León, 1953) obtuvo este viernes 1 de abril el Premio Castilla y León de las Letras en su edición correspondiente a 2010, como autor de una obra “en la que confluyen todos los géneros literarios y, especialmente, por la armonización entre el rescate de escritores olvidados y la admiración y cultivo de las tendencias literarias más modernas”. Según se recoge en el fallo del jurado, reunido en Valladolid, todo ello está avalado “por una larga serie de premios y reconocimientos nacionales e internacionales, así como por la traducción de su obra a múltiples lenguas”. Escritor de obra “amplia y contrastada”, los libros de Trapiello abarcan prácticamente todos los géneros —poesía, ensayo, novela y diarios—, y como poeta figura en las antologías de referencia y ha sido galardonado con el Premio Nacional de la Crítica por Acaso una verdad (1993). En 1991 reunió sus primeros poemarios en la antología Las tradiciones; sus libros más recientes son Rama desnuda (1993-2001), de 2001 y Un sueño en otro (2004) y es un ensayista “singular y polémico”, género en el hay que destacar algunas “obras decisivas y reveladoras de su tono discursivo” como Clásicos de traje gris (1990), Las vidas de Miguel de Cervantes (1993), Viajeros y estables (1993), Las armas y las letras: literatura y Guerra Civil 1936-1939, Los nietos del Cid: la nueva edad de oro de la literatura española 1898-1914 (1997) y El arca de las palabras (2006). En 1990 inició la publicación con carácter anual del diario Salón de pasos perdidos. Una novela en marcha de la que han ido apareciendo, entre otros, los volúmenes El gato encerrado, Locuras sin fundamento, El tejado de vidrio, Los hemisferios de Magdeburgo, Do fuir, El fanal hialino, Siete Moderno, La cosa en sí y La manía, entre otros. A su primera novela, La tinta simpática (1988), siguieron El buque fantasma (1992), La malandanza (1996), Días y noches (2000), Los amigos del crimen perfecto (2003), Al morir Don Quijote (2004) y Los Confines (2009). Como editor dirigió Trieste y actualmente la colección “La Veleta”, de Granada, y ha preparado ediciones de Manuel Machado, Unamuno, Bergamín, Sánchez Mazas, Ramón Gaya, Gutiérrez Solana o Leopoldo Panero. La serie compilatoria de lecturas bautizadas como Los desvanes alcanza trece volúmenes, desde Mil de mil (1995) hasta Los baluartes (2009). Traducido a 14 idiomas, ha recibido premios como el Internacional de Novela Plaza & Janés (El buque fantasma), Nacional de la Crítica (Acaso una verdad), Don Juan de Borbón de ensayo (Las armas y las letras: literatura y Guerra Civil 1936-1939), de las Letras de la Comunidad de Madrid (al conjunto de su obra), Nadal (Los amigos del crimen perfecto), Fundación Juan Manuel Lara a la Mejor Novela del Año y Prix Europen Madeleine Zepter a la Mejor Novela Extranjera (Al morir Don Quijote), Mejor novela extranjera en China (Los amigos del crimen perfecto), Miguel Delibes, Julio Camba y Unicaja (periodismo). El jurado del Premio Castilla y León de las Letras estuvo presidido por César Hernández Alonso, catedrático de Lengua de la Universidad de Valladolid, y compuesto por José Luis Alonso de Santos, dramaturgo y Premio Castilla y León de las Letras 2009; Nicolás Miñambres Sánchez, crítico literario; el escritor Ernesto Escapa Gutiérrez; Luis Jaramillo Guerreira, director regional de Cadena Cope Castilla y León; Vidal Arranz, director de El Mundo Castilla y León, y Luis Benéitez González como secretario. Fuente: ABC *** Sellos alternativos firman convenio con editorial estatal venezolana La Fundación Editorial El Perro y la Rana (http://www.elperroylarana.gob.ve) estableció convenios con las editoriales Mucuglifo, La Castalia, Caminos de Altair, Ifigenia, Gitanfali y Biblioteca Tulio Febres Cordero, del estado Mérida, para publicar 41 títulos, y con La Mancha y Tere-Tere, de la capital venezolana, para publicar otros 40, según se informó este 2 de abril. “Contamos con infraestructura y maquinaria para que estas obras tengan difusión nacional e internacional”, dijo la coordinadora general de Operaciones de la Fundación El Perro y la Rana, Carolina Brito, quien recordó que la mayoría de las editoriales alternativas o regionales imprimen tirajes bajos por falta de recursos. “Es una lástima, porque hay un valor literario, documental y creativo. Creemos que en estos grupos editoriales descansa gran parte de la memoria del país, que queremos rescatar y difundir”, recalcó Brito. Los convenios se extenderán a otros estados de Venezuela. “Llamamos a los grupos editoriales que tengan libros agotados o por publicar a que se incorporen”, exhortó. La reproducción de los libros comenzó en las instalaciones de la Imprenta de la Cultura. Cada título tendrá un tiraje de 3.000 ejemplares y su precio no excederá los 5 bolívares. De los 81 títulos, ocho fueron presentados en la VII Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), que finalizó en la capital venezolana el domingo 27 de marzo. Fuente: AVN *** Recaudan fondos para atención médica al escritor Daniel Sada Daniel Sada, uno de los escritores imprescindibles de México, galardonado con los premios Xavier Villaurrutia 1992 y Herralde de Novela, por su libro Casi nunca, en 2008, atraviesa graves problemas de salud debido a una insuficiencia renal crónica terminal. El narrador carece de seguro social y para brindarle apoyo la comunidad intelectual y artística abrió la cuenta 7737633, CLABE interbancaria 002180020977376338 en Banamex, a nombre de Adriana Jiménez García, su esposa, para pagar el tratamiento de diálisis peritoneal. Jiménez García agradeció la ayuda que ya se ha recibido por esta vía, y reiteró la petición de apoyo para el tratamiento. La esposa del escritor agregó que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado “le da suministros para la diálisis que se le debe practicar cuatro veces al día, los siete días de la semana, en nuestro domicilio. Es verdad que él no tenía seguro médico, como tantos otros artistas, creadores y promotores culturales”. El periodista y escritor de Mexicali ha publicado libros de relatos como Juguete de nadie y otras historias (1985) y las novelas Albedrío (1988) y Una de dos (1994), llevada al cine en 2002. Sada es considerado una de las voces más originales de las letras mexicanas contemporáneas y su libro Casi nunca, un importante trabajo novelístico en el mundo de habla hispana. Su literatura ha sido reconocida por autores como Roberto Bolaño, Carlos Fuentes y Álvaro Mutis. Fuente: La Jornada *** Entregan en Madrid los Premios Rey de España de periodismo El buen periodismo que sirve a la verdad y que refleja la variedad, complejidad y a veces el drama de la realidad iberoamericana fue reconocido este lunes 4 en Madrid con los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España (http://bit.ly/fimgKB). En un acto celebrado en la Casa de América, el rey Juan Carlos y la reina Sofía presidieron la entrega de la XXVIII edición de estos galardones, que este año distinguieron a periodistas de Argentina, Colombia, México, Portugal y España. Los premios los convocan la Agencia Efe y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). En su intervención, el rey Juan Carlos destacó que desde Argentina, Colombia, México, Portugal y España “llegan voces e imágenes de un periodismo que no renuncia a sus raíces y valores” y defendió la importancia del rigor y la independencia para el oficio de periodista en la actual era multimedia. El monarca animó a ejercer el “mejor periodismo”, entendido como el que “sirve a la verdad y a la convivencia en paz y libertad”. La importancia de los idiomas español y portugués —en los que se pueden presentar los trabajos— como vínculo de unión del mundo iberoamericano fue destacada también por el rey, que rindió homenaje al Premio Nobel de Literatura concedido al escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa. El español Javier Ortega Vizcaíno recogió el Premio Don Quijote de Periodismo en su séptima edición, convocado por el gobierno regional de Castilla-La Mancha, por el artículo “Tango de ley”, en el que defiende la inmortalidad de este “mestizo” género musical. El Premio Iberoamericano fue recibido por la periodista argentina Diana Fernández Irusta por su reportaje “Aún testigos”, en el que recoge el sentido testimonio de varios “niños de la guerra” españoles acogidos en su país. El colombiano José Enrique Guarnizo recibió el premio de prensa por un reportaje sobre inmigrantes indocumentados africanos y asiáticos que llegan a la región de Urabá en su intento de alcanzar Estados Unidos, publicado en el diario El Colombiano, de Medellín. Sus compatriotas Waldir Ochoa Guzmán y Víctor Hugo Deossa recogieron el premio en la categoría de Televisión por el trabajo titulado “La verdad”, que documenta casos de personas desaparecidas durante el conflicto interno en Colombia, y agradecieron el reconocimiento a la labor de los periodistas de su país. El periodista portugués Joâo Francisco Guerreiro recibió de manos del rey el galardón de Radio por su reportaje “Missâo Haití” tras el terremoto que asoló este país en enero de 2010. Precisamente una imagen de la catástrofe haitiana, tomada en Puerto Príncipe poco después del terremoto, hizo merecedor del premio de fotografía al mexicano Daniel Aguilar Rodríguez, quien lo recogió con el compromiso —dijo— de “ser mejor periodista y mejor ser humano”. El galardón de periodismo digital distinguió un trabajo del equipo de especiales del diario español El Mundo, que dirige Sonia Aparicio, dedicado al centenario de la Gran Vía de Madrid. La ceremonia de entrega de los premios contó con la presencia del ministro de la Presidencia de España, Ramón Jaúregui; la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez; el presidente de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, José María Barreda; el presidente de la Agencia Efe, Álex Grijelmo; y la directora de la Casa de América, Imma Turbau. También asistieron personalidades del mundo de la cultura, los negocios, la comunicación y representantes del cuerpo diplomático. Soraya Rodríguez valoró que los trabajos premiados en esta edición reflejan la “variedad y complejidad de la realidad de América Latina, España y Portugal” y subrayó “el vigor y la brillantez” del periodismo que se hace a ambos lados del Atlántico. En su intervención, el presidente de Efe elogió la labor que desempeñan los medios de comunicación públicos, Televisión Española (TVE) y Radio Nacional de España (RNE). Dos medios estatales, dijo, que son “ejemplo de dignidad y profesionalidad en estos tiempos tan convulsos” para el periodismo. “En un país poco dado a elogiar lo que es de todos, vale la pena lanzar al aire estos adjetivos”, agregó Grijelmo, antes de precisar que la alabanza a los medios públicos “no es una descalificación de los demás”. Tuvo también unas palabras de recuerdo para el pueblo de Japón, ante el drama humano ocasionado por el terremoto, y trasladó su solidaridad al embajador japonés en España, Fumiaki Takahashi, presente en el acto, al igual que hizo el rey Juan Carlos. El Premio Iberoamericano y el Don Quijote están dotados con 9.000 euros y el resto con 6.000 euros cada uno, además de una escultura de Joaquín Vaqueros Turcios. En esta edición contaron con el patrocinio del grupo internacional de construcción y concesiones OHL. Fuente: EFE *** Renuncian profesores de la Sogem Una veintena de profesores de la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem, http://www.sogem.org.mx) anunciaron su renuncia a esa instancia en una rueda de prensa que se realizó frente al plantel ubicado en la calle de Eleuterio Méndez de la colonia Churubusco Coyoacán, en la capital mexicana, este lunes 4. En una carta que leyó el periodista Marco Lara Klahr, argumentaron que la directiva de la Sogem, encabezada por Lorena Salazar, “ha ido precarizando nuestra escuela hasta situarla al borde del colapso operativo y financiero (...), pero el mayor problema es el distanciamiento de esa directiva respecto de la vida y la comunidad académicas”. Los maestros anunciaron la creación de un nuevo proyecto de formación literaria denominado provisionalmente Escuela Mexicana de Escritores. “En las próximas semanas informaremos sobre la constitución legal del proyecto naciente, así como quiénes lo constituimos, sede, programa académico e inicio de actividades académicas, aparte de actos culturales para el acopio de fondos”. Convocaron a la comunidad literaria mexicana a sumarse “al proceso fundacional que hemos emprendido, ofreciéndoles la certeza de que será una iniciativa intelectual y creativamente consistente, de enorme vitalidad, plural, incluyente y abierta al escrutinio de sus miembros”. Durante la sesión de preguntas y respuestas con la prensa, se acercó Jesús Mejía Salazar, quien dijo ser abogado de la Sogem, y exigió a los profesores que firmaran su renuncia “para dar seguridad a nuestros alumnos y saber cuántos maestros sustitutos necesitamos”. Los escritores se negaron, pidiendo a Mejía que les mostrara sus contratos de empleo. Los alumnos que se encontraban ahí también encararon al enviado de la Sogem, solicitando diálogo con las autoridades correspondientes. Mejía Salazar se negó a responder preguntas de los reporteros, quienes querían saber, entre otras cosas, el número de alumnos actualmente inscritos en la escuela y si la institución cerraría sus puertas. Señaló que este martes la sociedad emitiría un comunicado para dar a conocer su posición. Varios alumnos (alrededor de 40) que se encontraban apoyando a los maestros en su renuncia colectiva denunciaron que empleados de la escuela les pidieron que firmaran una carta dirigida a la directora de la escuela, la guionista Elsie Méndez Baillet, en la que piden su baja del plantel “por motivos personales”. Entre tanto, Mejía Salazar dijo que la directora estaba “muy ocupada” y que no daría entrevistas. Fuente: La Jornada *** Falleció el escritor venezolano Jorge Gustavo Portella Este martes 5 de abril, fecha en que cumplía 38 años de edad, falleció a causa de un infarto el escritor venezolano Jorge Gustavo Portella, ganador de los premios Letra Erecta y Francisco Lazo Martí, entre otros, y reconocido como uno de los autores emergentes más destacados de la escena literaria local. Sus restos fueron velados en la Funeraria Vallés de la capital venezolana. Narrador y poeta, Portella nació en Lima (Perú) en 1973. Residió en Caracas desde su infancia. Era licenciado en relaciones industriales y especialista en publicidad de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), donde cursó además una maestría en historia de las Américas. Luego sería, en la misma casa de estudios, profesor de las cátedras de artes gráficas y diseño periodístico. Allí también dictó el taller de escritura creativa para medios de la Escuela de Letras. Participó en talleres literarios de poesía dirigidos por Miguel Marcotrigiano (Ucab), William Osuna (Fundación para la Cultura y las Artes de la Alcaldía de Caracas, Fundarte) y Teresa Casique (Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, Celarg), y de narrativa con Eduardo Liendo (Ucab). Portella fue uno de los autores seleccionados para participar, en 2008, en la III Semana de la Nueva Narrativa Urbana. Además representó a Venezuela en diversos encuentros literarios internacionales, entre los que destacan Ardentísima (Murcia, España, y San Juan, Puerto Rico), Cosmopoética (Córdoba, España), Festival Internacional de Poesía de Bogotá (Colombia), Feria del Libro de Valladolid (España), Feria del Libro del Palacio de Minería (Ciudad de México) y Versi y Note (Instituto Cervantes de Roma, Italia). Además del Letra Erecta, por La diosa es un pretexto, y la Bienal Lazo Martí, por Compendio de historia natural, ambos en 2005, Portella había ganado antes, en 1999 y por su poemario Cruel, el Premio Nacional de Tomás Alfaro Calatrava, del Consejo Nacional de la Cultura (Conac). En 2002 fue finalista, con No repitas mi nombre, del Concurso de Novela Teresa de la Parra. Ese mismo año obtuvo, con Ciudad sur, el Premio Nacional de Poesía “Centenario de Luis Beltrán Prieto Figueroa”. Poemas suyos fueron incluidos en las antologías Las voces de la hidra (Mucuglifo, Caracas, 2002); Voces nuevas (Celarg, Caracas, 2005); Del dulce mal; antología venezolana de poemas de amor (Grijalbo, Caracas, 2008), y La música callada, la soledad sonora (Casa de Poesía Silva, Bogotá, 2008). También publicó los poemarios Sin intención de oficio (La Espada Rota, Caracas, 2000), Resquicios (Ucab, Caracas, 2002; incluye Cruel y El libro de los falsos navíos fatigados), Ciudad sur (Municipio Arismendi, Nueva Esparta, 2002), Sin hábitos de pertenencia (Eclepsidra, Caracas, 2005), Compendio de historia natural (Ateneo de Calabozo, 2006), En tercera persona (El Pez Soluble, Caracas, 2006; reedición por Renacimiento, Sevilla, España, 2007), y A corto plazo (antología; Ediciones Baquiana, Miami, EUA, 2007), así como la antología 30/50 (2005), una aproximación antológica a los poetas vinculados a la Ucab, en coautoría con Miguel Marcotrigiano. *** Con una exposición celebrarán 94º cumpleaños de Leonora Carrington La pintora, escultora, grabadora, escritora, dramaturga y escenógrafa mexicana de origen inglés Leonora Carrington cumple este miércoles 6 de abril la edad de 94 años, por lo que el Centro Cultural Estación Indianilla (http://www.estacionindianilla.com.mx) ha organizado una exposición de diez nuevas esculturas de la ganadora del Premio Nacional de Artes 2005, que será inaugurada el sábado 9 a las 12:30 horas, en Dr. Claudio Bernard 111, colonia Doctores. También se abrirá una muestra de 15 esculturas, en su mayoría desconocidas, de Gunther Gerzso (1915-2000), quien fue amigo de Carrington. La artista surrealista, por otro lado, acaba de crear un nuevo personaje: El rey del tequila, que hará pareja con La reina del tequila, que salió de su inventiva en 2007, para una licorera de la edición especial 1800 Colección, de Tequila Cuervo. Al parecer, la nueva escultura en plata es del doble en tamaño de la mujer-maga con atributos zoomorfos, de 35 x 15 x 10 centímetros. Isaac Masri, responsable del Centro Cultural Estación Indianilla, explica que Leonora Carrington “trabajó hace dos años las últimas piezas de escultura del proyecto que llevamos”. En dos décadas que trabajaron juntos hicieron cerca de 45 obras, entre ellas varias monumentales de carácter público, en bronce, las cuales Masri las describe como “muy delicadas, muy bonitas”. Los títulos son Rostro águila, Dama y zorro, Barca con chango, Stallion, Paseo a caballo, Minotauro, Máscara con gato, Silla, Nigromante y Dama con tocado. Las medidas varían entre 204 x 74 x 100 centímetros (Dama y zorro) y 63 x 29 x 80 centímetros (Barca con chango). El promotor cultural adelanta que no quisieron hacer una retrospectiva de la obra de Carrington, porque “hemos exhibido cada dos o tres años muestras de su trabajo”. Agrega: “Creo que vamos muy bien con el proyecto escultórico de Leonora, porque ya pusimos en San José del Cabo, en una marina llamada Puerto Los Cabos, una especie de exposición como teníamos en Paseo de la Reforma con fotografías de su obra pictórica y textos”. Por otro lado, “las personas de Tequila Cuervo decidieron hacer un espacio escultórico —la museografía estará a cargo de Masri— en Tequila, Jalisco, ya que han coleccionado obra de la artista. Leonora ha hecho dos obras especialmente para la empresa, una que se llama La reina del tequila, presentada hace cuatro años, y ahora El rey del tequila”. Agrega que “hemos estado muy en contacto con Pablo y Gabriel, hijos de Leonora, con la finalidad de hacer un catálogo razonado de su obra escultórica”. El entrevistado propuso a Carrington exhibir también la obra de Gerzso. De hecho, cuando la artista llegó a México en 1942 entró en contacto con un círculo de inmigrantes de diferentes países, donde también estaba el pintor y diseñador escénico Gunther Gerzso, mexicano de nacimiento, pero de ascendencia húngaro-alemana y educado en Europa. En 1944 Gerzso pintó Los días de la calle Gabino Barreda, cuadro en el que Leonora Carrington aparece como un torso femenino envuelto en una enredadera y él como una cabeza que se asoma de una pequeña caja. Las esculturas de pequeño formato de Gerzso forman parte del proyecto Homenaje a la línea recta, realizado en 1998 por invitación de Isaac Masri, quien originalmente se había acercado al artista tres años antes con motivo de la exposición colectiva “Libertad en bronce”. En los últimos momentos de su vida, ya hospitalizado, Gerzso decidió donar una de esas 15 esculturas a la ciudad de México, que se hizo en grande y se colocó en la intersección de Barranca del Muerto y Periférico Sur, expresa Masri. Fisuras sexuales se encuentra en ese lugar desde el 26 de noviembre de 2000. También se publicó el libro Gunther Gerzso: homenaje a la línea recta. 15 esculturas en bronce (Impronta Editores), con poemas de David Huerta. En el texto que hizo para el volumen, Masri escribe: “En 1998 le propuse este nuevo proyecto y tras sus consabidas y amistosas quejas iniciales, aceptó y en pocos meses tenía los planos definitivos de 15 piezas que se realizaron en aproximadamente un año, bajo su severa y atenta supervisión, que abarcó hasta el más mínimo detalle del proceso”. “Posteriormente se invitó a David Huerta a ver las esculturas y colaborar con el libro, invitación que David aceptó entusiasmado y escribió un poema para cada una de las obras, cuyos títulos adoptó Gerzso para sus esculturas, no sin antes comentarme: ‘¿no le parecen, señor mío, que son absolutamente eróticos?’ ”. Ni la obra ni el libro llegó a presentarse, ya que Isaac Masri quería que el artista inaugurara la exposición, cosa que no fue posible cumplir debido a su fallecimiento. “Hoy es un buen momento porque, además de ser de los grandes amigos de Leonora, es de los grandes artistas mexicanos”, señala el promotor cultural. Fuente: La Jornada *** Festival Eñe se traslada a Lima Más de sesenta escritores, editores, críticos y artistas participarán entre el 13 y el 16 de abril en el Festival Eñe, una fiesta literaria que nace de Eñe. Revista para Leer (http://www.revistaparaleer.com), y que en 2011 se celebra en Lima (Perú), siguiendo el plan de sus organizadores de realizarlo cada año en una ciudad diferente de América, con la colaboración de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid). El evento nació en Madrid en noviembre de 2009, y desde 2010 se multiplicó por dos, pues entre el 4 y 7 de agosto de 2010 se realizó una segunda edición en Montevideo, Uruguay, titulada Festival Eñe América, y el 12 y 13 de noviembre pasado la cita volvió a su sede habitual: el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El Centro Cultural de España en Lima, la Casa de la Literatura Peruana, la Biblioteca Nacional del Perú, el Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), el Museo de Arte de Lima (Mali), el Centro Cultural Inca Garcilaso y el Centro Fundación Telefónica serán las sedes del festival en la capital peruana. Varios reconocidos escritores han sido convocados para que dicten conferencias sobre diversos temas en el festival. Así, el miércoles 13 a las 18 el argentino Alan Pauls hará un “Elogio del acento” en la Biblioteca Nacional del Perú, y a las 18:30, Luis Freire dictará su conferencia “La gente es como Robespierre”, en la Casa de la Literatura Peruana. El jueves 14, a las 16, la cubana Zoé Valdés hablará en la Casa de la Literatura Peruana sobre Vallejo y el exilio; a las 17, la mexicana Margo Glantz describirá su viaje a la India en el Centro Fundación Telefónica; a las 18, el Salón General del Centro Cultural de la UNMSM albergará una conferencia del chileno Antonio Skármeta sobre el humor y la literatura; luego, en el Centro Cultural de España, habrá dos conferencias: a las 20, el peruano Mirko Lauer hablará sobre la “gran revolución” de la cocina peruana, y a las 21, el español Juan Bonilla contará la vida del poeta peruano Alberto Hidalgo. El viernes 15 a las 16, el peruano Jeremías Gamboa dictará su conferencia “Yo tampoco sé qué diablos hacer después del boom Vargas Llosa” en el Salón de Grados del Centro Cultural de la UNMSM; a las 18, el colombiano Mario Mendoza hablará, en la Biblioteca Nacional del Perú, sobre la violencia en las ciudades; y a las 19:30, en el Centro Cultural de España, el argentino Andrés Neuman hablará sobre los aeropuertos latinoamericanos como especulación literaria. El último día las conferencias se iniciarán a las 17 con la del mexicano Xavier Velasco, con “Una charla de tema secreto”, en el Salón General del Centro Cultural de la UNMSM; a las 18:30, el español Juan Barja hablará sobre César Vallejo en el Centro Cultural de España, y a las 20:30, el peruano Fernando Iwasaki hará una “Defensa de la práctica del texto oral” en la misma sede. El festival ha programado también una serie de lecturas poéticas que se iniciarán el miércoles 13 a las 19 con Paul Guillén, Giancarlo Huapaya Cárdenas, Diego Lazarte, Cecilia Podestá y Tilsa Otta Vildoso, en el Salón General del Centro Cultural de la UNMSM, y a las 20, Carmen Valdivia, Gloria Portugal, Elena Pasapera y Alina Gadea protagonizarán otra en el Centro Cultural de España. El jueves 14, Jorge Pimentel, Tulio Mora y Eloy Jáuregui leerán en la Casa de la Literatura Peruana a las 17; el viernes 15 a las 19, Marco Martos hará lo propio en la Casa de la Literatura Peruana, siguiéndole a las 20:30, en el Centro Cultural de España, Darío Jaramillo Agudelo; finalmente, el sábado, Antonio Cisneros recitará a las 12 en el Salón de Grados del Centro Cultural de la UNMSM, mientras que a las 16 Andrés Neuman leerá una selección de textos recopilados en el volumen El fin de la lectura, a las 16, en el Salón de Grados del Centro Cultural de la UNMSM. Los encuentros “Cara a cara”, por su parte, tendrán como protagonistas a dos escritores de nacionalidades distintas, conversando sobre diversos temas. El miércoles 13, a las 17 horas y en la Casa de la Literatura Peruana, el peruano Fernando Ampuero y el español Benjamín Prado hablarán sobre la influencia de la cotidianidad en la literatura; mientras que a las 22, en el Centro Cultural de España, el peruano Guillermo Niño de Guzmán y el español Ignacio del Valle conversarán sobre el género negro. El jueves 14, la peruana Rocío Silva Santisteban y el mexicano Alberto Ruy Sánchez hablarán sobre literatura y erotismo, teniendo como escenario el Centro Cultural Inca Garcilaso; y el viernes 15 a las 22, en el Centro Cultural de España, la peruana Giovanna Pollarolo y la chilena Alejandra Costamagna harán lo propio en torno a guiones, fanzines y otros refugios de la escritura. Los encuentros “Cara a cara” se concentrarán el sábado 16, iniciando a las 13 en el Salón General del Centro Cultural de la UNMSM con el colombiano Darío Jaramillo Agudelo y el venezolano Fedosy Santaella (http://www.letralia.com/firmas/santaellakrukfedosy.htm), quienes hablarán sobre literatura y resistencia; a las 14:30, el peruano Ezio Neyra y el peruano-venezolano Doménico Chiappe conversarán en el Centro Cultural de España sobre las fronteras narrativas en la era de Internet, y a las 15, en el Mali, el peruano Iván Thays y el chileno Alejandro Zambra tendrán como tema la novela. Más tarde, a las 16, la Casa de la Literatura Peruana recibirá al peruano Alonso Cueto y al chileno Hernán Rivera Letelier, quienes revelarán algunas de sus técnicas al escribir novelas; en la misma sede, una hora después, la peruana Carmen Ollé y la española Cristina Fernández Cubas harán lo propio con sus cuentos. Otra actividad que tendrá como protagonistas a dos escritores por vez serán las “parejas de baile”. La primera será el miércoles 14 a las 22 entre Gustavo Rodríguez y Renato Cisneros, sobre la infidelidad, y se realizará en el Centro Cultural de España. El viernes 15, a las 17, Edgardo Rivera Martínez y Javier Ágreda conversarán sobre la obra de Edgardo Rivera Martínez y otros temas, en el Salón General del Centro Cultural de la UNMSM; a las 18:30, Alberto Ísola y Enrique Planas dialogarán sobre teatro y literatura, en el Centro Cultural de España. Más tarde, a las 20, José Tola y Raúl Tola, tío y sobrino, hablarán sobre sus actividades —el primero es pintor y músico; el segundo, escritor y periodista— en la Casa de la Literatura Peruana, y a las 21, Enrique Ciriani y Julio Villanueva Chang conversarán sobre arquitectura en el Centro Cultural de España. La última “pareja de baile” será el sábado 16 a las 15:30, cuando Josué Méndez y Marco Avilés hablen sobre cine y ciudad en el Centro Cultural de España. Tres mesas redondas han sido incluidas en el programa, siendo la primera de ellas el jueves 14 a las 18:30 en el Centro Cultural de España, cuando Oswaldo Reynoso, Jesús Ruiz Durand y Enrique Planas hablen sobre el libro de cuentos Los inocentes, del primero; el trabajo de ilustración del segundo y la exposición que sobre esta colaboración comisaría el tercero. El sábado, a las 12:30, el Mali recibirá a Carlos Herrera, Jorge Eduardo Benavides y Edmundo Paz Soldán conversarán sobre las dificultades y las conveniencias de vivir y escribir fuera de sus países de origen. Finalmente, a las 19:30, Roni Heredia, Javier Wong y Jaime Bedoya protagonizarán la mesa “La estupidez como una Bella Arte” en el Centro Cultural de España. Otras actividades incluidas en el programa son el performance “Metamorfosis”, que interpretará Gloria Dávila Espinoza el jueves 14 a las 23 en el Centro Cultural de España; el viernes 15 a las 23, el performance “Libros, zanahorias, poesía, sexo, cumbia y todo lo demás”, de Washington Cucurto, también en el Centro Cultural de España, y el sábado 16 a las 22, el concierto “Landó por bulerías”, de Miki González, en el Parque Washington. En el marco del festival ha sido abierta al público, hasta el próximo 27 de mayo, la exposición “El tesoro de la juventud. La ficción y el deseo en Los inocentes de Oswaldo Reynoso”, que comisariada por Enrique Planas constituye un homenaje por partida doble: los 80 años del nacimiento del escritor y el 50º aniversario de la primera edición de Los inocentes, obra que revolucionó el lenguaje de la literatura peruana. En la muestra participan Miguel Aguirre, Sheila Alvarado, Germán Ballesteros, Christian Bendayán, Cherman, Carmela García, Haroldo Higa, Jaime Higa, Diego Lama, Piero Quijano, Rep, Jesús Ruiz Durand, Supayfotos y Fernando Vicente. El evento lleva a la capital peruana, asimismo, sus “talleres exprés”, clases magistrales de iniciación literaria en formato intensivo de dos horas. Estos talleres son gratuitos, basta con inscribirse siguiendo las indicaciones del apartado de formación de la web del Centro Cultural de España (http://www.ccelima.org), que será la sede de los mismos. El primero de estos talleres será sobre periodismo literario y será dictado por Doménico Chiappe el miércoles 13, a las 9; a las 11, Alberto Ruy Sánchez orientará a sus alumnos sobre las razones para escribir; el jueves 14, a las 9, Alberto Anaut hablará sobre edición de libros de fotografía; a las 11, Jorge Eduardo Benavides y Carlos Andrade dictarán otro sobre el proceso de creación de la novela; a las 13, Washington Cucurto hablará sobre edición artesanal y formas de intervención cultural. El viernes 15 a las 9, Fedosy Santaella hablará sobre posmodernidad y los referentes en la narrativa; a las 11, Edmundo Paz Soldán dictará un taller de relato corto; el sábado 16 a las 9 Alejandra Costamagna hablará sobre la relación entre la crónica roja y el relato breve, y a las 11, Juan Bonilla enseñará a “hacer poesía sin escribir un solo verso”. El programa infantil se concentrará en el viernes 15 y sábado 16. El viernes y el sábado, entre 10 y 12, la artista visual Mónica Mirós dictará a los pequeños su taller “Poéticas en la calle”, sobre grafiti. El viernes y el sábado, entre 12 y 13, por su parte, El Chato contará sus historias a los niños. Ambas actividades tendrán como escenario el Centro Cultural de España. Corona la programación un ciclo de cine y literatura organizado con la colaboración de la Filmoteca PUCP, y que tendrá lugar en el Centro Cultural de España con los filmes Las horas, de Stephen Daldry y basada en la novela homónima de Michael Cunningham; El camino de los ingleses, de Antonio Banderas, basada en la novela homónima de Antonio Soler; Hijos de los hombres, de Alfonso Cuarón, basada en la novela The Children of Men, de P. D. James, y Una mente brillante, de Ron Howard, basado en el libro A beautiful mind, de Sylvia Nasar. Fuente: Eñe. Revista para Leer *** El venezolano Edgar Borges publica en España el libro Crónicas de bar “El bar es el confesionario más democrático de todos los que existen”. Con esta frase comienza Crónicas de bar (http://www.milrazon.es/Libros/Cronicas-de-bar-Edgar-Borges-Asturias.aspx), el nuevo libro del escritor Edgar Borges (Caracas, 1966) que la editorial española Milrazones lanza este 15 de abril. Crónicas de bar es un libro de apuntes, recorridos y frases que Borges escribió tomando como base sus vivencias a lo largo de veintiún bares de Asturias. “En los cafés, como en los bares, se intenta arreglar el mundo; en cada mesa, así como en las barras, van y vienen las soluciones del día (mientras, otros nos enredan la vida a puertas cerradas)”, dice Borges en una de sus crónicas. A partir de sus observaciones, Borges desarrolla la idea de que un ser es una minúscula réplica del mundo para contar que en un bar pueden habitar todos los bares y mundos. Múltiples historias donde se cruzan vivencias de calle, sexo, arte, ciencia, política y juego descubiertas a través de tertulias, cantos y despechos. Fernando Pessoa, Robert Walser, Georges Perec, Julio Cortázar, Thomas Pynchon, Claudio Magris, Peter Handke, Salvador Dalí, Toulouse-Lautrec, Carlos Gardel, Charlie Parker, Daniel Santos, Camarón de la Isla, Eddie Palmieri y Rubén Blades son retratados también en las crónicas de Borges. Nacido en Caracas en 1966, Borges ha publicado novelas como ¿Quién mató a mi madre? (2008); ¿Quién mató al doble de Edgar Allan Poe? (http://www.letralia.com/poe; 2009) y La contemplación (2010). Los textos incluidos en Crónicas de bar fueron publicados en 2010 en el diario El Comercio, de Gijón. Fuente: Mil Razones *** Presentan novela gráfica sobre Federico García Lorca Este 15 de abril será presentada en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona la novela gráfica La huella de García Lorca, del dibujante granadino Carlos Hernández. El libro está editado por el sello catalán Norma con motivo del 75º aniversario de la muerte del autor de Poeta en Nueva York. “El objetivo ha sido contar historias que girasen en torno a Federico García Lorca, pero sin convertirlo en protagonista ni hacer un relato autobiográfico, es decir, sin transformarlo en personaje de cómic de manera artificial”, explica Hernández, autor además del 99% del guión. El libro está firmado junto al guionista El Torres, quien finalmente pasó a ser una especie de “director de tesis” porque “carecía de espíritu lorquiano” para abordar el proyecto. Concretamente “le faltaba malafollá”, apostilla con humor sobre un estado de ánimo que es patrimonio inmaterial de la ciudad. Finalmente, El Torres puso su parte restante en el guión coordinando las doce historias que componen La huella de García Lorca. “En principio no teníamos ni idea de lo que íbamos a hacer, es un personaje icónico que todo el mundo tiene en mente y teníamos claro que tenía que ser algo original”, resalta Hernández. Lo primero que tuvieron claro es que tenían que huir de la biografía, “no dar la brasa con su vida porque todo el mundo lo conoce y el que quiera profundizar más ya tiene los libros de Ian Gibson”. Después apareció la idea de montar el cómic buscando en los alrededores de Federico García Lorca. “Conozco un montón de anécdotas sobre él, las típicas cosas que cuentan los padres sobre García Lorca y la Guerra Civil, y ahí surgió un big bang creativo”. El resultado son doce historias con el poeta como sujeto elíptico. Está en todas las páginas pero en muchas ocasiones no se le ve. De hecho, “de las cerca de 100 páginas que tiene el cómic sólo aparece en una docena de ellas aunque siempre está flotando en el ambiente”, aclara. Sobre la apariencia que el poeta tiene en el libro, el dibujante explicó que buscaba “algo consecuente con su figura, no hacer algo cómico pero tampoco demasiado tétrico. Mi estilo gráfico es bastante expresionista, soy de blanco y negro, pero al mismo tiempo muy ortodoxo y nada palote o gafapasta, que son términos que usamos los dibujantes para referirnos a esos cómics que se hacen ahora con estilo pretendidamente sencillo y básico”. El resultado es un García Lorca nada pretencioso, evitando convertir al personaje en una marioneta gráfica. El libro comienza con la huida de Granada en 1936 de una familia con un niño que jugaba en la Huerta con los sobrinos de García Lorca, un pequeño amigo del poeta. Es el mismo personaje que al final del libro, con 82 años, aparece de nuevo en las viñetas junto al propio dibujante, caminando por los lugares lorquianos menos conocidos de Granada. Es el padre de Carlos Hernández, quien ha dado vida a una historia real de su propia familia. Cuando estalló la Guerra Civil, su abuelo (catedrático de la Universidad de Granada) llevó a su familia en un Ford modelo 1928 en un largo viaje a Riaza, lugar donde consideró que estarían a salvo de la violencia desatada. El padre del autor, Alfonso Hernández, que tenía ocho años, recuerda ese viaje nítidamente, los piquetes de milicianos, camiones con prisioneros y un muerto en la cuneta. “Aunque nunca conoció a García Lorca, es posible que mi abuelo tuviera amistades relacionadas con el entorno académico del poeta, pero jamás le impartió clase ni existe constancia de que se cruzaran en las aulas, pues Federico marchó a Madrid años antes de que llegara a ocupar la cátedra de filosofía y letras en Granada”, explica al autor. Así que la supuesta relación del niño con la Huerta es una licencia literaria para relacionar el drama de la huida de su familia con la figura de García Lorca. Entre esos dos capítulos, prólogo y epílogo, el autor de Así que pasen cinco años aparece retratado desde el punto de vista de unos músicos negros en una fiesta en Harlem en 1929 o a través del diario del diplomático chileno Carlos Morla Lynch, que relata cómo se enteró de la muerte de su amigo. En otra ocasión, La huella de García Lorca queda impresa en Granada, en 1980, para conocer al último pistolero que se jactó de haber matado al escritor. Menos dramatismo contiene otro capítulo que ilustra una divertida anécdota en un hotel de La Habana. “Le operaron una especie de verruga en la espalda y claro, como creía que no podía salir del hotel, mandó a llamar a todos sus amigos”. La curiosidad, que es una línea en un libro de Gibson, se convierte ahora en siete páginas. Otros capítulos cuentan un día típico de La Barraca a su paso por un pueblo segoviano, así como una “siniestra reunión” en la Residencia de Estudiantes entre Dalí y Buñuel, que dan de lado a su amigo rompiéndole el corazón. Como curiosidad, la visita a Víznar de cierto investigador irlandés allá por 1965, acompañado de un sujeto que dice ser el hombre que enterró el cadáver de García Lorca. “Es muy divertido porque obviamente es Gibson, aunque no lo nombro y ni siquiera se le ve la cara”, cuenta Hernández, que ha pasado el último año leyendo a fondo a sus biógrafos —Penón, Gibson, Pozo— y asistiendo a un buen número de representaciones de la obra de García Lorca. “He estado un año enlorcado perdido”, explica con humor. De momento, La huella de García Lorca no tiene fecha de presentación en Granada aunque la editorial Norma ya está promocionándolo en Francia y Alemania. Coincidiendo con el 75º aniversario de su fusilamiento, el “noveno arte” saca al poeta de los escenarios más habituales para convertirlo en un superhéroe de la poesía y de la amistad. Fuente: Diario de Sevilla *** Publicarán la novela inconclusa de José Saramago No sabe cuándo ni cómo, pero la novela Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas, de la que José Saramago llegó a escribir tres capítulos antes de