Max ErnstMax Ernst: el papel del pintor es proyectar lo que ve en él

Es en calidad de espectador como el autor asiste, indiferente o apasionado, al nacimiento de su obra, y observa las fases de su desarrollo. Igual que el papel del poeta, después de la célebre Carta del vidente,consiste en escribir bajo el dictado de lo que se piensa (se articula) dentro de él, el papel del pintor es cercar y proyectar lo que ve en él. Dedicándome cada vez más a esta actividad (pasividad), que más tarde se ha llamado “paranoia crítica”, y adaptando a los medios técnicos de la pintura (por ejemplo, raspado de colores sobre un fondo preparado con colores y puesto sobre una superficie desigual) el procedimiento de frotamiento, que primero parecía sólo aplicable al dibujo, y procurando restringir cada vez más mi propia participación activa en el devenir del cuadro, a fin de ampliar con ello la parte activa de las facultades alucinatorias del espíritu, llegué a asistir como espectador al nacimiento de todas mis obras, a partir del 10 de agosto de 1925, día memorable del descubrimiento del “frotamiento”. Hombre de “constitución ordinaria” (empleo aquí los términos de Rimbaud), he hecho por hacer mi alma monstruosa. Nadador ciego, me hice vidente. He visto.Y me sorprendí enamorado de lo que veía, queriendo identificarme con ello.

En un país color “garganta de pichones”, aclamé el vuelo de 100.000 palomas. Las vi invadir selvas negras de deseos, de muros y mares sin fin. Vi una hoja de tierra flotar sobre el océano y sentí un temblor de tierra muy dulce.

(En: Au-delá de la peinture, Max Ernst, número especial de los “Cuadernos de arte”, 1937. Reproducido en: Gaetan Picon, Panorama de las ideas contemporáneas, Madrid: Guadarrama, 1958. Colección “Panoramas”, IV. Traducción de Gonzalo Torrente).