Artículos y reportajes
Guía para el ganador
del premio Rómulo Gallegos 2005

Isaac Rosa

El crítico literario Gustavo Guerrero cuestionó el veredicto del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, en su 14ª edición, por considerarlo “adherido a la ideología chavista y castrista”. No pienso opinar sobre ese cuestionamiento al veredicto de un jurado que premió este año al español Isaac Rosa. Si lo hiciera sería una irresponsabilidad de mi parte porque no conozco nada sobre este escritor y mucho menos puedo saber si es afecto al régimen chavista. En lo personal me alegra que un escritor de la generación de los 70 sea premiado porque soy de las que consideran que el arte en general debe refrescarse con gente joven.

Comparte este contenido con tus amigos

Yo lo único que deseo es que cuando Isaac Rosa venga a recoger su premio tenga la sensatez de aproximarse a la verdadera Venezuela en lugar de dejarse deslumbrar por los halagos y la buena vida. Seguramente será invitado de honor de Hugo Chávez y, por lo tanto, le imploro que mire más allá del lujo del Palacio de Miraflores, de la residencia presidencial de La Casona y de la habitación, con una vista espectacular, del hotel donde se alojará. El show va a comenzar desde su llegada al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, donde la prensa venezolana y española lo estará esperando. De ahí en adelante cada paso que dé será controlado, lo que dejará al joven escritor con muy pocas posibilidades de comportarse como un turista normal y, como yo deseo que él —sin ninguna presión— se forme su propia opinión sobre este país, paso a darle algunas recomendaciones para que no crea que todo lo que brilla es oro. Para que pueda leerlas acudo a Boris Izaguirre, quien fue mi compañero en un taller literario realizado en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), el mismo que alberga al polémico premio. Como no tengo el correo electrónico de Isaac Rosa le pido a Boris que le haga llegar mi artículo para que lea mis recomendaciones de cómo conocer a la Venezuela de hoy de manera que se vaya con una idea más o menos clara de las dos caras de la moneda.

A Rosa le recomiendo lo siguiente:

  • Cuando salgas del aeropuerto con destino a Caracas colócate del lado derecho de la ventanilla del coche y mira hacia los cerros llenos de ranchos que pronto aparecerán en la autopista que te traerá a nuestra capital. Si el vuelo llega con retraso y ya ha anochecido verás muchas lucecitas: esos son ranchos = pobreza. Por nada del mundo aceptes traslado en helicóptero porque así no podrás observar tanta miseria. Con tu cámara digital saca muchas fotos mientras haces el recorrido. Ya tendrás tiempo para reflexionar sobre esas imágenes.
  • Cuando te reúnas con Chávez no te intimides ante su innegable carisma y pregúntale por qué esa gente sigue viviendo así si él gobierna para los más pobres.
  • Observa con detenimiento la ropa que usa Chávez y no te pierdas cada detalle de los accesorios. Trata de ver las marcas. Si los chavistas que me leen no le han pasado el dato de que yo te di estas recomendaciones, Chávez se presentará a la cita contigo vestido como lo hace siempre y podrás ver lujo y ostentación. Cuando observes su estilo de vida toma en cuenta que él ha dicho: “Ser rico es malo”.
  • Ve por tu cuenta al Boulevard de Sabana Grande. No te confíes si tratan de acompañarte porque te pueden llevar a otro lado para que no veas desempleo y calles muy sucias. Toma el metro, que es muy bello, y bájate en la estación Sabana Grande. Verás a muchísimos vendedores informales. No vayas a creer que eso es una versión nuestra de El Rastro. ¡No, no lo es! Pregúntale a Chávez por qué esa gente trabaja en la calle día a día con tanto sol, calor, lluvia e incomodidad. A lo mejor te dice que el venezolano es así y que disfruta las penurias, pero eso es mentira: no hay trabajo. Para ir a Sabana Grande no lleves nada de valor porque te pueden asaltar, no saques fotos y no hables porque si algún chavista, por tu acento, descubre que eres español te puedes ver en problemas ya que español, para el pueblo chavista, es sinónimo de invasor. Cuando te reúnas con el oficialismo te dirán que los españoles son muy queridos en Venezuela. Tú dirás si hay o no hipocresía.
  • Para confirmar esa intolerancia ve de Sabana Grande a Plaza Venezuela. Te queda muy cerca si continúas hasta allá a través del Boulevard de Sabana Grande. Ahí mismo está el Paseo Colón. Para que no te pierdas ubica la sinagoga y casi llegando al parque Los Caobos (al que no se te ocurra ir porque es muy inseguro. Toda Caracas lo es) trata de ver si queda algún vestigio del pedestal donde durante muchos años estuvo la estatua de Cristóbal Colón que fue derrumbada el 12 de octubre de 2004 por los chavistas en protesta a la colonización, es decir, en protesta a ustedes los españoles. En Internet podrás corroborar que los chavistas se sintieron orgullosos por haber derrumbado esa estatua. Ante tanto fanatismo algunos chavistas —entre ellos Roberto Hernández Montoya, presidente del Celarg— se pronunciaron en contra de esa barbarie. No sé cómo lo tomó Chávez.
  • Si te llevan al hermoso Teatro Teresa Carreño no dejes de preguntar qué pasó con el Museo Teresa Carreño, que albergaba algunas pertenencias de esa gran compositora y pianista venezolana de fama mundial. Hace unos meses lo eliminaron. Si algún día nos conocemos te echo el cuento completo. Como los responsables de ese disparate son las autoridades del teatro (todos chavistas) pídeles que te muestren las partituras, el piano y un precioso vestido negro bordado con azabaches que perteneció a la Carreño. Me gustaría saber qué te responden porque nosotros desconocemos qué hicieron con unos objetos que son para ser admirados por todos los venezolanos. A mí no me responderán porque ya ingresé en la lista negra de ese teatro sólo por pedir una explicación a la sospechosa suspensión de una rueda de prensa a la que recientemente fui convocada.
  • Insiste en que te lleven a conocer un hospital público (yo lo hago cuando voy a España) y para que no te lleven engañado a un centro de salud privado te daré tres opciones: Hospital Pérez de León de Petare, Hospital Clínico Universitario y Hospital Pérez Carreño. Elige sólo uno, me da igual. No olvides por nada del mundo pasar por urgencias porque ahí verás el drama de la salud pública en Venezuela y la tragedia de los que no tienen cómo pagar, ya que aquí no existe seguridad social de ningún tipo. No existió antes de Chávez y tampoco existe ahora. Los médicos cubanos no son la solución al drama de la salud.

Como sé que Isaac Rosa no dispondrá de mucho tiempo libre durante su estancia en Venezuela no voy a sugerirle nada más, pero de ser cierto que se pronunció a favor del régimen chavista es su obligación, ahora que es poseedor del más importante premio venezolano de literatura, ver y hacer lo que le recomiendo porque Venezuela no está habitada sólo por chavistas y no todo es tan bello como se lo harán creer. No trato de lavar su cerebro (como es inteligente tampoco lo lograría), sólo trato de que se forme una opinión en sitio porque desde lejos la realidad se desdibuja, es incorrecta.

Lamento que Isaac Rosa no pueda ir al interior del país para que vea lo mal que viven nuestros campesinos y también nuestros indígenas. A Rosa le hablarán de Misión Robinson y le contarán la desgastada historia de que le quitaron la tierra a los ricos para dársela a los pobres. ¡ojalá fuera del todo cierto! De ser así yo me alegraría, pero la verdad es que les dieron el pescado, mas no los enseñaron a pescar. Es el mismo populismo de toda la vida, exactamente el mismo de los nefastos gobiernos que antecedieron a Chávez. Así lo vemos los que no somos políticos.

Isaac Rosa (1974) logra este premio a la misma edad (31 años) en que lo obtuvo Mario Vargas Llosa. Mi amigo Jorge Gómez Jiménez en el editorial de la edición Nº 126 de Letralia dice: “Quien habrá de decirnos cuán valiosas serán las letras que produzca Rosa es el tiempo”. Tendremos que esperar para saberlo.

A Isaac Rosa le deseo buena suerte. Feliz y provechosa estadía en Venezuela.