su muerte, será publicada, afirmó su viuda Pilar del Río en México el pasado 30 de marzo. La obra trata sobre la fabricación de armas. “Es un tema muy importante, entonces se tiene que publicar. Los editores están buscando una forma de presentarlo. El libro habla sobre el dilema moral de quien va a su empresa a trabajar todos los días y hace bien su trabajo, pero hacer bien su trabajo es crear un arma que matará a alguien”, dijo Del Río durante su visita al Festival de Cine de Guadalajara, que terminó este 1 de abril. Del Río se encontraba en la capital mexicana para el estreno del documental José y Pilar, que es una ventana a la vida íntima de la pareja y fue dirigido por Miguel Gonçalves. En dicho trabajo fílmico se los puede ver organizando los actos públicos, los momentos de escritura, los tiempos en los que se relajaban para ver la televisión, incluso una acalorada pelea sobre si Hillary Clinton hubiera sido buena presidenta o no. “Yo me quedo siempre en la sala a ver el documental, me gusta porque revivo las sensaciones, recuerdo los momentos, me parece que es tener un ratico de charla con José Saramago”, expresó. Pilar del Río era pieza fundamental en la organización de la vida del autor, y ahora que ya murió continúa su labor difundiendo la obra de su esposo y dirigiendo la Fundación José Saramago. A pregunta expresa de si extrañaba a su marido, contestó que José Saramago sigue con ella. “Cada vez que veo la hora, como en este momento que por cierto noto que es tardísimo, me conecto con él. Uso el reloj de José Saramago. Él paró todos los relojes de la casa a las 4 de la tarde porque fue la hora en la que nos conocimos, entonces yo le respondo marcando mi hora con su reloj”. Sobre su vida con el Premio Nobel contó que aunque era un privilegio, no era fácil, ya que había mucha exigencia y nunca descansaban. “Nosotros éramos fanáticos de una serie que se llama El Ala Oeste de la Casa Blanca, y de pronto nos sentábamos y veíamos cinco capítulos seguidos. Después teníamos un remordimiento de conciencia por haber holgazaneado tanto tiempo”, recordó. Miguel Gonçalves se embarcó en este trabajo porque era fanático de Saramago y contó que lo que más le sorprendió era el sentido del humor del autor. Después de la proyección en el festival de cine, el director espera que José y Pilar encuentre distribuidora para que llegue a las salas comerciales de México y América Latina. Fuente: AP *** Profesionales de la información se reúnen en Bogotá El Encuentro de Bibliotecas en Tecnologías de la Información y la Comunicación “Bibliotic 2011” (http://bibliotic.info) se realizará por tercer año consecutivo entre el 16 y el 21 de mayo, organizado por la Pontificia Universidad Javeriana y enREDo, una entidad sin ánimo de lucro que busca crear lazos de conocimiento y colaboración mediante el trabajo en red para la promoción del diseño, el patrimonio, las tecnologías de la información, la comunicación y sus profesionales. Bibliotic 2011, que el año pasado se realizó en Medellín y este año ha pasado, bajo el lema “Compartiendo conocimiento”, a Bogotá, es un espacio para archivistas, bibliotecólogos, documentalistas, promotores de lectura y gestores de información, entre otros profesionales del sector, para intercambiar experiencias de implementación de tecnologías de la información y la comunicación en sus bibliotecas, fondos documentales, archivos o colecciones. Ámbito propicio para que los profesionales de las ciencias de la información y el conocimiento divulguen experiencias, proyectos y casos de éxito, el encuentro es además un espacio para el debate y para conocer las iniciativas locales de implementación de tecnologías de la información y la comunicación en bibliotecas, archivos, centros de información y museos. Los asistentes al evento podrán disfrutar de una completa agenda académica con ponencias, conferencias y mesas de trabajo, sin ningún costo. Pero, además, los participantes pueden presentar ponencias, para lo cual se ha abierto un plazo de recepción hasta el próximo viernes 15 de abril. Nuevos servicios TIC y recursos electrónicos, usos de libros y colecciones digitales, seguridad y bases de datos, identidad digital y protección de la privacidad, open data, estándares y normatividad, vigilancia estratégica y documental, redes sociales y alfabetización informacional son algunos de los temas que se tocarán en el evento. Además, se realizarán varios talleres especializados para profesionales del área. Fuente: Bibliotic 2011 *** Un encuentro en Chiapas rendirá homenaje a Rosario Castellanos Entre el 19 y el 21 de mayo se celebrará en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y San Cristóbal de las Casas, México, el IV Encuentro Internacional de Investigadores Literarios “Homenaje Internacional a Rosario Castellanos y la Generación de Mascarones”, un evento organizado por las universidades Autónoma de Chiapas (Unach) e Intercultural de Chiapas (Unich), el Cuerpo Académico “Paradigmas educativos y la enseñanza de lenguas” (Unach) y la Corresponsalía de Tuxtla Gutiérrez del Seminario de Cultura Mexicana. El encuentro analizará la poesía, la narrativa, el teatro, el ensayo y las publicaciones en prensa de la escritora mexicana Rosario Castellanos, pero además se extenderá hacia la obra de quienes con ella conformaron la Generación de Mascarones: Jaime Sabines, Dolores Castro, Ernesto Cardenal, Ernesto Mejía Sánchez, Manuel Durán Gili, Emilio Carballido, Sergio Magaña, Otto Raúl González, Augusto Monterroso, Sergio Galindo y Luisa Josefina Hernández. Se llevará a cabo el primer día en diversas instalaciones educativas y culturales de Tuxtla Gutiérrez, y los días 20 y 21 de mayo en instalaciones de la Universidad Intercultural de Chiapas y en instalaciones culturales, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México. La actividad está dirigida a todos los investigadores literarios, académicos (nivel medio, superior y posgrado) y estudiantes de literatura (nivel superior y posgrado) que comparten el interés en intercambiar experiencias y resultados de investigaciones sobre literatura mexicana contemporánea, así como de fortalecer su actividad académica con las temáticas expuestas durante este congreso internacional. Los interesados en participar como ponentes deberán enviar una propuesta de su ponencia o conferencia a la dirección electrónica homenajemascarones@hotmail.com. La misma debe incluir, además del título, un resumen de hasta doscientas palabras señalando el objetivo de la actividad, y los datos del aspirante (nombre, dirección, teléfono, e-mail, institución donde labora y síntesis curricular actualizada de no más de 300 palabras). Las ponencias tendrán una duración de veinte minutos y las conferencias de cuarenta y cinco minutos. Se otorgará constancia de participación a los ponentes y conferenciantes. los asistentes recibirán constancia firmada por el comité organizador (por veinticinco horas con valor curricular). Las propuestas serán recibidas hasta este 20 de abril de 2011. Los costos de inscripción oscilan entre los 200 y los 500 pesos. Aunque nació en Ciudad de México en 1925, Castellanos pasó gran parte de su infancia y adolescencia en Chiapas, concretamente en Comitán. Estudió la maestría en filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), donde se relacionó con Cardenal, Castro, Sabines y Monterroso. Estudió también en la Universidad de Madrid con una beca del Instituto de Cultura Hispánica. Fue profesora en la Unam y en las universidades estadounidenses de Wisconsin, Colorado e Indiana. Castellanos escribió durante años en el diario Excélsior, fue promotora del Instituto Chiapaneco de la Cultura y del Instituto Nacional Indigenista, y secretaria del Pen Club. En 1954 fue becada por la Fundación Rockefeller en el Centro Mexicano de Escritores. Murió en Tel Aviv, Israel, en 1974. Fuente: Organizadores del evento ||||||||||||||||||||||| LITERATURA EN INTERNET |||||||||||||||||||||| Estilo http://www.manualdeestilo.com Presentado como un “manual de estilo para los nuevos medios”, Estilo ofrece recomendaciones para el correcto uso del español en formularios, wikis, redes sociales y otros medios que tienen a la red como plataforma común. Recibe colaboraciones de los lectores. Anatomiteca http://anatomiteca.com Biblioteca que, sobre la edición y el mundo del libro, mantiene el blog Anatomía de la edición (http://www.anatomiadelaedicion.com). Publica libros, documentos, videos, infografías y otros recursos en torno a estos temas. Recibe colaboraciones de sus visitantes. Literativa http://www.literativa.com Red social de escritura no-lineal colaborativa en la que pueden participar lectores, escritores y amantes de la literatura en general. Sus usuarios desarrollan obras literarias colectivas, cada una de las cuales puede ser bifurcada en cualquier dirección por cualquiera de ellos. Publica cuentos, novelas, biografías, poemas y en general toda forma de expresión literaria. Libros Mínimos http://www.librosminimos.org Dedicada a la difusión de literatura centroamericana contemporánea, esta página ofrece, en formato PDF y para su descarga gratuita, diversos títulos en narrativa y poesía, así como textos de crítica, noticias y enlaces relacionados. Fábulas urbanas y otras historias http://fabulasurbanas.com Publicación de un blog y boletines mensuales en los que se tratan historias que muchas personas siempre han pensado que son ciertas y resultan ser leyendas urbanas, así como historias que se piensa que son leyendas urbanas y son verdaderas. Todas las historias están argumentas y documentadas usando un lenguaje sencillo y buscando la lógica en los planteamientos. ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === José Saramago, la voz desconocida Alfonso Galindo Lucas ========== Somos muchos los que envidiamos el dominio de la narrativa de José Saramago e incluso la propia condición y profesión de novelista (1). Pero Saramago se pregunta: “¿Somos nosotros los mesías?”, refiriéndose a los escritores. También Galeano, en Cádiz, allá por el año 2007, se estremecía ante una pregunta desde el público: “¿Cómo me pregunta usted qué hacer para solucionar los problemas del mundo? Yo sólo soy escritor”. Pero es algo que no podemos evitar: a los buenos escritores los vemos como mesías y les pedimos que arreglen el mundo. Honró al Premio Nobel de Literatura, en 1998, con El Evangelio según Jesucristo (2). Saramago estuvo décadas sin escribir, porque, según él, no tenía nada que decir; algunos tenemos cosas que decir, pero a nadie a quien le interese, a no ser a los enemigos. Si no escribí antes este comentario literario, no fue porque no tuviera qué contar, pues quede claro que creo sumamente interesante lo que voy a decir a continuación, sino porque no estoy seguro de que la gente de hoy se interese por estas cosas. Pasó un tiempo y José Saramago siguió el camino de Ricardo Reis, heterónimo de Fernando Pessoa, y entonces no me pareció oportuno publicar nada, por no parecer necrológico. Ya edité una ráfaga biográfica que conseguí del hábil y fácil de palabra, mi paisano José Téllez (3), a quien también envidio, entre otros motivos, porque conoció a José Saramago. Pero aquí vengo a reivindicar su obra. Hay un malentendido, en relación con la obra de Saramago, cuyo origen es bastante superficial. Alguna gente cree que la gran innovación de Saramago consiste en sustituir la mayoría de los signos de puntuación por comas y utilizar párrafos muy largos. No, eso no es tanto mérito; eso lo hace sólo para que perdamos la cuenta, en medio de un diálogo, de quién es el que tiene turno de palabra, de manera que termine convirtiéndose en una conversación de ideas, no de personas; de esta forma, el autor deja claro que, en el fondo, se trata de una sucesión de reflexiones que, en su propio discurrir, se presentan como un diálogo. Al fin y al cabo, las novelas no son un auto judicial, en el que haya que tomar nota de las partes y las autorías. El perder la cuenta de quién dijo qué cosa encaja perfectamente con su idea de introducir una voz desconocida, que es él mismo. Por culpa de este malentendido, muchos lectores no se aproximan a Saramago, porque ven en su forma de puntuar una barrera o inconveniente. Sin embargo, como defendería el autor, esta falta de guiones y puntos llega a hacer más fluida la lectura, cuando uno comprende su utilidad. A quien, de todas formas, no le guste y siga considerando esta sucesión de comas y frases largas como un inconveniente, le vendría bien hacerse a la idea de que es un pequeño precio a pagar por todo lo que contienen sus novelas. Así pues, está bien, quedemos en que su falta de signos de puntuación es un pequeño inconveniente, pero en ningún caso deberían ser un pretexto para quien simplemente no tiene ganas de leer; oblíguese y abra uno de los libros que voy a recomendar más abajo. No se trata, con esto, de proponer un gran desafío para el lector; lo sería si les hubiese animado a leer La isla del día de antes, de Umberto Eco, que también merece la pena por su contenido, pero con Eco es mucho mayor el precio que hay que pagar, en términos de esfuerzo. De las aventuras de don Quijote, dejé dicho que casi no merecía la pena leerlo, por la dificultad que entraña el castellano antiguo; el libro de Eco se escribió hace poco, pero en italiano antiguo. Pero dejémonos de divagaciones; Umberto Eco se puede permitir someter al lector a ciertas torturas, porque sabe que sus libros merecen la pena (4). No es el caso de este humilde comentarista, de modo que lo vamos a explicar todo claro, para lectores no adictos a Saramago. No es que me queje de que Saramago es poco leído; sólo digo que debería serlo mucho más; hay una especie de resistencia cultural hacia su obra. Hay gente que no tiene paciencia para leerla y luego me recomienda novelas que, definitivamente, no están a la altura del genio portugués... Un momento... ¿No será porque es portugués? No sólo puede estar orgulloso de su nacionalidad, sino que conoce y transmite bien la historia, y no vamos a entrar en disputas arcaicas o costumbristas; al fin y al cabo, nos parecemos mucho; ellos nos copiaron el franquismo y nosotros a ellos la revolución de los claveles; ambos somos países periféricos, a expensas de las superpotencias. Fue en otro portugués, Fernando Pessoa, inventor de la heteronimia, en quien Saramago encontró la inspiración. De hecho, en el célebre Evangelio de Saramago o Evangelio según Saramago, interviene Pessoa, espontánea e imaginariamente, en uno de los diálogos (es una forma muy ocurrente de citar a alguien). Cuando quería opinar en sus novelas, interviniendo en conversaciones entre dos de sus personajes, o incluso en mitad de un pensamiento solitario de uno de ellos, lo hacía, llamándose a sí mismo “la voz desconocida” (“...y entonces dijo la voz desconocida...”). A veces, advertía que la voz desconocida hacía tiempo (varias novelas) que no decía nada. Entre otros elementos característicos de este autor, tenía el mérito de entretener al lector haciendo pequeñas críticas acerca de la forma de redactar relatos y de su propia forma de dirigir la narración. En mi opinión, esto resulta muy gracioso, en el sentido de irónico, y bastante evidente para el lector. Las novelas de Saramago están recubiertas de fina ironía, quizás aprendida de Voltaire, referida, las más de las veces, a temas importantes de la justicia social. ¿No será porque era comunista? ¿No será porque era ajeno a las creencias de los religiosos? Al fin y al cabo, sus entretenidas novelas deberían gustar especialmente a aquellos que creen en milagros (y también a los que no creemos). La gran innovación de Saramago, a la que podemos denominar “realismo imposible”, es la utilización de situaciones hipotéticas milagrosas —cosas que se sabe que jamás sucederán— para poner al descubierto, con un gran sentido crítico e irónico, la realidad cotidiana de nuestros males sociales, políticos, culturales... nuestras limitaciones reales como comunidades humanas. Es el mérito de Jonathan Swift, por citar a uno bastante antiguo, cuya obra no sólo es legible, sino llena de significado en la actualidad. También Anatole France o Pierre Boulle gozan de esta habilidad. Un elemento importante en la obra de Saramago (y en otros autores), es el papel relevante (incluso de protagonistas) de las mujeres, que constituyen “los pilares de la Tierra” (5), incluso en épocas medievales (en Memorial del convento). También suelen ser importantes los mensajes de los animales (perros, elefantes, estorninos), que intentan establecer comunicación con el mundo humano, incapaz de entenderlos. El repaso que ofrezco a continuación incluye básicamente lo que recuerdo, porque, con todo lo que hemos leído los aficionados a los libros, hay cosas que nunca se olvidan y no es necesario consultarlas. • 1982. El argumento de Memorial del convento viene a ser el de una máquina de volar en plena Edad Media. Claro, en aquel tiempo sólo podía funcionar con un combustible metafísico: las voluntades; así se comprende cuánto juego es capaz de dar el invento. El trasfondo es la construcción de un convento, un proyecto arquitectónico ambicioso. • 1983. Casi un objeto es un conjunto de relatos bastante metafóricos, que empieza con “la silla” que cae, que es el régimen dictatorial (da lo mismo, en realidad, si es el español o el portugués). La historia del coche que tiene iniciativa refleja la dependencia e incluso esclavitud con que algunos hombres viven la relación con su vehículo, etc. • 1984. En El año de la muerte de Ricardo Reis, elige como protagonista a uno de los alter ego inventados por Pessoa. La historia cuenta que, hipotéticamente, este personaje no había muerto con su creador, sino que había permanecido en el mundo, el tiempo necesario para protagonizar una novela. • 1986. En La balsa de piedra, destaca el papel de la mujer, como en otras obras del autor. Se escribe como crítica a la inminente entrada de España y Portugal, por la puerta trasera, en la entonces llamada Comunidad Europea. La novela es una metáfora y en ella se estrena un ciclo de convulsiones nacionales que continúa con los “ensayos” y las intermitencias de la muerte. • 1991. El Evangelio según Jesucristo, obra que no descarto leer por cuarta vez, es una novela sobre la vida de Jesucristo, pero no una novela histórica como la formidable Rey Jesús, de Robert Graves, sino un relato socio-moral, acerca de la culpa y otros temas importantes, apoyados en una serie de sucesos fantásticos (los milagros), en la línea de realismo imposible de las otras obras de Saramago. Destaca el diálogo entre Dios y el demonio, en presencia de Jesús, en el que también participan Fernando Pessoa y la “voz desconocida”. La historia va de un joven galileo que es elegido por Dios, para desgracia suya, para el inmortal cometido que la Iglesia le atribuye. A mitad de la obra, parece que ya no podría ponerse más interesante, pero el ritmo sigue creciendo, hasta la apoteosis final. Otro momento espléndido es el episodio de la resurrección de Lázaro y también la crisis de superproducción en el sector pesquero, cuando Jesús hacía sus milagros. Se inicia con un grabado, representativo de una escena que termina componiéndose finalmente en el relato. El autor se documentó bien acerca de las tradiciones y aceptó las hipótesis que manejan comúnmente los católicos, entre ellas, la del indecente modo de vida de Magdalena, los milagros de Jesús, la Redención, etc. y, con esos mismos argumentos, pone en entredicho todo aquello que las personas religiosas defienden con su fe. • 1995. En Ensayo sobre la ceguera se analiza lo que vendría a ser una sociedad sin tele. La ceguera es una metáfora de la incultura; ¿qué pasaría si por fin se borra del ser humano la capacidad para ver lo que tiene delante de las narices? La protagonista es una mujer. La conmoción nacional es relatada como si estuviese ocurriendo de verdad y da lugar a situaciones en las que el lector se siente cuestionado, como ser humano. • 1997. En Todos los nombres, además de la voz desconocida, también el techo de la habitación interviene en los diálogos, con profundas e interesantes aportaciones. El diálogo con el techo simboliza la soledad. • 1998. El cuento de la isla desconocida es un breve relato que, como ocurre con El Principito, todo el mundo debería leer. La isla desconocida también es una metáfora; en este caso, del amor y también del sueño de todo ser humano en un futuro mejor. • 2000. En La caverna, se utiliza el famoso mito de Platón para criticar a la sociedad actual. El protagonista es un alfarero anciano. Todo progreso se anuncia como algo sumamente beneficioso y, en la práctica, constituye un atraso en términos de bienestar y respeto hacia las libertades. El propio aire, la necesidad de ventanas, todo es plastificado, hormigonizado y metalizado al máximo. Los empleos viejos se pierden y se sustituyen por empleos de vigilante y vendedor. El poder de las grandes superficies comerciales se opone a la sencillez de la gente de pueblo. Al igual que en La balsa de piedra, el perro está bastante presente. En opinión de Téllez, esta obra “era quizá una de las parábolas que mejor han descrito el fenómeno de las paradojas del capitalismo contemporáneo que nos ha ido conduciendo hasta la actual encrucijada mundial. En dicha novela, la caverna es un centro comercial, el horno del alfarero... y la cueva donde va a dejar las vajillas que ya no le compra el hipermercado. Pero La caverna de Saramago lleva sobre todo ecos de Platón, aunque coquetee con el Big Brother de George Orwell...”. Según el propio Saramago, “El centro comercial de mi novela significa el poder absoluto y es por lo que lo comparo con Dios. Pero no es una metonimia de Dios, sino un poder. Aunque yo hablo de Dios muchas veces, quizás demasiadas, la dirección a la que apunta mi obra es a la del ser humano” (en Téllez, 2010). • 2002. El hombre duplicado es una de las novelas más entretenidas y rápidas de leer, no sólo de la obra de Saramago, sino de toda la literatura. Trata sobre un hombre duplicado. Se han hecho novelas sobre clonación y guiones para televisión (por ejemplo, para el actor que hacía de Conan, apellido más fácil de escribir que el de ese actor), pero sólo un buen escritor saca todo el partido posible a la circunstancia inesperada. Dicha circunstancia no es nunca el tema central del libro, sino el pretexto, ya que los mensajes y situaciones son de mucha mayor profundidad que el suceso mismo (6). En eso se diferencian los buenos escritores de los malos. En los viajes de Gulliver, por ejemplo, la gracia no es que los gigantes sean muy grandes y los liliputienses muy pequeños, sino la crítica social que ello permite abordar. • 2004. Ensayo sobre la lucidez es una interesante situación de política ficción, protagonizada por la misma mujer de Ensayo sobre la ceguera. Como en aquella obra, las autoridades se representan como gente incapaz y ensimismadas en el valor político de sus cargos. En este libro, se incluyen referencias a otras obras y personajes de Saramago; algo muy típico de este autor. • 2005. En Las intermitencias de la muerte ocurre un hecho sumamente original: el libro empieza y termina exactamente con la misma frase, sin contar la cita de una idea de Wittgenstein, que parece inspirar toda la novela. Está protagonizada por la muerte, una bella mujer que abandona provisionalmente su fatal labor. Como en El lado oscuro del corazón, la muerte se enamora de un artista y es incapaz de matar a quien tiene turno, de modo que todos los que vienen después se quedan también sin morir. Algunos critican que sigue la misma línea argumental de los “ensayos”: de repente ocurre en el país algo raro e inesperado; aunque esto no vale tanto como crítica, sino como mérito, ya que requiere mucha imaginación inventarse esas situaciones y exprimirlas al máximo, planteando cuestiones trascendentales. También, por la facilidad con que se lee, puede recordar a El hombre duplicado. • 2008. En El viaje del elefante, junto con la voz desconocida, utiliza otros mecanismos para entrometerse en los diálogos, como el comentario inoportuno de la Reina, que se hace únicamente para que el lector sepa que era agosto; y la reina se da cuenta tarde de que no viene muy a cuento hacer ese comentario. Con esto, Saramago se critica a sí mismo, de forma humorística, dando a entender que utiliza a la reina aunque no venga muy a cuento en el diálogo. Se trata de una novela protagonizada por un elefante, pero su cuidador está presente en casi todas las situaciones para que pueda expresar los pensamientos del animal. El elefante es colocado como protagonista artificial para relatar la odisea de una civilización que se vuelca en las ceremonias de adoración, con el fin de que se mantengan en el poder los jerarcas del cristianismo faraónico de la Europa medieval. Al igual que en el Memorial, el razonar y dialogar de la gente nos la retrata como a personas cercanas y actuales, que no han podido evitar pertenecer a una época. Y esa reflexión es la que nos devuelve a nuestra propia situación actual; gente que sigue siendo explotada, oprimida, engañada, utilizada... • 2009. Caín es su última obra, tan magnífica como las anteriores. Pero esta no la voy a comentar. Espero que al lector le hayan dado ganas e iniciativa para leerla. El único inconveniente práctico de la obra de Saramago es que tiene un marcado carácter de obra completa y conviene leer varias de ellas, en orden cronológico, para poder captar la plenitud de su mente. He aquí mi recomendación para los no saramaguianos: empezar con el cuento, luego la balsa de piedra, luego el Evangelio, los dos ensayos, el hombre duplicado, las intermitencias de la muerte y luego, el elefante y Caín. Ha escrito otras obras, como Viaje a Portugal o Historia del cerco de Lisboa, Manual de pintura y caligrafía y su libro de Pequeñas memorias. Todo esto, para cuando usted se vuelva aficionado a Saramago. A una persona básicamente inculta (como era un servidor, recién terminada la carrera universitaria) le puede venir bien hacer caso a esta recomendación y empezar, antes que nada, por leer a Saramago: “Una cosa buena que tiene la ignorancia es que nos defiende de los falsos saberes” (en El viaje del elefante). A mí me recomendaron a Richard Bach y a Herman Hesse, entre otros, pero no se puede empezar por lo más místico, cuando tenemos ante nuestros ojos lo político y lo social y, en ese ámbito, que no es literatura de la miseria, se pueden encontrar ideas profundas y elevadas al mismo tiempo; se puede llegar casi al vértigo. Como hice con mis dos comentarios literarios anteriores, ahí tiene el lector todo el material desmenuzado; sólo falta que encuentre el momento para relajarse y disfrutar; reconozco que, en los tiempos que corren, eso es lo mejor que se le puede desear a alguien. Pero no es mero entretenimiento (ni tampoco se puede considerar humor) la ironía de Saramago; las buenas obras de ficción (incluyendo las fantásticas) hablan del mundo real; ayudan a comprender mejor nuestra situación en el mundo. Yo sólo aconsejo según mi experiencia: dejen los quesos, las teorías de juegos, las paranoias psicoanalistas, los platones y las autoayudas que los autoescritores se hacen a sí mismos; conózcanse y ayúdense unos a otros; no caigamos en una nueva era del recogimiento ensimismado y la contemplación del más allá. El mundo real está ahí, en las buenas obras de ficción. Notas 1. Para colmo de envidias, la más inmediata es contra José Luis Sampedro que, siendo economista, como el que suscribe, consiguió destacar como tal y luego como escritor. 2. No digo que la fundación sueca no se lo mereciese, como en el caso de Sartre, pero en ámbitos como la política (la paz) o la economía, algunos de los galardones más recientemente otorgados son bastante reprochables. 3. Publicado en Entelequia, número 12; http://www.eumed.net/entelequia/es.art.php?a=12b01. 4. Como dijo Eco al arzobispo de Milán, “no le preocupe que pueda haber quien diga que nuestro diálogo es difícil; las invitaciones a pensar demasiado fácilmente provienen de las revelaciones de los mass-media, previsibles por definición” (“¿En qué creen los que no creen?”, Público, 2009). 5. Esto es un homenaje a ese libro (un poco sádico y un poco pornográfico) de Ken Follet, cuyo tema es la mujer (no las catedrales, como suele creerse). 6. También en el cine de Hollywood, ese tipo de circunstancias son el pretexto para un mensaje a veces subliminal (que no profundo), pero se corre el riesgo de que dicho mensaje sea una justificación extrema y forzada del fascismo o un adoctrinamiento en la ética protestante. ** Alfonso Galindo Lucas autorentrevista@andaluciajunta.es Director y productor de Entelequia, Revista Interdisciplinar (http://www.eumed.net/entelequia). Docente e investigador de la Universidad de Cádiz (UCA, http://www.uca.es). === El regalo de Pandora, de Héctor Torres Krina Ber ================= (Nota del editor: el pasado 26 de marzo fue presentado en Caracas el libro de cuentos El regalo de Pandora, en el que el escritor venezolano Héctor Torres despliega, a través de diez historias, su conocimiento del mundo femenino. Hoy ofrecemos a los ojos de la Tierra de Letras las palabras con las que la escritora polaco-venezolana Krina Ber dio a los asistentes un primer vistazo de esta obra). A Pandora la han creado los dioses, dice el epígrafe, para la ruina de los hombres, comedores de pan. Aunque las protagonistas de Héctor Torres confirman a menudo esa mala reputación causando estragos en el alma de los hombres, el título de su nuevo libro no podría ser más acertado: El regalo de Pandora es un regalo para todos sus lectores y lectoras... Distinción intencional, insisto: nada de lector@s esta vez con su insípido @ igualitario. Lectores y lectoras encontrarán en él, precisamente, el sabor de sus diferencias. La primera vez que vi a Héctor fue en 2005, en el bautizo del concurso de los Inéditos de Monte Ávila, un gran evento que se celebraba en el Teresa Carreño, en la terraza de la aún entonces emblemática librería de esa editorial. En medio de la conmoción, se me acercó de pronto ese pavo de ojos dulces y sonrisa franca, para entrevistarme, dijo, para un portal que se llamaba Ficción Breve. Yo no conocía ese portal, en esa época yo era una extraterrestre recién caída del cielo a un mundo de libros que apenas comenzaba a poblarse de textos en español. También era una época mágica en que los nombres que firmaban esos textos adquirían de pronto rostros. Y cuando él dijo el suyo: Héctor Torres, lo reconocí de inmediato: ¡Tú eres el de los mirmidones! Para entonces ya había leído los libros del concurso de Sacven y ese cuento (que, de hecho, abre la presente colección) me llamó la atención. Se me había quedado por dentro por esa cosa tan esquiva a la hora de definirla, que podría llamarse: sinceridad. Algo que no es técnica narrativa ni apego a la realidad, ni la tan cacareada verosimilitud de personajes y lugares; no: es una sinceridad mucho más profunda, la que puede contener (y en su caso contiene, de hecho) todos esos tópicos, pero va más allá de ellos, dejando siempre al lector la porción del misterio que tiene cualquier evento simple o cotidiano cuando el escritor logra llevarlo a ese espacio límite en que la ficción y la realidad se confunden. Así fue cómo conocí a Héctor, el creador de “los mirmidones”. Desde entonces me he leído muchas cosas suyas. Muchas y no muchas, en realidad. Digo muchas, porque incluyo sus reseñas y otros artículos en la red en las que se muestra siempre alerta, siempre pendiente del estado de nuestra literatura. He sido lectora asidua de Ficción Caracas, un blog de género muy suyo, a caballo entre la crónica urbana y la poesía. He sido seguidora de Ficción Breve cuando era un portal vigoroso, sostenido por la ambición de reunir información sobre los autores venezolanos y tenerla al día: una labor titánica que sólo un visionario medio demente podría idear y mantener al aire durante el tiempo que lo mantuvo Héctor con esa generosidad que lo caracteriza. Siempre se ha empeñado en promover, dar a conocer a otros autores, los consagrados y los incipientes, como en el caso de la Semana de la Narrativa y en la coordinación de concursos literarios en los que está trabajando ahora. Muchas veces he pensado con admiración cuánto trabajo requería esa labor, y sobre todo cuánta fe y cuánta vocación para recordar a todos los que tenemos algo que ver con nuestra literatura —lectores y escritores— que somos una comunidad. Hay palabras que lo expresan: amor, respeto, y sobre todo la que ya usé: generosidad. Pero a petición del propio autor, no voy a hablar de él, sino de su libro. Dije que he leído cosas de Héctor, las muchas y las no muchas, porque su obra narrativa de ficción es muy selecta. He leído su libro de cuentos El amor en tres platos y la hermosa novela de un título extraño, La huella del bisonte, que fue finalista del premio Adriano González León en 2006. Héctor es un autor paciente que no busca publicaciones rápidas, exige mucho de sí mismo y del texto que nos ofrece al fin, después de quitarle y ponerle y revisar y pulirlo con la paciencia de un relojero y con un inmenso respeto a la palabra y, por ende, al lector. Reconozco, en la hermandad de la escritura que nos une, ese afán de perfección, esa convicción de que siempre se puede mejorar lo que se dice y lo que se calla. La reconozco también, porque la lectora que soy es exigente, no se da por satisfecha con que le cuenten una buena historia, ni siquiera con que le cuenten una buena historia bien contada. Para esa lectora, la narrativa de ficción —y eso no aplica a la crónica, biografía, reportaje ni ensayo didáctico— la narrativa de ficción existe cuando logra algo más que mostrar, dar cuenta de la realidad, denunciar o explicarla. ¿Qué más? Conmoción, identificación, asombro... No es fácil definirlo. Tampoco es fácil lograrlo. Especialmente no lo es en el camino que ha escogido Héctor Torres con la constancia que lo caracteriza. Porque nuestro autor no se facilita el trabajo amparado en una historia excepcional; su narrativa de ficción, con pocas excepciones, está profundamente anclada en nuestra mediocre realidad. Las calles figuran con su nombre, el paisaje urbano lo reconoce cualquiera, los personajes podrían ser tus vecinos o transeúntes de tu calle y las historias, las que comenta la gente que está justo detrás de ti en la cola de alguna taquilla o dos muchachas cuchicheando en un transporte público. Gente reconocible, gente que no son héroes ni villanos. Aun cuando llegan a situaciones extremas (fuera de algunas excepciones, debo decir), los protagonistas de Héctor no asesinan a nadie ni se suicidan, ni siquiera se mueren al final para facilitarle la vida al autor a la hora de cerrar el cuento. El suyo es otro reto. Precisamente ese de meterse con gente común en situaciones cotidianas, en la ciudad que conocemos y lograr por medio de pura narrativa el paso difícil hacia la profundidad del asombro que sólo alcanza la buena literatura. Yo que tengo poca experiencia en la crítica literaria, sólo puedo hablar aquí como lectora. Una lectora devota y agradecida por este regalo: El regalo de Pandora. ¿Qué es lo que logra ese interés, esas ganas de seguir leyendo sin soltar el libro aunque se haya terminado un cuento y se esté por comenzar otro? Lo que destaca de inmediato al culminar la lectura es la gran coherencia del conjunto. No pretende ser una novela fragmentaria, está compuesto por cuentos definitivamente autónomos y se siente de alguna manera que han sido escritos en distintas épocas, sin embargo, todos giran alrededor de los mismos ejes temáticos: las mujeres, los hombres y la vida. Protagonistas y antagonistas, en lucha, en equilibrio, en desencuentro y en esos raros momentos de encuentro que de pronto salpican el texto de felicidad: siempre breve, evocada desde la nostalgia. Se puede decir que los grandes protagonistas temáticos y situacionales de la narrativa de Héctor son constantes: la mujer y la ciudad. Pero eso sólo no explica esas ganas de leer y seguir leyendo. El primer mecanismo de atracción proviene, en mi opinión, de una profunda exploración de la tensión (la que es no solamente narrativa sino vital y tan vieja como la humanidad misma) que viene de la polarización del mundo entre lo masculino y lo femenino, de la visión del Otro, de lo que los hombres y las mujeres piensan, esperan, sueñan o sufren unos por culpa de otros. Hombres y mujeres somos iguales, al menos debemos serlo de manera legal, social, ideal: iguales, pero (todavía) no idénticos. En El regalo de Pandora la diferencia existe y genera tensión. Como lo expresa uno de los protagonistas a quien ni siquiera le gusta la chica que tiene casualmente al lado: “Y bruscamente, a pesar de verse gordita tras unos jeans holgados, todo lo que la hacía diferente de mí comenzó a gritar a través de sus texturas, sus fragancias desde el resguardado centro de su ropa íntima”. No importa qué tan viejo, obvio y conocido sea el tema, no importa el volumen de textos que se han escrito sobre él, la polarización entre lo masculino y lo femenino genera tensión y genera misterio cuando el texto está impregnado de esa maestría narrativa, de esa visión profunda y rica en matices que Héctor ya nos ha regalado en La huella del bisonte. ¿Se trata de literatura erótica? Sin duda, sí. La sutil maraña de deseo que se genera desde la polarización y la incógnita, es siempre erótica. Ni siquiera importa si la parte sexual está explícita o latente (el autor domina a perfección ambas modalidades). Incluso me aventuro a decir que el erotismo es a menudo más fuerte cuando permanece latente, y es realmente digno de subrayar que un escritor hombre lo haya comprendido tan bien. Lejos de complacerse en estereotipos de orden puramente corporal, estos relatos exploran los sutiles matices de equilibrio y dominación del erotismo auténtico. En este punto tengo que felicitar a Héctor, como lectora y sobre todo como mujer, por la manera en que explora lo que somos y lo que sentimos las mujeres, muy poco común e incluso sorprendente en el medio de tanta literatura típicamente masculina que una lee a menudo. Tal vez afirmo eso por haber leído demasiadas veces unas escenas en las que el protagonista se topa, pongamos que en un bar, con una belleza toda muslos, caderas y pechos, complaciente y hambrienta de sexo inmediato: una suerte de sueño masculino que ojalá se haya cumplido alguna vez para esos escritores, pero con el que a nosotras, las lectoras comunes (que no experimentamos a menudo esos deseos incontenibles de chuparle el pene a un desconocido) generalmente nos cuesta un poco identificarnos. Nada de esto ocurre en la narrativa de Héctor Torres. Su sensibilidad con el universo femenino es asombrosa (mucho se ha dicho al respecto, especialmente después de su novela, en la que se había aventurado por un terreno sicológicamente tan arriesgado como la mente de muchachas adolescentes). Lo suyo es la búsqueda de un equilibrio: otro de los mecanismos muy poderosos que mueven esos cuentos. El narrador del cuento “El alimento de los mirmidones” define de ese modo la escena previa a la seducción: Mantuvimos una conversación extraña, entre cercana y esquiva, como si nadie quisiera mostrar de su vida nada que pudiese espantar al otro. O como si temiéramos que una imprudencia llegara en cualquier momento a romper el fino equilibrio de nuestros misterios. El equilibrio aparece también unido al tema del trío (¿y qué mesa más estable que la de tres patas?). Por ejemplo en el relato “No le contó nada a Andrea” el trío se forma entre colegas de trabajo en una oficina casi surrealista de redacción dirigida por un jefe inculto y pichirre. Las dos muchachas viven y trabajan juntas; y, a pesar de que sólo una tiene novio, su relación se basa en unas reglas de oro inamovibles, que ningún hombre debería perturbar. La tercera pata de la mesa es ese colega de la oficina que actúa de observador, diríase imparcial, ayudado por la presencia invisible de su mujer, cuyo peso sin embargo se hace sentir. Me pregunto cómo Héctor ha logrado adentrarse y salir ileso de ese terreno tan delicado, tan complejo, como lo es una relación entre amigas que comparten su cotidianidad. Este cuento despertó en mí ecos precisos de la convivencia que tuve con dos amigas durante el principio de los estudios: el equilibrio interno de nuestro trío de muchachas, la definición de reglas de conducta frente al dulce enemigo que eran los hombres como género y algunos de ellos en particular. El equilibrio de los triángulos, explosivo, en el caso del cuento mencionado. Dos mujeres y el novio de una de ellas. Dos mujeres y un amigo común. También en el cuento “Marlenys nunca se sueña en Caracas” aparece otro trío de equilibrio explosivo: dos lesbianas adolescentes secretamente atraídas por el mismo hombre. En la literatura de Héctor Torres hay una gran atención a lo femenino pero las mujeres de sus relatos son en primer lugar seres humanos, presentadas con todas sus sutilezas y con todo su misterio. Las hay tímidas y atrevidas, hay niñas que sueñan con ser devoradas por un tigre y muchachas de una pragmática dulzura, hay una enviada de Satán y hasta la verdaderamente diabólica cuaima del último relato que logra llevar a un hombre a cometer un crimen. Hay asombro. Hay tributo y homenaje. En la guerra de dominación, en la materia de equilibrio, la mayoría de las veces, el hombre está en desventaja, vencido de antemano: me refiero a ese hombre-narrador, el que observa, admira y desea. Infelizmente no son así los arrogantes y herméticos personajes con los que sueñan las narradoras mujeres. Dice una de ellas: “No sé por qué, pero ese estilo sobrado, arrogante, me vuelve loca. Me parece viril”. “¿Ya he hablado acerca de la felicidad y los autobuses?”, se pregunta uno de los protagonistas. “¿Afirmé que siempre me dejan?”