~~~~~~~~~~~~~~~ Año XVIII Cagua, Venezuela Nº 298 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 7 de abril de 2014 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ ISSN: 1856-7983 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | Narrativas, Nº 33. / Premio Ana María Matute para la | Breves escritora española Elisa Ramírez Guerra. / Mieles al | atardecer, de Josep Esteve Rico Sogorb. | | Penguin Random House adquiere Alfaguara y editoriales de | Noticias Santillana. / El colombiano Jorge Franco obtiene el | Premio Alfaguara de Novela. / Japón será invitado | especial en el Festival Internacional Cervantino. / | Murió el escritor paraguayo Rubén Bareiro Saguier. / | Crean en París una “ruta cultural” en homenaje a Julio | Cortázar. / Conceden al español Juan Bonilla el premio | de la bienal Vargas Llosa. / El español Juan María | Calles Moreno gana el Premio Miguel Hernández. / | Academia Ecuatoriana de la Lengua reinaugura sede en sus | 140 años. / Historias de cronopios y de famas, de Julio | Cortázar, llega al cine. / Fallece la escritora y | antropóloga venezolana Michaelle Ascencio. / Murió en | Cuernavaca la escritora Helena Paz Garro, hija de | Octavio Paz. / Más de cien libros concursan en la bienal | Salloum Bitar, en Venezuela. / Entregan al escritor | mexicano Fernando del Paso el premio Alfonso Reyes. / | Más de 2.300 jóvenes conceden el premio Mandarache a | Javier Cercas. / El mexicano Sergio González Rodríguez | gana el Anagrama de Ensayo. / Premio Equinoccio de | Poesía Eugenio Montejo a Pedro Enrique Rodríguez. / | España aprueba 909.000 euros en subvenciones para | edición en 2014. / El Festival Zacatecas rendirá | homenaje a Octavio Paz y Eugenio del Hoyo. / Ciudad de | México celebrará por octava ocasión el Gran Remate de | Libros. / Realizarán en Ciudad de México la VI Fiesta | del Libro y la Rosa. / Quino inaugurará la 40ª Feria | Internacional del Libro de Buenos Aires. / Antofagasta | celebra la cuarta edición de su feria del libro. / | Vargas Llosa y otros autores participan en seminario en | Venezuela. / Guadalajara leerá en voz alta al poeta | mexicano José Emilio Pacheco. / Se inicia en Caracas un | Diplomado en Arte Contemporáneo. / Autores de 22 países | asistirán al Festival de Poesía de La Habana. | | “Quizás te olvidaste de Julio”, Rolando Gabrielli. / “La | Artículos y infame historia del poeta más malo de la lengua | reportajes inglesa”, Oleski Miranda Navarro. / “José Saramago, el | escritor de nuestro tiempo”, Abraham Prudencio Sánchez. | / “Gustavo Adolfo Bécquer (X). Una ensalada en la comida | y un farol en el patio”, Vicente Adelantado Soriano. / | “Aburrimiento”, Daniel Abreu L. / “Suculento | Paasilinna”, Antonio Costa Gómez. / “Año cero: una | historia de 1945, de Ian Buruma”, Amira Armenta. | | “El lenguaje de James Joyce: exilio de la palabra”, | Sala de ensayo Daniel García Arana. / “La tierra transfigurada de Juan | Rulfo. Una interpretación de El Llano en llamas”, | Gabriel Jiménez Emán. / “Breve reflexión sobre el | nacimiento de la literatura venezolana”, Gracineia dos | Santos Araújo. | | “Teoría de la alegría”, Juan José Colomer Grau. / Tres | Letras poemas de Ariel Maceo Téllez. / “Globos de colores”, | Milángela Corona. / “Esperando a Perèc” (extractos), | Mario Meléndez. / “La señorita de Aviñón”, Marina | Verónica Garritano. / Tres poemas de Miguel Ruiz | Trigueros. / Dos relatos de Favio Andrés Giacometto | Dallos. / Poemas de José Manuel López D’Jesús. / “Bife | de búfalo”, Daniella Blejer. / Cuatro poemas de Manuel | Felipe Álvarez. / “Eva”, José Adrián Quintero. / Poemas | de Ana Lema. | | Hanni Ossott. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Premio Nacional del Libro de Venezuela 2007, Centro Nacional del Libro http://www.cenal.gob.ve =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2008, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Mención de honor en los premios Stockholm Challenge 2010, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.org =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| *** Narrativas, Nº 33 Ya se puede descargar gratuitamente, en formatos PDF y ePub, el número 33 de la revista Narrativas, que coordina el escritor español Carlos Manzano y tiene en su consejo editorial a María Dubón, Emilio Gil, Nerea Marco Reus y Luisa Miñana. Esta edición se inicia con los ensayos “Indagación metadiegética en Secreta Penélope, de Giménez Bartlett”, por Francisco Javier Higuero; “Literatura bajo control: la reflexividad crítica”, por Jorge Fernández Gonzalo, y “La rinconada, una aproximación a la construcción romántica de una nueva subjetividad femenina en la narrativa de Pedro Echagüe”, por Natalia López. La sección de relatos ofrece en este número los textos “¿Saben los peces que se mojan?”, por Gemma Pellicer; “Su lugar en el mundo”, por Alberto Jodra; “Curso instantáneo de crítica en clave”, por Miguel Baquero; “Mirón”, por Fernando García Maroto; “Retorno a Molokai”, por Luis Miguel Rubio Domingo; “Palabra de puta”, por Carlos Aymí; “Dos entradas”, por Antonio Tejedor García; “Un galimatías llamado Lorenzo Coloma”, por Luis Amézaga (http://www.letralia.com/firmas/amezagaluis.htm); “Danzón de olas nereidas”, por Elvia Estefanía López Vera; “Víspera”, por Patricia Nasello; “La abuela”, por Ramón Araiza Quiroz; “Dieta”, por Topogenario (http://www.letralia.com/firmas/topogenarioluisemel.htm); “La intransigencia de los cobardes”, por David Lorenzo Cardiel; “Doria Papire”, por Mateo Alonso Ferrera; “Imputado”, por José Vaccaro Ruiz; “Un examen”, por Leandro Llamas; “Lo que trajo la noche”, por Salvador Alario Bataller; “Amazonas”, por Daniel Espejo Caballero, y “A fuego lento”, por Érica María Garay López, así como un fragmento de la novela Los últimos presenciales, de Juan Janer, y un dossier sobre la obra del narrador Pablo Gonz. Se incluye también la segunda entrega del estudio Rebuscar entre las nubes (anécdotas, tormentos y manías de los grandes escritores), por Jesús Greus, y el trabajo “El fulgor y la sangre (60 años de ética en la escritura)”, por Pedro M. Domene. Igualmente, reseñas sobre El buen amor, de Olga Bernad, por María Dubón; El asunto melkano, de Alberto Llamas, por José Luis Muñoz (http://www.letralia.com/firmas/munozjoseluis.htm); Los gatos pardos, de Ginés Sánchez, por José Luis Muñoz; Liquidación, de Iván Reguera, por María Dubón; La memoria del gintonic, de Antonio Báez, por Carlos Manzano (http://www.letralia.com/firmas/manzanocarlos.htm); Historias de locos, de Miguel Sawa, por María Dubón; La llama danzante, de José Luis de Juan, por José Luis Muñoz; La casa de los arquillos, de Pilar Aguarón Ezpeleta, por José Antonio Prades; La mujer que no bajó del avión, de Empar Fernández, por José Luis Muñoz; 44 mundos a deshoras”, de varios autores, por María Dubón; Cautivas, de Miguel Pajares, por José Vaccaro; La infancia de Jesús, de J. M. Coetzee, por José Luis Muñoz; A escondidas, de Sonallah Ibrahim, por José Cruz Cabrerizo; Informe del interior, de Paul Auster, por José Luis Muñoz, y Canadá, de Richard Ford, por José Luis Muñoz. La edición termina con el registro de novedades editoriales. http://www.revistanarrativas.com *** Premio Ana María Matute para la escritora española Elisa Ramírez Guerra La escritora española Elisa Ramírez Guerra (Madrid, 1977) obtuvo con su relato “Volición” el XXVI Premio Ana María Matute de Relatos de Mujeres, que convoca Ediciones Torremozas. La autora es licenciada en filología hispánica por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Es docente de lengua castellana y literatura de educación secundaria. Ha publicado crítica literaria en la revista República de las Letras y ha coordinado la edición del Diccionario de Autores publicado por la Asociación Colegial de Escritores. Ha estrenado diversas piezas de teatro breve y en 2000 recibió el Premio a la Mejor Actriz en el III Maratón de Teatro Universitario organizado por la UCM, en colaboración con el Círculo de Bellas Artes. El jurado, que estuvo compuesto por María Dolores de Asís, Marian Izaguirre, Antonio Porpetta y Manuel Quiroga Clérigo, declaró finalistas a Patricia Esteban Ruiz-Espejo (Madrid), por “Ella era el hogar”; Elena Montes Viza (Barcelona), por “El baile”; Ana López Aguilar (Murcia), por “París, París, París”; Saile Pagán Cantres (Puerto Rico), por “Anónima”; Leticia Rossón Massa (Madrid/Cáceres), por “In vino, veritas”, y Ángela Sánchez Roda (Zaragoza), por “Mermelada”. Al premio se presentaron 206 originales de diversos países. El relato ganador y los finalistas serán publicados en un libro de la colección ETC de Ediciones Torremozas. http://www.torremozas.com *** Mieles al atardecer, de Josep Esteve Rico Sogorb El sello español Seleer acaba de publicar el libro Mieles al atardecer, del escritor Josep Esteve Rico Sogorb. Se trata de un poemario autobiográfico de temática amorosa y que cuenta la historia, tras muchos años de espera y de ausencia, del actual reencuentro del autor, ya en la madurez del cuarentón, con quien fue su primer y más importante amor: su amor de juventud. El autor toma como simbología y metáfora poéticas aspectos de la leyenda épica y mitológica del mito de Ulises y Penélope (personajes con quienes se identifican plenamente el autor y su amada) para explicar escenas de dicho reencuentro como la espera, la tardanza, el regreso, el reenamoramiento, el redescubrimiento de la pasión o el compartido ritual vespertino de disfrutar las mieles del amor en los atardeceres. El libro tiene 66 páginas y se vende al precio de 10,95 euros. http://www.editorialseleer.com/es/detalles/mieles-al-atardecer-328/ ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Penguin Random House adquiere Alfaguara y editoriales de Santillana Penguin Random House se ha convertido en un nuevo gigante editorial en español tras la compra de Alfaguara y una serie de otras editoriales del grupo Santillana por 72 millones de euros (99,6 millones de dólares), según se anunció el miércoles 19 de marzo. La operación, que tomó varios meses de intensas negociaciones, lega al catálogo de Penguin Random House, que ya estaba compuesto por unos 15 mil autores, firmas tan destacadas de Alfaguara como el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, el escritor español Arturo Pérez-Reverte y el estadounidense Philip Roth, entre otros muchos. Está previsto que Alfaguara mantenga su identidad como sello. Los equipos de ambas editoriales seguirán trabajando de forma independiente hasta cumplimentar los requisitos legales de la integración a lo largo de los próximos meses. “La operación responde a dos de nuestros principales objetivos estratégicos: fortalecer nuestro compromiso a largo plazo con la publicación de libros en español al tiempo que incrementamos nuestro potencial comercial y literario en uno de los mercados lingüísticos más dinámicos del mundo, y establecer una fuerte presencia en Brasil”, dijo Markus Dohle, director general de Penguin Random House. Los rumores de compra venían fraguándose desde hace casi un año, debido a los problemas económicos que atraviesa el grupo español Prisa, editor del diario El País y dueño de Santillana. Penguin Random House, surgida de la fusión entre los grupos Pearson y Bertelsmann, es considerada líder mundial en el sector editorial. Con esta compra se posiciona como referente editorial en lengua hispana junto con la española Planeta. Además de Alfaguara, la venta incluye los sellos Taurus, Suma de Letras, Aguilar, Altea, Fontanar, Objetiva y Punto de Lectura, presentes tanto en España como en América Latina, dijo Santillana en un comunicado. Las obras y actividad de Alfaguara Infantil y Juvenil quedaron excluidas de la venta. Santillana enfocará ahora su negocio al área de la educación, donde también es líder en lengua española. Alfaguara, que este año celebra medio siglo de vida, es uno de los sellos literarios de referencia en lengua española y en los últimos años ha experimentado un impulso importante en la edición de autores extranjeros. Fue fundada en 1964 bajo la dirección del Premio Nobel de Literatura español Camilo José Cela y ya en esa época se creó el Premio Alfaguara de Novela. “Es una satisfacción saber que un grupo con liderazgo internacional como Penguin Random House pueda dar continuidad al trabajo desarrollado en estos años por los equipos editoriales para conectar a nuestros autores con sus lectores”, señaló Armando Collazos, director global de Prisa Ediciones. Prisa, presente en 22 países, aprobó la entrada de una sociedad de inversión estadounidense en 2010 para refinanciar una abultada deuda de más de 6.400 millones de dólares. La operación, prevista en varias fases, prevé que los actuales dueños de Prisa, que es prácticamente una empresa familiar, conserven 30% del paquete accionarial. El 70% restante pasará al mercado en manos de fondos de inversión o sociedades de capital-riesgo. Desde la firma de aquel acuerdo, Prisa anunció el despido de 18% de su plantilla, unas 2.500 personas, e inició una lenta política de desinversiones. Alfaguara es hasta ahora la venta más importante. Fuente: AP *** El colombiano Jorge Franco obtiene el Premio Alfaguara de Novela El escritor colombiano Jorge Franco (Medellín, 1972) ganó por mayoría la XVII edición del Premio Alfaguara con El mundo de afuera, una novela sobre el amor y la muerte “que comienza como un cuento de hadas y termina a lo Tarantino”, según se anunció el jueves 20 de marzo. Basada en un secuestro que conmocionó a Medellín en 1971 y que supuso el comienzo de la violencia que luego invadiría la ciudad, la novela ganadora combina de forma original “elementos de fábula y cuento de hadas, y rasgos expresivos de un momento de violencia y crisis”, dijo, al hacer público el fallo, la presidenta del jurado, la escritora colombiana Laura Restrepo. “La genialidad de esta novela es que mezcla de manera magistral el humor, un secuestro y la realidad colombiana. Es un relato con visos de hiperrealismo que deriva hacia el surrealismo”, resaltó Restrepo. Cuatro años tardó Franco, según confesó en videoconferencia desde Bogotá, en escribir esta novela, a partir de una vieja historia de su infancia, ocurrida cuando Medellín era una tranquila ciudad de provincias, antes de que resultara invadida por la violencia del narcotráfico. “Me he tomado muchas licencias para crear la historia que narro en la novela. El secuestro fue real y acabó con la muerte del secuestrado, pero a mi imaginación pertenece la relación entre los personajes y la atmósfera que he creado en el libro”, dijo el escritor. “Muy contento y feliz” por haber ganado este premio “tan importante”, Franco señaló que la novela refleja “un Medellín idílico, tranquilo, en el que se podía jugar en la calle y que empezó a cambiar a raíz del secuestro” que se recrea en la novela. En la vida real, la familia del escritor era vecina de la de Diego Echevarría (don Diego en la novela), un mecenas que vivía “en un castillo, mezcla de gótico y medieval, que se trasladaba en limusina, la única que había en la ciudad. Tenía un paje como criado y vivía de forma anacrónica”. Todo eso “nos llamaba poderosamente la atención. Para los niños, era una aventura ver pasar a don Diego en su carro, o verlo en su jardín tomando el té”, rememora. “De pronto, se produjo su secuestro, y al ser la víctima un personaje tan conocido, eso conmocionó a toda la ciudad”, señaló Franco, antes de subrayar que esa violencia criminal “se venía fraguando lentamente, y la prueba es que a los cuatro o cinco años de ese secuestro el narcotráfico entró con mucha fuerza en Medellín”. “Fue el punto de quiebre que vivió Medellín”, decía este escritor que, desde su infancia, ha logrado aunar su pasión por la literatura y el cine. El don Diego de la vida real era un personaje “muy querido porque dedicó su vida a la cultura y a promover obras sociales; ver que fue secuestrado fue muy impactante”, insistió Franco. “La palabra secuestro en aquella época nos dejaba perplejos y nos mortificaba. Infortunadamente, esa palabra luego se volvió un lugar común en Medellín. Costó mucho tiempo erradicarla. Fue el delito que más agobió a Medellín a finales de los setenta y en los ochenta”, señaló el también autor de la exitosa novela Rosario Tijeras (Premio Internacional de Novela Hammett 2000). La ciudad hizo “un gran esfuerzo para erradicar la violencia y el secuestro”, afirmó el premiado. “Hoy en día Medellín presenta una cara mucho más amable, aunque hay todavía muchos problemas por resolver”. Diego Echevarría era pariente de la familia política del escritor, y, gracias a ello, pudo “obtener mucha información para narrar la historia”. Ya a la ficción pertenece la obsesión enfermiza que tiene el secuestrador, “el Mono”, por la hija de don Diego. “La quiere para él y de ahí surge la idea del secuestro”. En la novela también se modifica lo que le pasó en realidad a la hija de don Diego, que murió muy joven y “eso fue un golpe fatal” para los padres. Esa tragedia ha llevado a Franco a imaginarse al personaje “entregado a la tristeza y al dolor, porque poco espera de la vida”. El fallo de este premio, dotado con 175.000 dólares y considerado uno de los más importantes del ámbito hispánico, tuvo lugar un día después de que se hiciera pública la venta de Alfaguara y de otros sellos del grupo Santillana a Penguin Random House. El jurado, que estuvo formado también por Sergio Vila-Sanjuán, Ignacio Martínez de Pisón, Ana Cañellas, Nelleke Geel y Pilar Reyes, valoró en la novela “el sentido del humor, la eficacia de los diálogos, la construcción de personajes complejos y la agilidad narrativa que hace que la tensión se mantenga hasta la última página”. Franco, que hizo estudios de literatura en la Universidad Javeriana y de cine en The London International Film School, es también autor de la novela Paraíso Travel, cuya adaptación cinematográfica de 2008 se convirtió en una de las películas más taquilleras del cine colombiano, como ya lo había sido la de Rosario Tijeras tres años antes. Fuente: EFE *** Japón será invitado especial en el Festival Internacional Cervantino Las artes tradicionales y contemporáneas de Japón enriquecerán la programación del 42º Festival Internacional Cervantino (FIC), que este año tendrá como invitado especial al país nipón. Funciones de la compañía de teatro de marionetas Hachioji Kuruma Ningyo, fundada hace 200 años y considerada patrimonio cultural inmaterial del Japón, así como la participación de la agrupación electrónica Rhizomatiks + Elevenplay, cuya propuesta conjuga lo último en tecnología para espectáculos dancísticos y musicales, son algunas de las actividades con las que el país invitado se presentará en el festival, que este año se llevará a cabo en Guanajuato (México) del 8 al 26 de octubre. Se trata de un abanico del amplio quehacer cultural en Japón, destacó Marcela Diez-Martínez, titular de programación del FIC, en conferencia de prensa realizada el lunes 24 de marzo en la Embajada del Japón en México. Enmarcado dentro de la conmemoración de los 400 años de la llegada de la Misión Hasekura a México, la oferta cultural del país nipón también incluirá una muestra culinaria y de actividades tradicionales, como la ceremonia del té o la creación de origami. En el evento, en el que estuvieron presentes el embajador de Japón en México, Shuichiro Megata y Hasekura Tsunetaka, descendiente directo en decimotercera generación del samurái que llegó a Nueva España hace cuatro siglos, también se presentó el logotipo del FIC: el ideograma WA, que significa armonía y paz y también es sinónimo de lo japonés. La imagen es obra de Masahiko Hiyama, calígrafo japonés radicado en México. En 2005, Japón también fue país invitado en el festival, pero esta vez, aseguró Diez-Martínez, la programación ofrecerá un panorama más actualizado de la cultura japonesa. También participarán artistas y agrupaciones japonesas que residen en México. Además de Hachioji Kuruma Ningyo y Rhizomatiks + Elevenplay, se presentarán artistas como el violinista Ryu Goto, considerado un prodigio musical desde los siete años y quien ha sido solista de orquestas como las filarmónicas de Múnich, Londres y China. Otro de los grupos a destacar es Tokyo Dageki Danm, percusionistas japoneses que participaron en la ceremonia de clausura de la Copa Mundial de Fútbol de Francia en 1998. Fuente: El Universal *** Murió el escritor paraguayo Rubén Bareiro Saguier El poeta, ensayista, cuentista, diplomático y académico Rubén Bareiro Saguier murió el 25 de marzo a la edad de 84 años, que había cumplido el 22 de enero. Su deceso se produjo alrededor de las 20:40 a causa de un paro cardíaco en un centro asistencial de Asunción, informó el doctor Rubén Franco Bareiro, su sobrino. El intelectual estaba convaleciente desde hace meses y la noche del 25 sintió fuertes molestias en el pecho, por lo que fue trasladado al hospital La Costa, pero no resistió y falleció. Hasta ese lugar llegaron amigos y familiares al enterarse de la situación. Bareiro Saguier nació en Villeta del Guamipitán en 1930. Uno de los miembros destacados de la generación del 50, era abogado por la Universidad Nacional de Asunción (1953) y licenciado en letras por la Universidad Nacional de Asunción (1957). En 1991 obtuvo un doctorado de Estado en letras y ciencias humanas en l Universidad Paul Valery, Montpellier III. Fundó el Ateneo Yiriato Díaz Pérez y dictó la Cátedra de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Filosofía. También en 1955 cofundó y dirigió la revista Alcor. Publicó una treintena de obras de diferentes géneros literarios. Había comenzado su actividad literaria escribiendo poesías. Su primer libro fue Biografía de un ausente (1964), en el que exhibía un gran lirismo, expresiones de un mundo intuitivo y lleno de nostalgias. En 1970 recibió una mención especial en el Concurso de Poesía Latinoamericana de la revista Imagen, en Caracas, y en 1971 obtuvo el Premio Casa de las Américas por su libro de cuentos Ojo por diente. Este reconocimiento molestó a la dictadura de Alfredo Stroessner (en el poder desde 1954 hasta 1989) e influyó para que el autor terminara exiliado en Francia. En el país europeo trabajó como docente de literatura hispanoamericana y lengua guaraní en la Facultad de Letras de la Universidad de París y luego, entre 1994 y 2003, fungiría como embajador del Paraguay. Caída la dictadura y concluida su misión diplomática, Bareiro Saguier regresa a Paraguay, se radica en Asunción y ocupa un escaño en la Asamblea Constituyente de 1992, donde plantea la cuestión de la oficialización de la lengua guaraní como un asunto político fundamental. Bareiro Saguier era síndico en la Junta de Gobierno de la Academia Paraguaya de la Lengua Española. En 2005 recibiría el Premio Nacional de Literatura, otorgado por el Congreso de su país, por su colección de cuentos La rosa azul. Entre sus numerosas publicaciones destacan Biografía del ausente (1964), Ojo por diente (1973), A la víbora de la mar (1977), Literatura guaraní del Paraguay (1980), El séptimo pétalo del viento (1984), Estancias, errancias, querencias (1985), Augusto Roa Bastos, semana de autor (1986), y Augusto Roa Bastos, caídas y resurrecciones de un pueblo (1989). Fuentes: ABC • Portal Guaraní *** Crean en París una “ruta cultural” en homenaje a Julio Cortázar París y el Instituto Cervantes estrenaron el martes 25 de marzo la Ruta Cultural dedicada al escritor Julio Cortázar (http://paris.rutascervantes.es/ruta/cortazar), uno de los insignes latinoamericanos que más tiempo residieron en la ciudad francesa, donde murió en 1984 y donde su sepultura es lugar de peregrinaje y punto en el que finaliza el recorrido. “Su tumba es la más visitada o más obsequiada en el cementerio de Montparnasse”, donde también reposan “el gran César Vallejo o el inmortal Baudelaire”, subraya Carles Álvarez Garriga, autor de la ruta y editor del libro Córtazar de la A a la Z (2014), junto con Aurora Bernárdez, primera esposa y albacea literaria del escritor. De ahí que el último punto del recorrido sea el “ineludible cementerio” donde fue enterrado junto a su segunda esposa, Carol Dunlop, explica el también editor de Papeles inesperados (2009) y Cartas a los Jonquieres (2010). Después de Unamuno, Buñuel, Carlos Fuentes, Jorge Edwards, Vargas Llosa o Frida Kahlo, la de Cortázar es la decimoséptima ruta lanzada por el Instituto Cervantes de París. Con ella conmemora el 30º aniversario de su muerte, el 12 de mayo de 1984, un año después de celebrar el 50º aniversario de la publicación de Rayuela con la creación de una ruta homónima. En Montparnasse, ante la lápida decorada con la imagen de un cronopio, a Cortázar “se le rinde culto, la gente deja cigarrillos, billetes de metro, flores, cartas...”, resalta Álvarez Garriga. “Siempre que uno va a la tumba se encuentra alguien que está ahí, no diremos rezando a la memoria de Cortázar, pero casi”, añade. El paseo por la veintena de sitios del mundo cortazariano incluidos en las Rutas Cervantes (http://rutascervantes.es) comienza en su última vivienda, en el número 4 de la rue Martel del distrito X de París, en la orilla derecha del Sena, donde el escritor se sintió feliz tras haber vivido con Dunlop en un exiguo apartamento, según escribía a su madre en enero de 1980. Cronológicamente, el recorrido debuta “Fuera de Ruta”, en la Casa Argentina de la Ciudad Universitaria, en cuya habitación número 40 Cortázar pasó sus primeros meses en París. Antes, en 1950, había realizado un viaje de turismo muy breve, “en el que apenas pasó una semana en París”, pero al año siguiente volvió para instalarse definitivamente, gracias a una beca del Gobierno francés, recuerda el editor. Esta ruta “tiene dos vertientes”, subraya, la primera con “los lugares que fueron muy importantes para él”, como la Biblioteca del Arsenal, donde pasó muchas horas de estudio y lectura, y que fue “el último lugar que quiso visitar en vida”. Lamentablemente estaba “muy enfermo, no hay ascensor y no pudo subir las escaleras”, pero Aurora Bernárdez y su gran amigo y crítico Saúl Yurkiévich la visitaron por él y le tranquilizaron diciéndole que todo seguía “igual”, comenta Álvarez Garriga. Otro enclave parisino reflejado en su literatura es el Jardín de Plantas, “donde hay una importante colección de animales y están esos peces que son los ajolotes”. Es el lugar donde se desarrolla el cuento “Axolotl”, nombre mexicano “de un anfibio extraordinariamente plano, con unos ojos que son como unas rayitas, que a él lo aterrorizó”, apunta. El editor resalta asimismo la Galería Viviane, donde transcurre el relato “El otro cielo”, construida en el siglo XIX y que para Cortázar representa como un pasillo tempoespacial que comunica con el pasaje Güemes, de la calle Florida de Buenos Aires. En la ruta “hemos intentado combinar lugares que tienen gran importancia en su literatura y en lo personal”, como el Pont des Arts, muy importante en Rayuela, el restaurante Polidor, o la casa de la Plaza del General Beuret donde vivió del año 60 al 68, resume. El tercer aspecto que se tuvo en cuenta “es el de los monumentos y edificios singulares de París que más le interesaron”, como el Museo del Louvre, donde durante tres años, de 1951 a 1954, con un pase que tenía como estudiante, “iba todas las tardes”. Fuente: EFE *** Conceden al español Juan Bonilla el premio de la bienal Vargas Llosa El escritor español Juan Bonilla ganó el jueves 27 de marzo el premio de la primera edición de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa con Prohibido entrar sin pantalones (Seix Barral), obra que recrea la revolución rusa, y cómo ante ella se puso a prueba el valor de escritores y artistas como Vladímir Mayakovski. El premio, que fue entregado por el escritor peruano Mario Vargas Llosa en una ceremonia en el Teatro Nacional, está dotado con 100 mil dólares (unos 73 mil euros) y una escultura exclusiva donada por el artista plástico peruano Fernando de Szyszlo. El jurado valoró el respeto con el que Bonilla deja al lector la libertad de juzgar por su cuenta la conducta del poeta Mayakovski ante la historia y frente a su fatal elección personal. Al recoger el galardón, Bonilla aseguró que era la persona más feliz del Teatro Nacional, “de aquí a Lima”, expresión que se usa en España para hacer una comparación de una ventaja excesiva, y afirmó que este premio es un regalo que “inyecta vida a su novela, que salió el año pasado y que, de repente, resucita y se va a poder leer en muchos sitios distintos”. Bonilla dijo en una rueda de prensa que la novela se centra en Mayakovski “porque es el gran espejo de una época fascinante que, de hecho, es la madre de nuestra época”, y que sirve de hilo narrativo para reflexionar acerca del papel que juega la poesía en la sociedad. El jurado del premio estuvo presidido por el director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, e integrado por la escritora brasileña Nélida Piñón, Premio Príncipe de Asturias de las Letras; el ensayista y crítico mexicano Christopher Domínguez Michael; el crítico chileno David Gallagher, y Marco Martos, presidente de la Academia Peruana de la Lengua. En la ceremonia de entrega del galardón, el Premio Nobel de Literatura, que el día anterior había cumplido 78 años, afirmó que nunca ha recibido un cumpleaños “mejor que esta vez” y agradeció a todos los escritores que han participado en esta bienal y que han dado a los peruanos la ilusión de haber sido durante unos días “la capital de la literatura en lengua española”. “Estoy seguro de que esa huella que han dejado aumentará el número de lectores y quién sabe si también el número de poetas, narradores, dramaturgos y ensayistas”, afirmó Vargas Llosa. El escritor peruano también se refirió al director de la Cátedra Vargas Llosa, Juan Jesús Armas Marcelo, a quien calificó de “amigo entrañable”, y agradeció a todas las entidades y personas que han hecho posible la celebración de esta bienal. La entrega del galardón estuvo precedida por una mesa redonda sobre literatura, historia y política, moderada por el escritor peruano Fernando Ampuero, y en la que participaron el español Javier Cercas, el peruano Alonso Cueto y el nicaragüense Sergio Ramírez. La ceremonia también contó con la actuación musical de la cantante peruana de música criolla Cecilia Barraza, que es uno de los personajes que aparecen en la última novela de Vargas Llosa, El héroe discreto, así como un diverso y nutrido elenco nacional de folklore. La entrega del premio fue el colofón de esta primera bienal, que del 24 al 27 de marzo reunió en Lima a una treintena de escritores de España y América Latina que participaron en coloquios celebrados en ocho universidades peruanas. A esta primera edición del Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa se presentaron 324 novelas, escritas por autores de diecisiete nacionalidades. Las novelas En la orilla, de Rafael Chirbes (Anagrama), y Las reputaciones, de Juan Gabriel Vásquez (Alfaguara), quedaron como finalistas. Fuente: EFE *** El español Juan María Calles Moreno gana el Premio Miguel Hernández El escritor y político español Juan María Calles Moreno, concejal socialista en el Ayuntamiento de Castellón y ex subdelegado del gobierno de España en la provincia, se proclamó ganador del Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández-Comunidad Valenciana con su obra Una figura de barro, según informara la organización del certamen el 27 de marzo en un comunicado. El galardón convocado por la Fundación Cultural Miguel Hernández está dotado con 15.000 euros y, además, el libro será publicado por la editorial Devenir. Una figura de barro se ha alzado con el premio en una edición a la que concurrieron 455 obras procedentes de países como Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos, México, Israel, Colombia, Venezuela y Argentina, así como desde diversas provincias españolas. Calles Moreno es poeta, crítico literario y profesor de educación secundaria en Castellón, aunque nació en Cáceres en 1963. Es autor de nueve libros de poesía, El peregrino junto al mar (1987), Silencio celeste (Premio Adonais 1986), Extraño Narciso (1992), Kairós (1997), El ruedo invisible (2002), Viaje de familia (2002), La tripulación del Estrella (2005), Materia sensible (2009) y La música del aire (IV Premio Fundación Ecoem, 2012). Además, sus poemas aparecen en once antologías colectivas y ha sido comisario de exposiciones y editor de catálogos. También es autor de diversas publicaciones sobre Max Aub y Tomás Meabe. Su campo de estudio es la teoría literaria. El jurado estuvo compuesto por el editor Juan Pastor y los profesores y poetas Arcadio López-Casanova y Joaquín Juan Penalva, así como por el también profesor Manuel Cifo González. Su presidente fue el catedrático de la Universidad de Murcia Francisco Javier Díez de Revenga, en su condición de patrono de la entidad convocante, y el director de ésta, Aitor Larrabide, actuó como secretario. Díez de Revenga subrayó que Una figura de barro es una obra “bien estructurada”, con una gran riqueza expresiva que denota un poeta “bien formado” y un “buen lector de poesía”. También destacó el dominio y uso de un “lenguaje poético”, “muy convincente y envolvente”. Por su parte, López-Casanova acotó la “originalidad” e “intensidad” del libro, con una poesía “muy cercana”, “vinculada a la memoria” y a “lo cotidiano”, mientras que Penalva aludió a la creación de poderosas imágenes y de una atmósfera adecuada, con referencias cercanas. A su vez, el editor Juan Pastor reseñó la calidad de los trabajos finalistas y la alta participación, así como el carácter de libro cerrado, novedoso y bien estructurado. De Una figura de barro se hará una tirada de 1.200 ejemplares, 150 destinados a la promoción. Fuente: Europa Press *** Academia Ecuatoriana de la Lengua reinaugura sede en sus 140 años La Academia Ecuatoriana de la Lengua (http://academiaec.org) arribará en octubre a sus 140 años con el reto de mantener su vigencia acercándose a los hispanohablantes del país suramericano, en medio del desafío que representan las nuevas tecnologías. El 15 de octubre de 1874, la Real Academia Española aprobó la apertura de su representación en Ecuador, la segunda en la región luego de la colombiana. Entre los primeros nueve académicos estaban los reconocidos escritores románticos Juan León Mera y Julio Zaldumbide, además del historiador Pedro Fermín Cevallos, primer director del organismo durante 16 años. Hace catorce décadas, como ahora, el reto es conservar la “unidad del idioma” frente a neologismos y barbarismos de turno, sin caer en extremos puristas o complacientes, sugirió el académico Hernán Rodríguez en conferencia sobre Cevallos. Para la adopción de nuevas voces, el ex director estableció un “requisito elemental” todavía vigente: “El examen de si están o no bien castellanizadas y conformes con la índole de la lengua”, según recogió Rodríguez con ortografía antigua. Casi 140 años después, la Academia local está conformada por 22 miembros dirigidos por primera vez por una mujer, la educadora Susana Cordero, quien cree en el rol cada vez “más necesario” de este tipo de instituciones. Es un papel más decisivo en la globalización, “en la posibilidad de sentirnos unidos y de proteger la lengua como parte fundamental de la expresión del alma de todos los pueblos que recibieron la influencia de España”, comentó Cordero. La directora celebra las mayores posibilidades de interconexión actual, pero alerta sobre el riesgo de la “enorme trivialización” de la comunicación, “patente en la pobreza de léxico debido al mal uso de las nuevas tecnologías”. “Hay un verdadero acoso de un mundo trivial y, en muchos aspectos muy triste, por eso hay que poner muchísimo énfasis en educar en profundidad a los jóvenes”, propuso la estudiosa. Junto con su aniversario, la academia reinauguró su antigua sede, una casona en el centro histórico de Quito, restaurada gracias a la cooperación española, desde donde espera revitalizar su actividad. “La oportunidad de retomar nuevamente nuestra casa es también un símbolo de que lo haremos con un nuevo espíritu, de frescura, de apertura, de más cercanía a la gente”, dijo el escritor de 65 años Jaime Marchán. Para el ex diplomático, la renovación de la academia empieza desde su conformación actual, no sólo con gramáticos o filólogos, sino también con diferentes “hacedores del idioma”, como escritores, investigadores, periodistas y hasta un músico. La intención es acercar a cada vez más gente a la “riqueza cultural enorme” del español a través, por ejemplo, de fascículos dedicados a diversas actividades (gastronomía, comunicación, deporte), que se distribuirán masivamente. “Para todo sector hay una expresión correcta, no hay que confundir con la rigidez, el idioma es tan rico, uno puede hacer uso de todos los vocablos que están ahí”, reflexionó Marchán. Para la reinauguración, la Academia Ecuatoriana realizó la noche del viernes 28 de marzo una sesión solemne con la presencia del director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua. El “huasipichay”, ecuatorianismo tomado del quechua que significa “apertura de una casa”, también contó con conferencias magistrales y un concierto de cámara. Es así que el castellano en el Ecuador, un “español americano con rico sustrato quechua”, en palabras de Rodríguez, busca nuevos bríos junto a su propia academia. Fuente: Ansa *** Historias de cronopios y de famas, de Julio Cortázar, llega al cine En el centenario del nacimiento del genial escritor argentino Julio Cortázar, los fantásticos cronopios y famas surgidos de su pluma han llegado a la pantalla grande en una película de animación presentada en marzo en el Festival de Cine de Málaga (sur de España). El cineasta argentino Julio Ludueña dirigió una historia coral que refleja “la confrontación entre opuestos” que las criaturas de Cortázar “ejemplifican a través de distintas y divertidas situaciones cotidianas, políticas o emocionales”, según el director. Ludueña aseguró que con Historias de cronopios y de famas cumplió una asignatura que tenía pendiente desde 1972, cuando coincidió con el autor en Francia “y quedó abierta la posibilidad de filmar alguno de sus libros”. Aunque originalmente pensó en una adaptación cinematográfica con actores, al final se decantó por la animación, porque sintió que tenía entre manos una historia “capaz de unir la literatura con el cine y las artes plásticas”. Por eso invitó a los pintores Carlos Alonso, Luis Felipe Noé, Antonio Seguí, Daniel Santoro, Crist, Ana Tarsia, Magdalena Pagano, Patricio Bonta, Luciana Sáez y Ricardo Espósito a traducir en imágenes los relatos, en un trabajo que se prolongó por seis años. “Plasmó cada uno con su propia visión artística los distintos enfoques de cada cuento, tal como Cortázar lo hace escribiendo, dejando abierta esa estructura a la diversidad de variantes”, indicó el cineasta. La fructífera relación entre el autor de Rayuela y el cine se remonta a más de cinco décadas atrás, cuando el argentino Manuel Antín filmó en 1961 La cifra impar, inspirada en el cuento “Cartas de mamá”. Maestros del cine como el italiano Michelangelo Antonioni y el francés Jean Luc Godard siguieron sus pasos, y Blow up, la adaptación del primero de “Las babas del diablo”, se alzó con la Palma de Oro en Cannes en 1966 y se convirtió en una película de culto. “Cortázar es un escritor cuyas escrituras narrativas son profundamente cinematográficas. Para los cineastas, leerlas es querer filmarlas, desde Antonioni a Godard”, aseguró Ludueña. Para el director argentino, el lúdico universo cortazariano incluye numerosas situaciones que dan pie a interpretaciones múltiples e imágenes distintas en cada lector, del mismo modo que “la música surge de una partitura, con