Letralia, Tierra de Letras
Año IX • Nº 116
18 de octubre de 2004
Cagua, Venezuela

Depósito Legal:
pp199602AR26
ISSN: 1856-7983

La revista de los escritores hispanoamericanos en Internet
Letras
Poemas
Silvia Visbal

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Espera

La voz de mis ojos es gris.
Se viste de transparencia de agua y de corales
y se esconde en tu ausencia.
Te espera.

Esa voz es intención serena, que huye a la resignación de una
                  [partida eterna,
es locura de cruzar la trinchera y contagiarte los labios
                  [de vida. ¿Vives? ¡Sí..!

Voz que te busca en tu último recuerdo
con flores color de sangre y miedo.

Amor de ráfagas en un rincón que no conozco.
Amor de espera, de viudez que me llama,
de muerte en guerra.
Espera.

Porque no hay cuerpo ni lápida.
porque la esperanza es esta voz en penumbra
con almendras amargas.

 

Puerto

Volví a tus brazos como todas las tardes
después de descubrir el universo de las calles,
                  [siempre nuevo,
en un amanecer.

Son el destino habitual cuando me declaro disidente
                  [de lo monótono,
eclipsada en el cauce de tu verbo.

Regreso al horizonte de tus brazos, a donde se esconde
                  [el sol, la paz de las olas.
A ellos me entrego
con mi espectro de voces,
todas las dualidades de mi ser.

Tus brazos me conocen,
me definen sin titubeos en la respiración de muchos abrazos,
en la libertad ondeante de la partida y la espera.

Desde ellos miro valiente la noche en sus
                  [incertidumbres de amor,
hasta sumirme en un sueño diáfano en el que ellos
siguen siendo mi orilla al volver.

Mi orilla mítica sin monstruos de arena.

 

Urbana

Soy, en esencia, señales y sonidos
que se describen en permanencias y recorridos
por esquinas disímiles y felices,
en líneas rectas y curvas
y mi nombre es el de todos,
con letras y números.

Es mi palabra itinerante
en los espacios históricos y anacrónicos de la ciudad
tras la memoria y la inmediatez
para armarme la vida
como una huella nómada en todas las versiones posibles
de identificarme en las aceras y los puentes
donde mi humanidad pueda verterse, como las otras,
en los decires y los haceres
que la llaman.

Soy en ella
con los ojos y los pies,
con las pupilas que la guardan
en ese catálogo de la experiencia común de circular
                  [como sangre,
de construir los encuentros y encontrarme,
de buscar lugares y tragaluces en las voces,
de vivirla sin miedo desde y hasta el hecho
de ser urbano incidente con piel y nervios,
repartidos en las sillas de los buses y los semáforos,
en los artífices y consecuencias de silencios y gritos.
Es ser, sin más señas, un ente de discursos y textos propios
en el lienzo elucidante de las calles...: Urbana.

 

Azar

Nos encontramos las pupilas para hablar
de la luna que está cerca y de la posibilidad de retar
                  [a los espejos.

Fuimos en tu boca los poetas sin gastarse
que sueñan en blanco y negro y en otros colores
al mismo tiempo.

Fuimos en mis ojos preguntas, más preguntas.

Fuimos el día que pasó dejando pedazos de piel
                  [en la calle,
fuimos anónimos,
inacabados,
volubles,
desconocidos, robándose el fuego.

Nos encontramos,
fluimos,
fuimos ángeles y demonios relativos,

Fuimos, dentro del cuerpo, los extraños que se besan
bajo la trama de la noche
con avidez, con hambre,

Fluimos, con la rapidez del tiempo mismo,
beso, humedad encontrada, piel que se toca

Prevenidos.
el hilo no debe enredarse,
se enreda.
La memoria recuerda.

Fuimos los poemas de otros que sienten en papel,
los nuestros,
Fuimos la hoja de una noche que se desnudó
en una ruta no planeada, perfecta,
inventariada letra a letra.

Fuimos, fluimos, nos encontramos a tramos,
noche adentro,
inventados,
solubles,
vividos,
humanos.


       

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Creada el 20 de mayo de 1996 • Próxima edición: 1 de noviembre de 2004 • Circula el primer y tercer lunes de cada mes