. Porque el tercer mecanismo que crea tensión narrativa es el del desencuentro, permanente o inevitable, el que acentúa precisamente lo excepcional que es el estado de felicidad cuando se asoma, inestable y frágil, casi siempre desde la nostalgia. La felicidad más perfecta la logra —fugazmente— el narrador del cuento “Las miles de gotas que salen de una regadera”, un fracasado convencido, que ni siquiera se da cuenta de que su amada es una “loquita” inestable. En lo demás el desencuentro reina. El recurso narrativo que emplea Héctor para transmitirlo es muy eficaz: en una alternancia de voces entre hombres y mujeres, las mismas situaciones se ven enfocadas desde la conciencia de diferentes protagonistas. Quién no quisiera introducirse en la mente de esa hermosa muchacha en ropas menores que te sonríe en la puerta del ascensor, en “¿De verdad quieres que te diga?”, o de esas dos amigas que comparten un universo cerrado, con reglas propias, en “No le contó nada a Andrea”. Ese concierto de voces que se elevan desde el valle de la incomprensión mutual llega a niveles inusitados en el cuento “Dioses de breve estancia” (otro finalista del concurso de Sacven), en el que el narrador se encarga de interpretarlas a todas, expresando con una singular tristeza la insatisfacción general de la gente con el sexo, la enorme brecha que existe entre la mediocridad del placer de los actos sexuales reales y la leyenda social que nos venden los medios, la publicidad y los fabricantes de productos de belleza. ¿He mencionado que la mayoría de las narraciones se hacen desde una carencia? Carencia de amor, de afecto, de comprensión, de familia, de palabras, al fin, que ni siquiera se conocen... Marlenys, la que nunca se sueña en Caracas, “se defraudó al saber que su papá carecía de algo que se llamaba temple. Y aunque ella no conocía esa palabra, sí padecía su sonora ausencia”. Mi experiencia personal fue muy fuerte con ese último cuento. La primera impresión de un cierto desagrado o rechazo de otra historia de delincuentes juveniles que no pude reprimir al principio. No hay nada en este cuento que no conozcamos de memoria, que no hayamos leído muchas veces o visto en la televisión; y tanta información anónima endurece el corazón. Sin embargo, esa narrativa me hizo llorar cuando llegué al final, y todavía se me atraviesa una pelota en la garganta con la imagen de esa niña, al fin, pobre niña mal disfrazada de muchacho con su gorrita y franela ancha, porque el asco infinito de un constante abuso infantil y las voces de otras mujeres la han hecho pareja de otra muchachita, una lesbianita falsa o verdadera, embelesada sin embargo con el único personaje masculino que parecía brindarle cariño, respeto, comprensión... Tan sólo parecía. No hay muchos milagros en este libro. Pero tampoco es otro cuento sobre lo mismo. Léanlo y verán. Aquí el sexo ya no es sutil ni es un juego. Es un instrumento de tortura o de sobrevivencia. Ese cuento y “Melodía desencadenada” están escritos en una nota que parece diferente de los demás. Contienen más violencia y desespero y un dolor sin remedio ni escape posible. Creo que son los más recientes en el conjunto. En el último, tenemos a otro protagonista fracasado: un famoso beisbolista degradado a vigilante nocturno de una gasolinera. Su mujer, la tal Maribel, ni siquiera aparece en el relato: sólo el recuerdo de su lengua de víbora, de sus insultos y recriminaciones, logra empujarlo al crimen. He dicho que es un conjunto muy bien cohesionado alrededor de unos ejes temáticos claros. Pero no es un conjunto estático. Dentro de esa constancia hay una gran variedad entre los cuentos, entre los y las protagonistas, entre las voces narrativas y la manera en que intervienen en cada relato. También hay una progresión en la intensidad trágica. Una escalada desde los desencantos y decepciones amorosas de los primeros —esos conflictos sutiles, que sólo el ojo de un observador atento detectaría en la maraña del acontecer cotidiano— hasta la explosión de la violencia que literalmente descoloca al lector en los últimos de la serie. La tensión entre los sexos nunca es inocente. Conlleva toda la gama de las formas en que la vida nos destruye y nos destruimos los unos a los otros: pérdida, carencia, tristeza, desencanto, lucidez de la soledad, asco, dolor, abuso y crimen. Pero: ¿Ya he dicho que en los cuentos de Héctor, así como en su novela, la tristeza y el desencanto están siempre matizados con una tenue capa de humor? ¿He dicho que ese humor no es ironía, que no crea distancia ni nos aleja de sus personajes? Más bien al revés: brota de una singular ternura, con una comprensión de esos seres, y de la compasión humana que se teje en torno a ellos. ¿Ya he hablado de la manera en que el espacio (mayormente el de la ciudad de Caracas) impregna el ambiente? No, no les he hablado de esto, no me basta el tiempo. Confío en que ustedes conocen la maestría de Héctor en ese campo desde La huella del bisonte y no los defraudará en El regalo de Pandora. ¿He mencionado que la narrativa es muy buena, mezclando sabiamente la oralidad del habla directo con la poesía de las descripciones, manejando con sutileza el dúo de voces del narrador y cualquiera de sus personajes de modo que ambas se funden sin que nos demos cuenta de ello? ¿Ya les he hablado del misterio que existe en cada uno de esos relatos? El misterio en los ojos velados del barman Cornelius en esa variación libre sobre el tema de “El alma” de Julio Garmendia que es “Ese que llaman Cervantes”. El misterio de leer el mapa de la vida de una muchacha en la quemadura de su empeine. El misterio de bajarse del transporte público en una parada desconocida o de recibir la dirección de una mujer mal garabateada en un papelito, comprensible a medias, como un mensaje en una botella. Tantas cosas podría decir,...pero ya he hablado demasiado. Sólo me queda agradecer a Héctor por el privilegio de presentar El regalo de Pandora y a ustedes por su paciencia, y reiterar que recomiendo plenamente la lectura de este hermoso libro que enriquece nuestro patrimonio nacional de cuentos. ** Krina Ber Escritora polaco-venezolana (Polonia, 1948). Es arquitecto de la École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL, http://www.epfl.ch), de Lausanne (Suiza), revalidada por la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve). Creció en Israel, estudió en Suiza y se casó en Portugal antes de radicarse, en 1975, en Caracas, donde fundó junto con su esposo una compañía de arquitectura especializada en estructuras espaciales y diseño industrial. Comenzó a escribir en español en el año 2000, en el taller de narrativa de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab, http://www.ucab.edu.ve), dirigido por el escritor venezolano Eduardo Liendo. También tomó talleres en el Instituto de Creatividad y Comunicación (Icrea, http://www.icrea.org.ve) y en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.gob.ve), con Eloi Yagüe, en 2003. Obtiene una maestría en literatura comparada en la UCV en 2007. Ganadora de una mención especial del 56º Concurso de Cuentos del diario El Nacional (http://www.el-nacional.com; 2001); finalista del III Concurso Nacional de Cuentos de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (Sacven, http://www.sacven.org; 2002); Premio Monte Ávila Editores (http://www.monteavila.gob.ve) para Obras de Autores Inéditos, mención narrativa, por su libro Cuentos con agujeros, publicado por esa casa editorial en 2004, y ganadora de la XI Bienal Literaria “Daniel Mendoza” del Ateneo de Calabozo, mención narrativa (2005). Su cuento “Experta en extravíos” fue incluido en la antología De la urbe para el orbe, nueva narrativa urbana (Alfadil, http://www.editorial-alfa.com; 2006). Su relato “Amor” ganó el Concurso Anual de Cuentos de El Nacional en 2007. === Noosfera decisiva Rafael Pérez Ortolá ============================ La sustancia de cada ser humano es de un dinamismo permanente. Enseguida se impone una distinción importante para el discernimiento de dos formas de dinámica; de no hacerlo, nos enredaremos fácilmente en una confusión desde la partida. Se trata del movimiento físico y del flujo intelectual; ambas formas, no disponen en la vida del reposo total. Un tembleque permanente tiene muy poco en común con la evolución de los pensamientos. Una contractura muscular o una idea, progresan cada una a su manera, se desenvuelven por separado. Dichas dinámicas vienen marcadas por una enorme cantidad de conexiones entre los diferentes individuos, pero también con el acceso simultáneo de factores externos, sobre todo procedentes de los ambientes potentes. Aumenta la tendencia a relacionarlo todo con una retícula, en cuyos núcleos se fragua la realidad de cada humano (actor-red, actores en esa red). Se reciben conexiones influyentes desde notables distancias y con características heterogéneas. En cada nudo confluyen varios hilos, pero ese “yo” en particular es único, insustituible, pese al conjunto de tantas influencias; allí surgen pensamientos y expresiones con afán de autonomía. Queda por deslindar la potencia de cada contacto y la fuerza originada en cada núcleo. La contrapartida también se desarrolla, las ideas emergen desde cada persona, para diseminarse por la red; pasan a involucrarse en el acervo común de las comunicaciones, directamente con palabras, a base de gestos o reflejadas en actuaciones concretas. El lenguaje empleado no siempre es verbal. Cual efecto mariposa, del sencillo aleteo a las potenciales consecuencias desastrosas; las señales emitidas por el intelecto de cada persona, se enlazan con el conjunto de ellas ya circulantes por la red. Conforman una especie de atmósfera envolvente, cargada de matices derivados de las más diversas procedencias. Me parece la mejor interpretación de la NOOSFERA; es la acuñada por Teilhard de Chardin, sería como un remanente dinámico de cuantos impulsos del intelecto se liberaron en ese conglomerado. Desde allí se percibirán nuevas sensaciones, en unos intercambios fluidos, que permiten la continuidad del sentir humano. Un fondo tan directamente relacionado con las personas, permanece expuesto a las orientaciones más controvertidas; con el riesgo de un descalabro progresivo en cuanto a su contenido, pero también con la vertiente prometedora inclinada hacia los influjos satisfactorios. El cultivo de semejantes circunstancias se transforma en una de las delicadas funciones en la que estaremos implicados, lo queramos o no. ¿Cuál será nuestra inclinación? Ese fondo común de las mentes, al que me refiero hoy, es un acompañante asiduo; transmite y recoge los mensajes desde muy diferentes características. Quizá no aprendamos nunca que la chispa del “yo” tan cacareado, sólo refulge con la adaptación y conexión a su realidad, que permanece inmersa en unas profundidades alejadas de su dominio; es el sino de una adaptación inacabada. Otra versión similar, pero contrapuesta, surge de la tan manida “colectividad”; sin la chispa mencionada del factor individual, sin las personas concretas, pierde su pretendido sentido. Por ello, sin la presunción de unos conocimientos de los que no disponemos, el chispazo personal deriva por unos derroteros determinados, y lo hace con una cierta capacidad de maniobra, con una cierta autonomía. Lo podemos ver reflejado en cuatro actitudes habituales: 1. La que tergiversa las esencias humanas, agrava los enfrentamientos diarios y, de forma perversa, vacía de respuestas constructivas a la noosfera. ¿Cómo van a ser inteligentes si se desvían de sus esencias?. 2. Con la aplicación suficiente, se puede ser creativo, para una superación de las contradicciones. 3. También es posible el recurso a la banalización, a la mera frivolidad inconsecuente y sin fondo. 4. Queda la posición pasiva de quienes se limitan al archivo de las sucesivas actitudes de la vida, con muy poca implicación por su parte en el desarrollo de las mismas. Disyuntivas cruciales La toma en consideración de la noosfera englobará un complejo entramado de conceptos y matices; ahora bien, de una manera incompleta, dada la imposibilidad del acceso al contenido en su totalidad. Nadie podrá alardear de su dominio, esa es su grandeza, no se deja raptar, ni tampoco utilizar, por los poderosos. Por otra parte, en ella se introducen los diferentes mensajes intelectuales; una vez captados ya formarán parte del complejo dinámico espiritual. ¿En qué grado? Eso no podemos medirlo los humanos. En nuestros acercamientos a esos mundos subconscientes, aunque estemos sometidos a limitaciones, disponemos de una cierta autonomía, aunque alejada de las certezas, pero con capacidad de generar influencias. Siempre con determinados umbrales tan imprecisos como infranqueables. En cada intervención se nos plantean oportunidades, serán atractivas o repelentes según accionemos la palanca de las decisiones personales. A título descriptivo, veamos algunas de las disyuntivas: A. Exclusión/Inclusión. Con las tendencias que incluyen el reconocimiento de la pluralidad simultánea de conexiones, o bien quedarnos recluidos al máximo, aislados y disminuidos. Sobran ejemplos que ratifiquen la posibilidad de dicha elección. B. Participación/Marginación. Propia o ajena. Se trata de las aportaciones o no al conjunto; la voluntad o la fuerza puesta en ese empeño serán determinantes. Presencia o ausencia, se ejercen con una tenacidad existencial, o no se ejercen, claro está. C. Consciente/Subconsciente. Aunque siempre pensemos en el conocimiento reflexivo, mucho queda por calibrar de los componentes subyacentes. Se mezclan las intuiciones con los signos aparentes en esta tarea fascinante de difícil equilibrio. El desprecio hacia una de las dos secciones no parece consecuente. D. Determinismo/Autonomía. Según se mire. Hay días en los que pasa varias veces la apisonadora. Los hay más propicios a ofrecernos campos despejados para las iniciativas. La disposición personal realza o disminuye la propia capacidad de discernimiento. Tampoco se estilan en este ámbito los compartimentos cerrados, las zonas mixtas abundan. E. Respeto/Desdén. Vemos a las claras la insuficiencia del simple conocimiento de la presencia de múltiples nudos personales. Si los desdeñamos, tratamos de excluirlos; pero con el mal trato añadido de no haberlos considerado en su plenitud como personas. El respeto, en cambio, se inclina por la aceptación cualitativa de los demás. F. Palabras/Sentido. Han sido numerosos los poetas que abogaron por la recuperación del sentido prístino de las palabras. Es verdad que podemos emplearlas maliciando su significado; de esa guisa contribuiríamos a la incomunicación, al despropósito viviente. Por eso es importante la opción que elijamos, sus influencias se perciben con nitidez, y con lamentos por las tendencias al uso. G. Disgregación/Comunión. La primera representa una fuerte propensión a los abusos y la segunda a la colaboración comunitaria. No obstante, hay aspectos de las personas que requieren un trato por separado y la exageración comunitaria resulta frustrante. Sin duda, la presentación de disyuntivas existenciales no cesará, entre aquellas retículas entrelazadas, las variables se disparan hacia el infinito. La amplitud del fenómeno no es óbice para el afrontamiento personal de la situación. No solamente se facilitan las muy diversas posibilidades, uno no puede permanecer al margen, el jaleo circula también por dentro de cada intelecto, es ineludible. La red externa contacta con la red ubicada en el interior de cada cerebro. Quizá pueda resumir el reto con el siguiente soneto: Seres conectados Con los males tropiezo estupefacto, debido a su tozudez me resiento; pero esa carga estimula mi aliento, motivo por el que persigo un pacto, es la forma de construir un gran arco tenso, que parta desde el sentimiento fiel para frenar el sufrimiento. Esa misión exige tino y tacto. Hacia ese fondo común de las mentes echaremos las semillas prudentes para estímulo de impulsos latentes. Tarea genial para todas las gentes, enturbiada por duendes displicentes, pero activada con fuerzas crecientes. ** Rafael Pérez Ortolá rafapzo@wanadoo.es Médico español (Pego, Alicante, 1945). Reside en Vitoria, Álava. Es autor de Álava. Geometría sentimental itinerante. Ha publicado artículos en La Vanguardia Digital, El Inconformista Digital, Bierzo Noticias, Deia y Noticias Médicas. === Margarita Infanta, de Francisco Suniaga Dulce María Ramos Ramos == Francisco Suniaga (1954) es un escritor venezolano que irrumpió en el mundo literario en el año 2005, recibiendo no sólo excelentes críticas sino también convirtiéndose en un gran éxito editorial. Margarita Infanta representa el primer ejercicio literario que realizó Suniaga antes de escribir La otra isla (2005) y El pasajero de Truman (2010), y que en el año 2010 fue publicado por Random House Mondadori. En esta obra Suniaga relata, a través de breves crónicas, una isla de Margarita que ya no existe, unos personajes que yacen en el olvido pero que para el autor aún viven presentes en su memoria: “Cuando pienso en mi ciudad, no evoco a La Asunción sino a mi infancia”. Las primeras películas en el cine de Félix Silva, la hermosa trapecista del circo de Zamudio Hermanos, las clases de catecismo con el padre Agustín, los días de escuela con el maestro Fiel Malaver, los caramelos del abasto de Brígido o el vampiro de Cumaná que llegó en ferry a Margarita, son sólo algunas historias que cautivarán a aquellos lectores que vivieron esa época llena de cosas sencillas, sin el bombardeo de los medios de comunicación; también su lectura resulta ideal para los jóvenes, ya que los invitará a recrear ese mundo que parece perderse en el viejo imaginario colectivo. Sencillamente en Margarita Infanta, Suniaga logra retratar su infancia hasta la llegada de su inevitable fenecer, aquel agosto de 1967 en la ciudad de Caracas: “Estuve en Caracas durante unas tres semanas y mi aproximación a ella fue como la del adolescente que debuta con una meretriz veterana y comprensiva”. ** Dulce María Ramos Ramos dumara2004@hotmail.com Escritora venezolana (Caracas). Licenciada en letras por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab, http://www.ucab.edu.ve) y candidata a magister en comunicación social por la misma casa de estudios. En los últimos años ha sido docente en universidades como la Ucab, la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve) y la Universidad Metropolitana (Unimet, http://www.unimet.edu.ve), entre otras. Ha publicado reseñas literarias en la revista digital Papel Literario (http://www.darrax.es/papel-literario), de España. Participó en la V Semana de la Nueva Narrativa Urbana, celebrada en Caracas del 17 al 22 de mayo de 2010. Mantiene los blogs Crónicas de una mujer solterísima en Caracas (http://cronicasdeunamujersolterisimaenccs.blogspot.com) y Literata Pop (http://literatapop.blogspot.com). === Una lectura cinéfila de Las palabras y los días, ====================== === de Julio Serrano Echeverría Tania Hernández ====================== Desde que iniciamos la lectura del poemario Las palabras y los días, es decir, durante ese primer acercamiento emocional con el cual los lectores solemos aproximarnos a un texto literario, intuimos que hay algo más detrás del simple significado de las palabras. Los distintos formatos utilizados en el texto llaman mucho la atención. Sin embargo, no resulta una tarea fácil dar con los misterios que pudieran estar ocultos entre las líneas de los poemas. El autor comparte con nosotros un fragmento de su Piedra de Rosetta: “Escribir en cursivas porque son las palabras desde fuera, como el pez frente al espejo que cree que el hermoso contrincante que observa viene a matarle Temo a las máquinas que llenan el vacío, las máquinas que me observan desde las esquinas Volver a la música”. Sin embargo esta explicación no es aplicable a todas las cursivas, las palabras tachadas, los distintos tonos de gris y todos los demás formatos utilizados. La piedra decodificadora, si es que la hay, debe ser reconstruida por el lector mismo. Mi lado informático fue el primero que respondió al llamado de mi curiosidad, y se dedicó a buscar, por un tiempo, el algoritmo correspondiente a aquél que el autor hubiera podido utilizar para codificar parte de la semántica poética de este libro. No lo encontró. La revelación llegó por mi lado cinéfilo y gracias a la visita a una exposición del pintor puntillista George Seurat. Viendo un documental sobre los inicios del color en el cine y observando los cuadros de Seurat, aprendí que una de las estrategias para el uso del color consiste en que éste no se usa como valor absoluto, sino que toma ciertas características según el contexto en que se sitúe. Los colores no se mezclan sino que se ponen uno al lado del otro, trasladando el efecto del punto a la imagen. El mismo tono de amarillo al lado de un naranja no tiene la misma intensidad o la misma profundidad que daría al lado de un azul, por ejemplo. A partir de esa revelación decidí intentar una lectura cinéfila que me llevara a una nueva lectura del primer libro de Serrano Echeverría. Del blanco y negro al color Como dijimos, el autor utiliza varios tipos de letras (“fonts” en el lenguaje de computación) para darle distintas dimensiones a los elementos que conforman sus poemas. (Ver imagen en http://www.letralia.com/250/articulo05.htm) Sus “efectos especiales” están realizados en itálicas, negritas, tachones, distintos matices de gris y diversas tipografías, entre otros. Si lo vemos desde el punto de vista del programa editor en la computadora, todos estos formatos son iguales, no hay una jerarquía intrínseca en ellos. No es sino en el contexto, lo tachado a la par de las negritas, la combinación de itálicas con el gris, que van tomando un sentido, y hasta una jerarquía que le da forma, color y profundidad al texto. Este sentido (color) se forma, como en el caso del puntillismo, no sobre la paleta ni en el papel, sino en la mente del lector, quien le da una interpretación individual, no dictada por el autor. De esta forma, algunos han querido ver en los tachones un recurso para dejar registro de los cambios que el autor va haciendo en el texto al escribir, y en los espacios, una forma de silencio visual o una estética del vacío. Yo propongo una mirada diferente. No ver esta gramática, de formas y colores, como la de un lenguaje libre de contexto, sino al contrario, pensar que cada tipografía no posee un sentido por sí misma, sino que debe situarse dentro del contexto para darle el significado al poema completo, que, a través de ello, no nos parecerá en blanco y negro sino a color y en 3D. Ir aun más allá, tomando el conjunto de forma y contenido como uno solo, y no separarlo en entes individuales. En el poema citado, por ejemplo, tenemos, no sólo la combinación de las tipografías, sino también una relación contenido-forma. Un tipo de letra asociado a una máquina de escribir tradicional, unido a las frases “el intento de escribir” y “el sonido de las teclas”, nos revelan una relación estrecha entre imagen, texto y contexto, propios del cine. Vemos la máquina, escuchamos el sonido de las teclas, no sólo porque el poeta nos lo dice con palabras sino porque lo sentimos a través de la visualización de esas mismas palabras, hechas imagen a través de la utilización de una tipografía especial. Un poema hecho imagen de palabras. Dirección, planos y movimiento de cámara Aquél que ha leído un guión cinematográfico, identificará en el poema que incluyo a continuación una serie descripciones propias del guión. (Ver imagen en http://www.letralia.com/250/articulo05.htm) En este ejemplo concreto, podemos imaginar varios movimientos de cámara, primero enfocando el televisor, para luego pasar a filmar al hombre en su habitación, penetrando, finalmente, de nuevo en la pantalla. Tenemos así dos planos paralelos: en uno, un hombre viendo una película, y en el otro, dos personas en la pantalla, un recurso cinematográfico llamado “película dentro de la película”. Ambos planos le dan sentido a la historia a través de un proceso interactivo. La “película dentro de la película” tiene su propio movimiento de cámara, la cual está definida en dos tiempos, pasado y presente: “filmaba desde un poste de luz” y “ahora filma desde el suelo”. La cámara en su habitación va de un plano medio, en el que filma la habitación con el hombre en el centro, para luego hacer un acercamiento a los ojos, en los que se refleja la pantalla. Hay una transición de imágenes de los ojos a la pantalla, transportándonos así de un plano a otro (fundido encadenado o disolvencia —en lenguaje cinematográfico). La última frase “pasos de inmensa soledad”, siendo una emoción que interpreta los sucesos, interseca los dos niveles: pantalla y hombre, con un tercero: el lector. Estos movimientos de cámara pueden encontrarse en varios poemas más. Las distintas tipografías, aunadas a la utilización del paréntesis, definen aquí los límites de los distintos niveles de narración. Soundtrack La utilización de la banda sonora en el cine es uno de los elementos más importantes para añadirle a una escena coordenadas emocionales, geográficas, históricas, etc. En algunas ocasiones el soundtrack está constituido por canciones o melodías prestadas de otros contextos, las cuales son redimensionadas en la película, como es el caso de “Aquellos ojos verdes” en In the mood for love, de Wang Kar-Wai, o “Mrs. Robinson” en Robert Zimmermann Is Tangled Up in Love, de Leander Haussman. Este es también el caso de las referencias que hace Serrano Echeverría en este poemario. Las citas de otros autores son tomadas a manera de soundtrack, para proporcionarles elementos de reconocimiento a lo conocido, como en el caso de los textos de Charly García, Fito Páez, Jim Morrison o Soda Stéreo, músicos conocidos y apreciados en Guatemala y demás países hispanohablantes. O de algo tal vez menos conocido para el lector, como podrían ser los poemas de Jaime Gil de Biedma o Matsuo Basho. (Ver imagen en http://www.letralia.com/250/articulo05.htm) Imaginemos, por ejemplo, que estamos en el cine, viendo esta escena de viento e invierno, mientras suena de fondo la canción “Asesíname”, de Charly García. La experiencia, entonces, es distinta a aquella que nos brindaría el poema al desnudo, sin música de fondo. La cita, el elemento extraño, deja de ser extranjera para incorporarse al todo, proporcionando, no sólo una intertextualidad con otras fuentes, sino que se lo apropia, le da un nuevo contexto y un nuevo significado dentro de un nuevo ambiente lírico. Aquí de nuevo el paréntesis sirve para separar niveles, y como instrucción de dirección. 24 imágenes por segundo El movimiento en el cine es una ilusión. La emisión de veinticuatro imágenes por segundo hace que nuestra mente cree un movimiento continuo a partir de algo que no lo es, ya que se trata “solamente” de una serie de imágenes estáticas, transmitidas una detrás de la otra. La continuidad, como el color, se forma en el cerebro, el cual llena los espacios entre una y otra imagen, unificándolo en un todo completo. Si bien aquí no tenemos veinticuatro poemas individuales, tenemos palabras, días y meses, que, siendo momentos independientes, forman un todo y nos dan la sensación de continuidad, de estar leyendo una sola historia. (Ver imagen en http://www.letralia.com/250/articulo05.htm) Además, encontramos dentro del texto espacios vacíos, que representan aquello que no está, pero que nuestra mente llena con significado propio. No estamos seguros si los espacios fueron alguna vez palabras que, a través de darles un color blanco, ya no son visibles, o si siempre estuvieron vacíos (¿qué partes de la película fueron filmadas y cortadas al final?). Luego del “montaje” realizado por el poeta/director/cutter, los fragmentos que sí quedan visibles, separados por los espacios, se transforman en planos que forman una escena (el poema), conformando secuencias (“las palabras”, “los días”), constituyendo el conjunto final, que es la película completa (el poemario). Introducción, nudo y desenlace Encontramos aquí también, de alguna manera, la estructura clásica narrativa cinematográfica: el poema “palabras” (véase arriba) funge a manera de introducción, las palabras, los días y los meses como nudo, y el desenlace sería el poema “Últimas”. El “tema final”, la canción que comenta la “película” que acabamos de ver, está constituido por las palabras de Barthes, que nos niegan toda la ilusión de estructura que creímos intuir en el poemario: “Ninguna lógica liga las figuras ni determina su contigüidad: las figuras están fuera de todo sintagma, fuera de todo relato”. Finalmente en los créditos, el autor nos revela el origen de la banda sonora, o como Serrano Echeverría les dice, de las “palabras prestadas”. Todo es una ilusión, una construcción La cita de Barthes, unida a una de las “palabras prestadas”: “Todo es una ilusión, una construcción, pero duele”, tomada de la película Reconstrucción, de Christoffer Boe, nos revelan el juego de ilusiones que comparte el cine con este poemario. Todo análisis, gramatical, semántico o sintáctico, que podemos hacer de este poemario, es sólo resultado de una interpretación propia, del proceso de llenar los espacios, mezclar los colores, unir lo conocido con lo nuevo. Es una construcción que hace nuestro cerebro a partir de una propuesta ambigua del autor, y, sin embargo, por más que estemos conscientes del juego, no podemos salvarnos de la emoción, esa emoción de las palabras y las imágenes, contándonos historias de amor y desamor, que, “sin embargo, nos duelen”. Fuentes: • Las palabras y los días. Julio SERRANO ECHEVERRÍA. Ministerio de Cultura y Deportes. Editorial Cultural. Guatemala, 2006. • Filme sehen lernen. Rüdiger STEINMETZ. Editorial Zweitausendeins. Alemania, 2008. • Exposición “Georges Seurat. Figur im Raum”, del 4 de febrero al 9 de mayo de 2010 en el museo Shirn de Frankfurt, Alemania. • Reconstrucción. Christoffer BOE. DVD. 2003 • “Ausencia + radicalidad textual en Las palabras y los días, de Julio Serrano”. Alan MILLS. http://bit.ly/dOYL9Q • “Registro de una crisis”. Marta SANDOVAL. ElPeriódico. 19 de junio de 2007. http://www.elperiodico.com.gt/es/20060719/14/29903/ ** Tania Hernández tania.hernandez@gmail.com Informática guatemalteca (1968). Ingeniera en sistemas de la Universidad de San Carlos de Guatemala (http://www.usac.edu.gt; 1995), con maestría en informática y literatura latinoamericana en la Goethe Universität Frankfurt (http://www.uni-frankfurt.de; 2001). Autora del blog de cine CineSobreTodo (http://cinesobretodo.blogspot.com). Ha publicado cuentos en revistas y páginas en línea como tpa (http://www.teprometoanarquia.com), Grupo de Mujeres Ixchel (http://grupodemujeresixchel.blogspot.com) o Martesadas (http://martesadas.blogspot.com), así como en las antologías Brevísimos dinosaurios (http://bit.ly/ghua3h; 2009) y Lunesadas (http://bit.ly/e5lnW0; 2010). === Después del mar Ricardo Martínez-Conde =========================== La dirección de mis sueños diría: Betanzos. John Berger. A Betanzos se le distingue enseguida desde lejos. Está allí, al fondo, agarrada a la cima de ese montículo a cuyos pies discurren dos ríos, tal como podría ser el lugar fantástico de una leyenda muy antigua donde el paisaje también es protagonista. Quizá por esta razón, porque esta villa, dada su ubicación geográfica, sigue trayéndonos a la memoria aun hoy la imagen de un lugar de aventura y de transidos amores, es por lo que el viajero que les habla echa de menos un castillo. ¿Se imaginan?: desde la cima de los altos que rodean la ciudad ver, silencioso y ubicuo, el caserío apiñado, como cosido a la tierra, derramándose por la ladera hasta el río. En lo más alto de todo, firme, impresionante, el perfil del castillo almenado donde altivos guerreros estarían dispuestos a dar su vida por su defensa. (Con el perfil, arriba, de un castillo, Betanzos resultaría incluso más romántico, pues el marco que le rodea es, como diría nuestro señor Cunqueiro, “apropiado para los cantos de amor”). Hoy, sin embargo, la realidad nos dicta que la villa es una población modernizada dotada de toda clase de servicios y vías rápidas de comunicación. Pero sigue siendo, en su esencia, una villa histórica que tuvo sus épocas de esplendor, allá cuando los gremios mercantiles eran ricos y fuertes: así el de los labradores, de los mareantes o marineros, de los zapateros, de los sastres o alfayates, “que data de 1162, cuando Betanzos estaba emplazado en las alturas de Tiobre”. Se pueden distinguir en el enclave tradicional dos zonas bien definidas y a la vez íntimamente relacionadas entre sí: de un lado sus iglesias, de traza bellísima y sólida construcción en granito (de Santiago, de San Francisco, de Santa María do Azogue), y de otra sus calles pendientes, abalconadas y silentes, que bajan hasta la orilla de los ríos. Una parte de su sabor añejo lo guarda aún en numerosos recodos (rúa dos Plateiros, da Cañota, Praza do Campo, Arco da Ponte Vella, rúa das Monxas), y el olor a caldo que este viajero pudo percibir el día lluvioso en que la visitó no invalida el sentido antiguo del tiempo que discurre por sus calles, antes al contrario parece confirmarlo. Betanzos es un lugar poco predispuesto a favor del viajero automático y con prisas. Hay que ir allí con la predisposición de ir a perder, gozosamente, el tiempo; reposar la espalda en un banco de piedra y mirar: unas veces las balconadas de madera pintadas de vivos colores y cubiertas de flores, otras las largas galerías acristaladas, bien “afeitas” al clima. Escuchar el paso del tiempo a la vista del río. Comprar mercancía nueva en grandes tiendas viejas. Visitar las iglesias, dentro de las cuales uno ha encontrado, en más de una ocasión, el sentido de las cosas. Tomar una taza de vino al amparo de parroquianos que siguen convirtiendo el hábito de vivir en una lenta filosofía... Betanzos es un lugar todavía tranquilo y por ello proclive al paseante. Allí se va a oler, a escuchar, a pasear, a curiosear distraídamente a un rincón y otro. Es, esencialmente, una ciudad antigua que establece una relación persuasiva con el viajero. Y es que ella, en efecto, también mira: ¿cuántas de esas galerías, cuántos de esos balcones nos miran cuando paseamos las calles betanceiras? El hecho de que se llegue a la villa por distintos caminos supone ya una característica distintiva; así ocurría, en los asentamientos medievales, con las ciudades mercado, una característica muy propia y definitoria de muchos pueblos de Galicia: Caldas de Reis, Tui, A Estrada, Cambados... La ubicación suponía ya como una forma de ser; para el caso de Betanzos, como cabeza de comarca confluía hacia sí numerosos caminos por donde habían de acceder paisanos y productos que darían sentido y realce a su condición de mercado principal. El distintivo de tal condición de mercado lo corrobora el calificativo de una de sus iglesias, Santa María do Azogue, “en recuerdo del mercado o zoco que había a su pie en tiempos antiguos” (en las primeras décadas del siglo pasado se produjo, sin embargo, una circunstancia muy peculiar y simpática a propósito de este adjetivo: del Azogue. Alguien, leyendo literalmente, creyó que el hecho de titularse así quería decir que el montículo sobre el que se asienta la villa sería una rica mina de azogue, razón por la cual solicitó permiso para perforar la colina y, concedido éste, se pusieron picos a la obra practicando numerosas galerías hasta que las protestas de un rico-hombre que veía peligrar los sólidos cimientos de sus posesiones lo denunció. Eso y la constatación de que en aquel terreno no existía un solo gramo de mercurio, hizo desistir de su empresa, tan inútil como descabellada, a su promotor). La crónica de Betanzos está plagada de anécdotas curiosas, como el proyecto de aquel francés que proponía explotar las junqueras, a lo que el pueblo se opuso. Cabría preguntarse: ¿todos los atributos que posee la bella Betanzos —una de las siete ciudades emblemáticas del antiguo reino de Galicia— serían tan significados e importantes si no estuvieran en su paisaje, unidos a él, los ríos Mandeo y Mendo, que han sido a un tiempo sus vías de comunicación y su defensa? A buen seguro que no. Betanzos sin los ríos sería una ciudad más triste y envejecida: le faltaría ánimo, aventura para la imaginación. Hubo un tiempo en que el lugar tuvo su importancia portuaria y era abundante la pesca en sus proximidades; ahí están los litigios mantenidos con los puertos de Ferrol y A Coruña para no perder la condición de destino final de algunos productos. Es el paisaje de agua el que justifica la abundancia de los puentes que citan los cronistas: a Ponte Vella, a Ponte Nova, a Ponte do Carregal, a Ponte das Cascas... Los ríos, como ha dicho el poeta melancólico, “van a dar a la mar”, y la mar ha resultado caprichosa para con esta villa. Betanzos le dio nombre a la ría pero ésta, con femenina infidelidad, le dio la espalda un día. Las arenas de la mar habían ido ocupando el paisaje que antes había sido dominio de las aguas. Y de ellas nacieron los juncos y cañaverales, y de éstos la vista de pastizal que hoy distingue el entorno lacustre y fangoso de la salida a mar abierto. Es un paisaje llano y armonioso que contrasta vivamente con la visión orgullosa y erguida del caserío. ¿Habrá sido el poder mirar a la ría desde lo alto lo que llevó a los betanceiros (o garelos, que es otro nombre dialectal que ha servido para definirles) a celebrar la fiesta del patrón San Roque haciendo elevar hacia el cielo un enorme y frágil globo de papel, único y aéreo ejemplar de todas las celebraciones de Galicia? El globo de Betanzos, en efecto, forma ya parte de su pequeña mitología artesanal, lo mismo que el discurrir, río arriba, de las barcas cubiertas de toldo vegetal hasta el lugar de Os Caneiros: un lugar para la fiesta báquica en esta tierra báquica que nos acoge. Es de suponer que bajo la sombra de las espesas carballeiras y abedules, los festejantes comen y cantan y reposan como faunos que honran a la naturaleza con sus costumbres. Allí brindarán con el vino suave y delicado que engendran sus laderas circundantes, el mismo que “las naves que iban a América lo llevaban, y Felipe II llegó a estar en deuda por este concepto con el Ayuntamiento”. Razones hubo de tener, a buen seguro, el cardenal Jerónimo del Hoyo cuando, al describir la comarca de Betanzos, allá por el siglo XVII, comentó que “toda la tierra paresce un paraíso de flores