infinitas posibilidades”. Como ejemplo cita “Las líneas de la mano”, donde una línea sale de una carta y cruza la ciudad hasta llegar a la línea de la vida de una mano, sin aclarar si esa carta es de amor o es un naipe. Esa ambigüedad “abre un mundo de alternativas tanto a la imaginación del lector como a las imágenes del director”, subrayó. Historias de cronopios y de famas se presentó el viernes 28 de marzo en la primera jornada de Animazine, el segmento de animación del festival malagueño. El filme, que se estrenará en los cines argentinos en mayo, se suma a los numerosos homenajes que Argentina y Francia brindan a Cortázar durante 2014, cuando se conmemora el centenario de su nacimiento y el trigésimo aniversario de su muerte. Además, se organizará una muestra itinerante por el país suramericano en la que la película, premiada ya en el Festival Internacional de La Habana, será exhibida junto a las obras de todos los pintores que contribuyeron a su realización. “Nunca dejó de pertenecer al sur, a sus circunstancias y a su idioma”, destacó Ludueña sobre su célebre compatriota. El veterano director reivindicó también que “su ideología, indisolublemente unida a la renovación cultural que produjo, no necesita actualizarse sino reconocerse”. “Cortázar es una voz fundamental para Latinoamérica”, concluyó. Fuente: EFE *** Fallece la escritora y antropóloga venezolana Michaelle Ascencio El sábado 29 de marzo murió en Caracas la escritora venezolana Michaelle Ascencio, profesora de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y autora de ensayos y novelas, como consecuencia del cáncer. La también antropóloga era natural de Puerto Príncipe, Haití, y residía en Caracas desde los cinco años de edad. En 1969 se licenció en letras en la UCV, casa de estudios en la que se dedicó a la enseñanza en las carreras de antropología, historia y letras. En 1975 se graduó en etnología por la Université d’Etat d’Haiti e hizo un doctorado en etnología y antropología social de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, del que egresó en 1994. Ascencio fue fundadora y profesora de la Opción de Estudios Afroamericanos de la Escuela de Antropología de la UCV. Le fue otorgado el Premio Municipal de Literatura (mención Investigación Social) por su obra Del nombre de los esclavos. Entre sus libros destacan Lecturas antillanas, Entre Santa Bárbara y Shangó, Viaje a la inversa y Gobernadores del rocío, entre otros textos. Amargo y dulzón, su primera novela, mereció el premio de la Bienal de Literatura Latinoamericana “José Rafael Pocaterra” Ateneo de Valencia 1998 y fue publicada por la Casa de las Letras en 2002. Su último título, De que vuelan vuelan, fue publicado por Editorial Alfa en 2012. Fuente: El Nacional *** Murió en Cuernavaca la escritora Helena Paz Garro, hija de Octavio Paz La hija del escritor mexicano Octavio Paz, Helena Paz Garro, con quien tuvo una conflictiva relación, murió el domingo 30 de marzo a los 74 años por causas naturales, en momentos en que México está volcado a celebrar el centenario del nacimiento de su padre. Su primo Jesús Garro Velásquez, citado por medios mexicanos, informó que murió por causas naturales en su casa de Cuernavaca, unos 70 kilómetros al sur de Ciudad de México. Helena Paz Garro, que utilizaba el apellido de su madre, fue hija de Paz y la escritora Elena Garro (1920-1998), con la que el autor de El laberinto de la soledad estuvo casado dos décadas pero con quien terminó enormemente enemistado. También la hija tuvo períodos de alejamiento de su padre. “He aprendido a perdonarlo”, dijo recientemente en una entrevista que publicó la revista Quién con motivo del centenario del Premio Nobel de Literatura 1990. “No nos hablamos por años, nos hicimos mucho daño. Después nos reconciliamos”, relató. La escritora fue sepultada el lunes 31 en la misma tumba donde está su madre, Elena Garro, en el panteón de La Paz, ubicado al sur de Cuernavaca. Al sepelio sólo asistió una decena de familiares, entre ellos Garro Velázquez. También acudieron representantes del Tecnológico de Iguala, Guerrero, y un campesino de Ticumán, Morelos. Durante la inhumación, Isidro Aragón, labriego de Ticumán, mencionó que la tierra de Morelos recibía orgullosa y con mucho cariño los restos de “Helenita. Aquí en Morelos los campesinos queríamos mucho a la mamá, porque estuvo en las luchas agrarias. La Chatita (Helena) sabía perfectamente todas esas cosas en las que se involucraron madre e hija en movimientos sociales”. Aragón lamentó que los poetas y escritores que rinden homenaje al padre de Helena en Ciudad de México no hayan acudido al sepelio de la única hija del matrimonio Paz-Garro. “En mi opinión, el mejor honor que le pudieron hacer a Octavio Paz era que estuvieran aquí (en el sepelio)”. Nacida el 12 de diciembre de 1939 (su madre, Elena Garro, había nacido el 11 de diciembre de 1920), Helena Paz Garro pasó su infancia en Suiza, donde su padre le enviaba cartas en las que le relataba bellas historias. Después de que su progenitor renunciara a su cargo como embajador de México en la India, el 2 de octubre de 1968, ella y su madre, Elena Garro, fueron acusadas de ser orquestadoras del movimiento estudiantil, lo que las obligó a dejar el país. En esos años, señala un artículo de René Avilés Fabila, madre e hija, perseguidas por la sombra del entonces presidente de México Gustavo Díaz Ordaz (1911-1979), huyeron rumbo al exilio, algún tiempo a España y posteriormente a Francia. Décadas después, las escritoras regresaron a México, donde tuvieron que vivir en un modesto departamento de Cuernavaca, Morelos. Paz Garro publicó diversos poemarios, entre los que destaca La rueda de la fortuna, que editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) reúne setenta poemas pertenecientes a su producción desde 1954, y entre los que destacan uno dedicado a su padre y dos en tributo a su madre. Tras la muerte de Octavio Paz en abril de 1998, Helena Paz Garro recibió un fideicomiso, el cual en varias ocasiones señaló era insuficiente para solventar sus gastos, razón por la que su casa, también herencia del poeta, no recibía mantenimiento. En agosto de ese mismo año, Paz Garro perdió a su madre a causa de un cáncer pulmonar, lo que la sumió en una profunda depresión. En los últimos años Helena se vio envuelta en varias polémicas relacionadas con su precaria forma de vida; su lucha al lado de la escritora Patricia Rosas Lapategui en pro del reconocimiento de la obra de su madre, y cuando la misma ex agente literaria acusó a Jesús Garro de tenerla secuestrada. Fuentes: DPA • La Jornada • Notimex *** Más de cien libros concursan en la bienal Salloum Bitar, en Venezuela Con una importante concurrencia de 119 poetas residentes en Venezuela cerró el 31 de marzo la primera Bienal de Poesía Abraham Salloum Bitar, un certamen convocado en septiembre de 2013 para honrar la memoria de este poeta sirio-venezolano, quien vivió entre Angostura del Orinoco y México y en cuya obra destacan sus libros Mística del principio de la noche, La llama en vela, Lo que somos, Quién si no y Los ruidos de la colmena. Esta iniciativa privada se consolidó en 2013 para resguardar el legado del poeta a través de la fundación que lleva su nombre, cuyo presidente, Anis Salloum Bitar, expresó su satisfacción por la cantidad de autores que acudieron al concurso, demostrando, a su juicio, que “la poesía tiene más vigencia que nunca en estos momentos de búsqueda de respuestas a la vacuidad reinante en este mundo globalizado”. Como lo dictan los estatutos del certamen, la obra ganadora será publicada por la editorial venezolana Bid & Co. Editor, cuyo representante es Bernardo Infante Daboín, en su colección “Hispamundo”, dedicada al género poesía. El premio, que tiene además una dotación monetaria de 50.000 bolívares, será entregado el 31 de mayo en la residencia del poeta Salloum Bitar, en Ciudad Bolívar. El jurado está integrado por los poetas Alberto Hernández (http://www.letralia.com/firmas/hernandezalberto.htm), Ramón Ordaz y Francisco Arévalo. El veredicto será anunciado el sábado 24 de mayo en una rueda de prensa a realizarse en la librería Kalathos, en el Centro Cultural Los Galpones, en Los Chorros (Caracas). Fuente: Organizadores del certamen *** Entregan al escritor mexicano Fernando del Paso el premio Alfonso Reyes El escritor mexicano Fernando del Paso fue galardonado con el Premio Internacional Alfonso Reyes 2013, por su trayectoria y aportaciones a la literatura, durante una ceremonia celebrada el 1 de abril en el Palacio de Gobierno de Monterrey con la asistencia de autoridades federales y estatales y del ámbito académico y cultural. El autor de Noticias del Imperio también fue distinguido con la develación de una placa con su nombre en la Capilla Alfonsina de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), que fue colocada en el muro donde están inscritos importantes autores como el argentino Jorge Luis Borges, el peruano Mario Vargas Llosa o los mexicanos Octavio Paz, Carlos Fuentes y José Emilio Pacheco. Adriana del Paso, hija del escritor nacido en el Distrito Federal pero avecindado en el estado de Jalisco, agradeció a las autoridades la distinción. “Hoy tengo el gran honor de develar esta placa, en donde mi nombre está unido al de distinguidos ciudadanos regiomontanos como Alfonso Reyes, quien tanta gloria dio a este estado”, dijo Del Paso. Ataviado con un saco anaranjado y lentes oscuros, y acompañado por su esposa Guadalupe Frías y sus hijas Adriana, Alejandra, Socorro y Paulina, el escritor bromeó sobre su delicada condición de salud. “Parece que estoy develando lápidas, pero en lugar de decir ‘Aquí yace tal persona’, las mías dicen ‘Aquí sigue Fernando del Paso’ ”. Tras la ceremonia, las autoridades le regalaron un pastel y le cantaron Las Mañanitas, debido al 79º aniversario de su nacimiento. De buen humor, Del Paso, quien era transportado en silla de ruedas debido a un infarto cerebral que padeció el año pasado, se dio tiempo para firmar libros a jóvenes estudiantes que acudieron a la ceremonia. Jesús Ancer Rodríguez, rector de la UANL, hizo un encomio a la obra del autor nacido en 1935 en el Distrito Federal, por su personal manera de escribir. “Del Paso, ya sea en el género narrativo, poesía, teatro, ensayo y artes visuales, ha establecido una tradición propia, una escuela con múltiples seguidores, de una forma diferente y singular de hacer arte, que influye en las generaciones recientes y seguirá haciéndolo”, dijo. En la entrega del premio estuvieron Ancer Rodríguez; Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de México (Conaculta); María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (Inba); Felipe Garrido, presidente de la Sociedad Alfonsina Internacional, y Alicia Reyes, nieta de Alfonso Reyes. Del Paso estudió economía y literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam); recibió el Premio Nacional de Letras y Artes 1991 y, por disposición presidencial, fue nombrado Creador Emérito en 1993. El Premio Internacional Alfonso Reyes, creado en el nombre del escritor reconocido como Regiomontano Universal, es entregado desde 1973 a personalidades que han destacado en las humanidades y la literatura. El merecedor del homenaje es elegido por un comité integrado por la UANL, Conaculta, Inba, la Sociedad Alfonsina Internacional, el gobierno de Nuevo León, el Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Monterrey y la Universidad Regiomontana. Fuente: Proceso *** Más de 2.300 jóvenes conceden el premio Mandarache a Javier Cercas Los escritores Javier Cercas y Juan Ramón Barat fueron elegidos el viernes 4 de abril por más de 3.900 jóvenes lectores de 12 a 30 años como los ganadores de los premios Mandarache y Hache, respectivamente. Alumnos del colegio de La Vaguada de Cartagena dieron a conocer a los ganadores de esos certámenes de fomento de la lectura entre jóvenes y adolescentes que organiza el Ayuntamiento de Cartagena, al sur de España, y en el que en esta edición participaron 3.984 lectores. En concreto, más de 2.300 jóvenes de entre 15 y 30 años leyeron y votaron las obras finalistas del premio Mandarache, que este año celebra su novena edición: Alma, de Javier Moreno; El asesino hipocondriaco, de Juan Jacinto Muñoz Rengel (http://www.letralia.com/firmas/munozrengeljuanjacinto.htm), y la ganadora, Las leyes de la frontera, de Javier Cercas. En cuanto al premio Hache, que cumple seis ediciones, más de 1.600 adolescentes de 12 a 14 años eligieron Deja en paz a los muertos, de Juan Ramón Barat, por encima de sus competidoras, Mejor Manolo, de Elvira Lindo, y El enigma del scriptorium, de Pedro Ruiz García. Varios de los lectores de estos libros consideraron “justa” la elección del ganador, “que conjugaba misterio, enigma y escenas amorosas, temas todos ellos que les interesan a los adolescentes”, aseguraron. Los seis escritores mantuvieron encuentros con sus lectores a lo largo de los últimos meses, y un 98% de los participantes en el certamen votaron por sus obras favoritas. Son los propios lectores los que conceden estos premios, que tienen una dotación económica de 3.000 euros. Los escritores ganadores regresarán el jueves 8 de mayo a Cartagena, donde recibirán sus premios en un acto en el Auditorio El Batel, en el que volverán a encontrarse con los jóvenes. En ese acto se darán a conocer también los finalistas de la próxima edición de estos premios. Fuente: EFE *** El mexicano Sergio González Rodríguez gana el Anagrama de Ensayo El periodista mexicano Sergio González Rodríguez ganó el 7 de abril el XLII Premio Anagrama de Ensayo, dotado con 8.000 euros (casi 11.000 dólares), por la obra Campo de guerra, que había presentado bajo el seudónimo de “El Becario”, anunció el jurado en Barcelona. Como finalista quedó Historia descabellada de la peluca, del también mexicano Luigi Amara, presentado bajo el seudónimo de “Hirsuto de Cirene”. La obra ganadora analiza la tendencia geopolítica encabezada por Estados Unidos, que, “con el pretexto de combatir el terrorismo en el mundo, ha impuesto el control y la vigilancia a partir de plataformas militares y ha impulsado el orden paulatino de grandes corporaciones mundiales, cuya sinergia en el espionaje absoluto se ha revelado en los últimos tiempos”, según el fallo del jurado. El editor Jorge Herralde se mostró particularmente satisfecho de que el jurado haya premiado por unanimidad este ensayo de un “periodista de enorme prestigio en México y América Latina”, autor de libros como el aclamado Huesos en el desierto, de 2002, un escalofriante reportaje sobre las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. En esta ocasión el jurado estaba formado por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater, Vicente Verdú y el editor Jorge Herralde. De los 133 originales presentados llegaron a la final seis obras, tres de ellas procedentes de España, dos de México y una de Perú. La obra ganadora se publicará en mayo, mientras que el ensayo finalista aparecerá en las librerías en septiembre. Fuente: EFE *** Premio Equinoccio de Poesía Eugenio Montejo a Pedro Enrique Rodríguez El escritor venezolano Pedro Enrique Rodríguez (Maracay, 1974) obtuvo por decisión unánime del jurado, con su libro Antiguas postales del fin del mundo, que presentó con el seudónimo “Rocamadour”, el II Premio Equinoccio de Poesía Eugenio Montejo, según el veredicto hecho público el 7 de abril por los jueces Gabriela Kizer, Rafael Castillo Zapata y Luis Moreno Villamediana. “Se trata de un libro orgánico, maduro y sin estridencias”, explica el veredicto. “Su dicción narrativa sosegada y su tono memorioso, conversacional e irónico, resultan justos y pertinentes en la configuración de un paisaje autobiográfico que se levanta sobre el telón de fondo de un hipotético fin de la historia. En ese contexto, visible desde el título, se asoma la lectura incisiva de la vida de un hombre en la era del desencanto posmoderno”. Rodríguez es psicólogo clínico y docente en la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), en Caracas. En 2007 fue uno de los 15 finalistas (entre más de 5.000 cuentos) del concurso de cuentos de Radio Francia Internacional (RFI). El autor ya ha ganado otros importantes certámenes, como el Concurso Transgenérico 2008 de la Fundación para la Cultura Urbana (FCU) con su libro Oficio de lectores o el Concurso de Poesía José Barroeta 2012 con el poemario La fugaz caligrafía del resplandor. Su libro El silencioso vuelo de los peces fue editado en 2009 por Equinoccio. El jurado decidió otorgar además una mención al poemario presentado con el seudónimo “Un sapo negro”, cuya autoría es de Franklin Hurtado. En esta segunda edición de este certamen, que es convocado por la editorial Equinoccio, de la Universidad Simón Bolívar (USB), participaron 71 obras. Fuente: Equinoccio *** España aprueba 909.000 euros en subvenciones para edición en 2014 La Secretaría de Estado de Cultura, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, convocó subvenciones para la edición de libros por un importe máximo de hasta 909.000 euros para el año 2014, según publicó el 7 de abril el Boletín Oficial del Estado (BOE). El objetivo de las presentes ayudas consiste en garantizar la edición de aquellos libros que, a pesar de tener una relevancia cultural sobresaliente, y de constituirse en expresión del pensamiento y la sensibilidad de la sociedad, tienen un alcance comercial reducido. Por ello, mediante esta resolución, se convocan para 2014 subvenciones, en régimen de concurrencia competitiva, para la producción de libros en lengua castellana o en las lenguas cooficiales de las comunidades autónomas que, con independencia de la nacionalidad del autor, contribuyan al enriquecimiento del patrimonio bibliográfico español. Esta subvención es compatible con otras ayudas de organismos o instituciones públicos o privados para la misma actividad siempre que el importe de la misma sea de tal cuantía que, aisladamente o en concurrencia con otras subvenciones, no supere el 100% del coste de producción de la obra. El BOE detalla que la crisis económica que atraviesa España, unida al cambio de paradigma que ha supuesto la aparición de las nuevas tecnologías, constituyen un importante desafío para muchas editoriales, por lo que en atención al mandato constitucional sea más necesario que nunca un estímulo público que por otra parte redunda en beneficio no sólo del público lector sino del conjunto de la sociedad. Fuente: Europa Press *** El Festival Zacatecas rendirá homenaje a Octavio Paz y Eugenio del Hoyo El Premio Nobel de Literatura 1990 Octavio Paz y el poeta zacatecano Eugenio del Hoyo serán los homenajeados en el 28º Festival Cultural Zacatecas 2014 (http://www.festivalculturalzacatecas.mx), el primero como parte de los festejos por el centenario de su nacimiento. Así lo dio a conocer el martes 18 de marzo en Ciudad de México el gobernador de ese estado mexicano, Miguel Alonso Reyes, durante la presentación a la prensa de este evento que se celebrará del 12 al 26 de abril. Según Reyes, uno de los cambios que ha tenido el evento, en lo que va de su administración, es la presencia de países y estados invitados. En esta ocasión se contará con la presencia de Indonesia y Puebla, respectivamente. En los últimos tres años, el Festival Cultural Zacatecas ha registrado la asistencia de más de un millón y medio de personas y ha presentado 1.545 actividades. El gobernador añadió que en esta edición del evento habrá 530 actividades en las principales plazas, plazuelas y callejones de la ciudad capital, así como en 22 municipios. Además de los atractivos musicales de diversos géneros, también habrá exposiciones escénicas, fotográficas, pictóricas, teatrales, dancísticas o escultóricas, como la de José Luis Cuevas, que contará con piezas y dibujos del artista, así como cine. Los encargados de abrir el festival serán los autores de Djobi djoba o Bamboleira, los Gipsy Kings, que luego de varios años de no presentarse en México lo harán en la Plaza de Armas el sábado 12 de abril. El representante del estado de Puebla, Sergio Ortiz, dijo que su entidad se vio congratulada con ser invitada al festival y anunció eventos como los de “Cuentos confundidos”, con Sergio Villar y Los Descuadrados (martes 15 de abril en el patio de la Casa Municipal de Cultura); o el de “Silla con alas”, de Monedita de Oro (miércoles 16 de abril en el mismo escenario). Por su parte, la delegada de Indonesia, Juriani Nurhayati, también afirmó que su país se siente honrado de estar en el evento zacatecano, ya que así se propicia la cercanía de esa nación oriental hacia México. Señaló actividades dancísticas como una de las formas de mostrar su cultura. Otros eventos de amplia expectativa serán la presentación del salsero cubano-estadounidense Willy Chirino, el domingo de 20 de abril; Raúl di Blasio, lunes 21; Dionne Warwick, martes 22; Emmanuel, miércoles 23; Vicky Karr, jueves 24; KC & The Sunshine Band, viernes 25; y David Bisbal, sábado 26, quien clausurará el encuentro cultural, los cuales se realizarán en la Plaza de Armas de la capital. Gustavo Salinas, director del Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde, mencionó que también se contará con una muestra del trabajo de los artistas plásticos José Luis Cuevas y Leonora Carrington, así como diversas presentaciones de libros, conferencias, talleres, exhibición de cine y clases magistrales. Además informó que en las dos semanas que dura el festival se espera una concurrencia de 700.000 personas, que disfrutarán del trabajo de 3.400 artistas y académicos, 60% de los cuales son zacatecanos. Asimismo dijo que la tradicional Procesión del Silencio que cada año se realiza en la ciudad de Zacatecas, también se integra a las actividades del festival. El gobernador Miguel Alonso Reyes recordó que en el próximo mes de noviembre se realizará en la entidad un festival dedicado al compositor de origen zacatecano Manuel M. Ponce, el cual fue anunciado en el contexto de la firma del Convenio Marco de Colaboración suscrito entre el Gobierno del estado de Zacatecas y el Conaculta. Fuentes: Conaculta • El Universal • Web del evento *** Ciudad de México celebrará por octava ocasión el Gran Remate de Libros El Gran Remate de Libros, que desde 2007 se realiza en el Auditorio Nacional, significa “el rescate de los libros que están en bodega y no tuvieron una vida longeva en las librerías”, señaló el titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, Eduardo Vázquez Martín, durante la conferencia de prensa en la que se anunció que el encuentro se desarrollará del 13 al 20 de abril, días que coinciden con las vacaciones de Semana Santa. El vestíbulo del recinto será la sede del remate, que este año reúne a 190 expositores, que tendrán a la venta unos mil 500 títulos de 500 sellos nacionales y extranjeros. El programa cultural incluye trueque, venta nocturna, música y homenajes a José Emilio Pacheco, Octavio Paz, Juan Gelman, Julio Cortázar, Efraín Huerta, José Revueltas, Marguerite Duras y Federico Campbell, entre otros. También se amplía el espacio de exhibición a la rampa del auditorio y habrá zonas de lectura. Se prevé que el número de visitantes ascienda a 200 mil personas, frente a los casi 144 mil que acudieron al encuentro el año pasado para aprovechar los descuentos de hasta 70 por ciento en los libros. José Ignacio Echeverría, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), señaló que el remate sirve para hacer frente a la reducción de espacios de venta como las librerías, y para poner al alcance del lector aquellos libros que ya no se encuentran en puntos de venta o que sólo estarían en las librerías de viejo. “El gran remate de libros se ha convertido en una tradición en las vacaciones de primavera. Esta fiesta del libro y la lectura cumple necesidades específicas para editores y lectores. En nuestro país cada día hay menos librerías, de barrio, las pequeñas, cuando menos algunos íbamos cuando éramos jóvenes, y tenías a tu amigo librero que sabía de las novedades o buscaba el título”, dijo Echeverría. Ahora en los puntos de venta se encuentran “libros que tienen menos de dos años de antigüedad, los best-sellers del momento, pero buscas un libro de catálogo y no lo encuentras: el remate de libros no es una feria de saldos, no en el sentido peyorativo de la palabra, lo importante es que se puede encontrar libros que no van a estar en novedades ni en librerías en general. Hay tanta producción que una librería es imposible que tenga todos los libros, así que el remate da la oportunidad al público, y a quienes creemos en la lectura como factor de dinamismo, de encontrar obras que quizá no podría o sólo los encontraríamos en las librerías de viejo”. Muchas librerías han desaparecido, añadió Echeverría, y en el caso más optimista existe un punto de venta por cada 70 mil habitantes en México (eso incluye supermercados y espacios que no se dedican a la venta de libros). Si se toma en cuenta sólo a las librerías entonces existe una por cada 200 mil mexicanos. En Argentina es una librería por cada 15 mil habitantes, mientras en España es de una por cada 8 mil o 10 mil, de acuerdo con cifras de la Caniem. El Gran Remate de Libros “fomenta la convivencia y cohesión social, y es una oportunidad de llevar a la exhibición pública los títulos que tenemos en almacenes como consecuencia de la reducción de espacios en las librerías del país. Es una oportunidad única”, dijo Echeverría, quien dijo que se desconocen las cifras de los ejemplares que han sido salvados de la destrucción gracias a esta venta. Eso se debe, dijo, a que las editoriales guardan “celosamente” el dato, y precisó: es muy difícil destruir los libros, fiscalmente requiere un proceso, tiene que haber un permiso de Hacienda, etcétera”. El titular de la Secretaría de Cultura del DF, Eduardo Vázquez Martín, dijo que “la lectura es una forma de reconstruir la conciencia social. Así concebimos esta octava edición, como espacio abierto e inclusivo que propicia el encuentro entre el visitante y una particular clase de publicaciones: las rezagadas en bodega o cuya vida en librerías fue fugaz. Se ha estrechado el espacio de exhibición, pero hay una contradicción: la creatividad de los escritores no disminuye, aumenta, mientras los espacios de distribución se han empequeñecido, hay que buscar formas de salvarla a través de actividades como ésta”. Subrayó que el Remate de Libros no es una forma de deshacerse de ejemplares “de vida no muy feliz; al contrario, es darles la posibilidad de una segunda oportunidad”. Gerardo Estrada, quien se encuentra al frente del Auditorio Nacional, expresó que el remate no pretende resolver todos los problemas del sector editorial. Se trata, dijo, “de promover la lectura y el libro”. El octavo Gran Remate de Libros se realizará de las 11 a las 19 horas; los días 18 y 19 de abril habrá venta nocturna, por lo que el horario se ampliará hasta las 22 horas. La entrada es libre y el programa se puede consultar en la web de la Secretaría de Cultura (http://www.cultura.df.gob.mx) de la capital mexicana. Fuente: La Jornada *** Realizarán en Ciudad de México la VI Fiesta del Libro y la Rosa El aspecto lúdico de la Fiesta del Libro y la Rosa (http://www.cultura.unam.mx/fiesta2014) la hace diferente de otras celebraciones del libro en su día, expresó María Teresa Uriarte, titular de la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), al anunciar la sexta edición del encuentro que se desarrollará en cinco sedes, y cuyos asistentes reciben una rosa. Aparte del acto tradicional efectuado en el Centro Cultural Universitario (CCU) el 23 de abril, Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, también se efectuarán actividades en la Casa del Lago. El sábado 26 habrá actos en el Antiguo Colegio de San Ildefonso y el Museo Universitario del Chopo y el domingo 27 en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco. Si el año pasado acudieron más de 25 mil personas en un solo día, ahora esperan superar 30 mil en las diferentes sedes. La programación, de diversa índole, cuenta con actos de homenaje a los escritores mexicanos Octavio Paz, José Emilio Pacheco y Efraín Huerta y los argentinos Juan Gelman y Julio Cortázar, a la manera de “un cadáver exquisito” que se realizará de las 10 a las 17 horas en el corredor literario del CCU. Este año no será electrónico, pues se hará de “forma convencional”, sobre rollos de papel, de 60 por 100 metros, en los que una selección de fragmentos de los poetas homenajeados serán los detonantes para que el público agregue una línea propia. Los rollos terminados serán desplegados en las distintas explanadas del recinto. El espacio de exhibición del CCU albergará 75 locales en los que se mostrará el catálogo de 63 expositores, 203 fondos editoriales, 24.690 títulos y 72.762 ejemplares. Se realizarán 30 presentaciones editoriales y dos mesas redondas, una de literatura infantil y otra fe autoficción. Participarán los escritores Francisco Hinojosa, Verónica Murguía, Benito Taibo, Xavier Velasco, Fabrizio Mejía Madrid, Vicente Quirarte, Rosa Beltrán, Sergio González Rodríguez, Otto Cásares, Eugenio Aguirre y el galés Richar Gwyn. Para la fiesta se organizó el coloquio “Estudios del libro y la edición en México en el siglo XX”, que se desarrollará de 10 a 14 horas en la Sala Carlos Chávez. En las diversas sedes el público podrá visitar las exposiciones montadas en los recintos. En el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, por ejemplo, destaca “un concurso de literatura por correspondencia que parte de tres cartas: una de Remedio Varo a un desconocido, otra de Juan Gelman a su nieto y un tercero de Emiliano Zapata a Pancho Villa. El público concursará para responderlas como si fuera el destinatario”, explicó Anel Pérez, secretaria técnica de Vinculación de la Dirección de Difusión Cultural. Fuente: La Jornada *** Quino inaugurará la 40ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (http://www.el-libro.org.ar), que este año arriba a su cuadragésima edición y se realizará entre el 24 de abril y el 12 de mayo, celebrará su inauguración con Joaquín Lavado, “Quino” —el reconocido autor de la tira cómica Mafalda—, como principal orador, y dejará en segundo plano la participación de autoridades políticas. El evento vuelve a desarrollarse en el predio ferial La Rural, de Palermo. En esta edición se instituirá el Premio Diseño Editorial Latinoamericano, se consolidará el ciclo “Diálogo Latinoamericano” y debutará el capítulo argentino, bautizado “Diálogo con Tonadas”. El padre de la historieta, que este año celebra los 50 años de su primera aparición, será la figura central de la inauguración oficial. Quino dialogará con los periodistas Cristina Mucci y Carlos Ulanovsky. Las autoridades nacionales y porteñas, que han protagonizado desencuentros públicos, no llevarán el peso de la ceremonia. Sao Paulo es la ciudad invitada de esta edición de la feria, siguiendo los pasos de Ámsterdam, que debutó el año último, y anticipándose a México, que aparece como gran candidata a ese lugar de honor en 2015. La ciudad brasileña desembarcará con una gran cantidad de autores y cantantes que pondrán un marco “ruidoso y colorido” a su participación en Buenos Aires. Si en 2013 hubo 70 escritores extranjeros, este año la cifra será ampliamente superada. Sólo la delegación de Sao Paulo aportaría más de un centenar de autores. El premio Nobel de Literatura 2003, que ya había deslumbrado con sus apreciaciones sobre la libertad de expresión en 2013, volverá a la feria. En esta ocasión, J. M. Coetzee dialogará con su colega norteamericano Paul Auster, Premio Príncipe de Asturias 2006, el 27 de abril en la Sala Jorge Luis Borges. A ese encuentro se sumarán, durante los 19 días de la feria, las presentaciones de, entre muchos otros, los españoles Arturo Pérez Reverte y Almudena Grandes, o las de Ricardo Cayuela (México), James Dashner (Estados Unidos), Pilar Sordo (Chile) y Nina Jäckle (Alemania). Para celebrar específicamente los 40 años de la feria debutará el Premio de Diseño Editorial Latinoamericano, que, además de una distinción de 5 mil dólares, permitirá que los ganadores de cada categoría accedan a participar del Premio Mundial de Diseño Editorial. Entre otras actividades se realizarán la Noche de la Feria (26/4), el Maratón de Lectura (28/4), el Festival Internacional de Poesía (del 2 al 7/5) y las Jornadas Profesionales (del 22 al 24/4). “Celebramos 40 años de cultura argentina. La feria no se interrumpió ni con dictadura ni con guerra (por Malvinas) ni por hiperinflación”, planteó con entusiasmo la directora de la Fundación El Libro, Gabriela Adamo. Fuente: GDA • La Nación *** Antofagasta celebra la cuarta edición de su feria del libro Considerada el evento multicultural más importante del norte de Chile y la segunda feria del libro del país sureño, del 24 de abril al 4 de mayo se celebrará la IV Feria Internacional del Libro Zicosur Antofagasta, Filzic 2014 (http://www.filzic.cl), que tiene entre sus invitados internacionales al cubano Leonardo Padura, al peruano Oswaldo Reynoso y a la nicaragüense Gioconda Belli, que recibirá un reconocimiento especial. En esta edición del evento, que se celebrará en dependencias del patio central del Ferrocarril de Antofagasta, participarán autores de siete países: Argentina, Perú, Bolivia, Colombia, Paraguay, México y Cuba, que será el primer País Invitado de Honor de la feria. La delegación cubana estará encabezada por el viceministro de Cultura, Julián González Toledo, y la presidenta del Instituto Cubano del Libro, Zuleika Romay. También asistirán representantes de la Casa de las Américas y del Centro Pablo de la Torriente Brau, así como diversos artistas y escritores entre los que se cuenta Padura, el autor cubano más vendido y destacado en el extranjero. Entre los sellos internacionales que participarán se encuentran los españoles Alfaguara y Planeta y el Fondo de Cultura Económica, de México. También habrá presencia de cámaras del libro de Chile, Perú, Bolivia, Paraguay, Colombia y Cuba. Chile estará representado por editoriales vinculadas a la Asociación de Editoriales Independientes. La escritora nicaragüense Gioconda Belli asistirá a la cita para recibir el Premio al Mérito Literario Internacional Andrés Sabella 2014, que se concede a un escritor hispanoamericano de primer nivel y consiste en un galardón de lujo que entrega la feria y un incentivo cercano a los 7.000 euros. Junto a ellos, arribará una comitiva de escritores cubanos, argentinos, paraguayos y colombianos, junto con nombres consolidados de las letras chilenas, como Antonio Skármeta, Alejandro Zambra, Raúl Zurita (http://www.letralia.com/firmas/zuritaraul.htm) y una decena de otros autores locales invitados. La feria dispondrá de más de 170 módulos en una superficie superior a los 6.000 metros cuadrados, aseguró en conferencia de prensa Patricio Rojas, presidente de la Corporación Cultural PAR, que organiza el evento con la colaboración del Centro Cultural Estación Antofagasta, la Agrupación Literaria y Cultural Filzic de Antofagasta, la Universidad Católica del Norte y la Universidad de Antofagasta. “Mantenemos y reforzamos nuestro desafío por el fomento lector, porque creemos que en ese objetivo radica la consolidación de nuestra feria y la proliferación de una industria editorial sustentable en el tiempo, generador de nuevos y grandes talentos literarios”, explicó Rojas. Durante la feria se realizarán unas jornadas profesionales enfocadas principalmente en generar discusión, capacitación y propuestas para la elaboración de las políticas públicas, respecto al fomento lector en la región, programa que estará encabezado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), dependiente de la Unesco, que enviará destacados conferencistas y monitores. Igualmente se ofrecerá gran cantidad de actividades en torno a reforzar en los estudiantes el amor por los libros y la literatura, incorporando a los escritores más importantes del mundo infantil, expandiendo la oferta literaria para niños en la feria, y realizando una serie de salidas a colegios. “Destacamos como un trascendente paso hacia la consolidación del evento, que en esta versión la oferta literaria infantil tendrá un lugar muy destacado en la feria, incluyendo textos de apoyo educativo, material para infantes y preinfantes y un despliegue tremendo de actividades de fomento lector”, explicó la coordinadora educacional de Filzic 2014, Anna Rita Apollonio. Además de los ya tradicionales Café Literario, Rincón de los Sueños, Feria Artesanal y Escenario Central, la Filzic ofrecerá este año el Rincón Juvenil y el espacio de Ilustradores, e igualmente se ha hecho una apuesta especial por poner en valor la creación literaria y audiovisual, razón por la que se ha instalado una sala de cine al interior del recinto ferial. A ello se suman espacios nuevos como el planetario, exhibiciones fotográficas, de pintura, de artesanía y de cómic, así como presentaciones musicales de artistas regionales. “Queremos reforzar la proliferación de audiencias para nuestros artistas, y mostrar a la región, al país y al mundo, que en esta tierra nortina tenemos talentos de exportación”, aseguró Patricio Maturana, productor artístico del evento. Fuente: El Ciudadano *** Vargas Llosa y otros autores participan en seminario en Venezuela El escritor peruano Mario Vargas Llosa es uno de los autores que asistirán el 24 y 25 de abril al seminario “América Latina, la libertad es el futuro”, que se realizará en el Centro Cultural Chacao, en Caracas. El ganador del Premio Nobel de Literatura 2010 ha manifestado su intención de acudir a la capital venezolana para brindar su “apoyo y solidaridad” a quienes “están resistiendo a la cada vez más dictadura de Maduro”, en referencia a los movimientos de protesta que desde el 12 de febrero han tenido lugar en esta y otras ciudades de Venezuela. Organizado por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice, http://www.cedice.org.ve), el evento también contará con los mexicanos Enrique Krauze y Jorge Castañeda, el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza, el argentino Jorge Ferioli, el chileno Axel Kaiser, el peruano Álvaro Vargas Llosa y la española Cayetana Álvarez de Toledo, entre muchísimos otros. El seminario tiene como subtítulo “El papel de las ideas en la transformación económica, política y social para crear riqueza y reducir la pobreza”, y tiene entre sus objetivos reflexionar y debatir sobre distintos temas, concentrados en los conversatorios “América Latina y la agenda global”, “Los enemigos de la libertad: corrupción, narcotráfico, populismo y totalitarismo”, “Cultura en libertad” y “Las clases medias: la importancia de la movilización”, entre otros. “Voy a Venezuela porque hay una reunión de Cedice que es una fundación liberal que está dando una batalla heroica con los resistentes”, declaró Vargas Llosa en una entrevista con un canal de su país. El autor de El héroe discreto afirmó que siente la necesidad de ir a Caracas para expresar “desde adentro” su solidaridad con “el movimiento que lucha por la libertad en Venezuela y en toda América Latina”, indicó. El encuentro mantendrá abiertas las inscripciones al público hasta el 20 de abril. Tiene un precio de 1.000 bolívares por persona (incluye IVA, refrigerios y material de apoyo). Más información a través del sitio web www.cedice.org.ve. Fuente: El Universal *** Guadalajara leerá en voz alta al poeta mexicano José Emilio Pacheco “Me acuerdo, no me acuerdo: ¿qué año era aquél?”