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Edición Nº 53 17 de agosto de 1998 |
Una vez más Letralia debe expresar a sus lectores el más profundo agradecimiento por el apoyo que siempre han brindado a nuestra iniciativa. Como ya sabrán quienes han seguido nuestros dos últimos editoriales, hace unas semanas nuestro redireccionador en Monolith, que remitía a nuestra página desde el URL http://letralia.home.ml.org, fue suspendido por la organización estadounidense debido a una falsa acusación de spamming en nuestra contra.
Pues bien, a raíz de nuestra petición de la semana pasada, en el sentido de que quienes lo quisieran enviaran cartas a Monolith requiriendo la restitución del servicio —una feliz recomendación que nos hiciera llegar nuestra amiga Georgina Wilson—, la organización se decidió, finalmente, a favorecernos. Desde el pasado 11 de agosto, además de nuestra dirección real, http://www.americadelsur.com/letralia, nuestros lectores pueden visitarnos a través de http://letralia.home.ml.org. Este servicio es indispensable para nosotros en este momento, debido a los dos recientes cambios de URL por los que ha pasado nuestra revista.
La historia no deja de ser algo tragicómica: los primeros días de la acción, nuestros lectores nos remitieron la siempre negativa respuesta que estuvieron recibiendo de parte de Monolith. Finalmente, el 11 de agosto, Ricardo Moura, lector de Letralia y editor de Imagen de México, nos reenvió la parca respuesta de Aaron Meehan, administrador de Sistemas de Monolith: "Su redireccionador AtHome ha sido restituido. Disculpe el inconveniente, pero sea cuidadoso respecto a quien envíe mensajes de correo electrónico". Al parecer, Monolith recibió tantas cartas sobre el particular que decidió prestarles atención —quizás por cansancio, presumimos con una sonrisa—, aunque respondió a Moura interpretando que él era el editor de nuestra revista.
Por esto, Letralia reitera su agradecimiento a quienes nos ayudaron a obtener esta pequeña victoria, con una nota especial para Georgina Wilson, quien además de sugerir la idea se encargó de la traducción y revisión de la carta modelo. La recuperación de nuestro redireccionador no sólo es un logro obtenido por ustedes en favor de quienes no sabían de nuestro cambio de casa, sino también la imposición de la razón de un grupo de personas unidas por el placer de la lectura en contra de la frialdad de las máquinas.
"Jóvenes conozco, de veintitrés a veintiocho años de edad (y hasta viejos
pasando los cincuenta), lectorcillos de salto en trompicón, de los que todo
leen como a pellizcos para afectar erudición que apenas puede ser a la
violeta, los cuales creen que porque tienen esa vivacidad, esa locuacidad y
esa falta de criterio, pueden armarse de derecho más que pleno para hablar
sobre todos los hombres de talento y sobre todas las materias, por
arduosísimas que sean, repartiendo cintarazos y llevándose de camino a
todos como a todas...".
Gonzalo Picón Febres, "Apuntaciones críticas" (1939).