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Un poeta sin epitafio.
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El domingo 8 de agosto se inició, en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana, un homenaje de
rango nacional al poeta Gilberto Owen, de cuyo nacimiento se cumple un siglo, evento durante el cual se
proyectó el documental
Gilberto Owen, el poeta olvidado,
y se dio a conocer el sello postal conmemorativo de la ocasión.
Guillermo Owen, hijo del poeta homenajeado, dijo sentirse emocionado "por ver que todos lo
recuerdan", y agregó que de su padre sólo conserva "algunas fotografías y el cariño que nos
dio. Salvo eso, no tengo ninguna otra cosa".
Antes de su muerte, ocurrida en 1952, el poeta Gilberto Owen dejó inconclusos "poemas,
traducciones, apuntes, cartas y la biografía de Simbad el varado", según aseguró Vicente Quirarte,
director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México
(Unam).
"En la vida de Owen hay un instante en que ocurre el derrumbe y deja sin terminar algunos trabajos
iniciados: poemas sobre el Metro de Nueva York, traducciones de escenas varias, apuntes de estética
marxista y la biografía de Simbad el varado", expresó Quirarte. En lo concerniente a sus cartas, el
especialista mencionó que en casi todos los epistolarios de los integrantes de Contemporáneos hay
alusiones a misivas de Owen, aunque nunca han sido reunidas.
Nacido en Rosario, Sinaloa, y fallecido en la ciudad estadounidense de Filadelfia el 9 marzo de 1952,
Owen tuvo acercamientos con poetas como Carlos Pellicer, Xavier Villaurrutia y Salvador Novo, además de
compartir momentos con Celestino Gorostiza, Alí Chumacero y Elías Nandino.
"Si no fuera por las fotografías, quién diría que he existido", decía Owen antes de morir.
Tal expresión fue enfatizada durante la proyección del filme, escrito y dirigido por Oscar Blancarte, en
el cual se muestra parte de la vida, obra y muerte del escritor sinaloense.
El autor de Perseo vencido
(1948), Desvelo
(1925) y Línea
(1930), entre otras creaciones, estuvo siempre convencido de que era "un fantasma" en la
producción literaria. Owen también escribió poemas de largo aliento, prosa, e incursionó en la narrativa
y el periodismo. También hizo traducciones para solventar su difícil economía y su afición al alcohol.
El conjunto de su escritura, continuó Quirarte, es una apuesta por los nuevos caminos trazados por su
generación. Nunca dejó de escribir, pero sí dejó de considerarse y ser considerado hombre de letras y
figura pública. "Un año antes de su muerte escribió a Elías Nandino. Es preciso analizar con
precisión estas palabras, porque, entre otras cosas, dan título a la película", sostuvo el
investigador.
Y añadió que la tumba del poeta en Filadelfia "no tiene ningún epitafio", lo cual demuestra
que fue hombre solo y abandonado, "pero de gran talento y misterio".