. Estas palabras de Las batallas en el desierto serán las primeras que se escucharán el 29 de abril en la Rambla Cataluña, en la ciudad de Guadalajara (Jalisco, México), durante la lectura en voz alta dedicada al escritor mexicano José Emilio Pacheco —fallecido en enero— que la FIL Guadalajara (http://www.fil.com.mx) ha organizado con motivo del Día Mundial del Libro, y que se extenderá a otros municipios de Jalisco y estados de México. La novela corta de José Emilio Pacheco fue elegida por los lectores mediante una votación que se realizó del jueves 20 al miércoles 26 de marzo en el sitio web de la FIL Guadalajara. Las batallas en el desierto fue el título con mayor número de votos, 30.632, en una terna que se completó con el poemario Nuevo álbum de zoología (28.468) y el libro de cuentos El principio del placer (4.421). Debido a que el 23 de abril —fecha instituida por la Unesco para la celebración del Día Mundial del Libro— es parte del período vacacional, la lectura se efectuará el martes 29 de abril de 9:30 a 20:30 horas, en la Rambla Cataluña, a un costado del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara, y en más de 80 sedes de Jalisco y otras entidades de México. A lo largo de la jornada Radio Universidad de Guadalajara realizará una cobertura especial con enlaces en vivo, y paralelamente a la lectura habrá una pequeña feria del libro con la participación de editoriales y librerías locales como Arlequín, el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, la Dirección de Publicaciones de la Secretaría de Cultura de Jalisco, Gonvill, el Fondo de Cultura Económica, Librería Universitaria, Mantis Editores, Porrúa, Siglo XXI Editores y la revista Luvina. Los interesados en participar pueden inscribirse el día del evento directamente en la Rambla Cataluña (avenida Juárez y Enrique Díaz de León). Al término del maratón de lectura habrá un diálogo abierto al público entre los escritores Benito Taibo y Xavier Velasco, “La ciudad y la memoria”, en torno a la figura y obra de José Emilio Pacheco. Fuente: FIL *** Se inicia en Caracas un Diplomado en Arte Contemporáneo El martes 6 de mayo se dará inicio en Caracas al Diplomado en Arte Contemporáneo que han programado la Universidad Metropolitana y la Sala Mendoza, que se desarrollará a lo largo de dos trimestres y que constituye la primera oferta educativa en Venezuela que pretende brindar conocimiento en torno al arte del siglo XXI a fin de comprender sus dimensiones estéticas, visuales y formalistas. El diplomado ofrece al estudiante una certificación especializada de carácter universitario avalado por la Universidad Metropolitana y bajo la coordinación académica de la Sala Mendoza, instituciones que gozan de prestigio y reconocimiento tanto en el ámbito educativo como cultural. Las materias que conforman el primer trimestre son “Problemas estéticos y el arte en la modernidad”, a cargo de Humberto Ortiz; “Después de la muerte del arte”, con el filósofo Víctor García, y “Artículo 21: el nuevo paradigma”, bajo la responsabilidad del profesor Gabriel Guevara. El segundo período está compuesto por las asignaturas “Sensacionalismo y espectacularidad en el arte de hoy”, “Los espacios para exhibir el arte” y “Nuevos ámbitos y consumo del arte”, materias dictadas por los docentes Nelly Barbieri, Nikolajs Sidorkovs y Graziana Larocca, respectivamente. El horario de ambos trimestres será los martes de 5:30 de la tarde a 8:45 de la noche y los sábados de 9 de la mañana a 12:30 de la tarde. La conferencia inaugural, “La esencia de nuestros días”, estará abierta al público general y será dictada el 6 de mayo por el doctor Elías Pino Iturrieta, individuo de número de la Academia Nacional de la Historia, en el auditorio Manoa del Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri (Celaup), en la Universidad Metropolitana, a las 5 de la tarde. El diplomado tiene un precio total de 15.875 bolívares y puede pagarse mediante una cuota inicial de 4.475 y seis cuotas de 1.900. Para mayor información se puede escribir a la Coordinación Académica del diplomado (Nelly Barbieri, barbieri.nelly@gmail.com), a la Sala Mendoza (María Dolores Sosa, extensionsalamendoza@gmail.com) o a Extensión Universitaria de la Unimet (Verónica Suárez, extensionuniversitaria@unimet.edu.ve). También se puede telefonear a los números (0212) 2435686, 2427560, 2403986 y 2403656. Fuente: Unimet *** Autores de 22 países asistirán al Festival de Poesía de La Habana Un centenar de poetas de unos 22 países, entre los que se encuentran Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, El Salvador, España, Italia, México y Uruguay, participarán en el XVII Festival Internacional de Poesía de La Habana (http://www.cubapoesia.cult.cu), que se celebrará en la capital cubana del 26 al 31 de mayo. Esta edición del evento comenzará con el proyecto de lectura CubaPoesía Itinerante, con el objetivo de promover la lectura y escritura de poesía en escuelas, parques, plazas y todo espacio disponible para la cultura literaria, explicó el coordinador general de la cita, Álex Pausides. El programa incluirá presentaciones musicales, de audiovisuales, exposiciones fotográficas y de artes plásticas, teatro, coloquios, paneles y talleres. Además se rendirá honores al bicentenario de Gertrudis Gómez de Avellaneda y José Jacinto Milanés, así como al centenario de Gastón Baquero, Ángel Gaztelu y Samuel Feijoo. Además de los eventos centrales que se realizarán a finales de mayo, ya el 5 de ese mes se inicia en Guantánamo un programa que recorrerá todas las provincias del país, hasta culminar con actividades del 4 al 7 de junio en Pilón, provincia Granma. “El objetivo es que Cuba entera escuche poesía durante todo el mes de mayo y hasta el 7 de junio”, reafirmó Pausides. La agenda teórica estará dedicada al rol de la mujer poeta en los movimientos civiles contemporáneos; conflicto, género y racialidad en la poesía y la crítica literaria a favor o en contra del discurso femenino, entre otros temas, indicó Pausides. También avanzó que durante el festival se celebrará el encuentro internacional de jóvenes poetas “Arte Soy” con el fin de propiciar “el intercambio, reflexión y la circulación” de las obras de estos exponentes quienes elaborarán un libro manuscrito para presentarlo en la clausura. Fuentes: Cubarte • EFE ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === Quizás te olvidaste de Julio Rolando Gabrielli =================== Para que no nos coman los bucéfalos del olvido ni “las medusas del silencio”. Espero inmensa foto tuya para mí sola. Esta es una de mis armas secretas. Love Alejandra (Carta de la poeta Alejandra Pizarnik a Julio Cortázar) Ya no me menciona a Julio. Da la impresión de que no existiera. El flaco le decía. Me identifico con su mundo fantástico, realmente fantástico. Fui la Maga y una cronopia sin límites, casi de molde: idealista, sensible (algo), ingenua. Me reía y jugaba el juego del autor. No sé cuántas veces seguí las instrucciones para llorar y aún las practico de memoria, en forma espontánea, sin proponérmelo. Sigo subiendo las escaleras de frente, una cronopia con sentido común, te contaba. No me puedo olvidar, algo que sigue siendo una gran verdad, los primeros peldaños son los más difíciles. Esta es una receta universal. No falla. Hacia el cielo, de peldaño en peldaño. ¿Para qué correr si el tiempo está en todas partes archivando casos? Solía referirse con una extraña pasión algo curiosa y atormentada. Yo la imaginaba colgando de sus ojos de una ventana. La recuerdo despedazada frente a la lluvia y el gris monótono de un cielo implacable que no parece cielo, sino techo de cárcel. Y Julio, su admirado Julio, la rescataba con esa gotita luchadora que se agarraba con dientes y muelas, crecía y terminaba a pesar del esfuerzo, viscosa sobre el mármol. Ella no era del grupo de las gotas suicidas, sino de las que dibujaban el sol. Cronopia total Cuántas veces mojó su tostada con sus lágrimas; yo las sentía crujientes, a veces blandas, siempre húmedas, discretas, por algo siempre ha sido una cronopia encantadora, elegante, divina. Los viajes la volvían loca, me decía, si supieras como está el clima aquí, no se puede estar sola con tanta gente bonita. Cronopia total. Muy lejos de ser una fama sedentaria, se repetía siempre, y me lo hacía ver sin decírmelo. Su estado natural era volándose. Muchas veces me pasó por la cabeza escribir, describir situaciones y estados. Pero para qué si todo está escrito. Convertíamos en lugar común cualquier situación. Una frase salía al paso de otra frase. En esa época éramos más palabra que humo y mucho más real que el actual lenguaje digital. La fotocopia era tan lenta como una carreta tirada por bueyes, verdaderamente inocente. La red éramos nosotros mismos en un bar, en un auditorio de la universidad, en la casa de alguien, en cualquier esquina de la ciudad o caminando con las antenas encendidas dejando caer lenta o precipitadamente las palabras. Un taller también formalizaba estas conversaciones de la manada, grupales, horas muertas de la tribu. Los libros y los autores en vivo. Leyendo y citando en Los Cisnes o en Las Lanzas, bajo el manto protector del atardecer o las lentas noches de Ñuñoa. Los ñuños de Ñuñoa ¿Alfombrarán aún los ñuños algunos patios, vivirán detrás de los muros o crecerá su amarillo color en alguna plaza? El tiempo parece inagotable, pero quizás no lo sea. Mariano Aguirre no se perdía una línea de la Maga, Talita, Horacio, y diseccionaba las escenas más puntuales de la gran novela como si la viviera más que la vida misma. Su rostro me quedó grabado para siempre. Lo veía en París, Buenos Aires, pero estábamos en Santiago en una rue arbolada de plátanos orientales. Sí, deambulábamos en la rue Irarrázabal en una misma época, sólo que a miles de kilómetros de los escenarios de Rayuela y de los pasos sobre pasos perdidos de la Maga. Caía el otoño del sur con su inexplicable belleza. “...Unas hojas secas y cuando levanto una y la miro bien la veo llena de polvo de oro viejo... el juntador de hojas secas”. (En el verano tropical las hojas secas se juntan, como un paréntesis fuera de estación. Me pedías con urgencia que te sepultara en cuerpo y alma bajo estos cientos de hojas otoñales que el bosque producía como una fábrica de hojas y se desprendían en el verano. Imágenes son imágenes, repetiría más tarde como si fuera un poema.) “La Maga se quedaba triste, juntaba una hojita al borde de la vereda y hablaba con ella un rato, se la pasaba por la palma de la mano, la acostaba de espaldas o boca abajo, la peinaba, terminaba por quitarle la pulpa y dejar al descubierto las nervaduras”. (Como nos cuenta Cortázar, la Maga comprendía que Horacio buscaba algo que no sabía que era y ella también buscaba eso mismo, pero era diferente. El perfecto desencuentro estaba escrito en la impronta de la Maga. Yo lo vine a saber muchos años después.) ¿Encontraría a la Maga? Qué gran comienzo para abrirle la puerta al azar y a la aventura. La Maga en las terrazas sin tiempo “...la Maga se asomaba a cada rato a esas grandes terrazas sin tiempo que todos ellos buscaban dialécticamente”, reflexiona Horacio, un trazo que dimensiona la simple majestuosidad de la humanidad de este personaje a lo largo de la novela: del brazo de Horacio, “pegada a su impermeable que olía a sopa fría”. (París, para los suramericanos, era una fiesta del espíritu, un cuarto colgando de la realidad en el Quartier Latin en alguna de las orillas, más bien a la izquierda del Sena. Sólo se necesitaba estar en París, la realidad era una abstracción.) Todas las rues nos conducían a París. Mayo del 68 nos empujó un paso más al altar. No se necesita ninguna fragancia, todo olía a París. (En París, sin embargo, había muerto de abandono, la soledad y tristeza de César Vallejo). (En los sesenta, mediados, saltaban sobre Rayuela los cronopios y famas en los pasillos de la universidad. Hasta que un día nos visitó el Cronopio mayor, interesado por el “experimento Chile”, la vía chilena hacia el socialismo, para observar y dialogar en vivo y directo sobre este laboratorio político observado por el mundo entero. JC, perdonen este paréntesis, siempre fue un escritor audaz, vanguardista, revolucionario, libre, independiente y comprometido. Sus ideas y principios no destiñeron, ni los acomodó, siempre caminó con sus grandes trancos como si fuera a cruzar la cordillera desde el lugar donde se encontrara, a pleno pulmón y palabras. Venía de París, pero se sentía en casa. Lo único diferente era que arrastraba las erres, como de Rocamadour, el hijo de la Maga, que más que llenar unos capítulos de Rayuela nos creó una atmósfera de ternura). Era otro escenario, los escritores al parecer tenían algo que decir y eran tomados en cuenta en ciertos niveles. Quiero decir, existían. El escenario de la guerra fría quizás les daba alguna importancia y notoriedad. Había tribuna en ese entonces y mucha tela que cortar. Posiciones y contraposiciones. No eran tiempos para avestruces, aunque siempre las hay. Las polémicas sobre arte, cultura y política otorgaban una cierta vida a los intelectuales y tensionaba las revistas y espacios literarios como un aire de época. Cortázar disparaba fuego cerrado desde la primera línea, su universo cosmopolita y urbano, no rehuía el debate. Dejaba París y se presentaba en las trincheras. Su etiqueta era la de un latinoamericano sin arandelas de aquí ni de allá. Rayuela es libertad Cortázar con Rayuela “caleidoscopea” la vida, nos entrega un itinerario para escoger nuestra propia ruta porque el lector está vivo en la palabra aventura personal. Quizás por ello, Rayuela, Cortázar mismo con sus cuentos antológicos, magistrales, se oxigena, renueva cada año con sus nuevos lectores. Tal vez resulte vulgar, no desmesurado, un cliché, llamarlo nuestro Joyce latinoamericano, rupturista desde que un lector pone un pie sobre la primera página o abre un ojo y (h)ojea, compagina su propio mundo al reflejo del espejo de la novela. Y así, JC estaba presente siempre en sus conversaciones. Si bien le fascinaba el cuento “La casa tomada”, Rayuela, la Merelle, como le llaman los franceses, siempre fue su favorita. Había nacido un año después de la explosión Rayuela, de la novela antinovela, del verdadero mundo cortaziano. Quizás ella comenzó a vivir como los personajes principales, que se conocieron y desconocieron. Las novelas son una pasión, cuando tienen que decir, una aventura cuando ya son pasión y terminan sugiriendo un camino. Eso fue en buena medida y lo que significó para los jóvenes de su tiempo, sobre todo, para aquellos que se inician en Rayuela. Puso alas en los pies de la juventud para volar por sí mismos, sin cortapisas, ni falsas retóricas, atajos, un camino abierto a la gran metáfora de la vida. Rayuela es libertad y muchas cosas más. La gran “lección” de ser libres. El azar, siempre supe, te lleva a Rayuela, en el juego de los (des)encuentros, palabras, ideas, de las calles en el patio de una misma ciudad. Eso motiva al lector como un pez en el agua de la aventura como un río que no aparentara tener comienzo ni fin, es un viaje que puede desembocar en el mar o en el desierto, pero en su trayecto la vida fluye y fluye con ella el río personal. Abro al azar las páginas de una vieja Rayuela de tapas amarillas, editada en La Habana un 28 de febrero de 1969 y comprada recién salida del horno humeante, después de hacer una larga cola (creo que esos fueron los dólares falsos que compré en un prostíbulo en Santiago y luego hice un trueque por el emblemático libro. Horas más tarde me fueron a ver al hotel). La Maga era uno de esos caminos En el azar de mis dedos me encontré con el capítulo 48 de Rayuela (págs. 348-349), un punto intermedio de sus seis páginas totales. Abrí en silencio sepulcral, ritualmente, el viejo ejemplar, siguiendo sólo el instinto, lo lúdico sobre cualquier otra interpretación o gesto. Una mirada cortaziana a la sombra detrás de la sombra y quizás aparezcas tú, Maga del siglo XXI con una jaula de sueños pájaros volando. Llevaba una chaqueta de mezclilla cuando la soñé en un aeropuerto en que yo la esperaba, con cierta informalidad formal, suspendido en el aire de mis propios pies. No estaba para especular en el sueño ni en la realidad, sino para vivirlo. Pocas veces se ajustan ambos planos. Ya no era necesario superponerlos. La Maga, cito el capítulo 48, era uno de esos caminos, la literatura era otro. Oliveira, Horacio, ya en Buenos Aires, se hacía otra pregunta parado delante de una pizzería de Corrientes: ¿de qué sirve saber o creer saber que cada camino es falso si no lo caminamos con un propósito que ya no sea el camino mismo? Horacio sentía siempre que estaba de ida aunque no supiera adónde. Él mismo abría las puertas a una respuesta para saber qué había sucedido con la Maga. Pensaba a la altura del capítulo 48 —y no era un mal capítulo—: “Saberse enamorado de la Maga (¿quién no?) no era un fracaso ni una fijación en un orden caduco; un amor que podía prescindir de su objeto, que en la nada encontraba su alimento, se sumaba quizá a otras fuerzas...”. “¿Encontraría a la Maga?”. ** Rolando Gabrielli http://www.letralia.com/firmas/gabriellirolando.htm Periodista y escritor chileno residenciado en Panamá. Poeta, narrador y ensayista. Ha obtenido diversos premios y menciones literarias en Chile, México y Panamá. Ex funcionario internacional, corresponsal extranjero en Colombia y Panamá. Ha dirigido y editado diversas publicaciones y artículos suyos han sido publicados en América Latina y Europa. Es el autor de la avenida “Fechado en Panamá”, en nuestra Ciudad Letralia (http://www.letralia.com/ciudad/gabrielli) y mantiene un blog en http://rolandogabrielli.blogspot.com. === La infame historia del poeta más malo de la lengua inglesa ============ === Oleski Miranda Navarro ================================================ “Ahora, musa, recitemos a ratas”. James Grainger La cartografía patrimonial literaria del mundo tiene en Edimburgo todo un linaje de escritores consagrados en los altares del canon occidental: Walter Scott, Robert Louis Stevenson y Arthur Conan Doyle, entre otros. Pero como la ironía es tan universal como la envidia, a esta capital del país de los kilts y los güisquis malteados también le incumbe el haber sido la ciudad natal del que muchos consideran el peor de los poetas de la lengua inglesa. William Topaz McGonagall, el hijo de un tejedor irlandés nacido en 1825, es el acreedor de tal reputación. Las distintas reseñas que aparecen sobre McGonagall en los diccionarios especializados sobre literatura británica publicados por la Universidad de Oxford, connotan, entre otras cosas, que sus versos triviales y arrítmicos que entretuvieron a muchos en cantinas de mala muerte, contribuyeron para crear la estampa que lo inculpa como el peor poeta de la lengua de Shakespeare. Ahora bien, ¿basta con sólo escribir versos de mala calidad para llegar a ostentar el título del poeta más mediocre de un país, o más aun, de toda una lengua? No, para semejante distinción se necesita mucho más. De acuerdo a los conocedores, el poeta victoriano que orgulloso llevaba el mismo nombre que el creador de Hamlet, no sólo logró fama por escribir sonetos y poemas carentes de ritmo, sino también por creer que su trabajo estaba a la altura de los grandes del género, aunque reiteradamente sus críticos y gran parte de su público le recordaban lo contrario. Muchos extractos de sus versos llegaron a aparecer en forma de burla en periódicos de la época a lo largo del Reino Unido. La publicación de algunas de sus estrofas venía acompañada con su autoproclamada superioridad sobre otros poetas, de allí que la prensa de su tiempo hizo de él todo un chiste nacional. El devenido escritor o el también conocido como el caballero del elefante blanco, por muchos años siguió los pasos de su padre. Así se desempeñó como tejedor hasta que tomó el camino de la escritura poética ya algo mayor. Había dejado Edimburgo en su adolescencia, y mientras se desempeña en el oficio de tejedor, aprende a leer y a escribir por su cuenta. A los 47 años, como lo manifestó en su autobiografía, declaró que una voz le invocaba que pusiera una pluma en su mano. Esa voz en su cabeza le repetía firmemente: “¡Escribe!, ¡escribe!”. La ciudad de Dundee adoptó al poeta y, a pesar de su falta de talento, se las arreglaba para obtener dinero de sus escritos, aunque era visto más como un comediante que daba vida a su propia poesía en la escena cultural escocesa de finales del siglo XIX. Su insistencia lo llevó a publicar su primera colección, llamada Gemas poéticas, en 1878. McGonagall también había sido actor trágico interpretando clásicos como Macbeth y Hamlet. Esta experiencia le sirvió para organizar sus propios recitales, por los cuales recibía cinco chelines por función. Dundee, la ciudad del noreste escocés donde a menudo hacía sus presentaciones, se convertiría con el tiempo en la localidad que más lo celebraría como figura, más allá de la calidad de sus versos y rimas. En la actualidad el reconocimiento va desde el nombramiento de una plaza hasta alguna colección de textos históricos de la biblioteca municipal. El homenaje más reciente corresponde a un paseo peatonal con sus versos grabados en el concreto cerca del puente que cruza el río Tay, al cual escribió uno de sus más famosos poemas: “The Railway Bridge Over the Silvery Tay”. Aunque en vida no fue tan admirado, creía ciegamente en sí mismo a pesar de las duras críticas que lo marginaron a recitales de tabernas. Sus lecturas las preparaba para una audiencia, que no iba exactamente a apreciar la sofisticación alegórica de sus composiciones, o mucho menos el delicado uso que le daba al lenguaje. En cierta forma los avatares textuales de McGonagall se encontraban entre un margen exagerado de pretensión sublime y cierta inocencia literaria, una buena mezcla que hizo que sus poemas fueran inconscientemente muy entretenidos. Mucho de su público eran obreros toscos que iban a reírse de su simpleza e impericia poética, y del que se comenta, incluso, terminaba lanzándole vegetales podridos. Las crónicas señalan que el poeta se mantenía firme en la adversidad y culpaba al alcohol que embriagaba a su público del poco reconocimiento de su talento. Con todo a cuestas, darse por vencido no estaba en sus planes de ambición literaria. Los entendidos del género hoy lo reconocen como un poeta malo, pero también como un hombre épicamente persistente. Se podría decir que el reconocimiento actual a la poesía de McGonagall no se basa en el atributo de su obra, sino más bien en esa forma en que los británicos admiran la obstinada persistencia de quienes siguen adelante a pesar de las constantes caídas. Por otro lado aunque a McGonagall le sobraron detractores al publicar sus gemas poéticas, el poeta también alcanzó ganar algunos devotos que realmente gustaban de su trabajo. Su sinceridad y versificación simple lo acercó a benefactores que le ayudaban generosamente a sobrevivir como escritor de poesía. Así, logra también hacerse de un viaje a New York en uno de esos vapores de la época para probar suerte, como lo hacían cientos de miles de inmigrantes europeos que zarpaban hacia la América angloparlante. Al cruzar el Atlántico la Gran Manzana lo impresionaría, en especial sus altas edificaciones que ya a finales del siglo XIX comenzaban a encumbrarse por toda la ciudad. Aunque terminaría aborreciéndola, escribió en verso algunas de sus impresiones en sus Apuntes de Nueva York: “¡Oh poderosa ciudad de Nueva York! eres maravillosa para la vista / Tus edificios son magníficos, la verdad sea dicha / Eran las únicas cosas que detendrán a mis ojos / Debido a que muchos de ellos tendrán trece pisos hacia arriba”. Su regreso fue costeado por uno de sus amigos ya que no le iría muy bien en la gran ciudad estadounidense. Al tratar de buscar su sustento y el de su numerosa familia también prestó su talento para anuncios en prensa. Así obtuvo un pago por unos versos para una publicidad de jabón de ropa. Con su métrica divertida trataba de convencer a las damas de lo agradable que podía ser el uso del detergente Sunlight: “Lavará usted con presteza asombrosa / Sin estropearse espalda ni cerviz / Ni cuando lave la ropa más roñosa / Chorreará el sudor por su nariz”. Además del humor que quizás sin saber imprimía a sus versos, McGonagall también se deslumbraba, como los poetas románticos, con la naturaleza, las grandes batallas y los grandes personajes históricos. Si algo se puede argüir sobre su poesía es que ésta era difícil de categorizar. Aunque era sentimentalista, poco rayaba en el cliché, ya que al ser autodidacta no copió los modelos tradicionales como comúnmente lo hacían otros poetas populares. Sus temas podían basarse en la observación del entorno, en el recuento, o incluso en una armazón de notas que tomaba de la prensa. Las constantes alteraciones del orden y las reacciones de vandalismo que causaban sus presentaciones llevarían a las autoridades a prohibir sus recitales en lugares públicos. Eventualmente se le conminó a abandonar Dundee. De allí partió a una ciudad mucho más pequeña llamada Perth, pero en ésta no había público para su poesía, y el poblado no le brindaba la más mínima oportunidad de sustento. En otras ciudades le iría peor; en Glasgow, por ejemplo, fue objeto de burlas por estudiantes malsanos que organizaban cenas y eventos a su nombre. Eran falsos e insultantes homenajes que sólo se hacían para coronarlo como el poeta más grande del mundo. McGonagall murió pobre de una hemorragia cerebral en Edimburgo en 1902, convertido ya en todo un ícono del doggerel verse con más de doscientos poemas escritos. El poeta y actor trágico, después de su muerte, llegó incluso a ser víctima de imitadores de oficio. En 1905 apareció una falsa autobiografía que se vendía por un chelín. El texto inventado se publicó como El libro de las lamentaciones de McGonagall y se ofrecía como obra suya. En un ensayo de 1936 el poeta modernista escocés Hugh MacDiarmid manifestó que nada en la historia moderna de Escocia es más vergonzoso que lo hecho y permitido por las autoridades a McGonagall. Los comentarios de la época indican que siempre lucía desaliñado, que llevaba el pelo largo y mal cuidado y que habitualmente andaba con las ropas rasgadas. Lo cierto es que nunca fue justificable el desmerecido e infame trato recibido de muchos de sus contemporáneos. Aunque McGonagall sigue siendo visto como un mal poeta, en la actualidad sus versos son estudiados y recitados por lectores jóvenes que deliran no sólo por el humor que desprenden, sino también porque su poesía se manifiestan como única y honesta, y que, quizás al margen de lo propuesto por el autor, toma un matiz propio más allá de los cánones de la literatura poética. Aunque McGonagall no será el segundo mejor poeta escocés después del muy alabado Robert Burns, se puede decir que el caballero del elefante blanco se ha venido apuntalando como el segundo más famoso. ** Oleski Miranda Navarro http://www.letralia.com/firmas/mirandanavarrooleski.htm Escritor venezolano (Cabimas, 1974). Es sociólogo (Universidad del Zulia, LUZ; http://www.luz.edu.ve) y antropólogo (Universidad de Chile, http://www.uchile.cl). Sus artículos de opinión, ensayos y relatos han aparecido en distintos diarios y suplementos culturales de Venezuela, así como en distintos portales digitales de América Latina y Europa. Actualmente realiza un doctorado sobre estudios latinoamericanos e hispánicos en la Universidad de Edimburgo (http://www.ed.ac.uk; Escocia), donde también se desempeña como profesor asistente. === José Saramago, el escritor de nuestro tiempo ========================== === Abraham Prudencio Sánchez ============================================= La primera y última vez que lo vi fue cuando tuvo la amabilidad de visitar el Perú. El motivo no era otro que presentar su libro La caverna en la Universidad de Lima, donde no cabía un alfiler. Recuerdo que en ese momento estaba en clases con miras al examen de admisión a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y tuve que decir que mi abuela se estaba muriendo para poder salir de la academia. Pocas veces he sentido una conmoción tan grande como ese día. Siempre me ha gustado leer pero no siempre he tenido dinero para comprar libros originales y en ese momento sólo me quedaba dinero para regresar a casa, pero algo en mí me decía que esa noche sería inolvidable. Fue en ese instante cuando sentí, una vez más, cómo el espíritu demoníaco se apoderaba de mí, y cómo, presa de una reacción mecánica, me acerqué a un stand donde se exhibían los libros del querido José Saramago y, en un descuido providencial, el libro se hizo humo entre mis manos. Traté de caminar con tranquilidad y cuando ya estuve en medio de toda esa multitud recién ahí saqué el libro nuevo y lo hice relucir con orgullo como si se tratara de un trofeo muy bien ganado. Ese día, durante su presentación, Saramago una vez más se mostró indignado con lo que estaba pasando en el Perú y en el mundo, hasta el punto de que si él hubiese podido cambiar con la literatura esa realidad estoy seguro de que lo hubiera hecho. He olvidado muchas cosas, pero en mi mente se quedó grabado el instante en que José Saramago pidió que prendieran todas las luces porque, si bien era cierto que nosotros lo veíamos, él no alcanzaba a vernos, y en ese momento todo el mundo aplaudió ese gesto y en ese instante comprendí que estaba frente no sólo a un gran novelista sino también frente a una gran persona. No sólo se mostró cordial sino también me autografió el libro robado que conservo como si fuera el tesoro perdido de los incas; por eso, la tarde en que me enteré de su muerte sentí una gran tristeza, y como dijo Borges, cuando muere alguien, en este caso José Saramago, el mundo se hace más pobre. Sin embargo, el maestro que siempre vivió indignado de esta sociedad ya pasó a la inmortalidad. No sé si la literatura tenga el poder de cambiar o no, pero a mí, libros como el de José Saramago me han ayudado a vivir y ser otra persona. Después de El evangelio según Jesucristo, José Saramago volvió al ataque con un nuevo libro, Caín, texto que ha despertado la cólera más furibunda tanto de creyentes como de no creyentes. El autor confiesa que, como nunca, el libro lo escribió en tan solo cuatro meses, como si estuviera en un estado de trance total. No cabe duda de que José Saramago nos ha dejado, durante su estadía en estos parajes, una obra maravillosa de reflexión y crítica que traspasa generaciones. El mito de Caín tiene referencias literarias anteriores; ha sido visto por autores como Byron, Steinbeck, Unamuno, etc. La peculiaridad de Saramago es hacer un personaje que recorre el tiempo y cuestiona directamente a Dios. José Saramago nos relata el primer asesinato de la historia de la humanidad y se sirve de este fratricidio para atacar abiertamente a la Iglesia. A través de los ejemplos demuestra la crueldad divina y argumenta que Dios se convirtió en asesino de niños con la destrucción de Sodoma y Gomorra. Caín, el personaje principal, viaja en el tiempo convirtiéndose de esa manera en el testigo presencial de la humanidad. Uno de los argumentos centrales del libro es que esta muerte se hubiera evitado si el Todopoderoso hubiera recibido sin quejas ni menosprecios la ofrenda de Caín. El personaje principal de Saramago sufre destierro, acepta el destino trágico que Dios ha elegido para él. Caín rueda por el mundo, sabe que él no fue el culpable, se pregunta sobre su destino, su visión desesperanzada del mundo le hace dar cuenta de su individualidad como ser humano víctima del poder divino. Le atribuye a Dios la responsabilidad directa, sería en nuestro tiempo el autor intelectual del crimen; Caín, en ese sentido, pasaría a ser simplemente una marioneta; es así como, partiendo de estas premisas, se cuestiona el papel de Dios. Durante este retorno a las fuentes bíblicas se muestran y evidencian sus contradicciones. Es una novela en que se cuestiona y reprocha el poder celestial. Es un Caín indignado con su Dios. Al no ser Caín el culpable de la muerte de Abel, Dios es quien asume toda la responsabilidad. La conclusión final a la que llega el escritor es que Dios sólo existe en nuestras cabezas. Esta obra polémica está construida a base de humor, ironía y cruda verdad, y esa es una cualidad indiscutible de este escritor portugués. Dicen que José Saramago ha muerto, pero hoy, desde el cielo y en compañía de Caín, está más vivo que nunca. ** Abraham Prudencio Sánchez http://www.letralia.com/firmas/sanchezabrahamprudencio.htm Escritor peruano (Ancash, 1979). Es licenciado en literatura peruana y latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM, http://www.unmsm.edu.pe) y magíster en literatura general y comparada por la Universidad de La Sorbona (http://www.sorbonne.fr), en París (Francia). Ha publicado el libro de relatos La vida no vale nada (2005), la novela El día de mi suerte (2006) y la nouvelle Hojas de otoño (2009). Ha traducido y prologado a Maurice Blanchot, Julien Gracq y Marguerite Duras. Ha sido conferencista sobre literatura peruana en las universidades Paul Valéry-Montpellier 3 (http://www.univ-montp3.fr), Complutense de Madrid (http://www.ucm.es) y en la Escuela Normal Superior de París (http://www.ens.fr/?lang=en). Asimismo colabora en diversos medios literarios. Actualmente sigue estudios de doctorado. Ha sido finalista del Premio Internacional Juan Rulfo 2008. === Gustavo Adolfo Bécquer (X) ============================================ === Una ensalada en la comida y un farol en el patio ====================== === Vicente Adelantado Soriano ============================================ Llevaba mucho tiempo angustiado. Para ser exactos, desde el momento en que, más o menos de forma oficial, comenzó esto que se ha dado en llamar crisis, y que está suponiendo la pérdida de todos los derechos alcanzados por el común de los mortales. Digo por el común de los mortales, no por políticos y banqueros. Nos dicen desde el gobierno que no hay dinero en las arcas públicas, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Por supuesto que no es así, que esto es pura demagogia. ¿Quién ha vivido por encima de sus posibilidades? Todos los años, el común de los mortales ha tenido que rendir cuentas a Hacienda y pagar. ¿Cómo vivir con lo que no se tiene? Ahora bien, hay gente, no se nos oculta, que ha especulado con el dinero ajeno, y hecho obras monumentales y de caridad con el mismo. —Ya estamos a vueltas con la economía. —Sí, don Gustavo, ya estamos a vueltas con la economía. Y con la corrupción. Pero lo grave del caso es que eso de la economía, tan ambiguo al parecer, comienza a tener rostros. —Siempre los ha tenido, querido amigo. En Madrid y en mi época había legiones de pobres. Para comprobarlo no tiene usted más que leer las novelas de su admirado don Benito. Misericordia o Fortunata y Jacinta le bastarán. —Las he leído, las he leído. Y, desde luego, no estoy de acuerdo con las soluciones que aporta Galdós. Las obras de caridad, Nazarín, Ángel Guerra, no sirven para nada. O, si quiere, no es la solución. —No, por supuesto que no. Las soluciones tienen que venir de la mano de la política. Y ahí, querido amigo, tendrá todas las confrontaciones y batallas que se pueda imaginar. —Sí, ya lo sé: homo homini lupus. Nadie va a compartir nada de lo que tiene. A lo sumo, como el rico Epulón, dejará que el resto de las personas se beneficien de las migajas que caen de su mesa. —Y por otra parte, no olvide que no es la economía lo fundamental y lo básico de un gobierno. —No sé si será lo fundamental o no; pero sin dinero pocas cosas va a poder hacer un gobierno y un padre de familia. —Tal vez podría inyectar alguna que otra lección de moral: la aceptación de las cosas, un cierto distanciamiento de ellas... —No le falta razón: si no hay de dónde robar, todos nos volveremos honestos. Muerto el perro, muerta la rabia. —Sí, y de paso acabará usted con las distracciones de mucha gente. Y el ocio es la madre de todos los vicios. En mi época se paliaba la crisis, procuraré que estas palabras no suenen con ironía, con bailes y soirées. La buena gente asistía a ellos y era feliz. Ahora se organizan maratonianos concursos en la tele para recaudar fondos. Se presentan tan pocas ocasiones de hacer una obra de caridad bailando un schottisch-polka que no tan sólo no extrañaríamos la boga de estas o parecidas fiestas, sino que, por el contrario, las aplaudimos. No todos comprenden la caridad de un mismo modo, no a todos es dado practicarla en lo que tiene de más enojoso y áspero: bueno es, pues, allanar el camino armonizándola con otro placer que el que las almas privilegiadas encuentran en el fondo de la caridad misma (1). —Lo que usted quiera, don Gustavo. Pero hoy en día sus palabras suenan a un sarcasmo o a una terrible burla. La semana pasada un pobre hombre se suicidó en Grecia. —Sí, lo sé; y millones de seres mueren de hambre en otros continentes. Y hay mafias que explotan sexualmente a niñas, o padres que las venden. Aquí nada más nos acordamos de santa Rita cuando truena. —En eso tiene usted razón. No crea que esas desigualdades no me quitan el sueño. A veces, y eso sí que me angustia, me parece que, con respecto a esos pueblos, yo soy como cualquier ministro o político del gobierno en estos países en crisis: alguien privilegiado, protegido por las leyes, y sin ningunos deseos de compartir nada con nadie. —Es terrible. El ser humano es terrible. En realidad, como ha apuntado usted antes, sólo damos lo que nos sobra. —O lo de los demás. Muchas llamadas asociaciones caritativas hacen la caridad con el dinero de los otros, no con el suyo propio o con su sacrificio. —¿Y no le parece que la pérdida de algunos de los derechos de los que usted hablaba antes puede ser una muestra de solidaridad? Yo no desdeñaría la caridad, ni el ejemplo de mantener a una población con cinco panes y cinco peces (2). —En otros momentos pudiera serlo. Pero no creo que lo que se pueda ahorrar en la sanidad o en educación vaya destinado a esos terceros países. —¿A qué va destinado entonces? —Parece ser que a pagar las deudas que los países han contraído con los mercados. Y no me pregunte qué son los mercados porque no lo sé. Es la palabra mágica de la actualidad. Antes, en épocas pretéritas, las cosas pasaban porque Dios lo quería, o lo consentía; ahora porque los Mercados se ponen nerviosos... —Cada vez la sociedad se hace más burda y prosaica. Y, tal vez, y por ello mismo, más violenta. Cuando la furia se desate, como se desató en épocas pasadas, la violencia será extrema. Al fin y al cabo hay más bancos que conventos, ¿no? —Sí, unos cuantos más. Tal vez nos haría falta unos decretos como los de Napoleón impidiendo su crecimiento. Si antes había monjes y truhanes que comían de la sopa boba, ahora hay familiares, amigos, primos, queridos y queridas, que se han aprovechado de todo: universidades, bancos, televisiones, centros concertados. Medio país vive del Estado y el otro medio busca subvenciones. —Nada nuevo bajo el sol, querido amigo. Pero lo que tienen que procurar ustedes es encauzar esto antes de que les estalle en las manos. —Eso es lo que se debería hacer. Pero, sinceramente, con los políticos que tenemos, de tan poca talla, no espero nada. Hablan, hablan y hablan, y lo único que hacen es recortar lo ajeno sin tocar ninguno de sus privilegios. Y sin visión de futuro. —¿Y qué haría usted? ¿Tiene alguna idea al respecto? —No sé lo que haría, no lo sé. En principio no hablar. Sí, es una contradicción que pida no hablar hablando. Es como cuando usted hace un canto a la pereza escribiendo y trabajando. —Las propias contradicciones del hombre. Ahora bien, seríamos felices si pudiéramos armonizarlas, ¿no cree? —Me encantaría. Y eso es lo que, a veces, me parece que deberían hacer los políticos. Usted seguramente los relacionaría con el mes de