y frutas”. Una visita obligada, pues, para todo viajero que aspire a conocer, de verdad, la vieja Galicia. ** Ricardo Martínez-Conde csbgfrf@cesga.es Escritor español (Sanxenxo, 1949). Cursó los estudios de filosofía y letras y el doctorado en la Universidad Complutense de Madrid (http://www.ucm.es). Textos suyos han aparecido en la Revista de Occidente, el Boletín Galego de Literatura y las revistas Clarín, Claves y Extramundi. Además ha sido colaborador en diversos periódicos. Ha publicado los poemarios en gallego Lento esvaece o tempo (Milladoiro, 1990), Orballo nas camelias (Sotelo Blanco, 1993), O silencio das árbores (Espiral Maior, 1995), A núa lentitude (Follas Novas, 2001) y Compostela, vella memoria (3C3, 2003); y, en castellano, Los argumentos de la tarde (A.G., 1991), Sombras del agua (Endymión, 1993), Evoë (Calambur, 1997) y Los días sin nombre (Calima, 2000, premio Benasque de Poesía). En prosa ha publicado, en gallego, Os simbolos de Galicia (Cª Cultura, 1993) y Debullar (Galaxia, 1998) y, en castellano, Cuentas del tiempo (Pre-textos, 1994), La figura del Rey según Quevedo (Una lectura de la "Política de Dios") Ed. Endymión-Mº Cultura, Madrid, 1996, Alusión al paisaje (Calima, 2002). Ha recibido diploma de honor en el Concurso Internacional de Relatos Breves "Jorge Luis Borges" (California, 1992) y el premio Reimóndez Portela de Xornalismo (A Estrada, 1997). === Proust y Joyce Andrés A. Ugueruaga =============================== En muchas ocasiones me pregunté hasta dónde la vida es contraria a la literatura, pero gracias a algún comentario de Andrés Rivera, supe de una opinión de Cesare Pavese: “La literatura moderna se escribe en primera persona”. Así, esta inquietud quedó atrás. Es verdad que este artículo podría haberse titulado “La génesis misma o la razón fundamental de la corriente de la conciencia”, por ejemplo, pero el cometido de este ensayo es el de expresar el origen de una idea demasiado trascendente en la literatura como para obviarla, pues rebasa a estos dos: fieles y prodigios expositores... Igualmente, desde el consenso actual, ambos se han ganado su lugar, profesaron algo único en el campo de la novela: la infinitud de la conciencia o, por decirlo de otra manera: la inexistencia de lo inconsciente. En lo respectivo a esta frase, sendos prefijos de estos sustantivos significan negar la negación. En los trabajos de los dos subyace la expansión de la conciencia, en negar la negación que, por regla lógica, resulta lo positivo, verdadero y real. Tal vez éstas son el rico fruto que sus obras producen aun hoy. Mi intuición me indica que la literatura de Joyce y Proust, en un sentido implícito y jamás declarado de modo manifiesto, y a partir de negar la negación, encuentra un lugar vacante en la historia de las letras. Dicha operación llevó a afirmar la existencia de algo tal vez más expreso y menos rebuscado que ese tópico inventado por el psicoanálisis: la mera vida interna aunque con una tendencia a ser, prácticamente, infinita: eso al menos, nos enseñan el Ulises y En busca del tiempo perdido. Para bien o para mal, Marcel Proust fue pariente político de Henri Bergson, ¿puede suponerse que la obra del autor de La evolución creadora haya influido en En busca del tiempo perdido? Claro que sí. Es más: una de las premisas filosóficas de su pensamiento era “que todo era susceptible de conciencia”. Lo que Joyce y Proust reproducen en sus novelas no es sino esa conciencia con un alcance superlativo, por no decir, infinita. La vida de los personajes surge siempre tan rica en detalles y tan puntillosamente narrada que uno cree estar leyendo vidas verdaderas y reales. La filosofía de Bergson posee mucha incidencia en todo esto, pues la literatura tanto de Proust como de Joyce es torrencial en el sentido de cada mínimo sentimiento figurado en sus respectivas obras, porque, ¿hasta qué punto son vivencias meramente pasadas? ¿Hasta qué punto deja de ser muchos recuerdos si se habla de una consciencia omnisciente, si después de todo, ésta se ríe del tiempo y de las categorías del tiempo? Lo cierto es que tal experiencia infinita se asemeja a lo que alguien dijo una vez: El individuo es una sucesión de individuos; ningún hombre es una isla sino un regimiento de consciencias recordándolo y mostrándolo todo; un fenómeno que aglomera el presente con el pasado, con solución de continuidad. La literatura a la que nos referimos nos recuerda a personajes que actúan desde la memoria y la palabra, desde un pasado: el soplo divino de cada accionar, desde la voz que si bien narra su presente, es movilizada por el pasado: desde allí podemos pensar —por ejemplo— que esa memoria es móvil, y llega hasta nosotros para actuar en el mundo; y por el contrario, podríamos pensar también que tal memoria es inactiva: nosotros somos parte de ella y vivimos en el sentido de Bergson, en el pasado. Pero además recordemos dos premisas de Walter Benjamin: “El ego es un texto: hay que descifrarlo” o bien: “El ego es un proyecto, hay que construirlo”, el tipo de literatura propuesta por ambos, parece sujeta a las superficies más profundas y laberínticas del yo, y a su vez, nos enseña de la Duración. Y como bien dice en Adolfo Vásquez Rocca en su Proust y Deleuze; los signos y el tiempo recobrado: El tiempo al que alude Proust es el tiempo vivido, con todas las digresiones y saltos del recuerdo, por lo que la novela alcanza una estructura laberíntica. El estilo de Proust se adapta perfectamente a la intención de la obra: también la prosa es morosa, prolija en detalles, profusa en sobre-interpretaciones y obsesiva en sus descripciones. Podemos entender, además, que se trata de la construcción del ego del narrador, su bautismo de fuego en medio de esa otra manera de vida que para el mismo Proust consistía en la literatura: la pluralidad de los mundos así como la pluralidad de los libros, libros todos en calidad de mundos posibles, por siempre anteriores a lo concreto, de allí la necesidad de evocarlos. Se trata finalmente de la versión literaria de una exégesis filosófica, que nos alecciona de una conciencia que podemos figurárnosla como perenne y móvil y que nos es tan familiar y extraña debido a sus más mínimos detalles expuestos, y a sus más refinados recuerdos. Adhiero por otra parte al ensayo de Justin Beplate en su “Joyce, Bergson, and the memory of words” (http://www.highbeam.com/doc/1G1-138662888.html): en donde se refiere a esa memoria compacta que se hace eco de las frases recibidas desde un pasado literario y personal. Yo al menos, a estos calificativos, y recordando los libros de la increíble Jamaica Kincaid, le añado las características de ancestral y hereditario, los imbricados lazos de la sangre, bregando desde el pasado hacerse presente, consolidarse como tales. Por eso en las novelas de Proust, como en la de tantos otros, la vida personal del propio autor se imbrica en su propia obra. Lo vivido por el autor se convierte en parte de la creación, una manera de crear y recrear su vida. Así lo real y el arte se fusionan y se expanden hasta aglutinarse, y convertirse en lo mismo. Literatura y vida interna, a veces, son una sola cosa. ** Andrés A. Ugueruaga andresugueruaga@hotmail.com Escritor argentino (Santa Fe, 1973). Textos suyos han aparecido en el diario El Litoral (http://www.ellitoral.com.ar), y ha colaborado con páginas como Monografias.com. La mayoría de su producción permanece inédita. |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === Javier Vásconez ======================================================= === La literatura es un oficio de solitarios Augusto Rodríguez ======= Javier Vásconez nació en Quito. Estudió literatura en la Universidad de Navarra y posteriormente en Vincennes en París. En 1982 publicó Ciudad lejana, y en 1983 ganó la Primera Mención en la revista Plural de México con el cuento “Angelote, amor mío”. Su obra comprende El hombre de la mirada oblicua (1989), la novela El viajero de Praga (1996), la nouvelle El secreto. En 1998 apareció Un extraño en el puerto. En 1999 publicó la novela La sombra del apostador (finalista del Premio Rómulo Gallegos). En 2001 el cuento “Angelote, amor mío” fue elegido por el diario El País para aparecer junto con otros veinticuatro cuentos de escritores españoles y latinoamericanos como uno de los representantes del género en lengua española en Internet. En 2004, Invitados de honor y en 2005 su novela El retorno de las moscas. En 2007 publicó Jardín Capelo (finalista del Premio Rómulo Gallegos). En 2009 apareció en la editorial Veintisieteletras una selección de sus cuentos con prólogo del escritor argentino Horacio Vázquez Rial bajo el título Estación de lluvia. En 2010 la editorial Alfaguara publicó una edición especial de El viajero de Praga con prólogo de Juan Villoro. En 2010 Planeta de Colombia, y Viento Sur en España, publicaron su novela La piel del miedo. Algunos de sus cuentos han sido traducidos al alemán, francés, inglés, hebreo, sueco, griego y búlgaro. —Javier, ¿cuándo nace tu relación con la literatura? ¿Qué escritores son tus referentes o tus autores de cabecera? —A los diecisiete años, o quizás un poco antes, publiqué un cuento malísimo en el periódico del colegio. Pero no me senté en serio a escribir hasta mi vuelta de Europa. Porque viví largamente en España y en Francia, también en Inglaterra. Por algunos años viajé por aquí y por allá, y no deseaba convertirme en un escritor a tiempo completo. Pensaba que no era suficientemente maduro, pues todo lo que escribía iba a parar al basurero. Me faltaban lecturas, experiencia, conocimientos. Hasta que me llegó la hora. Publiqué mi primer libro, Ciudad lejana, después de los treinta. Intentaba ser riguroso con las palabras. Sólo a la madurez y con el oficio uno empieza a darse cuenta con exactitud sobre la importancia de cada palabra en un texto. En otro orden de cosas, crecí en una casa poblada de libros. Mi padre era historiador y escritor. En la casa había libros de historia, literatura, biografías, filosofía, pintura. Creo que la lectura, ese viaje desde la inmovilidad de un sillón, o tendido en la cama, es esencial para un escritor. Siempre fui un lector compulsivo, atento, pues he leído indiscriminadamente. Mis escritores preferidos son ingleses y norteamericanos, también algunos latinoamericanos y españoles. Voy a nombrar a los principales, o mejor, a los que en este momento se me vienen a la cabeza. Shakespeare. Cervantes. Quevedo. Cernuda. Jorge Carrera Andrade. Faulkner. Melville. Kafka. Conrad. Proust. Rulfo. Onetti. Clarice Lispector. Borges. Pavese. Juan Benet. —Tus libros han tenido una buena acogida por parte de la crítica, medios y sobre todo de los lectores. ¿Qué me puedes decir sobre tu propia narrativa? —A menudo me sorprendo cuando advierto este fenómeno. Para la mayoría los críticos son considerados los malos del cuadrilátero. Sin embargo, algunos de ellos parecen haber sido condescendientes, incluso generosos conmigo. Qué bien, me digo, los críticos merodeando por mi universo literario. Siempre he simpatizado con los malos de las películas. La atención de los críticos a mi obra quizá se deba a que llevo muchos años escribiendo, incluso a mi obstinación. Digamos que toda mi obra, entre muchas apuestas, está levantada sobre mapas literarios de otros escritores. En algunos casos hay un trabajo de interpretación, incluso de reescritura. Pero lo más significativo es que a veces he logrado que se colara a través del ojo de la cerradura algo del propio Vásconez. Un universo construido como un homenaje a Kafka, en El viajero de Praga. A Onetti y Faulkner, en La sombra del apostador, también he homenajeado a Céline, a Nabokov y a Le Carré. En algunas ocasiones, los homenajes son evidentes, como en los relatos de Invitados de honor. En otros, son más difíciles de localizar. Así pues, he modelado una poética del ocultamiento a partir de invasiones, superposiciones y recreaciones, utilizando con plena libertad distintos géneros. Y he cavado obstinadamente como un topo en la obra de otros escritores, con la idea de salir transformado de esta aventura. En mis cuentos, más que en cualquiera de mis novelas, el secreto constituye un detonante y funciona muy bien. Una novela es una construcción, una obra de ingeniería. Es un entramado de personajes, cada cual con su drama a cuestas, con sus sentimientos. La novela tiene sus deudas con otros géneros y, sin lugar a dudas, está muy lejos de la limpieza del cuento. En cambio, el cuento es como un resplandor, una fábula. Se agita igual que una libélula antes de convertirse en mariposa, es más intelectual. La novela es una especie de “tratado” sobre la vida de los hombres. —En 2010 publicaste la novela La piel del miedo. ¿Qué me puedes decir de este libro? —La conservé por mucho tiempo como un secreto y la escribí finalmente en un año y medio, o quizás en dos, cuando agarré “al vuelo” la primera frase. Fue como si alguien me la hubiera susurrado, o dictado al oído, en absoluta intimidad. Esa oración es la que marca el ritmo, la cadencia, proporcionando el tono aparentemente vertiginoso al conjunto de la novela. ¿Qué más puedo decir? Que La piel del miedo es una suerte de “tratado” fantasioso sobre la epilepsia y el miedo, entre otras cosas. Ese miedo que tanto nos paraliza, pero que también nos impulsa a vivir, y a seguir escribiendo. Ese miedo, del que Benet ya nos advirtió que nos transformaría en gusanos. ¿Recuerdas La metamorfosis? También toco otros temas tan diversos como la traición, el amor, la amistad... La piel del miedo, probablemente sea mi novela más personal, y por suerte ha sido muy bien recibida en distintos lugares, lo cual me reconforta, no lo voy a negar... —Me imagino que tu cuento “Angelote, amor mío” desde su publicación causó polémica, ¿qué opinas de este texto tan conocido? Sí, “Angelote, amor mío” causó polémica desde su comienzo. Por el tema de la homosexualidad, el cuento resultó bastante incómodo para muchos, y ha tenido un recorrido desigual, lleno de sobresaltos. Más de una vez ha sido prohibido en algunos colegios de Ecuador. Ahora está traducido al inglés. En 2001 “Angelote, amor mío” fue elegido por el diario El País, de España, junto con otros veinticuatro cuentos de escritores españoles y latinoamericanos, como candidato para circular en Internet como uno de los representantes del género en lengua española. Sin embargo, yo prefiero otros cuentos: “La carta inconclusa”, “Un extraño en el puerto”, “Un resplandor en la ventana” o “Thecla teresina”. —Ecuador es un gran país, pero, ¿qué pasa con su literatura? ¿Por qué no se la lee en el exterior? —Yo no voy a una librería preguntando por literaturas nacionales. Nunca. No creo que nadie lo haga. Busco autores concretos, individuales. Así descubrí a escritores tan diferentes como Kafka, Rulfo o Joyce Carol Oates. Para mí es más importante la lectura de un escritor, con todo lo que esto implica, que la visión de las literaturas nacionales ofrecida por los académicos. Un escritor pertenece a una lengua, no a un país. Si algún día nos leen a los ecuatorianos será porque escribimos en español, en español de Ecuador, desde luego. Ya que ahí está el verdadero matiz. —¿Qué opinión tienes sobre nuestro pequeño mundillo literario? ¿Sobre todo de los clásicos egos, vanidades y luchas por territorios tan comunes para todos? —El mundillo literario existe en todas partes. Los hay en Madrid, Barcelona, Londres y París... A lo mejor es necesario participar en él, para estar al tanto de lo que ocurre a nuestro alrededor. Pero hay que guardar las distancias y conservar la independencia, hay que saber alejarse para poder trabajar. La literatura es un oficio de solitarios, de obstinados, de fanáticos que le robamos horas al sueño. Bueno, por lo menos los novelistas. Incluso cuando nos ponemos a beber. Siento desconfianza ante los bohemios, a pesar de que yo amo la noche. Aquí, en Ecuador, nos tomamos demasiado en serio las genialidades inventadas por nuestros amigos en las noches de tragos. Muchos de esas genialidades no son más que tonterías o mediocridades provincianas. —¿Qué piensas de la nueva literatura ecuatoriana? ¿De los nuevos escritores ecuatorianos? —Igual que en las películas de Clint Eastwood, hay escritores buenos, malos y feos como en todas partes. Por lo demás no hay muchos nuevos novelistas a la vista. Abundan, eso sí, los poetas, como coliflores. O los que se autodenominan a sí mismos como poetas. No los he leído a todos, eso sería imposible. Pero he leído a María Fernanda Pasaguay, Juan Pablo Castro, Eduardo Varas, Cecibel Ayala, Yanko Molina, Solange Rodríguez, Rafael Lugo... A algunos les hace falta vuelo, mucho rigor, ambición literaria, incluso un verdadero proyecto. Una cosa es ser escritor y otra es borronear con más o menos virtuosismo un texto... Pero quiero que esto quede claro, he dicho algunos. Otros ya están encaminados. Al fin y al cabo son jóvenes, y tienen la vida por delante para romperse la espalda escribiendo. Si supieran todo lo que les espera... —¿Actualmente en qué proyectos literarios estás? —Estoy enfrascado en una novela corta (una historia muy extraña entre el páramo y la ciudad de Nueva York) sobre la que prefiero no hablar mucho. ** Augusto Rodríguez elfrancotirador79@hotmail.com Escritor ecuatoriano (Guayaquil, 1979). Ha publicado los poemarios Ausencia (Santiago de Chile, 1999), Mientras ella mata mosquitos (2004), Animales salvajes (2005) y La bestia que me habita (2005). Sus textos aparecen en varias antologías locales y del extranjero. Ha obtenido el Premio Nacional de Poesía David Ledesma Vásquez (2005), el Premio Nacional Universitario de Poesía Efraín Jara Idrovo (2005) y Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía César Dávila Andrade (2005). Es el fundador del grupo cultural guayaquileño Buseta de papel. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === Aproximación al análisis del discurso de Arturo Uslar Pietri ========== === Una larga jornada María E. del Valle de Villalba ================= “Obliga a crear el sentirse enviado a despertar a los que duermen, es preciso tener la noción de tiniebla circundante para esforzarse en producir luz”. Arturo Uslar Pietri Dichosos aquellos que son bendecidos con la conciencia de ser enviados, que descubren desde su balcón personal la vocación de campana que despierta, que alerta, que anuncia. Dichoso Uslar Pietri, que identificó la oscuridad para valorar la luz, que fue “vigía en vigilia” permanente y que hasta sus últimos días no desperdició palabras que pudieran espolear la conciencia de quienes lo leyeron, lo leen y lo leerán. Uslar Pietri es uno de esos hombres que te ponen en un aprieto intelectual cuando te ves en la obligación de escoger un aspecto a desarrollar sobre su vida. De tal manera que no ha sido sencilla la tarea de atrapar en estas líneas uno de esos ejes que atravesaron su producción intelectual, política, histórica, periodística y literaria. En una ocasión como esta, en la que su vida es el objeto de estudio en estas jornadas, estoy segura de que no quedará por fuera ninguno de esos aspectos en los que su labor fue prolija y significativa. En mi caso, luego de hacer una revisión sobre los puntos que podía compartir en estas líneas, me encontré enganchada emocionalmente con un artículo que publicó en su columna Pizarrón en el año 1998. Esta fue la última entrega que el autor hacía a sus lectores y está revestida de características discursivas que quisiera compartir. Sin embargo, me parece oportuno, antes de entrar en las particularidades discursivas de este artículo, detenerme primeramente en algunos aspectos que considero necesario y pertinente recordar. Uslar Pietri, como lo denomina Astrid Avendaño (2006), es uno de esos conocidos-desconocidos. Su nombre ha acompañado la formación académica de generaciones a través de la lectura de sus novelas, su agudeza ha martillado la cotidianidad a través de frases ya inmortales como “La Venezuela posible”, “Educar para Venezuela” y la nunca comprendida “Sembrar el petróleo”. Siempre recordaremos, las generaciones que con él crecimos, la hermosa melodía de Las cuatro estaciones de Vivaldi, y su inmortal “amigos invisibles” con el que tanta sabiduría compartió, pero que como afirman sus seguidores se quedó represada en las pantallas, en sus artículos, en sus libros: incomprendida, a destiempo, adelantada, desincronizada. Ya él mismo describía este desfase refiriéndose a la obra de otros grandes y por la vía de la analogía la describió como “una junta de médicos que a la cabecera de un moribundo se pusiera a debatir sobre la validez de la homeopatía o de la psiquiatría mientras aquél agoniza sin auxilio”. Nos quedamos en muchos casos con lo comercial de una frase, repetimos como un credo sus obras, pero perdemos de vista lo profundo, lo significativo que la producción intelectual de éste y de otros grandes, está llamada a implicar. Su producción se revisa sin develar en ella los propósitos de cambio que buscaba, nos quedamos en la forma, en lo anecdótico, porque es incómodo, cuestionador, pretender algo más. Es más popular entonces un discurso que se quede en lo nominal, en la forma que a nadie increpa, adormeciendo cualquier oportunidad para despertarnos o despertar a otros. La labor de Uslar Pietri coloca en el mapa de la literatura hispanoamericana a Venezuela, haciendo a través de sus obras denuncia y reclamo en los diferentes momentos en la historia. Ya decía Vargas Llosa que Uslar Pietri con sus letras abrió las puertas a lo que sería el reconocimiento de la novela hispanoamericana en el mundo, haciendo no sólo arte al escribir sino haciendo además brillar a Venezuela fuera de sus fronteras. Zandanel (1999) afirma que en sus novelas un aspecto sustantivo lo constituye el hecho de que la presencia del subtexto histórico o marco referencial en sus novelas no está puesto con la intención de cuestionar o impugnar la historia oficial. Por el contrario, bucea en el pasado para tratar de encontrar allí los fundamentos de los males del presente. Una nueva mirada, comprensiva y crítica, se desliza sobre episodios y personajes destacados de nuestro pasado histórico. No era entonces sólo hacer novela, sino la descripción y el dibujo de un venezolano de un tiempo, que se colorea a través de sus líneas (p. 7). Antes que procurar torcer el destino de los hombres a partir de la subversión de un discurso en tanto discurso histórico, buscará en la comprensión de sus errores la posibilidad de encontrar los fundamentos para mejorar el presente (Zandanel, 2002). Su obra, como sabemos, no sólo fue literaria, sus andanzas lo llevaron a la política, al periodismo, a la televisión, escena en la que introduce su propia concepción del conocimiento, el cual define como la noción de nuevas relaciones entre las cosas. A él se llega por los métodos científicos, pero hay cierta categoría de fenómenos, de parentescos, de aproximaciones, a los que el científico aún hoy no puede aspirar. Éste es el dominio del poeta. Un conocimiento mágico, una iluminación inesperada; en la materia de los más bellos versos se vislumbra una noción que todavía no podemos catalogar, ni definir, pero por donde el espíritu, en cierto modo, entra en posesión de un reino que está casi más allá de nuestros medios (Uslar Pietri, 1935). Ese mismo Arturo a quien el maestro Laureano Vallenilla Lanz regaló su primera bicicleta, y que a la edad de 5 años pedaleó sus sueños por los caminos de Maracay y Cagua, esos varios Uslar en uno, que hoy celebramos y quien es leído en el mundo por su arte, se me dibuja hoy melancólico, en retirada, despidiéndose, haciendo balance en un artículo que tituló “Una larga jornada”. Publicado en su habitual columna Pizarrón en el año 1998, el domingo cuatro de enero, en el periódico El Nacional, este artículo se perfila con características que lo destacan del resto de los escritos en esta misma columna por el autor. En primer término, el título. Quizás coincidencia o premonición titular su último artículo “Una larga jornada”, coincide con el momento que atraviesa como ser humano, anónimo, aquejado por las limitaciones de la edad, de los días unos sobre otros, de las novelas unas sobre otras, de las letras unas sobre otras, que han hecho mella en sus sentidos. Se me pinta cansado, tal vez de ser citado, haciendo fundamentalismo, en contextos que no valida. El título de cualquier escrito es su ventana, él anticipa lo que veremos a través de él. Su vida fue larga, trabajosa, incansable, fue una larga jornada, donde nada le fue sencillo, donde no sólo no le bastó ser inteligente, sino que con su perseverancia en cada pequeña batalla del trabajo cotidiano, en el que nada estuvo de más, llegó a cada página final sin mayores desencuentros. En segundo término, el uso de la primera persona. Sabido es que cuando se escribe para otros y se hace investigación, lo que dicta la “norma” es el uso de la tercera persona; en teoría, se le resta seriedad usando la primera. ¿Por qué entonces habla de esta forma? Cuando se escribe siempre se escribe para otros, quien diga que se escribe sin esperar que alguien lo lea y que al leerlo experimente algo, alguna reacción, se engaña ya que al escribir para sí mismo, también escribe para alguien. Esa interacción en este caso es concebida como personal, íntima, cercana, ya no habla para un abstracto, habla sin intermediarios para ese otro que lee, que lo lee a él. “A todo lo largo de mi larga vida he escrito artículos para los periódicos”, dice, haciendo uso de ese recurso literario, la reiteración, mostrando una vez más que no sólo es un periodista que escribe, sino un usuario experimentado del idioma español. Alude a su trayectoria, la recuerda para quien lo lea por primera vez, o para aquel que tenga amnesia selectiva y elija olvidarlo. Es su vida, su trayectoria, sus escritos, su palestra y no la de otros. “Esta es una vieja tradición de los intelectuales latinoamericanos. Buena parte de lo más importante de la literatura hispanoamericana se ha publicado como material de periódicos”. Reconoce que en esa palestra no ha estado solo y para los entendidos sabemos que se refiere a Alejo Carpentier, García Márquez en América hispana, Azorín y Pío Baroja en España, la generación del 98, calificándolos y calificándose como lo más importante de la literatura hispanoamericana, sin falsas modestias, sabiendo el lugar que ocupa, el que ha construido a pulso y es legitimado por la tradición. Deja entrever, en este punto, una específica concepción de la prensa como medio de comunicación. La prensa que denuncia, que alerta, que evoca, que eleva al lector a un uso digno del lenguaje, a un nivel de conversación, a una altura específica, en la que no cabe todo el mundo, aunque escriba todo el mundo. En él no sólo se dio sino que se mantuvo a lo largo de su vida una suerte de convivencia y de tensión entre polaridades. Aquella de caminos de la intuición, del mythos, propicia al uso del lenguaje de la imaginación, y por otra, aquella en que priva el logos, propicia al uso del lenguaje al servicio del razonamiento (Avendaño, 2006). En defensa acalorada del idioma español emprendió cada participación en los escenarios a los que su práctica lo llevó. “La palabrota que ensucia la lengua termina por ensuciar el espíritu. Quien habla como un patán, terminará por pensar como un patán y por obrar como un patán. Hay una estrecha e indisoluble relación entre la palabra, el pensamiento y la acción. No se puede pensar limpiamente, ni ejecutar con honradez, lo que se expresa en los peores términos soeces. Es la palabra la que crea el clima del pensamiento y las condiciones de la acción”. Palabras como dardos encendidos y saetas sin desvío, que llaman a las cosas por su nombre y que sin miedo a herir susceptibilidades señalan sin lastres los errores cometidos. Hombre cultor de la lengua, coqueto con cada saber hasta el punto de mojarse en él. Filólogo, novelista, historiador, sociólogo, profesor, periodista, no hubo espacio donde pensó poder hacer la diferencia donde no se atreviera a entrar, por supuesto para hacerla. En este artículo en particular se nos presenta distinto, ya no sólo es el catedrático que educa y corrige, sino la persona que desde su intimidad habla para la despedida. Existen en su discurso unos marcadores, en este caso el uso de los pronombres posesivos, utilizados por el maestro tan sólo en conversaciones o en entrevistas informales. En este caso en particular, el marcador del texto es el pronombre posesivo: MI, que reviste al texto de un carácter particular. Primero: porque establece la inscripción del Yo, dándole al texto lo que Benveniste (1966) denomina subjetividad en el lenguaje. La inclusión de marcas del texto de parte de la persona que habla es algo meramente potestativo, ya que podemos encontrarnos con textos del autor donde existe una ausencia total de las marcas del locutor. La mayoría de los textos de corte académico o inclusive periodístico escritos por Uslar Pietri son escritos usando la tercera persona. Benveniste llama a la tercera persona gramatical la no persona, refiriéndose a que con el uso de la tercera persona no hay referencia a los protagonistas de la enunciación. Según Ricoeur (1996) cuando el escritor usa la primera y la segunda persona lo hace para determinar una situación de interlocución particular. La tercera persona puede ser, según afirma, cualquier cosa de la que se habla, objeto, animal o ser humano. Desde este punto de vista, desde el análisis del discurso, al usar la tercera persona se borran los protagonistas de la enunciación. El emisor y el receptor se borran del discurso para dar relieve al contenido referencial exclusivamente. Distinto es cuando el que escribe decide hacerlo desde la primera persona y se inscribe el Yo en el discurso. Los protagonistas del discurso en este caso es un YO y TÚ. La persona que habla en este tipo de discurso no es un ente abstracto sino un sujeto social que ha escogido involucrarse y develarse a sí mismo en lo que escribe. Arturo Uslar Pietri, en este texto en particular, se presenta ante sus lectores de una manera determinada, construyendo a la misma vez un sujeto discursivo que lo lee, que lo reconoce de una manera y no de otra. En este caso la auto-referencia es relajada, íntima, se realiza en un entorno conocido y tranquilizador, pero a la vez comprometido y arriesgado. Uslar Pietri en este caso, como en pocos, se responsabiliza del contenido de lo enunciado y al mismo tiempo se impone ante quien lo lee. Por último, hay de este texto una frase que sin duda retrata como ninguna el contexto personal desde el cual lo escribe: “Por muy largos años he mantenido esta columna, con un claro sentido de propuesta y de obligación, hasta llegar a formar parte importante de mi existencia. La interrumpo hoy porque he entrado, inevitablemente, en esa dura etapa de la vida, que es el repliegue”. El paso del tiempo del que es consciente anuncia el telón final. Uslar Pietri es consciente de que sus días de protagonismo, al menos el habitual, llegan a su final. La conciencia del papel que ha jugado para la sociedad venezolana y sobre todo la conciencia de que, como dice Alejo Carpentier, “sus verdades han quedado embalsamadas para la historia al escribirlas”. Sin duda un texto genuino, inusual, al que ha sido un honor aproximarme para conocer a este venezolano ejemplar. Concluyo estas líneas con un poema del propio Uslar Pietri, en el que define el tiempo y sus dimensiones: Decir que el tiempo es río, es decir nada Ni nace ni termina su corriente Fluye desde horizontes infinitos Y seguirá, sin duda hasta el olvido Nacer, nadie lo vio, ni lo verá acabar En él flotamos por confusos trechos El tiempo de surgir y sumergirse Es el de nuestra vida, tan pequeña, Tan torpe, tan voraz, tan impaciente Que apenas nace y a morir empieza. (Extraído de Arturo USLAR PIETRI, La invención de América mestiza, México, Fondo de Cultura Económica, págs. 144-145). Referencias • AVENDAÑO, A. (2006). “Arturo Uslar Pietri”. Conferencia de la doctora Astrid Avendaño en la Universidad Nacional Experimental de Yaracuy (Uney). • BENVENISTE, E. (1966). La naturaleza de los pronombres. México. Siglo XXI. • RICOEUR, P. (1990). La enunciación y el sujeto hablante. Alianza. Madrid. España. • USLAR PIETRI, A. (1935). “Indagación de nuestros problemas”, El Universal, Caracas, 15 de junio de 1935. — (1935). “Asteriscos”. El Ingenioso Hidalgo, junio de 1935, Nº 2. — (1962). “Meditación sobre el Sesquicentenario”, en Del hacer y deshacer de Venezuela. Publicaciones del Ateneo. Caracas. • ZANDANEL DE GONZÁLEZ, M. (1999). “De escrituras y reescrituras: la impronta del pasado en la literatura latinoamericana. A propósito de El camino de El Dorado, de Arturo Uslar Pietri, y Daimón, de Abel Posse”. En: Cuadernos del CILHA. Diciembre de 1999, año I, Nº I, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina; “Historia y ficción: función de los paratextos en la Nueva Novela Histórica” (en prensa); Los procesos de ficcionalización del discurso histórico en la leyenda de El Dorado (en prensa). ** María E. Del Valle de Villalba manedelvalle@hotmail.com Docente venezolana (Caracas, 1970). Graduada de profesora en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel, http://www.upel.edu.ve; 1992), con especialización en historia económica y social de Venezuela en la Universidad Santa María (USM, http://www.usm.edu.ve), con maestría en historia económica y social de Venezuela, tesis con mención publicación y summa cum laude. Doctora en ciencias de la educación en el Instituto Pedagógico de Caracas (http://150.187.142.39). Coordinadora del Núcleo de Investigaciones Geohistóricas Lisandro Alvarado, cuenta con proyectos financiados por la Upel y con participación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM, http://www.ucm.es), con proyectos financiados por el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Investigación (Fonacit, http://www.fonacit.gov.ve), investigadora certificada de la UCM, el grupo internacional Concilium y del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.gob.ve), ponente regular en eventos nacionales e internacionales, adscrita a la línea de investigación Ciencias del Lenguaje y con investigación, desde 2004, en el área de análisis del discurso. Profesora ordinaria de la Upel e investigadora acreditada del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (Cyted, http://www.cyted.org), la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid, http://www.aecid.es) y la Universidad Católica de Temuco (http://www.uctemuco.cl; Chile). === La mostración de la interioridad como espectáculo ===================== === en Melania Jacoby, de Susana Pérez Alonso ============================= === Marcela Crespo Buiturón =============================================== Preliminares Susana Pérez-Alonso y García-Scheredre es natural de Santullano de Mieres, Principado de Asturias. Fuertemente comprometida con la realidad política y social de su tierra natal, dedica gran parte de su tiempo a la Procuraduría de los Tribunales de Oviedo y a colaboraciones habituales en medios de comunicación, tales como La Nueva España, La Voz de Asturias, a nivel local, y Onda Cero, Cadena Ser, entre otras, a nivel nacional. Su primera publicación literaria fue un volumen titulado Cuentos de hombres, publicado en 1999. Al año siguiente, fue finalista del premio “La Sonrisa Vertical” con su novela Mandarina. Luego fueron apareciendo Nada te turbe (2002), Nunca miras mis manos (2003), De la ternura, la impostura y el sexo (2004), La vida es corta, pero ancha (2005), En mi soledad estoy (2005) y La fuerza de tu abrazo (2006). Su última novela, Melania Jacoby (2010), inicia una etapa en su obra signada por la preocupación por la historia asturiana. Cuidadosamente documentada, la novela articula la vida privada de una familia de la alta burguesía y la problemática minera asturiana previa a la Guerra Civil Española. Su propia autora la propone como la primera entrega de una trilogía que continuará la saga de la familia Jacoby durante el conflicto armado, en el segundo volumen, y el consecuente exilio, en el tercero. Como se ha comentado anteriormente, paralelas a la aparición de la novela en las librerías la autora ha generado otros múltiples espacios de publicación: en su web personal, en YouTube y en Facebook y en un blog titulado irónicamente Barbie Justiciera. Desde su creación, en la web, junto a las reseñas de sus libros publicados, críticas literarias, etc., destacan tres enlaces altamente significativos para la problemática planteada en este ensayo: un álbum de fotos, una compilación de videos y una suerte de manifiesto de principios bajo el nombre “El Credo”. En cada uno de ellos, Pérez Alonso conjuga sus opiniones políticas, literarias y éticas en clara alusión a cuestiones y personajes públicos, con pequeños fragmentos de su vida privada: fotos familiares o de reuniones con amigos, pensamientos dirigidos a sus seres más cercanos y espacios íntimos, etc., hasta ir alcanzando progresivamente algún tipo de sincretismo particular entre ambas esferas, como se percibe en el discurso en off con que la autora glosa las imágenes del video Vida Feliz 1 de su web personal: “Y seguiré creyendo en la democracia a pesar del congreso y de los diputados [...] y por supuesto, seguiré protestando por Guantánamo [...], y volveré al verano, y volveré con mis perros, y enseñaré los dientes [...] y volveré a estar en mi soledad, y entonces diré que la vida es corta pero ancha...”