
De pronto aquí,
perplejo en la incesante afluencia de la voz.
De pronto aquí,
transido en la vigilia de lo nunca dicho.
Ya lo decía así y así se lo exigía nuestro poeta homenajeado, Alfredo Chacón, en 1958 en estos versos de su poema “Saloma”, título que le dio a su primer y muy especial poemario, con el que inauguraba una saga de cantos que acompañarían su faena y la de otros, a lo largo de una larga vida como escritor, gerente cultural, editor y amigo de tantos.
Y aquí estamos, Alfredo, contigo en esta Filuc, celebrándote con afecto, honrando la plenitud de tu Ser al decir, reconociéndote como un testigo-actuante del quehacer cultural y político en las últimas seis décadas del país; resaltando la esencia del Ser animoso y generoso sin límites que eres, convencidos de que la incandescencia de tu lugar de origen —San Fernando de Apure, corazón ardiente de los llanos venezolanos— te dio la lumbre que marcó tu vida, y las distintas facetas de tu ejercicio intelectual, profesional y creativo.
Generoso hemos dicho que eres. En la dedicación al oficio, con tiempo para sí y tiempo para los otros, siendo presencia estelar que ha acompañado tanto a escritores consagrados como emergentes, con textos en presentaciones de libros, con prólogos en proyectos editoriales o expositivos, a sabiendas de que dar ese espaldarazo es crear puentes y escaleras en la necesaria convergencia de oírnos y complementarnos, pues el diálogo creativo es una dinámica que hace mirar hacia adelante (lo novedoso que irrumpe y desata nuevas líneas del mirar y el decir) y hacia atrás (las tendencias del arte, la tradición) armando una red.
Con formación en filosofía, sociología y antropología en la Universidad Central de Venezuela y un posgrado en el Instituto de Etnología de la Universidad de París, Chacón dictó cátedra y fue director de la Escuela de Sociología y Antropología de la UCV, de la cual ya es profesor jubilado; siempre conectado con las inquietudes políticas y estéticas de su tiempo, con honda incursión en los géneros del ensayo y la crítica literaria, mostrándose como un fervoroso lector que ha investigado y publicado a partir de 1958 más de diez títulos que dan cuenta de esta entrega —en cuerpo y alma— a tan exigentes géneros.
La obra poética del poeta Chacón registra una docena de títulos publicados hasta el año 2015.
De su registro editorial ensayístico destacamos Curiepe: ensayo sobre la realización del sentido en la actividad mágico-religiosa de un pueblo venezolano (1979), que recibe el Premio de Ensayo de la Bienal José Rafael Pocaterra en 1980; La izquierda cultural venezolana (1958), Cultura y dependencia (1975), Ensayos de crítica cultural 1964-1981, La pasión literaria 1959-1985, La voz y la palabra: lecturas de la poesía venezolana (1999), Se solicita pensamiento para esta realidad (2005) y Ser al decir: el pensamiento de la poesía en siete poetas latinoamericanos (2014), siendo también compilador de Poesía y poética del Grupo Orígenes, una antología publicada en 1994, en Biblioteca Ayacucho.
Sé que nuestro homenajeado espera el momento medular en que me refiera a su hacer poético. Entonces, empiezo por resaltar una convicción fundacional suya, la que siento fuego primario en su obra poética. Me refiero a su afirmación de que “el poema es la manifestación suprema de la capacidad humana de decir”, pues creo que con esta convicción tomar la pluma para expresarse fue una exigente decisión asumida a muy temprana edad, con la que ha comulgado toda su vida, manifestándose siempre con rigor y búsqueda de exactitudes expresivas mediante una voz interior experimentada con absoluta libertad, entregando tal comunión en el cuerpo versátil del poema, en cada uno de sus doce poemarios publicados, desde 1961 con Saloma hasta 2015 con Mover los labios.
Viendo hacia atrás, siguiendo el trazo de las líneas de su biografía, me parece oportuno mencionar que tras vivir en Maracay y en Valencia llegó a Caracas en 1953, graduándose de bachiller en el histórico liceo Fermín Toro (emblema de la Venezuela posgomecista), y tempranamente, en 1955, con dieciocho años, ya publica primeros poemas en una revista de gran importancia en la Venezuela de los años 50 (que ojalá tengan la oportunidad de tener en sus manos y deleitarse de sus contenidos), hablamos de la revista Cruz del Sur, única publicación de izquierda que se mantuvo legal y activa durante la dictadura, dedicada a temas culturales (de arte y literatura) y sociales abarcando el ámbito latinoamericano, con firmas de primer rango, cuyo primer número se publicó en la Caracas de 1952.
