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Literatura anglosajona: evocaciones
Análisis del poema anónimo “The Ruin”

lunes 31 de agosto de 2020
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Análisis del poema anónimo “The Ruin”, por Rocío Elizabeth Torres
Las constantes batallas y cataclismos devenidos de tiempos remotos dieron lugar a la creación de poemas y elegías con el fin de contar y expresar estas vicisitudes pasadas. Fotografía: Carter Moorse • Unsplash
“A los antepasados de mi sangre y a los antepasados de mis sueños he exaltado y cantado”.
Jorge Luis Borges1

Nos encontramos frente a dos cuestiones, una a la que hace referencia el fragmento con el cual inauguramos este texto, y otra, al autor del mismo. Hablamos del escritor Jorge Luis Borges, quien era un gran conocedor de la literatura anglosajona. Pero retomemos una cuestión que nos introducirá al tema que nos concierne. En el fragmento poético que preside nuestro trabajo se evidencia, de forma sutil, una clara influencia y reminiscencia a una de las formas literarias de la poesía medieval anglosajona.2 Uno de los temas “comunes” en dichas poesías era el canto a sus antepasados, un canto, más bien, épico; donde se glorificaban y exaltaban las hazañas de algún héroe. El caso más tradicional de la literatura inglesa es La leyenda de Beowulf,3 con un argumento sencillo. A continuación una síntesis breve:

Beowulf, príncipe de la tribu de los geatas, viene de Suecia a Dinamarca, donde da muerte a un ogro, Grendel, y luego a la madre del ogro, que viven en el fondo de una ciénaga. Cincuenta años después, el héroe, ya rey de su país, mata a un dragón que cuida un tesoro y muere en el combate. Lo entierran; doce guerreros cabalgan alrededor de su túmulo, deploran su muerte, repiten su elegía y celebran su nombre (Borges y Vázquez, 1999, p. 7).

En su libro Introducción a la literatura inglesa, Borges explica que sólo quedan restos de aquella literatura que datan del siglo V al X de nuestra era. Como decíamos anteriormente, se trataba de una poesía épica que se “acomodaba” perfectamente a las formas orales del inglés antiguo. Sin embargo, cerca del siglo IX sucede algo novedoso, en calidad literaria, aparece una nueva forma —genérica— de poesía medieval, las llamadas elegías anglosajonas. Éstas pasaban de un tono épico a un tono melancólico y personal. Por primera vez, ingresa a la literatura sajona esta modulación poética, no sólo modificando la temática sino también su musicalidad. A propósito Borges (2010) explicaría: “En el siglo IX ocurre una revolución. Ni siquiera sabemos si quienes la hicieron fueron conscientes de ella. Ni siquiera sabemos si las piezas que se han conservado fueron las primeras. Pero ocurre algo muy importante, quizá lo más importante que puede ocurrir en la poesía: el hallazgo de una entonación nueva. Los periodistas, muchas veces, para hablar de un poeta nuevo, dicen ‘una voz nueva’. Pero aquí la frase tendría directamente ese sentido: hay una voz nueva, una entonación nueva, un nuevo empleo del lenguaje” (“Orígenes de la poesía en Inglaterra”, párr. 1).

Si bien las elegías son cantos en tono personal, esta elegía en particular podría personificar el sentir que representan cada uno de los ciudadanos de Bath.

Una de esas elegías, y la que nos interesa para analizar a continuación, es “Las ruinas”, o “The Ruin”, su nombre en inglés. La cual, aparentemente —y en esto coinciden varios autores—, hace referencia a la ciudad de Bath, y a lo que queda de ella.4 La caída del Imperio romano supuso también la caída de ésta. Es importante recordar que las constantes batallas y cataclismos devenidos de tiempos remotos dieron lugar a la creación de poemas y elegías con el fin de contar y expresar estas vicisitudes pasadas.

En el poema, encontramos a un sujeto que se enuncia (poeta) de manera impersonal. Si bien las elegías son cantos en tono personal, esta elegía en particular podría personificar el sentir que representan cada uno de los ciudadanos de Bath. De esta manera, el poeta se convierte en un sujeto que presta su voz al enunciar, y erige una poética que declama una de las formas que revisten la interioridad —personal e individual.

El poema comienza con un tono de pesimismo que se hace patente frente a las palabras del siguiente fragmento:

Wondrous is this stone-wall, wrecked by fate;
the city-buildings crumble, the works of the giants decay.
Roofs have caved in, towers collapsed,
barred gates and broken, hoar frost clings to mortar,
houses are gaping, tottering and fallen,
undermined by age.5

(The ruin, 2009, p. 59)

Aquí las expresiones empleadas por el poeta presentan una gradación, donde el conveniente uso de verbos y adjetivos enfatiza el recuerdo doloroso del pasado magnificente de su ciudad. Se explicita, también, la lamentación por la imposición del hado, y la fatalität, entendida como el destino fatal e inevitable dispuesto. En versos posteriores, trae consigo las invocaciones de quienes una vez —en el periodo de mayor esplendor— construyeron airosamente los cimientos de aquella ciudad.

