Sueco
Bruno K. ÖijerPoemas de Bruno K. Öijer

Comparte este contenido con tus amigos

Con su cabello rojizo y su aire misterioso, Bruno K. Öijer personificó durante muchos años la imagen del poeta maldito en Suecia. Durante los agitados años ‘70, esta imagen funcionó a las maravillas y su estatus de poeta rock, en conciertos repletos de público, hicieron historia en el panorama poético del país. Años después, cuando las tendencias literarias en Europa mostrarían su escepticismo por todo tipo de poesía de compromiso social, Öijer mantuvo su aura de poeta rebelde. Su actitud intransigente con los grupos de poder le ganaron el respeto de público y colegas, y su poesía siguió sacando a la luz, sin consideraciones, las debilidades de su época. En sus textos, Öijer expresa su desprecio por la superficialidad de la sociedad moderna, que con su comercialismo brutal y su falta de solidaridad, genera desesperanza y alienación. Su último libro, Svart som silver (Negro como la plata, 2008), ha sido proclamado como uno de los más significativos de la producción poética sueca actual.

 

Vocación poética

Bruno K Öijer nació el 26 de noviembre de 1951 en la ciudad de Linköping, Suecia. Bautizado con el nombre de Bruno Kenneth Öijer, en 1999 cambió su segundo nombre por Keats, en homenaje al conocido poeta inglés. Desde muy joven comenzó a escribir poesía y a participar en el ambiente literario de su época. Realizó estudios inconclusos de literatura en las universidades de Estocolmo y de Uppsala. Entre los poetas y artistas que más han inspirado su producción literaria se cuentan Arthur Rimbaud, Vladimir Maiakovsky, Bob Dylan y Leonard Cohen.

Entre 1972 y 1975, Öijer participó en el lanzamiento de la revista mimeografiada Guru Papers, que llegó a publicar diez números. Guru Papers representó una línea cultural anarquista y publicó esencialmente poemas de corte político y contestatario. En 1974, Öijer fundó, junto con los jóvenes poetas Per-Eric Söder y Eric Fylkeson, y el artista plástico Leif Elggren, un grupo al que llamaron Vesuvius y que fue el punto de partida de sus presentaciones en público, inicialmente caracterizadas como escandalosas y provocativas. Resulta interesante señalar que las actuaciones de estos jóvenes poetas, con declaradas intenciones anarquistas, no eran aplaudidas por los intelectuales de izquierda de la época, quienes veían a las performances del colectivo Vesuvius como decadentes y debilitadoras de la “moral socialista” de la época.

En 1973 Öijer debutó con el libro de poemas Sång för anarkismen (Canción para el anarquismo), con una tirada de 300 ejemplares mimeografiados. A partir de allí, Öijers inicia un período muy productivo, publicando cinco libros de poesías en ocho años (1973-1981). Luego dejaría completamente de publicar hasta 1990, cuando da a conocer el poemario Medan giftet verkar (Mientras actúa el veneno), la primera parte de lo que luego se transformaría en su muy apreciada Trilogía (junto con Det förlorade ordet [La palabra perdida, 1995] y Dimman av allt [La niebla de todo, 2001]). Esta Trilogía ha sido considerada como una de las obras más destacadas de la lírica sueca contemporánea.

En 1978 Öijer publicó Chivas Regal, novela experimental con una prosa poética no muy diferente a su poesía. El tema central del libro es el viaje: interno y externo, donde distintos lugares y distintos estados de alma confluyen en la experiencia poética. Pero no fue esta novela, ni sus libros iniciales, los que consolidaron la carrera literaria de Bruno K. Öijer, sino la mencionada Trilogía. De su poesía se ha dicho que es una poesía esencial, despojada de lo anecdótico, que profundiza las recurrentes preguntas existenciales de vida y muerte, pero de una manera original y con un lenguaje visual refinado. El poeta aquí asume una posición central, de iluminado, de profeta y visionario. Rimbaud asoma en muchos de los textos de Öijer. Sin embargo, lo interesante de la poesía del sueco es que carece de sentimentalismo y que su autor no se confiesa seguidor de ninguna ideología en particular.

En los últimos años, Öijer ha realizado recitales solamente en ocasión del lanzamiento de sus libros de poemas. El último ha sido Svart som silver (Negro como la plata) en el 2008, que llenó las instalaciones de varios teatros, tanto en Estocolmo como en el interior del país.

Bruno K. Öijer está casado con la artista Maya Eizin Öijer y vive en la actualidad en Estocolmo.