El tiempo de irrupción del poeta Chacón en el panorama de la creación venezolana no pudo ser en mejor compañía, al frecuentar tertulias en las que solían participar las hermanas Gramcko, Ida (poeta, dramaturga y periodista) y Elsa (artista visual), la poeta y también dramaturga Elizabeth Schön, los narradores Oswaldo Trejo y Antonia Palacios, ocurriendo el feliz acontecimiento de que su primer poemario, Saloma (qué fecha París septiembre 1958-julio 1960) se editase en 1961, ilustrado con dibujos de la artista alemana-venezolana Gego, con diseño del artista visual Gerd Leufert (esposo de Gego), impreso por Cromotip en Caracas, por lo cual se le ubica en la generación poética de los sesenta.
Alfredo Chacón es un ser-pensador. Se lo pregunta todo y, metódico como es, busca desentrañar, hilar, dejar dicho.
La obra poética del poeta Chacón registra una docena de títulos publicados hasta el año 2015, con Mover los labios (edición de Oscar Todtmann Editores), recibiendo en 1991 el Premio de Poesía de la Bienal Literaria Mariano Picón Salas por su poemario Palabras asaltantes, que en su momento leímos con admiración en la colosal colección Altazor de Monte Ávila Editores, con un retrato suyo en portada, del ojo del fotógrafo y también poeta Vasco Szinetar. A su obra, este año, suma un volumen de 156 páginas con su Poesía reunida (1956-2021) que entrega repitiendo el simbólico nombre de Salomario (a modo de diccionario de cantos personales) bautizado en esta Filuc, acto seguido de este acto, con palabras del poeta Rafael Castillo Zapata y la editora Luna Benítez del sello Oscar Todtmann Editores que la publica bajo patrocinio de Banesco.
La poesía de Alfredo Chacón ha recorrido la partitura del poema breve y la del poema en prosa, ha explotado las vetas de la espacialidad, la metafísica, el realismo objetual, el existencialismo, el erotismo, el cuenco interior de las emociones, el aforismo, la reflexión sobre el lenguaje y la sonoridad de la lengua. Creo que el poeta que es, analítico y muy atento a la sensorialidad, se ha permitido la más amplia exploración formal y temática, dando razón de ello en cada uno de sus libros, poseedor de una sensibilidad que no cree que existan límites —él nunca se los impuso—, creyente, sí, del rapto gozoso del momento poético, que traza y eterniza la plenitud sentida como un zarpazo, en la danza de la vida.
Alfredo Chacón es un ser-pensador. Se lo pregunta todo y, metódico como es, busca desentrañar, hilar, dejar dicho. Su obra (toda, sin distinciones de género) es un mundo orgánico, interrelacionado, me refiero al ensayo y la poesía. Un continuum. Un mismo jardín, de flores muy cuidadas (reflexionadas con obsesión y finura) que hacen racimos del saber, del decir. El homenajeado lo dice así: “El pensar tentado; el pensamiento desafiado. Cuando se dice, el lenguaje y la vida quedan entrelazados por significados, significaciones y expresiones que a él lo incorporan en la experiencia de vivir y éstas le dan sentido”. Haciéndose estas dos preguntas, que acá les dejo para su propia meditación: ¿qué le compete al pensamiento ante semejante trama de implicaciones recíprocas?; ¿cómo abordar en el pensamiento la relación del decir poético con el vivir y el lenguaje?
Celebrándolo entonces como el ser pleno que es, le agradeceremos por siempre su obrar y su amistad, y cierro estas palabras con la lectura de su poema “Coito”, bajo el prisma de una ars poética:
En este instante paulatino
desear todo
y ser todo en el deseo precipitado
al cuerpo cercado,
del cuerpo deseado,
al cuerpo tocado,
del cuerpo lanzado al cuerpo,
al cuerpo ansiado,
y ser el cuerpo ansioso
del cuerpo múltiple
por este instante sustituido.
(Palabras pronunciadas el 11 de octubre de 2023 durante la entrega del Botón Filuc al poeta Alfredo Chacón, en la XX Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo).
- Celebrar la plenitud del Ser al decir de Alfredo Chacón - domingo 29 de octubre de 2023