~~~~~~~~~~~~~~~ Año XVIII Cagua, Venezuela Nº 295 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 17 de febrero de 2014 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ ISSN: 1856-7983 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | (Im)posturas, de Gazir Sued. / Ciclo “Cada Cual”, en | Breves Alicante. / Ácronos, antología de relatos steampunk. / | Revista Historia Caribe recibe trabajos para su próxima | edición. | | Donan a la BNE un manuscrito inédito de La colmena, de | Noticias Camilo José Cela. / España invierte más de dos millones | de euros en e-books para préstamos. / El español | Fernando Aramburu obtiene el Biblioteca Breve. / | Gioconda Belli y otros artistas nicaragüenses reciben la | Orden Curie. / Documentos de Ernest Hemingway fueron | llevados de Cuba a Boston. / Murió de un infarto a los | 51 años el cantautor cubano Santiago Feliú. / Hija de | Jorge Guillén dona 59 cartas del autor a la BNE. / La | poeta Yadira Pérez gana la bienal Semana de la Juventud | 2014. / Fallece a los 72 años el escritor mexicano | Federico Campbell. / Poetas de 68 países participan en | el Festival de Granada. / Conceden doctorado honoris | causa al mexicano René Avilés Fabila. / Recuerdan a | Antonio Machado a los 75 años de su muerte. / Se | iniciará en Bogotá un diplomado en creación literaria. / | Centenarios de escritores hispanoamericanos serán tema | de un congreso. / México programa actividades por | centenario de Octavio Paz. | | “Redes sociales y blogs: fantasmas que incomodan a los | Artículos y círculos del poder”, Enoin Humanez Blanquicett. / “Es la | reportajes historia de un lector”, Humberto González G.. / “Tomás | Tranströmer, el heredero del bosque”, Leo Lobos. / | “Estrategias de supervivencia, de Carlos Manzano”, José | Luis Muñoz. / “Prólogo a Angst, de Irán Infante”, | Gabriela Rosas. / “El Roto: A cada uno lo suyo”, Ricardo | Martínez-Conde. | | “A mí no me salen los muertos, saben que yo no los veo”: | Entrevistas Leandro Díaz. Entrevista por René Arrieta Pérez. | | “El drama de los inmigrantes y los gestos traicionados | Sala de ensayo de la ficción en El síndrome de Ulises, de Santiago | Gamboa”, Jorge Ladino Gaitán Bayona. / “Sobre El camino | de Ida, de Ricardo Piglia. Escritos sobre la memoria | incierta”, Sergio G. Colautti. / “El género musical y | bailable de la rumba en Cuba”, Yertty Marcela | VanderMolen. | | Poemas de Luis Gerardo Mármol. / Poemas de Marilourdes | Letras Acevedo Román. / “Penal y gol”, Roberto Bennett. / “Mare | Nostrum” (extractos), Alfredo Herrera Flores. / “El hijo | de mamá”, Marina Verónica Garritano. / “Me quedo entre | aquéllos fluyendo” (extractos), Raúl García Palma. / Dos | textos de Alfredo Hernández. / “La necesidad poética del | pasado”, Florentino Gutiérrez Gabela. / “Érase una vez”, | César Aramís Contreras Parra. / Poemas de Juan Andrés | Gutiérrez. / “Juego de letras”, Eva Medina Moreno. / | Tres poemas de Clementina Rossini. / “Collage”, Cristina | García Ramírez. | | “Breve antología de poemas jueju”, selección y | El regreso traducción de Wilfredo Carrizales | del caracol | Andrés Eloy Blanco. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Premio Nacional del Libro de Venezuela 2007, Centro Nacional del Libro http://www.cenal.gob.ve =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2008, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Mención de honor en los premios Stockholm Challenge 2010, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.org =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| *** (Im)posturas, de Gazir Sued (Im)posturas: antología de escritos periodísticos e investigativos, arte y fotografía (2003-2013), del escritor y periodista puertorriqueño Gazir Sued, constituye un acercamiento inquisitivo y crítico sobre una diversidad temática de interés social y de pertinencia política que no desmerece con el paso del tiempo, y que incluye cuestiones legales y jurídicas (criminales, judiciales y penales); filosóficas, teóricas y científicas; culturales; morales y religiosas; históricas, éticas y políticas. El libro condensa críticas radicales al imaginario social reinante; a sus fuerzas ideológicas y a los modos de vida y prácticas en que se materializan, muchas veces en detrimento de los derechos humanos y de las libertades civiles que debieran caracterizar a nuestra sociedad, y que, por el contario, constituyen parte sustancial de lo peor de la misma. Gazir Sued es escritor e investigador, conferenciante, profesor, periodista y cineasta. Es doctor en filosofía del derecho, moral y política (ética y sociología) por la Universidad Complutense de Madrid, y tiene una maestría en sociología en la Universidad de Puerto Rico. Ha publicado varios libros interdisciplinarios y numerosos escritos periodísticos e investigativos. Actualmente investiga y escribe varios libros sobre la historia del derecho penal y la pena de muerte en las Américas y en Puerto Rico. Los interesados en (Im)posturas pueden contactar al autor a través de la dirección electrónica gazirsued@gmail.com o vía Facebook (http://www.facebook.com/gazir), para acordar la descarga digital o el envío por correo. http://www.facebook.com/gazir *** Ciclo “Cada Cual”, en Alicante El Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert ha programado para febrero y marzo su tercer ciclo “Cada Cual”, en el que seis autores españoles hablan con el público acerca de su obra y su proceso creativo. El 7 de febrero se inició con el poeta, profesor y ensayista Alfredo Gómez Gil (Alicante, 1936), con la moderación de Luis del Val, y el 14 de febrero estuvo el novelista y guionista Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) con José Belmonte. La escritora y académica Soledad Puértolas charlará con la doctora en filología hispánica Mar Langa el 21 de febrero. El 28 de febrero le toca el turno a la novelista Rosa Montero (Madrid, 1951), con moderación de José María Pozuelo Yvancos. El escritor leonés Julio Llamazares expondrá su universo narrativo junto a José Belmonte el 7 de marzo y el ciclo concluirá el 14 de marzo con el crítico, escritor y editor José María Guelbenzu (Madrid, 1944), con Ángel Luis Prieto de Paula. El ciclo se celebra en la sala de conferencias del Auditorio de la Diputación (Adda), en el Paseo de Campoamor. http://www.dip-alicante.es/ga/gilalbert/pub/not/ficha.asp?c=623 *** Ácronos, antología de relatos steampunk La editorial independiente española Tyrannosaurus Books (http://tyrannosaurus.es) acaba de publicar el segundo volumen de la antología de relatos steampunk Ácronos, que es coordinada por Josué Ramos. El steampunk es un subgénero de la ciencia ficción, habitualmente ucrónico, en el que se describen tecnologías anacrónicas o invenciones futuristas imaginadas por los visionarios de su época, todas ellas vistas desde la perspectiva victoriana en la cultura, el arte, la moda e incluso la arquitectura. Según la casa editora, esta segunda entrega de la antología “demuestra lo que el steampunk es capaz de ofrecer cuando se le aparta de la niebla que envuelve el Londres victoriano y se le aleja del western cargado de engranajes, imposibles máquinas de vapor y herrumbrosas ametralladoras, para llevarlo a nuevos terrenos sin perder su esencia”. Incluye relatos de quince autores, apadrinados por la “gran dama del steampunk”, S. J. Chambers (La Biblia Steampunk), cuyo relato inédito “La Venus de Great Neck” abre el volumen de 282 páginas, que completan “Las hermosas Jaradalias”, de Gloria T. Dauden; “De cómo perdí la cabeza de mi padre”, de Eduardo Vaquerizo; “El silencio de Edith”, de Ángeles Mora; “Bajo la linterna”, de Héctor Gómez Herrero; “¿Estás ahí?”, de Cristina Puig; “Disparos en la niebla”, de Pedro Moscatel; “Laya”, de Josué Ramos; “Un residuo de humanidad”, de Luis Carbajales; “Jinetes de fuego”, de Laura López Alfranca; “Elección envenenada”, de Rafael González; “La revolución de los hermanos Serdán”, de Paulo César Ramírez; “Quattromilla Miglia”, de José Ramón Vázquez; “Retrópolis”, de Concepción Perea, y “Te hemos seguido”, de Rodolfo Martínez. Tras la buena acogida que hace un año tuvo el primer volumen, la editorial ha programado la publicación de un volumen cada año. http://tyrannosaurus.es/index.php?id_product=79&controller=product *** Revista Historia Caribe recibe trabajos para su próxima edición La Revista Historia Caribe, una publicación especializada en temas históricos y producida desde 1995 por el grupo de Historia de la Educación e Identidad Nacional de la Universidad del Atlántico, está preparando su número 25, correspondiente al segundo semestre de 2014, por lo que ha abierto la convocatoria a historiadores para postular artículos inéditos, resultados o avances de investigaciones originales o balances historiográficos, así como reflexiones académicas relacionadas con los estudios históricos, a través de los cuales se aporte al conocimiento histórico regional, nacional e internacional. Los artículos pueden ser en español, inglés, francés o portugués. También se recibirán reseñas de libros de carácter histórico de publicación reciente. Los trabajos, que podrán enviarse hasta el 31 de marzo, se deben ajustar a las normas de la revista, disponibles aquí (http://bit.ly/1br6wZy). http://bit.ly/MG0FEy ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Donan a la BNE un manuscrito inédito de La colmena, de Camilo José Cela Un manuscrito inédito de la novela La colmena, de Camilo José Cela, con pasajes que nunca vieron la luz, ha sido donado a la Biblioteca Nacional de España (BNE), según informó la institución el 4 de febrero. El texto, que había permanecido en Francia durante décadas, fue donado a la Biblioteca Nacional de España por Annie Salomon, hija del hispanista Noël Salomon. Editada en Buenos Aires en 1945/1946, La colmena, título fundamental en la obra del Nobel de literatura, no se pudo publicar en España hasta 1951, debido a la censura de la dictadura. Según la BNE, el manuscrito inédito de la novela de Cela “nunca” fue presentado ante los censores. La donante, Annie Salomon, junto a la directora de la BNE, Ana Santos, presentaron públicamente el manuscrito inédito de La colmena en un acto celebrado el jueves 6 en la sede de la Biblioteca, con la presencia de Adolfo Sotelo Vázquez, catedrático de historia de la literatura española y especialista en la obra de Cela. Fuente: EFE *** España invierte más de dos millones de euros en e-books para préstamos La Secretaría de Estado de Cultura de España hizo pública la formalización del contrato del procedimiento abierto para la adquisición de licencias de uso de libros electrónicos (e-books) para su préstamo a través de las bibliotecas públicas españolas, así como la implantación de un sistema de gestión informática por un importe total de 2.064.000 euros, según publicó el 5 de febrero el Boletín Oficial del Estado (BOE). Por otro lado, Cultura destinó un importe total de 300.000 euros para el proceso e incorporación al catálogo automatizado de la Biblioteca Nacional de España de 11.000 documentos conservados en el Departamento de Música y Audiovisuales. La resolución por la que se hace pública la formalización del contrato de este servicio también figura en el BOE de esa fecha. Además, se anunció el procedimiento abierto para el suministro de un sistema de control de iluminación, reemplazo del sistema de regulación y control de potencia, actualizaciones y nuevas versiones de software para las salas Valle-Inclán, Francisco Nieva y giras del Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional por un importe total de 375.000 euros. Fuente: Europa Press *** El español Fernando Aramburu obtiene el Biblioteca Breve El escritor donostiarra Fernando Aramburu ganó el lunes 10 de febrero el Premio Biblioteca Breve 2014, que convoca la editorial Seix Barral con una dotación de 30.000 euros, con Ávidas pretensiones, una sátira en la que unas jornadas poéticas de un pueblo llamado Morilla del Pinar tienen un gran protagonismo. Nacido en San Sebastián en 1959, Aramburu, autor de la Trilogía de Antíbula y con otros premios en su haber como el Tusquets de novela, homenajea con esta obra al género satírico. El jurado, que en esta edición estaba integrado por José Manuel Caballero Bonald, Pere Gimferrer, Eduardo Mendoza, Elena Ramírez y Carme Riera, la considera “una atrevida sátira sobre una supuesta sociedad literaria, escrita con una gran maestría técnica y un lenguaje singularmente gráfico y vivaz”. La editora Elena Ramírez explicó que en la obra se narra el desarrollo de unas jornadas poéticas en un pequeño pueblo perdido de España, que se celebran durante tres días, en los que sus participantes “tienen unas ganas de juerga tremenda y de medrar, haciendo las mayores perrerías al contrario para poder brillar ellos”. A su juicio, esta “poetada”, tal como la denomina Aramburu en la obra, “es una comedia de enredo tremendamente divertida”, reflejando unos días “de delirio” en los que el alcohol y las drogas “corren por doquier”. Los demás miembros del jurado coincidieron en que se trata de un título paródico en el que destaca su “rica prosa en matices”, en palabras de Caballero Bonald, que “divierte pero es descarnada”. “Yo la terminé con una sonrisa torcida”, apuntó Eduardo Mendoza. Para Pere Gimferrer, sin embargo, si de algo no trata la novela “es de poesía o de literatura”, porque los diferentes literatos que aparecen “confunden la carrera literaria con la literatura y confunden sobre todo la sociedad literaria con la literatura misma”. Tras las palabras de los miembros del jurado, Aramburu mostró su alegría por el premio y rememoró que ya en su adolescencia su principal sueño era “ser escritor”, algo en lo que todavía, remarcó, sigue atrapado. Para el autor, que reside en Alemania, el humor “es una necesidad vital”, que le permite soportar ciertas situaciones. “Es sobre todo un compromiso conmigo mismo y para cerrar ciertas heridas, es uno de los asuntos más serios de mi vida”. Al premio Biblioteca Breve de este año se presentaron 945 manuscritos, de los que 491 procedían de España y 159 de Argentina, aunque también había obras de México, Colombia, Alemania, Brasil, Estados Unidos, China o Israel. Fuente: EFE *** Gioconda Belli y otros artistas nicaragüenses reciben la Orden Curie La escritora nicaragüense Gioconda Belli y otras personalidades del país recibieron el lunes 10 de febrero en Managua la “Orden Curie”, reconocimiento otorgado anualmente por la Escuela Universal Pierre & Marie Curie a figuras de las letras, el arte y la ciencia, por sus obras sobresalientes. Belli recibió la “Orden Curie” en la categoría de las Artes “por sus obras de autenticidad”, señalaron los organizadores. Con el mismo galardón y en igual categoría fue condecorado el poeta y presidente del Festival Internacional de Poesía de Granada, Francisco de Asís Fernández. Las poetas nicaragüenses Daysi Zamora y Vidaluz Meneses también recibieron la misma condecoración. En la categoría de artistas, recibieron reconocimientos los hermanos Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy, cantautores que han compuesto más de 400 canciones. Además, tuvieron participación el científico de bioquímica y director del Centro de Biología Molecular de la Universidad Centroamericana Jorge Huete y el ingeniero Jaime Bengoechea, éste último premiado como empresario en las ciencias. El premio forma parte de la “Jornada Dariana” que se celebra anualmente en honor al poeta universal Rubén Darío, también conocido en su país como el “príncipe de las letras castellanas” e internacionalmente como máximo exponente del modernismo literario. Fuente: EFE *** Documentos de Ernest Hemingway fueron llevados de Cuba a Boston Facturas de bares, notas personales, telegramas e incluso recetas de cocina del escritor estadounidense Ernest Hemingway están a disposición de los investigadores por primera vez en la Biblioteca y Museo John F. Kennedy en Boston, según se anunció el martes 11 de febrero. Son copias digitales de 2 mil 500 documentos que estaban almacenados en la antigua propiedad del escritor en Cuba, llamada Finca La Vigía, donde vivió 21 años. Hemingway falleció en 1961. Los materiales reflejan la vida diaria de Hemingway, ganador del Premio Nobel de Literatura, en la isla, dijo Susan Wrynn, curadora especializada en el autor en la Biblioteca Kennedy. “Es un vistazo personal a su vida, es algo hermoso”, dijo Wrynn. Esta es la primera vez que los materiales quedan a disposición de los investigadores en Estados Unidos, aunque el público no tendrá acceso a ellos. La colección incluye el seguro de un Plymouth de 1941, una licencia de porte de armas en Cuba, boletos de corridas de toros y una receta de su cuarta esposa, Mary Hemingway, para “la hamburguesa favorita de Papa”. También hay un telegrama del doctor Anders Osterling, de la Academia Sueca, que informa a Hemingway que ha ganado el Premio Nobel de Literatura de 1954. Una primera parte de materiales fue entregada a la biblioteca en 2008. Hemingway escribió en La Vigía algunas de sus obras más famosas, como Por quién doblan las campanas y El viejo y el mar. La colección queda a disposición de la Biblioteca Kennedy a través de un esfuerzo de la Fundación Finca Vigía, de Estados Unidos, en un acuerdo con el Consejo de la Herencia Nacional de Cuba. La Biblioteca Kennedy tiene la mayor colección mundial de las obras de Hemingway, con 90% de su material manuscrito. Fuente: AP *** Murió de un infarto a los 51 años el cantautor cubano Santiago Feliú El cantautor cubano Santiago Feliú, considerado una de las “grandes voces” del movimiento de la Nueva Trova Cubana, murió el miércoles 12 de febrero en La Habana a los 51 años víctima de un infarto. “Acabamos de recibir la triste noticia del fallecimiento de modo repentino en horas de la madrugada (de este miércoles) de una de las grandes voces de la Nueva Trova Cubana, el cantautor Santiago Feliú”, dijo una presentadora del noticiero matutino del canal Tele Rebelde. Subrayó que “resulta difícil decir adiós a un cantor original”, que “nos regaló una de las obras más relevantes en el panorama de la canción cubana”, que “nos habló de futuros inmediatos y que dibujó con la sinceridad de su voz un planeta Cuba”. A Feliú “se lo llevó un infarto”, lamentó en su blog el cantautor Silvio Rodríguez, fundador del movimiento de la Nueva Trova Cubana junto con los trovadores Pablo Milanés, Noel Nicola y Vicente Feliú, hermano mayor de Santiago, entre otros. Conocido como Santiaguito o “el zurdo maravilloso” por su destreza al tocar la guitarra, Feliú grabó una decena de discos y cantó con prestigiosos cantautores cubanos y extranjeros, entre ellos Rodríguez, los españoles Luis Eduardo Aute y Luis Pastor, y el argentino León Gieco. Santiago Feliú tenía previsto presentarse el sábado 15 en la Fábrica de Arte, un proyecto cultural inaugurado el martes en La Habana por el músico cubano X Alfonso. Fuente: AFP *** Hija de Jorge Guillén dona 59 cartas del autor a la BNE La Biblioteca Nacional de España (BNE) recibió una donación de 59 cartas de Jorge Guillén (Valladolid, 1893-Málaga, 1984) de manos de Teresa, la hija del poeta, según se anunció el 12 de febrero. Estas cartas son testimonio de las relaciones del escritor, integrante de la Generación del 27, con otros autores como Inés Anido, Carmen Figueroa de Meyer, Emilio Gómez Orbaneja, Martha Krow-Lucal o Roy Harvey Pearce. Con estas misivas donadas por la hija del poeta, la BNE enriquece el archivo que tiene desde hace 47 años del escritor vallisoletano. El Estado español aceptó en marzo de 1966 la donación de las piezas guardadas actualmente en la Biblioteca Nacional, realizada por los hijos del autor, Claudio y Teresa. Denominadas “Los papeles” por Guillén, van desde manuscritos y borradores de su obra literaria a documentos sobre su vida y su correspondencia con más de 400 personalidades de las artes y las letras, incluidas las copias de las cartas del poeta recopiladas por su hijo Claudio. En noviembre de 2013 se incorporaron a esos fondos otras trece cartas del escritor dirigidas a Miguel Cruz Hernández y otros, acerca de la concesión a Jorge Guillén del Premio Miguel de Cervantes el 23 de abril de 1977. El archivo personal del poeta se encuentra disperso en tres instituciones: la BNE, el Wellesley College de la Universidad de Harvard y la Fundación Jorge Guillén de Valladolid. Fuente: EFE *** La poeta Yadira Pérez gana la bienal Semana de la Juventud 2014 Con la obra Sin rostro que me diga quién soy, la poeta venezolana Yadira Pérez (http://www.letralia.com/firmas/perezyadira.htm; Caracas, 1959) obtuvo el premio de la Bienal de Literatura Semana de la Juventud 2014, que convoca en el estado venezolano de Aragua la Alcaldía del municipio José Félix Ribas, en la ciudad de La Victoria. La lectura del veredicto estuvo a cargo del poeta Williams Hernández y se llevó a cabo en la plaza Campo Elías de La Victoria el viernes 14 de febrero. El libro de Pérez fue seleccionado, según el jurado evaluador, “por su depurado lenguaje, unidad temática alrededor de temas recurrentes en la poesía universal como la muerte, la alienación, el extrañamiento, el miedo y las tragedias del hombre moderno”. El jurado, integrado por los poetas Gonzalo Fragui (http://www.letralia.com/firmas/fraguigonzalo.htm; Mérida, Venezuela), Susana Reyes (San Salvador, El Salvador) y Jorge Gómez Jiménez (http://www.letralia.com/firmas/gomezjimenezjorge.htm; Aragua, Venezuela), concedió igualmente menciones honoríficas a Dolherencia, de Luis Eduardo Barraza, natural del estado Zulia, y a Quehaceres de adentro, de Norys Nicoliello Lía, de Carabobo. La autora ganadora es poeta, narradora e investigadora y tiene una licenciatura en educación mención desarrollo cultural. Ha publicado los poemarios Al roce de tu lenguaje (1996) y Ritual que se prolonga (2005). Textos suyos aparecen en las antologías El secreto martes (1994), Poesía de Aragua (1996), Narrativa aragüeña (1997), Muestra de minificción aragüeña (2001) y Senderos en el tiempo (2005), entre otras. Fuente: Organizadores de la bienal *** Fallece a los 72 años el escritor mexicano Federico Campbell El escritor mexicano Federico Campbell falleció el 15 de febrero en México a los 72 años, a causa de un “derrame cerebral masivo”, según confirmaron su hijo Federico y su esposa Carmen Gaitán, directora del Museo Nacional de San Carlos. La muerte del autor de Infame turba (1971) y de la serie Tijuanenses (1989) ocurrió cuando el ensayista, periodista, traductor y editor estaba hospitalizado en Ciudad de México. Campbell había sido internado el viernes 31 de enero en el hospital privado Mocel con un cuadro de neumonía. Después de realizarle estudios que fueron enviados a Atlanta, Georgia, Estados Unidos, se confirmó que tenía influenza AH1N1, misma que le erradicaron; sin embargo, el virus le causó una complicación renal por la que le hicieron varias diálisis, además de haber tenido una afección cardiaca. Los primeros síntomas que Campbell sufrió por la influenza aparecieron a finales de enero en Tijuana, Baja California (México), donde ofreció una conferencia magistral sobre el escritor jalisciense Juan Rulfo, además de recibir el nombramiento de Presidente Honorario de la Feria del Libro. Su hijo describió al finado como una persona de “una sencillez extrema” que era “parte de la sociedad civil” con posturas firmes, la más reciente su abierta oposición a la reforma energética aprobada por el gobierno del presidente mexicano Enrique Peña Nieto. Campbell (1941-2014) era presidente honorario de la Feria del Libro de Tijuana, donde se había creado el premio “La Máquina de Escribir”, el mismo nombre de la editorial que el escritor fundó en 1972. Entre su obra destacan libros como Pretexta (1979), La memoria de Sciascia (1989), Máscara negra. Crimen y poder (1995), La invención del poder, Traspeninsular (2000) y La ficción de la memoria (2003), dedicado al escritor mexicano Juan Rulfo. Colaborador de los diarios La Jornada y Milenio, y del semanario Proceso, Campbell estaba muy vinculado al periodismo, que consideraba una profesión civilizadora. Solía decir que no valía la pena “que ningún colega arriesgue su vida por investigar temas de narcotráfico” porque en su país no existían “garantías para abordar este asunto”, recordó su hijo. En su ensayo Periodismo escrito (2002), Campbell dice que un periodista “es un cazador, alguien que “establece conexiones, relaciona hechos e ideas, escoge datos con rigor y criterio, comprueba las fuentes, interpreta el acontecimiento y organiza por escrito lo mejor que puede su texto para disfrute del lector”. La escritora Elena Poniatowska expresó vía Twitter su pesar por el fallecimiento de Campbell, amigo suyo: “Después de la muerte de José Emilio Pacheco ahora la pérdida de Federico Campbell”, escribió. Pacheco murió en enero, como reportáramos en nuestra edición 294 (http://www.letralia.com/294/0126pacheco.htm). Fuentes: EFE • Proceso *** Poetas de 68 países participan en el Festival de Granada El X Festival Internacional de Poesía de Granada (FIPG, http://www.festivalpoesianicaragua.com), que honrará al “Padre de la poesía moderna en lengua española”, Rubén Darío, se inició el domingo 16 de febrero en la Casa de los Leones con la recepción de los poetas invitados de 68 países, junto con 40 nicaragüenses, y continúa hasta el 22 de febrero con una cargada agenda que involucra distintos escenarios de la urbe nicaragüense de Granada. Rubén Darío “es un símbolo de excelencia y perfección, un hombre que ha inspirado a toda una nación no sólo a escribir, sino a amar la poesía (...), el más grande embajador que ha tenido nuestro país”, dijo la poeta Gioconda Belli al dar la bienvenida a los asistentes en la plaza Independencia de la turística Granada, 45 kilómetros al sureste de Managua. Antes del acto de bienvenida, el embajador español en Managua, León de la Torre, inauguró una exposición de los archivos de Rubén Darío, a quien está dedicada la presente edición del festival. Los documentos, bajo custodia en la biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid, incluyen más de 5.000 cartas y otros escritos que datan de 1898 a 1914 y que se exhibirán durante 10 días en el antiguo Convento de San Francisco de Granada. España apoya anualmente la organización del Festival de Poesía, al igual que la Unión Europea (UE) y el gobierno de Francia, cuyo embajador, Antoine Joly, debutó como primer participante del “micrófono abierto”, un espacio de difusión para poetas noveles, leyendo versos de su autoría en la emblemática la Plaza de los Leones. “Vamos a hacer varias mesas redondas sobre Rubén Darío, se van a presentar libros de Rubén Darío, habrá mesas sobre los elementos de la integración centroamericana, estará el micrófono abierto para leer poesía, la Feria de Artesanía, la Feria del Libro”, dijo la secretaria ejecutiva del comité organizador, Gloria Gabuardi. En el festival, que incluye el acostumbrado carnaval y un desfile en el que se lee poesía en cada esquina del recorrido por la ciudad, se enterrará simbólicamente el machismo y la violencia contra la mujer, que marcharán en un cortejo fúnebre, confirmó Gabuardi. Como invitados de honor, este año asisten el presidente emérito del PEN Club Internacional, Homero Aridjis; la ganadora del premio Pulitzer Rita Dove; la presidenta de la Fundación Bianca Jagger para los Derechos Humanos, Bianca Jagger, y el fotógrafo artístico internacional Daniel Mordzinski. Los alemanes Gerhard Falkner y Albert Ostermaier, y los españoles Juana Castro, Pedro Enríquez y José Luis Reina Palazón, también participan en el X Festival junto a la rusa Olga Khokhlova y el británico Johnattan Davidson, entre muchos otros. Igualmente asisten el poeta y diplomático panameño Manuel Orestes Nieto (http://www.letralia.com/firmas/orestesnietomanuel.htm), candidato al premio Reina Sofía 2013, y las estadounidenses Ana Castillo y Naomi Ayala. También participan reconocidos poetas nicaragüenses como Gioconda Belli, historiadores como Julio Valle Castillo y cantautores como Carlos Mejía Godoy. Los lemas de esta décima edición, entre cuyos objetivos está el difundir la calidad de la literatura nicaragüense, serán “¡Torres de Dios! ¡Poetas!” y “¡Pararrayos celestes!”, dos versos de Rubén Darío (1867-1916), máximo exponente de la poesía nicaragüense y considerado el padre del modernismo en la lengua española. El festival también conmemora el centenario del nacimiento del poeta Joaquín Pasos, considerado el “benjamín de la vanguardia nicaragüense”, originario de Granada y uno de los principales exponentes del movimiento literario vanguardista del país centroamericano. Desde 2005 el festival anual ha reunido a más de 1.000 poetas de 106 países del mundo y ha recibido la visita de 450.000 personas, según datos del FIPG. En noviembre pasado, como informamos en nuestra edición 290 (http://www.letralia.com/290/1231granada.htm), el poeta Francisco de Asís Fernández, presidente del comité organizador, demandó más apoyo económico para el evento, que según manifestó enfrenta “serios” problemas financieros. Fuentes: DPA • EFE *** Conceden doctorado honoris causa al mexicano René Avilés Fabila Por su gran aportación a las letras hispánicas y al pensamiento universal, el periodista y escritor mexicano René Avilés Fabila será investido el 22 de febrero como doctor honoris causa por la Universidad Popular Autónoma de Veracruz. El autor de libros como La canción de Odette (1982) o Réquiem por un suicida (1993) es considerado un protagonista de la literatura mexicana y un activo promotor de la cultura en este país. Avilés Fabila nació el 15 de noviembre de 1940 en la Ciudad de México. Se licenció en relaciones internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) e hizo el posgrado en la Universidad Sorbona de París, Francia. Desde mediados de la década de 1970 ha impartido cátedra en la Facultad de Ciencias Políticas de la Unam y en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco (UAM-X). Fue coordinador de Extensión Universitaria (1998-2002) y jefe del Departamento de Política y Cultura de la UAM-X, director general de Difusión Cultural Unam (1984-1985) y coordinador del taller de novela del Instituto Nacional de Bellas Artes (Inba). En el ámbito cultural ha ocupado diversos cargos como el de jefe de información del Comité Organizador de los XX Juegos Olímpicos (1967-1968) y director de Publicaciones del Instituto Nacional de la Juventud Mexicana (1967-1968). Además, fue subdirector de Relaciones Públicas del Fondo de Cultura Económica (FCE), entre 1974 y 1975, y es director del Centro de Escritores Juan José Arreola desde 1989. En el ámbito periodístico, René Avilés fue editor y director de la sección de Cultura en el diario Excélsior y cofundador de Unomásuno, El Búho y El Universo del Búho. Además, colaboró en El Día, El Universal, El Nacional, Diario de México, Juego de Hojas, La Cultura en México, Mester, Revista de la Unam, Zona Franca (Caracas), Teorema (Bogotá) e Hispanoamérica (Buenos Aires), entre otras publicaciones nacionales y extranjeras. Como escritor, en 1965, se dio a conocer con su ópera prima Hacia el fin del mundo, la cual creó tras recibir una beca del Centro Mexicano de Escritores. También ha sido becario del Sistema Nacional de Creadores, de 1994 a 2000, y miembro de la Sociedad Europea de Cultura. A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios, entre ellos los nacionales de Periodismo Cultural (1991), de Periodistas de México (1990-1992) y de Narrativa Colima (1997) por Los animales prodigiosos, como mejor obra publicada. En 2003 creó la Fundación René Avilés Fabila, A. C., a fin de fomentar la cultura en México, y cinco años más tarde inauguró el Museo del Escritor. La distinción se suma a otras que diversas universidades, gobiernos estatales e instituciones culturales le han hecho por su labor dentro de la vida cultural, intelectual y periodística de México. Entre su obra, traducida al inglés, francés, alemán, italiano, chino, coreano, ruso y servo-croata, destacan: Tantadel (1975), La canción de Odette (1982), Fantasías en carrusel (1978), Todo el amor (1986), Réquiem por un suicida (1993) y El bosque de los prodigios (2007). Fuente: Notimex *** Recuerdan a Antonio Machado a los 75 años de su muerte La Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, a través del Centro Andaluz de las Letras (CAL), conmemora esta semana el 75º aniversario de la muerte del escritor español Antonio Machado (1875-1939) con un programa de actividades en todas las provincias andaluzas. El acto central del homenaje tendrá lugar los días 22 y 23 de febrero —el poeta murió el 22— en Colliure (Languedoc-Rosellón, Francia), donde el Consejero de Educación, Cultura y Deporte, Luciano Alonso, está presente en el aniversario que ha organizado la Fundación Antonio Machado en el sur de Francia. En un comunicado, el CAL recuerda que Antonio Machado “fue uno de los miembros más representativos de la denominada Generación de 98, y su obra es el vivo reflejo de esa España en decadencia cultural y política que tanto preocupó a los intelectuales de su tiempo. Machado fue un hombre intensamente comprometido, un artista que supo demostrar una encomiable coherencia vital y que dejó una personal y profunda huella”. El viernes 21 de febrero, el CAL realizará en las distintas bibliotecas de Andalucía una serie de lecturas sobre la poesía de Machado, por parte de destacados escritores de la provincia. Una exposición didáctica sobre el poeta será inaugurada durante esa jornada en la Biblioteca Pública Provincial Infanta Elena de Sevilla y posteriormente podrá ser contemplada en diversos recintos universitarios de Andalucía. Ese mismo día, en la sede del CAL en Málaga, tendrá lugar un encuentro de un club de lectura en torno a las Poesías completas de Antonio Machado, y se proyectará el documental El largo viaje a Sevilla, con la presencia de su director, Antonio Ramos Espejo. El largo viaje a Sevilla es un episodio de la serie Andaluzas, que emitió en su día Canal Sur Televisión, y en donde se narra la vida de Ana Ruiz, la madre de los hermanos Machado. Una andaluza que compartirá el dolor, la huida y el fatal destino de uno de sus hijos, Antonio, ya que murió apenas tres días después de él. En vísperas también de dicha efeméride, el Centro Andaluz de las Letras junto con el Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía, celebrará el día 20 de febrero una sesión en torno al teatro de Antonio Machado, que tendrá como escenario el espacio Santa Lucía, también en Sevilla. Por su parte, el día 18 en Granada y el día 20 en Córdoba, tendrá lugar la presentación del guion cinematográfico inédito sobre La tierra de Alvargonzález, que realizó el director jiennense Miguel Picazo. Enrique Iznaola, coordinador de dicha publicación, estará presente en ambas convocatorias para difundir una obra que no sólo incluye el guion original, sino otros muchos materiales relacionados con el fallido intento de llevar a la pantalla grande esta obra, bajo el título de Los hijos de Alvargonzález. Diferentes sinopsis, planteamientos de rodaje, presupuestos y una veintena de artículos firmados por directores, actores o guionistas, analizarán este proyecto frustrado. También la palabra del poeta, con los versos de Campos de Castilla interpretados por actores, se incorporará a PoetiCAL, el mapa de los sonidos poéticos de Andalucía, puesto en marcha en 2012 y que seguirá contando con la colaboración de la Asociación Ocupacción Poética y con el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, para esta ocasión. PoetiCAL es un proyecto que nace de la unión entre arte y nuevas tecnologías. Su objetivo es ocupar con archivos poéticos audiovisuales el espacio, haciendo de las nuevas tecnologías un vehículo de conocimiento y disfrute artísticos. Ficheros audiovisuales con poemas leídos por sus autores se geolocalizan allí donde queramos que se escuchen, ocupando con su radio de acción un conjunto de espacios físicos. El usuario, a través de su móvil, puede acceder al contenido de dichos ficheros de forma gratuita. En este caso, los poemas de Campos de Castilla podrán oírse en diversos enclaves de Sevilla, Baeza y Málaga. Fuente: Europa Press *** Se iniciará en Bogotá un diplomado en creación literaria Hasta el 1 de marzo es posible inscribirse en el Diplomado en Creación Literaria 2014 (http://bit.ly/1gOezQ0) programado por el Centro de Desarrollo Artístico Compaz, de Bogotá, cuyo cupo está limitado a quince estudiantes. Se trata de un programa de formación dirigido a nuevos autores que desean aprender técnicas en los diferentes géneros literarios. Se desarrollará a través de cuatro módulos enfocados en el cuento, la novela, la poesía y la edición de textos. Está abierto a mayores de 16 años y no se requieren estudios previos para inscribirse. Los tutores acompañarán a los alumnos en la elaboración de textos en el género escogido por cada uno e impartirán instrucción sobre el uso creativo del lenguaje, las diversas corrientes estéticas y los más apropiados hábitos de lectura y escritura. Además, se contará con la visita de reconocidos narradores y poetas colombianos. El diplomado será dictado por los escritores Esteban Hincapié Barrera (1974), director de la editorial Babilonia y gestor cultural; Jairo Andrade (1971), Premio Nacional de Cuento Jorge Gaitán Durán 2012 y primer premio en el concurso de cuento IDCT 1999; Rodolfo Ramírez Soto (1973), autor de Tintasangre (2003) y fundador de la experiencia literaria alternativa Los Impresentables, y Raúl Harper (1977), profesional en estudios literarios y autor del libro de cuentos Vagabundos V.I.P. Las clases se iniciarán el lunes 3 de marzo y el horario será los lunes, miércoles y viernes entre 6 de la tarde y 9 de la noche. El diplomado tendrá una duración total de 105 horas. Cuesta $1.296.000, aunque para quienes paguen en efectivo se les cobrará sólo $1.200.000. El Centro de Desarrollo Artístico Compaz está ubicado en la calle 98b, Nº 62-37, cerca del Centro Comercial Iserra 100, en la capital colombiana. Fuente: Organizadores del diplomado *** Centenarios de escritores hispanoamericanos serán tema de un congreso La Asociación Española de Estudios Literarios Hispanoamericanos (AEELH) celebrará en Granada entre el 10 y el 12 de septiembre su undécimo congreso, que en esta edición se titula “Laberinto de centenarios. Una mirada transatlántica”, y que estará dedicado a Julio Cortázar, Octavio Paz, Nicanor Parra y otros autores de habla hispana de cuyo nacimiento se cumplen cien años en 2014. El congreso relacionará la figura de estos autores con el tema del laberinto, empleado por muchos de ellos en sus creaciones literarias. Gastón Baquero, José Revueltas, Juan Jacobo Bajarlía, Adolfo Bioy Casares, Julia de Burgos, Efraín Huerta y Gertrudis Gómez de Avellaneda están también en la plantilla de autores que serán homenajeados en el congreso. Además de revisar la vida y obra de los autores centenarios, el congreso analizará sus contextos particulares; impulsará una reflexión trasatlántica sobre sus viajes, traducciones, epistolarios y mercado, y discernirá sobre el laberinto tanto en la obra de los autores como en la literatura hispanoamericana contemporánea en general. Las propuestas de comunicación (tanto individuales como en paneles de tres) deben enviarse antes del día 31 de marzo de 2014 a la dirección electrónica aeelh2014@ugr.es. Es preciso que incluyan el título de la ponencia, la descripción del tema en quince líneas, el nombre, la dirección y la filiación académica. Fuente: AEELH *** México programa actividades por centenario de Octavio Paz México emitirá una medalla conmemorativa, un timbre postal y un billete de lotería como parte de los homenajes al poeta Octavio Paz (1914-1998), Premio Nobel de Literatura 1990, al arribarse el 31 de marzo al centenario de su nacimiento. La comisión encargada de organizar los actos conmemorativos del natalicio indicó que el 20 de marzo se celebrará una sesión solemne en la Cámara de Diputados para entregar una medalla a la viuda del poeta, Marie José Tramini, y dar lectura al poema “Piedra de Sol”. Asimismo, se emitirá un timbre postal y se presentará un billete de la Lotería Nacional, con motivo de los 100 años del nacimiento del poeta, indicó la Cámara baja en un comunicado. También habrá una jornada pública de lectura de su obra y se pondrá en marcha una plataforma en Internet para acercar su vida y su obra a la población mexicana. Todos los festejos programados se realizarán con la participación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), mientras que la Secretaría de Educación Pública (SEP) planea, por su parte, una serie de impresiones de libros de la amplia obra de Paz. Hasta el momento se tienen ya programados diversos eventos en el Distrito Federal, Zacatecas y Mérida para evocar la trayectoria del prestigiado poeta mexicano. Los gobiernos de Oaxaca y San Luis Potosí ya decretaron el 2014 como el Año de Octavio Paz y se espera que se agreguen más estados del país. En octubre, durante el Festival Internacional Cervantino, se estima también que Octavio Paz y su obra ocupen un lugar preponderante para difundir su legado a México y al mundo. Fuente: EFE ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === Redes sociales y blogs: =============================================== === fantasmas que incomodan a los círculos del poder ====================== === Enoin Humanez Blanquicett ============================================= Desde el comienzo de los años 2000 el modo como la gente accede y procesa la información que le ofrecen los medios ha cambiado de manera radical. El fenómeno está ligado a un cambio profundo en los medios y la diversificación de las fuentes de información. Todo esto ha sido posible gracias a Internet, que ha ofrecido a los consumidores de información, canales que les han permitido asumir posiciones más críticas. Así lo resalta Olga Rodríguez, defensora del lector del periódico español El Diario (http://bit.ly/1bYfybp), para quien “Internet ha originado una novedad importante en el periodismo: la aparición de la reacción de los lectores, de forma inmediata, sin filtros ni cortapisas”. Esto cambió la dinámica en el ejercicio de informar, pues “antes de Internet los receptores eran casi invisibles”. Con el traslado de los diarios a Internet, los lectores pudieron comenzar a manifestarse “sin ningún filtro, de forma instantánea, mostrar su postura, su acuerdo o desacuerdo, subrayar errores, corregir datos”. Atrás quedaron los tiempos en los que una “aristocracia de opinadores [lanzaba] sus ideas” y como éstas no podían ser controvertidas por los lectores, el periodista formaba a la opinión pública a su antojo. La aparición de la ventana de comentarios ha permitido a los lectores tomar la palabra y manifestar, sin filtros ni cortapisas, sus reacciones de forma inmediata. La visualización de las posturas de los lectores ha favorecido la democratización en la formación de la opinión pública, porque éstos incluyen en su percepción de los hechos, de los que se enteran por los medios, la visión que sus pares tienen de los mismos. En síntesis, la emergencia de la ventana de comentarios ha llevado a que informar y formar a la opinión pública deje de ser un acto “unidireccional”. Siguiendo esa lógica podría decirse que los comentarios que los lectores de noticias y columnas de opinión hacen a diario en los portales informativos hacen hoy parte de la información, que nos ofrecen los medios en su versión virtual. El primer hito que se registró en los últimos veinte años, dentro de la oleada de cambios sucedidos en los medios de información, fue la aparición del Real Audio. Este dispositivo técnico permitió a los radioescuchas comenzar a escuchar emisoras en línea que se encontraban al exterior de su territorio. Según el portal Ehow en Español (http://bit.ly/NZ5Hgd), que documenta la historia de la radio en Internet, la primera emisora que se valió del Real Audio fue la emisora de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, que produjo la primera emisión de radio en línea en 1994. En cuanto a las emisoras de Internet, Radio HK de California fue la primera. Esta emisora se creó para difundir los trabajos de bandas de música alternativa, que no llamaban la atención de la radio musical comercial. En lo que toca a los periódicos, el portal NewsPaper (http://bit.ly/1gbRFzB) informa que el primer periódico digital del mundo fue el Daily Oklahoma, de Oklahoma, Estados Unidos, que se mudó a una plataforma digital en 1993. Después le siguió The New York Times y luego el Daily News. En 1994, el diario The New York Times estrenó su servicio vía Internet, lo que dio paso del “diario impreso al de formato electrónico”. Se dio de ese modo inicio a la era de los diarios interactivos, en los que se volvieron comunes los foros especializados, los chats, las encuestas en líneas y la participación regulada de lectores. Dentro de ese contexto, como lo resalta la investigadora social de la Universidad Nacional del Rosario Natalia Raimondo Anselmino, que estudió el comportamiento de los lectores en línea de los periódicos argentinos El Clarín y La Nación durante 15 años, surgieron las expresiones “¡Envía tu comentario!”, “¡Responder a este comentario!”, “¡Denunciar este comentario!”, “¡Califica esta noticia!”, “Noticias más leídas”, “Más comentadas”. Para esta investigadora, esas son “las voces con las cuales los diarios online, casi a gritos, invitan a sus lectores al “diálogo” con ellos. Fue dentro del plano de una estrategia de márquetin, cuyo objetivo principal era el de retener y atraer lectores en línea, como la mayoría de los diarios del mundo terminaron creando espacios de intervención y participación del lector. Cada periódico creó su propia estrategia. Unos le apostaron a la evaluación de la noticia con un me gusta o no me gusta. Otros se concentraron en presentar el escalafón de las noticias más leídas del día. En cuanto a los comentarios, Raimondo Anselmino afirma que fue La Nación Online la que optó por abrir sus páginas virtuales a la opinión de los lectores, abriéndoles una ventana de comentarios para que expusieran directamente debajo de las noticias sus puntos de vista. Esta iniciativa lo convirtió en el primer diario del mundo que permitió a los lectores tomar la palabra. Con Internet el acceso al periódico y la escritura en él, privilegios históricamente reservados a la clase media educada y a las élites ricas, se volvió accesible a una franja de público más amplia. Amplios sectores sociales han pasado así de ser espectadores marginales del proceso de generación de opinión, para comenzar a intervenir en él, en el escenario mismo donde se lleva a cabo su producción: el medio de información. Internet le ha permitido a los destinatarios de la información impactar de forma significativa la manera como los medios producen sus noticias. Eso ha introducido innovaciones en las políticas editoriales de algunos diarios, como la adoptada por un diario pequeño, publicado en el condado de Litchfield, en el estado de Connecticut, en Estados Unidos. Según Leah Silver y Nicole Martinelli, The Register Citizen (http://registercitizen.com) —en su afán de conservar sus lectores y aumentarlos— ha acuñado la política de “transparencia extrema”, que consiste en “permitir a lectores ser parte de reuniones editoriales”. Al adoptar dicho comportamiento, el periódico busca mejorar la precisión en el manejo de la noticia, minimizar los errores, corregir rápidamente aquellos que se cometen, adaptar contenidos según la preferencia de su público y obtener información importante de éste (IJNet, http://bit.ly/1gbSpEA). Pero el gran salto en materia de democratización de la información y de producción de opinión ha sido el blog. Este recurso le ha permitido a un sinnúmero de personas apasionadas por el ejercicio que conduce a la generación de opinión pública, pero que no tienen acceso a un espacio en la nómina de columnistas de un diario, de crear ellos mismos su medio de información y de influir sobre el público. Con el auge del blog entra en escena el prosumidor de información, pues el bloguero es al tiempo productor de opinión, promotor de la producción de opiniones ajenas y regulador y orientador de éstas. La aparición del blog refrescó el mundo de los medios, pues los blogueros se han dado a la tarea de interpretar las noticias, de recrear y de informar sobre aquellos temas que los medios tradicionales no informan. Si bien un alto porcentaje de los blogs se centran en temas light y técnicos, también hay un alto porcentaje de blogueros que se han dedicado al análisis de la realidad social y la vida política de cada país, arrebatándole a los medios tradicionales su rol de orientadores y formadores de la opinión. Desde los medios periodísticos tradicionales se insiste en que los blogueros no son periodistas. Sin embargo desde a mediados de la década 2000, los blogs han ganado una gran notoriedad como medios alternativos de información. El fenómeno ha tenido fuertes efectos en el mundo del periodismo formal. Según el periodista y bloguero Juan Varela, el auge de los blogs se debe a que: 1. En la era digital, la blogosfera representa el nuevo espacio para el ejercicio de lo público (http://bit.ly/1mor6OV); 2. Los blogs permiten la comunicación directa entre los ciudadanos (http://bit.ly/M6sGEf) más activos de la sociedad; 3. La blogosfera le permite a la persona intelectualmente inquieta construir una identidad de dominio público (http://bit.ly/1chiD9C); 4. La entrada en escena del blog le ha permitido a los activistas sociales crear comunidades virtuales, que si bien son coaliciones frágiles, su elasticidad les permite moverse alrededor de intereses y motivaciones muy concretas y vitales, que giran en torno de valores comunes. 5. La blogosfera permite desinstitucionalizar (http://bit.ly/1gN3NsE) las relaciones en materia informativa. Dentro de ese contexto la actividad comunicacional se rige sólo por los intereses comunes, gobernados por las relaciones virtuales 6. La blogosfera le permite a los individuos crear una narrativa propia (http://bit.ly/N2YSJz) a la hora de tratar los temas que les interesan, o sobre su propia vida, socializando con sus lectores y comentaristas o con quienes se enlazan a su blog (ver blog Periodistas21, http://bit.ly/1e0yBl8). Ha sido tan efectiva la actividad del blogueo en materia de tratamiento de la información que, según Raimondo Anselmino, El Clarín focalizó su relación con los lectores a partir de una plataforma de weblogs, estimulando al lector a producir contenidos bien estructurados sobre temas de interés general o particular. Una estrategia parecida parece tener el periódico El Heraldo (http://elheraldo.co/blogs) de Barranquilla, donde hay una invitación que estipula: “ Únete a nuestra red de bloggers”. El papel de los blogs como herramienta de educación política está bien precisado en el trabajo de José Luis González Esteban, profesor de la Universidad Miguel Hernández de Alicante España. En su análisis de la victoria de Barak Obama en las elecciones de 2008, en el Estado de Carolina del Norte, un estado que vota tradicionalmente conservador, González Esteban resalta que una de las claves de Obama consistió en montar un equipo de blogueros profesionales, que trabajó sin parar para generar análisis positivos sobre sus acciones y contrarrestar, con análisis argumentados, los ataques de los formadores de opinión hostiles a su campaña (revistasocialesyjuridicas, http://bit.ly/1e0yXrS). Otra prueba de la efectividad de los blogs como herramienta de información alternativa es el periódico The Huffington Post (http://www.huffingtonpost.com), lanzado en 2005 a partir de una confederación de blogueros liberales, que querían controvertir los contenidos de portales como Drudge Report (http://www.drudgereport.com). El portal se convirtió en un sitio de información alternativa exitoso y en febrero de 2011 sus fundadores Arianna Huffington, Kenneth Lerer y Jonah Peretti lo vendieron a America Online (AOL) por 315 millones de dólares. La historia de The Huffington Post, las elecciones de los Estados Unidos en 2008 y el caso del blog Generación Y (http://lageneraciony.com), de Yoani Sánchez, dan testimonio de manera fehaciente del lugar que hoy ocupa el blog en el mundo del debate político. Sin embargo, la emergencia del blog significó apenas un primer paso en lo que concierne a la historia de las herramientas virtuales para el ejercicio activo de la ciudadanía. Dicho proceso se aceleró con la aparición de las redes sociales y particularmente con el auge de Facebook. Estas herramientas han transformado el ejercicio de la presión ciudadana sobre los actores de poder, pues para influir sobre los gobiernos, sobre las empresas o sobre los medios, los ciudadanos no están hoy obligados a crear grupos formales de presión. Como lo resalta Juan Varela, la tendencia de hoy consiste en crear comunidades virtuales, que se multiplican rápidamente, visibilizan un fenómeno, generan un impacto en la opinión pública y “desaparecen una vez conseguidos los objetivos propuestos”. Por eso no es ilógico que en el portal español Puro Marketing (http://bit.ly/M6uCwt) se afirme terminantemente que “las redes sociales han transformado el papel de los medios de comunicación”, o que la agencia EFE (http://bit.ly/1gN6hah) sostenga que, en países como los Estados Unidos, las redes sociales son “un nuevo y rentable termómetro político en las elecciones”. En efecto, como lo precisa Liliana Gómez (http://bit.ly/NZbkLp), Internet está influyendo fuertemente en la movilización sociopolítica de los ciudadanos. Esto puede traducirse en el mejoramiento de su participación en la vida política de los países y en el mejoramiento de la democracia, pues Internet ha puesto a disposición de los ciudadanos una serie de dispositivos que “permiten desarrollar una comunicación bidireccional entre todos los que están interesados” en el debate social. En lo que concierne a los medios de información, Gómez destaca que Internet los ha revolucionado, porque puso a disposición de las personas un abanico de herramientas que han sido fundamentales para “genera nuevas formas de comunicación”. Estas herramientas han forzado cambios sustanciales en las prácticas de los medios masivos a la hora de informar al público. Esto era improbable que sucediera en el pasado, pues los medios a “través de su historia” han sido —y siguen siendo— “predominantemente unidireccionales” (Monografías, http://bit.ly/1bYkxbX). Redes sociales y movimientos sociales: el caso del paro agrario colombiano El 26 de agosto de 2013, después de haber participado de un cacerolazo en Bogotá en apoyo a los campesinos que realizaban el paro nacional agrario en Colombia, Juana Gonzales Alonzo envió a sus amigos virtuales un mensaje, que resulta revelador sobre lo que significan las nuevas dinámicas sociales, que han emergido con las redes sociales: “Estoy sorprendida. En realidad las redes sociales sí han logrado lo que la izquierda nunca ha podido. Me siento muy orgullosa por esta movilización. Yo también salí con mi ollita a protestar”. El cacerolazo de apoyo a los campesinos fue convocado a través de las redes sociales y aunque González Alonzo no se hubiese dado cuenta, al origen de la convocatoria estaban los sectores sociales, que componen la izquierda colombiana. No en vano Juanita León (http://www.lasillavacia.com/users/juana-2) sostuvo en La Silla Vacía que “con el paro, el Polo gana fuerzas”, porque con los bandazos dados en el manejo del paro, el presidente Santos “le está haciendo la campaña al Polo”. En opinión de León el paro se convirtió en “un escenario de campaña para hacer explícitas” las tesis del Polo, que fue —según ella— el único sector político que salió ganador de la protesta, porque el presidente Santos —con sus acciones equivocadas— se convirtió en “su mejor estratega de campaña”. Dejemos de lado el asunto de los posibles cosechadores de los beneficios políticos del paro agrario colombiano para volver al asunto de cómo las redes sociales y los blogs morigeran al poder y lo regulan de manera eficiente. Sin duda alguna un buen ejemplo de eso es lo que pasó en dicho paro. Sobre la manera como los manifestantes explotaron las redes sociales para agitar el paro, el diario El Pilón (http://bit.ly/1fti8a8) de Valledupar puso a disposición de sus lectores una muestra bien lograda, sobre cómo la gente se valió de las redes sociales para agitar la manifestación, controvirtiendo las posiciones del gobierno y usando el humor y el insulto como medio de propaganda. Como bien lo documentó El Pilón, en las redes sociales abundaron “las críticas al gobierno de Juan Manuel Santos y a sus contradicciones frente al paro agrario”. Por su parte la BBC (http://bbc.in/1kO5GsJ) resaltó el rol que jugaron las redes sociales para despertar la solidaridad de los sectores urbanos con la protesta. Su reportaje resalta la manera como a través de ellas se difundieron “las denuncias de abusos por parte de las fuerzas de seguridad” contra los manifestantes, en su determinación de mantener abiertas las vías que conectan a las regiones productoras de alimento, con las principales ciudades y los puertos del país. Las imágenes de los abusos cometidos por parte de las fuerzas policiales difundidas por Twitter y Facebook ayudaron a forjar un sentimiento de simpatía hacia a los campesinos, que se manifestó en dos etiquetas virtuales: “Lo que es con los campesinos es conmigo” y “Yo me pongo la ruana”. La indignación por los abusos de la fuerza pública y la actitud despreciativa que asumió el gobierno frente a la protesta llevó a que sectores sociales urbanos convocaran vía Twitter un “cacerolazo nacional en favor del paro”. Otro ejemplo de la manera como la gente ha usado las redes sociales para hacer sentir su solidaridad con la protesta e influenciar a los medios sobre el carácter justo de las demandas de los campesinos quedó patentizado al día siguiente del cacerolazo. Ese día el bloguero Simón Posada recogió en su entrada, en el tradicional diario El Tiempo (http://bit.ly/1hpJODR), el espíritu de un póster que había hecho carrera en Facebook a lo largo de la semana del paro. El objeto de la postal era contestar una frase del presidente Santos, que negaba el levantamiento campesino. A la frase de Santos “ese tal paro nacional agrario no existe”, le respondió un creativo anónimo, que sostenía: “El paro nacional agrario no existe” y “tampoco existe el presidente que niega el paro”. El juego de palabras fue recogido por Posada, que desarrolló la idea, imprimiéndole a la frase del presidente un contenido político subversivo. Según posada “El paro agrario no existe”, como “Tampoco existe el presidente que salió a decir que el paro no existe. Y aun peor: no existe el país que gobierna ese presidente que no existe”. Sin exagerar se podría decir que fue gracias a las redes sociales como los sectores afectos y participantes del paro lograron invertir el reporte de fuerzas. A partir de ellas se desarrollaron una serie de acciones que hicieron bajar al presidente de su torre de marfil y lo forzaron a tomar en serio dicho movimiento social. A eso contribuyó, sin duda, la frase desafortunada que resaltamos anteriormente, a la que los internautas le dieron un giro deliberado que reorientó su sentido retorico-político. Con el paso de los días la frase del presidente se retornó contra él y, como concluye Posada, al negar el paro “Santos embistió con su lanza y, sin darse cuenta, se la clavó él mismo”. En otros tiempos la frase desafortunada del presidente Santos no hubiese alcanzado esa capacidad de impacto propagandístico. Nadie hubiese podido, después de aislar la parte explosiva de la frase presidencial del resto del discurso y de complementarla con una frase de su cosecha, ponerla a correr por el mundo sin desembolsar una suma cuantiosa de dinero. Sin embargo, gracias a las redes sociales, la gente del común terminó mandando el mensaje de que el presidente al negar el paro negaba también su capacidad de dirigir al país. El creativo de garaje, que aprovechó el resbalón de Santos, nos demostró que en épocas de redes sociales el poder no sólo pasa por los palacios presidenciales y la capacidad de modelar la opinión pública no pertenece únicamente a los medios tradicionales de información. Valiéndose de la frase desafortunada de un discurso presidencial, los activistas de las redes sociales pudieron echar abajo, como bien lo anotó Yolanda Reyes en su columna de El Tiempo (http://bit.ly/NZdJG1), la “negación presidencial y mediática” de “ la crispación creciente que se apoderó del campo”, mientras “Bogotá ni se enteraba”. Las redes sociales pusieron en evidencia “la negligencia de los medios” tradicionales, que sobre la materia trataron de informar al país valiéndose solamente de los comunicados redactados por “los jefes de prensa palaciegos” y las opiniones de los funcionarios gubernamentales responsables de la política social. Sobre la manera como en las redes sociales se minó la posición del gobierno, usando el propio discurso del presidente, Vanguardia Liberal (http://bit.ly/MsyVmz) anotó: “En las redes sociales se burlan del gobierno de Santos (...) por sus contradicciones frente al paro agrario”. La nota fue ilustrada con una variedad de pósteres y mensajes recuperados en las redes. De otro lado, como lo registró un reportaje del periodista Juan Carlos Agiar, de Noticias Univisión (http://bit.ly/1gvIlJ0), las redes sociales fueron claves para denunciar la brutalidad de las fuerzas policiales contra la protesta campesina. Las imágenes difundidas allí generaron la indignación de amplios sectores urbanos, que se valieron de ellas para movilizar el apoyo citadino al paro. Así lo mostró la BBC (http://bbc.in/1nH3sbI) en un reportaje en el que se destaca que las redes sociales fueron esenciales para despertar la solidaridad de los habitantes de las ciudades frente a los problemas por los que pasan los habitantes del campo. Por su parte Caracol Radio (http://bit.ly/1be8Jrc) informó que Alejandra Manrique convocó en Alemania “a una manifestación a través de las redes sociales para demostrar que desde la distancia también apoyan el paro”. En Montreal, diferentes actores sociales convocaron a una manifestación y jornadas de reflexión frente a la Catedral de Notre Dame para apoyar el paro. En fin, para direccionar las acciones de solidaridad en diferentes partes del mundo, se creó una página en Facebook: la página Solidaridad Internacional al Paro Agrícola Colombiano (http://on.fb.me/1cQOlaC). Allí se difundieron fotos, videos, caricaturas y todo lo relacionado con la manifestación. En conclusión: las redes sociales sacaron al paro agrario colombiano del congelador al que lo quisieron meter tanto el gobierno, al negarlo, como los medios de información tradicional con un cubrimiento parcial y parcializado. El vuelo que alcanzó la protesta, cuando se apropiaron de ella los activistas de las redes sociales, y el temor a que ésta se transformara en un gran levantamiento social en su curso por ellas fue lo que llevó a los editores de la revista Semana (http://bit.ly/1fau6cb) a preguntarse: “¿Son los paros la chispa de una ‘primavera’ a la colombiana que, como en el caso árabe y de la plaza Taksim en Turquía, buscan profundas transformaciones democráticas? ¿Constituyen las marchas de apoyo a los campesinos el equivalente nacional de los Indignados europeos y de Wall Street que se levantan contra el sistema económico? ¿O la combinación de paro agrario y marchas urbanas puede explicarse con las mismas claves de rechazo a los políticos que caracterizaron las protestas recientes en Brasil? ¿O, más bien, son protestas sectoriales que defienden intereses específicos y son manipulados por otros intereses a la hora de salir a la calle?”