Letralia, Tierra de Letras
Año IX • Nº 110
26 de julio de 2004
Cagua, Venezuela

Depósito Legal:
pp199602AR26
ISSN: 1856-7983

La revista de los escritores hispanoamericanos en Internet
Artículos y reportajes
Lucía Etxebarría:
Escribiría con seudónimo

Illy Nes

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Nota del editor
La escritora española Lucía Etxebarría (Bermeo, 1966) ha impreso sus propios matices al tema de la igualdad entre el hombre y la mujer. Autora de Beatriz y los cuerpos celestes (Premio Nadal 1998), desnudó la situación de la mujer en el entorno literario en su ensayo La Eva futura; la letra futura. Hoy la periodista española Illy Nes ofrece a los lectores de Letralia una entrevista con Etxebarría en la que conversa sobre estos y otros temas.

Lucía Etxebarría—Está claro que algunos medios de comunicación se han cebado con Lucía Etxebarría. ¿Te arrepientes de ser conocida? Si tuvieses la capacidad de viajar en el tiempo, ¿cambiarías algo de tu pasado?

—Sí, escribiría con seudónimo. Así por lo menos nadie llamaría a mi madre para insultarla, ni irían a molestar a mi familia que no tiene por qué aguantarles. También protegería más mi intimidad. Pero cuando yo publiqué el primer libro ni podía imaginar que iba a acabar siendo tan conocida, así que ni se me ocurrió, y ahora no es factible publicar con seudónimo, porque eso implicaría enviar a una actriz a hacer las entrevistas, y no me da el presupuesto para su sueldo.

—Courtney y yo es una reedición corregida y revisada de tu primer libro. ¿Cómo surgió la idea de reeditarlo?

—Son dos libros: el primero es un ensayo sobre la realidad, habitada por personas, en contraposición con la hiperrealidad, habitada por personajes, y sobre la esquizofrenia que vivimos al saltar constantemente de un plano a otro como una rana que salta de la tierra al agua dentro de esta sociedad del espectáculo en la que vivimos. El segundo es un polémico repaso a la biografía de una de las últimas y más escandalosas parejas del rock, la formada por Courtney Love y Kurt Cobain.

—En diferentes ocasiones te has manifestado en cuanto a la discriminación que sufre la mujer en diferentes aspectos, laborales, sociales, etc. ¿Qué medidas consideras básicas para paliar la oleada de mujeres maltratadas e incluso asesinadas que vivimos en la actualidad?

—Recientemente un estudio universitario, realizado en la Universidad de Comillas, concluía, a partir de una batería de entrevistas y encuestas, que los hombres tienen más autoestima que las mujeres. Otro estudio de Harvard sobre la diferencia de atención de los maestros a niños y niñas demostró que los niños recibían siempre mayor atención, incluso cuando el tutor aseguraba estar comprometido conscientemente en evitar la diferencia de género. Sólo al ver los videos realizados en sus clases repararon muchos en que frecuentemente, e inconscientemente, favorecían a los varones. Si los mismos profesores progresistas refuerzan sin quererlo la idea de la sociedad acerca de la superioridad masculina, porque la han interiorizado y la reproducen de forma inconsciente, imaginad qué no harán los legionarios de Cristo, los directores de periódicos de derechas, o los programadores televisivos. ¡No es una sorpresa que las mujeres no nos valoremos! Cuando yo era joven, el eufemismo "el problema femenino" se refería a la menstruación. A día de hoy la autoestima, o más bien la falta de ella, se ha convertido en el problema femenino por antonomasia.

Muchas de nosotras tenemos que mirar hacia fuera para conseguir nuestra autoestima y esperamos de los demás que nos valoren para poder así valorarnos a nosotras mismas, lo que, inevitablemente, nos deja con un regusto amargo de sentirnos utilizadas e invadidas. Y permitimos esta invasión por miedo y por culpa: miedo al rechazo, a no gustar, a no estar a la altura de las expectativas del otro, y culpa cuando no se está. Porque tememos el rechazo de los demás permitimos que violen nuestros espacios y fronteras emocionales. El caso es que no podemos sobrevivir emocionalmente si insistimos en gustarle a todo el mundo y a poner a los demás por encima de nosotras mismas.

