
Mar de leva
Octavio Escobar Giraldo
Novela
Random House
Bogotá, 2018
ISBN: 978-958-54-5826-0
184 páginas
Octavio Escobar (Manizales, 1962) es uno de los narradores colombianos más reconocidos dentro y fuera de su país, pero también en España, que ha visitado en varias ocasiones, donde la editorial cacereña Periférica ha publicado dos de sus títulos, Saide en 2008 y Destinos intermedios en 2010, en tanto Antonio María Flórez seleccionó El álbum de Mónica Pont en Transmutaciones, una antología de la literatura colombiana actual publicada por la Editora Regional de Extremadura. Otras novelas suyas son El último diario de Tony Flowers (1995), Folletín de Cabo Roto (2007), Cielo parcialmente nublado (2013) y Después y antes de Dios (ganadora del premio internacional “Ciudad de Barbastro” de 2014 y Premio Nacional de Novela del Ministerio de Cultura de 2016).
Paralelamente a sus novelas, el narrador colombiano también ha publicado relatos en libros como El color del agua (1993), Las láminas más difíciles del álbum (1995), La posada del almirante Benbow (1997), De música ligera (1998, Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura) y Hotel en Shangri-Lá (2004).
Con excepción de uno de los títulos citados, Folletín de Cabo Roto, Octavio Escobar se ha sentido atraído tanto en sus novelas como en los relatos por entornos urbanos contemplados con mirada crítica pero amable, por donde deambulan jóvenes mecidos en una cultura pop de éxitos cinematográficos y musicales de temporada (vallenatos, rock, canción melódica…), restaurantes de moda y grandes zonas comerciales, fascinados por el estilo de vida estadounidense.
Bajo una felicidad aparente late algo muy distinto, porque Mar de leva exhibe una historia amable y oculta otra que es preciso reconstruir en la lectura.
Por esos espacios se mueven los pocos personajes de esta novela, de reducidas dimensiones como otros muchos títulos del novelista: Mariana y su hijo Javier, que cumple quince años, son recibidos por Elena en una ciudad de una república centroamericana que en tiempos creció gracias a una mina de plata próxima y hoy basa su desarrollo en el turismo, una ciudad innominada que podría corresponder con algunas de las situadas en la costa norte de Colombia, con su vegetación tropical, grandes centros comerciales de inspiración americana y barrios residenciales en que los narcos exhiben su mal gusto y su tradicionalismo religioso. Elena, casada con un estadounidense pero lesbiana, enseña a sus invitados esta ciudad floreciente que, por las indicaciones que se dan, recuerda a la ficticia Sulaco, la capital de Costaguana que recrea Joseph Conrad en Nostromo, una novela de 1904. En efecto, de la obra del novelista polaco proceden los nombres del aeropuerto de la ciudad, Javier Arellano, las referencias a la mina de plata, al Golfo Plácido, a Giorgio Viola, o la Casa Gould (un museo que recuerda a otro de los personajes, Charles Gould)… en lo que ha de entenderse como un homenaje al escritor (Octavio Escobar ya había “ambientado” varios relatos en otro lugar ficticio, Shangri-Lá).
En el corto espacio de un día de visita, Elena y Mariana reviven recuerdos juveniles de su paso por la Facultad de Medicina, de sus primeros amores y de su situación personal en el presente mientras procuran complacer a Javier y regalarle una experiencia singular por su decimoquinto cumpleaños, el “espectáculo” de una joven pareja que mantiene ante ellos una relación sexual. Nos encontramos ante unos seres de mentalidad urbana y hedonista, desinhibidos en sus relaciones personales, alegres y confiados, que parecen haber accedido a una forma de dicha un tanto superficial, pero el título de la obra nos pone en la pista de una interpretación de mayor calado, pues ese mar de leva o de fondo remite a un plano más profundo oculto a una mirada somera: en el entorno en que estos personajes habitan los narcos han poblado los barrios residenciales, los paramilitares ejercen una violencia tolerada por el poder, los guerrilleros secuestran a personas acomodadas… Sabremos que Mariana ha perdido a su esposo Alejandro Guzmán, secuestrado por la guerrilla, sin saber si algún día volverá a verlo, su hijo Javier vive alienado en un mundo de pornografía digital mientras siente a ráfagas la tragedia de su orfandad, Elena vive en la contradicción de un matrimonio y unas preferencias eróticas homosexuales… Bajo una felicidad aparente late algo muy distinto, porque la novela exhibe una historia amable y oculta otra que es preciso reconstruir en la lectura. En ella el escritor, con unas notables dotes de observación y desde una perspectiva realista no primaria, nos lleva a conocer unas vidas que encuentran en las ciudades que habitan tanto las posibilidades de su desarrollo personal como el contorno de sus limitaciones, mostrando así que la novela, como afirma Vargas Llosa (parece ser que la cita procede de Balzac), permite contar la vida privada, la superficial y la profunda, de las naciones.
- Mar de leva, de Octavio Escobar Giraldo - miércoles 6 de junio de 2018