. Parece ser que los editores de dicha revista esperaban que fuera lo último; por eso no dudaron en sostener que “en la ‘rabia’ colombiana hay de todo un poco”, pero ésta no “clasifica en una manifestación de indignados”, aunque existan “quejas económicas contra los tratados de libre comercio y las medidas de liberalización de los mercados”. Sostuvieron los editorialistas que, si bien es cierto que hay “una constelación de grupos” que se movilizan para hacer oír sus quejas, este movimiento no se compara con “la reacción de 4 millones de brasileños”, que salieron “a manifestar su descontento contra la clase política”. En todo caso, tuvieran o no razón los editorialistas de Semana, lo único que dejó claro el paro es que en Colombia las redes sociales están contribuyendo con la creación de una ciudadanía activa, que está vigilante y atenta de lo que sucede en el país, y que parece estar dispuesta a movilizarse cuando se hace necesario denunciar aquello que considera injusto. El hecho es en sí solo una buena noticia. Sobre todo después de la profunda destrucción del tejido social que se produjo después de la década de 1980, en el marco de una guerra sucia que criminalizó la protesta social de los actores civiles, en el afán de ganarle —a como diera lugar— la guerra a la insurgencia armada. Finalmente, como lo resaltó Diana Espitia, una comentarista de pósteres de Facebook, las movilizaciones sociales nos están demostrando que Internet, como medio de comunicación masiva, es una herramienta de alto valor estratégico. Ella, con todos sus derivados y con las posibilidades que ofrece para la articulación de medios de comunicación e información alternativos, les permite a las personas formar sus puntos de vista sobre la realidad que lo circunda, a partir de atalayas diferentes. Gracias a ella, aquellas personas que no tienen los medios suficientes para comprar un periódico o el tiempo suficiente para ver tv pueden terminar informándose de lo que está pasando en su país y el mundo a partir de lo que les comparten sus amigos, de lo que leen en los foros o de lo que les hacen llegar blogueros, que se dan a la tarea de promocionar sus puntos de vista sobre los sucesos cotidianos. ** Enoin Humanez Blanquicett http://www.letralia.com/firmas/humanezblanquicettenoin.htm Periodista colombiano (vereda La Octavia, corregimiento de Loma Verde, Córdoba). Es licenciado en ciencias sociales con énfasis en investigación. Ha cursado una maestría en historia, perfil contemporáneo, campo América Latina y el Caribe, especialidad historia de las migraciones, en la Universidad de Québec en Montreal (http://www.uqam.ca). Desde los años 80 ha estado vinculado a diferentes medios de comunicación, en los que ha trabajado como locutor de radio y reportero independiente, presentador de noticias y creativo publicitario. Desde 2004 sus análisis sobre la actualidad latinoamericana y norteamericana se han publicado en la revista Semana (http://www.semana.com). También ha publicado en El Magazín (http://blogs.elespectador.com/elmagazin) de El Espectador (http://www.elespectador.com) y en periódicos canadienses. === Es la historia de un lector Humberto González G. ================= “Hasta la adolescencia, la memoria tiene más interés en el futuro que en el pasado”. Gabriel García Márquez Es inútil, tratamos de recordar nuestras lecturas literarias en la escuela primaria y no nos llega nada. Nos acordamos del libro de Historia de América con sus dibujos de indios y un cerro con nieve y algunas construcciones como de piedra, ¿Machu-Picchu? El de Geografía de Venezuela, la Aritmética de Baldor, pero de literatura no nos llega recuerdo alguno; no digo que no hubo lecturas de este tipo, seguramente sí, pero ninguna nos marcó como el libro de Historia de América, el de Geografía de Venezuela o el de Baldor. Parece que en la escuela nos hicimos estudiantes, y obviamente los estudiantes leen, pero fue en el hogar donde nos hicimos lectores en el sentido literario de la palabra. Los suplementos dominicales de El Nacional y de Últimas Noticias se constituyen en nuestras primeras lecturas. En particular el suplemento de “Las Noticias”, que tenía la particularidad de venir acompañado por un paseo con el abuelo a las torres de El Silencio y un dulce con media ciruela pasa en la cafetería de los chinos mientras compartíamos nuestras lecturas. Por otra parte, nuestra casa fue un hogar con libros: nuestro padre y nuestras hermanas mayores, estudiantes universitarias, eran lectores, y disfrutaban lo que leían, nos servían de modelo pero no nos obligaban ni nos prohibían ninguna lectura. Nuestras primeras experiencias de tipo círculos de lectura las tuvimos con la revista Tricolor. Estudiábamos 1º y 2º grado. En mi casa éramos cuatro niños en esos niveles: nosotros, nuestra hermana y dos primos. Nuestro padre, que dirigía la Imprenta del Ministerio de Educación, de cuyos talleres salía Tricolor, nos las llevaba a la casa. Cuando llegaba la revista era toda una noche de fiesta, leíamos y discutíamos entre nosotros acerca de los “Cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo”, “Las aventuras del sute José de la Cruz” y otros contenidos fijos y variables que formaban el cuerpo de la Tricolor y que no lográbamos leer en un solo día. Recordamos cómo, con especial deleite, construíamos esas especies de laminarios didácticos de papel, de capas superpuestas donde se presentaba, por ejemplo, la estructura de la mano: piel, músculos, huesos, etc. Era una fiesta de la lectura, el intercambio y la construcción. Éramos niños, éramos felices, éramos libres: lo leíamos porque nos gustaba, lo hacíamos porque lo disfrutábamos, a nada estábamos obligados. Una tía nos acompañaba pero no como autoridad en ningún sentido, sino como auxiliar o como asistente con experiencia: nos quería, nos ayudaba y respetaba nuestra libertad. Cuando estudiábamos tercer grado, 1958, tuvimos la oportunidad de conocer a Aquiles Nazoa, que acababa de llegar de su exilio boliviano. Íbamos con nuestro padre por el pasaje Zingg de la avenida Universidad cuando ocurrió el encuentro. El entusiasmo del saludo y la manera tan fogosa de hablar de Aquiles nos impresionó fuertemente. Cuando se despidieron y le preguntamos a nuestro padre que si ese señor estaba loco, nos respondió que “ese señor”, amigo suyo, era un escritor, y que al llegar a la casa me iba a mostrar un libro de él. El burro flautista. Lo leí completo y lo entendí fragmentariamente. De allí en adelante, así como “el cieguito Juan Azuaje, que es un cieguito creyente” terminó “rugiendo por los mogotes”, nosotros terminamos recitando poemas de Aquiles Nazoa en las piñatas. De allí nuestra eterna “aquilesmanía”. En 1961, cuando estábamos en 6º grado, teníamos una serie de obligaciones estudiantiles: asistir a clases, hacer las tareas, respetar todo lo que se debía respetar y algunas otras cosas también, hacer educación física, escribir composiciones acerca de varios asuntos incluyendo la vaca, hacerle ilustraciones o sea dibujos, a esas composiciones y a los cuadros sinópticos también, y estudiar, estudiar mucho: las ciudades, ríos, pueblos y límites del estado Monagas, la clasificación de los animales invertebrados, los músculos de la espalda, los adjetivos posesivos y el pretérito pluscuamperfecto del verbo inmiscuir. Pero no nos acordamos de ninguna lectura obligatoria, a menos que fuera una actividad rutinaria de aula. Nos acordamos que ahorrábamos el dinero que nos daban y, cuando la cantidad ya era suficiente, visitábamos “La Casa del Truco” y la librería “Las Novedades” de las torres de El Silencio. Bombas fétidas y libros, en eso invertíamos nuestro dinero, pero escogíamos sin ninguna presión los libros que leíamos. Éramos una especie de toro cimarrón de la lectura. Nuestra historia en bachillerato fue muy parecida. Me acuerdo que leímos algunos cuentos, por ejemplo “Las dos Chelitas”, pero nada que para nosotros fuera más allá de una simple actividad escolar. El cambio radical vendría a los 15 años, cuando estudiábamos tercer año: descubrimos “la biblioteca de mi tío Paco”. Nuestro tío Francisco González Arena, hombre de educación y de literatura, era a nuestros ojos una enormidad de libros, toda una pared forrada de libros a todo lo ancho y a todo lo largo. Había absolutamente de todo, hasta uno de los libros más raros que hemos visto: Index Librorum Prohibitorum, toda una inmensa nómina de libros prohibidos por la Iglesia Católica en su época inquisidora. En esa biblioteca no sólo tuvimos la oportunidad de seleccionar nuestras lecturas en un universo extenso y polifónico, sino que contamos con la sabia asesoría y la inmensa experiencia lectora de Paco, quien nos insinuó muchas lecturas y puso muchos libros en nuestras sedientas manos, pero nunca nos dijo “tienes que leer esto”. Nuestro bachillerato continuó con la mención de humanidades que incluyó, en nuestro caso, unas tediosas clases de informaciones teóricas de literatura en la cual no leíamos, pero nos desquitábamos con la biblioteca de Paco. Le agradecemos a la vida la libertad que nos dio y los ayudantes que nos puso en el camino. La primera vez que tuvimos la obligación de leer algún libro fue en el Pedagógico de Caracas en las cátedras de Análisis Literario, con el profesor Oscar Sambrano Urdaneta: Rojo y negro y Madame Bovary; y de Literatura Española, con la profesora Aura Barradas: El Cantar del Mío Cid, El Lazarillo de Tormes, Don Quijote y un largo etcétera, pero ya estábamos formados como lectores, con suficiente músculo y resistencia, lo cual nos permitió asumir esas y muchas otras lecturas que vendrían luego, nos gustasen o no. En este texto nos hemos atrevido a hablar de nuestra infancia y adolescencia, sin pretensiones autobiográficas, sino como un intento de la memoria por reconstruir una realidad que quizá fue muy distinta, pero que así la recordamos. De todo lo aquí expuesto podemos concluir que somos lectores porque Dios nos dio ciertas aptitudes, porque nuestro camino siempre ha estado alfombrado de libros, revistas, suplementos y demás elementos parecidos y porque nos acompañaron lectores comprensivos, respetuosos y entusiastas que nos modelaron, que nos moldearon y que nos entusiasmaron. ** Humberto González G. http://www.letralia.com/firmas/gonzalezghumberto.htm Docente venezolano. Es profesor jubilado de castellano y literatura. Ha participado en distintos grupos literarios. === Tomás Tranströmer, el heredero del bosque Leo Lobos ============== Comentarios sobre la lectura del libro Introducción para inquietos / Tomás Tranströmer / Nobel de Literatura 2011. Traducción y notas de Omar Pérez Santiago. Ediciones Cinosargo. Colección de traducciones “Pink Cigarrette”, 2012. “Tengo un diploma de la universidad del olvido y estoy tan vacío como la camisa que se seca en el cordel”; estos versos del poeta sueco Tomás Tranströmer (Estocolmo, 15 de abril de 1931), traducidos por el escritor Omar Pérez Santiago (Chile, 1953) parecen encarnar lo que el poeta, ensayista, músico y crítico estadounidense Ezra Pound predicó sobre la fanopéia, una de las modalidades de la poesía; es decir, la proyección de una imagen visual sobre la mente. Tomás Tranströmer es un psicólogo, escritor, poeta y traductor sueco, cuya poesía goza de una gran influencia; la crítica internacional lo considera uno de los poetas más sobresalientes de Suecia. En 2011 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura; la concesión del galardón hará posible que la obra literaria y psicológica de este creador de ochenta años “llegue a un público más amplio”. La naturaleza y la música son los dos grandes motivos que llenan los libros de este autor poco conocido fuera de Escandinavia a pesar de que su obra poética ha sido traducida a más de cincuenta idiomas. Este libro es el primero que se publica en español sobre la obra del poeta; contiene ensayos y traducción sobre la poesía sueca, las generaciones literarias, sus vínculos con la poesía latinoamericana, que permiten entender la relevancia de Tomás Tranströmer en el panorama sueco, europeo y mundial. Omar Pérez Santiago estudió en la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Chile e Historia económica en la Universidad de Lund en Suecia y fundó en Europa la editorial Aura Latina. El libro Introducción para inquietos / Tomás Tranströmer / Premio Nóbel de Literatura 2011, de Omar Pérez Santiago, ha sido publicado por Cinosargo Ediciones, una productiva editorial de Arica que dirige el escritor Daniel Rojas Pachas. “En los años 80 se articuló”, comenta Omar Pérez Santiago, “un activo grupo de jóvenes escritores latinoamericanos en Suecia, escritores traductores. El poeta uruguayo Roberto Mascaró con el poeta tucumano Mario Romero traducen a Tranströmer y lo publican en una antología de poetas suecos en 1985. El poeta chileno Sergio Badilla, el argentino Cristian Kupchik hacen lo propio. En julio de 1986 tres poetas viajan en tren desde Estocolmo a Malmö, Roberto Mascaró, Sergio Badilla y Raúl Zurita. Ese agitado fin de semana en Malmö, uno de los temas de conversación con los poetas traductores fue la poesía de Tranströmer”. La poesía, como la prosa, es ante todo una cierta forma de pensar y conocer, en palabras de Omar Pérez Santiago. “Llegué a Suecia un frío día de invierno. Había nieve y estaba oscuro. Algo realmente mágico. Al otro día, a las 8 de la mañana, ya estaba estudiando el idioma”. El poeta francés Paul Valéry dice: “Se reconoce a un poeta cuando éste transforma al lector en un inspirado”, el lector encuentra en el poeta la causa admirable de su admiración. Aquel que lee ofrece al creador de los poemas los méritos trascendentes de las fuerzas y de las gracias que se desenvuelven en él. Este libro se sustenta en una original teoría sobre las placas poéticas de la poesía, es decir la conexión terrestre, el tejido, cruces y las referencias de la humana poesía. “Heredé un bosque sombrío donde rara vez voy. Mas llegará un día en que los muertos y los vivos cambien de lugar. Entonces, el bosque se pondrá en movimiento”; el bosque de Tomás Tranströmer en traducción de Omar Pérez Santiago. ** Leo Lobos http://www.letralia.com/firmas/lobosleo.htm Poeta, ensayista, traductor y artista visual chileno (Santiago, 1966). Laureado Unesco-Aschberg de Literatura 2002. Realizó una residencia creativa en el Centre d’Art Marnay Art Center (Camac, http://www.camac.org) en Marnay-sur-Seine, Francia (2002-2003), con apoyo del Fondo Internacional para la Cultura y la Fundación Frank Ténot. Ha realizado exposiciones de sus dibujos y pinturas, y entre 2003 y 2006 hizo una residencia creativa en el centro de cultura Jardim das Artes en Cerquilho, São Paulo (Brasil). Ha publicado, entre otros, Cartas de más abajo (1992), +Poesía (1995), Perdidos en La Habana y otros poemas (1996), Ángeles eléctricos (1997), Camino a Copa de Oro (1998), Turbosílabas: poesía reunida 1986-2003 (2003), Un sin nombre (2005), Nieve (2006), Vía Regia (2007) y No permitas que el paisaje esté triste (2007). Sus fotografías, ensayos, dibujos y poemas han sido publicados en revistas y antologías en Chile, Argentina, Perú, Brasil, Cuba, Estados Unidos, México, España, Portugal, Francia y Alemania. Como traductor desde el portugués ha realizado versiones en castellano de autores como Roberto Piva, Hilda Hilst, Claudio Willer, Tanussi Cardoso, Helena Ortiz y José Castelo, entre otros. Sus dibujos, poemas visuales y pinturas forman parte de colecciones privadas y públicas en Chile, México, Estados Unidos, Brasil, España y Francia. En 2003 recibe la beca artística del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (http://www.fondosdecultura.cl) del Ministerio de Educación de Chile (http://www.mineduc.cl) y en 2008 la beca de creación para escritores profesionales del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile (http://www.consejodelacultura.cl). Es productor del encuentro internacional de poetas ChilePoesía (http://www.chile-poesia.cl), uno de los más importantes festivales de poesía de Hispanoamérica. En la actualidad trabaja en gestión de proyectos en la Corporación Cultural de Peñalolén. Mantiene un blog literario en http://leolobos.blogspot.com. === Estrategias de supervivencia, de Carlos Manzano ======================= === José Luis Muñoz ======================================================= Estrategias de supervivencia Carlos Manzano Cuentos Libros de Certeza, 2013 88 páginas. El aragonés Carlos Manzano, con su libro de relatos Estrategias de supervivencia, hace buena la máxima de Gracián de Lo bueno, si breve, dos veces bueno, porque sus 88 páginas, que reúnen relatos brevísimos, microrrelatos de apenas una página algunos, con otros más largos que nunca superan las diez, son una dosis de más que buena literatura. Conocía literariamente a Carlos Manzano a raíz de una excelente novela anterior, Lo que fue de nosotros (2011), y en Estrategias de supervivencia, nombre de uno de los relatos que integran el volumen y da nombre al conjunto, no hace más que confirmar su extraordinaria valía como escritor. Si no se escribe para cambiar, o conmocionar, mínimamente al lector, resulta ocioso el ejercicio literario. Carlos Manzano aplica esa regla a su literatura y reúne en este volumen un conjunto de relatos políticamente incorrectos y protagonizados por personajes que nada tienen de ejemplares. Un adicto a los coches de alta cilindrada que deniega el auxilio a una víctima de la carretera (“Auxilio en carretera”); un japonés que agradece a su prostituta que se vista como una colegiala (“Una historia del Japón”); un cliente que compra los favores sexuales de su hija a la que encuentra por casualidad tras muchos años de distanciamiento (“El regreso de la hija pródiga”); un tipo que convive con una muchacha exhibicionista y de pubis hirsuto (“Estrategias de supervivencia”); una muchacha que tiene un pecho más grande que otro (“Insolente simetría”); un cobarde que se venga de su amigo violento cuya pareja desea (“La ley del más fuerte”); alguien que se enamora de una mujer simplemente por su nombre (“Brenda”); un padre que no puede evitar enamorarse de su hija (“Padre enamorado que mira a su hija”); más la relación personal del autor con su ciudad de Zaragoza (“Crónica de una ciudad solitaria”) o las opiniones del autor sobre el estado actual del cine a través de La meprise de Jean Luc Godard (“El vertiginoso declive del cinematógrafo”) son algunos de las inclasificables piezas cortas, todas perturbadoras, que integran este libro de relatos que no tiene desperdicio. No me molestaba que me apretara las muñecas con el empeño de un grumete novato ni que me colgara de los pezones pinzas cada vez más pesadas y rígidas, ni siquiera que anudara a mis tobillos unas gastadas cuerdas de liza que ya no valían ni para empaquetar bultos inservibles. Lo verdaderamente insoportable era que, tras vendarme los ojos y forzar en mi torso un gesto de absoluto abandono, no saliera de su boca la más tímida imprecación... Escritos la mayor parte de ellos en primera persona, a modo de confesión, entre la ironía y la descarnada crudeza, los originales relatos que integran Estrategias de supervivencia son excepcionales piezas literarias magníficamente armadas que entran como dardos en la garganta al lector y le provocan todo menos indiferencia. Maravillosa literatura retorcida. ** José Luis Muñoz http://www.letralia.com/firmas/munozjoseluis.htm Escritor español (Salamanca, 1951). Uno de los más destacados en el género negro en su país, ha ganado importantes premios literarios como el Azorín, Tigre Juan, La Sonrisa Vertical, Café Gijón o Camilo José Cela, entre otros. Su último libro publicado es La Frontera Sur (Almuzara, http://www.editorialalmuzara.com; 2010), IV Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona. === Prólogo a Angst, de Irán Infante Gabriela Rosas ================== Angst Irán Infante Poesía Negro sobre Blanco, 2013 ISBN: 978-980-7609-25-8 112 páginas Comencé a leer al poeta Irán Infante en una conocida red social, y me sentí invitada a su palabra por el destello de su verbo. Meses después nos conocimos personalmente. El vínculo creado desde entonces, nuestro Hilo rojo, es el de la poesía. La poesía puso el primer poemario de Infante en mis manos: Delirios nocturnales, al que le siguieron Epitafio nocturno, Ad Noctum y Resquicio fórmico; antes de entrar en la lectura de Angst recordé una cita de Octavio Paz: “La mucha luz es como la mucha sombra: no deja ver”. La luz de Infante, el estallido inicial que me prendó de un verso, y luego me invitó a detenerme en su obra poética, es también una sombra, una densa tiniebla, como lo son las palabras mismas para los habitantes de los corredores del miedo. Angst significa ansiedad, temor. Este poemario está dividido en dos partes: “Lebensgefahr”, que podría traducirse como “Peligro de muerte”, y “Cadáver prematuro”, que es el título de la segunda parte. Es claro, desde el principio de la lectura, que en el poemario de Irán Infante no vamos a encontrar ningún verso dispuesto sin voluntad. Ningún descuido. Este poemario transita las sombras, las duras sombras de la voluntad de un sobreviviente de sí mismo. El duro espacio que encierra el insomnio, el limbo inducido por la Setralina, la ansiedad y toda la crueldad que ella trae consigo, y que deposita en las páginas blancas del poeta. El poeta que respira en los poemas está acelerado, pero decanta su verbo con ferocidad, sutura sus angustias hilando una tras otra sus huellas, para poder seguirlo. El manejo del lenguaje, todos los símbolos encarados y dispuestos en Angst, son reveladores de un mundo, de una vida, de una batalla campal, de la cíclica nostalgia que lo envuelve. En el primer poema Infante dice: “El hacha astilla el día”; avanzamos y anuncia: “Enterrar a dios con la noche”. Me detengo, respiro, bebo un café, recuerdo al poeta francés Alphonse de Lamartine: “A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd”. Siento, sentir es bueno, la poesía de Irán me convoca, como debe hacerlo todo poema invocado desde las profundidades del ser, desde la violencia de la soledad de no encontrar respuestas, o no encontrar la forma de traducirlas, desde la honestidad. Todo poema que te mueva, que te entregue el regalo dulce, amargo, agridulce del estremecimiento, bien vale la pena el movimiento. Nada es para bien, nada es para mal, es lo que es, es la palabra hilando el desamparo, las noches interminables, la locura. El poema “Zoloft” es demoledor. La brevedad es demoledora, la muerte prematura es demoledora, toda sospecha es demoledora, la vida es demoledora. El poeta maneja la brevedad con lucidez. En cada página la lección es la misma: “Las ruinas nunca nos perdonarán / el tiempo en que fuimos viaje sin retorno”. El poeta se canta ruina y se canta viaje sin retorno; como el viaje de la palabra misma, una vez arrancada de los adentros. En este punto, no sé si el poeta ha ascendido o se detuvo en su memoria para echar al fuego cualquier esperanza. Acá no se juega, este poemario no es un patio de juegos ni un patio de locos. Hay gritos, hay dolor, hay restos del poeta y ajenos, los restos de la derrota. Angst pulsa la muerte: ¿Por qué esta necesidad de cortarme la garganta? ¿Por qué las ansias de arrancarme el tercer ojo? ¿Por qué ese desespero de volar? ¡Abre mi pecho! quiero salir... Por tanto, Thanatos se hace presente como una foto, con saña y suavidad; también lo hace Eros, otorgándole al poeta la voluntad, el minuto siguiente, la vida que sigue, breves fulgores de pasión. Aquí yace la lucha, la contradicción, toda la tensión entre los deseos de vida y muerte, la cuerda floja, todos los puntos finales. “Ella me visita cada mañana / Siempre triste / Siempre árbol”, ¿sentencia?, ¿epitafio? en Angst no existe Dios, tampoco Lucifer, acá ninguno es amenaza ni salvación, acá el vacío es el amo. El poeta nos confesará que, para él, Dios es la Sertralina (“Zoloft”), que Lucifer son las voces que le dictan las noches, que la lepra es el insomnio, y que su voz es un grito mudo. Revela que, si le quitan el dolor, se irá también la poesía. No hay victoria posible. En la segunda parte del libro, “Cadáver prematuro”, la contradicción se intensifica, el poeta ilumina los corredores, quizás, por un estallido de amor o deseo, y luego se oscurecen con la muerte, la muerte en vida, con el mismo ritmo en que avanzamos en la lectura: “Le canto a la muerte / con los segundos agujerados en el corazón”. En este poemario nada se asume ni se traga fácilmente, es un cuerpo, un corazón, un campo minado. Un bombillo a punto de estallar. El verbo de Irán Infante es fuerte y voluntarioso. Es su plegaria. En Angst, el poeta colocó tantos espejos como poemas y no está prohibido mirar(se). Algunos poemas de Angst Le canto a la muerte con los segundos agujerados en el corazón === ¿De dónde me cuelgo para guardarme de mí mismo? === ¿Para qué hilar las noches en tu cuello si el sol se apaga en tus ojos? === Lastrar tristeza es llevar mil perros mordiendo la garganta la noche astillada en el cuerpo === Deshojo la flor entre tus piernas con el lamento de mis costillas Una y dos veces empuñaste la luna en mi pecho === Me arranco el grito para desmantelar soledades ** Gabriela Rosas http://www.letralia.com/firmas/rosasgabriela.htm Poeta venezolana. Cursó estudios de educación integral en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel, http://www.upel.edu.ve). Ganadora del Primer Premio Nacional de Poesía para Jóvenes Liceístas (1995), otorgado por la Casa de la Poesía Juan Antonio Pérez Bonalde. Ha publicado los poemarios La mudanza (Eclepsidra, http://www.facebook.com/editorial.eclepsidra, 1999) y Agosto interminable (Eclepsidra, 2008). Ha realizado talleres de poesía y narrativa con Santos López, Carmen Verde y Fedosy Santaella, http://www.letralia.com/firmas/santaellakrukfedosy.htm, entre otros. Poemas suyos han sido incluidos en las antologías Las voces de la hidra (Miguel Marcotrigiano, Mucuglifo, Mérida, 2002) y El coro de las voces solitarias (Rafael Arráiz Lucca, Eclepsidra, 2003), y en reconocidos medios de Venezuela y otros países, y han sido traducidos al catalán y al italiano. Participó en varias ediciones de la Semana Internacional de la Poesía de Venezuela, en el III Salón Pirelli de Jóvenes Artistas y en la Feria Internacional del Libro de Lima (2011), entre otros eventos. @magarosas. === El Roto: A cada uno lo suyo Ricardo Martínez-Conde =============== El Roto: A cada uno lo suyo Mondadori Barcelona (España), 2013 No siempre ha de ser el texto como tal, desnudo y significativo, quien ha de hacernos la mejor compañía, la de la lectura y el entendimiento. Muchas veces (¡tantas veces!) es, por el contrario, el “santo”, la imagen, quien más y mejor nos lleva de viaje por la imaginación, por la inteligencia, por el camino de la postura de una capacidad crítica que nos ayude a entender la realidad que nos circunda y afecta, la que nos ayuda a ser más libres. Andrés Rábago García, que tiene como nombre de autor “El Roto”, es ese dibujante casi oscuro (casi, pues al fondo de sus dibujos siempre hay una claridad, una clarificación) que nos aporta ahora, de nuevo, en este volumen, algunas premisas de sociología trascendente, algunos ejemplos de realidad semioculta en la que conviene reparar; algún paradigma de rica imaginación que invita (e incita) a deliberar a la vista de los escombros dejados, sobre todo, por la actividad político-económica de los gobiernos... “Como alternativa al túnel nos ofrecen vivir a la intemperie”, dice uno de esos personajes anónimos, llenos de sentido común por causa de la realidad a la que se les condena, a su pareja. O bien, leemos en uno de sus “bocadillos” epigramáticos: “La postura de la iglesia siempre ha sido la misma” y se ve la imagen de una iglesia invertida. Cada página, así, se convierte, tal como diría el poeta, en un “redoble de conciencia”. Cada viñeta es una ventana abierta para observar más allá, más intensa y extensamente una realidad aciaga y perversa construida por unos supuestos vencedores que siguen sonriendo mientras nadan en las inmundicias supuestamente útiles y racionales que han generado: “Todo es coherente —dice para sí el camarero contratado por horas en la compañía multinacional—, el contrato basura, el trabajo de mierda y la porquería que sirvo”. Ahora bien, cada breve texto, cada imagen, semeja que no han nacido como una invitación al lamento, sino para la consciencia, para reparar en una situación injusta, de ahí que nos conduzca a esa actitud con la que el libro concluye: “Si no podemos cambiar de horizonte, cambiemos de perspectiva”. Procuremos, al menos, desde nosotros mismos, mantener viva la osadía de la libertad de conciencia, la libertad de ser. ** Ricardo Martínez-Conde http://www.letralia.com/firmas/martinez-condericardo.htm Escritor español (Sanxenxo, 1949). Cursó los estudios de filosofía y letras y el doctorado en la Universidad Complutense de Madrid (http://www.ucm.es). Textos suyos han aparecido en la Revista de Occidente, el Boletín Galego de Literatura y las revistas Clarín, Claves y Extramundi. Además ha sido colaborador en diversos periódicos. Ha publicado los poemarios en gallego Lento esvaece o tempo (Milladoiro, 1990), Orballo nas camelias (Sotelo Blanco, 1993), O silencio das árbores (Espiral Maior, 1995), A núa lentitude (Follas Novas, 2001) y Compostela, vella memoria (3C3, 2003); y, en castellano, Los argumentos de la tarde (A.G., 1991), Sombras del agua (Endymión, 1993), Evoë (Calambur, 1997) y Los días sin nombre (Calima, 2000, premio Benasque de Poesía). En prosa ha publicado, en gallego, Os simbolos de Galicia (Cª Cultura, 1993) y Debullar (Galaxia, 1998) y, en castellano, Cuentas del tiempo (Pre-textos, 1994), La figura del Rey según Quevedo (Una lectura de la "Política de Dios") Ed. Endymión-Mº Cultura, Madrid, 1996, Alusión al paisaje (Calima, 2002). Ha recibido diploma de honor en el Concurso Internacional de Relatos Breves "Jorge Luis Borges" (California, 1992) y el premio Reimóndez Portela de Xornalismo (A Estrada, 1997). |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === “A mí no me salen los muertos, ======================================== === saben que yo no los veo”: Leandro Díaz René Arrieta Pérez ======== Dos meses escasos después que Leandro Díaz, uno de nuestros últimos juglares que le sobrevivían al folclor, nos regalaba una tarde llena de anécdotas, de historias y canciones, de recuerdos cargados de sentimientos, entre ellos la nostalgia, hace su tránsito a una vida etérea, de descanso, de amor y de paz, a una dimensión lejana de este valle de lágrimas. Se fue pero dejó a Colombia un inmenso legado musical en el que se cuentan canciones como La diosa coronada, Matilde Lina, El verano, La loba ceniza, La gordita, Dios no me deja, Tres guitarras, Adelante o Dos papeles. Poeta y cantor ciego. Autor de melodías e historias de la música vallenata, llenas de belleza, lirismo y sorprendentes imágenes y hasta de cierto misterio, porque él para componerlas veía con los ojos del alma, cuando paseaba por idílicos paisajes y los hacía objeto de su canto, cuando sentía la presencia de las mujeres que lo inspiraron. *** Llegamos a su casa, dimos un abrazo al maestro Leandro. Pedro Olivella dice: René es un amigo periodista. Venimos a saludarlo y a pasar la tarde con usted. La visita y la complicidad de Leandro y Pedro Olivella hizo que el maestro expresara su efusividad, que se le notaba en forma de aureola: se sentía entre nosotros como fuerza magnética. A propósito de la edición especial que hizo Old Parr con la efigie de Leandro, Pedro dijo: “Vamos a destapar una de Leandro, pues”. El maestro con su picardía espetó: “Al Old Parr ahora se le ha metido en ponerme en su vagabundina. ¿Usted sabe lo que es eso?”