Sueco
Slam, poesía y performance
Voces de la poesía sueca contemporánea

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Bob HanssonBob Hansson

Bob Hansson nació en la ciudad de Helsingborg, en Skania, en 1970. Es uno de los más reconocidos poetas Slam de Suecia, destacado por su magnetismo en escena y la fuerza expresiva de sus poemas. Fue ganador del Primer Campeonato Inoficial de Poesía Slam, en 1995. Luego de una adolescencia problemática, comenzó a escribir y se lanzó a la escena a los 17 años. Ha publicado varios libros de poesía, grabado dos discos y realizado innumerables presentaciones en Suecia y otros países. Ha trabajado en conjunto con diversos y destacados artistas suecos. Sus obras son: Heja världen!: dikter i urdur (¡Salud, Mundo!: poemas en tono mayor) de 1998, Lugna puckarnas Mosebok (El Libro más cool de Moisés) de 2000, Kom över på den här sidan: dikter för dig som föredrar livet (Pásate a este lado: poemas para ti que prefieres la vida) también del 2000, Här ligger jag och duger (Aquí estoy recostado y apreciado) del 2001, Bräcklighetens poetik (Poética de la fragilidad) de 2003, Här är vi (Aquí estamos) de 2004, Halleluja liksom (Aleluya, digamos) de 2005 y  la novela Gunnar, de 2007. Sus dos discos son Kör, Solen, Kör, del 2003 y Stålmannen är död (Supermán está muerto), Rockópera Hablada, del 2005.

Bob Hansson ha sido y es un poeta popular, en constante interacción con el público. Destacado por su enorme poder de creación verbal, su ingeniosidad con el lenguaje y sus multisignificados. Se ha hablado de un “bobismo” y de cómo su poesía ha influido en otros jóvenes poetas. Los textos de Bob Hansson rozan con frecuencia el tema de la crítica social, reaccionando contra una sociedad mecanizada y materialista. Pero es justamente su talento con la palabra y sus posibilidades, que hacen que sus textos cobren vida: Bob Hansson es reconocido justamente por su humor, su carisma y su productividad poética. La poesía es, para este artista de la Palabra Hablada, una herramienta para lograr la comunicación; pero una comunicación que atraviese fronteras y amplíe los horizontes. En sus textos poéticos se mezclan su preocupación social con sus manías personales: memorias de infancia, alusiones a la sexualidad y observaciones cotidianas desde una mesa de café. En su reciente novela Gunnar, Hansson traslada a la prosa su ojo clínico para captar las absurdidades de la vida cotidiana, narradas con ese flujo arrasador de palabras que lo caracteriza.

No sorprende demasiado que el poeta favorito y constante fuente de inspiración de Bob Hansson sea el norteamericano Allen Ginsberg, quien, hace ya más de cincuenta años (exactamente el 7 de octubre de 1955), deslumbrara al sorprendido auditorio de la Six Gallery de San Francisco en un ya legendario espectáculo de poesía, recitando por primera vez su poema “Howl” (“Aullido”). Poema que se convertiría en uno de los puntos de referencia del entonces naciente movimiento Beat (beat generation), con el cual muchos de los seguidores de la Poesía Slam se sienten identificados.

De Bob Hansson se ha dicho, al igual que sobre otros talentos de la Poesía Slam, que escribe para la escena. Él mismo lo desmiente, afirmando que cuando escribe, escribe para el papel. “El papel es la piel y la casa del poema. Cuando hago mis presentaciones, entonces saco el poema del papel. La palabra sale de casa y dice ‘Salud’ al mundo”, afirma. Según este veterano de la competición poética, la poesía hablada y la escrita son dos fases distintas de la escritura, dos posibilidades distintas de generar encuentros, ambas tanto con ventajas como limitaciones. Hansson afirma que el motivo por el cual su poesía ha tenido más resonancia sobre un escenario que sobre el papel es simplemente porque las escenas son más numerosas que las editoriales o las revistas de poesía; y porque los escenarios de Poesía Slam son más valientes, más generosos y menos prejuiciosos que el ambiente literario y editorial.

Nacido en una ciudad relativamente pequeña en el sur de Suecia, Bob Hansson vive en Estocolmo desde los 18 años. Según él mismo, necesitaba del pulso de la gran ciudad para desarrollarse, escribir, pensar, en el ritmo vertiginoso de sus propio flujo verbal. Luego de varios años de intenso viajar, influido por la idea ginsberiana de que cada viaje es un nacimiento, Bob Hansson prefiere actualmente la quietud de su casa: “ya no se puede ser un extraño en ningún lado”, asegura; “todo el mundo se ha acostumbrado a los turistas”.

