(Nota
del editor: Durante el X Encuentro de Escritores Colombo-Venezolano
realizado en Cúcuta, Colombia, en 2002, y cuya undécima edición se
realizará este año en San Cristóbal, el poeta Homero Vivas-García, de
Táchira, Venezuela, tuvo la oportunidad de conversar acerca de temas
literarios y humanos con el reconocido escritor colombiano Octavio Escobar
Giraldo. Por una gentileza de la Asociación
de Escritores del Táchira,
hoy Letralia comparte esa entrevista con sus lectores). |
Octavio Escobar Giraldo, de Caldas, Colombia, médico además de
narrador, fue otra de las figuras presentes en ese logrado Encuentro de
Escritores Colombo Venezolano que, en su décima sesión, organizó la
Asociación de Escritores del Norte de Santander en sinergia con su
homóloga tachirense. Escobar, premio nacional de cuento en su país, es
autor leído y conocido. Ha participado en numerosos proyectos culturales,
en especial el famoso y legendario Festival de Teatro de Manizales.
Una de sus obras destacadas es la recopilación de cuentos De música
ligera, que, con sus propias palabras, extraídas de una conversación
que hoy les transcribo, constituye "grupos de cuentos estructurados
alrededor del tema de la música popular, no porque los cuentos en sí se
ocupen de la música popular, sino porque los personajes de cada uno de los
cuentos tiene una canción, un motivo, un cantante que lo obsesiona, que
tiene mucho que ver con su vida. El libro parte de la idea de que la música
popular, como muchas otras formas de cultura popular, son muy importantes en
la vida de las personas. Con mucha frecuencia he realizado trabajos donde
cosas de la cultura popular tienen mucha relevancia en la vida de los
personajes".
Como gran parte de su trabajo se ha centrado en la narración breve, nos
gustaría conocer su visión sobre esta especialidad literaria en su país y
entonces le pregunto y nos responde: "El cuento está un poco relegado
por la novela, yo también hago novela, pero tengo que admitir que el cuento
no tiene tanta apetencia editorial. Los editores, por razones que a mí no
me parecen lógicas, consideran que el cuento no se vende como la novela.
Los cuentos se ventilan o bien en revistas o a través de concursos
literarios; es frecuente que en las regiones haya concursos de cuentos. Es
una forma para muchos narradores de comenzar sus carreras. El libro de
cuentos suele ser lo primero que publican los narradores colombianos".
—Tocando el tema de los certámenes, el apoyo de las instituciones que
hacen mecenazgo, los premios literarios, los incentivos hacia los
creadores..., ¿qué se ve?
—Hubo una época en la que había muchísimos premios literarios. En
este momento existe el premio del Ministerio de Cultura, que se ha ido
espaciando en el tiempo. Hay concursos de prestigio como el de la
Universidad de Antioquia; algunos concursos regionales con cierto prestigio,
pero hace diez años había más concursos. Todo se ha concentrado en el
premio del Ministerio de Cultura.
—¿Y el apoyo de las editoriales?
—Tienes que tener una relación establecida con ellos, prefieren a
personas que tengan una figuración importante en medios. Para un narrador
que no tenga ningún vínculo con los medios y que no haya ganado premios
importantes es muy difícil de acceder a la publicación por una editorial
de cierto peso.
—En tu caso particular, ¿cómo ha sido la relación con ellas?
—Ni la mejor, ni la peor. No me puedo quejar. Me han publicado
editoriales fuertes, con buena presencia, pero esas ediciones han venido
después de premios para esos libros, nunca antes.
—Octavio, hoy nos encontramos participando de un encuentro que lleva ya
diez ediciones. Aprovecho, de tal modo, la ocasión, para interrogarnos
sobre la suerte de este tipo de eventos.
—Los resultados de un encuentro de escritores son muy difíciles de
evaluar inmediatamente. Creo que requieren de un poco más de rigor para que
haya un público mayor. Creo que se debe aligerarlos un poco. Creo que las
jornadas deberían ser continuas para que la sensación de encierro no sea
tanta, evitar las sesiones extenuantes. Creo que, necesariamente, los
eventos deben acompañarse de memorias para que no se beneficien tan sólo
los asistentes, sino también los que reciben esas memorias, y me parece que
se debe mantener una cierta continuidad en sus temas, no que sean tan
sueltos. En este encuentro hemos tenido una temática aislada. Es atractivo
que, por un lado, exista un cambio total de tema pero, del otro lado, uno
queda un poco desorientado... Bueno, el encuentro hacia dónde apunta. Lo
importante es que la gente tenga oportunidad de conversar, incluso de hacer
turismo, eso no tiene nada de malo. Para evaluar un evento es necesario que
pase en el tiempo. Tengo la experiencia del Festival de Teatro de Manizales,
con un montón de años y uno ve que el festival no ha sido muy importante
para el teatro en Manizales, pero ha sido importante para las otras artes.
Muchas personas dicen, por ejemplo los músicos de Manizales, que sin ese
festival, sin su sustrato, sin la música que oyeron en las obras, no
hubieran sido los músicos que ahora son. Yo, como escritor, lo digo: Si no
hubiese tenido el festival sería un escritor distinto y creo que más malo
de lo que soy.