febrero. —Hombre, yo no he llegado a considerar que estén locos. —No, yo tampoco. Me refería a que es el mes que más se parece a un teatro de magia: igual tenemos un decorado con nubes que un sol radiante, unos árboles floridos y otros que producen hielo y escarcha. Igual que los políticos. —Hay personas que no dejan de asombrarnos. Los enemigos de ayer se pueden convertir en los amigos de mañana. —Hay que ser indulgente con los demás, máxime si coinciden con ellos nuestros intereses. —¿Y qué otra cosa es la política? Si gobernar una familia con cinco o seis miembros se puede convertir en un infierno, imagínese el hacerlo con una nación, y más en una en la que abundan los cráneos privilegiados. —No serán los de los políticos. Estos parecen más que nada charlatanes de feria. Creo que deberían empezar por guardar silencio, retirarse más a menudo, y pensar y reflexionar. —Para eso tienen a sus asesores, que, la verdad, salvo honradas excepciones tampoco se calientan mucho la cabeza. A veces me da la impresión de que todo el progreso de las naciones está en su capacidad de destrucción... Antes podíamos ver un teatro más o menos aceptable, pero el cine que hay ahora es horrible. Y de una enorme violencia. ¿Cómo pueden disfrutar con semejantes bestialidades? —No lo sé. Sé que la falta de interés y de originalidad del cine es grande. Al menos del nuestro. No tenemos biografías ni películas sobre momentos importantes de nuestra historia, ni sobre personajes importantes. Pero, claro, el cine es una industria, un negocio. —Todo es un negocio. Lo difícil es armonizar una cosa con otra. Y esa, y sin ningún arte de magia, debería ser la misión del político. Sí, tiene usted razón. Y deberían hacerlo sin ideas de partido, ni políticas, en el mal sentido de la palabra. —Hace poco, y por esto de la crisis, se dijo que para ahorrar, en las aulas, deberían haber más alumnos. No sé, quizás treinta. Antes de que me diga nada le diré que los profesores hoy en día han sido privados de toda autoridad. Y que los adolescentes, es decir, los alumnos, pueden hacer cuanto les dé la gana tanto en las aulas como fuera de ellas: son casi intocables. —Eso está bien siempre y cuando en casa reciban una buena educación. —¿Recuerda usted la campechanía de aquel acompañante suyo durante el viaje a Veruela? ¿El regidor aragonés? (3) —Sí, ya lo sé: como figura literaria puede ser divertida, pero insufrible en la vida cotidiana. ¿Es eso lo que me quiere decir? —Pues eso mismo. Pero es que hoy se ha descolgado otra señora, muy preocupada por el fracaso escolar, anunciando que la atención al alumno ha de ser “niño a niño”. Dicho por una señora consellera. —¿Y eso qué quiere decir? ¿Ha ido esta señora al teatro alguna vez? —Creo que ni ha ido al teatro ni ha asistido a ninguna clase. —El teatro, y eso también lo dijo su amigo don Benito, va dirigido a la medianía. Es cierto: si eleva mucho el vuelo, la sala se queda a medias, sin entender nada. Y si se arrastra por los suelos, se puede convertir en vulgar, como la televisión. Tiene que mantener el equilibrio si quiere que el patio de butacas se llene. —Pues aprovechando esa metáfora, yo pediría a todo el mundo que tuviera claro qué es lo que quiere de institutos y universidades, de la enseñanza. —¿Y usted cree que la gente se iba a poner de acuerdo a la hora de darle una respuesta? Visto lo visto, muchos padres le dirían, si se atrevían a decirlo, que lo único que quieren es entregar a sus hijos y que se los devuelvan por la noche y cansados... —O cuando tengan dieciocho o veinte años. —Pudiera ser. Otros le dirían que basta y sobra con que les enseñen a leer. Y los menos les pedirían a los colegios que los educaran bien y les exigieran mucho a fin de hacer hombres de bien y personas muy capaces. —¿Y cómo se armoniza todo eso en un aula teniendo treinta alumnos, algunos de ellos con problemas, con enfermedades reales o inventadas? —¿A usted se le ocurre algo? Porque las opiniones que me surgen a mí no van a ser del agrado de muchas personas. Quiero decir que van a ser políticamente incorrectas. —Creo que no debemos tener ningún miedo por eso. Sabe usted que nada hay más atrevido que la ignorancia. En muchas de las cosas que le voy a decir soy un ignorante total. —Todos somos más ignorantes de lo que parecemos. Pero no por eso tenemos que dejar de plantearnos cosas, soluciones y situaciones. Convierta usted su pliego de descargos en una inmensa interrogación ambulante (4). —Sería más fácil que todo eso: lo remitiría a usted a un libro de Azorín en el que habla de la crisis española del siglo XVII. Se fija Azorín en la cantidad de gente, la ingente burocracia creada por Felipe II, que el país debía mantener. Y no salían las cuentas (5). Hoy podíamos hacer lo mismo: tenemos gobierno nacional, gobiernos autonómicos, alcaldes, presidentes, delegados del gobierno, ministros, consellers, consejeros, asesores, el parlamento europeo, la ONU, la Otan, viajes de aquí para allá... Es descorazonador. —Se pueden considerar ustedes afortunados. Todavía. —¿Lo dice usted por los políticos o porque cree que todavía podemos mantener a más gente? Se me ha olvidado citarle a algunos. —No, lo digo porque el gobierno, según dice usted, está dispuesto a ahorrar. Sucedió lo mismo en mi época. También el Gabinete estaba dispuesto a hacerlo. Nosotros lo creemos; pero ha debido sucederle lo que a aquel grande de España, que, conociendo su ruinosa situación, y después de decidirse a tomar una medida radical reduciendo el total de sus gastos al de sus ingresos, dio una vuelta por su casa y no encontró que suprimir más que una ensalada en la comida y un farol en el patio. Las economías realizadas en el presupuesto hasta ahora no equivalen a más. Y cuidado que por nuestra parte no creemos que las economías que son el abecé de la ciencia, bastan por sí solas a salvar una situación. Podrán a lo sumo, servir para atravesar más fácilmente un período dado, para resolver un conflicto de momento, pero no para prosperar y desenvolverse un país (6). —Creo que ha puesto usted el dedo en la llaga. Sí, y es verdad: aquí todavía hay algo más que una lechuga y un farol. Y lo repito, sabiendo que la ignorancia es muy atrevida: me atrevo a preguntar si de verdad nos hace falta tanto parlamentario, tanto consejero, tanto concejal y tanto ministro. Al fin y al cabo para llegar a la situación actual basta con tener unos cuantos manirrotos que, parece ser, es la mejor definición para cualquier gobierno actual. Por no hablar de los corruptos. —Dejemos ese tema, querido amigo, dejémoslo. Me canso de ver al hombre siempre igual a sí mismo. ¿Nadie reivindica que en las aulas se lea a los clásicos? Estoy pensando en los trágicos griegos, en el castigo de los dioses al orgullo desmedido, a la hybris. ¿No se representan tragedias en la actualidad? ¿Para qué quieren las personas tanto y tanto dinero? —Las Humanidades están por los suelos, don Gustavo. Se consideran como un lujo. Somos una sociedad especializada: cada uno sabe su trabajo, pero se desconoce por completo a sí mismo. Usted mismo se convertiría en una sorpresa para muchos y buenos lectores de este país. No, ignoran lo que es la hybris. —Pues las letras son esenciales. No todo es economía y apretar tornillos. Y el Gabinete debería tratar de armonizar unas cosas y otras. ¿No le parece? —Sí, el gabinete, como dice usted, trata de armonizar, pero lo hace con otras cosas: premiando la estulticia para que no crezca mucho la inteligencia. Y así está saliendo el resto. Y no sólo no se representan tragedias; ni siquiera leemos a nuestros propios autores. Permítame una nota en defensa de los maestros, y de la que nadie, por supuesto, va a hacer caso: Nadie, a no ser que lo haya experimentado, creerá con facilidad qué pasiones tan salvajes y crueles alimentan, como víbora en su seno, los adolescentes necios (7). —Terrible. —A veces me da la impresión de que la sociedad está regida por esos adolescentes necios que ponen la economía por delante de todo, a los sacrosantos Mercados. Hoy en día es, además, el pasaporte para todo: todo vale si se hace para generar empleo; antes valía disparar porque todos eran o parecían terroristas. Estamos a la última. Hay gente que hasta ve con buenos ojos el cultivo de drogas si eso crea puestos de trabajo. Sin palabras. —Algún día se darán cuenta de que no todo es economía. O que esta debe estar regida por un concepto moral. La economía es el gobierno de la casa. Y en ella el padre no puede gastar a manos llenas en tanto los hijos trabajan la tierra... Ahora bien si el padre corrompe a los hijos, y éstos dejan de trabajar. —Pues lo harán los esclavos, o las tierras pasarán a manos de otros. Y con tanta pérdida de derechos vamos camino de la esclavitud. Eso sí, esclavos con coche. —Hay que armonizar, dar con un fecundo término medio: Tan mal hemos de vernos gastando más de lo que cada cual tiene, como metiéndonos el último duro en el bolsillo y poniéndole la mano encima. Bueno es que piense en disminuir los gastos, pero sin que se olvide que la prosperidad estriba en el aumento de los productos. Por eso notamos con gusto que en medio de los generales pujos de economía, que concluirán por hacer del Gran Tacaño (8) el tipo de hombre modelo, hay quienes piensan todavía en acometer grandes empresas, como la que en la actualidad se agita, destinada a llevar a cabo la colonización de los terrenos yermos de España (9). —Está usted de rabiosa actualidad. Lo malo es que esos terrenos, los actuales, no son yermos, y además no van a instalar industrias sino zonas de ocio: o parques temáticos, ferias fijas con sus carruseles y todo eso, o ruletas, máquinas tragaperras y luces de neón... —Si en eso van a fijar la riqueza de la nación es porque todavía hay gente que tiene dinero para jugar a la ruleta. Digo yo. —Eso debe ser. —Mientras les quede lechuga y farol, o carnaval y fútbol, que los tiempos adelantan que es una barbaridad, todo va bien. —El Señor nos coja confesados, don Gustavo, el Señor nos coja confesados. Notas 1. Gustavo Adolfo BÉCQUER, Revista de la semana, El Museo Universal, 18 de febrero de 1866. 2. Gustavo Adolfo BÉCQUER, La caridad, El Museo Universal, 19 de noviembre de 1865. 3. Gustavo Adolfo BÉCQUER, Desde mi celda. Carta I. 4. Gustavo Adolfo BÉCQUER, Revista de la semana, El Museo Universal, 14 de enero de 1866. 5. AZORÍN, Antonio Azorín, Tercera parte, capítulo XIII, En infantes. 6. Gustavo Adolfo BÉCQUER, Revista de la semana, El Museo Universal, 18 de febrero de 1866. 7. Luis VIVES, Las disciplinas, Ayuntamiento de Valencia, Valencia, 1987, 3 volúmenes. Volumen II, p. 99. 8. El domine Cabra, personaje de El Buscón. 9. Gustavo Adolfo BÉCQUER, Revista de la semana, El Museo Universal, 3 de junio de 1866. ** Vicente Adelantado Soriano http://www.letralia.com/firmas/adelantadosorianovicente.htm Investigador y docente español. Doctor en filología española. Es profesor de secundaria en Valencia. Textos suyos han sido publicados en Liceus (http://www.liceus.com), Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (http://www.cervantesvirtual.com) y Long Island al Día (http://www.lialdia.com). También tengo novelas y cuentos, inéditos, salvo aquellos que han sido premiados en algunos concursos. Intervino en la redacción del libro Història de la literatura de Valencia, escrito por el doctor Josep Lluís Sirera. Participó en el Simposium de Teatro Medieval de Elche (2004). === Aburrimiento Daniel Abreu L. ===================================== El aburrimiento es como la corriente de un río. Yo me dejo llevar, somnoliento, hastiado, hacia ninguna parte. Deseos, deseos míos: ¿a dónde se han marchado? En este instante dilatado, demorado, extendido, cuando se siente con particular intensidad el yugo opresivo e inexorable del tiempo, nada desearía más que desear. Desear algo, lo que sea. Pero a mi alrededor todo carece de sentido, de interés, de colorido. No siento desesperación; no siento melancolía. Sólo vivo en el centro de un aturdimiento leve como un murmullo, y sostenido y monótono como el ruido de un ventilador de pedestal. En la pantalla del televisor un científico especula sobre el futuro de la humanidad. Aquí, en el punto donde los hombros se comunican con la parte posterior del cuello, ha hecho su aparición ese dolor, viejo conocido mío, que es como una estaca clavada en la carne. Y mi carne palpita y gime y pide auxilio y pide perdón y misericordia. Ah, carne depravada, carne pecadora. Escucho al científico asegurar, con notoria autosatisfacción, que en el futuro hombres y máquinas se fusionarán en un nuevo ser: mitad biológico, mitad electrónico. Que los días del ser humano tal y como lo conocemos están contados; que seremos mucho más inteligentes y que podremos liberarnos de los límites que los genes imponen a nuestra capacidad de adquirir habilidades y destrezas. “Veo con optimismo el futuro”, concluye, “porque nos convertiremos en ciborgs. Pero si tú eres un ser humano, tu tiempo está por acabarse”. Pienso: es sólo un pedante, un patán, un presumido. Y sigo pensando: la realidad es que las especulaciones futuristas de este tipo tienen mucho más que ver con nuestro presente que con el futuro. Más que de predicciones, se trata de diagnósticos sobre el estado en que se encuentra la psique occidental contemporánea. Y, en mi opinión, ese diagnóstico nos dice muy claramente que la prepotencia tecnológica y racionalista que ha impulsado el desarrollo de Occidente en los últimos 150 años está en un callejón sin salida. Ego, poder, amor propio: esta ha sido la utopía promovida por Occidente durante ese período. Nuestro científico no nos ofrece nada distinto ni nuevo: como ciborgs, exaltaremos nuestras capacidades hasta niveles impensados; haremos absolutamente lo que nos dé la gana, incluso aquellas cosas que ni te has imaginado aún. Será la más salvaje orgía de egocentrismo que la humanidad haya conocido. Seremos inmortales. Sin embargo, desde la cama en la que ahora yazgo, convertido en anfitrión de este dolor de cuello y hombros que me persigue como si nos uniera un lazo de sangre o un parentesco en primer grado, una cosa se me hace muy evidente. Y es que esa utopía ultraegocéntrica tiene una faz muy oscura: el aburrimiento. Hoy día, Occidente se aburre. Se aburre mortalmente. Desde Sartre hasta la fecha, su “existencialismo” no es sino una sofisticación filosófica del aburrimiento. Y la única manera que se le ocurre para combatir este aburrimiento es radicalizar sus entusiasmos ególatras, racionalistas, tecnocráticos, individualistas, consumistas, sin darse cuenta de que son esos mismos entusiasmos, ya caducos, ya psíquicamente inefectivos, los que segregan el aburrimiento que tratan de aliviar. Nuestra civilización es un círculo vicioso de aburrimiento; es una lucha agónica por reciclar objetos de deseo que se resuelve en un absurdo, pues es el acto mismo de desear, la realidad del deseo, lo que está en crisis, lo que ya se agotó y no parece ofrecer nuevos caminos de desarrollo humano. Ah, carne depravada, carne pecadora. Me pongo en pie. Voy en busca de una pizza. ** Daniel Abreu L. http://www.letralia.com/firmas/abreuldaniel.htm Escritor venezolano (Caracas, 1979). Es licenciado en letras por la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve). Ha publicado artículos en revistas académicas como Investigaciones Literarias y Extramuros, de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV. Actualmente se dedica a la docencia en educación media. === Suculento Paasilinna Antonio Costa Gómez ========================= Era suculento leer por las noches a Arto Paasilinna. En El año de la liebre leímos cómo el hombre fracasado, al que ha dejado su mujer, que no sabe qué hacer, encuentra una liebre en una carretera perdida y siente a ese ser vivo y asustado y no puede dejarla durante un año. Y tiene un montón de alegrías y experiencias con ella, y de pequeños momentos, y de comunicaciones con el animal, vivaracho y frágil y sonriente, hasta que las burocracias, los legalismos abstractos, los laberintos de la vida moderna le impiden su amistad con ese animal tan simpático y tan amenazado. Es la atracción del bosque y de la naturaleza, la melancolía de un hombre que está lleno de vida y ve cómo está rodeado de obstáculos por todas partes, cómo comete torpezas, cómo le ponen complicaciones continuamente, y sin embargo está vivo igual que la liebre, y sólo quiere latir igual que ella, es igual de patético y lírico que ella, vive un tango triste y lleno de espontaneidad, se refugia en el humor como los campesinos de Galicia, sabe sortear trampeando como un vagabundo los resortes del sistema. Y digamos que el sistema finlandés es más poroso que el de muchos países, y aún le permite moverse, pero los hilos del sistema no suelen tener sentido del humor ni comprender la melancolía, esa melancolía con que un ser puede comprender a otro ser, o un humano a una liebre, mientras toma aguardiente él solo en el apartamento, y se acuerda de antiguas canciones, o de los reproches continuos que le hacían su mujer, su madre, su jefe en la oficina, el vecino del quinto. Y todo ello con una fluidez de estilo, con una agilidad, con un burlarse de todo en las frases, con un soltarse, que le dan amenidad, soltura, dinamismo, humor, y nos hacen reírnos y pasarlo bien mientras meditamos y sentimos. Hace falta esa aparente ligereza, esa espontaneidad, esa vivacidad en el lenguaje, para hacernos latir el tango melancólico de sus personajes. Si los finlandeses están tristes saben llenar la tristeza muy bien, y no sólo con bebidas en los bares o las cocinas. Igual que esa anciana que se escapa por los bosques del norte de Finlandia en El bosque de los zorros, y no quiere que la atrapen los funcionarios de la residencia estatal y le apliquen sus leyes frías y abstractas, esa es la grandeza de la literatura, que va mucho más allá de las abstracciones y capta el alma y la vida, y le hagan ser feliz a la fuerza como a aquel hombre del subsuelo de Dostoyevski, y se preocupen por su bien como aquellos seres de Fleur Jaegy en Suiza. Y se escapa por los bosques, en medio del frío del invierno, entre la amenaza de los osos, lejos de los funcionarios perseguidores, al lado de un molino, y en una cabaña encuentra a un gánster desaprensivo y a un comandante borracho a los que inculca humanidad, los seduce con sus ademanes de mujer, les impide decir tacos, les hace estar limpios y comer encima de la mesa, y no pueden pasarse sin ella, y no consiguen eliminarla, y así entre humor, desenfado, sorpresas, giros curiosos, se nos habla de seres humanos perdidos en los bosques, fracasados, apartados de la sociedad, comunicados con la soledad más profunda de los montes, en esa naturaleza que se traga la Historia, en el fondo del río bajo los puentes está una división entera de tanques alemanes, las perdices y los lobos se sobreponen a los rusos y a los nazis y ponen las leyendas por encima. Y vibramos con esa vieja que no quiere saber de zarandajas ni legalismos, que quiere ser libre y estar viva en sus últimos años, que quiere apreciar el sabor de la vida intensamente en los días contados que le queden, arrinconada en el norte de Finlandia, en los límites extremos de la vida, con una vivacidad tan desesperada que acaba seduciendo a los más desesperantes seres que pasan de todo, como si fueran personajes desarraigados de Camus, y la humanidad acaba imponiéndose por encima de la indecencia, de la frialdad, de la frigidez del Estado, de los reglamentos mecánicos. El alma siempre supera a la máquina y el espíritu se sobrepone a la letra, o se agazapa debajo de ella. La vieja Naska es como la liebre frágil del otro libro, que se ve perseguida y amenazada en un mundo brutal y angustioso, y que resiste como puede, y hace sentir sus pulsaciones, y hace prevalecer su feminidad y su tono maternal hasta sobre los tipos más odiosos. Y la novela nos hace gracia y nos pone melancólicos, pero con esa melancolía de los finlandeses que saben pasárselo bien a pesar de todo y conocen escondrijos contra la angustia. Y sobre todo siempre tienen la naturaleza para refugiarse, y unos cuantos animales para contactar con ellos, y la vida en las soledades para convertirla en leyenda. Porque luego están las leyendas que se tejen en torno de la vieja, y las mentiras patéticas que se cuentan unos a otros, y cómo todo el mundo trata de refugiarse en alguna leyenda, en alguna frase bien compuesta. Y luego leímos la novela más graciosa de todas, Delicioso suicidio en grupo, donde un grupo de seres patéticos y fracasados, que se sienten perseguidos de todos los modos, que no tienen ataduras con la vida, que han sido burlados de todas las maneras, acaban por conocerse unos a otros, y rascar los momentos más alucinantes de la vida, más brillantes precisamente porque están cerca de la muerte, porque destacan al lado de la muerte, y entonces esa melancolía invencible produce flores inagotables, y con un humor sutil y divertido se acaban encontrando todos los valores de la vida, el amor, la amistad, la fantasía, la creación, la sorpresa, aparecidos en las condiciones más improbables, más ridículas, más arrinconadas. Y ese montón de seres que quieren suicidarse alquilan un autobús todos juntos y dan vueltas por toda Europa y la acaban conociendo muy bien, y su vida es una fiesta continua, precisamente porque están al borde de la muerte, porque saben todo lo que esconde la vida, porque se han soltado de todo y sólo quieren vivir con urgencia unos instantes, porque con su humor rompen todas las ataduras, porque con su desesperación han desmontado todo lo que es falso, y su melancolía les sirve para descreer de todo y no obstante encontrar luces y auroras boreales. Y nos reímos con ellos y los encontramos patéticos y nos parecen todos unos payasos, porque el ser humano básicamente es un payaso y un borracho, viene a decir Paasilinna, o tal vez especialmente el finlandés, y tienen que ser los finlandeses presuntos suicidas los que descubran todas las características de Europa, y acaban desembocando en el Atlántico, en las costas tradicionales del Algarbe, donde a pesar de la invasión de alemanes todavía se conservan los sabores del vino y del bacalao y de la nostalgia de los mares y del sebastianismo metido en la sangre. En Portugal está la otra melancolía del fado que conecta bien con la de Finlandia, y no es casualidad que Paasilinna acabe su novela en el Algarbe, porque además vive la mitad de su vida en Portugal. Igual que a Wim Wenders o Alain Tanner, les atrae esa melancolía intimista, el contacto con interiores perdidos, con vidas entrevistas, más que los triunfalismos y las modernidades aplastantes de sus países. E incluso la supuesta desorganización mediterránea y premoderna de ese país. Los portugueses miran el mar con nostalgia y cantan vitalidades perdidas en sus fados, y los finlandeses miran sus lagos infinitos y se emborrachan y piensan en paraísos perdidos y se acuerdan de Vainamonen, su héroe guitarrista que no consiguió nunca seducir a la doncella de Pohjola. Es el primero que hizo el ridículo antes que los personajes de Paasilinna, y como ellos supo prolongar la agonía, porque la vida sería una supervivencia continua, una agonía prolongada, un arañarle sabores al tiempo y al sistema y a todo lo que nos aplasta. Entonces nos encantaba leer por las noches a Paasilinna, los vagabundeos de Vatanen con su liebre, el tesón de la vieja que escapa por los bosques y se encuentra con los osos, la vitalidad de los suicidas que fracasan en todo pero prolongan su vida más allá de todo lo prolongable, como chistes vivientes y melancólicos. ** Antonio Costa Gómez http://www.letralia.com/firmas/costagomezantonio.htm Escritor español (Barcelona, 1956). Reside en Madrid. Es licenciado en filología hispánica y en historia del arte. Ha publicado Las campanas (llegó a la final de los premios Nadal y Planeta), La calma apasionada, El maestro de Compostela, Las fuentes del delirio y La reina secreta. === Año cero: una historia de 1945, de Ian Buruma Amira Armenta ====== Quien no conoce la historia está condenado a repetirla, reza una célebre frase que se le atribuye a pensadores desde Platón hasta Einstein y que se suele tomar como verdad absoluta. El historiador Ian Buruma (http://www.ianburuma.com) en su último libro titulado Year Zero. A History of 1945 (1) (http://bit.ly/1jZL7bo) se muestra escéptico frente a esta aseveración. No cree que los pueblos y sus líderes aprendan mucho de la historia, de los errores del pasado. No estamos a salvo de repetir los desatinos cometidos en el pasado, aun conociéndolos, dice. La razón para ello es que la historia no es un relato único sino una cuestión de interpretación. Y a veces ciertas interpretaciones pueden ser más peligrosas que la ignorancia. Los recuerdos de viejas heridas y viejos odios pueden encender nuevas conflagraciones. En este libro, una biografía del año 1945, Buruma se involucra personalmente al incluir algunos elementos biográficos de su padre. Lo que quería con este libro era conocer y entender la época en la que vivió su padre, en aquel entonces un joven estudiante holandés en un país aniquilado por los años de ocupación nazi. ¿Qué significaba vivir en aquellos países destruidos de Europa y Asia, en qué estado de ánimo se encontraban los seres humanos sobrevivientes de la guerra más devastadora en la historia de la humanidad? Por eso el libro se abre con una anécdota de su padre. En 1941, como estudiante de derecho, su padre sabe que tiene que ingresar a una fraternidad universitaria si quiere tener futuro como abogado. Ingresar a estas sociedades elitistas de estudiantes es una vieja costumbre que aún se mantiene en muchos países occidentales. Los ritos de iniciación de las fraternidades son conocidos por su brutalidad, y son famosos los casos de sadismo que ejercen los miembros veteranos de las sectas sobre los primíparos. La guerra interrumpió también la vida de los estudiantes. El padre de Buruma fue a parar a una prisión en Alemania en donde permanecería en condiciones deplorables hasta el final de la guerra. Una vez acabada la guerra, en septiembre de 1945, cuando los países comenzaron a dar los primeros pasos para volver a la normalidad de antes del conflicto, también los estudiantes volvieron a las universidades, a la vida universitaria con sus fraternidades y sus prácticas humillantes y violentas contra los nuevos miembros. En la Universidad de Utrecht, donde estudiaba el padre de Buruma, comenzó a hablarse de “jugar a Dachau”, un juego que, como su nombre sugiere, consistía en torturar a los más jóvenes al estilo de un campo de concentración. Buruma se pregunta, ¿cómo podían esos jóvenes de la generación de su padre tener en 1945 un comportamiento tan grotesco después de todo lo que había sucedido, de los horrores que incluso muchos de ellos habían vivido en carne propia? Esta es la pregunta que él se propone contestarse a lo largo de la obra. ¿Por qué, a pesar de que todo el mundo rechaza los crímenes de guerra, a pesar de que se crean instancias para vigilar que éstos no se produzcan de nuevo, a pesar de los ¡Nunca más! que resuenan después de que se conoce un nuevo desastre humanitario, no obstante se siguen y se seguirán produciendo? En primera instancia, de las conversaciones con su padre a este respecto una cosa le queda clara: una vez terminado un conflicto la reacción humana es la de mirar hacia adelante, no hacia atrás. En septiembre de 1945 los europeos no quieren preocuparse por los hechos (aunque recientes) pasados de la guerra, no están en condiciones ni tienen los ánimos para criticarlos o cuestionarlos. Vencedores y vencidos asumen su respectivo rol pasivamente y lo que todo el mundo desea es volver cuanto antes a la normalidad de la vida diaria. Es decir, volver a la vida tal como era antes del desastre, la vida diaria incluidas sus propias dosis de ignominia. En la historia de las guerras no hay ni héroes ni villanos, sugiere Buruma, sólo seres humanos tratando de sobrevivir a cualquier costo. Y aunque hay entre los pueblos diferencias culturales, políticas e históricas —qué diferentes son, por ejemplo, los alemanes de los japoneses—, en términos de comportamiento humano, bajo circunstancias similares, la gente se comporta igual. Es una de las conclusiones a las que llega el autor después de observar el proceso de final de la guerra y primeros meses de la posguerra en los países más involucrados en el conflicto internacional. El libro tiene tres partes que corresponden cronológicamente con las fases de los primeros meses de la posguerra. Buruma examina el comportamiento de una sociedad en ruina física y moral, el comportamiento de hombres y mujeres, de pueblos que salían de la conflagración como vencedores o como vencidos, en ambos casos sumidos en la penuria. Los millones de sobrevivientes desplazados que dejó la guerra habían perdido no sólo a sus familias y propiedades, en muchos casos habían perdido incluso su país. Primero vinieron los días de la liberación con su alborozo, festejos y desfiles que tanto habremos visto en películas, con masas de gente riendo feliz en las calles, saludando y arrojando flores a los soldados de los ejércitos liberadores. Superado el regocijo, poco después vendría el período de lo que Buruma llama “de la limpieza de los escombros”. Y con esto no se refiere tanto a los edificios bombardeados sino a los escombros humanos, porque “la guerra, la ocupación, las dictaduras, no sólo dañan físicamente un país, también lo corrompen moralmente”. Había que drenar el veneno. ¿Cómo? Imponiendo la ley. Había que procesar y castigar a los culpables, los criminales de guerra, los nazis y sus colaboradores. La tercera parte, titulada “Nunca más”, muestra cómo fueron los primeros pasos tendientes a crear una institucionalidad internacional, las Naciones Unidas, que garantizara que no se volvieran a repetir en el mundo catástrofes de esa naturaleza. Sexo, hambre y deseo de venganza Los países ocupados durante la segunda guerra mundial no sólo perdían la guerra militarmente, también la perdían sexualmente. Dormir con el enemigo, o lo que Buruma llama la “colaboración horizontal”, fue un fenómeno bastante frecuente en los países ocupados por fuerzas extranjeras. Una colaboración que se explica no sólo por la escasez material y la necesidad de sobrevivir, sino porque los oficiales del ejército ocupante (en Europa los nazis) bien alimentados y con sus uniformes poderosos tenían un aspecto físicamente más atractivo que los hombres locales mal alimentados y mal vestidos. El final de la guerra habría propiciado también una oleada de frenesí sexual, la alegría mezclada con un instinto de reproducción acelerado para compensar las pérdidas de la guerra. Con la derrota del ocupante, la “horizontalidad” se practicó entonces con los soldados de los ejércitos liberadores, estadounidenses y canadienses, también muy bien alimentados y con el aire de superioridad del vencedor. A propósito de esto Buruma narra una anécdota simpática que no resisto la tentación de transcribir: en 1995, para conmemorar los cincuenta años de la terminación de la guerra, se escenificó en las calles de Ámsterdam la entrada de los soldados del ejército canadiense en mayo de 1945. Ancianos veteranos de la guerra vestidos con sus uniformes de hace medio siglo desfilaron en los viejos jeeps y vehículos blindados de entonces. Lo que le llamó tanto la atención al historiador fue ver el comportamiento de las ancianas holandesas que fueron a presenciar el desfile: “Estaban en estado de frenesí, parecían adolescentes extasiadas y gritaban como muchachas en un concierto de rock alargando los brazos para tocar los jeeps y a los hombres uniformados”. Buruma concluye la frase anotando que es una de las escenas eróticas más raras que ha visto en su vida. La venganza contra los alemanes en los primeros meses de la posguerra es un capítulo de la historia que ha pasado más o menos desapercibido hasta fechas recientes, incluso en la misma Alemania. La explicación de esto estaría en el enorme complejo de culpa de los alemanes por el holocausto. Muchos alemanes, no solo los directos responsables, sino la población civil sufrió al final de la guerra grandes horrores, deportaciones, hambruna, violación de las mujeres (esa antigua práctica de vencedores sobre vencidos), tortura. Buruma dice que, “en algunos aspectos, lo que se les hizo a los alemanes de Silesia, Prusia y de los Sudetes refleja de manera grotesca lo que los alemanes habían hecho a otros, especialmente a los judíos”. La venganza pronto tendría sus frenos. Los países vencedores, Gran Bretaña, Estados Unidos, erigidos en policías, jueces y reorganizadores del caos que había quedado en el mundo, no perdieron completamente de vista el espíritu práctico a la hora de juzgar y condenar. Procesos como el de Núremberg fueron ejemplarizantes, pero fueron actos minoritarios. Si se hubiera castigado a cada uno de los alemanes que tuvo algo que ver con los nazis, si se hubiera purgado el establecimiento burocrático y político del tiempo de la guerra, la sociedad alemana se habría desintegrado. Muy pronto los aliados verían la recuperación económica como algo más importante que hacer justicia. Demasiado castigo a los alemanes podía ser contraproducente, era importante que se recuperaran económicamente. Y lo mismo sucedió en países como Francia, Italia, Bélgica y Japón, en donde las elites de la economía, los grandes empresarios, aunque hubieran sido colaboradores, apenas fueron tocadas. En 1945 se cerró un capítulo de la historia de la humanidad y se abrió otro. Ese año las ruinas de la guerra dieron la esperanza de crear un mundo mejor, un mundo más unido, una auténtica comunidad internacional que eliminara los riesgos de nuevas conflagraciones. Y si bien en esa fecha, como lo destaca Buruma, se halla el origen de importantes logros de la comunidad internacional, el surgimiento del estado de bienestar europeo, las Naciones Unidas, los procesos de descolonización en África y Asia, el pacifismo japonés, la Unión Europea como modelo para mantener la paz, en realidad muy pronto se diluyeron las esperanzas. La historia seguiría su curso como si no hubiera pasado nada. Los judíos de diferentes nacionalidades que sobrevivieron a los campos de concentración y de algún modo lograron volver a sus países, Polonia, Francia, los Países Bajos, como nadie esperaba que volvieran, se convirtieron en un estorbo. Sus casas estaban ahora ocupadas por gente que no estaba dispuesta a salir de ellas. Una nueva clase surgió después de la guerra sobre los bienes de los que perecieron o fueron deportados o desconocidos para siempre. La anécdota de “jugar a Dachau” me hizo recordar otra que escuché hace unos años en Ámsterdam. La ciudad es conocida por su afinidad con la cosa judía. Su equipo de fútbol, Ajax, se identifica como judío. El gran rival nacional de Ajax es Feyenoord, el equipo de Róterdam. Cuando juegan los dos equipos en el estadio de Róterdam hay momentos en que los hinchas de este último, para ofender a los amsterdameses, se ponen a hacer un cierto ruido con la boca, una especie de ssssssssssssss..., que era como sonaba el gas en las cámaras de exterminio en los campos de concentración nazi. Se sigue jugando a Dachau. “Nunca más” es un ideal utópico en el que la gente quiere creer. Buruma es más escéptico, y sus reflexiones no están completamente exentas de un sutil sarcasmo: “Los sueños utópicos están destinados a terminar en un depósito de chatarra de las ilusiones”. A finales de 1945 la vida de los países echó a andar como de costumbre, los ideales internacionalistas se fueron difuminando en la necesidad de resolver los problemas domésticos. A pesar de la enorme arquitectura institucional que se comenzó a erigir en la posguerra con el fin de salvaguardar los derechos humanos de todos los pueblos del mundo, se siguen produciendo nuevas guerras a partir de viejas disputas nunca resueltas, nuevas masacres, nuevos genocidios. 1. Elegido por The Economist, Los Angeles Times y The Daily Beast como uno de los mejores libros publicados en 2013. La traducción española de la obra aparecerá próximamente. ** Amira Armenta http://www.letralia.com/firmas/armentaamira.htm Escritora colombiana (Valledupar, 1956). Reside en Ámsterdam, Holanda. Es traductora y analista de políticas. Ha publicado Los gatos pardos de la noche (https://www.smashwords.com/books/view/277916), En el patio de atrás (http://bit.ly/1hQ2XwA) y Een nieuwe tong (http://bit.ly/1jR9lV7). Mantiene un blog sobre política y cultura en http://amiraarmenta.wordpress.com. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === El lenguaje de James Joyce: exilio de la palabra ====================== === Daniel García Arana =================================================== Patriae quis exsul se quoque fugit? (Horacio) Hay algo superficialmente ingenuo en los personajes que pueblan Exiles, la única obra teatral de Joyce. Pero es sólo mera superficialidad. La lengua se rompe en tanto lo hará más tarde en Ulysses o Finnegans Wake. La lengua rompe la barrera, se exilia. Esa es la clave del texto, igual que en A Portrait of the Artist as a Young Man. Por un lado, esos personajes “exilados” representan niveles de la conciencia humana, por lo que, a priori, el lenguaje de dicha conciencia es aquí muy lógico y desde luego, elude convenios tanto gramaticales cuanto sintácticos. La vena intelectual es más fuerte de lo que parece, si de alguna manera nos vemos arrebatados por la lógica y la fuerza de intelección, menores en soliloquios o monólogos como el de Penélope, en Ulysses. ¿Por qué entonces se desciende a una suerte de lenguaje extremadamente simple, más en el modo de un juego absurdo que en el tipo de realismo con el que parece querer entretener Joyce? En Exiles, ese diálogo roza lo paródico; y en su calidad críptica, amenaza con convertirse en tonto y sin sentido: Bertha: Tell me not to go and I will not. Richard: Decide yourself. Bertha: Will you blame me then? Richard: No, no! I will not blame you. You are free. I cannot blame you (1). Joyce invoca con sutileza la lengua de Ibsen y Maeterlinck, si bien evita impregnar de la misma calidad mística de éstos su propia obra. Sí que se acerca en mayor medida a un matiz más claro de significado y significante, cuando Robert y Bertha conversan en la casa, en el Acto II: Robert: What is it, Bertha? Bertha [trembling.]: I was afraid. Robert: Of being alone? Bertha [catches his hands]: You know what I mean. My nerves are all upset. Robert: That I... Bertha: Promise me, Robert, not to think of such a thing. Never. If you like me at all. I thought that moment... Robert: What an idea? Bertha: But promise me if you like me. Robert: If I like you, Bertha! I promise. Of course, I promise. You are trembling all over. Bertha: Let me sit down somewhere. It will pass in a moment (2). Se utiliza el lenguaje para ir más allá de la superficie de lo cotidiano y en el misterioso reino del alma, la comunicación espiritual se lleva a cabo por debajo incluso de los menos inspirados y más planos lugares comunes. ¿Se puede dialogar en el exilio? Bien es cierto que este elemento no se limita a los personajes, sino a la estructura propia de la obra. Este es el principal ejemplo de forma expresiva que es exhibido en el drama joyceano. La estructura lingüística puede, por tanto, describirse en términos que son sugestivos de un exilio. Raymond Williams tiene ideas muy interesantes a este respecto: The play is written as words spoken between persons in a prescribed and limited locality. Singular characters are isolated, within their own presumed resources, in a deliberately limited and locally represented time and space (3). El uso del lenguaje, su eterna imposibilidad en Joyce, supone una modalidad lingüística del encierro, y como tal de presentación y no de exploración, lo que, en contraposición, resalta con el estilo de su obra posterior. Demuestra así cómo, en un drama que trata muy de cerca la cuestión del deseo libidinal, Joyce estimula a su espectador, pero luego le niega la satisfacción de una liberación culminante. El auditorio puede sentirse incluso frustrado a causa de este juego burlón de manipulación autoral. Echemos un vistazo a la estructura de Exiles: 1. En lugar de una obra convencional, como triángulo de pasión interna, es un juego de cuatro triángulos dispuestos en un tetraedro regular, donde subyace la rigidez aparente de la obra. 2. Este tetraedro de exiliados se presenta al público con sólo dos personajes en el escenario al mismo tiempo, en una serie de diálogos duales. 