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Los príncipes de Asturias presidieron el acto.
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El pasado 8 de septiembre, y con la presencia de los Príncipes de Asturias, don Felipe de Borbón y
doña Letizia Ortiz, fue inaugurada la sede del
Instituto
Cervantes de Budapest, acto en que estuvo presente también el presidente de Hungría, Férenc Mádl.
Tras la apertura oficial, a la que asistieron también la ministra española de Educación, María Jesús
Sansegundo, el ministro húngaro del Patrimonio Cultural, Istvan Iller, y el director del Instituto
Cervantes, César Antonio Molina, se abrieron unas jornadas literarias en las que participaron los
escritores Jesús Ferrero, Santiago Gamboa, Carme Riera, Enrique Vila-Matas, Antonio Colinas, Fanny Rubio y
Clara Janés.
Tras visitar las dependencias del 42º Instituto Cervantes en el mundo, el Príncipe de Asturias
pronunció el discurso de inauguración, precedido por el ministro húngaro del Patrimonio Cultural y el
director de la institución.
"Pocos actos podrían simbolizar mejor el deseo de España de estrechar sus relaciones bilaterales
con Hungría", dijo don Felipe. "Dos naciones amigas imprescindibles para entender el acervo
cultural e histórico que representa Europa y decididas a contribuir activamente al desarrollo de ese
patrimonio que es la base de nuestra común identidad como europeos".
La elección de Hungría, y más concretamente Budapest, para abrir una sede permanente del Cervantes
"no es fortuita", afirmó. "La inauguración se inscribe dentro de la atención preferente
que España otorga a la región de Europa Central en su acción cultural exterior".
El Cervantes, a juicio de su director, César Antonio Molina, "no es una mera academia de
idiomas" ni "un mero centro cultural". "Aspira a una voluntad de servicio y de
cooperación con los profesionales, los poderes públicos y las instituciones de cada país con el fin de
establecer un diálogo que permita afrontar conjuntamente los retos que plantea la sociedad actual",
recalcó.
No llega el Instituto Cervantes a Hungría "con el afán de competir con otras instituciones
culturales o educativas", ni "de hacer alarde de una cultura de alcance universal", sino con
el propósito "de apoyar al hispanismo húngaro con todos los medios a su alcance y de atender a
quienes hasta ahora han tenido poco contacto con la cultura y el idioma de más de 400 millones de
personas", agregó.
Los Príncipes de Asturias visitaron, a continuación, la Academia de Ciencias, cuyo director,
Szilveszter Vizi, les mostró los documentos que acreditan que el científico español Ramón y Cajal fue
uno de sus miembros. A la salida, saludaron a una treintena de científicos españoles que participan en una
conferencia europea sobre aerosoles.
Desde allí, fueron al Parlamento, uno de los símbolos arquitectónicos de Budapest, a orillas del
Danubio en el lado de Pest, un edificio neogótico construido entre 1884 y 1902 que alberga 691 estancias,
entre ellas las de la Presidencia de la República.
El jueves se inauguró la biblioteca del centro, que lleva el nombre de Ernesto Sábato, quien no pudo
viajar a Budapest dado su delicado estado de salud, pero su esposa Elvira González donó en su nombre una
colección de primeras ediciones —dedicadas— de sus obras, y algunos manuscritos que enriquecerán los
fondos de la biblioteca.
Pese a no poder asistir, el autor de El túnel
se dirigió a los presentes a través de videoconferencia desde Buenos Aires (Argentina), y agradeció este
homenaje que le brinda el Instituto Cervantes, al designar con su nombre la biblioteca "en la
maravillosa ciudad de Budapest". El premio Cervantes 1984 dijo imaginar con emoción cómo su nombre
"quedará acompañando desde hoy la labor de esta biblioteca".
A continuación, y hasta el viernes 10, se celebró un amplio abanico de actividades sobre la cultura y
la literatura de España e Hispanoamérica. El programa comenzó con el debate entre los escritores Jesús
Ferrero, Enrique Vila-Matas, Carme Riera y Santiago Gamboa en la mesa redonda titulada "Variaciones
sobre la literatura contemporánea hispanoamericana".
Ese día, otros tres escritores rindieron un triple homenaje a otras tantas grandes figuras de la cultura
en español: la filósofa María Zambrano, Ernesto Sábato y el escultor Eduardo Chillida. El poeta Antonio
Colinas esbozó "Una semblanza de María Zambrano", pensadora de cuyo nacimiento se cumplen cien
años. La novelista Fanny Rubio pronunció su conferencia "Sábato o la literatura como potencia".
Finalmente, la poeta Clara Janés disertó sobre Eduardo Chillida, y luego se proyectó el documental
"Chillida y los sueños".
El viernes se celebró la mesa redonda "Encuentro con las letras españolas" en el que
participaron Jesús Ferrero, Santiago Gamboa, Carme Riera, Clara Janés, Antonio Colinas, Fanny Rubio y
Jaime Vándor. Éste último pronunció su conferencia "Al filo del holocausto". Vándor es
catedrático de literatura hebrea experto en teoría de la literatura y uno de los niños judíos salvados
por el diplomático español Sanz Briz.
Las actividades finalizaron con un concierto de guitarra clásica del guitarrista Ricardo Gallén y la
exposición fotográfica Madrid/Barcelona, años cincuenta,
que muestra el ambiente de ambas ciudades a mediados del siglo XX, obra del fotógrafo Francesc
Català-Roca.
El nuevo Instituto Cervantes de Budapest ocupa un edificio histórico ahora remodelado, en el centro de
la ciudad, con una superficie de 1.200 metros cuadrados distribuidos en tres plantas más sótano. Cuenta
con ocho aulas, biblioteca, aula multimedia y una sala polivalente para conferencias, exposiciones y
proyecciones de cine.
Ofrecerá cursos de español tanto generales como especiales, así como clases de las tres lenguas
cooficiales en España: catalán, euskera y gallego. Entre éstos, habrá cursos de español para los
negocios, de traducción, de conversación, de perfeccionamiento y de cultura y civilización. La previsión
es alcanzar los 1.500 alumnos en el plazo de tres años.
El Cervantes tiene ya sedes en Varsovia, Bucarest y Belgrado, y próximamente abrirá la de Praga;
cuenta, además, con "Aulas Cervantes" en Zagreb, Bratislava y Liubliana, y otro centro en
Cracovia. El 9 de septiembre, Molina designó a José Jiménez (Madrid, 1951), Pedro Bádenas de la Peña
(1947) y Gaspar Cano Veral (Valencia, 1958) nuevos directores, respectivamente, de los centros de París,
Atenas y Estocolmo.