Letralia, Tierra de Letras
Año IX • Nº 112
16 de agosto de 2004
Cagua, Venezuela

Depósito Legal:
pp199602AR26
ISSN: 1856-7983

La revista de los escritores hispanoamericanos en Internet
Letras
Poemas
Juan Beat

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Hipster be bop

No recuerdo cuándo fue la primera vez que estuve junto a un junky,
quizá haya sido cuando comencé a beber;
y posiblemente
lo que desencadenó haberme dado cuenta que
desde hace tiempo era "algo así" como un hombre-derrotado,
fue dormir durante varios meses frente a la puerta de la casa de Idalia,
con el bop saliendo de mi walkman a todo volumen,
cargando una vieja edición norteamericana de "On the Road";
y mientras
conversaba con ancianos raquíticos,
y pensaba en Idalia como una hipster;
no tan desarrapada como Esperanza Villanueva (Tristessa),
pero sí desecha,
convertida en un pedazo anacrónico de alguna parte perdida de mi infancia,
tan perdida como Ella Fitzgerald y ese acetato de Kerouac del cual ya no he podido escuchar —Charlie parker looked like buddha—;
y a veces,
aún con dolores estomacales y tirándome pedos,
caminaba al Salón Orizaba,
para terminar bebiendo al lado de putas horrorosas
y estridentes risotadas de "alegría".

 

Tuberías oxidadas

Últimamente el tiempo me ha parecido que se vicia;
cuando más quiero que las horas pasen rafagueantes,
zumbando sobre mis manos frías;
se va deteniendo,
hiriendo el lugar de los caminos muertos,
penetrando en mi cuerpo como una pequeña astilla de madera que provoca incomodidad infinita;
y mientras el tiempo transita lentamente,
de mi nariz brota un poco de sangre,
la dejo que fluya sobre el lavamanos,
que corra por las oxidadas tuberías que recubren gasolina y ácido kaínico;
si mi sangre llega hasta la bañera de tu casa,
no la devuelvas por la cañería,
reúne un poco en un frasco,
y con un gotero,
día con día,
déjala caer hacia el abismo.

 

La última dosis (Parker’s mood)

Mi nariz sangra
y mi cuerpo, que hace días estaba vacío,
se llena de tu respiración acelerada
y todo se envuelve en un solo de "Bird".
Hastiado de botellas,
Parker zumba bajo la gruesa colcha color café;
Charlie Parker sopla y sopla
y tus senos apuntan hacia mí,
veo tus caderas desnudas
y pienso en cuándo será la última dosis,
ojalá siempre tenga un pequeño "pinchazo" tuyo;
así como Bird tenía su saxo más metido dentro de él,
que toda la codeína y el whisky que lo terminó;
el bop no lo hizo,
sólo que vivió en los 50;
y yo debería pertenecer a algo posterior a la generación X,
pero mientras ella y Parker arremetan mi alma,
me creeré uno de ellos,
de los que llenaban Bird Land para esperar a que Parker subiera al escenario
y tocara Parker’s mood.

 

No lo he conseguido

Todos lo consiguen,
sus ropas y mujeres alrededor de ellos;
autos flamantes
y mucha droga;
pero todos ellos saben lo que hacen,
trabajan día y noche,
en bufetes de abogados,
como meseros,
putas,
o de científicos en alguna institución del prestigio;
todos consiguen lo que desean,
con dinero,
sin un billete de 20 pesos en la cartera,
pero todos lo consiguen;
muchos también se dicen enamorados,
también consiguen eso,
consiguen a alguien que los despierte por las mañanas
y que les haga un par de huevos,
todos lo consiguen,
menos yo,
yo no consigo ni que me tomen en serio,
ni publicar más en revistas literarias horrorosas;
esta noche no conseguí beberme ya,
la segunda cerveza;
ascos,
mareos,
ardor al orinar,
mierda,
estoy sin conseguir nada,
y sé que no lo haré;
solo he conseguido invitar a la muerte y al tiempo
a pasar la noche conmigo.