3. Cada par tetraédrico está de alguna manera frente a los demás pares tetraédricos, creando un conjunto de temáticas dobles que coinciden con los propios diálogos, que llamaremos duólogos. 4. Cada par de personajes en cualquier borde del tetraedro es la duplicación de cada uno de los otros, así que entre los cuatro personajes principales (excluyendo Brigid, la imaginada y el niño Archie) tenemos seis pares de caracteres dobles. 5. Cada personaje, viendo los otros tres desde su ápice del tetraedro, por lo tanto está mirando tres dobles de aspectos de su personalidad. 6. Esta duplicación de caracteres se logra en gran parte por la duplicación del lenguaje a través de un proceso de ecolalia. Lo que no es menos cierto, visto este esquema, es que, en Exiles gran parte del diálogo vuelve sobre sí mismo, reafirmando y negando sus mismos puntos anteriores —la estructura de la oración simple es intencionalmente no convencional—, y compensa el lector en esa evidente manera de burlarse de la falibilidad de la lengua. Es, en palabras de Walton Litz, la dialéctica sin resolución (4). La verdad de la infidelidad —el amor que Robert, primo de Bertha, siente por ella, pese a estar casada con Richard / el que siente Richard por Beatrice, pese a estar casado con Bertha—, los dobles sentidos, los malentendidos... Sobre eso está construido el exilio lingüístico de los personajes. Esa duplicidad intrínseca, por mor de la deseada incapacidad discursiva tan joyceana, no posee más que una función, dentro del propio exilio: la verdad es indefinible en el lenguaje que se habla. Para definirla se debe salir fuera del lenguaje, como ocurre en los lenguajes formales que son numerados y jerarquizados. Al nivel n+ se establece el nivel n- de verdad, esto es, el metalenguaje. Y no se puede llevar a cabo en el caso del lenguaje que se habla, porque no es un lenguaje formal. Este es el sentido del aforismo de Lacan por el cual no hay metalenguaje. No hay otro lenguaje que el lenguaje, la lengua materna, que hablamos. Para referirse a este lenguaje, Lacan acuñó el término lalangue (5), en un intento de expresarlo fuera de la gramática; parecería entonces que el caos inherente dentro del texto es un reflejo —exagerado, si se quiere— de nuestras propias vidas, la confusión de los individuos en la sociedad moderna tipificados en una lucha fundamental para (hacerse) comprender. La lengua de Joyce es una lengua hecha de semblantes, esto no es nuevo; es el artificio inventado y así se ve cómo desde el inglés crea en ellas su antedicho concepto de lalangue, al que sirve mejor como exiliado, como profesor de su lengua como extranjera. Esto nos lleva a A Portrait of the Artist as a Young Man, a las propias palabras de Stephen Dedalus: The language in which we are speaking is his before it is mine. How different are the words home, Christ, ale, master, on his lips and on mine! I cannot speak or write these words without unrest of spirit. His language, so familiar and so foreign, will always be for me an acquired speech. I have not made or accepted its words. My voice holds them at bay. My soul frets in the shadow of his language (6). Stephen Dedalus es el personaje exilado por antonomasia. Es síntoma. Es el propio lenguaje roto, quejoso cuando se le ha intentado conducir a una comprensión más profunda de su situación y que se esfuerza constantemente para elevarse por encima de la parafernalia dogmática y parroquial de la lengua que quiere imponérsele: nación, familia y la religión. Vuelve a la cuestión del lenguaje común, cotidiano, que tratábamos en el análisis de Exiles: si tomamos una perspectiva psicoanalítica, veremos cómo a éste la imposibilidad de su objeto le impone la discreción. Es el único modo de dirigirse a la dimensión real del inconsciente. La discreción es precisamente el uso de lalangue, su pragmática, y no el uso —diríamos incluso el abuso— de un lenguaje ordenado por la verdad. Lo que hace Joyce es llevarnos a una dimensión en la que la palabra pierde su función de comunicación y se queda en la palpitación más íntima del goce; esa la dimensión en la que la palabra no hace discurso. Es en la que se hace exilio, por inadaptado. Cuidado con la propia inventiva inconsciente de Dedalus para salir de la maraña pesadillesca del lenguaje: [...] he found himself glancing from one casual word to another on his right or left in stolid wonder that they had been so silently emptied of instantaneous sense until every mean shop legend bound his mind like the words of a spell and his soul shrivelled up, sighing with age as he walked on in a lane among heaps of dead language. His own consciousness of language was ebbing from his brain and trickling into the very words themselves which set to band and disband themselves in wayward rhythms (7). Dedalus se oculta tras el silencio de las rimas, recurren al exilio y utilizan la astucia para sobrevivir. Sin compromiso alguno, según su buen saber, se alimenta de un desarraigo individual real o ficticio, de persistente tormenta interna y derrumbe colectivo. Igual que Richard, Robert, Bertha o Beatrice, aquí se trata de enfrentar y utilizar los únicos medios de comunicación accesibles: los que son a través de una especie de lenguaje convencional. Pero Joyce se mantiene estricto frente a los cánones del discurso figurativo. A un nivel, el de simple declaración/afirmación, esto se señala y adecúa. Volvemos a Exiles: Robert: No man ever yet lived on this earth who did not long to possess — I mean to possess in the flesh — the woman he loves. It is nature’s law. Richard: What is that to me? Did I vote it? (8). Esto es, característicamente, un rechazo del sentimiento ordinario. El interés del fracaso, ya que se ha hecho (aunque no por imitación) característico. Una profunda separación de relaciones y un rechazo de lo ordinario tal y como se utiliza en la comunicación, en un equilibrio frágil, entrecortado, a través de convenciones de la representación que asumen su importancia y realidad. ¿Cuál es el comienzo de A Portrait..? Veámoslo: Once upon a time and a very good time it was there was a moocow coming down along the road and this moocow that was coming down along the road met a nicens little boy named baby tuckoo (9). Son los recuerdos de su infancia y de su padre, sí, pero existe una manipulación en el lenguaje. Quizás para hacer notoria la distancia de Stephen con el resto de la sociedad, y los cambios personales que le suponen convertirse en un adolescente. De la inicial “His father told him that story: his father looked at him through a glass: he had a hairy face” (10), no tardamos en llegar a “in deference to his reputation for essay-writing he had been elected secretary to the gymnasium” (11). Entre Stephen y el propio Joyce —su suerte de alter ego— mantienen un nexo inextricable entre la lengua del pasado de un individuo y su presente como lente de contacto para un futuro. Por último, lo que queda bien patente es que si A Portrait... son las experiencias de su vida primigenia, no es menos evidente que Exiles es un paso más, pese a su comprensible fracaso como obra teatral. Son eventos posteriores de la propia vida de Joyce, procesados en una nueva forma, mucho más objetiva. Podemos, si se quiere, enlazarlas a Dubliners y Stephen Hero, si advertimos, como nos recuerda sabiamente Raúl Blengio, que son ejemplo dramático de la situación de un hombre desterrado en su propio hogar (12). Joyce lo ha conseguido. Él es parte del público que asiste a la representación de su exilio lingüístico. En plena posesión catártica de sus facultades. Notas 1. JOYCE, James. 1973. Exiles. Harmondsworth: Penguin, p. 70. (Bertha: Dime que no vaya y no lo haré. / Richard: Decide tú. / Bertha: ¿Me culparás entonces? / Richard: ¡No, no! No te culparé. Eres libre. No puedo culparte). Todas las traducciones, de aquí en adelante, son nuestras. 2. JOYCE, Op. cit., pp. 101-102. (Robert: ¿Qué te pasa, Bertha? / Bertha [temblando.]: Tenía miedo. / Robert: ¿De quedarte sola? / Bertha [le coge sus manos]: Ya me entiendes. Tengo los nervios a flor de piel. / Robert: ¿De que yo...? / Bertha: Prométeme, Robert, no volver a pensar en eso más. Nunca, si te importo algo. Pensé en ese momento... / Robert: ¿Qué? / Bertha: Pero prométemelo si te importo algo / Robert: ¡Que si te aprecio! Lo prometo. Por supuesto que lo prometo. Estás temblando. / Bertha: Deja que me siente. Se me pasará enseguida.) 3. WILLIAMS, Raymond. “Exiles”, en MCCABE, Colin (ed.) 1982. James Joyce: New Perspectives. Bloomington: Indiana University Press, p. 109. 4. WALTON LITZ, Arthur. 1972. James Joyce. New York: Twayne, p. 74. 5. Vid. si no MILLER, Jacques-Alain. “Théorie de lalangue (rudiments)”, en Ornicar?, Nº1, París, janv. 1975. 6. JOYCE, James. 1969. A Portrait of the Artist as a Young Man. Harmondsworth: Penguin, p. 189. (El lenguaje en el que estamos hablando ha sido suyo antes que mío. ¡Qué diferentes resultan las palabras hogar, Cristo, cerveza, maestro, en mis labios y en los suyos! Yo no puedo pronunciar o escribir esas palabras sin sentir una sensación de desasosiego. Su idioma tan familiar y tan extraño, será siempre para mí un lenguaje adquirido. Yo no he creado esas palabras, ni las he puesto en uso. Mi voz las mantiene a raya. Mi alma se angustia entre las tinieblas del idioma de ese hombre.) 7. Ibíd., p. 178. (De repente, se encontró mirando las palabras que surgían, casuales, a derecha e izquierda, estúpidamente maravillado de que se hubiesen desprovisto, en silencio, de todo sentido real, hasta el punto de que el más insignificante letrero comercial aprisionaba su mente como los versos de un salmo; arrugando su alma que suspiraba a causa de su edad mientras avanzaba por aquella callejuela entre montones de lenguaje muerto. Su propia conciencia del lenguaje volvía a fluir de su mente y se condensaba en palabras simples que se enlazaban y desenlazaban con rimas traviesas) 8. Exiles, op. cit., p. 79. (Robert: No ha habido hombre en el mundo que no desease poseer —me refiero a poseer carnalmente— a la mujer que ama. Es la ley de la naturaleza / Richard: ¿Y a mí qué? ¿Acaso voté yo esa ley?) 9. A Portrait..., op. cit., p. 7. (Hubo hace mucho tiempo, y bien buenos tiempos que eran, una vaquita mú que bajaba por el camino y esta vaquita mú que bajaba por el camino encontróse con un bebito precioso llamado bebé tuco.) 10. Ibíd., p. 7. (Su padre le contaba ese cuento. Le miraba a través de un espejo: tenía la cara peluda.) 11. Ibíd., p. 73. (Gracias a su reputación como redactor de ensayos literarios, le habían elegido secretario del gimnasio.) 12. BLENGIO BRITO, Raúl. 1972. Introducción a Joyce. Montevideo: Biblioteca Nacional, p. 41. ** Daniel García Arana http://www.letralia.com/firmas/garciaaranadaniel.htm Escritor español (Zaragoza, 1988). Formado en la carrera de filología inglesa y especializado en literatura y literatura comparada, especialmente inglesa y norteamericana. Ha ejercido la crítica cinematográfica, literaria y musical en la extinta revista zaragozana de humanidades Laberintos y en la web Letras.s5.com. Es profesor de inglés en un colegio de Zaragoza, profesión que alterna con la de músico y crítico. === La tierra transfigurada de Juan Rulfo ================================= === Una interpretación de El Llano en llamas Gabriel Jiménez Emán ==== Antecedentes Pocas tendencias de la literatura de América Latina han expresado tanto vigor como las que conformaron el ciclo de las llamadas novelas de la tierra. Esta fue una denominación convencional para referirse a un importante movimiento novelístico que surgió como respuesta ética de las sociedades americanas a la explotación, humillación y persecución sufridas por indios, campesinos y clases trabajadoras por parte de la dominación imperial y colonial de las potencias políticas y los consorcios económicos. Fue, desde luego, una respuesta expresada a través de la forma literaria que más se adaptaba a las necesidades del realismo: la novela. Las preocupaciones sociales de las novelas de la tierra terminaron por expresar los sentimientos nacionales, y por ende de afirmar sus culturas autóctonas. Muchos historiadores se han acercado a este fenómeno merced a diversas ópticas y denominaciones, unas abordadas desde el alegato de la independencia cultural, otras a través de la ideología positivista que venía incubándose desde fines del siglo pasado. Todo ello dio lugar a una vindicación de los regionalismos, echando mano de modelos de grandes novelas naturalistas europeas (Pérez Galdós, Zola) o rusas (Tolstoi). Tales regionalismos tenían necesariamente que ubicar sus ejes accionales en espacios geográficos determinados, y así surgieron los grandes paisajes americanos donde apoyarlos: el llano, la selva, la pampa, la sierra. La imprescindible utilización del ambiente físico termina por adecuar —y a veces por limitar— las reacciones psicológicas o ideológicas de los personajes a cierto fatum de la naturaleza como “gran personaje” de estas novelas, y a consolidar un conjunto de obras en cada uno de los países iberoamericanos. Desde principios de siglo —y luego de haber superado varias tentaciones del Modernismo— algunos narradores habían abogado por esta regionalidad, tales como el colombiano Tomás Carrasquilla en su novela Salve Regina (1903), u Horacio Quiroga en los cuentos de Los perseguidos (1905); realizaban densos estudios de la conducta, de los estados de enajenación y alucinación humanos, en pleno combate contra la hostilidad de la naturaleza. En Bolivia, Alcides Arguedas había abordado en Raza de bronce (1919) la existencia angustiosa de una familia de explotados. Arguedas es uno de los primeros en superar la novela de tesis, pese a que en su momento fue tildado de político. Las ideas estaban mejor expresadas por ideólogos como José Vasconcelos, quien, en su reacción contra el positivismo, retorna al humanismo y a los clásicos. En obras como La raza cósmica (1925) e Indología (1926) aboga con entusiasmo por el ideal, oponiéndose a la razón y al cientificismo. Vasconcelos está considerado algo así como el fundador de la educación moderna en México. Otros pensadores de este período son Francisco García Calderón, quien advierte sobre los problemas que amenazan el desarrollo autónomo de la América Latina, con el expansionismo imperialista de EEUU, Japón y Alemania. El americanismo literario de García Calderón apunta hacia una “raza latinoamericana” similar a la “raza cósmica” de Vasconcelos y hacia la creación de un continente que pudiera enfrentar la barbarie. Este americanismo se reflejó en novelas como Don Segundo Sombra (1926), de Ricardo Güiraldes, una obra que describe admirablemente las pampas y los espacios abiertos, creando el mito del gaucho ideal. Por su parte, Rómulo Gallegos en Doña Bárbara (1929) expresa la ley del llano venezolano, y la violencia y la barbarie que ésta engendra. El naturalismo de Gallegos y Güiraldes se mueve en un espacio dramático, donde abundan los arquetipos y los símbolos. Jorge Icaza lleva a cabo en Huasipungo (1934) una denuncia de las atrocidades sufridas por los indios a manos de los criollos y las empresas capitalistas. El relato escatológico de las enfermedades entra en una fase de realismo alucinante. Huasipungos son las viviendas de donde los indios ecuatorianos son expulsados. El peruano Ciro Alegría narra en Los perros hambrientos (1939) la indigencia de los indios del altiplano en medio de la naturaleza. No tengo dudas de que esta novela dejó una huella importante en la conciencia estética de Juan Rulfo en lo que concierne a ciertas atmósferas líricas, siempre al servicio de un realismo sin excesos. En Ecuador, Demetrio Aguilera Malta, que venía de rozar el dilema de la tierra en La isla virgen (1942), ya había superado el canon regionalista para entregarnos, tres décadas después, un panorama en gran angular de la miseria y sordidez de la vida ecuatoriana en Siete lunas y siete serpientes (1970). En novelas como estas nos cercioramos de los giros que experimenta la narrativa en las tendencias contemporáneas, con un eco evidente en los cuentos de estos y otros autores. En la forma sintética del relato breve se reflejan similares preocupaciones de contenido, a lo largo del todo el continente. Novelas mexicanas de la tierra México, en especial, ha tenido una coherente tradición en novelas de la tierra, con nombres como el de Mariano Azuela, quien con su obra Los de abajo (1915) auspició el auge de la novela de la Revolución mexicana, tema que en mayor o menor medida será central para entender el desarrollo de la ficción novelesca en ese país. Con estilo seco y diálogos ágiles, Azuela nos introduce más en la acción revolucionaria que en los dilemas sociales, prescindiendo al máximo de las descripciones prolijas, elementos que serán decisivos en la narrativa de Juan Rulfo. Martín Luis Guzmán renovó la novela de la Revolución con El águila y la serpiente (1928), a través de una escritura fluida, con mucha seguridad y economía en sus trazos. Sugiere los hechos, introduce la ambigüedad y utiliza el habla popular. Su personaje Rodolfo Fierro representa la brutalidad de Pancho Villa en la desolación de la llanura. Obsérvese que, en mayor o menor medida, el llano está presente en las diversas geografías americanas. Luego de la década de los años 30 las tendencias narrativas regionalistas van siendo superadas. Con la progresiva desintegración de las viejas sociedades, se produce una pérdida de orientación, lo cual procura una lectura múltiple de la realidad; entonces los estilos comienzan a disponerse en mosaicos y la técnica de la simultaneidad y la yuxtaposición —heredada de la vanguardia— se refleja en los nuevos experimentalismos. Al filo del agua (1947), de Agustín Yáñez, culmina el ciclo de novelas de la Revolución mexicana por vía de técnicas diversas: monólogos, psicoanálisis, “diálogos” entre religión y erotismo, y un deseo imperioso por liberarse de los puritanismos religiosos, las supersticiones y la ignorancia. Es palpable esa voluntad de recrear la realidad, que va a estar presente en la obra de Rulfo. Contexto de Juan Rulfo El comienzo de la trayectoria de Rulfo se decide a principios de la década de los años 40. Entre 1943 y 1945 escribe sus primeros relatos, y se cuenta ya entre los escritores que buscan despojarse de la retórica. Él considera que sus primeros cuentos eran “rebuscados”, y opta luego por recrearse en el lenguaje oral, y “defenderse de la retórica para llegar a lo simple”, como él mismo lo expresó alguna vez. Aunque no me inclino a los datos biográficos en el momento de acercarme al fenómeno literario, no es posible evitar aquí circunstancias personales para explicarse algunas de sus constantes y peculiaridades. Luego de la trágica muerte de su padre —quien fue perseguido y asesinado—, Rulfo es internado en un orfanato a los catorce años. En Guadalajara fue a estudiar leyes, pero la universidad fue clausurada; allí presencia huelgas y luchas estudiantiles. Marcha entonces a Ciudad de México y cursa un año de leyes en la Universidad Autónoma, pero su situación económica no le permite continuar estudios; debe ganarse la vida y empieza a trabajar en la burocracia, como agente de inmigración, localizando extranjeros ilegales y delincuentes para deportarlos. Esta tarea policial en México le hizo reflexionar acerca del sentido de la carrera burocrática emprendida por funcionarios de la Revolución. Decepcionado, regresa a Jalisco, su tierra, con la intención de recorrerla bajo otra mirada. Allí lo espera su gran amigo Juan José Arreola, con quien comparte lecturas de Poe, Tolstoi, Dostoievski, Hamsun, Proust y Dos Passos. Agustín Yáñez forma parte de ese grupo de escritores que buscan un nuevo lenguaje. Retomo, entonces, el hilo de los primeros pasos de Rulfo por las letras, precisamente fijados en la revista que fundara Juan José Arreola, Pan, en 1945. “Pagábamos cada cual sus colaboraciones. Ahí publiqué ‘Nos han dado la tierra’ y ‘Es que somos muy pobres’, revela Rulfo. Continúa escribiendo relatos en esa misma línea, los cuales van a constituir a la postre El Llano en llamas. La complejidad de estos relatos remite a varios contextos de interpretación: uno político, relacionado con el proceso posrevolucionario; uno social, que tiene su raíz en el despoblamiento del campo; otro existencial, organizado en torno a la soledad individual, y en el caso de Rulfo agudizada por la pérdida o ausencia del padre. Esta soledad va a ser un nutriente permanente del mundo rulfiano, pues remite al crecimiento alterno de varios mundos, fijados a través de la muerte, la venganza, la culpa y la imagen del padre. Esta última, a su vez, va a sufrir una serie de transformaciones aprovechables desde el punto de vista artístico, y serán complementarias para dar forma a esa visión dramática y trágica que envuelve la narrativa de Rulfo. Pero este dramatismo se halla atenuado por las imágenes poéticas y por la elegancia de un lenguaje de índole lírica que conduce la prosa hacia una escritura precisa, donde no hay descripciones ni adjetivos innecesarios. Es por ello que me inclino a pensar que el espíritu literario de Rulfo es esencialmente el de un cuentista, no el de novelista. Incluso en su novela Pedro Páramo (1955) se advierte ese afán por sintetizar, más que a la expansión prolija de la novela. Se ha dicho, incluso, que Pedro Páramo tenía inicialmente casi mil páginas, y que fue reducida en una décima parte. Quisiera apoyarme provisionalmente en una caracterización que de la obra de Rulfo hace Juan José Arreola, en tres adjetivos: “Los que somos de donde provienen sus historias y sus personajes vemos cómo todo se ha vuelto magnífico, poético y monstruoso”. Calificativos muy precisos para acercarse a su obra: magnífico por la alta calidad artística de su discurso narrativo; poético porque gracias al poder de las imágenes líricas Rulfo ha encauzado su voluntad de perfección estilística; monstruoso porque no ha tenido miramientos en presentar la desolación, el hambre, la crueldad y las facetas sórdidas de la condición humana. Estos tres aspectos sirven de marco al contexto político de la llamada “Rebelión Cristera”, guerra intestina que se desarrolló en los estados de Colima, Jalisco, Michoacán y Guanajuato contra el gobierno federal; un levantamiento popular apoyado por la Iglesia, que terminó con el encarcelamiento de obispos y expulsión de sacerdotes. Mientras tanto, la novela de la Revolución reinaba en el ambiente literario. Renovación del tema social La narrativa del tema de la Revolución se renueva en Juan Rulfo; primero, a través de una crítica del poder neofeudalista; luego, por la ineficacia de la política, lo cual incluye a la burocracia. Los campesinos nunca logran sacarle el justo provecho a la tierra que trabajan, y ello constituye de por sí un drama insoluble, aun desde el punto de vista legal y administrativo. Rulfo introduce un elemento nuevo en el tema social: no denuncia, no utiliza contingentes o movimientos sociales para rebelarse frente al poder; prefiere describir de modo terrible las condiciones anímicas de sus personajes, antes que volcarse a las características externas de sus vidas. Antes que descripciones pormenorizadas de los ambientes elige el diálogo como vehículo expresivo, con lo cual inserta el elemento oral dentro de la tónica confesional del habla, y a veces extrema este recurso a través de la reiteración, para recalcar la efectividad de los sentimientos. El habla, entonces, va a formar parte sustantiva de toda la obra de Rulfo. Por otra parte, Rulfo acude a los recursos de la poesía para matizar su lenguaje, para imprimirle fuerza sugestiva; incluso a veces se detecta una intención de introducir imágenes vanguardistas. Este recurso poético no se limita a las imágenes; también incluye una voluntad de ritmo interior, de constatar cierta musicalidad en el manejo de las cláusulas. Todos estos recursos dirigidos hacia algo esencial: identificar plenamente el ánima humana con el paisaje no al modo naturalista, sino a través de una transfiguración de los elementos constitutivos de ese paisaje, en su diálogo con el hombre. A continuación intentaré realizar una relación breve de estos elementos en cada uno de los cuentos que constituyen El Llano en llamas. Los cuentos En “Macario” el personaje espera a que salgan las ranas para espantarlas, ya que no dejan dormir a su madrina. Mientras lo hace, se entrega a un monólogo donde la principal figura es Felipa, la cocinera, quien además amamanta al niño. Esa leche simboliza la vida, el afecto, el amor, mientras que las ranas o los grillos son como portadores de la alegría. Y hasta las supersticiones que rodean al niño en la noche son algo creador: “Felipa dice que los grillos hacen ruido siempre, sin pararse ni a respirar, para que no se oigan los gritos de las ánimas que están penando en el purgatorio”. El hambre física, en Macario, queda reducida por el encantamiento que ejercen las presencias animales y los sonidos mágicos de la noche en la mente infantil. En “Nos han dado la tierra” se entra directamente al ámbito de la tierra árida y del llano, donde parece no haber nada; apenas una gallina, un ave que le imprime vida alegórica al paisaje desértico. Esta presencia de los animales se vuelve sustancial en la narrativa de Rulfo: “Nosotros paramos la jeta para decir que el llano no lo queríamos. Que queríamos lo que estaba junto al río. Del río para allá, por las vegas, donde están esos árboles llamados casuarinas y las paraneras y la tierra buena. No este duro pellejo de vaca que se llama Llano”. Nótese la metáfora: la tierra misma se convierte en un pellejo duro de vaca. Estamos, pues, en plena tierra caliente, donde “las palabras se calientan en la boca con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que acaban con el resuello. Aquí así son las cosas. Por eso a nadie le da por platicar”. La renuencia a la conversación prolija también proviene de la sequedad u hostilidad de la tierra, cuestión que se refleja en la misma persona de Rulfo, hombre parco, silencioso. Aunque también hay espacio para las imágenes poéticas del tipo creacionista: “...se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza”. O un lugar para la paradoja: “Ahora volvemos a caminar. Y a mí se me ocurre que hemos caminado más de lo que llevamos andando”. Andar y caminar: verbos bien diferentes en Rulfo. Aparece aquí por vez primera el personaje Melitón, una suerte de interlocutor que sirve al autor para agilizar los diálogos: Melitón dice: —Esta es la tierra que nos han dado. (...) Yo no digo nada. Yo pienso: “Melitón no tiene la cabeza en su lugar. Ha de ser el calor el que lo hace hablar así. El calor que le ha traspasado el sombrero y le ha calentado la cabeza. Y si no, ¿por qué dice lo que dice? Cuál tierra nos han dado, Melitón. Aquí no hay ni la tantita que necesitaría el viento para jugar a los remolinos. Mientras tanto otro personaje, Esteban, se aferra a una gallina y desaparece con ella, porque “la tierra que nos han dado está allá arriba”. Podría decirse que el tema de “La cuesta de las comadres” es el de la muerte, pero de una muerte benigna. El relato está armado sobre un elemento de suspense, sobre lo que podríamos llamar, usando las palabras de Gabriel García Márquez, “una muerte anunciada”: la familia Torricos ha abandonado Zapotlán, y el personaje-narrador rememora los hechos ocurridos. Él ha matado a Remigio Torricos, y desde esta circunstancia narra. Remigio ha venido a vengar la muerte de su hermano Odilón, creyendo que éste es el asesino, pero no es así. La descripción de esta muerte en defensa propia está hecha con tal sutileza que en medio de la acción asistimos a descripciones nocturnas, a media luz. Una vez que lo mata —Remigio no le da tiempo de explicárselo— se ve en la obligación de narrárselo post mórtem. Ciertamente se trata de un final con humor negro, y revela un asunto central: los Torricos son terratenientes que abusan de su poder y cometen crímenes e injusticias con los peones. Pero ahora uno de los peones gana la batalla. Nos sentimos entonces identificados con los pobres, con “los de abajo”. En medio del hambre y las calamidades, un animal, una vaca llamada Serpentina juega un papel vital, sólo que ahora las calamidades no provienen de la resequedad, sino de la creciente de un río (“el ruido del río era más fuerte y se oía más cerca. Se olía, como se huele una quemazón, el olor a podrido del agua revuelta”) que se lleva a Serpentina, esa vaca “que tenía una oreja blanca y otra colorada y muy bonitos ojos”. Anotemos aquí que una vaca para una familia pobre es un modo de subsistir, y en el caso del relato “Es que somos muy pobres” el animal se convierte en una dote que un padre lega a una hija “para que no vaya a ir de piruja como lo hicieron mis otras dos hermanas las más grandes”. Por cierto, en este cuento aparece la primera alusión de Rulfo a las mujeres, en un plano sexual: “...cuando uno menos se lo esperaba, allí estaban en el corral, revolcándose en el suelo, todas encueradas y cada una con un hombre trepado encima”. A la otra hermana, a Tacha, es a quien se le muere la vaca. Y la vaca concentra tanto la atención que “no hubiera faltado quien se hiciera el ánimo de casarse con ella, sólo por llevarse también aquella vaca tan bonita”. En una familia católica, criada en el temor de Dios, el mal ejemplo del sexo se describe así en unos senos de mujer: “Prometen ser como los de sus hermanas: puntiagudos y altos y medio alborotados para llamar la atención”. De nuevo la historia concluye con el esperado final de la muerte de algo o alguien. Rulfo no espera sorprender con los finales: los anuncia, los describe, comprime el texto en busca de la precisión. En “El hombre” tenemos el relato de un borreguero movilizando el crimen, la venganza y el suicidio. Entramos de lleno en el terreno del fatum. El cuento tiene la estructura de un western, con muchos ingredientes cinematográficos. Es la historia de una persecución, y a medida que ocurre perseguidor y perseguido hablan consigo mismos, estudian posibilidades, se arrepienten: “No debí matarlos a todos; me hubiera conformado con el que tenía que matar; pero estaba oscuro y los bultos eran iguales... Después de todo, así de a muchos les costará menos el entierro”. Véase el ejemplo del humor negro para desdramatizar una situación terrible. Las descripciones en este relato llegan a un punto de maestría; tanto las del paisaje —árboles, animales— como las pulsiones internas de los personajes: todo confluye en un discurso armado gracias a una técnica muy compleja; ha llegado a una fase de artífice. Hay dos puntos de vista esenciales en “El hombre”: el de quien asistió al hombre huyendo y el del borreguero a quien el hombre que huye conoce por casualidad, le habla de sus chamacos (sus niños) “chorreando lágrimas” o moqueando. El relato tiene tantos detalles técnicos que merecería estudio aparte. Venganzas y otras muertes anunciadas Luego sigue el que podríamos calificar de obra maestra: “En la madrugada”. Su tema es el de un asesinato por accidente, pero quien lo ejecuta se resigna desde un primer momento a morir por ello. Acotemos aquí que el asunto de la venganza es una constante en los cuentos de El Llano en llamas, y que ésta siempre se cumple. Hay un buen número de efectos poéticos y el lector no espera que vayan a ocurrir cosas tan fuertes, dada la belleza de los primeros pasajes. El lirismo y el fatalismo conviven en el mundo de manera casi contradictoria: me atrevería a adelantar que esta es una de las características de toda la obra de Rulfo. Las necesidades materiales empujan a los hombres a la sobrevivencia y, aun en medio de la hostilidad de la tierra, el narrador encuentra una belleza precaria, moldeada con cierto primitivismo, pero belleza al fin, visible en los animales y en las costumbres de las gentes. De una manera u otra se encuentra presente un patrón, una familia terrateniente explotando a otra, y ello genera muertes accidentales o necesarias, persecuciones o venganzas. Pero todo ello se produce de manera casi “natural”, como si la sobrevivencia generara un sentimiento de fatalidad, y la lucha por la vida se resolviera en un conjunto de situaciones limítrofes e impredecibles. La violencia, por ejemplo, siempre está implícita en los relatos, y el movimiento de ésta aparece como un recurso del pulso narrativo. Ello toca incluso aspectos mismos del lenguaje: la oralidad rulfiana refleja esa concisión de sus modismos, en los giros locales, en el léxico regional. Visión de la tierra Todos estos aspectos se hallan trabajados a tenor de una voluntad central: la de transfigurar la mirada hacia la tierra merced a la visión interna de los personajes. La tierra no es nunca el paisaje visible; incluso los fenómenos naturales están asediados por el implacable sentir de los seres humanos. Las mismas descripciones de la geografía están sometidas a una mirada que prefiere irse hacia el lado metafórico, o establecer símiles con los objetos observados. Rulfo huye de las descripciones fotográficas o documentalistas; se niega sucesivamente a establecerse cómodamente en el paisaje, como era la meta del naturalismo francés o del criollismo americano. Tampoco se aviene a los moldes del realismo: las acciones y descripciones se verifican en un plano de lentes oblicuos, nunca de vistas panorámicas. Descree de una relación mural o sucesiva de los hechos. Para él valen los individuos, sus luchas con la soledad; el drama no es sólo asunto colectivo de reconstrucción política. Ello no quiere decir que Rulfo no se haya preocupado personalmente por estos problemas colectivos de su país, y que no se haya manifestado más de una vez —y de manera cáustica— sobre los modos en que opera el poder, sino que artísticamente crea un modo nuevo de narrar, el cual me resisto a encasillar en cualquiera de los modos del realismo americano contemporáneo, llámese mágico o maravilloso. De cualquier modo, no es un realismo de tesis ni encubre ideas esencialistas. Simplemente bucea en el complejo universo de la psique humana, y lo proyecta hacia el mundo exterior de una manera notable. Y lo logra admirablemente, utilizando elementos rurales. No acude a ambientes o personajes urbanos para proclamarse renovador; sin renunciar a su ámbito vital o existencial originario, Rulfo realiza un vuelco de ciento ochenta grados a la narrativa de la tierra, en los cuentos de El Llano en llamas, cuestión que vendrá a profundizar en la novela Pedro Páramo. La muerte y el asesinato vuelven a estar presentes en “Talpa”, esta vez en la forma de la agonía. Tanilo Santos es un enfermo llagado que desea ir a Talpa para que la virgen de allí le cure de su enfermedad. Y así se lo dice a su hermano (el narrador de la historia, sin nombre) y a su esposa Natalia. Los dos desean a Natalia, así que deciden matarlo para que no les estorbe, aunque después se arrepienten (“Yo sé ahora que Natalia está arrepentida de lo que pasó. Yo también lo estoy; pero eso no nos salvará del remordimiento ni nos dará ninguna paz ya nunca”), y a medida que lo conducen a Talpa ocurren las situaciones más sórdidas de las que puedan encontrarse en la narrativa de Rulfo. De entrada, el asesinato de un hombre por parte de su esposa y su hermano hallándose éste enfermo; luego, un tortuoso viaje a través de una geografía típicamente rulfiana, es decir, transfigurada de continuo: “Porque de la tierra se levantaba, con el bullir de la gente, un polvo blanco como tamo de maíz que subía muy alto y volvía a caer; pero los pies al caminar lo devolvían y lo hacían subir de nuevo; así a todas horas estaba aquel polvo por encima y por debajo de nosotros. Y arriba de esta tierra estaba el cielo vacío, sin nubes, sólo el polvo; pero el polvo no da ninguna sombra”. Sería oportuno señalar aquí uno de los recursos del lenguaje de Rulfo: la reiteración. El autor repite frases y palabras; ya para lograr un énfasis o para imprimir fuerza a las expresiones orales; lejos de sonar cacofónicas, logran incorporarse al discurso narrativo con eficacia. El aspecto religioso es principal en “Talpa”. La creencia católica fanática, la fe ciega, mezcladas al elemento de deseo carnal y de crimen, hacen de este relato uno de los más atrevidos de la obra de este escritor. En el relato que da título al libro, El Llano en llamas, asistimos a la acción devastadora de los quemadores y asesinos del llano (los hermanos Benavides), un texto donde Rulfo nos da muestras de la excelencia de su escritura en diálogos, situaciones y en la maestría que posee para pasar de un tiempo a otro y describir los distintos estadios de la tierra, para metaforizar y para adjetivar con las voces regionales mexicanas. Es el relato más extenso del libro, y en cierto modo un compendio de sus recursos y de su lenguaje. Hay allí además referencias históricas y políticas precisas. De las numerosas metáforas utilizadas citaré algunas, un poco al azar. “Chorro de la cosa aquella colorada” (la sangre); “la madrugada estaba comenzando a dar a luz las cosas”; (...) “Pedro Zamora le picó la cresta al gobierno con el descarrilamiento del tren de Sayula”; (...) “Se sentía el sueño del mediodía”. Como en tantos otros cuentos de Rulfo, es el narrador testigo quien cuenta la historia desde afuera, con cierta perspectiva neutral, distanciándose de los sucesos. Se involucra, entra y sale del relato de acuerdo a sus estados de ánimo. Pese a que todos los relatos de El Llano en llamas están narrados en primera persona del singular, la presencia de este narrador testigo le facilita a Rulfo enfocar las cosas con un poco más de ecuanimidad; es un recurso tomado de la técnica periodística, pero bien aprovechado para el arte literario. “¡Diles que no me maten!” narra desde una muerte anunciada (nos preguntamos, de pasada, si este artilugio narrativo no habrá influido en García Márquez), esta vez la muerte de Juvencio Nava. Hay aquí una suerte de “declaración sobre la tierra”. Juvencio, hombre viejo, viene huyendo. Mientras camina en la noche, es descrito así: “La madrugada era oscura, sin estrellas. El viento soplaba despacio, se llevaba la tierra seca y traía más, llena de ese olor como de orines que tiene el polvo de los caminos (...). Sus ojos, que habían apeñuscado con los años, venían viendo la tierra, aquí, debajo de sus pies, a pesar de la oscuridad. Allí en la tierra estaba toda su vida. Sesenta años de vivir sobre de ella, de encerrarla entre sus manos, de haberla probado como se prueba el sabor de la carne. Se vino largo rato desmenuzándola con los ojos, saboreando cada pedazo como si fuera el último, sabiendo casi que sería el último”. Algunos esbozos de la imagen del padre perdido o muerto, desarrollados ampliamente en Pedro Páramo, están presentes en “¡Diles que no me maten!”. A un coronel le presentan un hombre que ha mandado apresar. El coronel dice: “Guadalupe Terreros era mi padre. Cuando crecí y lo busqué me dijeron que estaba muerto. Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar está muerta”. Enraizarse a la tierra a través del padre: he ahí el núcleo de Pedro Páramo. En “Luvina” la imagen de la desolación está llevada a un punto culminante: un confín, un espacio límite, una imagen del fin del mundo quizá. Todo se vuelve la presencia de elementos más o menos abstractos: viento, cielo, lluvia, tristeza, lugar sin dioses; el silencio no es ni siquiera silencio: es ruido. El tiempo es desconocido. Luvina es tierra de nadie, pero está allí, con su presencia fantasmal, que a veces recuerda a la de las ciudades utópicas o las ciudades oníricas del romanticismo. Los ejemplos sobran: “aquellas barrancas suben los sueños” (...). El viento “no deja crecer ni a las dulcamaras (...); se planta en Luvina prendiéndose de las cosas como si las mordiera” (...). “El horizonte está desteñido” (...). “Todo el lomería pelón, sin un árbol” (...). “Llueve poco” (...). “La tierra, además de estar reseca y achicada como cuero viejo, se ha llenado de rajaduras” (...). “No se conoce la sonrisa, como a si toda la gente le hubieran entablado la cara” (...). “Cuando había luna en Luvina, fue la imagen del desconsuelo... siempre” (...). “Allí no había a quien rezarle. Era un jacalón vacío, sin puertas” (...). “ ‘¿Qué es?’, me dijo. ‘¿Qué es qué?’, le pregunté. ‘Eso, el ruido ese’. ‘Es el silencio. Duérmete, descansa aunque sea un poquito’ ” (...). “Nadie lleva la cuenta de los años ni a nadie le preocupa cómo van amontonándose los años” (...). “San Juan Luvina. Me sonaba a nombre de cielo aquel nombre. Pero aquello es el purgatorio”. Creo que para este cuento sobran otras palabras. Cada quien tendrá, a partir de este texto, una imagen distinta de la soledad del tiempo y de los seres olvidados. La risa, en “Luvina”, es una risa burlona, que aparece sólo para ironizar el poder. El relato está organizado a través de la voz de un narrador que habla sobre el pueblo de Luvina en un bar, y se dirige a alguien que tiene intenciones de visitarlo. Ahí beben cerveza y mezcal. Se cumple aquí una metáfora extrema: la soledad individual y la soledad colectiva, el abandono de las gentes tanto por el paisaje hostil como por los gobiernos políticos. El relato siguiente, en cambio, “La noche que lo dejaron solo”, resulta el más débil del conjunto. También trata sobre una persecución; pero esta vez el perseguido, Feliciano Ruelas, logra salvarse, como pocas veces ocurre en los personajes rulfianos en tales situaciones. El texto de “Acuérdate” —el más breve del volumen— está organizado a través de un interlocutor imaginario, en este caso la memoria, pues el nombre a quien se dirige para que rememore los hechos no aparece. Trata de un personaje, Urbano Gómez, y de su familia: madres, hermanas, primas. Se repasan brevemente sus correrías infantiles y adolescentes, y sus desventuras: cómo fue Urbano avergonzado y humillado por la gente de su pueblo. Se marcha por esta causa, y ya hombre regresa convertido en policía. “No hablaba con nadie. No saludaba a nadie”, anota Rulfo. Un buen día a su cuñado se le ocurre darle una serenata y Urbano lo mata, así nada más. Se fue al amanecer. Finalmente lo detienen y ahorcan, y él no se resiste. “Dicen que él mismo amarró la soga en el pescuezo y que hasta escogió el árbol que más le gustaba para que lo ahorcaran”. “No oyes ladrar a los perros” es una síntesis de imaginación plástica. Un hombre, Ignacio, lleva en sus hombros a su hijo inválido a un pueblo llamado Tonaya, para que le curen. Mientras lo hacen, van recordando las circunstancias trágicas de sus vidas, especialmente de la madre del muchacho, ya muerta. “El otro hijo que iba a tener la mató. Y tú la hubieras matado otra vez si ella estuviera viva a estas alturas”, se lee. En este cuento la imagen de la madre suplanta a la del padre, y el ladrido de los perros es el signo que esperan oír al llegar a Tonaya, cuando ya el hijo ha muerto. En “Paso del Norte” un joven se despide de su padre porque se va al Norte a buscar mejor fortuna. Éste le explica sus razones, y el padre le habla con la intención de convencerle de quedarse, a pesar de las terribles condiciones de vida allí existentes. Poco a poco lo va logrando, y el hijo termina obedeciendo al padre. Es, en cierta forma, un reencuentro de alguien con su padre perdido, y curiosamente es uno de los cuentos donde está presente la reconciliación del padre con el hijo. Un médico psiquiatra diría, quizá, que en este cuento el propio Rulfo quiso cumplirse en su padre, reencontrarse anímicamente con él. “Anacleto Morones” En pocos cuentos de Juan Rulfo aparece el humor de un modo tan patente y tan bien encauzado como en “Anacleto Morones”, el cual podría calificarse de picaresco. Los elementos dramáticos y trágicos de los anteriores no se encuentran aquí como núcleos accionales; lo que existe es la picardía aderezada con el ingrediente sexual. Un grupo de mujeres va a visitar a Lucas Lucatero, hijo del Santo Niño Anacleto Morones. Cada una de ellas ha tenido en el pasado relación amorosa con Lucas, y a todas ellas abandonó. Éstas se ponen de acuerdo para ir a visitarlo, cuando estén viejas. Pretenden acorralarlo con recuerdos. Pertenecen a la congregación religiosa de Amula, un grupo que cree en los poderes milagrosos y los santos de Anacleto Morones. Poco a poco Lucas les va revelando quién era realmente su padre: lo contrario de un santo; más bien un mujeriego, un vendedor, tracalero, que se las ingenió para ganarse la vida como santo milagrero. Enamoraba mujeres, como él. La superstición se confunde aquí con la santidad, y las imágenes religiosas con los placeres paganos. Verdadera joya del humor rulfiano, “Anacleto Morones” es un relato que escapa un poco de las atmósferas crueles y escatológicas que predominan en Rulfo, para expresar un mundo más dominado por fuerzas benignas, de celebración corporal. Sin embargo, al final de su relato, Rulfo nos da a entender que Anacleto ha cometido nada menos que un incesto, que ha preñado a una de sus hijas. Pero hasta esto lo expresa con humor benevolente, así como la muerte del propio Anacleto, enterrado luego por el propio Lucas Lucatero en el patio de su casa. Textos finales y ecos rulfianos “El día del derrumbe” narra la llegada del gobernador de Tuxcacuexco a un pueblo, con la conocida y demagógica lluvia de promesas para la gente. El narrador, Tranquilino Herrera, le cuenta a alguien esa historia, y acude a ratos a la memoria de Melitón —quien había aparecido ya en “Nos han dado la tierra”— como recurso para agilizar el estilo narrativo de la historia. Unos días antes de la llegada del gobernador, había ocurrido un temblor en este pueblo, “cuando la tierra se pandeaba todita como si por dentro la estuvieran rebullendo”. La situación se vuelve tragicómica cuando, ante esta visita, el pueblo tiene que recibir al gobernador y ofrecerle una comida costosa; si esta visita hubiese durado más, “quién sabe hasta que altura hubiéramos sido desfalcados”. Todo ello es motivo de una fiesta: “En lugar de ser una visita a los dolientes y a los que habían perdido sus casas, se convirtió en una borrachera de las buenas”. Se advierte aquí la ingenuidad de los pueblos ante las visitas oficiales, o más bien que, frente a la certeza de que no van a solucionar nada, prefieren tomar aquello como motivo de celebración pasajera, para alegrar un poco sus vidas. Hay, incluso, un fragmento del lenguaje retórico-demagógico del gobernador donde se percibe un toque de humor cruel, el cual funciona como elemento eficaz de crítica social. En “La herencia de Matilde Arcángel” la muerte anunciada es la de la madre (Matilde Arcángel), casada con Euremio y madre de dos Euremios Cedillos muy distintos entre sí, uno “alto y garrudo de que lo había dotado la benevolencia de Dios Nuestro Señor; el otro, chico, trabado de flaco, vivía si es que todavía vive, aplastado por el odio como por una piedra; y, válido es decirlo, su desventura fue la de haber nacido”. Esa fue la herencia de Matilde, y “un rancho venido a menos por muchos trastornos”. La crueldad física, la pesada carga del tiempo y ese fatum de la existencia que suele rodear a la mayoría del escritor mexicano, se hallan en este último cuento del libro. “Y usted y yo y todos sabemos que el tiempo es más pesado que la más pesada carga que puede soportar el hombre”, anota el escritor en alguna parte del este texto. Conclusión La enumeración descriptiva de cada uno de los relatos sólo ha tenido la intención de mostrar cómo se mueven algunos de estos personajes en el espacio del llano mexicano de Jalisco, abordado literariamente por Rulfo, y cómo en éstos se dibujan las imágenes esenciales de su mundo narrativo. Los territorios interiores de los personajes se mueven siempre hacia lo fatídico, pero no sólo hacia la fatalidad de la muerte, sino hacia la existencia misma como destino enigmático, impredecible, cambiante. Las persecuciones y venganzas forman parte de éste; la crueldad es una fuerza de varias caras: el hambre, la miseria y el abandono forman parte de las vidas y le otorgan sentido y perfil: son asumidas no como tragedias absolutas o patéticas, sino como condiciones naturales. La tierra dura y hostil se halla transfigurada en el ánima de los personajes de tal modo que los animales y las plantas adquieren vida sólo si se toman en cuenta como elementos interiorizados. La gente permanece en la tierra, se acostumbra a ella y termina integrándose a sus fuerzas terribles, hallando en éstas receptáculos de una rara poesía. A mi modo de ver, la matriz lírica de las imágenes de Rulfo termina imponiendo su poder imantador y configurando su mundo verbal, regido por la austeridad y la brevedad. Propicia, además, una reflexión imparcial sobre las peripecias y el destino de tantos pueblos americanos que han crecido al margen de los procesos metropolitanos, sin acudir a argumentos de tesis ni a programas ideológicos. Apuesta por la condición humana y por la eficacia intrínseca de las imágenes que la presentan. Como lo hicieran en un principio autores como Quiroga o Machado de Assis, y más tarde Borges, Cortázar o Monterroso, Rulfo ha abierto una posibilidad de observar, en el cuento y la novela breves, nuevos caminos de reflexión. La narrativa de tema telúrico se cumple en él como una renovación, que tiene las características de una fundación. Ha sido muy vasto su influjo en la narrativa de América; es indudable su huella en algunos cuentos de Gabriel García Márquez, para sólo citar a un ejemplo notable. En Venezuela se ha hecho notar su eco en libros de Arturo Uslar Pietri, Adriano González León, Ramón Palomares y Hernando Track. Rulfo y el cine Para concluir, me gustaría apuntar hacia la relación de Rulfo con el cine, que fue inmensa. Contrario a la posición de que las obras literarias no deben ser llevadas a la pantalla, escribió él mismo el argumento y guión para llevar Pedro Páramo al cine, con el realizador José Bolaños. Carlos Fuentes escribió en 1974 el argumento para adaptar “No oyes ladrar a los perros”; aunque Fuentes ya había participado, con Gabriel García Márquez, en la confección del guión de El gallo de oro, cuyo argumento escribió Juan Rulfo especialmente para el cine en 1964. Rulfo alternó su pasión por el séptimo arte (hizo foto fija para el cine) con la fotografía; prueba de ello son las magníficas fotos suyas que se han publicado en libros y revistas, algunas de las cuales —una secuencia dedicada a los músicos— acompañan la edición de El gallo de oro, junto a otros dos argumentos cinematográficos suyos: El despojo y La fórmula secreta. Siempre me ha parecido que los relatos de Rulfo poseen mucho de cinematográfico; incluso algunos me recuerdan escenas de viejos westerns, donde aparecen pueblos polvorientos y personajes parcos y solitarios. Los fotogramas de Rulfo apuntan, como sus cuentos, a la simplicidad, a la economía de recursos. Tanto los personajes de sus fotos como algunos pasajes de El Llano en llamas me recuerdan por instantes el paisaje de tierra caliente en el estado Lara, en Venezuela, especialmente el de una aldea llamada Atarigua, donde nació mi padre. Así se lo hice saber a Rulfo cuando tuve ocasión de conocerle en España, y él me contestó con una sonrisa pícara, remojada en un dejo de tristeza. Él fue uno de mis maestros. Por devoción a su obra estoy aquí ante ustedes, para encender una llama en tributo a su memoria a 28 años de su muerte: a él, a su llano, a su páramo y a su verdad. ** Gabriel Jiménez Emán http://www.letralia.com/firmas/jimenezemangabriel.htm Escritor venezolano (Caracas, 1950). Su obra narrativa y poética ha sido traducida a varios idiomas y recogida en antologías latinoamericanas y europeas. Vivió cinco años en España y ha representado a Venezuela en eventos internacionales en Atenas, París, Nueva York, México, Sevilla, Salamanca, Buenos Aires, Santo Domingo, Ginebra y Quito. Ha publicado los libros de cuentos Los dientes de Raquel (La Draga y el Dragón, 1973), Saltos sobre la soga (Monte Ávila, http://www.monteavila.gob.ve, 1975), Los 1.001 cuentos de 1 línea (Fundarte, http://www.fundarte.gob.ve, 1980), Relatos de otro mundo (1988), Tramas imaginarias (Monte Ávila, 1990), Biografías grotescas (Memorias de Altagracia, http://edimemorias.blogspot.com, 1997), La gran jaqueca y otros cuentos crueles (Imaginaria, 2002), El hombre de los pies perdidos (Thule Ediciones, http://www.thuleediciones.com, España, 2005), La taberna de Vermeer y otras ficciones (Alfaguara, http://www.santillana.com.ve, Caracas, 2005) y Había una vez... 101 fábulas posmodernas (Alfaguara, 2009), entre otros, así como las novelas La isla del otro (Monte Ávila, 1979), Una fiesta memorable (Planeta, http://www.planetadelibros.com/editorial-editorial-planeta-8.html, 1991), Mercurial (Planeta, 1994), Sueños y guerras del Mariscal (Comala, http://www.comala.com, 2001; Ediciones B, http://www.edicionesb.com, Bruguera, 2007), Paisaje con ángel caído (Imaginaria, Yaracuy, 2004) y Averno (El Perro y la Rana, http://www.elperroylarana.gob.ve, 2007); los libros de ensayo literario Diálogos con la página (Academia Nacional de la Historia, http://www.anhvenezuela.org, Caracas, 1984), Provincias de la palabra (Planeta, Caracas, 1995), El espejo de tinta (Fondo Editorial Ambrosía, Caracas, 2008), Una luz en el camino: fundamentos de ética para adolescentes (Biblioteca Básica Temática, Caracas, 2004), Espectros del cine (Cinemateca Nacional, http://www.cinemateca.gob.ve, Caracas, 1998) y El contraescritor (El Perro y la Rana, Caracas, 2008); los poemarios Materias de sombra (Premio Monte Ávila de Poesía, 1983), Narración del doble (Fundarte, 1978), Baladas profanas (La Oruga Luminosa, 1993) y Proso estos versos (Círculo de Escritores de Cojedes, 1998), Historias de Nairamá (Fondo Editorial del Caribe, Anzoátegui, 2007), y las antologías y trabajos de investigación Relatos venezolanos del siglo XX (Biblioteca Ayacucho, http://www.bibliotecayacucho.gob.ve, 1989), El ensayo literario en Venezuela (La Casa de Bello, http://www.casabello.gob.ve, Caracas, 1988), Mares: el mar como tema en la poesía venezolana (Banco Unión-Ateneo de Caracas, Premio Anda, 1990) y Ficción mínima: muestra del cuento breve en América (Fundarte, Caracas, 1996), entre otros, así como antologías literarias con estudios sobre Víctor Valera Mora, Luis Fernando Álvarez, John Lennon y Bob Dylan, Brian Patten, Baica Dávalos, José Lezama Lima, Vicente Huidobro, Ludovico Silva, Salvador Garmendia y Adriano González León. Ha recibido diversos reconocimientos, como el Premio Municipal de Narrativa del Distrito Federal, el Premio Romero García de Narrativa del Consejo Nacional de la Cultura, el Premio Nacional de Narrativa Orlando Araujo y el Premio Solar de Ensayo de la Fundación de Cultura del Estado Mérida (Mérida, 2007) por el libro El espejo lúcido. Es traductor de poesía de lengua inglesa y editor independiente. Dirige la revista y las ediciones Imaginaria, dedicadas a lo inquietante y lo fantástico, y es coordinador general de la Fundación “Elisio Jiménez Sierra”. Ha sido coordinador de la Plataforma del Libro y la Lectura (Ministerio del Poder Popular para la Cultura, http://www.ministeriodelacultura.gob.ve), director general del Gabinete Ministerial de Cultura en el estado Yaracuy y miembro de la Junta Directiva Nacional de la Red de Escritores de Venezuela (http://rednacionaldeescritoresdevenezuela.blogspot.com). === Breve reflexión sobre el nacimiento de la literatura venezolana ======= === Gracineia dos Santos Araújo =========================================== Hablar con precisión de la fecha de nacimiento de la literatura venezolana sería atentar contra la propia literatura; correr el riesgo de equivocarnos y traicionar la historia de naciones enteras que poblaban el vasto continente bastante antes del descubrimiento, de la conquista o invasión. Estos términos, que han sido utilizados ampliamente a lo largo de la historia de nuestra América por historiadores y críticos de la literatura para referirse a la llegada de los españoles a las tierras americanas, nos hacen plantear preguntas como: ¿es posible hablar de una literatura venezolana antes de la conformación de lo que hoy conocemos como Venezuela? En efecto, bastante antes de la formación de Venezuela como nación podemos afirmar la existencia de una literatura nacional, de acuerdo con la ya existente conformación de la esencia de los habitantes de esas tierras, demostrada por vía de sus tradiciones y manifestaciones culturales en general. A finales del siglo XVI surgen en el continente americano las condiciones propicias para el florecimiento de la literatura. Pasado el momento inicial de la conquista, lo que era visto como exótico, ahora se ha vuelto cotidiano y ya no despierta ningún sentimiento de asombro ante lo nuevo en la mirada europea; las culturas se mezclan entre las más variadas formas de ver el mundo; se funde el elemento negro con el indígena y el blanco; nacen nuevos colores de tez, nuevos rasgos y nuevas miradas. La España ávida de cambiarlo todo, trazarlo todo según intereses religiosos y político-económicos, no logra impedir el ascenso de la nueva conciencia de que en aquel continente existe la diferencia. Ya no se puede hablar de razas como india, negra, española o europea, sino de un enorme mestizaje con legados de todas esas razas. En 1498, tras pisar las costas venezolanas, la empresa colonizadora sigue su “aventura” en tierras americanas y con ella se inicia una larga trayectoria que nos permite hablar de literatura venezolana en la actualidad. Además de la cruz y la espada, los españoles venían acompañados de uno de los más importantes instrumentos de colonización: la lengua castellana. Además del dominio de los pueblos “conquistados”, se inaugura, por consiguiente, una nueva etapa para la lengua castellana. Se puede decir que al minuto siguiente a la llegada de los europeos al continente americano empieza un nuevo e importante ciclo del castellano. Este primer contacto con el Nuevo Mundo permite de forma simultánea la introducción de nuevos vocablos a la lengua europea y supone el gran inicio de las transformaciones ocurridas en la lengua del poderoso imperio español. Vocablos como canoa y hamaca —primeras palabras americanas no españolas— consisten un significativo ejemplo de los nuevos términos introducidos al castellano con la conquista. Son aportes que van a enriquecer la lengua castellana y darle un nuevo matiz a lo largo de toda la historia de la colonización. Pasados cien años de la conquista de América se puede hablar de una literatura en pureza que florece en el continente, una literatura auténticamente americana, hecha por nacidos en el continente y alejada de la literatura moralizante, pedagógicamente utilizada por la Iglesia Católica con fines catequizadores, ligados en su totalidad al mundo eclesiástico. En esta época florece también el sentimiento de los nuevos hispanos, una nueva forma de ver el mundo y actuar sobre él. El ser americano no se centra única y exclusivamente en los nacidos en el continente, sino también en muchos de los que vinieron de Europa siendo muy niños o jóvenes. Los nuevos aires del Nuevo Mundo se convierten en una verdadera fuente de inspiración y favorecen el surgimiento de grandes escritores como Eugenio Salazar de Alarcón, Fernán González de Oquendo y Silvestre de Balboa, entre otros. Sin embargo, es en el siglo XVII cuando se afirma la literatura autónoma, auténticamente americana, con un lenguaje propio y a la vez colectivo. La lengua venida de España sufre una mutación, se convierte en un lenguaje local y adquiere características propias, sumadas también a una cultura propia, alejada de la europea. En medio de este panorama, el surgimiento de la conciencia es latente a la vez que se amplia y abarca los más diversos escalones de la sociedad. La España todopoderosa, ya fragilizada con los problemas no sólo internos, no dispone de instrumentos que impidan el nacimiento de la nueva conciencia americana, lo que permite que el descontento local invada el territorio y se fomenten las luchas por la independencia de las colonias. Los nuevos americanos hablan un idioma propio, lo que podíamos denominar nuevo castellano, dada su reunión de los más variados vocablos de originarios de las más diversas naciones que habitaban el continente, o de los grandes contingentes humanos venidos de África y Europa. Al mismo tiempo se puede hablar de un lenguaje criollo que gravita sobre la realidad americana, un lenguaje que representa el alma americana, colmada de sueño y esperanza, ávida de tener una identidad propia. Francisco de Miranda nos muestra el caos existente entre las relaciones de América y España y critica contundentemente la postura adoptada por la metrópoli hacia la colonia; una relación que excluye a los naturales de ejercer sus derechos como ciudadanos y tomar cualquier decisión sobre el destino de sus vidas. Para empezar, empleos militares, civiles o eclesiásticos se destinaban únicamente a españoles, aunque se tratara de personas pertenecientes en general a una baja esfera, cuyo objetivo era el de enriquecerse, ultrajar y oprimir a los infelices habitantes, independientemente de la capa social que ocupaba. El abuso de poder de los españoles era evidente y llevó a que se rebelaran los pueblos americanos, en contra de toda suerte de injusticia cometida: exceso de tributo y los más diversos abusos. La relación con la metrópoli se vuelve insostenible y surge la necesidad de luchar para poner fin a esta etapa terrorífica que sufre el continente americano. Se habla, entonces, de la necesidad de la Independencia de América como algo vital y urgente para el desarrollo del continente americano. La lucha por la independencia de América y por la autonomía de sus naciones tiene como precursor a Francisco de Miranda, quien tuvo el privilegio de participar activamente de la Revolución Francesa y traer al continente americano ideales como libertad, fraternidad e igualdad, la emblemática trilogía que han formado los pilares de la revolución de 1789. La implicación de Miranda en la lucha por la independencia de América le va a costar la censura de la Santa Inquisición, que le acusa y le juzga por tener libros prohibidos. No obstante, la persecución eclesiástica no le impide mantener firmes sus ideales, y para poner fin a la opresión infame ejercida por España en América hizo falta buscar el apoyo de países como Inglaterra y Francia. La necesidad de separarse de la metrópoli era inminente y ya no se podía evitar. Las provincias americanas estaban en desesperación y los primeros levantamientos ocurrieron precisamente en Caracas. La independencia de nuestra América está escrita mayoritariamente con la sangre de miles de negros, indios y criollos que dieron sus vidas por el deseo de ser libres, de poder participar y decidir el destino de sus naciones. Lo que antes constituía un solo territorio, con la llegada de Colón, pasó a ser un rompecabezas cuyas piezas todavía no se han vuelto a juntar. Nuestra terrible división se impuso precisamente a causa de los intereses de los españoles que aquí llegaron con el único objetivo de enriquecerse. De manera muy contundente, Francisco de Miranda denunció el sufrimiento de los infelices habitantes de nuestra América, quienes fueron ultrajados y oprimidos con una rapacidad increíble por los conquistadores. Además de Francisco de Miranda, la figura de Simón Bolívar es para nuestra América tan significativa que resulta casi imposible pensar en la historia del Nuevo Mundo sin su aportación. Nuestra historia, la historia de América Latina, difícilmente sería la misma sin el carácter libertario, revolucionario del que hoy conocemos como Libertador. La importancia y firmeza de sus ideas siguen siendo actuales y nos animan a mantenernos firmes en la búsqueda de la tan soñada unidad. Pasados tres siglos de la presencia española en el continente americano, la masa sigue a lo que Bolívar llamó inteligencia. Esta inteligencia, compuesta por intelectuales ilustrados, cambió el rumbo de nuestra historia. No obstante, la independencia de nuestra América no fue sinónimo de unidad. Como en todas las guerras, la “guerra civil” en el continente americano acentuó la división de los pueblos. Anecdóticamente los pueblos americanos estaban divididos entre progresistas y conservadores, tal como ocurre en los episodios de las luchas mundiales. La división de nuestra América ha sido un factor clave para el fracaso de muchos objetivos conquistados. Según Bolívar, “la unión es la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración”, y sus ideas siguen vivas y nos invitan a seguir luchando en defensa de la integridad latinoamericana. En el año 1808 las tropas napoleónicas invaden España y el Estado español entra en crisis. Ello favorece el florecimiento de los nacionalismos americanos y a partir de este momento se intensifica la lucha a favor de la independencia. Los intelectuales de la América colonial encontraron en la filosofía iluminista la base teórica para llevar a cabo sus ideales de autonomía. Transformaciones ideológicas, económicas y políticas que ocurrían en Europa, motivadas por la Revolución Francesa y por la Ilustración, han sido los cimientos para la Independencia de América. Estas transformaciones, sumadas a la independencia de los Estados Unidos, son factores claves que motivan y sustentan la lucha por la libertad política y económica. La defensa de los derechos de los pueblos oprimidos se justifica en la necesidad de rebelarse contra los gobiernos tiránicos y todos los abusos de la metrópoli. En toda América, la recepción del pensamiento bolivariano se ha dado de forma muy acentuada. Nuestros intelectuales han sabido inmortalizar la dimensión, amplitud y profundidad de su pensamiento y han hecho llegar a la masa la grandeza de sus ideas. La certeza de que la independencia de América no debía consistir únicamente en la desvinculación con la metrópoli ha impulsado a los intelectuales latinoamericanos a inculcar a las gentes la necesidad de seguir luchando por la reafirmación de nuestras naciones; el redimensionamiento de su estructura de poder y la mejoría de la conducta de sus gobiernos. Ser independiente era, no obstante, no permitir la perpetuación de un sistema como el que estaba instalado en el continente, capaz de tolerar delitos de impunidad cometidos descaradamente contra la vida y la salud públicas; buscar medidas para extinguirlo y asegurar los derechos de los ciudadanos. Tras varias rebeliones, en el año 1810 se independizan las primeras naciones americanas, Colombia y Venezuela. No obstante, la independencia no supuso el fin de los vicios existentes y eso llevó a la América independiente al borde del abismo: el Estado actuaba mal, la justicia era injusta y la Iglesia cómplice de toda la impunidad. En medio de estas circunstancias surgieron repúblicas consideradas “aéreas”, basadas en modelos que no respondían a nuestras necesidades ni aspiraciones, condenándonos a la destrucción de nuestras incipientes instituciones gubernamentales, como ocurrió con Venezuela. Ante esta situación, Bolívar hace un llamado a las naciones a corregir los errores y a asumir la identidad y responsabilidad americanas de forma contundente. Somos libres pero no unidos, y eso dificulta el proceso de reestructuración de las instituciones gubernamentales, impide el desarrollo y nos aleja del sueño de una América verdaderamente libre y autónoma. La América independiente adquiere un matiz nuevo, un lenguaje propio. Ya no hay lugar para la división que nos ha conducido a la esclavitud, a ver rotos nuestros sueños, a estar condenados a la dependencia interna y externa; se hacen necesarias instituciones sólidas, capaces de asegurar los derechos de la persona humana, salir de la ignorancia y acceder a los conocimientos que llevan a ser partícipes del destino de la sociedad. Para ello, Simón Rodríguez llama la atención sobre la necesidad de no privar al hombre de los conocimientos que necesita para entenderse con sus semejantes, poder actuar y ser partícipe de la construcción de su mundo. La ignorancia lleva al hombre a estar muerto aun estando vivo; “la instrucción es, para el espíritu, lo que, para el cuerpo, el pan”. Con estas palabras, Rodríguez reconoce la necesidad de haber en la América nueva igualdad de oportunidad para todos porque todos son importantes para la construcción de la sociedad, y sin conocimiento ni formación no es posible haber una América de todos. Se hace necesario “romper las cadenas”, creer que el sueño no acabó, y cometer los mismos errores sería estar condenados a no poder alzar un vuelo propio hacia la autonomía. En el proceso de redimensionamiento de América, tras la independencia de España, se hace necesario, además de la reestructuración de la institucionalidad, el planteamiento de la reformulación de la lengua, cuyo protagonista es Andrés Bello. Con él se establecen los cimientos de la cultura en el continente, a la vez que señala la dificultad que tiene la gente con el manejo de la lengua y ortografía heredadas del imperio español. Durante la colonización ocurre el proceso de castellanización del continente y este fenómeno se da precisamente por medio de la Iglesia, a través de sus procesos de evangelización y de la empresa colonizadora. La independencia de América no supone borrar las huellas del imperio español en el continente americano. Por cierto, tras la independencia surge la necesidad de conservar la lengua impuesta por los colonizadores, pero sobre todo la urgencia de replantearla como algo vital para la supervivencia de las nuevas repúblicas. Tan relevante es el momento que Andrés Bello hace una propuesta revolucionaria de simplificación. Según Bello, “la ortografía es lo que mejora las lenguas”. Con esas palabras deja clara la necesidad de una lengua clara para una legislación también clara. Las nuevas repúblicas necesitan tener leyes claras, necesitan ser entendidas; establecer un lenguaje que facilite el entendimiento y evite equivocaciones. La importancia de una lengua común a todo el territorio conquistado es muy relevante. Para ello, con el cambio político que ocurre tras la independencia surge también la necesidad de ajustar el lenguaje. Así como Bolívar quería un territorio único, Bello anhela la unificación lingüística; establece ciertos parámetros a través de lo que ya hay, a través del uso. Para ello, la idea de simplificación es una forma de obtener la unidad de la lengua en todo el territorio. La lengua es muy importante para la ideología nacional, es un arma política indispensable para trazar los nuevos rumbos del continente. Venezuela es un ejemplo muy contundente de la reestructuración de las naciones tras la independencia, tanto en el ámbito sociopolítico como literario-cultural. Al referirse al período que va entre 1893 y 1903, José Gil Fortoul señala el intento de separación de ciertas tradiciones nacionales, principalmente bajo el influjo de las literaturas europeas, especialmente francesa. Es paradójico que en los comienzos de la República siga predominando el estilo clásico español en el ámbito social. No obstante, la influencia de la literatura española no impide que surja en América una literatura genuinamente americana. Con Juan Vicente González se inicia la literatura nacional, con un estilo que se puede identificar como neoclásico, matizado con giros personales, a pesar de cierto amaneramiento neoclásico, como señala Gil Fortoul. Sin embargo, impregnado de pensamiento modernísimo, radicalmente revolucionario en sociología y política. El influjo extranjero ha sido evidente en la literatura venezolana, sobre todo el francés y el español. No obstante, movimientos como el criollismo asumen una preocupación con lo puramente venezolano, pero sin descartar la experiencia de otras literaturas venidas del otro lado del Atlántico. Para Juan Vicente González, la manía zorrillera, por ejemplo, hace que la inspiración del autor americano sea pobre y se pierda en la hojarasca de sus extravagancias metafóricas, y por más que intente brillar con luz propia no es capaz de encontrarse en el laberinto de la encrucijada de la imitación. Al mismo tiempo que critica la imitación de la literatura extranjera por parte de los escritores americanos, Gil Fortoul reconoce la importancia de la literatura francesa cuando asegura que “el modernismo francés produjo a más de un artista digno de gloria perdurable”. No obstante, endurece la crítica al hablar de los escritores americanos que han preferido imitar lo perecedero de la literatura francesa; los autores menos originales, principalmente los de imaginación más desordenada y lenguaje menos puro. La visión de Gil Fortoul llega a ser paradójica puesto que al mismo tiempo que defiende la imitación de la literatura extranjera en Venezuela, como forma de enriquecer la producción literaria nacional, la critica vehementemente como algo negativo y decadente y que impide el desarrollo de la literatura auténtica, con características propias, alejada de la influencia extranjera, sea francesa o española. Al igual que Gil Fortoul, Pedro Emilio Coll hace una crítica contundente a los escritores americanos que imitan la literatura extranjera. Pero, a la vez que se atreve a demostrar su posición contraria al carácter imitativo, reconoce que éste también aporta algo positivo a la literatura producida en América. Para Coll, esta moda venida de París origina un movimiento literario blanco de críticas justamente por “atentar” contra la tradición y el buen sentido, pero, como la moda misma, no tiene carácter efímero y se generaliza y persiste demasiado. La moda francesa encuentra terreno fértil en América y se arraiga en el continente; hay una demanda social y satisface el gusto de gran parte de la población. Esta moda parisina no se impone apenas en la manera de vestirse, junto con las corbatas y figurines de trajes, sino influye contundentemente en la manera de pensar y escribir de los escritores noveles. Para Coll todo eso es sinónimo de decadencia, exageración de la imaginación americana; el seguir los pasos del individualismo simbolista que supone el abandono de las fórmulas enseñadas y, por consiguiente, el desapego a los formalismos establecidos. Este “estilo frío y áspero es fruto de una inteligencia fatigada que abandona la belleza de las apariencias para irse como un escalpelo al corazón de las cosas”. Ante toda esta realidad, Coll reconoce que “a las literaturas extranjeras, y en especial a la francesa, les debemos un gran afinamiento de los órganos necesarios para la interpretación de la belleza; a ellas les debemos los métodos de observación y el gusto para ordenar nuestras impresiones, según una especie de perspectiva estética”. De esta manera, se observa que al mismo tiempo que se hace necesario “imitar” la literatura extranjera es imprescindible hacer una literatura en pureza, una literatura auténticamente americana cuyos instrumentos se encuentran en el propio continente americano. Bien como la influencia de la literatura venida del extranjero y arraigada en América, corrientes filosóficas como el positivismo juegan un papel sumamente relevante para la formación del pensamiento hispanoamericano y, por consiguiente, la implicación en la formación de las nuevas naciones. Por vía de la influencia de pensadores como Augusto Comte se consigue en América una constitucionalidad fuerte, implantada de manera muy coherente. El carácter conservador inherente al positivismo se viste de liberal en América; es menos dogmático y gana un ropaje totalmente socialista. En Venezuela, por ejemplo, se caracteriza por ser anticlerical y antiimperialista, lo que va a ocasionar fuertes peleas con la Iglesia Católica. No obstante, no hay que olvidar que la estrecha relación del positivismo con la formación de los estados nacionales en América es muy importante y se piensa, además, como ejercicio individual nacional. Cada nación hace una lectura individual del positivismo con tal de contribuir a la formación y solidificación de las estructuras de su institucionalidad. Desafortunadamente, al mismo tiempo que favoreció la reestructuración de las naciones americanas, el positivismo alimentó a las dictaduras en el continente por su carácter ordenador en cuanto al sustrato teórico en la formación de los estados nacionales. En Venezuela, como en toda América, el sueño no acabó. La estrella que lanzó Bolívar no es fugaz y todavía orienta los pasos de muchos escritores venezolanos, ávidos por alcanzar el sueño del Libertador, el sueño de tener una América libre. Las palabras de Bolívar siguen siendo actuales y constituyen un arma que siempre acompañará la larga y difícil trayectoria de los que anhelan una América verdaderamente Nuestra. Por fin, la literatura venezolana, así como toda literatura hispanoamericana, está marcada por la incansable búsqueda de la afirmación como literatura pura, ligada a la lealtad y la solidez de las acciones y esperanzas humanas. ** Gracineia dos Santos Araújo http://www.letralia.com/firmas/dossantosaraujogracineia.htm Ensayista brasileña (Teofilândia, Bahia, 1977). Estudiante de doctorado de la Universidad de Salamanca (http://www.usal.es). Es magíster en filología hispánica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC (http://www.csic.es). Ha trabajado como docente de literaturas de lengua española en la Universidad Federal de Bahia (http://www.ufba.br; Brasil) y en traducción inversa portugués-español, para la Universidad de Barcelona (http://www.ub.edu), la Universidad de Salamanca y la Universidad Estadual de Feira de Santana (http://www.uefs.br; Brasil). ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Teoría de la alegría Juan José Colomer Grau *** Tres poemas Ariel Maceo Téllez *** Globos de colores Milángela Corona *** Esperando a Perèc (extractos) Mario Meléndez *** La señorita de Aviñón Marina Verónica Garritano *** Tres poemas Miguel Ruiz Trigueros *** Dos relatos Favio Andrés Giacometto Dallos *** Poemas José Manuel López D’Jesús *** Bife de búfalo Daniella Blejer *** Cuatro poemas Manuel Felipe Álvarez *** Eva José Adrián Quintero *** Poemas Ana Lema === Teoría de la alegría Juan José Colomer Grau ====================== De pronto una lágrima se escurre por la mejilla. Piensa que puede deberse a una infección. Hace días que nota el ojo derecho siempre húmedo y aunque en el espejo no encuentra diferencia con el ojo izquierdo, está claro que algo no encaja. Toma la lágrima como una buena señal, una señal de curación. A lo sumo en dos días la sensación de humedad en el ojo desaparecerá. Una segunda lágrima en un intervalo de treinta minutos parece una confirmación. No obstante pregunta al compañero si nota algo raro. El compañero se acerca y pregunta dónde está el problema. El problema es la sensación de humedad en el ojo, la sensación de estar a punto de llorar. Pero, eso sí, sin cuestiones sentimentales, ya que es obvio que se trata de una infección. El compañero dice que no ve nada fuera de lo normal aunque si le duele mejor que vaya a un médico. Él dice que no es dolor. Quizás incomodidad. Por lo demás, cuando cierra el ojo sano sigue viendo bien y duda de si realmente es necesario un médico, pues parece que no se trata de algo grave. En cualquier caso quizás en la farmacia puedan ayudarle. Una tercera lágrima le reconforta y apaga un tanto la preocupación. Cree sentir el ojo seco o al menos con los estándares imperceptibles de humedad. Piensa que el cuerpo se cura a sí mismo. Piensa que el cuerpo necesita su tiempo para completar la curación cuando siente que la humedad va creciendo. Cuando sale del trabajo, después de tres lágrimas más, acude a la farmacia mientras la humedad se reagrupa. Piensa que si en la farmacia son testigos de una de las explosiones lacrimales les será más fácil atinar con el remedio. Sin embargo, cuando la chica que le atiende dice no ver nada extraño lo atribuye a la inexperiencia de ésta, quizás infalible en las gripes y catarros más comunes, pero ciega para las infecciones oculares. Se demora en la salida observando una estantería donde se acumulan milagrosas latas para adelgazar. Piensa que si espera un poco saldrá otro dependiente con más experiencia, quizás el propietario, capacitado para responder a los más sutiles síntomas. Pero antes de que esto llegue a ocurrir sufre una explosión lacrimal y esperanzado se dirige otra vez al mostrador, con el dedo señalando el camino dibujado en la mejilla y saltándose la cola. La chica reacciona a la defensiva y para quitárselo de encima le expende un botellín de gotas desinfectantes, nerviosa, desbordada. Dos cuarenta. Pero no, él sabe que eso no es el remedio, pero traga y se va, pues sabe que de allí no va a sacar nada que le ayude. No obstante, se mete en el primer baño público para probar las gotas. No pierde nada, piensa, pero antes lee el prospecto y se ofende cuando se encuentra con una simple solución salina que ayuda a eliminar cuerpos extraños al ojo. Tira el botellín a la basura, contrariado, mientras una nueva explosión acontece. La infección parece extenderse al otro ojo. Piensa que ya no es cuestión de farmacias, sino de médicos. Duda de si es mejor acudir directamente a un especialista o seguir la cadena y visitar a su médico de cabecera. Cierto temor a que se rían de él por una minucia le inclina hacia el doctor Rodríguez, el cual es siempre eficiente en el tratamiento de sus quejas. Así, cuando las lágrimas se precipitan de los dos ojos, algo que ya había previsto, apresura el paso con intención de que le atiendan sin cita previa, lo cual, ha olvidado, significa esperar y esperar hasta que haya un hueco, sentir la frustración de ver cómo hay quien entra y en un máximo de diez minutos la asistenta del doctor le llama. Pronto se da cuenta de que allí no es bienvenido. El doctor está ocupado todo el día y es reacio a hacer horas extra. Sólo tiene posibilidad en caso de que una de las citas no acuda. Es en este momento cuando vuelve a llorar y una alegría inmensa le invade. La gravedad de la infección se ha hecho patente. Lo ve. Mire. Estoy enfermo. No es un catarro. Estoy enfermo de verdad. Pero la asistenta no opina lo mismo y le pide que se deje de tragedias, que hoy es un día con muchas embarazadas y los niños siempre van primero. Aunque intenta explicarle que las lágrimas no se deben a la decepción sino a una infección y que es razonable que se trate de algo urgente, finalmente se rinde y pide cita para el próximo día, cuanto antes mejor. La mujer dice que para mañana están completos pero que tiene posibilidad de ser el primero para pasado mañana. Después llama al siguiente paciente. Se resigna mientras las lágrimas vuelven a caer y esta vez, quizás, sí ayudan a aliviar la frustración. Al salir, mientras se reproduce el mecanismo de condensación en los ojos, se pregunta si está dispuesto a esperar o acudir a urgencias. Siente que las condensaciones son cada vez más rápidas, de modo que las lágrimas saltan con más asiduidad. No quiere ser un hombre que llora. Es una infección muy extraña. También le inquieta el alivio que sintió después de llorar tras los rechazos de la asistenta. En cierto modo el alivio que sintió se debía a la coincidencia entre unos nervios que necesitaban escapar y la sucesiva explosión lacrimal. En este sentido la infección, con toda la carga de maldad que se le quiera atribuir, con toda la carga de amenaza, sirvió como remedio a una excesiva carga de frustración. Piensa que quizás no se encuentra en una situación de verdadera urgencia. Lo mejor es llamar al trabajo y tomarse unos días libres. No se siente con fuerzas para explicar a los compañeros que es una reacción frente a una infección y no un estado emocional precario. Puede imaginar la molesta carcajada de González, hecha para certificar a todo el mundo que algo le hace gracia, hecha para arrastrar otras carcajadas y devenir en coro chistoso de la tragedia. Los hombres no lloran en el trabajo. Los enfermos no van al trabajo. El jefe es comprensivo aunque lo apunta todo. Pero peor es que lo vean llorando. ... Parece que la infección ha empeorado cuando ha apagado la lámpara de la mesilla de noche. Justo en ese momento, justo cuando empezaba a escuchar su respiración, ha roto a llorar, de manera continua, al menos unas dos horas. Alarmado se ha mirado en el espejo, esperando encontrar una fuente de pus o legañas gelatinosas. Pero los ojos parecían normales, para nada enrojecidos e incluso no se podía decir que fueran unos ojos llorosos, aunque quizás, sí, los párpados un poco hinchados. Lo extraño era que las lágrimas no parecían pertenecer a los ojos y más bien caían como esos globitos de agua que los actores revientan para vencer la dificultad de llorar ante las cámaras. Está inquieto. Intenta comprender buscando en páginas web que finalmente no aclaran nada, ya que en muchas de las patologías descritas presenta unos síntomas pero le faltan otros. Después de las dos horas de lloro continuo, las lágrimas caen a intervalos de más o menos treinta minutos. Piensa que ahora hay luz, y aunque no puede asegurarlo al ciento por ciento, cree que ha ayudado a cortar la hemorragia. No obstante, la herida sigue abierta. Pero dado que considera que es demasiado tarde para acudir a urgencias en tanto que no hay razones que conduzcan a pensar que va a morir esa noche, decide experimentar y apaga la luz. Espera, mira su sombra, se escucha respirar y de pronto las lágrimas se vuelven torrenciales. El pulso se acelera. Le parece inobjetable que hay una relación entre oscuridad y lágrimas. La luz atenúa la infección. Es algo que debe decir al médico. Quizás el virus, o la bacteria, quién sabe, se incubó de noche y es fotosensible. Pero dado que la luz no neutraliza la infección, cabe pensar que al agente patógeno le es más dificultoso llevar a cabo sus ataques, lo cual, paradójicamente, es síntoma de su fortaleza. Le preocupa que la infección pueda estar creciendo y pronto la luz ya no sirva como última defensa. Mientras acontece de nuevo una explosión, investiga en la red sobre bacterias y virus fotosensibles y la mejor forma de combatirlos de forma casera, al menos provisionalmente. El mejor consejo que puede leer es que acuda a un médico. La alarma se desata cuando aparece la palabra cáncer. No obstante, no presenta ningún síntoma. No siente dolor, no tiene visión doble, no hay llenura en los párpados o en la cara. No tiene siquiera enrojecimiento. Este no tener atenúa las alarmas. Seguro que no es nada. Pero dado el exceso de ansiedad se produce otra coincidencia y las lágrimas logran aligerar la carga nerviosa. Parece sentirse mejor. Incluso esboza una sonrisa. Se pregunta si cuando hay coincidencia llora de verdad y no hay infección. Quizás hay alivio porque antes ha habido emoción. Con la infección hay preocupación. No quiere quedarse ciego. Se imagina ciego. Solo. Sin nadie que le ayude, a tientas, desorientado, desesperado. Se imagina el rechazo de los vecinos, quizás un alma caritativa que le hace la compra y le roba las monedas, quizás un compañero haciéndole una visita para contarle cómo está el ambiente, los últimos despidos, los últimos ascensos, los nuevos lameculos. El miedo a salir a la calle, expuesto, debilitado. Se imagina en el suelo, pidiendo auxilio en la oscuridad mientras escucha el zapateo de los viandantes. Llora. Hay de nuevo emoción. Apaga la luz porque sabe que hay un torrente de tristeza que necesita salir. Llora. Lentamente la emoción se apaga. Llora. La sensación de alivio se extiende por todo el cuerpo. Lentamente la coincidencia se apaga. Llora. Enciende la luz. Las lágrimas caen durante un rato más. Ahora son molestas. Las infecciones son molestas. El llanto cesa. Es sólo una tregua. Pronto volverá a llorar, enfermo, automáticamente, lágrimas sin emoción. Lo mejor es ir a urgencias. No puede esperar, de lo contrario, intuye que caerá en un pozo sin fondo. Se pregunta si aún hay tranvías o si lo mejor es pedir un taxi. Le molesta la idea de que alguien pueda verle llorando. Lo mejor sería ir a pie, amparado por la luz anaranjada de las farolas y unas gafas de sol. Mientras se viste reconoce que la infección ha dado gusto a la hipotética tristeza del ciego, aunque es reacio a otorgar valor a tal emoción. Cree que la transparente iluminación de la sala de espera restará posibilidades a la ofensiva bacteriana. Le han dicho que en cuanto puedan le atenderán. Cuenta las personas que esperan junto a él. Diez es un número redondo y excesivo para sus intereses, aunque no tarda en darse cuenta de que el número varía según los que entran y los que salen. Parece una noche tranquila, según deduce de los bostezos del guardia de seguridad. Pero de pronto irrumpen las sirenas de una ambulancia y tres hombres con batas blancas salen a la carrera. Empieza a llorar. Un cuerpo se convulsiona en la camilla. Piensa que aquello extenderá la espera mientras un niño con rostro amarillento le señala y se ríe burlonamente hasta que la madre le llama al orden y le pide disculpas. Pese a la enfermedad el niño no pierde la alegría. No pasa nada. El niño no sabe que él es una máquina estropeada y no un cobarde, un cagón que no se atreve a saltar por encima del pozo. Se impacienta cuando llega otra ambulancia. De pronto por los altavoces se les pide que si no es estrictamente necesario vayan a sus casas, pues en las próximas horas van a recibir a los heridos de un accidente múltiple. Su mirada se cruza con la de un hombre con el brazo partido que lleva esperando más o menos el mismo tiempo que él. Llora. Sopesa la gravedad de las lágrimas y decide marcharse. Al salir observa cómo bajan a un niño con la cara rajada y el horror grabado en los ojos. Llora. Marcado de por vida, señalado por niñatos amarillentos en el todo vale de los recreos. Entonces se sumerge en una calle sin farolas. Las lágrimas arrecian. ... La visita al doctor Rodríguez no ha servido absolutamente de nada. Primero se ha mostrado escéptico con la descripción de los síntomas reforzada por dos demostraciones reales. La luz empieza a no tener efecto. Después, el doctor ha examinado los ojos como la forma más eficaz de consumir los quince minutos que se ha asignado por paciente, para al final soltarle en la cara que o bien era un farsante o bien debía remitirle a un mecánico del alma. Le ha parecido preocupante que el doctor no se sintiera intrigado por una enfermedad rara y mientras rompía a llorar por tercera vez se ha atrevido a sugerirle que un examen superficial no era suficiente, que era necesario ir a la sangre. La infección está en la sangre. Después le ha despachado con unos ansiolíticos y el número de teléfono de la doctora Cecilia, una buena especialista. Ha llorado, y una vez en la calle, el desaire ha coincidido con las lágrimas. Una vez aliviado se pregunta si el doctor tiene razón. Al fin y al cabo es el experto. Quizás más que una infección lo que le aqueja es una disfunción de la mente. Se toma una pastilla. Se pregunta si la coincidencia es más que eso, simple coincidencia, y va más allá y es un camino que debe recorrer para curarse. En ese sentido, piensa mientras la pastilla hace efecto, el alivio bien pudiera ser la recompensa por tomar el camino. Mientras llora de nuevo por medio de la infección, piensa que el alivio sentido en las lágrimas de tristeza comparado con las de la frustración era, por qué no decirlo, más poderoso, más gustoso. Entonces busca en la tristeza y la burla del primer niño le empuja a la cara rajada del segundo y la tristeza similar que le aquejó cuando se imaginó ciego. Ambas eran situaciones de desamparo. Era este un gusto por el vaciamiento, por la descarga de una condensación emocional en la que la precariedad era el vector que aumenta la presión. La tristeza fruto del desamparo. Recuerda a su madre. La pobre dejó un día de luchar. Estaba cansada. Sonriente hasta el último momento. La última caricia. Llora. Recuerda cuando le cogió la mano, cuando sintió la tensión del último segundo, la distensión del segundo después y el frío de un mundo sin madre que te tiende la mano cuando te has caído. El ciego en el suelo, la raja en la cara que te convierte en un viejo de doce años. Llora. Recuerda cuando Marta lo abandonó. Lo siento. Me gusta otro. No lo conoces. Me hace sentir especial. Tú me gustas, pero... Llora. Cuando Lorena, después de haberle dado esperanzas, se decantó por Pedro. Sabe tratar bien a las chicas. Es encantador. Lo siento. Tiene algo que tú no tienes. Llora. No preocupas a nadie. Mamá siempre era una mano que te acariciaba cuando estabas bajo de moral. Pasaba suavemente los dedos por los cabellos, sin cantar, aunque no importaba, pues el hecho de tocarte era el canto mismo. Llora. Llega un momento en el que se da cuenta de que el alivio no llega. Se alarma. Llega un momento en el que deja de llorar y la tristeza sigue ahí, mesando las entrañas. No ha habido desahogo, descarga. No puede imaginarse que la infección se haya curado. No puede ser. Se desespera. Hundido en la tristeza no pueden faltarle las lágrimas ahora. Camina. Siente los ojos hinchados. Escuecen. No ve salida sin el alivio que producen las lágrimas. Testa. No hay condensación. Camina. Testa de nuevo. Lo que antes era una incomodidad es ahora una necesidad. No puede admitir que una vez se ha lanzado al pozo se ha quedado sin lágrimas. Llueve. Camina. La infección ha cancelado sus servicios. Las defensas han ganado. El cuerpo se ha curado a sí mismo. Quizás necesitaba la tristeza para provocar una tormenta que limpie todo. Quizás ha tenido que sacrificar defensas propias. Sacrificar el alma para seguir viviendo. Camina. La enfermedad ha sido vencida a costa del alma. No ve salida. No le tranquiliza la salud. Necesita llorar más. Necesita el alivio, no su perspectiva interrumpida. Camina. Llueve. Al fondo se dibuja la estación de tren. Se dirige a ella. Testa. No hay condensación. Entonces piensa que no hay más esperanza que los raíles. Los ojos se han secado y el alma no está aliviada. No habrá coincidencia. Los trenes salen y entran. Las ruedas resbalan después de que se activen los frenos. Las salidas son un poco más bruscas debido al momento de aceleración. Siempre hay una resistencia con la que contar, eso es obvio, y el cuerpo, curado, se resiste a saltar con un interregional que acaba de llegar. No obstante, se siente arrebatado por la idea de que los raíles son el alivio, el alivio definitivo, quizás el más placentero, la descarga del alma. Quizás al otro lado le espera la madre por la que ya no puede llorar. Quizás pronto llegará ese niño con la cara rajada y rendido a la idea de la horca. Allí habrá paz, el fin del desgarro. Ningún niño te podrá señalar, aislar, repudiar. Hay una línea de seguridad que aparta del peligro de las ruedas. El corazón se acelera cuando coloca los pies en la zona amarilla. Pronto llegará un intercity. Todo está programado. El tren partirá en diez minutos. Se pregunta si no es mejor aprovechar la salida y el momento de aceleración. Una salida le parece incluso más optimista. El tren arranca y antes de que cierren las puertas salta. Abre los ojos. La ventana guarda los restos de la lluvia, el reflejo de su rostro. No sabe adónde va. No tiene billete. La condensación vuelve a organizarse. En breves minutos llora de alegría. ** Juan José Colomer Grau http://www.letralia.com/firmas/colomergraujuanjose.htm Escritor español (Muro del Alcoy, Alicante, 1977). Licenciado en filosofía. Actualmente reside en Zúrich, Suiza. Ha publicado artículos de opinión en las revistas digitales Rebelión (http://www.rebelion.org) y Kaos en la Red (http://www.kaosenlared.ne). Mantiene un blog literario en http://tiemposdenadie.wordpress.com. === Tres poemas Ariel Maceo Téllez =================================== *** Todo depende de cómo amanezca el día de la lluvia que cae los que se van al exilio de las cartas mi sexo la imagen que el espejo nunca devuelve. Todo depende de un hombre solo sentado en el teatro Verdum con su hijo muerto en Angola su cama vacía. Todo depende de mi sonrisa apagada del sol que nunca tomo mi poesía de mierda de mis ganas por tener un pulóver I love New York. Todo depende de las flores amarillas que crecen en el cementerio de los barcos que no llegan a puerto de cuánto estoy dispuesto a soportar sin poderme amamantar de mi vecina triste que está seca y tiene un agujero en el costado izquierdo del pecho que no puede llenar. Eso no depende de ella como tampoco depende de mi amigo Manolo seguir con vida ahora que le diagnosticaron leucemia. *** Mensaje de amor con problemas de insomnio (él desde acá) Bebé los gritos de la noche me desvelan a veces se calman pero sólo a veces. Se cuelan dentro y me acuchillan con fuerza odio. Y tengo que aguantar calladito que protestar no me sirve de mucho. Tu ausencia se acumula en el lado ausente de la cama donde me sumerjo sin más remedio que el de respirar profundo y creer que los gritos son un sueño que acaba pronto. Puedo estar así por un rato tal vez pararme en la ventana y ver a la estríper del bar El Contento dar su espectáculo con una botella que la penetra. Ella se menea al compás de esa música suavecito y lo disfruta como tú también lo hacías. Bebé mientras espero tu carta en la radio se escucha que hay que resistir pero no sé bien. Porque los gritos muerden mis oídos hasta destrozarlos. Ellos son como el silencio en las barras cuando van abajo 3 a 0 o las sirenas en La Habana del 62 o como el canto fúnebre de esas ballenas atascadas en la orilla del malecón a merced del suicidio. *** Cerca de los muelles Es cerca de los muelles donde las putas huelen a sal y están todos los muertos todos los que alguna vez miraron con terror a este país que ahora se traga un invierno ficticio. Es cerca de los muelles donde las luces de los bares están marchitas y se pudren en la oscuridad del callejón la misma oscuridad que ahora protege al asesino que no es otro que el hombre sin rostro. El muy pendejo aguarda con quietud a que se aparezca el niño más inocente de La Habana para borrarle la sonrisa los ojos el cuerpo y echarlo al agua. Se preguntarán por qué ocurren estas cosas y yo les responderé. La gente ve demasiadas películas. ** Ariel Maceo Téllez http://www.letralia.com/firmas/maceotellezariel.htm Escritor cubano (La Habana, 1986). Trabaja en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT, http://www.tvcubana.icrt.cu). === Globos de colores Milángela Corona =============================== Cuando la noche era demasiado fría para sus débiles huesitos, mami estuvo allí, tratando de explicarle a un pequeño niño por qué su cuerpo era más débil que el de los demás. Cuando su pecho ardía por correr detrás de los otros niños, mami estuvo allí, tratando de explicarle a un pequeño niño que su corazón era especial y que debía ser cuidado mucho más que el corazón de sus amiguitos. Cuando aquel niño la vio bailar y su corazón latió de manera extraña, mami estuvo allí, tratando de explicarle a un pequeño niño lo que era el amor, y cómo le regalaría latidos a su corazón especial. Ella era su vecina, una pequeña niña de trenzas detrás de su cabeza. A él le gustaba mirarla bailar en las clases de danza en las que mami lo había inscrito como única actividad física. Él amaba el baile, y todos amaban el que algo le entusiasmara tanto. Él siguió mirándola bailar, y mil soles se pusieron; cuando él ya casi no era un niño, ella aún seguía bailando en el centro de la sala. Y él la miraba. Y su corazón ganaba un nuevo latido con cada vistazo. Un día él fue a verla ensayar para un hermoso musical, él estaba muy atrás y mami y papi se sentaban a su lado, compartiendo miradas conocedoras y esperanzadas, felices porque veían la felicidad que le producía a su hijo ver bailar a aquella niña. Y antes de darse cuenta, él estaba junto al escenario, y sonreía porque ella le sonreía. Ella pensaba que él era mejor bailarín, y todo mundo pensaba que él era realmente bueno. Pero cuando ensayó para el musical, su corazón especial no lo resistió, y su cuerpo bailarín se desplomó sobre el pequeño escenario. Y todo mundo pensó que sería el fin. Luego en el hospital él supo que ya nunca le dejarían bailar de nuevo, y cuando se lo dijo, ella respondió que bailaría por él, y que él bailaría a través de ella. Entonces, en medio de la habitación de hospital, ella bailó porque eso le hacía feliz, mientras él capturaba nuevos latidos con cada vistazo. Él pensó que sería el fin. Dijo que aunque ya no le quedaban muchos latidos, y aunque se sentía mal al tener que atarla a alguien que estaba muriendo, su corazón especial la quería, y siempre pertenecería a su lado. Ella dijo que iba a tomarlo y cuidarlo por siempre. Entonces él la besó torpemente, y ella estuvo muy sorprendida. Él le dijo que de todas maneras no era justo tener que cuidar un corazón tan enfermo. Y ella miró al cielo y pensó en globos. No esos globos a los que arrojas al cielo y regresan, y que vuelves a empujar alto, pero ellos siguen cayendo. No. Ella pensó en los hermosos globos de colores que flotaban en el cielo y se tensaban contra las cuerdas que los mantenían en tierra. Un día esos globos iban a reventarse, y su vida como globo terminaría, pero aun así, no había nadie a quien no le gustara sostenerlos mientras duraran. Fue cuando ella dijo que su corazón era especial y que estaba feliz de poder sostenerlo. Y que este no era el fin. La noche antes de que un hombre con su corazón especial muriera, mami estuvo allí, aun cuando no necesitaba explicarle nada a un gran hombre, ella estuvo allí. Y una hermosa mujer bailarina también estuvo, danzando en medio de la habitación de hospital, cargando a un pequeño niño con un corazón ordinario, a quien un día le explicaría que papi tuvo que irse porque su corazón era muy grande para este mundo. Y él capturó sus últimos latidos de aquel momento. Y luego, su corazón especial se detuvo. ** Milángela Corona http://www.letralia.com/firmas/coronamilangela.htm Escritora venezolana (Vargas, 1994). Es estudiante de idiomas modernos y de diseño. Su producción permanece mayoritariamente inédita. === Esperando a Perèc (extractos) Mario Meléndez ===================== El inconsciente es un manicomio con vista al mar Cada pez que sale del agua trae camisa de fuerza *** 4 Vi al Papa despertando de una horrible pesadilla Dios le había contado que leía a Rimbaud Era año nuevo El Papa dormía abrazado a su Cristo de peluche *** 9 Vi a la muerte llorar en el entierro de Cervantes La gente gritaba: “Compañero Miguel” “Presente”, decían los gusanos mientras lo bajaban a su última morada A pocos metros de ahí cremaban el cadáver de Dios *** 11 Vi a Marilyn Monroe dando de mamar a su sombra tenía los pechos tristes y usaba camisa de fuerza para dormir Se había tatuado en la espalda algo revelador También Dios fue mi amante *** 22 Vi a Picasso montado en un caballo verde llevaba camisa de fuerza y una máscara africana Sus mujeres lo seguían (a pie) por un desierto de sal cargaban sus cuadros al hombro y un paraguas de Matisse El caballo lucía una extraña peluca sus patas ortopédicas se abrían hacia todos lados desesperando a Picasso que lo golpeaba con un palo de ceniza Aburrido bajó del caballo y comenzó a trazar en el suelo figuras amorfas líneas arrancadas de un alfabeto imposible Aquí cavaré la tumba de Dios, se dijo los gusanos jamás me perdonarán Y ordenó a sus mujeres cortarse las venas mientras él pintaba su caballo de eternidad *** 30 Vi a Kafka en el cuarto de los juguetes Conducía un tren infinito sobre rieles que parecían anguilas Bajo la cama otro niño desarmaba una oruga fluorescente La oruga tenía el rostro de Kafka también los muebles, los relojes las paredes tenían su rostro las arañas aburridas en sus telas los juguetes en la habitación El único que no tenía el rostro de Kafka era el propio Kafka cuyo rostro semejaba una página en blanco ** Mario Meléndez http://www.letralia.com/firmas/melendezmario.htm Escritor chileno (Linares, 1971). Estudió periodismo en la Universidad La República (http://www.ulare.cl) de Santiago. Ha publicado Autocultura y juicio (con prólogo del Premio Nacional de Literatura, Roque Esteban Scarpa), Poesía desdoblada, Apuntes para una leyenda, Vuelo subterráneo, El circo de papel y La muerte tiene los días contados. Obtuvo el Premio Municipal de Literatura 1993 en ocasión del bicentenario de su ciudad natal. Sus poemas aparecen en diversas antologías de Chile y otros países y en revistas literarias como Other Voices Poetry (http://www.othervoicespoetry.org) y Literati Magazine (http://www.literati-magazine.com). Ha sido invitado a numerosos encuentros literarios, entre los que destacan el primer y segundo Encuentro de Escritores Latinoamericanos, organizados en Santiago en 2001 y 2002 por la Sociedad de Escritores de Chile (Sech, http://www.sech.cl/web), y el Primer Encuentro Internacional de Amnistía y Solidaridad con el Pueblo (Roma, Italia, 2003), donde fue nombrado miembro de honor de la Academia de la Cultura Europea. Obtuvo en 2005 el premio “Harvest International” al mejor poema en español, otorgado por la California Polytechnic State University (http://www.calpoly.edu; EUA). Parte de su obra se encuentra traducida al italiano, inglés, francés, portugués, holandés, alemán, rumano, búlgaro, persa y catalán. Actualmente vive en Ciudad de México, donde realiza talleres literarios y diversos proyectos culturales. === La señorita de Aviñón Marina Verónica Garritano ================== Deslizó el pincel con una amabilidad majestuosa sobre la tela, como si cada contorno desnudo de aquellos cuerpos vencidos estuviera esperando el trato gentil de la mano de un hombre. Nadie sabe a ciencia cierta qué pensaba Pablo cuando desvanecía las axilas y los vientres en colores vivos y hundía las pupilas de sus damas en oscuridades de burdel. Muy pocos saben, también, que sus cinco modelos eran hermanas provenientes de Aviñón con las cuales había mantenido, separadamente, relaciones amorosas breves que habían decantado en un gran cuadro. Hacía días, sin embargo, que se valía sólo del recuerdo para pintar a la más chica, ya que ésta había decidido abandonarlo, golpeada por los celos y la envidia al enterarse de los múltiples amores de Pablo. Las hermanas no se preocuparon por la más pequeña, quien solía tener caprichos separatistas. El pintor, consumido como estaba en su obra, tampoco dejó lugar para la preocupación; sólo para la bronca de saberse con una modelo menos. Sus amigos más íntimos visitaron su cuadro en proceso y se asquearon, calificándolo de insolente y desvergonzado. Uno llegó a acotar “es como si nos obligaras a tragar una soga y beber aguarrás”, pero eso fue mucho más tarde, cuando ya estuvo terminado. Ahora, una de sus modelos aún se hallaba entre tinieblas. Le faltaba lo fundamental: el rostro. Pablo no era un amante de los rostros y solía preferir la belleza de un cuerpo a la armonía de una cara. Por eso no recordaba exactamente cómo era la de la hermana desaparecida. Sin embargo, hizo todo lo que pudo y le otorgó un encanto que tal vez en la realidad la mujer no había tenido nunca. De todas las figuras, fue la más hermosa y la más brillante, acariciada por una luz que parecía alejarla del resto, ubicándola más obscenamente en el protagonismo de aquel que Apollinaire alguna vez llamó “el burdel filosófico”. Las demás modelos, un poco celosas, no admitieron que aunque Pablo no se hubiera dado cuenta, su memoria había trabajado maravillas. Finalmente estuvieron todas, solitarias, mirando al espectador, estableciendo unicidades como si jamás hubieran sido hermanas. Los artistas amigos y la sociedad parisina se tragaron la soga y bebieron el aguarrás nueve años después de finalizado el cuadro cuando fue expuesto en la Galerie d’Antin en París. La noche antes de presentarlo, Pablo lo tapó con una de sus grandes telas y se acostó pensando en la magia del recuerdo. El rostro de la más pequeña era el más poderoso, y toda la obra parecía moverse hacia él, encantada por una secreta brujería artística que era incomprensible. El pintor estaba satisfecho y creía que lo único que le daba valor a su obra era esa figura bella y luminosa que miraba de frente con unos ojos celestes y una frente ancha y pálida. La observó antes de taparla y soltó una lágrima. Era una de las mujeres más hermosas que había conocido en su vida, aquella, la del lienzo; alta, sutil, con una palidez que la hacía brillar por sobre las demás y con aquellos ojos intensos que lo miraban a él. Lloró, pero sólo su gato fue testigo. Las señoritas de Avignon se hizo público una mañana temprano. Pablo no asistió a la mudanza de su cuadro hacia la galería. Durmió pesadamente, soñando con la modelo que con su ausencia le había dado una de las imágenes más poderosas de su vida. A la tarde caminó con cadencia de enamorado hacia la exposición. Entró y escuchó los suspiros, los murmullos, las voces de descontento. Algunos de sus amigos estaban allí (quién sabe desde hacía cuánto tiempo), junto con críticos y visitantes, todos, consumidos por el horror. Antes de llegar a la multitud, bailando hacia ella en la dulce rítmica apostática en la que ahora se encontraba, Pablo se sintió feliz por su ruptura y por el asco. Pero cuando estuvo frente a su obra no imaginó que ese mismo asco también a él lo sobrecogería. El rostro de arriba a la derecha, el angelical punto de luz de su vida y obra, se había transformado en una caricatura oscura y macabra, con ciertos rasgos équidos. Los grandes ojos celestes eran ahora enormes puntos negros y la que en un momento había sido una fina nariz en punta era ahora una trompa animada. Uno de sus pechos había corrido la misma suerte, arañado por la oscuridad y el salvajismo. Y como si fuera poco, otra de las hermanas había caído en la desgracia de la transformación. Escuchó que un crítico alababa la obra, y aún inmerso en el horror como estaba, tuvo una epifanía: su cuadro sería grande. Pero él jamás revelaría que el extravagante y enigmático toque cubista que se iniciaba en los rostros de la esquina derecha no le pertenecía a la amabilidad de su pincel majestuoso, sino a la ira de unas vengativas manos de mujer que él había creído para siempre desaparecidas. ** Marina Verónica Garritano http://www.letralia.com/firmas/garritanomarinaveronica.htm Escritora argentina (La Plata, 1986). Escribe en inglés, francés y español. Ha publicado los libros de cuentos A Merlina y De escritores y miserias. Ha trabajado para revistas y sitios en Internet tanto en inglés como en español. Mantiene dos páginas personales en http://burana.yolasite.com y http://ficcionreal.webs.com. === Tres poemas Miguel Ruiz Trigueros ================================ *** Orfeo No mires atrás, de nada sirve. O mira si quieres, es indiferente y ya alumbra la luz del sol en la entrada de la gruta en las postrimerías del Aorno donde habitan las serpientes. Es una astilla lo que sientes clavada pero es una astilla de hielo. Sácala si quieres, escarba con tus dedos de luna en la bajamar de los sueños; o déjala allí que trasmita su frío por el torrente de tu sangre hasta las yemas endurecidas de tus dedos que tañen el arpa. Pero hagas lo que hagas, recuerda que de nada sirve. Recuerda una vez más que si giras la cabeza Para buscarla, la perderás para siempre, pero recuerda también que aunque logres concentrar la mirada hacia la luz que presientes ella no puede seguirte, porque ha dejado ya de pertenecer al mundo en que la amabas. En su ausencia es tu destino insoslayable Levantarte para saludar a la aurora cada mañana En las cumbres del Pangeo donde habitan las sombras Dentro de muchos años los ruiseñores de Leibetra, entonarán por ti dulcísimos cantos a la serenidad de tu indiferencia. *** Anteros Debería ser lo más normal del mundo, encontrarte todavía con restos de luz debajo de la almohada, luciérnagas moribundas en las comisuras de los labios, medusas de nieve en el abismo de la garganta cuando abres la boca para morder el último residuo de los sueños. Desprendes la noche de tus ojos, te restriegas violentamente la retina con los puños cerrados, de entre los dedos brotan esquirlas de antiquísimas albas. No debería sorprenderte. De los bolsillos de la chaqueta que dejaste colgada antes de dormir se desbordan aún pequeños hilos de claridad. Sabes bien que ciertas noches esa prenda gastada por el tiempo todavía inunda de resplandores la boca muda de los armarios. Sabes que hay trazas de la aurora que bajan cada noche por las mangas como gotitas de bengala o de mercurio que buscan no sé bien qué mar inexistente. Abres la puerta y te echas a andar. El sol es todavía un presentimiento obstinadamente inmóvil, una mancha estelar apenas perceptible sobre la parafina interminable de la noche. Caminas. Una fosforescencia extraña se desprende de las suelas apagadas de tus zapatos; y se mezcla con el barro en proporciones perfectas. Por tu frente, por tu cuello se desliza un torrente de astros cuyo origen desesperadamente ignoras. *** Océano Te parece que es la arena la que súbitamente desaparece, absorbida por una bajamar insaciable de reflejos de sol o de cristales, Pero son tus manos las que desaparecen, las que lentamente retroceden, allí donde el mar bate tus nudillos desgastados, antiguos acantilados en el dorsal de tus dedos innumerables. Son tus índices los que ya no señalan la noche, tus corazones los que ya no advierten el paso sigiloso de los ponientes, tus anulares los que se niegan a cerrar el círculo multicolor de los corales. Sabes que hay todavía huesos semilunares bajo el manto inapelable de la piel, proyecciones distales donde la noche alienta a los insectos, mientras el dorso de lo que queda de tus manos se extasía en la diáspora aparente de las arenas. Pero no fluye ya la sangre que combatía la espuma, han claudicado las vertientes azules de las muñecas, aunque queden todavía deltas dormidos en el laberinto de las palmas abiertas, dunas en los montes donde Venus y Apolo buscan salidas al triste Mar de los Sargazos. Miras indefenso cómo se rinden las falanges otrora victoriosas, cómo sucumben ante la furia brutal del oleaje, mientras todavía las medias lunas de tus uñas horadan sin cesar lo que aún permanece de la tierra. ** Miguel Ruiz Trigueros http://www.letralia.com/firmas/ruiztriguerosmiguel.htm Escritor español (Málaga, 1961). Su familia se traslada siendo él muy joven a Latinoamérica, donde estudia en universidades de San José (Costa Rica), Ciudad de México y Estados Unidos. Participa activamente en la revista Tierra, de Málaga. Mantiene un blog literario en http://mrtrigueros.blogspot.com. === Dos relatos Favio Andrés Giacometto Dallos ======================= *** Cazadores de hijueputas A las mujeres les gustan los hombres desesperados; si no los encuentran, los hacen. León Daudí Es mejor quemarse que desvanecerse Kurt Cobain Todos tenemos un secreto y un fin. La voz de una novela. Sentir el frío del metal negro de un revólver. La humedad de unas escaleras a oscuras. Conquistar a una mujer porque tiene un matrimonio infeliz. Un apartamento solitario y ennegrecido. Una puerta metálica que aísla los ruidos del mundo externo. Un sillón rojo. La frívola monotonía de un huérfano adinerado. Me senté a la puerta de mi casa viendo cómo el atardecer invadía a la gente y a las calles y se iba haciendo noche de lluvia. Llegó Camila, el sol de la tarde le venía pellizcando las mejillas mientras sonreía. —Pilla este poporo tan bacano que me regalaron, ¿ah? Estaba tan hermosa como siempre. Con esas pinticas tan raras. Le gustaba vestirse como una extraña-niña-linda-mala-sexy. Su sonrisa en la tarde era una prolongación de su belleza. Seguimos a mi apartamento. En la sala, se sentó en el computador para cambiar la música. Me quitó Betterman y puso In A Gadda Da Vida. Estaba bien. Los saqué de mi billetera. Ácidos para los dos. Nuestro primer ácido juntos. Camila me miró con duda pero con decisión. Reposé en su minúsculo dedo índice la felicidad en dos cartoncitos del tamaño de la lengüeta de una caja de chicles. Me habían costado treinta mil pesos cada uno. —¿Oye pero qué? ¿No lo vamos a comer aquí? —No, no aguanta. Tenemos que farrearnos estos ácidos en la calle. —¿O qué? ¿Quieres quedarte? —No, no. Decía no más. —A listo, ¿Y entonces? —Vamos a Parking a ver cómo está la farra. —Naaa. —Mejor a Punto Chirri. —¡Huy sí! Hoy hay toque de un parcero. —Listo pues. —Mejor comamos acá. ¿Qué tal se nos pierdan estos hijueputas? —¿Son muy pequeños sí o qué? —Pues sí. Hagámole. —¿Cómo dijo el man? Mitad hoffman mitad chiva. —¿Cuál es cuál? —Güevón igual qué importa. —¿Si o qué? Vale güevo. —Qué video. —¿No tienes una cuchillita o algo así? Al salir, la luna giraba sobre la puta madre de todos y esa maldita lluvia que caía sobre los recodos fatales de la inmensidad de un río de gente y aguas sucias que no parecían tener fin. Más allá de los ventanales danzaba el aguacero en la noche bajo los edificios grises. La ciudad se escurría como la taza del inodoro cuando el agua viaja hacia el océano, entre las migajas del odio de todos y las solitarias luces que acompañan sus sonidos. Ciudad sabandija y juguetona. Noche cómplice y sigilosa que se extiende amarilla como la meseta árida de la muerte. Metal, oscuro, negro, rojo. Bogotá. Gigante y miserable. Injusta. Fría y maloliente como cuchillo que corta las cabezas de pescado que se esconden entre la multitud de cajas marcadas para ricos o para pobres según sea el caso. —Camila Te Amo. Te siento. Te veo. Hablamos de una cosa o de la otra. Siempre hablamos de sexo, de la masturbación, de música y el oscuro pasajero. Y tú y yo como en el centro del mundo. Sensibles las yemas de tus dedos en las llamas de mi corazón. Abrázame nena, abrázame como si nos hubiéramos metido un 2cb cada uno y lo hubiéramos mezclado con ese perico encima de tus tetas carcajadas. Como la otra noche ¿recuerdas? que me pegaste una cachetada y estabas tan borracha que no te podías tener. Y yo tuve que pelear con un hijueputa que te insultó ¿recuerdas? Y caminábamos buscando perico en la zona T y nos fuimos a un parquecito ahí arribita del CAI donde nadie nos veía. Ahí en pleno parque virrey. En medio de apartamentos estrato seis. Al lado de un caño donde nadie sabe el olor que tienen tus besos de cerveza y marihuana. Y yo con la media de guaro. Tomándola a sorbos suaves y apretándola como si fuera mi verga. Como si fuera el arma con la que te defendería de esos dos tipos que pasan en