 

Trayectoria

Desde su debut en 1973, Bruno K Öijer se caracteriza por ofrecer recitales en los cuales interpreta sus poemas ante el público. Estas presentaciones, con carácter de performance, se han convertido en la actualidad en actos culturales únicos, a los cuales el público acude masivamente. Öijer ha incluido en sus recitales, en algunas oportunidades, a grupos musicales de calidad. En 1986 editó un LP llamado Skuggan kommer (Llega la sombra) en colaboración con el músico Brynn Settels. El carisma y la intensidad de las presentaciones de Öijer lo han convertido en una especie de poeta de culto, aceptado por la élite cultural del país. Öijer ha recibido varios premios literarios de prestigio, y goza de subsidios estatales para su trabajo poético.

Öijer cuenta, como mencionamos anteriormente, con una vasta obra poética: Sång för anarkismen (Una canción por el anarquismo), 1973; Fotografier av undergångens leende (Fotografías de la sonrisa del fin del mundo), 1974; Vesuvius, 1974; Bob Dylan, 1975; c/o Nigth, 1976; Mot alla odds (Contra viento y marea), 1977; Spelarens Sten (La Piedra del Jugador), 1979; Giljotin (Guillotina), 1981; Samlade dikter (Poesías reunidas), 1986; Medan giftet verkar (Mientras actúa el veneno), 1990; Samlade dikter, 1993; Det förlorade ordet (La palabra perdida), 1995; Dimman av allt (La niebla de todo), 2001; Trilogin (Trilogía), 2002; Samlade dikter (2004); Svart som silver (Negro como la plata), 2008. En 1978 publicó su única novela, Chivas Regal.

A pesar de ser un poeta celebrado en Suecia desde los años 70, existen pocos estudios biobibliográficos sobre la vida y la obra de Bruno K. Öijer. Con la excepción de Det svarta puzzlet —en essä om Bruno K. Öijer (El rompecabezas negro —un ensayo sobre Bruno K. Öijer), de Olle Thörnvall, y algunas monografías universitarias, no se ha estudiado la poesía öijeriana en profundidad (1).

 

Negro como la plata

En su último poemario, Negro como la plata, Bruno K. Öijer sigue demostrando esa creencia en la fuerza transformadora de la poesía que lo caracterizó desde sus comienzos. El tono, sin embargo, es más melancólico, menos incendiario que en sus inicios. Así como sus poemarios anteriores podrían caracterizarse como provocadores y extrovertidos, Negro como la plata se perfila como introvertido y casi resignado. Su lenguaje poético es más contenido y tendiente a la reflexión, ya no abundan las anteriormente muy usadas mayúsculas que sugerían gritos o emociones superlativas. La profusión simbólica, a veces recargada, de sus libros anteriores, ha disminuido en intensidad. Nos encontramos ahora ante una poesía sugestiva, todavía nutrida de símbolos pero que pueden enriquecer la lectura sólo si el lector lo desea. Algunos críticos han dicho que Bruno K. Öijer ya no grita a las multitudes, sino que susurra al oído de cada lector en particular, y que el resultado sigue siendo tan inquietante ahora como lo era hace treinta años. Öijer tiene sencillamente el don de interpretar los miedos, las inseguridades y las deficiencias de su tiempo. Conserva su fuerza poética original, combinada con un lenguaje de gran belleza y la capacidad de comunicar y conmover al lector/oyente de una manera especial.

La poesía de Öijer en Negro como la plata es una poesía madura, que utiliza con frecuencia los monólogos interiores donde el recuerdo y las vistas retrospectivas ocupan el primer plano. Su retorno a la infancia como espacio de reflexión le permite un cambio de perspectiva desde donde observar al mundo adulto en toda su crueldad. Como Michel Ekman lo notara, la figura de Bruno K. Öijer puede entenderse como paradojal: si bien se posiciona como un outsider, con una visión crítica de la sociedad de consumo que aliena al ser humano, sus textos son aceptados, elogiados y consumidos por esa misma sociedad que critica. ¿Una muestra de que, a pesar de todo, existe en la sociedad sueca moderna una conciencia autocrítica, que aprecia a un poeta serio y reflexivo, o un truco más del mercado, que transforma en objeto de consumo hasta los poemas que problematizan su esencia? Cualquiera sea la respuesta, la voz poética de Bruno K. Öijer es, sin lugar a dudas, una de las más destacadas en el panorama lírico sueco contemporáneo.

 

 

 


  1. En 2003 se publicó Aska, Tomhet & Eld. Outsiderproblematiken hos Bruno K. Öijer.(Cenizas,Vacío & Fuego. La problemática de la marginalidad en Bruno K. Öijer), de Per Bäckström. Esta tesis doctoral profundiza en la poesía de Öijer y constituye sin duda la fuente más importante sobre la obra del poeta sueco. Es, sin embargo, un trabajo académico dirigido a especialistas y con poca difusión entre los lectores comunes.