A man’s mind quickened with a plan;
subtle and strong-willed, he bound
the foundations with metal rods —a marvel.
Bright were the city halls, many the bath-houses,
lofty all the gables, great the martial clamour,
many a mead-hall was full delights
until fate the mighty altered it. Slaughtered men
fell fall and wide, the plague days carne,
death removed everybrave man.
Their ramparts became abandoned places,
the city decayed; warriors and builders
fell to the earth.

(The ruin, 2009, p. 60)

Esta nostalgia, que en términos de Borges hace referencia a un “humor negro” —entendiendo esto último como una locución que significó “humor” del cuerpo y que, además, coincidía con un temperamento triste y melancólico—, pone en evidencia la cosmovisión germánica acerca del destino (Schicksal) que acaece sobre el hombre, imposible de eludir. En palabras de Ahumada (2004): “El hado, siempre cambiante y traicionero, es aceptado con sombría resignación. Contra él nada pueden los esfuerzos humanos y sólo queda, como único camino, postrarse ante su majestad y ofrendar la vida a los dioses con total entereza. Dejarse llevar por la corriente del destino que fluye incesante e indiferente a las angustias humanas, es el íntimo deber del guerrero. El germano no se resiste a la voluntad de los dioses (…)” (p. 73).

El cantar de gesta anglosajón daba cuenta de un idioma antiguo que se percibía, en la poesía épica, como un sonido áspero.

Por otra parte, creemos que aparece una importante referencia léxica en la palabra wall (pared, muro, barrera, muralla).6 La misma funciona como un motivo constante en el poema. Ya que, a nuestro entender, posee una carga semántica que hace evidente la siguiente dualidad: pasado/presente,7 que por un lado alude a un tiempo pretérito glorioso, mientras que por otro indicaría el lamento por los acontecimientos que derivaron en decadencia.

La alegoría es clara, el tema principal que trabaja como eje vertebrador de nuestro poema es la reminiscencia a un pasado de gloria que encuentra, en su presente —el del poeta—, una ciudad derruida.

En este punto, y para ir concluyendo, queremos volver a la idea de musicalidad que envuelve el poema. Si bien estamos trabajando con una versión más actual del inglés,8 no obstante, se puede apreciar la musicalidad del idioma. El uso de aliteraciones —como recurso retórico más notable— en algunos de sus fragmentos permite entender el ritmo, la melodía y la armonía con que fue escrito y, eventualmente, recitado. Sabemos que en la poesía anglosajona no existían las formas regulares de versificación tal como las conocemos hoy. Es probable que se parecieran más al verso o a la prosa que utilizaba Homero para sus epopeyas. El cantar de gesta anglosajón daba cuenta de un idioma antiguo que se percibía, en la poesía épica, como un sonido áspero. Posteriormente, las elegías anglosajonas también adoptaron la forma del verso aliterativo donde se destaca la melodía del poema. De esta manera, la melodía forma parte inherente del lenguaje, al cual embellece, dando lugar a la concepción estética de la que hace referencia el formalismo ruso. Eliot (2008), a propósito de la musicalidad en los poemas, explicaría: “La música de la poesía, por tanto, debe ser una música latente en el lenguaje ordinario de su tiempo. Y esto significa también que debe estar latente en el lenguaje ordinario del lugar del poeta (…). [Él]9 está obligado, como el escultor, a ser leal al material con que trabaja; con los sonidos que él escucha debe hacer su melodía y su armonía. Sería un error, sin embargo, pensar que toda poesía tiene que ser melodiosa, o que la melodía es algo más que uno de los componentes de la música de las palabras. Ciertas poesías están escritas para ser cantadas (…)”. (p. 257).

A modo de ejemplo volvemos a algunos versos donde es posible apreciar el recurso retórico de la aliteración vocálica y consonántica:

Wondrous is this stone-wall, wrecked by fate;
the city-buildings crumble the works of the giants decay.

(The ruin, 2009, p. 59) (El subrayado es nuestro)

En fonética: fate → /feit/fāt, coincidencia con decay → /Di’Kei/diˈkā10

Roofs have caved in, towers collapsed,
barred gates and broken, hoar frost clings to mortar,
houses are gaping, tottering and fallen…”

(The ruin, 2009, p. 59)

En fonética: caved in → /keivdin/, coincidencia con gaping → /geipin/

(…) This wall, grey with lichen
and red of hue, outlives kingdom after kingdom,
withstands tempests; its tall gate succumbed”.