 

Nadie necesita amor

Me he dado cuenta,
nadie necesita amor,
al final,
ellas lo aniquilan,
si no es el alcohol,
es el sexo,
si no cualquier pretexto,
pero te sumen,
te plantan un puntapié en los testículos
y sabes que nadie te necesita;
quizás sólo las honestas cucarachas
o esos ratones que has estado exterminando toda tu vida
te necesiten más...
Nadie necesita amor,
sólo quieren una piltrafa a su lado,
que les sirva como un analgésico
o para cargar los muebles de la casa.
Nadie necesita amor,
y siempre lo he sabido,
pero de tan ridículo y patético que soy,
no tengo vergüenza,
hablo de amor
como si fuera a ir a cagar después de un dolor de estómago.

 

Falsedad

Escucho los programas de radio,
la tv
y sólo hay falsedades,
ya no me engaño,
así es la cosa,
diciendo
y quedando bien con los demás;
y si la tv
la radio
y el que come junto a mí
así lo desean,
no se los voy a dar,
no puedo falsear,
no puedo dejar de enojarme,
o tener mucha hambre,
no puedo.
Y ahora sé,
no pertenezco a nada de aquí,
el tiempo se viene encima
y los días tristes,
grises,
sin nadie a quién decirle
"hace calor"
vendrán pronto,
más pronto que las 12 campanadas
de esta mierda de reloj.

 

Rosas rojas

Karina se veía radiante,
con su cabello largo,
cargando esas rosas;
yo,
nunca lo había hecho,
se me dio la gana
llevarle rosas rojas;
siempre hay una primera vez;
y la segunda fue más fácil;
pero ha sido la última,
Karina dice que ha sido por un sentimiento de culpa;
mierda,
si tuviera culpas,
la gente a mi alrededor tendría muchas rosas rojas;
no lo haré más;
no tengo culpas,
ni rosas rojas cortadas del césped de la desesperación...

 

Ella es tan triste

(Para Karina)

Ella se aferra a la soledad,
cada mañana amanece desesperada y harta,
cuando le llamo,
me habla pausadamente,
sin esperanza;
y la imagino encorvada,
mirando hacia el suelo,
con el auricular pegado a ella,
su negro cabello cubriendo sus ojos;
ella está tan triste,
que,
en alguna parte,
las navajas de rasurar
cortan yugulares
y un montón de gente se amarra una cuerda en el cuello;
ella es tan triste,
que dentro de los vagones del metro
cientos de personas se aferran a su humor,
y mejor duermen,
y pasan las estaciones
y nada cambia,
la tristeza los mata y llegan a sus casas
comen sopa de fideos
y mueren por dentro;
ella es tan triste,
que yo no puedo hacer otra cosa,
más que emborracharme
y esperar a que el día de mañana,
desesperada,
se marque las venas y comience a sangrar;
y todo el dolor salga,
incluso el mío,
que se ha quedado dentro de ella.

 

No soy Buk, pero me gusta Mahler

El siseo era incesante,
como el de un viejo acetato;
sonaba mal el cd,
pero era la quinta sinfonía,
además tenía una cerveza,
fría y esperando sobre la mesa;
alguna vez quise ser un escritor
y hacía lo necesario,
hasta llegué a creerlo,
pero pronto caí,
me di cuenta de que no soy Buk,
pero aun así
me gusta Mahler,
la cerveza
y también Celine y Fante;
después de muchos golpes,
me di cuenta de mi vida,
de que no era un escritor;
algún día quise serlo,
lo logré por momentos,
pero ahora sólo quiero tomar aspirinas
y sentarme a que la muerte se digne a darme un empujón.

 

Fantasma

Cuando muera,
ella será acechada por todos esos tipos que la miran y la "toman de la mano" al saludarla,
y si alguno de ellos puede hacer que Karina sucumba,
moriré por segunda vez
y mi imagen fantasmagórica caerá sobre él,
cada noche entraré en su cuerpo,
y haré que rabioso vomite por toda su habitación;
cada noche será lo mismo,
hasta que termine enfermo y sin poder verla.
y quizás suceda de nuevo,
otro tipo mirando la figura de Karina
y yo detrás de ella,
ocasionándole escalofrío en la espalda,
comunicándome con mi alma traspasando sus pechos;
y aun muerto,
Karina seguirá sintiéndome,
pero si llega uno,
un tipo que le dé a Karina lo que yo no he podido,
me iré,
solo dejaré una marca entre sus senos,
y mi alma dentro;
y por tercera vez moriré,
después de eso,
no creo pueda morir más veces.