. Además del diálogo entre lo público (posicionamiento político) y lo íntimo (sus perros, su casa, etc.), presentes tanto en el discurso verbal como en las imágenes de este video, hay que reparar también en la interacción entre su yo autoral y su yo ficcional: la autora reflexiona sobre su vida parafraseando las palabras de sus personajes, que constituyen también los títulos —citados anteriormente— de algunas de sus novelas. Por su parte, en el citado blog, la misma autora ya había ido proponiendo esa misma interacción en varios de sus artículos que, formalmente, se presentan (pareciera que ya no es lícito decir “paradójicamente” en este nuevo entorno) como páginas de un diario personal: Hay gente que necesita contar lo que come, lo que lee, lo que ve en la tele, cómo practica sexo, lo solos que se sienten... Y usan una cosa nueva llamada blog. Una especie de diario en moderno. Ahora la moda ataca como un virus virulento a los políticos: para mentir, para herir la ideología del ciudadano, para contarnos cuánto han hecho y cuánto harán por nosotros. Para mentirnos, para ponerse a la altura de Hilaria Clinton pero en cutre. Recorren los barrios periféricos y el centro la tropa de estos monstruos mentirosos: candidatos, asesores, jefes de gabinete... Se sacan fotos con niños, viejos y minusválidos como quien se saca instantáneas con un flan bien rematado con una guinda. Cada foto, piensan, vale un voto (Pérez Alonso, 2007). No es precisamente —como se podría considerar en una primera lectura— la progresiva dilución de ese yo privado en el yo público una de las principales características de este fenómeno, sino la confluencia de ambos en el ámbito cibernético, que problematiza las nociones mismas de yo autoral y yo ficcional. La nueva subjetividad de la era cibernética Es evidente que en la actualidad se asiste a una especie de megalomanía de la subjetividad que alcanza niveles de paroxismo. Los usuarios —término altamente ambiguo, que refiere tanto a quienes emplean el espacio cibernético, como a quienes lo diseñan y explotan (1)— de la red son impelidos a proyectar su yo íntimo en ese espacio público, en un proceso signado por el afán de diferenciación de los “otros” y el enaltecimiento de lo pequeño, ordinario y cotidiano, como producción de copias vertiginosas y descartables (Sibilia). De esta forma, multitud de blogs personales, sitios para compartir videos o redes de relaciones sociales se convierten en ventanas permanentemente abiertas a innumerables usuarios al mismo tiempo. Esto desencadenó, lógicamente, una transformación radical del concepto de comunicación. De sistemas de difusión selectiva (narrowcasting), como el correo postal, el teléfono o el telégrafo, se ha pasado a señales de uso público y generalizado (broadcasting), tales como la radio y la televisión, pero la irrupción de la informática y su consecuente espacio cibernético ha generado formas y modos de comunicación nunca vistos y que resultan conflictivamente clasificables. En este entorno, la naturaleza y la configuración de la subjetividad también deben considerarse y redefinirse atendiendo a nuevos parámetros. Al abordar cuestiones referentes a la identidad del yo, desde la sociología y la etnología se partía de la idea de que en esta cuestión se convocan necesariamente fenómenos de inclusión y exclusión: el yo se constituye en miembro de un grupo a través de un lazo de pertenencia que surge por comunión de intereses o condiciones, a la vez que se diferencia en lo que tiene de original y particular (Morin). Es decir que su identidad depende de sus relaciones con los otros componentes de la estructura social en la que se integra (Piqueras), lo que Cuché entendía por constante negociación entre una auto-identidad y una exo-identidad. El yo se inscribe así en una paradójica condición entre lo individual y lo universal que deriva de la naturaleza de la identidad como expresión de la cultura (Gorosito Kramer). Pero ¿cómo deben pensarse todas estas categorías en el ámbito de la cibercultura, en la que esa interacción entre el yo y el otro es primordialmente lábil? Frente a un sujeto de personalidad introspectiva, se erige una nueva modalidad en la que se insta a ese mismo sujeto a “mostrarse” ante la mirada invisible de multitud de individuos inimaginablemente heterogéneos en sus orígenes y culturas. Una evidente incitación a la visibilidad (existe sólo lo que se ve) en una sociedad que se exhibe como altamente mediatizada, que catapulta a ese yo íntimo hacia una nueva forma de auto-creación orientada hacia la mirada ajena, es decir, hacia una original recreación del proceso de enajenación. Todo el aparato de estrategias cibernéticas se convierte así en una suerte de gran laboratorio donde se “fabrican” subjetividades conflictivas debido a su carácter virtual, efímero y cambiante. En la actualidad, todos los operativos y recursos solidarios con la noción de apariencia —tan controvertida y desestimada como figura engañosa del yo en épocas pasadas— se perfilan para configurar el universo identitario del nuevo sujeto: “...parece tratarse de un gran movimiento de mutación subjetiva, que empuja paulatinamente los ejes del yo hacia otras zonas: desde el interior hacia el exterior, del alma hacia la piel, del cuarto propio a las pantallas de vidrio” (Sibilia, 105). Como es sabido, los modos de ser y estar del yo en el mundo han ido cambiando a lo largo de la historia. Así, por ejemplo, pueden oponerse dos de las formas fundamentales de concepción de la subjetividad en Occidente: frente a la cultura griega que privilegiaba la acción y la interacción del individuo en el mundo, se erige la cultura cristiana que se concentra en la esencia del yo (Foucault). En esta segunda concepción es donde se cifran los antecedentes que resultan pertinentes para esta nueva configuración de la subjetividad. Desde la autoexploración del yo como vía para llegar a Dios (San Agustín) y transitando los avatares del sujeto moderno, que aprehendía las cosas y la verdad del mundo a través del poder inalienable de la Razón, el sujeto posmoderno va progresivamente elaborando su identidad a partir de la exterioridad y visibilidad de su cuerpo, arrojado a una existencia cambiante que le permite, si no alcanza los límites de satisfacción a los que aspira, transformarse en “otro” constantemente. Es decir que, desplazándose el eje de definición de la subjetividad desde el espacio interior del alma o de la psiquis hacia el espacio exterior del cuerpo, el yo se convierte en “imagen”, con una consecuencia notoriamente desestabilizadora: ¿cómo se operan los parámetros de verdad y autenticidad en esta nueva existencia virtual? Yo autoral y yo ficcional conviviendo en la vidriera Es lícito plantear la existencia de una suerte de actualización —con todo lo que tiene de reformulación— de ciertas formas anacrónicas del discurso autobiográfico en la actual era cibernética: diarios íntimos devenidos en blogs, epistolarios en e-mails, álbumes fotográficos familiares en fotoblogs, por citar algunos ejemplos ciertamente paradigmáticos. En esta articulación entre las formas tradicionales y sus nuevas reformulaciones en la era posmoderna, asistimos a otra modalidad de planteamiento de la mencionada transformación de la subjetividad. En el mundo de ese sujeto que había arribado a finales del siglo XIX y principios del XX como un ser introspectivo, que privilegiaba la escritura y lectura en soledad, autor de epistolarios, diarios íntimos, etc., es decir, de formas “privadas”, en lo que respecta a su gramática de producción y consumo, irrumpe otro sujeto que apela a formas “públicas” de autoconstrucción que cuestionan la noción de intimidad y proponen nuevas instancias alter-dirigidas. Consecuencia inevitable es la transformación no sólo de esas formas autobiográficas, sino del ser y estar del sujeto en el mundo. En otro aspecto a considerar en este análisis, también se perciben cambios graduales en los objetivos perseguidos en las formas confesionales. Si la literatura surgida a partir del Renacimiento y de la Ilustración confiaba en un sujeto monopolizador de la verdad, capaz de captar la realidad exterior sin verse eclipsado por la densidad de su interioridad, la transparencia de las modalidades de dicho discurso aparecidas en el seno de la Modernidad se verá oscurecida por una conciencia contradictoria y descentrada que no se percibe como capaz de completar la tarea propuesta por aquélla. Así se transita del afán de sinceridad (decir lo que se es) de la primera al de autenticidad (ser fiel a los propios sentimientos sin necesidad de declararlos) de la segunda. De todas formas, el yo no deja de ser el punto central en ambas (Gumbrecht). Este tránsito de una subjetividad a otra se patentiza en los relatos autobiográficos. Los aparecidos hasta el siglo XVIII —memorias, biografías, etc.— no poseían aún el carácter específico de un relato íntimo. Un narrador testigo en primera persona se responsabilizaba de los hechos enunciados, que giraban mayoritariamente en torno a temas de interés histórico, pero sin presencia dominante de la interioridad de su subjetividad (Chartier, 1991). Ya en el siglo XIX, esta última se declina por la exaltación de su propia particularidad y originalidad, denunciando un declive del hombre público, como lo sostiene Sennett. Frente a un yo ideal y universal se erige un “individuo dado, no intercambiable” (Simmel, 155), un sujeto único, concreto, que arrojará progresivamente luz sobre el carácter ambiguo de la realidad que lo rodea. El panorama vuelve a cambiar bien entrado el siglo XX y, sobre todo, a finales del mismo y principios del presente milenio. La verdad del sujeto —si puede decirse que es asequible— se dibuja en las señales emanadas desde la exterioridad y visibilidad de su cuerpo. Esta imagen, susceptible de ser cambiada constantemente de acuerdo con las demandas de los medios en los que se inscribe, libera asimismo al sujeto de la condena de ser irremediablemente él mismo y otorga el codiciado premio de ser visto. En esta nueva modalidad de formas autobiográficas en su sentido más amplio (blogs, e-mails, fotoblogs, chats, etc.), actualizaciones de otras formas caídas en desuso (diarios íntimos, epistolarios, álbumes de fotos familiares, conversaciones in praesentia, etc.), como se ha comentado anteriormente, se produce una notoria crisis de la noción de yo autoral y su relación con el yo ficcional. ¿Puede sostenerse que en el ámbito cibernético —y a partir de su inclusión en estas formas nuevas— conviven ambos? Cuando el primero se inserta en ese espacio de encuentro, ¿sigue conservando sus peculiaridades o sus experiencias vitales se convierten en ficción? Susana Pérez Alonso escenifica este conflicto en su propia vida-obra: Melania Jacoby, así como su antecesora ficcional, Corina Jacoby, protagonista de otra de sus novelas: Nunca miras mis manos, que encuentra el amor en un chat, son personajes que indudablemente recogen y compendian multitud de detalles que la autora declara abiertamente en la web, el blog y los medios en los que publica artículos o entrevistas, como de su propia vida privada: apellidos y parentescos, lugares, características físicas, intereses, etc. En una entrevista digital del periódico El Mundo, Pérez Alonso contesta a esta cuestión de la siguiente manera: —Hola, Susana, aunque suene a tópico, ¿qué hay de ti en la novela? Suerte. —Muchas cosas, supongo que yo reaccionaría ante esas situaciones como Corina :)) (Pérez Alonso, 2003). Desde luego que esta afirmación está lejos de sostener que vida privada y ficción confluyen en el mismo concepto. Consignar datos propios en un texto ficcional no implica de ninguna manera su deslegitimación como discurso literario. Lo interesante de esta cuestión es que, al introducirse la autora en la web a través de reelaboradas prácticas y relatos autobiográficos, poniendo permanentemente en situación de diálogo su vida privada con los personajes de sus novelas (personajes incuestionablemente ficcionales: sus novelas no se proponen como autobiografías), a los que declara como una suerte de “alter ego”, instala un resquicio de duda acerca de la naturaleza de aquéllos, opaca el concepto mismo de ficción y desdibuja los límites entre ésta y aquellas nuevas y reelaboradas formas autobiográficas, portadoras de la voz ¿autoral?: la misma Corina Jacoby tiene una dirección de correo electrónico en la página de la autora que es contestada por ella como encarnación de su personaje. Así, una suerte de epistolario entre Pérez Alonso y sus lectores reafirma la problematicidad del concepto mismo de ficción. Esto reelabora también, de alguna manera, ese “pacto de lectura” entre autor y lector que proponía Lejeune, en el que autor, narrador y personaje principal se identifican. ¿Quiénes son, para los lectores, Corina y su heredera ficcional, Melania, si no la misma Susana Pérez Alonso?, como lo sugiere la pregunta de uno de sus lectores: —¿Los personajes de la novela están basados en experiencias autobiográficas o son meramente literarios? —A CLARÍN LE HARÍA ESTA PREGUNTA? A FLAUBERT LE PREGUNTARÍA SI ES LA BOVARY? BESOS :) (Pérez Alonso, 2003). Aunque la autora se rebele ante esta posibilidad, prácticamente la considere ofensiva —atiéndase a los signos propios del código cibernético: mayúsculas en Internet son equivalentes a gritos, aunque luego pretenda mitigarlos con una sonrisa—, ella misma instala la duda a partir de la manifestación constante de similitudes e identificaciones entre sus personajes y su vida privada a través de sus relatos autobiográficos y otras formas que emergen en su web: en un comentario reciente sobre una huelga en su país en Facebook, sostiene: “Mi foto será durante 24 horas Melania Jacoby junto a un sindicalista honesto, Manuel Llaneza, socialista, defensor de los trabajadores y que murió en la miseria!”. Melania, miembro de la alta burguesía asturiana —como Pérez Alonso—, se solidariza con los reclamos del sindicalista minero Manuel Llaneza en la novela, así como la autora lo hace con los trabajadores mineros asturianos en otro de sus comentarios de la misma página web: “¡Mañana hagámosles frente! ¡Y todos con los mineros, con esos sí!”. En síntesis: Susana Pérez Alonso, en chateos con sus lectores, aparece en la web con la foto de Melania Jacoby, sosteniendo el mismo discurso de su personaje frente a una situación vivida en la actualidad política de su país. Como si esto no fuera suficiente, cuelga una fotonovela homónima, en la que aparece ella misma encarnando el personaje protagonista y escenificándola en Llanes (el personaje también vive en esta ciudad), frente a los mismos acantilados y praderías que se presentan como espacio novelesco y usando su propia casa para los interiores, la cual ya era conocida por sus “espectadores”, pues aparece en otros videos familiares colgados junto a estas imágenes. Esta situación ilustra, sin lugar a dudas, el fenómeno estudiado por Paula Sibilia: “Los usos confesionales de Internet parecen encajarse en esta definición: serían manifestaciones renovadas de los viejos géneros autobiográficos. El yo que habla y se muestra incansablemente en la Web suele ser triple: es al mismo tiempo autor, narrador y personaje” (37). El espacio cibernético como mercadotecnia de la subjetividad Esta mostración y espectacularización del yo en la era cibernética podría considerarse, en una primera lectura, como una reelaboración del espectáculo de la vida moderna decimonónica. Las ciudades de esta última, que comenzaban a invitar a la euforia del progreso, del consumo y de la felicidad visible, se convertirían en ese espacio público de exhibición, encuentro y búsqueda del amor de la red virtual, como lo sugiere este diálogo entre Susana Pérez Alonso y un lector: —¿Qué es para Corina Internet? ¿Crees que se puede enamorar uno de una persona por Internet? ¿Crees que son verdaderos los sentimientos que Corina y Fohn se manifiestan? —Internet es una esquina en la que ves pasar mucha gente. Sí que puedes enamorarte, como en un bar. Es lo mismo. Sí, claro que son verdaderos, otra cosa es que sean estables. (Pérez Alonso, 2003). Repárese en dos de los conceptos propuestos por la escritora: la equiparación del mundo exterior a la red —lo real, término conflictivo pero convencionalmente aceptado— e Internet (“Es lo mismo”) y la afirmación de que estas nuevas formas de inscripción del yo, en este caso el chat, no plantean vínculos con la ficción (“claro que son verdaderos”), aunque curiosamente, reconoce la necesidad de salir de la red cibernética para evitar lo efímero de lo real y verdadero en el espacio cibernético. Volviendo a las posibles similitudes entre la exhibición del yo en la era moderna y la actual, habría que puntualizar ciertas diferencias. Si bien la ciudad moderna y la red cibernética se perfilan como “verdaderos” espacios de mostración y encuentro, la segunda no sólo no se vertebra, como la primera, en base a una delineada frontera entre lo público y lo privado, sino que también se percibe como inestable. Asimismo, ese sujeto cotidiano, ordinario, que se convierte en protagonista de la historia de esta era actual, con su celebración de la trivialidad, parece tener poco en común con los dandys decimonónicos que luchaban por la sublimación. Susana Pérez Alonso pretende en este punto abrir una brecha: dibuja un personaje de contornos difusos y cambiantes, que oscila entre la vida privada y la pública borrando sus márgenes y que, a través de la ficción literaria, intenta alejarse de la trivialidad e intrascendencia que lo rodean. Así, frente a la deslegitimación de los grandes relatos modernos, al declive de sus personalidades hegemónicas, que propician la circulación y consumo de estas nuevas modalidades de exaltación de lo ordinario e insustancial, Pérez Alonso construye un fenómeno de características que lindan con una estrategia de mercadotecnia: Corina o Melania Jacoby, Susana o la Barbie Justiciera. —Si un chat es el paradigma de la estupidez y de la pedantería, ¿qué le inclinó a levantar esta hermosa obra en referencia a ese muladar? —Porque siempre hay un espacio para la lírica aun entre la cutrez. (Pérez Alonso, 2003). La permanente presencia de la autora desde su imagen personal o desde la de su personaje Melania Jacoby en este último año se ha convertido en un espacio de consumo vertiginoso y mutante: desde consultorio sentimental o político, avalado por la autoridad moral de sus personajes, propuestos como defensores de minorías marginales (mineros, mujeres, etc.) o del amor desgarrado y pasional, pero a la vez ético: —¿Por amor cualquier cosa? —Casi cualquier cosa, sí... —Dicen que, en la relación de pareja, el respeto es más importante que la pasión. ¿Estás de acuerdo? —Para mí han de ir parejos. (Pérez Alonso, 2003). Hasta espacio de promoción de sus libros: “¿Cómo definirías el orgasmo? CÓMPRESE USTED MANDARINA, SALE EN MARZO :)” (Pérez Alonso, 2003), la escritora ha elaborado una estrategia de mercadotecnia: “Eso de tener que ir a una feria, o a una televisión, no me gusta. Y, claro, yo soy una persona como muy ‘hormiga’. Soy una vaga extraña. Yo me lo curro todo: hago la promoción, hago gorras, hago todo” (González). Pero, aunque uno de los propósitos evidentes sea promocionar sus libros, la envergadura de la estructura configurada en sus espacios cibernéticos trasciende el mero afán mercantilista y denuncia la irrupción de un yo que reelabora la noción de subjetividad ligada a las de sinceridad y autenticidad que regían los discursos autobiográficos precedentes a esta era. Hace surgir de sus novelas, su web, su blog y otras páginas en las que participa, una imagen poliédrica que parece confluir en el propósito de revertir en su figura de Barbie Justiciera una realidad que propone como todavía no superada: “Hay mujeres a las que les da vergüenza mostrarse como son” (González). Esta apelación a “mostrarse” y a la verdad del sujeto (“como son”) esconden una concepción implícita de existir en la medida de ser visto. Y en este punto es donde radica la mayor estrategia de mercadotecnia: la autora insta a sus espectadores a “exhibirse” y a “demandar la exhibición” como formas de realización del sujeto. De esta manera, atrapa a los lectores/espectadores en el espacio cibernético, propuesto como “vidriera”, donde el yo, a través de esas formas anacrónicas de autobiografías puede recuperar la sinceridad (enarboladas en el Renacimiento y la Ilustración) que le permitía decir quién es, esquivando la incómoda noción moderna de autenticidad que la problematizaría. En última instancia, se estaría asistiendo a un intento de superación de la problemática moderna con estos nuevos usos que proponen una forma peculiar de conformación del sujeto en el lenguaje y de la vida como relato, en renovados hábitos y prácticas de escritura y lectura, atravesados por los imperativos de lo real, por una proliferación de discursos e imágenes que retratan la vida “tal como es” —con ciertos resabios del realismo y naturalismo decimonónico—, pero paradójicamente sucumbiendo a los procesos propios de los códigos mediáticos, en los que la espectacularización del yo convierte personalidades y vidas en realidades ficcionalizadas. Nota 1. Idea presente en el término Web 2.0, acuñado en 2004 por los ejecutivos de las empresas afincadas en la zona sur de la Península de San Francisco, en Estados Unidos, conocida también como Silicon Valley. La mayoría de estos emporios se dedican básicamente a la industrialización y comercialización de conductores químicos y computadoras (ordenadores). Obras citadas • CHARTIER, Roger. “Las prácticas de lo escrito”. Philippe ARIÈS y Georges DUBY. Historia de la vida privada. Madrid: Taurus, 1991. • CHARTIER, Roger y Guglielmo CAVALLO [comps.]. Historia de la lectura en el mundo occidental. Madrid: Taurus, 1998. • CUCHÉ, Denys. La noción de cultura en las ciencias sociales. Buenos Aires: Claves. 1999. • GOROSITO KRAMER, Ana María. Identidad, cultura y nacionalidad. Buenos Aires: Ciccus, 1997. • FOUCAULT, Michel. Historia de la sexualidad. Madrid: Siglo XXI, 1984. • GONZÁLEZ, Lupercio. “Susana Pérez Alonso. Escritora”. Revista Fusión.com, Suplemento Asturias (http://www.revistafusion.com/asturias/2001/junio/entrev93.htm). • GUMBRECHT, Hans Ulrich. Modernizaçâo dos sentidos. San Pablo: Editora 34, 1998. • MORIN, Edgar. El método. París: Seuil, 1980. • PÉREZ ALONSO, Susana. “Susana Pérez Alonso”. El Mundo Digital. 18 de noviembre de 2003 (http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2003/11/893/). —. “De la vanidad, a la soledad, a la idiotez, a la mentira, pasando por un blog”. Barbie Justiciera (2007): 14 de febrero de 2007. —. Vida Feliz 1 (http://www.susanaperezalonso.com/videos.htm). —. Página de la autora en Facebook (http://on.fb.me/hXbZaj). —. Melania Jacoby (http://bit.ly/hkSu5r). • PIQUERAS, Benjamín. Sobre la identidad. Barcelona: Alex, 1997. • SAN AGUSTÍN. Confesiones. Buenos Aires: San Pablo, 2003. • SENNETT, Richard. El declive del hombre público. Barcelona: Península, 1978. • SIBILIA, Paula. La intimidad como espectáculo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2008. ** Marcela Crespo Buiturón marcela_gladys_crespo@hotmail.com Investigadora argentina. Doctora en filología hispánica por la Universidad de Lleida (http://www.udl.es; España), profesora titular de semiótica y coordinadora del Instituto de Investigaciones Literarias y Lingüísticas de la Universidad del Salvador (http://www.salvador.edu.ar), e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet, http://www.conicet.gov.ar). Integrante del proyecto de investigación UBACyT (http://secinves.com.ar/guias/ubacyt): “Representaciones literarias de la violencia y el poder. Imaginarios, historia, teorías y lenguas de la violencia”, con sede en la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar). Ha publicado diversos artículos en revistas especializadas y volúmenes temáticos, así como los libros Andar por los bordes: entre la historia y la ficción: El exilio sin protagonistas, de María Rosa Lojo, y Buenos Aires: la orilla frente al abismo; sujeto, ciudad y palabra en el exilio argentino. === Rosa Virginia Martínez ================================================ === Viento ebrio: un llamado poético de conciencia hacia la pobreza ======= === María Cristina Solaeche =============================================== Carne de yugo, ha nacido más humillado que bello con el cuello perseguido por el yugo para el cuello. Empieza a sentir, y siente la vida como una guerra y a dar fatigosamente en los huesos de la tierra. Miguel Hernández Rosa Virginia Martínez Araujo, educadora, trabajadora social, periodista, escritora (poetisa, dramaturga, cuentista, ensayista, articulista y narradora), nace en una zona rural cercana a las riberas del Lago de Maracaibo, en plena primavera, el 1 de mayo de 1915. Su padre, don Martínez, un hombre de hacienda, del que quedó huérfana muy temprano, su madre doña Alcira Araujo, una maestra de escuela rural, y tres hermanas, Olga, Rosario y Elvira Luisa, conforman su familia. Transcurre su infancia entre haciendas, hatos y pueblos, fuentes de su trabajo y de la mayoría de sus poemas denunciantes de las miserables condiciones en que vive la gente en el medio rural. Así, desde muy temprana edad nace en ella el desasosiego por el desamparo en que sume la pobreza, tema que junto al amor, el desamor y la muerte son los que prevalecen en su obra. Es evidente que el contexto histórico-social en el que le toca vivir a la poetisa, bamboleado por bruscos cambios sociales y políticos, influyen en ella, pues nace en la segunda década del siglo XX, en plena dictadura gomecista, y su niñez, adolescencia y primera juventud se deslizan en un régimen en el que la mujer en el proyecto “hacer patria” está reducida, todavía, a conformar el hogar, educar a los hijos y someterse al marido y a la usanza de las buenas costumbres acordes con el decimonónico Manual de urbanidad y buenas maneras (1854). La primera gran huelga petrolera durante el gobierno de López Contreras que sucede a la muerte de Gómez, trae como consecuencia la represión de los nacientes partidos políticos, se persigue al Partido Comunista, se acosa a la Universidad Central de Venezuela; después un pequeño respiro en el mandato de Isaías Medina Angarita con la legalización de los partidos Acción Democrática (AD) y el Partido Comunista Venezolano (PCV), y el fifty-fifty de la Ley de Hidrocarburos, para luego retroceder con un golpe que instaura una Junta Revolucionaria de Gobierno; dos años después la efímera regencia de don Rómulo Gallegos derrocado para asentar un gobierno militar dictatorial; luego, una nueva Junta Militar de Gobierno con Carlos Delgado Chalbaud y de nuevo un derrocamiento con su asesinato y la subida al poder del dictador Marcos Pérez Jiménez hasta 1958, y otra Junta Cívico-Militar con Wolfgang Larrazábal presidiéndola; será a partir de 1964 que se “ordenarán” los presidentes constitucionales, muriendo la poetisa a finales del período del presidente Luis Herrera Campins. Rosa Virginia labora como educadora de primaria en el magisterio zuliano, es activista en el Ateneo Infantil “Tachoncito”, que funciona en los para entonces barrios marginales de Sierra Maestra, y del que su hermana Elvira es la directora. Como periodista, dirige la página femenina del diario Panorama, trabaja en la redacción de los semanarios Ecos de Gloria, Prismas, Ideas, Horizonte, Patria, Diario de Occidente, Crítica, El Vespertino, Maracaibo y varias publicaciones de Caracas, Colombia, Ecuador y otros países de habla hispana. Es miembro de la seccional del Zulia de la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP), del Ateneo de Maracaibo, de la Asociación Femenina, del Círculo Artístico del Zulia en su sección de literatura, de la Asociación de Escritores Venezolanos (AEV), del Centro Cultural de Maracaibo (1950-1968), del cual es una de quienes lo fundan, y de la agrupación teatral Sábado. Llega a ser estudiosa de las teorías teosóficas y del espiritismo, en las cuales la inicia un amigo de la familia, el señor Elio Soto. En sus actividades de orden espiritual es precursora y presidenta de la Logia Teosófica del Zulia, del Centro de Estudios Psíquicos y del Centro Orión, y coopera con la agrupación Luz Masónica. Intercambia con otros valores de su tiempo y entorno geográfico, no solamente de su terruño, también de otros países de Latinoamérica, impresiones, ideas, ensayos, poemas, artículos e inquietudes, lo que le facilita vivir más a plenitud sus dos grandes pasiones: la poesía y la preocupación por la condición social y espiritual de la pobreza en la sociedad. Rosa Virginia, en su afán de asombro frente a la vida y al conocimiento, con una especial sensibilidad por el desposeído social, su entusiasmo por todo aquello que mejore la condición de la mujer venezolana y el acrecentado amor por la niñez, forja con esos temas su obra literaria. Cabe señalar que no tiene casi nunca apoyo oficial, y se ve obligada a editar de su propio y escaso peculio sus obras, para después distribuirlas con excelsa generosidad entre familiares y amistades. Pertenece desde su fundación en 1945 hasta 1946, al grupo literario Tierra, que desaparece en 1948, cuando varios de sus miembros son detenidos tras el derrocamiento del gobierno de don Rómulo Gallegos, por un gobierno instaurado de facto. Suele reunirse el grupo Tierra en la misma casa de la poetisa Rosa Virginia Martínez, en la calle El Jabón o Ayacucho, allí comulgan literariamente el poeta barloventeño Pedro Lhaya; Humberto Campos Brice, director de las revistas estudiantiles Baralt (1931) y Pegaso (1934); Hercolino Adrianza Álvarez, estudiante de derecho en esa época y fundador de Cuociente; José Ramón Pocaterra, que venía de Seremos; el periodista José Antonio Ugas Morán; Mercedes Bermúdez de Belloso, poetisa que se desliza del postmodernismo a la vanguardia; el poeta revolucionario Espartaco González, romántico y uno de los fundadores del Partido Comunista en el Zulia; el recitador Carlos Parra Bernal; el pintor José Fernández (FEZ), y nuestra poetisa Rosa Virginia Martínez, todos protegidos espiritualmente por José Antonio Butrón Olivares, consejero de este grupo y de Cauce, viejo poeta de Los Mechudos y Ariel. Un grupo diverso, con voces y tendencias diferentes, quienes con su refrescante poesía, son el vínculo con sus variados matices entre la poesía udonperiana y la modernidad vanguardista del surrealismo de Apocalipsis. Sus reuniones, además de en la casa de la poetisa Martínez, suelen realizarse en el café Ritz frente a la plaza Bolívar; hacen recitales radiales, publicaciones en prensa, se interrelacionan con algunos ex viernistas en El Bruno, y con Andrés Mariño Palacio de Contrapunto, en Caracas. En esos momentos, con la influencia de la llegada de los poetas León Felipe y Nicolás Guillén, a las actividades de la Peña Literaria del Club Comercio de Maracaibo, se gesta el intento de la creación del grupo Cuociente. Desde 1951 su inicio, hasta 1956 su final, Rosa Virginia Martínez pertenece al grupo literario Cauce, en un tiempo de crisis literaria en el Zulia. Cauce se crea el día de la conmemoración de los 25 años de la muerte del poeta Udón Pérez, el 24 de julio de 1951. En su quehacer literario publican en el diario Panorama, recuerdan en sus recitales al poeta Ismael Urdaneta y tratan de rescatar del olvido a los valores literarios del pasado de la región zuliana. Es un numeroso grupo, sus miembros: Marín Fonseca, Ida Dos Santos, Berthy Ríos, José Ramón Ortega, Evaristo Fernández Ocando, Martín Áñez, Marghot Díaz Urdaneta, Mercedes Bermúdez de Belloso, Ramiro Larreal Sánchez, Gloria Alba Molero, José Bravo Ríos, José Antonio Borjas Sánchez, Gastón Parra Luzardo, Gilberto Mora Muñoz, Aníbal Briceño, Ramón Ávila Girón, Elsa Silva Negrón, José Semprún, Ramiro Fuentes Castellano y nuestra poetisa Rosa Virginia Martínez. Pero se desintegra y desaparece con la persecución política de varios de sus miembros por el dictador Marcos Pérez Jiménez. Rosa Virginia recibe una mención honorífica en el certamen de poesía promovido por el Ejecutivo del estado Zulia en 1955. Este ensayo trata sobre una poetisa maracaibera, zuliana, venezolana, con cuyo poemario Viento ebrio, segundo libro entre sus numerosas publicaciones, vigoriza decisivamente su condición como la escritora que pretende abrir los ojos a la realidad que viven los rincones pobres de su tierra y la de todos. La mayor parte de su creación poética es expresión del contexto social que marca las fibras de su sensibilidad, expresión de una individualidad pero, en este caso, no concebida a la orilla de la comunidad; la poetisa no puede ser indiferente al entorno social y parte de su obra, de una u otra manera será una protesta contra la realidad, comprometida con su época y su gente, consciente de sus raíces y de la realidad del país. No debemos descuidar los sucesos y los cambios sociales en que se desenvuelve nuestra poetisa, pues dentro de ese marco cultural del país y de la región depende en gran parte su lenguaje poético que es el lenguaje de su pensamiento; por ello, cuando escribimos sobre su obra no debemos dejar de lado nunca esas claves del mundo histórico en que vive la creadora de esta palabra poética: Mujer de pueblo (...) ¿Cómo vas a tener un sitio para el aroma, si aún no tienes pan, ni techo que recoja el azulado viento de la loma? (...) ¿Cómo quieres poblar de lumbre la desierta vía, si no has alcanzado todavía un mísero candil para tu puerta? (...) Mujer: es la hora precisa, de rescatar tu pan y tu sonrisa (1). La poetisa se enfrenta, según los grupos literarios Tierra y Cauce que le toca vivir, a una tendencia decidida a mantener cierta estructura clásica del verso y la ruptura, lo soluciona usando signos de puntuación, encabalgamientos, coordinando versos con conjunciones y subordinando las oraciones. Desecha la rima y el metro clásicos y en algunas oportunidades hace uso de la poesía en prosa, muy utilizada en el romanticismo alemán. Un versolibrismo que apunta a la vanguardia, sin romper la coherencia ideológica y muchas veces, la idea central es señalada en el título del poema: Ahora, mientras hago la siembra: hijo, ¡no vengas! A tu virtud no ascenderá ni un trino, están llenos de limo los caminos. ¡Si supieras del íntimo reclamo de la rosa y el viento, de la aturdida mariposa leve, de los peces sin lágrimas ni acento! (2). El porqué no se atreve a romper definitivamente con los cánones de la poesía tradicional, parece deberse a que, en la búsqueda de un destinatario para su poesía, quizás la poetisa no siente la necesidad de manejar nuevas formas más extremas del lenguaje. Le interesa ser comprendida, su lucha es con el momento histórico y su palabra, que el lector de su verso sepa que, aun a pesar de este esfuerzo poético, aun así, no es todavía suficiente para expresar toda su rica interioridad: brega. ¡Amo todo lo ignoto! Polvo de cien jornadas pido para mis plantas De eterna peregrina. Quiero viajar sin rumbo a través de la escarcha, De la sombra, Del viento, de la rosa y la espina. (...) ¿Quién me ata a este suelo? Desnuda estoy de anhelos pequeños... (3). En tiempos de una Venezuela donde un alto porcentaje es una niñez que carece de escuelas, que apenas cuenta con menos de un centenar de institutos de educación secundaria, Rosa Virginia, perteneciente a la clase media-pobre, con conciencia de clases, que no tiene acceso a ninguna fuente de poder, que encuentra su ser descolocado frente a la “filisteica” naciente burguesía petrolera y toda aquella amalgama que detenta el poder en esos momentos, formada por comerciantes importadores, empresarios transnacionales y poseedores de bienes raíces, intenta utilizar la poesía a manera de rebelión, dando testimonio de su época, angustiada y decepcionada ante el mundo que le toca vivir: Para vivir la espera está mi sangre como un brote de luz, fuerte y ligera. De la aurora, me quedó esta libre fragancia que no implora ni se mengua. La sembraré de nuevo entre guijarros; en la violencia azul de las espinas; entre las grietas de los ranchos oscuros, donde duermen los niños pegados a los muros (1). Campesino de mi tierra; ebria de soles desnudos y de vientos sin regreso, en los caminos del tiempo está creciendo una espiga para los surcos futuros (...) Segador de madrugadas: sobre la cumbre empinada, está madurando el alba tu vigilia de luceros. Una hoz trilla el silencio de tus gavillas despiertas... En desvelo de distancias y de rutas sin regreso (4). Es mérito suyo el buscar la identificación americana con su poema “América”, herencia del modernismo, se solidariza con los hombres, mujeres y niños de “su América”, de su tiempo, y canta su desacuerdo y motivación interna, en una concientización de lo americano: América: qué nombre tan dulce quiebra tus cristales, que esencia tan pura vierten tus rosales. ¡qué dicha! tu raza de bronce dicen que es de locos, porque, paso a paso, tu millar de pueblos se irán confundiendo en un largo abrazo. Mañana —en tu día— o cuando amanezca; desde mis llanuras, montañas y ríos hasta el Chimborazo do soñó el Vidente, un viento de triunfo pasará sembrando la nueva simiente... la nueva simiente, en todos los surcos de la tierra ardiente. (...) Yo te amo en el grito de tus mares salvajes; en la curva empinada de tus verdes montañas; en los rojos celajes, en el cardo, en las flores (5). Rosa Virginia, la búsqueda universal, cósmica tiene por norte la integración, y por aleación lo indagatorio que encuentra en la poesía su principal vehículo, instrumento para llegar a la anhelada ascesis. María Eugenia Bravo Sus poemas “nos cuentan”, sus versos “nos cuentan”, los vocablos “nos cuentan”, todos ellos sus propias significaciones en el misterioso camino entre la lectura y la conciencia del lector. La frase gramatical es respetuosa de las leyes de la sintaxis, sin alejarse del autor, él que nunca desaparece detrás del yo intemporal, nos habla de sí misma y de sus tiempos, dirigiéndose al “ser universal”: A través de todo mi cuerpo menudo Quisiera encontrarme. Contemplo mi barro: Es frágil y fuerte, es rudo y lozano... Tiene sed y roca, tiene de sombra y de sol. (...) Yo palpo mis ojos, y aunque los apriete descubren paisajes; y siguen mirando, mirando, mirando... ¿Será que hay un mundo de raudos celajes En todos los ojos que viven soñando? (6). Los poetas que escriben en las décadas del cuarenta y del cincuenta, como es la época de esta escritora, expresan ciertos cambios en nuestra poética, se da un salto, se deja atrás definitivamente la estructura del lenguaje clásico, se entra en el versolibrismo, en el verso blanco de la ruptura deliberada con la rima y el metro. Son décadas difíciles para el poeta venezolano, si bien se inicia una apertura intelectual intensa, la situación del país incide inevitablemente en ellos: Yo quisiera decir: ¡Soy libre! Caminé sobre el mar, he girado más que la tierra. Vengo de la Atlántida sumergida, de la Lemuria oculta entre los siglos; de la India fantástica y ungida con la apacible lumbre que vierte el Ramayana. (...) ¡Pero es mentira la libertad del hombre! Esta carne rosada me aprisiona, infinitas murallas se interponen entre la nube y yo, y si pretendo cruzar el mar con mi menudo paso, me hundiré para siempre en su regazo, porque es mentira la libertad del hombre! (7). Los poemas de Rosa Virginia Martínez son relativamente largos, es evidente el carácter subjetivo a pesar de trabajar poco el lenguaje metafórico; éste se construye parcamente, trabaja fundamentalmente la imagen, omitiendo frecuentemente la metáfora; aun así, aparece ese expresarse más allá de la palabra marcado por el “hoy” que le toca vivir y fruto de ese temple de ánimo que la conmueve: ¿Qué ruta prosigue la gris caravana? ¡Caravana obscura, caravana parda..! ¡Cómo marchan todos: iguales y firmes, rumiando muy hondo canciones de angustia bajo los aleros de un yugo tan largo! Van rudos e inquietos de frente al destino, sembrando de voces los anchos caminos; de voces que acaso, bajo de las piedras se irán enredando con fuerza tremenda. De voces que acaso irán alcanzando las entrañas rojas y las fibras vivas de los otros hombres que pueblan la tierra (8). Y la poetisa Rosa Virginia Martínez Araujo muere como nació, en plena primavera, el 25 de abril de 1983, en la ciudad de Maracaibo; deja inéditos tres libros: Cantos en la bahía, Aroma y Ziruma, que pasarán al legado familiar, hermanas y sobrinos, quienes deciden difundirlos para los que gustan de la poesía. Cuando yo muera, madre: no dejes que me recen otros labios extraños, ni me vistan de blanco manos torpes y hurañas. Quiero manos que tallen mi cintura, que sobre el pecho me coloquen rosas (...) Manos leves y buenas que no tiemblen de espanto, ante el barro ya inmóvil que aguarda el camposanto. No quiero agua bendita ni palabras dolientes, (...) No me cierres los párpados: quiero ver el misterio que me espera en el fondo de la noche más honda (9). Referencias bibliográficas Extractos de poemas del poemario Viento ebrio. Poemas. Rosa Virginia Martínez. Ediciones Arte. Barranquilla. Colombia. 1952; excepto el primero, tomado del poemario Aroma (http://rosavirginiamartinez.wordpress.com). 1. Canto a la mujer del pueblo. 2. La estrella sumergida. 3. Yo soy cosmopolita. 4. Espiga. 5. América. 6. El poema del alma ignota. 7. Yo quisiera decir. 8. Caravana. 