(The ruin, 2009, pp. 59-60)

En fonética: wall →/wɔ:l / wôl/, coincidencia con tall → / tɔ:l/ tôl/

En la línea dos de nuestro último verso encontramos una reduplicación de la palabra kingdom, que concentra una significación relacionada directamente con la palabra wall e implica la supervivencia, o sobrevivencia de una civilización. Su traducción reza de la siguiente manera: “Esta pared gris cubierta de líquenes y manchada de rojo, sobrevive reino tras reino”.11

Finalmente, debemos decir que hasta aquí vimos cómo algunas modulaciones12 de caracteres lingüísticos, en su dimensión escritural y fónica, ofrecen un material imprescindible para el análisis y la comprensión de un poema que fue creado para mostrar la transitoriedad de la vida y la gloria, y donde el poeta intuye cómo la materialidad del mundo es susceptible a los acontecimientos de su historia. En otras palabras, lo que Borges (2010) afirmaría: “El poeta ya habla personalmente, se anticipa al movimiento romántico,13 el movimiento que estudiaremos al ver la poesía inglesa del siglo XVIII” (“Orígenes de la poseía en Inglaterra”, párr. 2).

 

Referencias bibliográficas

  • Ahumada, Ricardo (2004): Introducción a la germanística. Santa Fe (Argentina). Ediciones Lux.
  • Anónimo (2009): “The Ruin”. En: The Anglo-Saxon World, An Anthology. Oxford University Press, Nueva York (Estados Unidos). Edición, selección y traducción: Kevin Crossley-Jolland (1982).
  • Arias, Martín, y Hadis, Martín (2000): “Orígenes de la poesía en Inglaterra”. En: Borges profesor. Clase 6 del curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires (Argentina). Emecé.
  • Borges, Jorge Luis (1966): Literaturas germánicas medievales. En: Obras completas en colaboración. Buenos Aires (Argentina). Emecé.
  • Borges, Jorge Luis, y Vázquez, María Esther (1999): Introducción a la literatura inglesa. En: Obras completas en colaboración. Buenos Aires (Argentina). Emecé.
  • Butterfield, Jeremy; González, Mike, y Breslin, Gerry (1995): Collins Compact, diccionario español-inglés / english-spanish. Barcelona (España). Editorial Grijalbo Mondadori.
  • Eliot, T. S. (2008): “La música de la poesía”. En: Atenea, año XX, tomo LXXIII, Nº 219, septiembre de 1943. Pp. 251-264.
Rocío Elizabeth Torres
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Notas

  1. Fragmento del poema “Casi juicio final”, del libro Luna de enfrente, en Obras completas, 1974. Buenos Aires. Emecé Ediciones.
  2. Claramente, nos referimos a una hipótesis nuestra.
  3. Para ampliar conocimientos acerca de La leyenda de Beowulf, se recomienda leer Literaturas germánicas medievales, de J. L. Borges; 1966. pp. 4 y 5.
  4. Para una descripción más detallada véase el libro Introducción a la literatura inglesa, de J. L. Borges; 1999. pp. 7 y 8.
  5. Los subrayados son nuestros.
  6. Las diferentes acepciones de la palabra en inglés wall fueron tomadas de Collins Compact, diccionario español-inglés / english-spanish (1995). p. 451.
  7. Vale aclarar que nos referimos a un presente subyugado a un tiempo poético. El mismo hace referencia al contexto histórico-social en el que se inscribe el poema.
  8. El poema “The ruin” originalmente fue escrito en un inglés antiguo. Según Borges (1999), “los acontecimientos históricos de igual importancia modificaron y acabaron por desintegrar el inglés antiguo” (p. 9).
  9. La aclaración entre corchetes es nuestra.
  10. Agradecemos encarecidamente a la profesora de inglés Lucía Vázquez, quien nos ayudó a “rastrear” las formas fónicas de las palabras en inglés. Sin ella, hubiese sido imposible trabajar este aspecto, debido a nuestro conocimiento limitado de inglés. Lucía realizó sus estudios en el Instituto Superior del Profesorado de Inglés Nº 1 Estela Guinle de Cervera, de la ciudad de Santa Fe, Argentina.
  11. La traducción es cortesía de Lucia Vázquez. Véase nota al pie Nº 10.
  12. Para percibir una mejor evaluación auditiva a los efectos de la aliteración, se recomienda escuchar una de las versiones en inglés del poema “The ruin” disponible en este enlace.
  13. “Romanticismo: corriente literaria que surge en Europa, específicamente en Alemania a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra la Ilustración y el Neoclasicismo, confiriendo prioridad a la sensibilidad y expresión de la libertad”. Véase: “Romanticismo”, en: Wikipedia.
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