Diez estampas infantiles

Ilustraciones: Li Boshi (Peking, 1924)

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Ilustración: Li Boshi (Peking, 1924)

I

Desde un cielo de primavera el dragón reverdecido se precipitó a tierra. Lo atraparon cinco niños y lo sujetaron con cañas de bambú. El dragón expulsó una pelota del mismo color de su piel. Con ella quería canjear su libertad. Pero los niños ya habían decidido un destino muy especial para el dragón.

Por la noche el dragón se contorsionaba por encima de las cabezas de los infantes. Asido por las cañas de bambú zigzagueaba al ritmo de la música. Su cabeza seguía el compás trazado por la pelota agitada en las manos de uno de los niños.

El dragón abría y cerraba la boca y una fosforescencia salía a borbotones de sus fauces. El ímpetu de la música iba en aumento. Los niños daban vueltas y vueltas sin cesar. El contento y las risas constituían una fiesta que se prolongaba.

Hacia la medianoche el dragón ya era un hermoso farol y todas las luciérnagas acudieron a llenarse de aquella nueva luz.