9. Cuando yo muera. ** María Cristina Solaeche gsmldcm@yahoo.es Docente venezolana (Maracaibo, Zulia, 1948). Licenciada en educación mención Matemática, Magíster en Educación y Magíster en Matemática Pura, en la Universidad del Zulia (LUZ, http://www.luz.edu.ve), donde es profesora titular. Fundadora y miembro de la Biblioteca “Teresa de la Parra” en la extensión Cabimas de LUZ. Miembro de la Sociedad Venezolana de Matemáticas, la Asociación de Escritores del Estado Zulia, la Casa de la Poesía y la Peña Literaria César David Rincón y otras organizaciones. Textos suyos han aparecido en diversas publicaciones científicas y literarias, además de webs literarias como Légamos, PoeSite (http://www.arrakis.es/~joldan/poesite.htm) y Texto Sentido (http://www.textosentido.org). Ha recibido, entre otros reconocimientos, el premio “Vicente López y Planes” (Buenos Aires, 2004). === Producción textual y proceso formativo Iván Bedoya Madrid ======== ¿Cualquier descripción de un lugar, de un individuo, o la narración de un acontecimiento o hecho ocurrido o imaginado se podría considerar como “literario”? ¿Qué es lo que caracteriza a un escrito como “literatura”? ¿Qué o quiénes le asignarían dicho carácter? ¿Es la aceptación por parte de una academia o sociedad “literaria” el que un determinado escrito posee “arte literario” o es la difusión o aceptación popular en un determinado momento o época histórica? Me llaman la atención los casos heteróclitos, en diferentes contextos históricos, que no concuerdan con los modelos “clásicos”, válidos o existentes en ese momento y que sin embargo se han considerado después como obras literarias y aun de un carácter genial, o destacado como tales luego por la crítica y por los demás escritores, es decir, por la comunidad académica en este caso y por un contexto social específico. Algunas de estas obras se convierten a su vez y como sin pretenderlo en las obras “canónicas” o modelos para analizar o evaluar otros textos contemporáneos o posteriores (¿será esto lo que se pretende entender como el “estilo” literario, como el modelo canónico según el cual habría que escribir, para poder ser aceptado como obra literaria, el resultado o producto de dicho trabajo de escritura?). Pienso en autores que no siguieron un modelo previo existente sino que antes, al contrario, impusieron una “manera” de escribir que después fue criticada o seguida por otros escritores posteriores, como Proust, Artaud, Bataille... Se propusieron directamente escribir contraviniendo los cánones establecidos o tal vez no los tuvieron en cuenta muy fielmente, no fueron conscientes de todo lo que implicaba seguirlos —como era lo “normal” en otras épocas o contextos históricos en los que era esencial o indispensable seguir y no apartarse de dichos marcos formales, si se quería ser “literato”. Pienso si tal vez esta inconsciencia con respecto al modelo seguido o con respecto a los parámetros que tenían que seguir, fue lo que les permitió crear la obra que pretendían crear, sin “vigilar” si seguían una norma o si se alejaban de las reglas vigentes. ¿Se puede entender esta actitud como una confrontación del formalismo y un logro del realismo? ¿Es el contenido mismo el que está fluyendo del proceso literario enfrentando las cadenas formales o formalistas que había sido en el trabajo literario el modus operandi sine qua non para consolidar un proceso de creación literaria? Un escritor piensa primero en el contenido —en lo que pretende decir o comunicar— o en la manera en que debe decirlo, expresarlo? Se ha creído que el escritor literario, precisamente por ser literario ya tiene asimilada o dominada de tal modo la forma en que va a escribir o que va a emplear para escribir su texto, que ésta le fluye o le surge casi de manera espontánea demostrando así su experiencia o dominio como escritor (un lego en asuntos literarios, entonces, no sabría siquiera cómo empezar a escribir, porque no se le ocurriría nada: no sabría cómo o por dónde empezar, si tal tema o asunto es digno de contarse o no...). ¿Es intuición, conocimiento, instinto o se trataría más bien de una serie de factores, inconscientes unos, resultado de la formación o de la experiencia (o dominio sobre el proceso de escritura) que tendría más que los otros? ¿Precisamente es esta diferencia o superioridad la que lo caracterizaría como literato? En este sentido, es por esto que ser escritor es una profesión, es decir, escribir puede considerarse un oficio con cierto grado o carácter profesional, de tal suerte que pueda ser reconocido por propios (los colegas en este mismo oficio) o por extraños, los otros, quienes recibirían sus obras con cierto grado de asombro o expectativa según sea su gradación o carácter literario. O sea, a unos se les reconocería desde un primer momento (o inicio) como escritores, como tales escritores, mientras que los otros que no han sido reconocidos aún o que pasado un tiempo tal vez lo serán, tendrían que insistir o proponerse, ex profeso, ser aceptados en un contexto académico o más bien ya, en un contexto social general, aunque hay que tener en cuenta que se lee cada vez menos, es decir, que un escritor para ser aceptado como tal, tendría hoy —paradójicamente— más dificultad para serlo, porque —aparte del círculo muy cerrado o rígido de los escritores que dicen serlo o ya han publicado diversas obras que los acreditan como tales— aun con la profusión “literaria” que hay, el ciudadano común, o no lee —porque está siendo abordado o bombardeado continuamente por periódicos, revistas, libros de divulgación, best-sellers, folletos de autoformación, o de autoayuda, que prometen guiarle o solucionarle todo problema afectivo, sicológico o hasta económico o moral que pueda tener— o adopta una actitud de indiferencia o de escepticismo frente a la producción editorial en general. Es cuestión de formación, se dice entonces: no hay formación literaria, seria, así como tampoco ética o filosófica o científica. Por eso es por lo que una persona cualquiera —el ciudadano común— no lee habitualmente, aunque sí lo debiera hacer. Él, entonces, no es culpable del todo de esta carencia tan extendida hoy en día. El hombre común y corriente está movido por toda una serie de intereses no literarios o teóricos o académicos: es indiferente o está aparte del movimiento literario o del proceso literario, editorial, en sí mismo. No le interesa ese mundo académico —que a su vez se relaciona en forma muy confusa o indeterminada con el medio académico universitario. De ahí que textos que tratan temas muy controversiales o discutidos en otros medios como la televisión o las revistas de farándula, apenas sí son mencionados en los periódicos o en los suplementos literarios de los periódicos, pero no generan propiamente una reflexión o discusión en profundidad como era de esperarse: se trata sólo de presentar la noticia para saber sólo qué está pasando, para estar bien informado —con el único propósito de tener de qué conversar con el compañero de reunión o de mesa cuando en algún evento tal haya que intercambiar alguna idea u opinión. Se trata sólo de estar bien informado con este propósito con la mayor indiferencia posible, porque nunca habrá tiempo para analizar o ver más allá de lo que se ha oído o mejor, visto. Si se ha visto, sobre todo, se cree que ya se sabe todo lo que habría que saber sobre tal hecho acaecido. Se le deja a los directores de los noticieros de televisión o de los periódicos tratar de ir más allá de los hechos narrados para investigar qué es lo que estaba detrás de tal o cual acontecimiento... ** Iván Bedoya Madrid jbedma@hotmail.com Investigador colombiano (Medellín, 1949). Licenciado en filosofía y letras por la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB, http://www.upb.edu.co; Medellín) y magíster en investigación socioeducativa por la Universidad de Antioquia (Udea, http://www.udea.edu.co; Medellín), donde además es profesor titular en la Facultad de Educación. Autor del ensayo Pedagogía: ¿Enseñar a pensar? (Bogotá, Ecoe, http://www.ecoeediciones.com; 2005) y de la reseña crítica “Comenio. Pampedia”, publicada en Educación y Pedagogía (http://ayura.udea.edu.co/publicaciones/revistaedupedu.htm, Medellín, Facultad de Educación de la Udea, http://ayura.udea.edu.co; 1992/93), así como de Epistemología y pedagogía, en colaboración con M. Gómez (Bogotá, Ecoé, 2004) y de “El saber pedagógico y las condiciones de enseñanza de las ciencias”, incluido en Cuatro ensayos sobre pedagogía y saber (Medellín, Lealon, 1986). ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Poemas Francisco J. Larios *** Viaje al borde de la noche Mirco Ferri *** Poemas del libro inédito El retorno de Casandra Elisa Dejistani *** 6 de agosto en mi memoria Ana Busquets Fariña *** Poemas de la transparencia azul Pedro Rodríguez Palomo *** Que me perdonen los chinos Jairo E. Torín *** Papeles de Santiago (extractos) Carlos Eduardo Cenzano *** Matemágicas Eva María Marabotto *** Trizas y trazos (extractos) Elena Camacho Rozas *** Cuatrocientas Rolando Revagliatti *** Poemas Alberto Ángel Pedro *** ...Más tendrán sentido (con un nombre) Begoña Roldán Juez === Poemas Francisco J. Larios ======================================= *** Fábula clásica Helos aquí: Fulvius Macrianus, Macrianus Iunior, Quietus, Postumus, Aemilianus, Tetricus Senior y Tetricus Iunior, Magnus, Pacatianus, [Ingenuus, Balista, Felicissimus, Terentius Maximus, Gellius Maximus, Regaliano y Sulpicia Dryantilla —muertos todos; olvidados. Nadie despierta sudoroso en su nombre, ni sufre sus conjuras y [confiscaciones. Nadie teme a Tetricus, ni a Postumus. Nadie sabe en qué playa inundada están las sobras de Aemilianus. Nadie sabe quiénes son los hijos de Sulpicia; nadie les odia ya, y nadie sabe cómo fue quererles; Nadie les cuida, nadie les traiciona, nadie sufre su traición. Nadie les aclama en las plazas. Nadie afila las lanzas en su nombre. Nadie se ocupa de censar el odio que germina en los aplausos. Nadie espía las nuevas codicias que brotan como musgo entre sus sombras. Nadie ambiciona tratos con Macrianus. Ya no conspiran, ya no obtienen ganancias de su astucia. Ya no ganan y pierden las batallas, ni avalúan sus victorias con actuarios [de muerte. Ya pueden descansar sus sonrisas incompletas, y el rictus macabro en sus [miradas. Ya no precisan mentir, o hacer inventar perversas fantasías. Ya no necesitan esconder sus motivos. Ya están todos muertos; olvidados. (de Cada sol repetido, Ananá Ediciones, 2010) *** Visión de tiempo y arena El recuerdo es la única era habitable, dúctil frente al soplo de arenas que aguija imparable los sentidos. El resto es sólo transcurso y escape, menos asible aun que un umbrío perfil de tormenta; sólo pueden vivirlo estrellas lejanas (las que empalan luciérnagas tristes y agitan su luz en despedida). (de Babel y exilios, poemario inédito) *** Meditación antes de la búsqueda Fisuras desgarradoras en la conciencia; versos persiguiendo escurridizas verdades; palabras que resisten el llamado a la marcha —presienten el cansancio de la guerra sin causa. ¿De qué se trata el sol en la retina la calma noche y la llanura cruenta de pequeñas muertes y de enanas blancas? La búsqueda del mapa me conmueve, el desentierro del antiguo propósito —no el retrato heroico de genocidas cargados de medallas, gordos de panegíricos. Ésos ya tienen sus biógrafos y banderas, sus estatuas, sus orgullos nacionales. Y sus sarcófagos, templos, rituales y tabúes y el pudor de muchos limpiando la sangre de sus páginas. (de Babel y exilios, poemario inédito) *** Partitura del amor fiel Todo esto debería ya saberse: el amor arranca chispas al agua y al bosque seco; manan torrentes en su sed profunda; su polen hace brotar palabras en las piedras; de la mano de Dios no sabe qué es incienso, y entiende más de nacer que de abnegar, se empeñó en aprender el arte del regreso, y ayer sintió nostalgia hoy tiene el cerebro lleno de poemas; y se ha dado a indagar, tornando celestes las ventanas, si las garzas blancas rondan todavía, si las trinitarias se desperezan; esconde los detalles del día en su memoria, y los derrocha después en crisálidas ociosas; pero cabe en una sola línea sincera, y sabe dónde estás, y allí te espera. (de Babel y exilios, poemario inédito) *** Paisaje de playa (F, Pluralia tantum) Huellas saliendo de la arena, misteriosas protuberancias húmedas, efímeras; ¿qué criaturas se fugan bajo el rastro? Dos corazones brevemente abrazados, uno en postrada espera, el otro, hilachas de espuma, de mar, de costa; en juego de magia se desvanecen ambos y nadie explica, y nadie observa, y nadie sufre su carencia: es el camino antes del caminar, la utopía, antes del soñar, un aire lento que insufla el milagro, un día lejano que se gesta. ** Francisco J. Larios franjlarios@comcast.net Escritor nicaragüense (Managua, 1959). Reside en Estados Unidos. Ha publicado el poemario Cada sol repetido (Ananá Ediciones, Managua, 2010). === Viaje al borde de la noche Mirco Ferri =========================== El carro no pudo ingresar a la autopista porque lo detuvo la defensa del canal de incorporación; simplemente no cruzó, parecía no obedecer las órdenes que le impartía mediante el volante. Darío pensó que yo estaba ebrio por la bebida que había ingerido, y me dijo: —¿Quieres que maneje yo? Por toda respuesta, le di un manotazo al volante, que giró enloquecido como si fuera la ruleta de un casino, impulsada por algún habilidoso croupier. Algo le había pasado a la dirección; por suerte no sucedió estando ya en la autopista, porque de ser así hubiéramos engrosado las estadísticas de los fallecidos de ese fin de semana. Darío quiso demostrar sus conocimientos de mecánica, y de paso lucirse con su pareja de la noche, y dijo: —Se debe haber partido la barra de la dirección, abre el capó para revisar. Yo, que aunque no estaba borracho sí tenía algunos tragos encima, repliqué: —La única barra de la que tengo idea es la del bar de la esquina de mi casa, así que revisa con confianza... —Tú siempre haciendo chistes. ¿En este perol cargas alguna linterna? —No sé, solía haber una en la maleta, pero de eso hace añales —contesté, mientras salíamos del carro los hombres. Las mujeres, por su parte, se quedaron sentadas, seguramente hablando mal de la pobre cita que les había tocado esa noche. Abrí la maleta, y revolviendo entre las herramientas la encontré. Accioné el interruptor, y una triste luz de vela a punto de desfallecer se asomó con desgano en su extremo. —Esas pilas deben ser de cuando Bolívar era cadete —le dije a Darío. —Abre el capó de una buena vez, a ver si puedo resolver algo. —Dale, Macgiver —contesté con sorna, mientras halaba la palanca de liberar la cubierta del compartimiento del motor. —Qué fastidio, ¡apúrense! —Estela, quien había accedido a duras penas a salir conmigo esa noche, expresaba de esa manera todo su enojo. —Y pensar que para esto dejamos de ir a la fiesta en el club... —replicó a su vez María Esperanza. Un farol, con centenares de mariposas nocturnas revoloteando a su alrededor, alumbraba la escena. De vez en cuando pasaba algún vehículo por la autopista, a toda velocidad, y dejaba a su paso una estela de música y de humo. Darío se sumergió cual buzo en la cavidad, y después de mucho inspeccionar emergió con un veredicto: —No se ve un cará. —Interesante. ¿Y ahora qué hacemos? —Lo primero es acomodar el carro en un sitio menos peligroso. —Sin dirección vamos a gozar un puyero... Mientras estábamos en esa conversación, se acercó un volkswagencito, y desde la ventana su conductor nos dijo: —¿Accidentados? Yo estaba a punto de contestar una pesadez, pero Darío adivinó mis intenciones y me dio un codazo, para que permaneciera callado. El hombre del escarabajo lo orilló, descendió del carro y se nos acercó. —Qué más, pana. Sí, creo que se nos echó a perder la dirección —lo abordó Darío inmediatamente. —No es prudente dejar ese carro allí, alguien se lo puede llevar por delante. Vamos a hacer algo: que uno de ustedes se encargue de moverlo y los otros dos lo dirigimos. La maniobra fue bastante engorrosa, y entrañaba cierto grado de peligro: mientras yo echaba poco a poco para atrás, Darío y el otro hombre iban empujando con las manos los cauchos hacia la dirección deseada, uno a cada lado del carro. Calculo que nos tardaríamos unos diez minutos en poner el vehículo en un lugar más o menos seguro. Cuando al fin logramos el objetivo, busqué unos trapos que guardaba en la maleta y se los extendí para que se limpiaran un poco, y luego procedimos con las respectivas presentaciones. El que tomó la iniciativa fue el recién llegado: —Juan Antonio Estrada es mi nombre, y me dedico a auxiliar borrachos accidentados las noches de los sábados —dijo, supusimos entonces que en son de broma. —Nosotros somos Genaro, el conductor, cuyo único mérito resaltante en la vida es el de poseer este poderoso Charger RT; Estela, su pareja de esta noche, quien es la feliz dueña de 45 pares de zapatos; María Esperanza, la dama que me acompaña, muy a su pesar visto lo poco receptiva que ha sido a mis insinuaciones, y yo soy Darío, mecánico de vocación y estudiante por obligación —contestó éste último, en sintonía con el espíritu burlón que le atribuimos a Estrada. —Ya lo sé, estaba en el mismo local de donde vienen. Esa revelación nos tomó a todos por sorpresa, ya que Juan Antonio, si ese era su nombre real, no se nos hizo conocido a ninguno. Pero tal vez, con tanta gente, pasó desapercibido. —Qué casualidad, ¿tú también conoces a David? —pregunté, a ver si lo despistaba: allí no había ninguna persona con ese nombre, que yo supiera. —¿David? No lo creo. Ah, ya, uno de los mesoneros se llama así, ¿lo conocen? El comentario y la pregunta me tomaron desprevenido, y no supe qué contestar. En ese momento no le hice mucho caso, pero más tarde se hizo demasiado evidente: en el aire se percibía un aroma indescriptible, o más bien una mezcla de aromas evocadores, que poseían la cualidad de trasladarme mentalmente a varios lugares de mi pasado. —Me imagino que ahora no tienen cómo irse de aquí, ¿no es así? —Efectivamente, creo que tendremos que buscar un taxi. —Si me acompañan un momentico a una diligencia, después los llevo al Manzanal. ¿Cómo sabía en dónde vivíamos? Todos empezamos a sospechar algo raro, pero nos sacó de la duda de inmediato: —No vayan a creer que soy brujo, sucede que en el local escuché cuando esta bella dama le daba a un caballero su dirección. Uy, espero no haber cometido una infidencia... Estela enrojeció al instante; yo por mi parte ni siquiera me molesté: en realidad, era una de las primeras veces que salíamos juntos y no le veía mucho futuro a esa relación. Sin embargo, el orgullo de macho se hizo presente, y me impelió a recriminarle a la mujer: —¡Qué bonito! Apreciaría mucho que cuando salgas conmigo no estés cuadrando citas con otros tipos. Aunque supongo que no van a haber otras ocasiones. Mis reclamos no obtuvieron respuesta, creo que no había más nada que añadir. Antes de que el silencio pusiera la situación aun más embarazosa, Darío dijo: —No sé a ustedes, pero a mí me parece prudente aceptar la propuesta. Esta zona no es lo que se dice muy segura, y es mejor que salgamos de aquí lo más pronto posible. Estela y María Esperanza cuchichearon un momento, y luego nos llamaron aparte: —Este tipo es medio raro, no nos gusta mucho la idea de irnos con él. —¿Pero cómo vamos a hacer? No hemos visto pasar un solo taxi desde que nos accidentamos. El diálogo se interrumpió con una ráfaga de disparos, originados en los cerros que se vislumbraban a lo lejos, que aunque apagados por la distancia hicieron cambiar rápidamente de opinión a las muchachas. —¡Vámonos enseguida! —exclamaron casi al unísono. “Nada como unos buenos disparos para apurar a unas damas indecisas”, pensé, acaso con cierto cinismo. Entramos cual tromba al escarabajo, las dos chicas con Darío atrás y yo adelante, de copiloto. Por su parte el dueño del carro se introdujo en él con total parsimonia, como si no tuviera prisa alguna. —Cómo les dije, tengo que hacer una breve parada en un lugar, pero si gustan pueden acompañarme. No nos quedaban muchas opciones, así que tuvimos que aceptar esa forzada invitación. Juan Antonio no tomó por la autopista, sino que se internó por unas estrechas calles, muy poco iluminadas, que no nos eran familiares. Estela fue la primera que se atrevió a hablar: —¿Es muy lejos a donde vamos? En mi casa me están esperando... —No te preocupes, ya casi estamos llegando. Entramos un momentico, resuelvo el asunto que tengo pendiente, y en cinco minutos estarás con papá y mamá. Noté un cierto acento irónico en esa última frase, pero no acerté a adivinar su significado. Nadie replicó nada, ya que no estábamos en posición de hacer exigencias. Viendo el asunto con objetividad, nos encontrábamos en deuda con él: después de todo nos había sacado desinteresadamente de una situación comprometedora, así que hubiera sido muy descortés de nuestra parte negarnos a acompañarlo; según dijo, sólo serían algunos minutos y después llegaríamos sanos y salvos a nuestros destinos. El Volkswagen se detuvo frente a un local con un aviso de luz de neón que anunciaba “Bar Mariela”, en letras rojas; la palabra “Bar” tenía un efecto intermitente, con el objetivo de llamar aun más la atención, si ello fuera posible. La puerta del local estaba cerrada, y un grueso personaje vestido con una vistosa chaqueta azul con botones dorados, y que portaba una gorra de capitán de barco, la custodiaba. Juan Antonio se bajó del carro, pero nosotros titubeamos antes de hacerlo; sin embargo enseguida observamos que el portero se le acercaba ceremoniosamente y le daba la mano, como quien saluda a una persona importante, y entonces nos apeamos también. Las damas nos agarraron las manos, para sentirse más protegidas, y nos acercamos a la entrada del local. El custodio de la puerta por la que acababa de pasar Estrada nos la mantuvo abierta y penetramos al bar. Como era de esperarse, estaba sumido en una densa oscuridad, apenas atenuada por algunas luces amarillentas colocadas en candiles instalados en las paredes, por lo que al principio no pudimos distinguir nada; poco a poco los ojos se nos fueron acostumbrando a la falta de luz, y eso nos permitió apreciar que era un sitio de regular tamaño, con una gran barra atendida por cuatro cantineros, y una pista de baile hacia una esquina; en el centro había unas diez o doce mesas, de las cuales cerca de la mitad se encontraban ocupadas. El ambiente estaba saturado de humo de cigarro, olores variados de perfume, sudor y licor, y de una música lo suficientemente alta como para tener que entendernos por señas, o a alzar la voz a nivel de grito para poder comunicarnos. A todas estas, no vimos a dónde se había ido Juan Antonio, y nos quedamos de pie, en medio del local, sin saber qué hacer. Aprovechando un momento en el que la música calló, una mesonera, vestida de manera provocativa, pero que no podía ocultar los estragos que el tiempo y la mala vida habían efectuado sobre su organismo, se nos acercó para informarnos lo siguiente: —El señor Estrada les manda a decir que su diligencia va a tardar un poco más de lo previsto, y les ruega que hagan el favor de esperarlo en una mesa. Les agradezco que me sigan. Sin poner objeciones cumplimos la velada orden que nos impartió a distancia Juan Antonio, y seguimos a la chica hasta un área que no habíamos podido apreciar antes: era un espacio de reservados, separados entre ellos por tabiques de madera y que como puerta lucían una simple cortina de terciopelo color oro antiguo. La mesonera abrió una de las cortinas, y nos hizo pasar: por mobiliario tenía un sofá de dos puestos, y una mesa con cuatro sillas. Encima de ella había un servicio de whisky, de excelente calidad. Sin mediar palabra desapareció del reservado, dejándonos solos. —¡Bueno, esto no podemos dejarlo pasar liso! —dije yo animadamente—. Nuestro anfitrión se está revelando como toda una caja de sorpresas. —No irás a pensar que vamos siquiera a probar eso —respondió en tono molesto María Esperanza. —Estoy de acuerdo, quién sabe cuál porquería habrá en esa botella —Estela se solidarizó con su amiga—. Es más, soy partidaria de que salgamos de aquí enseguida; le podemos pedir al portero que nos consiga un taxi. —Me parece razonable, yo mismo voy a salir para decirle. Darío abandonó presuroso el reservado, dejándome con las muchachas que empezaban a estar hartas de la situación. —¿Cuándo vas a crecer, Genaro? En un momento como éste, en el que estamos en un sitio de mala muerte, con tu carro abandonado en la calle y sin saber si lo vas a encontrar mañana, tu único interés es beber de esa botella. Así no vamos a llegar muy lejos. Mientras me servía un trago, le contesté a Estela, sin perder los estribos: —Te puedes ahorrar el sermón. Total ya está visto que tú no tienes ningún interés hacia mí, si a la primera ocasión le das tu dirección y seguramente tu teléfono a cualquier extraño, y estando conmigo en ese momento. Vamos a hacer algo, de ahora en adelante cada quien por su lado, ¿te parece? —Por mí mejor, me estoy dando cuenta de que eres un verdadero patán. —¿Por qué no dejan la pelea? Me parece que Darío se está tardando demasiado —intervino María Esperanza. —¿Quieren que vaya a ver qué está pasando? —No se te ocurra dejarnos solas aquí, ¿estás loco? —Sí, tal vez un poco. Creo que están exagerando las cosas, a fin de cuentas no ha pasado nada del otro mundo. Casi no llegué al final de la frase cuando llegó Darío a derrumbar mi teoría: —Esto no me gusta para nada: el portero me hizo entender que no podemos salir de aquí sin el permiso de Juan Antonio. —¡Estamos secuestrados entonces! Yo dije que era mala idea, ¡te odio! —Estela aprovechó para descargar toda su ira y su pánico sobre mí. María Esperanza no pronunciaba palabra, pero dos gruesos lagrimones rodaban por sus enrojecidas mejillas. —No perdamos la calma. Ya va a aparecer Juan Antonio y le exigiremos una explicación, no creo que sea nada tan malo —dije, pero ni yo me lo creí: era evidente que nos estaban reteniendo a la fuerza, aunque no conocíamos los motivos—. Es más, voy a salir a buscarlo. Abandoné nuestro improvisado sitio de reclusión, dispuesto a enfrentarme a Estrada. Ya la situación se estaba volviendo irresistible: lo que en un principio pareció un derroche de cortesía, se había vuelto una especie de pesadilla de la que no nos era permitido despertar. Pero, ¿dónde buscar? Ese bar parecía tener demasiados recovecos, y no faltarían en él habitaciones privadas, a las que los clientes ordinarios tendrían prohibido el acceso. Por no dejar, decidí revisar los reservados, con mucha cautela. Empecé por el primero a mi derecha: con mucho sigilo entreabrí la cortina, pero por lo que pude ver estaba vacío. Continué la búsqueda en el siguiente, y al repetir la acción vi que se hallaba ocupado por una pareja a medio vestir, acostada en el sofá. No me permití ver nada más: cerré enseguida la cortina, tratando de no hacer ruido, y al parecer tuve suerte, ya que no se escuchó ninguna protesta. Opté por salir del área de reservados y buscar en otra parte, ya que me sentía en deuda con Estela y con los demás también. Tanteando las paredes del bar logré encontrar un picaporte; con el mayor disimulo del que fui capaz traté de darle vueltas. La puerta se abrió abruptamente, con gran estrépito, y pude ver que al otro lado estaban varias personas entretenidas en juegos de azar: era una especie de casino o garito, clandestino con toda seguridad. Los jugadores se detuvieron un momento, y al verme asomado alguien me dijo: —No te quedes allí, ¡pasa y cierra esa puerta inmediatamente! Pensé que mi situación en ese momento era bastante frágil, y decidí obedecer esa orden. Tal vez allí encontraría a Estrada, y podría por fin aclarar las cosas y salir de ese extraño lugar. —¿Quién eres tú? ¿Te mandó acaso el Tuerto? Yo le dije que le iba a pagar dentro de una semana, ¡pero aun así te envía para acosarme! —el que con tanta vehemencia me increpaba era un hombre de larga barba grisácea, sentado a la vera de una mesa sobre la cual destacaba una gran ruleta. —Señor, le aseguro que no conozco a ningún tuerto, y también que nadie me mandó a venir. Llegué por mis propios medios, y estoy buscando a mi amigo, Juan Antonio Estrada. El solo hecho de pronunciar ese nombre le dio un vuelco total a la situación. Varios de los hombres allí reunidos se acercaron hacia mí, pero no de manera hostil sino más bien amistosamente. Uno de ellos tomó la palabra: —Cualquier amigo del señor Estrada es bienvenido en este lugar. Por favor, acomódese en donde quiera, ¿desea tomar algo?, o tal vez le interese participar en alguno de los juegos que llevamos a cabo aquí... David, sírvele un trago a este señor, ¡rápido! “Cómo cambian las cosas de un momento a otro”, pensé. Nada más la mera mención de un nombre promovió mi estado: de espía, o tal vez sicario, pasé a ser huésped honorable, al que se le debe agasajar. —Muchas gracias por su oferta: realmente me encantaría jugar una partida de póquer, o tentar a la suerte en la ruleta, tomándome ese trago; pero mis compañeros están esperándome y se angustiarían todavía más si no llego en unos momentos. Todo lo que necesito es encontrar a Juan Antonio, ¿no lo han visto por aquí? —¿Que si lo hemos visto? Estuvo aquí durante largo rato, y ganó en cuanto juego participó. Ese hombre sí tiene suerte, le dicen el brujo porque parece que pudiera adivinar las cosas. Tanto así que se aburrió, o se apiadó de nosotros, y decidió retirarse. —¿Y sabrán a dónde se dirigió? —Es posible que se encuentre en las habitaciones de Mariela, pero allí no vas a poder entrar, ¡si sabes a lo que me refiero! —contestó uno de los jugadores; mientras decía eso, hacía unos extraños movimientos con los ojos, tal vez tratando de enfatizar sus palabras. Sí, me lo imaginaba muy bien. Extraña diligencia la que lo había detenido en el bar; sus cinco minutos ya iban por la hora larga. —Entonces los dejo, debo regresar con mis amigos. Muchas gracias por sus atenciones. Con estas palabras di por terminada la visita al garito clandestino, e iba decidido a regresar al reservado, para comunicarles a los otros la mala noticia. Sin embargo, no me fue posible hacerlo, porque surgió otro acontecimiento imprevisto: la misma mesonera de antes, que aparentemente estaba a los servicios de Juan Antonio, se me acercó y me pidió que la siguiera, ya que él requería mi presencia. Dentro de todo eso me alivió, por fin lograría mi propósito. Me llevó a través de una especie de pasadizo, cuya entrada estaba disimulada como la del casino. Dicho corredor poseía cierta inclinación hacia abajo, y en un momento determinado daba una fuerte curva y se convertía francamente en una rampa, por lo que imaginé que me dirigían hacia un sótano. Le pregunté a la chica a dónde pensaba llevarme, pero no respondió, logrando que mi alarma se incrementara. Por fin llegamos al final del pasillo, que desembocaba en una puerta blindada. La abrió, y me hizo señas para que entrara. Lo hice, y me encontré en una habitación decorada al estilo oriental, con alfombras tipo persa cubriendo los pisos y grandes tapices adornando las paredes. Del techo caían unas amplias tiras de tul, de diferentes colores, que no permitían apreciar la real altura de la habitación. En cambio de lámparas, había varios candelabros diseminados por doquier, que ofrecían una iluminación escasa. Entornando los ojos pude ver que en una esquina de la estancia, sobre unos cojines apilados en el suelo, se encontraba una persona fumando un narguile. Dicha persona era a quien estaba buscando. Juan Antonio me ganó el derecho de palabra: —Dime, ¿qué te disgustó? Esa pregunta me tomó desprevenido. Mi intención era la de expresar mi desagrado por la situación por la que estábamos atravesando, pero su pregunta descargaba la culpa sobre mí. De pronto sentí que era un muchacho malcriado, rezongando por motivos fútiles. Para ganar tiempo, contesté: —¿A qué te refieres? — No quieras pasarte de listo conmigo. Yo estoy enterado de todo lo que pasa en este lugar: por ejemplo, sé que Darío quiso que el portero le consiguiera un taxi para irse del bar, que tan desinteresadamente los acogió. Y también estoy al tanto de que estuviste molestando a los clientes del lugar, averiguando mi paradero. Por eso no me queda más remedio que preguntarte: ¿no estás a gusto aquí? Tal vez hubieras preferido que los dejara en la calle, expuestos a quién sabe cuáles peligros. Descrito de esta manera, parecía que nuestro comportamiento era absolutamente reprochable. Tuve que hacer acopio de toda mi valentía y mi ingenio para tratar de reversar la situación a mi favor: —Espero que sepas comprender mi preocupación: si fuera por mí, estuviera más que a gusto en este lugar. Y creo que Darío también. Pero las muchachas que nos acompañan no están acostumbradas a este ambiente, y se encuentran muy nerviosas. No sé si sería mucho atrevimiento de mi parte solicitarte permiso para acompañarlas a su casa. Por supuesto, no estoy pidiendo que seas tú mismo quien nos acompañes; la posibilidad de irnos es todo a lo que aspiro. Juan Antonio soltó una estruendosa carcajada: —Mira que he conocido a gente ingenua, pero tú te llevas el trofeo. Esas mujeres que traen están ansiosas por conocer a verdaderos hombres, no unos pelagatos que corren buscando las faldas de sus madres a la primera dificultad que se les presenta. Les proporcioné un ambiente discreto, con todas las comodidades para que pudieran intimar con las damas, pero ustedes, lejos de aprovechar esa oportunidad, buscaron la manera de irse corriendo de este lugar. Estoy decepcionado de su vergonzoso comportamiento. No podía negarle la razón: desde su punto de vista, no había hecho otra cosa que facilitar nuestros intereses. Después de todo, no era mentira que tanto Darío como yo estábamos muy ilusionados con nuestras citas. Sin embargo, no podía demostrar debilidad en ese momento, ya que era evidente que Estela y María Esperanza querían irse a sus casas enseguida. Por lo tanto, tuve que tratar de convencerlo: —Lo que dices es cierto, pero lamentablemente no supimos aprovechar la oportunidad que propiciaste, y lo mejor que podemos hacer es ceder a los deseos de las damas. Te agradecería muchísimo que nos permitas irnos de este lugar. —Piénsalo bien: ciertas oportunidades no se dan tan a menudo. Si decides irte, no tendrás la menor protección de mi parte. —No quisiera contrariarte, pero tengo la convicción de que lo más conveniente para nosotros es irnos de aquí. —Será así, entonces —se puso en pie, y a continuación dijo:—. Sígueme, por aquí hay un atajo a la zona en donde se encuentran tus amigos. Estrada se puso de pie y, moviendo uno de los tapices de la pared, dejó al descubierto una puerta, la cual al abrirse reveló un sitio conocido por mí: el pasillo de los reservados. Sin poder ocultar mi premura corrí hacia el lugar en donde estaban mis amigos, superando a Juan Antonio. Cuando abrí la cortina, pude ver que Estela estaba sentada en el sofá, conversando animadamente con un hombre al cual no pude identificar, mientras que Darío y María Esperanza ocupaban dos de las sillas del reservado. Al verme entrar, Estela me dirigió una mirada cargada de reproche, y el hombre que le hacía compañía se levantó y salió presuroso del sitio, después de susurrarle algo al oído. —¡Por fin! Creíamos que te habías desaparecido para siempre —dijo Darío. —Ya veo que no perdiste el tiempo mientras estuve ausente, Estela. Pero no es tiempo para hablar, lo cierto es que nos vamos de aquí. —No creo que lo que yo haga o deje de hacer sea aún de tu incumbencia. Pero dime, ¿encontraste a nuestro carcelero? —respondió, sin ocultar la ira que sentía. —Cómo lamento que hayan confundido hospitalidad con prisión... para futuras ocasiones trataré de ser mejor anfitrión —las palabras de Estrada cayeron como un balde de agua fría sobre nosotros—. De ninguna manera están obligados a quedarse, la puerta está abierta para todo aquel que desee marcharse. Eso sí, no nos hacemos responsables de lo que les pueda ocurrir cuando abandonen el local. Estarán a su libre albedrío, sin nuestra protección. —No te preocupes, nos hemos cuidado solos antes y lo podremos volver a hacer —respondió altivamente Darío, envalentonado por el hecho de haberse bajado un buen trago de la botella, como pude observar. —Tampoco nos vamos a poner a pelear, deberíamos irnos ya —traté de cortar por lo sano, para que no fuera a ocurrir otro tropiezo que nos impidiera la salida inmediata de ese bar que ya nos asfixiaba. —Será mejor que vayan saliendo, Mariela está sumamente enojada por las molestias que están causando, y quiere que abandonen enseguida el local. Esas palabras fueron nuestra despedida de Juan Antonio. Desapareció en la oscuridad del pasillo, y no lo volvimos a ver más nunca. Emprendimos el camino hacia la salida, el cual fue acompañado por las miradas severas y amenazantes de los parroquianos, o por lo menos esa fue la impresión que tuvimos. Una vez en la calle, el portero nos dijo: —Qué mal que no supieron aprovechar la oportunidad que se les estaba ofreciendo, no saben lo que están perdiendo al hacerlo. Nadie le respondió. Simplemente nos acercamos al Charger, que estaba estacionado en la acera en frente al bar. Abrí la puerta del copiloto para que ingresaran al asiento trasero Darío y María Esperanza, y la mantuve así mientras se subía Estela, como último rasgo de cortesía, cerrándola con suavidad cuando lo hubo hecho. Una vez que todos estuvieron acomodados, me subí al asiento del conductor e introduje la llave en el cilindro de arranque; al darle vuelta, el motor ronroneó como lo solía hacer, con su sonido poderoso pero sobrio; lo calenté unos cuantos segundos y salimos veloces de ese sitio. No conocía la zona, por lo que tardé bastante en ubicar la entrada a la autopista; recorrimos varias cuadras de pequeñas casas, algunas de las cuales habían sido transformadas en comercios o en talleres mecánicos; en los cruces decidía al azar la ruta que seguiría en adelante. Las calles estaban totalmente desiertas, no había nadie a quien preguntar. Eventualmente, al rato de vagar sin rumbo, la encontré. Enfilé decidido hacia ella, pero el carro no pudo ingresar a la autopista, porque lo detuvo la defensa del canal de incorporación; simplemente no cruzó, parecía no obedecer las órdenes que le impartía mediante el volante. Darío pensó que yo estaba ebrio por la bebida que había ingerido, y me preguntó: —¿Quieres que maneje yo? ** Mirco Ferri mferris@cantv.net Escritor venezolano de ascendencia italiana, reside en Caracas y es consultor en informática. Ha publicado el libro de cuentos "Crónicas de la ciudad" en la Editorial Letralia, en mayo de 1997. http://www.letralia.com/ed_let/cronicas. === Poemas del libro inédito El retorno de Casandra ======================= === Elisa Dejistani ======================================================= Cuando escribo comienza a circular mi cuerpo es para volar que me vuelvo pequeña y ligera Hay noches en que permanezco acorralada al borde de mí misma me abro la ausencia en mitad del dolor y aúllo como loba capitolina Hay una fracción en que la misma soledad me abandona Es para llenarme de olvido que entro en mí y me despojo === Escribía inviernos con tinta donada por los sueños Eran personajes surgidos desde la nieve trasladaban el idioma de pájaros en vuelo: Una historia narrada por el búho cuando despuntaba el sol === Hubo un tiempo en que los presagios anunciaban la luz en cada cifra y toda incertidumbre era niebla en el ojo cíclope de la luna Un tiempo en que los cantos eran promesas desde un abismo poblado por sirenas Hubo un tiempo en que era posible convocar al milagro un tiempo detenido en los renglones del ángel === Soy apenas bruma paseando con la noche a espaldas de la urna Un espectro con dedos transparentes acariciando la forma del último suspiro Apenas soy un perfume un hueco desbordado en la sed una pausa escrita en el polvo === *** Runas Había entonces ojos albinos los inventaba en cada runa en cada piedra afilada en el reverso para descifrar quizá una contraseña el coraje de permanecer Ahora hay luces huérfanas apenas un resplandor por entre los agujeros negros el espasmo de un corazón partido donde se filtra la distancia entre la caricia y el deseo en ese costado exacto en que se abren los cuerpos y la cintura es una curva obscena y todo arde y todo sucede ** Elisa Dejistani bettinaromana@yahoo.it Escritora, artista y traductora argentina (Buenos Aires, 1950). Es licenciada en bellas artes. Ex miembro del Consejo Directivo de la Asociación Argentina de Artistas Escultores, colaboró en diversos periódicos y revistas de su país y del extranjero, siendo corresponsal y traductora de dos periódicos latinoamericanos de Roma, Italia. Desde 1996 vive, trabaja y expone en Italia. Ha publicado los poemarios Misteriosa magia (1977), Exilio para no morir (1986), Disonancia del bronce en Makhac-kala (1990) y Dualidad del silencio (2009; bilingüe, español e italiano), la obra de teatro Jeroglífico (1991), y el ensayo Una estética del silencio (1992) y la antología de poemas, aforismos y grabados Con el sol en las manos (1994). Mantiene una bitácora personal en http://dejistanielisa.blogspot.com. === 6 de agosto en mi memoria Ana Busquets Fariña ==================== Akiko cumpliría doce años aquel mes de agosto. Según contaba la leyenda, debía hacer mil figuras de origami antes de llegar a los 15 años para ver sus deseos realizados, y ella se esmeraba cada día en saber cuántas le faltaban aún. Su madre contabilizaba una a una las piezas que representaban animales, flores, lunas y estrellas. Había