Nota del editor

El médico y escritor argentino Antonio Cruz nos acerca su libro Ashpa Súmaj, voz indígena que equivale a "tierra linda". Compuesto por haikus que siguen rigurosamente el canon japonés, el libro es un homenaje a Santiago del Estero, región en la que en 1951 nació el autor.

Sur de Santiago,
mortaja de salitre
para los sueños.

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Cuelgan del cielo
mis lágrimas dolientes.
Trémula noche.

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Musgo y diamantes,
hechizo que cautiva.
Una mirada.

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Pájaro en vuelo,
el retumbo de un bombo
invade el aire.

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Follaje escaso,
bellas flores moradas.
Jacarandáes.

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Flor de mi tierra,
morena santiagueña
de ojos oscuros.

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Luna obcecada,
se resiste a la muerte.
También mis sueños

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Es plenilunio.
Se mira en los esteros
la luna insomne.

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Noche, no llores
la ausencia de la luna.
Volverá pronto.

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Luna en la cima
de los algarrobales.
Noche en Santiago.

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Visten el aire
las voces de los grillos.
Canta la noche.

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Irrespetuosos
los vientos del otoño
y mis nostalgias.

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Negras estrellas,
hondura misteriosa
tus ojos brunos.

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Soles y nubes,
mixtura indefinida.
Tarde de otoño.

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Decapitado
relámpago negruzco.
Noche sin luna.

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Jeroglífico
de terciopelo y astros
cielo nocturno.

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En mi ventana
temblor de gotas tristes.
Tarde de otoño.

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Hierven las nubes,
crepúsculo del alba
fulgores rojos.

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Tiemblan los astros,
invaden las tinieblas
y las rebasan.

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Cielo impulsivo,
un celeste de ensueño.
Es el verano.

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La noche avanza
cual vaho tembloroso.
Piélago terso.

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Cielo y asombro
y un horizonte viejo
de sueños muertos.

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Sombras de plata,
mundo de soledades,
tierra y salina.

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Llenan la noche
los caprichos de un arpa.
Fresca dulzura.

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Entrelazado
a la tierra y el cielo
vive el silencio

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Entristecidos,
los sueños no cuajados
se hacen olvido.