. —¿Todavía se toma sus Old Parr? —Ja ja —ríe. Antes de cantar dice:— Yo digo —y canta—: “La que deja un cariño deja dos / sigue experimentando / y si deja el tercero jure a Dios / que le sigue gustando / deja el cuarto y el quinto y hasta el seis / nada más pa gozá / y después se convierte en la mujer matadora de hombres por maldad / con el alma perdida (...)” (1). Pedro le hace una segunda voz. Al terminar de cantar ese fragmento, la presencia de Pedro Olivella hace recordar a Leandro los viajes y la otrora compañía por algunos pueblos, y en un tono nostálgico cuenta: “Pasábamos por Curumaní, chévere”. Después del comentario de Leandro, al final de la canción, Pedro dice: “Maestro, hay una canción muy bonita”, y canta. Todos cantamos: “Un medio día que estuve pensando / un medio día que estuve pensando / en la mujer que me hacía soñar / las aguas claras del río Tocaimo me dieron fuerzas para cantar / llegó de pronto a mi pensamiento / esa bella melodía / y como nada tenía la aproveché en el momento” (2). Digo, aludiendo al próximo verso de la canción: —¿Ese paseo de quién es? —y el maestro, en respuesta, completa el verso: —“De Leandro Díaz”. Nuevamente, buscando un juego, digo: “Pero parece de Emilianito”. Él repite el verso, y agrega: “Porque como era del Plan, no fueran a creer que era él que estaba homenajeando a la mujer. La gente se pone en cosas. Yo evité eso”. Quiere indicar que si no hacía esa aclaración fácilmente se le hubiera atribuido a Emilianito, creyéndosele el autor de la canción. —Maestro, cuando escucha cantar a su hijo Ivo, qué siente. —¿Yo? Na. (Risa). Desde chiquito oyéndolo. ¿Sabe?... que cuando estaba pequeño, se levantaba tipo 5, 6 de la mañana, se metía al baño, abría la llave, y se sentaba a cantar. Yo creía que se estaba bañando, y era para que no le fregaran la vida. ¿Mis canciones?... No, cantaba cualquiera. Pero cuando ya se dio cuenta de que las mías eran pedidas se las aprendía. Ivo cuando ya tenía 10 años era un cantante. Al que nace con las cosas hay que reconocérselas. —¿Se acuerda de la Loba ceniza? No, no me acuerdo de esa vieja, se murió hace tiempo. —¿Y del canto? —El canto me lo robó Abel Antonio Villa (3). —Y le puso La camaleona, ¿no? —No... Eh... Dice Leandro confirmando la autoría de la canción con su nombre original: —El nombre es La loba ceniza porque allá, en la tierra donde me crié, hay muchos lagartos y viven cenizos, porque esa tierra es polvorienta, entonces, esa, la vieja esa, era más puerca que una cochina. Iba al arroyo cada ocho días... —¿No se bañaba? —Se bañaba con tierra. Murió hace tiempo. Pedro Olivella le pregunta con un poquito de veneno: Maestro, ¿no le ha salido? Y él contrapregunta: —¿Esa? —Y continúa—. Tal vez, pero como no la veo. A mí no me salen los muertos, saben que yo no los veo... —Y exclama—: ¡Hombeee, Peter Olivella! Leandro, después de una pausa, dice —respondiendo la pregunta del periodista sobre sus estancias en el pueblo— que va a San Diego de vez en cuando, que hace dos meses que estuvo allá, y que inmediatamente termine el festival se va a descansar a San Diego. La señora Francia Rodríguez, suegra de Ivo, quien nos acompañó toda la tarde, en la terraza, a lo largo de la entrevista, anota que allá lo soba la gorda. No se hacen esperar las risas de todos y la pertinente pregunta: ¿tiene a una gordita allá? Y él, serio responde: —Yo he tenido a mi mujer allá todo el tiempo —y agrega que allá se come su yuca, su ñame, su malanga. Precisa que la malanga se halla más en Valledupar que en San Diego. Luego, dice con énfasis: “Todo eso lo sé sembrar: el ñame, la batata, la yuca, la malanga... Me crié en una finquita donde sembrábamos todo eso. Allá en la Sierra de los Pajales”. Olivella indaga sobre la finca. Él dice que la regaló a su hijo, “al mayor de mi mujer —a Ascanio Rueda, precisa, y prosigue—. La plata que me dieron por La gordita, con esa, pagué la finquita. ¡Ah, el que no puede trabajar no debe tener na!”. —¿No quiso nada con usted la gordita? —La gordita no quiso na conmigo. Es que he sido más salao que un pescao de mar. Le pedimos que cante un fragmento de La gordita. Entonces el maestro pregunta con picardía: “¿Cuál gordita?”. Pedro canta el inicio, y el maestro continúa, con una voz ya cascada por sus ochenta y cinco años: “Era sábado en la tarde el día que llegué a mi tierra / y me contaron la historia que le ocurrió a la gordita / era sábado en la tarde el día que llegué a mi tierra / y yo que me trasnochaba y hasta pensaba quererla / hoy están jugando con ella / a mi esas cosas me mortifican / tanto que vaciló la gordita / y nada quiso conmigo / ahora le traigo esta cancioncita / con esta la castigo” (4). Termina de cantar y expresa, tal vez con el rescoldo de un antiguo despecho: “¡La gordita! ¡Bonito componerle a una fea!”. —¿Cómo pasa sus días aquí en el Valle? Torna su semblante adusto. La pregunta parece caerle como peso de plomo. —Un poco fastidiado —responde. —¿Por la salud? —¡No, de salud estoy bien! Pero vivo solo. —¿Eso agobia, no? —El hijo... Como la mujer trabaja, se va temprano pa la calle... —¿Y queda solo? —Solitooo. Se ha creado un silencio en la reunión. El maestro, dirigiéndose a Pedro, decide romperlo, exclamando: “¡No llore, que su mujer no se le ha perdido!”. Risas. Pedro aguijoneado dice: “A veces quiero que se pierda, a ver si me pierdo yo también”. —Decía un verso de mi tío —comenta Leandro, y canta—: “La mujer que quiere a uno / la mujer que quiere a dos / la mujer que quiere a uno / la mujer que quiere a dos / y con su marido son tres / se le corta la cabeza, pa’ que no lo vuelva a hacé”. Ha terminado de cantar esos versos, y apelando a su complicidad con Pedro Olivella, dice: “¡Ay, Peter Olivella! ¡El hombre de las mujeres de San Diego! (ríe). Bueno, y hablando en serio, San Diego es un pueblito sabroso. La ventaja es que saben hacé una arepa”. En recuerdo de los versos de una canción de Gustavo Gutiérrez, Mis condiciones (5), que canta Iván Villazón, y que en forma hipotética sitúa a la amada en San Diego: “Para San Diego vas a ir / Y nunca lo vas a olvidar / Y a Leandro Díaz le pediré / Que me cante sus canciones / Que me enternecen el alma / Y alegran mil corazones...”. Con referencia a esos versos, el periodista dice: —San Diego, allá donde Gustavo Gutiérrez pedía que cantara sus canciones. Leandro, sin hacer esa asociación, expresa jocoso su parecer en torno a las canciones de Gustavo Gutiérrez. —Eh, es un flojazo. Hasta cuando las presenta se le nota que es perezoso, que no les tiene ese amor. Yo sí quiero a mis canciones y bastante. —¿Qué hay de sus amigos de la vieja guardia, lo visitan todavía? —Si toda esa gente se murió. —¿Lo están dejando solo, maestro? —Lo que pasa es que esa gente, cuando vive en un pueblo y se va a vivir a otro cambia total... Yo me vine a Valledupar y vivo aquí en mi barrio... Parece advertir que con los viejos amigos que quedan pasa lo que acaba de señalar. Su pensamiento da un giro y comenta: —La vida del pobre es más bonita que la del rico. El rico tiene que estar parejo, y no se conforma con cualquier vaina, pero goza más el pobre que el rico, parece mentira... Alguien, al pasar por el frente de la terraza, activa la alarma de un carro cuando lo toca. Pito de sirenas por un par de minutos. Pedro quiere saber por una canción y canta: “Un hombre bueno bajaba del monte / llevando a sus hijos para la ciudad / Quería dejar en la iglesia su nombre / Darle su apellido de forma legal”. Leandro dice: —Ah, esa se llama Historia sin nombre —y anota—. No está grabada, no. Lo que pasa es que la iba a grabar con un conjunto de la sabana, pero a la larga, ellos lo único que saben tocar es cumbia. Cuando nos pusimos a ensayar: ensaya y ensaya y no le entraba al hombre la... ¡Ah, hombe! ¡Deja esa vaina así, eh! “¿Cómo es que dice?”, pregunta Leandro, y canta: “Un hombre bueno bajaba del monte / llevando a su hijo para la ciudad / Quiso dejar en la iglesia su nombre / Darle su apellido en forma legal / Y en el camino cuatro atracadores / mataron al niño también al papá”. “...A mí me da guayabo cantar esa canción”, expresa Leandro. Continúa Pedro: “La madre buena de un corazón sano”... El maestro retoma la canción: “Se quedó esperando de aquel pa celebrar el bautizo esperado / De Arturo y Galeano llena de placer / sin darse cuenta que allá en el manzano / en un charco de sangre se encontraban los tres”. Leandro hace pausa. Pedro canta el verso siguiente: “Un campesino llegaba del pueblo”... —Hasta a mí se me está olvidando —apunta Leandro, y sigue cantando—: “Dio la noticia con gran desespero / allí mataron al chato Manuel”. Historia sin nombre, se llama —reitera el maestro, y prosigue—: “...Los campesinos todos se agruparon / algunos soberbios querían proceder / cuando la tarde ya estaba cayendo / llegaba la tarde y el cura también / y los campesinos gritaban soberbios / vamos a enterrarlos sin cura y sin ley”. —He hecho canciones que casi ni me acuerdo... Una de las cosas que digo a mis amigos es que he sido un hombre sin temor... A ningún compositor le tengo temor, al mejor me lo traigo de amigo. Yo tengo una canción que dice: “Adelante con mi canto lastimero / seguiré de noche yo seguiré de día / y si más tarde me atormenta un desespero / me hago el desentendido y lucharé con valentía / caminaré sin rumbo por la calle / igual que mucha gente en esta vida / Si una puerta se cierra otra se abre/ y encontraré de nuevo la salida”. Se llama Adelante (6). Peter sí ha oído canciones mías. Nosotros nos íbamos por Tamalameque, por todo eso andábamos. ¡Ah! Yo estuve hace dos meses en Tamalameque. —¿Le salió la Llorona loca, maestro? —No, yo me llevé un cristo y me lo puse... (Ríe) Por si acaso venga La Llorona y se lo tiro. —¿Para espantarla? Risas... Silencio. —José Benito Barros. La llorona loca (7) —dice el maestro y continúa—. Oye, antes había gente que se preocupaba cuando hacía una canción. Usted cree que esa canción, Alicia adorada... fueron canciones que dieron vida a nuestro folclor. ¡Es que ahora no hacen na! Dónde está el compositor que hace música en el aire. Yo pregunto. Entonces, cuando van a tocar en una parranda salen con una gritería, al estilo de Dangond, ¿cómo es que se llama? —“Silvestre”, decimos a una voz. —Silvestre... y el que lo hace mejorcito de toditos. Cuando yo estoy, o hay música o me voy. Ah, no, eso sí, con respeto y todo, pero... Disfrutamos enseguida cantando entre todos La Llorona loca. —Y antes había disparates —señala—. El hombre de ayer era componente de mentiras. Usted sabe lo que era, que había brujas. Qué se hizo la brujería —se pregunta. —¿Le salió alguna bruja? —No, a mí no. Ellas sabían que yo no las veía. Olivella pregunta que si la chica Liñán era vecina suya. —No —responde—, ella era amiga mía. La chica Liñán era hechicera. —Con escoba o sin escoba. —De toas maneras, hasta descalza. Pedro anota que era bruja y vivía cerca a Leandro. Y remata muy jocosamente: “Yo creo que los brujos se juntan”. Risas. —Yo la buscaba —dice Leandro— porque hacía un café muy bueno, más sabroso, y era amiga de mi mujer. Cuando ella hizo su casita iba a visitarla. Pedro pregunta a Leandro que si era brujo, y el maestro responde: “No, yo era un quiromántico. Leía las manos”. —¿A las muchachas? —Y a la vieja esa. La chica era mansita. Era buena gente. —¿La veía con los ojos del alma? —Sabe que tengo mis ojos que no los cambio... ¿usted ha oído esa canción?... Dios no me deja. El maestro pregunta al periodista: ¿Sabe qué canción me gusta? Es mía y me gusta. —¿Cuál? —Dos papeles (8). Canta. “Esta música parecida a una que yo llevo conmigo / hace 20 años señores / Ella me enseñó que en la vida / el hombre recoge caminos llenos de maldad y de rencores / hasta lastimar las heridas / que han dejado viejos amores”. Dice Leandro después de cantar: “¡Nojoda, es que son muchos versos bien hechos, nojoñe!”. Risas. Sigue cantando. “Con ella empezó mi cantar / una hermosa copla dándole consuelo a mi alma / si tengo una novia por ahí / se vuelve el amigo traidor / porque yo no merezco nada / si tengo una mujer amada / otro me la quiere quitar”. El maestro se enseñorea en su maestría y comenta: —Le decía a un tipo que me leía mis canciones en Cartagena: toma, léelas y me dices dónde está la falla. Me leyó como veinte y no encontró una que no tuviera rima. Edilberto Valle, vivía en El Alto Bosque. Él me llevó a Cartagena y tocamos allá un poco de días. Nuestro cantor que ve con el alma no recuerda mucho de Cartagena. La conoce poco. Sólo tiene recuerdos de momentos en que fueron a comer cerca al mar y nada más. Dice que recuerda más de Barranquilla, puesto que allá iba mucho más. —Tuvo algún amor en Cartagena. —No. En esa época yo estaba comprometido con una hembra por aquí y no la iba a cambiar por una negra. —Allá hay de todo, hay también rubias. —Esas monas no son de allí. A mí me gusta Cartagena es por su señorío. De los pueblos de la sabana, dice que recuerda su llegada a Sincelejo. Le gustaba escuchar cumbia. No se perdía las fiestas de toro. Anota que fue amigo de Rubén Darío Salcedo, y que para la época de sus viajes a Sincelejo comenzaba Calixto Ochoa a acreditarse. Con Lucho Bermúdez se conoció en Bogotá en los años 60. Aunque Barranquilla no es sabanera la incluye, y recuerda La Butifarra, de Pacho Galán, y las canciones de La novia de Barranquilla, Estercita Forero. Cuenta que en Corozal, acompañado de Andrés Landero, Estercita Forero, Calixto Ochoa y Joe Arroyo, les hicieron una fiesta. Ya partíamos. Llega Ivo y nos dimos un abrazo: —Nos hemos divertido mucho, ha sido una tarde amena con el maestro. —Imagínense —dice Ivo—. Ahora en el festival, después que casi cien fotógrafos le disparan sus flashes, me dijo: “Si las fotos desgastaran el rostro, ya estuviera sin cara”. En la despedida, Leandro dice al periodista, muy emocionado, que no se olvide que en Valledupar deja a un amigo. Notas y canciones referenciadas Esta entrevista fue realizada en Valledupar a finales de abril, dos meses antes del fallecimiento del maestro. Es la última entrevista concedida a un periodista. Leandro Díaz falleció el día 22 de junio de 2013. 1. La que se va. Autor: Leandro Díaz. Canta Alfredo Gutiérrez y su conjunto. Álbum: Matilde Lina y más éxitos, 1970. 2. Matilde Lina. Autor: Leandro Díaz. Distintas versiones, entre ellas las de Alfredo Gutiérrez y su conjunto; Carlos Vives y Egidio Cuadrado, e Ivo Díaz y Hugo Carlos Granados. 3. Abel Antonio Villa. Juglar vallenato. Grabó la canción de Leandro Díaz La loba ceniza como de su autoría, con el título La camaleona reseca. Dice Leandro que es su primera canción. 4. La gordita. Autor: Leandro Díaz. Canta Jorge Oñate, con el acordeón de Juancho Rois. Álbum: Paisaje de sol. 5. Mis condiciones. Autor: Gustavo Gutiérrez. Canta Iván Villazón, con el acordeón de Cocha Molina. Álbum: Enamorado de ella, 1989. 6. Adelante. Autor Leandro Díaz. Canta Rafael Orozco, con el acordeón de Emilio Oviedo. Álbum: Adelante, 1975. 7. La llorona loca. Composición: José Benito Barros. Interpretada por la Orquesta de Pérez Prado con el título La llorona. Voz de Tony Camargo. Igualmente, la grabó Checo Acosta con acompañamiento de Juan Piña. 8. Dos papeles. Autor: Leandro Díaz. Interpretan Hermanos López. Canta Jorge Oñate. Álbum: Rosa Jardinera, 1974. El tema se parece melódicamente a Corina (la canción de la que Escalona tomó la música para La brasilera). ** René Arrieta Pérez http://www.letralia.com/firmas/arrietaperezrene.htm Escritor y periodista colombiano (El Carmen del Bolívar, 1970). Profesional en lingüística y literatura. Doctorando en literatura hispanoamericana en la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es), en España. Ha publicado los poemarios Salmos del segador de mieses (Editorial Lealón, Medellín, 1997), He olvidado su nombre (LibrosEnRed.com, Buenos Aires, Argentina, 2007) y Bodegones (Colección Los Conjurados, Común Presencia Editores, http://comunpresencia.blogspot.com; Bogotá, 2009. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === El drama de los inmigrantes =========================================== === y los gestos traicionados de la ficción =============================== === en El síndrome de Ulises, de Santiago Gamboa ========================== === Jorge Ladino Gaitán Bayona ============================================ El exilio, indica Edward Said, es “la grieta imposible de cicatrizar entre un ser humano y su lugar natural” (2005, p. 179). Este intelectual y crítico literario palestino resalta que los exiliados han generado innumerables aportes al pensamiento universal (Theodor Adorno, Walter Benjamin, Erich Auerbach, entre otros), pero no puede olvidarse que, junto con los beneficios a las humanidades, están las angustias padecidas por estos seres afectados por la experiencia del mutilamiento (de una tradición, de un espacio vital y una familia). Sin embargo, agrega, las miradas no deben volcarse únicamente sobre ellos, sino también sobre los innumerables inmigrantes y refugiados que, en plena contemporaneidad, permitirían hablar de “la era del refugiado” (p. 179). La idea de las grietas que, aunque no cicatricen, se expanden —para no quedarse sólo en el fenómeno del exilio— conlleva a considerar como actantes de dicha era a múltiples migrantes: Puede que París sea una capital famosa por los exilios cosmopolitas, pero también es una ciudad en la que hombres y mujeres desconocidos han pasado años de penosa soledad; vietnamitas, argelinos, camboyanos, libaneses, senegaleses, peruanos (...). Un imponente derroche de desamparo: las cifras enormemente grandes, la miseria hecha de gente indocumentada y súbitamente perdida sin una historia que contar (p. 179). Esta línea de pensamiento de Said resulta oportuna a la hora de valorar la novela El síndrome de Ulises (2005), del escritor colombiano Santiago Gamboa, donde se ofrece al lector una gama de miradas a historias de exiliados y emigrantes: prostitutas, lavadores de platos, ex guerrilleros colombianos, perseguidos políticos de diversas nacionalidades, albañiles y seres dedicados a la literatura en París entre fines de 1990 e inicio de 1991. De estos últimos, el aspirante a doctor (Esteban) es el narrador-protagonista, quien conoce e interactúa con varios escritores que viven lejos de su país, sea por elección o por exilio: el español Juan Goytisolo, el cuentista peruano Julio Ramón Ribeyro (a quien en el epígrafe Gamboa dedica su novela como homenaje post mórtem), el célebre poeta y dramaturgo turco Nazim Hikmet Ran, el poeta palestino Mahmud Darwish y Mohammed Khair-Eddine, quien es considerado por la crítica como el más destacado autor marroquí del siglo XX. Son varias voces y conciencias migrantes, con sus derrotas y desarraigos, las que cruzan el texto narrativo. En este sentido, como bien indica Luz Mery Giraldo en su libro En otro lugar, migraciones y desplazamientos en la narrativa colombiana contemporánea (2008), “la estructura narrativa muestra una alternancia entre el yo de un personaje escritor y el testimonio de los inmigrantes con los que se relaciona, mostrando así el tejido de una realidad que no sólo habla de la experiencia individual en el exilio, sino de diversas culturas e identidades” (p. 98). El personaje narrador, teniendo la condición de académico y creador, relega a un segundo plano el universo artístico para relevar el derrotado universo de la vida cotidiana. Vive en un pequeño cuarto sin baño de nueve metros cuadrados, gana poco dinero haciendo clases de castellano y lavando platos en un restaurante coreano. Interactúa con seres degradados que se dedican a oficios simples y mal pagos pues son inmigrantes indocumentados. Para ocupar el tiempo distinto al trabajo y la academia (apenas cuatro horas de clase semanal en la Sorbona) busca en el sexo una forma de sobrellevar el desconsuelo, la pobreza y la insatisfacción por haber emigrado a una ciudad que, en los imaginarios de tantos autores, es un “imán para la escritura”, pero que, en el fondo, le ha arrojado a la más precaria de las realidades: ¿Para qué diablos vine a París? La respuesta cayó de la mente: porque quiero escribir y siempre creí, por influencia de tantos, que éste era el mejor lugar para hacerlo. Pero luego, siguiendo con esa idea, comprobé que no había hecho absolutamente nada por lograr mi objetivo, pues ni siquiera escribía, sólo intentaba mantenerme vivo, con el cuerpo caliente, como diría Lazla (Gamboa, 2005, p. 194). De ahí que el París de El síndrome de Ulises sea opuesto, por ejemplo, al París cortazariano (de clubes literarios, jazz, de disertaciones profundas sobre el ser y la escritura latinoamericana, de cafés como territorios neutrales para que los expatriados mediten la gravedad del arte y la filosofía contemporánea). En el texto de Gamboa existe un París marginal consciente de su condición, saturado de indocumentados, probadores de suerte, estudiantes e ilegales que tratan de resolver el drama de la supervivencia; todos ellos padecen el síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple, mejor conocido como “el síndrome de Ulises” (2005), tal como lo denomina el psiquiatra español Joseba Achoteguí, en el cual se detectan las siguientes características: duelo extremo, soledad, miedo, hacinamiento, hambre y nostalgia profunda. En la novela, como señala Óscar López Castaño en Estéticas del desarraigo (2008), “París no es una fiesta, sino una ciudad gris, lluviosa y rodeada de edificios en ruina” (p. 306). La mayoría de personajes que llegan a la capital francesa en la novela de Gamboa no tienen ese “toque de soledad y espiritualidad” (Said, 2005, p. 188) que atribuye el crítico palestino a los exiliados (particularmente los que, por su cosmopolitismo, generan aportes al pensamiento occidental). La misma palabra toque (por remitir a sutileza, fricción o roce) se queda estrecha frente a quienes son golpeados por hondos y prolongados conflictos del orden material (más que intelectual), en tanto son aquellos “exiliados económicos o políticos, los que llegaron con dos cajas de cartón y un maletín de tela, cruzando la frontera francesa desde España en el baúl de un carro o en la carga de un camión, ateridos de frío y con un fajo de billetes en los calzoncillos” (Gamboa, 2005, p. 25). Éstos, en vez de ser simplemente tocados por la soledad, reciben afrentas de las que nada puede salvarlos: el drama de Saskia, la prostituta ilegal que intenta destruirse porque su padre rumano murió de una lenta enfermedad y no pudo salir de Francia para visitarlo; el suicidio de Jung, quien no resiste la preocupación de cómo mantener a la mujer coreana por la que se endeudó con la mafia para traerla a París; la misma inquietud del protagonista al tratar de cubrir el sinsabor de su existencia con las mujeres con quienes se acuesta y su resignación a que un juego de cartas defina con cuál de ellas habrá de compartir un espacio. En esta novela se sugiere que de poco vale el mundo de la “alta cultura” cuando el mismo protagonista y el núcleo de personas cercanas están agobiados por los asuntos concretos de la supervivencia, por la desazón de lo que acontece en sus países y por una inmensa sensación de fracaso que no puede borrarse ni con el frenesí de entregarse a los más variados juegos sexuales (esa misma desazón hace que, en aras de la verosimilitud, los encuentros genitales sean contados con un lenguaje despojado y prosaico, a veces burlesco, pero nunca finamente poético). Se trata de un interesante gesto de traición a lo que podría intuir el lector en un principio (una novela que quizás relevaría la misma literatura) a través de un personaje que, teniendo la condición de académico y creador, relega a un segundo plano el mundo de las letras para priorizar el relato de los traumas y precariedades de tantos inmigrantes anónimos en París, cuya inmediatez del presente no deja espacio para la proyección. El futuro es visto con una enorme mueca de desencanto. Esteban ha aniquilado la posibilidad de la utopía frente a su propio devenir histórico y el de Colombia. El narrador en su obra, ajeno a cualquier utopía social, presionado por la difícil supervivencia y a quien únicamente “el sexo es una forma de cargar fuerzas y recuperar la autoestima” (p. 220), deja entrever su indisposición contra múltiples actantes de su país de origen: las élites gobernantes; el conservadurismo en las tradiciones; la falta de espacios democráticos y de oportunidades para el desarrollo profesional. Su indisposición se dirige, además, contra los imaginarios románticos que sobre las guerrillas latinoamericanas se tejen en el exterior: “La revolución latinoamericana es el realismo mágico de la izquierda europea” (p. 254). Su malestar lo obliga a lanzar sus dardos contra presuntos ex guerrilleros que seducen europeas con relatos de la “revolución armada” en Colombia, como en este fragmento donde una francesa (Sabrina) es obnubilada por lo que le cuenta Javier, quien dice haber pertenecido al Movimiento 19 de Abril (M-19): De pronto me pareció ridícula y boba por no darse cuenta de que las historias de Javier, las que debía contar para seducirla, retazos de actos heroicos extraídos de las vidas de otros guerrilleros, eran todas falsas, y lo único que hacía era sumarse a esa infinita lista de europeas con el cuento de la revolución latinoamericana, ríos de esperma andina y caribeña, del Cono Sur o Centroamérica, corriendo sobre las capitales de Europa. Millares de blancos muslos vikingos enrojecidos con historias de indios buenos y gringos malos, toneladas de traseros teutones conquistados con citas de Eduardo Galeano, kilómetros de vulvas abiertas con camisetas del Che y canciones de Quilapayún (p. 91). Al protagonista de El síndrome de Ulises, en medio del desencanto por su país que lo arrastra a la indiferencia (más que a la angustia metafísica), su deseo de no volver y su precaria situación económica, sólo le queda para sobrellevar la supervivencia (no la vida) el efectismo del goce sexual, la “obsesión con el goce idiota que enloquece” (Zizek, 2000, p. 213), el que nada resuelve y puede tornarse mecánico. Su yo, en cierta forma, es “como un espejo vacío que reclama terapia” (Lipovesky, 1986, p. 56). La misma novela que escribe se revela como goce idiota —para nada sublimación— y está destinada a la no publicación pues desde su autor hasta la más “reciente de las lectoras” la descubre “plagada de imprecisiones y estereotipos, de personajes falsos” (Gamboa, 2005, p. 263). La novela al interior de la novela de Gamboa está pensada en su fragilidad como una suerte de equivalente del vacío, el desencanto y precariedad del hombre agobiado por la tragedia de lo simple; es una “escritura que traduce derrota y desolación” (Giraldo, 2008, p. 97). En ella, metaficcionalmente, el protagonista sugiere que ni siquiera el espacio estético puede estar signado por la utopía, la aspiración de trascendencia o la sensación de consuelo pues, en el mismo plano del lenguaje, la propia palabra es despojo. El deterioro del ser-escritor es llevado a la forma compositiva de la creación ficcional. Es un lugar común y universalmente válido expresar que la ficción, por más dolorosa que establezca su vinculación y refiguración de la realidad para no tranzar con el olvido, le otorga al creador ficcional la redención de la belleza. Julia Kristeva, en Sentidos y sinsentidos de la rebeldía (1999), destaca: “¿Cuál otro antídoto frente a la muerte si no la belleza?” (p. 23). No es este el caso de El síndrome de Ulises. En esta novela no opera el pensamiento de Theodor Adorno: “Quien ya no tiene ninguna patria, halla en el escribir su lugar de residencia” (1987, p. 112). Pareciera sugerirse que ni siquiera la escritura se vuelve morada o refugio, que acaso puede tornarse en un lugar de torturas donde se desata la orfandad, el fracaso, la soledad y el miedo. La presencia fantasmagórica del mundo académico y literario frente a la agobiante concreción del mundo económico, la llana y brusca descripción de las escenas sexuales, el tono coloquial del protagonista narrador, parecieran intentar adecuarse a las exigencias de verosimilitud de la novela. En ella se recrea, a través de diversos personajes (y principalmente en Jung), el síndrome de Ulises; es decir, el que afecta a muchos inmigrantes en tanto los desvaríos psíquicos, el estrés, la pobreza, la ausencia de familia, la nostalgia por el país de origen, los sentimientos de miedo y soledad conducen a una agobiante sensación de fracaso. Esta última, en definitiva, es la que afirma el protagonista cuando al llevar las cenizas de su amigo coreano Jung al aeropuerto para entregarlas a su mujer, asocia su presente con un documental de Fellini en el cual un payaso de circo pierde a su compañero de escenario para resaltar que ni siquiera en el territorio de la imaginación es posible configurar un acto de catarsis —al menos un grito—, pues nadie estará allí para identificarse con el dolor encarnado: “Imaginé, como el payaso del clarinete, que gritaba con todas mis fuerzas: ¡Jung!, ¡Jung! Pero la carpa del teatro no tenía luz y todos, en ese desolado aeropuerto, parecían haberse ido o estar muertos” (Gamboa, 2005, p. 353). Referencias • ACHOTEGUI, J. (2005). “Estrés límite y salud mental: el síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple (síndrome de Ulises)”. Revista Norte de Salud Mental, Sociedad Española de Neuropsiquiatría, 2005, Volumen V, Nº 21. pp. 39-53. • ADORNO, T. (1987). Mínima Moralia. Madrid: Editorial Taurus. • GAMBOA, S. (2005). El síndrome de Ulises. Bogotá: Editorial Seix Barral. • LIPOVETSKY, G. (1986). La era del vacío: ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Barcelona: Editorial Anagrama. • LÓPEZ CASTAÑO, O. (2008). Estéticas del desarraigo. Medellín: Fondo Editorial Universidad Eafit. • GIRALDO, L. M. (2008). En otro lugar, migraciones y desplazamientos en la literatura colombiana. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana. • SAID, E. (2005). Reflexiones sobre el exilio, ensayos literarios y culturales. Barcelona: Editorial Debate. • ZIZEK, S. (2000). Mirando al sesgo, una introducción a Jacques Lacan a través de la cultura popular. Buenos Aires: Editorial Paidós. ** Jorge Ladino Gaitán Bayona http://www.letralia.com/firmas/gaitanbayonajorgeladino.htm Poeta colombiano. Es profesor de literatura de la Universidad del Tolima (http://www.ut.edu.co), en Colombia. Doctor en literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile (http://www.uc.cl). Autor de los libros de poemas Manicomio Rock (2009), Buzón de naufragios (2012) y Baladas para el ausente (2013). Coautor de La novela del Tolima 1905-2005, bibliografía y reseñas (2008); Cien años de novela en el Tolima 1905-2005 (2011), y Cuentos del Tolima, antología crítica (2011). Mantiene una bitácora literaria en http://quijoterock.blogspot.com. === Sobre El camino de Ida, de Ricardo Piglia ============================= === Escritos sobre la memoria incierta Sergio G. Colautti ============ “Ahora soy todos los nombres de la historia. Están en mí, en este cajón donde guardo mis escritos” Ricardo Piglia (Respiración artificial) “Creo que nuestra tradición es toda la cultura occidental, y creo que tenemos derecho a esta tradición”. Jorge L. Borges (El escritor argentino y la tradición) Vivir varias vidas, como si fueran “secuencias autónomas”, es la confesión inicial de Renzi. Munk, en el final de la novela, plantea la utopía de imaginar “varias vidas personales simultáneas, radicalmente distintas una de otra, y ser capaz de vivirlas”. La multiplicación de las posibilidades de ser en el mundo o en los mundos imaginarios ocupa el centro de la narración: la relación entre Renzi e Ida, de lo intelectual a lo sentimental, termina disolviéndose en un tejido que la subsume: desde una perspectiva mayor, la tensión novelesca se suscita entre Renzi (permanente alter ego de Piglia, en esta ocasión recuperando parcial e imperfectamente el periplo docente del escritor en universidades norteamericanas) y Thomas Munk (a su vez espejando la biografía de Ted Kaczynski, The Unabomber, el terrorista norteamericano de ascendencia polaca que, entre 1977 y 1995, enviaba cartas y paquetes con bombas en su interior), con Ida Brown (prestigiosa y progresista profesora de la Taylor University) como puente, como camino de ida; desde una observación más microscópica, los textos, los inagotables intertextos que articulan la trama entre esos tres personajes disparan, vigorizan, inventan, semantizan los mundos posibles y potencian los pensamientos subversivos, anarquistas o revolucionarios que pueblan el ancho campo de disputas que la novela plantea. No hay sitio, en la novela, para la construcción lineal: Renzi es un hombre de dos lenguas (como Hudson o Conrad) y de dos espacios (vive en EEUU y parece pensar siempre desde Bs. As.). Ida opera desde dos vidas paralelas que se tornan irreconciliables. Munk es un científico de prestigio y a la vez un terrorista que multiplica sus nombres (repitiendo personajes de Conrad) para esconderse. El desplazamiento es el centro gravitacional de la narración y la escritura, o las escrituras posibles del texto, obedecen a ese principio de cabo a fin. Hasta la focalización narrativa se desplaza de Renzi, el narrador, a Ida, para luego enfocarse en Munk. En este desplazamiento como incerteza, en esta desviación del relato único, persiste, sin embargo, la búsqueda obsesiva de un orden, una razón o un sentido en la complejidad que entretejen las historias que desdibujan su perfil real o imaginario. La novela propone un punto donde confluyen el investigador y el analista o, mejor, el detective como lector. Que esa búsqueda sea finalmente infructuosa responde menos al sinsentido de la fragmentación que a la resbaladiza verdad que sostiene la existencia misma y que constituye la razón de ser del espacio literario. La relación triádica de base (Renzi-Ida-Munk) se expande desde la aparición de la vecina rusa y la chica punk: dos mujeres disímiles pero invisiblemente unidas por la vocación antisistema. Nina Andropova, biógrafa del pacifista Tolstoi, militante de la revolución y testigo de persecuciones. Nancy Culler, una chica “Fogwill”, analista de Hitchcock, nómade rockera. Las dos, de algún modo, atraviesan las ideas, las luchas y las búsquedas de Ida, las dos, en ese sentido, son variables de Ida, desplazamientos o posibilidades de vidas simultáneas que interceptan la vida de Renzi y lo llevan inexorablemente a Munk, tejiendo el mismo tejido de Ida. Munk parece pensar y escribir, en su Diario, el intento de comprensión total de los hechos, la escritura posible de la complejidad de lo real. La escena final de la novela dice esa comprensión desde la esperanza secreta y silenciosa de Renzi, tras la visita al penal, antes de la ejecución de Munk y su regreso a Bs. As.: Pensé que Munk estaría también mirando la lluvia, con las manos en las rejas, tal vez podía ver a lo lejos, entre las tinieblas, el reflejo de una luz en la ventana de una pieza de hotel (1). ¿Qué escribe Munk? ¿Cómo intenta desde su sitio incómodo narrar los hechos reales? ¿Qué lee, cómo lee, para ser quien es? El Manifiesto, con todas las intenciones de ser un programa político, aparece además como un relato futuro. El Diario de Munk, en ese orden, adquiere el perfil de un archivo del pensamiento por venir, pero escrito de un modo que solamente podrá leer un lector diseñado por ese texto porque su prosa, sus signos claves, su estilo, serán mutantes, dinámicos, distintos según la hora del día o el lugar desde donde se lo lea. Un diario en la línea del Finnegans de Joyce (2), una escritura que parece plagiar a Macedonio o mejor, al mismo Piglia de La ciudad ausente, donde se inventa una máquina capaz de reproducir y producir los relatos pasados y futuros. En el principio constructivo de su Diario, Munk piensa en esos códigos móviles, en frases que se transforman, en la invención de mundos imaginarios que coincidan con su táctica de evitar el blanco fijo eligiendo “la dispersión, el retroceso” frente al enemigo sistémico, que también es un lector voraz (los empleados del FBI, los peritos policiales expertos en estilos literarios). Como Arocena en Respiración artificial (3), interceptando escritos desde su lectura incesante y paranoica. Narrar para que los signos cambien con cada lectura. Imaginar mundos posibles para completar los mundos reales. Entender esas intersecciones (que son los cruces de textos, las reescrituras, las sobreimpresiones de la narrativa literaria, las lecturas expansivas, abiertas). Para entender los hechos reales es preciso, parece decir la narrativa de Piglia desde su formulación en Respiración artificial hasta aquí, reinventar la escritura, desplegar las posibilidades de un lenguaje nuevo que diga la experiencia nueva, redescubrir para la producción literaria una función que la coloque, desde la mirada periférica, en perspectiva y en intersección con la producción universal, construir un lector que indague la cuestión nacional en la perspectiva de la experiencia política, cultural y literaria del mundo. Ya que la experiencia no era suficiente, hacía falta construir ficciones teóricas (pág. 183). Thomas Munk escribe en un territorio donde todos escriben y leen. Una pequeña sociedad cuyos sentidos penden de los hilos cruzados, de las metamorfosis de la escritura plural. Munk lee El agente secreto, de Conrad, para inspirar su periplo de plagio, invención, rebeldía, fuga, planificación y terrorismo; sus crímenes tienen como vehículos las cartas-bombas (otra vez la escritura, el atentado como acto del escritor moderno). Escribe también el “Manifiesto sobre el capitalismo tecnológico” donde justifica sus atentados como una manera de escribir la violencia para escapar del mar de textos y palabras que se producen y se pierden en el ciberespacio. Decir desde las bombas (“el mal en estado puro”, postula Munk) para expresar “las ideas que ponen en cuestión a la sociedad entera”. Carga contra los científicos, sus colegas, a quienes responsabiliza del último y más peligroso estadio del capitalismo, lo que denomina “la frontera psíquica” y cita a Wittgenstein: “La era de la ciencia es el fin de la humanidad”. Los libros que circulan a partir de las relaciones personales traman el horizonte del sentido textual posible: para escapar del sistema de administración y dominación presente las lecturas desandan los sitios del precapitalismo. El abanico es multicolor: el trío que estructura el relato (Renzi-Ida-Munk) se descompone en referencias que imperceptiblemente proponen el escenario común del paisaje y las formas no avasalladas por el sistema hegemónico. Renzi estudia a Hudson (Allá lejos y hace tiempo, Los 24 ombúes, entre otros), su pasado en la pampa entre gauchos e indios, y vuelve a Horacio Quiroga, narrador de la selva dominante. Lector insomne, traduce “El cuervo”, de Frost, vuelve a Thoreau y su prosa subversiva. Ida escribe sobre las relaciones de Hudson con Conrad y se interesa por “los que se oponían al capitalismo desde un aposición arcaica y preindustrial”, como los populistas rusos, la beat generation, los hippies, los ecologistas. Lee, apunta y subraya El agente secreto para construir otro texto, cifrado, en el que parece registrar el programa anarquista de Munk; en las manos de Renzi, ese trabajo es la revelación inequívoca de la conexión secreta y de la probable e inquietante dilucidación del accidente. Entre los personajes que se suman para enriquecer la trama, la vecina rusa, Nina, escribe sobre Tolstoi, su ascetismo pacífico, su influencia sobre Wittgenstein. D’Amatto, amigo y amante de Ida, trabaja con la obra de Melville (otra vez en vínculo con Hudson: la blancura de Moby Dick en Días de ocio en la Patagonia). John III, aventajado estudiante de la universidad, estudia A Cristal Age, de Hudson, y descubre allí “una réplica del paraíso”). La chica Culler, otra estudiante de letras, obsesionada con Los pájaros, de Hitchcock (entrevista como un registro de “terrorismo ecológico”), y la generación beat. La historia real de Kaczynski, la biografía desplazada del propio Piglia como Renzi, son también (en el cruce con los textos literarios) “los materiales de los que la literatura se apropia para construir su propio sistema de representación”, como señala Martín Kohan, que agrega: “Cuando la literatura no resigna su propia conciencia de ser narración, de ser ficción, de ser escritura, bien puede tomar ciertos materiales que provienen de la historia, pero lo hará necesariamente para someterlos a otros sistemas de representación y para contar, de ese modo, otra cosa” (4). Para Renzi, que referencia constantemente el accionar de la policía y el FBI con la experiencia argentina de los setenta y los modos de la represión invisible de la sociedad norteamericana con su vivencia de la Argentina del “Proceso”, este universo semiótico en el que está involucrado, esta manera de entender y entenderse en la rebeldía contra un sistema que agobia y deshumaniza, configura también una perspectiva distinta para “leer” la dicotomía sarmientina de “civilización o barbarie”. Todo lo que los personajes leen, registran, escriben, hipotetizan o sueñan, visto en conjunto, es un desplazamiento radical de la idea hegemónica de pensar a la civilización como progreso y a la barbarie como atraso, al menos en sus consecuencias ulteriores. La experiencia occidental se decodifica en la experiencia nacional como una constante en la obra de Piglia, que convierte la cuestión de la tradición desde donde se escribe en interrogación permanente de su narrativa. Agrega Jorge Fornet: “¿Desde qué tradición narrar? Esta parece ser la pregunta que, en apariencia ante todo, intenta responder la obra de Ricardo Piglia, así como, a partir de ahí, qué estrategias deben seguirse para variarla y darle una inflexión propia y personal para insertarse y separarse de ella al mismo tiempo” (5). Esa es la clave de lectura de Respiración artificial, en la que, además, los “hechos reales” son indagados desde la ficción literaria, que abre posibilidades de sentido contra el relato lineal y compacto de la versión oficial. El imaginario encuentro de Kafka escuchando a un joven Hitler impulsa la decisión de escribir El proceso como relato futuro en paralelo al intento de la misma novela de constituirse en aparato desde donde leer el horror de la dictadura, inscribiendo al texto en las tradiciones europea y argentina a la vez. El procedimiento aparece ya en La loca y el relato del crimen (6), texto que recupera la tradición del policial negro americano, donde Renzi, como periodista, escribe un cuento (el mismo cuento que leemos) para decir la verdad de un asesinato que no se puede contar con el lenguaje de la crónica. En El camino de Ida los relatos de la ficción se entremezclan para dejar ver “la verdad” de los llamados “hechos reales”, aun cuando el resultado de esa revelación sea una visión todavía incompleta, parcial, cambiante y a veces inasible, como suele ser la compleja realidad, tejida entre los discursos del “mundo real y el universo imaginario”, como dice Munk, quien intenta “experimentar con las vidas posibles y las vidas ficcionales”, es decir, asumiendo plenamente la tarea del lector que comprende el valor de esas ficciones, el papel esencial de su constitución como memoria incierta e incompleta y del escritor que inventa los modos de continuidad posible (“recordar lo que nunca hemos vivido”) en ese mar tan fascinante como evanescente que siempre es el espacio literario. Munk es, entonces, por decisión y por fatalidad, el hombre que encara la tarea imposible de completar, en las arenas movedizas de lo real, esa memoria incierta. Notas 1. PIGLIA, R., El camino de Ida, Anagrama, Bs. As. 2013, p.285. 2. En El último lector, de 2005, dice Piglia sobre el Finnegans: “Es un laboratorio que somete la lectura a su prueba más extrema. A medida que uno se acerca, esas líneas borrosas se convierten en letras y las letras se encimen y se mezclan, las palabras se trasmutan, cambian, el texto es un río... la unidad de sentido es ilusoria”. 3. PIGLIA, R., Respiración artificial, Bs As., 1980. 4. KOHAN, M., “Historia y literatura, la verdad de la narración”, en Historia crítica de la literatura argentina, tomo 11, Emecé, Bs As, 2000, pág. 257 5. FORNET, J., “Un debate de poéticas: las narraciones de Ricardo Piglia”, en Historia crítica de la literatura argentina. Emecé, Bs As. 2000; pág. 345. 6. PIGLIA, R., “La loca y el relato del crimen”, en Nombre falso, Bs As, 1975. ** Sergio G. Colautti http://www.letralia.com/firmas/colauttisergiog.htm Docente y escritor argentino (Río Tercero, Córdoba, 1960). Autor de Apuntes sobre la narrativa argentina (1992), El revés del crimen (cuento, 1995) y La mirada insomne (ensayos, 2006), entre otros. === El género musical y bailable de la rumba en Cuba ====================== === Yertty Marcela VanderMolen ============================================ ¡Zumba, mamá, la rumba y tambó! ¡Mabimba, mabomba, mabomba y bombó! ¡Cómo baila la rumba la negra Tomasa! ¡Cómo baila la rumba José Encarnación! Al suelo se viene la niña Tomasa, al suelo se viene José Encarnación; y allí se revuelcan con mil contorsiones, se les sube el santo, se rompió el bongó. ¡Se acabó la rumba, con-con-co-mabó! ¡Pa-ca, pa-ca, pa-ca, pa-ca, pa-ca! ¡Pam! ¡Pam! ¡Pam! Poema “La rumba”, de José Zacarías Tallet El Caribe está conformado por un mosaico maravilloso de ritmos que se remontan a la época de la colonización y conquista, así como la llegada de los esclavos africanos a las plantaciones de azúcar. Los países que conforman el Caribe son muy diferentes entre sí, se encuentran divididos política y lingüísticamente. Sin embargo, la música es un elemento en común que poseen estos pueblos que los hace semejantes entre sí, posibilitando la unificación y solidificación de los pueblos hermanos del Caribe. A través de la música se crea un lenguaje universal dentro del archipiélago que acorta las distancias y diferencias entre ellos. Asimismo, la música representa la expresión cultural más destacada en toda la región, y al mismo tiempo es el elemento integrador de varias culturas como la indígena, la europea y la africana. La mixtura de ritmos, unida a los procesos de transculturación a través de la historia, ha dado como resultado una región polirrítmica. En las palabras de Benítez Rojo, en su obra La isla que se repite, el Caribe es un metaarchipiélago que conecta a todas las islas de la región y que a la vez se conecta con todo el mundo (24). Para el autor, el Caribe posee un origen supersincrético basado principalmente en los mitos y en los cultos religiosos taínos, europeos y africanos. Este “supersincretismo” se ve representado en la vida cotidiana de los pueblos caribeños haciéndose muy evidente en la música y en la danza, como es el caso de la rumba (27). De acuerdo a Armando Ledón, las rumbas originarias surgieron en el siglo XIX, denominadas “rumbas de cajón” donde se utilizaba cualquier objeto que pudiera hacer sonido de percusión improvisado como una mesa, una silla o una puerta, entre otros. Con el tiempo se recurrió a los típicos tambores africanos o “cajones” como instrumentos específicos de la rumba, entre los que destacan la tumba o tumbadora, el llamador y el quinto. El autor también afirma que la rumba es un género de canto y baile con influencia predominantemente africana, pero que además se pueden detectar elementos de la herencia hispana como el uso de la décima en el canto y la nasalidad del solista, similares a los cantantes de Andalucía (164). Por consiguiente, la rumba se compone mayormente de elementos de diversas etnias africanas pero que además se encuentran combinadas con ciertos rasgos heredados de la metrópoli española. La rumba se populariza a principios del siglo XX como baile y género musical afrocubano. Como consecuencia de la crisis esclavista y las diversas transformaciones económicas, ocasionaron el traslado de los esclavos de las plantaciones a los barrios populares de la ciudad. Es así que el género musical de la rumba se origina por primera vez en las ciudades de La Habana y Matanzas. De acuerdo a Roy, esta población de esclavos libertos se acentuó en estas ciudades para vivir en los “solares”, que están conformados por pequeños apartamentos alrededor de un gran patio central, son cohabitados por vecinos y en ellos se sitúa la mayor parte de las actividades domésticas. Este tipo de vivienda es comparable a la vida de los esclavos en los barracones de las plantaciones (55). Por lo tanto, los denominados “solares” localizados en los barrios populares de las ciudades concentran generaciones de esclavos libres que conviven y comparten una vida en común. Al mismo tiempo, estos vecinos están unidos por un pasado doloroso en las barracas bajo el yugo europeo. Es precisamente aquí, en los barrios de La Habana y Matanzas, donde evoluciona el género musical de la rumba. La rumba cubana tiene orígenes basados en los ritmos musicales que están asociados con las religiones de la santería y los abakuá. Este baile es considerado profano y perteneciente a la clase popular baja, y es interpretado básicamente por voces y percusión. En la danza, este ritmo está asociado con el rito de fertilidad llevado a cabo durante la época de la trata de esclavos. Además, el fuerte contoneo de las caderas puede estar ligado a los pesados grilletes que llevaban las mujeres en sus tobillos al ejecutar el baile. Luis A. Jiménez, en su artículo “Facts and Poetry: Folklore in José Z. Tallet’s ‘La rumba’ ”, sostiene que: Historically, the dance was a symbolic portrait of courtship of a hen by a cock; the former graciously protecting herself against the attacker. Highly important is to stress how this language of signs between the two animals attempts to recreate the episodes involved in sexual courtship (28-29). Es interesante la interpretación de apareamiento entre el gallo y la gallina que realiza el autor para graficar la danza. Pues, precisamente los movimientos eróticos y sexuales del baile contribuyeron a su rechazo. De este modo, la élite cubana y las autoridades no aceptaron la rumba por considerársele un baile y canto de estrato social inferior y vulgar, viendo en ellos un retroceso desde la civilización y el progreso que Europa venía implantando desde la época de la colonización. De acuerdo a George Andrews, la civilización y la modernidad se basan en el orden, la racionalidad, la disciplina y el control. Sin embargo, generalmente para las élites cubanas toda la cultura basada en orígenes africanos suponía la negación de estos valores. Por lo consiguiente, tanto las élites como las autoridades del Estado instaron a erradicar la cultura popular de origen africano en todas sus manifestaciones alegando la supuesta dicotomía entre civilización y barbarie africana, acentuando de este modo el racismo de la época (202). Es sorprendente que a pesar del rechazo de la clase alta y las autoridades, la rumba se difunde y se expande en toda Cuba manifestándose en tres variantes: el yambú que es el más antiguo, la columbia y el guaguancó que es el estilo más popular. El yambú es de carácter urbano y presenta un estilo lento donde se hace uso de dos cajones, el tumbador y el quinto. Se inicia con una diana que enuncia la melodía, y luego viene la exposición del tema, que por lo general es un tema amoroso, y el diálogo con el coro, cuando hace su aparición la pareja de baile. Una característica diferente con las otras modalidades de rumba es que no se utilizan vocablos africanos en la interpretación y tampoco se realiza el movimiento pélvico, aunque sí es considerada una danza de seducción, pero se realiza de manera elegante. Al mismo tiempo, el coro siempre repite la frase “En el yambú no se vacuna”, refiriéndose a la pantomima que simula el acto sexual donde no se lleva a cabo el acto de posesión por el hombre. Por lo tanto, la mujer, a pesar de mostrar su coquetería y usar todos sus encantos a su pareja, él se muestra todo un caballero y la respeta. Por lo general el canto es muy breve en este tipo de rumba. Un ejemplo de la rumba yambú se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=8FBZB1yPqEw. Entre otras de las variantes de la rumba se encuentra la columbia, que es de carácter rural y se baila entre hombres. Este tipo de rumba se caracteriza por la rapidez en su tempo con movimientos muy acrobáticos. Raúl Martínez Rodríguez, en su artículo “La rumba en la provincia de Matanzas”, sostiene que la columbia utiliza ritmos muy marcados llamados ritmos de palo y de yuka de origen congo, donde los cantos son breves y sencillos con abundancia de vocablos africanos. El cantante solista, llamado “gallo”, realiza “lloraos” o lamentos en su interpretación, mientras que el coro contesta con un estribillo o “capetillo”. Igualmente, el autor sostiene que una de las diferencias que la columbia presenta en comparación con los otros tipos de rumbas urbanos es que “el rumbero campesino extrae sonidos y ruidos percutiendo utensilios de labranza que utiliza en sus distintas faenas en el campo, como son la guataca, el cencerro, o el simple pedazo de chatarra de un arado en desuso”. Es importante señalar que el mayor exponente de este género musical fue Benito González, conocido como “Roncona”. Al respecto Ledón afirma que muchas personas lo señalan como el mejor cantante de columbia de todos los tiempos, y que además se destacó como bailador (167). En cuanto al baile columbia, al danzar el hombre solo sin la compañía de la mujer sus movimientos se enfocan en un exhibicionismo acrobático, resaltando su virilidad. De este modo, los pasos y movimientos del danzante son fuertes, vigorosos, coordinados y armoniosos. Entonces, en este tipo de rumba se puede destacar la figura central del hombre, así como su alarde de macho semental mediante sus movimientos habilidosos. Un ejemplo de la rumba columbia se puede apreciar en http://www.youtube.com/watch?v=qH6muoChmpI. Finalmente, el tercer tipo de rumba es el guaguancó, que también es un estilo urbano. Es aquí donde, mediante el baile, el ritual del acto sexual llega a consumarse entre el hombre y la mujer. Según Roy, el rito sexual de la pareja dentro del baile se realiza a través de una pantomima donde el hombre realiza “el vacunao” o gesto simbólico de penetración. Durante la danza la mujer esquiva al hombre cubriendo su sexo apartándose del hombre en varias ocasiones, ella realiza un contorneo de caderas muy sensuales que se incrementan o disminuyen de acuerdo a las pulsaciones de los tambores. Sin embargo, este ritual no es más que un juego erótico que culminará por la posesión simbólica de la mujer por su pareja (66). En relación a la parte musical, de acuerdo a Rosa, la estructura de una canción guaguancó posee tres partes: la primera es la diana donde el cantante principal o “gallo” inicia la interpretación con monosílabos como “na”, “ay” o “e”, entre otros. En la segunda parte se interpreta el primer verso por el gallo acompañado de otro cantante en completa armonía de voces. Luego, en la tercera parte el coro prosigue y repite una estrofa esperando que el gallo improvise una respuesta donde tanto el coro como la respuesta deben tener la misma extensión. Esta relación entre el coro y la respuesta improvisada se llama estribillo. (13). Cabe señalar que uno de los más reconocidos cantantes de la rumba guaguancó es Tío Tom, también considerado el “Rey del guaguancó”. Ledón señala que Gonzalo Asencio (Tío Tom) no solo interpreta este tipo de rumba, sino que también es autor de decenas de guaguancós, bailador y tocador de quinto (169). Un ejemplo de la rumba guaguancó se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=afkL1hLi2uc. Es interesante que de los tres tipos de rumba, la columbia, pero en especial el guaguancó debido a su fuerte tradición africana, así como su evolución dentro y fuera de Cuba, continúa siendo popular hasta nuestros días. Al respecto, Raúl Martínez Rodríguez, en su artículo “La rumba en la provincia de Matanzas”, en relación a la parte instrumental del guaguancó matancero en la actualidad manifiesta que: Con la presencia de nuevos toques aparecen también instrumentos musicales de mayores recursos; en vez de cajones o la percusión de cualquier medio sonoro, se utilizan tambores de duelas de los conocidos como tumbadoras, con afinación y tamaño distintos. El juego completo del conjunto actual del guaguancó matancero será el siguiente: una tumbadora conga (sonido medio) y el quinto o requinto (improvisador de sonido agudo). Este último se alterna algunas veces con un pequeño cajón. La sonoridad de grupo se completa con la guagua, hecha con un pedazo de cañabrava y percutida por dos finas baquetas, y también con las claves, la maruga de metal y el pequeño güiro, así como las menudas maruguitas de metal amarradas en las muñecas de uno de los tocadores (antiguamente se usaban maruguitas hechas de las güiritas conocidas como cimarronas). Es importante señalar que definitivamente los instrumentos utilizados un siglo atrás en las rumbas originarias del siglo XIX no son exactamente iguales a los usados hoy en día en pleno siglo XXI. Con el avance de la tecnología, los instrumentos de percusión han ido cambiando y perfeccionándose a través del tiempo. Lo que sí se puede rescatar es que el guaguancó ha sido uno de los estilos de rumba más populares y difundidos no solo en Cuba sino a nivel mundial, y que al mismo tiempo representa una de las manifestaciones culturales más importantes del país. Para concluir, se puede decir que la rumba es un género musical y bailable que está basado fuertemente en tradiciones africanas, pero que al mismo tiempo posee elementos de origen español. Asimismo, la interpretación de la rumba generalmente se hace en español, aunque se utilizan vocablos de origen africano así como las onomatopeyas. Además, es importante señalar que la rumba no es una reinterpretación de la música africana y española, sino más bien es una creación única de origen cubano donde ambos ritmos se encuentran fusionados en una sola expresión artística que se traduce en una forma del “ser” cubano y caribeño. Finalmente, no cabe duda de que la música unifica a los pueblos y que, más allá de las barreras lingüísticas, la música representa un lenguaje común a todos los pueblos del Caribe. Obras citadas • ANDREWS, George Reid. Afro-Latin America, 1800-2000. Oxford: Oxford UP, 2004. Print. • BENÍTEZ ROJO, Antonio. The Repeating Island: The Caribbean and the Postmodern Perspective. Durham [u.a.: Duke Univ.], 2006. Print. • LEDÓN SÁNCHEZ, Armando. La música popular en Cuba. Oakland, CA: Ediciones El Gato Tuerto, 2003. Print. • ROSA, José. New World Music Reference Guide: An In-depth Study of the History of Music from Latin America, the United States and Its Influences, “The History of Rock & Roll” and Much More! Anaheim Hills, CA: Centerstream, 2010. Print. • ROY, Maya. Músicas cubanas. Madrid: Ed. Akal, 2003. Print. • JIMÉNEZ, Luis. “Facts and Poetry: Afro-Cuban Folklore in José Z. Tallet’s La rumba”. 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En 2012 terminó un programa de Maestría en Español y Literatura en University of Northern Iowa (http://www.uni.edu). ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Poemas Luis Gerardo Mármol *** Poemas Marilourdes Acevedo Román *** Penal y gol Roberto Bennett *** Mare Nostrum (extractos) Alfredo Herrera Flores *** El hijo de mamá Marina Verónica Garritano *** Me quedo entre aquéllos fluyendo (extractos) Raúl García Palma *** Dos textos Alfredo Hernández *** La necesidad poética del pasado Florentino Gutiérrez Gabela *** Érase una vez César Aramís Contreras Parra *** Poemas Juan Andrés Gutiérrez *** Juego de letras Eva Medina Moreno *** Tres poemas Clementina Rossini *** Collage Cristina García Ramírez === Poemas Luis Gerardo Mármol ======================================= *** Soneto a Jesús crucificado Para Armando Rojas-Guardia Si fuera concedido sumergirme en esa niebla de tu esputo santo que Schehadé cantó, no fuera tanto como el solo foetazo, en donde asirme a lo que, un tenue atisbo inmenso, espero que a mi patria cabal me aventaría. ¿Por qué, entonces, me aferro a esta porfía de querer tu consuelo, y no el madero fragante astilla de núbil canela? De la zanja hecha en mi tonsura fluya (porque adamándote me ame a mí mismo sin tacha) el agua donde la gacela abreva, al fin promiscua con la tuya para ti, dulce ron de los abismos. *** Poema A Juan Sánchez Peláez Esta comarca de jardines oscuros, en la que nacimos, el lívido país donde los claustros sensuales en horas meridianas iluminan un biombo que entreteje lo fresco del bochorno, nunca fue familiar a los peregrinos de Septentrión y tampoco es el reino de la princesa Melisenda. Pero en mi trópico sereno, como si fuera el siglo diecinueve¬ ¡cuántas veces he visto mi alma caminando hasta la fuente remota, a mirar [el agua y las hojas negras! Allí se abre la rosa blanca que es mi propia alma y siempre estuvo allí, y a medida que el día avanza un cielo lleno de agua brilla, fragante, más azul porque la sombra es su pórtico. Me pregunto cómo he sido capaz de entender otro lenguaje: ha de ser porque en nuestra ciudad el clima es lo más amable y nos deja a nuestras anchas andar por el aire que viene de todas partes. Estos bosques están en todos nuestros sueños de una casa y allí el hastío, y una incómoda, inefable sobrecarga nos suben a veces desde las rodillas queriendo hacernos estallar la sien. Su arrullo es nuestro único ámbito y al fondo de sus patios va creciendo, húmeda, nuestra tumba. Yo también tengo, Juancho, una mujer del color de la tierra y sé que no vivirá muda mi sombra. Por la tarde, sobre la ciudad toda, baja hasta la hierba la luz del cielo. Sólo en los prados de Van Eyck he visto su color verdeoro, y aquí los árboles y cerros se lo quitan y ponen casi todo el año. Los lechos portan la fragancia del suelo y nuestros muros; como ellos, están cruzados por ríos subterráneos. Pero es preciso que salgamos de allí. En una playa del litoral, un alucinado se tuesta el pellejo hasta quedar leproso; y su llaga lo salva, como la sangre que brota cuando arrancamos una costra que no deja respirar [la herida la cura, llenándola de aire. (de Purgatorio; Equinoccio, Caracas, 2012). *** Cómprame siempre flores blancas Pocas veces he sentido el dolor profundo de tu alma. Me viene entonces el recuerdo de una música sensual, femenina y metálica que acompaña el canto de una madre del África que se sacrifica, resignada y sin dar gritos; que no deja, en su silencio, de llorar copiosamente, pero no da rienda suelta a su dolor y así se queda aún después de la muerte, como quien muere dormido y permanece atrapado en el mundo de los sueños sabe Dios por cuánto tiempo. Esa música ya la escuchaba antes de mis cuatro años, en mi casa de El Paraíso, antes, mucho antes que supiera de la poesía. Y con violencia trato de apartar esa imagen cada vez que me asalta. Pero el cielo ha dicho que tú no vas a ahogarte en ese albañal. Una vez te dije que tenía miedo de morirme dormido porque no quería quedarme atrapado en el mundo de los sueños. Mi muerte la quiero con los ojos bien abiertos porque así he luchado por tenerlos toda mi vida. Y solamente tú me has descubierto mi propia alma. Que así te tenga también siempre, revestida de oro y blanco como el sol que en ese momento nace o se oculta, dándome como se debe la mano para llevarme hasta la cima del monte donde está el crucifijo. Yo sé, amor mío, que estarás conmigo hasta la lejanísima hora. Por eso, cómprame siempre flores blancas, porque mi pie se enreda en los últimos escollos y la pereza ha dejado en mi cuerpo la señal de la obesidad. Una vez dijiste que yo era un varón amargo de lluvia y me sorprendí. Por eso, mientras más me acerco a ese lugar, al que llego después de tantos años, desde donde tú, mirando hacia abajo, sostienes mi mano, me apresuro a limpiar lo que aún queda del polvo de lluvia seca sobre mi [ropa y me purifico con la arena o el rocío de plata que en estas cimas hallo por doquier. ¿Cuánto tiempo ha de transcurrir, cuánto esfuerzo aún has de hacer para subirme hasta allí, al pie del madero reverdecido como aquel otro báculo del sacerdote? “Quien camina en el barro con su amante no se pierde”. Y también “Todo el que ha sido limpiado anhela los estigmas”. Ten cuidado y aférrate, no sigas subiendo, porque no es tu más alto destino huir pronto de esta tierra. Has de vencer [la tentación. Todo cuanto he dicho es sólo posible contigo, y si para algo sirve mi poca fe, es para asegurarte que también he de asirte para retenerte; y al hacerlo así, he de sanarte para siempre. (de Purgatorio; Equinoccio, Caracas, 2012). === “Todos los días son días del Paraíso”, me dijo súbitamente un día el que guarda el secreto de mi palabra. “Todos, y no sólo los días radiantes, llenos de colores como este que ahora contemplas, y te ha hecho exclamar: este es un día del Paraíso. ¿Acaso tú y cualquier otro no lo saben? ¿Olvidaste ya cuánto amas las mañanas lluviosas? ¿No eres tú mismo quien dice: es bello oír a Ravel, una mañana lluviosa? ¿Por qué tú y todos los que aman la merced de la lluvia olvidan que de esa manera desciende la gracia de Dios? Ya muchas veces has visto cómo esos días la niebla hace perder al Ávila los colores que tanto amas dejándolo completamente gris, casi negro, y esto hace incluso que parezca una montaña más alta. ¿Olvidaste ya cuánto te sosiega mirar todo aquello? Todos los días son días del Paraíso, también los días descoloridos, llueva o no. Cuando es temprano por la mañana y miras, desde cualquier altura, hacia el centro de Caracas, ¿no te arroba la belleza de la capa de smog cuando es atravesada por la Luz?”