Letralia, Tierra de Letras
Año IX • Nº 118
22 de noviembre de 2004
Cagua, Venezuela

Depósito Legal:
pp199602AR26
ISSN: 1856-7983

La revista de los escritores hispanoamericanos en Internet
Letras
Poemas
Maribel R. Ortiz

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Nostalgia con café y vainilla

No es un poema
lo que aguarda
para ver la luz
en el umbral de los signos
repito que no es un poema
aunque es así como un desahogo
un exorcismo en la memoria
una vaga ironía de algo
que desentona por dentro
y hace gritar o reír
o llorar o morirse
reclamo que no es un poema
garabato en hojas sueltas
de universos raídos
como un loco que busca
resguardarse
del mundo
es acaso el travelling
por los enredos del ánimo
un primer plano
con voluntad de existir
por eso escribo
lo que no es un poema
para no vivir
intoxicada
de palabras
para no sufrir
en lo íntimo
de la conciencia
la pena de no pensar
algún día
sin un poema...

 

Despalabrada

Miro a la orilla de la otra mujer
la que aguarda las palabras.
Sentada en la falda del desvelo,
me duele la raíz de esa mujer ajena
que a veces me mira desde el almanaque.
Vuelvo a toparme conmigo
y evito mirarme a la cara
desde el ángulo izquierdo;
me trago la mueca
del burdo cajón
en donde guardo los temas
de los que no puedo hablar
sin que rompa a llorar
la mujer silente que
me acompaña
desde que las hojas secas
de este suelo inservible
fueron lo que pensé
un poema...

 

Sin título

Las luciérnagas como las leónidas
van... y se vienen
en el vaivén de tus dedos
enlazados
a la lava de mi vello
Mi anhelo
subyacer,
entumecida el musgo
en el cénit de tu muslo
amortajado el cuerpo
de tu piel
poeta...
Ya rendida, ya indefensa
encarnada en tu carne
me escucharás
ulularle al viento...
Invocas mi sangre
de humus transfigurada.
Con tu nariz
poblada de ojos,
me desangras y
recorres abismos
de olor ocre y
matiz bermejo;
Guardarás el sexo ahí,
donde el rubí líquido
imbebible aguarda
cada ciclo lunar,
para inmolarte,
poeta,
porque:
Yo
soy Vetala

 

En la víspera de una arruga

Rostro en descenso
volteo a mirarte,
para dolerme
en el papel torcido
de sal bifurcada,
en la penumbra
de tus córneas
amortajadas de eclipses.

Rostro en declive.
Los cuervos lamen
las pupilas de tus soles
rodeados de estrellas.
Un reloj de piedra se posa
en el letargo del tiempo.
Los abismos me convidan
a contar las sales
de las esponjas silentes.

Rostro postrado de orugas.
Sonoridad de voces
que destilan brebajes
en calderos atropellados
para los viejos cuerpos de barro
olorosos a pergaminos.
La bitácora del ojo
lacta tu epitafio
y un fauno
duerme los siglos
en la comisura de tu mueca.

Rostro de pliegues insomnes.
La oreja que cortó el pintor
te narra sueños raros,
mientras bebes el silencio,
en la huella
de un zapato viajero.


       

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Creada el 20 de mayo de 1996 • Próxima edición: 17 de enero de 2005 • Circula el primer y tercer lunes de cada mes