24. Tiza

Yo raspo con la tiza el cielo nocturno. Caligrafía dura: las figuras en remolino deciden entre sí su grave discordia. Lamentos de mujeres de luto, que plañen su saber de los pasajes y celebran lecciones que arañaron de la tierra helada. Mis uñas rascan tumbas cerradas, yo exploro reversiones del tiempo. Yo busco mi centro en el solsticio del invierno, cuna aterida que cuelga entre polos de luz.

Acojo en el alma la oscuridad ártica. Que irradia negra hacia adelante. Los colores se separan lixiviándose de las luces norteñas. El movimiento lo es todo.

Yo nunca he dormido lo que me hace falta.