Es decir, que creo que mientras no eduquemos a nuestros hijos e hijas en la igualdad, problemas como el maltrato, la discriminación salarial, la laboral, las redes mafiosas de prostitución y esclavismo, etc., no se solucionarán jamás.

—Hace diez años que Kurt perdió la vida. ¿Cómo percibes el cambio de la sociedad desde entonces?

—Ahora hay teléfonos móviles e Internet, lo cual significa por una parte que estás más comunicado pero también que estamos todos más estresados. Y con decirte que la gran pareja mediática de los noventa han sido Beckham y Victoria, creo que queda claro que lo que la sociedad del espectáculo reverencia es la apariencia antes que la realidad. Y, por tanto, el consumismo más salvaje.

—¿Resulta más cómodo reeditar y reformar un libro o escribir uno nuevo?

—Para mí, me ha resultado más cómodo escribir uno nuevo. Lo de ponerte otra vez a mirar un libro que escribiste años ha no tiene mayor aliciente, ni riesgo, ni reto.

—También hablas de la maternidad en tu último libro. ¿Qué ha despertado en ti el hecho de ser madre?

—Creo que ha llenado un vacío muy grande porque yo soy una persona que se ha sentido siempre muy sola. Pero también creo que nunca hay que tener un hijo intentando compensar vacíos, sino teniendo muy claro que se trata de un ser con autonomía propia y que va a tener su propia vida.

—No cabe duda que Lucía Etxebarría es una mujer polifacética: has escrito novelas, cuentos, poesía, ensayo e incluso guión cinematográfico. ¿Con qué género te sientes más cómoda a la hora de escribir?

—Me siento cómoda en todos excepto en el guión, porque el resultado del guión no depende de mí, sino del director, el actor, el montador, etc... Y muchas veces lo que finalmente aparece en pantalla no tiene mucho o nada que ver con lo que yo escribí.—Recuerdo una frase tuya muy clara y contundente: "Los hombres escriben lo que ven y las mujeres lo que sienten". ¿Qué siente Lucía Etxebarría cuando escribe, en qué se inspira?

—La realidad siempre supera a la ficción, así que me basta con echar un vistazo a mi alrededor.

—¿Te sientes identificada de algún modo con la pareja protagonista del libro?

—En su día podía sentir un punto de identificación con Courtney, con Courtney personaje, porque a la persona Courtney no la conozco. Pero ahora ya no. No me puedo identificar con una tía operada de pies a cabeza y vestida de Versace, que se gasta en un modelito el equivalente al sueldo de todos las familias de mi edificio, y que exige cuando viaja que le reserven veinte asientos del avión en primera clase para que las azafatas no la molesten.

—En tu libro haces una importante representación al éxito y la fama. ¿Es difícil vivir siendo famosa para Lucía Etxebarría..? ¿Es duro el peso de la fama?

—Hombre, mi fama es relumbrón de calderilla comparada con otro tipo de famas, así que es bastante soportable, sobre todo viviendo en un barrio como el mío, lavapiés, en el que la mayoría de la población es inmigrante y por tanto no tienen la menor idea de quién puedo ser aparte de esa chica que tiene dos perros y un bebé. Pero siempre es duro que la gente te juzgue sin conocerte, sobre todo al plantearte nuevas relaciones. Mucha gente llega a ti atraída por el personaje, y luego se decepcionan al ver que la persona no tiene nada que ver. Otros esperan que algo de ti se les contagie (normalmente quieren proyección o fama) y al ver que no lo consiguen acaban atacándote; otros quieren saber detalles de la vida del famoso para luego ir contándolos por ahí... En ese sentido sí que es bastante difícil. Como lo es el hecho de ver publicadas constantemente mentiras sobre ti.


       

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Creada el 20 de mayo de 1996 • Próxima edición: 2 de agosto de 2004 • Circula el primer y tercer lunes de cada mes