Servicio de promoción de autores de Letralia

Saltar al contenido

Siete poemas de Ludovic Janvier

miércoles 15 de febrero de 2017

Poemas de Ludovic Janvier

Contenidos

1

Uno siempre abandonará la mar reculando
es siempre el mismo pesar
es la misma lentitud en los pasos
que desgarra del país
cada adiós te retorna infinitamente
cada paso que uno pone fuera del agua
quiere sondear en el agua de nuevo

 

2

Mujeres que pasan no significa
que ellas pasan a mi lado
sino que pasan a través de mí
con sus miradas presencias y perfumes
dejándome múltiples indicios
de pronto envanecidas como un plumaje
que tarda en recogerse

 

3

Nada como el gusto de habitar desnudos
en la casa ligera del olor

nada como dos locuras en secreto
haciendo gritar la dulzura del injerto

nada como ese gusto a sal en las bocas
dos carnes golpeadas por un solo fragor del corazón

nada como morderse uno al otro
llenos del instante que baja hasta los pies

nada como beber uno en el otro
la sombra en el interior mientras cierran los ojos

respirar nada como respirar
viajando en la quietud del lecho

 

4

Un verde como de prado
recomenzando después de la tormenta
un verde ligero como un recuerdo de menta
y que la ciudad aguijonea en el talle
larga bandera gris y verde ondeando
bajo la mirada asombrada
frescura que respiras en profundidad
cuando el silencio asciende la sangre

 

5

Desnuda te encuentras
en la luz matinal que comienza
cuando la sombra al ojo que busca
le da de beber la frescura

esta es la hora donde te veo clara
apareciendo en suspenso
de pie sobre el umbral del día
clara en ti toda sonrisa

 

6

Yo te encontré esa noche
atravesando un país claro
dentro de mi sueño soleado y fresco
con el gusto del comienzo

tu enamorado tenía el brazo roto
mientras tú murmurabas que con el tiempo
sería a mí a quien escogerías
yo te creí y aún te espero

te espero aunque he despertado
tu sonrisa se quedó en el aire
con un indicio de pena ligera
que levemente me oprime el corazón

 

7

Supongamos que los pájaros callan
siempre habrá una rama crujiendo al borde de quien escucha

supongamos que la madera no se estire más
siempre podrá adivinarse un rumor de viento

supongamos que no oímos más el mínimo aliento
siempre en la quietud habrá un ruido que se prepara

supongamos que lo inminente se demore imperceptible
siempre habrá ese sonido de voz que hace el pensamiento

supongamos que el pensamiento también renuncie
siempre quedará ese murmullo en mí que te espero

supongamos que un día renuncie a esperarte
siempre el silencio escuchará venir el fin de la espera

Manuel Cabesa
Últimas entradas de Manuel Cabesa (ver todo)