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Edición Nº 56 5 de octubre de 1998 |
Hace un par de semanas asistimos al programa Radionet, que se transmite todos los días en la emisora venezolana Radio Caracas 750, atendiendo a una invitación de Fran Monroy, uno de sus productores, para conversar acerca de los beneficios que la red informática Internet puede ofrecer a los creadores literarios. Estuvimos acompañados en esta oportunidad por el periodista Roberto Hernández Montoya, quien edita desde Venezuela Analítica el proyecto La BitBlioteca, uno de los repositorios electrónicos de textos más importantes del área hispana de la red. Agradecemos a Monroy y a su equipo permitirnos participar en su programa, cuya página puede apreciarse ya en el Web.
Allí comentamos nuestras ideas en torno a las grandes posibilidades de difusión de Internet, que rebasan las que podría brindar el entorno común a un escritor local hoy en día. Con las editoriales abarrotadas, la perenne existencia de grupos de camaradas que dificultan el paso a quienes conforman las nuevas generaciones y el cada vez más agobiante costo de editar en papel, Internet es mucho más que un simple divertimento para quienes tienen cosas nuevas que decir.
Por supuesto, el nuevo medio impone la necesidad de establecer nuevas exigencias al propio trabajo. Un canal masivo y económico como Internet rápidamente se puebla de material y el lector encuentra difícil hacer una selección de entre el maremágnum. Los escritores debemos entonces exigirnos más para sobresalir del común. En las circunstancias actuales, cualquiera que sea capaz de resolver las cuestiones técnicas de cómo conectarse a la red puede instalar un inmenso recurso atiborrado de megabytes para publicar lo que se le antoje. Lo que es un regalo del cielo puede también ser una tentación del infierno.
A producir, es la orden. No hace falta tener la preparación de un hacker para aprovechar los recursos que Internet nos ofrece. En cualquier caso, nosotros mismos brindamos, en nuestra página Documentos Binarios, algunas indicaciones de interés para quienes deseen convertir en bytes sus ideas.
Cambiando de tema, hace unos días recibimos por vía postal los poemarios La parca, enfrente (Libros de Tierra Firme, 1995) y De donde son las palabras (Plaza & Janés, 1998), ambos de nuestra amiga argentina Luisa Futoransky. Hacemos público nuestro agradecimiento a Luisa, cuya creación es publicada por nosotros con sumo gusto y lo seguirá siendo en el futuro.
Terminamos invitándolos a apreciar el más reciente título de la Editorial Letralia, que anunciamos en nuestra sección de noticias: Historia de raíces, un poemario de Julio Álvaro Mena Rosell. Lo hemos ilustrado con reproducciones de obras del pintor venezolano Feliciano Carvallo.
"Artista soy, que por tu gracia ungido
Juan Duzán, "Ideal" (1920).
en hacerte inmortal cifro mi esmero:
cada ritmo que forjo, es un lucero
que en fuego espiritual está encendido".