Letralia, Tierra de Letras - Edición Nº 18, del 17 de febrero de 1997

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Breves palabras sobre Monterroso

Francisco Rodríguez Ruiz

Nacido en un país que comparte el mismo culto a todo lo barroco que tanto nos caracteriza a los latinoamericanos, Augusto Monterroso es, paradójicamente, el menos barroco de los grandes escritores latinoamericanos.

Monterroso escribe obsesionado por alcanzar la más pura perfección en el estilo. Siguiendo un largo y meticuloso proceso de pulir, repulir y volver a pulir cada párrafo, cada palabra, cada coma, hasta alcanzar un producto final que es casi siempre una pequeña obra maestra.

Don Tito ha escrito varios cuentos miniaturas, de una sola línea, incluyendo el más corto de todos los cuentos que se conocen: "El dinosaurio", que consiste de sólo siete palabras.

Con la publicación de su colección de fábulas: "La oveja negra y otras fábulas", Monterroso no sólo renueva ese añejo e ilustre género, sino que también, todavía más, logra crear uno nuevo: la antifábula.

1996 fue el año de la consagración definitiva de la obra literaria de Don Tito. En agosto recibió el premio Juan Rulfo de literatura, considerado el segundo más importante en español (sólo detrás del premio Príncipe de Asturias). Al mismo tiempo se anuncia su candidatura al premio Nobel de Literatura.

En junio le fue conferido el doctorado Honoris Causa en la Universidad de San Carlos (si no me equivoco, la más antigua del continente americano), en Guatemala, donde Don Tito regresó tras un exilio de 50 largos años.

Allí en la Universidad, pronunció un vibrante (y corto) discurso de aceptación que fue en realidad, un homenaje a todos sus compañeros de generación, sin dejar de mencionar los "diez años de primavera en el país de la eterna tiranía" (referencia al período democrático llevado por el doctor Juan J. Arévalo y por el coronel Jacobo Arbenz Guzmán). En ese discurso fue como si —así lo sentí al leerlo— Don Tito cantara después de 50 años de ausencia: "Yo volví a pisar las calles de mi Guatemala ensangrentada".

Más discretamente, trabajando con lentitud, en la complicidad del secreto, en diciembre del 96, un oscuro estudiante escribe desde los bosques fríos y húmedos de Oregon, la que es la primera página electrónica dedicada al maestro.

¡Si tienen un tiempecín, no dejen de visitarla!


       


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Depósito Legal: pp199602AR26 • ISSN: 1856-7983