. Yo recuerdo, padre, que una vez, mirando las grúas que se alzaban desde un terreno en construcción, le dijo Aquiles a mi madre: mira cómo se mueven, qué bellas son, parece que estuvieran bailando. Y otro día le dijo: tú eres una de las pocas personas con quienes uno puede compartir un carrito de mandarinas. “Y los anocheceres de domingo, tan oscuros y pesados, y a veces terribles, ¿no te sorprenden en la ventana oyendo, por decir algo, Ruhe, meine seele, o el adagio del Concierto para Violín de Schumann tan bello y despreciado, o más exactamente, ignorado como aquella hora? Todas las cosas de las que te he hablado te hacen feliz, pero lo que te digo es tan cierto, que no depende de ti o tu felicidad: incluso en el día más desdichado podrá estremecerte la belleza del mundo. ¿Y no es la Luz la que encierra en sí todos los colores, los que se ven y los que no? Es la Luz quien escoge aquello que cada día ustedes han de ver. ¿Cómo lo hace y por qué?”. (de Entusiasmos; inédito). *** La sombra de Hölderlin ¿Quién podría decir “Ícaro amado”? su culpa es semejante a la de los Primeros Padres. Después de sobreponernos al pensamiento de que sólo la muerte puede [curarnos, al permitirnos conocer, ¿qué hacer con una tristeza ociosa, que sobrevive? Mucho emociona la belleza del mundo, y dicen los hombres que nadie, después de morir, olvida esta tierra. Pero la más insólita vastedad del mundo es mínima. Más acá, o más allá, hay lugares como este, donde es posible gozar un mediodía de verano en un bosque, cada vez que se quiera. Un sol fresco, nacido de las estribaciones de los pinos, se eleva y enhebra todo el miraje (¿cuándo será que, amén de ver, podamos escuchar?) El agua en la cabellera de los pinos, y las ondas luminosas que cada uno de ellos, formando un pasadizo, nos [hacen llegar, quieren enseñarme la más dura de las lecciones: estar callado sin estar triste. La sombra de Hölderlin anda por estas montañas, y me dice sonriendo, “¡epa vale, aquí estoy!”, muy alta entre pinos. ¿Qué hacer? ¿Sentarme a mirar hasta la consunción, que no demora, y nunca [escuchar? ¡Un ardor de ojos de hiena, ojos como alguna vez frente a la Laguna Negra, rojos e hinchados de tanta [sordera, testigos perennes de lo inexpresable! Ojalá mi vigilia fuera como la del gallo, pero esto, ¿a qué hombre le está permitido? No obstante, mis pasos me aplacan, mis pasos siempre me aplacan, y hay mucha niebla sobre mi cabeza. También los hombres, junto al cielo, dan forma y aliento al paisaje que nos eleva. Miren la púrpura en el bosque al mediodía: pétalos de trinitarias sobre la fuente y en la tierra, las deshechas flores del pomagás. Algunos dicen que cuando nos enamoramos como nos enamoramos la primera vez, lo hacemos porque sentimos la nostalgia del cielo. ¿Pero cómo puede ser así, si el amor ensimisma? Aunque en verdad, es el amor del Pater Ecstaticus, siempre hacia arriba y [hacia abajo, un amor ensimismado. ¿Y entonces, al volver a la Fuente Única que anula cualquier otra [apetencia, nada sabremos, amor mío, el uno del otro? ¿Quién puede imaginar el Paraíso sin la comunión de los santos? Heme aquí ahora. Claro que recuerdo, pero al mismo tiempo siento como si hubiera perdido la memoria. Estoy en la edad madura, hace nada tenía yo veinte, y naturalmente sé que en otros veinte años, que pasan volando, seré un viejo; pero al mismo tiempo siento que mi vida comienza ahora. ¿Es esto la felicidad? Quien leyera estas cosas podría sentir exaltación, sin saber lo que [cuestan. ¿Así será nuestra despedida de esta tierra? El corazón que mira estos pinos, muy altos sobre altas montañas, es el mismo corazón que mira estremecido las luces murientes de su ciudad, donde un niño, viendo la mancha de aceite sobre un charco dejado por la [abundante lluvia, dice “mira, mami, un arco iris muerto”. Solitarios, empequeñecidos frente a lo que existe, como todos los hombres, como el hombre que entonces adora ¿sería necesario decir “que a mí me salve mi ansia de cielo”? ¿Y cómo no darse cuenta que el instante que más incita a la adoración es [apenas un instante, un instante en el cuerpo de un hombre? Pero conscientes o no, ninguna otra cosa nos sostiene. Una mariposa azul como la flor azul, es la luz más notable en este bosque. ¿Cómo puede hacer la luz del sol lo que hace sobre sus alas cuando vuela? Falena nostálgica, la blanca piel del mediodía y el aire asiduo imprimen la forma de las almas y ellas, sentadas sobre los árboles o apareciendo en medio de ellos como [frutos del paraíso, nos obligan a poner las manos sobre el tronco para que comprendamos que aún vivimos. La escarcha púrpura que sobre el suelo dejan los pomagás es una cosa que no es de este mundo. ¿Dicen algunos que todo existe para llegar a un libro? Cada uno de nosotros vive y, sobre todo, siente cosas que no se pueden [escribir. Esto es casi una verdad de Perogrullo. Por eso, la justificación de un día, y aun de una vida entera, nunca podrán ser unas líneas bien compuestas. Es verdad que veinte años pasan volando, pero no se puede decir que no son nada. Queriendo ver despierta la luz de cada quien, el corazón abierto a cosas que antes creímos intolerables, ¿quién no ha sido tentado por dejarse arrastrar, ahora con más fuerza, hacia una fatigosa resignación? Y es que, en verdad, quien ama no necesita imponer dogmas. Abarcarlo todo, y aun así, conocer, esto sólo lo pueden los inmortales. ¿Cómo se soporta tanto sufrimiento sin estallar? Para esperar el hallazgo de la gracia diurna, no es necesario emprender, desde aquí, otro viaje por las regiones subterráneas. Las formas comunes del olvido o el silencio, son aquí el don de un cielo cargado de ráfagas, y cada corola es una antena, un cáliz saturadísimo que en nada nos aparta o distrae del señalado camino. También la tierra forma parte del cielo. ¿Por qué sigo comportándome como en mi juventud, queriendo comenzar las [cosas por su final? Este talante de ánimo es propio de quien ha ya sobrepasado el éxtasis (y quien lo sobrepasa en el cielo no tendrá que sufrir la caída) Son dos nuestros pies, uno para cada mundo, y si bien es cierto que lo que más vale la pena escribirse es lo que no [puede ser escrito, seguimos siendo hijos del entusiasmo. Primero tendría que aprender realmente a bailar, ¿no es así? Durante el silencio parece que todo fluye como antes y después del silencio. Cuando nos tendemos a mirar las nubes, y luego cerramos los ojos y vemos los bellos colores que ante ellos se forman, allí no existe la muerte. Mucho nos vale la memoria, ¿pero de qué nos serviría si no volviese la primera memoria? Aquí estoy, parado sobre la tierra. (de Entusiasmos; inédito). === Si alguien pregunta “¿Cómo es la belleza perfecta?” muéstrale tu propio rostro y responde: así. Rumi Pero si alguien pregunta ¿cómo es el rostro de Dios? respóndele: Como el tuyo. (de Entusiasmos; inédito). ** Luis Gerardo Mármol http://www.letralia.com/firmas/marmolluisgerardo.htm Escritor venezolano (1966). PhD en matemáticas por la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve). Es profesor de pregrado y postgrado en el Departamento de Matemáticas Puras y Aplicadas de la Universidad Simón Bolívar (USB, http://www.usb.ve), siendo asimismo miembro del Consejo Editorial de Equinoccio (http://www.equinoccio.cultura.usb.ve), casa editora de esta universidad. Ha publicado los poemarios Sueño de un día (1997) y Purgatorio (Editorial Eclepsidra, http://facebook.com/editorial.eclepsidra, 2012). Textos suyos han sido incluidos en Antología de la poesía latinoamericana del siglo XXI, El turno y la transición (compilación de Julio Ortega, Siglo XXI Editores, http://www.sigloxxieditores.com.mx; México, 1997) y en El salmo fugitivo: antología de la poesía religiosa latinoamericana (Leopoldo Cervantes-Ortiz, editor; Editorial Clie, http://www.clie.es; España, 2009), así como en algunas revistas dentro y fuera de su país. === Poemas Marilourdes Acevedo Román ================================= *** Tríptico a los sueños “no hay nada frente a mí, sólo un instante rescatado esta noche” Octavio Paz I Continente salado. Ahoga mis pupilas ese azul intenso. Bordea la ciudad que crece en los acantilados y tatúas en ella su nombre. Es el mar que me asecha. Ulises ante el incesante canto de las sirenas. II Es la otra la que despierta. Puerta de entrada al inconsciente. Imperceptible el susurro de su voz, mi abuelo negro. Risa de verano, tierra, olor a lluvia, crujir de la mecedora al atardecer. La casa de madera se disolvió en el tiempo. III Laberinto de palabras, el reloj que no se detiene. La memoria extraviada en un monólogo ahogado, mana toda la noche profecías en el oscuro dialecto de los ángeles. Caída libre sin paracaídas, sobresalto que contrae los músculos. El frío se aloja en el pecho como en la mirada de los amantes justo antes del fin del mundo. *** Tríptico al silencio Si me notan dispersa debe ser que la psicología no ha podido dar con la raíz de mi silencio Mayda Colón I Más allá de lo que los ojos no ven es el silencio. El espejo no miente. La que se asoma no me reconoce. ¡Ha pasado tanto tiempo! Perdida en el piélago de sus ojos los (des)encuentros, un tú a tú de inquietas miradas. En el espejo quedaron colgados los adjetivos. II Dice que de noche no duermes. Penélope tejiendo y des-tejiendo tu mortaja. Tanto silencio te ensordece. A lo lejos el lento paso de las hormigas, sobre la mesa, cóctel de medianoche. Ambien para dormir las penas. III Una casa muda. La mecedora rue-que-que-rue-que, adentro llueve nostalgia. El vientre plano, los pechos secos, los dedos que tocan la nada, la cicatriz del disimulo. Tu recuerdo despierta si cierro los ojos. *** Sobre la inocencia del poeta Duermo. Las palabras transitan. Revolotean. Despierto. Mis manos buscan en la oscuridad. Un rayo de luna desvela. Observo. Descubro el misterio de reconocerme. Existo. Sonrío. Sobran palabras. Tus ojos ríen. Abrazo. Extiendo mis límites. Respiro. Sigo viva. Soy ceiba centenaria. Escribo. (Re) invento la realidad. Me prohíbo olvidar. Bailo. Contoneo de caderas. Sacudo mis miedos. Camino sobre las huellas ya no me pertenecen. Me exilio. Viajo. Esparzo mi presencia. Estreno nuevos ojos. Pienso. Encapsulados los recuerdos. No existe el tiempo. Leo. Escucho el canto del silencio. Las ideas emigran al sur. Lloro. Llueve en mi interior. Canto. Conjuro las sombras. Doy a luz un verso. Siento. Con mis cinco sentidos buceo. Me sorprendo. Amo. Me poseo a mí misma. Saltan rosas de mis manos. Vivo. Soplo de los dioses. Renazco entre mis piernas. *** Decir tristeza es… Decir tristeza es sentarme a la mesa acompañada de mis muertos. Sonreír en apariencia, mientras se estrangulan las palabras en la garganta. Pensar en la tragedia diaria de mi país; ver cómo se marchita la esperanza. Sentir que mis genes han confabulado contra mí; mis células me desconocen. Caminar a tientas en la tarde bajo un aguacero de septiembre al [experimentar el olvido. Padecer de una sed insaciable de justicia. Leer a Ángela María y que se me inunden las manos de angustia. Recordar a mi abuelo negro y la casa que se disolvió en el tiempo. Palpar el vientre de mi madre; reconocerla mortal. Reconocer en los ojos de mi amante el temor a la amnesia. Acunar el vacío ente mis manos mientras invento mentiras sobre pasados [mejores. Escuchar la lluvia caer desfigurando las rutas inventadas. Elevar una plegaria para aplacar mi hambre de exorcismos. Escribir, conjugando la tristeza de estar vivo. *** Será que el tiempo se detuvo Será que el tiempo se detuvo o la mariposa negra se posó sobre mi boca. Las palabras se escurrieron por todos los rincones de mis huesos. Poco a poco me inundó la angustia. (¿Cuántas veces se puede hablar de soledad sin que se vuelva delatora de otras?) Cada palabra me arrebató la cordura y la fiebre del olvido derrotó mi memoria. Entonces comencé a buscar el nombre exacto de las cosas. Tres golpes en la ventana. No hay sorpresa. Tampoco gritos, ni llantos, ni hija al pie de la cama para escuchar mi ahogada voz. Allí yacen mis despojos como tristes recuerdos de un naufragio. Mi nombre no figuró en las esquelas. Parece que mucho antes que el tiempo se detuviera o que la mariposa se posara sobre mi boca ya estaba muerta. *** Inexistencia Con Alfonsina en el recuerdo… Las dulces mensajeras de la tristeza son... son avecillas negras, negras como la noche. ¡Negras como el dolor! Alfonsina Storni ¿Cómo nombra lo que nunca fue? Más allá de líneas de tus manos un fallido simulacro de vida. ¿Con qué adjetivos describir el intento de salvarte “entre un par de maletas a medio abrir y las manecillas del reloj”? ¿Qué verbo conjugaría el dolor de ser vivo? Las alas rotas, el pecho vacío. Esa insistente obsesión de mar. La llamada se extravió entre los pliegues de la ausencia. Una lágrima silente recorre tu rostro. Tus ojos cansados no soportaron tanta realidad. ** Marilourdes Acevedo Román http://www.letralia.com/firmas/acevedoromanmarilourdes.htm Escritora puertorriqueña (Mayagüez, 1975). Posee un bachillerato y maestría en estudios hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez (http://www.uprm.edu). Completó su grado doctoral en literatura puertorriqueña y del Caribe en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (http://www.ceaprc.edu) en San Juan, Puerto Rico. Actualmente labora como maestra de español en el nivel secundario para el Departamento de Educación de Puerto Rico (http://www.de.gobierno.pr) y como profesora a tiempo parcial en la Universidad Interamericana de Puerto Rico (http://aguadilla.inter.edu), Recinto de Aguadilla. Ha publicado ensayos en periódicos y revistas universitarias de su país. De igual forma, ha participado en varias lecturas de poesía a nivel nacional. === Penal y gol Roberto Bennett ====================================== A Raúl Barbero Esta es una historia sencilla, de las de antes. De la época gloriosa del fútbol amateur. Cuando Uruguay reinaba en el mundo del balompié y los muchachos jugaban por la camiseta, por un plato de sopa o un puchero. Sucedió allá por los años 20 y me la contó mi tío Teodoro, uno de los fundadores del Club Atlético Bella Vista, amigo íntimo del “Mariscal” José Nasazzi, de los hermanos Melogno y unos cuantos cracks más, muchos de ellos campeones olímpicos en el 24 y el 28. Ocurrió en una canchita del Prado, una tarde soleada pero fría del invierno montevideano. Allí se habían juntado dos equipos del barrio, el Montevideo Forever y el Unión del Paso Molino, para dirimir sus diferencias. Ninguno de los dos existe hoy y tampoco fueron famosos en su época. Eran más bien equipos de amigos que se juntaban los domingos para correr tras la pelota y soñar con ser estrellas del deporte rey. Los jugadores se reunían en la cancha, luego de haber comido un buen plato de tallarines o ravioles con tuco en casa de sus padres o tíos. Y algún vasito de vino tinto también raspaba sus gargantas, con la excusa de que debían quitarse el frío. Sus clubes no tenían sede y como mucho los equipos se juntaban en alguna parrillada cercana para degustar un asado colectivo, si el partido era importante. Ese fue el caso aquel día. Así sucedió y así me lo contaron. El Unión invitó a sus rivales de turno a compartir un asado en el quincho del “Chongo” Gutiérrez, cercano a la vía del ferrocarril y junto a la cancha que habían alquilado entre todos. La rivalidad existente entre ambos equipos era archiconocida. Llevaban varios años luchando unos contra otros por la supremacía barrial y sus parcialidades a menudo solían dirimir sus cuentas pendientes, al acabar los noventa minutos, con los puños o a cascotazos. Esta era casi una costumbre preestablecida o un ritual. Dos tribus urbanas disputándose el trono vecinal. Sin embargo en esta ocasión, al arquero del Unión, que también era el capitán del equipo, se le ocurrió una treta más sutil y devastadora para superar a sus oponentes. Sabiendo que la estrella del equipo rival era su centro delantero y que sin él, los demás jugadores se desvanecían en un tumulto desorganizado e inseguro, decidió fingir una inesperada confraternidad y ofreció a sus contrincantes (con una sonrisa que le iba de oreja a oreja) junto con el asado de rigor, un plato de sopa minestrone muy caliente, utilizando la excusa del intenso frío que reinaba aquel mediodía. Los muchachos del Montevideo Forever (en aquellos años era común que los clubes tuviesen nombres en inglés), sorprendidos por la aparente bonhomía de sus rivales de turno, se bebieron la sopa con sumo placer. Todos disfrutaron con el gesto del golero, incluso el capitán contrario, que no sabía que en su plato iba añadida una fuerte dosis de laxante. Acabado el almuerzo, ambos equipos caminaron juntos hacia la cancha y bajo unos árboles se vistieron con la indumentaria adecuada. En realidad era poca cosa, unos pantalones hasta la rodilla, confeccionados con bolsas de almacén (adonde venía el azúcar importado de Cuba), preferidas por ser suaves y resistentes. Pantalones cortos a veces atados a la cintura con una cuerda, una tosca camisa o buzo, medias de lana gruesa tejidas por las madres o hermanas y casi siempre alpargatas de yute o simplemente descalzos. Eran tiempos de inmigrantes y por lo tanto, de escasos recursos. Pero todos miraban con fe y esperanza al porvenir. El país crecía y con él sus habitantes, muchos de ellos escapados de la hambruna europea, de la recientemente acabada primera guerra mundial o de algún genocidio salvaje. El árbitro para la ocasión no apareció aquella tarde y alguien dijo que estaba en cama con fiebre por culpa de una gripe inoportuna. Por lo tanto le sustituyó un muchacho que observaba desde una esquina de la cancha y que no parecía estar en todos sus cabales. Ese detalle no importó demasiado a los jugadores, ya que ellos acostumbraban a cobrar las faltas al grito y poco caso le hacían a los jueces de turno. Incluso en más de una ocasión, les habían expulsado de la cancha por sancionar algún penal inexistente. Un veterano que siempre acompañaba al club Unión prestó un silbato al joven demente, que comenzó a correr alrededor de la cancha para entrar en calor, dando pitidos mientras los veintidós jugadores se miraban perplejos ante la actitud irracional de quien les iba a dirigir esa tarde. Finalmente los dos capitanes sujetaron al árbitro corredor, lo arrastraron hacia el centro del campo de juego y se formaron los dos equipos. Frente a frente, prestos para dar la gran batalla, ante la sonrisa bobalicona del joven repentinamente convertido en juez de fútbol. La confraternidad inicial había quedado olvidada y ahora sólo valía el triunfo ante el odiado rival. Por sorteo le tocaba mover al centro delantero estrella del Montevideo Forever y, justo al empujar éste el balón hacia un compañero, sintió un leve retorcijón en su estómago. No le hizo caso y supuso que sería el vino barato que había bebido durante el almuerzo. Las ansias de triunfo eran tan grandes que se olvidó muy pronto de ese incidente estomacal. Jugó como lo hacía siempre, como un dios alado sobre el escaso césped de la cancha, que en un extremo daba hacia el arroyo Miguelete. Los rivales le veían pasar con envidia e intentaban hacerle zancadillas o derribarle con patadas alevosas, pero él con saltos ágiles y felinos les esquivaba. Trayendo y llevando el viejo balón como si fuera parte de su anatomía. Sin embargo, el resto de su equipo no parecía estar inspirado y muy pronto se encontró luchando casi solo contra once feroces oponentes, que le deseaban ver muerto o mal herido sobre el campo de batalla. Mi tío Teodoro fue testigo presencial de tan desigual lucha y jura que el poco público que había ido esa tarde a contemplar el partido, quedó maravillado del juego desplegado por aquel fuera de serie. Transcurrió todo el primer tiempo y el empate se mantuvo a pesar de las embestidas de los jugadores del Unión y de los peligrosos tiros a puerta del genial centro delantero, que comenzaba a sentir cada vez más intensos dolores de barriga. Llegó el esperado descanso y mientras arengaba a sus desanimados y agotados compañeros, dudó entre ir a los matorrales para evacuar su vientre o esperar prudentemente hasta el final del partido. Era evidente que el infeliz astro del fútbol no sabía qué le sucedía ni que el laxante iba aumentando su efecto a medida que pasaban las horas... o quizá atribuyó su malestar estomacal a un enfriamiento. El árbitro bobeta mientras tanto jugaba con la cuerda que sujetaba el silbato alrededor de su cuello y de vez en cuando soltaba alguna ridícula carcajada. Nadie parecía hacerle caso pero él brincaba y correteaba feliz por la cancha, a veces hacia la ubicación de la pelota y en otras en dirección opuesta. No había cobrado casi ninguna falta y tampoco se lo habrían permitido, especialmente los jugadores del Unión, que luchaban enfurecidos, procurando perforar la valla de sus alicaídos rivales. Evidentemente gozaban de un estado físico superior. Comenzó el segundo tiempo y todo continuó igual, un dominio aplastante del equipo de Unión contra un oponente que se refugiaba atrás y sólo atinaba a lanzar furtivos pelotazos hacia su máxima estrella, que avanzaba una y otra vez, causando pánico entre sus contrincantes. Promediando la segunda parte, hubo un saque desde la portería del Montevideo Forever que llegó hasta las proximidades del arco contrario. El balón, de cuero reseco, agrietado y cosido una y mil veces por el zapatero del barrio, subió y bajó como una esfera de plomo. Allí abajo le esperaba una vez más el genial centro delantero, que lo paró con el pecho, lo bajó y casi como atado a su zapatilla, emprendió una veloz carrera hacia la portería contraria. En el camino se le cruzó un vasco grandote y cejijunto, con boina encasquetada hasta las orejas, que jugaba descalzo y se dejaba crecer las uñas de los dedos gordos de sus pies hasta que parecían las puntas de un puñal. Y con ellas cortaba a diestra y siniestra las piernas de los rivales con los que chocaba. Pero en esta ocasión, erró su puntazo y cayó despatarrado en la tierra, levantando una gran polvareda, ante el aplauso y la risa de todos los espectadores. Entonces se oyó un alarido desaforado y atronador: —¡Mío! —surgió el grito desde el fondo y el capitán y guardameta rival, sin contemplaciones arrasó con el delantero, volteándolo y pisoteándole adrede, mientras rechazaba con furia la pelota hacia campo contrario. El público se enardeció con esta agresión brutal e injustificada y se oyeron los primeros gritos de protesta. El guardameta del Unión los ignoró, haciéndole gestos soberbios al centro delantero para se levantara y continuara jugando. —¡Levantate, cagón, que no te hice nada! Éste, dolorido y con un corte en la frente que comenzaba a sangrar, rechazó la mano que ofrecía su rival y se incorporó con evidente dificultad. Los gritos del público continuaban, mezclados con varios insultos hacia el árbitro, que recién entonces pareció darse cuenta de que debía pitar algo y de que la falta había sido dentro del área. El demente se acercó al punto penal y fue ahí cuando el arquero lo sujetó del cuello y le gritó: —¡Que cobrás, tarado! ¡Eso no fue penal! El público indignado invadió la cancha y se cruzaron varios puñetazos y empujones entre jugadores y espectadores, seguidos de insultos, gritos y hasta algún escupitajo. Todos protestaban y sin embargo el árbitro, impávido, seguía señalando el punto penal mientras murmuraba: —Fue penal, fue penal, fue penal... Finalmente se recuperó la calma y el centro delantero recogió la pelota y la colocó con parsimonia bien estudiada en lo que se suponía era el punto penal. Todo pensado para poner nervioso al golero. Pero al agacharse, sus tripas se quejaron y oyó un murmullo preocupante que procedía del estómago y que amenazaba con un próximo y embarazoso desastre. El astro apretó sus glúteos, intentó concentrarse en la ejecución de la pena máxima y miró fijo al guardameta contrario. Éste le sonreía, como si supiera lo que estaba ocurriendo. Como si fuese, que lo era, el causante de este malestar tan desagradable como inoportuno. El repentino descubrimiento de la fechoría cometida por su competidor aumentó la rabia del delantero, que “haciendo de tripas corazón”, y nunca mejor dicho, dio cuatro pasos hacia atrás y respiró hondo. Por su frente corría un sudor frío. Ya era casi imposible sujetar toda esa explosión de materia fecal que luchaba denodadamente por salir despedida. Si corría hacia la pelota, podía perder el control de su esfínter, pero si no lo hacía, casi seguro que erraría el penal... Terrible disyuntiva que prolongó más de lo esperado la ejecución del tiro, hasta que oyó algunos silbidos del público, que quizá interpretaba la demora como una treta dilatoria para “ventajear” al arquero rival. Entonces decidió que era más importante el triunfo de su equipo que el escándalo que podía ocasionar su desventura y tensando los músculos al máximo, dio cuatro pasos y disparó con toda su fuerza y maestría. Pero no se detuvo allí, su pie impactó en el balón y él comenzó a correr hacia el arco, viendo como el arquero se zambullía hacia un lado y la pelota entraba en la valla por el costado opuesto. Y siguió corriendo a toda velocidad... apretando sus puños y dientes pasó por el medio de la portería, que por supuesto no tenía red y continuó su carrera alocada, ahora con un estilo chaplinesco más parecido al de los pingüinos, luchando por soltarse el cinturón de cuerda, hasta perderse entre la escasa pero salvadora protección de los matorrales junto al arroyo, mientras oía las risotadas de sus rivales y los gritos de gol de sus fanáticos seguidores. ** Roberto Bennett http://www.letralia.com/firmas/bennettroberto.htm Escritor uruguayo (Montevideo, 1948). Estudió comunicación de masas y marketing en la Universidad de California (1970-73). Trabajó en periódicos, radio y televisión en EUA. En 1973 gana una beca a un seminario de comunicaciones internacionales en Yugoslavia y posteriormente se establece en Palma de Mallorca. Allí publica su libro de cuentos Lo que arrastra el río y otras historias (Soler, 1986). Luego publica dos libros sobre mamíferos marinos: Delfines y ballenas, los reyes del mar (1989), en coautoría con el doctor David C. Taylor, y Animales marinos (1990), ambos traducidos al inglés y al italiano. Se establece en Chicago, participando del 1r. Encuentro de Escritores Latinoamericanos celebrado en esa ciudad, publicando cuentos en periódicos y revistas en castellano de EUA. En 1994 publica en Uruguay su segundo libro de cuentos El último verano (Editorial Graffiti). En 1996 se establece en Madrid y continúa colaborando con periódicos y revistas de España y América. A partir del año 2000, luego de 30 años de viajes por el mundo, vuelve a residir en Montevideo, donde escribe su primera novela. En 2003 se incluyen dos cuentos suyos en la antología Mundo poético, tomo I de poesía y narrativa (Editorial Nuevo Ser, Buenos Aires). === Mare Nostrum (extractos) Alfredo Herrera Flores ================== Mare Nostrum Alfredo Herrera Flores Universidad Nacional del Altiplano Puno, Perú, 2013 144 pp. Debiendo escribirte hasta el fin de mis días César Moro Soy tu boca. Francisco Bendezú *** Oración A solas, con la puntualidad de un relámpago, hablo, digo estrella cuando veo una estrella y digo blanco cuando me rodea el silencio y digo tu nombre cuando la noche cae. Miedo a vivir, de pronto, en este inoportuno momento en que tengo el privilegio de escribir con dirección inútil. Feliz. Y miro, con mirada ciega, las escalas que van de tarde a noche, colores con que se despide el día, instante en que la vida aparece en la distancia, contemplada desde la otra orilla. Espacio deshabitado, jornada inservible, pedazo de tiempo y vida que desolado permanece, que advierte un tiempo nuevo, más lejos aún que la mirada. Estirar, entonces, la mano, como quien intenta coger el caramelo escondido, y tocar el espacio furioso de un aire que nos embruja, nos maldice. La calma de la música. La fatiga del llanto. El delirante rumor de la noche. Nuestros insignificantes cuerpos extenuados en la orilla. Nuestros ojos desvalidos. Fatigados. Nadie puede contra la distancia, es sólo el pavor, el pánico, la fuerza insólita que todo lo destruye, la calma de la música, la fatiga del llanto. Un delirante rumor. A solas, sobreviviente, digo estrella cuando la noche cae y digo blanco cuando me rodea una estrella y digo tu nombre cuando veo el silencio. Puntual como un relámpago. *** 1 Elogio Mar de toda edad, extenso en nombre y agitación. Mar que vuelve de un viaje infinito, circular, ondulante, perpetuo, hasta bañar nuevamente con su espuma engañosa la tinta y el papel que no escarmientan. Mar de agua y tiempo, enterada aprendiz de la historia, sabedora de las vidas que han ido a dar a tu lecho de espuma y sal. Cambia de color la luz cuando el mar desaparece ¿Desaparece el mar? ¿Habrá un momento en que nuestros ojos no vean el mar? Es un desierto, el mar. Nada hay en la cercana o lejana distancia sino el espejismo de un cielo que se repite arriba y abajo. Nosotros, extranjeros, acariciamos la orilla como si se tratara de nuestra patria, triunfales, pero ajenos. Una masa ondulante de agua se acerca hasta estallar a nuestros pies con explosión de trompetas desquiciadas y agitados tambores. Es el sonido de la tragedia. Las aves espantadas alzan vuelo. Es el sonido del mar. Es la agitación de las aguas. Es el sonido de la profundidad de la noche, ceremonia de la esperanza, ansia de la muerte, torbellino de las sombras, mar sin nombre, música del paraíso, sueño del murciélago, isla impenetrable, roca de los sacrificios, árbol de agua y luz y aire, retazo de cielo, nube impostergable, cordillera fugitiva, agua que nos devuelve el equilibrio. Pero no es este mar loado el que arremete contra la costa con sus furiosas crestas y su enferma espuma, no es, tampoco, este mar el que abandona su infancia y su afilada alegría y corre a través de la osamenta teñida de agua. Celebrado mar, no es ni por asomo el que vierte arena y sal y sol y sed y sur y ser. No es. Y es. *** 2 Presencia Mar, no te veo. No alcanzo a medir la cifra de tu ola más alta. Mar, no te toco. Yo no tengo el poder, soy feliz. No sé mirar cómo viene y va, el mar. Es el espanto, la forma en que aparece lo sobrenatural, la magnitud de la palabra, y no hay manera de escapar, de negar, de desbandarse, de abandonarse, de sufrir por el instante de la aparición. No hay manera de fugar con un ramo de flores ajenas. Es la gracia de la condenación. No hay diferencia entre un horizonte y otro. Verdad que las palabras no son suficientes, o son insuficientes, para abandonarse en tan sobrenatural empresa. Entonces, viajamos sobre palabras inventadas. Música milagrosa y prodigiosa emana de cada golpe de agua, de cada ruido que espanta aves y nubes. Nadie escucha. Nadie tiembla desde el pecho a la piel. Amargas son las pocas gotas de agua que llegan a impregnarse en la membrana de los ojos, pero es lo que nos devuelve a la vida. ¡Sangre del