Flor salvaje

Acabo sobre el vientre.
Acabo en ella.
Acabo en la cama abajo en el lugar de los pies donde mi
lengua es un submarino entre sus piernas.
Ella sólo se ríe.
Ella sólo me aprieta contra sí y dice
que parezco un sapo.
Yo empiezo a entender
que es su manera de
valorarme,
llamarme sapo.
Acabo sobre sus mejillas.
Acabo adentro del baño cuando ella
está en la biblioteca.
Llego a casa de mis amigos hecho una ruina.
Me preguntan qué ha sucedido.
No me atrevo a decir nada.
Ella tiene fotos de sus ex novios en la pared.
Hoy puso una nueva.
Esa tampoco era de mí.
Acabo con la boca abierta.
Acabo con la cara contra la pared.
Acabo con mis ojos tremendamente cerrados.

Le digo que es deliciosa.
Me pide que me deje de tanta conversación estúpida y
me aprisiona con sus piernas.
Acabo ahora mismo, le digo.
Pero si será del carajo, dice ella.
Que no puedas callarte la boca, dice ella.
Yo le prometo no decir nunca más nada.
Ni a tus amigos tampoco.
No, ni una palabra, digo yo.
Después me pide que guarde la mantequilla.
Eres terriblemente desordenado, dice ella.
Sí, digo yo.

Voy a la cocina. Guardo la mantequilla.

 

(Sin título)

La mañana es lenta.
Una lagartija.
La tarde y la noche son un
ave de rapiña planeando.
Aun así es la lagartija que va a lanzarse
y devorar al pájaro.

Yo estoy sentado al lado de mi ventana esperando
que suceda.
No tengo apuro.
La lagartija simplemente no puede perder.

 

Quizás pasta de dientes también...

uno quiere hacer algo
lindo
o por lo menos yo quería,
algo que permaneciera,
un cepillo de dientes particularmente especial
con pasta de dientes y todo que las personas
en la próxima era
quisieran ir a ver
               —¡mira, mamá! ése es el cepillo de dientes de bob hansson
yo quería digamos sentirme capaz
depositar algo bello sobre la hierba
como una canción entre los árboles
para que los niños y los perros la canturrearan

pero lo saben todos
no se puede estar planeando esas cosas

 

Delgadas galletas de avena

Nos vamos a querer
y se va a ir todo al carajo

se va a ir todo al carajo y no es nada
que podamos remediar
más que querernos lo haremos
me vas a gritar que soy una
puta fláccida y yo responderé con altanería que
tus rótulas son lo más fláccido que yo he visto
y nos vamos a querer
no solamente por el reino de los cielos y besos y almas gemelas y oh esa sensación
de que es perfecto todo el tiempo
no sólo por eso querernos querernos porque lo hacemos
cuando tú te avergüenzas de que yo practique healing con la comida
porque yo sufro cuando tu sólo quieres dormir
cuando tú odias que yo no escuche lo que dices
cuando yo estallo porque tú duermes con un hombre que sólo es un amigo
cuando el auto no trae problemas porque ni siquiera existe
y tú piensas que es mi culpa
puesto que ni tengo licencia para conducir
ni garaje ni siquiera planos de ningún
garaje
y yo no podré entender cómo alguien puede enojarse tanto
por una manchita olvidada y los restos de una manzana
¡SON SOLAMENTE LOS RESTOS DE UNA MANZANA, POR LA MIERDA!

y nos querremos cuando tengamos tanto miedo de que el otro
vaya a desaparecer que nosotros mismos pensemos en hacerlo primero
y nos querremos cuando hayamos desaparecido
y nos arrepentiremos
y volveremos
y creeremos que no sabemos
y fingiremos que no hemos vuelto en absoluto
o que en realidad nunca fue tan rico con
fresas y galletas de avena
y nos querremos y
querremos escupir al otro a la cara y
llorar a sus pies y lo haremos y nos
querremos durante todo ese camino y no tendremos
ni una chance nos derretiremos sonrojaremos y nos bajaremos
los pantalones el uno al otro justo cuando yo gritaba MIERDA
pero me arrepentía.
Nos perdonaremos.
Dirigiremos nuestra fragilidad hacia un punto tan delgado que nos
quebraremos todos
y comeremos toneladas de galletas de avena
pensaremos que es tan típico de nosotros
un poco como los anillos de casamiento
o los mismos tatuajes en los talones que nunca
se nos ocurrirían pero sí las galletas de avena
y nos amaremos muy despacio arriba del guardarropas
nos caeremos
sencillamente nos caeremos y nos lastimaremos
y nos querremos

Hasta en el extremo de lo opuesto
hasta en adiós y hola
como aceptar que el mundo es okey
que le está permitido existir a pesar de su torpeza
y de las quebraduras de la fuente
en el amor

se va a ir al carajo
también
pero nosotros nos
querremos y un bello día
quizás

hasta nos querremos a nosotros mismos...

Poemas de Halleluja liksom (Aleluya, digamos). Estocolmo, W&W, 2005.

 

Bob Hansson presenta su novela Gunnar


 

Performance acompañada de música