mariposas, sapos, serpientes y elefantes. Faltaba por hacer un pájaro sagrado japonés, no podía olvidarlo, y también quería hacer un caballo Pegaso, de grandes alas. Una vez hizo una jirafa cuyo cuello, demasiado largo, se doblaba ahora metido dentro de la caja. Con las flores era diferente. ¡Había tantas en el mundo, podían hacerse tantos tipos de flores! Su madre le aseguraba que sería fácil llegar a las mil piezas si hacía una flor de cada tipo de las que habitaban la tierra. Ya la caja contenía girasoles, rosas, marpacíficos, geranios, margaritas, aves del paraíso. Akiko no tenía prisa. Hasta agosto faltaba un mes. Y luego, para el agosto de sus 15 años faltarían tres años. Mil ciento veintiséis días en total, porque tendría que sumar un día al año bisiesto. ¡Quedaba una jornada por cada una de las piezas y todavía sobraban ciento veintiséis días! ¡Ufff!, claro que daría tiempo, porque ya había muchas piezas terminadas. La niña trabajaba por las tardes, a la salida del colegio. Sentada junto a su madre, en los escalones de madera de la entrada, doblaba los minúsculos papeles para conseguir las mas increíbles figuras, mientras su madre le daba ideas de qué animales o flores aún no estaban representados en la caja taraceada que las guardaba. A veces las sorprendía el anochecer. Ichiro, su padre, casi nunca estaba en casa. Gustaba de salir a beber sake con los amigos, o se iba al teatro, a ver alguna nueva representación. Había sido actor del Kabuki y, en ocasiones, cuando estaba feliz en casa, se pintaba la cara con polvos de arroz, se colocaba unas pelucas y vestimentas lujosas y representaba alguna de las piezas conocidas. Entonces adoptaba aquellas poses pintorescas que a la niña le gustaban tanto. Abría mucho los ojos y se quedaba como congelado en el tiempo. Otras noches se quedaba en el jardín, escuchando el agua correr entre las piedras colocadas con sumo esmero por su madre, y mirando la luna, quieto, sin moverse durante horas. No había querido ir a pelear. Al principio se escondió en casa de unos parientes para que no lo llevaran por la fuerza. Luego, cuando ya los soldados se habían olvidado de la aldea, pequeña y cercana a la ciudad de Hiroshima, había regresado a la casa, sólo para ver pasar los días, sin un objetivo definido, aborreciendo todo lo que le recordara la guerra. Akiko sabía que no habría celebración para ella aquel 6 de agosto. Estaban en la peor pobreza en medio de aquella locura. Los pocos alimentos que obtenían apenas daban para calmar el hambre de las familias, la mayoría ancianos y niños. El arroz era escaso y la pesca imposible. Pero para una niña de doce años tenía mucha importancia cumplir con todo lo necesario para que se hicieran realidad sus deseos más queridos. Su primer deseo: que terminara la guerra. Quería también un kimono rosado, decorado a mano con rayas y hojas de crisantemo, y unas sandalias de madera, elevadas, para usarlos en el festival de verano en la aldea. Quería aprender a tocar con gracia el laúd, y cantar las canciones que le repetía día a día la abuela. Quería visitar junto a su madre la ciudad, y ver las fuentes del centro y las luces iluminando las calles. Su abuela decía que no era pedir demasiado, eran deseos que bien podrían hacerse realidad. Habría que esforzarse bastante para llegar a las mil figuritas minúsculas, pero bien valdría la pena. Y bien la habría valido. Pero Little Boy, a pesar de su nombre tierno, no era más que la maldad de los hombres. No sabía de origamis, de kabukis ni de niñas con ojos rasgados que soñaban con cumplir sus deseos, luego de entregar a su abuela las mil figuras de animales y flores, de caballos alados y pájaros sagrados. Y el Enola Gay tampoco sabía qué había allá en la tierra, debajo de su enorme cuerpo volante. Desde tan alto no se veían las pequeñas figuritas de papel. La enorme luz cegadora no permitió siquiera que Pegaso alzara el vuelo. ** Ana Busquets Fariña anabf50@yahoo.es Escritora cubana (1951). Es especialista en información cinematográfica y traductora. Ha publicado varias traducciones de novelas y trabajos cinematográficos. === Poemas de la transparencia azul Pedro Rodríguez Palomo =========== *** Torrentes Tormenta repentina forja el puro arroyuelo. Bravío entre las adelfas, su atronadora belleza baja feliz y joven. En pocos días el sol secará el cóncavo cauce, dejando sobre la tierra la cicatriz de su hermosura, muñón de río, palabra. Palabras comunes bajando del tiempo. *** Crisálidas A Juan Ramón Jiménez, in memoriam Cuando el perfil del alba de un día de mayo crece, contra el aire azul se tallan, titilando, unas mariposas blancas. Su leve espuma volátil, entre lo azul y lo verde, pone alegre al campo joven. ¿Dónde estarán sus tumbas, en qué rama, en qué corola acaba su hermosura sepultada, su breve vuelo a flor de cielo? Huyen del frío y de la niebla, del perfil alacre del invierno, y sólo en primavera emergen, del gusano entre amapolas, sobre la ola verde del trigo. ¿Dónde mueren en silencio blanco? *** Duelo En el paladar llevo el sabor de mi esqueleto. Allá los ríos en la mar se mueran, o la amapola en su estío se abrase, y la rizada rosa de humo blanco su plenitud marchite. Ya sé que todo huye, y sólo la lentitud a la infancia corresponde. Pero cuéntaselo al corazón, a ver si aprende, que tu cintura no es el cimiento del planeta. *** Asepsia Hazme con los solsticios y las nubes un quirófano para mi dolor, y con un dolmen de rizada espuma supúrame la torre de las venas. Si este mal ya no tiene cura, cuídame, desinfecta la llaga con tus labios, mejor, sopla suave sobre mi sangre como la brisa en mayo sobre las amapolas. Desangremos los labios en esta cura, en esta fe, en este beso. Mas si la herida ruge, fijo en la cicatriz mi amor te espera y en tus ojos, si miro, raya el alba. *** Tacto Tenías la piel lanzada hacia mis manos, y mi tacto moldeaba su tersura con la suave huella del deseo en flor. Yo, bronco de mares, erguido de sierras, me precipito en ti como un alud. Tú germinabas en silencio alegre, con semilla de caracola abierta, con mareas disueltas en tu saliva empapando, antiguas, tu sabor. Están mis dedos recordándote lejos con tu pelo liso y ocre, en su vuelo irisado por el aire, con la rosada fruta de tus labios tierna, tibia y sabrosa en pleno beso. Como en un mapa minucioso, en mi memoria guardo los detalles de tu cuerpo extendido por la arena. Afluyo al poder del barro, cuando al centro del placer le crecen astros y mareas y su fulgor aplaza el mundo. Tu piel desemboca mansa entre mis brazos fijos, y fluyo ya como la clorofila, firme y ligera bajo la transparencia azul del aire. ** Pedro Rodríguez Palomo pedrorodripal@hotmail.com Escritor español (Colmenar, Málaga, 1967). Es diplomado en magisterio y licenciado en historia contemporánea. Se dedica a labores empresariales. Ha publicado Pleamar sur (Sevilla, 2000). Textos suyos han sido publicados en Renacimiento, Zurgai y algunas revistas universitarias. === Que me perdonen los chinos Jairo E. Torín ======================== A las 9.30 de la mañana Rodolfo González subió a toda velocidad las escaleras para regresar a su apartamento. Entre jadeos y maldiciones aceleró el paso saltando los escaños de dos en dos rumbo al tercer piso. En la puerta le esperaba su esposa, que sin mediar palabras y con un gesto de “me vas a volver loca” en el rostro, sostenía la carpeta con el informe que presentaría a la directiva en la reunión de las 10 y que había olvidado sobre la mesa del comedor. Bajó rápidamente, gritó “¡Gracias, amor!” mientras descendía, y se metió en su carro para salir a toda marcha, con tal desespero, que no se percató del camión del repartidor de refrescos que se dirigía a hacer su entrega en la panadería. Gregorio, el repartidor de refrescos, hablaba con su madre desde el celular cuando fue sorprendido por el pequeño Chevrolet azul, que irrumpió desde un estacionamiento cercano tocando la bocina y sin ninguna intención de frenar. Al otro lado de la línea la señora López no escuchó la obscena exclamación de su hijo ni se percató de que el joven había chocado su camión. Con el auricular sostenido en el hombro para poder usar las manos, la mujer le abría la puerta a la muchacha de servicio que recién llegaba. La oportunidad perfecta para Candela, la perra consentida de la familia, que aprovechó para escabullirse por la puerta que apenas se abría, escapando disparada calle arriba hasta perderse en el cruce que daba a la avenida principal, desde donde ni su agudo oído escuchaba los gritos de su dueña. Candela, una hembra dobermann de 2 años, atravesó la avenida de punta a punta sin mirar a ningún lado, disfrutando la brisa golpeteando su rostro y la libertad inundándole el cuerpo. Corrió a toda velocidad sin un destino específico, sólo el placer de sentirse liberada. Cruzó la esquina sin bajar el ritmo de su carrera, concentrada en el retumbar de su corazón acelerado que le brincaba en el pecho, y justo al doblar en la calle 17 se topó de frente con el improvisado mesón donde Maritza organizaba la prensa del día... La perra no tuvo tiempo de frenarse y chocó directamente contra uno de los taburetes que sostenía el tablón lleno de periódicos. Como todas las mañanas, Gonzalo Peraza detuvo el viejo autobús al frente de la cafetería de la calle 17. Recién salía de casa con las sábanas aún adheridas en el ánimo y con la urgencia de una taza de café caliente para conectarse al día que comenzaba a apoderarse del cielo. Carolina, la vendedora, ya le esperaba con el vaso listo para llevar: marrón, con leche descremada y un toque de canela. Justo como le gustaba. Después de tantos años visitando el lugar, Gonzalo había adquirido algunos derechos que le otorgaban cierto estatus entre los clientes. De hecho no hacía cola, y era el único al que se le permitía pagar los cafés al final de la semana. Tomó un sorbo de su taza humeante, se refrescó la vista con la linda sonrisa de Carolina y salió hasta la calle para enfrentarse con su rutina diaria. Estaba por subirse al autobús cuando un chillido y un alboroto llamaron su atención. Volteó la mirada hacia la esquina y observó a Maritza, la vendedora de periódicos, que se ponía las manos en la cabeza mientras decenas de hojas volaban por doquier bailando al ritmo de la brisa que levantaban los vehículos al circular. Se acercó a ella y, mientras le ayudaba a recoger las hojas esparcidas, bromeó: “Hoy si es verdad que están volando las noticias”. Como pudo organizó algunas hojas desparramadas que se salvaron de las ruedas de los vehículos. Mientras lo hacía pensó que sería gracioso mezclar a los personajes públicos en la vida real tal como estaban ahora sobre el asfalto... Osama Bin Laden reunido con el Papa, Chávez en el concierto de Alejandro Sanz, Gustavo Dudamel entrenando a Manny Pacquiao, Shaquille O’Neal montando una yegua en el Belmont Stakes... Su divertido ejercicio lo entretuvo un buen rato mientras continuaba rearmando el último ejemplar en el piso. Cuando levantó el pliego de los titulares para ordenar el último ejemplar de El Universal, se encontró con una noticia que le impactó sobremanera. Un voraz terremoto en Sushu, provincia china de Qinghay, acabó con 85% de la ciudad, ocasionando 600 muertos y 10.000 heridos según las primeras cifras oficiales. Pensó en todos esos pobres chinos, en la desolación, el desespero y la tristeza repartida entre los escombros. Pensó en 600 personas que encontraron la muerte sin poder despedirse de sus seres queridos, en las tareas, en las palabras, las acciones pendientes que murieron junto a esa gente. Pensó en el destino que nadie conoce, y casi como un acto reflejo tomó el teléfono para llamar a su mujer y decirle que la amaba con todo su corazón. Quiso pagar el periódico, pero Maritza no se lo permitió en agradecimiento a su caballerosa ayuda. Miró su reloj y se percató de que había perdido la noción del tiempo imbuido en la noticia. Su recorrido debió iniciarse al menos veinte minutos antes. Agradeció el obsequio, aceleró el paso y abordó su autobús, rumbo a la primera parada atestada de pasajeros retrasados. A raíz de toda esta serie de eventos, tú esperabas desde hace más de un cuarto de hora en la parada de autobuses, tratando de no desesperarte por la demora de la unidad que te llevaría al encuentro con tu examen de redacción. Imagino que buscando concentración te adentraste en tu block de apuntes y el pasajero detrás de ti debió tocarte el hombro para que te percataras de la llegada del viejo colectivo verde en el que comenzaba a subir la gente entre rezongos. Te recuerdo hermosa abrazada por ese sobretodo de lana en tonos grises y violetas, con tus lentes diminutos y tu cabello recogido con un gancho sencillo. Yo, por mi parte, salí de mi casa en el tiempo perfecto. Debidamente desayunado, sin tropiezos, sin retornos. Tanto, que cuando me detuve al borde de la acera para detener un taxi, me percaté de que faltaba más de una hora para mi entrada a la oficina. Así que decidí ahorrar unos centavos y embarcarme en el viejo autobús verde que se asomaba calle arriba. Subí, y justo al lado del único puesto libre te descubrí sumergida en un block desordenado lleno de frases y tachones. Recogiste las hojas sueltas sobre el asiento y me obsequiaste una mueca extraña que entendí como una disculpa, te volviste un ocho organizando los papeles y te ofrecí ayuda. Me explicaste que ordenabas un escrito que debías leer en tu clase. Seguí preguntando, y me contaste que redactabas un ejercicio sobre el inconcluso tema de la existencia del destino y el azar. Me dejaste leerte, recibiste con interés mi inútil opinión, nos presentamos y nos adentramos en una sabrosa conversación. Recuerdo que fue el mejor inicio de día que haya tenido en mi vida. Hoy, veintiocho años después, encontré los papeles guardados entre tus apuntes. Tu hija necesitaba investigar algo de sociología y supuse que los cuadernos desgastados de la universidad serían de utilidad. Releí tus líneas y reviví aquel encuentro maravilloso y mágico. “El mundo es un perfecto engranaje, nada es azar”, escribiste con mucha convicción y una hermosa caligrafía. Pensando en eso me propuse reconstruir los cientos de sucesos que confluyeron en el inicio de esta historia que sucedió en el asiento de aquel viejo autobús. Que hoy se me antoja verde y conducido por un tipo que bauticé como Gonzalo. Y di gracias, millones de gracias a todos. A Rodolfo y su mala memoria. Al pésimo hábito de Gregorio, que seguramente todavía acostumbra a hablar por celular con su mamá mientras conduce, al espíritu libertario de Candela, a la previsión de Carolina y su café caliente, a la caballerosidad de Gonzalo, incluso a los miles de chinos y su triste tragedia... Sí, que me perdonen los chinos, pero ellos, sumidos en su sufrimiento y ajenos a lo que sucedía a cientos de miles de kilómetros de su ciudad destruida, fueron también una causa imprescindible que me permitió llegar a este momento, a esta noche en la que, si el engranaje perfecto lo permite, voy a buscarte al aeropuerto para llevarte a casa, regalarte una cena preparada por nosotros, escucharte contar todo sobre tu reportaje, ducharme contigo y hacerte el amor como si fuese la última noche en el mundo. Con el mismo desenfreno con el que se hubiesen amado los chinos de haber conocido su destino al menos un par de horas antes del terremoto. Maracay, 15 de abril de 2038 ** Jairo E. Torín torinmorgado@gmail.com Escritor venezolano (Caracas, 1972). Reside en Maracay, Aragua. Es técnico superior en mercadotecnia. Trabaja como gerente de Ventas en una fábrica y al mismo tiempo mantiene una firma de comercialización de UPS y equipos de protección eléctrica. Publica historias en La Página de los Cuentos (http://www.loscuentos.net) bajo el seudónimo Yomismosoy (http://www4.loscuentos.net/cuentos/local/yomismosoy). Forma parte del Proyecto Expresiones (http://proyectoexpresiones.ning.com). === Papeles de Santiago (extractos) Carlos Eduardo Cenzano =========== *** Esperar el aguacero “Qué otro país sino la infancia viene con la lluvia” Luis Suardíaz Esperar el aguacero frondoso de mayo, sentir en el aire que algo extenso va a precipitarse, preludiar la cargazón que se acerca para desatar en las calles su profundo horizonte de aguas; ver derramarse contra el contén de la acera el río de chocolate espeso que arrastra el mundo, dejar las camisas y los zapatos bajo techo y lanzarnos a la contaminación de la pureza con nuestras tablas salvadoras del tedio cotidiano, con el agua metida hasta el tuétano, en el rito de conjurar los virus del progreso. II El torso al aire, los pies al aire, semidesnudo cabalgo sobre el aguacero como un pequeño dios que se sumerge en el agua contaminada de la vía pública y resurge a la vida con el cuerpo lleno de raíces. ¿Qué tesoros guarda el aguacero de mi calle que cada vez que me sueña soy un niño que se va tras el trueno en su tabla de salvación como los ratones tras el flautista de Hamelín? *** La Isabelica Ay mamá Inés, ay mamá Inés, todos los negros tomamos café. Eliseo Grenet Primer acto (8:00 am) Los ventanales se abren a la brisa y una bandada de gorriones levanta el aroma. Pasa un niño de raspaduras, pasa un niño de amapolas. Entra un frac 1930 sudando el tropical, ocupa su roble de la esquina y sube la campana hasta la cúpula por el andamio de sus sueños. Se desayuna un padrenuestro y la mulata que sirve el milagroso le vierte una sonrisa en su tacita de café. Saborea la infusión y desliza sus pupilas, peligrosamente en las caderas que mueven su salud entre las mesas de la criolla Isabelica al ritmo de un bolero. Segundo acto (mediodía) Isabel no vino hoy a tomar el café a la hora del reloj y yo barría mi último cigarro. ¿Se fue a París o a Luxemburgo? ¿Se fugó a Estocolmo, o al Buckingham Palace con su tacita de oro para el five o’clock tea? La mañana se trepa en los tejados y el escenario del aroma se inflama en las narices de los mármoles. Hay cuatro gatos sorbiendo el arco iris y una musa que frota su deidad en el ritual del ébano. Quince centavos y la gloria baja hasta el fémur y espanta los grillos del confort. Tercer acto (5:00 pm) Un orate llega, lanza mi carpeta hacia la calle y pide a gritos su café. Paga con una moneda de a centavo, y sigue su discurso en la glorieta de la esquina. Lo veo alejarse y trato de adivinar su calendario, cuál es su siglo, su nocturno infinito. El cigarro me quema la falange y me incinera el éxtasis. Mis amigos sonríen el letargo otro café para encender la luna en este pasto de mieles y algoritmos. II Miro cómo flota en el café el abanico de Madame de Lenormand y la silueta de Heredia. Un anciano saca su bola de cristal, me pide tres dígitos para hallar la fórmula del crepúsculo. Luego blasfema sobre mi ignorancia y desaparece en su locomotora de sueños. Mis amigos se marchan por la borda y yo levanto mis huesos, ebrios de azúcar para volver a mi país de dulce entraña. *** Adolescencia, por Dios, don’t let me down En un lugar de mi nostalgia están Los Beatles, y son tardes enteras madrugando para llegar puntual a los conciertos de un RCA Victor amplificado en los pulmones de la cuadra. Ninguno de los cuatro mosqueteros pasábamos los 17 y Liverpool nos parecía una galaxia. Tom is a boy and Mary is a girl eran las sílabas rudimentarias para descifrar los códices de aquel idioma legendario, de aquel invento de Shakespeare, según decía Juan, el D’Artagnan del grupo. Mas todo lo contrario era el hechizo cuando alguien se colaba en nuestra nave y sorprendía a cuatro chicos del Reparto Sueño acompañando a coro a los del disco con la mejor fonética de Oxford. Así cantábamos Something (con solo de guitarra en la garganta) Come together —la pieza misteriosa— Penny Lane, Across the universe y Because que se antojaba a nuestros vírgenes oídos como el más impecable coro de ángeles. El Abbey Road y el Let it be eran las matemáticas del día. Cuando el Big Ben del patio de la escuela sonaba el five o’clock zarpábamos hacia los confines de calle C 96 y en aquel Submarino amarillo abríamos la escotilla de los sueños. Entonces éramos Los Beatles del Caribe y los vecinos rezaban para vernos en el mismísimo infierno, bien lejos de Lucy in the sky with diamonds porque según ellos aquello era un escándalo. Todo fue un Largo y tortuoso camino hasta que un día Juan trajo a la china a los ensayos. La nave comenzó a hacer agua y naufragaron los conciertos. Estábamos por terminar la secundaria y los proyectos de la cofradía cambiaron de rumbo estrepitosamente. Todos para uno y uno para todos ya no fue la bandera en alta mar. Jorge se cortó el pelo, Pablo hizo campanas sus pistolas y Juan se fue de luna con la china. Pero quedaba el último concierto cuando la escuela cerrara sus pupitres. La tarde fue temprano con sus bafles a conectar guitarras en el techo. El presidente de la cuadra al borde del psiquiatra estranguló el teléfono One after 909 y aparecieron uniformes en el coro. Muy dulcemente como hechizados por la adolescencia Que al ritmo de Get back batía sus alas pidieron a los ángeles silencio y dieron su sermón en Re bemol ya presos en la magia de Hey Jude que abría entre sus manos el aplauso. Aquel concierto hizo memoria, pues los uniformados, quedáronse clavados en la danza o en la cintura de las chicas feeling que coreaban Happiness is a warm gun. El presidente de la cuadra ya loco de remate buscó a Michelle y se perdió en su dromedario, arrastrando su casa a otra manzana porque la de Los Beatles se le estaba pudriendo en la cabeza. En un lugar de mi primer amor un disco de Los Beatles se desnuda y redobla invicto en mis oídos el esplendor de la nostalgia. Adolescencia, por Dios, Don’t let me down. *** Flamboyán de la tarde Cuando el flamboyán madure mi pared de ladrillos habrá echado raíces. Las flores de terracota, en su horizontalidad serán el anhelado equilibrio donde se pose mi libélula a recitar sus soliloquios y convertir sus horas en hazaña como Penélope hilando la fidelidad. Cuando el flamboyán madure mis horas de Martí darán su fruto, sabré mejor el credo de las hojas y volverá mi infancia con sus soles y sus atardeceres de Velásquez. Cuando me llame su sombra fértil a devolverme mi país, o al menos a darme un templo donde desnudarme sabré entonces mi Dios, sabré mi verso. *** Poema en cuatro movimientos La mañana Tiene sinsontes y gallos clandestinos; y aromas de lejanas fragancias, oscuras remembranzas de paisajes exóticos que alguna vez fueron ensueño, o tal vez la guerra. Despertarse al murmullo de ese nítido aroma y saber que la luz fúlgidamente anida en todo lo que es vivo, en todo lo que es muerto, en la sombra y el gesto del clavel y del lirio. Yo quiero una mañana despaciosa y lunática que tenga menos gases y más ramas. El mediodía Los rayos se hunden perpendicularmente sobre las tejas de la ciudad y extienden sus tentáculos de fuego —con toda irreverencia— entre las piernas de los transeúntes. El aire se mece lento, aparatoso, como un anciano de vidrio. Las calles sudan y se quejan del látigo indecente de las ruedas que van y vienen sin piedad por todo su esqueleto, dejando en el rostro de los de a pie el zarpazo de la combustión. La ciudad se asoma a los balcones con el torso desnudo. Una guitarra endulza el mediodía con su trova fascinante que me la quiero aprender. Las torres de la catedral bostezan campanadas para llamar a siesta y mi madre se duerme religiosamente. Después hará el café de treinta para las cinco. La tarde La tarde desciende lentamente hasta la Plaza de Marte y en los bancos de la glorieta se desnuda sin pudor. Le gusta detenerse en las guayaberas desvencijadas que saborean sus hojas de Vuelta Abajo y a ratos se empinan el fuego. La tarde es dócil debajo de los árboles donde los tomeguines se besan. Las sombras tienen un gusto salobre que invita a cambiar la historia. El cielo se vuelve anaranjado y los elixires descorchan sus fantasmas. El sopor es una melaza en el viento rojo del crepúsculo. Así se va la tarde Santo Tomás abajo camino al mar, alcohólica, mulateándose, hasta la negritud. Así se va la tarde Santo Tomás abajo camino al mar, alcohólica, mulateándose, hasta la negritud. La noche Es clandestina. Tiene los ojos pardos y el cuero terso. Es caliente en sus contornos, resbaladiza, un poco desobediente a los silencios y al orden público. Le gusta la parranda, el bailoteo, el guateque, el barullo, la serenata, y hasta el brete envuelto en papel de cartucho. Es hembra la noche de Santiago y le gusta asomarse a las guitarras y a los timbales para el jolgorio. Es hembra y tiene sed de varones rebeldes que se fuguen de las sombras y la violen soberanamente. ** Carlos Eduardo Cenzano ccenz057@gmail.com Escritor cubano (Santiago de Cuba, 1957). Estudió Licenciatura en Educación en las especialidades de español y literatura y ejerció la docencia hasta 1992, cuando pasó a residir en Estados Unidos. En 2008 concluyó su doctorado en Filosofía y Letras en la Universidad Internacional de la Florida (http://www.fiu.edu). Ha publicado los poemarios País de agua (Madrid, Betania, 2004) y Papeles de Santiago (Miami, EntreRíos, 2004). Tiene inéditos los libros de poesía Sonetos para calmar la sed (1996), Cuadernos de Bristol Park (1999) y Jardines invisibles (2009), entre otros, así como los libros de poesía para niños Un arcoíris del tiempo (1987), El libro de Mónica (1988) y Los sueños de Nino (1989). === Matemágicas Eva María Marabotto ================================== Miguelito era un chico como cualquier otro. Su padre lo dejó cuando tenían 7 años y quedó a cargo de su mamá, que tenía una pequeña casa heredada de su abuela, en González Catán. Miguel hizo la primaria con buenas notas y casi casi termina la secundaria, si no hubiese sido porque tuvo que salir a parar la olla. Tenía 15 años y le tocó salir a trabajar. Ya no alcanzaba para vivir con lo poco que ganaba su mamá limpiando casas. Las patronas cada vez querían pagar menos y la inflación se lo comía todo. Cierto que, según decían sus profesores, él era muy bueno en matemáticas. Pero tuvo que dejar en cuarto. Una pena. En la escuela había sido un chico normal, salvo por un par de detalles. Era espástico y era un genio de las matemáticas. Su madre se enteró de lo primero cuando la llamaron urgente del colegio, en los primeros días de primer grado. Tenía contracciones de cuello y de brazos incontrolables. Tics que parecían nerviosos y hacía un sonido extraño, como a tos, cada diez minutos. Eso ya le había pasado en su casa muchas veces, pero Nora —así se llamaba su mamá— pensó que los movimientos y los ruidos formaban parte de sus juegos. Cuando las maestras la alertaron, ella lo llevó a varios médicos, en la salita del barrio, el hospital del kilómetro 32, y perdió varios días de trabajo para que lo viesen en la Casa Cuna. Casi todos diagnosticaron lo mismo: una especie de parálisis cerebral que le llevaba a hacer esas cosas, que se había gestado en el embarazo cuando ella tuvo varicela, y que era tratable. Pero todos los tratamientos costaban una fortuna y no aseguraban nada. Con lo cual madre e hijo se resignaron a vivir con aquellos frecuentes ataques que hacían que los compañeros de escuela lo llamasen “aparato” y jugasen a imitarlo en el recreo. También estaba aquello de las matemáticas. En primer grado, cuando la maestra dibujó algunos números en el pizarrón Miguel sintió que se abría antes sus ojos un mundo inconmensurable. Un mundo en el que le iba a encontrar la felicidad. Antes de terminar el año no sólo sumaba y restaba mentalmente, sino que había conseguido que la señorita Marcela le explicase aquello de la multiplicación y la división. En tercero sacaba raíz cuadrada y había aprendido los números imaginarios. Desde el primer día terminaba los ejercicios mucho antes que sus compañeros. Su dificultad motora lo retrasaba, pero siempre terminaba importunando al docente de turno con preguntas sobre distancias astronómicas o cifras infinitesimales. En conclusión Miguel tenía un coeficiente superior a la media, pero iba a ser irremediablemente y por el resto de su vida espástico. Eso en el colegio obviamente le trajo sus pros y sus contras. A favor tenía que aprobaba con seis siempre las clases de gimnasia sin asistir, y docentes y alumnos se asombraban con su capacidad para los cálculos. En contra tenía que muchos se burlaban de él, casi todos. Tuvo que sobrellevar esa cruz hasta los once años, cuando como consecuencia de una burla que le hizo un compañero no saben de dónde sacó fuerzas para partirle un banco en la cabeza. Quince puntos de sutura en la cabeza del burlador, los ojos abiertos como platos de todos, y el reto de la directora a él y a la madre, le valieron a Miguelito el respeto y miedo de todos sus compañeros. No más gastadas. Y cuando venía un nuevo todos se encargaban de ponerlo sobre aviso. “Con el espástico no se jode”, le decían. Pero cinco años más tarde la convertibilidad había quedado atrás y los precios subían y subían. Y entonces el chico le descubrió una ventaja a eso de ser espástico y se anotó para vender billetes de lotería de La Solidaria. Para sumar algunos pesitos agregó a su puesto callejero un anexo de venta de accesorios para celulares. Con eso, y los trabajos de la mamá, no vivían bien pero alcanzaba. Miguelito se tomaba el ochenta y seis que iba a Once todas las mañanas, puntualmente a las seis y media. Allí se encontraba con un amigo de Nora que le había conseguido la changa de los celulares y le daba parte de la recaudación del día anterior. Con eso compraba la mercadería. Luego armaba el puesto con cuatro maderas, si los ratis no se lo habían confiscado el día anterior y empezaba el trabajo. A eso de las tres pasaba dos veces a la semana el de la Solidaria que le daba los billetes. Y así tiraba hasta las siete u ocho. Llegaba a su casa con un cansancio de órdago y al principio contaba los billetes en el bondi. Más de una vez lo arrebataron arriba y ahí se dio cuenta que la teca se contaba en casa, que era casi el lugar más seguro. Casi porque ya iban siete veces que salían con mamá uno que otro sábado y encontraban todo patas para arriba y las pocas cosas en manos de los amigos de lo ajeno. Menos mal que ellos guardaban los pocos pesos debajo de esa losa, en el patio del fondo. Aunque siempre había sido bueno con los números, el descubrimiento de sus habilidades matemáticas supernaturales le vino con la madurez. Una tarde de calor agobiante un cincuentón de traje y anteojos gruesos se acercó a comprarle una funda para celular en su puestito. Le dio cien pesos y Miguel le dio el vuelto casi instantáneamente. El hombre —que era Gustavo Esmoris, titular de la cátedra de Lógica Matemática en la UBA— se sorprendió y le preguntó si le gustaban los números. Y ahí mismo se comenzó a forjar esa amistad que no conoce ni de discapacidades ni de prejuicios sociales. Miguel iba a lo de Gustavo puntualmente, luego de su trabajo. Había días en que llamaba a su mamá y le decía que se quedaba a dormir en lo de Gustavo. Pasaban horas y horas frente a varios pizarrones que el profesor tenía en su departamento antiguo de la calle Yrigoyen. Hacían infinidad de ejercicios. Gustavo le ponía desafíos y Miguel los sorteaba como si estuviera surfeando en el mar, con soltura, pasión e incluso elegancia. Llegó un momento en que —si se soslayaba la formación académica de Gustavo— ya Miguel era infinitamente superior a su profesor. Él le escribía ecuaciones complicadísimas y Miguel las resolvía con una sencillez extrema, con la sencillez de los que tienen todo en su mente y sólo esperan que alguien aparezca por su casa para hacerles parir las ideas. Un día, cuando llegó a su casa, Gustavo prendió la computadora y le hizo ver una página en inglés. Miguel no conoció el idioma, y su amigo le tradujo que ofrecían cinco millones de dólares a la persona que resolviese un acertijo matemático. Miguel dejó de mirar las palabras. Se concentró sólo en las cifras porque sintió que las conocía de toda la vida. Se trataba de un problema donde había números reales e imaginarios que se le antojó parecido a otros que él ya había resuelto. Le pidió a Gustavo que se lo imprimiese y durante dos semanas no hizo otra cosa que mirar la página. Tomaba su puesto cada mañana y se sentaba con un lápiz a garabatear cifras en un papel. Por la noche se quedaba imaginando soluciones hasta que Nora venía a preguntarle qué hacía y si estaba preocupado por algo. Le mintió que hacía cuentas para tener controlado el presupuesto mensual, pero ella no quedó convencida así que empezó a quedarse cada vez más seguido en el departamento de su amigo profesor. Un lunes de mañana y entre restos de sánguche Miguel despertó a Gustavo y le dijo: “Lo tengo”. Asombrado Gustavo se calzó los lentes, se acomodó en pijama de solterón empedernido y comenzó a leer. Para su asombro, la respuesta era genialmente acertada. Durante una hora revisó y revisó las cuentas hasta que comprendió que estaba en presencia de un prodigio de esos que la naturaleza engendra una vez cada cien años. Miguel temblaba y se retorcía. En parte por su enfermedad y en parte por la emoción que sentía. Gustavo salió corriendo e hizo cerca de diez llamados. Habló en inglés, y chapurreó en alemán. También mandó mails a la página donde estaba el enigma. Volvió con la cara desencajada y le dijo a boca de jarro: “Miguelito, sos un genio”. Y se dejó caer en la primera silla que encontró. Completamente apaleado por la emoción. “En tres meses tenés que ir a Berlín, a buscar el premio”, le dijo a Miguel. Y ahí se dio cuenta de quién era su amigo en verdad: un espástico casi indigente, pero también el mayor genio matemático que tendría la oportunidad de conocer. Pero la cara que puso Miguel lo dijo prácticamente todo. ¿Cómo iría a buscar ese tendal de dinero, con su discapacidad a cuestas? Gustavo le explicó que iba a ser un evento mundial, y que sólo el sabio que había resuelto el entuerto podía recibir el premio. Además los grandes de la matemática del mundo querrían conocer al muchacho que había triunfado ahí donde ellos fracasaron. Fueron varias semanas de deliberaciones. Gustavo habló con sus contactos en la Facultad, la Sociedad Matemática Argentina e incluso con Adrián Paenza, un hombre de las ciencias pero también de los medios. Pero la respuesta fue inapelable. El ganador del concurso de números imaginarios era el invitado de honor del Congreso de Matemáticas que se iba a realizar en la sede de la Sociedad Internacional de Berlín. Durante varias semanas Miguel tuvo un sueño recurrente. Veía aquella reunión de expertos. Todos llevaban trajes oscuros, y algunos se habían puesto la toga y el birrete con los que se doctoraron. Entonces aparecía él, vestido con un jean y una camisa a cuadros comprados en el centro de Catán, y la visera naranja de La Solidaria. Se despertaba cuando estallaban las carcajadas. En una de aquellas madrugadas decidió que no iba a presentarse a buscar el premio. Prefería quedarse sin el dinero, a soportar la burla y el desprecio de los hombres de ciencia. Pero después recordaba los viajes interminables en el 86, desde Catán hasta Once, las mil changas que hacía su madre para llegar a fin de mes, desde limpiar por horas a coser camisetas de fútbol para un puesto de La Salada. Entonces se arrepentía y pensaba todo lo que podría hacer con 5 millones de dólares. Pedirle a su madre que dejase de trabajar y se dedicase a cuidar las plantas del jardín. Comprarle una casa bonita, pero no en Catán, sino en el centro de San Justo, cerca del shopping, para que pudiese salir a pasear cuando quisiese. No quería mucho para él. Quizás una calculadora científica, para verificar algunos de los cálculos que solía hacer a mano. O armarse su propia biblioteca de libros de matemáticas, para leerlos una y otra vez y descubrir nuevas soluciones para los enigmas que planteaban. Eso. Quería una biblioteca como la de Gustavo. Y a él sí que iba a hacerle un regalo especial. Tenía que pensarlo bien pero iba a ser algo grande, como crear una beca de matemáticas con su nombre. Pero estaba el problema de las risas. Miguel sabía que ni bien lo viesen, los matemáticos se iban a burlar de él. O quizás peor, iban a hacer que lo metiesen preso por mentiroso y estafador. ¿Cómo un pobre tipo como él iba a meterse con las ciencias matemáticas? Claro que Gustavo no podía entenderlo. El profesor estaba acostumbrado a que se burlasen de él. Fue el “cuatrojos” de su grado en la primaria; el “traga” que prefería los libros a las chicas en la secundaria y el alumno modelo que terminó la carrera en tres años y se quedó trabajando en la cátedra más codiciada de la facultad, con sólo 20 años. Miguelito encontró comprensión en un lugar inesperado. Se llamaba Dolores y era moza en la confitería que estaba en la esquina en la que Miguelito tenía el puesto de lotería y celulares. Ella quería ser actriz pero se mantenía con el sueldo y las propinas de camarera. Se podía imaginar el dilema del muchacho. Y decidió ayudarlo. Todos los días mientras servía las mesas de la vereda le aconsejaba sobre cómo “actuar” con normalidad. Dolores insistía en que, si se lo proponía y ensayaba lo suficiente, Miguelito podía meterse en la piel de un gran matemático. Sólo tenía que caminar con soltura, incluso desgarbadamente, usar anteojos gruesos y hablar lentamente, como al descuido, como si su mente jamás dejase de elucubrar soluciones para cálculos complejos. El hablar pausado no le iba a generar problemas, ya que siempre había tenido dificultades para expresarse claramente. Pero aprender a caminar le llevó varias semanas transitando hacia uno y otro lado la vereda de aquella esquina de Once, bajo la atenta mirada de Dolores que sugería más firmeza en el paso y mayor fiereza en la mirada. Un buen día llegaron los pasajes para Berlín y una nota muy amable en alemán y en inglés de las autoridades de la Sociedad Internacional de Matemáticas explicando que en el Congreso habría unos 500 miembros ansiosos por conocer en detalle el camino que siguió para la solución del enigma. No le preocupó exponer el razonamiento. Era capaz de escribirlo con los ojos cerrados e incluso de atrás para adelante o salteándose algún paso. Pero lo intranquilizó el hecho de tener que comparecer ante tantos sabios. Ante la inminencia de la partida, Gustavo le ofreció su único traje. Al fin y al cabo, lo había usado solamente una vez para el entierro de un colega. Dolores le prestó una valija y un gamulán de su hermano mayor para afrontar los rigores del invierno de Berlín. La noche anterior al viaje los tres cenaron en el departamento de la calle Yrigoyen, Gustavo abrió un vino que tenía reservado para una gran ocasión y Dolores los divirtió imitando a algunos de los clientes habituales del café donde trabajaba. Hicieron planes para festejar el regreso con otra cena, pero esta vez en Puerto Madero o algún lugar sofisticado de la ciudad. Como al pasar, Miguelito les confesó que ni siquiera le había contado lo del concurso a su madre, y que simplemente le había dicho que iba a quedarse unos días en lo de Gustavo. Ella era sobreprotectora y le hubiese dicho que iba a exponerse demasiado. A eso de las 12 Gustavo se fue a dormir. Dolores aprovechó para irse porque al día siguiente le tocaba abrir el café. Miguel se quedó pensando en la cocina del departamento. Al día siguiente el remís para llevarlo a Ezeiza tocó el timbre a las 6. Gustavo le ayudó a hacerse el nudo de la corbata para que llegase a Berlín impecable y lo acompañó a la puerta, repasando sus últimos consejos. Lo vio irse desde la vereda con mil recomendaciones de llamarlo cuando estuviese de vuelta. Dos días más tarde, Gustavo recibió un llamado de Berlín. Como ese era el número de referencia que había dado Miguel, alguien en alemán quería saber por qué no se había presentado. ¡Habrase visto semejante descortesía! ¡Había dejado plantados y sin saber la solución del enigma a los grandes sabios de la matemática mundial! Gustavo no entendía nada. Intentó comunicarse al celular de Miguel pero estaba desconectado. Fue a buscarlo al puesto de Once, pero Dolores le dijo que no había aparecido. Como último recurso llamó a la remisería. No le costó demasiado encontrar al remisero aquel que llegó a buscarlo para llevarlo a Ezeiza. Sí, se