una moto. Mierda. Estoy asustado. Pero tú no. Tú estás feliz. Tú estás riéndote a carcajadas de la fogata que imaginamos. Esa pequeñísima fogata que resulta ser una alucinación y el frío nos hace temblar los últimos cigarrillos. Llueve un poco y luego más. Llueve tanto que buscamos desesperadamente pedazos de billetes. Encontramos unos cuantos y cogemos un taxi. Nos encerramos en un motel de chapinero y hacemos el amor, con fuerza y sin pudor, con saliva y sin concesiones. Emparamados de sudor nos dan las 3 de la tarde del martes y el hambre nos saca a patadas a una luz que nos aterra. Vemos a la gente caminando con sus trajes de oficina y sus libritos de estudiante y nos reímos. Compramos un desayuno carísimo en una panadería gigante y luego te vas y mientras te dejo en el taxi trato de recordar tu nombre pero ya lo he olvidado. Pasan los días en la monotonía de siempre, en el aburrimiento de la existencia, en la desesperación. Aparece Camila nuevamente un viernes. La beso en la boca. Ya es mía. *** Nos volvemos uno. Caminamos por las calles odiando a los demás, riéndonos de todos. Bebiendo y buscando problemas. Metal, oscuro, negro, rojo. Nos confesamos mentiras mientras nos ocultamos verdades. Me entero que es una niña bien. Que tenemos dinero por nuestras familias. Pero las aborrecemos con sevicia. Sus padres la enviaron al psiquiatra cuando se hizo el primer tatuaje y un piercing en la nariz. A los diecisiete años todo fue peor. La recluyeron durante casi un año en una institución mental. Esquizofrénica y psicótica depresiva le decía la hermana mayor para burlarse de ella. Entonces le confesé, para estar a la misma altura de su sufrimiento, una temporada que pasé en el infierno de la cárcel hace algunos años por matar a un tipo en defensa personal. El dinero me puso en libertad. Se dilataron sus pupilas. No le importó la condena sino los detalles del acontecimiento. La sangre, el miedo y el dolor. Otro ácido por favor. Bebimos vino esa noche y fumamos marihuana en nuestro refugio de siempre. Sexo salvaje y esa noche me cortó con una cuchilla por primera vez. Me habló de lo bello que se ve la sangre escurriendo en el metal; balanceó mi brazo mientras escurría la sangre oscura y negra, y yo no entendía muy bien de qué hablaba. Pero me dejaba guiar por sus hermosas tetas. Nos volvimos freaks de la sangre. Como una liebre que corre detrás de un tigre que duerme. Llueve, llueve todas las noches. Somos hijos de esta jodida y malcriada sociedad. Siempre soñé con crecer en otro país en medio de una depresión. Hay tantas cosas horribles aparte del divorcio, he sido criado sobre algo que nunca he podido tener. Somos iguales. Odiamos a las ratas, tú sabes cómo son. Están en todos lados, el ácido de la reflexión: ¿por qué si todos los hombres son medianamente buenos hay tanta maldad y tantos muertos en el mundo? Todos conocemos algún hijueputa. Sabemos cómo son. Son esos asesinos, violadores y criminales que se ocultan entre nosotros. A veces se esconden entre corbatas y detrás de un escritorio. Apariencia de gente normal pero mala en esencia. O la maldad sin justificación o por razones de dinero y de poder. Abundan en racimos de familias con dinero y sin dinero. Son la verdadera escoria del mundo. Metal, oscuro, negro, rojo. Llovía en la noche de la epifanía. Lo decidimos. Trazamos un plan elaborado. Metal, oscuro, negro, rojo. Ya estaba dicho, ya estaba hecho. La primera vez buscamos a un tipo que era conocido en el barrio San Cristóbal. Llevaba años delinquiendo sin pudor. Violando, asesinando por encargo de otros. Le decían el diablo. El evento fue natural, investigamos su pasado oscuro con certeza y con hechos probados. Siempre mienten al principio. Apresuramos la confesión con dolor. Ella lo sedujo y lo redujo, lo llevó a mi apartamento, yo lo esperé y como pude, lo maté. Estaba dicho, estaba hecho. Esa primera noche celebramos de largo durante cuatro días y sus noches con ácidos y vino rojo. Fumando cocaína y marihuana mezclada con efedrina barata y algunas anfetaminas bañadas en aguardiente. Amanece por primera vez en nuestras vidas y somos otros, los mismos pero diferentes. Al fin encontramos un oficio, un destino con desesperación: cazadores de hijueputas. *** Las mujeres me gustan más cuando fuman marihuana Nena ahora me tienes de verdad, me tienes de tal manera, que no sé lo que hago. You Really Got Me, The Kinks Se acerca el amanecer, cuando las luces cierran sus cansados ojos, pronto estaré contigo, para darte mi sorpresa del alba. Sunshine of your love, Cream Un humo se expande como fantasmal pulpo blanco a través del salón de clases. Tosemos y lloramos mientras el profesor se levanta. Con la voz carrasposa y un pañuelo en la boca cancela la clase. Toda la tarde me la he pasado pensando en ti. Esta clase de ecuaciones diferenciales me importa un culo. Afuera se escuchan los gritos de la protesta y las primeras papas explosivas y los primeros gases lacrimógenos de siempre. Me terminaste. Lo nuestro era un amor imposible. A ti te gustaban las películas de terror de Rob Zombie y a mí las de Bergman. A mí me gustaba Woody Allen y a ti te gustaba Robert Rodríguez. Qué cagada. Con lo bien que la pasábamos. Sabes que te espero. Como se espera la cerveza en la barra de un bar. Con ganas de beberte y fumarnos un cigarrillo después. Sabes también que si no fuera por ti, estaría defendiendo a los palestinos de esos hijueputas judíos. Sabes que cuando me miras me haces sentir inmortal. Hasta que empezamos a pelear. Mierda otra vez. Me tiras un vaso de vidrio a la cara y luego estás diciéndome que no te deje. Pero yo te empujo y te digo que te vayas a la puta mierda. Si no fuera por ti, estaría en Marruecos fumando en una shisha. Maldita sea. Si no fuera por ti estaría en Australia surfeando olas debajo del sol más grande del mundo. Y todo vuelve a empezar. La maldita rutina de los ojos rojos. Me escondo entre tus errores y tus ironías. Si no fuera por ti, me cubriría el rostro para golpear a los cerdos policías. El cigarrillo y la última línea de perico se me agotan. Voy saliendo de la universidad y veo que la gente corre en dirección opuesta a la mía, dos encapuchados me abordan. —¡Hey parce! ¿Hoy entras o qué? Les digo que no, que otro día. —¡Bueno papi hablamos luego! Salen trotando. Escucho las papas explosivas. Hoy no me interesa. Salgo al fin a la carrera treinta. Paso el puente repleto de curiosos y veo las tanquetas negras del Esmad. Entran con miedo a la universidad. En eso me llamas al celular y me dices que, como hoy es viernes, Que si nos vamos de farra, Que estás fumando porro en la casa de una amiga. Te digo que sí. El transmilenio rojo, la ciudad y los transeúntes corren de la lluvia. Stephen en Dublín. Cae la tarde. Veo estos buses rojos repletos de las cinco de la tarde. Llenos en su mayoría de mujeres que trabajan. Mujeres bellas y gordas. Mujeres siempre deseando ser otras. Delgadas. Amadas por un hombre. Con carros, niños, perros y una finca. Mujeres que piensan qué mierdas hice para estar en estos buses rojos repletos de las cinco de la tarde. Quedo contigo en un café, espero en la barra a que llegues con tu amiga mientras bebo mi cerveza y fumo un cigarrillo. Bogotá en la noche es real. El Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Llegas a eso de las diez de la noche. Con tus largas piernas y tu cabello azul. Escondida entre el humo de tu cigarrillo. Me muestras tu último tatuaje. Te combina con los ojos verdes. Subimos por la séptima con el cigarrillo en la mano y la botella de aguardiente. Me he escrito tu nombre en mi piel más de cuatro veces. Poper por la boca buscando el orgasmo infinito. En el Carulla de la 63, justo a dos cuadras de donde se reúnen los Skinhead los fines de semana. Me presentas a tu amiga Karen. Bajita y delgada. Un cuerpo de oro en unos enormes ojos azules y un cabello ondulado que le tapa a veces la frente: —Estoy retripiada maricas qué vamos a hacer. En todos los bares de la séptima la rumba se ve mala. La noche no promete. Vamos a un bar de son cubano en la 82. Llegamos. Vamos pidiendo otro paquete de cigarros y una botella de tequila. Salud, alzo la copa y con el cigarrillo. Empujo el humo y el guaro. Reímos, gritamos, discutimos, escuchamos. Contamos historias que nos han contado, o de personas que hemos conocido. A esta hora estoy loco. Estamos locos. Me dices que sigamos la rumba en el apartamento de tu amiga. Paramos un taxi. Llegamos al apartamento a las cuatro. Borrachos y periquiados. Con el amanecer en los ojos y el alba en la ventana. Prendo un porro. Karen no está nada mal, ¿sabes? Tú te recuestas en ese sofá verde y me dices que tienes frío. Me quedo en el comedor armando el último porro. Karen se me acerca y con los ojos rojos me mira y me da un beso. Nos recostamos contigo en el sofá. Prendemos el último porro. Nos lo fumamos todo. Borrachos y felices. Te beso en el instante en el que se consume la colilla. Ojos vidriosos. Tu amiga te da un beso profundo y dice: —¿Qué les parece si vamos al cuarto? ** Favio Andrés Giacometto Dallos http://www.letralia.com/firmas/giacomettodallosfavioandres.htm Escritor y guionista colombiano (Bogotá, 1978). Es ingeniero de sistemas egresado de la Universidad El Bosque (http://www.uelbosque.edu.co) y tiene estudios de español y filología clásica en la Universidad Nacional de Colombia (http://www.unal.edu.co). Textos suyos han aparecido en diversas publicaciones impresas como la Antología Renata de Cuento 2010 o las revistas La Perra Edición 1 (2010) y Letras Libres (México, 2011), además de recursos digitales como la web del Taller de Cuento “Ciudad de Bogotá” (http://tcuentobogota.blogspot.com) y la revista Literatura Libre (http://www.literaturalibre.com). Entre otros reconocimientos, ha ganado la convocatoria de proyectos de guion dramatizado unitario Punch (2000), el Concurso Distrital “Imaginación en el umbral” modalidad Concurso Nacional de Cuento para Jóvenes (2004), el primer lugar del Concurso de Cuento de la Universidad El Bosque (2010) y la convocatoria Revista Literaria La Perra 2010. === Poemas José Manuel López D’Jesús ================================= *** Letanías I Ojos: Hablen a la aurora Que abraza el desvelo suicida. Giman en defensa De un lenguaje que escupe Nuestros ojos sellados Con el barniz de la incertidumbre Y la costra del discurso Balbucea en nuestros labios Y descose nuestras encías Ojos: Hablen a la aurora Que abraza el desvelo suicida. II “En el que se lanza y no tiene cabeza Más que para las paredes” Henry Michaux Y con toda la avalancha sonora, táctil La mostrosidad en el camino, el combate con criaturas vertiginosas Con noches sin sueño, con días que pesan más que la vida Con buses de retardo, Con llegadas a destiempo. Ir y venir sin lugar de encuentro Ir y venir con un bastón dando y recibiendo golpes Ir y venir sin regreso Ir y venir sin opciones Ir y venir con los párpados del muerto Ir sin venir. La tarde de desgarro y desilusión De búsquedas sin hallazgos De realidad a bofetadas. De Huidas permanentes III Hay que salvar al sujeto imbécil, Que sufre al arrancarse la sístole y la diástole Para que los perros en la calle caguen sobre él Deja que el mendigo lo escupa Enciéndelo y Espera a Que las cenizas se atraganten con él. *** Sin la vista del mar “No se olviden de nosotros Los que volteamos a ver Qué es lo que sangra” Luis Enrique Belmonte Pegarle en el estómago al olvido No es suficiente Instalarse en el solar del abandono Es habitual. Llenar sus cuerpos de alcohol Como la gasolina a los carros sin tanque Es más indispensable que cepillarse los dientes. Aun así Despegarse del mundo No es suficiente. *** XIII Olimpo con esferas de fuego abertura, falso marfil cruza de cordones desamarrados. Entra Un banco transparente, Diluyéndose en fosas, En párpados Que devoran el cráneo Pecho seco ¿a dónde fue la frase del aire prometido? *** Inventé “Espacio, me has vencido Ya sufro tu distancia” César Dávila Andrade Una mirada flotante Unas grietas rojas Inventé Unas cejas calvas Golpeadas por la ligada vereda Clavadas sobre la comarca perdida. Inventé fosas Que taladran a los escombros Un pasillo para poder respirar Sin tener que beber los gases de los carros. Me alejé De los cuerpos fraternos. No supe nada de ti Y no me importas, Te preferí Por un transporte de cocina, Un altar sin luces Desvelos persistentes. Y mi trofeo Fue tu olvido Clavado en los escombros. *** Arena perdida A diez días que el oráculo rompa la cara y los ojos Y que las cejas se las trague el camión de la basura. Diez días Para que los versos del mudo se escuchen Y la poesía Atropelle por la avenida sin barranco Es tarde para que el sonido se calle Caigan las cenizas Y se mutile el cuerpo. La vida es una mentira Y es tarde para admitirlo. *** Plaza congelada ¿Dónde queda el amanecer /de luces moradas?, guitarras tembladas. Esperanza Es un árbol que se enciende en el ágora Iglesia desangrada Aquí estamos Aguardando el concierto insonoro. Unos niños cantan Hacia la orilla del otro, Unos niños tocan / Otro sale en la orilla Exquisita de los lamentos. *** Diciembre 33 Hoy nuestros dedos arden al borde de un marco oxidado por un año que se bebe copa a copa nuestras miradas. Nuestras manos se clavan en el perchero de los accesorios que no están a la venta. Los ojos se amarran a una piedra Y salen por la parte trasera de la casa. Hoy nuestro cuerpo Vende sus órganos En la farmacia del hospital. *** Réquiem En la efervescencia del mediodía dormiremos y con un parque de latas a cuestas festejaremos el pus que rellena nuestros pies. Con las uñas desde adentro cayendo felices sobre el asfalto, sosteniendo el pedazo de tierra que nos ancla a la gravedad con su voz de aire su cántico de árbol. Haciendo que el cielo se presente Con sus túnicas negras para hablarnos de las esquinas que guarda el inframundo en su conrazón recordándonos que el único abrigo para el nicho nuestro es la brisa cuando nos pega en la cara es el viento cuando se abren los ojos a la luz del pino oscuro. *** Garfio estaca destiempo, Las uñas sangran entrañas sobre libélula de cadenas. Abrir piernas de serpiente rojoazulada punto por punto hasta que la lluvia sea un néctar volcánico. El Sol promulgue un cataclismo lunar. La piel viaje con otros riñones y el signo las tempestades arranque. *** Orquesta de pájaros ladren a lengua cortada. Beban Saliva de encuentro, Nazcan En el agua que el silencio es melodía sangrando. El cuerpo se parte en recuerdo trozo a trozo sin líquido. Grillos luz de pantano en la mañana recita el árbol contra un réquiem de espumas recita el museo de formol. ** José Manuel López D’Jesús http://www.letralia.com/firmas/lopezdjesusjosemanuel.htm Escritor y músico venezolano (Mérida, 1990). Licenciado en letras mención historia del arte por la Universidad de Los Andes (ULA, http://www.ula.ve), donde además es estudiante de letras mención lengua y literatura hispanoamericana y venezolana y de la Escuela de Música. Participó en el taller de poesía dictado por Luis Moreno Villamediana, talleres de creación literaria (DAES-ULA, 2008) y fue miembro del Grupo Experimental de Poesía y Música (Reflejos, 2007-2009). Ganador del Premio de Poesía “Gelindo Casasola”, en el marco de las Jornadas de Creación Literaria ULA-2010. Ha publicado artículos en el periódico alternativo Arcabuco y es coautor de la novela colectiva Una balacera no abolirá el azar (Fundación Editorial el perro y la rana, http://www.elperroylarana.gob.ve; 2010). Además, textos suyos han sido publicados en antologías internacionales y periódicos de su país. === Bife de búfalo Daniella Blejer =================================== Llegó a la isla meridional en el último tren. Era de madrugada, por las calles soplaba una brisa cálida entrecortada por una fría corriente de aire. Abrazó su cuerpo con el suéter como si con ello pudiera evitar que aquellos vientos se la llevaran. En el hotel, que parecía un convento, se registró con el primer nombre que le vino a la mente: mi nombre. Una vez en el cuarto guardó la hoja de sauce que el viento había atraído hacia ella entre las páginas del libro que leía. Se quitó la ropa y la dobló con cuidado sobre el armario. El agua corría mientras esperaba sentada sobre el borde de la tina. Al deslizar sus piernas largas, la bañera enverdeció como un pantano. Sumergió el cuerpo y la cabeza para perderse en la tibieza del silencio. Bajo el agua escuchó la gotera que escurría de la llave, con menor claridad alcanzó a oír un zumbido grave, parecía originarse en las profundidades del drenaje. Sacó la cabeza de la tina y comprobó que el sonido cesaba en la superficie. Adentro, el coro de barítonos submarinos reiniciaba; sentía miedo y atracción, quería ir ahí, adonde se originaba la voz. Salió de nuevo e inhaló todo el aire que pudo, esta vez se sumergió durante mucho tiempo. Necesitaba poseer la voz, mi voz, para descubrir aquello que aún no se atrevía a escribir. Logré salir de la tina antes de que se ahogara y respiré con dificultad por su boca. Miré los largos dedos de Clarisa, sus pies huesudos y planos; toqué con curiosidad su vientre pálido y alargado, sus diminutos pechos, el origen del mundo. Delineé las cejas pobladas y el tabique de la nariz; tiré de sus orejas de duende, parecía gustarle. Sonreí al notar que comenzaba a respirar a mi propio ritmo. Dormí dos días seguidos; al despertar sentí un hambre milenaria. Bajé al restaurante del hotel a desayunar; los sabores de la comida tenían una intensidad que desconocía. A ratos comía con lentitud y después con ferocidad como aquellos vientos que soplaban a la orilla de la isla. Su lengua —incontrolable ya— recorría una y otra vez mis labios para registrar los venenos que habría de utilizar después. Al pasear reconocí las calles impregnadas de olor de otros tiempos. En el mercado de pulgas los gitanos vendían antigüedades, discos de vinil, ropa usada, sombreros, mascadas, pócimas, esencias corporales, bisutería y todo tipo de amuletos. Me puse a curiosear, le gustó un juego de collar y aretes de granate, también un vestido de tirantes color esmeralda. Compré ambos y me cambié en una de las carpas. Tiré sus viejos mocasines y calcé zapatos rojos con tacón de aguja. El aroma de carnero se mezclaba con el incienso quemado, un grupo de hare krishnas bailaba al ritmo de un canto hipnótico. Me quedé en la plaza principal a contemplar el atardecer; percibí que le gustaba la noche, la hacía sentirse distinta. Al caer el sol, algunos de los locales se transformaron en bares. Atravesé los arcos en forma de herradura para entrar a la vieja edificación y descendí por las fauces ruinosas. Entre el ruido de las conversaciones se entretejía una suave música electrónica, bajo la iluminación artificial la concurrencia cobraba un aspecto de anémona de acuario. Esquivé las sillas con respaldos altos para sentarme a la barra. Al poco rato el mesero trajo el menú de especies en extinción: cocodrilo, iguana, serpiente, venado. Quizá fue el hambre de Clarisa lo que me llevó a ordenar un bife de búfalo con vino tinto para acompañar. Al cortar la carne, el jugo rojo comenzó a correr. Comimos todo sin piedad y aun así no se sació. Antes de irnos sin pagar, le sonreímos al hombre que nos observaba desde hace rato, seguras de que nos seguiría hasta el hotel. Al despertar, Clarisa palpó las comisuras de sus labios y notó que estaban manchadas de sangre. Después miró con desconcierto sus manos, ensangrentadas también. Yacía desnuda sobre la cama, su ropa seguía doblada sobre el armario, tal y como la había dejado hace un par de noches. La hoja del sauce aún marcaba el cuento que yo había escrito para ella, que tanta hambre tenía. ** Daniella Blejer http://www.letralia.com/firmas/blejerdaniella.htm Escritora e investigadora mexicana (México, DF, 1970). Estudió diseño industrial y es doctora en letras por la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx). Se dedica a la investigación y a la docencia en la Universidad Iberoamericana (http://www.uia.mx) y ha publicado diversos artículos sobre literatura y arte en revistas especializadas. === Cuatro poemas Manuel Felipe Álvarez ============================== *** Cuando un poeta es ignorado Cuando un poeta es ignorado Su alma bebe un veneno de silencio Las mariposas son sumergidas A la sopa amarga del ritmo corriente Una gaviota es condenada A la guillotina Pero las rosas arman su cuadrilla Y cobran las deudas del amor Cuando un poeta es ignorado La tarde sangra Herida por los cristales Que el olvido rompe Cuando muere la luna De sed Los patriarcas son sentenciados Al ostracismo Mientras sus tumbas Son incendiadas Hojas que se calcinan Antes de la última danza Antes de ungir la tierra El viento deja de besar el mar Por eso las olas mueren Sin haber nacido Simplemente Cuando un poeta es ignorado Es sepultado el sueño Que es el grito más puro Que se forja en el festival De la vida La Torre de Pisa Pierde su aparente y vieja inclinación Los faros se derrumban Y los barcos pierden su sueño De anclar No hay vino entonces Para los melancólicos Que se embriagarán con su propia sangre Ignorar a un poeta Es el menos recordado y más grave De los magnicidios Porque es él El poeta Quien se atreve a beber el dolor Para pintar de carnavalescos colores El tiempo. *** Insomnio Y es que a veces los espectros de las ratas liman sus dientes en mis palabras la calle me rasga y embute sus gritos glaciales morder uno a uno los barrotes de la alcantarilla naufragar en una vacía ciudad subterránea es cuando arraigo mi garganta en el burdel del inframundo Y es que a veces la piel se explota en el temblor de los adioses tantos ansiosos despertares abatidos en el insomnio de mi lengua encendida escupida por viejos azares. *** Sangre de guerrero Llora el guerrero, porque es hijo de la soledad En paisajes muertos se forja la floresta Atropellada por pasos de un paseante ciego Cuya vida pasó empezándola Se fulge la noche con las dagas y las brujas La nostalgia lacerada por la furia Emerge así el aullido de una nueva muerte. Si la niebla de las horas Desgarra la ilusión del héroe Y los dioses esgrimen el abandono Con sus leyes que niegan El derecho de soñar ¿Acaso él no ha de llorar? Si llorando lucha, porque es hijo de la soledad Si en las sábanas se pliegan sus cadáveres Si su piel es velo que resguarda melancolía Si las voces de sus ángeles se hacen humo Luchando llora con su escudo de luz. Sus ojos nublados Arlequines ahorcados por el abandono Manos mártires de la suerte Que esculpen el miedo y la ausencia Déjenlo llorar que está vacío Prometerá al tiempo no borrar el fuego Que su armadura ha calcinado. Su llanto es más que protesta hacia el destino No es simple relato de un dolor No es una deuda de la vida Es la sangre que lo diviniza y lo hace héroe. *** Mi bandera enferma El idioma del agua Fue enterrado, las claves se perdieron O se inundaron de silencio o sangre. Pablo Neruda Las plazas célebres están desiertas Pero aún siento las espadas de los próceres Esgrimir mi costado que desprende sangre vacía. Sollozan las gaitas Gotas ungidas de añeja tapioca. Las tamboras masacradas retumban En el olvido. Las guacamayas han aprendido A bailar esta cumbia sombría Bailan gritando Porque les cortamos las alas Las veo y quiero bailar con ellas Pero debo arrullar sus crías Montar una base militar de nostalgias En palmeras imaginarias Que sostienen aquellos nidos de ausencia. Entre tantos agudos timbres De ambulancias que llevan payasos heridos Y trancones de momias que buscan sus almas Entre la turbamulta y la peste, El viento aún susurra los cantos De los patriarcas que habitarán eternamente En la tercera franja de ésta Mi bandera enferma Que se agita en estas plazas desiertas. ** Manuel Felipe Álvarez Galeano http://www.letralia.com/firmas/alvarezgaleanomanuelfelipe.htm Escritor colombiano (Medellín, 1987). Filólogo hispanista por la Universidad de Antioquia (http://www.udea.edu.co). Ha sido jefe de edición de la revista El Terraplén, de Medellín. Ha publicado los libros Recuerdos de María Celeste (Editorial Aldebarán, Medellín, Colombia, 2002) y El carnaval del olvido (Seleer, http://editorialseleer.com; Málaga, España, 2013). Ha publicado poemas en Literatta (http://revistaliteratta.blogspot.com; Argentina), El Pequeño Periódico de Medellín, Revista El Terraplén (http://revistaelterraplen.blogspot.com) y el Magazín Festivo del diario El Espectador (http://www.elespectador.com). Representó a Colombia en el IV Festival Internacional de Poesía de Perú “José María Gálvez Barzallo” convocado por la Casa del Poeta Peruano (Cadelpo, http://www.casadelpoeta.com) y su obra aparece compilada en las antologías internacionales Necesitarse, de Perú, y Una mirada al sur, de Argentina. Ganador de la convocatoria de la Red Nacional de Estudiantes de Literatura (http://rednel.blogspot.com) en el marco del Hay Festival de Cartagena (2005) y del Concurso de la Corporación Cultural Reina Madre (2011). Actualmente es profesor de las materias arte-cultura y literatura y es docente-tallerista del programa de la Red de Escritores, dictando talleres de poesía a jóvenes y niños de las instituciones públicas. === Eva José Adrián Quintero ========================================= Días después de la operación, encaminándola a su cama, se sentó sobre ella. Nunca se había percatado de su hundir, y cómo algunos resortes saltaban con su peso. Por primera vez notaba esa extraña sensación de flote que se percibe en los colchones, y que trae consigo la instantánea reminiscencia de encontrarse en una nube (la posibilidad de acostarse en una jamás escapaba de sus fantasías). Sabía que se aproximaba un suceso sin precedentes, por eso las banalidades cotidianas de pronto se le presentaban tan fascinantes. Una vez con la cabeza apoyada en su almohada forrada de estampados de alcatraces multicolor, miró hacia arriba, con los parches aún en los ojos que hacían uniformes las tinieblas. Se durmió. La noche pasó sin algún suceso diferente a los millares de grillos que con sus patas amenizaban el ambiente y el viento que hacía mover la maleza que rodeaba la casa, mismo que chocaba con violencia natural en las paredes de adobe y que además llenaba, con aquel pacto firmado entre los seres vivos y Gaia, sus viejos, aún rosas y brillantes pulmones. Las extrañas energías que estimulan las buenas nuevas en el mundo hicieron las suyas, separando con los movimientos del sueño los vendajes en los ojos de Eva para que la genuinidad del cambio fuese para ella tan natural como fuese posible. Una vez que despertó, el techo aparentemente seguía igual, porque inició para ella la mañana como había abandonado la noche, despertándose diez a las cinco para preparar el desayuno que su hijo tenía que llevar a la siembra. Sin embargo, el sol, en un regalo eliminador, apareció dos horas antes de lo previsto. De repente, Eva subió la mirada, se tocó los ojos, notó que las yemas de sus dedos tocaban a bocajarro sus párpados y las separó asustada de su cara. En ese momento, una emoción contenida a la que estaba acostumbrada pero que aun así no dejaba de ser la más intensa que había sentido jamás, se juntó para proyectarse en la enorme sonrisa que de inmediato enseñó sus inexplicablemente blancos y alineados dientes, al ver unos destellos de luz amarilla, fulgurante, asomarse en medio de las tejas de su cuarto. Las ráfagas parecían hacer ruido mientras se movía hacia adelante y atrás, ¡Tin! como recién creadas por dios, ¡Tin! y que le pertenecerían hasta el fin. ¡Tin! Después de esto, de un momento a otro, Eva sintió que esa luz evaporaba sin dejar rastro toda la vacuidad a la que resumía su existencia. Aún no se adaptaba, pero las cosas en el mundo se veían tan bien, tan claras, que su mente se despejó como la purificación de las aguas negras. Siendo así, que cuando los rayos solares entraban de lleno y sin dolor a sus ojos dos días después, entendió que ese era el instante, desde la muerte de su marido, en que tenía que ir a visitar su tumba. No sólo era la obligación de la costumbre, sino una necesidad, porque la proximidad con que la realidad lucía hacia ella embarró por completo al hombre más digno de admirar la igualdad de condiciones en la que ambos se encontraban, y aun más, de la superioridad de ella, al hinchar la vida todo su cuerpo mientras el de él estaba hinchado de putrefacción. Cuando, brincando el lodacero que esculpía las rodadas tanto de las trocas destartaladas como de las camionetas de lujo en abonos de los venidos del norte, iba llegando a la tumba, le vino el desdichado recuerdo del lecho de muerte del ahora agusanado, en el que le reclamaba, por fin se te hizo deshacerte de mí ¿edá hija de la chingada?, has de estar bien feliz, y tratando de jalarla de la blusa hacia sí, soltaba puñetazos al aire creyendo, en sus alucinaciones agónicas, que cerraba con broche de oro su vida dándole la última golpiza a la mujer causante de su desdicha sentimental; de la gran mentira. Lo que todos nunca supieron es que Domitilo fue, desde los once años, un hombre homosexual enteramente enamorado de su amigo, después padrino de su hijo, Apolinar, con quien consumó cuarenta y siete veces, en el único año que llevaría a la muerte como recuerdo, ese intenso amor blasfemo que les obligaba a irse una vez a la semana juntos al potrero, entre las milpas, o detrás de la yunta, y que provocaba las más diversas y a la vez unánimes habladurías entre los hombres y mujeres del pueblo. ¿Cuál era su punto de apoyo? ¿Cuál era su máxima ventaja? La hipocresía con que reaccionaba la comunidad ante su eterno misterio, permitiéndoles vivir decentemente respetados y a sus mujeres decentemente ahogadas en la ignominia silenciosa. Eva jamás sospechó que la conducta de su esposo (en paz descanse) se debía a que gustaba de pieles menos suaves y delicadas, pues en un sentido naturalmente masoquista ella sabía que Domitilo le deseaba y le parecía atractiva mientras la violaba y, además, al ser virgen (como debía ser), consideraba que el sexo marital era normalmente una agresión que la superioridad del hombre debía expresar a través de la penetración. ¿Qué son esas joterías de la delicadeza? Cuando llegó a la cripta, cargando sus dos baldes al ras de agua en cada uno para dar la limpieza, vio horrorizada que un tulipán volteando al cenit había nacido un poco más arriba de la mitad de ésta. Eva soltó los baldes. Su rostro adquirió, más opaco, el color de la luna llena y después, comenzando por sus labios que se llenaron de sangre como los de un vampiro recién alimentado, su cara completa se hinchó de furia y sus brazos y piernas comenzaron a temblar. Al buscar los baldes se dio cuenta con dolor que habían perdido peso: el agua había hecho lodo uno de los únicos espacios en que la tierra estaba seca. Nunca recordaría que podía ir de nuevo a sumergirlos a la toma de agua verdosa al lado de la primer tumba en la entrada. Los recogió, y aprovechando la pesadez que había adquirido el piso, usó los baldes como palas y comenzó a llenarlos de fango para transformarlos en armas. Los puso en el suelo, hundiéndolos, y corrió hacia la flor cuya brisa enternecía sus pétalos y sutiles tonos difuminados la convertía en reflejo del sol, para arrancarla y hacerla pedazos. Una vez desecha en sus manos y enterrada en uno de los baldes, agarró ambos y los lanzó hacia la tumba. Se subió a ella brincando con frenesí psicópata y tomó los baldes de nuevo para impactarlos como si fueran güingos. Volvió a recordar el último grito de Domitilo y la vibración que había sembrado en sus entrañas, pero se percató de que tal grito le perteneció sólo hasta ese momento, en la tumba, pues los alaridos incesantes fueron exprimiendo de su interior el trauma y la ira de su difunto, expiando a su vez todo temor a sí misma. Eva gritaba como si sus cuerdas vocales fueran autónomas y no le permitieran cerrar la boca, pero no decía una sola palabra al no existir valor o respeto alguno que le obligara a manifestar cualquier comportamiento distintivamente humano hacia aquel cúmulo moradoso de entrañas. Su trenza perfecta se deshacía paulatinamente y el sudor resbalaba por su rojiza piel. Repetía en su cabeza con amargura, que incluso tenía repercusiones físicas al darle a sus labios un sabor a óxido, los celos que le provocaba el privilegio del pecho de Domitilo de ser la base del tulipán; que quiso arrancarse los tímpanos y se enmudeció durante y después de ese cercano revolcón en el que, con ojos cerrados, se le escapó entre gemidos un mmm papi; que daba la vida por complacerlo en sus llegadas de Estados Unidos aun sabiendo a voz del pueblo que tenía una mujer mucho más joven, gorda, pocha y cachonda que ella; que la última de éstas había repercutido en la concepción del único varón que tanto había anhelado al haberse liberado y logrado descubrir un orgasmo después que él al permitirse fantasear con el leño tieso de su burro Casildo, soportando los jalones por las bestiales succiones que herían su cuello durante el acto. Los saltos hicieron pedazos el concreto que cubría la tumba. Ignoró el resbalón cuando llegó a la segunda capa porque sentía que levitaba, y la anestesia de su cólera que infectaba su sistema inmunológico hacía que los surcos sangrientos en sus piernas fuesen instantáneamente sanados por sus plaquetas. Después los aguijones llegaron al féretro partiéndolo sin misericordia, aunque más rápido por la degradación del tiempo, para llegar después al cuerpo. No paraba. Un veinteañero megalómano hijo de puta incluso le grababa con su cámara de diez mil pesos para subirlo a facebook y titular el video en tono de mofa intelectualoide como un “estudio antropológico sobre lo locas que pueden estar las pinches indias mexicanas”. Viendo a su marido cara a cara de nuevo, no dudó: en seco, las plantas de sus pies hicieron polvo volátil lo que quedaba de su cráneo con la violenta armonía rítmica del proceso del vino patero. Concentrada en la cabeza, con las embestidas de quien quiere no dejar rastro, retrocedió, encontró y acabó además con su pelvis. Nunca tuvo duda de la futilidad de las matemáticas, sobre todo por las pruebas de la primaria cuando la regresaban de cuarto año a primero en un ciclo mental infinito donde supo exactamente lo mismo hasta sus ya cincuenta y seis años. ¿Cuándo iba a pensar que un día, en medio de una niebla naranja que piquetearía sus ojos verdes, y cuyas partículas absorbería casi enteramente por la nariz, amaría la condenada causa de sus salidas sola al recreo? Los impactos ensordecedores, sísmicos que producía, eran nada en comparación con los números que su voz interior contaba para sistematizar aquel aniquilamiento, subordinando todos los aspectos de su vida únicamente a sus extremidades inferiores. ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Cuatro! ¡Cinco! ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Cuatro! ¡Cinco!... Cuando estuvo completamente claro su derredor metió sus dedos índice y medio a su garganta y le vomitó los dos tacos de frijoles con nopales que había comido esa mañana. El ímpetu fue disminuyendo y dejó de mover sus pies hasta que no se vio más un solo incisivo completo. No le interesaba el resto del cuerpo. Al salir del cementerio, decidió atravesar los diez kilómetros que la llevarían a la labor a pie, y cambiar todo: contemplar el cielo nublado, hermoso con sus nubes grises, esporádicas y gigantescas con contornos dorados; forzarse a dejar de despellejar las manos con cloro y lavárselas únicamente antes de comer y después de ir al baño; explorar senderos diferentes al aprendido, y suspirar de dicha, ya rosada de coraje pero permitiéndose sonreír discretamente como acostumbraba. Creó, mientras lanzaba un extremo de su rebozo a su espalda, la idea del eterno presente. Tenía que recogerse el cabello, apurarse, casi irse corriendo; Apolinar debía estar esperando el almuerzo. ** José Adrián Quintero http://www.letralia.com/firmas/quinterojoseadrian.htm Narrador mexicano (Guadalajara, Jalisco, 1988). Licenciado en administración de empresas por la Universidad de Guadalajara (http://www.udg.mx). === Poemas Ana Lema ================================================== *** Gàidhlig Comparto clase de fotografía con un escocés de los tantos que combatieron en Malvinas. Atragantado le quedó venir justo del país contrera en la escaramuza. Me observa con minuciosa obsesión. Por el ochenta y dos estallaba la guerra y yo cumplía nueve. En el coro del colegio nos hacían entonar la marcha a las islas. Las estrofas sabían a quimera marcial. Entonces, con la colimba todavía obligatoria los de dieciocho andaban con el corazón en la boca y sus madres rezaban a cuanto santo más o menos creíble aconsejaban con la esperanza de que sus pichones se libraran de ser carne de cañón. El primer round arrojó una diz de victoria local errata mediante el reino se instalaba en las islas hasta hoy. Patriada malentendida empezada por casa. Rosario de tormentos sucedieron indistinto si las huestes venían del sur o el norte si a todos les quedaría sellado el corazón. Me pregunto si el escocés con quien nos miramos de soslayo estará tan convencido como yo de que no existen vencedores ni vencidos, apenas resabios de amargo desatino. *** Ritual La mujer que sonríe dispone su partida. Lenitivo aliento casi indescifrable su plegaria íntima. Cómplice la muerte se agazapa entre sus pliegues. Las campanillas del jardín velado han replegado sus pétalos. Mudez, la negrura avanza para apresarlo todo. *** Shared aims Atraviesan el hielo seco los lobos arrastran, en su desesperación, [hambruna. Sólo con suerte hendirán su hocico entre las vísceras de alguna presa [incauta. Sabido que matar es, para las fieras, garantía de subsistencia. En desmedro de la especie humana, aquellos que matan para compensar los caprichos del ego. Probado que la razón no siempre privilegia. *** Atlas maltrecho Amo perderme en las ciudades de otros partidas por costumbres y lenguas exilias. Amo también deambular por sus rincones, a menudo, proscritos para los viajeros por los centros locales, de turismo. Entre paréntesis, no ha de ser casual que justo en esos márgenes agrietados por el abandono mi desarraigo duela un poco menos. *** Trajinar botánico La planta cuando mustia pierde poco a poco su esencia y, acto seguido, perece. Algo parecido sobreviene a las personas cuando en sus vidas asola el fracaso y la decepción. Entonces, trajinar a contramano como el chevallier d’épées del tarot, esgrimiendo el filo embestir al enemigo y tirria mediante, embucharse el temporal. Pergamino es una ciudad al noroeste de Buenos Aires. Plantada en una hondonada acoge espíritus y dogmas diversos. No es extraño que en sus jardines prevalezca una vegetación mustia. ** Ana Lema http://www.letralia.com/firmas/lemaana.htm Escritora ítalo-argentina (1973). Reside entre Buenos Aires y Nápoles. Ha publicado Atlas de los cuatro vientos (Segismundo, 2013), Mapas (2004) y Pequeña antología de la poesía argentina (Tres Haches, http://www.treshacheseditorial.com.ar; 2005), entre otros. ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “La poesía es riesgo puesto que es alma. Desde el alma vivimos en el riesgo. Todo en ella es aparentemente inconcluso, provisional, equívoco, sombrío. La moralidad no entra en ella. Por eso la poesía es amoral, carnal, sangrante, doliente. Ni el alma ni la poesía están hechas para los acomodados. Pocos políticos acuden a ella, apenas recitan versos en recepciones y espectáculos. Quienes se entregan al alma y a la poesía trabajan desde la imagen del marinero que lucha en el mar. Adivinando, profiriendo invocaciones, escuchando la caracola”. Hanni Ossott, Cómo leer la poesía (2002). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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