Lungjuen, Tientung, Tungchun, Nanning, Liuchow y otras 25 prisiones de Kwangsi dieron hospedaje por
catorce meses, entre 1942 y 1943, a Nguyen Tat Than. Vejado, separado de los suyos, arrastrado a mazmorras
infames tras una carambola de la convulsa política de la época, recorre a pie los parajes que lo conducen
de prisión a prisión, vigilado por sus captores. Un día escribe: "Recitar poemas nunca ha sido uno
de mis hábitos, / Pero ahora en prisión, ¿qué otra cosa puedo hacer? / Pasaré estos días de cautiverio
escribiendo poemas, / Y cantándolos acercaré el día de mi libertad".
Así, Nguyen Tat Than, conocido entre los suyos como el que ilumina,
o Ho Chi Minh, en su lengua, descubrió que la literatura podía convertirse en la tabla de salvación para
los días duros. Escribió en total 101 poemas, que han llegado a nosotros en un poemario convenientemente
llamado Diario de la prisión.
Los escribió en chino, pues suponía que si usaba su idioma alarmaría a los carceleros. Sabido es que la
palabra siempre alarma a los carceleros.
Así que para acercar el día de su libertad, Ho Chi Minh escribe poemas sobre la libertad. Llama caballos
a sus piernas: "Mis dos caballos han estado trotando todo el día sin parar. / Ya anochecido, me dan a
probar un pollo asado / Con guarnición de piojos y frío. / Por fin, el canto de la oropéndola anuncia la
llegada del alba". En ocasiones disfruta de momentos parecidos a la libertad: "Los enemigos
llegaron rugiendo en el cielo. / Todo el mundo abandonó sus casas y huyó en busca de refugio. / A causa
del ataque, fuimos sacados de la prisión. / Fuera, nos sentimos felices".
No somos excesivos al decir que para Ho Chi Minh fue la literatura una tabla de salvación. Liberado pero
bajo vigilancia en 1943, carece sin embargo de los medios para regresar a Vietnam, donde sus compañeros de
la Liga para la Independencia, el Vietminh,
lo suponen muerto. Reside con grandes dificultades en Liuchow hasta que, en 1944, su amigo Vo Nguyen Gap lo
reconoce en unas líneas manuscritas en el margen de una página de un periódico de la región. Poco
después, aferrado a esa tabla, se reencuentra con los suyos y regresa a Vietnam.
Escribe entonces: "Las nubes abrazan a las cumbres, y las cumbres abrazan a las nubes. / En el
valle, el río brilla como un espejo, limpio e inmaculado. / Libre, cruzo las crestas de la Cordillera
Occidental camino del sur, / Y el corazón late con fuerza pensando en los antiguos camaradas".
El resto es historia. Al rendirse Japón al año siguiente, dando término a la segunda guerra mundial,
el Vietminh toma el poder y proclama la República Democrática de Vietnam en Hanoi, designando presidente a
Ho Chi Minh.
Tenía sin embargo 52 años y sabía que no bastaba con las letras para construir la libertad que
anhelaba. Quizás por eso en uno de sus oscuros días escribe: "No eres más que un simple gallo, /
Pero cada mañana, con tu canto, anuncias el alba / Despertando a la gente de sus sueños. / Tu misión es
importante".
Post-Scriptum |
"En vez de conformarme con imaginarme o inventarme qué aspecto tiene una esquina concreta de una calle de Tokio, que es lo que habría hecho antes, ahora decía, 'no, vamos a enterarnos'. Cinco minutos después a veces conseguía estar mirando una fotografía de la calle. así que ahora puedo desarrollar esta especie de investigación en tiempo real, filtrada a través de las percepciones de otra gente".
William Gibson, (en una entrevista sobre su novela Pattern recognition, diciembre de 2002).
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