acordaba de aquel muchacho tan bien trajeado. Pero nunca entendió por qué, cuando iban por la autopista Ricchieri, a la altura del Camino de Cintura, le había pedido que lo dejase en la colectora, debajo del cartel que señalaba el camino a Catán. ** Eva María Marabotto evamarabott@hotmail.com Escritora y periodista argentina. Es licenciada en letras y magister en periodismo en la Universidad de San Andrés (http://www.udesa.edu.ar). Es periodista y editora del diario Clarín (http://www.clarin.com). Participó del equipo de investigación que ganó el premio “Rey de España” por el trabajo “Los papeles secretos de la embajada”. Colabora en diversas publicaciones electrónicas, tales como Suite 101 (http://www.suite101.net). Mantiene el blog Todas las Artes Argentina en http://todaslasartes-argentina.blogspot.com. === Trizas y trazos (extractos) Elena Camacho Rozas ================== *** Incendios fortuitos Tu corazón tiene la dureza del pedernal y la misma capacidad para encenderse. *** Fondo de armario La alegría en tus labios es un traje que portas sin ninguna elegancia; es casi una mueca de dolor que enmascaras. La minifalda roja que te ha quedado grande. *** Breve Es cansado llorar en largos versos... ¡Sea, pues, mi lamento contenido! *** Fábula Como las sierpes vamos arrastrándonos, rugiendo cual león amedrentándonos, intercalando abrazos de oso de peluche y fiera, como anguilas fugaces discurriendo, con la elegancia del gato de Angora, la locura altiva de la cabra en el risco y el sutil aguijón del escorpión. *** Antirrefrán Más valen cien pájaros volando que uno solo y enfermo en el cuenco implorante de tus manos. *** Sensibilidad La luz es invisible, la ceguera también. Pero la siente. *** El jardinero Cuando planto una planta creo crear todo un mundo que nace de mis manos. Mas contemplo en sus hojas la rúbrica de la luz, la tierra, el agua... y siempre me arrebatan su autoría. *** Caja fuerte Se crearon los labios como conchas para guardar en su caja fuerte los secretos. Pero buscando la gran perla un pescador severo horadó el misterio de su cripta entreabierta de vagina. *** Cabeza de chorlito Tienes pájaros en la cabeza para que puedan posarse en los nidos de tu sien. *** La vida es vello Los pelos que se te caen cuando te peinas dejan un rastro de calavera en tu cepillo. *** Bendita inocencia Envidias lo que tengo porque no me conoces. Envidias lo que no tienes porque ignoras cuánto vale. Envidio tu propia envidia: su inocencia la redime. *** Ahogos Llueve sobre mojado por eso andamos con el agua al cuello. *** Alas de plomo Se alzó de puntillas, agarrada al alféizar, para que el vértigo no diese con sus huesos en el centro de gravedad de la cuestión. ** Elena Camacho Rozas camachoe@gmail.com Escritora española (Santander, 1964). Es doctora en filología hispánica y trabaja como profesora de lengua y literatura en un instituto de su región. Ha quedado finalista en los premios José Hierro y Alegría, entre otros. Ha publicado los poemarios Versatilidad de la emoción y Ars adivinatoria / Trizas y trazos, así como el pliego de poesía La escala de Jacob, número 10 en la colección “Son de Sirena”. Textos suyos han sido recogidos en varias antologías poéticas de Cantabria. === Cuatrocientas Rolando Revagliatti ================================ Ocurrirá hoy. Ojalá resulte memorable. Digna esta Mariela para ser “la cuatrocientas”. Tal vez se lo diga. Tal vez no pueda contenerme, y ya que se fue estableciendo circulación confesiva... Sí, si funciona como espero, después de serlo, sabrá que ha sido “mi cuatrocientas”. Bonita cifra para un gentilhombre anónimo que todavía tiene su arrastre manteniéndose en forma, sin fumar ni comer ni beber en exceso, haciendo gimnasia, en fin, cuidando, sin matarme, la salud y el aspecto. Tengo a quién salir: mi padre: ducho, un estilista. “El traje de confección de la monogamia”, sentenciaba mi madrastra, “nunca le sentó”. A ella tampoco: “mi número uno”. Yo estaba abombado, sin ganas de levantarme para ir al colegio. Me reanimó con su terapéutica, envalentonándome, mi emprendedora y experta madrecita, docente, brisa despejadora, contando yo doce años, cincuenta y seis meses antes de que mi viejo la rajara. Después desfilaron hasta concreciones copulativas las siguientes trescientas noventa y ocho. En realidad, descartando a las que no me concedieron chance reivindicatoria tras haberme sobrevenido I. D. O. P. (indeseabilísimas dificultades operativas persistentes), en primeras encamadas. Ésas (minas jodidas) se me quedaron (no podría ser de otro modo) atravesadas. Fueron siete. No figuran en mi lista. Lista que fui conformando desde pichón, con seriedad: nombres, apellido, seudónimo, edad o edad aproximada, lugar de nacimiento, estado civil, señas particulares, actividad laboral y/o estudiantil, cantidad de hijos y otros datos familiares interesantes, instancias de la erótica, observaciones. No sumo tampoco a las veintitrés yirantas. Sólo a las que lo hicieron conmigo por amor o antojo. Con añosas fue siempre mi debilidad, mi propensión, lo más excitante. Con la única que logré eyacular siete veces en un mismo viaje carnal había una distancia de cuatro décadas. Yo andaba en mi apogeo gonadal. Fue cuando decidí no entrar a la universidad por más que me tiraba arquitectura. Algunas obtendrían resonancia pública: Julia Zabriurdián Nilsse como ensayista, periodista y empresaria: la traté cuando ella concluía el colegio secundario; Ivonne Iris Barnichitsi como especialista en esterilidad; Zoé como modelo y actriz. A otras las conocí ya notorias. “La cien” no fue comunicada de su ubicación en mi lista, pero a “la doscientas” se lo dije, la platinada señora de Szterenbirgt. La divirtió el honor. Me regaló un reloj carísimo y me rogó que la retribuyera con un recuerdo. Le obsequié un corpiño rosa, bordado, muy fino, que habían dejado debajo de mi almohada. Le quedó perfecto, no tuvo escrúpulos, y le produjo un recóndito regocijo: así es de fascinante el alma femenina. En cambio, “la trescientas” lo tomó pésimo, y además, no me creyó. La pobre chica carecía de humor. Acaso no valga la pena correr ese albur con esta de hoy. A esta de hoy me agradaría volver a verla, así, cada tanto, añadirla a quienes en la actualidad ya tengo en danza, llamarla para cuando me deprimo, para cuando se me arma un bache, para cuando agonizo en la estacada. Si sigo dándome máquina, soné. Mejor voy vistiéndome y rumbeo para la casa de Mariela, que a las nueve se largan los papis a Chubut y queda como única ama de la vivienda y de mi palpitar, esa cosita que estoy más impaciente que la puta que me parió, como si me estuviera por estrenar; como si no hubiera llegado a fifar con cinco pares de hermanas; como si nunca hubiese concertado citas (o arrebatado números telefónicos) con diez u once mujeres un sábado desde el crepúsculo hasta las dos de la mañana, siendo yo un pintón y rápido veinteañero; como si nunca me hubiese acostado por primera vez hasta con cuatro en una misma semana; como si jamás lo hubiera hecho, como por turnos, con tres en un lapso de veinticuatro horas; como si me fuera a casar con Mariela o con cualquier otra; como si estuvieran por donarme la Cordillera de los Andes en reconocimiento a mi vigencia en el arte amatorio; como si hoy me certificaran, y con la firma de Dios autenticada por peritos calígrafos, que no volveré a sufrir, ni a sobresaltarme, ni a padecer ataques de desasosiego o asma; como si, precisa e ineludiblemente hoy, después de las nueve de esta mañana de invierno y en domingo lluvioso, fueran a ungirme con algún otro sentido para mi vida de soltero alienado. ** Rolando Revagliatti revadans@yahoo.com.ar Docente y escritor argentino (Buenos Aires, 1945). Ha hecho estudios de realización cinematográfica, formación actoral, psicodrama psicoanalítico y psicoanálisis, entre otros. Entre 1988 y 2004 ha publicado los poemarios Obras completas en verso hasta acá, De mi mayor estigma (si mal no me equivoco), Trompifai, Fundido encadenado, Tomavistas, Picado contrapicado, Leo y escribo, Ripio, Desecho e izquierdo, Propaga, Ardua, Pictórica, Sopita y Corona de calor; los libros de cuentos Historietas del amor y Muestra en prosa, y la obra de teatro Las piezas de un teatro. Doce de estos libros se encuentran en distintas bibliotecas virtuales de varios países. Ha sido traducido y difundido a diez idiomas en medios gráficos y electrónicos. Ha coordinado cafés literarios y ha dirigido espectáculos teatrales. Textos suyos pueden leerse en diversos medios latinoamericanos y en su página, http://www.revagliatti.com.ar. === Poemas Alberto Ángel Pedro ======================================= *** Vanidad de la belleza Engañosa es la gracia y vana la hermosura: La mujer que teme a Jehová, esa será alabada. Prov. 31:30 ¿De qué te precias, belleza vana, mujer estéril y vanidosa?, ¿de qué te sirve, divina rosa, tener las manos de porcelana?; ojos divinos, faz de alabastro, piel cincelada por la alba luna... donde no existe mácula alguna, ¡donde se oculta fúlgido un astro! Vas por el mundo avasalladora, la vanidad es tu áurea bandera, tu eterno anhelo: ¡ser la primera!, ¡luminiscente como la aurora! Del mundo has elegido vivir entre delicias pensando que el invierno no habrá de herir tu pecho; con gula a tus amantes te ofrendas en el lecho y das a todos ellos pletóricas caricias. Esa virgen boca, de selecta fresa, que a los hombres ata, y en su red apresa, perderá el perfume de su actual encanto; no saldrá ante el tiempo para siempre ilesa, ni ha de verse libre por el desencanto. No confíes en los lenguajes lisonjeros, de los hombres sus palabras embusteras, que jamás serán veraces o sinceras: ¡no permutes tus caricias por dinero! No confíes en tu hermosura, de tu rostro la blancura, en tus dientes el marfil; mira, pues, que tu sonrisa, son las heces que desliza albañal impuro y vil. No concibas, ¡hay!, que tal vez eres el todo, hasta la azucena más diáfana y blanca el hombre insensato del suelo la arranca, ¡hasta las gaviotas conocen el lodo! Libra tu alma del placer, que es tan profano, no confíes en el engaño de sus galas, porque loco hace extraviar tu corazón. Porque he visto a mariposas, que sin alas, son, sin ellas, con justísima razón, sólo viles y patéticos gusanos. ¿Dime, tú, si eres prudente, si es que en ti hay leve cordura: acaso no se marchita la flor blanca que da abril?, ¿no se gasta el mármol bello que da forma a la escultura?, ¿acaso la piel hermosa no se vuelve un día senil? ¿Qué será de tu existencia envejecida, cuando sepas de orfandad y desamparo?, cuando se haya consumido al fin tu vida y no encuentres en el mundo nunca amparo. Cuando la fortuna se te niegue y la gloria dulce de tu frente, que admirara tanto en ti la gente, a cubrir tu cuerpo nunca llegue. Cuando en ti ya no se encuentre la salud, ni las fuerzas de tu antigua juventud, cuando más ya no despiertes la lujuria de los hombres y su pérfida maldad. Cuando llegue a ti ese tiempo traicionero, hallarás sólo en sus ojos odio y furia, o tal vez, algún rescoldo de piedad. Hoy tu vida es como un místico capullo, una rosa que no ha sido maltratada. Lleno está todo tu ser de vano orgullo, mas tus penas llevarán de ti un murmullo, cuando vieja, tu memoria sea olvidada. *** ¿Qué es el amor? ¿Qué es el amor?, apasionada me preguntas, mientras tu rostro enternecido al mío lo juntas. Caminas lenta, y yo, a mi vez, también camino; mientras se esparce en la quietud de la campiña, el dulce canto de un gorrión, que con su trino, te da respuestas melodiosas, ¡dulce niña! El amor, yo te respondo, es sutil, profundo y grato, ¡pero mira que en el fondo peca a veces de insensato! El amor es en nosotros una entrega, que al amante corazón perturba y ciega. Una entrega, y a la vez, una renuncia, ¡una antorcha que ilumina con su luz!, un lenguaje magistral que nos anuncia los hermosos sentimientos de Jesús. El amor nos precipita hacia otra esfera, nos impulsa con vehemencia siempre a amar; es la llama inextinguible de una hoguera, ¡cuyo incendio, no se puede nunca ahogar! ¡El amor es envolvente, como un lazo, que nos ata al ser amado en un abrazo! Es antídoto, y sin duda, es un veneno, es benéfico alimento de las almas, más potente que el estruendo de mil armas; es, a veces, pernicioso y también bueno. El amor es una soga, sustancial y dulce droga que nos une a lo divino en angélica pasión. Es el cáliz lo que al vino, ¡lo que al santo la oración! El amor es insensato, ¡ya lo he dicho!, ¡está dado al corazón y a su capricho!, con sus dardos de pasión nos enloquece y en nosotros como flor mística crece. Existe en el amor un canto, del albo ruiseñor su trino, semeja la piedad de un santo y el alma del Creador Divino. El amor no tiene límite o fronteras, no distingue entre verdades y quimeras, ¡aniquila con sus sueños las razones y alimenta de ilusión los corazones! El amor nos da tan cálido su abrigo y al momento presuroso nos despoja, como el viento a la azucena la deshoja y se lleva su perfume fiel consigo. Es tan grande este profundo sentimiento que une a dos en un hermoso pensamiento. El amor es como un vaho, a un perfume se asemeja, ¡lo que el orden es al caos!, ¡lo que el polen a la abeja! *** Canto de dolor a María Luisa Tu amarga muerte, Luisa hermosa, se encuentra impresa en mi memoria. ¿Te habré de hallar quizá en la gloria, transfigurada en bella rosa? La nítida noche, en la cual tú partiste, los astros lucían un brillo acentuado, ¡abrázame fuerte, con pena dijiste, recuerda conmigo los años pasados! Recordé la vez que fuimos a un jardín: Tú me diste un excelente par de rosas, yo te puse entre las manos un jazmín; ¡qué benditas esas tardes venturosas que vivimos, sin hallar jamás un fin! Tomé yo tus manos con ansia infinita, la pena profunda mi ser apresaba y al ver que tu vida como ave escapaba, ¡besé entristecido tus blancas manitas! Miré con desconcierto lo hermoso de los cielos: ...¡La luna se elevaba preciosa, clara y llena!, ¡qué noche tan callada, qué noche tan serena! Mi rostro entristecido besólo el aire tibio, Mas todo en tu semblante, en tu rostro infante y níveo, doliente y consumido, lo hallé más frío que el hielo. ¡Cómo cintilaba en la expansión un gran lucero!, ¡cómo se esparcían del rosal bellos olores!, entre la tragedia y el pavor de tus dolores, con tu voz sedienta musitabas: ¡yo te quiero! Y ahora, exhausta, respirando en forma cruenta, la desdicha se agitaba en ti violenta. —Cuando muera —(me dijiste en el oído)—, no te angusties, ni te llenes de zozobra; “porque es ley darle a los muertos paz y olvido”, ser felices en la vida que nos sobra. No conviertas tu existencia en cruel prisión, ni te vuelvas del pesar triste cautivo; porque mientras en el mundo sigas vivo busca asirte con urgencia a una ilusión. Porque sé que es dilatado en ti el dolor y el futuro en adelante será incierto, pero sé también que crece en el desierto de la vida, la esperanza, como flor. ¡Cada vez está el sepulcro más cercano!, aunque en él tú no sepultas mi cariño: ¡Me verás en la sonrisa de algún niño, o en el gesto bondadoso de un anciano! No veré más el vaivén de las campanas que resuenan dulcemente al mediodía, ni tendré jamás tus manos en las mías, cuando el pelo, por el tiempo, pinte canas. Con mi muerte, nuestro amor no se termina. Mi cariño, en este trance, es soberano y el Señor es esa luz que me ilumina, pues la fe que hay en mi ser es tanta, tanta; nuestro amor será, en el tiempo, como un grano que se pudre, pero de él surge una planta, que la luz del sol radiante la germina. Yo sentí que agonizaba en mí la paz, pues tus voces se apagaban más y más. Miré el cosmos... vi sus luces mortecinas, fulgurando como perlas cristalinas. Cintilaban en el cielo estrellas mustias, ocultándose en el pico de los cerros, y tal vez adivinando mis angustias, ¡a lo lejos se escuchaba aullar a un perro! Quise darte mil abrazos, en aquel triste momento, de tu voz partió un lamento y moriste entre mis brazos. Por eso, tu muerte, mi cándida Luisa, se encuentra constante, por siempre en mi historia; tu nombre susurra la cálida brisa, ¡tu nombre que siempre estará en mi memoria! *** La madre y la niña En una pequeña y modesta casita, muy lejos del mundo y su turbia maldad, en franco reposo una niña dormita: ¡Su rostro refleja la dulce bondad! Sus párpados cierran la noche callada, que viste de estrellas su faz constelada, inmersa se encuentra en un mágico sueño, donde hay muchas flores y un bosque abrileño. En tanto, la madre, con paso cansino, sacude los muebles que existen en casa; observa en la verja que da hacia el camino, los rostros felices de gentes que pasan. Con rostro sombrío, con faz contristada, comienza de nuevo la casa a ordenar, y al ver el semblante de su hija adorada, sus lágrimas ruedan y empieza a llorar. La niña no sabe las duras tristezas del mundo en que vive su madre sufrida; un tétrico mundo, de tantas vilezas y grandes carencias que impone la vida. Recuerda, entre lágrimas tristes, a un hombre, las tardes cuando ellos pasearon del brazo; cobarde negó a la pequeña su nombre, dejándola sola con ese embarazo. La niña no sabe que no hay ni dos pesos que puedan el hambre mañana calmar, que al paso del tiempo le duelen los huesos, ¡de tanto que lava, de tanto planchar! Mas todo el cansancio para ella es muy poco, no importa que le hayan subido la renta, que velas le alumbren en vez de algún foco ...¡que un lóbrego frío en sus pies blancos sienta! Los días son austeros y muy peligrosos. Incluso hay un hombre que, ajeno al dolor, le ofrece regalos, diversos y hermosos a cambio de que ella le brinde su amor Se sienta en la cama, la débil mujer, contempla una foto del hombre que amara, el hombre que a diario su cuerpo ultrajara, ¡buscando en las noches tan sólo placer! Y así es como pasan los días en la vida de aquella mujer valiente y hermosa, cuidando resuelta a su niña preciosa, por quien toda pena con ánimo olvida. ¡Qué importa el dolor que agobia a su ser, su amor por la niña la torna más fuerte!; ¡qué importa el pesar, o la trágica muerte, si mira a la infante contenta crecer! En tanto, la niña, de lindo semblante, del luto mundano y terreno es ajena; no sabe de llantos, no sabe de penas, su vida es un juego veloz e incesante. Es casi de día, la noche ya cesa, y el sol, con destellos, comienza a irradiar. Al cuarto de su ángel, la dama regresa: La mira encantada, su rostro lo besa ...¡y exhausta el trabajo lo vuelve a iniciar! *** La prostituta La miré salir de un antro citadino, abrigándose del viento con un chal; en su rostro, que fue ayer terso y divino, se asomaba una sonrisa artificial. Se marchó por la avenida hasta su hogar, extenuada por sus lóbregos excesos; ¡sintió un asco repugnante por los besos, que de un ebrio, tuvo estoica que aguantar! Al llegar a su modesta habitación, se tumbó en una litera con fruición, y su mente, hacia el pasado, fue con ansia; ¡evocando las memorias de su infancia, le dolió profundamente el corazón! Los recuerdos absorbieron su atención, dejó un poco de sentirse despreciada por el odio de este mundo cruel, perverso; ¡qué feliz fue niñez, tan adorada, cuando todo lo que tuvo en su universo fueron dulces y galletas de bombón! Revivió su adolescencia, con placer; los trece años, florecientes de ilusiones; las hermosas y sublimes sensaciones, que en su cuerpo, producía la primavera; ¡cuando aquella dulce niña, que antes era, le dio paso vigoroso a la mujer..! ¡Cuántos sueños construyó regocijada, descubriendo en sus vivencias el amor!; ¡Recordar que a los diez y ocho fue violada le produjo un melancólico dolor! Al venirle los recuerdos del ultraje, un temblor estremeció su frágil ser, ¡mientras lágrimas mojaban su camastro!; aquel mes que la violara su padrastro, juntó ropa necesaria en su equipaje ¡y se fue, para ya nunca más volver! En la calle, por doquiera que miraba, halló siempre la exclusión más absoluta; tuvo entonces que vivir en arrabales, se hizo amiga de un sin fin de homosexuales, ¡todo el mundo, con desprecio le gritaba: Allá va la miserable prostituta! Muchas veces, maltratada por “su oficio”, alejarse de esa vida procuró, ¡cuánto quiso desechar todos sus vicios, pero nadie en este mundo la apoyó! ¡Cuántas veces anheló, en su pobre ser, conducirse por caminos bien distintos!; ¡no ser vista como objeto de placer que despierta los más sórdidos instintos! ¡La maldad que hay en el hombre la ha marcado, le ha esculpido con dolor profunda huella!, puesto que él, con morbo sádico, la ve; satisface sus instintos cruel en ella, ¡despiadado de mil formas la posee! ...La miré salir de un sucio lupanar, con un chal se cobijaba la cabeza, ¡en su rostro pude ver la gran tristeza que a la pobre prostituta hace llorar! *** Sátira amarga de un matrimonio ¡Allá va, feliz y cándida Lucrecia, a su boda, con auténtica alegría!; ¡sin saber que le depara una agonía que está a punto de sellar en una iglesia! Pronto habrá de despertar del dulce sueño, en el cual ha puesto toda el alma entera, ¡no imagina el cruel martirio que le espera con el hombre que ha pedido para dueño! ¡Qué le importa no tener un patrimonio!, ¡que del novio se oigan malos testimonios! ¡Ella va, feliz y alegre, pregonando su optimismo desbordante por las calles!, sin pensar que en poco tiempo irá llorando; “Porque es ley, que consumado el matrimonio, se sepulten, para siempre, los detalles”. ¡Mas no quiero ser un cínico aguafiestas!, que sea el tiempo quien le enseñe, con los años, que una esposa lava ropa, limpia baños, ¡pero nunca ha de asistir a alguna fiesta, donde alegre se festeje un cumpleaños! ¡Pero miren qué sonriente va Lucrecia!, ¡si parece que al dolor audaz desprecia!, ¡qué le importa la desdicha en el futuro y el pensar en un mañana tan oscuro! Su mamá, desde hace tiempo, le ha advertido que el fulano es mujeriego, y también pobre, que cuando éste se convierta en su marido, ¡sólo golpes será el sueldo que ella cobre! Cuando pasen, tal vez, ocho o nueve meses, ya sabrá que el matrimonio da reveses. Cuando él venga del trabajo, ¡fastidiado!, pedirá que la merienda esté ya puesta, que al placer matrimonial esté dispuesta, ¡si no quiere verlo serio y disgustado! ¡Qué decir de los asuntos en su hogar!, ¡los problemas que vendrán a cada paso!, ¡qué terribles han de ser sus embarazos!, ¡a qué precio su capricho ha de pagar! ¡Pero qué feliz se mira así Lucrecia, en su rostro una sonrisa se le aprecia! Ella pronto ha de saber qué es el engaño, ¡Lo más duro ha de venir después de un año! Mas, ¡qué importa aquel adverso porvenir! Los anillos están listos para usarse, ¡y los novios, desesperan por casarse! Pronto habrá de despertar del dulce sueño detestando a quien hoy quiere con empeño. ¡Pobrecita!, ¡cuánto mal ha de sufrir! ** Alberto Ángel Pedro aangelpedro@hotmail.com Escritor mexicano (La Gloria, Perote, Veracruz, 1971). Es maestro de computación. Ha publicado textos suyos en portales como Mundo Poesía (http://www.mundopoesia.com), TusTextos.com (http://tustextos.com), Tierno Amor (http://www.tiernoamor.com) y La Página de los Cuentos (http://www.loscuentos.net), entre otros. === ...Más tendrán sentido (con un nombre) Begoña Roldán Juez ======== Hace dos horas, treinta y siete minutos y dos segundos, me he inventado mi nombre porque sé que pronto va a llegar mi hora. Muchos de mis compañeros han caído ya, anónimos, sin nicho, sin honores, sin duelo. Yo, como ellos, estoy preparado para morir, pero antes quiero gritarle al mundo que una vez existí y me sentí vivo. Quiero darles, a aquellos que conozcan mi desgraciada historia, un nombre para recordarme, pues con mi sola descripción no bastaría, tan iguales somos entre sí todos los de mi raza. Permanezco agazapado a la espera de la mano que busca y que requiere. Ella y sólo ella, blanca, humana, miserable, elige. La vida y la muerte para Ella son cuestión de azar. Tengo miedo pero no lo expreso porque los míos no lo consentirían. Me aplastarían antes de que el Ejecutor lo hiciera. Para los nuestros es un honor el sacrificio. Sabemos que, sin él, no existiríamos. Somos, como el toro bravo, una especie fabricada para la aniquilación. Pero yo no quiero ser eliminado, yo no pedí estar aquí y hubiera preferido no existir jamás que tener que esperar en este estrecho corredor de la muerte. Pero no tengo opciones. Sólo esperar, quizá, a que el Ejecutor muera y nos deje olvidados en esta celda. Vosotros no tenéis ni puta idea de lo que se siente perteneciendo a una especie en vías de extinción. Si vivimos, nos elimináis. Si ya no valemos para vuestra distracción y perdéis el aliciente de destruirnos, dejamos de nacer, puesto que en vuestra mano está también el darnos la vida. Lleváis años siendo los amos y señores del mundo, haciendo y deshaciendo a vuestro antojo. Creéis que eso durará para siempre, pero no es así. Sois una especie defectuosa y sedienta de sangre. Nos miráis con desprecio, como si fuésemos monstruos, pero, ciertamente, deberíais saber que la verdadera aberración era el inventor Víctor Frankenstein y no su criatura, que sólo era una víctima de su enfermiza mente. Nosotros, a los que llamáis asesinos, contra los que advertís a vuestras crías, sólo somos el fruto de vuestra perversidad y avaricia. Lo que más odio del hombre es que nunca se considera culpable de sus actos. Pertenezco a una generación de seres alterados químicamente y, por ello, potencialmente destructivos. Pero no todos los míos fueron así. Mis más remotos antepasados vivían en paz y armonía con los humanos. Éstos, a veces, exigían el sacrificio de uno de los nuestros, pero aquello suponía un paso místico en nuestras vidas, porque los hombres de entonces nos respetaban y nos dejaban vivir en nuestro medio natural, nos cuidaban y no nos mataban por vicio o diversión. El momento de la muerte suponía una comunión con nuestro verdugo; y nuestro espíritu pasaba a formar parte del de él una vez extinguido nuestro cuerpo. Después llegasteis vosotros, los hombres que os llamabais a vosotros mismos “civilizados”, y acabasteis con vuestros respetables semejantes porque no tenían vuestras costumbres europeas. Cuando sometisteis a nuestros amigos, secuestrasteis a varios de los nuestros y nos llevasteis a vuestros países. Después comenzó el genocidio de nuestra especie, alcanzando sus cotas más altas en los años 40, cuando incluso se puso de moda en el cine exhibir cómo asesinabais a mis congéneres. Ahora nos insultáis y decís que somos malos para vosotros. No puedo entender la contradicción humana. Durante siglos, por ejemplo, habéis hecho escarnio del toro públicamente. No os ha bastado con matarlo en su indefensión, sino que, además, lo habéis hecho sufrir hasta morir, deleitándoos con el sangriento festival; mirando el espectáculo sin pestañear... Y, sin embargo, cuando la pobre bestia se defiende y, por azar, atrapa a su asesino, con mano trémula os tapáis los ojos, como si no fuese de esperar que, cuando dos se enfrentan, cualquiera puede resultar herido. Jugáis con la ventaja del que se sabe siempre vencedor, pues hasta cuando se os vence, acabáis imponiendo vuestro poder sobre el ganador y lo matáis. De este modo, mediante la fuerza, la tiranía y el poder, sois los vencedores de la historia y los dueños del mundo. Vosotros, y sólo vosotros, nos habéis convertido en un veneno y luego nos odiáis porque nuestra toxicidad os daña. Tampoco entendéis del silencio. Los que se saben muertos, poco hablan. Si vosotros, humanos, sois tan charlatanes como cotorras, es porque creéis que podéis desperdiciar todo el tiempo del mundo en jugar con las palabras. La muerte os acecha tanto como a mí, pero como vivís cegados por el egocentrismo y la soberbia, no sois capaces de verlo y, por tanto, disfrutáis fingiendo que todo ocurrirá mañana. Me gustaría parecerme a vosotros en ese sentido y creer que hay una esperanza para mí, pero miro a los míos apretados y silenciosos, oigo las campanas invisibles de nuestra conciencia colectiva tocando a muerto, veo a mis compañeros tendidos y arrugados en el suelo y entonces sé que no hay esperanza posible. Para vosotros tampoco la hay, pero felices sois enfangando vuestra inteligencia con la ignorancia y ocultando la línea del horizonte construyendo edificios. Os lo digo antes de desaparecer: por muy altas que sean vuestras torres, un día caerán. La muerte no distingue las clases sociales y no acepta sobornos. ¿Acaso vosotros hacéis distinciones a la hora de matarnos? Da igual que pertenezcamos a la más alta cuna o a la más baja escoria, siempre nos abrasáis sin piedad para vuestro disfrute. Puede cambiar el verdugo, mas no la pena. Tengo miedo, la mano se acaba de llevar a mi compañero de al lado. Sólo quedamos dos y nos miramos fúnebremente. Mi mente se contradice: a ratos quiero que él sea el primero porque así mi vida podrá extenderse un poco más. Por otra parte pienso que permanecer aquí en soledad aguardando el instante sin ninguna fe de escapatoria (ya que al ser el último voy a ser el elegido para la cremación), sería terrible y prefiero que me escojan antes que a él. Intento darle conversación pero tiene demasiado miedo para hablar. Yo pienso que, expresando mis pensamientos, una parte de mi terror saldrá y pasará a pertenecer a los demás. Vosotros, que ahora mismo sois testigos de mi historia, saboreáis en parte mis sensaciones y, por tanto, no estoy solo sintiéndolas y no son tan abismales. Han pasado tres cuartos de hora y nada. Quizá el Ejecutor se haya olvidado de nosotros. Eso es lo peor que nos puede pasar, a no ser que sea de forma permanente. Por lo general, un Ejecutor puede dejarnos en un segundo plano para ejecutar a una nueva oleada de los nuestros que acaba de llegar y que le pilla más a mano, pero no suele dejar cabos sueltos y, tarde o temprano, volverá para terminar su trabajo. La noche ha caído sobre la tierra y alcanzo, desde mi celda, a ver las estrellas. A veces me pregunto cómo el ser humano puede ser tan malvado si tiene entendimiento para comprender la belleza de la tierra. ¿Cómo alguien que es capaz de ver el firmamento nocturno y de sentirlo libremente puede luego albergar el mal en su corazón? No lo sé, pero así sois. He despertado con una sacudida, la Mano agita la celda para que nos movamos y nos veamos obligados a salir. Mi compañero y yo tratamos de apegarnos a las paredes y no asomamos el pescuezo. El Ejecutor opta entonces por romper el techo de la prisión y sacarnos por ahí a la fuerza. Me ha escogido a mí y mientras me iza, pienso que, aunque sólo sea por unos instantes, puedo sentir esa sensación vuestra de montaros en una atracción de feria. Soy un ser que se eleva velozmente impulsado por una fuerza superior. Cierro los ojos y me imagino que soy uno de vosotros en una noria... Los segundos parecen eternidades. Temo el sonido fatal pero aguzo los oídos para escucharlo de una vez, quiero que todo acabe. Por fin escucho el “chas” del arma homicida. Noto cómo vuestro semejante aprisiona mi cabeza con su enorme boca y me deja colgando de ella. Después acerca la llama a mis pies y los prende. Pienso en todos los míos que se convirtieron en ceniza antes que yo, pienso en los vuestros que también fueron reducidos a pavesas a causa de las llamas en la hoguera, pienso que, quizá, mientras el Ejecutor me mata, yo, con mis efluvios venenosos, lo estoy matando y también me doy cuenta de que eso no me reconforta. Mi especie no os guarda rencor porque el mal no existe en nuestro interior. No hay dolor tan grande como la abrasión hasta el paroxismo. Mi cuerpo se desvanece ante mis ojos y no hay urnas para mis restos, y no hay mares donde arrojarme como a mí me hubiera gustado. Caigo en una vulgar acera de un vulgar barrio, que pertenece a un vulgar municipio de una vulgar ciudad. Desaparezco sin pena ni gloria, sin nadie que me llore o me recuerde; si acaso, el único que lamenta mi muerte es el reo que ha permanecido enjaulado, sabiéndose el próximo. Me voy y pienso que mi dolor no os importa, que me olvidaréis tan pronto como hayáis acabado de escuchar mi historia. Os gritaré que no soy uno más, que yo mismo, para alcanzar una identidad, he inventado un nombre para mí hace 28 horas, 39 minutos y cinco segundos. Mi nombre es Tristán porque mi existencia viene marcada por un Destino trágico y cruel del que no puedo escapar. Recordadme porque soy vuestro hijo, porque sois mis padres. Ahora alcanzo a ver las paredes del exterior de la que fue mi celda a lo lejos, donde un grafiti reza el siguiente lema: “Fumar puede matar”. ¡Que me lo digan a mí! Por cada uno que cae de los vuestros, caen miles de los míos. El hombre: nuestro padre, nuestro fabricante, nuestro amo, nuestro dios, nuestro comprador... definitivamente, perjudica seriamente nuestra salud. ** Begoña Roldán Juez briseida1978@hotmail.com Escritora española (Madrid, 1978). Licenciada en filología hispánica, trabaja actualmente como profesora de lengua castellana y literatura en un instituto de enseñanza secundaria. Ha ganado, entre otros, el premio de la Asociación de Rol “El Huerto del Cura”, de Fuenlabrada. Pertenece al foro poético del café Libertad 8 y publica en él con asiduidad. ||||||||||||||||||||||| EL REGRESO DEL CARACOL |||||||||||||||||||||| === El siglo de oro de la poesía taurina ================================== === Salvador Arias Nieto (compilador) ===================================== Poesía Aula de Cultura La Venencia (http://www.lavenencia.org) Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria (http://www.consejeriactdcantabria.com) Maliaño, Cantabria, 2009 ISBN: 978-84-613-6521-0 916 páginas Después de seis años de publicar una primera edición —que comentamos en Letralia 112 (http://www.letralia.com/112/caracol01.htm) el 16 de agosto de 2004—, el español Salvador Arias Nieto (Santander, 1944) ha reunido lo mejor de la poesía española dedicada a la fiesta brava, esta vez en 916 páginas, trescientas más que en aquella oportunidad. El siglo de oro de la poesía taurina (http://siglodeoropoesia.blogspot.com) es una antología monumental que ha comportado labores de rastreo y documentación desde 1997 sobre una base total de cinco mil poemas, que tras la selección —en la que participaron Conchita Santamaría Guillén, Carmen Postigo San Emeterio y Enrique Torre Bolado— arrojó esta antología con casi quinientos poemas de más de trescientos autores nacidos o nacionalizados en España, y de cuya distribución topográfica da cuenta un agregado que saluda al lector al abrir el volumen. Los autores son presentados cronológicamente partiendo de su año de nacimiento. Así, el libro recorre el género a través de todo el siglo XX e incluso buena parte del XIX, desde José María de Pereda (1833-1906) y Salvador Rueda (1857-1933) hasta los más jóvenes del conjunto, Francisco Javier Cano Expósito (1973), Carmen Moreno (1974) y Rafael Peralta Revuelta (1978). Entre otros autores seleccionados se encuentran firmas fundamentales de la literatura de habla hispana como Miguel de Unamuno, Gabriel Celaya, Gloria Fuertes, Miguel Hernández, Federico García Lorca o Manuel Machado; los ganadores del Premio Nobel de Literatura Vicente Aleixandre y Juan Ramón Jiménez; los ganadores del Premio Cervantes Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Antonio Buero Vallejo, Gerardo Diego, José García Nieto, Jorge Guillén, José Hierro, Luis Rosales y Francisco Umbral; sacerdotes como Ramón Cué o Juan María Robles Febré; militares como José Fernández Gallart o Federico de Mendizábal, o incluso dos toreros: Mario Cabré y Rafael de la Serna. En las notas con que se acompaña esta nueva edición se explica cómo fueron seleccionados los textos: “Comenzamos la tarea revisando, analizando y tamizando los más de cinco mil poemas con temática taurina que se han examinado y verificado en las múltiples sesiones de trabajo. Basándonos en criterios tales como la calidad artística de la obra, la belleza y originalidad de la misma y la riqueza y expresividad del lenguaje, han quedado antologados un total de 334 poetas a los que pertenecen los 486 poemas recogidos en esta nueva edición”. Aspirando a ser obra de consulta definitiva sobre el tema, el libro incluye un documentado estudio sobre la poesía taurina, a modo de introducción, así como una amplia bibliografía y cinco índices: alfabético, cronológico, topográfico, temático y onomástico. Una sección final titulada “Plaza vacía” añade un resumen estadístico con datos de interés sobre las profesiones de los autores o los premios que han recibido. Y, quizás como velado anuncio de una nueva edición futura, arroja el dato de que se han quedado en las alforjas más de doscientos textos de 114 autores de 22 países, entre los que se encuentran Lord Byron, Jean Cocteau, Jorge Luis Borges, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Nicolás Guillén o César Vallejo, entre otros. === El libro más triste del mundo Otilio Carvajal Marrero ============ Novela juvenil Fundación Editorial El Perro y la Rana (http://www.elperroylarana.gob.ve) Caracas, 2010 ISBN: 978-980-14-0844-4 152 páginas “Mi cabeza está en lo alto, tiesa, y no puedo dirigir la vista hacia abajo porque cada vez que lo hago los mareos me matan”. Tal es la primera descripción que hace de sí mismo Lucas, el protagonista de este libro, un chico que ha sufrido un accidente y vive asistido por diversos aparatos, con el crecimiento estacionado en las dimensiones de un niño y una familia que lo ama y lo sufre al mismo tiempo, y que se apresta a la visita del abuelo con una posible solución a los males de Lucas. Ganador en 2005 del Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara, en Cuba, El libro más triste del mundo tiene como uno de sus principales aciertos el tratamiento de temas poco frecuentes en las novelas para jóvenes. Carvajal Marrero hace uso, además, de la técnica de alternar los puntos de vista de los personajes con la de un narrador omnisciente. El libro es ilustrado por Nathaly “Lemur” Bonilla y forma parte de la colección “Caminos del Sur” de El Perro y la Rana, en su serie Naranja, dedicada a jóvenes de doce años en adelante. De él dice, en el prólogo, José Luis Mederos: “Otilio violenta las reglas aun sin quebrarlas: escribe un libro que nadie querría leer si se lo contaran, a la vez que resulta imposible dejarlo una vez comenzada su lectura: pone un título de lo más pretencioso cuando difícilmente podría encontrar otro mejor. Contradicción sobre contradicción, el texto condiciona la neurosis una vez que el discurso ingenuo y desapasionado del protagonista abduce al amor y el perdón”. Carvajal Marrero es oriundo de Chambas, al norte de Cuba, donde nació en 1968. Ha ganado los premios José María Heredia (teatro, poesía), Manuel Navarro Luna (poesía), Regino E. Botti (teatro), Eliseo Diego (novela para jóvenes), Fundación de Santa Clara (poesía y novela para jóvenes), Ediciones Vigía (poesía), Beca José J. Milanés (teatro), Raúl Gómez García (poesía), Beca Ciudad del Che (novela para jóvenes), Premio Poesía de Primavera (poesía), Premio Raúl Doblado (poesía) y Fundación de Santa Clara (novela para jóvenes). Es profesor único del Taller de Formación Literaria El Viajero. Entre sus obras destacan Libro del profanador (poesía), Pájaros de noche (teatro) y Ponme la mano aquí (novela para jóvenes). Ha sido incluido en más de cincuenta antologías de poesía y narrativa cubanas e hispanoamericanas publicadas en Cuba, España, Argentina, México y EUA. ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “La novela quizás sea una forma sofisticada de trabajar sobre el impulso básico que es narrar. La novela funciona paradójicamente sobre la idea del cazador cazado, el narrador narrado, en este caso. El que cuenta historias cree que porque conoce el arte de narrar es el que puede engañar o convencer a los otros, a los lectores, y todo el tiempo está siendo engañado por sus amigos, que también le están contando historias sin que se dé cuenta. Y al final en cierta forma el escritor termina siendo el más ingenuo, porque es el único que se cree lo que ocurre en las novelas”. Edmundo Paz-Soldán, entrevista con Susana Pajares Toska (http://www.ucm.es/info/especulo/numero12/paz_sold.html). En: Espéculo, Nº 12, julio-octubre de 1999. === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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