mar! Cómo voy, ahora, a levantar las flores que han quedado regadas en la [orilla, si aún la humedad de la sal arde entre los poros, entre las agallas, si aún existe el pánico y el estupor, si aún permanecemos más turbados, en esta edad que es la era del sacrificio, la época de los cuerpos ajenos. No me detengo, estoy, puedo cantar y con mis canciones hacer florecer el desierto, y puedo derrumbar las montañas con sólo agitar el dedo índice, y puedo besar tu espalda de duna blanca pronta a desvanecerse, puedo inventarte con sólo pronunciar tu nombre entre violines y arpas y voces. Ah rumor de mar, no te detienes ni para la celebración del encantamiento. Ah rumor de agua en calma, cómo agitas el aire con tu melodía dramática, con el murmullo del crepúsculo. Y puedo verte en la oscuridad, porque tus senos luminosos me guían, tu vientre florece con la falta de luz y de tu vello brotan frutos [prohibidos. Y apareciste, por fin, ahora que hablo del mar y contemplo alelado el vaivén de las olas, el extraño movimiento infinito del agua. Agua de tiempo y sal. *** 18 Lamentos y canciones El otoño es propicio para hablar del mar. Atiende, mar, el ruego de los náufragos, estira tus manos hasta alcanzar las mías, hasta sentir el calor de mi piel y de mis mejillas castigadas, el brillo juvenil de mis pupilas. Advierte el clamor de los suicidas, de los románticos, que al filo de los acantilados desahogan sus secretas historias, su impotencia, sus débiles miradas. Levanta, mar, tu rostro ciego y tu destino de memoria derrumbada entre las naves que siguen la ruta de Odiseo. Asoma tu tranquila frente como un faro atento, no disimules el golpe de la ola sobre la ola, alza tu grito como una señal de auxilio, no te despojes del miserable aroma que sin embargo amamos. La noche es una trampa, la oscuridad es hermana del mar, todo cae en las profundidades del agua como un suspiro. No te nombro, mar, por tu nombre. El verano es el instante apropiado para asomarse a la ventana, para amar tu nombre: en silencio. En cada verano, como en cada invierno el mar es un vago recuerdo, es otra historia. La noche: es la noche en que te encuentro. Y luego más palabras, más encuentros. Tus ojos dicen más. Es un paisaje tu cuerpo, valle, cielo, montaña, mar, desierto, bosque, pradera, río, isla, loma, campo, lago, quebrada, colina, playa, piedra, viento, orilla, nieve, ocaso, lluvia. Tu piel refleja los latidos de tu corazón, eres una ventana abierta, un pensamiento íntimo, silencio en la oscuridad. Ojos abiertos o cerrados, no importa, mejor en silencio, callada, callados, cuerpos torrenciales, piedras esculpidas por el viento, como flores, humo en espiral, ya no importa, palabra inacabable. *** 25 Sabe el mar Ah las canciones de antes, eliminadas por un relámpago, resucitadas por la nostalgia, vueltas a desaparecer por el rencor y las heridas y las ofensas y el odio y el pecado, ahora cantadas por el mar con voz de muchacha enamorada. Ah el mar, imposible que derogue la nostalgia por el verso infeliz. Algunas veces retorno, de pronto, al tránsito del sueño y la vigilia, digo algo sin decir, en el empeño de sobrevivir como un dios, pero la invención es un arte negado para el artista. Una y otra manera se sobrevienen, no hay quien las detenga, o las confunda, apenas un instante para volver al principio y dejar en el aire la sensación de ahogo, y, entonces, qué decir del calor que nos acoge en la tormenta, de la mano que abriga nuestra mano, de la boca que nada te niega, qué esperar. La mujer que he visto minuto a minuto también me observa. Es el tiempo de la paciencia. Nadie penetra por las rendijas de la mirada, salvo el verano, el cielo, los árboles, la aurora, el vencejo, el viento, el olor de la tarde, los barcos, los espejos, las nubes, los abrazos, la suerte, la lluvia, las lágrimas, los amigos, la noche. Sabe el poeta de la música y las ausencias, por eso las escribe y arroja sus encargos al mar, en un papel delicadamente introducido en su última botella de alcohol. Sin esperanza. Sabe el mar de tu nombre. Sabe el mar que no hay dónde ocultar las palabras. Sabe el mar que se confunden aire y luz. Sabe el mar que el corazón no miente. *** 33 Palabra insensata No se miente frente a este espectáculo, no hay verdad que alcance a nombrar el crepúsculo, no se puede decir belleza cuando es más que belleza, la certeza de su existencia lo dice todo, pero ¿qué existe? confiar en el ojo, en la palabra, en la exacta dimensión del horizonte, confiar en la aventura que nos invita al fracaso. No se puede mentir siendo tan pequeño. La ambición no es suficiente. Hay que desencadenarse. ¡Tú lo sabes! ¡Siempre supiste que el tiempo no dejaría huellas en tu ondulante superficie! Absurdo secreto. Palabra insensata. *** Último El mar no tiene nombre, pero todos lo conocen. Se le ve, cambiante e inmóvil, desde cualquier esquina. Aquí está el mar, como allá. Y es un remolino de aire y voces que todos reconocen por el color que emana. Es de milagro que el mar esté y sea este. Hay quien camina sobre él como sobre la hierba y hay quien bebe de él como de la nieve y hay quien ha enterrado su cuerpo en sus aguas tranquilas. Por las mañanas se eleva espumoso y potente para después acariciar los pies de los extraviados y borrar sus huellas de ilusión. Nada es como el mar y el mar no existe y no tiene nombre, salvo si le cantamos por su boca hasta el fin de nuestros días. ** Alfredo Herrera Flores http://www.letralia.com/firmas/herrerafloresalfredo.htm Escritor y periodista peruano (Lampa, 1965). Estudió periodismo y literatura en Arequipa, donde se publicaron sus primeros artículos y poemas. Ha publicado los libros de poesía Etapas del viento y de las mieses (1986), Recital de Poesía (Flordecactus Editores, Arequipa, 1990), Elogio de la nostalgia (Lluvia Editores, Lima, 1995), Montaña de jade (Ediciones Copé, Lima, 1996), Mares (Lago Sagrado Editores, Lima, 2002) y El Laberinto (Lampa, 2008). Ganador del Premio Copé de Poesía de 1995 con Montaña de jade, y finalista en las ediciones de 1988 y 2001. Mantiene las columnas El barco ebrio y Crónicas urbanas, así como una bitácora literaria en http://lasillaprestada.blogspot.com. === El hijo de mamá Marina Verónica Garritano ======================== Y en unas horas, junto con los invitados, llegaría a la casa esa terrible sensación de lástima compartida, como si todos asistieran a un velorio en vez de a un cumpleaños de seis. Y dejarían uno a uno los regalos sobre la mesa del comedor, grandes pilas de regalos desde la conmiseración y la incomodidad. Porque había amigas de mamá que todavía se ponían incómodas cuando él estaba en la habitación, con la baba colgando y los ojos como enfermos. Ninguna decía nada y en ese silencio se adivinaba más de lo que se necesitaba adivinar mientras ellas iban y venían con su mirada, de mamá a él, de él a mamá, y con sonrisas inmensas como si les hiciera gracia algo. Algunas sentían en sus manos una sudoración que intentaban disimular gesticulando exageradamente. Otras se hacían las chistosas y le hablaban; a él que no entendía nada y en los pocos momentos lúcidos que tenía quería estar solo. Los ya conocidos intentos de querer generar lazos con el hijo de mamá, y cuando aparecía el otro, el sano, un desahogo general aliviaba el silencio y las horas dejaban de ser tan penosas. Los amigos de papá se manejaban mejor porque no le hablaban y hacían de cuenta que era una planta. Algunos lo miraban de reojo mientras papá compartía alguna anécdota de fútbol y no podían evitar pensar que al menos tenía al otro pibe para los picaditos de los domingos. Y ahora todos entrarían por esa puerta como empujados por la lástima y luego volverían a sus casas a llorar el asunto con alguna vecina, o se encerrarían en sus piezas y bajito le agradecerían a dios por haberle dado hijos sanos y buenitos. Y esa necesidad enferma de creer que porque tenía “esa condición” no entendía nada de lo que pasaba a su alrededor. Como cuando papá y la tía Amparo hicieron ruido en la planta alta y él chilló con el ojo en la cerradura, y luego se rió con una risa ronca, profunda y parecida a un llanto convulsivo. Papá salió desesperado y, sin calcular, sin estar atento a los pruritos de los que debía hacerse con el de “esa condición”, le tapó la boca con la mano, asustado y arrepentido al mismo tiempo. Pero él siguió riendo con una gravedad de hipopótamo y sus ojos enfermos ahora iban de un lado a otro muy rápido, acelerados por la mano de papá que ya lo empujaba hacia su pieza y lo dejaba ahí como se deja una bolsa de papas sobre la mesa de la cocina. Más tarde, a la noche, tratar de explicarle, al oído, que era todo un juego que jugaban con la tía Amparo. Y al día siguiente la culpa doble, la culpa inmensa que manchaba todo; porque no era la misma culpa de antes de ser visto por él. Mamá había hecho la torta y era la única entre todos esos que sabía cómo tratarlo; y él, cuando mamá todas las mañanas bajaba las escaleras en punta de pie, se despertaba y se levantaba rápido (como podía) para ir a abrazarla antes de que llegara al último escalón. La manía de ser el primero en saludar a mamá, pensaba Germán cuando también se despertaba pero se quedaba en la cama mirando el techo, pensando en su hermano bajando las escaleras y tratando de dormirse a pesar de la bronca. Ella le diría que no tenía que bajar tan rápido, que se iba a caer y se iba a golpear la cabeza. Mamá no, pero algún otro habría pensado algo morboso con esa advertencia (y si total...), una imagen demasiado fantasmal e irrespetuosa que habría sabido borrar rápidamente para buscar ser una buena mujer o un buen hombre en la conmiseración por la desgracia ajena. Pero él no la escuchaba a mamá y envuelto en el silencio de siempre le sonreía con su sonrisa babosa y cansada. Ella lo mimaba mientras caminaban hacia la cocina y le decía que ahora le iba a preparar su tostada favorita. Cuando más tarde bajaba Germán y papá, la cocina olía a mermelada y mamá se reía de alguna cosa que él había hecho, porque siempre encontraba algo digno de risa en lo que él hacía, cualquier detalle podía hacerla sonreír o llorar hasta la lágrima. La primera en llegar fue la abuela Rosario que era a la única a la que no le importaba quedar como una desubicada al decirle “el tarado”. Mamá se ofendía y sabía que su suegra se lo hacía a propósito porque cuando estaba en presencia de su marido lo llamaba por el nombre. Rosario le compró una remera pero le quedó grande y se la dieron al otro. Mamá tenía la leve pero casi férrea sospecha de que la abuela no se había equivocado de talle sin darse cuenta. Después llegarían los vecinos, seguramente. Pero ahora estaban ellos con la abuela Rosario. Él no sabía que mamá le había hecho una torta de Superman. Según ella —la única que parecía capaz de entender sus preferencias— a su hijo le gustaba mucho ese superhéroe porque la risa hipopotámica que a veces largaba cuando lo veía en la televisión parecía transformarse en un insistente pedido de que nadie cambiara de canal. Todos los que más tarde vendrían, en silencio le darían vuelta a la idea (siempre con pena y una mordedura de labios) de que mamá era muy tierna y llena de imaginación (y de que la pobrecita...). Y ella no le diría a él que le había hecho la torta de Superman, porque quería darle la sorpresa cuando fuera el momento de soplar las velitas. Finalmente los invitados empezaron a llegar. Todos como Germán se había imaginado: llenos de regalos que sólo un nene normal podría usar, en definitiva quedaría todo para él, y eso era lo único que le alegraba de aquel festejo que le parecía bastante absurdo. Mamá recibía a los invitados en el living y papá abría la puerta principal y dejaba los sacos en el perchero. La abuela Rosario fumaba en el parque. El cumpleañero estaba sentado en el sillón, al lado de mamá, que con su mano derecha le tocaba el hombro o le acariciaba el pelo y en su mano izquierda llevaba un pañuelo con flores para limpiarle la baba. Y nadie de los recién llegados sabría cómo saludarlo. Algunos le dirían feliz cumpleaños, pero no lo tocarían. Otros se le acercarían y le darían un beso disimulando el asco y la pena. Un puñado habría ensayado en sus cabezas, antes de entrar, exactamente qué iban a decir y cómo. Para algunos lo mejor sería dirigirse a mamá y mirarlo a él con una amplia sonrisa. Se fueron acomodando uno a uno en el living, pero lentamente la casa se fue llenando de gente; había invitados en el patio, en el comedor, en la cocina, en la escalera, por todos lados. Los nenes corrían desesperados y alguien preguntaba por qué no había ido ninguno del taller protegido. Papá decía que seguramente por la hora, sabían que era un poco tarde pero antes trabajaban y no podrían haber armado la fiesta. Mamá suponía que era porque después del colegio se cansaban mucho y además ya se lo habían festejado en el taller con una torta y todo. Pero Germán, que ahora paseaba cerca de los regalos y escuchaba a los más grandes, agradecía que no hubiera ido ninguno, y pensaba que todos los padres no eran tan imbéciles como su mamá, que era capaz de reunir a diez o quince tarados para hacer un espectáculo zoológico. Luego se fue al parque a jugar con las primas, que siempre querían jugar a las princesas alrededor del antiguo pozo de agua, y como no había ningún primo varón en la familia, a Germán no le quedaba otra opción que hacer de príncipe o de sapo. Cuando más tarde mamá lo llamó para que la ayudara a buscar el disfraz de rey para su hermano, se hizo el que no la escuchó y continuó jugando a príncipe. Luego se cansó de las mañas y caprichos de las mujeres y se puso a tirar piedras dentro del pozo con una concentración zombi. Pero finalmente tuvo que ir. Mucha bronca cuando la tía Amparo lo vino a buscar haciéndose la madre sustituta. Las primas lo vieron irse y comenzaron a reír. Él ya sabía dónde estaba el disfraz, y antes de disimular una búsqueda para quedar bien con mamá, le aconsejó que no lo usara. Pero mamá era muy inteligente y lo miró con una seriedad demoledora; una seriedad gris y llena de palabras. “¿Dónde lo pusiste?”, le preguntó, pero no era una pregunta sino el principio de un reto. Él la miró indignado, porque pensó que si la miraba así ella se iba a dar cuenta de que todo su show era una escena patética. A Germán no le molestaba quedar como un ridículo por sus propios medios, pero le enfermaba que fuera ella la que lo hiciera quedar como un idiota; ella, la que a su vez recibía las miradas de lástima y hacía de cuenta que todo estaba bien, que todo era muy normal. Mamá no esperó que respondiera y lo buscó en la habitación de servicio. Estaba debajo de la caja de las gaseosas. Germán se quedó solo un momento y vio cómo mamá bajaba las escaleras. Pensó en las mañanas que apresurado el otro bajaba a abrazarla y los dos se besaban y mamá sonreía y le tocaba el pelo. Ahora imaginaba que ambos caían rodando cuesta abajo, se partían algo y llenaban el suelo de sangre. Pero rápido se contuvo de pensar esas cosas y después de unos momentos bajó también. Las primas estaban jugando en el pozo de agua y mamá disfrazaba al rey. Luego de que estuvo listo, salió a correr (como podía) al parque con los demás nenes. Alguno cruel le taparía la cara con la capa real de su disfraz y él caería al piso. Mamá correría a levantarlo, secundada por papá que se reiría para que el resto hiciera lo mismo. Un invitado diría “cómo se divierten estos chicos” y se metería una empanada en la boca. A las nueve se juntaron todos alrededor del cumpleañero y la torta. Mamá hizo creer que el sonido gutural que su hijo emitió cuando se prendieron las velitas mágicas respondía a su emoción por ver a Superman. Y todos cantarían con fuerza, para tapar el gran silencio incómodo que nacía como una enorme y persistente tela de araña por todas las habitaciones y que se fundía con la pena, la conmiseración y la culpa. Y luego la torta escupida y la baba sobre la imagen de mazapán del superhéroe; la risa ronca y mamá con lágrimas en los ojos y una sonrisa con un beso sobre la cabeza. Y no habría flashes porque todos sabían que lo ponían nervioso, entonces el recuerdo de aquello no existiría nunca, y esto al menos le daba un poco de alivio a Germán y calmaba su bronca. Uno a uno se fueron yendo, siempre sin saber despedirse, siempre generando situaciones incómodas y alejándose de la casa para rezarle a dios en la soledad de un cuarto. Mamá lavaba las cosas con la abuela Rosario y papá sacaba las guirnaldas, los globos y los carteles. El del cumpleaños estaba solo con su disfraz de rey en el parque. Su hermano lo vio y se le acercó. Se quedó mirándolo un buen rato para ver si entre ellos había algún parecido. Le dijo feliz cumpleaños más para saber si reaccionaba que por otra cosa. Él movió todo su cuerpo desde el pecho hacia afuera y Germán se asustó, pero pronto entendió que tenía hipo. Se le acercó un poco más y le tocó el brazo derecho con su dedo índice. Desde adentro de la casa le llegaban los sonidos de los platos que lavaba mamá. Todo sería tan simple, pensaba. Pero no lo era. De pronto recordó los juegos de la tarde. Calculó que cuando mamá se despertara a la mañana no era necesario que alguien bajara apresurado a robarle el primer beso. Y entró al living sin remordimientos. Papá le tocó la cabeza y le sonrió mientras apurado llevaba un manojo de guirnaldas al tacho de la cocina. Mamá ahora canta para no pensar en la abuela Rosario que la tiene tan cerca. Y él ya es el único hijo. El otro sufrió un accidente en el pozo de agua. ** Marina Verónica Garritano http://www.letralia.com/firmas/garritanomarinaveronica.htm Escritora argentina (La Plata, 1986). Escribe en inglés, francés y español. Ha publicado los libros de cuentos A Merlina y De escritores y miserias. Ha trabajado para revistas y sitios en Internet tanto en inglés como en español. Mantiene dos páginas personales en http://burana.yolasite.com y http://ficcionreal.webs.com. === Me quedo entre aquéllos fluyendo (extractos) Raúl García Palma === El sexo es una categoría política. Kate Millet *** En su cama de hojas La humedad se debate sobre un talismán (en esta habitación son un punto donde confluyen todas las exhalaciones) ya no son para nadie Si brillan es luz que no comentarán Renacen en pleno goce como lirios entre cardos contra el mal protegidos *** Pensando boca arriba Eliminan sus voces se miran hacia otras situaciones Excluyen la envidia persistente a ese lado feliz Más que hablar ambicionan repetir el espasmo la arremetida No habrá sonidos decretan Ser algo extraño flores en el infierno cercanos al desahogo *** Saltando por los montes Esa mezcla se asoma para morder porque los dientes vienen desde el centro En el origen de estas formas está el esqueleto lo que sostiene Abren la boca y apenas se dan cuenta de aquellos sin sueños los otros egoístas en la búsqueda hacia lo que no es líquido A bailar aquí solitos dicen entre fuego y tierra *** Después de estar adentro Entréme donde no supe, y quédeme no sabiendo, toda ciencia trascendiendo. Juan de Yepes En este momento de reconciliación con el mundo se quisiera ser una luz brevísima Dibujando la rectitud del no hacer Para evitar que los llamen locos serán puro conjuro Subiendo desde el desierto al trueno desmoronándose *** Por montes y riberas Tocar sólo una parte columna de humo perfumada de mirra Con las ganas a la manera de los años noventa Siglo XX (ataque cardiaco de la modernidad dicen algunos) Allí es cuando surge la división los de estas máscaras los inútiles y algún lector que no quisiera sólo estar como visitante en el punto donde las manos rebosan encontrándose *** En nada Bueno, ¿pero usted me puede precisar el caso de un hombre que no crea absolutamente en nada, que haga poesía? Lezama Lima Por ella es esta reverencia a veces árida a veces tierna todo por creer en el encuentro Que se rindan los otros los sin amor amenazando en orden a la esfera desmesurada realidad con ropa *** Oscuridad de un alma que se encuentra con otra Los otros no perdonan Te lanzan a la cárcel de letras sólo por robar un pan sin luz Asunto ya desconocido para los que perdidos en el regazo utilizan el cuerpo como puente a la diáspora del sí mismo en cerro del incienso *** En el ameno huerto deseado El pesimismo debe estar en otro lugar morada de leones Aquí entrar es como un vaso limpio cuando al fin se llega el ojo no bebe agua le da un estilo a las ganas de vivir contra hechiceros y marinos a punto de cubrirse *** Crecer al sur de la escritura siempre al sur Ganar carne alimentarse bien levantándose todos los días a ver el sol Donde no existe este acto se comen ellos mismos En cambio si surge el dar impreciso de los penitentes no importa si agradecen gotea clavo de olor de aquellos que se agradan que dicen sí cuando se transparentan *** Con llama que consume Que su cuerpo pese sobre el mío y haga dulce la entrada al fuego. Miyó Vestrini Y ahora vislumbra su llegada quedándose en lo que hace Hay mucha cavidad por llenar La ternura es el límite se abre a una explicación interminable En alguna parte por decir algo en Kansas City se preguntan ¿dónde se aprende a rebosar? y no lo buscan *** Viendo por la ventana diminuta Ni las hormigas atacando para opacar el ritmo ni el viento cerrando las ventanas detiene el crecimiento La fuerza está en la obligación de respirar En la audacia de no oír el canto de las plantas sino el trajinar del calor y la marea en esta habitación *** Descubrir Variar no es un punto que llega y se repite se levanta como agua Es sonar bajo la tierra no un idioma sino el gesto Desde los espejos alguien hace señas y no somos esos los que allí se abren con reflejos de púrpura enseñando lo crudo *** Dos se arropan con la sección de tiras cómicas Hablaré con parábolas dijo y para resucitar quien comentaba el pasaje prefirió el silencio y las cosas que estaban ocultas La lámpara alumbraba no sólo esta calle o cuarto universal también en otros donde las voces parecían ampararse con una sentencia: el amor constante es posible sentir el destello Ese reino entre el follaje es un tesoro escondido piensan es perla y red de brazos casi se alcanzan *** Cuando vienen del sueño De nuevo “presos” Llegan y comienzan a caer paredes piedra muros antiguos madera telas portuguesas animales disecados Sus carnes capturadas apenas se ven forman un espacio vivo y podrían emerger con voz plena decir temibles como un ejército lo que muriendo se edifica *** La trinchera Este es el recinto del iceberg su centro quema Los que no entran en este círculo es porque no tienen un espejo Se peinan intranquilos por el dolor de no verse no tienen en sus manos la marca del hierro el rojo vivo de la palabra suena *** Con la presencia y la figura Un alacrán asume la aventura de estar sobre sus pieles (el bazar) Detrás de sus ponzoñas hay un veredicto hacia adentro aquel invertebrado vende y compra viajes en alta mar Allí se es deseo miedo y un color tenue sube del desierto *** Salmo para la inexistencia del gran abrazo Pezón rosado no se puede decir en voz alta y allí se debe inventar dos gavilanes parten no se ven no se conocen dardos de fuego son La idea se ancla y otra sobre culebras-vulvas-orificios el mismo día toma su lugar Buscar y volver sobre imágenes apartándose (aquéllos casi sin sexo) clases sociales irredentas bestias necias separando lo público de la humedad *** Despedida después de un lago Vivir elevándose buscando en el espacio escarcha sangre iluminada como roce alas hacia el oeste diamantes rojos flechas de fuego el dolor como hielo no ahogarán lo abierto lo de nunca rendirse y esperar una forma de promesa sin repetirse ** Raúl García Palma garciap_20@hotmail.com Docente y escritor venezolano (Caracas, 1958). Reside en Barinas. Es profesor de sociología en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (Unellez, http://www.unellez.edu.ve). Ha publicado los poemarios Ya no vas a poder tejer el cielo. Poesía 1988-89 (Caracas, Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, Celarg, http://www.celarg.gob.ve; 1990; Colección Voces Nuevas), Un lugar próximo a ser fecundo (Barinas, Icam, 1995), Lugar sin monumentos (Mérida, Mucuglifo, 2005) y No sabemos dónde tejer su forma (Caracas, El perro y la rana, http://www.elperroylarana.gob.ve; 2005), y los libros de ensayo Historia y ficción en Armas Alfonzo (Barinas, Fundación Cultural, 2000), Armas Alfonzo. Ensayos sobre su obra (Caracas, Consejo Nacional de la Cultura, Conac, 2000) y El ensayo lezámico (Caracas, El perro y la rana, 2007). === Dos textos Alfredo Hernández ===================================== *** La cebolla Cuando pensamos en la cebolla, evocamos un fruto esférico, dulce, suave al tacto. Uno aromatizado fuertemente por la diosa de los perfumes y que ha sido elaborado a mano con multitud de vestidos de novias abandonadas, por eso demanda y produce lágrimas. También es la razón por la que suele llamársele novia en la cocina. La cocina es el laboratorio donde establece relaciones lícitas e ilícitas con el ajo, bello príncipe de marfil versado en magia de todos los colores y apreciado grandemente en la célebre Transilvania, cuna de insidiosos vampiros. El ácido que segrega la cebolla debe frotarse vigorosamente en las quillas de los barcos que zarpan de Jamaica, para conjurar los naufragios. Destilado siete veces debe ingerirse con agua clara para soñar las doce maravillas. Algo dijo Copérnico de la cebolla, pero no recuerdo qué; ni siquiera estoy seguro que haya sido él y es muy probable que hablara de otra cosa, pero es cierto que debió ocuparse de ella, como lo hizo con los planetas. A las doce de la noche la cebolla se vuelve invisible y viaja por los tejados; penetra por las ventanas abiertas y se recuesta en las almohadas de los jóvenes, ahí se alimenta de sueños amorosos y es otra de las maneras en que se reproduce. La cebolla es erotómana, sensitiva, rencorosa y vengativa; pero es fiel, amorosa, constante, veraz y pudibunda. *** La muerte En su jardín, la muerte escribe tu nombre en un papel de seda y lo destruye; lo rasga, lo quema, lo disuelve en el agua o en el vino o lo corroe lentamente con algún ácido: así morirás. Los únicos que pueden conocer su hora son los que morirán por el agua o el vino o por el ácido o por la mutilación. Los que morirán por el fuego, no. Imposible alcanzar a ver la llama fugaz que consume el papel. Cuando las pitonisas logran distinguir la llamarada en sus espejos de adivinación, la interpretan de modos muy diversos. Para algunas es el fuego simple, para otras es la fiebre, la envidia es para unas y aún hay otras para las que es el amor. El papelito donde la muerte escribe el nombre de los suicidas, lo dobla cuidadosamente y luego lo deposita en un pequeño mueble de laca pintado de negro, lleno de espejos interiores. De tarde en tarde juega al ajedrez con un ángel o con un demonio y gana todas las partidas; ocasionalmente se le escucha tocar la flauta dulce. El color que prefiere es el amarillo y su piedra abominable es la amatista. La muerte cría cuervos que no le sacarán los ojos. ** Alfredo Hernández http://www.letralia.com/firmas/hernandezalfredo.htm Escritor mexicano (San Pedro de las Colonias, Coahuila, 1943). Jubilado. Textos suyos ha sido publicados en revistas, diarios y otros medios. Ha ganado concursos regionales de narrativa. === La necesidad poética del pasado Florentino Gutiérrez Gabela ====== Dejadme que os hable de ayer, una vez más de ayer: el día incomparable que ya nadie nunca volverá a ver jamás sobre la tierra (Ángel Valente). I Recuerdas el transitar con su lentitud terrestre y piensas, qué fue de los arrabales desnudos y fríos de la vida, a veces el pasado es una bestia que necesita alimentarse. Nadie rescatará el deseo inconforme de nuestras vidas. Nadie sabe donde deja el olvido su pátina de nieve, la espuela de su candor y su perdido abrazo. A veces hay abundantes pobrezas que no mitigan el hambre enorme del hogar. Así fue construyéndose la triste naturaleza de nuestros días, el triste remordimiento de los hombres que no aman. Inútilmente se empeñó la costumbre en bendecir las cosas que nunca serían eternas, en cambio, el propio destino cosecha el rosal de largas noches y nosotros, pacientes, sin despotismo y algo de compasión, acabamos por languidecer en amores rotos, placeres olvidados, cuando era ampulosa la palabra y hubo esplendor en la carne. II Hubo un tiempo en que transcendía el hondo estanque de la mirada, un tiempo para no temer al mundo y sus exuberancias, sólo al simulacro de los días y sus tupidas horas. Cuando nos invadía un insensato concepto de permanencia para adueñarnos del halago desmedido, de la fugaz escritura o el insólito verso. Quiero decir, que a veces el mundo se complace en su historia y en las murmuraciones, en la discordia y la demencia. Cuando la ávida carne y sus torrentes llegaban con su honda ceguera y sus inconmovibles provocaciones. Era un tiempo para que tú y yo fuéramos como un mundo, un tiempo para esperar lo inexistente, un destino un tanto dulce para invocar un semblante de altísimas soledades en las que sólo nosotros fuéramos el sustento. Pero entonces vino la guerra y el desengaño y el desamor llegó con sus noches frías y ya nada fue igual. III (Oda póstuma al tiempo) Has acosado sin tregua desde los días de la infancia, fuiste por una anatomía como oropéndola que quema los ojos y la voz. Aquí está por fin el reino de sombras que orna la desmesura de lo vivido burdeles refugios indulgentes del arroyo abrevaderos indignos como penitencia hostiles laberintos hábitos indecorosos episodios de infortunios y otros actos reconstruidos con el deterioro de una híbrida memoria. IV (Testimonio) Esta hondura de vivir, estremece. Me confunde ese devenir inagotable o el extraño temple de utópicas razones que rastrean la nada y trenzan la sinrazón en sinuosos ensayos. Me inquietan milenarias alquimias que trasmutan el latón de la esperanza en sórdidas doctrinas de paraíso, torbellino de caireles que aquietan la cordura y centellean la espiral de la carne. Esa conjunción de tuétanos, que galopa sin riendas en la grupa de mi asolada rectitud, no es más que un minúsculo aguijón que atempera los azotes de mi firmamento cenagoso, una urdimbre homogénea que me ata a la solidez promiscua y azorada de la vida. V (El artista del tiempo) El cincel talla cicatrices de mármol en el rostro. El artista ha labrado el majestuoso estallido del tiempo, donde el agua vermiforme del pasado es reducto de múltiples muecas. Una poderosa mano obedece a la plenitud del genio. Simetría y perfiles contribuyen en su pétrea nitidez. Pinceles del conocimiento para reencarnar la tersura de los años. Un humilde espejismo trepando gozoso mi utopía. VI (El color de la nostalgia) Al trasluz de todo cuanto fue creado, de todo lo sembrado y lo baldío, tiene la juventud su verdugo, sus júbilos salvajes y sus inquietudes enmascaradas por una ráfaga de miedos. Es una inhóspita travesía, un tiempo indulgente que presagia un heroico transitar con la ambición empeñada en un decoro y una consagrada y razonable soberbia. Pero esa herencia, que son las tradiciones de la sangre, labra a fuego una envoltura de inmaculadas frustraciones, las muecas de una extraña humareda de sueños que se desvanecen en matices desconocidos, empañados por la infamia de mensajeros anónimos o irreconocibles duendes que tallan el arte de la vida en el barro de la adversidad más innoble. Y así nacen los días codiciosos, se anuncia la fatalidad del pecado, así las húmedas estaciones van pasando por incesantes brumas, como la mordedura de un monstruo que hace jirones de una ventisca ya rendida a la servidumbre de un viento insaciable y así, un castigo de soportar la sequedad de la piel o el imperdonable silencio de unos páramos malditos que sólo son privilegio de los dioses apasionados por el color de la nostalgia. ** Florentino Gutiérrez Gabela http://www.letralia.com/firmas/gutierrezgabelaflorentino.htm Escritor español (León, 1953). Es técnico de telecomunicaciones. Poemas suyos pueden leerse en revistas digitales como