Los hombres toman las piedras, las unen entre sí y al resultado le dan significados que generalmente las estigmatizan. Bien es sabido que las sociedades suelen construir más cárceles y casas de gobierno que ágoras en las que el arte y la cultura encuentren eco seguro.
La utilidad de los ingenios pocas veces trasciende, sin embargo, al paso del tiempo. Finalmente algunas iglesias terminan convirtiéndose en escuelas, algunas casas de gobierno llegan a ser derribadas para que los árboles y los gritos de los niños broten bajo el sol y algunas cárceles abren sus puertas para que el entrar y el salir del hombre sea feliz rutina de todos los días.
Uno de estos eventos extraordinarios ha ocurrido en Monterrey, donde la antigua cárcel de San Quintín pasó a ser un taller literario y más tarde el cobijo de una revista de narrativa, "un proyecto que hemos sentenciado a cadena perpetua", como reza el editorial del primer número, llegado a nuestras manos vía aérea por la gentil diligencia de uno de los artífices de la metamorfosis, Pedro de Isla.
De Isla es uno de los integrantes de la Celda de Trabajo, como ha sido bautizada la suerte de comité de redacción de San Quintín 106. Los demás son Sabina Bautista, Graciela España y David González. La edición corre por cuenta de la compañera de celda Gabriela Ruiz, y el sobrio diseño le corresponde a Tarín & Contreras Publicidad S.A. de C.V.
San Quintín 106 es una revista exclusivamente de narrativa. "Por varias razones", explica el editorial mencionado, "primera, porque los que coordinamos esta revista somos narradores; segunda, porque nuestros amigos poetas cuentan con suficientes espacios para publicar su trabajo, y tercera, porque generalmente los textos 'largos' no caben en ninguna revista".
La revista admite textos en los géneros de cuento, crónica, relato o novela (fragmentos). Pedro de Isla es la conexión entre esta revista de papel y las redes. A través de Internet, De Isla se ha encargado de darle justa difusión al proyecto: usted puede suscribirse, enviar material narrativo o enterarse de la más reciente aparición de la revista poniéndose en contacto con él. Si le escribe solicitándole alguna edición específica, ésta le llegará sin demora por el correo ordinario, junto a la forma de suscripción.
En su primera edición, publicada en julio, San Quintín 106 dio libertad plena —para volar hasta los ojos de los ávidos lectores— a "Un poeta local", de David Toscana; "En domingo no es amargo", de Patricia Laurent; "Times Square", de Sabina Bautista; "El velador", de Ramón López Castro, y "Ven por chile y sal", de Gabriela Riveros Elizondo.
Dos elementos adicionales hacen un poco más interesante la revista. El primero salta a la vista del lector en la portada, donde San Quintín 106 incluye una muestra de la obra gráfica de algún artista mexicano. En la primera edición colocaron en portada "Torso", una obra de tinta sobre papel por Sergio Cuéllar. El segundo, la información sobre convocatorias a concursos literarios que la revista ofrece en sus últimas páginas.
San Quintín 106 ha publicado ya su número 3, a principios de noviembre, y el cuarto será publicado en enero, porque la revista es bimestral. Al hacer el anuncio respectivo, De Isla tuvo la amabilidad de incluir los nombres de los autores publicados en esta y en la anterior edición:
Si prefiere utilizar las vías tradicionales para formalizar su inscripción, puede escribir a San Quintín 106 B Col. Mitras Centro, Monterrey, N.L., C.P. 64460, México. Igualmente, puede enviarles un fax al 52 8 3447685 o telefonearles al 52 8 3461377.
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