 

Días bajo el sol

...Es como terminar todos los días
bajo el sol,
soportando el hedor y
el ardor de las ampulas en los pies;
así es la realidad,
todos pasamos a segundo término,
como cualquier objeto usado
o como una moneda de cinco centavos tirada por la calle;
la realidad es esa,
ganchos al hígado de todos ellos;
y afortunadamente,
terminas siendo el "malo",
el mierda que no entiende,
el que necesita más que los demás.
Y yo mando a la mierda a la realidad,
quédense con ella,
piensen lo que quieran de mí.
yo sí necesito más.
A la mierda;
si he de terminar solo,
buscando los últimos chorros de cerveza
en botellas debajo de la cama,
y escuchando por las mañanas al carpintero,
al del gas,
a una mujer refunfuñando por tu vómito en todas partes,
me conformo con eso;
llegará el tiempo en el que sólo quiera meterme bajo las sábanas,
quedarme quieto
y no parar de llorar.
Hoy es el día,
uno nublado,
con lluvia,
pero ha sido como soportar esos jodidos rayos bajo el sol,
así es la realidad,
uno no es nada,
solo un pasatiempo,
mientras esperas a que un autobús te aplaste.

 

El olor a muerte

Debo dormir,
pero Coltrane no me permite;
al final de todo,
los tipos infelices como yo,
sabemos sobre los sonidos,
sobre el rugir de un motor,
sobre el sonido de los lloriqueos cuando te deja alguien;
pero al final,
los sonidos es la única felicidad que nos queda,
efímera y frustrante,
pero no hay más para nosotros;
sólo efímeras y
a veces contadas historias de amor;
Coltrane no deja dormir,
solo doy vueltas sobre el piso,
pero ahora nada deja dormir,
el reflujo,
la cerveza fría,
ella en mis huesos;
y el olor a muerte,
ese que me untaré pronto.

 

Un puñal en la carne

Lo sé,
duele durante días,
como un puñal clavado en la carne;
tengo una abertura,
es como un gran canal
que va desde mi frente hasta mis testículos;
de los cubos de basura
se desparraman latas de cerveza,
y de mí,
sólo carne,
absoluta tristeza y desesperación;
y es como recibir una gran paliza,
una de esas que te dejan tendido
y listo para los camilleros de la cruz verde;
podré soportar un par de días más,
mientras el sol sigue cayendo sobre mi espalda
cuando camino encorvado,
dejando esperanzas por debajo de la puerta,
como si fuera una especie de cartero;
me esperan sólo días
debajo de los autos,
revolcado en el lodo;
como un cerdo preparado para su paliza,
para el rastro,
para huir,
sabiendo que nada nos salva,
solo, el puñal clavado en la carne.
Y sigo abierto,
expuesto,
pero estoy dispuesto a recibirla,
sí...
esa paliza que debe dejarme
colgado de un pedazo sucio de esperanza.

 

A algunas mujeres les importa...

Poco les importa,
si tienes un abdomen pronunciado o un cuerpo atlético y vigoroso;
a ellas poco les importa
si tienes un pene fuerte y erecto, o si es pequeño y pierdes la erección;
a ellas poco les importa,
si follas durante una hora,
o si eyaculas sobre sus senos;
a ellas poco les importa,
si les hablas de amor,
o de vegetales cocidos;
a ellas poco les importa,
te abandonan,
te dejan a la deriva en una pequeña selva llena de leones hambrientos;
pero también pueden dejarte con los buitres;
y no les importa,
si regresas a casa bebido
o convertido en cenizas o sal para su almuerzo,
a ellas,
poco les importa,
se sientan a ver tv,
a escuchar la radio,
o duermen mientras tú,
desolado piensas en qué puedes hacer para que le importes.


       

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Creada el 20 de mayo de 1996 • Próxima edición: 30 de agosto de 2004 • Circula el primer y tercer lunes de cada mes