Destiempos (http://www.destiempos.com), Palabras Diversas (http://www.palabrasdiversas.com), Almiar/Margencero (http://www.margencero.com), Revista Literaria Remolinos (http://revistaremolinos.blogspot.com) y Gibralfaro (http://www.gibralfaro.uma.es). Ha publicado, además, los poemarios Liturgia del tiempo, Caballos del Paraíso, Últimas devociones, La vida y otros agravios, La ciudad de los lenguajes, Alba de otoño, Los paisajes oscuros y Vivir no es una utopía, todos con el sello Visión Libros (http://www.visionlibros.com). Pertenece a la Red Mundial de Escritores en Español, Remes (http://www.redescritoresespa.com). === Érase una vez César Aramís Contreras Parra ======================= Érase una vez... érase dos veces, tres y hasta cuatro. Érase incluso hasta seis o siete veces por semana. Érase en el cuarto principal, como cabría esperarse, pero érase también en la cocina, en el balcón o incluso en el comedor si la casa estaba totalmente vacía. Érase con desmedida pasión y con entrega total. Érase con amor y cariño, pero érase también con violencia, con intensidad y con tensión animal. Érase con caricias y con rasguños. Érase con besos y con mordiscos. Érase con exhalaciones inaudibles en algunas ocasiones y érase con ensordecedores alaridos en otras. Érase, sobre todo, con absoluto secretismo. Érase a escondidas, pues aquellos encuentros eran tabú, penados por las leyes de Dios y las de los hombres. Érase con placer, sí, pero érase también con mucha culpa. Culpa que en su momento quedaba ahogada por el goce, pero que no tardaba en aparecer nuevamente una vez que el éxtasis había culminado. Érase algunas veces directo al grano y érase otras veces acompañado de largas e intrincadas charlas filosóficas sobre la naturaleza de aquel relato. Érase, en ocasiones, lleno de racionalizaciones que ayudaban a serenar las voces internas que condenaban. Érase una vez que ganó el remordimiento y se dejó florecer la duda: —Todo este asunto me resulta problemático. —Lo sé... —¿Ha llegado el momento de terminar esto? —Sería lo más sensato. —¿Y cómo le diremos a mi marido? —preguntó ella. —Lo mejor será que no se entere jamás —contestó su suegra. Se volvieron a cubrir con las sábanas. Érase una última vez. ** César Aramís Contreras Parra http://www.letralia.com/firmas/contrerasparracesararamis.htm Escritor venezolano (Caracas, 1992). Es estudiante de psicología. === Poemas Juan Andrés Gutiérrez ===================================== *** Mientras tú mi amor tienes a Miami Beach Tengo una selva, Un áfrica, Tengo a Somalia, Al Congo, a irán y a Pakistán, A todos juntos creciendo En la grieta de mi alma. Existen leones, hienas, Chacales que muerden el pecho, me saborean las entrañas, Existen niños armados con ojos de marfil Que juegan con pistolas y sollozan En una habitación entristecida. Existe un ejército que golpea mis murallas. Ellos trabajan diariamente picando la piedra, rugiendo exhaustos, Explotan mi corazón como mina de coltán. Una carreta y piedra negra, mañana me colgarán. Las habitaciones son frías, Un himno patriótico se levanta, Mi sangre es un arroyo contaminado por el carbón. Mi raza es descendiente de los monos, En mi espalda llevo una herida, Ella encaja con el látigo, En mi cuello un grillete. Los niños están llorando en mi hígado, se arrastran Hambrientos, Mientras las moscas les prueban la boca... Tengo una selva, Un áfrica, tengo a Somalia, Al congó, a irán a Pakistán A todos juntos creciendo en mi alma. Mientras tú mi amor Tienes medias de seda con encaje italiano, Un cigarro con filtro de marfil fino, Pequeños proxenetas de Viena Sentados en tu sala alejandrina En ti vive una colonia londinense En edificios con grutas espaciosas, Ellos tienen pequeñas alambradas Campos de concentración, Para divertirse con una copa de ginebra. Por tu sangre se desplazan como en la autopista, Limosinas rosadas, Mercedes Benz Y un jet aerodinámico... en ti viven reporteros holgazanes que ojean el New York Times, tú, rostro de valla de Wall Street, tú, una esfinge de Estonia, tú, una meretriz de Lituania. ¿y yo? yo tengo una selva, Un áfrica, tengo a Somalia, Al Congo, a irán y a Pakistán, A todos juntos creciendo En la grieta de mi alma. Mientras tú mi amor Tienes a Miami Beach, Ámsterdam y a Beverly Hills inyectando tus venas. *** Madre Ella solitaria Marcha en un auto hacia la frontera, en las montañas se escuchan disparos Los rebeldes cruzan las puertas Yo de niño tomaba mi maleta Huía por las callejuelas, Llevando una botella de ron Observando las estrellas. Dormía debajo de los puentes y araba las cisternas Una crisálida me robó el amor por las siestas Tenía miedo de volver a casa Había osos en los valles, Una cabra mugía en el campamento, Por eso bebía con frecuencia Ahora el riachuelo Trae bayas y nueces, Ahora el río trae una Serpiente negra Todo está perdido Los rebeldes allanan el casón, Incendian los pasillos, Hay luz, hay luz El auto está detenido Tu maleta hecha jirones, El pasaporte está en la cisterna, Con tus pequeñas jeringuillas, Tus curas y tus navajas de bronce. La multitud irrumpe en la avenida, Tu cabello ondeado por la brisa, La ciudad está destruida, Todo arde, Todo está deshecho, Ahora puedes encontrarme A casa, a casa En tus brazos Ahora puedes llevarme ¡Madre, tengo hambre! *** El canto de Anne Boni Ya no habrá piratas ni navíos Todos naufragaron en la costa Barba Negra y Henry Morgan Ahora beben vodka y hacen el amor Con la pequeña Anne Bony. Las lágrimas nunca se petrificaron, La brizna ardió en la hojarasca, Creíste ser sol aún eclipsado en el horizonte Nunca la espuma ascendió como pompa, Nunca el ancla se atascó en los corales Anne Bony está hastiada de brandy, Con sus calzones rotos, Con la mirada turbia, Sus piratas están ebrios. En popa la joven Mary Read escribe poemitas Pensando en hadas y codornices. Ebria y lujuriosa Anne Bony le asesta un golpetazo en la cabeza Para que no piense más en imaginerías. Ya no habrá piratas ni navíos. Todos naufragaron en la costa Barba Negra y Henry Morgan Ahora beben vodka y hacen el amor Con la pequeña Anne Bony. Nunca hubo galeones, Nunca amor, Nunca costas, Ni peñas, Nunca nada estuvo arruinado Los piratas en verdad amor Por tu costa nunca, nunca arribaron. ** Juan Andrés Gutiérrez http://www.letralia.com/firmas/gutierrezjuanandres.htm Escritor y docente colombiano (Bogotá, 1983). Es licenciado en educación artística. Ha participado en numerosos recitales. === Juego de letras Eva Medina Moreno ================================ Tenía todo preparado. Los folios, a la izquierda. Bolígrafos, dos de cada color —rojo, azul y negro—, a mi derecha. El ordenador, en el centro. La silla, muy cerca de la mesa, con el cojín para los riñones, dos paquetes de cigarrillos y un vaso de whisky con hielos. Así me imaginaba la mesa de un escritor, aunque todo revuelto. Caótico. Mezclé los bolígrafos con las hojas. Se cayeron folios y bolígrafos. Les di una patada. Escritor maldito, me dije con sonrisa diabólica. Encendí un cigarrillo, que saqué de uno de los paquetes de Marlboro que había comprado esa mañana. Imaginé que me entrevistaban, para El País o El Mundo, y puse posturas de gran intelectual; ahora con la mano izquierda, en la frente, apretando las sienes, ahora con el cigarrillo en la boca intentando decir algo ingenioso tras la tos. Tiré la ceniza, que cayó dentro y fuera del cenicero. Cogí el vaso de whisky. Lo moví, circularmente, necesitaba oír el clic, clic de los hielos. Me lo llevé a la nariz y bebí. No me gustó el sabor, tampoco el del tabaco, pero daba un toque especial, de artista. Dejé que el cigarrillo se consumiese, que los hielos se deshicieran y me acerqué el portátil. Los dedos en el aire, como pianista al comienzo de un concierto. Estaba en tensión; demasiada tensión para una buena escritura. Le di dos sorbos al whisky. El nombre del personaje. Ricardo. Me gustaba, tenía fuerza. Ricardo Corazón de León. Ricardo III. Di a la “r”; una, dos, tres veces. Mantuve el dedo presionado. Las erres fueron uniéndose hasta llenar la pantalla. Las borré. Pensé en lo difícil que era escribir. Sólo sentarse frente a una pantalla tan blanca atemorizaba; parecía que las palabras, las ideas, huyesen, como esas erres que ya había borrado. Antes de retirar el ordenador y probar con el papel, di a la “r” y la guardé como documento. Me hizo gracia mi hazaña, que celebré con caladas al cigarrillo y un buen trago de whisky. Cogí folios y el bolígrafo negro. “Espalda recta, ojos al frente”, me dije acordándome de la mili, “al objetivo”. El objetivo era escribir algo, lo que fuese, aunque estuviera mal escrito. Sentir que a un sujeto sigue un verbo, que los complementos se van arrimando a la frase, que a una frase sigue otra, que hay armonía entre ellas, que van casi de la mano. Encendí un cigarrillo y contemplé el humo. Cuántas veces había soñado desaparecer de una manera tan elegante. Adquirir esa materia volátil. Cómo empezar. Ricardo, a sus treintaicinco años. Horrible. Ricardo, hombre sincero y robusto. Hombre sincero y robusto. ¡Dios! Las taché. Los críticos lo reprobarían. Mientras pensaba en el argumento, dibujé erres; mayúsculas, minúsculas, alargadas. Cuando me cansé, arrugué la hoja y la tiré a la papelera. Hice una buena canasta. Apagué cigarrillo y portátil, y fui al baño. Mientras me subía los pantalones, me vi en el espejo. Tenía más ojeras. Lo blanco de los ojos con venas rojas. Me dolía la garganta. Saqué la lengua; amarillenta. No quise seguir indagando. Miré por la ventana del salón, mientras pensaba en la tontería que había hecho guardando un documento sólo con la letra “r”. Me reí. En el piso de enfrente, vi al viejo que hablaba dirigiéndose a un reloj de pared. Recordé que había imaginado que era viudo y que ese reloj antiguo sería un recuerdo de su mujer, como si ese objeto fuera la imagen personificada de ella. Me pregunté si hablaría todas las noches dirigiéndose a él. Quizá queden conversaciones pendientes, o le eche cosas en cara. Puede que le cuente lo que hace cada día, cómo va el país, algún cambio en el barrio, la ampliación del metro, la muerte de algún conocido. Si tienen hijos, le comentará cómo les va en el trabajo, con sus mujeres, cómo van creciendo los nietos. El reloj de pared, pensé. Una abuela que se llevase mal con su nieta podría dejárselo en herencia. Este podría llegar en una caja de contrachapado, pintada de negro, que le recordase el féretro de su abuela. Símbolo: reloj de pared-abuela. Como símbolo podría meterse en muchas historias, menos macabras. Desde que le dejaron la “caja” la nieta no sale de casa y, aunque sabe lo que es, no se atreve a abrirla. El desenlace: la nieta puede quedarse velando al reloj, contándole todo el daño que le ha hecho. Muy parecido a Cinco horas con Mario. Descartar. Se me ocurrió otra historia. Cogí mi cuaderno, me senté en el sillón y escribí: Un hombre está leyendo. Le molesta el ruido que hace el reloj de pared. Se le hace insoportable. Ese tictac repetitivo, monótono. Cuando no aguanta más lo tira al suelo, destrozándolo. Vuelve a leer. No puede concentrarse. Echa de menos ese ruido que antes le desesperaba. Levanta el reloj y coge los trozos, poniéndolos en su sitio. Las manillas marcan la hora en que se paró. Once menos cuarto. Se sienta frente a él y espera a que sea la hora. Fui a mi estudio. No quería perder tiempo, tenía que escribir. Estuve media hora escribiendo y borrando. Decidí dejarlo. Abrí el único archivo que tenía. La “r” parecía mirarme con altivez. Me surgió la idea para un relato. Un hombre escribe. Una hora, cuatro. En la pantalla, una “r”. Sigue escribiendo. Las cinco, las siete. En la pantalla, una “r”. Llega la noche. El cuello le duele, los músculos de los hombros tiran. Necesita un descanso pero sigue escribiendo. Mañana, mediodía, noche. Sólo oye el ruido de sus dedos en las teclas de plástico. “La historia fluye”, piensa y sonríe. En la pantalla, una “r”. La mira, desafiante. “Levantarme, huir”. Pero el hombre sigue; sigue escribiendo. ** Eva Medina Moreno http://www.letralia.com/firmas/medinamorenoeva.htm Escritora española (Madrid, 1971). Licenciada en filología inglesa y diplomada en profesorado de Educación General Básica, por la Universidad Complutense de Madrid (UCM, http://www.ucm.es). Tiene también el título del Ciclo Superior en Inglés de la Escuela Oficial de Idiomas de Madrid (http://www.eoidiomas.com), y el Certificate of Proficiency in English por la Universidad de Cambridge (http://www.cam.ac.uk). Ha realizado talleres de relato y novela. Ha asistido a seminarios y cursos de literatura, y a cursos sobre la obra de escritores como Luis Mateo Díez y Laura Restrepo, que los propios autores impartieron. Premiada en el I Certamen Literario Ciudad Galdós por su relato “Tan frágil como una hormiga seca” (Editorial Iniciativa Bilenio, 2010). Seleccionada en el V Premio Orola, en cuya antología se incluyó su relato “Mi bodega” (Ediciones Orola, 2011). === Tres poemas Clementina Rossini =================================== *** Alabanza a la razón Va pasando un río ancho entre mis dedos. Sobre las piedras del lecho envejecido, motas vidriosas del ojo seco, lleno de polvo, lleno de sueños. El viento que ha hecho estragos en las venas mueve la brújula que entorpece la tristeza. Más allá de los recuerdos helados, más allá de las sombras perversas, hay un espacio verde, calles que brillan cuando humedecen las lluvias y los remolinos presagian claridades diferentes. Las llamas vuelven y suben. Despiertan las camelias enardecidas con el acontecer del fuego. Los ojos resplandecen, traspasan el filo del invierno. Viajan por las noches eludiendo al enemigo que pretende adueñarse de los cuerpos arrugados. Rescatan a la esperanza prisionera en una cripta donde mueren los pájaros, donde se queman las alas. El desaliento, que intenta trasponer las ventanas entornadas, se queda con las manos vacías. Alabada sea la razón por la que descienden las estrellas sobre las rocas amargas, y la luna se refleje en el río ancho que va pasando entre mis dedos. *** A mi manera Desde este lecho recién amanecido voy cruzando los umbrales de la luz y siento que anidaste aunque invisible a la par de mis azules mariposas. Que habitas en mi fase iluminada y sufres también mi tiempo umbrío. A veces me pregunto si todos esos versos, que embebidos de misterios se soltaron, partieron de mi afán ensimismado o si los modelaste tú. Si los pájaros que nunca más volvieron a reñirnos con sus cantos tempraneros, se espantaban por tu sombra o por la mía cuando la noche ya era la de ayer. También me deleita la osadía nuestra de soñar cuando despuntaba el sol dejando muchas veces sólo ideas abrigadas en un blanco sin renglón. Advierto que insinuamos más acá de lo cercano, y mostramos desnudeces, muy sutiles. Gocemos la licencia que tenemos y brindemos, porque somos muchas más que dos. Respiro al sentir que me sacudes, que imperiosa estimulas mis enigmas y celebro que tocaras mi lisura y te quedaras para animar a mi lírica callada. Quiero que soñemos cuando ya salió el sol. Que sigas habitándome aunque invisible. Que vuelvan los pájaros al alba y que canten cuando encontremos letras. Letras, ideas. Idea/esencia. Esa que tú engendras y que yo transcribo a mi manera. *** Almas que beben horizontes Tal vez se entrecruce con destinos impensados la propia historia por los años asignada. Verás que no hay tanta diferencia cuando se tiene que beber la última gota del agridulce jugo de la vida. Es la lírica excitada la que lleva a estos decires porque cree que todos llevamos en la espalda una cruz similar a la sagrada y debemos soportarla hasta el regreso de las almas. Almas parecidas, nunca iguales... nunca iguales aunque beban horizontes cuando viajen y regresen por caminos semejantes. ** Clementina Rossini http://www.letralia.com/firmas/rossiniclementina.htm Escritora argentina (Vértiz, La Pampa, 1946). Colaboró en la revista Café-Latino (http://www.cafe-latino.org), bilingüe francés-español, digital e impresa, y en el boletín quincenal Rancho Aparte, suplemento digital de la revista editada por la Organización Latinoamericana de Francia. Textos suyos se publican regularmente en Radio Bumerang Argentina (http://www.radiobumerangargentina.net), una revista impresa y digital de Francia. Ha publicado el poemario bilingüe (francés-español) Saveur à vie / Sabor a vida (OLA Ediciones; París, Francia, 2008). En 2007 recibió el Primer Premio Internacional de Poesía de la revista Antorcha Cultural (http://www.antorchacultural.com). Textos suyos han sido incluidas en diversas antologías. === Collage Cristina García Ramírez ================================== Correo electrónico o teléfono: saul_caps86@gmail.com. Contraseña: 090286spTGm. Entrar. Solicitudes de amistad (2): Chucho Girones / 2 amigos en común / Confirmar / SussyLttïï / 1 amigo en común / Confirmar / Bandeja de entrada (3): Richie Moon / K tu pinche sul no fuiste / Sáb. / Loto Cook / Por reapertura, 2x1 en todos los muffins / Jue. / Cecilia González / Hermaniiii voy el domingo a casa / Mié. / Notificaciones (4): Dra. Carranza publicó en Taller de materiales / Hace 3 horas / Ammy St. y Richie Moon comentaron un enlace en el que estás etiquetado / Hace 5 horas / Gera Basurto te etiquetó en una publicación / Hace 6 horas / Ammy St. te invitó a jugar Candy Crush Saga / Hace 8 horas. Baja por la página de inicio. Ernesto Soto publicó una fotografía de sí mismo —principios de la década de los noventa, overol de pana. Monik Gudiño posa otra vez con la cara pegada a la de su perro huesudo. Pepe Lira compartió un enlace con las últimas noticias de seguridad. Arquitectos UAA publicó lo más nuevo en canaletas para piso. Lau Montoya decidió salir del closet con una nueva foto de perfil. Axel Benítez posteó hace cinco minutos un meme prometedor al que Saúl da clic y abre. A 58 personas les gusta. Cuenta ya con 39 comentarios. “Hahaha tipicooooo” es el último comentario de Joel Colín. —Qué sería de éste —se pregunta Saúl mientras da clic sobre su nombre—, hace mucho no lo veo. El perfil de Joel se abre. Recorre rápidamente sus últimas publicaciones y luego sube. Estudió en La vida / Amigos 1,026 / Fotos 372 / Mapa 94 / Me gusta 903. —Ay sí —regresa—, mil veintiséis —da clic sobre el mosaico. Comienza a bajar por la lista de amigos. Se detiene en la fotografía, al parecer tomada frente a un espejo, de una mujer joven, cuerpo completo, perfil, ropa al cuerpo. Da clic. Se ahorra la lectura de información y pasa directo a las fotografías de fiestas, cafés y plazas. Otra mujer posa a su lado en casi todas, les ha dado like y las comenta. Ahora da clic a esta segunda y da un vistazo a su biografía. Nada interesante. Sigue bajando un año con el scroll de su mouse viejo. Accidentalmente da clic sobre el nombre de una tercera mujer, contacto de la segunda. Mariana SaR. Le gusta su foto de perfil. Nunca la había visto. Da clic. Grandes ojos tapatíos. Cabello lacio. Sonrisa amplia. Vive en Puebla. De Puebla. Trabaja en MTI Seguros. Nació el 8 de septiembre. Tiene una relación con Gregorio Ramos. Ningún amigo en común. Fotografías 68 / Mapa 13 / Me gusta 205. Publicó ayer a las 22:20 un par de fotografías de un parque. Hace dos días fue etiquetada en un anuncio de venta de cachorros pekineses al que dio like. Hace tres, Gregorio le publicó una canción empalagosa y le recordó cuánto la quiere. Baja. Anuncios de conciertos de rock aquí y allá. Se va la luz. Duerme. Los días siguientes no importan, cumplieron su función de hacer que finalmente sea viernes. Por la noche, Saúl toma un baño y se pone la primera playera que encuentra al abrir el cajón —roja, tipo polo— sale con Richie Moon, Gera Basurto y Ammy St. a conversar y beber un par de cervezas en el lugar de siempre, donde son atendidos por el mismo hombre calvo con camisa hawaiana. La noche transcurre rápido, entre las constantes bromas de Gera, las anécdotas de Ammy y los flashazos habituales de Richie tomando fotografías de grupo, en parejas, individuales, con cerveza, sin ella, adentro del bar, saliendo, afuera, en el coche. Regresa a casa. Duerme. Al día siguiente se levanta tarde. Correo electrónico o teléfono: saul_caps86@gmail.com. Contraseña: 090286spTGm. Entrar. Herramientas. Historial. Lunes 25 de febrero de 2013. www.facebook.com/marianasar. Clic. Publicaciones varias en el muro de Mariana. Fotografías de flores, animales y gente. Ella sentada en una banca. Enlaces compartidos desde la página de MTI Seguros. Corazones y caras felices que Gregorio le pega, seguidos de frases bastante idiotas. Gregorio es tan cursi que enferma. Continúa publicándole canciones que ella comenta con :) y likes. —Pendejo... —susurra Saúl mientras sigue leyendo—. ¡Quién pone un ojo como foto de perfil! Aparte de todo ha de estar bien gacho. Entra a Gregorio. Gente en un concierto es su imagen de portada. No hay más información visible al público. Regresa a Mariana. Da clic a fotos. No hay muchas de ella. Algunas de lejos y un par de cerca. Ninguna con tan buena resolución como la de su perfil. Encuentra una de su aniversario, un 28 de octubre, parada en una plaza junto a un hombre. “A Gregorio Ramos le gusta esto”, lee en pantalla. Nuevamente se trata de una foto a cierta distancia de la cámara. Los dos se comentan. El Gregorio le parece conocido. Clic a la foto y la amplía. Da un fuerte parpadeo y enfoca. Juraría que es él mismo, pero Saúl nunca ha tenido playeras verdes. Siguiente. Una foto de ambos sentados bajo un árbol. Hace una mueca y aumenta el zoom. Le da risa el parecido. Nadie más comenta las fotografías, excepto ellos. No le queda claro en dónde fueron tomadas, no se ve más del entorno. Seguramente son de algún sitio en Puebla. Regresa a la biografía de Mariana y sigue bajando. Piensa en Gregorio. —Quién es este güey —y en su mente hacen eco las quejas que de pequeño oyó a su madre contar a la tía Susana: “Te digo que es un vago, otra vez se me desapareció y no ha venido en toda la semana”. Entra de nuevo a Gregorio. Le molesta que tenga tan cerrado su perfil. Pero bueno, él tampoco deja nada a la vista de quienes no sean amigos de sus amigos. No lo piensa y le envía una solicitud de amistad. Cierra la ventana. Baja a almorzar y encuentra a su padre sentado a la mesa con su madre, limpiando con la tortilla la última embarradita de salsa en el plato. —¿A qué hora llegaste anoche? —interroga su padre. Saúl no responde—. ¿Qué traes? Si no te estoy regañando, ya sabes que no hay problema. Ahora resulta que uno no te puede preguntar nada. Saúl se sienta y no lo mira. Mueve el pie derecho con ansiedad sobre el piso. —No tengo hambre —se levanta y sale de la casa. Deambula por las calles preguntándose si su madre sabrá y si Gregorio aceptaría ya su solicitud. Tiene tantas preguntas que quiere responder. Mete la mano a la bolsa del pantalón. Dejó el celular en casa y no va a regresar, no quiere ver ni hablar a su padre. Llega a casa de Richie y toca con insistencia. Abre la puerta. —Qué pues, poquito más y me la tumbas —dice a Saúl, que entra y se acerca a la laptop—. ¡A dónde, Sul! Si la quieres usar nada más dime. Cabrón... que urgencia, siquiera da chance de guardar lo que estaba haciendo, ¿no? Richie se sienta frente a la máquina y hace algunos movimientos rápidos. Al concluir le deja libre el asiento a Saúl, que enseguida da clic al acceso directo del explorador. Pasan algunos segundos. —Pinches programitas le metes a tu lap... está bien lenta —dice Saúl desesperado mientras golpea los dedos sobre la mesa. saul_caps86@gmail.com / 090286spTGm / Entrar. Gregorio no ha aceptado su solicitud. Salir. Abandona la casa. Regresa con sus padres a las diez de la noche. Inicia sesión. Aún nada. Da un vistazo a Mariana y ve que Gregorio le publicó un cartel del Festival Gastronómico Artesanal / Hace siete horas. “Mañana ahí te veo :)”, responde ella. Le parece claro que Gregorio vio su solicitud de amistad pero no ha querido aceptarlo. —¡Pendejo! Claro que no iba a aceptar, si mi cara está como foto de perfil, seguro que la vio y se dio cuenta que nos parecemos... O ni la vio, como salgo en bola con aquellos ni se distinguen las caras... Igual ni acepta desconocidos. O igual que yo se dio cuenta... Googlea “Festival Gastronómico Artesanal” y encuentra un mapa. Intenta dormir aunque sean cuatro horas antes de tomar el autobús a Puebla. —No hay pierde, llego antes de que abran, me planto en la entrada y hasta que se aparezcan —se repite dormido. A las dos de la mañana ya está en pie. Pide un taxi que lo lleva a la terminal y sube al autobús de las tres. —Bueno, ¿y si no llegan? —saca el celular y se levanta a preguntar la contraseña del Wi-Fi. Facebook. Usuario. Contraseña. Entrar. Revisa la biografía de Mariana. “Si, a las 10”, comentó Gregorio. Intenta dormir un poco, pero los ronquidos del señor de atrás no lo dejan. Le dan las ocho de la mañana y el autobús se detiene. La gente empieza a bajar. Saca de su bolsa del pantalón la hoja doblada en cuatro y ve el mapa. Compra un boleto de taxi y después de veinte minutos ya está en el lugar indicado. Aún no abren. Se sienta al pie de la entrada principal y espera. A las nueve con treinta empieza a llegar la gente. Caminan alrededor de la fuente de cantera frente al edificio, esperando a que abran. Los mira a todos. Hasta ahora ninguno que se parezca a él o a ella. Se pone en pie hasta que abren la puerta. Hombres y mujeres empiezan a entrar y luego a salir, limpiándose los labios con servilletas de papel y cargando cajas y bolsas con comida. Siguen entrando. Permanece de pie. Espera. Son ya las dos de la tarde pero ni Mariana ni Gregorio se aparecen. Saca el celular y entra a su cuenta. Revisa de nuevo la biografía de Mariana. Nada nuevo. Sigue esperando. Recibe inbox de Cecilia González: Hermaniiiii t dije k llegaba el domingo dond stas? Saúl no le responde. Está atento. Tres horas después, de pie frente a la puerta. Mariana publica un close-up de pastes de mole verde: “Con Gregorio Ramos” en “Festival Gastronómico Artesanal” / Hace tres minutos. Gregorio ha dado like. Saúl voltea a su alrededor. —Tal vez estén adentro... ¡Cómo he podido no verlos! Están ahí —mete un pie al edificio y enseguida lo saca, es mala idea entrar y que salgan sin ser vistos por su vigilante. Se queda frente a la puerta. Los pies le punzan. El estómago le ruge. Su boca está seca. La frente quemada. La gente sigue saliendo. Los chefs comienzan a hacer lo mismo. Muchachos cargando mesas y manteles desocupan el lugar. Ya no hay nadie más. Saúl revisa el celular. Mariana no tiene actualizaciones. Espera hasta que cierran. Toma un taxi a la terminal y luego un autobús de regreso a casa. En el camino duerme, sueña con las fotografías borrosas de Gregorio y Mariana, y las quejas de su madre. Despierta. Baja y toma otro taxi a casa. Las luces apagadas. Conecta y enciende la computadora. Entra al explorador. Correo electrónico o teléfono: saul_caps86@gmail.com. Contraseña: 090286spTGm. Entrar. Solicitudes de amistad (0) / Bandeja de entrada (1): Cecilia González / Ya no t vi hermaniiii escríbeme / Notificaciones (1): Dra. Carranza publicó en Taller de materiales / Hace 1 hora. Baja por la página de inicio. Una fila de nueve imágenes con los rostros de diferentes amigos acompañados de seres vivos y objetos. Entra a la biografía de Mariana y encuentra una nueva foto con Gregorio. Están dentro de un bar, recargados en la barra, con las botellas formadas en el fondo, siendo acomodadas por un hombre calvo de camisa hawaiana. Mariana con una sonrisa. Él con una playera roja tipo polo. ** Cristina García Ramírez http://www.letralia.com/firmas/garciaramirezcristina.htm Escritora mexicana (Morelia, Michoacán, 1988). Es estudiante de la licenciatura en sociología en la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx) y pasante en derecho por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (http://www.umich.mx). ||||||||||||||||||||||| EL REGRESO DEL CARACOL |||||||||||||||||||||| === Breve antología de poemas jueju ======================================= === Selección y traducción de Wilfredo Carrizales ========================= Breve antología de poemas jueju Selección y traducción: Wilfredo Carrizales (http://www.letralia.com/firmas/carrizaleswilfredo.htm) Poesía Fundación Fondo Editorial del Caribe Barcelona, Venezuela; 2012 ISBN: 978-980-7362-33-7 90 páginas Los poemas jueju surgieron y se desarrollaron en China entre las dinastías Han (206 a.C.-220 d.C) y Wei (220-265) y las Dinastías del Sur y del Norte (386-581), y estaban compuestos generalmente por cinco palabras por verso y cuatro líneas. Su patrón tonal libre original evolucionó posteriormente, durante la dinastía Tang (618-907), cuando se adoptaron reglas de composición que los establecieron en cuatro versos y con cinco o siete palabras por línea. La antología que hoy nos presenta el escritor y sinólogo venezolano Wilfredo Carrizales (Cagua, 1951) recorre cerca de mil quinientos años de poesía. Se inicia con el remoto Lu Kai, quien vivió en una de las Dinastías del Sur (420-589), y concluye con Qu Pengjia, un poeta y guerrero que vivió entre 1864 y 1912 y que luchó por la recuperación de Taiwán, cedida a Japón en 1895. La temática, como cabe esperar, es muy variada. En textos como “Subido a la Torre de la Cigüeña” está presente la admiración de la inmensidad: El blanco sol se hunde tras la montaña; el río Amarillo fluye hacia el mar. Deseo mirar mil li de paisajes y aun subir un piso más en la torre. (Wang Zhihuan, 688-742) Pero también abunda la descripción de sentimientos elevados o turbios, como en el “Poema de odio”: Pongamos a prueba mis lágrimas y las suyas; de nuestros dos lugares gotean hasta el estanque. Mire un momento las flores de loto; este año, ¿debido a quién murieron? (Meng Jiao, 751-814) Asimismo los temas nacionales, como este “Año Jigai” —en realidad uno de más de trescientos poemas con el mismo título escritos por Gong Zizhen (1792-1841)— en el que se habla de la urgencia de una reforma violenta de la sociedad: La vitalidad de los Nueve Territorios debe apoyarse en el viento y el [trueno; los diez mil caballos, juntos permanecen mudos y no piden el fin de [la aflicción. Yo exhorto al Señor del Cielo a que de nuevo cobre ánimos; ¡no restringir con un reglamento y que nazcan las personas de [talento! En la introducción del libro, Carrizales —quien no sólo ha seleccionado y anotado el material, sino que además lo ha traducido directamente del chino clásico— aporta una serie de consideraciones técnicas sobre la composición de estos poemas jueju, palabra que significa literalmente “oración cortada”. Es innegable que quien acepte el reto de traducir poesía clásica china y, en el caso que nos atañe, los poemas jueju, topará con innumerables dificultades derivadas de las particularidades del idioma chino clásico: carencia de género y número, de declinación de verbo y adjetivo, muchas veces de pronombre y colmado de circunloquios, rodeos, sugerencias, simbolismo, elipsis, antítesis, juegos de palabras y alusiones históricas y literarias. En las manos del lector está el resultado de innumerables horas pasadas en la labor de traducir estos jueju de cinco y siete palabras por verso. No es frecuente encontrarse con poesía tan remota en la geografía y tan dilatada en el tiempo. La posibilidad de leer versos que han atravesado siglos y kilómetros hasta nosotros es un valor agregado que encierra este cuidado trabajo de Carrizales. ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “Hemos echado al mar los grillos de los pies. Ahora vayamos a las escuelas a quitarle a nuestro pueblo los grillos de la cabeza, porque la ignorancia es el camino de la tiranía. Y maldito el hombre que intente fabricarlos de nuevo y poner una argolla en la carne de un hijo de Venezuela”. Andrés Eloy Blanco, el 1 de febrero de 1936, durante el acto en el que fueron lanzados al mar, en Puerto Cabello, Venezuela, cientos de grillos de la dictadura del general Juan Vicente Gómez. === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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